Las negociaciones del Acuerdo de Cooperación Transpacífico (TPP

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Las negociaciones del Acuerdo de Cooperación Transpacífico (TPP) en países en
desarrollo y sus posibles efectos en la política exterior: El caso de México1
Mariana Aparicio Ramírez2
Resumen
La ponencia analiza las implicaciones en la política exterior de los países que se
encuentran en las negociaciones del Acuerdo de Cooperación Transpacífico (TPP) y el
Acuerdo de Cooperación Trasatlántico (T-TIP). Se tiene la hipótesis que ambas iniciativas
pueden considerarse un ejercicio político con dos fines: sentar las bases de un nuevo
orden centradas en los intereses de Estados Unidos, la Unión Europea y Japón y, aislar a
China. Aunque las negociaciones son secretas, los datos filtrados arrojan luces
preocupantes: son más intervencionistas que la OMC y limitan más las posibilidades de
desarrollo de sectores clave en los países en desarrollo participantes, como es el caso de
México.
Palabras clave: Política Comercial, Política Exterior, TPP, T-TIP, México.
1
Ponencia presentada en el XXX Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología,
ALAS, Son José, Costa Rica, del 29 de noviembre al 4 de diciembre del 2015. Versión preliminar,
sólo para discusión.
2
Becaria del Programa de Becas Posdoctorales en la UNAM, del Centro de Investigaciones sobre
América del Norte.
The TPP is about more than economic opportunities—it is an opportunity to strengthen our
global leadership and enhance our national security interests in a crucial region. The
agreement will promote stability in a dynamic region of the world by deepening our
partnerships abroad and supporting a global order that reflects our interests and values
(John Kerry, U.S. Secretary of State, June 25, 2015).
1. Introducción
Factores económicos y políticos pueden explicar el intenso activismo de la política
comercial del presidente Barack Obama, quien es su primera campaña presidencial
prometió no insistir en la política comercial de sus antecesores. Es durante su segundo
periodo en el que se ha embarcado, y con él al mundo, en dos negociaciones de megaacuerdos comerciales. Son dos iniciativas actualmente en negociación, que ameritan un
análisis en conjunto: el Acuerdo de Cooperación Transpacífico (TPP) (Trans-Pacific
Partnership TPP) y el Acuerdo de Cooperación Trans-Atlántico (Trans-Atlántic Trade and
Investment Partnership T-TIP), entre los Estados Unidos y la Unión Europea.
Diversas razones de política exterior explican las estrategias políticas y
comerciales de estas dos iniciativas, en las cuales quizá pesan más los de estrategia
geopolítica que los de orden económico y comercial. Los Estados Unidos, la Unión
Europea y los once países que conforman el TPP; Australia, Brunei, Canadá, Chile,
Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam, son todas economías
abiertas al comercio mundial, con intenso intercambio regional y extra regional, muchos
ya tienen firmado un acuerdo de libre comercio entre los países negociadores, por lo
tanto, se puede sugerir que las ganancias en eficiencia productiva, por la liberalización
comercial o de inversiones, son menores (Puyana, 2015).
2
La ponencia es el resultado de una primera aproximación de los intereses políticos
y geopolíticos de las actuales negociaciones de los mega acuerdos comerciales, se
explora en qué medida convergen en una estrategia global para establecer las bases de
un nuevo orden del comercio mundial y, por la otra, cuál el espacio y margen de
negociación, beneficios y costos para los jugadores menores, como México.
La negociación de ambos acuerdos, el TPP y el TTI-P se han caracterizado por ser
procesos poco transparentes en la información, por lo que puede considerarse un
ejercicio de detective para poder construir argumentos que permitan sugerir que pesan
más los intereses políticos que aquellos estrictamente económicos y comerciales. La
propuesta que se desarrolla es analizar si el interés de la política comercial de Estados
Unidos con sus socios comerciales responden con elementos similares o distintos
dependiendo de su nivel de desarrollo. Para sustentar el argumento anterior, la ponencia
se divide en tres apartados: en el primero se plantea que el TPP y el TTI-P son dos ALC
que contienen las nuevas reglas del comercio internacional, incluyendo nuevos temas en
la agenda multilateral del comercio que aun no se han negociado en el marco de la OMC
(OMC-Plus). Los capítulos que se encuentran en negociación dentro del acuerdo son:
Acceso a Mercados, Reglas de Origen, Procedimientos Aduaneros, Medidas Sanitarias y
Fitosanitarias, Obstáculos Técnicos al Comercio, Contratación Pública, Propiedad
Intelectual, Defensa Comercial, Políticas de Competencia, Comercio Transfronterizo de
Servicios, Servicios Financieros, Entrada Temporal de Personas de Negocios,
Telecomunicaciones, Comercio Electrónico, Inversiones, Medio Ambiente, Laboral,
Cooperación, Coherencia Regulatoria, Pequeñas y Medianas Empresas, Competitividad,
Desarrollo, Asuntos Institucionales y Solución de Controversias (Ministerio de Comercio
exterior y Turismo, Perú; Schott, Kotschwar y Muir, 2013).
