madrid 10 de agosto.

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M afia 20. El cónsul de Francia al Sr. Presidente del
Consejo:
El Alecto, que salió el 2Í de Beiruto y el 23 de Ale jan­
dría llegó á Malta en la mañana del 28. Dice su capitán que
la insurrección de Siria lia concluido.
En jConslantinopln ‘se. lia descubierto una conjuración, á
cu va cabeza estaba el ex -g ran v isir Kosrew-bajá , queha sido
prtso y desterrado.
NOTICIAS NACIONALES.
Habana 24 de Junio.
ESC UEL A DE M E C AN I CA APLI CADA Á LAS M A Q U I NA S DE V AP O R .
Con indecible satisfacción podemos anunciar que nuestro
Excmo. Sr. presidente, gobernador y capitán general, se ocu­
pa boy del estable cimiento de una escuela de mecánica apli­
cada á las máquinas de vapor, convencido de que semejante
instituto es una de las necesidades del pais. Pero lo que mas
T e a l z a este proyecto es el local donde ba de situarse la es­
cuela , la casa de beneficencia ; no porque en sí misma en­
cierre las mayores ventajas materiales, sino por las nobles y
filantrópicas miras que envuelve este pensamiento.
En efecto, la junta encargada de aquel hospicio comple­
tará su misión cristiana y eminentemente patriótica , si des­
pués de haber abrigado en su seno á numerosos niños desva­
lidos v de instruirlos en los primeros rudimenlos, indispensa­
bles para todas las carreras, para todos los estados y circuns­
tancias sociales , ios dispone al ejercicio de una profesión , no
«orno quiera lucrativa, sino urgente para el pais; devolvien­
do asi á la sociedad unos seres que temporalmente separó de
su seno, clausulándolos dentro de los muros de la bendicen—
••i a , convenidos ya en hombres laboriosos, bien educados c
inteligentes, útiles para sí mismos y para sus semejantes. ¿Y
inundo puede con mas justicia merecer elogios una autori­
dad , elogios que mantengan siempre en actividad las miras
de bien publico , que cuando se notan sus esfuerzos y disposu'iones propendiendo á empresas de tamaña importancia?
La alabanza entonces no la dictan miras innobles , sino la mas
pura gr atitu d, la mas rígida justicia al me'rilo , la franca
manifestación ante el mismo que dispensa los beneficios, de los
sentimientos que arranca tan arreglado proceder , proceder
que se hace estable y duradero cuando tiene lugar en un
pueblo sensato y agradecido.
Advertirnos sin embargo que la mocion tuvo origen en la
misma junta de beneficencia, y por parte de uno de los
miembros mas activos que ha conocido desde la erección de
este hospicio. Se conocerá ya que hablamos del Excmo. Señor
marques de Esteva, actual inspector reelecto de aquel esta­
blecimiento , que tan acertadamente ha arribado á una casi
completa reforma durante el tiempo de su inspección ; pero
apenas se indicó á nuestro Excmo. Sr. presidente, gobernador
y eapitau general esta mocion, pendiente aun en los dias en
que recibió el mando de esta isla , cuando apresuradamente
conoce los beneficios, prohija afectuosamente la idea y se de­
cide á llevarla á cabo.
Se extiende el proyecto á erigir la escuela de mecánica
en la beneficencia., situando convenientemente una máquina
de vapor, á fin de instruir á los alumnos bien dispuestos en
su conocimiento, manejo y dirección, llenando asi la impe­
riosa necesidad , anunciada ya con su acostumbrado celo por
nuestra ilustre sociedad patriótica, de crear esta nueva cla­
se de peritos en el pais, que sepan después conducir estas má­
quinas en los numerosos ingenios que hoy se sirven de tan
poderoso motor, en los ferro-carriles que van multiplicando
nuestra riqueza y adelantos industriales, y en los buques de
vapor que diariamente trafican por nuestras costas en todas
direcciones* completando al mismo tiempo la educación de
aquellos hospicianos.
Necesitábanse fondos, asi para la adquisición de la má­
quina competente al instituto, y que puede emplearse en be­
neficio de un ramo de industria de la propia casa , como
también para el sueldo del preceptor y demas gastos indis­
pensables; y al punto nuestro Excmo. Sr. capitán general,
penetrándose de los útiles resultados de una suscripción vo­
luntaria , ha escogido entre las personas mas notables del
pais cuatro individuos de concepto público y relacionados,
para que con su persuasión estimulen á los pudientes á que
contribuyan á tan piadoso como útil objeto; tales son los
Sres. Excmos. D. Juan Montalvo y O-Farril , D. Joaquín
Gómez, D. Manuel Pastor y el Sr. D. Tornas de Juara y So­
ler ; de manera que puede decirse ya que se han conseguido
lai; miras benéficas que por tantos título* ofrece el proyecto;
porque dispuesta la primera autoridad de ia isla con todo su
esfuerzo en promover y ejecutar el bien, y rio siendo^excesiva la cantidad que se necesita para ponerlo en obra, y nu­
merosos los individuos de acreditado espíritu público que
existen en esta capital , y que nunca se han manifestado sor­
dos á invitaciones de esta especie, en pocos dias lograremos
ver cumplido nuestro deseo.
Existen en la población numerosos individuos quienes á
mas de ese espíritu en favor de las obras útiles, tienen un
Ínteres directo en (}ue se establezca la escuela de mecánica
proyectada , un Ínteres propio ; hablamos de los dueños de
ingenios que poseen máquinas de va por, y que por esta cir­
cunstancia y por la escasez de inteligentes en el manejo de
estas máquinas pagan á los que nos vienen del extrangero un
sueldo crecido ; cuyo inconveniente dentro de poco tiempo
disminuiría en gran manera , difundiendo los conocimientos
necesarios, y creando en el pais esta nueva profesión. A estos
principalmente se dirije nuestra invitación; de estos con parti­
cularidad es de quienes el Gobierno espera que coadyuven á
sus miras; porque seguramente la corta suma que hoy exhi­
ban con tan filantrópico y provechoso objeto, será reembolsada
después .ventajosamente.
Cuando tenemos la fortuna de ser regidos por una autori­
dad no ya solo, cuidadosa .de llenar el encargo difícil que se
le ha confiado, sino también dotada de favorables disposicio­
nes para contribuir con su protección y sus esfuerzos al en ­
grandecimiento del pais , empleando hasta los medios mas e x ­
traordinarios, es un oprobio y mengua quedar en la inacción
los que tienen intereses positivos en los mismos ramos cuyo
incremento se piocura. Los que mandan con inteligencia )
tino tienen por toda recompensa la satisfacción de haber pro­
curado el bien de sus súbditos y una bella página en la his­
toria; pero ios que reciben el beneficio, los disfrutan real­
mente, los gozan en toda plenitud y deben necesariamente
contribuir á su logro cuando las circunstancias prescriben la
necesidad de contar con su cooperación y auxilio. Asi es co­
mo los paises suben al apogeo de su grandeza.
( D iario de la, H abana.)
Barcelona 2 de A g o s to .
Con el vapor Mercurio llegó anteayer á esta ciudad el
Príncipe de Sajonia Coburgo Gotha. S. A. R. se halla aloja­
do en casa del Sr. marques de Paredes.
