No Hay Dos Sin Tres

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"No Hay Dos Sin Tres"
(*) Reunión Lacanoamericana De Psicoanálisis, Tucumán, 2003.
Jorge Luis Leiva
"El deseo está más acá de la existencia, por eso insiste"
(1). Esta estructura como insistente es atemporal y al mismo tiempo historizable. En diferentes
épocas se han instaurado códigos del amor donde vemos surgir distintos objetos en lugar de
La Cosa. Lacan también afirma en varios seminarios que el amor verdadero es el amor cortés.
El amor cortés es una modalidad amatoria que tiene vigencia entre el siglo XI y el siglo XIII,
que consiste en un ejercicio poético llevado a cabo por los trovadores, donde surge en primer
plano el ideal de la Dama. La dama, el objeto femenino, está colocado en el lugar de lo
inaccesible. Aparece vaciado de sustancia y arbitrio en sus exigencias por las pruebas que
impone a aquel que se presenta como su servidor.
Era un amor con reglas muy precisas, de cualquier modo es gracioso pensar que haya un
amor entre hombre y mujer que tenga leyes a cumplir y tribunales que dictaminaban la
inocencia o culpabilidad de haber infligido o no estas leyes.
Como su nombre lo indica era un amor aristocrático, es decir, el amor de una elite. En estos
verdaderos templos del amor se creaban y se enseñaban lo que hoy podemos llamar la
galantería.
En principio para ocuparse convenientemente se necesitaba el ocio. Si se estaba asediado
por las preocupaciones diarias impuesta por la vida material no se puede llegar a este estado
del alma indispensable para el gozo del amor. Muy por el contrario, los cuidados materiales y
las necesidades de trabajo para ganarse la vida, matan el amor.
Pero cuando el espíritu esta excepto de estos viles menesteres se siente más libre y el
corazón puede cumplir su función inherente que es amar. Es lo que hacían los trovadores (no
así los juglares) que liberados de los afanes de la existencia al ponerse al servicio del dueño
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del castillo y mucho más de la Castellana, fueron los mejores cantores del amor.
"La obligación de amor se impone a todo bien nacido. El amor es lo único que hace de la vida
digna de ser vivida decía Bernar D. De Ventadour. No me parece que el hombre valga nada si
no busca amor y gozo; en verdad está muerto aquel que no siente dentro de su corazón el
sabor dulce del amor". (2)
Es cierto que la más de las veces se trataba de un amor intelectual, amor de la cabeza como
decían más que del corazón, pretexto para un delicado poema o para una exposición
filosófica.
La mujer que se ama es siempre, o casi siempre, una mujer casada. Su cuerpo le pertenece a
su señor y dueño, y ella da a su amante el pensamiento o el corazón. De cualquier modo se
trata de un amor ilegitimo, único en aquella época que merecía el nombre de amor.
Todo el fondo del amor cortes se sienta en el axioma que no puede haber buen amor
verdadero en el matrimonio, entre el marido y la mujer, es decir entre dos seres ligados por
razones de fortuna, de feudos o intereses, antes que por razones del corazón. El carácter de
este amor es furtivo, y el misterio era regla esencial, sin ello no hay amor verdadero. Amor sin
esperanzas contrario al amor cristiano, la fe y la esperanza son virtudes teologales.
Para Lacan en el seminario de la ética, el amor cortes "es una serie de convenciones que
tienen por finalidad la creación poética, cierto modo de sublimación" (3)
El objeto femenino se introduce por la puerta de la "privación", de lo inaccesible. La Dama es
como la Cosa inalcanzable, esto permite la insistencia del deseo, eternamente separado de su
objeto. Es decir falta de objeto en lo Real. De allí que a través de los matemas que nos ofrece
Lacan en varios seminarios sirven para escribir lo imposible de la proporción sexual.
Elevar el objeto a la dignidad de la Cosa, poner la Cosa en lugar de la causa, elevar la Dama
a la dignidad de la Cosa. Vaciado de goce que se sostiene en la pérdida que el lenguaje
introduce, la Dama es imposible. El amor no es elevado al nivel de lo bello, sino a lo sublime.
