SERIE DOCUMENTOS DE TRABAJO N° 2 DIAGNÓSTICO Y

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PROYECTO MINCYT-BIRF: ESTUDIOS DEL SECTOR AGROINDUSTRIA
SERIE DOCUMENTOS DE TRABAJO N° 2
DIAGNÓSTICO Y PROSPECTIVA DE LA AGROINDUSTRIA ALIMENTARIA
MUNDIAL Y ARGENTINA AL 2030
Saavedra, Osvaldo Marcelo
Diagnóstico y prospectiva de la agroindustria alimentaria mundial y argentina al 2030 / Osvaldo Marcelo Saavedra
y Flory Begenisic. - 1a ed. - Buenos Aires: Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, 2015.
E-Book.
ISBN 978-987-1632-17-6
1. Ciencias. 2. Agroindustria Alimentaria. I. Begenisic , Flory II. Título
CDD 664.028
Fecha de catalogación: 04/08/2014
PROYECTO MINCYT-BIRF: ESTUDIOS DEL SECTOR AGROINDUSTRIA
SERIE DOCUMENTOS DE TRABAJO N° 2
DIAGNÓSTICO Y PROSPECTIVA DE LA AGROINDUSTRIA ALIMENTARIA
MUNDIAL Y ARGENTINA AL 20301
Marcelo Saavedra y Flory Begenisic
Consorcio:
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA)
Universidad Nacional del Litoral (UNL)
Asociación Civil GRUPO REDES – Centro REDES
Fundación Banco Credicoop (FBC)
1
Este documento fue elaborado en el ámbito del Instituto de Investigación en Prospectiva y Políticas Públicas del INTA.
Se desarrolló sobre la base de los avances del ejercicio de Prospectiva del Sistema Agroalimentrio Argentino al 2030
realizado por el Instituto. Para el presente documento se complementó el abordaje con un enfoque específico desde la
problemática de la agroindustria.
El contenido de la presente publicación es responsabilidad de sus autores y no representa
la posición u opinión del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES, OCTUBRE DE 2013.
AUTORIDADES
■
Presidenta de la Nación
Dra. Cristina Fernández de Kirchner
■
Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva
Dr. Lino Barañao
■
Secretaria de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva
Dra. Ruth Ladenheim
■
Subsecretario de Estudios y Prospectiva
Lic. Jorge Robbio
■
Director Nacional de Información Científica
Lic. Gustavo Arber
■
Director Nacional de Estudios
Dr. Ing. Martín Villanueva
PROYECTO
MINCyT-BIRF:
ESTUDIOS
DEL
SECTOR
AGROINDUSTRIA
El Proyecto fue desarrollado bajo el contrato de servicios de consultoría firmado entre
el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva representado por el Lic.
Jorge Robbio, Subsecretario de Estudios y Prospectiva y el Consorcio representado
por el Ing. Carlos Casamiquela, Presidente del INTA; el Dr. Albor Cantard, Rector de la
UNL; el Dr. Lucas Luchilo, Presidente del Grupo REDES y el Lic. Darío Dofman,
Director Ejecutivo de la FBC.
El Proyecto fue conducido por una Mesa de Coordinación integrada por los
representantes institucionales del Consorcio: Roberto Bocchetto (INTA), Director del
Proyecto; Matías Ruiz (UNL); Fernando Porta (Grupo REDES) y Gustavo Marino (FBC),
Administrador del Proyecto. Además los coordinadores de las tres actividades del
Proyecto: Actividad 1: Ana María Ruiz (INTA) -agosto 2011–marzo 2012- y Javier Vitale
(INTA)-abril 2012–setiembre 2013-; Actividad 2: Graciela Ghezan (INTA); Actividad 3:
Eduardo Matozo (UNL). Por su parte, integraron el equipo técnico central como
Especialistas Seniors, Javier Medina Vásquez, Consultor Actividad 1; Fernando Porta
(Actividad 2); Marcelo Grabois (UNL) - Actividad 3; y Emanuel Buenamelis, Consultor
Sistema de Información.
El Proyecto fue asistido por un Consejo Asesor integrado por: María Cristina Añón
(SIDCA – CONICET – UNLP); Ricardo Cravero (Q Innova); Gustavo Idígoras (Business
Issue Management); Héctor Laiz (INTI); Carlos León (PROSAP); Mercedes Nimo
(COPAL); Consolación Otaño (MAGyP); Enzo Zamboni (Diagramma SA).
El Proyecto contó como contraparte del Consorcio el siguiente Equipo Técnico del
Ministerio,
Dirección Nacional de Estudios: Martín Villanueva (Director), Alicia
Recalde, Manuel Mari, Ricardo Carri, Adriana Sánchez Rico, Miguel Guagliano,
Vanesa Lowenstein y Nicolás Hermida; Dirección Nacional de Información Científica:
Gustavo Arber (Director), Sergio Rodríguez, Natalia DKamalian y Sebastián Balsells.
1
ÍNDICE
PRÓLOGO ................................................................................................................................. 4
1. INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 9
2. DIAGNÓSTICO ................................................................................................................... 11
2.1.
Desempeño de la agroindustria alimentaria argentina ....................................... 11
2.2.
La agroindustria alimentaria argentina en el contexto global ............................ 15
2.2.1
Dimensión mercados mundiales ............................................................................ 17
2.2.2
Dimensión geopolítica.............................................................................................. 48
2.2.3
Dimensión científico-tecnológica ........................................................................... 60
2.2.4
Dimensión político-institucional.............................................................................. 73
2.2.5
Dimensión ambiental................................................................................................ 88
2.2.6
Dimensión Socio-Tecno-Productiva ....................................................................... 99
3. FUERZAS IMPULSORAS ................................................................................................ 128
3.1.
Mercados mundiales .............................................................................................. 129
3.1.1. Alta dinámica poblacional en países emergentes asegura mercado para los
alimentos (Invariante estratégica) ................................................................................ 129
3.2.
Geopolítica ............................................................................................................... 132
3.3.
Cambios tecnológicos y competitividad de la agroindustria ........................... 136
3.4.
Estado y agroindustria............................................................................................ 145
3.5.
Nuevas tendencias y adaptación de la agroindustria ....................................... 148
3.6.
Inserción de la agroindustria en el sistema productivo argentino .................. 152
4. ESCENARIOS ................................................................................................................... 161
4.1.
Interrogantes estratégicos .................................................................................... 161
4.2.
Desarrollo de los escenarios ................................................................................. 164
2
5. BIOGRAFÍA ....................................................................................................................... 184
3
PRÓLOGO
El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación se propuso
estudiar las trayectorias en el desarrollo de tecnologías y estrategias innovadoras de
las principales cadenas agroindustriales y la industria de alimentos en general, en
línea con los objetivos nacionales de desarrollo. En el marco del “Programa para
Promover la Innovación Productiva y Social”, desarrolló el Proyecto “Estudios del
Sector Agroindustria”, con el apoyo financiero del Banco Internacional de
Reconstrucción y Fomento.
El Consorcio integrado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la
Universidad Nacional del Litoral (UNL), la Asociación Civil Grupo REDES (Centro de
Estudios sobre Ciencia, Desarrollo y Educación Superior – Centro REDES) y la
Fundación Banco Credicoop (FBC) fueron los encargados de ejecutar el Proyecto. El
INTA tuvo bajo su responsabilidad la coordinación del Consorcio y la dirección del
Proyecto, mientras que la Fundación Banco Credicoop actuó como administrador. El
Proyecto se desarrolló entre agosto de 2011 y setiembre de 2013.
Las actividades del proyecto han sido desarrolladas en estrecha articulación con el
nivel directivo y los equipos técnicos de la Subsecretaría de Estudios y Prospectiva Secretaría de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva
del Ministerio. Además, contó con un Consejo Asesor compuesto por calificados
referentes del ámbito público y privado del sistema de innovación y del sector
agroindustrial.
El Proyecto tuvo como finalidad analizar el estado del arte, las tendencias y
prospectiva de la agroindustria alimentaria argentina en el contexto mundial,
haciendo foco en el procesamiento de alimentos y planteando una estrategia de
innovación tecnológica e institucional que contribuya al desarrollo nacional y regional
con inclusión y equidad social.
4
El Proyecto fue diseñado para contribuir a los siguientes objetivos generales:
Incrementar la competitividad de la agroindustria alimentaria argentina,
procurando una mayor densidad tecnológica, perfil innovador y valor agregado.
Impulsar la dinámica y el esfuerzo innovador de la agroindustria alimentaria,
detectando obstáculos para mejorar la competitividad sistémica y la capacidad
de industrialización.
Expandir el desarrollo de tecnologías y estrategias innovadoras, privilegiando el
desarrollo territorial, la producción limpia y la salud ambiental.
Identificar estrategias que mejoren el ingreso, el empleo, la calidad de vida de
las regiones y la inserción competitiva de las PyME agroindustriales.
Fortalecer la capacidad de formulación y gestión de las políticas públicas para
asegurar impactos sustanciales de la innovación tecnológica e institucional.
Se seleccionaron cinco cadenas agroalimentarias con potencialidad para alcanzar los
objetivos propuestos: maíz, carne porcina, lácteos bovinos, olivo y frutas finas. Estas
cadenas fueron seleccionadas por su potencial de crecimiento productivo e
innovación, agregado de valor, y aporte al desarrollo social y regional, contribuyendo
a identificar patrones de innovación tecnológica e institucional relevantes para
orientar la estrategia futura del sector agroalimentario.
Los factores de cambio de la industria alimentaria argentina fueron agrupados en
tecnológicos e institucionales, incluyendo además las acciones y medidas de política
que, actuando interactivamente, pueden vigorizar la construcción social de futuro.
Los factores tecnológicos comprenden las tecnologías transversales al sistema
agroalimentario y las específicas de cada cadena seleccionada para el estudio. Las
transversales abarcan las tecnologías de procesamiento de alimentos, la aplicación
de tecnologías en los campos de la calidad integral y la producción limpia (prevención
y mitigación), junto a las tecnologías emergentes (biotecnología, nanotecnología y
5
TIC). Los factores institucionales (no tecnológicos) fueron asociados específicamente
con los marcos regulatorios, poniendo foco en el análisis de los sistemas de calidad y
de propiedad intelectual.
La integración del análisis del sistema agroalimentario y las cadenas seleccionadas
con los factores de cambio -considerando el marco nacional y mundial- permitió
delimitar el estudio diagnóstico de la situación actual, el relevamiento de tendencias y
la construcción de futuros. A partir de ese conocimiento, se elaboró una Agenda de
Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+I) que señala, por una parte, los factores
tecnológicos e institucionales críticos para promover la innovación de la agroindustria
alimentaria argentina y, por otra, las acciones e instrumentos de política pública que
pueden orientar el trayecto hacia el escenario deseable al año 2030. Este escenario
está consustanciado con los objetivos de desarrollo del país que se aproximan a
través de los propios del proyecto.
El proyecto se desarrolló sobre la base de tres actividades:
Actividad 1: Prospectiva tecnológica y no tecnológica.
Elaboró tendencias y generó conocimientos prospectivos sobre los alimentos y la
industria alimentaria mundial. Caracterizó y estudió las tendencias de las tecnologías
de procesamiento de alimentos, las comprometidas con la calidad integral y la
producción limpia, contemplando también las tecnologías emergentes (biotecnología,
nanotecnología y TIC). Sobre esa base, construyó escenarios al año 2030 de la
agroindustria alimentaria argentina y de las cadenas agroindustriales seleccionadas.
Actividad 2: Diagnóstico técnico y socio-económico.
Elaboró el diagnóstico socio-económico y relevó la problemática tecnológica de las
cadenas agroindustriales seleccionadas. Identificó las restricciones y requerimientos
de las empresas para mejorar su desarrollo socio-técnico y competitivo. A partir de
ese conocimiento, analizó la conducta y desempeño de las cadenas agroalimentarias
6
seleccionadas con la finalidad de identificar los patrones tecnológicos y los
determinantes de su dinámica innovadora, así como los principales obstáculos al
proceso de innovación en la industria de alimentos.
Actividad 3: Vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva (VTeIC).
Instaló y aplicó los recursos que posibilitan ejecutar procesos de VTeIC con fuentes
nacionales e internacionales. Estudió el estado de la técnica y tendencias de las
cadenas agroindustriales seleccionadas y, a su vez, seleccionó y analizó segmentos
tecnológicos que constituyen puntos críticos para el desarrollo de estos sectores.
Complementariamente, relevó las capacidades de producción de conocimiento
científico-tecnológico, institucional y formación de recursos humanos (RRHH) a nivel
mundial y nacional.
Cada actividad conformó un grupo de trabajo con profesionales de las cuatro
instituciones del consorcio. Estos grupos de trabajo interactuaron además con
diferentes especialistas internos y externos. El Proyecto mantuvo un diálogo fluido
con los actores del sector gubernamental, del sistema científico-tecnológico y del
sector productivo, tanto a nivel nacional como internacional a través de una consultadirigida a expertos-tecnólogos (70), consulta-abierta a expertos (encuesta “Delphi”:
420), encuesta virtual a empresas (180), entrevista presencial en profundidad a
empresas (105), y talleres de trabajo entre los equipos técnicos y especialistas (250).
Este intercambio fue complementado por encuentros de síntesis y validación con el
Consejo Asesor y las instancias de decisión política y equipo técnico del Ministerio.
El trabajo integrado de las tres actividades posibilitó generar los siguientes estudios:
marco conceptual y metodológico del Proyecto; diagnóstico y prospectiva de la
industria alimentaria mundial y argentina al año 2030; estado del arte y tendencias de
la ciencia y tecnología del procesamiento de alimentos; incertidumbres críticas de la
agroindustria alimentaria argentina en el contexto mundial; conducta y dinámica
innovadora de empresas en las cadenas agroalimentarias; conducta, dinámica y
patrones tecnológicos de las cadenas agroalimentarias seleccionadas; capacidades
7
de I+D del sistema agroalimentario y cadenas de valor; marcos regulatorios en la
industria de procesamiento de alimentos; vigilancia tecnológica e inteligencia
competitiva de las cadenas y segmentos tecnológicos seleccionados; y visión
prospectiva de las cadenas agroindustriales seleccionadas al año 2030.
Estos 23 estudios se publican en la Serie Documentos de Trabajo del Proyecto. Estos
trabajos constituyen a su vez la base de referencia para fundamentar los contenidos
del documento-síntesis del Proyecto: “Trayectoria y prospectiva de la agroindustria
alimentaria argentina: agenda estratégica de innovación”.
Cabe resaltar por último que este Proyecto ha servido para avanzar en la construcción
de un modelo de organización y gestión orientado a estudiar la industria alimentaria
argentina con anclaje regional y territorial. A partir de esta experiencia, es posible
consolidar un espacio de trabajo interinstitucional concebido como un observatorio
que articule las actividades en ciencia, tecnología e innovación con las oportunidades
y problemas del desarrollo agroalimentario, buscando sustentar la formulación e
implementación de la política científico-tecnológica nacional en el marco del Plan
Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva – “Argentina Innovadora
2020” y del proceso de integración del MERCOSUR y de la región sudamericana.
8
1. INTRODUCCIÓN
El Proyecto MINCyT-BIRF: “Estudios del sector agroindustria” parte del diagnóstico y
prospectiva de la agroindustria alimentaria mundial y argentina al año 2030. El
diagnóstico toma como marco de referencia el desempeño de la agroindustria
alimentaria poniendo foco en las variables de producción, empleo y exportaciones.
Identifica y caracteriza posteriormente las principales dimensiones que enmarcan el
comportamiento de la agroindustria alimentaria argentina en el contexto mundial.
El conjunto de las dimensiones críticas definen el espacio multidimensional dentro
del cual se identifican las fuerzas impulsoras. Estas fuerzas constituyen los
principales factores, tendencias o procesos claves de la industria alimentaria que
influyen sobre los diferentes escenarios al año 2030.
Las fuerzas impulsoras se clasifican como invariantes estratégicas o incertidumbres
críticas. Las primeras son tendencias pesadas que resultan evidentes e invariantes en
todos los escenarios. Las incertidumbres críticas son las fuerzas cuyo devenir no se
puede anticipar, pero afectarán en forma fundamental el curso de eventos o
acontecimientos a futuro y determinan las principales diferencias entre los
escenarios.
El conjunto de las incertidumbres críticas se traducen en los interrogantes
estratégicos que identifican aquellos procesos que resultan centrales para la
determinación de los escenarios. La resolución de los interrogantes estratégicos
sobre las incertidumbres críticas permite esbozar las características sobresalientes
de los principales escenarios.
Por último, los escenarios se despliegan siguiendo una lógica interna en una trama o
argumento sobre la dinámica de las situaciones alternativas futuras de la
agroindustria alimentaria argentina. Para cada escenario se construye una narrativa
que ilustra la imagen de las posibles situaciones futuras y aproxima las estrategias
que posibilitan alcanzarlas.
9
Este documento presenta tres escenarios alternativos. En una etapa posterior la
interacción con los actores de la agroindustria alimentaria argentina y los niveles
políticos permitirá seleccionar cuál de los futuros posibles se constituirá en el
escenario deseado. El escenario deseado requerirá la formulación de políticas que
posibiliten alcanzarlo, buscando al mismo tiempo, debilitar los factores que refuerzan
los escenarios alternativos.
10
2. DIAGNÓSTICO
2.1. Desempeño de la agroindustria alimentaria argentina
En este apartado se presentan los principales indicadores de desempeño de la
agroindustria alimentaria argentina, analizando sucesivamente variables referidas a la
producción y el empleo y al comercio exterior.
Producción y empleo
•
El Producto Bruto Interno (PBI) de la economía nacional mostró un crecimiento
permanente (+79% acumulado) en el período 2002-2010, con una tasa promedio
anual del 7,6%.
•
El Valor Agregado Bruto (VAB) correspondiente a la industria de alimentos y bebidas
durante 2010 alcanzó 16,4 mil millones de pesos a precios de 1993 (+ 6% respecto al
año anterior). Explica el 25% de PBI de la industria manufacturera, el 13% de sector
de bienes y casi el 4% del valor agregado total.
•
En conjunto, el valor agregado del sector agropecuario (primario) y agroalimentario
(industria de procesamiento) alcanzan al 29% del PBI correspondiente al sector
productor de bienes.
• El 87% del valor agregado de la industria de alimentos y bebidas se concentra en tres
grandes agrupamientos: 30% es aportado por la elaboración de productos de
panadería, azúcar, chocolate, pastas frescas y secas, café, té, yerba mate y especias;
29% por la elaboración de bebidas gaseosas, vinos, cerveza, aguas minerales, jugos
de frutas y bebidas espirituosas; y 28% por los productos alimenticios (incluye carne,
pescado, frutas, legumbres, hortalizas, aceites y grasas).
•
Las ventas del sector productor de alimentos y bebidas totalizaron en el 2010 (año
fiscal) 200,5 mil millones de pesos, lo que constituye el 11,6 % del total de ventas de
11
la economía y casi el 31% del valor bruto de la producción de la industria
manufacturera.
•
Más del 50% del Valor Bruto de la Producción (VBP) de los alimentos y bebidas se
concentra en el grupo de los productos alimenticios que incluyen carnes, pescados,
frutas, hortalizas, legumbres, aceites y grasa.
•
Participan en esta industria alrededor de 5.000 empresas, con un fuerte predominio
de las microempresas (54% del universo total del sector) y las pequeñas empresas
(25%); en conjunto, ambos grupos explican solamente el 3,3% de las ventas totales.
En cambio, las grandes empresas representan menos del 6% del total de
establecimientos, pero más del 85% de la facturación total de la industria de
alimentos y bebidas.
•
En términos agregados, la evolución del sector de alimentos y bebidas ha
acompañado desde 2002 la tendencia de la industria manufacturera en general, si
bien, por la naturaleza de la demanda dirigida a sus productos, exhibe fluctuaciones
menos marcadas tanto en las fases de expansión como en las de contracción.
•
Durante el año 2010, el total del sistema registró 7,27 millones de puestos de trabajo
declarados, con un incremento de casi 3 millones (+68%) respecto al año 2002. La
industria de alimentos y bebidas incorporó 88,7 mil puestos en dicho período,
ocupando en el año 2010 a 330 mil empleados.
•
En conjunto, el empleo en el sector agropecuario (primario) y agroalimentario
(procesamiento) alcanza al 9% del total de la economía. La industria de alimentos y
bebidas explica el 5% del empleo total y el 28% del correspondiente a la industria
manufacturera, siendo el sector relativamente mayoritario dentro de ésta.
•
En general, la remuneración promedio mensual en la industria de alimentos y bebidas
se ha mantenido entre un 15 y un 20% por encima del salario medio de la industria
12
manufacturera; una tendencia similar se manifiesta al considerar la evolución de las
horas trabajadas en el sector y en el total de la industria.
•
La evolución de la productividad media en la industria de alimentos y bebidas
(medida como valor agregado por ocupado o por hora trabajada) es positiva desde
2002 y siempre superior a la del nivel general para ambos índices; el referido
incremento en la cantidad de puestos de trabajo estuvo acompañado por un aumento
en la productividad.
•
El pico máximo de utilización de la capacidad instalada de la industria de alimentos y
bebidas tuvo lugar durante el 2009 con el 77,4% de ocupación. Al igual que lo
observado con el nivel de actividad (dada la naturaleza de los productos que genera)
la industria de alimentos y bebidas presenta un comportamiento más estable en este
indicador, con valores que se ubican por encima de la industria manufacturera en las
fases negativas del ciclo económico y aumentos más modestos en las fases de
expansión.
Exportaciones
•
Entre 2005 y 2008, el crecimiento relativo del total de exportaciones argentinas
superó al promedio mundial; del mismo modo, en el contexto recesivo del comercio
internacional en 2009, las exportaciones argentinas cayeron menos que las globales.
A su vez, en 2010 se recuperaron las exportaciones argentinas en todos sus grandes
rubros, particularmente los productos primarios (+64%) y las manufacturas de origen
industrial (+27%).
•
En el caso argentino, el crecimiento del valor de las exportaciones entre 2002 y 2010
se explica más por el aumento de las cantidades exportadas que por el de los precios
respectivos, tanto en las MOI, las MOA y los PP, en ese orden.
•
Durante el 2010 las exportaciones de alimentos y bebidas totalizaron 21,4 mil
millones de dólares (+5% respecto al año 2009), lo que representó el 31% del total
13
de exportaciones del país. La recuperación estuvo basada en el incremento de las
cantidades exportadas (+7%), ya que los precios promedio de las colocaciones se
vieron reducidos en 10 dólares por tonelada exportada (548 dólares/ton vs 558
dólares/ton en el 2009).
•
Alrededor del 90% de los productos primarios exportados por Argentina se generan
en los sectores agropecuario y pesquero y aproximadamente la mitad de las
exportaciones industriales tienen origen en esas materia primas. Este dato ilustra
sobre la importancia estratégica del sector agroalimentario y agroindustrial, no sólo
por su rol en la provisión de alimentos para consumo interno sino también para la
generación de divisas provenientes de la exportación.
•
Mientras que las exportaciones totales argentinas representan el 0,45 % del total
mundial y el país ocupa el puesto 42 en el ranking de exportadores, su participación
en el intercambio internacional de productos alimenticios es casi 7 veces mayor
(3,02%, del valor mundial).
•
En los últimos años, las exportaciones de Argentina han representado alrededor del
24% del PBI, proporción similar al promedio mundial. Ahora bien, mientras las
exportaciones de alimentos a nivel mundial no superan el 2% del PBI sectorial, en
Argentina dicha relación es mayor al 50% (de acuerdo con la metodología utilizada
por la OMC para agrupar los productos alimentarios).
•
Más del 60% del valor y el 80% del volumen físico exportado de alimentos y bebidas
está concentrado en una sola rama, los aceites y sus subproductos. A su vez, más de
un cuarto de las colocaciones externas de alimentos y bebidas corresponden a
productos de alto valor; el restante 70% incluye productos de precios medios-bajos y
bajos: elaboración de aceites y grasas de origen vegetal y animal (US$ 425),
preparados para animales (US$ 405) y elaboración de productos de molinería (US$
225).
14
•
Argentina exporta alimentos y bebidas a más de 180 destinos diferentes, entre los
que se destacan relativamente países de la Unión Europea y el Mercosur; los Países
Bajos y Brasil explican cada uno el 14% del total de los despachos, España e Italia
suman 10% y la India el 6%. A su vez, en 2010, las ventas a Rumania, Ucrania,
Guatemala e Irán crecieron significativamente, casi un 170% en relación con el año
inmediato anterior.
2.2. La agroindustria alimentaria argentina en el contexto global
En este apartado se presenta un diagnóstico prospectivo de aquellas cuestiones o
factores críticos que estarán construyendo el futuro de la agroindustria argentina
hacia el 2030.
En primer término, se avanza en el encuadre de aquellos elementos que orientan el
diagnóstico prospectivo: foco y variables referenciales. El foco1 que guía el ejercicio
de prospectiva de la agroindustria argentina es el papel (de este sector) como
1
El punto focal del estudio determina el alcance del ejercicio, es decir el nivel de generalidadespecificidad en el tratamiento de los diferentes temas que comportará el foco. Se parte de una
concepción no empirista que cree en la construcción del objeto y de considerar que un mismo
objeto, según el punto focal que se construya para observarlo, da lugar a diferentes alcances e
indagaciones y, por lo tanto, a diferentes resultados.
15
catalizador del desarrollo nacional. Por su parte, las variables referenciales2 que se
eligen en principio3 para el estudio son:
•
Diversificación económico-productiva: crecimiento de las economías regionales,
diversificación de mercados y crecimiento de las empresas PyME.
•
Desarrollo de los territorios: expansión de producciones alternativas, obras de
infraestructura y generación de conocimientos a medida de los territorios.
•
Uso sostenible de los recursos: reducción del impacto de la contaminación,
ordenamiento territorial, manejo adecuado del agua y reducción de uso de
agroquímicos.
•
Equidad e inclusión: creación de empleo, incorporación de tecnología adecuada
y agregado de valor en origen.
En segundo lugar se trabaja en el diagnóstico prospectivo de la agroindustria, tanto a
nivel mundial como nacional; dicho diagnóstico prospectivo está estructurado sobre
diferentes dimensiones. El diagnóstico prospectivo supone una primera delimitación
de los principales componentes y dimensiones referentes al foco del ejercicio, así
como la caracterización de la situación actual de cada dimensión del estudio en
relación al foco, concebida como situación inicial o punto de partida de la visión
prospectiva.
2
Las variables referenciales son aspectos de la realidad estudiada que interesan especialmente. Las
opciones de futuro posibles de imaginar no resultan todas en igual medida deseables. De hecho,
ciertos resultados obtenidos en los escenarios pueden resultar perjudiciales y su visualización puede
permitir encarar acciones para evitar su manifestación. Tener presente las dimensiones críticas que
el estudio considera y explicitarlas claramente brinda una mejor diferenciación entre los escenarios
elaborados. Por ello, luego de haberlas establecido al inicio de la investigación, las dimensiones
críticas se retoman especialmente tanto en la definición de la lógica de los escenarios como en la
narrativa misma de éstos, ya que cada uno deberá precisar qué realidad ofrece para las dimensiones
críticas consideradas.
3
Estas variables críticas pueden ser repensadas a lo largo del ejercicio a la luz de la experiencia que se
adquiere.
16
En términos de la prospectiva de la agroindustria, se procederá a evaluar los
determinantes de la oferta y demanda de alimentos, las cuestiones políticas,
institucionales, climáticas o ambientales que pueden condicionar la evolución de la
producción y comercio a nivel mundial y la visión diagnóstica de los alimentos y su
sector asociado a nivel nacional. El diagnóstico prospectivo se estructurará sobre seis
dimensiones4: mercados mundiales, geopolítica, científico-tecnológica, políticoinstitucional, ambiental y socio-tecno-productiva.
2.2.1 Dimensión mercados mundiales
Demanda de alimentos
En términos de demanda de alimentos, resultan fundamentales tres procesos: el
crecimiento económico mundial, la población y los cambios culturales. La demanda
global de alimentos está explicada especialmente por dos factores en términos de
cantidad y variedad: crecimiento poblacional y crecimiento económico. Ambos tienen
un efecto positivo sobre la demanda global: a una mayor población y/o ingreso per
cápita, mayor es la demanda de alimentos. Los factores culturales, explican
esencialmente el tipo de dieta que se requerirá.
Demografía, el eje en los países emergentes: más población, más urbanizados y más
viejos
Crecimiento Poblacional
Las proyecciones de población hacia el año 2030 manifiestan diferentes supuestos,
en todos ellos se observan significativos crecimientos de la población en los
próximos veinte años. La estimación de población de la ONU que considera una
combinación de tasas medias, y que podría imaginárselo como una proyección
tendencial, plantea que la población mostrará en el año 2030 un incremento de 1400
millones de habitantes que se adicionan a la población actual (unos 6.900 millones
4
Se entiende por dimensiones a las temáticas que agrupa procesos asimilables y que servirán como
organizadores de los procesos que constituirán los escenarios.
17
aproximadamente) y que deben ser alimentados por los recursos naturales y por la
tecnología actual y futura.
El crecimiento poblacional proyectado no es homogéneo entre regiones: para los
países de menores ingresos relativos es sensiblemente superior al de los países
desarrollados. En la Tabla 1 se presentan las proyecciones por zonas geográficas y
para algunos países seleccionados, en un escenario de crecimiento demográfico
considerado intermedio.
En este escenario, más de la mitad del crecimiento poblacional proyectado ocurre en
Asia, correspondiendo aproximadamente el 50 % a China e India. Por su parte, más
de un tercio ocurre en África, fundamentalmente en los países del África
Subsahariana, una de las regiones más pobres del mundo y fuente de crisis
alimentarias periódicas (con la excepción relativa de Sudáfrica). Estados Unidos es
uno de los pocos países desarrollados cuya tasa de crecimiento se muestra dinámica
y es similar a la media latinoamericana.
Tabla 1. Crecimiento absoluto y relativo en escenario intermedio
Crecimiento absoluto
Crecimiento relativo 2010-
2010-2030 (en millones
2030
Región geográfica
de hab.)
África
491
47.5%
África Subsahariana
445
51.6%
Caribe
101
17.1%
Argentina
6
14.6%
Asia
750
18.0%
Brasil
22
11.3%
China
109
8.0%
Estados Unidos
52
16.4%
Europa
-10
-1.4%
Europa del Este
-23
-7.9%
India
271
22.3%
Japón
-10
-7.9%
Oceanía
9
25.0%
Mundo
1,400
20.3%
América Latina y el
Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a datos ONU
18
En general, las cuestiones demográficas tienden a mostrarse como tendencias
firmes, sobre todo a 20 años, en la medida en que ya han nacido los jóvenes de
aquella época; de todos modos, no deben descartarse hipótesis de menor o mayor
crecimiento poblacional. Estas estimaciones indican que, aun cuando se considera a
los factores demográficos como variables relativamente estables, en una mirada a 20
años existen márgenes de indeterminación que pueden conformarla como una
incertidumbre crítica (Tabla 2).
Urbanización masiva
Un dato de singular importancia para conocer el futuro de la demanda alimentaria es
el incremento proyectado de las zonas urbanas en relación a las zonas rurales, válido
en los diferentes escenarios de crecimiento poblacional. Se espera que, en el año
2030, bajo el escenario de crecimiento medio de la población, 1400 millones de
personas se sumen a las áreas urbanas, de las cuales el 60% corresponderá a Asia y
más del 20% corresponderá a África Subsahariana. La Tabla 3 muestra el crecimiento
absoluto y relativo proyectado para países y regiones seleccionadas.
19
Tabla 2. Estimaciones de crecimiento de la población al 2030
Región geográfica
Fertilidad
Alta
Baja fertilidad
media
fertilidad
Mundo
1.400
1.853
947
Regiones desarrolladas
45
107
(19)
Regiones menos desarrolladas
1.355
1.746
966
Asia (excluyendo Japón)
759
1.000
490
África Subsahariana
444
512
378
Europa
(9)
25
(45)
América Latina y el Caribe
101
143
60
EE.UU
52
71
33
China
102
183
711
India
270
358
183
Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a datos de ONU
El proceso de urbanización es en sí mismo complejo, pero posee determinantes que
pueden ser identificados como una combinación de crecimiento económico y
disminución del empleo rural. En sus orígenes, revolución industrial mediante, la gran
demanda de mano de obra de las ciudades sólo podía ser cubierta por población
proveniente del ámbito rural; en ese marco, la especialización de las economías
industriales en la producción de manufacturas generó menor demanda de mano de
obra rural y provocó la “fuga hacia las ciudades”. En una segunda fase aparecen
efectos de aglomeración derivados de la disponibilidad de servicios médicos,
educativos y culturales que conllevan al crecimiento de las ciudades.
Bajo la combinación de oportunidades laborales (ilusorias en muchos casos) y
servicios disponibles, cabe plantear la posibilidad de que el proceso de urbanización
se independice del crecimiento económico, e incluso en períodos de depresión
económica, cuando la mano de obra rural cae fuertemente, se pueden observar
también procesos de urbanización. Con lo cual la urbanización pareciera ser una
invariante estratégica. ¿Existirá algún paradigma alternativo bajo el cual la
urbanización ceda? ¿Habrá formas de urbanización en donde prevalezcan los centros
20
urbanos de menor tamaño? ¿Será necesario un cambio cultural más que económico?
¿Qué características debería tener?
Es posible que el proceso de urbanización se encuentre asentado sobre ciudades
medias que puedan tener recursos naturales y en las cuales se realizará la
transformación de la materia prima para reducir los costos de transporte hacia
ciudades más grandes. Así, más que atenuarse el proceso de urbanización, quizás lo
que pueda observarse es una merma de la concentración, sobre todo en países
productores de alimentos que necesiten generar condiciones de producción a escala,
descentralizado de los grandes consumidores y más próximo al ámbito de
producción primaria como es el caso de Argentina, en donde el crecimiento de la
agroindustria debería evidenciarse en ciudades medianas, con el fin de acotar los
costos logísticos de mover grandes masas de materia prima sin transformar.
21
Tabla 3. Crecimiento de la población urbana
Región
Crecimiento absoluto
Crecimiento relativo
geográfica
2010-2030
2010-2030
África
348
84.3%
305
95.0%
el Caribe
117
24.9%
Argentina
7
18.9%
Asia
841
47.9%
Brasil
29
17.0%
China
271
42.1%
Estados Unidos
60
23.1%
Europa
34
6.4%
Europa del Este
-2
-1.1%
India
226
61.9%
Japón
1
0.9%
Oceanía
7
26.2%
Mundo
1,414
40.5%
África
Subsahariana
América Latina y
Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a datos de ONU
Estructura etaria
Es importante hacer referencia a los cambios esperados en la distribución
poblacional por edad. La Tabla 4 muestra el porcentaje de población por rango etario
para países y regiones seleccionadas en tres momentos del tiempo: 1970, 2010 y
2030.
Entre los años1970 y 2010, el porcentaje de población en la etapa con mayor
productividad esperada de la fuerza laboral (15-49 años) se mantuvo relativamente
constante en los países avanzados y creció significativamente en el mundo en
desarrollo, especialmente en Asia. China incrementó en 10 puntos porcentuales el
porcentaje de la población en el rango etario mencionado. Para el año 2030 se espera
22
una desaceleración de dicho proceso en Asia, con la excepción de India, y una caída
pronunciada en Europa y Japón. La población proyectada para el rango etario de más
de 50 años muestra un crecimiento muy importante, tanto en países en desarrollo
como en países desarrollados.
Tabla 4. Porcentaje de la población por rango etario
0-14 años
Región geográfica
África
África Subsahariana
15-49 años
+ 50 años
1970 2010 2030 1970 2010 2030 1970 2010 2030
44.6 40.3
34
44.8 48.8 52.4 10.6 10.9 13.7
44.4 42.3 35.6 45.2 47.6 52.3 10.4 10.1
12
América Latina y el Caribe 42.5 27.7 20.5 45.2 53.4 50.6 12.3 18.9 28.9
Argentina
29.3 24.9 20.7
50
50.5 49.1 20.7 24.6 30.2
Asia
40.2 26.2 21.1 46.8 54.4 50.5
Brasil
42.4 25.5
China
39.7 19.9 16.9 46.5 56.2 46.2 13.7 23.9
Estados Unidos
Europa
Europa del Este
28.3 20.2
17
18
13
19.4 28.4
46.2 54.8 51.4 11.4 19.7 31.6
37
47.2 48.3 45.4 24.5 31.5 36.6
25.3 15.4 14.7 49.3 48.9 42.2 25.4 35.7 43.1
25.9 14.7 14.7 51.7 51.2 44.8 22.4
34
40.6
India
40.9 30.8 22.8 47.2 53.3 54.1 11.8 15.9 23.1
Japón
24.1 13.2 10.8 56.5 43.4
36
19.4 43.4 53.2
Oceanía
32.4 24.2 17.6 48.1 49.3 43.9 19.5 26.5 38.5
Mundo
37.4 26.9 22.7
47
52.6 49.8 15.6 20.5 27.5
Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a datos de ONU
La reducción de la población que hoy es considerada en edad de trabajar(además de
suponer un reto para las estructuras previsionales) podría significar fuertes desafíos
para la tecnología como la necesidad generar respuestas que permitan incrementar la
producción de alimentos en un marco de menor disponibilidad de mano de obra.
Esto resulta fundamental para la producción primaria, ya que al proceso de
urbanización se suma una estructura etaria avejentada. A este proceso parece
escapar África, continente para el cual se prevé que en el año 2030 más del 50% de
su población se encuentre comprendido entre los 15 y 49 años, con lo cual a la
23
potencialidad por disponibilidad de recursos naturales para producir alimentos se
suma la de contar con fuerza laboral. En términos de la agroindustria, la menor
disponibilidad relativa de mano de obra, puede significar que se deban incrementar
las tareas mecanizadas.
Crecimiento económico: ¿los emergentes emergen?
En términos de crecimiento económico, para poder dar cuenta de los impactos
futuros que se esperan sobre la demanda alimentaria, resulta fundamental conocer
tanto la evolución del PBI a nivel global, como su distribución regional.
Las estimaciones de crecimiento global5 dan cuenta que se espera un crecimiento
sostenido hacia el año 2030, estimándose que el producto bruto global se duplicaría.
Sin embargo, no deben descartarse cambios en esos guarismos a partir de la crisis
global que se desató a partir del año 2008(con epicentro en Estados Unidos y con
fuertes coletazos en Europa) que ha llevado a profundos efectos sobre la economía
real, pero principalmente sobre el sector financiero. La constatación de una crisis,
que sobre finales del año 2011 tiene final incierto, obliga a pensar futuros en los
cuales la desaceleración de la economía global sea realidad.
En relación al crecimiento económico regional, la Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económico (OCDE) estima que, en el año 2030, el 57% del PBI mundial
corresponderá a países que hoy no son miembros de la organización. Dicho valor
contrasta notoriamente con el 40 % que poseían los países no miembros al comienzo
del siglo XXI. En la Figura 1 se puede observar la evolución en el porcentaje del PBI
mundial detentado por China, India, Japón, Europa Occidental y Estados Unidos
desde el año 1950 y las proyecciones para el año 2030.
5
A mediados del año 2010, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)
publicó una versión preliminar del informe titulado: “Perspectivas para el Desarrollo Global 2010”,
basándose en las proyecciones del seminal trabajo de Angus Maddison.
24
De esta visión se desprende el cambio en el poder relativo económico mundial
esperado para el año 2030: mientras que al inicio de la década del 50, China e India
detentaban menos del 10% del PBI mundial, para el año 2030 se estima que
representarán más de 1/3 del total mundial. El centro de gravedad del poder
económico mundial se desplazará del Norte hacia el Este y el Sur.
