CAPÍTULO II: MARCO TEORICO 2.1. Antecedentes de la investigación La importancia del problema del incumplimiento de los tratamientos se hace indiscutible si se analizan las repercusiones que este tiene desde el punto de vista clínico, médico, económico y psicosocial y se demuestra que afecta cuestiones que tienen que ver con la calidad de la atención, con la relación médico-paciente, con el uso racional de los recursos y los servicios de salud, entre otros. De ahí que se convierta en un asunto serio para la salud pública contemporánea, más si se tiene en cuenta que es un problema mundial, que se presenta en todos los países con independencia de su nivel de desarrollo y de alarmante magnitud, sobre todo en las regiones más pobres. En un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud en 2004 que se llevó a cabo en el marco de un proyecto sobre adherencia terapéutica a largo plazo, el que generó un informe técnico divulgado entre 2003 y 2004, se hace un recuento de los estudios más rigurosos en el tema que pone de manifiesto que en los países desarrollados, la adherencia terapéutica en pacientes que padecen enfermedades crónicas promedia solo 50%. Se supone que la magnitud y la repercusión de la adherencia terapéutica deficiente en los países en desarrollo son aún mayores, dada la escasez de recursos sanitarios y las inequidades en el acceso a la atención de salud. Este dato permite reconocer que sólo la mitad de las personas con padecimientos crónicos realizan correctamente el tratamiento indicado y necesario para el control de su enfermedad, lo que pone en peligro la capacidad del sistema sanitario para lograr los objetivos relacionados con la salud de la población. Quiere decir que la otra mitad se encuentra en riesgo de sufrir recaídas, complicaciones, secuelas o llegar a la muerte prematura. Lo peor, es que se trata de un problema que tiende a aumentar a medida que crecen los 12 padecimientos crónicos, lo cual caracteriza el cuadro de salud de muchos países en la actualidad. Dentro de este mismo estudio (OMS, 2004) independientemente de los diferentes criterios y técnicas que se utilicen para evaluar el grado de adhesión a los tratamientos se registran datos sobre la frecuencia de cumplimiento en algunas enfermedades crónicas, los que aún siendo aproximados ilustran la gravedad del problema. Por ejemplo, en hipertensión arterial, el porcentaje de pacientes que cumple su régimen terapéutico es sólo el 27 % en Gambia, 43 % en China y 51 % en Estados Unidos. Para otras enfermedades se informan cifras igualmente bajas. En Australia, sólo 43% de los pacientes con asma toman los medicamentos prescriptos, todo el tiempo y el 28 % utilizan la medicación preventiva indicada. En el tratamiento de la infección por el VIH y el SIDA, la adherencia a los antirretrovirales varía entre el 37% y el 83 % según el medicamento y las características de las poblaciones en estudio y en el caso de los pacientes con depresión se revela entre el 40% y 70 % de adherencia a los tratamientos antidepresivos. Para tener una evaluación real del grado de adherencia terapéutica se necesita contar con instrumentos de medición confiables, también encaminar los trabajos de investigación por enfermedades y valorar el comportamiento de este problema en subgrupos importantes como mujeres, niños, ancianos y poblaciones marginales en los países en desarrollo. Las consecuencias de la deficiente adherencia terapéutica se expresan en diversas esferas de la vida del paciente, en diversos componentes del sistema de salud y en el cuadro de morbilidad y mortalidad de la población. Existe una estrecha relación entre estas, es decir vínculos de influencia e interdependencias mutuas. Por ejemplo, las consecuencias médicas inciden en lo económico o en el aspecto psicosocial. 13 El informe de la OMS (2004) establece que existe una relación interdependiente bidireccional entre la pobreza económica y las enfermedades crónicas. Muchos de los pobres del mundo, a pesar de las diferencias regionales de la geografía, la cultura y el comercio, experimentan el mismo ciclo desalentador: estar sano requiere dinero, para los alimentos, la higiene y la atención médica; pero, para ganar dinero, uno debe estar sano. La falta de atención adecuada para los procesos crónicos obliga a las familias pobres a sobrellevar una carga particularmente gravosa de cuidar a sus seres queridos, lo que mina el desarrollo de sus funciones más básicas. Las mujeres en particular son “gravadas” por la falta de un sistema de asistencia sanitaria que trate efectivamente las enfermedades crónicas. Las necesidades que compiten por los recursos en las poblaciones que adolecen de pobreza crónica socavan los esfuerzos para tratar las necesidades de quienes requieren atención a largo plazo, incluido el problema de la adherencia a los medicamentos y los tratamientos. La adherencia terapéutica deficiente multiplica las grandes dificultades que entraña mejorar la salud de las poblaciones pobres, y produce despilfarro y sub-utilización de los recursos de tratamiento que son de por sí limitados. Con la intención de destacar y recrear con mayor claridad la repercusión que tiene este problema desde el punto de vista médico, económico y para la calidad de vida del paciente, se abordará a continuación, cada una por separado. 14 2.1.1. Consecuencias médicas o clínicas Una deficiente adherencia terapéutica trae consigo resultados negativos como pueden ser: la falta de respuesta terapéutica con expresión en cuestiones como retrasos en la curación, recaídas y aparición de complicaciones; la valoración errónea de la efectividad real del tratamiento con un aumento o disminución innecesario del número de dosis, el cambio de tratamiento con la introducción de otros medicamentos más potentes y tóxicos con el riesgo de la aparición de efectos secundarios agudos o la dependencia a largo plazo del uso del medicamento. El informe de la OMS (2004) enumera algunos de los riesgos que enfrentan quienes no se adhieren a los tratamientos y son muy ilustrativos de este tipo de consecuencias: Recaídas más intensas: relacionadas con la adherencia deficiente pueden ser más graves que las que ocurren cuando el medicamento se toma cómo fue recomendado. Aumenta el riesgo de dependencia: muchos medicamentos pueden producir dependencia grave si se toman incorrectamente. Aumenta el riesgo de efectos adversos: algunos medicamentos suspendidos bruscamente pueden producir efectos adversos y posibles daños. Aumenta el riesgo de toxicidad: el sobre abuso de medicamentos puede producir cuadros tóxicos agudos, con mayor fuerza en niños o ancianos. Aumenta el riesgo de accidentes: el consumo de algunos medicamentos debe combinarse con modificaciones del estilo de vida, como abstenerse del alcohol o no manejar. No tener en cuenta estas medidas preventivas, aumenta el riesgo de accidentes. 15 Riesgo aumentado de desarrollar resistencia medicamentosa, especialmente a los antibióticos, producida por el incumplimiento de los requerimientos de su utilización por parte de los pacientes. Por ejemplo, en pacientes con infección por el VIH/SIDA la resistencia a los antirretrovirales se ha vinculado con niveles bajos de adherencia. 