Dra. María Verónica Talamé A 50 AÑOS DEL CONCILIO VATICANO II LA PALABRA DE DIOS EN LA VIDA DE LA IGLESIA: de la Dei Verbum a la Verbum Domini A modo de introducción “A partir del pontificado del Papa León XIII, podemos decir que ha ido creciendo el número de intervenciones destinadas a aumentar en la vida de la Iglesia la conciencia sobre la importancia de la Palabra de Dios y de los estudios bíblicos, culminando en el Concilio Vaticano II, especialmente con la promulgación de la Constitución dogmática Dei Verbum, sobre la divina Revelación. Ella representa un hito en el camino eclesial. Los Padres sinodales reconocen con ánimo agradecido los grandes beneficios aportados por este Documento a la vida de la Iglesia, en el ámbito exegético, teológico, espiritual, pastoral y ecuménico. En particular, ha crecido en estos años la conciencia del «horizonte trinitario e histórico salvífico de la Revelación», en el que se reconoce a Jesucristo como «mediador y plenitud de toda la revelación»” (Verbum Domini 3) LOS AÑOS ANTERIORES A LA “DEI VERBUM” (18/11/1965) PÍO IX o CV I - Constitución Dogmática Dei Filius sobre la fe católica (24/4/1870). Introducción: “se propone enseñar y defender la verdad católica, así como de condenar las doctrinas erradas (racionalismo o naturalismo de donde surgen el panteísmo, materialismo y ateísmo) apoyados en la Palabra de Dios como la hemos recibido en la Escritura y la Tradición, religiosamente preservada y auténticamente expuesta por la Iglesia Católica”. Capítulo I: Sobre Dios creador de todas las cosas Capítulo II: Sobre la revelación: Distingue entre “revelación” natural y sobrenatural. 1 Reafirma el canon (según Trento). 2 Habla de la “inerrancia”. 3 Oficializa el término “inspiración”. 4 Capítulo III: Sobre la fe Capítulo IV: Sobre la fe y la razón Cánones LEÓN XIII o Carta Encíclica Providentissimus Deus (PD) sobre los estudios bíblicos (18/11/1893) 1 “La Santa Madre Iglesia sostiene y enseña que Dios, principio y fin de todas las cosas, puede ser conocido con certeza a partir de las cosas creadas con la luz natural de la razón humana… Plugo, sin embargo, a su sabiduría y bondad revelarse a sí mismo y los decretos eternos de su voluntad al género humano por otro camino, y éste sobrenatural. Esta revelación sobrenatural, conforme a la fe de la Iglesia universal declarada por el sagrado Concilio de Trento, «está contenida en libros escritos y en tradiciones no escritas, que fueron recibidos por los apóstoles de la boca del mismo Cristo, o que, transmitidos como de mano en mano desde los apóstoles bajo el dictado del Espíritu Santo, han llegado hasta nosotros»” 2 Los libros íntegros del Antiguo y del Nuevo Testamento con todas sus partes, según están enumerados en el decreto del mencionado Concilio (Trento) y como se encuentran en la edición de la Antigua Vulgata Latina, deben ser recibidos como sagrados y canónicos. 3 La Iglesia tiene estos libros por sagrados y canónicos no porque ella los haya aprobado por su autoridad tras haber sido compuestos por obra meramente humana; tampoco simplemente porque contengan sin error la revelación; sino porque, habiendo sido escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios por autor y han sido confiadas como tales a la misma Iglesia”. 4 El término “inspiración”, ya utilizado en el Concilio de Florencia (1440), fue relacionado con la fórmula: “Dios autor de las Escrituras”. 1 Dra. María Verónica Talamé Busca proteger la interpretación católica de la Biblia contra los ataques de la ciencia racionalista: propone el estudio de las lenguas orientales, el método histórico-crítico y el de las ciencias físicas (naturales). 5 Habla del sentido literal (que oculta otros sentidos) y de su utilización. 6 Ve necesario que la Sagrada Escritura sea el “alma” de la teología. 7 Si bien defiende la inerrancia, reconoce los “no pocos pasajes” contradictorios y propone el criterio de san Agustín. 