Páramo Órgano de Difusión del Grupo de Trabajo en Páramos del Ecuador (GTP) 23 Cambio Climático Enero de 2008 El Grupo de Trabajo en Páramos del Ecuador (GTP) es una plataforma de intercambio de información y discusión sobre el conocimiento, la conservación, el manejo y las políticas relacionadas con este ecosistema en el Ecuador y el mundo. El GTP nació en 1998 y su objetivo ha sido integrar a la mayor cantidad posible de organizaciones y personas interesadas en el páramo. EcoCiencia coordina sus actividades y mantiene contacto regular con todas las instituciones participantes, a la vez que fomenta la integración de nuevos miembros. La membresía en informal y el GTP no es una persona jurídica. Pueden ser miembros personas, instituciones y organizaciones que tengan algún tipo de relación, directa o indirecta, con el páramo ecuatoriano. Actualmente el GTP cuenta con alrededor de 350 miembros y se reúne regularmente. Esta publicación es el resultado de una de tales reuniones. Edición: Patricio Mena Vásconez y Gabriela Maldonado/EcoCiencia Diseño y diagramación: Patricio Mena Vásconez/EcoCiencia y Editorial Abya Yala Logística: Gabriela Maldonado/EcoCiencia Transcripción de la reunión: Ximena Barona Portada: Arriba: Le Chimborazo vu depuis le Plateau di Tapia por Jean-Thomas Thibaut (1757-1826), con base en un dibujo de Alexander von Humboldt. Abajo: Chimborazo, © 2004 por Patricio Mena Vásconez/EcoCiencia. ISBN 978-9978-22-718-3 ISSN 9978-22-477-7 Los números de la Serie Páramo se distribuyen gratuitamente a los miembros y pueden adquirirse en Abya Yala, sus distribuidores y las oficinas de EcoCiencia. GTP Coordinado por EcoCiencia Francisco Salazar E14-34 y Coruña Quito, ECUADOR Telefax: 593-2-2522999 [email protected] www.paramoscuador.org.ec www.ecociencia.org Ediciones Abya Yala Av. 12 de Octubre 1430 y Wilson Casilla 12-12-719 Telf. 593-2-2506247/2506251 [email protected] Quito, ECUADOR TABLA DE CONTENIDOS Presentación Jorge Campaña………………………………………………. 1 Introducción Luis Cáceres………………………………………………….. 3 “Una Verdad Incómoda” de Juan Negrillo Patricio Mena Vásconez…………………………………….. 7 Posibles Efectos del Calentamiento Global sobre el Nicho Climático de Algunas Especies en los Andes Tropicales Francisco Cuesta-Camacho et al. …………..……………... 15 El Proyecto Piloto de Adaptación al Cambio Climático (Colombia) Klaus Schütze………………………………………………… 39 La Recesión de los Glaciares en el Ecuador y el Cambio Climático Bernard Francou………………………..…………………… 49 Algunas conclusiones David Neira…………………………………………..……….. 69 Lista de asistentes...……………………………………………….. 72 iii INTRODUCCIÓN Luis Cáceres S. Coordinador Nacional del Proyecto GEF/PNUD/MAE Segunda Comunicación Nacional sobre Cambio Climático En la región andina en general, la investigación es escasa en todos los ámbitos de conocimiento, más aún cuando se relaciona con aquellos temas que, siendo muy importantes para la vida, aún no son considerados con la prioridad que merecen por los diferentes estamentos de la sociedad de nuestros pueblos andinos. De manera similar, son también contadas las opciones de difusión y publicación de artículos resultantes de estudios e investigaciones. De allí la relevancia del Grupo de Trabajo en Páramos del Ecuador al presentar con cierta regularidad artículos que en esta ocasión, son enfocados al cambio climático. En el presente número de la Serie Páramos se resumen tres iniciativas de la región andina que fueron presentadas conjuntamente con la exposición sobre el documental “Una Verdad Incómoda" en el Taller 22, en la ciudad de Quito, el día 14 de marzo de 2007. El cambio climático conocido y expuesto por la comunidad científica mundial desde hace mucho tiempo, tiene al momento una gran relevancia en los foros mundiales de alto nivel político, relevancia que infortunadamente aún no se logra a nivel regional y al interior de nuestros países. Este nivel de sensibilización ha sido posible gracias a varios procesos e iniciativas desarrolladas en los dos últimos años: el documental “Una Verdad Incomoda” del Sr. Al Gore, ex Vicepresidente de los Estados Unidos, el Reporte Stern “La Economía del Cambio Climático”, los Reportes de los Tres Grupos del Panel Intergubernamental de Expertos de Cambio Climático (IPCC), el Foro de Alto Nivel Naciones Unidas sobre Cambio Climático, y la Hoja de Ruta de Bali adoptada por la Convención Marco de las 3 Introducción Naciones Unidas sobre Cambio Climático. El Premio Novel de la Paz del 2007 fue otorgado de manera conjunta al IPCC y al Sr. Al Gore. En el Ecuador, el Sr. Juan Negrillo, de nacionalidad española y miembro del equipo de trabajo del Sr. Al Gore, fue el encargado de compartir y difundir este valioso documental en el taller. Una Verdad Incómoda expone prioritariamente las causas del cambio climático (las emisiones antropogénicas de Gases del Efecto de Invernadero) y las potenciales medidas para reducirlas, en un marco político de llamado de atención a las actuales autoridades de su país por la inacción y el desconocimiento de su deuda histórica con la humanidad por ser uno de los mayores generados del problema. En él se destacan claramente los países desarrollados como los principales emisores históricos, pero a su vez se llama la atención sobre el crecimiento sostenido de las emisiones de ciertos países en desarrollo. La alerta de que la inacción en los siguientes años, especialmente de los países desarrollados, pueda conllevar a una verdadera catástrofe mundial, es uno de los mensajes mas importantes del Sr. Al. Gore. Desde una visión critica personal, el contenido del documental requiere de “mensajes complementarios” que prioricen y sensibilicen sobre el otro componente del cambio climático: los impactos que los países en desarrollo estamos soportando y la escasa capacidad de respuesta para enfrentarlos. Los amables lectores de la revista Páramos tienen también en sus manos los resultados de dos investigaciones que cubren una gran parte de los Andes tropicales. La primera que trata sobre las evidencias del cambio climático en los glaciares tropicales y la segunda, acerca de los potenciales impactos futuros en algunos elementos de la biodiversidad. Los glaciares son uno de los mejores indicadores de la tendencia climática, señala acertadamente el Dr. Bernard Francou, a lo cual habría que adicionar que es el mejor indicador visual. El artículo “La Recesión de los Glaciares en el Ecuador y el Cambio Climático” analiza y presenta datos relevantes de la evolución de los glaciares en los andes, con especial referencia a aquellos ubicados en el Ecuador. Al sustentar su análisis de la Pequeña Edad del Hielo, el autor refiere datos históricos de La Condamine, Humboldt, Buoguer, Whymper, Meyer, entre otros, y señala que el límite inferior de la nieve se encontraba entonces entre los 4.700 y 4.800 msnm, es decir a la altitud aproximada de va- 4 Luis Cáceres S. rios nevados considerados como pequeños como El Corazón, Guagua Pichincha, Sincholagua y Cotacachi. El análisis continúa en el siglo 20 al destacar los retrocesos y aceleraciones registrados. Especial referencia efectúa al período iniciado en 19761980 y los esfuerzos conjuntos del IRD, INAMHI y EMAAP-Q sobre la vertiente oeste del Antisana. Datos importantes que el lector encontrará se refieren al nivel actual de la línea inferior de la nieve (aproximadamente 5100msnm) que pone en peligro a nevados y glaciares que se encuentra por debajo de esa altitud, así como al retroceso de los glaciares del Cotopaxi del orden del 40% durante los últimos 30 años. Los posibles efectos del calentamiento global sobre el nicho climático de algunas especies en los Andes Tropicales son analizados por Francisco Cuesta, Manuel Peralvo y Andrea Ganzenmüller. En general, la relación entre biodiversidad y clima ha sido escasamente estudiada en la región, mas aún si se trata de identificar potenciales impactos futuros a través del uso de escenarios de cambio climático generados por Modelos de Circulación General para horizontes de final de siglo. La investigación encierra incertidumbres, varias de ellas acertadamente destacadas en el artículo, pero podría señalarse como uno de los trabajos pioneros en la región andina, de allí nuestra sugerencia de una consideración y análisis adecuados por parte de los actores relacionados. La investigación se sustenta en datos de la región andina sobre especies vasculares y aves recolectados de museos, herbarios y colecciones privadas y, bases de datos climáticos globales y salidas de Modelos de Circulación General, datos que a través de modelos y diferentes técnicas son acondicionados a mallas de 1 Km de resolución espacial. Los autores señalan: Nuestros resultados muestran que los efectos del cambio climático sobre la biota andina podrían ser extremadamente severos. Entre los resultados destacan una consistente contracción de los nichos climáticos al año 2050 de las plantas (28%) y aves (18%), destacándose que las especies que tendrían una mayor pérdida son aquellas climáticamente marginadas restringidas a los páramos o valles xerofíticos de la región. En atención a decisiones de la Conferencia de las Partes de la CMNUCC, el Fondo para el Medio Ambiente Global inició hace pocos años el apoyo a los países para proyectos de vulnerabilidad y adaptación al cambio climático. En este contexto, Colombia ejecuta el “Proyecto Piloto Nacional de Adaptación al Cambio Climático”, una iniciativa pionera que inició hace 3-4 5 Introducción años. Al momento, muy pocos países han logrado apoyo para proyectos nacionales, pero entre ellos se incluye Ecuador con sus dos iniciativas en fases finales de preparación de su diseño. Este contexto es válido de señalar para destacar que la región esta a la vanguardia de este tipo de iniciativas. La iniciativa colombiana presentada por Klaus Schütze Páez, del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, tiene como objetivos el apoyar a la formulación de programas de adaptación en cuatro componentes e insertar los impactos esperados en las políticas sectoriales del país. Los cuatros componentes se refieren a la generación de información sobre variabilidad y cambio climático y los programas de adaptación en los sectores: ecosistemas de montaña, áreas insulares del Caribe Colombiano y salud humana. Se describe el Proyecto PHRD financiado por el Fondo para el Desarrollo del Recurso Humano y de Política del Japón y ejecutado por el IDEAM. Su principal objetivo es el desarrollar y validar los protocolos de monitoreo del cambio climático y de simulación de los impactos en los ecosistemas de alta montaña. Finalmente, es oportuno reconocer el esfuerzo y dedicación de los responsables de la organización del taller referido anteriormente, así como de la edición y publicación del presente número de la Revista, pues estas y otras iniciativas en proceso se suman al esfuerzo nacional para lograr una real toma de conciencia y acción para enfrentar los retos y oportunidades del cambio climático. 6 INTRODUCCIÓN A LA DISCUSIÓN TRAS LA PRESENTACIÓN DE JUAN NEGRILLO Patricio Mena Vásconez EcoCiencia/GTP El Calentamiento Global ha seguido, de alguna manera, una historia como la de la Deriva Continental. Cuando el científico alemán Alfred Wegener presentaba sus ideas a principios del siglo pasado, éstas fueron recibidas, en el mejor de los casos, con un fuerte escepticismo. Ahora, un siglo más tarde, no sólo que se ha aceptado la idea de que la corteza terrestre está formada por grandes planchas que interactúan de diversa manera y con resultados sorprendentes (como la generación de cordilleras y terremotos), sino que la Deriva Continental ha pasado a ser parte de una teoría más amplia y general, prácticamente aceptada de manera universal: la Tectónica de Placas. Las ideas sobre el Calentamiento Global, bien explicadas por Al Gore y otras personalidades en cada vez más abundantes libros y filmes, también han sufrido un proceso de aceptación gradual. Aunque todavía hay grupos importantes que no comparten la idea de la crisis global debida a los gases de invernadero generados por el ser humano (y ésta es una de las razones para cuestionar la entrega de un Premio Nobel de la Paz a Gore), el asentimiento es muy amplio. Por otro lado, al igual que en la caso de la Deriva Continental, ahora se ha pasado hablar de más de “Cambio Climático”: el Calentamiento Global es visto más bien como una de las consecuencias de este gran fenómeno planetario, de manera similar al cambio hacia la Tectónica de Placas. Como Wegener, en este campo también hay pioneros que están siendo reivindicados. 7 Discusión tras la presentación general de Juan Negrillo sobre Cambio Climático En cualquier caso, la atención que se le ha dado a este fenómeno es mucho más amplia que a la deriva continental. Es que el primero, que podría considerarse la crisis más grave del planeta, ya ha llevado a un compromiso, por primera vez realmente global (en Bali, Indonesia en diciembre de 2007) y ha hecho que personas como Juan Negrillo, un connotado abogado y activista español, se integre al equipo de Gore en su campaña por generar una conciencia acerca de esta crisis. Juan Negrillo fue invitado por EcoCiencia y el Grupo de Trabajo en Páramos para que contribuyera con una conferencia introductoria sobre el tema del cambio climático en la reunión del GTP que se preparó con ese propósito. Una persona muy accesible y amable, él aceptó con gusto y efectivamente estuvo en la sesión del GTP relacionada con el calentamiento global y el páramo. Aprovechando su presencia en el país también visitó la Universidad Católica y el coliseo del Colegio Benalcázar, en una sesión especial del Cabildo quiteño, participó en varias entrevistas de radio y televisión, y fue a la ciudad de Cuenca, donde presentó una conferencia en la Universidad del Azuay. Básicamente, la presentación de Juan Negrillo es una traducción de la que hace Al Gore en inglés y que se puede apreciar en el video ganador de Óscar “Una Verdad Incómoda”. Sin embargo, no es una traducción literal: Negrillo, en el poco tiempo que tiene para hacerlo, contextualiza su presentación a la realidad del público y de la geografía, y encuentra, entre otras cosas, ejemplos locales mucho más apropiados que los que están en la versión en inglés (el trole en Quito o los jambatos en el páramo son ejemplo claros que seguramente quienes estuvimos en la presentación recordamos bien). Con una gran capacidad comunicacional e imágenes espectaculares, presenta las causas, las consecuencias y las posibilidades de mitigación y adaptación que hay con respecto al problema. Por otro lado, estar en vivo en una presentación de este tipo tiene su valor propio, entre otras cosas por el intercambio directo que se da entre el público y quien está en el escenario. La presentación de Juan Negrillo creó un excelente marco para las presentaciones más específicas relacionadas con los páramos que le siguieron en la sesión del GTP, y que están también en esta entrega de la serie Páramo. Desgraciadamente, por restricciones de propiedad intelectual 8 Discusión tras la presentación general de Juan Negrillo sobre Cambio Climático propias de este tipo de procesos, no se puede transcribir su presentación en este espacio ni utilizar sus imágenes. De todas maneras, confiamos en que muchas personas ya habrán visto el documental “Una Verdad Incómoda” o que se vean tentadas a hacerlo en un futuro cercano. Lo que sigue es una transcripción de la serie de preguntas y respuestas que se produjo luego de la presentación de Juan Negrillo. Discusión Luis Cáceres Gracias y felicitaciones por la presentación. Antes de hacerle la pregunta quisiera comentarle que el documental de cine de Al Gore aquí en el país lo estamos promocionando mucho. Estamos haciendo muchos cine-foros en diferentes ciudades del país, y también estamos aprovechando para lo que nosotros hemos llamado los mensajes complementarios al documental ya que creemos que la visión que tenemos como país, como usted lo ha expresado, es que nosotros siendo un país marginal (apenas el 0,15 de nuestras emisiones aportan al total global) tenemos impactos desde hace algún tiempo y esa es nuestra prioridad. De ese documental han surgido algunas preguntas que están causando inquietudes: una de ellas es en relación al incremento del nivel medio del mar. En el caso de que se derritieran los polos, se subiría, dice el documental, de 6 a 7 metros. Por otro lado, el IPCC está planteando para finales de este siglo, 60 centímetros de aumento en el nivel del mar. Eso, en la región ecuatoriana de la costa, está causando controversia y por eso estamos organizando un evento para comentar sobre ese tema. Quisiera por favor que usted nos comente un poco más sobre este tema. Otra inquietud es la misma pregunta que en el video lo hacen en China o en Japón al señor Gore. Quisiera preguntarle a usted ¿cuál sería su mensaje, desde su visión, para un país como este que, como lo hemos comentado no somos emisores, pero si estamos sufriendo el impacto del cambio climático? 