CHISPAS DE MI VIDA

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CHISPAS DE MI VIDA
(Wednesday, 27 July 2005) - Nadesłał Jerzy Skoryna
LARGO Y ACCIDENTADO CAMINO AL II CUERPO POLONÉS EN ITALIA ABRIL JULIO
1945INSURRECCIÓN EN EL CAMPOCasi todos saben algo de la vida en los Campos de Prisioneros de la
Guerra en Alemania. Heroicas hazańas de los Norteamericanos fueron llevadas a las pantallas, halagando
las proezas del Gran Escape y otras historietas presentando otras acciones de los bien alimentados
GI estadounidenses. Los temas fueron presentados en tal forma que el espectador debió de tener la
impresión que fuera de las fuerzas armadas estadounidenses, prácticamente no hubo otros ejércitos de
mayor importancia. Esto es totalmente falso. No voy a enumerar los detalles relacionados a los
encuentros personales con otros miembros de las fuerzas armadas aliadas, saliendo del punto de vista,
que, Ellos tienen mayores posibilidades de publicar y filmar por tener apoyo económico, el que nosotros
no lo tenemos, para describir y dar a conocer sus propias acciones.
Abril de 1944. Me encontraba en el campo de Prisioneros de Guerra fuera de la ciudad de Lubeck,
después de vivir y ver horrores en el campo, Stalag X B, en Sandbostel, situado ente Hamburgo y
Bremen, del cual salí como voluntario, precisamente a este. Nuestros pensamientos a cada momento se
dirigían a Polonia, con inquietante pregunta: ĄQue sucede con mi familia. Mi preocupación ere levemente
menor de los demás, pues sabía que llegaron a Cracovia, pero, żqué paso, después de entrada de los
bárbaros rusos? Estos pensamientos invadían la mente a cada rato.. También otra pregunta estaba
presente, aunque sin tanta preocupación: żY mi Papá donde esta? Ultimas noticias hemos tenido al
principio del ańo 1942 desde México, donde llego en julio de 1939. Le escribí desde los campos en varias
ocasiones, así como a mi Mamá a Polonia, a trabes de la Cruz Roja Internacional.
Por un aparato de radio muy bien escondido, fuimos perfectamente bien informados (poseer un radio era
severamente prohibido, bajo muy grandes penas, inclusive de muerte) observando el desarrollo de los
últimos días de los movimientos de los dos frentes: Ruso alemán, y alemán aliado. Desde el
occidente se acercaban los Aliados y oriente los vándalos rusos. Era totalmente imprevisible prever,
quien llegará primero al lugar donde estábamos. Nuestros deseos eran que Lubeck sea tomada por los
Aliados, pero los rusos estaban más cerca. Cundía la inquietante pregunta żqué hacer, siendo encerrados
en un campo de Prisioneros de Guerra y vigilados por un destacamento de ejército alemán?.
En su mayoría pertenecíamos a las unidades del Ejército Territorial, (Armia Krajowa AK) fuerzas de
resistencias, del Levantamiento de Varsovia. Finalmente se tomo la decisión de proceder con otra
Insurrección, tomando por sorpresa a los alemanes, haciéndonos de sus armas, liberándonos y tomar a
la unidad alemana como nuestros Prisioneros de Guerra, con objeto de hacernos fuertes y resistir hasta
que llegue alguno do los dos ejércitos que se acercaba a Lubeck. Con los Aliados no debería haber
problemas, pero con los rusos, żquien sabe? En este último caso, si no nos permitieran pasar unos
kilómetros hacia el frente aliado, entonces con la fuerza deberíamos abrirnos paso a través de las rojas
hordas. Ya eran los últimos días del mes de abril de 1945. Era un temprano bello atardecer primaveral.
En el campo permanecía una tranquilidad normal. Era el 2 de mayo del mismo ańo 1946. Los Prisioneros
unos se asoleaban, otros caminaban entre las barracas. Solamente los que sabían pudieron darse cuenta
que en forma pacifica se acercaban uno por uno dos grupos dispersos a las puertas de entrada al campo.
Unos muchachos comenzaron tranquilamente a platicar con los guardianes alemanes, hasta que se
acercaron otros para tomar parte en la inocente conversación sobre la suerte de la guerra y Alemania.
Cuando el grupo ya se hizo numeroso, entonces se acerco uno de los nuestros que tenia permiso de salir
del campo para recibir el correo. Cuando el guardián alemán abrió la puerta para dar paso al del
correo, en el mismo momento los que conversaban con los guardias se echaron sobre estos vigilantes
desarmándolo y otro grupo corrió a la armería apoderándose del edificio en un instante, tomando
adicionalmente al Comandante del Campo, si me acuerdo bien, con grado de mayor, del glorioso
ejército del Tercer Reich alemán, como nuestro Prisionero de Guerra.
Acto seguido, ya armados, apuntando a los guardias de las torres de vigilancia, demandamos que dejen
allí las armas y con las manos arriba se rindan ante nosotros. Nuestra acción de sorpresa resultó ser
total, y en menos de lo que canta un gallo sin un solo disparo nos hemos liberado. De nuestro punto
de observación nos avisaron que de lejos se veían unos tanques. Pero żqué tanques? Rusos o Aliados?
Mientras tanto, al mayor alemán con su destacamento hemos pasado a través del campo encerrándolo
en una barraca. Mientras los llevábamos a través del campo, él, ya ex comandante del campo grito con
todas las fuerzas de la garganta teutona, de acuerdo del proverbio polonés: se desgarraba uno una
sabana vieja, que nosotros violamos los estatutos de la Convención de Ginebra, de tomar prisioneros de
guerra a sus guardianes. Pobre alemán no se daba cuenta que, en el momento de liberarnos, ya no
pertenecíamos a la categoría de Prisioneros de Guerra, Ąsino un ejército en acción de guerra!. Total, el
asunto de nuestros prisioneros alemanes no era de primera orden, y de un interés especial. Ya estaban
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empacados en una barraca, vigilados por nuestros guardianes, por lo cual no hubo problemas.
Ahora era necesario de prepararse a otras, básicamente dos eventualidades. Una de ella era la
posibilidad, que algún destacamento alemán acudiera en auxilio a los que han sido desarmados y
tomados prisioneros por nosotros, La otra más problemática era el Ejército Rojo, que a cada momento
pudiera entrar a Lubeck. Para ellos, nosotros, hemos sido fascistas, traidores de la Patria y otros
semejantes enemigos del socialismo.
Nuestro campo se encontraba en las faldas de una loma, bordeada por una autopista, y en la cima de la
misma se encontraba el edificio de varios pisos de una de las unidades del ejército alemán. Hemos hecho
rápidamente unas defensas en las faldas de la loma, y para n mayor defensa se estableció en las
ventanas dominantes los puestos de ametralladoras, para cubrir en caso de necesidad con el fuego,
desde el mencionado edificio. Así permanecimos unas horas sin hacer ruido. Pero ya todo el Campo
ya se dio cuenta de los que pasaba, provocando un movimiento como en el hormiguero. En la temprana
tarde, desde lejos de autopista distinguimos ruido de los tanques. żQué tanques, aliados o moscovitas?
Nos hemos puesto en máxima alerta preparándonos a cualquier situación. Lentamente, desde el
horizonte se principió ver larga columna de tanques. Era difícil distinguir de que ejército procedían.
Finalmente al pasar por la curva de la autopista pudimos distinguir. ĄEran Aliados! ĄAhora
verdaderamente éramos ya libres!... Todos los preparativos de eventual defensa han sido cancelados. Ya
antes de anochecer llagó un oficial ingles, para recoger a nuestro prisionero, oficial alemán y su tropa
a la que hemos hecho nuestros prisioneros.
Día siguiente, 3 de Mayo, era fiesta nacional de Polonia, la que festejamos ya en la libertad con una muy
solemne misa de agradecimiento.
Ya los tiempos de hambre pasaron al olvido, aunque los cuerpos todavía mas tiempo sufrirían sus
consecuencias, pues mi peso apenas llegaba a los 49 kilos, en comparación de 76 kg., al entrar en
octubre al primer campo en Lamsdorf... Sentarse fue casi una tortura. Por falta de los
amortiguadores en las asentaderas, cuando uno se sentaba, parecía que los huesos perforaban la
piel, lo que realmente no era un gozo.. .
Nuestra auto liberación y llegada de los Canadienses tuvimos que festejar. Unos amigos míos
consiguieron una botella de vino tinto. A cada uno de nosotros nos tocaba menos de un cuatro del vaso.
Platicando alegremente, consumiendo unas sardinas de conserva hemos terminado nuestra copa de vino.
Al poco rato ninguno de nosotros se acordaba que vivía, pues nos emborrachamos a lo lindo, hasta
tal grado, que otros colegas tuvieron que llevarnos a nuestras camas. Nos hemos despertado 24
horas después, sin saber lo que ha pasado...
A consecuencia de esta curación para adelgazar, tuve el escorbuto que me fastidió los dientes, que
me dolían en forma notable. Los servicios médicos todavía no llegaban y dentistas deberían tardarse
todavía más, pues no eran de urgencia y primera necesidad. La alimentación y su cantidad y
calidad mejoró, hasta llegar al cielo. Nos proveían de chocolates, café, cigarros, latas de conservas de
diversos tipos y tamańos. Nos sentimos como el Ejército en vacaciones. Lo que nos llamó
poderosamente la atención era el comportamiento de la población civil alemana. Todavía hace unas
semanas, cuando pasábamos por las calles de Lubeck, bajo la custodia del ejército alemán desde la
estación de ferrocarril hacia el campo, la gente nos miraba con odiosa curiosidad y no faltaba alguien que
nos arrojaba piedras u otros objetos. Esto en Polonia no pasaba. Hemos tenido respeto por un lado, y
muy alto sentido de dignidad nacional. Ahora en Alemania esperábamos que semejante comportamiento
tendrá su población civil, al ser sometida a la ocupación extranjera. Nos encontramos con el cuadro
totalmente diferente, totalmente incomprensible para nosotros. Se nos acercaban las mujeres inclusive
esposas e hijas de los militares inclusive de altos rangos, ofreciendo sus favores o de sus madres e
hijas, por una barrita de chocolate, una cuchara de residuos de café ya hervida o cualquier lata de
sardinas, u otra conserva. Esto NO ERA HAMBRE, sino pagano deseo de mantener su nivel de vida,
con las conservas, café, chocolate o cigarros extranjeros... Polonia durante casi seis ańos de salvaje
ocupación alemana y rusa, pasaba hambre y mucho peor que Alemania, la que sacaba alimentos de toda
Europa, a pesar de ello tales cuadros de bajeza y servilismos los que hemos visto en aquel país de los
Seńores no nos cabía en la cabeza. Todo esto era indignante, cuando la germana rasa superiora
demostró ser ausente de toda dignidad, orgullo nacional, patriotismo y, de sencilla simple moralidad.
