EURÍPIDES Tragedias LETRAS UNIVERSALES I 11 Edición de Juan Miguel Labiano Traducción de Juan Miguel Labiano CÁTEDRA LETRAS UNIVERSALES \IFÍGENIAENTRE LOS TAUROS INTRODUCCIÓN ~ genial. y entretenidap••.ieza dramática suele fechar•.se . en tomo al 414 a.C. En pocas palabras, su acción se enlaza con la desarrollada en la tragedia Eleetra. En Eleetra, tras el brutal matricidio cometido porOrestes, sele ordena a éste que vaya a Atenas para someter su ca~o aL tribunal del Areópago. Como quiera que, incluso después de su absolución, las Erinias siguen acosándole y persiguiéndole sin descanso, a raíz de un nuevo oráculo de Apolo se ve obligado a dirigirse al bárbaro país de los Tauros, para robar la estatua de Artemis de su templo y llevarla aAtenas. Casualmente, su desaparecida hermana Ifigenia a laque todos dan por muerta, sacrificada en Áulide a manOs de su padre Agamenón, desempeña en dicho templo el nlinisterio sacerdotal en honor de la diosa. A partir de este momento es cuando se inicia la acción de la pieza, que nadiese atrevería a calificar de verdadera tragedia sino, más bien, de melodrama, tragicornedia o, simplemente, novela. en drama. Elproceso de reconocimiento de los dos hermanos es, téénicamente, una obra maestra. por lo que respecta a la prolongación del suspense, hasta el punto de admitirlo así uno de sus no más benevolentes críticos, como Aristóteles. En concreto, las palabras del estagirita son las siguientes: «De entre todos, el mejor reconocimiento es el que surge a raíz dejos hechos mismos, cuando el impacto se produce a través de circunstancias verosímiles, como en el Edipa de Sófocles y la lfigenia (se. de Eurípides), pues querer enviar una carta es un heSTA 00 verosímihl·Precisamente el motivo de la carta, que Ifigema entrega aJ?ílades para que le haga llegar noticias suyas a su hermano Orestes, presente aunque ella todavía lo ignora, es uno de los recursos más elaborados de nuestro trágico. Con . toda razón Aristóteles consideró que era éste un hecho totalmente creíble. Entretanto, el espectador sabe que ambos hermanos están en la escena, aunque ellos mismos no lo saben y'p0r ~so cobraespecíal intensidad el momento en que Ifige: ma esta a pl;lnto de degollar a su hermano, a quien todavía no ha reconocido. Aún tendremos algo que añadir más adelante a propósito de la prolongacíón de la accíón y de la tensión dramática. Hay dos obras que parecen sJIgerir que Eurípides es el inventor y precursor de un género de melodrama romántico, en el que suele ser habitual el rescate de una heroína de las garras de extranjeros retrógrados, a cargo de unos aventureros que se aprovechan de .las supersticiones de los nativos. Así parece suceder en !figema entre los Tauros y en Hekna. Ifigenia es la pobre muchacha griega que se encuentra en los confines del mundo, en tierra bárbara y extranjera, en el Q1ersoneso táuri· ca, actual Crimea, sometida a un ministerio nada agradable. En efect<;>, los ~ár~ar?s del p~s, gobernados por el bárbaro Toante, tlenen mstltulda la antlgua costumbre de sacrificar a tSldos ~os extranjeros que arriban al país; en honor de la diosa ~e!Ills .. ~e ap,rovecha esta circunst~cia para, a partir de l;lna clVllizaclon barbara y un pueblo le)'ano,ofrecer una explicacíón etioló~ca de los restos de sacrificíos humanos practicados en el Atica. En el otro extremo, Orestes y su primo Pílades son los intrépidos aventureros que, tras arrostrar numerosos pel!gros, logran coronar con éxito la empresa de rescatar a la cautlva y devolverla a la opulenta y civílizada Atenas. De paso, no se desperdicia la oportunidad de echar unas flores sobre la ílustre ciudad de Palas, como prácticamente sucede en casi todas las tragedias. Al menos en este volumen, así ocurre en todas, en mayor o menor medida. La obra tiene muchos ingredientes propios de una novela: • 1 Aristóteles, Poética, 1455., 17-21. lbs paisajes y las costumbres exótic~s, los v:iajes, los cambios repentinos de la fortuna, el azar, el¡mprevlsto y prolongado proceso de reconocímiento, la consiguiente escena d~ demostracíón de amor fraternal tras el reencuentro, las mil y una preguntas para interesarse el uno por el otro, la conspiración para tramar un plan que les permita sal,varse, la salvacíón e~ el último momento, cuando todo parecla volver a estar perdido. Todos estos elementos noS sitúán en una pieza literaria de acción trepidante, de suspense, de intriga, y de final feliz. Los personajes son nobles, pertenecen a la familia de los Atridas, pero podrían no serlo. No falta tampoco, por supuesto, .una buen~~osis d~ i~onía, ingrediente bien frecuente en el estllo de Eunpldes. SI bien el momento estelar se produce en la escena en que amboshermanos están situados frente a frente, e Ifigenia se encuentra ya decídida y próxima a ejecutar su brutal ministerio dando muerte al extranjero, cuando todavía no sabe que ellos son en realidad su hermano y su primo, cuya existencía incluso desconoce, porque era muy joven cuando abandonó la residencia famíliar, no deja de ser iróníco, asimismo, otro evento: en las escenas iniciales del drama, Ifigenia se prepara para derramar unas lustraciones en honor a su hermano, al que cree muerto a raíz de la interpretación de un sueño que ha tenido. Entona en ese momento los correspondientes trenos funerarios, cuando precisamente poco antes los espectadores acabaIIlOS de ver vivito y coleando sobre la escena al supuesto finado, que está muerto, pero de ~iedo. ~a aparición en escena de Orestes acompañado de Pilades tlene algunos paralelos con la entrada que la pareja efectúa en la tragedia Ekctra. En ambas escenas, el hijo de noble padre se asoma temerosamente, con miedo a ser visto y con intención de ejecutar acciones . siempre camufladas y que precísan de. más arrojo ql;le el CJ,ue el joven tiene. Por fortuna para él, su Inseparable pnmo Pilades es quien le insufla el valor necesario en los momentos más críticos. Merecen ser destacados los relatos del boyero cuando anuncía la llegada y captura de los extranjeros, y el del mensajero que describe a Toante cómo han si~o enga~ados por Ifigenia y cómo se han embarcado para hUlf del palS, tras ha- , • ber robado 1~ imagen de Ártemis. Son largas rhéseisno carentes de interés y muy bien construidas y articuladas. Los diálogos también>están realmente logrados. Retoma11l0s al punto, antes comentado, de la prolonga. ción de la acción, el mantenimiento del suspense y la gradación creciente de la tensión dramática más allá d~límites· es' perables. AJ..final de la pieza, cuando Orestes, lfigenia y PHades han cOll,seguido e11lbarcar Y navegan ya hacia alta mar a toda vela y q:m el impulso de sus remos, cuando tqdo parece ya resuelto y cumplido, un golpe de mar. y una fuerte e inesper,!da marejada hace retomar el barco de.nuevo h~cia la costa. Este es Ull,percancetotalmente innesesario, en principio, pero que siryeprincipalmente para dos lll0tivos. De una parte, produce el efecto de prolongar aún m~s¡ si cabe, la tensión de la acciómde este modo, el clímax fillal se hace todavía más esperadq..e intenso, cuando lo único.que se esperaba ya erad propio final de la pieza. De otra Part~,justificaIa apariciónde la diqsa Atenea, comodea ex maclJina, que, a modo de convenientei~xplicaciónetiológica muy frecuente en estos casos, ordenaill,staurar dentrO del Ática un culto a Árt~mis Taurópola, en H:alas, y otrqen Braurón dedicado a lfigenia. NOTA BIBUOGRÁFICA ALBINI, U., «L'Iffgenia in Tauride e la fine del mito», PP, XXXVIII, 1983, págs. 105-112. BELPASSI, L.,«L'Oreste Taurico e l'efebia. Alcune considerazioni sui v. 67-122~ella LT. di Euripide», QUCe; 59,1988, págs. 117-12i. CAillWEll, R.~«Tragedy romanticized. The Iphigenia Taurica», Cl, LXX~ 1974,págs. 23-40. CAMBITOGLOU, A, «Iphigenia aufTauris. The question ofthe influence ()fthe Euripidean play inthe representations ofthe subjectin Atticand ItaIi()té vasepainting>', AK,XVIII, 1975, págs. 56-66. DIGGLE,]., «Notes on the Iphigenia in Taurls ofEuripides», PCPbS, XXII, 1976, págs. 42-45. GRAF,F., «Das Gotterbild aus dem Taurerland», AW, X,4, 1979, págs. 33-34. HALL, E: M., «The geography of Euripides' Iphigeneia among the ,Taunans»,41Pb, CVIII, 1987, págs. 427-433. HARTIGAN, K. V., «Salvation via deceit. A new look at Iphigeneia at Tallris», Eranos, LXXXIV, 1986, págs. 119-125. HARTIGAN, Karelisa, «Euripidean madness. Herakles andOrestes», G&"R, XXXIV, 1987, págs. 126-135. 1APIDGE, S., Orestes andIpbigeneia. An interpretation ofEuripides'Ipbigeneiaamongthe Taurians,Princetonpniv., Princeton, N],J976. LATTIMORE, Ro, Ipbigenia irzTauris, Oxford, 1974. MASAJMCCHIA, E., «Ifigenia Taurica:'un dramma a lieto fme?», QUCe; 47,1984, págs. 111-123. O'BRIEN, Michael J., «Pelopid historyiand the plot of Iphigenia in Tauris», CQ, XXXVIII, 19?8, págs. 98-115. O'Cor-!NOR-VISSER, E. A M. E., Aspectsofbuman sacrifice irttbe tragedies qfEuripides, Amsterdam, 1987. PALAZZO, M. y PASCIUTA B., «Ifigeniafra i Tauri. Senso di iricertezza e condizione umana», lLGP, XIX-XX, 1982-1983, págs.)77-187. PARASSOGLOU, G. M., "Iphigenia raurica 946-955», HeUenica, XXXIV, 1982-1983, págs. 479-480. RUiZ DÉ ELVIRA, A, «Pilades, Orestese Ifigenia», CFe; XII, 1977, págs. 47-58. SANSONF., D., «The sacrifice-motifin Euripides' IT», TAPbA, CV, 1975, págs. 283-295. - «Notes on the Iphigeriiain Taurisof Euripides», Maia,XXXI, 1979, págs. 237-244. STRACHAN,]. c. G., «Iphigenia and human sacrifice in Euripides' Iphigenia Taurica», CPb, LXXI, 1979, págs. 131-140. . TURATO, F., «Euripide, lfigenia in Tauride. Dramma barocco?», BIFG, II, 1975, págs. 14+164. SOBRE EL TEXTO Nos hemos apartado de la ediciqn oxoniense de]. Diggle en los siguientes versos: 105, 258, 260, 288, 905, 1091, 1246, 1438. ) ARGUMENTO· Orestes, de acuerdo con un oráculo, fue a la tierra de los Tauros de Escitia con Pílades, con el propósito de sustraer la imagen de Ártemis, objeto de veneración entre aquéllos. Tras alejarse de su barco y presa de un ataque de locura, fue hecho prisionero junto con su amigo por los lugareños y llevado, de acuerdo con la costumbre de! lugar, para convertirse en víctima de! templo de Ártemis, pues solían matara los extranjeros que allí desembarcaban. La escena de! drama tiene lugar en tierra de los Tauros de Escitia. El coro se compone de mujeres griegas, sirvientas de lfigenia. lfigenia pronuncia el prólogo. 1 PERSONAJES PEL DRAMA .. / IFIGENIA, hlj{j(leAgamenón ORESTES, hijqrie Agamenón PíLADES, pri11J~de ambosy ex(e!entéamigodeOrestes CORO DE CAUTNAS GRIEGAS, sirvientasde.lfigenia BOYERO . TDANTE, rty(le[os Tauros MENSAJERD;sirviente de·Toante ATENEA, diosa' j, (La escena se desarrolla enlatierra de los Tauros, a las puerf4s del templo deArtemis. Alfrente.bay un altar. Pueden verse cráneos y ·otrosrestos sangrientos de sacrificios humanos allí qficiados; IFIGE.NIA salepor lapuerta del to/iploy comienza a hablar.) IFIGENIA.-.[1] Pélope, el hijo de Tántalo, fue a Pisa conveloces caballos y se casó con la hija de Enómao, de laque nació Atre02 • Los hijos de Atreo son Menelao y Agamenón, y de éste nací yo, Ifigenia, retoño de la hija de. Tindáre03 • Junt<;> a los torbellinos 9ue con frecuencia elEuripoihace reflUIr, cuando arremohna la mar. azuloscura con compactos vientos, allí mi padre me inmoló por causa de Helena, s~gún cree él, en los ilustres valles de Áulide, en honor de Artemis. [10] Hasta allí, como es bien sabido, el soberano Agamenóncondujo u~a flota griega de mil navíos, porque quería tomar para glona de los aqueos la bella corona del triunfo sobre Ilión, tratando devengar lasoprobiosas bodasd~ Helena, y hacer un favor a.Menelao. Pero, ante. la imp()sibilidad de navegar y por tlO tener vientos favQtables, acudió a 2 ~nómao es un rey de Pisa, en Élide, Olimpia. Tenía una hija a la.que se reslstia adar en matnmonto. Poresemonvo, sometía a sus pretendientes a u~a canerá de canos en la que siempre ganaba él, ya que sus caballos eran diCuando un día se presentóPélope, hijo de Tántalo, Hipodamíá se enamoró de él y sobornó al auriga de.su padre para que éste perdiese la cárrera. De este modo, Pélope e Hipodarníase casaron. Entre los hijos que tuvieron, VIDaS. se cuenta Atreo. 3 Este retoño es Clitemestra, hija de Tindáreo y de Leda. Es hermanag~me­ la de la famosa Helena, aunque ésta es fruto de las relaciones que mantuvo su madre con Zeus. Ambas dos son también hermanas de los Dióscuros.· los sacrificios. Entonces dice Calcante: «Agamenón, comandante en jefe de Grecia, no vas a hacer zarpar estos barcos del puerto hasta que fi.utemis .[20) reciba .inmolada a tu hija lfigenia, pues prometIste sacnficar a la ~Iosa portad:lfa de la luz lá criatura más hermosa que te nacIese en un ano. Pues bien, tu esposa Clitemestra ha dado a luz e.n casa a una niña (me ha traído una ofrenda por su excepcIOnal belleza) a la que tú tienes que s~crificap:- Enton~es me llevaron, mediante intrigas de Odlseo4, leJos de mI ~adIe ~on idea de casarme con Aquiles. Pero cuando llegue a AulIde, sobre una desdichada .de .mí , me colocaron en ¿uspenso , . pira para matarme a punta de espada. Pero Artemls me raptó, ofreciendo en· mI lugar un cIervo a los ~que~s,. [30) me acompañó a través del brillante éter y me hIzo VIVU en este país de los tauros5 , en cuya tierra gobierna sobre bár~aros el bárbaro Toante que, como los pies mueve veloce.s Igual que si fuesen alas, recibió este nombre ~ebido a la lIgereza de sus pies6• Y ,me h.a hecho. sacerdotls~ e.n este templo, donde la diosa Artemls se deleIta en la practica de un entretenimiento, cuyo nombre es 10 único hermoso qu~ tie l1 e (el resto me 10 callo por miedo a la diosa), pues sact;Ifico, a raíz de una costumbre que ya existía en la ci~dad mduso en el pasado, a todo griego que alcan~a e.sta tierra. [40) Yo doy comienzo al rito, pero de los sacnficlOs, que no s.e deben revelar, se ocupan otros en el interior del santuano de la diosa. Vaya contar al éter las inesperad~s visio,nes que la pasada noche ha venido a traerme, por SI esto sIrve ahora de remedio en alguna medida. Me pareció en el sueño que me marchaba libre de esta tierra y que vivía en Argos. Estaba durmiendo en medio de la cámara de las doncellas, y temblaron los lomos de la tierra a causa de un terremoto. Escapé, y cuando ya estaba fuera, vi cómo caían las comisas de la casa, y toda la techumbre venida abajo en ruinas, desplomada en el suelo desde 10 alto de los pilares. [50) Únicamente quedó una columna, según me parecía, de la casa de mi padre, que dejaba caer del capitel unos mechones rubios y que tomaba voz humana. Entonces yo, a la manera que tengo cuando mato a los extranjeros, 10 honré y 10 rocié con agua como a un muerto, entre llantos. Este sueño yo 10 interpreto del siguiente modo: Orestes ha muerto y yo cumplía con el rito por él, pues los pilares de una casa son los hijos varones y mueren aquellos a los que hieren mis lustraciones. No puedo, además, enlazar este sueño con amigos míos, [60) ya que Estrofio no tenía hijos cuando yo llegué a mi fin. Ahora, pues, quiero ofrecer unas libaciones en honor de mi hermano ausente, estando yo igualmente ausente (pues eso sí que puedo hacerlo) con la ayuda de mis sirvientas, unas mujeres griegas que el rey me dio. (Se impacienta al ver que no acuden sus sirvientas.) Pero, ¿por qué motivo no están todavía aquí? Iré dentro de los aposentos del santuario de la diosa, en los que yo vivo. .. entra en el interior del templo. Por un lateral aparecen ORESTES y PlLADES, con cautelay mirando a todos los lados) (IFIGENIA 4 Como muestra de hasta qué punto se le caracteriza a Odisea com~ pers<; naje perverso en las tragedias de Euripides. sirvan las palabras que le dedICa He: cabe en el momento de enterarse de que va a ser su esclava: Las Trcryanas,282·8. «i Me ha tocado en suerte ser la esclava de un hombre abomInable, doloso, enemigo de la justicia, bestia al ~argen de ~a ley, que a t?do le da la vuelta, lo de aquí allá, y luego otra vez alla lo de aqm, de lengua bIfida, que lo que armo go primero era, en enemigo trastoca!» 