Cáritas, Identidad y Misión

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Diocesana de
Córdoba
Cáritas,
Identidad y Misión
FORMACIÓN
PARA LAS
CARITAS
PARROQUIALES
CURSO 08-09
Presentación
Como cada año, Cáritas ofrece un cauce de formación doctrinal para todos los grupos
parroquiales de Cáritas. Nuestra propuesta quiere ser una formación sencilla pero profunda, que
nos ayude a todos a interiorizar y a poner en práctica la llamada que hemos recibido del Señor:
servir a los más pobres.
Desde Cáritas asumimos esta tarea con ilusión y responsabilidad, conscientes de la necesidad
de una permanente formación técnica, impregnada de humanidad y cordialidad, junto con una
formación del corazón, ambas imprescindibles para ayudar de manera adecuada y a la vez con
“una atención que sale del corazón”
Este curso, respondiendo al deseo que muchos nos habéis expresado, la formación consta de
un primer bloque, centrado en la ponencia que nuestro Sr. Obispo nos dirigió en la V Asamblea
Diocesana: “Cáritas, identidad y misión”, sin duda que será una reflexión provechosa y
enriquecedora para todos, además de un cauce importante de comunión eclesial. En esta misma
línea de nuestra identidad, nos ha parecido esencial indicar en un segundo bloque, los distintos
niveles de Cáritas en nuestra diócesis, y finalizar concretando las conclusiones y líneas prioritarias
propuestas por los grupos de trabajo de la Asamblea Diocesana.
Deseamos también, que esta propuesta formativa de Cáritas, sea un nexo vivo de comunión
con el nuevo Plan pastoral de nuestra diócesis, centrado en la Eucaristía y Caridad, “en el que
Cáritas tiene mucho que decir, teniendo en cuenta la situación de nuestra Diócesis, el sufrimiento
y la pobreza de tantos hermanos nuestros, para hacer más eficaz nuestra diaconía de la caridad”.
Eucaristía y Caridad, constituyen la expresión sacramental de “Dios que es amor”.
Encomendamos el fruto de todo nuestro trabajo en este curso a la Virgen, Madre de
los pobres.
Manuel Mª Hinojosa Petit
Delegado Diocesano
Deus Caritas est, 3 a
D. Juan Jose Asenjo Peregrina. Ponencia V Asamblea Diocesana de Cáritas. Punto 10
C O N T E N I D O S :
I PARTE:
REFLEXIÓN SOBRE LA PONENCIA DE LA V ASAMBLEA DIOCESANA DE CARITAS
. Cáritas, Identidad y Misión
. Cuestionario de trabajo
(D. Juan José Asenjo Pelegrina)
II PARTE:
CARITAS EN LA DIOCESIS EN SUS DISTINTOS NIVELES
.
.
3.
4.
Cáritas Parroquial
Cáritas Interparroquial
Cáritas Diocesana
Cuestionario de trabajo
III PARTE:
CONCLUSIONES DE LOS TRABAJOS DE GRUPOS
DE LA V ASAMBLEA DIOCESANA DE CARITAS
.
.
3.
4.
En torno a la comunión eclesial
En torno a la renovación eclesial
En torno a la misión eclesial
Cuestionario de trabajo
I PARTE:
REFLEXIÓN SOBRE LA PONENCIA
DE LA V ASAMBLEA DIOCESANA DE CARITAS
(D. Juan José Asenjo Pelegrina)
. Cáritas, Identidad y Misión
. Cuestionario de trabajo
CARITAS, IDENTIDAD Y MISIÓN
Asamblea de Cáritas Diocesana
Córdoba, 16/02/2008
. Cáritas y el ministerio del Obispo
Comienzo mi intervención saludando muy cordialmente al Delegado Episcopal de Cáritas Diocesana,
D. Manuel Hinojosa, a la Directora, Dña. Maria Dolores Vallecillo, al Secretario General, D. Manuel
González, a los sacerdotes, a los técnicos, a los responsables de las Cáritas Parroquiales y a todos
los voluntarios que participáis en esta Asamblea. Quiero manifestaros ya de entrada mi afecto
fraterno y mi admiración, aprecio y gratitud por la hermosa tarea que realizáis, tan enraizada
en la entraña del cristianismo. Os aseguro que es para mí un gozo grande este encuentro. Pocas
realidades diocesanas están tan ligadas al ministerio del Obispo como Cáritas, que aunque tiene
poco más de cincuenta años, de una forma u otra, con un nombre u otro, bajo una modalidad u
otra, ha estado siempre presente en la vida de la Iglesia, pues el ejercicio de la caridad pertenece
a su corazón y a su esencia más profunda.
En la antigüedad cristiana, el ejercicio de la caridad no se entendía al margen del Obispo. Por
ello, estaba institucionalizado, reglado y centralizado, hasta el punto de que no existía la caridad
individual. Los fieles entregaban sus limosnas al Obispo, quien a través de los diáconos, las distribuía
a los pobres. El ejercicio de la caridad individual se consideraba como una ofensa al Obispo, puesto
que podía dar a entender que no se preocupaba de los pobres. Esta praxis, bajo una apariencia
u otra ha pervivido a lo largo de la Edad Media e incluso en épocas más recientes. De ella es
heredera Cáritas, que por estatutos, en el plano nacional está íntimamente ligada a la Conferencia
Episcopal y, en el plano diocesano, al ministerio del Obispo en cada Diócesis.
Porque esto es así, quiero deciros que contáis con mi apoyo, mi aliento y mi propósito de acompañaros
hasta donde me sea posible. En realidad, a lo largo de mi vida de sacerdote y de obispo he estado
siempre cerca de Caritas y he sido testigo de su crecimiento, del aumento espectacular de sus socios
y voluntarios, del incremento de sus recaudaciones, de la eficacia creciente de sus realizaciones
y del crédito que ha ido cobrando ante la sociedad española. En los últimos diez años he sido
testigo directo del esfuerzo que se ha hecho por clarificar su verdadera identidad, tema éste que
va a ser objeto de mi reflexión
. El lavatorio de los pies
Una de las páginas más bellas de los Evangelios es, sin duda alguna, la narración del lavatorio de
los pies (Jn 3). Impresiona contemplar a Jesús, el Hijo de Dios, el Maestro y Señor, poniéndose
de rodillas y lavando los pies de los Apóstoles, que él sabe que le abandonarán instantes después.