2.1.2. Consecuencias Económicas Gálvez González (1999) en un artículo publicado por la Revista Cubana de Salud Pública “La fármaco economía en la eficiencia de la salud pública”, señala que dentro del gasto en salud se presta cada vez más atención al gasto farmacéutico, preocupación que atañe a los encargados de la toma de decisiones, administradores sanitarios, farmacéuticos y a los propios pacientes. Para el paciente, la falta de adherencia terapéutica, repercute en el gasto invertido en medicamentos que no consume, en la pérdida por concepto de ausentismo laboral a causa de una enfermedad no controlada, en caso de ser trabajador, con la consecuente afectación a la productividad de su puesto de trabajo. El gasto del paciente también se puede traducir en pérdidas sensibles a la economía familiar y en un almacenamiento innecesario de medicamentos no consumidos en el hogar, que puede provocar intoxicaciones accidentales en niños y el aumento de la automedicación irresponsable por cualquier miembro de la familia. El gasto sanitario del estado se puede incrementar considerablemente en atención médica desaprovechada, producción de medicamentos no utilizados, consultas planificadas previamente que no se ejecutan, aumento de intervenciones, hospitalizaciones e incremento del uso de servicios, tanto de 16 emergencia como de cuidados intensivos. El informe de la OMS señala que la interrupción o abandono de una terapia encarece, en cálculos conservadores, al menos en el 20 % los costos de la salud pública. Los beneficios económicos de la buena adherencia terapéutica se expresan en los ahorros generados por la disminución del uso de los servicios de salud complejos y costosos en caso de progresión de la enfermedad, crisis o recaídas. Los ahorros indirectos tienen que ver con la mejoría del paciente, la preservación de su calidad de vida y de todas sus funciones sociales, laborales, recreativas y personales. 2.1.3. Consecuencias psicosociales Ginarte (2001) en un artículo publicado por la Revista Cubana de Medicina General Integral “La adherencia terapéutica”, destaca que la falta de apego al tratamiento puede generar grandes pérdidas desde el punto de vista personal. El paciente puede presentar complicaciones y secuelas que traigan consigo una carga de sufrimiento físico, que pudiera evitarse, así como limitaciones irreversibles y progresivas que afecten de modo significativo su calidad de vida. El padecimiento de una enfermedad implica de por sí una carga estresante y adicional en el desenvolvimiento de la vida de las personas, genera dificultades en la autoimagen, la autoestima y provoca miedos ante una posible amenaza vital y la muerte, sin embargo, el incumplimiento prolonga la recuperación o el control de la enfermedad, mantiene la presencia de síntomas y con ellos el estrés continuo ante una situación de enfermedad mantenida en el tiempo. Alfonso, M. A. y Grau Ábalo J. (2004) en su investigación de la adherencia terapéutica como un problema de la psicología de la salud, publicada por la Revista Cubana de Psicología y Salud señala incluso que esta incide en la esfera de la orientación vocacional y laboral del enfermo al tener que reajustar metas y 17 propósitos que pueden afectar su vida económica, interferir en la comunicación con las otras personas o en los roles habituales y las responsabilidades que tiene en la familia, lo que puede aumentar el sufrimiento de los allegados. Puede promover alteraciones en el funcionamiento familiar generando crisis entre sus miembros. Así como hacer recaer la responsabilidad del seguimiento del régimen terapéutico en otras personas y no en el propio paciente. Por otra parte, la falta de adherencia entorpece la adopción del rol de enfermo que necesariamente tiene que asumir la persona con un padecimiento crónico. La aceptación del hecho de estar enfermo, las consecuencias de asumir este papel y los deberes que implica, entre ellos el cumplimiento del tratamiento, son aspectos psicológicos muy importantes para el ajuste a la enfermedad. La adherencia terapéutica es un contenido del rol de enfermo, que se debe adoptar después que la persona asimila su condición de enfermo. Estos mismos autores, señalan que de ese modo, la adherencia terapéutica puede tener un papel protector, pues es un comportamiento que contribuye a la no progresión de la enfermedad, favorece su control, evita las complicaciones, prolonga la vida y tiende hacia la salud. Es un componente del proceso de enfermar, que puede adquirir, a su vez, carácter salutogénico. En el caso que atañe a la presente investigación, una de las secciones del informe de la OMS (2004) hace referencia a los pacientes que sufren cáncer en general. En la mayor parte del mundo, la mayoría de los pacientes con cáncer sufre un estadio avanzado de la enfermedad que, por desgracia, no responde al tratamiento curativo. En casi 75% de los cánceres avanzados existe dolor, a menudo asociado con muchos otros síntomas, como astenia, anorexia y malnutrición, problemas de piel, sensación de sequedad bucal, sed, estreñimiento, náuseas y vómitos, ansiedad, estado de ánimo bajo, depresión, confusión e insomnio. 18 En tales casos, el único tratamiento existente son los cuidados paliativos, que se centran principalmente en el alivio del dolor. Los cuidados paliativos son un enfoque que mejora la calidad de vida de los pacientes mediante la prevención y el alivio del sufrimiento. Se cree que, para satisfacer las múltiples y variadas necesidades de los pacientes, la atención debe ser holística, multidisciplinaria y centrada en la familia y el paciente. Sin embargo, los cuidados paliativos todavía constituyen un área descuidada en todo el mundo cuya consecuencia es el sufrimiento diario e innecesario de varios millones de pacientes con cáncer. Según el informe de la OMS (2004), la mayor parte de los pacientes oncológicos en los países en desarrollo reciben cuidados paliativos inadecuados y se les asigna menos de 10% de los recursos destinados al control del cáncer en dichos países. Los cuidados paliativos están lejos de ser satisfactorios, entre otras cosas, debido a la ausencia de políticas nacionales sobre alivio del dolor canceroso y otros aspectos de los cuidados paliativos; a la falta de educación para el personal sanitario, los formuladores de políticas, los administradores y el público en general; a las limitaciones en la provisión y distribución de los medicamentos necesarios para aliviar el dolor y otros síntomas, en particular en los países en desarrollo; a la escasez de personal sanitario profesional autorizado; y a la falta de recursos financieros para la investigación y el desarrollo en los cuidados paliativos. El alivio del dolor constituye un componente clave de un programa integral de atención paliativa. El alivio del dolor canceroso puede lograrse en cerca de 90% de los casos, pero, por desgracia, el dolor a menudo se controla mal. El dolor puede aliviarse con medicamentos, pero también se pueden incluir otros medios: los enfoques psicológicos, los procesos patológicos (por ejemplo, degeneración nerviosa) y la modificación de las actividades diarias. 