5 La actual. Crimea. . ~..., ,. . . ' 6 Etimología popular. En gnego Iboos sIgnIfica rapldo, hgero, veloz. I I J OREsTEs.-Estáte atento, vigila, no sea que haya algún hombre en el camino. PlLADEs.-Ya estoy atento, y miro dando vueltas a todas partes con los ojos. OREsTEs.-Pílades, ¿crees que ésta es la morada de la diosa [70), adonde desde Argos hemos puesto rumbo a nuestro barco? PlLADES.-Yo creo que sí, Orestes, pero tú también tienes que' creerlo. ORESTES.-¿Y ése es el altar del que gotea la sangre griega de los homicidios? PíLADEs.-De sangre, desde luego, tiene enrojecidos los bordes. . .......... '. ..• ' ORESTEs.pebajo de las comisas, ¿ves cqlgados sus despojos? PíLADEs.__Sí,pfrendade primicias dejos extranjeros muertos...peroeS,precisolIlover los ojos en círculo y estar bien atentos. OREsJ"Es.(Invocando(lApolo.)Febo,¿aqué red/de nuevo me,has c:ol'lducidopor disposición de tus orácUlos? Después deyengar las¡}ngre de mi padre matando ami madre7,las Erinias8 nosandari persiguieI}do y acosando por tumos [8Q], huidos!, desterradosde la patria, yya he recorrido ml.lC]¡os trayectos sinuosos. . " Acudjati y te pregunté cómo podría llegar al final de esta locurarodante yde las desgraóasentrelas que me debatodandqvueltas por toda Gre,cia. Entonces tú me dijiste que me dirigiese a los confines cie la tierra táurica, donde tu herrnanaÁrtemis tiene Sl.lS altares, y que cogiese la estatua de la diosa, ésa que dicen que cayó ,del cielo ahí en esos templos; y que, una 'Vez que me hubiese apoderado de ella bien a tra'Vésde alguna treta o bien p~rcualquier otro tipo de lIledio,[90] a pes¡}r de los peligr?s que tuviese: 9.ue ~up~­ rar, la. entregase al p<lÍs de losatemenses -a partir de ah!, nada más se dijo- y que, por hacerlo, recuperaría el aliento después de mis fatigas. Estos hechQs se producen en la tragedia Electra,eneste mismo volumen. Las Erinias'son unas divinidades violentas yvengadoras, especialmente de los crímenes familiares collloprotectoras de! orden social. Según las polabras de Cástor en Electra,versos 1270-2; "y las diosas, verdaderamente terribles, abatidas por este doloroso golpe, al pie de la colina misma se hundirán en las profundidades de este lugar, venerable sede oracular para los hombres piadosos», las Eriniastendrían que haber dejado en paz a Orestes tras el juicio al que éste se sometió ene! Areópago,perp,obviamente; no fue así, sino que algunas no se avinieron al resultado de! juicio (cfr. Ifi"elZia entre las 'Fauras, 968-71; "Cuantas Erinias se sometieron al resultado de! JUICIO, obtuvieron junto á1 mismo lugar de la votación un espacio delimitado como san· tuario; pero.,lasque,no se sOlnetieron a l~ley, me., iban persigui~ndo en agobiahtecarrera}». Las Erinias son viejas, con serpientes por cabellera, cabezas de perro, cuerpos negros como e! carbón, alas de murciélago y ojos inyect,,dos en sangre;,Llevan en sus manos azotes tach01lados con bronce y sus víc~ timas mueren'·atormentadas. 7 8 Aquí he venido dejándome persuadir por tus palabras a esta tierra ignota e inhóspita.(Dirigiéndose a PíLADES.) Pílades, como tú eres quien meay]Jda en este trabajo, a ti te lópregunto: ¿qué hacemos? Ya estás viendo qué alta es la circunferencia dejas murallas. (Entramos subiendo con. escalas? Pero, entonces, ¿cómo podríamos pasar inadvertidos? ¿O si hacemos saitarcon palancas los cerrojos de bronce, [100] de los que nada sabemos? Pero, si al abrir las puertas somos descubiertos mientras nos las ingeniamos para entrar,lIlqriremos.Así que, antes de morir, huyamos al barco en el que precisamente hasta aquí hemos llegado navegando. PíLADEs.-Huir no es una acción tolerable y tampoco es nuestra costumbre. Por otra parte, no hay que hacer reprochealgun0 9 al oráculo del dios. De momento, alejémonos del templo y escondámonos en esa cueva que el mar baña negro,rezumante de humedad, lejos del barco, nO'sea que alguien vea el buque, se lo comunique al rey, y luego nos capturen por la fuerza. [110] Cuando caiga el rostro de la lóbrega noche, tendremos que tener el valor de coger del templo la pulidaestatua, aplicando todo tipo de recursos. Mirae1 espacio interior entre los triglifos lO ; por ahí podría . dejarse caer un cuerpo. Los valientes hacen frente a las dificultades; los cobardes,en cambio, no valen nada en ninguna parte. Lo cierto es que no hemos recorrido un camino tanlargo a remo para emprender el regreso de vuelta sin haber alcanzado nuestra meta. ORE5TEs.-Comohas hablado bien, te haré caso. Tenemos que ira un lugar doIlde podamos esconder nuestros cuerpos y pasar inadvertidos. [120] Yo no he de ser el responsable de que la profecíadel dios caiga en saco roto. l{ay que armarse de valor, pues ninguna fatiga sirve de excusa a los jóvenes. . 9 10 Lectura de los manuscritos. Elemento arquitectónico de los templos antiguos. (Se van ambos por un lateral. Por etotro lado sale el CORO DE CAUTIVAS GRIEGAS, sirvientas de IFIGENIA, y ella misma.) IFIGENIA.-IGuardad pío silencio, habitantes de las dos rocas que en elponto inhóspito una contra otra chocan/U. CORo.-IOh hija de Leto, la montaraz Díctina!12. Al vestíbulo de tu morada,a las cornisas de oro de tu templo de hermosas columnas, [130]mis santos pies de doncella encamino, esclava que soy de la santaguardesa de las llaves. Atrás hed,ejado las torresy murallas de Grecia, rica en corceles,y las hermosaspraderas arboladas de Europa, sedes de mi casa paterna. Ytl he venido. ¿QJlé novedad ha acontecido? ¿QJlépreocupación te ocupa? ¿Por qué me has hecho venir a tu templo, hija del ilustre atrida que a las torres de Troya marchó [140J con ilustre remo, milnavíos13 y diez mil hombres armados? IFIGENIA.-IAy, sirvientas! Me siento como si estuviese envuelta en la más dolorosa de las elegías, en un canto sin acompañamiento de lira, de música sin melodía --Iay, ay!- entrefúnebres lamentos. La ruina cti1/1.ina conmigo, que lloro a mi hermano, por su vida. [150J IQJlévisión vi en sueños durante la noche cuya oscuridad ya ha partido! !Estoy perdida, estoy perdida! IYtl no existe la'casa de mipadre! IAy de mí! IMifamilia ha desaparecido! IHuy, huy! IQJlémiserias las de Argos! IAy, divinidad, que me despojas de mi único hermano y lo envías al Hades! En su honor [160J vaya verter estas libaciones sobre los lomos de la tierra, una copa por los muertos, leche de terneras salvajes, vino de Baca, el trabajo de las 11 El ponto inhóspito es el ponto euxino, 'hospit.alario', el actual mar Ne- gro. Las dos rocas son las Simplégades, a las que másadelantese hace refeIenóa por su nombre (versos 241, 260 Y 1389). Las Simplégades, las rocas 'que entrechocan', eran rocas móviles que cerraban el paso del estrecho hasta que, tras pasar por ellas la nave de los Argonautas, quedaton fijas, pues era voluntad del Destinogüe su movilidad cesase en cuanto un barco consiguiese franquearlas. 12 Epíteto de Ártemis como diosa de la caza. Su culto se difundió originariamente en Creta.. Este nombre está emparentado con dt'krya, 'redes de caza'. 13 Alusión a la flota de Agamenón, tal como se·menciona en los versos 10 Y 11 de esta misma obra, «hasta allí, como es bien sabido, el soberano Agame, nón condujo una flota griega de mil navíos'), Agamenón era el comandante en jefe del ejército griego en la guerra de Troya. a~ejas zumbadoras, todo, en difinitiva, lo que se ofrece en las libaCIones a los muertos para aliviar sus males. lVenga! Dame el instrumental todo de oroy las libaciones de Hades. [170J ¡Oh retoño de Agamenón que bajo tierrayaces! En tu honor, como a un muerto, ~nvío ~stas rf!endas. Acéptalas. Junto a tu tumba ni he de depos/tar !!l/s rubIOS cabellos ni verter mis lágrimas 14, ya que vivo, como bien puede verse, muy lejos de t~ patriay la mía, donde todos me creen muerta, tnstemente sacrificada. CORo.-Cantos de respuesta, [180} eco bárbaro de himnos asiáticos en tu honor, señora, voy '! entonar, triste música de elegías por los muertos, que en las canCIones de Hades canta sin peanes. ¡Ay de ,la casa de los at~idas! ISe ha apagado la luz del cetro15, ay de mi, de la casa de m/ padre! IMonarquía de los muy dichosos rryes de Argos! [190J A una pena se le sucede velozmente otra pena com? cuando, sobre los caballos alados en los que sepasea en su r; comdo, el sagrado aja de los rayos del sol se desvió de su curso. Los dolores, unos sobre otros, caían en su morada por causa del cordero de oro, muerte tras muerte, desgracia tras desgracia 16• De aquí, de l~s tantál/das muertos antaño, [200J viene como resultado el castzgo sobre esta casa,y su destino se ceba sobre ti con toda su malicia. 14 Este gesto ya lo hemos podido ver en otra tragedia de este volumen cuando Orestes hace lo mismo ante la tumba de su padre: E1ectrtl, 90-1: «Est~ noche he Ido ant~ el túmulo de mi padre, he derramado unas lágrimas y le he ~frecldo como pnmera ofrenda unos mechones de mi cabello." También Asnanacte se los prometía a su abuela Hécabe, Las Troyanas, 1182-4: «Ten por se· guro que pIenso cortarme esta espesa melena de rizos en tu honor y que hasta tu tumba he de llevar una procesión de camaradas, para ofrecerte una quend~ despedIda." También en lfigenia entre los Tauros, 703 y 820-1. Lectura de los manuscritos. 16 Vuelven a invocarse las desgracias de la casa de Atreo. Una versión más extensa de lo que aquí se resume puede leerse en los versos 700-742 de la tragedIa Electra~ en este volumen. Tiestes, hermano gemelo de Atreo sedujo a su cuñad~ Aérope, para que ésta le· entregase el cordero de oro que'aseguraba a su ~ando ~treo el P?;ler real. Con todo, Atreo consiguió conservar la corona gracIas a la mtervenClon de Zeus. En el debate que se planteó a los habitantes de Mlc~nas, Tlestes propuso qu~ fuese elegido rey aquel que pudiese mostrar un vellon de oro. Atreo aceptó, Ignorante del hurto, perdió y Tiestes fue proclamado rey. Pe~o Atreo argumentó, con ayuda de Zeus, que el verdadero soberan? fuera deSIgnado por otro prodigio, a saber, invertir el curso del sol. Así sucedIÓ, y Atreo recuperó el trono. IF1Gr:NIA.-IJpde elprincipio, desafortunada mefue lafortuna del ceñidor de1J1inzadreyde la nocheaquella.])~sde e!principio, las diosqspartqqssometieron mi infancia a unagran tensión. A mí, a su retoñoprimogénito en. e! tálamo nupcia¿I21O} la.desdichada hija de Ledq17 mepariócomo víctima para~ldeshonor paternoy un sacrificionqda dichoso. Me crió consagtatirJ. . en. carro de caballos me hipiqon en.caminarme a lasaren.as de Aulide como doncella, try de mí, mal casada con el hijo de la hija de Nereo 18 • ¡Ay, ay! Sin e1J1btirgo, ahora habito en. casa estéril como huésped de! marinhóspft.o.,f220} sin boda, sin hijos, si1fpatria, sin amigos, la . que antaño era cortqada por parte de los grt~gos, sin celebrar a la Hera de ~rgosI9. No bordo en. los telares--hermosQ es susonido- con mi lanzadera ni imágenes de la áticaPalas ni de los Titanes; antes bien, con baños de sangre -de roja sangre-- roda a los extran}~ros. Triste es verlos morir con gran pena. Triste es el sonido de sus'ayes' de 40lo1. Triste es el río de suslágrimas. Ahora me olvid0tlfrllosy [230} lloro a mi hermatzomuerto en Argos, a quierz dq"ésiendo todavía un nene de teta,todavíajoven, todavía un retoño erz brazos de su madre, recostadojunto a su pecho, e! que habría tenido que empuñar el cetro de Argos, Orestes. preparando ya e! agua ]Jara la purificación y las primeras ofrendas. IFIGENIA.-me qué país? me qué tierra tienen aspecto loS extranjeros esos? BOYERQ·-Yriegos. Esto eS 10 únic() que sé, y nada más. IFIGENIA.-oY no sabes e! nombre de los extranjeros? ¿No se lo has oído decir? BOYERQ.-Uno le llamaba Pílades al otro. .IFIGENIA.-[250] y del c:?mpañero.del extranjero ¿cuáIera e! nombre?·.> . . .....> BOYERo.-No lo sabe nadíe, pues no lo hemos oído. IFIGENIA.-mónde los visteis? mónde os los encontrasteis en e!rnomentode capwrarlos? BOYERO.-En lo alto de los acantilados del estrecho inhóspito> . IFIGENIA.-¿Y qué teníais que hac:er unos boyeros junto al mar? BOYERo.-Fuim~s a bañara los bueyes con agua del mar. IFIGENIA.-Contmúa con lo que estábamos. ¿Cómo y de . qué maner~ los capturasteis?Eso, eso es lo que deseo saber, pues vlenendesPllésde mucho tiempo desde la últim~ vez21 que e! altar de la diosa Se tiñó con ríos de sangre gnega. BQYERO.-[260] Cuandojntroducíamos los bueyes, que por lo gen,eral paceI!- en l,osbosques, en el interior de! marque a traves de las Slmplegades 22 desemboca23, vimos una abertura cóncava que había sido perforada por e! embatecontin~o de las olas, que servía de refugio a los pescadores de purpura. r 0'fn alJn BOYERO que se acerca.) CORIFEo.-Porcierto, aquíviene un boyero que ha dejado la orilladelrnar para contarte alguna novedad. BOYERo.-I-lija. de Agamenón y de Cliternestra, escucha de m.í esta nlleva proclama. IFIGENIA.-[240] ¿Cuál es e! e!ementoturbador de tus presentespalabras? BOYERo.-lIan arribado al país, tras escapar a remo de las S~mplégades20 azulo~curo,dos jóvenes,víctimas y sacrifiCIO grato a la diosa Artemis. No te precipitarías si fueses 21 Enmienda del te~.t:~ de Heath. De lo contrario, se afinnaría que «jamás el altar ~e la .dlOsa se tmo con ríos desangre griega», información claramente contradlctona con lo qu~ se nos ha dicho en el 'Verso 72: «¿y ése ese! altar Su madreClitemestra, que es hija de Leda y de Tindáreo. La hija de Nereo a la que se refiere es Tetis, que asuvez es la madre de Aquiles. . 