los femminielli napolitanos. reflexiones

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LOS FEMMINIELLI NAPOLITANOS.
REFLEXIONES PRELIMINARES
Aurora Cuomo
Serena Ferrara
Vincenzo Romano
Nicola Sisci
Paolo Valerio
UNIVERSITÀ DEGLI STUDI DI NAPOLI "FEDERICO II"
Traducción: Manuela Derosas
INTRODUCCIÓN
El presente texto, cuya intención es esclarecer las relaciones
existentes entre gènero, cultura y tradición en la cultura arcaica mediterrànea, especificamente de la napolitana, representa
también la fase embrionaria de un proyecto de investigación
y profundización de corte histórico-psico-social, surgido en
el grupo de investigación-intervención sobre las temàticas
relativas a la identidad de gènero, Proyecto Orlando, que
opera en el Departamento de Neurociencias de la Università
degli Studi di Napoli "Federico II".
El Proyecto Orlando se propone investigar las tramas
histórico-culturales de la presencia y la progresiva desaparición de un particular character de la Nàpoles popular: el
femminiello.
A U R O R A C U O M O • SERENA FERRARA • VINCENZO ROMANO
•NICOLA SISCI • PAOLO VALERIO
Para empezar, pretendemos explorar de manera transversai varios fenómenos que, en formas aparentemente distintas, han contribuido a la producción social de representaciones dicotómicas del gènero. Sin remontarnos
demasiado, nos parece entrever en el estereotipo de la imagen viril, que ha
justificado un modelo de Estado encaminado hacia el expansionismo y la
conquista militar durante los veinte anos del régimen fascista, un momento
importante que ha tenido posiblemente fuertes resonancias también en la
representación de la homosexualidad. El estereotipo de virilidad (fundamentado en el autocontrol y la fuerza de voluntad) en epoca moderna y contemporànea, encontró su màxima representación en Italia, en la època fascista,
corno concepto formativo de las clases populares reclutadas para la defensa
de la patria. Se consolidò por la imposición de los códigos morales patrios
en los estratos subalternos y se extendió luego a la burguesia y a la aristocracia, situàndose comò modelo normativo de la moral y del comportamiento
de toda una nación y asumiendo el alcance de una verdadera representación
mental estandarizada: la representación inmutable del otro, basada en un juicio de valor con caràcter inmediato centrado en la exterioridad y la imagen.
El papel y la fuerza a nivel de identidad de la imagen viril parecen situar en
segundo plano las subjetividades individuales, en nombre de un ideal que
recibe su valor a partir precisamente de està imagen desubjetivante.
Tornando en cuenta lo anterior, parece claro que el homosexual afeminado no tenia derecho de ocupar un lugar en un escenario en el cual dominaban la fuerza fisica, el valor y la valentia. Como reflejo de esto, también la intolerancia hacia los homosexuales, en este preciso periodo histórico, basaba
su propia fuerza en una imagen estereotipada de la homosexualidad anclada
al dato fisico: el acto sexual entre hombres.
Al respecto, quisiéramos recordar, comò inciso, que ya en el siglo XIX
autores anglosajones corno Whitman hicieron una pequena revolución en el
campo literario restituyendo a la narración poètica y a k novela la dimensión
sentimental de las relaciones homosexuales, en un momento en el cual, por
lo contrario, la Iglesia y la sociedad resaltaban exclusivamente el aspecto de
"fornicación". Sobre este aspecto, sucesivamente, se habria construido el
imaginario colectivo homofóbico que aùn hoy domina las sociedades. Creemos que està actitud desubjetivante no se dirigfa sólo hacia los homosexuales
sino hacia cada hombre y cada mujer; està misma actitud afecta precisamente
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el sujeto de la pasión y del deseo, que, sea cual sea su naturaleza y tendencia,
debe permanecer adormecido y resaltar la union matrimoniai heterosexual
legitimada, institucionalizada, relegada al tàlamo nupcial y enfocada a la reproducción.
Podemos observar que la importancia de la imagen, y de sus efectos de
identidad y sociales, es la misma que encontramos corno rasgo distintivo de los
homosexuales pasivos afeminados, que en las distintas culturas ha encarnado
formas y papeles sociales diferentes. La función social que se les ha atribuido
representa la especificidad que atraviesa de manera transversai culturas, lugares y tiempos: no sólo nos referimos al femminiello napolitano sino también
a los hijras y los berdache de la India. Estas figuras, tan distintas por su pertenencia a diversos contextos, evocan sugestivas semejanzas. Estas son subjetividades que se objetivizan a partir de un rol social que se centra en el poder de
una representación compartida por quienes pertenecen a aquel contexto, en
contra de la caducidad de lo que es corpòreo y concreto; figuras a la mitad que
"encarnan lo abstracto", ejerciendo una sugestión y una fascinación que no
pasan por un plano consciente y que se acercan a aquellas mistico-religiosas.
Recordamos que respecto a la sexualidad, Occidente y Oriente han producido representaciones culturales y sociales muy diferentes (quizà debidas a
la diversidad de la moral que en Occidente tiene sus rafces en el catolicismo
que rechaza el sexo). La filosofia espiritual de la India no sólo aceptaba la idea
de un tercer sexo que alteraba profundamente la lògica binaria tipicamente
occidental, sino que incluso favorecia su consolidación y expresión. Los hijras
abandonan su familia de origen, renuncian a la sexualidad masculina, asumen
nombre, vestimentas e identidad femeninos convirtiéndose en "sacerdotisas"
de la diosa Buchara Mata. Los berdache^ de la India —que unfan las caracteristicas de ambos sexos— generalmente eran considerados por las tribus nativas
comò personas dotadas de un estatus casi Sagrado: se volvian a menudo curanderos, consejeros, terapeutas, grandes sacerdotes, chamanes.
