Síndrome Nefrótico en la Niñez

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Ricardo Gastelbondo Amaya
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Síndrome nefrótico
en la niñez
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Ricardo Gastelbondo Amaya
Coordinador de Programas de Nefrología Pediátrica
Director de Programa de Especialización en Nefrología Pediátrica de la
Universidad El Bosque
Jefe del Servicio de Nefrología Pediátrica de la Fundación
Cardioinfantil
Profesor Universidad del Rosario
Juan Javier Lammoglia Hoyos
Pediatra
Universidad El Bosque
El síndrome nefrótico (SN) ocurre a cualquier edad, siendo más frecuente en menores de diez años, con edad promedio de presentación alrededor de los seis años; es
más común en niños (60%) que en niñas, con excepción de la glomerulonefritis
membranoproliferativa que es más frecuente en niñas. Hay dos tipos de SN: primario, en el cual hay afección glomerular con hallazgos histopatológicos definidos y
secundario a enfermedades sistémicas, infecciones, procesos alérgicos,
intoxicaciones, neoplasias, problemas cardíacos y vasculares.
SN de causa primaria o
idiopático
SN de < 1 año (algunos
congénitos)
Nefrosis lipoidea
Lesiones glomerulares mínimas
Proliferación glomerular mesangial difusa
Esclerosis glomerular segmentaria y focal
Glomerulonefritis por complejos inmunes
Proliferación mesangial endocapilar
Glomerulonefritis membranoproliferativa
tipos I y II
■ Glomerulonefritis extramembranosa (membranosa)
■ SN congénito
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Enfermedades sistémicas
Lupus eritematoso sistémico
Púrpura de Henoch Schönlein
Diabetes mellitus
Amiloidosis renal
Panarteritis nodosa
Enfermedad de células falciformes
Infecciones
Sífilis congénita
Toxoplasmosis congénita
Hepatitis B y C
Paludismo
Asociado con sida
CCAP Año 2 Módulo 3
septiembre de 2003
39
Síndrome nefrótico en la niñez
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Nefritis aguda postestreptocócica
Nefritis por shunt
Endocarditis estreptocócica
Tuberculosis
Alérgicas
Enfermedad del suero
Pólenes
Picadura de abeja
Ortiga venenosa
Cardíacas y vasculares
Trombosis de vena cava y renal
Pericarditis constrictiva
Falla cardíaca congestiva
Enfermedad tricuspídea
Neoplasias
Tumor de Wilms
Neuroblastoma
Enfermedad de Hodgkin
Leucemias
Intoxicaciones
Bismuto
Mercuriales
Trimetadiona y parametadiona
Sales de oro
Otros
Disgenesia gonadal XY
Síndrome Uña – Rótula
Las características de los pacientes con
SN primarios son diferentes y se muestran
en la tabla 1.
Definiciones y precisiones
Al analizar el SN son necesarias las siguientes
definiciones y precisiones:
■ Proteinuria: más de 1000 mg/L en una
muestra de orina de 24 horas, la cual se
correlaciona en una muestra aislada de orina con valores de 100 mg/dL. Una proteinuria mayor de 40 mg/m2/hora o de 50 mg/
kg día también se considera en rango
nefrótico. En lactantes, en los que es difícil
obtener orina de 24 horas se puede utilizar
la relación proteinuria / creatininuria en
muestra aislada de orina; un valor superior
a 2 indica proteinuria en rango nefrótico:
Normal en < 2 años: < 0,5
Normal en > 2 años: < 0,2
Proteinuria leve: 0,2 a 0,5
40
Precop SCP
Ascofame
Proteinuria moderada: 0,5 a 2
Proteinuria intensa: > 2
Algunos pacientes que se encuentran en recuperación de un brote nefrótico pueden no
cumplir estos criterios, al igual que los pacientes con desnutrición crónica grave con
disminución de la creatinina filtrada por el riñón; la hipoalbuminemia intensa en estos
pacientes disminuye la proteinuria y puede
dar alterados estos parámetros, por lo que, a
pesar de ser infrecuente, debe ser siempre
tenida en cuenta
■ Hipoalbuminemia: consecuencia directa de
la proteinuria, se considera para el diagnóstico un valor menor de 2,5 g/dL asociado con los otros criterios. El principal problema de la hipoalbuminemia es el síndrome hipooncótico secundario, el cual es responsable en parte de la formación de edema en estos pacientes. Cuando la albúmina
sérica es menor de 1,5 g/dL se pierde la
presión oncótica mínima necesaria para el
soporte intravascular adecuado y el paciente
presenta hipoperfusión, hemoconcentración
y aumento de la tendencia a hipercoagulabilidad, cursando con oliguria, la cual
puede progresar a insuficiencia renal aguda prerrenal
■ Edemas: los edemas en el nefrótico son debidos a varios mecanismos. El primero es
la alteración del equilibrio de Starling, con
fuga de plasma al espacio intersticial y el