19 En AIgos había un importante templo dedicado a Hera. Cfr. Eleclra, 171-4: «Me ha traído la noticia de que los heraldos argivos andan proclamando fiesta de tres días, y que todas las doncellas van a marchar al templo de Hera.» 20 Cfr. nota al verso 125. 17 del que got7a la sangre gnega de lós homicidios?», y más adelante, en los ver344-?:«(IAy,'po~re corazón! .Ar1teseras conrespecto a los extranjerosapaclble y S1em!?re inclmado a la compasión, y illedias cuidadosamente las lágrimas con los l~dlVlduos de tu misma raza, cada vez que tomabas en tus manos 18 S?S a hombres gnegos», referido siempre almismo'altar. J 22 Cfr. nota al verso 125. 23 Lectura de los manuscritos. Allí divisó uno de nuestros boyeros a los dos jóvenes y regresó de vuelta caminando de puntillas, y dijo: «¿~o los habéis visto? Esos de ahí que están sentados son dioses.» y uno de nosotros, que era hombre temeroso de dios, levantósus manos y dirigió al verlos esta súplica: [270] «¡Oh hijo de la marina Leucótea, custodio delos jóvenes, señor Palemón24, sé propicio con nosotros! Evidentemente, sobre el acantilado están sentados los Dióscuros25 , o las dos preciosidades de Nereo, que engendró al ~oro de las cincuenta Nereides»26. Pero otro, que era U~l1rreverente y un descarado sin respeto a la ley, se rió de la súplica y decía una y otra vez que eran unos marineros que habían naufragado y que se agazapaban se~tad,os en la. sima por te~or a la ley,tras oír que aquí sacnficabamos a los extranjeros. A la mayoría de nosotros nos pareció que había. expue.st? buenas razones [280] y, según la costumbre patna, deCidimos dar caza a las victimas de la diosa. Entonces en esto, uno de los dos extranjeros dejó la roca, se pus~ en pie y agitando la cabeza arriba y abajo comenzó a proferir agudos lamentos. Hacía temblar las extre" midades de sus brazos, se retorcía a causa de su locura, y gritaba como un cazador: «Pílades, ¿¡a ves? ¿y a ésta no la estás viendo, a la serpiente de Hades27 , cómo quiere matarme con boca armada contra mí de horribles Vlboras? ¿Ya esa otra, respirando de .sus ropajes fuego y sangre, que rema 24 Leucótea y Paleinón se llamaban respectivamente, antes de su divinización, lno y Melicertes. lno enloqueció ví~ti~a de un casti~o de Hera: echó. ~ su hijo Melicertes a un caldero de agua hlTVIendo y, postenormente, se arroJo jUhto con el cadáver de su hijo al mar. Las divinidades marinas se. ~pIadaron de ellos y a ella la metamorfosearon en nereida, ffile.r:tras que a~ mno 1<;,; con· virtieron en el pequeño dios Palemón. Leucótea, 'la dIOsa blanca, y su hIJO Pa· lemón protegen a los marinos y los guían en la tempestad. 25 Cástor y Polideuces, los Dióscuros, ~hijos de Zeus', hermanos de Helena y Clitemestra. . 26 Cfr. los versos 1-3 de Las Troyanas: «la salina profundidad del mar, donde los coros de Nereides despliegan con grandísima hermosura la estela de sus pies». . . .. 27 Es Orestes quien sufre este ataque de locura y qUIen cree ver a las E~n~as que le persiguen, tal como él mismo refería en los versos 79-80: «Las Enruas nos andan persiguiendo y acosando por turnos.» con sus alas y que tiene a mi madre entre sus brazos, [290] como carga de piedra, para arrojármela encima? ¡Ay de mí! ¡Me va a matar! ¿Adónde podría huir?» Pero no era posible ver tales figuras, sino que él iba tomando para sí los mugidos de los bueyes y los ladndos ~e los perros como una imitación que no dejaba de deCIr que proferían las Erinias. Nosotros, entonces, formamos una piña, como si fuésemos a monr, y nos queda~o~ quietos en silencio. Mientras, él con su mano desenvalllO la espada y, arreando los bueyes hacia e.l centr? .C(?~O un león, les golpea los costados con el hierro dmgl;ndolo contra sus lomos, en la idea de que esto rechazana a las diosas Erinias, [300] hasta cubrir con un manto de sangre la superficie del mar. . En esto, al ver cómo toda la manada de bueyes Iba cayendo muerta, todo el mundo echó mano de las armas, soplando las caracolas para que sonasen y congregando a los habitantes del país, pues creía,?os que unos boyeros n.~ estaban a la altura para combatir con unos extranjeros Jovenes y bien alimentados. Nos reummos una multitud en un intervalo de tiempo no muy largo. Entonces el extranjero cayó a tierra, tan pronto como remitió su ataque de locura, babeando espuma por la barbilla. Cuando vimos aquel oportuno desmayo, todo .el mundo emprendió la lucha arrojando y tirándoles pl~­ dras. [310] El otro extranjero le enjugaba la espuma, CUIdaba su cuerpo y lo cubría con su túnica de ~na tex~ura, a la espera de los golpes que aún se les .veman enCima, prestando la mejor de las a~das a su amigo. Entonces el extranjero, ya en su sano JUICIO y tra~ ponerse bruscamente en pie después de su caída? se dlO cuenta del mar de enemigos que les estaba preslOnando y de la cercana y presente mala situación, y P!ofirió '~yes' de doJor., Pero nosotros no dejábamos de tirarles piedras, preslOnandolos cada uno desde sitios diferentes. [320] En ese momento escuchamos su terrible exhortación: «Pílades, vamos ~ morir, pero gocemos de la más honrosa de las .muerte~. SIgueme y desenvaina la espada.» Cuando vimos como nuestros enemigos blandían con ambas manos sus espa- das, llena ()s con la huida los valles rocosos. No obstanl1l te, si biewh\.lyeron algunos, otros perseyerarony los atacaban. Y si.aéstos los rechazaban, losql.j.e acababan de retroceder d~l1uevolos volvían a atacar con más piedras. Era increíble. Ni con infinitas manos 11.adie acertaba a herira las víctimas de la diosa. [330] L9$sometimos con gran dific\.lltad, no por nuestro corajf,sino porque nos echamos ~pbre ello$..en círculo e hici!J1os. que s()ltasen las espadas de sus man()s con nuestras piedras, e hincaron la rodillaent~erra por pura fatiga. Entonc~s)os condujimos a lapresen¿iadel soberano de esta tierra. El, en cuapto los vio, te los ha enviado lo más rápidamevteposible.para su purificaciÓll y sacrificio. Tú . solías f0rrríular súplicas como ésta, señora, a saber, que se te enviasel'lyíctimas extranjeras. Además, si matas. a extranjeros de s~l1lejante fondidón, la. Héla~e pagará su deuda Ror tu muerte y expiará su culpa poraquel sacrificio en Aulide. . CORIFEO.-[340] Es asqmbroso laque ac#bas de contar del loco este,~uienquiera que sea el griego que de su patria a este pontginhóspitoha venido./".· IFIGENIA.-~ien. (Dirigíéndose al BOYER().)TÚ vete y tráeme a los extr<ll1jeros, y nosotras nos ocuparemos aquí de los ritos sagra?ps. (El BOYERO se marcha.l-fabla ahora primero consigo mi$11Z f1Y luego con el CORO,) iA:y,pobrecorazón! Antes erasqon respecto a los extranjerqsapadble y siempre inclin;¡c10 a la compasión, y medías cuidadosamente las lá¡;rimascon los individuos de tu mis!J1a raza, cada vez que tomap.;¡sentre tus manos a hombres griegos. Ahora, por el contraJ'io, a raíz del sueño a causa. del cual me enfurecí porcreer que Orestes ya no contemplaba la luz del sol, (350)1)J.ehabéispillado mal dispuesta, quienesquiera que seáis los que aquí en este momento habéis llegado. Por tanto, amigas mías, aquello era verdad; bien me acabo de persatar: los desafortunados hacialos más afortunados, cuando están en una mala situación, no tienen buenos pensaniientos. En fin, nunca se han acercado en esta dirección los vientos deZeus, ni un barco que a través de las rocas Simplégades28 aquí a Helena me trajese, la que causó mi perdidón, ni a Menelao,para cobrarme la venganza sobre ellos, sustituyendo a esta Aulide. de aquí por aquélla de entonces, en donde a mí como a un ternero los danaidas me atraparon y me inmolaron. (360). iY el sacerdote era el padreque me dio la vida!iAy derní! No consigo olvidarme de las desgracias de entonces; icómo arrojé mis manos hacia la barbilla y las rodillas de mi padre! Me aferraba a él y le decía: «iPadre! iVergonzosas son estas bodas quedeti estoyrecibiendo! Mientras tú me!J1atas, mi madre ylas argi-· vas ahora me están cantando himeneos, y el palacio todo se llena del son de las. flautas. Pero yo, sin embargo, muero atus manos. Era, por tanto, f-Iades y no Aquile~, el hijo de Peleo, [370] el esposo que me tendías, cuando me.hiciste venir en carro mediante engaño para. una boda teñida desangre.» Y yo, que tenía el rostro cubierto con un fino velq, ni agarré las mal1qsde mi hermano, el que ahora está muerto, ni besé por pudor la boca de mi hermana, porque iba al palacio de Peleo. Muchos fueron los abrazos que aplacé para más adelante, como si hubiese de regresar a Argas de nuevo despu~s.jOh desdichado! ¡Si has muerto, qué lejos de los bienes, Qrestes, y de la alta fortUJ:la de tu padre te has ido! [380] Censuro las argudas depna diosa que, encaso de que algún mortal cometa un crimen, o toque a unaparturienta, o a un cadáver con sus manos, lo margina de sus altares, teniéndolo por un ser contaminado, cuando ella, por su parte, se entretiene. con cruentos sacrificios h\1U1anos. No hay modo de quda esposa de Zeus, Leto29, haya parido una crueldad de talcalibre. Yo, desde luego, elbanquete aquel de Tántalo en honor de los dioses no creo que sea digno de crédito -igozar devorando la carne de su hijoPO-, y me parece que los individuos de aquí (390) haCfr. nota al verso 125. Madre de Apolo y de Árteglis.Aquí se refiere, obviamente, a esta última. 30 Se cuenta que Tántalo mató a su hijo Pélope, lo partió en trozos, lo condimentóy se lo sirvió a los dioses como manjar' Los dioses no lo aceptaron y devolvieron a Pélope a la vida. 28 29 cen remontar su vileza a la diosa para justificar su condición de asesinos. La verdad es que yo no creo que ninguno de los dioses sea malvado. CORO. Estrofa 1.'; Azul azul del mar de los estrechos dondeeltábano volador de Argos al mar inhóspito pasó, tras dejar Europa a cambio de la tierra de Asia.¿f2J¡iénes, en buena hora, los bien regados prados dejuncos del Eurotas [400J abandonaron, o las venerables corrientes del Dirce3 1, para encaminarse a una tierra indrJmita, donde, en honor de la hija de Zeus, altaresy templos de columnas circundados se tiñen con sangre humana? Antístrofa 2.'. iOjalágraáas a los ruegos que a mi señora dirijo [440J resultase por casualidad que Helena, la querida hija de Leda, aquí viniese después de abandonar la ciudadde Troya, afin de que, áñendo en torno a su melena una corona de sangriento roda, muriese degollada a manos ejecutoras de mi señora, pagando asísu pCJia en justa correspondencia! iConsumo placer recibiríamos esta noticia 35, a saber,. que de tierra griegttalgún marinero t1Ifuíse.encamina [450J a ponerfin a lafatiga de mipenosa esclavltu.d! iAunqu.efuese en sueños, ojalá estuviese en mi casa y en la CIUdad patna, gozoso cumplimiento de alegres sueños,felicidad común en la riqueza! (Unos guardianes traen encadenados a ORESTES y a PíLA' Antístrofa 1 ... Mcaso merced al doble batir rugiente del remo de abeto navegar han hecho, sobre la espumosa supCljicie del mar, [41OJ e! carro náutico, con ayuda de brisas que insuflan las velas, con intención de incrementar anhelante un empeño de riquezas en benificio de su casa?f2J¡erida la esperanzapara ruina de los mortales vue1vese insaciable en pCljuicio de los hombres, que soportan la carga de la riqueza, errantes a lo largo del ancho mar,tecorriendo ciudades extranjeras, con común criterio. [420J La inclinación a la riqueza para unos es inoportuna, mas para otros cae en el centro. Estrofa 2.'. ¿Cómo consiguieron cruzar las rocas gemefas32, cómo los acantilados insomnes de los hijos de Fineo, tras correra lo largo de las costas marinas sobre e! mar bramante de Arifitrita33, donde los coros de las cincumta hijas de Nereo danzan en drculo, [430J con el viento hinchando las velas, al tiempo que silban los timones a popa que el barco guían, impulsados por las brisas meridionales o por los vientos del C{firo, en dirección a tierra rica en aves, a la isla Blanca, a las pistas bien equipadas de Aquiles34, a través de! mar inhóspito? El Eurotas es el río principal de Laconia, y el Dirce es un río de Tebas. Las Simplégades. Cfr. nota al verso 125. 33 Mujer de Posidón y diosa, asimismo, del mar. 34 Después de muerto, Tetis llevó a su hijo Aquiles, 'el de los pies ligeros' a la isla Blanca, en la desembocadura del Danubio, en la región del ponto Euxi· no, donde vive eternamente disfrutando de perenne felicidad. 31 32 DES.) Mas aquí vienen estos dos hombres con las manos inmovilizadas con cadenas, nuevo sacrificio para la diosa. iCallad, amigas! Estasprimicias de qfrendas griegasya [460J se encaminan cerca del templo. No mentía el boyero al contarnos su mensaje. Señora, si son de tu agrado los ritos que estepueblo celebra, acepta las víctimas que la ú:y imperante entre nosotros proclama no santas. IFIGENIA.-Bien. En primer lugar, he de poner mi atención en que el ritual de la diosa se desarrolle corre~tamente. (A los guardianes.) Soltad las manos de los extratlJeros para que, toda vez que son sagrados, no permanezcan enca~e­ nadas por más tiempo. (A sus sirvientas.) [470] Vosotras, Id dentro del templo y preparad allí lo que es menester en estas circunstancias, según lo acostumbrado. (A los extranjeros.) ¡Huy! ¿Qyién es -i ay!-la madre que en su día os engendró? ¿y vuestro padre? ¿y hermana, SI es que resulta que la tenéis? iDeo qué par de.ióvenes y magníficos hermanos se va.a ver pnvada ella, SIO hermanos dentro de poco! ¿Qyién sabe sobre quién ~a. a caer un ~estino semejante? Lo cierto es que todo lo diVIno se desliza por 35 Lectura de los manuscritos. invisible s~l'lda, y que nadie conoce a ci~hcia cierta ningtín mal,puesil~f0rtunanos aparta de la recta)ntelección, para que.llOS ptrsatemos.Jl1al de susdesigniqs. me dónde, entonces, ha.béis llegado, infelices extranjeros? [480] Del mismomodoenque durantelargottempol1abéis estado navegal)dohacia~sta tierra, largo tiemPo igllalJl1ente vais a estar lej()s de c~~a..dentro de poco, en el mund9 subterráneo. ORES"ffiS.-.~lljer, quieIlquiera q4e seas,¿por qué te lamen· tas y te apyllaS por lasdesgraciasique están a punto de ocurrimos? Ver~aderamente, no creo qUy sea sensato aquel que,estan~()a.punto de morir,quiere,lencer concompasióne! miydo a la muerte, ni aquel qUyse lamenta, sin espegnza ya de salvación, de lo cerca que está Hades36 • A partir de un solo mal se junta con dos: carga conla acu.sación de estúpido y muere igualmente. Hay que aceptar el despno. [4?O]. No te lamentes por nosotros, que estamos enteradosge.Jos ritosge aquí y loscori9cemos. IFIGE!'olIA.'~1yer, ¿cuál de vosotros dos es al que le llamaban con eL nOmbre de Pílades? Es IOl?rimerqque quiero saber. ORESTES.-(Seifalando a PíLADES.) Este, si es que te produce .' ,pla.cer saberlq.... IFIGENIA.-'¿I)equé ciudad griega eres ciudadano? ORESTEs.-Mujer, ¿qué más vas a conseguir con saberlo? IFIGENIA.-·¿$oishermanos los dos de la rriisma madre? ORESfEs.-~():arIlistad sí, pero no somos herman()s depadre y madr~. . . i •..•• IFIGEN)4.