102-16C1-2010 CÁMARA PRIMERA DE LO CIVIL DE LA PRIMERA SECCIÓN DEL CENTRO: San Salvador, a las ocho horas con dos minutos del día diecinueve de Mayo de dos mil once.VISTOS en apelación de la sentencia definitiva pronunciada por el señor Juez Primero de lo Civil de este distrito judicial, a las diez horas y treinta minutos del día uno de Noviembre de dos mil diez, en el Juicio Civil Ordinario de Indemnización de Daños y Perjuicios, promovido por el LICENCIADO JULIO CESAR MAGAÑA SÁNCHEZ, en su carácter de Apoderado General Judicial del actor señor JESÚS ALFREDO CANJURA LINARES, contra el CENTRO NACIONAL DE REGISTROS, que intervino por medio de sus Apoderados Licenciados María Amparo Flores Flores y Miguel Horario Alvarado Zepeda. SENTENCIA IMPUGNADA. El Fallo de la sentencia impugnada en lo esencial dice: “ 1) No ha lugar la Excepción Perentoria de Ineptitud de la demanda, alegada y opuesta por los abogados MARÍA AMPARO FLORES FLORES y MIGUEL HORACIO ALVARADO ZEPEDA, en su carácter de Apoderados del CENTRO NACIONAL DE REGISTROS. 2) Condénase al CENTRO NACIONAL DE REGISTROS a pagar al señor JESÚS ALFREDO CANJURA LINARES, en concepto de daños y perjuicios, la cantidad de CUARENTA Y NUEVE MIL OCHOCIENTOS CUARENTA Y CUATRO DÓLARES CON SEIS CENTAVOS, y sobre dicha cantidad el interés legal del seis por ciento anual a partir del día veintidós de agosto del año dos mil tres, hasta su completo pago; 3) No ha lugar por improcedente condenar al CENTRO NACIONAL DE REGISTROS, al pago de los daños morales pedidos por el señor JESÚS ALFREDO CANJURA LINARES; 4) Absuélvese a la parte demanda del pago de las costas procesales, por haber sucumbido en dos puntos de la demanda la parte actora.” Han intervenido en Primera Instancia los Abogados Julio césar Magaña Sánchez, Apoderado del actor señor Jesús Alfredo Canjura Linares, y María Amparo Flores Flores y Miguel Horacio Alvarado Zepeda ambos como apoderados del Centro Nacional de Registros; Y en esta Instancia han intervenido la Licenciada María Amparo Flores Flores como Apoderada de la parte apelante y el Licenciado Julio Cesar Magaña Sánchez, como Apoderado de la parte apelada. VISTOS LOS AUTOS Y CONSIDERANDO : I.- Que en demanda presentada por la parte actora, en lo principal EXPUSO: Que el veinte de Enero de dos mil tres, el señor Edgardo Alfredo Arévalo Rivas, le propuso a su mandante señor Jesús Alfredo Canjura Linares, la venta de un inmueble de naturaleza urbana, ubicado en el Proyecto Urbanización Residencial Montebello, polígono F, número diecisiete, de este Municipio, propiedad de la señora Teresa de Jesús Rivas Cárdenas, con quien realizó negociaciones, estableciendo el señor Canjura Linares como requisito al llegar a un acuerdo en el precio de las negociaciones, una certificación extractada de dicho inmueble, por lo que el día veintiocho de Enero de dos mil tres, le fue extendida al señor José Reynaldo Quinteros. Por el Jefe de los Registradores del Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas de la Primera Sección del Centro, del Centro Nacional de Registros, Licenciado Tomás Herrera García , una certificación extractada del inmueble en negociación, inscrita bajo el sistema de Folio Real Computarizado Matrícula Número M cero cinco uno siete seis cuatro cuatro seis, Asiento cero cero cero tres del Registro de la Propiedad del Departamento de San Salvador, en la cual constaba que dicha propiedad no tenía gravámenes ni presentaciones, en vista de lo cual, el señor Canjura Linares, confió en la Seguridad jurídica que daba dicha entidad, por lo que procedió a comprar el inmueble, por el precio de TREINTA Y SEIS MIL DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, a la señora Teresa de Jesús Rivas Cárdenas, a través de su apoderado Especial señor Edgardo Alfredo Arévalo Rivas, por medio de instrumento otorgado en esta ciudad el día tres de febrero de dos mil tres, ante los oficios de César Augusto Artola Cruz, inscrita en el Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas de la Primera Sección del centro, del Centro Nacional de Registros, bajo el sistema de Folio Real computarizado, bajo la matrícula número seis cero cero cuatro tres dos cero cero siete – cero cero cero cero cero, asiento DOS del Registro de la Propiedad Raíz del Departamento