8 o Carta Apostólica Vigilantiae studiique (30/10/1902) crea la Pontificia Comisión Bíblica, asignándole a la nueva Institución una triple función: Promover eficazmente entre los católicos el estudio bíblico. Contrastar con los medios científicos las opiniones erradas en materia de Sagrada Escritura. Estudiar e iluminar las cuestiones debatidas y los problemas emergentes en campo bíblico. BENEDICTO XV o Carta Encíclica Spiritus Paraclitus (SP) sobre la interpretación de la Sagrada Escritura (15/9/1920) Conmemora el 1500º aniversario de san Jerónimo. 9 Defiende la inerrancia y la inspiración. 10 Habla de la Escritura como alimento de vida espiritual, de perfección y de su fuerza en la predicación. 11 5 “Como antiguamente hubo que habérselas con los que afirmaban que la Escritura era la única fuente de revelación y el juez supremo de la fe; así ahora nuestros principales adversarios son los racionalistas, que, hijos y herederos, por decirlo así, de aquéllos y fundándose igualmente en su propia opinión, rechazan abiertamente aun aquellos restos de fe cristiana recibidos de sus padres. Ellos niegan, en efecto, toda divina revelación o inspiración; niegan la Sagrada Escritura; proclaman que todas estas cosas no son sino invenciones y artificios de los hombres; miran a los libros santos, no como el relato fiel de acontecimientos reales, sino como fábulas ineptas y falsas historias. A sus ojos no han existido profecías, sino predicciones forjadas después de haber ocurrido los hechos, o presentimientos explicables por causas naturales; para ellos no existen milagros verdaderamente dignos de este nombre, manifestaciones de la omnipotencia divina, sino hechos asombrosos, en ningún modo superiores a las fuerzas de la naturaleza, o bien ilusiones y mitos; los evangelios y los escritos de los apóstoles han de ser atribuidos a otros autores” (PD 26). Para la defensa de las astucias del enemigo, se indican algunas pautas: “primero el estudio de las antiguas lenguas orientales y, al mismo tiempo, el de la ciencia que se llama crítica” (PD 39). Segundo, “el conocimiento de las ciencias físicas naturales será una ayuda eficaz para el que enseña la Sagrada Escritura” (PD 41). 6 Al hablar del “sentido literal” dice que “oculta en sí mismo otros significados que sirven unas veces para ilustrar los dogmas y otras para inculcar preceptos de vida; por lo cual no puede negarse que los libros sagrados se hallan envueltos en cierta oscuridad religiosa, de manera que nadie puede sin guía penetrar en ellos” (PD 29). 7 “Es muy de desear y necesario que el uso de la divina Escritura influya en toda la teología y sea como su alma” (PD 35). 8 “Está tan lejos de la divina inspiración el admitir error, que ella por sí misma no solamente lo excluye en absoluto, sino que lo excluye y rechaza con la misma necesidad con que es necesario que Dios, Verdad suma, no sea autor de ningún error” (PD 45) … “Y de tal manera estaban todos los Padres y Doctores persuadidos de que las divinas Letras, tales cuales salieron de manos de los hagiógrafos, eran inmunes de todo error, que por ello se esforzaron, no menos sutil que religiosamente, en componer entre sí y conciliar los no pocos pasajes que presentan contradicciones o desemejanzas (y que son casi los mismos que hoy son presentados en nombre de la nueva ciencia); unánimes en afirmar que dichos libros, en su totalidad y en cada una de sus partes, procedían por igual de la inspiración divina, y que el mismo Dios, hablando por los autores sagrados, nada podía decir ajeno a la verdad. Valga por todos lo que el mismo Agustín escribe a Jerónimo: «Yo confieso a vuestra caridad que he aprendido a dispensar a solos los libros de la Escritura que se llaman canónicos la reverencia y el honor de creer muy firmemente que ninguno de sus autores ha podido cometer un error al escribirlos. Y si yo encontrase en estas letras algo que me pareciese contrario a la verdad, no vacilaría en afirmar o que el manuscrito es defectuoso, o que el traductor no entendió exactamente el texto, o que no lo he entendido yo»” (PD 48). 