celebrada la noche del 20 de Mayo por el Sr. Ayala. cia y Guerra, el

Anuncio
HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA.
que será por todos obedecido y acatado; veo á nuestra querida patria tan ansiosa de estabilidad y de reposo, como ávida de progreso y libertad; y, por último, como suprema aspiración en el desempeño de
mihonroso cargo, el fin de un interregno, durante
el cual se practique sincera y lealmente la Constitución del Estado, se ejerciten pacifica y ordenadamente los derechos individuales, se afiance el crédito dentro y fuera de España y se cimente la libertad
sobre la base firmísima del orden moral y material,
para que el monarca elegido por las Cortes Constituyentes comience su reinado próspero y feliz para la
patria, á la que he consagrado y consagro todos mis
afanes, todos mis desvelos y mi existencia toda.»
Terminada la lectura de este discurso, pronunció el
Sr. Bivero, presidente de la Cámara, las siguientes
palabras
«Las Cortes Constituyentes han oido con viva satisfacción las nobles palabras y levantados propósitos del regente [que acaban de elevar por la unanimidad de sus votos. Corresponder dignamente á los
altos principios que las Cortes han tenido presentes
al crear la regencia; cumplir severamente, liberalmente, cuidadosamente la Constitución del Estado;
practicar todos los dias, á toda hora, la soberanía del
pueblo español; garantir yproteger el ejercicio libre,
libérrimo, de los derechos individuales, que forman
la gloria de la generación presente, tal es la obra
grande que las Cortes han encargado á todos los funcionarios públicos, y que depositan en manos del regente de la nación española.
«Menester es convenir que á nadie, podia corresponder con tanto derecho, si derecho pudiera haber
para este grandísimo cargo, para la regencia del
reino, como al general Serrano; porque el cuidar de
esta soberanía de la nación, de estos derechos individuales, de estas gloriosas conquistas de la revolución de Setiembre, á nadie, absolutamente á nadie,
toca más de cerca que al general Serrano. El dia, señores, en que se amengüe esta soberanía de la nación; el dia en que los derechos españoles se conculcaran ó se vieran usurpados, el nombre del general
Serrano, hoy tan glorioso, y el recuerdo gloriosísimo
de Alcolea, se sepultarían en la nada.
»Cuenta, pues, el general Serrano, y cuenta bien,
cuenta el regente con todos los españoles, porque las
Cortes, porque el ejército, porque la Milicia,porque
el pueblo, porque todos nosotros no tenemos con el
regente de la nación española, de hoy en adelante,
más que una bandera: todo para la patria y todo por
la patria.»
En poco tiempo la revolución dio dos pasos gigantescos en su consolidación; pero la interinidad, que se
creia durase poco tiempo, es difícil que pueda terminar si no se deciden los hombres que triunfaron en
Setiembre á colocar la corona en las sienes del invicto
duque de la Victoria: si esto no hacen, serán otros
hombres los que constituyan definitivamente al país.
El regente encargó al general Prim la formación del
263
nuevo gabinete, que no dejó de ofrecer dificultades
Elministerio de Ultramar se hallaba vacante á consecuencia de unas palabras pronunciadas en la sesión
celebrada la noche del 20 de Mayo por el Sr. Ayala.
Discutíase el art. 33, y á consecuencia de haber dicho un orador republicano que la república era la
consecuencia de la revolución de Setiembre, se levantó eí ministro de Ultramar para decir que el partido
republicano apenas habia hecho nada por la revolución, cuyo triunfo se debia principalmente á los generales desterrados á Canarias y embarcados con este
objeto en Cádiz entre la indiferencia del pueblo. Estas
palabras produjeron protestas de la fracción republicana y no fueron del agrado del partido progresista.
El Sr. Ayala creyó que debia presentar su dimisión y
le fué aceptada, encargándose interinamente del ministerio de Ultramar el Sr. Topete (1).
Los Sres. Lorenzana y Romero Ortiz se negaron á
formar parte del nuevo ministerio, y este quedó constituido el 19 de Junio en la forma siguiente: Presidencia y Guerra, el general Prim; Estado, D. Manuel
Silvela; Gracia y Justicia, D. Cristóbal Martin ele Herrera; Hacienda, tí. Laureano Figuerola; Gobernación,
D. Práxedes Mateo Sagasta; Fomento, D. Manuel Ruiz
Zorrilla; Marina é interino de Ultramar, D. Juan Bautista Topete.
A la promulgación del Código político sucedió una
circular del ministro de la Gobernación, y á la constitución del ministerio de la regencia otra circular del
de Estado. Hé aquí estos documentos, que copiamos á
continuación uno de otro, aunque para ello tengamos
que alterar el orden cronológico que hemos procurado
guardar en este libro:
CIRCULAR DIRIGIDA A LOS GOBERNADORES POR EL MINISTRO
DE LA GOBERNACIÓN.
«Promulgada la Constitución que asegura un dichoso porvenir á los destinos de la nación española,
(1) En la sesión del 22 dio cuenta el presidente del Con
sejo de la dimisión del Sr. Ayala en términos muy afectuosos para este señor, quien se rehabilitó con la Cámara pronunciando las siguientes palabras: «Yo agradezco al
duque de la Torre los recuerdos que ha hecho de señor
mis escasísimos merecimientos, y se los agradezco porque así me
evito hacer alarde de elles. Yo pienso hoy lo mismo que
pensé en Canarias, en Cádiz, en Alcolea; lo mismo que he
pensado formando parte del Gobierno provisional que
siempre recordaré con orgullo haber pertenecido á él
«Cualquiera que sea el éxito de la situación que'
todos hemos creado, yo siempre seré lo que he sido yentre
creo
que ahora, fuera del gabinete, prestaré algun
servicio aue
dentro me era imposible prestar, llevando al ánimo
companeros de la mayoría y de los tres partidos el de mis
convencimiento deque solo la unión puede salvar la
revolución
á
que todos hemos contribuido, absolutamente
ha tenido la fortuna de hallarse más cerca, conlodos* el aue
eficacia, pero con la voluntad de todos, y la aleu'na más
voluntad es la
que hace que las revoluciones puedan verificarse
»
264
HECHOS
LOS DIPUTADOS PINTADOS POR SUS
ciudadanos,
preciso es que el concierto de todos los
empezando desde los altos poderes del Estado, garantice su más puntual cumplimiento, desenvuelva
que en si
rápidamente los gérmenes de prosperidad
contiene, y realice la solución del problema, ponderada como difícil por algunos, afirmando la estabiy
lidad de todo lo que es por su esencia ilegislable
permanente, y el desarrollo de todo lo que participa
del carácter de perfectibilidad progresiva, condición
inherente á la mayoría de las cosas humanas. Laera
que para gloria de la monarquía española afortunadamente se inaugura ha de distinguirse con el sello
y por el impulso que imprimirá en su marcha la
Constitución de 1869.
»Despues de una larga serie de tentativas, de pruebas, de sacrificios y de desengaños; después de haber
andado el ánimo de los pueblos fluctuando entre las
santas aspiraciones de la libertad y las amargas realidades del absolutismo ; después de haberse educado en la triste escuela del infortunio, como para purgar las culpas de aquellos siglos de intolerancia y
tiranía que comprimieron á la inteligencia y la espontaneidad del genio español, nunca más claramente desenvuelto que en las grandes tempestades
de la política; después de haber agotado los términos de respetuosa sumisión y deferencia que preceden y legitiman las conmociones revolucionarias,
dio España un notable ejemplo de admiración al
mundo en Setiembre de 1868, y lo ha completado á
despecho de todo linaje de resistencias en 1869.