El traslado del centro de poder económico que la OCDE denomina como un proceso
de mudanza de riqueza, se encuentra representado por tasas de crecimiento de los
países emergentes inusualmente altas y sostenidas. Este proceso llevó a que en
poco más de diez años estos países se “apoderarán” de algo más del 10% del
producto mundial, pasando de representar el 40% del producto a representar el 50%.
Los tradicionales polos de crecimiento, Europa Occidental y Estados Unidos, están
siendo sustituidos por polos de crecimiento en los países emergentes del continente
asiático, donde el principal protagonista es China.
Figura 1. Evolución de la participación en el PBI mundial por regiones y años
seleccionados
2030
2003
1978
1952
Fuente: Unidad de Coyuntura y Propsectiva-INTA en base a Maddison (2007)
25
Proyecciones
a
2030
actualizadas
en
Octubre
de
2010
por:
http://www.voxeu.org/index.php?q=node/5708
América Latina se ha mostrado bastante dinámica en la última década, sobresaliendo
el caso de Brasil, aunque debe acotarse que sobre finales del año 2011 se sintieron
los coletazos de la crisis internacional. En el caso de África se ha mostrado
escasamente dinámica, con la excepción de Sudáfrica, consolidado actualmente
como líder regional.
De continuar las tendencias actuales hacia el año 2030, Brasil, China, India, Indonesia,
Corea y Rusia explicarán más de la mitad del crecimiento mundial, constituyéndose
China en la primera economía mundial. Éstos serían los países que más contribuirían
al crecimiento económico global, compitiendo al mismo nivel con los países
desarrollados en términos agregados. Sin embargo, en términos per cápita, persisten
diferencias importantes con los países desarrollados.
La diferencia en los niveles de ingreso por habitante es la variable que permite
avizorar que, de existir fuertes crecimientos en las economías emergentes, se
observaría una demanda sostenida de alimentos a nivel global en función de que
todavía existe mucho margen para la convergencia de los niveles de vida.
El proceso de mudanza de riqueza representa un cambio estructural y de significancia
histórica, que se espera continúe en el horizonte del ejercicio prospectivo. Sin
embargo, existe incertidumbre acerca del ritmo del proceso y su interacción con la
coyuntura económica internacional.
Más allá del fenómeno de la mudanza de riqueza, no debe dejarse de considerar que
el crecimiento de los países emergentes se encuentra apoyado en la mayoría de los
casos en modelos liderados por las exportaciones que necesitan de mercados en los
cuales colocar sus productos. En ese marco, ante un escenario de crisis en los países
desarrollados, los emergentes deberán buscar una estrategia que potencie los
propios mercados internos sea en forma nacional, sea en forma regional.
26
En relación al efecto del cambio en el patrón de crecimiento, este puede afectar a la
demanda global de alimentos a través de varios canales: cambio en la dieta de los
habitantes de los países emergentes; intensificación de los procesos de
urbanización; y cambio en el poder relativo mundial para la fijación de políticas
internacionales en el sector agroalimentario.
El cambio en los hábitos alimentarios en China y, en menor medida, en India, ha sido
objeto de diversos debates acerca de cuán importante es su efecto sobre la demanda
global de alimentos y, por ende, en el precio relativo de los mismos.
El proceso de mudanza de riqueza, complementado con la dinámica demográfica,
está teniendo como consecuencia que millones de habitantes se sumen anualmente
a la clase media urbana mundial, especialmente en los países emergentes asiáticos.
Este ascenso de la clase media urbana mundial está teniendo consecuencias
significativas sobre la demanda de productos del sector agroalimentario, debido a
los altos niveles de integración de Argentina con el mundo y el reducido tamaño de
su mercado interno. El aumento del ingreso per cápita en las clases medias de los
países emergentes, contemporáneo a su desplazamiento a zonas urbanas,
incrementa la demanda de aceites comestibles y proteína animal. Asimismo, la
elasticidad-ingreso de clases medias-altas es mayor para carnes y lácteos que para
granos.
En el caso que se sostenga el crecimiento de los países emergentes se genera una
demanda continua de carnes, productos lácteos, fibras y otros alimentos. La cuestión
central para la agroindustria argentina es si participará abasteciendo la demanda con
bienes finales o si por el contrario lo seguirá haciendo fundamentalmente con
commodities agropecuarios.
La mirada desde el bienestar y el conocimiento
Cuando se toma nota de la evolución del Índice de Desarrollo Humano (IDH) en el
marco de un ejercicio prospectivo, es significativo reparar en la dinámica reciente,
27
fundamentalmente cuando se aprecian países que parten de niveles muy diferentes
(Figura 2).
En este sentido países asiáticos como China o India, aun cuando muestran niveles
aún reducidos, son los países que han ostentado el mayor crecimiento en los últimos
veinte años. Gran parte del desarrollo se encuentra asentado sobre la educación y la
formación de los recursos humanos. Un indicador de los niveles educativos
alcanzados es el número de años de escolaridad (Figura 3).
Figura 2. Evolución del Índice de Desarrollo Humano
Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva en base a IDH 2010
Es en los países emergentes en donde se encuentran los comportamientos más
dinámicos en los últimos veinte años, situación absolutamente esperable en términos
de la brecha existente, pero que no deja de ser un indicador de la potencialidad de
estos países.
28
Figura 3. Evolución del número de años de escolaridad
Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva en base a IDH 2010
La formación de recursos humanos, en condiciones de desarrollar o aplicar técnicas
novedosas (indispensable para cerrar el círculo de la innovación), es fundamental en
los países asiáticos para lograr mayores niveles de competitividad.
El vínculo entre crecimiento y bienestar se logra al considerar que el crecimiento va
acompañado de una aceleración del proceso de innovación en Asia (liderado por
China), pudiéndose crear una plataforma tecnológica en el mediano plazo que pueda
competir con la plataforma tradicional euro-americana y así incrementar los niveles de
desarrollo.
Las políticas destinadas a la formación de recursos humanos podrían transformarse
en eje para el desarrollo, y en fuerza impulsora para el devenir de la agroindustria
argentina.
29
El acceso a mercados como un límite para la agroindustria
El acceso a los mercados es un elemento central al pensar la estrategia de expansión
de la agroindustria en un país que, como la Argentina, es excedentario en términos
de la relación oferta-demanda.
En ese sentido, con la apertura multilateral que se suscitó primero en el marco del
GATT y luego en la OMC, los productos de origen agropecuario sufrieron una
discriminación en la apertura de mercados. Por lo tanto se avanzó en la reducción
arancelaria de las manufacturas de origen industrial y no en productos primarios
agropecuarios, menos aún en manufacturas de origen agropecuario.
Europa y Estados Unidos fueron actores centrales en la apertura de los mercados
agropecuarios, en línea con proteger sus propios sectores, a los cuales, además de
proteger arancelariamente, se les otorgósubsidios que distorsionaron aún más el
mercado.
Para evaluar el potencial de la agroindustria, es fundamental dar cuenta que los
países están orientados a favorecer la generación del valor agregado dentro de las
fronteras. Lo que se conoce como escalonamiento arancelario es uno de los
elementos centrales a la hora de condicionar el acceso de bienes agroindustriales.
Tanto en Europa como en América del Norte existe evidencia de estos
comportamientos, tal como se expresa en las Figuras 4 y 5.
La presencia de subsidios a la producción primaria, los aranceles elevados tanto a
nivel general para los productos agropecuarios como la exacerbada diferencia
observada entre materias primas y productos elaborados, provoca un sesgo que
representa un desafío para la agroindustria y debe considerarse (como eje central) al
momento de establecer una estrategia de expansión de la actividad. La situación
fiscal de Europa y de EUA podría aliviar las estrictas condiciones que impone la PAC y
la Farm Bill.
30
Figura 4. Estructura arancelaria de la Unión Europea. Aranceles promedio
120
100
80
60
40
20
0
Carne
Cacao
Café
Algodón
Cuero
Tabaco
bovina
materia prima
procesado
Fuente: CEI en base a OECD
Figura 5. Estructura arancelaria de Estados Unidos y México. Aranceles promedio
40
35
33
35
30
25
22
20
13
15
13
10
10
3
5
2
0
México
(Alimentos y
Bebidas)
EE.UU.
(Alimentos y
Bebidas)
Materias Primas
México (Textiles EE.UU. (Textiles y
y Vestimenta)
Vestimenta)
Productos Procesados
Fuente: CEI en base a datos OMC
31
Nuevos patrones en la demanda de alimentos
En función de los previstos cambios poblacionales, sociales y culturales, surgen
nuevos patrones alimenticios que deberán ser cubiertos por la oferta en el futuro y
que sin lugar a dudas ya se comenzaron a manifestar.
En términos poblacionales, el incremento de la esperanza de vida implica también
nuevas dietas que apuntan a una mejor nutrición para el cuidado de la salud. Este
cuidado de la salud no sólo está dirigido a las personas mayores, sino que amplios
sectores de la población han optado por una alimentación sana. Esta tendencia
debería acentuarse en función de los serios problemas de obesidad que se observan.
Este problema y sus enfermedades asociadas requieren de una estrategia de
abordaje múltiple tanto del sector privado como público, las partes de la solución
son: la industria alimentaria, marketing responsable, la industria de servicio de
alimentos e investigadores de alimentos (que deben plantear metas para la aplicación
de tecnologías) (IFT 2010). En ese aspecto, trabajar en pos de solucionar problemas
que desde la agroindustria puede significar asegurar importantes cuotas de mercado.
Por ejemplo, el desarrollo de la nutracéutica implica avanzar hacia alimentos
funcionales, con agregado de valor y mejora del perfil tecnológico de la producción.
Al mismo tiempo, uno de los grandes limitantes de acceso a la alimentación es la
pérdida que se genera de los mismos.. En ese sentido, desarrollar nuevas técnicas
de conservación tanto en el proceso logístico, como fundamentalmente en el hogar,
podría mejorar la alimentación de las personas (IFT año 2010).
En términos de preferencias de los consumidores, en Faye año 2004 se destacaron
las principales características de cambio en el consumo:
• Mayor preocupación por la salud (consumo de alimentos más saludables).
• Preferencia por la facilidad-comodidad (productos preparados, envasados, etc.).
32
• Aumento del consumo de frutas y verduras (restaurants, etc.).
• Incremento del consumo de snacks-bocadillos-tentempié.
• Aumento en el consumo de productos orgánicos y comidas exóticas.
También abordando la cuestión de la preferencia de los consumidores, en Moser et.
al. 2011 se distinguieron características comunes entre consumidores de frutas y
verduras de diferentes lugares de Estados Unidos, Europa y Asia:
• La elección de compra y la predisposición a pagar un precio mayor por frutas y
verduras frescas está principalmente determinado por factores personales (calidad
comprobada por la experiencia y salud personal).
• Los atributos relacionados a la salud personal son importantes en todas las
regiones analizadas, siendo la razón más significativa para comprar alimentos
sostenibles (sustainable food).
• La relevancia del atributo “local” está creciendo en comparación con lo orgánico,
el lugar de origen y los certificados.
Los desafíos son muchos, pero en términos de calidad alimentaria se puede esperar
un futuro promisorio a partir del desarrollo de: nutrición personalizada, biología
molecular, ecología microbiana, biotecnología y nanotecnología (IFT 2010). Partiendo
de la materia prima que en Argentina se produce en forma competitiva, avanzar
incorporando conocimiento en la elaboración delos alimentos puede ser una vía para
la expansión de la agroindustria.
33
Oferta de alimentos
Productividad del sector agropecuario
Un tema crucial en la agenda agropecuaria de hoy es cómo el mundo va a sostener el
equilibrio entre población y alimentos en un contexto donde la productividad agrícola
no crece al mismo ritmo que el crecimiento poblacional sostenido en los países
emergentes. Si bien el incremento en la oferta de alimentos se fundamentó no sólo
en aumentos de productividad sino en la expansión de la frontera agropecuaria
mundial, la presión ejercida sobre los recursos naturales y la tendencia decreciente
en la productividad plantean un escenario más complejo hacia 2030.
Como se observa en la Figura 6, las últimas décadas fueron testigos de una
reducción pronunciada en la tasa de crecimiento de la productividad, planteando
incógnitas de relevancia hacia el futuro. Asimismo, las variaciones en la productividad
no han sido uniformes ni por cultivo ni por región: mientras que el maíz sigue su
tendencia sostenida, el trigo se ha quedado relativamente estancado.
Según Lester Brown (ver Referencias bibliográficas), las fuentes históricas de
crecimiento de la productividad de la tierra han sido el uso creciente de fertilizantes,
el incremento de zonas irrigadas y el desarrollo de variedades de alto rendimiento
(híbridos y OGM). Para el autor, el factor crucial para aumentar la productividad en el
futuro es el uso más eficiente del agua, que se está constituyendo en una restricción
clave para la expansión de zonas cultivadas, especialmente en zonas áridas y semiáridas. En esa línea, se plantean algunas sugerencias para incrementar la
productividad:
34
Figura 6. Tasa de crecimiento - promedio anual del rendimiento por ha
2000-2010
1,2%
1,5%
1990-2000
1,9%
1980-1990
2,3%
1970-1980
1,8%
1960-1970
2,2%
1950-1960
Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a Lester R. Brown Plan B
4.0: “Mobilizing to Save Civilization”
• Desarrollo de variedades de cultivo resistentes a la sequía; ejemplo típico:
producción de maíz en zonas áridas, una tendencia observada en Estados Unidos,
que, en gran medida, debe estar explicada por la política de subsidios al etanol.
• Expansión de cultivos de doble ciclo, especialmente en modalidades distintas a la
clásica trigo/soja usada intensivamente en Estados Unidos y Argentina.
• Darle valor económico al agua: la actual baja productividad del agua puede estar
fundamentada en la creencia de que el agua es un recurso libre ya que se
encuentra fuertemente subsidiada por el Estado.
• Aumentar la eficiencia en el uso de la proteína animal debido a los efectos del
consumo de carnes sobre la demanda de alimentos. Ejemplo: Estados Unidos y
Canadá consumen, en forma indirecta a través del consumo de carne vacuna,
porcina, pollo, leche y huevos, en promedio 800 kg de grano por año.
35
En términos de disponibilidad de tierra existen visiones diferentes: se plantea una
alta disponibilidad de tierras arables. “The Economist”6, basado en datos de FAO,
manifiesta que existirían potencialmente poco más 1300 millones de hectáreas
arables en los ocho países con mayor extensión en el mundo, lo que permitiría
triplicar la superficie disponible. Ese aumento estaría fundamentalmente asentado en
Brasil, y restaría observar que es lo que ocurre con África (Figura 7).
Figura 7. Disponibilidad de tierras arables hacia el 2030
500
450
400
350
300
250
200
150
100
50
0
Brasil
Estados
Unidos
Rusia
India
Utilizadas
China
Australia
Canadá
Argentina
Potenciales
Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a The Economist
Sin embargo, también recurriendo a FAO, pero considerando la disponibilidad de
tierra y agua, el escenario planteado dista de ser tan optimista. En este caso se
plantea que hacia el año 2030 existirían poco más de 124 millones de hectáreas
cosechadas en total y si se observa en términos de tierras cultivadas el total sería de
70 millones de nuevas hectáreas. África aparece como
el principal punto de
generación de tierras cultivadas y cosechadas. En este caso al aumentar más las
hectáreas cosechadas que cultivadas, se prevé un incremento de la intensificación de
la actividad primaria.
6
“Brazilian agriculture: The miracle of the cerrado” The Economist, Print edition, Aug 28th, 2010.
36
Este escenario puede cambiar en forma sostenible cuando la tecnología logre
avances en el desarrollo de variedades resistentes a stress hídrico o a la salinidad.
Esto determinaría que un número mayor de tierras, que en la actualidad no tienen
cobertura específica, se mostrarían en condiciones de ser explotadas (Figura 8).
Figura 8. Aumento de tierras cultivadas y cosechadas hacia el 2030
% de crecimiento
20%
15%
15,9%
12,4%
Tierra Cultivada
10%
5%
Al 2030, se espera que se cultiven 70
millones de hectáreas más que en 2010
4,3%
0,9%
0,0%
0%
-0,9%
-5%
-10%
Norte
América
Europa y
Rusia
OECD del África SubPácifico
sahariana
25%
20%
América
Latina
Medio
Oriente y
Norte de
África
Este de
Asia
Sur y
Sureste de
Asia
-7,3%
Resto del
Mundo
Mundo
Al 2030 se espera que se cosechen 124
millones de hectáreas más que en 2010
27,6%
30%
% de crecimiento
4,4%
2,8%
0,0%
19,6%
Tierra Cosechada
15,2%
15%
10%
7,7%
5,9%
5%
9,0%
7,0%
3,1%
1,4%
0,0%
0%
Norte
América
Europa y
Rusia
OECD del
Pácifico
África Subsahariana
América
Latina
Medio
Este de Asia
Sur y
Oriente y
Sureste de
Norte de
Asia
África
Resto del
Mundo
Mundo
Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a datos FAO
Por lo tanto, en términos de oferta y dada la tecnología actual, la tendencia es hacia
una merma en la tasa de crecimiento de los rendimientos y baja disponibilidad de
tierra y agua. El incremento de la producción mundial de alimentos no parece estar
en condiciones de dar respuesta a una demanda exacerbada. En este marco, será
fundamental el papel de la agroindustria como instrumento para mejorar la eficiencia
y el aprovechamiento de los alimentos reduciendo pérdidas y residuos.
Petróleo y biocombustibles
La vinculación del sector agroindustrial y los aspectos energéticos ha sido siempre
muy estrecha en relación a la utilización intensiva de combustibles, tanto en la fase
de producción primaria como en la secundaria y en la logística. En los últimos años
37
se potenciaron estos vínculos a partir de la utilización de productos de origen
agropecuario en la producción de biocombustibles.
El fortalecimiento de la vinculación entre el precio del petróleo y el precio de los
commodities agropecuarios a partir del uso de granos para la producción de
biocombustibles es indicado como uno de los responsables del aumento y volatilidad
en el precio de los alimentos. En este sentido, la recesión mundial está actuando
como un freno natural a una escalada en el precio del petróleo, desestimulando el
destino de tierras agrícolas para la producción de biocombustibles. Sin embargo, si
se retornara el sendero de crecimiento en un plazo relativamente corto, la dicotomía
energía-alimentos podría regresar con fuerza a la escena internacional, generando
consecuencias muy negativas para la seguridad alimentaria y la conservación del
medio ambiente (deforestación) en los países en vías de desarrollo, especialmente en
África.
En la actualidad, Estados Unidos y Brasil producen el 90 % de la producción mundial
de Etanol, mientras que Europa produce y consume cerca del 80 % del biodiesel.
Brasil es el principal exportador mundial de etanol, mientras que Argentina es el
principal exportador neto mundial de biodiesel. Políticas domésticas favorables en
Estados Unidos, Brasil, Europa, Argentina, Indonesia y otros países asiáticos
configuran un escenario promisorio para los biocombustibles aunque cuestiones
vinculadas al proteccionismo, especialmente en Europa, plantean desafíos.
Actualmente se clasifica a los biocombustibles como de “primera”, “segunda” y hasta
de “tercera” generación. Los biocombustibles de primera generación son típicamente
aquellos producidos a partir de biomasa alimenticia, y se diferencian en el tipo de
combustibles que reemplazan y en la tecnología de motores en los que se
emplearán. Los de segunda generación son producidos a partir de biomasa no
comestible. Los biocombustibles de tercera generación son aquellos producidos con
tecnologías nuevas, a partir de la gasificación o de la pirólisis de la biomasa. Algunos
de estos procesos ya se han desarrollado, pero mayormente no han llegado a ser
comercialmente viables aún.
38
El modelo basado en biocombustibles de primera generación está sujeto a riesgos,
debido a sus efectos sobre el precio de los alimentos y la seguridad alimentaria en
función de utilizar materias primas alimentarias para su elaboración. La aparición de
biocombustibles de segunda generación, aunque no insumen alimentos para su
elaboración, siguen utilizando materias primas que en su producción compiten con el
uso de tierra y agua (por ejemplo etanol de base celulósica o biodisel de jatropha).
Este conflicto podría ser superado si se consolida la aparición de biocombustibles de
tercera generación que permiten desvincular la producción de biocombustibles de la
utilización intensiva de tierra.
La expansión de los biocombustibles, en el mediano plazo, está determinada por la
escasez relativa de petróleo. Un barril de petróleo por encima de los 100 dólares7
dispara los proyectos vinculados a los biocombustibles, por ello es fundamental
conocer perspectivas sobre el petróleo.
El interrogante central es ¿qué perspectivas existen para el petróleo al año 2030? La
OPEP considera que el petróleo va a continuar jugando un rol central en las fuentes
de energía mundial. Los combustibles fósiles van a proveer el 80 % de la energía
mundial para el año 2030. Se prevé una producción mundial de más de 100 millones
de barriles diarios y un precio aproximado de 100 dólares por barril para el año 2030.
Sin embargo, el Departamento de Energía de Estados Unidos plantea tres escenarios
absolutamente dispares que muestran el grado de incertidumbre que aqueja al
mercado petrolero y energético (Figura 9).
7
Considerándolo a precios constantes de 2008.
39
Figura 9. Precio mundial del petróleo en tres escenarios, 1980-2035. Dólares del 2008
por barril
Precio Alto
Referencia
Precio Bajo
Historia
Proyecciones
Fuente: Unidad de Coyuntura-INTA en base a datos del Departamento de Energía de
los Estados Unidos de Norteamérica (DOE Estados Unidos)
Especialistas coinciden en la incertidumbre de la existencia en un futuro de un
suministro energético similar al petróleo (aún a precios más elevados).Debido a estas
previsiones se supone que las variaciones en el mercado de combustibles fósiles a
nivel mundial serán afectadas por: a) la factibilidad de acceso, b) el costo de
producción (exploración, extracción y procesamiento), c) los factores ambientales y d)
la logística de distribución.
a)
Factibilidad de acceso. Afecta diferencialmente a los tres principales tipos de
combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón). Las principales reservas de
petróleo y gas natural se encuentran concentradas en regiones del planeta
políticamente inestables y en países cartelizados en la OPEP que regula su
extracción. El caso del carbón es distinto ya que las reservas se encuentran más
uniformemente distribuidas.
40
b)
Costo de producción. Gran parte de las reservas mundiales de petróleo y gas
natural se encuentran bajo la forma de los denominados yacimientos no
convencionales, como ser en arenas petrolíferas, pizarras bituminosas, petróleo
extrapesado, tight y shale gas (areniscas y arcillas), que presentan altos costos
relativos de extracción con respecto a los yacimientos convencionales.
c)
Factores ambientales globales. Debido a los efectos ambientales, los
combustibles fósiles deberían verse afectados por una disminución en su
demanda. Se espera una diversificación de la canasta energética de los países sobre todo en los signatarios del Protocolo de Kyoto- con mayor énfasis en el
uso de energías renovables y un aumento de la eficiencia en el uso de la energía.
Sin embargo, en los países en desarrollo, la demanda relativa de combustibles
fósiles se incrementará debido principalmente a una menor disponibilidad
tecnológica y a factores económicos, que limitan la generación de fuentes
renovables y la utilización de medios eficientes en el uso de la energía.
d)
La logística de distribución afecta en la actualidad, principalmente, al gas natural
cuyo medio masivo de distribución son los gasoductos con sus problemas de
costos de inversión, vulnerabilidad y geopolíticos (deben atravesar largas
distancias que generalmente recorren varias regiones políticamente inestables).
Esta situación se resolverá con el desarrollo tecnológico del GNL (gas natural
licuado) que requiere plantas licuefactoras en origen, tanques de transporte
especiales (terrestres y marítimos) y plantas regasificadoras en destino, lo que
incrementará el precio final del producto. Este combustible fósil es el que se verá
menos afectado por los condicionamientos ambientales.
La incertidumbre que se observa sobre el mercado petrolero y los indicios de su
relativo agotamiento permiten esbozar que la eficiencia energética será un elemento
central en la competitividad de la agroindustria argentina.
41
Tendencias en los precios internacionales de los alimentos y productos
agroindustriales
Precios de los commodities
El mundo ha experimentado en los últimos años un fenómeno poco frecuente en la
historia económica moderna: el incremento sostenido en los precios internacionales
de los commodities agropecuarios y alimentos y una mayor volatilidad en los
mercados mundiales de commodities. En las Figuras 10 y 11 se puede apreciar la
tendencia de largo plazo observada en el precio real de los commodities
agropecuarios (1900-2009) y la evolución de los precios internacionales en los últimos
20 años.
Figura 10. Índice de evolución del precio de los alimentos (1900-2010)
En Dólares Corrientes
En Dólares Constantes
Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a datos FMI
Como se puede observar a partir de mediados del año 2003 se aprecia una tendencia
ascendente en el precio de los alimentos y los commodities (el precio del petróleo
había comenzado su tendencia ascendente en el año 2002), que culminó en una
burbuja especulativa a mediados del año 2008. Luego de la explosión de la burbuja y
42
la crisis internacional, los precios cayeron bruscamente pero, a partir del año 2010,
retomaron nuevamente la tendencia ascendente.
La abrupta suba en los precios internacionales acaecida a mediados del año 2008 ha
alertado a la comunidad internacional debido a sus efectos sobre la seguridad
alimentaria en los países en vías de desarrollo. La crisis alimentaria es visualizada
actualmente como un problema estructural. Los “logros” de los programas
internacionales de lucha contra el hambre se esfumaron en dos años.
Un informe de Baffes y Haniotis (2010) del Banco Mundial cuestiona la hipótesis que
vincula al incremento de precios con el incremento de la demanda y sostienen que el
incremento en los precios de los alimentos observados desde el año 2007 se explica
principalmente por la relación entre el precio de la energía y el de los alimentos y por
la especulación financiera en el mercado de commodities.
43
Figura 11. Índice de evolución mensual del precio de los commodities
Agropecuarios, para carne vacuna y petróleo. 1990-2010
Alimentos
Carne Vacuna
Commodities Agropecuarios
Petróleo
Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a datos FMI
Con respecto al panorama a 2030, Alexandratos (2010) realiza un análisis comparativo
de las últimas proyecciones del Banco Mundial, IPFRI e IIASA. Si bien se espera que
los precios internacionales estén por encima de los niveles correspondientes al
período 2003-2005 (un patrón relativamente benigno), los analistas coinciden que los
niveles estarán muy por debajo de los correspondientes al período de años 20062008 (Tabla 5).
Resulta interesante la distinción de Josef Schmidhuber, Director de la Unidad de
Perspectivas Globales de FAO, quién afirma que el mercado de commodities
agrícolas está experimentando un nuevo paradigma: la fijación de precios de los
commodities en base a la energía. Esto tiene las siguientes implicancias: a) los
44
mercados de energía crean una demanda perfectamente elástica para la producción
de bienes agrícolas; b) la alimentación y la agricultura dejan de ser bienes “Engel”
tradicionales en los países emergentes y pasan a ser bienes normales en países
emergentes o bienes de lujo en países pobres; c) los precios de los alimentos
permanecerán altos si los precios de la energía son altos; d) altos precios de los
alimentos traslada el foco de la seguridad alimentaria de las zonas rurales a las zonas
urbanas; e) los países más vulnerables son aquellos importadores de alimentos y
energía.
Tabla 5. Proyecciones de precios internacionales de commodities
Índices de precios reales
Índices de precios reales
al 2030 respecto al
al 2030 respecto al
período 2003/05
período 2006/08
Cereales-IIASA
113
74
Agricultura-IIASA
98
74
Agricultura-BM
101
76
Maíz-IPFRI
97
63
Trigo-IPFRI
104
72
Arroz-IPFRI
129
81
Fuente: Alexandratos (2008)
Precio de los productos agroindustriales: biocombustibles, cambio climático y
financiación
La tendencia a largo plazo de los precios internacionales de los productos
agroindustriales está determinada por los factores fundamentales que afectan a la
demanda y oferta de alimentos: crecimiento económico, distribución del ingreso,
dinámica de la evolución de la población, cambios culturales y procesos de cambio
tecnológico. En la última década se ha sumado un nuevo factor, la posibilidad de
transformar commodities agropecuarios en energía.
45
La necesidad de reducir la dependencia petrolera de la matriz energética de los
países desarrollados llevó, fundamentalmente en Estados Unidos, a cuantiosos
subsidios para estimular la inversión en fuentes alternativas de energía, entre ellas la
inversión en tecnología para producir biocombustibles basado en alimentos (etanol
en el caso de Estados Unidos, colza en el caso de la Unión Europea). En forma
contemporánea, la fijación de porcentajes mínimos de uso de biocombustibles en los
países desarrollados y emergentes y el alza sostenida del precio del petróleo a partir
del año 2003, viabilizaron la producción a escala de biocombustibles. Asimismo, está
comenzando a tomar fuerza el uso potencial de los commodities agropecuarios para
industrias históricamente dependientes del petróleo (por ejemplo, los bioplásticos).
Esta situación tuvo como consecuencia que tierras previamente destinadas a la
producción de alimentos encontraran un uso alternativo, estableciéndose un fuerte
vínculo entre el mercado del petróleo y el mercado de los alimentos. Esto ha llevado
a que el mercado agroalimentario mundial se encuentre bajo un nuevo paradigma, la
fijación de precios en base a la energía, dando lugar a un dilema con fuerte
consecuencias éticas y sociales: comer o carburar.
Por otro lado, la volatilidad en el mercado de commodities agropecuarios también ha
sido afectada por el nuevo paradigma. La volatilidad de los precios determinados en
el mercado de futuros ha ido creciendo en forma sostenida a partir del año 2003. Una
porción del incremento en la volatilidad puede atribuirse a la volatilidad heredada del
mercado del petróleo, dado que históricamente el precio del petróleo ha sido
relativamente más volátil que el precio de los commodities. Los factores adicionales
que pueden estar contribuyendo al incremento en la volatilidad son los efectos del
cambio climático, la entrada de inversores institucionales a los mercados financieros
y los niveles reducidos de stocks que mantienen las principales potencias
agroalimentarias.
Algunos analistas, entre ellos Paul Krugman, señalan al cambio climático global como
el causante de la recurrencia de eventos climáticos extremos en las últimas
46
campañas en Rusia, Australia, Brasil y Argentina, que afectan imprevistamente la
producción agropecuaria, incrementado los niveles de volatilidad de los mercados.
También, la entrada de inversores institucionales al mercado de futuros de Chicago
ha modificado el rol tradicional de los especuladores. Históricamente, la especulación
en el mercado de commodities estuvo basada en expectativas que se formaban a
partir de factores que afectaban tanto a la demanda como a la oferta de estos
productos. Sin embargo, la especulación que se observó en la crisis del año 20072008 respondió a una lógica diferente. En tiempos de fuertes tendencias al alza en
los precios de los diferentes activos, los mercados desarrollados y de fácil acceso,
pueden propiciar una burbuja especulativa, exacerbando la volatilidad en los
mercados.
Los fondos institucionales canalizan su inversión a través de los Índices de
Commodities, los cuales representan un valor matemático basado en los retornos o
beneficios de una selección particular de futuros de commodities. El más famoso de
ellos es el S&P GSCI (Standard and Poors, Goldman Sachs Commodity Index), que
toma únicamente posiciones “largas” en los mercados utilizando una canasta de 24
commodities, incluyendo commodities agrícolas. En vez de comprar y vender
órdenes, los bancos tienden a tomar posiciones largas y comprar, por ejemplo,
futuros de trigo, haciendo un roll-over de contratos. Es decir, la estructura del
mercado de futuros permite que se compre varias veces el mismo trigo, haciendo
que el precio suba, no por la demanda física del bien, sino por el activo financiero
asociado.
La ingeniería financiera permitió que los índices de commodities den lugar a otros
instrumentos más sofisticados: fondos en índices de commodities, Exchanged
traded funds (ETFs) y Swaps, que son generalmente comercializados fuera de los
mercados tradicionales de futuros. Estos mercados se conocen como OTC (“Over the
Counter”); están fundamentalmente desregulados y crecieron en forma exponencial
en la última década.
47
En tercer lugar, la relación Stock/Consumo de los principales commodities alcanzó
valores mínimos históricos, específicamente en el caso del maíz. Esta situación
genera que el precio de los commodities sea muy sensible a variaciones marginales
en la oferta de commodities debido a la relación no-lineal entre precios y stocks.
Considerando el cúmulo de factores que influyen en la determinación de los precios
de los alimentos, y en el marco de una esperada volatilidad económica,
indudablemente la variabilidad de precios será una característica del futuro de los
alimentos. En ese marco, el desarrollo de la agroindustria, más allá del agregado de
valor, puede ser una estrategia para reducir el riesgo implícito en la actividad
agropecuaria. Sin embargo, cabe considerar la posibilidad que dentro de 20 años
muchos de los productos de la agroindustria que hoy no son considerados
commodities, lo sean en el futuro a partir del proceso de estandarización que se
observa. Esto significaría que heredarían mayores niveles de volatilidad.
2.2.2 Dimensión geopolítica
Reconfiguración global
En línea con la conformación del contexto geopolítico que regirá los próximos años al
sistema económico mundial, es indispensable dar cuenta de los impactos que se
pueden evidenciar desde las esferas políticas hacia los sistemas productivos de
alimentos.
Se parte de un mundo en transición en su configuración geopolítica, con una gran
potencia (Estados Unidos) amenazada en su hegemonía mundial pero con
perspectivas de redespliegue y con la irrupción de un nuevo gigante (China) que
plantea una incógnita central: un mundo multipolar con Estados Unidos-China como
eje articulador. Son muchos los tableros en los cuales se va a desplegar el juego de
las relaciones de poder: político, militar, económico, tecnológico, comercial, cultural.
48
Beinstein habla de una “multipolaridad floja”, donde los grandes polos aparecen en la
cima de un sistema global con importantes espacios relativamente autónomos en los
que son ejercidos controles superiores indirectos relativamente flexibles y algunas
naciones o grupos pueden establecer alianzas parciales con una u otra potencia
global o regional, en contraste con una “multipolaridad fuerte”, es decir, por un
reparto completo del mundo entre un pequeño número de grandes potencias8.
Es posible que se esté frente a un mundo de alianzas inestables y flexibles. Los
componentes regionales serán protagonistas, incluso la solución de muchos de los
conflictos globales pasarán por los arreglos regionales9.
En este sentido, es en lo político donde se vislumbraría más claramente la
multiplicidad de polos. Algunos ejemplos: el G20;
la OCS (Organización de
Cooperación de Shangai, una organización constituida para
generar estabilidad
regional y limitar la presencia estadounidense en la región yel BRICS (Brasil, Rusia,
India, China y Sudáfrica).
En lo militar, el poderío estadounidense seguirá siendo hegemónico, dado que por
ejemplo, en la actualidad el presupuesto de defensa de los Estados Unidos es el 50%
del presupuesto de defensa del resto del mundo, y esto no es fácilmente reversible,
ni en el corto ni en el mediano plazo.
En lo económico, Estados Unidos ve su histórica hegemonía más acotada por la
irrupción de China y el cada vez mayor protagonismo de los países emergentes. Sin
embargo, conserva aún importantes márgenes de maniobra en cuanto a capacidad
productiva y, sobre todo, en cuanto al control de la tecnología.
El auge económico de Estados Unidos entre mediados de los años 1990 hasta el
2008 corrió paralelo a su debilitamiento estructural, con acumulación en progresión
geométrica de déficits comerciales (pérdida de competitividad industrial, etc.) y
8
Jorge Beinstein, “Innovación tecnológica. Prospectiva y crisis”. Mincyt. Noviembre, 2009.
9
Gelson Fonseca, “Pensando el futuro del sistema internacional”, FRIDE, Abril, 2008
49
fiscales, de deudas públicas y privadas. Se trató de un auge parasitario (compradordeudor) alimentado por préstamos al Estado y a las empresas, ventas de mercancías
“a crédito”, etc. Fue ese debilitamiento estructural el que impulsó la pérdida de
hegemonía pese a los esfuerzos principalmente político-militares realizados.
En este marco geopolítico se destacan cuatro elementos determinantes. El primero,
la convivencia Sino-Americana: la República Popular China sería la principal
interesada en que Estados Unidos recupere su vigor económico, y deje atrás el riesgo
de depresión/deflación inherente a su “nueva normalidad” de baja tasa de
crecimiento y alta desocupación. Por imperio de la necesidad, ambos gigantes se ven
obligados al imperativo de coordinar sus políticas económicas, y el ritmo y el sentido
de sus respectivos mecanismos de acumulación10.
El segundo, India aparece junto a China como uno de los dos grandes gigantes
periféricos emergentes. India sobresale por la amplitud e intensidad de sus logros en
el campo tecno-científico11, en el auge de industrias y servicios insertados en áreas
de alto dinamismo global. Desde el punto de vista geopolítico, India forma parte
activa de dos procesos decisivos, en primer lugar el BRICS, alianza estratégica entre
Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. También, India es actor central del proceso de
integración eurasiática, fenómeno complejo donde asoma la Organización de
Cooperación de Shangai (OCS) y otros acuerdos y estructuras plurinacionales
(ASEAN, etc.). La apertura entre China e India será un factor decisivo. Algunos
analistas12 hablan de “Chindia”, con ambos gigantes convergiendo en cuestiones
económicas, de política exterior e intereses estratégicos.
El tercero, Europa será también parte de este mundo multipolar aunque su actual
deterioro económico y político parece no modificarse a futuro. El futuro no es
10
Jorge Castro, “La política exterior de Obama cierra su ciclo en Irak y Afganistán”, Diario Clarín,
Argentina, 12/09/2010.
11
Adam Segal, “What happened to India as a Science Power?”, Council on Foreign Relations, February 4,
2010.
12
Pablo Bustelo, “Chindia. Asia a la conquista del siglo XXI”, Tecnos/Real Instituto Elcano. Madrid, 2010
50
auspicioso. La idea de una Europa potencia política capaz de rivalizar con Washington
(durante mucho tiempo defendida por Francia) se ha diluido en beneficio de una vasta
zona de libre comercio que acompaña el despliegue de la OTAN en Europa del Este.
En una visión prospectiva de Europa, es indispensable considerar la posibilidad de
conformación de un eje Ruso-Germano. Un cambio de percepción de los intereses
alemanes (sin perder la dimensión comunitaria que seguirá siendo su base) se
traduciría, luego de la promoción de la ampliación de la Unión Europea (UE) hacia el
este, en el desarrollo de una política hacia Rusia, incluida una estrategia para Asia
Central.
El cuarto se refiere al Sistema Financiero Internacional, donde la sostenida
depreciación que experimentó el dólar frente al Euro y en general frente a todas las
monedas, en el marco de una profunda recesión mundial, abre las puertas a una
posible guerra de monedas y proteccionismo en pos de ganar competitividad en
precio y mejorar tanto su equilibrio externo como especialmente el nivel de actividad
interna. Las cuantiosas reservas que han acumulado los países emergentes son un
elemento que contiene en gran medida una mayor devaluación del dólar, moneda
que parece perder protagonismo en el sistema financiero internacional. Dentro este
panorama, es preciso un cambio en los organismos internacionales reguladores del
sistema e incluso se deberá avanzar sobre la determinación de nuevos patrones
cambiarios, si es que el dólar pierde relevancia como moneda de referencia.
El
incremento de reservas en los países en vías de desarrollo, la cancelación anticipada
de las deudas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la coordinación regional de
los bancos centrales, iniciativas como Petrocaribe, ALBA o CIADI del Sur en América
Latina y Caribe o la recuperación del control estatal sobre algunos recursos naturales
en varios países emergentes son señales en el mismo sentido.