19 Los datos de los estudios de Miaskowski, Du pen y Ward et al. citado en el estudio de la OMS (2004) indican que uno de los principales factores que contribuyen al subtratamiento del dolor canceroso es la falta de adherencia al régimen terapéutico. El estudio de Ward et al. indicó que un tercio de los pacientes monitoreados retrasó u omitió muchas dosis prescritas. Esto refleja el hecho de que los pacientes a menudo toman sus dosis a intervalos mayores que los prescritos, por lo común más largos por horas, pero a veces por días y, ocasionalmente, por semanas. Las consecuencias clínicas y económicas de estos deslices en la dosificación son especialmente difíciles de medir debido a la complejidad del tratamiento y la gravedad de la enfermedad. Dado que más de 90% de los cuidados paliativos se presta en forma ambulatoria, es sumamente importante que los médicos sepan cómo se adhieren sus pacientes a su régimen para los analgésicos u otros tratamientos paliativos y, si fuera posible, también deberían estar al tanto de las intervenciones efectivas que existen para mejorar la adherencia. Es imprescindible hacer notar que la Organización Mundial para la Salud realizó una búsqueda sobre la adherencia a los cuidados paliativos del cáncer en MEDLINE (1990-2002), así como la inclusión de algunos exámenes e informes de organizaciones internacionales y nacionales y esta búsqueda arrojó solo los estudios que evaluaron la adherencia al alivio del dolor en los cuidados paliativos. Curiosamente, lo usual era que la adherencia no fuera definida explícitamente en los artículos revisados, pero era referida en general como “los pacientes siguen las recomendaciones médicas”. En términos operativos, las variables de la adherencia se definieron como: “no tener una prescripción dispensada”, “no tomar la medicación”, “errores de dosificación”, “reducir la medicación”, “tomar medicación extra” y “tomar medicación adicional no prescrita”. 20 Los estudios examinados en este trabajo emplearon varios métodos para calcular la adherencia de los pacientes a su medicación. Estos métodos, que pueden usarse por separado o en combinación, son: el examen de los expedientes médicos, la auto notificación del paciente, el informe familiar, el recuento de los comprimidos restantes, los dispositivos de medición electrónica, las tasas de redispensación de recetas, los marcadores biológicos en el suero o la orina, las valoraciones para cuantificar los medicamentos o sus metabolitos y el resultado terapéutico. Pocos estudios han proporcionado datos sobre el grado de adherencia terapéutica de los pacientes oncológicos a su alivio del dolor y no siempre se describieron los métodos usados para calcular las tasas de adherencia. 2.1.4. Factores e intervenciones que influyen sobre la adherencia terapéutica La no adherencia es un problema que tiene muchos determinantes; la responsabilidad de la adherencia terapéutica tiene que ser compartida por los profesionales de la salud, el sistema de atención sanitaria, la comunidad y los pacientes. Muchos estudios han identificado los factores que influyen sobre la adherencia, y los agruparon en cinco dimensiones: los factores socioeconómicos, los factores relacionados con el sistema de atención sanitaria y el equipo de salud, los factores relacionados con la enfermedad, los factores relacionados con el paciente y los factores relacionados con el tratamiento, como se muestra en el cuadro siguiente. 21 Cuadro 1. Factores que influyen sobre la adherencia a los cuidados paliativos oncológicos e intervenciones para mejorarla, enumeradas según las cuatro dimensiones y las intervenciones empleadas para mejorar la adherencia terapéutica Cáncer Factores que influyen sobre la adherencia terapéutica ( – ) Falta de conocimiento de los profesionales de la salud sobre el tratamiento del dolor; comprensión Inadecuada de la fármacodependencia por el personal sani-tario (OMS, 1996); temores de los profe-sionales de la salud a ser investigados o sancionados (Jones WL et al, 1984); de-ficiente educación al paciente sobre la atención (OMS, 1997); deficiente educa-ción sobre la atención a la familia y los prestadores de asistencia (OMS, 1997); renuencia de los médicos para prescribir opioide para uso en la casa (OMS, 1997 (+) Buena relación entre el paciente y médico (Ferrell BR, Dean GE., 1994) Intervenciones para mejorar la adherencia terapéutica Adiestramiento de los profesionales de la salud en la adherencia terapéutica (OMS, 1997); componente de educación sobre el dolor en los programas de adiestramiento (MacDonald N et al, 1997); apoyo a los prestadores de asistencia; atención multidisciplinaria; visita de seguimiento por las enfermeras de la comunidad (OMS, 1997); supervisión domiciliaria del tratamiento del dolor (OMS, 1997); identificación de las metas de tratamiento y elaboración de las estrategias para lograrlas Factores relacionados con la enfermedad ( – ) Naturaleza de la enfermedad del paciente; comprensión deficiente de la enfermedad y sus síntomas Educación en el uso del medicamento (Ward S et al.,2001) Factores relacionados con el tratamiento ( – ) Regímenes de tratamiento comple-jos; toma de demasiados comprimidos; frecuencia de dosis; no tener instrucción de tratamiento alguna; malentendidos acerca de las instrucciones sobre cómo tomar los medicamentos; sabor desagradable de la medicación; efectos adversos del tratamiento; dosis de tratamiento inadecuadas; ineficacia percibida; prescripción duplicada in-necesaria (Zeppetella G., 1999) (+) Monoterapia regímenes dosificación sencillos ((Zeppetella G., 1999) Simplificación de los regímenes (Mullen PD., 1997); educación en el uso de los medicamentos; dar instrucciones claras; esclarecer los mal-entendidos sobre la recomendación de opioide; prescripciones adapta-das a los pacientes; monitoreo y revaloración continua del tratamiento; evaluación y tratamiento de los efectos colaterales; coordinación de la prescripción (Zeppetella G., 1999, Mullen PD., 1997) Factores relacionados con el paciente ( – ) Olvido (Zeppetella G., 1999); concepciones erróneas acerca del dolor (Ward S et al.,2001, Horne R,Weinman J, 1999); dificultad para tomar la preparación como se la prescribió (Zeppetella G., 1999)); temor a las inyecciones (Ward S et al.,2001); inquietud por los posibles efectos adversos (Horne R,Weinman J, 1999); sin necesidad autopercibida de tratamiento (Zeppetella G., 1999), Horne R,Weinman J., 1999); creer que no es importante tomar los medicamentos (Zeppetella G., 1999), Horne R,Weinman J., 1999); ansiedad indebida por la dependencia a la medicación (Ward S et al.,2001); temor a la dependencia (Ferrell BR, Dean GE, 1994); estrés psicológico Intervenciones para corregir las concepciones erróneas sobre el tratami-ento del dolor y para promover el diá-logo entre paciente y oncólogo acerca del control del dolor (Zeppe-tella G., 1999), Ward S et al.,2001); exploración de los temores (por ejemplo, acerca de la dependencia) (Zeppetella G., 1999), Ward S et al.,2001); evaluación de las necesidades psicológicas (Jordhoy MS et al. 2001); educación en el uso de los medicamentos (Ward S et al.,2001); in-tervención, comportamental y motivacional (Ward S et al.,2001); buena relación personal sanitario-paciente (Ferrell BR, Dean GE, 1994); autocuidado de la enfermedad y tratamiento ( Ward S et al., 2001, Chelf JH et al, 2001; De Wit R et al., 2001; Rimer B et al, 1987); autocuidado de los efectos colaterales (16-18) Factores relacionados con el sistema y el equipo de atención sanitaria +) Factores con un efecto positivo sobre la adherencia terapéutica; (–) factores con un efecto negativo sobre la adherencia terapéutica. 