segundo es dado por aumento de la cantidad de sodio retenido por el riñón por mecanismos no del todo claros, secundarios
a cambios intrarrenales propios del riñón
nefrótico, los cuales no son dependientes
de aldosterona ni de renina
Los edemas ocurren cuando el valor de albúmina sérica es menor de 2,7 g/dL y siempre están presentes cuando su valor es de
1,8 g/dL. Puede haber hipovolemia grave
con depleción intravascular manifestada por
hipotensión ortostática y oliguria cuando los
valores son tan bajos como 1,2 g/dL; estos
pacientes suelen tener dolor abdominal, vómito y diarrea. El edema del nefrótico se
produce cuando han transcurrido dos a cuatro semanas del comienzo de la proteinuria y
CCAP Año 2 Módulo 3
Edad de comienzo: 5
meses a 5 años
Más frecuente en
hombres
Manifestaciones similares
al síndrome de lesiones
glomerulares mínimas,
con mayor frecuencia hay
hematuria, hipertensión
arterial, proteinuria
persistente y evolución a
IRC
La mayoría son
corticorresistentes y
evolucionan a insuficiencia renal (61,5%)
Edad de comienzo: 2 a
4 años
Más frecuente en
hombres
Edema palpebral
progresivo a anasarca
Oliguria, hematuria
macroscópica transitoria
(30 a 40%)
Hipertensión leve y
transitoria (10 a 20%)
Se caracterizan por ser
corticosensibles y, en
nuestro medio, por no
progresar a IRC
Gran susceptibilidad a
infecciones, especialmente respiratorias
(80%)
Otras complicaciones:
peritonitis primaria,
infección de vías
urinarias, insuficiencia
renal aguda, trombosis
de la vena renal
Las complicaciones son
graves; sin embargo,
algunos pacientes hacen
remisión espontánea
13,9%
49,5%
Evolución adecuada con
tratamiento con
corticoides
Esclerosis segmentaria y
focal (GSF)
Lesiones glomerulares
mínimas (LGM)
Tabla 1. Características del síndrome nefrótico primario
Evolución a IRC: 37,5%
Remisión espontánea:
50%
Empieza como SN y es
frecuente la hematuria
asociada
La mayoría son
corticorresistentes y una
minoría corticosensibles
Edad de comienzo: 1 a 5
años
Más frecuente en
hombres
8,6%
Proliferación mesangial
moderada
Pronóstico reservado
Cursa con
hipocomplementemia
persistente (77%), HTA
(54%)
Se encuentran depósitos
de complemento e
inmunoglobulinas en los
capilares glomerulares
El 66% tienen depósitos
subendoteliales (tipo I), el
33% restante tiene
depósitos densos
IRC (60%) en 5 a 10 años
No hay tratamiento eficaz
(esteroides e
inmunosupresores no han
dado resultado)
Edad de comienzo: 4 a
14 años con promedio de
9 años
Más frecuente en mujeres
(3:1)
13,9%
Glomerulonefritis
membranoproliferativa
Mejor pronóstico en niños
que en adultos
Más frecuente en adultos
Cursa con hematuria
microscópica (70%),
proteinuria y ausencia de
hipertensión arterial
El complemento sérico
es normal
Progreso a IRC (25%)
No hay beneficio con
esteroides ni
inmunosupresores
Puede haber remisión
completa sin tratamiento
No tiene un patrón de
edad definido: puede
verse en menores de 1
año y en niños de 10 años
Más frecuente en
hombres
3,3%
Nefropatía
membranosa(GM)
Cursa con hipertensión
arterial (67%)
Corticorresistente
(progreso a IRC)
Corticosensible (evolución
adecuada)
Edad de comienzo:
2 a 5 años
Más frecuente en
hombres
6,5% Variante de la
forma mesangial
Nefropatía por IgM
Muerte antes de los dos
años (57%)Progreso a IRC
(28,5%)El pronóstico es
reservado y deben ir a
transplante renal
Se manifiesta desde el
nacimiento o en los tres
primeros meses por
edemas y proteinuria
La mayoría son prematuros de bajo peso
Puede haber antecedentes de asfixia perinatal
Fenotipo característico:
nariz achatada, piernas
delgadas, hernia
umbilical, palidez,
separación de suturas
craneales e hipotonía
En la forma congénita
(tipo finlandés) la
evolución es hacia la
forma microquística renal,
con posterior esclerosis
glomerular y progresión a
IRC
Ocurre antes del primer
año de vida
Puede ser primario o
secundario; las formas
secundarias lo son a sífilis
connatal o toxoplasmosis
7,5 %
Síndrome nefrótico
infantil (SNI)
Ricardo Gastelbondo Amaya
septiembre de 2003
41
Síndrome nefrótico en la niñez
es inicialmente palpebral y matutino; posteriormente se va produciendo abotagamiento con aumento de peso y palidez producto del edema, con reblandecimiento de
la punta de la nariz y de los lóbulos de las
orejas y ombligo horizontalizado. Es en
esta etapa cuando la madre usualmente
consulta al médico
■ Hipercolesterolemia: se debe al aumento
de la síntesis de precursores de los
trasportadores de lipoproteínas en el hígado al producirse un incremento (hasta
cuatro veces) de la síntesis de albúmina.
