Desafíos geopolíticos de la región: AMAZONIA

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Cuaderno N°22
“Desafíos geopolíticos de la región:
Amazonia”
Prof. Bernardo Quagliotti
Fundación Vivián Trías
Cuaderno N°22
Desafíos geopolíticos de la región:
AMAZONIA
Prof. Bernardo Quagliotti
Introducción
Como el tema de la conferencia es bastante amplio, decidí concentrar mi
intervención en las acciones del Gobierno brasileño destinadas a promover la
seguridad y el desarrollo sustentable de la Amazonia, con énfasis en la cooperación
con nuestros vecinos de la región.
Algunos datos preliminares: la región Amazónica ocupa aproximadamente 7 millones
de km2 en la parte norte y central de América del Sur. La Amazonia representa el
61% de la extensión territorial brasileña.
La Floresta Amazónica es la mayor floresta tropical del mundo, con un área
aproximada de 5,5 millones de kilómetros cuadrados, de los cuales 60% son
brasileños. La Amazonia corresponde a 1/3 de las florestas tropicales de todo el
mundo.
La Floresta Amazónica es una gran reserva de diversidad biológica. De las 100 mil
especies de plantas existentes en América Latica, 30 mil están en la región.
Científicos estimas que existen entre 800.000 a 5 millones d especies viviendo en la
región, lo que representa del 15 al 30% de todas las especies del mundo.
Con la catalogación de nuevos peces de agua dulce por los naturistas, se calcula la
existencia de cerca de 3.000 tipos de peces en los lagos y ríos de Amazonia.
Se ubica, además, en la Región Amazónica la mayor cuenca hidrográfica del mundo,
con una extensión aproximada de 6 millones de kilómetros cuadrados.
Su principal río, el Amazonas, al desaguar en el Atlántico, lanza en torno a 175
millones de litros de agua por segundo, el equivalente al 20% del desagüe de todos
los ríos del planeta.
Se sabe que el agua dulce será, en el siglo XXI, un recurso tan valorizado como fue
el petróleo en el siglo XX. Ese dato es fundamental para evaluar la importancia
estratégica de la Amazonia y la necesidad de que los países que detentan soberanía
sobre sus recursos ejecuten sus políticas de forma integrada y responsable.
La Amazonia es, además, el lugar donde viven cerca de 30 millones de personas, de
las cuales 21 millones son brasileños. Este dato es importante para revertir una idea
muy propagada de que la región sería un gran santuario poco poblado.
Es un elemento más a ser tenido en cuenta en la definición de las metas de
desarrollo de la Amazonia: asegurar que la región ofrezca oportunidades de trabajo
y condiciones de vida dignas para su población.
Amazonia: cuestiones de soberanía
El aumento del interés internacional en la región y la creciente percepción de su
importancia estratégica reforzó las preocupaciones por parte de los países
amazónicos sobre la preservación de su soberanía sobre el área.
Esa cuestión, recientemente, se venía expresando por el riesgo de una pérdida de
control concreto del territorio para actores sin identidad de Estado (la guerrilla, el
narcotráfico), o por la perspectiva difusa de una “internacionalización de la
Amazonia”, a partir de una mala o insuficiente gestión de los Estados de la región.
En las propuestas relacionadas a la internacionalización del área, se utiliza el
argumento de que la Amazonia, por su alegada importancia para el medio ambiente
global, debería ser considerada un “patrimonio común de la humanidad”. Esta idea
representaría, obviamente, un cuestionamiento aceptable de las soberanías
nacionales de los Estados amazónicos.
Uno de los motivos a veces empleados para justificar la preocupación global en
torno de la Amazonia es el de que la floresta sería el “pulmón del mundo”. Un lugar
común equivocado que, aunque desacreditado pro la comunidad científica, todavía
produce ecos.
Para comenzar, la propia comparación con un pulmón es impropia, ya que el pulmón
consume, y no produce oxígeno.
Además, las florestas solo absorben gas carbónico en su proceso de crecimiento.
Por eso, en el Protocolo de Kyoto, solo cuentan créditos en el combate al efecto
invernadero los proyectos de reflorestación o plantación de nuevas florestas, pero no
aquellos que mantienen intactas las florestas ya existentes.