En este marco de cambios estructurales que se avizoran, las alternativas pasan por
pensar un mundo en el que será clave lo que ocurra con los países que se perfilan
como actores principales:
51
 Estados Unidos: ¿recupera protagonismo?; ¿podrá reconvertir su economía
estructuralmente deficitaria tanto en términos fiscales como de cuenta corriente?;
¿podrá solucionar las amenazas que se ciernen sobre el dólar como moneda
patrón?
 China: ¿podrá resolver el “intríngulis” que lo relaciona con Estados Unidos en
relación a tenencia de dólares?; ¿cómo podrá reacomodar alianzas e ingreso a
mercados en el medio de una crisis?; ante una crisis internacional prolongada,
¿podrá reconvertir su economía para un crecimiento basado en el consumo
interno?
 Europa: ¿podrá superar la crisis del Euro?; en un marco de salida de varios países
del área monetaria común ¿se sostendrá la integración económica y política?;
¿entrará Europa en una fase de recuperación de su productividad?
 Resto de emergentes: Rusia, Brasil, los países asiáticos, ¿consolidarán tendencias
de crecimiento o dependen mucho del crecimiento agregado del mundo?, ¿podrán
transformar crecimiento en desarrollo?; los recursos naturales energéticos y
alimenticios se encuentran en gran medida asentados sobre países emergentes,
lograrán estos países defenderlos y evitar un crecimiento sólo vinculado a su
explotación?
 Organismos Internacionales: ¿se lograrán acuerdos que permitan generar
regulaciones
y
internacionales?;
parámetros
¿se
de
podrán
estabilidad
en
los
establecer
medidas
mercados
que
financieros
reduzcan
la
“financiarización” de la economía mundial?; en términos comerciales, ¿recuperará
la OMC la capacidad de accionar?
El sendero que tome la cuestión geopolítica será central para considerar el futuro de
la agroindustria argentina. La discusión en ámbitos internacionales puede influir en
las normas para la circulación de bienes en los mercados mundiales, siendo
fundamental el destino de la apertura de mercados para los bienes agroindustriales,
52
al mismo tiempo, establecerá el marco para la discusión de los derechos de
propiedad intelectual y el proceso de I+D.
Dinámica de la relación Argentina-Brasil
El futuro de la relación entre Brasil y Argentina y por ende de la región, va a estar
ligado a la reconfiguración del sistema mundial. La autonomía latinoamericana, más
que una decisión propia, será fruto del reacomodamiento de piezas a nivel mundial.
Aunque también es necesario señalar que la posición que adopte Brasil podría
determinarse más allá de los condicionamientos del sistema mundial debido a su
propio peso específico. Será elemental considerar que la relación Argentina-Brasil se
da en un marco donde Estados Unidos tiene menos injerencia en América del Sur.
Hoy Brasil aparece como líder regional y es probable que Argentina construya una
relación de tipo estratégica con su socio mayor para insertarse en el sistema mundial
como un actor de peso, con Sudamérica detrás, tanto para su inserción en el BRICS o
para jugar un papel autónomo como polo de poder en un mundo multipolar.
La región puede insertarse en el mundo con una posición de mayor fortaleza y
capacidad de negociación, aprovechando tanto sea la multipolaridad, como la disputa
entre Estados Unidos y China, ganando márgenes de independencia que le
posibiliten hacer frente a economías que han mostrado capacidad para permear
mercados de bienes industriales.
El vínculo cada vez mayor de China con Brasil ha provocado una caída muy
importante de las exportaciones de manufacturas brasileñas. Esto representa un
retroceso histórico para el gigante sudamericano, y lo peor es que tiende a agravarse.
Por ello, una alianza estratégica con Argentina con una Sudamérica integrada como
una opción de gran mercado o como defensa frente a la “invasión” de productos
chinos, es una opción viable. El tradicional sector manufacturero brasileño vería con
buenos ojos esta alternativa, ya que de continuar este proceso, se vería fuertemente
53
dañado. Una primarización de la economía brasileña pondría en tela de juicio sus
posibilidades como potencia emergente.
La Argentina y Brasil deben trabajar en términos de una integración productiva,
desarrollando sectores donde existe la posibilidad de desplegar una integración
productiva pública-privada. Se lograría de esa manera la plataforma pertinente para
aumentar
la
competitividad
conjunta
para
salir
al
mercado
internacional,
fundamentalmente en términos de agroindustria. Un gran polo industrial binacional
constituiría la más importante materialización en este sentido.
A su vez, en el plano regional, los gobiernos deberán avanzar en su decisión de
construir una nueva infraestructura de comunicaciones y una nueva estructura
productiva integrada, que supone una integración de la infraestructura física y
energética del continente y el desarrollo del mercado interno regional. Brasil necesita
de Sudamérica. Su peso internacional crecería en la medida que sus pares regionales
se fortalezcan en los procesos de reindustrialización y expansión de la producción y
el consumo. En caso de no lograrse avanzar hacia cuestiones concretas de
integración y prevalezcan los sentimientos nacionalistas, la amenaza de China crecerá
exponencialmente y se podría reforzar la primarización de las economías.
Con una China hegemónica, imponiendo sus condiciones y reproduciendo el patrón
clásico de dependencia norte-sur (comprando materias primas y colocando sus
productos manufacturados), invirtiendo en explotación de recursos naturales y
servicios vinculados a su extracción en América del Sur, las posibilidades de una
alianza Argentina-Brasil y un proceso de integración regional son más difíciles de
lograr, ya que China apostaría a negociaciones individuales y fomentaría la no
integración sudamericana. Sin embargo, la integración sudamericana sería viable si
Estados Unidos la ve como una estrategia de contención al avance chino.
Por tanto, la relación de Argentina con Brasil y con Sudamérica es un elemento
central para la agroindustria, no sólo en términos de acceso a mercados o defensa de
posiciones en foros internacionales sino también en relación a la posibilidad de
54
configurar una plataforma de desarrollos tecnológicos regional que permita avanzar
en sendas de desarrollo sostenible e independiente.
China incertidumbres, amenazas y oportunidades
¿Por qué China es importante en la economía mundial tanto presente como futura?
La Figura 12 muestra con claridad los cambios acaecidos en la economía china en
los últimos 20 años. Los indicadores son por demás elocuentes de la importancia que
ha adquirido en la economía mundial y de los desafíos que plantea hacia futuro.
Las variables más significativas de la evolución de China son: autoabastecimiento
alimentario, impacto en las tasas de interés globales, tasa de crecimiento proyectada,
consumo de la energía global, intervención en el mercado de acciones,
profundización de la reforma agraria, migraciones hacia el resto del mundo y
evolución de la contaminación ambiental.
El tradicional modelo de crecimiento asiático, con orientación hacia fuera, es
sustituido gradualmente por un modelo con mayor importancia del mercado interno.
La economía china se encuentra con la necesidad de resolver el dilema de
incrementar el ingreso de sus habitantes, de modo tal que puedan consumir sin que
ese aumento implique una merma en la competitividad de la economía que se
encuentra sostenida en salarios bajos.
La trayectoria futura de China en los planos geopolítico, económico, tecnológico,
social y ambiental es determinante para todos los escenarios que puedan concebirse
hacia futuro. China es un actor cada vez más importante en el escenario mundial y
sus decisiones de política impactarán tanto en el mundo desarrollado como en los
países en vías de desarrollo.
Las transformaciones llevadas a cabo por el régimen chino desde el año 1978 han
generado que China sea hoy una potencia mundial en términos económicos,
estimándose que hacia el año 2020 puede superar a Estados Unidos como la
principal economía del mundo en términos de la contribución al producto bruto
55
mundial. Los elementos dinamizadores de China hacia futuro que se destacan: la
creación de una plataforma tecnológica en condiciones de competir con la
euroamericana, la penetración de China en África y la mayor integración de China con
los países de la ASEAN.
Figura 12. Cambios en la economía China en las dos últimas décadas
Fuente: elaboración Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a OECD, 2010
y datos de la WTO
La expansión de la economía china está siendo acompañada de un crecimiento
exponencial en los indicadores de ciencia y técnica, especialmente de aquellos que
miden el “hardware” de los procesos de investigación y desarrollo (I+D). Estos
indicadores sumados a la presencia de las principales multinacionales del sector de
innovación en China, auguran un futuro promisorio para esta plataforma tecnológica.
Al momento de considerar a China en general se plantea a este país como una gran
oportunidad. Sin embargo, un examen más profundo de sus características y
procederes permiten conjeturar que priman algunas amenazas. En el caso puntual de
56
la agroindustria argentina, la tendencia que se espera desarrolle China, tendiente a
generar valor agregado dentro de sus fronteras, es una cuestión que puede acarrear
una mayor primarización del comercio exterior y economía argentina. En este sentido,
es que toma valor las acciones de diversificación de mercados a fin de reducir la
dependencia de este país.
A nivel nacional, China puede condicionar la diversificación productiva y geográfica de
las exportaciones agroalimentarias e incrementar la volatilidad de los mercados.
Argentina es uno de los países con mayor riesgo de sufrir la enfermedad holandesa
por una demanda continua de soja por parte de China, que redundaría en un tipo de
cambio real apreciado y falta de competitividad de exportaciones agroindustriales. Es
decir, China puede inducir a una reprimarización de las economías latinoamericanas,
especialmente Argentina y Brasil. Asimismo, la manera de hacer negocios de China
entraña riesgos adicionales no conocidos en su totalidad (actualmente) por los
tomadores de decisiones.
Por otro lado, se espera que en el mediano plazo la expansión de la demanda de
alimentos en China no sea acompañada por un incremento en la oferta doméstica,
generando una mayor dependencia del mercado mundial de alimentos. Este
fenómeno incrementaría la volatilidad de los mercados debido a que cambios
marginales en la demanda china pueden hacer variar significativamente los precios
internacionales. El éxito de China en África puede condicionar este proceso, aunque
hay que tener en cuenta que el mismo no va a ocurrir en el corto plazo.
Adicionalmente, la estrategia de China en el mercado internacional parece ir en la
misma línea que los escalonamientos europeos y estadounidense que protegen
diferencialmente a los productos alimenticios más elaborados, no siendo propicio
para la agroindustria argentina. Por tanto, el desafío en la relación con China es eludir
la conformación de un patrón de comercio de los denominados Norte-Sur.
57
Seguridad alimentaria global y cambios geopolíticos
La crisis alimentaria mundial acaecida en el año 2008 y el rebrote de la misma a
principios del año 2010 han puesto en el centro de la agenda internacional a la
seguridad alimentaria mundial. El número de personas que padecen hambre superó
los 1.000 millones en el año 2009, producto del alza brusca en el precio internacional
de los alimentos, generando que el cumplimiento de los Objetivos del Milenio sea
hoy una utopía.
Tradicionalmente, el concepto de gobernabilidad alimentaria mundial se identificó
con la administración de los recursos provistos por las organizaciones internacionales
para la lucha contra el hambre en el mundo, concepto totalmente vinculado a la
continuidad de un sistema económico que, en general, conduce a problemas
alimentarios no por disponibilidad de alimentos, sino por cuestiones de distribución
del ingreso. Esta gobernabilidad alimentaria que no logró solucionar los problemas de
fondo, se encuentra en realidad determinada por negociaciones explícitas o implícitas
para la coordinación de políticas internacionales relacionadas a los mercados
agroalimentarios.
A la situación de crisis económica y a la posibilidad de que en el futuro próximo
existan problemas de alimentación, ya no sólo por cuestiones de distribución sino por
escasez de oferta, se suman los cambios geopolíticos que se avizoran para darle más
incertidumbre a la seguridad alimentaria mundial. En términos geopolíticos, el paso
de un mundo esencialmente unipolar dominado por Estados Unidos a un mundo
multipolar donde China, Rusia e India adquieren un protagonismo creciente, está
generando situaciones de “empate político” en los foros internacionales, limitando la
posibilidad de alcanzar acuerdos globales que anteriormente eran impuestos por los
países más ricos. Hoy se suceden una serie de hechos que deben ser considerados
para observar la gobernabilidad alimentaria mundial:
• El G-20 sustituye al G-8 como interlocutor válido para la búsqueda de soluciones
consensuadas.
58
• El fracaso del Protocolo de Kyoto para reducir la emisión de GEI a la atmósfera.
• La parálisis actual en la Ronda de Doha.
• Las políticas comerciales unilaterales que restringe la acción de la OMC.
• Los escasos resultados de encuentros a nivel ministerial para definir una estrategia
conjunta en el control de precios, que limite los impactos de futuras crisis
alimentarias mundiales.
La exacerbación de los problemas de gobernabilidad se encuentra también
propiciada por el avance del sector privado en la determinación de normas que
regulan el mercado internacional. Las normas privadas son más estrictas que las
normas estatales en términos de exigencias ambientales, laborales, sociales y de
bienestar animal, mostrando la crisis de gobernabilidad a nivel del sector público. Si
bien las normas privadas son voluntarias, el poder oligopólico que ejercen los
grandes minoristas sobre la cadena de valor implica que las normas privadas sean
obligatorias de facto (Saez, 2007).
La existencia de fuentes de conflictos exacerbados, en torno a la gobernabilidad del
sistema alimentario mundial, es un desafío en cuanto a la capacidad del sistema
agroalimentario argentino para mostrar la capacidad de adaptarse a un escenario
probablemente hostil (en el que las corporaciones asignen el papel de quien alimenta
al mundo, aun comprometiendo soberanía y/o posibilidades de agregar valor
fronteras adentro).
59
2.2.3
Dimensión científico-tecnológica
Derechos de propiedad intelectual
El desarrollo de los países se encuentra estrechamente vinculado al nivel de
intangibles que produzcan, que estén disponibles para producir y que se incorporen
efectivamente al proceso productivo, siendo indispensable la inversión en I+D y el
fomento a la innovación. En ese sentido, los derechos de propiedad intelectual son
una puja en torno a la apropiación del conocimiento.
Al respecto, Lengyel destaca13 el acople entre crecimiento de la inversión en
innovación y crecimiento del PBI per cápita para países de mediano desarrollo. En
varios de estos países (Corea, Finlandia, Israel) se corrobora que la correlación entre
crecimiento de largo plazo y procesos de innovación es muy alta. Se trata de países
donde existe correlato entre inversión en I&D, incorporación de tecnología y
capacidad instalada de innovación con sus políticas públicas científico-tecnológicas
(Figura 13).
13
En ‘Innovación Productiva e Instituciones’.Ideas para el Bicentenario. García Delgado (comp). 2010.
60
Figura 13. Relación inversión en I+D y crecimiento económico
Fuente: Unidad de Coyuntura-INTA en base a datos de la OCDE
Debe considerarse que en gran medida, la protección de los derechos de propiedad
intelectual es utilizada como instrumento de política comercial por Estados Unidos,
Japón y Europa. Las grandes corporaciones que hoy dominan el mercado mundial de
insumos agrícolas (Monsanto, DuPont y Syngenta poseen el 47 % del mercado
mundial de semillas patentadas; Bayer, Syngenta y BASF ostentan el 49 % del
mercado mundial de agroquímicos) ejercen una fuerte presión política sobre sus
gobiernos. El objetivo de las mismas es incluir en las negociaciones sobre Acuerdos
Bilaterales de Libre Comercio los modelos de protección de derechos de propiedad
intelectual de sus países de origen, que son más restrictivos que las disposiciones
que surgen del acuerdo que rige hoy en la órbita de la OMC, conocido como acuerdo
TRIPS. De este modo, las corporaciones amplían el tamaño de mercado de sus
innovaciones, maximizan los beneficios de la inversión en Investigación y Desarrollo (I
&D) y, al mismo tiempo, les permite a los países desarrollados continuar siendo
protagonistas de los cambios tecnológicos mundiales.
61
Para los países en vías de desarrollo, la exportación de los modelos de derechos de
propiedad intelectual puede tener efectos perversos tanto en el corto como en el
largo plazo. Países latinoamericanos importantes en el sector agroalimentario como
Argentina, Brasil y Uruguay están sufriendo presiones permanentes en los foros
internacionales para reformar sus regímenes de protección de los derechos de
propiedad intelectual, aun cuando los estándares actuales estén en línea con el
acuerdo TRIPS de la OMC. La convalidación de derechos de propiedad sobre bienes
agropecuarios producidos puede traer aparejado un impacto fuertemente negativo
sobre la competitividad primaria de estos países e impactar sobre la competitividad
de la agroindustria.
Este escenario, en gran medida, se encuentra asociado a la profunda privatización del
proceso de Investigación y Desarrollo (I&D) en el sector agropecuario de Estados
Unidos, proceso estimulado por el fortalecimiento de los derechos de propiedad
intelectual, con normas de mercado específicas.
Cuando en el proceso de I&D prevalecían las instituciones del sector público y las
universidades, los desarrollos de variedades de semillas eran transferidas a los
agricultores a través de servicios de extensión cooperativa. El espíritu de dicho
modelo de innovación radicaba en considerar al conocimiento como un bien público
que debía ser provisto y financiado por los estados nacionales y/o por instituciones
públicas internacionales.
Las empresas privadas tienen como objetivo lograr un nivel de rentabilidad que les
permita compensar el riesgo asumido y generar utilidades suficientes para la
reinversión. Esto podría generar un sesgo en la selección de tecnologías hacia
mercados más amplios, perjudicando el desarrollo de los pequeños y medianos
productores y de las economías regionales. Además, los horizontes de inversión son
distintos. Las empresas privadas protegidas por derechos de propiedad intelectual
pueden demorar artificialmente la salida de nuevas tecnologías para maximizar los
ingresos derivados de las actuales tecnologías patentadas.
62
Por otro lado, la necesidad de otorgar derechos de propiedad intelectual
para
proteger a los innovadores privados se fundamenta en las características de bien
público que tiene el conocimiento. Sin derechos de propiedad intelectual
(debidamente instrumentados) que otorguen a las empresas un monopolio transitorio
sobre la comercialización de la innovación y permita alcanzar la rentabilidad esperada,
el incentivo privado a invertir en I&D desaparece.
En el caso particular de la industria de semillas, los incentivos a invertir en I&D son
reducidos para las especies autógamas: soja, trigo y algodón. Dado que los
productores pueden adquirir el material genéticamente modificado y replicarlo sin
perder las propiedades de la semilla original, si no cuentan con un sistema sólido de
derechos de propiedad intelectual los innovadores privados no invertirán capital en
I&D. Sin embargo, bajo las características del proceso de producción agrícola
“industrial” a las semillas se le suman una serie de insumos que toman la forma de
bienes complementarios de las semillas, y es allí donde estas empresas conservan el
poder para recuperar inversiones, vía las patentes de los productos que se utilizan en
el paquete.
Cabe remarcar que los derechos de propiedad intelectual estimulan el proceso de
concentración de empresas por la existencia de economías de escala en la industria y
por el mercado de activo de fusiones y adquisiciones en el sector. Según el ETC
Group, entre junio de 2008 y junio de 2010, 262 familias de patentes fueron
presentadas para productos adaptados a condiciones climáticas específicas. El 77 %
de las familias de patentes fueron asignadas a sólo seis corporaciones (DuPont,
BASF, Monsanto, Syngenta, Bayer y Dow) y sus compañías biotecnológicas
asociadas (Mendel Biotechnology y Evogene). El sector público contribuyó sólo con
un 9 % de las patentes (Figura 14).
63
Figura 14. Privatización del I+D
Fuente: Unidad de Coyuntura-INTA en base a datos de ETC Group
En términos de una prospectiva de la agroindustria, la cuestión de los derechos de
propiedad intelectual, configura una amenaza en tanto y en cuanto se puedan generar
restricciones a la entrada de productos que contienen como materia prima productos
primarios derivados de semillas en conflicto en cuanto a los royalties.
Un segundo aspecto que puede amenazar a la agroindustria es la potencial merma de
la competitividad, en función de encontrarse rezagados en cuanto al nivel tecnológico
implícito en la producción primaria de su materia prima.
Sin embargo, se observan también oportunidades derivadas de la formalización a
nivel nacional de un sistema de derechos de propiedad intelectual, en el sentido de
poder acceder a información tecnológica. En el caso de las patentes, una de las
grandes ventajas que tiene el sistema es permitir el acceso a la información de los
desarrollos tecnológicos patentados. En los países en que se conceden los derechos
monopólicos limitan la comercialización, pero en el resto del mundo la liberan.
Así, se debe fortalecer nuestra I+D+i y nuestras capacidades de uso del sistema de
patentes, tanto para la apropiación como para la explotación de la información
tecnológica.
64
Trayectoria de la I&D agropecuario al año 2030
Las trayectorias tecnológicas de las últimas décadas en materia de cultivos fueron
concebidas para una agricultura que propendió al incremento de los rendimientos,
mejorando su adaptabilidad a condiciones adversas, pero expresando todo su
potencial bajo las condiciones indicadas e incluso sujeto a suplementaciones tanto
de fertilizantes como de agua. Hoy existen evidencias de manifestación especial en la
trayectoria biotecnológica, que implica no solo lograr maximizar los rindes por unidad
de superficie, sino además desarrollar otros aspectos que permiten una mejora en la
eficiencia del uso de los recursos naturales (agua y nutrientes), una homogénea
tolerancia a condiciones ambientales extremas y/o no esperadas, un uso de técnicas
de manejo con un menor impacto al ambiente, una mayor resistencia a plagas y
enfermedades; y especialmente a que el producto final posea atributos específicos
valorados por el consumidor, es decir estén biofortificados o enriquecidos con micro
nutrientes claves para la alimentación humana y animal.
Este último aspecto genera un fuerte vínculo entre la producción primaria y la
agroindustria, razón por la cual la evolución de la biotecnología de las materias primas
será fundamental para la agroindustria procesadora de alimentos y el resto de las
funciones de los productos de origen agropecuario.
Este cambio en la dinámica tecnológica implica además cambios en la industria de
insumos, las formas de producción primaria (de la industria) de los servicios anexos
e infraestructura, y de la logística y distribución final de los productos según la
localización geográfica. Existirán más elementos para presionar la tendencia a
producir alimentos localmente, como las medidas regulatorias que castigan el
transporte lejano de productos, el etiquetado “Food Miles” por caso, con
posibilidades concretas de prosperar en el ámbito de la OMC. En este sentido, un
cambio geográfico de la producción implicaría además la posibilidad de gestación de
nuevas plataformas tecnológicas, en las que las tecnologías de proceso y producto
estén adaptadas a condiciones específicas agroecológicas, climáticas, sociales,
económicas, culturales, etc.
65
Nuevas bases técnicas disponibles
Es esperable que en los próximos 20 años se materialicen desarrollos tecnológicos,
en mayor medida que en la última década; existen elementos concurrentes para
pensar en esa posibilidad. La pregunta es qué ramas de la C&T agropecuaria estarán
disponibles en los próximos 20 años. Las características de estas nuevas bases
técnicas necesariamente deben profundizar el vínculo entre producción primaria y
agroindustria, sea por la posibilidad de generar productos primarios a medida o
porque el real aprovechamiento pasa por industrializar los productos primarios.
Biotecnología
Es amplísimo el espectro de mejoras que la biotecnología puede proporcionar en las
próximas décadas. Por caso, la mejora biotecnológica aumentaría la posibilidad de
desarrollar nuevas materias primas y alimentos enriquecidos con micronutrientes
esenciales, favorables a la nutracéutica y la medicina que podrían generar
oportunidades para la agroindustria. La mejor compensación vía mayor contenido
nutricional de dichas materias primas mejoraría la capacidad para hacer frente al
aumento de la demanda nutricional de alimentos. La expansión productiva a nuevas
áreas, como la variación de la dieta de la población conforme mejora el poder de
compra, podrían afectar al balance entre la matriz de oferta y demanda esperada de
materias primas, alimentos y productos agroindustriales. De modo que la mejora en
el contenido tanto nutricional como industrial de las materias primas sería importante
para balancear estas diferencias.
En el rubro vegetal, un caso trascendente que puede dinamizar sustancialmente el
escenario tecnológico agropecuario mundial, deviene del desarrollo de materiales
genéticos con una suma de atributos específicos en un mismo individuo, conocidos
habitualmente como “apilados”, que podría permitir una significativa expansión de la
producción14. Podrá disponerse de animales genéticamente modificados con
14
Estados Unidos. Opportunities and Challenges in Agricultural Biotechnology: The Decade Ahead. A
report prepared by the Advisory Committee on Biotechnology and 21st Century Agriculture. July, 2006.
66
características especiales como: salmones transgénicos de rápido crecimiento hasta
la madurez; cabras transgénicas produciendo factores de suero humano en su leche;
cerdos produciendo en su saliva la enzima pitaza para mejorar la utilización de
nutrientes; producción de abono con contenido reducido de fósforo.
Tecnologías de precisión
Esta rama seguirá creciendo a través de complementar el uso de maquinaria de alta
precisión con sistemas de información. Los avances han sido notables en agricultura,
también en cuanto a la tecnología de precisión para la producción láctea y es menos
difundido para el ganado de carne vacuna. Se espera un cierre de brecha en las
plataformas agrícolas y nuevas bases técnicas en ganadería.
I+D en biocombustibles
Este desarrollo estuvo encabezado por Brasil en etanol y por países de la UE
(Alemania) en biodiesel. Se sumaron luego varios países europeos y Estados Unidos
que invirtió en el desarrollo y adaptación de tecnologías que superaran limitantes
como: a) la eliminación y utilización del Glicol; b) la transportabilidad del etanol; c) el
desarrollo de materias primas más eficientes para la producción de energía; y d) el
manejo de residuos. Siguen los intentos en muchos países por desarrollar
tecnologías para producir etanol de base celulósica a costos que puedan competir
con los que logró Brasil con caña de azúcar.
Aparición de elementos disruptores
El Craig Venter Institute publicó en 2010 el logro de la programación genética de una
célula totalmente artificial. Hasta aquí las modificaciones genéticas se realizaban
mediante un ‘corte y pegue’ de bloques moleculares identificados con una función;
ahora
se
basan
en
la
programación
desde
cero,
utilizando herramientas
nanotecnológicas que van construyendo las moléculas a partir de los cuatro
67
componentes del ADN. Desde entonces, se habilitó la llamada ‘biología sintética’ que
parece ser el elemento potencialmente disruptor por excelencia de los escenarios
que pudieran concebirse al año 2030.
Este hecho inicia una cadena de sucesos de difícil pronóstico en esa materia. El
primer paso de esta tecnología será para el etiquetado propietario, en el marco del ya
consolidado proceso de privatización de la herencia genética común de millones de
años de evolución de la naturaleza. Se trata de un problema ético y de soberanía de
los recursos genéticos de las naciones.
Sumando cuestiones que no hacen por otra parte más que acentuar el carácter
disruptivo del evento, se advierte que la genética pasa a ser una extensión de la
industria del software, dado que programar la construcción de ADN tiene la lógica de
una programación informática. La evolución de Internet proyecta ahora hacia la
biología.
Geopolítica y ciencia: mudanza de capacidades en CTI
El contexto de concentración y empoderamiento creciente de las corporaciones
multinacionales convive y por ahora se asocia con la porción más dinámica del
mundo: el este y sudeste de Asia. Hoy el elemento central del devenir en el sistema
científico-tecnológico mundial está dado por las derivaciones asociadas a la mudanza
de capacidades en CTI al Asia, que ya concentra el 40% de los recursos humanos
mundiales, situación que obviamente también comprende al sector agropecuario
(dato documentado entre otras fuentes por la OCDE).
Si bien las multinacionales han sido el vehículo de la mudanza tecnológica, este
fenómeno reconoce también la re y/o construcción de bases científicas en los países
emergentes realizada con infraestructura y recursos humanos locales. Este hecho,
sumado a dos elementos comunes a muchos países del este y sur de Asia como lo
son el tamaño de sus mercados y la consolidación de sus proyectos nacionales,
puede contribuir a dotar de mayor autonomía a sus decisiones. También puede
68
redundar en que los desarrollos sean ajustados a necesidades locales y regionales, a
la par que globales, usufructuando los derechos de propiedad intelectual.
En términos globales, este factor estaría entre los elementos dinamizadores del
actual escenario tecnológico. De manera que las nuevas, poco conocidas y por tanto
básicamente hipotetizadas relaciones entre las multinacionales del sector y China,
India, Vietnam y Brasil podrían determinar destinos actuales de ensambles sociotécnico público-privados relevantes. Estas naciones (especialmente las asiáticas) han
experimentado una gran evolución en términos de su capacidad tecnológica,
permitiendo el asentamiento de las multinacionales pero, en paralelo, consolidando la
base científica estatal nacional, que se traduce, en casos como China, en un
crecimiento exponencial de los patentamientos.
En general, este grupo de países y principalmente China pueden constituirse en
nuevas plataformas tecnológicas que operen nuevas lógicas, nuevos paradigmas y,
consecuentemente, nuevos desarrollos, generando alternativas en I+D+i al
tradicional escenario de las multinacionales euro-americanas (Figura 15).
En este marco, se amplían las opciones de cooperación y transferencia. Resulta claro
que todo cambio de una situación cristalizada por varios siglos que brinde opciones
de interacción con polos de desarrollo tecnológico alternativos, aparece como
oportunidad, pero también debería ser considerado como una potencial amenaza en
términos de los desarrollos nacionales.
El desafío de recuperar los rindes mundiales
Se ha visto que los rindes si bien están creciendo, lo hacen a tasas cada vez más
acotadas. Una serie de elementos recogidos en la investigación aparecen como
presuntos causales, a saber: limitantes de la base natural (PNUMA), según algunos
científicos, perfilando el concepto de ‘limite estructural’ de Bertrand Gille; dimensión
de la brecha de desarrollo que dificulta la transferencia tecnológica; ‘pinchadura’ de la
burbuja del agua subterránea que alimentaba el incremento de la productividad
69
agropecuaria global (Lester Brown); una base técnica actual (transgenia) con
rentabilidad residual.
Figura 15. Mudanza de plataformas
Actualmente, la creciente demanda mundial de alimentos impulsada por la gran y
sostenida dinámica del desarrollo de China, India y otros países asiáticos no encontró
una respuesta similar en términos productivos a la Revolución Verde. La menor
respuesta de la producción de cereales fue consecuencia del bajo crecimiento de los
rendimientos: la tasa de crecimiento de los rendimientos por hectárea fue del 1.1%
durante los años 1990-2007 y las proyecciones del USDA señalan un descenso al
0,8% para el periodo de años 2009-2017.
70
Los cambios más vigorosos en tecnología agropecuaria se han dado en commodities
de clima templado, que impactaron fuertemente en los países del cono sur
sudamericano (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay). Paralelamente, África
Subsahariana, con dinámica lenta de habilitación, aparece como la principal aportante
mundial de nuevas tierras para la agricultura.
Elementos que complejizan la disponibilidad tecnológica
La combinación de puja por los derechos de propiedad intelectual y los cambios
geopolíticos, en un marco de crecimiento económico que presione sobre la oferta de
alimentos, podría llevar a que los grandes actores internacionales privados de I+D
agrícola mundial retaceen desarrollos terminados y probados. En el intento por forzar
en el ámbito multilateral y en la OMC los mecanismos para optimizar el cobro de
patentes y regalías, retrasando lo más posible el cambio de la base técnica.
Cuestiones más estructurales, como la brecha excesiva de desarrollo y limitantes de
la base natural, sumarían restricciones al retraso relativo en la disponibilidad
tecnológica para proveer alimentos a una creciente demanda internacional.
Las empresas multinacionales lideran el flujo de innovaciones. Diez empresas
multinacionales representaron el 55% del total de facturación del sector de I&D en el
año 200615, como consecuencia de un proceso de fusiones y adquisiciones que
generó la concentración del conocimiento y la innovación en tecnología agropecuaria.
Esta estrategia también ha incluído adquisiciones locales que actúan como acceso
directo a la base de germoplasma adaptado regionalmente y les permite captar una
mayor porción del mercado. Este marco consolidado se proyecta a futuro como un
instrumento estratégico de control de la competencia y concentración, en particular,
del mercado de biotecnología agropecuaria.
Otro elemento geopolítico-económico que constituye a menudo un sustrato
conflictivo de las relaciones entre naciones y con las grandes corporaciones
15
Ver INTA 2010.
71
empresarias, son visiones antinómicas sobre la concepción y ubicación del poder en
su sentido más amplio. En la puja se alinean las dos grandes visiones que hoy
disputan la hegemonía política, económica y el relato global: la persistencia de
tendencias neoliberales que en los países de la OCDE protagonizan la larga crisis
euroamericana, y que disputan por sostener la centralidad del mercado con un
Estado subsidiario y, por otro lado, el creciente mundo emergente, con vértice en
China, que aboga por un rol más protagónico del Estado con el mercado institución
relativamente subsidiaria.
Esta disputa alcanza también a la esfera científico-tecnológica que se debate entre
las tendencias sostenidas de privatización de I+D, contra la injerencia creciente de
las políticas de CTI nacionales sobre todo en los países emergentes. La posibilidad
que se constituyan plataformas tecnológicas en países emergentes configuraría una
oportunidad de incrementar la accesibilidad a la tecnología si estas formas de
organización presentaran fuerte participación público-privada y lograran profundizar
vínculos políticos en línea con una construcción amplia del desarrollo. En caso
contrario, cuando las plataformas euroamericanas sigan dominando el escenario con
el rol central depositado en las corporaciones privadas, la limitación de accesibilidad
a la tecnología podría configurar un fuerte obstáculo a la competitividad de la
agroindustria en países periféricos en relación al manejo de tecnología.
Para la Argentina, el escenario ideal sería aquel en el cual la integración en el
MERCOSUR derive en profundas experiencias de generación de tecnología en línea
con el desarrollo nacional y regional. La necesidad del trabajo conjunto radica en
disminuir la posición de dependencia de los desarrollos tecnológicos externos. La
idea de desarrollo autónomo es generar conocimiento, no comprarlo.
Existen factores contingentes que podrían determinar que, países como la Argentina,
se encuentren en mejores condiciones para acceder a la tecnología. El caso sería la
consolidación de plataformas tecnológicas en países emergentes con déficits
alimenticios (por caso China o India) que puedan, a partir de un involucramiento
mayor del Estado, conducir el proceso de I+D con criterios que superen
72
exclusivamente la rentabilidad, incluyendo cuestiones estratégicas como la cobertura
de los déficits y/o posicionarse en el sector de tecnología agropecuaria.
En caso de buscarse solucionar déficits alimentarios, el incremento de la producción
(por ejemplo, a partir de la incorporación de nuevas zonas) podría conducir a caídas
de los precios internacionales. Al mismo tiempo, el incremento de la venta de bienes
derivados del sector agropecuario, podría ser a partir de una reprimarización que
limitaría efectos sobre el desarrollo. Por último, si la transferencia de tecnología fuese
guiada por el afán de controlar el mercado de tecnología agropecuaria, podría darse
una suerte de dumping, que significaría una toma de posición dominante a futuro,
induciendo
la
posibilidad
de
fortalecer
un
mercado
tecnológico
guiado
exclusivamente por la rentabilidad. En todas las alternativas, la situación de la
agroindustria argentina será mejor en la medida que se apueste al desarrollo de
tecnología para los diferentes actores sociales.
2.2.4
Dimensión político-institucional
La dimensión político-institucional incluye aspectos de orientación de macro-políticas,
cuestiones de infraestructura y, de ciencia y tecnología. Las “orientaciones de
política”, constituyen un nivel de agregación mayor a la política sectorial: la incluye
pero no es su foco. Los otros dos aspectos, infraestructura y la política de ciencia y
técnica, se consideran estratégicos para la evolución de la agroindustria.
Orientaciones de políticas
Las orientaciones de política identificadas con horizonte de realización en los
próximos 20 años se enmarcan dentro de las economías de mercado con diferente
nivel de planificación estatal. Se diferencian principalmente, por el lugar que otorgan
al Estado y al mercado en la gestión de los asuntos de interés común, por la
ocupación que realizan del territorio, por el uso que promueven de los recursos
73
naturales y por las formas de movilización de la población.16 Los diferentes perfiles
que se derivan de dichas gestiones dan lugar a resultados que se diferencian en el
nivel de la actividad productiva, el desempeño sectorial y la distribución territorial y
social de los recursos.
Cada orientación de política construye una mirada retrospectiva acerca de la historia
nacional que establece un diagnóstico sobre la necesidad y las posibilidades de
desarrollo para la Argentina. A partir de este diagnóstico, de sus visiones de futuro, y
de la interacción con el sistema mundial, trazan su modelo económico y planes de
desarrollo. Dentro de este marco de referencia, se identifican dos orientaciones que
enmarcan, en particular, la relación agro/industria: “neodesarrollista” y “agroliberal”.
La diferenciación más evidente se localiza en el aspecto macroeconómico con
relación a la resolución de la cuestión relacionada con las rentabilidades relativas de
los grandes conjuntos de actividades de la Argentina (agropecuaria e industrial). Para
la visión neodesarrollista de base “estructuralista”, la economía argentina posee una
estructura productiva desequilibrada, donde conviven dos sectores con niveles de
competitividad (y productividad) diferenciales (según la clásica definición de
Diamand, año 1972). Simplificando, por un lado, el sector agropecuario pampeano y,
por el otro, sectores industriales y economías agropecuarias no pampeanas con un
nivel menor de productividad. Estos sectores tienden a requerir dos tipos de cambio
sustancialmente diferenciales para ser competitivos. Así, a través de un esquema de
derechos de exportación sobre las producciones más competitivas se busca
establecer tipos de cambios diferenciales, en procura de la competitividad de toda la
producción interna sujeta a la competencia internacional. El diferencial de costos
existente proviene principalmente de las condiciones agroecológicas especiales del
suelo pampeano que permiten una productividad excepcional en la producción
agropecuaria. Estas condiciones de fertilidad del suelo son de carácter irreproducible,
16
Siendo más específicos también se diferencian en el tipo de desarrollo científico-tecnológico que
promueven y en el impulso dado a la inversión en obras de infraestructura y equipamiento, pero dada la
relevancia de estos aspectos se optó por tratarlos específicamente en otras fuerzas impulsoras,
manteniendo la coherencia de considerarlos en términos más generales en esta sección.
74
motivo por el cual el diferencial de costos (y por tanto de rentabilidades) tiende a
mantenerse a lo largo del tiempo, transformándose en renta.
Desde la visión agroliberal, que puede asociarse con el “agronegocio”, se reconoce el
diferencial de competitividad entre los sectores agropecuario y agroindustrial, pero se
lo explica poniendo acento en la incorporación de tecnología, el plus de la gestión y el
gerenciamiento de recursos (el factor humano) (Reca, 2010), debilitando las
diferenciales de renta que impone el factor “natural”.
Es fundamental este debate en relación a la estructura productiva y la competitividad
de los sectores para el futuro, ya que las diferentes interpretaciones llevarán a
respuestas disímiles fundamentalmente con relación al rol del estado y a la aplicación
de herramientas macroeconómicas, en el marco de las condiciones internacionales y
las oportunidades específicas que brinda la coyuntura actual.
Para la visión neodesarrollista, el Estado tiene un rol activo y dinámico y un papel
fundamental para regular y equilibrar los mercados, tutelar el ingreso de los sectores
trabajadores y las necesidades asistenciales, implementar políticas universales en
materia social y de acceso a los servicios básicos, apoyado en diferentes figuras
institucionales y agencias estatales (Bresser Pereyra, 2007). La industria es
considerada el motor del desarrollo, buscando consolidar un tejido productivo denso
con amplia generación de empleo y agregado de valor. La ciencia, técnica y la
educación son pilares de estos lineamientos económicos. En este sentido, se
destinan recursos para la formación de recursos humanos y el desarrollo de
inversiones de magnitud para el desarrollo tecnológico y la innovación, más
infraestructura que promueva nuevas producciones en industria pesada. El territorio
argentino debe ser considerado en el marco de una integración regional y
cooperación Sur-Sur, con la constitución de nodos principales de provisión de
recursos productivos, energéticos y
poblacionales integrados por
vías de
comunicación física tanto horizontales como verticales.