9 “La Iglesia católica reconoce y venera como el Doctor Máximo concedido por Dios en la interpretación de las Sagradas Escrituras … Próximos a celebrar el decimoquinto centenario de su muerte, no querernos, venerables hermanos, dejar pasar una ocasión tan favorable sin hablaros detenidamente de la gloria y de los méritos de San Jerónimo en la ciencia de las Escrituras” (SP 1 y 2) 10 “San Jerónimo enseña que con la divina inspiración de los libros sagrados y con la suma autoridad de los mismos va necesariamente unida la inmunidad y ausencia de todo error y engaño” (SP 14) 11 “Todo el que a la Biblia se acercare con espíritu piadoso, fe firme, ánimo humilde y sincero deseo de aprovechar, encontrará en ella y podrá gustar el pan que bajó de los cielos y experimentará en sí lo que dijo David: Me has manifestado los secretos y misterios de tu sabiduría … a imitación de San Jerónimo, jamás cesaremos de exhortar a todos los fieles cristianos para que lean diariamente sobre todo los santos Evangelios de Nuestro Señor y los Hechos y Epístolas de los Apóstoles, tratando de convertirlos en savia de su espíritu y en sangre de sus venas” (SP 44-45) “Mas, si en todos los fieles requiere San Jerónimo afición a los libros sagrados, de manera especial exige esto en los que «han puesto sobre su cuello el yugo de Cristo» y fueron llamados por Dios a la predicación de la palabra divina. Con estas palabras se dirige a todos los clérigos en la persona del monje Rústico: «Mientras estés en tu patria, haz de tu celda un paraíso; coge los frutos variados de las Escrituras, saborea sus delicias y goza de su 2 Dra. María Verónica Talamé Retoma los sentidos literal y espiritual PÍO XII o Carta Encíclica Divino afflante Spiritu (DAS) sobre los estudios bíblicos (30/9/1943) Defiende la interpretación católica (no sólo exegética sino “principalmente” teológica) frente a una interpretación no científica (llamada “espiritual”). 12 Junto a las leyes de la gramática y al contexto, recomienda la historia, la arqueología, la etnología y especialmente los géneros literarios. 13 Vincula estrechamente los textos bíblicos y su valor histórico al misterio de la Encarnación. 14 Promueve la edición de Biblias en lenguas vulgares y el acceso a revistas bíblicas. 15 CV II - JUAN XXIII (11/10/1962) – PABLO VI (8/12/1965) – Constitución Dogmática sobre la Divina Revelación “DEI VERBUM” (18/11/1965) “El Concilio estableció que, para favorecer más intensamente la vida cristiana, se abrieran a los fieles más abundantemente y más ampliamente las inconmensurables riquezas de la Palabra de Dios” (Pablo VI - CV II - 1963) “De todos es conocido el gran impulso que la Constitución dogmática Dei Verbum ha dado a la revalorización de la Palabra de Dios en la vida de la Iglesia, a la reflexión teológica sobre la divina revelación y al estudio de la Sagrada Escritura” (Benedicto XVI Sínodo sobre la Palabra - 2008) La Constitución Dei Verbum consta de: Preámbulo (DV 1): “La Palabra de Dios la escucha con devoción y la proclama con valentía el Santo Concilio…” constituye la clave de lectura de toda la Constitución. 16 abrazo... Nunca caiga de tus manos ni se aparte de tus ojos el libro sagrado; apréndete el Salterio palabra por palabra, ora sin descanso, vigila tus sentidos y ciérralos a los vanos pensamientos»” (SP 48) “Se recomienda a los sacerdotes la continua lectura de las Sagradas Letras, es sobre todo para que puedan dignamente ejercer su oficio de enseñar y predicar. Su palabra no tendría ni autoridad, ni peso, ni eficacia para formar las almas si no estuviera informada por la Sagrada Escritura y no recibiese de ella su fuerza y su vigor. «La palabra del sacerdote ha de estar condimentada con la lectura de las Escrituras». Porque «todo lo que se dice en las Escrituras es como una trompeta que amenaza y penetra con voz potente en los oídos de los fieles». «Nada conmueve tanto como un ejemplo sacado de las Escrituras Santas»” (SP 52) 12 “Traten con singular empeño de no exponer únicamente -cosa que con dolor vemos se hace en algunos comentarios- las cosas qua atañen a la historia, arqueología, filología y otras disciplinas por el estilo, sino que, sin dejar de aportar oportunamente aquéllas en cuanto puedan contribuir a la exégesis, muestren principalmente cuál es la doctrina teológica de cada