No obstante la profonda diversidad entre Occidente y Oriente respecto a
las formas en las cuales se orientan los mencionados fenómenos de gènero, es
1. Palabra que deriva del persa "bardaj"; originariamente termino que indicaba los partners homosexuales pasivos, generalmente agraciados o muchachos afeminados. Los berdache de la India eran muy
distintos de la vision europea de los "berdaj" corno "eréticos sodomitas", segùn lo que resulta escrito por
los cruzados al momento de la invasión de Persia en la Edad Media.
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posible individuar en la constante fascinación ejercida por estas figuras sobre
el pueblo el rasgo comùn que unifica sitios y tiempos; atracción/fascinación
que hace hincapié en lo que estas "diversidades" representan y al mismo
tiempo mantienen unido: extremos que en el plano de la realidad estàn de
hecho separados. La contraposición entre lo real del cuerpo y el deseo imaginario de ocupar una posición siempre "otra", encuentra en estas figuras
tan sugestivas una sintesis que evoca la nostalgia por el momento primigenio
del Uno indiferenciado y sepultado en la memoria de cada cuerpo. La "Memoria" comùn situa estas subjetividades en una tierra de nadie y al mismo
tiempo de todos: lejanas por un lado, cercanas por otro, vistas con simpatia y
aceptación benèvola en un momento, en otro ridiculizadas y olvidadas.
Encontramos el primer testimonio de aceptación popular de los afeminados
en el siglo v dC en el texto de Salviano de Marsella, un sacerdote experto en
las letras humanas y divinas. La acusación es sostenida por el autor no sólo
en contra de las obscenidades de pocos, sino también de manera tal vez mas
incisiva, en contra de la condescendencia y la aprobación de muchos:
Quando i maschi si vestivano da donne e camminavano ondeggiando peggio delle
donne, quando si legavano addosso certi pendenti raffiguranti mostruose oscenità
e si coprivano la testa con veli e fermagli femminili, quando tutto ciò avveniva
pubblicamente in una città romana, la più grande e famosa di quelle provincia,
ebbene, non era forse una vergogna per tutto il resto dell'impero romano il fatto
che nel seno stesso dello stato si permetteva apertamente uno scandalo così esecrando? [Salviano di Marsiglia De Gubernatione Dei (ca. 390/400 - ca. 480 dC)]2
En el "Gobierno de Dios" el autor presta particular atención a debatir
la presencia, en las provincias del Imperio Romano, de hombres afeminados que se vestian y se comportaban comò mujeres. El autor compara està
inmoralidad de la esfera sexual con otras corrupciones morales responsables
de la decadencia del Imperio Romano. A pesar de esto, el fragmento citado
2. "Cuando los varones se vestian de mujeres y caminaban meneandose mas que las mujeres, cuando
se ponian ciertos pendientes que representaban monstruosas obscenidades y se cubrian la cabeza con velos femeninos, cuando todo esto sucedia pùblicamente en una ciudad romana, la mas grande y famosa de
aquellas provincias, y bien, ino era acaso una vergùenza para todo el resto del Imperio Romano el hecho
de que en el seno mismo del estado se permitiera abiertamente un escàndalo tan deplorable?"
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parecerìa confirmar la hipótesis de una feliz coexistencia y amalgama de estos
fenómenos, aceptados por la población (por lo tanto desde el punto de vista social) y también por aquellos que habrian tenido que juzgar y castigar:
[...] e così quasi non fosse stato abbastanza abominevole che solo gli autori di quelle
oscenità fossero deturpati da quel vizio, facendone essi una professione pubblica, lo
trasformavano in un crimine collettivo. Tutti gli abitanti ce l'avevano sotto gli occhi
e non si ribellavano. I giudici ne erano al corrente ma chiudevano gli occhi. Il popolo osservava e applaudiva. Si diffuse pertanto in tutta la città questa vergognosa
associazione a delinquere e le loro azioni benché non fossero compiute da tutta la
popolazione, diventavano colpa comune, complice l'assenso generale.3
Haremos ahora una resena de las fuentes literarias a nuestro alcance, que
senalan la presencia de figuras con semblanzas similares a aquellas que hoy
nos permiten identificar al femminiello napolitano comò homosexual pasivo
afeminado, que prefiere la compania femenina y desea comò partner al varón
activo, definido "heterosexual". La primera fuente remonta al ano 1500 y
es una descripción de un afeminado en Nàpoles que se encuentra en el De
Humana Physiognomonia (1586) de Giovanni Battista Della Porta. En lo que
atafie al àmbito iconogràfico hemos hallado una acuarela de un anònimo del
siglo xvin, que representa una escena campestre en la cual dos pequenos
campesinos afeminados bailan la tammurriata?, rodeados por figuras populares en fiesta. La acuarela indicarla en qué medida un fenòmeno corno el
de la homosexualidad, con la mediación de la tradición habria encontrado
un lugar para existir hasta volverse iconogràficamente representativo de una
cultura y de un pueblo. En Usi e costumi dei camorristi [Di Biasio A., 1897]
encontramos, en cambio, una amplia categorización de las formas de homosexualidad en sus distintas perspectivas, que resulta muy influenciada por
el pensamiento de Lombroso. La distinción dicotòmica entre roles activo y
3. "[...] y asi corno si no hubiera sido lo suficientemente abominable que sólo los autores de aquellas
obscenidades fueran deturpados por aquel vicio, haciendo de eso una profesión pùblica, lo transformaban en un crimen colectivo. Todos los habitantes lo tenfan frente a sus ojos y no se rebelaban. Los jueces
estaban enterados pero cerraban los ojos. El pueblo observaba y aplaudia. Por lo tanto se difundió en
toda la ciudad està vergonzosa asociación delictiva y sus acciones, aunque no fueran realizadas por toda
la población, se volvian culpa comùn con la complicidad del asenso general".
4. NdT: baile tradicional de la región de Campania.
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pasivo marcarla en este caso la diferencia entre un masculino simbòlicamente
dominante y un femenino dominado, emergiendo corno rito simbòlico de
afirmaciòn de cierta lògica de poder. Casi un siglo después encontramos la
misma figura en La pelle [Malaparte C, 1949] texto en el cual se describe
a figliata d'e femminielli, un ritual derivado del antiguo rito de la fertilidad,
practicado por siglos en la ciudad de Nàpoles. Asimismo, este ritual se encuentra descrito en el texto Napoli esoterica de Buonoconto. Otras fuentes,
que representan una modalidad de producir infortnación, cultura y pensamiento distinto a los de ios canales instituidos, nos han Uegado del anàlisis
del material de video amateur presente en internet.
