HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA. que será por todos obedecido y acatado; veo á nuestra querida patria tan ansiosa de estabilidad y de reposo, como ávida de progreso y libertad; y, por último, como suprema aspiración en el desempeño de mihonroso cargo, el fin de un interregno, durante el cual se practique sincera y lealmente la Constitución del Estado, se ejerciten pacifica y ordenadamente los derechos individuales, se afiance el crédito dentro y fuera de España y se cimente la libertad sobre la base firmísima del orden moral y material, para que el monarca elegido por las Cortes Constituyentes comience su reinado próspero y feliz para la patria, á la que he consagrado y consagro todos mis afanes, todos mis desvelos y mi existencia toda.» Terminada la lectura de este discurso, pronunció el Sr. Bivero, presidente de la Cámara, las siguientes palabras «Las Cortes Constituyentes han oido con viva satisfacción las nobles palabras y levantados propósitos del regente [que acaban de elevar por la unanimidad de sus votos. Corresponder dignamente á los altos principios que las Cortes han tenido presentes al crear la regencia; cumplir severamente, liberalmente, cuidadosamente la Constitución del Estado; practicar todos los dias, á toda hora, la soberanía del pueblo español; garantir yproteger el ejercicio libre, libérrimo, de los derechos individuales, que forman la gloria de la generación presente, tal es la obra grande que las Cortes han encargado á todos los funcionarios públicos, y que depositan en manos del regente de la nación española. «Menester es convenir que á nadie, podia corresponder con tanto derecho, si derecho pudiera haber para este grandísimo cargo, para la regencia del reino, como al general Serrano; porque el cuidar de esta soberanía de la nación, de estos derechos individuales, de estas gloriosas conquistas de la revolución de Setiembre, á nadie, absolutamente á nadie, toca más de cerca que al general Serrano. El dia, señores, en que se amengüe esta soberanía de la nación; el dia en que los derechos españoles se conculcaran ó se vieran usurpados, el nombre del general Serrano, hoy tan glorioso, y el recuerdo gloriosísimo de Alcolea, se sepultarían en la nada. »Cuenta, pues, el general Serrano, y cuenta bien, cuenta el regente con todos los españoles, porque las Cortes, porque el ejército, porque la Milicia,porque el pueblo, porque todos nosotros no tenemos con el regente de la nación española, de hoy en adelante, más que una bandera: todo para la patria y todo por la patria.» En poco tiempo la revolución dio dos pasos gigantescos en su consolidación; pero la interinidad, que se creia durase poco tiempo, es difícil que pueda terminar si no se deciden los hombres que triunfaron en Setiembre á colocar la corona en las sienes del invicto duque de la Victoria: si esto no hacen, serán otros hombres los que constituyan definitivamente al país. El regente encargó al general Prim la formación del 263 nuevo gabinete, que no dejó de ofrecer dificultades Elministerio de Ultramar se hallaba vacante á consecuencia de unas palabras pronunciadas en la sesión celebrada la noche del 20 de Mayo por el Sr. Ayala. Discutíase el art. 33, y á consecuencia de haber dicho un orador republicano que la república era la consecuencia de la revolución de Setiembre, se levantó eí ministro de Ultramar para decir que el partido republicano apenas habia hecho nada por la revolución, cuyo triunfo se debia principalmente á los generales desterrados á Canarias y embarcados con este objeto en Cádiz entre la indiferencia del pueblo. Estas palabras produjeron protestas de la fracción republicana y no fueron del agrado del partido progresista. El Sr. Ayala creyó que debia presentar su dimisión y le fué aceptada, encargándose interinamente del ministerio de Ultramar el Sr. Topete (1). Los Sres. Lorenzana y Romero Ortiz se negaron á formar parte del nuevo ministerio, y este quedó constituido el 19 de Junio en la forma siguiente: Presidencia y Guerra, el general Prim; Estado, D. Manuel Silvela; Gracia y Justicia, D. Cristóbal Martin ele Herrera; Hacienda, tí. Laureano Figuerola; Gobernación, D. Práxedes Mateo Sagasta; Fomento, D. Manuel Ruiz Zorrilla; Marina é interino de Ultramar, D. Juan Bautista Topete. A la promulgación del Código político sucedió una circular del ministro de la Gobernación, y á la constitución del ministerio de la regencia otra circular del de Estado. Hé aquí estos documentos, que copiamos á continuación uno de otro, aunque para ello tengamos que alterar el orden cronológico que hemos procurado guardar en este libro: CIRCULAR DIRIGIDA A LOS GOBERNADORES POR EL MINISTRO DE LA GOBERNACIÓN. «Promulgada la Constitución que asegura un dichoso porvenir á los destinos de la nación española, (1) En la sesión del 22 dio cuenta el presidente del Con sejo de la dimisión del Sr. Ayala en términos muy afectuosos para este señor, quien se rehabilitó con la Cámara pronunciando las siguientes palabras: «Yo agradezco al duque de la Torre los recuerdos que ha hecho de señor mis escasísimos merecimientos, y se los agradezco porque así me evito hacer alarde de elles. Yo pienso hoy lo mismo que pensé en Canarias, en Cádiz, en Alcolea; lo mismo que he pensado formando parte del Gobierno provisional que siempre recordaré con orgullo haber pertenecido á él «Cualquiera que sea el éxito de la situación que' todos hemos creado, yo siempre seré lo que he sido yentre creo que ahora, fuera del gabinete, prestaré algun servicio aue dentro me era imposible prestar, llevando al ánimo companeros de la mayoría y de los tres partidos el de mis convencimiento deque solo la unión puede salvar la revolución á que todos hemos contribuido, absolutamente ha tenido la fortuna de hallarse más cerca, conlodos* el aue eficacia, pero con la voluntad de todos, y la aleu'na más voluntad es la que hace que las revoluciones puedan verificarse » 264 HECHOS LOS DIPUTADOS PINTADOS POR SUS ciudadanos, preciso es que el concierto de todos los empezando desde los altos poderes del Estado, garantice su más puntual cumplimiento, desenvuelva que en si rápidamente los gérmenes de prosperidad contiene, y realice la solución del problema, ponderada como difícil por algunos, afirmando la estabiy lidad de todo lo que es por su esencia ilegislable permanente, y el desarrollo de todo lo que participa del carácter de perfectibilidad progresiva, condición inherente á la mayoría de las cosas humanas. Laera que para gloria de la monarquía española afortunadamente se inaugura ha de distinguirse con el sello y por el impulso que imprimirá en su marcha la Constitución de 1869. »Despues de una larga serie de tentativas, de pruebas, de sacrificios y de desengaños; después de haber andado el ánimo de los pueblos fluctuando entre las santas aspiraciones de la libertad y las amargas realidades del absolutismo ; después de haberse educado en la triste escuela del infortunio, como para purgar las culpas de aquellos siglos de intolerancia y tiranía que comprimieron á la inteligencia y la espontaneidad del genio español, nunca más claramente desenvuelto que en las grandes tempestades