Marquez Prieto

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FORMACIÓN PROFESIONAL INNOVADORA PARA EL EMPLEO JUVENIL
Antonio Márquez Prieto, Profesor Titular de Derecho del Trabajo y de la Seguridad
Social, Universidad de Málaga.
Sumario: 1. Desempleo juvenil, formación y justicia. 2. Formación profesional dual
como formación innovadora. 3. Identificación del sentido innovador y de justicia
relacional. 4. Valoración conclusiva.
1. Desempleo juvenil, formación y justicia
El problema del desempleo juvenil viene siendo desde hace muchos años objeto de
especial preocupación a nivel mundial, habiéndose hecho eco recientemente la
Organización Internacional del Trabajo sobre el hecho de que es igualmente
preocupante –o más- la valoración prospectiva para los próximos años. Según puede
verse en la siguiente tabla (figura 1), se trata de un problema global, que afecta a todas
las zonas del mundo, incluidas las llamadas “economías desarrolladas”. Pero, por
encima de esta llamada de atención general, debe destacarse el hecho de que en España
el desempleo juvenil constituye un problema especialmente grave, cuyo porcentaje es
más del doble de la media europea (como se muestra en la figura 2). Puede decirse que
es un problema estructural1, intensificado por la crisis2.
1
Felgueroso, F. 2012. “El empleo juvenil en España: un problema actual”, Círculo Cívico de Opinión
(http://www.circulocivicodeopinion.es; acceso: 31-10-2013), Documento 17 enero 2012.
2
Sobre el impacto general de la crisis en el desempleo juvenil, vid, Marelli, E. y Signorelli. M., “Youth
Unemployment before and after the Crisis” en Manzella, P. y Rustico, L., Productivity, Investment in
Human Capital and the Challenge of Youth Employment, Cambridge Scholars Publishing –Adapt, 2011,
pp. 57-81. Para una perspectiva internacional, vid Grandi, B. y M. Sargeant, en la misma obra colectiva,
pp. 85-104.
1
Figura 1 (Fuente: OIT)
Prospectivas de desempleo juvenil
2012
2017
Global
12.7 %
12.9 %
Centro y Sureste de Europa
16.9 %
17 %
Economías desarrolladas
17.5 %
15.6 %
Este de Asia
9.5 %
10.4 %
Latinoamérica y Caribe
14.6 %
14.7 %
Oriente Medio
26.4 %
28.4 %
Norte de África
27.5 %
26.7 %
Sur de Asia
9.6 %
9.8 %
Sureste de Asia y Pacífico
13.1 %
14.2 %
África Subsahariana
12 %
11.8 %
Figura 2. Tasa de desempleo juvenil (Fuente: Eurostat)
[Nota: la tasa para España, al final del segundo trimestre de 2013, según el INE, es el 56,13%]
% desempleo juvenil
Año 2011
Año 2012
Grecia
44,4
55,3
España
46,4
53,2
Portugal
30,1
37,7
Italia
29,1
35,3
Irlanda
29,1
30,4
Polonia
25,8
26,5
Francia
22,9
24,7
2
EU (28)
21,5
23
Reino Unido
21,1
21
Alemania
8,6
8,1
El desempleo juvenil en España responde efectivamente a una situación estructural,
debida a dos principales problemas. Por un lado,
son ciertas las deficiencias del
mercado de trabajo3 (alto grado de segmentación laboral y eficacia limitada de las
políticas activas de empleo); pero, sobre todo, existe una importante debilidad en el
ámbito educativo, materializada en el problema de abandono temprano de la formación
y en la discordancia entre oferta y demanda de trabajo por niveles de formación4. Las
siguiente gráfica muestra la tasa de abandono educativo temprano, que, como sucede
con la tasa de desempleo juvenil, vuelve a presentar un valor muy negativamente
destacable en el contexto europeo (figura 3).