Todo aquello era el problema de los alemanes, y no mío, ni nuestro tampoco. Mi verdadero problema se
limitaba a los dientes que seguían doliéndome. No hubo otro remedio que buscar a algún dentista local.
Caminando por la calle, vi un anuncio de dentista. Sin pensar toque el timbre. La puerta se abrió, y una
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hermosa mujer entre 22 a 26 ańos de edad como máximo, apareció. En ella Pregunte por el dentista. Me
hizo pasar a la elegante sala de espera. Un momento después apareció el dentista y me paso a su
consultorio muy bien equipado. Explique en que consisten mis dolencias. Movió la cabeza y me informo
que es necesario tapar tales y tales dientes. A su vez le pregunte cuanto me van a costar estas tapaduras
de dientes, haciendo en la cabeza las cuentas cuantas tabletas de chocolates, cuales latas de conservas,
cajetillas de cigarros, y otras semejantes baratijas tengo. Obviamente, NO tuve dinero de ninguna
especie. El dentista me miró con cierta incredulidad y curiosidad, observando mi uniforme del Ejército
Polonés. Finalmente me contesto: todo lo que le voy hacer no le va costar nada, a cambio le pido sólo
un favor. żCuál? le pregunte. El dentista se puso algo colorado contestándome: le pido un solo favor,
que respete a mi esposa, la que le abrió la puerta. Tal contestación no esperaba de ninguna forma. Por
un momento olvide la lengua en mi boca, sin saber que y como contestar a tal precio. Finalmente
le conteste: Doctor, Ud. Tiene enorme suerte que en este sillón estoy sentado EL MILITAR POLONÉS, y
no un salvaje oficial alemán o ruso. Puede Ud. estar muy tranquilo, a su Esposa nada pasara por parte de
los militares poloneses, y le aconsejo, cuídense de los mismos militares alemanes y rusos, carentes de
honor, cultura, civilización y moralidad... El Dentista se puso colorado como un jitomate,
diciendoperdóname no quise ofenderlo, pero nuestra propaganda como veo fue falsa y mentirosa, a
lo que le contesté, Tiene Ud. Razón, porque les decían otras cosas y mentiras sobre sus propias fuerzas
armadas y su comportamiento lo que hemos verificado perfectamente bien en Polonia.y segui
diciéndole, żacaso no se acuerda que hace pocos días, la población civil nos echaban piedras en las
calles, reconociéndonos como Prisioneros de Guerra? Imaginase lo que hacían sus bárbaros militares.
żAcaso no ha oído de los campos de concentración, ejecuciones públicas en las calles en Polonia?. El
rostro del alemán cambio de color rojo, al de púrpura. Luego le aconseje que estudie bien la verdadera
Victoria de Alemania a través de los siglos, como nación agresora y especialmente de este siglo XX.
La curación de mis dientes duro unos días y hay que reconocer que efectuó un muy buen trabajo, pues
las próximas visitas al dentista, hice varios ańos después ya en México. Naturalmente a su esposa no le
ha pasado nada.
Los días pasaban en descanso y en forma muy aburrida. Ya quería incorporarme al verdadero
ejército, o mejor, a la aviación polonesa estacionada en Inglaterra.
RUMBO A LA Ia. DIVISIÓN ACORAZADA
Ya estábamos en la mitad de mayo y nada nos decían. Solo nos llegaban las terribles noticias, que los
estadounidenses, ingleses y franceses, a fuerza y bayoneta calada, deportaban a los ex prisioneros
de guerra rusos y yugoslavos a sus países de origen. Nuestra indignidad no tenía límites. żCómo era
posible de deportar a fuerza a los militares a sus países ocupados por el comunismo, a sabiendas que,
estos hombres serán juzgados y condenados a la pena capital, lo que confirmaban los hechos y
noticias que llegaban de otro lado. Por el día 15 de mayo llegó un camión militar conducido por unas
lindas muchachas, estando entre ellas mi amiga Gena Kliszewski, también de nuestro Ejército Territorial AK. En una corta plática, ya con el motor prendido para arrancar de regreso, me dijeron que estuvieron
en el Campo de Prisioneros de Guerra en Oberlangen siendo liberadas por nuestra Ira. División Acorazada
del Gral. Stanislaw Maczek, y ahora en fin, ya pertenecían al verdadero ejército. De repente me
dijeron, -si Tu realmente quieres enlistarse en la División de Maczek, ven con nosotros, pero en este
instante, porque ya tenemos que partir precisamente en este instante.. Junto con migo estaba mi amigo
Andrzej Smoleński. No había tempo de regresar por mis cachivaches a la barraca, especialmente por
las fotos que pude salvar. Dije a Andrzej que estaba a mi lado, y que deseaba por su Madres regresar a
Polonia, independientemente de la situación y la ocupación soviética, le pedí el favor que me guarda mis
cosas, por unos días mientras regresaría pronto por ellos, especialmente por mis fotografías de los
tiempos de ocupación. No regrese y las fotografías después de más de 40 ańos, llegaron a salvo y
completos, incluyendo mi diario del campo a México. Pro esto es historia de otra chispa de mi vida. En
esta forma salí de Lubeck, sólo en un uniforme el que tenía en cima, y sin un solo documento de
identificación. Como supe más tarde, me consideraron como desertor del Ejército Polonés. Esta fue
mi primera, pero no última deserción...
Pasamos por Hamburgo, ciudad bastante destruida por los bombardeos. Me llenaba entonces vengativa
satisfacción, que por todas las barbaridades y vandalismo que cometieron los alemanes en Polonia,
también algo han sufrido.
El camino he pasado en forma muy agradable. Las pláticas no tuvieron fin. Las preguntas de donde
éramos, en que acciones hemos tomado parte, en que unidades hemos pertenecido, a quien conocimos y
brincos de un tema a los otros hicieron que el viaje pareció unos solo unos minutos. Únicas pausas eran
cuando nos acércanos a los controles militares. Entonces me escondían en el más oscuro rincón de
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camión, cubierto quien sabe con que cosas, para que no me descubriera la Policía Militar, pues carecía de
la identificación, permiso de viaje, o cualquier otra documentación de identificación, que pudiera justificar
mi presencia en este vehículo, o por lo menos aunque sea, acreditar mi propia identidad de militar
polonés.
OBERLANDEN, NIEDERLANGEN y Ia. DIVISÓN
Así llegamos al territorio ocupado por la Ia. División Acorazada, del Ier. Cuerpo Polonés. Que en las muy
fuertes y realmente heroicas batallas. Destruyendo varias divisiones alemanas, paso por Normandita,
Bélgica, Holanda, liberando a estos países, hasta Alemania, tomando el puerto más importante de la
marina alemana Wilhelshaven, el que se rindió ante el Gral. Stanislaw Maczek.
Los Campos de Prisioneros de Guerra Oberlangen y Niederlangen que ocupaban exclusivamente las
mujeres del AK de Levantamiento de Varsovia, fueron liberados por la Ira., División Acorazada Polonesa,
provocando inmensa alegría y orgullo de nuestras muchachas-soldados y oficiales. No menos
sorprendidos eran los mismos miembros de esta unidad acorazada. Así, que fiesta era para todos. No
fue sorpresa que de este encuentro tan insospechados resultaron varios matrimonios...
Allí encontré muchas amigas mías, tanto del campo Oberlangen, como del vecino Niderlangenasí.
También supe de otras muchas las que ofrecieron heroicamente sus vidas en los campos de batalla en
Varsovia.
Nosotros que los hemos salido con la vida, realmente en forma milagrosa, nos alegrábamos de
encontrarnos de nuevo. También supe de otras amigas, las que se encantaban seriamente heridas se
encontraban en unos hospitales militares fuera de esta región. Las muchachas servían en diversas
unidades como enfermeras, telegrafistas, telefonistas, curies y mensajeras, éstas llevaban a la primera
líneas de fuego las ordenes, cuando las comunicaciones telefónicas estaban interrumpidas o la situación
requería que fueran entregadas a mano, las guías en los canales-drenajes, que servían como medios de
comunicación y traslado de las tropas, así mismo como en las unidades regulares en el frente.
Admirábamos el valor de estas nińas que tenían frente a los normales peligros en la primera línea del
frente. Así en la barraca, pasé toda la primera noche en platicas, recordando los tiempos de la
conspiración, prensa clandestina, patrullaje en las calles de Varsovia desarmando a los soldados
alemanes, para hacernos de las armas durante varios meses antes de la Insurrección.
Pasando así toda la noche en blanco. Mi meta era de alistarme a la Aviación Polonesa, a algún
escuadrón de aviones de caza, pero encontrándome en el terreno de la división acorazada, pensé que
finalmente a pesar de todo puedo quedarme con los tanques, y quedarme en el verdadero ejército.
Después de esta meditación a primara hora del día siguiente a mi arribo, me presente en el Estado Mayor
de la División Acorazada, estacionado en Meppen, situado en la desembocadura del rió Hase al Ems,
pidiendo mi ingreso a las filas de esta heroica unidad. Recibí tiste noticia que, no puedo ser admitido, en
vista que ya han alistado a muchos como yo, y ya no tienen cupo, al ser restauradas más de la cuenta,
sobrepasando las vacantes dejadas por los caídos durante las luchas. Esta era realmente triste y
decepcionarte noticia. Regrese a las barracas con la cabeza llena de diversos pensamientos, proyectos
que eventualmente pudiera realizar. Esto si, en el Estado Mayor, me equiparon con el nuevo uniforme,
con los emblemas de mi grado sargento alférez (grado equivalente en el Ejército Mexicano al teniente).