de San Salvador, inscrita el día diez de Abril de dos mil tres. Posteriormente el señor Jesús Alfredo Canjura Linares, construyó en el inmueble antes relacionado, tres casas, por lo que sub-parceló el mismo en tres lotes y otorgó una desmembración en cabeza de su dueño, en esta ciudad, a las diez horas del día veinticinco de Abril de dos mil tres, la cual fue inscrita en el Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas de la Primera Sección del Centro, del Centro Nacional de Registros, bajo el sistema de Folio Real computarizado bajo las matriculas siguientes: a) seis cero cero cinco cuatro seis cero uno- cero cero cero cero cero, del Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas de San Salvador, correspondiente al lote diecisiete- A, b) seis cero cero cinco cuatro seis cero dos- cero cero cero cero cero, del Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas de San Salvador, correspondiente al lote diecisiete-B, c) seis cero cero cinco cuatro seis cero tres- cero cero cero cero cero, del Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas del Departamento de San Salvador, correspondiente al lote diecisiete- C, todos de la Urbanización Residencial Montebello, Jurisdicción de Mejicanos, departamento de San Salvador, inscritas todas el día veintisiete de Mayo de dos mil tres. Sucedió que cuando el señor Canjura Linares quiso vender las tres casas antes relacionadas así: a) El lote diecisiete –A, a la señora Vitelia Emérita Murcia de Serrano; B) El lote diecisiete –B, a los señores Sandra Patricia Durán de Vásquez y Jorge José Vásquez Chavarría; y c) El lote diecisiete- C a los señores Yanira Francisca Colindres Martínez y German Hildebrando Romero Paz, con financiamiento del Banco de Comercio de El Salvador, Sociedad Anónima, ahora Banco Scotiabank, Sociedad Anónima. Cuando fueron presentadas las Anotaciones preventivas al Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas de la Primera Sección del Centro, del Centro Nacional de Registros, previo a la escrituración en dicha institución bancaria, apareció en el mencionado Registro, que existía presentación de un Testimonio de Escritura Pública de Compraventa, del mismo inmueble, realizada el día treinta y uno de enero de mil novecientos ochenta y seis, por la sociedad SERVICIOS Y EDIFICACIONES, SOCIEDAD ANÓNIMA, por medio de su Apoderado General de Administración y Representación, señor RICARDO MARTÍNEZ RUBALLO, a favor de la señora DINORAH DEL CARMEN FLORES MELÉNDEZ, por la cantidad de CINCUENTA Y CINCO MIL NOVENTA COLONES CON OCHENTA CENTAVOS, presentada el día dieciocho de noviembre de mil novevecientos ochenta y siete, bajo el número cuatro del Tomo seiscientos cincuenta y uno del Diario de Presentaciones de Propiedad del Departamento de San Salvador y actualizada dicha presentación en el Sistema de folio Real Computarizado bajo el número de presentación dos cero cero tres cero seis cero cinco dos ocho ocho dos del Registro de presentaciones del Departamento de San Salvador, momento en el cual también apareció la señora Dinorah Del Carmen Flores Meléndez, en el inmueble en mención y le manifestó al señor Canjura Linares, que tal inmueble era de su propiedad, y que la única manera en que podía vender las casas construidas, era que le comprara el terreno en referencia, y de esa manera retiraría esa escritura de compraventa presentada, por lo que el señor Canjura Linares, al verse presionado por los compradores que ya le habían dado dinero en concepto de reservación y tenían aprobados sus créditos, se vio obligado a comprar nuevamente el inmueble a la señora Flores Meléndez, según Escritura Pública de Compraventa, otorgada en esta ciudad , a las quince horas del día veintidós de agosto de dos mil tres, por la cantidad de CUARENTA Y NUEVE MIL OCHOCIENTOS CUARENTA DÓLARES Y CUATRO CERO SEIS CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, y así la señora Dinorah Del Carmen Flores Meléndez, presentó al Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas, un escrito solicitando retirar sin inscribir la Escritura Pública de Compraventa otorgada a su favor por la Sociedad Servicios y Edificaciones, Sociedad Anónima, presentada bajo el número dos cero cero tres cero seis cero cinco dos ocho ocho dos, del Registro de