de la política; después de haber agotado los términos de respetuosa sumisión y deferencia que preceden y legitiman las conmociones revolucionarias, dio España un notable ejemplo de admiración al mundo en Setiembre de 1868, y lo ha completado á despecho de todo linaje de resistencias en 1869. «Empieza ahora el momento de aprovechar el fruto de tantos años de laboriosa constancia como han necesitado para insinuarse en la práctica las ideas genuinas y verdaderamente liberales. La ilustración y el patriotismo de las Cortes Constituyentes, fieles depositarías de la soberanía que delegó en ellas el sufragio universal, han llevado á cabo la obra de las leyes fundamentales en el sentido liberal más práctico que conocen las instituciones modernas, y han dejado franca via á la preparación de otras mejoras, que llegarán á convertirse en hechos cuando la experiencia haya aniquilado sus méritos y las necesidades públicas lo reclamen. »Hoy lo que especialmente interesa es hacer que la letra de la Constitución sea una letra viva, que su espíritu se infunda en el espíritu público, y su observancia llegue á formar parte de las costumbres del pueblo. Esto es lo que el poder ejecutivo quiere conseguir á todo trance, y lo que ha de facilitar también la acción inteligente yprevisora de V.S. en el círculo de sus atribuciones. »Cuidar de que los preceptos constitucionales sean rectamente entendidos, fiel y escrupulosamente ejecutados, este es el trabajo á que en tan capital asunto debe V.S. dedicar toda la fuerza de su ilustrado celo. Algunas dudas y dificultades han de ofrecerse ciertamente en los primeros momentos de practicar una ley que, como la fundamental del Estado, abraza tantos asuntos y tan estrechamente relacionados con los más trascendentales intereses de la patria; y esas dudas y esas dificultades han de ser por necesidad mayores ahora, mientras las leyes orgánicas destinadas á desenvolver algunos de los preceptos constitucionales, no se hallen formuladas. Si conflictos de este género ocurriesen, debe V. S., señor gobernador, atenerse, para dirimirlos, á la siguiente regla: consulte detenidamente la letra y la razón de la ley constitucional, compare su espíritu con el del caso á que haya de aplicarse; y de resultar confusión ó incertidumbre, «inclínese á resolver en el sentido más favorable á la libertad, ya individual, ya colectiva, y á la amplitud en el ejercicio de los derechos políticos.» Obedeciendo á este criterio ,que es el del poder ejecutivo, puede contar V. S. con grandes probabilidades de acierto, y de seguro con el fallo propicio de la opinión, que, así guiada, ella misma secundará los deseos de las autoridades, é impondrá eficaz correctivo á los que se acogen á la sombra de la libertad para herirla á traición con sus propias armas. No quiere decir esto, sin embargo, que haya de dejarse desguarnecido el principio de autoridad y abandonado el mantenimiento- del orden; de una y otro es la libertad el más influyente elemento, y lo único que necesita precaverse es que no degenere en licencia, y que los derechos de los ciudadanos entre sí, yrespecto á la sociedad, se combinen y no se contradigan. Consignadas en la Constitución la monarquía hereditaria, la libertad religiosa y las demás libertades que en la misma se establecen, son ya la ley del Estado; y algo de lo que durante el período constituyente cabia en los límites de una discusión aceptable estará fuera de esos límites una vez convertidos aquellos preceptos constitucionales en derecho constituido. «Proceda V. S., sin embargo, con el criterio ampliamente liberal que le está recomendado; permita la discusión escrita y en reuniones siempre que se circunscriba al terreno de la teoría ó de la propaganda pacífica, que acatando y obedeciendo lo vigente tienda solo á ilustrar al público con crítica decorosa, siquiera sea encaminada á preparar innovaciones para cuando su necesidad se haya comprobado y el ánimo de los pueblos se encuentre dispuesto á recibirlas. Cuando á eso no se reduzca la predicación escrita ó verbal; cuando tome un carácter agresivo; cuando ya en realidad aparezca chocando con las prescripciones penales, entonces emplee V. S. con enérgica dignidad el lleno de sus facultades, enviando á los tribunales competentes el conocimiento de los delitos cometidos por medio de la prensa, y conteniendo las reuniones y asociaciones que por su fin ó sus medios contraríen lo prescrito en los artículos 17, 18 y 19 de la Constitución. »Esto, que por via de ejemplo é ilustración se advierte á V. S., bastará para darse idea exacta de lo que el gobierno quiere que se observe como legítima consecuencia de la Constitución promulgada. En un sistema de gobierno liberal no debe el ejercicio de las libertades inspirar recelo; la represión innecesaria es lo que perjudica; pero cuando ese ejercicio degenere en abuso; cuando constituya una violación de ley y un agravio á las mismas libertades; cuando comprometa el orden público ó sirva de pretexto para atacar con actos de hostilidad los principios de la ley fundamental, entonces la resistencia dentro de la ley es un deber imprescindible, y las autori- HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA. dades no están en el caso de vacilar un solo momento. »E1 gobierno abriga la fundada esperanza de que no ha de necesitarse llegar á semejante extremo; la historia de estos últimos meses lo garantiza, á pesar de tentativas, cuya funesta índole han reconocido y rechazado el buen sentido y el patriotismo de los pueblos. Bástele, pues, excitar el celo de V.S. recordando que el primer interés del Estado se cifra hoy en «cumplir y hacer cumplir lealmente la Constitución promulgada, defendiéndola de todo género de ataques, ya insidiosos, ya manifiestos,» y esto es lo que el ministro de la Gobernación encarga muy señaladamente a V. Si, y le designa como única y suficiente regla de conducta. »Madrid 8 de Junio de 1869.— Sagasta. -Señor gobernador de la provincia de... CIRCULAR DIRIGIDA AL CUERPO DIPLOMÁTICO POR EL MINISTRO DE ESTADO «Apenas terminado el movimiento que produjo la Revolución de Setiembre, el Gobierno provisional, por el crédito y valor de los ilustres individuos que le componían, y por el explícito y universal asentimiento de las juntas locales nacidas entre el tumulto y el triunfante alborozo del pueblo, hubo de aceptar la ardua empresa de dirigir los esfuerzos de la nación española en aquella crisis decisiva. »Uno de los primeros deberes que tuvo que cumplir y cumplió aquel gobierno fué el de justificar plenamente ante las potencias civilizadas del mundo la Revolución de España, explicando sus causas, y trazando al propio tiempo y á grandes rasgos el cuadro de las reformas que se proponía realizar. Dio esto ocasión al despacho-circular del ministerio de Estado de 10 de Octubre de 1868, dirigido á los agentes diplomáticos de España acreditados cerca de los gobiernos de las naciones amigas y aliadas. Mucho de lo que entonces se anunciaba como una esperanza ha venido á lograrse ya. Al gobierno de hecho, improvisado en los primeros momentos por las necesidades del período revolucionario, se ha sustituido la regencia del