Se considera criterio para SN el colesterol
sérico mayor de 300 mg/dL. Cuando la
albúmina es menor de 1,5 aparece también hipertrigliceridemia. Estudios en animales de experimentación y de algunos pacientes que han muerto, revelan aceleración en la formación de ateromas en estos
pacientes, lo cual puede aumentar el riesgo cardiovascular cuando lleguen a la edad
adulta
■ Hipercoagulabilidad: uno de los principales riesgos es la inestabilidad plaquetaria
asociada con hiperlipidemia en pacientes
con pérdida de factores anticoagulantes en
orina (antitrombina III, factor XII) y hemoconcentración. La hiperlipidemia se
asocia con mayor riesgo de trombosis
vasculares, localizadas en cualquier vaso,
desde el seno sagital hasta trombosis de
la vena renal, que son de mal pronóstico.
No se debe olvidar la posibilidad de quilotórax secundario a obstrucción de la vena
cava superior
Examen físico
En los pacientes con SN se deben evaluar prudentemente los signos vitales: taquicardia puede
indicar hipovolemia e incluso hipotensión; frecuencia respiratoria aumentada se asocia con
derrame pleural o ascitis significativa con dificultad respiratoria; fiebre debe alertar la sospecha
de infección, la cual es la responsable de la muerte
y dirige el examen físico a la búsqueda de posibles focos, la mayoría de los cuales se encuentran en el tracto respiratorio superior.
42
Precop SCP
Ascofame
Los pacientes con SN pueden tener hipotensión y algunos aunque algunos presentan
hipertensión, la cual es leve y transitoria (hasta
en 20% de los casos). Debe recordarse que 50%
de los pacientes son normovolémicos, 35% son
hipovolémicos y 15% hipervolémicos. El peso
inicial permite evaluar la evolución de la resolución de los edemas; idealmente se debe tomar
dos veces al día y en la misma báscula; es ideal
conocer el peso previo para calcular la cantidad
de agua en el espacio intersticial.
El balance hídrico orienta la evaluación del
gasto urinario y la cantidad de líquido retenido.
La oliguria puede ser secundaria a edema uretral,
pero de manera más frecuente se asocia con
hipovolemia, por lo que debe ser vigilada cautelosamente, ya que estos pacientes tienen alto riesgo de insuficiencia renal aguda prerrenal.
Por medio del examen físico cuidadoso se
pueden detectar las formas secundarias de SN y
sus complicaciones:
■ Cabeza: áreas de fotosensibilidad y eritema
en heliotropo (colagenosis); consistencia nasal y auricular (edema); estado de la dentadura (focos de bacteriemia), color y grado de
humedad de las mucosas (anemia y posible
deshidratación)
■ Cuello: adenopatías e ingurgitación yugular
(trastornos linfoproliferativos, trombosis de
vena cava superior)
■ Tórax: signos de derrame pleural o pericárdico; adenopatías axilares; soplos, especialmente aquellos cambiantes; signos de consolidación pulmonar
■ Abdomen: ascitis y megalias (nefromegalia:
tumores primarios o secundarios, trombosis de la vena renal); dolor (peritonitis
bacteriana espontánea); hernias inguinales;
soplos lumbares
■ Genitales: edema escrotal o de labios mayores, hipospadias, criptorquidia
Piel: púrpura o petequias (Henoch Schönlein,
leucemia); signos de inminencia de ruptura
cutánea; erisipela. En zonas templadas, se debe
mirar bien la planta de los pies, ya que es sitio
de entrada de estrongiloides y uncinarias
■ Neurológico: estado de alerta, signos meníngeos, respuesta pupilar, signos de hipertensión
endocraneana (trombosis del seno sagital)
Ricardo Gastelbondo Amaya
Estudios de laboratorio
Se analizarán los siguientes exámenes:
■ Parcial de orina: la madre puede referir
orinas espumosas que alertan sobre la posibilidad de proteinuria; se observa hematuria hasta en 40% de los pacientes, la
cual es transitoria. Cilindruria, células del
epitelio renal, eritrocitos y leucocitos sugieren lesión glomerular. Alteraciones del
pH y de la concentración de la orina sugieren lesión tubular asociada. A veces, es frecuente observar cuerpos redondos u ovales, que son partículas grasas y ocurren por
lipiduria
■ Radiografía de tórax: útil para evaluar si hay
derrame pleural o pericárdico y posibles
consolidaciones neumónicas. Se debe evaluar el hilio para buscar adenopatías
mediastinales y signos de TBC primaria, ya
que se puede reactivar al iniciar la terapia
con esteroides
■ Hemograma: útil para evaluar hemoglobina; los controles periódicos de hematocrito
que muestren hemoconcentración orientan
al diagnóstico de hipovolemia. En el diferencial del leucograma se deben buscar signos sugestivos de infección. La velocidad
de sedimentación puede estar alterada por
la hipoalbuminemia y la hiperlipidemia. Se
debe evaluar también el recuento
plaquetario
■ Azoados: a menos que se encuentre un síndrome nefrítico asociado, los pacientes con