Presentaciones del Departamento de San Salvador, y ser entregada al señor Jesús Alfredo Canjura Linares, escrito presentado el día veintidós de Agosto de dos mil tres, retirándose dicha escritura sin inscribir el día veinticinco de Agosto de dos mil tres, posteriormente el Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas de la Primera Sección del Centro, inscribió las anotaciones preventivas y el señor Canjura Linares pudo entregar las Escrituras de Compraventa de los tres lotes anteriormente mencionados. Al señor Canjura Linares, primeramente le vendió el inmueble de Naturaleza Urbana, ubicado en el proyecto URBANIZACIÓN RESIDENCIAL MONTEBELLO, la señora Teresa de Jesús Rivas Cárdenas, y a ella le vendió dicho inmueble el señor Jorge Alberto Medrano Velásquez, según Escritura Pública de compraventa otorgada en esta ciudad, a las diez horas del día veinticinco de enero de dos mil dos, inscrita en el Registro dela Propiedad Raíz e Hipotecas de la Primera Sección del Centro, bajo el sistema de Folios Real computarizado, matrícula número M CERO CINCO UNO SIETE SEIS CUATRO CUATRO SEIS, asiento TRES, inscrita el uno de Febrero de dos mil dos; Al señor Medrano Velásquez, dicho inmueble le fue vendido por la sociedad Servicios y Edificaciones, Sociedad Anónima, según Escritura Pública de Compraventa otorgada en esta ciudad a las quince horas del día cinco de septiembre de mil novecientos noventa y siete, inscrita en el Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas de la Primera Sección del Centro, en el sistema de Folio Real Computarizado, bajo la matricula número M CERO CINCO UNO SIETE SEIS CUATRO CUATRO SEIS, asiento DOS, inscrita el día dieciocho de diciembre de dos mil uno. El Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas de la Primera Sección del Centro, del Centro Nacional de Registros, inscribió por negligencia la Escritura Pública de Compraventa a favor del señor Jorge Alberto Medrano Velásquez, violentó el principio de prioridad y de tracto sucesivo, porque no tuvo que inscribir dicha Escritura por estar presentada el día dieciocho de noviembre de mil novecientos ochenta y siete, bajo el número CUATRO del Tomo SEISCIENTOS CINCUENTA Y UNO del Diario de Presentaciones del Registro de la Propiedad Raíz del Departamento de San Salvador, actualizada dicha presentación en el Sistema de Folio Real Computarizado bajo el número DOS CERO CERO TRES CERO SEIS CERO CINCO DOS OCHO OCHO DOS, del Registro de la Propiedad Raíz del Departamento de san Salvador, una escritura pública de compraventa otorgada en esta ciudad a las once horas del día treinta y uno de enero de mil novecientos ochenta y seis, a favor de la señora Dinorah Del Carmen Flores Meléndez. Al haber inscrito la Escritura Pública de Compraventa a favor de la señora Teresa de Jesús Rivas Cárdenas, se violentó el principio de prioridad y el principio de tracto sucesivo, por las mismas razones de estar presentada el día dieciocho de noviembre de mil novecientos ochenta y siete una escritura pública de Compraventa otorgada en esta ciudad a las once horas del día treinta y uno de enero mil novecientos ochenta y seis, a favor de la señora Dinorah Del Carmen Flores Meléndez. Al haber extendido una certificación extractada en donde se manifestaba que el inmueble de Naturaleza Urbana ubicado en el Proyecto Urbanización Residencial Montebello, Polígono F, número diecisiete, del Municipio de San Salvador, de una extensión superficial de trescientos veinte punto ochenta y seis metros cuadrados, NO TENIA GRAVÁMENES NI PRESENTACIONES, se violentó el Principio de Seguridad Jurídica, porque en la realidad, dicho inmueble si tenía una presentación la cual fue presentada el día dieciocho de noviembre de mil novecientos ochenta y siete, bajo el número CUATRO del Tomo SEISCIENTOS CINCUENTA Y UNO del diario de Presentaciones del Registro de la Propiedad Raíz del Departamento de San Salvador, actualizada dicha presentación en el sistema de folio real computarizado bajo el número DOS CERO CERO TRES CERO SEIS CERO CINCO DOS OCHO OCHO DOS DEL Registro de la Propiedad Raíz del Departamento de San Salvador, otorgada por la sociedad Servicios y Edificaciones, sociedad Anónima, a favor de la señora Dinorah Del Carmen Flores Meléndez. Dichas violaciones, obligaron