22 A partir de esta información recopilada por la OMS (2004) se concluyó que las definiciones y mediciones de la adherencia varían mucho; esto impide efectuar comparaciones entre los estudios y las poblaciones. Existe poca información sobre la adherencia al tratamiento paliativo de los pacientes oncológicos y solo aborda los regímenes para aliviar el dolor. La información existente comunica tasas de adherencia que comprenden de 24,7 a 88,9%. Un programa general de cuidados paliativos debe incluir la gestión de la adherencia terapéutica para mejorar la efectividad de las intervenciones y asegurar una calidad de vida aceptable para este grupo de pacientes. Al menos en el caso de El Salvador, los problemas de la adherencia terapéutica han sido pasados por alto por los directivos de la salud y los formuladores de las políticas sanitarias y por eso se realizan muy pocas investigaciones y casi nulas intervenciones de modo directo y sistemático en este asunto. La adherencia terapéutica es un tema al cual no se le ha prestado mucha atención, sin embargo es momento de hacer un alto en el camino y de cambiar esta concepción y comprender la necesidad de asumir la mejoría de la adherencia terapéutica como estrategia de trabajo prioritaria, como una inversión que permitirá abordar efectivamente, sobre todo, las enfermedades crónicas. Según la OMS (2004), existen pruebas de que las intervenciones efectivas en este terreno puede tener una repercusión mucho mayor sobre la salud de la población que cualquier mejora en los tratamientos médicos específicos. 2.2. Bases Teóricas de la Adherencia Terapéutica 2.2.1. Definición La organización mundial de la salud (OMS) ha determinado el término adherencia como: “La magnitud con que el paciente sigue las instrucciones médicas”. La definición de Haynes avalada por la OMS (2001), conceptualiza la 23 adherencia como “la medida en que las conducta de una persona, en términos de toma de medicamentos, el seguimiento de dieta o de realización de cambio de estilos de vida, coincide con el consejo médico o sanitario”. Una de las definiciones más aceptadas es la propuesta por Di Mateo y Di Nicola (1982), quienes conceptualizan la adherencia como “una implicación activa y de colaboración voluntaria del paciente en un curso de comportamiento aceptado de mutuo acuerdo, con el fin de producir un resultado preventivo o terapéutico deseado”. Esta definición tiene la virtud de otorgar una mayor participación del paciente en la toma de decisiones que afectan a su propia salud. En este caso el paciente debe adherirse a un plan que acepta y ha acordado con el médico tratante y en el cual se supone ha podido participar en su elaboración. Según la psicología de la salud, la adherencia se define como: Implicación activa y de colaboración voluntaria del paciente en un curso de comportamiento aceptado de mutuo acuerdo, con el fin de producir un resultado preventivo o terapéutico deseado”. 2.2.2. La adherencia terapéutica y la Psicología de la Salud En el marco de Psicología de la Salud la adherencia terapéutica es un fenómeno complejo que está condicionado por múltiples factores de diversa naturaleza como lo son sociales, económicas, culturales, psicológicos y de la enfermedad misma. Por tanto es de gran interés en las ciencias de la salud encontrar los móviles que llevan a las personas a incumplir el régimen terapéutico. La adherencia al tratamiento comienza a desempeñar su papel en el momento posterior al diagnóstico de la enfermedad, cuando suele producirse una 24 diferenciación subjetiva entre su caracterización nosológica (etiología), pronóstico, y tratamiento y la forma en que la percibe quien la padece. Los estados psicológicos influyen en la salud, en los sentimientos y en las emociones de los pacientes diagnosticados con alguna enfermedad crónica o terminal, pudiendo llegar a tener efectos positivos o negativos en nuestro bienestar físico. Sentimientos de ser amados y apoyados por otros pueden ayudar a tratar situaciones estresantes (Herman y Oblitas, 2005). Por tanto la enfermedad conlleva a un evento altamente estresante, que puede convertirse para el paciente en: reto, amenaza, perdida, castigo, beneficio o, incluso, como alivio de responsabilidades a diferentes situaciones personales (jefe de familia, empleado y otras). En función de lo anterior, el paciente adopta una conducta de rol de enfermo; las consecuencias del rol y los deberes del mismo son aspectos psicológicos muy importantes para la adherencia, considerándose así esta como un conjunto de conductas que se adoptan después de que la persona asume su condición de enfermo (Martín & Grau ,2004). Según Martín Alfonso en el 2004 hacen mención a las conductas del paciente que conllevan a los problemas en la adherencia al tratamiento están: (1) dificultades para comenzarlo; (2) suspensión prematura; (3) cumplimiento incompleto y/o deficiente de las indicaciones, que se expresen en errores de omisión, de dosis, de tiempo o de propósito (equivocación en el uso u otro medicamento); (4) ausencia a consultas e interconsultas, y rigidez de hábitos y estilos de vida necesarios para el mejoramiento de la enfermedad; se destaca también la práctica de la automedicación. 25 La conducta de adherencia al tratamiento esta también determinada, entre otras cosas, por un sistema de conocimientos, creencias que el paciente tenga acerca de su enfermedad y su motivación para recuperar la salud o para adaptarse adecuadamente a su condición de enfermo. Como se ha planteado anteriormente la adherencia al tratamiento es un asunto comportamental, por lo tanto depende de la conducta del paciente; pero también se relaciona estrechamente con la conducta del profesional sanitario, al menos en la medida en que estos ofrezca verbalmente las instrucciones de las indicaciones con la claridad requerida. 2.2.3. Teorías de la Adherencia Terapéutica Con el fin de explicar el rol de la psicología de la salud en el fenómeno de adherencia terapéutica el cual involucra a todos los profesionales de la salud, proporcionando así un cuerpo de teorías y modelos que han demostrado ser útiles para el pronóstico e intervención sobre la conducta en la adherencia terapéutica, entre estas cabe mencionar primero el Modelo Conductual, segundo las Teorías Cognitivas del Aprendizaje, dentro de estas encontramos la teoría de la Autoeficacia (Albert Bandura 1986), la Teoría de Acción Razonada. (Ajzen y Fisbein, 1980) y el Modelo de Creencias sobre la Salud (Buker, 1979). Según el modelo conductual, la adherencia se basa en los principios del condicionamiento operante propuesto por B. F Skinner (1953). La clave del condicionamiento operante consiste en el refuerzo contingente a cualquier respuesta que impulse al organismo (persona) a adoptar el comportamiento deseado (adherencia en este caso). Los psicólogos han utilizado el reforzamiento para establecer el comportamiento de adherencia. 26 Así también las teorías Cognitivas del Aprendizaje están basadas en los mismos principios del aprendizaje que subyacen a los modelos conductuales, a su vez incluyen aspectos como la interpretación de las personas y la evaluación de su situación, respuesta emoción y su capacidad de afrontar los síntomas de la enfermedad. Dentro de este modelo se encuentra la teoría de autoeficacia, la teoría de la acción razonada y el modelo de creencias sobre la salud (fundamentos de la teoría de la salud, Braddon, 2000) las cuales se describen a continuación. El término de la teoría de autoeficiencia ha sido utilizado para predecir la adherencia de una serie de recomendaciones de salud y fue incluido por Albert Bandura (1986) al hacer referencia a la adherencia y la no adherencia del paciente. Afirma que esta se fundamenta sobre la creencia de que una persona puede alcanzar exitosamente la conducta deseada. Esta creencia en la habilidad o capacidad de alcanzar lo deseado se denomina auto eficacia percibida. De acuerdo a esta teoría, esta creencia es esencial para predecir la conducta de adherencia, aun cuando otros predictores están presentes. Es así como una persona puede sentirse vulnerable ante una enfermedad, entender y conocer cuáles son los comportamientos específicos que requiere el tratamiento, creer que la adopción de tal conducta saludable disminuirá la probabilidad de enfermar y tener apoyo social. Sin embargo, si