Impresiona contemplar a Jesús lavando los pies de Judas, que él sabe que le acaba de vender
por treinta monedas de plata. En ese servicio humilde, sencillo, que esconde su misericordia y
su perdón, Jesús nos revela el rostro y el corazón del Padre (Jn , 8), nos descubre la ternura y
el amor de Dios. Lavando los pies está mostrando a los Apóstoles que Dios les ama y les perdona
por anticipado su traición.
¡Que bello icono el de Jesucristo, el Hijo de Dios, el salvador de los hombres, arrodillado como un
humilde siervo a los pies de los Apóstoles! Con este gesto no hace sino recapitular lo que ha sido toda
su vida, servir. Con este gesto alecciona a sus discípulos, a los que lo contemplan inmediatamente
y a los que lo conocerán en el futuro, sobre el verdadero estilo que deben tener sus seguidores.
3. Jesús, el servidor
Los Evangelios nos presentan a Jesús, el enviado del Padre, el Hijo único de Dios, como el servidor,
como aquel que no ha venido a ser servido sino a servir. En el Evangelio de Lucas, después de
la disputa sobre la primacía, Jesús zanja la cuestión sobre quién es el más importante con estas
palabras: “¿Quién es el mayor, el que está sentado a la mesa o el que sirve? ¿No es el que está
sentado? Puesto estoy en medio de vosotros como el que sirve” (Lc 22, 27) Jesús, por otra parte,
aprovecha la petición fuera de lugar de la madre de los Zabedeos, de ocupar los dos lugares
en su Reino, para instruir a los Doce sobre la grandeza y hermosura del servicio. Estas son sus
palabras: “Ya sabéis como los que en las naciones son principales las dominan con imperio y los
grandes las subyugan. No ha de ser así entre vosotros; antes bien, si alguno quiere ser grande, sea
vuestro servidor; y el que entre vosotros quiera ser primero, sea siervo de todos, pues el Hijo del
Hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por todos” (Mc 10, 4245). Después del lavatorio de los pies, enfatiza el gesto que acaba de realizar con estas palabras:
“Vosotros me llamáis el Maestro y el Señor, y decís bien porque lo soy. Si yo el Maestro y el Señor
os he lavado los pies, también vosotros os debéis lavar los pies unos a otros. Os he dado ejemplo
para que vosotros hagáis también lo que yo he hecho” (Jn 13, 13-15)
A lo largo de su vida, en su relación con los pobres, con los enfermos, con los marginados y los
pecadores, Jesús se nos muestra como el hombre que vive para los demás, cumpliendo su discurso
programático en la sinagoga de Nazaret: “El Espíritu del Señor está sobre mí. Porque Yahvé me
ha ungido, me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres, a curar los corazones rotos, a
anunciar la libertad a los cautivos, la liberación a los encarcelados, a anunciar el año de gracia del
Señor” (Lc 4, 16-19). Él encarna perfectamente la figura del siervo de Yahvé, que profetizara Isaías
y cuyo oráculo se apropia en Nazaret. Algunos comentaristas piensan que Jesús en las palabras
“Hoy se cumple esta Escritura en mí” (Lc 4, 21), no piensa únicamente en su persona, ni limita el
cumplimiento de la Escritura al tiempo de su propia existencia histórica. La mirada de Jesús es
más dilatada: abarca el tiempo de la Iglesia. El Señor piensa también en nosotros los cristianos,
sus seguidores, que a lo largo de la historia deberemos cumplir este Evangelio, esta buena noticia,
el servicio a los pobres, a los rotos por mil heridas físicas o morales, los enfermos, los presos, los
mendigos y transeúntes, los inmigrantes o los que sufren por cualquier causa.
4. La Iglesia, servidora
Sobre estos presupuestos evangélicos se asienta la “eclesiología del servicio” del Concilio Vaticano
II, que en la Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual nos dice: “No impulsa a la Iglesia
ambición terrena alguna. Sólo desea una cosa: continuar, bajo la guía del Espíritu, la obra misma de
Cristo, quien vino al mundo para dar testimonio de la verdad, para salvar y no juzgar, para servir
y no para ser servido” (GS,3). Por ello, el Concilio Vaticano II describe la misión, el quehacer y el
lugar de la Iglesia en el mundo con el término diakonia, que define a la Iglesia como servidora de
la humanidad. Este debe ser también el estilo de los ministros de la Iglesia, pues como afirmara
Pablo VI en un consistorio para la creación de cardenales en 976, “no hay ministerio en la Iglesia
que no consista en servir”
5. La diakonia de la caridad, tarea de todos
También los laicos estáis llamados a continuar el ministerio del Señor de lavar los pies, el ministerio
de servir a los hermanos, pues así no lo encomendó el Señor: “Os he dado ejemplo para que
también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros” (jn 13, 15). De esta manera que éste
debe ser también el estilo de los laicos en la Iglesia. También ellos deben ser servidores. También
ellos están llamados a optar de manera preferencial por los pobres y a comprometerse a favor de
la justicia.
Un riesgo que no siempre soslayan las comunidades cristianas es entender que la diakonia de la
caridad es un sector pastoral privativo o exclusivo del grupo de la parroquia o de la Diócesis más
sensible ante la pobreza de nuestros hermanos, es decir, el grupo de Caritas. Los demás delegamos
en ellos para que ejerzan este ministerio y nos desentendemos del problema. El ejercicio de la
caridad en la vida de nuestras comunidades cristiana, sin embargo, no es tarea de unos solistas
por virtuosos que sean, sino una tarea sinfónica, una tarea coral, una tarea de toda la Diócesis,
de toda la parroquia, también de los grupos de la liturgia o catequesis, de los movimientos, de
los grupos de apostolado seglar, o de aquellos que se reúnen para la lectio divina, aunque por
razones prácticas u organizativas, la dirección y el trabajo inmediato lo lleven unos grupos más o
menos especializados, es decir, los grupos de Cáritas. En el conjunto de la actividad de la Iglesia la
caridad es un eje transversal, que debe impregnar toda la pastoral. Necesitamos, pues, descubrir
y potenciar esa transversalidad de la caridad, la diakonía y el servicio a los pobres en los otros
ministerior parroquiales: la catequesis, la liturgia, los grupos de oración, etc.
