GTP 23. Cambio climatico

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Páramo
Órgano de Difusión del
Grupo de Trabajo en Páramos del Ecuador (GTP)
23
Cambio Climático
Enero de 2008
El Grupo de Trabajo en Páramos del Ecuador (GTP) es una plataforma de intercambio de información y discusión sobre el conocimiento, la conservación, el
manejo y las políticas relacionadas con este ecosistema en el Ecuador y el mundo.
El GTP nació en 1998 y su objetivo ha sido integrar a la mayor cantidad posible de
organizaciones y personas interesadas en el páramo. EcoCiencia coordina sus
actividades y mantiene contacto regular con todas las instituciones participantes, a
la vez que fomenta la integración de nuevos miembros. La membresía en informal
y el GTP no es una persona jurídica. Pueden ser miembros personas, instituciones
y organizaciones que tengan algún tipo de relación, directa o indirecta, con el páramo ecuatoriano. Actualmente el GTP cuenta con alrededor de 350 miembros y se
reúne regularmente. Esta publicación es el resultado de una de tales reuniones.
Edición: Patricio Mena Vásconez y Gabriela Maldonado/EcoCiencia
Diseño y diagramación: Patricio Mena Vásconez/EcoCiencia y Editorial Abya Yala
Logística: Gabriela Maldonado/EcoCiencia
Transcripción de la reunión: Ximena Barona
Portada: Arriba: Le Chimborazo vu depuis le Plateau di Tapia por Jean-Thomas
Thibaut (1757-1826), con base en un dibujo de Alexander von Humboldt. Abajo:
Chimborazo, © 2004 por Patricio Mena Vásconez/EcoCiencia.
ISBN 978-9978-22-718-3
ISSN 9978-22-477-7
Los números de la Serie Páramo se distribuyen gratuitamente a los miembros y
pueden adquirirse en Abya Yala, sus distribuidores y las oficinas de EcoCiencia.
GTP
Coordinado por EcoCiencia
Francisco Salazar E14-34 y Coruña
Quito, ECUADOR
Telefax: 593-2-2522999
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Ediciones Abya Yala
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Quito, ECUADOR
TABLA DE CONTENIDOS
Presentación
Jorge Campaña……………………………………………….
1
Introducción
Luis Cáceres…………………………………………………..
3
“Una Verdad Incómoda” de Juan Negrillo
Patricio Mena Vásconez……………………………………..
7
Posibles Efectos del Calentamiento Global sobre el Nicho
Climático de Algunas Especies en los Andes Tropicales
Francisco Cuesta-Camacho et al. …………..……………...
15
El Proyecto Piloto de Adaptación al
Cambio Climático (Colombia)
Klaus Schütze…………………………………………………
39
La Recesión de los Glaciares en el Ecuador
y el Cambio Climático
Bernard Francou………………………..……………………
49
Algunas conclusiones
David Neira…………………………………………..………..
69
Lista de asistentes...………………………………………………..
72
iii
INTRODUCCIÓN
Luis Cáceres S.
Coordinador Nacional del Proyecto GEF/PNUD/MAE
Segunda Comunicación Nacional sobre Cambio Climático
En la región andina en general, la investigación es escasa en todos los
ámbitos de conocimiento, más aún cuando se relaciona con aquellos temas que, siendo muy importantes para la vida, aún no son considerados
con la prioridad que merecen por los diferentes estamentos de la sociedad
de nuestros pueblos andinos. De manera similar, son también contadas las
opciones de difusión y publicación de artículos resultantes de estudios e
investigaciones.
De allí la relevancia del Grupo de Trabajo en Páramos del Ecuador al presentar con cierta regularidad artículos que en esta ocasión, son enfocados
al cambio climático. En el presente número de la Serie Páramos se resumen tres iniciativas de la región andina que fueron presentadas conjuntamente con la exposición sobre el documental “Una Verdad Incómoda" en el
Taller 22, en la ciudad de Quito, el día 14 de marzo de 2007.
El cambio climático conocido y expuesto por la comunidad científica mundial desde hace mucho tiempo, tiene al momento una gran relevancia en
los foros mundiales de alto nivel político, relevancia que infortunadamente
aún no se logra a nivel regional y al interior de nuestros países.