Figura 3: Tasa de abandono educativo temprano (de la educación y de la formación)
en relación a los niveles esperados. Datos de 2012 (fuente: Eurostat)
Porcentaje medio de la Unión Europea, EU (28)
Países con una tasa
superior a la media
12,7
Reino Unido
13,5
Noruega
14,8
Rumanía
17,4
Italia
17,6
Islandia
20,1
Portugal
20,8
Malta
22,6
Tasa superior a todos los España
anteriores
24,9
3
BBVA-Research, “Desempleo juvenil en España: causas y soluciones”, Documentos de Trabajo, no.
11/30, 2011, pp. 9-10; Ruesga, S.M., J., Da Silva Bichara, J. y M. Pérez Trujillo, M., “El mercado laboral
en España: un vía crucis para los más jóvenes”, Relaciones Laborales, núm.. 20, 2011, pp. 101-120.
4
BBVA-Research, “Desempleo juvenil en España: causas y soluciones”, op. cit., 4-8; vid también
Felgueroso, F. , “El empleo juvenil en España: un problema actual”, op. cit., 12-15.
3
Único país con tasa superior
Turquía
39,6
Algunos países con
tasa inferior a la media
de la UE (28)
Irlanda
9,7
Alemania
10,5
Grecia
11,4
Francia
11,6
Lo que obedece a que efectivamente el fenómeno del desempleo juvenil expresa un gran
problema de formación. Pero, más allá, y, en conexión con ello, constituye un problema
de justicia, que aquí querríamos abordar desde el punto de vista de la relación
interpersonal, social, jurídica. Es decir, el enfoque de la justicia relacional, que propone
ir más allá del aspecto meramente institucional, legal u organizativo (es decir, el aspecto
estructural, la institucionalidad), para considerar también la dinámica de interacción
libre en que consiste toda relación (segundo aspecto importante a tener en cuenta, junto
con el anterior: la reciprocidad). Completándose este enfoque con el hecho de que los
dos mencionados aspectos de la relación (institucionalidad, o parte estructural y
reciprocidad, o parte ideal), interactuando y adaptándose entre sí, generan
continuamente la relación en sí misma, o la red de relaciones (la socialidad, que
constituye a su vez el tercer aspecto) 5. Ello conduce a constatar que la discriminación,
la infravaloración, la exclusión social, la pobreza, la necesidad de emigración, la
existencia de una generación perdida, constituyen una injusticia relacional6, por la
ausencia de: 1) una institucionalidad de estructuras efectivas, 2) de una dinámica social
de reciprocidad, o 3) de una conciencia adecuada de que toda la socialidad se ve
afectada7.
Desde este punto de vista adquiere sentido decir que el desempleo no es sólo falta de
empleo, lo cual respondería a un enfoque simplemente estructural, en lugar de un
5
Vid Márquez Prieto, A. Repensar la justicia social, Thomson-Aranzadi, Pamplona, 2008; también,
Calidad ambiental de las relacionales laborales, Comares, Granada, 2010.
6
BBVA-Research, “Desempleo juvenil en España: causas y soluciones”, op. cit., 12-17.
7
Ruesga, S.M., Da Silva Bichara, J. y Pérez Trujillo, M., “El mercado laboral en España: un vía crucis
para los más jóvenes”, op. cit., 118-120. Acerca de las carencias mencionadas interesa relacionar las
iniciativas de reforma de la formación profesional en España con las recomendaciones concretas que
España ha recibido por parte de la Comisión Europea: evitar el abandono temprano de la escuela, mejorar
la calidad de la educación y de la formación profesional, incrementar la efectividad de las políticas activas
de empleo, atender a los grupos más vulnerables y revisar los gastos públicos dirigidos a la financiación
de las pymes, innovación y juventud. Vid http://ec.europa.eu/atwork/key-documents/index_en.htm.
También http://ec.europa.eu/economy_finance/focuson/crisis/2012-06_en.htm. Acceso: 31-10-2013.
Igualmente, Comisión Europea, European Employment Observatory. Youth employment measures.
Dirección General para el Empleo Asuntos Sociales e Inclusión, Luxemburgo, 2011.
