PROYECTO MINCYT-BIRF: ESTUDIOS DEL SECTOR AGROINDUSTRIA SERIE DOCUMENTOS DE TRABAJO N° 2 DIAGNÓSTICO Y PROSPECTIVA DE LA AGROINDUSTRIA ALIMENTARIA MUNDIAL Y ARGENTINA AL 2030 Saavedra, Osvaldo Marcelo Diagnóstico y prospectiva de la agroindustria alimentaria mundial y argentina al 2030 / Osvaldo Marcelo Saavedra y Flory Begenisic. - 1a ed. - Buenos Aires: Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, 2015. E-Book. ISBN 978-987-1632-17-6 1. Ciencias. 2. Agroindustria Alimentaria. I. Begenisic , Flory II. Título CDD 664.028 Fecha de catalogación: 04/08/2014 PROYECTO MINCYT-BIRF: ESTUDIOS DEL SECTOR AGROINDUSTRIA SERIE DOCUMENTOS DE TRABAJO N° 2 DIAGNÓSTICO Y PROSPECTIVA DE LA AGROINDUSTRIA ALIMENTARIA MUNDIAL Y ARGENTINA AL 20301 Marcelo Saavedra y Flory Begenisic Consorcio: Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Universidad Nacional del Litoral (UNL) Asociación Civil GRUPO REDES – Centro REDES Fundación Banco Credicoop (FBC) 1 Este documento fue elaborado en el ámbito del Instituto de Investigación en Prospectiva y Políticas Públicas del INTA. Se desarrolló sobre la base de los avances del ejercicio de Prospectiva del Sistema Agroalimentrio Argentino al 2030 realizado por el Instituto. Para el presente documento se complementó el abordaje con un enfoque específico desde la problemática de la agroindustria. El contenido de la presente publicación es responsabilidad de sus autores y no representa la posición u opinión del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES, OCTUBRE DE 2013. AUTORIDADES ■ Presidenta de la Nación Dra. Cristina Fernández de Kirchner ■ Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva Dr. Lino Barañao ■ Secretaria de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva Dra. Ruth Ladenheim ■ Subsecretario de Estudios y Prospectiva Lic. Jorge Robbio ■ Director Nacional de Información Científica Lic. Gustavo Arber ■ Director Nacional de Estudios Dr. Ing. Martín Villanueva PROYECTO MINCyT-BIRF: ESTUDIOS DEL SECTOR AGROINDUSTRIA El Proyecto fue desarrollado bajo el contrato de servicios de consultoría firmado entre el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva representado por el Lic. Jorge Robbio, Subsecretario de Estudios y Prospectiva y el Consorcio representado por el Ing. Carlos Casamiquela, Presidente del INTA; el Dr. Albor Cantard, Rector de la UNL; el Dr. Lucas Luchilo, Presidente del Grupo REDES y el Lic. Darío Dofman, Director Ejecutivo de la FBC. El Proyecto fue conducido por una Mesa de Coordinación integrada por los representantes institucionales del Consorcio: Roberto Bocchetto (INTA), Director del Proyecto; Matías Ruiz (UNL); Fernando Porta (Grupo REDES) y Gustavo Marino (FBC), Administrador del Proyecto. Además los coordinadores de las tres actividades del Proyecto: Actividad 1: Ana María Ruiz (INTA) -agosto 2011–marzo 2012- y Javier Vitale (INTA)-abril 2012–setiembre 2013-; Actividad 2: Graciela Ghezan (INTA); Actividad 3: Eduardo Matozo (UNL). Por su parte, integraron el equipo técnico central como Especialistas Seniors, Javier Medina Vásquez, Consultor Actividad 1; Fernando Porta (Actividad 2); Marcelo Grabois (UNL) - Actividad 3; y Emanuel Buenamelis, Consultor Sistema de Información. El Proyecto fue asistido por un Consejo Asesor integrado por: María Cristina Añón (SIDCA – CONICET – UNLP); Ricardo Cravero (Q Innova); Gustavo Idígoras (Business Issue Management); Héctor Laiz (INTI); Carlos León (PROSAP); Mercedes Nimo (COPAL); Consolación Otaño (MAGyP); Enzo Zamboni (Diagramma SA). El Proyecto contó como contraparte del Consorcio el siguiente Equipo Técnico del Ministerio, Dirección Nacional de Estudios: Martín Villanueva (Director), Alicia Recalde, Manuel Mari, Ricardo Carri, Adriana Sánchez Rico, Miguel Guagliano, Vanesa Lowenstein y Nicolás Hermida; Dirección Nacional de Información Científica: Gustavo Arber (Director), Sergio Rodríguez, Natalia DKamalian y Sebastián Balsells. 1 ÍNDICE PRÓLOGO ................................................................................................................................. 4 1. INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 9 2. DIAGNÓSTICO ................................................................................................................... 11 2.1. Desempeño de la agroindustria alimentaria argentina ....................................... 11 2.2. La agroindustria alimentaria argentina en el contexto global ............................ 15 2.2.1 Dimensión mercados mundiales ............................................................................ 17 2.2.2 Dimensión geopolítica.............................................................................................. 48 2.2.3 Dimensión científico-tecnológica ........................................................................... 60 2.2.4 Dimensión político-institucional.............................................................................. 73 2.2.5 Dimensión ambiental................................................................................................ 88 2.2.6 Dimensión Socio-Tecno-Productiva ....................................................................... 99 3. FUERZAS IMPULSORAS ................................................................................................ 128 3.1. Mercados mundiales .............................................................................................. 129 3.1.1. Alta dinámica poblacional en países emergentes asegura mercado para los alimentos (Invariante estratégica) ................................................................................ 129 3.2. Geopolítica ............................................................................................................... 132 3.3. Cambios tecnológicos y competitividad de la agroindustria ........................... 136 3.4. Estado y agroindustria............................................................................................ 145 3.5. Nuevas tendencias y adaptación de la agroindustria ....................................... 148 3.6. Inserción de la agroindustria en el sistema productivo argentino .................. 152 4. ESCENARIOS ................................................................................................................... 161 4.1. Interrogantes estratégicos .................................................................................... 161 4.2. Desarrollo de los escenarios ................................................................................. 164 2 5. BIOGRAFÍA ....................................................................................................................... 184 3 PRÓLOGO El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación se propuso estudiar las trayectorias en el desarrollo de tecnologías y estrategias innovadoras de las principales cadenas agroindustriales y la industria de alimentos en general, en línea con los objetivos nacionales de desarrollo. En el marco del “Programa para Promover la Innovación Productiva y Social”, desarrolló el Proyecto “Estudios del Sector Agroindustria”, con el apoyo financiero del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento. El Consorcio integrado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la Universidad Nacional del Litoral (UNL), la Asociación Civil Grupo REDES (Centro de Estudios sobre Ciencia, Desarrollo y Educación Superior – Centro REDES) y la Fundación Banco Credicoop (FBC) fueron los encargados de ejecutar el Proyecto. El INTA tuvo bajo su responsabilidad la coordinación del Consorcio y la dirección del Proyecto, mientras que la Fundación Banco Credicoop actuó como administrador. El Proyecto se desarrolló entre agosto de 2011 y setiembre de 2013. Las actividades del proyecto han sido desarrolladas en estrecha articulación con el nivel directivo y los equipos técnicos de la Subsecretaría de Estudios y Prospectiva Secretaría de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva del Ministerio. Además, contó con un Consejo Asesor compuesto por calificados referentes del ámbito público y privado del sistema de innovación y del sector agroindustrial. El Proyecto tuvo como finalidad analizar el estado del arte, las tendencias y prospectiva de la agroindustria alimentaria argentina en el contexto mundial, haciendo foco en el procesamiento de alimentos y planteando una estrategia de innovación tecnológica e institucional que contribuya al desarrollo nacional y regional con inclusión y equidad social. 4 El Proyecto fue diseñado para contribuir a los siguientes objetivos generales: Incrementar la competitividad de la agroindustria alimentaria argentina, procurando una mayor densidad tecnológica, perfil innovador y valor agregado. Impulsar la dinámica y el esfuerzo innovador de la agroindustria alimentaria, detectando obstáculos para mejorar la competitividad sistémica y la capacidad de industrialización. Expandir el desarrollo de tecnologías y estrategias innovadoras, privilegiando el desarrollo territorial, la producción limpia y la salud ambiental. Identificar estrategias que mejoren el ingreso, el empleo, la calidad de vida de las regiones y la inserción competitiva de las PyME agroindustriales. Fortalecer la capacidad de formulación y gestión de las políticas públicas para asegurar impactos sustanciales de la innovación tecnológica e institucional. Se seleccionaron cinco cadenas agroalimentarias con potencialidad para alcanzar los objetivos propuestos: maíz, carne porcina, lácteos bovinos, olivo y frutas finas. Estas cadenas fueron seleccionadas por su potencial de crecimiento productivo e innovación, agregado de valor, y aporte al desarrollo social y regional, contribuyendo a identificar patrones de innovación tecnológica e institucional relevantes para orientar la estrategia futura del sector agroalimentario. Los factores de cambio de la industria alimentaria argentina fueron agrupados en tecnológicos e institucionales, incluyendo además las acciones y medidas de política que, actuando interactivamente, pueden vigorizar la construcción social de futuro. Los factores tecnológicos comprenden las tecnologías transversales al sistema agroalimentario y las específicas de cada cadena seleccionada para el estudio. Las transversales abarcan las tecnologías de procesamiento de alimentos, la aplicación de tecnologías en los campos de la calidad integral y la producción limpia (prevención y mitigación), junto a las tecnologías emergentes (biotecnología, nanotecnología y 5 TIC). Los factores institucionales (no tecnológicos) fueron asociados específicamente con los marcos regulatorios, poniendo foco en el análisis de los sistemas de calidad y de propiedad intelectual. La integración del análisis del sistema agroalimentario y las cadenas seleccionadas con los factores de cambio -considerando el marco nacional y mundial- permitió delimitar el estudio diagnóstico de la situación actual, el relevamiento de tendencias y la construcción de futuros. A partir de ese conocimiento, se elaboró una Agenda de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+I) que señala, por una parte, los factores tecnológicos e institucionales críticos para promover la innovación de la agroindustria alimentaria argentina y, por otra, las acciones e instrumentos de política pública que pueden orientar el trayecto hacia el escenario deseable al año 2030. Este escenario está consustanciado con los objetivos de desarrollo del país que se aproximan a través de los propios del proyecto. El proyecto se desarrolló sobre la base de tres actividades: Actividad 1: Prospectiva tecnológica y no tecnológica. Elaboró tendencias y generó conocimientos prospectivos sobre los alimentos y la industria alimentaria mundial. Caracterizó y estudió las tendencias de las tecnologías de procesamiento de alimentos, las comprometidas con la calidad integral y la producción limpia, contemplando también las tecnologías emergentes (biotecnología, nanotecnología y TIC). Sobre esa base, construyó escenarios al año 2030 de la agroindustria alimentaria argentina y de las cadenas agroindustriales seleccionadas. Actividad 2: Diagnóstico técnico y socio-económico. Elaboró el diagnóstico socio-económico y relevó la problemática tecnológica de las cadenas agroindustriales seleccionadas. Identificó las restricciones y requerimientos de las empresas para mejorar su desarrollo socio-técnico y competitivo. A partir de ese conocimiento, analizó la conducta y desempeño de las cadenas agroalimentarias 6 seleccionadas con la finalidad de identificar los patrones tecnológicos y los determinantes de su dinámica innovadora, así como los principales obstáculos al proceso de innovación en la industria de alimentos. Actividad 3: Vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva (VTeIC). Instaló y aplicó los recursos que posibilitan ejecutar procesos de VTeIC con fuentes nacionales e internacionales. Estudió el estado de la técnica y tendencias de las cadenas agroindustriales seleccionadas y, a su vez, seleccionó y analizó segmentos tecnológicos que constituyen puntos críticos para el desarrollo de estos sectores. Complementariamente, relevó las capacidades de producción de conocimiento científico-tecnológico, institucional y formación de recursos humanos (RRHH) a nivel mundial y nacional. Cada actividad conformó un grupo de trabajo con profesionales de las cuatro instituciones del consorcio. Estos grupos de trabajo interactuaron además con diferentes especialistas internos y externos. El Proyecto mantuvo un diálogo fluido con los actores del sector gubernamental, del sistema científico-tecnológico y del sector productivo, tanto a nivel nacional como internacional a través de una consultadirigida a expertos-tecnólogos (70), consulta-abierta a expertos (encuesta “Delphi”: 420), encuesta virtual a empresas (180), entrevista presencial en profundidad a empresas (105), y talleres de trabajo entre los equipos técnicos y especialistas (250). Este intercambio fue complementado por encuentros de síntesis y validación con el Consejo Asesor y las instancias de decisión política y equipo técnico del Ministerio. El trabajo integrado de las tres actividades posibilitó generar los siguientes estudios: marco conceptual y metodológico del Proyecto; diagnóstico y prospectiva de la industria alimentaria mundial y argentina al año 2030; estado del arte y tendencias de la ciencia y tecnología del procesamiento de alimentos; incertidumbres críticas de la agroindustria alimentaria argentina en el contexto mundial; conducta y dinámica innovadora de empresas en las cadenas agroalimentarias; conducta, dinámica y patrones tecnológicos de las cadenas agroalimentarias seleccionadas; capacidades 7 de I+D del sistema agroalimentario y cadenas de valor; marcos regulatorios en la industria de procesamiento de alimentos; vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva de las cadenas y segmentos tecnológicos seleccionados; y visión prospectiva de las cadenas agroindustriales seleccionadas al año 2030. Estos 23 estudios se publican en la Serie Documentos de Trabajo del Proyecto. Estos trabajos constituyen a su vez la base de referencia para fundamentar los contenidos del documento-síntesis del Proyecto: “Trayectoria y prospectiva de la agroindustria alimentaria argentina: agenda estratégica de innovación”. Cabe resaltar por último que este Proyecto ha servido para avanzar en la construcción de un modelo de organización y gestión orientado a estudiar la industria alimentaria argentina con anclaje regional y territorial. A partir de esta experiencia, es posible consolidar un espacio de trabajo interinstitucional concebido como un observatorio que articule las actividades en ciencia, tecnología e innovación con las oportunidades y problemas del desarrollo agroalimentario, buscando sustentar la formulación e implementación de la política científico-tecnológica nacional en el marco del Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva – “Argentina Innovadora 2020” y del proceso de integración del MERCOSUR y de la región sudamericana. 8 1. INTRODUCCIÓN El Proyecto MINCyT-BIRF: “Estudios del sector agroindustria” parte del diagnóstico y prospectiva de la agroindustria alimentaria mundial y argentina al año 2030. El diagnóstico toma como marco de referencia el desempeño de la agroindustria alimentaria poniendo foco en las variables de producción, empleo y exportaciones. Identifica y caracteriza posteriormente las principales dimensiones que enmarcan el comportamiento de la agroindustria alimentaria argentina en el contexto mundial. El conjunto de las dimensiones críticas definen el espacio multidimensional dentro del cual se identifican las fuerzas impulsoras. Estas fuerzas constituyen los principales factores, tendencias o procesos claves de la industria alimentaria que influyen sobre los diferentes escenarios al año 2030. Las fuerzas impulsoras se clasifican como invariantes estratégicas o incertidumbres críticas. Las primeras son tendencias pesadas que resultan evidentes e invariantes en todos los escenarios. Las incertidumbres críticas son las fuerzas cuyo devenir no se puede anticipar, pero afectarán en forma fundamental el curso de eventos o acontecimientos a futuro y determinan las principales diferencias entre los escenarios. El conjunto de las incertidumbres críticas se traducen en los interrogantes estratégicos que identifican aquellos procesos que resultan centrales para la determinación de los escenarios. La resolución de los interrogantes estratégicos sobre las incertidumbres críticas permite esbozar las características sobresalientes de los principales escenarios. Por último, los escenarios se despliegan siguiendo una lógica interna en una trama o argumento sobre la dinámica de las situaciones alternativas futuras de la agroindustria alimentaria argentina. Para cada escenario se construye una narrativa que ilustra la imagen de las posibles situaciones futuras y aproxima las estrategias que posibilitan alcanzarlas. 9 Este documento presenta tres escenarios alternativos. En una etapa posterior la interacción con los actores de la agroindustria alimentaria argentina y los niveles políticos permitirá seleccionar cuál de los futuros posibles se constituirá en el escenario deseado. El escenario deseado requerirá la formulación de políticas que posibiliten alcanzarlo, buscando al mismo tiempo, debilitar los factores que refuerzan los escenarios alternativos. 10 2. DIAGNÓSTICO 2.1. Desempeño de la agroindustria alimentaria argentina En este apartado se presentan los principales indicadores de desempeño de la agroindustria alimentaria argentina, analizando sucesivamente variables referidas a la producción y el empleo y al comercio exterior. Producción y empleo • El Producto Bruto Interno (PBI) de la economía nacional mostró un crecimiento permanente (+79% acumulado) en el período 2002-2010, con una tasa promedio anual del 7,6%. • El Valor Agregado Bruto (VAB) correspondiente a la industria de alimentos y bebidas durante 2010 alcanzó 16,4 mil millones de pesos a precios de 1993 (+ 6% respecto al año anterior). Explica el 25% de PBI de la industria manufacturera, el 13% de sector de bienes y casi el 4% del valor agregado total. • En conjunto, el valor agregado del sector agropecuario (primario) y agroalimentario (industria de procesamiento) alcanzan al 29% del PBI correspondiente al sector productor de bienes. • El 87% del valor agregado de la industria de alimentos y bebidas se concentra en tres grandes agrupamientos: 30% es aportado por la elaboración de productos de panadería, azúcar, chocolate, pastas frescas y secas, café, té, yerba mate y especias; 29% por la elaboración de bebidas gaseosas, vinos, cerveza, aguas minerales, jugos de frutas y bebidas espirituosas; y 28% por los productos alimenticios (incluye carne, pescado, frutas, legumbres, hortalizas, aceites y grasas). • Las ventas del sector productor de alimentos y bebidas totalizaron en el 2010 (año fiscal) 200,5 mil millones de pesos, lo que constituye el 11,6 % del total de ventas de 11 la economía y casi el 31% del valor bruto de la producción de la industria manufacturera. • Más del 50% del Valor Bruto de la Producción (VBP) de los alimentos y bebidas se concentra en el grupo de los productos alimenticios que incluyen carnes, pescados, frutas, hortalizas, legumbres, aceites y grasa. • Participan en esta industria alrededor de 5.000 empresas, con un fuerte predominio de las microempresas (54% del universo total del sector) y las pequeñas empresas (25%); en conjunto, ambos grupos explican solamente el 3,3% de las ventas totales. En cambio, las grandes empresas representan menos del 6% del total de establecimientos, pero más del 85% de la facturación total de la industria de alimentos y bebidas. • En términos agregados, la evolución del sector de alimentos y bebidas ha acompañado desde 2002 la tendencia de la industria manufacturera en general, si bien, por la naturaleza de la demanda dirigida a sus productos, exhibe fluctuaciones menos marcadas tanto en las fases de expansión como en las de contracción. • Durante el año 2010, el total del sistema registró 7,27 millones de puestos de trabajo declarados, con un incremento de casi 3 millones (+68%) respecto al año 2002. La industria de alimentos y bebidas incorporó 88,7 mil puestos en dicho período, ocupando en el año 2010 a 330 mil empleados. • En conjunto, el empleo en el sector agropecuario (primario) y agroalimentario (procesamiento) alcanza al 9% del total de la economía. La industria de alimentos y bebidas explica el 5% del empleo total y el 28% del correspondiente a la industria manufacturera, siendo el sector relativamente mayoritario dentro de ésta. • En general, la remuneración promedio mensual en la industria de alimentos y bebidas se ha mantenido entre un 15 y un 20% por encima del salario medio de la industria 12 manufacturera; una tendencia similar se manifiesta al considerar la evolución de las horas trabajadas en el sector y en el total de la industria. • La evolución de la productividad media en la industria de alimentos y bebidas (medida como valor agregado por ocupado o por hora trabajada) es positiva desde 2002 y siempre superior a la del nivel general para ambos índices; el referido incremento en la cantidad de puestos de trabajo estuvo acompañado por un aumento en la productividad. • El pico máximo de utilización de la capacidad instalada de la industria de alimentos y bebidas tuvo lugar durante el 2009 con el 77,4% de ocupación. Al igual que lo observado con el nivel de actividad (dada la naturaleza de los productos que genera) la industria de alimentos y bebidas presenta un comportamiento más estable en este indicador, con valores que se ubican por encima de la industria manufacturera en las fases negativas del ciclo económico y aumentos más modestos en las fases de expansión. Exportaciones • Entre 2005 y 2008, el crecimiento relativo del total de exportaciones argentinas superó al promedio mundial; del mismo modo, en el contexto recesivo del comercio internacional en 2009, las exportaciones argentinas cayeron menos que las globales. A su vez, en 2010 se recuperaron las exportaciones argentinas en todos sus grandes rubros, particularmente los productos primarios (+64%) y las manufacturas de origen industrial (+27%). • En el caso argentino, el crecimiento del valor de las exportaciones entre 2002 y 2010 se explica más por el aumento de las cantidades exportadas que por el de los precios respectivos, tanto en las MOI, las MOA y los PP, en ese orden. • Durante el 2010 las exportaciones de alimentos y bebidas totalizaron 21,4 mil millones de dólares (+5% respecto al año 2009), lo que representó el 31% del total 13 de exportaciones del país. La recuperación estuvo basada en el incremento de las cantidades exportadas (+7%), ya que los precios promedio de las colocaciones se vieron reducidos en 10 dólares por tonelada exportada (548 dólares/ton vs 558 dólares/ton en el 2009). • Alrededor del 90% de los productos primarios exportados por Argentina se generan en los sectores agropecuario y pesquero y aproximadamente la mitad de las exportaciones industriales tienen origen en esas materia primas. Este dato ilustra sobre la importancia estratégica del sector agroalimentario y agroindustrial, no sólo por su rol en la provisión de alimentos para consumo interno sino también para la generación de divisas provenientes de la exportación. • Mientras que las exportaciones totales argentinas representan el 0,45 % del total mundial y el país ocupa el puesto 42 en el ranking de exportadores, su participación en el intercambio internacional de productos alimenticios es casi 7 veces mayor (3,02%, del valor mundial). • En los últimos años, las exportaciones de Argentina han representado alrededor del 24% del PBI, proporción similar al promedio mundial. Ahora bien, mientras las exportaciones de alimentos a nivel mundial no superan el 2% del PBI sectorial, en Argentina dicha relación es mayor al 50% (de acuerdo con la metodología utilizada por la OMC para agrupar los productos alimentarios). • Más del 60% del valor y el 80% del volumen físico exportado de alimentos y bebidas está concentrado en una sola rama, los aceites y sus subproductos. A su vez, más de un cuarto de las colocaciones externas de alimentos y bebidas corresponden a productos de alto valor; el restante 70% incluye productos de precios medios-bajos y bajos: elaboración de aceites y grasas de origen vegetal y animal (US$ 425), preparados para animales (US$ 405) y elaboración de productos de molinería (US$ 225). 14 • Argentina exporta alimentos y bebidas a más de 180 destinos diferentes, entre los que se destacan relativamente países de la Unión Europea y el Mercosur; los Países Bajos y Brasil explican cada uno el 14% del total de los despachos, España e Italia suman 10% y la India el 6%. A su vez, en 2010, las ventas a Rumania, Ucrania, Guatemala e Irán crecieron significativamente, casi un 170% en relación con el año inmediato anterior. 2.2. La agroindustria alimentaria argentina en el contexto global En este apartado se presenta un diagnóstico prospectivo de aquellas cuestiones o factores críticos que estarán construyendo el futuro de la agroindustria argentina hacia el 2030. En primer término, se avanza en el encuadre de aquellos elementos que orientan el diagnóstico prospectivo: foco y variables referenciales. El foco1 que guía el ejercicio de prospectiva de la agroindustria argentina es el papel (de este sector) como 1 El punto focal del estudio determina el alcance del ejercicio, es decir el nivel de generalidadespecificidad en el tratamiento de los diferentes temas que comportará el foco. Se parte de una concepción no empirista que cree en la construcción del objeto y de considerar que un mismo objeto, según el punto focal que se construya para observarlo, da lugar a diferentes alcances e indagaciones y, por lo tanto, a diferentes resultados. 15 catalizador del desarrollo nacional. Por su parte, las variables referenciales2 que se eligen en principio3 para el estudio son: • Diversificación económico-productiva: crecimiento de las economías regionales, diversificación de mercados y crecimiento de las empresas PyME. • Desarrollo de los territorios: expansión de producciones alternativas, obras de infraestructura y generación de conocimientos a medida de los territorios. • Uso sostenible de los recursos: reducción del impacto de la contaminación, ordenamiento territorial, manejo adecuado del agua y reducción de uso de agroquímicos. • Equidad e inclusión: creación de empleo, incorporación de tecnología adecuada y agregado de valor en origen. En segundo lugar se trabaja en el diagnóstico prospectivo de la agroindustria, tanto a nivel mundial como nacional; dicho diagnóstico prospectivo está estructurado sobre diferentes dimensiones. El diagnóstico prospectivo supone una primera delimitación de los principales componentes y dimensiones referentes al foco del ejercicio, así como la caracterización de la situación actual de cada dimensión del estudio en relación al foco, concebida como situación inicial o punto de partida de la visión prospectiva. 2 Las variables referenciales son aspectos de la realidad estudiada que interesan especialmente. Las opciones de futuro posibles de imaginar no resultan todas en igual medida deseables. De hecho, ciertos resultados obtenidos en los escenarios pueden resultar perjudiciales y su visualización puede permitir encarar acciones para evitar su manifestación. Tener presente las dimensiones críticas que el estudio considera y explicitarlas claramente brinda una mejor diferenciación entre los escenarios elaborados. Por ello, luego de haberlas establecido al inicio de la investigación, las dimensiones críticas se retoman especialmente tanto en la definición de la lógica de los escenarios como en la narrativa misma de éstos, ya que cada uno deberá precisar qué realidad ofrece para las dimensiones críticas consideradas. 3 Estas variables críticas pueden ser repensadas a lo largo del ejercicio a la luz de la experiencia que se adquiere. 16 En términos de la prospectiva de la agroindustria, se procederá a evaluar los determinantes de la oferta y demanda de alimentos, las cuestiones políticas, institucionales, climáticas o ambientales que pueden condicionar la evolución de la producción y comercio a nivel mundial y la visión diagnóstica de los alimentos y su sector asociado a nivel nacional. El diagnóstico prospectivo se estructurará sobre seis dimensiones4: mercados mundiales, geopolítica, científico-tecnológica, políticoinstitucional, ambiental y socio-tecno-productiva. 2.2.1 Dimensión mercados mundiales Demanda de alimentos En términos de demanda de alimentos, resultan fundamentales tres procesos: el crecimiento económico mundial, la población y los cambios culturales. La demanda global de alimentos está explicada especialmente por dos factores en términos de cantidad y variedad: crecimiento poblacional y crecimiento económico. Ambos tienen un efecto positivo sobre la demanda global: a una mayor población y/o ingreso per cápita, mayor es la demanda de alimentos. Los factores culturales, explican esencialmente el tipo de dieta que se requerirá. Demografía, el eje en los países emergentes: más población, más urbanizados y más viejos Crecimiento Poblacional Las proyecciones de población hacia el año 2030 manifiestan diferentes supuestos, en todos ellos se observan significativos crecimientos de la población en los próximos veinte años. La estimación de población de la ONU que considera una combinación de tasas medias, y que podría imaginárselo como una proyección tendencial, plantea que la población mostrará en el año 2030 un incremento de 1400 millones de habitantes que se adicionan a la población actual (unos 6.900 millones 4 Se entiende por dimensiones a las temáticas que agrupa procesos asimilables y que servirán como organizadores de los procesos que constituirán los escenarios. 17 aproximadamente) y que deben ser alimentados por los recursos naturales y por la tecnología actual y futura. El crecimiento poblacional proyectado no es homogéneo entre regiones: para los países de menores ingresos relativos es sensiblemente superior al de los países desarrollados. En la Tabla 1 se presentan las proyecciones por zonas geográficas y para algunos países seleccionados, en un escenario de crecimiento demográfico considerado intermedio. En este escenario, más de la mitad del crecimiento poblacional proyectado ocurre en Asia, correspondiendo aproximadamente el 50 % a China e India. Por su parte, más de un tercio ocurre en África, fundamentalmente en los países del África Subsahariana, una de las regiones más pobres del mundo y fuente de crisis alimentarias periódicas (con la excepción relativa de Sudáfrica). Estados Unidos es uno de los pocos países desarrollados cuya tasa de crecimiento se muestra dinámica y es similar a la media latinoamericana. Tabla 1. Crecimiento absoluto y relativo en escenario intermedio Crecimiento absoluto Crecimiento relativo 2010- 2010-2030 (en millones 2030 Región geográfica de hab.) África 491 47.5% África Subsahariana 445 51.6% Caribe 101 17.1% Argentina 6 14.6% Asia 750 18.0% Brasil 22 11.3% China 109 8.0% Estados Unidos 52 16.4% Europa -10 -1.4% Europa del Este -23 -7.9% India 271 22.3% Japón -10 -7.9% Oceanía 9 25.0% Mundo 1,400 20.3% América Latina y el Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a datos ONU 18 En general, las cuestiones demográficas tienden a mostrarse como tendencias firmes, sobre todo a 20 años, en la medida en que ya han nacido los jóvenes de aquella época; de todos modos, no deben descartarse hipótesis de menor o mayor crecimiento poblacional. Estas estimaciones indican que, aun cuando se considera a los factores demográficos como variables relativamente estables, en una mirada a 20 años existen márgenes de indeterminación que pueden conformarla como una incertidumbre crítica (Tabla 2). Urbanización masiva Un dato de singular importancia para conocer el futuro de la demanda alimentaria es el incremento proyectado de las zonas urbanas en relación a las zonas rurales, válido en los diferentes escenarios de crecimiento poblacional. Se espera que, en el año 2030, bajo el escenario de crecimiento medio de la población, 1400 millones de personas se sumen a las áreas urbanas, de las cuales el 60% corresponderá a Asia y más del 20% corresponderá a África Subsahariana. La Tabla 3 muestra el crecimiento absoluto y relativo proyectado para países y regiones seleccionadas. 19 Tabla 2. Estimaciones de crecimiento de la población al 2030 Región geográfica Fertilidad Alta Baja fertilidad media fertilidad Mundo 1.400 1.853 947 Regiones desarrolladas 45 107 (19) Regiones menos desarrolladas 1.355 1.746 966 Asia (excluyendo Japón) 759 1.000 490 África Subsahariana 444 512 378 Europa (9) 25 (45) América Latina y el Caribe 101 143 60 EE.UU 52 71 33 China 102 183 711 India 270 358 183 Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a datos de ONU El proceso de urbanización es en sí mismo complejo, pero posee determinantes que pueden ser identificados como una combinación de crecimiento económico y disminución del empleo rural. En sus orígenes, revolución industrial mediante, la gran demanda de mano de obra de las ciudades sólo podía ser cubierta por población proveniente del ámbito rural; en ese marco, la especialización de las economías industriales en la producción de manufacturas generó menor demanda de mano de obra rural y provocó la “fuga hacia las ciudades”. En una segunda fase aparecen efectos de aglomeración derivados de la disponibilidad de servicios médicos, educativos y culturales que conllevan al crecimiento de las ciudades. Bajo la combinación de oportunidades laborales (ilusorias en muchos casos) y servicios disponibles, cabe plantear la posibilidad de que el proceso de urbanización se independice del crecimiento económico, e incluso en períodos de depresión económica, cuando la mano de obra rural cae fuertemente, se pueden observar también procesos de urbanización. Con lo cual la urbanización pareciera ser una invariante estratégica. ¿Existirá algún paradigma alternativo bajo el cual la urbanización ceda? ¿Habrá formas de urbanización en donde prevalezcan los centros 20 urbanos de menor tamaño? ¿Será necesario un cambio cultural más que económico? ¿Qué características debería tener? Es posible que el proceso de urbanización se encuentre asentado sobre ciudades medias que puedan tener recursos naturales y en las cuales se realizará la transformación de la materia prima para reducir los costos de transporte hacia ciudades más grandes. Así, más que atenuarse el proceso de urbanización, quizás lo que pueda observarse es una merma de la concentración, sobre todo en países productores de alimentos que necesiten generar condiciones de producción a escala, descentralizado de los grandes consumidores y más próximo al ámbito de producción primaria como es el caso de Argentina, en donde el crecimiento de la agroindustria debería evidenciarse en ciudades medianas, con el fin de acotar los costos logísticos de mover grandes masas de materia prima sin transformar. 21 Tabla 3. Crecimiento de la población urbana Región Crecimiento absoluto Crecimiento relativo geográfica 2010-2030 2010-2030 África 348 84.3% 305 95.0% el Caribe 117 24.9% Argentina 7 18.9% Asia 841 47.9% Brasil 29 17.0% China 271 42.1% Estados Unidos 60 23.1% Europa 34 6.4% Europa del Este -2 -1.1% India 226 61.9% Japón 1 0.9% Oceanía 7 26.2% Mundo 1,414 40.5% África Subsahariana América Latina y Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a datos de ONU Estructura etaria Es importante hacer referencia a los cambios esperados en la distribución poblacional por edad. La Tabla 4 muestra el porcentaje de población por rango etario para países y regiones seleccionadas en tres momentos del tiempo: 1970, 2010 y 2030. Entre los años1970 y 2010, el porcentaje de población en la etapa con mayor productividad esperada de la fuerza laboral (15-49 años) se mantuvo relativamente constante en los países avanzados y creció significativamente en el mundo en desarrollo, especialmente en Asia. China incrementó en 10 puntos porcentuales el porcentaje de la población en el rango etario mencionado. Para el año 2030 se espera 22 una desaceleración de dicho proceso en Asia, con la excepción de India, y una caída pronunciada en Europa y Japón. La población proyectada para el rango etario de más de 50 años muestra un crecimiento muy importante, tanto en países en desarrollo como en países desarrollados. Tabla 4. Porcentaje de la población por rango etario 0-14 años Región geográfica África África Subsahariana 15-49 años + 50 años 1970 2010 2030 1970 2010 2030 1970 2010 2030 44.6 40.3 34 44.8 48.8 52.4 10.6 10.9 13.7 44.4 42.3 35.6 45.2 47.6 52.3 10.4 10.1 12 América Latina y el Caribe 42.5 27.7 20.5 45.2 53.4 50.6 12.3 18.9 28.9 Argentina 29.3 24.9 20.7 50 50.5 49.1 20.7 24.6 30.2 Asia 40.2 26.2 21.1 46.8 54.4 50.5 Brasil 42.4 25.5 China 39.7 19.9 16.9 46.5 56.2 46.2 13.7 23.9 Estados Unidos Europa Europa del Este 28.3 20.2 17 18 13 19.4 28.4 46.2 54.8 51.4 11.4 19.7 31.6 37 47.2 48.3 45.4 24.5 31.5 36.6 25.3 15.4 14.7 49.3 48.9 42.2 25.4 35.7 43.1 25.9 14.7 14.7 51.7 51.2 44.8 22.4 34 40.6 India 40.9 30.8 22.8 47.2 53.3 54.1 11.8 15.9 23.1 Japón 24.1 13.2 10.8 56.5 43.4 36 19.4 43.4 53.2 Oceanía 32.4 24.2 17.6 48.1 49.3 43.9 19.5 26.5 38.5 Mundo 37.4 26.9 22.7 47 52.6 49.8 15.6 20.5 27.5 Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a datos de ONU La reducción de la población que hoy es considerada en edad de trabajar(además de suponer un reto para las estructuras previsionales) podría significar fuertes desafíos para la tecnología como la necesidad generar respuestas que permitan incrementar la producción de alimentos en un marco de menor disponibilidad de mano de obra. Esto resulta fundamental para la producción primaria, ya que al proceso de urbanización se suma una estructura etaria avejentada. A este proceso parece escapar África, continente para el cual se prevé que en el año 2030 más del 50% de su población se encuentre comprendido entre los 15 y 49 años, con lo cual a la 23 potencialidad por disponibilidad de recursos naturales para producir alimentos se suma la de contar con fuerza laboral. En términos de la agroindustria, la menor disponibilidad relativa de mano de obra, puede significar que se deban incrementar las tareas mecanizadas. Crecimiento económico: ¿los emergentes emergen? En términos de crecimiento económico, para poder dar cuenta de los impactos futuros que se esperan sobre la demanda alimentaria, resulta fundamental conocer tanto la evolución del PBI a nivel global, como su distribución regional. Las estimaciones de crecimiento global5 dan cuenta que se espera un crecimiento sostenido hacia el año 2030, estimándose que el producto bruto global se duplicaría. Sin embargo, no deben descartarse cambios en esos guarismos a partir de la crisis global que se desató a partir del año 2008(con epicentro en Estados Unidos y con fuertes coletazos en Europa) que ha llevado a profundos efectos sobre la economía real, pero principalmente sobre el sector financiero. La constatación de una crisis, que sobre finales del año 2011 tiene final incierto, obliga a pensar futuros en los cuales la desaceleración de la economía global sea realidad. En relación al crecimiento económico regional, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) estima que, en el año 2030, el 57% del PBI mundial corresponderá a países que hoy no son miembros de la organización. Dicho valor contrasta notoriamente con el 40 % que poseían los países no miembros al comienzo del siglo XXI. En la Figura 1 se puede observar la evolución en el porcentaje del PBI mundial detentado por China, India, Japón, Europa Occidental y Estados Unidos desde el año 1950 y las proyecciones para el año 2030. 5 A mediados del año 2010, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicó una versión preliminar del informe titulado: “Perspectivas para el Desarrollo Global 2010”, basándose en las proyecciones del seminal trabajo de Angus Maddison. 