UNIVERSIDAD NACIONAL SISTEMA DE ESTUDIOS DE POSGRADO MAESTRIA REGIONAL EN ESTUDIOS DE LA MUJER UNIVERSIDAD NACIONAL-UNIVERSIDAD DE COSTA RICA UNA LECTURA FEMINISTA DEL REPERTORIO AMERICANO tesis sometida a consideración del Tribunal examinador de posgrado en Estudios de la Mujer para optar por el grado de Magíster Scientiae por María del Carmen Brenes Marín (May Brenes Marín) Heredia octubre 2004 1 MIEMBROS DEL TRIBUNAL EXAMINADOR Dr. Jorge Cáceres Prendes Representante del Sistema de Estudios de Posgrado Alicia Gurdián-Fernández, Ph.D. Tutora M.Sc. Teresita Ramellini Centella Directora Maestría Regional en Estudios de la Mujer Dra. Roxana Arroyo Vargas Lectora M.L. Julián González Zúñiga Lector María del Carmen Brenes Marín Sustentante 2 RESUMEN El Repertorio Americano fue publicado en Costa Rica durante cuarenta años,(1919-1959), por su editor y dueño Joaquín García Monge . En esta investigación, me propuse entender el porqué las mujeres más beligerantes en las grandes luchas sufragistas en América Latina, no estaban presentes con sus escritos en tan importante revista, sobretodo que tanto el Repertorio como éstas luchas compartieron una contemporaneidad. La visibilización y el rescate histórico de las mujeres se ha convertido en un objetivo primordial de muchas de nosotras que no nos vemos reflejadas en la historia oficial y además estamos conscientes de que esto repercute negativamente en nuestra identidad. Para lograr los objetivos que me había propuesto, fue necesario utilizar la teoría feminista y la historia contributiva, con el fin de dilucidar las inclusiones y exclusiones de las escritoras del Repertorio American. Se utilizaron todos los escritos de las mujeres que les fue publicado en el Repertorio American. 3 AGRADECIMIENTO A la Dra. Alicia Gurdián Fernández, directora de ésta tesis y amiga, cuántas veces habrá leído y escuchado “las versiones a un mismo tema”. El Repertorio Americano tiene tanto que enseñar que me era muy fácil salirme de lo propuesto, por lo tanto fue necesario y fundamental que alguien como Alicia me lo estuviese recordando. Gracias por dedicarme tantas horas de tu tiempo para que yo lograra mi propósito. A la Dra. Roxana Arroyo Vargas y al Master Julián González Zúñiga, lectores de ésta tesis, y quienes con sus aportes me permitieron mejorar la misma. A Yadira Calvo quien con gran cariño y solidaridad corrigió filológicamente la primera parte de éste trabajo. Esa primera versión contó también con el oportuno consejo de Manuel Solís. A ambos se lo agradezco. A mi querido hijo Roberto por su inagotable paciencia de enseñarme los más básicos trucos de la computadora, la mayoría de las veces por teléfono cuando por algún error de mi inexperiencia, el texto desaparecía y el pánico me embargaba. A todas mis amigas, que por muchos años me han escuchado hablar de las mujeres del Repertorio, de las que están y de las invisibles. A Marielos Chacón amiga desde la escuela quién me apoyó con “poner en bonito” el texto. He dejado de último, mi agradecimiento a mi querida amiga Silvia Chavarría que fue lectora de ”la penúltima versión del tema”, y quien, con gran cariño, paciencia y sabiduría me orientó para encontrar el camino para elaborar éste documento final. ¡Gracias, gracias a todas y todos por apoyarme en cumplir un sueño! A la memoria de mi madre, Berta Marín de Brenes; quien me enseñó muchas cosas para poder vivir la vida. Dos de ellas fueron: el concepto de la dignidad y un objetivo de lucha, en el campo que fuera, pero siempre buscando mejorar la calidad de vida de nosotras las mujeres. 4 ÍNDI- CE INTRODUCCIÓN CAPÍTULO I LOS LENTES CON QUE ME ACERQUÉ AL TEMA DE ESTUDIO APROXIMACIÓN TEÓRICA Género y perspectiva de género 5 La invisibilización de las mujeres en la historia 6 Historia contributiva 7 Feminismo 9 Las alianzas o pactos patriarcales 12 El dominio 17 CAPÍTULO II PROCEDIMIENTO METODOLÓGICO 2.1 Tipo de estudio 23 2.2 Método 26 2.3 Fuentes 27 2.4 Investigaciones previas 28 CAPÍTULO III EL REPERTORIO AMERICANO, SUS ANTECEDENTES, SU EDITOR Y EL CONTEXTO EN QUE FUE CREADO 3.1 La idea previa a su fundación 32 3.2 Contexto internacional 33 3.3 Contexto nacional 34 3.4 Antecedentes de la fundación del Repertorio Americano 37 3.5 Fundación del Repertorio Americano 38 3.6 El editor 40 3.7 Joaquín García Monge 44 3.8 El movimiento americanista y su ideal 49 3.9 Alianza Popular Revolucionaria Americana (Apra) 52 3.10 El Apra y las mujeres 54 3.11Las mujeres y el Apra. Magda Portal , un ejemplo 57 3.12Las mujeres y el Apra en Costa Rica 63 2 CAPÍTULO IV RESULTADOS 4.1 ETAPAS 72 I ETAPA. Proceso previo de esta investigación 73 II ETAPA. Revisión de la consistencia de los datos 79 III ETAPA. Seudónimos 81 IV ETAPA. El Repertorio Americano como fuente de investigación 82 V ETAPA. Escritoras del Repertorio Americano 86 VI ETAPA. Género literario y contenido 100 Mujeres sufragistas (feministas) que escribieron en el Repertorio Americano 121 Mujeres que hablaron del feminismoo del sufragio en el Repertorio Americano 133 Consecuencias de que no haya mujeres feministas hablando del sufragio en el Repertorio Americano 145 REFLEXIÓN FINAL 151 BIBLIOGRAFÍA 156 Referencias del Repertorio Americano 173 Libros y artículos escritos por feministas de la época 186 El feminismo en otros periódicos (costa rica) 188 Lista de cuadros Tabla 1 Algunos autores, obras y temas de investigaciones del Repertorio Americano 30 LISTA DE FIGURAS t. I, n. 1, Primera página del Repertorio Americano (I-IX-1919). Julieta Carrera. La bancarrota del feminismo. t. XXXII, n. 24, 26-14-1936, p. 372 Alianza Popular Revolucionaria Americana (Apra). t. XXIII, n. 5, 1-8-1931, p. 65 Voto femenino en El Salvador. t. XXXVI, n. 8, 28-1-1939, p. 126 Magda Portal. t. XXII, n. 21, 6-6-1931, p. 332 Carmen Lyra. t. XLVII, n. 19, 15-7-1952, p. 302 Magda Portal y su hija Gloria. t. XXXVII, n. 2, 20-1-1940, p. 29 Emilia Prieto (Xilografía). “Explotación de la Mujer por el hombre”. t. XXXI, n. 18, Índice. Juana de Ibarbourou. t. LIII, 26-7-1947, p. 45 Amanda Labarca Hubertson. t. XXIX, n. 20, 24-11-34, p. 313 María Monvel. t. XXXV, n. 3, 22-01-1938, p. 25 María Olimpia de Obaldía. t. XV, n. 15, 1-10-1927, p. 201 Julia Palau de Gámez. t. XIV, n. 11, 19-03-1927, p. 172 Ester de Mezerville. t. XIII, n. 8, 28-08-1926, p. 116 Mariblanca Sabas Alomá. t. XXI, n. 11, 20-9-1930, p. 169 DESCRIPTORES feminismo, Repertorio Americano, historia de las mujeres. 3 INTRODUCCIÓN El Repertorio Americano se publicó en Costa Rica durante cuarenta años (1919-1959), es y ha sido una importante fuente de investigación tanto para estudiosas y estudiosos nacionales como internacionales, dada la riqueza de conocimiento que sus páginas encierran. En la presente investigación, me propuse contestarme las siguientes preguntas: 1-¿Qué es el Repertorio Americano, en qué contexto se fundó y cuál fue el papel que desempeñó su editor Joaquín García Monge y cuál fue su relación con el Apra? 2-¿Cuáles mujeres autodenominadas feministas (sufragistas) publicaron en el Repertorio Americano? 3-¿Cuáles mujeres escribieron sobre el sufragio en el Repertorio Americano? 4-¿Cuáles mujeres autodenominadas feministas (sufragistas) escribieron sobre el sufragio en el Repertorio Americano? 5- ¿Publicaron las autodenominadas feministas sobre el sufragio en otras fuentes? 6- Si las autodenominadas feministas no escribieron en el Repertorio Americano sobre el sufragio, ¿qué efecto pudo tener esta invisibilización en la construcción de la idiosincrasia costarricense? Esta investigación tiene para mí un profundo significado, pues el Repertorio Americano invariablemente se encontraba en el escritorio de mi abuelo, e incluso recuerdo tratar de aprender mis primeras letras deletreando palabras escritas en éste. Otro elemento que debo sumar a la escogencia del tema es mi profunda convicción ideológica como feminista, que me motivó a buscar en las amarillas páginas del Repertorio Americano a esas mujeres precursoras de las luchas sufragistas y además conscientes de que era necesario emprender diversas luchas, con el fin de mejorar la condición de las mujeres. Ellas dieron ese primer paso por la lucha de la ciudadanía y tomaron conciencia de que el feminismo era el camin. La visibilización y el rescate histórico de las mujeres se ha convertido en un objetivo primordial de muchas de nosotras que no nos vemos reflejadas en la historia oficial y además estamos conscientes de que esto repercute negativamente en nuestra identidad. La utilización del Repertorio como fuente primaria de esta investigación también obedece otros estudios previos que había y me había empezado a cuestionar sus contenidos, elaboración y ante todo la ideología implícita construida por la línea editorial. 4 El Repertorio Americano fue con- temporáneo de las grandes luchas sufragistas en América Latina. Quienes llevaban estas luchas se autodenominaban feministas y muchas de estas mujeres estaban organizadas en filiales que formaron redes internacionales; para el caso de Costa Rica, la Liga feminista costarricense fue fundada en 1923 por Ángela Acuña Braun y estaba afiliada a la Liga internacional de mujeres ibéricas e hispanoamericanas fundada en Madrid por Carmen de Burgos Segui (Acuña, 1970: 353). Con el fin de responder las preguntas planteadas, ordené este documento de las siguiente manera. El primer capítulo lo dedico a fundamentar teóricamente la investigación utilizando la teoría feminista, mediante la aplicación de la perspectiva de género. Dado que se plantea un estudio histórico tomando como fuente el Repertorio Americano, me baso en la corriente de la historia denominada “historia contributiva”, la cual trata de describir y explicar la contribución de las mujeres, su estatus y la forma de relacionarse en un mundo patriarcal. En el segundo, planteo el procedimiento metodológico, tomando en cuenta el tipo de estudio y método aplicado. En el tercer capítulo, analizo, en primera instancia, la principal fuente de esta investigación, o sea, el Repertorio Americano, ubicándolo en el contexto histórico de su fundación. También se analiza la participación del editor, Joaquín García Monge al igual que la influencia del entonces movimiento americanista representado principalmente por la Alianza popular revolucionaria americana (Apra). El cuarto capítulo contiene los resultados, y dado que presenta dificultades por su extensión, lo subdividí en dos apartados: la primera, a su vez, en seis etapas del proceso, y la segunda en un solo bloque. Como parte final de la investigación, elaboré una reflexión general del proceso de investigación, los resultados y las posibles consecuencias de lo que encontré. 5 CAPÍTULO I LOS LENTES CON QUE ME ACERQUÉ En este capítulo explicito los supuestos teóricos que me sirvieron como referente para realizar la investigación. Este marco referencial se constituyó en los “anteojos” que utilicé, para hacer una lectura feminista, de carácter interpretativo, sobre el Repertorio Americano y su contexto. Mi lectura tuvo como meta encontrar a las feministas del Repertorio Americano y, al no hallarlas, busqué una explicación para reivindicar a las mujeres de esa época. De igual forma, me planteé la necesidad de hacer un llamado de atención sobre las limitaciones de dicha revista, si se la toma como fuente única de consulta en temas como el que yo seleccioné. Además, si bien no se puede llegar a conclusiones válidas, sí es pertinente señalar que la función de Joaquín García Monge como editor y dueño del Repertorio Americano, le daba la potestad de publicar o no aquellos escritos más cercanos a sus intereses político- ideológicos y menos confrontativos . Este capítulo está organizado de la siguiente forma: en primer lugar, me interesa destacar qué entiendo por género y la perspectiva de género que orientó mi estudio. En segundo lugar, destaco cómo la invisibilización de las mujeres en la historia no ha sido un hecho aislado y fortuito. Asimismo considero los aportes de la historia contributiva como corriente historiográfica, así como el feminismo como teoría y paradigma en la investigación para interpretar las alianzas o pactos patriarcales, al igual que el concepto del dominio de los hombres sobre las mujeres como una posible explicación de esa invisibilización. 1.1 Género y perspectiva de género Aun cuando existen múltiples definiciones del concepto género, entre las cuales están las planteadas por Joan Scott (1986), Rosa Cobo (2002), Carmen Ramos Escandón (1992), entre otras, suscribo el planteamiento de Marcela Lagarde (1996), quien define género como: “una construcción simbólica y contiene el conjunto de atributos asignados a las personas a partir del sexo. Se trata de características biológicas, físicas, económicas, sociales, psicológicas, eróticas, jurídicas, políticas y culturales" (Lagarde, 1996: 27). Para esta autora, uno de los fines de la perspectiva de género es “contribuir a la construcción subjetiva y social de una nueva configuración a partir de la resignificación de la historia, la sociedad, la cultura y la política desde las mujeres y con las mujeres” (Lagarde, 1996: 13). En consecuencia, la perspectiva de género, sustentada en la teoría de género, permite analizar a las personas y sus producciones: “no como seres dados, eternos e inmutables, sino como sujetos históricos construidos socialmente, productos del tipo de organización social de género prevaleciente en su sociedad” (Lagarde, 1996: 31). 6 Utilizo la perspectiva de género para comprender, interpretar y cuestionar por qué los textos de algunas mujeres escritoras, que eran "relevantes figuras públicas" en esa época, nunca participaron en el Repertorio American. Todo parece indicar que esas voces fueron silenciadas. Aplicar la perspectiva de género a los documentos del Repertorio Americano, me facilitó su lectura desde un nuevo paradigma alternativo: el feminista. Reconocer a las mujeres como actoras de la historia, contribuye a la construcción subjetiva y social de la resignificación de la historia, la sociedad, la cultura y la política desde las mujeres y con las mujeres. Este rubro es parte sustantiva de la búsqueda en la lucha por la igualdad de derechos que las mujeres hemos reclamado con relación a los hombres y que ha tenido gran auge en los últimos tiempos. Tal y como lo destaca en la primera página el documento oficial de las Naciones Unidas titulado: Informe sobre desarrollo humano (1995) donde se afirma que “uno de los movimientos definitorios del siglo XX ha sido la lucha incesante por lograr la igualdad en la condición de los sexos, librada mayormente por mujeres, pero apoyada por crecientes cantidades de hombres" (P N U D., 1995: 1). El rescate de la historia de las mujeres y los hechos actuados por ellas es parte sustancial para lograr la identidad y el reconocimiento de este movimiento. 1.2 La invisibilización de las mujeres en la historia Quienes han escrito la historia, se han encargado de minimizar la participación de las mujeres, ya sea porque no han considerado importantes los hechos ejecutados por ellas, o porque sus actuaciones eran ignoradas, cambiadas o modificadas, como producto del proceso ideológico del sistema patriarcal. Las mujeres, por lo general, no aparecen como actoras del devenir histórico en los acontecimientos escritos dignos de recordar, y si lo hacen son adscritas a hechos u hombres que el patriarcado se interesa por visualizar. Coincido con la escritora Yadira Calvo Fajardo (1997), cuando dice: Uno de los elementos que han distorsionado la percepción de la mujer en la historia, es la idea de que su destino carece de significación individual. Este, como todo mito, es un elemento mediatizador de la realidad, que al expresar valores, sugiere formas de conducta adecuadas y premiables. Su versión abreviada es la de la gran mujer detrás del gran hombre. Poderoso como son los mitos, se han infiltrado hasta en las obras cuyo propósito era sacar las acciones de las mujeres de la nota y el apéndice" (Calvo, 1997: 11). 7 En el intento de descubrir quiénes y por qué fueron excluidas, realicé una intensa búsqueda tanto en las páginas del Repertorio Americano como en otras fuentes, para reivindicar el derecho al que aluden Nieves Ibeas y María de los Ángeles Millán (1997) a: leer de modo diferente al previsto desde el canon, a leer los textos culturales desde una conciencia de sujeto sexuado que no se reconoce en la identidad que el discurso hegemónico postula como único válido e inamovible. Es decir, que cuando las mujeres, por ejemplo, leen desde parámetros feministas, su lectura es necesariamente una lectura política que interpreta y reinterpreta los textos, con lo cual se está poniendo en cuestión una vez más la supuesta inocencia del lenguaje y la pervivencia de modelos canónicos, al tiempo que subvierte un sistema literario que ha fundamentado sus propios códigos en criterios de inclusión/exclusión (Ibeas y Millán, 1997: 12). 1.3 Historia contributiva En relación con la historia, aun cuando existen varias corrientes historiográficas que destacan la historia de la mujer, me interesa la que se conoce como historia contributiva, que describe y explica tanto la contribución de las mujeres, como su estatus y su forma de relacionarse en un mundo patriarcal. Según explica Mary Nash (1984), esta corriente desplaza el foco androcéntrico hacia un interés por la experiencia histórica femenina. Esta corriente, de igual forma, se interesa por la contribución de las mujeres, el estatus que ocuparon y la opresión vivida en una sociedad determinada por los hombres, en una sociedad patriarcal. “Podemos incluir en esta corriente historiográfica todos aquellos trabajos que estudian la contribución femenina a diferentes movimientos: al movimiento obrero, a los movimientos de reforma, a los de templanza, neomalthusianos y de control de la natalidad, movimientos nacionales, etc" (Nash, 1984: 23). Mi interés por esta corriente historiográfica deriva también de su atención por el estudio de la lucha de los derechos de la mujer y el sufragio femenino como reacción a “las diversas formas de opresión jurídica, económica y política que pesan sobre la mujer”, y por el estudio de “la reacción femenina frente a estos modos de opresión”, al considerar que “tales aportaciones son valiosas precisamente porque amplían nuestros conocimientos en este terreno" (Nash, 1984: 23). Algunas historiadoras han señalado que esta corriente se limita exclusivamente al estudio de la opresión formal del sexo femenino y de las organizaciones que se preocupan por la lucha en su contra, dejando de lado otras vertientes de la participación de la mujer. No obstante, este hecho no afecta el análisis que aquí realizo, pues en el caso concreto de la presente in8 vestigación, que es de carácter teórico- descriptivo e interpretativo, destaco la contribución y participación de las mujeres en ese segmento de nuestra historia, para clarificar las interrogantes que me motivaron. 1.4 Feminismo La realidad existente es la fundada por el paradigma patriarcal, el cual ha establecido un orden de dominación basado en el sexo, y ha tomado al hombre como unidad paradigmática. El feminismo cuestiona esta realidad y sospecha de ella, pues presenta algo que no se ajusta, que nos hace dudar y que presenta una anomalía, en este caso la exclusión. A juicio de Marcela Lagarde (1996): “este orden asegura la supremacía de los hombres y de lo masculino sobre la inferiorización previa de las mujeres y de lo femenin. Es asimismo un orden de dominio de unos hombres sobre otros y de enajenación entre las mujeres” (Lagarde, 1996: 52). La misma autora también plantea: El feminismo constituye una cultura que, en su globalidad, es crítica de un sujeto social —las mujeres— a la sociedad y la cultura dominantes, pero es mucho más: es afirmación intelectual, teórica y jurídica de concepciones del mundo, modificaciones de hechos, relaciones e instituciones; es aprendizaje e invención de nuevos vínculos, afectos, lenguajes y normas, se plasma en una ética y se expresa en formas de comportamiento nuevas tanto de mujeres como de hombres (Lagarde, 1996: 24). Concepción que se complementa con la de Elvira Burgos (1997) para quien el feminismo es: “un planteamiento crítico, una teoría de la sospecha” cuyos discursos “constituyen en nuestro presente, en un presente que no puede comprenderse a sí mismo sin oír su voz, los modos de hablar, de escribir, de pensar, los modos de crear más radicales en su tarea de problematizar la realidad establecida" (Burgos, 1997: 262). Al concebir el feminismo como una cultura, ésta se caracteriza por todas las normas, creencias, costumbres, concepciones de mundo, fantasías, imaginarios y cualquier otro componente del quehacer humano que la conforma. El planteamiento del paradigma feminista surge cuando se detecta que algo no está correcto o no está presente, como es el caso de la historia. Las mujeres aparecen en ella en menor número o se desestiman sus contribuciones, se invisibilizan o se ignoran. Anomalía muy evidente, por lo que es imposible pasarla por alto. 9 Consecuencia de lo hasta aquí ex- puesto es que la cultura a la que pertenecemos con sus normas, valores y costumbres ha sido establecida con una visión androcéntrica, que invisibiliza y descalifica la participación de las mujeres en la sociedad. La historiadora Gerda Lerner (1990) lo ejemplifica de la siguiente manera: Las mujeres viven su existencia social dentro de la cultura en general. Siempre que se las confina a un lugar aparte, a causa de las restricciones patriarcales o de la segregación (y siempre con el propósito de subordinarlas), transforman esta restricción en complementaridad y la redefinen. De este modo, las mujeres viven una dualidad: son miembros de la cultura general y participan de la cultura de la mujeres" (Lerner, 1990: 344). Esta existencia dual comienza a cuestionarse a través del paradigma feminista, pero no ocurre en forma general para todas las sujetas como grupo, sino que en la mayoría de los casos es un acto individual que se da bajo ciertas condiciones históricas relacionadas con la experiencia social, que hacen que la persona entre en un cuestionamiento del paradigma que la rodea, y de esta forma llega surgir la conciencia feminista. Según la misma autora: "históricamente esto ocurre en diferentes etapas: 1) cuando se tiene conciencia de que hay un error; 2) con la aparición de un sentido de hermandad; 3) con la definición autónoma que hacen las mujeres de sus objetivos y de las estrategias para cambiar su condición; y 4) con el desarrollo de una visión alternativa en el futuro (Lerner, 1990: 345). La conformación de esta conciencia feminista implica cambios que se dan mediante procesos deconstructivos que obligan a la resignificación del sujeto y su identidad genérica. Según plantea Lagarde (1997): "la identidad feminista se despliega como parte del cambio paradigmático del mundo patriarcal y es vivencia y fruto de su deconstrucción" (Lagarde, 1997: 8). Es fundamental clarificar los conceptos identitarios en relación con la toma de conciencia de que cada sociedad tiene una ideología, o sea una forma de ver lo que considera que los hombres deben y pueden hacer como sujetos, así como las mujeres. Dicha conciencia está mediatizada por la historia y cada sociedad define los contenidos del género desde un proceso cultural. Así, el grupo sexual se identifica con el género asignado culturalmente, cumpliendo con lo que se denomina: identidad de género. Sin embargo, la identidad feminista no es sólo el hecho de tener claro la pertenencia a un grupo genérico, sino que también implica la toma de conciencia o sea la identidad crítica de género, que nos permite luchar contra la opresión del sistema patriarcal con toda su carga ideológica y política. Respecto a esto, Marcela Lagarde (1997) destaca la necesidad de tener claros estos conceptos en cualquier proceso de investiga10 ción, pues plantea que a veces el error está en “creer que las mujeres no tenemos identidad de género, pero este error deriva de confundir conciencia crítica de género con identidad de género, y conciencia de género con identidad crítica" (Lagarde, 1997: 29). En la próxima sección recurro a las alianzas o pactos patriarcales como aproximación teórica al tema de estudio. En esta investigación considero fundamental utilizar dos elementos dentro de la perspectiva de género: a) las alianzas patriarcales, denominadas "pactos patriarcales" y b) el dominio de los hombres sobre las mujeres. 