reino, establecida por la Constitución del Estado hasta tanto que los representantes de la nación española designen la persona que ha de ocupar el trono de su gloriosa monarquía. Promulgado el Código fundamental, en el que se consignan los derechos del individuo y las instituciones liberales más amplias, y aceptado por la inmensa mayoría del país, es evidente que la Revolución en su marcha ascendente ha llegado á vencer los más graves obstáculos, sin que los estériles amagos de algunos perturbadores puedan infundir graves recelos; pues el gobierno cuenta con medios para asegurar la paz y para que crezca sin estorbo y fructifique en abundancia la semilla de civilización y de riqueza que la libertad ha sembrado en nuestro suelo. Tal es la solicitud, tal elanhelo constante de los que hoy gobiernan la nación espoñola, con cuya voluntad soberana cuentan paraelevarle á un término dichoso. En esta situación, el gobierno español estima justo y conveniente decir á los de las naciones amigas, valiéndose para ello de sus agenTOMO III 265 tes oficiales, lo que ha hecho basta ahora y lo que se propone hacer en lo venidero para afirmar la Revolución y para que sea fecunda en benéficos resultados. »E1 Gobierno provisional, siguiendo la senda trazada por los principales caudillos de la Revolución, empezó respetando por tal manera la voluntad general, que nada intentó fundar por sorpresa y de improviso, dejando todas las cuestiones principales á la suprema decisión del pueblo. Con este fin, en el momento que se calmaron las pasiones, se reorganizó la administración y se llegó á un período más tranquilo, se convocaron las Cortes Constituyentes. Las elecciones fueron libérrimas. Ejerciendo por primera vez el sufragio universal, acudieron á las urnas cerca de tres millones de electores de todos los partidos; y, libres de intimidación y de corruptoras promesas, emitieron sus votos, sin que la agitación electoral turbase un solo instante la paz pública, ofreciendo el pueblo español un espectáculo bastante á confundir por siempre á sus detractores y para dejar demostrada su ilustración, su sensatez y su cordura. Resultado de esas elecciones, que pueden presentarse como modelo á los pueblos más cultos, han sido unas Cortes Constituyentes en que, mezclados con una gran mayoría formada por los antiguos partidos liberales, han venido representantes de los intereses y preocupaciones tradicionales y del alto clero; y algunos más, elegidos por el partido republicano, que, al calor del movimiento revolucionario y merced á su activa propaganda, alcanzó número más considerable de prosélitos. Constituida la Asamblea soberana, ante ella resignó sus poderes el Gobierno provisional, recibiendo en el acto el ilustre duque de la Torre la misión de constituir el poder ejecutivo que habia de gobernar la nación en tanto que las Cortes se consagraban á la ardua tarea de resolver los problemas que entraña la Constitución de un Estado. »De advertir es que, antes y después de reunidas las Cortes, el gobierno se ha visto, aunque pocas veces por fortuna, en la dura necesidad de apelar á la fuerza para reprimir á algunos fanáticos que se alzaron en ciudades distantes de la capital, sin tener en cuenta que abierto todo palenque á la lid pacífica de las ideas, y fiado al vencedor en esta lid el triunfo de la mejor doctrina, es un crimen de lesa libertad y de lesa nación el acudir á las armas. »A pesar de estos sangrientos lunares, pequeños si se atiende á la repentina y honda trasformacion que en toda España se obraba, bien puede asegurarse que el estado general de calma, de orden, de generosidad hacia los vencidos, de respeto á las propiedades y á las personas, ha correspondido á lo que podia y debia esperarse del noble pueblo español. «Oportuno es también dejar consignado que en el seno de las Cortes Constituyentes se han discutido á puerta abierta, sin guardias nidefensores, con serena majestad, las más arduas cuestiones, ofreciendo los debates políticos ejemplos grandes de templanza y patriotismo, y acabados modelos, y hermosos y ricos dechados de sabiduría y de elocuencia. »Si el primer período legislativo de las 3/í Cortes 266 HECHOS LOS DIPUTADOS PINTADOS P03 SLT3 Constituyentes ha sido provechoso á la nombradla menos para y á la gloria de España, no lo ha sido Resumen y consolide. arraigue que la Revolución se período en el español de las aspiraciones del pueblo de las trancompendio y histórico que atravesamos, partidos antiguos por los sacciones leales aceptadas liberales en España, es la Constitución de 1.° de Julio de 1869. Incontestable es, pues, la importancia de cuantos preceptos encierra la Constitución aprobada por una inmensa mayoría de los representantes del pueblo; pero deben llamar principalmente la atención de todos los hombres pensadores los tres puntos capitales que comprende el Código fundamental. Es el primero el que tiene por objeto consignar en toda su extensión aquellos derechos que los pueblos de Europa y de América más avanzados en cultura, ora estén bajo un régimen democrático, ora dure aun y predomine en ellos una aristocracia poderosa, han conseguido escribir en sus Códigos fundamentales; y lo que es más provechoso aun, arraigar en sus costumbres y practicar en la vida pública. En España, sin embargo, ha sido la democracia la principal propugnadora de estos derechos, ganando así la honra de considerarlos como conquista suya, y de ponerlos antes de la Revolución como blasón privativo de su estandarte. Aceptados los derechos individuales por la mayoría de los representantes del pueblo, queda consignado en la Constitución del Estado, no solo el sufragio universal, sino también el derecho que asiste á todo español de emitir libremente sus ideas y opiniones ya de palabra, ya por escrito; de reunirse pacíficamente; de asociarse para todos los fines de la vida humana que no sean contrarios á la moral, y por último, de dirigir peticiones individuales colectivamente á las Cortes, al rey y á las autoridades. »De esperar es que el pueblo español, desoyendo las excitaciones de algunos ilusos que sueñan en mayores progresos, y despreciando las pérfidas insinuaciones de otros que quisieran extraviarle para hacerle aparecer como incapaz de ejercer y practicar los derechos y las libertades que ha conquistado con su ardimiento, sabrá, por el contrario, hacer como hasta aquí un uso prudente, digno y moderado de las instituciones democráticas que, por vez primera, y en toda su extensión, se ven consignadas en el Código fundamental. »No menos extraordinaria es la novedad que se introduce en la organización política de la sociedad española, introduciendo por primera vez en nuestra patria la libertad religiosa. «Vencedora España en su lucha secular contra el islamismo, apareció pujante en el concierto general de las naciones de Europa al despuntar la luz de la edad moderna, y confundiendo é identificando el sentimiento religioso con su entonces fundado empeño de predominar y con su afán de gloria, hizo del amor de la patria y del orgullo de raza una misma cosa con la intolerancia, creyéndose el nuevo pueblo de Dios y declarándose campeón de una causa contraria