El mambí desconocido

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OPINIÓN
SÁBADO
28 DE MAYO DE 2016
juventud rebelde
FRENTE
AL ESPEJO
LA
CRÓNICA
por YUNET LÓPEZ
[email protected]
EL agua herida por la proa
saltaba hasta el vientre hinchado de Rosalía. Era la
noche del 17 de diciembre de
1872 y ya no aguantaba
más. Quien se le movía dentro se negó a
entender que aún faltaban 15 días para
llegar a tierra.
Bajo velas descocidas por la sal se
escuchó su primer sollozo, y pasados
otros viernes la costa holguinera de Gibara recibió al hijo de canarios que había
nacido en medio del océano Atlántico.
En la Parroquia San Fulgencio, el 2 de
enero de 1873, fue inscrito con tres nombres: Bartolomé; como su padre; Lázaro,
por nacer el día del santo sanador, y Marino, por venir al mundo sobre las olas.
Aprendió a correr por los tiempos en
que Cuba se alzó contra la España que
guardaba sus raíces, pero lejos de los
vientos de Tenerife o Fuerteventura, creció defendiendo el ideal de La Demajagua, esa que cambió su propósito azucarero para poner en brazos esclavos la
libertad.
El oriundo del mar se hizo mambí; y en
la guerra de 1895 alzó su machete paraguayo contra el coloniaje que encarnaban
los militares del Viejo Continente. Anduvo
junto a convoyes de mulas, carretas, tropas de jinetes con carabinas y peleó con
rifles oxidados, escasas municiones y
armas filosas.
A severo galope y bordeando matorrales contempló avanzar los regimientos
uniformados que temían a los mosquitos
y perdían su formación de cuadro ante el
ataque de la caballería del Ejército Libertador.
El mambí desconocido
Con la ropa gastada por el uso, seguramente a quien el destino le cambió
volcanes por montañas verdes, después
de las marchas agotadoras limpiaba su
arma y, sentado ante las fogatas del campamento, comía harina de maíz con manteca de palmito y endulzaba el café con
miel de abeja.
Yo hubiese necesitado nacer 30 años
antes para conocerlo. Mi tatarabuelo
mambí murió el 1ro. de agosto de 1962,
gastado como fusil viejo que aún rompía
dianas y con 90 peines tirados.
Muchas veces mi casa ha tenido olor
a pólvora y combate cuando hablan allí
de Bartolomé Lázaro Marino López
Ramírez, uno de los tantos nombres que
no aparecen en los libros de Historia,
pero aún están en la memoria de algunos, como este soldado de Catalina de
Güines que luchó contra la metrópoli
española del siglo XIX y hoy llega a mí
desde los cuentos de sus nietos ya
encanecidos.
«Era bravo de verdad», relata mi abuelo,
y asegura que cuando el 19 de febrero de
1896 combatieron juntas las tropas de
Antonio Maceo y Máximo Gómez, en Moralitos, allí estaba él. La imagen que guarda
es verlo canoso, vestido de blanco como
acostumbraban los veteranos de la guerra
y de pie tras los barrotes de la ventana
que daba al portal.
Solo lo miró algunos años siendo
niño, por eso hoy no puede responderme
si el mambí fue explorador, insurrecto en
la vanguardia, centinela que desde su
posta gritó alguna vez: «¡Alto, ¿quién va?!»
o transmitió órdenes por una corneta.
Sin embargo, afirma que, después de la
contienda, el nonagenario guerrero aún
dormía con el machete cercano a la
cama.
«Nunca se quitó de la camisa su medalla de veterano; lo sepultaron con ella puesta», dice Mercedes, otra de las nietas, quien
recuerda verlo siempre conversando con
Silvestre, el otro veterano de la guerra en
Catalina.
«Yo estaba en Secundaria cuando él
murió, pero como si hubiese sido ayer me
parece verlo con su sombrero de jipijapa,
alto, delgado, dulce y muy jaranero; decía
que desde niño le enseñaron una oración
para curar el mal de ojo de quienes habían
nacido en el mar, y desde el portal le lanzaba un piropo a todas las muchachas que
pasaban», comenta.
Y aunque no todos de sus más de 30
nietos lo conocieron, sí escucharon las
anécdotas del mambí. Maylenis se alegra
al recordar la voz de su padre, el octavo
de los nueve hijos de Lázaro con Regla
Hernández, narrándole vivencias del
abuelo en la manigua, esas que entretuvieron su infancia y ahora ella cuenta a
sus hijos.
Hoy, cuando los recuerdos de los nietos rescatan del olvido a mi tatarabuelo
mambí, escribo y me guardo dentro la vida
del hombre que peleó junto a Maceo y
Gómez, nunca dejó de usar la medalla de
veterano, me legó mucho más que el apellido y llegó al mundo sobre las olas, cuando incluso faltaban 123 años para que yo
naciera.
YOERKY SÁNCHEZ CUELLAR
[email protected]
La felicidad,
una cuestión
de actitud
«EXCELENTE reportaje (Siete pasos para la
felicidad, Patricia Cáceres, 27 de mayo),
muy integral y desde muchas aristas, la felicidad esta también relacionada con la actitud y la decisiones que tomamos diariamente; comparto también el criterio de que
el tiempo es un recurso muy valioso y limitado que poseemos todos; saber emplearlo en nuestro bienestar y desarrollo personal es parte de lo que queramos». (Joel
Alfonso Martorell).