-.'¡"a ti, ¿qué nombre te. f'uso elpa.dte que te dio la vida?« . •.•. ' . < ' ORESJ."Es·-[?90]En justiciatendría quella.¡nanne Infortunado. IFIGENIA.-,N'0 es ésa n:ü pregunta. ES0a.tribúyeselo, más bien, a la f0ti:llna. ORESTEs.--S.imuero anónimo, nO seré objeto de burlas. IFIGE!'olIA.-¿Ppr qué soportas tan mal estásituaci6n? ¿Acaso • eres así de soberbio? OREsTEs,-Sa.srificarás mi cuerpo; mi nombre, desde luego"no. 36 La muerte. IFIGENIA.-(!ampoco medirías cuál es tu ciudad? OREsTE~.-Estás tratando de averiguar algo que, para quien va a morir, no supone \:¡yneficio alguno. IFlGENIA.-i-Pero, ¿qué te impide concedenne este favOr concreto? .OREsTEs.-Me jacto con orgullo de que la ilustre Argos es mi < patria: . ' . < IFIGENIA.-iPor los dioses! me vei-dad,extranjero, eres de allí? ORESTES,-.[510] De Micenas, para ser exactos, la que antaño .', opulenta fue. ..>J IFIGENIA.-.Pues lo ciertoysque tu venida de Argos es muy bien recibida. ORESTEs.-Para mí, al menos, desde luego no, Si loes para ti, tú sabrás. . '. •. • . •. . '. IFIGENIA.-.¿P¡lrtiste de tu. patria exiliado, o porqué otro azar? '" ' i ' OREsTEs.--Huyo desterrado, de algtín modo, más o menos, voluntario e involuntario37. IFIGENU\..--Entonces, ¿medirías alguna de las cosas que yo quiero? . ..' ' ORESTES.--Asuntos •menoreS -seguro--c- en comparación conrni mala situación.. ,. . . . . ' IFIGENIA.-Casicon total seguridad conoces Troya, de la que se ha\:¡la en todas partes. OREsTE9.-.-iOjalá --isí!-'--no la hubiese visto nunca/ni siquiera en sueños! , ' IFIGEN)4.-Dicen·que yan,o existe, que ha desaparecido bajo lanza enemiga. ORESTES.-[520] Sí, así eS. No es falso lo que habéis oído. IFIGENIA..-.y Helena, ¿ha regresado de vuelta al palacio de Agamenón? 37 Folll1a parte del gusto de Eurípides este tipo de oposiciones, muy expre· sivas en griego. Heracles, 1061: «puerme un sueño funesto que no eS tal sue· ño." [figenia entre los Tauros, 1133: «Hijo, te enzarzaste precipitadamente en una guerra,que no era tal guerra,~ontra tus hijos." 566: «Por desgraciada grao ciadeunamujer malvada murió... 568: <<Vive desgraciado --eso sí- en todas yen ninguna parte.» 887: ~<Recorri~ndo caminos que no son caminos:» ORESTEs.-Ya ha vuelto, regresando para desgracia de uno de los míos. IFIGENIA.-¿Y dónde está? Q1e también a mí me debe una reparación desde hace tiempo. OREsTEs.-Vive en Esparta con su primitivo cónyuge 38. IFIGENIA.-iAh, ser odioso para los griegos, no sólo para mí! ORESTEs.-También me llevé yo entonces una alegria con las bodas de esa mujer3 9• IFIG!':NIA.-Yel regreso de los aqueos,¿¡¡egó a producirse, I como suele proclamarse? OREsTEs.-iMe estás formulando una sola pregunta con la que pretendes abarcarlas todas! IFIGENIA.-Sí, pues quiero obtener estas respuestas antes de que mueras. OREsTEs.-[53Ü] Pregunta, si es eso lo que quieres. Yo te responderé. IFIGENIA.-Un adivino, un tal Calcante, ¿volvió de Troya? OREsTEs.-Pereció, según lo que se contaba en Micenas. IFIGENIA.-iOh, señora, qué bien!40. Yel hijo de Laertes, . ¿qué? 0ro;:STEs.-Todavía no ha regresado a casa, pero vive, s~gún dIcen. .. IFIGENIA.-iAsí muera, sin alcanzar jamás el regreso a su patria!41. . ORESTES... No lances maldiciones contra él. Está completamente arruinado. 38 Menelao. primer ,marido fue Menelao, pero con estas bodas se refiere al matri- 39 . Su monio que contrajo con Pans y que motivó la guerra y posterior destrucción de Troya. La tragedia Las Troyanas, en este volumen, cuenta alguno de los sucesos posteriores, a la guerra, el encuentro entre Menelao y su infiel esposa, y la discusión que ambos mantuvieron. 40 Se entiende esta alegria. Calcante, según cuenta la propia lfigenia en los versos 16 y ss. de esta tragedia, fue quien sugirió a su padre que la sacrificase. 41 El hijo de Laertes es O~iseo (Vlises), que fue quien propuso la treta de hacer VIajar a lfigema hasta Aulide con el propósito -falso- de casarla con Aquiles. Así lo refiere asimismo lfigenia en los versos 24 y 25: «Entonces me llevaron, mediante intrigas de Odisea, lejos de mi madre con idea de casarme con Aquiles.» IFIC:ENIA.-Y el hijo de Tetis 42, la hija de Nereo, ¿todavía VIve? .ORESTES:-No vive. Vanas fueron las nupcias que en Aulide contraJo. IFIGENIA.-Dolosas, sí. Q1ien lo ha probado, lo sabe. OREsTEs.-[54ü] ¿Q1ién eres tú, entonces? iQ1é bien vas descubriendo y trazando los asuntos de Grecia! IFIGENIA.-Soy de allí. Me separé de ella cuando no era más que una niña. ORESTEs.-Rectamente, entonces, deseas conocer su situación; mujer. IFIGENIA.-Y el general del que cuentarr que era dichoso, ¿qué? OREsTEs.~Q1ién? Pues al menos el que yo conozco43 no se cuenta en el grupo de los dichosos. IFIGENIA.-Se decía entonces que era hijo de Atreo, un tal Agamenón, el soberano. ORESTES.-No lo conozco. Mujer, deja esta conversación. IFIGENIA.-iNo, por los dioses! iVenga, dímelo para que me lleve una alegría, extranjero! OREsTEs.-Está muerto el desdichado, y destruyó además a otro. IFIGENIA.-mstá muerto? mn qué circunstancias? ¡Pobre de mí! OREsTEs.-[55ü] ¿Por qué lo lamentas? ¿Acaso te concierne? IFIGENIA.-Me lamento por su opulencia de antaño. ORESTES.-.Sí. Murió indignamente degollado a causa de una mUJer. IFIGENIA.-iDignos de la mayor lástima el muerto y la que provocó su muerte! OREsTEs.-Pues déjalo ya y no me hagas más preguntas. IFIGENIA.-Sólo una, si vive la esposa del desdichado. ORESTES.-No vive. El propio hijo que ella parió la mató. IFIGENIA.-iOh casa sumida en la confusión! ¿Q1é es, pues, lo que pretendía? 42 Aquiles, el prometido supositicio de lfigenia con el que nunca llegó a consumar el matrimonio. 43 El original griego oculta aquí una fonna conversacional con crasis y elisión. ORESTEs.-Wngarse de ella por la Illuerte. de su padre. IFIGENIA..-LHuy! ¡Con qué destreza ejecutó un mal conforme a dereého! OREsTEs.-I560] Pero, aun siendo conforme a dereého, no alcanza la dicha de los dioses. IFIGENlI\..-<:J)ejó Agamenón en palacioalptin otro hijo? ORESTES.-.Sólo.ha dejado a Electra soltera. IFIGENIA..-----ty qué? ¿Se c:uenta algo de la hija que fue inmolada? . ORESTES.-.No, nada; sólo que murió y que ya novelaluz. IFIGENIA..-Desdiéhada ella y e! padre quJ.la mató. OREsTEs;~Bordesgraciada gracia de una. mujertna.lvada muna. , IFIGENIA..-<:Yvive en J\rgos el hijo del padre muert?? ORESTEs.----Vive desgraciado ---'-eso sí-.en todas y enllingu••. .' ..'. na parte4'f; •..• IFIGENIA..-iAdiós, sueños falsos! ¡Nada significabaisentonces!45. ORESTES.-[570] Ni tampoco los dioses, a los que se llama sabios, miepten menos que los sueños alados. Granconfjlsiónreinaen 10 divino y 10 humano.. T.Jr¡.a únicac;osa es fuente de dolor, a saber, que aquél, sinserun insensato, se dejase convencer por las palabras de los adivinos y que pereciese comp pereció, a ojos de los queJo vierop. CORIFEO...-'iI-l.uy, huyL¿Y nosotras? ¿Yr¡.uestros prpgenitores?¿Acaspyiven? ¿Acaso no? ¿Qyiénppdría reve!ámoslo? • 44 , "" o'. . • . ' , _, " ' . . '_ '_' Forma parte del gusto de Euripides este tipo de6posiciones,muy expre- sivas en griego.' Heracles, 1061: «Duerme un sueñofU!lesto 'lue uoes, talsueño.» 1133: «Hijo, te enzarzaste precipitadamente en una .guerra, que.' no era tal guerra, contra tushijos.» !fign;ia entre los Tauros, 512: «Huyo desterrado, de algún modo, másom~nos, voluntario e involuntariQ.» S87: «Recorriendo caminos que no son~mmos.» ,45 lfigenia-ac:aba,deinterrogar.asu propio hermano,a-quien no reconoce, sobre la historia de Su fiunilia; sobre su padre Agamenón, caudillo de los ¡7iegos en la guerra de Troya, y su madre Clitemestra; sobre la vel1ganza de Orestes contra su madre por haber dado muerte ésta a su marido; sobre el destierro de Orestes, primero parae"apar de su madre viva y luego acosado por las Erinias vel1gadoras del asesinato ~e su madre. Ifigenia, en definitiva, llega ala conclusión de que los presagios de su sueño eran infundados y que su hermano sigue vivo. , IFIGENIA.-iEscuéhad! Acaba de ocurrírseme ahora e! siguiente ,razonamiento, pues andaba afanándome por algo que igualmente nos aprovechase af[1íya vosqtros, extranjeros. [580] .Estas cosas suceden así, sobre todo cUando un mismo asl.lllto está de acuerdo con el interés de todps, (Dirigiéndose a ORESTES.) ¿Estarías dispJlesto, sÍt.e perdonas~Ja vida, a ir a Argos, dar noticias mías a mis seres queridos de allí y llevarles una tablilla que me escribió un cautivo quede mí se compadeció, ya que creía que no era mimano la qU~ 10 mataba, sino. que moría a manos de la ley del.llla diosa que consideraba que taJes actos eran justos? No he.tenido quiep, de regreso a Argos . sano y salvo, me llevase eSt;ls noticias y que mis cartas [590] enviase a alguno de mis amigos. Tú, en cambio, ya que eres -según parec~ hombre de no bajo linaje y que conoces Micenas ya mis seres queridos, ve allí y salva tu vida cobrando una recompensa nadayergonzosa:tu salvación gracias a una cartita de nada. (St:ñalando a PíLADES.) Éste de aquí, por su parte, como la ciudad impone esta obligación, que se separe de tiy que sea e! sacrificio en honor de la diosa. . .ORESTEs.-Bien has hablado en todo eXcepto en un punto, extranjera, pues sacrificar a mi amigo supone para mí una gran carga. Yo soy quien dirige esta empresa, [600] Y élmeacompaña en mi viaje a causa de mis penas. Por consiguiente, no sería justo que yo aceptase~ste favor para beneficio mío a expensas de su muerte, y queme escapase de! mal. Al contrario, hágase así: dale a él la tablijla.La llevará a Argostal COmO deseas. A mí que me mate quien quiera. El colmo de la desvergiienzaesarrastrar a un amigo a unasit:\lación peligrosa y salvarse uno. Se da e! hecho de que éste es un amigo al que quiero no menos que 10 que deseo contemplar la luz. IFIGENIA.,.----iOh espíritu excelente! iQyé nobles son las raíces de las que procedes, [610] recto amigo de tus amigos!iOjalá de tu talla fuese el que queda entre mis hermanos! Sí, yo tambiép tengo un hermano, extranjer(), aunque po lovea46 • 46 Si lo está viendo: ella no lo sabepero nosotros sí. Todo el pasaje está.targado de una gran irollÍa, pues los espectadores griegos en su día y los lectores modernos hoy sahemos que ambos hew'all0s están presentes cara a cara, aunque .ellos no lo sepan todavía. Aún se mantendrá el suspense por un tiempo más. Como tÓ así lo quieres, enviaré a éste para que lleve la tablilla y tÓmorirás: se da la coincidencia de que precisamente a ti te invade un gran deseo por ello. OREsTEs.__¿Qyién vaa oficiar el sacrifio y va a hacer frente a este horror? IFIGENIA. Yo, pues desempeño este ministerio para la diosa. OREsTEs,' No es digno de envidia, jovencita, ni dichoso. IFIGENIA.-[620] Mas estoy sometida aun deber que he de observar. ORESTES.------Hú misma con la espada sacrificas, siendo una ,-' I mujer, a: los hombres? IFIGENIA.-'-'-No; yo sólo rociaré tu melel}a con agua lustraI47• ORESTES.----y el verdugo, ¿quién va a ser, si puedo preguntarlo? IFIGENIA.-Dentro del templo están lasque de eso se ocupan. OREsTEs.-Ycuandomuera, ¿qué sepultura me va a acoger? IFIGENIA.-Dentro, el fuego sagrado y una ancha abertura de la roca. ORESTES.----ciHuy! ¿Cómo el brazo de mi hermana podríaen'volverme? IFIGENIA.-..¡Vana súplica, desgraciado, quienquiera que seas, suplicaste en buena hora! iBien lejos de esta tierr~ bárbara vive ella! [630] Con todo, como se da la casualIdad de que eres argivo, no será así sino que yo, en la medida de lo posible, no dejaré de prestarte ese favor. Numerosos pondré en tu honor ornamentos sobre la tumba, con dorado aceite tu cuerpo muerto limpiaré, y de la rubia abeja silvestre el brillante néctar que de las 40res be.be echaré s.obre tu pira48 • iEa! Vaya traerte la tablIlla del mterior del templo de la diosa. No me acuses, por tanto, de ser enemiga tuya. 47 Cfr. versos 40~1: «Yo doy comienzo al rito, pero· de los sacrificios, que no se deben revelar· se ocupan otros en el interior del santuario de la diosa.») 48 Cfr. versos' 159·66: «En su honor voy a verter estas libaciones sobre los lomos de la tierra, una copa por los muertos, leche de terner~s. salvajes, vino de Baca, el trabajo de las abejas zumbadoras, todo, en defimtiva, lo que se ofrece en las libaciones a los muertos para aliviar su mal.» (Dirigiéndose a los gUardias.) Sirvientes, cus!odiadlos si~ cadenas49 • Qyizá inesperadamente de entre mis seres quendos a alguno, a aquel que más yo qui~ro, [64q] le ha~a llegar este envío, y la tablilla que anuncia que Viven qUienes él cree muertos le relatará placeres que no esperaba. (Entra en el templo a por la tabliUa.) CORo.-(Dirigiéndose a ORESTES.) Lloro por ti, de quien .buena cuenta van a dar las gotas con sangre teñidas de las lustra:;lOnes. OREsTEs.-No son estos hechos dignos de compaSlOn, extranjeras; antes bien, alegraos. . . . CORo.-(Dirigiéndose a PíLADES.) A ti, en cambIO, por tu feliZ destino, joven, te honramos. . PíLADEs.-[650] No es envidiable -ifijate blen!- para un amigo si el otro amigo muere. . CORO.-'¡Oh, cruel regreso! ¡Huy,. huy! ~Estás pe:dido! ¡Ay,. ay! ¿Cuálde los dos lo va a estar? MI corazontodavla se debate zndeciso entre los dos. ¿Lloraréantes por ti,. opor ti.'2 ORESTEs.-Pílades, por los dioses, ¿te pasa a ti lo mismo que a mí? PíLADEs.-No lo sé. Me preguntas y no puedo hablar. ORESTES.-[660] ¿Qyién es esta joven? N~s ha preguntado en griego por las fatigas de la guerra de IlIon, por el regreso de los aqueos, por CaIcante, diestro con las aves au~rales, por el nombre de Aquiles. Y por el pob~e AgameJ.l.on, con qué compasión me preguntó por su m,uJer Y sus hiJOS. E~ta extranjera ha nacidoall.í,. es al&Un~ argJ;a. De I? c01;tr~no, no enviaría la tablilla m mvestlgana c?n tanto mt~res SI las cosas marchan bien en Argos, como Si le concerniese a ella en calidad de asunto propio. PíLADEs.-Te has adelantado a mí un poco. Te has adelantado a decir las mismas palabras que yo, [670] excepto en un aspecto, a saber, los padecimientos de estos reyes --fi¡ate 49 Ya había ordenado previamente a los guardias que les soltasen las cadenas Cfr. versos 468-9: «Soltad las manos de los extranJe;os para que, toda vez qu~ son sagrados, no pennanezcan encadenados por mas tiempo.» bien-.. los conocen todos aquellos qll~entre sí tienen algún trato. Por otra pa,rte, he estado talUbién dándole vueltasaotrorazonamieIlto. . .. . ORESTES...• ¿C;uál? Si lo pusieses en cOITlJÍIl , mejor lo comprenderías, PíLADEs.