La idea del “pulmón del mundo”, por lo tanto, no tiene base científica alguna y trajo
muchos costos políticos a los países amazónicos.
La firma del Tratado de Cooperación Amazónica en 1978, representó un marco
importante en la reafirmación de la soberanía de los países amazónicos sobre los
recursos de la región.
Con esa iniciativa, se pretendía alejar cualquier intento de control internacional sobre
la Amazonia, asegurando un tratamiento regional a sus principales problemas.
Hablaré más adelante sobre el Tratado y su implementación en la actualidad.
Otro punto importante en la evolución del tema fue la Conferencia de Río, de 1992.
La declaración de Río afirmó que los Estados tienen l derecho soberano de explotar
sus propios recursos según sus propias políticas ambientales y de desarrollo.
Ese principio fue una importante conquista de los países en desarrollo y su
aplicación es de especial interés para los países amazónicos.
Aunque la soberanía de los países en desarrollo sobre sus recursos naturales sea
ampliamente respaldada por el Derecho Internacional, todavía se oyen
ocasionalmente voces que colocan en cuestión tales derechos.
En febrero de este año, una importante personalidad internacional hizo
declaraciones en ese sentido sobre la gestión de las florestas tropicales, sugiriendo
en un evento de la ONU que deberían ser consideradas un bien público mundial.
El Gobierno brasileño rechazó rápidamente tales declaraciones, entendiendo que las
mismas subestiman la capacidad de los países en desarrollo de gerenciar sus
recursos naturales de forma soberana y responsable.
Dichas declaraciones revelan que, aún entre personas con amplio acceso a la
información en el Primer Mundo, todavía es posible encontrar una visión
preconceptuosa sobre la materia.
Actualmente, el mantenimiento de la soberanía sobre la Amazonia se vincula sobre
todo a la nueva agenda de seguridad (narcotráfico, contrabando, actuación de
guerrillas en países vecinos), en torno de la cual fue pensado el primer complejo
operacional de seguridad de la Amazonia, el Sistema de Vigilancia de la Amazonia
(SIVAM), hoy incorporado al más abarcativo Sistema de Protección de la Amazonia
(SIPAM). Se retomó, de esa forma, una posición afirmativa del Estado en defensa de
la soberanía nacional.
Esa acción de defensa tiende a proteger a la Amazonia brasileña, con apoyo de toda
la sociedad, y de perfeccionar el sistema de vigilancia, control y defensa de las
fronteras, de las aguas jurisdiccionales, de la plataforma continental y del espacio
aéreo brasileño, así como de los tráficos marítimo y aéreo. Comentaré más adelante
ese importante proyecto brasileño en la región amazónica.
Cooperación internacional en la Amazonia: el TCA
El Gobierno brasileño es consciente de que es preciso trabajar conjuntamente con
sus vecinos amazónicos para la promoción de desarrollo sustentable en la región.
Ante la necesidad de institucionalizar y orientar la cooperación entre los países de la
Cuenca Amazónica, fue firmado en 1978 el Tratado de Cooperación Amazónica, del
cual forman parte todos los países de la región: Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador,
Guyana, Perú, Surinam y Venezuela.
La negociación del Tratado fue una iniciativa brasileña. El instrumento está en vigor
desde el 2 de agosto de 1980.
Una de las ideas fuerza del Tratado de Cooperación Amazónica, expresada en su
texto fundador y reiterada en declaraciones subsecuentes, es la de que corresponde
única y exclusivamente a los países amazónicos la responsabilidad en el desarrollo
y en la protección de la región.
De vasto contenido, las disposiciones del Tratado alcanzan, entre otros, los
siguientes temas:
• la navegación en los ríos amazónicos;
• la utilización racional de los recursos hídricos;
• el aprovechamiento planeado de la fauna y flora, a fin de mantener el
equilibrio ecológico;
• la cooperación técnica;
• la creación de una infraestructura física;
• y la cooperación en la planificación turística.
El carácter temporario y la rotatividad del secretariado – la Secretaría Pro Tempore –
fueron considerados adecuados y deseables en las fases iniciales del Tratado.
A partir de 1989, entretanto, se comenzó a pensar en la posibilidad de darle carácter
permanente, lo que permitiría un acompañamiento más eficiente de acciones y
programas, al mismo tiempo en que se lograría mayor efectividad en la captación de
recursos internacionales.
