616.155-N786f-Capitulo II

Anuncio
CAPÍTULO II: MARCO TEORICO
2.1. Antecedentes de la investigación
La importancia del problema del incumplimiento de los tratamientos se
hace indiscutible si se analizan las repercusiones que este tiene desde el punto
de vista clínico, médico, económico y psicosocial y se demuestra que afecta
cuestiones que tienen que ver con la calidad de la atención, con la relación
médico-paciente, con el uso racional de los recursos y los servicios de salud,
entre otros. De ahí que se convierta en un asunto serio para la salud pública
contemporánea, más si se tiene en cuenta que es un problema mundial, que se
presenta en todos los países con independencia de su nivel de desarrollo y de
alarmante magnitud, sobre todo en las regiones más pobres.
En un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud en 2004
que se llevó a cabo en el marco de un proyecto sobre adherencia terapéutica a
largo plazo, el que generó un informe técnico divulgado entre 2003 y 2004, se
hace un recuento de los estudios más rigurosos en el tema que pone de
manifiesto que en los países desarrollados, la adherencia terapéutica en
pacientes que padecen enfermedades crónicas promedia solo 50%. Se supone
que la magnitud y la repercusión de la adherencia terapéutica deficiente en los
países en desarrollo son aún mayores, dada la escasez de recursos sanitarios y
las inequidades en el acceso a la atención de salud.
Este dato permite reconocer que sólo la mitad de las personas con
padecimientos crónicos realizan correctamente el tratamiento indicado y
necesario para el control de su enfermedad, lo que pone en peligro la capacidad
del sistema sanitario para lograr los objetivos relacionados con la salud de la
población. Quiere decir que la otra mitad se encuentra en riesgo de sufrir
recaídas, complicaciones, secuelas o llegar a la muerte prematura. Lo peor, es
que se trata de un problema que tiende a aumentar a medida que crecen los
12
padecimientos crónicos, lo cual caracteriza el cuadro de salud de muchos países
en la actualidad.
Dentro de este mismo estudio (OMS, 2004) independientemente de los
diferentes criterios y técnicas que se utilicen para evaluar el grado de adhesión a
los tratamientos se registran datos sobre la frecuencia de cumplimiento en
algunas enfermedades crónicas, los que aún siendo aproximados ilustran la
gravedad del problema. Por ejemplo, en hipertensión arterial, el porcentaje de
pacientes que cumple su régimen terapéutico es sólo el 27 % en Gambia, 43 %
en China y 51 % en Estados Unidos.
Para otras enfermedades se informan cifras igualmente bajas. En Australia,
sólo 43% de los pacientes con asma toman los medicamentos prescriptos, todo el
tiempo y el 28 % utilizan la medicación preventiva indicada. En el tratamiento de
la infección por el VIH y el SIDA, la adherencia a los antirretrovirales varía entre el
37% y el 83 % según el medicamento y las características de las poblaciones en
estudio y en el caso de los pacientes con depresión se revela entre el 40% y 70 %
de adherencia a los tratamientos antidepresivos.
Para tener una evaluación real del grado de adherencia terapéutica se
necesita contar con instrumentos de medición confiables, también encaminar los
trabajos de investigación por enfermedades y valorar el comportamiento de este
problema en subgrupos importantes como mujeres, niños, ancianos y poblaciones
marginales en los países en desarrollo.
Las consecuencias de la deficiente adherencia terapéutica se expresan en
diversas esferas de la vida del paciente, en diversos componentes del sistema de
salud y en el cuadro de morbilidad y mortalidad de la población. Existe una
estrecha relación entre estas, es decir vínculos de influencia e interdependencias
mutuas. Por ejemplo, las consecuencias médicas inciden en lo económico o en el
aspecto psicosocial.
13
El informe de la OMS (2004) establece que existe una relación
interdependiente bidireccional entre la pobreza económica y las enfermedades
crónicas. Muchos de los pobres del mundo, a pesar de las diferencias regionales
de la geografía, la cultura y el comercio, experimentan el mismo ciclo
desalentador: estar sano requiere dinero, para los alimentos, la higiene y la
atención médica; pero, para ganar dinero, uno debe estar sano.
La falta de atención adecuada para los procesos crónicos obliga a las
familias pobres a sobrellevar una carga particularmente gravosa de cuidar a sus
seres queridos, lo que mina el desarrollo de sus funciones más básicas. Las
mujeres en particular son “gravadas” por la falta de un sistema de asistencia
sanitaria que trate efectivamente las enfermedades crónicas.
Las necesidades que compiten por los recursos en las poblaciones que
adolecen de pobreza crónica socavan los esfuerzos para tratar las necesidades
de quienes requieren atención a largo plazo, incluido el problema de la adherencia
a los medicamentos y los tratamientos. La adherencia terapéutica deficiente
multiplica las grandes dificultades que entraña mejorar la salud de las poblaciones
pobres, y produce despilfarro y sub-utilización de los recursos de tratamiento que
son de por sí limitados.
Con la intención de destacar y recrear con mayor claridad la repercusión
que tiene este problema desde el punto de vista médico, económico y para la
calidad de vida del paciente, se abordará a continuación, cada una por separado.
14
2.1.1.
Consecuencias médicas o clínicas
Una deficiente adherencia terapéutica trae consigo resultados negativos
como pueden ser: la falta de respuesta terapéutica con expresión en cuestiones
como retrasos en la curación, recaídas y aparición de complicaciones; la
valoración errónea de la efectividad real del tratamiento con un aumento o
disminución innecesario del número de dosis, el cambio de tratamiento con la
introducción de otros medicamentos más potentes y tóxicos con el riesgo de la
aparición de efectos secundarios agudos o la dependencia a largo plazo del uso
del medicamento.
El informe de la OMS (2004) enumera algunos de los riesgos que enfrentan
quienes no se adhieren a los tratamientos y son muy ilustrativos de este tipo de
consecuencias:
Recaídas más intensas: relacionadas con la adherencia deficiente pueden
ser más graves que las que ocurren cuando el medicamento se toma cómo
fue recomendado.
Aumenta el riesgo de dependencia: muchos medicamentos pueden
producir dependencia grave si se toman incorrectamente.
Aumenta
el
riesgo
de
efectos
adversos:
algunos
medicamentos
suspendidos bruscamente pueden producir efectos adversos y posibles
daños.
Aumenta el riesgo de toxicidad: el sobre abuso de medicamentos puede
producir cuadros tóxicos agudos, con mayor fuerza en niños o ancianos.
Aumenta el riesgo de accidentes: el consumo de algunos medicamentos
debe combinarse con modificaciones del estilo de vida, como abstenerse del
alcohol o no manejar. No tener en cuenta estas medidas preventivas,
aumenta el riesgo de accidentes.
15
Riesgo
aumentado
de
desarrollar
resistencia
medicamentosa,
especialmente a los antibióticos, producida por el incumplimiento de los
requerimientos de su utilización por parte de los pacientes. Por ejemplo, en
pacientes con infección por el VIH/SIDA la resistencia a los antirretrovirales
se ha vinculado con niveles bajos de adherencia.
2.1.2.
Consecuencias Económicas
Gálvez González (1999) en un artículo publicado por la Revista Cubana de
Salud Pública “La fármaco economía en la eficiencia de la salud pública”, señala
que dentro del gasto en salud se presta cada vez más atención al gasto
farmacéutico, preocupación que atañe a los encargados de la toma de decisiones,
administradores sanitarios, farmacéuticos y a los propios pacientes.