3
En el segundo, se desarrolla que ambos acuerdos son parte de la estrategia de la
política comercial de la Administración Obama con un elemento fundamental para sentar
las bases del comercio internacional el siglo XXI, sumado a la oportunidad para mejorar el
nivel de ambición y las provisiones existentes de los acuerdos bilaterales vigentes entre
los países negociadores tanto del TPP como del T-TIP existentes; el TPP constituye un
elemento clave para la inserción de Estados Unidos en la región del Asia-Pacífico y el
TTI-P, la estrategia de reforzar vínculos y alianzas con los socios que construyeron las
bases de la economía y el comercio internacional durante el periodo de posguerra. Se
plantea que la política comercial de Estados Unidos como un instrumento de su política
exterior En la tercera, se plantean algunas implicaciones tiene el TPP para México en el
marco del TLCAN.
2. La gran estrategia: Estados Unidos y la política comercial del siglo XXI
Las negociaciones del TPP comenzaron en el 2010, partir de la “cláusula evolutiva” del
forma parte del acuerdo original P4 o Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación
Económica (Trans-Pacific Strategic Economic Partnership) conformada por Brunei, Chile,
Nueva Zelanda y Singapur suscrito en 2005 y en vigor desde 2006. Uno de los objetivos
de dicho Acuerdo fue la creación de un modelo que tuviera la capacidad de poder atraer a
nuevos miembros del Asia- Pacífico (Schott, Kotschwar y Muir, 2013, p. 5). Siendo uno de
los requisitos para incorporarse en la negociación que el país sea Miembro de pleno
derecho del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC por sus siglas en
inglés).
En efecto, el objetivo fue en la dirección deseada ya que en septiembre del 2008,
cuatro países más de la región mostraron intereses en unirse al P4; Australia, Estados
4
Unidos, Perú y Vietnam. Sin embargo, el avance de las negociaciones no prospero de la
forma deseada a partir que en dicho año se dio la crisis financiera internacional del 2008.
La incorporación de los nuevos miembros al P4 tuvo que esperar mejores condiciones de
la economía internacional para iniciar negociaciones en marzo del 2010. En ese mismo
año, el TPP adquirió rápidamente nuevos interesados en incorporarse a las
negociaciones: Malasia se unió en octubre del 2010, seguido de Vietnam cuya
incorporación fue en diciembre de ese miso año. México y Canadá hicieron lo propio en
octubre de 2012 y finalmente Japón se incorpora en 2013. Ni China ni India han mostrado
interés en sumarse a las negociaciones, al igual que Colombia3.
La entrada de Canadá, México y Japón a la negociación del TPP cambió
dramáticamente las perspectivas y el impacto potencial del acuerdo para Estados Unidos
(Mercurio, 2014) y con ello, su interés en cerrar la negoción del TPP y obtener el Trade
Promotion Authority (TPA), previamente denominado como fast track.
El TPP y el TTIP forman parte de la Agenda de Política Comercial presentada al
Congreso en marzo del 2010 donde se establecen los lineamientos e intereses
comerciales de Estados Unidos (CFR, 2015). Dentro de dicha estrategia, también se
encuentra la Iniciativa Nacional de Exportación (2010 National Export Initiative), el cual es
un paquete de medidas de financiación de promoción al comercio y la exportación, en la
que se propone incrementar las exportaciones estadounidenses en un periodo de cinco
años.