4
enfoque relacional, que integraría los tres aspectos mencionados (respondiendo lo
estructural a uno solo de ellos: institucionalidad). Es la propia OIT la que plantea el
desempleo como un problema de justicia en términos más amplios e integradores que lo
meramente estructural8. En dicha línea, la realidad del desempleo:
-
no es sólo algo económico, sino interdisciplinar;
-
no sólo constituye un problema de “relaciones laborales”, sino personales y
sociales9;
-
no corresponde aludir a “desempleo juvenil”, sino a jóvenes desempleados10;
-
constituye un asunto de la sociedad entera (red de relaciones) 11;
-
requiere una visión amplia de la protección social (como es considerada por la
OIT), que incluya la protección de los puestos de trabajo, de la economía, de la
sociedad12.
Llegados a este punto, se hace comprensible que, cuando el ordenamiento jurídico
español pretende incorporar la formación profesional dual, como instrumento
esperanzador para la reducción del desempleo juvenil, nos preguntemos si hablamos de
una simple reforma legal. Es decir, si basta con una mera reforma legal (que afecta al
aspecto institucional), en lugar de abordar también los otros dos aspectos de la relación
(reciprocidad y socialidad).
2. Formación profesional dual como formación innovadora
8
Organización Internacional del Trabajo, La crisis del empleo juvenil: una llamada a la acción,
Resoluciones y conclusiones de la 101ª Sesión de la Conferencia Internacional del Trabajo, Ginebra,
Junio, 2012, pp. 7-11.
9
Fashoyin, T., “The Youth Employment Challenge. An Introduction”, en Manzella, P. y Rustico, L.,
Productivity, Investment in Human Capital and the Challenge of Youth Employment, op. cit., p. 10.
10
Moral, F., Las condiciones de vida de los jóvenes desempleados, INJUVE, Madrid, 2004, pp. 163-174.
11
Tiraboschi, M., “The Challenge of Youth Employment in the Perspective of School-to-work
Transition”, en Manzella, P. y Rustico, L., Productivity, Investment in Human Capital and the Challenge
of Youth Employment, op. cit., p. 46.
12
Organización Internacional del Trabajo, La crisis del empleo juvenil: una llamada a la acción, op. cit.,
7-8. En este sentido, debemos aludir a la amplitud de la noción de protección social usada por parte de
algunos autores, como Holzmann, R. y S. Jørgensen, 2001. “Social Risk Management: A New
Conceptual Framework for Social Protection, and Beyond”, International Tax and Public Finance, vol. 8,
August, 2001, núm. 4, pp. 529-556. Este concepto integra los ámbitos tradicionales de la protección social
en un marco más amplio que incluye tres estrategias de tratamiento de los riesgos (prevención, mitigación
y lucha contra los mismos), tres niveles de gestión de riesgos (nivel informal, de mercado y público) y
muchos actores (individuos, familias, comunidades, ONGs, gobiernos y organizaciones internacionales).
5
Antes del establecimiento normativo concreto de una formación profesional dual, las
reformas laborales llevadas a cabo en España ya han anticipado dicho régimen,
apuntando claramente hacia el mismo. Así, tras la modificación introducida por el Real
Decreto-ley 10/2011, de 26 de agosto, el artículo 11.2 del Estatuto de los Trabajadores
establece que “el contrato para la formación y el aprendizaje tendrá por objeto la
cualificación profesional de los trabajadores en un régimen de alternancia de actividad
laboral retribuida en una empresa con actividad formativa recibida en el marco del
sistema de formación profesional para el empleo o del sistema educativo”. Y en la
misma línea, la Ley 3/2012, de 6 de julio, se refiere a la ejecución de planes de
formación mediante convenios suscritos entre el Servicio Público de Empleo Estatal y
diversas organizaciones y entidades, entre las que figuran los centros formativos
inscritos en el Registro Estatal de Centros y Entidades de Formación13. Por otro lado, la
colaboración de las empresas en la formación ya resultaba prevista en normas
anteriores, como la Ley Orgánica 5/2002, de 19 de junio, de las Cualificaciones y de la
Formación Profesional (art. 6), o la Ley Orgánica 2/2006, de Educación, de 3 de mayo,
(art. 42.2, relativo a la formación práctica en centros de trabajo).