9 Discusión tras la presentación general de Juan Negrillo sobre Cambio Climático Juan Negrillo Sobre el problema del nivel del mar, voy a explicar rápidamente. El IPCC es el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, auspiciado por la ONU, que cuenta con un grupo de aproximadamente 3.000 científicos de todo el mundo, que por un periodo más o menos de cuatro años estudian todo el fenómeno climático y emiten un informe con sus conclusiones. Quiero decir, además, que son unas conclusiones de mínimos, es decir, solo aquello en que todos estos científicos se han puesto de acuerdo. A nivel del aumento de la temperatura y consecuencias de este cambio climático, y a nivel de las causas que lo están provocando, están ya muy de acuerdo en que fundamentalmente es la acción del ser humano la que está provocando este fenómeno, y que ese efecto lo que va a hacer es que aumente la temperatura. Por ese camino que vamos, se prevén unos 60 centímetros aproximadamente de aumento del nivel del mar. No sé en el Ecuador exactamente cómo esto afectaría. Sé, sin embargo, que en España una gran parte de las playas del Cantábrico directamente desaparecerán. Los otros datos no son necesariamente lo que vaya a pasar o que sepamos qué puede pasar, sino simplemente son señales de alarma de algo que no es tan descabellado, de algo que podría ocurrir. La última vez que se registró un nivel de deshielo tal en Groenlandia, por ejemplo, como para que un efecto de 5 ó 7 metros tuviera lugar, es hace 125.000 años. Los datos no son muy exactos sobre las condiciones que existían en ese preciso momento, pero con las estimaciones que hay y las estimaciones de aumento de temperatura que tenemos ahora, cuando cruzamos esos dos datos, no es tan descabellado pensar que algo similar pudiera ocurrir. Esto pudiera ocurrir en un periodo de 50 a 100 años. Simplemente cruzando esos datos llegamos a esta conclusión pero no es algo que científicamente está consensuado. Respondiendo la segunda pregunta, yo llevo muy poquito tiempo aquí, apenas unos días. Estoy tratando de chupar al máximo lo que puedo sobre cómo están las cosas aquí, y estoy aprendiendo un montón. Aprovecho otra vez para agradecer a EcoCiencia por haberme permitido estar aquí con vosotros, y todo lo que son estos días, son muy importantes para mí. Yo veo que, y desde luego, si tomamos como referente Kioto, la posición 10 Discusión tras la presentación general de Juan Negrillo sobre Cambio Climático de los países industrializados y la posición de los países que están en otro nivel de desarrollo es muy distinta, y lo que tenemos que hacer unos y otros no es muy distinto. Las oportunidades entre unos y otros son muy diferentes. Voy por partes: la primera es que creo que también estamos enfrentándonos a un problema moral, a un problema ético, porque los países desarrollados (entre comillas), ya hemos contaminado mucho para crecer, y ya hemos emitido mucho CO2. Tenemos poca fuerza moral para decir al resto de países por ejemplo China -yo ya lo he hecho, ahora usted no lo haga, ahora usted no crezca a través de contaminar, porque yo ya llene la atmósfera todo lo que podía llenar, ya no le cabe más y hasta aquí hemos llegado-. Éticamente, para mí esto representa un problema mayor. Hay que ir a otro tipo de soluciones que necesariamente pasan por una transferencia de tecnología de los países que la tienen, a los países que no la tienen, y en unas condiciones que sean necesariamente favorables para el desarrollo de esos países. En segundo lugar, también creo que es una cuestión económica. Desde mi punto de vista, el futuro de las grandes economías va a pasar necesariamente por el desarrollo de las economías emergentes. Sin eso, nosotros tampoco vamos a poder mantenernos. Entonces creo que ahí, no sé si hemos llegado a darnos cuenta ya, existe una conexión, una necesidad de colaborar y de realizar esa transferencia de tecnología para que los países en desarrollo puedan crecer económicamente, y lo puedan hacer de una forma sostenible. Eso ya me lleva a la respuesta que quería dar a tu pregunta, y es que creo que desde un punto de vista de un país como Ecuador, lo que habría que hacer es aprovechar esas oportunidades que se están generando en este momento, aprovechar esa capacidad que tenéis para que se haga transferencia de tecnología desde otros países, y de que proyectos de uso de energía de una forma limpia y de producción de energía de una forma limpia se puedan empezar a proyectar, se puedan empezar a realizar desde aquí. Es decir, aprovechar eso para innovar y para intentar situaros en algún punto donde hay una ventaja competitiva, en un momento en que dentro de algunos años para todos va a ser necesario adoptar ese tipo de soluciones, en un momento en el que todos tengamos que dejar el petróleo ya que dentro de algunos años, bien sea porque se acabe o porque como yo creo el planeta no va a poder soportarlo. Eso también me lleva a pensar que, cuando siendo la primera fuente de ingresos para Ecuador el petróleo, los que aquí 11 Discusión tras la presentación general de Juan Negrillo sobre Cambio Climático gobiernen, cuando exista algo más o menos estable, deberían pensar que no se puede desperdiciar, no se puede despilfarrar toda esa riqueza, sino que hay que utilizarla para construir en otra dirección. Una última consideración, hay algo que dice Gore que es un ejemplo muy ilustrativo: en chino, los caracteres de la palabra crisis, son dos caracteres iguales pero que están opuestos. Uno de ellos significa peligro y el otro significa oportunidad. Estamos en una crisis, hay un peligro claro, pero la oportunidad está ahí. Creo que este país debe aprovechar eso, con la biodiversidad, y las posibilidades que tiene Ecuador, y con la gente también por lo que veo. Ramiro Senanaida Teniendo en cuenta el potencial de energía geotérmica que existe en los Andes, siendo el Ecuador un país exportador de petróleo, y conociendo las consecuencias del uso de ese petróleo, ¿porque no pensar en el uso de esta energía geotérmica? Juan Negrillo Mi respuesta es muy similar a la anterior: lo que viene es a facilitar esa respuesta. Probablemente esos beneficios, de lo que se está obteniendo ahora, deberían ir dedicados a aprovechar o a obtener una ventaja. Lo del hidrogeno es muy importante por ejemplo. Como energía, la forma de manejar el hidrógeno, una vez que seamos capaces de producirlo de una forma limpia, probablemente sea el futuro a donde nos tengamos que dirigir. El no ver eso, y no aprovecharlo, casi da rabia. Yo hablaba con una de las personas que trabajan en EcoCiencia estos días, y decía que, viendo todo lo que hay, viendo el potencial que tiene este país, sobre todo la gente, da rabia que las cosas no avancen muchísimo más, no se muevan de alguna manera. 12 Discusión tras la presentación general de Juan Negrillo sobre Cambio Climático Luis Fernando Jara En la última reunión de la COP 12 en Nairobi, realmente no se avanzó mucho en la negociación para cristalizar más el avance de Kioto, y entre los puntos que salieron es que debe haber un post-Kioto. ¿Qué va a pasar después del 2012, si van a seguir ampliándose los periodos de cumplimiento (que seguramente va a suceder, por lo menos el segundo ya está muy negociado)? Se habló también de deforestación evitada etc. y muchos otros puntos, pero todas esas decisiones se pospusieron para este año. Se dijo también en esa reunión que no son suficientes los esfuerzos de Kioto, y una de las principales razones es que los países no han cumplido y no van a cumplir con las metas de reducción de emisiones a los niveles de 1990. Entonces la pregunta es: ¿qué otras cosas habría que pensar fuera de Kioto? Juan Negrillo El problema es complejo, y yo no tengo una solución, ni tengo una varita mágica. Yo tengo una opinión de cómo habría que actuar y por dónde habría que ir. Creo que al menos con este problema que enfrentamos, es importante que nos pongamos en línea los ciudadanos en cuanto a nuestro nivel personal de hábitos de consumo (sabemos nuestra responsabilidad como consumidores). Empiezo por lo más bajo, por lo más sencillo, que es que cada uno de nosotros tenemos en nuestras manos el hacer determinadas cosas y de determinada manera, siempre con la visión de que los recursos de la tierra no son ilimitados. Está claro que Ecuador solo contribuye con solo un 0,15% de emisiones, pero aún así hay una filosofía y una forma de vida detrás que en el fondo es lo que hay que cambiar a nivel mundial. Es decir, aquí no estamos solo hablando de reducir emisiones industriales, sino de cambiar una forma de vida o un modelo de sociedad. Otra cosa que es importante es que, tanto a nivel ciudadano como consumidores, así como votantes tenemos una responsabilidad porque elegimos a nuestros representantes a todos los niveles. Tenemos que exigirles que se pongan en línea primero a los que tenemos más cerca a nivel municipal. A nivel estatal tenemos que exigirles que tomen medidas y que se 13 Discusión tras la presentación general de Juan Negrillo sobre Cambio Climático pongan a actuar en este sentido. Cada uno de una manera. Los países que estamos contaminando tenemos que reducir las emisiones. España está 57% por encima en emisiones de los niveles de 1990 y se cree que se puede llegar al 15% más. Como has dicho, España no va a cumplir, y como España muchos países más. Sin embargo, nosotros tenemos que exigirlo. Después que cada país se ponga en línea y se meta en cintura a nivel internacional, tiene que haber un acuerdo también. Es la única manera. Se ha llegado a acuerdos otras veces, no es la primera vez que ocurre cuando nos enfrentamos a un problema grave. Antes se hablaba de refilón de la segunda guerra mundial, pero bueno, este problema es de esos que realmente suponen una amenaza seria y grave. Hemos sido capaces de ponernos de acuerdo en otras cosas más sencillas que son beneficiosas. También nos hemos puesto de acuerdo para conseguir reducir el agujero de la capa de ozono. Está claro que en este caso la solución está ahí, era viable económicamente, pero hacía falta un acuerdo internacional para que se pusiera en marcha, y se consiguió. Hay experiencias previas como son las rondas de negociación de acuerdos comerciales también a nivel internacional, en los que se consigue primero, con el compromiso de los países que ya tienen la llave o que ya tienen la posibilidad, luego otros compromisos. Hay que ir en esa línea, y Kioto no es suficiente. Tiene que haber un post-Kioto que vaya más lejos. Desgraciadamente no es suficiente, pero es que no hay otra forma de tirar para adelante más que, como dice Machado, “Caminante, no hay camino: se hace camino al andar”. 14 POSIBLES EFECTOS DEL CALENTAMIENTO GLOBAL SOBRE EL NICHO CLIMÁTICO DE ALGUNAS ESPECIES EN LOS ANDES TROPICALES1 Francisco Cuesta-Camacho×^, Manuel Peralvo∞^ y Andrea Ganzenmüller^ × CONDESAN-Proyecto Páramo Andino, ∞ University of Texas at Austin, ^EcoCiencia Introducción Desde la última década del siglo pasado, la Biosfera está experimentando un cambio climático acelerado el cual, de acuerdo al informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) (McCarthy et al. 2001), continuará en el futuro. El calentamiento previsto de 1,4 a 5,8 ºC para el período 1990-2100 (IPCC 2006) podría alterar drásticamente los patrones conocidos de la biota en la Tierra. Estudios recientes sobre esta temática (Broennimann et al. 2006; Thuiller et al. 2006; Araújo et al. 2005a; Araújo et al. 2005b; Pearson y Dawson 2003; Bakkenes et al. 2002; Peterson et al. 2001) concuerdan en el hecho de que el incremento en el calentamiento global afecta a la biodiversidad en diferentes escalas y de diversas formas tales como: a) variaciones en los rangos de especies y en la composición de las comunidades, b) desplazamientos altimétricos y/o latitudinales de comunidades vegetales o ecosistemas, y d) cambios en el funcionamiento de los ecosistemas. En la escala de especies, tres respuestas generales podrían ocurrir debido a las anomalías climáticas: desplazamiento, adaptación (ya sea en términos de cambios evolutivos o adaptaciones fisiológicas) o extinción local (Holt 1990; Peterson et al. 2001). Es posible que los efectos del cambio climático a escala local pudieran reflejar las interacciones de estos tres 1 Este manuscrito es parte de un estudio mayor que actualmente se encuentra en revisión para una revista internacional arbitrada. Debido a las cláusulas de autoría y propiedad intelectual, nos es imposible incluir el contenido completo. 15 Cuesta-Camacho, Peralvo y Ganzenmüller mecanismos y derivar en alteraciones en las composiciones y funciones de las comunidades vegetales de los ecosistemas alto-andinos. Por ejemplo, desplazamientos abruptos en la distribución de especies pueden resultar en altas tasas de extinción así como importantes modificaciones en la fenología y fisiología de las especies (Parmesan y Yohe 2003). En este contexto, se espera respuestas idiosincrásicas a estos escenarios de cambio global que dependerán en gran parte de las características fisiológicas y evolutivas de las especies estudiadas (Broennimann et al. 2006). Es posible una mayor probabilidad de extinciones locales para las especies que tienen una distribución restringida (por ejemplo endémicas). En otras palabras, las especies que ocupan un área marginal en relación con su nicho en un área determinada serán las más vulnerables a cambios climáticos futuros (por ejemplo la desaparición del nicho climático). Por el contrario, especies que ocupan un nicho coincidente (por ejemplo aquellas especies con distribuciones amplias) con las condiciones prevalecientes en la región se verán probablemente menos afectadas (Thuiller et al. 2005). Las proyecciones en las anomalías climáticas no son uniformes en la Tierra (IPCC-TGCIA 2006). Los registros climáticos provenientes de varias regiones montañosas (p. ej. Alpes, Himalayas) muestran indicios claros que la amplitud en las variaciones de temperatura en los ambientes de montaña durante el último siglo ha sido mayor que el observado a escala global o regional (Beniston et al. 1997). Así, aparentemente los impactos de las alteraciones climáticas en las distribuciones de especies serán proporcionalmente más perceptibles en los ecosistemas de montaña que en las zonas bajas. Adicionalmente, es probable que la severidad de estos impactos se intensifique debido a la alta proporcionalidad de especies de rango restringido que conforman estos ecosistemas. De acuerdo con las proyecciones del Reporte Especial de Escenarios de Emisiones (SRES por sus siglas en inglés) el rango de modelos climáticos predice un incremento en la temperatura promedio de la superficie del planeta entre 1,4° C a 5,8° C para el período 1990-2100 (0,1 a 0,4 °C por década). En los Andes del Norte, se proyecta que la temperatura promedio anual se incrementará a una tasa de 0,73° C por década (de acuerdo al modelo HadCM3 en el escenario A2 para el año 2080), llegando a un incremento total de 5,8° C para el año 2080 en algunas lugares de esta región (Hulme y Serrad 1999). Estos datos sugieren un escenario que provocaría una alta tasa de extinción de especies en los Andes del Norte. Todos los ecosistemas se verían afectados por el cambio climático, pero los de la alta montaña, situados por encima del límite superior de la vida arbórea, se 16 Efectos del calentamiento global sobre algunas especies en los Andes Tropicales consideran particularmente sensibles a dicho calentamiento puesto que están condicionados por las bajas temperaturas (Pauli et al. 2005). En este estudio modelamos las respuestas en los rangos de distribución de algunas especies en los Andes del Norte en diferentes escenarios de cambio climático. Nuestro principal objetivo fue evaluar los posibles impactos del cambio climático (en dos escenarios de cambio) en el nicho ambiental de un grupo de aves y plantas vasculares de origen andino para los años 2050 y 2080. Área de estudio Los Andes Tropicales cubren un área de 490.000 km2 y se extienden sobre 2.000 km de desde los 11 º N en la Sierra Nevada en el norte de Colombia hasta los 6 º S en el Abra de Porculla - depresión de Huancabamba - en el norte del Perú (Figura 1). Esta región está conformada por 14 ecorregiones que incluyen 7 variedades de bosques montanos, tres de bosques deciduos, y cuatro tipos de páramos (WWF 2001). Los bosques montanos ocurren en ambos lados de las cordilleras de los Andes y cubren la mayor superficie del área de estudio mientras que los sistemas paramunos aparecen de manera dispersa en una suerte de islas - en las cimas de las montañas andinas rodeados de una matriz de bosques de niebla. Los bosques deciduos están restringidos a las porciones inferiores de los valles interandinos siguiendo los cauces de ríos como el Magdalena, Guayllabamba y Marañón. Los patrones climáticos en los Andes Tropicales están determinados por las interacciones entre temperatura y precipitación, las cuales controlan las dinámicas de otros factores tales como la humedad. Los patrones de variación de la temperatura en los Andes son relativamente homogéneos entre las subregiones y presentan una fuerte relación con el gradiente altitudinal. En contraste, los patrones de precipitación son complejos y no están necesariamente relacionados con el gradiente altimétrico. Las variaciones regionales en la precipitación están asociadas con efectos orográficos producidos por la abrupta topografía de los Andes. 17 Cuesta-Camacho, Peralvo y Ganzenmüller Figura 1. Área de estudio: los Andes tropicales. 