Para el paciente, la falta de adherencia terapéutica, repercute en el gasto
invertido en medicamentos que no consume, en la pérdida por concepto de
ausentismo laboral a causa de una enfermedad no controlada, en caso de ser
trabajador, con la consecuente afectación a la productividad de su puesto de
trabajo.
El gasto del paciente también se puede traducir en pérdidas sensibles a la
economía familiar y en un almacenamiento innecesario de medicamentos no
consumidos en el hogar, que puede provocar intoxicaciones accidentales en niños
y el aumento de la automedicación irresponsable por cualquier miembro de la
familia.
El gasto sanitario del estado se puede incrementar considerablemente en
atención médica desaprovechada, producción de medicamentos no utilizados,
consultas
planificadas
previamente
que
no
se
ejecutan,
aumento
de
intervenciones, hospitalizaciones e incremento del uso de servicios, tanto de
16
emergencia como de cuidados intensivos. El informe de la OMS señala que la
interrupción o abandono de una terapia encarece, en cálculos conservadores, al
menos en el 20 % los costos de la salud pública.
Los beneficios económicos de la buena adherencia terapéutica se
expresan en los ahorros generados por la disminución del uso de los servicios de
salud complejos y costosos en caso de progresión de la enfermedad, crisis o
recaídas. Los ahorros indirectos tienen que ver con la mejoría del paciente, la
preservación de su calidad de vida y de todas sus funciones sociales, laborales,
recreativas y personales.
2.1.3.
Consecuencias psicosociales
Ginarte (2001) en un artículo publicado por la Revista Cubana de Medicina
General Integral “La adherencia terapéutica”, destaca que la falta de apego al
tratamiento puede generar grandes pérdidas desde el punto de vista personal. El
paciente puede presentar complicaciones y secuelas que traigan consigo una
carga de sufrimiento físico, que pudiera evitarse, así como limitaciones
irreversibles y progresivas que afecten de modo significativo su calidad de vida.
El padecimiento de una enfermedad implica de por sí una carga estresante
y adicional en el desenvolvimiento de la vida de las personas, genera dificultades
en la autoimagen, la autoestima y provoca miedos ante una posible amenaza vital
y la muerte, sin embargo, el incumplimiento prolonga la recuperación o el control
de la enfermedad, mantiene la presencia de síntomas y con ellos el estrés
continuo ante una situación de enfermedad mantenida en el tiempo.
Alfonso, M. A. y Grau Ábalo J. (2004) en su investigación de la adherencia
terapéutica como un problema de la psicología de la salud, publicada por la
Revista Cubana de Psicología y Salud señala incluso que esta incide en la esfera
de la orientación vocacional y laboral del enfermo al tener que reajustar metas y
17
propósitos que pueden afectar su vida económica, interferir en la comunicación
con las otras personas o en los roles habituales y las responsabilidades que tiene
en la familia, lo que puede aumentar el sufrimiento de los allegados. Puede
promover alteraciones en el funcionamiento familiar generando crisis entre sus
miembros. Así como hacer recaer la responsabilidad del seguimiento del régimen
terapéutico en otras personas y no en el propio paciente.
Por otra parte, la falta de adherencia entorpece la adopción del rol de
enfermo que necesariamente tiene que asumir la persona con un padecimiento
crónico. La aceptación del hecho de estar enfermo, las consecuencias de asumir
este papel y los deberes que implica, entre ellos el cumplimiento del tratamiento,
son aspectos psicológicos muy importantes para el ajuste a la enfermedad. La
adherencia terapéutica es un contenido del rol de enfermo, que se debe adoptar
después que la persona asimila su condición de enfermo.
Estos mismos autores, señalan que de ese modo, la adherencia
terapéutica puede tener un papel protector, pues es un comportamiento que
contribuye a la no progresión de la enfermedad, favorece su control, evita las
complicaciones, prolonga la vida y tiende hacia la salud. Es un componente del
proceso de enfermar, que puede adquirir, a su vez, carácter salutogénico.
En el caso que atañe a la presente investigación, una de las secciones del
informe de la OMS (2004) hace referencia a los pacientes que sufren cáncer en
general. En la mayor parte del mundo, la mayoría de los pacientes con cáncer
sufre un estadio avanzado de la enfermedad que, por desgracia, no responde al
tratamiento curativo. En casi 75% de los cánceres avanzados existe dolor, a
menudo asociado con muchos otros síntomas, como astenia, anorexia y
malnutrición,
problemas
de
piel,
sensación
de
sequedad
bucal,
sed,
estreñimiento, náuseas y vómitos, ansiedad, estado de ánimo bajo, depresión,
confusión e insomnio.
18
En tales casos, el único tratamiento existente son los cuidados paliativos,
que se centran principalmente en el alivio del dolor. Los cuidados paliativos son
un enfoque que mejora la calidad de vida de los pacientes mediante la prevención
y el alivio del sufrimiento. Se cree que, para satisfacer las múltiples y variadas
necesidades de los pacientes, la atención debe ser holística, multidisciplinaria y
centrada en la familia y el paciente. Sin embargo, los cuidados paliativos todavía
constituyen un área descuidada en todo el mundo cuya consecuencia es el
sufrimiento diario e innecesario de varios millones de pacientes con cáncer.
Según el informe de la OMS (2004), la mayor parte de los pacientes
oncológicos en los países en desarrollo reciben cuidados paliativos inadecuados y
se les asigna menos de 10% de los recursos destinados al control del cáncer en
dichos países.
Los cuidados paliativos están lejos de ser satisfactorios, entre otras cosas,
debido a la ausencia de políticas nacionales sobre alivio del dolor canceroso y
otros aspectos de los cuidados paliativos; a la falta de educación para el personal
sanitario, los formuladores de políticas, los administradores y el público en
general; a las limitaciones en la provisión y distribución de los medicamentos
necesarios para aliviar el dolor y otros síntomas, en particular en los países en
desarrollo; a la escasez de personal sanitario profesional autorizado; y a la falta
de recursos financieros para la investigación y el desarrollo en los cuidados
paliativos.
El alivio del dolor constituye un componente clave de un programa integral
de atención paliativa. El alivio del dolor canceroso puede lograrse en cerca de
90% de los casos, pero, por desgracia, el dolor a menudo se controla mal. El dolor
puede aliviarse con medicamentos, pero también se pueden incluir otros medios:
los enfoques psicológicos, los procesos patológicos (por ejemplo, degeneración
nerviosa) y la modificación de las actividades diarias.
19
Los datos de los estudios de Miaskowski, Du pen y Ward et al. citado en el
estudio de la OMS (2004) indican que uno de los principales factores que
contribuyen al subtratamiento del dolor canceroso es la falta de adherencia al
régimen terapéutico. El estudio de Ward et al. indicó que un tercio de los
pacientes monitoreados retrasó u omitió muchas dosis prescritas. Esto refleja el
hecho de que los pacientes a menudo toman sus dosis a intervalos mayores que
los prescritos, por lo común más largos por horas, pero a veces por días y,
ocasionalmente, por semanas. Las consecuencias clínicas y económicas de estos
deslices en la dosificación son especialmente difíciles de medir debido a la
complejidad del tratamiento y la gravedad de la enfermedad.
Dado que más de 90% de los cuidados paliativos se presta en forma
ambulatoria, es sumamente importante que los médicos sepan cómo se adhieren
sus pacientes a su régimen para los analgésicos u otros tratamientos paliativos y,
si fuera posible, también deberían estar al tanto de las intervenciones efectivas
que existen para mejorar la adherencia.