SN no elevan el nitrógeno ureico ni la
creatinina; su elevación se asocia con hemoconcentración (relación BUN/creatinina >
20) e incluso con insuficiencia renal aguda
(relación BUN/creatinina =20 más alteración de parámetros de diagnóstico de infección renal aguda); esta insuficiencia inicialmente es prerrenal por hipovolemia grave que si no es corregida puede progresar
a necrosis tubular aguda
■ Electrolitos: algunos pacientes con SN pueden manifestarse con hipocalcemia, la cual
es secundaria a hipoalbuminemia con disminución del calcio ionizado, así como a
pérdidas de vitamina D por el riñón, aunque
este último dato no es uniforme. El sodio y
el potasio pueden o no estar alterados, pero
deben ser vigilados cuando se inicia albúmina para expansión plasmática con posterior
diuresis forzada. La hiponatremia con densidad urinaria elevada muestra la incapacidad del riñón para excretar agua libre
■ Lípidos: se debe evaluar el estado de los
triglicéridos, pues hipertrigliceridemia e
hipercolesterolemia pueden ocurrir secundariamente al incremento de la síntesis de
proteínas transportadoras de lipoproteínas
por aumento en la síntesis de albúmina en
el hígado, ya que comparten el mismo sitio
de transcripción en el retículo endoplásmico.
La hipertrigliceridemia es frecuente cuando
los niveles de albúmina se acercan a 1,5 g/
dL. Se considera hipercolesterolemia > 300
para hacer el diagnóstico, sin que sea condición sine qua non
■ Ecografía: idealmente, a todos los pacientes
con diagnóstico de SN oligúrico se les debe
hacer ecografía Doppler abdominal para
buscar trombosis de vena o arteria renales,
porta y cava; además, sirve para evaluar tamaño renal, relación corticomedular y
ectasias pielocaliciales
■ Otros: se puede solicitar complemento sérico, ya que hipocomplementemia ocurre en
glomerulonefritis membranoproliferativa. Test
de falciformía y electroforesis de hemoglobina
sirven para detectar falciformidad. Anticuerpos
antinucleares, anti ADN y citoplasmáticos
antineutrófilo son útiles en el estudio de
colagenosis; el patrón típico de inmunoglobulinas es IgM normal o elevada con IgG e
IgA disminuidas, debido al mayor peso de la
IgM para ser excretada. Estos pacientes tienen solamente actividad de 20% de IgG, lo
cual los predispone a infecciones. También se
debe investigar serología, Elisa para VIH, VDRL
antígeno de superficie para hepatitis B y
anticuerpos IgM para hepatitis C
En la tabla 2 se muestra la clasificación según
la forma de presentación y análisis de laboratorio.
Tratamiento
Se analizará lo relacionado con reposo, nutrición,
líquidos, albúmina y expansores plasmáticos,
corticoides e inmunosupresores.
CCAP Año 2 Módulo 3
septiembre de 2003
43
Síndrome nefrótico en la niñez
Tabla 2. Formas de presentación y análisis de laboratorio en síndrome nefrótico
Diagnóstico
Presentación clínica
Estudios de laboratorio
Comienzo insidioso del edema
Comienzo insidioso del edema
Hipertensión (frecuente)
Hematuria leve o ausente
Hematuria significativa (a veces
macroscópica)
En algunos pacientes, CH50, C3
y C4 disminuidos
Edema durante los primeros tres
meses de vida
Antecedente de macroplacenta
Niveles aumentados de proteína fetal
alfa en el líquido amniótico
Síndrome de Alport
Hematuria en el examen físico
para otro fin
Hipoacusia neurosensorial
Hematuria en los padres
Nefropatía diabética
Historia de diabetes de diez años
de evolución
Retinopatía diabética
Microhematuria
Anemia falciforme
Hematuria
Electroforesis de hemoglobina
Erupción típica
Dolor abdominal
Macrohematuria
Proteinuria
Hematuria
Lupus eritematoso
Erupción
Artritis
Macrohematuria
Anticuerpos antinucleares
Anticuerpos anti ADN
Granulomatosis de Wegener
Tos
Hemoptisis
Hematuria intensa
Anticuerpos citoplasmáticos
antineutrófilos
Síndrome de Goodpasture
Hemoptisis
Anticuerpos antimembrana basal
glomerular
Enfermedad postestreptocócica
Edema periorbitario
Macrohematuria
Hipertensión
Disminución de C3
Título positivo de antiestreptolisinas
Pruebas rápidas de detección positiva
Cultivo faríngeo positivo
Glomerulonefritis no
postestreptocócica
Edema periorbitario
Macrohematuria
Hipertensión
Disminución de C3
Paludismo
Virus de inmunodeficiencia humana
Ictericia
Síndrome clínico de
inmunodeficiencia adquirida
Edema
Detección del parásito en gota gruesa
Serología para VIH
Nefritis por contaminación de shunt
Fiebre
Hemocultivo
Endocarditis bacteriana subaguda
Fiebre
Hemocultivo
Fármacos y metales pesados
(toxicidad por antinflamatorios
no esteroideos, anticonvulsivantes,
oro, bismuto)
Antecedente de exposición
SN primario
Corticosensible
Corticorresistente
SN secundario
Enfermedad heredofamiliar
(SN congénito)
Vasculitis
(Púrpura de Henoch Schönlein)
Fuente: Keish R, Sedman A. Síndrome nefrótico. Pediatrics in review 1993; 14(1): 26-33.
