museo histórico municipal “la para”

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Memorias del Pueblo
MEMORIAS DEL PUEBLO
Revista del
Museo Histórico Municipal
“La Para”
Ex estación ferroviaria
C.P. X5137ANQ
La Para - Córdoba - Argentina
www.museolapara.gov.ar
[email protected]
Propietario:
Municipalidad de La Para
Año 7 – Nro. 7
Setiembre 2007
Director
Carlos Alfredo Ferreyra
Tipeado
Laura Ceballos
Fotografías
Verónica Juárez
Andrés Echenique
Néstor Cocco
Colaboración
Nélida Godoy
Susana Bena
Marta Bonofiglio
Eduardo Pautassi
Eiant Krieger
Eduardo Villarreal
Homero Maidana
René y Diamantina Pedraza
Familia Bena
Néstor Chiantore
Estimado lector:
Un año más y con renovado vigor, llegamos a Ud.
con el objetivo de poner a su consideración el resultado de
las investigaciones realizadas por nuestro museo y los aportes llegados a nuestra redacción.
Pero este nuevo número, inaugura un nuevo ciclo de
la revista, ya que gracias a la renovación del convenio editorial con la Asociación Mutual de Sportivo Belgrano,
Memorias del Pueblo: Revista del Museo Histórico Municipal "La Para", seguirá saliendo por otro período de tres
años con renovación automática por tres más.
Por este motivo deseamos, en primer lugar, agradecer a nuestro patrocinante, y en segundo lugar motivar a
Ud. lector -la verdadera razón de la existencia de la revista- para que se sume a este proyecto a través de la elaboración de artículos de historia popular o científica que contribuyan a un mejor conocimiento de nuestro pasado y a la
construcción de nuestra identidad colectiva.
Pero no solo estamos felices por que se ha garantizado la perdurabilidad por más tiempo de esta publicación,
sino también porque desde finales de este año, la comunidad de La Para tendrá un nuevo museo: el Museo Regional
del Trabajo; proyecto acariciado largo tiempo por quienes
formamos la comunidad museológica local, y que gracias
al aporte desinteresado de mucha gente y gracias al apoyo
de la Municipalidad, estamos logrando concretar.
Este nuevo número sale a la calle con buenos augurios:
La Para apuesta por el desarrollo cultural, como parte integrante del desarrollo general de una comunidad, pero sabiendo que es la cultura -justamente- lo que nos distingue
del resto de los seres vivos.
Esperamos seguir concretando sueños. Sólo lo lograremos si contamos con su apoyo.
Hasta el próximo número.
Mgr. Lic. Carlos Alfredo Ferreyra
Derechos reservados.
Queda hecho el depósito que
establece la ley 11.723.
SUMARIO
La taberna memoriosa: historias del Bar Plaza .......................5
La correspondencia deberá remitirse
a la dirección del Museo.
Recuerdos de tiza: historia de la Escuela “Arcelia Carreras”..21
Aportes cartográficos e históricos sobre Mar Chiquita...........31
Los artículos firmados son
responsabilidad de los autores.
Permitida su reproducción siempre
que se cite la fuente.
ISSN: 1666-8839
Tecnología de proyectiles y uso del espacio...........................43
Análisis del ADN mitocondrial en pobladores de La Para......49
La muestra “Yuri Gagarin, el primer hombre en el espacio”..51
Poesía “Las Costas de Ansenuza”........................................53
Memoria 2006 del Museo Histórico Municipal “La Para”........57
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 1
Memorias del Pueblo
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San Martín 871 - CP. 5137 - Tel.: 03575 · 491428 – Fax: 491001
Sitio: www.lapara.gov.ar - E. mail: [email protected]
2 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
Memorias del Pueblo
Hace posible es
estta Publicación
Casa Central: La Para
Filial 1: Villa Santa Rosa de Río Primero
Filial 2: La Tordilla
Filial 3: Arroyito
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 3
Memorias del Pueblo
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Equipo de Trabajo del Museo
Encargada del Área Municipal de Cultura y Deportes
Sra. Beatriz del Carmen Fiore
Dirección
Mgr. Lic. Carlos Ferreyra
Asistente de Dirección
Téc. Laura Ceballos
Conservación
Sra. Angélica Montoya
Atención al Público
Sr. José Luis Giraudo
Mantenimiento
Sr. Reinaldo Loza
Área de Investigaciones
Sr. Eduardo Villarreal, Prof. Marta Bonofiglio, Téc. Ulises Carrara,
Sr. Jorge Miglione, Téc. Gabriela Peralta.
Arquitectura
Arq. Silvana Rainaudo
Diseño Gráfico
Téc. José Eduardo Pérez
4 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
Memorias del Pueblo
LA TABERNA MEMORIOSA:
HISTORIAS DEL BAR PLAZA
Por Susana Bena de Novarino
Introducción
Esta compilación de recuerdos me llevó muchos días
de trabajo y muchas horas de diálogo con cada una de
las personas que compartiendo parte de su historia contribuyen a la historia de nuestro pueblo.
En su memoria están grabados tantas cosas hermosas que han vivido y también el recuerdo de quienes ya
no están.
Como la mayor parte de este artículo se basa en
testimonios orales y en aportes documentales que me
acercó la gente es que ruego sepan comprender las omisiones y errores que seguramente encontrarán los más
memoriosos.
Los orígenes
Me cuentan, que en el lugar donde hoy esta la iglesia había hacia el año 1943 un salón propiedad de la
familia Bergero (uno de cuyos miembros era el sacerdote que falleció en Balnearia y descansa en nuestro
cementerio). Allí funcionó un bar comedor y hospedaje
llamado “La Fonda”.
Ese local fue alquilado por Raúl “Tati” Caffarena y
Hugo “Lula” Caffarena. Este último compró los muebles
a un encargado de la estancia “La Montaraza”, muebles
que eran de un bar del sur de Córdoba: estanterías, mesas, sillas y un villar. Para pagarlos le habló a doña Ursula
Gille de Berga para que le prestara unos pesos que le
faltaba, pudiendo así completar la suma para efectuar
la compra.
Cuenta Carlos Bena que allí realizó la fiesta de casamiento su hermano Domingo con Elvira Trombotto
de la manera que se acostumbraba, con un gran almuerzo donde no faltaba el vino. Ésta fiesta fue muy
divertida, sobretodo cuando Juan Sorello se puso a
bailar arriba de una mesa haciéndose el gran bailarín,
terminándosele la bailada en el suelo; todos bailaron y
agotaron la bebida.
La esquina, donde hoy se encuentra “Bar Juancito”,
donde antes estaba “Bar Plaza”, era un almacén de ramos generales de Benito y Ernesto Bruera. Hacia mediados de la década del 40 el bar se trasladó allí. En
esos años le venden a Líbero Caffarena y “Paco” Peralta.
El local anduvo muy bien como bar y como vermouth
danzante los domingos; incluso los dos clubes de La
Para realizaban en este salón bailes, reuniones y festejos de fútbol.
En 1946 los dueños del bar, Antonio y José Mensa,
realizaron un baile con la orquesta del pueblo. En esa
oportunidad, “Tatí” Caffarena tocaba el bandoneón y
“Lula” Caffarena la batería, mientras que Policarpo
Navarrete ejecutaba la guitarra y el maestro Nieto el violín. También participó la orquesta de Fassina Boni.
La esquina del Almacén de Ramos Generales de Bruera Hermanos, antes de ser bar, década de 1930.
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 5
Memorias del Pueblo
Baile en el salón del Bar Plaza, década de 1940, al fondo puede distinguirse la orquesta.
Se decía que en 1948 el bar se vendió a Prialis Hnos.
Ellos, los sábados y domingos solían dar películas
mexicanas, la gente llenaba el salón. Todo el mundo
recuerda la frase de don Prialis: “Cliptos, limón agrio y
hielo fresco”.
Marta Merlo relata que en aquella época se realizó
un concurso de baile muy importante, eran dos noches
de encuentro; en esa oportunidad hicieron de jurado
“Lula” y “Tati” y el director de la orquesta, participó mucha gente, en la última ronda se destacaron las parejas
de Antonio “Chacho” Mezzadra y Elena “Bocha”
Mezzadra y la de Marta Merlo con su bailarín oficial,
Amado Molina, que era peluquero de “Lula”. Estas dos
parejas llegaron al final del certamen. Me cuenta Marta
que eran tantos los nervios que tenía miedo de caerse
por tanto que le temblaban las piernas.
“Chacho” debió quedarse sólo en la pista esperando
el resultado ya que su compañera no soportó los nervios y se retiró. Al final resultaron ganadores Marta y
Amado, quienes recibieron como premio una gran caja
de bombones que se pusieron a repartir entre los miembros de la orquesta y los galponeros del ferrocarril.
“Chacho” tenía una particular forma de bailar: a los
saltitos en los cortes. Otro tanguero que se destacó esa
noche fue Jorge Flores, era muy buen bailarín ya que
marcaba muy bien el compás.
La noche del cierre del concurso no pudo estar el
único fotógrafo de la zona, don Nilo de Miramar, por lo
que después de varios días se realizó una escenografía para hacer las tomas; en ésta participaron tres
futbolistas de Córdoba que jugaban para Belgrano, uno
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de ellos era Torres, otro bailarín de Marta. Don Verónica
Pedraza consiguió que la foto fuera publicada en La
Voz del Interior.
Años después solía venir a pasar sus vacaciones
estudiantiles a su pueblo natal el doctor Neri Bruera. Él
recuerda que por aquellos años aprovechaba sus vacaciones para trabajar y juntar unos pesos.
Los veranos en el bar eran un clásico, se colocaban
mesas en las veredas y todo el mundo alrededor, se
llenaba de jóvenes a los que atendía el camarero “Negro” Giménez. El helado se hacía a mano y se colocaba
en cubas con hielo y sal para mantenerlos fríos.
Andrés “Rolo” Echenique recuerda a un conocido
parroquiano del bar, don Bonifacio Nogal, quien una
noche, habiendo bebido de más, se fue para su casa y
apareció a la mañana acostado en la calle, todos lo creyeron muerto y hasta le prendieron velas, hasta que el
doctor Barrionuevo se dio cuenta que sólo había sido
un susto. Gran personaje éste Bonifacio, gran cafizo,
hasta usaba calzoncillos de seda; una noche, cuando
compartía un festejo con unos amigos, mientras saltaba
y se abrazaba con varios de ellos, se le escapó un tiro
del revolver que siempre llevaba en la cintura; la bala
traspasó el mueble de la cafetera y dejó una marca en
el mosaico. Por suerte la bala no lo tocó a don Líbero,
quien se encontraba apoyado en el mostrador, se salvó
de milagro.
Al año siguiente, en 1949, se hizo la pista de baile,
allí se realizaba el gran baile de carnaval. Los jóvenes
espiaban por el portón, trataban de observar lo que allí
pasaba. Según Osvaldo “Baldo” Cavallo en la pista se
Memorias del Pueblo
hizo un gran baile, eso ocurrió en 1950 en una noche de
verano, el cree que era Lolita Torres ya que en cada
canción se cambiada de vestuario y con su dulce voz
deleitaba con canciones españolas.
El año 1951 fue duro para el bar, el pueblo atravesaba una crisis por la escasez de agua; no llovía por lo
que el bar trabajaba poco, se despachaba poca mercadería, se llegaba a vender, con suerte, una cerveza a 60
centavos.
En 1954 el bar fue atendido por las familias Destéfani
y Buabud, más abajo comento algo sobre esta época.
Leonel Destéfani y Jorge Buabud venden las llaves
del Bar Plaza, el 20 de junio de 1957, a Juan Bena de
36 años, casado con Cándida Dina Ferreyra, que junto
con sus tres pequeños hijos mayores (Ángel Ernesto,
Susana Elda y Juan Mateo) y el mozo Hugo Molina, con
mucho empuje, comienzan a trabajarlo. Noches de grandes asados, cine, teatro, naipes, la cancha de bochas
afuera en el patio, al lado de la pista…
Grandes casamientos, con muchos invitados (más
de 300 personas), se realizaba en el gran salón, todo
organizado por mi padre Juan, atendido por los mozos y
asadores, tales como “Tony” Anselmo, Miguel Lobatto,
Miguel y Próspero Ferrerya, Delto y Edelmiro Baldo,
Carlos y Edmundo Ferreyra, Luís Caffarena, Oscar
Gerbino, “Chani” Aquino, “Tito” y “Toto” Juncos; en tanto
que mi abuela Ramona y mi madre se encargaban de la
ensalada. Las fiesta consistían en grandes picadas de
cerdo y chacinados, y a veces, asado de vaca.
Don Juan Bena y doña Dina Ferreyra, dueños del Bar
Plaza.
El 28 de diciembre de 1959 se compra a Benito Luís
y Ernesto Bruera el edificio lo que encierra una superficie de 2.709 m2; a partir de allí la familia Bena es ahora
dueña del local y del negocio.
Ya en 1964 estaban todos mis hermanos menores:
Luisa Dina, Daniel Martín y Norma Teresita Mabel, una
gran familia.
Todos trabajaban, siempre había alguien que se quedaba a comer y siempre había un lugar para quien necesitara dormir o alojarse, como la maestra Ada
Hernández o el profesor de música Juan Fassina.
Cada vez que había fiestas o las patronales, el salón se baldeaba, todos con escoba en mano y con alegría realizábamos la tarea.
Los vasos y los platillos del copetín eran lustrados
para la numerosa concurrencia.
Desde 1965 la pista externa fue testigo de hermosas veladas escolares de fin de año, bailes con vestimenta típica, mucho esmero de padres y maestras, y
también desfiles de modas, cuyo fin era colaborar con
la Escuela “Mariano Fragueiro”.
En febrero de 1971 se armaron las famosas “Batallas Campales de Agua”, para los carnavales, en donde
se enfrentaban a baldazos limpios el barrio Centro contra el barrio Chaco chico, y de allí con El Rosedal.
Todos los años los muñecos “Panchito” y “Toribio”
en su valija deleitaban a grandes y chicos con sus ocurrencias y sus peleas futboleras: “Panchito” era de Boca
Juniors, morocho e ingenuo, “Toribio” era de River Plate,
un gringo de mejillas rojas, grandes bigotes, voz gruesa y muy inteligente. Terminada la función los muñecos volvían a la valija y el señor ventrílocuo llenaba
sus bolsillos.
Desde la década de 1990, quedó a cargo del bar mi
hermano Daniel, y desde entonces se llama Bar Juancito;
en sus paredes atesora grandes historias y numerosas
leyendas.
Velada escolar en la pista del bar.
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 7
Memorias del Pueblo
El teatro
El teatro vocacional en La Para es muy antiguo, pero
con frecuencia los grupos no duraban mucho tiempo;
en 1953 se inicia más permanentemente con la dirección de Roberto Pizzi.
Años más tarde, en 1957, se conformó otra agrupación teatral. Según cuenta “Cuca” Peralta, este nuevo
grupo se reunía de lunes a viernes a las 21 horas. Los
encuentros se hacían en el Bar Plaza, al fondo del patio, allí había una habitación en desuso que el señor
Bena les prestaba para ensayar. En los ensayos, casi
siempre, los visitaba el padre Papa, el párroco de aquellos años. El grupo de teatro funcionó por largo tiempo.
Una compañera fiel de este grupo fue doña Andrea, una
gran cebadora de mates, siempre se prestaba a colaborar. Las distintas presentaciones que hacía servían para
recaudar fondos para la iglesia. La función se realizaba
siempre en el salón del Bar Plaza, en la parte sur de
dicho salón se levantaba el escenario, allí se colocaba
los paneles hechos con bolsas de arpillera y engrudo,
luego se diseñaban las paredes, se colocaban papel y
cortinas que servían para ir cambiando el escenario
según la escena que correspondiera.
El Teatro Vocacional de La Para estuvo conformado
por muchas personas, en una época sus directores fueron
Antonio Canavesio y Hugo Caffarena. El grupo se conformó con las siguientes personas: Francisco Camarda, Raúl
Caffarena, Benito Ferrreyra, Norberto Ferrero, Ítalo
Pautasso, Jorge Flores, Otto Cavallo, José Peralta, Carlos
Villarreal, Walter y Luis Villarreal, Juan y Marisa López (Juan
era el apuntador), Orlando Casale, Emilia Rivero, María
López, Nora Pizzi, Olga Peralta, Lidia Castellano, Blanca
Peralta, María E. Peralta, Lauda Peralta, Beatriz Formento,
Marta Carrera, Teresita Peregrina.
Algunos de las obras que más se recuerdan son “San
Antonio de los Cobres”, “Las de enfrente”, “Conventillos
de las palomas”, “El patio está de verbena”, “Tu cuna
fue un conventillo”. Ese mismo grupo de teatro actúo en
otras localidades, entre ellas La Quinta, Miramar, etc.
Un recuerdo importante del “Chueco” es la llegada a
La Para de las compañías de teatro de Córdoba, tales
como la de Alfonso Kamki, Oscar y Jaime Kloner, Ana
María Alfano y Hugo Maldonado, la preparación del salón en esas presentaciones corría a cargo de la gente
del bar, la compañía de teatro daba un porcentaje. El 25
de mayo de 1971, se presentó la novela “Marieta”, en la
El Grupo de Teatro Vocacional de La Para actuando en el Bar Plaza en diferentes momentos.
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Memorias del Pueblo
propaganda por radio AM de Córdoba el locutor comenta “nuevamente en La Para, a pedido del público, llenaremos el Salón del Bar Plaza”.
En la época de la novena la gente también concurría, primero asistía a misa para después ir a ver una
obra de teatro o a la kermés, allí se jugaba a la botella
con argollas, también se realizaba el juego de los caballos de carrera, que se parecía a un fonógrafo o una
“Victrola”, se daba cuerda y se tomaba velocidad, entonces el que quedaba más cerca de la línea era el que
ganaba; otro juego era la casita del conejo, se debía
entrar en la casita que tenía su número en el techo.
El cine
Oldina Bena de Caffarena, recuerda que en La Para,
desde más o menos la década de 1940 ya había cine, y
que en ese entonces era propiedad del señor Roberto
Peralta, funcionando en aquel entonces en el salón donde por mucho tiempo estuvo el bar de Nora Paná (calle
Barrionuevo esquina Belgrano); luego fue transferido a
don Eleazar Peralta quien lo traslada al bar Plaza, con
el nombre de Cine “Bar Plaza”. Por entonces la casilla
desde donde se proyectaban las películas estaba dentro del salón.
Don “Paco” una noche de verano decide proyectar
una película al aire libre en la pista del bar, estaban todos muy entusiasmados viendo la película cuando de
repente los asistentes fueron sorprendidos por un viento fuerte que se llevó la pantalla, desde aquella noche
nunca más se proyectó cine al aire libre. De esa época
es la famosa anécdota del incendio de la máquina de
proyección de don “Paco”, todos ayudaron a sofocar el
fuego, desde el suelo los presentes le aventaban sifones de soda.
Humberto “Berto” Cavallo nos recuerda que, en sociedad con Everilde Caffarena, compran el cine en 1968
y lo llaman Cine “Avenida” (por estar ubicado sobre la
calle principal del pueblo); además en ese año construyen la casilla externa para instalar las dos nuevas máquinas que habían adquirido. También cambiaron la
pantalla, instalando una tela que no da buenos resultados, por lo que al final deciden comprar la Pantalla Panorámica de 3m. por 8m., un lujo para el pueblo.
También en ese año retapizan las butacas y barnizan los maderamen, todo a mano, hecho por los mismos propietarios, trabajando día y noche.
Adentro del salón, en un costado de la pared, cerca
de la entrada se pegaban los afiches de las próximas
proyecciones, en tanto que afuera, en la vereda, se pegaban los afiches de las películas que se proyectaban
esos días. No faltaba algún pícaro que escribía en los
afiches el nombre de algún personaje de La Para con
relación al título o a la temática de la película, la mayoría de las veces esas bromas eran muy acertadas y festejadas por la gente.
La cartelera era muy variada, y las décadas de 1960
y 1970, fueron las de oro para el cine en La Para. Por lo
general se proyectaban dos películas, y entre medio de
ellas el Noticiero Argentino y las colillas de los próximos
estrenos. Cómo no siempre llegaban los rollos con las
noticias frescas del momento, era común que la gente
viera en diversas oportunidades noticias muy atrasadas,
que de novedad no tenían nada; por eso, el intermedio
era usado para ir al baño, tomar algo fresco o comprar
en el buffet del bar golosinas, chocolates, bombones y
otros tipos de dulzuras.
Siendo Cavallo y Caffarena encargados de las máquinas, la esposa del primero, Ilda “Chichi” Duri y sus
La esquina del Cine-Bar Plaza antes de que se construyera la casilla, sobre la puerta se distingue afiches de las
proyecciones; en la jardinera, Don Pugno.
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 9
Memorias del Pueblo
hijos controlaban las entradas. Si la película era buena,
se daba una matinée los domingos por la tarde.
Los miércoles se proyectaban las películas prohibidas para menores de 18 años, como las de Isabel Sarli.
Portada de un programa del
cine “Avenida”.
“Berto” recuerda que las películas más taquilleras
de esos años fueron “Madame X” y “Paraíso Perdido”,
las que debieron repetirse a pedido del público.
También fueron exitosas: “La Reina de los vikingos”,
“Sueños de rey”, “El Zorro” y “Los 3 Mosqueteros”, “Con
los minutos contados” y “Cuando doblan las campanas”.
Con el correr del tiempo, en 1974, Cavallo y
Caffarena le venden el cine a Irene y Oldina Bena, quienes se encargaban personalmente de comprar la programación para todo el mes en Córdoba. Recuerda
Oldina, que el fin de semana se limpiaba y acondicionaba la sala para la función de la noche y que si la película
era muy taquillera se hacían funciones los viernes, sábados y domingos; entre los éxitos más importantes que
se recuerdan en La Para figuran “Juan Moreira”, “La úl-
tima nieve de primavera”, “El Padrino” y “Los sobrevivientes de los Andes”. En esas proyecciones se trabajó
a sala llena y como las butacas no alcanzaban, ni tampoco las sillas del bar, recurrían a la casa de la familia o
de los vecinos a buscar más sillas, todo esto a las corridas, por supuesto, ya que había que ubicar a todo el
público. Muchas veces no quedaba otra que decirle a la
gente que volviesen el domingo, por que el salón estaba completo. Pasaron unos años e Irene se aleja del
cine para dedicarse de lleno al comercio y Oldina se
hace cargo junto a su marido Juan Carlos Caffarena de
llevar la sala, para ello contaban con la ayuda de sus
hijas Laura y Julieta; Juan Bena -tío de Oldina y dueño
del bar- cedía el salón en comodato, ya que ambos se
beneficiaban: uno por la asistencia de los parroquianos
a la sala de cine y otro por las consumiciones que los
asistentes a las proyecciones realizaban en el bar, una
simbiosis.
