Remolacha azucarera

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RED DE ALERTA E INFORMACIÓN FITOSANITARIA R.A.I.F.
CONSEJERÍA DE AGRICULTURA Y PESCA
Delegación Provincial de Sevilla
BALANCE FITOSANITARIO DEL CULTIVO DE LA REMOLACHA
CAMPAÑA 2010-2011
El desarrollo del cultivo ha transcurrido sin incidencias destacables, en
cuanto a meteorología se refiere. La precipitación media acumulada en las
zonas remolacheras ha sido de 685 mm (815 mm el año anterior). Estas lluvias
no han afectado negativamente al crecimiento de la planta en los primeros
estadíos, siendo baja la superficie que se ha tenido que resembrar este año (en
torno a un 0’8% de las parcelas).
El periodo de siembra transcurrió en su mayor parte desde mediados de
octubre a finales de noviembre, realizándose algunas siembras tardías a
principios de febrero. La mayor parte de ellas (38%) se realizaron durante la
segunda semana de noviembre. En las parcelas muestreadas, la distancia
entre líneas ha sido de 50 cm, con una profundidad media de la semilla de 2
cm en la mayoría de los casos, y en algunos de 1 a 5 cm. La densidad media
ha sido de 103.000 plantas por hectárea.
Predomina el riego por aspersión (68’6%), seguido del riego por
surcos(27’5%) y por pivotes (2’9%).
A mediados de febrero se presentaron lluvias en forma de granizo, y
aunque provocaron algunos daños en el cultivo, en este temprano estado
fenológico no afectaron negativamente a su desarrollo, si bien retrasaron algo
algunas parcelas.
Las intermitentes lluvias de primavera, propiciaron un rápido desarrollo
del cultivo, y también una buena asimilación de los abonados de cobertera. Por
otro lado crearon condiciones favorables para el desarrollo de cercospora
(Cercospora beticola), que este año ha sido el principal problema fitosanitario
del cultivo.
Se generalizan los riegos durante la primera quincena de abril, con la
ausencia de precipitaciones, adecuándose posteriormente según las lluvias y
necesidades del cultivo.
En cuanto a la recolección, su duración ha sido aproximadamente de 2
meses. Comenzó la segunda semana de Junio, y las últimas entregas en la
fábrica de Guadalete finalizaron el 15 de agosto. La producción media de las
parcelas muestreadas ha sido de 72.200 Kg/ha, superior a la anterior campaña.
En cuanto a la polaridad o riqueza, ha oscilado entre el 13’4 y el 21’1%, con
una media provincial del 16’8%. El descuento ha estado entre el 4 y el 29%,
con una media del 9’7%.
Para prevenir el ataque de gusanos de alambre (Agriotes spp.),
coincidiendo con la siembra del cultivo, se aplicaron insecticidas granulados en
el 46% de las parcelas de control.
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Con respecto a las capturas de adultos de cleonus (Temnorhinus
mendicus), es a mediados de marzo-principios de abril cuando se producen la
mayoría de ellas. El índice medio provincial alcanza un máximo de 0’13 adultos
por trampa y día en la segunda quincena de marzo. El nivel de daño de esta
plaga ha sido similar a otros años, superándose el umbral de 2 adultos por
trampa y día acumulados en el 12’3% de las parcelas muestreadas.
Se han realizado tratamientos químicos en el 5’9% de las parcelas. La
zona biológica con mayor presencia de la plaga ha sido Campiña de Utrera,
con un acumulado a final de campaña de 1’8 adultos por trampa y día.
La presencia significativa y más o menos generalizada de adultos de
lixus (Lixus junci y Lixus scabricollis) se registra durante la segunda quincena
de marzo, registrándose un primer máximo a principios de abril, con una media
provincial de cerca de 2’5 adultos por U.M. (Unidad de Muestreo).Comienza de
nuevo a subir a principios de mayo, hasta alcanzar a final de dicho mes una
media de 8’5. A mediados de junio se produce cierta subida de las poblaciones.
Las zonas con mayores niveles han sido Marismas de Las Cabezas,
Marismas de Lebrija y Los Palacios.