75
La visión agroliberal propone una intervención estatal selectiva priorizando ciertos
sectores económicos y nichos de negocios, promoviendo la cobertura del riesgo
empresarial. El Estado se limita a las funciones de provisión de bienes públicos
básicos (educación y salud). No es concebido como ostentador de capital financiero
capaz de intervenir en el mercado y trazar las orientaciones generales de la economía.
Esta orientación tiende a la especialización en actividades primarias o de semielaboración, aprovechando la dotación del país en recursos naturales (suelo apto para
cultivo, agua, recursos mineros e hidrocarburíferos), alimentando un entramado
productivo escasamente diversificado, concentrado y muy dependiente de la
inserción internacional del país como proveedor de materias primas. Un reducido
conjunto de empresas multinacionales junto a grupos locales de la región llevan a un
proceso de escalonamiento tecnológico a partir de la reinversión de las ganancias
extraordinarias, aumentando el efecto multiplicador de las exportaciones. Este
proyecto no admitiría un nivel significativo de retenciones a las exportaciones y los
esfuerzos para sostener fiscalmente al Estado estarían puestos en el acceso a
mercados financieros (tomando deuda) y en el recorte del gasto público.
Política nacional de ciencia y técnica
El esfuerzo por dilucidar los cursos de la política de ciencia y técnica y dimensionar
su interacción con el sistema productivo nacional requiere tener en cuenta diversos
aspectos, tales como: la medida en que la inversión en este campo se encuentra
articulada dentro de un programa con los sectores productivos; el nivel de inversión
en CyT y el nivel de concreción de las políticas reflejado en las líneas de intervención
dentro de las instituciones públicas de CyT.
Argentina, como país históricamente dependiente, con un rol subordinado y
subsidiario dentro de la división internacional del trabajo, tuvo un desarrollo de la
ciencia y técnica nacional incipiente, con ciertos períodos en los que se consolidan
algunos nichos tecnológicos. Bajo el pensamiento desarrollista, por ejemplo, se
impulsaron la rama energética y los desarrollos agrotécnicos. Durante las décadas del
76
60 y 70 se acentuó una visión planificadora de la ciencia y la técnica creándose y
consolidándose muchas de las instituciones que aún se encuentran vigentes.
En el año 1956 se crea el INTA. Su acción resultó fundamental en la generación,
adaptación y difusión de avances tecnológicos para el sector agropecuario. Durante
el primer período, los desarrollos nacionales estuvieron concentrados en la
investigación y producción de tecnología de insumos17, específicamente en la
generación y desarrollos de híbridos, especialmente variedades de trigo18 .
Posteriormente, la desinversión y ajuste fiscal no convalidaron los incipientes
desarrollos de autonomía tecnológica dentro del sector público. Las políticas
neoliberales apuntaron a instalar una nueva concepción sobre el modo de producción
de conocimiento, una política tecnológica de matriz ofertista, con desconexión entre
la innovación tecnológica y las necesidades de desarrollo productivo y social de los
países caracterizaron el período. Sus pilares fundamentales se basaron en la
promoción de una supuesta “neutralidad” y “autonomía” científica frente al Estado
dejando
como
correlato
más
concreto
el
proceso
de
desvinculación
/desacoplamiento que se produjo entre las políticas tecnológicas y las políticas
productivas. Ciertos organismos multilaterales cumplieron un rol fundamental en este
proceso, instalando estos principios de la mano de líneas de financiamiento. Este
proceso se dio en Argentina y en otros países de la región al tiempo que en otras
latitudes se consolidan procesos de autonomía tecnológica, como en los países del
sudeste asiático (Galante, O. et. al. s/f).
A partir de la dictadura militar iniciada en el año 1976 y con énfasis en los años 90, se
profundizan los procesos de privatización y comercialización respecto a la producción
17
Según Piñeiro, M. (2003, se denomina tecnología de insumos a todas aquellas que se encuentran
vinculadas a procesos de innovación. La característica distintiva es que la tecnología se encuentra
incorporada en el insumo primario. ( semillas, pesticidas, maquinaria sofisticada ).
18
La acción del INTA permitió mejorar los manejos agrícolas e introducir los avances tecnológicos cuya
difusión se hizo más notoria a partir de los años 70, especialmente con la introducción de las semillas
híbridas y del cultivo de soja cuyos altos requerimientos agronómicos fueron esenciales para
incrementar la participación de los técnicos y agrónomos en la producción.
77
de bienes y servicios tecnológicos. Una de las consecuencias más concretas, dentro
del sector agropecuario fue el corrimiento del Estado de la agenda científico
tecnológica nacional, frente al avance de sectores empresariales transnacionalizados
que ofrecían un nuevo abanico tecnológico en materia de novedades genéticas y/o
tecnologías de punta para el sector. La expresión de este proceso ha sido la
consolidación de un perfil tecnológico nacional especializado en la generación de
tecnologías de proceso o adaptativas19 de los insumos importados del exterior.
A luz de estas transformaciones productivas, sociales y organizacionales, fueron
emergiendo y consolidándose diferentes grupos de actores privados nucleados en
organizaciones
empresariales
de
productores
rurales
que
fueron
ganando
protagonismo en la generación de desarrollos tecnológicos de punta. La innovación,
el productivismo y la competitividad se convirtieron en el paradigma por excelencia,
que operó como horizonte de los esfuerzos de estos productores en la generación
de estrategias de autonomía tecnológica y financiera. Frente a la pérdida de
protagonismo del Estado en la constitución de una política de tecnología
agropecuaria, estos grupos de productores fueron construyendo un marco de
referencia que dio sentido y sustentabilidad a una noción de independencia y
autonomía sectorial frente a cualquier intento de planificación de políticas por parte
del Estado.
Con el modelo implementado en la posconvertibilidad, el Estado le imprimió un
nuevo impulso a la agenda de CyT. En el período de años 2004-2008, la inversión en
CyT muestra un crecimiento sostenido. Las actividades científico tecnológicas20
19
Piñeiro, M. (2003), denomina tecnología de proceso o adaptativa a todos aquellos procesos ligados a
la agronomía que se desarrollan con el fin de adecuar las tecnologías de insumos importados
(semillas, pesticidas) a las condiciones agroecológicas locales.
20
Hace referencia a las actividades sistemáticas que están estrechamente relacionadas con la
generación, el perfeccionamiento, la difusión y la aplicación de los conocimientos científicos y
tecnológicos. Comprende: Investigación y Desarrollo más actividades auxiliares de difusión CYT, como
ser formación de RRHH en CyT y servicios tecnológicos (bibliotecas especializadas). La definición se
basa en la metodología propuesta en el Manual de Frascati de la Organización para la Cooperación y el
78
(ACyT) alcanzaron en el año 2008 los 6.276 millones de pesos y en lo que se refiere a
I+D21 el monto fue de 5.410 millones de pesos, representando un crecimiento
acumulado del 186% y 176%, respectivamente (Tabla 6). Esto permitió que la
inversión en ACyT con relación al PBI pasara de 0.49% a 0.61 % y la de I+D de
0.44% a 0.52 %, colocando a la Argentina tercera entre las naciones latinoamericanas
que más recursos destinan a I+D (Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación
Productiva, 2008) (Tabla 7).
Durante el año 2008, el sector público se posicionó como el mayor financiador de las
actividades científico tecnológicas y de I+D y el ámbito donde se realizan
mayoritariamente estas actividades (Figuras 16 y 17).
Tabla 6. Gastos en actividades Científicas y Tecnológicas (ACyT), años 2004 a 2008
Fuente: Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva
Desarrollo Económico (OCDE) y el Mincyt utilizada para el relevamiento anual de entidades que realizan
actividades científicas y tecnológicas.
21
Según la misma fuente (OCDE y Mincyt) se entiende por I+D cualquier trabajo creativo llevado a cabo
en forma sistemática para incrementar el volumen de conocimiento , incluido el conocimiento del
hombre, la cultura y la sociedad y el uso de éstos para derivar nuevas aplicaciones. Comprende:
Investigación básica, Investigación aplicada y desarrollo experimental.
79
Tabla 7. Gastos en Investigación y Desarrollo. Años 2004 a 2008
Fuente: Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva
Durante el año 2007 y como parte de una política integral de investigación científicotecnológica, se creó el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
Desde el año de su creación hasta el presente, el presupuesto nacional destinado a
este Organismo tuvo un incremento del 417% (Figura 18).
En la misma línea de política pública, desde el año 2003 en adelante el presupuesto
anual del INTA se incrementó un 660%, se inauguraron nuevos laboratorios con
equipamientos de última generación y se amplió el staff de recursos humanos (Figura
19).
A partir del año 2007, con el objetivo de complementar las líneas de financiamiento
tradicionales para la innovación, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación
Productiva diseñó un programa de políticas focalizadas que tienen como fin último
fortalecer áreas y sectores tecnológicos estratégicos para el país, que apuntan a la
construcción de una matriz productiva diversificada con incorporación de valor
agregado. Las áreas seleccionadas como estratégicas son: Nanotecnología,
Biotecnología y TIC y los sectores estratégicos prioritarios son: Agroindustria, Salud,
Energía y Desarrollo Social (Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación
Productiva, Web presentación). En convergencia con el incremento presupuestario,
se evidenció una vocación política por establecer lineamientos estratégicos e
impulsar políticas integradas, coordinadas entre las distintas agencias y vinculadas
80
con el desarrollo de los sectores productivos y el mejoramiento de las políticas
sociales.
Figura 16. Financiamiento de gastos en actividades científicas y tecnológicas –
Año 2008
Fuente: Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva
Figura 17. Financiamiento de gastos en Investigación y Desarrollo. Año 2008
Fuente: Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva
81
Figura 18. Evolución del Presupuesto Nacional MINCYT. Años 2002/2011
(millones de pesos)
3000
2570,38
2500
2114,49
1765,23
2000
1500
1136,46
1000
327,69
500
164,42
362,20
497,08
185,82 240,83
0
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a datos Ministerio de
Economía
Dada la complejidad de la producción actual, y los niveles de competencia, el sistema
público de CyT se encuentra ante un importante desafío de consolidación para poder
aportar y recuperar protagonismo en el campo de los desarrollos productivos. La
evolución de los procesos productivos hace necesarios insumos tecnológicos de
diverso tipo, relativos al trabajo en ambientes en transformación (ya sea por acción
antrópica, del cambio climático), tecnología satelital, TIC, biotecnología y tecnologías
robóticas, entre otros; se requiere, además, incrementar el alcance de estos
desarrollos en las regiones más rezagadas y profundizar el abordaje de la
agroindustria. Otra cuestión que torna cada vez más imperiosa la vuelta a la inversión
y a la planificación en CyT vinculada a los sectores productivos, especialmente el
agropecuario, es el umbral de intensificación en el uso de recursos y el deterioro
ambiental.
82
La posibilidad de profundizar el desarrollo del sector CyT y la innovación, y por lo
tanto el impacto sobre el sector productivo, va a depender del sostenimiento de una
estrategia nacional de desarrollo, de la articulación que pueda darse entre el sector
público y el privado y del desarrollo de estrategias de cooperación a nivel regional en
la materia.
Figura 19. Evolución del presupuesto institucional (en millones de pesos)
Fuente: Unidad de Coyuntura-INTA en base a datos INTA
Dotación de infraestructura
Producir y comercializar bienes agroindustriales requiere de infraestructura y
equipamiento para alimentar y desarrollar distintos segmentos de las cadenas
productivas. La infraestructura es uno de los aspectos claves que pueden modificar la
competitividad de la producción agroindustrial, especialmente para un país como
Argentina, con condiciones potenciales para el desarrollo productivo agropecuario y
agroalimentario.
83
Dentro del conjunto de obras de infraestructura y equipamiento el rol del Estado es
clave. Por un lado, porque las grandes inversiones en infraestructura llevan un tiempo
considerable de ejecución, requieren altos niveles de inversión y una visión
planificadora y/o estratégica, y es generalmente el Estado el ente capaz de arriesgar y
tener la voluntad de encarar este tipo de inversiones. Por otro lado, el Estado impulsa
inversiones a través de la promoción y financiamiento del sector privado. Esto puede
darse por planes específicos de promoción de la inversión (otorgando tasas de
interés especiales) o por la generación de un “clima de negocios” atractivo para la
iniciativa privada. En el caso de la participación privada hablamos generalmente de
inversión en equipamiento (líneas de producción, establecimientos) con algunas
excepciones como la inversión en infraestructura portuaria.
En el ámbito público, a lo largo del siglo XX se dieron ciertos planes de infraestructura
en el marco de determinados proyectos de gobierno. Los gobiernos peronistas
desarrollaron sus planes acorde con su visión estatista. Bajo la ideología desarrollista
(con gobiernos democráticos y dictatoriales) también se implementaron algunos
proyectos ligados al paradigma de la seguridad interna, con desarrollo de obras
puntuales (obras hidroeléctricas, redes viales)22. La disrupción de los proyectos y los
planes hizo perdurar las asimetrías heredadas desde el modelo agroexportador entre
la región central del país y las economías regionales. Entrados los años setenta, otros
aspectos económicos y políticos incidieron vetando la posibilidad de planificar y
ejecutar inversión productiva.
En el período del modelo neoliberal, la infraestructura ejecutada desde el Estado pasó
a ser de baja prioridad, en una economía orientada a los servicios y que renunciaba a
la planificación estatal como eje de orientación de recursos. Aun así, la estabilidad
macroeconómica y el clima de negocios generado por la política pro-mercado
estimuló también la inversión extranjera, y así ocurrió en el sector agroalimentario
22
Estos distintos planes de desarrollo e infraestructura se denominaron: Primer Plan Quinquenal (19471951); Segundo Plan Quinquenal (1952-1956); Plan Nacional de Desarrollo (1965-1969); Plan Nacional
de Desarrollo y Seguridad (1971-1975) y el Plan Trienal para la Reconstrucción y Liberación Nacional
(1974-1977).
84
(AACREA, 2005). Por ejemplo, dentro de las industrias de procesamiento, la industria
de molienda de harina tuvo una inyección de inversión durante los años 90, con
transformación tecnológica, productiva y organizacional y reducción de empleo de
mano de obra. La industria láctea también recibió inversiones en infraestructura y
equipamiento en esta etapa (incorporación de equipos de enfriado, infraestructura de
logística), impulsada por la ampliación del mercado que significó el MERCOSUR.
En otros ámbitos hubo también inversiones significativas. Es el caso del sector de
telecomunicaciones a través de la privatización de los servicios y de la atracción de
inversión extranjera, incidiendo en los niveles de productividad obtenidos por ciertas
producciones agroalimentarias y en la calidad de vida en los ámbitos rurales.
Con respecto a la industria aceitera, desde la década de 1980 viene recibiendo
inversiones que incrementaron su equipamiento para procesamiento y su
infraestructura de logística (se construyen líneas de procesamiento, se invierte en
infraestructura portuaria y en logística de almacenamiento). Esto ocurrió de la mano
de inversión extranjera, acompañando los ciclos de expansión de la producción
primaria, estimulada también por algunas políticas específicas (como las retenciones
diferenciales). Si bien el crecimiento de la capacidad instalada para esta industria se
da en forma constante desde la década de 1980, los mayores impulsos ocurren en la
segunda mitad de la década del noventa y desde 2003. El proceso de inversión
genera una concentración en menos firmas de mayor capacidad y una disminución
del número de plantas.
Con el modelo de posconvertibilidad, la inversión en obra pública ejecutada desde el
Estado Nacional se convirtió en una política prioritaria. La misma se orientó a paliar el
déficit de infraestructura relacionada con aspectos fundamentales para mantener el
ritmo de crecimiento económico y sobre distintos aspectos de infraestructura social
(redes
de
servicios,
vivienda,
establecimientos
educativos,
entre
otros)
(SPTIP/MPFIPyS, 2008, 2010). Además esta inversión se enmarca en un proceso de
diagnóstico y planificación que involucró a técnicos de nivel nacional y de todas las
provincias argentinas, legando también elementos valiosos de planificación y de
85
visión estratégica. Los aspectos macroeconómicos de este modelo, sumados a las
buenas condiciones que presenta el mercado internacional agroalimentario,
posibilitaron también la continuidad de procesos de inversión que ya se estaban
desarrollando en distintas cadenas agroindustriales.
Dentro de las principales inversiones en infraestructura desde el año 2003 se destaca
la infraestructura para transporte. Se incrementó la red vial y se realizaron mejoras
sobre la red existente23, aunque aún se tiene un saldo de un alto porcentaje de la red
vial en condiciones de intransitabilidad permanente o temporaria, problemas de
capacidad (fundamentalmente en accesos a ciudades y puertos). La distribución
radial refleja todavía el patrón histórico de concentración de actividades e inversiones
en la región pampeana.
El transporte ferroviario es otra deuda pendiente, ya que el sistema ha sufrido un
proceso de desinversión continuado que desembocó en el cierre de ramales durante
la década de 1990.
Las vías de transporte fluvial y marítimo y la infraestructura portuaria han
experimentado notables avances, si bien aquí también los desafíos son muy grandes.
Esta última ha mejorado su eficiencia desde mediados de la década de 1990 de la
mano de la inversión privada posibilitada por la reconversión operativa diseñada en el
marco del modelo de apertura vigente, incorporación de tecnología de punta y
actualizaciones normativas dirigidas a dinamizarlo. Restan obras de magnitud con
respecto al dragado y ancho de canales de acceso, disponibilidad de muelles y
ampliación de facilidades para operar con contenedores. Inversiones de magnitud
que difícilmente puedan quedar en manos de privados. En términos de inversión
pública existen algunos avances con respecto a la hidrovía Paraná-Uruguay y en
cuanto a producción de naves.
23
Según informa el Plan Estratégico Territorial (SSPIP, Ministerio de Planificación Federal de la Inversión
Pública, 2010), se realizaron obras de mantenimiento en el 90% de la Red Vial Nacional; la Red Vial
pavimentada creció un 10% y se pavimentó un 40% de la no pavimentada. El monto de inversión pasó
de 500 millones de pesos anuales en 2002 a 8.300 millones en 2009.
86
El sistema de transporte aéreo, por su parte, con alta incidencia en emprendimientos
de pequeña o mediana escala a nivel regional, sufrió un proceso de deterioro con la
privatización de los servicios en la década del noventa acentuándose los
desequilibrios territoriales preexistentes. Desde el año 2008, con la recuperación de
la línea de bandera se recuperaron rutas internas e internacionales, ampliando la
oferta de servicios y garantizando un criterio mínimo de equidad en la conexión para
las diferentes provincias. Resta revertir la organización radiocéntrica de las rutas para
promover la integración regional.
La provisión de energía es otro aspecto estratégico para el crecimiento económico
que se impulsó con el modelo de posconvertibilidad (en términos de exploración de
nuevas fuentes de combustibles y procesamiento, obras hidroeléctricas, energía
termoeléctrica). Se incorporaron más de 3.900 megavatios de generación eléctrica
más el tendido de líneas de alta tensión, se impulsó la exploración de recursos
hidrocarburíferas y extensión de la capacidad de transporte del sistema de
gasoductos, aunque todavía existen potenciales déficits energéticos.
Desde el año 2003 se ha invertido también en infraestructura educativa (escuelas
rurales, equipamiento de universidades y equipamiento para ecuación técnica y
profesional), un aspecto que debe también contabilizarse porque aporta al desarrollo
productivo a nivel nacional, permitiendo mejorar la calidad de la formación de la mano
de obra en el sector, además que el nivel de vida y de educación de la población.
En las últimas décadas encontramos entonces distintos impulsos a la infraestructura,
provenientes del sector público o privado, que en muchas ocasiones le suceden a
largos períodos de desinversión y a veces deterioro de las dotaciones existentes.
Otros aspectos de la infraestructura de crucial importancia para la producción
agroalimentaria atraviesan largos períodos de desinversión o su evolución resulta
demasiado lenta comparado con los desafíos o los potenciales. Un claro ejemplo son
los sistemas de riego. Si bien ha tenido cierto crecimiento en las últimas décadas, la
mayoría de los sistemas de riego superficial en Argentina poseen muy bajas
87
eficiencias de conducción y de aplicación; esto genera que a pesar de existir oferta
suficiente, la satisfacción de la demanda hídrica es muy difícil de lograr debido a las
elevadas pérdidas e ineficiencias de aplicación en cultivos. Según el CNA 2002, la
superficie irrigada en la Argentina era de 1.355.600 has (4% del área agrícola).
Estimaciones del PROSAP (2008) calcularon la superficie regada en el país en
1.700.000 has, incremento que se ha dado fundamentalmente por el aumento del
riego complementario (normalmente presurizado) ocurrido en los últimos años.
Existen 95 millones de hectáreas as aptas para riego y actualmente el agua es un
factor limitante, por lo que se deberá transitar un camino para el aumento de la oferta
hídrica, mejorando la eficiencia, la captación de agua de lluvia, el desarrollo y
previsiones normativas que permitan estas líneas de acción. Aún al año 2030 es
posible considerar la desalinización de aguas salobres.
En síntesis, si bien se han destacado las mejoras en la infraestructura y el
equipamiento para ciertos servicios, los desafíos a futuro son amplios y tienen que
ver no sólo con la mayor dotación sino también con la distribución en el territorio, con
vistas a una mayor incidencia para el desarrollo de regiones y actividades
postergadas a partir del potenciamiento de la agroindustria entre otras actividades.
2.2.5
Dimensión ambiental
El cambio climático cómo proceso global
Recién en la segunda mitad del siglo pasado se intensificaron los estudios sobre
cuestiones ambientales, comprobándose que a medida que se calienta el planeta,
cambian las pautas de precipitaciones y se multiplican los episodios extremos, como
sequías, inundaciones e incendios forestales. Si bien la mayoría de las emisiones se
han producido y se producirán en los países desarrollados, son los países en
desarrollo los que soportarán la carga principal de los efectos del Cambio Climático
(CC). Para estos países el CC representa la amenaza de multiplicar sus
vulnerabilidades (Banco Mundial año 2010).
88
Los efectos del cambio climático se hacen ya visibles en las temperaturas medias
más elevadas del aire y del océano, en el derretimiento de la nieve y el hielo y en la
subida del nivel del mar. Las precipitaciones han aumentado en el mundo, aun
cuando Australia, Asia Central, la cuenca del Mediterráneo, el Sahel, el oeste de los
Estados Unidos y muchas otras regiones han experimentado sequías más frecuentes
e intensas. Las precipitaciones abundantes y las grandes inundaciones son más
numerosas y los daños —muy probablemente también la intensidad— de las
tormentas y los ciclones tropicales están aumentado.
Las Figuras 20 y 21 muestran que el sector agropecuario a nivel mundial aporta un
porcentaje alto de las emisiones, ya sea como metano, por fermentación entérica,
dióxido de carbono como consecuencia de la deforestación y óxido nitroso como
consecuencia de acción de las bacterias desnitrificadoras cuando la tierra es
convertida en campos agrícolas, transformación de bosques tropicales a pastizales y
uso de fertilizantes nitrogenados.
El cambio climático podría afectar al sector agrícola en forma directa mediante la
modificación de la productividad vegetal o en forma indirecta a través de su influencia
sobre la presión de enfermedades, plagas y malezas. Además, procesos ajenos al
cambio climático como la degradación de los suelos, la contaminación ambiental y la
deforestación podrían intensificar los efectos del cambio climático sobre el sector.
89
Figura 20. Evolución de las emisiones por tipo de gas
Fuente: IPCC. 2007
Figura 21. Porcentaje de emisiones por tipo de gas y fuente de emisión
Fuente: IPCC. 2007
La productividad agrícola disminuiría probablemente en todo el mundo, sobre todo en
las zonas tropicales y subtropicales, aun cuando se introdujeran cambios sustanciales
en las prácticas agrícolas. Los impactos más probables son efectos favorables
generales para los márgenes más fríos de la zona templada. También es de esperar
un aumento en los precios de los cereales como trigo, maíz y arroz, como
consecuencia del Cambio Climático (CC), según estimaciones de FAO al año 2008.
90
Si se reduce la disponibilidad de agua y se produce un descenso de las
precipitaciones en algunas regiones a nivel mundial, se deberán realizar esfuerzos
para asegurar un suministro suficiente de alimentos y agua para todos los países. La
intervención internacional sería imprescindible para responder a los desafíos de la
seguridad alimentaria y del suministro de agua planteados por la combinación del
cambio climático y las presiones demográficas, incluso en un contexto de mayor
productividad agrícola y mayor eficiencia en el uso del agua.
Como se observa en la Figura 22, si se cumplen los escenarios diseñados para CC, es
de esperar que disminuyan la disponibilidad de calorías por personas tanto en países
desarrollados como en desarrollo.
Figura 22. Disponibilidad de calorías diarias per cápita
Fuente: Adaptado de http//www.csientificamerican.com
Las medidas para hacer frente al CC son de dos tipos: la mitigación y la adaptación.
El IPCC define la mitigación como “una intervención antropogénica para reducir la
emisión de gases con efecto invernadero, o bien aumentar sus sumideros”. Las
oportunidades de mitigación están vinculadas con una ordenación más sostenible de
las tierras y los bosques, con el uso y desarrollo de la energía limpia (por ejemplo,
91
geotérmica o hidroeléctrica) y con la creación de sistemas de transporte urbano
sostenibles.
El sector agropecuario: es un importante emisor de GEIs, tanto en la ganadería
bovina (por el contenido de metano en los gases de fermentación entérica) como en
las diversas actividades de la agricultura. Es posible lograr una disminución notable
de las emisiones de gases de efecto invernadero en la actividad agrícola mediante el
cambio en los hábitos de labranza o la reutilización de los subproductos y
desperdicios de la cosecha. En el sector forestal: puede constituir una fuente de
emisiones, si está sujeto a actividades de deforestación, o un sumidero de carbono si
lo que predomina es el manejo sustentable de bosques y las actividades de
forestación y reforestación.
La industria agroalimentaria deberá basarse en el empleo de tecnologías más limpias
que provocarán no sólo una reducción de las emisiones de gases de efecto
invernadero, sino también de otros tipos de contaminantes no necesariamente
ligados con el cambio climático. El uso de residuos para reemplazar a los
combustibles fósiles en los procesos industriales, una fuerte política de reciclado, la
modificación de los procesos industriales y el aumento de la eficiencia en el uso de la
energía pueden generar una disminución de las emisiones.
El IPCC define “Adaptación” como el ajuste en los sistemas naturales y humanos en
respuesta a los estímulos climáticos reales o previstos o a sus efectos, que mitigan
daños o se aprovechan de oportunidades beneficiosas. En el ámbito agrícola existen
diversas medidas de adaptación para enfrentar las variaciones del clima, algunas
relacionadas con el manejo del riesgo (como uso de pronósticos climáticos y
sistemas de alerta temprana para la toma de decisiones, o uso de seguros agrícolas
para compensar daños ocasionados por eventos climáticos severos), otras con el
manejo del cultivo (cambios en fechas de siembra, y en cantidad y fecha de
aplicación de fertilizantes y riego suplementario), o con la genética (uso de materiales
resistentes al estrés hídrico y térmico). Por otro lado, los manejos sustentables, que
si bien no están dirigidos específicamente a reducir el riesgo climático logran
92
disminuir la fragilidad de los sistemas, y son una herramienta primordial para
enfrentar especialmente a los eventos extremos.
Hay gran incertidumbre en los escenarios regionales proyectados de cambio
climático, principalmente en las precipitaciones, que por otro lado es la variable
climática más importante desde el punto de vista de la producción agropecuaria.
Ante un futuro escenario con disminución de precipitaciones el impacto sería disímil
según la región considerada; por lo tanto, sería aceptable que las respuestas
adaptativas de los productores fuesen, en ese caso, también muy diferentes.
Los desarrollos biotecnológicos, deberán tener un rol primordial, a fin de lograr la
adaptación al CC, a través de un mejor comportamiento ante condiciones de stress
hídrico o de aumento de temperatura. Es posible lograr ventajas sobre los escenarios
climáticos adversos e incluso mantener o continuar los procesos expansivos de la
agricultura moderna.
En términos de producción primaria, será preciso: una mejor gestión de la tierra y los
nutrientes; optimizar el uso del agua; fortalecer el control de plagas y enfermedades;
fomentar ecosistemas saludables; lograr una buena gestión de los recursos
genéticos y mejora en la eficiencia de la producción ganadera.
En términos de la agroindustria, el desafío pasa por mejorar el comportamiento de las
cadenas productivas. A medida que las cadenas productivas se hacen más largas y
complejas, resulta necesario mejorar la eficiencia operacional del procesamiento,
envasado, almacenamiento y transporte para garantizar un mayor tiempo de
conservación y una menor huella de carbono. En este sentido la reducción de
necesidades energéticas, en un marco de aumento de precio del petróleo, significaría
no sólo una mejora en los indicadores de CC, sino mejor performance competitiva.
93
Cambio climático y su impacto en la Argentina
Los impactos del cambio climático en Argentina se potencian por la variabilidad del
clima que presenta el país. Cuando esta variabilidad excede las condiciones
normales, se generan diferentes problemas sociales y pérdidas económicas. Los
mayores efectos se deben a la variabilidad interanual de la precipitación que impacta
fuertemente en la producción agropecuaria en períodos de sequía y también, aunque
en menor medida a nivel nacional, cuando se registran grandes lluvias que generan
excedentes hídricos y causan inundaciones de campos productivos, daños a la
infraestructura, la seguridad y la salud de las poblaciones urbanas 24.
En la Región Pampeana el sector productivo agrícola es uno de los sectores de mayor
dinámica en el país. Por sus características intrínsecas, es también uno de los más
sensibles a los cambios del clima y sus impactos. En particular, al efecto que sutiles
cambios físicos pueden tener sobre el desarrollo y rendimiento de los cultivos y los
consecuentes impactos económicos de estos procesos. El cambio climático podría
afectar al sector agrícola en forma directa mediante la modificación de la
productividad vegetal o en forma indirecta, a través de su influencia sobre la presión
de enfermedades, plagas y malezas.
Para la Región Pampeana, los escenarios climáticos proyectan incrementos de
temperatura, que serían de mayor magnitud en la zona norte, e incrementos leves de
la precipitación en toda la región. En general, habría un equilibrio con mayor
producción de granos en el sur y pérdidas en el norte. El cultivo de soja sería
relativamente favorecido y la productividad de los cultivos en la región pampeana
podrían sostener sus niveles o inclusive incrementarlos.
En cuanto al Litoral/ Mesopotamia, en los próximos años la región experimentará un
aumento severo de déficit hídrico, con un gradiente de aumento hacia la zona del
Noroeste. A diferencia de la situación actual, donde los sectores con déficit hídricos
se limitan a la Zona Oeste de las provincias de Formosa, Chaco y Santa Fe, los
24
Las fuentes de información disponible son la Primera y Segunda Comunicación de CC en Argentina.
94
sectores ubicados en el centro y este de la región tenderían a presentar déficit
hídricos durante los meses de primavera y verano. Asimismo, se estima que se
presentarán situaciones que podrían afectar los sistemas hídricos subterráneos,
vinculados al abastecimiento de agua para consumo humano y sectores productivos.
En Patagonia y Cuyo hubo una marcada tendencia positiva de temperatura, tanto en
el piedemonte como en la las zonas de montaña. Dicha tendencia fue mayor en la
época invernal en comparación al período estival, lo que puede estar relacionado con
el retroceso de los glaciares que se observa desde el Siglo XIX, con una pérdida
importante de las reservas de agua.
Las precipitaciones en el piedemonte andino se caracterizan por ser escasas y
prácticamente no influyen en los caudales medios de los ríos -que dan lugar a los
oasis de riego- ya que dependen ampliamente del agua que se origina en las nieves y
glaciares cordilleranos y que luego llega a los ríos de la región. El régimen de
precipitación en la Cordillera presenta un máximo nivel en los meses de invierno y un
mínimo en los meses de verano, pero su aporte a los ríos se produce principalmente
a partir de la primavera a causa del derretimiento de las precipitaciones níveas y,
eventualmente, del deshielo de los glaciares.
Para Cuyo y Comahue, los diferentes escenarios climáticos muestran bastante
concordancia entre sí, indicando un descenso de las precipitaciones sobre la
cordillera de los Andes y la zona vecina de Chile para el resto del siglo. Estas
tendencias decrecientes se vienen registrando desde comienzos del siglo XX.
Además, los escenarios indican un calentamiento hacia los años 2020/2040 mayor a
1° C en Cuyo y algo menos en Comahue, con el consiguiente aumento de la demanda
de agua de riego debida a la mayor evapotranspiración de los cultivos.
De acuerdo con estos escenarios climáticos y sin una política de adaptación, el actual
sistema de producción agrícola de Cuyo, basado en el riego con el agua superficial o
subterránea que proviene de la Cordillera, se tornará vulnerable.
95
Durante la primera mitad del presente siglo no se esperan reducciones de los
caudales en los ríos de Chubut y Santa Cruz que nacen en la cordillera de los Andes,
porque si bien las precipitaciones sobre la cordillera se seguirán reduciendo, se
estaría compensando con la pérdida de masa de los glaciares, proceso que seguiría
durante el resto del siglo XXI. Excepto por la recesión de los glaciares, desde el punto
de vista del desarrollo regional este panorama es favorable.
En el Este y el Centro de la Argentina, hay evidencias de cambios en las frecuencias
de las precipitaciones extremas durante las últimas décadas. En esa región, el
número de casos con precipitaciones mayores a 150 y 200 mm durante el período de
años 1983-2002 es aproximadamente tres veces mayor que en el período de años
1959-1978. Las inundaciones también afectarían a la ganadería en las áreas costeras
de la pampa deprimida.
En los ecosistemas naturales se pueden presentar efectos distintos frente al cambio
climático. Por ejemplo en el noroeste argentino, mientras que en el Chaco el aumento
de las lluvias favoreció la deforestación por expansión agrícola -transformándose en
una de las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero de la
región por la deforestación-, en ecosistemas de montaña, el aumento de las lluvias
simultáneo a la disminución de la carga ganadera, favoreció la expansión de
vegetación boscosa y consecuentemente mejora su capacidad protectora de las
principales cuencas hídricas.
Para hacer frente a los cambios que se enuncian, las medidas de adaptación para el
sector agropecuario deberán cumplir un rol fundamental. En cuanto a adaptación, la
Investigación y Desarrollo tiene un importante papel en el futuro en el desarrollo de
especies resistentes al stress hídrico o a los excesos de agua. Así como los estudios
de impacto de la variabilidad y el CC en plagas y enfermedades.
Se estima que el efecto más pernicioso puede provenir del aumento de la
temperatura media en la zona templada, perjudicándose la producción de la
agricultura de invierno y comprometiéndose la provisión de agua en la zona andina a
96
partir de la potencial reducción de las nevadas. Las precipitaciones ya han
experimentado un corrimiento de la isohieta de 600mm hacia el oeste, sin embargo
en los últimos años hubo recurrentes problemas de sequía que trajeron aparejadas
serias pérdidas tanto en agricultura y ganadería, lo que manifiesta el riesgo de la
volatilidad climática exacerbada. Esta situación es una amenaza para la agroindustria
en tanto se torna volátil (en precio como en cantidad) la materia prima de su
producción. Esta situación quizás conduzca a ajustes en las políticas de stock y/o
también impacte en la demanda de nuevas técnicas de conservación de la materia
prima, sobre todo aquella sumamente perecedera.
Restricciones ambientales y acceso a los mercados
Junto con las variaciones arancelarias que se han producido en el mundo durante las
últimas décadas, han aparecido nuevas modalidades para impedir o limitar el
comercio internacional de productos agropecuarios. Las denominadas barreras paraarancelarias han cobrado importancia y están constituidas principalmente por
obstáculos técnicos, sanitarios y/o fitosanitarios.
Se entiende como barreras para- arancelarias o no arancelarias a aquellos
reglamentos técnicos, medidas sanitarias y/o fitosanitarias y/o cualquier otra medida
relevante para el comercio diferente de los aranceles, que impida o limite el comercio
de productos agrícolas sin una justificación avalada científicamente o sin responder a
un objetivo legítimo o a estándares internacionalmente acordados.
En este sentido, el marketing y las estrategias de las corporaciones productivas
comerciales crean necesidades que muchas veces se apoyan en cuestiones de
sanidad y/o impacto ambiental de los alimentos que pueden haber sido, o no,
motorizadas por los consumidores. Si bien en muchos de los casos esto responde a
morigerar efectos concretos, en muchos otros los requerimientos son excesivos,
transformándose en barreras para-arancelarias.
97
Este tipo de medidas presentan adicionalmente una particularidad y es que muchas
están determinadas por actores privados y son más exigentes que las normas
estatales, con lo cual se plantean problemas comerciales que ven dificultada la
resolución porque no significan en sí restricciones al ingreso, sino que representan
discriminaciones en una economía de mercado en donde el comprador tiene el
derecho de comprar o no comprar un alimento. En estas medidas juegan un papel
central los sistemas de retail, supermercados y comercializadores globales que
además de marcar gustos y tendencias, son quienes están estructurando este tipo de
“restricciones”.
Para dar cuenta de la categorización de los alimentos, se utilizan sistemas de
etiquetado que permitan segregar los alimentos y otros productos agroindustriales
por su origen en la cadena comercial, por su forma de producción o por alguna otra
característica que les permita obtener mayor valor como fuentes de diferenciación
respecto de la competencia. Los sistemas de etiquetado prosperaron en las últimas
décadas, y en este sentido la trazabilidad se convirtió en una herramienta clave
puesto que permite recopilar toda la información sobre el producto, desde la
elaboración de la materia prima hasta su disposición final al consumidor. También en
los últimos años, los consumidores tienden a buscar productos logrados en
condiciones no agresivas al medio ambiente y que incluso mitiguen el efecto del
Cambio Climático.
De esta forma, se fomentó la tendencia a desarrollar técnicas productivas,
industriales y de distribución que generen menor emisión de gases efecto
invernadero (GEI), que usen eficientemente el agua, que refieran a condiciones
ecológicas y orgánicas de producción, y hasta demuestren realizar un recorrido
menor entre el origen y destino del producto. Como cita Idígoras (2009), existen
nuevos requisitos ambientales por parte de los sistemas de retail en el ámbito global,
que centran el interés en sistemas de etiquetado que refieren al uso de la tierra, a la
distancia que recorren los alimentos desde su origen hasta que está disponible para
el consumidor final (“Food Miles”), la Huella del Carbono (Carbon Foot Print), Millas
98
de alimentos (Fair Miles), Huella del agua (Water Foot Print), Etiqueta ecológica (Eco –
Label), PAS 2050, Ley Grenelle y el “Mecanismo de desarrollo limpio”.
La sustentabilidad ambiental de las actividades productivas y económicas, incluido el
comercio,
ha
adquirido
un
lugar
central
en
los
debates
internacionales,
particularmente en lo relativo al Cambio Climático. En este contexto, es necesario
tomar en cuenta la posibilidad de que algunos países (especialmente los
industrializados) utilicen barreras comerciales contra las exportaciones de los países
en desarrollo, esgrimiendo argumentos relacionados con el combate al Cambio
Climático, requiriendo diferente tipo de etiquetados que podrían condicionar el
devenir futuro de la demanda de alimentos.