al señor Canjura Linares a comprar por segunda vez el mismo inmueble a la señora Dinorah Del Carmen Flores Meléndez, por la suma ya relacionada, viéndose perjudicado así en su patrimonio en la cantidad de CUARENTA Y NUEVE MIL OCHOCIENTOS CUARENTA Y CUATRO DÓLARES CERO SEIS CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, cantidad que es la que reclama su poderdante por daños y perjuicios, reclamando además en concepto de daños morales recibidos a su persona y a la de su grupo familiar, la cantidad de CUARENTA Y NUEVE MIL OCHOCIENTOS CUARENTA Y CUATRO DÓLARES CERO SEIS CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA. Por todo lo anteriormente dicho, PIDIÓ: Se dicte sentencia definitiva condenando al CENTRO NACIONAL DE REGISTRO, al pago de Daños y Perjuicios ocasionados al señor JESÚS ALFREDO CANJURA LINARES, por la cantidad de CUARENTA Y NUEVE MIL OCHOCIENTOS CUARENTA Y CUATRO DÓLARES CERO SEIS CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, más los intereses legales correspondientes a partir del día veintidós de Agosto del año dos mil tres, hasta su completo pago, por haberle causado daños y perjuicios al haber tenido que comprar dos veces el inmueble de naturaleza urbana ubicado en el Proyecto Urbanización Residencial Montebello, polígono F, numero diecisiete, del Municipio de san Salvador, departamento de San Salvador, de una extensión superficial de trescientos veinte punto ochenta y seis metros cuadrados, por no haber dado, el Centro Nacional de Registros, la Seguridad Jurídica, y además condene al Centro Nacional de Registros , al pago de Daños Morales causados al señor JESÚS ALFREDO CANJURA LINARES y su grupo familiar, por la cantidad de CUARENTA Y NUEVE MIL OCHOCIENTOS CUARENTA Y CUATRO DÓLARES CERO SEIS CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, y las costas procesales correspondientes. II.- A la demanda presentada, el Juzgador le dió el correspondiente trámite legal, y concluida la sustanciación del proceso, pronunció sentencia definitiva, con la cual no se mostró conforme la parte demandada, por lo que apeló de la misma para ante este Tribunal. III.- Introducidos los Autos a esta Instancia, por la parte apelante, en síntesis manifestó: Que el Centro Nacional de Registros, no es el facultado para inscribir documentos, tal como ha sido considerado por el Juzgador, pues dicha labor corresponde a los Registradores y no a la Institución que representa. La calificación de los instrumentos que se presentan para su inscripción en el Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas, está a cargo de los Registradores, los que en caso de no existir defecto en los documentos presentados, ordenan la inscripción. Lo anterior deriva de diferentes disposiciones legales que establecen la Responsabilidad Directa de los Registradores, tales como el Art.962 del Código Civil y el Art. 40 de la Ley relativa a las Tarifas y Otras Disposiciones Administrativas del Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas, etc. Ocurre que el Juzgador, no efectuó un control en la legitimación ni a la aplicación del Art. 203 Pr. C., limitándose a establecer la presunta existencia de una violación por parte del Centro Nacional de Registros, (que en adelante abreviaremos los suscritos Magistrados como CNR) al haber inscrito la compraventa y no por parte del Registrador, lo que puede verificarse en el Art. 3 de la Ley de Procedimientos Uniformes para la Presentación, Trámite y Registro o Depósito de Instrumentos en los Registros de la Propiedad Raíz e Hipotecas, Social de Inmuebles, de Comercio, y de Propiedad Intelectual; Art. 10 de la Dirección General de Registros; Art. 12, 13 y 44 del Reglamento de la Ley de Reestructuración del Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas. Tan es así que es el Registrador, y no el CNR quien autoriza con firma entera, los asientos, inscripciones y anotaciones, de conformidad a lo dispuesto por el Art. 18, 34 y 38 de la Ley relativa a las Tarifas y Otras Disposiciones Administrativas del Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas. A consideración de la recurrente, no han sido considerados los fundamentos, leyes y doctrinas aplicables al caso, pues de haber sido asi considerado, el tribunal no habría concluido que no