Es imprescindible hacer notar que la Organización Mundial para la Salud
realizó una búsqueda sobre la adherencia a los cuidados paliativos del cáncer en
MEDLINE (1990-2002), así como la inclusión de algunos exámenes e informes de
organizaciones internacionales y nacionales y esta búsqueda arrojó solo los
estudios que evaluaron la adherencia al alivio del dolor en los cuidados paliativos.
Curiosamente, lo usual era que la adherencia no fuera definida explícitamente en
los artículos revisados, pero era referida en general como “los pacientes siguen
las recomendaciones médicas”.
En términos operativos, las variables de la adherencia se definieron como:
“no tener una prescripción dispensada”, “no tomar la medicación”, “errores de
dosificación”, “reducir la medicación”, “tomar medicación extra” y “tomar
medicación adicional no prescrita”.
20
Los estudios examinados en este trabajo emplearon varios métodos para
calcular la adherencia de los pacientes a su medicación. Estos métodos, que
pueden usarse por separado o en combinación, son: el examen de los
expedientes médicos, la auto notificación del paciente, el informe familiar, el
recuento de los comprimidos restantes, los dispositivos de medición electrónica,
las tasas de redispensación de recetas, los marcadores biológicos en el suero o la
orina, las valoraciones para cuantificar los medicamentos o sus metabolitos y el
resultado terapéutico.
Pocos estudios han proporcionado datos sobre el grado de adherencia
terapéutica de los pacientes oncológicos a su alivio del dolor y no siempre se
describieron los métodos usados para calcular las tasas de adherencia.
2.1.4.
Factores e intervenciones que influyen sobre la
adherencia terapéutica
La no adherencia es un problema que tiene muchos determinantes; la
responsabilidad de la adherencia terapéutica tiene que ser compartida por los
profesionales de la salud, el sistema de atención sanitaria, la comunidad y los
pacientes.
Muchos estudios han identificado los factores que influyen sobre la
adherencia, y los agruparon en cinco dimensiones: los factores socioeconómicos,
los factores relacionados con el sistema de atención sanitaria y el equipo de
salud, los factores relacionados con la enfermedad, los factores relacionados con
el paciente y los factores relacionados con el tratamiento, como se muestra en el
cuadro siguiente.
21
Cuadro 1. Factores que influyen sobre la adherencia a los cuidados paliativos oncológicos e
intervenciones para mejorarla, enumeradas según las cuatro dimensiones y las intervenciones
empleadas para mejorar la adherencia terapéutica
Cáncer
Factores que influyen sobre la adherencia
terapéutica
( – ) Falta de conocimiento de los profesionales de la salud sobre el tratamiento del
dolor; comprensión Inadecuada de la
fármacodependencia por el personal sani-tario
(OMS, 1996); temores de los profe-sionales de
la salud a ser investigados o sancionados
(Jones WL et al, 1984); de-ficiente educación
al paciente sobre la atención (OMS, 1997);
deficiente educa-ción sobre la atención a la
familia y los prestadores de asistencia (OMS,
1997); renuencia de los médicos para
prescribir opioide para uso en la casa (OMS,
1997
(+) Buena relación entre el paciente y médico
(Ferrell BR, Dean GE., 1994)
Intervenciones para mejorar la
adherencia terapéutica
Adiestramiento de los profesionales de la
salud en la adherencia terapéutica (OMS,
1997); componente de educación sobre el
dolor en los programas de adiestramiento
(MacDonald N et al, 1997); apoyo a los
prestadores
de
asistencia;
atención
multidisciplinaria; visita de seguimiento por
las enfermeras de la comunidad (OMS,
1997);
supervisión
domiciliaria
del
tratamiento del dolor (OMS, 1997);
identificación de las metas de tratamiento y
elaboración de las estrategias para lograrlas
Factores relacionados con la
enfermedad
( – ) Naturaleza de la enfermedad del paciente;
comprensión deficiente de la enfermedad y sus
síntomas
Educación en el uso del medicamento (Ward
S et al.,2001)
Factores
relacionados
con el
tratamiento
( – ) Regímenes de tratamiento comple-jos;
toma de demasiados comprimidos; frecuencia
de dosis; no tener instrucción de tratamiento
alguna; malentendidos acerca de las
instrucciones
sobre
cómo
tomar
los
medicamentos; sabor desagradable de la
medicación; efectos adversos del tratamiento;
dosis de tratamiento inadecuadas; ineficacia
percibida; prescripción duplicada in-necesaria
(Zeppetella G., 1999)
(+) Monoterapia regímenes dosificación
sencillos ((Zeppetella G., 1999)
Simplificación de los regímenes (Mullen PD.,
1997); educación en el uso de los
medicamentos; dar instrucciones claras;
esclarecer los mal-entendidos sobre la
recomendación de opioide; prescripciones
adapta-das a los pacientes; monitoreo y
revaloración continua del tratamiento;
evaluación y tratamiento de los efectos
colaterales; coordinación de la prescripción
(Zeppetella G., 1999, Mullen PD., 1997)
Factores
relacionados
con el paciente
( – ) Olvido (Zeppetella G., 1999);
concepciones erróneas acerca del
dolor (Ward S et al.,2001, Horne R,Weinman J,
1999); dificultad para tomar la preparación
como se la prescribió (Zeppetella G., 1999));
temor a las inyecciones
(Ward S et al.,2001); inquietud por los posibles
efectos adversos
(Horne R,Weinman J, 1999); sin necesidad
autopercibida de tratamiento (Zeppetella G.,
1999), Horne R,Weinman J., 1999); creer que
no es importante tomar los medicamentos
(Zeppetella G., 1999), Horne R,Weinman J.,
1999); ansiedad indebida por la dependencia
a la medicación (Ward S et al.,2001); temor a
la dependencia
(Ferrell BR, Dean GE, 1994); estrés
psicológico
Intervenciones para corregir las concepciones erróneas sobre el tratami-ento del
dolor y para promover el diá-logo entre
paciente y oncólogo acerca del control del
dolor (Zeppe-tella G., 1999), Ward S et
al.,2001); exploración de los temores (por
ejemplo, acerca de la dependencia)
(Zeppetella G., 1999), Ward S et al.,2001);
evaluación de las necesidades psicológicas
(Jordhoy MS et al. 2001); educación en el
uso de los medicamentos (Ward S et
al.,2001); in-tervención, comportamental y
motivacional (Ward S et al.,2001); buena
relación personal sanitario-paciente (Ferrell
BR, Dean GE, 1994); autocuidado de la
enfermedad y tratamiento ( Ward S et al.,
2001, Chelf JH et al, 2001; De Wit R et al.,
2001; Rimer B et al, 1987); autocuidado de
los efectos colaterales (16-18)
Factores
relacionados
con el sistema y
el equipo de
atención
sanitaria
+) Factores con un efecto positivo sobre la adherencia terapéutica; (–) factores con un efecto negativo sobre la adherencia
terapéutica.
22
A partir de esta información recopilada por la OMS (2004) se concluyó que
las definiciones y mediciones de la adherencia varían mucho; esto impide efectuar
comparaciones entre los estudios y las poblaciones. Existe poca información
sobre la adherencia al tratamiento paliativo de los pacientes oncológicos y solo
aborda los regímenes para aliviar el dolor. La información existente comunica
tasas de adherencia que comprenden de 24,7 a 88,9%. Un programa general de
cuidados paliativos debe incluir la gestión de la adherencia terapéutica para
mejorar la efectividad de las intervenciones y asegurar una calidad de vida
aceptable para este grupo de pacientes.