En ese sentido, en 1995, con vistas a fortalecer institucionalmente el Tratado, los
cancilleres de los ocho países, reunidos en Lima, decidieron crear un organismo
internacional con personalidad jurídica: la Organización del Tratado de Cooperación
Amazónica (OTCA).
Decidida la creación de la OTCA e instalada su Secretaría Permanente en Brasilia,
desde enero de 2003, los Estados miembros comenzaron a desembolsar sus
respectivas contribuciones que constituirán un fondo estable, el cual permitirá el
funcionamiento continuado de las instituciones del Tratado y representará
contraparte definida y permanente para la cooperación extra-regional.
La personalidad jurídica de que está investida la Secretaría Permanente le faculta la
celebración de acuerdos internacionales con otras organizaciones y Gobiernos.
La Secretaría Permanente fue montada con un pequeño equipo de funcionarios
administrativos y técnicos, con el fin de evitar la creación de una burocracia que
tienda a buscar formas de justificarse a sí misma.
Su estructura fue establecida por las instancias colectivas del Tratado, la cual debe
reportarse. Las relaciones de la organización con el país anfitrión serán regidas por
un acuerdo con el Gobierno brasileño.
Desde el inicio de sus actividades, la OTCA ha avanzado rápidamente en su
proceso de consolidación como organismo internacional.
Actualmente ya se encuentran en diferentes etapas de desarrollo los siguientes
proyectos y programas:
•
•
en el área de salud, la Red de Vigilancia Epidemiológica para la Amazonia y
las Acciones Conjuntas para el Combate a la Malaria;
y en el área de medio ambiente, el Proceso de Tarapoto de Criterios e
Indicadores de Sustentabilidad de la Floresta Amazónica, apoyado por el Foro
de las Naciones Unidas sobre Florestas.
Cabe esperar que el Tratado de Cooperación Amazónica, madurado y convertido
en organismo internacional, entre en su fase más provechosa. El momento es
propicio para estimular la reflexión y el debate, tanto en el plano interno, como en
el regional, sobre lo que esperamos de ese instrumento.
Brasil verificará, en colaboración con sus socios, lo que debe ser preservado, que
trayectorias deben ser corregidas, que programas de acción podrá desarrollar el
primer organismo amazónico y sudamericano que solo hace poco dio sus
primeros pasos en el escenario internacional.
El 9 de setiembre de 2004, se celebró en Manaos la primera Cumbre de los
Cancilleres de la OTCA. En la reunión, fue aprobado el Plan Estratégico 2004 –
2012, que responde a los desafíos del desarrollo sustentable de la Amazonia
Continental y será la “carta de navegación política” de la Secretaría Permanente.
El Plan Estratégico está articulado en cuatro ejes:
1. Conservación y Uso Sustentable de los Recursos Naturales Renovables.
2. Gestión del Conocimiento e Intercambio Tecnológico.
3. Integración y Competitividad Regional.
4. Fortalecimiento Institucional.
Los países miembros de la OTCA son conscientes de la importancia del agua
como recurso estratégico bajo la responsabilidad de sus Gobiernos. En ese
contexto, el Plan Estratégico atribuye elevada prioridad a la gestión de los
recursos hídricos.
Están previstas en el Plan dos acciones principales relacionadas con el agua:
• La gestión integrada de cuencas hidrográficas y recursos hidribiológicos.
• Y el establecimiento de una convención marco sobre medidas para prevenir la
polución de los ríos amazónicos.
La Reunión de Cancilleres fue una demostración de la importancia de la OTCA,
que se afirma como la entidad capaz de concentrar y buscar la armonización de
las políticas públicas para la Amazonia.
Fue una muestra también del apoyo político de los Gobiernos a la Organización y
al nuevo papel que la OTCA debe jugar en la integración de los países
amazónicos.
La cooperación internacional en el ámbito de la Amazonia tiene en el TCA su
principal vector, pero no se limita a él. Comprende también las iniciativas
relativas a la integración sudamericana, tanto en el plano bilateral como
multilateral.
