LA HISTORIA DE LA INFLACIÓN EN CHILE • El desarrollo económico en los primeros años del siglo. La sociedad chilena, entrando al siglo XX se ve enfrentada a múltiples desafíos, tanto en aspectos políticos, como también sociales y económicos. El sistema político era bastante incipiente, por ejemplo, en la elección presidencial de 1906, sufragaron cerca de 6 mil habitantes. En 1910, entra en funcionamiento el tren andino, hasta esa fecha el viaje a Argentina debía hacerse a caballo. La economía chilena estaba en pleno auge, debido a la industria salitrera, la cual era la principal fuente de desarrollo. Esto mismo permitía que el fisco emprendiera ambiciosos planes de obras públicas, con recursos provenientes de esas actividades. Chile crecía a un ritmo prometedor, pero, este beneficio no llegaba a todos los sectores de la sociedad. La clase obrera estaba mal remunerada, soportaba jornadas laborales muy largas (entre 12 y 16 horas), no habían leyes sociales, laborales, ni previsión. Todo esto iba a generar descontento entre los trabajadores, los cuales se organizan en torno a la figura de Luis Emilio Recabarren. Es el nacimiento de los sindicatos. En esos años, Chile vivía un ambiente convulsionado en todos estos ámbitos, lo que desemboca en alzamientos militares, golpes de estado y la elaboración de la Constitución de 1925. • La depresión de la década del ’30 Los años ’30, fueron muy difíciles en términos económicos, no sólo en Chile, sino que en todo el mundo. Europa vive una serie crisis, producto de la 1° Guerra Mundial. Alemania vive la peor recesión de su historia, altísimo desempleo y una inflación de varios miles por ciento al año. Francia e Inglaterra no logran recuperarse al nivel anterior a la guerra y deciden cerrar sus economías para favorecer la industria interna. Estados Unidos, por su parte, vive la peor recesión de su historia, “La Gran Depresión”, debido a la caída brusca de la Bolsa y de toda la economía. En Chile, la situación no era distinta. La industria salitrera estaba colapsando, producto del salitre sintético, por lo que la situación económica era bastante difícil. Además, comienzan los grandes éxodos del campo a la ciudad, en busca de mejores perspectivas, lo que produce un efecto totalmente adverso. Las ciudades no están preparadas para ello, la infraestructura es deficiente y no hay trabajo. Durante el gobierno de don Arturo Alessandri Palma (1932-1938), a pesar de todo, la inflación estuvo siempre controlada, un 12% en 1936, por ejemplo. La razón es que en ese tiempo, el sistema monetario era bastante precario, funcionaba mucho el trueque aún, se movía muy poco dinero, especialmente en provincias. Este dinero se encontraba comúnmente en la zona central, es decir, en Santiago y Valparaíso. Alessandri entrega el gobierno con una tasa de inflación de 2%. • La era de los gobiernos Radicales (1938-1952) A partir de 1938, gobierna una coalición de izquierda encabezada por el Partido Radical, es el Frente Popular. Don Pedro Aguirre Cerda asume como Presidente, con una alta mayoría. Son épocas bastante difíciles, por lo mencionado en el punto anterior, pero, se puede sumar además, la inminente 2° Guerra Mundial, en Europa. En materia económica, el objetivo del gobierno es el de industrializar al país en base a la creación de grandes empresas públicas y el fomento a la empresa privada. Para esto, en 1939 se crea la CORFO. Esta expansión del gasto del fisco provoca que la inflación se escape a 23% el año ’41. Ese año, muere don Pedro Aguirre Cerda y es elegido Presidente don Juan Antonio Ríos. A partir de 1942, aplica un plan de estabilización de precios que logra bajar la inflación a un 8% en 1943. Ríos continua con las políticas de desarrollo de su predecesor y el año ’44 se crea ENDESA (Empresa Nacional de Electricidad). En estos años, comienza el proceso de sustitución de importaciones, no sólo en Chile, sino que, también en América Latina. La idea es producir en Chile (y América Latina) los productos industrializados que tradicionalmente se importaban desde los países de hemisferio norte. Estos países están en guerra y sus economías están volcadas a ella, por lo