6. Las raíces sobrenaturales del compromiso socio-caritativo
Tampoco los grupos que trabajan en el campo social y caritativo pueden desvincularse del resto de
la actividad pastoral de la Iglesia. La misión de Jesús en la tierra es llevar a cabo la salvación de
los hombres. Él viene para que todos tengan vida y la tengan en abundancia (Jn 0, 0). La Iglesia
participa de la misma misión de Jesús. Y esa misión la ejerce por tres caminos, que no son paralelos
ni independientes, sino que están llamados a encontrarse porque se implican mutuamente. La Iglesia
cumple la misión de Jesús proclamando la Palabra, anunciando y testimoniando cuanto cree y
espera (martyría), celebrando los sacramentos (leitourgía), y ejerciendo la caridad (diakonía).
Estas tres acciones son inseparables. De ahí que sea un claro error creer que realizando sólo una de
esas acciones ya estamos cumpliendo la misión de la Iglesia. Nos equivocaríamos si creyéramos que
el mero anuncio de Jesucristo a nuestro mundo (martyria) ya es evangelización, pues el anuncio
de la salvación debe estar encaminado a ser celebrado en los sacramentos, especialmente en la
Eucaristía, y a ser vivido en el amor solidario a los pobres.
De lo dicho se deduce que el compromiso a favor del desarrollo, la justicia y el servicio a los
pobres debe brotar del amor salvador de Cristo, celebrado en la liturgia y experimentado cada día
en el encuentro cálido con el Señor en la oración y en la participación en los sacramentos. Sólo
así amaremos a los pobres como Dios los ama, con el mismo amor de Jesús. En las cercanías del
Señor descubriremos la misteriosa identificación de Jesús con nuestros hermanos más pobres y
alimentaremos las raíces de nuestro compromiso solidario. Sin la comunión profunda con el Señor,
como elemento fundante y transformador, sin nuestra inserción real en la vida trinitaria, fuente de
la unidad de la Iglesia y manantial del amor más auténtico, no podrá subsistir por mucho tiempo
nuestra apuesta de servicio a los hermanos. Es más, nuestros mejores compromisos de fraternidad
terminarán agostándose por falta de raíces, pues sólo los santos han amado hasta el final. Esto
quiere decir que quienes trabajan en Caritas a favor de los pobres tienen que ser primero orantes,
hombres y mujeres de vida interior. Hablando de los colaboradores de la Iglesia en el servicio de
la caridad, dice el Papa Benedicto XVI en la encíclica Deus caritas est que “han de ser personas
movidas ante todo por el amor de Cristo, personas cuyo corazón ha sido conquistado por Cristo con
su amor, despertando en ellos el amor al prójimo. El criterio inspirador de su actuación debería ser
lo que se dice en la Segunda carta a los Corintios: «Nos apremia el amor de Cristo» (5,14)” (n.33)
Aquí tenemos la explicación, en buena medida, de la crisis de algunas instituciones católicas
europeas de carácter socio-caritativo, casi perdidas para la Iglesia, como consecuencia de la
secularización interna y de la desvitalización de las raíces sobrenaturales de la opción por los
pobres. Todo ello ha conducido a la desconfesionalización de algunas de estas instituciones. Sólo
la unión con el Señor, la amistad e intimidad con Él dan consistencia y garantía de futuro a nuestro
compromiso solidario y permiten que nuestro trabajo a favor de los pobres tenga también un valor
significativo y una clara dimensión evangelizadora, mostrando el rostro amoroso del Padre de
nuestro Señor Jesucristo y haciendo creíble el Evangelio, pues como nos decía el Papa Juan Pablo
II en la exhortación apostólica NMI, “sin una evangelización realizadas a través de la caridad, el
anuncio del evangelio corre el riesgo de no ser comprendido” (n. 50)
En este sentido, me parece muy importante que, tanto la Cáritas Diocesana como las Cáritas
Parroquiales, tengan a lo largo del año algunos encuentros de los voluntarios e, incluso, de los
técnicos, en forma de retiros, animados por el Delegado en el primer caso o por los párrocos,
destinados a rezar juntos a recargar pilar y a vigorizar los fundamentos sobrenaturales del compromiso
a favor de los pobres. Tales encuentros podrían tener lugar especialmente en los tiempos fuertes
del año litúrgico. Tampoco sería perder el tiempo si, de tanto en tanto, se organizara alguna charla
sobre Doctrina Social de la Iglesia, pues en el sector pastoral de la diakonía de la caridad no basta
la formación en las estrategias de la cooperación o en las técnicas para responder con prontitud
en casos de emergencias, sino que es también necesaria la formación doctrinal y espiritual.
7. El riesgo de caminar sin referencias eclesiales
El camino de nuestras instituciones socio-caritativas en esta hora no está exento de riesgos.
El riesgo mayor es caminar sin referencias eclesiales. En un peligro que acecha hoy a muchos
cristiano, grupos e instituciones, el peligro de caminar por libre, de vivir un cristianismo anónimo,
sin referencias eclesiales o institucionales. También a las instituciones socio-caritativas de la
0
Iglesia les puede acechar este peligro, que está en la base de la crisis a la que acabo de hacer
referencia. De nada serviría incrementar la eficacia o el prestigio de nuestras Caritas ante las
agencias estatales o autonómicas de cooperación y ante la opinión pública, si al mismo tiempo
que crecemos en eficacia y acciones concretas de servicio a la humanidad, se debilita nuestra
vinculación eclesial y la comunión con la Iglesia. Entonces nuestro servicio deja de ser una acción
que revela el rostro misericordioso de Dios y las entrañas maternales de la Iglesia, perdiendo el
marchamo de acción evangelizadora.