El Real Decreto 1529/2012, de 8 de noviembre, por el que se desarrolla el contrato para
la formación y el aprendizaje y se establecen las bases de la formación profesional dual,
se refiere en su artículo 2.1 a la “cualificación profesional de los trabajadores en un
régimen de alternancia de actividad laboral en una empresa con la actividad formativa
recibida en el marco del sistema de formación profesional para el empleo o del sistema
educativo”. Por un lado, se trata de una norma que insiste en la misma línea de las
normas indicadas (que, en realidad, permitían y auguraban el paso que ahora se da
mediante este Real Decreto), así como con el Real Decreto 1147/2011, de 29 de julio,
13
La Disposición Final 7ª.1.c) de la Ley 3/2012, de 6 de julio, de medidas urgentes para la reforma del
mercado laboral modifica, en los términos mencionados, la redacción del apartado 2 del artículo 24 del
Real Decreto 395/2007, de 23 de marzo, por el que se regula el subsistema de formación profesional para
el empleo. Además de los indicados centros formativos se prevé la suscripción de convenios entre el
Servicio Público de Empleo Estatal y las organizaciones empresariales y sindicales más representativas,
así como entes paritarios amparados por la negociación colectiva estatal. Sobre la reciente reforma laboral
en España existen abundantísimas aportaciones doctrinales. Vid, por todos, Blasco Pellicer, A., Camps
Ruiz, L.M. y Goerlich Peset, J.M., La reforma laboral en el Real Decreto-Ley 3/2012, Tirant lo Blanch,
Valencia, 2012; Cavas Martínez, F. et altri, Reforma laboral de 2012, Laborum, Murcia, 2012; CondeRuiz, J.I., F. Felgueroso y García Pérez, J.I., “Las reformas laborales en España: un modelo agotado”,
Papeles de Economía Española (“La reforma del mercado de trabajo”), núm. 124, 2010, pp. 128-148; de
los mismos autores, “Reforma laboral: una primera evaluación y propuestas de mejora”, Revista de
Economía Aplicada, núm. 57, 2011, pp. 147-180; Monereo Pérez, J.L. et altri, Reforma laboral 20102011 y su instrumentación normativa, Comares, Granada, 2011; Ortega Prieto, E. y Ortega Figueiral, La
Reforma Laboral 2012. Wolters Kluwer-La ley, 2012.
6
por el que se establece la ordenación general de la formación profesional del sistema
educativo, cuyo artículo 31 alude a la modalidad de formación en alternancia. Pero, por
otro lado, la “implantación progresiva de la formación profesional dual en España”, a la
que se refiere la Exposición de Motivos del Real Decreto 1529/2012, el cual, según se
declara en el propio título de la norma, establece “las bases de la [así mencionada]
formación profesional dual”, sugiere de forma muy clara la intención de dar un paso
decisivo para un cambio de modelo –es decir, la incorporación del modelo alemán de
formación profesional dual-, como medida innovadora de lucha contra el desempleo
juvenil14.
3. Identificación del sentido innovador y de justicia relacional
El artículo 2.1 del mencionado Real Decreto 1529/2012 define la formación profesional
dual en los siguientes términos: “se entenderá por formación profesional dual el
conjunto de las acciones e iniciativas formativas, mixtas de empleo y formación, que
tienen por objeto la cualificación profesional de los trabajadores en un régimen de
alternancia de actividad laboral en una empresa con la actividad formativa recibida en el
marco del sistema de formación profesional para el empleo o del sistema educativo”.