Para un país productor de alimentos en forma excendentaria como lo es la Argentina,
más allá de las particularidades de tendencia, ciclos y segmentaciones de demanda,
su agroindustria deberá posicionarse lo más cercano posible a la frontera de
exigencia que esté vigente, e incluso adelantarse en función de evitar problemas en
el acceso a mercados. La sobredeterminación de las normas significará un problema
de costos y de negociación, pero toda tendencia a mejorar los indicadores
ambientales significará un mejor aprovechamiento de los recursos y un sistema
productivo más eficiente, desde la producción primaria a la logística, redundando en
una mayor competitividad.
2.2.6
Dimensión Socio-Tecno-Productiva
La transformación del Sistema Alimentario
En el ejercicio de prospectiva de la agroindustria es necesario reparar en la fase
primaria como elemento fundamental en la generación de competitividad de la etapa
transformadora (Baudino 2009). Las ganancias asociadas a la combinación de
producción primaria y exportación sin transformación o con poco valor agregado,
99
pueden
ser
una
limitante
para
la
expansión
de
fases
transformadoras
agroindustriales.
En términos de expansión territorial, el nuevo esquema de organización de la
producción primaria encuentra su ápice en la región pampeana, pero su irrupción en
espacios extrapampeanos lleva a evaluar si es un cambio que afecta globalmente al
Sistema Alimentario (SA).
La consolidación de este modelo se vio favorecida por el escenario institucional en
general y macroeconómico en particular de la última década del siglo XX. Las
desregulaciones al movimiento de capitales y de bienes y el tipo de cambio
“apreciado” permitieron que el SA diera un salto de capitalización sobre todo en la
producción primaria y la industria de primera transformación25 de las producciones
pampeanas y se asistiera a un proceso de reconversión de las producciones
regionales. Los actores del SA que pudieron ingresar en esta reconversión quedaron
muy bien posicionados para aprovechar el modelo económico de tipo de cambio
“depreciado” y buenos precios de la primera década del siglo XXI.
Los cambios en la tecnología de producción y procesos posibilitaron la desconexión
entre los medios de producción y el productor. Esta desconexión representa la
manifestación de los cambios sucedidos en el sistema económico mundial y genera
fuertes impactos en un sistema productivo que presentaba hace pocos años
parámetros de producción tradicionales. La urbanización del medio rural es una de las
principales manifestaciones. El crecimiento de las actividades conexas exhibe quizás
el costado más positivo de este proceso de construcción de la nueva ruralidad
25
En términos de agroindustria exitosa, se destaca el papel principal que juega la industria aceitera
(Polo Aceitero de Rosario), que a partir de la irrupción de los biocombustibles en el mercado mundial,
ha tomado un papel central en la producción y exportación de biodiesel y se han convertido en el
centro del polo más dinámico derivado de este paradigma. Sin embargo es necesario remarcar la
escasa vinculación que tiene esta industria por ejemplo con la generación de empleo, situación que
limita la distribución del valor agregado generado.
100
(Martínez de San Vicente, 2010). El crecimiento de las ciudades medianas se
encuentra asentado sobre la expansión de la agroindustria.
En este contexto rural, participan actores nuevos y reconvertidos que aplican
instrumentos tradicionales y disruptivos, como también, se aplican lógicas diferentes
más vinculadas a razonamientos financieros que otros asociados al arraigo y
permanencia en el espacio rural.
Un hecho altamente relevante es la escasa
vinculación existente entre la producción primaria y la transformación industrial. Esto
determina que muchas de las cadenas productivas difícilmente cumplan con las
condiciones para la conformación de una cadena de valor, y así, en función del
desigual poder relativo, la distribución de las ganancias a lo largo de la cadena no
siempre sea equitativa, a la vez que se limitan capacidades competitivas en razón de
la desconexión que se da en general entre proveedores y demandantes.
En la dificultad para configurar cadenas de valor, interfiere también el hecho de que la
inserción en los mercados mundiales se da en general (por lo menos) de dos
maneras: la tradicional para los commodities en las que participan las grandes
cerealeras (Cargill, Dreyfuss o Bunge) desconectando la producción primaria con la
demanda final y por cadenas de comercialización globales que estandarizan y
profundizan la desarticulación de la demanda del mercado internacional con las
necesidades del mercado interno, vinculadas con la soberanía alimentaria.
Para el mercado interno, pocos actores de la industria alimenticia conservan gran
poder como Molinos, Arcor, Kraft Foods, Unilever, Sancor, La Serenísima. Estas
empresas controlan gran parte de la industria determinando que, aún para el mercado
interno, se reproduzcan restricciones que refuerzan el oligopsonio que caracteriza a la
mayoría de las cadenas agroalimentarias. Esto determina como se expresa en García
y Rofman (2009), siguiendo a Gutman y Bisang (2003) y a Teubal y Rodríguez (2002),
que la producción primaria se ve influenciada por nuevas articulaciones efectuadas
por la industria agroalimentaria y el hipermercadismo, imponiendo vía contrato una
estandarización de la calidad en los bienes agrícolas, dejando poco lugar para modos
de producción alternativos.
101
Cuando se piensa a la agroindustria desde el prisma del desarrollo, es indispensable
no caer en la tentación de adscribirse sin efecto de inventario a la teoría del derrame
(Rofman
2008).
El
crecimiento
de
la
actividad
agropecuaria
primaria
no
necesariamente abarcará a todos los diferentes actores. La comercialización primaria,
sin transformaciones en origen genera escasos efectos directos locales. La cadena
de producción de la agricultura industrial, que en cierto modo reproduce hacia su
interior la heterogeneidad de la economía argentina, muestra grandes actores que
presentan muchas capacidades y logran controlar gran parte de la cadena y otros
más pequeños que escasamente logran cubrir la reproducción de su negocio.
La combinación de una situación de precios internacionales elevados con un
esquema cambiario depreciado, coadyuvó a que se potenciara en la primea década
del siglo XXI la generación de renta. En en ese marco, la agricultura fue central,
acentuándose el proceso de agriculturización de la región pampeana por
intensificación (doble cultivo e inyección de fertilizantes, agroquímicos y riego
suplementario) o por extensificación (desplazamiento de la ganadería, de carne o de
leche). Esta agriculturización extrema de la región pampeana generó impactos en el
resto de las regiones: por efecto del traslado de actividades pecuarias o por
expansión de la actividad agrícola “pampeana”.
En la actualidad el proceso de agriculturización26, caracterizado por el desplazamiento
de actividades pecuarias y regionales por la agricultura, es sinónimo de sojización.
Este cultivo
y su paquete tecnológico son la base de sustentación de la nueva
agriculturización que se observa en Argentina (Teubal 2003). Aun cuando en esta
fase, el cultivo dominante es la soja, cambios en la tecnología o precios relativos
pueden hacer que cambie la canasta de producción de granos. Sin embargo deben
ocurrir cambios más drásticos para que se dé el retorno a una situación de equilibrio
entre actividad agrícola y pecuaria.
26
La agriculturización refiere al proceso de crecimiento absoluto y relativo de la agricultura con respecto
al PBI total agropecuario (Sili,2005)
102
1.
La
conexión
entre
la
agriculturización
y
la
agroindustria
se
generó
fundamentalmente a partir del corrimiento que experimentaron actividades que
compiten con la agricultura pampeana por el territorio. Esto se ve reflejado en la
ganadería, tanto de carne como de leche, así como en el algodón y la caña de
azúcar. Todas estas actividades son base de sustentación de la agroindustria
argentina.
2.
Este es un proceso de alta especialización agrícola y poca diversificación, con un
cambio estructural en el uso de la tierra que provoca transformaciones en la
organización del territorio, en las inversiones y en la asignación de los recursos
de producción. En ese marco, el incremento de la producción se generó tanto a
partir de la intensificación como de la extensión de la frontera agropecuaria, junto
a la menor frecuencia de la rotación agrícola-ganadera y hasta su desaparición
según la región, con los consecuentes impactos sobre el medio ambiente y la
matriz productiva. En general esta expansión de los cultivos ocurre a expensas
de las tierras de bosques, pastizales y pasturas en orden de importancia,
reasignándose el destino del uso de la tierra.
La reproducción del esquema pampeano a las producciones extrapampeanas genera
escasos márgenes de renta; aún con buenos precios internacionales se profundiza la
dicotomía o fragmentación entre regiones y actores sociales aportando a un círculo
más vicioso que virtuoso. Estas situaciones comparten características comunes:
concentración de la gestión, transnacionalización, orientación al sector externo y
profunda diferenciación entre productores y otros actores de la cadena (García y
Rofman 2009), junto a la flexibilización laboral, la reconfiguración territorial y la
redefinición en general de los actores sociales.
Más allá de las diferencias entre la región pampeana y las extrapampeanas, es
posible identificar elementos comunes que se encuentran en la raíz de las dicotomías
y fragmentaciones de índole productiva, económica, social y cultural que genera el
modelo dominante. García y Rofman (2009) relevan una serie de cuestiones
estratégicas que son útiles para identificar los principales desafíos que surgen en el
103
desarrollo territorial: a) la tenencia de la tierra para los pequeños productores; b) la
capacidad de negociación, el acceso al cambio tecnológico y la inserción plena en las
cadenas alimentarias y agroindustriales; c) la capitalización mediante el acceso al
crédito; d) el accionar conjunto de los actores sociales más allá de las cuestiones
productivas aportando el acceso a la información como elemento indispensable; e) el
nivel de asociativismo y f) la tarea de los organismos estatales de regulación que
garanticen la fijación de precios y las condiciones de comercialización. El
comportamiento de los seis factores descriptos forma parte de un sistema de nivel
superior que reclama cambios en el paradigma dominante o la construcción de una
alternativa que permita dar contención a los actores sociales excluidos.
Las dicotomías y fragmentaciones del paradigma dominante requieren pensar el SA a
partir del desarrollo y no meramente de su expansión o crecimiento, a fin de generar
realmente
oportunidades
para
los
diferentes
actores
sociales.
Una
visión
productivista, aún de largo plazo, no garantiza la realización del desarrollo de los
actores del SA y por tanto de la Argentina. En este marco de dicotomías y
fragmentaciones, ¿podrá ser la agroindustria, como componente de la bioindustria, el
elemento integrador que permita reducir la heterogeneidad económica, ecológica y
cultural existente? ¿Dentro de qué escenario político-institucional?
El agregado de valor como elemento transformador de las economías regionales
La necesidad de considerar en forma especial las economías regionales, se
fundamenta en el fuerte vínculo que existe entre estas producciones y la
agroindustria. Referirse a cuestiones de economías regionales es propio de
situaciones en que se reconoce al Estado prerrogativas como ente planificador. Al
considerar la capacidad del Estado para trabajar sobre las economías regionales,
Manzanal (1999) destaca dos elementos condicionantes: a) la agudización de la
concentración del capital que conforma y legitima el accionar regulador de los
conglomerados de capital nacional y extranjero, debilitando, conjuntamente a los
estados nacionales, provinciales y municipales, y b) la difusión del conocimiento en
redes que al superponerse sobre la realidad regional preexistente la desdibuja
104
haciendo desaparecer características que diferencian a una región de otra, afectando
la eficiencia de acciones particularizadas.
Al realizar un análisis de las economías regionales es fundamental considerar que
coexisten con la economía agropecuaria pampeana, dueña de ventajas comparativas
que son fuente de la heterogeneidad estructural27, que también tiene efectos en la
industria en general. Diferencias de competitividad y del nivel de renta con la región
pampeana determinan para muchas economías regionales dificultades para competir
y
consolidar estructuras económicas más homogéneas y por tanto más
desarrolladas, dado que plantean otras necesidades de estructura cambiaria.
Este contexto se observa, aún para períodos como el de la posconvertibilidad en el
que los cambios de política no son suficientes para desencadenar desarrollos
integrales, que existen ejemplos donde actores involucrados en procesos virtuosos
permiten extraer conclusiones relevantes en relación a dicotomías, fragmentaciones
y reconversiones exitosas. Casos concretos se relevan en la producción de vid en la
región andina, limones en Tucumán, fruta especialmente en el Alto Valle de Río
Negro, azúcar en el Norte, algodón en el Chaco, yerba mate en Misiones-Corrientes,
como también, olivo, frutas finas, horticultura, foresto-industria, apicultura, ovinos y
caprinos.
A partir del análisis de estas producciones, se pueden identificar elementos comunes
de las diferentes economías regionales y algunas referencias para la configuración de
los posibles futuros de estas actividades:
• Se aprecian elevados niveles de dicotomía o fragmentación hacia el interior de los
sectores en términos de rentabilidad y capacidades de reproducción de los
productores de acuerdo a su tamaño, que determinan dificultades para
reconvertirse a los más pequeños a partir del acceso al crédito y a tecnología.
27
En relación a la cuestión de la heterogeneidad estructural en la Argentina, ha sido profundamente
discutida en los debates académicos, comenzando con los trabajos de Marcelo Diamand y
revitalizándose fuertemente en los comienzos del siglo XXI.
105
Estas disparidades en muchos casos hacen que, mientras algunos productores
ven crecer su “negocio” a partir de potenciar tanto el mercado interno como
especialmente la inserción externa, otros que se encuentran relativamente más
atrasados en términos de tecnología o reconversión varietal o capitalización,
encuentran dificultades incluso para la reproducción de la mano de obra.
• En gran medida la dinámica de los productores exitosos se encuentra asociada al
sector externo, sea porque intervinieron actores extranjeros que aportaron capital
y mercados externos (caso de la vid) o bien porque actores nacionales supieron
dar respuestas a demandas del sector externo y allí encontraron fuentes de
dinamismo (caso del limón y también de la vid). La mera inserción en el mercado
interno no parece ser suficiente para dar saltos de calidad.
• Las disparidades de tamaño y tecnología disponible acarrean problemas de
distribución de la renta hacia el interior de la cadena, donde los productores más
pequeños no reciben precios acordes a los valores finales de venta. En la mayoría
de los casos estas disparidades se encuentran basadas en la dificultad de los
productores más pequeños para disponer de estructuras de acopio, de empaque,
de frío o de transformación, con lo cual terminan siendo “rehenes” de productores,
intermediarios o industrias que cuentan con dicha infraestructura; o bien aun
cuando cuenten con infraestructura, la escasa disponibilidad de capital de trabajo
los obliga a vender a los precios que indica el comprador.
• Los cambios en las economías regionales han mostrado un patrón en el que se
distingue un uso intensivo del capital y donde la articulación de la actividad
primaria con la industrial pasó a jugar un lugar central. Aun cuando se hable de una
primera transformación que permita pasar de un commodity a un softcommodity28, la agregación de valor es un elemento fundamental para diversificar
la comercialización tanto de productos como de mercados.
28
El concepto de agregado de valor, que utilizaremos, refiere más al criterio comercial que de cuentas
nacionales. Cuando se habla de agregado de valor no se está considerando solamente la agregación
de etapas al producto primario, sino también los esfuerzos por diferenciar el bien que permite
106
• En forma general, se observan problemas de disponibilidad de mano de obra para
las tareas de la producción primaria, tanto en términos de cantidad como calidad.
Gran parte de estos problemas se originan en las ostensibles mejoras que se han
producido en los últimos ocho años en materia de desarrollo social e inclusión.
Los planes que aseguran ingresos a las familias (planes jefes y jefas, trabajar o la
asignación universal por hijo) reducen los incentivos de involucrarse en trabajos
mal remunerados, no registrados, en condiciones precarias y temporales como lo
son muchos de los vinculados a la producción primaria de las economías
regionales.
• Se registran escasos desarrollos de tecnología a medida de los productores
regionales de menor escala relativa. Los desarrollos de tecnología tanto de
paquetes productivos como de maquinaria para la baja escala dificulta la tarea de
tecnificación de la producción primaria para aquellas producciones que presentan
brechas tecnológicas diferenciales. Este déficit se origina en gran medida en un
sistema científico tecnológico donde prima dar respuesta a las demandas del
mercado. Así producciones de baja escala quedan en condiciones subóptimas en
cuanto a la disponibilidad de tecnología.
• Los casos de la caña de azúcar y el algodón son muestra fehaciente de las
amenazas de producciones típicas de la economía pampeana sobre las otras
economías regionales. Recientemente, la posibilidad de producción de soja y maíz
bajo riego en el Alto Valle del Río Negro es una muestra de la potencialidad que
presentan las producciones pampeanas sobre el resto de las economías. Las
producciones más afectadas por las producciones agrícolas pampeanas son
aquellas que se encuentran en el primer cinturón extrapampeano (constituye una
zona buffer), pues son las que sufren los avances y retrocesos de la producción
“descomoditizar” el producto. Esta acepción se asocia con una definición amplia de agroindustria que
involucra el acondicionamiento y empaque de productos primarios. En este marco, la idea de softcommodity refiere a aquellos productos, que aún cuando conservan características generales y
escasamente diferenciables, presentan particularidades en término de clasificación, preparación o
packaging.
107
pampeana y conlleva a fuertes volatilidades y efectos en términos de ocupación y
desocupación de recursos a partir de cambios climáticos o del mercado mundial
de commodities.
• El agregado de valor en sentido amplio, la industrialización y la diversificación de
productos es un elemento fundamental a la hora de mejorar tanto la
competitividad como la posibilidad de sortear los efectos perniciosos de la
volatilidad de precios de los mercados. En muchos casos la presencia de estos
elementos es la diferencia entre producciones de punta o producciones que
escasamente se consideran como de supervivencia.
• El desarrollo de proveedores es un elemento central cuando se pretende integrar
en forma plena a los productores más pequeños en cadenas globales de valor. La
integración vertical sin potenciar las sinergias genera externalidades negativas que
afectan a toda la cadena productiva. La industria pierde porque recibe una materia
prima de peor calidad y el productor primario percibe un precio inferior al que
podría recibir.
• Existen problemas de infraestructura que limitan la competitividad no sólo por
aspectos logísticos (el caso del tren es emblemático para los pequeños
productores por el volumen de carga) sino en términos de posibilidades de
producción, sea primaria (el escaso desarrollo del riego para la potencialidad que
tiene la Argentina) o en términos de conservación e industrialización (la ausencia
de fuentes de energía en muchos casos imposibilita la utilización de estructuras de
frío o de transformación).
• El escaso asociativismo entre los pequeños y medianos productores potencia sus
problemas de negociación y la imposibilidad de incorporar tecnología e
infraestructura. Las diferencias de tamaño entre productores atomizados y
acopiadores, intermediarios o industria concentrados determina que sus
capacidades de negociación se vean fuertemente menguadas. La escala muchas
108
veces indivisible de la infraestructura de frío, acopio, embalaje o transformación
dificulta el abordaje por los productores de tamaño relativamente menor.
Se destaca que la solución a los problemas que determinan la fragmentación y la
escasa generación de valor agregado a nivel local, se plantea a partir del Estado
potenciando la generación de capital a nivel regional, en el sentido amplio de
infraestructura, conocimiento, asistencia y financiamiento, entre otros. Estas
acciones, obviamente, deben tener el foco puesto en los pequeños y medianos
productores que se ven excluidos por las fuerzas del mercado eminentemente
aglomeradas, más aún con la capacidad de gestionar a distancia que dan las
tecnologías
disponibles.
Para
potenciar
las
economías
fundamental que la acción transformadora endógena
regionales,
resulta
sea complementada por
instrumentos externos a la región. La fuerza del paradigma dominante obliga a pensar
en la construcción de paradigmas regionales alternativos. Partiendo de bases en
principio comunes, deberían responder a las particularidades de las diferentes
regiones. Dos elementos son fundamentales para configurar paradigmas alternativos:
a) expansión de la producción con sustentabilidad ambiental y b) generación de valor
agregado en origen como eje en la inclusión socio-económica. Para acentuar los
procesos de transformación en origen es preciso potenciar la sinergia entre las
políticas públicas (en términos de asistencia e inversión en infraestructura) y la
inversión privada, conformando estructuras de transformación, que no sólo aporten
valor agregado, sino que posibiliten reducir la volatilidad de los mercados.
El encarecimiento del combustible, si bien es un elemento que puede coadyuvar a
potenciar la transformación en origen, no será absolutamente determinante para las
inversiones en las economías regionales, sobre todo para aquellas dedicadas a
rubros productivos donde el envase es muy pesado. Un ejemplo es lo que está
ocurriendo con el vino, que ha empezado a ser exportado a granel, con el fin de no
pagar el flete del vidrio. Estas situaciones indican la tendencia de producir primeras
transformaciones para ser terminadas en destino.
109
La expansión de la agroindustria, asociada a producciones agroenergéticas y a la
producción pecuaria son oportunidades para agregar valor en línea con el desarrollo
territorial. La producción de alimentos, derivados de las materias primas que se
producen en la región, es el modo de aprovechar las potencialidades y transformar
ventajas comparativas en ventajas competitivas sistémicas.
El agregado de valor y transformación industrial depende también de la adaptación y
mejoramiento de variedades de los productos regionales. Este es un elemento
central pues permite potenciar los rendimientos y generar mejores esquemas de
rentabilidad de las agroindustrias que comienzan desde la materia prima. En este
desarrollo resulta fundamental el rol de las instituciones nacionales de ciencia,
tecnología e innovación promoviendo innovaciones diferentes a las que se imponen
desde los ámbitos internacionales.
Avanzar en el mejoramiento de los procesos asociativos es un fuerte alimento para la
reducción de disparidades en las producciones de las economías regionales. La
integración de los pequeños productores posibilita expandir la producción bajo
estándares modernos a partir de la reconversión productiva, potenciando las
posibilidades de transformación de la materia prima.
Adicionalmente se necesitan condiciones que permitan incrementar la competitividad
sistémica de las economías regionales; así, la concreción de obras de infraestructura
en riego, energía, comunicaciones y logística (fundamentalmente la recuperación del
tren en su función vinculante de doble vía y no meramente extractiva). En esta
inversión debiera primar una característica integradora por la que se aprecian tanto
vinculaciones horizontales como verticales que permitan atenuar el esquema radial
de las comunicaciones imperante desde el siglo XIX.
110
Agroenergía e integración productiva
Los biocombustibles como prolongación del paradigma petrolero
La evidencia de cierto grado de escasez relativa en la oferta de petróleo, junto con las
necesidades de acotar los efectos del calentamiento global, son incentivos para el
desarrollo de energías derivadas de la producción agropecuaria. En términos
nacionales, el desarrollo de las agroenergías y su integración con la producción son
un elemento central para un sector como la agroindustria altamente intensivo en
utilización de energía, que a su vez, suele condicionar su desarrollo en el territorio.
El alza de los costos de producción y las penalizaciones por las emisiones de gases
con efecto invernadero (GEI) contribuirán a una restricción en la demanda de petróleo
en los países desarrollados (OCDE) con carencias en el abastecimiento de este
insumo (Estados Unidos, Japón, UE y los demás países-Anexo 1 signatarios del
protocolo de Kyoto). En este contexto surge la potencialidad del desarrollo de las
agro-energías y más específicamente de los biocombustibles, como reemplazo de los
combustibles líquidos para el transporte en los
países desarrollados. Estos
combustibles se encuentran en pleno uso en varias regiones del mundo sobre todo
en los países del grupo OCDE.
Las previsiones de la Asociación Internacional de Energía (AIE) en su WEO 2008 para
el desarrollo y consumo de este tipo de combustibles hacia el año 2030 muestran un
fuerte crecimiento de los biocombustibles, especialmente el etanol (Tabla 8 y Figura
23).
Tabla 8. Consumo final de biocombustibles por región (MTOE)
Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a datos AIE
111
Figura 23. Participación de biocombustibles
140
6%
120
5%
4%
80
3%
%
MTOE
100
60
2%
40
1%
20
0
0%
2006
2015
2030
Biodiesel
Etanol
Participación de los biocombustibles en transporte vial (eje derecho)
Fuente: Unidad de Coyuntura y Prospectiva-INTA en base a datos AIE
En la actualidad, los principales productores de biocombustibles son: con relación al
biodiesel, Europa, Norte y Centro América y América Latina (con un papel central de
Argentina); y con relación al etanol Estados Unidos y Brasil.
El reemplazo de derivados del petróleo por biocombustibles, en general presenta
ventajas ambientales desde el punto de vista de la emisión de GEI, aunque ello no
ocurre en todos los casos, y tiene la desventaja de competir a veces directamente
con la seguridad alimentaria y también, por tierras para cultivo de alimentos. Desde el
punto de vista económico existen en algunos casos diferencias a favor del uso del
petróleo. Desde el punto de vista de la seguridad energética, su desarrollo puede
contribuir a disminuir la dependencia, sobre todo en aquellos países carentes o
deficientes en reservas de combustibles fósiles convencionales (casos de Brasil
hasta los años 2000-2003 y Estados Unidos)
Los biocombustibles líquidos son alcoholes, éteres, ésteres, aceites y otros
compuestos químicos, producidos a partir de biomasa, que pueden provenir de
plantas herbáceas, oleaginosas y leñosas, residuos de la agricultura y actividad
forestal, y una gran cantidad de desechos industriales, como los desperdicios y los
112
subproductos de la industria alimenticia. Las principales formas de utilización de los
biocombustibles son: la combustión directa de la biomasa o una versión convertida
(gasógeno, metano, etc.) para producir calor aplicable a la calefacción urbana, a
procesos industriales o a la generación de electricidad; y la utilización en motores
térmicos, tanto de explosión como de combustión interna.
Entre los aceites vegetales más comúnmente utilizados para producir los
biocombustibles de primera generación se encuentran los de colza principalmente en
aquellos biodiesel de origen europeo, aceite de palma utilizado en Colombia y
Malasia, de soja utilizado en Argentina y Estados Unidos, grasas animales (existe un
gran proyecto en Uruguay) y aceites vegetales usados. Entre los ejemplos de
materias primas utilizadas para la producción de etanol se puede citar la caña de
azúcar (Brasil es el mayor exponente), el maíz (es el caso de los Estados Unidos), o la
remolacha (usada en algunos países de Europa).
La Argentina presenta potencialidad para producir biocombustibles de las tres
generaciones en cuestión, por ese motivo pasa a ser un actor clave en el sector de
las agroenergías.
La demanda de biocombustibles en general dependerá de los siguientes factores: a)
ambiental, por los efectos de los combustibles fósiles sobre el Cambio Climático (CC)
y la salud humana, b) económico, por competencia con combustibles fósiles y
penalización a las emisiones de gases GEI, c) posibilidad de competencia entre
seguridad alimentaria y seguridad energética, d) cambio de paradigma tecnológico en
el transporte.
La situación de las agroenergías en Argentina
El desarrollo de los biocombustibles en Argentina se debe analizar desde dos puntos
de vista diferentes, el abastecimiento y uso nacional y el destinado a la exportación.
Se supone que el mercado nacional de biocombustibles fósiles se verá afectado
desde diferentes aspectos.
113
Factores ambientales
Los factores ambientales globales a nivel nacional tendrán escasa influencia directa
en la demanda de combustibles fósiles. Argentina es signatario como País No Anexo
1 del Protocolo de Kioto y por lo tanto no tiene responsabilidades obligatorias a
cumplir para la reducción de los gases con efecto invernadero (GEI); más aún tiene
una baja tasa de generación de esos gases por uso de la energía.
No es la misma situación por la generación agropecuaria de GEI. Esta situación se
podría complicar en caso de aplicarse a los países No Anexo 1 las responsabilidades
obligatorias o semi voluntarias de reducciones de GEI. Otro factor condicionante será
la aplicación de la certificación sobre la sustentabilidad de los biocombustibles para
su exportación. Seguramente afectará de alguna forma el incipiente desarrollo de
Argentina como país exportador de biocombustibles de primera generación, aunque
el efecto será de menor medida o nulo en el caso del desarrollo de biocombustibles
de segunda o tercera generación.
En la actualidad el biocombustible producido en Argentina es en su mayoría biodiesel
de soja. Este combustible podría ser “castigado” por la certificación debido al bajo
contenido de aceite. Adicionalmente la Argentina debe considerar la distancia que lo
separa de Europa, en función de que el transporte influirá en el índice de
sustentabilidad.
Costos de producción
Argentina es actualmente un productor de dos biocombustibles de primera
generación, biodiesel y etanol. La generación de estos dos combustibles se
encuentra actualmente concentrada tanto en términos geográficos como de
empresas productoras.
114
Biodiesel
El polo productor de biodiesel está localizado en proximidades de Rosario. Es
responsable de que Argentina sea el mayor exportador a nivel mundial de biodiesel
de soja, aunque no el mayor productor de este biocombustible. Los costos de
producción del biodiesel de soja actualmente permiten a nivel nacional la sustitución
del diesel fósil en condiciones de combustible subsidiado para el consumo interno.
La Ley 26093 prevé la aplicación de cortes de al menos 5% en volumen de los
combustibles fósiles con biocombustibles.
Siendo este corte mandatorio para todos los combustibles que se vendan en el
mercado argentino, el gobierno nacional ha establecido condiciones específicas tanto
para la producción y suministro de biocombustibles a las plantas refinadoras
encargadas de realizar el corte, como para la regulación de los precios de los
biocombustibles destinados al corte obligatorio.
Debido a la competencia del biodiesel con la materia prima de la que se extrae
actualmente (aceite vegetal comestible de soja) de alto valor comercial internacional,
se ha procurado establecer un precio para el biodiesel que sea ventajoso para su
destino a combustible, buscando evitar faltantes internos que impidan la efectiva
aplicación de la Ley 26093. La evolución del precio del biodiesel, gasoil y aceite de
soja se observa en la Figura 24.
Dado que las ventas al mercado interno no tributan retenciones, si el precio FOB del
aceite de soja es igual al precio interno, las compañías están obteniendo un beneficio
del 32% sobre el precio FOB que determina el Ministerio de Agricultura, a su vez el
biodiesel tiene un diferencial de retenciones respecto al aceite de soja de 18%.
115
Figura 24. Evolución del precio del biodiesel, gasoil y aceite de soja
.
Fuente CARBIO
La evolución de los mercados internos y exportación de biodiesel se observan en la
Figura 25.
Figura 25. Evolución de la capacidad de producción, capacidad y cupo de biodiesel
Fuente: CADER
116
El mantenimiento del mercado interno requiere solamente el 40% de la actual
capacidad instalada en el país y se exporta el 60%. El precio internacional de este
combustible no es muy diferente al precio del aceite, que es la materia prima de la
cual se obtiene. El éxito de exportaciones que tiene la industria nacional se debe a la
diferencia de retenciones que resuelve el margen económico percibido por los
productores- exportadores, que en el caso argentino son los mismos productores de
aceite.
Etanol
Argentina actualmente produce etanol de primera generación a partir de
fermentación de melazas de caña de azúcar. El polo productor de etanol se encuentra
radicado en la zona NOA-NEA con centro en la provincia de Tucumán; aunque están
previstos desarrollos productivos a partir de almidón de maíz que se localizarán en la
zona sur de Córdoba. Es de destacar que la producción de etanol del año 2010 en
base a producción de melazas de caña de azúcar, no alcanzó a cubrir la demanda
interna para combustible y la exportación tradicional (se exportó un 65% de la
producción nacional), dado que su producción sólo alcanzó para un corte del 2,7% de
las naftas consumidas durante ese año.
Los aumentos de producción que se esperan para el año 2011 hacen prever que se
alcance el volumen necesario para el corte del 5% y cubrir los compromisos de
exportación. De acuerdo con la superficie plantada con caña y con las tierras aptas
para su cultivo, la capacidad de expansión territorial del cultivo es limitada en función
de que su área edafoclimáticamente óptima se encuentra superpuesta a la del maíz,
soja y limón o está cubierta por bosque nativo. Por tanto, la expansión de la
producción deberá ser lograda más por mejoras en los rindes de cultivo y en el
proceso de producción del etanol que en la expansión significativa de la superficie
implantada.
Es lógico que un incremento sustantivo del consumo de naftas debiera ser
acompañado por un incremento en la producción de etanol a partir de otras vías
117
distintas a la caña de azúcar. Los candidatos más inmediatos son el sorgo y el maíz.
En segundo término se sitúa la obtención de etanol a partir de materiales
lignocelulósicos. Argentina tiene enorme potencial para producir etanol de segunda
generación (origen lignocelulósico) en caso de producir el desarrollo tecnológico
correspondiente con respecto a los sistemas enzimáticos de conversión de la
celulosa a azúcares simples y de sistemas de fermentación más eficientes y rápidos
que el de las levaduras. Se estima que los costos de producción de etanol a partir de
esas fuentes serán similares o aun menores que el de azúcar de caña.
Con el objeto de asegurar el efectivo cumplimiento de la Ley 26093, el gobierno
argentino ha dispuesto el corte de todas las nafta con al menos un 5% en volumen
de etanol. Con este propósito, se ha establecido un mecanismo de aseguramiento
del precio para el etanol dedicado al consumo interno de combustibles. Este subsidio
(a diferencia del otorgado al biodiesel) no depende ni compite con el precio de la
materia prima (azúcar, maíz o sorgo) sino del precio de las naftas.
Los costos teóricos de producción de etanol de primera generación en Argentina,
representan un 20 ó 35 % del valor internacional para ese producto. Esto explica que
los productores nacionales hayan privilegiado durante el año 2010 la atención del
mercado externo por sobre los requerimientos del mercado interno. Como parte de
su expansión, los actuales productores de azúcar planean añadir la producción de
etanol a partir de sorgo y maíz para cubrir en sus refinerías de alcohol los tiempos
muertos que devienen de la temporalidad de la zafra. En caso de expandir la
producción actual existen muchas posibilidades para la exportación. Las expectativas
para el mercado internacional marcan una fuerte expansión de la demanda de etanol
en el futuro mediato. Se estima que tanto China como Estados Unidos no alcanzarán
a cubrir su auto abastecimiento.
Sostenibilidad
La principal desventaja del uso de biocombustibles de primera generación es que se
basan en cultivos utilizados a nivel mundial como alimentos (maíz, caña de azúcar,
118
mandioca, soja, colza, palma, etc.). La discusión sobre la seguridad alimentaria a nivel
internacional persiste porque el uso de alimentos para combustibles influye sobre el
precio internacional de los alimentos y por tanto, sobre el acceso a los alimentos de
la población de los países en desarrollo, especialmente en aquellos con demandas
insatisfechas.
Esta controversia se verá reflejada en los mercados cuando en Europa se haga
mandatoria la certificación de la sostenibilidad de los combustibles que se
consuman, requiriendo el desarrollo de los biocombustibles de segunda generación.
Con respecto a los distintos componentes del índice de sustentabilidad, el etanol de
caña y sorgo presentan claras ventajas con respecto a otras fuentes comestibles (ej.:
Maíz).
Sinergias con otros sectores: el biogás entra en la ecuación
La utilización de materias primas para la producción de biocombustibles concita
ambigüedades que podrían ser superadas parcialmente si se potencia la vinculación
entre la producción de biocombustibles y la producción pecuaria. Las características
del maíz o del sorgo hacen que los subproductos de molienda sean una alternativa
importante para su complementación con la producción pecuaria intensiva.
La obtención de los “granos secos de destilación (DDGS)” serían sustitutos parciales
del grano de maíz y así como la producción de biodiesel derivado de la soja o la colza
podría generar harinas proteicas para incorporar en las raciones de alimentación
animal bovina, porcina o aviar.
La obtención de Gluten Feed y Gluten Meel como subproductos de la molienda
húmeda de grano de maíz para etanol, permitiría la integración con las producciones
pecuarias regionales. Pero además, posibilitaría producir raciones animales tanto para
el consumo interno como para la exportación de alimentos balanceados a otros
destinos.
119
En el esquema de integración se puede incorporar la producción de biogás y metano
a partir de los desechos de las actividades pecuarias de granja intensivas, siendo otra
forma de complementariedad de actividades con impacto en los costos de
producción (por sustitución del maíz por este subproducto de molienda), y
especialmente en el abastecimiento para autoconsumo de energía (INTA, 2008).
Ambas integraciones (los DDGS y el biogás) a los sistemas pecuarios generan
sinergias no sólo en aspectos técnico-económicos sino también ambientales,
pudiéndose certificar dichas producciones bajo los sistemas actuales de Desarrollo
Limpio y de Bonos de Carbono.
Elementos dinamizadores y condicionantes
A nivel internacional se puede determinar como elementos dinamizadores para el
desarrollo de biocombustibles la necesidad de reducir los efectos ambientales, en los
países desarrollados de la OCDE, signatarios del Protocolo de Kioto, y Asiáticos, por
la generación de gases efecto invernadero. Comprende reducciones en el uso de
combustibles fósiles en todas las actividades y en el sector de transporte en
particular, así como todos aquellos que dependen de importaciones de combustibles
fósiles (seguridad energética). Otro factor dinamizador será el alto costo de los
combustibles fósiles. También la necesidad de continuar con el paradigma del motor
a explosión para el transporte, hasta que se produzcan los desarrollos tecnológicos
necesarios que puedan reemplazarlo por fuentes renovables y menos contaminantes
y se complete el proceso de reconversión en los sistemas de transporte.
Como elementos condicionantes se puede mencionar: la actual conflictividad con los
biocombustibles de primera generación por su bajo nivel de sostenibilidad en cuanto
a la seguridad alimentaria, la competencia por las tierras cultivables, el alto costo de
producción de algunas de las alternativas que hacen necesaria su producción
subsidiada y en algunos casos el bajo índice de eficiencia energética que implica su
producción (poca reducción de gases efectos invernadero a lo largo del ciclo de vida).
120
A
nivel
nacional,
entre
los
elementos
dinamizadores
del
desarrollo
de
biocombustibles se puede destacar: las condiciones agroecológicas privilegiadas de
Argentina; la necesidad de aumentar la duración en el tiempo de las reservas de
petróleo (seguridad energética); la producción superavitaria de alimentos para el
consumo interno (seguridad alimentaria); la posibilidad de agregar valor a los
productos agrícolas que se exportan; el alto costo del petróleo a nivel internacional; y
la necesidad a nivel de países desarrollados del cumplimiento del Protocolo de Kioto.
Sobresale además, el alto nivel de la flota internacional de vehículos dependientes de
combustibles fósiles, su alto costo monetario y el lento reemplazo una vez que se
hayan desarrollado alternativas a los motores de explosión, así como la posibilidad de
producirlos en forma regional integrados a la producción y con la potencialidad para
ser polos de desarrollo agroindustrial.
Como elementos condicionantes del desarrollo de los biocombustibles se pueden
mencionar: el bajo grado de sustentabilidad que pueden presentar algunos
biocombustibles de primera generación, producidos en Argentina para el mercado
mundial (casos biodiesel de soja y etanol de maíz); como también, el bajo grado de
desarrollo tecnológico nacional para la producción de materias primas y procesos
que devenguen en biocombustibles de segunda y tercera generación.
Los desafíos para las agroenergías en Argentina
El contexto de aumento de precios del petróleo y en un marco donde no se
vislumbran cambios significativos en los desarrollos tecnológicos que permitan el
reemplazo del paradigma petrolero dominante, se plantea un desafío al desarrollo
tecnológico en términos de eficientizar el uso de energía, con fuertes efectos sobre
los costos del SA, tanto en producción como en logística. En este cometido los
biocombustibles pueden tener una participación activa.
El desafío pasa por lograr avances significativos en relación a los biocombustibles de
segunda y tercera generación. A partir de desarrollos tecnológicos e inversiones
adecuadas la Argentina podría instalarse como un productor de biocombustibles que
121
combine los de primera y segunda generación para contener el dilema comercarburar. La cuestión a dilucidar es si la producción de biocombustibles permitirá no
sólo cubrir la demanda interna incrementada, sino conservar un lugar como
exportador eficiente a partir de fuentes para las cuales el balance energético resulta
claramente superavitario.
La adaptación del SA de la Argentina a los cambios deberá pasar por profundizar la
integración a nivel local-regional entre la producción primaria, la pecuaria y la
generación de agroenergías. La generación de polos regionales de desarrollo en los
que se combine la transformación de materia prima en biocombustibles con la
producción pecuaria y la generación de biogas coadyuvará para que se potencie la
incorporación de valor agregado a nivel regional buscando solucionar en alguna
medida el déficit energético y generar mayores niveles de independencia energética.