que la única forma es que esos productos sean manufacturados en casa. Además, eso permitiría industrializar al país, dar valor agregado a la producción y absorber mano de obra. Es el comienzo del proceso de sustitución de importaciones, no sólo en Chile, sino que, en toda América Latina. La idea es desarrollar estos productos manufacturados, en base a un fuerte apoyo estatal, en un inicio, para luego ser capaz de competir con las potencias. El año’46, es año de elecciones, por lo que no intentan controlar la inflación y el gobierno deja que se escape a un 30%. Estas elecciones son ganadas por don Gabriel González Videla con un 40,1% de los votos y se convierte en el tercer presidente radical consecutivo. Durante su mandato las tasas se inflación bajan, aunque no drásticamente, en el ’47 a 23%, en el ’48 a 17% y en el ’49 a 21%. Es decir se mantienen en torno al 20%. Es una política económica de crecimiento con inflación, ya que, esta se controla sólo cuando se empieza a escapar, pero, no a costa de sacrificar el crecimiento y el desarrollo del país. El Estado continua invirtiendo en la creación de grandes empresas públicas y es así como en 1950, la ENAP (Empresa Nacional de Petróleo) encuentra petróleo en Tierra del Fuego y entra en funcionamiento la planta Siderúrgica de Huachipato, perteneciente a la CAP (Compañía de Acero del Pacífico). Es interesante mencionar que el PIB per cápita de ese año alcanzó a $923.201 al año (en pesos de 1999). En 1952, termina la era de los gobiernos Radicales, los cuales pusieron un fuerte énfasis en el desarrollo, el crecimiento y la industrialización impulsados desde el Estado. La tasa de inflación al finalizar este período alcanzó al 12%. • El gobierno de don Carlos Ibáñez del Campo En 1952, asume don Carlos Ibáñez, militar en retiro, tras haber triunfado en las elecciones por una amplia mayoría, 46,6%. Curiosamente, Ibáñez no contemplaba el control de la inflación en su programa económico de gobierno. Entonces, el excesivo gasto y el exceso de emisión de dinero provocan que la inflación se escape como nunca antes en la historia de Chile. Así es como, el año ’53 esta sube a 56%, el ’54 a 71% y el ’55 a 84%. Es decir, en 3 años, los precios se triplican, prácticamente. El gobierno decide contratar un estudio de economistas extranjero, para que se haga cargo de la economía, es lo que fue conocido como la Misión Klein-Sacks. La situación era complicada, el gasto desmedido sin respaldo generó un gran déficit fiscal, por lo que la comisión estadounidense debió ordenar esta caótica situación. El plan debía ser severo. Se intenta por un lado atacar la inflación y por otro, ordenar la economía, simplificando algunas actividades. Las medidas fueron las siguientes: - Se reduce la emisión de dinero. - Se reduce el gasto público, eliminando los subsidios. - El reajuste de las remuneraciones se hará por un porcentaje inferior a la inflación pasada. - Se eliminan los aranceles diferenciados, según producto. - Se terminan los tipos de cambio diferenciados, según producto. - Se eliminan los depósitos previos a las importaciones. Además, se devalúa fuertemente el peso y se eliminan los controles de precios, con el fin de reflejar la inflación real. Todas estas medidas son de corte contractivo, por lo que se decide aumentar las asignaciones familiares para contrarrestar el efecto social de estas medidas. El plan tiene mucho éxito, la tasa de inflación cae bruscamente, el año ’56 baja a un 38% y el ’57 a un 17%. El gran problema es que este plan estabilizador de precios genera un fuerte desempleo y con una variación negativa del PIB de -3,2%. Pero, como el 1958 es un año de elecciones, el gobierno prefiere enfrentarlas con menos desempleo, ya que, este es muy impopular. Por lo tanto, el plan Klein-Sacks llega a su fin. En ese último año del gobierno de Ibáñez, se suelta el gasto público con el fin crear empleos y así hacer frente a las elecciones con una situación social más holgada. La tasa de inflación alcanza al 33%. • El gobierno de don Jorge Alessandri Rodríguez Don Jorge Alessandri vence con una votación de 46,6%, dejando en segundo lugar al socialista Salvador