44
Precop SCP
Ascofame
Ricardo Gastelbondo Amaya
Reposo
Será únicamente el que imponga la intensidad del
edema, pues reposos prolongados pueden favorecer fenómenos trombóticos.
Nutrición
La dieta debe ser hipercalórica con 60-65% del
aporte calórico total como carbohidratos; además,
normoproteica (dietas hiperproteicas no contribuyen a mejorar la hipoalbuminemia del nefrótico,
ya que esta es por pérdidas renales y mejora al
iniciarse los corticoides).
No debe tener más de 30% del aporte calórico como grasas, lo cual previene la tendencia a
la obesidad y al desequilibrio del metabolismo
de lípidos que ocurre cuando se inician los
esteroides; son preferibles las de origen vegetal
y con menos de 300 mg de colesterol al día, aun
cuando la hipercolesterolemia del nefrótico poco
responde al manejo dietético). Se debe restringir
el consumo de sodio, pues estos pacientes tienen aumento de la sensibilidad a aldosterona con
1 g/día de sal.
En nuestro medio es frecuente el SN en desnutridos, por lo que es necesario soporte nutricional
adecuado con énfasis en protección cardiovascular,
dado que así se contribuye a disminuir complicaciones. La restricción de proteínas en la dieta no
disminuye la proteinuria y por el contrario favorece la desnutrición por el aumento de la tasa
metabólica basal.
Líquidos
Se deben restringir a 400 mL/m2/día más la diuresis, hasta que se resuelvan los edemas, evaluando muy bien el grado de hidratación y cualquier signo de depleción del volumen intravascular.
El uso de diuréticos en estos pacientes puede desencadenar desequilibrio hidroelectrolítico, por lo cual se deben hacer controles
frecuentes en los primeros días de la hospitalización. Al iniciar diuréticos es preferible restringir líquidos a 1200 mL/m2/día para evitar
hiponatremia y deshidratación. A veces es preferible asociar diuréticos ahorradores de
potasio para evitar la aparición de hipopotasemia en casos de edemas leves a modera-
dos; también se puede utilizar furosemida e
hidroclorotiazida en dosis de 1 mg/kg/día por
vía oral.
Albúmina y expansores plasmáticos
Nunca se debe aplicar diuréticos intravenosos
a estos pacientes sin previa expansión
plasmática, por el riesgo que se puede derivar
de forzar diuresis en un estado de hipovolemia
con depleción del volumen intravascular. La
hemoconcentración es de alto riesgo, ya que
pueden presentar trombosis vasculares debido a su estado de hipercoagulabilidad.
Si hay edema escrotal doloroso; edema de
prepucio o uretra; bronconeumonía; infecciones graves; sepsis; peritonitis; ascitis significativa o derrame pleural con dificultad respiratoria; inminencia de ruptura cutánea o erisipela
o problemas psicológicos por alteración de la
imagen corporal se procede a la evacuación de
edemas previa expansión plasmática.
Actualmente, la indicación más clara para el
uso de expansión plasmática con albúmina es la
hipovolemia. Se deben reconocer tempranamente
los signos de esta: dolor abdominal, anorexia y
vómito, así como signos clínicos asociados:
taquicardia, hipertensión (paradójica por elevación de la vasopresina), perfusión inadecuada,
diferencia entre temperatura de extremidades y
temperatura central mayor de 3 grados centígrados y oliguria; en este caso se debe tomar
hematocrito de control para evaluar la posibilidad de hemoconcentración.
En caso de existir la duda acerca de la presencia de hipovolemia, la cual se encuentra en
15% de los pacientes con SN, se debe medir el
sodio urinario: si es < 5 mEq/L, se confirma
que se trata de SN hipovolémico.
Se utiliza albúmina al 20% sin electrolitos
(previa toma de hemoglobina y hematocrito), la
cual no es recomendable administrar en menos
de cuatro horas por el riesgo de edema pulmonar al recuperar la presión oncótica intravascular en un paciente que tiene gran volumen
hídrico en el espacio intersticial.