1.5 Las alianzas o pactos patriarcales Entiendo por “pacto patriarcal”, el acuerdo que se establece entre los hombres (de forma no necesariamente consciente) para negociar “sobre” y “acerca” de un lugar común de referencia o “topos”. Espacio simbólico constituido por “la mujer”. Al reconocerse los hombres como “iguales”, establecen un grupo de “autopertenencia” o como plantea Sartre, un “grupo juramentado” (citado por Celia Amorós, 1990). Amorós, basándose en Sartre y analizando “el grupo juramentado” plantea que: Este tipo de grupo es un constructo práctico que responde a una situación reflexiva del grupo en relación con su propia constitución; la situación reflexiva se produce a su vez bajo la presión de una amenaza exterior de que el grupo se disuelva o se diluya como tal, de manera que el propio grupo es percibido como condición sine qua non del mantenimiento de la identidad, los intereses y los objetivos de todos sus miembros. Pocas veces en la historia los grupos juramentados se han constituido explícitamente como patriarcales -es decir, pactando temáticamente contra las mujeres-, pero, en cualquier caso, su carácter patriarcal entra como un presupuesto constitutivo del juramento: se exteriorice éste o no en una ceremonia ritual, la "hombría" o “la caballerosidad" son componente esencial que hace de la "palabra dada" un compromiso serio y solemne". Los pactos lo son “entre caballeros” y quien los incumple “no es un hombre” (significativamente, de una mujer que traiciona se dirán los mil improperios, pero no, precisamente, que “no es una mujer (Amorós, 1990: 49). Los pactos patriarcales se establecen con miras a mantener el dominio hegemónico de un sexo sobre el otro, como es el caso del patriarcado y el dominio de los hombres sobre las mujeres. Lo realizan de muchas maneras, una de ellas es en la historia, en donde nos invisibilizan, no se nos reconoce, se nos ignora. Más aún, la misma autora señala: 11 Las mujeres tenemos todavía mucho que pensar y dar que pensar para salir del lugar de lo no-pensado. Del lugar del no reconocimiento, de la no reciprocidad, por tanto, de la violencia. El feminismo, como todo proceso emancipador, es fuente de pensamiento interpretativo, suministra nuevas claves de desciframiento de lo real en tanto que es un proyecto de construcción de la realidad social sobre la base de nuevos e insólitos pactos donde lo pactado —y, por ende, excluido como sujeto activo del pacto-no fueran las propias mujeres como genérico (Amorós, 1990: 47). Utilizando una analogía, Amorós remite a las relaciones que se dieron en la esclavitud, y la dialéctica de Hegel, quien planteó que en el sistema esclavista, no sólo se daba la relación entre el amo y el esclavo, sino también, las relaciones" de los amos entre sí", así como la de los esclavos entre sí. Celia Amorós extrapola esto utilizando a Sartre con el concepto de “grupo juramentado” para aclarar cómo se constituye el sistema de dominación patriarcal y cómo funciona: Por medio de mecanismos de autodesignación para marcar la pertenencia al conjunto de dominadores. Como el patriarcado en tanto que sistema de dominación masculina se solapa y entreverá con muchas otras formas de dominación socialmente relevantes-básicamente la de clases-, la autodesignación que aquí entra en juego es la de pertenencia práctica al conjunto de varones (Amorós, 1990: 40). La forma como se realizan dichos pactos pasa por diferentes fases; Celia Amorós los categoriza por medio de lo que denomina "pactos serializados y topos de la misoginia". Los "serializados" son utilizados por ella al referirse al "colectivo de los varones en tanto conjunto práctico serializado". Al grupo así serializado le asigna un "topos", éste como "lugar común de referencia como ubi desde el cual cobra su sentido la práctica de autodesignación" Amorós, 1990: 43). Este lugar común sirve para objetivar donde identificarse como hombres; pero este "topos" no necesariamente es un lugar donde se concerta una práctica, sino que más bien es donde se ejecutan unas prácticas serializadas de orden simbólico. De esta manera, su pertenencia al conjunto seriado se efectúa a través de identidad: Cada varón estructura de ese modo su pertenencia al conjunto de los varones y realiza -es decir, da entidad práctica a su virilidad mediante operaciones práctico simbólicas con un doble referente: por una parte la tensión referencial en que se mueve “ la obligada participación en los atributos del tipo” como hemos tenido ocasión de ver, por otra, esta tensión se constituye a su vez en el desmarque con 12 respecto a algo en tanto que, como lo diría Sartre, es el desmarque del otro y de todos los demás, y esa misma recurrencia en serie es lo que configura "el topos" como lugar de todos, como ámbito transaccional, en tanto que es la tierra de nadie- luego un espacio simbólico de indiscernibilidad- y de cualquiera (Amorós, 1990: 43). Por lo tanto, es el conjunto seriado (los hombres), el que se reconoce entre sí a través de la pertenencia establecida. Ellos son quienes definen ese lugar en común (el cuerpo de la mujer), en donde ejercerán su espacio simbólico, que Celia Amorós denomina "el topos", y el cual "es la mujer". “Pues bien: ese topos constituido como lugar práctico- simbólico resulta ser objeto de violencia en este nivel del análisis, como efecto del modo mismo de su constitución, en tanto que reverso del sistema de autodesignaciones de los varones como tales" (Amorós, 1990: 43). Entonces, en tanto "reverso", las mujeres nos convertimos en "lo otro", en donde somos designadas e interpretadas por la ideología patriarcal, para que el conjunto de los hombres que se identifican entre sí ejerzan sus prácticas, en ese conjunto seriado. "Ella es, pues, ante todo, topo-lógico-simbólicamente un lugar de uso sexual de "cualquier X tal que pertenezca al conjunto de los varones (Amorós, 1990: 44). En relación con los espacios de las mujeres, Amorós plantea que éstos son designados por los hombres y que no cobran significado por ellas mismas como personas, sino que estos espacios son pre-significados con base en su codificación, "por quienes los han diseñado en los pactos mismos que cobran trama en el mecanismo serial de sus autodesignaciones, por las cuales se instituyen, ante todo, como codificadores y adjudicadores de espacios (Amorós, 1990: 44). Se ubica entonces a la mujer en los espacios que los hombres controlan, y también se les interpreta de acuerdo con su modo de ver, el cual fue establecido en los pactos patriarcales. De acuerdo con las interpretaciones que el sistema patriarcal hace y al definir el sistema qué son las mujeres, Celia Amorós nos plantea una serie de frases que el lenguaje ideológico patriarcal ha establecido para referirse a "ellas", las no incluidas en el grupo serial de los que tienen el "pacto", y que ostentan el poder: Para mantener la hegemonía masculina hay que mantener "el eterno femenino". Pero sobre todo, si se sabe ya, quitarles la palabra a las mujeres está justificado de antemano: ¿qué tendrían ellas que decir? Y si dicen algo, digan lo que digan lo reduciremos a “lo que ya se sabe” [...] Cualquier aspecto del mensaje se hará 13 que venga predeterminado por la es- tructura del código y resulte, por tanto, mera redundancia o vertido en términos que impliquen en sí mismos la sanción descalificadora. Además, "ya se sabe con" quiere decir: "no se puede con", o sea, que deben quedar fuera de los pactos...justamente (Amorós, 1990: 46). A las mujeres se nos descalifica, se nos ignora, no se nos incluye dentro de los ámbitos donde se llevan las acciones de importancia, no se presta atención a lo que decimos, no se nos presta atención pues no estamos en nuestro grupo de pertenencia, en nuestro grupo serial. Lo que pensamos las mujeres no tiene para ellos relevancia porque "a los pactos seriales entre varones corresponde, pues, el ‘pensamiento’ serial sobre la mujer como no-pensamiento, es decir, como violencia (Amorós, 1990: 47). Estos pactos se establecen como fratrías. En ellos, sus miembros se reconocen entre sí, como hermanos que también se unen en el plano de los símbolos, pero principalmente en relación con el "otro", es decir la mujer, exaltando ese plano en ese lugar simbólico; de modo que “se jura por "la madrecita buena" y se le invoca como sello del pacto, como hacen los cofrades con la Virgen. Lugar que ella no es, por supuesto, libre de elegir, y se le perderá todo respeto si se sale fuera de él (Amorós, 1990: 51). Por lo tanto, las mujeres deben llenar un ideal designado por los hombres. Ese ideal establece un perfil del anhelo. Algunas se ajustarán a lo deseado por otros y construirán su identidad de género a partir de ahí. Los atributos ideales serían parecidos a los de la Virgen María, tales como sumisas, abnegadas, nutricias, la mujer para, o en función de. Estos atributos, por supuesto, no incluirían el de la autonomía reflejada en la ciudadanía, pues ésta estaba reservada para los hombres. Las mujeres-madres deben velar para que los hijos sean ciudadanos; por lo tanto "se le negará el derecho de ciudadanía: su misión es hacer buenos ciudadanos y velar desde el espacio privado para que se cumplan las condiciones éticas en el ámbito público (Amorós, 1990: 51). El entramado ideológico que el patriarcado ha creado, no solo le ha permitido al hombre instituirse como unidad paradigmática de la humanidad (con la consecuente invisibilización de las mujeres), sino que, a la vez, al ser paradigma le da a éste el poder de establecer la cultura (entendiendo ésta como el conjunto de normas, valores y costumbres), muy conveniente para la reproducción de su propio sistema. 14 Así, serán ellos quienes definirán las reglas por seguir, lo que se va a entender por lo bueno y lo malo, estableciendo los ámbitos de lo público y lo privado, y determinarán quiénes ocupen esos espacios. 1.6 El dominio El otro elemento para considerar es el dominio de los hombres sobre las mujeres. El dominio en el mundo patriarcal, es un elemento de poder, que se expresa cotidianamente mediante la opresión que ejercen los hombres en contra de las mujeres. Los hombres son los que establecen los límites sociales del mundo, pues al haberse constituido como unidad genérica de la especie humana se sienten representantes de las mujeres también, Marcela Lagarde plantea así sus consecuencias: Los hombres pueden tomar y dejar a las mujeres casi cuando les place, pueden incluirlas o excluirlas en su casa, de la pareja, de la familia, de sus vidas y desde luego de las instituciones del Estado, coto de manejo exclusivo de los hombres. Si incluyen a las mujeres en los espacios sociales del poder lo hacen a condición de una obediencia pública que, con sus propias reglas y maneras, se corresponde con la obediencia privada exigida de manera doméstica, conyugal y familiar a cada mujer (Lagarde, 1996: 71). Este poder de dominación en donde se decide si “se incluye” o “se excluye” fue fundamental en el análisis investigativo, ya que trabajé con un grupo de documentos escritos por mujeres que sí fueron "incluidos" en el Repertorio Americano, sin dejar de lado y siempre teniendo presentes a las mujeres cuyos escritos no aparecen en él: Gerda Lerner (1990) compara la historia tradicional y los hechos que se han incluido, con la metáfora de la actuación en un teatro, en donde tanto hombres como mujeres aparecen, pero la obra fue escrita, dirigida y pintada por aquellos. Las mujeres se dan cuenta, reaccionan y "piden una mayor igualdad en el reparto de papeles", y tras una larga lucha consiguen un reparto igualitario de los papeles, pero primero deberán mostrar que están "cualificadas": Nuevamente son los hombres quienes fijan los términos de su "cualificación", ellos juzgan si las mujeres están a la altura del papel, ellos les conceden o niegan la admisión. Dan preferencia a las mujeres dóciles y a aquellas que se adecúan perfectamente a la descripción del trabajo. Los hombres castigan con el ridículo, la exclusión o el ostracismo a cualquier mujer que se arroga el derecho a interpretar su propio papel o, el peor de todos los males, el derecho a 15 reescribir el argumento (Lerner, 1990: 30). A juicio de la misma autora: lo que las mujeres deben hacer, lo que las feministas están haciendo, es señalar con el dedo el escenario, el atrezzo, el decorado, el director y el guionista, igual que lo hiciera aquel niño del cuento que descubrió que el emperador iba desnudo, y decir: la verdadera desigualdad que hay entre nosotros está dentro de este marco. Y luego han de derrumbarlo (Lerner, Gerda. 1990: 31). En síntesis, el sistema patriarcal es uno, pero cómo establece el dominio dependerá de la sociedad en que se ubique, tomando en cuenta los procesos sociales, históricos y políticos con que se ha ido construyendo su cultura. Por tal razón, para analizar el entramado ideológico con el cual se ejerce el poder, es necesario ubicarlo tanto geográfica como históricamente. Así me interesó ubicar la teoría expuesta en el contexto latinoamericano de la época, tema que se desarrolla a continuación. La relación de orden político, entre pacto patriarcal y derecho ciudadano, tiene mucho sentido al analizar la primera mitad de este siglo en América Latina, cuando se gestaron y ejecutaron los primeros movimientos feministas organizados por el sufragio en esta región. Al respecto, dice la historiadora Asunción Lavrin que "En casi todas partes una pequeña elite de hombres podía ejercer el voto y, lo que es más importante, se consideraba la política como un baluarte masculino, ya sea porque se suponía que las mujeres eran incapaces de entender sus intrincadas manipulaciones o porque se decía que eran demasiado buenas y demasiado puras para mancharse con el lodo de la política (Lavrin, 1978: 360). Esa construcción de la imagen de la mujer a través de la mirada de los hombres a principios de siglo se encuentra ligada con el pensamiento androcéntrico, elemento del patriarcado que se ha establecido paulatinamente por milenios (Lerner, 1990), desde el aspecto formal El contrato social de Juan Jacobo Rousseau (1772) contribuyó a sentar las bases sociales de la cultura política occidental de los dos últimos siglos y se definieron los ámbitos espaciales genéricos de los hombres y las mujeres. Así, el pensamiento patriarcal dicotómico definió que el espacio público le pertenecería a los hombres y el privado se reservaría para las mujeres. Tal como lo plantea Iris Marion Young (1990): “Rousseau no creía que la vida humana pudiera ni siquiera funcionar sin emoción ni sin la satisfacción de la necesidad y el deseo. La particular naturaleza del hombre como un ser de sentimientos y necesidades es representada en el ámbito privado de la vida doméstica, de la que las mujeres constituyen los guardianes morales más apropiados" (Young, 1990: 101). En relación con el ámbito público del Estado, el pensamiento positivista hegeliano presenta a la persona en tanto miembro de la sociedad civil persiguiendo fines de orden 16 privado para sí y su familia, en donde se pueden presentar conflictos con los otros. Por esta razón, debe existir otro grupo que no sólo busque su interés personal: "Se hace necesaria una clase de personas cuyo único trabajo sea el mantenimiento del bien público y el punto de vista universal del Estado. Para Hegel estos oficiales del gobierno constituyen la clase universal" (Young, 1990: 101). Estos elementos de la teoría filosófica de Hegel y la teoría política de Rousseau se conjugan para montar los ámbitos espaciales de lo público y lo privado y sirven de base para establecer el modelo del ciudadano racional que trasciende los sentimientos. En el esquema social de Hegel y Rousseau, Iris Marion Young dice que “las mujeres deben ser excluidas del ámbito público de la ciudadanía debido a que son las guardianas de la afectividad, el deseo y el cuerpo” (Young, 1990: 102). Sobre esta teoría ideológico-política se legisló, se actuó y se pensó en los países latinoamericanos a principios de este siglo. Se establecieron roles claros y concisos para lo que debían ser y hacer los hombres y las mujeres. A juicio de Asunción Lavrin , “Los perfiles históricos de grupos de mujeres podrían ser muy útiles para determinar las características generales de las mujeres que están ligadas por circunstancias específicas, como la profesión en las órdenes religiosas, la participación en movimientos feministas para obras de caridad, o la afiliación a los sindicatos de trabajo”. (Lavrin, 1985: 359) En síntesis, he expuesto mis inquietudes acerca de quiénes eran las escritoras del Repertorio Americano pero también quiénes no aparecen, a fin de buscar una posible explicación al hecho de que el editor, Joaquín García Monge, consideró que no era importante, valioso, o quizás era inconveniente (para él y su fratría) publicar las ideas de las feministas. Se hizo por tanto necesario conocer más sobre el editor, sus ideas políticas tanto la situación local como internacional, así como su historia personal, para buscar respuestas a las preguntas generadoras de la investigación, como qué escribían las mujeres en el Repertorio Americano, dónde escribían las feministas, cuál era el pensamiento ideológico de Joaquín García Monge, en qué podría afectar el hecho que las feministas no escribieran acerca del sufragio en el Repertorio American. El siguiente capítulo lo he titulado procedimiento metodológico, el cual me orientó en la búsqueda de las respuestas que generaron la investigación. 17 CAPÍTULO PROCEDIMIENTO METODOLÓGICO En la investigación me propuse responder las siguientes preguntas: 1-¿Qué es el Repertorio Americano, en qué contexto se fundó y cuál fue el papel que desempeñó su editor Joaquín García Monge y cuál fue su relación con el Apra? 2-¿Cuáles mujeres autodenominadas feministas (sufragistas) publicaron en el Repertorio Americano? 3-¿Cuáles mujeres escribieron sobre el sufragio en el Repertorio Americano? 4-¿Cuáles mujeres autodenominadas feministas (sufragistas) escribieron sobre el sufragio en el Repertorio Americano? 5- ¿Publicaron las autodenominadas feministas sobre el sufragio en otras fuentes? 6- Si las autodenominadas feministas no escribieron en el Repertorio Americano sobre el sufragio, ¿qué efecto pudo tener esta invisibilización en la construcción de la idiosincrasia costarricense? 2.1 Tipo de estudio El estudio que realicé fue de carácter interpretativo, y de orden teórico. Se partió del supuesto ontológico de que la realidad histórica que concierne a las mujeres, está manipulada e invisibilizada y mediatizada y que los llamados hechos históricos que sustentan el presente tangible han tenido una razón de ser en la perpetuación del sistema ideológico dominante. Dado que esta investigación, la realicé en etapas, ya que se había pasado por una primera etapa investigativa para otro proyecto, Las mujeres que escribieron en el Repertorio Americano, presentó así unas condiciones que guiaron a la utilización de un método inductivo para su realización; ya que al contar con un " cuerpo teórico" para el análisis y el conocerlo previamente, me permitió acercarme a la realidad en la forma propuesta por Kurt Lewin: "La condición previa es una inmersión lo más completa posible en el campo fenoménico que se va a estudiar. cuanto más completa y duradera sea esa inmersión, cuanto más se estime y aprecie el campo objeto de nuestro conocimiento, cuanto más abierto se esté a los detalles, matices y sutilezas del mismo, más fácil será la captación de un nuevo conocimiento" (Lewin, s.f.: 229). 18 Bajo esta "condición previa de inmersión", lograda gracias a la investigación previamente mencionada, pude observar "detalles, matices y sutilezas" que me posibilitaron la invención e interpretación de nuevos conocimientos. Al igual que Lewin, parto de que: "La formulación de nuevas leyes son, muchas veces, las viejas leyes reinterpretadas o reformuladas gracias a la invención de una nueva teoría" (Lewin, s.f.: 221) Esto me lleva a plantear el análisis de los documentos del Repertorio Americano, vistos desde un nuevo paradigma: el feminista, y la aplicación de su teoría a través de la perspectiva de género. "El enriquecimiento de la perspectiva de género se ha dado como un proceso abierto de creación teórico-metodológica, de construcción de conocimientos e interpretaciones y prácticas sociales y políticas" (Lagarde, 1996: 16). Se considera que la aplicación de esta perspectiva feminista como metodología de interpretación, me permitió acercarme a esa realidad ontológica de la búsqueda del conocimiento de la historia de las mujeres, "La perspectiva de género tiene como uno de sus fines contribuir a la construcción subjetiva y social de una nueva configuración a partir de la resignificación de la historia, la sociedad, la cultura y la política desde las mujeres y con las mujeres" (Lagarde, 1996: 13). La inclusión de las mujeres como actoras de la historia, es parte de esa lucha por la equidad que hemos emprendido las mujeres. Me llamó inmensamente la atención que, en cuarenta años de circulación del Repertorio Americano, bajo la dirección de García Monge, no se publicaron artículos que promovieran o apoyaran la lucha de las mujeres por obtener el voto. Esto me llevó a cuestionarme si existió una política explícita o implícita desde lo interno, su editor y colaboradores(as), para invisibilizar la lucha de las mujeres por sus derechos; y me pregunté, con miras a la interpretación, si los hombres y las mujeres conocidos en América Latina y que escribieron en el Repertorio Americano, por su posición de avanzada en los derechos sociales en la primera mitad de la centuria pasada, fueron por el contrario, con su pensamiento y acciones, quienes ayudaron a atrasar o aletargar las luchas feministas de las primeras décadas del siglo XX. 2.2 Método Aplicando principalmente métodos de las ciencias sociales, se utilizaron los propuestos por Maurice Duverger, en Métodos de las ciencias sociales (1978), en lo que se relaciona con la investigación teórica. 19 En vista de que se tiene delimitado el objeto de investigación, y este es una revista, se incluiría dentro de lo que Duverger plantea como: "La prensa como fuente de documentación sobre unos grupos o categorías sociales.- La importancia en esta cuestión de la prensa especializada, principalmente de la prensa profesional, es muy grande" (Duverger, 1978: 123). Esta revista, que a la vez contó con un solo editor, Joaquín García Monge, pero que además tuvo un grupo de asiduos colaboradores (escritores (as), políticos), cabría dentro de la siguiente proposición: "Por otro lado, la mayor parte de los periódicos profesionales contiene gran número de informaciones sobre los objetivos perseguidos por el grupo que los edita, sus intervenciones acerca de los parlamentarios y sus resultados, sus gestiones, acerca de la administración, etc." (Duverger, 1978: 123). Como se plantea, un estudio en donde se quiere ver el tipo de documentos, sus contenidos y tratar de entender los fines que se perseguían en el Repertorio Americano, todo con miras a entender la participación o la no participación de algunas escritoras, se considera fundamental en el análisis ideológico de este tal y como lo plantea Duverger "pero sucede que ciertos periódicos se convierten en un centro de ideología y acción, que un grupo de presión o un partido político nace a su alrededor. El análisis de periódicos de éste tipo es particularmente importante en la ciencia política" (Duverger, 1978: 126). Para las preguntas planteadas se utilizó como columna vertebral, la perspectiva de género, la cual se sustenta en la teoría de género, que permite analizar a las personas: “no como seres dados, eternos e inmutables, sino como sujetos históricos construidos socialmente, productos del tipo de organización social de género prevaleciente en su sociedad” (Lagarde, 1996: 31). La perspectiva de género me permitió comprender e interpretar por qué algunas mujeres escritoras, aunque eran también "relevantes figuras públicas", nunca participaron en el Repertorio Americano, pues su voz fue silenciada en las páginas de tan importante revista. Aplicando esta perspectiva a los documentos del Repertorio Americano, lo puede leer desde un nuevo paradigma: el feminista. A juicio de Marcela Lagarde, “la perspectiva de género tiene como uno de sus fines contribuir a la construcción subjetiva y social de una nueva configuración a partir de la resignificación de la historia, la sociedad, la cultura y la política desde las mujeres y con las mujeres" (Lagarde,1996: 13). 20 Fuentes Esta investigación se basó en cuatro tipos de fuentes: 1) los archivos de las cuatrocientas catorce mujeres que escribieron en el Repertorio Americano, y cuyos escritos fotocopié y clasifiqué por autora, tomo, número, página, y fecha de publicación, 2) los cincuenta tomos del Repertorio Americano (años 1919-1959) con aproximadamente veinte mil quinientos títulos. Una colección completa se encuentra en una sala específica en el Instituto de Estudios Latinoamericanos (Idela), de la Universidad Nacional; 3) los álbumes elaborados por Ángela Acuña Braun (fundadora de la Liga feminista costarricense en 1923 y activista de los derechos de las mujeres, principalmente en la lucha por el sufragio) con recortes de periódicos, cartas, fotografías y muchísimos recuerdos personales, que los coleccionó, ordenó y preservó. Estos álbumes representan una fuente invaluable de memoria histórica, son parte del proyecto “Recuperación de la historia de las mujeres”, y están en el Instituto de Estudios de la Mujer, de la Universidad Nacional; 4) otras fuentes fundamentales han sido los libros y revistas del acervo bibliográfico que se encuentra en el Centro de Investigación e Información de la Mujer (Cidem), el cual pertenece al Instituto de Estudios de la Mujer de la Universidad Nacional. 