la persona no está convencida que tiene la habilidad para ejecutar la conducta, es poco probable que la lleve a cabo. Finalmente, se informa que la variable auto eficacia, incrementa la habilidad del paciente para guiar su tratamiento, de modo independiente al equipo médico, lo que a su vez podría conllevar menos visitas a los centros de salud. Por otra parte la Teoría de la Acción Razonada (Ajzen y Fishbein, 1980; Fishbein y Ajzen, 1975) está relacionada con las creencias, actitudes, intenciones 27 y conductas. Esta teoría señala específicamente que el mejor predictor de la conducta es la intención que la persona tenga para llevar a cabo la acción. A su vez, la intención de comportamientos es función de las actitudes de las personas hacia el comportamiento, determinadas por la creencia de que el comportamiento produce resultados positivos o negativos y de la norma subjetiva, modelada por la percepción del valor que otras personas importantes otorgan. Finalmente, el Modelo de Creencias sobre la salud (Becker, 1979; Becker y Rosenstock 1984) la cual integra las teorías cognitivas y conductuales para explicar el porqué los pacientes fallan en adherirse. Además sostiene que las creencias influyen en la adherencia terapéutica. El efecto acumulativo que se tiene de las creencias en la susceptibilidad percibida en relación a las consecuencias negativas por la falta de cumplimiento incluyen la gravedad percibida de estas consecuencias, la relación percibida entre costo y beneficio que presentan los comportamientos de adherencia y las barreras percibidas para incorporar comportamientos de adherencia en el estilo de vida personal. 2.2.4. Factores Determinantes en la Adherencia Terapéutica Martín & Grau (2004), plantean la existencia de un amplio grupo de factores que influyen en la conducta de cumplimiento o incumpliendo del tratamiento médico. El primer factor esta relacionado por variables propias de la interacción con el profesional sanitario que se establece entre el equipo asistencial y el paciente, la confianza, continuidad, accesibilidad, flexibilidad y confidencialidad son factores que influyen favorablemente. 28 El equipo asistencial, dada la complejidad del problema, debe ser preferentemente multidisciplinario (médico, psicólogo, enfermería, farmacia hospitalaria, asistencia social, etc.). Es importante contar con el personal especialmente motivado, con experiencia y conocimientos específicos. Una relación de colaboración entre el paciente y profesionales sanitarios, puede contribuir a mejorar la adherencia al tratamiento en enfermedades crónicas. Dentro de este factor se han investigado las variables de satisfacción del paciente y la comunicación del paciente con el equipo de atención en salud, y su incidencia positivamente para que se de el cumplimiento. La satisfacción del paciente se relaciona básicamente con el nivel de expectativas que éste tiene respeto al servicio que espera recibir, acá se dan dos tipos de satisfacciones una especifica que está referida a la percepción de las características del profesional de la salud (actitud amistosa y preocupada por el bienestar del paciente) y la otra global referida también a una apreciación mas general por parte del paciente de todo el sistema de salud (características del lugar donde se presenta la atención, otorgamiento de citas y medicamentos, cumplimiento de horarios por parte del médico, atención hospitalaria entre otras) todo lo anterior se resume en la evaluación integral que otorga el paciente a las diferentes dimensiones. En cuanto a las características de la comunicación, diferentes autores entre ellos DiMatteo (1985); Sherbourne, Hays et al (1992) afirman que los pacientes que mantienen una buena comunicación con su médico tienden a cumplir más las recomendaciones. Una adecuada comunicación verbal se da cuando el medico presta atención a las preocupaciones del paciente. Además con frecuencia los médicos y los pacientes no hablan el mismo idioma, ya que tienden a hablar en terminología médica, como resultado los pacientes puede experimentar ansiedad, miedo o dolor al no comprender dicha 29 terminología (Charlee, Goldsmith, Chambers & Haynes). Así mismo, los antecedentes étnicos, el nivel educativo o la clase social pueden contribuir a generar problemas de comunicación. También Svarstad (1996) en su investigación demuestra que muchos pacientes dejan las oficinas de su médico sin saber exactamente cómo seguir las recomendaciones, ni los detalles de su tratamiento esto incluye la frecuencia en la toma de sus medicamentos y el beneficio que estos le aportan. Un segundo factor se refiere al tratamiento o régimen terapéutico, y tiene un carácter básicamente médico y esta refiero a la complejidad del tratamiento, a los síntomas o efectos generados por los tratamientos y también en cuanto más complejas sean las demandas, menor será la tasa de adhesión. Como afirmaban Gillum y Brasky ya en el año 1974, “cualquier paciente sometido a un régimen complejo o que requiera un cambio importante en su hábitos o estilos de vida, tiene muchas posibilidades de no adherirse al régimen terapéutico”. Las variables de este factor que contribuyen o dificultan la adherencia a los tratamientos son: a) La complejidad del régimen terapéutico, la probabilidad de fallos o problemas en la adherencia se ven incrementados en cuanto más cambios en las actividades habituales de la vida cotidiana del enfermo se exijan. El número de dosis o dosificación ha sido relacionado con el nivel de adherencia, se ha comprobado que los regímenes de medicación monodosis dan lugar a mejores tasas de adherencia que los regímenes multidosis. Otro aspecto a tomar en cuenta es la duración del tratamiento, cuando un resultado se mantiene constante a lo largo de la enfermedad las tasas de adhesión disminuyen con el tiempo. Según Ley (1997) cuanto más simple es el 30 régimen del tratamiento y más corta su duración mayor es el grado de cumplimiento; b) la relación costo – beneficio del régimen de tratamiento estos pueden ser diversos (económicos, sociales, laborales, familiares, emocionales vrs. la convicción de que la enfermedad se ha curado); y c) la presencia de efectos secundarios está referido a que los medicamentos utilizados en el tratamiento provocan efectos colaterales y podrían actuar como estímulos aversivos que afectan las tasas de adherencia ya que estos efectos pueden ser mas perturbadores que los síntomas propios de la enfermedad. Los efectos secundarios favorecen el incumplimiento, especialmente, cuando el paciente se comienza a sentir mejor. Un tercer factor esta referido a la naturaleza de la enfermedad en la que se destacan el tipo de enfermedades ya sean estas agudas o crónicas, así como también los síntomas de dolor, incomodidad o malestar de la misma que vienen a dificultar el cumplimiento de las prescripciones. Pareciera que resulta mas difícil seguir las recomendaciones de tipo profiláctico que terapéuticas cuando los síntomas están produciendo malestar (macia y Méndez, 1999). En general, los niveles más bajos de adhesión aparecen en pacientes con enfermedades crónicas, en las que no hay un malestar o riesgo evidente, en aquellas que requieren cambios en el estilo de vida y cuando la prevención en lugar de curar o aliviar los síntomas pretende instaurar un nuevo hábito de vida. Meichenbaum D, (1991). Para Rodríguez-Marín (1990) el paciente que presenta una enfermedad asintomática, no dispone de claves internas para la acción y, además, su conducta de seguimiento de la prescripción no recibe refuerzo (o si lo recibe no es inmediato) con lo