Al menos en el caso de El Salvador, los problemas de la adherencia
terapéutica han sido pasados por alto por los directivos de la salud y los
formuladores de las políticas sanitarias y por eso se realizan muy pocas
investigaciones y casi nulas intervenciones de modo directo y sistemático en este
asunto.
La adherencia terapéutica es un tema al cual no se le ha prestado mucha
atención, sin embargo es momento de hacer un alto en el camino y de cambiar
esta concepción y comprender la necesidad de asumir la mejoría de la adherencia
terapéutica como estrategia de trabajo prioritaria, como una inversión que
permitirá abordar efectivamente, sobre todo, las enfermedades crónicas. Según la
OMS (2004), existen pruebas de que las intervenciones efectivas en este terreno
puede tener una repercusión mucho mayor sobre la salud de la población que
cualquier mejora en los tratamientos médicos específicos.
2.2. Bases Teóricas de la Adherencia Terapéutica
2.2.1.
Definición
La organización mundial de la salud (OMS) ha determinado el término
adherencia como: “La magnitud con que el paciente sigue las instrucciones
médicas”. La definición de Haynes avalada por la OMS (2001), conceptualiza la
23
adherencia como “la medida en que las conducta de una persona, en términos de
toma de medicamentos, el seguimiento de dieta o de realización de cambio de
estilos de vida, coincide con el consejo médico o sanitario”.
Una de las definiciones más aceptadas es la propuesta por Di Mateo y Di
Nicola (1982), quienes conceptualizan la adherencia como “una implicación activa
y de colaboración voluntaria del paciente en un curso de comportamiento
aceptado de mutuo acuerdo, con el fin de producir un resultado preventivo o
terapéutico deseado”.
Esta definición tiene la virtud de otorgar una mayor participación del
paciente en la toma de decisiones que afectan a su propia salud. En este caso el
paciente debe adherirse a un plan que acepta y ha acordado con el médico
tratante y en el cual se supone ha podido participar en su elaboración.
Según la psicología de la salud, la adherencia se define como: Implicación
activa y de colaboración voluntaria del paciente en un curso de comportamiento
aceptado de mutuo acuerdo, con el fin de producir un resultado preventivo o
terapéutico deseado”.
2.2.2.
La adherencia terapéutica y la Psicología de la Salud
En el marco de Psicología de la Salud la adherencia terapéutica es un
fenómeno complejo que está condicionado por múltiples factores de diversa
naturaleza como lo son sociales, económicas, culturales, psicológicos y de la
enfermedad misma. Por tanto es de gran interés en las ciencias de la salud
encontrar los móviles que llevan a las personas a incumplir el
régimen
terapéutico. La adherencia al tratamiento comienza a desempeñar su papel en el
momento posterior al diagnóstico de la enfermedad, cuando suele producirse una
24
diferenciación subjetiva entre su caracterización nosológica (etiología), pronóstico,
y tratamiento y la forma en que la percibe quien la padece.
Los estados psicológicos influyen en la salud, en los sentimientos y en las
emociones de los pacientes diagnosticados con alguna enfermedad crónica o
terminal, pudiendo llegar a tener efectos positivos o negativos en nuestro
bienestar físico. Sentimientos de ser amados y apoyados por otros pueden ayudar
a tratar situaciones estresantes (Herman y Oblitas, 2005).
Por tanto la enfermedad conlleva a un evento altamente estresante, que
puede convertirse para el paciente en: reto, amenaza, perdida, castigo, beneficio
o, incluso, como alivio de responsabilidades a diferentes situaciones personales
(jefe de familia, empleado y otras).
En función de lo anterior, el paciente adopta una conducta de rol de
enfermo; las consecuencias del rol y los deberes del mismo son aspectos
psicológicos muy importantes para la adherencia, considerándose así esta como
un conjunto de conductas que se adoptan después de que la persona asume su
condición de enfermo (Martín & Grau ,2004).
Según Martín Alfonso en el 2004 hacen mención a las conductas del
paciente que conllevan a los problemas en la adherencia al tratamiento están:
(1) dificultades para comenzarlo; (2) suspensión prematura; (3) cumplimiento
incompleto y/o deficiente de las indicaciones, que se expresen en errores de
omisión, de dosis, de tiempo o de propósito (equivocación en el uso u otro
medicamento); (4) ausencia a consultas e interconsultas, y rigidez de hábitos y
estilos de vida necesarios para el mejoramiento de la enfermedad; se destaca
también la práctica de la automedicación.
25
La conducta de adherencia al tratamiento esta también determinada, entre
otras cosas, por un sistema de conocimientos, creencias que el paciente tenga
acerca de su enfermedad y su motivación para recuperar la salud o para
adaptarse adecuadamente a su condición de enfermo.
Como se ha planteado anteriormente la adherencia al tratamiento es un
asunto comportamental, por lo tanto depende de la conducta del paciente; pero
también se relaciona estrechamente con la conducta del profesional sanitario, al
menos en la medida en que estos ofrezca verbalmente las instrucciones de las
indicaciones con la claridad requerida.
2.2.3.
Teorías de la Adherencia Terapéutica
Con el fin de explicar el rol de la psicología de la salud en el fenómeno de
adherencia terapéutica el cual involucra a todos los profesionales de la salud,
proporcionando así un cuerpo de teorías y modelos que han demostrado ser útiles
para el pronóstico e intervención sobre la conducta en la adherencia terapéutica,
entre estas cabe mencionar primero el Modelo Conductual, segundo las Teorías
Cognitivas del Aprendizaje,
dentro de estas encontramos la teoría de la
Autoeficacia (Albert Bandura 1986), la Teoría de Acción Razonada. (Ajzen y
Fisbein, 1980) y el Modelo de Creencias sobre la Salud (Buker, 1979).
Según el modelo conductual, la adherencia se basa en los principios del
condicionamiento operante propuesto por B. F Skinner (1953). La clave del
condicionamiento operante consiste en el refuerzo contingente a cualquier
respuesta que impulse al organismo (persona) a adoptar el comportamiento
deseado (adherencia en este caso). Los psicólogos han utilizado el reforzamiento
para establecer el comportamiento de adherencia.
26
Así también las teorías Cognitivas del Aprendizaje están basadas en los
mismos principios del aprendizaje que subyacen a los modelos conductuales, a su
vez incluyen aspectos como la interpretación de las personas y la evaluación de
su situación, respuesta emoción y su capacidad de afrontar los síntomas de la
enfermedad. Dentro de este modelo se encuentra la teoría de autoeficacia, la
teoría de la acción razonada y el modelo de creencias sobre la salud
(fundamentos de la teoría de la salud, Braddon, 2000) las cuales se describen a
continuación.
El término de la teoría de autoeficiencia ha sido utilizado para predecir la
adherencia de una serie de recomendaciones de salud y fue incluido por Albert
Bandura (1986) al hacer referencia a la adherencia y la no adherencia del
paciente. Afirma que esta se fundamenta sobre la creencia de que una persona
puede alcanzar exitosamente la conducta deseada. Esta creencia en la habilidad
o capacidad de alcanzar lo deseado se denomina auto eficacia percibida. De
acuerdo a esta teoría, esta creencia es esencial para predecir la conducta de
adherencia, aun cuando otros predictores están presentes.