18 Efectos del calentamiento global sobre algunas especies en los Andes Tropicales Los vientos provenientes del Pacífico y el Atlántico mantienen una humedad constante en ambos flancos externos de las cordilleras andinas mientras que los flancos interiores muestran condiciones más variables. Las porciones superiores de los flancos interiores interceptan nubes cargadas de humedad y reciben una importante condensación manteniendo una condición húmeda siempre-verde, mientras que las porciones medias e inferiores de los valles presentan un marcado patrón bimodal seco-húmedo debido al efecto de la sombra de lluvia (Kattan et al. 2004). Adicionalmente, el efecto de sombra de lluvia influye en la duración de la estación seca, la cual tiende a incrementar al interior de los valles interandinos y en los extremos norte y sur del área de estudio. Las temperaturas varían desde climas calientes y estables en el piedemonte amazónico y del Orinoco, pasando por un rango de climas temperados hasta condiciones subárticas en las partes más altas de la región (Fjeldså y Krabbe, 1990; Vuilleumier y Monasterio 1986). Métodos Ocurrencias de las especies estudiadas Colectamos información sobre ocurrencias (registros de museos y herbarios) para 202 plantas vasculares y 167 especies de aves provenientes de diferentes museos, herbarios y colecciones privadas. El conjunto de especies seleccionadas está lejos de ser completo y representativo de los patrones generales de diversidad de los Andes Tropicales, sin embargo, representan un buen ejemplo de los posibles efectos que el cambio climático podría tener sobre la biodiversidad andina. Posteriormente, solamente las especies que tuvieron un mínimo de 15 ocurrencias o más fueron seleccionadas –102 especies de plantas vasculares y 125 especies de aves– para construir su nicho climático utilizando técnicas de modelamiento estadístico. La selección de un tamaño de muestra de 15 ocurrencias se considera como un mínimo de datos para producir un modelo predictivo robusto y el hecho de que la mayoría de las especies tuvieron muy pocas ocurrencias independientes. Variables climáticas Para construir los modelos climáticos de nicho utilizamos el conjunto de datos climáticos globales CRU TS 2.1 (Mitchell y Jones 2005) para repre- 19 Cuesta-Camacho, Peralvo y Ganzenmüller sentar el clima actual y para derivar ocho variables consideradas importantes factores limitantes en la distribución de plantas y aves en los Andes (Leimbeck et al. 2004; Parra et al. 2004; Vargas et al. 2004). Las variables seleccionadas fueron la temperatura mensual promedio de la máxima diaria (Tmax), el rango diurno de temperatura (dtr), humedad relativa (rh), cobertura de nubes (cld), presión de saturación de vapor (vap), precipitación promedia anual (pre), punto de rocío (dew), la temperatura mensual promedio de la mínima diaria (Tmin). Todas las variables climáticas del CRU TS 2.1 fueron originalmente desarrolladas a una resolución espacial de 0.5º. Para el propósito de este estudio, incrementamos la resolución de estas coberturas a 1 km utilizando una técnica de interpolación basada en regresiones múltiples (Thin plate smoothing splines: ANUSPLIN, Hutchinson 2000). Utilizamos tres variables independientes para realizar la interpolación de las superficies climáticas: longitud, latitud y elevación (1 km de resolución). La elevación fue incluida debido a que generalmente está altamente correlacionada con la temperatura, por lo que su inclusión reduce el error estadístico (Hutchinson 1991). Utilizamos un modelo digital de elevación (MDE) desarrollado por la Misión Topográfica Radar (SRTM por sus siglas en inglés) a una resolución de 90 m (disponible en http://seamless.usgs.gov) y remuestreado a 1 km de resolución. Las predicciones climáticas futuras para el 2050 y 2080 fueron obtenidas del modelo TYN SC 2.0 (Mitchell et al. 2004) para los escenarios A1, A2, B1 y B2 del IPCC (Nakicenovic y Swart 2000). Las variables derivadas de estos escenarios fueron también interpoladas a un 1 km de resolución. Modelos de nicho climático (MNC) Para la construcción de los MNC utilizamos una técnica asimétrica debido a que registros de ausencia para las especies seleccionadas no existen, como es el caso de otras regiones tropicales poco estudiadas (Raxworthy et al. 2003; Anderson et al. 2002a; Anderson et al. 2002b). En este contexto, las técnicas de modelamiento que requieren solo puntos de presencia son muy útiles (Graham et al. 2004; Loiselle et al. 2003). Los MNC fueron desarrollados utilizando MAXENT, un algoritmo de aprendizaje (machine learning algorithm) basado en la teoría de la máxima entropía (Elith et al. 2006; Phillips et al. 2006). Corrimos MAXENT utilizando un umbral de convergencia de 10-5 con 1000 iteraciones como un límite superior para cada corrida. Para cada especie, el 75% de los registros de ocurrencia fueron utilizados como puntos de entrenamiento y el 25% como puntos de valida- 20 Efectos del calentamiento global sobre algunas especies en los Andes Tropicales ción. Los MCN desarrollados utilizando las condiciones climáticas actuales fueron posteriormente utilizados para generar las proyecciones futuras bajo los escenarios HadCM3 A2 y B2 para los años 2050 y 2080. Los puntos de validación fueron utilizados para evaluar la exactitud de cada modelo utilizando el área bajo la curva (AUC) de la curva ROC (análisis de sensibilidad y especificidad); (Phillips et al. 2006; Guisan y Zimmermann 2000). El AUC mide la habilidad del modelo de discriminar entre sitios donde la especie está presente, versus donde está ausente (Hanley y McNeil 1983). El AUC fluctúa entre 0 y 1, en donde un valor de 1 indica perfecta discriminación, un valor de 0,5 implica que la discriminación predictiva entre sitios no es mejor que una selección al azar, y un valor menor a 0,5 indica un desempeño inferior que el azar. Medidas de sensibilidad al cambio climático Para estimar la sensibilidad de cada especie al cambio climático, contrastamos los nichos climáticos presentes con los futuros y calculamos el porcentaje de píxeles que permanecen siendo adecuados para cada especie en ambos casos en relación al número total de píxeles definidos como hábitat en el modelo de nicho actual (nicho climático estable); (Peterson et al. 2001; Loehle y LeBlanc 1996). Adicionalmente, la ganancia y pérdida del nicho climático fueron calculadas como el porcentaje de píxeles predichos en transformarse en hábitat adecuado o no respectivamente en el nicho climático futuro en relación al total de píxeles que conforman el nicho climático actual (Broennimann et al. 2006). El cambio de rango de las especies fue calculado como la diferencia entre la perdida de nicho y la ganancia. Esta estimación representa el porcentaje de expansión o contracción del rango en relación al nicho climático actual de cada especie bajo cada escenario y para cada punto en el tiempo. Se ha sugerido que la historia de vida de cada especie influencia las respuestas individuales al cambio climático (Broennimann et al. 2006). Por lo tanto, agrupamos a las especies de plantas de acuerdo a su historia de vida y a las especies de aves de acuerdo a su gremio trófico. Sin embargo, este estudio no distinguió las distintas capacidades de dispersión entre las especies seleccionadas, características de su historia evolutiva y perfiles ecológicos. Por lo tanto, los datos de sensibilidad de cada especie y la variación de su nicho climático entre escenarios asumen una dispersión universal de 21 Cuesta-Camacho, Peralvo y Ganzenmüller cada una de ellas. Esto quiere decir que consideramos que una especie – cualquiera de ellas– puede desplazarse sin restricciones dentro del área de estudio para alcanzar a la nueva localización de su nicho climático. Por último, los cálculos estimados sobre la perdida de nicho climático de las condiciones actuales en relación al 2050 y 2080 fueron utilizados para estimar un riesgo de extinción de las especies analizadas en los Andes Tropicales. Asignamos a cada especie una categoría de vulnerabilidad de acuerdo a las especificaciones de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN 2001). Basados en el criterio A3(c) de las listas rojas de UICN, los siguientes límites fueron utilizados para asignar a cada especie una categoría de vulnerabilidad: Extinta (EX): especies proyectadas en perder su nicho climático en un 100% en un lapso de 50 a 80 años; En Peligro Crítico (CR): pérdida proyectada del rango > 80%; En Peligro (EN): pérdida proyectada del rango > 50%; Vulnerable (VU): pérdida proyectada del rango > 30%; Casi Amenazada (NT): pérdida proyectada del rango < 30%; y de menor preocupación (LC): pérdida proyectada del rango de 0%. Resultados Modelo climático de nichos presentes y futuros Desarrollamos 227 MCN (102 especies de plantas y 125 especies de aves) basados en 3535 y 4432 registros de ocurrencia para las especies de plantas y aves respectivamente. Del número total de especies de plantas y aves, 28% y 23% respectivamente tenían menos de 20 registros de ocurrencia (Figura 2). 22 Efectos del calentamiento global sobre algunas especies en los Andes Tropicales (a) 35 Número de especies 30 25 20 15 10 5 0 0-20 2130 3140 4150 5160 6170 7180 81- 91- 101- 111- 121- 131- 141- 15190 100 110 120 130 140 150 160 Número de registros (b) 40 Número de especies 35 30 25 20 15 10 5 0 0-20 2130 3140 4150 5160 6170 7180 81- 91- 101- 111- 121- 131- 141- 15190 100 110 120 130 140 150 160 Número de registros Figura 2. Histograma del número registros para (a) especies de plantas y (b) especies de aves. Los puntos de registros representan aquellos usados para construir los MNC en MAXENT. 23 Cuesta-Camacho, Peralvo y Ganzenmüller En general MAXENT tuvo un buen desempeño al modelar el nicho climático de las especies seleccionadas. El estadístico AUC de los puntos de validación muestra un alto grado de exactitud de los modelos predictivos para aves (media = 0,90; Sd = 0,08) así como para plantas (media = 0.93; Sd = 0,07); (Figura 3). Figura 3. Sinopsis del área bajo la curva (AUC) obtenida para los MNC utilizando los registros de validación (30% del set total). AUC 0.9–1.0 (excelente); 0.8–0.9 (bueno); 0.7–0.80 (regular); 0.6–0.7 (pobre); 0.5–0.6 (malo). Los boxplot indican la exactitud del modelo para plantas y aves. Las cajas indican el rango intercuartil de los datos mientras que las patillas simbolizan los centiles 5 y 95. Los círculos y asteriscos representan valores outliers y extremos. 24 Efectos del calentamiento global sobre algunas especies en los Andes Tropicales Cambio de rango Los cambios en el rango del nicho climático de las especies para el 2050 y 2080 muestran patrones distintos de respuestas de acuerdo a las características de vida de las especies y los escenarios de cambio climático. Mientras que la mayoría de las especies de plantas y aves demuestran efectos negativos a través de la contracción de su nicho climático, algunas especies también muestran una expansión de su nicho climático (Figura 4). Mientras que los dos escenarios para el 2050 (A2 y B2) son bastante similares, el escenario A2 para el 2080 genera cambios mucho más severos que el escenario B2 para las especies de plantas y aves (Figura 4). En el escenario A2 67 especies de las 125 (54%) sufren una contracción de su nicho climático, y 18 de ellas se espera sufran una variación negativa de su distribución mayor al 80%. En el escenario B2 se proyecta que el 71% de las especies atraviesen por una contracción de su nicho climático pero solo ocho especies sufran una variación negativa mayor al 80%. En el escenario B2 2080, el rango intercuartil de los datos muestra una variación negativa de todo tipo de formas de vida, mientras que en el escenario A2 2080 existe una notoria expansión de los rangos del cuartil superior y de los valores extremos de todas las formas de vida, especialmente de las epífitas (Figura 4a). En el caso de las plantas, para el año 2050, el promedio de pérdida de los nichos climáticos actuales es del 46% (Sd = 28,42%) y 49% (Sd = 28,77%) bajo los escenarios A2 y B2 respectivamente. Por otro lado, la ganancia o expansión del nicho climático para los escenarios equivalentes para el mismo período de tiempo están en el orden de 25% (Sd = 53%) y 39% (Sd = 80%) respectivamente. Los altos valores de las desviaciones estándar sugieren una respuesta idiosincrásica al cambio climático en la escala de especies. En contraste, los rangos promedios de cambio a la escala agregada de formas de vida revelan patrones más consistentes para ambos escenarios para el período 2050 (Figura 4a). 25 Cuesta-Camacho, Peralvo y Ganzenmüller a) b) Figura 4. Cambio en el rango del nicho climático actual y el período 2050 y 2080 para dos escenarios de emisión A2 y B2: (a) plantas, (b) aves. Las medianas de los rangos de cambio se muestran (lineas horizontales negras) con su respectivo 95% de intervalo de confianza (boxplots). Las cajas indican el rango intercuartile de los datos mientras que las patillas simbolizan los centiles 5 y 95. Los círculos y asteriscos representan valores outliers y extremos. Fru: frugivoros; Gra: granivoros; Ins: insectivoros; Nec: nectarivoros; Omn: omnivoros; Rap: raptores. 26 Efectos del calentamiento global sobre algunas especies en los Andes Tropicales En cuanto a los gremios tróficos, los cambios promedios en los rangos climáticos muestran importantes diferencias entre gremios para cada escenario analizado. Los granívoros en particular muestran una constante variación positiva en el cambio de su nicho climático para los dos escenarios en los dos períodos analizados, mientras que el resto de grupos muestrean una variación negativa de su nicho climático en el escenario menos extremo (B2 2050). Por otro lado, el escenario más extremo (A2 2080) tiene un profundo impacto en la configuración de los nichos climáticos de las especies de aves. La mayoría de las especies sufren un incremento en su nicho climático con una expansión extrema de los gremios de insectívoros y granívoros (Figura 4b). Estimación del riesgo de extinción en los Andes Tropicales Bajo el supuesto de una migración universal, 59% y el 37% de las especies de plantas y aves respectivamente estaría clasificadas como extintas o en peligro crítico de acuerdo al escenario A2 2080. Solamente el 9% y el 25% de las especies seleccionadas de plantas y aves serán categorizadas como LC o NT. Estos números decrecen para otros escenarios y modelos climáticos (Figura 5). Estas estimaciones del porcentaje de especies bajo las categorías EX o CR podrían ser subestimaciones de los valores posibles para los escenarios modelados. Muchas más especies podrían estar en peligro crítico o extintas si es que escenarios más restrictivos (y realistas) en cuanto a mecanismos de dispersión fuera empleados, y el efecto actual y futuro de los cambios en la cobertura vegetal y uso del suelo fueran considerados. 100% 90% 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% EX CR EN VU NT LC Aves Plantas Aves B2 50 B2 50 A2 50 Plantas Aves A2 50 B2 80 Plantas Aves Plantas B2 80 A2 80 A2 80 Figura 5. Proporción de las especies clasificadas de acuerdo al criterio A3(c) de la lista roja de la UICN para los dos períodos de tiempos utilizando los dos escenarios de emisión. EX. extincta; CR. En peligro crítico; EN. En peligro; VU. Vulnerable; NT. Casi amenazada; LC. De menor importancia. 