24 De esta visión se desprende el cambio en el poder relativo económico mundial esperado para el año 2030: mientras que al inicio de la década del 50, China e India detentaban menos del 10% del PBI mundial, para el año 2030 se estima que representarán más de 1/3 del total mundial. El centro de gravedad del poder económico mundial se desplazará del Norte hacia el Este y el Sur. El traslado del centro de poder económico que la OCDE denomina como un proceso de mudanza de riqueza, se encuentra representado por tasas de crecimiento de los países emergentes inusualmente altas y sostenidas. Este proceso llevó a que en poco más de diez años estos países se “apoderarán” de algo más del 10% del producto mundial, pasando de representar el 40% del producto a representar el 50%. Los tradicionales polos de crecimiento, Europa Occidental y Estados Unidos, están siendo sustituidos por polos de crecimiento en los países emergentes del continente asiático, donde el principal protagonista es China. Figura 1. Evolución de la participación en el PBI mundial por regiones y años seleccionados 2030 2003 1978 1952 Fuente: Unidad de Coyuntura y Propsectiva-INTA en base a Maddison (2007) 25 Proyecciones a 2030 actualizadas en Octubre de 2010 por: http://www.voxeu.org/index.php?q=node/5708 América Latina se ha mostrado bastante dinámica en la última década, sobresaliendo el caso de Brasil, aunque debe acotarse que sobre finales del año 2011 se sintieron los coletazos de la crisis internacional. En el caso de África se ha mostrado escasamente dinámica, con la excepción de Sudáfrica, consolidado actualmente como líder regional. De continuar las tendencias actuales hacia el año 2030, Brasil, China, India, Indonesia, Corea y Rusia explicarán más de la mitad del crecimiento mundial, constituyéndose China en la primera economía mundial. Éstos serían los países que más contribuirían al crecimiento económico global, compitiendo al mismo nivel con los países desarrollados en términos agregados. Sin embargo, en términos per cápita, persisten diferencias importantes con los países desarrollados. La diferencia en los niveles de ingreso por habitante es la variable que permite avizorar que, de existir fuertes crecimientos en las economías emergentes, se observaría una demanda sostenida de alimentos a nivel global en función de que todavía existe mucho margen para la convergencia de los niveles de vida. El proceso de mudanza de riqueza representa un cambio estructural y de significancia histórica, que se espera continúe en el horizonte del ejercicio prospectivo. Sin embargo, existe incertidumbre acerca del ritmo del proceso y su interacción con la coyuntura económica internacional. Más allá del fenómeno de la mudanza de riqueza, no debe dejarse de considerar que el crecimiento de los países emergentes se encuentra apoyado en la mayoría de los casos en modelos liderados por las exportaciones que necesitan de mercados en los cuales colocar sus productos. En ese marco, ante un escenario de crisis en los países desarrollados, los emergentes deberán buscar una estrategia que potencie los propios mercados internos sea en forma nacional, sea en forma regional. 26 En relación al efecto del cambio en el patrón de crecimiento, este puede afectar a la demanda global de alimentos a través de varios canales: cambio en la dieta de los habitantes de los países emergentes; intensificación de los procesos de urbanización; y cambio en el poder relativo mundial para la fijación de políticas internacionales en el sector agroalimentario. El cambio en los hábitos alimentarios en China y, en menor medida, en India, ha sido objeto de diversos debates acerca de cuán importante es su efecto sobre la demanda global de alimentos y, por ende, en el precio relativo de los mismos. El proceso de mudanza de riqueza, complementado con la dinámica demográfica, está teniendo como consecuencia que millones de habitantes se sumen anualmente a la clase media urbana mundial, especialmente en los países emergentes asiáticos. Este ascenso de la clase media urbana mundial está teniendo consecuencias significativas sobre la demanda de productos del sector agroalimentario, debido a los altos niveles de integración de Argentina con el mundo y el reducido tamaño de su mercado interno. El aumento del ingreso per cápita en las clases medias de los países emergentes, contemporáneo a su desplazamiento a zonas urbanas, incrementa la demanda de aceites comestibles y proteína animal. Asimismo, la elasticidad-ingreso de clases medias-altas es mayor para carnes y lácteos que para granos. En el caso que se sostenga el crecimiento de los países emergentes se genera una demanda continua de carnes, productos lácteos, fibras y otros alimentos. La cuestión central para la agroindustria argentina es si participará abasteciendo la demanda con bienes finales o si por el contrario lo seguirá haciendo fundamentalmente con commodities agropecuarios. La mirada desde el bienestar y el conocimiento Cuando se toma nota de la evolución del Índice de Desarrollo Humano (IDH) en el marco de un ejercicio prospectivo, es significativo reparar en la dinámica reciente, 27 fundamentalmente cuando se aprecian países que parten de niveles muy diferentes (Figura 2). En este sentido países asiáticos como China o India, aun cuando muestran niveles aún reducidos, son los países que han ostentado el mayor crecimiento en los últimos veinte años. Gran parte del desarrollo se encuentra asentado sobre la educación y la formación de los recursos humanos. Un indicador de los niveles educativos alcanzados es el número de años de escolaridad (Figura 3). Figura 2. Evolución del Índice de Desarrollo Humano Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva en base a IDH 2010 Es en los países emergentes en donde se encuentran los comportamientos más dinámicos en los últimos veinte años, situación absolutamente esperable en términos de la brecha existente, pero que no deja de ser un indicador de la potencialidad de estos países. 28 Figura 3. Evolución del número de años de escolaridad Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva en base a IDH 2010 La formación de recursos humanos, en condiciones de desarrollar o aplicar técnicas novedosas (indispensable para cerrar el círculo de la innovación), es fundamental en los países asiáticos para lograr mayores niveles de competitividad. El vínculo entre crecimiento y bienestar se logra al considerar que el crecimiento va acompañado de una aceleración del proceso de innovación en Asia (liderado por China), pudiéndose crear una plataforma tecnológica en el mediano plazo que pueda competir con la plataforma tradicional euro-americana y así incrementar los niveles de desarrollo. Las políticas destinadas a la formación de recursos humanos podrían transformarse en eje para el desarrollo, y en fuerza impulsora para el devenir de la agroindustria argentina. 29 El acceso a mercados como un límite para la agroindustria El acceso a los mercados es un elemento central al pensar la estrategia de expansión de la agroindustria en un país que, como la Argentina, es excedentario en términos de la relación oferta-demanda. En ese sentido, con la apertura multilateral que se suscitó primero en el marco del GATT y luego en la OMC, los productos de origen agropecuario sufrieron una discriminación en la apertura de mercados. Por lo tanto se avanzó en la reducción arancelaria de las manufacturas de origen industrial y no en productos primarios agropecuarios, menos aún en manufacturas de origen agropecuario. Europa y Estados Unidos fueron actores centrales en la apertura de los mercados agropecuarios, en línea con proteger sus propios sectores, a los cuales, además de proteger arancelariamente, se les otorgósubsidios que distorsionaron aún más el mercado. Para evaluar el potencial de la agroindustria, es fundamental dar cuenta que los países están orientados a favorecer la generación del valor agregado dentro de las fronteras. Lo que se conoce como escalonamiento arancelario es uno de los elementos centrales a la hora de condicionar el acceso de bienes agroindustriales. Tanto en Europa como en América del Norte existe evidencia de estos comportamientos, tal como se expresa en las Figuras 4 y 5. La presencia de subsidios a la producción primaria, los aranceles elevados tanto a nivel general para los productos agropecuarios como la exacerbada diferencia observada entre materias primas y productos elaborados, provoca un sesgo que representa un desafío para la agroindustria y debe considerarse (como eje central) al momento de establecer una estrategia de expansión de la actividad. La situación fiscal de Europa y de EUA podría aliviar las estrictas condiciones que impone la PAC y la Farm Bill. 30 Figura 4. Estructura arancelaria de la Unión Europea. Aranceles promedio 120 100 80 60 40 20 0 Carne Cacao Café Algodón Cuero Tabaco bovina materia prima procesado Fuente: CEI en base a OECD Figura 5. Estructura arancelaria de Estados Unidos y México. Aranceles promedio 40 35 33 35 30 25 22 20 13 15 13 10 10 3 5 2 0 México (Alimentos y Bebidas) EE.UU. (Alimentos y Bebidas) Materias Primas México (Textiles EE.UU. (Textiles y y Vestimenta) Vestimenta) Productos Procesados Fuente: CEI en base a datos OMC 31 Nuevos patrones en la demanda de alimentos En función de los previstos cambios poblacionales, sociales y culturales, surgen nuevos patrones alimenticios que deberán ser cubiertos por la oferta en el futuro y que sin lugar a dudas ya se comenzaron a manifestar. En términos poblacionales, el incremento de la esperanza de vida implica también nuevas dietas que apuntan a una mejor nutrición para el cuidado de la salud. Este cuidado de la salud no sólo está dirigido a las personas mayores, sino que amplios sectores de la población han optado por una alimentación sana. Esta tendencia debería acentuarse en función de los serios problemas de obesidad que se observan. Este problema y sus enfermedades asociadas requieren de una estrategia de abordaje múltiple tanto del sector privado como público, las partes de la solución son: la industria alimentaria, marketing responsable, la industria de servicio de alimentos e investigadores de alimentos (que deben plantear metas para la aplicación de tecnologías) (IFT 2010). En ese aspecto, trabajar en pos de solucionar problemas que desde la agroindustria puede significar asegurar importantes cuotas de mercado. Por ejemplo, el desarrollo de la nutracéutica implica avanzar hacia alimentos funcionales, con agregado de valor y mejora del perfil tecnológico de la producción. Al mismo tiempo, uno de los grandes limitantes de acceso a la alimentación es la pérdida que se genera de los mismos.. En ese sentido, desarrollar nuevas técnicas de conservación tanto en el proceso logístico, como fundamentalmente en el hogar, podría mejorar la alimentación de las personas (IFT año 2010). En términos de preferencias de los consumidores, en Faye año 2004 se destacaron las principales características de cambio en el consumo: • Mayor preocupación por la salud (consumo de alimentos más saludables). • Preferencia por la facilidad-comodidad (productos preparados, envasados, etc.). 32 • Aumento del consumo de frutas y verduras (restaurants, etc.). • Incremento del consumo de snacks-bocadillos-tentempié. • Aumento en el consumo de productos orgánicos y comidas exóticas. También abordando la cuestión de la preferencia de los consumidores, en Moser et. al. 2011 se distinguieron características comunes entre consumidores de frutas y verduras de diferentes lugares de Estados Unidos, Europa y Asia: • La elección de compra y la predisposición a pagar un precio mayor por frutas y verduras frescas está principalmente determinado por factores personales (calidad comprobada por la experiencia y salud personal). • Los atributos relacionados a la salud personal son importantes en todas las regiones analizadas, siendo la razón más significativa para comprar alimentos sostenibles (sustainable food). • La relevancia del atributo “local” está creciendo en comparación con lo orgánico, el lugar de origen y los certificados. Los desafíos son muchos, pero en términos de calidad alimentaria se puede esperar un futuro promisorio a partir del desarrollo de: nutrición personalizada, biología molecular, ecología microbiana, biotecnología y nanotecnología (IFT 2010). Partiendo de la materia prima que en Argentina se produce en forma competitiva, avanzar incorporando conocimiento en la elaboración delos alimentos puede ser una vía para la expansión de la agroindustria. 33 Oferta de alimentos Productividad del sector agropecuario Un tema crucial en la agenda agropecuaria de hoy es cómo el mundo va a sostener el equilibrio entre población y alimentos en un contexto donde la productividad agrícola no crece al mismo ritmo que el crecimiento poblacional sostenido en los países emergentes. Si bien el incremento en la oferta de alimentos se fundamentó no sólo en aumentos de productividad sino en la expansión de la frontera agropecuaria mundial, la presión ejercida sobre los recursos naturales y la tendencia decreciente en la productividad plantean un escenario más complejo hacia 2030. Como se observa en la Figura 6, las últimas décadas fueron testigos de una reducción pronunciada en la tasa de crecimiento de la productividad, planteando incógnitas de relevancia hacia el futuro. Asimismo, las variaciones en la productividad no han sido uniformes ni por cultivo ni por región: mientras que el maíz sigue su tendencia sostenida, el trigo se ha quedado relativamente estancado. Según Lester Brown (ver Referencias bibliográficas), las fuentes históricas de crecimiento de la productividad de la tierra han sido el uso creciente de fertilizantes, el incremento de zonas irrigadas y el desarrollo de variedades de alto rendimiento (híbridos y OGM). Para el autor, el factor crucial para aumentar la productividad en el futuro es el uso más eficiente del agua, que se está constituyendo en una restricción clave para la expansión de zonas cultivadas, especialmente en zonas áridas y semiáridas. En esa línea, se plantean algunas sugerencias para incrementar la productividad: 34 Figura 6. Tasa de crecimiento - promedio anual del rendimiento por ha 2000-2010 1,2% 1,5% 1990-2000 1,9% 1980-1990 2,3% 1970-1980 1,8% 1960-1970 2,2% 1950-1960 Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a Lester R. Brown Plan B 4.0: “Mobilizing to Save Civilization” • Desarrollo de variedades de cultivo resistentes a la sequía; ejemplo típico: producción de maíz en zonas áridas, una tendencia observada en Estados Unidos, que, en gran medida, debe estar explicada por la política de subsidios al etanol. • Expansión de cultivos de doble ciclo, especialmente en modalidades distintas a la clásica trigo/soja usada intensivamente en Estados Unidos y Argentina. • Darle valor económico al agua: la actual baja productividad del agua puede estar fundamentada en la creencia de que el agua es un recurso libre ya que se encuentra fuertemente subsidiada por el Estado. • Aumentar la eficiencia en el uso de la proteína animal debido a los efectos del consumo de carnes sobre la demanda de alimentos. Ejemplo: Estados Unidos y Canadá consumen, en forma indirecta a través del consumo de carne vacuna, porcina, pollo, leche y huevos, en promedio 800 kg de grano por año. 35 En términos de disponibilidad de tierra existen visiones diferentes: se plantea una alta disponibilidad de tierras arables. “The Economist”6, basado en datos de FAO, manifiesta que existirían potencialmente poco más 1300 millones de hectáreas arables en los ocho países con mayor extensión en el mundo, lo que permitiría triplicar la superficie disponible. Ese aumento estaría fundamentalmente asentado en Brasil, y restaría observar que es lo que ocurre con África (Figura 7). Figura 7. Disponibilidad de tierras arables hacia el 2030 500 450 400 350 300 250 200 150 100 50 0 Brasil Estados Unidos Rusia India Utilizadas China Australia Canadá Argentina Potenciales Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a The Economist Sin embargo, también recurriendo a FAO, pero considerando la disponibilidad de tierra y agua, el escenario planteado dista de ser tan optimista. En este caso se plantea que hacia el año 2030 existirían poco más de 124 millones de hectáreas cosechadas en total y si se observa en términos de tierras cultivadas el total sería de 70 millones de nuevas hectáreas. África aparece como el principal punto de generación de tierras cultivadas y cosechadas. En este caso al aumentar más las hectáreas cosechadas que cultivadas, se prevé un incremento de la intensificación de la actividad primaria. 6 “Brazilian agriculture: The miracle of the cerrado” The Economist, Print edition, Aug 28th, 2010. 36 Este escenario puede cambiar en forma sostenible cuando la tecnología logre avances en el desarrollo de variedades resistentes a stress hídrico o a la salinidad. Esto determinaría que un número mayor de tierras, que en la actualidad no tienen cobertura específica, se mostrarían en condiciones de ser explotadas (Figura 8). Figura 8. Aumento de tierras cultivadas y cosechadas hacia el 2030 % de crecimiento 20% 15% 15,9% 12,4% Tierra Cultivada 10% 5% Al 2030, se espera que se cultiven 70 millones de hectáreas más que en 2010 4,3% 0,9% 0,0% 0% -0,9% -5% -10% Norte América Europa y Rusia OECD del África SubPácifico sahariana 25% 20% América Latina Medio Oriente y Norte de África Este de Asia Sur y Sureste de Asia -7,3% Resto del Mundo Mundo Al 2030 se espera que se cosechen 124 millones de hectáreas más que en 2010 27,6% 30% % de crecimiento 4,4% 2,8% 0,0% 19,6% Tierra Cosechada 15,2% 15% 10% 7,7% 5,9% 5% 9,0% 7,0% 3,1% 1,4% 0,0% 0% Norte América Europa y Rusia OECD del Pácifico África Subsahariana América Latina Medio Este de Asia Sur y Oriente y Sureste de Norte de Asia África Resto del Mundo Mundo Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a datos FAO Por lo tanto, en términos de oferta y dada la tecnología actual, la tendencia es hacia una merma en la tasa de crecimiento de los rendimientos y baja disponibilidad de tierra y agua. El incremento de la producción mundial de alimentos no parece estar en condiciones de dar respuesta a una demanda exacerbada. En este marco, será fundamental el papel de la agroindustria como instrumento para mejorar la eficiencia y el aprovechamiento de los alimentos reduciendo pérdidas y residuos. Petróleo y biocombustibles La vinculación del sector agroindustrial y los aspectos energéticos ha sido siempre muy estrecha en relación a la utilización intensiva de combustibles, tanto en la fase de producción primaria como en la secundaria y en la logística. En los últimos años 37 se potenciaron estos vínculos a partir de la utilización de productos de origen agropecuario en la producción de biocombustibles. El fortalecimiento de la vinculación entre el precio del petróleo y el precio de los commodities agropecuarios a partir del uso de granos para la producción de biocombustibles es indicado como uno de los responsables del aumento y volatilidad en el precio de los alimentos. En este sentido, la recesión mundial está actuando como un freno natural a una escalada en el precio del petróleo, desestimulando el destino de tierras agrícolas para la producción de biocombustibles. Sin embargo, si se retornara el sendero de crecimiento en un plazo relativamente corto, la dicotomía energía-alimentos podría regresar con fuerza a la escena internacional, generando consecuencias muy negativas para la seguridad alimentaria y la conservación del medio ambiente (deforestación) en los países en vías de desarrollo, especialmente en África. En la actualidad, Estados Unidos y Brasil producen el 90 % de la producción mundial de Etanol, mientras que Europa produce y consume cerca del 80 % del biodiesel. Brasil es el principal exportador mundial de etanol, mientras que Argentina es el principal exportador neto mundial de biodiesel. Políticas domésticas favorables en Estados Unidos, Brasil, Europa, Argentina, Indonesia y otros países asiáticos configuran un escenario promisorio para los biocombustibles aunque cuestiones vinculadas al proteccionismo, especialmente en Europa, plantean desafíos. Actualmente se clasifica a los biocombustibles como de “primera”, “segunda” y hasta de “tercera” generación. Los biocombustibles de primera generación son típicamente aquellos producidos a partir de biomasa alimenticia, y se diferencian en el tipo de combustibles que reemplazan y en la tecnología de motores en los que se emplearán. Los de segunda generación son producidos a partir de biomasa no comestible. Los biocombustibles de tercera generación son aquellos producidos con tecnologías nuevas, a partir de la gasificación o de la pirólisis de la biomasa. Algunos de estos procesos ya se han desarrollado, pero mayormente no han llegado a ser comercialmente viables aún. 38 El modelo basado en biocombustibles de primera generación está sujeto a riesgos, debido a sus efectos sobre el precio de los alimentos y la seguridad alimentaria en función de utilizar materias primas alimentarias para su elaboración. La aparición de biocombustibles de segunda generación, aunque no insumen alimentos para su elaboración, siguen utilizando materias primas que en su producción compiten con el uso de tierra y agua (por ejemplo etanol de base celulósica o biodisel de jatropha). Este conflicto podría ser superado si se consolida la aparición de biocombustibles de tercera generación que permiten desvincular la producción de biocombustibles de la utilización intensiva de tierra. La expansión de los biocombustibles, en el mediano plazo, está determinada por la escasez relativa de petróleo. Un barril de petróleo por encima de los 100 dólares7 dispara los proyectos vinculados a los biocombustibles, por ello es fundamental conocer perspectivas sobre el petróleo. El interrogante central es ¿qué perspectivas existen para el petróleo al año 2030? La OPEP considera que el petróleo va a continuar jugando un rol central en las fuentes de energía mundial. Los combustibles fósiles van a proveer el 80 % de la energía mundial para el año 2030. Se prevé una producción mundial de más de 100 millones de barriles diarios y un precio aproximado de 100 dólares por barril para el año 2030. Sin embargo, el Departamento de Energía de Estados Unidos plantea tres escenarios absolutamente dispares que muestran el grado de incertidumbre que aqueja al mercado petrolero y energético (Figura 9). 7 Considerándolo a precios constantes de 2008. 39 Figura 9. Precio mundial del petróleo en tres escenarios, 1980-2035. Dólares del 2008 por barril Precio Alto Referencia Precio Bajo Historia Proyecciones Fuente: Unidad de Coyuntura-INTA en base a datos del Departamento de Energía de los Estados Unidos de Norteamérica (DOE Estados Unidos) Especialistas coinciden en la incertidumbre de la existencia en un futuro de un suministro energético similar al petróleo (aún a precios más elevados).Debido a estas previsiones se supone que las variaciones en el mercado de combustibles fósiles a nivel mundial serán afectadas por: a) la factibilidad de acceso, b) el costo de producción (exploración, extracción y procesamiento), c) los factores ambientales y d) la logística de distribución. a) Factibilidad de acceso. Afecta diferencialmente a los tres principales tipos de combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón). Las principales reservas de petróleo y gas natural se encuentran concentradas en regiones del planeta políticamente inestables y en países cartelizados en la OPEP que regula su extracción. El caso del carbón es distinto ya que las reservas se encuentran más uniformemente distribuidas. 40 b) Costo de producción. Gran parte de las reservas mundiales de petróleo y gas natural se encuentran bajo la forma de los denominados yacimientos no convencionales, como ser en arenas petrolíferas, pizarras bituminosas, petróleo extrapesado, tight y shale gas (areniscas y arcillas), que presentan altos costos relativos de extracción con respecto a los yacimientos convencionales. c) Factores ambientales globales. Debido a los efectos ambientales, los combustibles fósiles deberían verse afectados por una disminución en su demanda. Se espera una diversificación de la canasta energética de los países sobre todo en los signatarios del Protocolo de Kyoto- con mayor énfasis en el uso de energías renovables y un aumento de la eficiencia en el uso de la energía. Sin embargo, en los países en desarrollo, la demanda relativa de combustibles fósiles se incrementará debido principalmente a una menor disponibilidad tecnológica y a factores económicos, que limitan la generación de fuentes renovables y la utilización de medios eficientes en el uso de la energía. d) La logística de distribución afecta en la actualidad, principalmente, al gas natural cuyo medio masivo de distribución son los gasoductos con sus problemas de costos de inversión, vulnerabilidad y geopolíticos (deben atravesar largas distancias que generalmente recorren varias regiones políticamente inestables). Esta situación se resolverá con el desarrollo tecnológico del GNL (gas natural licuado) que requiere plantas licuefactoras en origen, tanques de transporte especiales (terrestres y marítimos) y plantas regasificadoras en destino, lo que incrementará el precio final del producto. Este combustible fósil es el que se verá menos afectado por los condicionamientos ambientales. La incertidumbre que se observa sobre el mercado petrolero y los indicios de su relativo agotamiento permiten esbozar que la eficiencia energética será un elemento central en la competitividad de la agroindustria argentina. 41 Tendencias en los precios internacionales de los alimentos y productos agroindustriales Precios de los commodities El mundo ha experimentado en los últimos años un fenómeno poco frecuente en la historia económica moderna: el incremento sostenido en los precios internacionales de los commodities agropecuarios y alimentos y una mayor volatilidad en los mercados mundiales de commodities. En las Figuras 10 y 11 se puede apreciar la tendencia de largo plazo observada en el precio real de los commodities agropecuarios (1900-2009) y la evolución de los precios internacionales en los últimos 20 años. Figura 10. Índice de evolución del precio de los alimentos (1900-2010) En Dólares Corrientes En Dólares Constantes Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a datos FMI Como se puede observar a partir de mediados del año 2003 se aprecia una tendencia ascendente en el precio de los alimentos y los commodities (el precio del petróleo había comenzado su tendencia ascendente en el año 2002), que culminó en una burbuja especulativa a mediados del año 2008. Luego de la explosión de la burbuja y 42 la crisis internacional, los precios cayeron bruscamente pero, a partir del año 2010, retomaron nuevamente la tendencia ascendente. La abrupta suba en los precios internacionales acaecida a mediados del año 2008 ha alertado a la comunidad internacional debido a sus efectos sobre la seguridad alimentaria en los países en vías de desarrollo. La crisis alimentaria es visualizada actualmente como un problema estructural. Los “logros” de los programas internacionales de lucha contra el hambre se esfumaron en dos años. Un informe de Baffes y Haniotis (2010) del Banco Mundial cuestiona la hipótesis que vincula al incremento de precios con el incremento de la demanda y sostienen que el incremento en los precios de los alimentos observados desde el año 2007 se explica principalmente por la relación entre el precio de la energía y el de los alimentos y por la especulación financiera en el mercado de commodities. 43 Figura 11. Índice de evolución mensual del precio de los commodities Agropecuarios, para carne vacuna y petróleo. 1990-2010 Alimentos Carne Vacuna Commodities Agropecuarios Petróleo Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a datos FMI Con respecto al panorama a 2030, Alexandratos (2010) realiza un análisis comparativo de las últimas proyecciones del Banco Mundial, IPFRI e IIASA. Si bien se espera que los precios internacionales estén por encima de los niveles correspondientes al período 2003-2005 (un patrón relativamente benigno), los analistas coinciden que los niveles estarán muy por debajo de los correspondientes al período de años 20062008 (Tabla 5). Resulta interesante la distinción de Josef Schmidhuber, Director de la Unidad de Perspectivas Globales de FAO, quién afirma que el mercado de commodities agrícolas está experimentando un nuevo paradigma: la fijación de precios de los commodities en base a la energía. Esto tiene las siguientes implicancias: a) los 44 mercados de energía crean una demanda perfectamente elástica para la producción de bienes agrícolas; b) la alimentación y la agricultura dejan de ser bienes “Engel” tradicionales en los países emergentes y pasan a ser bienes normales en países emergentes o bienes de lujo en países pobres; c) los precios de los alimentos permanecerán altos si los precios de la energía son altos; d) altos precios de los alimentos traslada el foco de la seguridad alimentaria de las zonas rurales a las zonas urbanas; e) los países más vulnerables son aquellos importadores de alimentos y energía. Tabla 5. Proyecciones de precios internacionales de commodities Índices de precios reales Índices de precios reales al 2030 respecto al al 2030 respecto al período 2003/05 período 2006/08 Cereales-IIASA 113 74 Agricultura-IIASA 98 74 Agricultura-BM 101 76 Maíz-IPFRI 97 63 Trigo-IPFRI 104 72 Arroz-IPFRI 129 81 Fuente: Alexandratos (2008) Precio de los productos agroindustriales: biocombustibles, cambio climático y financiación La tendencia a largo plazo de los precios internacionales de los productos agroindustriales está determinada por los factores fundamentales que afectan a la demanda y oferta de alimentos: crecimiento económico, distribución del ingreso, dinámica de la evolución de la población, cambios culturales y procesos de cambio tecnológico. En la última década se ha sumado un nuevo factor, la posibilidad de transformar commodities agropecuarios en energía. 45 La necesidad de reducir la dependencia petrolera de la matriz energética de los países desarrollados llevó, fundamentalmente en Estados Unidos, a cuantiosos subsidios para estimular la inversión en fuentes alternativas de energía, entre ellas la inversión en tecnología para producir biocombustibles basado en alimentos (etanol en el caso de Estados Unidos, colza en el caso de la Unión Europea). En forma contemporánea, la fijación de porcentajes mínimos de uso de biocombustibles en los países desarrollados y emergentes y el alza sostenida del precio del petróleo a partir del año 2003, viabilizaron la producción a escala de biocombustibles. Asimismo, está comenzando a tomar fuerza el uso potencial de los commodities agropecuarios para industrias históricamente dependientes del petróleo (por ejemplo, los bioplásticos). Esta situación tuvo como consecuencia que tierras previamente destinadas a la producción de alimentos encontraran un uso alternativo, estableciéndose un fuerte vínculo entre el mercado del petróleo y el mercado de los alimentos. Esto ha llevado a que el mercado agroalimentario mundial se encuentre bajo un nuevo paradigma, la fijación de precios en base a la energía, dando lugar a un dilema con fuerte consecuencias éticas y sociales: comer o carburar. Por otro lado, la volatilidad en el mercado de commodities agropecuarios también ha sido afectada por el nuevo paradigma. La volatilidad de los precios determinados en el mercado de futuros ha ido creciendo en forma sostenida a partir del año 2003. Una porción del incremento en la volatilidad puede atribuirse a la volatilidad heredada del mercado del petróleo, dado que históricamente el precio del petróleo ha sido relativamente más volátil que el precio de los commodities. Los factores adicionales que pueden estar contribuyendo al incremento en la volatilidad son los efectos del cambio climático, la entrada de inversores institucionales a los mercados financieros y los niveles reducidos de stocks que mantienen las principales potencias agroalimentarias. Algunos analistas, entre ellos Paul Krugman, señalan al cambio climático global como el causante de la recurrencia de eventos climáticos extremos en las últimas 46 campañas en Rusia, Australia, Brasil y Argentina, que afectan imprevistamente la producción agropecuaria, incrementado los niveles de volatilidad de los mercados. También, la entrada de inversores institucionales al mercado de futuros de Chicago ha modificado el rol tradicional de los especuladores. Históricamente, la especulación en el mercado de commodities estuvo basada en expectativas que se formaban a partir de factores que afectaban tanto a la demanda como a la oferta de estos productos. Sin embargo, la especulación que se observó en la crisis del año 20072008 respondió a una lógica diferente. En tiempos de fuertes tendencias al alza en los precios de los diferentes activos, los mercados desarrollados y de fácil acceso, pueden propiciar una burbuja especulativa, exacerbando la volatilidad en los mercados. Los fondos institucionales canalizan su inversión a través de los Índices de Commodities, los cuales representan un valor matemático basado en los retornos o beneficios de una selección particular de futuros de commodities. El más famoso de ellos es el S&P GSCI (Standard and Poors, Goldman Sachs Commodity Index), que toma únicamente posiciones “largas” en los mercados utilizando una canasta de 24 commodities, incluyendo commodities agrícolas. En vez de comprar y vender órdenes, los bancos tienden a tomar posiciones largas y comprar, por ejemplo, futuros de trigo, haciendo un roll-over de contratos. Es decir, la estructura del mercado de futuros permite que se compre varias veces el mismo trigo, haciendo que el precio suba, no por la demanda física del bien, sino por el activo financiero asociado. La ingeniería financiera permitió que los índices de commodities den lugar a otros instrumentos más sofisticados: fondos en índices de commodities, Exchanged traded funds (ETFs) y Swaps, que son generalmente comercializados fuera de los mercados tradicionales de futuros. Estos mercados se conocen como OTC (“Over the Counter”); están fundamentalmente desregulados y crecieron en forma exponencial en la última década. 47 En tercer lugar, la relación Stock/Consumo de los principales commodities alcanzó valores mínimos históricos, específicamente en el caso del maíz. Esta situación genera que el precio de los commodities sea muy sensible a variaciones marginales en la oferta de commodities debido a la relación no-lineal entre precios y stocks. Considerando el cúmulo de factores que influyen en la determinación de los precios de los alimentos, y en el marco de una esperada volatilidad económica, indudablemente la variabilidad de precios será una característica del futuro de los alimentos. En ese marco, el desarrollo de la agroindustria, más allá del agregado de valor, puede ser una estrategia para reducir el riesgo implícito en la actividad agropecuaria. Sin embargo, cabe considerar la posibilidad que dentro de 20 años muchos de los productos de la agroindustria que hoy no son considerados commodities, lo sean en el futuro a partir del proceso de estandarización que se observa. Esto significaría que heredarían mayores niveles de volatilidad. 2.2.2 Dimensión geopolítica Reconfiguración global En línea con la conformación del contexto geopolítico que regirá los próximos años al sistema económico mundial, es indispensable dar cuenta de los impactos que se pueden evidenciar desde las esferas políticas hacia los sistemas productivos de alimentos. Se parte de un mundo en transición en su configuración geopolítica, con una gran potencia (Estados Unidos) amenazada en su hegemonía mundial pero con perspectivas de redespliegue y con la irrupción de un nuevo gigante (China) que plantea una incógnita central: un mundo multipolar con Estados Unidos-China como eje articulador. Son muchos los tableros en los cuales se va a desplegar el juego de las relaciones de poder: político, militar, económico, tecnológico, comercial, cultural. 48 Beinstein habla de una “multipolaridad floja”, donde los grandes polos aparecen en la cima de un sistema global con importantes espacios relativamente autónomos en los que son ejercidos controles superiores indirectos relativamente flexibles y algunas naciones o grupos pueden establecer alianzas parciales con una u otra potencia global o regional, en contraste con una “multipolaridad fuerte”, es decir, por un reparto completo del mundo entre un pequeño número de grandes potencias8. Es posible que se esté frente a un mundo de alianzas inestables y flexibles. Los componentes regionales serán protagonistas, incluso la solución de muchos de los conflictos globales pasarán por los arreglos regionales9. En este sentido, es en lo político donde se vislumbraría más claramente la multiplicidad de polos. Algunos ejemplos: el G20; la OCS (Organización de Cooperación de Shangai, una organización constituida para generar estabilidad regional y limitar la presencia estadounidense en la región yel BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). En lo militar, el poderío estadounidense seguirá siendo hegemónico, dado que por ejemplo, en la actualidad el presupuesto de defensa de los Estados Unidos es el 50% del presupuesto de defensa del resto del mundo, y esto no es fácilmente reversible, ni en el corto ni en el mediano plazo. En lo económico, Estados Unidos ve su histórica hegemonía más acotada por la irrupción de China y el cada vez mayor protagonismo de los países emergentes. Sin embargo, conserva aún importantes márgenes de maniobra en cuanto a capacidad productiva y, sobre todo, en cuanto al control de la tecnología. El auge económico de Estados Unidos entre mediados de los años 1990 hasta el 2008 corrió paralelo a su debilitamiento estructural, con acumulación en progresión geométrica de déficits comerciales (pérdida de competitividad industrial, etc.) y 8 Jorge Beinstein, “Innovación tecnológica. Prospectiva y crisis”. Mincyt. Noviembre, 2009. 9 Gelson Fonseca, “Pensando el futuro del sistema internacional”, FRIDE, Abril, 2008 49 fiscales, de deudas públicas y privadas. Se trató de un auge parasitario (compradordeudor) alimentado por préstamos al Estado y a las empresas, ventas de mercancías “a crédito”, etc. Fue ese debilitamiento estructural el que impulsó la pérdida de hegemonía pese a los esfuerzos principalmente político-militares realizados. En este marco geopolítico se destacan cuatro elementos determinantes. El primero, la convivencia Sino-Americana: la República Popular China sería la principal interesada en que Estados Unidos recupere su vigor económico, y deje atrás el riesgo de depresión/deflación inherente a su “nueva normalidad” de baja tasa de crecimiento y alta desocupación. Por imperio de la necesidad, ambos gigantes se ven obligados al imperativo de coordinar sus políticas económicas, y el ritmo y el sentido de sus respectivos mecanismos de acumulación10. El segundo, India aparece junto a China como uno de los dos grandes gigantes periféricos emergentes. India sobresale por la amplitud e intensidad de sus logros en el campo tecno-científico11, en el auge de industrias y servicios insertados en áreas de alto dinamismo global. Desde el punto de vista geopolítico, India forma parte activa de dos procesos decisivos, en primer lugar el BRICS, alianza estratégica entre Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. También, India es actor central del proceso de integración eurasiática, fenómeno complejo donde asoma la Organización de Cooperación de Shangai (OCS) y otros acuerdos y estructuras plurinacionales (ASEAN, etc.). La apertura entre China e India será un factor decisivo. Algunos analistas12 hablan de “Chindia”, con ambos gigantes convergiendo en cuestiones económicas, de política exterior e intereses estratégicos. El tercero, Europa será también parte de este mundo multipolar aunque su actual deterioro económico y político parece no modificarse a futuro. El futuro no es 10 Jorge Castro, “La política exterior de Obama cierra su ciclo en Irak y Afganistán”, Diario Clarín, Argentina, 12/09/2010. 11 Adam Segal, “What happened to India as a Science Power?”, Council on Foreign Relations, February 4, 2010. 