De todos modos, mi meta seguía siendo Inglaterra y la Aviación Polonesa... Al saber el resultado de mi
fracaso, las muchachas organizaron una junta para que entre todos encontrar alguna estrategia para
resolver el problema, como ayudar a Sielawa así era mi seudónimo con el que me conocían en
AK. Hay un proverbio de Polonia que dice: donde el diablo no puede, envía a la mujer, por lo cual
estaba seguro que con Ellas el problema desaparecería. Efectivamente, una de ellas se acordó, que en
unos dos días, saldría un pick-up con un par de soldados a Inglaterra para traer unas provisiones, correo
y quien sabe que más. No tardaron en encontrar a esos militares, los que han traído a esta junta de
alta estrategia. Al saber que era del AK, y según ellos era el mejor ejército de todas las fuerzas
armadas Polonesas, el que supo pelear casi sin armas y escasas municiones por tanto tiempo, y
además, que soy bien conocido por las muchachas, estuvieron de acuerdo de contrabandearme lo
más lejos posible que era la ciudad de Lille, al norte de Francia. Ellos seguirán hasta el puerto de
Cherburgo, donde tomarán el barco para Inglaterra. Según ellos llevarme hasta el puerto no tendría
sentido, pues los controles en el puerto eran tan rígidos, que de ninguna forma pudiera embarcarme a
Inglaterra. En cambio en Lille se encuentra el Consulado Polonés y nutrida Polonia, básicamente
compuesta por los mineros. Desde allí pudieran alguna forma trasladarme a Inglaterra. Otro
inconveniente que se presenta, consiste en muchos puestos de revisión de la Policía Militar inglesa en
Alemania, Holanda, Bélgica y Francia, trayecto que deberemos pasar y, si me encuentran de inmediato
me meten al un muy severo bote, y quien sabe por cuanto tiempo. El calabozo británico no me
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espantaba, pues no podría ser peor del alemán. La decisión he tomado de inmediato, y sin innecesarias
discusiones. ĄIré a Lille! Peores peligros que en la lucha clandestina, Levantamiento en Varsovia no
pueden existir, por cual me valen los ingleses y su Policía Militar.
Tuve que esperar un par de días, los que aproveché en las excursiones por las inmediaciones de Meppen
en la motocicleta con los miembros de la Ia. División Acorazada.
Mis impresiones no eran favorables sobre el comportamiento de la población alemana. Esperaba, tal
como lo era en Polonia, de una postura de orgullo nacional, con deprecio hacia el ocupante, que ahora
fuimos nosotros. Encontré todo lo contrario. Innecesaria auto sumisión, servilismo, miedo africano, y
negación critica de todo lo que era Alemán. Todo esto daba asco. Me recordaba la misma postura de los
prisioneros de guerra, los que tenia, gracias a Díos por muy corto tiempo durante el Levantamiento en
Varsovia, así mismo como del dentista en Lubeck. Por otro lado me sentía feliz y orgulloso de que
finalmente Alemania perdió la guerra y ahora nosotros ocupamos el territorio enemigo. Esto por supuesto
no nos quitaba una decepción, coraje, inmensa tristeza y asombro por la tracción de los Aliados,
básicamente Estados Unidos e Inglaterra, de entregar a Polonia y otros países a la dominación rusa. La
última esperanza radicaba en nuestro legítimo Gobierno constitucional con su sede provisional en
Londres. También pensábamos que no tardará estallar el conflicto armado con los soviéticos, lo que nos
permitirá seguir adelante con las tropas aliadas liberando a nuestra Patria amada. ĄEstos sentimientos y
esperanzas guardábamos todos nosotros! No había dudas, Ąla fidelidad a Polonia y al juramento militar,
guardaremos hasta el último momento de nuestras vidas!.
Esta parte de Alemania, pegada a la frontera holandesa no era muy impresionante. El suelo húmedo,
frecuentes chicos pantanos no presentaban mayores atracciones turísticas. Además estar en un lugar con
la población alemana restaba cualquier atracción de permanecer allí.
LILLE ESTA ATRÁS DE LAS TRES FRONTERAS
En fin, muy temprano llegó el momento de partida. En el pick-up, se me asignó el lugar en la cabina
junto a la puerta, para que pudiera rápidamente, en caso necesario, salir y esconderme bajo las lonas en
la parte posterior del vehículo, entre algunas cajas destinadas a Inglaterra. Naturalmente mis Ángeles
de la Guarda, estaban equipados con toda la documentación necesaria y en regla hasta su llegada al
suelo británico. Efectivamente, antes de pasar muchos de estos puestos de control de la Policía Militar,
lugares muy bien conocidos de los viajes anteriores por los tripulantes, unos kilómetros antes
abandonaba la cabina escondiéndome en la parte destinada a la carga entre unas bolsas y cajas
militares, en el perfecto escondite para mi preparado anteriormente.
La ruta desde Meppen a la frontera con Holanda. Mis colegas me contaron las historias de las muy duras
y pesadas batallas que han pasado, precisamente en nuestra ruta a través del país de los canales, presas
y tulipanes, como entre otras en Nijmegen, Arhem, Niega, Hortagenbosh y otros. También volando
hemos pasado por Bélgica, entre Bruselas y Brujas, llegando a Lille, donde en una plaza me dejaron mis
contrabandistas, diciendo, cerca de aquí se encuentra el Consulado de Polonia y se alejaron
rápidamente hacia Cherburgo, para llegar a tiempo de la salida del barco, pues hemos perdido bastante
tiempo en las paradas para que me esconda y lugares más significativos donde lucharon. Así me quede
ya sin la protección de la Ia. División Acorazada en Francia.
LILLE DESMOVILIZACIÓN DEL EJERCITO FRANCÉS
Me quede sólo en una plaza y primera ciudad francesa, que pisaban mis botas militares, totalmente
desconocida. Gracias a mis Padres, hablaba más o menos francés, que en mi nińez contrataban a unas
bone, (institutriz), procedentes de Paris, por lo cual no debía tener problemas en comunicación con la
gente en el país galo.
Así pensando y mirando a cual calle debo de dirigirme, se acerco a mi una mujer, que con un
pronunciado acento judío me pregunto en polonés: żEs Ud. De Polonia?, le conteste en forma
afirmativa. Luego siguió otra pregunta: żCuándo estuvo Ud. la última vez en Polonia? -Estuve en el
Levantamiento de Varsovia, saliendo de la ciudad el 4 de octubre del ańo pasado, es decir hace ocho
meses, le conteste. Ya más animada, la mujer me hizo otra, totalmente inesperada pregunta: ve Ud.,
aquí los alemanes, a nosotros los judíos vendían unas casitas con terrenito para cultivar en Treblinka,
żpodrá Ud. decirme como podrán estar allí mis parientes? . -ĄQue podría decir a esta mujer, lo que todos
en Polonia sabían que Treblinka era el campo de exterminio, no solo de judíos, sino también de los
poloneses y otras naciones? No quería mentir, ni tampoco decir la verdad, sin ninguna preparación a la
terrible noticia, sobre las atrocidades que cometían los alemanes en el suelo polonés. Entonces le
contesté en la siguiente forma: Aquella región fue tomada por los rusos antes del estallido del
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Levantamiento de Varsovia, por lo cual todas las vías de comunicación han sido cortadas. En Treblinca
nunca estuve, por lo cual lo que sucede ahora allí bajo la dominación soviética, no tengo la menor idea lo
que pasa y ocurre allí. No mentí, pero tampoco dije la verdad. A su vez le pedí que me dijera donde se
encuentra el Consulado Polonés. Resulto que estaba como sólo una cuadra de la plaza, a la cual me dirigí
a toda prisa.
El funcionario del Consulado me recibió con enorme sorpresa, diciendo que soy primer militar que viene
de Alemania, sin que pertenezca a nuestro ejercito formado en Francia y que lucho en el ańo 1940, y
están siendo repatriados a Francia en grupos directamente de los Campos de Prisioneros de Guerra en
Alemania. Luego comentó, las fronteras son cerradas y tan severamente vigiladas, que ni siquiera un
ratón podrá pasarlas, agregando: sólo uno de AK hubiera arriesgado y podido pasar las tres fronteras.
Quería saber como llegué a Lille, y algo de mi pasado, de mi servicio militar, en que campos estuve y
otros detalles. En forma escueta le conté mis experiencias. Cuando terminé, moviendo la cabeza, dijo,
ahora comprendo mejor, él porque El Ejército Territorial, pudo luchar con tantos éxitos y
manteniéndose 63 días en el Levantamiento en Varsovia, y ser reconocido como Ejército Regular. Las
francesas no pidieron, ni hubieran podido, hacer semejante organización y luchar, como Uds. Han
luchado. Luego lo que era natural me pidió mi documentación, de la cual obviamente carecí por
completo. A pesar de ello me extendió un papelito de Confirmación Temporal de la Ciudadanía
Polonesas (el papelito que todavía tengo en algún lugar entre mis cachivaches). A su vez pedí que
avisara a Lubeck, que me encuentro aquí, sano y salvo. Acto final, me llevó al cuartel militar, donde se
encontraban los Granaderos del Ejército Polonés, que lucho bajo el mando francés en el ańo 1940,
pasando luego más de cuatro ańos en los Campos de Prisioneros de Guerra en Alemania. Prácticamente
todos eran de la región minera de Lille, pertenecientes a la Colonia Polonesa de esta región. Llegue justo
para la cena. Evidentemente estuve entre ellos a cada momento. Tanto los funcionarios del Consulado,
como mis nuevos colegas, presentaron la situación y la imposibilidad de cruzar el Canal de la Mancha.
Total, si Hitler con todas sus fuerzas no pudo atravesar esto unos cuantos kilómetros, era obvio, que yo
no tuve a mi disposición tal fuerza militar, Entonces no me quedaba otra cosa que buscar algún otro
medio viable e inteligente, para llegar a mi destino final Londres. En Lille no pude quedarme, pues este
campo militar será liquidado tarde o temprano. En Lille no vivía, ni tenia nadie en esta región, entonces
debería concebir otra estrategia. Entonces el primer paso debe ser dirigido a la Embajada Polonesa en
París, para poder entrevistarme con el Agregado de las Fuerzas Aéreas Polonesas. Ahora el primer paso
era, żcómo llegar a Paris? No tuve dinero ni por casualidad, mucho menos para el boleto de ferrocarril.
Única forma, era de movilizar mi propio cuerpo de inteligencia, para obtener mayor número posible
de informaciones sobre la situación y el terreno donde me encontré, como un ilustre desconocido.
De inmediato supe que mis nuevos colegas de las armas serán desmovilizados y regresarán a sus casas.