Esta campaña la incidencia ha sido ligeramente superior a las anteriores,
especialmente en verano.
Se han realizado tratamientos para su control en el 22% de las parcelas,
con una media de 0’25 tratamientos/parcela, principalmente entre mediados de
mayo y mediados de junio.
Con respecto a cásida (Cassida vittata), este año los niveles han sido
similares a los anteriores, aunque se han alcanzado los índices máximos en
fechas más tempranas de lo habitual, a principios de abril.
Hay que destacar el adelanto que ha experimentado la aparición y
desarrollo de este insecto, de casi un mes, probablemente influido por las
temperaturas altas de primavera. Los tratamientos por tanto, también han
tenido que realizarse antes este año.
Comienzan a alcanzarse los umbrales en las primeras parcelas hacia
finales de marzo. Se incrementan los niveles hasta un máximo provincial a
principios de abril, con una media provincial de 22 adultos y 35 huevos+larvas
por U.M. En mayo y principios de julio se producen repuntes en algunas zonas,
aunque con niveles inferiores. Durante esta campaña, se ha alcanzado el
umbral de 1 huevo+larvas/hoja en el 90% de las parcelas, y el de 2
adultos/planta en el 22%.
Se realizaron tratamientos químicos para su control en el 85% de las
parcelas, con una media de 1’48 tratamientos por parcela, ligeramente superior
a la campaña anterior. Esta es la plaga para la que habitualmente se realizan
más aplicaciones, y este año han supuesto el 60% de las aplicaciones
insecticidas, aproximadamente. Se han concentrado fundamentalmente a
primeros de abril y durante el mes de mayo.
En cuanto al pulgón negro (Aphis fabae), los niveles se han mantenido
muy bajos durante toda la campaña, sin plantear problemas en la mayoría de
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las parcelas. En la mayoría de las zonas los valores máximos de la campaña
se registran entre finales de abril y principios de mayo, con una media
provincial en torno a 1’4 colonias por U.M., destacando Aznalcázar, Las
Cabezas y Campiña de Lebrija con valores medios máximos entre 2 y 4
colonias por U.M. A partir del mediados de mayo, con el incremento de las
temperaturas, las poblaciones descienden progresivamente hasta final de
campaña, hasta valores muy bajos hacia mediados de junio.
Tan solo se ha superado el umbral de tratamiento en algunas parcelas
muy localizadas, Se realizaron tratamientos químicos para su control en el
2’5% de las parcelas (34% la campaña anterior), con una media de 0’03
tratamientos por parcela.
Referente a los auxiliares asociados esta plaga, cabe destacar la
presencia durante toda la campaña de larvas de Sírfidos, Coccinélidos y
Crisopas; Los máximos poblacionales se alcanzan durante el mes de mayo.
Se alcanza un primer máximo poblacional de noctuidos defoliadores
(Spodoptera spp) a mediados de mayo, con una media provincial de 7 larvas
pequeñas por U.M. Destacan en ese momento Aznalcázar con 20, y Los
Palacios y Marismas de Lebrija, en torno a 10 larvas pequeñas por U.M.
Se observa el segundo máximo a finales de junio, con una media de por
encima de 20 larvas pequeñas por U.M. Los mayores niveles se registraron en
Los Palacios y Marismas de Lebrija, con medias en torno a 30 larvas pequeñas
por U.M. Durante el mes de Julio se produce un aumento considerable de las
poblaciones en aquellas parcelas que quedan por recolectar.
A final de primavera habían superado el umbral el 28% de las parcelas.
En verano se superan los umbrales en el 11% de ellas.
Se ha realizado tratamiento químico contra esta plaga en el 24% de las
parcelas, con una media de 0’3 tratamientos por parcela, principalmente
durante el mes de junio.
Respecto a nemátodos (Heterodera schachtii), se realizó una valoración
puntual durante el mes de junio, detectándose su presencia en el 3’3% de las
parcelas muestreadas, con una media provincial del 0’2% de la superficie
afectada. En cuanto a Dytilenchus dipsaci, también se hizo una valoración
este año, detectándose síntomas en el 1’1% de las parcelas visitadas, con una
media provincial del 0’22% de superficie afectada.