Han pasado ya á felicitar á S. A. R. algunas personas de
distinción. (G . A . )
Id em 3.
En la mañana de ayer S. M. la Reina Gobernadora visi­
tó la iglesia parroquial de S. Agustin.
S. A. R. el Principe de Sajonia Coburgo asistió ayer á la
función del teatro.
Por la tarde de ayer las tropas de todas armas de la guar­
nición y las acantonadas en estas inmediaciones, fueron revis­
tadas por el Excmo. Sr. duque de la Victoria, acompañando
á S. A. R. el Príncipe de Sajonia*Coburgo, que se presentó
con el vistoso uniforme de dragones. Después de haberles re­
cibido las tropas en orden de pa ra da, pasaron á fonnar en
masa, y luego desfilaron en columna de honor. S, A. R. no ha­
brá podido menos de quedar satisfecho de la marcialidad de
unas tropas cuyos pechos están cubiertos de brillantes conde­
coraciones, adquiridas con gloria en el campo del honor. (/¿A)
MADRID
10 DE
AGOSTO.
Se nos ha dirigido la siguiente invitación de la brigada
de artillería de la Milicia nacional de esta muy heroica
villa:
"Los individuos que componen la brigada de artillería de
la Milicia nacional de M adrid , queriendo dar una prueba
de amor á los denodados defensores de la libertad que se
hallan en el establecimiento general de Inválidos en el ex­
monasterio de Atocha, han resuelto ejecutar por sí solos
una corrida de becerros^ el dia 15 del corriente, cuyo pro­
ducto sirva á aliviar de algún modo la suerte de tan digna
parte del ejercito de héroes con que se enorgullece España.
«Ellos han regado con su sangre el árbol de la libertad
que tanto hermosea el trono de la excelsa Nieta de San F e r ­
nando, ídolo de los buenos españoles: y q u é , ¿será no ha­
yan de descansar tranquilos bajo sus frondosas ramas ni
gusten su sabroso fruto? Los que jamas temblaron á presen­
cia del enemigo , ¿ será que un dia tiemblen á vista de la
situación que los rodea 7 No es posible. Ellos se han sacrifi­
cado por la libertad española: y mientras luce suspirado el
dia en que la patria pueda fijar, corno apetece, el porvenir
de sus valientes hijos, deber es de todo español honrado con­
tribuir á sn sostenimiento.
«Los individuos de la referida brigada hállanse íntimamen­
te penetrados de que la idea por ellos concebida , no puede
dejar de excitar simpatías en el vecindario*;de Madrid* y se­
ñaladamente en sus compañeros de las otras armas , que no
han menester mas que indicarle el designio para cooperar á
su realización. Unanse pues los que abrigan sentimientos l i ­
berales, y cada uno de su parte procure hacer un esfuerzo
para el mejor resultado del loable objeto á que la función se
dirige: esfuerzo que puesto sea pequeño, pero que le acon­
seja ia humanidad, le recomienda el honor castellano y le
exigen imperiosamente la gratitud y el reconocimiento.,>
D E L A E P O P E Y A IN DIA .
( Conclusión.) Véase la Gaceta del domingo 9 del corriente,
número 2108.
Si del examen de la religión y de la naturaleza pasamos
al cuadro de la vida civil y doméstica, debemos entrar en
la ciudad por excelencia , Uyodhya , fundada por Munoo,
Rey de los hombres. Daremos aquí una descripción compen­
diada que abre los cimientos de este pueblo antidiluviano, y
en la cual parecen amontonadas y confundidas N ín ive, Gomorra y Babilonia.
"O r ilia s del rio está la ilustre ciudad, edificada por el
Rey de los hombres, cuyo vasto circuito tiene doce jorna­
das, y cuyas casas se elevan hasta las nubes. Bañada por ar­
royos bullidores, adornada de bosquecillos y jaidiues, la ci­
ñe ademas una muralla impenetrable: se perciben sucesiva­
mente la melodía de los instrumentos músicos y el ruido de
las armas; colmada está de bayaderas , y recorrida en todas
direcciones por elefantes y caballos, visitada por los merca­
deres y forasteros, y retumbando sin cesar al estruendo del
carro de los dioses. Los muros de su recinto , formados de
toda clase de pedre ría, parecidos á una mina de diamantes,
la rodean como un collar: sus techos resuenan el canto del
sistro, del harpa y de la flauta. Ninguno vive en esta cin-,
dad menos de mil años. A los ecos repetidos de las oracio­
nes sagradas, responde el bullicio de ios festines y reuniones
de los hombres felices. El corazón se embriaga con el perfu­
me del incienso, con el humo de las víctimas y con el aroma
de las llores y guirnaldas: custodiada está por cien héroes
iguales en fuerza á ios elefantes que llevan el universo corno
una torre ; por guerieros que la protegen, como las serpien­
tes de ti es cabezas protegen los manantiales del Ganges. El
fuego de los sacrificios se mantiene allí por un pueblo de sa­
cerdotes cuyas almas y deseos están sujetos voluntariamente
á este suave yogo.,,
Esta es la Tro ya indiana. El canto piadoso de los vedas
ensordece el estruendo de las armas: mezcla es esta de vo­
luptuosidad y ascetismo , que la hace ser un templo para los
dioses f mas bien que una inorada para los hombres , confor­
me en un todo al genio de la epopeya que se coloca en torno
de sus muros. Hemos visto á Micenas, Argo s, Tirinto y ja
ciudad de Hérc ule s, y podemos afirmar que estas duÍQU$
ciudades son miserables aldeas en comparación de la mórad*
real ó fantástica del Hércules indio.
En estos pueblos de misticismo se suceden lentamente las
dinastías ex tra njeras, pues cada Rey vive siglos de siglos, y
llenan esta vida eterna con rígidas austeridades. De rodillas
inmobles, las manos extendidas hácia el cielo, pudiera de­
cirse que representan á siglos de preces y contemplaciones, y
reinos de éxtasis que pasan como ensueños. Cada pueblo restt*
me su pensamiento en la persona de sus caudillos, hechos á
su propia imágen. Entre los hebreos los patriarcas son emires;
dotados de un linaje de inmortalidad terrenal, y la historia
de Roma está abierta como un largo surco por Evandro, fai.
brador y pastor; en la India los primeros Reyes son ascetas
que después de haber evocado del interior de las selvas por
la muda contemplación las primitivas formas de la sociedad
civ il, conservan sus imperios con el poder tan solo de la me**
ditaeion : esta es una de las sublimidades de esta poesía , hacer depender de la abstracción de los sentidos las revolucio­
nes del mundo. No nos admiramos pues si tras estos éxtasis de
siglos queda poco lugar para la acción, y no vayamos á bus­
car la rapidez de la Iliada en los poemas de la soledad.
Sobre el Rey descuella el sacerdote. Retirado, ya como
un anacoreta en su ermita en la espesura del bosque sagrado,
ó ya en un monasterio semejante á los del catolicismo, el Reyi
le va á visitar en sus negocios mas importantes, y se postra á
sus pies y le pide consejo. Al mover de sus labios agítanse los
mares, enmudecen los vientos , los cabos del mundo eaon en
la confusión: el resplandor de su espíritu eclipsa al mismo,
sol. La naturaleza entera se horroriza de sus austeridades, y
hasta los dioses se alarman del sacerdote que se eleva sobre*
ellos con su virtud. Las criaturas exclaman: ; ü Rrahsna! Si
este sabio continúa en sus maceraciones, nada puede impedir
que sea la humanidad atea. En sus leyendas mas atrevidas
mas el cristianismo ha atribuido tanto poder á sus ermitaños
como la India á sus braernanes. Cruzan el mundo concluida
su oración, y el fuego de sn cólera arde como el de los sa­
crificios, y reinan en la naturaleza y en la ciudad tan absolu­
tamente como en el poema.