«Empieza ahora el momento de aprovechar el fruto de tantos años de laboriosa constancia como han
necesitado para insinuarse en la práctica las ideas
genuinas y verdaderamente liberales. La ilustración
y el patriotismo de las Cortes Constituyentes, fieles
depositarías de la soberanía que delegó en ellas el
sufragio universal, han llevado á cabo la obra de las
leyes fundamentales en el sentido liberal más práctico que conocen las instituciones modernas, y han
dejado franca via á la preparación de otras mejoras,
que llegarán á convertirse en hechos cuando la
experiencia haya aniquilado sus méritos y las necesidades públicas lo reclamen.
»Hoy lo que especialmente interesa es hacer que
la letra de la Constitución sea una letra viva, que su
espíritu se infunda en el espíritu público, y su observancia llegue á formar parte de las costumbres del
pueblo. Esto es lo que el poder ejecutivo quiere conseguir á todo trance, y lo que ha de facilitar también
la acción inteligente yprevisora de V.S. en el círculo de sus atribuciones.
»Cuidar de que los preceptos constitucionales sean
rectamente entendidos, fiel y escrupulosamente ejecutados, este es el trabajo á que en tan capital asunto debe V.S. dedicar toda la fuerza de su ilustrado
celo. Algunas dudas y dificultades han de ofrecerse
ciertamente en los primeros momentos de practicar
una ley que, como la fundamental del Estado, abraza tantos asuntos y tan estrechamente relacionados
con los más trascendentales intereses de la patria;
y esas dudas y esas dificultades han de ser por
necesidad mayores ahora, mientras las leyes orgánicas
destinadas á desenvolver algunos de los preceptos
constitucionales, no se hallen formuladas. Si conflictos de este género ocurriesen, debe V. S., señor
gobernador, atenerse, para dirimirlos, á la siguiente
regla: consulte detenidamente la letra y la razón de
la ley constitucional, compare su espíritu con el del
caso á que haya de aplicarse; y de resultar confusión
ó incertidumbre, «inclínese á resolver en el sentido
más favorable á la libertad, ya individual, ya colectiva, y á la amplitud en el ejercicio de los derechos
políticos.» Obedeciendo á este criterio ,que es el del
poder ejecutivo, puede contar V. S. con grandes
probabilidades de acierto, y de seguro con el fallo
propicio de la opinión, que, así guiada, ella misma
secundará los deseos de las autoridades, é impondrá
eficaz correctivo á los que se acogen á la sombra de
la libertad para herirla á traición con sus propias
armas. No quiere decir esto, sin embargo, que haya
de dejarse desguarnecido el principio de autoridad
y abandonado el mantenimiento- del orden; de una y
otro es la libertad el más influyente elemento, y lo
único que necesita precaverse es que no degenere
en licencia, y que los derechos de los ciudadanos
entre sí, yrespecto á la sociedad, se combinen y no
se contradigan. Consignadas en la Constitución la
monarquía hereditaria, la libertad religiosa y las demás libertades que en la misma se establecen, son
ya la ley del Estado; y algo de lo que durante el período constituyente cabia en los límites de una discusión aceptable estará fuera de esos límites una
vez convertidos aquellos preceptos constitucionales
en derecho constituido.
«Proceda V. S., sin embargo, con el criterio ampliamente liberal que le está recomendado; permita
la discusión escrita y en reuniones siempre que se
circunscriba al terreno de la teoría ó de la propaganda pacífica, que acatando y obedeciendo lo vigente tienda solo á ilustrar al público con crítica decorosa, siquiera sea encaminada á preparar innovaciones para cuando su necesidad se haya comprobado
y el ánimo de los pueblos se encuentre dispuesto á
recibirlas. Cuando á eso no se reduzca la predicación escrita ó verbal; cuando tome un carácter agresivo; cuando ya en realidad aparezca chocando con
las prescripciones penales, entonces emplee V. S. con
enérgica dignidad el lleno de sus facultades, enviando á los tribunales competentes el conocimiento de
los delitos cometidos por medio de la prensa, y conteniendo las reuniones y asociaciones que por su fin
ó sus medios contraríen lo prescrito en los artículos 17, 18 y 19 de la Constitución.
»Esto, que por via de ejemplo é ilustración se advierte á V. S., bastará para darse idea exacta de lo
que el gobierno quiere que se observe como legítima
consecuencia de la Constitución promulgada. En un
sistema de gobierno liberal no debe el ejercicio de
las libertades inspirar recelo; la represión innecesaria es lo que perjudica; pero cuando ese ejercicio degenere en abuso; cuando constituya una violación
de ley y un agravio á las mismas libertades; cuando
comprometa el orden público ó sirva de pretexto
para atacar con actos de hostilidad los principios
de
la ley fundamental, entonces la resistencia dentro
de la ley es un deber imprescindible, y las
autori-
HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA.
dades no están en el caso de vacilar un solo momento.
»E1 gobierno abriga la fundada esperanza de que
no ha de necesitarse llegar á semejante extremo; la
historia de estos últimos meses lo garantiza, á pesar
de tentativas, cuya funesta índole han reconocido y
rechazado el buen sentido y el patriotismo de los
pueblos. Bástele, pues, excitar el celo de V.S. recordando que el primer interés del Estado se cifra
hoy en «cumplir y hacer cumplir lealmente la Constitución promulgada, defendiéndola de todo género
de ataques, ya insidiosos, ya manifiestos,» y esto es
lo que el ministro de la Gobernación encarga muy
señaladamente a V. Si, y le designa como única y
suficiente regla de conducta.
»Madrid 8 de Junio de 1869.— Sagasta. -Señor gobernador de la provincia de...
CIRCULAR DIRIGIDA AL CUERPO DIPLOMÁTICO POR EL MINISTRO DE ESTADO
«Apenas terminado el movimiento que produjo la
Revolución de Setiembre, el Gobierno provisional,
por el crédito y valor de los ilustres individuos que
le componían, y por el explícito y universal asentimiento de las juntas locales nacidas entre el tumulto y el triunfante alborozo del pueblo, hubo de aceptar la ardua empresa de dirigir los esfuerzos de la
nación española en aquella crisis decisiva.
»Uno de los primeros deberes que tuvo que cumplir y cumplió aquel gobierno fué el de justificar
plenamente ante las potencias civilizadas del mundo
la Revolución de España, explicando sus causas, y
trazando al propio tiempo y á grandes rasgos el cuadro de las reformas que se proponía realizar.