era procedente acceder a la excepción perentoria alegada y opuesta, principalmente porque las obligaciones, funciones y responsabilidades se encuentran establecidas por la normativa registral, como es el caso de la función calificadora y certificaciones que se expidan de conformidad al Art. 34, literal b, del Reglamento de Reestructuración del Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas, las cuales son autorizadas con firma y bajo responsabilidad del registrador. Es el caso que respecto del Daño económico, el Juzgador ha tenido por acreditadas: la acción antijurídica, acción cometida por el Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas de la Primera Sección del Centro, del Centro Nacional de Registros, de inscribir la Escritura Pública de compraventa a favor del señor Jesús Alfredo Canjura Linares, del inmueble que dio origen al presente litigio, estableciendo que no debió haber sido inscrita por existir una presentación del documento de compraventa a favor de la señora Dinorah del Carmen Flores Meléndez, de fecha dieciocho de noviembre de mil novecientos ochenta y siete, bajo el número cuatro del tomo seiscientos cincuenta y uno del diario de presentaciones, respecto del mismo inmueble y conforme a la documentación que corre agregada al proceso consta, que el primer traspaso de dicho inmueble fue a favor de la sociedad Servicios y Edificaciones, Sociedad Anónima, la que por medio de su Apoderado Ricardo Martínez Ruballos, vendió en dos ocasiones el inmueble a dos personas diferentes: a) la primera vez, según compraventa otorgada a las once horas del treinta y uno de enero de mil novecientos ochenta y seis a favor de la señora Dinorah del Carmen Flores Meléndez, documento que fue presentado pero no inscrito; y b) la segunda vez, a las quince horas del cinco de septiembre de mil novecientos noventa y siete, a favor del señor Jorge Alberto Medrano Velásquez, documento que fue inscrito bajo Matrícula M CERO CINCO UNO SIETE SEIS CUATRO CUATRO SEIS- asiento DOS. Que fue el señor Medrano, quien otorgó la compraventa del inmueble a favor de Teresa de Jesús Rivas, en el año dos mil dos y ésta última A FAVOR DEL SEÑOR Canjura Linares, el tres de Febrero de dos mil tres. Que en el uso de su derecho de Propiedad y libre disposición, el señor Canjura Linares desmembró Tres porciones, habiendo sido inscritas bajo las matriculas SEIS CERO CERO CINCO CUATRO SEIS CERO UNO- CERO CERO CERO CERO CERO; SEIS CERO CERO CINCO CUATRO SEIS CERO DOS- CERO CERO CERO CERO CERO; SEIS CERO CERO CINCO CUATRO SEIS CERO TRES- CERO CERO CERO CERO CERO. En ese sentido, como puede verificarse, la acción antijurídica, no fue cometida por el CNR, pues no obstante haberse dejado de lado la existencia de dos compraventas, en lo que corresponde a la inscripción, no es la institución como tal, como ya dijo, la que califica ; siendo contradictoria además motivar en dicha sentencia que la escritura de compraventa a favor del señor Canjura Linares no debió ser inscrita , cuando es precisamente la inscripción hecha a favor del señor Canjura , el antecedente que respaldó la disposición de su derecho de propiedad. Concluye aclarando que el acto que ocasionó el daño según el demandante, es la certificación extendida por el Registrador, pues en esta no se hizo constar ni gravamen ni presentaciones del inmueble , pues de haber sido así, no se hubiese celebrado la compraventa; sin embargo el razonamiento del juzgador ha sido motivado en relación a la violación de principios registrales y a la inscripción del instrumento en el ejercicio de la función calificadora atribuyéndosela a quien no le corresponde, demostrando una evidente incongruencia en su fallo, en vista de lo cual, interpuso recurso de apelación, ya que la sentencia causa agravio económico a su representada, que afecta su patrimonio al tener que cancelar injustamente la cantidad de dinero a la que fue condenada cuando la responsabilidad de las actuaciones registrales corresponden al registrador en el ejercicio de sus funciones y no al CNR como institución pública, por lo que PIDIÓ: Se revoque la sentencia recurrida dictada a las diez horas y treinta minutos del día uno de Noviembre por el Juzgado primero de lo Civil y se declare Inepta la demanda por falta de Legitimo Contradictor. DEL AGRAVIO Y LA FUNDAMENTACIÓN DE ESTA CÁMARA. IV.