Pasamos ahora a lo que atane al sistema de las representaciones sociales,
esbozàndolo primero de forma teòrica y general, insertandolo sucesivamente
en el contexto napolitano à&femminiello. Una representación social consiste en
un sistema de valores, nociones y pràcticas que permiten a los individuos
orientarse en su àmbito social y material y dominarlo. Està constituye un
sistema de referencia que permite atribuir sentido a lo inesperado, pero representa también una categoria que sirve para clasificar las circunstancias, los
acontecimientos y los individuos con los cuales interactuamos; representa,
ademàs, una teoria que nos permite deliberar sobre aquéllos. Como subraya
Jodelet [1992], representar es "fungir", "estar en lugar de", pero es también
"volver a presentar", hacer presente al espiritu, a la conciencia. En este sentido es posible afirmar que la representación social posee aspectos significantes, creativos y autónomos. Segùn Moscovici es posible distinguir entre tres
distintos tipos de representaciones: las representaciones sociales cerradas,
cuyos elementos se encuentran de manera uniforme y similar en toda una población; las representaciones sociales agonales o criticas, cuyos elementos son
casi los mismos en toda la población pero cuyo significado es determinado
por valores distintos e incluso opuestos; las representaciones sociales abiertus
cuyos elementos se distribuyen entre las distintas categorias de la población
de forma tal que, para volver a encontrar su coherencia, es necesario combinarlos. Se puede analizar una representación social segùn tres dimensiones. La
infortnación, es decir la cantidad de conocimientos posefdos sobre un objeto.
El campo de las representaciones, es decir, la organización del contenido que
conlleva un minimo de información, dentro del cual se organizan sucesivamente las otras informaciones. La actitud, es decir la orientación positiva o
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negativa hacia el objeto de la representación, que figura de éste la parte mas
arcaica; éste existe incluso cuando la información es limitada y el campo de
la representación poco organizado [Herzlich C, 1972]. Es muy dificil individuar una metodologia especifica para el estudio de las representaciones
sociales, tanto por la extrema complejidad de la construcción, corno por la
ambigùedad conceptual que, al interior del debate sobre la investigación en
las ciencias sociales, caracteriza el termino mètodo. Es posible individuar tres
acepciones del termino mètodo; el primero es relativo al proceso de recolección de datos; el segundo relativo a las fuentes de datos y el tercero relativo a
las técnicas de anàlisis de datos.
Después de està breve premisa teòrica sobre la construcción, queremos
proponer un anàlisis de la representación social del femminiello en Nàpoles
sin presumir rigor metodològico, puesto que nuestra investigación se encuentra
en una fase de reflexión preliminar. Se trata de un anàlisis que no emplea
una herramienta de individuación ad hoc, se realiza a partir de una recolección
preliminar de datos presentes en la literatura y en el arte pletòrico (ya mencionados anteriormente) sobre està figura, a partir de la contribución de los
femminielli entrevistados por el director de cine Andrei y, para finalizar, a
través del anàlisis lexical del termino femminiello.
El intento de proponer un anàlisis lexical de este termino, para individuar la representación que éste contribuye a transmitir, no pretende alcanzar
la exhaustividad, dado que el termino no se encuentra citado en los mas
importantes diccionarios etimológicos y vocabularios de la lengua italiana
y/o napolitana. Estamos conscientes, ademàs, de que plantear una hipótesis
a partir de un nivel linguistico y lexical equivale, forzosamente, a plantear
una hipótesis interpretativa de un fenòmeno antropológico-relacional. El
termino femminiello està constituido por la raiz femmin-, por la alteración
-eli- y por la desinencia -o. La raiz femmin- pareceria indicar un posicionamiento/atribución respecto al gènero femenino que se connotarla en un
sentido principalmente de identidad (sentirse mujer) o mas sencillamente
de rol (comportarse corno una mujer). La orientación hacia el rol de gènero, que pareceria estar justificada por la representación socialmente compartida
del femminiello, se deduciria de la alteración y de la desinencia. La alteración
-eli- es un diminutivo con un valor agregado afectivo: el valor diminutivo
subrayaria tanto una dimensión "reductiva" del ser (y por lo tanto del no
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ser) mujer, comò una actitud de "benèvola subordinación y encubrimiento", a
la base de una percepción de "pequeno e incompleto". El valor afectivo agregado, por un lado, expresaria una instancia de consentimiento (respecto a lo
sentimental, tierno y amable contenido en el plano afectivo de la representación social); por el otro situarla al sujeto, que resulta comò su destinatario,
en una dimensión de burla y ligera broma que reenviarfa, probablemente, a
una necesidad de alejamiento de lo que perturba, en tanto muy distinto. En
pocas palabras, la alteración -eli- encarnaria toda la ambigùedad contenida
en la representación social àò. femminiello. La desinencia -o, que en la lengua
italiana expresa el gènero masculino, tornarla la función de contrapeso con
respecto a la cuestión planteada por la vaizfemmin-, mitigando la fuerza de
contenido que està expresa, estableciendo asi, en tal denominación, la idea
de una union con el principio de realidad. Si vamos mas alla, podrfamos suponer que la raiz femmin- se refiera al querer ser, la desinencia -o al ser reti,
mientras que -eli- a todo lo que podria ser (las infinitas gradaciones afectivas
intermedias ligadas a la representación de este character).