Dio esto ocasión al despacho-circular del ministerio de Estado de 10 de Octubre de 1868, dirigido á
los agentes diplomáticos de España acreditados cerca de los gobiernos de las naciones amigas y aliadas. Mucho de lo que entonces se anunciaba como
una esperanza ha venido á lograrse ya. Al gobierno de hecho, improvisado en los primeros momentos por las necesidades del período revolucionario,
se ha sustituido la regencia del reino, establecida
por la Constitución del Estado hasta tanto que los
representantes de la nación española designen la
persona que ha de ocupar el trono de su gloriosa
monarquía. Promulgado el Código fundamental, en
el que se consignan los derechos del individuo y las
instituciones liberales más amplias, y aceptado por
la inmensa mayoría del país, es evidente que la Revolución en su marcha ascendente ha llegado á vencer los más graves obstáculos, sin que los estériles
amagos de algunos perturbadores puedan infundir
graves recelos; pues el gobierno cuenta con medios
para asegurar la paz y para que crezca sin estorbo
y fructifique en abundancia la semilla de civilización y de riqueza que la libertad ha sembrado en
nuestro suelo. Tal es la solicitud, tal elanhelo constante de los que hoy gobiernan la nación espoñola,
con cuya voluntad soberana cuentan paraelevarle á
un término dichoso. En esta situación, el gobierno
español estima justo y conveniente decir á los de las
naciones amigas, valiéndose para ello de sus agenTOMO III
265
tes oficiales, lo que ha hecho basta ahora y lo que
se propone hacer en lo venidero para afirmar la Revolución y para que sea fecunda en benéficos resultados.
»E1 Gobierno provisional, siguiendo la senda trazada por los principales caudillos de la Revolución,
empezó respetando por tal manera la voluntad general, que nada intentó fundar por sorpresa y de
improviso, dejando todas las cuestiones principales
á la suprema decisión del pueblo. Con este fin, en
el momento que se calmaron las pasiones, se reorganizó la administración y se llegó á un período
más tranquilo, se convocaron las Cortes Constituyentes. Las elecciones fueron libérrimas. Ejerciendo
por primera vez el sufragio universal, acudieron á
las urnas cerca de tres millones de electores de todos los partidos; y, libres de intimidación y de corruptoras promesas, emitieron sus votos, sin que la
agitación electoral turbase un solo instante la paz
pública, ofreciendo el pueblo español un espectáculo bastante á confundir por siempre á sus detractores y para dejar demostrada su ilustración, su sensatez y su cordura. Resultado de esas elecciones,
que pueden presentarse como modelo á los pueblos
más cultos, han sido unas Cortes Constituyentes en
que, mezclados con una gran mayoría formada por
los antiguos partidos liberales, han venido representantes de los intereses y preocupaciones tradicionales y del alto clero; y algunos más, elegidos
por el partido republicano, que, al calor del movimiento revolucionario y merced á su activa propaganda, alcanzó número más considerable de prosélitos. Constituida la Asamblea soberana, ante ella
resignó sus poderes el Gobierno provisional, recibiendo en el acto el ilustre duque de la Torre la misión de constituir el poder ejecutivo que habia de
gobernar la nación en tanto que las Cortes se consagraban á la ardua tarea de resolver los problemas
que entraña la Constitución de un Estado.
»De advertir es que, antes y después de reunidas
las Cortes, el gobierno se ha visto, aunque pocas
veces por fortuna, en la dura necesidad de apelar á
la fuerza para reprimir á algunos fanáticos que se
alzaron en ciudades distantes de la capital, sin tener en cuenta que abierto todo palenque á la lid pacífica de las ideas, y fiado al vencedor en esta lid
el triunfo de la mejor doctrina, es un crimen de lesa
libertad y de lesa nación el acudir á las armas.
»A pesar de estos sangrientos lunares, pequeños
si se atiende á la repentina y honda trasformacion
que en toda España se obraba, bien puede asegurarse que el estado general de calma, de orden, de generosidad hacia los vencidos, de respeto á las propiedades y á las personas, ha correspondido á lo que
podia y debia esperarse del noble pueblo español.
«Oportuno es también dejar consignado que en el
seno de las Cortes Constituyentes se han discutido á
puerta abierta, sin guardias nidefensores, con
serena majestad, las más arduas cuestiones, ofreciendo
los debates políticos ejemplos grandes de templanza
y patriotismo, y acabados modelos, y hermosos y
ricos dechados de sabiduría y de elocuencia.
»Si el primer período legislativo de las
3/í
Cortes
266
HECHOS
LOS DIPUTADOS PINTADOS P03 SLT3
Constituyentes ha sido provechoso á la nombradla
menos para
y á la gloria de España, no lo ha sido
Resumen
y
consolide.
arraigue
que la Revolución se
período
en
el
español
de las aspiraciones del pueblo
de
las
trancompendio
y
histórico que atravesamos,
partidos
antiguos
por
los
sacciones leales aceptadas
liberales en España, es la Constitución de 1.° de Julio de 1869. Incontestable es, pues, la importancia
de cuantos preceptos encierra la Constitución aprobada por una inmensa mayoría de los representantes del pueblo; pero deben llamar principalmente la
atención de todos los hombres pensadores los tres
puntos capitales que comprende el Código fundamental. Es el primero el que tiene por objeto consignar en toda su extensión aquellos derechos que
los pueblos de Europa y de América más avanzados
en cultura, ora estén bajo un régimen democrático,
ora dure aun y predomine en ellos una aristocracia
poderosa, han conseguido escribir en sus Códigos
fundamentales; y lo que es más provechoso aun,
arraigar en sus costumbres y practicar en la vida
pública. En España, sin embargo, ha sido la democracia la principal propugnadora de estos derechos,
ganando así la honra de considerarlos como conquista suya, y de ponerlos antes de la Revolución
como blasón privativo de su estandarte. Aceptados
los derechos individuales por la mayoría de los representantes del pueblo, queda consignado en la
Constitución del Estado, no solo el sufragio universal, sino también el derecho que asiste á todo español de emitir libremente sus ideas y opiniones ya de
palabra, ya por escrito; de reunirse pacíficamente;
de asociarse para todos los fines de la vida humana
que no sean contrarios á la moral, y por último, de
dirigir peticiones individuales colectivamente á las
Cortes, al rey y á las autoridades.
»De esperar es que el pueblo español, desoyendo
las excitaciones de algunos ilusos que sueñan en
mayores progresos, y despreciando las pérfidas insinuaciones de otros que quisieran extraviarle para
hacerle aparecer como incapaz de ejercer y practicar los derechos y las libertades que ha conquistado
con su ardimiento, sabrá, por el contrario, hacer
como hasta aquí un uso prudente, digno y moderado de las instituciones democráticas que, por vez
primera, y en toda su extensión, se ven consignadas
en el Código fundamental.
»No menos extraordinaria es la novedad que se
introduce en la organización política de la sociedad
española, introduciendo por primera vez en nuestra
patria la libertad religiosa.
«Vencedora España en su lucha secular contra el
islamismo, apareció pujante en el concierto general
de las naciones de Europa al despuntar la luz de la
edad moderna, y confundiendo é identificando el
sentimiento religioso con su entonces fundado empeño de predominar y con su afán de gloria, hizo
del amor de la patria y del orgullo de raza una misma cosa con la intolerancia, creyéndose el nuevo
pueblo de Dios y declarándose campeón de una causa contraria á la cual combatían, no ya solo pueblos
valerosos y enérgicos, sino el espíritu impetuoso é
invencible del progreso humano.
»De aquí su vencimiento y postración al cabo de
dos siglos de gigantescos combates, en que llevó el
terror de sus armas, la fama de su nombre, su religión, sus leyes, su idioma y su cultura, hasta los
últimos términos de la tierra.