Necesitamos, pues, cuidad los engranajes entre la acción caritativa y social con el resto de las
acciones eclesiales y con el conjunto de la comunidad. Cuando las instituciones caritativas y sociales
de la Iglesia se consideran a sí mismas, o los demás las consideran, como un “aparte” respecto a
las demás dimensiones de la pastoral diocesana o del conjunto de la comunidad, se produce, si no
de forma refleja y consciente, sí al menos de modo inconsciente, una “lógica de reidentificación”,
que busca que la institución, las bases doctrinales que la definen y la mística que la alienta. Dichas
instituciones quedan así fuera del conjunto de la pastoral y de la actividad evangelizadora de la
Iglesia, aunque nominalmente sigan permaneciendo en su seno.
8. Otros riesgos
En el documento de nuestra Conferencia Episcopal titulado “La caridad de Cristo nos apremia.
Reflexiones en torno a la eclesialidad de la acción caritativa y social de la Iglesia”, aprobado por la
LXXXIII Asamblea Plenaria el 5 de noviembre de 004, y que debería ser el vademécum de todos
los que trabajáis en Caritas como voluntarios o como técnicos, se señalan además otros riesgos. El
primero es la hiperactividad, es decir el afán por hacer muchas cosas, de ser muy eficaces a costa
de lo que sea, primando la cantidad sobre la calidad. Nace así la macro-organización dominada
por la burocratización, por la “lógica organizativa y burocrática” que tiende a constituirse en un
fin en sí misma, olvidando “el estilo específicamente cristiano” (NMI,5) y convirtiendo Cáritas en
una especia de organización o agencia de “servicios sociales”, perdiendo toda referencia a Dios,
del que nuestro servicio a los pobres es manifestación, expresión o epifanía. Domina entonces la
frialdad organizativa, más que “la capacidad de acres cercanos y solidarios con quien sufre” (NMI
50). En la encíclica Deus caritas est nos dice el Papa Benedicto XVI: “Cuantos trabajan en las
instituciones caritativas de la Iglesia deben distinguirse por no limitarse a realizar con destreza lo
más conveniente en cada momento, sino por su dedicación a otro con una atención que sale del
corazón, para que el otro experimente su riqueza de humanidad”(n.31). Dios quiera que en nuestra
Cáritas Diocesana o en nuestras Caritas parroquiales, la tecnificación de las acciones no ahoguen
la cercanía de la escucha, el calor de la acogida, el acompañamiento personal y la capacidad para
conmovernos ante el dolor, el sufrimiento y las carencias de nuestros hermanos, siendo expresión
del amor de Dios, que toma cuerpo en la caridad ejercida por nosotros los cristianos.
Otros riesgos son la falta de criterios a la hora de seleccionar a los técnicos, que siempre deberían
ser personas “de casa”, con un claro perfil cristiano y eclesial y una identificación comprometida
con lo que Cáritas significa. Un riesgo más es descuidad la formación de los voluntarios, que en
la acción caritativa y social de la , Iglesia han jugado, juegan y jugarán un papel insustituible. Sin
ellos, el ejercicio organizado de la caridad en la vida de la Iglesia sería simplemente imposible.
Reconocida esta realidad, es muy importante acompañar y formar a los voluntarios, que deben
ser personal convertidas, o al menos abiertas a la posibilidad de que el servicio caritativo que
prestan, cambie y convierta sus vidas.
Un nuevo riesgo es el acogimiento creciente de nuestras instituciones de caridad a las subvenciones
públicas, a las que Cáritas ciertamente tiene derecho. Las subvenciones de la administración
estatal, autonómica, provincial o local no se pueden ni se deben “demonizar”. Pero también aquí
se necesita mesura. La obsesión por la subvención puede acarrear una disminución notable de la
“comunicación cristiana de bienes”. Al no faltarnos el dinero público, nos preocupamos menos
de estimular el sacrificio y la generosidad de los fieles y desvirtuamos la verdadera naturaleza
de Caritas, cuyo fin es, entre otros, facilitar a los fieles el ejercicio de la caridad organizada y
compartir sus bienes con los necesitados.
Por otra parte, el recurso obsesivo a las subvenciones públicas convierte progresivamente a
Caritas en una “agencia barata” de la intervención social estatal, ahonda en su secularización,
merma nuestra independencia y capacidad crítica y dificulta la denuncia profética, tan propia del
ejercicio cristiano de la caridad. Por ello, sería bueno que, para no poner en riesgo la eclesialidad
de nuestras obras, no impusiéramos un “techo” en la percepción de subvenciones, al mismo tiempo
que recordamos a los fieles que las subvenciones no les exoneran de compartir sus bienes con los
últimos, con los no atendidos, porque es algo que pertenece a la entraña del mensaje cristiano y
al corazón de la Iglesia. En una reunión con la Comisión Permanente de Cáritas Diocesana el año
pasado conocí que en el ejercicio correspondiente al año 006, sólo el 4% de los fondos manejados
por Cáritas provenían de las subvenciones públicas. Yo pedí entonces a los directivos de Cáritas
que procuraran invertir las cifras. Ayer pude comprobar con satisfacción que en el ejercicio 007
el 47% de los fondos provienen de los poderes públicos y ya el 5% provienen de la generosidad
de los fieles. Felicito a los directivos de Cáritas por este cambio significativo, que en los próximos
años hemos de profundizar, procurando que crezcan las suscripciones de nuestros cristianos.
Nos queda un último riesgo: mimetizarnos con las demás ONGs, presentarnos como una ONG más,
no vaya a ser que por la condición de “eclesial” se vean mermadas las subvenciones en el marco
de un Estado aconfesional. La verdad es que Cáritas civilmente es una ONG, y justamente una de
las más prestigiosas, eficaces y austeras en sus gastos de organización. Pero Cáritas eclesialmente
es algo más, mucho más. La impronta propia y característica que configura su identidad desde
dentro es “el amor de Dios, derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos
ha dado” (Rm 5, 5). Esta identidad, “civilmente invisible e imperceptible” para quien no tiene
fe es, sin embargo, el alma del ejercicio de la caridad. Tal identidad deberá hacerse también
“socialmente visible” todos los días en un tipo de obrar que sea tan “novedoso y original” que
revele perceptiblemente la genuina identidad de Cáritas, dando desde ella razón de nuestra fe y
de nuestra esperanza.