Es así como una persona puede sentirse vulnerable ante una enfermedad,
entender y conocer cuáles son los comportamientos específicos que requiere el
tratamiento, creer que la adopción de tal conducta saludable disminuirá la
probabilidad de enfermar y tener apoyo social.
Sin embargo, si la persona no está convencida que tiene la habilidad para
ejecutar la conducta, es poco probable que la lleve a cabo. Finalmente, se informa
que la variable auto eficacia, incrementa la habilidad del paciente para guiar su
tratamiento, de modo independiente al equipo médico, lo que a su vez podría
conllevar menos visitas a los centros de salud.
Por otra parte la Teoría de la Acción Razonada (Ajzen y Fishbein, 1980;
Fishbein y Ajzen, 1975) está relacionada con las creencias, actitudes, intenciones
27
y conductas. Esta teoría señala específicamente que el mejor predictor de la
conducta es la intención que la persona tenga para llevar a cabo la acción. A su
vez, la intención de comportamientos es función de las actitudes de las personas
hacia el comportamiento, determinadas por la creencia de que el comportamiento
produce resultados positivos o negativos y de la norma subjetiva, modelada por la
percepción del valor que otras personas importantes otorgan.
Finalmente, el Modelo de Creencias sobre la salud (Becker, 1979; Becker y
Rosenstock 1984) la cual integra las teorías cognitivas y conductuales para
explicar el porqué los pacientes fallan en adherirse. Además sostiene que las
creencias influyen en la adherencia terapéutica. El efecto acumulativo que se
tiene de las creencias en la susceptibilidad percibida en relación a las
consecuencias negativas por la falta de cumplimiento incluyen la gravedad
percibida de estas consecuencias, la relación percibida entre costo y beneficio
que presentan los comportamientos de adherencia y las barreras percibidas para
incorporar comportamientos de adherencia en el estilo de vida personal.
2.2.4.
Factores
Determinantes
en
la
Adherencia
Terapéutica
Martín & Grau (2004), plantean la existencia de un amplio grupo de
factores que influyen en la conducta de cumplimiento o incumpliendo del
tratamiento médico.
El primer factor esta relacionado por variables propias de la interacción con
el profesional sanitario que se establece entre el equipo asistencial y el paciente,
la confianza, continuidad, accesibilidad, flexibilidad y confidencialidad son factores
que influyen favorablemente.
28
El equipo asistencial, dada la complejidad del problema, debe ser
preferentemente multidisciplinario (médico, psicólogo, enfermería, farmacia
hospitalaria, asistencia social, etc.). Es importante contar con el personal
especialmente motivado, con experiencia y conocimientos específicos.
Una relación de colaboración entre el paciente y profesionales sanitarios,
puede contribuir a mejorar la adherencia al tratamiento en enfermedades
crónicas. Dentro de este factor se han investigado las variables de satisfacción del
paciente y la comunicación del paciente con el equipo de atención en salud, y su
incidencia positivamente para que se de el cumplimiento.
La satisfacción del paciente se relaciona básicamente con el nivel de
expectativas que éste tiene respeto al servicio que espera recibir, acá se dan dos
tipos de satisfacciones una especifica que está referida a la percepción de las
características del profesional de la salud (actitud amistosa y preocupada por el
bienestar del paciente) y la otra global referida también a una apreciación mas
general por parte del paciente de todo el sistema de salud (características del
lugar donde se presenta la atención, otorgamiento de citas y medicamentos,
cumplimiento de horarios por parte del médico, atención hospitalaria entre otras)
todo lo anterior se resume en la evaluación integral que otorga el paciente a las
diferentes dimensiones.
En cuanto a las características de la comunicación, diferentes autores entre
ellos DiMatteo (1985); Sherbourne, Hays et al (1992) afirman que los pacientes
que mantienen una buena comunicación con su médico tienden a cumplir más las
recomendaciones. Una adecuada comunicación verbal se da cuando el medico
presta atención a las preocupaciones del paciente.
Además con frecuencia los médicos y los pacientes no hablan el mismo
idioma, ya que tienden a hablar en terminología médica, como resultado los
pacientes puede experimentar ansiedad, miedo o dolor al no comprender dicha
29
terminología (Charlee, Goldsmith, Chambers & Haynes). Así mismo, los
antecedentes étnicos, el nivel educativo o la clase social pueden contribuir a
generar problemas de comunicación.
También
Svarstad (1996) en su investigación demuestra que muchos
pacientes dejan las oficinas de su médico sin saber exactamente cómo seguir las
recomendaciones, ni los detalles de su tratamiento esto incluye la frecuencia en la
toma de sus medicamentos y el beneficio que estos le aportan.
Un segundo factor se refiere al tratamiento o régimen terapéutico, y tiene
un carácter básicamente médico y esta refiero a la complejidad del tratamiento, a
los síntomas o efectos generados por los tratamientos y también en cuanto más
complejas sean las demandas, menor será la tasa de adhesión.
Como afirmaban Gillum y Brasky ya en el año 1974, “cualquier paciente
sometido a un régimen complejo o que requiera un cambio importante en su
hábitos o estilos de vida, tiene muchas posibilidades de no adherirse al régimen
terapéutico”.
Las variables de este factor que contribuyen o dificultan la adherencia a los
tratamientos son: a) La complejidad del régimen terapéutico, la probabilidad de
fallos o problemas en la adherencia se ven incrementados en
cuanto
más
cambios en las actividades habituales de la vida cotidiana del enfermo se exijan.
El número de dosis o dosificación ha sido relacionado con el nivel de adherencia,
se ha comprobado que los regímenes de medicación monodosis dan lugar a
mejores tasas de adherencia que los regímenes multidosis.
Otro aspecto a tomar en cuenta es la duración del tratamiento, cuando un
resultado se mantiene constante a lo largo de la enfermedad las tasas de
adhesión disminuyen con el tiempo. Según Ley (1997) cuanto más simple es el
30
régimen del tratamiento y más corta su duración mayor es el grado de
cumplimiento; b) la relación costo – beneficio del régimen de tratamiento estos
pueden ser diversos (económicos, sociales, laborales, familiares, emocionales
vrs. la convicción de que la enfermedad se ha curado); y c) la presencia de
efectos secundarios está referido a que los medicamentos utilizados en el
tratamiento provocan efectos colaterales y podrían actuar como estímulos
aversivos que afectan las tasas de adherencia ya que estos efectos pueden ser
mas perturbadores que los síntomas propios de la enfermedad. Los efectos
secundarios favorecen el incumplimiento, especialmente, cuando el paciente se
comienza a sentir mejor.
Un tercer factor esta referido a la naturaleza de la enfermedad en la que se
destacan el tipo de enfermedades ya sean estas agudas o crónicas, así como
también los síntomas de dolor, incomodidad o malestar de la misma que vienen a
dificultar el cumplimiento de las prescripciones. Pareciera que resulta mas difícil
seguir las recomendaciones de tipo profiláctico que terapéuticas cuando los
síntomas están produciendo malestar (macia y Méndez, 1999).
En general, los niveles más bajos de adhesión aparecen en pacientes con
enfermedades crónicas, en las que no hay un malestar o riesgo evidente, en
aquellas que requieren cambios en el estilo de vida y cuando la prevención en
lugar de curar o aliviar los síntomas pretende instaurar un nuevo hábito de vida.
Meichenbaum D, (1991).
Para Rodríguez-Marín (1990) el paciente que presenta una enfermedad
asintomática, no dispone de claves internas para la acción y, además, su
conducta de seguimiento de la prescripción no recibe refuerzo (o si lo recibe no es
inmediato) con lo cual la probabilidad de que ésta ocurra disminuye.