Allende que obtiene un 28,5%. Su programa de gobierno, a diferencia de su predecesor, sí contempla un plan para controlar la inflación. A partir del año ’59 se ponen en práctica estas medidas: - Se devalúa la moneda de $700 a $1.000 por dólar. - Cambia el Peso por el Escudo, $1.000 = E°1. - Se fija el tipo de cambio, E°1 = US$1. - Se reduce el déficit público, disminuyendo el gasto y ejerciendo un severo control tributario. - Los reajustes en las remuneraciones se harán en base a la productividad y no en función a la inflación pasada. - Pide y obtiene créditos al extranjero y también a la banca nacional. - Incentiva la inversión extranjera. El resultado es exitoso, ya que, la inflación cae bruscamente, 6% en 1960 y 10% en 1961. El gran problema fue que la emisión de dinero para financiar los déficit presupuestarios fue muy superior a la necesaria. La oferta de dinero creció 10 veces más que el PIB. Esa falta de producción fue reemplazada con importaciones, las cuales eran financiadas con esos créditos externos. Los precios, a pesar de todo esto, se mantenían constantes, debido a que el tipo de cambio estaba fijo y como se dijo anteriormente, los bienes de consumo eran en gran parte importados. Este modelo de expandir el consumo y contener la inflación ejercía una fuerte presión sobre el tipo de cambio y tenía los días contados. Duró hasta que al Banco Central se le terminaron las reservas en divisas. Claramente, se usó una errada política económica. El plan antiinflacionario se termina ese año ’61, ya que, el instituto emisor se ve obligado a soltar el tipo de cambio. Además, el déficit fiscal es bastante grande. El crecimiento del PIB cae fuertemente: -5,2%. El país vive otra severa crisis. En los últimos años del gobierno de Alessandri, ya no se intenta otro programa estabilizador, para no enfrentar las elecciones de 1964 con tanto desempleo. Por eso, la tasa de inflación se escapa inevitablemente, terminando su mandato con un 39%. Por todo esto, el PIB per cápita anual aumenta a una tasa muy lenta durante sus 6 años de gobierno, aproximadamente cien mil pesos, durante el período. • El gobierno de don Eduardo Frei Montalva En las elecciones de 1964, se impone don Eduardo Frei, del Partido Demócrata Cristiano, con una gran votación de 55,6% venciendo a Salvador Allende que obtiene el 38,6%. Esto rompe un tanto el marco tradicional partidista de la política chilena. Desde el ’65, comienza su programa de estabilización. Las remuneraciones vuelven a reajustarse según inflación pasada. Además, se usa una política cambiaria flexible, pero, controlada, con mini- devaluaciones diarias, en vez de mantenerlo fijo y soltarlo bruscamente, como en el gobierno anterior. Se crea la Unidad de Fomento para asegurar una reajustabilidad automática. La idea es que la inflación permanezca controlada, en torno al 20%. En el año ’65 la tasa baja a 26%, 17% en el ’66 y 22% en el ’67. Todo marchaba bajo control hasta ese año. El gobierno emprende un fuerte plan de vivienda para combatir la pobreza, la llamada Promoción Popular. Era un ambicioso programa que pretendía la absorción de mano de obra y además, atacar uno de los déficit de la sociedad. El problema fue que el gasto se expandió mucho más de lo que se pensaba, por lo que la inflación, una vez más, se escapa y el programa se termina. En los últimos años de gobierno, no se intenta otro plan estabilizador, para no generar desempleo en época de elecciones. En términos de crecimiento del producto per cápita, durante el período de Frei, este crece a una tasa cercana al doble, en comparación con el gobierno anterior. Una de las causas importantes fue el adecuado aprovechamiento del precio internacional del cobre, que fue muy favorable para Chile, considerando que aproximadamente el 80% de las exportaciones eran justamente este metal. La tasa de inflación con la que termina el gobierno de Frei es de 35%. • El gobierno de don Salvador Allende Gossens La elección de 1970 estuvo marcada por varios hechos inéditos. Fue una de las más convulsionadas, polémicas y estrechas. Don Salvador Allende, representando a la Unidad Popular, se impone con un 36,2% por encima