Disponibilidad de mano de obra rural
El análisis se focaliza en la mano de obra rural, dado que es la variable que presenta
los mayores cuellos de botella para el crecimiento de los sectores agroindustriales a
partir de la producción de materia prima.
En el análisis del empleo o trabajo agrario se deben distinguir las diferencias que se
encuentran dentro de este sector, donde hay diversos actores sociales, formas
productivas y regiones. Un factor que profundiza estas diferencias es que en un
mismo lugar de producción se encuentran formas con alto agregado tecnológico y
lógica de producción, como así también, a productores de agricultura familiar, que
para subsistir deben realizar trabajos en condiciones desfavorables. La mayor
heterogeneidad se encuentra en el agro extrapampeano: la historia económica y
social de cada región, las características de los diferentes productos y su destino a
mercados diversos, como también, las articulaciones locales con los sectores no
agrarios (Barsky y Schejtman, 2008).
122
Esta heterogeneidad presenta dos dimensiones: por un lado las lógicas de
producción capitalistas donde sí se visualiza una relación capital-trabajo definida por
las relaciones mercantiles-salariales, y otra que se define más por las capacidades de
subsistencia de los actores que por las relaciones mercantiles (Acota Reveles, 2006).
Actualmente estas dos dimensiones se hacen evidentes frente a la faltante de mano
de obra en diversas producciones que funciona como cuello de botella de toda la
cadena.
Las producciones que enfrentan cada vez mayores requerimientos de calidad, con
creciente orientación exportadora y considerables volúmenes de capital donde
pueden coexistir establecimientos de distinta escala, dependen mayormente del
trabajo manual. En este caso, se acentúa la estacionalidad de las tareas y muchas
veces los déficits de mano de obra en la región deben ser satisfechos con
desplazamientos de trabajadores provenientes de otras zonas.
Las transformaciones en los procesos productivos y requerimientos de trabajo no
solo acentuaron la participación de los trabajadores temporarios sino que, además,
modificaron su perfil. El trabajo temporario, por el hecho de asumir formas de
eventualidad, no sólo mantiene sino que puede llegar a incrementar la condición
histórica de precariedad que se expresa en la inestabilidad laboral, desprotección
social, bajas remuneraciones, sistemas de pago por jornal o a destajo. Además de
estar expuesto a más frecuentes períodos de desocupación a lo largo del año, si hay
una caída de la demanda laboral.
 Algunos datos sobre la situación actual indican que el crecimiento del empleo
registrado en el agro entre los años 2003-2008 (36%) fue sensiblemente inferior al
del conjunto de la economía (58%). La magnitud del empleo no registrado en el
agro, afecta a más del 70 por ciento de estos trabajadores (Quaranta, 2010).
Según Guillermo Neiman (2010), durante la última década se asiste a una mayor
difusión de distintas modalidades de contratación de trabajadores provistos por
empresas de servicios, por agentes más o menos informales (o "cuadrilleros") o
123
por distintas figuras que operan al amparo de la ambigüedad de la legislación
respectiva. La intermediación y la tercerización, ambas cumplen un rol
fundamental particularmente para los mercados de trabajo transitorio, facilitando
el acceso de las empresas a la mano de obra necesaria para los cultivos, pero
también, buscando simplificar formas y requisitos de contratación y contribuir a la
gestión del trabajo (en términos dirección y control de los trabajadores).
 Estas condiciones de precariedad, flexibilidad e inestabilidad conducen a sectores
de la población rural a la pobreza. No sólo a la pobreza por ingresos (es decir a la
carencia de ingresos para acceder a necesidades básicas), sino también a
dimensiones sanitarias y educativas desventajosas, que impiden la inclusión o el
mantenimiento de ciertas personas y grupos familiares en actividades y circuitos
productivos.
 Esta condición es generada según la región que se trate no sólo por la
incorporación precaria, informal de estas personas en actividades productivas,
sino también por el no acceso a recursos (tierra, capital), o por el desplazamiento
de las actividades agropecuarias ante el avance de las formas concentradas de
producción. La pobreza de importantes sectores de la población rural y ruralurbana incide en la calidad de vida de la población y en la dotación de mano de
obra calificada para el trabajo en la agroindustria.
Aspectos culturales y redes: ¿punto de palanca para pasar del agronegocio a
la agroindustria?
La desregulación política y económica de los años noventa, sumados a la
introducción de tecnología agrícola importada y a la penetración del paradigma
globalizador, marcaron un punto de inflexión hacia un nuevo perfil productivo
profesionalizado e innovador del sujeto agrícola. El cambio tecnológico se convierte
en el sustrato principal de esta reconfiguración y de la posibilidad de articular a
actores diversos (propietarios de tierra, de maquinaria, ingenieros agrónomos,
124
inversores, contratistas, rentistas) bajo el modelo del agronegocio (Bisang, et al,
2010).
Estos cambios subjetivos se forjaron desde tres espacios diferenciados pero
articulados entre sí: el académico, el asociativo y el mediático. A través de ciertos
medios de comunicación masivos se diseminaron horizontes e ideas sobre la
“ruralidad globalizada”, con apoyo en las innovaciones de las TIC. La prensa agraria
particularmente tematizó el agronegocio desde un discurso agrarista, en donde “el
campo” es concebido como el sector socioproductivo más importante (Carniglia,
2009). Los foros académicos y los movimientos asociativistas también hicieron sus
aportes como aparatos de difusión cultural brindando legitimación científica,
experimental y una continuidad temporal para la consolidación del ideario del
agronegocio.
A la luz de estas transformaciones productivas y sociales, se fue desplegando un
proceso de autopercepción en términos políticos, con ciertos nucleamientos como
protagonistas y pioneros. Las asociaciones de productores y chacareros -no
vinculadas a la lógica de representación clasista -tales como Asociación Argentina de
Productores en Siembra Directa -Aapresid-, y especialmente la Asociación Argentina
de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola –AACREA-, cumplieron un rol
fundamental en la reconversión de los viejos productores.29 Desde ambas redes se
29
Aapresid se constituye en el año 1989 como una organización no gubernamental dedicada a facilitar la
rápida y masiva adopción de la siembra directa en el país. Sus socios se nuclean a través de una red
de productores, que se autodenominan “innovadores”, y tiene como premisa central el “intercambio
de experiencias productivas” entre los socios como, forma de optimizar sus rendimientos
(http://www.aapresid.org.ar/quienessomos.asp). Los orígenes de AACREA datan de los años 60, estos
grupos de productores se organizaron en torno a “dos pilares: el progreso técnico y organizativo,
basado en la aplicación del conocimiento científico, de un lado, y el intercambio y la cooperación en
equipos de trabajo, del otro.” (Gras, 2009, p. 218). Actualmente el Movimiento Crea se encuentra
constituido por más de 1900 empresas agropecuarias que se encuentran nucleadas en más de 200
consorcios de experimentación regional ubicados en distintas localidades del país. Los actuales pilares
del movimiento, anclados en el esquema del modelo del agronegocio, se centran en el sostenimiento
de cuatro objetivos: capacitación, experimentación, transferencia y compromiso con la comunidad.
(http://www.redcrea.org.ar/aacrea/site/PortalInstitucional-internet/Institucional)
125
promueve la innovación y la adaptación de tecnologías, promocionando instrumentos
que mejoran la eficiencia y el gerenciamiento, elementos altamente valorados y
centrales dentro de la visión de los “nuevos sujetos agrarios”. Este discurso aparece
como un elemento cohesionador entre los “productores”, los “grupos” y las
comunidades locales.
Los sentidos construidos y difundidos dan lugar a la identidad del empresario
innovador. En comparación con las configuraciones previas asociadas al agro, la tierra
pierde su carácter de anclaje, para considerarse en cambio un factor más de
producción (Hernández, 2007). La innovación (en el sentido del agronegocio) y los
saberes especializados se imponen como capitales fundamentales de la actividad por
sobre los saberes tradicionales y la transmisión familiar. Concebirse como
innovadores antes que “productores” contribuye a desvanecer las diferencias en
cuanto a posesión desigual de recursos de los distintos sujetos vinculados a la
producción.
Sobre este carácter que se va forjando puede identificarse una impronta creativa y
transformadora, que incide en dos dimensiones: política y productiva, tanto en el
nivel local como nacional. Estas nuevas subjetividades son en general actores
locales, residentes en los pueblos y pequeñas ciudades. Su perfil técnico entiende la
necesidad de articular su actividad con el territorio local, fortaleciendo tramas que
necesariamente se imbrican con su propio negocio y entendiendo también la
necesidad de una estrategia de comunicación hacia la comunidad. Al mismo tiempo,
se va perfilando como identidad política (Albadalejo, et al, 2008), más allá de lo local,
llegando a incidir en el trazado de la agenda agroalimentaria del SA y su inserción en
el proceso de globalización.
La experiencia acumulada, el cambio de visión y las redes construidas podría ser una
base para la construcción de una agroindustria dinámica. El cambio cultural operado
ha reducido la mirada rentística del negocio agropecuario y ha incorporado a la
innovación como actor central. En este marco cabe plantearse el interrogante referido
a si la apoyatura en las redes desarrolladas, más las políticas públicas orientadoras,
126
¿podrían ser un buen comienzo para pasar de una producción primaria exitosa a una
agroindustria dinámica que involucre actores y territorios de diverso tamaño,
aportando al desarrollo con sustentabilidad e inclusión? ¿Se lograrán construir las
sinergias que permitan superar las limitantes que encontró el modelo de los
agronegocios para eslabonar y ser un elemento que pueda pasar de ser dinámico en
términos sectoriales a ser un elemento disruptor que potencie el desarrollo de los
territorios?
127
3. FUERZAS IMPULSORAS
Como resultado del diagnóstico de las dimensiones, se identifican y caracterizan las
fuerzas impulsoras30
31
que darán forma a los escenarios de la agroindustria argentina
en el marco internacional, a partir de la determinación de los interrogantes
estratégicos32. En el título de las fuerzas impulsoras seleccionadas y en su
descripción se da cuenta si es una invariante estratégica33 o una incertidumbre
crítica34.
A partir de la interacción entre las fuerzas impulsoras, y en función de su importancia
relativa, se ha realizado el reagrupamiento de algunas fuerzas vía la formación de
conjuntos temáticos. Los seis conjuntos temáticos conformados son: mercados
mundiales; geopolítica; cambios tecnológicos y competitividad de la agroindustria;
Estado y agroindustria;
nuevas tendencias y adaptación de la agroindustria; e,
inserción de la agroindustria en el sistema productivo argentino. Estos conjuntos
temáticos sirven de ordenadores para esbozar los escenarios.
30
Las fuerzas impulsoras (FI) son los principales factores dinamizadores de los diferentes escenarios
futuros para el alcance y el horizonte de tiempo escogidos. Las mismas representan tendencias o
procesos claves que influencian la situación, el tema focal, o las decisiones, y que propulsan al sistema
y co-determinan el despliegue de los escenarios futuros. Las FI pueden ser variables, formaciones
estructurales, procesos o acciones.
31
Tanto las fuerzas impulsoras seleccionadas como su caracterización han sido validadas en talleres de
expertos, con el equipo técnico del Mincyt y con el Consejo Asesor del Proyecto.
32
Los interrogantes estratégicos constituyen la evolución de una fuerza impulsora o un conjunto que
puede signar el devenir de los escenarios.
33
Se considera a la invariante estratégica como aquel proceso que siendo importante en la
determinación de los futuros alternativos, al no presentar incertidumbre en cuanto a la característica de
su cambio o permanencia, influirá de igual manera en todos los escenarios.
34
La incertidumbre crítica es aquel proceso que combina en si las características de ser significativo en
el devenir de los futuros alternativos, y a la vez presentar importantes niveles de incertidumbre que
permiten dudar acerca de su evolución, así, la incertidumbre crítica es el elemento central en la
determinación de los escenarios futuros.
128
3.1. Mercados mundiales
3 . 1.1. Alta dinámica poblacional en países emergentes asegura mercado para
los alimentos (Invariante estratégica)
Si bien las proyecciones de población hacia el año 2030 manifiestan diferentes
supuestos, todos coinciden en señalar crecimientos significativos de la población
para los próximos veinte años. La estimación de la ONU plantea que la población
mostrará en ese año un incremento de 1400 millones de habitantes adicionales a la
población actual (unos 6.900 millones aproximadamente), que deben ser alimentados
por los recursos naturales y por la tecnología actual y futura.
El crecimiento de población pareciera estar focalizado en países emergentes, los que
presentan sostenidas tasas de crecimiento y significativas brechas de ingreso por
habitante con los países más desarrollados, asegurando el incremento de su
demanda alimenticia. Adicionalmente, se espera para el año 2030 un menor peso
relativo del segmento de población en edad de trabajar, resultando no sólo un reto
para las estructuras previsionales, sino que podría significar fuertes desafíos para la
tecnología en términos de generar respuestas que permitan incrementar la
producción de alimentos en un marco de menor disponibilidad de mano de obra. En
el marco de un proceso de urbanización al que se le suma una estructura etaria
envejecida, se incrementarían las necesidades de mecanización, generando nuevas
oportunidades para la agroindustria. Si bien la mecanización de la producción primaria
no se encuentra estrictamente dentro del procesamiento de alimentos, existen
sinergias y conexiones entre ambas esferas y se puede potenciar el desarrollo de
tecnología.
Al ser esta una invariante estratégica influirá en todos los escenarios, en un marco de
crisis o no crisis, de encarecimiento del petróleo o no, con cambios tecnológicos o
no, el incremento poblacional es en principio una constante.
129
3.1.1.
Urbanización, logística y alimentos procesados (Incertidumbre crítica)
Si bien el proceso de urbanización pareciera ser una tendencia pesada, no resulta
menor para la Argentina la forma que asuma. En gran medida dependerá del precio
del petróleo y de la logística. Uno de los principales determinantes para el
crecimiento de las grandes ciudades es la disponibilidad de logística “barata” que
facilite el acceso de grandes cantidades de alimentos y otros bienes a las megápolis.
De este modo, en un marco de aumento del precio del petróleo, deberá considerarse
¿qué concentraciones urbanas crecerán más, las grandes ciudades o las ciudades
medianas?
Es posible que el proceso de urbanización se encuentre asentado sobre ciudades
medianas que puedan tener mayor disponibilidad de recursos naturales y en las que
se realizará la transformación de la materia prima para reducir los costos de
transporte hacia ciudades más grandes. En países productores de alimentos se
observaría una merma de la concentración de la población en los grandes centros
consumidores dado que necesitan generar condiciones de producción agroindustrial
más cercanos a los ámbitos de producción primaria (como es el caso de Argentina).
Por el contrario, en los países deficitarios en alimentos podría manifestarse la
tendencia en el sentido de ciudades más grandes que potencien las economías de
aglomeración.
A nivel general, la urbanización implica mayor demanda de alimentos procesados,
con un rol central de la agroindustria. En este marco, las polaridades oscilarán en
función de la relación entre economías de escala y costos de transporte ¿sería
esperable el crecimiento de ciudades medianas para productores de alimentos y de
grandes urbes en países deficitarios en alimentos? ¿Podrá este proceso generar
expansión del valor agregado en origen para ciudades medianas argentinas? ¿O
simplemente se someterán las materias primas a una primera transformación y el
elaborado final se hará en destino?
130
3.1.2.
Crecimiento económico mundial, nuevas clases medias y cambio de
dieta (Incertidumbre crítica)
La expansión del PBI mundial se encuentra condicionada a una mínima recuperación
de los países desarrollados, situación indispensable para pensar en un alto
crecimiento de países emergentes. Como consecuencia del proceso de mudanza de
la riqueza (complementado con la dinámica demográfica), las clases medias urbanas
mundiales se expanden anualmente, especialmente en los países emergentes
asiáticos. De los 152 millones de personas que se sumarán anualmente a la clase
media global, 134 millones serán de la región del Asia-Pacífico.
Dado que la agroindustria argentina cuenta con altos niveles de integración con el
mundo y un mercado interno reducido, el ascenso de la clase media urbana mundial
afecta significativamente la demanda de alimentos. Asimismo, la elasticidad-ingreso
de clases medias-altas es mayor en alimentos seguros, funcionales y nutritivos, más
para carnes y lácteos que para granos. La demanda de aceites combustibles y
proteína animal se ve incrementada por el aumento del ingreso per cápita en las
clases medias de los países emergentes, quienes a su vez se desplazan a zonas
urbanas.
Que la agroindustria pueda aportar estos productos y no solamente los granos para
alimentar animales, depende también de otros factores que exceden esta fuerza
impulsora. El comportamiento esperado de esta fuerza impulsora se daría entre dos
andariveles: por un lado, que el crecimiento mundial no logre recuperar la senda
ascendente y se aletargue el proceso de mudanza de riqueza, sin que se manifiesten
grandes cambios en los patrones de consumo; y, por el otro, que la recuperación de
los países desarrollados (junto con la continuidad de crecimiento de los países
emergentes) permita que el proceso de mudanza de riqueza se realimente,
registrándose profundos cambios en el patrón de consumo de los países en proceso
de desarrollo.
131
3.2. Geopolítica
3.2.1. La evolución de China y Estados Unidos afecta los ámbitos de
discusión multilateral (Incertidumbre crítica)
Europa Occidental y Estados Unidos, tradicionales polos de crecimiento, están
siendo sustituidos por los países emergentes del continente asiático, con un fuerte
protagonismo de China. Se prevé que para el año 2030 el centro de gravedad del
poder económico mundial se desplace hacia el nuevo poder emergente.
En estrecha relación con la conformación del contexto geopolítico que regirá al
sistema económico mundial en los próximos años, es imprescindible dar cuenta de
los impactos que se pueden evidenciar desde las esferas políticas hacia los sistemas
productivos de alimentos. Se es parte de un mundo en transición en su configuración
geopolítica, con una gran potencia (Estados Unidos) amenazada en su hegemonía
mundial pero con perspectivas de redespliegue y con la irrupción de un nuevo
gigante (China) que plantea una incógnita central: ¿un mundo multipolar con Estados
Unidos-China como eje articulador?
La convivencia chino-americana estaría dada por la creciente interdependencia entre
ambas economías. Ambos gigantes se ven en la obligación de coordinar sus políticas
económicas, así como también el ritmo y el sentido de sus respectivos mecanismos
de acumulación. La resolución de esta trama resulta significativa para la agroindustria
argentina en tanto y en cuanto los esquemas de poder reinantes determinan acceso a
mercados, estructura de protección de los derechos de propiedad intelectual,
tecnología y demás cuestiones relevantes para la agroindustria.
Así, al momento de plantear posibles polaridades, para la agroindustria argentina es
relevante pensar si la resolución será bajo la forma de una “división del mundo”, en el
que Estados Unidos continúa su influencia predominante o si, por el contrario, China
logra avanzar y controlar en gran medida los mercados y sectores productores de
alimentos en Argentina y Brasil. Por supuesto, sobre esta polaridad jugará un rol
132
importante el grado de integración que muestren Argentina y Brasil como elemento
central para condicionar el avance chino.
3.2.2.
El papel de la OMC como regulador del comercio mundial ante la
aparición de normas privadas para el acceso a mercados y los
cambios geopolíticos (Incertidumbre crítica)
Actualmente existen medidas determinadas por actores privados que son más
exigentes que las normas estatales. Los sistemas de retail, supermercados y
comercializadores globales además de marcar gustos y tendencias, también
estructuran restricciones en la economía de mercado que, si bien no pueden
definirse como barreras al ingreso, generan conflictos de difícil solución.
En este contexto, queda incierto cual será el rol de la OMC en términos de su poder
de policía del comercio mundial, siendo necesario replantear su rol. Es posible que
las normas establecidas en el proceso del GATT a la OMC se encuentren fuertemente
limitadas en su posibilidad real de aplicación.
En términos de trayectorias de esta fuerza impulsora, es posible esperar en primer
lugar que el comercio mundial transite una etapa en la cual se encuentran dificultades
para el establecimiento de normas generales y, por lo tanto, se incrementaría la
arbitrariedad de las restricciones. La otra alternativa es que, por el contrario, el
sistema mundial de comercio, compuesto por la OMC u otro organismo equivalente
logre recuperar el poder de policía que parece estar perdiendo en los últimos
tiempos.
133
3.2.3. La profundización de la integración con Brasil y el resto de América del
Sur con la agroindustria como piedra basal (Incertidumbre crítica)
La autonomía e integración latinoamericana está sujeta al reacomodamiento de las
piezas a nivel mundial, pero también a la decisión de los países. En un mundo
multipolar donde Brasil se conforma como líder de la región sudamericana, es
probable que Argentina se asocie construyendo una relación estratégica que le
posibilite ser un fuerte actor en el mercado mundial de alimentos.
Este desafío puede ser encarado si se lograran desarrollar sectores que permitan
construir una integración productiva pública-privada sobre la base de una plataforma
de desarrollos tecnológicos que favorezca el aumento de la competitividad conjunta
de ambos países de cara al mercado internacional, particularmente en el sector
agroindustrial. La construcción de un polo industrial binacional sería un horizonte
ideal en la senda de un desarrollo sostenible e independiente. Fortalecer la relación
regional y en particular entre Argentina y Brasil cobra gran relevancia para la
agroindustria con relación al acceso a mercados y la defensa de posiciones en foros
internacionales.
Puesto en el ámbito regional, los gobiernos deberán orientar sus políticas hacia la
construcción de una nueva infraestructura en comunicaciones y estructura
productiva, dejando de lado diferencias locales para privilegiar la integración regional.
De prevalecer nacionalismos extremos y no lograrse tal integración, la amenaza de
China aumentará pudiendo reforzar la primarización de las economías.
Las polaridades que puede tomar esta fuerza impulsora oscilan entre dos grandes
opciones. Lograr mayores niveles de integración a nivel sudamericano con un núcleo
duro formado por Brasil y la Argentina, o bien, debilitar aún los avances realizados en
los últimos veinte años, dando lugar incluso a cambios en las visiones nacionales
acerca de la integración regional que podrían estar asociados a la reorientación
política de los proyectos de gobierno.
134
3.2.4. Seguridad alimentaria global condicionando la soberanía alimentaria
nacional y el agregado de valor (Incertidumbre crítica)
A partir de la escalada de precios en el año 2008, la seguridad alimentaria mundial se
colocó en el centro de la agenda internacional. La perspectiva es que este tema será
prioritario tanto en un escenario de crecimiento mundial como de crisis económica.
En un contexto de crisis económica y posibles problemas de alimentación en un
futuro cercano, también hay que considerar los cambios geopolíticos que se avizoran
incrementando la incertidumbre con respecto a la seguridad alimentaria mundial.
El crecimiento mundial y más precisamente de los países emergentes pareciera ser
el mejor escenario para la agroindustria argentina. En caso de sostenerse el
crecimiento de los países emergentes, se generaría una continua demanda de
carnes, lácteos, fibras y otros alimentos. Sin embargo, cabe la posibilidad de que el
crecimiento mundial se encauce sobre la base de producciones primarias. En ese
marco, se puede alterar significativamente la soberanía alimentaria, sabiendo que la
primarización no permite difundir los beneficios hacia sectores mayoritarios de la
población.
La existencia de fuentes de conflictos exacerbados en torno a la gobernabilidad del
sistema alimentario mundial es un desafío a la capacidad de la agroindustria
argentina para adaptarse a un escenario probablemente hostil, donde las
corporaciones le asignen el papel de alimentar al mundo, aun comprometiendo su
soberanía alimentaria y por sobre todo las posibilidades de agregar valor fronteras
adentro.
La
gobernabilidad
alimentaria
se
encuentra
altamente
condicionada
por
negociaciones explícitas o implícitas para la coordinación de políticas internacionales
relacionadas a los mercados agroalimentarios. El incremento de los problemas de
gobernabilidad también está propiciado por el lugar cada vez más amplio que ocupa
el sector privado en la determinación de las normas que rigen el mercado
internacional. A pesar que las normas privadas no son mandatorias, el poder
oligopólico que ejercen los grandes minoristas sobre la cadena de valor lleva a que
135
las normas privadas sean de hecho obligatorias. Resultará central para la
agroindustria argentina si su participación en el comercio mundial será como
proveedor de bienes finales o seguirá haciéndolo principalmente a través de
commodities agropecuarios.
Al momento de considerar las posibles alternativas de esta fuerza impulsora,
resultará fundamental discernir si a nivel global los países deficitarios lograrán
establecer condiciones para que los exportadores no impongan restricciones a la
comercialización de alimentos y no se debiliten los procesos de transformación
dentro de los países productores. Esto es central porque a los condicionantes de las
restricciones al comercio los impulsa también la necesidad de países desarrollados
y/o importadores de alimentos de agregar valor dentro de sus fronteras con el fin de
generar empleos e ingresos, asegurándose así la accesibilidad a materias primas.
3.3. Cambios tecnológicos y competitividad de la agroindustria
3.3.1. Costos de producción y logística asociados al precio del petróleo
afectan competitividad de la agroindustria argentina (Incertidumbre
crítica)
La tendencia más fuerte parece indicar que el precio del petróleo se incrementará en
términos relativos al resto de los bienes, aumentando así también los costos tanto de
producción como de logística. Sin embargo, en el marco de las incertidumbres
existentes en torno al crecimiento mundial, se plantean interrogantes acerca del
aumento en el precio del petróleo y sus derivados en un contexto de crisis sostenida.
Otra fuente de dudas sería la aparición de una disrupción en el aspecto energético, lo
que, de todas maneras, no parece vislumbrarse en el período prospectado.
Más allá de que se confirme la tendencia alcista del petróleo o la misma se atenúe,
una mayor eficiencia de la agroindustria argentina repercutirá en una mejora de la
136
competitividad sistémica. La afectación que puede recibir la competitividad de la
agroindustria argentina no pasa sólo por cuestiones de costos, sino también por
medidas para-arancelarias vinculadas al contenido de carbono de los productos
comerciados, que pueden dificultar tanto el acceso a los mercados como los precios
percibidos por impuestos en frontera a productos con “exceso de carbono”.
En términos de polaridades, más allá de lo que ocurra con el precio del petróleo,
jugará un rol central la cuestión de la eficiencia energética, tanto de la etapa primaria
como la secundaria. Si la agroindustria lograra avances concretos como: incrementar
su eficiencia a partir del aporte del sistema científico tecnológico y de la
infraestructura de logística, la competitividad de la agroindustria podría mejorar
ostensiblemente. Si en cambio los cambios se demoraran, muy probablemente la
agroindustria sufriría los problemas de consumir carbono en exceso y su
accesibilidad a mercados y competitividad podría verse resentida. En este aspecto
jugarán un rol importante los biocombustibles, no tanto como elemento que abarate
el costo de producir, sino como pivot sobre el que se puedan potenciar sinergias
regionales.
3.3.2. Relación costo de logística y agregado de valor en origen
(Incertidumbre crítica)
El incremento de los costos de logística no sería neutral para el agregado de valor en
origen. El encarecimiento del flete transformaría en no transables a algunos bienes, e
incluso podría ocurrir que algunos que son considerados como un todo (ejemplo,
botella de vino) terminen convirtiéndose claramente en dos productos. ¿Se
consolidará una producción transformadora que comercia a granel?, ¿envases más
livianos podrían cambiar la tendencia?
En caso de que se validaran precios altos de la energía, la transformación en origen
(quizás sólo primaria) se vería potenciada, aunque sólo fuese para reducir peso y/o
volumen de las materias primas transportadas. Esto no significaría que se incremente
137
significativamente el valor agregado generado en origen. Así, no hay certezas acerca
de cuál será el efecto final, particularmente en torno a aquellos productos cuyo
envase fuese muy pesado, situación que podría favorecer la expansión del transporte
a granel.
Debe considerarse que aun cuando el aumento en el precio del combustible fuera un
elemento que pudiera contribuir a potenciar la transformación en origen, esta
circunstancia no será absolutamente determinante para las inversiones en las
economías regionales.
Es de destacar (como oportunidades para agregar valor en línea con el desarrollo
territorial) la expansión de la agroindustria asociada tanto a producciones
agroenergéticas como a la producción pecuaria. El modo para aprovechar las
potencialidades y transformar ventajas comparativas en ventajas competitivas es en
base a la producción de alimentos derivados de las materias primas que se producen
en la región.
En términos de polaridades, se podría encontrar una situación en que más allá del
precio del petróleo se lograran mejoras a nivel internacional en el transporte que no
afectaran significativamente el costo de la logística y así no se percibieran efectos
severos sobre los bienes en términos de su transabilidad. Pero, por otro lado, en caso
que se generaran incrementos en los costos de logística, se abrirán posibilidades
para mayores niveles de transformación en origen, siempre considerando que es
posible un proceso de estandarización que “commoditice” bienes que hoy no lo son.
138
3.3.3. Disrupciones en materia de producción primaria e incorporación de
África como oferente reduce competitividad relativa de la Argentina
(Incertidumbre crítica)
Ante la aparición a nivel global de cambios tecnológicos en la producción primaria
(tolerancia a la sequía, salinidad, etc.), será esperable que se observen, en diferentes
lugares del mundo, incrementos de rendimientos en zonas actualmente en
producción y que se agreguen zonas de producción como África. Esta última región
es muy significativa en tanto cuenta con disponibilidad de fuerza laboral y de
recursos naturales para producir alimentos, pero aún encuentra una multitud de
condicionantes institucionales.
Esta alternativa es ante todo una amenaza para la producción primaria de la Argentina
que mantiene importantes diferenciales de productividad respecto a otras regiones
productivas. Ante la entrada en producción de nuevas zonas y el incremento del
rendimiento en áreas-zonas actualmente en producción, se puede asistir a otro
período de precios de commodities en baja por el incremento de la oferta.
En este marco, la agricultura argentina podría perder competitividad relativa u
observar merma de precios por la mayor oferta. En cualquier caso, la agroindustria
argentina vería disminuida la competitividad relativa de la materia prima en relación a
otras regiones.
En este contexto, cobran un papel central los países emergentes deficitarios en
alimentos, y en especial China, que ya manifiesta una importante presencia en África
y se podría convertir en el catalizador de los cambios institucionales y de
infraestructura necesarios para incorporar este continente en el mercado mundial de
alimentos. Subsiste la duda de cuándo podría darse este escenario.
Con respecto a la agroindustria argentina, se espera que China y otros países
deficitarios en alimentos tiendan a buscar una política de importar materias primas y
transformar y agregar valor fronteras adentro de sus países, lo que podría generar
una mayor primarización del comercio exterior y de la economía argentina.
139
En términos de polaridades la cuestión central es la ocurrencia de este cambio
tecnológico y de mercados que posibilite la entrada masiva de producción al
mercado de esta nueva región emergente. Pero lo más relevante es en qué forma la
agroindustria argentina trabaja para alcanzar estándares de competitividad sistémica
que desvinculen en mayor grado la competitividad primaria de la secundaria.
3.3.4. Derechos
de
Propiedad
competitividad y
Intelectual
el acceso
a
y
su
impacto
sobre
la
mercados de la agroindustria
(Incertidumbre crítica)
El crecimiento y ante todo el desarrollo de los países están ligados al nivel de
intangibles que produzcan, así como también a su disponibilidad e incorporación al
proceso productivo. Por tal motivo, los Derechos de Propiedad Intelectual (DPI) se
encuentran en el centro de la apropiación del conocimiento.
La presión por reconocer los DPI involucrados en la producción agropecuaria o su
costo puede ser una amenaza sobre la competitividad, no sólo de la producción
primaria sino también de la agroindustria. La repercusión radica en el costo adicional
que genera la utilización de desarrollos foráneos, pero también en la posibilidad que
se restrinja el acceso a mercados o a determinados desarrollos si no hay un
reconocimiento de los DPI en los países exportadores.
Las grandes corporaciones dominantes del mercado mundial de insumos agrícolas,
presionan fuertemente sobre sus gobiernos para que en las negociaciones sobre
acuerdos bilaterales de libre comercio, los países menos avanzados adopten los
modelos de protección de los DPI que rigen en sus países. Así, logran ampliar el
tamaño de mercado de sus innovaciones, maximizar los beneficios de la inversión en
I&D y les permite mantenerse como protagonistas de los cambios tecnológicos
mundiales. Adicionalmente, las empresas privadas protegidas por DPI pueden
manipular la salida de nuevas tecnologías con el fin de maximizar los ingresos
provenientes de las tecnologías actuales patentadas.
140
Los DPI constituyen una amenaza si se generan restricciones a la entrada de bienes
cuya materia prima son productos primarios derivados de semillas en conflicto con
respectos a los royalties. Además, la potencial merma de competitividad, en función
de encontrarse rezagados en el nivel tecnológico (implícito en la producción de su
materia prima), puede constituir una amenaza para la agroindustria. En este sentido
resulta indispensable la inversión en I&D, el fomento de la innovación fronteras
adentro y la diseminación pública del conocimiento.
En sentido opuesto, la existencia de un sistema amplio (difundido) de propiedad
intelectual, es también una oportunidad para que la agroindustria y el sistema
científico tecnológico trabajen en forma inteligente, buscando (vigilancia tecnológica)
y adaptando tecnologías a las necesidades de la producción o la comercialización.
Esto es fundamental para acortar los procesos de innovación y disminuir costos
cuando se disponen desarrollos en otras partes del mundo.
En términos de polaridades claramente los andariveles están indicados por el hecho
de considerar si la propiedad intelectual operará como una restricción a la expansión
de la agroindustria a partir de la aplicación de derechos que limiten el acceso a
mercados, o por el contrario, si el acceso a la información del sistema de propiedad
intelectual pueda ser aprovechada y se logre incrementar la competitividad
agroindustrial.
141
3.3.5. Nuevas
plataformas tecnológicas
podrían
ser
una
fuente de
innovación para la agroindustria argentina (Incertidumbre crítica)
La disponibilidad de tecnología es un elemento crucial para la producción, así como
la generación de conocimiento lo es para el desarrollo. En este sentido, la
consolidación de China y/o la India como plataformas alternativas a la euro-americana
podría significar que la agroindustria encuentra mayor disponibilidad de tecnología.
Sin embargo, la disponibilidad podría ser un condicionante para la generación de
tecnología propia, haciendo que el sistema científico tecnológico sea un aparato
adaptador de tecnologías extranjeras. La aparición de nuevas plataformas
tecnológicas podría ser una amenaza en tanto no existan políticas explícitas
superadoras del proceso de adaptación.
El contexto de concentración y empoderamiento creciente de las corporaciones
multinacionales convive y se asocia con la porción más dinámica del mundo: el este y
sudeste de Asia. Hoy el devenir del sistema científico-tecnológico mundial tiene
como elemento central las derivaciones asociadas a la mudanza de capacidades en
CTI al Asia, que ya concentra el 40% de los recursos humanos mundiales destinados
a investigación y desarrollo, situación que comprende también al sector
agropecuario. Este es un dato documentado entre otras fuentes por la OCDE.
Si bien las multinacionales han sido el vehículo de la mudanza tecnológica, este
fenómeno reconoce también la construcción de bases científicas en los países
emergentes realizadas con infraestructura y recursos humanos locales. Se supone
que esta situación, sumada a dos elementos comunes a muchos países del este y
sur de Asia como son el tamaño de sus mercados y la consolidación de los proyectos
nacionales, contribuirá a dotar de mayor autonomía decisional a estas naciones. Este
hecho puede redundar en que sus desarrollos sean ajustados a necesidades locales y
regionales, a la par que globales, y que puedan usufructuar los derechos de
propiedad intelectual.
China se encuentra en un proceso de expansión económica y crecimiento cada vez
mayor en los indicadores de ciencia y técnica. Todo parece indicar que tiene amplias
142
posibilidades de constituir plataformas tecnológicas a partir de paradigmas y lógicas
que generen nuevas alternativas de I+D+I distintas a las multinacionales euroamericanas.
Para la Argentina esta situación podría generar nuevas oportunidades comerciales y
de transferencia tecnológica. De igual forma, la aparición de China como nuevo actor
en I&D puede constituir una oportunidad para la adquisición de tecnología, si se
logran negociaciones positivas entre ambos Estados.
Los posibles desdoblamientos de esta fuerza impulsora, pasarán en primer lugar por
el acceso o no a nuevas plataformas tecnológicas y en segundo término por la
capacidad de Argentina para aprovechar de esa disponibilidad.
3.3.6. Disponibilidad de alternativas tecnológicas para los diferentes estratos
productivos (Incertidumbre crítica)
La tecnología será un elemento determinante del desarrollo de la agroindustria. La
disponibilidad de tecnología para los pequeños productores es un elemento
fundamental para su integración en el proceso agroindustrial y participación en el
desarrollo nacional y territorial.
Existe un amplio conjunto de productores pequeños y medianos que no logran
alcanzar niveles competitivos. No tienen acceso y/o no cuentan con suficiente
disponibilidad de tecnologías y capital, generando inequidad en el desarrollo
económico y social.
Hay una gran fragmentación al interior de los sectores en cuanto a rentabilidad y
capacidades de reproducción de los productores según su tamaño. Los pequeños
productores no logran acceder fácilmente al crédito ni a tecnología, dificultando su
reconversión. Además, estos pequeños productores no reciben precios acordes a los
valores finales de venta, generando diferencias en cuanto a tamaño y distribución de
143
la renta al interior de las cadenas productivas y territorios, alimentando círculos
viciosos que perpetúan la disparidad.
El desafío para el sistema científico tecnológico consistirá en cubrir las necesidades
de tecnología que induce un proceso de generación de tecnología guiado solamente
por el mercado. Dicha brecha debería ser cubierta generando tecnología apropiada
para todas las escalas, a partir de una matriz diversificada regionalmente que
sustente la industrialización de la base biológica para la producción de alimentos y
energía, a través de la innovación y generación de valor agregado en origen.
Las pequeñas y medianas empresas constituyen parte importante del tejido
productivo del campo y la industria, y son fuente principal de la generación de
empleo. Su incorporación a las nuevas fronteras de la producción agroalimentaria y
energética, es una cuestión central de la agenda del desarrollo agroindustrial
argentino (Ferrer, 2013).
En términos de las polaridades de esta fuerza impulsora, debe considerarse que en
un contexto donde prima un sistema científico tecnológico que prioriza las
necesidades del proceso de agriculturalización de origen pampeano disminuyen los
desarrollos tecnológicos dirigidos a las producciones regionales y estratos de menor
escala. Es fundamental que el Estado actúe generando capital tecnológico a nivel
regional,
desarrollando
infraestructura,
conocimiento,
asistencia
técnica
y
financiamiento para solucionar los problemas que originan la fragmentación y
limitado procesamiento de la producción con agregación de valor a nivel local.
144
3.4. Estado y agroindustria
3.4.1. El acceso a mercados como limitante de la inserción internacional de
la agroindustria (Incertidumbre crítica)
Aranceles elevados para productos agropecuarios, escalonamientos arancelarios y
subsidios constituyen un paquete de instrumentos que puede debilitar el desarrollo
de la agroindustria argentina. Lograr desde las negociaciones internacionales
remover estas barreras sería un paso fundamental para la agroindustria. Aunque es la
vía más importante, no resulta la única alternativa. La constitución de una
agroindustria dotada de competitividad sistémica con inserción en cadenas globales
de valor, es una opción relevante para acceder a mercados, ya no desde la vía
institucional, sino por la capacidad de producir con calidad integral logrando mejores
precios.
La política de apertura de mercados deberá contar con apoyatura académica que
preste soporte a las negociaciones.