»E1 decaimiento á que á principios del siglo habia
llegado España solo se explica por el fanatismo que,
comprimiendo la inteligencia de sus hijos, expulsando de su suelo á los que más activamente le cultivaban y enriquecían, apartándola de la corriente
civilizadora, sofocando con absurdos y apretados lazos el comercio y la industria, y poniendo como
ofrenda piadosa sus pingües campos en manos del
clero, vino á entregar á este la dirección de toda
conciencia y el germinar de todo pensamiento.
»La terrible lección con que la Providencia castigó
tanto error no arrancó, por dicha de nuestras almas,
la fé antigua; pero mitigó y aun extirpó la intolerancia de muchos corazones. De este modo, y conveniente es consignarlo, cuando ha venido á establecerse en nuestras leyes la libertad religiosa, la tolerancia estaba ya en nuestras costumbres.
«Desgraciadamente la superstición y la milagrería, rechazadas ya por el despejo natural y recto
juicio de las clases medias y populares, hubo de refugiarse en estos últimos tiempos en los alcázares
regios. De aquí sin duda el erróneo concepto que
forman de nosotros en muchos países de "Europa,
donde tal vez se imagina que la mayoría de los españoles piensa y siente en esta época como á mediados del siglo xvi, lo cual, no solo ofende al pueblo español, atribuyéndole sentimientos anacrónicos
é incompatibles con la civilización presente, sino
que conspira á desautorizar la Revolución.
«Conviene, pues, insistir en que, si bien el sentimiento religioso y la fé católica subsisten en toda su
integridad en la inmensa mayoría de la nación, esta
condena toda idea de violencia, todo propósito de
intolerancia, todo conato de renovar el crimen aislado que manchó sacrilegamente de sangre la catedral de Burgos. Amoldándose la Constitución al estado presente de las creencias del pueblo español,
establece ante todo en su art. 21 que «la nación se
obliga á mantener el culto y los
ministros de la religión católica;» pero al propio tiempo establece
«que el ejercicio público ó privado de cualquier
otro
culto queda garantido á todos los extranjeros residentes en España, sin más limitaciones que las
reglas universales de la moral ó del
derecho « Por último el mismo artículo declara aplicables estas reglas á los españoles que profesaren
otra religión H
que
la católica.
»En este punto, pues, la situación creada por
la
revolución de Setiembre ha venido á dar cumplida
satisfacción á las universales quejas que á todas las
naciones de Europa y del
mundo civilizado arrancaba la intolerancia religiosa,
refugiada en España
como su ultimo baluarte. De hoy más, y
sin que en
ello padezcan el sentimiento
y la fé acencatólico
drada y pura de los españoles,
pueden los extranjeros que arriben á este generoso
suelo contar, no solo con la protección que se les
debe para el ejercicio
de sus mdustnas,
sino con el derecho de adorar li-
HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA.
267
bremente á Dios según sus creencias. Por este solo ceñirse las gloriosas coronas de San Fernando y de
hecho debe esperar el gobierno español obtener las Alfonso V el Magnánimo, sea saludado con júbilo y
más vivas y eficaces simpatías de todos los Estados
amor por todos los españoles. En tanto que las Corde Europa y del orbe civilizado, que, diferenciándotes Constituyentes ponen cima á la obra comenzada
punto
instituciones,
están,
embargo,
se en
á
sin
eligiendo en su dia al monarca, facultad á ellas exliberunánimes en respetar el gran principio de la
clusivamente reservada, el gobierno tiene altos detad religiosa.
beres que cumplir en la pausa de los trabajos parla»Ha sido la tercera cuestión que más amplia, se- mentarios. Ante todo se propone reprimir con firrena y luminosamente se ha debatido en las Cortes, meza los atentados, los desórdenes y el espíritu de
la de la forma del Estado. En vano una minoría in- anarquía que particularmente excita sin duda la
teligente, enérgica y activa ha hecho esfuerzos so- reacción en algunas comarcas, á fin de dar ocasión
brehumanos de pasión y de elocuencia por desar- y pábulo al descontento, acusando á la libertad que
raigar de ios ánimos la fé antigua en la forma mo- hoy gozamos de incompatible con el sosiego públinárquica. A pesar de que las Cortes se han elegido co. Espera igualmente sofocar con pronto castigo
en momentos favorables á las tendencias más radi- todos los esfuerzos de los partidarios de una soñada
cales, y no obstante que, ya por su no intervención legitimidad, la cual procura apoderarse por la vioen los actos revolucionarios, ya por otras causas, no lencia de la corona que, solo las Cortes Constituyenvenia á avasallar los ánimos la personalidad de nin- tes, en virtud de los poderes que la nación les ha
confiado, tiene ei derecho de galardonar al que esgún príncipe, es tal la fé que abrigan los españoles
mayoría
timen más digno. Y confia, por último, en que la
en la forma monárquica, que una inmensa
paz
no tardará en restablecerse en la isla de Cuba,
la ha consignado en la Constitución.
que
y en que vendrán sus representantes, como ya han
»Las Cortes Constituyentes, comprendiendo
ninguna
venido los de Puerto-Rico, á tomar asiento en el
la libertad no es patrimonio exclusivo de
Congreso y á concurrir á la formación de las nueforma de gobierno, han proclamado los derechos
eleCámaras
vas leyes que la opinión pública reclama con urgenciudadano,
del
han
establecido
todos
gidas por sufragio universal, han garantido todas cia para aquellas remotas provincias. La reforma en
las libertades, y han puesto por remate at edificio sentido liberal de los aranceles de aduanas, si se
la monarquía. En el título IV se consignan las fa- aprovecha como conviene, dará medios de celebrar
cultades del monarca, semejantes en un todo á las ventajosos tratados de comercio con Francia, Italia,
que gozan los reyes en las monarquías constitucio- Portugal y otros paises, fomentando así la exportanales de Europa; y el título V provee á las necesi- ción de nuestros productos. El arreglo de la cuestión de Hacienda, objeto de la más seria preocupadades de la sucesión á la Corona y de la regencia
por parte del gobierno, que está resuelto á
ción
del reino.
cumplir
los compromisos contraidos por España; la
«Haciendo aplicación de este último precepto,
de las leyes orgánicas que han de dispreparación
consignado en el artículo 83, las Cortes Constituyencutirse
en
la
próxima reunión de las Cortes para
tes, antes de suspender sus sesiones, han creído decompletar
la obra constitucional, y otros trabajos
ber elevar al cargo de regente del reino á D.Franimportantes
ydirigidos todos á la reorgacisco Serrano Domínguez, presidente del gobierno no menos
provisional y del poder ejecutivo, que por sus no- nización del país y á la consolidación de las conquisbles prendas alcanza la estimación general, y cuyo tas de la revolución de Setiembre, han de ocupar
arrojo ha contribuido tanto al triunfo de la Revolu- preferentemente la atención del gabinete, que ha
ción, cuanto su tino y prudencia á consolidarla. Su merecido la confianza del regente del reino y de las
y que se propone satisfacer,
alteza confirió inmediatamente á su ilustre compa- Cortes Constituyentes,
alcancen, los vivos sentihasta
donde
fuerzas
sus
ñero de iniciativa revolucionaria, el conde de Reus,
y
la formación del nuevo ministerio, el cual ha sufri- mientos de orden libertad de la nación entera.