(El punto más elevado de lo que está abajo)
Amor pagano, donde Lacan nos recomienda leer los versos de Valerio Catulo, poeta erótico,
amante apasionado nacido en el año 84 antes de la era cristiana, tuvo su economía resuelta
desde su nacimiento, hijo de una de las familias más importante de Verona. Así podemos
ubicar a éste poeta como antecedente del amor cortes. Catulo estaba dedicado a sus poemas
y a Lesbia, su enamorada, en su vida no necesito hacer negocio. Sus letras están vaciadas de
moral. Amor a la letra independientemente del cuerpo, pureza pretendida también por los
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cátaros, es decir, despojarse de las impurezas que el cuerpo portaba. Aquí el poema no es un
mero juego de sustituciones significantes, sino con el brillo fálico intermitente, también efecto
de sentido y agujero.
"Odio y amo. Quizá me preguntes por qué actúo así?. No lo sé, pero siento que es así y
sufro."
"Mi amante dice que ella no quiere hacer el amor con nadie, salvo conmigo, ni aunque se lo
pidiera el mismo Júpiter. Eso dice, pero lo que dice una mujer a un amante apasionado hay
que escribirlo en el viento y en el agua corriente" (4)
El amo antiguo no quiere saber del goce, se lo deja al esclavo "Imitad el lirio del campo,
profiere Cristo, no teje ni hila" (5) Citado por >Lacan en el seminario 21
Dice Lacan que es el lugar del verdadero amor, amor a la Dama, suple la relación sexual,
haciendo creer que somos nosotros los que renunciamos por decisión sin plantearse que el
amor lleva su costado de imposibilidad. Entre Uno y el Otro no hay comunidad de goces.
El amor es metáfora de un encuentro, sorprendente afirmación, un hombre encuentra a una
mujer por casualidad, fortuna o desgracia.
El amor es dos o es tres?; la pretensión neurótica es ser el Uno del Otro, excluidos del tres.
Lacan nos recuerda en el seminario 21 que el amor son dos medios decires que no se
recubren, si el neurótico intenta recubrir estos dos medios decires que no se recubren, esto
constituiría lo fatal. Es la división irremediable, es decir no hay remedio, pero si medio, algo
interviene a título de medio. Si el amor deviene medio, no es lo fatal, ni el fracaso, ya no es la
"ate" griega, que significa desgracia, fatalidad, destino. Tragedia la podemos pensar en el
intento de superar lo imposible.
La castración no instaura una bipolaridad sexual, sino que la hace imposible; el Otro sexo no
es demostrable. Instancia del malentendido entre los sexos.
Si el amor cortes lleva su impronta imposible, nos queda la contingencia, el no toda,
contingencia en relación al falo, la carta de almor y el a-muro; pequeña satisfacción, donde el
amor no tapa el agujero en lo real. Contingencia cesa de no escribirse, "encuentro de la pareja
en sus síntomas, encuentro de los afectos, no como sujetos, sino como hablantes del exilio de
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la relación sexual que no cesa de no escribirse".
En ese encuentro buena o mala fortuna el amor se padece, nadie decide enamorarse, si se
padece y no hay decisión entonces es real.
Para Lacan la verdad tiene un límite en el sentido del medio decir. Si bien como el amor
inquieta a todo el mundo, solo lo podemos pensar a partir de un corte, así comienza un saber
distinto de la lógica canónica clásica, es decir el saber inconsciente.
Lacan dice que " es la conexidad entre dos saberes en tanto que son irremediablemente
distintos", si estos dos saberes quedan recubiertos esto constituye algo curioso, "una sucia
mezcolanza" (6)Roland Barthes dice "se debe salir o sufrir, arreglar es imposible" (7)
El amor en lo real no es una pasión, sino que es apasionante. La única pasión que se sostiene
es la ignorancia que introduce la sospecha. Sospecha que el Otro sabe lo que yo no sé de mi
goce, y además no quiero saber. Dios sabe lo que yo no sé. Dios es inconsciente. Sospecha
del sujeto supuesto saber. El amor es resonancia de lo que se escucha; que se sostiene en el
tiempo o se apaga poco a poco. Lo perecedero hace al valor. Amor desde la caja de
resonancia hasta la aspiración; es decir, aquello con lo cual quedamos aspirados. Algunos
aspiran a una relación del Uno con el Otro, este juego no es serio, lo serio es que como en
todo juego se puede ganar o perder.
La resonancia se alcanza por el amor a lo que se escucha, es necesario que lo que se diga
golpee como corte. Es por eso que en el amor quedamos aspirados y se nos impone. Diría el
amor nos aspira, luego nos pueden vomitar.
Para esto hay que animarse, "anima", lo que te anima. "El amor es tomar al otro por su alma"
(8) y la pequeña satisfacción esta en el enlace entre el amor y el objeto a.