En la actualidad se prefiere el uso de albúmina en infusión de 24 horas, lo cual ha mosCCAP Año 2 Módulo 3
septiembre de 2003
45
Síndrome nefrótico en la niñez
trado aumento de la vida media de la albúmina
sérica, con elevación más linear y estable de la
albúmina sérica, comparada con administración en bolos y con menor riesgo de hipervolemia. Se puede administrar furosemida
cada seis horas en dosis de 0,5 a 1 mg/kg, en
infusión lenta en un lapso mínimo de 30 a 60
minutos, según la diuresis del paciente y si
hay o no hay hipervolemia.
Corticoides
■ Corticosensibles: cuando hay respuesta clínica y paraclínica en las primeras ocho semanas de tratamiento (desaparición de la
proteinuria)
■ Respondedores iniciales: cuando hay respuesta adecuada en los 7 a 10 primeros
días de tratamiento
■ Respondedores tardíos: cuando hay respuesta en las últimas semanas de la terapia
■ Corticorresistentes: cuando hay persistencia de proteinuria después de ocho
semanas
■ Corticointolerantes: cuando ocurre hipertensión, necrosis aséptica de cadera o rodilla; cataratas subcapsulares; fenómenos
trombóticos e incluso embólicos o aumento excesivo de peso
■ Corticodependientes: cuando reaparece
proteinuria al disminuir la dosis de esteroides o hay recaída antes de dos meses de
suspendida la medicación
Los corticoides son parte fundamental del tratamiento del paciente con síndrome nefrótico. Disminuyen la proteinuria, aceleran la resolución de
los edemas y disminuyen el riesgo de infecciones al disminuir la pérdida de inmunoglobulinas
en orina. Se utiliza el protocolo del Grupo Internacional para el estudio y tratamiento de las enfermedades renales en niños, el cual incluye
prednisona en dosis de 60 mg/m2/día en toma
en la mañana durante cuatro semanas, luego de
lo cual se continúa con 40 mg/m2/interdiario por
cuatro semanas más.
Todo paciente al cual se le van a iniciar
esteroides por un período prolongado debe ser
desparasitado con 400 mg/día de albendazol
por tres días, por el riesgo de síndrome de
superinfestación masiva por estrongiloides. Por
el riesgo de reactivar TBC primaria, a todos
los pacientes se les debe hacer radiografía de
tórax y prueba de tuberculina, sin olvidar que
la nefrosis es una de las causas de resultado
negativo por anergia. También es necesario un
examen cuidadoso para descartar la posibilidad de cualquier infección asociada.
Es claro que la albúmina sola no es capaz
de producir aumento de la natriuresis ni de la
diuresis en pacientes con nefrosis, dado que
también se eleva la presión oncótica en el mecanismo de contracorriente, por lo cual se debe
utilizar asociada con furosemida; así se obtiene un efecto diez veces mayor en la diuresis y
1090 veces mayor en la natriuresis.
La experiencia previa de varios trabajos
colaborativos ha mostrado que la hipervolemia
significativa, con necesidad de ingreso a Unidades de Cuidado Intensivo Pediátrico y de
hemodiafiltración de urgencia solo ocurre en
los casos en que la infusión se hizo en un menos de cuatro horas.
De los pacientes que van a responder a
prednisona, 94% lo hacen durante el primer
mes de tratamiento y generalmente durante la
primera o segunda semana. La respuesta a los
corticoides se manifiesta por diuresis profusa
con resolución de los edemas; se confirma por
la ausencia de proteinuria en tres muestras de
orina de doce horas recolectadas en la noche
estando el paciente en reposo.
46
Precop SCP
La falta de repuesta a este modelo terapéutico hace pensar que no se trata de lesiones
glomerulares mínimas, sino de otra enfermedad que pueda evolucionar a IRC. Según la respuesta terapéutica a la prednisona se clasifican los pacientes en:
Ascofame
El SN de cambios mínimos en nuestro
medio es corticosensible en 82,3%, 8,8%
de los pacientes son corticodependientes,
54,8% corticointolerantes y 2,9% son corticorresistentes.
Si el paciente ha recibido menos de doce
días de corticosteroides, estos se pueden suspender sin riesgo de freno suprarrenal; si el
paciente lleva más de doce días se deben con-
Ricardo Gastelbondo Amaya
tinuar e incluso se puede doblar la dosis para
dar soporte al estrés metabólico adicional.
Inmunosupresores
Solo deben utilizarse en el SN de recaídas frecuentes (más de dos recaídas en seis meses o
más de cuatro en un año) o en los corticodependientes o corticointolerantes con contraindicación absoluta de esteroides (osteoporosis
intensa, diabetes mellitus, tromboembolismo e
hipertensión arterial grave).
En los dos primeros, antes de iniciarlos se
debe dar tratamiento prolongado con prednisona
40 mg/m2 en días alternos por seis meses; de
no haber respuesta se inicia prednisona 60 mg/
m2/día hasta desaparecer la proteinuria; luego
se reduce progresivamente la dosis hasta llegar
a 10 mg/m2/día. Al desaparecer la proteinuria
se inicia ciclofosfamida 3 mg/kg/día en dosis
única por la mañana durante ocho semanas o 2
mg/kg por doce semanas; al terminar se suspende la ciclofosfamida y se inicia suspensión
gradual de esteroides.