«Teniendo, pues, el Estado una forma determinado una importante modificación, á fin de que entrademocrátida y definitiva, y un jefe supremo que posee irrefrasen en él dos individuos de procedencia
ca, y estuviesen así representados en el poder los gables títulos de legitimidad, los más valederos hoy
tres antiguos partidos que se coaligaron para llevar en las naciones civilizadas, es llegada, sin duda, la
á cabo el alzamiento nacional. Así, pues, las Cortes hora de regularizar nuestras relaciones con las poConstituyentes, al nombrar al regente del reino tencias amigas. Con este objeto, S. A. el regente del
con arreglo á la Constitución, han querido dejar es- reino ha mandado ya sus credenciales á todos los
tablecida en cuanto era posible la monarquía. El representantes de España, seguro de que á su vez
regente es hoy el jefe supremo del Estado, mien- harán lo propio los demás Estados; como lo han ejecutado ya algunos de los más importantes. Por lo
tras que los representantes del país, aprovechando
sesiones,
de
las
cony
poniéndose
que bace á las relaciones interrumpidas con algunos
en
la suspensión
que
elegido,
preparan
han
se
Estados de América, el gobierno está dispuesto á retacto directo con los
para resolver definitivamente acerca de la elección anudarlas, si ellos por su parte lo desearen, sin exidel monarca. Importa al bienestar, á la grandeza y gir nada contrario á nuestros intereses ó á nuestro
decoro
al porvenir de la nación española, que el monarca
destinos
con
el
concurso
sus
de
las
regir
ha
de
»De orden del regente del reino dirijo á V... este
que
Cortes obtenga el mayor número de sufragios, sea despacho, del cual puede dar copia á ese ministro
digno de la alta honra que se le va á conferir, y al de Negocios extranjeros, á fin de que sepa oficial y
268
LOS DIPUTADOS PINTADOS POR SUS HECHOS.
auténticamente nuestros pensamientos y propósitos,
y pueda rectificar cualquier error en que se incurra
con respecto á España, á la marcha de su Revolución
y á las miras é intenciones de los que están al frente
de ella.
«Madrid 26 de Junio de 1869— Manuel Silvela.»
Un hecho debemos consignar con gusto, porque revela patriotismo, y son para nosotros muy gratos todos
los actos del poder que no revelan la política de bandería á que tan dados son los gobiernos y los partidos.
Para solemnizar la promulgación del Código fundamental del Estado se acordó por el ministerio de Fomento inaugurar el panteón nacional de hombres célebres, cumpliendo la ley de 6 de Noviembre de 1837.
Como ampliación á esta se aprobó en la sesión de 10
de Junio de 1869 una proposición de ley, presentada
por los Sres. Olózaga, Figueras, Godinez de Paz, Martín de Herrera, Montesinos, Balagucr y Benot, en la
que so pedia se declararan dignos do ocupar un lugar cu el panteón los restos de Juan de Mena, el Gran
Capitán, Garcilaso de la Vega, Ambrosio de Morales,
Ercilla, Lanuza, Quevedo, Calderón de la Barca, marqués de la Ensenada, el almirante Gravina y los arquitectos Ventura Rodríguez y Juan Villanueva.
Esta solemne ceremonia tuvo efecto el 20 de Junio,
habiendo concurrido á ella todos los hombres notables
en artes, letras y ciencias, los diputados, las autoridades y corporaciones populares y literarias, llenando las
calles una extraordinaria concurrencia. Desde la iglesia de Atocha fueron conducidos los restos mortales
de españoles ilustres al panteón nacional, establecido
en la iglesia de San Francisco. Magníficos y caprichosos carros vistosamente engalanados conducían los
restos de aquellos preclaros hijos de esta noble Es-
del Ayuntamiento, pórticos
del Jardin Botánico, Observatorio astronómico y Muteatro Español, columnata
seo de pinturas; la leyenda
«Y entre sus obras veo
la planta del magnífico Museo.»
Quintana
y como trofeo el plano de Villanueva.
Continuaban los carros por el orden quo marcamos
á continuación
Rodríguez (D. Ventura), célebre arquitecto español
del siglo xvm, de universal nombradía, conocido con el
glorioso nombre de Restaurador de la arquitectura
española. Murió á los 78 años de edad, el de 1775. El
carro de Rodríguez llevaba, como el de Villanueva,
corona de oliva, los lemas de Oratorio del Caballero
de Gracia, fuentes del Prado, San Marcos, palacio de
Liria, palacio de Altamira, palacio de Boadilla, capilla del Pilar; la leyenda: «Vendrá un tiempo en que
la posteridad buscará entre el polvo sus diseños, ansiosa de realizarlos, y le vengará de una vez de la injusticia de sus contemporáneos,» y trofeo, plano de
Rodríguez
Marqués de la Ensenada, célebre ministro de Hacienda de Fernando VI,murió en 1781, sufriendo con
resignación la ingratitud con que Carlos IIIpagó sus
relevantes servicios prestados á la patria. Llevaba coro»» de mirto; lemas: secretario de Estado, Guerra,
Marina , Indias y Hacienda, gobernador del Consejo,
lugarteniente del Almirantazgo, Concordato de 1753.
D. Pedro Calderón de la Barca, preclaro ingenio del
siglo xvn, soldado en las campañas de Milán y Flandes,
después capellán de honor de Felipe IV, muerto el
año 1691 á los 91 de edad. Adornaba el carro una
paña.
Llevaba el primero el nombre de Gravina, el vale- corona de laurel. Lemas: La vida es sueño, El alcalde
roso marino, que después de haberse cubierto de lau- de Zalamea, A secreto agravio... Casa con dos puerreles en Argel y en Tolón, tuvo gloriosa tumba en Tra- tas, La dama duende. Leyenda:
falgar: iba adornado con una corona naval, á cuyo
«Acudamos á lo eterno,
lado se veian escritos los lemas de Gibraltar, Argel,
que es la fama vividora
Tolón, Rosas. Santo Domingo, Finisterre, Trafalgar. En
donde ni duermen las dichas
ni
las grandezas reposan.»
el carro lucia esta leyenda: «Los españoles se han baCalderón.
tido como leones. Gravina es todo genio y decisión en
el combate.— Napoleón I;» ostentándose además los Trofeo: obras de Calderón
siguientes trofeos: un trozo de palo del navio PrínciD. Francisco de Quevedo y Villegas, célebre poeta,
pe, espada, bastón, sombrero y banda de Gravina.
literato, filósofo y diplomático, nació en 1580 en MaSeguía después el carro de Villanueva, célebre ar- drid y murió en 1665 en
Villanueva de los Infantes
quitecto, autor del teatro Español, del Museo de pin- Corona de laurel.
Lemas: Sueños morales, Política
turas , de la iglesia del Caballero de Gracia y otros de Dios y gobierno
de Cristo, La fortuna con seso,
notables edificios, muerto en Madrid el año de 1811. El epícteto español,
Focílides, Marco Bruto, El sueño
Llevaba este carro una corona de oliva; los lemas: de las
calaveras, Las zahúrdas de Plulon, Libro de
HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA.
todas las cosas, Alguacil alguacilado, Cultalatiniparla
Leyenda
«¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?»
Quevedo
Trofeos: obras
de Quevedo.
Lanuza, justicia mayor de Aragón en el
reinado de Felipe II,quien, por haber incurrido en su
desagrado, le mandó degollar el año de 1591; con él
murieron las libertades aragonesas. Corona de laurel.