El femminiello tiene comò ùnica posibilidad para existir y tener su lugar en
el sistema de barrio la de ser lo que el nombre indica y nada que pueda alejarse
de esto. Esto para decir que la denominación asigna, al mismo tiempo, doble
estatuto al denominado: lo ubica en una posición que hace posible su existencia respecto al otro (lo social) y al mismo tiempo lo condena a confirmar "passamente" una ùnica posibilidad de existir; dicho de otra manera, lo consagra
a la vida alienandolo en el nombre sustantivado. Esto es lo que, en el caso especifico del afeminado pasivo, se transfiere también en el plano de la mirada: el
femminiello puede existir "socialmente" sólo en función de una mirada que le
da vida y lo alimenta constantemente. La teatralidad y el exhibicionismo son
de hecho parte centrai de la socialidad del femminiello. Està representación
"double-face" del femminiello, dividida entre fascinación por un lado y distanciamento/aislamiento por otro, parece ser confirmada también en la contextualización logistico-geogrdfica de dicho character al interior de barrios pobres
populares. A nuestro parecer ^.femminiello podria representar para los otros
hombres una derogación de la prohibición, la posibilidad, descubierta en lo
similar, de ser otra cosa respecto a lo que los códigos simbólicos prescriben
con su trascendencia en el plano de lo real; pero por otro lado, podriamos
seguir formulando hipótesis sobre que a la fascinación/atracción hace de con-
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trapeso la tendencia a segregar, a mantener cerrado en una delimitación espacial circunscrita —il ventre di Napoli—, lo que resulta mas perturbador, es
decir el encuentro con la realización de un deseo originario.5 Es este vientre,
tejido social homogéneo y condensado de heterogeneidad, el ùnico posible
nicho de la coexistencia de sagrado y profano. Estas "uniones" o fusiones de
elementos distintos encuentran una raiz comùn incluso en lo esotèrico que
en Nàpoles remonta a la Edad Media, a "Virgilio Mago", pero que de hecho
empieza mucho antes con los Misterios Isiacos, ligados a la cultura de los
alejandrinos que en Nàpoles constituyeron una importante colonia. La figura
del Dios Nilo6 que domina en la homónima plazuela es el simbolo evidente de
està mezcla de culturas y ritos. La presencia simultànea de sagrado y profano
se funde con la napoletanidad, interpretada aqui corno manifestación tradicional y artistica de la ciudad. Claro ejemplo de esto resulta ser la inserción en
el pesebre napolitano de una figura tan desacralizadora y profana corno la del
femminiello, junto a las figuras que representan lo sagrado.
Volviendo a la construcción teòrica retomada de Moscovici, planteamos
la hipótesis que la representación social del femminiello en Nàpoles sea probablemente, desde un punto de vista formai, una representación social agonal
o critica. El femminiello (femmenella en una acepción levemente negativa) en
la cultura napolitana es una figura atipica que, corno veremos, estructura su
propia forma de relacionarse en un contexto preciso:
O femminiello nasce nei vicoli, con famiglia numerosa e con molte sorelle e fratelli a carico. Per questa sua diversità, finché è adolescente viene delegato ai servizi
5. Nos referimos aqui a la cuestión del deseo tal y corno enfrentado por las principales teorias de
orientación psicoanal itica: se indica con esto una modalidad de funcionamiento muy pr ecoz de la psique
humana que representa a si-mismaen relation a laotr edad (ala realidad)segùn patrones de representación inclines a la fusión y la indiferenciación. En està acepción la identidad, en la frontera entre masculino
y femenino que caracteriza a los femminielli, mantiene juntos factores que en un plano simbòlico se
mantienen separados, realizando un ejemplo de fusionalidad que, probablemente, impulsa en el plano del
inconciente colectivo a la atracción por un lado, a la amenaza de la castración por el otro. En este sentido
podemos afirmar que el deseo de ser un todo (por lo tanto masculino y femenino al mismo tiempo) es un
deseo que queda enquistado en los niveles pr otomentales de la existencia ps iquica.
6. Toda la zona que se extiende desde la Captila de Sansever o hasta Palacio Corigliano, costeando la
plaza San Domenico y adentràndose en la plazita Nilo, està dominada por estas fuerzas misteriosas que
vagan por los lugar es donde surg ia el tempio de Isis, debajo del cual, se dice, que aùn corre un rio subterraneo que in fluencia toda la zona con su " buena fuerza ".
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di casa diventando così lo "schiavuttiello" della famiglia; poi, crescendo, trova un
ruolo preciso all'interno dell'economia del vicolo, fatto tutto di servizi e di favori
compensati con laute mance; col passare degli anni, infine, stanco del suo ruolo di
"donna di casa" e del quartiere, cerca la propria identità facendo diventare produttività la sua diversità, diventando "donna (!) da marciapiede", aiutando così,
con i soldi guadagnati, il bilancio familiare. Il suo essere diverso dentro la famiglia
e il gruppo sociale non gli crea eccessivi problemi, la sua diversità è accettata dal
suo mondo popolare, essendo Napoli città tollerante "cattolicamente-pagana"
dove tutte le avversità della vita vengono lette in chiave biblica [Anonimo].7
El femminiello encuentra una isla privilegiada (corno afirma Della Ragione) en los "barrios" napolitanos donde participa con derecho en la economia
del callejón y en algunos casos (corno en el de la "figliata") asume casi un rol
mistico y esotèrico a la par del antiguo hermafrodita.
Il femminiello gode quindi di una "bonaria" tolleranza in tutti i quartieri poveri
della città, dove collabora attivamente all'arcaica economia del vicolo e dove, per
la cultura popolare, non è mai un deviato, ma al massimo uno stravagante, che
ama travestirsi ed imbellettarsi come una donna, assumere movenze e tonalità
vocali caricaturali, amplificate da una gestualità quanto mai espressiva [Achille
Della Ragione, 2005]. 8
En Nàpoles los principales elementos que diferencian la figura del femminiello son verosimilmente compartidos y constituyen especificas modali7. "El femminiello nace en los callejones, con familia numerosa y con muchas hermanas y hermanos
a su cargo. Por està diversidad suya, hasta la adolescencia, se le atribuyen las tareas domésticas y se conviene de està forma en el "esclavito" de la familia; luego, al crecer, encuentra un papel determinado al
interior de la economia del callejón con sus servicios y favores compensados con propinas considerables;
para finalizar, con el paso de los anos cansado de su papel de "mujer del hogar" y del barrio, busca su propia identidad haciendo productiva su diversidad, volviendose una "mujer (!) de la calle", contribuyendo
asi, con el dinero ganado, al presupuesto familiar. Ser distinto adentro de la familia y del grupo social no le
procura problemas excesivos, su diversidad es aceptada por el mundo popular, siendo Napoles una ciudad
tolerante "católicamente-pagana" donde todas las adversidades de la vida se leen en clave biblica".