12 Pablo Bustelo, “Chindia. Asia a la conquista del siglo XXI”, Tecnos/Real Instituto Elcano. Madrid, 2010 50 auspicioso. La idea de una Europa potencia política capaz de rivalizar con Washington (durante mucho tiempo defendida por Francia) se ha diluido en beneficio de una vasta zona de libre comercio que acompaña el despliegue de la OTAN en Europa del Este. En una visión prospectiva de Europa, es indispensable considerar la posibilidad de conformación de un eje Ruso-Germano. Un cambio de percepción de los intereses alemanes (sin perder la dimensión comunitaria que seguirá siendo su base) se traduciría, luego de la promoción de la ampliación de la Unión Europea (UE) hacia el este, en el desarrollo de una política hacia Rusia, incluida una estrategia para Asia Central. El cuarto se refiere al Sistema Financiero Internacional, donde la sostenida depreciación que experimentó el dólar frente al Euro y en general frente a todas las monedas, en el marco de una profunda recesión mundial, abre las puertas a una posible guerra de monedas y proteccionismo en pos de ganar competitividad en precio y mejorar tanto su equilibrio externo como especialmente el nivel de actividad interna. Las cuantiosas reservas que han acumulado los países emergentes son un elemento que contiene en gran medida una mayor devaluación del dólar, moneda que parece perder protagonismo en el sistema financiero internacional. Dentro este panorama, es preciso un cambio en los organismos internacionales reguladores del sistema e incluso se deberá avanzar sobre la determinación de nuevos patrones cambiarios, si es que el dólar pierde relevancia como moneda de referencia. El incremento de reservas en los países en vías de desarrollo, la cancelación anticipada de las deudas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la coordinación regional de los bancos centrales, iniciativas como Petrocaribe, ALBA o CIADI del Sur en América Latina y Caribe o la recuperación del control estatal sobre algunos recursos naturales en varios países emergentes son señales en el mismo sentido. En este marco de cambios estructurales que se avizoran, las alternativas pasan por pensar un mundo en el que será clave lo que ocurra con los países que se perfilan como actores principales: 51 Estados Unidos: ¿recupera protagonismo?; ¿podrá reconvertir su economía estructuralmente deficitaria tanto en términos fiscales como de cuenta corriente?; ¿podrá solucionar las amenazas que se ciernen sobre el dólar como moneda patrón? China: ¿podrá resolver el “intríngulis” que lo relaciona con Estados Unidos en relación a tenencia de dólares?; ¿cómo podrá reacomodar alianzas e ingreso a mercados en el medio de una crisis?; ante una crisis internacional prolongada, ¿podrá reconvertir su economía para un crecimiento basado en el consumo interno? Europa: ¿podrá superar la crisis del Euro?; en un marco de salida de varios países del área monetaria común ¿se sostendrá la integración económica y política?; ¿entrará Europa en una fase de recuperación de su productividad? Resto de emergentes: Rusia, Brasil, los países asiáticos, ¿consolidarán tendencias de crecimiento o dependen mucho del crecimiento agregado del mundo?, ¿podrán transformar crecimiento en desarrollo?; los recursos naturales energéticos y alimenticios se encuentran en gran medida asentados sobre países emergentes, lograrán estos países defenderlos y evitar un crecimiento sólo vinculado a su explotación? Organismos Internacionales: ¿se lograrán acuerdos que permitan generar regulaciones y internacionales?; parámetros ¿se de podrán estabilidad en los establecer medidas mercados que financieros reduzcan la “financiarización” de la economía mundial?; en términos comerciales, ¿recuperará la OMC la capacidad de accionar? El sendero que tome la cuestión geopolítica será central para considerar el futuro de la agroindustria argentina. La discusión en ámbitos internacionales puede influir en las normas para la circulación de bienes en los mercados mundiales, siendo fundamental el destino de la apertura de mercados para los bienes agroindustriales, 52 al mismo tiempo, establecerá el marco para la discusión de los derechos de propiedad intelectual y el proceso de I+D. Dinámica de la relación Argentina-Brasil El futuro de la relación entre Brasil y Argentina y por ende de la región, va a estar ligado a la reconfiguración del sistema mundial. La autonomía latinoamericana, más que una decisión propia, será fruto del reacomodamiento de piezas a nivel mundial. Aunque también es necesario señalar que la posición que adopte Brasil podría determinarse más allá de los condicionamientos del sistema mundial debido a su propio peso específico. Será elemental considerar que la relación Argentina-Brasil se da en un marco donde Estados Unidos tiene menos injerencia en América del Sur. Hoy Brasil aparece como líder regional y es probable que Argentina construya una relación de tipo estratégica con su socio mayor para insertarse en el sistema mundial como un actor de peso, con Sudamérica detrás, tanto para su inserción en el BRICS o para jugar un papel autónomo como polo de poder en un mundo multipolar. La región puede insertarse en el mundo con una posición de mayor fortaleza y capacidad de negociación, aprovechando tanto sea la multipolaridad, como la disputa entre Estados Unidos y China, ganando márgenes de independencia que le posibiliten hacer frente a economías que han mostrado capacidad para permear mercados de bienes industriales. El vínculo cada vez mayor de China con Brasil ha provocado una caída muy importante de las exportaciones de manufacturas brasileñas. Esto representa un retroceso histórico para el gigante sudamericano, y lo peor es que tiende a agravarse. Por ello, una alianza estratégica con Argentina con una Sudamérica integrada como una opción de gran mercado o como defensa frente a la “invasión” de productos chinos, es una opción viable. El tradicional sector manufacturero brasileño vería con buenos ojos esta alternativa, ya que de continuar este proceso, se vería fuertemente 53 dañado. Una primarización de la economía brasileña pondría en tela de juicio sus posibilidades como potencia emergente. La Argentina y Brasil deben trabajar en términos de una integración productiva, desarrollando sectores donde existe la posibilidad de desplegar una integración productiva pública-privada. Se lograría de esa manera la plataforma pertinente para aumentar la competitividad conjunta para salir al mercado internacional, fundamentalmente en términos de agroindustria. Un gran polo industrial binacional constituiría la más importante materialización en este sentido. A su vez, en el plano regional, los gobiernos deberán avanzar en su decisión de construir una nueva infraestructura de comunicaciones y una nueva estructura productiva integrada, que supone una integración de la infraestructura física y energética del continente y el desarrollo del mercado interno regional. Brasil necesita de Sudamérica. Su peso internacional crecería en la medida que sus pares regionales se fortalezcan en los procesos de reindustrialización y expansión de la producción y el consumo. En caso de no lograrse avanzar hacia cuestiones concretas de integración y prevalezcan los sentimientos nacionalistas, la amenaza de China crecerá exponencialmente y se podría reforzar la primarización de las economías. Con una China hegemónica, imponiendo sus condiciones y reproduciendo el patrón clásico de dependencia norte-sur (comprando materias primas y colocando sus productos manufacturados), invirtiendo en explotación de recursos naturales y servicios vinculados a su extracción en América del Sur, las posibilidades de una alianza Argentina-Brasil y un proceso de integración regional son más difíciles de lograr, ya que China apostaría a negociaciones individuales y fomentaría la no integración sudamericana. Sin embargo, la integración sudamericana sería viable si Estados Unidos la ve como una estrategia de contención al avance chino. Por tanto, la relación de Argentina con Brasil y con Sudamérica es un elemento central para la agroindustria, no sólo en términos de acceso a mercados o defensa de posiciones en foros internacionales sino también en relación a la posibilidad de 54 configurar una plataforma de desarrollos tecnológicos regional que permita avanzar en sendas de desarrollo sostenible e independiente. China incertidumbres, amenazas y oportunidades ¿Por qué China es importante en la economía mundial tanto presente como futura? La Figura 12 muestra con claridad los cambios acaecidos en la economía china en los últimos 20 años. Los indicadores son por demás elocuentes de la importancia que ha adquirido en la economía mundial y de los desafíos que plantea hacia futuro. Las variables más significativas de la evolución de China son: autoabastecimiento alimentario, impacto en las tasas de interés globales, tasa de crecimiento proyectada, consumo de la energía global, intervención en el mercado de acciones, profundización de la reforma agraria, migraciones hacia el resto del mundo y evolución de la contaminación ambiental. El tradicional modelo de crecimiento asiático, con orientación hacia fuera, es sustituido gradualmente por un modelo con mayor importancia del mercado interno. La economía china se encuentra con la necesidad de resolver el dilema de incrementar el ingreso de sus habitantes, de modo tal que puedan consumir sin que ese aumento implique una merma en la competitividad de la economía que se encuentra sostenida en salarios bajos. La trayectoria futura de China en los planos geopolítico, económico, tecnológico, social y ambiental es determinante para todos los escenarios que puedan concebirse hacia futuro. China es un actor cada vez más importante en el escenario mundial y sus decisiones de política impactarán tanto en el mundo desarrollado como en los países en vías de desarrollo. Las transformaciones llevadas a cabo por el régimen chino desde el año 1978 han generado que China sea hoy una potencia mundial en términos económicos, estimándose que hacia el año 2020 puede superar a Estados Unidos como la principal economía del mundo en términos de la contribución al producto bruto 55 mundial. Los elementos dinamizadores de China hacia futuro que se destacan: la creación de una plataforma tecnológica en condiciones de competir con la euroamericana, la penetración de China en África y la mayor integración de China con los países de la ASEAN. Figura 12. Cambios en la economía China en las dos últimas décadas Fuente: elaboración Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a OECD, 2010 y datos de la WTO La expansión de la economía china está siendo acompañada de un crecimiento exponencial en los indicadores de ciencia y técnica, especialmente de aquellos que miden el “hardware” de los procesos de investigación y desarrollo (I+D). Estos indicadores sumados a la presencia de las principales multinacionales del sector de innovación en China, auguran un futuro promisorio para esta plataforma tecnológica. Al momento de considerar a China en general se plantea a este país como una gran oportunidad. Sin embargo, un examen más profundo de sus características y procederes permiten conjeturar que priman algunas amenazas. En el caso puntual de 56 la agroindustria argentina, la tendencia que se espera desarrolle China, tendiente a generar valor agregado dentro de sus fronteras, es una cuestión que puede acarrear una mayor primarización del comercio exterior y economía argentina. En este sentido, es que toma valor las acciones de diversificación de mercados a fin de reducir la dependencia de este país. A nivel nacional, China puede condicionar la diversificación productiva y geográfica de las exportaciones agroalimentarias e incrementar la volatilidad de los mercados. Argentina es uno de los países con mayor riesgo de sufrir la enfermedad holandesa por una demanda continua de soja por parte de China, que redundaría en un tipo de cambio real apreciado y falta de competitividad de exportaciones agroindustriales. Es decir, China puede inducir a una reprimarización de las economías latinoamericanas, especialmente Argentina y Brasil. Asimismo, la manera de hacer negocios de China entraña riesgos adicionales no conocidos en su totalidad (actualmente) por los tomadores de decisiones. Por otro lado, se espera que en el mediano plazo la expansión de la demanda de alimentos en China no sea acompañada por un incremento en la oferta doméstica, generando una mayor dependencia del mercado mundial de alimentos. Este fenómeno incrementaría la volatilidad de los mercados debido a que cambios marginales en la demanda china pueden hacer variar significativamente los precios internacionales. El éxito de China en África puede condicionar este proceso, aunque hay que tener en cuenta que el mismo no va a ocurrir en el corto plazo. Adicionalmente, la estrategia de China en el mercado internacional parece ir en la misma línea que los escalonamientos europeos y estadounidense que protegen diferencialmente a los productos alimenticios más elaborados, no siendo propicio para la agroindustria argentina. Por tanto, el desafío en la relación con China es eludir la conformación de un patrón de comercio de los denominados Norte-Sur. 57 Seguridad alimentaria global y cambios geopolíticos La crisis alimentaria mundial acaecida en el año 2008 y el rebrote de la misma a principios del año 2010 han puesto en el centro de la agenda internacional a la seguridad alimentaria mundial. El número de personas que padecen hambre superó los 1.000 millones en el año 2009, producto del alza brusca en el precio internacional de los alimentos, generando que el cumplimiento de los Objetivos del Milenio sea hoy una utopía. Tradicionalmente, el concepto de gobernabilidad alimentaria mundial se identificó con la administración de los recursos provistos por las organizaciones internacionales para la lucha contra el hambre en el mundo, concepto totalmente vinculado a la continuidad de un sistema económico que, en general, conduce a problemas alimentarios no por disponibilidad de alimentos, sino por cuestiones de distribución del ingreso. Esta gobernabilidad alimentaria que no logró solucionar los problemas de fondo, se encuentra en realidad determinada por negociaciones explícitas o implícitas para la coordinación de políticas internacionales relacionadas a los mercados agroalimentarios. A la situación de crisis económica y a la posibilidad de que en el futuro próximo existan problemas de alimentación, ya no sólo por cuestiones de distribución sino por escasez de oferta, se suman los cambios geopolíticos que se avizoran para darle más incertidumbre a la seguridad alimentaria mundial. En términos geopolíticos, el paso de un mundo esencialmente unipolar dominado por Estados Unidos a un mundo multipolar donde China, Rusia e India adquieren un protagonismo creciente, está generando situaciones de “empate político” en los foros internacionales, limitando la posibilidad de alcanzar acuerdos globales que anteriormente eran impuestos por los países más ricos. Hoy se suceden una serie de hechos que deben ser considerados para observar la gobernabilidad alimentaria mundial: • El G-20 sustituye al G-8 como interlocutor válido para la búsqueda de soluciones consensuadas. 58 • El fracaso del Protocolo de Kyoto para reducir la emisión de GEI a la atmósfera. • La parálisis actual en la Ronda de Doha. • Las políticas comerciales unilaterales que restringe la acción de la OMC. • Los escasos resultados de encuentros a nivel ministerial para definir una estrategia conjunta en el control de precios, que limite los impactos de futuras crisis alimentarias mundiales. La exacerbación de los problemas de gobernabilidad se encuentra también propiciada por el avance del sector privado en la determinación de normas que regulan el mercado internacional. Las normas privadas son más estrictas que las normas estatales en términos de exigencias ambientales, laborales, sociales y de bienestar animal, mostrando la crisis de gobernabilidad a nivel del sector público. Si bien las normas privadas son voluntarias, el poder oligopólico que ejercen los grandes minoristas sobre la cadena de valor implica que las normas privadas sean obligatorias de facto (Saez, 2007). La existencia de fuentes de conflictos exacerbados, en torno a la gobernabilidad del sistema alimentario mundial, es un desafío en cuanto a la capacidad del sistema agroalimentario argentino para mostrar la capacidad de adaptarse a un escenario probablemente hostil (en el que las corporaciones asignen el papel de quien alimenta al mundo, aun comprometiendo soberanía y/o posibilidades de agregar valor fronteras adentro). 59 2.2.3 Dimensión científico-tecnológica Derechos de propiedad intelectual El desarrollo de los países se encuentra estrechamente vinculado al nivel de intangibles que produzcan, que estén disponibles para producir y que se incorporen efectivamente al proceso productivo, siendo indispensable la inversión en I+D y el fomento a la innovación. En ese sentido, los derechos de propiedad intelectual son una puja en torno a la apropiación del conocimiento. Al respecto, Lengyel destaca13 el acople entre crecimiento de la inversión en innovación y crecimiento del PBI per cápita para países de mediano desarrollo. En varios de estos países (Corea, Finlandia, Israel) se corrobora que la correlación entre crecimiento de largo plazo y procesos de innovación es muy alta. Se trata de países donde existe correlato entre inversión en I&D, incorporación de tecnología y capacidad instalada de innovación con sus políticas públicas científico-tecnológicas (Figura 13). 13 En ‘Innovación Productiva e Instituciones’.Ideas para el Bicentenario. García Delgado (comp). 2010. 60 Figura 13. Relación inversión en I+D y crecimiento económico Fuente: Unidad de Coyuntura-INTA en base a datos de la OCDE Debe considerarse que en gran medida, la protección de los derechos de propiedad intelectual es utilizada como instrumento de política comercial por Estados Unidos, Japón y Europa. Las grandes corporaciones que hoy dominan el mercado mundial de insumos agrícolas (Monsanto, DuPont y Syngenta poseen el 47 % del mercado mundial de semillas patentadas; Bayer, Syngenta y BASF ostentan el 49 % del mercado mundial de agroquímicos) ejercen una fuerte presión política sobre sus gobiernos. El objetivo de las mismas es incluir en las negociaciones sobre Acuerdos Bilaterales de Libre Comercio los modelos de protección de derechos de propiedad intelectual de sus países de origen, que son más restrictivos que las disposiciones que surgen del acuerdo que rige hoy en la órbita de la OMC, conocido como acuerdo TRIPS. De este modo, las corporaciones amplían el tamaño de mercado de sus innovaciones, maximizan los beneficios de la inversión en Investigación y Desarrollo (I &D) y, al mismo tiempo, les permite a los países desarrollados continuar siendo protagonistas de los cambios tecnológicos mundiales. 61 Para los países en vías de desarrollo, la exportación de los modelos de derechos de propiedad intelectual puede tener efectos perversos tanto en el corto como en el largo plazo. Países latinoamericanos importantes en el sector agroalimentario como Argentina, Brasil y Uruguay están sufriendo presiones permanentes en los foros internacionales para reformar sus regímenes de protección de los derechos de propiedad intelectual, aun cuando los estándares actuales estén en línea con el acuerdo TRIPS de la OMC. La convalidación de derechos de propiedad sobre bienes agropecuarios producidos puede traer aparejado un impacto fuertemente negativo sobre la competitividad primaria de estos países e impactar sobre la competitividad de la agroindustria. Este escenario, en gran medida, se encuentra asociado a la profunda privatización del proceso de Investigación y Desarrollo (I&D) en el sector agropecuario de Estados Unidos, proceso estimulado por el fortalecimiento de los derechos de propiedad intelectual, con normas de mercado específicas. Cuando en el proceso de I&D prevalecían las instituciones del sector público y las universidades, los desarrollos de variedades de semillas eran transferidas a los agricultores a través de servicios de extensión cooperativa. El espíritu de dicho modelo de innovación radicaba en considerar al conocimiento como un bien público que debía ser provisto y financiado por los estados nacionales y/o por instituciones públicas internacionales. Las empresas privadas tienen como objetivo lograr un nivel de rentabilidad que les permita compensar el riesgo asumido y generar utilidades suficientes para la reinversión. Esto podría generar un sesgo en la selección de tecnologías hacia mercados más amplios, perjudicando el desarrollo de los pequeños y medianos productores y de las economías regionales. Además, los horizontes de inversión son distintos. Las empresas privadas protegidas por derechos de propiedad intelectual pueden demorar artificialmente la salida de nuevas tecnologías para maximizar los ingresos derivados de las actuales tecnologías patentadas. 62 Por otro lado, la necesidad de otorgar derechos de propiedad intelectual para proteger a los innovadores privados se fundamenta en las características de bien público que tiene el conocimiento. Sin derechos de propiedad intelectual (debidamente instrumentados) que otorguen a las empresas un monopolio transitorio sobre la comercialización de la innovación y permita alcanzar la rentabilidad esperada, el incentivo privado a invertir en I&D desaparece. En el caso particular de la industria de semillas, los incentivos a invertir en I&D son reducidos para las especies autógamas: soja, trigo y algodón. Dado que los productores pueden adquirir el material genéticamente modificado y replicarlo sin perder las propiedades de la semilla original, si no cuentan con un sistema sólido de derechos de propiedad intelectual los innovadores privados no invertirán capital en I&D. Sin embargo, bajo las características del proceso de producción agrícola “industrial” a las semillas se le suman una serie de insumos que toman la forma de bienes complementarios de las semillas, y es allí donde estas empresas conservan el poder para recuperar inversiones, vía las patentes de los productos que se utilizan en el paquete. Cabe remarcar que los derechos de propiedad intelectual estimulan el proceso de concentración de empresas por la existencia de economías de escala en la industria y por el mercado de activo de fusiones y adquisiciones en el sector. Según el ETC Group, entre junio de 2008 y junio de 2010, 262 familias de patentes fueron presentadas para productos adaptados a condiciones climáticas específicas. El 77 % de las familias de patentes fueron asignadas a sólo seis corporaciones (DuPont, BASF, Monsanto, Syngenta, Bayer y Dow) y sus compañías biotecnológicas asociadas (Mendel Biotechnology y Evogene). El sector público contribuyó sólo con un 9 % de las patentes (Figura 14). 63 Figura 14. Privatización del I+D Fuente: Unidad de Coyuntura-INTA en base a datos de ETC Group En términos de una prospectiva de la agroindustria, la cuestión de los derechos de propiedad intelectual, configura una amenaza en tanto y en cuanto se puedan generar restricciones a la entrada de productos que contienen como materia prima productos primarios derivados de semillas en conflicto en cuanto a los royalties. Un segundo aspecto que puede amenazar a la agroindustria es la potencial merma de la competitividad, en función de encontrarse rezagados en cuanto al nivel tecnológico implícito en la producción primaria de su materia prima. Sin embargo, se observan también oportunidades derivadas de la formalización a nivel nacional de un sistema de derechos de propiedad intelectual, en el sentido de poder acceder a información tecnológica. En el caso de las patentes, una de las grandes ventajas que tiene el sistema es permitir el acceso a la información de los desarrollos tecnológicos patentados. En los países en que se conceden los derechos monopólicos limitan la comercialización, pero en el resto del mundo la liberan. Así, se debe fortalecer nuestra I+D+i y nuestras capacidades de uso del sistema de patentes, tanto para la apropiación como para la explotación de la información tecnológica. 64 Trayectoria de la I&D agropecuario al año 2030 Las trayectorias tecnológicas de las últimas décadas en materia de cultivos fueron concebidas para una agricultura que propendió al incremento de los rendimientos, mejorando su adaptabilidad a condiciones adversas, pero expresando todo su potencial bajo las condiciones indicadas e incluso sujeto a suplementaciones tanto de fertilizantes como de agua. Hoy existen evidencias de manifestación especial en la trayectoria biotecnológica, que implica no solo lograr maximizar los rindes por unidad de superficie, sino además desarrollar otros aspectos que permiten una mejora en la eficiencia del uso de los recursos naturales (agua y nutrientes), una homogénea tolerancia a condiciones ambientales extremas y/o no esperadas, un uso de técnicas de manejo con un menor impacto al ambiente, una mayor resistencia a plagas y enfermedades; y especialmente a que el producto final posea atributos específicos valorados por el consumidor, es decir estén biofortificados o enriquecidos con micro nutrientes claves para la alimentación humana y animal. Este último aspecto genera un fuerte vínculo entre la producción primaria y la agroindustria, razón por la cual la evolución de la biotecnología de las materias primas será fundamental para la agroindustria procesadora de alimentos y el resto de las funciones de los productos de origen agropecuario. Este cambio en la dinámica tecnológica implica además cambios en la industria de insumos, las formas de producción primaria (de la industria) de los servicios anexos e infraestructura, y de la logística y distribución final de los productos según la localización geográfica. Existirán más elementos para presionar la tendencia a producir alimentos localmente, como las medidas regulatorias que castigan el transporte lejano de productos, el etiquetado “Food Miles” por caso, con posibilidades concretas de prosperar en el ámbito de la OMC. En este sentido, un cambio geográfico de la producción implicaría además la posibilidad de gestación de nuevas plataformas tecnológicas, en las que las tecnologías de proceso y producto estén adaptadas a condiciones específicas agroecológicas, climáticas, sociales, económicas, culturales, etc. 65 Nuevas bases técnicas disponibles Es esperable que en los próximos 20 años se materialicen desarrollos tecnológicos, en mayor medida que en la última década; existen elementos concurrentes para pensar en esa posibilidad. La pregunta es qué ramas de la C&T agropecuaria estarán disponibles en los próximos 20 años. Las características de estas nuevas bases técnicas necesariamente deben profundizar el vínculo entre producción primaria y agroindustria, sea por la posibilidad de generar productos primarios a medida o porque el real aprovechamiento pasa por industrializar los productos primarios. Biotecnología Es amplísimo el espectro de mejoras que la biotecnología puede proporcionar en las próximas décadas. Por caso, la mejora biotecnológica aumentaría la posibilidad de desarrollar nuevas materias primas y alimentos enriquecidos con micronutrientes esenciales, favorables a la nutracéutica y la medicina que podrían generar oportunidades para la agroindustria. La mejor compensación vía mayor contenido nutricional de dichas materias primas mejoraría la capacidad para hacer frente al aumento de la demanda nutricional de alimentos. La expansión productiva a nuevas áreas, como la variación de la dieta de la población conforme mejora el poder de compra, podrían afectar al balance entre la matriz de oferta y demanda esperada de materias primas, alimentos y productos agroindustriales. De modo que la mejora en el contenido tanto nutricional como industrial de las materias primas sería importante para balancear estas diferencias. En el rubro vegetal, un caso trascendente que puede dinamizar sustancialmente el escenario tecnológico agropecuario mundial, deviene del desarrollo de materiales genéticos con una suma de atributos específicos en un mismo individuo, conocidos habitualmente como “apilados”, que podría permitir una significativa expansión de la producción14. Podrá disponerse de animales genéticamente modificados con 14 Estados Unidos. Opportunities and Challenges in Agricultural Biotechnology: The Decade Ahead. A report prepared by the Advisory Committee on Biotechnology and 21st Century Agriculture. July, 2006. 66 características especiales como: salmones transgénicos de rápido crecimiento hasta la madurez; cabras transgénicas produciendo factores de suero humano en su leche; cerdos produciendo en su saliva la enzima pitaza para mejorar la utilización de nutrientes; producción de abono con contenido reducido de fósforo. Tecnologías de precisión Esta rama seguirá creciendo a través de complementar el uso de maquinaria de alta precisión con sistemas de información. Los avances han sido notables en agricultura, también en cuanto a la tecnología de precisión para la producción láctea y es menos difundido para el ganado de carne vacuna. Se espera un cierre de brecha en las plataformas agrícolas y nuevas bases técnicas en ganadería. I+D en biocombustibles Este desarrollo estuvo encabezado por Brasil en etanol y por países de la UE (Alemania) en biodiesel. Se sumaron luego varios países europeos y Estados Unidos que invirtió en el desarrollo y adaptación de tecnologías que superaran limitantes como: a) la eliminación y utilización del Glicol; b) la transportabilidad del etanol; c) el desarrollo de materias primas más eficientes para la producción de energía; y d) el manejo de residuos. Siguen los intentos en muchos países por desarrollar tecnologías para producir etanol de base celulósica a costos que puedan competir con los que logró Brasil con caña de azúcar. Aparición de elementos disruptores El Craig Venter Institute publicó en 2010 el logro de la programación genética de una célula totalmente artificial. Hasta aquí las modificaciones genéticas se realizaban mediante un ‘corte y pegue’ de bloques moleculares identificados con una función; ahora se basan en la programación desde cero, utilizando herramientas nanotecnológicas que van construyendo las moléculas a partir de los cuatro 67 componentes del ADN. Desde entonces, se habilitó la llamada ‘biología sintética’ que parece ser el elemento potencialmente disruptor por excelencia de los escenarios que pudieran concebirse al año 2030. Este hecho inicia una cadena de sucesos de difícil pronóstico en esa materia. El primer paso de esta tecnología será para el etiquetado propietario, en el marco del ya consolidado proceso de privatización de la herencia genética común de millones de años de evolución de la naturaleza. Se trata de un problema ético y de soberanía de los recursos genéticos de las naciones. Sumando cuestiones que no hacen por otra parte más que acentuar el carácter disruptivo del evento, se advierte que la genética pasa a ser una extensión de la industria del software, dado que programar la construcción de ADN tiene la lógica de una programación informática. La evolución de Internet proyecta ahora hacia la biología. Geopolítica y ciencia: mudanza de capacidades en CTI El contexto de concentración y empoderamiento creciente de las corporaciones multinacionales convive y por ahora se asocia con la porción más dinámica del mundo: el este y sudeste de Asia. Hoy el elemento central del devenir en el sistema científico-tecnológico mundial está dado por las derivaciones asociadas a la mudanza de capacidades en CTI al Asia, que ya concentra el 40% de los recursos humanos mundiales, situación que obviamente también comprende al sector agropecuario (dato documentado entre otras fuentes por la OCDE). Si bien las multinacionales han sido el vehículo de la mudanza tecnológica, este fenómeno reconoce también la re y/o construcción de bases científicas en los países emergentes realizada con infraestructura y recursos humanos locales. Este hecho, sumado a dos elementos comunes a muchos países del este y sur de Asia como lo son el tamaño de sus mercados y la consolidación de sus proyectos nacionales, puede contribuir a dotar de mayor autonomía a sus decisiones. También puede 68 redundar en que los desarrollos sean ajustados a necesidades locales y regionales, a la par que globales, usufructuando los derechos de propiedad intelectual. En términos globales, este factor estaría entre los elementos dinamizadores del actual escenario tecnológico. De manera que las nuevas, poco conocidas y por tanto básicamente hipotetizadas relaciones entre las multinacionales del sector y China, India, Vietnam y Brasil podrían determinar destinos actuales de ensambles sociotécnico público-privados relevantes. Estas naciones (especialmente las asiáticas) han experimentado una gran evolución en términos de su capacidad tecnológica, permitiendo el asentamiento de las multinacionales pero, en paralelo, consolidando la base científica estatal nacional, que se traduce, en casos como China, en un crecimiento exponencial de los patentamientos. En general, este grupo de países y principalmente China pueden constituirse en nuevas plataformas tecnológicas que operen nuevas lógicas, nuevos paradigmas y, consecuentemente, nuevos desarrollos, generando alternativas en I+D+i al tradicional escenario de las multinacionales euro-americanas (Figura 15). En este marco, se amplían las opciones de cooperación y transferencia. Resulta claro que todo cambio de una situación cristalizada por varios siglos que brinde opciones de interacción con polos de desarrollo tecnológico alternativos, aparece como oportunidad, pero también debería ser considerado como una potencial amenaza en términos de los desarrollos nacionales. El desafío de recuperar los rindes mundiales Se ha visto que los rindes si bien están creciendo, lo hacen a tasas cada vez más acotadas. Una serie de elementos recogidos en la investigación aparecen como presuntos causales, a saber: limitantes de la base natural (PNUMA), según algunos científicos, perfilando el concepto de ‘limite estructural’ de Bertrand Gille; dimensión de la brecha de desarrollo que dificulta la transferencia tecnológica; ‘pinchadura’ de la burbuja del agua subterránea que alimentaba el incremento de la productividad 69 agropecuaria global (Lester Brown); una base técnica actual (transgenia) con rentabilidad residual. Figura 15. Mudanza de plataformas Actualmente, la creciente demanda mundial de alimentos impulsada por la gran y sostenida dinámica del desarrollo de China, India y otros países asiáticos no encontró una respuesta similar en términos productivos a la Revolución Verde. La menor respuesta de la producción de cereales fue consecuencia del bajo crecimiento de los rendimientos: la tasa de crecimiento de los rendimientos por hectárea fue del 1.1% durante los años 1990-2007 y las proyecciones del USDA señalan un descenso al 0,8% para el periodo de años 2009-2017. 70 Los cambios más vigorosos en tecnología agropecuaria se han dado en commodities de clima templado, que impactaron fuertemente en los países del cono sur sudamericano (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay). Paralelamente, África Subsahariana, con dinámica lenta de habilitación, aparece como la principal aportante mundial de nuevas tierras para la agricultura. Elementos que complejizan la disponibilidad tecnológica La combinación de puja por los derechos de propiedad intelectual y los cambios geopolíticos, en un marco de crecimiento económico que presione sobre la oferta de alimentos, podría llevar a que los grandes actores internacionales privados de I+D agrícola mundial retaceen desarrollos terminados y probados. En el intento por forzar en el ámbito multilateral y en la OMC los mecanismos para optimizar el cobro de patentes y regalías, retrasando lo más posible el cambio de la base técnica. Cuestiones más estructurales, como la brecha excesiva de desarrollo y limitantes de la base natural, sumarían restricciones al retraso relativo en la disponibilidad tecnológica para proveer alimentos a una creciente demanda internacional. Las empresas multinacionales lideran el flujo de innovaciones. Diez empresas multinacionales representaron el 55% del total de facturación del sector de I&D en el año 200615, como consecuencia de un proceso de fusiones y adquisiciones que generó la concentración del conocimiento y la innovación en tecnología agropecuaria. Esta estrategia también ha incluído adquisiciones locales que actúan como acceso directo a la base de germoplasma adaptado regionalmente y les permite captar una mayor porción del mercado. Este marco consolidado se proyecta a futuro como un instrumento estratégico de control de la competencia y concentración, en particular, del mercado de biotecnología agropecuaria. Otro elemento geopolítico-económico que constituye a menudo un sustrato conflictivo de las relaciones entre naciones y con las grandes corporaciones 15 Ver INTA 2010. 71 empresarias, son visiones antinómicas sobre la concepción y ubicación del poder en su sentido más amplio. En la puja se alinean las dos grandes visiones que hoy disputan la hegemonía política, económica y el relato global: la persistencia de tendencias neoliberales que en los países de la OCDE protagonizan la larga crisis euroamericana, y que disputan por sostener la centralidad del mercado con un Estado subsidiario y, por otro lado, el creciente mundo emergente, con vértice en China, que aboga por un rol más protagónico del Estado con el mercado institución relativamente subsidiaria. Esta disputa alcanza también a la esfera científico-tecnológica que se debate entre las tendencias sostenidas de privatización de I+D, contra la injerencia creciente de las políticas de CTI nacionales sobre todo en los países emergentes. La posibilidad que se constituyan plataformas tecnológicas en países emergentes configuraría una oportunidad de incrementar la accesibilidad a la tecnología si estas formas de organización presentaran fuerte participación público-privada y lograran profundizar vínculos políticos en línea con una construcción amplia del desarrollo. En caso contrario, cuando las plataformas euroamericanas sigan dominando el escenario con el rol central depositado en las corporaciones privadas, la limitación de accesibilidad a la tecnología podría configurar un fuerte obstáculo a la competitividad de la agroindustria en países periféricos en relación al manejo de tecnología. Para la Argentina, el escenario ideal sería aquel en el cual la integración en el MERCOSUR derive en profundas experiencias de generación de tecnología en línea con el desarrollo nacional y regional. La necesidad del trabajo conjunto radica en disminuir la posición de dependencia de los desarrollos tecnológicos externos. La idea de desarrollo autónomo es generar conocimiento, no comprarlo. Existen factores contingentes que podrían determinar que, países como la Argentina, se encuentren en mejores condiciones para acceder a la tecnología. El caso sería la consolidación de plataformas tecnológicas en países emergentes con déficits alimenticios (por caso China o India) que puedan, a partir de un involucramiento mayor del Estado, conducir el proceso de I+D con criterios que superen 72 exclusivamente la rentabilidad, incluyendo cuestiones estratégicas como la cobertura de los déficits y/o posicionarse en el sector de tecnología agropecuaria. En caso de buscarse solucionar déficits alimentarios, el incremento de la producción (por ejemplo, a partir de la incorporación de nuevas zonas) podría conducir a caídas de los precios internacionales. Al mismo tiempo, el incremento de la venta de bienes derivados del sector agropecuario, podría ser a partir de una reprimarización que limitaría efectos sobre el desarrollo. Por último, si la transferencia de tecnología fuese guiada por el afán de controlar el mercado de tecnología agropecuaria, podría darse una suerte de dumping, que significaría una toma de posición dominante a futuro, induciendo la posibilidad de fortalecer un mercado tecnológico guiado exclusivamente por la rentabilidad. En todas las alternativas, la situación de la agroindustria argentina será mejor en la medida que se apueste al desarrollo de tecnología para los diferentes actores sociales. 2.2.4 Dimensión político-institucional La dimensión político-institucional incluye aspectos de orientación de macro-políticas, cuestiones de infraestructura y, de ciencia y tecnología. Las “orientaciones de política”, constituyen un nivel de agregación mayor a la política sectorial: la incluye pero no es su foco. Los otros dos aspectos, infraestructura y la política de ciencia y técnica, se consideran estratégicos para la evolución de la agroindustria. Orientaciones de políticas Las orientaciones de política identificadas con horizonte de realización en los próximos 20 años se enmarcan dentro de las economías de mercado con diferente nivel de planificación estatal. Se diferencian principalmente, por el lugar que otorgan al Estado y al mercado en la gestión de los asuntos de interés común, por la ocupación que realizan del territorio, por el uso que promueven de los recursos 73 naturales y por las formas de movilización de la población.16 Los diferentes perfiles que se derivan de dichas gestiones dan lugar a resultados que se diferencian en el nivel de la actividad productiva, el desempeño sectorial y la distribución territorial y social de los recursos. Cada orientación de política construye una mirada retrospectiva acerca de la historia nacional que establece un diagnóstico sobre la necesidad y las posibilidades de desarrollo para la Argentina. A partir de este diagnóstico, de sus visiones de futuro, y de la interacción con el sistema mundial, trazan su modelo económico y planes de desarrollo. Dentro de este marco de referencia, se identifican dos orientaciones que enmarcan, en particular, la relación agro/industria: “neodesarrollista” y “agroliberal”. La diferenciación más evidente se localiza en el aspecto macroeconómico con relación a la resolución de la cuestión relacionada con las rentabilidades relativas de los grandes conjuntos de actividades de la Argentina (agropecuaria e industrial). Para la visión neodesarrollista de base “estructuralista”, la economía argentina posee una estructura productiva desequilibrada, donde conviven dos sectores con niveles de competitividad (y productividad) diferenciales (según la clásica definición de Diamand, año 1972). Simplificando, por un lado, el sector agropecuario pampeano y, por el otro, sectores industriales y economías agropecuarias no pampeanas con un nivel menor de productividad. Estos sectores tienden a requerir dos tipos de cambio sustancialmente diferenciales para ser competitivos. Así, a través de un esquema de derechos de exportación sobre las producciones más competitivas se busca establecer tipos de cambios diferenciales, en procura de la competitividad de toda la producción interna sujeta a la competencia internacional. El diferencial de costos existente proviene principalmente de las condiciones agroecológicas especiales del suelo pampeano que permiten una productividad excepcional en la producción agropecuaria. Estas condiciones de fertilidad del suelo son de carácter irreproducible, 16 Siendo más específicos también se diferencian en el tipo de desarrollo científico-tecnológico que promueven y en el impulso dado a la inversión en obras de infraestructura y equipamiento, pero dada la relevancia de estos aspectos se optó por tratarlos específicamente en otras fuerzas impulsoras, manteniendo la coherencia de considerarlos en términos más generales en esta sección. 74 motivo por el cual el diferencial de costos (y por tanto de rentabilidades) tiende a mantenerse a lo largo del tiempo, transformándose en renta. Desde la visión agroliberal, que puede asociarse con el “agronegocio”, se reconoce el diferencial de competitividad entre los sectores agropecuario y agroindustrial, pero se lo explica poniendo acento en la incorporación de tecnología, el plus de la gestión y el gerenciamiento de recursos (el factor humano) (Reca, 2010), debilitando las diferenciales de renta que impone el factor “natural”. Es fundamental este debate en relación a la estructura productiva y la competitividad de los sectores para el futuro, ya que las diferentes interpretaciones llevarán a respuestas disímiles fundamentalmente con relación al rol del estado y a la aplicación de herramientas macroeconómicas, en el marco de las condiciones internacionales y las oportunidades específicas que brinda la coyuntura actual. Para la visión neodesarrollista, el Estado tiene un rol activo y dinámico y un papel fundamental para regular y equilibrar los mercados, tutelar el ingreso de los sectores trabajadores y las necesidades asistenciales, implementar políticas universales en materia social y de acceso a los servicios básicos, apoyado en diferentes figuras institucionales y agencias estatales (Bresser Pereyra, 2007). La industria es considerada el motor del desarrollo, buscando consolidar un tejido productivo denso con amplia generación de empleo y agregado de valor. La ciencia, técnica y la educación son pilares de estos lineamientos económicos. En este sentido, se destinan recursos para la formación de recursos humanos y el desarrollo de inversiones de magnitud para el desarrollo tecnológico y la innovación, más infraestructura que promueva nuevas producciones en industria pesada. El territorio argentino debe ser considerado en el marco de una integración regional y cooperación Sur-Sur, con la constitución de nodos principales de provisión de recursos productivos, energéticos y poblacionales integrados por vías de comunicación física tanto horizontales como verticales. 