á la cual combatían, no ya solo pueblos valerosos y enérgicos, sino el espíritu impetuoso é invencible del progreso humano. »De aquí su vencimiento y postración al cabo de dos siglos de gigantescos combates, en que llevó el terror de sus armas, la fama de su nombre, su religión, sus leyes, su idioma y su cultura, hasta los últimos términos de la tierra. »E1 decaimiento á que á principios del siglo habia llegado España solo se explica por el fanatismo que, comprimiendo la inteligencia de sus hijos, expulsando de su suelo á los que más activamente le cultivaban y enriquecían, apartándola de la corriente civilizadora, sofocando con absurdos y apretados lazos el comercio y la industria, y poniendo como ofrenda piadosa sus pingües campos en manos del clero, vino á entregar á este la dirección de toda conciencia y el germinar de todo pensamiento. »La terrible lección con que la Providencia castigó tanto error no arrancó, por dicha de nuestras almas, la fé antigua; pero mitigó y aun extirpó la intolerancia de muchos corazones. De este modo, y conveniente es consignarlo, cuando ha venido á establecerse en nuestras leyes la libertad religiosa, la tolerancia estaba ya en nuestras costumbres. «Desgraciadamente la superstición y la milagrería, rechazadas ya por el despejo natural y recto juicio de las clases medias y populares, hubo de refugiarse en estos últimos tiempos en los alcázares regios. De aquí sin duda el erróneo concepto que forman de nosotros en muchos países de "Europa, donde tal vez se imagina que la mayoría de los españoles piensa y siente en esta época como á mediados del siglo xvi, lo cual, no solo ofende al pueblo español, atribuyéndole sentimientos anacrónicos é incompatibles con la civilización presente, sino que conspira á desautorizar la Revolución. «Conviene, pues, insistir en que, si bien el sentimiento religioso y la fé católica subsisten en toda su integridad en la inmensa mayoría de la nación, esta condena toda idea de violencia, todo propósito de intolerancia, todo conato de renovar el crimen aislado que manchó sacrilegamente de sangre la catedral de Burgos. Amoldándose la Constitución al estado presente de las creencias del pueblo español, establece ante todo en su art. 21 que «la nación se obliga á mantener el culto y los ministros de la religión católica;» pero al propio tiempo establece «que el ejercicio público ó privado de cualquier otro culto queda garantido á todos los extranjeros residentes en España, sin más limitaciones que las reglas universales de la moral ó del derecho « Por último el mismo artículo declara aplicables estas reglas á los españoles que profesaren otra religión H que la católica. »En este punto, pues, la situación creada por la revolución de Setiembre ha venido á dar cumplida satisfacción á las universales quejas que á todas las naciones de Europa y del mundo civilizado arrancaba la intolerancia religiosa, refugiada en España como su ultimo baluarte. De hoy más, y sin que en ello padezcan el sentimiento y la fé acencatólico drada y pura de los españoles, pueden los extranjeros que arriben á este generoso suelo contar, no solo con la protección que se les debe para el ejercicio de sus mdustnas, sino con el derecho de adorar li- HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA. 267 bremente á Dios según sus creencias. Por este solo ceñirse las gloriosas coronas de San Fernando y de hecho debe esperar el gobierno español obtener las Alfonso V el Magnánimo, sea saludado con júbilo y más vivas y eficaces simpatías de todos los Estados amor por todos los españoles. En tanto que las Corde Europa y del orbe civilizado, que, diferenciándotes Constituyentes ponen cima á la obra comenzada punto instituciones, están, embargo, se en á sin eligiendo en su dia al monarca, facultad á ellas exliberunánimes en respetar el gran principio de la clusivamente reservada, el gobierno tiene altos detad religiosa. beres que cumplir en la pausa de los trabajos parla»Ha sido la tercera cuestión que más amplia, se- mentarios. Ante todo se propone reprimir con firrena y luminosamente se ha debatido en las Cortes, meza los atentados, los desórdenes y el espíritu de la de la forma del Estado. En vano una minoría in- anarquía que particularmente excita sin duda la teligente, enérgica y activa ha hecho esfuerzos so- reacción en algunas comarcas, á fin de dar ocasión brehumanos de pasión y de elocuencia por desar- y pábulo al descontento, acusando á la libertad que raigar de ios ánimos la fé antigua en la forma mo- hoy gozamos de incompatible con el sosiego públinárquica. A pesar de que las Cortes se han elegido co. Espera igualmente sofocar con pronto castigo en momentos favorables á las tendencias más radi- todos los esfuerzos de los partidarios de una soñada cales, y no obstante que, ya por su no intervención legitimidad, la cual procura apoderarse por la vioen los actos revolucionarios, ya por otras causas, no lencia de la corona que, solo las Cortes Constituyenvenia á avasallar los ánimos la personalidad de nin- tes, en virtud de los poderes que la nación les ha confiado, tiene ei derecho de galardonar al que esgún príncipe, es tal la fé que abrigan los españoles mayoría timen más digno. Y confia, por último, en que la en la forma monárquica, que una inmensa paz no tardará en restablecerse en la isla de Cuba, la ha consignado en la Constitución. que y en que vendrán sus representantes, como ya han »Las Cortes Constituyentes, comprendiendo ninguna venido los de Puerto-Rico, á tomar asiento en el la libertad no es patrimonio exclusivo de Congreso y á concurrir á la formación de las nueforma de gobierno, han proclamado los derechos eleCámaras vas leyes que la opinión pública reclama con urgenciudadano, del han establecido todos gidas por sufragio universal, han garantido todas cia para aquellas remotas provincias. La reforma en las libertades, y han puesto por remate at edificio sentido liberal de los aranceles de aduanas, si se la monarquía. En el título IV se consignan las fa- aprovecha como conviene, dará medios de celebrar cultades del monarca, semejantes en un todo á las ventajosos tratados de comercio con Francia, Italia, que gozan los reyes en las monarquías constitucio- Portugal y otros paises, fomentando así la exportanales de Europa; y el título V provee á las necesi- ción de nuestros productos. El arreglo de la cuestión de Hacienda, objeto de la más seria preocupadades de la sucesión á la Corona y de la regencia por parte del gobierno, que está resuelto á ción del reino. cumplir los compromisos contraidos por España; la «Haciendo aplicación de este último precepto, de las leyes orgánicas que han de dispreparación consignado en el artículo 83, las Cortes Constituyencutirse en la próxima reunión de las Cortes para tes, antes de suspender sus sesiones, han creído decompletar la obra constitucional, y otros trabajos ber elevar al cargo de regente del reino á D.Franimportantes ydirigidos todos á la reorgacisco Serrano Domínguez, presidente del gobierno no menos provisional y del poder ejecutivo, que por sus no- nización del país y á la consolidación de las conquisbles prendas alcanza la