uno de los libros o textos respecto de la fe y costumbres, de suerte que esta exposición de los mismos no solamente ayude a los doctores teólogos para proponer y confirmar los dogmas de la fe, sino que sea también útil a los sacerdotes para explicar ante el pueblo la doctrina cristiana y, finalmente, sirva a todos los fieles para llevar una vida santa y digna de un hombre cristiano” (DAS 16) 13 “No es con solas las leyes de la gramática o filología ni con sólo el contexto del discurso con lo que se determina qué es lo que ellos (los antiguos orientales como en los escritores de nuestra edad) quisieron significar con las palabras; es absolutamente necesario que el intérprete se traslade mentalmente a aquellos remotos siglos del Oriente, para que, ayudado convenientemente con los recursos de la historia, arqueología, etnología y de otras disciplinas, discierna y vea con distinción qué géneros literarios, como dicen, quisieron emplear y de hecho emplearon los escritores de aquella edad vetusta. Porque los antiguos orientales no empleaban siempre las mismas formas y las mismas maneras de decir que nosotros hoy, sino más bien aquellas que estaban recibidas en el uso corriente de los hombres de sus tiempos y países. Cuáles fueron éstas, no lo puede el exegeta como establecer de antemano, sino con la escrupulosa indagación de la antigua literatura del Oriente” (DAS 23) 14 “Porque así como el Verbo sustancial de Dios se hizo semejante a los hombres en todas las cosas, excepto el pecado (Heb 4,15), así también las palabras de Dios, expresadas en lenguas humanas, se hicieron semejantes en todo al humano lenguaje, excepto el error” (DAS 24) 15 “[los sacerdotes] recomienden eficazmente la Sagrada Escritura, traducida en la actualidad a las lenguas vulgares con aprobación de la autoridad de la Iglesia, ya de palabra, ya con el uso práctico, cuando lo permiten las leyes de la liturgia; y o tengan ellos, o procuren que las tengan otros sagrados oradores de gran pericia, disertaciones o lecciones de asuntos bíblicos. Y por lo que atañe a las revistas que periódicamente se editan en varias partes del mundo con tanta loa y tantos frutos de estas investigaciones, o al ministerio sagrado o a la utilidad de los fieles, todos los sagrados ministros préstenles su ayuda, según sus fuerzas, y divúlguenlos oportunamente entre los varios grupos y clases de su grey” (DAS 32) 3 Dra. María Verónica Talamé Capítulo I: Naturaleza de la Revelación. Naturaleza y objeto de la Revelación (DV 2) 17 - Preparación de la revelación evangélica (DV 3) 18 - Cristo lleva a su culmen la Revelación (DV 4) 19 - La revelación hay que recibirla con fe (DV 5) 20 - Las verdades reveladas (DV 6) 21 Capítulo II: Transmisión de la Revelación divina. Los apóstoles y sus sucesores, heraldos del Evangelio (DV 7) 22 - La sagrada Tradición (DV 8) 23 - Mutua relación entre la Tradición y la Escritura (DV 9) 24 - Relación de una y otra con toda la Iglesia y con el magisterio (DV 10) 25 Capítulo III: Inspiración divina e interpretación de la Sagrada Escritura. La inspiración y la verdad de la Sagrada Escritura (DV 11) 26 - Cómo hay que interpretar la Sagrada Escritura (DV 12) 27 La condescendencia de Dios (DV 13) Capítulo IV: El Antiguo Testamento. La historia de salvación en el AT (DV 14) 28 - Importancia del AT (DV 15) 29 - El Concilio pone en evidencia la unidad de los dos Testamentos (DV 16) 30 Capítulo V: El Nuevo Testamento. Excelencia del NT (DV 17) 31 - Origen apostólico (DV 18) - Carácter histórico (DV 19) 32 Capítulo VI: La Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia. La Iglesia venera las Sagradas Escrituras (DV 21) 33 - Se recomiendan las traducciones bien cuidadas (DV 22) 34 - Deber de los exégetas y de los teólogos (DV 23)35 - Importancia de la Sagrada Escritura para la teología (DV 24) 36 - Se recomienda la lectura de la Sagrada Escritura, en especial a sacerdotes y catequistas (DV 25) 37 Final abierto: a modo de conclusión (DV 26) 38 LOS AÑOS POSTERIORES A LA “DEI VERBUM” (18/11/1965) 16 Muchas disputas hubieron (con Lutero desde la Reforma 1518) por esta “competencia del Magisterio en cuestiones de exégesis bíblicas”: “artículo de fe debe ser la Palabra de Dios y ningún otro”. La cita de 1Jn 1,2-3 asocia el anuncio de la Revelación al ver (hechos) y al oír (palabras) pero además evoca la comunión: no se trata simplemente de la comunicación de verdades, sino de la autocomunicación y la autodonación personal de Dios a los hombres, fundamento de la Vida y de la salvación. Al afirmar que “se propone exponer la doctrina auténtica sobre la divina revelación y su transmisión”, se constituye en Constitución Dogmática. 