cual la probabilidad de que ésta ocurra disminuye. Finalmente, el cuarto factor está constituido por un conjunto de factores psicosociales que se relacionan con las actitudes y creencias de los pacientes, 31 con respecto a la medicación, la enfermedad y el equipo asistencial, los cuales influyen para aceptar el tratamiento propuesto y realizarlo de forma correcta; así también el apoyo social y familiar pueden ayudar a incrementar la ejecución de las prescripciones y al paciente a mantenerse dentro del régimen terapéutico. Según numerosas investigaciones llevadas a cabo han determinado que las creencias que más influyen en la adherencia o cumplimiento al régimen terapéutico incluyen, en primer lugar, las creencias del paciente asociadas a la severidad de la enfermedad y la estimación del riesgo de enfermar o vulnerabilidad percibida (Becker,1974; Rosentock,1974,1985; Rosentock y Kirscht,1982). Los pacientes no se incorporan al tratamiento con una visión de tabla rasa sino que, por el contrario, tienen sus propias representaciones de aquello que significa una amenaza para la salud, por tanto los pacientes planifican y actúan según éstas, y los temores que las acompañan. Estas representaciones y temores se construyen a partir de muchas fuentes, incluyendo amigos, familiares, medios de comunicación, los propios síntomas corporales y mentales, y la información ofrecida por el profesional de la salud. Es importante considerar que las creencias no se mantienen constantes a lo largo del tratamiento, pudiendo cambiar por múltiples causas (al adquirir más información, por la evolución de la enfermedad, etc.). En segundo lugar, las creencias de la persona de ser capaz de ejecutar la respuesta necesaria (autoeficacia percibida, Bandura 1977, 1978, 1982, 1986, 1986) Cuando los pacientes creen que son responsables de su propia salud están más dispuestos a seguir las recomendaciones medicas, caso contrario los pacientes que creen que apenas ejercen control sobre su propia salud tienden a ser incumplidoras. Luego, la creencia de que la respuesta será más eficaz que los costos ocasionados por la conducta (utilidad percibida). Cuando los pacientes creen que las recomendaciones para seguir los tratamientos dados por un profesional les 32 traerán beneficios a su salud, es entonces que están dispuestos a cumplir con dichas recomendaciones Otro aspecto a tomar en cuenta es el apoyo social y familiar que pueda recibir el paciente y está referido en cuanto a animarlo a cumplir el régimen terapéutico. El tipo de apoyo, ya sea familiar, de amigos u otras personas significativas para el paciente, puede contribuir a facilitar e incrementar la ejecución de sus prescripciones, como también ayudarle a ejecutar las acciones necesarias para volver a realizar una vida normal (Alfonso, L. M. 2003). Los beneficios que puede obtener el paciente de los cuidados dispensados por su familia, también, se relacionan con la adherencia. Sin embargo, incorporar simplemente a otros miembros familiares o “personas de apoyo”, no garantiza que estas personas proporcionen un “buen” apoyo. Es especialmente importante que la atención se dirija hacia la naturaleza del apoyo, en lugar de a su mera presencia. (Ibíd.). Los regímenes extensos de autocuidados, afectan no sólo al paciente, sino también a su familia, además, los distintos miembros de la familia pueden tener criterios diferentes (unos son más rígidos, otros más permisivos, etc.) que ocasionan enfrentamientos. Para evitar o reducir estas situaciones lo mejor es proporcionar información, entrenamiento y ofrecer apoyo (Garrido E.1993). Otro tipo de apoyo social, que puede beneficiar a la adherencia al tratamiento, son los grupos de apoyo. Éstos pueden ser utilizados tanto por el paciente como por sus allegados. Existen numerosos grupos para una gran diversidad de poblaciones clínicas (pacientes con Diabetes y con adicción a bebidas alcohólicas, pacientes con dolor, con cáncer, etc.) (Ibíd.). Otras características que influyen en la adherencia al tratamiento están las personales y demográficas (edad, sexo, status socioeconómico, raza o religión, 33 etc.). La variable edad parece afectar la adherencia en diferentes formas: a) dependiendo de la edad de los pacientes, ejemplo niños con cáncer presentan mayor problema para cumplir con procedimientos específicos (Manne, 1993) y b) del tipo de enfermedad, según estudios llevados en pacientes diagnosticados con hipertensión con edades entre 35 y 84 años, los resultados muestran que las personas que tienen entre 65 y 74 años tienen una mayor adhesión a la toma de medicamentos (Morrel y otros, 1995). La influencia del sexo y otros aspectos socioculturales también depende de las circunstancias, por ejemplo mujeres con diabetes obsesionadas con bajar de peso tienen dificultades para controlar el azúcar en sangre Polonsky y otros, 1994). Estas creencias y normas sociales, por tanto, conforman el contexto sobre el cual descansan los intentos del médico por influenciar el cumplimiento de lo prescrito. Debe entonces entenderse que hay factores psicológicos y sociales que operan de manera extremadamente compleja para inducir la obediencia al tratamiento. Y que el fracaso en lograr un cumplimiento cabal del mismo sugiere fracaso en la producción de cambios de actitudes y conductas. 2.2.5. Definición y tipología de la Leucemia Es un cáncer de los glóbulos blancos que se origina en la médula ósea, pero puede propagarse a la sangre, los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado, el sistema nervioso central y otros órganos. Es una enfermedad compleja ya que tiene muchos tipos y subtipos diferentes. La clase de tratamiento administrado y el pronóstico del paciente leucémico varían grandemente, de acuerdo con el tipo exacto de leucemia y otros factores individuales. La leucemia consiste en la proliferación desordenada de una clona de células hematopeyaticas (células madres), cuyo origen primario es la medula ósea (Ruiz Arguelles G: 1994). 34 Dicho padecimiento es catalogado como agudo por que progresa con un mayor numero de células inmaduras cancerosas o crónico que progresa con células leucémicas de apariencia mas madura. Hoy en día han sido descubiertas una gran variedad de tipos de leucemias como lo son la aguda no linfocítica, de células ilosas, granulocitica aguda, granulocitica crónica, linfocítica aguda (LLA), linfocítica crónica (LLC), leucemias mielocítica crónica (LMC) y mieloide aguda (LMA) Los primeros síntomas que se presentan en la leucemia, de acuerdo al diccionario médico pueden ser similares a los de la gripe o cualquier otra enfermedad común, por lo que es complicado diagnosticar este padecimiento durante sus inicios. A medida que la afección avanza aparece el dolor en los huesos, el cansancio, falta de apetito, fiebre intermitente, perdida de peso, astenia (debilidad o falta de fuerza) como resultado de la multiplicidad de las células leucémicas en el sistema óseo. 2.2.6. Tipos de Leucemias Las leucemias se clasifican en: Linfoblástica: es un cáncer que se genera en la médula espinal, específicamente en la producción de glóbulos blancos llamados linfoblásticos, al ser estos anormales y proliferarse en la médula espinal, causan fallas en la producción de los otros elementos normales de la medula como lo son las plaquetas. Entre los síntomas más comunes se pueden mencionar: dolor de huesos (óseo), disnea, sudoración nocturna, sangramientos con facilidad, hematomas (moretones),dolor de problemas de hígado o bajo estado de ánimo, la duración de los síntomas por lo general se mantiene por días o