2.3 Investigaciones previas Las investigaciones realizadas tomando como fuente de investigación el Repertorio Americano han tocado temas tan diversos como la cultura, la identidad, el contenido literario, el pensamiento martiano y muchísimos más. A continuación se presenta una tabla resumen, con algunas de esas investigaciones, principalmente las que tienen más relación con el tema de la presente investigación. Se analizó en una forma más extensa la realizada por Ruth Cubillo Paniagua, por ser la única que contempla también el papel de la mujer en el Repertorio American. 21 Tabla I Repertorio Americano Joaquín García Monge 1919-1959 Autor Luis Ferrero 1978 Evelio Echevarría Coselli 1981 Ruth Cubillo Paniagua 1994 May Brenes Marín 1994 Ana Cecilia Barrantes de Bermejo 1996 Mirna Murillo Chinchilla Yenory Rodríguez Matamoros 1996 Mario Oliva Medina 1996 Manuel Salas Avendaño Alfonso González Ortega 1998 Obra La clara voz de Joaquín García Monge. Índice General del Repertorio American. Tema Análisis del editor y su obra el Repertorio American. Índice y resumen de los artículos del Repertorio Americano, se contempla de la letra “a” a la letra “o” faltó de la “ p “ a la “z” Las imágenes de la mujer en el Re- Análisis semiótico de las imápertorio American. genes de la mujer en el Repertorio American. Las mujeres que escribieron en el Recuperación y selección por Repertorio American. autora de lo que escribieron en el Repertorio American. América / España en el Repertorio Conocimiento de los españoAmerican. les en la América Índice analítico sobre artículos escritos por mujeres y editados en la publicación seriada Repertorio Americano, desde 1919 hasta 1959. Textos martianos costarricenses. Índice y resumen de los artículos de mujeres del Repertorio Americano Influencia de José Martí en el pensamiento costarricense La identidad controlada y el Reper- Construcción de un ideal latitorio American. noamericano en su papel de 1920-1930 editor. García Monge Como se ha señalado, de las investigaciones que han partido del Repertorio como fuente de investigación, sólo se localizó una con miras a estudiar el papel de la mujer. Se trata de la tesis en literatura de Ruth Cubillo Paniagua, cuyo tema es “Las imágenes de la Mujer en el Repertorio Americano” (1994). En esta se plantearon los siguientes objetivos generales: 22 -rescatar y analizar las imágenes de la mujer que surgen de los textos escritos por mujeres y por hombres a propósito de ellas, en el Repertorio Americano (1919-1959) -rescatar el contexto histórico-cultural latinoamericano en que se produjo el Repertorio Americano (1919-1959) Para la presente investigación, es importante hacer notar, que su análisis se hace desde una perspectiva semiótica, y que no empleó la totalidad de los textos escritos por mujeres, pues según lo establece la autora, consultó ciento cincuenta números como muestra representativa, o sea doscientos setenta y dos artículos reseñados en quinientas treinta fichas; esto como estrategia de investigación, pues según aclara, resultaba imposible consultar los mil ciento ochenta y cinco números —distribuidos en cincuenta tomos— de la revista publicada entre 1919 y 1959. También, es interesante destacar el propósito de la investigadora Cubillo, de plantear “un espacio para escuchar las voces de aquellas mujeres que se atrevieron a hablar sobre sí mismas y que tuvieron un espacio para ello...” Al pie de página nos amplía diciendo que en esa época las latinoamericanas continuaban apegadas a las normas sociales que dictaban su comportamiento, pero que el Repertorio Americano constituía un espacio para que las mujeres pudieran referirse a ciertos temas vedados para ellas en otros ámbitos de la sociedad" (Cubillo, 1994: 48). Resulta interesante destacar esto, puesto que en la presente investigación precisamente he planteando que no a todas las mujeres escritoras se les publicaba en el Repertorio American. Aquí cabe aquí destacar la investigación previa realizada por mí en 1994 Las mujeres que escribieron en el Repertorio Americano, que me dejó ver el panorama, y además contar con todo el corpus de escritoras lo cual me permitió cuestionarme y analizar la participación de ellas de acuerdo con los contenidos de sus escritos. 23 CAPÍTULO III EL REPERTORIO AMERICANO, SUS ANTECEDENTES, SU EDITOR Y EL CONTEXTO EN QUE FUE CREADO El propósito de este capítulo es darle respuesta a la primera pregunta: ¿Qué es el Repertorio Americano, en qué contexto se fundó y cuál fue el papel que desempeñó su editor Joaquín García Monge y cuál fue su relación con el Apra? 3.1 Idea previa a su fundación La fundación del Repertorio Americano está circunscrita a hechos políticos del continente americano y a circunstancias personales de su editor; según explica Echevarría en su Índice general del Repertorio Americano: la idea de fundar una revista que recogiera el pensamiento y el sentir del continente vino al intelectual y educador costarricense Joaquín García Monge en 1918, mientras estaba exilado en Nueva York. Su deseo era seleccionar una compilación de producciones americanas para expresar ‘un sentido de admiración y respeto a los grandes hombres de América, como patrimonio común (Echevarría, 1981: XXI). El autoexilio se relacionó con su destitución como director de la Escuela Normal, ocurrida en la época de la dictadura de Federico Tinoco (1917-1919) en Costa Rica. Será necesario, por lo tanto, ubicar los hechos históricos tanto nacionales como internacionales que acontecían y que fueron determinantes en la creación del Repertorio Americano y de su línea editorial. A principios de siglo, Costa Rica pasaba por una etapa tumultuosa, no sólo por los hechos de la política nacional que se mencionarán más adelante, sino también por la influencia directa de lo que sucedía en el resto del mundo. 3.2 Contexto internacional Se daban situaciones tales como: la revolución mexicana de 1910, con sus postulados de justicia social y Reforma Agraria; la primera guerra mundial en 1914-1918, y su 24 consecuencia, el Tratado de Versalles (1919), que dividiría al mundo occidental en dos grandes bloques; la revolución rusa de 1917, con la caída del imperio zarista, y la imposición del régimen comunista un poco después. Para Ana Cecilia Barrantes (1996), estos hechos históricos fueron de gran influencia en los jóvenes americanos, ya que se dieron cuenta de que "todo conflicto importante —en este siglo XX— habría de desenvolverse en una escala planetaria", y que además tomaron conciencia de que la cultura americana estaba mucho más rezagada que la europea, y que era fundamental remediar esto. En consecuencia: “en América, surgieron anhelos nuevos”. Uno de estos fue la iniciativa de Joaquín García Monge de fundar una revista semanal, a la que llamó “Repertorio Americano”. La fundó para ejercer una dinámica interacción y construcción de las relaciones hispanoamericanas” (Barrantes, 1996: 16). 3.3 Contexto nacional En cuanto al contexto nacional, a principios de siglo XX, Costa Rica todavía vivía bajo la influencia de las políticas liberales que fueron de gran auge a finales de siglo. La primera guerra mundial trajo un enorme desequilibrio en el sistema económico internacional; los países subdesarrollados, como el nuestro, sintieron las consecuencias económicas casi inmediatamente, ya que las exportaciones principalmente de café a Europa disminuyeron y, en muchos casos, algunos países dejaron de comprarlo. Esto produjo una crisis que afectó a todo el país, y como siempre, fueron los sectores populares los más maltratados (De la Cruz, 1983). En términos políticos, en estos primeros años, además del liberalismo, se comenzaban a sentir otras fuerzas importantes, principalmente el socialismo reformista y el anarquismo. Según plantean W. Reuben, M. Aguilar, E. Guadamuz y V. París (1986), el social reformismo se caracterizó por “ser evolucionista, pues no planteaba la transformación radical de la sociedad por medio de una revolución”. Por el contrario, basaba su acción política "fundamentalmente en la lucha parlamentaria como la forma más adecuada para promover una serie de reformas que mejoraran las condiciones de vida de los trabajadores" (Reuben Soto et al. 1986: 92). Parece ser que en esa época cada corriente política contó con su medio de difusión. Para De la Cruz: “todo este período de lo que podemos llamar una prensa social en el país”, está enmarcado entre dos periódicos: Justicia social, a partir de 1902, publicado por los reformistas, entre ellos Jorge Volio; y Hoja Obrera, a partir de 1909, que fue el órgano difusor 25 de la Sociedad de Trabajadores y termina siendo editado por Joaquín García Monge (De la Cruz, 1983: 60). En cuanto al anarquismo, éste tuvo su nacimiento en Europa en la segunda mitad del siglo XIX. Sus seguidores creían que no debía existir ningún tipo de autoridad política y la meta sería "la evolución hacia una sociedad sin Estado". Sin embargo, luego modificaron esa idea y se organizaron a través de sindicatos. Entonces, consideraron que la huelga era el medio para la obtención de sus objetivos. En Costa Rica, se comenzó a sentir su influencia desde 1911, “sobre todo entre los trabajadores urbanos y en un sector importante de intelectuales, entre ellos Joaquín García Monge, Carmen Lyra y Omar Dengo" (Reuben et al 1986: 94). Los anarquistas contaron con una revista como medio de divulgación a la que llamaron Renovación, la cual comenzó a circular en enero de 1914. También habían fundado en 1912 el Centro de Estudios Germinal, que se preocupó por mejorar el nivel político de los trabajadores. Este centro, al cual se le adjudica la fundación de la Confederación General de Trabajadores (CGT), fue de gran importancia para las luchas obreras. Al él y a sus fundadores se debe también la efeméride del 1 de mayo como Día Internacional del Trabajo, que se celebra en Costa Rica desde el año de 1913 (Reuben et al.: 1983). La primera guerra mundial provocó repercusiones económicas en Costa Rica, las cuales, aunadas a la ineficacia de las políticas liberales del momento, desencadenaron una crisis política en el país. En 1914 asumió la presidencia de la República Alfredo González Flores, quien propuso una política reformista con el fin de solventar la crisis y aliviar de ese modo la pobreza de los sectores más marginados; todo esto a través del fortalecimiento de la estructura estatal. La modernización del Estado contenía una reforma tributaria encaminada a que "el rico pagara como rico y el pobre como pobre", medida que de inmediato fue resentida por los grupos oligárquicos. Las tensiones entre ambos grupos se fueron agravando hasta culminar con el golpe de Estado de Federico Tinoco en enero de 1917 (Reuben et al.: 1986: 109) y su dictadura, la cual tiene relevancia en relación con el Repertorio Americano, como se verá más adelante. Hasta ahora he mencionado los hechos de carácter político y social en las dos primeras décadas del siglo XX en Costa Rica. Pero será necesario incursionar en el plano de lo personal y en el campo de las ideas de Joaquín García Monge y entender qué contribuyó para que fundara el Repertorio American. 3.4 Antecedentes de la fundación del Repertorio Americano 26 Joaquín García Monge, quien en 1901, durante del gobierno de Rafael Iglesias y a instancias de Justo A. Facio, había ingresado en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Santiago de Chile, obtuvo el título de Profesor de Estado en la rama de castellano en 1904, y en ese mismo año regresó al país. Pronto fue contratado por el Liceo de Costa Rica, pero seis meses más tarde el gobierno de don Ascensión Esquivel lo destituyó, acusándolo de subversivo (García Monge, 1981: 19-20). Posteriormente y durante trece años, trabajó en el Colegio de Señoritas como Profesor de Literatura y Pedagogía. También laboró en la Escuela Normal de Heredia como Profesor de Literatura y Educación, por dos años y un año más como Director. De este cargo es destituido por el gobierno de los Tinoco (García Monge, 1981). En 1918 acude a Nueva York con el fin de buscar recursos para publicar el Repertorio Americano, y al no conseguirlo, regresó al país a fines de 1918 (García Monge, 1981: 20). No obstante el fracaso, mantuvo la idea, que logró plasmar finalmente en 1919, constituyendo así la revista de mayor importancia de la época. Según exponen Margarita Rojas et al.: Cuando Joaquín García Monge funda en 1919 la que se iba a convertir en la más importante revista de la época, Repertorio Americano, concreta un proyecto cultural y político que iría más allá de las fronteras nacionales. Es así como la generación que se agrupa alrededor de su figura, si bien guarda, como es inevitable, lazos profundos con los planteamientos literarios de la generación que los antecedió, abre también la conciencia nacional a los planteamientos americanistas ya consolidados en el resto del continente (Rojas, et al.1993: 145). A mi modo de ver, las fuerzas propulsoras que llevaron a García Monge a fundar el Repertorio Americano, fueron los hechos históricos nacionales e internacionales, aunados a su previa experiencia con otras publicaciones como la Colección Ariel y el Convivio, más una profunda militancia en las luchas americanistas. 3.5 Fundación del Repertorio Americano El primer número de la revista Repertorio Americano hizo su aparición el 1 de setiembre de 1919 y se mantuvo hasta 1958, año en que murió su fundador y editor; sin embargo, en 1959 se publicó el tomo cincuenta, preparado por un grupo de amigos de García Monge. La colección total consta de cincuenta tomos, y cada uno contiene por lo general veinticuatro cuadernos de dieciséis páginas; llega aproximadamente a los veinte mil quinientos títulos. Según expone Luis Ferrero (1981): “Aquí están los temas fundamentales de la cultura 27 y de la vida del continente american. Y en la tolerancia, el equilibrio, la comprensión con que García Monge acogió los temas, tenemos el mejor retrato del Benemérito de la Patria costarricense" (Ferrero, 1981: XLVII). El Repertorio Americano fue una revista que, según los criterios usualmente aceptados, trató de responder a algunas necesidades de su época. Los juicios de los intelectuales contemporáneos suyos coinciden en otorgarle un papel importante en las ideas del momento. Veamos, a título de ilustración, lo que pensaban de él dos importantes personalidades. El escritor mexicano Alfonso Reyes plantea: Este hombre ha acertado a levantar un verdadero faro de señales en su Atenas costarricense. Y desde todos los rincones de nuestra América vemos girar sus luces. A lo largo de muchos años admirable obra de paciencia y constancia, de fe y de sacrificio-, para que hubiera tomado a su cargo, en el Repertorio Americano, y en las anteriores colecciones Ariel y Convivio, el mantener y vigilar la estructura nerviosa que relacione entre sí a nuestras repúblicas hermanas. El solo nombre de don Joaquín nos une más y mejor que todos los tratados interamericanos y las asambleas continentales (citado en Ferrero, 1981: LXXXVII). El escritor peruano Luis Alberto Sánchez destacó la importancia del Repertorio Americano al plantearnos: “Los cuadernillos del Repertorio, como los folletitos del Convivio circulaban como material explosivo y seductor...García Monge, en el Perú de Leguía era nombre proscrito. Por eso lo amábamos tanto los jóvenes. Veíamos en él, nuestra voz, hallábamos nuestro eco" (citado por Ferrero, 1981: LXXXVII). Esto significa que el Repertorio ayudaba a mantener una comunicación constante y actualizada sobre lo que sucedía en el mundo, pero principalmente en América Latina. Según expone Ana Cecilia Barrantes (1996) su línea editorial tenía una tendencia que se manifestaba en tres vías o roles: definición de la identidad cultural; defensa de la cultura latina, fundamentalmente la hispánica, tanto en lo político, como lo cultural, social, etc.; divulgación de nuevos valores hispanoamericanos. (Barrantes, 1996: 29). Es importante mencionar que, desde el inicio, esta revista contó con la participación de mujeres escritoras. Ya en el primer número aparecieron Raquel Sáenz, Miriam (María Wiesse), Carmen Lyra, Juana de Ibarbourou, Gabriela Mistral, Esperanza V. Bringa y Matilde Carranza. Su participación, así como la de las otras colaboradoras, encierra una gran gama de géneros literarios: ensayo, cuento, poesía y temas tan variados como arqueología, política, educación y salud, entre otros. 28 3.6 El editor Aun cuando Joaquín García Monge editó el Repertorio Americano, escribió poco en él. Preparaba su semanario mediante una selección del material que le enviaban las personas colaboradoras. Este podía ser poesía, ensayos, cartas, cuentos y hasta música escrita. La mayoría de los trabajos eran inéditos, pero también recurrió a la reproducción de artículos de otros diarios (destacando siempre su procedencia), capítulos de libros, reproducciones de fotografías, dibujos… en fin cualquier otro elemento que a su entender aumentaría la belleza estética del Repertorio Americano, así como el conocimiento de quienes lo vieran o leyeran. Como bien lo define Luis Alberto Sánchez, hablando del Repertorio Americano: “Don Joaquín regía desde ahí una especie de gran central telefónica intercontinental, había inventado una especie de Unesco sin burocracia ni oficialismo, algo semejante, para ciertos principiantes desvalidos, a un Plan Marshall de los escritores comenzantes de nuestro Hemisferio" (Sánchez, 1978: 13). A algunas de las obras que publicaba le agregaba su sello personal con algún comentario, que permitía ver su posición al respecto. Así, por ejemplo, en el tomo 18, número 10, del 9 de marzo de 1929:, página 157, se transcribe una carta, fechada el 18 de diciembre de 1928, en la que la secretaria general de la Liga Internacional de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas, Elena Arizmendi, se dirige a Mrs. Calvin Coolidge en relación con la intervención estadounidense en Nicaragua: “en nombre de los nobles sentimientos internacionalistas que nos inspiran, rogamos a usted atentamente, se interese para que la intervención armada en Nicaragua toque a su fin. De este modo su ilustre esposo, antes de dejar la Casa Blanca habrá resuelto un problema de humanidad”. En una nota al final de la carta, la remitente agrega: “Día 9 de enero de 1929. Gracias a la valiosa intervención de Mrs. Coolidge, ya dio orden Washington para que los marinos salgan de Nicaragua; quedará un pequeño destacamento para ayudar a guardar el orden público”. A lo que don Joaquín le agrega a pie de página: “Promesas vanas, Sra. mía!” (g.m.) (Arizmendi, Elena, t.18, n.10, 9-31929: 157). Su labor como editor, ideólogo y dueño del Repertorio Americano, le ha sido reconocida en muchísimos medios. No sólo ha sido póstumo el reconocimiento sino durante su vida. Un ejemplo de ello es cuando la publicación cumplió veinte años. En el número 40 se publica una carta titulada “Tribuna del Pensamiento Libre”, rubricada por Magda Portal, quien comienza diciendo: Hace veinte años, Joaquín García Monge, un hombre que apenas llegaba a los 30, con fe y pasión americanista, fundó el Repertorio Americano, semanario de cultura hispánica. Su intención era modesta: recoger la palabra cordial de los 29 que algo tuvieran que decir a los demás. Y procurar luego que el sencillo semanario, de 8 pliegos, llegase a todos los rincones del mundo de habla española, para establecer vínculos de simpatía y lazos de unión entre los escritores de América (Portal, Magda, t. 37, n. 24,16-11-1940: 381). En otra publicación, aparece otra carta de reconocimiento, dirigida también por Magda Portal de la siguiente forma: Al compañero Joaquín García Monge San José. Costa Rica El Comité Organizador de la sección Mexicana del Apra, se hace un deber escribir a usted para expresarle su reconocimiento por la eficaz colaboración que a nuestro Partido antiimperialista viene prestando Repertorio American. Y finaliza diciendo: Que Repertorio Americano lleve siempre los mensajes del Apra, que sea nuestro vocero a través de toda la América India, y principalmente en Centro América que hoy está representando un trascendente papel en la historia, y que sea por medio de usted, compañero García Monge, que estrechemos los lazos de fraternidad que ya empiezan a unirnos y que serán los que determinen el destino de nuestra América. Contra el imperialismo yanqui, por la unidad política de los pueblos de América; por la realización justicia social (Portal, Magda. t. 16,n. 9,3-9-1928: 142) A Joaquín García Monge se le reconocía mediante las anteriores misivas su gran espíritu americanista. Es lógico pensar que como “único artífice” de lo que se publicaba, él era quien decidía qué ideas eran dignas, correctas y congruentes con su pensamiento para ser impresas en el Repertorio American. 3.7 Joaquín García Monge Conceptos acerca de las mujeres No hay duda del inmenso conocimiento que Joaquín García Monge tenía de la realidad americana, ni de la gran importancia de su obra editora, el Repertorio American. Nuestro objetivo va más allá del contexto ideológico político de la época, cuyo derrotero se impregna 30 de pensamiento patriarcal como único paradigma de la sociedad. En relación con la forma de pensar de García Monge, Ana Cecilia Barrantes lo expresa en esta forma: Siempre estuvo abierto a todas las corrientes espirituales. Por eso, su raigal sentido de la tolerancia para acoger, divulgar, respetar firmemente sus propias ideas, para discutir respetuosamente las ajenas. Por creerlo así, también proclamaba: “A las ideas no les temo, por arriesgadas que sean. He reflexionado lo bastante la historia del mundo para explicarme que las ideas hoy alarmantes y perseguidas, mañana se aceptan sin temor. Lo esencial es que a su debido tiempo se discutan, se comprendan” (García Monge. 1953: 103 en Barrantes, 1996: 31). Tal apertura y claridad en relación con la libertad de pensamiento, intriga más al tratar el tema que nos ocupa. De ahí que es fundamental entender lo que pensaba Joaquín García Monge de la mujer. En este sentido es interesante su ensayo “Mis deseos” de 1905 (García Monge, 1981: 39) elaborado como si fuese una carta a una amiga, a quien le brinda las sugerencias de lo que él considera debe tener una mujer. Entre otras cosas le recomienda: -Debe ser estudiosa, conocer todas las ideas de su tiempo, leer libros buenos. -Se interesa por lo de hoy, y el avance de la humanidad. -Esforzarse por adquirir el dominio pasivo, cuando menos, de una o dos lenguas extranjeras. -Cultive entonces, la expresión de su palabra, de modo que con ella influya sobre los demás. -Nada contribuye a dignificar más a una mujer y a darle encantos más subyugadores, que el cultivo de las bellas artes. -Nada que encante más que ver una dama que se desliza por el mundo regando flores de bien y consuelo a lo largo del penoso camin. -De nada le servirá a una señorita ser muy instruida, muy enérgica, muy encantadora, si no tiene buenos sentimientos. -Empéñese siempre en que sus sentimientos sean los más inofensivos, discretos y pulcros. -Haga mucho ejercicio físico. -No tema a la luz, el aire, el agua y a la alimentación sencilla. En el mismo ensayo explica la razón por qué una mujer debe contar con dichos atributos: Recuerde también que los hombres mejores que miran con espanto la vulgaridad y grosería del rebaño, necesitan para compañeras de su vida 31 mujeres con grandes y nobles ideales, que sean capaces de dar un consejo acertado o de insinuar con inteligencia o dulzura, un derrotero más que conduzca al triunfo en las luchas ansiadas de lo porvenir. [...] Si aspiran a ser las dueñas del porvenir, necesitan fortaleza de ánimo, porque ya no serán esos seres pasivos esclavizados por el hombre para una grosera vida sexual, sino seres activos, enérgicos, en los cuales hallará el hombre su futura redención.