- Entraremos a analizar si es asequible estimar o no el argumento esgrimido por el impugnante, al expresar en su escrito de expresión de agravios lo siguiente: Que su representada, el Centro Nacional de Registros, no es Legítimo Contradictor en el presente proceso, puesto que la Ley ha determinado ya que los Registradores Auxiliares, actúan bajo Responsabilidad personal sobre las actuaciones, que en el desempeño de las funciones registrales a ellos asignadas, realicen. Es por ello que considera que la demanda incoada, es Inepta, por lo que solicitó se revocara la sentencia impugnada y se declare por parte de esta Cámara que la demanda es Inepta por falta de Legitimo Contradictor. La presente resolución, deberá ceñirse únicamente respecto del punto apelado ya mencionado, de conformidad con lo dispuesto en el Art. 1026 Pr. C. JUSTIFICACIÓN DE LA SENTENCIA. V.- Los Registros son los organismos encargados de la publicidad jurídica, en ellos se dan a conocer hechos y contratos jurídicos, con el objeto que éstos últimos produzcan plenos efectos jurídicos frente a terceros. La publicidad lleva implícita la cognoscibilidad del hecho o contrato, es decir, que el conocimiento de dichos hechos y contratos está puesto a disposición del público. Los funcionarios públicos -encargados de la actividad registral- tienen, como principal función la de inscribir los hechos jurídicos y documentos que son registrables en sus respectivas oficinas. Su actividad está circunscrita a lo prescrito por la ley y los principios que rigen el Derecho Registral. Es la propia normativa la que determina los límites de esta función calificadora en relación a los documentos Conforme a dicha disposición, corresponde al registrador calificar las formalidades del instrumento -formas extrínsecas-, la capacidad de los otorgantes y los requisitos especiales de cada acto conforme a la normativa aplicable. Debe además apreciarse que la norma establece claramente que para dicha calificación se tendrá en cuenta: "el tenor" y "lo que aparezca del documento", con lo cual se determina que el registrador calificará tales extremos, basándose en el tenor del instrumento y documentos que se le presentan. El art. 692 del Código Civil señala: "Los Registradores calificarán bajo su responsabilidad, la legalidad de las formas extrínsecas de las escrituras, en cuya virtud se solicita la inscripción y la capacidad de los otorgantes, por lo que resulte de las mismas escrituras". Por otra parte es importante acentuar lo previsto por el art. 34 literal B del Reglamento de la Ley de Reestructuración del Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas, el cual establece que es obligación del Registrador certificador “Autorizar con su firma y bajo su responsabilidad los informes, las constancias y las certificaciones que expida”. Por su parte el Art. 87 del mismo cuerpo de Leyes, prescribe que: “En caso que el Registrador Jefe ordenare la inscripción del documento, ésta se hará bajo su responsabilidad, debiendo firmar el auto y la razón de inscripción”. Así mismo el art. 113, señala de manera determinante la Responsabilidad del registrador, prescribiendo que El Registrador será responsable de los daños y perjuicios que por negligencia o por malicia causare a los interesados. Las disposiciones, antes relacionadas, son concordantes en cuanto a la obligación que tienen los registradores de calificar un instrumento y que deberá hacerlo bajo su Responsabilidad personal, es decir, los referidos funcionarios hacen una comprobación de la legalidad de los documentos que se presentan a una oficina registral, antes de proceder al asiento o inscripción de aquéllos. Como se observa, la Legislación es clara sobre quien es la persona directamente responsable ante todo tipo de reclamo respecto de la calificación e inscripción de documentos registrales, trasladando dicha responsabilidad al funcionario que la realiza de manera personal, y no a la Institución, en este caso, el Centro Nacional de Registros. El Art, 439 del Código de Procedimientos Civiles, en relación a la figura de la Ineptitud, erróneamente refiriéndose a ella como ineptitud de la acción, siendo lo adecuado, de la pretensión, vale hacer notar, que en