Una vez iniciada la ciclofosfamida se controla
el paciente con hemograma, el cual se hace a la
semana y posteriormente cada mes, advirtiendole
que debe consultar inmediatamente ante cualquier
signo de infección. Estos pacientes también deben tener una dieta alta en líquidos para disminuir
la posibilidad de desarrollar cistitis hemorrágica.
Recomendaciones de tratamiento
del síndrome nefrótico
corticosensible y de sus recaídas
Las recomendaciones de tratamiento de la Asociación Británica de Nefrología Pediátrica y de la
Unidad de Investigación del Colegio Real de
Médicos, aprobada en el Consenso de Atención
del Síndrome Nefrótico respondedor a esteroides son las siguientes:
■ Episodio inicial: prednisolona 60 mg/m2/día
por seis semanas, seguida por 40 mg/m2 en
días alternos por cuatro semanas más, con
suspensión gradual
■ Primeras dos recaídas: prednisolona 60 mg/
m2/día hasta remisión, seguida por 40 mg/
m2 en días alternos por cuatro semanas
■ Recaídas frecuentes: mantenimiento con
prednisolona (0,1 a 0,5 mg/kg/día por doce
meses)
■ Recaída con prednisolona > 0,5 mg/kg/día:
levamisole 2,5 mg/kg/día por 4 a 12 meses
■ Recaída con prednisolona > 0,5 mg/kg/día
y efectos secundarios esteroideos o factores de riesgo para el uso de esteroides, o
recaída con prednisolona > 1 mg/kg/día:
ciclofosfamida 3 mg/kg/día por ocho semanas o 2 mg/kg/día por doce semanas
■ Recaída posterior a ciclofosfamida: como en
primeras dos recaídas o recaídas frecuentes
■ Recaída con prednisolona > 0,5 mg/kg/día:
ciclosporina 5 mg/kg/día por un año
Las siguientes son las indicaciones actuales
para considerar el uso de terapias alternas:
■ Recaída con prednisolona > de 0,5 mg/
kg en días alternos más uno o más de lo
siguiente:
Efectos secundarios inaceptables de la terapia con esteroides
Alto riesgo de toxicidad: varones cerca de la
pubertad, diabetes
Episodios de recaídas graves: hipovolemia,
trombosis, sepsis o falla renal aguda
Inadecuada facilidad de seguimiento o cumplimiento
■ Recaída con prednisolona > 1 mg/kg en días
alternos
Nuevas terapias
Deflazacort, una oxazolina derivada de la
cortisona ha comenzado a ser utilizada en adultos con SN. Su ventaja es que produce menos
osteopenia y tiene menor efecto supresor en el
crecimiento. Levamisol, con su efecto descrito
en la estimulación de los linfocitos T ha sido
utilizado en dosis de 1,5 a 4 mg/kg dos veces
por semana con tasas de remisión hasta de
100%; el problema es que puede inducir
neutropenia.
El ácido acetilsalicílico ha sido utilizado
recientemente en dosis de 2 mg/kg/día, con
dipiridamol (5 mg/kg/día) o sin él para disminuir la esclerosis en los pacientes cortiCCAP Año 2 Módulo 3
septiembre de 2003
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Síndrome nefrótico en la niñez
corresistentes. Igualmente, para este mismo propósito se utilizan dietas ricas en ácido ecosapentaenoico.
En las figuras 1 y 2 se ven otras alternativas
de tratamiento de la proteinuria y del SN.
Vacunación en pacientes
con síndrome nefrótico
Las vacunas de virus vivos, pero no las de bacterias inactivadas, están contraindicadas en el
niño con SN que recibe esteroides. Se recomienda la aplicación de ambas vacunas contra
neumococo, ya que esta bacteria es responsable de 47,7% de las infecciones de estos pacientes, incluida la peritonitis espontánea; sin
embargo, ocurren casos de sepsis por neumococo y peritonitis espontánea en niños vacunados. También se recomienda vacuna
antiinfluenza, ya que episodios de esta enfermedad pueden ocasionar recaída.
Las vacunas de sarampión y poliomielitis
pueden ser inductoras de remisión en estos
pacientes. Las vacunas DPT, antitifoidea e influenza pueden producir recaídas en pacientes en remisión. En general, se recomienda lo
siguiente:
■ Si el paciente es preescolar es de suponer
que tiene vacunación para DPT, poliomielitis y sarampión. Se debe esperar dos años
después de la remisión para aplicar los refuerzos
■ Paciente en remisión con posibilidad de contagio para poliomielitis o sarampión debe
ser inmunizado
■ Si ocurre brote epidémico de enfermedad
transmisible, el paciente puede ser vacunado si se encuentra en remisión
■ Al paciente no se le deben hacer pruebas
de reto ni cutáneas para alergia durante el
período activo de la enfermedad ni durante
la remisión
Complicaciones
Los pacientes con SN presentan básicamente
tres complicaciones: infecciones (sepsis
bacteriana y peritonitis espontánea), trombosis
vascular e insuficiencia renal aguda.