La agenda de innovación tecnológica en el
aspecto social deberá contar con un apartado de relaciones internacionales que
optimice las capacidades de negociación. La situación fiscal de Europa y de Estados
Unidos puede abrir algún margen de negociación sobre las duras condiciones que
impone la PAC y la Farm Bill.
El incremento de la competitividad sistémica y la inserción en cadenas globales de
valor precisa también de la sinergia público-privada para poner al sistema científico
tecnológico y financiero, la generación de infraestructura y apoyatura de la política
comercial al servicio de una expansión de la agroindustria que potencie el desarrollo
social y regional.
En términos de desdoblamientos, las opciones son que la agroindustria argentina
logre insertarse con productos finales y en forma sostenida en el mercado
internacional, construyendo una marca que distinga sus productos. Por el contrario,
145
se encontrará con fuertes limitantes para crecer en forma homogénea, impulsando el
desarrollo nacional y regional.
3.4.2. Orientación de políticas de Estado (Incertidumbre crítica)
Las características estructurales y factoriales de la Argentina crean las condiciones
para que la libre acción del mercado conduzca a la primarización de su economía. Los
beneficios que se obtienen de la producción de granos pampeana (y en buena
medida extrapampeana) determinan que los actores (grandes e incluso medianos y
algunos pequeños productores) no precisen comprometerse con etapas posteriores
de procesamiento para asegurar la reproducción del negocio agropecuario.
En ese marco, es necesaria la instrumentación de políticas públicas para agregar
valor fronteras adentro. Para generar mayor valor agregado, la imposición a la
exportación de commodities agropecuarios debe ser acompañada por políticas que
coadyuven a la incorporación de etapas agroindustriales transformadoras. La apertura
de mercados para productos alimenticios, la disponibilidad de financiamiento para
inversión y capital de trabajo, la potenciación del asociativismo, la presencia de
infraestructura logística cuadrangular que vincule mercados internos entre sí (no con
un formato de abanico extractivo), la disponibilidad de tecnología acorde a las
diferentes escalas y por sobre todo, efectivos sistemas de información para todos los
productores son algunos de los tipos de política que pueden colaborar en la
expansión de la agroindustria. Una cuestión central es que muchas de estas medidas
en mayor o menor medida son aplicadas aunque sin lograr la convergencia
institucional necesaria para alcanzar los impactos esperados.
En la polaridad de esta fuerza impulsora influirá claramente la orientación de política
que prevalezca en los proyectos de gobierno, sea neodesarrollista buscando
mayores estándares de transformación agroindustrial, o la vertiente más próxima al
neoliberalismo, adscripta al proceso de comoditización. La posición que asuman
146
países como China o India, con relación a generar valor agregado fronteras adentro,
podrá alentar en mayor o menor medida la primarización de la producción.
La construcción de plataformas tecnológicas en los países emergentes, aumenta las
posibilidades de acceso a la innovación, siempre que se pueda profundizar la
articulación público-privada y los vínculos políticos que apuesten al desarrollo
regional. Este marco político deberá asegurar la inversión en infraestructura y el
desarrollo científico-tecnológico, generando las condiciones propicias para el
agregado de valor local, estrechamente vinculado a los planes de ordenamiento
territorial y gestión de recursos naturales.
3.4.3. Formación de recursos humanos para la expansión de la agroindustria
argentina (Incertidumbre crítica)
Los recursos humanos son un elemento limitante/dinamizante del desarrollo e
incorporación de tecnología. La disponibilidad de profesionales, técnicos y operarios
capacitados para desarrollar o aplicar tecnologías novedosas resulta indispensable
para alcanzar niveles de innovación que permitan conseguir mayores cuotas de
competitividad.
En particular, la escasez de mano de obra que trabaja en la
producción primaria genera cuellos de botella que terminan perjudicando el proceso
agroindustrial.
En términos del impacto de la agroindustria sobre el desarrollo de las economías
regionales, la calificación de la mano de obra es un elemento central. La evidencia
marca que algunas de las agroindustrias más dinámicas de las economías regionales
encuentran el límite a su expansión en la ausencia de mano de obra especializada.
En cuanto a las posibles trayectorias de esta fuerza impulsora, se podrán observar
dos polaridades. Una, basada en la dificultad para conseguir y/o formar la mano de
obra con la disponibilidad, capacidad y competencia requerida. La otra, fundada en la
posibilidad de contar con el acervo de capital humano necesario y/o establecer
147
políticas para la formación de personal, logrando mayores estándares de capacitación
que permitan incrementar la productividad y la remuneración de la mano de obra.
3.5. Nuevas tendencias y adaptación de la agroindustria
3.5.1. Las medidas de mitigación y adaptación al cambio climático (CC)
como elementos que pueden forzar el cambio tecnológico en la
agroindustria
y
la
oportunidad
de
generar
nuevos
negocios
(Incertidumbre crítica)
Si bien la Argentina no es de los países que se encuentran en situación de tener que
ajustar sus emisiones, es posible que en el futuro esta demanda se torne más
exigente. En ese caso, se debería realizar el ajuste de la tecnología de producción y
logística, para evitar potenciales conflictos comerciales.
A partir de un mayor desarrollo científico se podrán realizar aportes tecnológicos de
impacto frente al cambio climático. Específicamente, los desarrollos en biotecnología
serán esenciales en la adaptación al CC, con lo cual se obtendrían ventajas frente a
escenarios climáticos adversos y se podría pensar en la posibilidad de continuar los
procesos expansivos de la agricultura moderna.
El empleo de tecnologías más limpias en la agroindustria alimentaria llevará a una
reducción de las emisiones de GEI, así como también de otros tipos de
contaminantes que no están necesariamente vinculados al CC. La utilización de
residuos en lugar de combustibles fósiles para los procesos industriales o una
utilización energética más eficiente son algunas acciones que ayudarán a reducir las
emisiones, dando lugar a la generación de nuevos negocios en torno a
la
agroindustria.
148
Adicionalmente, la reducción de emisiones puede ser un negocio alternativo si logra
consolidarse un mercado para los bonos de carbono, o bien conseguir aportes
monetarios (sea en términos de subsidios o financiaciones blandas) de los países
desarrollados que emiten GEI (a través de los Mecanismos de Desarrollo Limpio),
posibilitando financiar proyectos descontaminantes, de captura de carbono o
mitigación, en otros países, como puede ser la Argentina.
En términos de las posibles trayectorias de la fuerza impulsora, el primer divisor de
aguas se ubicará en la evolución de las exigencias en torno a la reducción de
emisiones de GEI. El segundo, será el posicionamiento de la agroindustria argentina
en términos de capacidades para absorber nuevas tecnologías. Así, los posibles
desdoblamientos establecerán la posibilidad de posicionarse a nivel mundial como
una agroindustria limpia o por el contrario, encontrar escollos para acceder a los
mercados en función del alto nivel de emisiones.
3.5.2. Las cuestiones sanitarias, de calidad e inocuidad: árbitros para la
diversificación por producto y/o geográfica (Invariante estratégica)
Las cuestiones sanitarias, de calidad e inocuidad han sido elementos que en forma
genuina o como trabas al comercio condicionan el acceso a los mercados. Si bien
hay una fuerte diferenciación en los componentes de la demanda, el marketing y las
estrategias productivas comerciales crean necesidades en base a argumentos
relacionados a la sanidad o al impacto ambiental de los alimentos, que no siempre
son propias de los consumidores. Así suelen generarse requisitos excesivos que, en
muchos casos, terminan actuando como barreras para-arancelarias.
La tendencia es que estos requerimientos se exacerben. La situación será diferente
según exista exceso de oferta o de demanda. Pero, en términos generales, sólo se
abastecerá la demanda en forma sostenida si se alcanzan estándares elevados en la
materia. Así, cuanto mejor sea el posicionamiento en los aspectos relacionados con
la calidad integral, mejor será la competitividad de la agroindustria.
149
Al ser esta fuerza impulsora una invariante estratégica no presenta polaridades, pero
puede afectar en forma diferencial a la agroindustria. Sin un sistema que regule
eficazmente las normas sanitarias, de calidad e inocuidad se verá condicionado el
acceso a mercados, sobre todo de productos diferenciados o con mayor valor
agregado.
3.5.3. Volatilidad
de precios y
“comoditización” de
la agroindustria
(Incertidumbre crítica)
Tradicionalmente, la agroindustria ha sido un elemento reductor de los efectos de la
volatilidad de precios, en función de lograr diferenciación y mayor capacidad para
mantener productos perecederos.
Sin embargo, la economía mundial manifiesta un proceso de estandarización que
alcanza a los diferentes productos. En este marco, debe contemplarse la posibilidad
que muchos productos considerados actualmente diferenciados puedan alcanzar
características de homogenización pasando a comportarse como los commodities
del presente.
Se considera que el incremento de volatilidad en los precios de los bienes
agroindustriales puede heredar la de los productos de origen agropecuario. El
aumento de la volatilidad puede provenir de cuatro vías diferentes: el precio del
petróleo que impactaría directamente en la competitividad de la agroindustria
argentina (específicamente logística); los efectos del cambio climático; el ingreso de
inversiones institucionales a mercados financieros; y reducidos niveles de los stocks
que mantienen las principales potencias agroalimentarias.
La agroindustria deberá desarrollar tanto tecnologías de conservación como de
gestión, con el fin de manejar adecuadamente los stocks y evitar que la volatilidad de
los precios y disponibilidad de materias primas influyan en su competitividad. Pero,
150
por sobre todo, tendrá que tener creatividad para desarrollar nuevos productos que
permitan avanzar en la diferenciación, aún en un marco de estandarización acelerada.
En términos de las polaridades de esta fuerza impulsora, una primera alternativa será
que se avance o no en el proceso de estandarización de los bienes agroindustriales.
Una segunda posibilidad que se presenta es si la agroindustria, en la articulación
entre el sector productivo y científico-tecnológico, lograra desarrollar tecnologías que
permitan acentuar el proceso de diferenciación. Resulta también importante la
capacidad para ganar mercados, en la conjunción institucional público-privada.
3.5.4. La búsqueda de nichos para productos alimenticios con incorporación
de conocimiento puede ser la puerta de entrada para una nueva
demanda alimenticia (Incertidumbre crítica)
En base a los cambios poblacionales, sociales y culturales que se prevén, surge la
posibilidad de que aparezcan nuevos patrones alimenticios: a) dietas basadas en una
mejor nutrición para el cuidado de la salud; b) preferencia por productos fáciles y
envasados; c) demanda de productos orgánicos y comidas exóticas; y d)
requerimiento de alimentos producidos localmente, entre otros. Asociados a estos
cambios en la demanda se encuentran diversos actores: la industria alimentaria, el
sector de marketing, el sector de servicios y el sector de investigación involucrado
en la tecnología de alimentos.
La nutracéutica, dietas a medida y desarrollo de nuevos productos a partir de
tecnologías que se derivan de la biología molecular, la biotecnología y la
nanotecnología pueden establecer un perfil de oferta que caracterice a la industria
alimentaria argentina. En tal sentido, es preciso potenciar la vinculación entre el
sistema científico-tecnológico y el sector productivo con el fin de consolidar la citada
transformación y aprovechar las oportunidades que puede anticipar la vigilancia
tecnológica.
151
En términos de posibles desdoblamientos, las alternativas transcurren entre la
posibilidad de que la agroindustria argentina de respuesta a las nuevas tendencias a
partir de la vinculación con un sistema científico tecnológico que trabaje en la
frontera del conocimiento, avanzando aceleradamente en la bioindustrialización, o por
el contrario, transitar una senda en la que la producción agroindustrial se adapta
lentamente a los cambios y por tanto acota su dinamismo.
3.6. Inserción de la agroindustria en el sistema productivo argentino
3.6.1.
La
integración
agrícola-pecuaria-agroenergética-industrial
como
germen de polos regionales de desarrollo (Incertidumbre crítica)
Frente a los cambios, en un mundo en donde la cuestión energética será clave, el
sistema agroalimentario y agroindustrial deberá adaptarse profundizando la
integración agrícola-pecuaria-agroenergética-industrial local-regional. Esto consiste en
viabilizar la configuración de polos de desarrollo en ciudades medianas a partir de la
posibilidad de producir biocombustibles (biodiesel, etanol o bio gas), carnes
(utilizando expeller e incluso productos a partir de desdoblamientos de los
biocombustibles), así como, ser base para la producción y comercialización de
alimentos procesados, conformando clusters productivos. Estos polos regionales de
desarrollo ayudarán a potenciar la incorporación de valor agregado a nivel regional,
dado que resuelven el déficit y generan mayor independencia energética.
Si bien es importante la generación de energía, subproductos destinados a la
alimentación animal e incluso producción pecuaria primaria y el procesamiento de la
producción agrícola, el componente realmente dinamizador es la agroindustria
(bioindustria) que posibilita potenciar la sinergia entre la producción granariaenergética y pecuaria, generando bienes finales para el consumo regional, nacional y
la exportación. La agroindustria es el elemento central en términos de generación de
empleo y valor agregado en origen.
152
Los posibles desdoblamientos plantean tres alternativas: se profundiza la
concentración de la producción de biocombustibles y/o aceite en torno a un gran
polo aceitero (sobre la base del Polo de Rosario); se desarrollan polos energéticos
circunscriptos exclusivamente a producciones de primera transformación (producción
de biocombustibles y sus subproductos); por último, se constituyen polos regionales
donde juega un rol central la agroindustria productora de bienes finales de alto valor
agregado.
3.6.2. El asociativismo como instrumento para resolver los límites de las
economías de escala de la agroindustria (Incertidumbre crítica)
La falta de asociativismo es uno de los elementos identificados en la mayoría de las
cadenas y territorios para dar respuesta a mayores niveles y sostenibilidad de la
demanda, o bien, a la adquisición de capital con significativos niveles de
indivisibilidad. El fortalecimiento del asociativismo puede ser un instrumento para
solucionar problemas de escala que condicionan la adquisición de tecnología y la
construcción de infraestructura, como también para afrontar negociaciones por parte
de los medianos y pequeños productores.
Es necesario reforzar los procesos asociativos en pos de reducir las disparidades que
presentan las producciones de las economías regionales. El asociativismo facilitaría
alternativas de expansión y reconversión que mejoren la vinculación con las diversas
posibilidades de transformación agroalimentaria y agroindustrial.
Se deberían potenciar distintas formas asociativas (integración, articulación, alianzas)
que posibiliten disponer de materia prima, acceder a la tecnología y asistencia
técnica, generar economías de escala, vincularse a mercados que demandan
volúmenes importantes e incidir en las políticas públicas y en la definición de marcos
regulatorios nacionales adecuados a la pequeña y mediana producción.
153
En términos de desdoblamientos, los andariveles que puede recorrer esta fuerza
están planteados por un lado, en el fortalecimiento de formas asociativas que
faciliten identificar estrategias comunes entre los diferentes estratos socioproductivos; y por el otro, la prosecución de los problemas que alimentan la falta de
estrategias asociativas.
3.6.3. Disponibilidad
de
materia
prima
en
el
marco
de
sojización
(Incertidumbre crítica)
La materia prima agropecuaria se encuentra vinculada intrínsecamente a la
agroindustria por dos vías, por ser naturalmente un insumo central y porque en gran
medida la competitividad de la producción de la agroindustria argentina, se encuentra
asociada a la competitividad de la actividad primaria. Así, las alternativas de
producción de la agroindustria están sujetas a la diversificación de la producción
primaria.
En este aspecto, resulta central considerar que la Argentina se encuentra inmersa en
un proceso de agriculturización en fase de sojización, basado en la disponibilidad y
utilización del paquete tecnológico transgénico de la Soja RR; a la vez, hay que
considerar también, la dificultad de la política pública para contener los efectos
ambientales del avance de la soja.
El incremento de la demanda de soja se ha originado en el mayor ingreso de los
países emergentes a la par de un fuerte proceso de urbanización que tiene dos
efectos: incremento del consumo de alimentos en general y cambios de dietas hacia
raciones con mayor contenido de proteínas. En este marco, la Argentina se insertó en
forma plena como exportador central, tanto del grano, como del aceite y la harina.
Los efectos sustitutivos de la sojización se manifestaron tanto en la región
pampeana, con impactos sobre producción de carne (bovina, porcina y aviar), leche y
maíz, como en zonas extrapampeanas, donde se experimentaron consecuencias en
154
diversas producciones y agroindustrias regionales. Asegurada la disponibilidad de
materia prima, se requieren acciones tanto por el lado de la oferta como de la
demanda para contener el proceso de sustitución.
Por el lado de la oferta, más allá de políticas públicas específicas que alienten la
diversificación de la producción primaria, resultará central avanzar en desarrollos
tecnológicos que acoten las ventajas de plasticidad y rentabilidad de la soja frente a
las demás producciones agropecuarias.
Desde el lado de la demanda, el desarrollo de la agroindustria puede actuar como un
elemento dinamizador de producciones diferentes a la soja, buscando alcanzar
niveles de competitividad sistémica que sobrepasen la etapa primaria para obtener
mejores precios y/o asegurar mercados que requieran mayores grados de
transformación.
Naturalmente los desdoblamientos de la presente fuerza impulsora pasarán por la
evolución de la agriculturización en términos de la mayor o menor diversificación de
materias primas. Así, si se logran potenciar los efectos sinérgicos de la agroindustria,
se podrá transformar en una alternativa que participe de la diversificación productiva;
si, en cambio, la agroindustria no es el eslabón dinámico del proceso de crecimiento
nacional, muy probablemente prevalecerán demandas de productos escasamente
transformados, situación altamente propicia para la concentración de la producción.
155
3.6.4. Sinergia entre los distintos actores de la agroindustria (Incertidumbre
crítica)
La agroindustria argentina se caracteriza por una marcada heterogeneidad de los
actores intervinientes. Se destacan grandes grupos empresariales, algunos de ellos
nacionales (AGD, Arcor y Molinos como íconos) y una mayoría transnacionales (Kraft,
Unilever, Coca-Cola, PepsiCo, Grupo Bimbo, Danone, Anheuser-Busch InBev, entre
otras), junto a la presencia de actores con fuerte poder de mercado (el caso de
Mastellone y Sancor) y una gran cantidad de actores pequeños y medianos, algunos
transnacionalizados y otros concentrados en el mercado interno. Estas diferencias se
manifiestan también en contrastes de objetivos y estrategias entre los actores de
acuerdo con su tamaño de activos y poder. A las diferencias de tamaño se adicionan
discrepancias de acuerdo con las regiones.
En la región pampeana, aun cuando prevalece la transformación a gran escala en el
polo aceitero o la venta del grano como producto primario, se encuentra un incipiente
proceso de industrialización de la materia prima a partir de la transformación en
origen de granos como la soja y tendencias a la conformación de polos de
procesamiento para la obtención principalmente de aceite y biodiesel; se encuentran,
además, frente a la posibilidad de incluir a la elaboración de etanol y a la producción
pecuaria. En este caso es determinante el asociativismo entre los productores y será
fundamental el grado de eslabonamiento regional que se verifique con el fin de
sumar más actores al sistema.
Las agroindustrias de las economías regionales se encuentran condicionadas directa
o indirectamente por lo que ocurre en la región pampeana a partir de sus ventajas
comparativas que derivan en mejores condiciones de competitividad relativa. En las
economías regionales, la dinámica de la agroindustria no depende solamente del
tamaño del actor, sino también de su integración, determinada fundamentalmente
por la vinculación con el sector externo (tanto financiero como comercial).
Las ventajas de la región pampeana generan impactos sobre el resto de las
producciones. Considerando la posición dominante que lograron construir sus
156
actores, es sumamente difícil establecer políticas que permitan el desarrollo
armónico del resto de las producciones, en este caso agroindustriales no
pampeanas.
Es sabida la dificultad para encontrar visiones comunes entre sector público y privado
en el sector agroindustrial. No obstante, el sostén de la agroindustria precisa de la
articulación público-privada que permita la comunión de intereses para acotar la
disparidad de posiciones competitivas de los sectores. La cultura y redes del
agronegocio pueden ser una fuente para la expansión de la agroindustria. La idea de
la innovación en procesos colectivos y las redes construidas, son elementos
distintivos para avanzar en la construcción de una agroindustria al servicio del
desarrollo.
El modelo productivo que se configuró, basado mayoritariamente en innovaciones
tecnológicas, rescató por un lado un conjunto de productores que logró adaptarse al
mercado reconvirtiéndose a un perfil productivo profesionalizado e innovador. La
modificación del perfil facilitó la articulación de diversos actores, como rentistas,
productores, contratistas y profesionales, entre otros. Por otro lado, una cantidad
importante de productores quedaron al margen de este proceso porque la lógica del
nuevo modelo no era compatible con su estructura y organización.
Considerando a la innovación como elemento central, la experiencia del asentamiento
de estas redes junto con políticas públicas que promuevan estrategias de bio
industrialización integradoras entre la agricultura empresarial y familiar, podría ser un
punto de partida para superar la etapa de producción primaria exitosa y emprender el
proceso hacia la construcción de una agroindustria dinámica. Sería necesario
incorporar actores y territorios de diferentes tamaños, aportando a un desarrollo
regional y territorial sustentable e inclusivo. En especial es relevante que se generen
vinculaciones en la forma de polos regionales que permitan potenciar la generación
de bienes finales y valor agregado en origen.
157
En términos de desdoblamientos de esta fuerza impulsora, aparecen en principio dos
alternativas. Por un lado, la generación de nuevas redes y/o expansión de las actuales
que integran la etapa de procesamiento industrial explorando en todo su potencial la
base biológica. En esta alternativa, el sistema científico-tecnológico es clave para la
generación del conocimiento necesario. Por el otro, se mantiene el modelo
productivo circunscripto a la producción primaria o a una mínima transformación, sin
generación de productos finales, ni inserción en polos regionales, debilitando las
opciones para fortalecer la industrialización y el desarrollo territorial, manteniéndose
una estructura productiva desarticulada en el Sistema Agropecuario, Agroalimentario
y Agroindustrial.
La síntesis de las FI se presenta en el Cuadro 1.
158
Cuadro 1. Síntesis de las fuerzas impulsoras
Dimensión
Fuerza impulsora
• Alta dinámica poblacional en países emergentes asegura
mercado para los alimentos (Invariante estratégica).
Mercados mundiales
• Urbanización, logística y alimentos procesados (Incertidumbre
crítica).
• Crecimiento económico mundial, nuevas clases medias y
cambio de dieta (Incertidumbre crítica).
• La evolución de China y Estados Unidos afecta los ámbitos de
discusión multilateral (Incertidumbre crítica).
• El papel de la OMC como regulador del comercio mundial
ante la aparición de normas privadas para el acceso a
mercados y los cambios geopolíticos (Incertidumbre crítica).
Geopolítica
• La profundización de la integración con Brasil y el resto de
América del Sur con la agroindustria como piedra basal
(incertidumbre crítica).
• Seguridad alimentaria global condicionando la soberanía
alimentaria nacional y el agregado de valor (Incertidumbre
crítica).
• Costos de producción y logística asociados al precio del
petróleo afectan competitividad de la agroindustria argentina
(Incertidumbre crítica).
• Relación costo de logística y agregado de valor en origen
(Incertidumbre crítica).
• Disrupciones en materia de producción primaria e
Cambios tecnológicos
incorporación de África como oferente reduce competitividad
y competitividad de la
relativa de la Argentina (Incertidumbre crítica).
agroindustria
• DPI y su impacto sobre la competitividad y el acceso a
mercados de la agroindustria (Incertidumbre crítica).
• Nuevas plataformas tecnológicas pueden ser una fuente de
innovación para la agroindustria argentina (Incertidumbre
crítica).
• Disponibilidad de alternativas tecnológicas para los diferentes
estratos productivos (Incertidumbre crítica).
Estado y agroindustria
• El acceso a mercados como limitante de la inserción
159
internacional de la agroindustria (Incertidumbre crítica).
• Orientación de Políticas de Estado (Incertidumbre crítica).
• Formación de recursos humanos para la expansión de la
agroindustria argentina (Incertidumbre crítica).
• Las medidas de mitigación y adaptación al cambio climático
(CC) como elementos que pueden forzar el cambio
tecnológico en la agroindustria y la oportunidad de generar
nuevos negocios (Incertidumbre crítica).
Nuevas Tendencias y
adaptación de la
agroindustria
• Las cuestiones sanitarias, de calidad e inocuidad: árbitros para
la diversificación por producto y/o geográfica (Invariante
Estratégica).
• Volatilidad de precios y “comoditización” de la agroindustria
(Incertidumbre crítica).
• La búsqueda de nichos para productos alimenticios con
incorporación de conocimiento puede ser la puerta de entrada
para una nueva demanda alimenticia (Incertidumbre crítica).
• La integración agrícola-pecuaria-agroenergética-industrial
como germen de polos regionales de desarrollo
(Incertidumbre crítica).
Inserción de la
• El asociativismo como instrumento para resolver los límites de
agroindustria en el
las economías de escala de la agroindustria (Incertidumbre
sistema productivo
crítica).
argentino
• Disponibilidad de materia prima en el marco de sojización
(Incertidumbre crítica).
• Sinergia entre los distintos actores de la agroindustria
(Incertidumbre crítica).
160
4. ESCENARIOS
4.1. Interrogantes estratégicos
La complejidad que dejan planteadas las fuerzas impulsoras permite identificar una
serie de eventos que describen el presente y las tendencias más destacadas,
agrupados según las dimensiones (Cuadro 2).
De este cuadro de tendencias surgen una serie de interrogantes estratégicos que
resultan centrales para la construcción de los escenarios.
Los interrogantes estratégicos identificados son los siguientes:
1)
¿Se sostendrá el crecimiento económico de los países emergentes en el marco
de la crisis mundial que conlleva al cambio de sus dietas?
2)
¿Cuál será el impacto de los costos de logística sobre el comercio y las
características
de
los
productos
agroalimentarios
en
términos
de
transformación?
161
Cuadro 2. Tendencias destacadas
Dimensión
Tendencias
•
Crecimiento poblacional + Urbanización creciente +
Crecimiento económico = Cambio dieta.
¿Crisis económica desarrollados? ¿Y global?
•
Mercados mundiales
Emergentes (China) como locomotoras.
•
Volatilidad precio de commodities, alimentos y energía.
•
•
Petróleo caro = biocombustibles y mayores costos.
• Estados Unidos-China ¿unidos o dominados?.
• ¿Pierden lugar los organismos internacionales (OMC, ONU,
FAO) frente a privados?
Geopolítica
• Mayor relacionamiento Sur-Sur.
• ¿A dónde va la relación Argentina-Brasil?
• Seguridad alimentaria global vs soberanía alimentaria
nacional.
Cambios tecnológicos y
competitividad de la
• Nuevas plataformas tecnológicas en países emergentes.
• Escasa disponibilidad de tecnología para estratos pequeños.
• Puja por valor agregado.
agroindustria
• Puja por DPI.
•
Estado y agroindustria
Nuevas tendencias y
adaptación de la
agroindustria
Inserción de la
agroindustria en el
sistema productivo
argentino
•
•
Acceso a mercados como limitante.
Orientación de políticas con control estatal sobre mercados.
•
Política agroindustrial específica acotada.
•
Normas privadas como para-arancelarias.
Cuestiones sanitarias, de calidad e inocuidad: árbitros para
la diversificación.
Bienes con valor agregado sufren menos volatilidad.
• Escaso asociativismo.
• Agriculturización con foco en sojización.
• Escasez de una visión conjunta de los actores.
• Agroindustria exitosa de actores vinculados con el sector
externo.
162
3)
¿Se logrará mejorar el acceso a mercados de los productos de la agroindustria?,
¿o prevalecerán restricciones sostenidas en parte en la seguridad alimentaria
global?
4)
¿El desarrollo de la CyT global, con especial énfasis en los países emergentes,
acercará oportunidades para la agroindustria argentina?
5)
¿Qué orientación de políticas prevalecerá en la Argentina?
6)
¿Avanzará la integración en América del Sur sobre la base de la agroindustria?
7)
¿Se profundizará la extranjerización de la agroindustria argentina?, en ese caso,
¿bajo qué modalidades se desarrollará ese proceso?
8)
¿Cuál será el efecto de los procesos de innovación sobre la competitividad de la
agroindustria?
9)
¿Cuál será el impacto de la eficiencia energética en términos de competitividad a
partir de los costos de producción y de la huella de carbono en la producción
agroindustrial argentina?
10) ¿Las cuestiones ambientales impactarán en la agroindustria y los mercados?
11) ¿La agroindustria logrará incorporar a los diferentes actores en forma inclusiva?
Los escenarios al año 2030 se desarrollan a partir del desdoblamiento o devenir
temporal de la interacción de los interrogantes estratégicos y las incertidumbres
críticas.
163
4.2. Desarrollo de los escenarios
4.2.1.
Escenario 1: Crisis, China y “Stop and go”
En los comienzos del período, la prolongada crisis económica de los países
desarrollados obliga a ajustes en los países emergentes, buscando reasignar
exportaciones a otros destinos y desacelerando la tasa de crecimiento de sus
economías. El menor nivel de crecimiento económico hace menguar las
importaciones de alimentos a partir del menor crecimiento de sus clases medias. De
este modo, el cambio de dietas se demora y se potencia la puja por la generación de
valor agregado fronteras adentro en la producción alimentaria. En el marco de la
desaceleración de la economía global, los precios del petróleo se manifiestan poco
dinámicos.
La crisis global genera mayor impacto en los países desarrollados. Estos manifiestan
pérdidas de poder en los foros globales frente a países emergentes que sustentan su
dinámica en el volumen de los mercados internos. El incremento de la vinculación
entre países emergentes es otra fuente del cambio en los equilibrios. En el marco de
la crisis sostenida, las cuestiones ambientales no son prioridad para los mercados,
pero funcionan como barreras para-arancelarias.
En materia de I+D global, la dinámica (si bien escasa) es sostenida por los países
asiáticos (especialmente China). Así, la crisis retarda la consolidación de las
plataformas en países emergentes y sólo avanzan parcialmente a través de la
vinculación entre las corporaciones y los países asiáticos. Las oportunidades que
presentan estos países no se evidencian en los países occidentales por la retracción
en las cuentas fiscales derivadas del ajuste económico que plantea la crisis mundial.
En el plano regional y nacional la crisis afecta en forma severa a Brasil, primarizado
por el efecto de la economía china que gana mercados a partir de la necesidad de
cubrir las mermas de sus exportaciones a los países desarrollados. La Argentina se
ve también afectada en el plano macroeconómico por la crisis global. Esta situación
164
plantea fuertes disputas sobre el proyecto de gobierno, ingresando sobre el final de
la primera década prospectada en un péndulo de políticas neodesarrollistas y
neoliberales. La conjunción de problemas en los principales países del Cono Sur
determina que exista una retracción en el proceso de integración regional.
La puja por el valor agregado a nivel global impacta a la Argentina en términos de una
primarización, en la que las normas privadas juegan un papel central en términos de
acotar la accesibilidad de la agroindustria a los mercados globales. La puja por el
valor agregado intra-fronteras determina que los avances en términos de acceso de la
agroindustria sean puntuales y sólo en aquellos sectores en los cuáles se muestra
más competitiva. Esta característica se muestra a lo largo de todo el período
prospectado.
Cerrando el ciclo sobre el final de la primera mitad del período, se observa un
incremento de la extranjerización de la agroindustria argentina e inversiones
productivas y en infraestructura que refuerzan el perfil primario del sistema
agroalimentario. En función de los problemas de mercados que se evidencian,
empresas extranjeras se hacen de activos de la agroindustria con un rol central por
parte de China. Este posicionamiento del
gigante asiático se destaca tanto en
Argentina como en Brasil. En Argentina no se observan políticas específicas que
contengan la extranjerización, en función de que en el comienzo, las adquisiciones
son vistas como oportunidades de negocios. Esta situación cambia sobre el final del
período cuando se comienzan a observar los efectos indeseables de la dependencia.
China es el actor más importante y sostiene la adquisición estratégica de activos
vinculados a la agroindustria argentina. Su particular manera de realizar los negocios
genera efectos indeseados a nivel social. En términos macroeconómicos, si bien
existe una buena performance exportadora, la remesa de divisas genera problemas
recurrentes en la balanza de pagos.
Los precios poco dinámicos del petróleo determinan que sobre la bisagra del período
prospectado no existan fuertes impactos en términos de aumentos en los costos de
logística. De esta forma, no se aprecian modificaciones en el grado de
165
transformación de los productos alimentarios, no varíando significativamente la
característica de los commodities. Al no registrarse grandes incrementos en el precio
del petróleo, el impacto real de la ineficiencia energética pasa más por la adaptación
a las normas privadas de corte ambiental y en menor medida por impactos
competitivos derivados de mayores costos.
Recién sobre la segunda mitad del período prospectado se observa una recuperación
de las tasas de crecimiento con un mayor protagonismo de los países emergentes y
una dinámica todavía lenta de los países centrales. Las fuentes de crecimiento se
sostienen por las vinculaciones entre los países emergentes. En este marco se
produce cierta presión de la demanda de alimentos y productos agropecuarios no
alimentarios sobre una oferta poco dinámica en función del escaso desarrollo
tecnológico del sector a nivel global y de la insuficiente incorporación de nuevas
tierras en producción.
África no evoluciona para constituirse en un polo productivo importante en materia
agropecuaria. En el marco de problemas de equilibrio en el mercado de alimentos se
incrementan las presiones para que se quiten restricciones al comercio donde
prevalece la seguridad alimentaria global por sobre la soberanía de los países. El
exceso de demanda alimentaria es fundamental para que se consoliden en la CyT
global las plataformas corporativas sobre el final del período.
Sobre el año 2020, los retrocesos en la integración de América del Sur se manifiestan
en desacuerdos de las posiciones de Argentina y Brasil que terminan por acotar los
márgenes de maniobra de ambos países, al enfrentar en forma separadas los
desafíos de la expansión de China. La pendularidad de los proyectos de gobierno y la
retracción del proceso de integración regional aparecen como elementos
determinantes en la falta de aplicación de políticas específicas para el sector. Esta
situación actúa para que se encuentren problemas en el mercado interno en su
desarrollo vía el consumo, elemento que retroalimentó el problema de las
agroindustrias en el mercado externo. En este marco, se privilegia el crecimiento sin
efectos sustantivos sobre la inclusión social.
166
Con la discontinuidad de las políticas y la marcha de la economía, y con la
preeminencia del mercado por sobre la regulación, se generaron problemas
energéticos al no efectuarse las inversiones necesarias. Adicionalmente, la acción del
mercado profundiza la infraestructura radial con un sesgo hacia el Pacífico en función
de la importancia de China. Así, se fortalece una estructura bi-focal más atenta al
comercio exterior que al desarrollo de los territorios.
Los procesos de innovación en la agroindustria argentina se encuentran fuertemente
acotados y se hallan centrados en el papel de actores privados debido
a una
profunda retracción del Estado a partir de la indefinición de políticas públicas. Los
mayores procesos de innovación llegan de la mano de las corporaciones que se
establecen en la agroindustria. El tratamiento de las restricciones ambientales se
reduce a nichos de mercado a partir de posiciones beneficiosas.
La primarización de la producción determina altos grados de retracción de los
procesos de agregado de valor, sobre todo en las economías regionales. La
permanencia de un paradigma único de producción primaria dificulta la inserción de
los pequeños productores en la agroindustria en forma equitativa. Los pequeños
productores no disponen de alternativas que superen las estrategias del modelo
corporativo dominante.
En términos de características productivas globales, el final del período denota una
situación en la que los países asiáticos se fortalecen en materia de producción de
manufacturas y tecnología industrial y Estados Unidos se posiciona como un actor
agroindustrial central. Tres elementos dan cuenta de la dinámica en la agroindustria
de Argentina: la tecnología se maneja por vía de las corporaciones tradicionales y las
empresas asiáticas radicadas en el país; es escaso el desarrollo de servicios e
industrias conexas a la agroindustria; y resulta exigua la concreción de polos
integrados agrícola-energéticos-pecuarios distribuidos territorialmente.
167
La dificultad de consolidar un modelo de desarrollo a nivel nacional impidió avanzar
hacia consensos entre los diferentes actores; se sostienen profundas divergencias y
dicotomías entre los diferentes actores. Se sostienen las diferencias de integración
entre los actores dinámicos de la producción primaria y los pequeños productores
arraigados en la agricultura familiar.
Las imágenes del futuro correspondientes a este escenario son:
o
Escaso desarrollo CyT nacional en el sector agroindustrial
y compra de
tecnología en resto del mundo.
o
Escasa expansión de la agroindustria nacional y desempeño sujeto a las cadenas
globales de valor.
o
Débil expansión de industrias y servicios conexos a la agroindustria.
o
Paradigma único en la producción primaria con pocas posibilidades de
diversificación productiva.
o
Agroindustria de economías extra-pampeanas con escasa dinámica y éxodo de
productores.
o
Inserción mundial como proveedores de productos primarios
alimentarios y
agropecuarios no alimentarios.
o
Problemas de inclusión en la economía argentina derivados de la escasez de
empleo y disponibilidad de bienes.
168
Esquema





del
Mercados Mundiales
Crecimiento Poblacional + Urbanización
creciente + Crec. Econ. = Cambio Dieta
¿Crisis Económica Desarrollados? ¿Y
Global?
Emergentes (China) locomotoras
Volatilidad precio de commodities,
alimentos y energía
Petróleo caro = Biocombustibles y +Costos
escenario





1:
Geopolítica
EEUU-China ¿Unidos o dominados?
¿Pierden lugar los organismos
internacionales (OMC, ONU, FAO) frente a
privados?
Mayor Relacionamiento Sur-Sur
¿A dónde va la relación Argentina Brasil?