Fue durante el segundo periodo presidencial de Barack Obama que se cabildeó
fuertemente con el Congreso para obtener el TPA. Después de varias negociaciones, idas
y venidas, el Senado votó con 60 votos a favor y 38 en contra la aprobación del TPA el 24
3
Colombia no forma parte de APEC aunque, como sugiere Hsiang (2014), Estados Unidos podría
influir a favor de Colombia en el grupo negociador si el país latinoamericano mostrara interés
formal en formar parte de las negociaciones del TPP
5
de junio de 2015. Una semana antes, la Cámara de Representantes aprobó la ley con 218
votos a favor y 208 en contra (Kerry, 2015). El TPA también se extiende a la negociación
del T-TIP. Cabe aquí señalar la relevancia del Congreso estadounidense para la política
comercial.
¿Cuál es el rol del Congreso en la política comercial de Estados Unidos?
Los actores políticos encargados de definir la política comercial en los Estados Unidos
son esencialmente el poder Legislativo y el poder Ejecutivo. Constitucionalmente, el
Congreso tiene la posición de poder en el diseño de la política comercial y su ejecución
por el Presidente (Destler, 2005, p. 14). En lo referente a la negociación comercial, en las
Leyes de Comercio (Trade Bill) se explicitan los intereses negociadores de Estados
Unidos, así como los límites del mandato negociador emanados del Congreso, con una
transparencia tal que no existe en otros países. En la historia de la política económicacomercial del país, el Congreso ha otorgado temporalmente al Presidente la autoridad
para negociar acuerdos de libre comercio: como el RTAA4, la Vía Rápida5 y Autoridad de
Promoción Comercial (Trade Promotion Authority, TPA) 6.
En ocasiones el Ejecutivo no tiene el capital político dentro del Congreso para
obtener la autoridad de negociar un ALC. La falta de apoyo puede empantanar los
avances en las negociaciones ya sean multilaterales, bilaterales (Schott, 2004) o las
actuales mega negociaciones. Entonces, el Congreso es un actor fundamental en la
política comercial estadounidense porque si la agenda de los Legisladores no empata con
4
En 1934, la Ley de los Acuerdos Comerciales Recíprocos (RTAA) autorizó al Presidente a reducir
los aranceles mediante la negociación y la instrumentación de acuerdos comerciales con otros
países.
5
La Vía Rápida es un procedimiento por el cual el Legislativo cede ciertas facultades al Ejecutivo
para agilizar determinadas negociaciones comerciales a nivel internacional que son importantes
para el interés de Estados Unidos.
6
El TPA es la autorización que el Congreso de Estados Unidos otorga al Presidente para negociar
reducciones arancelarias y otros temas sobre comercio.
6
los intereses y prioridades del Ejecutivo, es posible que las negociaciones comerciales se
empantanen.
Posterior a la Guerra Fría, ya entrada la década de los años ochenta, la política
comercial ascendió en la jerarquía de la agenda pública, tomó un marcado tinte partidista
y creció la influencia de los Legisladores y sus Partidos7. Por lo general, en temas
comerciales, cada congresista decide su voto, por lo que el resultado general puede ser
distinto, dependiendo de los temas que se discuten en cada ocasión y de la forma en que
estos afecten los intereses políticos en juego y el apoyo o rechazo, cualesquiera sea el
caso, de los grupos de interés. Aunque no exista propiamente un voto de partido, se
puede observar ciertos patrones en las votaciones: primero, los Republicanos evalúan
más o menos los ALC de manera similar, los Demócratas son más renuentes a ratificar
ALC con países en desarrollo. En parte, la oposición se explica por la preocupación de
algunos Legisladores sobre los estándares laborales y protección ambiental en esos
países.
Mientras que los Demócratas apoyaron en las mismas proporciones los acuerdos
de comercio multilateral que los Republicanos como son las Rondas de Tokio (1979) y
Uruguay (1994), muchos Demócratas apoyaron el TLC con Canadá (1988) y Australia
(2004), pero se opusieron a la mayoría de los TLC negociados con países en desarrollo
durante la administración de George W. Bush, como fue el caso de Colombia y Corea del
7
Durante el periodo de Guerra Fría existía cooperación bipartidista hacia la liberalización
comercial, la política comercial se aplicó como vehículo de contención al comunismo. Después de
la década del ochenta se ha mantenido la polarización en la votación del Congreso (Destler, 2005,
p. 282). Las razones pueden ser diversas, entre ellas se destaca que el comercio no era un foco de
atención en la opinión pública, por lo que no era un tema para los partidos políticos durante las
campañas electorales. La política comercial respondía esencialmente al partido predominante en
las Cámaras. Ahora, los partidos defienden sus posiciones y los intereses que representan, por lo
que el otorgamiento de un TPA o la ratificación de ALC cada vez más se tornan más complejo
(CEPAL, 1996; VanGrasstek, 2010).