El héroe sobre todo les está sumiso ciegamente; instruido
por el sacerdote en los libros sagrados, es su alumno y su,
instrumento. Recueida mas bien al pío Eneas que al Aquiles,
griego; porque participa menos de la casta guerrera que de
la sacerdotal. Tiene las espaldas de león, y los ©jos dél eo-J
lor de la flor del l o t o i e u su palidez se asemeja al lirio de
las aguas, y su alienta está embalsamado como la boca de
una ninfa. Antes de comenzar el combate se prepara eo» lar
oraciones de la mañana y con la abstinencia , y vuelto de ia
refriega purifica su espíritu con nuevas austeridades. Fre­
cuentemente se cubre con-el cilicio de los religiosos. Dulzu­
ras, compunción, obediencia y escrupulosidad, hé aquí las
virtudes de este héroe sacerdotal. Enmedio de sus guerreros
parece al fuego del sacrificio rodeado por los sacerdotes. Toa­
dos sus deberes están resumidos en estas palabras que Rama
escucha de su padre en el momento en que va á abandonarle
por primera vez :
"H ijo mió, sé humilde y co rtés, obediente á los braemanes dedicados al estudio de los vedas: recibe su instrucción
como la bebida de ia inmortalidad. Los braemones son gran­
des, porque poseen la fuente de la prosperidad y de la di­
cha. Han sido enviados entre los hombres para asegurar la
existencia del mun do, como dioses terrenales. Son los guar­
das de los vedas y de las leyes inflexibles de la v i r t u d , y
poseen ademas la importante ciencia de los areheros. Monta
constantemente á caballo ó sobre un carro ú elefante. Procur» instruirte en las artes civiles; y envíame continuos mensageros. Calló un momento el Rey de los hombres, y añadió:
marcha, hijo mió. Y sus ojos se inundaron en lla n to, y los
sollozos ahogaron sus palabras.”
Busquemos un ideal semejante á este héroe: ¿dónde se
encontrará? No será por cierto bajo la tienda de Aqttiies, ni'
de Ayax : es menester dejar á un lado toda la antigüedad clá­
sica y penetrar hasta el corazón del cristianismo. Las relacio­
nes del guerrero con el sacerdote son precisamente las del
famoso caballero con el ermitaño en los libros de caballería.'
Parceval de F rancia , Lancelote del Lago, T rislan , tienen el
mismo modo de vivir que Rama, Barata y demás héroes ni­
dios: como estos últimos buscan un ideal de perfecciones mo­
rales bajo el símbolo del santoGrial : tanto á los unos conioá
los otros se les impone una eterna penitencia; solamente que' •
el caballero andante se arma en la triste selva de las Ardenar
contra las seducciones de su corazón, mas bien que contra loa
encantos de la naturaleza exterior como los héroes indios.
¿Quién imaginara que la epopeya del feudalismo cristiano tit-4
viese analogía con la de los valles del Ganges? ¿Quién hu­
biese buscado en el golfo de Bengala la delirante caballería
de la Bretaña encantada por Merlin? Pues esta semejanza e*
un hecho: un mismo género de vida debía producir dos epo­
peyas análogas.
Desde el principio el Rey en su ciudad gigantesca rue­
ga á los dioses le concedau una fecunda descendencia, y <d
dios soberano desciende á la tierra y se encarna en la perso-,
na de cuatro hijos del Monarca. Antes de concluir el libro
primero ya estos héroes-dioses han llegado á la juventud , y»
estando perfectamente instruidos en los vedas, el sumo sacer-.
dote viene en busca de su brazo contra el Rey de los infie-;
Tes. Vacila el cariñoso padre en entregar sus hijos á los peli­
gros de la guerra; quiere ir en su lugar; pero interviene U,
autoridad sacerdotal, y ejecuta sus órdenes: Rama y su her­
mano reciben armas encantadas, entre Ias cuales hay un ar­
co que ni los dioses ni los hombres son capaces de parar. Lb*".
mase al héroe á presencia de los Piíncipes de su edad y do
mía junta del pueblo y.... pero escuchemos al poeta indio» y
observemos curiosamente cómo pinta una situación hociciu,JI*
" E l virtuoso brueman , dirigiéndose con júbilo á Rtíina
d i j o ; jóven de membrudos brazos, loma este arco divino y
sin par, y ensaya tus nacientes fuerzas. A estas palabra* dn
sabio, Rama respondió: armaré este aico celestial, y d®?!11*
dieudo al blanco sus flechas, haré patente mí fuerza.—
bien, replicaron el Rey y el sacerdote. Rama etitanctf?.
señor, ó esclavo de la naturaleza? He aqui unn cuestión t un
antigua como la sociedad , y según esta se halle establecida en
un pais mas ó menos delicioso, ia reacción de los hombres debe ser mas ó menos tuerte: asi comprendemos el ascetismo de
los bracmanes en su comarca seductora , el de los pitagóricos
en Grecia , y el de Italia y España en los siglos medios. Los
santos que en el origen de la religión cristiana combatieron,
como á la Hidra y á la Pithon renacientes, los instintos del
paganismo , fueron los Hércules y Theseos de la humanidad
moderna.
En nuestros dias todo está trocado. El misticismo ha deja­
do de ser un principio dominante de civilización y poesía.
¿ Por qué razón? Porque la humaniJad se ha robustecido para
el combate, está para en adelante conquistada su independen­
cia con el universo; porque lejos de temer la trama del m u n ­
do externo, cada dia le somete y doblega mas a sus intermi­
nables antojos; porque el pensamiento desvia los rios, ciesf.*t
los valles, y la materia huye y desaparece ante el yago del
espíritu; porque el hombre ya no consulta á las serpientes ni
se gobierna por el canto de las aves; en fin, porque no tern^
ser vencido y hecho prisionero por la naturaleza: este gran
duelo se ha terminado en honor suyo. ¿Necesitará negar á la
naturaleza si la tiene encadenada al carro de su triunfo?