[…] Lea mucho los escritos que nos han dejado las grandes mujeres de la historia social [...] Mme. Stael, Mme de Maintenon, Luisa Michel, la Baronesa de Sutter, Ada Negri y muchas otras más. [...] Lea también las biografías razonables de los hombres ilustres. Con este fin es preciso que usted sienta y comprenda las memorias de los grandes hombres. Por ellas sabrá cuál ha sido la influencia de las madres, las novias, hermanas y esposas en la formación y el destino de los grandes hombres de un país [...] Las niñas inteligentes y superiores no se conforman sólo con vivir oscuramente en el hogar, sino que aspiran y logran influir sobre sus compañeros. […] No olvide que la instrucción es uno de los encantos superiores de la mujer. Y la mujer ha nacido para reinar en su casa, en el círculo de sus amigos, y en ese reinado será tanto más durable y delicioso, cuanto más fina sea la calidad de sus pensamientos, adquiridos mediante la instrucción" (García Monge, 1981: 39). “La mujer ha nacido para reinar en su casa”. Esta frase encierra un elemento fundamental de ese pensamiento contradictorio en que algunas veces se presentaba muy de avanzada y otras lo contrario; pero sí se entiende, si lo vemos como uno más de los “pactos patriarcales”, que los hombres establecen en su sistema social y su cultura, y que era parte del pensamiento de García Monge. Con relación a cómo pensaba acerca del derecho ciudadano para las mujeres, García Monge lo dejó muy claro en una carta que dirigió a un señor de apellido Mondragón y en la cual hace referencia al papel de la mujer y lo que él creía del feminismo de la siguiente manera: “Al mundo no le conviene que la mujer reine con el hombre. Por eso el feminismo tiene tonterías peligrosas. Cordialidad ha de ser el santo y seña en las relaciones de hombres y mujeres. Lo de pretender igualdades es una tontería. Son seres distintos y nada más" (García Monge, 1983: 76). En cuanto a la educación, esta fue un baluarte en el pensamiento de Joaquín García, quien fue maestro y también director, y según lo relata Luis Ferrero: “durante más de una década, semana a semana estuvo don Joaquín dictando a un grupo de mujeres estudiosas en el “Centro Femenino de Altos Estudios”, o a un grupo perteneciente a la Asociación Nacional de 32 Educadores (ANDE) y a otros grupos de maestras de las ciudades de Heredia, Cartago y Desamparados" (Ferrero, 1978: 25). Me parece fundamental expresar que considero que la educación es el camino más seguro y propicio en la reproducción de un sistema ideológico. Por lo tanto, en el caso que me ocupo, el Repertorio Americano y su editor, es importante preguntarme el camino y la reproducción ideológica ejercida por García Monge con los maestros y las maestras, además de la que ejercía por medio de su revista. En relación con el aprendizaje que se realiza en la escuela, Louis Althusser plantea que además de leer, contar y escribir, también nos enseñan otras técnicas y elementos de “cultura científica” o “literaria” que serán utilizados según el puesto productivo donde se ubique cada quien, pero que además de: estas técnicas y conocimientos se aprenden en la escuela las reglas de los buenos hábitos, es decir, de la conveniencia que debe observar, según el puesto que está ‘destinado’ a ocupar, todo agente de la división del trabajo: reglas de moral, de conciencia cívica y profesional, o sea, hablando claro, reglas del respeto a la división técnico-social del trabajo y, en definitiva, reglas del orden establecido por la dominación de clase (Althusser, Louis. 1970: 301). Claro está que si analizamos lo anterior ya no solo desde una perspectiva de la reproducción del sistema capitalista y el mantenimiento de las clases sociales, sino desde una perspectiva feminista para analizar la aplicación del poder y el sostenimiento del sistema patriarcal a través de la educación, podemos ver las escuelas también como reproductoras del sistema patriarcal. También es importante tener en cuenta otros elementos que, de una u otra forma, contribuyeron a la participación de las mujeres en la vida pública a principios de siglo XX en la América Hispana, y es necesario tenerlas presentes para entender la inclusión o exclusión de las mujeres en el Repertorio American. El cambio geopolítico producto de las guerras, generó claridad política y toma de conciencia en muchísimas personas en relación con las fuerzas e ideologías que resurgían quizás con postulados un poco diferentes pero con el mismo principio de dominación y poderío. 3.8 El movimiento americanista y su ideal 33 Al nombrar al "movimiento americanista", quiero referirme a ese conjunto de fuerzas y vocablos que nacieron en diferentes lugares y a veces con pequeñas variaciones, pero que encerraban un ideal, tal como lo plantea Barrantes, cuando explica que en los años inmediatos a la primera guerra mundial: “llevó a la cuestión de identidad continental o del ideal americanista como respuesta a la inquietud del siglo XIX: Hispanoamérica, Latinoamérica, Iberoamérica, a los cuales se le unen los términos Panamérica, Indoamérica (de Haya de la Torre) y Eurindia (de Ricardo Rojas)" (Barrantes, 1996: 58). Joaquín García Monge, a propósito de esta situación, tomó una posición clara, al ponerle como subtítulo al Repertorio Americano, "semanario de cultura hispánica", lo cual hizo a partir del sexto tomo. Lo que se conoce como “el movimiento americanista” se basaba en los principios de unidad americana propuestos por Bolívar y Martí. Se trataba de crear la América Una, que fue como la denominó García Monge cuando escribió: “Vamos hacia la América Una, según la trayectoria espiritual que los homagnos y videntes de estas patrias nos han descrito y que solo cierta ceguera nos impide verla" (García Monge: 1921: 29 cit por Barrantes, 1958: 88). El americanismo de Martí es definido por Emma Gamboa (1958) como “una tesis de fe en la acción de cada hombre para construir una democracia para todos con el esfuerzo de todos. Este americanismo nació como una voz de aliento y de pujanza en la hora necesaria de lucha por la autonomía de las repúblicas latinoamericanas” (Gamboa, 1996: 109). El pensamiento de García Monge fue influido por Martí y en este sentido se manifestó de forma clara en el Repertorio Americano, así lo clarifica Alfonso Chase, quien señala que en todas las ediciones: “encontramos una terrible y definida fidelidad a lo que podríamos llamar el porvenir de América, porque como una obsesión, se daba preferencia a todo aquello que pudiera clarificar los problemas americanos" (Chase, 1974: 11). Ana Cecilia Barrantes (1996) ha señalado en el Repertorio Americano, los siguientes temas que apoyaban la propuesta americanista: -Defender la forma democrática y el liberalismo en todos los países hispanoamericanos (incluyendo España). -Organizar una política hispanoamericana "la deuda pública de un estado no justifica la intervención armada ni la ocupación del territorio por parte del estado acreedor"[...] -Anteponer los valores morales e intelectuales a los puramente económicos. -Arbitraje sin excepciones. 34 -Solidaridad política de los pueblos hispanoamericanos [...] -Oposición a toda política financiera que comprometa la soberanía [...] -Restringir la influencia de la Iglesia en la vida pública. -Enseñanza gratuita, laica y obligatoria, y reforma de las universidades. -Mejoramiento de las condiciones sanitarias. -Proteger los derechos del niño y de la mujer y de los amerindios y negros (Barrantes, 1996: 86-87). Otro de los conceptos que se manejó en relación con lo que se consideraba incluido en la América Latina, fue el de Indoamérica, propuesto por la Alianza Popular Revolucionaria Americana, el cual incluía, además del aspecto geográfico, la etnicidad y sus culturas: Llamamos extranjero a todo lo que no es latino o indoamericano, ya que el Aprismo es una concepción histórico política de alcance continental. O más que continental que abarca a todos los pueblos mestizos del hemisferio, desde el Río Grande en México y las Antillas, libres y coloniales, hasta la Tierra del Fuego: A este perímetro geopolítico—cuya base étnica es el indoeuropeo a criollo, el aborigen, el africano y el mestizo de todas esas razas, cuyas lenguas son el castellano, el portugués, el francés, el inglés, el holandés, quechua, guaraní, aimará, maya-quiché (y demás hablas mexicanas) más los dialectos caribes y amazónicos—llama el Aprismo Indoamérica (Apra, s.f.: 6 ). Eran muchos los nombres que se manejaban con relación a lo que podría definirse hoy geográficamente como Latinoamérica. Los contenidos variaban en algunas cosas, lo que sí es claro es que existía una necesidad de definición, o de encuadre, con el fin de clarificar quiénes eran unos y quiénes los otros, en la búsqueda de una identidad propia y unificadora. 3.9 Alianza Popular Revolucionaria Americana (Apra) El Partido Alianza Popular Revolucionaria Americana fue creado el 7 de mayo de 1924 en México, por Raúl Haya de la Torre, a quien acompañaron y apoyaron jóvenes mexicanos, entre ellos el propio Vasconcelos, y un grupo estudiantil peruano (Anderle, 1983: 104). Se trataba de un movimiento que se presentó en el plano continental para toda América Latina, enfocado a la lucha antiimperialista, pero además proponía la unión de los países latinoamericanos. Tuvo como objetivo fundar: una organización para toda América Latina. Para erigirla, Haya de la Torre y los demás fundadores, comenzaron a difundir sus ideas mediante escritos periódicos en todo el continente. Viajaron a Europa, Estados Unidos y América Latina, 35 hablando a los numerosos exilados políticos. Uno de los dirigentes del nuevo movimiento declaró en 1929 que existían filiales de la organización en París, Londres, Buenos Aires, Perú, Cuba, Puerto Rico y Santo Domingo (Kantor, 1955: 26). Los puntos cardinales de su programa eran: 1º. 2º. 3º. 4º. 5º. Acción contra el imperialismo yanqui Por la unidad política y económica de América Latina Por la nacionalización progresiva de tierras e industrias Por la nacionalización del Canal de Panamá Por la solidaridad con todos los pueblos y clases oprimidas Dentro de este esquema general, cada grupo nacional elaboraría su propio programa (Kantor, 1955: 26). Sería un movimiento aglutinador en América Latina con objetivos claros, y sobre todo pertinente y necesario al momento histórico que se vivía. Haya de la Torre se había inspirado en los ideales de Martí y Bolívar, en el sentido de crear un solo bloque de repúblicas con el fin de aunar fuerzas, y se había trazado un plan. Ante una pregunta de José Ma. Zeledón, (t. 15, n.19.19-11-1927: 298) en relación con el Plan Latinoamericanista, por medio de una carta que se publicó en el Repertorio Americano, Haya de la Torre le responde: Difícil de exponérselo a Ud. en esta misiva. Sólo puedo prometerle que es un conjunto de sugestiones, lo más realistas posible y lo menos “saturadas de propósitos excesivos [...] Apra cuyo realismo y cuya claridad en los propósitos de acción práctica, están haciendo de ella la gran bandera unificadora latinoamericana y el blanco del recelo y del insulto del imperialismo y de quienes lo sirven de un modo u otro. Pero vamos bien. La nueva generación no se equivoca y viene con nosotros, porque el Apra ni es compañía explotadora de la causa latinoamericana ni es agencia de intereses o partidos extranjeros. Nosotros sabemos que la América Latina está sola ante su problema y más cerca que ningún otro pueblo del mundo del coloso imperialista más poderoso de todas las edades y comprendemos que nuestra obra de salvación no nos vendrá de Europa como los recién nacidos para la fantasía de los niños. El Apra deviene cada vez más fuertemente un organismo nacionalista latinoamericano, genuinamente nuestro, puesto al servicio de nuestra América y sólo por ella (Haya de la Torre, Raúl, t. 16, no 4, 28-1-1928: 63). 36 3.10 El Apra y las mujeres La posición del Apra en relación con el sufragio femenino, es detallada en la entrevista que se le hace a Luis Alberto Sánchez, aprista peruano, quien representó a su partido en la 1ª Asamblea Constituyente de 1931. Cuando se le preguntó: “¿Por qué no estuvo usted por el voto universal?”, dio la siguiente respuesta: El voto femenino general que era una trampa del presidente Sánchez Cerro (1931), quería simple y llanamente halagar a la gente, sobre todo a las placeras y a las “señoritas bien” que eran todas antiapristas. En cambio las mujeres de clase media que trabajan, sí eran bastante apristas, de manera que ahí había una cuestión electoral y de principios. Nosotros fuimos partidarios de dar el voto a la mujer que trabaja y a la madre de familia, considerando su maternidad como un trabajo (Hernández, 1986: 38). Lo anterior nos ubica en el Perú en un período especial, en donde el sector clerical estaba muy de la mano con el partido en el poder de Luis Miguel Sánchez Cerro. Quienes comulgaban con las ideas apristas se encontraban en muchos países de la América Latina, y actuaban de acuerdo con las condiciones particulares en cada país. Sin embargo, parece ser que quien no fuera aprista no debía tener otras aspiraciones, y si lo hacía, sería descalificada por la misoginia imperante de los ideólogos del Apra. Estos se aprovecharon de la unión Iglesia-Estado para manipular su evidente ideología androcentrista y excusar su “pacto patriarcal”, planteando que las mujeres no podían tener criterio propio para pensar y decidir si no era con ayuda del clero. Este pensamiento se “universalizó” en América Latina y parece que fue aceptado por el editor del Repertorio American. En lo correspondiente al sufragio, otro de los ideólogos del Apra, el venezolano Rómulo Betancourt, en un artículo que escribió específicamente para el Repertorio, analiza un texto de Magda Portal, que él tomó de la publicación semanal Apra de Lima, y cuyo título es “Rol de la mujer revolucionaria: el voto femenino”. El mencionado documento de Betancourt, del que a continuación transcribo y comento algunos fragmentos, nos permite leer entre líneas y las más de las veces, directamente, lo que los apristas pensaban de las mujeres en general, de las feministas y del papel de los hombres en la lucha política. También nos permite ver el grado de misoginia, androcentrismo y pactos patriarcales, que se manejaban en el Apra: Estando uniformes los criterios de las avanzadas políticas del continente en darle beligerancia dentro de sus filas a la cooperación femenina, difieren 37 sustancialmente en cuanto a la forma como debe concertarse esa cooperación. Piensan algunos, en un todo de acuerdo con feministas y feminizantes, que debe alentarse a la mujer en la organización de grupos autónomos, para reivindicar su derecho al voto y para luchar por conquistas específicamente femeninas. Creemos otros, -porque milito resueltamente en este sector de opinión, que la mujer emancipada de prejuicios hogareños y apta por su capacitación intelectual para cooperar con el hombre en el terreno concreto de la acción política, no debe dispersar sus fuerzas formando bloques aislados, actuantes conforme a plataformas restrictivas (Betancourt, Rómulo . t. 22, n. 21, 6-6-1931: 332) De las palabras de Betancourt se desprende que el único fin de la capacitación de la mujer es inducirla a cooperar con el hombre. Siempre es válido preguntarse cuáles requisitos le pidieron a los hombres “no capacitados” para obtener el derecho al voto. Me refiero, por supuesto, a los que no sabían leer, ni escribir, ni sabían sobre sus derechos, ni de política, ni de nada más que de sobrevivencia cotidiana, pero eran hombres, claro ejemplo de androcentrismo. La mujer como “respaldo”, no como “líder”, pero además, ¿cuál era el papel de las feministas y qué pensaba de ellas? Rastréese el origen de casi todas las organizaciones feministas de América Latina. Se constatará el porcentaje alarmante de las que nacieron del ansia de conquistar posiciones dentro del presupuesto para sí o sus parientes varones, de una mujer en la vecindad del climaterio, cuando le adivino, con las manifestaciones hirsutismo y las otras típicas de esa etapa de virilización, el impulso de echarse a las calles a imitar bajo los trópicos los gestos agrios y el indumento masculino de las numerosas Ladies Pankhurst sajonas (Betancourt, Rómulo, t. 22, n. 21, 6-6-1931: 337). Es mi opinión que, de esta manera, cualquier manifestación que las mujeres tuviesen de conocimiento adquirido, sabiduría, seguridad y beligerancia, sería descalificado y transformado en conductas producto del “climaterio”, como “hirsutismo” y “virilización”. Esta ha sido y es una de las estrategias misóginas del patriarcado cuando habla de las mujeres y principalmente de las feministas. Lo hicieron en 1931 como el artículo mencionado y lo continúan haciendo aún hoy: el discurso no ha cambiado. 38 3.11 Las mujeres en el Apra. Magda Portal, un ejemplo La participación de Magda Portal es de suma importancia en esta investigación, ya que ella fue una de las asiduas escritoras del Repertorio Americano, y sus artículos destacan entre los pocos que tocaron el tema sobre la participación política, el sufragio, y lo que consideraba debía ser el papel activo de la mujer en la sociedad. Ella también fue fundadora del Apra en el Perú y primera dirigente del Comando Femenino (Hernández, 1986). Me interesa destacar el papel de Magda Portal, no solo porque fue una de las fundadoras del Apra, fungió como su secretaria general, fue militante e ideóloga de este, sino que también, con sus escritos, promovía las ideas apristas de la época. Sin embargo, al pasar de los años, Magda Portal rompe con el aprismo al tomar conciencia de que en las filas del Apra las mujeres no podrán acceder a los derechos reivindicatorios de género, y su posición política va a cambiar de tal manera que, al final de su vida, apoya las posiciones feministas. Ella misma, en una entrevista en la que se le pregunta cómo ingresa ella en el partido aprista, nos aclara mucho, tanto sobre su participación en el Apra como sobre su relación con Haya de la Torre. La relación con Haya de la Torre se estableció cuando me deportaron. El se fue a México y conquistó a todo un grupo pero no por un partido, sino por la lucha social contra el imperialismo y contra los reaccionarios en los países de América Latina. Mi relación con Haya fue muy fraternal; nos tuteábamos. El partido Aprista lo fundé yo con un grupo pequeñísimo, con unas 12 personas nada más. Fundamos el partido alumbrados con velas, frente al Teatro Segura. Allí unos compañeros obreros tenían su organización y nos prestaron el local (Hernández, 1983: 42). En relación con el Repertorio Americano, la primera colaboración que hizo Magda Portal fue una carta que envió dirigida a García Monge denunciando los “bochornosos sucesos acaecidos últimamente y que se ha dado en llamar “complot comunista”. Se refiere a que se hace creer que los que defienden el americanismo son comunistas, para así poder enviarlos a las cárceles. En el mismo artículo plantea la importancia del Repertorio American. Según sus palabras, este semanario “representa hoy el portavoz de la nueva conciencia de Latinoamérica; por eso quiero que también lleve la protesta del grupo intelectual que en el Perú todavía se siente libre de la imposición conservadora y burguesa, por lo menos espiritualmente" (t. 15, n.3,16-7-1927: 47). Las entregas de Magda Portal al Repertorio suman cuarenta y una, entre las que se 39 cuentan ensayos, poemas, cartas, todas con una gran conciencia latinoamericanista y un profundo conocimiento político. Destacan contenidos referentes al aprismo y a su fundador intelectual Haya de la Torre, ya sea acerca de sus ideas y su pensamiento o bien haciendo denuncia y solicitando su excarcelación. Las siguientes palabras evidencian lo que Haya de la Torre significaba para Magda Portal: El creador de la doctrina aprista es sin duda uno de los más esforzados paladines de la Libertad y de la Democracia en Indoamérica. Pero no es eso sólo. Es también el enunciador del método de acción que necesita el continente para encauzar su progreso libre de colonialismo, soberano y dueño de sí mismo. Y es, en último término- y aún no totalmente- el realizador de esa doctrina, que día llegará en que se le reconozca y acepte como la única capaz de asegurar la paz y la justicia social en Indoamérica […] Haya de la Torre y el Pueblo eran un solo. El Creador de la doctrina aprista es sin duda uno de los más esforzados paladines de la Libertad y de la Democracia en Indoamérica. Pero no es eso sólo. Es también el enunciador del método de acción que necesita el Continente para encauzar su progreso libre de colonialismo, soberano y dueño de sí mismo. Y es en último término—y aún no totalmente—el realizador de esa doctrina, qué día llegará en que se le reconozca y acepte como la única capaz de asegurar la paz y la justicia social en Indoamérica (Portal, Magda, t. 37, n. 4,10-2- 1940: 56. Se nota claramente el grado de admiración que experimentaba por el fundador del aprismo en uno de sus “Poemas de la prisión”, que forman parte de su libro Hombres de color. Este poema, titulado “Haya de la Torre”, fue escrito durante su encarcelamiento en la Penitenciaría de Lima, en 1933, y dice: Vino el Hombre Y con él la victoria del puebloOh, sobre cuántas dolorosas derrotas! Todos le amamos Porque es justo y human. Su vida es la vida de todos Y en sus enseñanzas Está el amor colectivo Que engrandece a la Nación. (Portal, Magda, tomo 37, n.2, 20-1-1940: 29) 40 Como militante política del Partido Alianza Popular Revolucionaria Americana, Magda Portal sufrió encarcelamiento, como se ha dicho antes. También fue exilada política en México junto con muchos otros peruanos expulsados de su país. Sin embargo, esta mujer y su hija Gloria pasaron por un hecho abominable tremendamente doloroso para una mujer en su doble papel de madre y de militante política. El suceso lo cuenta Carmen Lyra en un artículo que envió al Repertorio y tituló “Gloria la hijita de Magda Portal”: Entre las noticias que nos llegan en una carta, está la siguiente que nos echa a temblar el pensamiento: Magda Portal, uno de los más decididos dirigentes del Partido Aprista, tiene que huir y ocultarse; a su compañero Serafín del Mar, le cambian la pena de muerte por veinte años de presidio; los esbirros de Sánchez Cerro se apoderan de Gloria, la hijita de Magda Portal, niña de unos nueve años y la torturan para que diga en dónde está oculta su madre. Nos dicen en la carta que la muchachita sale del tormento con un brazo fracturado (Lyra, Carmen, t. 24, n. 11, 2-4- 1932: 175). Desde el punto de vista ideológico, cabe destacar la participación de Magda Portal ejercida por medio de su libro Hacia la mujer nueva, cuyo tema es el papel de las mujeres en el partido. En un comentario sobre esta obra, dijo Serafín Delmar,1935. Mucho tiempo hacía que esperábamos con apremio un libro sobre el rol de la mujer en la lucha social, no por mera curiosidad, sino porque estamos vivamente interesados en el problema. [Este es un] libro de innegable valor social que se ajusta al sentimiento multánime de la mujer pobre que, en el Perú, como en toda América, constituye la mayoría” (Delmar, t. 30, n. 6, 9-2-1935: 89). Delmar resume los temas encontrados en el libro, con títulos como: Matriarcado, patriarcado; lucha de clases: origen del antagonismo entre el hombre y la mujer; sentido dialéctico del movimiento femenino; La mujer en Rusia; La mujer fascista; La mujer en la República China; La mujer en Turquía; La mujer en India; La mujer mexicana; Ni mujer victoriana ni amazona: mujer aprista. Respecto de la participación ciudadana, el voto de la mujer y las feministas que luchaban por él, Magda Portal escribe un artículo titulado “Rol de la mujer revolucionaria”, donde hace una crítica a los partidos políticos peruanos manipulados por los oligarcas: Jamás hemos podido sentir con tan abrumadora energía la derrota moral de los viejos partidos históricos, representativos de las castas adineradas, de los azucareros criollos, de los aristócratas, de los concesionarios del guano, del salitre, del cobre y del petróleo. Nunca como hoy vemos al Perú al borde de la ruina, en plena crisis económica política, y frente a gravísimos problemas por 41 resolver [...] Dentro de ese ambiente corrupto es que se ha modelado la mentalidad de las mujeres, las viejas mujeres que hoy forman el grupito de Feminismo Peruano con todas las taras de la política criolla, oportunista y las jóvenes mujeres que hoy están al margen, o forman dentro del Partido Aprista. Nosotros creemos que a la mujer le toca, sino un papel militante decisivo, a lo menos un papel vigilante. La moralización del Perú, su transformación, su mejoramiento social y económico, no puede ser obra exclusiva de los hombres. Tiene que ser con la colaboración efectiva de las mujeres, a quienes por igual da el sistema derrotista en que vivimos, y a quienes por igual y tal vez en forma más dolorosa, toca sufrir todas las consecuencias de la mala política de 60 años. No es mediante el voto que las mujeres han de hacer posible esta cooperación, ni exclusivamente por su igualación de derechos con respecto del hombre (Portal, Magda. t. 22, n. 21,6-6-1931: 332). Esas eran sus ideas en los años 30, cuando su pensamiento y acción estaban acordes con los apristas. Sin embargo, al pasar el tiempo empieza a tener problemas con sus compañeros de partido: no se la tomaba en cuenta y se descalificaban sus acciones por el hecho de ser mujer (Miller, 1991: 121). En la entrevista que se le hizo, en 1986, se le preguntó: ¿Qué opina del feminismo?, a lo que respondió: Creo en el feminismo mientras no haya justicia. El feminismo es una lucha que terminará cuando las mujeres sean más fuertes y conquisten sus derechos. Lo que le critico al feminismo es que los grupos estén separados cuando debieran estar unidos para hacer algo más fuerte. Sin embargo, creo que el feminismo es necesario, es una verdadera lucha y una guerra sin sangre que se le está haciendo a los hombres por su egoísmo. Las mujeres no deben dejar su puesto, deben avanzar (Hernández, 1986: 42). Así se expresó cincuenta y cinco años después de haber publicado “Hacia la mujer aprista” y además haber sido una de las fundadoras del Partido Alianza Popular Revolucionaria. Una mujer como Magda Portal, fundadora, militante e ideóloga de un partido, al cabo de los años comprendió que su papel en el partido era solamente de “compañera”: no pertenecía al “grupo juramentado”. Desestimarla era parte del “pacto patriarcal”. 