75 La visión agroliberal propone una intervención estatal selectiva priorizando ciertos sectores económicos y nichos de negocios, promoviendo la cobertura del riesgo empresarial. El Estado se limita a las funciones de provisión de bienes públicos básicos (educación y salud). No es concebido como ostentador de capital financiero capaz de intervenir en el mercado y trazar las orientaciones generales de la economía. Esta orientación tiende a la especialización en actividades primarias o de semielaboración, aprovechando la dotación del país en recursos naturales (suelo apto para cultivo, agua, recursos mineros e hidrocarburíferos), alimentando un entramado productivo escasamente diversificado, concentrado y muy dependiente de la inserción internacional del país como proveedor de materias primas. Un reducido conjunto de empresas multinacionales junto a grupos locales de la región llevan a un proceso de escalonamiento tecnológico a partir de la reinversión de las ganancias extraordinarias, aumentando el efecto multiplicador de las exportaciones. Este proyecto no admitiría un nivel significativo de retenciones a las exportaciones y los esfuerzos para sostener fiscalmente al Estado estarían puestos en el acceso a mercados financieros (tomando deuda) y en el recorte del gasto público. Política nacional de ciencia y técnica El esfuerzo por dilucidar los cursos de la política de ciencia y técnica y dimensionar su interacción con el sistema productivo nacional requiere tener en cuenta diversos aspectos, tales como: la medida en que la inversión en este campo se encuentra articulada dentro de un programa con los sectores productivos; el nivel de inversión en CyT y el nivel de concreción de las políticas reflejado en las líneas de intervención dentro de las instituciones públicas de CyT. Argentina, como país históricamente dependiente, con un rol subordinado y subsidiario dentro de la división internacional del trabajo, tuvo un desarrollo de la ciencia y técnica nacional incipiente, con ciertos períodos en los que se consolidan algunos nichos tecnológicos. Bajo el pensamiento desarrollista, por ejemplo, se impulsaron la rama energética y los desarrollos agrotécnicos. Durante las décadas del 76 60 y 70 se acentuó una visión planificadora de la ciencia y la técnica creándose y consolidándose muchas de las instituciones que aún se encuentran vigentes. En el año 1956 se crea el INTA. Su acción resultó fundamental en la generación, adaptación y difusión de avances tecnológicos para el sector agropecuario. Durante el primer período, los desarrollos nacionales estuvieron concentrados en la investigación y producción de tecnología de insumos17, específicamente en la generación y desarrollos de híbridos, especialmente variedades de trigo18 . Posteriormente, la desinversión y ajuste fiscal no convalidaron los incipientes desarrollos de autonomía tecnológica dentro del sector público. Las políticas neoliberales apuntaron a instalar una nueva concepción sobre el modo de producción de conocimiento, una política tecnológica de matriz ofertista, con desconexión entre la innovación tecnológica y las necesidades de desarrollo productivo y social de los países caracterizaron el período. Sus pilares fundamentales se basaron en la promoción de una supuesta “neutralidad” y “autonomía” científica frente al Estado dejando como correlato más concreto el proceso de desvinculación /desacoplamiento que se produjo entre las políticas tecnológicas y las políticas productivas. Ciertos organismos multilaterales cumplieron un rol fundamental en este proceso, instalando estos principios de la mano de líneas de financiamiento. Este proceso se dio en Argentina y en otros países de la región al tiempo que en otras latitudes se consolidan procesos de autonomía tecnológica, como en los países del sudeste asiático (Galante, O. et. al. s/f). A partir de la dictadura militar iniciada en el año 1976 y con énfasis en los años 90, se profundizan los procesos de privatización y comercialización respecto a la producción 17 Según Piñeiro, M. (2003, se denomina tecnología de insumos a todas aquellas que se encuentran vinculadas a procesos de innovación. La característica distintiva es que la tecnología se encuentra incorporada en el insumo primario. ( semillas, pesticidas, maquinaria sofisticada ). 18 La acción del INTA permitió mejorar los manejos agrícolas e introducir los avances tecnológicos cuya difusión se hizo más notoria a partir de los años 70, especialmente con la introducción de las semillas híbridas y del cultivo de soja cuyos altos requerimientos agronómicos fueron esenciales para incrementar la participación de los técnicos y agrónomos en la producción. 77 de bienes y servicios tecnológicos. Una de las consecuencias más concretas, dentro del sector agropecuario fue el corrimiento del Estado de la agenda científico tecnológica nacional, frente al avance de sectores empresariales transnacionalizados que ofrecían un nuevo abanico tecnológico en materia de novedades genéticas y/o tecnologías de punta para el sector. La expresión de este proceso ha sido la consolidación de un perfil tecnológico nacional especializado en la generación de tecnologías de proceso o adaptativas19 de los insumos importados del exterior. A luz de estas transformaciones productivas, sociales y organizacionales, fueron emergiendo y consolidándose diferentes grupos de actores privados nucleados en organizaciones empresariales de productores rurales que fueron ganando protagonismo en la generación de desarrollos tecnológicos de punta. La innovación, el productivismo y la competitividad se convirtieron en el paradigma por excelencia, que operó como horizonte de los esfuerzos de estos productores en la generación de estrategias de autonomía tecnológica y financiera. Frente a la pérdida de protagonismo del Estado en la constitución de una política de tecnología agropecuaria, estos grupos de productores fueron construyendo un marco de referencia que dio sentido y sustentabilidad a una noción de independencia y autonomía sectorial frente a cualquier intento de planificación de políticas por parte del Estado. Con el modelo implementado en la posconvertibilidad, el Estado le imprimió un nuevo impulso a la agenda de CyT. En el período de años 2004-2008, la inversión en CyT muestra un crecimiento sostenido. Las actividades científico tecnológicas20 19 Piñeiro, M. (2003), denomina tecnología de proceso o adaptativa a todos aquellos procesos ligados a la agronomía que se desarrollan con el fin de adecuar las tecnologías de insumos importados (semillas, pesticidas) a las condiciones agroecológicas locales. 20 Hace referencia a las actividades sistemáticas que están estrechamente relacionadas con la generación, el perfeccionamiento, la difusión y la aplicación de los conocimientos científicos y tecnológicos. Comprende: Investigación y Desarrollo más actividades auxiliares de difusión CYT, como ser formación de RRHH en CyT y servicios tecnológicos (bibliotecas especializadas). La definición se basa en la metodología propuesta en el Manual de Frascati de la Organización para la Cooperación y el 78 (ACyT) alcanzaron en el año 2008 los 6.276 millones de pesos y en lo que se refiere a I+D21 el monto fue de 5.410 millones de pesos, representando un crecimiento acumulado del 186% y 176%, respectivamente (Tabla 6). Esto permitió que la inversión en ACyT con relación al PBI pasara de 0.49% a 0.61 % y la de I+D de 0.44% a 0.52 %, colocando a la Argentina tercera entre las naciones latinoamericanas que más recursos destinan a I+D (Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, 2008) (Tabla 7). Durante el año 2008, el sector público se posicionó como el mayor financiador de las actividades científico tecnológicas y de I+D y el ámbito donde se realizan mayoritariamente estas actividades (Figuras 16 y 17). Tabla 6. Gastos en actividades Científicas y Tecnológicas (ACyT), años 2004 a 2008 Fuente: Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva Desarrollo Económico (OCDE) y el Mincyt utilizada para el relevamiento anual de entidades que realizan actividades científicas y tecnológicas. 21 Según la misma fuente (OCDE y Mincyt) se entiende por I+D cualquier trabajo creativo llevado a cabo en forma sistemática para incrementar el volumen de conocimiento , incluido el conocimiento del hombre, la cultura y la sociedad y el uso de éstos para derivar nuevas aplicaciones. Comprende: Investigación básica, Investigación aplicada y desarrollo experimental. 79 Tabla 7. Gastos en Investigación y Desarrollo. Años 2004 a 2008 Fuente: Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva Durante el año 2007 y como parte de una política integral de investigación científicotecnológica, se creó el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. Desde el año de su creación hasta el presente, el presupuesto nacional destinado a este Organismo tuvo un incremento del 417% (Figura 18). En la misma línea de política pública, desde el año 2003 en adelante el presupuesto anual del INTA se incrementó un 660%, se inauguraron nuevos laboratorios con equipamientos de última generación y se amplió el staff de recursos humanos (Figura 19). A partir del año 2007, con el objetivo de complementar las líneas de financiamiento tradicionales para la innovación, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva diseñó un programa de políticas focalizadas que tienen como fin último fortalecer áreas y sectores tecnológicos estratégicos para el país, que apuntan a la construcción de una matriz productiva diversificada con incorporación de valor agregado. Las áreas seleccionadas como estratégicas son: Nanotecnología, Biotecnología y TIC y los sectores estratégicos prioritarios son: Agroindustria, Salud, Energía y Desarrollo Social (Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Web presentación). En convergencia con el incremento presupuestario, se evidenció una vocación política por establecer lineamientos estratégicos e impulsar políticas integradas, coordinadas entre las distintas agencias y vinculadas 80 con el desarrollo de los sectores productivos y el mejoramiento de las políticas sociales. Figura 16. Financiamiento de gastos en actividades científicas y tecnológicas – Año 2008 Fuente: Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva Figura 17. Financiamiento de gastos en Investigación y Desarrollo. Año 2008 Fuente: Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva 81 Figura 18. Evolución del Presupuesto Nacional MINCYT. Años 2002/2011 (millones de pesos) 3000 2570,38 2500 2114,49 1765,23 2000 1500 1136,46 1000 327,69 500 164,42 362,20 497,08 185,82 240,83 0 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a datos Ministerio de Economía Dada la complejidad de la producción actual, y los niveles de competencia, el sistema público de CyT se encuentra ante un importante desafío de consolidación para poder aportar y recuperar protagonismo en el campo de los desarrollos productivos. La evolución de los procesos productivos hace necesarios insumos tecnológicos de diverso tipo, relativos al trabajo en ambientes en transformación (ya sea por acción antrópica, del cambio climático), tecnología satelital, TIC, biotecnología y tecnologías robóticas, entre otros; se requiere, además, incrementar el alcance de estos desarrollos en las regiones más rezagadas y profundizar el abordaje de la agroindustria. Otra cuestión que torna cada vez más imperiosa la vuelta a la inversión y a la planificación en CyT vinculada a los sectores productivos, especialmente el agropecuario, es el umbral de intensificación en el uso de recursos y el deterioro ambiental. 82 La posibilidad de profundizar el desarrollo del sector CyT y la innovación, y por lo tanto el impacto sobre el sector productivo, va a depender del sostenimiento de una estrategia nacional de desarrollo, de la articulación que pueda darse entre el sector público y el privado y del desarrollo de estrategias de cooperación a nivel regional en la materia. Figura 19. Evolución del presupuesto institucional (en millones de pesos) Fuente: Unidad de Coyuntura-INTA en base a datos INTA Dotación de infraestructura Producir y comercializar bienes agroindustriales requiere de infraestructura y equipamiento para alimentar y desarrollar distintos segmentos de las cadenas productivas. La infraestructura es uno de los aspectos claves que pueden modificar la competitividad de la producción agroindustrial, especialmente para un país como Argentina, con condiciones potenciales para el desarrollo productivo agropecuario y agroalimentario. 83 Dentro del conjunto de obras de infraestructura y equipamiento el rol del Estado es clave. Por un lado, porque las grandes inversiones en infraestructura llevan un tiempo considerable de ejecución, requieren altos niveles de inversión y una visión planificadora y/o estratégica, y es generalmente el Estado el ente capaz de arriesgar y tener la voluntad de encarar este tipo de inversiones. Por otro lado, el Estado impulsa inversiones a través de la promoción y financiamiento del sector privado. Esto puede darse por planes específicos de promoción de la inversión (otorgando tasas de interés especiales) o por la generación de un “clima de negocios” atractivo para la iniciativa privada. En el caso de la participación privada hablamos generalmente de inversión en equipamiento (líneas de producción, establecimientos) con algunas excepciones como la inversión en infraestructura portuaria. En el ámbito público, a lo largo del siglo XX se dieron ciertos planes de infraestructura en el marco de determinados proyectos de gobierno. Los gobiernos peronistas desarrollaron sus planes acorde con su visión estatista. Bajo la ideología desarrollista (con gobiernos democráticos y dictatoriales) también se implementaron algunos proyectos ligados al paradigma de la seguridad interna, con desarrollo de obras puntuales (obras hidroeléctricas, redes viales)22. La disrupción de los proyectos y los planes hizo perdurar las asimetrías heredadas desde el modelo agroexportador entre la región central del país y las economías regionales. Entrados los años setenta, otros aspectos económicos y políticos incidieron vetando la posibilidad de planificar y ejecutar inversión productiva. En el período del modelo neoliberal, la infraestructura ejecutada desde el Estado pasó a ser de baja prioridad, en una economía orientada a los servicios y que renunciaba a la planificación estatal como eje de orientación de recursos. Aun así, la estabilidad macroeconómica y el clima de negocios generado por la política pro-mercado estimuló también la inversión extranjera, y así ocurrió en el sector agroalimentario 22 Estos distintos planes de desarrollo e infraestructura se denominaron: Primer Plan Quinquenal (19471951); Segundo Plan Quinquenal (1952-1956); Plan Nacional de Desarrollo (1965-1969); Plan Nacional de Desarrollo y Seguridad (1971-1975) y el Plan Trienal para la Reconstrucción y Liberación Nacional (1974-1977). 84 (AACREA, 2005). Por ejemplo, dentro de las industrias de procesamiento, la industria de molienda de harina tuvo una inyección de inversión durante los años 90, con transformación tecnológica, productiva y organizacional y reducción de empleo de mano de obra. La industria láctea también recibió inversiones en infraestructura y equipamiento en esta etapa (incorporación de equipos de enfriado, infraestructura de logística), impulsada por la ampliación del mercado que significó el MERCOSUR. En otros ámbitos hubo también inversiones significativas. Es el caso del sector de telecomunicaciones a través de la privatización de los servicios y de la atracción de inversión extranjera, incidiendo en los niveles de productividad obtenidos por ciertas producciones agroalimentarias y en la calidad de vida en los ámbitos rurales. Con respecto a la industria aceitera, desde la década de 1980 viene recibiendo inversiones que incrementaron su equipamiento para procesamiento y su infraestructura de logística (se construyen líneas de procesamiento, se invierte en infraestructura portuaria y en logística de almacenamiento). Esto ocurrió de la mano de inversión extranjera, acompañando los ciclos de expansión de la producción primaria, estimulada también por algunas políticas específicas (como las retenciones diferenciales). Si bien el crecimiento de la capacidad instalada para esta industria se da en forma constante desde la década de 1980, los mayores impulsos ocurren en la segunda mitad de la década del noventa y desde 2003. El proceso de inversión genera una concentración en menos firmas de mayor capacidad y una disminución del número de plantas. Con el modelo de posconvertibilidad, la inversión en obra pública ejecutada desde el Estado Nacional se convirtió en una política prioritaria. La misma se orientó a paliar el déficit de infraestructura relacionada con aspectos fundamentales para mantener el ritmo de crecimiento económico y sobre distintos aspectos de infraestructura social (redes de servicios, vivienda, establecimientos educativos, entre otros) (SPTIP/MPFIPyS, 2008, 2010). Además esta inversión se enmarca en un proceso de diagnóstico y planificación que involucró a técnicos de nivel nacional y de todas las provincias argentinas, legando también elementos valiosos de planificación y de 85 visión estratégica. Los aspectos macroeconómicos de este modelo, sumados a las buenas condiciones que presenta el mercado internacional agroalimentario, posibilitaron también la continuidad de procesos de inversión que ya se estaban desarrollando en distintas cadenas agroindustriales. Dentro de las principales inversiones en infraestructura desde el año 2003 se destaca la infraestructura para transporte. Se incrementó la red vial y se realizaron mejoras sobre la red existente23, aunque aún se tiene un saldo de un alto porcentaje de la red vial en condiciones de intransitabilidad permanente o temporaria, problemas de capacidad (fundamentalmente en accesos a ciudades y puertos). La distribución radial refleja todavía el patrón histórico de concentración de actividades e inversiones en la región pampeana. El transporte ferroviario es otra deuda pendiente, ya que el sistema ha sufrido un proceso de desinversión continuado que desembocó en el cierre de ramales durante la década de 1990. Las vías de transporte fluvial y marítimo y la infraestructura portuaria han experimentado notables avances, si bien aquí también los desafíos son muy grandes. Esta última ha mejorado su eficiencia desde mediados de la década de 1990 de la mano de la inversión privada posibilitada por la reconversión operativa diseñada en el marco del modelo de apertura vigente, incorporación de tecnología de punta y actualizaciones normativas dirigidas a dinamizarlo. Restan obras de magnitud con respecto al dragado y ancho de canales de acceso, disponibilidad de muelles y ampliación de facilidades para operar con contenedores. Inversiones de magnitud que difícilmente puedan quedar en manos de privados. En términos de inversión pública existen algunos avances con respecto a la hidrovía Paraná-Uruguay y en cuanto a producción de naves. 23 Según informa el Plan Estratégico Territorial (SSPIP, Ministerio de Planificación Federal de la Inversión Pública, 2010), se realizaron obras de mantenimiento en el 90% de la Red Vial Nacional; la Red Vial pavimentada creció un 10% y se pavimentó un 40% de la no pavimentada. El monto de inversión pasó de 500 millones de pesos anuales en 2002 a 8.300 millones en 2009. 86 El sistema de transporte aéreo, por su parte, con alta incidencia en emprendimientos de pequeña o mediana escala a nivel regional, sufrió un proceso de deterioro con la privatización de los servicios en la década del noventa acentuándose los desequilibrios territoriales preexistentes. Desde el año 2008, con la recuperación de la línea de bandera se recuperaron rutas internas e internacionales, ampliando la oferta de servicios y garantizando un criterio mínimo de equidad en la conexión para las diferentes provincias. Resta revertir la organización radiocéntrica de las rutas para promover la integración regional. La provisión de energía es otro aspecto estratégico para el crecimiento económico que se impulsó con el modelo de posconvertibilidad (en términos de exploración de nuevas fuentes de combustibles y procesamiento, obras hidroeléctricas, energía termoeléctrica). Se incorporaron más de 3.900 megavatios de generación eléctrica más el tendido de líneas de alta tensión, se impulsó la exploración de recursos hidrocarburíferas y extensión de la capacidad de transporte del sistema de gasoductos, aunque todavía existen potenciales déficits energéticos. Desde el año 2003 se ha invertido también en infraestructura educativa (escuelas rurales, equipamiento de universidades y equipamiento para ecuación técnica y profesional), un aspecto que debe también contabilizarse porque aporta al desarrollo productivo a nivel nacional, permitiendo mejorar la calidad de la formación de la mano de obra en el sector, además que el nivel de vida y de educación de la población. En las últimas décadas encontramos entonces distintos impulsos a la infraestructura, provenientes del sector público o privado, que en muchas ocasiones le suceden a largos períodos de desinversión y a veces deterioro de las dotaciones existentes. Otros aspectos de la infraestructura de crucial importancia para la producción agroalimentaria atraviesan largos períodos de desinversión o su evolución resulta demasiado lenta comparado con los desafíos o los potenciales. Un claro ejemplo son los sistemas de riego. Si bien ha tenido cierto crecimiento en las últimas décadas, la mayoría de los sistemas de riego superficial en Argentina poseen muy bajas 87 eficiencias de conducción y de aplicación; esto genera que a pesar de existir oferta suficiente, la satisfacción de la demanda hídrica es muy difícil de lograr debido a las elevadas pérdidas e ineficiencias de aplicación en cultivos. Según el CNA 2002, la superficie irrigada en la Argentina era de 1.355.600 has (4% del área agrícola). Estimaciones del PROSAP (2008) calcularon la superficie regada en el país en 1.700.000 has, incremento que se ha dado fundamentalmente por el aumento del riego complementario (normalmente presurizado) ocurrido en los últimos años. Existen 95 millones de hectáreas as aptas para riego y actualmente el agua es un factor limitante, por lo que se deberá transitar un camino para el aumento de la oferta hídrica, mejorando la eficiencia, la captación de agua de lluvia, el desarrollo y previsiones normativas que permitan estas líneas de acción. Aún al año 2030 es posible considerar la desalinización de aguas salobres. En síntesis, si bien se han destacado las mejoras en la infraestructura y el equipamiento para ciertos servicios, los desafíos a futuro son amplios y tienen que ver no sólo con la mayor dotación sino también con la distribución en el territorio, con vistas a una mayor incidencia para el desarrollo de regiones y actividades postergadas a partir del potenciamiento de la agroindustria entre otras actividades. 2.2.5 Dimensión ambiental El cambio climático cómo proceso global Recién en la segunda mitad del siglo pasado se intensificaron los estudios sobre cuestiones ambientales, comprobándose que a medida que se calienta el planeta, cambian las pautas de precipitaciones y se multiplican los episodios extremos, como sequías, inundaciones e incendios forestales. Si bien la mayoría de las emisiones se han producido y se producirán en los países desarrollados, son los países en desarrollo los que soportarán la carga principal de los efectos del Cambio Climático (CC). Para estos países el CC representa la amenaza de multiplicar sus vulnerabilidades (Banco Mundial año 2010). 88 Los efectos del cambio climático se hacen ya visibles en las temperaturas medias más elevadas del aire y del océano, en el derretimiento de la nieve y el hielo y en la subida del nivel del mar. Las precipitaciones han aumentado en el mundo, aun cuando Australia, Asia Central, la cuenca del Mediterráneo, el Sahel, el oeste de los Estados Unidos y muchas otras regiones han experimentado sequías más frecuentes e intensas. Las precipitaciones abundantes y las grandes inundaciones son más numerosas y los daños —muy probablemente también la intensidad— de las tormentas y los ciclones tropicales están aumentado. Las Figuras 20 y 21 muestran que el sector agropecuario a nivel mundial aporta un porcentaje alto de las emisiones, ya sea como metano, por fermentación entérica, dióxido de carbono como consecuencia de la deforestación y óxido nitroso como consecuencia de acción de las bacterias desnitrificadoras cuando la tierra es convertida en campos agrícolas, transformación de bosques tropicales a pastizales y uso de fertilizantes nitrogenados. El cambio climático podría afectar al sector agrícola en forma directa mediante la modificación de la productividad vegetal o en forma indirecta a través de su influencia sobre la presión de enfermedades, plagas y malezas. Además, procesos ajenos al cambio climático como la degradación de los suelos, la contaminación ambiental y la deforestación podrían intensificar los efectos del cambio climático sobre el sector. 89 Figura 20. Evolución de las emisiones por tipo de gas Fuente: IPCC. 2007 Figura 21. Porcentaje de emisiones por tipo de gas y fuente de emisión Fuente: IPCC. 2007 La productividad agrícola disminuiría probablemente en todo el mundo, sobre todo en las zonas tropicales y subtropicales, aun cuando se introdujeran cambios sustanciales en las prácticas agrícolas. Los impactos más probables son efectos favorables generales para los márgenes más fríos de la zona templada. También es de esperar un aumento en los precios de los cereales como trigo, maíz y arroz, como consecuencia del Cambio Climático (CC), según estimaciones de FAO al año 2008. 90 Si se reduce la disponibilidad de agua y se produce un descenso de las precipitaciones en algunas regiones a nivel mundial, se deberán realizar esfuerzos para asegurar un suministro suficiente de alimentos y agua para todos los países. La intervención internacional sería imprescindible para responder a los desafíos de la seguridad alimentaria y del suministro de agua planteados por la combinación del cambio climático y las presiones demográficas, incluso en un contexto de mayor productividad agrícola y mayor eficiencia en el uso del agua. Como se observa en la Figura 22, si se cumplen los escenarios diseñados para CC, es de esperar que disminuyan la disponibilidad de calorías por personas tanto en países desarrollados como en desarrollo. Figura 22. Disponibilidad de calorías diarias per cápita Fuente: Adaptado de http//www.csientificamerican.com Las medidas para hacer frente al CC son de dos tipos: la mitigación y la adaptación. El IPCC define la mitigación como “una intervención antropogénica para reducir la emisión de gases con efecto invernadero, o bien aumentar sus sumideros”. Las oportunidades de mitigación están vinculadas con una ordenación más sostenible de las tierras y los bosques, con el uso y desarrollo de la energía limpia (por ejemplo, 91 geotérmica o hidroeléctrica) y con la creación de sistemas de transporte urbano sostenibles. El sector agropecuario: es un importante emisor de GEIs, tanto en la ganadería bovina (por el contenido de metano en los gases de fermentación entérica) como en las diversas actividades de la agricultura. Es posible lograr una disminución notable de las emisiones de gases de efecto invernadero en la actividad agrícola mediante el cambio en los hábitos de labranza o la reutilización de los subproductos y desperdicios de la cosecha. En el sector forestal: puede constituir una fuente de emisiones, si está sujeto a actividades de deforestación, o un sumidero de carbono si lo que predomina es el manejo sustentable de bosques y las actividades de forestación y reforestación. La industria agroalimentaria deberá basarse en el empleo de tecnologías más limpias que provocarán no sólo una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también de otros tipos de contaminantes no necesariamente ligados con el cambio climático. El uso de residuos para reemplazar a los combustibles fósiles en los procesos industriales, una fuerte política de reciclado, la modificación de los procesos industriales y el aumento de la eficiencia en el uso de la energía pueden generar una disminución de las emisiones. El IPCC define “Adaptación” como el ajuste en los sistemas naturales y humanos en respuesta a los estímulos climáticos reales o previstos o a sus efectos, que mitigan daños o se aprovechan de oportunidades beneficiosas. En el ámbito agrícola existen diversas medidas de adaptación para enfrentar las variaciones del clima, algunas relacionadas con el manejo del riesgo (como uso de pronósticos climáticos y sistemas de alerta temprana para la toma de decisiones, o uso de seguros agrícolas para compensar daños ocasionados por eventos climáticos severos), otras con el manejo del cultivo (cambios en fechas de siembra, y en cantidad y fecha de aplicación de fertilizantes y riego suplementario), o con la genética (uso de materiales resistentes al estrés hídrico y térmico). Por otro lado, los manejos sustentables, que si bien no están dirigidos específicamente a reducir el riesgo climático logran 92 disminuir la fragilidad de los sistemas, y son una herramienta primordial para enfrentar especialmente a los eventos extremos. Hay gran incertidumbre en los escenarios regionales proyectados de cambio climático, principalmente en las precipitaciones, que por otro lado es la variable climática más importante desde el punto de vista de la producción agropecuaria. Ante un futuro escenario con disminución de precipitaciones el impacto sería disímil según la región considerada; por lo tanto, sería aceptable que las respuestas adaptativas de los productores fuesen, en ese caso, también muy diferentes. Los desarrollos biotecnológicos, deberán tener un rol primordial, a fin de lograr la adaptación al CC, a través de un mejor comportamiento ante condiciones de stress hídrico o de aumento de temperatura. Es posible lograr ventajas sobre los escenarios climáticos adversos e incluso mantener o continuar los procesos expansivos de la agricultura moderna. En términos de producción primaria, será preciso: una mejor gestión de la tierra y los nutrientes; optimizar el uso del agua; fortalecer el control de plagas y enfermedades; fomentar ecosistemas saludables; lograr una buena gestión de los recursos genéticos y mejora en la eficiencia de la producción ganadera. En términos de la agroindustria, el desafío pasa por mejorar el comportamiento de las cadenas productivas. A medida que las cadenas productivas se hacen más largas y complejas, resulta necesario mejorar la eficiencia operacional del procesamiento, envasado, almacenamiento y transporte para garantizar un mayor tiempo de conservación y una menor huella de carbono. En este sentido la reducción de necesidades energéticas, en un marco de aumento de precio del petróleo, significaría no sólo una mejora en los indicadores de CC, sino mejor performance competitiva. 93 Cambio climático y su impacto en la Argentina Los impactos del cambio climático en Argentina se potencian por la variabilidad del clima que presenta el país. Cuando esta variabilidad excede las condiciones normales, se generan diferentes problemas sociales y pérdidas económicas. Los mayores efectos se deben a la variabilidad interanual de la precipitación que impacta fuertemente en la producción agropecuaria en períodos de sequía y también, aunque en menor medida a nivel nacional, cuando se registran grandes lluvias que generan excedentes hídricos y causan inundaciones de campos productivos, daños a la infraestructura, la seguridad y la salud de las poblaciones urbanas 24. En la Región Pampeana el sector productivo agrícola es uno de los sectores de mayor dinámica en el país. Por sus características intrínsecas, es también uno de los más sensibles a los cambios del clima y sus impactos. En particular, al efecto que sutiles cambios físicos pueden tener sobre el desarrollo y rendimiento de los cultivos y los consecuentes impactos económicos de estos procesos. El cambio climático podría afectar al sector agrícola en forma directa mediante la modificación de la productividad vegetal o en forma indirecta, a través de su influencia sobre la presión de enfermedades, plagas y malezas. Para la Región Pampeana, los escenarios climáticos proyectan incrementos de temperatura, que serían de mayor magnitud en la zona norte, e incrementos leves de la precipitación en toda la región. En general, habría un equilibrio con mayor producción de granos en el sur y pérdidas en el norte. El cultivo de soja sería relativamente favorecido y la productividad de los cultivos en la región pampeana podrían sostener sus niveles o inclusive incrementarlos. En cuanto al Litoral/ Mesopotamia, en los próximos años la región experimentará un aumento severo de déficit hídrico, con un gradiente de aumento hacia la zona del Noroeste. A diferencia de la situación actual, donde los sectores con déficit hídricos se limitan a la Zona Oeste de las provincias de Formosa, Chaco y Santa Fe, los 24 Las fuentes de información disponible son la Primera y Segunda Comunicación de CC en Argentina. 94 sectores ubicados en el centro y este de la región tenderían a presentar déficit hídricos durante los meses de primavera y verano. Asimismo, se estima que se presentarán situaciones que podrían afectar los sistemas hídricos subterráneos, vinculados al abastecimiento de agua para consumo humano y sectores productivos. En Patagonia y Cuyo hubo una marcada tendencia positiva de temperatura, tanto en el piedemonte como en la las zonas de montaña. Dicha tendencia fue mayor en la época invernal en comparación al período estival, lo que puede estar relacionado con el retroceso de los glaciares que se observa desde el Siglo XIX, con una pérdida importante de las reservas de agua. Las precipitaciones en el piedemonte andino se caracterizan por ser escasas y prácticamente no influyen en los caudales medios de los ríos -que dan lugar a los oasis de riego- ya que dependen ampliamente del agua que se origina en las nieves y glaciares cordilleranos y que luego llega a los ríos de la región. El régimen de precipitación en la Cordillera presenta un máximo nivel en los meses de invierno y un mínimo en los meses de verano, pero su aporte a los ríos se produce principalmente a partir de la primavera a causa del derretimiento de las precipitaciones níveas y, eventualmente, del deshielo de los glaciares. Para Cuyo y Comahue, los diferentes escenarios climáticos muestran bastante concordancia entre sí, indicando un descenso de las precipitaciones sobre la cordillera de los Andes y la zona vecina de Chile para el resto del siglo. Estas tendencias decrecientes se vienen registrando desde comienzos del siglo XX. Además, los escenarios indican un calentamiento hacia los años 2020/2040 mayor a 1° C en Cuyo y algo menos en Comahue, con el consiguiente aumento de la demanda de agua de riego debida a la mayor evapotranspiración de los cultivos. De acuerdo con estos escenarios climáticos y sin una política de adaptación, el actual sistema de producción agrícola de Cuyo, basado en el riego con el agua superficial o subterránea que proviene de la Cordillera, se tornará vulnerable. 95 Durante la primera mitad del presente siglo no se esperan reducciones de los caudales en los ríos de Chubut y Santa Cruz que nacen en la cordillera de los Andes, porque si bien las precipitaciones sobre la cordillera se seguirán reduciendo, se estaría compensando con la pérdida de masa de los glaciares, proceso que seguiría durante el resto del siglo XXI. Excepto por la recesión de los glaciares, desde el punto de vista del desarrollo regional este panorama es favorable. En el Este y el Centro de la Argentina, hay evidencias de cambios en las frecuencias de las precipitaciones extremas durante las últimas décadas. En esa región, el número de casos con precipitaciones mayores a 150 y 200 mm durante el período de años 1983-2002 es aproximadamente tres veces mayor que en el período de años 1959-1978. Las inundaciones también afectarían a la ganadería en las áreas costeras de la pampa deprimida. En los ecosistemas naturales se pueden presentar efectos distintos frente al cambio climático. Por ejemplo en el noroeste argentino, mientras que en el Chaco el aumento de las lluvias favoreció la deforestación por expansión agrícola -transformándose en una de las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero de la región por la deforestación-, en ecosistemas de montaña, el aumento de las lluvias simultáneo a la disminución de la carga ganadera, favoreció la expansión de vegetación boscosa y consecuentemente mejora su capacidad protectora de las principales cuencas hídricas. Para hacer frente a los cambios que se enuncian, las medidas de adaptación para el sector agropecuario deberán cumplir un rol fundamental. En cuanto a adaptación, la Investigación y Desarrollo tiene un importante papel en el futuro en el desarrollo de especies resistentes al stress hídrico o a los excesos de agua. Así como los estudios de impacto de la variabilidad y el CC en plagas y enfermedades. Se estima que el efecto más pernicioso puede provenir del aumento de la temperatura media en la zona templada, perjudicándose la producción de la agricultura de invierno y comprometiéndose la provisión de agua en la zona andina a 96 partir de la potencial reducción de las nevadas. Las precipitaciones ya han experimentado un corrimiento de la isohieta de 600mm hacia el oeste, sin embargo en los últimos años hubo recurrentes problemas de sequía que trajeron aparejadas serias pérdidas tanto en agricultura y ganadería, lo que manifiesta el riesgo de la volatilidad climática exacerbada. Esta situación es una amenaza para la agroindustria en tanto se torna volátil (en precio como en cantidad) la materia prima de su producción. Esta situación quizás conduzca a ajustes en las políticas de stock y/o también impacte en la demanda de nuevas técnicas de conservación de la materia prima, sobre todo aquella sumamente perecedera. Restricciones ambientales y acceso a los mercados Junto con las variaciones arancelarias que se han producido en el mundo durante las últimas décadas, han aparecido nuevas modalidades para impedir o limitar el comercio internacional de productos agropecuarios. Las denominadas barreras paraarancelarias han cobrado importancia y están constituidas principalmente por obstáculos técnicos, sanitarios y/o fitosanitarios. Se entiende como barreras para- arancelarias o no arancelarias a aquellos reglamentos técnicos, medidas sanitarias y/o fitosanitarias y/o cualquier otra medida relevante para el comercio diferente de los aranceles, que impida o limite el comercio de productos agrícolas sin una justificación avalada científicamente o sin responder a un objetivo legítimo o a estándares internacionalmente acordados. En este sentido, el marketing y las estrategias de las corporaciones productivas comerciales crean necesidades que muchas veces se apoyan en cuestiones de sanidad y/o impacto ambiental de los alimentos que pueden haber sido, o no, motorizadas por los consumidores. Si bien en muchos de los casos esto responde a morigerar efectos concretos, en muchos otros los requerimientos son excesivos, transformándose en barreras para-arancelarias. 97 Este tipo de medidas presentan adicionalmente una particularidad y es que muchas están determinadas por actores privados y son más exigentes que las normas estatales, con lo cual se plantean problemas comerciales que ven dificultada la resolución porque no significan en sí restricciones al ingreso, sino que representan discriminaciones en una economía de mercado en donde el comprador tiene el derecho de comprar o no comprar un alimento. En estas medidas juegan un papel central los sistemas de retail, supermercados y comercializadores globales que además de marcar gustos y tendencias, son quienes están estructurando este tipo de “restricciones”. Para dar cuenta de la categorización de los alimentos, se utilizan sistemas de etiquetado que permitan segregar los alimentos y otros productos agroindustriales por su origen en la cadena comercial, por su forma de producción o por alguna otra característica que les permita obtener mayor valor como fuentes de diferenciación respecto de la competencia. Los sistemas de etiquetado prosperaron en las últimas décadas, y en este sentido la trazabilidad se convirtió en una herramienta clave puesto que permite recopilar toda la información sobre el producto, desde la elaboración de la materia prima hasta su disposición final al consumidor. También en los últimos años, los consumidores tienden a buscar productos logrados en condiciones no agresivas al medio ambiente y que incluso mitiguen el efecto del Cambio Climático. De esta forma, se fomentó la tendencia a desarrollar técnicas productivas, industriales y de distribución que generen menor emisión de gases efecto invernadero (GEI), que usen eficientemente el agua, que refieran a condiciones ecológicas y orgánicas de producción, y hasta demuestren realizar un recorrido menor entre el origen y destino del producto. Como cita Idígoras (2009), existen nuevos requisitos ambientales por parte de los sistemas de retail en el ámbito global, que centran el interés en sistemas de etiquetado que refieren al uso de la tierra, a la distancia que recorren los alimentos desde su origen hasta que está disponible para el consumidor final (“Food Miles”), la Huella del Carbono (Carbon Foot Print), Millas 98 de alimentos (Fair Miles), Huella del agua (Water Foot Print), Etiqueta ecológica (Eco – Label), PAS 2050, Ley Grenelle y el “Mecanismo de desarrollo limpio”. La sustentabilidad ambiental de las actividades productivas y económicas, incluido el comercio, ha adquirido un lugar central en los debates internacionales, particularmente en lo relativo al Cambio Climático. En este contexto, es necesario tomar en cuenta la posibilidad de que algunos países (especialmente los industrializados) utilicen barreras comerciales contra las exportaciones de los países en desarrollo, esgrimiendo argumentos relacionados con el combate al Cambio Climático, requiriendo diferente tipo de etiquetados que podrían condicionar el devenir futuro de la demanda de alimentos. Para un país productor de alimentos en forma excendentaria como lo es la Argentina, más allá de las particularidades de tendencia, ciclos y segmentaciones de demanda, su agroindustria deberá posicionarse lo más cercano posible a la frontera de exigencia que esté vigente, e incluso adelantarse en función de evitar problemas en el acceso a mercados. La sobredeterminación de las normas significará un problema de costos y de negociación, pero toda tendencia a mejorar los indicadores ambientales significará un mejor aprovechamiento de los recursos y un sistema productivo más eficiente, desde la producción primaria a la logística, redundando en una mayor competitividad. 