Me contaron que recibirán algo de dinero, lo que para mí era mucho más que interesante, pues desde
salida de Lubeck, no he visto tal cosa ni en los sueńos. Lógicamente me interese mucho por todo lo que
han pasado, batallas, sus luchas en el ańo 1940, lugares, en que Campos de Prisioneros de Guerra
estaban, etc., en una palabra todo. Finalmente pude identificarme con ellos plenamente. Mis
pensamientos fueron, que nosotros hemos luchado igualmente como ellos, a pesar de esto, los Aliados,
nos han traicionado en forma brutal, vil, injusta, sin que hemos dado pretexto alguno, a pesar de todas
las promesazas, y tratados solemnemente firmados. Nadie nos defiende de estas injusticias, sino todo lo
contrario, siguiendo a las voces de Moscú, se nos acusa de ser fachitas. Hemos sido los más fieles y
leales de todos los Aliados. żAcaso no tengo derecho de tomar la justicia personal por mis propias
manos? ĄMi conciencia me confirmó, que sí, tengo tal derecho!
Ejecutar la justicia por mi propia mano de todos modos era riesgosa y no aseguraba el éxito de ninguna
forma. Uno de los dichos en Polonia asevera que: A los valientes el mundo pertenece. Luego razoné,
que arriesgaba mucho más, y parece que no tengo pantalones llenos de miedo. ĄEntonces, adelante,
muchacho!
Para tener mayor probabilidades de éxito, y agarrar a los funcionarios franceses ya bien cansados y
aburridos después de todo el día de trabajo, me presente como último en aquel día, para ser
desmovilizado del Ejercito Francés, como todos los demás, que eran muchos. Para los franceses,
nuestros nombres y apellidos fueron unas torturas indescriptibles. No sabían escribirlos ni mucho menos
pronunciarlos. Las mismas torturas como vi en otras ocasiones, tuvieran diversas autoridades y la gente
en general de otros países, y no solo de Francia.
Uno de mis colegas de aquel Ejército Polonés en Francia me ayudo de desmovilizarme de aquel ejército
bajo el muy simple y fácil apellido Preguntas de rigor, entre otras apellido: Chrzastrzyprzykowski. El
militar francés pronunció algunas palabras totalmente fuera del conocimiento de mi vocabulario
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doméstico del francés, aprendido en la casa, hizo una observación, con la cara muy aburrida y de pocos
amigos, sobre la fácil escritura así como deliciosa pronunciación de idioma polonés, y todo felizmente, en
dos por tres, ha sido concluido.
Con unos francos de ocupación, iguales como para los juegos infantiles de loterías o algo semejante,
me sentí más rico que un millonario de Nueva York. Mis primeros pasos dirigí a un establecimiento, no de
primera categoría, que trataba de simular de ser un Café. Pedí un café con gató, es decir un pan
dulce o algo similar. Me sirvieron un café, que no era digamos un café, y un gató, que no era
gató. Ni siquiera desde el punto de vista óptico, -(gató es una pieza de pastel, en francés). De todos
modos me sentí feliz, caso por completo. Saboreando estas delicias, mi pensamiento voló a Polonia,
pensando en mi Mamá y Marytka, querida hermana mía. Tampoco faltaron las preguntas que han sido
con mi Papá, si vive, donde vive y que debo hacer ahora. No me agradaba estar en esta situación, a
pesar que tenía garantizada la comida y el techo, pero quien sabe por cuanto tiempo. Sumergido en
estos pensamientos, me despertó una voz rara en polonés con un acento desastroso, de un individuo de
la misma apariencia, como el habla que cual sé servia. Se sentó en mi mesa y principió indagarme, que
hago, de donde vengo y que quiero hacer. Se presentó como Cónsul del Gobierno Provisional
Polaco. De inmediato me di cuenta que tipo de diplomáticos, tiene aquel gobierno impuesto por
las bayonetas rusas. Como se comprende, a este diplomático no he dado información alguna, mucho
menos mi nombre y apellido. Era comprensible que este tipo por mi forma de expresarme y acento del
idioma culto, se dio cuenta que no soy de esta región de Francia. Lo único que le dije que soy de AK y de
Levantamiento de Varsovia. Se entusiasmó hablándome de maravillas que ahora se hace en Polonia, que
la reconstrucción de Varsovia ya es un hecho, que como militar tendré una próspera y llena de asensos
vida en el Ejército Popular y quien sabe que otras maravillas me esperan si regreso a Polonia.
Finalmente me hizo una brillante proposición, que si me decido a regresar a Polonia, me inscribirá a
un transporte que irá a Varsovia dentro de unas dos semanas. Para pasar estas, estar cómodo me
colocará en un hotel decente, para que no esté encuartelado, sin influencias nefastas de los militares,
y para ello me proporcionará el dinero para los gastos personales. Para concluir este asunto, -żSi me
decido de regresar a Polonia, tendremos que encontrarnos al día siguiente en el mismo Café.
Cuando el diplomático popular se fue principié a sopesar su proposición. Primero, era del régimen
enemigo, segundo como era así, mi obligación era de hacerle dańo, pero żcómo? Finalmente llegue a la
conclusión que el único dańo que pudiera hacer era el económico. Entonces así, como en Varsovia
despojábamos a los soldados alemanes de las armas para nosotros en las calles durante la ocupación,
entonces aquí en Lille aplicaré la misma estrategia. Ya tranquilo y con la estrategia concebida para el día
siguiente regresé al cuartel. Mi siguiente objetivo era Embajada Polonesa en París, siendo seguro que allí
me ayudarán a transportarme a Inglaterra a la Fuerzas Aéreas Polonesas. Cómo llegar a París, tampoco
era un mayor problema, pues la Cruz Roja Francesa proporcionaba los boletos de tren gratis a los
desmovilizados hasta su destino final,, Ąy mi destino final, en esté caso era París!
Me acosté y dormí como un lirón, con la conciencia muy tranquila. Despertándome fresco y tranquilo.
Al terminar el desayuno, me encaminé al dichoso Café, donde ya me esperaba el diplomático
popular. Me senté, pedí cafecito y el diplomático popular, representando a la dictadura del
proletariado, haciendo gala de su dominio del idioma polonés, así como conocimientos de la
situación que prevalecía en Polonia, proclamaba repetía los apestosos solo ganes marxistas, así como los
logros de proletariado varsoviano en la incipiente reconstrucción de Varsovia. Cuando ole mencione
sobre las persecuciones de los miembros del AK y gente que era partidaria del gobierno en exilio, este
sabio popular aseveró que, esto es la mentirosa propaganda fascista, que todo lo contrario, los
miembros del AK forman ya una privilegiada clase dentro del proletariado, e inclusive dentro del Ejército.
Reconoció, que había algunas detenciones, pero solo de la gente fachita, pero inclusive éstos serán
puestos en libertad para que se reeduquen. Toda esta basura no me intereso en lo mínimo, pues
sabia perfectamente bien lo que sucedía en Polonia, la que sufrió otra feroz ocupación totalitaria. Siendo
burgués, lo que me interesó, fue la proposición de dinero para sobrevivir las dos semanas de
espera para el transporte a Polonia. Finalmente el cónsul aborda el tema. Le dije, que si me daba
dinero y me dijo a cual hotel tengo que acudir, entonces estoy dispuesto a esperar al mencionado
transporte. El diplomático se mostró visiblemente muy contento de su logro, llenos de
satisfacción tomó la actitud como de gran amigo, saco discretamente el dinero, para que nadie
pudiera ver el que me entrego. Luego hizo la cita para la tarde en aquel hotel. Se despidió con frases
llenas de felicitaciones de que he tomado acertada decisión y que tendré un brillante porvenir en
Polonia popular.
Sin perder el tiempo me dirigí a la Cruz Roja, donde me han dado pase a tren que salía a París, Después
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de la salida de Lubeck, por segunda vez, como supe posteriormente, me volví ser llamado como
desertor
PARIS - OTRA ESCALA
En fin pide viajar en forma decente un vagón normal de ferrocarril no visto desde hace siglos de
pasajeros. Tomé el asiento junto a la ventana y lo que me sorprendió, no había afloramientos y el vagón
estaba casi vació. Me sentí muy satisfecho, pero me hacia la pregunta, żcómo llegar a la Embajada de
Polonia?. żLograré finalmente llegar a la Inglaterra enlistándome en las Fuerzas Aéreas Polonesas?.
żDónde está mi Mama con Marytka, y que hacen? żQué se hizo con mi Papá? En estos pensamientos
transcurrió el viaje, durante el cual también con curiosidad estaba viendo los paisajes de Francia.
Pasamos Arras y Amiens, alejándose de las costas y esperado Londres, proyectada meta de mi viaje,
total pensé, tarde o temprano tendré que llegar alió, lo que finalmente se cumplió, pero en distinto marco
de la historia. El viaje no era largo y finalmente aterricé en París. Tome de inmediato un taxi para la
Embajada de Polonia.
La Embajada se encontraba cerca de Los Inválidos en una casa como a media cuadra del gran
espacio verde. Entrando pedí que me llevarán ante el Agregado de nuestras Fuerzas Aéreas. En dos por
tres estaba en su oficina. El agregado era un hombre de unos 40 ańos de edad, bien parecido y en
uniforme del oficial de nuestra aviación. Ya me sentí ya uniformado de la forma similar. Me recibió muy
amablemente, pidiendo que le relatara, como pude llegar a Paris, pues de Alemania ningún ex prisionero
de guerra pudiera recibir el permiso, ni medios de llegar a esta Capital. Después de oír mi historia, en la
que omití mi desmovilización del Ejército Francés me comentó: -Ud. el único que apareció en París y tal
hazańa pudo hacer solo el miembro de AK, y verdaderamente Ud., sí, merece entrar a las fuerzas aéreas
y a tales hombres necesitamos, pero desgraciadamente formamos parte de la RAF, la que en vista que ya
se termino la guerra principia ser en vías de la desmovilización, lo que también nos tocará más tarde, por
lo cual es imposible de reclutar a nuevos miembros de la aviación. En cambio tengo para Ud. otra salida,
si Ud. quiere, dentro de poco, habrá un transporte de los militares poloneses, que en el ańo 1939 1940
llegaron a Francia los que formaron nuestro ejército y posteriormente han caído como prisioneros de
guerra a las manos de los alemanes, pero como miembros de las fuerzas armadas francesas y ahora
como tales fueron transportados a Paris, con destino al Ido. Cuerpo Polonés en Italia. ĄEsto era para mi
una noticia fatal.! En fin reaccione y pensé: no hay mal que por bien no venga. Total, pensé,
conoceré a la bella Italia llena de sol y preciosas italianas, aspectos que Inglaterra no poseía., por otro
lado no tuve otra salida y accedí a su proposición. Acto seguido me invitó a comer llevándome al grande
comedor de la Embajada. Acto primero me presento a los múltiples comensales, sentándome junto con
él. En un momento durante la comida, una mujer sentada frente a mí, con la voz alta me pregunto:
entonces Ud. es incendiario de Varsovia. Quede petrificado, otros en la mesa también, un silencio
sepulcral invadido al comedor. Antes que pude pronunciar una sola palabra, una persona, con voz alta
reprimió muy severamente a esta damita, presentando el heroísmo de AL y su lucha en el Levantamiento
de Varsovia del verano, del entonces, ańo pasado. Como supe posteriormente que esta damita, al ser
reconocido el gobierno comunista, fue una de las primeras personas que se unió a este desafortunado
bando de los rojos. Al terminarse la comida, varias personas me pidieron disculpas por este incidente, de
la mujer que desde hace tiempo ya la consideraban como una persona totalmente loca. En pocos minutos
siguientes me han armado con la documentación adecuada para que me recibieran en los cuarteles
Besierre, donde acudí de inmediato, previamente pidiendo que se avisara a Lille, donde me encuentro y
él porque, luego, tomando el metro, cuya última estación se encantaba a un paso de este cuartel...