Lema: «Nos que valemos tanto como vos...» Leyenda:
«El justicia mayor de Aragón no puede ser preso sino
por las Cortes con el rey. Lanuza. »
tí. Alonso de Ercilla, ilustre poeta del siglo xvi y
autor del renombrado poema La Araucana: sirvió en
el ejército del Perú é hizo la guerra á los araucanos;
murió á los 61 años en Noviembre de 1594. Corona
de laurel. Lemas: Millaraque, Arauco. Leyenda:
tí. Juan
—
«Y las honras consisten, no en tenerlas,
sino solo en arribar á merecerlas.»
Ercilla,
Trofeo: trofeos de Arauco, la Araucana.
Ambrosio de Morales, médico, filósofo y escritor del
269
Juan de Mena, célebre escritor y poela del siglo xv,
conocido con el sobrenombre de Esurio. Corona de
laurel. Lema: laberinto. Leyenda:
«La flaca barquilla de mis pensamientos,
veyendo mudanza de tiempos oscuros,
cansada ya toma los puertos seguros,
ca teme mudanza de los elementos.»
Mena
Trofeos: poesías
Aranda (conde de), general distinguido, vasto talento y estadista ilustre: fué ministro de Carlos IIIy
se dio á conocer como reformista y liberal: murió el 9
de Enero de 1798, á los setenta y nueve años de edad.
Corona de laurel. Lemas: presidente del Consejo de
Castilla, director de artillería ó ingenieros, capitán
general, embajador de Lisboa, París y Varsovia, oposición á la Inquisición, Sociedades de Amigos del País,
colonia de Sierra-Morena. Leyenda: «Y los que velan
por la paz y las libertades públicas, merecen que la
patria los coloque en el templo de la inmortalidad.»
La creación del panteón nacional es un pensamiento
que honra á su autor, que creemos sea el Sr. Fernandez de los Rios, al ministro que lo acogió con entusiasmo y á todos los distinguidos patricios que han
contribuido y contribuyan en adelante á su reali-
siglo xvi,murió en 1591 á los 78 años de edad. Corona de oliva. Lemas: Crónica de España, Antigüe- zacion
dades de España. Leyenda: «Me dispuse de veras á
Hay que lamentar se hayan perdido los restos de
escribir la historia para socorrer esta necesidad de mi Ruiz (arcipreste de Hita), Vives, Cervantes, Mariana,
nación y volver por la honra y autoridad de nuestra Lope de Rueda, Moreto, Tirso de Molina, Yelazquez,
España.— Morales.»
Viriato, Elcano, Hugo de Moneada, Jorge Juan, PadiGarcilaso de la Vega, poeta español del siglo xvi, lla, Bravo, Maldonado y Antonio Pérez, cuyos nomreformador de la poesía española, conocido entre sus bres se han inscrito provisionalmente en las lápidas
contemporáneos con el título de ElPetrarca español: del panteón
fué militar distinguido y se batió en el Milasenado,
Concluiremos este Capítulo haciendo ligera menen Pavía, en Túnez y en la guerra con Francia; mu- ción de un hecho que deseamos no se repita en años
rió en 1536 á los 33 años de edad. Corona de rosas sucesivos
y hiedra. Lemas: Viena, Túnez, Frejus, Embajada en
Dos dias después de la solemne inauguración del
Roma. Trofeo: espada y armadura de Garcilaso, poe- panteón nacional, el 22 de Junio de 1869, los republisías. Leyenda: «Tomando ora la espada, ora la plu- canos quisieron hacer una manifestación pública para
ma. Garcilaso.»
depositar coronas sobre las tumbas de los que en
Gonzalo de Córdova (el gran capitán) célebre gene- igual dia de 1866 murieron combatiendo contra el goral español, nació en Montilla en 1453 y fué gloria de bierno. Esto no nos extraña; ya sabemos que en políla patria: murió á los 62 años de edad. Corona de tica los vencidos y los vencedores se llaman mártires
laurel. Lemas: Granada, Regio, Santa Ágata, Fiumar, y verdugos; pero es el caso que, como queriendo proMuro, Catana, Bañeza, Ostia, Diana, Cefalonia, Cerig- testar contra los verdugos, los iniciadores de la manola, Canosa, Melíin, Garellano, Gaeta, Ñapóles, 200 nifestación se propusieron pasar por delante del cuarbanderas y dos pendones reales. Leyenda: «Mas quie- tel de San Gil, donde fué mayor la lucha en el dia que
ro buscar la muerte dando tres pasos adelante, que iba á conmemorarse. Al saberse en Madrid que la mavivir un siglo dando uno solo hacia atrás.— Gonzalo nifestación iba á tener efecto, circularon rumores
alarmantes, llegándose á asegurar que el cuerpo de
de Córdova.» Trofeo: espada y armadura.
—
HECHOS
LOS DIPUTADOS PINTADOS POR SUS
270
artillería haria fuego sobre los manifestantes: estos
republirumores no tenian importancia alguna. Los
era
canos hadan uso de un derecho legal; y si bien
cuartel, donde
una imprudencia pasar por delante del
y solo
la Revolución habia llenado una página triste
honrosa para los oficiales que fueron víctimas de los
sargentos sublevados, ni los republicanos llevaban intención de hostilizar al ejército, ni los oficiales de artillería habrían de faltar á las órdenes superiores,
mucho más si durante el tránsito de la manifestación
permanecía en el cuartel la autoridad militar. Así lo
creyó el gobernador civil de Madrid; pero el Sr. Rivero, que como alcalde nunca ha obrado de acuerdo con
el gobernador, cuyas atribuciones ha invadido constantemente y que es tan déspota en el poder como liberal en la oposición, se opuso á que la manifestación
pasara por delante del cuartel de San Gil, en cuyos
alrededores colocó fuerzas de la Milicia nacional. Este
era el único medio de producir un conflicto: felizmente los republicanos dieron una lección de sensatez,
cordura y patriotismo al señor alcalde, sufriendo con
resignación tan injustificado ataque á los derechos
individuales, con tanto énfasis proclamados por quien,
como autoridad, no sabe respetarlos.
La manifestación siguió su marcha majestuosa sin
que el orden se alterara, como algunos temían y otros
deseaban; y eso que la medida adoptada por el señor
alcalde pudo convertir en sangrienta batalla lo que solo era un acto de expansión, que en verdad no debió
intentarse siquiera, porque los vencidos y los vencedores del 22 de Junio se dieron después la mano, se
unieron para llevar á cabo la Revolución, y no era
noble en los primeros demostrar género alguno de
hostilidad contra los que, si resistieron y castigaron la
insurrección de 1866, confesaron al poco tiempo su
error y fueron admitidos como aliados para luchar
contra el enemigo común
Vamos ahora á ocuparnos, con harto sentimiento,
de las insurrecciones carlista y republicana ocurridas el año de 1869.
XV.
Antes de reseñar la sublevación carlista ocurrida
en Julio de 1869, dirigiremos una ojeada retrospectiva
para decir cuatro palabras acerca de un doloroso acontecimiento que tuvo lugar á principios del expresado
año
El Sr. Ruiz
Zorrilla, el ministro más revolucionario
que ha habido desde el nombramiento del Gobierno
provisional, expidió el 18 de Enero un decreto, ordenando que el Estado, y en su nombre el ministro de
Fomento, se incautase de todos los archivos, bibliotecas, gabinetes y demás colecciones de objetos de ciencia, arte ó literatura que con cualquier nombre se
hallasen á cargo de las catedrales, cabildos, monasterios
ú órdenes militares, considerándose esta riqueza como
nacional, y puesta al servicio público en las bibliotecas, archivos y museos nacionales.