estimación general, y cuyo tas de la revolución de Setiembre, han de ocupar arrojo ha contribuido tanto al triunfo de la Revolu- preferentemente la atención del gabinete, que ha ción, cuanto su tino y prudencia á consolidarla. Su merecido la confianza del regente del reino y de las y que se propone satisfacer, alteza confirió inmediatamente á su ilustre compa- Cortes Constituyentes, alcancen, los vivos sentihasta donde fuerzas sus ñero de iniciativa revolucionaria, el conde de Reus, y la formación del nuevo ministerio, el cual ha sufri- mientos de orden libertad de la nación entera. «Teniendo, pues, el Estado una forma determinado una importante modificación, á fin de que entrademocrátida y definitiva, y un jefe supremo que posee irrefrasen en él dos individuos de procedencia ca, y estuviesen así representados en el poder los gables títulos de legitimidad, los más valederos hoy tres antiguos partidos que se coaligaron para llevar en las naciones civilizadas, es llegada, sin duda, la á cabo el alzamiento nacional. Así, pues, las Cortes hora de regularizar nuestras relaciones con las poConstituyentes, al nombrar al regente del reino tencias amigas. Con este objeto, S. A. el regente del con arreglo á la Constitución, han querido dejar es- reino ha mandado ya sus credenciales á todos los tablecida en cuanto era posible la monarquía. El representantes de España, seguro de que á su vez regente es hoy el jefe supremo del Estado, mien- harán lo propio los demás Estados; como lo han ejecutado ya algunos de los más importantes. Por lo tras que los representantes del país, aprovechando sesiones, de las cony poniéndose que bace á las relaciones interrumpidas con algunos en la suspensión que elegido, preparan han se Estados de América, el gobierno está dispuesto á retacto directo con los para resolver definitivamente acerca de la elección anudarlas, si ellos por su parte lo desearen, sin exidel monarca. Importa al bienestar, á la grandeza y gir nada contrario á nuestros intereses ó á nuestro decoro al porvenir de la nación española, que el monarca destinos con el concurso sus de las regir ha de »De orden del regente del reino dirijo á V... este que Cortes obtenga el mayor número de sufragios, sea despacho, del cual puede dar copia á ese ministro digno de la alta honra que se le va á conferir, y al de Negocios extranjeros, á fin de que sepa oficial y 268 LOS DIPUTADOS PINTADOS POR SUS HECHOS. auténticamente nuestros pensamientos y propósitos, y pueda rectificar cualquier error en que se incurra con respecto á España, á la marcha de su Revolución y á las miras é intenciones de los que están al frente de ella. «Madrid 26 de Junio de 1869— Manuel Silvela.» Un hecho debemos consignar con gusto, porque revela patriotismo, y son para nosotros muy gratos todos los actos del poder que no revelan la política de bandería á que tan dados son los gobiernos y los partidos. Para solemnizar la promulgación del Código fundamental del Estado se acordó por el ministerio de Fomento inaugurar el panteón nacional de hombres célebres, cumpliendo la ley de 6 de Noviembre de 1837. Como ampliación á esta se aprobó en la sesión de 10 de Junio de 1869 una proposición de ley, presentada por los Sres. Olózaga, Figueras, Godinez de Paz, Martín de Herrera, Montesinos, Balagucr y Benot, en la que so pedia se declararan dignos do ocupar un lugar cu el panteón los restos de Juan de Mena, el Gran Capitán, Garcilaso de la Vega, Ambrosio de Morales, Ercilla, Lanuza, Quevedo, Calderón de la Barca, marqués de la Ensenada, el almirante Gravina y los arquitectos Ventura Rodríguez y Juan Villanueva. Esta solemne ceremonia tuvo efecto el 20 de Junio, habiendo concurrido á ella todos los hombres notables en artes, letras y ciencias, los diputados, las autoridades y corporaciones populares y literarias, llenando las calles una extraordinaria concurrencia. Desde la iglesia de Atocha fueron conducidos los restos mortales de españoles ilustres al panteón nacional, establecido en la iglesia de San Francisco. Magníficos y caprichosos carros vistosamente engalanados conducían los restos de aquellos preclaros hijos de esta noble Es- del Ayuntamiento, pórticos del Jardin Botánico, Observatorio astronómico y Muteatro Español, columnata seo de pinturas; la leyenda «Y entre sus obras veo la planta del magnífico Museo.» Quintana y como trofeo el plano de Villanueva. Continuaban los carros por el orden quo marcamos á continuación Rodríguez (D. Ventura), célebre arquitecto español del siglo xvm, de universal nombradía, conocido con el glorioso nombre de Restaurador de la arquitectura española. Murió á los 78 años de edad, el de 1775. El carro de Rodríguez llevaba, como el de Villanueva, corona de oliva, los lemas de Oratorio del Caballero de Gracia, fuentes del Prado, San Marcos, palacio de Liria, palacio de Altamira, palacio de Boadilla, capilla del Pilar; la leyenda: «Vendrá un tiempo en que la posteridad buscará entre el polvo sus diseños, ansiosa de realizarlos, y le vengará de una vez de la injusticia de sus contemporáneos,» y trofeo, plano de Rodríguez Marqués de la Ensenada, célebre ministro de Hacienda de Fernando VI,murió en 1781, sufriendo con resignación la ingratitud con que Carlos IIIpagó sus relevantes servicios prestados á la patria. Llevaba coro»» de mirto; lemas: secretario de Estado, Guerra, Marina , Indias y Hacienda, gobernador del Consejo, lugarteniente del Almirantazgo, Concordato de 1753. D. Pedro Calderón de la Barca, preclaro ingenio del siglo xvn, soldado en las campañas de Milán y Flandes, después capellán de honor de Felipe IV, muerto el año 1691 á los 91 de edad. Adornaba el carro una paña. Llevaba el primero el nombre de Gravina, el vale- corona de laurel. Lemas: La vida es sueño, El alcalde roso marino, que después de haberse cubierto de lau- de Zalamea, A secreto agravio... Casa con dos puerreles en Argel y en Tolón, tuvo gloriosa tumba en Tra- tas, La dama duende. Leyenda: falgar: iba adornado con una corona naval, á cuyo «Acudamos á lo eterno, lado se veian escritos los lemas de Gibraltar, Argel, que es la fama vividora Tolón, Rosas. Santo Domingo, Finisterre, Trafalgar. En donde ni duermen las dichas ni las grandezas reposan.» el carro lucia esta leyenda: «Los españoles se han baCalderón. tido como leones. Gravina es todo genio y decisión en el combate.