En ese sentido, el Gobierno brasileño ha implementado una serie de iniciativas
conjuntas. Particular atención han recibido los proyectos de integración vial y
energética, esenciales para dinamizar las economías regionales.
La cooperación en el área fronteriza también constituye una prioridad,
comprendiendo esfuerzos a nivel nacional y local de los diversos países,
volcados a la satisfacción de las necesidades de las poblaciones locales.
Merece atención la etapa avanzada en que se encuentra la cooperación en la
frontera con Colombia (Tabatinga – Leticia).
No podemos olvidarnos de que la cooperación fronteriza con Uruguay es el
modelo que seguimos para el resto del país.
Se ha buscado, también, un mayor compromiso de participación de los sectores
privados y de la sociedad civil en el proceso de aproximación entre Brasil y sus
vecinos amazónicos.
Existe total complementariedad entre el proceso de integración sudamericana y
las actividades de la OTCA. En la Reunión de Cusco, del 8 de diciembre de
2004, en la que fueron lanzadas las bases de la Comunidad Sudamericana de
naciones, la OTCA fue incluida entre los organismos que contribuirán para el
desarrollo de la CASA (Comunidad Amazónica Sudamericana).
Me gustaría recordar que, en discurso dado en la inauguración de la nueva sede
de la OTCA en Brasilia, el Canciller Celso Amorin saludó la presencia de
Embajadores de otros países de América del Sur y señaló la importancia de que
todos los países del continente puedan participar de las actividades del TCA.
Recordó que las diferentes cuencas hidrográficas y ecosistemas de América del
Sur se comunican y la participación de los países del Cono Sur solo podrá
enriquecer las actividades desarrolladas en el ámbito del TCA.
La política brasileña de defensa de la Amazonia
La defensa de la Amazonia es prioritaria para Brasil. Es allá donde se
manifiestan las más preocupantes amenazas a la estabilidad de nuestra región.
Aunque no existan conflictos militares de naturaleza interestatal, los crímenes
transfronterizos presentan los mayores desafíos para la seguridad de Brasil.
Por esa razón, hemos intensificado la cooperación con los vecinos amazónicos,
especialmente en lo que se refiere al control de frontera. Firmamos con varios de
ellos acuerdos que crean una estructura jurídica más adecuada para esa
cooperación.
El Gobierno brasileño está convencido de que las acciones de defensa en la
Amazonia, en especial el control del tráfico aéreo, serán más eficaces en la
medida en que los diferentes países del área utilicen un mismo sistema integrado
de protección y vigilancia.
Estamos estudiando, por eso, medios que permitan a los Gobiernos
sudamericanos interesados tener acceso progresivo a los resultados del Sistema
de Vigilancia de la Amazonia, sobre el cual hablaré en detalle más adelante. Con
algunos países, como el Perú, ese proceso viene avanzando considerablemente.
La prioridad que atribuimos a la defensa de la Amazonia gana contornos
concretos con diversas iniciativas: sociedad de defensa con países vecinos, la
transferencia de una unidad militar para la región de la “Cabeza de Cachorro”, y
la opción por realizar en la Amazonia nuestros grandes ejercicios militares
combinados.
Pero no podemos olvidar que, cuando se trata de la Amazonia, los elementos en
cuestión no son apenas político – militares, sino también económicos, sociales y
ambientales. Por ese motivo, el Ministerio de Defensa está articulando la
implementación de acciones dirigidas a la defensa de la región, con varios
órganos del Gobierno que tienen interés directo en la Amazonia.
El Gobierno busca además involucrar al sector privado en la causa mayor de
celar por la Amazonia y por su desarrollo integrado, sustentable y estratégico. La
tarea de protección de aquella vasta región es especialmente compleja y puede y
debe involucrar a múltiples sectores.
Es importante resaltas que las Fuerzas Armadas cumplen un papel social
fundamental en la Amazonia, además, es claro, de su tradicional función en el
campo de la defensa.
No sería exagerado afirmar que, en determinadas áreas de nuestro territorio, el
Estado apenas actúa de forma concreta por medio de sus Fuerzas Armadas. Hay
considerables zonas de la Amazonia brasileña en las cuales, si no fuese por la
Marina, el Ejército y la Aeronáutica, no serían ofrecidos, a los ciudadanos
brasileños que en ellas viven, servicios como saneamiento básico, salud y
educación.