-Es/llna vergüenza que, al tiempo que tú rnueres, yo vea la luz: Como contigo me embarqué, debo también contigo morif".pe otra ITlanera, de vil y cobarde me ta.charán en Argos y eJ:lIQs valles de Fócide. En efecto, la mayoría creerá, pueslamayoría escoba,rde, que he regre$ado sano y salvo yo solo a casa, a cambio de traicionarte, [680] o inc1llso que yo te.heasesiIlado y que, con la excusa de.l<l.d.esgraciaque sacude tu 6.rrillia., he tramado tu trágicodesti o, porq¡llsade tu l1 tronQ cOIl.intenciÓnde casanne con tú hermana;. íIl heredera a la sazón. Éste es,swdud~ alg\lila, rniternor,yI(jtengo por pudor,y Ilghay,por consi~iente, mod(jde queno deba yo colUpartiL<:;ontigo el último suspiro, ir contigo al degollamiento, yqtle el fuego haga arder mi cuerpo, ya que que soy tu arnigoytemo esos reproches. . ORESTEs.__ iq~la! Mis c1esgracias he de sopQrta,rIasyo)r,pudiendo soportatuna sola pena, no he de soportar dos, pues lo. que tú dicesqu~es penoso y oprobioso, [690ltambiénJo es para mí si a ti, queh<l.s compartido conmigo mis fatigas, t;causo la. mllerte.P9r1oque a mí respecta,yéndoITl~todo como me va por Parte~eJosdiose~, no está mal deja,resta vida. . Tú, eniEfmbio,· eres dichoso y habitas una casa, pura a la queno sa.quOe .el inf(jrtunio, mientrasqlle la mía; es infame y desdicha,c1<l.. Si tú te salvas y tienes hijos de la hermana que yo . te .ofrecí por~sposa, mi nombre. seguirá existiendo y jamásJ<l.casa de mi padre se extinguirá por falta de hijos. iEa! Vete, vive y habita la casa de mi padre. [700] Cuando a la Hélade y a la ecuestre Argos llegues, por esta mano derecha te encomiendo lo siguiente: que levantes un túmu.10, y que sobre él me erijas un monu1"l1ento, y que mi hermana lágrimas y cabellos ofrezca sobre mi tumbaso . Proc1a- 50 Cfr. para el mismo ritual, Ekctra, 90-1; Las Troyanas, 479-80 Y1182-4; !Jigenia mM los Tantos, 172·3 y 820-1. ma la noticia de que hep;erecidoamanos de una .1Uuj#.ar.. giva,. tras ser purificado J.\lnto atln.. al~r para mI mmolación. no traiciones a nuhermal1a,)amas, al ver asola,dQs <l. tus parientes políticos y I<l. casa de mi p;adre. . •. ¡Adiós! En ti encontré al másquendo de.mls amIgos, cQmpfl1 ero mío de .cazayde niñ;z, [7~0] que muchas veces sopQrtaste la. carga de .mis d;.sgraetas. ~ebo, porrnuy <l.divino que sea, me haen.g<l.ñado.Po~medIO de.:sus<l.rtes, rne envió lo más lejos pOSIble de Grecta por verguenza a la respuesta de su anterior oráculos1 . Después de ofreterle todo mi ser y dejarme COnvencer por sus palabras, porma. . tar ami propia madre SQY yo elqllep?-~ere. , / .•. PÍLADE~. Tendrás tu tUmba y notratClOnare el le5ho d~ tU hermana, pobre amigo; pues muerto te consIderare aún más amigo que viso. Noo.bstante, el .oráculo;del dios todavía no h<l. acabado contIgo, en sentido estrl<:;to, [720] a;unque bien cierto es que teencueritraspróximo a morir. Mas, cuando asíalcanzaasuceder, puede haber, sí, una inconmensurable mala suerte que puede dar I~­ gar a un cambio iguallUep.te inconmensur~ble de .Ia S!tuación. (Sale de nuevo IFIGENlA con la tabltlla que habla y. . . ido a buscar.) .. . ... . .. ORESTES.-.i Calla! Nin~l1a aYllda me. prestan ya las palabras ..•• de Febo. Esa mujer ya está saliendo fuera del templo. IFIGENlA.-(Dirigiéndose alps guardic:nes.) Vosotros, mart;haos. Id y gisponed los preparativos de dentro paraJos oficllli,-tes del sacrificio. (Dirigiéndose aPÍLAJ)~s y ORESTES.) Aqulestán, e.xtranjeros, los pliegos de la tilb1i1la. Escuchad lo que. a propósito de ellos quiero .decir.• Ningún hombre .es el mIsmo cuando se encuentra mmersoen una desgraCIa [730] y cuando del miedo ha pasado ya a.. la confianza. POLell? temo yo que aquel que tiene que llevar a Argos estatabhEl primer oráculo que recibi<'¡deApoloJp exp~ca él1"ismo ell.los~er' 87-9 de Electra: «He venido, a:r~ízde una.-revelaclOn dlvm~, a suelo ~glVO sin, .que·~adie lo sepa,' para devolver el asesinato d~ mi padre a .suasesI.ll?'» Después,de'matar a su madrede'aeuerdo con el oraeulo, las temIbles ,Ennlas empezaroIla acosar a Orestes. Después, en otro oráculo, Apolo le ordenó que se dirigiese a la tierra de los Tauros. . 51 lIa, al marcharse de esta tierra de regreso a casa, no haga ningún caso a mis cartas. OREsTEs.-Entonces, ¿qué quieres? ¿Q!¡é es lo que te falta? IFIGENIA.-Q!¡e me preste juramento de que va a llevar este escrito a Argos, a aquellos seres queridos míos a los que quiero enviárselo. ORESTEs.......¿Acaso vas a corresponderle>t)Í también con esas mismas palabras? IFIGENIA.-¿Q!¡é es lo que sí y lo quenq tendría que hacer? Dímelo. OREsTEs.~Garantízale que le vas a dejár marchar vivo de esta tierra bárbara. IFIGENIA.-'-[740] Justas son tus palabras. ¿Cómo, si no, podría llevar mi mensaje? OREsTEs.-(El rey estará también de acuerdo con esto? IFIGENIA.~$í. Yo le convenceré y yo misma he de hacerte embarcar.en el casco de la nave. OREsTEs.......(Dirigiéndose a PíLADES.) Jura. (Dirigiéndose a IFIGENIA.) Empieza tú indicándole el juramento al que debe someterse. IFIGENIA.-Debes decir: «Entregaré esta carta a tus amigos.; PíLADEs.-«A tus amigos entregaré este escrito.» . IFIGÉNIA.-<<Y yo te sacaré sano y salvo fUera de las rocas oscuras.» PíLADEs.-¿Por cuál de los dioses has formulado el juramento? IFIGENIA.-.Por Ártemis, en cuyo templo precisamente desempeñomi ministerio. PíLADEs.-Pues yo; por el soberano del cielo, sí, por el venerable Zens. IFIGENIA.-[750] ¿y si faltas al juramento y obras injustamente conmigo? PíLADEs.-Q1Je no regrese. ¿y qué hay de ti si no me sacas sano y salvo? IFIGENIA.~e jamás en vida ponga yo en Argos la huella de mi pie. PíLADEs.-Escucha tú, pues, ahora, una cosa que nos hemos dejado a un lado. IFIGENIA.-A ver, ponla en común en seguida, si es acertada. PíLADEs.-Concédeme lo siguiente en concepto de mera excepción: si algo le s!!ced!ese al barco y la tablil!a en medio del oleaje desapareciese Junto con la~ mercanClas, y yo salvase únicamente mi cuerpo, que el Juramento no siga en pie por más tiempo. IFIGENIA.-Pues, ¿sabes laque voy a hacer? Mucho de mucho se obtiene. [760] Voy a conta~e de palabra tod.o el contenido que está escrito en .Ios p!legues ~e la t~bhlla, para que se lo comuniques .a m~s al~ugos. ASI eS,tara ~ buep recaudo. Si salvas el escnto, el mismo relatara en SilenCIO !o que en él está escrito; y si estas letras desaparece? en.medlO del mar, al tiempo que salvas tu cuerpo salvaras mis palabras. PíLADEs.-Bien has hablado por lo que a mí y tus asuntos respecta. Indícame a quién debo entregar estas cartas en Argos y lo que debo decir, una vez ~ue te haya esc,':lchado. IFIGENIA.-Entrégale el mensaje a, o.restes, ~IJO de Agamenón: [770] «Ifigenia, la que en Auhde fue I~mol.ada, per,o que está vi.va, aunque para los de allí no siga Viva, enVla este mensaje.» , ORESTES.-¿Y dónde está? ¿Ha regresado de vuelta despues ';> de monr. d' . IFIGENIA.-iEs ésta a quien tú estás viendo! No ~e lstralgas de mis palabras. «L1évarne a. Argos: sangre de t?l sangre, antes de morir, fuera de esta tierra barbara, y apartame ~e. los sacrificios de la diosa en los que yo desempeño el mmlsterio de matar extranjeros.» OREsTEs.-PíIades, ¿qué puedo decir? ¿Dónde nos hallamos, en buena hora? IFIGENIA.-«De no ser así, maldición yo he de ser que cargará sobre tu casa, Orestes.» Escucha este nombre dos veces y apréndetelo. , ';> ORESTES.-[780] ¡Oh, dios~s!. IFIGENIA.-¿Por qué a los dIOses mvocas tu por. mI. ORESTEs.-Por nada. Termina. Se me había Ido el pensamiento a otra cosa. IFIGENIA.-De inmediato él te interrog~rá y)lega~á a una conclusión increíble. Cuéntale que la dIOsa Artemls m~ salvó la vida ofreciendo en mi lugar un ternero al que mi pa- '".: .' dre sacrifit;g, si bien él creía que en m(estaba hel1diendo su aguda esp~da, Y que ll1e hizo vivir enest;l tierra. Ésta es mi carta, ésta§ son las letras que están escritas en la tablilla. PíI;ADES... iqpéfácil eIj~ramento este alque. me has ligado! IHas 10flllulado el.mas hennoso de10sjuramSl1tos! No emplearé ll1ucho tiell1Po [790] en ejectltarel jur¡ynento al que me hScomprofil:etido. (Le entrega [alaMiDa aGREsTEs.) Toma, Ot~stes, te traIgo yte entrego una;tablillaprocedente de tu hertnana. . . •.•.••.••'.• ORESTES.__(Coge la tabliDa.) La tomo, perpdejo a l1pJado los plie~esgel~e.sc:?to. Voy primero .a obtsl1er.un .pl~cer sin pa1abras.rpz.ngzendos~ a IFIGENI,A.) IOh II11 mas qu¡;:nda herman~! 1-1')••Slento cOll1pletam~nte ;on!llocionado,pero estrechandoteentre mIs brazos mcredulpsvoy a disfrutar de una granal¡;:~a, ahora que me acabo de enterar de una maravillosal10ticia. (Intenta abrazar a su hermana, peroista lo re- . chaza.) ' ..... IFIGENIA.~tranjero,l1o es lícito que a las siervas de la dio- sa roces. epiando tusll1anos sobre estos vestidosil1tocables. ORESTES'--:-[~90] iOhhennana mía, quede mi misl)1o padre Agamenónnaciste!No me des la espalda, pues aquítie1,les a tu hennallo, el que no creías quealguna"ez habrí¡tde venir. IFIGENI,A....,....¿Q!te tú eresmi hennano? ¿I1'Jb vas a dejar de hablar? Argq$yNaupli¡testán colmados con su pet§ona. ORESTES.-{No está allí tu hennano, desdichada! IFIGENIA;Rero, ¿a ti te engendró la lacqnia hija de Tindáreo?;>.·.. ••.••.•..•••.... ..•. ORES'rys:__S.í, para el.hijo del hijo deI'élope, d.el que yo nac!o . . IFIGENIA'--'¿~éestásdiciendo? ¿Tienes algún medio para probánnelo? .•. '.. . ORESTEs.-Lbtengo. Pregúntame algo de la casa de nuestro . padre. IFIGENIA. [81.0] (No tendrías q.~e ser tú el que ha~lase para que yo me. dIese cuenta de qUIen eres? OREsTEs·-Tediré primero una cosa qUe1e oí a Electra. ¿Conoces aq1.!ella discordia que se originó entre Atreoy TIestes? IFIGENIA.-Lq he oído. Fue una disputa en tomo a.un cordero de oro. . ()RESTEs.__¿Sabes, entonces, que tejiste la historiaenuha . •. • tela defina textura?· .' '.. .•. • » IF.I.GENIA,..• ·••.•• iAy, querido!. i.Me estás U.e.gando cerca. del. cora. zón'; • •.• > .••• . •••.. '. ORESTES.--<Y que representaste eneltelar el cambio delcur............ so del sol? . . '. •....• • ••.•• ·IFIGENIA';-También tejí esa figura cqnhilos bellamentetren> zadoss). .•. ORESTES.-¿Y querecibisteel.bañonupcial a manos de tu . madre para ir a Aulide?53. '. .•... ". >IFIGENIA.-Bien lo recuerdq, pues eSe matrimonio, porrnuy ......• desdichado que fue, no me ha priv<l,do de la memoria. GRESTES;--[820] ¿Pues qu~más? ¿Entregaste unos cabellos , •. tuyos para que se los llevasen a tu madre? •••• IFIGENIA.-Como recuerdo, sí, a c¡ynbiode mi cuerpo en la > tumbas4 . .•.• .•• ORESTES.-.Y aquello que yo mis ll10he visto, eso seguida.'. .• • mente es lo que te presento comop¡;ueba: en casa de nuestro padre pennanece oc;ulta,en la cámara de las donc;ellas, la antigua lanza de Pélopecon la que, blandiéndola vigorosametIte entre sus manqs; consiguió a la doncella de Pisa, Hipodamía, tras matara Enóma0 5S • >. ..'..' 52 Ést~ .es.la disputa a que se refiere, Tiestes,hennano gemelo de A,treo, se". dujo a su ¡:uñada Aérope pata que ésta le entregase el cordero de oro que ase·.guraba a su marido Atreo el poder real. Contado, Atreo consiguió cqnservar .la corona ¡¡racias a la interyenciónde Zeus. En el debate que. se plal{teóa los . habitantes de Micenas, Tiestes propuso que fu~se elegido rey aquel que pudiese mostrar un vellón de oro. Atreoaceptó, ignorante del hurto, perdi¡) yTiestes fue proclamado rey. Pero Atreoargumentó; con ayuda de Zeus, quee1 verdadero soperanofuesedesignado,porotro pr9digio, asaber, invertic-:elcurso del sol. Asi sucedió, y Atreo recuperó el tronO. 53 Uno de los ritos fundamentales del matrimonio consistía en el baño de novia, cop vistas a su purific~ciém. __ ," 54 La c"stumbre de depositar cabellos en la tu ba ya la hemos vistO varias vell1 E/eclra,90-1; Las TrayatUlS, 479,80 Y11824; Jjigeniaentrelos Tauros, 172-3 y 703. " Enómao es un rey de Pisa; en Elide, Olimpia, Tenía una hija al.aqúe .se :resistía a dar.enmatrimonio. Por"ese motivo,:sometía a sus pretendientes a una carrera de carros en la que siempre ganaba él, ya que sus caballos eran divinos, Cuando un día se presentó Pélope, hijo de Tántalo, Hipodantía se ena" moró deély sobornó al auriga de su padre para que éste perdiese la carrera. De este modo, Pélope e Hipodarnía se casaron. }1 56 IFIGENIA .. ; (Ytl sé mUéstra convencida.) {Ay, queridísimo hermano, pues eres lo que más quier?, y nada más! {!'orfin te he recuperado~ Orestes, porfin has venido desde muy le¡os, de nuestra tierra patna, [830} de Argos!{Ay, quen'do mío! O~~TES.-. ¡También yo a ti, que muerta estabas según la opi- ORESTES.-i'Ayes' de dolor exclamé yo también por la audacia a que nuestro padre osó! IFIGENIA-Sin padre, un destino privado de padre tocóme en suerte. Un mal detrás de otro encadenándose va en virtud de los designios de alguna divinidad. mon quenas habíamos formado! Lágrimas y llantos de alegría hu11ledecen tus párpados, lo mismo que los míos. ORESTES.-¿Y si a tu hermano, desdichada, hubieses matado? IFIGENIA-.Entonces,. siendo todavía un bebé, te dejé, un pequeñín en brazosde la nofnz~ un pequeñ~n enpalacio. {Oh alma que has alcanZtf:do una d:cha menarrable! 2Qjtépodra decir? Más aUá de cualquier 11laravilla [840}y lejos de toda explicación ha resultado este encuentro. ORESTES.-De aquí en adelante ojalá dichosos seamos el mio I 1 con el otro. ~nsólito placer de mí ha hecho presa, amigas mías. Te'}l0 qzgrJ: mis br~os ~l é~er volando. de míescape. {Ay, hogar CI~ cl?peo!.. lA'y patnal {Micenas quen'dal {Gracias te doy por su vida! ¡Gracias te doy por su crianza! {Porque a mi hermano a esta sangre de mi sangre, criaste, luz de la casa! ' ORESTES.-j[850] Por nuestro origen somos afortunados mas por lo qura sus circunstancias respecta, hermana, de~afortunada fue nuestra vida. . 58 IFIG~NIA -Ytz lo Sé ,¡;obre de müa lo sé, cuando su espada sobre mi gargantapuso miperverso padre. ORESTES.-iAy .~e mí! Allí me parece estar viéndote, aunque no lo presenCIe. IFIGENIA.-.Sin cánticos nupciales, hermano, al doloso tálamo nupcial efe Aquiles me. llevaron. [860} Lágrimasy sollozos hubo, en cambio, Junto al ara.iAy, ay! {Quélustraciones aquellas! {Ay de mí! ¡ IFIGENIA.-Un I ¡ l ¡ í I I I I II , 56 Se iniciaáRuí un !wn;mós o diálogo lírico entre Orestes e Ifigenia. Efecti- vame!1te, este opa de dtalogos es usado .c0!1 frecuencia en momentos muy en:0tlvos, como. esta escena de reconOCImIento.· Cfr. también el reconoci- mIento de. Creúsa y su hijo Ión en el drama Ión, 1445 ss. 57 A Micenas suele aplicarse el estilo de arquiteCtura ciclópea, consistente en grand~s bloques de pi~dr~ que parecen desafiar las fuerzas humanas. Estas construCCIOnes suelen atrIbUIrse a los Cíclopes, caracterizados entre otras cosas, por su fuerza y su habilidad manual. ' 58 El original griego oculta aquí una ronna conversacional con crasis y elisión. 1 I, ~ t IFIGENIA.-iAy, pobre de mí! iTerrible acto de audacia! {Terrible osadía iba a cometer! [870} {Iba a cometer una tem'ble osadíal {Ay de mí! iHermano! iPor bien poco te has lzbrado de una impía muerte desgarrado por mis manos! 