Para llevar acabo este decreto se dirigió á los gobernadores de las provincias una instrucción, cuyas
prescripciones eran las siguientes
a
«1. El dia 25 de Enero los gobernadores civiles ó
la autoridad superior civil en las poblaciones en que
existan iglesias, catedrales, colegiatas, monasterios,
etcétera, se personarán en nombre del Gobierno provisional en dichos edificios acompañados de un individuo del cuerpo de bibliotecarios, archiveros y
anticuarios que oportunamente se pondrá á sus órdenes, ó en defecto de este, de una persona notoriamente ilustrada, elegida por la misma autoridad. Esta invitará asimismo á todos los individuos que tuviesen alguna parte en la dirección, administración
ó guarda de los mismos á reunirse en el perentorio
término de una hora.
»2. a La reunión se celebrará, cualquiera que sea
el número de asistentes, el dia fijado, ó en caso de
imposibilidad justificada el más inmediato.
»3. a Reunidas estas personas, se leerá por la que
designe la autoridad el decreto de esta fecha, y en
seguida se pasará á la toma de posesión en nombre
de la nación, sin que pueda demorarse por ningún
pretexto nimotivo.
a
»4. La autoridad superior recogerá en seguida
todas las llaves de las puertas, armarios, cajas, arcas, mesas, etc., sin permitir que se abran más que
aquellos muebles en que se conserven los inventarios, índices, registros ó catálogos.
»5. a Se extenderá un acta de la toma de posesión,
y la firmarán la autoridad civil, el comisionado por
el gobierno ó por la autoridad local, un individuo de
la casa y otro del clero.
»6. a Tomadas las precauciones convenientes, incluso el sellar las puertas, se entregarán tos índices
ó catálogos á la autoridad civil, y quedará el edificio custodiado por los agentes de la misma y por los
empleados en él encargados ordinariamente de su
guarda.
»7. a La autoridad civil, de acuerdo con el comisionado, podrá confrontar en el acto los inventarios,
índices ó catálogos si fuere posible y la prudencia se
lo aconsejare. En el caso de hacerlo, la autoridad
eclesiástica presente firmará el resultado de la confrontación.
»8. a Cuando en una población haya diversos edificios que contengan objetos comprendidos en la incautación, la autoridad elegirá el medio más oportuno para la toma de posesión de todos ellos, ya
nombrando varias comisiones, ya recorriéndolos sucesivamente.
HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA
»9.* El comisionado del gobierno ó de la autoridad local estudiará los índices é informará á este
ministerio, en un plazo improrogable de ocho dias,
acerca de la traslación de todo ó parte de loincautado á los puntos que le parezca conveniente. A este
informe acompañará un proyecto de conducción y el
presupuesto de los gastos que pueda ocasionar; así
como una propuesta del destino que debe darse á los
armarios, estantes, etc., pertenecientes á las bibliotecas y arcbivos.
»10. La incautación comprenderá los libros impresos ó manuscritos reunidos en colecciones ó bibliotecas, los códices, vitelas, documentos, láminas,
sellos, monedas y medallas, y cualquier objeto artístico ó arqueológico que sirva para enriquecer las
bibliotecas, arcbivos, museos ó colecciones que puedan dar á conocer la historia de las ciencias y las
letras españolas en sus diversas épocas. Quedarán
exceptuados los objetos de inmediata aplicación ó
frecuente uso en el culto, y los que se guarden dentro del recinto destinado al mismo.
»11. A la prudencia, celo y patriotismo de los gobernadores y de los comisionados corresponde resolver todas las dificultades que se presenten en la
ejecución de estas disposiciones.
»12. Los gobernadores comunicarán á este ministerio por telégrafo la toma de posesión.»
271
tropas del regimiento caballería de Bailen, auxiliadas
de laMilicia nacional, detuvieron á los asesinos y rescataron el cadáver. Inmediatamente se declaró la ciudad en estado de sitio y empezaron á instruirse las
oportunas diligencias. Fueron detenidas más de setenta
personas, entre ellas el deán de la catedral, el provisor, el magistral, tres canónigos y otro eclesiástico.
Todavía no se sabe el resultado de la causa; la vindicta pública no ha sido satisfecha, y aunque la opinión culpa de este hecho á los que explotan el fanatismo religioso convirtiéndole en arma de partido, es
lo cierto que tan escandaloso atentado se halla envuelto en el velo del misterio (1).
Un grito de indignación resonó en toda España al
saberse tan inicuo atentado, y como hacia tiempo se
aseguraba que se preparaban á la lucha los partidarios de D. Carlos de Borbon, de la causa que murió
materialmente en los campos de Vergara, y perdió lo
que pudiera quedarle de prestigio moral al levantar
la cabeza en San Carlos de la Rápita, cuando el ejército español, cubriéndose de laureles, defendía en
tierra extraña el pabellón nacional; como hacia tiempo, decimos, que eran públicos los trabajos emprendidos por los carlistas para sumir de nuevo á España
en una lucha fratricida; como era sabido que se explotaba el sentimiento religioso para adquirir prosélitos, y como además muchos antiguos defensores de
Isabel IIhabian abandonado á esta señora en la desgracia abrazándose á la bandera de D. Carlos, creyendo que éste recibiría el apoyo de los elementos
hostiles á la revolución, el gobierno se creyó en el
caso de prepararse á combatir el absolutismo, como
poco tiempo antes habia combatido el socialismo. A la
vez juzgó oportuno dirigir al país un manifiesto, que
creemos conveniente copiar á continuación:
«Propio es de gobiernos liberales, cuyo supremo
juez es la opinión pública, dirigirse á ella en los
momentos de trascendental gravedad, sujetando á
la censura del país, no solo sus actos, sino basta sus
pensamientos. Así lo ha verificado el provisional en
diversas ocasiones, y hoy de nuevo lo realiza cuan-
Esta importante disposición se comunicó á los gobernadores con la mayor reserva, no publicándose en
la Gacela oficial hasta el mismo dia 25, en que debia
llevarse á cabo, y en el que efectivamente tuvo lugar
su cumplimiento, ocurriendo con este motivo uno de
esos hechos vandálicos que quisiéramos borrar de
nuestra historia
El gobernador de Burgos, D. Isidoro Gutiérrez de
Castro, cumpliendo la orden del gobierno, se dirigió
á la catedral, donde le esperaban el deán y tres canónigos para realizar la incautación acordada. Se notaba
alguna agitación en las calles desde el dia anterior;
pero esla circunstancia no fué bastante para quo la
autoridad dejara de cumplir sus deberes.