Proyecto SIPAM
El sistema de protección de la Amazonia – SIPAM – fue creado para integrar
informaciones y generar conocimientos actualizados para articulación,
planeamiento y coordinación de acciones globales de Gobierno en la Amazonia
Legal Brasileña.
Él representa la evolución del Sistema de Vigilancia de la Amazonia (SIVAM),
ampliándose el concepto inicial de vigilancia por el de protección.
Sus objetivos mayores son, además de la protección, la inclusión social y el
desarrollo sustentable de la región.
Para ello, el sistema utiliza datos generados por una compleja infraestructura
tecnológica, compuesta por subsistemas integrados de sensores remotos,
radares, estaciones meteorológicas y plataformas de recolección de datos,
instalada en la región. Gracias a ese aparato, el Sistema de Protección de la
Amazonia es capaz de promover el completo monitoreo de la región y producir
informaciones en tiempo próximo al real.
A partir de la integración de las informaciones y de la generación del
conocimiento actualizado por el Sistema de Protección de la Amazonia, cada
órgano socio puede planear con seguridad su actuación en campo, contando con
el apoyo del SIPAM también en el monitoreo y control de operaciones.
La red de telecomunicaciones viabiliza a los órganos socios la transmisión de las
informaciones, que pueden ser por vía telefónica, fax o internet con todos sus
puestos y escritorios, agilizando y acompañando la ejecución de acciones.
Las prefecturas más aisladas, por ejemplo, por medio de la Terminal Usuario,
tener facilitada la ejecución de programas de Gobierno en las diversas áreas,
como salud, educación, medio ambiente, registro e implantación de programas
sociales.
A partir de una Terminal Usuario localizada en cualquier punto de la Amazonia,
cualquier usuario puede comunicarse directamente con el Servicio de Atención al
Usuario del SIPAM. Ese servicio recibe y atiende las solicitudes, encamina
sugestiones, críticas y denuncias que vengan de los órganos socios o del
ciudadano común.
¿Quién puede utilizar el SIPAM? El Sistema coloca sus servicios e infraestructura
a disposición de todas las organizaciones que actúan en la región y también de
cualquier ciudadano que de ella precise hacer uso.
Como objetivos específicos el SIPAM busca contribuir con los órganos socios,
los estados y municipios de la Amazonia Legal en temas como:
• control de la desforestación;
• combate a la biopiratería;
• la protección de los parques nacionales;
• combate al narcotráfico;
• monitoreo de la ocupación y uso del suelo;
• la protección de las reservas indígenas;
• la defensa de las áreas de frontera;
• la protección de los recursos minerales estratégicos;
• la implantación e implementación de programas de salud, educación e
inclusión social para las poblaciones amazónicas;
El SIPAM cumple además otras funciones relevantes, incluyendo:
• observar y divulgar las condiciones meteorológicas;
• auxiliar el trabajo de la Defensa Civil;
• facilitar las comunicaciones en áreas remotas;
•
•
•
•
apoyar las actividades de investigación en la región;
poner a disposición de la población brasileña informaciones actualizadas
sobre la región amazónica;
Promover el intercambio entre instituciones gubernamentales y no
gubernamentales, actuantes en la Amazonia Legal brasileña, mediante
recolección e intercambio de informaciones, conocimiento e infraestructura,
contribuyendo para el cumplimiento de las políticas públicas en la región;
Apoyar la integración de los países de la Cuenca Amazónica, posibilitando la
formación de un cinturón de defensa ambiental de América del Sur.
¿Como funciona el SIPAM? Además de ser alimentado permanentemente por
los datos generados por sensores, el SIPAM actualiza su banco de datos de
forma integrada con los órganos socios, que al mismo tiempo en que tienen
acceso a las informaciones necesarias, actúan orientando y auditando, para la
efectividad de las acciones y el enriquecimiento del proceso.
Esa transversalidad es el principal diferencial del Sistema de Protección de la
Amazonia y hace de el un moderno e innovador sistema de recolección,
almacenamiento y tratamiento de datos, que permite el funcionamiento articulado
e integrado de las diversas instituciones gubernamentales, en todas sus
instancias federal, estadual y municipal.