La principal incidencia fitosanitaria esta campaña ha sido la cercospora
(Cercospora beticola), que ha encontrado este año condiciones favorables para
su desarrollo.
Es en Marzo cuando comienzan a alcanzarse niveles importantes.
Empieza este mes con una media provincial del 2% de hojas intermedias con
presencia y se alcanza el 10% aproximadamente a principios de mayo. Estos
niveles, que se pueden considerar medio-altos, se van incrementando hasta el
mes de junio, cuando se alcanza una media provincial del 18%.
Hay que destacar el rápido desarrollo y virulencia de esta enfermedad,
especialmente en los meses de mayo y junio, con frecuentes reinfecciones en
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la mayor parte de las parcelas. El abundante desarrollo vegetativo que ha
experimentado el cultivo este año (con agua abundante y temperaturas
favorables) ha contribuido a constituir un microclima propicio para el desarrollo
y dispersión de este hongo.
La incidencia ha sido alta en toda la provincia, y las zonas que han
alcanzado niveles más altos han sido Marismas de Las Cabezas y Campiña de
Utrera, que han alcanzado valores medios de hasta 30% a principios de junio.
Los primeros tratamientos se realizan durante la segunda quincena de
marzo, y los últimos a mediados de julio, aunque la mayor parte de ellos se dan
en el mes de mayo. Se ha tratado en casi el 100% de las parcelas. La media ha
sido de 2’23 tratamientos por parcela (1’9 la campaña anterior). Ha sido la
enfermedad para la que se han realizado más tratamientos.
En cuanto a la roya (Uromyces betae), se generaliza su presencia en la
provincia a mediados de mayo, aunque está presente en un reducido número
de parcelas, con índices muy bajos. Se alcanza el máximo provincial del 1% de
hojas intermedias con presencia a mediados de junio (4’8% la campaña
anterior). Desde ese momento los niveles descienden progresivamente,
coincidiendo con la subida de las temperaturas. La incidencia de esta
enfermedad ha sido muy reducida.
Se ha aplicado una media provincial de 0’008 tratamientos por parcela,
en el 0’84% de las parcelas. Estos valores son inferiores a los de la campaña
anterior.
La presencia de oidio (Erysiphe betae) ha sido muy baja este año, en
parte debido a los tratamientos para cercospora, que han controlado también
esta enfermedad. Las primeras hojas con presencia se detectaron a principios
de mayo, alcanzándose los máximos en junio por lo general, con un 0’25% de
plantas afectadas a nivel provincial. Las zonas con mayores índices han sido
Marismas de Las Cabezas, Campiña de Utrera y Los Palacios, que alcanzaron
máximos en torno al 0’4% a principios-mediados de junio.
Los tratamientos para su control se han efectuado entre mediados de
mayo y principios de junio. La media provincial ha sido de 0’06 tratamientos por
parcela, aplicándose éstos en el 6’3% de las parcelas.
Los primeros tumores de lepra (Physoderma leproides) en corona se
empezaron a observar a principios de abril, alcanzándose niveles máximos a
finales de mayo, con una media provincial del 1’5% de plantas afectadas,
índice muy inferior al de la campaña anterior. La zona biológica con mayor nivel
de daño de esta enfermedad ha sido Las Cabezas, donde se alcanzó, a
principios de junio, un 7’5% de plantas con tumores en corona, seguida de
Marismas de las Cabezas con un 2’5% a finales del mismo mes. El resto de las
zonas no han alcanzado el 2% en toda la campaña.
En referencia al esclerocio (Sclerotium rolfsii), los niveles de presencia
de este hongo han sido, por lo general, de poca importancia. Comenzaron los
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muestreos a principios de junio, y se observó presencia muy leve, con un
máximo provincial del 0’4% a mediados de dicho mes.
Las zonas biológicas con mayor nivel de presencia de esta enfermedad
han sido Las Cabezas y Campiña de utrera, donde se registraron máximos
entre 1’5 y 3% de superficie afectada, respectivamente. Se ha alcanzado el
10% de la superficie afectada tan solo en algunas parcelas, el 2’5% de las
muestreadas.
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