Nos relata Oldina que las tareas de acomodar a la
gente y mantener el orden en la sala no era fácil, pues
cuando los más chicos se aburrían del film hacían ruidos y hablaban, o sea que molestaban a los mayores
que seguían con atención la obra; ella recuerda que uno
de los que más la hacían renegar era Edmundo “Pato”
Stolla, cuando se portaba muy mal lo sacaban de la sala
y al sábado siguiente lo tenían de nuevo, prometiendo
que se iba a porta bien, cosa que no cumplía.
Transcurriendo el tiempo y con la llegada de la video
reproductora, la mejora de las señales de aire de TV, la
llegada de la televisión por cable y las nuevas tecnologías, fue perdiendo vigencia la sala del Cine “Avenida”
y en el año 1984 decidieron cerrarlo y venderlo. Publi-
El Bar Plaza con la casilla recién construida, bajo ella se distinguen las bolsas con los rollos de las películas a punto
de ser cargadas en la casilla.
10 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
Memorias del Pueblo
Los Destéfani-Buabud cuando atendían el bar.
caron el anuncio y a los pocos días un señor que tenía
campos en Catamarca lo compró y lo instaló en un
pueblito llamado Los Altos.
¿Qué habrá sido de la vida de ese cine, nuestro cine
de La Para? Mucha nostalgia nos da la comparación
que Oldina Bena hace del Cine “Avenida” con la realidad mostrada en la película “Cinema Paradiso” de
Giusseppe Tornatore, obra maestra que es el vivo retrato de lo que fue el cine de La Para, humilde cine de
pueblo.
Anécdotas y recuerdos
Volviendo unos años, en 1954, el bar era atendido
por Leonel Destefani y Jorge Buabud. El negocio estaba a full, se trabajaba mucho. Incluso Jorge mandó a
llamar a un primo, un joven de 23 años, que desde el
Líbano se vino a trabajar al bar, comenzó un marzo con
las tareas. Ermelda Destefani tiene una famosa anécdota de esa época: en el bar criaron un corderito que se
crió como mascota de ella, cuando se puso grande lo
carnearon y nadie lo quiso comer.
María Ercole recuerda la vez que fue a comprar caramelos y la atendió aquel muchacho, que también se
llamaba Jorge y le decían Jorgito, quien se sorprendió
por su belleza; tal fue su asombro que le obsequió los
caramelos y también le regalo chocolatines; en aquel
tiempo María tenía apenas 16 años. Cada vez que iba
la cortejaba con piropos y le regalaba entradas al cine,
sin ser correspondido por María. Hoy, 50 años después,
Jorgito Buabud regresa de Mar del Plata (a donde se
había ido buscando nuevos proyectos) y encuentra a
La Para muy cambiada; vuelve al antiguo Bar Plaza para
traer a su memoria todo aquello tan hermoso que vivió,
y por esas vueltas del destino logra conquistar y rehacer su vida con María.
Pero además de amor el bar era lugar de peleas,
como la del gringo Mensa con Leonel Destefani, cuyo
testigo privilegiado fue “Rolo” Echenique.
Las fiestas de casamiento solían realizarse en dos
locales, las más pequeñas en el salón del Hotel Argentino, y las más grandes en el salón del Bar Plaza. En
esa época era costumbre que los invitados llevaron tortas para el té; se colocaban todas en un tablón y por lo
general estaban muy bien decoradas, una más bonita
que la otra. Un ejemplo de aquellas fiestas fue cuando
se casaron Nelly “Chuchi” Bersano y Paulo “Paulín”
Trucco el 28 de abril de 1957; en esa oportunidad actúo
la orquesta “9 de Julio”.
El bar, todas las noches se llenaba de gente.
Para que el bar funcionara, era fundamental el papel que desempeñaban los mozos o meseros. Uno de
ellos, Delto Baldo, alias “El Chueco”, trabajó durante 14
años consecutivos en el bar Plaza, en la época de Juan
Bena.
Me cuenta que en el lugar se trabajaba con mucha
alegría y que eran como una gran familia, trabajando
codo a codo con Juan Bena y su esposa Dina Ferreyra.
Al salón, los domingos a la mañana, iban a cantar y
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 11
Memorias del Pueblo
La Orquesta “9 de Julio” un clásico del bar, de izquierda a derecha: Heredia, Villarreal, Pereira, Villarreal, Monje,
Cavallo y Pautasso.
tocar la guitarra y el bombo Lila y Zenón Rojas y Ramón
Palacios. Ellos compusieron algunas canciones que se
hicieron famosas: “El Milko” (homenaje al famoso caballo ganador), “El asalto al banco” y “Canción de los turcos”, esta última muy apreciada por don Dionisio Alegre, que siempre pedía que se la cantaran, además los
parroquianos del bar pedían otra y otra y ellos muy orgullosos los complacían.
“El Chueco” recuerda aquel 31 de diciembre en que
mientras sacaba sillas a la vereda, se acerca el cura
Ramón Bárcena y dice “En vísperas de año nuevo, te
invito a tomar una sidra, traela y traé unas copas, para
nosotros dos y para don Juan, también”, cuando quiso
pagarla, no se la quisimos cobrar y dijo que si no se la
cobrábamos no vendría más al bar (pero… no era que
sólo iba a tomar por ser fin de año).
También nos trae algunas anécdotas. En aquellos
años el bar era terminal de ómnibus oficial; viene Andrés Bianco y le pregunta a Delto Baldo “Chueco, no
viste si del ómnibus se bajó el colectivo”. O cuando en
una fiesta Lorenzo Caviola de Lomas del Trozo le dice
“Che, Chueco, ¿no lo viste a Coso?” y Delto le contesta
“Si, mirá, recién se va con Comuera”, a lo que Caviola
respondió muy campante, “bueno, che, gracias y hasta
luego”.
Pero su recuerdo más tierno es cuando Delto Baldo
le dice a don Juan y a doña Dina que se iba a casar y
que quería hacer la fiesta en el bar, ellos decidieron
obsequiarle como regalo de bodas toda la fiesta, un
hecho que nunca olvidará en su vida.
Pero el bar era fundamentalmente un lugar de re-
12 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
uniones entre amigos, no solo para charlar y tomar, sino
también para jugar y divertirse. Por ejemplo, los encuentros de bochas al fondo del patio, donde se juntaban a
jugar Hugo Armando “Chiche” Chellerino, “Cacho”
Asinari, Arcadio “Cayo” Vaca, Eduardo Novarino, Alfredo
Formento, Diógenes “Negro” Toledo, para jugar a las
bochas y a la taba.
Cuando agarraban el bochín estos gringos y se ponían a cantar, era un espectáculo, aunque hay que reconocer que desafinaban un poco, pero se divertían a
lo grande, recordando con nostalgia la patria de sus
antepasados italianos: don Collino, Luís Novarino,
Bartolomé Novarino, José Gramaglia, don Candiano,
Pedro Dell' Erba, don Paná, Juan Bena, Domingo Rosso,
Alberto “Berto” Rossina, Edmundo Rosso, Juan Domingo Novarino y “Chico” Novarino, entro otros. Do Enrique
Quaglia tenía sus grandes éxitos de repertorio: “La
Viuletta”, “Capello Nero”, “La Moretina”, “Mazulín di Fiori”,
“Il Fischio del Vapore”, “Piccina” y “Marieta”.
No obstante, como relata mi hermano Ernesto Ángel
Bena, era reunirse a hacer tiempo y a charlar el motivo
principal de reunión.
A mi hermano le entra la nostalgia, sobre todo por la
gente querida que ya no está y eran tan compañeros en
el bar, ese bar donde podías tomarte un café o desayunar un submarino con bay biscuit, tomar un copa o varias con batería o picadas, tuvieras o no dinero, un lugar
donde en 5 minutos organizaban un asado, ya que siempre estaba lista la parrilla y las brasas, dos guitarras y
un bombo esperando a los protagonistas: los hermanos
Heredia, Aldito Gallo, Dionisio Silva, los hermanos Ro-
Memorias del Pueblo
Delto Baldo con amigos y compañeros de trabajo en el Bar Plaza.
jas, Benjamín “Pato” Palacios, “Nory” Pacheco, Ramón
Gutiérrez y muchos más. Así se pasaba el tiempo sin
que se dieran cuenta del trayecto del sol sobre la línea
del ferrocarril, como cuando se juntaban los famosos
“Jilgueros”, después de algún triunfo que tanta veces
nos dieron: “Tula” Bayonza, Daniel Bena, “Pato” Stola,
“Pepe” Baldo, “Bicho” Toledo, “Nona” Franco, “Tapa-tapa”
Palacios, “Petizo” Quaglia, Mario Cabutto y la “Chancha” Toledo.
Cuenta que como centro de reunión, los jóvenes de
entonces se juntaban a jugar al truco, a la villa, o a la 31,
también a tomar algún aperitivo o hacer tiempo para esperar algún taxi para que los llevara a algún baile en un pueblo vecino (los taxistas de ese entonces, década de 1970,
eran Juan Bautista “Tino” Marengo, Vicente Fenoglio, Lino
Castellano, Feliciano Ibarra y Don Verbena).
Pero lo más llamativo era cuando llegaba el tren de
las 21.40hs. (a esa hora llegaba el diario “Córdoba”), en
el bar siempre había mucha gente, sentían el pito del
tren y salían todos corriendo, el único que quedaba era
Juan Bena, los demás dejaban todo lo que tenían en
sus manos y corrían desesperados a la estación del ferrocarril, un acontecimiento bárbaro: ver quien se bajaba y quien subía, luego el tren partía y volvían de nuevo
al bar a continuar con la tertulia.
Pero Ernesto nos relata unas anécdotas que han
quedado en el recuerdo de mucha gente, como cuando
en la fiesta de casamiento de José Pedro “Chiquito”
Bolatti, que se realizaba en el bar, una noche fría con
una neblina que mojaba todo y no permitía ver ni a un
metro. Como era un casamiento grande, había mucha
gente, la mayoría gente de campo que había venido en
auto y estaban estacionados todos muy apretaditos en
la calle. Para divertirse, no tuvieron mejor idea con Ro-
Casamiento en el salón del Cine Bar Plaza.
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 13
Memorias del Pueblo
El Bar Plaza: lugar de encuentros, reuniones y festejos.
que Carmona y otros valores, que atar con alambre de
fardo a un auto con otro en parejas de a dos. Se imaginan el lío que se armó a la salida de la fiesta, sobre todo
porque a la una de la madrugada se apagaban las luces
de la calle, con ese clima y los gringos un poco
encopados, fue un embrollo de aquellos: salía uno y se
llevaba a la rastra a otro, si uno hacía marcha atrás se
le venía el auto del frente encima!!! Más de uno se enojó esa noche.
Cuando se remodeló parte del bar, cambiaron una
ventana alta de rejas por una puerta de vidrio, en esa
época se estaban poniendo de modas las puertas de
vidrio. Cerca del mediodía -recuerda Ernesto- don Reyes Rodríguez encaró la entrada haciendo añicos la
puerta nueva de vidrio; pero no fue el único, a los pocos
días a don “Runa” Fauda le pasó lo mismo. Después
optamos por dejarla abierta contra la pared, pero don
14 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
“Fico” Herrera luego de tomarse unas copas no podía
salir ya que abría la puerta y se chocaba contra la pared
una y otra vez, hasta que pidió ayuda y por fin pudo salir
acompañado de su bebida preferida.
Otra anécdota que recuerda mi hermano Ernesto es
la de aquél día cercano a fin de año, en que un vendedor de pirotecnia traía unos petardos caramelos pequeños pero muy potentes, él vendedor pregunta que si
querían los probaban afuera, a lo que Ernesto le contesta que podían probarlos adentro del bar; entonces
agarró un revolver antiguo que ya no funcionaba y al
momento de estallar el petardo hizo el ademán de que
se le había escapado un tiro, bueno, imagínense la conmoción de Juan Caudet, Eleuterio Novarino, Ramón Silva y otros parroquianos, me decían "hombre grande y
pelotudo, no ves que a las armas las carga el diablo".
En una madrugada se hizo una jugada media rara,
Memorias del Pueblo
Francisco Burletto, alias “Pancho”, contra “Lencho”
Caviola por la vuelta: ¿Quién orina más lejos? fue la
apuesta. Salieron todos a la pista, se puso a Oscar
Cavallo de veedor rayero, tiró la moneda para ver quien
comenzaba primero y contó 10 largos pasos diciendo
“me pongo aquí, no sea que estos locos me orinen”.
Primero fue “Pancho”, llegó casi a 4 mts., se marcó y le
tocó el turno a lencho, quien pasó sobre el veedor mojándolo y llegando casi a los 8 mts. El veedor, secándose dijo “debe ser record mundial; ha visto que era cierto
que me iban a orinar estos locos… locos de chupau”.
Una noche Amadeo y Ramoncito Domínguez esta-
ban con ganas de pelear entre ellos, los parroquianos
(Oscar Pascal, “Pájaro” Bianco, “Chino” Basualdo, y
otros) no podían hacerlos entrar en razón, entonces se
les ocurre hacer una jugada a ver quien era capaz de
tomar más vino; llenaron unas botellas con agua y un
chorrito de amargo sin alcohol, y les pusieron un vaso a
cada uno, ellos, muy baquianos se los sirvieron y le echaron soda, así estuvieron un rato hasta que alguien dijo
“los hombres toman de la botella directamente”, entonces empezaron con la segunda botella (de agua con
amargo) y siguieron con una tercera, un poco más lenta, mientras la barra coreaba a cada contertulio, las últi-
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 15
Memorias del Pueblo
Militantes peronistas antes de salir desde el Bar Plaza para hacer la campaña de Obregón Cano-López, 1973.
mas dos botellas fueron un sufrimiento para ambos, al
final salieron del bar como si hubiesen tomado agua (es
que habían tomado agua) y abrazados como hermanos.
Hablando de botellas con agua, también es famosa
la anécdota de Lorenzo Molina y “Tutino” Sánchez, quienes piden una botella de vino blanco Lucchessi y se ponen al lado de la ventana a tomarla, como tardaban mucho en degustarla, Ángel Ernesto (siempre con sus picardías) se la cambia -sin que se dieran cuenta- por otra
con agua y un chorrito de de amargo para darle color,
cuando le dan otro trago a la botella y la saborean, se
miran y comienzan a analizar la etiqueta, volvían a probarla y repetían la acción de mirar la botella y la etiqueta,
entonces, Otto Cavallo les dice: “terminen esa botella así
se toman otra, che, que yo les invito”, cuando le traen la
otra botella (también con agua coloreada) ya se habían
tomado la anterior, dan las gracias y comienzan con la
segunda, hasta que Juan López les dice “muchachos, yo
les invito con otra”, y allí iba otra botella con agua coloreada a los mismos destinatarios, cuando terminaron,
reiteraron las gracias y se fueron extrañados por lo bien
que les habían caído las tres botellas de “vino”.
Lugar preferido por las barras para celebrar los triunfos deportivos, como los de Sportivo Belgrano en el
Campeonato Absoluto, cuando no quedaba nada en los
refrigeradores, o los triunfos del “Milko”, el célebre caballo que tan famoso hizo a nuestro pueblo (cuya “Zamba del Milko” era ya un himno): como decía Paulino
Brochero “sirva la vuelta para todos y que nadie se quede con sed, ah y caramelos para los chicos”.
Mi hermano Ernesto me sigue contando anécdotas
y relatos de personajes, que son ejemplo de cómo este
bar era el centro de atención de la vida social de La
Para.
Historias de personajes como “Aldito” Peralta, el carnicero que con el cajoncito del sulqui y la mora al tiro
16 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
terminaba su recorrido y llegaba al bar, la gente lo esperaba porque era como el diario: traía todas las novedades de lo que pasaba en el pueblo, aunque algunas eran
inventadas, a la vez que imitaba las voces de las personas con las que había hablado. En el bar se juntaba con
Albino Cólomo, el verdulero, quien repartía verduras y
tras el recorrido se llegaba al local. Hablando de repartidores de verduras: siempre que entraba Ernesta
Scobasso y se le acercaba Ítalo Cavallo y le decía
“¿cuándo te vas a casar con migo?”.
Moisés Luque, el cartero, otro cliente de conducta;
el mismo Ítalo Cavallo, un hombre de corazón, llevaba
la leche a la cremería y de vuelta hacía una parada de
descanso en el bar Plaza; como vemos todos los que
trabajaban repartiendo cosas (verduras, carnes, cartas,
leche) hacían su paradita de media mañana o de medio
día en el bar. Como “Chani” Aquino, comisionista y mozo
del bar, que cuando viajaba en tren a hacer comisiones
había que “tenerle la vela” hasta las 5.30 de la mañana
en que pasaba el coche motor.
Como lugar informal de reuniones también lo usaban los empleados de la Cooperativa “La Unión” que al
mediodía o a la noche se juntaba a charlar o a jugar a
los naipes en una gran mesa redonda: Juan López, Otto
Cavallo, Víctor Peana, Néstor Chiantore, “Negro”
Cavallo, “Gringo” Camarda, Oscar Pascal, Ramón
Acosta y Diógenes Toledo.
Hablando de Juan López, un día que quería quedar
bien con su señora, llevaba seis pares de zapatos nuevos para que eligiera con cual se quedaba; mientras,
tomaba un vermouth y charlaba, mi hermano Ernesto le
cambia los 6 pares de zapatos nuevos por unos viejos
todos rotos. Como a la media hora suena el teléfono, mi
hermano atiende y era Angelita, quien me da un segundo para que le llevara los zapatos de vuelta. “Talito”
Berga, otro parroquiano, muy recordado, ya que era
Memorias del Pueblo
como Sarmiento: nunca faltaba, y cuando se iba decía
que tendría que caminar muy derecho para que no se le
cayera el vino que había tomado.
El local del bar se usaba como Unidad Básica, es decir
centro de reuniones de los simpatizantes y militantes del
peronismo. Muchos recuerdan las reuniones, asados,
discursos y actos que allí se realizaban, el más impactante
fue el de la campaña por la candidatura de Ricardo
Obregón Cano y Atilio López a la gobernación de Córdoba, en 1973. La partida de la caravana fue desde el bar,
en un rastrojero de Héctor Baldo y un automóvil de Neri
“Pocho” Barotto, nos acompañaron Dina Ferreyra, Hortensia Carnero, Ángela Catania de Alegre, Nelso Barotto,
Teresita Bena, Héctor Baldo, Neri Barotto, Ernesto Bena,
Susana Bena, Daniel Bena, Juan Mateo Bena, Libertad
Brochero, Oscar Bergese, Ernesto Scobasso, Eder
“Cultucu” Valdez y Luís “Pepín” Villarreal.
Personas de gran corazón, como don Líbero
Caffarena que todos los días llevaba un jazmín al bar
para ponerlo en un vaso con agua y que si Olguín necesitaba algo, el siempre estaba dispuesto a sacar la cartera y prestar unos pesos, gente de palabra.
Las peleas por los naipes, aquellos amigos como
Alfredo Formento que jugaba a las cartas con Ernesto
Berta, y siempre terminaban desconociéndose.
Otra anécdota de mi hermano: un día estando Rafael Gudiño tomando unas copas, no se le ocurre mejor
idea a Ernesto que sacar unos puñados de plumas de
unos pollos parrilleros que tenía criando y metérselas
en los grandes bolsillos del saco marrón de Gudiño. A
propósito comienzan a hablar de ladrones de gallinas y
a cargarse entre los parroquianos hasta que lo acosan
a Gudiño “Y vos ¿robás gallinas?”, “No, yo no me ensucio las manos con lo ajeno” contestaba; “pero si me dijeron que robás gallinas”, y así hasta que la cosa se
puso caliente y cuando a víctima de la cargada mete la
mano en el bolsillo del saco para buscar -nervioso- un
encendedor, toca las plumas y se le salen afuera… allí
si que estalló la carcajada general.
Quiero finalizar con una entrefina anécdota, que ocurrió en una fiesta de carnaval que se realizaba en la
pista del bar Plaza: Clara y Elsa Pérez, Teresa y Norma
Pellegrina, se habían disfrazado de indias, estaban muy
bien ornamentadas con trajes de arpillera bordados y
plumas de colores. Concurrieron al baile con Oscar “La
Cuisa” Chiantore, al que habían hecho un peinado batido típico de la época y lo habían pintado como a una
dama, se puso medias finas y un vestido de su hermana Lilia, los tacos eran de la señora de Jorge Pérez que
calzaba del 40. Daba la impresión de ser una dama muy
atractiva. Por tal motivo, varios muchachos se acercaban a sacarlo a bailar, creyendo que era una chica. El
se negaba permanentemente, hasta que cansado ya, lo
sacó a bailar un señor y salió, El bailarín le hablaba, le
hablaba y “La Cuisa” no respondía; se mantubo en silencio por un rato y ante la insistencia de charla por parte del señor le contestó: “¡¿no me conocés, pelotudo,
soy “La Cuisa”?!”
Una imagen del Cine-Bar Plaza, en la década de 1980.
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 17
Memorias del Pueblo
Los recuerdos de teresita
Teresita, mi hermana más chica, la mimada por los
clientes y parroquianos del bar, nos relata las siguientes historias, que creo oportuno transcribir en primera
persona, es decir tal cual las escribió ella:
-----------------------------------------------------------------Bar Plaza, toda mi vida allí…
Mis padres… mi gigante padre, buen hombre, tranquilo y siempre de buen humor, un gran amigo, un gran
“bolichero”, atendía el suyo y visitaba con amigos todos
los otros boliches que hallaba abiertos… y cuando algo
no andaba: “la Coca, la Fanta, la ginebra, la p… y la
m…. dijo Juan Bena, frase que aún perdura en el recuerdo de quienes lo conocían.
Llegaba la hora del clásico vermouth, la tradicional
picada de hígado con salsita, el mondongo y las papas
hervidas con perejil hechas por mi madre y de un sabor
sin igual.
Yo apenas ni caminaba e iba de mesa en mesa pidiendo masitas del copetín “para mí” y sin dudarlo se
las entregaba a mi mascota preferida: una liebre mora,
que era mi incondicional compañera en el deambular
dentro del bar.
Teresita y su liebre mora, compartiendo la comida.
Recuerdo también que en el salón chico había un
metegol, cuando llegaban los chicos del secundario que
venían de Marull, Villa Fontana, La Para y La Puerta se
armaban interesantes partidos.
En el salón mis hermanos me festejaron los 15 años:
el vestido, la torta, la comida, los souvenir (hechos por
mis hermanas Luisa y Susana y por mi); mis amigos,
parientes y vecinos, una linda y gran fiesta.