del conservador Jorge Alessandri que obtiene un 34.8% y del demócrata cristiano Radomiro Tomic con un 28% de los sufragios. Son pocos votos los que separan a los tres candidatos. Además, la Constitución no contemplaba una segunda vuelta, por lo que el Congreso confirmaba tradicionalmente a la primera mayoría relativa. Allende, entonces, se convierte en el primer presidente marxista elegido por votación popular en el mundo. Su programa de gobierno no contempla un plan estabilizador, muy por el contrario, la emisión de dinero aumenta bruscamente. El gobierno fija los precios de los bienes básicos y otros son subsidiados. Se estatizan e intervienen empresas. Se prohiben las importaciones, salvo las estrictamente necesarias, los aranceles crecen en forma diferenciada, según producto. Tampoco hay motivación para exportar, ya que el tipo de cambio se mantiene muy bajo. En otras palabras, se busca un crecimiento totalmente hacia adentro. El exceso de emisión no se nota el año ’71, debido a la fijación de precios ejercida por el Estado, la inflación fue de apenas 22%. Este control de precios provoca el surgimiento de mercados negros, donde los bienes se transan a los precios reales. A partir del ’72, la inflación se empieza a escapar, un 163% ese año y un 508% en el ’73. A pesar de esto, la Unidad Popular mejora su votación en las parlamentarias de 1972. Alta inflación, escasez, poca producción, casi nulo comercio exterior, Banco Central sin reservas y una caótica situación social y política interna forman un panorama bastante complicado para el gobierno de Allende. La institucionalidad comenzaba a tambalear. De hecho, el crecimiento es negativo: -5,6%. Esta situación desemboca en un golpe de Estado, encabezado por el general de ejército Augusto Pinochet, que agrupa a las cuatro ramas de las fuerzas armadas, el 11 de septiembre de 1973. El presidente Allende muere ese día, terminando de esa forma su mandato. • El gobierno del general Augusto Pinochet Ugarte Tras el golpe militar, se forma una junta de gobierno formada por el general Augusto Pinochet en representación del Ejército, el almirante José Toribio Merino por la Armada, el general Gustavo Leigh por la Aviación y el general director de Carabineros César Mendoza. La junta, en sus primeras medidas, decide suprimir la Constitución de 1925, disolver el Congreso y la legislación funciona a través de decretos y bandos. En términos económicos, el año ’74 es de transición. Se liberaliza la economía, soltando la fijación de precios del gobierno anterior. Además, se despide mucho empleado público, que no tiene razón de ser en un modelo de mercado. Por otra parte, la OPEP decide cuadruplicar el precio del petróleo, lo que presiona los precios al alza. La tasa de inflación cae a 376%. El plan económico comienza recién el año ’75. Se intenta una política de shock para bajar la inflación y equilibrar la balanza de pagos, ya que, no quedaban divisas en el Banco Central. El programa fue muy severo: - Se ejerce un fuerte control sobre el gasto público. - Caen los subsidios, por tanto, sólo sobreviven las empresas que son capaces de hacerlo. Es decir se permite que caiga el producto. - Se evitan los reajustes de remuneraciones. - Se limitan fuertemente las importaciones, para disminuir el déficit en la balanza de pagos. - Se cambia la moneda, volviendo al peso, $1 = E°1.000. El plan tiene fuertes efectos. La inflación baja considerablemente, el año ‘76 a 174% y el ’77 a 64%, a pesar de la crisis petrolera de 1974 que generó problemas inflacionarios en Estados Unidos, arrastrando a todo el mundo, Chile no fue la excepción. Además, esta política de shock generó una fuerte caída del crecimiento del PIB a un –13,3%. Producto de esto, el desempleo supera el 25%. La recesión es aguda. Por tanto, se dice que el período 1973-1977 fue una época de hiperstanflación, es decir, una aguda recesión con alta inflación persistente y estabilizada y una alta tasa de desempleo. El proceso de sustitución de importaciones, tras 3 décadas de ejecución, demuestra ser un fracaso, no sólo en Chile. Los productos de los países latinoamericanos jamás pudieron competir con los del