Estos cuarteles se encontraban en las orillas de Paris, destinados a las fuerzas armadas polonesas.
Cuarteles como todos los cuarteles no tenían mayor chiste, pero eran cómodos para nuestras
necesidades. En comparación con los campos de prisioneros de guerra, eran verdaderos palacios y
comida de pedir de boca. En una palabra típica militar. Durante cualquier alimento mis pensamientos
corrían a Polonia, pensando en mi Mamá y Marytka, preguntándome si tienen algo que comer, donde se
encuentra y que hacen. Por mi Papá no me preocupaba tanto, pues al estar en algún lugar en el
occidente, mundo civilizado, seguramente no pasaba el hambre. La única pregunta que me hacía, era
żĄEn donde se encuentra y que hace!?
Obviadamente me interesaba conocer Parí y lugares vinculados con mi Papá y Polonia. Me acordaba de
unas fotografías de la Tumba del Soldado Desconocido con mi Papá con varios oficiales de muy alto
rango. Mi Padre, si no me equivoco, en el ańo 1930 o 1931, fue enviado por el Estado Mayor Polonés a
Paris a los Cursos de los Mariscales. Por supuesto, mis plomeros pasos, dirigí a este famoso lugar. La
Tumba se encuentra abajo del Arco de Triunfo, lo que me impresionó mucho. Evoque mis recuerdos a
esta fotografía, recordando unos gruesos y lujosos álbumes que se encontraban es no menos lujosa sala
en nuestro departamento en Varsovia. Me encantaba hjear estos tesoros, donde aparecían fotos de
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diversas maniobras militares dirigidas por mi Papá, oficialita yugoslava de altos grados, los que venían
para aprender nuestras estrategias, tácticas y obras de zapadores que se efectuaban bajo las ordenes de
mi Padre. Estas nociones en futuro fueron aplicadas durante la Iia. Guerra Mundial, tanto en Polonia por
AK, como por la resistencia yugoslava. Por esta cooperación Yugoslavia lo condecoró con una distinción
más alta de aquel pasó, Comandoria de Águila Blanca Yugoslava. Diversos sentimientos y pensamientos
me embargaban en este sitio. Por principio orgullo por mi Papá, orgullo personal que, yo también
militar me encontré en el mismo lugar, que Él hace ańos estuvo; no faltaba el sentimiento de
competencia, que además de estar a los pies del Arco de Triunfo, yo, como militar estuve en otros
sitios en los que Él no ha pisado. Luego revisé el mismo Arco de Triunfo, donde se encuentran los
nombres de los militares poloneses, encabezado por el Mariscal de Francia, Príncipe Józef Poniatowski,
héroe de Polonia y de Francia..
Otro lugar de mi interés fue la tumba de Napoleón, también visitado por mi Papá. Caminé por los Campos
Elisios a la plaza de la Concordia. Todo esto era para mi nuevo y totalmente distinto de lo que me
imaginaba. Más grande de lo que las fotos o tarjetas postales enseńan, y al mismo tiempo más cerca uno
del otro que me imaginaba. Desde la plaza de la Concordia se veía el Arco de Triunfo, como si se
encontraba más arriba, la Opera, Luvr y el Palacio de los Inválidos. Todo esto se veía cuando un estaba a
junto al Obelisco egipcio. Saciando la vista, caminé a través de un gran espacio libre de pasto bien
cuidado. A la izquierda, más o menos de la mitad de este espacio, se desembocaba la calle donde estaba
la Embajada de Polonia. Finalmente entré al Palacio de los Inválidos. Otra sorpresa. Nunca me imaginaba
que la tumba de Napoleón es encontraba en una muy espaciosa rotonda abajo del abierto piso de una
muy espaciosa cúpula del edificio. El imponente sarcófago del granito o mármol rojo impresionaba al
visitante. Otra vez mis pensamientos volaron ańos atrás tanto recordando a mi Papá, como la infortuna
campańa de Napoleón hacía Moscú. Sí Napoleón hubiera escuchado los consejos de los Generales
poloneses, para que el invierno pasara en Wilno y después de la primavera al siguiente ańo, cuando los
caminos se vuelven secos y el clima benigno, se lanzara contra Moscú, la victoria serpia asegurada.
Desgraciadamente la soberbia y confianza de sí mismo de Napoleón han vencido y se lanzó para pasar
la Navidad en Moscú. Ya sabemos como lo pasó la Navidad. Sí, entro a la Capital rusa, pero el
General Invierno, lo venció destrozando su ejército. El parecido error cometió Hitler.
Otras calles de París se asemejaban mucho a las calles de Varsovia, antes de ser arrasadas por los
bombardeos alemanes, rusos y el Levantamiento de Varsovia.
Así pasaban los días, que llenaba con los paseos por Paris. Viendo a esta ciudad completa, sin ninguna
huella de guerra me daba soberana envidia żPorque a Varsovia no toco la misma suerte?. żPorque los
desgraciados rusos no tomarán la misma actitud de los Aliados, los que de inmediato acudieron a París,
cuando la Capital francesa se levanto contra los alemanes? Todos hemos maldecido a los rusos hasta la
décima generación.
Con frecuencia comía fuera de los cuarteles, lo que mermo mis finanzas, hasta que se agotaron. No hubo
otro remedio que desmovilizarme por segunda vez del Ejército Francés, lo que con ayuda una muy guapa
muchacha griega, que trabajaba en aquel centro de desmovilización, se efectuó sin mayores problemas
para el soldado Chrzastrzyprzykowski...
Naturalmente hemos tenido ocupaciones militares, marchas y semejantes obligaciones que cualquier
ejército tiene en su arsenal. Pero todo esto no impedía que hemos tenido suficiente tiempo para conocer
París. Me llamaban atención los cavarets, donde las damitas con escasas ropas cantaban la Marsellesa
corriendo de un lado al otro de la escena con la bandera francesa. Para nosotros este espectáculo
representaba falta de respeto tanto al himno nacional, como a la bandera. Total, cada pueblo tiene sus
costumbres y tradiciones y ve en distinta forma como festejar su victoria.
AVIŃÓN INESPERADA PARADA
Finalmente llego el momento de salir rumbo a Italia. En la mańana todo ya hemos tenido empacado,
como si tuviéramos tantas cosas. Mi equipaje era prácticamente del tamańo de una normal bolsa de
mujer. Hablo de tamańo, pero no de forma. En el grande patio nos hemos formado como Díos
manda, el Capellán militar celebro la Santa Misa, dijo el sermón apropiado y finalmente el Comandante
del Cartel por su parte tomó la palabra felicitándonos de ir a Italia, donde nos espera el glorioso Iido
Cuerpo. Al terminar la orquesta toco unas marchas, entre otras el que fue posteriormente tomado para la
película " El Puente sobre el Río Kwai, con el cual hemos salido de los cuarteles Bessiere a la estación
de ferrocarril. El viaje era cómodo y placentero. En un momento inesperado pasando Lyon, el tren se
paró en una estación: Recibimos ordenes de salir. Al formarnos en el anden con sorpresa vimos el letrero
AVIŃÓN y no MARSELLA, donde pensábamos que nos iban a mandar, aunque nadie nos informó
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cual será nuestro lugar de llegada. Total, pensábamos, que los jefes saben mejor que uno. De la estación
nos han trasladado en camiones a un pueblo llamado Sorge, con bellas vistas a las montańas. En el
campo encontramos a los vietnamitas. Que hacían allí no nos importaba. Al llegar se nos avisó que
estaríamos en Sorge hasta que llegaran las ordenes en que forma nos van a transportar a Italia. Sea por
mar desde Marsella, o por tierra en los camiones del Iido Cuerpo que se suponía que llegarán por
nosotros. Al día siguiente me hice amigo del personaje más importante en cada ejército cocinero. Era
un hombre muy simpático, alto y naturalmente de acuerdo a su función de respetable barriga. Durante
toda mi estadía en Sorge de ninguna forma pudiera quejarme que tuviera hambre, todo lo contrario, fui
alimentado con los mejores manjares que puede dar el ejército.
Fuera de las ocupaciones propias al de ejército, aburrimiento era soberano. Es cierto que íbamos a
Avińon, distante a unos 20 kilómetros, donde conocimos el famoso palacio de los Papas, el histórico
puente en el río Rodano pero fuera de estas excursiones nada hemos tenido que hacer, sino esperar al
famoso transporte a Italia. También nos hemos fijado en los anuncios que atravesaban las calles que en
tales y tales días habrá Grand Balle. Para matar el aburrimiento y nata curiosidad de los militares,
fuimos a este Gran Baile. De lo grande no tenía nada, pero baile era baile. Naturalmente
conocimos las muchachas del lugar, con las cuales en los días siguientes salíamos de paseos. La nińa que
me acompańaba, era simpática y nada fea. En una de las promenad(paseos), me hizo una muy
interesante y tentadora proposición, que me casara con ella, y viviera en Francia, pues ella es la
única hija de un rico terrateniente y pasaremos toda la vida sin problemas y muy a gusto. Todos los
pelos se me pararon, y hay que saber que mi cabellera entonces era muy abundante. żQuedarme en
Francia y en Sorge?, ĄNunca!. A los 18 ańos casarme, aunque sea con una nińa dizque rica, y en Francia,
por ĄDíos, NUNCA! Naturalmente no le dije nada, sino que primero tengo que encontrar a mi Papá,
Mamá y la Hermana, luego desmovilizarme del ejército y entonces podremos hablar sobre nuestro
casamiento y quedarme en Francia.