27 Cuesta-Camacho, Peralvo y Ganzenmüller Sensibilidad de las especies andinas a los efectos del cambio climático Nuestros resultados muestran que los efectos del cambio climático sobre la biota andina podrían ser extremadamente severos. El efecto de las anomalías climáticas en los Andes tropicales, en la escala de especies, muestra patrones similares para las aves y plantas estudiadas. En general existe una consistente contracción de los nichos climáticos de las especies que varía entre el 28% para plantas y el 18% para las aves en el escenario B2 para el período 2050 a 36% y 27% respectivamente en el escenario A2 para el período 2080 (Figura 3). Un patrón importante es que la mayoría de las especies que sufrirían considerables pérdidas son en su mayoría especies climáticamente marginales restringidas a los páramos o a los valles xerofíticos de la región. Sin embargo, las mediciones de sensibilidad presentadas aquí son sujetas a una fuente principal de incertidumbre: la selección de los modelos climáticos para evaluar el impacto del cambio climático en la escala de especies. Todas las proyecciones usadas para el presente análisis están basadas en el modelo climático global HadCM3 (escenarios de emisión B2 y A2); para otros modelos climáticos, las proyecciones espaciales de las variaciones climáticas podrían ser distintas de las presentadas en este estudio. Sin embargo, la utilización de modelos climáticos distintos podrían cambiar la magnitud pero no la dirección (incremento frente a detrimento) de los efectos generales sobre la biota andina (Ohlemüller et al. 2006). Adicionalmente, el modelo climático HadCM3 y los escenarios B2 y A2 fueron seleccionados para permitir comparación de resultados con estudios similares (por ejemplo Broennimann et al. 2006; Thuiller et al. 2005) en diferentes regiones del planeta. Estimación del riesgo de extinción en los Andes Tropicales El origen y el actual arreglo especial de la mayoría de las especies andinas utilizadas en este estudio fueron influenciados por las fluctuaciones climáticas del Plioceno-Pleistoceno (Luteyn, 2002; Young et al. 2002). Las fluctuaciones climáticas, especialmente los ciclos glaciales-interglaciales del Pleistoceno tuvieron una fuerte influencia en los procesos de radiación y especiación de los taxones andinos. Fjeldså (1995), Roy et al. (1997), Krabbe et al. (1998), y Arctander y Fjeldså (1997) sugieren un modo de especiación dominado por procesos dinámicos de aislamientos locales en 28 Efectos del calentamiento global sobre algunas especies en los Andes Tropicales ecosistemas montanos climáticamente estables con dispersiones ocasionales entre ellos. Estos reductos climáticos pudieron haber jugado un papel de refugios de la biota andina y se los ha definido como áreas ecológicas estables. Dado que se estima que estos refugios fueron de tamaño pequeño, las poblaciones de animales y plantas que los ocupaban debieron ser pequeñas también (Bradshaw et al. 1995). Como consecuencia, muchas de estas “neo-especies” presentes en ecosistemas andinos son endémicas, adaptadas a condiciones ambientales muy específicas en conjunción con un rango de distribución restringido (Kattan et al. 2004). Estas condiciones muestran un escenario perfecto para que ocurra una alta extinción y anomalías en los patrones de distribución de estas especies en escenarios de anomalías climáticas. En este contexto, la pérdida de porciones considerables del nicho climático de estas especies nos induce a clasificar a una gran cantidad de ellas como en peligro crítico o incluso extintas. La declinación en el tamaño del nicho climático de estas especies, implica que eventos estocásticos pequeños podrían afectar una gran parte de su población total, especialmente en paisajes fragmentados como los Andes. Si una especie termina restringida a un número pequeño de sitios o eventos catastróficos de pequeña escala podrían terminar en extinciones locales (With y King 1999; Opdam 1991). Por otro lado, nuestros resultados pueden ser conservadores dado el supuesto de migración universal aplicado, y las tasas de pérdida de cobertura vegetal para los Andes Tropicales que no fueron incluidas en los análisis realizados. Por lo tanto, los impactos futuros de las anomalías climáticas podrían ser incluso mayores a los reportados debido al alto grado de fragmentación (natural y humano) a la escala de paisaje. La pérdida de hábitat y la fragmentación es especialmente rápida en los flancos exteriores, donde fronteras recientes de deforestación se han desarrollado a lo largo de la estructura vial recientemente creada (y en continua expansión) y por las dinámicas propias de los procesos de colonización en los piedemontes andinos (Young 1998). Bibliografía Anderson, R.P., M. Gómez-Laverde y A.T. 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Para el caso de plantas utilicé la información del Missouri Botanical Garden, que ha compilado información del Museo de Aarhus, de la Universidad Católica, de los herbarios, del Museo de Historia Natural, del AMNH, de revisión de más de mil publicaciones, revisiones de grupos taxonómicos, en las cuales están los registros de localidades. Más o menos es una base de datos de 68000 registros de los cuales, en el caso de Birdlife Internacional, ellos nos dieron toda la base de datos de aves, razón por la cual se uso este grupo. No usamos anfibios porque esta información no estaba disponible. Cuando yo pedí a la Universidad Católica me dijeron que no. Creo que el resto ya sabes. 34 Efectos del calentamiento global sobre algunas especies en los Andes Tropicales Rossana Manosalvas Yo quería que tú nos aclares un poquito cuando hablas de que es información de un estudio preliminar. Has mostrado al final de tu presentación que existen algunas incertidumbres pero, ¿qué se podría usar de esta información para tomar ciertas precauciones, con la debida cautela, en términos de conservación a escala local, nacional o regional? Francisco Cuesta Bueno, sobre la primera parte de tu pregunta: ahora estamos empezando la segunda fase de este estudio donde estamos tratando de incorporar justamente la mejor alta de estas limitaciones, sobre todo para mejorar los patrones de riqueza. Especialmente para las especies de Colombia y los Andes venezolanos estamos tratando de ver qué posibilidades existen de mejorar la información climática. Eso sería mucho más interesante hacerlo con la gente que sabe hacerlo, es decir, el INAMHI o el IDEAM de Colombia si es que fuera posible. Otra cosa importante es obviamente incorporar los modelos de la parte de uso del suelo, y entender mejor lo que le está pasando al paisaje como tal para esos mismos años (esperamos tener datos para enero del próximo año). Sobre las otras cosas, creo que mas allá de tener todas estas limitaciones e incertidumbres, lo que es evidente es que si esto se da, habrían desplazamientos de especies. En este sentido, una cosa importantísima sería tratar de mantener la conectividad vertical ente páramos y bosques, e identificar cuáles son estas áreas más críticas que nos permitiría tener un mosaico de hábitat continuo desde los 500 hasta los 4500 msnm. Eso es básico. Independientemente de si es cierto, suponiendo que el 10% es cierto, debería permitirnos buscar escenarios de asocios, no solo pensando en los sistemas nacionales, sino generar redes interconectadas de conservación en escenarios hipotéticos de desplazamientos a otras zonas. Sobre todo una cosa que es importante, es establecer programas de monitoreo de investigación a largo plazo en ecosistemas de montaña, que realmente nos permitan decir cuáles son estos indicadores. Puede ser por ejemplo que el pájaro que estamos usando porque tenemos registros, no es un buen indicador, y tal vez son mejores los frailejones. Esas cosas habría que concertarlas para que los indicadores que vamos a usar en Venezuela sean los mismos que están en Ecuador, Perú y Colombia, y monitorearlos a largo plazo para poder decir efectivamente lo que está pasando, lo que ya se puede constatar. Por ejemplo, en Inglaterra donde hay 50 años de monitoreo sobre este tema, existe un desplazamiento de casi 16 kilómetros costeros hacia el norte de la anida- 35 Cuesta-Camacho, Peralvo y Ganzenmüller ción de especies británicas. Existe también el ejemplo del desplazamiento de los alces en los bosques canadienses. Esto solo se puede hacer con monitoreo y con investigación. Janeth Ulloa En el marco de lo que estabas diciendo, me gustaría que nos comentes un poco más sobre las recomendaciones que tú podrías dar o sobre qué preocupaciones podríamos nosotros transmitir al gobierno nacional. Hemos visto que este, más allá de ser un tema de información, un tema tecnológico, es un tema de decisión política y actualmente está orientada toda la discusión a lo que podemos hacer individualmente. Esto me parece útil pero, cuando estamos planteando estas situaciones tan graves sobre los impactos que va a tener el país, ¿qué posiciones como país debemos tener, más allá de las cosas individuales, para tener información, para lograr otro tipo de beneficios, para poder enfrentar y entender, o buscar alternativas a estos problemas tan serios? Francisco Cuesta ¡Qué complicado! La verdad es que no podría darte una respuesta porque creo que has entrado en un campo que para mí es un poco desconocido. Esta es la parte más política del asunto, y no quiero decir que no se tenga implicaciones, es más, debería tener implicaciones de ese tipo. Yo le pasaría la pelotita a la gente que hace gestión, y que trabaja sobre este tipo de cosas. La información está disponible. Usándola, obviamente con toda la cautela y con las incertidumbres que existen, esa gente debería tener la capacidad y el conocimiento de decir cómo y por donde ir en este sentido. Yo lo que ofrezco es participar en cualquier tipo de escenarios de discusión, pero no podría dar una respuesta muy sería al respecto. Rubén Basantes ¿Se podría hacer o se podría aplicar esta metodología a escala local, a escala de país? ¿Cuál sería la escala recomendada para hacer este estudio, teniendo obviamente toda la información necesaria? 36 Efectos del calentamiento global sobre algunas especies en los Andes Tropicales Francisco Cuesta Primero, habría que plantearse cuales son las preguntas que se quiere contestar. Depende también de cuanta información tengas, esto es directamente relacionado a la información base con que se cuenta, es decir, si resulta que para una micro cuenca tienes 10 estaciones meteorológicas que han recopilado información durante 50 años, y es información de buena calidad, puedes generar probablemente unos modelos climáticos más finos a esa escala y también puedes identificar especies especificas a esa escala. Para este tipo de análisis probablemente todo va a depender de la cantidad de información que tengas, y mientras más fino se vaya, mientras más ventanas de detalle se abran, mejor. Estamos hablando de que probablemente el crecimiento de la necesidad de información es exponencial, algo así como la reproducción de los seres humanos en los últimos años. Uno de los grandes puntos de discusión es si es que para escenarios de cambio climático se puede o no incluir variables estáticas como por ejemplo geomorfología, considerando que necesitamos un modelo dinámico que cambie para poder proyectar la distribución futura. Ahí entras en otros escenarios de mucha mayor incertidumbre y complejidad. Manuel Carvajal ¿Qué tipo de información meteorológica se utilizó y cuáles dificultades se encontró? ¿Fue una cuestión de cobertura espacial o hicieron falta parámetros meteorológicos? Francisco Cuesta Esa es una muy buena pregunta. La información que utilizamos es la información que ha sido recopilada del CRU. En términos generales el IPCC que es este panel de investigación del cambio climático, tiene diferentes nodos de investigación. Uno de estos nodos es la Universidad de East Anglia en el Reino Unido que ha recolectado mucha información a escala mundial de todas las estaciones meteorológicas. Ellos tienen un grupo de investigación climático que se ha dedicado los últimos 20 años a recolectar información de todas las estaciones meteorológicas disponibles a escala global. Sobre esta información y con todos los sesgos que existen, por ejemplo en la poca distribución de información para estaciones meteorológicas bajo mil metros a la Amazonía en el caso del Ecuador, todos estos problemas han sido heredados en estos modelos. La informa- 37 Cuesta-Camacho, Peralvo y Ganzenmüller ción a la que accedimos fue esa. Los escenarios de cambio provienen de la misma fuente, y con base con ellos, con los puntos de distribución de todas las estaciones meteorológicas en los Andes, hicimos las interpolaciones actuales y futuras. No sé si en esto ayude un poco el software que usamos que se llama ANUSPLIN de la Universidad de Canberra en Australia, y que hace regresiones lineales múltiples. Lo que hicimos originalmente fue contactar al INAMHI, al IDEAM en Colombia, y al instituto que maneja este tipo de datos climáticos en el Perú, pero nunca tuvimos respuesta. 38 EL PROYECTO PILOTO NACIONAL DE ADAPTACIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO (INAP) Y SU RELACIÓN CON LA ALTA MONTAÑA EN COLOMBIA Klaus Schütze Páez Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), Colombia La Ley 99 de 1993 determinó en Colombia los fundamentos de la política ambiental y dio origen al Sistema Nacional Ambiental, en el que se integran orientaciones, normas, actividades, recursos, programas e instituciones para poner en marcha los principios generales ambientales consagradas. A la cabeza del Sistema Nacional Ambiental está el Ministerio de Ambiente, Vivienda, y Desarrollo Territorial, las Corporaciones Autónomas Regionales encargadas de hacer gestión ambiental en las diferentes regiones del país, y cuatro institutos de investigación que dan apoyo técnico para la toma de decisiones políticas. Los institutos son: el Instituto Alexander Von Humboldt que se encarga de los estudios sobre biodiversidad en el país, el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas Sinchi que trabaja específicamente en la amazonía colombiana, el Instituto de Investigaciones del Pacífico que trabaja en región del Pacífico Colombiano, y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales - IDEAM que dirige y lidera en todo el territorio nacional los temas de meteorología, hidrología y estudios ambientales relacionados con el desarrollo del país. La Primera Comunicación Nacional ante la Convención Marco (CMNUCC) Colombia hace parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) desde 1995 y ratificó el Protocolo de Kyoto de la misma Convención en el año 2000. Como parte de la Convención, Colombia desarrolló en el 2001 su Primera Comunicación Nacional 39 Klaus Schütze P. bajo el liderazgo del IDEAM, con la participación de más de 70 instituciones públicas y privadas nacionales. A pesar de contribuir mínimamente al fenómeno de cambio climático (el país emite únicamente el 0,25% de las emisiones globales de dióxido de carbono), Colombia es particularmente vulnerable a los efectos de este fenómeno. La Primera Comunicación Nacional (CN1) determinó que los ecosistemas colombianos más vulnerables a los efectos del cambio climático serían los de Alta Montaña (Glaciares, Páramos y Bosques Andinos). Con un aumento proyectado para el 2050 en la temperatura media anual del aire para el territorio nacional entre 1°C y 2°C; y una variación en la precipitación entre ± 15%, se espera que el 78% de los nevados y el 56% de los páramos desaparezcan. Esto afectaría dramáticamente a un 80% de la población colombiana que está asentada en la región andina, y a cerca del 70% de la generación eléctrica que se produce a través de sistemas hidroeléctricos. La determinación de los impactos y la vulnerabilidad frente al cambio climático de las zonas costeras continentales colombianas fueron llevadas a cabo por el INVEMAR. Con un ascenso del nivel del mar proyectado para el 2050 de aproximadamente 40 cm en la costa Caribe y de 60 cm en la costa Pacífica, los resultados determinaron, entre otras cosas, que el 64% y el 83% de los litorales Caribe y Pacífico respectivamente estarían amenazados por inundaciones marinas entre media y muy alta. Esto cambiaría la cota salina afectando las zonas de cultivo en los valles interandinos. En el tema de salud, la CN1 estimó que con el cambio climático, particularmente con un aumento en la temperatura, la amenaza actual de morbilidad y mortalidad por dengue y malaria podría incrementarse. Así mismo, se incrementaría la posibilidad de incidencia de estas dos enfermedades en áreas del país que antes no eran vulnerables, como son la zona andina y las zonas medias del país, donde habita la mayor parte de la población colombiana. 40 El Proyecto Piloto Nacional de Adaptación al Cambio Climático (Colombia) Recomendaciones de la Primera Comunicación Nacional A partir de los resultados y recomendaciones de la CN1, el Consejo Nacional Ambiental, máxima instancia de decisión y coordinación intersectorial colombiana alrededor de los temas ambientales conformada por los ministerios relacionados con estos temas, aprobó en agosto de 2002 los Lineamientos de la Política Nacional de Cambio Climático. Entre las recomendaciones más importantes se encuentran: • • • Mejorar las estimaciones de los posibles cambios de temperatura del aire, de la precipitación y de otras variables climatológicas en el territorio colombiano en una escala más precisa. La escala de la información que se venía generando con la red de meteorología en el país, respondía a otro tipo de necesidades, sin embargo al identificar las preguntas y necesidades de información relacionadas con el tema de cambio climático, se requiere trabajar a una escala más precisa que demanda un esfuerzo técnico considerable. Estimar los impactos del cambio climático así como la vulnerabilidad de sistemas estratégicos para el país y que a su vez pueden ser altamente vulnerables ante el cambio climático y los efectos sobre las variables socioeconómicas asociadas a los mismos. Determinar las correspondientes medidas de adaptación y sus opciones en el marco legislativo y político nacional e internacional. El Proyecto Piloto Nacional de Adaptación al Cambio Climático (INAP) Como resultado de la gestión que Colombia realiza con la Primera Comunicación y el cumplimiento de sus compromisos en el marco de la Convención de Naciones Unidas, El Gobierno de Colombia ha suscrito un Acuerdo de Donación con el Banco Mundial de recursos provenientes del Fondo Mundial para el Medio Ambiente - GEF para apoyar a Colombia en la ejecución del Proyecto Piloto Nacional de Adaptación al Cambio Climático, INAP. El objetivo del INAP es apoyar la definición e implementación de medidas piloto de adaptación específicas y opciones de políticas para prever anticipadamente los impactos del cambio climático en: ecosistemas de alta montaña, áreas insulares del Caribe colombiano y salud humana (dengue y malaria). 