9. Las Cáritas Parroquiales
En los cuatro años largos que llevo sirviendo a la Diócesis de Córdoba, he recordado muchas veces
a los sacerdotes la importancia de la Cáritas Parroquial y he manifestado de palabra y por escrito
que a una parroquia sin Cáritas le falta algo esencial. En todo caso es una parroquia incompleta e
imperfecta. Si los soportes de la estructura parroquial son en primer lugar la celebración de los
divinos misterios (liturgia); en segundo lugar el anuncio de Jesucristo, el apostolado y el testimonio;
y en tercer lugar el ejercicio de la caridad con los pobres, la falta de cualquiera de ellos hace que
la parroquia esté manca o coja, en todo caso defectuosa. Es tarea del Obispo y de su Delegado
para este sector trabajar para que no haya ni una sola parroquia en la Diócesis sin Cáritas, bien
entendido que no cumplen este deseo de la Iglesia aquellas parroquias que carecen de su propia
Cáritas porque existe una superestructura llamada Cáritas interparroquial, que sin embargo no
tiene incidencia alguna en la vida de la parroquia. La Cáritas interparroquial sólo puede ser un
organismo funcional, que ayuda a coordinar las acciones comunes de las Caritas Parroquiales, pero
que nunca puede suplantar, solapar o suplir a la Cáritas parroquial, que tiene una raíz teológica,
de la que carece la Caritas interparroquial.
0. El nuevo Plan Diocesano de Pastoral
Antes de concluir, quiero decir una palabra sobre el nuevo Plan Diocesano de Pastoral, que estamos
comenzando a elaborar para que entre en vigor en el próximo curso pastoral. Según la propuesta
que yo he presentado al Consejo del Presbiterio y al Consejo de Arciprestes, el nuevo Plan deberá
tener dos ejes: en el anverso de la moneda queremos insistir en la centralidad de la Eucaristía
en la vida y la misión de la Iglesia, en la dignidad y respeto que merecen tanto su celebración
como la participación de los fieles y en la potenciación de la adoración y contemplación de la
Eucaristía, centro y culmen de la vida cristiana y horno en el que se enciende nuestro amor a
Jesucristo, la caridad fraterna y la caridad pastoral. Queremos volver a insistir en la recuperación
del Domingo, día primordial de los cristianos, día del Señor y señor de los días, todo él centrado
en la participación en la Eucaristía.
En el reverso la moneda queremos situar la caridad y el servicio a los pobres, es decir, la dimensión
social de la participación en la Eucaristía, que es el criterio básico con arreglo al cual se comprueba
la autenticidad de nuestra celebraciones eucarísticas, como nos dijera el Papa Juan Pablo II en
la carta apostólica Mane nobiscum Domine (n. 28). Tratamos en definitiva de ver la forma de que
nuestra Iglesia Diocesana sirva mejor a los pobres. En la preparación de esta segunda parte, Cáritas
tendrá mucho que decir, teniendo en cuenta la situación de nuestra Diócesis, el sufrimiento y
la pobreza de tantos hermanos nuestros, para hacer más eficaz nuestra diaconía de la caridad.
Esperamos vuestras propuestas imaginativas que nos ayuden a programas un Plan Pastoral válido
para los tres próximos años.
. Conclusión
Termino ya deseando que esta Asamblea Diocesana de Cáritas sea fecunda en frutos al servicio
de nuestros hermanos más pobres; que profundicéis en la verdadera identidad de Cáritas; que os
persuadáis de la necesidad y la importancia de las bases sobrenaturales de vuestro compromiso
social y caritativo; que estéis siempre convencidos de que, detrás de los pobres a los que servís,
está el Señor y que nunca perdáis la inquietud interior de ser en todo padres, madres y hermanos
de tantos huérfanos de amor, de tantos pródigos que sufren como consecuencia de tantas heridas
físicas o morales. Y todo ello con el amor de Cristo, nuestro Maestro, visibilizando el amor maternal
de la Iglesia, que debe cuidad y amar especialmente a los últimos, tal como nos lo enseñó el Señor.
En el samaritano del Evangelio, con el que Jesús se identifica, tenemos todo un programa para
la Iglesia en esta hora. Ella debe ser samaritana de nuestro mundo, lacerado por el hambre, el
analfabetismo, la pobreza, la carencia de medicinas y las guerras. En la figura del samaritano del
Evangelio tenemos también todo un programa de vida para cada uno de nosotros, que debemos
ser samaritanos de nuestros hermanos, bajándonos de nuestra cabalgadura y arrodillándonos a
sus pies para servirles y curarles sus heridas.
+ Juan José Asenjo Peregrina
Obispo de Córdoba
CUESTIONARIO PARA LA REFLEXIÓN
. ¿Qué destacarías de la ponencia? ¿Por qué?
. Para que el servicio a los pobres que realizamos en nuestras Cáritas tenga una dimensión
claramente evangélica, necesitamos unirnos íntimamente a Cristo.
¿Qué podríamos hacer para vivir esta unión con Cristo?
¿Qué dificultades encontramos en nuestra vida?
ƒA nivel personal…
ƒA nivel de grupo…
3. La ponencia nos previene de las grietas eclesiales que dificultarían el buen hacer de Cáritas,
¿Crees que en nuestros grupos, se dan algunas de estas grietas? ¿Qué podríamos hacer para
evitarlas?
4. Eucaristía y Caridad, es el tema central del nuevo plan diocesano de pastoral. ¿Qué acciones
concretas podríamos realizar en nuestra diócesis para hacer más visible y eficaz el vínculo
inseparable entre Eucaristía y Caridad?