— Napoleón I;» ostentándose además los Trofeo: obras de Calderón siguientes trofeos: un trozo de palo del navio PrínciD. Francisco de Quevedo y Villegas, célebre poeta, pe, espada, bastón, sombrero y banda de Gravina. literato, filósofo y diplomático, nació en 1580 en MaSeguía después el carro de Villanueva, célebre ar- drid y murió en 1665 en Villanueva de los Infantes quitecto, autor del teatro Español, del Museo de pin- Corona de laurel. Lemas: Sueños morales, Política turas , de la iglesia del Caballero de Gracia y otros de Dios y gobierno de Cristo, La fortuna con seso, notables edificios, muerto en Madrid el año de 1811. El epícteto español, Focílides, Marco Bruto, El sueño Llevaba este carro una corona de oliva; los lemas: de las calaveras, Las zahúrdas de Plulon, Libro de HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA. todas las cosas, Alguacil alguacilado, Cultalatiniparla Leyenda «¿No ha de haber un espíritu valiente? ¿Siempre se ha de sentir lo que se dice? ¿Nunca se ha de decir lo que se siente?» Quevedo Trofeos: obras de Quevedo. Lanuza, justicia mayor de Aragón en el reinado de Felipe II,quien, por haber incurrido en su desagrado, le mandó degollar el año de 1591; con él murieron las libertades aragonesas. Corona de laurel. Lema: «Nos que valemos tanto como vos...» Leyenda: «El justicia mayor de Aragón no puede ser preso sino por las Cortes con el rey. Lanuza. » tí. Alonso de Ercilla, ilustre poeta del siglo xvi y autor del renombrado poema La Araucana: sirvió en el ejército del Perú é hizo la guerra á los araucanos; murió á los 61 años en Noviembre de 1594. Corona de laurel. Lemas: Millaraque, Arauco. Leyenda: tí. Juan — «Y las honras consisten, no en tenerlas, sino solo en arribar á merecerlas.» Ercilla, Trofeo: trofeos de Arauco, la Araucana. Ambrosio de Morales, médico, filósofo y escritor del 269 Juan de Mena, célebre escritor y poela del siglo xv, conocido con el sobrenombre de Esurio. Corona de laurel. Lema: laberinto. Leyenda: «La flaca barquilla de mis pensamientos, veyendo mudanza de tiempos oscuros, cansada ya toma los puertos seguros, ca teme mudanza de los elementos.» Mena Trofeos: poesías Aranda (conde de), general distinguido, vasto talento y estadista ilustre: fué ministro de Carlos IIIy se dio á conocer como reformista y liberal: murió el 9 de Enero de 1798, á los setenta y nueve años de edad. Corona de laurel. Lemas: presidente del Consejo de Castilla, director de artillería ó ingenieros, capitán general, embajador de Lisboa, París y Varsovia, oposición á la Inquisición, Sociedades de Amigos del País, colonia de Sierra-Morena. Leyenda: «Y los que velan por la paz y las libertades públicas, merecen que la patria los coloque en el templo de la inmortalidad.» La creación del panteón nacional es un pensamiento que honra á su autor, que creemos sea el Sr. Fernandez de los Rios, al ministro que lo acogió con entusiasmo y á todos los distinguidos patricios que han contribuido y contribuyan en adelante á su reali- siglo xvi,murió en 1591 á los 78 años de edad. Corona de oliva. Lemas: Crónica de España, Antigüe- zacion dades de España. Leyenda: «Me dispuse de veras á Hay que lamentar se hayan perdido los restos de escribir la historia para socorrer esta necesidad de mi Ruiz (arcipreste de Hita), Vives, Cervantes, Mariana, nación y volver por la honra y autoridad de nuestra Lope de Rueda, Moreto, Tirso de Molina, Yelazquez, España.— Morales.» Viriato, Elcano, Hugo de Moneada, Jorge Juan, PadiGarcilaso de la Vega, poeta español del siglo xvi, lla, Bravo, Maldonado y Antonio Pérez, cuyos nomreformador de la poesía española, conocido entre sus bres se han inscrito provisionalmente en las lápidas contemporáneos con el título de ElPetrarca español: del panteón fué militar distinguido y se batió en el Milasenado, Concluiremos este Capítulo haciendo ligera menen Pavía, en Túnez y en la guerra con Francia; mu- ción de un hecho que deseamos no se repita en años rió en 1536 á los 33 años de edad. Corona de rosas sucesivos y hiedra. Lemas: Viena, Túnez, Frejus, Embajada en Dos dias después de la solemne inauguración del Roma. Trofeo: espada y armadura de Garcilaso, poe- panteón nacional, el 22 de Junio de 1869, los republisías. Leyenda: «Tomando ora la espada, ora la plu- canos quisieron hacer una manifestación pública para ma. Garcilaso.» depositar coronas sobre las tumbas de los que en Gonzalo de Córdova (el gran capitán) célebre gene- igual dia de 1866 murieron combatiendo contra el goral español, nació en Montilla en 1453 y fué gloria de bierno. Esto no nos extraña; ya sabemos que en políla patria: murió á los 62 años de edad. Corona de tica los vencidos y los vencedores se llaman mártires laurel. Lemas: Granada, Regio, Santa Ágata, Fiumar, y verdugos; pero es el caso que, como queriendo proMuro, Catana, Bañeza, Ostia, Diana, Cefalonia, Cerig- testar contra los verdugos, los iniciadores de la manola, Canosa, Melíin, Garellano, Gaeta, Ñapóles, 200 nifestación se propusieron pasar por delante del cuarbanderas y dos pendones reales. Leyenda: «Mas quie- tel de San Gil, donde fué mayor la lucha en el dia que ro buscar la muerte dando tres pasos adelante, que iba á conmemorarse. Al saberse en Madrid que la mavivir un siglo dando uno solo hacia atrás.— Gonzalo nifestación iba á tener efecto, circularon rumores alarmantes, llegándose á asegurar que el cuerpo de de Córdova.» Trofeo: espada y armadura. — HECHOS LOS DIPUTADOS PINTADOS POR SUS 270 artillería haria fuego sobre los manifestantes: estos republirumores no tenian importancia alguna. Los era canos hadan uso de un derecho legal; y si bien cuartel, donde una imprudencia pasar por delante del y solo la Revolución habia llenado una página triste honrosa para los oficiales que fueron víctimas de los sargentos sublevados, ni los republicanos llevaban intención de hostilizar al ejército, ni los oficiales de artillería habrían de faltar á las órdenes superiores, mucho más si durante el tránsito de la manifestación permanecía en el cuartel la autoridad militar. Así lo creyó el gobernador civil de Madrid; pero el Sr. Rivero, que como alcalde nunca ha obrado de acuerdo con el gobernador, cuyas atribuciones ha invadido constantemente y que es tan déspota en el poder como liberal en la oposición, se opuso á que la manifestación pasara por delante del cuartel de San Gil, en cuyos alrededores colocó fuerzas de la Milicia nacional. Este era el único medio de producir un conflicto: felizmente los republicanos dieron una lección de sensatez, cordura y patriotismo al señor alcalde, sufriendo con resignación tan injustificado ataque á los derechos individuales, con tanto énfasis proclamados por quien, como autoridad, no sabe respetarlos. La manifestación siguió su marcha majestuosa sin que el orden se alterara, como algunos temían y otros deseaban; y eso que la medida adoptada por el señor alcalde pudo convertir en sangrienta batalla lo que solo era un acto de expansión, que en verdad no debió intentarse siquiera, porque los vencidos y los vencedores del 22 de Junio se dieron después la mano, se unieron para llevar á cabo la Revolución, y no era noble en los primeros demostrar género alguno de hostilidad contra los que, si resistieron y castigaron la insurrección de 1866, confesaron al poco tiempo su error y fueron admitidos como aliados para luchar contra el enemigo común Vamos ahora á ocuparnos, con harto sentimiento, de las insurrecciones carlista y republicana ocurridas el año de 1869. XV. Antes de reseñar la sublevación carlista ocurrida en Julio de 1869, dirigiremos una ojeada retrospectiva para decir cuatro palabras acerca de un doloroso acontecimiento que tuvo lugar á principios del expresado año El Sr. Ruiz Zorrilla, el ministro más revolucionario que ha habido desde el nombramiento del Gobierno provisional, expidió el 18 de Enero un decreto, ordenando que el Estado, y en su nombre el ministro de Fomento, se incautase de todos los archivos, bibliotecas, gabinetes