41 Klaus Schütze P. Por lo anterior, el beneficiario de la donación es la República de Colombia a través de la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional (Acción Social) y el Receptor de los recursos es Conservación Internacional Colombia – CI-. La ejecución administrativa y financiera de los recursos del Acuerdo de Donación, está a cargo de Conservación Internacional Colombia –CI-. La coordinación técnica general del Proyecto está a cargo del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales- IDEAM quien a su vez actúa como entidad ejecutora junto con las siguientes entidades: INVEMAR, CORALINA y el Instituto Nacional de Salud. Los componentes del INAP son ejecutados de la siguiente manera: • • • IDEAM: Componentes A “Producción de Información sobre Cambio Climático y Variabilidad Climática” y Componente B o Alta Montaña “Diseño e Implementación de un Programa de Adaptación en la región de Cuenca del Río Blanco del Macizo de Chingaza” INVEMAR y CORALINA: Componente C “Diseño e Implementación de un Programa de Adaptación en las Áreas Insulares del Caribe Colombiano” El Instituto Nacional de Salud: Componente D “Respuestas a las enfermedades tropicales de los vectores de dengue y malaria inducidas por el cambio climático” El componente B del Proyecto INAP, tiene como objetivo el diseño e implementación de un Programa de Adaptación que apoye el Mantenimiento de los Servicios Ambientales en la Cuenca de Río Blanco del Macizo de Chingaza, ubicada en la Cordillera Oriental, en jurisdicción de los municipios de La Calera y Choachí. En dicha Cuenca, el Componente B prevé la implementación de las siguientes cuatro Medidas de Adaptación: 1. Generación y manejo de información sobre Cambio Climático Global en la Planeación y Manejo en la Cuenca del río Blanco ubicada en el Macizo de Chingaza para mantener los servicios ambientales que prestan los ecosistemas de Alta Montaña. 2. Reducción de los impactos adversos en la regulación hídrica de la Cuenca del Río Blanco del Macizo de Chin- 42 El Proyecto Piloto Nacional de Adaptación al Cambio Climático (Colombia) gaza para el consumo humano y el potencial hidroenergético del Proyecto Santa Ana. 3. Modelos de planificación del uso de la tierra que incorporen los impactos del cambio climático global en la alta montaña de la Cuenca del Río Blanco en el Macizo de Chingaza, a través de la formulación de guías para ser incluidas dentro de los instrumentos de ordenamiento territorial. 4. Mejorar los agroecosistemas productivos ubicados en la alta montaña de la Cuenca del Río Blanco en el Macizo de Chingaza. El Proyecto PHRD: Fondo para el Desarrollo del Recurso Humano y de Política del Japón Este proyecto terminó en el 2007 y parte de sus resultados aportan al desarrollo del INAP. El objetivo del proyecto PHRD fue: “Desarrollar e iniciar la validación de protocolos de monitoreo del cambio climático y simulación de los impactos a los ciclos del agua y el carbono en los ecosistemas de Alta Montaña.” Entre las actividades están el desarrollo de Protocolos de Monitoreo del Cambio Climático, y la simulación de los Impactos en los Ecosistemas de Alta Montaña y el diseño para realizar la Validación de los Protocolos en los Parques Naturales Nacionales de Chingaza y Los Nevados. Durante el 2006 y el 2007 se iniciaron específicamente las siguientes actividades: • • • • Caracterización de los ciclos de agua y carbono en los sistemas de páramo, bosque alto andino y glaciares. Elaboración del protocolo para el monitoreo de los ciclos del agua y del carbono, que permita incorporar el análisis del impacto del cambio climático sobre estos ciclos en los ecosistemas de alta montaña. Diseño del sistema de monitoreo que incluya el seguimiento de las variables climáticas y socioeconómicas, los criterios para la selección de los sitios y los protocolos a medir. Implementación y validación del protocolo en ecosistemas de alta montaña en Colombia. 43 Klaus Schütze P. • • Diseño e instalación de la red de monitoreo en ecosistemas de alta montaña. Inicio de Recolección, procesamiento y análisis de la información. El Componente de Alta Montaña Medidas 1 y 2 de Adaptación: Generación y manejo de información sobre Cambio Climático Global en la Planeación y Manejo en la Cuenca del río Blanco ubicada en el Macizo de Chingaza para mantener los servicios ambientales que prestan los ecosistemas de Alta Montaña. Se busca la reducción de los impactos adversos sobre la regulación hídrica en las cuencas seleccionadas en los Páramos de las Hermosas, Chingaza y Los Nevados Actividades (i) Conservación de la vegetación natural de los cinturones riparios a lo largo de los cauces. (ii) Conservación y recuperación de la cobertura del suelo en la cuenca para mantener la captura de la precipitación horizontal y el almacenamiento de carbono en el suelo. (iii) Adopción de un programa de manejo para prevenir y mitigar las actividades que puedan reducir la capacidad de retención de agua en el suelo (incluyendo incendios). Medida 3 de Adaptación: Modelos de planificación del uso de la tierra que incorporen los impactos del cambio climático global en la alta montaña de la Cuenca del Río Blanco en el Macizo de Chingaza, a través de la formulación de guías para ser incluidas dentro de los instrumentos de ordenamiento territorial. Se espera la formulación de Guías para incorporar el Cambio Climático en los planes de ordenamiento territorial y Prevención de Riesgos a nivel Municipal. Actividades (i) Selección de dos Municipios pilotos. (ii) Identificación de ecosistemas claves, determinación de impactos asociados a Cambio Climático e identificación de riesgos y medidas para mitigar impactos negativos (iii) Definición de las Guías. 44 El Proyecto Piloto Nacional de Adaptación al Cambio Climático (Colombia) Medida 4 de Adaptación: Mejorar los agroecosistemas productivos ubicados en la alta montaña de la Cuenca del Río Blanco en el Macizo de Chingaza. Se inician con el manejo sostenible de los sistemas productivos de altura, principalmente la ganadería y la papa. Actividades (i) Selección de los sitios piloto con base en información socioeconómica. (ii) Selección de sistemas y prácticas agro-productivas que respondan a predicciones de Variación Climática y al Cambio Climático Global. (iii) Diseño de incentivos para la adopción de sistemas productivos. (iv) Implementación de los sistemas y prácticas productivas. (v) Implementación de actividades piloto para reducir la variabilidad del suministro de agua relacionada con la vulnerabilidad climática (vi) Fortalecimiento de la organización y capacidad local. El Componente de Zonas Insulares del Caribe Colombiano Medida de Adaptación: Un programa de adaptación diseñado e incorporado a los planes regionales de desarrollo de las áreas insulares del Caribe Colombiano, que incorpore el mejoramiento del manejo de ecosistemas marinos y reduzca la vulnerabilidad del abastecimiento de agua potable a las comunidades locales. Actividades (i) Implementación de un sistema de monitoreo oceanográfico y ecosistémico. (ii) Manejo integrado del recurso hídrico, con énfasis en la disponibilidad (Isla San Andrés). (iii) Implementación de Áreas Marinas Protegidas. (iv) Manejo Integrado de la zona costera para reducir la vulnerabilidad de la población, los ecosistemas y la infraestructura al CCG. El Componente de Salud Humana Medida de Adaptación: Fortalecimiento del programa de salud, en el que se incorpore las medidas de manejo para identificar las amenazas de dengue y malaria inducidas por el cambio climático y que resulten en la reduc- 45 Klaus Schütze P. ción del 30% de la morbilidad debida a estas enfermedades en las áreas piloto del proyecto. Actividades (i) Desarrollo de modelos estadísticos del efecto del clima sobre malaria y dengue en las Áreas Piloto (AP). (ii) Modernización y actualización del sistema de información en salud. (iii) Desarrollo de modelos de pronóstico para la ocurrencia de epidemias de dengue y malaria asociadas a la variabilidad del clima en 20 municipios colombianos. (iv) Sistema de alerta temprana y de las acciones que puedan derivarse a nivel institucional para la atención de posibles brotes y epidemias de dengue y malaria. Discusión Jorge Núñez Soy parte del Proyecto Regional Andino de Adaptación al Cambio Climático, proyecto liderado por el Ministerio del Ambiente del Ecuador, y que al igual que el proyecto de Colombia, es implementado a través el Banco Mundial. Estamos un poco atrás respecto de ustedes. Somos el hermano menor diríamos. Tengo algunas inquietudes: para el diseño de las medidas de adaptación específicamente en el tema páramos, ¿qué horizonte en cuanto a los años tomaron ustedes en consideración, dado que los modelos prevén y dan resultados en unos casos para 50 años y en otros para finales de siglo, como el caso del modelo japonés, pero no obstante con miras a poder diseñar medidas de adaptación que sean evaluables en el corto y mediano plazo? Es preciso determinar un horizonte un poco más cercano. La pregunta concreta es ¿qué horizonte tomaron ustedes inicialmente como parámetro? La otra pregunta es sobre el mismo modelo japonés, que como bien explicaste tú, ya se hace el trabajo y la resolución a una malla de 20x20 kilómetros, pero luego con el downscaling tiende a bajar, y según entendí de tu exposición, ya lo han logrado bajar a 5x5. Klaus Schütze Realmente el horizonte es un horizonte que nos toca entrar a medir porque no tenemos la información para poder hacer las series por la falta de esta- 46 El Proyecto Piloto Nacional de Adaptación al Cambio Climático (Colombia) ciones e información a esas alturas. Tenemos muy pocas estaciones hidrológicas y meteorológicas en las zonas de páramo, y es por eso que los estudios de glaciares y otros estudios nos permitirían tener claro ese horizonte de tiempo. El proyecto como ustedes saben, va a ser de 5 años, y por ende las medidas de adaptación nosotros las ponemos iniciando a 5 años. Sin embargo, es realmente más una transformación casi cultural y de hábitos lo que buscamos en esos 5 años, que implementar medidas de adaptación en los ecosistemas en sí. Es más fácil cambiar las culturas y las aptitudes de la gente que el cambio climático. Con respecto a la segunda parte, nosotros incluso estábamos en la teleconferencia que hubo. Realmente no soy yo el experto en escenarios, pero los que hablaban ahí mostraban que está muy bien bajar la grilla del 7% que los japoneses proponen en las zonas planas, es decir en la Amazonía y costa atlántica, pero en las zonas montañosas, particularmente en Colombia, el error que las estaciones meteorológicas muestran con respecto al escenario es de 400%. Entonces la recomendación es no bajar el downscaling porque aumentaríamos el error, y estaríamos subestimando realmente los escenarios. Por eso les dijimos que, en vez de proponer bajar la escala en Colombia, antes nos interesa aumentar la variable vientos en alta montaña para poder asegurar y no cometer el error de bajar la escala subestimando datos. Esto debido a que creemos que Colombia por estar en la parte norte, está más influenciada por las corrientes del Niño, y esa corriente húmeda nos puede estar alterando suficientemente los vientos, y la variable vientos no se está midiendo en ese tipo de escenarios. Flor María Cárdenas Gracias al Grupo de Trabajo en Páramos y a EcoCiencia por la invitación. Más que preguntas tengo algunas reflexiones. Aquí estamos representantes de grupos que trabajamos por el desarrollo de nuestro país, aportando con un granito de arena a que mejoren las condiciones de nuestro país y del planeta. Sería importante que en todo este tipo de reuniones, estuvieran presentes los que toman las decisiones políticas para comenzar a hacer cambios y trabajar por mejorar todas estas condiciones desde los grupos políticos, desde los que toman las decisiones, para que en nuestro país de hombres y mujeres vayamos tomando conciencia de los problemas que se están dando por el calentamiento global, y así ir construyendo una sociedad que tenga conciencia. Este es un nuevo reto que tenemos que tomarlo en América Latina, en Ecuador y el mundo, pero unidos desde la participación ciudadana. En este caso, en representación de nuestra insti- 47 Klaus Schütze P. tución INIAP, estamos aquí presentes y creemos que desde la investigación podemos ir aportando a estos procesos. Ojalá que estas reuniones, que son para los grupos que estamos trabajando en el campo, donde están los problemas, sean también para los entes tomadores de decisiones, como el Ministerio de Agricultura, el Poder Legislativo con nuestros Diputados, y les permitan conocer qué es lo que podemos hacer para contrarrestar lo que se nos viene. Nosotros estamos viendo que para las próximas generaciones va a ser más duro, por lo tanto debemos unirnos para ir construyendo un mundo más equitativo, para que nuestras generaciones puedan vivir en un ambiente más sano. Estos procesos deben seguir, y como decía el compañero Juan: es un reto que debemos tomar. Tomemos conciencia e impulsemos acciones concretas desde las distintas instancias en donde estamos trabajando. Estas inquietudes nos abren nuevos horizontes y nuevos retos. 48 LA RECESIÓN DE LOS GLACIARES EN EL ECUADOR 1 Y EL CAMBIO CLIMÁTICO Dr. Bernard Francou Director de Investigación Institut de Recherche pour le Développement, Francia ¿Cuál es el problema? Los glaciares son uno de los mejores indicadores de la tendencia climática. Es gracias a ellos que, a partir de la primera mitad del siglo 19, el concepto de “eras glaciares e interglaciares” se ha impuesto y que ha nacido la paleo-climatología. En este proceso, el nombre del científico suizo Louis Agassiz se destaca entre otros. Midiendo y estudiando los glaciares de una manera efectiva a partir de 1870 —primero en Suiza y en Francia, luego en Escandinavia—, se ha notado que los glaciares conocen variaciones periódicas: su lengua frontal avanza por un tiempo y luego empieza a retroceder, para volver a avanzar nuevamente. Poco a poco se trató de relacionar dichas fluctuaciones con las variaciones del clima y así nació la glaciología. Actualmente, de 100 a 150 glaciares son observados regularmente en varios macizos alrededor del mundo. A pesar de que esto constituye una cobertura poco densa para obtener una tendencia general, esta red ofrece, en el contexto de recalentamiento global de los últimos decenios, una fuente de información extremadamente útil para monitorear el clima del planeta, particularmente en regiones remotas donde la información climatológica con base en mediciones directas es escasa o inexistente. 1 Este texto apareció originalmente, con pequeñas modificaciones, en el número 23 de la revista Montaña, publicada en el Ecuador. El autor, quien presentó algunos de estos datos en la reunión correspondiente del GTP, fue muy amable en permitir su uso para la presente publicación. 49 Bernard Francou Hemos tratado, en un libro recientemente publicado en Francia (Francou y Vincent 2007), de hacer una síntesis de esta información y de presentar a un amplio público no especializado un panorama de los glaciares a nivel mundial. En este artículo, sin embargo, me limitaré a sintetizar lo que hemos aprendido de los estudios hechos por el IRD y de sus contrapartes desde hace 15 años sobre algunos glaciares de la cordillera ecuatoriana. La prensa aporta muchas veces informaciones muy aproximativas o incluso falsas sobre los glaciares, por lo que no es inútil presentar aquí un punto de vista basado en observaciones científicas directas. Es importante comenzar la historia hace algunos siglos atrás para apreciar el grado de magnitud del proceso actual de desglaciación. Del mismo modo, es interesante ver si la tendencia que observamos en el Ecuador se ve con la misma fuerza en las cordilleras de los países vecinos, Perú, Bolivia y Colombia, donde existen también programas glaciológicos semejantes. La Pequeña Edad de Hielo (PEH) en los Andes del Ecuador Hay pocas regiones en las cuales los glaciares estén tan cerca de los habitantes y tan expuestos a la vista de todos quienes viajan y recorren el gran valle interandino, como en los Andes ecuatorianos. Por eso mismo, dichos glaciares han sido señalados e incluso a veces descritos desde los primeros siglos de la Colonia. La Condamine (1751), a mediados del siglo 18, evoca las “enormes masas de una nieve tan antigua como el mundo” que recubren los volcanes de la entonces Real Audiencia de Quito. A mediados del siglo 19, el Alemán Moritz Wagner fue el primero en identificar un “verdadero glaciar” situado en el Altar. Su notoriedad se debía, sin duda, a su magnitud, pues este glaciar no solo llenaba, en esa época, todo el centro de la caldera del volcán, sino que también se desbordaba ampliamente sobre el alto valle de Collanes, con una hermosa lengua de hielo que descendía hasta un poco menos de 4.000 m de altitud. En la década de 1870, los viajeros debían cruzar los glaciares antes de llegar a las cimas. Reiss, Stübel, von Thielman y Whymper los caminaron en todos los sentidos, observando las grietas y las morrenas. “Existen glaciares de grandes dimensiones en los Andes del Ecuador. Alcanzan su mayor tamaño en el Antisana, el Cayambe y el Chimborazo, y hay algunos de tamaño considerable en el Altar, el Carihuairazo, el Cotacachi, el Iliniza, el Sara-Urcu y el Sincholagua” (Whymper 1892). 