8. "El femminiello goza entonces de una tolerancia "benèvola" en todos los barrios pobres de la
ciudad, donde colabora activamente en la economia arcaica del callejón y donde, segùn la cultura popular,
no se considera nunca corno a un desviado, sino a lo sumo corno a un extravagante, que ama transvestirse
y maquillage corno una mujer, asumiendo las actitudes y tonaiidades de voz caricaturescas, amplificadas
por una gestualidad muy expresiva".
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dades de organizar, en términos de contenidos y de explicaciones familiares,
lo que, por lo contrario, es considerado dificilmente explicable. Sin embargo,
creemos que las diferencias relativas al estatus social y econòmico, ademàs de
las diferencias ideológicas, de pensamiento politico y religioso adentro de las distintas clases sociales, han implicado significaciones distintas y tal vez opuestas del fenòmeno. La atmosfera acogedora, caracterizada por el consenso y el
buen humor, expresión de una representaciòn social especifica, ha caracterizado sobre todo los barrios populares; fuera de este contexto, la representaciòn
social del femminiello, y la consecuente modalidad de relacionarse con éste,
probablemente no han sido las mismas.
Hemos buscado hasta ahora la presencia de este personaje tradicional al
interior de la amplia producción literaria napolitana, examinando atentamente las obras de jóvenes intelectuales de la segunda mitad del siglo XVIII que
han dejado notas de sus viajes napolitanos. H a n sido examinadas las crónicas
del periodo fascista, durante el cual estos personajes fueron exiliados con el
resultado (esperado) de no encontrar referencia alguna en las producciones
artisticas del periodo.
Como ya hemos dicho, la primera fuente ùtil encontrada nos remite a Giovanni Battista Della Porta, que en "De Humana Physiognomonia" [1586] escribe:
nell'isola di Sicilia son molti effeminati, et io ne viddi uno in Napoli di pochi peli
in barba o quasi niuno; di piccola bocca,di ciglia delicate e dritte, di occhio vergognoso, come donna; la voce debole, sottile, non poteva soffrir molta fatica; di
collo non fermo, di color bianco, che si mordeva le labra; et insomma con corpo
e gesti di femina. Volentieri stava in casa e sempre con una faldiglia come donna
attendeva alla cucina et alla conocchia; fuggiva gli omini, e conversava con le temine volentieri, e giacendo con loro, era più femina che li stesse femine; ragionava
come femina, e si dava l'articolo femmineo sempre: "trista me, amara me".9
9. En la isla de Sicilia hay muchos afeminados, y yo vi a uno de éstos en Nàpoles, con pocos pelos
en la barba o casi ninguno; con la boca pequena, pestanas delicadas y rectas, con la mirada avergonzada, corno mujer; la voz débil, sutil, no podia aguantar mucho esfuerzo; con el cuello poco firme, de
color bianco, y se mordia los labios; en pocas palabras, con cuerpo y ademanes de mujer. Con gusto se
quedaba en casa y siempre con una faldita cual mujer se encargaba de la cocina y el huso; eludia a los
hombres y conversaba con gusto con las mujeres, y estando con ellas, era mas femenina que las mujeres
mismas; pensaba corno mujer y se describia siempre a si misma con el articulo femenino: "pobrecita de
mi, amarga yo".
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En este fragmento se puede notar, tal vez, la primera descripción de un/émminiello napolitano. Hasta ahora no hemos logrado encontrar otro texto que
procurara elementos tan detallados (aunque escasos) en el plano fenomenologico. El autor se detiene tanto en los aspectos morfológicos, corno en aquellos
comportamentaJes; en estos ùltimos queremos concentrar nuestra atención. El
personaje descrito actùa corno si fuera una mujer y piensa corno una mujer; de
hecho se encargaba de la corina y el buso, actividades propiamente atribuidas
a las mujeres; eludia a los hombres y conversaba con gusto con las mujeres, asumiendo asf la modalidad de relación tipica de las mujeres de esos tiempos. En
la obra no sobresalen descripciones de acontecimientos discriminatorios: lo
que describe el autor es lo que està ahi presente, en esa calle de Nàpoles, que
con tanta fuerza captura su atención y que, por lo tanto, es parte probablemente de la "ecologia" de ese contexto especifico. Esto podrfa reflejar la tolerancia
de la cual ya en aquellos afios gozaba elfemminiello.
En 1867 Abele Di Biasio, en su obra Usi e costumi dei camorristi, describe
la ceremonia, denominada o Spusalizio masculino [el Casamiento masculin o ] , en la cual los femminielli celebraban su "union" con los mafiosos. El
autor escribe:
Giunti che sono i ricchioni alla prima alba della pubertà, sentono il bisogno di essere... goduti; e, trovato che hanno i'ommo 'e mmerda (pederasta attivo), l'amano,
come ben si espresse il Mantegazza, con una passione vera, ardente, che ha tutte le
esigenze, tutte le gelosie di un amor vero. Il vasetto, tutto contento dell'acquisto
fatto, colma di carezze l'amante e poi cerca raggruzzolare quel tanto che è indispensabile per preparare l'ara dove spontaneamente va ad offrirsi in...olocausto.