Las noches de cine, las butacas de la primera fila
siempre ocupadas por los niños. Una tardecita llega al
cine Marcelo Adrián Bertone, alias “Peco”, y pasó a ver
los conejos del fondo del patio, luego entró y se ubicó
en la butaca, se apagaron las luces, comenzaba la película, todos chistaban, silbaban y se sentía el ruidito de
los papelitos de las golosinas que iban a comerse, el
gran codazo y la frase “dame un poquito”. “Peco” Bertone
con gran picardía sacó una caja de maní con chocolate,
18 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
hizo ruidito e invitó amablemente a todo el que pedía. Al
rato en el oscuro todos escupían y decían “¡puaj!!! No
es maní, esto es caca de conejo”.
Recuerdo que una noche queríamos cerrar, pues era
tarde y Carlos “Lobizón” Juncos había tomado, se durmió y Daniel Bena no lo podía despertar, entonces buscó una tijera y comenzó su tarea en la gran cabellera
ondulada y su abundante barba, pero de un solo lado
porque del otro estaba apoyado sobre sus brazos. Cuando logró despertarlo, se fue al campo. Al otro día, pasado el mediodía, cae Carlos con la misma ropa y le dice a
Daniel: “bueno, aquí estoy para que continúes tu trabajo de peluquero del otro lado”.
Una vez que Sportivo Belgrano salió campeón, se
armó una gran caravana que salía del bar, en esa caravana estaba René Caudet, quien cada vez que llegaba
al pueblo se encontraba con “Pochito” el perro del bar,
eran inseparables. René sube a una camioneta con parte
de la hinchada y el perrito comienza a seguirlo. Para
que no lo pisaran Caudeth intenta alzarlo y sin querer lo
toca y lo tira bajo las ruedas y allí muere “Pochito” que
era mi querer y el de todos los que iban al bar. Desde
ese momento se acabó el festejo.
Otro día, llega “Taraja” Rodríguez, tomó unos tragos
y se durmió sentado en una mesa; entonces con Daniel
lo peinamos, le batimos el ondulado y abundante cabello y con témpera turquesa le pintamos los ojos y con
fucsia le coloreamos las mejillas y los labios. Así “Taraja”
quedó hecho una pinturita hasta que se despertó.
Por el bar pasaron grandes personajes. El que recuerdo mucho es Jeromito Baigorrín, con su forma particular de tocar la guitarra; su canción “Cállate boca no
quiero hablar” se convirtió en un clásico que con el tiempo don Gil Villabaza incluyó en su repertorio bolichero.
El Bar Plaza era el lugar de encuentro entre amigos
ya que todos pasaban por allí a buscar a alguien, a tomar un trago o a comprar chicles o cigarrillos; desde allí
podías deducir -como don Mauro- si iba a llover o no, o
sea si iba a ser un éxito o un fracaso el baile.
Siempre me gustó dibujar, y un día estaba Joaquín
Bouquet, un señor que tenía problemas psicológicos y
estaba albergado en el Hospital. Se llegaba siempre al
bar a fumar cigarrillos, se pasaba horas en el mostrador haciendo números. Aquella vez lo dibujé y lo coloqué junto a una programación de Andrea del Boca, Silvestre y Elenco que pronto llegarían al pueblo. Acomodé la imagen de Joaquín junto a la de Andrea del Boca
en la puerta de vidrio con todos los datos de la actuación. Llegó el día y entra actor que hacía de “Dardo”,
pide una ginebra y mientras la tomaba miraba con interés y curiosidad la presentación de tal afiche “¿quién
será el galán con que se fotografió Andrea?” habrá
pensado.
Si te parabas en la plaza cuando había un clásico de
River Plate y Boca Juniors sabías que equipo había
hecho el gol, porque en el Hotel Argentino se festejaban
Memorias del Pueblo
Parroquianos y amigos reunidos en el bar.
los goles de River y en el Bar Plaza, “La Bombonerita”,
con los goles de Boca, estallaba.
Al bar se acercaba todo tipo de gente, no se discriminaba a nadie. Una vez llegaron al pueblo los gitanos
Traico, con sus grandes carpas, sus bulliciosas, vistosas y coloridas mujeres; el gran jefe se hizo amigo de
mi padre a quien invitó a su casamiento que duró como
tres días. En cierta ocasión Traico ve una gran bandeja de bronce, pesada y hermosa, entonces le dijo a mi
viejo que él la iba a pulir para que brillara, mi padre tan crédulo y confiado- se la entregó y la bandeja brilló, brilló tanto, que desapareció en las manos del hábil
gitano.
El 20 de octubre de 1973, mi madre “La Dina”, fallece, la familia comienza a resentirse, las peleas, todos
jóvenes con otros intereses, los hermanos más grandes
deben renunciar a todos los estudios y a la joda para
dedicarse de lleno al bar, la casa y continuar con la educación y el crecimiento de los más chicos.
Para finalizar, deseo plasmar en estas páginas las
frases que dichas por algunos parroquianos, son ya muy
famosas en la jerga popular:
“A mamarla” dijo “Chani” Aquino.
“Más Valeria que linche” dijo “Nardo” Castro.
Las frases de “Mirucho” Castro: “Al más ropudo”; “Me
vas a arrebatar a mi cuando los paraísos den peras y las
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 19
Memorias del Pueblo
Un asadazo en el patio del bar.
gallinas meen”; “me voy a ir donde quebren las hachas
y se reditan los aceros”.
“Y a mi que me coma el zorro, si ni gallinas tengo”,
dijo don Aparicio.
“Cuchío no!!!”, dijo “Meco” Gudiño.
“La india mala” dijo “Lalo” Basualdo
O las frases de “Talo” Berga: “No sirve pa' mierda
pero es un buen tipo”; o cuando le preguntaban ¿Por
qué te dicen burro? y el gesticulando con las manos
respondía “No se, debe ser por las orejas”.
“Estoy tuído, esta enfermedad de porquería me tiene todo tuído” dijo Inés Sánchez.
Gracias a todos
Teresita Bena
20 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
Agradecimientos
Esta compilación de historias y anécdotas, fue posible gracias a los aportes de mucha gente, que voluntariamente prestó sus testimonios, sus documentos y sus
fotografías: Blanca Cavallo, Humberto Cavallo, Ilda Duri,
Marta Merlo, Juan López, Lidia Castellano, Delto Baldo,
Clide de Caffarena, Vilma Pautasso, Carlos Bena, Lauda
Peralta, Oldina Bena, Juan Carlos Caffarena, Osvaldo
Cavallo, María Ercole, Jorge Buabud, Andrés Echenique,
Andrés Berga, Nelly Bersano, Walter Villarreal, Luís
Caffarena, René Pedraza, María Elena Pérez y “Chichi”
Novarino.
Especialmente deseo agradecer a mi familia, en especial a Ernesto, Luisa, Juan Mateo, Teresita y Daniel
Bena por el apoyo y a mi esposo por la paciencia.
Memorias del Pueblo
RECUERDOS DE TIZA: HISTORIA DE LA ESCUELA
“ARCELIA CARRERA” DE COLONIA LA ARGENTINA
Por Petrona Nélida Godoy de Trucco
Presentación
Este es un trabajo en el que he apelado a mi memoria y a documentos para realizarlo. En él expongo aspectos de mi vida relacionadas con lo que fue mi principal tarea: docente rural en Colonia La Argentina.
La primera parte de este artículo son recuerdos y
anécdotas que ilustran el sacrificio de colonos y gente
de campo para mantener ese señera institución educativa, esfuerzo que se transforma en orgullo cuando vemos los importantes logros y adelantos con los que cuenta hoy la Escuela “Arcelia Carreras”.
La segunda parte está dedicada a la historia
institucional propiamente dicha, en esa sección se relatan -sobre la base de documentos- todo el acontecer de
la entidad desde su fundación en 1919 hasta 1994, año
en que la escuela festeja sus primeros 75 años de vida.
Introducción
La vida de los hombres es una senda por la que debemos caminar, cubriendo etapas... para alcanzar aquella otra vida… la plena vida del espíritu.
Trascurrido el tiempo accedo al final de mi carrera
docente, y con ella comienza una etapa de mi existencia.
Momento de tan gran trascendencia para mi me
embarga de emoción. Emoción que se magnifica por la
generosidad que me ofrecen los colonos, que a su vez
me hace difícil expresarles mi agradecimiento con palabras. Me mueve este acto a realizar con objetividad un
examen de mi quehacer docente, valiéndome de los distintos momentos que ya pertenecen a una etapa pasada. Y sí… siento satisfacción y absoluta convicción de
que debo dar gracias primero a Dios, quien me sostuvo
en todo momento; después a los habitantes de Colonia
La Argentina y también a todo el pueblo de La Para; por
último y no menos importante, a mi querida familia a
quien diariamente sacrifique en sus necesidades y pretensiones legítimas, y de quien recibí generosa comprensión.
Echando una mirada al pasado mencionado comprendo que todo se me dio en una medida mayor a la
merecida.
Mi carrera docente abarca 31 años de mi vida, de
los cuales 30 los pase en Colonia La Argentina; mi actividad se inicia en la Escuela Provincial “General Paz”
de la localidad de La Falda, eso fue en 1958. En 1959
continúe con dicha tarea en la Escuela Nacional Nº 145
de Valle Hermoso. En 1960 recibí el nombramiento en
la Escuela Nacional Nº 178, hoy “Arcelia Carrera”. Este
nombramiento me brindó la oportunidad de crecer como
persona, pues debí discernir y optar. Con el nombramiento en mis manos me entregué a un momento de
meditación en el que muchos pensamientos se encontraban y parecían contradecirse: sentía un apego marcado a mi familia; no había salido aún de mi hogar, ni
por el más mínimo tiempo; mis padres, al estar junto a
ellos, eran objeto de mi responsabilidad; dejaba la ciudad para enseñar y vivir en el campo, el lugar era alejado y desconocido. Debía optar. Y con la ayuda de Dios,
acepté y de inmediato me encaminé hacia aquí.
Mi vocación al magisterio era cierta y sin ninguna
duda al respecto, cargando un cúmulo de fe y esperanza llegué a esta zona. Y a esta altura de los hechos, mi
recuerdo se enciende vivazmente, porque lo que viví ha
marcado fuertemente aquella etapa que iniciaba. Tanto
me ha marcado que vive realmente en mí. Encontré un
hogar, como no me lo había imaginado.
Nelly Godoy de Trucco dando un discurso en un acto
escolar.
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 21
Memorias del Pueblo
Esto me enseñó mucho. En él se me dio un lugar
amable, placentero.
Quiero que la proclamación de este recuerdo sea el
homenaje de reconocimiento al hogar de la que fue Doña
Margarita Bolatti de Novarino.
Allí viví días de felicidad y verdadero amor.
En esta zona de Colonia La Argentina encontré en la
gente de campo sinceridad, compresión y apoyo sin límites. Fui testigo de obras esforzadas de todos los allegados a la escuela.
Un día, la bondad del señor que dispone todas las
cosas me demostró que debía quedarme en la zona,
pues encontré a una persona admirable que me ofreció
compartir su vida con la mía… encontré al que fue mi
esposo y a quién debo el reconocimiento por su honestidad y amor.
Ya casada y durante dos años acudí a la escuela en
sulqui desde Corral de Gómez.
Por el término de trece años me desempeñé como
Personal Único. Con el progreso de la escuela compartí
mi tarea con otras docentes que fueron sucediéndose
según las necesidades. Los recuerdos de mi vida docente en Colonia La Argentina pasan por mi mente a
manera de pantallazos que se iluminan con luces, cada
vez distintas, sin menoscabos, unos detrás de los otros,
en su intensidad.
Lo nuevo por descubrir
Corría el año 1960 cuando llega de la superioridad
el nombramiento titular para la Escuela Nacional Nº 178,
hoy “Arcelia Carrera”. Por este motivo emigre en compañía de mi padre de la localidad de La Falda a Córdoba. De ahí salimos hacia La Para, partimos de la Terminal de Ómnibus a las 15 horas, viajamos en la empresa
“Miramar”, y debíamos llegar a La Para a las 18 horas.
Recuerdo que en el viaje se rompió el colectivo y que
por esta causa arribamos más tarde de lo previsto. Ya
en el pueblo pregunté al señor Juan Bena donde quedaba el paraje Colonia La Argentina, éste dirigiéndose
a las personas que estaban presentes preguntó si había alguien de “La Refalada”. Pensando que era otro
lugar, yo le respondí que no iba a "La Refalada" que me
dirigía a Colonia La Argentina. En ese lugar se encontraba José Lazzero y con él sus señores padres, gracias a ellos llegué al establecimiento. Allí fui recibida
por la Directora Interina, Teresa del Carmen Borgonobo,
muy amablemente me contó que los maestros paraban
en la casa de Margarita Bolatti de Novarino. Entonces
me dirigí a dicha familia, donde fui recibida cariñosamente. Al amanecer me parecía que el sol salía muy
temprano, estaba acostumbrada a verlo más tarde, después de traspasar las sierras ¡Todo era nuevo! Costumbres, idioma, etc. ¡Todo! Había mucho por descubrir…
De los muchos recuerdos y anécdotas que vienen a
mi memoria puedo contar la vez que me alcanzó una
chata lechera que se escapó de El Tostado, yo iba en
22 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
sulqui hacia la escuela, mi única compañía era el portafolio. La chata tenía muchos tachos de leche que hacían ruido por la velocidad en la que venía; los animales
venían solos trasportando los tachos de leche, yo venía
en sulqui con mi caballo y pensé que el animal se iba a
asustar y no se me ocurrió mejor idea, como era joven y
ágil, que tirarme del sulqui. Resulta que mi sulqui y mi
caballo siguieron lo más tranquilos, la chata los alcanzo
y se dirigió al establecimiento, el caballo no se espantó,
siguió y siguió, nunca se detuvo, mientras que yo me
quede a pie y con la rodilla golpeada; entonces seguí
caminando, pensando que alguien podía llegar a pasar
o que alguien iba a llegar en algún momento. Seguí caminado y en una punta del camino salía José Lazzero
con el tractor, fue así que me acerqué y le conté lo que
había pasado, le pedí que me acercara, él me contestó
que me iba a llenar de tierra, yo le respondí que no interesaba, que lo importante era llegar a la escuela de alguna forma. Entonces me llevó, resulta que cuando íbamos llegando se veía a los chicos parados y mirando
hacia el camino con mucha expectativa; todos esperaban que apareciera, ya que el sulqui hacía rato que había llegado a la escuela y daba vueltas y más vueltas. El
caballo ya estaba acostumbrado, hacía ese recorrido
todos los días, los chicos estaban sorprendidos de que
hubiera llegado el sulqui solo con el portafolio, pero como
ellos se daban cuenta de todo, supusieron que algo
había pasado por el camino. Los chicos sabían mucho
y se daban cuenta de todo, es más, de ellos he aprendido muchas cosas.
Recuerdo que la escuela era un galpón grande que
tenía en la punta sur otra pieza. En ese ambiente grande dábamos clase a todos los grados, desde primero a
sexto. Los techos eran de chapa. El invierno era complicado porque se pasaba frío. El primero que llegaba era
el encargado de prender las brazas para calentarnos.
Los chicos asistían allí solo para tomar clases, en la
escuela no se comía, además casi todos los niños trabajaban y antes o después de clases tenían otras actividades que realizar, muchos de ellos colaboraban con
sus padres con el tambo.
El problema principal de los chicos era el trabajo rural, todos tenían que ayudar en el tambo de los padres y
eso disminuía las posibilidades de aprendizaje. La vida
en el campo era muy sacrificada, pero a pesar de eso
tengo algunos alumnos que se graduaron de contador,
veterinario, odontólogo. Muchos de mis alumnos terminaron sus estudios: con sacrificio y dedicación lograron
culminar la escuela.
Otro inconveniente que se presentaba a la hora de
dar clase era que algunos chicos que venían de lejos se
quedaban en el puente o en el río a cazar, pescar o
hacer travesuras y yo creía que los padres no los habían mandado a clases y los padres creían que los chicos estaban en clases.
Finalmente un problema recurrente era el clima, si
Memorias del Pueblo
La mayoría de los alumnos llegaba a caballo a la escuela rural.
llovía mucho o había amenaza de temporal los chicos
no asistían a la escuela. Recuerdo que en 1978 con las
grandes lluvias la escuela se inundó. Yo me hice llevar
en sulqui por mi marido para salvar los archivos de la
institución.
Lo que se acostumbraba hacer en el colegio eran
las veladas de fin de año, eso siempre se realizaba, yo
llevaba algo para almorzar, después los chicos se iban
a trabajar para luego volver por la tarde para ensayar y
preparar la velada. Eran lindos esos eventos porque
asistían todos los padres y también muchos colonos que
nos ofrecían su ayuda desinteresada. El único problema que solíamos tener en el desarrollo de las veladas
era el tema de la iluminación, ya que ésta se conseguía
con el sol de noche y siempre debía haber un encargado que la mantuviera con gas, de lo contrario nos quedábamos a oscuras.
También el establecimiento contaba con un equipo
de fútbol, denominado “Escuela Colonia La Argentina”,
integrado por alumnos de la misma, cuyo director técnico era el señor Andrés Bianco, con este equipo se hacían encuentros con otras escuelas.
En estas ocasiones funcionaba el buffet, donde se
ponía en venta choripanes, tortas, pizzas, golosinas, etc.;
lo que se vendía servía para recaudar fondos para la
escuela.
Para adquirir las camisetas para el equipo de fútbol,
una señora mamá (Norma Rubiolo de Novarino) elaboró una torta con ingredientes donados por los alumnos,
se vendieron números de rifa para sortearla; oportunidad en la que salió favorecida la señorita Vilma Gudieño,
de esta manera se compraron las camisetas.
Es importante mencionar que con la ayuda de los
colonos (Bersano, Bianco, Gamarra, Novarino, Picolli,
Rosso, Trucco, Varalda, entre otros) pudimos levantar
la escuela nueva, íbamos casa por casa pidiendo lo que
tuvieran para donar: una gallina, un cabrito, un novillito,
plata, lo que fuese. También ayudaban los tamberos,
todos colaboraban.
Al principio hicimos un salón grande con baños, luego con el progreso de la escuela levantamos un tabique
para tener dos aulas. Luego construimos la dirección, la
cocina y la galería, el patio tenía losetas y un mástil.
La gente me quería mucho a tal punto que cuando
me vine a vivir al pueblo, aunque seguía dando clases
en el campo, algunos padres me dijeron que si yo me
venía iban a sacar a sus hijos de la escuela. Incluso
puedo contar que mi auto era como un taxi: salía sola
de mi casa, recogía algunos chicos de La Para y luego
seguía cargando chicos por el camino, así llevaba muchos niños a la escuela. Era tal el cariño que me impartía la gente que cuando me hicieron la despedida fue
muy emocionante, al evento concurrió mucha gente, no
falto nadie.
Historia de una escuela rural
La Escuela Nacional Nº 178 fue fundada en Chuña
Huasi, paraje perteneciente al Departamento
Sobremonte de la Provincia de Córdoba, en el año 1919;
estuvo bajo la dirección del Maestro Normal Nacional,
el señor Aristóbulo Carreño. Funcionaba en un galpón
con galería y patio que fue cedido por Pío Chávez en
forma gratuita.
Allá por el año 1920 tuvo una matrícula de 29 alumnos. Se puede decir que la enseñanza estaba bien encaminada y que mucho debió trabajar el director para
hacer de sus educandos espíritus laboriosos de acción
y modales propios de gente culta, ya que sus alumnos
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 23
Memorias del Pueblo
eran tímidos, y aún más un poco torpes en su manera
de ser y tratar. Lo que se justifica por la falta de escuela
en el lugar, además de la poca preocupación de los padres por la educación de sus hijos.
Al siguiente año, 1921, en marzo, la escuela fue trasladada al paraje denominado “Carrizal”, ubicado a cinco kilómetros de Chuña Huasi, por razones de falta de
local. El nuevo edificio fue alquilado por el señor Martín
Álvarez y constaba de dos amplios salones, cuyas medidas eran de 6x4 y 8x4 respectivamente.
La estación más próxima era Deán Funes, a 95 kilómetros, con Mensajería y Dirección Postal “Chuña
Huasi”, y Telegráfica “San Francisco del Chañar”. El traslado al nuevo sitio reportó varias ventajas, entre ellas
cabe mencionar el aumento de la población escolar,
calculada en 65 niños, y un mejor local. Ese año tuvo
una inscripción de 58 niños. Por iniciativa del director y
con la colaboración de los vecinos se constituyó una
institución recreativa con el propósito de proveer de sanas distracciones, principalmente en los días festivos, y
combatir las malas prácticas, el alcoholismo, por dar un
ejemplo, entre otras.
Entre los años 1922 y 1925 la escuela continuó bajo
la dirección del activo e inteligente Sr. Carreño, quien
por su abnegado amor al trabajo, sus buenas aptitudes,
preparación general y pedagógica, supo granjearse el
aprecio y la simpatía de los vecinos.
En 1926 fue nombrada directora la señora María de
Angelino, persona de carácter agradable que supo conquistar simpatía por su entusiasmo de maestra. En este
año la inscripción fue de 41 niños.
Al año siguiente, en 1927, el concepto general de la
escuela era muy bueno porque la señora directora trabajó con esmero, hizo muchos esfuerzos por el progreso intelectual y moral de sus discípulos. La enseñanza
fue amplia. Ese año la inscripción fue de 33 niños. En
octubre de ese mismo año la directora fue trasladada,
por tal motivo fue nombrado en forma interina el señor
Jesús Gutiérrez, quien con buenas aptitudes y condiciones profesionales continuó con afán y esmero la labor comenzada por su anterior colega, así dirigió la enseñanza de la mejor forma.
Durante los años 1928, 1929, 1930 y 1931 la escuela continuó bajo la dirección del señor Gutiérrez, las
matrículas fueron de 43, 36, 32 y 41 niños respectivamente. Durante este período de tiempo el director supo
ganarse la simpatía de cuantos frecuentaron su trato,
actuó con corrección en la localidad, comunidad que le
había confiado la educación de sus niños.
Ya en 1932 se hizo cargo de la institución el señor
Vicente Maldonado, quien fue confirmado por el Honorable Consejo de Educación por sus buenas aptitudes y
condiciones profesionales. Ese año la inscripción fue
de 32 niños. En el siguiente ciclo lectivo continuó el mismo director y la matrícula fue de 28 alumnos.
En 1934 la escuela se trasladó al paraje denomina-
24 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
do “Pozo del Tigre”, en el mismo departamento, ubicado
ahora a unos 225 de la capital, a unos 12 kilómetros de
la vecina provincia de Santiago del Estero y a unos 11
kilómetros de San Francisco del Chañar; siendo la escuela más próxima la fiscal de éste último, con Dirección Postal y Telegráfica en San Francisco del Chañar.