50 Cambio climático y recesión de glaciares en el Ecuador A principio del siglo 20, Hans Meyer fue el primer geógrafo en demostrar que los glaciares ecuatoriales comprenden, tal como en los Alpes, una parte superior bastante grande constituida en su superficie por nieve dura, llamada neviza, y una parte baja compuesta exclusivamente de hielo. Cerca del frente, el hielo suele estar cubierto de escombros rocosos que a veces se confunden con las morrenas circundantes. La “línea de neviza”, que limita entre la parte alta del glaciar y la parte baja, fue correctamente interpretada por Hans Meyer como el límite inferior de la nieve permanente. Treinta años después de Reiss y Stübel, en 1903, Meyer observó la posición, en altitud, del límite de la neviza en los Andes ecuatorianos. Este límite varía, a nivel de las cordilleras, de acuerdo con la exposición a los flujos húmedos que llegan de la Amazonía. Según él, la línea de neviza está 200 a 300 metros más abajo en la vertiente este de la Cordillera Oriental, muy húmeda, de lo que está en la vertiente del Pacífico, más seca. El límite de la nieve permanente también varía en el tiempo bajo el efecto del cambio climático y, en cierto sentido, constituye su trazador. Los relatos y la iconografía dejados por quienes viajaron a través de la nieve y los glaciares son de gran interés para los científicos (véase García y Francou 2002). Pero, ¿qué nos dicen? Sabemos, gracias a La Condamine y a Humboldt, que cumbres tan bajas como las del Corazón (4.787 m) e incluso del Guagua Pichincha (4.794 m) estuvieron permanentemente cubiertas de nieve en los años 1740 y todavía en 1802. “El 20 de julio, fuimos a realizar el experimento del barómetro […] sobre el pico mismo del Corazón, cuya punta está siempre cubierta de nieve y sobrepasa con cuarenta toesas el límite sobre el cual la nieve no se funde jamás” (La Condamine 1751). A mediados del siglo 18, La Condamine y Bouguer determinaron que el límite inferior de la nieve se encontraba a 4.750 m y, cincuenta años más tarde, Humboldt la ubicó a 4.800 m, sin que sea posible para nosotros saber si ese límite subió en 50 años o si la diferencia viene de incertidumbre en las mediciones. De acuerdo con los archivos municipales de Quito, que datan de principios de la Colonia, parecería que el límite de las nieves permanentes en el volcán Pichincha ya se acercaba a esa altitud a comienzos del siglo 16. Aunque las condiciones de una capa de nieve permanente fueron señaladas por Moritz Wagner respecto al Guagua Pichincha hacia 1858, los testimonios de Reiss y Stübel (1870-1874) y, posteriormente, de Whymper (1880) y Meyer (1903), hacen pensar que la nieve se había vuelto esporádica. En lo referente al Corazón, todos los testimo- 51 Bernard Francou nios concuerdan en que, durante la mayor parte del siglo 19, había nieves permanentes, pero esas condiciones ya habían cambiado al comenzar el siglo 20, cuando Meyer visitó la zona. Para entonces, las nieves permanentes ya se habían reducido y se limitaban a los lugares más protegidos. “El Corazón, cuya altitud es de 4.787 m, se levanta precisamente tanto cuanto el límite climático de la nieve en la Cordillera Occidental (a 4.800 m), de manera que puede tener algo de nieve en algunos lugares protegidos, pero, dentro de poco tiempo, perderá este último resto de nieve y hielo […]. Su vecino Rumiñahui, cuya cima mide 4.757 m, ha quedado ya debajo del límite de la nevisca y está, por lo tanto, desnudo” (Meyer 1907). Los glaciólogos contemporáneos saben que entre los siglos 16 y 19, y en muchos casos desde comienzos del siglo 14, existieron a nivel mundial glaciares mucho más extensos que los que existen hoy. Es tal la coincidencia de esta expansión de los glaciares en la mayor parte de los macizos montañosos del planeta que esos seis siglos son conocidos como la Pequeña Edad de Hielo. Esa mayor extensión de los glaciares también era palpable en el Ecuador gracias a condiciones más favorables de capa de nieve y temperatura. El límite de la nieve permanente parece haberse situado siempre, durante esos siglos, entre 4.700 y 4.800 m, es decir, unos trescientos metros por debajo de su nivel actual. El Sincholagua (4.893 m) y el Cotacachi (4.939 m), montañas cuya altura supera la altitud del Pichincha o del Corazón, perdieron sus glaciares un poco más tarde, durante el siglo 20. Whymper escaló esas montañas por primera vez en 1880, describiéndolas como cubiertas de hermosos glaciares. Esas lenguas glaciares aun estaban presentes cuando Hans Meyer pasó por ahí y los pintores Rafael Troya o Rudolf Reschreiter las plasmaron en sus cuadros. Minúsculos restos de hielo perduraron en el Sincholagua y el Cotacachi hasta los años de 1970, pero a inicios de la década de 1990 todo vestigio de glaciares había desaparecido completamente de esas cumbres. En otro macizo, El Altar, el gran glaciar que ocupaba la enorme caldera seguía siendo muy vigoroso cuando Troya lo pintó en 1872, aun cuando su término ya estaba en retroceso en comparación con su extensión máxima. Tal como aparece en las acuarelas de Reschreiter producidas en 1903, el glaciar había retrocedido más, aunque seguía cubriendo la totalidad de la caldera, alcanzando localmente 100 metros de espesor. En el curso del siglo 20, el glaciar fue gradualmente liberando la caldera, dejando lugar, en su centro, a una hermosa laguna, la Laguna Amarilla. Aunque ésta todavía era minúscula en 1956, se fue agrandando y en entre 1965 y 1982 cubría 52 Cambio climático y recesión de glaciares en el Ecuador una superficie equivalente a la mitad de la que tiene ahora. Llegó a su máxima extensión (435 ha) en la década de 1990, una vez que los glaciares abandonaron definitivamente el fondo de la caldera y se replegaron hacia la parte alta del circo, a la sombra de las paredes rocosas. En ese entonces ya era la laguna glaciar más grande del Ecuador (Figuras 1a y 1b). Figuras 1a y 1b. Caldera del Altar en 1903, arriba, pintada por Rudolf Reschreiter y abajo en 2001 (foto Bernard Francou). El espesor de la lengua de hielo cubriendo el sitio ocupado por la laguna Amarilla en 1903 se estima a ~100 m. 53 Bernard Francou Los métodos modernos utilizan varios indicadores para reconstruir las áreas ocupadas por los glaciares en curso del tiempo. Uno de ellos consiste en datar las morrenas dejadas por ellos, las cuales permiten, al mismo tiempo y bajo ciertas condiciones, calcular las antiguas superficies y volúmenes ocupados por el hielo. Estas dataciones utilizan un liquen bien representado en todos los Andes, Rhizocarpon geographicum, cuyo crecimiento, bien calibrado a partir de superficies con edades conocidas sobre las cuales está presente, permite estimar un rango de fechas del depósito de los bloques incorporados a esas morrenas. Un modelo estadístico adecuado proporciona una fecha para la construcción de las morrenas, con una incertidumbre de la orden del decenio. Utilizando este método, investigadores del IRD (Rabatel et al. 2005) pudieron establecer que, en Bolivia, Perú y Ecuador, los glaciares alcanzaron su mayor extensión entre 1600 y 1750, es decir, durante uno de los periodos más fríos de la Pequeña Edad de Hielo, que fue también húmeda en los Andes centrales. Estos avances fueron contemporáneos de muchos otros a nivel mundial. Después de este despliegue máximo, empezó un progresivo retroceso, lo cual fue interrumpido por un avance, bien marcado en el Ecuador, durante los primeros decenios del siglo 19, igualmente fríos a nivel mundial. En Ecuador, como en todos los Andes centrales, el retroceso de los glaciares se aceleró durante los dos últimos decenios del siglo 19, debido a un marcado recalentamiento del clima de esas regiones tropicales y, localmente, a condiciones más secas. Estimamos, entonces, que el fin de la Pequeña Edad de Hielo se produjo en los Andes centrales alrededor del año 1880. Las etapas del retroceso de los glaciares en los Andes ecuatorianos durante el siglo 20 y el proceso de aceleración desde hace treinta años Curiosamente, entre la expedición de Hans Meyer y los últimos decenios del siglo 20 no se ha podido hasta ahora tener un registro preciso de las fluctuaciones de los glaciares. Hay que saltar hasta las fotografías áreas del Instituto Geográfico Militar tomadas a partir de mediados de los años 1950 para disponer de documentos explotables. Aún así, dichas coberturas aéreas son escasas (una cada diez años, no mucho más) y no enfocadas al estudio de los glaciares. En 1975, cuando Hastenrath (1981),2 de la Universidad del Wisconsin, recorrió los Andes ecuatorianos, los glaciares parecen haber tenido su línea de equilibrio entre 4900 y 4950 m como promedio. Los pequeños glaciares residuales, como los del Sincholagua y 2 S. Hastenrath, 1981. Los datos del libro se exponen al final del artículo. 54 Cambio climático y recesión de glaciares en el Ecuador el Cotacachi, estaban ya reducidos a pequeños montículos de hielo y amenazados por desaparecer por completo en algunos años. Se sabe, por estudios hechos en el Perú, particularmente en la Cordillera Blanca, que después del retiro rápido de la lenguas glaciares de los dos últimos decenios del siglo 19 y de los primeros años del siglo 20, una pausa sucede entre 1910 y 1930, marcada por avances significativos al principio de los años 20. Sin embargo, luego, en la Cordillera Blanca del Perú, las expediciones austro-alemanas describen un marcado retroceso de los glaciares a partir de 1930 y durante los años 1940. Desde principios de los años 1950 hasta 1975, como en muchos otros macizos del mundo, ocurre una nueva pausa en el proceso de recesión de los glaciares, con avances de lenguas de algunas decenas de metros, particularmente en 1956, 1963 y 1974-75. En el Cotopaxi, al comparar las fotos aéreas de 1956 y de 1976, no se pudo ver una diferencia marcada en los límites de glaciares, lo que comprueba que la glaciación manifestó ahí también una cierta estabilidad. Figuras 2a y 2b. Frente del glaciar 15α del Antisana en 1994 y 2004. En 10 años, la lengua retrocedió de unos 200 m a pesar de un notable avance de 43 m en 1999-2000. Fotos Bernard Francou. 55 Bernard Francou Pero las cosas cambian radicalmente en todos los Andes tropicales a partir de 1976-1980. Estudios actuales, efectuados por el IRD, el INAMHI y la EMAAP-Q sobre la vertiente oeste del Antisana, demuestran que los glaciares han retrocedido considerablemente en los últimos 50 años (Francou et al. 2000). Claramente visible desde Papallacta y vecino del glaciar Guagrayalina y del glaciar Los Crespos, el glaciar 15, que fue visitado en el pasado por Humboldt, Boussingault, Reiss, Stübel, Whymper y Meyer, ha perdido 36% de su superficie entre 1956 y 2005.3 Esta regresión, que era, en 1993, del 17% desde 1956, se duplicó estos 12 últimos años (Figuras 2a y 2b). En el Cotopaxi, el ritmo de retroceso a partir de la foto de 1976 es parecido, con una disminución del 30% de la superficies glaciares entre 1976 y 1997 (Jordan et al. 2005). Desde esta fecha hasta el 2006, año en que fue fotografiado nuevamente, el Cotopaxi siguió perdiendo su hielo a un ritmo casi similar, llegando a una disminución de un 40% de sus áreas glaciares en treinta años (Figura 3) (Cadier et al. 2007). Tal situación se relaciona con la del glaciar 15 en el Antisana, donde se ha medido anualmente el balance de masa de la lengua alfa con un déficit promedio anual de un poco más de 60 cm de equivalente agua. Repentinamente, el límite promedio de la nieve permanente en esta parte de la Cordillera Oriental subió a un poco más de 5.100 m. Por lo tanto, este límite se ubica ahora 300 metros más alto que cuando Reiss y Stübel visitaron la zona en 1873. A pesar de que el límite de la nieve permanente cambia de un lado a otro de la cordillera, así como, de una manera considerable, de una vertiente a otra de una misma montaña, es razonable decir que la altura a la cual los glaciares hoy en día empiezan a conservar la nieve que reciben anualmente se ha desplazado unos 300 m más arriba con respecto a los siglos de la Pequeña Edad de Hielo. En esas condiciones, se entiende por qué los glaciares más pequeños, ubicados a menos de 5.100 m, están desapareciendo poco a poco. Dichos glaciares están irremediablemente en desequilibrio con el clima actual y no pueden recuperar masa, excepto en algunos pocos años que combinan temperaturas más frías y precipitaciones más abundantes, como 1999 y 2000. Expuestos permanentemente a condiciones de ablación sobre la mayor parte de su superficie, los glaciares “residuales” que permanecen en el Iliniza Sur, en el Sara Urcu y en el Carihuairazo van a desaparecer totalmente en un plazo de algunos años, o uno o dos decenios si las condiciones climáticas permanecen iguales. 3 Según B. Cáceres y otros, informe del IRD y del INAMHI (2007). 56 Cambio climático y recesión de glaciares en el Ecuador Figura 3. Evolución del casquete glaciar del Cotopaxi entre 1976 (claro), 1997 (mediano) y 2006 (oscuro). Datos de 1976 y 1997 conformes a Jordan et al., 2005, datos de 2006 según Cadier et al., 2007. Los límites de los glaciares son aproximados y los nombres corresponden a sus números desde N0° hasta N360°. 57 Bernard Francou ¿Se deberá esto a temperaturas más altas o a una modificación del régimen de precipitaciones? Las razones de este retroceso están siendo estudiadas sobre “glaciares pilotos” en los que se han concentrado observaciones e instrumentales. El clima responsable, pero ¿cómo? Un glaciar es un objeto hidrológico que recibe agua sólida y la conserva en su parte de arriba, la zona de acumulación (Figura 4). El exceso de hielo formado ahí escurre luego por gravedad hacia una altura donde condiciones de temperatura más altas alteran su conservación: es la zona de ablación. El tiempo durante el cual se efectúa la transferencia del hielo entre ambas zonas depende de la forma del glaciar, su tamaño, la temperatura del hielo en su base (la cual puede encontrarse a temperatura de fusión o a temperatura negativa), y de la geometría del lecho rocoso (empinado/suave, rugoso/liso, ancho/estrecho, regular/irregular, etc.). La respuesta del término inferior del glaciar (su frente) —avance, retroceso o estabilidad— depende de la masa de hielo que viene desde arriba y de las condiciones de ablación que existen en la parte terminal. Por lo tanto, un avance o un retroceso de la lengua en la parte frontal no es un indicador inmediato de la evolución del volumen o de la “masa” de hielo, pero existe un plazo más o menos largo, de un año a más de un decenio, entre el efecto del clima (del cual depende que la masa crezca o disminuya) y la respuesta dinámica del glaciar. Se puede decir que son los glaciares relativamente cortos (de menos de un km de largo) y empinados los que responden más rápidamente a un cambio de masa (uno o dos años). La estimación del “balance de masa” (o “balance neto específico”) consiste en cuantificar el aumento o la disminución del volumen del glaciar, los cuales se expresan en metros, centímetros o milímetros de agua equivalente ganada o perdida sobre toda su superficie. Esta medición es entonces más pertinente que las fluctuaciones de longitud de la lengua para relacionar un glaciar con su clima. 