Pero, acto seguido, en los apartados 2 y 3, respectivamente, separa dos tipos de
formación profesional dual: “la actividad formativa inherente a los contratos para la
formación y el aprendizaje regulada en el capítulo II del título II” (ap. 2) y “los
proyectos desarrollados en el ámbito del sistema educativo regulados en el título III”
(ap. 3). Siendo la introducción de esta segunda vertiente, la de la formación profesional
dual en el sistema educativo, la que constituye el verdadero desafío, en la medida en que
pretende incorporar un instrumento –novedoso en nuestro ordenamiento jurídico- para
luchar con mayor eficacia contra las altas tasas de desempleo juvenil. Es precisamente
ésta la necesidad, por lo que corresponde justamente determinar cuál es la innovación
14
En consonancia con ello, el artículo 33 del Proyecto de Ley Orgánica de Mejora de la Calidad
Educativa (enviado a las Cortes el 17 de mayo de 2013 y aprobado inicialmente en el Congreso de los
Diputados el 17 de octubre de 2013), introduce un art. 42.bis en la Ley Orgánica 2/2006, con la siguiente
redacción: “Artículo 42.bis. Formación Profesional dual del Sistema Educativo Español. 1. La Formación
Profesional dual del Sistema Educativo Español es el conjunto de acciones e iniciativas formativas que,
en corresponsabilidad con las empresas, tienen por objeto la cualificación profesional de las personas
armonizando los procesos de enseñanza y aprendizaje entre los centros educativos y los centros de
trabajo. 2. El Gobierno regulará las condiciones y requisitos básicos que permitan el desarrollo por las
Administraciones educativas de la Formación Profesional dual en el ámbito del sistema educativo.”
7
propuesta para la superación de la misma, así como su grado de adecuación a tal fin.
Una primera forma de indagación –unidimensional- consistiría en analizar cómo se
empieza a configurar legalmente en España la llamada formación profesional dual (por
medio del Real Decreto 1529/2012, y de las normas concomitantes, entre las cuales,
además de las mencionadas, debe aludirse a una incipiente legislación autonómica15),
recurriendo a las nociones normativas y a todos los instrumentos legalmente
determinados para tal fin; pudiendo, a partir de ahí, enjuiciar –y prever- el grado posible
de consecución de un verdadero cambio de modelo. Pero, junto a dicha forma de
indagación existe otra –tridimensional-, consistente en el abordaje desde el enfoque de
justicia
relacional,
analizando
cada
uno
de
sus
aspectos
o
dimensiones
(institucionalidad, reciprocidad y socialidad). Entendemos que esta segunda indagación
posible resulta en este caso particularmente adecuada: en primer lugar, porque, como se
ha dicho anteriormente, el desempleo juvenil es tanto un problema de formación como
de justicia; y en segundo lugar -y sobre todo-, porque, como a continuación se aclara, se
pretende un cambio de modelo, lo que nos sitúa en la dimensión de la socialidad, cuyas
claves pueden ser convenientemente abordadas desde la comprensión de la justicia
relacional (de la que aquélla –la socialidad- constituye un aspecto principal)
Desde ese punto de vista es preciso destacar que, en coherencia con lo que se dice en el
primero de los preceptos (art. 28) del mencionado Título III del Real Decreto
(denominado “formación profesional dual en el sistema educativo”), que declara que “el
objeto de este título es establecer el marco para el desarrollo de proyectos de formación
profesional dual”, la reforma se centra exclusivamente en el aspecto institucional o
estructural. Así, el artículo 29 identifica los centros participantes, los artículos 30 y 31
regulan respectivamente el establecimiento de programas de formación y de convenios
con las empresas, los artículos 32 y 33 aluden a derechos, deberes y becas y, por último
el artículo 34 se refiere al seguimiento y evaluación de todo ese régimen estructural y
organizativo. Ello, en principio, no tendría por qué ser inadecuado, en la medida en que,
según la propia denominación de la norma, este Real Decreto no pretende instaurar ipso
facto, la formación profesional dual, sino solamente establecer sus bases (y más bien de
forma progresiva, según la Exposición de Motivos). Pero es evidente que no resulta
15
Vid. Decreto 74/2013, de 14 de junio (Comunidad Valenciana); Orden de 10-1-2013 (Galicia); Orden
ECD/84/2013, de 30 de julio (Cantabria); Orden de 7-6-2013 (Castilla-La Mancha); Resolución de 3 de
abril de 2013 (Asturias); Resolución ENS/1204/2012, de 25 de mayo (Cataluña); Resolución de 25-72013 (Baleares).