Apenas entró el gobernador en la catedral, las auto
ridades populares observaron que la agitación iba en
aumento, y temiendo un conflicto se dirigieron á otro
edificio, abriéndose paso entre los grupos con el auxilio de algunos voluntarios de la Libertad. Entre tanto do un crimen inaudito ha venido á sublevar todos
los sentimientos generosos, revelando la clase de arlos amotinados, en ademan hostil, forzaron las puertas mas, proyectos y tendencias que ponen en juego los
de la catedral, que por precaución acababan de cerrarse. El gobernador bajó inmediatamente á los claus(1) Pocas horas antes de realizarse este crimen, era
en Madrid el director de El Pensamiento Español, y se
tros, donde se hallaban las turbas, y al dirigirles la preso
le sujetaba á formación de causa por haber publicado el
de Incautación antes de que viera la luz en la Gapalabra excitándoles á que respetaran el santuario de decreto
ceta. Esta imprudencia del periódico carlista, que para sus
las leyes y la majestad de la autoridad, algunos des- redactores no tuvo sensibles consecuencias, fué causa de
que quedaran sin destino algunos empleados del ministealmados se arrojaron sobre él y le asesinaron indig- rio de Fomento, entre los cuales habria muchos inocentes
aun suponiendo que alguno de ellos diera al periódico cinamente, echándole una faja al cuello y arrastrándole
tado la copia del decreto expedido por el ministro con cadonde
rácter de reserva.
catedral,
la
plaza
hasta
la
de
un
fardo
como
272
LOS DIPUTADOS PINTADOS POR SUS HECHOS
enemigos de la libertad y del orden verdadero, que
solo
tieneM
REÍasesmato del goberna
or de ±¡urgos, Horrible
por sus circunstancias y sacrilego por la solemne
ocasión y el lugar sagrado en que fué cometido, y
por el falso al par que alevoso pretexto empleado
para provocarlo, seria una mancha indeleble de la
nación española, si sobre ella pudiera recaer el oprobio que en sí llevan los que para lograr sus siniestros deseos no se detienen ante los desastres de una
guerra civil,nirepugnan convertir, como en siglos
de triste recuerdo, en bandera de sangre y exterminio, las palabras de caridad y de libertad, propias
del cristianismo.
El gobierno ha visto y observado, en silencio sí,
pero no con descuido, desenvolverse una conspiración formidable, no por el número y valer de sus autores, sino por el evidente propósito de encender el
fanatismo religioso, promoviendo una de esas guerras fratricidas cuyo sombrío cuadro describe con
horror la historia, y de las que son episodio sucesos
parecidos al de Burgos. El gobierno, firme con la
seguridad de su justicia y tranquilo con el apoyo
que ha de prestarle siempre la inmensa mayoría de
la nación liberal á despecho de sus detractores, ba
seguido sin vacilar la marcha que se propuso, llevando hasta el extremo su respeto á todos los derechos; prueba de ello ofrecen las elecciones, en las
que el voto universal abre las puertas del Parlamento á representantes de todos los partidos, inclusos á los del que abjura de la libertad y el parlamentarismo
»Sin embargo de eso, y sin renunciar á la legalidad que tanto acata, hoy considera preciso calmar
la justamente excitada indignación pública, asegurando á la nación que el crimen de Burgos recibirá
pronto y ejemplar castigo, cualesquiera que sean
sus autores, sus provocadores y sus cómplices. Ante
la ley no hay privilegios, y el gobierno hará cumplir la ley sin vacilación ni contemplaciones allí y
donde quiera que necesario fuere. En el momento
actual, cuando el crimen y los criminales se hallan
sometidos á juicio, nada más debe decir ni ofrecer
el gobierno. Energía en la represión demanda el pais
entero; energía sabrá desplegar á todo trance.
»En medio de los conflictos que no pueden menos
de suscitarse después de una revolución tan radical
como la de España, y de los que violentamente ban
promovido y tienden á promover los agentes reaccionarios, envalentonados por la generosidad propia
de los ánimos liberales, el gobierno ha ido sancionando todos los derechos del ciudadano. Las libertades de reunión, asociación, imprenta, enseñanza,
sufragio universal, forman el conjunto más completo
de. que gloriarse pueden las naciones de Europa. Sirva esta reseña de honra al pueblo que ba sabido elevar su dignidad á tanta altura.
»La libertad religiosa, aceptada ya en todas las naciones del mundo, y que lejos de amortiguar la fé
de la inmensa mayoría de los españoles contribuirá
á avivarla y fortalecerla, se halla también en realidad establecida: el gobierno la ba proclamado en do-
cumentos
solemnes, y ha autorizado su ejercicio en
todos los casos en que se ha solicitado. Lo que únicamente no ha considerado oportuno resolver por sí
es la complicada cuestión de las relaciones que,
como consecuencia de esa libertad, hayan de mediar
entre.la Iglesia y el Estado. Punto es este que ha
creído deber reservar íntegro á la decisión libérrima
del poder constituyente; y cuando su reunión se hallatan próxima, no hubiera sido fácilmente justificable la precipitación en resolver lo que, no siendo por
otra parte urgente, debe llevar desde el principio la
sanción inapelable de las Cortes.
»A1 acercarse ese momento que ha de poner el sello á todas las conquistas del espíritu liberal, fácil es
prever que las huestes reaccionarias de todas clases
y procedencias llevarán al último grado el esfuerzo
de sus alevosas maquinaciones. No las teme el gobierno; tiene la seguridad de anonadarlas donde
quiera que levanten la cabeza, y cuenta para ello
con el apoyo del ejército de mar y tierra, salvador
más de una vez de las libertades públicas; con el de
la fuerza ciudadana, y con el irresistible del espíritu
liberal, contenido en ciertas épocas por la represión
más tiránica, pero nunca extinguido en la nación española. Si la reacción acudiese al terreno de la fuerza; si el atentado de Burgos fuese un reto... el gobierno, á nombre de la nación, no lo rehuiría. Seguro, vuelve á decirlo, en su fuerza y empeñado en
salvar la libertad á tanta costa adquirida, no menoscabará los derechos de los ciudadanos con. medidas
preventivas: bástale seguir paso á paso los trabajos
de los enemigos de la revolución, y prepararse á
destruirlos enérgicamente y de una vez cuando puedan ofrecer temores fundados á la tranquilidad pública y un verdadero peligro á nuestras libertades.
»Esto es io que ofrece, y lo que conseguirá á toda
costa con el apoyo y confianza que no ha de negarle
la nación en tan críticas circunstancias. Cálmense,
pues, los ánimos: el gobierno vela por los altísimos
intereses que la revolución le ha confiado; y si algun
serio peligro los amenazase, él seria el primero en
dar la voz de alarma, llamando en su auxilio á todos
los liberales, tan resuelto al combate como seguro de
la victoria.
Madrid 28 de Enero de 1869.— El presidente
del
Gobierno provisional y del Consejo de ministros,
Francisco Serrano.-El ministro de la Guerra, Juan
Pnm.-El ministro de Estado, Juan Alvarez de
Lorenzana.--.El ministro de Gracia y Justicia, Antonio
Romero Ortiz.-El ministro de Marina,
Juan Bautista Topete.-El ministro de Hacienda,
Laureano Figuerola -El ministro de la
Práxedes
Gobernación,
Mateo Sagasta.-El ministro de
Fomento, Manuel
fllT\
° de Uílramar ' Adelardo
TP1 mÍnÍStr
López i
de Ayala.»
>
Poco después las Cortes se
reunieron, empezó la
discusión del Código fundamental del
Estado, y los
diputados carlistas riñeron repetidas
batallas en la
cuestión religiosa, que han
procurado convertir en
arma de partido.
En la sesión celebrada el 26
de Abril, un diputado
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