Por lo demas, parece que la sociedad indiano ha sido
nunca joven; pues hay tal abundancia de sentencias, combi­
naciones y cálculos filosóficos en su primer poema, (pie clara­
mente indican que han debido nacer en épocas distintas. La
Iiiada y la Odisea, con todos los caracteres de un pueblo na­
ciente, simplicidad, ingenuidad, ignorancia de cosas metafí­
sicas, deben haber brotado una y otra casi espontáneamente
de la frente de la sociedad griega; mientras que la epopeya
de Valmiki resume en sí el genio de un pueblo que lia corrido
todas sus fases y agotado todas las doctrinas de la vida social:
cosmogonía, Génesis, tradiciones de la infancia del mundo
que atestiguan la infancia de la inteligencia humana , recuer.,
dos de una lucha de dos castas primitivas, monumentos de la
formación del pueblo indio , afectos melancólicos y tiernos,
extravíos de una sociedad cansada de si misma , escuelas filo­
sóficas, escepticismo, ironía, sectas metafísicas, imperio de
sofistas, señales de una religión y de una civilización decaí­
das; todo esto junto , mezclado y ordenado en una misma,
obra, como las producciones de diversas épocas de la natura­
leza están sobrepuestas en los costados de un monte, desde
roca primitiva y vegetación antidiluviana, oculta á la luz en­
tre capas de pizarra, hasta la nueva flor que llena de rocío,
está royendo el insecto nacido á la mañana. Aplicando pues
á estos poemas la teoría á nuestro parecer (que no puede tener
lugar con H o m ero ), creeríamos de buena fe que no son obra d»
un solo hombre, sino de diversas generaciones que han ido»
amontonando sus pensamientos unos sobre otros. Repentina­
mente pasamos de la época del caos á la de la metafísica , da
enmedio de salvages á la escuela de los sofistas. En la cuna
de este pueblo está el libro de su vejez, y pudiera decirse
que sin infancia ha nacido en la eternidad.
¿Q uiere saberse cuál sea el escepticismo antidiluviano
de que acabamos de hablar? Cualquiera se admirara al Av­
ilarlo tan conforme al de nuestros tiempos.
WEI Rey de los sofistas se dirigió á Rama para probarles
Rama le dijo: ¿será posible que 1a inteligencia de un asceta
como tú no se eleve sobre el nivel de las imaginaciones vul­
gares? Los libros sagrados se han compuesto por hombres as­
tutos con el fin de engañar á los demas é inducirles á hacer­
les donaciones. Toda su doctrina se cilra en estas palabras:
ofreced sacrificios; consumios en ausleridades religiosas, ert
abstinencias y maceraciones. Dad ofrendas al sacerdote
Y
qué, Rey, ¿tú nunca serás mas sabio? Lo que halaga y gusta
á los sentidos es solo dique de tus deseos. Todos los Reyes tus
antecesores han caido bajo 1a férrea mano de 1a mue rte, y na­
die sabe qué se ha hecho de ellos, ni adonde han ido; no*
lisonjeamos de verlos donde quisiéramos que estuviesen , y
mientras tanto el universo está sumergido en 1a incertidumbre. Nada hay cierto en este muudo; el mundo mismo , ¿ e n
dónde está?
«Al oir estos discursos ateos Ram ü, como un elefante fu^
rioso, respondió: jamás podré sustraerme á los mandatos (ta
mi padre , como jamás un caballo domado abandona su carro,
como una esposa obediente no se sustrae del yugo de su espo­
so. La misma impresión me hacen tus palabras que el embate
del huracán á una montaña.”
¿ N o habla el escepticismo bajo tas lianas de los trópicos
el lenguaje de V o ltaire? La admiración, la cólera del joven
elefante, herido por infernal serpiente, es el único rasgo que
nos trasporta á 1a antigua sociedad. La India no esta acos­
tumbrada á d u d a r ; tira coces, por valernos de una expresión
v u lg ar , contra el aguijón. Pero por mas que haga, el ve­
neno ha penetrado en ei corazón de su poesía, y jamas saldra
de a I i i. ¡Extraño preliminar de un pueblo! ¡La blasfemia
mezclada con himnos aun resonantes de 1a creación! ¡ El es­
cepticismo detras del caos! Este episodio es el libro de J o b
de 1a Biblia indiana.
Si es citrto, no obstante, que 1a fuerza viril consiste en
contenerse, en limitarse y enseñorearse de sí mismo, una se­
creta debilidad está escondida tras el poder monstruoso de
los poetas del Ganges, que es para ellos un signo infalible,
de infancia. Como los elefantes jóvenes embriagados, cuya
imágen les es tan familiar, cruzan jugueteando en sus a r g u ­
mentos tas selvas impenetrables, la naturaleza entera, y íreeuenteraente una liana basta para embarazarlos y detener­
los. Están dominados por el asunto, ;inas bien que ellos le
dominan; y errautes en la inmensidad, un episodio mas pue­
de añadirse al que precede, y no hay ninguna razón en
el orden de tas cosas para poner un término á sus composi­
ciones. El desenlace no puede seguramente verificarse sino
en la eternidad. Con respecto al estilo, es lo mismo que ta
acción; tan rico en rubíes, topacios v piedras preciosas, tan
pingüe como el declivio del monte Himalaya , en lo cual di­
fieren esencialmente de nuestros poemas de 1a edad media,
en los que la expresión menesterosa sigue á duras penas á la
acción, como un esclavo sigue á sú señor que va montado en
un brioso alazan. Acostumbrados á la pálida luz de nuestio
clima, nos deslumbra fácilmente este tesoro derramado de
la poesía oriental.
Si es cierto qne el arte debe ser únicamente una imita­
( i ) Recordamos aqui los osos embriagados con racimos ,
que tanto ha censurado la crítica en U Á ta la ; Vuirniki con­ ción de ta naturaleza , este estilo llenaria todas tas cond¡pio­
firma aqui brillantemente á Chateaubriand, que «u 1796 no nes de ta peifeccion, pues manifiestamente es un reflejo'del
lujo de 1a creación bajo el cielo de tas Indias. ¿ Q « é puedo
raleza, como cu'el siguiente pasaje de la Ramayana: podra teqer conocimiento de la Jiama/ana»
blrgó el arco ron una sola mano : la multitud congregada te­
nia "los ojos lijos en el, que , sonriendo, se preparaba á dis­
parar una Hecha; pero tan grande érala Tuerza de llama, que
ei a r c o ¿acorvado se rompió por mitad. El ronco son que se
oyó al hacerse pedazos parecía al hundimiento de una mon­
taña , á los rugidos del boa en la cumbre de los montes de
¿ucra. Estremecidos por el estruendo, todos cayeron en tier­
ra, excepto el sacerdote, el Rey y los dioses descendientes
de la raza de Rughons.”
Es imposible dejar de recordar aqui el arco de Ulises.
Fuera del hipérbole del final , se diria que una página de
Homero habia caido cu el ludo de la cajita perfumada de
alejandro.
Despucs de una serie de combates en los cuales intervie­
n e siempre el sacerdocio, el glorioso Rama es desterrado al
interior de una selva de orden de su padre, cuya creduli­
dad han sorprendido con falsas suposiciones; mas el anciano
Rey no tarda en arrepentirse de sil injusticia , y no hay un
trozo tan bello en todo el poema como el episodio en que el
Monarca con su barba venerable, se entrega sin rienda á su
dolor.
Esta figura, hasta entonces insensible y muda, se despier­
ta al sentimiento de la vida real por el del abatimiento. Un
Rey que debia creerse inmortal se rinde al primer embate del
dolor: esta escena es demasiado grande para que no citemos
de ella algunos rasgos. Pinta desde luego el poeta la mudan­
za acaecida en la ciudad , morada há poco tiempo de la feli­
cidad permanente: huérfana de su héroe , es semejante al
Occeano, que enmudece al punto en que los vientos se encier­
ran; al altar despojado después de concluido el sacrificio: y
nos conduce al interior del palacio.