42 3.12 Las mujeres y el Apra en Costa Rica Muchas mujeres que pertenecieron al grupo aprista costarricense también fueron escritoras en el Repertorio American. Su participación en este se da desde su fundación en las primeras décadas del siglo XX. La primera guerra mundial y la crisis económica de 1929 repercutieron en el país de igual forma en una crisis económica y social, dado que desde un tiempo atrás participaba activamente en el mercado mundial con exportaciones de café y banano principalmente. Los beneficiadores no pagaban buenos precios y los productores se vieron obligados a unirse en Cámaras, para exigir mejores precios equitativos por parte de los beneficiadores. Estos productores recibieron políticamente el apoyo del Partido Alianza de Obreros, campesinos e Intelectuales, recientemente creado por don Joaquín García Monge y un grupo de desamparadeños (De la Cruz, 1983: 220). En esa época surgieron muchas agrupaciones y Cámaras. De la Cruz menciona la Cámara de Comercio y la de Agricultura, la Sociedad Agrícola de Ahorro, cooperativas de productores de banano, asociaciones de productores de café. Incluso se asocian gremialmente los dueños de fábricas de jabón, de boticas, vendedores de refrescos, patentados de licores. Se crea la Sociedad de ebanistas y carpinteros. Existe la Unión general de trabajadores. En general, el panorama del país es de uniones de lucha por trabajo y mejores salarios para quienes sí lo tienen; en todo sentido, se trata de defender los derechos de los trabajadores. En este contexto surgió así "el Comité Seccional del Apra de Costa Rica, se integra con Carmen Lyra, Luisa González Gutiérrez, Alejandro Segura, Ester Silva, Julio César Ovares, Gonzalo González González, Carmen Valverde, Octavio Jiménez, Augusta Lucke, Jaime Coto Acuña, Mario Fernández Alfaro, Víctor Quesada y Arcadio Argüello, y desarrollan especial actividad contra el trust eléctrico, durante todo el año de 1930 (De la Cruz,1983: 222). Pero el hecho es que es que ya en 1928, en el tomo XVII, n. 21 del 1-12-1928 del Repertorio Americano, aparece una interesante carta de admiración y agradecimiento enviada por las autodenominadas “Nosotras, mujeres que formamos el grupo aprista de Costa Rica” a la poeta y escritora uruguaya Juana de Ibarbourou (a quien posteriormente el 10 de agosto de 1929 se le consagró con el título de Juana de América). Juana de Ibarbourou era altamente conocida en los círculos intelectuales latinoamericanos y también asidua colaboradora en el Repertorio American. 43 La carta en cuestión era el agradecimiento ante una declaración política de la poeta en relación con las luchas que se estaban librando a favor de los trabajadores. En ella se reproduce el siguiente fragmento del texto de Juana de Ibarbourou: Nunca he sido combativa, siempre el ensueño me ha tenido presa en su red. En realidad no sé, compañero Seoane, de qué puede servirles una mujer que no tiene el espíritu ni la voz hechos para el combate. Pero el impulso de estar junto a ustedes, es incontenible; un recio convencimiento de corazón y de conciencia me empuja al lado de ustedes. Háganme un lugar en las filas. Ya veremos luego en qué forma he de ser útil y de qué modo me ganaré el lugar que pido a los trabajadores manuales e intelectuales de América (t.17, n. 21.1-12-1928: 333). Entre las firmas que acompañan la carta encontramos a varias escritoras del Repertorio Americano, entre ellas Carmen Lyra, Luisa González, Emilia Prieto, Ninfa Santos y Lilia Ramos. En un artículo de Magda Portal como integrante del Apra, titulado “El problema de Indoamérica y el complot comunista”, publicado en el tomo 15, n. 15, del 22-10-1927, se desarrolla un interesante análisis político del porqué de la situación socioeconómica y social de la América Latina desde su independencia con España. En él analiza fenómenos como el caciquismo, el mestizaje, el campesinado, el papel de los gamonales y el clero, quienes creaban alianzas. Además detalla cómo las luchas que se dan para salir de estas fuerzas subordinantes han creado un espejismo para tacharlos de comunistas. “¡Este es en síntesis – dice- el movimiento ‘comunista’ de América, descubierto por los gobiernos despóticos a las órdenes del imperialismo yanki”. Propone en el mismo artículo, el espíritu de la ideología aprista, tomado del Manifiesto, y sugiere reforzar el frente único de trabajadores manuales e intelectuales de América, para la supresión de la explotación del hombre por el hombre; por la socialización de las industrias, y el reparto de la tierra; contra el imperialismo yanki; por la unidad política de los pueblos de América; por la internalización del Canal de Panamá, base de la hegemonía de Estados Unidos en América; a favor de los pueblos oprimidos del mundo.” Lema del Apra. Ante tal artículo, en el siguiente número del Repertorio, surge una propuesta de Carmen Lyra (t.15, n. 16, 29-10-1927: 247) quien le escribe a García Monge planteándole la posibilidad de que algunos artículos de la revista, dado que ésta por múltiples razones no le llega a mucha gente, pudieran ser reproducidos en hojas sueltas con el fin de que una mayor población pudiera leerlos. Ella se compromete a que “cada persona que leyera una la pasará a 44 otra” y que con tal fin podrían hacer una colecta para publicar al menos mil. Al pie de esta carta escribe García Monge la siguiente nota: “Lo que propone Carmen Lyra de ello también nos ha hablado Alberto Masferrer. Bastaría que unas 50 personas contribuyeran con ¢1 al mes. Dos o tres hojas alcanzarían a salir. ¿Concurrirán esos 50? Los aguardo. Estoy a la orden. gm.” FALTA REF. Ante esto, algunas personas fueron las que respondieron, entre ellas José María Zeledón, cuya respuesta se ha mencionado en el acápite anterior. Otros fueron: Rubén Coto, Marco Tulio Campos, María de Noguera, Víctor Quesada, Justo A. Facio, Bolívar Alfaro, Sociedad de Graduados de la Escuela Normal, Octavio Jiménez y Néstor Núñez. La iniciativa de Carmen Lyra causó enorme impresión en Magda Portal, quien por medio de una carta, fechada en 1927 y enviada desde México D.F., la felicita y a la vez le pide su intervención para que otras mujeres tomen conciencia y se unan a la causa. Su carta fue publicada con el título de: “Mensaje a las Mujeres de América Latina”, y en ella le plantea que le ayude sobre todo con las mujeres: Su propuesta me evidencia la participación en la lucha que ya tiene la mujer americana, pese a los prejuicios que la han mantenido tradicionalmente alejada. Por eso, compañera, aprovecho la significación de su llamado, para dirigirme a todas las mujeres de Latinoamérica, invitándolas a que depongan su actitud doméstica o decorativa, y se afilien a nuestro partido, el más fuerte organismo militante contra el imperialismo económico de Estados Unidos, por la unidad de los pueblos de América y por la realización de la Justicia (Portal, t. 16, n.4.28-11928: 62). Continúa analizando la necesidad de despertar conciencias en el campo político y sobre todo la de las mujeres, y finaliza diciendo: Ayúdenos eficazmente, compañera Carmen Lyra, como lo propone en su carta y sea su adhesión a nuestro frente la señal de que el Apra va a recibir pronto la cooperación de todas las mujeres libres de América, en quienes se alientan ideales de justicia social y mejoramiento económico de nuestros pueblos, para la realización de los cuales es necesario poner nuestro entusiasmo y nuestra fe (Portal, t. 16, n.4.28-1-1928: 62). También en el Repertorio Americano, en la misma página, se publica la respuesta de Carmen Lyra, aun cuando ésta fue escrita tres meses después. En ella se excusa con Magda Portal y le dice que siente vergüenza de haber hecho a través de ella el llamamiento a otras mujeres. Lamenta no tener la fuerza para tal encomienda, e incluso le comunica que ni 45 siquiera pudo cumplir con el proyecto de republicar para distribuir algunos artículos del Repertorio Americano, y le comenta: Muy pocas personas respondieron a mi iniciativa. Ha de saber usted que en Costa Rica vivimos muy a gusto, metidos como sardinas en aceite, dentro de una pobre comodidad que nos hemos creado, y este hábito oleaginoso nos hace mirar con absoluta indiferencia la suerte de los otros pueblos de la América Indoibérica" (Lyra, t. 16, n. 4, 28-1- 1928: 63). Continúa Carmen Lyra lamentándose contrariada por la apatía de los costarricenses, de “este hábito de vivir sin inquietudes ni molestias entre nuestro desteñido bienestar” y finaliza lamentándose de no poder responder a lo solicitado: “¡Quién sabe, señora, si lograremos ayudarles! Digo, y hundo de nuevo la cabeza ¡ay de mí! yo también en la tranquilidad gris que me rodea" (Lyra, t. 16, n. 4, 28-1- 1928: 63). No obstante que Carmen Lyra lamenta el hecho de no haber podido realizar el proyecto, el lazo aprista queda establecido entre Magda Portal y ella; en 1932, será Carmen Lyra quien denuncie en el Repertorio Americano, la tortura que le aplicaron a la hija de Magda Portal cuando esta última era perseguida por el partido de Sánchez Cerro, y en la misma publicación le hace el siguiente ofrecimiento: Magda Portal: si alguna vez logra salir de su escondite y aun se mantiene a Sánchez Cerro en el poder, véngase para Costa Rica. Todavía Costa Rica es un lugar en donde los perseguidos por la estupidez del egoísmo humano, encuentran refugio. Aquí nuestra amistad sabrá acomodar para usted y para Gloria un rinconcito cariñoso. Carmen Lyra . Costa Rica, 1932 (t. 24, n.11, 2-41932: 175). Tanto Carmen Lyra como Magda Portal fueron militantes del aprismo y asiduas escritoras del Repertorio American. Es claro que la Alianza Popular Revolucionaria Americana, fundada por Haya de la Torre, fue de gran importancia en el panorama político de América Latina durante las primeras décadas del siglo XX; su influencia está presente tanto en quienes escribían, como en el editor del Repertorio American. De lo expuesto en este capítulo, concluyo que es evidente cómo el contexto nacional e internacional influyeron directamente en la fundación del Repertorio Americano, que la militancia ideológico-política de su editor y dueño Joaquín García Monge, estaba ligada con la Alianza Popular Revolucionaria Americana, y que el Apra a su vez tenía una posición antifeminista . 46 Lo anterior se refuerza cuando leemos a Magda Portal y vemos su militancia en el partido, al igual que su gran admiración por Haya de la Torre. Sin embargo, con el pasar de los años Magda Portal cambia su posición con relación al Apra y aboga por el feminismo. Se pudo observar también la militancia de algunas de las escritoras costarricenses en el aprismo, y las conexiones que mantenían con otras mujeres por medio del Repertorio American. 47 CAPÍTULO IV RESULTADOS 4.1 Etapas Con el fin de presentar de la forma más clara posible los resultados, he dividido este capítulo en etapas. En la primera indico el proceso seguido a lo largo de la investigación, al igual que describo otras investigaciones que realicé previamente utilizando como fuente el Repertorio American. La segunda etapa consistió en la revisión de los datos que había obtenido en las investigaciones previas y en la que me ocupa en este documento. También revisé cuidadosamente otra investigación que se había realizado partiendo de los documentos que yo había recolectado, con el fin de rectificar errores en los documentos que yo había clasificado. Una tercera etapa fue localizar la identidad de muchas de las escritoras, pues era común que presentaran sus escritos mediante un seudónimo. Aclarar la forma como fue editado el Repertorio Americano fue la meta de la cuarta, con el fin de establecer las estrategias en el proceso de investigación. La quinta etapa consistió en revisar y ordenar las listas de las mujeres que publicaron en el Repertorio American. Los diferentes géneros literarios que utilizaron las mujeres cuyos escritos fueron publicados en el Repertorio Americano, se describen en esta sexta etapa al igual que se presentan algunos ejemplos de estos. La séptima etapa, mediante la aplicación de la perspectiva de género, consistió en visibilizar formas propias del género femenino en la búsqueda de soluciones a un problema. También se destacan los artículos que las mujeres escribieron acerca de su problemática como tales; incluyendo también sus relaciones de amor entre ellas. I etapa proceso previo En esta primera etapa, describiré el proceso, al igual que las investigaciones previas que me permitieron llegar a los resultados. En el mes de febrero de 1994, como parte de los proyectos por desarrollarse en el Instituto de Estudios de la Mujer de la Universidad Nacional, inscribí en la Dirección de Investigación el Proyecto “Las Mujeres que escribieron en el Repertorio Americano”, al cual se le asignó el código 020269. 48 En el proceso de investigación que llevé a cabo en el proyecto Las mujeres que escribieron en el Repertorio Americano, realicé múltiples acciones dentro de las cuales paso a detallar las que considero más importantes: 1ª elaboración de una lista general de mujeres escritoras, partiendo de los cinco tomos del “Índice General del Repertorio Americano”, de Evelio Echevarría.(1989). Sin embargo, éste se encuentra inconcluso, pues sólo se publicó hasta la letra “O” inclusive, o sea que se carecía del nombre completo de las escritoras cuyo apellido comenzara con “P” y de ahí en adelante hasta la letra “Z”. En estos índices tampoco se consignó si era un hombre o una mujer quien escribía, ni su nacionalidad, solamente la fuente de la publicación y el país, lo que no nos permite asegurar que el país de publicación sea el de la nacionalidad de la autora, razón por la cual he tenido que recurrir a múltiples fuentes para localizar las nacionalidades de muchas de ellas, otras no las he podido ubicar. 2ª acción: revisión página por página la colección completa del Repertorio Americano, con el fin de levantar dos listados: uno con el tomo, número y página en donde aparecía algo escrito por una mujer, para luego proceder a fotocopiar cada uno de ellos. A cada artículo le consigné en la parte superior, el tomo, el número y la fecha de publicación. La segunda lista consistió en completar los nombres que faltaban de escritoras con apellidos de la “P” a la “Z”. También agregué el nombre, ya que algunas escribieron con seudónimo, trabajo que ha sido muy arduo y he ido completando con el paso del tiempo en el proceso de investigación. 3ª Una vez terminado el fotocopiado, archivé en primera instancia por número de tomo hasta completar los cincuenta. Completos y revisados nuevamente, procedí a confeccionar un archivo individual para cada una de las escritoras. 4ª Con los nombres de todas las mujeres que habían publicado en el Repertorio Americano elaboré dos listas: una con las escritoras costarricenses, y otra con las latinoamericanas y de otros países. El anterior proceso me permitió cumplir con los objetivos planteados dentro del proyecto, para luego hacer una selección de artículos para una antología (inédita); pero además me proporcionó el conocimiento para plantearme el tema de la presente investigación: “Una lectura feminista del Repertorio Americano”. Dicha investigación me permitió a la vez escribir dos artículos: “Mujeres que escribieron en el Repertorio Americano” (1994) y “El Repertorio Americano como fuente en la recuperación de la historia de las mujeres" (1998) . 49 Yenory Rodríguez Matamoros y Mirna Murillo Chinchilla realizaron su trabajo final de graduación en la Universidad de Costa Rica en 1996, titulado “Índice analítico sobre artículos escritos por mujeres y editados en la publicación seriada Repertorio Americano desde 1919 hasta 1959”, con base en los documentos anteriormente seleccionados y las listas elaboradas provenientes del proyecto “Las mujeres que escribieron en el Repertorio Americano”. Unos años después inscribí otro proyecto que lleva por título “Recuperación de la historia de las mujeres” también en la Dirección de Investigación de la Universidad Nacional, cuyo código es 051508; éste siempre lo he ejecutado en forma ad-honórem, porque lo considero de suma importancia en este quehacer de recuperar nuestra historia. En este último, lo que me he propuesto es recuperar, sobre todo, archivos familiares, fotografías, cintas magnetofónicas y cualquier otra fuente que permita observar y ver el papel desempeñado por mujeres que han luchado de diversas maneras para mejorar las condiciones de vida de su género, ya sean estos de diversos tipos entre los cuales está obtención de sus derechos civiles, cual es el caso de Ángela Acuña Braun, fundadora de la Liga Feminista Costarricense y que a lo largo de su vida fue coleccionando recortes de periódicos y otras fuentes de información. Ángela Acuña fue pegando en álbumes dichos recuerdos a lo largo de su vida. Después de presentar el proyecto a su hija Isabel Chacón Acuña, heredera de éstos, y explicar la importancia para las investigaciones, principalmente las que tienen relación con la historia de las mujeres, muy gentilmente me los facilitó para que fueran fotocopiados y así contribuir con el objetivo de mi proyecto, que está inscrito en el Instituto de Estudios de la Mujer y que tiene fines investigativos. Una vez que se les hizo fotocopia a estos álbumes, procedí a numerarlos página por página al igual que asignarles un número a cada uno de ellos, los cuales suman ocho y se les envió a empastar; lo anterior con el fin de preservarlos. La señalización de las páginas y la numeración de los volúmenes facilitan las referencias en las investigaciones. Estos álbumes los he denominado “los álbumes de Ángela Acuña”; en la presente investigación, y en cualquier otra que realice en el futuro, cuando me refiera a ellos será con ese nombre. Los álbumes de Ángela Acuña ya han sido utilizados para muchas investigaciones, entre las cuales quiero mencionar la tesis de Maestría de Lorena Flores “Ni histéricas, ni Reinas...ciudadanas. Mujeres y política en Costa Rica 1940-1949” (2001). Además estos libros han sido consultados por varias personas para realizar sus investigaciones, entre los cuales están: Eugenia Rodríguez, de la Escuela de Historia de la Universidad de Costa Ri50 ca, quien investiga acerca del Colegio de Se- ñoritas y el movimiento de mujeres en la primera mitad del siglo XX. También por Gary Hytrek, profesor de Georgia Southern University, de Estados Unidos, que realiza una investigación acerca de: “Democracia y ciudadanía en Costa Rica: las luchas de las mujeres durante la época 1890-1950”. Mencioné los dos proyectos anteriores, porque ambos han sido fundamentales y necesarios para obtener los resultados que presentaré a continuación. II etapa revisión de la consistencia de los datos Describiré en esta etapa, el proceso seguido, no sólo en esta investigación sino también en otras que realicé relacionadas con el tema, y que son fundamentales para la presente investigación. En el año 1998, suspendí el proceso investigativo que llevaba con el Repertorio Americano, y lo retomé en junio del 2003, para cumplir con el objetivo de la presente investigación. Lo primero que hice fue volver a apropiarme del conocimiento que estaba en mis archivos, hacer una nueva revisión exhaustiva de lo que tenía, localizar otras fuentes que me permitieran lograr el objetivo propuesto, dentro de las cuales revisé el trabajo realizado por Mirna Murillo y Yenory Rodríguez (1996) y cuya información pusieron ellas en tres volúmenes. Revisando de nuevo los materiales que yo había recolectado y contando con muchísima información más por haber consultado múltiples fuentes bibliográficas, detecté errores en datos principalmente en el sexo y la nacionalidad de algunas escritoras al igual que omisiones, principalmente en seudónimos. Yenory Rodríguez y Mirna Murillo, al no haber pasado ellas por un proceso de depuración propia antes de comenzar con los documentos que yo les había facilitado en 1995, presentan en su investigación algunas inconsistencias que detallaré: -el número de mujeres que tienen es doscientas ochenta -Galiana Aragonés (vol. 3 pág.7). Yo lo había catalogado como hombre, mas luego localicé una carta de agradecimiento de Concha Flores, por haber publicado los versos del poeta Galiana Aragonés, que ella envió (t. 36, no 4, 3-12-1938: 52) -Salarrué (vol 3, pág. 27). Es el seudónimo del escritor Salvador Salazar Arrué, referencia en Echevarría, índice de seudónimos, primer tomo XXIX. 51 -Ventura García Calderón, (vol 3, pág. 16) es un hombre. (ver tomo 31, no 13, 12-3-1936: 193). -Loreley, seud. (vol.2, pág. 20) - ver próximo apartado. -No aparece Julia Gámez de Palau. Está en tomo 14, no 11,19-3-1927: 172. -Marta Dittel (vol. 3 pág. 14) cuyo seudónimo es Gris ( vol 3, pág 17) aparece con publicaciones separadas. -Helia Dittel (vol. 3, pág.14) cuyo seudónimo es Nerto (vol 3, pág 23) aparece con publicaciones separadas. -Ninfa Santos (vol. 2, pág. 129) es costarricense (Duverrán, Carlos Rafael. 1973: 135) -Aristiguieta Jean. (vol 2, pág.8). falta el artículo "Presagio de América" (t. 45, n.19, 10-9-1949: 301) III etapa seudónimos Después de haber consultado diferentes fuentes bibliográficas, presento una nueva lista de seudónimos o nombres de las escritoras que aparecieron en el Repertorio American. SEUDÓNIMO Aura Rostand Blanca Milanés Carmen Lyra Clara Diana Crisoralia Ecco Neli Flor de té Gabriela Mistral Gris Lobell Conie Loreley Lucila Velásquez Lydia Bolena María Enriqueta Martha Lomar NOMBRE DE ESCRITORA María de la Selva de Ibarra Carlota Brenes Argüello María Isabel Carvajal María Ester Amador Espinoza Nelly Cleonice Nannetti Hidalgo Alida María Lucila Godoy Alcayaga Marta Dittel Consuelo Lope Bello María Luisa Garza Lucila Carmona Borjas Julia Jimeno de Pertuz María Enriqueta Camarillo y Roa María López de Victoria de Reus 52 Miriam Nerto Roxane Tao Lao María Wiesse Helia Dittel Elvira Santa Cruz. Alfonsina Storni En esta búsqueda de seudónimos, localicé en el Repertorio Americano, un artículo que lleva por título “La Normalista” (t. 2, n. 21, 30-5-1921), firmado por Tao Lao; la siguiente nota textual al pie de página: la poetisa Alfonsina Storni . Lo anterior me lleva a pensar que de acuerdo con esta evidencia, Alfonsina Storni utilizó este seudónimo, aun cuando en toda la literatura que he consultado esto no se menciona; lo que considero un importante hallazgo. IV etapa el Repertorio Americano como fuente de investigación Si bien, en un capítulo anterior, me referí extensamente al Repertorio Americano, en este apartado quiero ser más específica en cuanto a algunas dificultades que dicha revista presenta en el proceso de investigación. Desde que se publicó el primer número del Repertorio Americano, en setiembre de 1919, aparecieron escritos de mujeres en éste, aunque en algunos números no había; pero si lo analizamos por tomo en todos ellos existen. Cabe destacar que su participación va en aumento conforme avanzan los años y es a partir del tomo 33 en 1937 se nota un incremento en la aparición de escritos de mujeres que se mantiene hasta el final. Otro elemento que quiero destacar, sobre todo para quienes no conocen el Repertorio Americano, son algunas dificultades que se presentan en el proceso de llevar a cabo una investigación: -el Repertorio Americano fue editado en su mayoría con fuentes secundarias provenientes de otras publicaciones, ya fueran de periódicos, revistas y libros; en algunas otras ocasiones eran documentos inéditos, que los autores y autoras enviaban o bien le eran remitidos a García Monge por una tercera persona generalmente acompañados de una carta. Esto hace que el Repertorio Americano como fuente de información presente dificultades o limitaciones que no solo hacen arduo el proceso investigativo, sino que también puede dar margen a inconsistencias imprevisibles. Sirvan los siguientes ejemplos para demostrar el proceso que puede guiarnos a confusiones. 53 -las publicaciones consignaban la fuente, pero esta no necesariamente nos permitía ver la nacionalidad de quien escribía, por ejemplo: “Sobre Marta Brunet” de El Mercurio, Santiago de Chile. Es firmado por Gabriela Mistral, y luego bajo su nombre dice: París, junio de 1928. (t. 17, no 6, 11-8-1928: 89). Dado que conocemos el origen de Gabriela Mistral, podemos entender que lo envió desde París, pero si no fuera ella tan conocida la ubicación geográfica traería un poco de confusión. En relación con la ubicación temporal, también hay problemas, pues al publicar cosas pasadas sin situarlas en la fecha de su primera publicación, puede llevar a que se asuma otra temporalidad, guiándonos a pensar que son contemporáneas del momento de aparecer en el Repertorio Americano; un ejemplo: Página lírica de Rosalía de Castro. Del tomo En las orillas del sur (Madrid. 