$ NOTAS:
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II PARTE:
CARITAS EN LA DIOCESIS EN SUS DISTINTOS NIVELES
. Cáritas Parroquial
. Cáritas Interparroquial
3. Cáritas Diocesana
4. Cuestionario de trabajo
II PARTE:
CÁRITAS EN LA DIÓCESIS EN SUS DISTINTOS NIVELES
En esta II parte queremos poner especial énfasis sobre la necesidad de desarrollar la dimensión
socio-caritativa en la Diócesis. Muchas veces hemos reflexionado sobre lo que debe ser Cáritas y
las funciones específicas que se derivan de su identidad, pero nos parecía esencial volver a insistir
en ello, ya que tener una idea muy clara sobre nuestra identidad, ayudará para que Cáritas, en
nuestra diócesis en sus distintos niveles, sea lo que está llamada a ser.
Cáritas es el organismo oficial de la Iglesia que anima a vivir la dimensión de la caridad, con toda
su fuerza, en las comunidades cristianas.
Nuestro punto de partida es Cáritas en la Diócesis, concretada y realizada en cada comunidad
Parroquial. Los demás niveles son, ante todo, estructuras de encuentro y dialogo, de apoyo mutuo
y de coordinación, y expresan la comunión, vivida en cada uno de los niveles.
Cáritas en su ámbito diocesano, arciprestal o parroquial, es cauce y expresión de la comunidad
cristiana que sirve a los empobrecidos y marginados”. Es por ello, que Cáritas está convocada a
animar y participar activa y fraternalmente en cuantas iniciativas de solidaridad justa que surja
en la Iglesia y en la sociedad.
CARITAS PARROQUIAL
La Cáritas Parroquial es una dimensión esencial de la comunidad cristiana. Cada comunidad
Parroquial debe tener su Cáritas, formada por un grupo de cristianos que pertenecen a la comunidad
cristiana y que se sienten llamados a participar de la acción social y caritativa de la Iglesia en su
comunidad, poniendo su tiempo y aptitudes al servicio de los más necesitados.
ƒ
La Cáritas Parroquial, no actúa en nombre propio, sino en nombre de toda la comunidad
cristiana, de la que recibe el mandato de trabajar más específicamente en el servicio de la
caridad.
Marco para la acción de Cáritas durante los próximos años. Cáritas en su ámbito diocesano y parroquial.
Cáritas Española.
ƒ
Cáritas Parroquial goza de la personalidad jurídica de su propia Parroquia.
ƒ
“...una Parroquia sin Cáritas le falta algo esencial. En todo caso es una parroquia incompleta
e imperfecta”
Componen el grupo de Cáritas, aquellos miembros de la comunidad cristiana, que se sienten
llamados a trabajar de forma más específica, en el servicio de la caridad.
ƒNo se trata de un grupo opcional, en función de la sensibilidad y buena disposición de
algunos o de los problemas de otros.
ƒNo se constituye como grupo cerrado, sino que se abre a toda la comunidad cristiana,
dándole a conocer las carencias del entorno, ayudando a la comunicación cristiana de bienes
y animando a toda la comunidad a la colaboración y participación.
El grupo de Cáritas Parroquial está compuesto:
ƒPor el Párroco o Sacerdote delegado.
ƒEquipo directivo (Director, Tesorero...)
ƒLos voluntarios o responsables de los distintos servicios o actividades.
ƒUn representante de cada entidad eclesial (Asociación, Institución, Orden o Instituto...),
que en la zona parroquial, trabaje en el campo de la acción socio caritativa.
Preside la Cáritas Parroquial, el Párroco, como pastor de la comunidad cristiana, de conformidad
con las normas de Cáritas Diocesana, pudiendo delegar sus funciones a un sacerdote o diácono de
la parroquia.
Tareas permanentes de Cáritas Parroquial
ƒLabor de acogida, ayuda y asistencia.
ƒAyudar promocionando
ƒDenunciar las situaciones injustas
ƒCoordinar esfuerzos, con otras Cáritas Parroquiales, Diocesana o instituciones públicas.
V Asamblea Diocesana de Cáritas. Ponencia D. Juan José Asenjo. “Identidad y misión de Cáritas”
ƒConseguir recursos humanos y promover la formación del voluntariado.
ƒCaptar recursos económicos.
ƒSolidaridad con todos los pueblos y países.
ƒEducar en la caridad y la justicia
ƒSensibilizar a la comunidad y a la sociedad en general.
Funciones del Párroco o Sacerdote Delegado
ƒVelar por la identidad cristiana y eclesial de Cáritas y de sus contenidos teológicos y
pastorales.
ƒVelar por el cumplimiento de los fines institucionales de Cáritas y por la integración de la
acción caritativo-social en la pastoral general.
ƒPromover y potenciar, juntamente con el Director, la incorporación y formación del personal
voluntarios que trabaja en el grupo.
Funciones del Director de Cáritas Parroquial
ƒRepresentar a Cáritas Parroquial ante los organismos públicos y privados.
ƒImpulsar la labor caritativo-social a desarrollar por la Cáritas Parroquial.
ƒCoordinar cuantas acciones desarrolle la Cáritas Parroquial en cumplimiento de su misión.
ƒImpulsar, juntamente con el Párroco o Sacerdote Delegado por éste, el desarrollo y
consolidación institucional de Cáritas Parroquial.
ƒAdecuar y promover las campañas diocesanas.
ƒProponer al Consejo Pastoral Parroquial las oportunas acciones prioritarias de su comunidad
parroquial.
CARITAS INTERPARROQUIAL
“La Cáritas Interparroquial solo puede ser un organismo funcional, que ayuda a coordinar las
acciones comunes de las Cáritas Parroquiales, pero que nunca puede suplantar, solapar o suplir a la
Cáritas parroquial, que tiene una raíz teológica, de la que carece la Cáritas Interparroquial”3
3
V Asamblea Diocesana de Cáritas. Ponencia D. Juan José Asenjo “Identidad y misión de Cáritas” punto nº 9.
ƒEstá al servicio de las Cáritas Parroquiales que la integran. Es signo de comunión, espacio de
participación y cauce de intercomunicación para la acción socio-caritativa de las mismas.