58 Cambio climático y recesión de glaciares en el Ecuador Figura 4. Medición de la acumulación neta a los 5.500 msnm en el Antisana por perforación manual. Foto Bernard Francou. Sin embargo, la relación entre el balance de masa y el clima es suficientemente compleja para necesitar un análisis físico de las precipitaciones y de los distintos flujos de energía que se intercambian entre la atmósfera y la superficie del glaciar. Digamos, para simplificar, que la superficie del glaciar recibe, por un lado, los flujos radiativos (la energía que viene del sol) de distintas longitudes de onda, los cuales representan las cantidades de energía más importantes que recibe, y, por otro lado, los flujos no radiativos (llamados “turbulentos”), que están ligados a la temperatura del aire en movimiento y a los cambios de fase del agua: sublimación (pasaje del agua sólida al vapor de agua), que consume mucha energía, y condensación (pasaje del vapor de agua al agua líquida o sólida), que produce mucha energía. En el trópico, a los 5.000 m o más, la energía radiativa de onda corta es el flujo claramente dominante debido a la poca inclinación de los rayos solares y a la densidad débil del aire, con una atmósfera cuya presión es al menos la mitad de la que existe a nivel del mar (~500 hPa). El balance de onda larga es siempre negativo, ya que el glaciar pierde más de esta energía de lo que recibe, un déficit todavía más fuerte cuando la nubosidad diurna/nocturna es débil, como, por ejemplo, en temporada seca, con temperaturas de fin de noche que pueden alcanzar los -10° C. El flujo turbulento de calor sensible (transmisión del calor por el aire cuando hay viento) es poco importante, debido también a la densidad débil del aire, que no puede almacenar muchas calorías a esa altura. Por su parte, el flujo turbulento de calor latente, ligado a los cambios de fase del agua, puede ser importante cuando hay viento y cuando el aire no es saturado de humedad, lo que es 59 Bernard Francou generalmente el caso en las cumbres del Ecuador durante el periodo junioagosto. Este flujo provoca una fuerte sublimación, la cual contribuye a la formación de penitentes de hielo sobre la superficie del glaciar. Sin embargo como la sublimación consume mucha energía (8,5 veces más que la fusión), la misma contribuye a disminuir la ablación y la temperatura del aire en los primeros centímetros de la superficie del hielo. En el balance energético de la superficie del glaciar, lo que importa entonces es el balance de flujo de onda corta. Si está elevado, quiere decir que la superficie absorbe la energía y que esta energía va a la fusión. Si es pequeño, quiere decir que la mayor parte de esta energía que viene del sol se refleja y vuelve a la atmósfera. Este balance depende del albedo, es decir, del poder reflexivo de la superficie del glaciar, lo cual depende, a su vez, de su color: con un color gris (presencia de polvo o de ceniza), el glaciar absorbe entre 40% y 60 % de esta energía; con un color muy blanco, como después de una nevada, el glaciar refleja el 90% de esta energía. Por lo tanto, el albedo es un factor clave que controla la fusión. Ahora bien, ¿cómo puede deteriorarse el albedo? Lo más frecuente es por falta de nevadas, sea porque predomine un tipo de tiempo seco, con fuerte sol, durante lo cual precipitan aerosoles orgánicos o minerales, sea porque las precipitaciones caen en forma líquida (lluvia, nieve a temperatura de fusión, granizo mojado). Se ve, entonces, que la temperatura atmosférica interviene: temperaturas demasiado elevadas (más de -1° C) dificultan la existencia sobre el glaciar de un manto de nieve continuo y durable a fuerte albedo. La importancia de la subida de la temperatura en el balance de energía interviene más a través del albedo que provocando directamente la fusión por contacto del hielo con el aire del ambiente (flujo de calor sensible). En el Ecuador, como efecto del aumento de la temperatura atmosférica desde hace algunos decenios, es significativo ver que los cerros ubicados a los 4.700-4.900 m, que hace 150 años tenían glaciares (el Corazón, el Pichincha, el Sincholagua, el Cotacachi, etc.), cada vez tienen menos posibilidades de mantener un manto de nieve más de una semana en su cumbre. Solo los nevados de más de 5000 ó 5.100 m tienen esta capacidad. Consideramos, entonces, que el desplazamiento del límite de la nieve/lluvia, consecuencia del aumento de la temperatura atmosférica, es el factor principal de la subida en altura de la zona de equilibrio de los glaciares en el Ecuador. No existe evidencia de que las precipitaciones hayan 60 Cambio climático y recesión de glaciares en el Ecuador disminuido en la altura, pero este factor del clima merece estudios más completos. ¿Qué se sabe de la evolución actual de las precipitaciones y de las temperaturas en la altura de los glaciares? En realidad, poco, pues las estaciones meteorológicas que se encuentran a más de los 4.000 metros son escasas, y las que existen funcionan desde solamente unos 10 años. Sin embargo, un estudio reciente de climatólogos norteamericanos que utilizaron datos de una larga muestra de estaciones ubicadas entre el 1°N y el 23°S y a una altura inferior a los glaciares, ha demostrado que la temperatura ha aumentado desde mediados de los años 70 en ~0,34° por decenio. A este ritmo, el límite al cual las precipitaciones de líquidos se vuelven sólidas hubiera podido subir unos 100 metros en 30 años.4 Acerca de la tendencia pluri-decenal de los montos de precipitación anuales, ninguna conclusión clara es posible actualmente para la parte alta-andina (4.000 m y más arriba) debido a la falta de estudios y la falta de datos confiables. Según estudios basados sobre simulaciones climáticas numéricas, la tendencia de las precipitaciones debería aumentar en la parte ecuatorial de los Andes, pero las observaciones demuestran solo una variabilidad muy grande de un año a otro. Concluimos, entonces, que en el Ecuador el aumento de la temperatura atmosférica y su efecto sobre la altura del límite nieve/lluvia ha sido, por su efecto sobre el deterioro del albedo, la causa más probable de la subida de la línea de equilibrio de los glaciares, así como de su recesión. Sin embargo, en el estado actual de la investigación, no se puede excluir el efecto de la variación de la precipitación, en cuanto a su frecuencia y a los montos acumulados sobre los glaciares, pero este efecto no puede ser correctamente apreciado por falta de datos. El papel del Pacífico Estos últimos años hemos logrado relacionar la evolución de los glaciares de los Andes centrales con la temperatura superficial del centro del Pacífico ecuatorial. Por ejemplo, cada vez que en esta región (denominada Niño-4 y ubicada a los alrededores de la Polinesia francesa) sucede una 4 Se trata de una evaluación muy grande. No se descarta que este límite haya podido subir más. 61 Bernard Francou anomalía positiva de temperatura (con una superficie del mar más cálido), la ablación aumenta muy significativamente sobre el glaciar del Antisana (Francou et al. 2004). Al inverso, cuando esta anomalía es negativa (temperatura del mar más fría), la ablación disminuye y el glaciar se acerca al equilibrio. La respuesta de los glaciares del Ecuador a esas anomalías del Pacífico ocurre después de un lapso de tiempo promedio de tres meses. Cuando esas anomalías de temperatura superficial del Pacífico ecuatorial pasan un cierto umbral, llegamos a situaciones conocidas como los fenómenos El Niño (Pacífico cálido) o La Niña (Pacífico frío). Los glaciares, cuyas respuestas al clima son inmediatas —como el glaciar Antisana 15—, están así afectados por El Niño/La Niña: su lengua terminal avanza o retrocede después que estos eventos ocurren. En el caso del glaciar Antisana 15, La Niña de 1999-2000 interrumpió una secuencia de varios años de retroceso, en parte debidos a eventos El Niño largos o fuertes, y provocó un avance espectacular y casi inmediato de unos 40 metros en 2 años. Delimitar cuáles han sido los roles respectivos del Pacífico ecuatorial y del proceso de recalentamiento atmosférico a nivel mundial en el retroceso de los glaciares de los Andes ecuatorianos de esos últimos decenios no es fácil. Es un hecho que la aceleración del retroceso de los glaciares coincidió, aquí como en los otros macizos de los Andes centrales, con la tendencia al recalentamiento marcado que mostró el planeta a partir de los años 1970; y que, igualmente, los fenómenos El Niño han sido más frecuentes a partir de 1976, incluyendo los eventos muy fuertes de 1982-1983 y 19971998. Al contrario, el periodo precedente (1947-1975) había sido marcado por una temperatura global más fría, así como también por un Pacífico ecuatorial más frío y marcado por eventos fríos (La Niña) predominantes. Según algunos estudios, la contribución del Pacífico al recalentamiento de los Andes centrales podría haber sido de 50% o más. Lo restante se debería al aumento de la temperatura global. Sin embargo, cabe notar que no es cosa simple delimitar la contribución del Pacífico a la evolución del clima mundial. Sabemos que el “peso” de este océano y de sus variaciones periódicas (El Niño-Oscilación Sur) tiene repercusiones a nivel global. Los otros glaciares de los Andes Centrales (Perú, Bolivia, Colombia) Los estudios recientes hechos por el IRD y sus contrapartes nacionales a nivel de los Andes tropicales han demostrado que lo que ocurre en el Ecuador se produce también en los otros macizos donde glaciares han sido monitoreados. Los glaciares de la Cordillera Real de Bolivia, los de la Cordillera Blanca del Perú y los de Colombia muestran la misma tenden- 62 Cambio climático y recesión de glaciares en el Ecuador cia. Sin que existan inventarios actualizados de glaciares en estas regiones, podemos estimar, por referencia a estudios particulares, que un promedio del 30% de las áreas de glaciares han desaparecido estos últimos treinta años. Sin embargo, esta cifra puede cambiar en función de los macizos donde los glaciares están ubicados a menos de 5.400 m: los glaciares de Chacaltaya y Charquini en Bolivia, los de Broggi, Yanamarey y Pastoruri en el Perú, y el del Carihuairazo en el Ecuador —para citar los que han sido objeto de estudios seguidos— están por desaparecer con pérdidas de espesor de un promedio de más o menos un metro de agua por año. Como son glaciares que han perdido su zona de acumulación permanente, su evolución depende del valor promedio de la ablación anual y de la reserva de hielo existente. Pocos glaciares de este tipo tienen más de 16-20 metros de espesor promedio, lo que significa que podrían desaparecer, al ritmo actual de su déficit acumulado, en un plazo de 10 a 20 años. Chacaltaya, en Bolivia, que tenía un espesor máximo de 15 metros en 1998, se ha fraccionado en varios pedazos entre 2004 y 2005 (Figuras 5a y 5b). Esos pedazos se habrán acabado totalmente dentro de dos o tres años. El Carihuairazo conocerá pronto la misma evolución, así como los glaciares de la caldera del Altar y del Iliniza Sur. Figuras 5a y 5b. Evolución del glaciar de Chacaltaya (La Paz, Bolivia), en 1996 con 8,2 ha y en 2005 con 1 ha y tres fragmentos de hielo. Fotos Bernard Francou. En cuanto a los glaciares que se extienden sobre un rango de altitud más amplio y tienen una zona de acumulación importante a más de 5.100 m, podemos esperar una respuesta diferente, aunque tienen que reajustarse a la subida de su línea de equilibrio con una reducción de su área. Con el clima actual, esos glaciares “grandes” pierden, desde algunos decenios, 0,4 a 0,6 m de agua cada año (esta capa perdida repartida para el cálculo sobre toda su superficie). Los glaciares “pequeños”, sin zona de acumulación, pierden entre 0,8 y 1,2 m de agua, o sea dos veces más. Según el clima actual se mantenga sin cambiar o la tendencia al recalentamiento 63 Bernard Francou siga o se acelere, los glaciares todavía extensos podrían persistir varios decenios. Para saberlo, habría que conocer la tendencia climática que nos espera en el futuro —lo cual pueden proporcionar los modelos climáticos bajo la forma de escenarios posibles o probables— y proceder a una modelación de la respuesta dinámica de dichos glaciares al reajuste progresivo de su línea de equilibrio impuesto por dicha tendencia climática. Eso, sin embargo, requiere de una base de información glaciológica que no existe todavía sobre ningún glaciar de los Andes. Por lo tanto, toda clase de especulación o de declaración perentoria que repercuta la prensa sobre la desaparición de los glaciares dentro de tal o cual lapso de tiempo no tiene base científica. Con todo, es evidente que la simple extrapolación de la tendencia climática de los últimos treinta años a los próximos decenios es fatal para muchos glaciares, particularmente para los pequeños, lo cuales son los más desequilibrados respecto al clima actual. Lo más importante para saber el futuro de nuestros glaciares y el impacto que podría tener su reducción sobre el recurso agua es mantener y eventualmente ampliar las redes de observación existentes sobre ellos. Solo este tipo de bases de datos pueden permitir desarrollar los análisis y simular el futuro que nos espera en un mundo más cálido. Bibliografía citada y sugerida Cáceres, B., B. Francou, V. Favier, G. Bontron, L. Maisincho, P. Tachker, R. Bucher, J.D. Taupin, F. Delachaux y J.P. Chazarin. 2007. “El glaciar 15 del Antisana. Diez años de investigaciones glaciológicas”. Proceedings of the First International Conference on the Imapct of Climate Change on High Mountain systems. Bogotá. 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Jordan, E., L. Ungerechts, B. Cáceres, A. Peñafiel y B. Francou. 2005. “Estimation by photogrammetry of the glacier recession on the Cotopaxi Volcano (Ecuador) between 1956 and 1997”. Hydrological Sciences/Journal des Sciences Hydrologiques, IAHS, 50, n°6, 949-961. La Condamine, C.M. 1751. Journal du voyage fait par ordre du roi à l’Equateur servant d’introduction historique à la mesure des trois premiers degrés du Méridien. Imprimerie Royale, París. Meyer, M. In den Hoch-Anden von Ecuador. Deietrich Reimer-Ernst Vohsen, Berlin. Rabatel, A., V. Jomelli, P. Naveau, B. Francou y D. Grancher. 2005. Dating of Little Ice Age fluctuations in the tropical Andes: Charquini glaciers, Bolivia, 16 °S. C.R. Geoscience, 337: 1311-1322. Whymper, E, 1892. Travels amongst the Great Andes of the Ecuador. Londres. 65 Bernard Francou Discusión José Freire Más que una pregunta, quiero hacer un comentario y quisiera empezar felicitando al Grupo de Trabajo en Páramos por esta iniciativa. Yo creo que cada uno de nosotros aquí presentes estamos haciendo conciencia del mensaje que hemos recibido esta mañana, y de que es el momento de dejar de ser espectadores y ser realmente actores para lograr mitigar el impacto del cambio climático que se nos viene. Por tal razón, desde mi punto de vista como ecuatoriano y como ciudadano universal, debemos ser conscientes y cada uno de nosotros transmitir ese mensaje en nuestras comunidades para cambiar los hábitos de consumo y hacer cambios positivos que ayuden a evitar este cambio climático y el impacto que podemos tener sobre todo después de haber escuchado esta interesante exposición. Bert de Bièvre Durante estos deshielos acelerados que Bernard nos muestra que estamos experimentando en esta década, ¿es correcto decir que habría un aumento de caudales provenientes de los deshielos en cuencas que tiene glaciares? ¿Existe alguna información al respecto? Creo que es importante que exista una conciencia sobre esto, porque mucha gente ya está diciendo que debido a los deshielos, estamos experimentando una disminución de producción de agua en estas cuencas, mientras que un deshielo acelerado más bien debería significar por ahora, temporalmente por supuesto, un aumento de caudales en estas zonas. Bernard Francou Su pregunta es muy pertinente ya que tengo varios colegas (yo no soy hidrólogo) incluso del mismo equipo en el Perú, que han hecho un trabajo de modelación a partir de los datos hidrológicos existentes sobre varias cuencas que tienen una cobertura de glaciares distinta. Sale como resultado de este trabajo de modelación que en las cuencas donde el coeficiente de cobertura glaciar es importante, es decir más de 60-70%, hay actualmente un aumento de los caudales, que es normal ya que el caudal es la suma de las precipitaciones anuales más lo que pierde el glaciar. Los glaciares, lo he dicho, dan actualmente un balance de masas negativo. Por 66 Cambio climático y recesión de glaciares en el Ecuador ejemplo, en una cuenca que recibe un metro de agua por las precipitaciones cada año, cuyos glaciares tienen un balance negativo de 500 milímetros, el caudal que resulta de la combinación de los dos va a ser de 1500 milímetros. Entonces, efectivamente en las cuencas donde hay muchos glaciares, se prevé un aumento de los caudales durante 20, 30 o 40 años, dependiendo del escenario de modelo climático que escogimos. Mientras que las cuencas donde los glaciares son residuales, son muy pequeños, observamos actualmente una disminución paulatina del caudal. Ese es un trabajo que tiene que hacerse mediante las herramientas de modelación. Con esto se puede realmente prever y hacer pronósticos o predicciones sobre lo que va a ocurrir en varios macizos compartiendo varios tipos de coberturas glaciares. Si quieres la referencia de este trabajo te la puedo indicar después, a la salida. Actualmente existen varios modelos, particularmente en Colina Blanca de Perú que tiene un rol enorme porque es el principal macizo glaciar del trópico, y además las aguas que drenan el río El Santa, tienen un rol muy importante en términos de generación hidroeléctrica y de riego. Este río llega al desierto costeño del Perú, permitiendo la agricultura, etc. solamente por riego. Los glaciares de la Cordillera Blanca tienen un rol vital en la provisión de agua para riego. Bolívar Insuasti Quisiera saber ¿cuál es la incidencia de los usos aguas abajo, del agua de los glaciares? Por ejemplo, el agua que se toma para el sistema La Mica y las captaciones, son provenientes del Antisana. ¿Cuál sería la incidencia sobre los glaciares del Antisana? Bernard Francou Yo pienso que la influencia es nula, porque yo no veo como una represa ubicada a 8 o 10 kilómetros de un glaciar podría tener una influencia sobre el mismo glaciar. Yo pienso que en caso de que la represa fuese más grande, podría existir una influencia climática local, pero la influencia es relativamente difícil de apreciar. Yo pienso que de seguro no hay influencia de La Mica sobre el Antisana, pero si hay una influencia de los glaciares sobre La Mica obviamente. Lo que es importante, y aprovecho su pregunta para mencionar el hecho de que, un glaciar que desaparece, es un tanque de agua natural que desaparece. Es grave cuando un tanque desaparece y el tanque tiene un rol de regulador, ya que también proporciona agua durante los periodos de sequía en los cuales el balance de masa es más 67 Bernard Francou negativo, y al contrario, acumula agua durante los períodos de intensas precipitaciones. Es el caso de la niña y antes es el niño, por ejemplo. Cuando un país, o un sector pierde sus glaciares tiene que construir nuevas represas, entonces la disminución o la desaparición de un glaciar tiene un costo, que es el costo de la construcción de una represa. No es siempre fácil construir represas, es relativamente fácil construir una represa en La Mica, pero es muy difícil en el Perú, en la Cordillera Blanca, que es una región muy sísmica y con vertientes muy inestables. No hay siempre las posibilidades de construir una represa, pero la alternativa a los glaciares son las