Seguridad Alimentaria Global vs Soberanía
Alimentaria Nacional
Crisis prolongada de
estados desarrollados
obliga a ajustes en
emergentes
Se aletarga el
cambio de dietas en
emergentes
Crisis global retarda
dinámica de
plataformas estatales
en países emergentes,
sólo algo de dinámica
en asiáticos vía
corporaciones
 Acceso a mercados como limitante
 Orientación de políticas con control
estatal sobre mercados
 Política agroindustrial específica
acotada
Brasil se ve
primarizado por
China
go”
Inserción de la agroindustria en el
sistema productivo argentino
 Escaso asociativismo
 Agriculturización con foco en
sojización
 Escasez de visión conjunta de los
actores
 Agroindustria exitosa de actores
vinculados con sector externo
Proceso de
agriculturización
limita expansión de
agroindustria
Pujas en derredor
del modelo a
seguir
China gana
presencia
territorial en
Argentina y Brasil
Profundización de la
extranjerización de
la agroindustria
nacional por
problemas de
mercados
and
Nuevas Tendencias y adaptación de
la agroindustria
 Normas Privadas como paraarancelarias
 Cuestiones sanitarias, de calidad e
inocuidad: árbitros para la
diversificación
 Bienes con valor agregado sufren
menos volatilidad
Argentina sufre
problemas
macroeconómicos
derivados de crisis
Inversiones en
infraestructura
concentradas en
comercialización
de producción
primaria
Retracción en
integración
sudamericana
Argentina ingresa
en un péndulo de
políticas
Escasos efectos
sobre costos de
logística y
transformación en
origen
Argentina y Brasil
posición
descoordinada en
foros
Imposibilidad de
aplicar políticas
específicas para el
sector
Oferta alimentaria
poco dinámica en
relación a la
demanda alimentaria
y de productos agrop
no alimentarios
Asia se consolida
como productores de
manufacturas y
tecnología
Se incrementan
presiones para quita
de restricciones a
comercio de alimentos
“Gana Seguridad
Alimentaria Global”
Retracción en los
procesos de
agregación de valor,
con fuerte impacto
en economías
regionales
Estados Unidos se
posiciona como un
actor agroindustrial
relevante
Escaso CyT nacional
agroindustria compra
tecnología en resto del
mundo
Consolidación de
Plataformas
corporativas
Escasa expansión de la
agroindustria y sujeta a
cadenas globales de
valor
Escaso desarrollo
tecnológico nacional
posiciona a empresas
trasnacionales en
semillas, insumos,
maquinaria y nano
Escasa expansión de
industrias y servicios
conexos a la
agroindustria
Problemas
Energéticos por no
realización de
inversiones y no
avances en
eficiencia energética
Buena
performance
exportadora pero
problemas de
balanza de pagos
Innovación en
agroindustria
acotada a
empresas
dinámicas
CyT global
fuertemente
dominada por
corporaciones
2030
“Stop
Normas Privadas y
para-arancelarias
ambientales
perjudican a
agroindustria
argentina
Precios del petróleo
poco dinámicos
Recuperación de
Emergentes reinicia
cambio de dieta
África no es todavía
un punto productivo
a considerar
y
Estado y agroindustria
Inversiones en I+D
en emergentes
sostenidas
especialmente por
asiáticos
Puja por valor
agregado intrafrontera
se exacerba a nivel
global
Mayor vinculación
comercial y política
entre emergentes
China
Cambios tecnológicos y competitividad
de la agroindustria
 Nuevas plataformas tecnológicas en
Emergentes
 Escasa disponibilidad de tecnología
para estratos pequeños
 Puja por valor agregado
 Puja por DPI
Pérdida de poder
de países
desarrollados en
foros por conflictos
globales
2020
Crisis,
Servicios e industrias
conexas a la
agroindustria
dependiendo de
cadenas, y sin
generación en origen
Paradigma único en
producción primaria acota
posibilidades de
diversificación productiva
Crecimiento de la
agroindustria no
logra objetivos del
PEA 2011
Ausencia de
paradigma
alternativo para
pequeños y
medianos
productores
Pequeños
productores
agroindustriales
“rehenes” de
corporaciones
Agroindustria de
Economías Regionales
con escasa dinámica y
salida de productores
Se profundiza
infraestructura radial
con algún sesgo
hacia el Pacífico
Problemas en el
mercado interno
derivado de las
políticas erráticas
Cuestiones
ambientales
impactan
rendimiento pero
crece frontera
agropecuaria
Ausencia de polos
integrados agrícolaenergéticospecuarios
distribuidos en
territorio
Inserción mundial
como proveedores de
productos primarios
alimentarios y
agropecuarios no
alimentarios
Problemas de inclusión
en el economía
argentina derivado de
problemas de empleo
y disponibilidad de
bienes
169
IMÁGEN DE FUTURO
4.2.2.
Escenario 2: Gatopardismo corporativo: vieja globalización - nuevos
commodities
Varios elementos configuran la salida de la crisis sobre el comienzo del período. Los
países emergentes recobran su senda de crecimiento a partir del aporte de demanda
que significa la recuperación de los países desarrollados. En particular, se observa un
exitoso proceso de reconversión del patrón de crecimiento de los países emergentes
que se apoya en el desarrollo del mercado interno, en la expansión del comercio y el
relacionamiento mutuo. Por otro lado, se observa un papel activo por parte de las
corporaciones participando de la estabilización de los mercados sobre todo en lo que
refiere a la materia financiera.
El crecimiento económico y el incremento de población que pasa a formar parte de la
clase media determinan que se observe un proceso de cambio de dieta significativo.
Así, se generan importantes efectos en términos de demanda de materias primas
agropecuarias tanto alimentarias como no alimentarias que implican fuertes impactos
en el nivel de precios de los productos de origen agropecuarios.
En el marco de la expansión de la economía mundial, los precios del petróleo
encuentran fácilmente los máximos que se estimaban sobre los finales de la primera
década del siglo XXI, representando aumentos significativos tanto en los costos de
producción como en los de logística. Se observan precios volátiles en función de la
presencia de acciones especulativas.
Se incrementa la importancia de las corporaciones globales deteriorándose aún más
la capacidad de los estados nación para el establecimiento de normas y la ejecución
de políticas de desarrollo. El condicionamiento de la expansión de las corporaciones
determina y a la vez se ve beneficiada por la aplicación de una orientación de políticas
adscriptas al modelo neoliberal.
El hecho que las inversiones en I+D en los países emergentes sean sostenidas
especialmente por corporaciones hace que las plataformas de CyT se vean
170
fuertemente influenciadas por la lógica mercantil y la disponibilidad onerosa de
tecnología.
En el comienzo del período a nivel regional y nacional, las economías de Brasil y
Argentina se ven primarizadas principalmente por el fuerte impacto del comercio bajo
patrones “Norte-Sur”, especialmente con China. El marco global de puja por el valor
agregado, junto al proceso de agriculturización, la proliferación de normas privadas y
una mayor extranjerización de la economía bajo la lógica de las corporaciones
globales condicionan a la agroindustria argentina acotando la expansión de la
transformación de granos.
En la agroindustria argentina se profundiza el proceso de extranjerización a partir de
la consolidación de las corporaciones globales. China marca el centro del proceso: ve
incrementar su influencia en el sector vía sus corporaciones, potenciando su
presencia a partir de la adquisición de unidades productivas que funcionan bajo la
lógica de producción “off-shore” con dominio del capital productivo y presencia de
trabajadores chinos, situaciones ambas que aseguran un mayor flujo de divisas
contribuyendo a equilibrar la balanza comercial de este país.
Para el caso de la Argentina, la crisis y la primarización de la economía traen
aparejados problemas macroeconómicos que determinan pujas sobre la orientación
del modelo económico. En la medianía del período prospectado se observa una
demanda de alimentos y productos agropecuarios no alimentarios sostenida que,
combinada con una oferta poco dinámica, determina que se generen conflictos en
términos de la seguridad alimentaria global. Las presiones de países y corporaciones
están dirigidas a que los países productores de alimentos quiten restricciones a la
exportación con el fin de incrementar su disponibilidad y reducir el nivel de precios.
En el marco global, los cambios originados en el aumento del precio del petróleo
derivaron en la aparición de una nueva generación de commodities, con
transformaciones primarias que buscan disminuir el peso y/o volumen del bien
transportado con el fin de reducir los costos de traslado. Sin embargo, esta situación
171
no determina incrementos significativos del valor agregado en origen. Las
transformaciones que se generalizan no son intensivas en mano de obra y
manifiestan altos grados de mecanización cuyo origen no es tecnológica ni
comercialmente nacional. Se observa un proceso de concentración tanto de actores
como territorios.
A nivel nacional, los altos precios del petróleo implican dos cambios centrales sobre
la agroindustria: la necesidad de impulsar la transformación en origen para reducir los
costos de transporte y la utilización de productos derivados del agro para la
producción de bienes obtenidos a partir del petróleo y diversificación de la
producción. Este tipo de cambios es abordado básicamente por las grandes unidades
productivas.
Si bien se observa apertura de mercados para los productos de la agroindustria, se
realiza bajo la lógica de los nuevos commodities. En consecuencia, queda restringido
el acceso de aquellos productos que conservan mayores niveles de valor agregado y
diversificación. Las corporaciones globales aprovechan así la generación de renta
tanto en el origen como en el destino de los productos.
Sobre el año 2020 se asiste a una situación a nivel nacional y regional caracterizada a
grandes rasgos por el avance de la integración sudamericana en el plano comercial,
mientras se retarda en los aspectos productivos y de políticas comunes. En ese
marco, la Argentina marcha hacia políticas de corte neoliberal con fuerte sesgo
agroexportador.
En términos de la integración en América del Sur, se experimenta una fuerte
retracción en la capacidad regulatoria de los estados y se converge hacia una
integración horizontal guiada por el eje comercial. La fuerte presencia de las
corporaciones dicotomiza la velocidad de integración en la región. Mientras se
acelera fuertemente la apertura comercial, se acota la integración intra-industrial y los
países refuerzan sus perfiles de especialización.
172
Las inversiones se encuentran concentradas en la producción y comercialización de
nuevos commodities, profundizándose la estructura radial de la economía argentina.
Prevalecen políticas meramente horizontales para la agroindustria sin priorizarse el
desarrollo vertical de algún sector. Las políticas públicas privilegian los volúmenes de
producción antes que la integración de valor agregado, sea por impulso de la
tecnología y/o del empleo.
En términos macroeconómicos, el sesgo de la política cambiaria afecta a las
producciones menos competitivas. La inserción plena en los mercados de capitales
permite mayores oportunidades para la adquisición de bienes, producidos
fundamentalmente en el resto del mundo.
En el marco de precios del petróleo elevados y un Estado débil, los avances en
términos de la eficiencia energética se reducen a los productores de la agroindustria
más dinámicos, siendo un elemento que profundiza la dicotomía entre actores. El
impacto real de la ineficiencia energética se observa tanto en la adaptación a las
normas privadas de corte ambiental como en impactos competitivos vía costos que
sufren los actores que no realizaron el correspondiente cambio tecnológico.
A nivel global, se asiste a un amplio dominio de las empresas transnacionales,
observándose mejoras en la tecnología de producción primaria destinada a
ambientes hostiles en términos de stress hídrico, salinidad y alcalinidad, generando
nuevas oportunidades de producción, principalmente en países de África.
En materia de CyT, se aprecia una retracción en la disponibilidad presupuestaria a
nivel regional y en particular en el ámbito nacional, discontinuándose procesos que
apuestan al desarrollo autónomo de tecnología para la agroindustria.
En el ámbito productivo, se profundiza el vínculo entre los principales actores del
sector primario y las agroindustrias más dinámicas en términos de avances en las
cadenas de valor y acceso al mercado externo, en estrecha vinculación con actores
internacionales. En este marco, se dificulta la inclusión de los pequeños y medianos
173
productores en función del proceso de concentración e integración vertical,
especialmente en las economías extrapampeanas. Se manifiesta la ausencia de
estrategias integradoras o paradigmas productivos alternativos para los pequeños y
medianos productores. Al final del período aparecen problemas internos debido a la
falta de políticas que no apuestan a potenciar el empleo y el consumo interno.
Las innovaciones que permiten incrementar la competitividad de la agroindustria se
aglutinan en la primera etapa de transformación, dando lugar a la nueva generación
de commodities intensivas en el uso de capital. Las innovaciones no permiten
desconectar la competitividad de la agroindustria de la producción primaria. Las
retracciones en la competitividad de la actividad primaria generan incertidumbre en el
devenir de la agroindustria argentina.
La preeminencia de las corporaciones transnacionales en la organización de la
producción, determina una situación dual en la que se observa, por un lado, la
proliferación de normas privadas de acceso a mercados vinculadas a cuestiones
ambientales; mientras que por el otro, se dificulta la acción del Estado en términos
de regulación, ordenamiento y conservación de los recursos naturales y el ambiente.
Tres tendencias se avizoran a nivel global en los finales del período prospectado: la
consolidación de Asia como productor de manufacturas y tecnología; Estados Unidos
como productor agroindustrial relevante; y la consolidación de las plataformas
corporativas. Los elementos que pueden considerarse determinantes para la
caracterización de una agroindustria argentina con escasos derrames hacia el resto
de la economía son: a) servicios e industrias conexas a la agroindustria en manos de
grandes actores; b) pequeños productores agroindustriales con inserción limitada en
las cadenas de valor; y, c) polos integradores agrícola-energéticos-pecuarios de gran
escala y concentrados en el territorio.
174
Las imágenes de futuro correspondientes a este escenario son:
o
CyT nacional dependiente del mercado genera exclusiones para pequeños
productores.
o
Agroindustria sujeta a cadenas globales de valor con gran expansión.
o
Expansión de industrias y servicios conexos a la agroindustria por parte de
grandes actores.
o
Paradigma
único
en
producción
primaria
que
acota
posibilidades
de
diversificación productiva.
o
Agroindustrias en economías extrapampeanas lideradas por la dinámica de
grandes actores y profundización de dicotomías.
o
Inserción mundial como proveedores de materias primas alimentarias y
agropecuarias no alimentarias.
o
Problemas de inclusión en la economía argentina derivados de la baja generación
de empleo.
175
Esquema del escenario 2: Gatopardismo corporativo: vieja globalización - nuevos
commodities
Mercados Mundiales
 Crecimiento Poblacional + Urbanización
creciente + Crec. Econ. = Cambio Dieta
 ¿Crisis Económica Desarrollados? ¿Y
Global?
 Emergentes (China) locomotoras
 Volatilidad precio de commodities,
alimentos y energía
 Petróleo caro = Biocombustibles y +Costos
Geopolítica
 EEUU-China ¿Unidos o dominados?
 ¿Pierden lugar los organismos
internacionales (OMC, ONU, FAO) frente a
privados?
 Mayor Relacionamiento Sur-Sur
 ¿A dónde va la relación Argentina Brasil?
 Seguridad Alimentaria Global vs Soberanía
Alimentaria Nacional
Cambios tecnológicos y competitividad
de la agroindustria
 Nuevas plataformas tecnológicas en
Emergentes
 Escasa disponibilidad de tecnología
para estratos pequeños
 Puja por valor agregado
 Puja por DPI
Mayor vinculación
comercial y política
entre emergentes
permite crecimiento
y salida de crisis
Salida de Crisis de
países desarrollados y
papel central de
corporaciones recobra
senda de crecimiento
global
Se profundiza
cambio de dietas en
emergentes
Fuerte demanda de
alimentos y
productos
agropecuarios no
alimentarios
Puja por Valor
agregado intrafrontera
se exacerba a nivel
global
Agroindustria
condicionada
Efectos sobre costos
de logística y
transformación en
origen. Aparición de
nuevos commodities
2030
CyT nacional
dependiente del
mercado genera
exclusiones para
pequeños productores
Agroindustria sujeta a
cadenas globales de
valor y con gran
expansión
Inversiones en
infraestructura
concentradas en
comercialización y
producción de los
nuevos commodities
Apertura de mercados
para nuevos commodities
ganancia concentrada en
tecnología y productos
diferenciados
Agregación de valor
en economías
regionales por
grandes actores y
corporaciones
Ausencia de
paradigma
alternativo para
pequeños y
medianos
productores
Servicios e industrias
conexas a la
agroindustria por
parte de grandes
actores
Expansión de industrias
y servicios conexos a la
agroindustria por parte
de grandes actores
Problemas de
competitividad para
producciones no
pampeanas
básicamente por tipo
de cambio
Políticas
horizontales que
buscan expandir la
producción
Corporaciones
toman el lugar de
los Estados en
dictado de normas
ambientales
Desarrollos
tecnológicos en
Argentina guiado por
corporaciones y
escaso aporte estatal
Pujas en derredor
del modelo a
seguir
Integración
sudamericana
avanza en el plano
comercial vía
mercados
Argentina va hacia
políticas
neoliberales
Problemas de
eficiencia
energética para
productores que no
reconvirtieron
CyT global
fuertemente
dominada por
corporaciones
Consolidación de
Plataformas
corporativas
Proceso de
agriculturización
acota expansión de
agroindustria a
transformación de
granos
Profundización de la
extranjerización de
la agroindustria
nacional via
corporaciones
globales
Se incrementan
presiones para quita
de restricciones a
comercio de alimentos
“Gana Seguridad
Alimentaria Global”
Estados Unidos se
posiciona como un
actor agroindustrial
relevante
Argentina sufre
problemas
macroeconómicos
derivados de crisis
Precios del petróleo
altos y volátiles
Oferta alimentaria
poco dinámica en
relación a la
demanda muy
dinámica
Asia se consolida
como productores de
manufacturas y
tecnología
Inserción de la agroindustria en el
sistema productivo argentino
 Escaso asociativismo
 Agriculturización con foco en
sojización
 Escasez de visión conjunta de los
actores
 Agroindustria exitosa de actores
vinculados con sector externo
Nuevas Tendencias y adaptación de
la agroindustria
 Normas Privadas como paraarancelarias
 Cuestiones sanitarias, de calidad e
inocuidad: árbitros para la
diversificación
 Bienes con valor agregado sufren
menos volatilidad
Normas Privadas
que arbitran
mercados
perjudican a
agroindustria
argentina
Brasil y Argentina se
ven primarizados por
demanda de
emergentes
2020
África comienza a
ser un punto
productivo a
considerar
 Acceso a mercados como limitante
 Orientación de políticas con control
estatal sobre mercados
 Política agroindustrial específica
acotada
Inversiones en I+D
en emergentes
sostenidas
especialmente por
corporaciones
Plataformas en países
emergentes, pero vía
corporaciones
Deterioro de
Estados Nación
para aplicación de
políticas
Estado y agroindustria
Paradigma único en
producción primaria acota
posibilidades de
diversificación productiva
Se profundiza
infraestructura radial
con algún sesgo
hacia el Pacífico
Crecimiento de la
agroindustria logra
objetivos
cuantitativos del
PEA 2011, pero no
los cualitativos
Pequeños
productores
agroindustriales
insertos
acotadamente a
cadenas
Agroindustria de
Economías Regionales
con dinamismo de
grandes actores y
profundización de
dicotomías
Impacto de la
eficiencia
energética en
términos de
normas y costos
Polos integrados
agrícola-energéticospecuarios a gran
escala y concentrados
en territorio
Inserción mundial
como proveedores de
materias primas
alimentarias y
agropecuarias no
alimentarias
Problemas en el
mercado interno
derivado de las
políticas liberales
Problemas de inclusión
en el economía
argentina derivado de
problemas de empleo
176
IMÁGEN DE FUTURO
4.2.3.
Escenario 3: Cambio tecnológico, valor agregado y desarrollo
Sobre los comienzos del período prospectado, la recuperación de la crisis se
manifestó con lentitud. Se apreciaron sucesivos problemas derivados de la acción
descoordinada de los mercados, siendo el papel de los Estados clave para rearmar
los esquemas de acumulación, retomando tareas de regulación e intervención en la
economía. Se trata de estados que a nivel global manifiestan las diferencias de
rasgos culturales que no logró desdibujar la globalización.
Los países occidentales, especialmente los desarrollados, muestran estados que
presentan nuevas formas de organización donde se aprecia una mayor y más habitual
intervención de los ciudadanos. En países de oriente prevalece la fase del capitalismo
de estado. En ambos casos se observan estrictas limitaciones al comportamiento de
las corporaciones transnacionales y de los mercados financieros, generando menores
niveles de volatilidad en la economía mundial.
En términos geopolíticos, la mayor vinculación entre los países emergentes y la
pérdida de poder relativo por parte de los países tradicionalmente desarrollados
colabora en equilibrar las disputas en los foros internacionales.
En esta nueva situación el crecimiento mundial es más lento. En términos de la
demanda alimentaria resulta relevante que los países emergentes continúan en un
proceso de incorporación de población urbana y cambio de dieta. El precio del
petróleo alcanzará los máximos estimados en función de su gran utilización para
sostener el crecimiento económico. Además, se reduce el componente de volatilidad
en el precio del petróleo a partir de la regulación de los mercados. Al mismo tiempo,
las nuevas formas de Estado potencian la puja por el valor agregado a través de
políticas activas.
Al comienzo del período se registran fuertes inversiones en la CyT promovidas, en
particular, desde el sector público. Aún antes de la recuperación de la crisis
económica, se verifica la organización de incipientes plataformas científico
177
tecnológicas en los países emergentes. A nivel regional y nacional, tienen continuidad
los procesos de primarización tanto en Brasil como en Argentina por efecto de la
crisis y la permanencia de normas privadas que restringen los mercados de la
agroindustria.
La crisis genera problemas macroeconómicos en Argentina que no ponen en juego la
profundización del modelo de desarrollo inclusivo. Se destacan fuertes intervenciones
en la economía que buscan menguar los efectos de la crisis global sobre el empleo.
Se aplican medidas concretas de contención sobre la extranjerización de la
economía, promoviendo un empresariado con visión nacional. En ese marco, resulta
clave el progreso de la integración regional. La vulnerabilidad manifestada por Brasil
frente a China reclama el fortalecimiento conjunto de la inversión en la producción de
manufacturas agropecuarias y el posicionamiento de ambos países en políticas que
apuestan al desarrollo regional.
La adquisición de activos de la agroindustria por parte de capitales chinos y otros
agentes foráneos se ve limitada por regulaciones nacionales, del mismo modo que se
limitó en el año 2011 la compra de tierras por parte de extranjeros. Las regulaciones
limitan la propiedad de los medios de producción y restringen la adquisición de
activos intangibles tanto de la agroindustria propiamente dicha como de la
producción primaria. Resulta fundamental el apoyo que recibe el capital argentino en
términos de financiamiento y asistencia técnica.
Sobre la mitad del período (2020) se avanza en la apertura de mercados para bienes
agroindustriales y negociaciones que liberan restricciones al comercio de alimentos. El
mercado internacional conjuga una fuerte demanda de alimentos con una oferta
alimentaria global que no muestra una respuesta ágil a ese requerimiento. La oferta
global se dinamiza cuando maduran plataformas tecnológicas en países emergentes.
Se comienzan a evidenciar cambios en la transabilidad de los bienes a partir del
incremento de los costos de logística. Este cambio se dirige a mayores niveles de
comercio de bienes transformados, buscando la reducción de volumen e
178
incrementando el valor específico de lo transado. En este marco de recomoditización,
el desafío es incrementar el valor agregado comercializado. Resulta clave la política
de negociación que permite abrir mercados y tener mayor disponibilidad de
conocimientos consolidando las plataformas tecnológicas de los países emergentes.
En la segunda mitad del período prospectado juega un rol preponderante la
conformación de una plataforma de CyT regional con base en la agroindustria e
integración en términos de generación y venta de tecnología.
Con el fin de enfrentar la recomoditización del mercado mundial de productos
agropecuarios, se aplican políticas activas tanto de oferta como de demanda, además
de lograr la eficiencia del sistema en temas energéticos. Dos aspectos resultan
claves: se sostienen altos niveles presupuestarios tanto en ciencia básica como
aplicada, constituyendo la agroindustria un sector priorizado y se canaliza
financiamiento hacia el sector productivo con limitaciones de acceso al crédito.
Por el lado de la producción, las políticas activas promueven la agregación de valor en
las economías regionales y potencian el asociativismo. Se busca fortalecer un
paradigma alternativo y vías de integración de los pequeños productores a la
agroindustria, utilizando en plenitud su biodiversidad y riqueza cultural. Por el lado de
la demanda, se aborda el desarrollo del mercado interno tanto en términos
cuantitativos como cualitativos, como instrumento estabilizador de una demanda
externa naturalmente más variable. Respecto a las inversiones, se avanza en
solucionar problemas energéticos y generación de infraestructura bajo la lógica de
vectores horizontales y verticales que permiten acotar el esquema radial de la
economía argentina.
El papel activo del Estado permite potenciar la sinergia público-privada, generándose
ganancias concretas en términos de innovación nacional y regional aplicada a la
agroindustria. Se logran avances concretos en mejoras de competitividad tanto en
aquellas actividades de primera transformación como en segmentos de la
agroindustria que generan empleo y valor agregado en origen, potenciando su acción
inclusiva.
179
Las innovaciones no se acotan exclusivamente a cuestiones productivas, sino que
abarcan también a los modelos de gestión, mejorando la integración, asociatividad y
estrategias colectivas entre los diferentes actores de la agroindustria. Hacia el final
del período prospectado los segmentos más dinámicos muestran mayor tasa de
cambio tecnológico, pero los sectores más pequeños desarrollan avances y
adaptaciones que los integra significativamente a la agroindustria regional y local.
Se registra incremento en el precio del petróleo pero con volatilidad acotada. El
impacto real de la ineficiencia energética se expresa en problemas de competitividad
por costos que sufren los actores que no realizaron el correspondiente cambio
tecnológico y se debe, en menor medida, a la falta de adaptación de las normas
privadas de corte ambiental. El mayor rol del Estado y el equilibrio relativo de las
negociaciones hacen que las normas ambientales muestren menor grado de
discreción. De igual forma, permite acotar el carácter discriminatorio de las
corporaciones internacionales en la regulación de los mercados a nivel global.
Se establecen normas que deben ser cumplidas por la agroindustria en términos de
eficiencia en el uso de recursos, fundamentalmente en la utilización de energía. La
agroindustria argentina comienza a mostrar como característica central niveles de
sustentabilidad ambiental que le permiten configurar una producción de alimentos
limpios y amigables con el medio ambiente, comenzando así a generar nichos de
mercados con características que fortalecen la competitividad sistémica.
Se consolida un modelo de desarrollo que en el área agroindustrial se encuentra
asentado en el agregado de valor. Permite incorporar en diferentes grados a sectores
exitosos en la producción primaria que, con el apoyo de políticas públicas y la
apertura de mercados para bienes elaborados, se insertan internacionalmente con
productos diferenciados que van más allá de la primera transformación y limitan la
volatilidad de precios de los alimentos.
Este efecto es significativo para las agroindustrias regionales y la conformación de
polos de producción agroenergética y agroindustrial distribuidos territorialmente,
180
potenciando servicios e industrias conexas que generan efectos derrame. Se logra
también una mayor transparencia y distribución equitativa entre los distintos
eslabones de la cadena, con incremento del capital social que permite a los
miembros de un cluster o región lograr mayores niveles de cooperación y beneficios,
así como una mejor inserción tanto en el contexto nacional/territorial como
internacional.
Ingresando en el último cuarto del período prospectado se observan algunas
tendencias en los mercados mundiales: a) el ingreso de África como un productor
agropecuario a partir de la intervención de China, otros países desarrollados y en
alguna medida las corporaciones del sector; b) la consolidación de Asia como
productor de manufacturas y tecnología; y c) el posicionamiento de Estados Unidos
como actor agroindustrial relevante con un significativo cambio de posicionamiento
productivo global.
Las imágenes del futuro correspondientes a este escenario son35:
o
CyT nacional con políticas públicas de inclusión genera alternativas para los
pequeños productores.
o
La agroindustria se expande e inserta a cadenas globales de valor.
o
Actores de diferentes tamaños consolidan industrias y servicios conexos a la
agroindustria.
o
Nuevas alternativas en la producción primaria incrementan posibilidades de
diversificación productiva.
35
El proceso posterior de interacción y consultas con los actores de la industria alimentaria argentina y
los niveles de decisión política posibilitó seleccionar el Escenario 3 como el futuro deseable al 2030.
181
o
Las agroindustrias regionales articulan el dinamismo de diferentes actores
productivos con reducción de dicotomías.
o
Se acelera la Inserción mundial como proveedores de productos alimentarios y
agropecuarios no alimentarios. Comienza a forjarse la marca argentina.
o
La economía argentina experimenta mejoras continuas en la inclusión social,
derivado del incremento en la generación de empleo y conocimiento.
182
Esquema del escenario 3: Cambio tecnológico, valor agregado y desarrollo
Mercados Mundiales
 Crecimiento Poblacional + Urbanización
creciente + Crec. Econ. = Cambio Dieta
 ¿Crisis Económica Desarrollados? ¿Y
Global?
 Emergentes (China) locomotoras
 Volatilidad precio de commodities,
alimentos y energía
 Petróleo caro = Biocombustibles y +Costos
Geopolítica
 EEUU-China ¿Unidos o dominados?
 ¿Pierden lugar los organismos
internacionales (OMC, ONU, FAO) frente a
privados?
 Mayor Relacionamiento Sur-Sur
 ¿A dónde va la relación Argentina Brasil?
 Seguridad Alimentaria Global vs Soberanía
Alimentaria Nacional
Inversiones en I+D
en emergentes
sostenidas
especialmente por
los estados
Salida lenta de la Crisis
con papel destacado de
las nuevas formas de
estados
Mayor vinculación
comercial y política
entre emergentes
permite crecimiento
y salida lenta de
crisis
Pérdida de poder
de países
desarrollados en
foros por conflictos
globales
Plataformas en países
emergentes, con papel
activo de los estados
Estado y agroindustria
 Acceso a mercados como limitante
 Orientación de políticas con control
estatal sobre mercados
 Política agroindustrial específica
acotada
Precios del petróleo
altos pero menos
volátiles
Nuevas normas
ambientales y de
mercados menos
discrcionales por
accion de Estados
2020
Fuerte demanda de
alimentos y
productos
agropecuarios no
alimentarios
África por impulso
de China y
corporaciones
comienza a ser un
punto productivo a
considerar
Estados Unidos se
posiciona como un
actor agroindustrial
relevante
CyT nacional
independiente del
mercado genera
alternativas para
pequeños productores
Puja por Valor
agregado intrafrontera
se exacerba a nivel
global
Argentina supera
problemas
macroeconómicos
derivados de crisis
Brasil se ve
primarizado por
China
Normas Privadas
que arbitran
mercados
perjudican a
agroindustria
argentina
China ve acotada
su presencia
territorial en
Argentina
Efectos sobre costos
de logística y
transformación en
origen. Aparición de
nuevos commodities
Oferta alimentaria
poco dinámica en
relación a la
demanda muy
dinámica
Asia se consolida
como productores de
manufacturas y
tecnología
Nuevas Tendencias y adaptación de
la agroindustria
 Normas Privadas como paraarancelarias
 Cuestiones sanitarias, de calidad e
inocuidad: árbitros para la
diversificación
 Bienes con valor agregado sufren
menos volatilidad
Se tiende a
profundizar modelo
de desarrollo
inclusivo
Se contiene la
extranjerización de
la agroindustria
nacional
Se sostiene lento
cambio de dietas en
emergentes
2030
Cambios tecnológicos y competitividad
de la agroindustria
 Nuevas plataformas tecnológicas en
Emergentes
 Escasa disponibilidad de tecnología
para estratos pequeños
 Puja por valor agregado
 Puja por DPI
Mayor disponibilidad
de tecnología para
agroindustria
argentina
Expansión de
tecnología en
emergentes permite
cubrir déficits
alimentarios
Apertura de mercados
para productos
agroindustriales junto a
limitación para la
restricción a limitaciones
en la exportación
Alternativas en producción
primaria incrementa
posibilidades de
diversificación productiva
Se diluye
infraestructura radial
por vectores
verticales y
horizontales
Políticas proactivas
para la generación
de valor agregado,
desarrollo de
sectores, regiones
y asociativismo
Paradigma
alternativo
incipiente para
pequeños y
medianos
productores
Servicios e industrias
conexas a la
agroindustria generan
efectos derrame
Expansión de industrias
y servicios conexos a la
agroindustria por parte
de actores de diferente
tamaño
Inversiones en
infraestructura
destinadas a la
producción de
manufacturas
agropecuarias
Mejoras de
eficiencia energética
Agregación de valor
en economías
regionales por
actores nacionales
con fuerza de
asociativismo
Desarrollos
tecnológicos en
Argentina guiado por
el estado asociado a
corporaciones
Proceso de
agriculturización
acota expansión de
agroindustria a
transformación de
granos
Argentina va hacia
políticas
neodesarrollistas
CyT regional toma
forma de
plataforma
incipiente con foco
en la agroindustria
Agroindustria inserta a
cadenas globales de
valor y con gran
expansión
Progresos en la
integración
sudamericana
Inserción de la agroindustria en el
sistema productivo argentino
 Escaso asociativismo
 Agriculturización con foco en
sojización
 Escasez de visión conjunta de los
actores
 Agroindustria exitosa de actores
vinculados con sector externo
Crecimiento de la
agroindustria logra
objetivos
cuantitativos y
cualitativos del
PEA 2011
Pequeños
productores
agroindustriales
insertos a cadenas
en forma
semiplena
Agroindustria de
Economías Regionales
con dinamismo de
diferentes actores y
reducción de
dicotomías
Desarrollo del
mercado interno
derivado de las
políticas públicas
neodesarrollistas
Agroindustria con
visos de
competitividad
ambiental
Polos integrados
agrícola-energéticospecuarios con
distribución territorial
y asociativismo
Inserción mundial
como proveedores de
productos alimentarias
y agropecuarias no
alimentarias. Se
comienza a forjar
marca argentina
Mejoras en inclusión
en el economía
argentina derivado de
generación de empleo
y conocimiento
183
IMÁGEN DE FUTURO
5. BIOGRAFÍA
AACREA. (2005)“Agroalimentos Argentinos II”. Argentina.
Reveles, Acota I “Algunas consideraciones para entender el curso de la relación
capital-trabajo en la agricultura latinoamericana”. (s/f).
Reveles, Acota I. (2006). “Ponencia: las relaciones salariales en la agricultura. Vacío
teórico de la Sociología Rural” VII Congreso Latinoamericano de Sociología Rural
(ALASRU). Ecuador.
Adamoli, J. (2003) “La modernización agrícola” Diario Clarín. Suplemento Rural
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Intelectual. Argentina.
Aguirre, R. (2010) “Panorama de los biocombustibles en Argentina” Greenpampas y
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“Nuevas relaciones campo-pueblo en la región bonaerense impulsadas por los
procesos de desarrollo local: el caso de los pueblos del partido de Magdalena”
presentado en IV Congreso Internacional de la Red SIAL. Disponible en Agriterris:
www.inta.gov.ar/balcarce/agriterris
Alexandratos, E. (2010). Meeting on “How to Feed the World in 2050” Critical
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http://www.inta.gov.ar/invest/investigacion.asp
http://www.inta.gov.ar/reconquista/crsantafe/docsoja.htm
http://www.inta.gov.ar/info/cadena/ovina.asp
http://www.inta.gov.ar/info/cadena/porcina.asp
http://www.inta.gov.ar/info/cadena/caprina.asp
http://www.aviculturaargentina.com.ar/
http://www.capia.com.ar/inicio.htm
196
http://www.cadenaavicola.com.ar/
http://www.caicha.org.ar/
http://www.porcinos.org.ar/
http://www.carbonfootprint.com/
http://www.footprintnetwork.org/en/index.php/GFN/page/carbon_footprint/
http://www.waterfootprint.org/?page=files/home
http://www.eco-label.com/
http://ec.europa.eu/environment/ecolabel/
http://www.bsigroup.com/en/Standards-and-Publications/How-we-can-helpyou/Professional-Standards-Service/PAS-2050/
http://ec.europa.eu/environment/etap/inaction/policynews/428_es.html
http://www.aapresid.org.ar/quienessomos.asp
http://www.redcrea.org.ar/aacrea/site/PortalInstitucional-internet/Institucional
Ministerio de Economía y Finanzas de La Nación, http://www.mecon.gov.ar
197
PROYECTO
MINCyT-BIRF:
ESTUDIOS
DEL
SECTOR
AGROINDUSTRIA
Documento-Síntesis y Serie Documentos de Trabajo
Documento-Síntesis:
Trayectoria y prospectiva de la agroindustria alimentaria argentina: Agenda
estratégica de innovación.
Roberto Bocchetto; Graciela Ghezan; Javier Vitale;
Fernando Porta; Marcelo Grabois y Ciro Tapia.
Serie Documentos de Trabajo:
1.
Marco conceptual y metodológico del Proyecto. Roberto Bocchetto, Javier
Vitale, Graciela Ghezan y Marcelo Grabois.
2.
Diagnóstico y prospectiva de la agroindustria alimentaria mundial y argentina
al 2030. Marcelo Saavedra y Flory Begenisic.
3.
Estado del arte y tendencias de la ciencia y tecnología del procesamiento de
alimentos. Norma Pensel (Comp.).
− Estado del arte y tendencias de la ciencia y tecnología del procesamiento
de alimentos a nivel mundial. Claudia González y Sergio Vaudagna.
− Estado del arte y tendencias de la ciencia y tecnología del procesamiento
de alimentos en Argentina. Claudia González, Sergio Vaudagna; Ricardo
Rodríguez; Martín Irurueta; Mónica Chávez y Roxana Páez.
− Tecnologías transversales del procesamiento de alimentos.
Calidad Integral. Ricardo Rodríguez, Martín Irurueta y Sergio Vaudagna.
Producción más limpia. Sergio Vaudagna y Claudia González.
Biotecnología. Claudia González y Ricardo Rodríguez.
Nanotecnología. Claudia González y Ricardo Rodríguez.
Tecnologías de la información y comunicación (TIC). Martín Irurueta, y
Marcelo Bosch.
4.
Incertidumbres críticas de la agroindustria alimentaria argentina en el contexto
198
mundial. Javier Vitale; Ana María Ruiz, Carina Santi; Vanina Giraudo y
Fernando Solanes.
5.
Conducta
y
dinámica
innovadora
de
empresas
en
las
cadenas
agroalimentarias. Fernando Porta y Patricia Gutti, con la colaboración en la
construcción y análisis de la base de datos de: Héctor Bazque; Romina Amaya
Guerrero; Carolina Cerrudo, Noelia Amarillo; Rodrigo Cajide y Fernando
Peirano.
6. Conducta, dinámica y patrones tecnológicos de la cadena del maíz. Mercedes
Goizueta.
7.
Conducta, dinámica y patrones tecnológicos de la cadena de carne porcina.
Gisela Benes y Juan Erreguerena.
8. Conducta, dinámica y patrones tecnológicos de la cadena de lácteos bovinos.
Andrés Castellano.
9.
Conducta, dinámica y patrones tecnológicos de la cadena de olivo.
Jésica De Angelis; Cecilia Fernández Bugna y Fernando Porta.
10. Conducta, dinámica y patrones tecnológicos de la cadena de frutas finas.
María Laura Viteri y Gisela Benes.
11. Capacidades de I+D del sistema agroalimentario y cadenas de valor. Lucas
Luchilo.
12. Marcos regulatorios en la industria de procesamiento de alimentos.
− Calidad Integral. Gerardo Gargiulo.
− Propiedad Intelectual. Germán Linzer y Ezequiel Paulucci.
13. Vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva de la cadena de maíz.
Marcelo Grabois; Cristina Cámara; Daniel Scachi; Eduardo Matozo; María
Victoria Luque; Clara De Hertelendy; Virginia Ferrero; Alejandro Regodesebes;
Martín Patiño, y Rolando Gonzalez.
14. Vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva de la cadena de carne
porcina. Marcelo Grabois; Cristina Cámara; Virginia Ferrero; María Victoria
Luque; Alejandro Regodesebes y Ricardo Rodríguez.
15. Vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva de la cadena de lácteos
199
bovinos. Marcelo Grabois; Cristina Cámara; Clara De Hertelendy; María
Victoria Luque; Alejandro Regodesebes y Ricardo Cravero.
16. Vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva de la cadena de olivo. María
Victoria Luque, Cristina Cámara; Matías Ruíz; Marcelo Grabois y Facundo Vita.
17. Vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva de la cadena de frutas finas.
Cristina
Cámara;
Marcelo
Grabois;
María
Victoria
Luque;
Alejandro
Regodesebes y Mariel Pirovani.
18. Vigilancia
tecnológica
e
inteligencia
competitiva
en
tecnologías
de
procesamiento de alimentos. Marcelo Grabois (Comp.).
−
Estudio de vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva: envases
activos e inteligentes. Miguel Guagliano; Adriana Sanchez Rico; Marcelo
Grabois; Sergio Vaudagna y Cristina Cámara.
−
Estudio de vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva: altas presiones
hidrostáticas. Germán Linzer; Ezequiel Paulucci; Marcelo Grabois y Sergio
Vaudagna.
19. Visión prospectiva de la cadena de maíz al 2030. Susana Brieva y Ana María
Costa.
20. Visión prospectiva de la cadena de carne porcina al 2030. Ana María Costa y
Susana Brieva.
21. Visión prospectiva de la cadena de lácteos bovinos al 2030. Mónica Mateos y
Ciro Tapia.
22. Visión prospectiva de la cadena de olivo al 2030. Pablo Gómez Riera y
Facundo Vita.
23. Visión prospectiva de la cadena de frutas finas al 2030. Pablo Gómez Riera;
Iván Bruzone y Daniel Kirschbaum.
200
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