«Precisado á escuchar el llanto de la madre de Rama, el
Rey estaba lleno de angustia; hasta que al fin, traspasado
con tan punzantes duelos, cerrando los ojos, se desmayó so­
bre su lecho. Recobró sus sentidos algún tiempo ¿después, y
mirando á la Reina cerca de sí, la dirigió estas palabras: O
Reina, yo te ruego con las manos juntas te olvides de lo pa­
sado: por el amor de tu hijo, no bañes con veneno mis pal­
pitantes heridas. Mi corazón está ulcerado, y son tus pala­
bras mas terribles que el rayo para mí. Si conoces las pa­
ciones humanas, yo te conjuro en mi agonía á que no me
«tormentes mas, que harto me han herido y derribado los
dioses.” Al oir estas palabras lastimeras la Reina disimuló su
dolor, y con las manos cruzadas , la cabeza reclinada á los
pies del Rey, le respondió: “ Perdonadme, R ey de los hom­
bres; privada de reflexión, en el colmo de mi desventura
tal vez he dicho lo que no debia haber pronunciado. La muger que se ve rogada con las manos juntas por un esposo
como vos, semejante á los dioses, es infeliz en esta vida y
en la otra si rechaza sus ruegos. ¿Q ue os he dicho en mi
aflicción? La angustia destruye la razón, el dolor la memo­
ria y el sufrimiento; no hay enemigo mas destructor que el
dolor., Las heridas causadas por uu tizón ardiente ó por un
arma mortífera, pueden ser curadas; pero, ó Rey, la angus­
tia del alma no tiene remedio. Los mismos sabios, dulces,
sufridos, acostumbrados al ejercicio de la virtu d , se hunden
au n mas que el gusano, cuando su corazón es tocado por la
mano del infortunio. Estos días que han pasado desde la a u ­
sencia de mi hijo han sido siglos para mí. Mi dolor se ha
acrecentado como las aguas del Ganges cuando se desatan de
los hielos.” Al concluir la Reina estas palabras, el día de­
clinó, y se traspuso el sol.
«Y el Rey, exhausto de dolor, respondió: wBiénaventurados los que tornen á ver la cara de R am a, parecida á la
pálida luna de otoño, ó al nenúfar descogido 1 ¡ Dichosos los
que le vean venir de las selvas, semejante á uña estrella en
su carrera celeste! En cuanto á m í , Reina, mi corazón es­
ta destrozado: el dolor extingue mi aliento, y mi vida es se­
mejante á las márgenes desamparadas por las aguas del rio.”
He aqui una poesía que hace brillar los dolores humanos.
Losi sistemas, las abstracciones del culto se olvidan aqui , y
al fraves del tiempo y del jespacio encontramos al hombre
nuestro semejante. Este lamento va á unirse á los lamentos
.inmortales de la poesía occidental; y el anciano Monarca,
apenas sale del olvido, va á aumentar el coro de ancianos
santificados por el duelo, P r ía m o , Osian, el padre del Cid,
«l Rey Lear. Sin duda faltaba el Monarca indio en esta f ú ­
nebre galería.
Después de la muerte del Rey, reúne Barata para ir en
busca do su hermano y ofrecerle el imperio un ejercito de un
millón de infantes, 1000 caballos y 90 elefantes, cubiertos de
capafazones, con cuya multitud inunda Jas selvas. Traspasa
e‘ Ganges y va á pedir consejo á un bracman en la soledad,
*1 cual desde suchoza de hojas de árboles abriga y alimenta mi­
lagrosamente esta inmensa reunión de hombres: su palabra le­
vanta palacios en el desierto. Este encantamiento del universo
^la Oración del sacerdotees magnífico y solemne. Mientras el
«sta sumido en la meditación todos los seres celestiales des­
cienden del firmamento. Elevase un concierto de instrumen­
tos invisibles: toda especie de árboles se trasforman en enanos
7 ayaderas, que vienen á presentar sus mismos frutos: ser­
pean el valle torrentes de ambrosía; sus márgenes son arenas
c zafiro y esmeralda. El ejército exclama: ¡este es el cie° —. pero á un signo del bracman estas maravillas desapare­
cen cqmo un sueño. Esta magia en que se derrama libremen« la imaginación oriental, parece ser el modelo de los encanttniientos de Merlin. La naturaleza y los hombres están allí
como embriagados el uno con el otro,
_ ¿Y que hace en tanto R a m a , el heroe del poema? Abiso en la contemplación de los bosques, montañas y rios,
pasa os? dias en un encanto vago. Jamás hemos visto en los
Poemas de Homero retirarse los hombres para observar las
e ezas del uni verso: son, por lo tanto, ganosos de acción y
ovimiento f y rebosan en ímpetus guerreros. Nadie duda
«y en día que esta ternura que c a b a r g a al hombre en preicia i e la naturaleza no sea un afecto moderno, y muchos
een encontrar las primeras huellas en Francia, en las obras
un..; f Rous^ au Y d * Bernardino de Saint-Pierre. Pues
I tenemos un poema en las Indias orientales, con 50 años
v a rV 0 ^ ^ t p i s d a d , cuyo heroe tiene las impresiones, desde W M C in'smo IG,,gl,aj e qn e Saint-Preux sobre las rocas
Lk»
iSeS,.Rousséau e“ la is,a de Biene, W e r t h e r en los
< i « l C
an U ^ v P a .b l° y Virginia en la isla de F ranCn
escritores que acabo de nombrar este
la na*»* ^ con rasgos tan vivos la intimidad del hombre con
w Después Je haber permanecido bastante tiempo el divino
Dusha-Rutha en las selvas, hechizado por la gracia de estas
colinas, mostraba en aquel momento á su querida esposa las
cumbres lejanas, y le decía de esta manera: rtAmada mía,
ni la perdida de mis reinos, ni la ausencia de mis amigos me
aflijón cuando contemplo ¿a sublime frente de estas montañas.
Mira esta cumbre donde las aves moran y los metales abuudan: sus picos se elevan hasta los cielos, y los costados de e s ­
ta reina de las montañas son como venas de plata: otras veces
brillan con el esplendor de los diamantes, ó se cubren con
las flores del asclepias gigantesco; y estos, llenos de escolo­
pendras odoríferas , parecen colmados de granos de cristal.
El bananero, el baobal, las palmeras prestan alli sus som­
bras: los pájaros emparejados se persiguen en el borde de las
rocas. Mira aquellas grutas perfumadas donde se abrigan los
tortolillos. La montaña con sus cascadas, sus fuentes saltado­
ras, su murmurio y su extremecimiento, parece á un elefan­
te embriagado con frutos silvestres (1). ¿Ouien puede per­
manecer insensible á estos tibios alientos que se exhalan del
fondo de los valles, cargados de perfumes? Fuerame dado
pasar aqui toda mi vida; ¡nunca, nunca me alcalizarían los
pesares! En medio de estas flores y de estos frutos se renue­
van todos mis sueños; y ¿q ue extraño, si los sabios de todas
edades han coníesado que la soledad de los bosques es mas
dulce que la ambrosía para los Reyes? Mira los floridos ta­
llos de la reina de los valles brillar á la noche como Ja lla­
ma de una ofrenda: los deliciosos toldos acá y allá formados
con las ramas del loto, y encubiertos con las hojas del blanco
nenúfar!....”