2.2.6 Dimensión Socio-Tecno-Productiva La transformación del Sistema Alimentario En el ejercicio de prospectiva de la agroindustria es necesario reparar en la fase primaria como elemento fundamental en la generación de competitividad de la etapa transformadora (Baudino 2009). Las ganancias asociadas a la combinación de producción primaria y exportación sin transformación o con poco valor agregado, 99 pueden ser una limitante para la expansión de fases transformadoras agroindustriales. En términos de expansión territorial, el nuevo esquema de organización de la producción primaria encuentra su ápice en la región pampeana, pero su irrupción en espacios extrapampeanos lleva a evaluar si es un cambio que afecta globalmente al Sistema Alimentario (SA). La consolidación de este modelo se vio favorecida por el escenario institucional en general y macroeconómico en particular de la última década del siglo XX. Las desregulaciones al movimiento de capitales y de bienes y el tipo de cambio “apreciado” permitieron que el SA diera un salto de capitalización sobre todo en la producción primaria y la industria de primera transformación25 de las producciones pampeanas y se asistiera a un proceso de reconversión de las producciones regionales. Los actores del SA que pudieron ingresar en esta reconversión quedaron muy bien posicionados para aprovechar el modelo económico de tipo de cambio “depreciado” y buenos precios de la primera década del siglo XXI. Los cambios en la tecnología de producción y procesos posibilitaron la desconexión entre los medios de producción y el productor. Esta desconexión representa la manifestación de los cambios sucedidos en el sistema económico mundial y genera fuertes impactos en un sistema productivo que presentaba hace pocos años parámetros de producción tradicionales. La urbanización del medio rural es una de las principales manifestaciones. El crecimiento de las actividades conexas exhibe quizás el costado más positivo de este proceso de construcción de la nueva ruralidad 25 En términos de agroindustria exitosa, se destaca el papel principal que juega la industria aceitera (Polo Aceitero de Rosario), que a partir de la irrupción de los biocombustibles en el mercado mundial, ha tomado un papel central en la producción y exportación de biodiesel y se han convertido en el centro del polo más dinámico derivado de este paradigma. Sin embargo es necesario remarcar la escasa vinculación que tiene esta industria por ejemplo con la generación de empleo, situación que limita la distribución del valor agregado generado. 100 (Martínez de San Vicente, 2010). El crecimiento de las ciudades medianas se encuentra asentado sobre la expansión de la agroindustria. En este contexto rural, participan actores nuevos y reconvertidos que aplican instrumentos tradicionales y disruptivos, como también, se aplican lógicas diferentes más vinculadas a razonamientos financieros que otros asociados al arraigo y permanencia en el espacio rural. Un hecho altamente relevante es la escasa vinculación existente entre la producción primaria y la transformación industrial. Esto determina que muchas de las cadenas productivas difícilmente cumplan con las condiciones para la conformación de una cadena de valor, y así, en función del desigual poder relativo, la distribución de las ganancias a lo largo de la cadena no siempre sea equitativa, a la vez que se limitan capacidades competitivas en razón de la desconexión que se da en general entre proveedores y demandantes. En la dificultad para configurar cadenas de valor, interfiere también el hecho de que la inserción en los mercados mundiales se da en general (por lo menos) de dos maneras: la tradicional para los commodities en las que participan las grandes cerealeras (Cargill, Dreyfuss o Bunge) desconectando la producción primaria con la demanda final y por cadenas de comercialización globales que estandarizan y profundizan la desarticulación de la demanda del mercado internacional con las necesidades del mercado interno, vinculadas con la soberanía alimentaria. Para el mercado interno, pocos actores de la industria alimenticia conservan gran poder como Molinos, Arcor, Kraft Foods, Unilever, Sancor, La Serenísima. Estas empresas controlan gran parte de la industria determinando que, aún para el mercado interno, se reproduzcan restricciones que refuerzan el oligopsonio que caracteriza a la mayoría de las cadenas agroalimentarias. Esto determina como se expresa en García y Rofman (2009), siguiendo a Gutman y Bisang (2003) y a Teubal y Rodríguez (2002), que la producción primaria se ve influenciada por nuevas articulaciones efectuadas por la industria agroalimentaria y el hipermercadismo, imponiendo vía contrato una estandarización de la calidad en los bienes agrícolas, dejando poco lugar para modos de producción alternativos. 101 Cuando se piensa a la agroindustria desde el prisma del desarrollo, es indispensable no caer en la tentación de adscribirse sin efecto de inventario a la teoría del derrame (Rofman 2008). El crecimiento de la actividad agropecuaria primaria no necesariamente abarcará a todos los diferentes actores. La comercialización primaria, sin transformaciones en origen genera escasos efectos directos locales. La cadena de producción de la agricultura industrial, que en cierto modo reproduce hacia su interior la heterogeneidad de la economía argentina, muestra grandes actores que presentan muchas capacidades y logran controlar gran parte de la cadena y otros más pequeños que escasamente logran cubrir la reproducción de su negocio. La combinación de una situación de precios internacionales elevados con un esquema cambiario depreciado, coadyuvó a que se potenciara en la primea década del siglo XXI la generación de renta. En en ese marco, la agricultura fue central, acentuándose el proceso de agriculturización de la región pampeana por intensificación (doble cultivo e inyección de fertilizantes, agroquímicos y riego suplementario) o por extensificación (desplazamiento de la ganadería, de carne o de leche). Esta agriculturización extrema de la región pampeana generó impactos en el resto de las regiones: por efecto del traslado de actividades pecuarias o por expansión de la actividad agrícola “pampeana”. En la actualidad el proceso de agriculturización26, caracterizado por el desplazamiento de actividades pecuarias y regionales por la agricultura, es sinónimo de sojización. Este cultivo y su paquete tecnológico son la base de sustentación de la nueva agriculturización que se observa en Argentina (Teubal 2003). Aun cuando en esta fase, el cultivo dominante es la soja, cambios en la tecnología o precios relativos pueden hacer que cambie la canasta de producción de granos. Sin embargo deben ocurrir cambios más drásticos para que se dé el retorno a una situación de equilibrio entre actividad agrícola y pecuaria. 26 La agriculturización refiere al proceso de crecimiento absoluto y relativo de la agricultura con respecto al PBI total agropecuario (Sili,2005) 102 1. La conexión entre la agriculturización y la agroindustria se generó fundamentalmente a partir del corrimiento que experimentaron actividades que compiten con la agricultura pampeana por el territorio. Esto se ve reflejado en la ganadería, tanto de carne como de leche, así como en el algodón y la caña de azúcar. Todas estas actividades son base de sustentación de la agroindustria argentina. 2. Este es un proceso de alta especialización agrícola y poca diversificación, con un cambio estructural en el uso de la tierra que provoca transformaciones en la organización del territorio, en las inversiones y en la asignación de los recursos de producción. En ese marco, el incremento de la producción se generó tanto a partir de la intensificación como de la extensión de la frontera agropecuaria, junto a la menor frecuencia de la rotación agrícola-ganadera y hasta su desaparición según la región, con los consecuentes impactos sobre el medio ambiente y la matriz productiva. En general esta expansión de los cultivos ocurre a expensas de las tierras de bosques, pastizales y pasturas en orden de importancia, reasignándose el destino del uso de la tierra. La reproducción del esquema pampeano a las producciones extrapampeanas genera escasos márgenes de renta; aún con buenos precios internacionales se profundiza la dicotomía o fragmentación entre regiones y actores sociales aportando a un círculo más vicioso que virtuoso. Estas situaciones comparten características comunes: concentración de la gestión, transnacionalización, orientación al sector externo y profunda diferenciación entre productores y otros actores de la cadena (García y Rofman 2009), junto a la flexibilización laboral, la reconfiguración territorial y la redefinición en general de los actores sociales. Más allá de las diferencias entre la región pampeana y las extrapampeanas, es posible identificar elementos comunes que se encuentran en la raíz de las dicotomías y fragmentaciones de índole productiva, económica, social y cultural que genera el modelo dominante. García y Rofman (2009) relevan una serie de cuestiones estratégicas que son útiles para identificar los principales desafíos que surgen en el 103 desarrollo territorial: a) la tenencia de la tierra para los pequeños productores; b) la capacidad de negociación, el acceso al cambio tecnológico y la inserción plena en las cadenas alimentarias y agroindustriales; c) la capitalización mediante el acceso al crédito; d) el accionar conjunto de los actores sociales más allá de las cuestiones productivas aportando el acceso a la información como elemento indispensable; e) el nivel de asociativismo y f) la tarea de los organismos estatales de regulación que garanticen la fijación de precios y las condiciones de comercialización. El comportamiento de los seis factores descriptos forma parte de un sistema de nivel superior que reclama cambios en el paradigma dominante o la construcción de una alternativa que permita dar contención a los actores sociales excluidos. Las dicotomías y fragmentaciones del paradigma dominante requieren pensar el SA a partir del desarrollo y no meramente de su expansión o crecimiento, a fin de generar realmente oportunidades para los diferentes actores sociales. Una visión productivista, aún de largo plazo, no garantiza la realización del desarrollo de los actores del SA y por tanto de la Argentina. En este marco de dicotomías y fragmentaciones, ¿podrá ser la agroindustria, como componente de la bioindustria, el elemento integrador que permita reducir la heterogeneidad económica, ecológica y cultural existente? ¿Dentro de qué escenario político-institucional? El agregado de valor como elemento transformador de las economías regionales La necesidad de considerar en forma especial las economías regionales, se fundamenta en el fuerte vínculo que existe entre estas producciones y la agroindustria. Referirse a cuestiones de economías regionales es propio de situaciones en que se reconoce al Estado prerrogativas como ente planificador. Al considerar la capacidad del Estado para trabajar sobre las economías regionales, Manzanal (1999) destaca dos elementos condicionantes: a) la agudización de la concentración del capital que conforma y legitima el accionar regulador de los conglomerados de capital nacional y extranjero, debilitando, conjuntamente a los estados nacionales, provinciales y municipales, y b) la difusión del conocimiento en redes que al superponerse sobre la realidad regional preexistente la desdibuja 104 haciendo desaparecer características que diferencian a una región de otra, afectando la eficiencia de acciones particularizadas. Al realizar un análisis de las economías regionales es fundamental considerar que coexisten con la economía agropecuaria pampeana, dueña de ventajas comparativas que son fuente de la heterogeneidad estructural27, que también tiene efectos en la industria en general. Diferencias de competitividad y del nivel de renta con la región pampeana determinan para muchas economías regionales dificultades para competir y consolidar estructuras económicas más homogéneas y por tanto más desarrolladas, dado que plantean otras necesidades de estructura cambiaria. Este contexto se observa, aún para períodos como el de la posconvertibilidad en el que los cambios de política no son suficientes para desencadenar desarrollos integrales, que existen ejemplos donde actores involucrados en procesos virtuosos permiten extraer conclusiones relevantes en relación a dicotomías, fragmentaciones y reconversiones exitosas. Casos concretos se relevan en la producción de vid en la región andina, limones en Tucumán, fruta especialmente en el Alto Valle de Río Negro, azúcar en el Norte, algodón en el Chaco, yerba mate en Misiones-Corrientes, como también, olivo, frutas finas, horticultura, foresto-industria, apicultura, ovinos y caprinos. A partir del análisis de estas producciones, se pueden identificar elementos comunes de las diferentes economías regionales y algunas referencias para la configuración de los posibles futuros de estas actividades: • Se aprecian elevados niveles de dicotomía o fragmentación hacia el interior de los sectores en términos de rentabilidad y capacidades de reproducción de los productores de acuerdo a su tamaño, que determinan dificultades para reconvertirse a los más pequeños a partir del acceso al crédito y a tecnología. 27 En relación a la cuestión de la heterogeneidad estructural en la Argentina, ha sido profundamente discutida en los debates académicos, comenzando con los trabajos de Marcelo Diamand y revitalizándose fuertemente en los comienzos del siglo XXI. 105 Estas disparidades en muchos casos hacen que, mientras algunos productores ven crecer su “negocio” a partir de potenciar tanto el mercado interno como especialmente la inserción externa, otros que se encuentran relativamente más atrasados en términos de tecnología o reconversión varietal o capitalización, encuentran dificultades incluso para la reproducción de la mano de obra. • En gran medida la dinámica de los productores exitosos se encuentra asociada al sector externo, sea porque intervinieron actores extranjeros que aportaron capital y mercados externos (caso de la vid) o bien porque actores nacionales supieron dar respuestas a demandas del sector externo y allí encontraron fuentes de dinamismo (caso del limón y también de la vid). La mera inserción en el mercado interno no parece ser suficiente para dar saltos de calidad. • Las disparidades de tamaño y tecnología disponible acarrean problemas de distribución de la renta hacia el interior de la cadena, donde los productores más pequeños no reciben precios acordes a los valores finales de venta. En la mayoría de los casos estas disparidades se encuentran basadas en la dificultad de los productores más pequeños para disponer de estructuras de acopio, de empaque, de frío o de transformación, con lo cual terminan siendo “rehenes” de productores, intermediarios o industrias que cuentan con dicha infraestructura; o bien aun cuando cuenten con infraestructura, la escasa disponibilidad de capital de trabajo los obliga a vender a los precios que indica el comprador. • Los cambios en las economías regionales han mostrado un patrón en el que se distingue un uso intensivo del capital y donde la articulación de la actividad primaria con la industrial pasó a jugar un lugar central. Aun cuando se hable de una primera transformación que permita pasar de un commodity a un softcommodity28, la agregación de valor es un elemento fundamental para diversificar la comercialización tanto de productos como de mercados. 28 El concepto de agregado de valor, que utilizaremos, refiere más al criterio comercial que de cuentas nacionales. Cuando se habla de agregado de valor no se está considerando solamente la agregación de etapas al producto primario, sino también los esfuerzos por diferenciar el bien que permite 106 • En forma general, se observan problemas de disponibilidad de mano de obra para las tareas de la producción primaria, tanto en términos de cantidad como calidad. Gran parte de estos problemas se originan en las ostensibles mejoras que se han producido en los últimos ocho años en materia de desarrollo social e inclusión. Los planes que aseguran ingresos a las familias (planes jefes y jefas, trabajar o la asignación universal por hijo) reducen los incentivos de involucrarse en trabajos mal remunerados, no registrados, en condiciones precarias y temporales como lo son muchos de los vinculados a la producción primaria de las economías regionales. • Se registran escasos desarrollos de tecnología a medida de los productores regionales de menor escala relativa. Los desarrollos de tecnología tanto de paquetes productivos como de maquinaria para la baja escala dificulta la tarea de tecnificación de la producción primaria para aquellas producciones que presentan brechas tecnológicas diferenciales. Este déficit se origina en gran medida en un sistema científico tecnológico donde prima dar respuesta a las demandas del mercado. Así producciones de baja escala quedan en condiciones subóptimas en cuanto a la disponibilidad de tecnología. • Los casos de la caña de azúcar y el algodón son muestra fehaciente de las amenazas de producciones típicas de la economía pampeana sobre las otras economías regionales. Recientemente, la posibilidad de producción de soja y maíz bajo riego en el Alto Valle del Río Negro es una muestra de la potencialidad que presentan las producciones pampeanas sobre el resto de las economías. Las producciones más afectadas por las producciones agrícolas pampeanas son aquellas que se encuentran en el primer cinturón extrapampeano (constituye una zona buffer), pues son las que sufren los avances y retrocesos de la producción “descomoditizar” el producto. Esta acepción se asocia con una definición amplia de agroindustria que involucra el acondicionamiento y empaque de productos primarios. En este marco, la idea de softcommodity refiere a aquellos productos, que aún cuando conservan características generales y escasamente diferenciables, presentan particularidades en término de clasificación, preparación o packaging. 107 pampeana y conlleva a fuertes volatilidades y efectos en términos de ocupación y desocupación de recursos a partir de cambios climáticos o del mercado mundial de commodities. • El agregado de valor en sentido amplio, la industrialización y la diversificación de productos es un elemento fundamental a la hora de mejorar tanto la competitividad como la posibilidad de sortear los efectos perniciosos de la volatilidad de precios de los mercados. En muchos casos la presencia de estos elementos es la diferencia entre producciones de punta o producciones que escasamente se consideran como de supervivencia. • El desarrollo de proveedores es un elemento central cuando se pretende integrar en forma plena a los productores más pequeños en cadenas globales de valor. La integración vertical sin potenciar las sinergias genera externalidades negativas que afectan a toda la cadena productiva. La industria pierde porque recibe una materia prima de peor calidad y el productor primario percibe un precio inferior al que podría recibir. • Existen problemas de infraestructura que limitan la competitividad no sólo por aspectos logísticos (el caso del tren es emblemático para los pequeños productores por el volumen de carga) sino en términos de posibilidades de producción, sea primaria (el escaso desarrollo del riego para la potencialidad que tiene la Argentina) o en términos de conservación e industrialización (la ausencia de fuentes de energía en muchos casos imposibilita la utilización de estructuras de frío o de transformación). • El escaso asociativismo entre los pequeños y medianos productores potencia sus problemas de negociación y la imposibilidad de incorporar tecnología e infraestructura. Las diferencias de tamaño entre productores atomizados y acopiadores, intermediarios o industria concentrados determina que sus capacidades de negociación se vean fuertemente menguadas. La escala muchas 108 veces indivisible de la infraestructura de frío, acopio, embalaje o transformación dificulta el abordaje por los productores de tamaño relativamente menor. Se destaca que la solución a los problemas que determinan la fragmentación y la escasa generación de valor agregado a nivel local, se plantea a partir del Estado potenciando la generación de capital a nivel regional, en el sentido amplio de infraestructura, conocimiento, asistencia y financiamiento, entre otros. Estas acciones, obviamente, deben tener el foco puesto en los pequeños y medianos productores que se ven excluidos por las fuerzas del mercado eminentemente aglomeradas, más aún con la capacidad de gestionar a distancia que dan las tecnologías disponibles. Para potenciar las economías fundamental que la acción transformadora endógena regionales, resulta sea complementada por instrumentos externos a la región. La fuerza del paradigma dominante obliga a pensar en la construcción de paradigmas regionales alternativos. Partiendo de bases en principio comunes, deberían responder a las particularidades de las diferentes regiones. Dos elementos son fundamentales para configurar paradigmas alternativos: a) expansión de la producción con sustentabilidad ambiental y b) generación de valor agregado en origen como eje en la inclusión socio-económica. Para acentuar los procesos de transformación en origen es preciso potenciar la sinergia entre las políticas públicas (en términos de asistencia e inversión en infraestructura) y la inversión privada, conformando estructuras de transformación, que no sólo aporten valor agregado, sino que posibiliten reducir la volatilidad de los mercados. El encarecimiento del combustible, si bien es un elemento que puede coadyuvar a potenciar la transformación en origen, no será absolutamente determinante para las inversiones en las economías regionales, sobre todo para aquellas dedicadas a rubros productivos donde el envase es muy pesado. Un ejemplo es lo que está ocurriendo con el vino, que ha empezado a ser exportado a granel, con el fin de no pagar el flete del vidrio. Estas situaciones indican la tendencia de producir primeras transformaciones para ser terminadas en destino. 109 La expansión de la agroindustria, asociada a producciones agroenergéticas y a la producción pecuaria son oportunidades para agregar valor en línea con el desarrollo territorial. La producción de alimentos, derivados de las materias primas que se producen en la región, es el modo de aprovechar las potencialidades y transformar ventajas comparativas en ventajas competitivas sistémicas. El agregado de valor y transformación industrial depende también de la adaptación y mejoramiento de variedades de los productos regionales. Este es un elemento central pues permite potenciar los rendimientos y generar mejores esquemas de rentabilidad de las agroindustrias que comienzan desde la materia prima. En este desarrollo resulta fundamental el rol de las instituciones nacionales de ciencia, tecnología e innovación promoviendo innovaciones diferentes a las que se imponen desde los ámbitos internacionales. Avanzar en el mejoramiento de los procesos asociativos es un fuerte alimento para la reducción de disparidades en las producciones de las economías regionales. La integración de los pequeños productores posibilita expandir la producción bajo estándares modernos a partir de la reconversión productiva, potenciando las posibilidades de transformación de la materia prima. Adicionalmente se necesitan condiciones que permitan incrementar la competitividad sistémica de las economías regionales; así, la concreción de obras de infraestructura en riego, energía, comunicaciones y logística (fundamentalmente la recuperación del tren en su función vinculante de doble vía y no meramente extractiva). En esta inversión debiera primar una característica integradora por la que se aprecian tanto vinculaciones horizontales como verticales que permitan atenuar el esquema radial de las comunicaciones imperante desde el siglo XIX. 110 Agroenergía e integración productiva Los biocombustibles como prolongación del paradigma petrolero La evidencia de cierto grado de escasez relativa en la oferta de petróleo, junto con las necesidades de acotar los efectos del calentamiento global, son incentivos para el desarrollo de energías derivadas de la producción agropecuaria. En términos nacionales, el desarrollo de las agroenergías y su integración con la producción son un elemento central para un sector como la agroindustria altamente intensivo en utilización de energía, que a su vez, suele condicionar su desarrollo en el territorio. El alza de los costos de producción y las penalizaciones por las emisiones de gases con efecto invernadero (GEI) contribuirán a una restricción en la demanda de petróleo en los países desarrollados (OCDE) con carencias en el abastecimiento de este insumo (Estados Unidos, Japón, UE y los demás países-Anexo 1 signatarios del protocolo de Kyoto). En este contexto surge la potencialidad del desarrollo de las agro-energías y más específicamente de los biocombustibles, como reemplazo de los combustibles líquidos para el transporte en los países desarrollados. Estos combustibles se encuentran en pleno uso en varias regiones del mundo sobre todo en los países del grupo OCDE. Las previsiones de la Asociación Internacional de Energía (AIE) en su WEO 2008 para el desarrollo y consumo de este tipo de combustibles hacia el año 2030 muestran un fuerte crecimiento de los biocombustibles, especialmente el etanol (Tabla 8 y Figura 23). Tabla 8. Consumo final de biocombustibles por región (MTOE) Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a datos AIE 111 Figura 23. Participación de biocombustibles 140 6% 120 5% 4% 80 3% % MTOE 100 60 2% 40 1% 20 0 0% 2006 2015 2030 Biodiesel Etanol Participación de los biocombustibles en transporte vial (eje derecho) Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a datos AIE En la actualidad, los principales productores de biocombustibles son: con relación al biodiesel, Europa, Norte y Centro América y América Latina (con un papel central de Argentina); y con relación al etanol Estados Unidos y Brasil. El reemplazo de derivados del petróleo por biocombustibles, en general presenta ventajas ambientales desde el punto de vista de la emisión de GEI, aunque ello no ocurre en todos los casos, y tiene la desventaja de competir a veces directamente con la seguridad alimentaria y también, por tierras para cultivo de alimentos. Desde el punto de vista económico existen en algunos casos diferencias a favor del uso del petróleo. Desde el punto de vista de la seguridad energética, su desarrollo puede contribuir a disminuir la dependencia, sobre todo en aquellos países carentes o deficientes en reservas de combustibles fósiles convencionales (casos de Brasil hasta los años 2000-2003 y Estados Unidos) Los biocombustibles líquidos son alcoholes, éteres, ésteres, aceites y otros compuestos químicos, producidos a partir de biomasa, que pueden provenir de plantas herbáceas, oleaginosas y leñosas, residuos de la agricultura y actividad forestal, y una gran cantidad de desechos industriales, como los desperdicios y los 112 subproductos de la industria alimenticia. Las principales formas de utilización de los biocombustibles son: la combustión directa de la biomasa o una versión convertida (gasógeno, metano, etc.) para producir calor aplicable a la calefacción urbana, a procesos industriales o a la generación de electricidad; y la utilización en motores térmicos, tanto de explosión como de combustión interna. Entre los aceites vegetales más comúnmente utilizados para producir los biocombustibles de primera generación se encuentran los de colza principalmente en aquellos biodiesel de origen europeo, aceite de palma utilizado en Colombia y Malasia, de soja utilizado en Argentina y Estados Unidos, grasas animales (existe un gran proyecto en Uruguay) y aceites vegetales usados. Entre los ejemplos de materias primas utilizadas para la producción de etanol se puede citar la caña de azúcar (Brasil es el mayor exponente), el maíz (es el caso de los Estados Unidos), o la remolacha (usada en algunos países de Europa). La Argentina presenta potencialidad para producir biocombustibles de las tres generaciones en cuestión, por ese motivo pasa a ser un actor clave en el sector de las agroenergías. La demanda de biocombustibles en general dependerá de los siguientes factores: a) ambiental, por los efectos de los combustibles fósiles sobre el Cambio Climático (CC) y la salud humana, b) económico, por competencia con combustibles fósiles y penalización a las emisiones de gases GEI, c) posibilidad de competencia entre seguridad alimentaria y seguridad energética, d) cambio de paradigma tecnológico en el transporte. La situación de las agroenergías en Argentina El desarrollo de los biocombustibles en Argentina se debe analizar desde dos puntos de vista diferentes, el abastecimiento y uso nacional y el destinado a la exportación. Se supone que el mercado nacional de biocombustibles fósiles se verá afectado desde diferentes aspectos. 113 Factores ambientales Los factores ambientales globales a nivel nacional tendrán escasa influencia directa en la demanda de combustibles fósiles. Argentina es signatario como País No Anexo 1 del Protocolo de Kioto y por lo tanto no tiene responsabilidades obligatorias a cumplir para la reducción de los gases con efecto invernadero (GEI); más aún tiene una baja tasa de generación de esos gases por uso de la energía. No es la misma situación por la generación agropecuaria de GEI. Esta situación se podría complicar en caso de aplicarse a los países No Anexo 1 las responsabilidades obligatorias o semi voluntarias de reducciones de GEI. Otro factor condicionante será la aplicación de la certificación sobre la sustentabilidad de los biocombustibles para su exportación. Seguramente afectará de alguna forma el incipiente desarrollo de Argentina como país exportador de biocombustibles de primera generación, aunque el efecto será de menor medida o nulo en el caso del desarrollo de biocombustibles de segunda o tercera generación. En la actualidad el biocombustible producido en Argentina es en su mayoría biodiesel de soja. Este combustible podría ser “castigado” por la certificación debido al bajo contenido de aceite. Adicionalmente la Argentina debe considerar la distancia que lo separa de Europa, en función de que el transporte influirá en el índice de sustentabilidad. Costos de producción Argentina es actualmente un productor de dos biocombustibles de primera generación, biodiesel y etanol. La generación de estos dos combustibles se encuentra actualmente concentrada tanto en términos geográficos como de empresas productoras. 114 Biodiesel El polo productor de biodiesel está localizado en proximidades de Rosario. Es responsable de que Argentina sea el mayor exportador a nivel mundial de biodiesel de soja, aunque no el mayor productor de este biocombustible. Los costos de producción del biodiesel de soja actualmente permiten a nivel nacional la sustitución del diesel fósil en condiciones de combustible subsidiado para el consumo interno. La Ley 26093 prevé la aplicación de cortes de al menos 5% en volumen de los combustibles fósiles con biocombustibles. Siendo este corte mandatorio para todos los combustibles que se vendan en el mercado argentino, el gobierno nacional ha establecido condiciones específicas tanto para la producción y suministro de biocombustibles a las plantas refinadoras encargadas de realizar el corte, como para la regulación de los precios de los biocombustibles destinados al corte obligatorio. Debido a la competencia del biodiesel con la materia prima de la que se extrae actualmente (aceite vegetal comestible de soja) de alto valor comercial internacional, se ha procurado establecer un precio para el biodiesel que sea ventajoso para su destino a combustible, buscando evitar faltantes internos que impidan la efectiva aplicación de la Ley 26093. La evolución del precio del biodiesel, gasoil y aceite de soja se observa en la Figura 24. Dado que las ventas al mercado interno no tributan retenciones, si el precio FOB del aceite de soja es igual al precio interno, las compañías están obteniendo un beneficio del 32% sobre el precio FOB que determina el Ministerio de Agricultura, a su vez el biodiesel tiene un diferencial de retenciones respecto al aceite de soja de 18%. 115 Figura 24. Evolución del precio del biodiesel, gasoil y aceite de soja . Fuente CARBIO La evolución de los mercados internos y exportación de biodiesel se observan en la Figura 25. Figura 25. Evolución de la capacidad de producción, capacidad y cupo de biodiesel Fuente: CADER 116 El mantenimiento del mercado interno requiere solamente el 40% de la actual capacidad instalada en el país y se exporta el 60%. El precio internacional de este combustible no es muy diferente al precio del aceite, que es la materia prima de la cual se obtiene. El éxito de exportaciones que tiene la industria nacional se debe a la diferencia de retenciones que resuelve el margen económico percibido por los productores- exportadores, que en el caso argentino son los mismos productores de aceite. Etanol Argentina actualmente produce etanol de primera generación a partir de fermentación de melazas de caña de azúcar. El polo productor de etanol se encuentra radicado en la zona NOA-NEA con centro en la provincia de Tucumán; aunque están previstos desarrollos productivos a partir de almidón de maíz que se localizarán en la zona sur de Córdoba. Es de destacar que la producción de etanol del año 2010 en base a producción de melazas de caña de azúcar, no alcanzó a cubrir la demanda interna para combustible y la exportación tradicional (se exportó un 65% de la producción nacional), dado que su producción sólo alcanzó para un corte del 2,7% de las naftas consumidas durante ese año. Los aumentos de producción que se esperan para el año 2011 hacen prever que se alcance el volumen necesario para el corte del 5% y cubrir los compromisos de exportación. De acuerdo con la superficie plantada con caña y con las tierras aptas para su cultivo, la capacidad de expansión territorial del cultivo es limitada en función de que su área edafoclimáticamente óptima se encuentra superpuesta a la del maíz, soja y limón o está cubierta por bosque nativo. Por tanto, la expansión de la producción deberá ser lograda más por mejoras en los rindes de cultivo y en el proceso de producción del etanol que en la expansión significativa de la superficie implantada. Es lógico que un incremento sustantivo del consumo de naftas debiera ser acompañado por un incremento en la producción de etanol a partir de otras vías 117 distintas a la caña de azúcar. Los candidatos más inmediatos son el sorgo y el maíz. En segundo término se sitúa la obtención de etanol a partir de materiales lignocelulósicos. Argentina tiene enorme potencial para producir etanol de segunda generación (origen lignocelulósico) en caso de producir el desarrollo tecnológico correspondiente con respecto a los sistemas enzimáticos de conversión de la celulosa a azúcares simples y de sistemas de fermentación más eficientes y rápidos que el de las levaduras. Se estima que los costos de producción de etanol a partir de esas fuentes serán similares o aun menores que el de azúcar de caña. Con el objeto de asegurar el efectivo cumplimiento de la Ley 26093, el gobierno argentino ha dispuesto el corte de todas las nafta con al menos un 5% en volumen de etanol. Con este propósito, se ha establecido un mecanismo de aseguramiento del precio para el etanol dedicado al consumo interno de combustibles. Este subsidio (a diferencia del otorgado al biodiesel) no depende ni compite con el precio de la materia prima (azúcar, maíz o sorgo) sino del precio de las naftas. Los costos teóricos de producción de etanol de primera generación en Argentina, representan un 20 ó 35 % del valor internacional para ese producto. Esto explica que los productores nacionales hayan privilegiado durante el año 2010 la atención del mercado externo por sobre los requerimientos del mercado interno. Como parte de su expansión, los actuales productores de azúcar planean añadir la producción de etanol a partir de sorgo y maíz para cubrir en sus refinerías de alcohol los tiempos muertos que devienen de la temporalidad de la zafra. En caso de expandir la producción actual existen muchas posibilidades para la exportación. Las expectativas para el mercado internacional marcan una fuerte expansión de la demanda de etanol en el futuro mediato. Se estima que tanto China como Estados Unidos no alcanzarán a cubrir su auto abastecimiento. Sostenibilidad La principal desventaja del uso de biocombustibles de primera generación es que se basan en cultivos utilizados a nivel mundial como alimentos (maíz, caña de azúcar, 118 mandioca, soja, colza, palma, etc.). La discusión sobre la seguridad alimentaria a nivel internacional persiste porque el uso de alimentos para combustibles influye sobre el precio internacional de los alimentos y por tanto, sobre el acceso a los alimentos de la población de los países en desarrollo, especialmente en aquellos con demandas insatisfechas. Esta controversia se verá reflejada en los mercados cuando en Europa se haga mandatoria la certificación de la sostenibilidad de los combustibles que se consuman, requiriendo el desarrollo de los biocombustibles de segunda generación. Con respecto a los distintos componentes del índice de sustentabilidad, el etanol de caña y sorgo presentan claras ventajas con respecto a otras fuentes comestibles (ej.: Maíz). Sinergias con otros sectores: el biogás entra en la ecuación La utilización de materias primas para la producción de biocombustibles concita ambigüedades que podrían ser superadas parcialmente si se potencia la vinculación entre la producción de biocombustibles y la producción pecuaria. Las características del maíz o del sorgo hacen que los subproductos de molienda sean una alternativa importante para su complementación con la producción pecuaria intensiva. La obtención de los “granos secos de destilación (DDGS)” serían sustitutos parciales del grano de maíz y así como la producción de biodiesel derivado de la soja o la colza podría generar harinas proteicas para incorporar en las raciones de alimentación animal bovina, porcina o aviar. La obtención de Gluten Feed y Gluten Meel como subproductos de la molienda húmeda de grano de maíz para etanol, permitiría la integración con las producciones pecuarias regionales. Pero además, posibilitaría producir raciones animales tanto para el consumo interno como para la exportación de alimentos balanceados a otros destinos. 119 En el esquema de integración se puede incorporar la producción de biogás y metano a partir de los desechos de las actividades pecuarias de granja intensivas, siendo otra forma de complementariedad de actividades con impacto en los costos de producción (por sustitución del maíz por este subproducto de molienda), y especialmente en el abastecimiento para autoconsumo de energía (INTA, 2008). Ambas integraciones (los DDGS y el biogás) a los sistemas pecuarios generan sinergias no sólo en aspectos técnico-económicos sino también ambientales, pudiéndose certificar dichas producciones bajo los sistemas actuales de Desarrollo Limpio y de Bonos de Carbono. Elementos dinamizadores y condicionantes A nivel internacional se puede determinar como elementos dinamizadores para el desarrollo de biocombustibles la necesidad de reducir los efectos ambientales, en los países desarrollados de la OCDE, signatarios del Protocolo de Kioto, y Asiáticos, por la generación de gases efecto invernadero. Comprende reducciones en el uso de combustibles fósiles en todas las actividades y en el sector de transporte en particular, así como todos aquellos que dependen de importaciones de combustibles fósiles (seguridad energética). Otro factor dinamizador será el alto costo de los combustibles fósiles. También la necesidad de continuar con el paradigma del motor a explosión para el transporte, hasta que se produzcan los desarrollos tecnológicos necesarios que puedan reemplazarlo por fuentes renovables y menos contaminantes y se complete el proceso de reconversión en los sistemas de transporte. Como elementos condicionantes se puede mencionar: la actual conflictividad con los biocombustibles de primera generación por su bajo nivel de sostenibilidad en cuanto a la seguridad alimentaria, la competencia por las tierras cultivables, el alto costo de producción de algunas de las alternativas que hacen necesaria su producción subsidiada y en algunos casos el bajo índice de eficiencia energética que implica su producción (poca reducción de gases efectos invernadero a lo largo del ciclo de vida). 