Il luogo del sacrifizio è quasi sempre qualche lurida locanda, dove in giorno ed
in ora stabilita si fa trovare l'amante, qualche sonatore di organetto e chitarra ed
una schiera di ricchioni, che fan corona alla timida... fanciulla. Dopo un balletto
erotico, il più provetto della... materia augura alla felice coppia la buona notte; ma
la sposina, prima di lasciar partire gl'invitati, distribuisce loro i tradizionali tarallucci e vino. Il giorno dopo, o ricchione anziano, accompagnato da un caffettiere
ambulante, porta agli sposi due tazze piccole di latte e caffè e poi fa nel talamo
un'accurata rivista per accertarsi se il sacrifizio fu compiuto in tutta regola. Dopo
la luna di miele, che non dura oltre le 24 ore, e verso sera il sacrificato principia a
serpeggiare pei quartieri più alti della città per procurarsi, come fanno le prostitu-
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SALUD Y SOCIEDAD. PERSPECTIVAS ANTROPOLÓGICAS
LOS FEMMINIELLI NAPOLITANOS
te, qualche soggetto che conducono nella locanda di D. Luigi Caprinolo, detto 'o
capo tammurro, o, se la persona è pulita (signore), nella casa particolare di donna Benedetta 'a turrese. Intanto mentre l'attivo guazza in quel "loco d'ogni luce
muto", un altro mascalzone, che già se ne stava nascosto sotto il letto, gl'invola
dagli abiti il portafogli o qualche altro valore...Le nostre femminelle di giorno si
occupano di faccende domestiche, appunto come fanno le donne, e poi in ora
stabilita si fanno alla finestra ed aspettano i loro amanti. Parecchi vasetti, per rendersi ai soggetti più attraenti, si truccano gli occhi, altri si fanno tatuare sul viso
qualche neo di bellezza e molti, mediante ovatta, cercano rendersi più formose le
parti posteriori e più sporgente il petto. Qualcuno si femminizza anche nel nome.
Il prezzo che ricavano dal loro ignobile mestiere lo versano ai loro mantenuti [A.
Di Biasio, 18671.10
Lejos de considerar el fragmento corno un autèntico testimonio de lo que
podia precisamente acontecer en esa època, la obra aqui analizada refleja, exactamente corno en la mencionada anteriormente, el campo de la representación
social del femminiello napolitano. En la primera parte del fragmento sobresale la clara distinción entre el homosexual activo y el homosexual pasivo; este
10. "Habiendo llegado los maricones al comienzo de la pubertad, sienten la necesidad de ser... gozados; y, habiendo encontrado el hombre de mierda (pederasta activo), lo aman, corno bien se expresó
Mantegazza, con una pasión sincera, ardiente, con todas las exigencias, los celos de un verdadero amor.
El pederasta, bien contento por su adquisición, Mena de caricias al amante y luego intenta juntar el dinero
indispensable para preparar el aitar, donde va a ofrecerse de manera espontanea en... sacrificio. El lugar
del sacrificio es casi siempre alguna fonda cutre, donde en el dia y en la hora establecida se hace encontrar
el amante, algun organillero o guitarrista y una hilera de maricones, que rodean a la timida...doncella.
Después de un baile eròtico, el mas experto en... materia le desea las buenas noches a la feliz pareja;
pero la novia, antes de dejar que los invitados se vayan, distribuye las tradicionales galletas y vino. Al dia
siguiente, el maricón anciano, acompahado por un vendedor ambulante de café, lleva a los novios dos
pequenas tazas de café con leche y luego revisa detenidamente el tàlamo para asegurarse que el sacrificio
se haya llevadoa cabo segùn las reglas. Después de la luna de miei, que no dura mas de 24 horas, hacia el
atardecer el sacrificado comienza a recorrer los barrios mas altos de la ciudad para conseguir, corno hacen
las prostitutas, algun sujeto que conducen a la funda de Don Luigi Caprinolo, llamado el jefe tammurro,
o si la persona es decente, lo conducen a la casa privada de Dona Benedetta la turrese. Mientras que
el pederasta activo se encuentra a gusto en ese " lugar sin luz", otro delincuente, que ya se encontraba
bajo la cama, le roba de los vestidos la cartera o algun otro objeto de valor... Nuestras femminelle de dia
se dedican a tareas domésticas, corno lo hacen las mujeres, y luego a la hora establecida se asoman a la
ventanA y esperan a sus amantes. Muchos maricones, para verse mas atractivos, se maquillan los ojos,
otros se hacen tatuar en el rostro algun lunar embellecedory muchos, con la ayuda del algodón, intentan
hacer mas evidentes las partes posteriores y el pecho. Alguien se hace femenino también en el nombre. El
predo que consiguen de su trabajo ignominioso lo entr egan a sus mantenidos ".
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ùltimo se refiere, precisamente, A femminiello. Segùn està conceptualización
se plantea una marcada separación entre el que resulta individuado corno el
"homosexual" strido sensu (es decir, el individuo que asume el papel "pasivo"
en la relación sexual) y el individuo que asume el rol "activo". Para referirse
al "pasivo" existen palabras especfficas: en Italia arruso o recchione/ricchione
("maricón", "puto"), para indicar al homosexual pasivo que no se transviste;
y femminiello/femmenella para indicar el homosexual pasivo que se transviste, en Espana "loca"; en Brasil "bicha"; y en el Norte de Africa "zamel". Al
contrario, el "activo" no se diferencia conceptualmente ni con un nombre en
si, del varón/macho heterosexual. Las consecuencias de estas diferenciaciones son importantes y saltan a la vista inmediatamente. En primer lugar, sólo
el femminiello, es decir, el homosexual pasivo (reconocible exteriormente
por un actitud afeminada, que en el caso del femmenella Uega al verdadero
trasvestismo), siente la necesidad de construir una subcultura, de crear una
jerga, de favorecer la socialización con sus "similares". En segundo lugar, a
los miembros de la subcultura resulta generalmente inconcebible tener relaciones sexuales uno con otro. Las relaciones sexuales entre dos 'maricones'
se denomina en la jerga con expresiones irónicas, cuales "lesbianismo" (con
la implicación que este tipo de relaciones no sea otra cosa sino un coito entre
dos "mujeres", a las cuales les falta la contribución del "verdadero varón").