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Precop SCP
Ascofame
Infecciones
Son la primera causa de muerte. Cualquier
infección demostrada debe tratarse en forma
intensa, según la resistencia antimicrobiana de
cada lugar. Mientras se obtiene el resultado de
los cultivos se inicia penicilina cristalina 100.000
U/kg/día en seis dosis más amikacina 15 mg/
kg/día en dos dosis. Se debe prestar especial
atención a las infecciones del tracto respiratorio superior, ya que neumococo es responsable
de casi la mitad de las infecciones en estos pacientes; otras causas son enterobacterias (14%)
y otros estreptococos (9,4%).
Modelos alternos en pacientes alérgicos a la penicilina son: eritromicina 15-50 mg/kg día en cuatro dosis o trimetroprim-sulfametoxazol 8/40 mg/
kg en dos dosis respectivamente. Para Escherichia
coli, que es el segundo germen en frecuencia, se
puede utilizar ampicilina 200-300 mg/kg día en cuatro dosis o cefalosporinas de tercera generación
(ceftazidime 150 mg/kg en tres dosis o cefotaxime
100 a 200 mg/kg día en cuatro dosis). Para
Haemophilus influenzae se utiliza ceftriaxone
100 mg/kg día en dos dosis. Si se demuestra
Klebsiella, cefotaxime y, en caso de sepsis por
Pseudomonas, ceftazidime más amikacina.
Dado que la mayoría de las infecciones del
paciente nefrótico se encuentra en el árbol respiratorio, por la deficiencia de IgA (que también los predispone a episodios gastroenteríticos) y el edema de la mucosa con alteración
del escalón mucociliar, se debe estar alerta e
iniciar tratamiento precoz.
Cualquier episodio de dolor abdominal debe
ser estudiado. Son tres las causas principales
de dolor abdominal en el nefrótico: hipovolemia
con hipoperfusión esplácnica, trombosis de vena
renal y peritonitis bacteriana espontánea, por lo
cual el examen abdominal debe ser frecuente y
diligente; fiebre y dolor abdominal pueden ser
los signos iniciales. El germen causal más frecuente es neumococo, seguido de gramnegativos; para el tratamiento se utilizan antibióticos en las dosis descritas arriba: primero,
la asociación empírica penicilina/amikacina y, una
vez obtenido el reporte del Gram o del cultivo
se dejará el antibiótico de elección según la resistencia de cada institución.
Ricardo Gastelbondo Amaya
Tira reactiva urinaria
anormal en niño afebril
Huellas
>1+
< 0,2 y uroanálisis normal
Proteinuria/creatinuria
Uroanálisis
Repetir tira urinaria
en un año
> 0,2 y uroanálisis anormal
Historia (familiar y de fármacos)
Examen físico
Estudios: BUN, creatinina,
electrolitos, colesterol, albúmina,
ecografía renal, complementos C3
y C4, ANA, serología (hepatitis b y
c y VIH)
Según resultados: biopsia
renal y tratamiento
Figura 1. Enfoque inicial de la proteinuria y del síndrome nefrótico
Fuente: Hogg RJ, Portman RJ, Milliner D et al. Management of Proteinuria and Nephrotic Syndrome in Children: Recommendations
From a Pediatric Nephrology Panel Established at the National Kidney Foundation Conference on Proteinuria, Albuminuria, Risk,
Assessment, Detection, and Elimination (PARADE). Pediatrics 2000; 105(6): 1242-1249.
Trombosis vascular
Puede ocurrir en cualquier lugar del organismo, seno cavernoso o seno sagital, por ejemplo. Su tratamiento es preventivo, evitando la
deshidratación que pueda llevar a hemoconcentración; el reposo prolongado es innecesario.
Si se diagnostica, se debe iniciar heparinización:
bolo intravenoso de 50 a 100 U/kg seguido de
25 U/kg en infusión horaria hasta llevar el tiempo de tromboplastina parcial a 2 a 2,5 veces el
normal. La evaluación por Cirugía cardiovascular
es necesaria.
Insuficiencia renal aguda
Al igual que la trombosis vascular, su tratamiento es preventivo, evitando deshidratación o restricción hídrica innecesaria, así como el uso in-
discriminado de diuréticos. Es una insuficiencia
renal prerrenal y responde inicialmente a la expansión plasmática con albúmina; de instalarse
lesión intrínseca renal se debe iniciar tratamiento con control metabólico y si es necesario, soporte nutricional y diálisis precoz.
Biopsia renal
Según Barrat, Avner y Harmon, las indicaciones de biopsia renal son las siguientes:
Pretratamiento
■ Neonatos y lactantes menores de seis meses; es la única que se hace a cielo abierto
■ Hematuria macroscópica
■ Pacientes con nefritis asociada
■ Hipertensión arterial persistente
CCAP Año 2 Módulo 3
septiembre de 2003
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