120 A nivel nacional, entre los elementos dinamizadores del desarrollo de biocombustibles se puede destacar: las condiciones agroecológicas privilegiadas de Argentina; la necesidad de aumentar la duración en el tiempo de las reservas de petróleo (seguridad energética); la producción superavitaria de alimentos para el consumo interno (seguridad alimentaria); la posibilidad de agregar valor a los productos agrícolas que se exportan; el alto costo del petróleo a nivel internacional; y la necesidad a nivel de países desarrollados del cumplimiento del Protocolo de Kioto. Sobresale además, el alto nivel de la flota internacional de vehículos dependientes de combustibles fósiles, su alto costo monetario y el lento reemplazo una vez que se hayan desarrollado alternativas a los motores de explosión, así como la posibilidad de producirlos en forma regional integrados a la producción y con la potencialidad para ser polos de desarrollo agroindustrial. Como elementos condicionantes del desarrollo de los biocombustibles se pueden mencionar: el bajo grado de sustentabilidad que pueden presentar algunos biocombustibles de primera generación, producidos en Argentina para el mercado mundial (casos biodiesel de soja y etanol de maíz); como también, el bajo grado de desarrollo tecnológico nacional para la producción de materias primas y procesos que devenguen en biocombustibles de segunda y tercera generación. Los desafíos para las agroenergías en Argentina El contexto de aumento de precios del petróleo y en un marco donde no se vislumbran cambios significativos en los desarrollos tecnológicos que permitan el reemplazo del paradigma petrolero dominante, se plantea un desafío al desarrollo tecnológico en términos de eficientizar el uso de energía, con fuertes efectos sobre los costos del SA, tanto en producción como en logística. En este cometido los biocombustibles pueden tener una participación activa. El desafío pasa por lograr avances significativos en relación a los biocombustibles de segunda y tercera generación. A partir de desarrollos tecnológicos e inversiones adecuadas la Argentina podría instalarse como un productor de biocombustibles que 121 combine los de primera y segunda generación para contener el dilema comercarburar. La cuestión a dilucidar es si la producción de biocombustibles permitirá no sólo cubrir la demanda interna incrementada, sino conservar un lugar como exportador eficiente a partir de fuentes para las cuales el balance energético resulta claramente superavitario. La adaptación del SA de la Argentina a los cambios deberá pasar por profundizar la integración a nivel local-regional entre la producción primaria, la pecuaria y la generación de agroenergías. La generación de polos regionales de desarrollo en los que se combine la transformación de materia prima en biocombustibles con la producción pecuaria y la generación de biogas coadyuvará para que se potencie la incorporación de valor agregado a nivel regional buscando solucionar en alguna medida el déficit energético y generar mayores niveles de independencia energética. Disponibilidad de mano de obra rural El análisis se focaliza en la mano de obra rural, dado que es la variable que presenta los mayores cuellos de botella para el crecimiento de los sectores agroindustriales a partir de la producción de materia prima. En el análisis del empleo o trabajo agrario se deben distinguir las diferencias que se encuentran dentro de este sector, donde hay diversos actores sociales, formas productivas y regiones. Un factor que profundiza estas diferencias es que en un mismo lugar de producción se encuentran formas con alto agregado tecnológico y lógica de producción, como así también, a productores de agricultura familiar, que para subsistir deben realizar trabajos en condiciones desfavorables. La mayor heterogeneidad se encuentra en el agro extrapampeano: la historia económica y social de cada región, las características de los diferentes productos y su destino a mercados diversos, como también, las articulaciones locales con los sectores no agrarios (Barsky y Schejtman, 2008). 122 Esta heterogeneidad presenta dos dimensiones: por un lado las lógicas de producción capitalistas donde sí se visualiza una relación capital-trabajo definida por las relaciones mercantiles-salariales, y otra que se define más por las capacidades de subsistencia de los actores que por las relaciones mercantiles (Acota Reveles, 2006). Actualmente estas dos dimensiones se hacen evidentes frente a la faltante de mano de obra en diversas producciones que funciona como cuello de botella de toda la cadena. Las producciones que enfrentan cada vez mayores requerimientos de calidad, con creciente orientación exportadora y considerables volúmenes de capital donde pueden coexistir establecimientos de distinta escala, dependen mayormente del trabajo manual. En este caso, se acentúa la estacionalidad de las tareas y muchas veces los déficits de mano de obra en la región deben ser satisfechos con desplazamientos de trabajadores provenientes de otras zonas. Las transformaciones en los procesos productivos y requerimientos de trabajo no solo acentuaron la participación de los trabajadores temporarios sino que, además, modificaron su perfil. El trabajo temporario, por el hecho de asumir formas de eventualidad, no sólo mantiene sino que puede llegar a incrementar la condición histórica de precariedad que se expresa en la inestabilidad laboral, desprotección social, bajas remuneraciones, sistemas de pago por jornal o a destajo. Además de estar expuesto a más frecuentes períodos de desocupación a lo largo del año, si hay una caída de la demanda laboral. Algunos datos sobre la situación actual indican que el crecimiento del empleo registrado en el agro entre los años 2003-2008 (36%) fue sensiblemente inferior al del conjunto de la economía (58%). La magnitud del empleo no registrado en el agro, afecta a más del 70 por ciento de estos trabajadores (Quaranta, 2010). Según Guillermo Neiman (2010), durante la última década se asiste a una mayor difusión de distintas modalidades de contratación de trabajadores provistos por empresas de servicios, por agentes más o menos informales (o "cuadrilleros") o 123 por distintas figuras que operan al amparo de la ambigüedad de la legislación respectiva. La intermediación y la tercerización, ambas cumplen un rol fundamental particularmente para los mercados de trabajo transitorio, facilitando el acceso de las empresas a la mano de obra necesaria para los cultivos, pero también, buscando simplificar formas y requisitos de contratación y contribuir a la gestión del trabajo (en términos dirección y control de los trabajadores). Estas condiciones de precariedad, flexibilidad e inestabilidad conducen a sectores de la población rural a la pobreza. No sólo a la pobreza por ingresos (es decir a la carencia de ingresos para acceder a necesidades básicas), sino también a dimensiones sanitarias y educativas desventajosas, que impiden la inclusión o el mantenimiento de ciertas personas y grupos familiares en actividades y circuitos productivos. Esta condición es generada según la región que se trate no sólo por la incorporación precaria, informal de estas personas en actividades productivas, sino también por el no acceso a recursos (tierra, capital), o por el desplazamiento de las actividades agropecuarias ante el avance de las formas concentradas de producción. La pobreza de importantes sectores de la población rural y ruralurbana incide en la calidad de vida de la población y en la dotación de mano de obra calificada para el trabajo en la agroindustria. Aspectos culturales y redes: ¿punto de palanca para pasar del agronegocio a la agroindustria? La desregulación política y económica de los años noventa, sumados a la introducción de tecnología agrícola importada y a la penetración del paradigma globalizador, marcaron un punto de inflexión hacia un nuevo perfil productivo profesionalizado e innovador del sujeto agrícola. El cambio tecnológico se convierte en el sustrato principal de esta reconfiguración y de la posibilidad de articular a actores diversos (propietarios de tierra, de maquinaria, ingenieros agrónomos, 124 inversores, contratistas, rentistas) bajo el modelo del agronegocio (Bisang, et al, 2010). Estos cambios subjetivos se forjaron desde tres espacios diferenciados pero articulados entre sí: el académico, el asociativo y el mediático. A través de ciertos medios de comunicación masivos se diseminaron horizontes e ideas sobre la “ruralidad globalizada”, con apoyo en las innovaciones de las TIC. La prensa agraria particularmente tematizó el agronegocio desde un discurso agrarista, en donde “el campo” es concebido como el sector socioproductivo más importante (Carniglia, 2009). Los foros académicos y los movimientos asociativistas también hicieron sus aportes como aparatos de difusión cultural brindando legitimación científica, experimental y una continuidad temporal para la consolidación del ideario del agronegocio. A la luz de estas transformaciones productivas y sociales, se fue desplegando un proceso de autopercepción en términos políticos, con ciertos nucleamientos como protagonistas y pioneros. Las asociaciones de productores y chacareros -no vinculadas a la lógica de representación clasista -tales como Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa -Aapresid-, y especialmente la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola –AACREA-, cumplieron un rol fundamental en la reconversión de los viejos productores.29 Desde ambas redes se 29 Aapresid se constituye en el año 1989 como una organización no gubernamental dedicada a facilitar la rápida y masiva adopción de la siembra directa en el país. Sus socios se nuclean a través de una red de productores, que se autodenominan “innovadores”, y tiene como premisa central el “intercambio de experiencias productivas” entre los socios como, forma de optimizar sus rendimientos (http://www.aapresid.org.ar/quienessomos.asp). Los orígenes de AACREA datan de los años 60, estos grupos de productores se organizaron en torno a “dos pilares: el progreso técnico y organizativo, basado en la aplicación del conocimiento científico, de un lado, y el intercambio y la cooperación en equipos de trabajo, del otro.” (Gras, 2009, p. 218). Actualmente el Movimiento Crea se encuentra constituido por más de 1900 empresas agropecuarias que se encuentran nucleadas en más de 200 consorcios de experimentación regional ubicados en distintas localidades del país. Los actuales pilares del movimiento, anclados en el esquema del modelo del agronegocio, se centran en el sostenimiento de cuatro objetivos: capacitación, experimentación, transferencia y compromiso con la comunidad. (http://www.redcrea.org.ar/aacrea/site/PortalInstitucional-internet/Institucional) 125 promueve la innovación y la adaptación de tecnologías, promocionando instrumentos que mejoran la eficiencia y el gerenciamiento, elementos altamente valorados y centrales dentro de la visión de los “nuevos sujetos agrarios”. Este discurso aparece como un elemento cohesionador entre los “productores”, los “grupos” y las comunidades locales. Los sentidos construidos y difundidos dan lugar a la identidad del empresario innovador. En comparación con las configuraciones previas asociadas al agro, la tierra pierde su carácter de anclaje, para considerarse en cambio un factor más de producción (Hernández, 2007). La innovación (en el sentido del agronegocio) y los saberes especializados se imponen como capitales fundamentales de la actividad por sobre los saberes tradicionales y la transmisión familiar. Concebirse como innovadores antes que “productores” contribuye a desvanecer las diferencias en cuanto a posesión desigual de recursos de los distintos sujetos vinculados a la producción. Sobre este carácter que se va forjando puede identificarse una impronta creativa y transformadora, que incide en dos dimensiones: política y productiva, tanto en el nivel local como nacional. Estas nuevas subjetividades son en general actores locales, residentes en los pueblos y pequeñas ciudades. Su perfil técnico entiende la necesidad de articular su actividad con el territorio local, fortaleciendo tramas que necesariamente se imbrican con su propio negocio y entendiendo también la necesidad de una estrategia de comunicación hacia la comunidad. Al mismo tiempo, se va perfilando como identidad política (Albadalejo, et al, 2008), más allá de lo local, llegando a incidir en el trazado de la agenda agroalimentaria del SA y su inserción en el proceso de globalización. La experiencia acumulada, el cambio de visión y las redes construidas podría ser una base para la construcción de una agroindustria dinámica. El cambio cultural operado ha reducido la mirada rentística del negocio agropecuario y ha incorporado a la innovación como actor central. En este marco cabe plantearse el interrogante referido a si la apoyatura en las redes desarrolladas, más las políticas públicas orientadoras, 126 ¿podrían ser un buen comienzo para pasar de una producción primaria exitosa a una agroindustria dinámica que involucre actores y territorios de diverso tamaño, aportando al desarrollo con sustentabilidad e inclusión? ¿Se lograrán construir las sinergias que permitan superar las limitantes que encontró el modelo de los agronegocios para eslabonar y ser un elemento que pueda pasar de ser dinámico en términos sectoriales a ser un elemento disruptor que potencie el desarrollo de los territorios? 127 3. FUERZAS IMPULSORAS Como resultado del diagnóstico de las dimensiones, se identifican y caracterizan las fuerzas impulsoras30 31 que darán forma a los escenarios de la agroindustria argentina en el marco internacional, a partir de la determinación de los interrogantes estratégicos32. En el título de las fuerzas impulsoras seleccionadas y en su descripción se da cuenta si es una invariante estratégica33 o una incertidumbre crítica34. A partir de la interacción entre las fuerzas impulsoras, y en función de su importancia relativa, se ha realizado el reagrupamiento de algunas fuerzas vía la formación de conjuntos temáticos. Los seis conjuntos temáticos conformados son: mercados mundiales; geopolítica; cambios tecnológicos y competitividad de la agroindustria; Estado y agroindustria; nuevas tendencias y adaptación de la agroindustria; e, inserción de la agroindustria en el sistema productivo argentino. Estos conjuntos temáticos sirven de ordenadores para esbozar los escenarios. 30 Las fuerzas impulsoras (FI) son los principales factores dinamizadores de los diferentes escenarios futuros para el alcance y el horizonte de tiempo escogidos. Las mismas representan tendencias o procesos claves que influencian la situación, el tema focal, o las decisiones, y que propulsan al sistema y co-determinan el despliegue de los escenarios futuros. Las FI pueden ser variables, formaciones estructurales, procesos o acciones. 31 Tanto las fuerzas impulsoras seleccionadas como su caracterización han sido validadas en talleres de expertos, con el equipo técnico del Mincyt y con el Consejo Asesor del Proyecto. 32 Los interrogantes estratégicos constituyen la evolución de una fuerza impulsora o un conjunto que puede signar el devenir de los escenarios. 33 Se considera a la invariante estratégica como aquel proceso que siendo importante en la determinación de los futuros alternativos, al no presentar incertidumbre en cuanto a la característica de su cambio o permanencia, influirá de igual manera en todos los escenarios. 34 La incertidumbre crítica es aquel proceso que combina en si las características de ser significativo en el devenir de los futuros alternativos, y a la vez presentar importantes niveles de incertidumbre que permiten dudar acerca de su evolución, así, la incertidumbre crítica es el elemento central en la determinación de los escenarios futuros. 128 3.1. Mercados mundiales 3 . 1.1. Alta dinámica poblacional en países emergentes asegura mercado para los alimentos (Invariante estratégica) Si bien las proyecciones de población hacia el año 2030 manifiestan diferentes supuestos, todos coinciden en señalar crecimientos significativos de la población para los próximos veinte años. La estimación de la ONU plantea que la población mostrará en ese año un incremento de 1400 millones de habitantes adicionales a la población actual (unos 6.900 millones aproximadamente), que deben ser alimentados por los recursos naturales y por la tecnología actual y futura. El crecimiento de población pareciera estar focalizado en países emergentes, los que presentan sostenidas tasas de crecimiento y significativas brechas de ingreso por habitante con los países más desarrollados, asegurando el incremento de su demanda alimenticia. Adicionalmente, se espera para el año 2030 un menor peso relativo del segmento de población en edad de trabajar, resultando no sólo un reto para las estructuras previsionales, sino que podría significar fuertes desafíos para la tecnología en términos de generar respuestas que permitan incrementar la producción de alimentos en un marco de menor disponibilidad de mano de obra. En el marco de un proceso de urbanización al que se le suma una estructura etaria envejecida, se incrementarían las necesidades de mecanización, generando nuevas oportunidades para la agroindustria. Si bien la mecanización de la producción primaria no se encuentra estrictamente dentro del procesamiento de alimentos, existen sinergias y conexiones entre ambas esferas y se puede potenciar el desarrollo de tecnología. Al ser esta una invariante estratégica influirá en todos los escenarios, en un marco de crisis o no crisis, de encarecimiento del petróleo o no, con cambios tecnológicos o no, el incremento poblacional es en principio una constante. 129 3.1.1. Urbanización, logística y alimentos procesados (Incertidumbre crítica) Si bien el proceso de urbanización pareciera ser una tendencia pesada, no resulta menor para la Argentina la forma que asuma. En gran medida dependerá del precio del petróleo y de la logística. Uno de los principales determinantes para el crecimiento de las grandes ciudades es la disponibilidad de logística “barata” que facilite el acceso de grandes cantidades de alimentos y otros bienes a las megápolis. De este modo, en un marco de aumento del precio del petróleo, deberá considerarse ¿qué concentraciones urbanas crecerán más, las grandes ciudades o las ciudades medianas? Es posible que el proceso de urbanización se encuentre asentado sobre ciudades medianas que puedan tener mayor disponibilidad de recursos naturales y en las que se realizará la transformación de la materia prima para reducir los costos de transporte hacia ciudades más grandes. En países productores de alimentos se observaría una merma de la concentración de la población en los grandes centros consumidores dado que necesitan generar condiciones de producción agroindustrial más cercanos a los ámbitos de producción primaria (como es el caso de Argentina). Por el contrario, en los países deficitarios en alimentos podría manifestarse la tendencia en el sentido de ciudades más grandes que potencien las economías de aglomeración. A nivel general, la urbanización implica mayor demanda de alimentos procesados, con un rol central de la agroindustria. En este marco, las polaridades oscilarán en función de la relación entre economías de escala y costos de transporte ¿sería esperable el crecimiento de ciudades medianas para productores de alimentos y de grandes urbes en países deficitarios en alimentos? ¿Podrá este proceso generar expansión del valor agregado en origen para ciudades medianas argentinas? ¿O simplemente se someterán las materias primas a una primera transformación y el elaborado final se hará en destino? 130 3.1.2. Crecimiento económico mundial, nuevas clases medias y cambio de dieta (Incertidumbre crítica) La expansión del PBI mundial se encuentra condicionada a una mínima recuperación de los países desarrollados, situación indispensable para pensar en un alto crecimiento de países emergentes. Como consecuencia del proceso de mudanza de la riqueza (complementado con la dinámica demográfica), las clases medias urbanas mundiales se expanden anualmente, especialmente en los países emergentes asiáticos. De los 152 millones de personas que se sumarán anualmente a la clase media global, 134 millones serán de la región del Asia-Pacífico. Dado que la agroindustria argentina cuenta con altos niveles de integración con el mundo y un mercado interno reducido, el ascenso de la clase media urbana mundial afecta significativamente la demanda de alimentos. Asimismo, la elasticidad-ingreso de clases medias-altas es mayor en alimentos seguros, funcionales y nutritivos, más para carnes y lácteos que para granos. La demanda de aceites combustibles y proteína animal se ve incrementada por el aumento del ingreso per cápita en las clases medias de los países emergentes, quienes a su vez se desplazan a zonas urbanas. Que la agroindustria pueda aportar estos productos y no solamente los granos para alimentar animales, depende también de otros factores que exceden esta fuerza impulsora. El comportamiento esperado de esta fuerza impulsora se daría entre dos andariveles: por un lado, que el crecimiento mundial no logre recuperar la senda ascendente y se aletargue el proceso de mudanza de riqueza, sin que se manifiesten grandes cambios en los patrones de consumo; y, por el otro, que la recuperación de los países desarrollados (junto con la continuidad de crecimiento de los países emergentes) permita que el proceso de mudanza de riqueza se realimente, registrándose profundos cambios en el patrón de consumo de los países en proceso de desarrollo. 131 3.2. Geopolítica 3.2.1. La evolución de China y Estados Unidos afecta los ámbitos de discusión multilateral (Incertidumbre crítica) Europa Occidental y Estados Unidos, tradicionales polos de crecimiento, están siendo sustituidos por los países emergentes del continente asiático, con un fuerte protagonismo de China. Se prevé que para el año 2030 el centro de gravedad del poder económico mundial se desplace hacia el nuevo poder emergente. En estrecha relación con la conformación del contexto geopolítico que regirá al sistema económico mundial en los próximos años, es imprescindible dar cuenta de los impactos que se pueden evidenciar desde las esferas políticas hacia los sistemas productivos de alimentos. Se es parte de un mundo en transición en su configuración geopolítica, con una gran potencia (Estados Unidos) amenazada en su hegemonía mundial pero con perspectivas de redespliegue y con la irrupción de un nuevo gigante (China) que plantea una incógnita central: ¿un mundo multipolar con Estados Unidos-China como eje articulador? La convivencia chino-americana estaría dada por la creciente interdependencia entre ambas economías. Ambos gigantes se ven en la obligación de coordinar sus políticas económicas, así como también el ritmo y el sentido de sus respectivos mecanismos de acumulación. La resolución de esta trama resulta significativa para la agroindustria argentina en tanto y en cuanto los esquemas de poder reinantes determinan acceso a mercados, estructura de protección de los derechos de propiedad intelectual, tecnología y demás cuestiones relevantes para la agroindustria. Así, al momento de plantear posibles polaridades, para la agroindustria argentina es relevante pensar si la resolución será bajo la forma de una “división del mundo”, en el que Estados Unidos continúa su influencia predominante o si, por el contrario, China logra avanzar y controlar en gran medida los mercados y sectores productores de alimentos en Argentina y Brasil. Por supuesto, sobre esta polaridad jugará un rol 132 importante el grado de integración que muestren Argentina y Brasil como elemento central para condicionar el avance chino. 3.2.2. El papel de la OMC como regulador del comercio mundial ante la aparición de normas privadas para el acceso a mercados y los cambios geopolíticos (Incertidumbre crítica) Actualmente existen medidas determinadas por actores privados que son más exigentes que las normas estatales. Los sistemas de retail, supermercados y comercializadores globales además de marcar gustos y tendencias, también estructuran restricciones en la economía de mercado que, si bien no pueden definirse como barreras al ingreso, generan conflictos de difícil solución. En este contexto, queda incierto cual será el rol de la OMC en términos de su poder de policía del comercio mundial, siendo necesario replantear su rol. Es posible que las normas establecidas en el proceso del GATT a la OMC se encuentren fuertemente limitadas en su posibilidad real de aplicación. En términos de trayectorias de esta fuerza impulsora, es posible esperar en primer lugar que el comercio mundial transite una etapa en la cual se encuentran dificultades para el establecimiento de normas generales y, por lo tanto, se incrementaría la arbitrariedad de las restricciones. La otra alternativa es que, por el contrario, el sistema mundial de comercio, compuesto por la OMC u otro organismo equivalente logre recuperar el poder de policía que parece estar perdiendo en los últimos tiempos. 133 3.2.3. La profundización de la integración con Brasil y el resto de América del Sur con la agroindustria como piedra basal (Incertidumbre crítica) La autonomía e integración latinoamericana está sujeta al reacomodamiento de las piezas a nivel mundial, pero también a la decisión de los países. En un mundo multipolar donde Brasil se conforma como líder de la región sudamericana, es probable que Argentina se asocie construyendo una relación estratégica que le posibilite ser un fuerte actor en el mercado mundial de alimentos. Este desafío puede ser encarado si se lograran desarrollar sectores que permitan construir una integración productiva pública-privada sobre la base de una plataforma de desarrollos tecnológicos que favorezca el aumento de la competitividad conjunta de ambos países de cara al mercado internacional, particularmente en el sector agroindustrial. La construcción de un polo industrial binacional sería un horizonte ideal en la senda de un desarrollo sostenible e independiente. Fortalecer la relación regional y en particular entre Argentina y Brasil cobra gran relevancia para la agroindustria con relación al acceso a mercados y la defensa de posiciones en foros internacionales. Puesto en el ámbito regional, los gobiernos deberán orientar sus políticas hacia la construcción de una nueva infraestructura en comunicaciones y estructura productiva, dejando de lado diferencias locales para privilegiar la integración regional. De prevalecer nacionalismos extremos y no lograrse tal integración, la amenaza de China aumentará pudiendo reforzar la primarización de las economías. Las polaridades que puede tomar esta fuerza impulsora oscilan entre dos grandes opciones. Lograr mayores niveles de integración a nivel sudamericano con un núcleo duro formado por Brasil y la Argentina, o bien, debilitar aún los avances realizados en los últimos veinte años, dando lugar incluso a cambios en las visiones nacionales acerca de la integración regional que podrían estar asociados a la reorientación política de los proyectos de gobierno. 134 3.2.4. Seguridad alimentaria global condicionando la soberanía alimentaria nacional y el agregado de valor (Incertidumbre crítica) A partir de la escalada de precios en el año 2008, la seguridad alimentaria mundial se colocó en el centro de la agenda internacional. La perspectiva es que este tema será prioritario tanto en un escenario de crecimiento mundial como de crisis económica. En un contexto de crisis económica y posibles problemas de alimentación en un futuro cercano, también hay que considerar los cambios geopolíticos que se avizoran incrementando la incertidumbre con respecto a la seguridad alimentaria mundial. El crecimiento mundial y más precisamente de los países emergentes pareciera ser el mejor escenario para la agroindustria argentina. En caso de sostenerse el crecimiento de los países emergentes, se generaría una continua demanda de carnes, lácteos, fibras y otros alimentos. Sin embargo, cabe la posibilidad de que el crecimiento mundial se encauce sobre la base de producciones primarias. En ese marco, se puede alterar significativamente la soberanía alimentaria, sabiendo que la primarización no permite difundir los beneficios hacia sectores mayoritarios de la población. La existencia de fuentes de conflictos exacerbados en torno a la gobernabilidad del sistema alimentario mundial es un desafío a la capacidad de la agroindustria argentina para adaptarse a un escenario probablemente hostil, donde las corporaciones le asignen el papel de alimentar al mundo, aun comprometiendo su soberanía alimentaria y por sobre todo las posibilidades de agregar valor fronteras adentro. La gobernabilidad alimentaria se encuentra altamente condicionada por negociaciones explícitas o implícitas para la coordinación de políticas internacionales relacionadas a los mercados agroalimentarios. El incremento de los problemas de gobernabilidad también está propiciado por el lugar cada vez más amplio que ocupa el sector privado en la determinación de las normas que rigen el mercado internacional. A pesar que las normas privadas no son mandatorias, el poder oligopólico que ejercen los grandes minoristas sobre la cadena de valor lleva a que 135 las normas privadas sean de hecho obligatorias. Resultará central para la agroindustria argentina si su participación en el comercio mundial será como proveedor de bienes finales o seguirá haciéndolo principalmente a través de commodities agropecuarios. Al momento de considerar las posibles alternativas de esta fuerza impulsora, resultará fundamental discernir si a nivel global los países deficitarios lograrán establecer condiciones para que los exportadores no impongan restricciones a la comercialización de alimentos y no se debiliten los procesos de transformación dentro de los países productores. Esto es central porque a los condicionantes de las restricciones al comercio los impulsa también la necesidad de países desarrollados y/o importadores de alimentos de agregar valor dentro de sus fronteras con el fin de generar empleos e ingresos, asegurándose así la accesibilidad a materias primas. 3.3. Cambios tecnológicos y competitividad de la agroindustria 3.3.1. Costos de producción y logística asociados al precio del petróleo afectan competitividad de la agroindustria argentina (Incertidumbre crítica) La tendencia más fuerte parece indicar que el precio del petróleo se incrementará en términos relativos al resto de los bienes, aumentando así también los costos tanto de producción como de logística. Sin embargo, en el marco de las incertidumbres existentes en torno al crecimiento mundial, se plantean interrogantes acerca del aumento en el precio del petróleo y sus derivados en un contexto de crisis sostenida. Otra fuente de dudas sería la aparición de una disrupción en el aspecto energético, lo que, de todas maneras, no parece vislumbrarse en el período prospectado. Más allá de que se confirme la tendencia alcista del petróleo o la misma se atenúe, una mayor eficiencia de la agroindustria argentina repercutirá en una mejora de la 136 competitividad sistémica. La afectación que puede recibir la competitividad de la agroindustria argentina no pasa sólo por cuestiones de costos, sino también por medidas para-arancelarias vinculadas al contenido de carbono de los productos comerciados, que pueden dificultar tanto el acceso a los mercados como los precios percibidos por impuestos en frontera a productos con “exceso de carbono”. En términos de polaridades, más allá de lo que ocurra con el precio del petróleo, jugará un rol central la cuestión de la eficiencia energética, tanto de la etapa primaria como la secundaria. Si la agroindustria lograra avances concretos como: incrementar su eficiencia a partir del aporte del sistema científico tecnológico y de la infraestructura de logística, la competitividad de la agroindustria podría mejorar ostensiblemente. Si en cambio los cambios se demoraran, muy probablemente la agroindustria sufriría los problemas de consumir carbono en exceso y su accesibilidad a mercados y competitividad podría verse resentida. En este aspecto jugarán un rol importante los biocombustibles, no tanto como elemento que abarate el costo de producir, sino como pivot sobre el que se puedan potenciar sinergias regionales. 3.3.2. Relación costo de logística y agregado de valor en origen (Incertidumbre crítica) El incremento de los costos de logística no sería neutral para el agregado de valor en origen. El encarecimiento del flete transformaría en no transables a algunos bienes, e incluso podría ocurrir que algunos que son considerados como un todo (ejemplo, botella de vino) terminen convirtiéndose claramente en dos productos. ¿Se consolidará una producción transformadora que comercia a granel?, ¿envases más livianos podrían cambiar la tendencia? En caso de que se validaran precios altos de la energía, la transformación en origen (quizás sólo primaria) se vería potenciada, aunque sólo fuese para reducir peso y/o volumen de las materias primas transportadas. Esto no significaría que se incremente 137 significativamente el valor agregado generado en origen. Así, no hay certezas acerca de cuál será el efecto final, particularmente en torno a aquellos productos cuyo envase fuese muy pesado, situación que podría favorecer la expansión del transporte a granel. Debe considerarse que aun cuando el aumento en el precio del combustible fuera un elemento que pudiera contribuir a potenciar la transformación en origen, esta circunstancia no será absolutamente determinante para las inversiones en las economías regionales. Es de destacar (como oportunidades para agregar valor en línea con el desarrollo territorial) la expansión de la agroindustria asociada tanto a producciones agroenergéticas como a la producción pecuaria. El modo para aprovechar las potencialidades y transformar ventajas comparativas en ventajas competitivas es en base a la producción de alimentos derivados de las materias primas que se producen en la región. En términos de polaridades, se podría encontrar una situación en que más allá del precio del petróleo se lograran mejoras a nivel internacional en el transporte que no afectaran significativamente el costo de la logística y así no se percibieran efectos severos sobre los bienes en términos de su transabilidad. Pero, por otro lado, en caso que se generaran incrementos en los costos de logística, se abrirán posibilidades para mayores niveles de transformación en origen, siempre considerando que es posible un proceso de estandarización que “commoditice” bienes que hoy no lo son. 138 3.3.3. Disrupciones en materia de producción primaria e incorporación de África como oferente reduce competitividad relativa de la Argentina (Incertidumbre crítica) Ante la aparición a nivel global de cambios tecnológicos en la producción primaria (tolerancia a la sequía, salinidad, etc.), será esperable que se observen, en diferentes lugares del mundo, incrementos de rendimientos en zonas actualmente en producción y que se agreguen zonas de producción como África. Esta última región es muy significativa en tanto cuenta con disponibilidad de fuerza laboral y de recursos naturales para producir alimentos, pero aún encuentra una multitud de condicionantes institucionales. Esta alternativa es ante todo una amenaza para la producción primaria de la Argentina que mantiene importantes diferenciales de productividad respecto a otras regiones productivas. Ante la entrada en producción de nuevas zonas y el incremento del rendimiento en áreas-zonas actualmente en producción, se puede asistir a otro período de precios de commodities en baja por el incremento de la oferta. En este marco, la agricultura argentina podría perder competitividad relativa u observar merma de precios por la mayor oferta. En cualquier caso, la agroindustria argentina vería disminuida la competitividad relativa de la materia prima en relación a otras regiones. En este contexto, cobran un papel central los países emergentes deficitarios en alimentos, y en especial China, que ya manifiesta una importante presencia en África y se podría convertir en el catalizador de los cambios institucionales y de infraestructura necesarios para incorporar este continente en el mercado mundial de alimentos. Subsiste la duda de cuándo podría darse este escenario. Con respecto a la agroindustria argentina, se espera que China y otros países deficitarios en alimentos tiendan a buscar una política de importar materias primas y transformar y agregar valor fronteras adentro de sus países, lo que podría generar una mayor primarización del comercio exterior y de la economía argentina. 139 En términos de polaridades la cuestión central es la ocurrencia de este cambio tecnológico y de mercados que posibilite la entrada masiva de producción al mercado de esta nueva región emergente. Pero lo más relevante es en qué forma la agroindustria argentina trabaja para alcanzar estándares de competitividad sistémica que desvinculen en mayor grado la competitividad primaria de la secundaria. 3.3.4. Derechos de Propiedad competitividad y Intelectual el acceso a y su impacto sobre la mercados de la agroindustria (Incertidumbre crítica) El crecimiento y ante todo el desarrollo de los países están ligados al nivel de intangibles que produzcan, así como también a su disponibilidad e incorporación al proceso productivo. Por tal motivo, los Derechos de Propiedad Intelectual (DPI) se encuentran en el centro de la apropiación del conocimiento. La presión por reconocer los DPI involucrados en la producción agropecuaria o su costo puede ser una amenaza sobre la competitividad, no sólo de la producción primaria sino también de la agroindustria. La repercusión radica en el costo adicional que genera la utilización de desarrollos foráneos, pero también en la posibilidad que se restrinja el acceso a mercados o a determinados desarrollos si no hay un reconocimiento de los DPI en los países exportadores. Las grandes corporaciones dominantes del mercado mundial de insumos agrícolas, presionan fuertemente sobre sus gobiernos para que en las negociaciones sobre acuerdos bilaterales de libre comercio, los países menos avanzados adopten los modelos de protección de los DPI que rigen en sus países. Así, logran ampliar el tamaño de mercado de sus innovaciones, maximizar los beneficios de la inversión en I&D y les permite mantenerse como protagonistas de los cambios tecnológicos mundiales. Adicionalmente, las empresas privadas protegidas por DPI pueden manipular la salida de nuevas tecnologías con el fin de maximizar los ingresos provenientes de las tecnologías actuales patentadas. 140 Los DPI constituyen una amenaza si se generan restricciones a la entrada de bienes cuya materia prima son productos primarios derivados de semillas en conflicto con respectos a los royalties. Además, la potencial merma de competitividad, en función de encontrarse rezagados en el nivel tecnológico (implícito en la producción de su materia prima), puede constituir una amenaza para la agroindustria. En este sentido resulta indispensable la inversión en I&D, el fomento de la innovación fronteras adentro y la diseminación pública del conocimiento. En sentido opuesto, la existencia de un sistema amplio (difundido) de propiedad intelectual, es también una oportunidad para que la agroindustria y el sistema científico tecnológico trabajen en forma inteligente, buscando (vigilancia tecnológica) y adaptando tecnologías a las necesidades de la producción o la comercialización. Esto es fundamental para acortar los procesos de innovación y disminuir costos cuando se disponen desarrollos en otras partes del mundo. En términos de polaridades claramente los andariveles están indicados por el hecho de considerar si la propiedad intelectual operará como una restricción a la expansión de la agroindustria a partir de la aplicación de derechos que limiten el acceso a mercados, o por el contrario, si el acceso a la información del sistema de propiedad intelectual pueda ser aprovechada y se logre incrementar la competitividad agroindustrial. 141 3.3.5. Nuevas plataformas tecnológicas podrían ser una fuente de innovación para la agroindustria argentina (Incertidumbre crítica) La disponibilidad de tecnología es un elemento crucial para la producción, así como la generación de conocimiento lo es para el desarrollo. En este sentido, la consolidación de China y/o la India como plataformas alternativas a la euro-americana podría significar que la agroindustria encuentra mayor disponibilidad de tecnología. Sin embargo, la disponibilidad podría ser un condicionante para la generación de tecnología propia, haciendo que el sistema científico tecnológico sea un aparato adaptador de tecnologías extranjeras. La aparición de nuevas plataformas tecnológicas podría ser una amenaza en tanto no existan políticas explícitas superadoras del proceso de adaptación. El contexto de concentración y empoderamiento creciente de las corporaciones multinacionales convive y se asocia con la porción más dinámica del mundo: el este y sudeste de Asia. Hoy el devenir del sistema científico-tecnológico mundial tiene como elemento central las derivaciones asociadas a la mudanza de capacidades en CTI al Asia, que ya concentra el 40% de los recursos humanos mundiales destinados a investigación y desarrollo, situación que comprende también al sector agropecuario. Este es un dato documentado entre otras fuentes por la OCDE. Si bien las multinacionales han sido el vehículo de la mudanza tecnológica, este fenómeno reconoce también la construcción de bases científicas en los países emergentes realizadas con infraestructura y recursos humanos locales. Se supone que esta situación, sumada a dos elementos comunes a muchos países del este y sur de Asia como son el tamaño de sus mercados y la consolidación de los proyectos nacionales, contribuirá a dotar de mayor autonomía decisional a estas naciones. Este hecho puede redundar en que sus desarrollos sean ajustados a necesidades locales y regionales, a la par que globales, y que puedan usufructuar los derechos de propiedad intelectual. China se encuentra en un proceso de expansión económica y crecimiento cada vez mayor en los indicadores de ciencia y técnica. Todo parece indicar que tiene amplias 142 posibilidades de constituir plataformas tecnológicas a partir de paradigmas y lógicas que generen nuevas alternativas de I+D+I distintas a las multinacionales euroamericanas. Para la Argentina esta situación podría generar nuevas oportunidades comerciales y de transferencia tecnológica. De igual forma, la aparición de China como nuevo actor en I&D puede constituir una oportunidad para la adquisición de tecnología, si se logran negociaciones positivas entre ambos Estados. Los posibles desdoblamientos de esta fuerza impulsora, pasarán en primer lugar por el acceso o no a nuevas plataformas tecnológicas y en segundo término por la capacidad de Argentina para aprovechar de esa disponibilidad. 