Finalmente, el cuarto factor está constituido por un conjunto de factores
psicosociales que se relacionan con las actitudes y creencias de los pacientes,
31
con respecto a la medicación, la enfermedad y el equipo asistencial, los cuales
influyen para aceptar el tratamiento propuesto y realizarlo de forma correcta; así
también el apoyo social y familiar pueden ayudar a incrementar la ejecución de las
prescripciones y al paciente a mantenerse dentro del régimen terapéutico.
Según numerosas investigaciones llevadas a cabo han determinado que
las creencias que más influyen en la adherencia o cumplimiento al régimen
terapéutico incluyen, en primer lugar, las creencias del paciente asociadas a la
severidad de la enfermedad y la estimación del riesgo de enfermar o
vulnerabilidad percibida
(Becker,1974; Rosentock,1974,1985; Rosentock y
Kirscht,1982). Los pacientes no se incorporan al tratamiento con una visión de
tabla rasa sino que, por el contrario, tienen sus propias representaciones de
aquello que significa una amenaza para la salud, por tanto los pacientes
planifican y actúan según éstas, y los temores que las acompañan.
Estas representaciones y temores se construyen a partir de muchas
fuentes, incluyendo amigos, familiares, medios de comunicación, los propios
síntomas corporales y mentales, y la información ofrecida por el profesional de la
salud. Es importante considerar que las creencias no se mantienen constantes a
lo largo del tratamiento, pudiendo cambiar por múltiples causas (al adquirir más
información, por la evolución de la enfermedad, etc.).
En segundo lugar, las creencias de la persona de ser capaz de ejecutar la
respuesta necesaria (autoeficacia percibida, Bandura 1977, 1978, 1982, 1986,
1986) Cuando los pacientes creen que son responsables de su propia salud están
más dispuestos a seguir las recomendaciones medicas, caso contrario los
pacientes que creen que apenas ejercen control sobre su propia salud tienden a
ser incumplidoras.
Luego, la creencia de que la respuesta será más eficaz que los costos
ocasionados por la conducta (utilidad percibida). Cuando los pacientes creen que
las recomendaciones para seguir los tratamientos dados por un profesional les
32
traerán beneficios a su salud, es entonces que están dispuestos a cumplir con
dichas recomendaciones
Otro aspecto a tomar en cuenta es el apoyo social y familiar que pueda
recibir el paciente y está referido en cuanto a animarlo a cumplir el régimen
terapéutico. El tipo de apoyo, ya sea familiar, de amigos u otras personas
significativas para el paciente, puede contribuir a facilitar e incrementar la
ejecución de sus prescripciones, como también ayudarle a ejecutar las acciones
necesarias para volver a realizar una vida normal (Alfonso, L. M. 2003).
Los beneficios que puede obtener el paciente de los cuidados dispensados
por su familia, también, se relacionan con la adherencia. Sin embargo, incorporar
simplemente a otros miembros familiares o “personas de apoyo”, no garantiza que
estas personas proporcionen un “buen” apoyo. Es especialmente importante que
la atención se dirija hacia la naturaleza del apoyo, en lugar de a su mera
presencia. (Ibíd.).
Los regímenes extensos de autocuidados, afectan no sólo al paciente, sino
también a su familia, además, los distintos miembros de la familia pueden tener
criterios diferentes (unos son más rígidos, otros más permisivos, etc.) que
ocasionan enfrentamientos. Para evitar o reducir estas situaciones lo mejor es
proporcionar información, entrenamiento y ofrecer apoyo (Garrido E.1993).
Otro tipo de apoyo social, que puede beneficiar a la adherencia al
tratamiento, son los grupos de apoyo. Éstos pueden ser utilizados tanto por el
paciente como por sus allegados. Existen numerosos grupos para una gran
diversidad de poblaciones clínicas (pacientes con Diabetes y con adicción a
bebidas alcohólicas, pacientes con dolor, con cáncer, etc.) (Ibíd.).
Otras características que influyen en la adherencia al tratamiento están las
personales y demográficas (edad, sexo, status socioeconómico, raza o religión,
33
etc.). La variable edad parece afectar la adherencia en diferentes formas: a)
dependiendo de la edad de los pacientes, ejemplo niños con cáncer presentan
mayor problema para cumplir con procedimientos específicos (Manne, 1993) y b)
del tipo de enfermedad, según estudios llevados en pacientes diagnosticados con
hipertensión con edades entre 35 y 84 años, los resultados muestran que las
personas que tienen entre 65 y 74 años tienen una mayor adhesión a la toma de
medicamentos (Morrel y otros, 1995). La influencia del sexo y otros aspectos
socioculturales también depende de las circunstancias, por ejemplo mujeres con
diabetes obsesionadas con bajar de peso tienen dificultades para controlar el
azúcar en sangre Polonsky y otros, 1994).
Estas creencias y normas sociales, por tanto, conforman el contexto sobre
el cual descansan los intentos del médico por influenciar el cumplimiento de lo
prescrito. Debe entonces entenderse que hay factores psicológicos y sociales que
operan de manera extremadamente compleja para inducir la obediencia al
tratamiento. Y que el fracaso en lograr un cumplimiento cabal del mismo sugiere
fracaso en la producción de cambios de actitudes y conductas.
2.2.5.
Definición y tipología de la Leucemia
Es un cáncer de los glóbulos blancos que se origina en la médula ósea,
pero puede propagarse a la sangre, los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado, el
sistema nervioso central y otros órganos. Es una enfermedad compleja ya que
tiene muchos tipos y subtipos diferentes. La clase de tratamiento administrado y el
pronóstico del paciente leucémico varían grandemente, de acuerdo con el tipo
exacto de leucemia y otros factores individuales.
La leucemia consiste en la proliferación desordenada de una clona de
células hematopeyaticas (células madres), cuyo origen primario es la medula
ósea (Ruiz Arguelles G: 1994).
34
Dicho padecimiento es catalogado como agudo por que progresa con un
mayor numero de células inmaduras cancerosas o crónico que progresa con
células leucémicas de apariencia mas madura. Hoy en día han sido descubiertas
una gran variedad de tipos de leucemias como lo son la aguda no linfocítica, de
células ilosas, granulocitica aguda, granulocitica crónica, linfocítica aguda (LLA),
linfocítica crónica (LLC), leucemias mielocítica crónica (LMC) y mieloide aguda
(LMA)
Los primeros síntomas que se presentan en la leucemia, de acuerdo al
diccionario médico pueden ser similares a los de la gripe o cualquier otra
enfermedad común, por lo que es complicado diagnosticar este padecimiento
durante sus inicios. A medida que la afección avanza aparece el dolor en los
huesos, el cansancio, falta de apetito, fiebre intermitente, perdida de peso, astenia
(debilidad o falta de fuerza) como resultado de la multiplicidad de las células
leucémicas en el sistema óseo.
2.2.6.
Tipos de Leucemias
Las leucemias se clasifican en:
Linfoblástica: es un cáncer que se genera en la médula espinal,
específicamente en la producción de glóbulos blancos llamados linfoblásticos,
al ser estos anormales y proliferarse en la médula espinal, causan fallas en la
producción de los otros elementos normales de la medula como lo son las
plaquetas.
Entre los síntomas más comunes se pueden mencionar: dolor de huesos
(óseo), disnea, sudoración nocturna, sangramientos con facilidad, hematomas
(moretones),dolor de
problemas de hígado o bajo estado de ánimo, la
duración de los síntomas por lo general se mantiene por días o semanas.