Un hombre conoce a una mujer por azar, y entre hombre y mujer está el amor, y el amor no
tiene que ver con la verdad, sino con un decir en tanto acontecimiento. Entonces la verdad
implica un lugar y no una propiedad sustancial. La verdad es condición abierta - no toda como la mujer, entonces la relación sexual que no hay, no cesa de no escribirse.
No hay relación sexual es lo que pasa entre dos, lo real es tres. Para que haya alteridad es
necesario el tres, sufrimos del tres y de los pensamientos en tanto reprimidos como dice
Freud. El pasaje de lo Homogéneo a la diferencia del Otro como heterogéneo es nuestra
apuesta. Es decir falta de objeto en lo real, como decía antes Privación, situación de
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desamparo y fragilidad humana. Atravesar él entre dos es al menos estar advertido del tres
que es cardinal y no ordinal, momento de subjetivación como tiempo lógico. Tercer tiempo
conclusivo, "Yo me decido, soy un hombre (elección forzada) por temor de que los hombres
me convenzan de no ser un hombre" (9)
El Otro está en juego respecto del lenguaje, del don de la palabra, como tesoro del
significante, en este sentido pone en juego algo del orden de la verdad y de la mentira Diría
verdad o mentira dicha a medias respecto del saber, pero este Otro no entra en juego como
Uno. Dice Lacan "el goce en tanto sexual es fálico y no se relaciona con el Otro en tanto tal".
Por lo tanto nos queda el objeto pequeño a, que es la inscripción del vacío del Otro, luego,
mirada o voz son sustitutos, invento de la inscripción de la imposibilidad. Entonces tenemos el
objeto y como invento de la falta en el Otro. Esto es lo serio, como nombrar un objeto que no
existe, pero que hace a la función.
El amor es definido por Lacan ya desde los primeros seminarios como imposibilidad, ya sea
"dar lo que no se tiene a alguien que no es", o como mutilación en el seminario once.
Los amantes pueden prometerse impunemente hacerse uno, pero esta ilusión como dije antes
nos lleva a una sucia mezcolanza. Lo eterno esta por fuera del tiempo, y no hace a lo
perecedero, y lo perecedero no solamente hace al valor, sino al amor por el gusto, que hace a
la dimensión estética del amor. A lo amable lo podemos perder en cualquier momento, esto es
tan inquietante como lo sublime (sublimación). A lo sublime lo podemos plantear como pérdida
de goce e invención de un objeto, por ejemplo la mirada de Beatriz inventada por el Dante. Lo
inquietante no está del lado del principio del placer, esto seria más bien condición de lo bello.
En esta no comunidad de goces entre Uno y el Otro, Lacan dice que la mujer teje, hace
trenzas, y el hombre hace círculos, es decir se muerde la cola y no sabe nada del goce
femenino, lo puede suponer, sospechar, como con el número tres, pero no lo alcanza, y el
hombre no se resigna a no recubrir el goce femenino "Para el macho nada es imposible, lo
que no puede hacer lo deja, es lo que se llama salud mental"(l0))
La mujer objeta la función fálica, es decir hace objeción a la función del para todo x, objeción,
descompletud del hombre que intenta paratodear.
Hay dos sexos, ni uno ni tres, pero es posible la existencia de estos dos por el tres, el tres es
cardinal, no tercero, y como dice Lacan es lo real.
Cada sujeto habla desde el lugar que lo marca y que lo orienta, en el ideal de su sexo, con lo
cual habría dos lugares desde donde el sujeto habla; por ende la interpretación analítica
estará orientada tanto del lado Uno (fálico) como del lado Otro. La interpretación hace un corte
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de lo verdadero a la verdad, es decir que modo la interpretación toca lo real. Esto opera en
transferencia que como dice Lacan revela la verdad del amor.
Bibliografía:
1.- Jacques Lacan Seminario II Ediciones Paidós
2.- Jacques Lafitte Houssat: Trovadores y cortes de amor
3.- Jacques Lacan Seminario VII Ediciones Paidós
4.- Catulo Poemas Ediciones Gredos
5.- Jacques Lacan Seminario XXI inédito
6.- Jacques Lacan id.
7.- Rolan Barthes Fragmentos de un discurso amoroso Siglo veintiuno editores
8.- Jacques Lacan Seminario XX Ediciones Paidós
9.- Jacques Lacan Escritos "Un nuevo sofisma" Siglo veintiuno editores s.a.
10.- Jacques Lacan Seminario XXI inédito.
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