2Cuál será el desenlace de esta situaci6n? 2Qjtédestino me aguardará en elfuturo? iQgécamino! ¿Quécamino podría encontrarpara enviarte de regreso lejos de ésta ciudad, lejos de esta muerte minina!, a tupatria argiva, [880} antes de que la espada llegue a tocar tu sangre? {Encontrarlo, encontrarlo, triste alma mía, es tu obligación! ¿Qjtizápor tierra? ¿No en barco, sino con el impulso de tuspies? ilríasjustamente al encuentro de la mu.erte recorriendo bárbaras tribusy ct1m.inos que no son caminos!59. iA través de las oscuras rocas del estrecho [890} larga es la travesía para una fuga en barco! iDesdichada, desdichada! ¿Q!tédios, pues, oquémortal, o qué ayuda inesperada podría abrirnos un camino que hasta ahora no existe, y mostramos a nosotros, los dos únicos hyos de Atreo, la liberaci6n de nuestras desgracias? CORIFEO.-[900] Por estar en medio de estos hechos admirables y más allá de toda explicación, yo misma lo he presenciado sin haberlo oído .de mensajeros. PfLADEs.-Cuando un ser querido llega a la presencia de otro ser querido, Orestes, natural es que se estrechen entre sus brazos, mas ahora es preciso .poner fin a las lamentaciones y llegar al modo con que podamos obtener el glorioso nombréo de la salvación y salir de esta tierra bárbara. Esto es, en efecto, lo propio de hombres sensatos: no apartarse 59 Forma parte del gusto de Euripides este tipo de oposiciones, muy expre- sivas en griego. Heracles~ 1061: «Duerme un sueño funesto que no es tal sueño.~) 1133:· «Hijo, te enzarzaste precipitadamente en una guerra, que no era tal guerra, contra tus hijos.» Ifigenia entre lns Tauros, 512: «Huyo desterrado, de algún modo, más o menos, voluntario e involuntario.» 566: «Por desgraciada gracia de una mujer malvada murió.~) 568: «Vive desgraciado ~so sí- en todas y en ninguna parte.» 60 Lectura de los manuscritos. !I de la buena suerte, aprovechar la oportunidad, disfrutar otros placeres. ORESTES. Bien has hablado. Creo que es cuestión de suerte junto cón nuestra ayuda. Cuando alguien está bien dispuesto, [910] es razonable que la divinidad se esfuerce más. IFIGENIA. . No me detengas ni me impidas que hable y que pregunte, en primer lugar, qué fortuna ha alcanzado Electra en su vida, pues vosotros sois todo lo que quiero. ORESTES. Vive casada con éste (Señalando a PíLADES) y lleva una vida· feliz. IFIGENIA. .Y éste, ¿de qué país provierre y de quién es hijo? . ORESTES. Su padre es Estrofio de Fócide. . IFIGENIA... ¿De verdad es hijo de la hija de Atreo, de mi misma familia? ORESTES. Primo nuestr0 61 , sí, y mi único amigo de verdad. IFIGENIA. [920] No había nacido todavía cuando mi padre me mató62 . ORESTES. ". No, no había nacido, ya que Estrofio estuvo du.rante algún tiempo sin tener hijos. IFIGENIA: IEnhorabuena, esposo de mi hermana! ORESTES. Y también mi salvador, como poco, no sólo'pariente. . IFIGENIA. ¿Cómo es que cometiste aqueila terrible audacia contra nuestra madre? ORESTES: No hablemos de ello. Vengué a mi padre. IFIGENIA. ¿y cuál fue la causa? ¿Por qué mató a su esposo? ORESTES. Deja lo de tu madre. No es decente que lo escuches. IFIGENIA. Me callo. ¿y Argos? ¿Dirige ahora hacia ti su mirada? OREsTEs.~Gobiema Menela0 63 . Yo me encuentro desterrado de la;patria64 . 61 El pad¡-ed" Pílades es Estrofio, casado con Anaxibia, hermana de Agame- nón, ypor tantO cuñado-suyo. 62_~fr. versó 60: «Estrofio no. tenía hijos cuand()'yo lleguéami fin.» 63 MenelélO~s_ su-tío, hetmano de su padre Agarnenón, y casado con Helena, hennanadesumadre Clitemestra. "Así se lo ha indicado Cástor, Electra, 1250-1: <!Tú abandona Argos, toda vez que,' al haher dado muerte a tum~dre,no puedes tomar posesión de tu herencia, de esta,dudad.» IFIGENIA.~[930] ¿No habrá nuestro tío tratado clemalos mqdqs nuestracasa d~bilitada? . . > • • OREs'rEs.~No, lo que me expulsa fuera de! país es e! terror a las Erinias. .•. .'. '. . . .•.•. . . ." ...••.•. IFIGENIi\.-Ya lo he comprendido. A causa de tu madre las diosas te persiguen. . ; » •. '. . . , ; ORESTES.~.Hastaponefl:l1eun boyado teñido de sangre. IFIGE.NIA.-.-Por eso entqIl.~eS me arlllnciaron que habías enlo". quecidoahí, sobre los,a.cmtilad()s65. OREsTEs.-.-No es ahoraJaprimeravez queme hanvrsto en ese penoso estado. . • , .•.. ;. ..... IFIGENIA.~¿Yporquéhas dirigido en este momento'tuS pasos hasta esta tierra? ORESTEs.~He venido hostigado por un oráculo de Febo. IFIGENIA.-¿Q¡ées lo c¡ue tienes quehacer? ¿Puede decirse o debemmtenerse en silencio? ..' . ORESTEs.-Te lo contaré. Éste es elcomienzo de mis muchas pellalidades. [940] C\lando ~ mis. manos llegó laÍI1<l1dic!~n .' deil1i madreaquellaq,lle •. sllen.<::laIllos, por la perS eC).1C10n . de las Erinias'aldestierrq me viirnpulsado. Por eso Loxias66 encaIllinó mis pasos a Atenas, como es bien sabido,para que ofreciese mi pena a las dios~~sin nomb:é7• Hay:allí,un trib\lnal sagrado quei afavor deiAres, .antanoZeus Jnstrt~­ yóa.raíz de una mancha que~()ntraJo con sus mmo~ . Una vez que allí llegué, al principio ningún 11).1ésped qu1so > • 65 Cfi-.versos 340-1: «Es asolllbroso laque acabas de Contar deFloco este, quienq\liera que sea el grieg0'lue de su. patria a este ponto inhóspito ha venido.» 66 Apolo. 67 En realidad, sí tienen nombre. Pocos versos antes las acaba de llamar las Erinias~-Como nO es-prudente -mencionarlas por su nombre" es, frecu,ente .du· dir su nombre o referirse a ellaseufemístic~mente, comocuando,por-eJem~ plo, se las llama Euménides, 'las bondadosas'. . " 68 Eilitmoso tribunal del Areópago, 'colina de Ares'. Enlos versos1158:1263 de Electraleemos lo siguiente: «Hay una colina de Ares, donde¡:>orpnmera vez losdiosessesentarQnparajuzg~rpor vot~ción un proceso de sangre,cuando sinningunápi~dad Ares mató a Halirrocio, hijo d,;l señor de l?,' ¡nares; en venganza por las Impías boda$ de su hIJa. Por ello allJ la unpoStClOn del voto es la más-pía y firme.» En esa-escena se relatan los hechos-de la suerte--deOrestes con más detalle. . acogerme, por ser yo un individuo aborrecido por los dioses. Alg1lrloS sintieron vergüenza y me ofrecieron su hospitalidad en mesa aparte, [950] aun estilndo bajo e! mismo techo, petq idearon que yo me estuviese en silencio sin hablar, de modo que yo disfrutase de su comida y bebida por separado. Ellos se deleitaban con una vasija propia que llenaban cqn una medida de vino idéntica para todos. Yo no creía cOllveniente llevar la contraria a mis huéspedes, soportaba mi dolor en silencio y daba la impresión de que no me daba cuenta, aunque me lamen~aba profundamente por ser e! asesino de mi madre. He oído decir que estas desgracias mías son el origen de una fiesta entre los atenienses, y que todavía conservan esa costumbre, [960] de que e! pueblo de Palas honre la vasija de los Coes 69 • Una vez que lleg1lé a la colina de Ares, comparecí ante e! tribunal.Yo ocupé uno de los dos bancos y la más anciana de las Erinias e! otro. Después de pronunciar los alegatos y escuchar.e! crimen de sangre contra mi madre, Febo presentó las evidencias a mi favor y me salvó de la muerte. Palas con su mano contó los votos uno a uno, que resultaron estar igualados (lo cual me favorecía). Así gané y s~H libre del juicio por asesinat070 • Cuantas Erillias se sometIeron al resultadúde! juicio, obtuvieron junto <11 mismo lugar de la votación un espacio delimitado como santuario; [970] pero las que no se sometieron a la ley, me iban p~rsi&Uien­ do en agobiante carrera, hasta que al sacro temtono de Febo regresé y, postrándome ante su templo, ayuno de ali69 Los Caes, 'jarritas para servir e! vino', es e! nombre de! segundo día de las Antesterias, fiestas que se celebraban en Atenas en el mes Antestenon, corres- pondiente a nuestro febrero, en honor a Dioniso, dios del vino. Durante el segundo día de estas fiestas, tenía lugar un concurso de bebedores que debían apurar lo más deprisa posible e! vino contenido en una jarra. El vencedor re· cibía una corona de hojas y un odre de vino, tal como puede verse al final de la comedia de Aristófanes Los Acamienses. 70 Cfr. Electra, 1265-9: "Los votos depositados a partes iguales en e! proce· so judicial te absolverán de la pena capital, ya que Loxias atraerá a sí mismo la responsabilidad, por revelarte el oráculo del as~si9'ato de n:- madre. Y en los procesos restantes se establecerá esta norma de Junsprudencla, a saber, que en igualdad de votos e! reo gane siempre la causa.» Al final de Ifigenia entre los Tauros vuelve a recordarse el tema, en los versos 1469·72. mentas, juré que allí mismo mi vida perdería muriendo si Febo que causó mi ruina, no me salvaban. A continuación: Febo hizo resonar poderosa su voz desde e! trípode áureo y aquí me envió para que me ~~oderase de.1a ,,:statua q~e Zeus hizo caer de! cielo y la engtese en terntono atenIense. Así que ayúdame a conseg1lir,la vía. de salvac.ión que'precisamente me ordenó. [980] ASI es. SI conseg1llmos la Imagen de la diosa, terminarán mis ataques ~e locura, t~ conduciré en mi nave de muchos remos a MIcenas y allt te estabkceré de nuevo. iVelJ.ga, hermana queridí~ima mía! ¡Salva tu casa paterna y Hbrame a mí de ,es~os p~ltgros! Qte perdido está todo lo mío y lo de los pe!opldas SI no nos hacemos con la celeste imagen de la diosa. CORIFEo.-iTerrible hierve la cólera de los dioses contra la estirpe de los tantálidas y a través de mil penalidades la , , conduce!72. IFIGENIA.-Ya tenía yo ganas, incluso antes de que aqUl ~ llegases, [990] de estar en Argos y de vert.e, hermano. Qtlero lo mismo que tú, librarte de tus penahdades y endere~ar nuestra debilitada casa paterna, sin g1lardar. rencor a qUIen quiso matarme. Así libraría mis manos de mmolarte y salvaría mi casa. Mas, cómo pasaría inadvertida a la diosa es lo 9uetemo, y al rey, cuando vacío encuentre e! pede~tal. de ~Iedra ?e la estatua. ¿Cómo podré entonces no monr? cQte podna arg1lmentar? Pero si las dos cosas se hiciesen a la vez, [lOO?] y tú te llevases la estatua y me embarcases a mí e~ tu ~avlo de buena popa, e! riesgo de la empresa se tornana exttoso. De otro modo, si yo no entro en tus planes, perdIda estoy, 71 Sin embargo, en la tragedia Electra,. Cástor comunicó a Orest~seste otn;> resultado en los versos 1270·2: "y las diosas, verdaderamente te.mbles, aballdas por este doloroso golpe, al pie de la colIna misma se hunduan en las pro· fundidades de este lugar, venerable sede oracula: par; los hombres piadosos.» Como es obvio, las 'diosas verdaderamente ternbles , las Enmas, no se sometieron al resultado del juicio; al menos, no todas. 72 En cuanto a los descendientes de Tántalo y de Pélope, tanto se les llama tantálidas como pe!ópidas, y también atridas. aunquetli, en cambio, tras disponercollVenientemente tus asuntos,.optendríaselregreso. Mas a nada me niego, ni siquiera a salvarte a'Unqueyodeba morir, pues no a otro sino aL hombrees a quien se echa de melJ.()s al motir; I<l' condiciónfemenina, por e! contrario, es in~ignificante' OREST:ES'7""No he de ser yo tu asesino yd de mi rnadre. Su sangr.e yafue suficiente. Siendo, comq es, mi corazón cornúlJ.altuyo, quiero. alcanzar la misma suerte que tú: viviromorir, [lOJO} Te llevaré conrnigo tanto .si salgo de aquí en dirección a casa, como si rnequedo' para morir cqlltigo'J?eroescuc:jIa lo que yo creoisi esta acción nuest¡"adl:s<l~adase af.\:rtemis, ¿cómo,.elltonces,.Loxias me habríaqrdenado en su oráculo que llevase la estatua de la diosa a lac:iudad de Balas y. q'Ue s'Urostro cOntemplase? Reuniendo. todo en uno, confio en conseguir nuestro regreso, .'. IFIGENIA.¿Cómo,entonces, podríamos lograr po moriry obt;enetlo que queremos? En. este punto nuestro regreso a casa se depilita. Este¡ es lo que hay que deliberar•.. ORESTES. [lOZO} ¿Podríamos, acaso, lllatar alrey? '. IFIGl',NIA'>F.SO que acabas de decir es horrible. iQ!e su h'Uéspedmate alguien c(e fuera.! OREST:~s. Pero si eso nos salva a ti y a mí, habrá que correr e~enesg9. . •••••• . ' ••..••• IFIGEl'olIA.:Yono podría, pero alabo tu arrojo. OREST:ES.--c¿Y si me ocultases secretamente dentro del tem~ plq? . . •. . '.. IFIGENIA.. <¿Paralibramos/delpeligro aprovechándonosdela oscuridad? OREsTESóSíi.puesla noche es propia deJadtonesy el día de la verdad; IFIGENIA.pentro están los guardianes del templo y no poc(ríamos. ocultarnos. ORESTES.IAy de mí! iEstamos perdidos! ¿Córno podríamossalvamos? IFIGENIA.--eteo que he encontrado una nueva solución. OREsTEs.--c[1030} ¿Cuál? fIazrne partícipe de tu idea, para q'Ue yo Jambiénla conozca. IFIGENIA.~Me valdr~ de tu propia ruina. como truco. a ORESTES.-.-iTerriblemente admirables sois las ltlUjeres para .•. . •. • . . > inventar estratagemas!73. IFIGEl'olI.A.--Diré que túyienes de Argos por aseSTara tu m¡¡gre- '. . .)/ -. ..•. < '.' .' , .• OREsTÉs.-·-Válete de mis desgracias, si con eso vasá.pbtener . ' •.• ' . . .. . ./ . algulJ.aganancia. IFIGENJA. Diré que nnces licito sasnficarte a la diosa•.. ORESTES.-(Q!é motivovas a tene~? Algo voy sospech.ando; ·IFIGENIA.--...porque no eres puro, Y que yo sólo sacrrficare una víctima pura. . .• .••. ..•... OREsTEs.-(Por qué, entonces, vaa estar la estatua de la diOsa más cerca de ser capturada? •. '. . •.• IFIGENIA.-'-Diréqueprefiéro puri~carte con agua delmar. OREsTES.-·[l040} Pero todavía seguirá estan~oen.eltemplo la iníagen poda que has~~ aquíhernos vemdo nayegan,do. IFIGENIA.-··Diré que tamblen hay que lavarla porquce tu la has tocado. OREST:ES.-mn dónde, pues? Nasa ir junto al húrn.edo entrantedel mar? ' .•••.•••.•••• .\<' IFIGENIA.-Donde tu nave anclada se encuentra coll·amarras . de Hno. ORESTES.-·¿Q!ién llevará la figura entre sus brazosUTú o • , . , .. algún otro? IFIGENIA.-Yo, porque sólo a mi me esta perrmtldo tocarla. ORESTEs,-¿Cuál es el papel déPílades en esta empresa nuestra? ._ IFIGENIA.--Puededecirse que tiene la misma mancha que tú en sus manos; ORESTES.-(Vas a eject'Uar esto a escondidas del rey osabiéndolo él? IFIGENIA.-·Tendré que convencerlo con mis palabras, pues 73 Afirmaciones de este tipo puede que contribuyesen a forjar la imagen de un Eurípides misógino y enel11Ígo de las mlljeres. Así se justificaría la trama de la comedia de Aristófanes LasTesmqfonantes, donde todas las mUJe,es se conjuran para dar muerte a Eurípides. Cfr. Aristófanes, Las Tesmqforiantes 384:8: «(Habla una mujerJ Hace ya mucho tIempo que soporto conpesar,pobreClta de mí, el ver cómo nos arrastra por el fango el Eunpides ese,.el hilo de la verdulera, y cómo cuenta de nosotras todo tipo de maldades.Sl~ numero." No obstante, la realidad es más compleja y no se ajusta a este tOpiCO. '11 no podría ocultárselo de ninguna de las maneras. Tú debes ocuparte, por tanto, de que todo lo demás resulte bien. ORESTES.-[10S0] A punto tenemos, desde luego, el barco y los bien dispuestos remos. Ya sólo falta una cosa, que estas mujeres mantengan el secreto. Así que acércate a ellas y encuentra palabras que resulten persuasivas. Tiene la mujer-..que lo sepas- capacidad de mover a la compasión. ¡Hasta es posible que todo lo demás resulte · I b ~n. . . , IFIGENIA.