Mielocítica o no Linfocítica: En esta se incluye la llamada leucemia
mielocítica, es un grupo de canceres hematológicos que afecta otras células
35
para la formación de sangre además de los linfoblasto. Existen dos tipos de
glóbulos blancos en este tipo de leucemia: los granulositos o los monolitos.
Los síntomas se parecen a los de la leucemia linfoblástica.
A su vez estos tipos de leucemias pueden agruparse en:
Agudas: Se caracterizan por tener un desarrollo rápido aunque las células no
crecen rápidamente, no pueden madurar de forma adecuada. Esta
principalmente afecta los glóbulos rojos, de manera que existe una
disminución de estos, los cuales son reemplazados por glóbulos anormales
provocando de esta manera lo que se conoce como anemia al reducir el
número de plaquetas en la sangre.
Los glóbulos blancos son reemplazados por células anormales. El principal
órganos afectado es la medula ósea al ser inválida por los glóbulos blancos
anormales alterando la producción normal de las células sanguíneas esto dan
como resultado una inflamación en los nódulos linfáticos.
Crónica: El desarrollo es más lento que la anterior, las células parecen ser
maduras, pero no son completamente normales. Estas viven demasiado
tiempo y causa ciertos tipos de glóbulos blancos. Es menos frecuente que la
aguda y puede ser linfocítica y mielocítica.
2.2.7. Causas de la Leucemia
La leucemia no es un padecimiento hereditario o contagioso, sin embargo
no se conoce la causa exacta de tal alteración.
En algunos casos existe claramente exposición a algunos agentes
múgatenos como radiaciones o gentes químicos derivados del benceno. Un
ejemplo de ello es el accidente nuclear de Shernobyl (Antigua URSS) ocurrida en
1986, en donde a partir del suceso se observó un aumento en la incidencia de
leucemias en la población expuesta Aur, RJA y Pavlosky (1992)
36
Se cree que las causas pueden deberse a la conjugación de factores tales
como: genéticos, inmunodeficiencias, factores ambientales como radiación y
sustancias toxicas, virus y otras, que en general resultan desconocidas, pero que
actuar conjuntas desencadenan dicho padecimiento.
2.2.8.
Elaboración de un Diagnostico de Leucemia
Luego de que el paciente presenta síntomas y el médico tiene una
sospecha de leucemia se inicia el diagnóstico con un examen de sangre, seguido
por un aspirado de la médula espinal, para la realización de este examen se
requiere insertar un aguja en las vértebras, a la altura de la cadera y extraer
líquido, este procedimiento pude ser realizado de tres maneras diferentes con
inyecciones de anestesia local solamente, con anestesia local y un sedante fuerte
o bajo anestesia general.
El líquido extraído es enviado al departamento de patología para el estudio
correspondiente a su vez en algunos casos es indispensable tomar una biopsia
para corroborar el diagnóstico.
Un segundo
proceso es la punción lumbar o perforación espinal, es
requerido para determinar si la leucemia se ha diseminado a lo largo del sistema
nervioso central. Este examen requiere también de la inserción de una aguja entre
las vértebras de la espalda baja para remover un muestra de liquido espinal.
En algunos casos se procede a realizar una biopsia la cual consiste en la
extirpar el ganglio linfático completo, si este se encuentra cerca de la superficie de
la piel, es una operación sencilla que puede realizarse insensibilizando el área
circundante; pero si éste se encuentra dentro del tórax o del abdomen, será
necesario administrar anestesia general al paciente. Este procedimiento sólo se
utiliza en contadas ocasiones para las personas con leucemia.
37
Otra manera de realizar un diagnóstico de leucemia es a través de
radiografías, TAC, resonancia magnética, ecografías.
2.2.9.
Protocolo Medico del tratamiento de Leucemias
La radioterapia y la quimioterapia son los dos tipos de tratamientos
estándares para combatir la leucemia.
La Quimioterapia: Es un tratamiento que utiliza medicamentos para
prevenir la proliferación de células cancerosas, mediante la destrucción de
las células o evitando su multiplicación.
Esta no destruye únicamente las células malignas, sino que también ataca
las células normales como las del sistema digestivo (provocando diarreas y
ulceras en a boca) las de la nariz, del cabello (caída del cabello) y de la
medula ósea (disminución de las células sanguíneas), fatiga; náuseas y
vómitos cambios en el gusto y olfato; estreñimiento o diarreas.
Dichos tratamiento consiste en la administración de varios medicamentos por
vías: intravenosa, oral e intrate tal (por la columna vertebral). Dichos
medicamentos se utilizan con el objetivo de destruir las células anormales
(leucémicas). La forma de administración depende del tipo de cáncer en
tratamiento.
Expertos en la salud manifiestan que muchos de los pacientes abandonan su
tratamiento, entre las razones que citan están: factor económico, falta de
información proporcionada al paciente y a sus familiares sobre el diagnóstico
y el tratamiento, efectos colaterales, su expectativa de curación, o la
presencia de medicinas alternativas proporcionada por charlatanes, que
ofrecen curas maravillosas.
38
Radioterapia: Es una forma de tratamiento basado en el empleo de
radiaciones ionizantes (radiactividad) esta consiste en aplicar al paciente una
dosis de radiación según el protocolo del médico oncólogo radioterapeuta,
este tratamiento es requerido cuando la cirugía o quimioterapia no pueden
remover completamente el tumor o cuando el paciente sufre una recaída.
En el caso de la leucemia esta puede ser administrada de dos maneras en el
área especifica del cuerpo (cráneo, raquis) y dirigida a todo el cuerpo (se
conoce como irradiación total del cuerpo) esta ultima no se administra en el
país y suele hacerse antes de un trasplante de medula ósea.
Transplante de medula ósea: La médula debe ser intervenida ya que esta
es la afectada por cáncer en la intervención se introducen una alta dosis de
medicamentos y radiación, esto para lograr que esta sea reemplazada por
medula ósea saludable esta podría venir de un donador o que haya sido
extraída antes del paciente y conservada antes del tratamiento (si es así tiene
que
haber sido tratada afuera del cuerpo
para
regenerarla).
Este
procedimiento no se lleva a cabo en el Hospital Nacional Rosales.
En los dos primeros tratamientos mencionados es importante aclarar que no
destruye únicamente las células malignas, sino que también ataca las células
normales como las del sistema digestivo (provocando diarreas y ulceras en la
boca) las de la nariz, del cabello (caída del cabello) y de la médula ósea
(disminución de las células sanguíneas), fatiga; náuseas y vómitos cambios en el
gusto y olfato; estreñimiento o diarreas.
El protocolo de tratamiento de la leucemia siempre será el mismo
(quimioterapia y en algunos casos radioterapia) sin importar la clasificación que se
realice según las células anormal.
Es el médico responsable del paciente quien le notifica de la enfermedad,
luego pasa a trabajo social el cual proporciona información acerca de la
39
enfermedad, el tratamiento y las reacciones posibles que se prestaran a lo largo
de este. Luego de esto comienza el tratamiento de la leucemia según el caso y
protocolo médico de cada paciente.
2.3. Marco conceptual
Actitud: Creencia, opinión o sentimiento que predispone a obrar (diciendo,
votando, actuando) de cierta manera ante acontecimientos de cualquier índole: la
educación, las elecciones, la promulgación de una Ley, etc.