semanas. Mielocítica o no Linfocítica: En esta se incluye la llamada leucemia mielocítica, es un grupo de canceres hematológicos que afecta otras células 35 para la formación de sangre además de los linfoblasto. Existen dos tipos de glóbulos blancos en este tipo de leucemia: los granulositos o los monolitos. Los síntomas se parecen a los de la leucemia linfoblástica. A su vez estos tipos de leucemias pueden agruparse en: Agudas: Se caracterizan por tener un desarrollo rápido aunque las células no crecen rápidamente, no pueden madurar de forma adecuada. Esta principalmente afecta los glóbulos rojos, de manera que existe una disminución de estos, los cuales son reemplazados por glóbulos anormales provocando de esta manera lo que se conoce como anemia al reducir el número de plaquetas en la sangre. Los glóbulos blancos son reemplazados por células anormales. El principal órganos afectado es la medula ósea al ser inválida por los glóbulos blancos anormales alterando la producción normal de las células sanguíneas esto dan como resultado una inflamación en los nódulos linfáticos. Crónica: El desarrollo es más lento que la anterior, las células parecen ser maduras, pero no son completamente normales. Estas viven demasiado tiempo y causa ciertos tipos de glóbulos blancos. Es menos frecuente que la aguda y puede ser linfocítica y mielocítica. 2.2.7. Causas de la Leucemia La leucemia no es un padecimiento hereditario o contagioso, sin embargo no se conoce la causa exacta de tal alteración. En algunos casos existe claramente exposición a algunos agentes múgatenos como radiaciones o gentes químicos derivados del benceno. Un ejemplo de ello es el accidente nuclear de Shernobyl (Antigua URSS) ocurrida en 1986, en donde a partir del suceso se observó un aumento en la incidencia de leucemias en la población expuesta Aur, RJA y Pavlosky (1992) 36 Se cree que las causas pueden deberse a la conjugación de factores tales como: genéticos, inmunodeficiencias, factores ambientales como radiación y sustancias toxicas, virus y otras, que en general resultan desconocidas, pero que actuar conjuntas desencadenan dicho padecimiento. 2.2.8. Elaboración de un Diagnostico de Leucemia Luego de que el paciente presenta síntomas y el médico tiene una sospecha de leucemia se inicia el diagnóstico con un examen de sangre, seguido por un aspirado de la médula espinal, para la realización de este examen se requiere insertar un aguja en las vértebras, a la altura de la cadera y extraer líquido, este procedimiento pude ser realizado de tres maneras diferentes con inyecciones de anestesia local solamente, con anestesia local y un sedante fuerte o bajo anestesia general. El líquido extraído es enviado al departamento de patología para el estudio correspondiente a su vez en algunos casos es indispensable tomar una biopsia para corroborar el diagnóstico. Un segundo proceso es la punción lumbar o perforación espinal, es requerido para determinar si la leucemia se ha diseminado a lo largo del sistema nervioso central. Este examen requiere también de la inserción de una aguja entre las vértebras de la espalda baja para remover un muestra de liquido espinal. En algunos casos se procede a realizar una biopsia la cual consiste en la extirpar el ganglio linfático completo, si este se encuentra cerca de la superficie de la piel, es una operación sencilla que puede realizarse insensibilizando el área circundante; pero si éste se encuentra dentro del tórax o del abdomen, será necesario administrar anestesia general al paciente. Este procedimiento sólo se utiliza en contadas ocasiones para las personas con leucemia. 37 Otra manera de realizar un diagnóstico de leucemia es a través de radiografías, TAC, resonancia magnética, ecografías. 2.2.9. Protocolo Medico del tratamiento de Leucemias La radioterapia y la quimioterapia son los dos tipos de tratamientos estándares para combatir la leucemia. La Quimioterapia: Es un tratamiento que utiliza medicamentos para prevenir la proliferación de células cancerosas, mediante la destrucción de las células o evitando su multiplicación. Esta no destruye únicamente las células malignas, sino que también ataca las células normales como las del sistema digestivo (provocando diarreas y ulceras en a boca) las de la nariz, del cabello (caída del cabello) y de la medula ósea (disminución de las células sanguíneas), fatiga; náuseas y vómitos cambios en el gusto y olfato; estreñimiento o diarreas. Dichos tratamiento consiste en la administración de varios medicamentos por vías: intravenosa, oral e intrate tal (por la columna vertebral). Dichos medicamentos se utilizan con el objetivo de destruir las células anormales (leucémicas). La forma de administración depende del tipo de cáncer en tratamiento. Expertos en la salud manifiestan que muchos de los pacientes abandonan su tratamiento, entre las razones que citan están: factor económico, falta de información proporcionada al paciente y a sus familiares sobre el diagnóstico y el tratamiento, efectos colaterales, su expectativa de curación, o la presencia de medicinas alternativas proporcionada por charlatanes, que ofrecen curas maravillosas. 38 Radioterapia: Es una forma de tratamiento basado en el empleo de radiaciones ionizantes (radiactividad) esta consiste en aplicar al paciente una dosis de radiación según el protocolo del médico oncólogo radioterapeuta, este tratamiento es requerido cuando la cirugía o quimioterapia no pueden remover completamente el tumor o cuando el paciente sufre una recaída. En el caso de la leucemia esta puede ser administrada de dos maneras en el área especifica del cuerpo (cráneo, raquis) y dirigida a todo el cuerpo (se conoce como irradiación total del cuerpo) esta ultima no se administra en el país y suele hacerse antes de un trasplante de medula ósea. Transplante de medula ósea: La médula debe ser intervenida ya que esta es la afectada por cáncer en la intervención se introducen una alta dosis de medicamentos y radiación, esto para lograr que esta sea reemplazada por medula ósea saludable esta podría venir de un donador o que haya sido extraída antes del paciente y conservada antes del tratamiento (si es así tiene que haber sido tratada afuera del cuerpo para regenerarla). Este procedimiento no se lleva a cabo en el Hospital Nacional Rosales. En los dos primeros tratamientos mencionados es importante aclarar que no destruye únicamente las células malignas, sino que también ataca las células normales como las del sistema digestivo (provocando diarreas y ulceras en la boca) las de la nariz, del cabello (caída del cabello) y de la médula ósea (disminución de las células sanguíneas), fatiga; náuseas y vómitos cambios en el gusto y olfato; estreñimiento o diarreas. El protocolo de tratamiento de la leucemia siempre será el mismo (quimioterapia y en algunos casos radioterapia) sin importar la clasificación que se realice según las células anormal. Es el médico responsable del paciente quien le notifica de la enfermedad, luego pasa a trabajo social el cual proporciona información acerca de la 39 enfermedad, el tratamiento y las reacciones posibles que se prestaran a lo largo de este. Luego de esto comienza el tratamiento de la leucemia según el caso y protocolo médico de cada paciente. 