Acabando de hablar de esta manera, descendió Rama de
Jo alto de las rocas y enseñó á su esposa Mitile la mansa cor­
riente del Ganges; y el Príncipe con sus ojos de loto se diri­
gió nuevamente á Ja hija del R ey, que parecía á Ja luna
que sale de la sombra de los bosques, y le dijo: M ira este
rio amoroso con sus islas pobladas de cisnes ; sus sombrías
riberas parecen á Ja gruta del dios de las riquezas: aqui es
donde se dejan resbalar los solitarios sobre lianas, y se ba­
ñan en el tiempo sagrado, y sus manos ya purificadas hacen
resonar himnos al sol. Entonces las ramas de los árboles, agi­
tadas por los vientos , sacuden sus flores y sus hojas en am­
bas márgenes del rio , y la montaña parece conmoverse y
temblar hasta en su base: mira , querida mía, como inclinan
su corola las flores al soplo de la brisa: escucha, escucha los
melodiosos trinos del ruiseñor, escondido en la um bría, y re­
pite sus melancólicos acentos. Sí , yo prefiero contemplar á
tu lado estas montañas azuladas, á morar en un magnífico pa­
lacio. De esta manera R am a, gefe de la tribu de los ringbous , conversaba con su esposa orillas del r i o , y cruzando
la montaña aparecía á sus ojos como embellecido por un en­
canto.”
Puede compararse este pasaje á la descripción de los
amores de Adán y Eva en el Paraíso perdido , ó mas bien á
Jos delirios de Tristan y de Iseult en los antiguos poetas de
la edad media : sobre todo, según la redacción alemana , de
Gottfried de Strasbourg. Hay en él ademas expresiones que
parecen copiadas literalmente de TV erther , de la A ta la y
del Genio del Cristianismo . Una sola circunstancia distingue
esta poesía antigua del Asia de la moderna de Occidente,
y es que el amor humano está como sepultado en el amor de
la naturaleza. En el seno de la soledad, M i t i l é , la compa­
ñera del héroe, no es mas que un adorno del espectáculo de
la creación: no anima ni vivifica ella de por sí; no es como
J u l i a , Atala y Virginia , el pensamiento, el perfume en que
se embeben todas las cosas: es una flor en los campos sa­
grados.
Desde el momento mismo en que el héroe se entrega á la
impresión de la naturaleza la combate con sus austeridades;
el W e r t h e r indio se cubre de cilicios: y precisamente esta
voluptuosidad mezclada de ascetismo bajo el cielo de los tró­
pico», hace á Rama el representante mas fiel del genio de las
razas indostanas. R a m a , vestido de peregrino , rehúsa el im­
perio; se retira de alguna manera del poema para vivir abs­
traído en la muda contemplación de los rios, bosques y mon­
tañas, al modo con que el pueblo indio se retiró de la histo­
ria y mundo real á fin de vivir sumergido en el a rroba­
miento de la naturaleza. También como él ha rehusado el im­
perio del Asia que le ofrecía su diadema ; y en vez de de­
jarse llevar por el torrente de acción y de conquistas como
sus vecinos pueblos, ha preferido en el retiro de sus invio­
ladas selvas embriagarse de éxtasis, de aromas y de silencio.
M as de una vez le ha provocado la historia á salir de sus va­
lles, pero en vano, porque ha continuado viviendo en esta
mágia , sin querer abandonar las pacíficas sombras de sus bos­
q u e s : el mundo entero ha pasado delante de é l , todas las ge­
neraciones le han ido á visitar á su vez, sin que nadie le ha­
ya podido arrancar de su éxtasis.
El misticismo ha sido el principio de la poesía india y
de la edad media en Occidente, porque en ambas sociedades
ha sido un principio de civilización. La humanidad en su cu­
na enlazada por tantos lados con ios vínculos de la naturale­
za exterior, no ha podido romperlos sino desconociéndolos: era
este un esfuerzo preciso de la libertad moral para no avasa­
llarse á la tiranía del mundo físico, como los héroes de las
Indias orientales, que en medio de sus valles seductores y de
tanto cebo para los sentidos, son penitentes que combaten in­
ternamente contra el despotismo de la naturaleza externa;
por eso es su alma el campo donde la epopeya coloca sus mas
prodigiosas batallas. Ellos son los que fundan realmente con
el reino íntimo del alma y de la libertad moral, el del géne­
ro humano.
Gomo los solitarios de la T e b a i d a , en el tiempo corrom­
pido del imperio romano , cierran sus ojos y sus oídos al bri­
llo y á los halagos def mundo sensible, manifiestan, conser­
van y alimentan dentro de sí mismos ia conciencia de la hu­
manidad , amenazada de ser solocada en su cuna con los he­
chizos de una sensualidad de sobradas fuerzas. ¿ Q aé son pues
las penitencias espantosas de este pueblo levítico en el jardín
del Asia , sino una protesta del pensamiento para restablecer
el equilibrio entre la materia y el espíritu? Del éxito de este
primer combate están pendientes los demas. ¿Será el hombre
pues fa lta r alli ? Un escogimiento hecho por el hombre en­
tre los objetos que encuentra. jNo es raro encontrar en esíos
poemas hasta cincuenta comparaciones amontonadas para un
solo o b je to , qüe abruman la vida con el peso de ia imagen.
E l hombre está como destronado por la naturaleza, y su pen­
samiento agotado d eclipsado por los rayos de este* s<;í e x plendente , ojo de Brahma , que devora cuanto ve. La e x p r e ­
sión no obstante es s im p le , desnuda y espontánea. Este con­
traste nos sorprende: como si errásemos á la ventura muchos
dias seguidos por una selva deshabitada, cuyas cavernas no
retumbasen j sino los murmullos de la naturaleza viviente ,
fantasmas sin v o z , reptiles alados vagarían entre las ramas
temblorosas; el ho rror se alimentaria. De repente oímos unos
pasos en esta soledad ; un grito se percibe hacia a l l i , el grito
de un hom bre, nuestro semejante!
A q u í debemos v o l v e r á la cuestión indicada al principio:
¿ q u e lugar ocupará la poesia indiana en la historia del ar­
te ? ¿ P o d r á eclipsar á la poesia ho mérica, podra sustituirla?
]Ni los monumentos del uno, ni los tallos de y er b a espiritua­
lizados del otro pueden ocupar un lugar que no sea el suyo;
y fuera ciertamente una crítica muy superficial adelantarse
á*despreciar á la Grecia por el A s i a , ó al Asia por la G r e ­
cia. T od os los poemas pasados y futuros caben, en la natura­
leza é inteligencia humana. Unicamente esta trazada la pers­
pectiva histórica: se ap roxima á nosotros el genio helénico,
cuando apenas percibimos ai genio indio elevarse al confin de
h o riz on te; y lejos de ser destronado el anciano H o m e r o ,
estos nuevos monumentos apenas desenterrados liaran b r illa r
con su misma riqueza su a r t e , su sencillez y su hábil instinto.