8
posible –aunque no se intente a corto, sino a medio plazo- producir un cambio real
como el pretendido por medio de una mera reforma legal.
Ahora bien, teniendo en cuenta que, desde el enfoque de justicia relacional, es preciso
analizar si cada una de las tres dimensiones se adapta a las otras, puede decirse que en
este caso parece existir coherencia entre la medida normativa institucional adoptada y el
tipo de innovación al que se apunta. En efecto, el legislador es consciente de que la
innovación pretendida no puede ser creada legalmente, sino sólo promovida, puesto que
se apunta a un modelo de relación entre centros formativos y centros de producción,
como se expresa en la Exposición de Motivos: “Procede avanzar decididamente en una
formación profesional dual basada en una mayor colaboración y participación de las
empresas en los sistemas de formación profesional propiciando una participación más
activa de la empresa en el propio proceso formativo del alumnado y, así, permitir que
éstas conozcan de manera más cercana la formación que reciben los jóvenes, cada vez
más adaptada a las demandas de los sectores productivos y a las necesidades específicas
de las empresas. Con la formación dual se pretende que la empresa y el centro de
formación profesional estrechen sus vínculos, aúnen esfuerzos y favorezcan una mayor
inserción del alumnado en el mundo laboral durante el período de formación”. Desde
ese punto de vista debe juzgarse, en principio, positivamente, que las medidas
institucionales incorporadas a nivel normativo, aunque no impongan la obligación de
ofrecer puestos de trabajo, ni quede asegurada la existencia de becas –que sólo se
contemplan como posibilidad- se orienten al estrechamiento de vínculos entre empresas
y centros de trabajo. Es decir, la configuración –tal como expresa la definición legal de
formación profesional dual- de un “régimen de alternancia de actividad laboral en una
empresa con la actividad formativa recibida” (art. 2.1 del Real Decreto 1529/2012),
regulando a tal efecto el marco de proyectos de formación profesional dual, el régimen
de los centros participantes, programas de formación y convenios con las empresas.
En segundo lugar, junto al establecimiento de la relación clara y estrecha entre empresas
y centros de trabajo (principal apuesta desde la dimensión institucional), es también de
la mayor importancia que exista un nivel adecuado de reciprocidad (que es la segunda
dimensión) en el interior de dicha relación, es decir, que se trate de una relación viva.
Así lo ha reconocido claramente, en su Exposición de Motivos, el Decreto 74/2013, de
9
14 de junio, por el que se regula la Formación Profesional Dual del sistema educativo
en la Comunidad Valenciana, en la medida en que propone “que este nuevo sistema de
colaboración contribuya a generar nuevas dinámicas de reciprocidad”, es decir, una
encuentro cooperativo y sincero entre, por un lado, la necesidad que tienen las empresas
de trabajadores convenientemente formados y, por el otro, la necesidad que tienen los
jóvenes en formación de encontrar una colocación adecuada. Sirva como ejemplo hacer
notar que, ante una clara insuficiencia de empleos, una reciprocidad positiva puede
ofrecer una rotación de plazas para prácticas suficientemente formativa y responsable.
Pero una reciprocidad negativa generaría un mayor índice de precariedad laboral, así
como una formación exclusivamente condicionada por las necesidades empresariales.
En definitiva, si es cierto que una reforma legal no basta cuando se pretende un
verdadero cambio de modelo social de relaciones entre empresas y centros formativos,
si es cierto que, por tal motivo, las medidas institucionales tienen que adaptarse
convenientemente (promocionando de diversas formas el vínculo entre empresa y centro
docente, en lugar de una simple imposición), es igualmente cierto que se necesita
también el gran aporte del otro componente de la relación –de la socialidad de
relaciones-: para apuntar a un nuevo modelo es preciso, sobre todo, que se den pasos
decisivos en esta dimensión de la reciprocidad16.