Ubicada sobre la ruta 9, importante desde el punto de
vista turístico ya que une Córdoba con Santiago del
Estero.
El nuevo local donde funcionaba poseía un solo salón de 8.20x4.20 metros cuadrados. La matrícula durante esa temporada fue de 55 niños, siendo la totalidad analfabetos, como muchos de los padres de los
chicos. En 1935 la inscripción fue de 56 niños, mientras
que la enseñanza se desarrolló con métodos y procedimientos adecuados. En octubre de ese año se desempeñó como maestra suplente la Srta. María Pura
Maldonado, recientemente incorporada al magisterio
como Maestra Normal Nacional (M.N.N) supo demostrar sus buenos dotes y condiciones profesionales.
Al año siguiente, en 1936, la matrícula fue de 51
alumnos. El 13 de septiembre de ese año, en el salón
de la escuela, se llevó a cabo una concentración de las
primeras autoridades del Departamento Sobremonte. En
esa oportunidad, directores y maestros de escuelas
nacionales y provinciales se reunieron adhiriéndose así
al homenaje de los maestros de la Escuela Láinez del
Norte de Córdoba, al visitador don Javier Loto con motivo de su próximo retiro de la actividad docente le obsequiaron un pergamino para reconocer su larga actuación docente.
Ese año continuó la Srta. Maldonado al frente de la
enseñanza. Como en los años anteriores no hubo biblioteca por lo que se dificultaba la consulta de libros
por parte de los docentes. Además la Sociedad Cooperadora figuraba de nombre, pues por los escasos recursos del vecindario carecía de fondos suficientes.
En los años 1937 y 1938 el director fue secundado
por la Srta. María de Trugoni Zavala, con una inscripción de 43 y 35 alumnos respectivamente. En octubre
de 1938 se remplazó al director ya que tomó licencia
por enfermedad, su lugar lo ejerció la Srta. Nelly
Maldonado. En 1939 la matrícula fue de 38 alumnos.
En 1940 se jubiló el Sr. Maldonado, quien fue
remplazado por la Directora Titular Blanca del C. Céliz,
recientemente incorporado en las tareas del aula. Al
hacerse cargo de la escuela tropezó con dificultades,
pues los alumnos habían sido mal promovidos; además
la inscripción y asistencia fue muy pobre.
En 1941, la situación mejoró, la matrícula fue de 29
alumnos. Por otra parte, la escuela recibió el apoyo de
la Comisión Nacional de Ayuda Escolar. Dicho instituto
asignó una partida de $35 para la alimentación de los
niños. Al siguiente año la inscripción fue de 33 alumnos.
Mientras que 1943 y 1944 la matrícula fue de 22 chicos.
En ese período disminuyó el número de alumnos debi-
Memorias del Pueblo
Camión del Sr. Arcadio Vaca en el que se transportó el material didáctico y archivos de la Escuela Nacional desde
Pozo del Tigre hasta Colonia La Argentina, 1949.
do a la despoblación del lugar. Sin embargo, la directora a cargo supo hacer bien las cosas, fue fecunda y provechosa, por lo que se ganó el afecto y el respeto del
vecindario. Su espíritu de sacrificio y consagración contagiaron a más de uno. Lamentablemente en 1945 la
trasladaron; entonces fue nombrado Director Interino el
Sr. Néstor Armando López Rodríguez (M.N.N), quien
continuó las tareas comenzadas por la anterior docente. En esta temporada la matrícula fue de 24 alumnos.
En abril del año siguiente López Rodríguez fue designado titular. Ese año la matrícula fue de 18 alumnos. El
local donde funcionaba la escuela estaba en condiciones desfavorables y necesitaba reparación general.
En 1947 el número de inscriptos disminuyó a 9 alumnos debido a la despoblación del lugar. Al año siguiente
la situación repuntó, la matricula fue de 18 chicos. Por
otra parte la Agencia de Ahorro Nº 12.798 demostró un
regular movimiento. El 19 de agosto de ese mismo año
el Director fue trasladado a Catamarca, motivo por el
cual fue designada interinamente la Srta. María Haydee
Martínez, que de esta forma quedó incorporada al magisterio. Al hacerse cargo de la escuela pudo comprobar el descuido por parte del director anterior en cuanto
a la enseñanza y disciplina. Motivo por el cual muchos
padres retiraron a sus niños de la institución. La asistencia era deficiente porque los chicos eran ocupados
en trabajos de campo, pero también la sequía había
dejado sin caballos, medio de trasporte más común para
recorrer largas distancias. A su vez, el estado de conservación e higiene del local eran deficientes, necesitaba arreglo el techo, las puertas y las paredes agrietadas
por efecto del tiempo y los elementos.
Al iniciar el ciclo escolar en 1949 la inscripción fue
de 26 niños. La suscrita gozaba de mayor aprecio y simpatía entre los vecinos, supo ganarse la confianza por
su carácter, preocupación y abnegado afán por instruir
y educar a los chicos y por el amor que siempre demostró por ellos. Pero debido a la despoblación, el 26 de
abril la escuela fue trasladada a la localidad de Colonia
La Argentina, en el Departamento Río Primero, a unos
13 kilómetros de Estación La Para, donde se hallaban
escuelas más próximas, Nacional y Provincial, y a sólo
150 kilómetros de la ciudad capital.
El censo levantado a principio de mayo arrojó un total de 65 niños en edad escolar, con una inscripción,
hasta el momento, de 40 alumnos que asisten a clase.
La mayoría eran analfabetos, y la mayor parte, jamás
salió de su casa, lo que significa un difícil obstáculo para
la directora, quién puso todo su empeño y esmero para
formar de estos chicos los futuros ciudadanos de la patria, dignos de llamarse hombres.
El local donde funcionaba la escuela pertenecía a
María de Macagno, quien lo cedió gratuitamente. El mismo contaba con un salón grande dividido en dos por un
tabique de material cocido, una pieza más pequeña y
una cocina.
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 25
Memorias del Pueblo
Acto de fin de curso en la escuela.
Durante 1950 continuó en el cargo la Srta. Haydee
Martínez. Ese año la inscripción fue de 42 niños.
La escuela contaba con un solo personal, cuya labor educativa, instructiva y disciplinaria fue muy buena
en todos sus aspectos.
En los meses subsiguientes la inscripción aumentó
a 89 niños. Por esa causa fue urgente la designación de
un personal. Para dicho cargo fue designado Juan Carlos Sembrinelli. En 1951 la enseñanza se desarrolló en
forma normal. Con motivo del traslado de Haydee
Martínez la dirección de la escuela la desempeñó
Sembrinelli, quien cumplió con una eficiente labor administrativa, instructiva y disciplinaria. Durante ese período lectivo la matrícula fue de 58 alumnos.
En 1952 la escuela Nro. 178 la dirigió Sembrinelli
con una inscripción de 55 niños. El director se radicó en
el lugar, lo que le facilitó la vinculación con el vecindario
que lo constituían los colonos de la zona.
El 18 de agosto de ese año se presentó la Srta. Teresa Carmen Borgonovo como maestra suplente, tomó
inmediata posesión de su cargo, a ella le confiaron los
primeros grados, 1º Inferior y 1º Superior.
Al año siguiente la escuela funcionó normalmente,
la matrícula fue de 50 alumnos. Siguió a cargo de la
dirección la Srta. Borgonovo, quien remplazó al titular
Sembrinelli que se encontraba con licencia. Como maestra suplente se encontraba la Srta. Ely Josefina
Vaudagna. Durante esos años el personal supo ganarse
el cariño de la colonia, se los estimaba y respetaba por
el carácter y por la actuación docente.
La Sociedad Cooperadora prestó amplia colaboración y se preocupó por subsanar las necesidades de la
26 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
escuela. En los años que siguieron, hasta 1960, el total
de alumnos inscriptos fue de 25 niños.
El personal estaba integrado por Teresa Borgonovo,
directora provisoria que a su vez dictaba clase a 3º, 4º y
6º grado, por Ely Vaudagna, maestra suplente al frente
de 1º Inferior, 1º Superior y 2º grado. En la enseñanza
se advirtió falta de espíritu del programa así como de
los objetivos de enseñanza. El 2 de septiembre de 1960,
la directora suplente entregó la escuela a la nueva directora titular, Nélida Godoy, quien se presentó munida
de sus documentos que la acreditaban como tal.
En los subsiguientes años, 1961, 1962, 1963 y 1964,
la matrícula fue de 23, 22, 20 y 21 alumnos respectivamente.
La directora confeccionó asiduamente y en forma
esmerada y prolija el cuaderno de secciones y carpetas
de ejercicios para todas las secciones de grados. A su
vez, durante esos años, no hubo registros de uso de
licencias ni inasistencias a la escuela por parte de la
directora.
Por otra parte, la Sociedad Cooperadora presidida
por Pedro Parucci se mantuvo activa, además fue muy
valiosa la colaboración prestada a la escuela. En ese
período, fue muy buena la presentación de los alumnos, se observó que un alto porcentaje asistió a clase
con sus correspondientes guardapolvos.
Ya en 1965, la directora titular hizo uso de su licencia por maternidad a partir del 6 de agosto. En su reemplazo fue nombrada por la Inspección Seccional como
directora suplente a la Srta. María Estela del Jesús
Molina, quien fue dejada cesante en dicha actividad el 3
de septiembre de ese mismo año porque estaba des-
Memorias del Pueblo
empeñándose en otro cargo docente en la Escuela Provincial de la localidad de Las Hileras, a unos 20 kilómetros de este lugar.
Por tal motivo el cargo vacante lo ocupó Marta Esther
Cueto. Para ese entonces la inscripción era de 23 niños
y todos los grados estaban bajo la tutela de la Srta.
Cueto, docente que demostró estar preocupada por el
progreso de los niños.
En 1966 se inscribieron en la escuela 23 alumnos,
quienes asistieron diariamente a clase. La presentación
del alumnado era excelente. La mayoría vestía guardapolvo blanco. Por su parte, en 1967 se inscriben 27 niños. El local donde funcionaba el establecimiento escolar era una propiedad particular, cedida gratuitamente
por el Honorable Consejo Nacional de Educación.
La directora tenía su residencia fija y permanente en
esta zona. Por ser allegada a los colonos gozaba de
muy buenos conceptos. Entre 1968 y 1969 la inscripción fue de 28 y 34 niños respectivamente. Durante esos
años, se destacó la muy buena presentación de la directora, quien cumplió con su labor con puntualidad y
esmeró, a su vez enfatizó su anhelo de tener el edificio
propio para la institución, observó que el aprendizaje de
los niños guarda relación con el ambiente rural de la
escuela.
Ya en el año 1970 las gestiones para tener el edificio
estaban avanzadas. Desde hacía tiempo se venía tratando con los vecinos el tema; sin embargo, y después
de largos años, parecía que se podía concretar el sueño ya que había en la mira una oferta de donación de un
terreno, a cien metros del actual local, y estaban disponibles 20.000 ladrillos adquiridos por la Asociación Cooperadora. A cargo de la dirección y de la atención de
las siete secciones de grados se encontraba como único personal la Srta. Petrona Nélida Godoy de Trucco,
durante ese año debió educar a 34 alumnos.
En 1971, por razones debidamente justificadas, la
escuela debía contar con un segundo docente a cargo,
es decir debía pasar a la 3º Categoría a los efectos de
mejorar la acción didáctica.
Por tal motivo, Margarita Bolatti de Novarino dona
media hectárea de terreno para que se construya el
edificio propio, con ese fin se continuó la tarea de recaudar fondos.
En 1972 se continuó trabajando en el antiguo edificio, propiedad de Domingo Rosso y Hnos. Durante este
lapso la matrícula fue de 30 alumnos, la asistencia fue
normal en todas las secciones de grado. Al año siguiente se empezó a levantar el edificio propio en el terreno
donado por Margarita Bollatti de Novarino. El local iba a
contar con dos salones, dos habitaciones más chicas,
dos baños, una galería de circulación techada que comunicaba con las dependencias.
La Asociación Cooperadora, presidida por Victorino
Novarino, y el Club de Madres, encabezado por Silveria
de Novarino, continuó trabajando con el propósito de
finalizar esta gran obra.
La escuela funcionaba en el horario de 8 a 12:15
horas. Durante 1972 hubo 29 alumnos inscriptos. Hasta
el 22 de marzo de 1974 la escuela ocupó un edificio
cedido sin cargo. Las reparaciones y el mantenimiento
del establecimiento estaban a cargo de la Asociación
Cooperadora. Por los avances y por mantener una matrícula a partir de 1974 la escuela paso a 3ª categoría.
En febrero de 1973, no hice uso de licencia por maternidad, debido a que no se consigue personal suplente, por la ubicación del establecimiento en zona rural;
motivo por el cual acudí a la Escuela, arriesgando mi
salud; pero es que era imposible ver cerrada la escuelita
¿¡Que no tuvieran clase!? ¡Allá fui!
Durante 1975 se trabajó en el nuevo edificio, que
todavía no estaba terminado. La obra se encontraba,
momentáneamente, parada por los altos costos del
material y de la mano de obra. En 1976 se inició la actividad docente con una inscripción de 25 niños. Por estos años seguía ocupando el cargo de directora Nélida
Godoy de Trucco, ella impartía clases a 4º, 5º, 6º y 7º
grado; mientras que María Isabel Mansur atendía en 1º,
2º y 3er grado, dicha docente se desempeñaba en el
cargo como suplente desde el 26 de abril de ese mismo
año.
Durante el período escolar de 1977 la matrícula fue
de 26 alumnos, quienes estaban atendidos por su directora y la srta. Mansur; dicha docente quedó cesante
La Escuela "Arcelia Carrera" antes de las ampliaciones y mejoras actuales.
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 27
Memorias del Pueblo
Representación en un acto de clausura del ciclo escolar
en la institución educativa.
en el cargo el 14 de abril de 1977 porque fue transferida
a la Escuela Nacional de la localidad de Marull. Como
quedó el cargo vacante el 4 de mayo asumió como maestra suplente la Srta. Vilma del Carmen Gudiño.
Con respecto al edificio, y como se había proyectado, durante el año 1977 se llevó a cabo la colocación de
los pisos a las aulas.
Al año siguiente se realizó un censo, por los resultados conseguidos pudo saberse que en la zona existía
un total de 22 niños en edad escolar que concurrían
normalmente a clase. Estos alumnos eran atendidos por
la directora titular, Nélida Godoy de Trucco, quien desempeña sus tareas docentes en 1º, 2º, 3 er, 4º, 5º, 6º, y
7º grado.
Con el correr del tiempo, el 9 de julio de 1978, en la
ciudad de Santiago del Estero, se realizó el solemne
acto de transferencia de las Escuelas Nacionales a sus
respectivas provincias. Las sociedades subsidiarias continuaron prestando su amplia colaboración a la escuela,
con este apoyo se logró colocar el piso de la galería.
Al iniciarse 1979 la Escuela ex 178 contó con una
inscripción de 21 alumnos. Durante este período, a la
par de la directora titular, colaboró en la tarea educacional la Srta. Beatriz Susana Tortone, docente que desempeño su actividad, en el cargo vacante, desde el 26
de marzo de 1979.
En este lapso, las comisiones subsidiarias continuaron apoyando la obra de escuela. En esta ocasión, se
revocó todo el perímetro exterior del edificio. Además
se colocaron plantas para tener sombra. De esta manera se avanzó el proyecto para el progreso del establecimiento.
Al iniciarse el año lectivo 1980, la escuela continuó
trabajando con el mismo personal que el año anterior.
Mientras que en julio, fue nombrada maestra de grado
la Sra. Marta Teresa Rodríguez de Mezzadra.
El día 22 de enero de 1982, llegó a la escuela el
siguiente informe:
Visto el expediente Nº 1421-0109-67907/80 por el
que la Dirección General de Escuela Primarias, eleva
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terna para imponer nombre al citado establecimiento y
considerando que los nombres propuestos son:
“Leopoldo Lugones”, “Gabriela Mistral” y “Pablo A.
Pizzurno”. Que a fojas 13 se aconseja imponer el nombre de “Arcelia Carrera” al mencionado establecimiento. Por ello el dictamen Nº 12356/81 de la División Jurídica de la Dirección General de Escuelas Primarias.
El Gobierno de la Provincia decreta:
Art.1: Póngase el nombre “Arcelia Carrera” a la Escuela Nro. 178 de La Para, Departamento Río Primero.
Expediente Nº 1421-0109-67907/80 de la Dirección
General de Escuelas Primarias dependiente del Ministerio de Cultura y Educación.
Art. 2: El presente decreto será refrenado por el señor Ministro de Cultura y Educación.
Art. 3: Protocolícese, comuníquese, publíquese en
el Boletín Oficial y archívese.
En el mes de septiembre de 1982 tomó posesión de
su cargo la Srta. Graciela Giustolissi, remplazó a la titular que se encontraba de licencia. Durante esta temporada hubo 25 alumnos inscriptos a la escuela. Durante
el ciclo lectivo 1983 la Dirección General de Arquitectura de la Provincia de Córdoba otorgó un subsidio que
iba a ser utilizado para finalizar las obras de la escuela.
En ese período escolar y durante 1984 se desempeño
como maestra suplente la Srta. Elda Gudiño, en lugar
de la titular Sra. de Mezzadra.
Por otra parte, la Asociación de Apoyo del colegio
vio la necesidad de construir una pieza de depósito, por
lo que decidió levantarla.
Entre las actividades proyectadas para el año 1985
se concretó la adquisición de losetas para la prolongación del patio escolar. Durante dicho año la escuela contó
con el personal suficiente para su funcionamiento. Como
directora se encontraba Nélida Godoy de Trucco, en
reemplazo de la docente titular se desempeñaba Teresita
del Valle Zapata.
Arcelia Carrera, primera maestra de La Para (a la izquierda), junto a su hija adoptiva y su madre.
Memorias del Pueblo
El discurso de despedida: momento emotivo para la
Directora Nelly.
Recibiendo obsequios de parte de colegas, alumnos y
amigos.
En los subsiguientes períodos educacionales, 1986
y 1987, la matrícula fue igual a la de los años anteriores. La planta funcional era de dos personas, lo necesario para ésta institución. Entre otras cosas, el mobiliario se encontraba en buen estado, aunque hacía
falta un armario para guardar el material y los informes
de archivo.
A comienzo de 1988 las comisiones de apoyo continuaron trabajando por el bien del establecimiento y de
los niños. En el mes de marzo se colocó la madera a las
aulas y a la galería, para controlar la humedad, ya que
el edificio se encontraba en muy buen estado, en abril,
se pintó la parte interior del edificio y se trató de terminar la colocación de la madera al resto de la escuela,
también se arregló el exterior del edificio. En cuanto al
personal docente, este año, fue el mismo que en los
anteriores.
En marzo de 1989, se desempeña como maestra
suplente la señora María Cristina Cavallo de Cavallo,
en reemplazo de la titular Nélida Godoy de Trucco, por
intervención quirúrgica; y en el mes de octubre del mismo año la señora de Cavallo reemplaza a la señora de
Mezzadra por maternidad.
Corría el año 1990, cuando asume la dirección la
señora Marta Rodríguez de Mezzadra en reemplazo de
la señora Nélida Godoy de Trucco por jubilación.
En el mes de marzo de 1991 se designa a la señora
Alicia Luque de Bonaudi, maestra suplente.
En el año 1992, la inscripción disminuyó notablemente por lo que la titular, Marta Rodríguez, queda como
personal único, a partir del 25 de marzo de 1992 es nombrada suplente en el cargo la señorita Diamantina
Gumercinda Pedraza, por licencia de la titular.
Ya en 1992 la inscripción fue, hasta el mes de mayo,
de 12 alumnos, a partir de mayo el número se redujo a 8
chicos puesto que 4 alumnos del primer ciclo decidieron concurrir a una escuela de La Para. Por otra parte,
en octubre, la escuela recibió la visita de la Inspectora,
su secretaria y el intendente Municipal de La Para, Oscar
Mansilla.
Cabe destacar que en este año la escuela Arcelia
Carrera fue apadrinada por la Escuela "Dr. Dalmacio
Vélez Sarsfield" de Justiniano Posse, recibieron su visita y con ella trajeron de regalo material didáctico diverso, ropa y seis bicicletas.
Durante este ciclo escolar el establecimiento contó
con una inscripción de 11 alumnos, además el edificio
escolar necesitó que se realizaran los siguientes trabajos: limpieza del campo de deportes y patio escolar; arreglo y cambio de las cerraduras en todas las aberturas
del edificio, arreglo de las cañerías, de los baños (cambio de artefactos sanitarios), colocar flotante al depósito
Alumnos junto a la actual Directora Diamantina Pedraza.
Una imagen del acto del 75º Aniversario de la entidad
en 1994.
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 29
Memorias del Pueblo
El Profesor Javier Baldo dando clases de música a alumnos de la escuela.
de agua; compra de material bibliográfico, compra de
una biblioteca, ornamentar el edificio, arreglar los techos,
colocar el portón de acceso al establecimiento.
Desde 1992 la Dirección de la Escuela está a cargo
de Diamantina Pedraza, quien con mucho esfuerzo,
sacrificio y capacidad de gestión, junto al apoyo de padres y autoridades, ha logrado hacer que nuestra querida escuela sea un faro de cultura y educación en la colonia sur de La Para.
En octubre de 1994 se festeja el 75º aniversario de
la institución, para ello se realizó un acto académico en
el establecimiento y cena en el Instituto Monseñor
Esquiú, en donde se aportaron valiosos regalos, saludos y recuerdos. Ese mismo año se consiguió instalar -
Aspecto actual de la Escuela "Arcelia Carrera".
30 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
merced a las gestiones de su nueva directora- una biblioteca con más de 1000 títulos, comodato de Bibliotecas Rurales de Argentina.
Epilogo
Por todo esto les doy ¡Gracias! ¡Gracias a los alumnos! ¡Gracias a todos! Ellos con su inocente niñez me
ayudaron a vivir y crecer como persona.
A mis queridas maestras, a todas, sin límites de distinción, les agradezco tan noble tarea docente; junto con
la seguridad de mi recuerdo, les dejo la expresión de mi
deseo ¡gracias! Sigan tod os compartiendo esta empresa noble y necesaria para esta querida comunidad de
colonia La Argentina.
Hasta siempre, y muchas gracias.
Memorias del Pueblo
APORTES CARTOGRÁFICOS E HISTÓRICOS SOBRE
LA CUENCA DE LA MAR CHIQUITA
Por Marta María Bonofiglio1
Introducción
La cuenca de la Mar Chiquita hoy también llamada
Laguna de Ansenuza, desde el punto de vista geográfico y paisajístico ha sufrido importantes cambios en los
últimos 500 años, que transformaron la dinámica
ecológica regional. El análisis de la cartografía y de otros
documentos de la primera etapa de la ocupación europea, así como los relatos de los viajeros de los siglos
XVIII y XIX manifiestan algunas de estas modificaciones (Kanter 1935; Vazquez et alli 1979; Cerutti 1996).