7
Sur. En efecto, la oposición más fuerte se dio en el CAFTA+RD y el ALC con Panamá y
Colombia (VanGrasstek, 2010, p. 13)
Segundo, si la política comercial es una prioridad para el Presidente, los
Legisladores moderados de ambos partidos representan un margen de maniobra
importante para negociar al interior del Congreso la aprobación del TPA, bajo este
escenario el pork8 constituye un instrumento utilizable. Ese fue el escenario en el que
disputó la administración Obama el TPA para cerrar las negociaciones del TPP.
La Legislación Comercial de 1984 autorizó al presidente negociar acuerdos
bilaterales de libre comercio y se amplió el mecanismo conocido como Vía Rápida (fast
track). En el procedimiento de Vía Rápida, el poder Legislativo cede facultades al
Ejecutivo de forma temporal y voluntaria para agilizar una determinada negociación
comercial a nivel internacional que es considerada de interés para Estados Unidos. El
mecanismo contempla que “el presidente avise con 90 días, y que presente un documento
con los objetivos que se pretenda alcanzar su intención de iniciar las negociaciones para
reducir las barreras arancelarias y no arancelarias a nivel multilateral y bilateral. La
solicitud la reciben los Comités de Medios y Procedimientos y de Finanzas, los cuales la
deben mandar al pleno en un lapso no menor a 40 días. El pleno no puede realizar
correcciones al documento enviado por los dos Comités. Cuando se terminen las
negociaciones, el Ejecutivo debe mandar el acuerdo final para que ambas Cámaras lo
aprueben en un lapso no mayor a 60 días sin enmiendas. Si el Congreso no manda
respuesta dentro de los plazos acordados, se entenderá que los proyectos han sido
8
Se entiende por pork a las retribuciones que da el Ejecutivo al Legislativo con incentivos
económicos, futuro político o aprobación de la agenda política de otros partidos en la medida que
ese sector o legislador vote a favor de una ley que sea de importancia para la formulación de la
política presidencial. Ver especialmente el trabajo: “Maintaining International Commitments in Trade
Policy” de Milner (1993).
8
aprobados” (Acua, 2004, p. 105). El primer ALC negociado bajo este esquema fue el ALC
con Israel en 1984.
La versión más reciente de la vía rápida es la Autoridad de Promoción Comercial
(TPA) y es la autoridad que el Congreso de Estados Unidos le otorga al Ejecutivo para
negociar reducciones arancelarias y otros temas sobre comercio (Hudson, 2007). Se
proporcionó por primera ocasión en el primer mandato de George W. Bush para negociar
tanto la Ronda Doha, como los acuerdos bilaterales y regionales de libre comercio bajo el
procedimiento de fast track9 y la segunda ocasión se otorgó al presidente Obama en 2015
para cerrar la negociación del TPP. Sin el TPA, el presidente puede negociar la reducción
de barreras arancelarias y no arancelarias, pero difícilmente obtendrá la credibilidad de
los potenciales socios, por lo que se reducen las probabilidades de materializar acuerdos,
ya sean preferenciales o en las negociaciones en el marco de la Ronda Doha
(Eichengreen e Irwin, 2008, pp. 7-9).
3. El TPP y T-TIP y su impacto en el sistema del comercio internacional
Los dos mega acuerdos comerciales actualmente en negociaciones, TPP y TTIP, tendrán
un enorme impacto en el sistema internacional de comercio (Krist, 2014) ya que delinean
las nuevas reglas del comercio del siglo XXI. Ambos acuerdos ofrecen la posibilidad de
que en un futuro se regrese a la cláusula de nación más favorecida en detrimento de las
políticas gubernamentales para incentivar el comercio, el argumento que sustenta esta
afirmación siguiere que el porcentaje del comercio mundial entre ambos acuerdos es tan
significativo en proporción al comercio mundial (más del 40% entre países miembros del
TPP y alrededor del 35% para el TTIP), que muchos países que actualmente no están
9
La aprobación del TPA en diciembre del 2001 por ambas Cámaras por márgenes muy estrechos,
215 contra 214. La vigencia del TPA fue hasta el 2005 con una extensión de dos años.
9
vinculados a las negociaciones, tengan incentivos económicos y comerciales de adherirse
a los acuerdos, de tal suerte que el avance en las negociaciones en esquemas regionales
se traduzcan en el ámbito multilateral.