17 Objeto: en lugar de “decretos” (CV I) el “misterio de su voluntad” y la Naturaleza: en términos de amistad y de economía salvífica por Cristo. 18 Preparación: la creación “testimonian a Dios” y las personas (Abrahán – Patriarcas – Moisés – Profetas) “preparan el camino del Evangelio”. 19 Cristo es la cumbre: el Verbo hecho carne en clave de encarnación. Es la “última palabra”: recuerda DAS. 20 Fe: como “obediencia” total y libre a Dios y como “don” u obra interior del Espíritu. 21 Verdades: primero habla la Revelación sobrenatural y después de la Revelación natural (al revés del CV I). 22 Los apóstoles transmitieron la Revelación con el testimonio, la predicación, los ejemplos, las instituciones y los ritos, esto es, la Tradición y dejaron como sucesores “su cargo en el Magisterio” a los obispos, así la Iglesia lo perpetúa en su doctrina, su vida y su culto. 23 Tradición y Escritura son dos modos de una única Revelación. La tradición progresa (se profundiza) por la meditación y el estudio de los fieles – la experiencia vivida de las cosas espirituales – la predicación de quienes enseñan: catequistas, pastores, teólogos) y da el canon. 24 Mutua relación entre Tradición y Escritura “íntimamente unidas y compenetradas”. Excluye el principio protestante de la “Sola Escritura”. 25 Relación entre Tradición – Escritura con la Iglesia – Magisterio: la Tradición y la Escritura son un “solo depósito de la Palabra de Dios” cuya interpretación fue confiado únicamente al Magisterio, pero que no está por encima de Ella. 26 Inspiración y verdad Dios autor (CV I) pero también los hagiógrafos son verdaderos autores. La inspiración no es un dictado. Se abandona la problemática de la inerrancia y se habla de la “verdad para nuestra salvación” (principio esbozado en la DAS 31) 27 Interpretación Hay que buscar la intención del autor y entre otras cosas, por medio de los géneros literarios (ya aportado por la DAS). Además da tres reglas o criterios para interpretar bien la Biblia: el contenido y unidad de toda la Escritura, la tradición viva de toda la Iglesia y la analogía de la fe. 28 “La economía de salvación, preanunciada, narrada y explicada por los autores sagrados se conserva como verdadera Palabra de Dios en el Antiguo Testamento”. 29 Importancia: preparan, anuncian y significan con figuras la venida de Cristo y del Reino mesiánico. Demuestran la verdadera pedagogía de Dios. 30 Unidad: “el NT está latente en el AT y el AT está patente en el NT. El AT adquiere su plena significación en el NT, lo ilumina y lo explica”. 31 Excelencia del NT: entre todas las Escrituras, incluso el NT, los Evangelios ocupan el “lugar preeminente”. 32 Se refiere al origen apostólico y al “carácter histórico” del “Evangelio cuatriforme” como a la canonicidad de los demás escritos del NT que también se refieren a Cristo, a su doctrina y a los comienzos de la Iglesia. 33 La Iglesia venera la SE como a la Eucaristía, de ambas mesas toma y reparte el “pan de vida”. Se acentúa la fuerza y el poder de la Palabra. 34 "Los fieles han de tener fácil acceso a la SE“: se den traducciones en varias lenguas incluso en colaboración con los “hermanos separados". 35 Deber de los doctos: “trabajar bajo la vigilancia del Magisterio” (ya anticipado en la DAS) 36 La SE debe ser el “alma” de la teología (ya dicho antes en la PD y SP). También el “ministerio de la Palabra” (predicación, catequesis, instrucción) se nutre de Ella. 37 Recomienda a todos los fieles (en especial a los ministros de la Palabra) la lectura asidua de la Escritura, acompañada de la oración "para que se realice el diálogo entre Dios y el hombre” (LECTIO DIVINA). Promueve la elaboración de ediciones con notas explicativas, incluso para los no cristianos. 