1909, t. 17, n.1,7-7-1928: 10). Rosalía de Castro vivió y escribió entre los años de 1837 a 1885, y al no existir una contextualización de este hecho, puede guiarnos a pensar que para el año 1909 en que se publica el libro de donde fueron tomados los versos que aparecieron en el Repertorio Americano, la autora aún vivía. Debido a lo anterior, para ubicar a muchas escritoras en su contexto temporal y espacial, fue necesario recurrir a libros principalmente de literatura. Se logró con algunas, pero aún se desconocen datos de otras. Otra dificultad es que en una misma página del Repertorio Americano pueden aparecer más de dos artículos, y si lo escrito es largo, en las páginas subsiguientes se debe prestar atención para seguir su lectura, sobre todo si se refieren a temas similares; un ejemplo de ello: “El rol de la mujer revolucionaria”, Magda Portal (t. 22, n.21, 6-6-1931) se encuentra en las páginas: 332, 334 y 335, pero además en la misma página 332 aparece otro artículo titulado “Magda Portal y el voto femenino” de Rómulo Betancourt, que continuará en las páginas 336, y 337. En la página 334 finaliza un artículo de Luis Arquistán y en la 335 aparece “Persiflaje” que finaliza en la 336 y en la 337 se consigna otro artículo cuyo título es: “Se teme que haya guerra entre las Américas del Norte y del Sur si los Estados Unidos insisten en la Doctrina Monroe”. Lo anterior nos lleva a pensar que tal vez la limitante técnica de la época hizo que el Repertorio Americano se nos asemeje a un gran “collage”. V etapa Escritoras del Repertorio Americano Considero de suma importancia, presentar ordenadamente a las mujeres cuyos textos fueron publicados en el Repertorio Americano, razón por la cual elaboré las listas en orden alfabético y las he separado en dos categorías: costarricenses y de otros países. Paso a describir los números de ambas, listas al igual que los países, que se pudieron localizar. 54 Total de mujeres que aparecen con publicaciones en el Repertorio Americano Encontré cuatrocientas catorce mujeres a quienes les publicaron en el Repertorio Americano: trescientas once son de América Latina, Canadá, Estados Unidos y Europa con excepción de Costa Rica, que a su vez cuenta con ciento tres mujeres. Las siguientes son dos listas con las escritoras localizadas en el Repertorio American. La primera contiene a las latinoamericanas y de otros países excepto Costa Rica; a quienes se les ha localizado el seudónimo se les adjunta al igual que el país de procedencia; sin embargo, deseo dejar constancia de que aun cuando se buscaron muchas fuentes alternativas para llevar a cabo esta localización geográfica, en muchísimos de los casos no se logró y en otros casos persiste la duda de su nacionalidad, dado que me basé en los índices y éstos presentan sólo el lugar de la publicación. Todos los países latinoamericanos y del Caribe (hispanohablantes) están representados con excepción de Guatemala, Bolivia y Paraguay. A continuación presento uno de los logros importantes de la investigación que es el total de las escritoras publicadas en el Repertorio American. Estas listas las presento en orden alfabético. VI etapa géneros literarios y contenidos En este apartado se quiere visibilizar los géneros literarios presentes en los textos publicados a las mujeres en el Repertorio Americano, al igual que ejemplos de algunos de estos géneros, brindando especial atención a algunos contenidos que presentan las publicaciones. Entre los géneros literarios representados en lo que se les publicó a las mujeres están: ensayo, cuento, epístola, relato, poesía, incluso la novela, pues se publicaron fragmentos de algunas por ejemplo de la novelista venezolana Teresa de la Parra “Las memorias de Mamá Blanca” (1929); (t. 19, nos. 1,2,3, 6-7-1929) por medio de una columna reprodujo las partes más importantes de su obra.. Otro ejemplo es el teatro; la uruguaya Juana de Ibarbourou quien fue muy conocida por su poesía también escribió teatro y escenificó el cuento de “Caperucita Roja” que se publicó listo para poner en escena ( tomo 6, nos. 13,14,2-7-1923 ). 55 Muchos de los tomos cuentan con ilustraciones donde destacan las xilografías de Emilia Prieto, con aproximadamente ciento once, y que comienzan a aparecer desde el tomo 25 hasta el tomo 49; también existen dibujos de Doreen Vanston ( tomo 15, n.18,1211-1927: 277 ) y de la fotógrafa Tina Modotti (t. 35, no 8,26-2-1938: 115) Aunque la representación de los diversos géneros literarios es variada, cabe destacar que la poesía ocupa en su mayoría lo publicado a las mujeres. Contenido Dado que la poesía es la forma de expresión que las mujeres emplean más asiduamente en lo que se les publicó en el Repertorio Americano, su contenido por lo general tiene que ver con los sentimientos, la vida cotidiana, el amor, la desesperación y los anhelos. Dentro de las poetas más conocidas encontramos a Alfonsina Storni (Argentina), Sor Juana Inés de la Cruz (México), Claudia Lars (El Salvador) y Delmira Agustini (Uruguay) . Presentaré un ejemplo de la uruguaya Juana de Ibarbourou, quien en 1929 fue proclamada “Juana de América” y en 1958 propuesta como candidata al premio Nobel de Literatura. El siguiente verso fue tomado su libro “Las lenguas de diamante" (1927) y publicado en el Repertorio Americano . TE DOY MI ALMA Te doy mi alma desnuda, Como estatua a la cual ningún cedal escuda. Desnuda como el puro impudor De un fruto, de una estrella o una flor; De todas esas cosa que tiene la infinita Serenidad de Eva antes de ser maldita. De todas esas cosas, Frutos, astros y rosas, Que no sienten vergüenza del sexo sin celajes Y a quienes nadie osara fabricarles ropajes. ¡sin velos, como el cuerpo de una diosa serena que tuviera una intensa blancura de azucena! ¡Desnuda, y toda abierta de par en par por el ansia de amar! 56 (t. 13, n. 18, 11-5-1929: 275) Quiero también destacar aquí nombres no tan conocidos presentes en el Repertorio Americano y que en algunos casos sólo publicaron una vez: Enriqueta Larriva Arvelo (Venezuela), Gabriela Huneus (Chile), Altagracia Delacé (República Dominicana). En este espacio he seleccionado a Melva Luna (Perú): Te extraño... Extraño tus labios ciegos y ardientes, vueltos esperanza de amanecer... extraño tus manos locas, viajeras de todos los polos de mi vida extraño tus ojos dulces y tiernos; única luz fosforescente de la noche... extraño tu palabra serena y armoniosa, deletreada con firmeza sobre mi frente ansiosa... extraño todo en ti, -cuerpo quemante y suave—pero más aún, te extraño a ti. (t. 34,no 6, 14-8-1937: 92) En el mismo género también encontramos poesía política, entre las cuales destacan: Magda Portal (Perú), Claribel Alegría (El Salvador), Serafina Núñez (Cuba), Lucila Velás57 quez (Venezuela), Ciana Valdés Roig (Cu- ba), Emma Pérez (Cuba). Como ejemplo he seleccionado el siguiente poema de Claudia Lars (El Salvador). ROMANCE DE LA SANGRE CAÍDA... A los rebeldes salvadoreños en su semana heroica. Yo levantaré la sangre, ¡la sangre de mis hermanos!... La que ha corrido desnuda , bajo metal y soldados. La que subía en el aire, -por altas nubes girando y al derrumbarse quedó hecha de sal en los párpados... ¡Sangre de los hombres libres! ¡Imán de rumbos marcados! Yo levantaré la sangre Desde la muerte a mis labios, Y en ellos, ya resurrecta, Continuará lo empezado...(...) (t. 41, no 7, 27-5-1944: 283) Entre las mujeres que contaron con la mayor cantidad de publicaciones están: Juana de Ibarbourou (Uruguay), Claribel Alegría ( El Salvador), Emilia Bernal (Cuba), María Monvel (Chile), Yolanda Oreamuno (Costa Rica), Claudia Lars (El Salvador). Presento como ejemplo un poema de Alfonsina Storni (Argentina ), cuyo nombre es “Rueda”. Trata de tres amigas que hablan de los hombres; cada mujer se expresa en estrofa separada. Presento la segunda. LA OTRA AMIGA Y otra amiga me dice: -Las mujeres mentales Perdedoras salimos en negocios de amores. Tenemos, ciertamente, muchos adoradores: Buscan pequeños sorbos en caídas vestales. Su corazón lo ponen no en las espirituales, Que fatigan al cabo. Como cultivadores Adoran lo que crean: piensan que las mejores Son aquellas plegadas a sus modos carnales. 58 Las mujeres mentales somos las plataformas: Mejoramos los hombres, y pulimos sus normas; Refinan en nosotras su instinto desbocado, Y cuando, ya cansadas de esperar, les pedimos El corazón, en cambio del propio que les dimos, Se lleva una mediocre lo que hemos adornado. (t. 11, no 4, 23-9-1925): 62 Se destacó también la participación de las mujeres en política, principalmente en la que se refirió a América Latina y España. Ellas también lo hicieron en otros temas políticos que se vivían en la época; ejemplos de ello son: Aura Rostand, mexicana, se refiere a la situación centro-americana con relación al tamaño de los países y a las luchas de unos contra los otros, en su artículo “La espada de Damocles sobre el Istmo americano" (t. 34,No 15, 6-10-1937: 235). En ese artículo, ella plantea que muchas de estas luchas se deben a cosas nimias y que precisamente por la posición geográfica ofrecen campo fértil para que los países más fuertes como Estados Unidos las ocupen, como ya hizo con República Dominicana, Haití y Nicaragua, favoreciendo los intereses bancarios neoyorquinos. -Marta Brunet, novelista chilena. Escribió en el Repertorio Americano, “Americanismo también es obra femenina” (t. 36, n. 18, 26-8-1938: 279). Propone a las mujeres de América tener un mayor conocimiento de los otros países y participar más activamente en la unificación de estos, con el fin de una mayor búsqueda de la democracia. -La puertorriqueña Consuelo Lee Tapia en su artículo: “Puerto Rico es una Nación” (t. 41, no 8, 24-6-1944: 123) realiza un excelente análisis histórico-étnico ( indios taínos, españoles y negros) del proceso que tomó tres siglos para crear la estabilidad cultural de lo que llama la borincanidad, en donde se impuso la lengua española pero impregnada de vocablos taínos y africanos. Ella manifiesta que, sin embargo, al violar Estados Unidos su neutralidad en la Guerra Hispanoamericana ocupando su territorio en 1898, decretó la muerte de la cultura puertorriqueña imponiendo el inglés como lengua y muchísimas otras medidas de orden económico. -Amparo Casamalhuapa, maestra salvadoreña, en un discurso público delató ante el pueblo salvadoreño, las injusticias cometidas en la dictadura del general Martínez, y esto le provocó tener que huir. “Habla y acusa una maestra de escuela” (t. 37, no 4,10-2-1940: 57). Interesante anotar que, en una entrega posterior por medio de una carta que se le publica bajo el título de: “Lo cuenta una maestra” (t. 38,no10, 14-6-1941: 157), Casamal59 huapa relata la aventura de su viaje ilegal hacia Honduras dentro de la cual destaca las ayudas que recibió y el apoyo de varias mujeres. -Los escritos políticos de la costarricense Emilia Prieto, a quien prácticamente se le conoce como folclorista, son de gran trascendencia, pues unida a esa pasión por el arte que ella desarrolla se manifiesta consciente del mensaje. Dentro de los artículos publicados en esta temática destacan: “Concepto materialista del arte”. Conferencia leída en Juventud Democrática el 21 de noviembre de 1937 (t. 25, n.2, 15-1-1938: 35). Propone que la Liga antifachista busque y organice artistas que “dentro de lo plástico, le ayudarán al movimiento en el sector de la propaganda gráfica”. Critica a los artistas que sólo se preocupan por producir lo que los turistas compran. En los términos anteriores, ella se cuestiona específicamente acerca de la poesía política, en su artículo: “¿Deben los poetas escribir sobre política?” Comienza su artículo diciendo: “No voy a contestar con un ¡sí! ni un ¡no!” .Y a continuación hace un análisis pedagógico de lo que son los poetas, la belleza y la forma artística . Todo lo anterior con el fin de ir poco a poco explicando cómo desde la antigüedad la poesía ha servido de camino para hablar también de los problemas sociales. De forma drástica responde ella la pregunta inicial diciendo: “No que los poetas deban escribir sobre política. Sino que nosotros los que no somos poetas, debemos pedirles que se cautericen la gangrena lírica” (t. 36, no 1, 22-10-1938: 6) -La venezolana Luisa Luisi , responde al llamado de las mujeres de Venezuela en “El mensaje de las mujeres de Venezuela, a sus hermanas de América” (t. 18, no 9, 2-31929: 129). En él se refiere a la represión desplegada en Venezuela por el dictador Juan Vicente Gómez, contra los estudiantes que conjuntamente con el poeta de vanguardia Antonio Arraiz protestaban buscando sus derechos. Esta represión aumentó con el encarcelamiento estos. La denuncia fue planteada por las mujeres venezolanas ante la opinión pública mundial. Luisa Luisi, analiza otros países en la América Latina que también se encuentran en condiciones similares a las de Venezuela y exhorta a fundar una gran Liga Americana por la Democracia. Como se puede observar las mujeres estaban muy interesadas en la política, la cual no les era ajena; escribían acerca de América y Europa, en temas sobre la guerra, las relaciones entre países, los derechos humanos, en fin lo que sucedía en el momento, razón por la cual extraña mucho que si se estaba dando una lucha política por los derechos civiles de las mujeres estos escritos no aparecen dentro de lo publicado en el Repertorio American. Lo anterior plantea en mí la pregunta de si el tema del sufragio no aparece en el Repertorio Americano cuando era elemento crucial en ese momento para un sector de la población latinoamericana, será entonces que el fenómeno presentado es una clara respuesta a un “pacto patriarcal” cuyo fin es mantener a las mujeres fuera del ámbito político en donde 60 se ejerce y ejecuta el poder. Respuesta del género femenino a un problema político Me llamó la atención, la cantidad de participaciones provenientes de varios países y escritos por las mujeres, en relación con la Guerra Española; en ellos se nota muy claramente la sororidad femenina y el acercamiento a un problema desde una perspectiva genérica de respuesta. -La cubana Emma Pérez, en el “Mensaje radiado”, en La Habana (t. 34, no 6, 14-81937: 91) analiza los desastres de la guerra, pero haciendo hincapié en lo que sufren las mujeres y los niños. Exhorta la ayuda para los niños españoles y lo hace en nombre de La Asociación de auxilio al niño del pueblo español. Relata la llegada a Cuba del barco Méxique con rumbo a México, cuyo cargamento consistía en quinientos niños españoles que serían protegidos en ese país. Al finalizar su mensaje, lo hace de la siguiente manera: “!Que la trágica realidad española sirva para unir pueblos con niños a pueblos con niños! Emma Pérez, madre de una criaturita pequeñita, es quien termina aquí de hablaros” (t. 34,n.6,14-81937: 91) -Desde México , envía un llamado “ A las madres, a todas mujeres costarricenses”, Ma. De los A. de Chávez Orozco, Presidenta del Comité de ayuda a los Niños del pueblo español (t. 36, no 10, 25-2- 1939: 149). Solicita colaboración para recoger dinero entre los diversos sectores de la sociedad, para luego hacerlo llegar a los niños del pueblo español, a través de su organización. -Luisa de González, costarricense, como secretaria del Grupo Lina Odena, envía una carta para ser publicada en el Repertorio Americano, solicitando ayuda con el propósito de “conseguir cien pares de zapatos para enviar a los milicianos, a las mujeres y los niños de la España Republicana” (t. 33,no 21, 5-6-1937: 334). -También desde México escribe Blanca Lidia Trejo “No pasarán”, recordando los hechos de tan terrible guerra y memorando al general Miaja de aquella época, a propósito de una visita que él hará a México. Sin embargo, en el mismo artículo habla de ella y su participación en aquella época en España y nos recuerda la actuación de las mujeres diciendo: “Las mujeres a la par que los hombres exclamaban, como un reto: “NO pasarán”...Ellas no querían dejar su Madrid, hubo que desalojarlas por la fuerza” (t. 50, n.2,4-2-1958: 32) Las mujeres reaccionaron ante la guerra en forma diferenciada a los hombres; se pronuncian en contra de esta en un modo más nutricio y relacionado con su rol maternal protegiendo a los niños, a las niñas y a sus compañeros. 61 Las mujeres y su problemática Se publicó una serie de artículos en donde las mujeres se pronuncian acerca de la problemática de la mujer y de lo que piensan acerca de ello; en estos artículos existe una gran claridad en los contenidos, relacionados con los derechos de la mujer, pero nunca explícitos con la obtención de sus derechos civiles por medio del sufragio. A continuación presentaré los más relevantes: los derechos de la mujer, -María Monvel (Chile) “Los viejos errores sobre la mujer” En el artículo trata la forma como los hombres han juzgado a las mujeres a través de los siglos. Se cuestiona a la vez acerca de las preguntas que a sí mismo se hacen los hombres sobre este tema y dice ella: ¿No sería correcto saber que piensan las mujeres? Contestándose, alude con ironía a Shopenhauer, y responde: “Pero si con el correr de los años no alcanzan ya la antigua longitud ¿no habrá sido posible que sus ideas se hayan desarrollado con la misma facilidad?” (t. 7 , no 16, 26-11-1923: 155). Luego continúa el análisis histórico de aspectos misóginos que se han elaborado acerca del papel de las mujeres. Amanda Labarca (Chile) “Un aspecto del problema sexual. La libertad de las solteras”. Alude a la necesidad que tienen las mujeres de integrarse a la fuerza laborar con el fin de solventar sus necesidades económicas, y esto hace que cambien las costumbres establecidas en de la familia y el matrimonio. Se cuestiona también el hecho de que al estar trabajando más mujeres disminuya el ritmo de crecimiento de la población. Considera ella que, al cabo del tiempo, las mujeres que se sentían libres van a sentirse solas y “su libertad no le parece tan apetecible, pero tampoco puede volverse atrás”(t. 17, n.18.10-11-1928: 273) Amalia Ledón (México). “Sor Juana, mujer de América” . Discurso de la Presidenta de la Comisión Interamericana de Mujeres al celebrarse los trescientos años del nacimiento de Sor Juana Inés de la Cruz. En este discurso, Amalia Ledón hizo un recuento de la situación de la mujer en la colonia, y de cómo los problemas propios de su género no eran tomados en cuenta: En esta situación de silencio, más que de carencia de acciones elevadas de la mujer, creo posible asegurar que en la historia del feminismo americano, la figura de sor Juana reviste una importancia primordial. La vida y obra de esta mexicana excepcional, constituyen la primera realización de una nueva manera de entender los ideales de la educación femenina en la época de la colonia y de una valerosa y nueva planteación de justicia humana para la mujer (t. 47, no 17, 15-5-1952: 258). 62 -Yolanda Oreamuno (Costa Rica). “Medios que Ud. sugiere al colegio para librar a la mujer costarricense de la frivolidad ambiente”. Como respuesta a la pregunta escribe un ensayo en donde se plantea la responsabilidad del hogar en dicha situación y formula lo siguiente: “Desde que comienza la educación de nuestra mujer en el hogar se plantea ya su contradicción: -¿Se educa a nuestras muchachas para que sean buenas señoras de casa, correctas esposas y fuertes madres, o se las educa para que tomen una activa parte en el conjunto social, dentro y fuera del hogar?” (t. 36, no 2, 5-11-1938: 21). Este ensayo además analiza la diferente participación de las mujeres en relación con la posición social. -Magda Portal (Perú) “Rumbo femenino”. Artículo en el que se cuestiona la posición de la mujer con relación al hombre. Considera que cuando la mujer asuma la posibilidad de conducir el mundo junto al hombre será en beneficio de todos . Pero insiste en que la mujer será libre cuando logre su independencia del hombre (t. 32, n.9, 5-9-1936: 148). Carmen Vilchiz Baz. (México) “Cultivos humanos o huelga de vientres” Critica las guerras, las negociaciones, los tratados que no se cumplen, finalmente lo que queda es matar. Analiza la posición que las mujeres –madres tienen que tomar en esas guerras donde los hijos de unas matan a los hijos de otras madres, para que al final el resultado sea que “Las medallas de guerra se prendieron en los pechos femeninos sustituyendo al hijo que amamantaron” (t. 43, n.22,10-4-1948: 315) -Irene de Falcón (España) “La prostitución y el capitalismo”. Analiza el problema de la prostitución y condena al sistema capitalista por esto, asegura que la mujer prostituta es “una muchacha seducida por el padre, el marido o el hermano de esas mujeres “honradas”, y precipitada, por tanto en el desprecio de la sociedad. Que la mujer que vende su cuerpo es una proletaria y lo hace porque necesita el dinero para ella y los suyos" (t. 33, n.11,19-9-1931: 168). -Magda Portal (Perú) “Rumbo femenin. Apuntes para un juicio sobre la mujer”. Analiza el proceso histórico que ha pasado la humanidad, lo basa en las teorías de Engels. Plantea que la revolución más grande que se pueda dar en la historia es cuando la mujer se revele a la tutoría del hombre y se emancipe para siempre. Plantea que en esta lucha no correrá sangre porque: “ella no puede destruir a sus hijos, porque todos los hombres son hijos de mujer ”(t. 32,no9,5-9-1936: 148). -Emilia Prieto, madera, “Explotación de la mujer por el hombre” (t. 31, n. 18, índice). Visualiza el trabajo doméstico que desempeña la mujer y lo compara con el alcoholismo del hombre. 63 Mujeres amando a otras mujeres Cabe destacar que en 1938 se publicó un artículo relacionado con el amor entre mujeres; si bien en este la autora se lamenta del hecho, el tema del lesbianismo es tratado con delicadeza y respeto por Julieta Carrera y es publicado por Joaquín García Monge en el Repertorio American. Fue el único artículo correspondiente al tema, escrito por una mujer y se refiere a la escritora chilena María Monvel. Habla acerca de sus versos y de su vida; lo escribe la cubana Julieta Carrera. El título es “María Monvel” y dice: “María Monvel se da cuenta de la tragedia que la realidad le depara, y reconoce temblando, que ya no puede amar a nadie, si no es a la mujer a la que se encuentra ligada por la pasión del alma y el anhelo sexual” (t. 35, n.3, 22-1-1938: 26). Parte de los versos que María Monvel le dedica a la mujer amada, cuando ésta muere, se le publican en el Repertorio Americano . No sé por qué no muero cuando beso su frente, junto al mutismo trágico de su boca cerrada. No sé por qué no muero si su cara adorada No es ya más que la cáscara de su espíritu ausente. Por no matarme, no entra la certeza en mi pecho. Es verdad que está muerta sobre su blanco lecho, pero desde otro lado nos mira sonriendo (t. 35, n.3,22-1-1938: 27). La profundidad de la relación es comentada en el artículo, incluso permitiéndonos saber el fin trágico de María Monvel quien no logra vivir sin ese amor, por lo que recurre al suicidio. 4.2 Mujeres sufragistas (feministas) que escribieron en el Repertorio Americano Como dije desde el inicio, yo pretendía encontrar a las sufragistas costarricenses y latinoamericanas y ver su participación en el Repertorio Americano durante los años de lucha por el sufragio. Es importante tener presente que esta revista se publicó desde el año 1919 al 1959, cuando se llevaron a cabo las luchas por la consecución del voto y los derechos civiles de las mujeres en casi todos los países de América Latina. Las busqué en los 50 tomos y encontré, por orden alfabético, a las siguientes escritoras, pero antes deseo establecer que a quienes se les encontró la biografía se les incluirá datos de esta y también se visibilizará los artículos que se les divulgaron en el Repertorio Americano, con el fin de contrastar la temática publicada. En el caso de Amanda Labarca no se detallarán los títulos de sus publicaciones, por ser muy numerosas. 