Los cronistas e historiadores de los momentos iniciales no acompañaban frecuentemente sus informaciones con mapas o gráficos, debido a que los objetivos de
esta etapa de la conquista estaban referidos al descubrimiento de tierras que suponían ricas en metales y
especias y a su posterior ocupación. Posteriormente los
cartógrafos europeos emprendieron la tarea de representar los datos de esta geografía con mayor exactitud,
ya sea para definir las territorios ocupados y asegurar el
dominio político, ya sea por la necesidad de avanzar en
el conocimiento de estos inmensos espacios, o por el
interés científico que despertaba en naturalistas y geógrafos el conocimiento de regiones tan diferentes a las
por entonces difundidas.
Debió significar un desafío la representación de los
espacios paulatinamente descubiertos, ya que los elementos con los que contaron para esta tarea nos parecerían hoy precarios desde el punto de vista científico;
a ello debemos agregar el tipo de información aportada
por los naturales, a veces intencionalmente imprecisas,
en otros casos, influidas por las dificultades de la comunicación entre personas con idiomas y concepciones
diferentes. En un primer momento se registraron las
costas y sus espacios aledaños, en tanto que las “interioridades” sólo se fueron revelando “fragmentaria y
deficientemente por las audaces penetraciones de algunos...” (Martínez Sierra, 1975) empresa en la que los
conquistadores fueron guiados por los naturales. A la
ignorancia geográfica de los primeros, se agregaron las
versiones aborígenes, interpretadas a la luz de las concepciones europeas, teñidas de fantasía y de conteni-
1
dos míticos. Este es uno de los motivos por los cuales
los datos cartográficos no son siempre exactos, adolecen de imprecisiones y ambigüedades, tales como la
adjudicación de un mismo nombre a diferentes entidades geográficas o la confusión con contenidos de la
mitología, como los imaginarios del César o de las Amazonas.
Los cartógrafos de los primeros momentos reflejan
tanto datos ciertos, como otros imaginarios o fabulosos
pero plenamente vigentes en las concepciones de los
informantes, quienes transmitían los relatos escuchados a lo largo de viajes de descubrimiento de acuerdo a
sus propias interpretaciones, como los casos de seres
gigantescos, animales fabulosos, etc.
En base a las observaciones realizadas más arriba
hemos incorporado el análisis de documentaciones
cartográficas que consideramos ilustrativas sobre la región en estudio, especialmente las concernientes a la
cuenca de la Mar Chiquita y a los ríos que desagotan en
su ribera sur, es decir según las denominaciones aborígenes, el Suquia y el Xanaes, con el objeto de organizar la información histórica referida a los nombres con
los que se los conocía, las variantes acerca de su nacimiento, recorrido y desembocadura, las referencias a
los grupos étnicos que se relacionaron con ellos. Actualmente conservan estos nombres, aunque se los reconoce indistintamente como Primero y Segundo.
1. Mapa de Martínez, 1576.
Docente de la Cátedra de Prehistoria y Arqueología de la UNC, ex Directora del Museo Arqueológico Provincial
“Aníbal Montes” de Río Segundo, Asesora en Arqueología del Museo Histórico Municipal “La Para”, Coordinadora
de la Red de Institutos de Estudios Históricos de Córdoba (RIEHC).
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 31
Memorias del Pueblo
2. Mapa de Mercator, 1568; Mapa de Ortelius, 1571; Mapa de Van Doet, 1585; Mapa de De Bry, 1502; Mapa de Jode,
1593; Mapa de Witfliet, 1597.
Los Rios Suquia y Xanaes
La más antigua referencia gráfica a la región que
hemos individualizado es el mapa de Martínes de 1587
(Martínez Sierra, 1975)2, donde los ríos mencionados
llevan el nombre de Xanaes y Mocoretás En la cartografía del siglo XVI citada por Levillier (Levillier 1926-1931)3,
se los conoce con esta misma denominación. Nos referimos a los mapas de Mercator (1569), Ortellius (1571),
Van Doet (1585), de Bry (1592), de Jode (1593) y Wifliet,
(1597) (fig. 1 y 2) en los que se denomina al río Primero
como “Mocoretá”, al segundo como Xanaes, en tanto
que señalan la zona ubicada entre ambos ríos como
habitada por los comechingones.
Levillier elabora un mapa de síntesis incluyendo los
datos mencionados, que incluimos por que grafica claramente la visión de los cartógrafos del siglo XVI (fig.
3). En él se refleja la visión bastante homogénea, de la
desembocadura de estos ríos en el Paraná, así como
su nacimiento en unas serranías ubicadas en dirección
Oeste-Sur. No se incluyen lagunas u otros accidentes
entre ambas partes señaladas.
Advertimos que el nombre del Primero, a cuya vera
se ubica la ciudad de Córdoba, es “Mecoretás”, denominación que comparte con otro río, ubicado al Norte
de Santiago del Estero, en tanto que el Tercero lleva el
nombre de Carcarañá.
No podemos omitir el mapa de América del Sur de
Van Langueren (1596) publicado por Torre Revello (1936)4,
2
en el cual se señala la desembocadura del mismo modo
y se ubica a Córdoba cerca de las nacientes del Xanaes,
lo que también aparece en el mapa de Witflield.
Van Langueren representa a un grupo de tres aborígenes, sobre los cuales escribe la denominación
“Comechingones”, en actitud de usar sus armas. Éstas
son una lanza, arco y flecha; interpretamos la tercera
como una bola arrojadiza, atada a un tiento, en actitud
3. Mapa de Síntesis (Levillier), Siglo XVI.
Martínez Sierra, Ramiro. El Mapa de las Pampas. Buenos Aires. 1975. Tomo I. Ilustración XII.
Levillier, Roberto. Nueva Crónica de la Conquista del Tucumán. Buenos Aires-Varsovia. 1926-1931. Tomo 2. Pág. 70.
4
Comisión Oficial del IV Centenario de la Primera Fundación de Buenos Aires (1536-1936) Documentos históricos y
geográficos relativos a la conquista y colonización rioplatense. Introducción de José Torre Revello. Tomo I - 1941.
3
32 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
Memorias del Pueblo
manera, en algunos mapas del siglo XVII, como el atribuido a Ernot, de 1632 o en el dedicado a Vicente
Caraffa, (1647) aparecen las inciales “NS”, que se han
interpretado como la abreviatura de “Nuestra Señora”
(Furlong Cardiff, 1936)6 (fig. 5 y 6).
A modo de síntesis, podemos decir que la cartografía del siglo XVI representa los intentos de definir los
datos que caracterizan a los ríos de la región, indicando
accidentes fundamentales para las exploraciones, como
4. Mapa de Van Langueren, 1596.
de boleo (fig. 4), representación que se corresponde a
la imagen de los indios como esencialmente belicosos,
equivalente a la construida por los soldados participantes de la expedición de Diego de Rojas.
En la documentación producida por los primeros
ocupantes europeos de la región, tales como las Mercedes de Tierras, el río fue llamado también de la Navidad. Si bien no hemos encontrado referencias explícitas sobre los motivos de esta denominación, observamos que la fecha de la primera merced otorgada en la
región corresponde al 24 de diciembre de 15745, por lo
que pensamos que dicho nombre hace alusión a esa
fiesta. Se trata de la merced concedida a Juan de Irube
o Irobi que corresponde a los pueblos de Cantamala,
establecidos en las márgenes del Río Segundo.
La asociación entre las denominaciones “Río Segundo” y de la “Natividad” o “Navidad” se evidencia en otra
merced del 8 de agosto de 1582, otorgada a Antonio
Xuarez Mejía por la que se le adjudica “...un ancón en el
rrío Segundo que llaman de la Natividad, siete leguas
desta ciudad...”. El 4 de septiembre del mismo año Antón
Berrú recibe en merced “...un pedazo de tierra questa
en el rrío que llaman de la Nauidad...”
En la mercedes otorgadas a Tristán de Tejeda y Diego
de Castañeda, el 4 de mayo de 1579 y en la correspondiente a Juan de Espinosa Negrete, del 4 de mayo de
1585, se utiliza un criterio de ordenación cardinal, mencionando en la adjudicación al “Segundo rrío”, en tanto
que en otras, como la recibida por Bernabé Mexía el 30
de octubre de 1584 se indica: “...de un pedaço de tierras questa siete leguas u ocho poco mas o menos desta
dicha ciudad en el rrio Segundo...”
El río recibió, además, el nombre de Nuestra Señora. Así aparece en la merced concedida a Lorenzo Juárez
de Figueroa el 24 de diciembre de 1574; de la misma
5
6
5. Mapa de Ernot, 1632.
6. Mapa de Ernot, 1647.
Libro de Mercedes de Tierras de Córdoba (1573-1600) Transcripción de Aurelio Tanodi. Instituto de Estudios
Americanistas. U.N.C. Serie Documental Número 5. Córdoba 1958 pag.47; 99-100; 122; 145.
Furlong Cardiff. Cartografía Jesuítica. Instituto de Investigaciones Históricas. Buenos Aires 1936.
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 33
Memorias del Pueblo
el nacimiento, la desembocadura, la relación con las
ciudades o establecimientos españoles, con regiones
montañosas o con el Río Paraná, vía de comunicación,
tanto hacia el interior del continente, como hacia Europa; tales datos no siempre respondían a la realidad, ya
que frecuentemente fueron graficados por cartógrafos
que no recorrieron estos territorios.
Se han representado los grupos aborígenes, con
características referidas a su belicosidad, e indicado los
nombres correspondientes; en el caso citado del mapa
de Van Langueren (1596) se lee “Comechingones”;
Martínez Sierra (1975) cita el mapa de Bartolomé Olives
“Mundus Novas”, de 1562 en el que su autor escribe
esta leyenda: “Quirandis Los moradores de esta sierra
son silvestres y habitan en cavernas”, afirmación que
introdujo una discusión acerca del hábitat de esta etnia,
el que se extendería hasta las serranías cordobesas,
(Serrano, 1940). Todavía a comienzos del siglo XVII, la
información es confusa. En el mapa de Diego de Torres
de 1609 (Furlong, 1936), al sur del Río Segundo, en el
río denominado como Carcarañá, se ha ubicado a
Diaguitas y Juríes.
El esfuerzo de estos primeros cartógrafos estuvo
puesto en el reconocimiento de los espacios por los que
habían comenzado a transitar, y fueron resultado tanto
de las observaciones en el terreno, como de la acepta-
7. Mapa de De L’Isle, 1703.
34 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
ción de informes orales con los que complementaban
su ignorancia acerca de las características de estas
vastas regiones.
En lo que respecta al Río Segundo, en esta etapa ha
sido llamado con su nombre aborigen, “Xanaes”, “Río
de la Natividad”, de “Nuestra Señora”, “Carcarañá” y "Río
Segundo”, en tanto que el Primero, además de ese nombre, dado por los españoles, se conoció como
“Mecoretás” o “Mocoretás”, “Suquia” y “Pucará”.
A partir del siglo XVII se incrementa y se organiza
la acción evangelizadora, por lo que la cartografía persigue objetivos dirigidos a adquirir conocimientos geográficos sobre los espacios en los que se extendería
dicha acción. Estos conocimientos proceden de información directa e indirecta, es decir, de relevamientos
realizados personalmente por el cartógrafo o de la
transcripción de noticias obtenidas de distintos tipos
de fuentes.
Los jesuitas realizaron aportes importantes en este
sentido; produjeron mapas bastante exactos que evidencian buenos conocimientos topográficos acerca de las
regiones en las que actuaron. En lo que respecta a nuestra zona, la cartografía jesuítica suele omitir la nominación de los ríos y cuando ésta se incluye, el Río Primero
aparece como Pucará y el Segundo como N.S. (Nuestra Señora) o se adopta el criterio de ubicación cardinal
Memorias del Pueblo
utilizada por los conquistadores: Primero y Segundo.
Una de estas cartas es la atribuida al Jesuita Luís
Ernot, de 1632, (fig. 5) conocido como Mapa de las Regiones del Paraguay. Según la opinión de Furlong (1936),
sirvió de antecedente al de 1647 (fig. 6) dedicado a Vicente Caraffa, y fue destacado por geógrafos posteriores, (Rio Branco, 1863)7, porque incluye una amplia información topográfica; en el mapa de Ernot, el Río Segundo, no lleva nombre; en la confluencia con el Primero, también sin nombre, se ven las iniciales “NS”. A partir de esta unión, el río resultante se denomina “de todos los Santos” y se dirige a unas lagunas llamadas
Saladas. Si comparamos este mapa con el de 1647,
dedicado a Vicente Caraffa, (fig. 6) vemos que, si bien
mantiene los datos de 1632, agrega al río la denominación de Segundo.
La cartografía del siglo XVII constituye un avance
notable con respecto a la del siglo anterior. Aunque estaban aún vigentes algunos de los propósitos definidos entonces, como los referidos al dominio de los territorios, se hace evidente la necesidad de conocerlos
para extender la acción misional y establecer las rutas
por las que se realizaban las comunicaciones entre las
diferentes regiones, las que incluían el contrabando
(Segretti, 1987)8. Ya entonces los jesuitas han marcado en estos mapas las fronteras entre las zonas de
sus actividades misionales y los caminos que las unen.
En cuanto a los accidentes geográficos, se percibe
un detalle mayor, como en el mapa de 1645-49, reproducido en el Atlas de Blaeu (Levillier, 1936), donde se
han marcado las “Lagunas Saladas”, hacia las que se
dirigen los ríos Primero (sin nombre) y Segundo y otros
detalles de mucho interés, como las ciudades españolas fundadas existentes y las destruidas, así como las
reducciones en pié, las destruidas y las zonas de infieles. Sobre el Río Segundo se advierte la señal de lugares donde la doctrina fue impartida por el clero secular.
Es interesante consignar la importancia que en este
mapa se da a la zona centro-norte de la provincia de
Córdoba, (espacio limitado por las Sierras del Norte y
por el Río Tercero al Sur) en la que la abundancia de
detalles geográficos, y de establecimientos españoles,
la diferencian de las zonas aledañas.
Debemos aclarar que, sin embargo, aún coexisten
con estas cartas, otras producidas por la misma Compañía de Jesús, como la atribuida a Ovalle “Historica
Relatione del Regno de Chile, E delle missioni,
eministerij che esecita in quelle la Compagnia di
Giesu...” En ella, se mantiene el imaginario que caracterizó a los primeros momentos del establecimiento
español en América, las leyendas, las noticias que provienen de relatos orales; por ejemplo, en él se lee, bajo
7
8
un grupo de guanacos: “se llaman guanacos y hacen
las piedras bezoares”, o definiendo a indígenas de Tierra del Fuego: “aquí se hallan los hombres que tienen
cola” (Martínez Sierra, 1975).
Los mapas del siglo XVIII, con muy pocas excepciones se basan en la cartografía del siglo anterior,
como la que hemos mencionado. Ofrecen una información más detallada, aunque no siempre exacta. Un
ejemplo de ello es el mapa de Guillaume de L'Isle, de
1703. En él, el Río Segundo se ha dibujado en dos
tramos. Uno se origina en las sierras y se corta; el otro
parte de la confluencia con el Primero (le Première),
en un lugar muy cercano a la ciudad de Córdoba, desde donde recibe el nombre de Nuestra Señora y luego
se dirige hacia el sur, para desembocar en el Paraná.
El nombre de Los Santos denomina ahora a una laguna donde desemboca el Río Primero, luego de haberlo
hecho en “La Lagunilla” (Martínez Sierra 1975, ilustración XVIII) (fig. 7)
Pertenece a esta etapa el mapa dedicado a Michaeli
Angelo Tamburino y cuyo autor es según Furlong, el
hermano Juan Francisco Dávila, confeccionado en 1722.
Recoge la información acumulada hasta entonces, por
lo que se considera el más completo de ese siglo. En él
se ubica a la ciudad de Córdoba en las márgenes del
río llamado Pucará, en tanto que el Segundo, al que se
da dicho nombre, termina en el Tío, características repetidas en las dos ediciones que hemos consultado.
Dávila lo realizó a pedido del Padre Visitador, Antonio
8. Mapa de Tamburino, 1726.
Rio Branco: “Frontieres entre le Bresil et la Guyane francaise” tomo IV. París, 1899. En Levillier, 1926-1931, op, cit.
Segretti, Carlos: Temas de Historia Colonial, ANH, Bs. As., 1987, Pág. 37.
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 35
Memorias del Pueblo
Garriga “...en orden a saber donde se hallaban los sujetos para con más comodidad disponer de los
empleos...”9.(fig. 8)
Esta afirmación apoya la opinión de diversos autores acerca de los objetivos de los cartógrafos de siglo
XVIII: incluir en sus mapas noticias o referencias de
distinto origen para controlar y extender la acción misionera. Dichos propósitos cumplen los jesuitas Cardiel
y Faulkner. La carta del primero de ellos detalla las
regiones del Chaco, en tanto que Córdoba aparece con
pocos datos: la ciudad, ubicada en las márgenes de
Río Primero, sin nombre, a continuación los ríos Segundo y Tercero. Los dos primeros se pierden sin indicación de desembocadura, el Tercero lo hace en el
Carcarañá.
Falkner publica una obra denominada “Descripción
de la Patagonia”, donde incluye un mapa impreso en
Londres “A New Map Of The Southern Parts of America”.
Se trata de una obra de compilación, en la que el autor
reconoce haberse valido tanto de los trabajos de otros
geógrafos, como de las observaciones aportadas por
los indígenas. Sabemos que su actividad se desarrolló
en la provincia de Buenos Aires y que no recorrió la
Patagonia, el Chaco, ni las Pampas, por lo que sus datos provienen de fuentes indirectas (Martínez Sierra,
10. Mapa de Céliz, 1783.
9. Mapa de Faulkner, 1772.
9
Carta del H. Juan Francisco Dávila al Padre Antonio Garriga con fecha 3 de septiembre de 1722. Archivo General
de Indias. Sevilla, 123-5-13. Citado por Furlong Cardiff, 1936, op. cit.
36 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
Memorias del Pueblo
11. Mapa de Espinoza y Bauzá, 1810.
1975). Denomina al Río Primero como Pucará y lo hace
desembocar en una laguna llamada Tío y al Segundo
en otra sin nombre, representando la zona como cubierta de bosques. (fig. 9)
Torre Revello (1941) reproduce en su Cartografía un
mapa de 1783 donde se ubican las minas de metales
del Chaco, confeccionado en cumplimiento de una orden emanada del Rey Carlos III al Virrey Vértiz, quien
debía proceder al reconocimiento de estas minas. En
esta carta la ciudad de Córdoba está en las márgenes
del Río Primero, que desemboca en una laguna sin nombre; el Río Segundo lo hace en otra, donde se lee la
inscripción: “Tío Fuerte”. (fig. 10)
La cartografía del siglo XVIII aporta avances significativos, en especial en lo que hace a nuestra zona de
estudios: se identifica el nacimiento de los ríos Primero
y Segundo, se dan indicaciones referidas a la desembocadura en unas lagunas, que se llaman “Saladas” o
“Saladas de los Porongos”. Los ríos Primero y Segundo
desembocan cada uno en una laguna, y la de Porongos
recibe al río que atraviesa Santiago del Estero, sin nombre. Esta forma de incluir las lagunas denota un conocimiento más directo de la zona. Hoy podemos interpretar estos gráficos como evidencias de épocas más secas, en las que no existía una gran laguna, sino tres
formaciones distintas, si bien en el mapa de Caamaño,
de 1789 (Furlong, 1936, Tomo II, Mapa XLVIII) las lagunas aparecen unidas entre sí.
Esta zona está recorrida por el camino llamado “De
los Monigotes” (Furlong, 1938), camino utilizado por los
Jesuitas para comunicarse con sus reducciones, por los
comerciantes de mulas y por tropas de carretas que recorrían el camino a Santiago del Estero; seguía siendo,
además, la ruta del contrabando.
La zona era peligrosa, debido a los avances de las
tribus chaqueñas, corridas por las expediciones realizadas en la región a principios del siglo XVII. Se realizaron
intentos de instalar fuertes, como el del Tío o el de
Ansenuza, o de establecer rutas alternativas, como el llamado “Camino de los Porongos” (Furlong, 1938), por lo
que podemos afirmar que la región era bien conocida.
La cartografía del siglo XVIII responde a otras intenciones, además de las religiosas o militares; es el caso
del mencionado mapa de Céliz, cuyo propósito es el de
localizar la existencia de minerales. Si bien se han seguido utilizando los mapas de la Compañía de Jesús
del siglo anterior, existen nuevos aportes, ya sea de
geógrafos religiosos o civiles, cuyas precisiones nos
aproximan al conocimiento que se tenía entonces sobre
la región.
En la cartografía posterior, que aporta mayores detalles, el Río Segundo conservará esta denominación.
Mencionamos algunos mapas del siglo XIX: el de
Espinoza y Bauzá, de 1810 (Martínez Sierra, 1975)10 (fig.
11), donde las lagunas en las que desembocan los ríos
Primero y Segundo se han indicado en forma separada,
al Norte de ellas está la de Los Porongos.
En el mapa de Arenales, de 1831 11 (fig. 12) la información es más precisa: el curso se ha trazado con mayor exactitud, se incluye la ubicación de poblaciones y
la desembocadura se produce en la Mar Chiquita. Destacamos la nota de Arenales, sobre la laguna: “Lagunas
y bañados en los que se consume el Río Segundo”. Se
conserva el trazo del camino a Santiago, ruta comercial
alternativa, legal o ilegal; aunque algunos rubros, como
el comercio de mulas, había disminuido sensiblemente,
luego de las guerras de la Independencia.
El mapa de 1867, (fig. 13) de Martín de Moussy12
contiene valiosas informaciones referidas al Río Segundo, el que llega a la Mar Chiquita mediante dos brazos: el norte o Plujunta y el sur que conserva el nombre del río.
En el siglo XIX, se han establecido diversas poblaciones en las márgenes del Xanaes, algunas, al amparo de las postas o de las capillas, que, desde los siglos anteriores representaban etapas en los viajes a
Santa Fe y Buenos Aires, o desde ellas, al Alto Perú,
por ejemplo Cosme, Río Segundo, San José, Rincón,
Oratorio Moncada, Impira, El Tío, las que se ubican en
los mapas.
Las acciones militares, representadas por el afianzamiento de las líneas de fuertes, continúan hasta fines
del siglo XIX. Ejemplo de ello es la disposición de
Paunero para instalar fortificaciones “en el punto de los
10
“Carta Esférica de la parte Interior de la América Meridional, para manifestar el camino que conduce desde Valparaíso
a Buenos Aires”. La impresión de esta carta se realizó en Madrid, en 1810. En Martínez Sierra, 1975.