Al día siguiente de esta declaración, en la mańana después de acostumbrado rezo, el comandante
francés del campo nos leyó una declaración de gobierno galos, cuyo texto para nosotros era
espeluznante. En pocas palabras Francia al igual como los Estados Unidos e Inglaterra decidió de
desconocer a nuestro Gobierno en Exilio rompiendo las relaciones diplomáticas con el legítimo Gobierno
Polonés en Londres y, reconociendo el gobierno de Polonia popular, por lo cual. Nos dejan de
reconocer como militares aliados, sino como simples refugiados común y corrientes, por lo cual
vamos a quedarnos en Sorge esperando a la repatriación a Polonia u otro lugar, por lo cual no vamos ser
transportados a Italia, al Ejército del Gobierno que Francia no reconoce, y que en estos días se
nos informará sobre el futuro de nuestra suerte. Nuestra indignación y furia no tenía límites. Esto, no era
solo una horrible bofetada, sino una escandalosa e inmerecida traición a un aliado cuyos soldados
luchaban en 1940 en defensa de Francia. Nos invadió una amargura y decepción sin límites. Nos dimos
cuenta que esta disposición era efecto de la diplomacia y presión de Moscú, la que nos consideraba como
un ejército fascista, peligro para la paz mundial y otras miles marihuanadas e imbecilidades rusas.
Por nuestra parte se decidió, que vamos esperar lo que digan las autoridades francesa y mientras tanto
se turnará un oficio de protesta. Por mi parte estaba decidido, si no pude llegar a Inglaterra, iré a Italia
como de lugar, sin esperar lo que se decidirá en los días próximos, sobre todo que Italia no se encuentra
demasiado lejos y no es defendida por un Canal de la Mancha, como lo es Gran Bretańa... En Francia
NO me quedaré, por un lado en el país que nos traicionó. Por el otro, habría cierto peligro de un casorio
indeseado. Aunque no había nada entre nosotros, pero desconociendo las leyes, advertencias del
ejército, pensaba que simple denuncia, en plazo desconocido, aunque incierto, en falsa denuncia en el
sentido que prometí casarme, la policía francesa me obligara, ya en calidad de refugiado de
presentarme al juzgado y luego a la iglesia.
Ante mi se presentaban cuatro alternativas:
Primera quedarme en el campo, teniendo por vecinos a los vietnamitas, esperando lo que suceda.
Segunda, presentar las solicitudes para emigra a Canadá, Estados Unidos, Venezuela, Brasil, África del
Sur, o Australia, países que recibían a nuestros soldados tenía la primacía, antes que los refugiados. A
cual categoría calificare, después de la cochinada francesa de considerarnos como refugiados, no
tenía respuesta. Cuanto tiempo tendría que esperar para que me incluirían en las cuotas de
inmigración, de uno de estos países era una interrogación sin contestación.
La tercera alternativa que se me presentaba era de casarme con aquélla nińa para tener asegurada una
vida dizque cómoda y tranquila en este páramo de Francia. Por principio se me hacia indigno de un
hombre de buscar la fortuna de un suegro que ni en la pintura he visto. Otro aspecto era que de
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agricultura francesa, sobre todo de vińedos no tenía la menor idea, pues nunca he visto a tales plantas.
Finalmente, siendo un nińo de la ciudad, se me hacía la vida en el campo muy aburrida y sin chiste.
Así que, Ąno me casaré y basta!
La cuarta opción era de salirme del campo y arriesgarme por mis propios medios de ir a Italia, en
búsqueda al II Cuerpo en Italia.
Esta última opción era realmente muy arriesgada, sin previo reconocimiento del terreno y situación, pero
si lograba mi propósito, la más honrosa, y con mayores satisfacciones de estar en el ejército de mi país,
siendo fiel y leal al juramento militar y honor militar.
Lo que me irritaba, fue el hecho, que me desmovilice del Ejercito Francés sólo dos veces y no cien, y con
grado de mariscal, para que a los galos les costara más su pérfida traición, al mejor, leal y fiel de todos
los Aliados.
Salida de Sogre era cuestión de días, según los rumores no confirmados y sin base alguna. Así que el
peligro de casorio no era muy próximo, ni inmediato, lo que me tranquilizo plenamente... Lo que me
atormentaba era de ser refugiado. ĄYo era militar, y no un refugiado! En esta situación debiera por
mis propios medios salir de Sorge. Ahora, żcuándo, cómo y adonde?. Otra vez tuve que poner en acción
mis servicios de inteligencia. Comprobé, que en la estación ferroviaria de Avińon, se encontraba un
puesto militar norteamericano, que controlaba las salidas y entradas a los trenes militares. Uno de ellos
iba casi en madrugada a Marsella.
Ya bien entrada la noche, me organicé una bicicleta militar, siendo llamado por tercera vez
desertor..., merecedor de un juicio militar y, Ącondenado a la pena capital!
DIRECCIÓN MARSELLA
En un rato por la prácticamente libre y obscura carretera, fuertemente pedaleando, llegué a la estación
ferroviaria de Avińon. En el puesto militar estadounidense pedí el documento de viaje a Marsella,
tomando previsto tren de la madrugada. Ya con luz del día el tren en forma majestuosa entro a la
estación de Marsella.. A la salida del anden vi dos anuncios, uno escrito en forma burda a mano y con
una flecha, también mal dibujada anunciaba: al Consulado de Polonia. Otro hecho en forma decente
informaba: Cruz Roja Polonesa. Obviamente el primer letrero debería ser hecho por el Consulado
de Polonia popular. Sin pensar me dirigí a la dirección seńalada de la Cruz Roja Polonesa.
Al entrar la primera persona con la que me topé, era una linda vecina del restaurante de nuestra calle
Noakowskiego en Varsovia, llamada Pod Wróblem. Realmente mi suerte era envidiable, seguramente
algún santo me tuvo bajo su cuidado. Alegría nuestra era enorme. Inmediatamente me llevó al comedor,
para desayunar, y cosa obvia para una larga plática de nuestras vivencias. Ella salió de Varsovia con los
heridos llevados por la Cruz Roja Polonesa. Ya no me acuerdo como, pero finalmente se encontró en
Marsella. Naturalmente le platiqué, que mi objetivo era el Iido Cuerpo en Italia. Sus conocimientos de la
región eran admirables. Camino vía Suiza era imposible, tanto por los Alpes, como por la estrecha
vigilancia de las guardias fronterizas, perros y otros obstáculos que presentaban los Alpes. Buscar el
camino terrestre tampoco era posible, pues tanto los ejércitos francés, como de los aliados han sellado la
frontera franco-italiana, que ni siquiera experimentados contrabandistas pudieran pasarla, dejando sus
operaciones para los mejores tiempos. Mi Amiga también me contó que la situación de este puesto
de la Cruz Roja era muy incierta, en vista del retiro de reconocimiento a nuestro gobierno en Londres, y
posible eventual futura transferencia de este puesto al régimen comunista, o la disolución del mismo. Ella
misma se quebraba la cabeza żqué hacer?. Entre otras cosas comentábamos unas de unos motines,
rebeliones y huelgas de los soldados norteamericanos contra su permanencia en el ejército, en vista
que, la guerra ya se terminó, y demandaban su inmediato retorno a la casa, y desmovilización con la
mayor brevedad de las filas de las fuerzas armadas. Esta postura de los soldados estadounidenses, para
nosotros era totalmente incomprensible, por falta de honor militar, desobediencia a las órdenes y, amor a
la patria...
En vista de esta situación, żcómo debiera proceder hacer? De repente me vino una realmente genial idea.
Prácticamente no había una sola persona en Europa que no desearía de emigrar a los Estados Unidos. Yo
pertenecía al Ejército Aliado, entonces debería tener prioridad. Al brillar en mi cerebro este magnífica
idea le pregunte; żdime, aquí en Marsella se encuentra algún Estado Mayor del Ejercito Norteamericano?
La contestación fue afirmativa. Entonces le esboce mi plan. Ves, dije, mi Papá se encuentra en algún
lugar en el Occidente. Yo no sé dónde, y lo que hace. Tengo que pensar por mí mismo, y si me enlisto al
Ejército Estadounidense para el frente en Pacífico contra los japoneses, tarde o temprano llegaré con
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todos los privilegios a las tierras de los Cow Boys. Luego resoné, si durante toda la ocupación,
conspiración, clandestinidad y Levantamiento de Varsovia no me ha pasado nada, con mayor razón en el
frente japonés tengo prácticamente seguridad que saldré sano y vivo. En Polonia no hemos tenido
armamento, lo contrario de lo que sucede en el Pacífico. Estando ya allí seguramente encontraré a mi
Papá, y entonces veremos que se hará. Me dolerá muchísimo que no estaré en las filas Ejército Polonés,
hecho provocado por las fuerzas mayores, pero en fin, es el ejército aliado que combatió a Alemania.
Kosciuszko y Pulaski, héroes nacionales de los dos pases, también sirvieron en el ejército
norteamericano. Tomando en cuenta la insubordinación de los soldados estadounidenses, los servicios de
un militar aliado, leal y voluntarios, deberá ser bien visto.
Parecía que, desde todos los puntos de vista mi razonamiento era, razonable, perfecto y lógico. El único
problema era si lograré realizar mi proyecto de enlistarme al ejército de Aliado de otro continente. El
resto del día pasé en amenas platicas con otras nińas y mi amiga sobre el incierto futuro y mis
posibilidades de encontrarme en el Pacífico, cara a cara con los japoneses y futura ocupación de Japón,
en la cual tuve la esperanza de participar. Así conoceré todavía más del ancho mundo. Todavía en el
fondo tuve una leve esperanza de eventualmente poder entrar a la aviación, manejando los aparatos de
caza, el sueńo que no me abandonaba. De todos modos ante mí, por tercera vez desertor, se abría
otro capítulo interesante de mi futuro.
RUMBO AL FRENTE DE PACÍFICO
Temprano al día siguiente, me dirigí a las oficinas del comando norteamericano. Entre otros
pensamientos, suponía que en el examen medico me darían alguna medicina para quitarme el cólico del
lado derecho por la última costilla, que desde como la mitad del Levantamiento no molestaba al respirar
y caminar. Sencillamente tuve un aire atravesado que no quería salir. Hasta cuarenta y pico ańos
después, ya en México supe que clase de aire me molestaba por más de un ańo. Llegando a la
dirección adecuada, me encontré frente a un grande edificio de la jefatura estadounidense de enlace con
las Fuerzas Armadas de los Aliadas. Edificio de grandes bloques de cantera negra, un portón
correspondiente a las dimensiones de este monstruo, bajo unos pisos de esta pesada construcción.
