¿el diezmo?

Anuncio
¿EL DIEZMO?
En su sentido literal, el diezmo es la décima parte de todos
los frutos adquiridos, que se debe entregar a Dios como
reconocimiento de su dominio supremo (Cf. Levítico 27,3033). El diezmo se le ofrece a Dios pero se transfiere a sus
ministros. (Cf. Num 28,21).
El diezmo es una práctica de la antigüedad (tanto entre los
babilonios, persas, griegos y romanos, como entre los
hebreos). También es ley en la actualidad entre los
musulmanes, judíos y muchos grupos cristianos.
Aparece ya en Génesis 14 cuando Abraham ofrece el diezmo
al sacerdote Melquisedec. En Génesis 28, Jacob da el
diezmo de todas sus posesiones al Señor.
Según la Ley Mosaica, el diezmo es obligatorio. "El diezmo
entero de la tierra, tanto de las semillas de la tierra como de
los frutos de los árboles, es de Yahveh; es cosa sagrada de
Yahveh." (Levítico 27:30, Cf. Deut., 14, 22). En el
Deuteronomio no solo se menciona el diezmo anual, sino
también un diezmo a pagarse cada tres años (el año de los
diezmos).
La tribu de los levitas no heredaron la tierra como las otras
tribus de Israel. En vez de ello, recibían de las otras tribus,
por ser representantes del Señor, el décimo de lo que la tierra
producía, incluso del ganado. Ellos a su vez debían ofrecer al
sacerdote una décima parte de todo lo recibido.
EL DIEZMO Y LOS POBRES
El diezmo del A.T. tiene una importante orientación también
hacia la caridad con los pobres:
"El tercer año, el año del diezmo, cuando hayas acabado de
apartar el diezmo de toda tu cosecha y se lo hayas dado al
levita, al forastero, a la viuda y al huérfano, para que coman
de ello en tus ciudades hasta saciarse" Deuteronomio 26,12
El diezmo en el Nuevo Testamento
Cristo no rechaza el diezmo pero enseña una referencia
nueva: Dar ya no el 10% sino darse del todo por amor, sin
contar el costo.
En ninguna de las cuatro veces que el diezmo aparece en el
N.T. (Mt 23,23; Lc 11,42; 18,12; Hb 7,2-9) se nos enseña a
guiarnos por esa medida. La Nueva Alianza no se limita a la
ley del 10% sino que nos refiere al ejemplo de Jesucristo que
se dio sin reservas. Jesús vive una entrega radical y nos
enseña que debemos hacer lo mismo. El nos da el siguiente
modelo:
Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas, o sea,
una cuarta parte del as. Entonces, llamando a sus discípulos,
les dijo: "Os digo de verdad que esta viuda pobre ha echado
más que todos los que echan en el arca del Tesoro. Pues
todos han echado de los que les sobraba, ésta, en cambio, ha
echado de lo que necesitaba todo cuanto poseía, todo lo que
tenía para vivir". -Marcos 12,42-44
El Corazón Traspasado de Jesús es el modelo de entrega
total. Se entregó hasta la muerte en el Calvario, hasta la
última gota de Su Preciosa Sangre. Jesús nos da Su gracia
para saber dar y darnos como El se dio. Todo le pertenece a
Dios y somos administradores de nuestros recursos según el
Espíritu Santo ilumina la conciencia.
San Pablo enseña y vive la misma entrega radical:
Pues conocéis la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, el
cual, siendo rico, por vosotros se hizo pobre a fin de que os
enriquecierais con su pobreza. -II Corintios 8,9
Y el deber de mantener a los ministros: "¿No sabéis que los
ministros del templo viven del templo? ¿Que los que sirven al
altar, del altar participan?" I Corintios 9,13.
Esta medida del NT ya estaba prefigurada en el Antiguo:
Eclesiástico 35,9
Da al Altísimo como él te ha dado a ti, con ojo generoso, con
arreglo a tus medios.
Es decir da como El te dio, ya no un por ciento sino según tus
posibilidades.
La enseñanza de la Iglesia
Basado en las Escrituras, algunos escritores antiguos
presentan la obligación de ayudar a la Iglesia como una
ordenanza divina que obliga a la conciencia. Ya se legisló
sobre la contribución a la Iglesia en la carta de los obispos
reunidos en Tours (567) y en los cánones del Concilio de
Macon del 585. Al principio la contribución se le pagaba al
obispo pero mas tarde el derecho pasó a los sacerdotes
parroquiales. Como es de esperar, hubieron abusos. Se le
pagaba una porción a príncipes, nobles y eclesiásticos en
cambio de protección y servicios. En el tiempo de Gregorio
VIII se instituyó el "diezmo de Saladín" que debían pagar
todos los que no participasen personalmente en las Crusadas
para recobrar la Tierra Santa.
El Catecismo de la Iglesia Católica solo menciona el diezmo
una vez, y esta en referencia a la responsabilidad del
cristiano hacia los pobres, fundamentada ya en el
AntiguoTestamento:
En el Antiguo Testamento, toda una serie de medidas
jurídicas (año jubilar, prohibición del préstamo a interés,
retención de la prenda, obligación del diezmo, pago cotidiano
del jornalero, derecho de rebusca después de la vendimia y la
siega) corresponden a la exhortación del Deuteronomio:
"Ciertamente nunca faltarán pobres en este país; por esto te
doy yo este mandamiento: debes abrir tu mano a tu hermano,
a aquél de los tuyos que es indigente y pobre en tu tierra" (Dt
15, 11). Jesús hace suyas estas palabras: "Porque pobres
siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre me
tendréis" (Jn 12, 8). Con esto, no hace caduca la vehemencia
de los oráculos antiguos: "comprando por dinero a los débiles
y al pobre por un par de sandalias..." (Am 8, 6), sino que nos
invita a reconocer su presencia en los pobres que son sus
hermanos -Catecismo 2448-2449
La enseñanza del Catecismo sobre la obligación de ayudar a
la Iglesia, #2043:
El quinto mandamiento (ayudar a la Iglesia en sus
necesidades) señala la obligación de ayudar, cada uno según
su capacidad, a subvenir a las necesidades materiales de la
Iglesia (cf. CIC can. 222) (Ver: los 5 mandamientos de la
Iglesia)
La Iglesia enseña la doctrina Paulina sobre la obligación de
los fieles de contribuir generosamente con las necesidades
de la Iglesia según sus posibilidades, pero la manera en que
lo hacen no esta definido por la ley. La medida es el amor y la
capacidad de cada uno.
¿Que es mas exigente dar el diezmo o dar de corazón?
Creo que depende de la pureza del corazón. El corazón de
Cristo se dio por entero y nos enseña a hacer nosotros lo
mismo.
Algunos en la Iglesia recomiendan el diezmo, como una
forma de establecer una contribución proporcional a las
ganancias. Pero debe entenderse según el espíritu
evangélico de una entrega de corazón por amor. Personas
con recursos podrían dar mucho mas, mientras que para un
pobre, dar el 10% podría significar negarle a sus hijos el
alimento.
CONCLUSION
Debe quedar claro que, al no precisar una cuota, la Iglesia no
exime de la obligación de contribuir, al contrario, nos enseña
que el cristiano debe dar a la medida de Cristo y por amor a
El, según las necesidades de la Iglesia y sus propias
posibilidades. Dar es una obligación y también un privilegio,
un gozo, porque es parte integral de nuestra vocación de
hacer todo para propagar su Reino de Dios.
Bibliografía
Catholic Encyclopedia Vol. VIII (1912).
Descargar