Y, en tercer lugar, el modelo al que se tiende debe ser un modelo realista. Cuando se
piensa en la educación profesional dual, es frecuente aludir al modelo alemán de
enseñanza profesional, como horizonte idílico, anhelando sobre todo la existencia de un
período de formación juvenil con existencia simultánea –y mayoritaria- de prácticas
empresariales –remuneradas de una u otra forma-, unido a unos altos índices de empleo
juvenil (aunque, en puridad, ese modelo tradicional de formación profesional es un poco
más amplio, abarcando también a otros países de cultura o lengua alemanas, como
16
El Ministerio de Educación tiene abierta un portal cibernético dedicado a la formación profesional
(www.todofp.es), en el cual existe una sección para la formación profesional dual. Dicha sección posee
información sobre la implantación de este nuevo sistema en las distintas comunidades autónomas. Pues
bien, esa información recogida –y la información que se vaya incorporando- permite tener una cierta
visión de esta segunda dimensión de la justicia relacional (reciprocidad), puesto que en las ventanas de las
distintas Comunidades Autónomas no sólo se indican normas o convenios, sino dinámicas concretas de
cooperación de empresas con centros educativos. Dependiendo de si resulta efectiva la incorporación de
empresas a estos programas de colaboración podremos vaticinar que caminamos de verdad a un cambio
de modelo. Vid. http://www.todofp.es/todofp/sobre-fp/informacion-general/formacion-profesionaldual.html. Acceso: 31-10-2014.
10
Austria y Suiza)17. Sin embargo, ni el llamado modelo alemán es del todo perfecto
(presentando algunos inconvenientes de importancia, como la imposibilidad de
reconducir el itinerario formativo inicialmente elegido), ni –sobre todo- nos resulta tan
fácil acercarnos a un modelo que nos queda tan lejos desde el punto de vista cultural y
socioeconómico, dificultad que sugiere tan sólo la posibilidad de un acercamiento
progresivo, por no decir limitado18. En efecto, a diferencia de Alemania, carecemos en
España, por lo general, de grandes empresas, siendo poco realista pensar que un número
muy alto de empresas –como se requeriría- estén en condiciones de asumir el alto coste
de la contratación de los jóvenes (más del 95% de nuestras empresas tienen menos de
10 trabajadores contratados; y, a cambio, tenemos un nivel de paro juvenil
sensiblemente mayor, como ha quedado dicho); también la cultura empresarial española
dista de la alemana, puesto que allí las empresas consideran por lo general una buena
inversión contratar a un estudiante durante tres años; igualmente necesitaríamos
aumentar considerablemente el número de profesores o tutores preparados para enseñar
en el lugar de trabajo19. La enorme dificultad de importar una realidad como la alemana
no cambia la necesidad de cambiar de forma drástica nuestra situación de altísimo
empleo juvenil y elevadas cotas de abandono educativo. Por ello no han faltado
tampoco referencias a otros países –igualmente envidiados, en este sentido-, como
Suiza, cuyo modelo educativo es más flexible (por permitir a los jóvenes alterar
fácilmente su primera opción de formación o trabajo), cuya realidad empresarial es de
menor escala (empresas de menor tamaño), y cuya formación profesional es igualmente
exitosa, ya que allí las prácticas profesionales están remuneradas, ascendiendo al 80% la
17
Vid., sobre este modelo, y su posibilidad o dificultad de traslación a España, la siguiente página web:
file:///E:/Empleo%20juvenil/Modelo%20alem%C3%A1n%20de%20FP%20Dual%20%20%C2%BFes%2
0posible%20copiarlo%20%20%20%20Blog%20Cepal.htm; acceso: 31-10-2013.
18
El Prof. Dr. Dieter Euler se refiere a las dificultades de traslación del modelo alemán de formación
profesional dual en un informe encargado por la Fundación Bertelsmann y titulado “El modelo dual en
Alemania. ¿Es posible transferir el modelo al extranjero? Puede consultarse en
http://www.fundacionbertelsmann.org/fundacion/data/ESP/media/130610_El_sistema_dual_en_Alemania
(1).pdf; acceso 31-10-2013.