La recolección, visualización, tratamiento de los datos y la planificación de las
acciones son procesadas en los Centros Técnicos y Operacionales del SIPAM,
localizados en Belém, Manaus y Porto Velho y son sintetizados en el Centro de
Coordinación General, en Brasilia.
Para la difusión de las informaciones, el SIPAM cuenta con una red de
telecomunicaciones que tiene instalados más de setecientas (700) Terminales
Usuarios en operación en los nueve estados de la Amazonia Legal.
Entre los participantes del proyecto en el Gobierno brasileño figuran el Instituto
Nacional de Meteorología (INMET), el Instituto Brasileño de Geografía y
Estadísticas (IBGE), el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos
Naturales renovales (IBAMA), el Instituto Nacional de Investigaciones Especiales
(INPE), el Departamento de Policía Federal (DPF), la Fundación Nacional del
Indio (FUNAI) y unidades de la Marina, Ejército y Aeronáutica, incluyendo los
Pelotones Especiales de Frontera (PEF).
El Gobierno brasileño es consciente de que los problemas de la Amazonia deben
ser enfrentados conjuntamente por todos los países de la región. En ese
contexto, Brasil está negociando la posibilidad de que los países amazónicos
tengan acceso progresivo a las informaciones recogidas por el SIVAN/SIPAM.
Con Perú, fue firmado en agosto de 2003 en Memorando de Entendimiento sobre
Cooperación en Materia de Protección y Vigilancia de la Amazonia. El texto
establece los mecanismos que permitirán el acceso progresivo de Perú a los
datos generados por los sistemas de Protección y Vigilancia de la Amazonia.
En contrapartida, el Gobierno peruano deberá adquirir progresivamente los
medios tecnológicos y logísticos necesarios para la utilización de los datos
relacionados con el control y preservación del medio ambiente, vigilancia
metereológica, climatológica y territorial.
El Memorando ya cumplió los trámites internos de aprobación en el Perú y
encuentra a examen en el Congreso brasileño.
Brasil ya inició la discusión del tema del acceso progresivo a las informaciones
del SIVAM/SIPAM con todos los demás países amazónicos.
La cooperación de Brasil con los países amazónicos relacionada al SIPAM no se
limita al acceso a informaciones, sino que involucra también la capacitación de
recursos humanos.
Brasil también viene discutiendo con los países de la región, en especial
Colombia y Venezuela, la posibilidad de cooperación en el monitoreo de las
cuencas hidrográficas. Esta tarea involucraría, de la parte brasileña, el SIPAM y
la Agencia Nacional de Aguas.
SUDAM y Programa Fronteras
El desarrollo de la región Amazónica es uno de los mayores desafíos enfrentados
históricamente por el Estado brasileño.
Vale la pena recordar que, en el inicio del siglo XX, en el auge del ciclo de la
goma, fueron demarcadas las fronteras de la Amazonia, que entonces constituía
una región demográficamente vacía.
Pasada esta fase, la región volvió a caer e el olvido, hasta que durante el
régimen militar, frente a rumores sobre proyectos de internacionalización del
área, fueron hechos diversos intentos de inducción de desarrollo, yendo desde la
ocupación por la presencia militar, pasando por proyectos agroindustriales de
colonización, hasta el establecimiento de una zona franca en Manaos. Esas
iniciativas no siempre tuvieron resultados satisfactorios.
El Gobierno del Presidente Lula procuró retomar la planificación nacional del
desarrollo regional y de la gestión compartida del territorio brasileño.
La política de desarrollo regional del Gobierno brasileño confiere énfasis al
Nordeste, por su déficit social, y a la Amazonia, por su importancia estratégica.
En ese contexto, fue reactivada en agosto de 2003 la Superintendencia de
Desarrollo de la Amazonia (SUDAM).
El objetivo central de la SUDAM es promover el desarrollo incluyente y
sustentable de la Amazonia y la integración competitiva de la base productiva
regional en le economía nacional e internacional.
La filosofía de la nueva SUDAM democratiza las decisiones y privilegia la
transparencia, evitando la superposición de atribuciones y de poderes.
Parte del presupuesto de que, como afirmó el Presidente Lula en el discurso de
reactivación del organismo, la diversidad regional es una oportunidad, no un
problema. Ignorarla sería desperdiciar uno de los principales activos de un país
continental como el nuestro.