De acuerdo con Krist, en las actuales negociaciones multilaterales de comercio,
producto de ocho negociaciones consideradas exitosas, las tarifas de países
desarrollados en bienes no agrícolas ya no representan una barrera al comercio, mientras
que los aranceles en productos agrícolas se mantienen altos mientras que en algunos
países en desarrollo, estos últimos, no son tan altos en comparación con los países en
desarrollo (2014, pp. 396-7). En el marco de negociaciones multilaterales las barreras
arancelarias o los costos en transporte ya no son consideradas obstáculos relevantes
para la facilitación del comercio, el principal problema radica en la diferencia de sistemas
regulatorios entre los países (op. cit.)
El TPP ha generado controversia porque se están negociando aquellos temas
comerciales que no han avanzado en el marco de la OMC (Palit, 2014). Entonces, se
están negociando temas de OMC-Plus y OMC-Extra en el marco de la política de
liberalización competitiva (y asimétrica) (Yunling y Minghui, 2013, p. 11) no sólo se
integran los compromisos adoptados en la OMC emanados de la Ronda Uruguay, OMCplus (OMC, 2011), sino también se incorporan nuevos temas que aun no son tratados
dentro de la OMC, OMC-extra. Por ejemplo: la liberalización en temas tradiciones como
son tarifas y cuotas, servicios e IED, propiedad intelectual, cumplir con estándares de
medio ambiente y laborales, transparencia, comercio electrónico, anti-corrupción, entre
otros (Schott, 2004: 263-264; Cohen, et. al, 2003; Peinhardt y Alle, 2012: 766).
Las
negociaciones que más preocupan, ya que se ha filtrado información al respecto, tiene
que ver con la propiedad intelectual y mecanismo para resolver conflictos entre empresas
privadas y estados, conocido como Investor-State Dispute Settlement.
10
El TPP es una estrategia geopolítica por parte de Estados Unidos para ubicarse
como un actor relevante en el mercado asiático, compitiendo con China directamente. El
acercamiento de algunos países del Asia Pacífico a Estados Unidos tiene como propósito
político, contrarrestar la injerencia de China. Así como también puede interpretarse como
un contrapeso a la creciente influencia China en los países de América Latina reduciendo
la brecha de dependencia al mercado norteamericano (Hsiang, 2014, p. 5).
El representante de la USTR durante la administración Obama, Michael Froman, en
un artículo de Foreign Affairs (2014), establece que la política comercial de Estados
Unidos tiene tres objetivos estratégicos: establecer y hacer cumplir las reglas del
comercio, fortalecer la relación de Estados Unidos con otros países e impulsar su
desarrollo económico. El primer objetivo estratégico, el TPP se considera un mecanismo
para reforzar las reglas del comercio con los países miembros que representan cerca del
40% del PIB mundial, de esta forma, el acuerdo permitirá presionar por estándares
laborales y de medio ambiente, así como una competencia justa entre empresas privadas
vs empresas públicas eliminando los subsidios. El TTIP, bajo esta concepción, no sólo
ayudará al desarrollo económico de la Unión Europea y Estados Unidos, sino que también
se apoyan los esfuerzos de la reforma energética europea que contribuirá a una
seguridad energética. El último objetivo estratégico corresponde al interés estadounidense
de incrementar su comercio con países en desarrollo para expandir sus importaciones y al
mismo tiempo, prever conflictos (Froman, 2014).
Existe la percepción en la academia y los círculos de poder en China que EUA está
interesado en el TPP como un instrumento para “contener” el crecimiento económico de
China. El autor siguiere que “el interés primordial de Estados Unidos en unirse al TPP es
geopolítico, no económico. Contener el crecimiento de China en el Este Asiático,
reduciendo la dependencia de los países de la región del comercio con China” (Jin, 2012,
11
p. 2) Otra corriente de pensamiento argumenta que la “forma correcta de pensar la
estrategia de Estados Unidos no es ‘contener’ sino ‘obligar’ a China a cumplir con las
reglas de comercio internacional (op. cit. p. 4).
4. Implicaciones políticas del TPP y T-TIP en los países negociadores: el caso
de México
En una investigación anterior (Aparicio, 2013), se concluyó que los países de América
Latina que tienen un ALC firmado y ratificado con Estados Unidos presentan mayor
propensión a defender principios afines al interés estadounidense, especialmente cuando
dependen a dicho mercado generando efectos políticos de diversa naturaleza. Los
resultados cualitativos analizando el estudio de caso de México hasta el 2008, apuntan en
la misma dirección. La afinidad en política internacional es más evidente cuando se está
en una etapa de negociación y ratificación del ALC en un contexto de libre mercado.