-(Dirigiéndose al CORO DE CAUTIVAS GRIEGAS.) iQ!¡eridísimas mujeres! A vosotras dirijo mi mirada, pues en vuestras manos se encuentra mi destino: o que bien resulte, o que en nada quede y me vea yo privada de mi patria de mi querido hermano y de mi muy amada hermana: [1060] Por eso, que estas palabras den inicie;> a mi discurso las primeras; Somos mujeres, seres amIstosamente dispuestos los unos con los otros, y las más firmes a la hora de preservar los intereses comunes. Ayudadnos a lograr nueStra huida y mantenedla en secreto por nues~ tro bien. Noble, en verdad, es la lengua en la que se puede confiar. Y fijaos, cómo a tres seres muy queridos.un único destino une: o el regreso a la tierra patria, o la muerte. Siyo me salvo, te he de llevar sana y salva a Grecia, de modo que también tú alcances común destino al mío. Así que te lo suplico a ti por tu mano derecha, y a ti, y a ti también, y a ti por tu mejilla, [1070] tus rodilla~, los seres queridos que estén en casa, madre, padre e hijos, si los tenéis. (Se produce un momento de silencio. La tensión crece.) ¿Q!¡é decís? ¿Q!¡ién de vosotras dice que sí quiere o que no? Hablad, lo que. sea, que si no e.stáis de acuerdo con mis palabras, perdIdos estamos mI pobre hermano y yo. CORIPEo.-Tranquila, querida señora, y sálvate. Qge, con respecto a lo que encarecidamente me estás rogando, por mi parte, al menos, he de callarlo todo en tu favor. Sépalo el gran Zeus. IPIGENIA.-iBenditas seáis por vuestras palabras y que lleguéis a ser felices! (Dirigiéndose a ORESTES y PÍLADES.) Cosa tuya, y tuya también, es entrar ya en el templ074. [1080] Dentro de nada vendrá aquí el rey de este país a enterarse de si ya se ha consumado el sacrificio de los extranjeros. (ORESTES y P!LADES entran en el templo. IpIGENIA se dirige a la diosa Artemis.) i Oh, señora, que de. los valles de Áulide me salvaste de la mano terrible y asesina de mi padre! iSálvanos también ahora a mí y a éstos, o por tu culpa la boca de Loxias ya no será por más tiempo digna de crédito entre los mortales! ¡Venga! Encamínate propicia fuera de esta tierra bárbara en dirección a Atenas, pues en verdad ya no te conviene vivir aquí, toda vez que te es posible habitar en una ciudad dichosa. (IPIGENIA entra en.el templo. f2Jteda el CORO solo en escena.) CORO. Estrofa La. ¡Alción, ave que cabe las rocosas crestas [1090J de los acantilados mannos tu son lastimero cantas, grito bien comprensible para quienes comprenden que a tu esposo celebras constantemente con tus cantosJ75. lócontigo comparo mis lamentos, ave sin alas, que anhela las fiestas de los griegos, que anhela a Artemis partera, quejunto al monte Ctnto 76 habita, y la palma de exuberanteftlJaje, [1100Jy ellaurel de lozanos brotes,y la sacra rama del verde olivo, tan querida para los dolores delparto de Leto, y el lago que el agua arremolina en círculo, donde el cisne canoro a las musas honra. La expresión original del griego reviste cierto tono coloquial. Alcíone es la hija del rey de los vientos, Eolo. Se casó con Ceix y formaban un matrimonio tan feliz, que ellos mismos se comparaban con Zeus y Hera. Irritados por esta muestra de orgullo, los dioses los transformaron en aves: a él, en somormujo; y a ella, en alción. 76 El Cintio es un monte situado en Delos, lugar de nacimiento de Apolo y Ártemis_ 74 75 --------- ! I ...>/ . Antístrofa 1. a. . •. •.. iOhríosyrfas.de lágri111.asy más lágrim{(y~ue a múmejillas cayerart.cu4nda.tras perderse la ciudadelaenlas.naves·me embarcaran {110PJ enemigas, junta can sus remaS y sZfslanzas! Tras venderme, a cambio de una buena sU11.l4 de oro, 111.e condujer0 rt camin0de esta bárbtfra tierra,donde1'1Jisserviciospresto a la sacerdoti~~.de la diosa cazadora de cie1'7/os,a la d01'fcella hija de Agamenon,en e! altar donde no son corderos!o que se sacrific.a. Envidio al'fue sie111.pre desafortunado ha sido, pues en medlOde.[art~Cesldad n9>sufre, por estarfabituadaa ella77 • [1120J L4SjtTfudanzassan una. desgracia;.§in embargo, después deunpe,ríado de]JUena suerte, arruirt'J-rseparalo.s martales es onerosi¡destino. .•...... ....' Estrofa 2 " " :.•..... •. ' , . ','.' -:,,"':> " Tamhiépa ti, señora, sí,4rgiva nave de cincuegta remos a casa ha de llevarte. Silbtmdo e! cálamo, trabado cartcera. de Pan mantaraz,alos rC11Jo~ sus 6rdenespotentes dará. Fehaeladivino, altiempoque de s«lirade sietetonos sus Sanes ahtiert.e,[1130] cantando te llevará alJUen puerto, a la opulenta tíerra.de lo.s atenienses. Irás agolpe de re11l9 rugientey a míme dejarása¡¡Zfí.Con e/viento en las velas, e/estay de trinquete78 extenderá larscota79 de !4nave inclinámlose veloz sobre !4 propia proa; < .: Antistrofa 2/.. . . . iOjaM.la re,spl¡;¡.ndeciente carrera de! carroyq. recarriese, pOr donde avanza. elJitegodel solU1l40J iOjaM sobre las estancias de mi casa, las alfl!pz. mis castados cesaseyo de batirliOjaMpresente estuviese. en m~dlO de.lasdanzas, donde tambiényo, cuando erajoven, enlaskqdas bIen reputadas, a laS piesde11.li querida madre, guiaija la cqf11,itiva ~e "!is compañeras, parq-campetir en graciay hermosura,pilra nvalldad de mefrnas ncamente exuberantes! [1150J Con mis movimientos, los velos de ricos coloresy [os rizos '.> . • ..•••.•••••• •• .•.. 77 Cfr.l~erac¡"s, 1291·3: "Para un hombre que en 00:0 tiempo era aclamado por -$U felicldad .c(]sa pe~osa ,s,on estos cambios. Sin,embargo)a1 que siempre ha estado en unatr).~a sltuaCl~n, nada le duelepor~ueYil desde sunacimien· to es un ser desgt"a~iado.» 78 Cable que va del mástil a la proa. 71 Cabo que sirve para cazar las velas, poniéndolo titante hasta que el puño de la velaqu~deJ? más cerca posible de la borda. de micabellera íbanme cubriendo en rededor hasta quedarmírostro oculto entre sombras. . . . . . . '..'. (Llega el rry TOANTEt#pmpañtylode sus servidores:). la~ardianaide puertas<l~;este TOANTE.. món?e está las. i•• templ(), la mUjer griega?¿Y;¡ ha iniciado e! ceremonial de! sacrifi<;ío de los extranjerqs? (Enel santo sagrario su~cuerpos bnll;¡n en e! fuego abr;¡sador? ••..•. ,.FO~FEO.-. (W salira IFIGEIlfIAdeltemplo con la imagen de4rte....m!s C1f!re!os bnl~os.) Aquí está, soberano, la que todo te ex' •.•. p!Icaraicon dandad. . . •. '.•.. '. ·.• l'oAN(E. (~l rry se!?rprende e intenta entrar dentro.) iEhL¿Por ...••.•. q~e cambias de SItiO la estatua deja diosa, hija de Agame. non, yen brazos te la lle"as de su pedestal, de! que moverse no debe? .... iIFlGENlA.-·¡Soberano, detén ahí mismo en e! vestíbulbtus . pasos! . . .. • TOANTE.-[1160] Pero, lfigeni a, ¿qué lluevo suceso ac:btttece .....en eltemplo? ..•.•.•. •...••.. .'. .••• IFlGENIt.... ----:Esc~p?8q ..A la.piedad imputo esta palabra.• .T0AN!E.--<.Qye slgmfica este nuevo preámbulo? Hablácon . . . .. dandad. .IFIGENI,A.-No sonpuras;en mi opinión, las víctimas que ca. zaste1s, soberano. '[0;WTE,,-----,¿Qyé te lo h~hecho saber con tal seguridad? . <O' te refieres a una conJeturatuya(' .....> .IFIGENIA..- .La imagen deladiosa desde su posición seh~ girado hacia atrás. < .. . ..•. TOANTE.-¿Por s! m~sma,.o la ha girado un temblor de tierra? IFIGENIA.-.Por SI rmsma. Ycerró los ojos ajustando sUs párpados. . . TOANTE.--,.-~ la causa, ¿cuál es? ¿Acaso por contaminacióll de los extranJeros? 1 'Oc' "·'de al' . on IlltenClOn eJar de sí cualquier mancha o desgracia. Engrie propIamente hay una (arma de aonslo. Escupir era para los antiguos un mo~6 de rechazar un mal agüero. IFIGENIA.-.Esa, y no otra, pues han CClmetido unos delitos terribles.. TOANTE.-[1170] ¿Es que acaso mataron a alguno de los bárbaros en la costa? IFIGENIA.-Yinieron tras ganarse ya el crimen en casa. TOANTE.----.(Cuál? He caído ya en ganas de saberlo. IFIGENIA.-·A su madre mataron con espada común. TOANTE.-iApolo! ¡Ni siquiera entre estos bárbaros alguien se atrevería. a eso! IFIGENIA.-Fueron desterrados ante el acoso de toda Grecia. TOANTE.-Entonces, ¿por eso estás sacando fuera la estatua? IFIGENIA.-8í, bajo el sacro éter, para alejarla de la sangre del cnmen. ToANTE.-Yla mancha de los dos extranjeros, ¿en qué modo la llegaste a conocer? . IFIGENIA.-l..Os examiné cuidadosamente cuando la Imagen de la diosa se dio la vuelta. ToANtE.-[1180] Sabia te educó Grecia, iO!1é bien te percataste de l{situación! . IFIGEI"IA.-Y además asentaron un dulce cebo en mi corazón. d TOANTE.----.(Te trajeron. alguna noticia de Argos como me io para seducirte? . IFIGENIA.--Q1e mi único hermano Orestes era dIchoso. ToANTE.--Con intención; claro está, de que los salvases por efecto del placer de sus noticias. . . IFIGENIA.-·Y que mi padre vive y se enc~entra bIen. TOANTE.-Pero tú te inclinaste por la dIosa, como era bIen &~~ . ' . IFIGENIA.-·Sí, por odio a toda la Hélade que causó mI perdIción. TOANTE.-¿O!1é hacemos entonces --dime- con el par de extranjeros? IFIGENIA.-Forzoso es respetar la ley establecida. ., TOANTE.-.[1190] ¿No entrarán, por tanto, en aCClOn las lustraciones y tu espada? . . . IFIGENIA.-Con santa purificación primero qUIero J¡mpI~los. TOANTE.-¿Con agua de una fuente o con agua del mar. IFIGENIA.-EI mar lava los males todos de los hombres. TOANTE.-Máspuros, desde luego, en honor de la diosa sucumbirán. IFIGE;'IIA.-Y así también mi empeño, al menos, mejor resultara. TOANTE.-¿Y no llegan junto al mismo templo las olas del mar? IFIGENIA.-.Se precisa soledad, pues vamos a ejecutar además otros ritos. TOANTE.--Condúcelos a donde quieras. No deseocontempIar 10 inefable. IFIGENIA.-Debo también purificar la imagen de la diosa. TOANTE.-[1200] Siempre que le haya alcanzado la mancha del matricidio. IFIGENIA.-Sí, pues delo contrario jamás yo la habría levantado de su pedestal. TOANTE.-Justa piedad y previsión. IFIGENIA.-¿Sabes, pues, 10 que tienes que hacerme? TOANTE.-Asunto tuyo es señalármelo. IFIGENIA.-Ponles cadenas a los extranjeros. TOANTE.----.(Pero, adónde podrían escaparse de ti? IFIGENIA.-Grecia no con.oce lealtad alguna. TOANTE.-(Dirigiéndose a sus sirvientes.} Sirvientes, id a por cadenas. IFIGENIA.-O!1e saquen aquí a los extranjeros. TOANTE.-Así se hará. IFIGENIA.-O!1e les cubran con velos la cabeza. TOANTE.-Frente a los rayos del sol. IFIGENIA.-,Envíame a algunos miembros de tu escolta. TOANTE.-·Estos de aquí te acompañarán. IFIGENIA.-Y envía a alguien que a la ciudad anuncie... TOANTE.----.(O!1é clase de acto? IFIGENIA.-[121O] ...que en sus casas todos permanezcan. TOANTE.----.(Para no entrar en contacto con el asesino? IFIGENIA.-Sí, ya que eso es impuro. TOANTE.-Ve y anuncia tú... IFIGENIA.-...que en absoluto hay que exponerse a su visión. TOANTE.-Bien ~esde luego- cuidas a la ciudad. IFIGENIA.-Y, de entre mis seres queridos, a aquellos que más lo necesitan. TOANTE.-.~,j¡presionado.) Eso lo ~cabasdedecir por mí. i Con qué razón la ciudad, te adlIlua! . ••.•. • . .. '. . IFIGENIA.-'--l\í quédate aqUl, delante delt~mplo de la diosa. TOANT~.~Q!1ées lo que voy a hacer?>;. ,. IFIGENIA''---Purifica con· una antorcha el ~djfiCIO. ToANTE.--I;impio estará cuando aquí vuelyas. IFIGENIA.'Cllando sa.lgan fuera losextrameros... TOANTE. ¿Qyé es lo que tengo que ha~~r? . IFIGENIA.---,.ponerte un ve!o delante de lqso)os. . TOANT~. __Para no ver alcriminal., . . IFIGENIA.>Ysi te parejeque estoy empleando mucho tlem- Tt~~.¿Qyélímitetengo para esa t~rclanza? a IFIGENIA.. 11220] .., nq te .extrañes en Pllnto lguI;1?' . TOANTE.-Ejecuta cOllvementemente, ~on trmqUlhdad, e! ntualde I~.di<?sa; .., ..: .. , IFIGENIA.-+iOJala estapunficaclon tenmn~ como )'0. qUIero. ToANTE.~Me sumo a tu súplica. (El rlJ'JOANTE :ntra en eltemplo con.Sus sirvientés. Sale una comifÍ'i!aque escolta a ORESTES y '!?íLADES, enc(lf1enad°sy tonel. rostro cubierto, como poco ar¡W ha orderzadoIFI.GE· NIA;Qtros miembros de la comitivaportan diversos objetos necesariospara elrito sacrijicialJ IFIGENIA.IEstoy viendo que justamen1.phora salen ya de! temploI¿)s extranjeros. y'eo ta~biélllqs ornamentos de la diosa., ]'los corderosreclen naCidos, c()n cuya sangre la san· gre.inmüp.da puritt.caré, y el respl~ndorde\as antorch~s y e! resto delos utenslhosque ordene para.punficarala dIOsa y a los extranjeros. A los ciudadanoscl0Y. orden de que ,se mantengan lejos de esta mancha, tanto SI se tra~a .de algun pÓrteroque mantien~puras sus manos ~ servICIO d~ los dioses, como de alguien que venga a unuse en matnmonio, ode alguna mujer qu~ se .encuentre emb~az~?a. Huid, alejaos, que sobre nadie CaIga esta. contammaClon. [12301(Dirigiéndose ala imagerz.que siguetenIendo entre slfs bra.zas.) i(¡hdoncella soberana hija de~eus y de Le~o! ~I punfico lasa.ngre de estos hombres y ejecuto e! saCnfiCIO don- de conviene, habitarás tú, una casa puray dichosos seremos noso.tros. El resto no lo digo, mas indicios de ello Os doy a ti, dio;a, ya losdiosesjue todo los~ben. ••••• (Se marcha IFIGENÍ.f\)unto con lti comitiva que tr(lSf4.da a ORESTES y PíLADES. EICoRoqueda solo en la escena.) CORO.... Estrofa. . ••.. .. iOh bien nacidohijo deLeto,alque antaño en losfértiles vállesde DI}los dio aluz!Rubiossonsusc;WeUos, diestro con ladtara, radi@ltede ategiWporlacerterapunteifade susj1echas. Su madre lolle7;ó[1240j lejos delacantifado marin(),cuando attdsdéjóelilustre1ugaren tIque lo había alumbrado, adondelascomentes de agua mafl41lsincesar, a la cumbre delParnaso ijuecon Dionisojúrorcomparte' ese lu. gar, una serpiente de lomos moteados colarde vino,cubimacon escamas de umbrío laurel de tupidofoUajl'l, portento monstruoso de la tierra, custodiaba elorácuwdellugar- [1250j Todavíareciérrnacido, cuando aún te abalanzabqssobre losbr¡;¡zos de tu 1Udida.t!Jadre, le diste muerte, Febo. Tu piel!14ntaste soo/e1os muy divinoso/dculosy en eltrípode de oro abara. te sientas, entrono que no miente,administrandoentre los mortales oráculos determinados por los dioses alpie delsagrario, vecino a las corrientes de CastalirP, ocupando u:na morada q/fC es elcentro de la tierrJ33. . . En Antístrofa. y cuando a Temis8 4, hijdde la Tierra, {1260]ladest&fáde los . muy divinos oráculos, parla noche Tierra prodlf:Jovisiones oniri~ 81 Lectura de los mariuscrit6¿o" Manantial de las Musas en.el monte Parnaso. 83 El 'qmbligo central'lollall?a en el verso 5 de la tragedia Ión.belfoseta considerado el ombligo del mundo. y en el templo que allí habia;donde se desarrolla la acción de la menciOnada tragedia, había efectivamenteun ombli· go de piedra. Al comienzo de la tragedia Las Euménides, de Esquilo; se traZa una breve historia del oráculo.deDelfos. que era el más f.unoso.deGrecia: 84 Temis era hija, efectivam~t¡te, de Gea ([ierra) y de Urano.Ense.