19
Vid Felgueroso, F., “El empleo juvenil en España: un problema actual”, op. cit., pp. 15-20. Vid también
Conde-Ruiz, J.I., Felgueroso, F. y García Pérez, J. I., “Las reformas laborales en España: un modelo
agotado”, Papeles de Economía Española (“La reforma del mercado de trabajo”), op. cit., pp. 128-148.
Acerca de una nueva perspectiva legal e institucional del empleo juvenil, basada en la educación y en la
formación professional, vid Tiraboschi, M. “The Challenge of Youth Employment in the Perspective of
School-to-work Transition”, op. cit., 33-48. Igualmente Casquero, A.M., D. García, D. y M.L. Navarro,
M.L., “Especialización educativa y inserción laboral en España”, Estadística Española, vol. 52 (175),
2010, pp. 419-467.
11
tasa de jóvenes que son contratados posteriormente por la empresa en la que han
realizado prácticas20.
4. Valoración conclusiva
El Real Derecto 1529/2012, de 8 de noviembre, en la medida en que pretende establecer
las bases de la formación profesional dual constituye, en el contexto de una línea
normativa estatal que lo antecede y de algunas normas autonómicas que lo
complementan, un paso decisivo en el intento gubernamental confesado de avanzar de
forma innovadora hacia una formación profesional dual o en alternancia.
Desde el enfoque de justicia relacional, que supone un marco adecuado para valorar el
carácter y realismo innovador de este intento, debe tenerse, en primer lugar, que
reformas normativas como ésta (dimensión de institucionalidad), aunque se configuren
en términos de modestia, conformándose con ir comenzando a dibujar las bases de una
nueva relación entre empresas y centros educativos, a fin de que ésta pueda avanzar de
forma progresiva, deben ir acompañadas desde el principio de un fuerte impulso (el
verdadero paso decisivo) por parte de una gran número de empresas abiertas a una
cooperación real (dimensión de reciprocidad). Y, en segundo lugar, debe tenerse en
cuenta que la verdadera innovación habrá de ser lograr modificar efectivamente nuestro
modelo de relación entre mundo empresarial y mundo educativo, lo que supondría una
verdadera alteración cultural (dimensión de socialidad).
En España se ha cuidado tradicionalmente muy poco la relación entre realidad escolar y
empresarial21, por lo que resulta importante que el fortalecimiento de esta relación
constituya el primer paso de la reforma que se acomete, la cual, por otro lado, mantiene
la posibilidad abierta al estudiante para reorientarse –si cambia de opinión- hacia otras
20
Vid. “España busca en Suiza Cómo mejorar su modelo de FP Dual”, Diario ABC, 20-10-2012, p. 24.
ANPE, “¿Es posible en España un sistema dual de formación profesional?”,
http://www.anpe.es/destacadas/2012/02/%C2%BFes-posible-en-espana-un-sistema-dual-de-formacionprofesional/. Acceso 31-10-2013.
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alternativas o vías formativas, lo cual debe considerarse adecuado. A partir de este paso,
que corresponde al ámbito de la institucionalidad, es imperioso que, en el menor tiempo
posible, se logre iniciar una verdadera dinámica de reciprocidad, es decir, al menos, un
elevado número de empresas dispuestas a colaborar con el sistema educativo en la
formación profesional dual incipiente. En este paso se juega la credibilidad del intento.
pero incluso consiguiendo esto quedará un largo camino. En este sentido deben juzgarse
importantes dos objetivos que pertenecen al terreno cultural, es decir, al modelo de
socialidad: el primero, conseguir elevar suficientemente el prestigio de la formación
profesional; y el segundo, incorporar a nuestra cultura empresarial el valor de la
inversión económica en la formación de los jóvenes. Y –mientras este segundo objetivo
llega-, se necesita una política cada vez más general de becas para apoyar implantación,
progresiva, pero efectiva, de la formación profesional dual.
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