Sin dificultades por un verdaderamente imponente patio, entrando por la puerta opuesta al portón. Un
soldado de guardia me indagó que deseaba. Conste, que quería hablar con el Oficial de Enlace, para
enlistarme al Pacífico. Previo permiso, el guardia me introdujo ante a la oficina de esta personalidad. Un
simpático oficial, de un grado para mi desconocido e indescifrable, pues, en los hombros llevaba una flor,
al estilo de un sol que he visto en las estampillas japonesas, o una hoja de una planta, por lo menos
inexistente en Europa. żQue grado sería?, ĄSolo él y Díos pudieron saberĄ Semejante insignia, ningún
ejercito, sea aliado o europeo, independientemente a cual bando pertenecía llevaba. Siendo del ejército
del otro mundo, posiblemente, pensé, que a lo mejor tienen un cuerpo especializado en la jardinería.
Naturalmente no le pregunte, para no quedarme como un ignorante, Para no meter la pata, lo
titulaba en francés mi seńor. Me indago que deseo. Le contesté que quiero enlistarme al ejército
norteamericano e ir la Pacífico. Con su mirada de curiosidad e incredulidad, me precintó żpor qué?.
Brevemente le conté mi historia. Al concluir con simpatía dijo: entonces oficialmente es Ud. un
refugiado y no pertenece a ningún ejército. En vista de ello, le informo que mańana, a los 8.00 a.m.
saldrá un bote al barco que irá directamente a Panamá. Allí tendrá Ud. que tomar el curso de
adiestramiento de unas seis semanas a dos meses y luego irá al frente. Naturalmente su rango militar de
AK, no podemos reconocer, y Ud. servirá como de simple soldado. Creo, ańadió, que con su experiencia y
buena voluntad pronto subirá de grado. Accedí gustosamente a su proposición y me despedí de mi
sabor y regresé a la Cruz Roja Polonesa.
Durante la comida, comenté ampliamente, de lo sucedido a todas ya mis amigas de ésta benemérito
institución polonesa. Me felicitaron efusivamente, aseverando que nada me sucederá y, que finalmente
llegaré a los Estados Unidos, omitiendo todas las cuotas, ańos de esperas de los papeles, estadías en
los mugrosos campos de refugiados y con semejantes placeres adicionales. Si fuera poco pisaré la tierra
de Lincoln ya con determinados privilegios, de los cuales los simples refugiados no podrán gozar.
Por mi lado, me emocioné de conocer famoso canal de Panamá, trópico, exóticas palmeras, Océano
Pacífico y con muy probable estadía en el País del Sol Naciente... Adicionalmente me sentí complacido y
orgulloso de plan que idee para salir de Francia, con seguras miras de llegar a los Estados Unidos.
Realmente, dentro de mí mismo, me felicitaba. Todavía más, tuve la certeza, que, al llegar al Nuevo
Mundo, Ąpodré traer a mi Mama y a Marytka, del infierno marxista-leninista!.
La tarde en forma indistinta, dependiendo del servicio que tenían mis amigas, platicábamos sobre el
fututo del nuevo soldado norteamericano. Lo que nadie de esta agradable compańía pudo informarme
o descifrar, que grado tenía aquel oficial del otro mundo.
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ME NOMBRAN ASISTENTE DEL OFICIAL DE ENLACE
Después de desayuno y sentido adiós de las muchachas en la Cruz Roja Polonesa, me encamine a pie
para encontrar a un destino oculto e indescifrable. Un cuarto de hora antes de las 8:00 a.m., traspasaba
el portón de este grande, pesado y negro edificio con mi bolsita repleta con las abundantes
pertenencias personales. Al entrar al espacioso patio, del lado opuesto salió n un capitán del Iido. Cuerpo
Polonés, que estaba en Italia. Al cruzarnos le salude en forma militar, sin detenerme. Unos segundos
pasados, me grito: ĄAlférez!. Me detuve acercándome a él. Cuadrándome enfrente le dije: - a las
órdenes mi capitán, żA donde va Ud.,?, Preguntó. Tengo cita con el Oficial de Enlace, mi capitán. ĄPara
que? Siguió la segunda pregunta. Para ir al Pacífico, mi capitán. żConque misión? Era la tercera
pregunta. Con ninguna, sino sólo para salir de Francia, mi capitán, - żPor qué?, Siguió indagando. Por qué ya no puedo cruzar la frontera franco-italiana.- żDe que unidad es Ud.? De ninguna, mi capitán
respondía.- żżżCómo??? - Le conté que en Sorge, nos calificaron como refugiados y no tuve otro
remedio, que enlistarme para ir a Pacífico, porque pasar a Italia ya era imposible. Ya con tono más
amigable me pregunto: żCómo se llama Ud., alférez? Jerzy Skoryna, me presenté. _ Por principio se
callo Ud. de cabeza con la idea de ir al Pacífico, aunque es cierto que de ninguna forma Ud. podría pasar
la frontera franco-italiana. Esto justificas su decisión. Pero dígame, żno tuvo Ud. un familiar, Coronel Jan
Skoryna? Es mi Padre, capitán, respondí. Oiga, me decía, antes de la guerra, como un joven oficial
estaba bajo sus órdenes en Polonia. Me llamo Piatkowski, soy Oficial de Enlace, entre el II Cuerpo y
Estado Mayor Norteamericano, ĄQuiere ir Ud., a Italia al II Cuerpo? Naturalmente, afirmé.
Entonces, Ąle nombro mi asistente!
En esta forma, sin sospechar unos minutos antes, gracias a mi buena suerte, Providencia, o Ángel de mi
Guarda. En un segundo subí en funciones al... Asistente de Oficial de Enlace, del Ejército Polonés, Ąante
el Estado Mayor de la más grande ponencia militar en el mundo!.
Hice gloriosa retirada, ésta vez del ejército del Nuevo Continente. Si fue, o no lo fui, declarado por cuarta
vez desertor, esto, aunque paseó más de medio siglo, no lo sé.
Acto seguido, me llevó a la Cruz Roja Polonesa, diciendo que, a la una viene por mí, para llevarme a
comer y con mis pertenencias a su casa.
Cuando denté, las nińas me mirarán con curiosidad y cierta preocupación. żConque no Te recibieron, por
esto regresases tan pronto? Preguntaron. Afirmé, que no me recibieron, pero en cambio, fui nombrado
asistente del Oficial de Enlace del II Cuerpo. Les conté toda la historia. Mutua alegría era mas que muy
efusiva. En fin ya pertenezco a un verdadero Ejército Polonés. Como supe más adelante, a nosotros,
los de AK, otros nos consideraban como un verdadero ejército, capaz fe sin abastecimiento de un
armamento suficiente y adecuado de mantener en constante jaque, durante toda la guerra de por lo
menos diez divisiones alemanas, nutridos cuerpos de policía, gendarmería, topas de SS, y de la
GESTAPO, más resistir 63 días, sin cooperación de ninguna clase de los rusos, los que saboteaban todos
los intentos de proporcionarnos el abastecimiento, resistimos a toda la furia de las fuerzas alemanas del
frente ruso-alemán, durante el Levantamiento de Varsovia en verano de 1944. En esta batalla sufrimos,
según algunas estadísticas, más de un cuarto de millón de bajas en la población civil y 40 mil de AK, más
la total destrucción de la Capital de Polonia. No sin razón, los Aliados, y los mismos alemanes
reconocieron al AK, salvo los rusos, como un EJÉRCITO REGULAR.. Esto no sucedió con ningún
movimiento armado de resistencia en la historia de las guerras. Por todo esto, los miembros del AK,
deben ser legítimamente, y con toda la razón sumamente orgullosos.
Ya sin pensar en estos bélicos asuntos filosóficos, al llegar el capitán Ponkowski, con gran carińo me
despedí de las muchachas de la Cruz Roja Polonesa. En un cerrar de los ojos, llegamos a la casa de mi
superior. Esta era una muy amplia residencia arriba de una loma con vista a la ciudad de Marsella y al
mar Mediterráneo. Era la primera vez en mi vida que he visto el mar. Me dio sensación que el mar estaba
arriba de la tierra y que en un momento pudiera precipitarse sobre la tierra.
En el comedor, el anfitrión me presento como su asistente a un teniente coronel, de un campo de los
prisioneros de guerra, que estuvo allí desde septiembre de 1939, cuando Alemania. Sinceramente le
compadecía por los seis ańos de vida perdidos en el campo de prisioneros de guerra en Alemania.
Realmente la vida en los campos no era para nada agradable.
Otro huésped era un joven muchacho, con el número tatuado en su brazo. Era el ex prisionero del campo
de extermino de Auschwitz. Nos contó que la suerte de los poloneses, que superaban en número a los
judíos, era exactamente la misma de que ellos. Maltrato, sufrimientos, castigos, torturas, hambres,
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penas de muerte y destino a los crematorios no diferenciaban a unos de los otros. Depues de tantos
ańos, de los apellidos ya no me acuerdo.
LAS MEJORES VACACIONES DE MI VIDA
Así juntos hemos pasado unos días gozando de un lugar decente y exquisita comida. Aunque devoraba
estos alimentos, me daba pena de comérmelas, pensando en mi Mamá y Hermana, que seguramente no
tiendan lo que yo en aquel momento tuve a mi alcance. De todos modos, el proverbio: panza llena,
corazón contento, demostraba su plena sabiduría.
Descansados, bien alimentados y con los humores muy en alto, recibimos la noticia del Captan
Piatkowski, que mańana, emprenderemos el viaje al Iido. Cuerpo.
Realmente al día siguiente, en un espacioso coche militar, con insignias polonesas, hemos emprendido el
viaje. Fuimos los cinco: el Capitán, el Teniente Coronel, el ex prisionero de Auschwitz, el chofer, y yo.
Íbamos despacio, como máximo 60 km. por hora, para que poder admirar los paisajes. No había prisa
ninguna. Esta lentitud de ninguna forma nos molestaba, todo lo contrario.