«Hace falta una mayor exigencia a los
jefes de turno y a los custodios. Trabajé en
el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular y allí existía una compañera (no sé
si aún esté allí) que tablilla en mano estaba
autorizada a imponer multas a toda persona (trabajador, paciente o acompañante)
que encendiera un cigarrillo dentro de la institución. En todo lo demás expuesto, estoy
totalmente de acuerdo con el periodista.
Excelente trabajo (Un desliz no puede lacerar lo bueno, Osviel Castro Medel, 27 de
mayo)». (Davo Davo).
«Muchas felicidades para Raulito (El termo de Raulito, Glenda Boza Ibarra, 26 de
mayo). Es un digno ejemplo. Cuánta decisión, laboriosidad, voluntad, inteligencia e
ingenio en tan solo 14 años de existencia.
Sin duda, será toda una autoridad en Medicina Veterinaria cuando complete sus años
de estudio y formación profesional».
(Temis).
ACUSE
DE RECIBO
JESÚS ARENCIBIA LORENZO
[email protected]
SE ha entronizado poco a poco entre nosotros cierta
asimilación de plazos, convenios y entregas con una
«flexibilidad» que, cuando menos, resulta irresponsable. Para decirlo en buen cubano: se ajusta algo y
después, a veces con justificaciones muy comprensibles, otras, no tanto, se desconoce olímpicamente lo
ajustado.
Tal meditación viene a cuento luego de leer la misiva del productor de carne de cerdo Agustín Oscar
Hernández Fajardo (Los Cocos, No. 180 A, e/ 1ra. y
Güira, Caimanera, Guantánamo), quien trabaja junto
a su familia en la ceba terminal de este tipo de
ganado.
Narra Agustín Oscar que el día 20 de octubre de
2015 entregó «un animal de 131 Kg de peso a la
empresa Porcino Guantánamo a través de a CCS
Miguel A. Caballero, previamente acordando con el
técnico encargado de la recepción (…), y por orientación del director de la empresa, la aplicación del
numeral 6 de las Variantes del Convenio Ceba con
Animales Propios, en relación con la entrega de alimentos, el plazo de entrega y el precio de compra de
las carnes».
Concretamente, refiere el guantanamero, se le pagó
los 131 Kg de cerdo en pie a 26.00 CUP y se le debía
Honrar los convenios
entregar por ello 4.00 Kg de alimentos para cerdos por
cada kilogramos de carne aportado, lo que hace un total de
524 Kg de alimento, en el lapso de un mes.
Se le explicó al productor «que estaba tensa la situación con el alimento, por estar finalizando el año, que lo
más probable era que se extendiera el plazo de entrega», y este manifestó su acuerdo con el retraso «siempre que fuera razonable». «Desde ese momento y hasta ahora hemos hecho infructuosas gestiones en innumerables lugares y frente a distintos funcionarios de la
empresa, la cooperativa intermediaria, el Gobierno... y
el plazo de entrega sigue extendiéndose», se duele el
afectado.
«Y lo que es peor —añade— ya se nos dice que por
los cambios realizados en la dirección de la empresa y
hasta del técnico que realizó la recepción, no se respetará lo consensuado, que se aplicarán otras normas y
que la entrega del alimento se hará cuando la empresa
tenga disponibilidad... Tal y como veo las cosas no hay
un marcado interés de zanjar la deuda».
Enfatiza el remitente que son varios los productores
de su municipio afrontando el mismo calvario. Y que su
economía familiar, como la de los demás, con cada día
sin poder producir, se resiente mucho.
No es ni por asomo el primer caso de esta índole que
DIRECTORA: Marina Menéndez Quintero
SUBDIRECTORES EDITORIALES: Herminio Camacho
DIARIO DE LA JUVENTUD CUBANA
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Enrique Saínz Alonso
REDACCIÓN: Territorial y General Suárez,
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APARTADO: 6344
recala en nuestras páginas. Más allá de problemas
inevitables con los suministros, ¿cuándo se comprenderá que honrar los convenios y pactos con quienes
están produciendo es la única forma de consolidar la
producción en todas las áreas del país; eso a lo que tantas veces se nos ha llamado?
A Agustín Oscar y los demás productores guantanameros que se hallen en similar situación, les deben respuesta y alimento animal sin más dilaciones.
CORTES REITERADOS
«Muy escueto porque escribo desde un móvil»,
comienza su mensaje Germán Castillo Viera (San Francisco, No. 17 e/ Alejandro Ramírez y 10 de Octubre,
Cerro), pero en lo breve de la comunicación no deja de
apuntar lo alarmante para él y otros vecinos. «Desde el
2 de mayo estamos confrontando apagones nocturnos
casi a diario sin que la OBE resuelva el problema. Quitan y ponen la corriente hasta cuatro veces casi todas
las noches», señala el capitalino y se detiene en las
molestias que para los residentes de la zona resultan
de esta anómala situación. «Es desde la Esquina de
Tejas hacia Vía Blanca y a ambos lados de la Calzada de
10 de Octubre», precisa. ¿Qué dicen las autoridades de
la Unión Eléctrica?
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