3.3.6. Disponibilidad de alternativas tecnológicas para los diferentes estratos productivos (Incertidumbre crítica) La tecnología será un elemento determinante del desarrollo de la agroindustria. La disponibilidad de tecnología para los pequeños productores es un elemento fundamental para su integración en el proceso agroindustrial y participación en el desarrollo nacional y territorial. Existe un amplio conjunto de productores pequeños y medianos que no logran alcanzar niveles competitivos. No tienen acceso y/o no cuentan con suficiente disponibilidad de tecnologías y capital, generando inequidad en el desarrollo económico y social. Hay una gran fragmentación al interior de los sectores en cuanto a rentabilidad y capacidades de reproducción de los productores según su tamaño. Los pequeños productores no logran acceder fácilmente al crédito ni a tecnología, dificultando su reconversión. Además, estos pequeños productores no reciben precios acordes a los valores finales de venta, generando diferencias en cuanto a tamaño y distribución de 143 la renta al interior de las cadenas productivas y territorios, alimentando círculos viciosos que perpetúan la disparidad. El desafío para el sistema científico tecnológico consistirá en cubrir las necesidades de tecnología que induce un proceso de generación de tecnología guiado solamente por el mercado. Dicha brecha debería ser cubierta generando tecnología apropiada para todas las escalas, a partir de una matriz diversificada regionalmente que sustente la industrialización de la base biológica para la producción de alimentos y energía, a través de la innovación y generación de valor agregado en origen. Las pequeñas y medianas empresas constituyen parte importante del tejido productivo del campo y la industria, y son fuente principal de la generación de empleo. Su incorporación a las nuevas fronteras de la producción agroalimentaria y energética, es una cuestión central de la agenda del desarrollo agroindustrial argentino (Ferrer, 2013). En términos de las polaridades de esta fuerza impulsora, debe considerarse que en un contexto donde prima un sistema científico tecnológico que prioriza las necesidades del proceso de agriculturalización de origen pampeano disminuyen los desarrollos tecnológicos dirigidos a las producciones regionales y estratos de menor escala. Es fundamental que el Estado actúe generando capital tecnológico a nivel regional, desarrollando infraestructura, conocimiento, asistencia técnica y financiamiento para solucionar los problemas que originan la fragmentación y limitado procesamiento de la producción con agregación de valor a nivel local. 144 3.4. Estado y agroindustria 3.4.1. El acceso a mercados como limitante de la inserción internacional de la agroindustria (Incertidumbre crítica) Aranceles elevados para productos agropecuarios, escalonamientos arancelarios y subsidios constituyen un paquete de instrumentos que puede debilitar el desarrollo de la agroindustria argentina. Lograr desde las negociaciones internacionales remover estas barreras sería un paso fundamental para la agroindustria. Aunque es la vía más importante, no resulta la única alternativa. La constitución de una agroindustria dotada de competitividad sistémica con inserción en cadenas globales de valor, es una opción relevante para acceder a mercados, ya no desde la vía institucional, sino por la capacidad de producir con calidad integral logrando mejores precios. La política de apertura de mercados deberá contar con apoyatura académica que preste soporte a las negociaciones. La agenda de innovación tecnológica en el aspecto social deberá contar con un apartado de relaciones internacionales que optimice las capacidades de negociación. La situación fiscal de Europa y de Estados Unidos puede abrir algún margen de negociación sobre las duras condiciones que impone la PAC y la Farm Bill. El incremento de la competitividad sistémica y la inserción en cadenas globales de valor precisa también de la sinergia público-privada para poner al sistema científico tecnológico y financiero, la generación de infraestructura y apoyatura de la política comercial al servicio de una expansión de la agroindustria que potencie el desarrollo social y regional. En términos de desdoblamientos, las opciones son que la agroindustria argentina logre insertarse con productos finales y en forma sostenida en el mercado internacional, construyendo una marca que distinga sus productos. Por el contrario, 145 se encontrará con fuertes limitantes para crecer en forma homogénea, impulsando el desarrollo nacional y regional. 3.4.2. Orientación de políticas de Estado (Incertidumbre crítica) Las características estructurales y factoriales de la Argentina crean las condiciones para que la libre acción del mercado conduzca a la primarización de su economía. Los beneficios que se obtienen de la producción de granos pampeana (y en buena medida extrapampeana) determinan que los actores (grandes e incluso medianos y algunos pequeños productores) no precisen comprometerse con etapas posteriores de procesamiento para asegurar la reproducción del negocio agropecuario. En ese marco, es necesaria la instrumentación de políticas públicas para agregar valor fronteras adentro. Para generar mayor valor agregado, la imposición a la exportación de commodities agropecuarios debe ser acompañada por políticas que coadyuven a la incorporación de etapas agroindustriales transformadoras. La apertura de mercados para productos alimenticios, la disponibilidad de financiamiento para inversión y capital de trabajo, la potenciación del asociativismo, la presencia de infraestructura logística cuadrangular que vincule mercados internos entre sí (no con un formato de abanico extractivo), la disponibilidad de tecnología acorde a las diferentes escalas y por sobre todo, efectivos sistemas de información para todos los productores son algunos de los tipos de política que pueden colaborar en la expansión de la agroindustria. Una cuestión central es que muchas de estas medidas en mayor o menor medida son aplicadas aunque sin lograr la convergencia institucional necesaria para alcanzar los impactos esperados. En la polaridad de esta fuerza impulsora influirá claramente la orientación de política que prevalezca en los proyectos de gobierno, sea neodesarrollista buscando mayores estándares de transformación agroindustrial, o la vertiente más próxima al neoliberalismo, adscripta al proceso de comoditización. La posición que asuman 146 países como China o India, con relación a generar valor agregado fronteras adentro, podrá alentar en mayor o menor medida la primarización de la producción. La construcción de plataformas tecnológicas en los países emergentes, aumenta las posibilidades de acceso a la innovación, siempre que se pueda profundizar la articulación público-privada y los vínculos políticos que apuesten al desarrollo regional. Este marco político deberá asegurar la inversión en infraestructura y el desarrollo científico-tecnológico, generando las condiciones propicias para el agregado de valor local, estrechamente vinculado a los planes de ordenamiento territorial y gestión de recursos naturales. 3.4.3. Formación de recursos humanos para la expansión de la agroindustria argentina (Incertidumbre crítica) Los recursos humanos son un elemento limitante/dinamizante del desarrollo e incorporación de tecnología. La disponibilidad de profesionales, técnicos y operarios capacitados para desarrollar o aplicar tecnologías novedosas resulta indispensable para alcanzar niveles de innovación que permitan conseguir mayores cuotas de competitividad. En particular, la escasez de mano de obra que trabaja en la producción primaria genera cuellos de botella que terminan perjudicando el proceso agroindustrial. En términos del impacto de la agroindustria sobre el desarrollo de las economías regionales, la calificación de la mano de obra es un elemento central. La evidencia marca que algunas de las agroindustrias más dinámicas de las economías regionales encuentran el límite a su expansión en la ausencia de mano de obra especializada. En cuanto a las posibles trayectorias de esta fuerza impulsora, se podrán observar dos polaridades. Una, basada en la dificultad para conseguir y/o formar la mano de obra con la disponibilidad, capacidad y competencia requerida. La otra, fundada en la posibilidad de contar con el acervo de capital humano necesario y/o establecer 147 políticas para la formación de personal, logrando mayores estándares de capacitación que permitan incrementar la productividad y la remuneración de la mano de obra. 3.5. Nuevas tendencias y adaptación de la agroindustria 3.5.1. Las medidas de mitigación y adaptación al cambio climático (CC) como elementos que pueden forzar el cambio tecnológico en la agroindustria y la oportunidad de generar nuevos negocios (Incertidumbre crítica) Si bien la Argentina no es de los países que se encuentran en situación de tener que ajustar sus emisiones, es posible que en el futuro esta demanda se torne más exigente. En ese caso, se debería realizar el ajuste de la tecnología de producción y logística, para evitar potenciales conflictos comerciales. A partir de un mayor desarrollo científico se podrán realizar aportes tecnológicos de impacto frente al cambio climático. Específicamente, los desarrollos en biotecnología serán esenciales en la adaptación al CC, con lo cual se obtendrían ventajas frente a escenarios climáticos adversos y se podría pensar en la posibilidad de continuar los procesos expansivos de la agricultura moderna. El empleo de tecnologías más limpias en la agroindustria alimentaria llevará a una reducción de las emisiones de GEI, así como también de otros tipos de contaminantes que no están necesariamente vinculados al CC. La utilización de residuos en lugar de combustibles fósiles para los procesos industriales o una utilización energética más eficiente son algunas acciones que ayudarán a reducir las emisiones, dando lugar a la generación de nuevos negocios en torno a la agroindustria. 148 Adicionalmente, la reducción de emisiones puede ser un negocio alternativo si logra consolidarse un mercado para los bonos de carbono, o bien conseguir aportes monetarios (sea en términos de subsidios o financiaciones blandas) de los países desarrollados que emiten GEI (a través de los Mecanismos de Desarrollo Limpio), posibilitando financiar proyectos descontaminantes, de captura de carbono o mitigación, en otros países, como puede ser la Argentina. En términos de las posibles trayectorias de la fuerza impulsora, el primer divisor de aguas se ubicará en la evolución de las exigencias en torno a la reducción de emisiones de GEI. El segundo, será el posicionamiento de la agroindustria argentina en términos de capacidades para absorber nuevas tecnologías. Así, los posibles desdoblamientos establecerán la posibilidad de posicionarse a nivel mundial como una agroindustria limpia o por el contrario, encontrar escollos para acceder a los mercados en función del alto nivel de emisiones. 3.5.2. Las cuestiones sanitarias, de calidad e inocuidad: árbitros para la diversificación por producto y/o geográfica (Invariante estratégica) Las cuestiones sanitarias, de calidad e inocuidad han sido elementos que en forma genuina o como trabas al comercio condicionan el acceso a los mercados. Si bien hay una fuerte diferenciación en los componentes de la demanda, el marketing y las estrategias productivas comerciales crean necesidades en base a argumentos relacionados a la sanidad o al impacto ambiental de los alimentos, que no siempre son propias de los consumidores. Así suelen generarse requisitos excesivos que, en muchos casos, terminan actuando como barreras para-arancelarias. La tendencia es que estos requerimientos se exacerben. La situación será diferente según exista exceso de oferta o de demanda. Pero, en términos generales, sólo se abastecerá la demanda en forma sostenida si se alcanzan estándares elevados en la materia. Así, cuanto mejor sea el posicionamiento en los aspectos relacionados con la calidad integral, mejor será la competitividad de la agroindustria. 149 Al ser esta fuerza impulsora una invariante estratégica no presenta polaridades, pero puede afectar en forma diferencial a la agroindustria. Sin un sistema que regule eficazmente las normas sanitarias, de calidad e inocuidad se verá condicionado el acceso a mercados, sobre todo de productos diferenciados o con mayor valor agregado. 3.5.3. Volatilidad de precios y “comoditización” de la agroindustria (Incertidumbre crítica) Tradicionalmente, la agroindustria ha sido un elemento reductor de los efectos de la volatilidad de precios, en función de lograr diferenciación y mayor capacidad para mantener productos perecederos. Sin embargo, la economía mundial manifiesta un proceso de estandarización que alcanza a los diferentes productos. En este marco, debe contemplarse la posibilidad que muchos productos considerados actualmente diferenciados puedan alcanzar características de homogenización pasando a comportarse como los commodities del presente. Se considera que el incremento de volatilidad en los precios de los bienes agroindustriales puede heredar la de los productos de origen agropecuario. El aumento de la volatilidad puede provenir de cuatro vías diferentes: el precio del petróleo que impactaría directamente en la competitividad de la agroindustria argentina (específicamente logística); los efectos del cambio climático; el ingreso de inversiones institucionales a mercados financieros; y reducidos niveles de los stocks que mantienen las principales potencias agroalimentarias. La agroindustria deberá desarrollar tanto tecnologías de conservación como de gestión, con el fin de manejar adecuadamente los stocks y evitar que la volatilidad de los precios y disponibilidad de materias primas influyan en su competitividad. Pero, 150 por sobre todo, tendrá que tener creatividad para desarrollar nuevos productos que permitan avanzar en la diferenciación, aún en un marco de estandarización acelerada. En términos de las polaridades de esta fuerza impulsora, una primera alternativa será que se avance o no en el proceso de estandarización de los bienes agroindustriales. Una segunda posibilidad que se presenta es si la agroindustria, en la articulación entre el sector productivo y científico-tecnológico, lograra desarrollar tecnologías que permitan acentuar el proceso de diferenciación. Resulta también importante la capacidad para ganar mercados, en la conjunción institucional público-privada. 3.5.4. La búsqueda de nichos para productos alimenticios con incorporación de conocimiento puede ser la puerta de entrada para una nueva demanda alimenticia (Incertidumbre crítica) En base a los cambios poblacionales, sociales y culturales que se prevén, surge la posibilidad de que aparezcan nuevos patrones alimenticios: a) dietas basadas en una mejor nutrición para el cuidado de la salud; b) preferencia por productos fáciles y envasados; c) demanda de productos orgánicos y comidas exóticas; y d) requerimiento de alimentos producidos localmente, entre otros. Asociados a estos cambios en la demanda se encuentran diversos actores: la industria alimentaria, el sector de marketing, el sector de servicios y el sector de investigación involucrado en la tecnología de alimentos. La nutracéutica, dietas a medida y desarrollo de nuevos productos a partir de tecnologías que se derivan de la biología molecular, la biotecnología y la nanotecnología pueden establecer un perfil de oferta que caracterice a la industria alimentaria argentina. En tal sentido, es preciso potenciar la vinculación entre el sistema científico-tecnológico y el sector productivo con el fin de consolidar la citada transformación y aprovechar las oportunidades que puede anticipar la vigilancia tecnológica. 151 En términos de posibles desdoblamientos, las alternativas transcurren entre la posibilidad de que la agroindustria argentina de respuesta a las nuevas tendencias a partir de la vinculación con un sistema científico tecnológico que trabaje en la frontera del conocimiento, avanzando aceleradamente en la bioindustrialización, o por el contrario, transitar una senda en la que la producción agroindustrial se adapta lentamente a los cambios y por tanto acota su dinamismo. 3.6. Inserción de la agroindustria en el sistema productivo argentino 3.6.1. La integración agrícola-pecuaria-agroenergética-industrial como germen de polos regionales de desarrollo (Incertidumbre crítica) Frente a los cambios, en un mundo en donde la cuestión energética será clave, el sistema agroalimentario y agroindustrial deberá adaptarse profundizando la integración agrícola-pecuaria-agroenergética-industrial local-regional. Esto consiste en viabilizar la configuración de polos de desarrollo en ciudades medianas a partir de la posibilidad de producir biocombustibles (biodiesel, etanol o bio gas), carnes (utilizando expeller e incluso productos a partir de desdoblamientos de los biocombustibles), así como, ser base para la producción y comercialización de alimentos procesados, conformando clusters productivos. Estos polos regionales de desarrollo ayudarán a potenciar la incorporación de valor agregado a nivel regional, dado que resuelven el déficit y generan mayor independencia energética. Si bien es importante la generación de energía, subproductos destinados a la alimentación animal e incluso producción pecuaria primaria y el procesamiento de la producción agrícola, el componente realmente dinamizador es la agroindustria (bioindustria) que posibilita potenciar la sinergia entre la producción granariaenergética y pecuaria, generando bienes finales para el consumo regional, nacional y la exportación. La agroindustria es el elemento central en términos de generación de empleo y valor agregado en origen. 152 Los posibles desdoblamientos plantean tres alternativas: se profundiza la concentración de la producción de biocombustibles y/o aceite en torno a un gran polo aceitero (sobre la base del Polo de Rosario); se desarrollan polos energéticos circunscriptos exclusivamente a producciones de primera transformación (producción de biocombustibles y sus subproductos); por último, se constituyen polos regionales donde juega un rol central la agroindustria productora de bienes finales de alto valor agregado. 3.6.2. El asociativismo como instrumento para resolver los límites de las economías de escala de la agroindustria (Incertidumbre crítica) La falta de asociativismo es uno de los elementos identificados en la mayoría de las cadenas y territorios para dar respuesta a mayores niveles y sostenibilidad de la demanda, o bien, a la adquisición de capital con significativos niveles de indivisibilidad. El fortalecimiento del asociativismo puede ser un instrumento para solucionar problemas de escala que condicionan la adquisición de tecnología y la construcción de infraestructura, como también para afrontar negociaciones por parte de los medianos y pequeños productores. Es necesario reforzar los procesos asociativos en pos de reducir las disparidades que presentan las producciones de las economías regionales. El asociativismo facilitaría alternativas de expansión y reconversión que mejoren la vinculación con las diversas posibilidades de transformación agroalimentaria y agroindustrial. Se deberían potenciar distintas formas asociativas (integración, articulación, alianzas) que posibiliten disponer de materia prima, acceder a la tecnología y asistencia técnica, generar economías de escala, vincularse a mercados que demandan volúmenes importantes e incidir en las políticas públicas y en la definición de marcos regulatorios nacionales adecuados a la pequeña y mediana producción. 153 En términos de desdoblamientos, los andariveles que puede recorrer esta fuerza están planteados por un lado, en el fortalecimiento de formas asociativas que faciliten identificar estrategias comunes entre los diferentes estratos socioproductivos; y por el otro, la prosecución de los problemas que alimentan la falta de estrategias asociativas. 3.6.3. Disponibilidad de materia prima en el marco de sojización (Incertidumbre crítica) La materia prima agropecuaria se encuentra vinculada intrínsecamente a la agroindustria por dos vías, por ser naturalmente un insumo central y porque en gran medida la competitividad de la producción de la agroindustria argentina, se encuentra asociada a la competitividad de la actividad primaria. Así, las alternativas de producción de la agroindustria están sujetas a la diversificación de la producción primaria. En este aspecto, resulta central considerar que la Argentina se encuentra inmersa en un proceso de agriculturización en fase de sojización, basado en la disponibilidad y utilización del paquete tecnológico transgénico de la Soja RR; a la vez, hay que considerar también, la dificultad de la política pública para contener los efectos ambientales del avance de la soja. El incremento de la demanda de soja se ha originado en el mayor ingreso de los países emergentes a la par de un fuerte proceso de urbanización que tiene dos efectos: incremento del consumo de alimentos en general y cambios de dietas hacia raciones con mayor contenido de proteínas. En este marco, la Argentina se insertó en forma plena como exportador central, tanto del grano, como del aceite y la harina. Los efectos sustitutivos de la sojización se manifestaron tanto en la región pampeana, con impactos sobre producción de carne (bovina, porcina y aviar), leche y maíz, como en zonas extrapampeanas, donde se experimentaron consecuencias en 154 diversas producciones y agroindustrias regionales. Asegurada la disponibilidad de materia prima, se requieren acciones tanto por el lado de la oferta como de la demanda para contener el proceso de sustitución. Por el lado de la oferta, más allá de políticas públicas específicas que alienten la diversificación de la producción primaria, resultará central avanzar en desarrollos tecnológicos que acoten las ventajas de plasticidad y rentabilidad de la soja frente a las demás producciones agropecuarias. Desde el lado de la demanda, el desarrollo de la agroindustria puede actuar como un elemento dinamizador de producciones diferentes a la soja, buscando alcanzar niveles de competitividad sistémica que sobrepasen la etapa primaria para obtener mejores precios y/o asegurar mercados que requieran mayores grados de transformación. Naturalmente los desdoblamientos de la presente fuerza impulsora pasarán por la evolución de la agriculturización en términos de la mayor o menor diversificación de materias primas. Así, si se logran potenciar los efectos sinérgicos de la agroindustria, se podrá transformar en una alternativa que participe de la diversificación productiva; si, en cambio, la agroindustria no es el eslabón dinámico del proceso de crecimiento nacional, muy probablemente prevalecerán demandas de productos escasamente transformados, situación altamente propicia para la concentración de la producción. 155 3.6.4. Sinergia entre los distintos actores de la agroindustria (Incertidumbre crítica) La agroindustria argentina se caracteriza por una marcada heterogeneidad de los actores intervinientes. Se destacan grandes grupos empresariales, algunos de ellos nacionales (AGD, Arcor y Molinos como íconos) y una mayoría transnacionales (Kraft, Unilever, Coca-Cola, PepsiCo, Grupo Bimbo, Danone, Anheuser-Busch InBev, entre otras), junto a la presencia de actores con fuerte poder de mercado (el caso de Mastellone y Sancor) y una gran cantidad de actores pequeños y medianos, algunos transnacionalizados y otros concentrados en el mercado interno. Estas diferencias se manifiestan también en contrastes de objetivos y estrategias entre los actores de acuerdo con su tamaño de activos y poder. A las diferencias de tamaño se adicionan discrepancias de acuerdo con las regiones. En la región pampeana, aun cuando prevalece la transformación a gran escala en el polo aceitero o la venta del grano como producto primario, se encuentra un incipiente proceso de industrialización de la materia prima a partir de la transformación en origen de granos como la soja y tendencias a la conformación de polos de procesamiento para la obtención principalmente de aceite y biodiesel; se encuentran, además, frente a la posibilidad de incluir a la elaboración de etanol y a la producción pecuaria. En este caso es determinante el asociativismo entre los productores y será fundamental el grado de eslabonamiento regional que se verifique con el fin de sumar más actores al sistema. Las agroindustrias de las economías regionales se encuentran condicionadas directa o indirectamente por lo que ocurre en la región pampeana a partir de sus ventajas comparativas que derivan en mejores condiciones de competitividad relativa. En las economías regionales, la dinámica de la agroindustria no depende solamente del tamaño del actor, sino también de su integración, determinada fundamentalmente por la vinculación con el sector externo (tanto financiero como comercial). Las ventajas de la región pampeana generan impactos sobre el resto de las producciones. Considerando la posición dominante que lograron construir sus 156 actores, es sumamente difícil establecer políticas que permitan el desarrollo armónico del resto de las producciones, en este caso agroindustriales no pampeanas. Es sabida la dificultad para encontrar visiones comunes entre sector público y privado en el sector agroindustrial. No obstante, el sostén de la agroindustria precisa de la articulación público-privada que permita la comunión de intereses para acotar la disparidad de posiciones competitivas de los sectores. La cultura y redes del agronegocio pueden ser una fuente para la expansión de la agroindustria. La idea de la innovación en procesos colectivos y las redes construidas, son elementos distintivos para avanzar en la construcción de una agroindustria al servicio del desarrollo. El modelo productivo que se configuró, basado mayoritariamente en innovaciones tecnológicas, rescató por un lado un conjunto de productores que logró adaptarse al mercado reconvirtiéndose a un perfil productivo profesionalizado e innovador. La modificación del perfil facilitó la articulación de diversos actores, como rentistas, productores, contratistas y profesionales, entre otros. Por otro lado, una cantidad importante de productores quedaron al margen de este proceso porque la lógica del nuevo modelo no era compatible con su estructura y organización. Considerando a la innovación como elemento central, la experiencia del asentamiento de estas redes junto con políticas públicas que promuevan estrategias de bio industrialización integradoras entre la agricultura empresarial y familiar, podría ser un punto de partida para superar la etapa de producción primaria exitosa y emprender el proceso hacia la construcción de una agroindustria dinámica. Sería necesario incorporar actores y territorios de diferentes tamaños, aportando a un desarrollo regional y territorial sustentable e inclusivo. En especial es relevante que se generen vinculaciones en la forma de polos regionales que permitan potenciar la generación de bienes finales y valor agregado en origen. 157 En términos de desdoblamientos de esta fuerza impulsora, aparecen en principio dos alternativas. Por un lado, la generación de nuevas redes y/o expansión de las actuales que integran la etapa de procesamiento industrial explorando en todo su potencial la base biológica. En esta alternativa, el sistema científico-tecnológico es clave para la generación del conocimiento necesario. Por el otro, se mantiene el modelo productivo circunscripto a la producción primaria o a una mínima transformación, sin generación de productos finales, ni inserción en polos regionales, debilitando las opciones para fortalecer la industrialización y el desarrollo territorial, manteniéndose una estructura productiva desarticulada en el Sistema Agropecuario, Agroalimentario y Agroindustrial. La síntesis de las FI se presenta en el Cuadro 1. 158 Cuadro 1. Síntesis de las fuerzas impulsoras Dimensión Fuerza impulsora • Alta dinámica poblacional en países emergentes asegura mercado para los alimentos (Invariante estratégica). Mercados mundiales • Urbanización, logística y alimentos procesados (Incertidumbre crítica). • Crecimiento económico mundial, nuevas clases medias y cambio de dieta (Incertidumbre crítica). • La evolución de China y Estados Unidos afecta los ámbitos de discusión multilateral (Incertidumbre crítica). • El papel de la OMC como regulador del comercio mundial ante la aparición de normas privadas para el acceso a mercados y los cambios geopolíticos (Incertidumbre crítica). Geopolítica • La profundización de la integración con Brasil y el resto de América del Sur con la agroindustria como piedra basal (incertidumbre crítica). • Seguridad alimentaria global condicionando la soberanía alimentaria nacional y el agregado de valor (Incertidumbre crítica). • Costos de producción y logística asociados al precio del petróleo afectan competitividad de la agroindustria argentina (Incertidumbre crítica). • Relación costo de logística y agregado de valor en origen (Incertidumbre crítica). • Disrupciones en materia de producción primaria e Cambios tecnológicos incorporación de África como oferente reduce competitividad y competitividad de la relativa de la Argentina (Incertidumbre crítica). agroindustria • DPI y su impacto sobre la competitividad y el acceso a mercados de la agroindustria (Incertidumbre crítica). • Nuevas plataformas tecnológicas pueden ser una fuente de innovación para la agroindustria argentina (Incertidumbre crítica). • Disponibilidad de alternativas tecnológicas para los diferentes estratos productivos (Incertidumbre crítica). Estado y agroindustria • El acceso a mercados como limitante de la inserción 159 internacional de la agroindustria (Incertidumbre crítica). • Orientación de Políticas de Estado (Incertidumbre crítica). • Formación de recursos humanos para la expansión de la agroindustria argentina (Incertidumbre crítica). • Las medidas de mitigación y adaptación al cambio climático (CC) como elementos que pueden forzar el cambio tecnológico en la agroindustria y la oportunidad de generar nuevos negocios (Incertidumbre crítica). Nuevas Tendencias y adaptación de la agroindustria • Las cuestiones sanitarias, de calidad e inocuidad: árbitros para la diversificación por producto y/o geográfica (Invariante Estratégica). • Volatilidad de precios y “comoditización” de la agroindustria (Incertidumbre crítica). • La búsqueda de nichos para productos alimenticios con incorporación de conocimiento puede ser la puerta de entrada para una nueva demanda alimenticia (Incertidumbre crítica). • La integración agrícola-pecuaria-agroenergética-industrial como germen de polos regionales de desarrollo (Incertidumbre crítica). Inserción de la • El asociativismo como instrumento para resolver los límites de agroindustria en el las economías de escala de la agroindustria (Incertidumbre sistema productivo crítica). argentino • Disponibilidad de materia prima en el marco de sojización (Incertidumbre crítica). • Sinergia entre los distintos actores de la agroindustria (Incertidumbre crítica). 160 4. ESCENARIOS 4.1. Interrogantes estratégicos La complejidad que dejan planteadas las fuerzas impulsoras permite identificar una serie de eventos que describen el presente y las tendencias más destacadas, agrupados según las dimensiones (Cuadro 2). De este cuadro de tendencias surgen una serie de interrogantes estratégicos que resultan centrales para la construcción de los escenarios. Los interrogantes estratégicos identificados son los siguientes: 1) ¿Se sostendrá el crecimiento económico de los países emergentes en el marco de la crisis mundial que conlleva al cambio de sus dietas? 2) ¿Cuál será el impacto de los costos de logística sobre el comercio y las características de los productos agroalimentarios en términos de transformación? 161 Cuadro 2. Tendencias destacadas Dimensión Tendencias • Crecimiento poblacional + Urbanización creciente + Crecimiento económico = Cambio dieta. ¿Crisis económica desarrollados? ¿Y global? • Mercados mundiales Emergentes (China) como locomotoras. • Volatilidad precio de commodities, alimentos y energía. • • Petróleo caro = biocombustibles y mayores costos. • Estados Unidos-China ¿unidos o dominados?. • ¿Pierden lugar los organismos internacionales (OMC, ONU, FAO) frente a privados? Geopolítica • Mayor relacionamiento Sur-Sur. • ¿A dónde va la relación Argentina-Brasil? • Seguridad alimentaria global vs soberanía alimentaria nacional. Cambios tecnológicos y competitividad de la • Nuevas plataformas tecnológicas en países emergentes. • Escasa disponibilidad de tecnología para estratos pequeños. • Puja por valor agregado. agroindustria • Puja por DPI. • Estado y agroindustria Nuevas tendencias y adaptación de la agroindustria Inserción de la agroindustria en el sistema productivo argentino • • Acceso a mercados como limitante. Orientación de políticas con control estatal sobre mercados. • Política agroindustrial específica acotada. • Normas privadas como para-arancelarias. Cuestiones sanitarias, de calidad e inocuidad: árbitros para la diversificación. Bienes con valor agregado sufren menos volatilidad. • Escaso asociativismo. • Agriculturización con foco en sojización. • Escasez de una visión conjunta de los actores. • Agroindustria exitosa de actores vinculados con el sector externo. 162 3) ¿Se logrará mejorar el acceso a mercados de los productos de la agroindustria?, ¿o prevalecerán restricciones sostenidas en parte en la seguridad alimentaria global? 4) ¿El desarrollo de la CyT global, con especial énfasis en los países emergentes, acercará oportunidades para la agroindustria argentina? 5) ¿Qué orientación de políticas prevalecerá en la Argentina? 6) ¿Avanzará la integración en América del Sur sobre la base de la agroindustria? 7) ¿Se profundizará la extranjerización de la agroindustria argentina?, en ese caso, ¿bajo qué modalidades se desarrollará ese proceso? 8) ¿Cuál será el efecto de los procesos de innovación sobre la competitividad de la agroindustria? 9) ¿Cuál será el impacto de la eficiencia energética en términos de competitividad a partir de los costos de producción y de la huella de carbono en la producción agroindustrial argentina? 10) ¿Las cuestiones ambientales impactarán en la agroindustria y los mercados? 11) ¿La agroindustria logrará incorporar a los diferentes actores en forma inclusiva? Los escenarios al año 2030 se desarrollan a partir del desdoblamiento o devenir temporal de la interacción de los interrogantes estratégicos y las incertidumbres críticas. 163 4.2. Desarrollo de los escenarios 4.2.1. Escenario 1: Crisis, China y “Stop and go” En los comienzos del período, la prolongada crisis económica de los países desarrollados obliga a ajustes en los países emergentes, buscando reasignar exportaciones a otros destinos y desacelerando la tasa de crecimiento de sus economías. El menor nivel de crecimiento económico hace menguar las importaciones de alimentos a partir del menor crecimiento de sus clases medias. De este modo, el cambio de dietas se demora y se potencia la puja por la generación de valor agregado fronteras adentro en la producción alimentaria. En el marco de la desaceleración de la economía global, los precios del petróleo se manifiestan poco dinámicos. La crisis global genera mayor impacto en los países desarrollados. Estos manifiestan pérdidas de poder en los foros globales frente a países emergentes que sustentan su dinámica en el volumen de los mercados internos. El incremento de la vinculación entre países emergentes es otra fuente del cambio en los equilibrios. En el marco de la crisis sostenida, las cuestiones ambientales no son prioridad para los mercados, pero funcionan como barreras para-arancelarias. En materia de I+D global, la dinámica (si bien escasa) es sostenida por los países asiáticos (especialmente China). Así, la crisis retarda la consolidación de las plataformas en países emergentes y sólo avanzan parcialmente a través de la vinculación entre las corporaciones y los países asiáticos. Las oportunidades que presentan estos países no se evidencian en los países occidentales por la retracción en las cuentas fiscales derivadas del ajuste económico que plantea la crisis mundial. En el plano regional y nacional la crisis afecta en forma severa a Brasil, primarizado por el efecto de la economía china que gana mercados a partir de la necesidad de cubrir las mermas de sus exportaciones a los países desarrollados. La Argentina se ve también afectada en el plano macroeconómico por la crisis global. Esta situación 164 plantea fuertes disputas sobre el proyecto de gobierno, ingresando sobre el final de la primera década prospectada en un péndulo de políticas neodesarrollistas y neoliberales. La conjunción de problemas en los principales países del Cono Sur determina que exista una retracción en el proceso de integración regional. La puja por el valor agregado a nivel global impacta a la Argentina en términos de una primarización, en la que las normas privadas juegan un papel central en términos de acotar la accesibilidad de la agroindustria a los mercados globales. La puja por el valor agregado intra-fronteras determina que los avances en términos de acceso de la agroindustria sean puntuales y sólo en aquellos sectores en los cuáles se muestra más competitiva. Esta característica se muestra a lo largo de todo el período prospectado. Cerrando el ciclo sobre el final de la primera mitad del período, se observa un incremento de la extranjerización de la agroindustria argentina e inversiones productivas y en infraestructura que refuerzan el perfil primario del sistema agroalimentario. En función de los problemas de mercados que se evidencian, empresas extranjeras se hacen de activos de la agroindustria con un rol central por parte de China. Este posicionamiento del gigante asiático se destaca tanto en Argentina como en Brasil. En Argentina no se observan políticas específicas que contengan la extranjerización, en función de que en el comienzo, las adquisiciones son vistas como oportunidades de negocios. Esta situación cambia sobre el final del período cuando se comienzan a observar los efectos indeseables de la dependencia. China es el actor más importante y sostiene la adquisición estratégica de activos vinculados a la agroindustria argentina. Su particular manera de realizar los negocios genera efectos indeseados a nivel social. En términos macroeconómicos, si bien existe una buena performance exportadora, la remesa de divisas genera problemas recurrentes en la balanza de pagos. Los precios poco dinámicos del petróleo determinan que sobre la bisagra del período prospectado no existan fuertes impactos en términos de aumentos en los costos de logística. De esta forma, no se aprecian modificaciones en el grado de 165 transformación de los productos alimentarios, no varíando significativamente la característica de los commodities. Al no registrarse grandes incrementos en el precio del petróleo, el impacto real de la ineficiencia energética pasa más por la adaptación a las normas privadas de corte ambiental y en menor medida por impactos competitivos derivados de mayores costos. Recién sobre la segunda mitad del período prospectado se observa una recuperación de las tasas de crecimiento con un mayor protagonismo de los países emergentes y una dinámica todavía lenta de los países centrales. Las fuentes de crecimiento se sostienen por las vinculaciones entre los países emergentes. En este marco se produce cierta presión de la demanda de alimentos y productos agropecuarios no alimentarios sobre una oferta poco dinámica en función del escaso desarrollo tecnológico del sector a nivel global y de la insuficiente incorporación de nuevas tierras en producción. África no evoluciona para constituirse en un polo productivo importante en materia agropecuaria. En el marco de problemas de equilibrio en el mercado de alimentos se incrementan las presiones para que se quiten restricciones al comercio donde prevalece la seguridad alimentaria global por sobre la soberanía de los países. El exceso de demanda alimentaria es fundamental para que se consoliden en la CyT global las plataformas corporativas sobre el final del período. Sobre el año 2020, los retrocesos en la integración de América del Sur se manifiestan en desacuerdos de las posiciones de Argentina y Brasil que terminan por acotar los márgenes de maniobra de ambos países, al enfrentar en forma separadas los desafíos de la expansión de China. La pendularidad de los proyectos de gobierno y la retracción del proceso de integración regional aparecen como elementos determinantes en la falta de aplicación de políticas específicas para el sector. Esta situación actúa para que se encuentren problemas en el mercado interno en su desarrollo vía el consumo, elemento que retroalimentó el problema de las agroindustrias en el mercado externo. En este marco, se privilegia el crecimiento sin efectos sustantivos sobre la inclusión social. 166 Con la discontinuidad de las políticas y la marcha de la economía, y con la preeminencia del mercado por sobre la regulación, se generaron problemas energéticos al no efectuarse las inversiones necesarias. Adicionalmente, la acción del mercado profundiza la infraestructura radial con un sesgo hacia el Pacífico en función de la importancia de China. Así, se fortalece una estructura bi-focal más atenta al comercio exterior que al desarrollo de los territorios. Los procesos de innovación en la agroindustria argentina se encuentran fuertemente acotados y se hallan centrados en el papel de actores privados debido a una profunda retracción del Estado a partir de la indefinición de políticas públicas. Los mayores procesos de innovación llegan de la mano de las corporaciones que se establecen en la agroindustria. El tratamiento de las restricciones ambientales se reduce a nichos de mercado a partir de posiciones beneficiosas. La primarización de la producción determina altos grados de retracción de los procesos de agregado de valor, sobre todo en las economías regionales. La permanencia de un paradigma único de producción primaria dificulta la inserción de los pequeños productores en la agroindustria en forma equitativa. Los pequeños productores no disponen de alternativas que superen las estrategias del modelo corporativo dominante. En términos de características productivas globales, el final del período denota una situación en la que los países asiáticos se fortalecen en materia de producción de manufacturas y tecnología industrial y Estados Unidos se posiciona como un actor agroindustrial central. Tres elementos dan cuenta de la dinámica en la agroindustria de Argentina: la tecnología se maneja por vía de las corporaciones tradicionales y las empresas asiáticas radicadas en el país; es escaso el desarrollo de servicios e industrias conexas a la agroindustria; y resulta exigua la concreción de polos integrados agrícola-energéticos-pecuarios distribuidos territorialmente. 