2.3. Marco conceptual Actitud: Creencia, opinión o sentimiento que predispone a obrar (diciendo, votando, actuando) de cierta manera ante acontecimientos de cualquier índole: la educación, las elecciones, la promulgación de una Ley, etc. Adaptación: Relación armónica, pero no exenta de tensiones, entre un organismo y el medio ambiente, mediante la cual se puede lograr la satisfacción eficaz (es decir, sin excesivo gasto de energía) de las necesidades, es siempre relativa ya que una armonización total y sin tensiones entre un organismo y su medio no se alcanza prácticamente nunca. Conjunto de síntomas físicos y psíquicos de carácter negativo que aparecen cuando el sujeto debe enfrentarse a una novedad. Ambulatoria: Dicho de una forma de enfermedad o de un tratamiento: Que no obligan a estar en cama. Perteneciente o relativo a la práctica de andar. Ansiedad: Sensación de aprehensión o miedo que se vive como desastre inminente e inevitable. En ocasiones se manifiesta como acceso de pánico. Autoeficacia: Son los juicios que cada individuo posee sobre sus capacidades, en base a los cuales organizará y ejecutará sus actos de modo que le permitan alcanzar el rendimiento deseado. Automedicación: Acción de automedicarse. Calidad de vida: el grado en el que una persona es capaz de maximizar su funcionamiento físico, psicológico, laboral y social; un indicador importante en la recuperación de o en le ajuste a una enfermedad crónica. 40 Cáncer: Crecimiento tisular producido por la proliferación continúa de células anormales con capacidad de invasión y destrucción de otros tejidos y puede originarse a partir de cualquier tipo de célula en cualquier tejido corporal. Condicionamiento operante: El condicionamiento operante es un tipo de aprendizaje en el cual la conducta de un organismo tiene consecuencia en su medio inmediato. El organismo "opera", por así decir, sobre el mundo que lo rodea. Conductas: Actividad física de un organismo vivo, observable eb principio por otro individuo, a diferencia del curso de la actividad psíquica interior. La conducta es objetiva. Reacción global del sujeto frente a las diferentes situaciones ambientales. Conducta no adaptativa: Acto de retrasar la búsqueda de tratamiento parta un síntoma reconocido. Cuidados paliativos: Cuidado diseñado para brindar confort al paciente, pero no para curarlo o para mejorar el padecimiento; generalmente forma parte del cuidado de pacientes terminales. Creencias: Firme asentimiento y conformidad con algo. Completo crédito que se presta a un hecho o noticia como seguros o ciertos. Dependencia: En sentido genera, subordinación de un individuo, una cosa o un estado a otros individuos. Depresión: Estado de animo triste, de mal humor, con inhibición del curso del pensamiento, débil voluntad e incapacidad de decisión. Es una manifestación normal cuando hay causas exteriores que la explican. Dolor: Sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por causa interior o exterior. Sentimiento de pena, congoja. Epidemiología: Es estudio de la frecuencia, distribución y causas de enfermedades infecciosas y no infecciosas en la población, basadas en la investigación del ambiente físico y social. 41 Estrés: Tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves Enfermedades agudas: Enfermedad cuyo problema medico que ocurre en cortos periodos, la cual, generalmente es el resultado de un proceso infeccioso y que es reversible. Enfermedades crónicas: Enfermedad de larga duración y generalmente irreversible. Miedo: Una de las tres emociones básicas del ser humano, junto a la ira y el goce. El psicoanálisis distinguió el miedo, el susto y la angustia: el primero requiere para su expresión de un peligro real, mientras que la angustia se dispara en ausencia de una amenaza, El susto, por su parte, es el miedo que cesa de forma abrupta por tratarse de un error en nuestra evaluación del peligro, o por aparecer y desaparecer la amenaza en un corto período de tiempo. Modelos: Esta palabra tiene en el lenguaje científico de muy variados significados. El más corriente es el de análogo a un sector de la realidad. En la psicología y ciencias sociales se ha introducido la costumbre de llamar modelo a las teorías que se formulan con un lenguaje exacto. Parece que este uso se debe al deseo de destacar las teorías formuladas en lenguaje exacto, distinguiéndolas de las teorías, frecuentemente en psicología y en las ciencias sociales, que se formulan en lenguaje corriente Morbilidad: Estudio de los efectos de una enfermedad en una población. Adaptación mal empleada al español que proviene de la inglesa "morbidity" generalmente usada así en Sudamérica para identificar una condición médica en la que se estudian los padecimientos de una enfermedad y cuyo verdadero significado es "patológico". O también para definir discapacidad. Mortalidad: Número total de muertes producidas por una enfermedad dada en una población durante un espacio de tiempo dado, generalmente de un año. Motivación: Conjunto de motivos que intervienen en un acto electivo, según su origen los motivos pueden ser de carácter fisiológico e innatos (hambre, sueño) o 42 sociales; estos últimos se adquieren durante la socialización, formándose en función de las relaciones interpersonales, los valores, las normas y las instituciones sociales. Muerte prematura: Muerte que ocurre antes de la edad esperada de muerte (75 años). Oncológicos: Parte de la medicina que trata de los tumores. Opioide: Perteneciente o relativo al opio. Compuesto: obtenido a partir del opio. En la farmacología se utiliza el opio para calmar dolores. Paciente: Derivado de la palabra paciencia. Sujeto que recibe o padece la acción del agente. Persona que padece física y corporalmente, y especialmente quien se halla bajo atención médica. Patología: Parte de la medicina que estudia las enfermedades. Conjunto de síntomas de una enfermedad. Percepción: entrada en la conciencia de una impresión sensorial, llegada previamente a los centros nerviosos. Pobreza crónica: Individuos que pertenecen a hogares cuyos ingresos per capital se encuentran por debajo de la línea de pobreza cada año. Consume por debajo de la línea de pobreza y tiene más de una necesidad básica insatisfecha. Profiláctico: Dicho de una persona o de una cosa: Que puede preservar de la enfermedad. Parte de la medicina que tiene por objeto la conservación de la salud y la preservación de la enfermedad. Psicología de la salud: Rama de la psicología que surge a partir de una perspectiva sistemática e integrativa, con psicólogos de diferentes áreas reafirmando la antigua creencia que la salud es crucial para mantener la salud. Quimioterapia: Es un tratamiento del cáncer que utiliza medicamentos para prevenir la proliferación de células cancerosas, mediante la destrucción de las células o evitando su multiplicación. 43 Radiaciones ionizantes: emanación de fotones con la energía suficiente para desplazar electrones de las moléculas sobre las que incide. Se denomina Irradiación al proceso de aplicar energía radiante sobre un dado objetivo, el cual puede ser un alimento. Se caracteriza por poseer un alto contenido de energía, gran poder de penetración y acción letal debida a su liberación a nivel celular. Los tipos más comunes de radiación son: Radiación (rayos catódicos) y Rayos X. Salud: Completo bienestar físico, mental y social y no simplemente la ausencia de dolencias o enfermedades. Síntomas: Fenómeno revelador de una enfermedad. Señal, indicio de algo que está sucediendo o va a suceder. Teorías: Sistemas construido por el pensamiento en el que se relacionan hechos entre si formando un conjunto coherente de principios y de consecuencias. Las teorías constituyen la estructura interna de una ciencia Toxicidad: Perteneciente o relativo a un veneno o toxina. Grado de efectividad de una sustancia tóxica Vulnerabilidad: Puede ser herido o recibir lesión, física o moralmente. Cualidad de vulnerable. 44