Si la expectativa o ganancias políticas esperadas del gobierno estadounidense es
que sus socios comerciales presenten posiciones similares en política exterior, es posible
que no se cumplan en todos los casos. Se encontró que el mecanismo que hace posible
la afinidad
tiene una característica selectiva; cuando los países tienen asegurado el
acceso al mercado de Estados Unidos. Entonces, primero velarán por sus intereses y
sopesarán los costos y beneficios de tener una posición en contra de la política
estadounidense. No obstante, los costos no serán los mismos si se tiene un ALC pero no
se es dependiente al mercado estadounidense, en comparación a un país con un ALC y
dependiente de dicho mercado.
México y Canadá comparten un ALC con Estados Unidos desde 1994. La decisión
de ambos países en unirse a las negociaciones del TPP con el apoyo total de Estados
Unidos ofrece la oportunidad, en avanzar en temas prioritarios del comercio internacional,
12
de modernizar y actualizar las reglas del TLCAN. El Consejo de Relaciones
Internacionales de Estados Unidos, en su Reporte No. 71 (2014) sugiere que el TPP
“proporciona una importante oportunidad para construir ganancias en el TLCAN, a partir
de la negociación de intereses comunes de la comunidad de América del Norte,
eliminando las limitaciones del TLCAN negociadas bajo las reglas del siglo XX” (CFR,
2014, p. 41).
En cuanto a las actuales negociaciones del T-TIP, ni México ni Canadá se han
sumado, pero cada uno de los socios ha realizado esfuerzos para reducir los potenciales
efectos negativos de desviación del comercio. En el caso de Canadá, en el 2013 completó
la negociación del ALC con la Unión Europea por lo que, siguiendo con el argumento del
CFR, dicho acuerdo está actualizado con las reglas del siglo XXI, evitando en el margen
de lo posible, desviación del comercio a partir de la incorporación de nuevos acuerdos. En
el caso de México, el ALC firmado con la EU en el 2000 forma parte de una estrategia de
política de diversificación de mercados10, si bien ha tenido resultados positivos en el
incremento del intercambio comercial con la UE, no se ha revertido la importancia del
mercado de Estados Unidos para el comercio y la economía mexicana. Sin embargo,
México comprende que no puede quedarse al margen de sus socios de América del
Norte, por lo que la Secretaría de Economía anunció en el 2015 que iniciará la
renegociación del Acuerdo con la Unión Europea para actualizar el TLCUE a las
exigencias de las nuevas reglas de comercio internacional y, a la par, no quedar excluido
y perder competitividad el mercado por las negociaciones recientes tanto de Estados
Unidos como de Canadá con la Unión Europea (CFR, 2014, p. 41).
10
De la Mora (2011) sustenta, a partir de datos del Banco México, el crecimiento de las tasas de
comercio con los países socios. En todos los TLC suscritos por México se han presentado tasas
positivas de crecimiento. Por ejemplo, desde la entrada en vigor del TLC Colombia-México, las
exportaciones mexicanas han crecido 12 veces, con el TLC Chile-México han crecido las
exportaciones 9 veces y con Uruguay 6 veces, ver p. 5.
13
Lo anterior coloca a México nuevamente en una posición de negociador de un ALC
con Estados Unidos, y con ello es posible volver a poner a prueba la hipótesis del trabajo
desarrollado en 2013 (Aparicio, 2013), con la posibilidad de analizar nuevamente, bajo la
misma metodología, si las variables explicativas se mantienen o son otros factores los que
permiten explican la afinidad en política internacional más fuerte durante el proceso de
negociación de países de menor desarrollo y si la variable dependencia mantiene su
pertinencia en el análisis. Los resultados a continuación son un primer acercamiento al
análisis.
Como se muestra en el Cuadro núm. 1, existen diferencias significativas de la
dependencia comercial de los países latinoamericanos miembros en la negociación del
TPP: Chile, Perú y México respecto a su comercio con Estados Unidos, todos tienen un
ALC vigente, y China. De los tres países, México mantiene su profundización de
dependencia comercial con Estados Unidos respecto a su comercio con China, aunque
mantiene un incremento sostenido desde la década del noventa a la fecha sin tener un
ALC con dicho país. En comparación con Chile y Perú, ambos con un ALC con China, el
primero entró en vigor el 1 de octubre de 2006 y, el segundo, el 1 de marzo de 2010.