L a India hará r e v i v i r á la G rec ia: el H im alav a será el
m odelo del O lim po, Según la opinión del último s ig lo , era
el cantor de A q u i i e s , un discípulo ciego de la natura­
leza ; poco faltaba para tenerlo por oriental. Desde que p u e le^comparársele á su hermano del Ganges, ia corrección de
fu dib ujo y la seguridad de sus formas se hacen mas e v i ­
dentes para todos. Con mas dificultad podrá acomodarse en
galería de ingenios de O ccid en te : de manera que tendrá
.ue aparecer como el grande mediador entre uno y otro mun­
do ; como ei coloso de llodas que se apoyaba sobre dos
jostaSk
Si sé pregunta ademas cual será la influencia de este r e ­
hacimiento oriental) es necesario convenir en que debe m ezdarse de algún modo en las concepciones venid eras; porque
sociedad entera jamas sale de su tumba sin herir la im a­
ginación de los hombres de una manera ú otra: seguramente
no se tomará por m o d e lo , porque el 'carácter del poema in­
dio no tiene ni regla fija ni ley ir revocab le. P e r o sin ser un
código lite rario acrecerá la tradición universal. Cuantas veces
se apoderan los modernos de un asunto g r i e g o para tratarlo,
tienen que luchar con una obra perfecta á ia que nada se pue­
de quitar ó añadir. ¿ D ó n d e está la mano que puede restau­
rar el mármol esculpido en Ate n as? L a poesía india por el
contrario es una mina de Golconda, donde el oro, los metales
y piedras preciosas están mezclados con materias brutas toda­
vía. De estas masas confundidas, el O ccidente podrá e le g ir ( y
en efecto lo hace a s i ) no las formas sino el c o l o r id o , las tra­
diciones é Imágenes que animara con su v id a un nu evo metal
que podrá vaciar en su pensamiento.
P o r q u e el espíritu humano está presente en el día en to­
das las partes de la t ie r ra , la cuna de T r o y a y del L a c io ya
no basta para sus sueños, y para expresar sus pensamientos
tales como el cristianismo los ha engrandecido, no son suficien­
tes las^formas, voces , consonancias y perfumes que este globo
puede producir en cada uno de sus climas. Acab óse el t ie m ­
po en que la industria aislándose en las fronteras de cada
E stad o, limitaba el comercio á un cambio dificil en el seno
de un mismo reino. Las producciones de todos los climas se
juntan en el gran festín de la moderna sociedad ; y cuando
tenemos trasportada asi la materia de una á otra zona, ¿quien
puede pretender que el pensamiento quede estancado en un
punto del espacio, y que cada poesía v iv a y muera sin co­
municación en el terreno donde ha nacido ? Y a no hay sier­
vos en el mundo real, y no puede haberlos en el mundo ideal:
esto es muy ju s to ; pues cuando el cuerpo está manumitido,
ei alma lo está á su manera, habitante de toda la tierra, con­
temporánea de lo pasado.
N o temamos aparecer infatuados si nos suponemos hijos
de una sola patria á ios moradores de la tie r ra; si nos atre­
vemos á abrazar sin división el Oriente y el Occidente , uno
y otro polo de este grano de arena comporado con el infinito.
En la autigiiedad parecía ilim it a d o , porque era desconocido:
desde que todo ha sido holiado por ! g s ho mbres, su v a lo r ha
decaído. ¿Qué tenemos que hacer en adelante para salvarlo
en un mom en to? N o es menester para esto ser un habitante
del o l i m p o ; en la vida mas oscura, el corazón mas encade­
nado , ll e v a d o en alas del cristianismo cruza por él mas v e ­
loz que los dioses de H o m e ro en otro tiempo.
( I i e v u e des Dense M o n d e s . )
f. vol. y firme: 274* 2 0 , 2 7 | , -J , cinco dieziseisavos , % y.
27 nueve dúziseisuvos á v. f. vol. á prima i , § , £ por 100
con cupones.
Inscripciones en el gran l i b r o á 4 por 100, 00.
T ít u l o s al portador d e l 4 p or 1 0 0 , 22 á 15 d. f. v o l. con
cu pones.
V ale s Picales no consolidados, 00.
Deuda negociable de 5 por 100 á p a p e l , 00.
Idem sin interés, 00.
Acciones d é l banco español de S. F e r n a n d o , 00.
CAMBIOS.
A lic a n te , 4 d.
Barcelona , ps. fs., ^ b.
B i lb a o , par.
Cádiz, i d.
Descuento de le tr as, á 6 p o r 100 al año.
J UN T A
DE
VENTAS
70, 44, 11, 25, 73.
E l premio de 2500 rs. vn. concedidos en cada extracción
¿ las huérfanas de m ilita re s , Guardias nacionales, y patriotas
que murieron en la g u e rra de la Independencia , y en la g l o ­
riosa lucha que sostenemos por los legítimos derechos de D o ­
ña Isabel i i y las libertades de la na ción, ha cabido en suer­
te con el p rim e r extracto de la de este dia á Doña Anasta ­
sia Carb acho, hija de D. C la u d io , M i li c ia n o nacional de O r g a z , muerto en el campo del honor.
B O LSA DE M A D R ID .
Cotización del 10 á las tres de la ta rd e.
EFECTOS
PÚBL ICO S.
Inscripciones en el gran lib ro á 5 por 1 0 0, 00.
Títulos al portador del 5 por 100 , 26J con cupones a)
c r i a d o : 27 , 26 quince dieziscisavos ,
2 7 | , £ y 2 7 i á v.
BIENES
de
IMPRENTA NACIONAL
NACIONALES.
COLECCION DE LEYES,
1840 .
Estado demostrativo de las fincas que la junta ba ad ju d ica ­
do en dicho mes á los mejores postores, según los re s u lta ­
dos de los remates; comprendiéndose también el total de
los meses anteriores, según está mandado.
Provincias.
! Número;
de fincas |
rústicas Valor en tasación.
y
Reales vellón.
urbanas.
A lm ería
A lican te
B arcelo na
C á d iz
Coruña
Córdoba
Cu e n ca ................
C iu d a d -R ea l.. .
G raiiáda
Gerona
G u a d a l a j a r a . . ..
H u es ca ................
H ü e l v a ................
Lugo
M ad rid
M u rcia
M á l a g a ...............
O r e n s e .................
Pam plona
Pal encía
S e villa ,
S antander
Salam anca
S e g o v ia
T o l e d o .................
V allad o lid
V i t o r i a ................
Z a m o r a ...............
12
i6
2
1
1
9
4
99*925
240,287
6 1 ,558
7 8 ,5 4 o
24 o
863 , 86 1
608,940
209,600
* 4 o , 5 oo
q4 o
2.807,400
48 , i 45..20
T. 233 ,202
93,600
144*390
3 12 ,6 2 7
9 3 3.718
52 , i 35
3 18 ,9 10
i . 656 , i o o
56 o ,221
5 7 7 , 3 io
40,120
687,800
112,082
3 . 8 i 5 ,o 65
2,700
487,400
142,200
1.o 49**43
5 * 3,537
38,700
i 3, 45 o
7 1 ,5 8 4
97 , 38 o
25 o , 166
4 * 9 *723
2 1 *^99
221,602
1.2 11 ,6 8 9
207,342
272,267
89,867
192,309
6 7,3 1 8
1 . 1 7 3 ,2 1 2
2,700
123,681
93 ,o 35
4 41* 17 7
267,226
* 9*496
13,282
4
10
26
91
3
i4
55
10
3
2
Y
REG LAM ENTO S
DEL
GOBIERNO
de J U N I O
de 1840-
Comprende esta los decretos, órdenes y circulares de
las direcciones generales expedidas durante dicho mes.