hemisferio norte, sólo sobrevivieron gracias a la protección estatal, en todos los países. El crecimiento económico no fue superior al 3% anual, como promedio. Demasiado insuficiente para las necesidades del sub-continente. En 1978, el gobierno ya puede exhibir algunos éxitos en materia económica. La inflación se estabiliza en torno al 30% y Chile comienza su apertura al exterior. Para eso, los aranceles bajan unilateralmente. Es el comienzo del proceso exportador chileno, incentivando la exportación de productos no tradicionales. El plan estabilizador se ve agotado, ya que, a pesar de lo severo de la política de shock, la inflación no responde al ritmo que lo venía haciendo. Las expectativas y la inercia impiden que esta baje más. La gente se había acostumbrado a vivir con inflación. Por esto, el plan se agota y se le pone fin. El 30 de junio del ’79, comienza otra etapa. El Banco Central fija el tipo de cambio a $39 por dólar, con la finalidad de amarrarse a la inflación de Estados Unidos. Para esto es esencial que haya equilibrio fiscal. Esta nueva política tiende a funcionar, porque el año ’79 la tasa fue de 39%, el ’80 de 31% y el ’81 de 10%. Claramente, el plan tiene éxito. Debido a este tipo de cambio fijo, se produce un “boom” de las importaciones. Es muy barato traer productos desde el exterior y una parte de la población puede acceder a una importante cantidad de bienes de consumo importados, como televisores a color, equipos de sonido, automóviles y artículos electrónicos en general. En 1980, en un discutido plebiscito, entra a regir una nueva constitución. El país, al fin recupera el marco legal perdido en 1973, tras la abolición de la Constitución de 1925, después del golpe militar. Con el tiempo, el dólar fijo en $39 demostró ser muy bajo, ya que, desfavorecía demasiado la producción nacional y las exportaciones. Se hacía más barato importar que producir en el país. La industria interna comienza a sufrir, ya que, no puede competir con esos niveles de precios y de hecho, son los años en que colapsa el sector textil. El año 1982 iba a ser fatal para la economía chilena. El modelo usado de política cambiaria requiere que el Banco Central mantenga una importante cantidad de divisas, en sus reservas, para venderlas al mercado, cuando la presión al alza es muy fuerte. Pero, al haber una gran salida de dólares, por concepto de las importaciones y al no haber inversión extranjera, la única fuente de ingreso de estas era el endeudamiento. Era de prever que llegaría el momento en que el instituto emisor se quedaría sin estas divisas, debiendo soltar el tipo de cambio. Esto fue fatal para muchas empresas y mucha gente que se habían endeudado en divisas. Ellos vieron como crecía inevitablemente su deuda, al devaluarse la moneda nacional. Además, la banca nacional entra en cesación de pagos y el Banco Central interviene para evitar la inminente quiebra de varios de los principales bancos y de todo el sistema financiero, en general. Por otra parte, debido a repetidas alzas en el precio internacional del petróleo, Estados Unidos entra en la peor recesión, desde la Gran Depresión. La recesión es mundial y obviamente Chile no permaneció ajeno a ella. La caída en el producto es inmensa: -13,4%. El desempleo supera el 30%. La inflación se escapa a un 21% el ’82 y a un 23% los años ’83 y ’84. Una vez más, la recesión es bastante aguda. Por otra parte, en esos años el gobierno debe enfrentar, por primera vez, serios problemas políticos. La oposición al régimen se organiza, nace la Alianza Democrática, presidida por Gabriel Valdés y comienzan las protestas a nivel nacional. El clima se enrarece y se convulsiona. Los sindicatos y los estudiantes salen a la calle, lo que evidentemente no ayuda a mejorar la situación económica. A partir de 1985, la economía tiende a levantar. El gobierno ya puede exhibir algunos éxitos de la apertura al exterior comenzada hace 7 años. El proceso exportador da sus primeros frutos. Además, hay cambios en el gabinete, Hernán Büchi reemplaza a Luis Escobar en el Ministerio de Hacienda. Sin embargo, la inflación no cede, un 26% durante ese año. El nuevo ministro