ƒNo tiene personalidad jurídica propia. Todos los actos jurídicos que superan el nivel parroquial
son en realidad actos de Cáritas Diocesana.
Funciones de la Cáritas Interparroquial:
ƒServir de cauce de comunicación entre las distintas Cáritas Parroquiales.
ƒPromover y realizar cuantas actividades excedan al ámbito parroquial o sobrepasen
posibilidades de actuación.
ƒFavorecer acciones conjuntas con otros grupos, organizaciones o instituciones que realicen
dentro de su ámbito territorial, similares acciones a favor de los más necesitados.
ƒImpulsar la comunicación cristiana de bienes.
ƒCoordinarse y colaborar con Cáritas Diocesana en la realización de sus fines generales.
CARITAS DIOCESANA
“Cáritas Diocesana de Córdoba es una institución eclesial con personalidad jurídica pública
constituida para promover, potenciar y orientar la acción caritativa y social de la Iglesia en la
Diócesis de Córdoba.
Cáritas forma parte de la Delegación Diocesana de Acción Caritativa y Social integrada dentro
de las Delegaciones y Secretariados para la comunión en el amor de Cristo en los ámbitos de la
comunión eclesial, de la misión, de la caridad y compromiso por la justicia.
Integra y representa a todas las Cáritas Parroquiales e interparroquiales de la Diócesis”.4
ƒCáritas Diocesana debe velar para que cada Parroquia tenga un grupo de Cáritas y se cree
en aquellas que aún no ha sido constituida.
ƒCáritas Diocesana apoya y anima procesos de renovación en las Cáritas Parroquiales, así
como el acompañamiento cercano, de las personas que trabajan en las distintas Cáritas.
4
Estatutos de Cáritas Diocesana de Córdoba. Art.1
0
ƒCáritas Diocesana, es expresión y ámbito de comunión de las distintas Cáritas Parroquiales.
Por ello valora positivamente las iniciativas de éstas para dinamizar a la comunidad.
Cinco son los pilares fundamentales en los que se asienta la labor de Cáritas Diocesana para el
desarrollo del servicio de la caridad en la diócesis:
ƒServicio de Acogida: atendiendo a aquellos que necesitan ayuda, información, orientación;
ofreciéndoles recursos, buscando con ellos salidas a su situación.
ƒPromoción integral de las personas: viene a completar la asistencia a las necesidades
más apremiantes. Actuar de tal manera que sean las mismas personas interesadas las que
puedan desarrollar su propia vocación, sus facultades y cualidades, a través de una adecuada
formación para el trabajo, a fin de que puedan valerse por sí mismas.
ƒFormación: La formación es un instrumento privilegiado para dinamizar y animar la
comunidad cristiana; Cáritas Diocesana tiene que propiciar los procesos formativos en el
seno de las Cáritas Parroquiales, favoreciendo una respuesta coherente con la identidad y
misión de la Iglesia y adecuada a la situación real de los pobres, a las causas que la originan
y a los retos que nos platea.
ƒCoordinación: Ha de existir una coordinación fuerte y visible entre las Cáritas Parroquiales y
Cáritas Diocesana, manteniéndose un diálogo constante. Cáritas Diocesana debe hacer todo
lo posible para lograr una coordinación eficaz con todas las instituciones y organismos de la
Iglesia que trabajan en el campo de la acción caritativo-social.
ƒDenuncia profética: la acción de denuncia, es un compromiso irrenunciable para Cáritas.
Estar a favor de los pobre significa estarlo hasta las últimas consecuencias. Significa ser voz
de los que no tienen voz, es alzar nuestra voz hasta hacerla llegar a los lugares donde no
interesa oírla.
CUESTIONARIO PARA LA REFLEXIÓN
. Sabiendo la identidad y misión de una Cáritas Parroquial, ¿Qué vivencias o dificultades
encuentras en tu grupo de Cáritas?
. ¿Cómo vivís las tareas permanentes de una Cáritas Parroquial?
ƒ La tarea mejor asumida…
ƒ La tarea más importante…
ƒ La tarea más difícil de llevar a cabo…
ƒ La tarea que no asumimos…
3. ¿Piensas, que tu grupo necesita una renovación? ¿Por qué? ¿En qué?
ƒ En los directivos o responsables…
ƒ En las funciones…
ƒ En los componentes del grupo…
4. La coordinación en Cáritas, es una tarea fundamental,
ƒ ¿Cómo vivís esta coordinación y unión con otras Cáritas del Arciprestazgo o de la diócesis?
5. Es importante para vivir la comunión, una relación directa y un vínculo de unión de las Cáritas
Parroquiales con Cáritas Diocesana,
ƒ ¿Qué carencias encuentras en la ayuda y trabajo que ofrece Cáritas Diocesana hacia las
Parroquias?
ƒ ¿Qué debería mantener?
ƒ ¿Qué debería potenciar?
ƒ ¿Qué es lo que necesitarías?
$ NOTAS:
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III PARTE:
CONCLUSIONES DE LOS TRABAJOS DE GRUPOS
V ASAMBLEA DIOCESANA
. En torno a la comunión eclesial
. En torno a la renovación eclesial
3. En torno a la misión eclesial
4. Cuestionario de trabajo
III PARTE:
CONCLUSIONES DEL TRABAJO DE GRUPOS
DE LA V ASAMBLEA DIOCESANA
“Cáritas y el compartir fraterno de la comunidad eclesial”
LINEAS DE ACCION Y PROPUESTAS DE LA ASAMBLEA
TRIENIO 2009-2011
Las líneas de acción pretenden dar forma operativa a nuestro trabajo. Proponen
una concreción de las convicciones, cuestiones y retos a vivir en nuestros grupos
parroquiales de Cáritas, que se desprenden de tres dimensiones eclesiales
imprescindibles: Comunión, Renovación y Misión.
Reflexión y propuestas por los grupos de trabajo en torno a la:
COMUNIÓN ECLESIAL:
LINEAS PRIORITARIAS:
. Cáritas, cauce y expresión de la caridad de toda la Comunidad Parroquial, supone que todos
los grupos de Cáritas estén plenamente integrados en la vida y quehacer parroquial.