Se halla venal en el despacho de dicha imprenta
Nacional al precio de 3 rs. , tanto en rústica como eA
rama.
Se hallan de venta tomos encuadernados de las docé
entregas del año anterior, que forman el tomo 25 de la
colección, al precio de 31 rs. en rústica y 36 en pasta.
¡
!
B IB L IO G R A F IA #
LA ESPAÑA MARITIMA.
Serie de ártica los relativos á las ciencias y artes pvopiai
ó auxiliares déla Marina; á su parte militar,comercial,ad­
m inistrativa, histórica y anecdótica; al fomento de las di­
versas industrias que de ella dep en d en , con cuadros de
costumbres y escenas de la vida de mar.
.
.
.
.
Obra que se publica bajo la inmediata protección de S. M. lk
R e in a
Gobernadora*
!
¡
!
T o m o 11.=3 Cuaderno x i x .
A r t í c u l o s co ntenidos en este c u a d e r n o .
Estudios marítimos. =
avante sobre el ancla.
Maniobra. == M o d o
de v ira r paf
Indagaciones h is tó ric as .= S o b re la marina de los antiguos
griegos.
573 . 812 , 349 ** 6£ 1 2 45-549 *569 .. 1 4
Estado demostrativo de los capitales de for os , enfitéusis ó
arrendamientos anteriores al año de 18 00 , que en dicho
mes ha adjudicado la junta á los m ejores postores, según
los resultados de los remates.
Núm ero
de
censos.
Lugo
O r e n s e ........................
ORDENES
E n treg a
T o t a l de fin­
cas a d ju d ic a ­
das en el mes
de J u n io
55q
7.095,383
16.6947270-.20
Idem en los mei
ses a n te rio re s .. 30,874 566-716,966.. 6£ 12 28. 855 ,298-28
T o ta l de fincas
adjudicadas has­
ta fin de Junio
de 1840 ............. 31 , 43.3
REALES DECRETOS,
Y D E L A S D I R E C C IO N E S Y A U T O R I D A D E S SU PERIORES.
Idem en venta.
Reales vellón,
99*285
4**567
5 i 3 , 6 oo
67 I
9
8
68
68
2
22
7
21
17
N A C IO N A L .
E n la extr acción celebrada el dia 10 de A g osto han sali­
do agraciados los números siguientes:
DE
Ju n io
PRO V I N C IA S.
L O T E R IA P R IM IT IV A
?G o r u ñ a , 4 d.
G ran ad a, l f din. d.
M á l a g a , 4 d.
S a n t a n d e r , | b.
Santiago, l £ d.
S e v i ll a , | id.
V a l e n c i a , £ b.
Z a r a g o z a , \ papel d.
L on d res, á 90 dias, 38£.
P a r ís, 16-5.
enfermería de S. Francisco de esta ciudad, para establecer la
administración de Correos ,■ cu) o presupuesto asciende
25,179 rs. 10 mrs. v n .: los dtd convento de S. G abriel para la
Excma. diputación de esta p ro vincia , su secretaría , despa
cho del Sr. g efe p o lí t i c o , sección de policía y de contahilu
dad , s e cre taría, estancias de p orte ro s , contaduría do P ro_
pios y su a r c h iv o ; su presupuesto 56,740 rs. ; y los del con.
vento de Sta. Catalina para la colocación de las oficinas y de­
mas dependencias de la capitanía general de E x tr e m a d u ra ; .su
presupuesto 64,500 rs. : y señalándose para su remate el d¡a
15 del corriente mes en los estrados de esta intendencia, desde
las 12 de su mañana hasta las dos de la t a r d e , que si se ce­
lebrase no podrá llevarse á efecto sin que recaiga la superior
aprobación del G ob ie r n o; y que por el presente se llamen fi.
c ila d o r e s, á quienes en la escribanía del infrascrito podrá
manifestarse el p liego de condiciones. Dado en Badajoz á 2
de Agosto de 1840.— El marques de AIm enara .— P o r manda­
do de S. S . , F loren c io Sánchez Rastrollo.
1
23
V a l o r de su ca pi tallzacion.
Rs.
vo.
5,100
104,469..29
id. el de la venta.
Rs.
vn.
5,200
1 6 9 ,3 2 4 .. 32
T o t a l de foros a d ju ­
dicados en el mes
de J u n i o .................
24
Idem en los meses an­
te rio res
1,043
10.940,689..17 12.779,896.. 16
Idem hasta fin de
J u n io ........................
11.050,257.. 12 12.954,421.. 14
1,067
i0 9 ,5 6 9 ..2 9
SUBASTAS.
1 7 4 ,5 2 4 .. 32
t
D O N Juan P a b lo M a r tí n e z de H e r v a s , marques de A l m e ­
nara , intendente de la provincia de Badajoz , y subde­
lega do de Rentas 8fc. H a g o saber: que en cum plim iento de
la circ ular de 15 de M a r z o últim o de la junta superior de
colocación de oficinas en edificios del E s tad o, y por disposi­
ción de la de esta p r o v i n c i a , se ha resuelto la subasta de las
obras de los reparos mas indispensables en eí edificio de la
Variedades.=^=Escenas m a rít im a s .= E 1 paso del trópico. *
E xtr a ñ a navegación sobre un témpano de hielo.
!
N o tic ia s , invenciones, mejoras y descubrimientos. = Son­
das practicadas á una inmensa pro fundid ad . = N u e v a in-ititu*
cion de un cuerpo m il it ar de obreros mecánicos y calefactor
res para el serv icio de los buques de v a p o r en Francia. =*
N u e v o s detalles sobre el barco de vapor el A r q u i m e d e s í —Ei
M o t o r atm osférico: descubrimiento de un punto de apoyo íÁ
el a i r e . = N a valoi>a m a . = A tenas moderna.
P o r v e n i r de nuestra marina.
Continúa abierta la.suscripción á 3 rs. mensuales en Ma*- j
drid, y 4 en las provincias franco de porte.
|
Se suscribe en M a d r i d , l i b r e r í a ' d e B o i x , c a lle de Car**
r etas, núm. 8 , y en la antigua li b re r ía E x t r a n g e r a , calle dé
la M o n te r a , núm. 56.
!
TEATROS.
P R IN C IP E .
H o y no hay función.
N o t a . Se está ensayando para ponerse en escena á la ma*
y o r b reved ad la acreditada ópera en dos actos d e l maestro
B e l l i n i , titulada B e a t r i c c d i T e n d a .
O t r a . Igu alm ente se está ensayando , para efectuarse mny
en b r e v e , el interesante drama nuevo en tres actos, titulad»
EL M ULATO.
U n personage extr aord ina rio que.apareció en la corte de
Francia hácia los principias del reinado de Luis xvi.,inspiro
al autor francés la comedia cuya traducción presenta la empresa al público. L a recomiendan una acción llena de bif0
sostenido y siempre p ro gr e s ivo Ínteres , caracteres bien de­
lineados, y sobre todo situaciones verd ad era m ente origina!68»
formando un conjunto que la empresa ha c re id o capa/* d»
cautivar la pública ate n ció n, y de satisfacer las justas exigen­
cias de los aficionados al arte dramático.
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