11
“Plano de una parte de la Provincia de Córdoba. Construido y dibujado según materiales comprobados por el Sr.
Arenales; Buenos Aires, marzo 31 de 1831”. Archivo General de la Nación. Carta Geográfica de las Pampas del
Sur, hecha bajo la dirección de Arenales, en el año 1833. En Martínez Sierra, 1975 Tomo I. Pág. 227, op. cit.
12
En Randle P. H.: Atlas del Desarrollo Territorial de la Argentina, 1981 OIKOS. Buenos Aires-Madrid.
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 37
Memorias del Pueblo
Morteros”13, en la margen Noreste de la laguna.
La cartografía del siglo XIX refleja otros objetivos,
que difieren de los señalados en los siglos anteriores:
en él predominan las intenciones políticas y militares,
posteriormente la división territorial con motivo de la instalación de las colonias de inmigrantes definirán con
mayor precisión espacios y accidentes geográficos. La
tarea, entonces será llevada a cabo por expertos, en
uso de los más avanzados recursos técnicos, como lo
observado en el mapa incluido en la obra de Ríos y
Achával (1904-1905) (fig. 14).
En la cartografía del siglo XX el río continuará llamándose Segundo.
El Gobierno de la Provincia de Córdoba, mediante
la Ley 7105/84, (publicada el 4 de octubre de ese año)
establece la obligación de denominar a los ríos de la
provincia en la documentación oficial y escolar con los
nombres que les adjudicaron los españoles al reconocer estas tierras, acompañados entre paréntesis, por los
antiguos toponímicos usados por los aborígenes. De este
modo se reconoce oficialmente al río Primero como
Suquia, al Segundo como Xanaes, al tercero como
Talamochita, al cuarto como Choncancharaba, al Quinto como Poopopis.
En cuanto a la desembocadura, del Xanaes los
cartógrafos europeos aportaron, a partir del siglo XVI
diferentes versiones. Sus datos son de interés, ya sea
para conocer la percepción que ellos tenían acerca de
estas regiones, las posibles variantes que ha sufrido su
recorrido o para valorar las condiciones que hicieron
posible el establecimiento de las comunidades humanas del pasado.
En las representaciones cartográficas del siglo XVI,
que reproducimos en las figuras 1-2-3 (Levillier 19261931, op. cit.) no se consignan lagunas o esteros; los
ríos Mocoretá y Xanaes desembocan en el Paraná. La
primera referencia en la documentación escrita en la que
los conquistadores nombran la Mar Chiquita, está contenida en la carta del licenciado Matienzo, escrita el 2
de enero de 156614.
En ella se habla de una tierra “...que se dice de
Ansenuza, valle de muchos indios que llaman
comechingones...”. Matienzo agrega que “... Aguirre quería hacer un pueblo en una isla que está entre dos ríos,
uno del Estero y el otro el Río Salado, que se juntan allí
en Ansenuza y Curunera, juntos los dos ríos hacen una
grande isla que está toda poblada y tiene más de veinte
12. Mapa de Arenales, 1831.
13
Romero, Lilian: “La campaña de Paunero a Córdoba” en Investigaciones y Ensayos Nº 6 y 7, ANH Bs. As. EneroDiciembre 1969.
14
Levillier: 1926-1931, op.cit. Apéndice, Pág. 275-276-277.
38 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
Memorias del Pueblo
leguas llamase Curunera y los rríos pasa una para debajo de la ysla y otro para arriba y ambos en el Río de la
Plata más debajo de Gaboto...”
Esta denominación Ansenuza, designa según
Levillier, entre los siglos XVI y XVIII, entidades diferentes, que hemos sintetizado del siguiente modo:
• Una tierra, “valle de muchos indios…”
• Una Provincia, llamada también Curunera
• Una isla, de cerca de 20 leguas, formada por la
unión del Dulce y del Salado, “...antes de perderse éste
último en el Río de la Plata” (Paraná).
• Un pueblo en tierra de Comechingones. En este
sentido, se usó como nombre de un pueblo en la documentación histórica, relacionado con la laguna, aún después de usarse para ésta el nombre de Mar Chiquita.
• Un fuerte situado al este del estero donde termina el Río Primero, según lo indica el mapa de Jolis,
(1767-1789, fig. 17 - Levillier, tomo 1, Lámina XX)
• Un estero (salinas), según la descripción del padre Lozano, quien dice que el Río Primero terminaba en
unas salinas llamadas Ansenuza. (Levillier, op. cit.)
La laguna de mar chiquita
En la cartografía del siglo XVII, especialmente la
de los Jesuítas, comienzan a tenerse en cuenta lagunas y esteros relacionados con los ríos Suquia y
Xanaes, aunque las versiones no son coincidentes.
Ernot representa un grupo de lagunas interconectadas
a las que llama lagunas “Saladas”. Los ríos mencionados se unen entre sí y sin llegar a las lagunas, se pierden luego de unirse en un punto llamado “Los Santos”
(fig. 5 y 6). Como lo hemos mencionado en la primera
parte de este artículo, estas últimas características
geográficas no responden a la realidad, sino a informaciones recibidas oralmente, o de viajeros que habían recorrido la región.
El mapa de Tamburino, de 1726 (fig. 8), ya en el siglo XVIII, es más explícito. Un grupo de lagunas es llamado “Saladas” y otro de “Los Porongos”. El Xanaes
acaba en un punto denominado “Tío”; en otro de 1733,
cuyo autor no conocemos, (Levillier: 1926-1931, tomo I,
Lámina XXXIV), “se las menciona como Lagunas Saladas de Porongos; están cruzadas por otra llamada de
Cristal” (fig. 15).
La región era seguramente conocida por los jesuitas, ya que en las referencias de este mapa, que constan en un recuadro, dibujado en el extremo inferior derecho, se indica que la línea de puntos representa las
vías de comunicación entre las Misiones. Este camino
parte desde Cruz Alta, se dirige a Coronda y sigue en
dirección a las lagunas, a las que bordea por el Oriente,
para seguir hacia el Paraguay. En los mapas subsiguientes del siglo XVIII es más evidente la presencia de la
laguna de Los Porongos.
En las representaciones de esta etapa, el Dulce y el
Salado aparecen separados, el primero desemboca en
13. Mapa de Martín de Moussy, 1865.
la laguna de los Porongos y el segundo en el Paraná, o
bien se unen en dirección al Paraná, luego de atravesar
dos grandes lagunas (fig. 5-6) Es necesario aclarar que
estos ríos, así como el área de la Mar Chiquita sufrieron
incesantes modificaciones, las que afectaron los regímenes de los ríos y los volúmenes hídricos de las lagunas, reconocidas por los geólogos actuales (Vázquez y
otros op. cit.), por lo que las diferencias que notamos en
los mapas pueden ser reflejos de esta realidad. Según
Levillier sólo los cartógrafos jesuitas percibieron estas
características quizá, como ya lo hemos expresado, a
causa del conocimiento del terreno que adquirieron en
forma directa.
En esta etapa se consignan variantes en cuanto a la
desembocadura del Xanaes, ya sea que lo haga en una
pequeña laguna o que se pierda luego de haber pasado
el punto denominado Tío. El Suquía desemboca generalmente en la misma laguna que el Dulce.
En la carta de Guillaume de L'Isle se advierten errores u omisiones con respecto a datos conocidos para la
época. Córdoba está emplazada en el espacio que media entre dos ríos: el Primero y el Segundo; éste lleva
sus aguas hacia el Paraná y el Primero desemboca en
una laguna sin nombre que no es la de Los Porongos.
En el mapa del Padre Jolis de 1789 (Levillier, op. cit,
lámina XX) al final del recorrido del Primero se indica el
Fuerte de Ansenuza. Se repite la línea de puntos que
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 39
Memorias del Pueblo
indica el derrotero de los jesuitas hacia el norte, rodeando
por el este la laguna de Ansenuza.
Victoriano León, en 1790 representa estos ríos desembocando en una gran salina, equivalente a la laguna
de los Porongos. (Levillier, Tomo II, op. cit., Pág. 88)
En la cartografía del siglo XIX, la laguna de la Mar
Chiquita se representa con dimensiones notables. Así
está dibujada en el mapa de Arenales, ya citado, donde
observamos que el río Primero desemboca en una pequeña laguna llamada del Salado, mientras que el Segundo lo hace en otra más grande, rodeada de bañados en las que escribe lo siguiente: “lagunas y bañados
en los que se consume el Río Segundo”.
Levillier (1926-1931, pág. 87) cita el mapa de
Echenique (1866) donde por primera vez la Mar Chiquita aparece en su posición actual y con un tamaño más
cercano al real.
Martín de Moussy15 aporta mayor información, en
base a datos recogidos por él en esa época:
“...Le nord-est de la province de Córdoba présente un
système hidrographique remarcable et fort peu connu
14. Mapa de Caldentey (Ríos y Achával), 1905.
15
Levillier: 1926-1931, op cit, Tomo II, Pág. 87
40 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
jusqu' à ces derniers temps: c`est le grupe de lagunes
désignées sous le nom de lagunes de Los Porongos où
vient se perdre le Río Dulce, et une autre lagune fort grande qui communique avec elle et que l´on apppelle La Mar
Chiquita, la petite Mer. La rive sur de cette dernier dernière
lagune a été reconnu en 1861 par l`ingéniere de Laberge,
qui a suivi les traces du Río Primero et du Río Segundo
qui s´ y jettent quelque fois lors de leurs grandes crues.
Au dire de tous les habitants, la Mar Chiquita formerait
una seule lagune, dont le plus grande étendue serait de
l'ouest à l'est, et elle communiquerait avec celle de los
Porongos par une autre lagune intermédiaire dite del
Soldado... et des caneaux peu profonds, tantót à sec,
tantót remplis d'eau...” (fig. 13)
Los geógrafos del siglo XIX aportan diferentes versiones, que hemos sintetizado del siguiente modo:
• Se identifica una laguna pequeña, llamada del
Salado, donde desemboca el Río Primero.
• La laguna del Salado se distingue de otra mayor,
ubicada al sur, a la que se le da el nombre de Laguna
de los Porongos.
Memorias del Pueblo
• Se denomina Mar Chiquita a una gran laguna; la
de los Porongos está formada por una serie de esteros
y bañados, al norte de la anterior.
• La Mar Chiquita es una inmensa laguna, que es
también llamada de Los Porongos. (Leviller 1926-1931
tomo II. pág. 90)
• La Mar Chiquita es una laguna salada, la de los
Porongos, dulce, de menor tamaño16.
Si bien la presencia de bañados se señala en los
mapas que hemos mencionado para el siglo XIX, es en
la obra de Ríos y Achával (1904) donde se los describe
con mayor precisión. Éstos preceden a la laguna, en su
costa Sur, y son producidos por los derrames de las aguas,
las que siguen las direcciones irregulares que les imprimen los desniveles de la llanura. Los bañados aíslan la
Villa Concepción del Tío e impiden al Río Segundo seguir el cauce primitivo. Estos autores señalan que, en
épocas de mucha lluvia, Villa Concepción del Tío queda
aislada por el crecimiento de los bañados, que aportan
salubridad a las aguas, motivando la desaparición de los
bosques. En cuanto al Río Segundo, señalan que su desembocadura en la Mar Chiquita se produce a través de
estos bañados, lagunas y pantanos.
A principios de siglo XX, geólogos como Frenguelli,
se refieren a ella como una cuenca salada “...en rápida y progresiva reducción...”, ya que esa etapa se caracterizó por una prolongada sequía. Este autor refiere que en la época de calor, las lagunas se unen entre
sí, y en la época de bajantes, vuelven a quedar incomunicadas, lo que atribuye tanto a la evaporación como
a la absorción del suelo. Ésta es la imagen que dan
algunas de las referencias cartográficas que hemos
mencionado para el siglo XVIII. Para él, el río Dulce
alimenta la Laguna de los Porongos; en tanto que el
Primero y el Segundo llevan sus aguas a la Mar Chiquita. Kuhn17 en 1922, asevera estas condiciones de
sequía cuando informa que el Primero y el Segundo se
pierden completamente unas leguas antes de alcanzar su antiguo cauce.
Según el geólogo Eduardo Piovano, durante los primeros 75 años iniciales del siglo predominaron los niveles bajos, aunque se registraron algunos incrementos puntuales durante 1959 y 1961. A partir de los años
70 el aumento en los caudales de los ríos Suquía,
Xanaes y Dulce provocaron un notable incremento en
las aguas de la laguna. El citado investigador advierte
la sincronicidad entre el comportamiento de la cuenca
de la Mar Chiquita y el de los principales sistemas fluviales de Sud América. Afirma la importancia de los estudios de los sedimentos lacustres depositados durante
largos períodos del pasado, para comprender la dinámica de los cambios y su influencia en factores de distinto tipo, como las características bióticas.
16
17
Epilogo
El Mar de Ansenuza es considerado la laguna salada más grande de Sud América, reconocida a nivel mundial como integrante de la Convención RAMSAR. Las
cartas satelitales actuales muestran la gran extensión
que ocupa esta zona de humedales, y es destacada su
importancia natural, ecológica, y económica.
Muy lejos estaban los antiguos cartógrafos de imaginar el actual paisaje y la desaparición, bajo las aguas,
de los caminos que relacionaban poblados y fuertes.
Tampoco los arqueólogos de principios del siglo XX valoraron la magnitud de las posibles diferencias entre los
espacios habitados en épocas anteriores a la Conquista y el seco entorno en el que efectuaron sus hallazgos.
Los mapas de reciente aparición, con su precisión científica, producto de observaciones obtenidas con técnicas avanzadas, nos muestran un ejemplo de los cambios que acontecen en el planeta.
Su historia puede leerse en las huellas que la dinámica de la corteza terrestre ha dejado: glaciaciones y
terremotos, sequías e inundaciones, espacios que fueron selváticos y ahora son desiertos, un ejemplo es la
extensa superficie de humedales de nuestra mar interior que reemplaza a la estrecha laguna y a los racimos
de lagunillas de las etapas precedentes.
El hombre genera estrategias, recursos, formas de
adaptarse a eventos poco previsibles. En esta pequeña
muestra sobre la cartografía de la Mar Chiquita reconocemos muchas de sus acciones: caminos, espacios de
producciones, divisiones territoriales, establecimientos
humanos. Es deseable que las nuevas obras se dibujen
sobre el conocimiento y la aceptación de los cambios y
el respeto a la naturaleza, cuyas leyes difícilmente podremos modificar.
Agradecimientos
Deseo agradecer muy especialmente a los miembros del equipo de arqueología del Museo Histórico
Municipal “La Para”, José Luís Giraudo y Eduardo
Villarreal, también al director de dicho museo Carlos
Ferreyra, y muy especialmente a dos autoridades municipales que desde el año 2000 apoyan los proyectos de
arqueología que desarrollamos en La Para: José Bolatti,
actual intendente, y Beatriz Fiore, encargada de Cultura y Deportes, sin ellos la región de Ansenuza seguiría
siendo una zona marginada de la arqueología.
Finalmente mi agradecimiento a los miembros de la
Cátedra de Arqueología, en especial a Esteban Pillado,
por la digitalización de las imágenes que acompañan
este artículo.
Albarracín, Santiago: 1889; Bosquejo histórico, político y económico de la Provincia de Córdoba. Bs. As. Pág. 89
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Memorias del Pueblo
TECNOLOGIA DE PROYECTILES Y USO DEL ESPACIO
EN LA PORCIÓN AUSTRAL DE LAS SIERRAS
PAMPEANAS, DURANTE EL HOLOCENO TEMPRANO
Por Eduardo A. Pautassi1
Introducción
La historia aborigen de Córdoba y San Luis tiene su
inicio hace unos 10.000 u 11.000 años atrás, durante el
fin del Pleistoceno, es decir de la época glaciar, con un
clima frió y de extrema aridez, y el cambio a las condiciones climáticas actuales, Holoceno. En esas condiciones climáticas vivían, en el territorio, especies de
mamíferos hoy extintos, denominados megafauna:
Megatherium, Mylodon y Gliptodonte, entre otros.
El poblamiento originario
En este contexto ambiental, se registran las primeras evidencias de ocupaciones humanas, las que han
sido interpretadas por la arqueología moderna, como
parte de un proceso de poblamiento inicial, correspondiente a una etapa de exploración del territorio, que forma parte del contexto general del poblamiento america-
no (Laguens et. al. 2003). En tanto que, la ocupación
efectiva tuvo lugar hace unos 8000 años atrás. Por parte de grupos de cazadores recolectores comúnmente
denominados como Ayampitin. Tradicionalmente se planteo que estos formaban parte de un horizonte panandino, de cazadores-recolectores tempranos caracterizados por utilizar puntas de proyectil de diseño
lanceolado, comúnmente denominadas como Ayampitin
(Gonzalez 1952). La utilización de tecnología de proyectiles similar se extendía por el mundo andino, desde
Venezuela y Perú hasta las Sierras Pampeanas Australes, y se lo vinculo a un modelo de poblamiento andino
que vinculaba a las Sierras Pampeanas con el Noroeste Argentino.
Nuevas líneas de indagación han dado lugar a la
reformulación de estos postulados. En la actualidad se
propone un modelo de poblamiento más antiguo y tem-
Figura Nº 1. Mapa de las Sierras Pampeanas Australes
1
Museo de Antropología FFyH-UNC.CONICET
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 43
Memorias del Pueblo
poralmente situado en la transición Pleistoceno-Holoceno.
Que formo parte de un proceso de poblamiento a escala
subcontinental, que corre disociada del mundo andino, y
se desplaza siguiendo un eje Norte-Sur sobre el
piedemonte oriental de los Andes, en el borde actual de
la cuenca Amazónica y el Mato Grosso (Anderson, D. G.
y J. C. Gillam 2000), para luego entrar a Argentina por el
río Paraná y seguir hacia el Sur, a la llanura bonaerense
y la Patagonia; y posiblemente entrar a las Sierras
Pampeanas por el este siguiendo la cuenca TerceroCaracaraña. (Laguens et. Al. 2003).
En tanto que la ocupación efectiva habría tenido lugar hace unos 8000 años, con grupos denominados
como Ayampitin, que poseían un modo de vida centrado en la cacería de animales, donde especies, tales
como, el guanaco (Lama Guanicoe), y el venado de los
pantanos (ozotoceros), constituían la base de su subsistencia, la que era complementada por la recolección
frutos silvestres como el algarrobo y el chañar. Su organización social era igualitaria, del tipo denominado bandas, es decir pequeños grupos de treinta a cincuenta
individuos como máximo, que probablemente se encontraban ligados por lazos de parentesco.
Las herramientas que utilizaban, comprendían una
variedad de instrumentos aptos para procesar distintos
tipos de materiales (madera, huesos, cuero y semillas),
pero tal vez la mas emblemática de todas sean las armas, que en este caso son grandes puntas de proyectil
denominadas ayampitin (ver figura Nº2), que poseen un
diseño lanceolado, las cuales eran mucho mas grandes
y pesadas que una punta de flecha, puesto que se
enastilaron en lanzas (Pastor et. al. 2005).
Materiales y métodos
Bajo la denominación de ayampitin se han incluido
una variedad de objetos, clases de puntas de proyectil,
los que han sido caracterizados por su forma, y definidas como: “son puntas trabajadas en cuarzo o cuarcita,
de forma lanceolada o de hojas de laurel o almendra,
con un largo que varía entre los 45 a 100 mm. (…) por lo
general son muy espesas de sección oval o frecuentemente en diamante”. (González 1960 pp: 108).
Atendiendo a esta definición y a la diversidad presente en el registro arqueológico regional; el objetivo de
este trabajo es conocer la variabilidad presente en este
tipo de puntas de proyectil (ver figura Nº2), y evaluar si
esta tiene un correlato geográfico.
Entendemos que es importante para comprender
2
estadísticamente estas diferencias, contar con muestras
acotadas espacialmente y lo suficientemente grandes
para ser analizadas.
En el siguiente análisis se han incluido todas las
colecciones conocidas de la Provincia de Córdoba, a
los que tuvimos acceso, tanto de museos como de particulares. Estas muestras en su mayoría proceden de
recolecciones superficiales y hallazgos fortuitos, pero
considero que tienen la indiscutible ventaja de poseer
una abundancia de materiales suficiente que permite
ser analizada estadísticamente.
Las muestras aquí estudiadas proceden de nueve
museos y cuatro colecciones particulares2, a las que
hemos agrupado en sectores en función de su procedencia geográfica (ver figura Nº3).
Las correspondientes a la llanura norte provienen
de los museos de Marull y La Para, en último caso,
corresponden a hallazgos realizados en la margen sur
de la laguna Mar Chiquita, en el paraje denominado
como Campo Mare por donde discurre un paleocause
del Río Suquia que ingresaba a la Laguna del Plata
hoy absorbida por la Mar Chiquita. Las de Ischilin y
Pampa de Achala pertenecen al Museo de Antropología de la UNC, en su gran mayoría proceden de recolecciones superficiales realizadas en la década del
cuarenta en los paraderos de Mazza (Ischilín) y en la
zona de Chuña, a las que se suman los materiales provenientes del sitio El Batan 1, ubicado en la porción
nororiental de la Pampa de Achala, que esta siendo
objeto de estudio. Asimismo parte de la muestra de
Pampa de Achala pertenece al Museo Camín Cosquín,
y corresponden a hallazgos aislados, exceptuando una
punta de proyectil que se pudo rastrear, la que procede del sitio San Roque 4 en el Valle de Punilla. Las de
las salinas son hallazgos superficiales realizados por
el Dr. Luis Gallo y pertenecen al Museo de Tirizarao
(provincia de San Luis). Las de la llanura son de los
museos de Río Segundo y Río Tercero; de ellas solo
se tiene una procedencia relativa, la que se remite a
las inmediaciones de ambas localidades, exceptuando un pequeño numero (8) que proceden del sitio La
Cascada, situado en el dique Piedras Moras. Por último las de los valles del sur pertenecen a los museos
de Almafuerte, Villla Rumipal y Amboy, así como a colecciones particulares, en todos los casos recolectadas en los lagos de Embalse y Piedras Moras ambos
situados sobre el cause del Río tercero y en las nacientes del mismo.
Quiero expresar mi agradecimiento a las instituciones que nos brindaron acceso a las distintas colecciones que
analizamos en este trabajo: Museo Histórico Municipal de La Para, Museo Municipal de Marull, Museo Arqueológico Provincial “Aníbal Montes”, Museo Arqueológico e Histórico Regional “Florentino Ameghino”, Museo “Felipe
Basualdo”, Museo Municipal “Estrella de Piedra”, Museo “Dr. Dalmacio Vélez Sársfield“, Museo “Camín Cosquín”
y al Museo de Antropología de la FFyH-UNC. Así como a los particulares que nos permitieron estudiar sus colecciones: al Sr. Troco, a Carlos Castillo, al profesor Manfini, al Dr. Luis Gallo y a la Familia Basualdo.