Pasamos una rama de los Alpes franceses, dejando al sur Tulón y Cannes. Realmente los paisajes eran
admirables, aunque esta parte de los Alpes no eran tan majestuosas como más al norte. Durante el viaje
contábamos nuestras experiencias y vicisitudes que hemos pasada. El Capitán Piontkowski lo que me
interesó más. Nos contó sus experiencias en Yugoslavia, cuando fue tirado por paracaídas a las guerrillas
del Gral. Mijailovich como oficial británico de enlace, con grado de mayor. Este General, leal al gobierno
en exilio, semejante al nuestro, fue leal y fiel a su Rey. En forma contraria se comportaron los aliados,
dando espalda a sus Aliado yugoslavo, volteándose contra él, reconociendo por la presión de Stalin a
Tito, comunista, de hueso colorado, dándole todo el apoyo, incluyendo en el abastecimiento del
armamento. También confirmo que fusilaban a los ex prisioneros que a fuerza regresaban a Yugoslavia,
como traidores. La misma suerte tocó al Gral. Mijailovicz. Para todos los que procedían de atrás de la
Cortina de Hierro, no indignaban los procedimientos de nuestros aliados, encabezados por los
Estados Unidos. Ya no era falta de palabra y vil traición, sino descaradaza complicidad con los asesinos.
Los procedimientos utilizados por los Aliados eran sin dignidad alguna, falta total de sentimientos
humanos y contra todas las leyes Divinas y humanas. Para salvar a los yugoslavos, básicamente eran
serbios, nuestro Iido. Cuerpo los recibía como si fueran poloneses, haciendo de ellos unos destacamentos
poloneses. A nosotros no nos interesaba, ni obligaban traicioneras decisiones aliadas, deseamos sólo
salvar las vidas de nuestro Aliado, y esto era lo que contaba, y no los criminales acuerdos con los rusos.
Con estas platicas de nuestras vivencias y admirando los paisajes, no tardamos para entrar a la carretera
costera. Viendo desde sinuosa carretera escarpada en la roca, unos veinte metros arriba del mar admiré
las cristalinas aguas del mar Mediterráneo., Semejante transparidad sólo pude ver en los limpios arroyos
en las montańas. Otras aguas de los ríos a los que me acostumbre, siempre han tenido algunos tintes
café, de las partículas de tierra o arena. Aquí, en la Costa Aquí, me sorprendió esta cristalidad del agua.
Al llegar a Niza comimos y pernoctamos. Era la ocasión de mojarme los pies por primera vez en el mar.
Nuestro salvador, Capitán Piotkowski proveyó de unos trajes de bańo militares y fuimos a la playa. Una
impresión de los exótico me hicieron las palmeras en la costera. Aquí me esperó una decepción. La
playa no tuvo ni un grano de arena, sino puras piedras, las que lastimaban los pies de los
experimentados militares. De todos modos, constaté que el agua era salada y limpia, así mismo, que
alejándome de la orilla, perdiendo el piso al nadar, las piedras ya no me molestaban más. En esta forma
pasé toda la tarde regresando a la cena. En la cena, por primera vez en mi vida comí fresca angosta, la
que me satisfizo de sobre manera mi delicado paladar, acostumbrado a las delicias y manjares
militares, sin mencionar las del campo de prisioneros de guerra...
Al acostarme, me preguntaba por enésima vez: aquí en Niza, vivió y tuvo un edificio mi tía Dziunia,
prima de mi Papá. żQué pasó con ella, y si sigue viviendo? Sin recordarme de su dirección y falta de
tiempo no pude buscarla ni averiguar algo sobre ella, peor tantito, que no sabía como se apellidaba de
casada con un francés.
La siguiente etapa que nos espera era Mónaco hasta San Remo. Salimos en mediodía, llagando a la
temprana entrada de la tarde a Mónaco. Nos paramos para admirar la única vista a la bahía de esta
famosa ciudad. Realmente el paisaje era de admirarse, belleza de las edificaciones en las faldas de las
montańas, la bahía en forma de una herradura, llena de veleritos parecía que todo esto como de un
cuento hecho la realidad. Desgraciadamente no fue posible de detenerse en esta maravilla. Pasando la
ciudad a paso lento nos en encaminamos a Mentón, cruce de la frontera al lado galo. Trayecto era corto.
Carretera cerrada, guardias por todos lados, tanto franceses, como de los ejércitos aliados. Después de la
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minuciosa revisión de los documentos se abrió el camino y entramos al territorio italiano. Casi de
inmediato, nos topamos en Ventimiglia con otro similar puesto de control y de la documentación.
Ya se obscurecería, cuando llegamos a San Remo. San Remo muy bien conocido lugar desde Polonia,
mediante una muy melódica canción y no menos románticas letras, del mismo nombre. Lo que pude ver
en la oscuridad del jardín del hotel, eran las sombras contra el cielo de las altas palmeras, otras de la
Niza, también algo nunca visto en realidad, salvo en las fotos y clases de geografía.. De cerca se oían las
olas del mar que se rompían en la orilla cercana del jardín. La cena era abundante de mariscos y
pescados, platos predilectos a mi paladar. |Cómoda y limpia cama me evocaba a los lejanos y felices
tiempos de Varsovia. Con los pensamientos sobre la suerte de mi familia caí a los brazos del Morfeo.
La mańana era también llena de agradables sorpresas. El jardín del hotel se encontraba en la oiría del
mar. La playa era de suave arena que se prolongaba muy lejos hacia el oriente de esta bella Costa Azul
italiana. Era verdadero gozo de aprovechar esta playa y nadar en las tibias aguas del mar. San Remo,
también me hizo una impresión muy favorable, así como de todo lo que he visto en los últimos tres días.
Unas calles paralelas a la costera, se elevaban preciosas villas en las lomas de las montańas que se
elevaban pasando unas cuadras de San Remo. Realmente estas eran totalmente inesperadas vacaciones
mejores de mi vida así me parecían tomando en cuenta la comparación con todo lo vivido en los
últimos ańos de los honores de la guerra. Las vacaciones que tuvimos en los tiempos de preguerra, en
aquellos momentos se me han borrado totalmente de mi mente. Existía solo la comparación entre las
vicisitudes pasadas y el momento actual...
Playas, Mar, palmeras. y muy agradable clima caliente, todo esto embriagaba a mi ser. Ya con mucha
flojera y pocas ganas tuvimos que partir adelante. Si no mi uniforme y de mis acompańantes, más el
carro y, hasta cierto punto el rigor militar, de ninguna forma pudiera sentirme que ya estoy en el
verdadero ejército. Se dejó ni modo, y despacito nos encaminamos por la colorida carretera costera
al oriente. La próxima parada era Imperia. Otro lugar muy pintoresco, edificado por Mussolini. Había
menos palmeras y el lugar con las casas más espaciadas. San Remo me gusto más. Otra vez buenas
comidas, mar, agradable natación y, descanso, aunque como siempre no estaba cansado, dizque muy
merecido, como trataba de convencerme y a cada paso, me decía el Capitán Piatkowski. Lo de
merecido ponía en duda. Según mis pensamientos, mucha gente, sobre todo mi Mamá y Marytka,
merecían más que yo, a estas merecidas vacaciones. Pero los Superiores, tanto en la vida civil, y
sobre todo en la militar, siempre tuvieron que tener la razón, aunque no la tenían..
Saliendo al día siguiente de Imperia, el Capitán Piomkowski, nos aviso que, desde ahora tenemos que ir
más aprisa. Así pasamos Albenga para llegar a Savona.. última parada antes de Génova. Otro lugar muy
bonito en el cual tuvimos que decir adiós al mar de la italiana Costa Azul. Aproveché lo más que se
pudo en el mar. En la mańana temprano nos encaminamos a la ciudad de Cristofolo Colombo. Pasamos
por el puerto para pararnos en un hotel militar. Era un hotel normal, pero tomado para las necesidades
de los ejércitos aliados. Por todas partes había montón de los militares de todos los grados y armas. Allí
me acorde del Oficial de Enlace norteamericano con unas insignias de floreriíta u otra planta rara. El
Capitán me ilustró que era insignia de un mayor. Pero como eran otros grados, entre el mayor y general,
quedaban en la esfera de pura imaginación.
Todavía hubo tiempo de visitar famoso panteón de Génova, por sus artísticos monumentos en las tumbas
y capillas de las distinguidas familias de aquella ciudad.. Realmente valía la pena visitar este sitio.
Todavía nos faltaba un largo trayecto para llegar a Forli, donde ya tenía que ingresar oficialmente a
nuestro ejército.
Primera etapa principiamos recorrer ya tempranito y con velocidad ya no de vacaciones, sino en forma
digna de un vehículo militar. Atravesamos volando Alejandría, Pacencia, desde aquella ciudad ya el
terreno principio ser plano, bien cuidado y sembrado. Ferrara atravesamos como un rayo, tomando curso
al sur llegando en la tarde a Forlim donde se encontraba el punto de reclutamiento. Capitán Piontkowski
ya tuvo preparado un reporte tanto del muchacho de Auschwitz, como de mi persona. Nos pasaron ya al
comedor típicamente militar en una grande tienda de campańa, luego nos enseńaron otra tienda de
campańa, pero ya chica, para pasar la noche. Así se terminaron las mejores vacaciones de mi vida.
ĄII CUERPO OBJETIVO LOGRADO!
Todavía bien dormido, al amanecer de los primeros días de julio, cuando me despertó diana, tocada muy
fuertemente por un trompetista. Rápido bańo, también en una tienda de campańa y, bien formados
fuimos a desayunar al mismo comedor de anoche. Acto seguido tuve que presentarme ante la comisión
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de verificación de mi grado. Con los papeles de Lile y París este acto burocrático duro poco. Al mismo
tiempo me informaron que tuvieron tres reporte sobre mi persona que deserte de: Lubeck, Lille y
Sorgue. En vista de mi presentación el Iido. Cuerpo, se nulifican estas acusaciones y aquellos centros
serán informados, que me presenté en ésta unidad del Ejército Polonés. Acto seguido me turnó al
almacén para entregarme los nuevos uniformes, que eran tres juegos. Un juego para el clima
normal, otro semi tropical con pantalones largos y tropical con pantalones cortos, llamados
shorts. No faltaron los emblemas y distinciones del grado militar, más zapatos. No tardé en
cambiarme, dejando los viejos trapos en el basurero. Ya me sentí que estaba en el verdadero Ejército
Polonés, famoso Iido. Cuerpo, que tomó Monte Cassino, Ancona, Bolonia, llevando todo el peso de las
luchas entre la cordillera de os Apeninos y el mar Adriático. ĄYa me sentí totalmente realizado!
e-mail: [email protected]
vitrina: www.polskiinterent.com/skoryna
FIN
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