Segùn la vision de està subcultura tienen significado sólo las relaciones sexuales entre femminiello y un "varón". Las relaciones entre dos "varones" o dos
"femminielli" no tienen sentido, resultan incluso inconcebibles, comò nos
confirma el testimonio de "la Russulella", protagonista del documentai de
Andrei. Otro aspecto digno de atención atane a està especie de union que el
femminiello, segùn Di Biasio, construia con la mafia. Doblegàndose a las leyes
de la mafia napolitana de aquellos anos, el femminiello jugaba un papel en la
economia de su barrio que favorecia su funcionamiento. Esto nos conduce al
tema de la contribución que el femminiello otorgaba directa o indirectamente a
su entorno. No se trataba sin embargo sólo de una ventaja en los términos de
una ganancia o una entrada econòmica, sino que asumia otros significados si
se extendfa a àreas simbólicas.
En la representación social del femminiello intervienen aspectos que podemos ubicar en un doble nivel: un plano en el que se pueden individuar factores
que se refieren al conjunto de ideas, representaciones mentales, pensamientos
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LOS FEMMIMELLI NAPOLITANOS
situables en una vertiente estrictamente "cognitiva". Es a partir de este plano
que emerge la representación de un femminiello relativa a la lògica dicotòmica
masculino y femenino y, por lo tanto, una lògica de tipo heterosexual, adentro
de la cual el femminiello encuentra su "ubicación" en la vertiente femenina, en
su expresión de roles en un sentido amplio. Sobre otro plano, que podriamos
definir "intrapsiquico", la representación del femminiello favorece la puesta
en juego de otros factores; pensemos en la bisexualidad, segùn la teoria psicoanalftica, constitutiva de cada individuo y que encuentra su màxima expresión en
un particular momento evolutivo, y pensemos en qué tanto y, sobre todo,
en còrno està puede interferir en el complejo sistema de representaciones del
fenòmeno tratado: en sintesis, podriamos pensar que, en el plano del imaginario
colectivo, el femminiello hace referencia a la ilusión originaria por la cual masculino y femenino pueden coexistir en el Uno platònico, entidad imaginaria
indiferenciada que desde los origenes de la civilización ha encantado pueblos
y culturas. Por lo tanto, la función antropològica del femminiello se situarla
precisamente en la posibilidad de satisfacer a nivel social aquella pulsión hacia
el regreso de un momento mitico en el cual el ser, en su plenitud, no ha tenido
aùn que enfrentarse al luto de sus partes, corno movimiento necesario al fin de
asumir una identidad diferenciada.
Este acercamiento a la homosexualidad representaba muchas ventajas
para la sociedad. La primera de todas es que, ubicando la homosexualidad
en el interior de la dicotomia masculino/femenino, activo/pasivo, se neutralizaba el factor perturbador y escandaloso que el comportamiento homosexual
encierra: la presencia del varón (por definición "activo") en roles sexuales
"pasivos" (por definición "femeninos"). Ademàs, afirmando que cualquiera
que mantuviera un rol "activo" en una relación homosexual seguia siendo,
de todos modos, un "varón", y en cambio quien asumiera un rol "pasivo" se
consideraba corno una especie de "mujer" (femmenella), todo esto mantenia
inalterado el valor absoluto de la dicotomia masculino/femenino. Podriamos
incluso decir que esto se reafirmaba, de alguna manera, precisamente porque
incluso quien se sustraia al curso "naturai" de las cosas demostraba en un
segundo momento vivir su trasgresión segùn patrones tradicionales. Ademàs,
el aspecto grotesco, caricaturai, del rol del "maricón" constituia una advertencia para quienes sentian en si tendencias homosexuales. La alternativa
propuesta a la sociedad estaba clara: por un lado vivir de una manera exclu -
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•NICOLA SISCI • PAOLO VALERIO
siva y abierta sus deseos personales, pero rebajàndose al nivel de un ser caricaturai, la "femminella"; por el otro vivir sus propios deseos manteniendo
igualmente el rol privilegiado de "varón", bajo la condición de renunciar a
vivirlos de forma exclusiva. Para demostrar su virilidad, de hecho, el "varón"
debia necesariamente casarse y procrear.
Recapitulando, la adhesión a la institución matrimoniai era el precio que
habfa que pagar para vivir sus instintos homosexuales sin ser estigmatizados.
Para finalizar, las relaciones sexuales con los femminielli constituian una ùtil
vàlvula de escape para las tensiones sexuales, sobre todo para los adolescentes. En las sociedades campesinas y patriarcales del Mediterràneo en general
la mujer era estrictamente vigilada y segregada hasta el casamiento (y en unas
realidades lo sigue siendo aùn); por otro lado, la condición econòmicamente débil de los adolescentes no concedfa fàcil acceso a las ùnicas mujeres no "off
limits", es decir, las prostitutas. Era imposible obtener un desahogo sexual
en este contexto sin infringir uno de los tabùes bàsicos de està sociedad:
la seducción de mujeres virgenes o casadas. Desde està vision el acto homosexual constituia, por lo tanto, literalmente un inconfesable "mal menor", una
alternativa a la peligrosa seducción de mujeres "prohibidas". Un reconocimiento explfcito de este hecho se dio en 1860 cuando, teniendo que unificar
Italia también jurfdicamente, se decidió no extender a las regiones del Sur
el articulo 425 (que castigaba las relaciones homosexuales entre hombres),
tornando en cuenta la "indole particular" de las poblaciones meridionales.