La industria, el comercio, el turismo, el agronegocio, la agricultura familiar, las
actividades artesanales – todo eso puede y debe expandir en la Amazonia,
ganando escala y competitividad, de modo ambientalmente sustentable.
Otro importante proyecto de desarrollo en la Amazonia es el Programa Fronteras,
de responsabilidad del Ministerio de Defensa. El programa se destina a fomentar
la investigación científica en la región.
Desde el inicio, participan de la iniciativa los Ministerios de Ciencia y Tecnología
y de la Integración Nacional, además de las Universidades Federales de Minas
Gerais, de Pará y Río de Janeiro, recientemente, se sumaron al emprendimiento
los Ministerio de Educación y de Medio Ambiente.
El punto fuerte del programa corresponde a la posibilidad de pronta utilización,
por parte de los investigadores, de la experiencia y de las instalaciones de
nuestras Fuerzas Armadas en la región, así como de la capacidad técnica y
financiera del BNDES.
Al llevar a cabo el Programa Fronteras, el Gobierno brasileño tiene presente que
la escasez de conocimientos confiables han reducido la capacidad de actuación,
en el espacio amazónico, de agentes públicos y privados, en nítido detrimento de
las poblaciones locales y del Brasil como un todo.
De forma más amplia, Brasil reconoce que es preciso que la Amazonia deje de
ser ejemplo de varias contradicciones que todavía caracterizan a la sociedad
brasileña, contradicciones manifiestas en flagrantes injusticias sociales que, no
es raro, se transforman en problemas de seguridad.
En ese sentido, el Programa Fronteras se desdobla en tres objetivos principales:
• unir esfuerzos para producir conocimiento confiable desde el punto de vista
científico y tecnológico en áreas de investigación seleccionadas;
• formar recursos humanos en la Amazonia, evitándose la “evasión de
cerebros”;
• y colaborar para el desarrollo sustentable y para la seguridad de la región,
promoviendo la articulación de agentes productivos y generando beneficios
sociales para las poblaciones locales.
Entre las áreas de investigación seleccionadas en el ámbito del programa, se
destacan la biodiversidad, la biotecnología, los recursos hídricos y el medio
ambiente.
Sabemos que ya se realizaron y que continúan realizándose investigaciones
confiables sobre temas como esos. Con el fin de evitar duplicación de esfuerzos,
tendremos la constante preocupación de tomar en cuenta las iniciativas ya
existentes.
Por intermedio del Programa Fronteras, al mismo tiempo en que estableceremos
proyectos nuevos, buscaremos sistematizar las acciones en curso, siempre en
pro de la meta mayor de garantizar el desarrollo sustentable de la Amazonia.
Al racionalizar y compartir los escasos recursos disponibles, el Gobierno Lula
trabaja para crecientemente integrar a la Amazonia brasileña al conjunto del país.
Con planificación estratégica, conocimiento científico, desarrollo económico y
social y sociedades diversificadas, estaremos no solo explotando el inmenso
potencial de la región Amazónica, sino también habilitándonos para defenderla
mejor.
Conclusión
Como indiqué, el tema de esta exposición es amplio y sería imposible, en este
corto espacio de tiempo, agotar todos los temas relacionados a la Amazonia y
todas las iniciativas de Brasil para asegurar la protección y el desarrollo
sustentable de esa región.
Creo que podría resumir mi intervención con la siguiente idea: Brasil tiene
conciencia de la enorme responsabilidad que representa el ejercicio de su
soberanía sobre la Amazonia y no está de brazos cruzados delante de esa
misión.
Estado y sociedad civil están actuando en busca del justo equilibrio entre la
protección de los recursos naturales y la promoción del desarrollo económico y
social de la Amazonia, recordando que ese es el hogar de 21 millones de
brasileños que aspiran a una vida digna y segura.
Brasil sabe que la cooperación con los países amazónicos es una pieza
fundamental de su política para la región. Estamos trabajando intensamente
dentro de la OTCA y en nuestros contactos bilaterales con Bolivia, Colombia,
Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela.
El momento político actual, en que toma impulso la integración sudamericana,
ofrece excelentes condiciones para que esa cooperación fortalezca.
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