38 “Con la lectura y el estudio de los libros sagrados “la Palabra del Señor se propague rápidamente y sea glorificada” (2 Tes 3,1), el tesoro de la revelación confiado a la Iglesia llene cada vez más los corazones de los hombres. Así como la vida de la Iglesia recibe incremento por la asidua frecuencia del misterio de la Eucaristía, así también se puede esperar un nuevo impulso de vida espiritual por la creciente veneración de la Palabra de Dios que “permanece para siempre” (Is 40,8). 4 Dra. María Verónica Talamé PABLO VI o PCB - La verdad histórica de los evangelios (21/4/1964). Refuerza la enseñanza de la DAS y de la DV 19 en la que se reconoce que existe una historia de la formación de los evangelios en 3 etapas 39: 1º) hechos y enseñanzas de Jesús 2ª) La transmisión de los apóstoles 3º) La escritura de los hagiógrafos JUAN PABLO II o Audiencia General (1/5/1985) sobre la inspiración divina de la Sagrada Escritura y su interpretación. 40 o PCB - La interpretación de la Biblia en la Iglesia (15/4/1993) Se pasa revista a métodos, acercamientos, enfoques y lecturas realizadas en la exégesis católica que, sin tener un método de interpretación propio ni exclusivo, ve de aprovechar lo mejor de todos: en cada uno busca la semilla del Verbo y armonizar la diacronía y la sincronía. Ambas se completan y son indispensables para que surja toda la verdad del texto y satisfaga las exigencias legítimas del lector moderno. o Discurso en el centenario de la Encíclica “Providentissimus Deus” y del cincuentenario de la Encíclica “Divino Afflante Spiritu” sobre la interpretación de la Biblia en la Iglesia (23/4/1993). 41 BENEDICTO XVI o Discurso al Congreso Internacional por el 40 aniversario de la Dei Verbum (16/9/2005). “Por el impulso que ha dado la DV se ha vuelto a valorar más profundamente la importancia fundamental de la Palabra de Dios. De esto ha derivado una renovación en la vida de la Iglesia, sobre todo en la predicación, en la catequesis, en la teología, en la espiritualidad e incluso en el camino ecuménico”. Comenta las profundas palabras del Prólogo (DV 1). 42 39 “La vida y las enseñanzas de Jesús no fueron simplemente para conservar en el “recuerdo” sino predicadas para ofrecer a la Iglesia la base de la fe y de las costumbres, por lo tanto, el exegeta escrutando diligentemente los testimonios de los evangelistas podrá ilustrar mejor el perenne valor teológico de los evangelios” (nº 2) “Para quienes tengan el deber de enseñar en los seminarios o institutos análogos ... pongan en primer lugar la doctrina teológica a fin de que las SE sean para los futuros sacerdotes de la Iglesia, fuente pura y perenne de vida espiritual, para cada uno personalmente, y sustancia para el oficio de la predicación que les espera” (nº 3 cita DAS) 40 Empieza repitiendo DV 8 "Así Dios, que habló en otros tiempos, sigue conversando siempre con la Esposa de su Hijo amado (que es la Iglesia); así el Espíritu Santo, por quien la voz viva del Evangelio resuena en la Iglesia, y por ella en el mundo entero, va introduciendo a los fieles en la verdad plena y hace que habite en ellos intensamente la palabra de Cristo (cfr. Col 3, 16)". Retomando uno de los criterios de interpretación (DV 12) aclara que por "analogía de la fe" entendemos la cohesión de cada una de las verdades de fe entre sí y con el plan total de la Revelación y la plenitud de la divina economía encerrada en él. Termina diciendo que “creer de modo cristiano significa gozar de la garantía de verdad que por institución de Cristo mismo se le ha dado a la Iglesia… Para todos se revela la misericordiosa providencia de Dios, que ha querido concedernos no sólo el don de su auto-revelación, sino también la garantía de su fiel conservación, interpretación y explicación, confiándola a la Iglesia” (sigue resonando DV 12). 