EL SIDA EN CHILE

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SIDA-CHILE: Progresos en tratamiento, desafíos en prevención
Por Daniela Estrada
Desde que detectó en 1984 el primer caso de VIH/SIDA en su territorio, Chile ha
dado importantes pasos a nivel sanitario para frenar la expansión de esta pandemia.
No obstante, aún tiene grandes desafíos en materia de prevención, plantean diversos
actores.
El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), causante del Síndrome de
Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), se trasmite por la vía sexual, sanguínea y
perinatal y destruye de forma progresiva el Sistema Inmunológico de las personas.
Las primeras notificaciones recayeron en seis hombres de entre 27 y 42 años y en
1985 se diagnosticó a la primera mujer.
Según las últimas estadísticas del Ministerio de Salud de Chile, entre 1984 y 2005
murieron 5.288 personas a causa del SIDA, 88 por ciento de las cuales eran
hombres.
Hasta el 31 diciembre 2006 se habían notificado 17.235 casos de VIH o SIDA, pero
se estima que actualmente unas 60.000 personas son portadoras del virus en todo el
país. La principal vía de contagio es la sexual.
La tasa de mortalidad experimentó un aumento progresivo hasta 2001, cuando
alcanzó 3,6 por 100.000 habitantes. Pero entre 2002 y 2005 la mortalidad ha
mostrado un descenso sostenido, llegando a 2,4 por 100.000 habitantes en 2005.
En una primera etapa, las organizaciones sociales, principalmente de minorías
sexuales, jugaron un rol fundamental en la sensibilización de la población en general
y en la prevención en los grupos de riesgo.
En 1991, se promulgó la ley 19.779, conocida como Ley del SIDA y modificada en
noviembre de 2005, que regula aspectos como la prevención, diagnóstico,
investigación, atención de salud y no discriminación.
El artículo número 1 de esa normativa indica que "La prevención, diagnóstico y
control de la infección provocada por el VIH, como la asistencia y el libre e igualitario
ejercicio de sus derechos por parte de las personas portadoras y enfermas, sin
discriminaciones de ninguna índole, constituyen un objetivo sanitario, cultural y
social de interés nacional".
Agrega que "corresponde al Estado la elaboración de las políticas que propendan
hacia dichos objetivos, procurando impedir y controlar la extensión de esta
pandemia, así como disminuir su impacto psicológico, económico y social en la
población".
Uno de los principales avances registrados en Chile en materia de VIH/SIDA es el
acceso universal al tratamiento antiretroviral (TARV), iniciado en 1993. Primero se
trató de monoterapias, en 1996 se incorporaron las biterapias y en 1999 las
triterapias.
El primero de junio de 2003, el sistema público de salud comenzó a cubrir el 100 por
ciento del TARV, gracias a recursos nacionales y el aporte del Fondo Global de Lucha
contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria, que en 2003 entregó 39 millones de
dólares al país para ser gastados hasta 2008.
A partir de 2005, el TARV es financiado íntegramente con dineros nacionales, puesto
que el VIH/SIDA se incluyó entre las patologías garantizadas por el llamado Plan
Auge, un programa gubernamental que aspira a terminar con la discriminación en
instituciones públicas y privadas de salud.
La Comisión Nacional del Sida (Conasida), dependiente del Ministerio de Salud, fue
creada en 1990 como encargada de la elaboración, planificación y ejecución del
Programa de Prevención y Control del SIDA en Chile.
En este contexto, Conasida desarrolló una Estrategia Integral de Atención a personas
viviendo con VIH, donde se inserta el Protocolo de Prevención de la Transmisión
Vertical, que asegura tratamiento a todas las mujeres embarazadas portadoras del
virus.
Sin embargo, organizaciones no gubernamentales como Vivo Positivo ha denunciado
que mujeres viviendo con VIH han sido esterilizadas sin su consentimiento en
centros públicos de salud. Esto ha originado procesos judiciales que buscan
determinar responsabilidades.
En cuanto a la prevención, entre 1991 y 2006 Conasida ha desarrollado ocho
campañas nacionales, transmitidas por una gran cantidad de medios masivos como
televisión abierta y por cable, radios satelitales, locales y comunitarias, prensa
escrita y vía pública.
Desde el año 2003, gracias al aporte del Fondo Global de Lucha contra el SIDA, se
aplicó una nueva modalidad de gestión participativa en el diseño, producción,
emisión y evaluación de estas campañas de prevención.
Las principales entidades no gubernamentales consultadas para estos efectos son la
Asamblea de Organizaciones con Trabajo en VIH/SIDA (ASOSIDA) y la Coordinadora
Nacional de Personas Viviendo con VIH/SIDA (Vivo Positivo).
En general, las organizaciones dedicadas a la prevención de esta pandemia critican la
postura de la Iglesia Católica y los canales de televisión conservadores que censuran
las campañas gubernamentales por publicitar el condón como el más eficaz método
de protección.
Asimismo, emplazan al gobierno a avanzar en postergadas materias como la
educación sexual y los derechos sexuales y reproductivos, teniendo sobre todo en
cuenta el fenómeno de "feminización" de la epidemia.
El no gubernamental Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh)
también ha planteando reparos a la forma como se han distribuido los recursos
fiscales disponibles para los grupos de la sociedad civil que quieren trabajar en
prevención.
Pese a defender los intereses de las minorías sexuales, el Movilh critica el hecho de
que los dineros se hayan dirigido mayoritariamente a estos grupos y no lo suficiente
a instituciones que trabajan con jóvenes y mujeres heterosexuales, donde más
avanza la pandemia.
Lamentablemente, este año el VIH/SIDA ha estado en la agenda pública por una
noticia negativa: el descubrimiento de irregularidades en el uso de los recursos
entregados por el Fondo Global de Lucha contra el Sida, que están siendo
investigadas por los tribunales de justicia.
De los 39 millones de dólares entregados al país en 2003, el gobierno sólo utilizó 31,
ya que en 2005 empezó a financiar íntegramente el TARV. Para poder ocupar el
saldo de ocho millones de dólares, el Fondo debe aprobar el nuevo proyecto
presentado por gobierno. Hasta el momento no hay noticias de ello.
De todas maneras, el Fondo anunció que Chile no podrá postular a la nueva
convocatoria que se abrirá en 2009 por no haber entregado estudios acabados sobre
su nivel de carga de enfermedad.
(FIN)
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