y demás colecciones de objetos de ciencia, arte ó literatura que con cualquier nombre se hallasen á cargo de las catedrales, cabildos, monasterios ú órdenes militares, considerándose esta riqueza como nacional, y puesta al servicio público en las bibliotecas, archivos y museos nacionales. Para llevar acabo este decreto se dirigió á los gobernadores de las provincias una instrucción, cuyas prescripciones eran las siguientes a «1. El dia 25 de Enero los gobernadores civiles ó la autoridad superior civil en las poblaciones en que existan iglesias, catedrales, colegiatas, monasterios, etcétera, se personarán en nombre del Gobierno provisional en dichos edificios acompañados de un individuo del cuerpo de bibliotecarios, archiveros y anticuarios que oportunamente se pondrá á sus órdenes, ó en defecto de este, de una persona notoriamente ilustrada, elegida por la misma autoridad. Esta invitará asimismo á todos los individuos que tuviesen alguna parte en la dirección, administración ó guarda de los mismos á reunirse en el perentorio término de una hora. »2. a La reunión se celebrará, cualquiera que sea el número de asistentes, el dia fijado, ó en caso de imposibilidad justificada el más inmediato. »3. a Reunidas estas personas, se leerá por la que designe la autoridad el decreto de esta fecha, y en seguida se pasará á la toma de posesión en nombre de la nación, sin que pueda demorarse por ningún pretexto nimotivo. a »4. La autoridad superior recogerá en seguida todas las llaves de las puertas, armarios, cajas, arcas, mesas, etc., sin permitir que se abran más que aquellos muebles en que se conserven los inventarios, índices, registros ó catálogos. »5. a Se extenderá un acta de la toma de posesión, y la firmarán la autoridad civil, el comisionado por el gobierno ó por la autoridad local, un individuo de la casa y otro del clero. »6. a Tomadas las precauciones convenientes, incluso el sellar las puertas, se entregarán tos índices ó catálogos á la autoridad civil, y quedará el edificio custodiado por los agentes de la misma y por los empleados en él encargados ordinariamente de su guarda. »7. a La autoridad civil, de acuerdo con el comisionado, podrá confrontar en el acto los inventarios, índices ó catálogos si fuere posible y la prudencia se lo aconsejare. En el caso de hacerlo, la autoridad eclesiástica presente firmará el resultado de la confrontación. »8. a Cuando en una población haya diversos edificios que contengan objetos comprendidos en la incautación, la autoridad elegirá el medio más oportuno para la toma de posesión de todos ellos, ya nombrando varias comisiones, ya recorriéndolos sucesivamente. HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA »9.* El comisionado del gobierno ó de la autoridad local estudiará los índices é informará á este ministerio, en un plazo improrogable de ocho dias, acerca de la traslación de todo ó parte de loincautado á los puntos que le parezca conveniente. A este informe acompañará un proyecto de conducción y el presupuesto de los gastos que pueda ocasionar; así como una propuesta del destino que debe darse á los armarios, estantes, etc., pertenecientes á las bibliotecas y arcbivos. »10. La incautación comprenderá los libros impresos ó manuscritos reunidos en colecciones ó bibliotecas, los códices, vitelas, documentos, láminas, sellos, monedas y medallas, y cualquier objeto artístico ó arqueológico que sirva para enriquecer las bibliotecas, arcbivos, museos ó colecciones que puedan dar á conocer la historia de las ciencias y las letras españolas en sus diversas épocas. Quedarán exceptuados los objetos de inmediata aplicación ó frecuente uso en el culto, y los que se guarden dentro del recinto destinado al mismo. »11. A la prudencia, celo y patriotismo de los gobernadores y de los comisionados corresponde resolver todas las dificultades que se presenten en la ejecución de estas disposiciones. »12. Los gobernadores comunicarán á este ministerio por telégrafo la toma de posesión.» 271 tropas del regimiento caballería de Bailen, auxiliadas de laMilicia nacional, detuvieron á los asesinos y rescataron el cadáver. Inmediatamente se declaró la ciudad en estado de sitio y empezaron á instruirse las oportunas diligencias. Fueron detenidas más de setenta personas, entre ellas el deán de la catedral, el provisor, el magistral, tres canónigos y otro eclesiástico. Todavía no se sabe el resultado de la causa; la vindicta pública no ha sido satisfecha, y aunque la opinión culpa de este hecho á los que explotan el fanatismo religioso convirtiéndole en arma de partido, es lo cierto que tan escandaloso atentado se halla envuelto en el velo del misterio (1). Un grito de indignación resonó en toda España al saberse tan inicuo atentado, y como hacia tiempo se aseguraba que se preparaban á la lucha los partidarios de D. Carlos de Borbon, de la causa que murió materialmente en los campos de Vergara, y perdió lo que pudiera quedarle de prestigio moral al levantar la cabeza en San Carlos de la Rápita, cuando el ejército español, cubriéndose de laureles, defendía en tierra extraña el pabellón nacional; como hacia tiempo, decimos, que eran públicos los trabajos emprendidos por los carlistas para sumir de nuevo á España en una lucha fratricida; como era sabido que se explotaba el sentimiento religioso para adquirir prosélitos, y como además muchos antiguos defensores de Isabel IIhabian abandonado á esta señora en la desgracia abrazándose á la bandera de D. Carlos, creyendo que éste recibiría el apoyo de los elementos hostiles á la revolución, el gobierno se creyó en el caso de prepararse á combatir el absolutismo, como poco tiempo antes habia combatido el socialismo. A la vez juzgó oportuno dirigir al país un manifiesto, que creemos conveniente copiar á continuación: «Propio es de gobiernos liberales, cuyo supremo juez es la opinión pública, dirigirse á ella en los momentos de trascendental gravedad, sujetando á la censura del país, no solo sus actos, sino basta sus pensamientos. Así lo ha verificado el provisional en diversas ocasiones, y hoy de nuevo lo realiza cuan- Esta importante disposición se comunicó á los gobernadores con la mayor reserva, no publicándose en la Gacela oficial hasta el mismo dia 25, en que debia llevarse á cabo, y en el que efectivamente tuvo lugar su cumplimiento, ocurriendo con este motivo uno de esos hechos vandálicos que quisiéramos borrar de nuestra historia El gobernador de Burgos, D. Isidoro Gutiérrez de Castro, cumpliendo la orden del gobierno, se dirigió á la catedral, donde le esperaban el deán y tres canónigos para realizar la incautación acordada. Se notaba alguna agitación en las calles desde el dia anterior; pero esla circunstancia no fué bastante para quo la autoridad dejara de cumplir sus deberes. Apenas entró el gobernador en la catedral, las auto ridades populares observaron que la agitación iba en aumento, y temiendo un conflicto se dirigieron á otro edificio, abriéndose paso entre los grupos con el auxilio de algunos voluntarios de la Libertad. Entre tanto do un crimen inaudito ha venido á sublevar todos los sentimientos generosos, revelando la clase