44 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
Memorias del Pueblo
Figura Nº2. Puntas de proyectil de diseño lanceolado, procedentes de La Para y Marull.
El conjunto analizado comprende 163 artefactos que
se dividen en tres grupos tipológicos, el mas numeroso
comprende 75 artefactos consistentes en puntas de proyectil de diseño lanceolado, a las que se suman 15
bifaces atribuibles a los primeros estadios en la confección de este tipo de puntas (Pautassi 2004, 2005) y 73
preformas correspondientes a los estadios finales de
elaboración.
Análisis Lítico
Para el análisis nos centramos en las puntas de proyectil (N=75); en primera instancia se dividió la muestra
en grupos: (1) piezas muy fracturadas (fragmentos) que
no son sensibles a algunos análisis, (2) piezas ligeramente fracturadas cuando poseen más del 70% del total y (3) piezas enteras. En este grupo incluimos aquellos ejemplares que poseen fracturas menores al 10%
del total y permiten reconstruir con exactitud sus dimensiones totales (figura Nº 4).
A continuación, y sobre la base de las piezas enteras y las ligeramente fracturadas (N=40), se procedió a
realizar el análisis estadístico de los materiales reuni-
Figura Nº3. Tabla con los materiales discriminados por
región y colección
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 45
Memorias del Pueblo
dos realizándose una exploración de lo datos con el programa SPSS, mediante tablas de frecuencia con el fin
de determinar las características sobresalientes del conjunto. De allí podemos sintetizar que: (a) las puntas de
proyectil lanceoladas poseen un tamaño mediano pequeño (entre 4 y 6 cm de eje mayor) a grande (mayor de
8 cm de eje mayor), aunque predomina el mediano grande (entre 6 y 8 cm de eje mayor), en tanto (b) que la
forma geométrica, las piezas presentan una diversidad
de formas, siendo la más numerosa la lanceolada normal; (c) las materias primas con las cuales se han confeccionado estas piezas son principalmente distintas
variedades de cuarzo, aunque (d) es significativamente
numerosa la utilización de bulcanitas y, en menor medida, cuarcita, calcedonia y ópalo; y que (e), en cuanto a
los lascados sobre las caras, los más comunes son los
escamosos extendidos o regulares y, en menor medida,
el paralelo trasversal irregular (sensu Aschero 1975).
En síntesis, hallamos que los materiales reunidos
son heterogéneos. Si bien hay tendencias definidas en
cuanto a forma, tamaño y materia prima utilizada, el rango de variación es significativo al punto que podríamos
sugerir que en realidad no se trata de una sola clase de
artefactos (Laguens A. y E. Pautassi 2007).
En cuanto al contorno de la forma geométrica de las
piezas, si bien todas se inscriben en una forma
lanceolada (Aschero C. 1983), esta denominación no
alcanza a captar las diferencias observadas. Un criterio
ha sido considerar la simetría a partir de su eje medio y
la ubicación del ancho máximo.
Distinguimos aquellas piezas simétricas de las
asimétricas con respecto a dicho eje; a las primeras las
denominados “lanceoladas normales” (Clase B). Dentro de las asimétricas, las distinguimos por la ubicación
del ancho máximo del limbo: si éste se halla en la franja
entre el 1er y 2do cuarto de la pieza (a partir de la base) la
denominamos “lanceolada romboidal” (Clase A) si el
ancho máximo se ubica en la franja del 1er cuarto de la
pieza, la denominamos “lanceolado ovoide” (Clase C).
En el caso de las lanceoladas normales, el ancho máximo coincide con el eje medio o se halla muy próximo a
él En cuanto al módulo de proporción 3, las puntas
lanceoladas romboidales dieron un índice de 3,99, las
lanceoladas normales de 3,54 y las lanceoladas ovoides de 4,25; es decir, las de la clase B son piezas más
alargadas y delgadas que las otras dos.
A partir de esta distinción de clases de artefactos
podemos considerar en síntesis que, pese a la hetero-
Figura Nº4. Piezas puntas de proyectil discriminadas.
3
Entendemos por módulo de proporción de la pieza a la relación de proporcionalidad mantenida entre el largo de la
pieza y las veces en que se inscribe en el mismo la relación entre el ancho del limbo y espesor, es decir: [ancho/
espesor]/largo. En una serie, cuanto menor sea el valor del módulo, las piezas tenderán a ser más alargadas,
angostas y delgadas.
46 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
Memorias del Pueblo
geneidad y variabilidad de las puntas lanceoladas, se
pueden discernir tres diseños concretos, cada uno con
un limitado rango de variación métrica y tecnomorfológica.
Clase A: Punta de proyectil de limbo lanceolado, y
modulo largo ancho es mediano alargado, posee lados
y base convexos, borde normal, pudiendo presentar
pedúnculo esbozado.
Clase B: Punta de proyectil de limbo lanceolado, y
modulo largo ancho es mediano alargado o angosto,
posee lados y base convexos, borde normal y puede
presentar un pedúnculo esbozado.
Clase C: Punta de proyectil de limbo lanceolado, y
modulo largo ancho es mediano alargado a mediano
alargado. Posee lados y base convexos, borde normal.
Con la finalidad de contrastar lo arriba observado,
realizado con el programa SPSS, en el cual se utilizaron las variables métricas (i.e. largo, ancho y espesor)
tanto del limbo como de la base de las puntas de pro-
yectil para contrastar lo observado con las variables
morfológicas (ver figura Nº5). Los ejemplares analizados se aglutinaron formando tres grupos distintos, en
función de las tres clases previamente definidas.
Dado el estado actual de las investigaciones en la
región, no tenemos respuestas que den cuenta de estas diferencias, las que pueden obedecer a cambios operados a través del tiempo, o a diferencia de grupo o bien
a la existencia de distintos sistemas de armas.
Podemos afirmar que las tres clases de puntas de
proyectil están presentes en los distintos sectores que
constituyen la muestra, prácticamente descartándose
que correspondan a adaptaciones tecnológicas locales
o a procesos microrregionales.
Consideraciones finales
Resulta particularmente notorio la ausencia puntas
lanceoladas en determinados sectores de la geografía
de Córdoba, mas concretamente en la llanura. En ella
Figura Nº5. Análisis discriminante, con las tres clases de puntas de proyectil.
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 47
Memorias del Pueblo
no solo se han hallado unas pocas puntas de proyectil,
sino también muy pocas preformas; y en todos los casos en localidades aledañas a los ríos caudales que discurren desde las tierras altas hacia la llanura y en el
humedal de la Mar Chiquita.
Estas ausencias en el registro arqueológico regional tienen implicaciones sobre el uso del espacio, puesto que si nos retrotraemos a las condiciones ambientales imperantes en el pasado; hace 10.000 años atrás
predominaban condiciones ambientales frías y secas,
esto comenzó a cambiar en los últimos 9.000 con cambios climáticos mas favorables para la vida humana, con
un clima mas cálido y húmedo (Carignano 1996), y con
la extinción de la megafauna pasaron a predominar en
la región especies tales como el guanaco (Lama
Guanicoe) y cervidos como el Ozotoceros. En este contexto ambiental aparecen las primeras evidencias de cazadores ayampitin y cuya subsistencia estaba basada
fundamentalmente en la cacería de animales de gran
porte (guanacos y ciervos).
Si bien en este período la llanura no era la sabana
semidesértica del Pleistoceno final, posiblemente poseyera una oferta de recursos vegetales, acotada
geográficamente a los cursos de agua principales, en
tanto que en los valles estaría comenzando a desarrollarse el bosque chaqueño con su particular oferta de
recursos vegetales y las pampas de altura con sus abundantes pasturas son pobladas por manadas de
camélidos y cervidos.
Teniendo en cuenta estas características
paleoambientales y las ausencias en el registro arqueológico regional, se desprende que los cazadoresrecolectores del holoceno temprano realizaron una escasa utilización de la llanura, vinculada a los ríos caudales que discurren desde las tierras altas, los cuales
pudieron estar actuando como vías de comunicación o
corredores seguros para el desplazamiento humano.
48 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
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Memorias del Pueblo
INFORME DE LOS RESULTADOS DEL MUESTREO DE
ADN MITOCONDRIAL A POBLADORES DE LA PARA
Córdoba, 3 de Noviembre de 2005
Sr. Director
Museo Histórico Municipal La Para
Lic. Carlos Alfredo Ferreyra
Le escribo para ponerle al tanto de los resultados
que hemos obtenido a partir del análisis de ADN realizado sobre las muestras de hisopado bucal que obtuviéramos durante la visita que realizaran a La Para los
participantes de nuestro proyecto, donde contamos con
su valiosa colaboración.
De las 67 muestras obtenidas, 65 fueron procesadas en nuestro laboratorio (dos fueron descartadas por
no reunir los requisitos del muestreo) de la siguiente
manera:
en primer lugar se realizó la extracción del ADN a
partir de los hisopos obtenidos. A continuación se realizó la tipificación de cada muestra en los linajes maternos amerindios utilizando los marcadores diagnósticos
moleculares que se utilizan para tal fin.
Como resultado, y de manera un tanto sorprendente, hemos encontrado que el 74% de los participantes
relevados (48 de 65) presenta alguno de los cuatro linajes maternos que caracterizan a las poblaciones nativas americanas, en las siguientes proporciones:
Linaje A: 8 (17%)
Linaje B: 3 (6%)
Linaje C: 21 (44%)
Linaje D: 16 (33%)
Estos resultados parciales, aunque muy preliminares,
no contradicen la hipótesis inicial de nuestro proyecto la
que, basada en evidencia arqueológica y en nuestros
propios resultados a partir de rasgos craneanos, sugieren para las poblaciones de Córdoba un origen común
con las de Patagonia y Tierra del Fuego.
Al igual que en la muestra de La Para, las poblaciones amerindias del Sur de Argentina poseen una alta
frecuencia para los linajes C y D. Por otra parte, los habitantes del Chaco y de los Andes Centrales tienen alta
incidencia del linaje B, mientras que en los Guaraníes
de Misiones el linaje A es el más frecuente.
Como dato adicional, cabe señalar que las frecuencias encontradas en La Para resultan muy similares a
las que encontramos en el noroeste de Córdoba (Villa
de Soto y San Carlos Mina), no existiendo diferencias
estadísticas significativas entre ambas muestras.
Dado el carácter anónimo del muestreo, no le estoy
enviando junto a esta carta la planilla con los resultados
individuales, pero si adjunto las cartas para cada participante con esa información.
También me comprometo para volver a La Para a la
brevedad para realizar una charla explicativa sobre estos resultados.
Aprovecho la oportunidad para agradecerle nuevamente por su valiosa colaboración para que nuestro proyecto pueda llevarse a cabo, comprometiéndole para
continuar con la misma.
Sin otro particular, le saludo muy cordialmente.
Dr. Darío A. Demarchi
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 49
Memorias del Pueblo
MUSEO REGIONAL DEL TRABAJO
La Para - Córdoba - Argentina
COMENZÓ A TRABAJAR
El MUSEO REGIONAL DEL TRABAJO es un proyecto de la Municipalidad de La Para que se inscribe en
el marco del proyecto de recuperación del predio ferroviario de La Para, está proyectado en dos zonas: una
externa (tipo parque temático sobre la agricultura) y otra
interna (en un enorme galpón de 50x25).
En ellas se expone la HISTORIA SOCIAL DE LA
TECNOLOGÍA, es decir, el guión del museo social, ni
histórico ni tecnológico (aunque se inscriba en la
tipología de Museos de Ciencia y Tecnología), y el relato está pensado en función de que relación se establecía entre ser humano y máquina de trabajo, "queremos demostrar cuanto se sufría para trabajar en el campo y en las industrias de la zona, ya que en la actualidad se ha perdido (a raíz de la tecnificación) la idea y
el recuerdo del trabajo de antaño cuando no era apretar un botón y esperar" dijo uno de los colaboradores
del proyecto.
En cuanto al perfil del público está dirigido más que
nada al público estudiantil y al turista, con una fuerte
carga de nostalgia, como para tener un amplio abanico
de público.
Las secciones del guión son: el trabajo rural; la industria; el trabajo de educar; el transporte y las comunicaciones; el trabajo doméstico; la imprenta.
Además el museo contará con los siguientes espacios, que serán habilitados en una segunda etapa: recepción, despachos, reserva técnica, sala de reuniones,
espacio de conferencias y aula multimedia, y cocina y
sanitarios.
La Comisión Municipal Pro Museo del Trabajo fue
creada por Decreto Nº 50 del 4 de diciembre de 2006, y
esta formada por los siguientes miembros:
Autoridades Municipales: José Sebastián Bolatti y
Mindo Marcelino Tito
1.
50 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
Coordinadores: Silvana Rainaudo (Arquitectura),
Betty Fiore (Área de Cultura) y Carlos Ferreyra (Museo
Histórico Municipal).
Miembros: Ceferino Bersano, José Lazzero, Hugo
Bolatti, René Picco, Rubén Ferrero, José Luís Giraudo,
Jorge Giraudo, Andrés Bianco, Norma Lamberti, Román
Folli, Heraldo Rainaudo.
Ya tiene logotipo
La Municipalidad de La Para y la Comisión Municipal Pro Museo Regional del Trabajo, comunican que ya
está seleccionado el dibujo que resultó ganador del concurso de logotipo para el futuro Museo Regional del Trabajo.
En el concurso participaron 83 dibujos, de los cuales 12 fueron elegidos como finalistas y de ellos quedaron 3 en la final, entre los que se eligió al ganador.
1. JUDITH NOVARINO (logotipo ganador)
2. LUCIANO GABRIEL CORTEZ
3. ANA BELÉN LUQUE
Felicitamos y agradecemos a todos los participantes y a los institutos educativos de esta localidad (Centro Educativo "Dr. Dalmacio Vélez Sarsfield", Escuela
"Mariano Fragueiro" e Instituto Monseñor Esquiú) que
colaboraron tan activamente para que este concurso
resultara un éxito.
El jurado estuvo integrado por la artista plástica, docente y museóloga Patricia Brignole, por el diseñador
Micaías Crespín, por la Directora de Cultura y Deportes
de La Para Beatriz Fiore, por el director del Museo Histórico Municipal de La Para Carlos Ferreyra, y por dos
miembros de la Comisión Pro Museo del Trabajo:
Ceferino Bersano y José Lazzero.
2.
3.
Memorias del Pueblo
MIS IMPRESIONES SOBRE LA MUESTRA
“YURI GAGARIN:
EL PRIMER HOMBRE EN EL ESPACIO 1961-2006”
Por Eiant Krieger
Si tuviera que definir con una palabra la impresión
general de la muestra diría sobriedad.
La presentación medida, la información ajustada y
pertinente, la ausencia de floripondios discursivos y
alardeos chauvinistas contribuyeron a esa impresión. En
una época en que el mínimo logro de un Estado se traduce en neones de propaganda, llama la atención la
humildad de la muestra.
La Guerra Fría quedó atrás y al borbotón ideológico
sucedió la cordura, por lo menos en una de las partes,
lo que a mi juicio traduce madurez y buen uso de la
experiencia. Las fotos en blanco y negro al tiempo que
refuerzan el carácter documental, transmiten una atmósfera nostalgiosa muy propicia para la reflexión.
De todas ellas, la que muestra a Yuri Gagarin sosteniendo una paloma es la que más me impacta por-
que ayuda a desprenderlo del contexto político y lo
ubica en su verdadera dimensión humana. Paloma y
hombre, una por instinto, el otro por la ciencia, dominan el espacio, se desplazan en un medio antes solo
reservado a los naturalmente alados y a los dioses. En
la inefable sonrisa del piloto, en la mansa prontitud de
sus manos, en el despliegue blanco de la paloma, hay
un mensaje de paz que trasciende, una invitación a
sumarse a la conquista.
El logro espacial más significativo debo ubicarlo en
el lanzamiento del primer Sputnik en octubre de 1957.
El mundo despertó con la noticia que un artefacto terrestre nos circunnavegaba emitiendo un bip bip que
denunciaba su presencia. Obviamente EE.UU lo negó
como si el no reconocimiento fuera prueba de la no existencia. La estupidez duró poco y pronto nos acostum-
La clásica imagen de Yuri Gagarin con una paloma blanca en Bulgaria.
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 51
Memorias del Pueblo
Mucho público asistió en La Para a la muestra homenaje al primer cosmonauta.
bramos a términos nuevos como satélite, órbita y sputnik
y a escrutar los cielos oscuros en búsqueda de la estrellita móvil.
El lanzamiento del primer Sputnik por parte de la
URSS abrió las puertas del Cosmos, al tímido saltito
inicial siguió el hombre que por primera vez dejaba a la
madre Tierra, lo que dimensiona el hecho como un se-
52 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
gundo parto después de la Creación primigenia.
El pueblo soviético daba una lección al mundo, se
levantaba del oprobio hitleriano para demostrar una vez
más que el hombre no reconoce límites ni posibilidades
y que el concepto de progreso sigue tan vigente hoy
como cuando Galileo desafió el prejuicio, la necedad y
la ignorancia.
Memorias del Pueblo
COSTAS DE ANSENUZA
Por Homero Maidana
Milenario el misqui mayu
Ha mezclado su dulzura
Con la sal y lentamente
Va camino de Ansenuza.
Lo reciben aves negras
Como el fango milagroso
Y aves blancas que parecen
Flores de los salitrales.
Cubren el cielo bandadas
De flamencos que heredaron
El color del primer rayo
Del sol de una amanecer.
Estribillo
Duendes en los socavones
Buscadores incansables
A la tierra van sacando
Los misterios que atesora.
De las sierras cordobesas
El Xanaes y el Suquia
Por dos grietas de la tierra
Vienen al mismo destino.
Cuna de aves totorales
Barrancas, montes, salitres,
Pumas, nutrias y carpinchos
Los reciben cuando llegan.
Hay esteros y hondonadas
Barrancas, montes que guardan
Restos de antiguas culturas
En las costas de Ansenuza.
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 53
Memorias del Pueblo
PROYECTO FÍLMICO:
"HIPOLITO 1935"
Proyecto cinematográfico regional cuya coordinación general para la zona de Ansenuza
corresponde a la Asociación Civil "Amigos del Patrimonio Histórico de Ansenuza, Suquia
y Xanaes", y ya cuenta con el apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales
(I.N.C.A.A.) y la Agencia Córdoba Cultura S.E., además del aval de todos los municipios
y comunas de la región.
El film relatará los trágicos sucesos de 1935 acaecidos en Plaza de Mercedes.
Tres testigos de 1935: Lenardon, Carmona y Mansilla.
54 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
Ivana Medina, miembro de APHA, junto a doña Mansilla
en Plaza de Mercedes.
Memorias del Pueblo
LA PARA: SIETE MIRADAS.
REPORTAJES A LA HISTORIA
E
sta publicación ha sido preparada por gente de
La Para vinculada al Museo, en respuesta a una
invitación del Gobierno de la Provincia de Córdoba, en el marco del Programa de Edición de Historias
Populares Cordobesas, dependiente del Ministerio de
Gobierno, y sin agradecerle a la suerte sino a la reconocida capacidad de quienes ya no nos sorprenden cuando se aplican a la publicación de algo relacionado con
el pueblo, tenemos que afirmar que ha resultado totalmente exitosa, no solo por el contenido, sino también
por la respuesta de los parenses, que, agotando los escaparates, obligaron a reforzar la edición.
En él, con total brillantez, se apeló a testimonios de
personas emblemáticas que viven o vivieron en la localidad y que fueron seleccionadas teniendo en cuenta
como parámetro principal, sus nacionalidades. Por ello,
las siete miradas corresponden a personas de distintas
nacionalidades, como españoles, italianos, criollos, alemanes, árabes y rusos. Todo esto con la intención de
diversificar los enfoques desde los cuales se opina acerca de la localidad, con testimonios originados en las
historias de vida individuales de cada uno de ellas, de
su inserción en la localidad, de las alegrías y sinsabores que les toco vivir en virtud de las crisis afrontadas,
que no fueron pocas y porque no, de las satisfacciones
obtenidas en razón de las particularidades integrativas
de una localidad, y de una gente, que para nada ha discriminado a sus integrantes.
En esta edición, con mucho esfuerzo de parte de los
editores, se tomaron esclarecidos testimonios de Carmen Pucheta, Felisa Juncos, Aldo Bianco, Juan López
y Pilar Suárez, Jorge Flores, Curt Böm y Sergio Lozicki.
Todos ellos se mostraron altamente agradecidos por
tenérselos en cuenta y colaboraron entusiastamente con
los reporteros, que en algunos casos debieron viajar
hasta los lugares de radicación de los mismos para grabar sus testimonios.
Los testimonios fueron realizados por Carlos Ferreyra
y Eduardo Villarreal, el primero además estuvo a cargo
de la coordinación general de la edición.
También es menester destacar a las docentes Ángela
Rosa Alegre de Bena, Gladis Noemí Bergese de
Caffarena y María Elena Pérez, por la calidad de sus
participaciones, con las cuales se enriquece en grado
sumo el contenido del libro.
Finalmente, debemos destacar la colaboración de
Laura Ceballos, Beatiana Frizzo, José Luís Caffarena y
José Eduardo Pérez.
Nos complacemos de publicarlo y de lograr, por este
humilde medio que toda esta extraordinaria obra cultural que campea por nuestra localidad, pueda ser difundida.
Nestor Uriantore
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 55
Memorias del Pueblo
FERREYRA, Carlos Alfredo: Museo, Ciencia y Sociedad en
la Córdoba Moderna. El Museo Histórico Provincial y el
Museo de Antropología: pensamiento y práctica; Editorial
de la UNC; Córdoba; 2006; 192 páginas.
En la lucha por la construcción de la memoria legítima, los
museos han tenido una activa participación: como
representantes del Estado, de la ciencia y de los grupos
sociales dominantes, actuando como legitimadores de
determinadas construcciones historiográficas y como
mediadores en la visión y legitimación de un pasado acorde
con las necesidades políticas de cada momento.
En este libro -el primero en su tipo que se edita en
Córdoba- se busca caracterizar y conceptualizar la relación
entre dos museos cordobeses (uno provincial y otro
universitario) con las ciencias sociales y con la sociedad
cordobesa durante el período que va desde fines del siglo XIX hasta las postrimerías del
siglo XX.
Esa relación triangular museo-ciencia-sociedad buscó definir pautas de comportamiento
social y de lectura del pasado, lo que hace de los museos herramientas incisivas de la
sociedad que pueden ser usados para la conservación o para la transformación social.