ñó aApolo los secretos de las artes adivinatorias y, con anterioridad al dios,poseía el santuario pitico de Delfos. Segút¡ se cuenta en la tragedia de Esquilo qlle he' mos citado en la nota anterior, Las Euménides, el.oficio oracular lo deselIlpeñó en primer lugar Gea, la Tierra, la divinidad más antigua, madre de los Titanes. Luego le siguieron su hija TelIlis y Febe, madre de Leto y abuela, de Apolo. Posteriormente se le concedió.como presente natalicio a Febo Apolo. 82 I I cas que a muchos mortales, cuanto más larde o más pronto iba a acontecer, re'l{elaba mimtras dormían tumbados en sus camas. Así Gea el honor oracular a Febo arrebató, indignada por lo de su hija. [lila} Entonces con pie ligero al Olimpo el soberano se dirigióy se aferró con mano de niño al trono de Zeus, Jl.araque apartase de la morada pítica la cólera de la d!osa de ~ tIerra. Xsu padre sonriópor lo pronto que había acudIdo.su hIJO, movIdo por el deseo deretmer su culto, rico m oro. Sacudió la melena para que cesasm ltisvoces de la noche,y privó a los mortales de la veracidad de ltis visiones nocturnas. [l280} RestituyqslI oficio a Loxias,y a los mortales la confianza asmtada m los cantos del trono. oracular, que tantos visitantes recibe. (Llega un mensajero que es m realidad uno de los sirvimtes del re.:v TOANTE.) . MENsAJERo.-iGuardianes del templp y encar~ados ~el ~l­ tar! ¿Dónde se encuentra Toante, rey de esta tierra? ¡Abnd las puertas de bellos goznes yllamadal señor del país para .' . . que salgafuera de estos recintos! CORIFEO.¿Q1é sucede, si puedo hablar. sm permlso~ MENSAJERO.-.¡Se han marchado, se han Ido los dos Jovenes [1290] mediante un plan de la ~ija?e Agamenón! .iEstán huyendo del país y llevan en el mtenor del barco gnego la sagrada ill1agen que nos acaban ~e robar~ . CORIFEo:--'-(De acuerdo al compromIso atlqulrido con IFIGENIA, trata de engañar al MENSAJERO.) Acabas de relat~rnos ~na historia increíble. En cuanto al soberano del palS, a qUIen deseas ver, acaba de marcharse del templo a toda prisa. MENsAJERo.-¿Adónde? Tiene que enterarse de estos hechos. . d d . CORIFEO.-No lo sabemos. Pero vete ybúscalo on e qUIera que se encueritre para que le anuncies estas noticias. MENsAJERQ.-(Desconfiando.) ¡Fijaos qué p<?co de fiar es el género femenino!. iTambién vosotras tenéis parte en estos acontecimientos! CORIFEO.-.[1300] iEstás loco! ~Q1é ~enemos nosotras que ver con la huida de los extranjeros? <No vas a marcharte a las puertas del soberano lo más rápidamente posible? MENSAJERo.-No antes,almenos, de que e! intérprete 85 me . diga lo siguiente, si se encuentra dentro o no e! gobernante de esta tierra. (Golpeafuriosammte ltispuertas con elpicaporte.) iEh! iSoltad los cerrojos! Os lo estoy diciendo a los de dentro, y comunicad a n\lestro señor que yo estoy aquí en la puerta, para anunciarle Un cargamento de mala~ nu~vas. TOANTE.-(Acudimdo a ltispuertas del templo desde el znterz.or, al oír los ruidos) elgríterío.) ¿Q1ién está levantando semejante griterío ante el templo de la diosa, aporreando las puertas y molestando a los de dentro con e! mido? MENsAJERo.-Estas mujeres me han contad? una u:entira -que tú te encontrabas .fuera- y me enviaban leJOS del templo. [1310] Pero tú estabas justamente en e! templo. TOANTE.-¿Q1é beneficio esperaban obtener con ello? MENsAJERo.-Luego te explicaré sus intenciones. Ahora escucha estos hechos presentes que nos acaban de salir al paso. La joven que aquí supervisaba los oficios del ar~, Ifigenia, se ha marchado fuera del país con los exq-anJeros, después de apoderarse de la estatua sagrada de la diosa. Las purificaciones eran una farsa. TOANTE.~Q1é estás diciendo? ¿Q1é aire le ha dado a esta mujer? . MENsAJERo.-iSalvar a Orestes de la muerte! Sm duda esto te sorprende. . ., .. " TOANTE.-¿A quién? ¿Acaso al que pano la hija de Tmdareo? MENSAJERo.-[1320] A aquel que para honra de estos altares la diosa consagró. TOANTE.-iQ1é sorpresa! ¿Cómo podría encontrar Un nom.. bre mejor para esto? MENsAJERo.-No dirijas tu pensamiento a este punto..Antes bien, préstame atención. Después de v~~lo con clandad y de escucharme, piensa en una perseCUClOn que pued<\dar caza a los extranjeros. . . TOANTE.-Cuéntame!o, tienes r<\Zón. Lo cierto es que su V1a: je es demasiado largo como para que puedan escapar de mi lanza. 85 Se está refiriendo al picaporte de la puerta. MENSAJERO.. Cuando llegamos a la oúlla de! mar, donde la llave dflorestes est;¡ba anclada o<':\1!tamente, a noso~ tros;aquifln<:lS tú habías enviado com{;)escoltasllya soste· niendo las cadenas de los extranjeros, [1330] nos hizo se· ñaltesla hija de Agamenón de que nosicqlocásemos lejos, coninten~iónde oficiar la purificaciótl,que hasta allí la .habíwllev¡).c!(), con telfuego secrtetoó Ent()n<.:es el1ase mar· chó,sostellietldo por detrás con sus manos las cadenas de los dos ex,tr;¡njeros.Sibien este comportamiento parecía sospecho~p,lo cierto es que tus sirvientes, señor, le dieron elyisto byello;. . . .1 , . . Entonc:s;alrato,para que nosotros creyésemos que es· tab;¡,hacietldoalgo dteprovecho, rompió~ gritar ya cantar bárqaroscalltosy conjllros, haciendo Ilwdeartes mágicas, com()site'~t1.Iyiese lavando la sangre en ese mqmento. Des· pués!dee~t<U"sentados durante bastantflJÍempo, [1340] nos vinqa la1l'ltentee1 temor de que los ej{ttanjeros, tras haber consewidqJiberarse, hubiesen matadqa la mujer y'que se hubieran 1l'la.rch;¡dq como fugitivos; pero; por miedo a lo ql.leno depíamos ver, permanecimos~etltados en silencio. Porfintotlosllegam()sal mismopare7er: ira donde esta· ba1l,aunque1lo nqs estuviese pennitid()-'Y entonces vimos el <.:asco c!y la pavegriega, bien provista, de una. fila ,de rte' mOS, ,a mqdq de alas, y cincue1lta marilleros que sostenían . los,remos'.s()breJostqletes86. Losjóvenesestaba1l en pie; li, bresde sus,c;¡denas,pprlapartede popa.dela nave.I13S0]· Unqs con pértigas se pcupaban de laprqa;otrosc()lgaban elancladelass<:lrviol;¡s~7,.otros,atodaprisatraíanescalas e1l las manos y desde popa las dejaqancaerparaJendérse!;¡sen el.·'1l'lara la,extranjer;¡•. E(J.tonces nosotros, sin. contempla. ciones, aIYterestasdqlosas.artimañas, nos cogimos delaex. tranjera.yde.,la.samarras de popa; e intentamos sacar a tra· vés de su soporte la caña de! timón.de1a nave de buena popa; Eh ese tn0mentollegaron las pal;¡bf(1s. «(Con .qué razón nos robáis la estatua y a la sacerdotisa y os las lleváis de esta 86 87 Est;¡q\lillafijada en el borclede la. embar¡;aciól1 a la cual Se ata el remO. Pescante muy robusto a ambos. lados de la proa.. . tierra? [1360]¿Q¡ién ere~túque subrepticiamente'te,nrfrle . vas del país?» Y e! otro dijo: «SoyOrestes, sangre de S1.lsan· gre -que losepas-, hijo de Agamenón. Es.toxcogiendoa mi herlllana, a laque perdLde! h()gar, para llevá'1l'lela.» .• . Pero nosqtros nosteníamqscogidos dflla extranjerac()nno menos fi.¡terza, y kobligáhamosconmásempeño a que te obedeciese., De ahí viente1l,estas terribles maglll1aduras en las mejillas. Como ni ellos ni nosotros teníamos espadas a mano, nos enzarzamos entlnaluchaa puñetazos, y I(¡sdos jóvenesnps pegaban a la vez con brazos y piernas [1370] en los costados y en e! hígado, hasta que todos acabarnos ';fatigados y con los rniernl:{rosdoloridos. Marcados contre· mendas señales, huimos,h.acialos riscos. Unos.teníanheri· das desangre en la, cabeza,otros.enlos ojos. Peropla1lt~dos con más precaución firm~sen pie.enIa orilla,.contin,uába, mos luchando y les íblllJ'los alcanza1ldo C01l nuestras, pie· dras. Peronos.estorbabanlosarqueros con sus flechas plan· tados sobre la, poparhas¡:aha<.:emos retro<.:eder lejos. y e1lesto, como.una tremenda olaempujólanavehaci;¡ la play~; [1380]· y la mush.;¡cha .tenía miedo a mojarse/los pies, Orestes la cogió sobre su hombro izquierdo, se;¡den· tró ene! mar, saltó sobrfl/ la escala y laintrodujo en el bar· co de b,ue1lOs bancos, juntoconelobjeto caídodekie!o, la estatuade\a hij;¡de Zeu$. y desde el centro delhar<.:o dejó oír su clara y pote1lte voz: «Oh marineros de la tierra he!ten;¡, cogedJos remos y bl;¡nqu~adJasolasespurnosas. Te1lemos y;¡aquel1opor lo que hastaelinterior.del ~strte<.:ho.inhóspitodelasSimpléga. des 88 hemos navegado.>;{1390J Y. ellos, exh¡¡]ando. u tl po·tente suspiro comounwgido,batía1l e! marcqnsusrernos. El barco; mientras estuvo dentro delpuerto, .ibaavanzando a buen ritmo haciaJadesembocadura, pero u1lavezquela atraveSÓ, al encontrarse. con. una ,fuerte marej;¡da,g;¡nó ve· locidad. Ethecho es que se presenta de repente un viento terrible que impulsa e!.yelarnen principal dela popa del barco; Ellos segllían insi~tiendoen batidas olas,perq flLre- 88 Cfr. nota al verso 125. flujo deja marejada arrastraba el barco de vuelta hacia tierra. Entonces, firme en pie, la hija de Agamenón dirigió la siguiente plegaria: «Oh hija de Let089; condúceme a mí, tu sacerdotisa, sana y salva a Grecia, [1400] fuera de esta bárbara tierra, y perdóname por este robo alevoso. Diosa, como también amas tú a tu hermano, bien ha de parecerte que yo ame a la sangre de mi sangre." Los marineros entonaron una oración en favor de las súplicas de la muchacha, al tiempo que ajustaban el remo a sus hombros desnudos de ropa, al ritmo de las órdenes de. boga. El barco se iba acercando cada vez más y más en dirección a las rocas. Entonces, uno de los nuestros se lanzó al mar a pie, otro iba tratando de sujetarlo con sogas trenzadas, y a mí al punto me hicieron venir aquí junto a ti, [1410] señor, para comunicarte los sucesos de allí. Así que coge cadenas y unas cuerdas ,con tus manos.y ve allí. Si el mar sigue sin calmarse, no hay esperanza de salvación para los extranjeros. El venerable Posidón, adversario de los hijos de Pélope, es señor del mar y vela por Ilión, y ahora, por lo que parece, va presentarte a ti y a tus conciudadanos la ocasión de atrapar en tus manos al hijo de Agamenón y a su hermana, epnvicta de traición a la diosa tras olvidar aquel crimen de Aulide. .. CORIFEO.-. [1420] ¡Ay desdichada Ifigenia! iJunto con tu hermano vas a morir cuando a las manos de tu señor regreses! TOANTE.-·(Dirigiéndose a sus hombres.) ¡Ciudadanos todos de esta bárbara tierra! ¡Venga! ¿No vais a poner las bridas a vuestros caballos y a correr junto a la orilla del mar? ¿No vais a aguardar a los marineros náufragos y, con la ayuda de la diosa, no os vais a apresurar a dar ,caza a esos hombres impíos? ¿No vais a arrastrar vuestras veloces embarcaciones hasta el mar, de modo que, tanto desde el mar como desde tierra con los carros a caballo, los apresemos, o los despeñemos por los precipicios rocosos, [1430] o empalemos sus cuerpos con estacas? (Dirigiéndose a las mujeres del CORO.) 89 Ártemis. y a vosotras, mujeres, que erais conocedoras de estos. pla; nes, luego, en cuanto me tome un respiro, ya os :¡.phcare vuestro castigo. Mas ahora, como en ,este mo.mento tenemos prisa, no vamos a quedamos aqUl tranqUilos. (La diosa ATENEA aparece m lo alto del templo y se dirige a TOANTE.) ATENEA.-¿Adónde, soberano Toante, adónde vas con esta persecución? Escuch.a estas 'palabras ?,e !'tenea. Cesa de perseguirlos y de enviar los nos d~ tu eje;ilto a guer:rear. E~ virtud de unos oráculos determmados por ~~X1as aqUl vino Orestes, para escapar de la cólera de las Enmas [1440] -conduciendo a su hermana a Argos, y llevat;ldo la estatua sagrada a mi país- y liberarse así de sus penahdades actualmente presentes. Por lo que a ti respec~a, esto es lo que he de decirte. Y en cuanto a Orestes, a qUIen pensabas at~ap,ar en medio de la marejada del mar para matarlo, ya PO~ldon me ha hecho el favor de aplacar las olas de la superfiCIe del mar para que puedan emprender su viaje. . (Dirigiéndose a ORESTES.) Y tú, Orestes, enté:ate de estas mis órdenes, pues estás oyendo la voz de la dIOsa aun no estando presente. Coge la estatua y a tu he~ana y vete. Cuando a Atenas, ciudad edificada por los gl<?ses, llepues, [1450] hay allí un lugar en los ~onfines del J\tica, vecmo a la peña caristia, que es un espacIo sagrado. MI pueb,lo le da el nombre de Halas. Edifica allí. ~n te~pl? y consagraselo a la imagen, con el nombre de la tier:a. taunca y el de tus fatigas, por las que tanto has sufii~?, Viajando a !o.largo y. ancho de Grecia por culpa del aguIjan de las Enmas. A ,Artemis los mortales de aquí en adelante la conmemor~ran el;l sus cantos como la diosa taurópola. Instaura, ademas, la SIguiente norma: cuando el pueblo celebre la fiesta por el rescate de tu inmolación, que una es~ada penda [1460] sobre el cuello de un hombre y que se vIerta su sangre, con motivo de aquel rito y para que la diosa obtenga sus honras. 90 Lectura de los manuscritos. (Dirigiéndose a IFIGENIA.) Y tú, Ifigenia, en lasvenerables pr¡¡deras brauronias debes servir de clavera enllOnor de la diosa. Allí has de serenterrada cuando mueras, y te impondráll como ofrenda las finas telas bien trabajadasde10s vestidos que en sus casas dejen las mujeres que dur@te el parto pierdan la vida. (Dirigiéndose a TOANTE.) A estas mujeres griegas te orde~oqu~ las II!-andesfuera del país, en virtud de sus rectas y Justas mtenpones. (Dirigiéndosenue'1Jamente a ORESTES.) Como a tiya te salv,é ante.s [1470]enJac?lina de Ares, O~estes, cuando repartI Jos votos en partes Iguales, por eso en el futuro se hará efectiva.l~ s.iguientellonna dejurispmdencia, a saber, que gane el JUICIO todo aquel que obtenga igualdad de votos91 • ¡Yenga, hijo de Agaillenón! Llévate de esta tierra a tu her'. mana. (Dirigiendo sus tiltímaspalabras a TOANTE.) Y tú, Toante, note enfades. TOANTE. iSoberana Atenea! No piensa cuerdaiUente todo aquel que, tras oír.1aspalabras de los dioses, no tiene fe en ellas.Yo; por.mi.parte, con Orestes, aunque se haya marchadollevánclose la imagen de la diosa y con suherrnana, en modo alguno voy a. enfadarme. Pues,¿quéUAcaso es u.na noble acción competir con los dioses, ctiandoéstos son)qs que tienen el poder? [1480] Q!¡e vayan a tu tierra coI} la estatuacle ¡a diosa, y que ojalá con éxito consagren Su Imagen. A estas mujeres también las he de enviar a la dich?Sa Gr~ci~, tal COillO me lo impone tu mandato; Y he de renrar, aSimismo, lalanza que contra estos extranjeros he I~vantado, y los remos de mis b¡¡rcos, ya que a ti te place, diosa. ATENEA.-.~oY1Ui aprobación. En efecto, eldestino gobier~a sobre n, e mcluso sobre los dioses. Adelante, vientos, Impulsad el. barco del hijo de Agamenón hasta Atenas. También yo he de viajar en vuestra compañía para hacer 91 Todo esto también aparece en Electra, versos 1258-69, y en !ftgenia entre los Tauros, versos 961-7 llegar en perfecto estado la venerable imagen de mi hermana; CORlFE(),c.,-[149ü] ¡Marchadyseddic!wos por eléxito de un des- ·tíno qUf~iJ,nosysalvos os conduceliOkcfiosa venerrtda entre mortales e in1110rtales, Palas Atenea! HarCJ1Zos como nos ordenas. En extrCJ1Zogozosas einesperadas tus palabras en mís oídos las be acogidrObYictoria poderosa, venerable! ¡Así mi vida conserves bajo tu diestray no ceses decoronarme con elixíto! (Salen todos.)