de arlos amotinados, en ademan hostil, forzaron las puertas mas, proyectos y tendencias que ponen en juego los de la catedral, que por precaución acababan de cerrarse. El gobernador bajó inmediatamente á los claus(1) Pocas horas antes de realizarse este crimen, era en Madrid el director de El Pensamiento Español, y se tros, donde se hallaban las turbas, y al dirigirles la preso le sujetaba á formación de causa por haber publicado el de Incautación antes de que viera la luz en la Gapalabra excitándoles á que respetaran el santuario de decreto ceta. Esta imprudencia del periódico carlista, que para sus las leyes y la majestad de la autoridad, algunos des- redactores no tuvo sensibles consecuencias, fué causa de que quedaran sin destino algunos empleados del ministealmados se arrojaron sobre él y le asesinaron indig- rio de Fomento, entre los cuales habria muchos inocentes aun suponiendo que alguno de ellos diera al periódico cinamente, echándole una faja al cuello y arrastrándole tado la copia del decreto expedido por el ministro con cadonde rácter de reserva. catedral, la plaza hasta la de un fardo como 272 LOS DIPUTADOS PINTADOS POR SUS HECHOS enemigos de la libertad y del orden verdadero, que solo tieneM REÍasesmato del goberna or de ±¡urgos, Horrible por sus circunstancias y sacrilego por la solemne ocasión y el lugar sagrado en que fué cometido, y por el falso al par que alevoso pretexto empleado para provocarlo, seria una mancha indeleble de la nación española, si sobre ella pudiera recaer el oprobio que en sí llevan los que para lograr sus siniestros deseos no se detienen ante los desastres de una guerra civil,nirepugnan convertir, como en siglos de triste recuerdo, en bandera de sangre y exterminio, las palabras de caridad y de libertad, propias del cristianismo. El gobierno ha visto y observado, en silencio sí, pero no con descuido, desenvolverse una conspiración formidable, no por el número y valer de sus autores, sino por el evidente propósito de encender el fanatismo religioso, promoviendo una de esas guerras fratricidas cuyo sombrío cuadro describe con horror la historia, y de las que son episodio sucesos parecidos al de Burgos. El gobierno, firme con la seguridad de su justicia y tranquilo con el apoyo que ha de prestarle siempre la inmensa mayoría de la nación liberal á despecho de sus detractores, ba seguido sin vacilar la marcha que se propuso, llevando hasta el extremo su respeto á todos los derechos; prueba de ello ofrecen las elecciones, en las que el voto universal abre las puertas del Parlamento á representantes de todos los partidos, inclusos á los del que abjura de la libertad y el parlamentarismo »Sin embargo de eso, y sin renunciar á la legalidad que tanto acata, hoy considera preciso calmar la justamente excitada indignación pública, asegurando á la nación que el crimen de Burgos recibirá pronto y ejemplar castigo, cualesquiera que sean sus autores, sus provocadores y sus cómplices. Ante la ley no hay privilegios, y el gobierno hará cumplir la ley sin vacilación ni contemplaciones allí y donde quiera que necesario fuere. En el momento actual, cuando el crimen y los criminales se hallan sometidos á juicio, nada más debe decir ni ofrecer el gobierno. Energía en la represión demanda el pais entero; energía sabrá desplegar á todo trance. »En medio de los conflictos que no pueden menos de suscitarse después de una revolución tan radical como la de España, y de los que violentamente ban promovido y tienden á promover los agentes reaccionarios, envalentonados por la generosidad propia de los ánimos liberales, el gobierno ha ido sancionando todos los derechos del ciudadano. Las libertades de reunión, asociación, imprenta, enseñanza, sufragio universal, forman el conjunto más completo de. que gloriarse pueden las naciones de Europa. Sirva esta reseña de honra al pueblo que ba sabido elevar su dignidad á tanta altura. »La libertad religiosa, aceptada ya en todas las naciones del mundo, y que lejos de amortiguar la fé de la inmensa mayoría de los españoles contribuirá á avivarla y fortalecerla, se halla también en realidad establecida: el gobierno la ba proclamado en do- cumentos solemnes, y ha autorizado su ejercicio en todos los casos en que se ha solicitado. Lo que únicamente no ha considerado oportuno resolver por sí es la complicada cuestión de las relaciones que, como consecuencia de esa libertad, hayan de mediar entre.la Iglesia y el Estado. Punto es este que ha creído deber reservar íntegro á la decisión libérrima del poder constituyente; y cuando su reunión se hallatan próxima, no hubiera sido fácilmente justificable la precipitación en resolver lo que, no siendo por otra parte urgente, debe llevar desde el principio la sanción inapelable de las Cortes. »A1 acercarse ese momento que ha de poner el sello á todas las conquistas del espíritu liberal, fácil es prever que las huestes reaccionarias de todas clases y procedencias llevarán al último grado el esfuerzo de sus alevosas maquinaciones. No las teme el gobierno; tiene la seguridad de anonadarlas donde quiera que levanten la cabeza, y cuenta para ello con el apoyo del ejército de mar y tierra, salvador más de una vez de las libertades públicas; con el de la fuerza ciudadana, y con el irresistible del espíritu liberal, contenido en ciertas épocas por la represión más tiránica, pero nunca extinguido en la nación española. Si la reacción acudiese al terreno de la fuerza; si el atentado de Burgos fuese un reto... el gobierno, á nombre de la nación, no lo rehuiría. Seguro, vuelve á decirlo, en su fuerza y empeñado en salvar la libertad á tanta costa adquirida, no menoscabará los derechos de los ciudadanos con. medidas preventivas: bástale seguir paso á paso los trabajos de los enemigos de la revolución, y prepararse á destruirlos enérgicamente y de una vez cuando puedan ofrecer temores fundados á la tranquilidad pública y un verdadero peligro á nuestras libertades. »Esto es io que ofrece, y lo que conseguirá á toda costa con el apoyo y confianza que no ha de negarle la nación en tan críticas circunstancias. Cálmense, pues, los ánimos: el gobierno vela por los altísimos intereses que la revolución le ha confiado; y si algun serio peligro los amenazase, él seria el primero en dar la voz de alarma, llamando en su auxilio á todos los liberales, tan resuelto al combate como seguro de la victoria. Madrid 28 de Enero de 1869.— El presidente del Gobierno provisional y del Consejo de ministros, Francisco Serrano.-El ministro de la Guerra, Juan Pnm.-El ministro de Estado, Juan Alvarez de Lorenzana.--.El ministro de Gracia y Justicia, Antonio Romero Ortiz.-El ministro de Marina, Juan Bautista Topete.-El ministro de Hacienda, Laureano Figuerola -El ministro de la Práxedes Gobernación, Mateo Sagasta.-El ministro de Fomento, Manuel fllT\ ° de Uílramar ' Adelardo TP1 mÍnÍStr López i de Ayala.» > Poco después las Cortes se reunieron, empezó la discusión del Código fundamental del Estado, y los diputados carlistas riñeron repetidas batallas en la cuestión religiosa, que han procurado convertir en arma de partido. En la sesión celebrada el 26 de Abril, un diputado