represas. Adriana Cárdenas Tengo curiosidad por conocer en función de qué características geográficas seleccionaron los sitios para el monitoreo de los glaciares. Bernard Francou Básicamente hay dos clases de criterios. El primero es un criterio científico: el glaciar tiene que ser representativo, y no es fácil encontrar un glaciar representativo. Por ejemplo, cuando un glaciar es completamente cubierto de bloques en su parte baja no es representativo, porque la presencia de bloques de morrena superficial es como un filtro a la respuesta del glaciar a la tendencia climática. Hay también que evitar los glaciares peligrosos. Cuando viaje por primera vez en el año 1994 al Ecuador, para escoger el glaciar que íbamos a monitorear, descubrí glaciares en la cara norte del Chimborazo, porque según las fotografías, eran glaciares grandes que respondían a criterios que son importantes para los glaciólogos. Obviamente el acceso a esos glaciares es muy difícil, entonces eliminamos esos glaciares. El segundo criterio es económico porque cuando estudiamos un glaciar, obviamente debemos obtener el apoyo de las instituciones nacionales. Es mucho más fácil trabajar en un glaciar bajo gestión de la EMAAP, o de la CBEL, Compañía Boliviana de Energía Eléctrica, porque son entidades que están interesadas en el monitoreo económico de los glaciares. Entonces, hay un criterio científico que es la representatividad, y un criterio socioeconómico que es el aspecto de generación hidroeléctrica, riego y, naturalmente, abastecimiento de agua a ciudades importantes como Quito, Lima y La Paz. 68 ALGUNAS CONCLUSIONES David Neira, M.Sc. Coordinador Nacional del PACC El calentamiento global producido por un desmesurado incremento en la concentración de los denominados Gases de Efecto Invernadero en la atmósfera -debido a las actividades humanas- tiene una estrecha relación con las menos previsibles condiciones climáticas que afectan al globo. Sin embargo, los efectos no serán uniformes; por un lado, los cambios serán distintos entre uno y otro lugar; se estima que el calentamiento global será, por ejemplo, mayor a latitudes más altas que en los trópicos. En cuanto al clima y sus manifestaciones, mientras en algunas regiones se presentarán lluvias más intensas, en otras habrá sequías más prolongadas; y, asimismo, otras regiones experimentarán ambos fenómenos. En este contexto y de las preocupaciones derivadas, EcoCiencia y el GTP invitaron a varios expertos y científicos involucrados en la temática para que expusieran los avances en sus investigaciones. Así, luego de una presentación general sobre el cambio climático y sus efectos y posibles soluciones, se mostraron algunos trabajos más específicos. Estos trabajos abordaron los impactos del calentamiento global sobre ecosistemas sensibles como los de alta montaña y la relación de este fenómeno con el retroceso de los glaciares. Por otro lado, fue importante conocer una experiencia sobre los mecanismos y estrategias para afrontar los efectos del cambio climático. A continuación se presenta una serie de conclusiones derivadas de los trabajos presentados. Este breve documento pretende extraer algunas ideas relevantes que bien podrían ser el inicio de investigaciones más profundas y, principalmente, que permitan mostrar la necesidad de trabajar más a fondo en el conocimiento de los impactos y soluciones a nivel local devenidos de una problemática global: Una primera conclusión y que es el punto de partida para generar la discusión y concientización de esta problemática es la difusión de información básica del asunto, tanto a tomadores de decisión como a la sociedad civil 69 David Neira en general. En los últimos dos años, este hecho ha sido bien soportado por al menos tres fuentes de información que han sido difundidas ampliamente: • • • La película/documental “Una Verdad Incómoda” de Al Gore, desde mediados del 2006. El reporte Stern sobre la Economía del Cambio Climático de Sir John Stern, octubre 2006 La serie de reportes preparados por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) relativo a: (1) Las bases científicas del Cambio Climático, (2) Impactos, vulnerabilidad y adaptación y (3) Mitigación potencial de los Gases de Efecto Invernadero, publicados a finales de 2007. Por tanto, la presentación realizada por Juan Negrillo, del Grupo de Al Gore, bien se enmarca dentro de este primer mecanismo de abordaje del problema. Es decir concienciar al público, de distintos niveles, y generar discusión al respecto, no con un enfoque apocalíptico sino más bien con una concepción de que la solución y las estrategias para hacer frente al problema está en todos (políticos, empresarios, ciudadanos) y en la manera en cómo se concibe el desarrollo. Las investigaciones realizadas en los Andes Tropicales revelan que el cambio climático afecta severamente a la biota andina, debido, en algunos casos, a una contracción, y a otros, a una expansión de su nicho climático. De acuerdo con la modelación realizada por Francisco Cuesta y sus colaboradores, mientras que los efectos sobre las diferentes especies de plantas y aves consideradas en el estudio de los escenarios de emisiones para el 2050 (A2 y B2)11 son bastante similares, el escenario A2 para el 2080 genera cambios mucho más severos que el escenario B2 para las referidas especies. Evidentemente, estos resultados son reveladores y deberían ser difundidos ampliamente, pues ayudarían a consolidar una base investigativa en relación con un tema relativamente nuevo y, a veces, no tan bien entendido, como lo es cambio climático y sus impactos, particularmente, sobre una área geográfica clave para el Ecuador como lo es la zona andina. 1 (A2, crecimiento económico con un mayor enfoque regional y B2, ambientalmente sensible con un fuerte enfoque regional) A2 y B2 se enfocan en soluciones regionales con fuerte énfasis en la independencia; difieren en que A2 se enfoca en el crecimiento económico fuerte y B2 en la sensibilidad ambiental. 70 Algunas conclusiones Es importante resaltar el esfuerzo hecho por los investigadores para desarrollar sus actividades -más aún en un tema nuevo como el cambio climático. No obstante, también es de mencionar que el cambio climático representa un reto y una oportunidad para dinamizar los modelos de gestión convencionales, por ejemplo, mediante el fortalecimiento de la coordinación interinstitucional y cooperación entre distintas iniciativas. Así por ejemplo, las modelaciones realizadas en los Andes Tropicales, muy bien podrían ser actualizadas a una escala menor y de mejor resolución mediante el uso de los escenarios de cambio climático que están siendo generados para el Ecuador y algunas provincias seleccionadas mediante el modelo regional PRECIS en el marco del Proyecto Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PACC) del Ministerio del Ambiente. Por otro lado, las investigaciones en torno al retroceso de los glaciares en los nevados de Ecuador, presentadas por Bernard Francou, también podrían ser apoyadas, fortalecidas o complementadas por otras iniciativas como el Proyecto Regional Andino de Adaptación al Cambio Climático (PRAA), también ejecutado por el Ministerio del Ambiente. Este proyecto se enfoca en el diseño e implementación de medidas de adaptación en cuencas asociadas a glaciares. No obstante, la aplicación de estas medidas demanda estudios de base que permitan constatar la verdadera afectación del calentamiento global en la disminución de los glaciares y sus impactos asociados con la disponibilidad del recurso hídrico. Resultó de interés conocer las experiencias del Proyecto Piloto Nacional de Adaptación al Cambio Climático en Colombia, con el cual se pueden trazar algunos vínculos con las iniciativas que actualmente se desarrollan en el Ecuador como el PACC y el PRAA. Por ejemplo, las iniciativas buscan como resultado fundamental la incorporación de la gestión del riesgo climático en las agendas nacionales de planificación de varios sectores (agua, salud, energía y agricultura, entre otros); esto facilitaría la implementación de medidas de adaptación en estos sectores y mejoraría la capacidad de adaptación mediante un fortalecimiento de capacidades para la gestión de instituciones relacionadas con la generación de información hidrometeorológica/ambiental. Tal como se refirió, sería muy enriquecedor promover el intercambio de experiencias y lecciones aprendidas por los proyectos; particularmente, en lo que tiene que ver con las metodologías para desarrollar estudios de vulnerabilidad en sectores claves, uso de modelos e implementación de los proyectos piloto de adaptación al cambio climático. 71 LISTA DE PARTICIPANTES EN LA REUNIÓN DEL GTP 23, 14 de marzo de 2007 (en orden alfabético por nombre de las personas) NOMBRE Adolfo Ballesteros INSTITUCIÓN Universidad Estatal de Bolívar Adriana Cárdenas EcoCiencia Alejandra Paredes EcoCiencia Amparo Flores Ángel María Guamán EMAAP-Q UNOICS Ariel Silva EcoCiencia Arturo Mora Bernard Francou Bert de Bievre Carmen Chicaiza Carmen Trujillo UICN IRD CIP / CONDESAN Universidad Central del Ecuador FIGEMPA Universidad Central del Ecuador FIGEMPA Museo Ecuatoriano de Ciencias Naturales Comunidad Santa Isabel Asociación Rasococha Carolina Páez EcoCiencia Cayetano Alvear UCICJUM Universidad Central del Ecuador FIGEMPA Bolívar Insuasti Carla Dueñas Carlos Carrera Daniela Echeverría Danilo Buñay Fundación Agua David Suárez Dayana Albán Randi Randi Comuna Zuleta Diego Morocho Fundación ArcoIris Diego Quishpe Municipio de Cayambe Doris Ortiz EcoCiencia / GTP Edgar Ayabaca EMAAP-Q DIRECCIÓN Vía San Simón Km 1 1/2. Guaranda Francisco Salazar E14-34 y Coruña. Quito Francisco Salazar E14-34 y Coruña. Quito Mariana de Jesús e Italia. Quito Cañar Francisco Salazar E14-34 y Coruña. Quito Carlos Montúfar y La Cumbre. Quito Whymper 442 y Coruña. Quito Panamericana Sur Km1. Quito Av. La Gasca. Quito TELÉFONO (02)2980716 CORREO ELECTRÓNICO [email protected] (02)2522999 [email protected] 099809249 (02)3238013 098718460 099040956 (02)2261075 (02)2234436 (02)2690362 097290524 099081607 Rumipamba 341 y Shyris. Quito Parroquia Juan Montalvo. Cayambe El Ángel Francisco Salazar E 14-34 y Coruña. Quito Canal Miraflores. Cayambe José Ascázubi #431 y Fco. Barba. Quito Corea 107 y Av. 10 de Agosto. Piso 4. Quito Los Alamos 1410. Quito Parroquia Angochagua. Ibarra Buganvillas 2422 y Gobernación de Mainas. Loja Parque Central. Cayambe Francisco Salazar E 14-34 y Coruña. Quito Mariana de Jesús e Italia. Quito 2449824 Ext. 107 [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] (06)2605810 [email protected] (02)2522999 [email protected] (02)2367449 (02)2 660385 [email protected] (02)2611533 [email protected] 094410401 (06)2662034 [email protected] [email protected] (07)2560244 [email protected] 098148966 [email protected] (02)2522999 [email protected] 2994500 Ext. 1401 [email protected] NOMBRE Edgar Escola Fausto Maldonado Fernanda Pozo INSTITUCIÓN Comunidad La Chimba Independiente Páramo Sombrero Fernando Espíndola EcoPar Fernando Vera Flor María Cárdenas Francisco Cuesta Franco Contreras Franklin Valverde CEPEIGE INIAP CIP / CONDESAN Profafor INIAP Gabriel Lucio Cederena Gabriela Maldonado EcoCiencia / GTP Gloria Bolaños Ministerio de Agricultura y Ganadería Irina Muñoz Aves y Conservación Jacqueline de la Cruz Janeth Santiana INAMHI Herbario QCA Janett Ulloa EcoCiencia Jéssica Córdoba Jimena Barona Jorge Salazar José Aníbal Chiles José Freire José Luis Chiriboga José Villacís Varas Independiente Gobierno Provincial de Bolívar Comuna La Esperanza ACOSA El Sinche EMAAP-Q Juan Negrillo The Climate Project Julio Charro Pueblo Kayambi Klaus Shutze Páez IDEAM Lorena Gamboa Lourdes Barragán RIFA UICN Ministerio del Ambiente – Proyecto Cambio Climático Independiente Profafor Luis Cáceres Luis Chiriboga Luis Fernando Jara DIRECCIÓN Cayambe Sabino Zambrano N45-184. Quito Machala y López. Pablo Herrera Oe-4-153 y Barón de Carondelet. Quito Senerques y Gral. Paz y Miño. Quito Panamericana Sur Km. 1 Quito Panamericana Sur Km1. Quito Amazonas y Rumipamba. Quito Panamericana Sur Km. 1 Quito Jorge Washington y Av. 10 de Agosto. Quito Francisco Salazar E 14-34 y Coruña. Quito TELÉFONO 088084113 (02)25436129 (02)2532375 Amazonas y Eloy Alfaro. Quito (02)2552347 Psje. Joaquín Tinajero E3-05 y Jorge Drom. Quito Iñaquito N36 - 14 y Corea. Quito 12 de Octubre y Patria. Quito Francisco Salazar E14-34 y Coruña. Quito CORREO ELECTRÓNICO [email protected] (02)2440328 [email protected] (02)2237723 (02)2690691 (02)2442027 (02)2257016 (02)690694 [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] 098139653 (02)2522999 2271800 / 2249968 (02)2248268 (02)2991714 032545999 [email protected] [email protected] gbolañ[email protected] [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] Espinosa 148 y Av. Colombia. Quito 092658363 (02)2954840 [email protected] [email protected] Guaranda (03)2980202 [email protected] Tufiño Av. De los Granados E12-70. Quito Guaranda Mariana de Jesús e Italia. Quito Gran Vía 39-8C 78013 Madrid. España 091305202 (02)2893557 (03)2894646 2994500 Ext. 1404 +34600300388 [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] 088324503 [email protected] (02)2447244 [email protected] (02)3237833 (02)522320 [email protected] [email protected] Amazonas y Eloy Alfaro. Quito (02)2250850 [email protected] Amazonas y Rumipamba. Quito 099386292 (02)2267651 [email protected] [email protected] Cra. 10 n.20-30. Piso 6. Bogotá. Colombia Camino de Orellana 705. Quito Carlos Montúfar y La Cumbre. Quito NOMBRE Luis Recalde Macarena Bustamante Manuel Carvajal Manuel Tangol Marcelo Ávila INSTITUCIÓN Comuna Zuleta EcoCiencia INAMHI Comunidad Santa Isabel Marco Albarracín EcoCiencia María Belén Herrera María Cristina Criollo Mariana López Mario Tobar Matías Cocuezo Mauricio Martinez Mónica Noroña Nadia Navas Natali Cáceres Natalia Weemaels Profafor Climambiente EMAAP-Q INAMHI San José de Caleras PASSE Cederena Independiente Ministerio de Relaciones Exteriores Independiente Nely Montero Islas de Paz Nicolás Cuvi Revista Ecuador Terra Incógnita Paola Pinto Cederena Patricio Mena EcoCiencia Pedro Ponce Comisión Europea Peggy Stern Pierina Andrade Ramil Senanayahe Raquel Romero Remigio Galárraga Ricardo Acero Independiente RRI EMAAP-Q Escuela Politécnica Nacional - DICA Saraurco Roberto Narváez EcoCiencia Rosa Chico Guzmán CECIB “Abelardo Núñez Acosta” Rossana Manosalvas EcoCiencia Rubén Basantes Silvia Borja Ministerio del Ambiente EcoCiencia DIRECCIÓN Parroquia Angochagua. Ibarra Francisco Salazar E 14-34 y Coruña. Quito Iñaquito N36 – 14 y Corea. Quito Parroquia Juan Montalvo. Cayambe Francisco Salazar E 14-34 y Coruña. Quito Amazonas y Rumipamba. Quito Quito Mariana de Jesús e Italia. Quito Iñaquito N36 - 14 y Corea. Quito San José de Caleras Av. La Prensa N2B. Riobamba Libertad y Ascázubi. Cayambe Amazonas y Roca. 5to piso. Quito Quito Juan Montalvo 29-54 y Veloz. Riobamba Diego de Almagro 1613 y Mariano Aguilera edf. MS. Piso 5. Quito Jorge Washington y Av. 10 de Agosto. Quito Francisco Salazar E 14-34 y Coruña. Quito Av. República 500 y Diego de Almagro Edificio Pucará. Piso 11. Quito La Moca. Rumiñahui Sri Lanka Mariana de Jesús e Italia. Quito Ladrón de Guevara E11-253. Quito Cayambe Francisco Salazar E 14-34 y Coruña. Quito Monjas Alto. Francisco Salazar E 14-34 y Coruña. Quito Amazonas y Eloy Alfaro. Quito Francisco Salazar E 14-34 y Coruña. Quito. TELÉFONO (06)2662079 CORREO ELECTRÓNICO (02)2522999 [email protected] (02)2244407 099333145 098500751 [email protected] (02)2522999 [email protected] (02)257016 094154894 (02)3238013 (02)2922756 [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] (03)2600263 098727189 095887664 (02)5575071 (02)2373293 [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] (03)2965525 [email protected] (02)2529956 [email protected] (02)2220523 [email protected] (02)2522999 [email protected] [email protected] 099944348 [email protected] 099865041 095979619 [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] (02)3238010 (02)2228113 086126380 (02)2522999 [email protected] 085117558 (02)2522999 [email protected] 095072165 (02)2522999 [email protected] [email protected] NOMBRE Susan Poats Tania Calle INSTITUCIÓN Pontificia Universidad Católica del Ecuador Randi Randi CIP / CONDESAN Verónica Bohórquez EcoCiencia Silvia Salgado Vinicio Moluice Islas de Paz Ximena Cordovez Ministerio de Agricultura y Ganadería - SIGAGRO Independiente Xiomara Izurieta EcoPar Yamil Cartagena Yolanda Célleri Yolanda Navas INIAP - DMSA EMAAP-Q Universidad Politécnica Salesiana Universidad Central del Ecuador FIGEMPA Washington Amores Zulema Rosero DIRECCIÓN TELÉFONO 12 de Octubre y Patria. Quito 093977627 Los Alamos 1410. Quito Panamericana Sur Km1. Quito Francisco Salazar E 14-34 y Coruña. Quito Juan Montalvo 29-54 y Veloz. Riobamba Amazonas y Eloy Alfaro. Quito 095220159 (02)2690362 [email protected] [email protected] (02)2522999 [email protected] (03)2 965525 (02) 3069243 099440601 Pablo Herrera Oe-4-153 y Barón de Carondelet. Quito Panamericana Sur Km. 1 Quito Mariana de Jesús e Italia. Quito 12 de Octubre y Wilson. Quito Asunción y Venezuela. Quito CORREO ELECTRÓNICO [email protected] (02)2440328 (02)2690691/694 (02)3238010/13 (02)2532375 (02)2555797 [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] zuley25-22hotmail.com