También los femminielli obtuvieron ventajas sociales con este "pacto social
no escrito". En primer lugar, hasta que los "diversos" renunciaban a reivindicar una identidad desviante y a construir un estilo de vida alternativo al
socialmente dominante, se les concedfa cierto margen de maniobra libre de
pràcticas sociales represivas. En segundo lugar, podian tener con una facilidad
extrema relaciones sexuales con los "varones", incluyendo a los heterosexuales. Hasta que asumia el rol "activo", el "varón" (hétero u homosexual, segiin
sus tendencias) estaba generalmente disponible a relaciones sexuales (de simple desahogo) con eìfemminiello, siempre y cuando el mantenimiento de los
roles quedara garantizado (en el caso en que el femminiello hubiera intentado invertir los roles, habria sido castigado con una reacción extremadamente
violenta, por infringir el "código"). Alguna vez el varón, en particular si era
adolescente, podia justificar el acto recién cumplido declarando haberlo he-
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LOS FEMMINIELL1 NAPOLITANOS
cho por dinero; la transacción econòmica tenia un significado mas que nada
simbòlico, es decir, servia para reafirmar los roles. En general, el varón, sobre
todo si era adulto, no pedia al partner otra cosa que la reafirmación de su rol
dominante, "masculino", concediéndose de manera gratuita a la relación. En
el caso de \osfemminielli, hasta podian ser ellos quienes pagaban por la "prestación". No hay que subestimar la importancia que tiene para el individuo la
"propuesta" de una identidad sexual (personal y social) congruente con las
identidades sexuales "normales". Aunque pueda parecer una paradoja, aùn
hoy muchos femminielli se rehùsan a reconocerse en el rol del homosexual y
del gay, porque lo perciben corno un rol "desviante", es decir, corno un rol
que no encuentra su espacio en el interior de categorias humanas "naturales"
(el varón y la mujer) y tiende a crear paradójicamente una tercera categoria.
Contrario a lo que se cree, el concepto de "bisexualidad" resulta extrano a està
cultura: el "varón" es simplemente "varón" hasta que es "activo". Esto no significa que el femminiello se sienta mujer. Su conciencia de ser diferente tanto
de una mujer corno de un hombre (es àcciv, femminiello precisamente) es muy
fuerte y tajante y se expresa en una sensibilidad profundamente compleja.
La desaparición, a la cual nos parece que el femminiello se està aproximando, podria ser pensada también corno consecuencia de las profundas
transformaciones a nivel urbanistico, arquitectónico, cultural, que Nàpoles
ha vivido en su camino hacia la contemporaneidad (signo de ruptura con el
pasado y la tradición) respecto a proyectos de planificación urbana en escala
metropolitana. La metrópolis contemporànea, inseparable expresión del modo
de producción capitalista, nace bajo el estandarte de la superación de lo que
anteriormente vinculaba y limitaba los organismos urbanos, incluyendo aquellos factores que podian llevar a cambios dràsticos, o inclusive a la muerte de la
ciudad. La metrópolis resulta ser un organismo mas resistente porque se
alimenta de las diferencias produciendo nuevas, empezando por las diversas
oportunidades de inversión y de valorización del capital. El rol y la función
social que ha representado el femminiello parecerian vinculados a la idea de
un cierre "anticapitalista" de la economia del callejón, a una especie de autogestión que con el debilitamiento del tejido urbano y la credente presión
externa (bajo forma de fuerza globalizadora) ha permitido de manera anàloga
debilitar las tradiciones, interpretadas comò "conservación y transmisión de
una cultura", de una manera de "prepararse a la vida", fuertemente connotati-
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•NICOLA SISCI • PAOLO VALERIO
vas de la pertenencia a està ciudad. Pensemos en los menesteres de la calle que
han quedado sólo comò iconograffas en las fuentes de los archivos históricos.
Sin embargo, aun no queriendo reducir el anàlisis sólo al contexto urbano,
podemos afirmar que incluso los pocos femminielli que se pueden encontrar
en las campifìas de las àreas cercanas al Vesuvio y a Avellino se mueven en un
contexto bastante limitado y se adscriben a una subcultura de tipo campesino
que parece estar también en via de extinción. Este avance de la globalización
ha producido nuevas formas sociales en las cuales insertar la "diversidad".
Nos referimos a éstas comò formas sociales dado que nos preguntamos si las
instancias personales de aquellos que requieren un cambio de sexo, por ejemplo,
no respondan, de manera especular, a una oferta proveniente de lo social, que
se mueve en està dirección. La interrogante que nos planteamos es la siguiente:
fjson aquellos que se someten hoy a la pràctica quirùrgica para una reatribución de sexo, aquellos que en el pasado "contrataban" en lo social su presencia
corno diversos o, mas bien, hay que considerarlos corno subjetividades del
todo distintas, impulsadas por instancias diferentes? A tal propòsito nos parece interesante lo que afirma Cosimo Schinaia, retomando el pensamiento
psicoanalitico de algunos autores lacanianos:
si è passati da una cultura fondata sulla rappresentazione, che si basava
sull'evocazione dell'oggetto desiderato, ad una cultura della presentazione, che
consiste nelTappropriarsi automaticamente e immediatamente, senza mediazioni,
dell'oggetto stesso. In altre parole, si è passati da una cultura basata sulla rimozione
dei desideri e quindi sulla nevrosi, ad un'altra che raccomanda la loro libera espressione e soddisfazione e promuove in cotal guisa la perversione [Schinaia, 2006].u
Desde este punto de vista, el femminiello quedarla incluido en una modalidad de representación en la cual el ser femenino y el sentir femenino era
mediado por las pràcticas del trasvestismo, la vitalidad juguetona, el rol. Por
el contrario, el transexualismo sugeriria un cambio hacia un deseo reificado
11. "Pasamos de una cultura fundada en la representación, basada en la evocación del objeto deseado, hacia una cultura de la presentación, que consiste en la apropriación automàtica e inmediata del
objeto mismo. En otras palabras, pasamos de una cultura basada en la remoción de los deseos y por lo
tanto en la neurosis, a otra que promueve la libre expresión y satisfacción de los mismos y, de tal manera,
impulsa la perversión".
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LOS FEMMNIELU NAPOLITANOS
que se presenta bajo forma de transformación corpòrea irreversible. Todo esto
indicarla también un proceso mucho mas solipsista en el cual la identidad de
gènero ya no parece ser una bùsqueda de si en relación al otro social, mas un
proceso repentino que se realiza en el momento mismo en que se concreta el acto
primero diagnóstico-juridico y sucesivamente quirùrgico.
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