logra darle un nuevo impulso a la economía, continua incentivando la empresa privada, renueva la confianza del sector, privatizando empresas públicas, que eran más bien una carga para el Estado, debido a su ineficiencia y a las millonarias pérdidas que acumulaban. Con esto, el crecimiento de la economía se empina por sobre un insólito 6% anual. El año ’88, sería políticamente importante para los chilenos. La Constitución de 1980, contemplaba la realización de un plebiscito, para ratificar o no la mantención de la Junta de Gobierno y del general Pinochet a la cabeza de ella, en el poder. En caso de que la ciudadanía votara en forma positiva, la Junta seguiría gobernando hasta el año ’97. En caso contrario, se harían elecciones libres, al año siguiente. La oposición, que agrupa a 17 partidos y grupos políticos se organiza, llama a la inscripción en los registros electorales y enfrenta esta elección en igualdad de condiciones. La opción “No” gana con un 55% de los votos aproximadamente y este suceso va a cambiar los destinos del país. Durante 1989, el gobierno prepara las primeras elecciones, después de casi 20 años. Además, se elegirá un Parlamento totalmente nuevo. La incertidumbre juega un rol bastante importante en la actividad económica. La inflación que había caído a 13% el ’88, sube a 21% ese año. La elección presidencial es ganada ampliamente por el candidato de la Concertación, el demócrata cristiano Patricio Aylwin con un cómodo 55.2%, mientras que, el candidato del gobierno, Hernán Büchi, ex ministro de Hacienda, con apenas un 29.4% de la votación. La Concertación también se impone en ambas cámaras. Se pueden destacar los últimos 5 años, en forma muy notoria. El PIB per cápita se recupera aceleradamente, alcanzando el nivel de 1981, antes de la recesión. • El gobierno de don Patricio Aylwin Azócar A partir de 1990, el país se reinserta en el mundo, reanudando relaciones con muchos países. El gobierno del presidente Aylwin se esfuerza en firmar diversos tratados de comercio y acuerdos bilaterales, que tienen la finalidad de reforzar el proceso exportador. Entre 1989 y 1991, el monto de las exportaciones chilenas prácticamente se duplica. El consumo crece a altas tasas. El sector de la construcción vive momentos de gran expansión, apoyado por un fuerte plan de Obras Públicas, llevado a cabo por el gobierno. La idea de reforzar la infraestructura tiene la finalidad de hacer más eficientes los productos nacionales. Se construyen y amplían carreteras, puertos y aeropuertos. La economía está en plena expansión, de hecho, en 1992 la tasa de crecimiento alcanza una cifra récord: 12.3% y la desocupación es de un 5% aproximadamente. El PIB per cápita aumenta en forma acelerada, más de $120.000 por año, superando al fin el umbral de los 2 millones de pesos. La inflación, por su parte, cae a un 12%. Las cifras muestran que el manejo económico del ministro de Hacienda Alejandro Foxley es exitoso. Este éxito de la economía chilena se ve reflejado en las elecciones presidenciales de 1993. La Concertación lleva como candidato al demócrata cristiano Eduardo Frei Ruiz-Tagle, el cual, obtiene la votación más amplia de la historia de Chile, un 57,8%. Su competidor más serio, Arturo Alessandri Bessa, de la Unión por Chile, coalición de centro derecha, apenas supera el 24%. Eduardo Frei, entonces, se convierte en presidente de la República. • El gobierno de don Eduardo Frei Ruiz-Tagle El año ’94, marca un hito muy importante. La inflación por primera en más de 30 años, cae a un solo dígito, 8,9%. Esto refleja que los procesos inflacionarios, dentro de los países, son bastante complicados. Fue en el gobierno de Jorge Alessandri la última vez que esta tasa bajó del 10%. Esto justifica la prioridad que se le ha dado al manejo de esta variable, a partir de 1975. La economía continua sentada sobre las mismas bases de la época ministro Büchi, pero, con una política de gasto público mucho más expansiva y con una fuerte inversión en infraestructuras. Se abre este terreno, tradicionalmente feudo del Estado, a las concesiones privadas, por primera vez. Es la única forma de acelerar la creación de estas