. La comunión eclesial de Cáritas, cauce de fraternidad y comunicación cristiana de bienes,
tanto a nivel material como espiritual
PROPUESTAS:
DIFICULTADES:
. Que los sacerdotes sean generadores de
comunión entre los distintos grupos de la
Parroquia.
. En la práctica, no están al mismo nivel,
ni tienen la misma importancia, las tres
dimensiones eclesiales: Anuncio, Liturgia y
Cáritas.
. Que todos los componentes del grupo de
Cáritas transmitan el espíritu y el hacer de
Cáritas en otros grupos parroquiales.
3. Informar a la comunidad cristiana de todas
las necesidades, recursos y actividades del
grupo de Cáritas.
4. Mayor divulgación de lo que se hace y
cómo se hace.
2. Falta de unión entre los diversos grupos
parroquiales.
3. Falta el grupo de Cáritas en algunas
Parroquias.
4. Existencia de algunas Cáritas
Interparroquiales que no favorecen la
creación de Cáritas en las Parroquias.
5. Integración y participación en Cáritas, por
parte de las hermandades y Cofradías de
las Parroquias.
CONCRETAR EN EL GRUPO:
. De las propuestas aportadas por la Asamblea, ¿Cúal te parece más importante? ¿Por qué?
. ¿Qué acciones concretas vais a poner en práctica de cara a la comunión eclesial?
3. ¿Qué dificultades son las que vivís en vuestro grupo?
RENOVACIÓN ECLESIAL:
LINEAS PRIORITARIAS:
. Apostar por una Caritas renovada y creativa: favorecer procesos formativos que ayuden a
desarrollar nuestra sensibilidad, nuestra conciencia y nuestras motivaciones.
2. Renovar nuestro estilo y acción: Formación y sensibilización continuada, que contemple diversas
dimensiones: Institucional, funcional-operativa y espiritual
3. Acercar Cáritas a los jóvenes: programas, charlas, sensibilización…
PROPUESTAS:
DIFICULTADES:
. Renovar nuestra opción preferencial por
los más pobres
. Las mismas personas que trabajan en
Cáritas, también colaboran en otros
servicios pastorales, esto dificulta la
formación:
ƒFalta de tiempo.
ƒFalta de interés
. Mayor implicación de los Párrocos en las
acciones de Cáritas y en la motivación y
animación del grupo.
3. Divulgación del quehacer de Cáritas
para implicar a la comunidad parroquial,
fundamentalmente a los jóvenes.
. No comunicamos las acciones de Cáritas,
que realizamos en las Parroquias.
4. Involucrar a los jóvenes para que tengan
experiencia directa en los proyectos y
acciones de Cáritas.
3. No sabemos como incorporar y animar a
otras personas para que se integren en el
grupo de Cáritas.
5. Ofrecer a toda la comunidad parroquial las
iniciativas y tareas del grupo de Cáritas,
para que colaboren y participen miembros
de otros grupos. Crear grupos abiertos.
4. Las Cáritas Interparroquiales sustituyen a
las Cáritas Parroquiales.
6. Acompañar y ayudar a los jóvenes en el
proceso de integración.
CONCRETAR EN EL GRUPO:
. De las propuestas aportadas por la Asamblea, ¿Cual te parece más importante? ¿Por qué?
. ¿Qué acciones concretas vais a poner en práctica de cara a la renovación eclesial?
3. ¿Qué dificultades son las que vivís en vuestro grupo?
MISION ECLESIAL:
LINEAS PRIORITARIAS:
. Opción preferencial por los pobres, en la línea del servicio y promoción
ƒVerificar si las acciones que realizamos son “significativas” de la identidad de Cáritas.
ƒRevisar periódicamente nuestras acciones y trabajo
. Conocer y discernir la pobreza que habita en nuestro entorno
ƒConocer las nuevas pobrezas de hoy.
ƒAdecuar los “recursos” a la finalidad y objetivos de la acción.
PROPUESTAS:
DIFICULTADES:
. Aumentar la formación de los
colaboradores de las Cáritas Parroquiales,
en cuanto a Identidad cristiana y específica
sobre las nuevas pobrezas.
1. Falta de formación para actuar con
coherencia y según la identidad de Cáritas.
. Ayudar a las Parroquias para que
emprendan proyectos de promoción social.
3. Hacer partícipes de las acciones y
proyectos de Cáritas a otros grupos
parroquiales.
. Excesiva práctica de asistencialismo en la
mayoría de las Parroquias
3. Falta de un serio compromiso y opción
preferencial por los pobres.
4. Falta de coordinación y unión con Cáritas
Diocesana.
5. Falta de comunión diocesana para compartir
recursos económicos con los barrios más
pobres.
6. Falta de coordinación y diálogo con otras
Cáritas Parroquiales.
7. Falta información y conocimiento de las
ayudas y recursos que Cáritas Diocesana
ofrece a las Parroquias.
CONCRETAR EN EL GRUPO:
. De las propuestas aportadas por la Asamblea, ¿Cual te parece más importante? ¿Por qué?
. ¿Qué acciones concretas vais a poner en práctica de cara a la misión eclesial?
3. ¿Qué dificultades son las que vivís en vuestro grupo?
ES IMPORTANTE CONCRETAR LAS ACCIONES A DESARROLLAR EN CADA UNA DE LAS
LINEAS PRIORITARIAS. ES UNA MANERA DE LLEVAR A LA PRÁCTICA EL TRABAJO Y
REFLEXIÓN DE LA ASAMBLEA.
DE CARA A LA COMUNIÓN SERIA PRIMORDIAL, QUE CADA UNA DE LAS CARITAS
PARROQUIALES, ENVIASEIS A CARITAS DIOCESANA LAS ACCIONES QUE QUEREIS LLEVAR
A CABO. ENTRE TODOS PODEMOS AYUDARNOS PARA REALIZAR LOS COMPROMISOS
ASUMIDOS.
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