DECAROLLIS, Nelly (Comp.): El Pensamiento Museológico
Latinoamericano: los documentos del ICOFOM-LAM;
Brujas; Córdoba; 2006; 186 páginas; bilingüe.
Desde 1992 el Comité Regional para la Museología de
América Latina, ICOFOM-LAM (organismo dependiente del
Comité Internacional para la Museología, ICOFOM), viene
elaborando y difundiendo las cartas y recomendaciones
finales de cada uno de sus Encuentros Anuales.
En esta ocasión, al momento de cumplir el ICOFOMLAM sus 15 años de vida institucional, se editan todos esos
documentos, en castellano y en inglés, por primera vez
concentrados en una misma publicación.
Esta es una herramienta fundamental para conocer el
pensamiento museológico, un material que no puede faltar
en las bibliotecas de los museos latinoamericanos, puesto
que en él se vierten las reflexiones más elaboradas acerca de nuestra realidad como
instituciones culturales.
56 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
Memorias del Pueblo
MUSEO HISTÓRICO MUNICIPAL “LA PARA”
MEMORIA 2006
Administración
El plan museológico para el 2006 giró en torno a los
siguientes ejes:
• Inicio de actividades Pro-Museo Regional del Trabajo de La Para, inauguración prevista para el 2007.
• Cooperación con organización del XXIX Congreso Internacional del ICOFOM y XV Encuentro Regional
del ICOFOM-LAM, Alta Gracia, octubre de 2006.
• Cooperación con la A.P.H.A. en la preproducción
de la película “Hipólito 1935”, sobre la tragedia de Plaza
de Mercedes, septiembre a noviembre 2006.
• Cursado de la Diplomatura en Gestión Cultural,
Patrimonio y Turismo en Buenos Aires.
Podemos decir que se han cumplido todas las metas trazadas en dicho plan, puesto que -como se verá a
continuación- esos cuatro puntos fueron ampliamente
cumplidos:
1) En el mes de junio comenzaron las primeras reuniones con una comisión de vecinos interesados en el
rescate de antiguas maquinarias y elementos de labor
con el objetivo de crear un Museo Regional del Trabajo.
2) Nuestro museo fue coorganizador del exitoso
doble congreso llevado a cabo en Alta Gracia entre el
5 y el 11 de octubre de 2006: XXIXº Congreso Internacional del ICOFOM y XVº Encuentro Regional del
ICOFOM-LAM. Específicamente se nos encargó la búsqueda de patrocinantes, resultando que conseguimos
el apoyo de importantes firmas nacionales que apoyaron de diversas maneras la organización de un doble
encuentro que reunió a 150 museólogos de todo el
mundo.
Estado inicial de la mayoría de las máquinas recuperadas para el Museo Regional del Trabajo.
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 57
Memorias del Pueblo
3) Junto a la Asociación de Amigos del Patrimonio
Histórico de Ansenuza, Suquia y Xanaes (APHA) se trabajó arduamente durante todo el año en la preproducción
de la película “Hipólito 1935”; especialmente durante los
meses de septiembre a noviembre, coordinando acciones de recolección de información, visitas a posibles
locaciones, búsqueda de patrocinantes, presentación de
los adelantos en todos los pueblos de la región, etc.
CANTIDADES POR GÉNERO:
Masculino: 45,6%
Femenino: 54,4%
Parte del equipo de trabajo de la película “Hipólito 1935”,
en Plaza de Mercedes, junto a vecinos de la localidad.
4) El Director del museo cursó y completó la VI Diplomatura en Gestión Cultural, Patrimonio y Turismo,
becado parcialmente por la Fundación Ortega y Gasset
de Argentina. Las actividades realizadas en Buenos Aires, la visita a museos y los contactos concretados son
un importante capital acumulado para este museo; puesto que se llevó el nombre de La Para a un ámbito sumamente importante para la difusión de nuestra localidad.
Publico
CANTIDAD TOTAL DE VISITANTES: 1935 personas
CANTIDADES POR MES:
Enero
42
Febrero
61
Marzo
89
Abril
74
Mayo
256
Junio
66
Julio
145
Agosto
145
Septiembre
93
Octubre
254
Noviembre
649
Diciembre
61
Promedio Mensual: 161,2 visitantes
Promedio Diario:
5,3 visitantes
58 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
CANTIDADES POR PROCEDENCIA:
76,37% La Para
2,09% Resto del Dpto. Río 1º
6,49% Departamento San Justo
7,96% Ciudad de Córdoba
3,41% Resto de la Provincia de Córdoba
1,44% Ciudad y Provincia de Buenos Aires
1,72% Resto del País
0,52% Extranjeros
CANTIDADES POR EDADES:
4,51% 3 a 5 años
31,85% 6 a 11 años
30,97% 12 a 19 años
8,38% 20 a 29 años
5,88% 30 a 39 años
7,52% 40 a 49 años
4,81% 50 a 59 años
3,52% 60 a 69 años
1,56% Más de 70 años
Memorias del Pueblo
Aclaración: 1989, desde septiembre; 1993, seis meses
cerrado por traslado; 2003, 7 meses cerrado por refacciones.
Autoridades de la Municipalidad de La Para y de la Mutual Sportivo Belgrano, junto a Yuri Nikolaiev en la inauguración de la exposición.
Muestras temporarias
Se realizaron dos muestras temporarias sumamente importantes y trascendentes, ambas con mucho éxito
y convocatoria:
1. Exposición Itinerante “Yuri Gagarin: el primer
hombre en el espacio 1961-2006”, en las localidades
de Río Primero, La Para, Villa Santa Rosa, Arroyito y La
Tordilla; organizadas por la Agencia de Información Rusa
RIA Novosti, la Asociación Mutual Sportivo Belgrano y
las municipalidades de cada lugar. Entre el 16 de octubre y el 3 de diciembre de 2006.
2. Exposición Temporaria “Nuestros Remotos Antepasados Ribereños”, diseñada por nuestra arqueóloga
Marta Bonofiglio y por la Arq. Cecilia Oshiro; entre el 26
de noviembre de 2006 y diciembre de 2007.
Yuri Nikolaiev de la Agencia RIA Novosti, visitando el
museo antes de ir a inaugurar la muestra homenaje a
Yuri Gagarin.
Todos los cursos de todas las escuelas de La Para asistieron a la muestra.
El público atiborró la sala el día de la inauguración.
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 59
Memorias del Pueblo
Publicaciones
Otro año muy fructífero en este ítem, se publicaron
un libro, un nuevo número de nuestra revista, se coeditó
un libro internacional de museología y al Director del
museo la UNC le editó sus tesis de grado:
1. AA.VV.: La Para: siete miradas. Reportajes a la
historia; Programa de Edición de Historias Populares
Cordobesas, Gobierno de Córdoba, 2006.
2. Memorias del Pueblo: Revista del Museo Histórico Municipal “La Para”; Nº 5/6; año 6, septiembre de
2006, auspiciada por la Asociación Mutual de Sportivo
Belgrano.
3. DECAROLIS, Nelly (Comp.): El Pensamiento
Museológico Latinoamericano: los documentos del
ICOFOM-LAM. Cartas y Recomendaciones 1992-2005;
Coedición Brujas, Museo de la Estancia Jesuítica de Alta
Gracia, Museo de Antropología y Museo Histórico Municipal “La Para”; Córdoba; 2006.
4. FERREYRA, Carlos Alfredo: Museo, Ciencia y
Sociedad en la Córdoba Moderna: el Museo Histórico
Provincial y el Museo de Antropología. Pensamiento y
Práctica; Editorial de la UNC; Córdoba; 2006.
El trabajo se concluyó en junio y resultó en un corpus
de 127 páginas de valiosísima información, ahora por
primera vez reunidas y compiladas como material de
investigación.
Archivo histórico
Ingresaron importantes documentos, entre los que
se destacan:
1. Libros de Actas de la Comisión de Festejos de
los 75 años de La Para.
2. Documentos de los antecedentes del museo
1986-1989.
3. Numerosas fotografías para el libro y la revista
editados este año.
4. Cartas satelitales de toda la región y del norte de
Córdoba, enviadas por el IGM.
Biblioteca especializada
Como todos los años hubo un gran ingreso de libros
y hubo buena cantidad de préstamos en la biblioteca
del museo; los ingresos se debieron a gestiones de esta
dirección, a adquisiciones y a la política de canje que
venimos llevando a cabo desde el año 2001.
En total ingresaron 176 libros, sumando ya 1646
volúmenes.
Un total de 27 personas retiraron 42 libros, destacándose varios préstamos a investigadores de Córdoba, puesto que tenemos ejemplares que no hay en las
grandes bibliotecas de la ciudad capital.
El fichero de canje ya tiene 98 instituciones municipales, provinciales y nacionales.
El director del museo parense junto a colegas de América Latina y Europa en un descanso del Congreso del
ICOFON-LAM.
Investigaciones
Se avanzó básicamente en las investigaciones que
se presentaron en la revista 5/6 y en el libro “La Para,
siete miradas”; y como siempre las investigaciones arqueológicas siguieron avanzando a paso firme, teniendo en cuenta que la arqueología es una ciencia muy
difícil y compleja cuyos resultados se ven a largo plazo.
En nuestro caso los resultados ya se están publicando
en informes de avances de investigación, ponencias en
congresos y foros de arqueólogos.
Pero quizá lo más importante de este año que fenece
fue haber logrado contratar una investigadora para que,
del Archivo Histórico Municipal de Balnearia, consulte
la Revista PEBETA (1925-1951) y extraiga de ella todos
los artículos y comentarios publicados sobre La Para.
60 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
Museología
Como todos los años, se continuaron y mejoraron
las tareas de control del ambiente, almacenamiento de
colecciones y seguimiento del daño y el deterioro.
La continuidad -desde hace 8 años- de las tareas de
conservación preventiva y -desde hace 5 años- de las
labores de conservación activa, ha permitido estabilizar
la colección y tener un sistema normalizado de control y
seguimiento, con un plan de manejo standard.
En cuanto a renovación del montaje, se logró lo siguiente: renovación total de la sala “Sociedades Originarias” para albergar allí la muestra temporaria “Nues-
Memorias del Pueblo
Dos imágenes del nuevo montaje en la sala "Sociedades Originarias".
tros Remotos Antepasados Ribereños”, que cuando finalice no será levantada sino que se la adaptará como
muestra permanente.
Se reparó un fonógrafo marca “Victrola” modelo 1930,
que había ingresado hacía varios años al museo y que
estaba en exposición pero no funcionaba. Ahora tiene
un moderno sistema que le permite funcionar remedando
su aspecto original y sonando a la perfección.
Ingresaron nuevas colecciones, entre la que se destaca la de vajillas donadas por Felisa Juncos de Yanez,
objetos varios por Susana Bena de Novarino, restos arqueológico por Eduardo Villarreal, Luís Cerda y José L.
Giraudo, etc.
A los fines de darle un destino útil y acorde a la colección de restos óseos humanos que poseía el museo,
se firmó un convenio de entrega en comodato de dichos
bienes al Museo de Antropología de la UNC, por una
duración de 10 años renovable por igual período; también a pedido del hermano Museo de La Tordilla se entregaron en custodia 6 piezas de nuestra colección, para
ser exhibidos por el plazo de un año en aquél museo.
Finalmente, la donación por parte de Cábala Fashión
de un maniquí de mujer, nos permitió tener un nuevo y
diferente soporte de exposición para las prendas textiles con las que cuenta el museo que nos son cedidas
en préstamo.
Difusión
La difusión este año se hizo de manera masiva por
los medios de prensa de la localidad (radios y TV), regionales (radios y periódicos), y provinciales (radios, TV
y diarios).
No estuvo ausente en el éxito de la comunicación el
uso de Internet, como herramienta de difusión a través
de nuestra larga lista de correos electrónicos.
Desgraciadamente no se pudo actualizar el sitio
web, que ya requiere actualizarse y modernizar su
diseño.
Por otro lado el museo sirvió de sede para que los
miembros del Equipo de Producción de la película
“Hipólito 1935”, hicieran una conferencia de prensa regional sobre los avances de la misma (miércoles 22 de
febrero de 2006).
Educación
Este año, cumpliendo con el requisito del ICOM “Los
museos y los jóvenes”, se organizaron actividades educativas con el Instituto Monseñor Esquiú y el CENPA, y
se crearon nuevas fichas didácticas (sopas de letras)
que se sumaron a las ya existentes, lo cual redunda en
una mayor oferta didáctica para las instituciones educativas.
El Día Internacional de los Museos fue muy movido: actividades didácticas y visitas guiadas a alumnos del IME y del
CENPA.
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 61
Memorias del Pueblo
Ni los alumnitos de los jardines de infantes quieren perderse de conocer el museo.
Este año de todas las escuelas y jardines de infantes de la localidad vinieron a realizar visitas guiadas,
además la biblioteca y el archivo del museo fueron objeto de un importante uso por parte de alumnos y docentes en busca de información.
Además se recibieron visitas de instituciones educativas de pueblos vecinos, lo cual sigue demostrando
que nuestro museo es referente regional también en esta
área.
Extensión y animación
Las actividades de extensión y animación
sociocultural organizadas por el museo fueron múltiples
y variadas:
1. Donación a las dos mutuales de nuestro pueblo
de una gigantografía a cada una con la imagen del primer equipo de fútbol de cada club, como gentileza por
el apoyo que todos los años le dan al museo.
2. Jornada de extensión “Los museos y los jóvenes”, con los cursos superiores del Instituto Monseñor
Esquiú, donde se le enseñó a los alumnos bailes y danzas de las décadas de 1960-1970, bajo la consigna
“¿Qué hacían nuestros padres cuando eran jóvenes?”.
Día Internacional de los Museos, 18 de mayo de 2006.
3. Reunión del Centro de Conservación del Patrimonio Cultural en Papel, con la asistencia de 50 personalidades de la conservación de Córdoba y del interior y
con la presencia de museos de pueblos vecinos. La jor-
13.Miembros del Centro de Conservación de Papel y de los museos de la región en la jornada de concientización.
62 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
Memorias del Pueblo
nada consistió en: charla técnica, reunión de CD del
Centro de Conservación, Visita al Museo, almuerzo en
el Camping Municipal y visita a los museos de Marull y
La Puerta.
4. Gran Tarde del Museo: jornada en la que se presentó el nuevo libro La Para: siete miradas; el número
5/6 de nuestra revista Memorias del Pueblo y se inauguró la muestra “Nuestros Remotos Antepasados
Ribereños”, con actuación del Ballet “Raíces de mi Pueblo” y el Coro Vocacional de Mutual “Sportivo Belgrano”.
5. Se cedió el museo para las actividades de cierre
de año de la Dirección de Cultura y Deportes de la Municipalidad de La Para, 7 de diciembre de 2006.
Capacitación
1. Diplomatura en Gestión Cultural, Patrimonio y
Turismo en el Centro Cultural Borges de la Ciudad de
Buenos Aires.
2. XXIX Congreso Internacional del ICOFOM y XV
Encuentro Regional del ICOFOM-LAM; Museo de la
Estancia Jesuítica de Alta Gracia, 5 al 11 de octubre de
2006.
3. II Jornadas de Patrimonio Arquitectónico e Identidad, San Martín de los Andes, 19 al 21 de octubre de
2006.
Representación
Se asistió en representación del museo a las siguientes actividades y eventos institucionales:
1. XIVº Homenaje Anual a Juan Facundo Quiroga,
con motivo del 171º Aniversario de su muerte; San José
de la Dormida, 18 de febrero de 2006; se contó con el
patrocinio de la Mutual de Sociedad Cultural.
2. Lanzamiento de la Segunda Edición del Programa de Edición de Historias Populares Cordobesas, Auditorio de Ciudad de las Artes, Córdoba, 7 de marzo de
2006.
3. Inauguración de la muestra “Vestidos de novias
de época”, Museo Municipal de Marull, 8 de marzo de
2006.
4. Presentación del libro Balnearia: Nuestra historia, mis recuerdos; 19 de marzo de 2006.
5. XXVIº Encuentro Anual de la R.I.E.H.C., en
Miramar, 12 al 14 de mayo de 2006.
6. Inauguración de la Muestra Fotográfica “Eslabones del Cielo en el Jardín Cercado” de Pablo Sigismondi,
Mutual Sportivo Belgrano, 14 de mayo de 2006.
7. Acto de despedida por jubilación de miembros
de la comunidad Educativa del IME; 28 de mayo de 2006.
8. Acto del 25 de Mayo en Plaza San Martín.
9. Acto de presentación del Plan de Obras Ferroviarias del Gobierno Nacional, Centro de Ingenieros de
Córdoba, 2 de junio de 2006.
10. Acto de Homenaje al museólogo Víctor Miguel
Infante, UNC; 3 de junio de 2006.
11. Proyección de la Película del Cincuentenario del
Pueblo de Marull (1962) rescatada por el Museo de esa
localidad hermana, 7 de junio de 2006.
12. Día de la Bandera en el Andén de la vieja Estación de Trenes, Comisión de Festejos 95º Aniversario
de La Para, 20 de junio de 2006.
13. Visita a los museos y sitios de interés histórico
de la Colonia del Sacramento y de San José de Mayo
en la República Oriental del Uruguay, acompañado por
El Lic. Ferreyra junto a los Secretarios de Cultura de Colonia del Sacramento, de San José de Mayo (ambos de la
ROU) y de San Martín de los Andes (Arg.), luego de la reunión en Colonia.
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 63
Memorias del Pueblo
los directores de cultura de esas ciudades; 9 al 12 de
julio de 2006.
14. Visita y actividades de intercambio intelectual y
profesional a los siguientes museos de Buenos Aires:
Dirección General de Museos del Gobierno de la Ciudad, Centro Cultural Borges, Museo Nacional de Artes
Decorativas, Museo Nacional de Bellas Artes, Centro
Cultural Recoleta, Museo Histórico Nacional, Museo de
Arquitectura, Museo de Arte Hispanoamericano, Museo
Etnográfico, Museo de Ciencias Naturales de La Plata,
Museo de Aguas, Museo Nacional del Cabildo y de la
Revolución de Mayo, Centro Cultural de la Ciudad de
Buenos Aires, Biblioteca del Congreso de la Nación,
Federación Argentina de Asociaciones de Amigos de
Museos, Museo del Teatro Colón, Galería Grinson, Comité Argentino del Consejo Internacional de Museos de
la UNESCO, además de visitas guiadas especiales al
casco histórico de la ciudad, a los barrios de San Telmo
y La Boca.
15. Representación en la presentaciones en Marull,
Villa Fontana, La Puerta, La Para, El Tío y Arroyito de
los adelantos de la película “Hipólito 1935”, actividades
todas organizadas por APHA.
16. Inauguración de la Muestra Fotográfica correspondiente al XVII Concurso Nacional de Fotografías de
Seguros San Cristóbal; Biblioteca Popular “La Para”, 4
de agosto de 2006.
17. Presentación de Cristina Bajo en la Mutual de
Sportivo Belgrano, 5 de agosto de 2006.
18. Acto y almuerzo del 82º Aniversario de Villa Fontana, 5 de agosto de 2006.
19. Xº Feria del Libro de Arroyito, 5 de agosto de
2006.
20. Presentación del libro Los Tres Zoilos de Zoilo
Domingo Miani, Villa Concepción del Tío, 6 de agosto
de 2006.
21. Visita Cultural a Anisacate (Capilla Ortodoxa
Rusa) y Alta Gracia (sus 4 museos), 3 de septiembre de
2006.
22. Presentación del libro Cordobitas 3 de Sergio
Avedano, Biblioteca Popular “La Para”, 20 de septiembre de 2006.
23. Inauguraciones en cada ciudad de la muestra
itinerante "Yuri Gagarin: el primer hombre en el espacio 1961-2006" del 16 de octubre al 3 de diciembre de
2006.
24. Acto conmemorativo del 95º Aniversario de la
Escuela “Dr. Dalmacio Vélez Sarsfield”, 6 de octubre de
2006.
25. Inauguración de la nueva sede administrativa de
Mutual de Sociedad Cultural, 7 de octubre de 2006.
26. Inauguración de la muestra de numismática del
Centro Numismático de Córdoba en El Tío, 4 de noviembre de 2006.
27. Cena a Beneficio de la producción de la Película
“Hipólito 1935”, en Plaza de Mercedes, 17 de noviembre de 2006.
28. Inauguración de la Segunda Etapa del Museo
Histórico Municipal de La Tordilla, 3 de diciembre de
2006.
29. Charla sobre Maltrato Familiar, Mutual Sportivo
Belgrano y Fundación PRODESOL; 30 de noviembre de
2006
30. Jornada de Reflexión y Debate sobre Violencia y
Maltrato a la Mujer; Consejo Provincial de la Mujer y
Sociedad Cultural y Sportiva; 5 de diciembre de 2006.
31. Curso Taller sobre Primeros Auxilios, Sociedad
Cultural y Sportiva y Fundación PRODESOL; 6 de diciembre de 2006.
32. Acto por el 7º Aniversario del Museo Histórico
Municipal de La Puerta, Institucionalización de la Fecha
de Fundación de La Puerta y presentación del libro La
Miembros de APHA en el Museo de la Ciudad y Casa de la Cultura de Alta Gracia.
64 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
Memorias del Pueblo
Alumnos de institutos educativos de la zona recorriendo las playas de Ansenuza, acompañados por docentes y
miembros del museo de La Para.
Puerta: de un lugar de paso a un lugar en el espacio; 16
de diciembre de 2006.
33. Inauguración de la Primera Etapa del Museo Histórico Municipal “Estación El Tío”, 17 de diciembre de
2006.
34. Acto de Cierre del Ciclo Lectivo de la escuela
Taller de Restauración de Pinturas “Domingo Biffarella”;
Museo Municipal de Bellas Artes “Dr. Genaro Pérez”; 22
de diciembre de 2006.
Cooperación
Este año, como siempre, nuestro museo estuvo muy
dispuesto a colaborar y cooperar con sus instituciones
educativas y museológicas de toda la región y la Provincia.
En especial durante 2006 se colaboró con los museos de El Tío, La Tordilla, Marull, La Puerta, Arroyito y
San José de la Dormida; también con los Museos de
Antropología de la UNC y Museo de la Estancia Jesuítica
de Alta Gracia; además de colaborar con entidades educativas de Villa del Totoral y con las direcciones de cultura de Villa Santa Rosa, Río Primero, La Tordilla y
Arroyito.
Taller de Presentación del Programa Historias Populares Cordobesas, dictado para todo el NE de Córdoba en la
Biblioteca Popular "La Para".
Revista del Museo Histórico Municipal “La Para” / 65
Memorias del Pueblo
66 / Año 7 - Número 7, Septiembre 2007.
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