infraestructuras. Además, continua la reanudación de relaciones bilaterales. Es así, como Chile ingresa como invitado al principal tratado de libre comercio de la región, el MERCOSUR, compuesto por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. Es un gran desafío para el país, ya que, no posee especialistas técnicos en este tipo de negociaciones. Además, muchos aranceles deberán caer, al igual que la protección a muchas industrias. La economía chilena se ve ágil, como lo demuestra el alto crecimiento de 1995, un 10.6%. Esta alta tasa exacerba fuertemente los niveles de consumo de la población, provocando un “sobre calentamiento” de la economía. El Banco Central se ve obligado a subir las tasas de interés para frenar un tanto este alto consumo. A pesar de eso, el crecimiento económico de los años siguientes se acerca a tasas cercanas al 7.5%. Las exportaciones superan todos los récords con una cifra superior a los US$16.000 millones. El desempleo, por su parte, se mantiene bajo, entre el 5% y 6% y la inflación ya se ubica por el 6%. En otras palabras, la economía está en buen pie. Sin embargo, los países llamados emergentes de Asia se ven en dificultades, a fines de 1997. Indonesia vive serios problemas políticos, lo que provoca la fuga de capitales extranjeros. Esto se arrastra a Corea del Sur, Tailandia y Hong Kong. Es el inicio de la crisis asiática. En un comienzo, no se conocen los posibles efectos hacia las economías de Sudamérica, por lo que la evaluación no complica a los distintos agentes económicos. Pero, en enero del ’98, tratando de anticiparse a los ataques especulativos, el Banco Central decide aplicar un severo ajuste económico. La tasa de interés sufre un gran incremento, de 7% a 14%, con el fin de frenar la actividad económica. El instituto emisor prevé una fuerte caída en la actividad económica, específicamente de las exportaciones, debido a la baja de la demanda internacional de los productos chilenos. Entonces, la intención de la medida es detener el consumo, las importaciones y la inversión, ante la contracción de los mercados. La economía chilena reaccionó sólo 6 meses después del ajuste. Las ventas del comercio caen fuertemente, el desempleo comienza a crecer y las exportaciones bajan sostenidamente. En otras palabras la demanda interna se debilita rápidamente. Además, la economía entra en algún grado importante de cesación de pagos. Por eso, la política monetaria tan contractiva del Banco Central fue dolorosa, pero, necesaria. La recesión se hace profunda. El crecimiento del PIB va caer a 3.4% en 1998 y a –1.1% en 1999. El desempleo, en algunos momentos, supera el 11% y la inflación baja al 2.3%. El ajuste logra su objetivo, pues, la actividad económica se enfría, pero, desgraciadamente la política fiscal no acompaña mucho. El gasto público sigue creciendo, en forma desproporcionada con respecto a la evolución del PIB. Entonces, por un lado el Banco Central toma medidas de corte contractivo y por otro, el gobierno expande el gasto. En medio de esta recesión, el país entra en nuevo proceso eleccionario. La coalición de gobierno, la Concertación, presenta al socialista Ricardo Lagos como candidato y la oposición, la Alianza por Chile, al ex alcalde Joaquín Lavín. La elección fue tremendamente ajustada, ya que, sólo se decidió en segunda vuelta, algo inédito en Chile. En esta instancia, entonces, se impone Ricardo Lagos con una votación de 51.3% frente a un 48.6% de Joaquín Lavín. • El inicio del gobierno de don Ricardo Lagos Escobar El inicio del gobierno del presidente Lagos ha sido bastante complicado. La economía se ha ido recuperando a un ritmo muy lento. Sólo las exportaciones han mostrado un incremento notable, aproximándose a los US$18.000 millones, cifra récord para Chile. De hecho, el crecimiento del año 2000, que ascendió a 5.4%, se debe esencialmente a esta variable, ya que, la demanda interna no ha mostrado una recuperación muy notoria. El desempleo se ha estancado entre el 8% y el 9%. El sector empresarial ha apelado a factores como la incertidumbre y la falta de confianza, para explicar la lenta reactivación. Los sectores más cercanos al gobierno