Ambos países tienen comercio diversificado. Pero Chile presenta mayor dependencia
comercial con China vs Estados Unidos y, en el caso de Perú, su comercio no depende
de ninguno de los dos mercados, representado menos del 10% de su comercio total en
cada uno.
Cuadro núm. 1
Dependencia comercial de países de América Latina negociadores del TPP con
Estados Unidos y China, 1990-2012
MÉXICO
CHILE
PERÚ
DEPEUA
DEPCHINA
DEPEUA
DEPCHINA
DEPEUA
DEPCHINA
1990
15.5
0.2
9.1
0.5
6.1
0.3
1991
23.7
0.1
8.7
0.8
4.0
0.6
14
1992
23.7
0.1
8.0
1.4
5.2
0.9
1993
23.4
0.2
8.7
1.0
5.9
0.7
1994
27.2
0.2
8.4
1.1
5.5
0.9
1995
43.9
0.5
8.7
1.2
5.9
1.2
1996
46.6
0.4
8.6
1.5
6.7
1.1
1997
46.1
0.5
8.2
1.6
7.5
1.2
1998
48.9
0.6
8.0
1.6
8.3
0.7
1999
49.1
0.6
8.4
1.7
7.9
0.7
2000
49.5
0.7
8.2
2.5
7.3
1.5
2001
42.7
0.9
8.7
2.9
6.8
1.6
2002
39.9
1.3
8.5
3.3
7.4
1.7
2003
37.2
1.7
8.4
4.8
8.1
1.8
2004
37.7
2.3
8.5
6.2
9.9
2.5
2005
37.0
2.5
9.5
6.7
9.8
3.9
2006
37.3
3.1
10.1
6.4
9.1
4.3
2007
36.3
3.4
9.6
9.7
8.7
5.3
2008
36.6
3.8
11.1
9.5
9.2
6.3
2009
34.9
4.4
8.2
11.4
7.3
6.0
2010
38.5
5.3
7.8
12.7
8.6
6.2
2011
40.3
5.6
9.6
12.7
8.6
7.0
2012
41.7
5.9
10.4
12.3
8.5
7.1
Fuente: La dependencia comercial se calculo como (exportaciones + importaciones de País X a Estados
Unidos/PIB País X) en miles de dólares corrientes del 2000. Los datos de PIB provienen del World
Development Indicators, 2013 y el intercambio comercial del IMF Data, Direction of Trade Statistics
(DOTs) Query Builder.
En la Gráfica núm. 1 se pueden observar las diferencias entre los tres países
negociadores dentro del TPP con respecto a su afinidad con la política internacional
de Estados Unidos. En el caso de México, durante el proceso de negociación y
ratificación del TLCAN, la piedra angular de la relación comercial entre México y
Estados Unidos fue el acuerdo comercial al igual que “de toda la política exterior”
(Velasco, 1998: 241), aquí es precisamente donde se puede percibir mayor afinidad.
Sin embargo, las posiciones de México en el sistema internacional no ha sido
constantes después de la puesta en vigencia del TLCAN, se dio paso de completa
convergencia a una afinidad selectiva (Russell y Tokatlian, 2011). Esta tendencia se
mantiene después de entrar en la negociación del TPP en octubre del 2012. Aun no
hay datos disponibles que permitan afirmar si el país modificó la dirección de su
tendencia de afinidad del 2013 a la fecha. Por lo que es posible sugerir que el interés
15
nacional de México impacta positiva o negativamente en su posición de política
exterior, y presentan así una mayor o menor afinidad en los temas de interés de su
mayor socio comercial. Habrá que esperar la consolidación de los datos del 2013 para
verificar si la tendencia de afinidad se modifica favorablemente al socio del norte.
Gráfica núm. 1
Afinidad de los países de América Latina negociando TPP con la votación
de Estados Unidos, UNGA (años seleccionados)
0.8
0.7
0.6
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1
0
1988
1994
2000
2001
CHILE
2004
MÉXICO
2009
2010
2011
2012
PERÚ
*Los datos son presentados de acuerdo a la afinidad de votos con Estados Unidos 0= menos cercano, 1= más
cercano.