Adaptación: Relación armónica, pero no exenta de tensiones, entre un
organismo y el medio ambiente, mediante la cual se puede lograr la satisfacción
eficaz (es decir, sin excesivo gasto de energía) de las necesidades, es siempre
relativa ya que una armonización total y sin tensiones entre un organismo y su
medio no se alcanza prácticamente nunca. Conjunto de síntomas físicos y
psíquicos de carácter negativo que aparecen cuando el sujeto debe enfrentarse a
una novedad.
Ambulatoria: Dicho de una forma de enfermedad o de un tratamiento: Que no
obligan a estar en cama. Perteneciente o relativo a la práctica de andar.
Ansiedad: Sensación de aprehensión o miedo que se vive como desastre
inminente e inevitable. En ocasiones se manifiesta como acceso de pánico.
Autoeficacia: Son los juicios que cada individuo posee sobre sus capacidades,
en base a los cuales organizará y ejecutará sus actos de modo que le permitan
alcanzar el rendimiento deseado.
Automedicación: Acción de automedicarse.
Calidad de vida: el grado en el que una persona es capaz de maximizar su
funcionamiento físico, psicológico, laboral y social; un indicador importante en la
recuperación de o en le ajuste a una enfermedad crónica.
40
Cáncer: Crecimiento tisular producido por la proliferación continúa de células
anormales con capacidad de invasión y destrucción de otros tejidos y puede
originarse a partir de cualquier tipo de célula en cualquier tejido corporal.
Condicionamiento operante: El condicionamiento operante es un tipo de
aprendizaje en el cual la conducta de un organismo tiene consecuencia en su
medio inmediato. El organismo "opera", por así decir, sobre el mundo que lo
rodea.
Conductas: Actividad física de un organismo vivo, observable eb principio por
otro individuo, a diferencia del curso de la actividad psíquica interior. La conducta
es objetiva. Reacción global del sujeto frente a las diferentes situaciones
ambientales.
Conducta no adaptativa: Acto de retrasar la búsqueda de tratamiento parta un
síntoma reconocido.
Cuidados paliativos: Cuidado diseñado para brindar confort al paciente, pero no
para curarlo o para mejorar el padecimiento; generalmente forma parte del
cuidado de pacientes terminales.
Creencias: Firme asentimiento y conformidad con algo. Completo crédito que se
presta a un hecho o noticia como seguros o ciertos.
Dependencia: En sentido genera, subordinación de un individuo, una cosa o un
estado a otros individuos.
Depresión: Estado de animo triste, de mal humor, con inhibición del curso del
pensamiento, débil voluntad e incapacidad de decisión. Es una manifestación
normal cuando hay causas exteriores que la explican.
Dolor: Sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por causa interior o
exterior. Sentimiento de pena, congoja.
Epidemiología: Es estudio de la frecuencia, distribución y causas de
enfermedades infecciosas y no infecciosas en la población, basadas en la
investigación del ambiente físico y social.
41
Estrés: Tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones
psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves
Enfermedades agudas: Enfermedad cuyo problema medico que ocurre en cortos
periodos, la cual, generalmente es el resultado de un proceso infeccioso y que es
reversible.
Enfermedades crónicas: Enfermedad de larga duración y generalmente
irreversible.
Miedo: Una de las tres emociones básicas del ser humano, junto a la ira y el
goce. El psicoanálisis distinguió el miedo, el susto y la angustia: el primero
requiere para su expresión de un peligro real, mientras que la angustia se dispara
en ausencia de una amenaza, El susto, por su parte, es el miedo que cesa de
forma abrupta por tratarse de un error en nuestra evaluación del peligro, o por
aparecer y desaparecer la amenaza en un corto período de tiempo.
Modelos: Esta palabra tiene en el lenguaje científico de muy variados
significados. El más corriente es el de análogo a un sector de la realidad. En la
psicología y ciencias sociales se ha introducido la costumbre de llamar modelo a
las teorías que se formulan con un lenguaje exacto. Parece que este uso se debe
al deseo de destacar las teorías formuladas en lenguaje exacto, distinguiéndolas
de las teorías, frecuentemente en psicología y en las ciencias sociales, que se
formulan en lenguaje corriente
Morbilidad: Estudio de los efectos de una enfermedad en una población.
Adaptación mal empleada al español que proviene de la inglesa "morbidity"
generalmente usada así en Sudamérica para identificar una condición médica en
la que se estudian los padecimientos de una enfermedad y cuyo verdadero
significado es "patológico". O también para definir discapacidad.
Mortalidad: Número total de muertes producidas por una enfermedad dada en
una población durante un espacio de tiempo dado, generalmente de un año.
Motivación: Conjunto de motivos que intervienen en un acto electivo, según su
origen los motivos pueden ser de carácter fisiológico e innatos (hambre, sueño) o
42
sociales; estos últimos se adquieren durante la socialización, formándose en
función de las relaciones interpersonales, los valores, las normas y las
instituciones sociales.
Muerte prematura: Muerte que ocurre antes de la edad esperada de muerte (75
años).
Oncológicos: Parte de la medicina que trata de los tumores.
Opioide: Perteneciente o relativo al opio. Compuesto: obtenido a partir del opio.
En la farmacología se utiliza el opio para calmar dolores.
Paciente: Derivado de la palabra paciencia. Sujeto que recibe o padece la acción
del agente. Persona que padece física y corporalmente, y especialmente quien se
halla bajo atención médica.
Patología: Parte de la medicina que estudia las enfermedades. Conjunto de
síntomas de una enfermedad.
Percepción: entrada en la conciencia de una impresión sensorial, llegada
previamente a los centros nerviosos.
Pobreza crónica: Individuos que pertenecen a hogares cuyos ingresos per capital
se encuentran por debajo de la línea de pobreza cada año. Consume por debajo
de la línea de pobreza y tiene más de una necesidad básica insatisfecha.
Profiláctico: Dicho de una persona o de una cosa: Que puede preservar de la
enfermedad. Parte de la medicina que tiene por objeto la conservación de la salud
y la preservación de la enfermedad.
Psicología de la salud: Rama de la psicología que surge a partir de una
perspectiva sistemática e integrativa, con psicólogos de diferentes áreas
reafirmando la antigua creencia que la salud es crucial para mantener la salud.
Quimioterapia: Es un tratamiento del cáncer
que utiliza medicamentos para
prevenir la proliferación de células cancerosas, mediante la destrucción de las
células o evitando su multiplicación.
43
Radiaciones ionizantes: emanación de fotones con la energía suficiente para
desplazar electrones de las moléculas sobre las que incide. Se denomina
Irradiación al proceso de aplicar energía radiante sobre un dado objetivo, el cual
puede ser un alimento. Se caracteriza por poseer un alto contenido de energía,
gran poder de penetración y acción letal debida a su liberación a nivel celular. Los
tipos más comunes de radiación son: Radiación (rayos catódicos) y Rayos X.
Salud: Completo bienestar físico, mental y social y no simplemente la ausencia de
dolencias o enfermedades.
Síntomas: Fenómeno revelador de una enfermedad. Señal, indicio de algo que
está sucediendo o va a suceder.
Teorías: Sistemas construido por el pensamiento en el que se relacionan hechos
entre si formando un conjunto coherente de principios y de consecuencias. Las
teorías constituyen la estructura interna de una ciencia
Toxicidad: Perteneciente o relativo a un veneno o toxina. Grado de efectividad de
una sustancia tóxica
Vulnerabilidad: Puede ser herido o recibir lesión, física o moralmente. Cualidad
de vulnerable.
44
Descargar