167 La dificultad de consolidar un modelo de desarrollo a nivel nacional impidió avanzar hacia consensos entre los diferentes actores; se sostienen profundas divergencias y dicotomías entre los diferentes actores. Se sostienen las diferencias de integración entre los actores dinámicos de la producción primaria y los pequeños productores arraigados en la agricultura familiar. Las imágenes del futuro correspondientes a este escenario son: o Escaso desarrollo CyT nacional en el sector agroindustrial y compra de tecnología en resto del mundo. o Escasa expansión de la agroindustria nacional y desempeño sujeto a las cadenas globales de valor. o Débil expansión de industrias y servicios conexos a la agroindustria. o Paradigma único en la producción primaria con pocas posibilidades de diversificación productiva. o Agroindustria de economías extra-pampeanas con escasa dinámica y éxodo de productores. o Inserción mundial como proveedores de productos primarios alimentarios y agropecuarios no alimentarios. o Problemas de inclusión en la economía argentina derivados de la escasez de empleo y disponibilidad de bienes. 168 Esquema del Mercados Mundiales Crecimiento Poblacional + Urbanización creciente + Crec. Econ. = Cambio Dieta ¿Crisis Económica Desarrollados? ¿Y Global? Emergentes (China) locomotoras Volatilidad precio de commodities, alimentos y energía Petróleo caro = Biocombustibles y +Costos escenario 1: Geopolítica EEUU-China ¿Unidos o dominados? ¿Pierden lugar los organismos internacionales (OMC, ONU, FAO) frente a privados? Mayor Relacionamiento Sur-Sur ¿A dónde va la relación Argentina Brasil? Seguridad Alimentaria Global vs Soberanía Alimentaria Nacional Crisis prolongada de estados desarrollados obliga a ajustes en emergentes Se aletarga el cambio de dietas en emergentes Crisis global retarda dinámica de plataformas estatales en países emergentes, sólo algo de dinámica en asiáticos vía corporaciones Acceso a mercados como limitante Orientación de políticas con control estatal sobre mercados Política agroindustrial específica acotada Brasil se ve primarizado por China go” Inserción de la agroindustria en el sistema productivo argentino Escaso asociativismo Agriculturización con foco en sojización Escasez de visión conjunta de los actores Agroindustria exitosa de actores vinculados con sector externo Proceso de agriculturización limita expansión de agroindustria Pujas en derredor del modelo a seguir China gana presencia territorial en Argentina y Brasil Profundización de la extranjerización de la agroindustria nacional por problemas de mercados and Nuevas Tendencias y adaptación de la agroindustria Normas Privadas como paraarancelarias Cuestiones sanitarias, de calidad e inocuidad: árbitros para la diversificación Bienes con valor agregado sufren menos volatilidad Argentina sufre problemas macroeconómicos derivados de crisis Inversiones en infraestructura concentradas en comercialización de producción primaria Retracción en integración sudamericana Argentina ingresa en un péndulo de políticas Escasos efectos sobre costos de logística y transformación en origen Argentina y Brasil posición descoordinada en foros Imposibilidad de aplicar políticas específicas para el sector Oferta alimentaria poco dinámica en relación a la demanda alimentaria y de productos agrop no alimentarios Asia se consolida como productores de manufacturas y tecnología Se incrementan presiones para quita de restricciones a comercio de alimentos “Gana Seguridad Alimentaria Global” Retracción en los procesos de agregación de valor, con fuerte impacto en economías regionales Estados Unidos se posiciona como un actor agroindustrial relevante Escaso CyT nacional agroindustria compra tecnología en resto del mundo Consolidación de Plataformas corporativas Escasa expansión de la agroindustria y sujeta a cadenas globales de valor Escaso desarrollo tecnológico nacional posiciona a empresas trasnacionales en semillas, insumos, maquinaria y nano Escasa expansión de industrias y servicios conexos a la agroindustria Problemas Energéticos por no realización de inversiones y no avances en eficiencia energética Buena performance exportadora pero problemas de balanza de pagos Innovación en agroindustria acotada a empresas dinámicas CyT global fuertemente dominada por corporaciones 2030 “Stop Normas Privadas y para-arancelarias ambientales perjudican a agroindustria argentina Precios del petróleo poco dinámicos Recuperación de Emergentes reinicia cambio de dieta África no es todavía un punto productivo a considerar y Estado y agroindustria Inversiones en I+D en emergentes sostenidas especialmente por asiáticos Puja por valor agregado intrafrontera se exacerba a nivel global Mayor vinculación comercial y política entre emergentes China Cambios tecnológicos y competitividad de la agroindustria Nuevas plataformas tecnológicas en Emergentes Escasa disponibilidad de tecnología para estratos pequeños Puja por valor agregado Puja por DPI Pérdida de poder de países desarrollados en foros por conflictos globales 2020 Crisis, Servicios e industrias conexas a la agroindustria dependiendo de cadenas, y sin generación en origen Paradigma único en producción primaria acota posibilidades de diversificación productiva Crecimiento de la agroindustria no logra objetivos del PEA 2011 Ausencia de paradigma alternativo para pequeños y medianos productores Pequeños productores agroindustriales “rehenes” de corporaciones Agroindustria de Economías Regionales con escasa dinámica y salida de productores Se profundiza infraestructura radial con algún sesgo hacia el Pacífico Problemas en el mercado interno derivado de las políticas erráticas Cuestiones ambientales impactan rendimiento pero crece frontera agropecuaria Ausencia de polos integrados agrícolaenergéticospecuarios distribuidos en territorio Inserción mundial como proveedores de productos primarios alimentarios y agropecuarios no alimentarios Problemas de inclusión en el economía argentina derivado de problemas de empleo y disponibilidad de bienes 169 IMÁGEN DE FUTURO 4.2.2. Escenario 2: Gatopardismo corporativo: vieja globalización - nuevos commodities Varios elementos configuran la salida de la crisis sobre el comienzo del período. Los países emergentes recobran su senda de crecimiento a partir del aporte de demanda que significa la recuperación de los países desarrollados. En particular, se observa un exitoso proceso de reconversión del patrón de crecimiento de los países emergentes que se apoya en el desarrollo del mercado interno, en la expansión del comercio y el relacionamiento mutuo. Por otro lado, se observa un papel activo por parte de las corporaciones participando de la estabilización de los mercados sobre todo en lo que refiere a la materia financiera. El crecimiento económico y el incremento de población que pasa a formar parte de la clase media determinan que se observe un proceso de cambio de dieta significativo. Así, se generan importantes efectos en términos de demanda de materias primas agropecuarias tanto alimentarias como no alimentarias que implican fuertes impactos en el nivel de precios de los productos de origen agropecuarios. En el marco de la expansión de la economía mundial, los precios del petróleo encuentran fácilmente los máximos que se estimaban sobre los finales de la primera década del siglo XXI, representando aumentos significativos tanto en los costos de producción como en los de logística. Se observan precios volátiles en función de la presencia de acciones especulativas. Se incrementa la importancia de las corporaciones globales deteriorándose aún más la capacidad de los estados nación para el establecimiento de normas y la ejecución de políticas de desarrollo. El condicionamiento de la expansión de las corporaciones determina y a la vez se ve beneficiada por la aplicación de una orientación de políticas adscriptas al modelo neoliberal. El hecho que las inversiones en I+D en los países emergentes sean sostenidas especialmente por corporaciones hace que las plataformas de CyT se vean 170 fuertemente influenciadas por la lógica mercantil y la disponibilidad onerosa de tecnología. En el comienzo del período a nivel regional y nacional, las economías de Brasil y Argentina se ven primarizadas principalmente por el fuerte impacto del comercio bajo patrones “Norte-Sur”, especialmente con China. El marco global de puja por el valor agregado, junto al proceso de agriculturización, la proliferación de normas privadas y una mayor extranjerización de la economía bajo la lógica de las corporaciones globales condicionan a la agroindustria argentina acotando la expansión de la transformación de granos. En la agroindustria argentina se profundiza el proceso de extranjerización a partir de la consolidación de las corporaciones globales. China marca el centro del proceso: ve incrementar su influencia en el sector vía sus corporaciones, potenciando su presencia a partir de la adquisición de unidades productivas que funcionan bajo la lógica de producción “off-shore” con dominio del capital productivo y presencia de trabajadores chinos, situaciones ambas que aseguran un mayor flujo de divisas contribuyendo a equilibrar la balanza comercial de este país. Para el caso de la Argentina, la crisis y la primarización de la economía traen aparejados problemas macroeconómicos que determinan pujas sobre la orientación del modelo económico. En la medianía del período prospectado se observa una demanda de alimentos y productos agropecuarios no alimentarios sostenida que, combinada con una oferta poco dinámica, determina que se generen conflictos en términos de la seguridad alimentaria global. Las presiones de países y corporaciones están dirigidas a que los países productores de alimentos quiten restricciones a la exportación con el fin de incrementar su disponibilidad y reducir el nivel de precios. En el marco global, los cambios originados en el aumento del precio del petróleo derivaron en la aparición de una nueva generación de commodities, con transformaciones primarias que buscan disminuir el peso y/o volumen del bien transportado con el fin de reducir los costos de traslado. Sin embargo, esta situación 171 no determina incrementos significativos del valor agregado en origen. Las transformaciones que se generalizan no son intensivas en mano de obra y manifiestan altos grados de mecanización cuyo origen no es tecnológica ni comercialmente nacional. Se observa un proceso de concentración tanto de actores como territorios. A nivel nacional, los altos precios del petróleo implican dos cambios centrales sobre la agroindustria: la necesidad de impulsar la transformación en origen para reducir los costos de transporte y la utilización de productos derivados del agro para la producción de bienes obtenidos a partir del petróleo y diversificación de la producción. Este tipo de cambios es abordado básicamente por las grandes unidades productivas. Si bien se observa apertura de mercados para los productos de la agroindustria, se realiza bajo la lógica de los nuevos commodities. En consecuencia, queda restringido el acceso de aquellos productos que conservan mayores niveles de valor agregado y diversificación. Las corporaciones globales aprovechan así la generación de renta tanto en el origen como en el destino de los productos. Sobre el año 2020 se asiste a una situación a nivel nacional y regional caracterizada a grandes rasgos por el avance de la integración sudamericana en el plano comercial, mientras se retarda en los aspectos productivos y de políticas comunes. En ese marco, la Argentina marcha hacia políticas de corte neoliberal con fuerte sesgo agroexportador. En términos de la integración en América del Sur, se experimenta una fuerte retracción en la capacidad regulatoria de los estados y se converge hacia una integración horizontal guiada por el eje comercial. La fuerte presencia de las corporaciones dicotomiza la velocidad de integración en la región. Mientras se acelera fuertemente la apertura comercial, se acota la integración intra-industrial y los países refuerzan sus perfiles de especialización. 172 Las inversiones se encuentran concentradas en la producción y comercialización de nuevos commodities, profundizándose la estructura radial de la economía argentina. Prevalecen políticas meramente horizontales para la agroindustria sin priorizarse el desarrollo vertical de algún sector. Las políticas públicas privilegian los volúmenes de producción antes que la integración de valor agregado, sea por impulso de la tecnología y/o del empleo. En términos macroeconómicos, el sesgo de la política cambiaria afecta a las producciones menos competitivas. La inserción plena en los mercados de capitales permite mayores oportunidades para la adquisición de bienes, producidos fundamentalmente en el resto del mundo. En el marco de precios del petróleo elevados y un Estado débil, los avances en términos de la eficiencia energética se reducen a los productores de la agroindustria más dinámicos, siendo un elemento que profundiza la dicotomía entre actores. El impacto real de la ineficiencia energética se observa tanto en la adaptación a las normas privadas de corte ambiental como en impactos competitivos vía costos que sufren los actores que no realizaron el correspondiente cambio tecnológico. A nivel global, se asiste a un amplio dominio de las empresas transnacionales, observándose mejoras en la tecnología de producción primaria destinada a ambientes hostiles en términos de stress hídrico, salinidad y alcalinidad, generando nuevas oportunidades de producción, principalmente en países de África. En materia de CyT, se aprecia una retracción en la disponibilidad presupuestaria a nivel regional y en particular en el ámbito nacional, discontinuándose procesos que apuestan al desarrollo autónomo de tecnología para la agroindustria. En el ámbito productivo, se profundiza el vínculo entre los principales actores del sector primario y las agroindustrias más dinámicas en términos de avances en las cadenas de valor y acceso al mercado externo, en estrecha vinculación con actores internacionales. En este marco, se dificulta la inclusión de los pequeños y medianos 173 productores en función del proceso de concentración e integración vertical, especialmente en las economías extrapampeanas. Se manifiesta la ausencia de estrategias integradoras o paradigmas productivos alternativos para los pequeños y medianos productores. Al final del período aparecen problemas internos debido a la falta de políticas que no apuestan a potenciar el empleo y el consumo interno. Las innovaciones que permiten incrementar la competitividad de la agroindustria se aglutinan en la primera etapa de transformación, dando lugar a la nueva generación de commodities intensivas en el uso de capital. Las innovaciones no permiten desconectar la competitividad de la agroindustria de la producción primaria. Las retracciones en la competitividad de la actividad primaria generan incertidumbre en el devenir de la agroindustria argentina. La preeminencia de las corporaciones transnacionales en la organización de la producción, determina una situación dual en la que se observa, por un lado, la proliferación de normas privadas de acceso a mercados vinculadas a cuestiones ambientales; mientras que por el otro, se dificulta la acción del Estado en términos de regulación, ordenamiento y conservación de los recursos naturales y el ambiente. Tres tendencias se avizoran a nivel global en los finales del período prospectado: la consolidación de Asia como productor de manufacturas y tecnología; Estados Unidos como productor agroindustrial relevante; y la consolidación de las plataformas corporativas. Los elementos que pueden considerarse determinantes para la caracterización de una agroindustria argentina con escasos derrames hacia el resto de la economía son: a) servicios e industrias conexas a la agroindustria en manos de grandes actores; b) pequeños productores agroindustriales con inserción limitada en las cadenas de valor; y, c) polos integradores agrícola-energéticos-pecuarios de gran escala y concentrados en el territorio. 174 Las imágenes de futuro correspondientes a este escenario son: o CyT nacional dependiente del mercado genera exclusiones para pequeños productores. o Agroindustria sujeta a cadenas globales de valor con gran expansión. o Expansión de industrias y servicios conexos a la agroindustria por parte de grandes actores. o Paradigma único en producción primaria que acota posibilidades de diversificación productiva. o Agroindustrias en economías extrapampeanas lideradas por la dinámica de grandes actores y profundización de dicotomías. o Inserción mundial como proveedores de materias primas alimentarias y agropecuarias no alimentarias. o Problemas de inclusión en la economía argentina derivados de la baja generación de empleo. 175 Esquema del escenario 2: Gatopardismo corporativo: vieja globalización - nuevos commodities Mercados Mundiales Crecimiento Poblacional + Urbanización creciente + Crec. Econ. = Cambio Dieta ¿Crisis Económica Desarrollados? ¿Y Global? Emergentes (China) locomotoras Volatilidad precio de commodities, alimentos y energía Petróleo caro = Biocombustibles y +Costos Geopolítica EEUU-China ¿Unidos o dominados? ¿Pierden lugar los organismos internacionales (OMC, ONU, FAO) frente a privados? Mayor Relacionamiento Sur-Sur ¿A dónde va la relación Argentina Brasil? Seguridad Alimentaria Global vs Soberanía Alimentaria Nacional Cambios tecnológicos y competitividad de la agroindustria Nuevas plataformas tecnológicas en Emergentes Escasa disponibilidad de tecnología para estratos pequeños Puja por valor agregado Puja por DPI Mayor vinculación comercial y política entre emergentes permite crecimiento y salida de crisis Salida de Crisis de países desarrollados y papel central de corporaciones recobra senda de crecimiento global Se profundiza cambio de dietas en emergentes Fuerte demanda de alimentos y productos agropecuarios no alimentarios Puja por Valor agregado intrafrontera se exacerba a nivel global Agroindustria condicionada Efectos sobre costos de logística y transformación en origen. Aparición de nuevos commodities 2030 CyT nacional dependiente del mercado genera exclusiones para pequeños productores Agroindustria sujeta a cadenas globales de valor y con gran expansión Inversiones en infraestructura concentradas en comercialización y producción de los nuevos commodities Apertura de mercados para nuevos commodities ganancia concentrada en tecnología y productos diferenciados Agregación de valor en economías regionales por grandes actores y corporaciones Ausencia de paradigma alternativo para pequeños y medianos productores Servicios e industrias conexas a la agroindustria por parte de grandes actores Expansión de industrias y servicios conexos a la agroindustria por parte de grandes actores Problemas de competitividad para producciones no pampeanas básicamente por tipo de cambio Políticas horizontales que buscan expandir la producción Corporaciones toman el lugar de los Estados en dictado de normas ambientales Desarrollos tecnológicos en Argentina guiado por corporaciones y escaso aporte estatal Pujas en derredor del modelo a seguir Integración sudamericana avanza en el plano comercial vía mercados Argentina va hacia políticas neoliberales Problemas de eficiencia energética para productores que no reconvirtieron CyT global fuertemente dominada por corporaciones Consolidación de Plataformas corporativas Proceso de agriculturización acota expansión de agroindustria a transformación de granos Profundización de la extranjerización de la agroindustria nacional via corporaciones globales Se incrementan presiones para quita de restricciones a comercio de alimentos “Gana Seguridad Alimentaria Global” Estados Unidos se posiciona como un actor agroindustrial relevante Argentina sufre problemas macroeconómicos derivados de crisis Precios del petróleo altos y volátiles Oferta alimentaria poco dinámica en relación a la demanda muy dinámica Asia se consolida como productores de manufacturas y tecnología Inserción de la agroindustria en el sistema productivo argentino Escaso asociativismo Agriculturización con foco en sojización Escasez de visión conjunta de los actores Agroindustria exitosa de actores vinculados con sector externo Nuevas Tendencias y adaptación de la agroindustria Normas Privadas como paraarancelarias Cuestiones sanitarias, de calidad e inocuidad: árbitros para la diversificación Bienes con valor agregado sufren menos volatilidad Normas Privadas que arbitran mercados perjudican a agroindustria argentina Brasil y Argentina se ven primarizados por demanda de emergentes 2020 África comienza a ser un punto productivo a considerar Acceso a mercados como limitante Orientación de políticas con control estatal sobre mercados Política agroindustrial específica acotada Inversiones en I+D en emergentes sostenidas especialmente por corporaciones Plataformas en países emergentes, pero vía corporaciones Deterioro de Estados Nación para aplicación de políticas Estado y agroindustria Paradigma único en producción primaria acota posibilidades de diversificación productiva Se profundiza infraestructura radial con algún sesgo hacia el Pacífico Crecimiento de la agroindustria logra objetivos cuantitativos del PEA 2011, pero no los cualitativos Pequeños productores agroindustriales insertos acotadamente a cadenas Agroindustria de Economías Regionales con dinamismo de grandes actores y profundización de dicotomías Impacto de la eficiencia energética en términos de normas y costos Polos integrados agrícola-energéticospecuarios a gran escala y concentrados en territorio Inserción mundial como proveedores de materias primas alimentarias y agropecuarias no alimentarias Problemas en el mercado interno derivado de las políticas liberales Problemas de inclusión en el economía argentina derivado de problemas de empleo 176 IMÁGEN DE FUTURO 4.2.3. Escenario 3: Cambio tecnológico, valor agregado y desarrollo Sobre los comienzos del período prospectado, la recuperación de la crisis se manifestó con lentitud. Se apreciaron sucesivos problemas derivados de la acción descoordinada de los mercados, siendo el papel de los Estados clave para rearmar los esquemas de acumulación, retomando tareas de regulación e intervención en la economía. Se trata de estados que a nivel global manifiestan las diferencias de rasgos culturales que no logró desdibujar la globalización. Los países occidentales, especialmente los desarrollados, muestran estados que presentan nuevas formas de organización donde se aprecia una mayor y más habitual intervención de los ciudadanos. En países de oriente prevalece la fase del capitalismo de estado. En ambos casos se observan estrictas limitaciones al comportamiento de las corporaciones transnacionales y de los mercados financieros, generando menores niveles de volatilidad en la economía mundial. En términos geopolíticos, la mayor vinculación entre los países emergentes y la pérdida de poder relativo por parte de los países tradicionalmente desarrollados colabora en equilibrar las disputas en los foros internacionales. En esta nueva situación el crecimiento mundial es más lento. En términos de la demanda alimentaria resulta relevante que los países emergentes continúan en un proceso de incorporación de población urbana y cambio de dieta. El precio del petróleo alcanzará los máximos estimados en función de su gran utilización para sostener el crecimiento económico. Además, se reduce el componente de volatilidad en el precio del petróleo a partir de la regulación de los mercados. Al mismo tiempo, las nuevas formas de Estado potencian la puja por el valor agregado a través de políticas activas. Al comienzo del período se registran fuertes inversiones en la CyT promovidas, en particular, desde el sector público. Aún antes de la recuperación de la crisis económica, se verifica la organización de incipientes plataformas científico 177 tecnológicas en los países emergentes. A nivel regional y nacional, tienen continuidad los procesos de primarización tanto en Brasil como en Argentina por efecto de la crisis y la permanencia de normas privadas que restringen los mercados de la agroindustria. La crisis genera problemas macroeconómicos en Argentina que no ponen en juego la profundización del modelo de desarrollo inclusivo. Se destacan fuertes intervenciones en la economía que buscan menguar los efectos de la crisis global sobre el empleo. Se aplican medidas concretas de contención sobre la extranjerización de la economía, promoviendo un empresariado con visión nacional. En ese marco, resulta clave el progreso de la integración regional. La vulnerabilidad manifestada por Brasil frente a China reclama el fortalecimiento conjunto de la inversión en la producción de manufacturas agropecuarias y el posicionamiento de ambos países en políticas que apuestan al desarrollo regional. La adquisición de activos de la agroindustria por parte de capitales chinos y otros agentes foráneos se ve limitada por regulaciones nacionales, del mismo modo que se limitó en el año 2011 la compra de tierras por parte de extranjeros. Las regulaciones limitan la propiedad de los medios de producción y restringen la adquisición de activos intangibles tanto de la agroindustria propiamente dicha como de la producción primaria. Resulta fundamental el apoyo que recibe el capital argentino en términos de financiamiento y asistencia técnica. Sobre la mitad del período (2020) se avanza en la apertura de mercados para bienes agroindustriales y negociaciones que liberan restricciones al comercio de alimentos. El mercado internacional conjuga una fuerte demanda de alimentos con una oferta alimentaria global que no muestra una respuesta ágil a ese requerimiento. La oferta global se dinamiza cuando maduran plataformas tecnológicas en países emergentes. Se comienzan a evidenciar cambios en la transabilidad de los bienes a partir del incremento de los costos de logística. Este cambio se dirige a mayores niveles de comercio de bienes transformados, buscando la reducción de volumen e 178 incrementando el valor específico de lo transado. En este marco de recomoditización, el desafío es incrementar el valor agregado comercializado. Resulta clave la política de negociación que permite abrir mercados y tener mayor disponibilidad de conocimientos consolidando las plataformas tecnológicas de los países emergentes. En la segunda mitad del período prospectado juega un rol preponderante la conformación de una plataforma de CyT regional con base en la agroindustria e integración en términos de generación y venta de tecnología. Con el fin de enfrentar la recomoditización del mercado mundial de productos agropecuarios, se aplican políticas activas tanto de oferta como de demanda, además de lograr la eficiencia del sistema en temas energéticos. Dos aspectos resultan claves: se sostienen altos niveles presupuestarios tanto en ciencia básica como aplicada, constituyendo la agroindustria un sector priorizado y se canaliza financiamiento hacia el sector productivo con limitaciones de acceso al crédito. Por el lado de la producción, las políticas activas promueven la agregación de valor en las economías regionales y potencian el asociativismo. Se busca fortalecer un paradigma alternativo y vías de integración de los pequeños productores a la agroindustria, utilizando en plenitud su biodiversidad y riqueza cultural. Por el lado de la demanda, se aborda el desarrollo del mercado interno tanto en términos cuantitativos como cualitativos, como instrumento estabilizador de una demanda externa naturalmente más variable. Respecto a las inversiones, se avanza en solucionar problemas energéticos y generación de infraestructura bajo la lógica de vectores horizontales y verticales que permiten acotar el esquema radial de la economía argentina. El papel activo del Estado permite potenciar la sinergia público-privada, generándose ganancias concretas en términos de innovación nacional y regional aplicada a la agroindustria. Se logran avances concretos en mejoras de competitividad tanto en aquellas actividades de primera transformación como en segmentos de la agroindustria que generan empleo y valor agregado en origen, potenciando su acción inclusiva. 179 Las innovaciones no se acotan exclusivamente a cuestiones productivas, sino que abarcan también a los modelos de gestión, mejorando la integración, asociatividad y estrategias colectivas entre los diferentes actores de la agroindustria. Hacia el final del período prospectado los segmentos más dinámicos muestran mayor tasa de cambio tecnológico, pero los sectores más pequeños desarrollan avances y adaptaciones que los integra significativamente a la agroindustria regional y local. Se registra incremento en el precio del petróleo pero con volatilidad acotada. El impacto real de la ineficiencia energética se expresa en problemas de competitividad por costos que sufren los actores que no realizaron el correspondiente cambio tecnológico y se debe, en menor medida, a la falta de adaptación de las normas privadas de corte ambiental. El mayor rol del Estado y el equilibrio relativo de las negociaciones hacen que las normas ambientales muestren menor grado de discreción. De igual forma, permite acotar el carácter discriminatorio de las corporaciones internacionales en la regulación de los mercados a nivel global. Se establecen normas que deben ser cumplidas por la agroindustria en términos de eficiencia en el uso de recursos, fundamentalmente en la utilización de energía. La agroindustria argentina comienza a mostrar como característica central niveles de sustentabilidad ambiental que le permiten configurar una producción de alimentos limpios y amigables con el medio ambiente, comenzando así a generar nichos de mercados con características que fortalecen la competitividad sistémica. Se consolida un modelo de desarrollo que en el área agroindustrial se encuentra asentado en el agregado de valor. Permite incorporar en diferentes grados a sectores exitosos en la producción primaria que, con el apoyo de políticas públicas y la apertura de mercados para bienes elaborados, se insertan internacionalmente con productos diferenciados que van más allá de la primera transformación y limitan la volatilidad de precios de los alimentos. Este efecto es significativo para las agroindustrias regionales y la conformación de polos de producción agroenergética y agroindustrial distribuidos territorialmente, 180 potenciando servicios e industrias conexas que generan efectos derrame. Se logra también una mayor transparencia y distribución equitativa entre los distintos eslabones de la cadena, con incremento del capital social que permite a los miembros de un cluster o región lograr mayores niveles de cooperación y beneficios, así como una mejor inserción tanto en el contexto nacional/territorial como internacional. Ingresando en el último cuarto del período prospectado se observan algunas tendencias en los mercados mundiales: a) el ingreso de África como un productor agropecuario a partir de la intervención de China, otros países desarrollados y en alguna medida las corporaciones del sector; b) la consolidación de Asia como productor de manufacturas y tecnología; y c) el posicionamiento de Estados Unidos como actor agroindustrial relevante con un significativo cambio de posicionamiento productivo global. Las imágenes del futuro correspondientes a este escenario son35: o CyT nacional con políticas públicas de inclusión genera alternativas para los pequeños productores. o La agroindustria se expande e inserta a cadenas globales de valor. o Actores de diferentes tamaños consolidan industrias y servicios conexos a la agroindustria. o Nuevas alternativas en la producción primaria incrementan posibilidades de diversificación productiva. 35 El proceso posterior de interacción y consultas con los actores de la industria alimentaria argentina y los niveles de decisión política posibilitó seleccionar el Escenario 3 como el futuro deseable al 2030. 181 o Las agroindustrias regionales articulan el dinamismo de diferentes actores productivos con reducción de dicotomías. o Se acelera la Inserción mundial como proveedores de productos alimentarios y agropecuarios no alimentarios. Comienza a forjarse la marca argentina. o La economía argentina experimenta mejoras continuas en la inclusión social, derivado del incremento en la generación de empleo y conocimiento. 182 Esquema del escenario 3: Cambio tecnológico, valor agregado y desarrollo Mercados Mundiales Crecimiento Poblacional + Urbanización creciente + Crec. Econ. = Cambio Dieta ¿Crisis Económica Desarrollados? ¿Y Global? Emergentes (China) locomotoras Volatilidad precio de commodities, alimentos y energía Petróleo caro = Biocombustibles y +Costos Geopolítica EEUU-China ¿Unidos o dominados? ¿Pierden lugar los organismos internacionales (OMC, ONU, FAO) frente a privados? Mayor Relacionamiento Sur-Sur ¿A dónde va la relación Argentina Brasil? Seguridad Alimentaria Global vs Soberanía Alimentaria Nacional Inversiones en I+D en emergentes sostenidas especialmente por los estados Salida lenta de la Crisis con papel destacado de las nuevas formas de estados Mayor vinculación comercial y política entre emergentes permite crecimiento y salida lenta de crisis Pérdida de poder de países desarrollados en foros por conflictos globales Plataformas en países emergentes, con papel activo de los estados Estado y agroindustria Acceso a mercados como limitante Orientación de políticas con control estatal sobre mercados Política agroindustrial específica acotada Precios del petróleo altos pero menos volátiles Nuevas normas ambientales y de mercados menos discrcionales por accion de Estados 2020 Fuerte demanda de alimentos y productos agropecuarios no alimentarios África por impulso de China y corporaciones comienza a ser un punto productivo a considerar Estados Unidos se posiciona como un actor agroindustrial relevante CyT nacional independiente del mercado genera alternativas para pequeños productores Puja por Valor agregado intrafrontera se exacerba a nivel global Argentina supera problemas macroeconómicos derivados de crisis Brasil se ve primarizado por China Normas Privadas que arbitran mercados perjudican a agroindustria argentina China ve acotada su presencia territorial en Argentina Efectos sobre costos de logística y transformación en origen. Aparición de nuevos commodities Oferta alimentaria poco dinámica en relación a la demanda muy dinámica Asia se consolida como productores de manufacturas y tecnología Nuevas Tendencias y adaptación de la agroindustria Normas Privadas como paraarancelarias Cuestiones sanitarias, de calidad e inocuidad: árbitros para la diversificación Bienes con valor agregado sufren menos volatilidad Se tiende a profundizar modelo de desarrollo inclusivo Se contiene la extranjerización de la agroindustria nacional Se sostiene lento cambio de dietas en emergentes 2030 Cambios tecnológicos y competitividad de la agroindustria Nuevas plataformas tecnológicas en Emergentes Escasa disponibilidad de tecnología para estratos pequeños Puja por valor agregado Puja por DPI Mayor disponibilidad de tecnología para agroindustria argentina Expansión de tecnología en emergentes permite cubrir déficits alimentarios Apertura de mercados para productos agroindustriales junto a limitación para la restricción a limitaciones en la exportación Alternativas en producción primaria incrementa posibilidades de diversificación productiva Se diluye infraestructura radial por vectores verticales y horizontales Políticas proactivas para la generación de valor agregado, desarrollo de sectores, regiones y asociativismo Paradigma alternativo incipiente para pequeños y medianos productores Servicios e industrias conexas a la agroindustria generan efectos derrame Expansión de industrias y servicios conexos a la agroindustria por parte de actores de diferente tamaño Inversiones en infraestructura destinadas a la producción de manufacturas agropecuarias Mejoras de eficiencia energética Agregación de valor en economías regionales por actores nacionales con fuerza de asociativismo Desarrollos tecnológicos en Argentina guiado por el estado asociado a corporaciones Proceso de agriculturización acota expansión de agroindustria a transformación de granos Argentina va hacia políticas neodesarrollistas CyT regional toma forma de plataforma incipiente con foco en la agroindustria Agroindustria inserta a cadenas globales de valor y con gran expansión Progresos en la integración sudamericana Inserción de la agroindustria en el sistema productivo argentino Escaso asociativismo Agriculturización con foco en sojización Escasez de visión conjunta de los actores Agroindustria exitosa de actores vinculados con sector externo Crecimiento de la agroindustria logra objetivos cuantitativos y cualitativos del PEA 2011 Pequeños productores agroindustriales insertos a cadenas en forma semiplena Agroindustria de Economías Regionales con dinamismo de diferentes actores y reducción de dicotomías Desarrollo del mercado interno derivado de las políticas públicas neodesarrollistas Agroindustria con visos de competitividad ambiental Polos integrados agrícola-energéticospecuarios con distribución territorial y asociativismo Inserción mundial como proveedores de productos alimentarias y agropecuarias no alimentarias. Se comienza a forjar marca argentina Mejoras en inclusión en el economía argentina derivado de generación de empleo y conocimiento 183 IMÁGEN DE FUTURO 5. BIOGRAFÍA AACREA. (2005)“Agroalimentos Argentinos II”. Argentina. Reveles, Acota I “Algunas consideraciones para entender el curso de la relación capital-trabajo en la agricultura latinoamericana”. (s/f). Reveles, Acota I. (2006). “Ponencia: las relaciones salariales en la agricultura. Vacío teórico de la Sociología Rural” VII Congreso Latinoamericano de Sociología Rural (ALASRU). Ecuador. Adamoli, J. (2003) “La modernización agrícola” Diario Clarín. Suplemento Rural (20/12/03). Argentina. AFAC (2010) “Flota Circulante en Argentina. Asociación de Fabricantes de Autopartes y Componentes”. Aguirre, P (2004) “Ricos flacos y gordos pobres, la alimentación en crisis” Capital Intelectual. Argentina. Aguirre, R. (2010) “Panorama de los biocombustibles en Argentina” Greenpampas y Upstream Services. Argentina. AIE. 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Roberto Bocchetto; Graciela Ghezan; Javier Vitale; Fernando Porta; Marcelo Grabois y Ciro Tapia. Serie Documentos de Trabajo: 1. Marco conceptual y metodológico del Proyecto. Roberto Bocchetto, Javier Vitale, Graciela Ghezan y Marcelo Grabois. 2. Diagnóstico y prospectiva de la agroindustria alimentaria mundial y argentina al 2030. Marcelo Saavedra y Flory Begenisic. 3. Estado del arte y tendencias de la ciencia y tecnología del procesamiento de alimentos. Norma Pensel (Comp.). − Estado del arte y tendencias de la ciencia y tecnología del procesamiento de alimentos a nivel mundial. Claudia González y Sergio Vaudagna. − Estado del arte y tendencias de la ciencia y tecnología del procesamiento de alimentos en Argentina. Claudia González, Sergio Vaudagna; Ricardo Rodríguez; Martín Irurueta; Mónica Chávez y Roxana Páez. − Tecnologías transversales del procesamiento de alimentos. Calidad Integral. Ricardo Rodríguez, Martín Irurueta y Sergio Vaudagna. Producción más limpia. Sergio Vaudagna y Claudia González. Biotecnología. Claudia González y Ricardo Rodríguez. Nanotecnología. Claudia González y Ricardo Rodríguez. Tecnologías de la información y comunicación (TIC). Martín Irurueta, y Marcelo Bosch. 4. Incertidumbres críticas de la agroindustria alimentaria argentina en el contexto 198 mundial. Javier Vitale; Ana María Ruiz, Carina Santi; Vanina Giraudo y Fernando Solanes. 5. Conducta y dinámica innovadora de empresas en las cadenas agroalimentarias. Fernando Porta y Patricia Gutti, con la colaboración en la construcción y análisis de la base de datos de: Héctor Bazque; Romina Amaya Guerrero; Carolina Cerrudo, Noelia Amarillo; Rodrigo Cajide y Fernando Peirano. 6. Conducta, dinámica y patrones tecnológicos de la cadena del maíz. Mercedes Goizueta. 7. Conducta, dinámica y patrones tecnológicos de la cadena de carne porcina. Gisela Benes y Juan Erreguerena. 8. Conducta, dinámica y patrones tecnológicos de la cadena de lácteos bovinos. Andrés Castellano. 9. Conducta, dinámica y patrones tecnológicos de la cadena de olivo. Jésica De Angelis; Cecilia Fernández Bugna y Fernando Porta. 10. Conducta, dinámica y patrones tecnológicos de la cadena de frutas finas. María Laura Viteri y Gisela Benes. 11. Capacidades de I+D del sistema agroalimentario y cadenas de valor. Lucas Luchilo. 12. Marcos regulatorios en la industria de procesamiento de alimentos. − Calidad Integral. Gerardo Gargiulo. − Propiedad Intelectual. Germán Linzer y Ezequiel Paulucci. 13. Vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva de la cadena de maíz. Marcelo Grabois; Cristina Cámara; Daniel Scachi; Eduardo Matozo; María Victoria Luque; Clara De Hertelendy; Virginia Ferrero; Alejandro Regodesebes; Martín Patiño, y Rolando Gonzalez. 14. Vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva de la cadena de carne porcina. Marcelo Grabois; Cristina Cámara; Virginia Ferrero; María Victoria Luque; Alejandro Regodesebes y Ricardo Rodríguez. 15. Vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva de la cadena de lácteos 199 bovinos. Marcelo Grabois; Cristina Cámara; Clara De Hertelendy; María Victoria Luque; Alejandro Regodesebes y Ricardo Cravero. 16. Vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva de la cadena de olivo. María Victoria Luque, Cristina Cámara; Matías Ruíz; Marcelo Grabois y Facundo Vita. 17. Vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva de la cadena de frutas finas. Cristina Cámara; Marcelo Grabois; María Victoria Luque; Alejandro Regodesebes y Mariel Pirovani. 18. Vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva en tecnologías de procesamiento de alimentos. Marcelo Grabois (Comp.). − Estudio de vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva: envases activos e inteligentes. Miguel Guagliano; Adriana Sanchez Rico; Marcelo Grabois; Sergio Vaudagna y Cristina Cámara. − Estudio de vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva: altas presiones hidrostáticas. Germán Linzer; Ezequiel Paulucci; Marcelo Grabois y Sergio Vaudagna. 19. Visión prospectiva de la cadena de maíz al 2030. Susana Brieva y Ana María Costa. 20. Visión prospectiva de la cadena de carne porcina al 2030. Ana María Costa y Susana Brieva. 21. Visión prospectiva de la cadena de lácteos bovinos al 2030. Mónica Mateos y Ciro Tapia. 22. Visión prospectiva de la cadena de olivo al 2030. Pablo Gómez Riera y Facundo Vita. 23. Visión prospectiva de la cadena de frutas finas al 2030. Pablo Gómez Riera; Iván Bruzone y Daniel Kirschbaum. 200 Godoy Cruz 2320 (C1425FQD) Ciudad Autónoma de Buenos Aires - República Argentina www.mincyt.gob.ar