41 “La interpretación de la SE tiene una importancia capital para la fe cristiana y para la vida de la Iglesia”. Luego de recordar las circunstancias y aportes de ambas Encíclicas, recomienda la necesidad de interpretar cada texto bíblico como parte del Canon de las Escrituras reconocido por la Iglesia, y estar más atento a los aportes de la exégesis patrística. “En los Libros sagrados -como nos ha recordado muy bien el Concilio- el Padre, que está en el cielo, sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos. Y es tan grande el poder y la fuerza de la palabra de Dios, que constituye sustento y vigor de la Iglesia, firmeza de fe para sus hijos, alimento del alma, fuente límpida y perenne de vida espiritual” (DV 21). El modo de interpretar los textos bíblicos para los hombres y las mujeres de nuestro tiempo tiene consecuencias directas para su relación personal y comunitaria con Dios, y también está ligado estrechamente a la misión de la Iglesia. Se trata de un problema vital”. 42 “La Constitución dogmática DV - uno de los documentos más importantes del CV II y de cuya elaboración fui testigo, participando personalmente como joven teólogo en los intensos debates que la acompañaron- empieza con una frase de profundo significado: "Dei Verbum religiose audiens et fidenter proclamans, Sacrosancta Synodus..." Son palabras con las que el Concilio indica un aspecto que distingue a la Iglesia: es una comunidad que escucha y anuncia la palabra de Dios. La Iglesia no vive de sí misma, sino del Evangelio, y en el Evangelio encuentra siempre de nuevo orientación 5 Dra. María Verónica Talamé Recuerda que la Iglesia ha tributado siempre a las divinas Escrituras una veneración semejante a la que reserva al Cuerpo del Señor (DV 21). 43 Recomienda la Lectio divina (DV 25). 44 o Ángelus (6/9/2005). ”La DV constituye uno de los pilares de todo el edificio conciliar... Entre los múltiples frutos de esta primavera bíblica me complace mencionar la lectio divina”. 45 o SÍNODO DE LOS OBISPOS - Mensaje al Pueblo de Dios sobre la Palabra de Dios (24/10/2008). El motivo del Sínodo es “para verificar la puesta en práctica de las indicaciones conciliares (DV), como para hacer frente a los nuevos desafíos que la actualidad plantea a los cristiano”. Propone a todos un viaje espiritual que se desarrollará en cuatro etapas y “desde lo eterno y lo infinito de Dios nos conducirá hasta nuestras casas y por las calles de nuestras ciudades”: I. La voz de la Palabra: La Revelación II. El rostro de la Palabra: Jesucristo III. La casa de la Palabra: la Iglesia IV. Los caminos de la Palabra: la misión Exhortación Apostólica Post-sinodal “VERBUM DOMINI” sobre la Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia (30/09/2010) 1º Parte: VERBUM DEI. El Dios que habla – La respuesta del hombre – La hermenéutica de la Sagrada Escritura en la Iglesia (retoma temas de la DV como Tradición y Escritura - Inspiración y verdad - La hermenéutica de la sagrada Escritura en la Iglesia - La Escritura: “alma de la teología” Relación entre AT y NT - Diálogo entre pastores, teólogos y exégetas). 2º Parte: VERBUM IN ECCLESIA. La Palabra de Dios y la Iglesia - La liturgia, lugar privilegiado de la Palabra de Dios - La Palabra de Dios en la vida eclesial (retoma temas de la DV como la contemporaneidad de Cristo en la vida de la Iglesia – Palabra de Dios y Eucaristía – Sacramentalidad de la Palabra – Importancia de la homilía - La animación bíblica de toda la pastoral – Lectio Divina). 3º Parte: VERBUM MUNDO. La misión de la Iglesia: anunciar la Palabra de Dios al mundo – Palabra de Dios y compromiso en el mundo – Palabra de Dios y culturas – Palabra de Dios y diálogo interreligioso (retoma temas de la DV como traducciones y difusión de la Biblia). o SÍNODO DE LOS OBISPOS - Mensaje al Pueblo de Dios sobre la nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana (28/10/2012): “Para poder evangelizar el mundo, la Iglesia debe, ante todo, ponerse a la escucha de la Palabra” (nº 5). para su camino. Es una consideración que todo cristiano debe hacer y aplicarse a sí mismo: sólo quien se pone primero a la escucha de la Palabra, puede convertirse después en su heraldo. En efecto, el cristiano no debe enseñar su propia sabiduría, sino la sabiduría de Dios…”. 