64 -Ángela Acuña. Primera abogada costarricense, fundadora de la Liga feminista costarricense (1923), gestora de la lucha por alcanzar el voto de las mujeres, escritora y conferencista nacional e internacional ;publicó extensamente en la prensa nacional como La República, La Nación, El Diario de Costa Rica. Cofundadora de la Revista El Fígaro y Mujer y Hogar. Publicó el libro La mujer costarricense a través de cuatro siglos, (1969-1970). Fue declarada Mujer de las Américas (1957) y posteriormente Benemérita de la Patria (1982). En el Repertorio Americano sólo aparecen dos artículos de su autoría y son los siguientes: -“Sed de oro” (t. 4, n. 18, 24-7-1942: 244). Se refiere a las clases sociales monopolizadoras, haciendo una crítica de la explotación que se da de unos humanos contra otros. - “Los estados de Norteamérica a vista de pájaro” (t. 44, n.4, 10-7-1948: 63). Analiza las costumbres y forma de ser del pueblo norteamerican. Aun cuando a Ángela Acuña se le publicó cotidianamente en la prensa nacional e internacional, acerca de los derechos ciudadanos de las mujeres, en el Repertorio Americano los dos artículos que aparecen no se refieren al tema del sufragio. -Mirta Aguirre, cubana, abogada y periodista, editora de la revista Gaceta del Caribe. Se le otorgó el Premio Justo de Lara por su labor como periodista. Fue vicepresidenta de la Federación Democrática de Mujeres Cubanas. Sólo contó con tres publicaciones en el Repertorio Americano: poemas bajo el titulo “Diez romances de hoy” (t. 25, n. 24, 24-12-1932: 358) y dos ensayos: “Estampa de Sancho Panza” (t. 43, n. 9, 11-10-1947: 140) “Trinidad de Cuba” (t. 43, n. 10, 25-10-1947: 157). -Jean Aristeguieta. Desde muy joven se integró al mundo venezolano de las letras, dirigiendo la revista Alondras. Su obra literaria es extensa y también escribió en los periódicos de la época. En El Heraldo de Caracas, tuvo una sección titulada “Valores femeninos” en donde “Buscaba dignificar, las mujeres venezolanas”. Se integró a los grupos femeninos considerados de vanguardia; se autocalificó como: “Soy feminista, rebelde, libre, autodidacta" (Ramón, 1985: 107). Sin embargo, en el Repertorio Americano se le publicaron en total tres poemas y dos ensayos: “Presagio de América” (t. 45, n. 19, 10-9-1949: 301) “Imagen y palabra de Conie Lobell” (t. 46, n. 17, 15-9-1950: 264) “Canto profético a Simón Bolivar” (t. 46, n. 17, 15-9-1950: 265) 65 “Manifiesto Poético” (t. 46, n. 17, 15-9-1950: 266) “Invocación a Safo” (t. 47, n. 9,15-8-1951: 146) -Berta Arocena, periodista cubana, se le publicó un solo artículo en el Repertorio Americano, “Una tarde con Gabriela Mistral” (t. 36, n. 12, 25 marzo 1939: 185) -Otilia Arosemena de Tejeira, mujer panameña, se graduó de maestra en 1923, estudió en Estados Unidos y obtuvo una maestría en pedagogía, a su regreso en 1930. “Ingresó al Partido Nacional Feminista, del que fue secretaria general en 1937 y 1938, y dirigió Nosotras, la revista del partido” (Alvarado y Marco, 1996: 112). Además, integrante destacada de la Unión Nacional de Mujeres, mujer activa en la campaña electoral de la Constituyente de 1945, donde las mujeres logran el voto. Fue presidenta y fundadora de la Asociación de Mujeres Universitarias de Panamá, 1940 (Alvarado y Marco, 1996: 114). En el Repertorio Americano solamente se le publicó: “La mujer genial” (t. 36, n. 4, 3-12-1938: 50). En este artículo hace una excelente reseña de mujeres muy importantes en la historia. Es interesante destacar que elaboró dicha lista para responder a un reto que le propuso el periodista Luis W. Walpole, después de que él hizo algo similar con los hombres, destacando filósofos, artistas y literatos. Dentro de los nombres que Otilia Arosemena destaca están: en poesía Safo, Corina de los concursos de Tebas, en filosofía Diotoma y Aspasia; escritoras Virginia Wolf, Selma Langerloff, George Eliot, George Sand, las hermanas Bronté, entre otras más que contempla en su artículo. -Amanda Labarca, educadora chilena, mencionada anteriormente. Ella en conjunto con Felisa Vergara y Elena Doll, fundan el Comité Nacional Pro Derechos de la Mujer en Chile en 1933 ( Fempress, especial, 1991: 59). En el Repertorio Americano escribe 38 ensayos, se citarán los más pertinentes al tema . • • • • “Estas mujeres de hoy” (t. 42, n. 19, 28-9-1946: 293) “El Presidente y las mujeres del Congreso. La recepción en la Casa Blanca” (t. 10, n. 20, 27-7-1925: 314) “Alerta a las democracias” (t. 42, n. 17, 27-7-1946: 270) “Un aspecto del problema sexual de las solteras” (t. 17, n.18,10-11-1928: 272) -Luz de María Machado, venezolana, publicó en El Universal, El Nacional, y Rojo y Negro, y en las revistas Elite, Revista Nacional de Cultura, El Círculo Anaranjado, El Farol y la Revista de Cultura Universitaria. “Yo formaba parte en ese momento de la Agrupación Cultural Femenina y de la Unión Feminista de Lara. En ese discurso propug66 naba el certificado prenupcial y la liberación de la mujer” (citado por Ramón, Yolanda. 1985: 72 ). Obtuvo en 1973 la medalla de plata de la Asociación de Escritores Venezolanos y en 1976 la insignia de oro de la Asociación Venezolana de Periodistas. Fue elegida secretaria en 1936 del Movimiento Feminista de la Federación de Estudiantes de Venezuela. También formó parte de la Agrupación Cultural Femenina y de la Unión Feminista de Lara (Ramón, Yolanda.1985: 72). En el Repertorio Americano tiene tres publicaciones de poemas (t. 42, n. 5, 13-10-1945: 282 , t.43, n. 18, 27-3-1948: 278) y (t. 42, n.5,13-10-1945: 71). -Alicia Moreau de Justo es socialista y feminista y funda en Buenos Aires la Unión Feminista Nacional en 1918 (Fempress, especial. 58: 1991). En el “Socialismo y la mujer”, publicado en 1931 en Buenos Aires, Alicia Moreau de Justo se pronunció de esta manera: “El sufragio femenino es verdadera democracia: Aproximadamente la mitad de la población son mujeres, ¿cómo pueden llamarse los gobiernos y parlamentos representativos de la gente, cuando la mitad de esta gente no puede votar ni expresar su opinión" (Miller, Francesca. 1994: 102) trad. Se le publica en el Repertorio Americano, un artículo: “Recuerdo y deseo” (t. 41 n. 6, 29-4-1944: 89). Homenaje al señor Martín García. -María Olimpia de Obaldía, poeta y feminista panameña: “Consecuente con su pensar y sentir, María Olimpia siempre estuvo apoyando al movimiento feminista panameño. Desde los tiempos del Grupo Feminista Renovación, en 1922, y en las dos décadas de existencia del Partido Nacional Feminista” (Alvarado y Marco, 1996: 103). Se le publica en el Repertorio Americano alrededor de 17 poemas, la mayoría elogiando la maternidad (t. 15, n. 13,1-10-1927: 204). Oración a la madre Dulce Señor me hiciste renacer por el amor en otro ser que dilata mi ardiente juventud. Dame fuerza, señor, para ampararlo, Rectitud y firmeza para guiarlo, para criarlo, Señor dame salud, Para formar su corazón, bondad, Para dar a su mente claridad, Que en este ser, Quiero, Señor, Ver florecer, Mi corazón o..! 67 -Victoria Ocampo, argentina feminista, fundadora y directora de la revista Sur; se le publicaron ocho artículos en el Repertorio Americano; solamente dos de ellos se relacionan con el tema mujer “Virginia Woolf en mi recuerdo” (t. 38, n. 10, 14-6-1941: 153) y “A las mujeres argentinas” (t. 43, n.5, 30-8-1947: 71). -Julia Palau de Gámez, sindicalista panameña: “Miembro fundador del grupo Feminista Renovación, organizó y dirigió las Escuelas Taller para obreras y prestó las instalaciones de esta escuela para la celebración del primer congreso feminista" (Alvarado y Marco, 1996: 89). Escribió en el Repertorio Americano “La mujer, apóstol de la paz y la justicia” (t. 14, n. 11, 19-3-1927: 172). -Corina Rodríguez. Maestra costarricense, escritora asidua en los periódicos del país, escribió poesía, cuentos , crítica literaria y ensayos políticos. Fue militante en la Liga Feminista Costarricense y según lo detalla Elías Zeledón (1997) en su biografía: "Corina Rodríguez, aprovechó su facilidad de palabra y exquisita sensibilidad, para dirigirse a los auditorios y luchar por la reivindicación de los derechos de la mujer y por la liberación femenina, defendiendo sus derechos como ciudadana y madre, y sin ataduras luchó por establecer el voto femenino” (Zeledón, 1997: 202). En el Repertorio Americano se le publican dieciocho artículos, algunos son: -“Comentando las palabras del Sr. Carazo" (t. 5, n. 3, 23-10-1922: 38) -“El hogar nacional” (t.5, n. 1, 9-10-1922: 1) -“Pastoras” (t. 5, n.13, 18-12-1922: 170) -“María” (t. 13, n. 12, 3-7-1926: 8) -“A los maestros de Costa Rica” (t. 15, n. 20, 26-11-1927: 311) De acuerdo con Lynn Stoner (1991), Mariblanca Sabas Alomá es la primera mujer cubana que recibe paga por sus escritos en la redacción de un periódico. En la biografía que le hace Lynn Stoner (90: 1991), Sabas Alomá participó en el Primer congreso nacional de mujeres y empezó a asistir regularmente en las tertulias que se llevaban a cabo. Entre 1924 y 1927 trabajó en varios periódicos y revistas cubanas, luego viajó a Puerto Rico y a Estados Unidos donde estudió arte y literatura. A Mariblanca Sabas Alomá, se le publicaron en el Repertorio Americano cinco poemas y siete ensayos. Uno de los poemas es “Poema de la mujer aviadora que quiere atravesar el Atlántico”. Si bien no menciona el nombre de la aviadora, pareciera que se lo dedica a Amelia Earthart, quien cruzó el Atlántico ese mismo año; sin embargo le dice que no haga ese vuelo solo por coquetería y ambición, 68 Mujer Enreda en el motor una bandera roja y una canción comunista para que se limpie de toda mácula la ambición El verso es largo y es una mezcla de elegía a la mujer, pero a la vez de crítica al sistema imperialista. Finaliza de la siguiente manera: -arriba los pobres del mundo / de pie los esclavos sin pan .(t. 16, n. 14, 14-4-28: 218) Los ensayos son: -“Vanguardismo” (t. 16, n. 23, 9-6-1928: 359) -“La libertad de amar en la Rusia Soviética” (t. 18, n. 2, 12 enero 1929: 20) -“El militar frente al civil” (t. 28, n. 23, 16-6-1934: 365) -“Maritza Alonso, Categoría artística de la emoción” (t. 36, n. 20, 21-10-1939: 313) -“Serafina Núñez, Un sueño en la isla” (t. 35, no 24, 20-8-1938: 377) -“Un nuevo libro de Teresa de la Parra” (t. 19, n. 20, 23-11-1929: 313) -“Justicia chilena” (t. 13, no 7, 16-2-1929: 97). En este último artículo analiza un caso de adulterio cometido por una mujer y juzgado en Chile, en donde la mujer es sorprendida por su marido y éste trata de matarla. En la lucha la mujer mata al marido, o sea, en defensa propia, sin embargo, a la mujer la condenan a prisión perpetua. Como se puede comprobar, trece mujeres feministas escribieron en el Repertorio Americano acerca de diferentes temáticas; sin embargo, ninguno de sus artículos se refiere al sufragio, aunque, como anoté anteriormente, esta revista se editó cuando se dieron las luchas por la obtención del voto para la mujer y durante esta época se obtuvo ese derecho en la mayoría de los países latinoamericanos. Cabe preguntarse, entonces, si estas mujeres y otras escribieron acerca del sufragio en otros medios de comunicación. 4.3 Mujeres que hablan del feminismo o del sufragio en el Repertorio Americano 69 Al hacer la revisión exhaustiva de los textos escritos por mujeres en el Repertorio Americano, solo encontré seis artículos y dos figuras gráficas donde una mujer se refiere directamente al feminismo o al derecho del sufragio; éstos son: -Amanda Labarca, educadora chilena, publicó en el Repertorio Americano un ensayo titulado “Vida y teorías”, donde ella manifiesta que el feminismo triunfó, que las mujeres ejercen profesiones liberales, “que la victoria es definitiva”. En este ensayo, menciona tangencialmente el sufragio al inicio del artículo, donde dice: “Un proyecto del Ejecutivo chileno que nos concede derecho de sufragio en cuestiones municipales, ha vuelto a izar en el mástil de la opinión pública el estandarte feminista” (t. 23, n.3, 18-7-1931: 37) Sin embargo, en el resto del artículo no menciona más la problemática del sufragio. Cabe destacar que las mujeres chilenas lograron el derecho al sufragio en 1934, votando por primera vez en elecciones municipales. Además, publicó “Trayectoria del movimiento feminista en Chile”. Hace un recuento de organizaciones que han participado en la construcción de este. Y analiza el proceso histórico del movimiento feminista en Chile, estableciendo como año de inicio 1870, cuando dos hombres: “afirman bajo rúbrica que era posible que, siendo la mujer criatura de Dios, contase al igual que el hombre con un cerebro inteligente. ¡Afirmación por entonces revolucionaria y peregrina!” (t. 41, n. 13, 8 –1-1945: 204) -Julieta Carrera escribe “La bancarrota del feminismo”, en donde se manifiesta en contra del feminismo en Cuba planteando: “La actitud feminista ha fracasado en Cuba, porque no es más que un peón en la comedia de grupos oligárquicos, que para mantener su predominio en el gobierno, conciertan alianzas donde ya no se disfraza lo burdo del interés material" (t. 32, n.24, 26-12-1936: 373). Más adelante en la siguiente página lo aclara: “En la contienda feroz de intereses inmediatos, la táctica feminista no es otra cosa que herramienta esgrimida por minorías más o menos cultas, para escalar ansiados puestos burocráticos" (t. 32, n.24, 26-12-1936: 373: 372) -Magda Portal produce “Dos libros de mujeres”. En este ensayo, Magda Portal comenta el libro escrito por la chilena María Monvel, “Poetisas de América”; y el libro “Feminismo” de la cubana Mariblanca Sabas Alomá. Con respecto a este último libro, ella se pregunta: “¿Hay feminismo en América? Y responde, seguramente, n. Apenas si en Puerto Rico, influencia directa de la metrópoli, existen grupos feministas, todos con pretensión al voto, sin ninguna visión social, y abocados a la labor de los grupos políticos masculinos" (t. 21, n. 11, 20-9-1930: 169). Y continúa: “En los demás países de América el feminismo no existe, si se le entiende como la tendencia a la igualdad política de la mujer con el hombre. 70 Y es que todavía no se ha presentado la ne- cesidad de que exista" (t. 32, n.24, 26-121936: 373170). Además escribió otro artículo alusivo al tema, “Rol de la mujer revolucionaria. El voto femenino”. Dice que el voto femenino tiene en sí un concepto abstracto pues no reúne en sí el ideal de lo que la mujer aspira. Considera que la mujer debe asumir un papel más vigilante que militante. Plantea que la mujer no está en capacidad de ejercer sus derechos políticos, porque se deja llevar por la influencia de la iglesia. Piensa que hay que luchar primero por otros derechos sociales como la educación y la justicia social, y plantea: “El voto político será una consecuencia de esta igualación y no el factor primordial para que se produzca el reconocimiento de los derechos femeninos” (t. 22, n. 21, 6-6-1931: 334). Como se puede deducir de los escritos comentados anteriormente, los dos artículos de Amanda Labarca hablan de una manera muy sutil del derecho al sufragio de las mujeres. Sin embargo, los artículos presentados por Julieta Carrera y Magda Portal son contundentemente críticos al voto femenino. Celina Valerín (Costa Rica), autora de “Transformación de hábitos y costumbres en las democracias modernas” Analiza cómo la instrucción y la participación de las mujeres en la producción y en la política se han profundizado haciendo una civilización más democrática. “En los países modernos, se ha extendido la instrucción a las mujeres, y éstas han conquistado la igualdad frente a las leyes civiles, y en muchos países la igualdad en derechos políticos" (t. 47, no 4, 15-3-51: 62). Cuando fue publicado un pequeño y liviano comentario acerca del derecho al sufragio, ya se había establecido en 1949, este derecho en Costa Rica. -Emilia Prieto “Los derechos que conquista” (t. 32, n. 24, 26-12-1936: 372). Madera. Representa la mano de una mujer sosteniendo un cigarrillo. Con el seudónimo de Elea, se publica una xilografía cuyo título es “El Salvador, la primera nación centroamericana que establece el voto femenin.” . Parte del comentario al pie de esta dice lo siguiente: “antes que el derecho al voto, tengo el derecho a la instrucción. Necesito aprender a leer para saber por quién debo votar; y esto no es juego de gallina ciega" (t. 36, n.8,28-1-1939: 126). Algunas mujeres que escribieron sobre el derecho al sufragio en otros medios durante los años en que se publicó el Repertorio Americano, de 1919 a 1958. Se podría pensar que como no existen artículos de sufragistas en el Repertorio Americano, el movimiento feminista luchador por el voto femenino no era importante en esa época o bien no se manifestaba con mujeres escribiendo en los diferentes medios de comunicación. 71 Sin embargo, en Costa Rica a las mu- jeres asiduamente les fueron publicados artículos acerca del sufragio en los siguientes medios de comunicación: La Tribuna, La Prensa Libre, La Hora, El Diario de Costa Rica, Novedades, Semanario Mundo Femenino, y Semanario mujer y hogar. Como bien lo dice Lorena Flores en su tesis sobre mujeres y política en Costa Rica, durante los años 1940-1949 “los periódicos se constituyeron en una de las más importantes formas de expresión y de difusión del pensamiento feminista. Las feministas supieron explotar creativa y ampliamente la prensa de la época, para trasmitir sus ideas y propuestas" (Flores, 2001: 98). Algunos ejemplos de los escritos de la época referentes al sufragio que se publicaron en Costa Rica se presentan a continuación , éstos fueron recolectados por Ángela Acuña y se encuentran en sus libros, mencionados anteriormente. Ángela Acuña - “El voto femenino” (libro 3. p.36) - “La mujer ante el momento político” (libro 3 p. 39) - “La igualdad de los sexos” (libro 3, p.39) - “¿Por qué temen algunos hombres el voto femenino” (libro 3 p. 42) 25 de junio de 1931 - “Pido la palabra, Sres. diputados” (libro 3 p 43) 11 de junio de 1931 - “Preparación ciudadana para el sufragio femenino”. Novedades. 22 de junio,1939 (libro 4) - “Nuestros derechos nos interesan a las feministas”. La Nación 10 de agosto, 1954 (libro 4) - “Estamos preparadas las mujeres para ejercer plenamente nuestros derechos ciudadanos”. La Tribuna. 16 de junio, 1943 (libro 2) - “Oportunidad preciosa y única la de laborar por nuestra propia dicha, nos dará el voto a las mujeres”. La Tribuna. 1 de junio, 1943 (libro 2) - -“Debemos votar para que se nos pueda elegir”. La Tribuna. 10 de junio, 1943 (libro 2) - -“Sobre el voto femenino”. Diario de Costa Rica. 10 de junio 1943 (libro 2) - -“América Española ante el gran problema del voto femenino.” Diario de Costa Rica. 10 de junio de 1934. 72 - “En su afán de combatir el voto de las mujeres, ciertos hombres no han hecho más que desacreditar el propio.” La Prensa Libre. (libro 3. p.73) Esther de Mezerville - “Desde qué punto de vista debiera considerarse el voto femenino”. Semanario Mujer y Hogar, pág. 2, 5-8-1943. “Por qué abogo por el voto femenino”. Semanario Mujer y Hogar, pág.1, 2-6-944. (Flores, Lorena. 2001: 223) Esther Lina Salazar de Vargas. “El voto femenino”. Semanario Mujer y Hogar, pág. 1, 20-1-1944. (Flores, 2001: 224) Rosalía de Segura - “El voto femenino y la participación de las mujeres en la política” Semanario Mujer y Hogar, Sección Ventanal Emocional, pág. 1 y 2, 15-11-1945 - “La serie de protestas y comentarios desatados con las reformas al código civil acogidas por el Congreso y lo que al respecto opinamos nosotras”. Semanario Mujer y Hogar, Sección Ventanal Emocional, pág. 4, 1-8-1946. (Flores,. 2001: 226, 227, 228) Digna Casal de Solari. “El día que a la mujer costarricense se le conceda el voto nuestra patria cambiará de rumbo pues no estaremos gobernados por el mismo círculo que nos ha llevado a la ruina moral y material”. La Prensa Libre. 1 de junio de 1934 (Libro 3, p. 72). En el mismo artículo presenta una crítica a los hombres que dicen que las mujeres no están preparadas para ejercer el voto. Pero a la vez se cuestiona por qué los costarricenses han tenido que elegir a sus presidentes por más de un período, y que por lo tanto pareciera ser que solo existen dos hombres preparados para ejercer el poder presidencial. - María Luisa de Jiménez. “El voto femenino”. 14 de junio de 1934 . ( Libro 3.pág.91 ) -Carmen N. de Madrigal. “El voto femenino” (libro 3, p.46) -Corina Rodríguez (Costa Rica) “La reforma constitucional no pasará”. Diario de Costa Rica . 15 de mayo de 1943 (libro 2) -“La profesora Corina Rodríguez de Cornick dirige un mensaje a las mujeres de Costa Rica”. 24 de mayo 1934 (libro 3, p.65) 73 -Eulalia Solá B. “Ante el problema feminista”. La Prensa Libre. 6 de junio de 1934. (Libro 3, pág.84) (Álbumes de Acuña Angela.) El movimiento sufragista en Costa Rica fue muy activo en la primera mitad del siglo XX: se pronunciaron de múltiples maneras ya fuera por la prensa escrita, la radio y las manifestaciones públicas; lucharon arduamente por la consecución de sus derechos civiles, los que obtuvieron con la Constitución de 1949. Por lo anterior llama poderosamente la atención que el Repertorio Americano no publicara estas luchas. Como lo demuestran los resultados de esta sección, a muchas mujeres militantes del feminismo, se les publicaron artículos en el Repertorio Americano; sin embargo, los temas no tenían ninguna relación con el sufragio. Mas, no solo en Costa Rica se estaba llevando a cabo el movimiento sufragista, lo mismo sucedía en prácticamente todos los otros país de América Latina; sus escritos estaban en libros, revistas, periódicos de la época como veremos en el siguiente apartado, pero al igual que las costarricenses, las feministas latinoamericanas sufrieron el ostracismo por parte del Repertorio American. Se hizo evidente que estas mujeres escribían en muchos medios de prensa, pero en el Repertorio Americano no se les publicó acerca de esta temática. No tengo evidencias de por qué siendo un tema tan relevante como fue el sufragio no fue acogido por el editor del Repertorio American. Otros países de América Latina La lucha por el sufragio, en los primeros cincuenta años del siglo XX, fue una lucha cotidiana por parte de las mujeres feministas de América Latina; por múltiples fuentes de información hacían llegar su pensamiento. De lo anterior brindaré sólo algunos ejemplos: - Mirta Aguirre, libro: “Influencia de la mujer en Iberoamérica”. La Habana: Imprenta P. Fernández, 1947. - Berta Arocena, “Un congreso nacional de mujeres”. Bohemia 30, n. 20, 15 mayo 1938. - “Una voz de mujer” El Mundo, 1 abril 1941 - Amanda Labarca, “¿A dónde va la mujer?”, ensayo publicado por Editorial Letras, Santiago de Chile, 1934. Norberto Pinilla resume el ensayo y dice que la autora plantea que las máquinas han traído muchas consecuencias en el hogar y que la in74 dustria ha ido anulando las entradas económicas de las familias por lo que la mujer tuvo que empezar a ganar dinero para traerlo al recinto familiar. Dice además que ella plantea: “La mujer empezó a actuar empujada por la necesidad; pero no poseyó leyes que resguardasen sus derechos con amplia equidad. Era, por lo tanto, doloroso tener que cumplir deberes y no poseer pautas de garantías legales que la defendiesen en la lucha por la existencia" (t. 29, n. 20, 24-11-1934: 313) Victoria Ocampo, por ejemplo, escribe un ensayo en 1936: “La mujer, sus derechos y sus responsabilidades” que luego fue publicado “Lawrence de Arabia y otros ensayos” (Madrid. 1951) y otros ensayos. Comienza diciendo: “La revolución que significa la emancipación de la mujer es un acontecimiento destinado a tener más repercusión en el porvenir que la guerra mundial o el advenimiento del maquinismo” (Ocampo, 1951: 435). Mariblanca Sabas Alomá. Trabajó escribiendo en la revista Carteles. Asumió en el movimiento de mujeres el liderazgo intelectual. Acerca de lo que opinaba del feminismo Stoner (1991), destaca lo que pensaba Mariblanca Sábas sobre este: “Feminismo es el más alto y supremo esfuerzo que las mujeres hacen para emanciparse moralmente, legalmente y socialmente de los hombres. El feminismo redime a las mujeres de su rol de esclavas, y las eleva a una categoría de personas conscientes. El feminismo por lo tanto es, esencialmente, liberación. Hasta ahora las mujeres solo han sido los miembros juzgados de la civilización" (Sabas, 1991: 92) trad. Algunos de sus artículos en otros medios son: - “El voto a la mujer española”. Bohemia 23, n. 24 (octubre 11, 1931) - “¿Qué mueve al hombre en oposición al feminismo?” Bohemia 21, n. 24 (16 junio 1929) - “Rebasando el feminismo”. Bohemia 23, n. 22 (27 setiembre 1931) - “Un año de feminismo”. Social 14 enero 1929 Además publicó en 1930, el libro titulado Feminismo, el cual recoge una serie de artículos alusivos al tema, publicados en el periódico Carteles de Cuba (Stoner K.Lynn.1991) 4.4 Consecuencias de que no haya mujeres feministas hablando del sufragio en el Repertorio Americano 75 Tal y como lo mencioné al inicio de este capítulo, mi proceso investigativo en el cual utilicé como fuente primaria la colección completa del Repertorio Americano, obedeció principalmente a mi posición ideológica como feminista y por tal razón un gran interés por recuperar la historia de todas esas precursoras que con sus escritos y acciones habían contribuido para que hoy nosotras las mujeres gocemos de los derechos políticos que como ciudadanas e integrantes de la sociedad nos corresponden, y al referirme a estas mujeres lo hago específicamente pensando en las feministas, conocidas a principios del siglo XX en América Latina como las sufragistas. Busqué en las páginas del Repertorio Americano a estas mujeres y sus escritos y luchas, pero no las encontré. Me parecía inverosímil que en esta revista que se publicó en los mismos años en que se dieron las grandes luchas por el sufragio en América Latina, en donde el movimiento de mujeres se comenzó a estructurar y a tener objetivos claros como movimiento social, en este caso las reivindicaciones civiles y el reconocimiento por parte de la sociedad como ciudadanas, una de las más importante revistas y quizás la más sobresaliente en América Latina, el Repertorio Americano, no se hubiese preocupado por este tema. Pero lo que encontré más grave es que, en algunos momentos, se publicó someramente el asunto prestándole poca importancia. Otra cosa que me intrigó fue el hecho de que grandes representantes del Movimiento Feminista en América Latina, como se ha detallado anteriormente, fueran colaboradoras del Repertorio Americano y con bastante frecuencia se les publicaban artículos de otra naturaleza. Si me hubiera limitado a los escritos que les publicaron en el Repertorio Americano, hubiera creído que el tema del feminismo no era relevante en su pensamiento ni formaba parte de sus vidas; lo que me condujo a pensar que leyéndolas sólo en el Repertorio Americano se estaba sesgando su identidad, y parcializando el conocimiento sobre esas mujeres y sobre el feminismo. Toda sociedad, con el paso del tiempo, va creando y recreando su cultura, que se basa en las normas, los valores y las costumbres que se profesen . No se debe olvidar que la cultura también responde al poder hegemónico que la controla, la modela y, en última instancia, la implanta. Para que se dé lo anterior, se recurre a múltiples mecanismos de dominación en donde por supuesto los de orden ideológico son los más eficientes y permanentes; en estos se encuentran como mecanismo trasmisor los medios de comunicación. Uno de los elementos interesantes en los mecanismos empleados en la creación de identidad es el imaginario social, el cual actúa de la siguiente manera: Lo imaginario funciona como forma de reconocimiento, de integración social. Si todos creemos en algo, si algunos incluso llegamos a verlo, la cohesión 76 resulta un hecho, tenemos puntos en común, referencias mutuas, certidumbres (...) Lo imaginario tiene un gran contenido pedagógico, como afirma Pablo Freire; sirve para mostrar los caminos de un grupo, para iniciarse en sus aceptaciones y rechazos, para comprender lo bueno y lo malo. De allí la persistencia, de allí una continuidad de siglos (Prieto Castillo, 1991: 122). En consecuencia, al no estar en ese imaginario colectivo, algún hecho, acción o protagonista, de una manera totalmente aceptada e integrada, se tiende a pensar que su existencia no es lo suficientemente contundente para tomarse en cuenta, creando de esta manera una invisibilización de hechos, personas y acciones que han cambiado la historia. La ausencia de las feministas y sus luchas en el Repertorio Americano conlleva a la idea de su inexistencia, o bien nos invita a pensar que estas luchas tenían poca relevancia en el momento histórico, que el Repertorio Americano se publicó . Se tiende a tener la impresión de la ausencia de las mujeres en hechos relevantes como fue la lucha por parte de las mujeres sufragistas para la obtención de sus derechos civiles, y crea la falsa imagen de que no participaron en esta contienda, y que la obtención del voto les fue gratuita. Un ejemplo de ello es el caso de Costa Rica, lugar en donde se editó el Repertorio Americano, y en donde en el imaginario social existe la idea de que el movimiento feminista es un movimiento nuevo fundado en las últimas décadas. Otra de las consecuencias es que se tiene la idea de que el voto de las mujeres se le debe a José Figueres, en su período como presidente de la Junta fundadora de la segunda república (1948 1949) cuando se estableció la Constitución de 1949. Y lo anterior es cierto si hablamos del paso final de un largo camino como fue la consecución del voto para las mujeres; pero pocas personas saben del aporte y la lucha que emprendió la Liga Feminista Costarricense desde 1923, liderada por Ángela Acuña Braun y que gestionó seis veces durante los años: 1925,1929,1931,1932,1934 y 1939 ( Barahona Riera, 1994: 83), ante el Congreso Nacional de la República, el reconocimiento de las mujeres como ciudadanas. Por tal razón, el hecho de haber utilizado la teoría feminista para realizar la presente investigación me permitió comprender o al menos tener una posible respuesta acerca del porqué de la ausencia de las sufragistas en el Repertorio American. O como bien lo plantea Marcela Lagarde (1996): "En su dimensión política, la teoría de género política proporciona recursos para reconocer y analizar la diferente conformación de poderes que corresponden a cada género, y las relaciones de poder entre los géneros. Desde luego, como teoría histórica contiene implicaciones sobre el impacto de los poderes de género en el conjunto de la sociedad, en el estado y en la cultura” (Lagarde, 1996: 32). 