argumentan factores políticos. El Banco Central, por su parte, ha expandido fuertemente la oferta monetaria para bajar las tasas de interés y propiciar la mayor actividad económica, específicamente la inversión y el consumo. La política fiscal ha estado contenida, para reducir los déficit. Por otra parte, el gobierno ha debido soportar una prolongada crisis petrolera, provocada por la OPEP, lo que ha provocado el replanteamiento de las metas inflacionarias. El año 2000, esta se elevó a 4.5%. El escenario internacional se muestra un tanto confuso. A la desaceleración de Estados Unidos se suman los problemas financieros de Japón. Esto deja a Europa como el bloque más sólido, para liderar la economía mundial. Esto podría favorecer a Chile, si es que eso implica la llegada de capitales, provenientes de estos países con dificultades. Ahora bien, la recesión de Argentina no colabora mucho para los intereses de las economías de Sudamérica, ya que, no atrae precisamente capitales del exterior. Finalmente, algunas consideraciones, para recalcar algunos hitos importantes. La era de los gobiernos radicales (1938-1952) mostró un serio intento de los gobiernos por industrializar al país, en base a la creación de grandes empresas públicas. En esos años, comienza el proceso de sustitución de importaciones, el cual no rindió los frutos esperados. Tras 3 décadas de ejecución, las tasa de crecimiento apenas superaron el 3%. Sólo durante el gobierno de Frei Montalva las tasa de crecimiento son más altas, debido en gran parte, al alto precio del cobre. En el gobierno del general Pinochet encontramos algunos hechos de importancia. A partir del año 1978, comienza la apertura de la economía chilena al exterior, incentivando la exportación de productos no tradicionales. Esto es una de las bases importantes del crecimiento de la economía, a partir de 1985. La década de 1990 es la que muestra las tasas de crecimiento más altas de la historia de Chile, por ejemplo el 12.3% de 1992. En 15 años, entre 1985 y 1999 el PIB per cápita anual se duplica, aumenta de $1.265.656 a $2.574.424. En otras palabras, el nivel de vida de los chilenos se duplica. En términos de distribución de la renta, los cambios no han sido muy sustanciales. Hoy en día el 20% más rico de la población tiene un ingreso casi 15 veces más alto que el 20% más pobre. Esto es antes de la recaudación de impuestos y de registrarse la inversión en gasto social (salud y educación). Después de ello, la diferencia entre estos segmentos cae a 9 veces, aproximadamente. En lo que a inflación respecta, hay que destacar la tasa de 6% de 1960, durante el gobierno de don Jorge Alessandri R.. Tras 34 años, en 1994, durante el mandato de don Eduardo Frei R. Esta variable vuelve a ser de un solo dígito, 8.9%. La más baja de este período es de 2.3% en 1999. PIB PER CÁPITA PIB PER CÁPITA Ch$3.000.000 Ch$2.500.000 Ch$2.000.000 Ch$1.500.000 Ch$1.000.000 Ch$500.000 Ch$1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010 AÑOS AÑO PIB per cápita 1950 Ch$ 923.201 1955 Ch$ 994.969 1960 Ch$1.069.571 1965 Ch$1.141.437 1970 Ch$1.296.514 1975 Ch$1.033.656 1980 Ch$1.420.153 1985 Ch$1.265.656 1990 Ch$1.611.872 1995 Ch$2.253.594 1999 Ch$2.574.424 Calculado en pesos chilenos de 1999. Fuente: “Economía Chilena 1810 – 1995: Estadísticas Históricas”, de Brown, Briones, Díaz, Lüders y Gert Wagner, Instituto de Economía de la U. Católica y Banco Central. Tabla de inflación entre 1933 – 2000. 1933. 1934. 1935. 1936. 1937. 1938. 1939. 1940. 1941. 1942. 1943. 1944. 1945. 1946. 1947. 1948. 1949. 1950. 1951. 1952. 1953. 1954. 1955. 1956. 1957. 1958. 1959. 1960. 1961. 1962. 1963. 1964. 1965. 4% 4% -1% 12% 10% 2% 8% 9% 23% 26% 8% 15% 8% 30% 23% 17% 21% 17% 23% 12% 56% 71% 84% 38% 17% 33% 33% 6% 10% 28% 45% 39% 26% Fuente: INE 1966. 17% 1967. 22% 1968. 28% 1969. 29% 1970. 35% 1971. 22% 1972. 163% 1973. 508% 1974. 376% 1975. 341% 1976. 174% 1977. 64% 1978. 30% 1979. 39% 1980. 31% 1981. 10% 1982. 21% 1983. 23% 1984. 23% 1985. 26% 1986. 17% 1987. 22% 1988. 13% 1989. 21% 1990. 27% 1991. 19% 1992. 13% 1993. 12% 1994. 8.9% 1995. 7.5% 1996. 6.5% 1997. 6% 1998. 4.7% 1999. 2.3% 2000. 4.5% 2001. 3.5%(p)