la jurisprudencia nacional, respecto de la Ineptitud de la pretensión, se ha expresado lo siguiente: “La Ineptitud de la Acción, no está debidamente regulada en nuestro ordenamiento procesal y sólo se hace referencia a la misma en el código de Procedimientos civiles, en el artículo 439, indicando sus efectos en relación de la condenación de costas. Por ello, ha tocado a la jurisprudencia nacional fijar los alcances de esta figura, mostrándose -aquélla- sumamente ilustrativa y clarificadora al respecto. En diversas sentencias de los tribunales del país, se han precisado los motivos que originan la ineptitud de la acción, señalando entre los mismos, la falta de legítimo contradictor, la falta de interés procesal, el no uso de la vía procesal adecuada y otros; todos los cuales pueden agruparse, en un intento de sistematización, bajo la rúbrica de aquella situación procesal caracterizada por la ausencia o irregularidad de los requisitos fundamentales de la pretensión, que resulta en una relación procesal formada de manera no idónea, imposibilitando entrar al conocimiento de fondo de la cuestión debatida.”. (Catálogo de Jurisprudencia, Derecho Constitucional Tercera Edición, del año mil novecientos noventa y tres, pag. 218). CONCLUSIÓN DE ESTE TRIBUNAL. V.- El Art. 32 del Reglamento de la Ley de Reestructuración del Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas, establece que corresponde a los Registradores Auxiliares autorizar con su firma las actuaciones registrales relacionadas con la inscripción. La legitimación procesal necesaria para trabar una Litis, tiene por objeto poner en evidencia que las partes de la relación jurídica sustancial en que se fundamenta la pretensión. Dado que la legitimación para intervenir en un proceso constituye una típica cuestión de derecho queda entre las potestades del Juzgador, apreciar de oficio el tema, de forma tal que aún sin que las partes lo pidan podrá declararse la inadmisión de una demanda. El Juez debe controlar de oficio la concurrencia de la legitimación, siendo éste un verdadero presupuesto procesal, para asegurar una tutela judicial efectiva, pues su función es priorizar la atención in limine litis, para evitar que se desarrolle un proceso inútil entre quienes no sean las partes justas, es decir, debe de analizar si las partes que están en un proceso son los titulares de los derechos que se discuten. De lo expresado, este Tribunal comparte el argumento sustentado por los apoderados de la parte demandada, en su escrito de expresión de agravios, ya que es evidente que en este caso no se ha demandado a la autoridad que efectivamente emitió el acto que causa perjuicio en la esfera jurídica del demandante y, que es la señalada por la Ley para responsabilizarse de ella, por lo que deberá finalizarse el proceso de forma anormal, mediante la figura de la Ineptitud, por advertirse la falta de Legitimo Contradictor en la parte pasiva de la Relación Procesal; es decir que el demandado Centro Nacional de Registros, carece de legitimación pasiva para obrar en el Juicio, acreditándose la procedencia de la excepción perentoria de Ineptitud alegada, sin entrar a conocer el Fondo del asunto principal. Consecuentemente, la sentencia impugnada no está pronunciada conforme a derecho, por lo que es procedente Revocarla y dictar la sentencia Inhibitoria que corresponde. POR TANTO: Sobre la base de los razonamientos expuestos, disposiciones legales citadas, y de conformidad a lo establecido en los Arts. 1, 18, 172 inc.1º y 182 atribución 5° Cn., 417, 421, 428, 429, 432, 439, 1061, 1088, 1089 y 1092 Pr. C.; A NOMBRE DE LA REPÚBLICA DE EL SALVADOR, ésta Cámara FALLA: a) Revocase la sentencia venida en apelación; b) Declarase Inepta la pretensión contenida en la demanda interpuesta por el LICENCIADO JULIO CESAR MAGAÑA SÁNCHEZ, en su carácter de Apoderado General Judicial del señor JESÚS ALFREDO CANJURA LINARES, contra el CENTRO NACIONAL DE REGISTROS; y c) Condénase a la parte apelada en las costas procesales de ambas instancias y en los daños y perjuicios a que hubiere lugar. Oportunamente, devuélvase la Pieza Principal, al Juzgado de su origen, con certificación de esta sentencia. HÁGASE SABER.- PRONUNCIADA POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LA SUSCRIBEN.