43 “La Iglesia sabe bien que Cristo vive en las sagradas Escrituras. Precisamente por eso, como subraya la Constitución, la Iglesia ha tributado siempre a las divinas Escrituras una veneración semejante a la que reserva al Cuerpo mismo del Señor (DV 21). Por ello, san Jerónimo, citado por el documento conciliar, afirmaba con razón que desconocer las Escrituras es desconocer a Cristo”. 44 “La Iglesia siempre debe renovarse y rejuvenecerse, y la Palabra de Dios, que no envejece ni se agota jamás, es el medio privilegiado para este fin. En efecto, es la palabra de Dios la que, por la acción del Espíritu Santo, nos guía siempre de nuevo a la verdad completa (Jn 16,13). En este marco, quisiera recordar y recomendar sobre todo la antigua tradición de la Lectio divina: la lectura asidua de la sagrada Escritura acompañada por la oración realiza el coloquio íntimo en el que, leyendo, se escucha a Dios que habla y, orando, se le responde con confiada apertura del corazón (DV 25). Estoy convencido de que, si esta práctica se promueve eficazmente, producirá en la Iglesia una nueva primavera espiritual. Por eso, es preciso impulsar ulteriormente, como elemento fundamental de la pastoral bíblica, la Lectio divina, también mediante la utilización de métodos nuevos, adecuados a nuestro tiempo y ponderados atentamente. Jamás se debe olvidar que la palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro sendero (Sal 119,105)”. 45 “En efecto, la Palabra de Dios, por la acción del Espíritu Santo, guía a los creyentes hacia la plenitud de la verdad (cf. Jn 16, 13). Entre los múltiples frutos de esta primavera bíblica me complace mencionar la difusión de la antigua práctica de la lectio divina, o "lectura espiritual" de la sagrada Escritura. Consiste en reflexionar largo tiempo sobre un texto bíblico, leyéndolo y releyéndolo, casi "rumiándolo", como dicen los Padres, y exprimiendo, por decirlo así, todo su "jugo", para que alimente la meditación y la contemplación y llegue a regar como linfa la vida concreta”. 6 Dra. María Verónica Talamé FRANCISCO o Homilía de la Misa celebrada en la Capilla de la Casa Santa Marta (08/06/2013). El Papa subrayó la importancia de custodiar la Palabra de Dios, y destacó el modelo de María, que “meditaba y comparaba la Palabra con lo que sucedía en su vida”. 46 A modo de conclusión “Que cada jornada nuestra esté marcada por el encuentro renovado con Cristo, Verbo del Padre hecho carne… Hagamos silencio para escuchar la Palabra de Dios y meditarla, para que ella, por la acción eficaz del Espíritu Santo, siga morando, viviendo y hablándonos a lo largo de todos los días de nuestra vida. De este modo, la Iglesia se renueva y rejuvenece siempre gracias a la Palabra del Señor que permanece eternamente (cfr. 1 Pe 1,25; Is 40,8). Y también nosotros podemos entrar así en el gran diálogo nupcial con que se cierra la Sagrada Escritura: «El Espíritu y la Esposa dicen: “¡Ven!”. Y el que oiga, diga: “¡Ven!” (Ap 22,17)” (VD 124) 46 Se preguntaba: “¿Qué quiere decir custodiar la Palabra de Dios? ¿Que recibo la Palabra, tomo una botella, meto la Palabra en la botella y la custodio? ¡No! Custodiar la Palabra quiere decir que nuestro corazón se abre a la Palabra como la tierra se abre para recibir las semillas”… “Custodiar la Palabra de Dios supone un trabajo: el trabajo de buscar qué cosa significa tal cosa en este momento, qué cosa me quiere decir el Señor en este momento, cómo se entiende tal situación frente a la Palabra de Dios. Leer la vida con la Palabra de Dios: esto significa custodiar”. También destacó el papel de la memoria, de la cual dijo “la memoria es una custodia de la Palabra de Dios”, pues “nos ayuda a recordar todo aquello que el Señor ha obrado en mi vida... La memoria nos recuerda todas las maravillas de salvación que Dios obró en su pueblo y en mi corazón. La memoria custodia la Palabra de Dios”. “Pidamos al Señor la gracia de recibir la Palabra de Dios y custodiarla, pero también la gracia de tener un corazón que se fatigue en esta custodia. Así sea”. 7