77 El hecho de que las publicaciones de las feministas costarricenses y latinoamericanas y sus luchas por el sufragio no fuesen tomadas en cuenta en tan importante revista como fue el Repertorio Americano es algo que nos pone a pensar. A la vez cuestiona la muy proclamada imparcialidad del editor Joaquín García Monge, acerca de algunos de los procesos históricos que cada país latinoamericano ha tenido y han sido recolectados prolijamente en los respectivos libros donde son continuamente estudiados en los sistemas educativos. La ausencia de mujeres en muchos procesos nos permite cuestionarnos su no activismo o bien el hecho de que fueran desestimadas e invisibilizadas por los libros y las disciplinas que se encargan de la transmisión histórica, así: Partiendo de la invisibilidad de las mujeres, cabe una postura más radical: si, ni las circunstancias históricas han posibilitado, ni la historia de las disciplinas ha recogido las aportaciones de las mujeres, ello invalida de alguna manera la pretensión de universalidad de dichas disciplinas, y una verdadera reconstrucción del pasado cultural debe analizar las relaciones de poder y el saber que han presidido su exclusión, los criterios de autoridad, las trabas sociales ( Rodríguez, 1997: 8). En la búsqueda de la recuperación de la historia de las mujeres, considero que el cuestionar la historia oficial y patriarcal contenida en sus libros y revistas es fundamental para reivindicar nuestra propia identidad de mujeres. 78 REFLEXIÓN FINAL El propósito de esta investigación consistió en dilucidar por qué las mujeres que luchaban por las reivindicaciones de género, en especial el derecho al voto, son las grandes ausentes. En el Repertorio American. Fue necesario indagar cuál era el perfil de las que sí escribían en él, y también investigar quién fue su editor, con miras a interpretar su forma de pensar, relacionándola con la exclusión de las feministas. Para ubicar a Joaquín García Monge como editor, fue necesario entender su militancia política y relacionarla con hechos históricos tanto nacionales como internacionales; de manera que me permitiera dilucidar la ausencia en el Repertorio de algunas escritoras que eran figuras públicas, así como las posibles razones de la presencia de las escritoras incluidas. Para esto fue fundamental tener clara la influencia ideológica tanto en el editor como en las escritoras incluidas. Con el fin de realizar la investigación, fue necesario emplear la teoría feminista aplicando la perspectiva de género; lo que supone tomar siempre en cuenta que los seres humanos somos sujetos históricos construidos socialmente y como tal respondemos al tipo de organización social y política en la que vivimos. Para decirlo con Nieves Ibeas, y María Millán, (1996) cuando las mujeres leemos desde parámetros feministas: “su lectura es necesariamente una lectura política que interpreta y reinterpreta los textos, con lo cual se está poniendo en cuestión una vez más la supuesta inocencia del lenguaje y la pervivencia de modelos canónicos, al tiempo que subvierte un sistema literario que ha fundamentado sus propios códigos en criterios de inclusión /exclusión" (Ibeas y Millán, 1996: 12). Por lo anterior, considero importante el aporte que he realizado con la presente investigación, la cual permitió visibilizar una parte sumamente importante en la recuperación de la historia de nosotras las mujeres y, a la vez, también me facilitó los recursos para subvertir y cuestionar los medios ideológicos que el sistema patriarcal emplea. El siglo XX fue un siglo de grandes cambios, de múltiples luchas. Encierra hechos internacionales de gran relevancia tales como las dos grandes guerras mundiales, que cambiaron el panorama geopolítico y social, se podría decir que de toda la humanidad. En medio de esas circunstancias, se fundó en Costa Rica el Repertorio Americano, revista que se convirtió en la voz de muchas personas pensadoras de la época; voz muy útil principalmente para América Latina, ya que se perfilaba un nuevo conquistador, el nuevo imperio se asentaba y se estaba llevando a cabo en el mismo continente. El llamado imperialismo yanqui se hacía más fuerte que nunca. Pero esas mismas circunstancias de cambios 79 mundiales habían permitido visibilizar des- igualdades dentro del mismo sistema, principalmente dos: la de clase y la de género. Muchas mujeres tomaron conciencia de que aun cuando participaban activamente no contaban con los derechos que sí poseían los hombres, y continuaron dando la lucha por adquirirlos. Sin embargo, el opresor no sólo lo era en el ámbito público sino también en el privado, y su manifestación tenía muchas caras. Por un lado, el imperialismo como fuerza política está constituido por hombres y mujeres; pero las mujeres que lo integran tienen a su vez un dominador que es parte del sistema de poder patriarcal. Este no está contenido en un espacio geográfico, sino en un espacio cotidiano universal, pues la sociedad misma está constituida por hombres y mujeres. En la sociedad construida genéricamente, los hombres “pactan” entre sí, y pactan sobre lo que consideran un “objeto”, las mujeres. En el plano anterior el elemento sociopolítico de “la clase” y de “etnia “cobra otro sentido, y prevalece el reconocimiento del género, o sea se reconocen entre sí como hombres que tienen algo en común y ese algo en común, considerado su pertenencia, son las mujeres. En la investigación, es necesario tomar en cuenta no sólo la parte histórica y circunstancial en que se publicó el Repertorio Americano, sino también el sustrato genérico-ideológico de quien lo editó, de manera que su lectura y análisis se atuvo a lo planteado por Francoise Collin en el sentido de que: “el trabajo de la crítica feminista consiste en leer aquello que no ha sido leído, en leer aquello que no ha sido leído en lo que ha sido leído, en leer con una mirada diferente, en escuchar de otro modo, en rehabilitar no sólo autoras y obras, sino también formas y maneras" (Collin, 1996: 66). Leyendo de este modo, logré llevar a cabo mi propuesta de investigación que titulé Una lectura feminista del Repertorio Americano, y así entendí por qué las feministas no se encontraban en él. Joaquín García Monge, su editor y dueño, estaba unido ideológicamente con el partido Alianza Popular Revolucionaria Americana, partido político de carácter latinoamericano, y el cual argüía que las mujeres no estaban preparadas para ejercer el voto. La posición de García Monge sobre la educación de las mujeres estaba dirigida más con un carácter de beneficio para los hijos y el marido y no pensaba en integrarlas a ellas como sus iguales. Esta forma de pensar, propongo aquí, fue la que determinó la exclusión de las feministas del Repertorio American. Pero, además, comparto la posición de Manuel Solís M. y Alfonso González (1998) cuando plantean, en relación con la identidad latinoamericana presente en las páginas de aquella revista, que ésta tenía una “identidad mutilada”, construida por su editor, la cual se revela de diferentes maneras: Se expresa como la coexistencia pacífica de tesis opuestas o encontradas, que no se reconocen abiertamente como tales y, también, se muestra en el silencio del 80 editor, en su supuesta neutralidad respecto de todas las voces que él mismo, en virtud de su poder, les da espacio. Se trata, sin duda, de una neutralidad entendida de una manera muy singular” (Solís y González, 1998: 252). Considero el Repertorio Americano una obra fundamental y de gran valor histórico. El trabajo ejercido por Joaquín García Monge mereció para él y su obra un reconocimiento por parte del Estado costarricense. Sin embargo, lamento profundamente que una publicación tan importante haya silenciado las voces de las feministas que lucharon en la primera mitad del siglo XX, y a quienes las mujeres debemos la ciudadanía. Mutilada estará siempre la identidad, sin el aporte de las mujeres que cuestionamos el sistema en donde vivimos. Por tal razón, creo que es fundamental realizar investigaciones como ésta para visibilizar las “exclusiones”, con el fin de proporcionar un pensamiento integral acerca de la participación de las mujeres en la construcción de la historia. 81 Anexo 1: fotografías AL TEMA DE ESTUDIO: APROXIMACIÓN TEÓRICA 82 América Latina podía ver claramente al nuevo conquistador: ya no hablaba español ni cruzaba el Atlántico. Ahora hablaba inglés y se ubicaba en la parte norte del Continente. t. XXIII, n. 5, 1-8-1931, p. 65 83 t. XXXII, n. 24, 26-14-1936, p. 372 84 t. XXXVI, n. 8, 28-1-1939, p. 126 85 t. XXII, n. 21, 6-6-1931, p. 332 t. XLVII, n. 19, 15-71952, p. 302 t. XXXVII, n. 2, 20-1-1940, p. 29 t. XLIII, 26-7-1947, p. 45 86 t. XXIX, n. 20, 24-11-34, p. 313 t. XXIX, n. 20, 24-11-34, p. 313 87 t. XXXI, n. 18, Índice t. XXI, n. 11, 20-9-1930, p. 169 88 t. XXXV, n. 3, 22-1-1938, p. 25. María Olimpia de Obaldía (t.XV, n. 15, 1-10-1927, p. 201) t. XIV, n. 11, 19-03-1927, p. 172 89 t. XIII, n. 8, 28-08-1926, p. 116 90 Anexo 2: listas de mujeres que publicaron en el Repertorio Americano Mujeres que publicaron sus textos en el Repertorio Americano, con excepción de Costa Rica 1. Abella Caprile, Margarita, Argentina 2. Acevedo, Olga, Chile, 3. Adeber, Olga (de), Argentina 4. Adler, Raquel, Argentina 5. Aguirre,Mirta, Cuba 6. Agustini, Delmira, Uruguay 7. Albizu Campos, Laura de, Puerto Rico 8. Alegría, Claribel, El Salvador 9. Alvarez, Rosa Elvira, Panamá 10. Amador, Graciela, México, 11. Amor, Guadalupe, México, 12. Amunátegui, Amanda, Chile 13. Antía Martínez, Carmen 14. Arce, Magda, Chile 15. Arce, Margot, Puerto Rico 16. Arciniegas, Rosa, Colombia 17. Arguedas Urbina, Sol, México 18. Arizmendi, Elena, México 19. Armstrong Harmon Selene, Estados Unidos 20. Arriaga, Lolita 21. Arvelo Larriva Enriqueta 22. Arocena, Berta, Cuba 23. Asbaje, Juana de, México 24. (Sor Juana Ines de la Cruz) 25. Aristeguieta, Jean, Venezuela 26. Babín Cortés, María Teresa, Puerto Rico 27. Baeza, María, Chile 28. Barrero, Mercedes, Cuba 29. Basulto, Flora (de Montoya), Cuba 30. Beatty, Bessie, Estados Unidos 31. Bermúdez, Mercedes (de Belloso), Venezuela 32. Benavides Hubler, Julia , Chile 33. Benito, Ana María 34. Bernal, Emilia, Cuba 91 35. Bertrand, Victoria, Honduras 36. Bolaños, Pilar, El Salvador 37. Bolena, Lidia, Colombia 38. Borges, María del Rosario, Cuba 39. Borrero, Dulce Ma.(de Luján), Cuba 40. Bravo, Adams, Caridad, Venezuela 41. Brenner, Anita, Estados Unidos 42. Bricca, Juana de Arrastia, Argentina 43. Bringa Esperanza V., México 44. Brum, Blanca Luz (de Parra del Riego) Uruguay 45. Brumara, Herminia, Argentina 46. Brunet, Marta, Chile 47. Bull, Nina, Estados Unidos 48. Burgos, Carmen de, España 49. Busgess, May Aires, Estados Unidos 50. Caballero, Amalia(de Castillo Ledón), México 51. Cabrera, Sarah, Cuba 52. Cadilla, Carmen Alicia, Puerto Rico 53. Caligaris, Yolanda (de Estrada) Nicaragua 54. Calvo, Esther N. de, Panamá 55. Camacho, Ilva, Colombia 56. Camarillo y Roa, M. Enriqueta México 57. Campbell Springer, Fleta 58. Cándano, Martha, México 59. Caraballo, Isa, Cuba 60. Carbonell, Fella de, Cuba, 61. Carnelli, María Luisa, Argentina 62. Carrera, Julieta, Cuba 63. Carvallo Carlota (de Núñez), Perú 64. Casamalhuapa, Amparo, El Salvador 65. Castro, Dolores, México 66. Castro, Rosalía de, España 67. Ceide Amelia, Puerto Rico 68. Cohelo Lisboa Rosalina, Colombia 69. Condal, Lucía, Chile 70. Conde, Carmen (de Oliver) 71. Córdova Illescas, Virginia, Ecuador 72. Contreras, Daza Elvira, Colombia 73. Cox, Patricia, México 92 74. Cossio, Natalia de Jiménez (traductora) 75. Cuchi Coll, Isabel, Puerto Rico 76. Cunard, Nancy, Inglaterra 77. Cuevas, María de la Luz, México 78. Curie, Marie (Madame) 79. Champourein, Ernestina de 80. Chavez Orozco María de los Ángeles España, 81. De la Rosa, Angela A. 82. De la Vega, Blanca, México 83. Delacé, Altagracia, República Dominicana 84. Delmar,Meira, Colombia 85. Deutsch, Babette, Estados Unidos 86. Díaz Parrado,Flora, Cuba 87. Díez, Canedo, Ma Teresa de, España 88. Domínguez, Maria Alicia, Argentina 89. Dueñas, Guadalupe, México 90. Duncan, Isadora, Estados Unidos 91. Ecco, Neli, Colombia 92. Ella (seud.) educadora/escritora, México 93. Escoriaza, Teresa de, España 94. Escoto, Carmen, México 95. Esmeralda Colombiana 96. Espina, Concha, España 97. Espinel, Margarita 98. Esquivel de la Guardia, Argentina 99. Espinoza, Nelly, Ecuador, 100. Eyquem, María Teresa, Francia, 101. Falcón, Irene de, España, 102. Fernández Agueda, México 103. Fiallo, Delia, Cuba 104. del Arno, Fiorenza 105. Flores, Concha, España 106. Foguelquist, Helen Rasmussen (de), Canadá 107. Formoso de Obregón, Adela, México 108. Fugitiva 109. Finlayson, Clarence, Colombia 110. García Costa, Rosa, Argentina 111. Gallardínez, María, El Salvador 112. García Gámez, Julia, Argentina 93 113. Garet, María Elena, Uruguay 114. Garasino, Ana María, Argentina 115. Gómez de Mayorga, Ana, México 116. Gómez, Mercedes, Panamá 117. Gómez Paz, Julieta, Argentina 118. Gorriti, Juana Manuela, Argentina 119. González, Ma del Refugio(de Infante) 120. González, Irara, México 121. Gramcko, Ida, Venezuela 122. Groves, Ana 123. Granata, María, Argentina 124. Guevara, Delia María, Chile 125. Guiral, Maggie, Argentina 126. Güiraldes, Adelina de, Argentina 127. Gutiérrez, Asela, Panamá 128. Hall, Florence 129. Hidalgo, Alida María, Ecuador 130. Huneus, Gabriela, Chile 131. Hübner, Sarah, Chile 132. Huergo, María Constanza, Argentina 133. Ibarbourou, Juana, Uruguay 134. Iñíguez, Dalia, Cuba 135. Isaza, Blanca de Jaramillo, Colombia 136. Julia Francisca, Brasil 137. Kaye, Rebecca, Estados Unidos 138. Kisfaludy, Caroly, Hungría 139. KIrkpatric, María Manuela 140. Kochen, Olga, Venezuela 141. Kollantay, Alejandra 142. Labarca Huberston, Amanda, Chile 143. Labourdette, María Isabel 144. Laguna, María F. de 145. Lamarche, Martha María, República Dominicana 146. Landázuri, Elena, México, 147. Lindbergh, Anne Morrow, Estados Unidos 148. Larache, Sultana de, Honduras 149. Lars, Claudia, El Salvador 150. Lauzanne, Stephane, Francia 151. Lee Tapia, Consuelo, Puerto Rico 94 152. 153. 154. 155. 156. 157. 158. 159. 160. 161. 162. 163. 164. 165. 166. 167. 168. 169. 170. 171. 172. 173. 174. 175. 176. 177. 178. 179. 180. 181. 182. 183. 184. 185. 186. 187. 188. 189. 190. León, María Teresa, México Lida, María Rosa, Liga Femenina Salvadoreña, El Salvador Lil Lobell, Conie, Venezuela Lomar, Martha, Puerto Rico Larache, Sultana de, Honduras Larde, Alice (de Venturino), Ecuador, Lagerloff, Selma, Suecia Laña Santillana, Pilar, Perú Loreley, México Loría, Marta Lowell, Amy, Estados Unidos Loinaz, Dulce María, Cuba Luisi, Luisa, Uruguay Luna, Melva, Perú Luna, Hortensia (de la Puente) Perú Lusignan, Marzia de Luxembourg, Rosa, Alemania, Llach, Guillermina, México Macedo, María Rosa (de Camino), Perú Machado, Gilka, Brasil, Machado, Luz (de Arnao), Venezuela Madriz, Mercedes(de Viera Altamirano), El Salvador Maiti, Mercedes (de Luarca), El Salvador Mancilla, Eneida, México Mansfield, Katherine, Gran Bretaña Mar, María del Pilar Martínez Blanca, (de Tinajero) Ecuador, Martínez Espinoza, Nela, Ecuador Martignon, Ilda, Argentina Mas Pozo, María Masferrer Leonor Mónica, El Salvador Masferrer, Teresa (de Miranda) El Salvador Mayer, Dora (de Zulem), Perú Meléndez, Concha, Puerto Rico Méndez Capote, Sarah, Cuba, Metchnikoff, Olga Miranda, Anisia, Cuba 95 191. 192. 193. 194. 195. 196. 197. 198. 199. 200. 201. 202. 203. 204. 205. 206. 207. 208. 209. 210. 211. 212. 213. 214. 215. 216. 217. 218. 219. 220. 221. 222. 223. 224. 225. 226. 227. 228. 229. Mistral,Gabriela, Chile Modotti, Tina Molina Picó Sofía Montenegro, Emmita, Cuba (hija de Emma Pérez), María, Monvel, Chile Morales, María Luz, España Morán, Carmen Moreau, Alicia (de Justo), Argentina Moreno, Magda, Colombia Morera, María, Argentina Muñoz, María (de Quevedo), Cuba Musso, Wanda, Brasil Naranjo, Emma Cecilia , Colombia Navas, Diana, Venezuela Negri, Ada, Italia, Nivar, Amada (de Pitta Luga) Republica Dominicana Noailles, Condesa de , Francia Núñez, Sefarina, Cuba Obaldía, Ma Olimpia, Panamá Ocampo, Victoria, Argentina Oliver Labra, Carilda, Cuba Oliver, Ma. Rosa, Argentina O'Neill, Ana María Onís, Harriet de, Estados Unidos Palau, Julia (de Gamez), Panamá Pardo Bazán, Emilia, España Parra, Teresa de la, Venezuela Paz Paredes, Margarita Pedrojo, Irma Peralta, María, Chile Pereira, Enriqueta Pérez, Emma, Cuba Pina Shaw, Hilda Portal, Magda, Perú Poblete, Olga (de Espinoza) Posada, Emma, El Salvador Puente, Julieta, Cuba Prado del, Blanca, Perú 96 230. 231. 232. 233. 234. 235. 236. 237. 238. 239. 240. 241. 242. 243. 244. 245. 246. 247. 248. 249. 250. 251. 252. 253. 254. 255. 256. 257. 258. 259. 260. 261. 262. 263. 264. 265. 266. 267. 268. Prado Sacasa, Alicia, Nicaragua Prats Bello, Ana Luisa Pomes, Matilde Radaelli, Esmeralda, Argentina Renán, Noemí Restrepo, Eneida Reyes, Chela, Chile Rivas Mercado, Antonieta Robe, Alice , Chile Rivadineira, Carmen Rosa, Perú Robinson, Lucile Rodo, Carolina, Colombia Rodríguez, Mª Ester, México Rokha, Winétt de Rossetti, Christina Roque, Justa (de Padilla) Rostand, Aura, México Roxane, Chile Rubín, Sol de la Borbolla Russell, Dora Isela, Argentina Sabas Alomá, Mariblanca, Cuba Schoonmaker, Nancy M. Schultz, Frida (de Mantovani) Seifulina, Lidia Serpas, Lilian, El Salvador Sierra, Stella, Panamá Singerman, Berta Sonsores, Rosario, México Soriano, Juanita, El Salvador St Vicent Millay, Edna Storni, Alfonsina, Argentina Strasburger Dra. Suárez, Clementina, Honduras Tatum, Edith Tejeira, Otilia, Panamá Teran, Ana Enriqueta Tolstoi, Ana Illehna (de Popov) Torrens, Mercedes (de Garmendia) Cuba Torres, Eugenia, Nicaragua 97 269. 270. 271. 272. 273. 274. 275. 276. 277. 278. 279. 280. 281. 282. 283. 284. 285. 286. 287. 288. 289. 290. 291. 292. 293. 294. 295. 296. 297. 298. 299. 300. 301. 302. 303. 304. 305. 306. 307. Toscana, Herminia, Italia Torres, Elena, México Tovar y R. Enriqueta D., El Salvador Trejo, Blanca Lydia, El Salvador Treta, Francis Trigo, Consuelo (de Azuola) Undeset, Sigrid, Noruega Uralde, Celina Haydeé Argentina Ureña, Salomé (de Henríquez) Uroz, María G. Urrutia, Abdolomira, Chile Valdés, Roig Ciana, Cuba Van Severen, Julia , El Salvador Van Severen, Tula, El Salvador Vanston, Doreen Vázquez, Pura, España Vaz Ferreira, María Eugenia, Uruguay Vega, Blanca Vega, Ester Velásquez, Lucila, Venezuela Velásquez Bringas Esperanza Vera, Luz Vera, María Luisa, México Vergara, Marta Viaud Rochae, Mercedes Vidal, Teresa Vieira, Maruja, Colombia Vilchez, Carmen México Villar Buceta, María, Cuba Villegas G., Maruja Vuillermos, Emile Weisinger, Nina Wells, Eveline Wiesse, María, Perú Wilkinson, Marguerite Willims Mont, Teresa Chile Wills, Susana (de Samper) Woolf, Virginia Zambrano, María 98 308. 309. Zardoya, Concha, España Zendejas, Josefina, España A continuación se presenta la lista de las 103 mujeres costarricenses a quienes se les publicó en el Repertorio American. En algunos casos aparecen por seudónimo porque no se les localizó el nombre. Mujeres costarricenses a quienes se les publicó en el Repertorio Americano 1. Acuña, Ángela Ángela) 2. 3. 4. 5. 6. 7. (de Chacón, Alfaro, María (de Mata) Alfaro, Esperanza (de Romero) Almanza, Esmeralda. Alvarez Brenes, Myriam André, Olga Amador, Ma Ester (seudónimo Clara Diana). 8. Amapola (seudónimo) 9. Amighetti, Cecilia 10. Amigehtti, Flora 11. Arguedas, Luz de 12. Artavia, Lilly 13. Aziayadé 14. Benedictus, Siona 15. Bonilla, Juanita de Dios 16. Brenes Argüello, Carlota (seud.Blanca Milanés) 17. Brenes de Hilarov, Fresia. 18. Briceño Carrillo, Ruth Ligia 19. Campos, Rosa (de Mora) 20. Canossa Mora, Ermida 21. Carbonell Angela 22. Cascante Claudia 23. Carranza, Matilde de 24. Castro Argüello, Alicia 25. Castro, Auristela (de Jiménez) 26. Cercone V, Carmen 27. Chacón, Ana Rosa 28. Chen Apuy, Hilda 29. Chocano, Margarita de 30. Da Vinci, Laura 31. Dittel, Helia (Gris). 32. Dittel, Marta de Uribe (Nerto) 33. Dolores 34. Ergane 35. Escoto, Carmen 36. Esquivel, Margarita. 37. Fernández María (de Tinoco) 38. Ferreto, Adela ( de Sáenz) 39. Flor de Luna (seudónimo). 40. Fugitiva 41. Francis, Myriam 42. Fuente, Carmen de la 43. Gamboa, Emma. 44. Garrón, Victoria (de Doryan) 45. Gloria 46. Gómez, Isola. 47. Gotay, Dora. 48. González, Edelmira 49. Gonzalez, Luisa. 50. González, Luisa de 51. Guiomar (Seudónimo) 52. Ifigenia 53. Lagos, Edelmira. 54. Leal, Adela 55. Leal María ( de Noguera) 56. Loaiza, Ana María 99 57. López Solera, Clemencia. 58. Loría Marcelina de 59. Lyra, Carmen 60. Mariel, Catalina 61. María, Margarita 62. Martén, Clara 63. Martín, Estela de 64. Mata, María A. de 65. Mata, Virginia (de Montealegre) 66. Mezerville, Ester de 67. Melisa 68. Mersee, Renata (Seudónimo) 69. Montagné, Amalia(de Sotela) 70. Montalbán, Gertrudis. 71. Mora, Elena 72. Moreno, Graciela 73. Niebla, d' Argent. 74. Odio, Eunice. 75. Oreamuno, Yolanda. 76. Oriana 77. Oro y Azul 78. Padilla, Rosario 79. Penón, María Socorro( de Abad) 80. Paz, Pastora de la 81. Povedano, María Elena 82. Prieto Tugores, Emilia. 83. Ramos, Lillia. 84. Rodríguez, Corina (de Cornick) 85. Sáenz, María Isabel. 86. Sáenz, Virginia (de Miller) 87. Sáenz Zumbado, Raquel (de Arce) 88. Sáenz, Adela 89. Salazar, Adela. 90. Santos, Ninfa 91. Sierra, Stella 92. Solano, Thelma 93. Soledad 94. Stone, Dorís. 95. Tica 96. Truque, Margarita 97. Torres, Olga E. 98. Urbano Pérez, Victoria. 99. Valerín, Celina 100. Víquez ,Berta Graciela 101. Wardropper, Joyce 102. Yamuni Vera 2 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Acuña Braun, Angela. Álbumes. Proyecto Recuperación de la Historia de las mujeres. Instituto de Estudios de la mujer. Universidad Nacional. 2000 _____. La mujer costarricense a través de cuatro siglos. I t.. Imprenta Nacional. Costa Rica. 1969 _____. La mujer costarricense a través de cuatro siglos. II t.. Imprenta Nacional. Costa Rica. 1970 Althusser, Lois. "El aparato ideológico del estado escolar, como aparato dominante" en Grass Alain. Sociología de la Editorial Universitaria Centroamericana, textos fundamentales. 3 ed. Narcea Ediciones, S.A. 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