Fuente: Resoluciones adoptadas de la 43° a la 67° Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en:
http://www.un.org/Depts/dhl/resguide/r43.htm y, Departamento de Estado de EUA, Reporte de Prácticas de
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in the United Nations: A Highly Selective Listing http://www.princeton.edu/~sbwhite/un/VPr1988.html
Chile presenta un grado de menor afinidad con Estados Unidos en comparación con
los demás socios comerciales. Cabe señalar que el país no presenta dependencia
comercial, como se señaló líneas arriba. La disminución en convergencia con Estados
Unidos responde al periodo de 2009-2012, donde la política exterior chilena ha
privilegiado el voto a favor, y contrario a Estados Unidos, en temas como: el Trabajo del
16
Comité Especial para Investigar las Prácticas Israelitas que afectan los Derechos
Humanos del Pueblo Palestino y otros Territorios Árabes ocupados, la División de la
Secretaría del Pueblo Palestino y, Comité de los derechos del Pueblo Palestino todos
ellos temas consistentes con su Política Exterior. Durante el periodo de negociación, firma
y ratificación el ALC con Estados Unidos, 2003-2004 hasta el 2008, con la entrada de
Estados Unidos al P4, Chile mantiene un acercamiento a la política exterior de Estados
Unidos.
Perú se incorporó a la negociación del TPP el 19 de marzo de 2010. De acuerdo a
la Gráfica núm. 1, presenta mayor afinidad con Estados Unidos en comparación que
México y Chile. A pesar que no presenta dependencia comercial con Estados Unidos, su
política exterior ha expresado su votación en contrasentido de Estados Unidos, sobre todo
en temas concerniente a la cuestión Palestina. Un tema en este mismo sentido es la
crítica sobre el embargo que mantiene Estados Unidos a Cuba.
En general, durante el periodo analizado, los tres países presentan posiciones a
favor o se abstienen en lo referente a velar por la protección de los Derechos Humanos en
diversos países que fueron consideradas resoluciones como votaciones importantes.
Entre ellos se encuentran; Birmania, Congo, Corea del Norte, Cuba, Irán, Irak, Kosovo,
Sudán, Yugoslavia, por mencionar algunos. El combate al terrorismo, la eliminación de
proliferación (de armas) y la búsqueda por la resolución del conflicto en Medio Oriente son
resoluciones que son constantemente apoyadas (o se abstienen) por parte de los países
miembros con la posición de Estados Unidos (Flores-Macías y Kreps, 2013: 369).
El análisis de los datos disponibles hasta ahora suguieren que los tres países de la
región latinoamericana dentro del TPP coinciden con el análisis de Russell y Tokatlian
(2011). Su perspectiva es a partir de las estrategias de los países socios y no de Estados
Unidos. Los autores proponen que México, al igual que Chile y Perú, países con los
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cuales Estados Unidos tienen relaciones positivas, desarrollaron durante el proceso de
negociación de los respectivos Acuerdos, una estrategia de alineamiento a los intereses
estratégicos de Estados Unidos que desplegaron tanto en los ámbitos regional como
global y adhirieron a los ideales de la política estadounidense que “se expresaron en una
participación en organismos regionales y multilaterales coincidentes con la posición de
Estados Unidos […] en especial aquellas relacionadas con la seguridad internacional”
(129) y de apoyo a la integración regional.
En México, durante las administraciones de Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe
Calderón, los autores argumentan que la política exterior de México hacia Estados Unidos
es de acomodamiento, caracterizada por acompañar selectivamente y en ciertas
circunstancias a la política estadounidense, siempre y cuando el interés nacional
mexicano no se vea afectado (2011: 130-131). Los gobiernos de Chile y Perú han seguido
una estrategia similar a la de México, sobre todo después de la negociación de sus
respectivos acuerdos y ahora durante las negociaciones del TPP.
5. Conclusiones
Para Estados Unidos, como lo siguiere el actual representante del comercio de Estados
Unidos, Michael B. Froman, la política comercial no es sólo un instrumento importante
para promover sus valores y la facilitación de negocios para las empresas
estadounidenses, al incrementar la competencia y acceso preferencial a nuevos
mercados, sino que es también uno de sus instrumentos de política exterior y un
mecanismo para prever conflictos (Froman, 2014). Como se planteó en la ponencia,
existen diversos factores políticos implícitos en la negociación de ambos mega acuerdos
con implicaciones para en las reglas del comercio internacional.
18
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