Este nivel de sensibilización ha sido posible gracias a varios procesos e
iniciativas desarrolladas en los dos últimos años: el documental “Una Verdad Incomoda” del Sr. Al Gore, ex Vicepresidente de los Estados Unidos,
el Reporte Stern “La Economía del Cambio Climático”, los Reportes de los
Tres Grupos del Panel Intergubernamental de Expertos de Cambio Climático (IPCC), el Foro de Alto Nivel Naciones Unidas sobre Cambio Climático, y la Hoja de Ruta de Bali adoptada por la Convención Marco de las
3
Introducción
Naciones Unidas sobre Cambio Climático. El Premio Novel de la Paz del
2007 fue otorgado de manera conjunta al IPCC y al Sr. Al Gore.
En el Ecuador, el Sr. Juan Negrillo, de nacionalidad española y miembro
del equipo de trabajo del Sr. Al Gore, fue el encargado de compartir y difundir este valioso documental en el taller. Una Verdad Incómoda expone
prioritariamente las causas del cambio climático (las emisiones antropogénicas de Gases del Efecto de Invernadero) y las potenciales medidas para
reducirlas, en un marco político de llamado de atención a las actuales autoridades de su país por la inacción y el desconocimiento de su deuda
histórica con la humanidad por ser uno de los mayores generados del problema.
En él se destacan claramente los países desarrollados como los principales emisores históricos, pero a su vez se llama la atención sobre el crecimiento sostenido de las emisiones de ciertos países en desarrollo. La alerta de que la inacción en los siguientes años, especialmente de los países
desarrollados, pueda conllevar a una verdadera catástrofe mundial, es uno
de los mensajes mas importantes del Sr. Al. Gore.
Desde una visión critica personal, el contenido del documental requiere de
“mensajes complementarios” que prioricen y sensibilicen sobre el otro
componente del cambio climático: los impactos que los países en desarrollo estamos soportando y la escasa capacidad de respuesta para enfrentarlos.
Los amables lectores de la revista Páramos tienen también en sus manos
los resultados de dos investigaciones que cubren una gran parte de los
Andes tropicales. La primera que trata sobre las evidencias del cambio
climático en los glaciares tropicales y la segunda, acerca de los potenciales impactos futuros en algunos elementos de la biodiversidad.
Los glaciares son uno de los mejores indicadores de la tendencia climática,
señala acertadamente el Dr. Bernard Francou, a lo cual habría que adicionar que es el mejor indicador visual. El artículo “La Recesión de los Glaciares en el Ecuador y el Cambio Climático” analiza y presenta datos relevantes de la evolución de los glaciares en los andes, con especial referencia a
aquellos ubicados en el Ecuador.
Al sustentar su análisis de la Pequeña Edad del Hielo, el autor refiere datos históricos de La Condamine, Humboldt, Buoguer, Whymper, Meyer,
entre otros, y señala que el límite inferior de la nieve se encontraba entonces entre los 4.700 y 4.800 msnm, es decir a la altitud aproximada de va-
4
Luis Cáceres S.
rios nevados considerados como pequeños como El Corazón, Guagua
Pichincha, Sincholagua y Cotacachi.
El análisis continúa en el siglo 20 al destacar los retrocesos y aceleraciones registrados. Especial referencia efectúa al período iniciado en 19761980 y los esfuerzos conjuntos del IRD, INAMHI y EMAAP-Q sobre la vertiente oeste del Antisana. Datos importantes que el lector encontrará se
refieren al nivel actual de la línea inferior de la nieve (aproximadamente
5100msnm) que pone en peligro a nevados y glaciares que se encuentra
por debajo de esa altitud, así como al retroceso de los glaciares del Cotopaxi del orden del 40% durante los últimos 30 años.
Los posibles efectos del calentamiento global sobre el nicho climático de
algunas especies en los Andes Tropicales son analizados por Francisco
Cuesta, Manuel Peralvo y Andrea Ganzenmüller. En general, la relación
entre biodiversidad y clima ha sido escasamente estudiada en la región,
mas aún si se trata de identificar potenciales impactos futuros a través del
uso de escenarios de cambio climático generados por Modelos de Circulación General para horizontes de final de siglo. La investigación encierra
incertidumbres, varias de ellas acertadamente destacadas en el artículo,
pero podría señalarse como uno de los trabajos pioneros en la región andina, de allí nuestra sugerencia de una consideración y análisis adecuados
por parte de los actores relacionados.
La investigación se sustenta en datos de la región andina sobre especies
vasculares y aves recolectados de museos, herbarios y colecciones privadas y, bases de datos climáticos globales y salidas de Modelos de Circulación General, datos que a través de modelos y diferentes técnicas son
acondicionados a mallas de 1 Km de resolución espacial.
Los autores señalan: Nuestros resultados muestran que los efectos del
cambio climático sobre la biota andina podrían ser extremadamente severos. Entre los resultados destacan una consistente contracción de los nichos climáticos al año 2050 de las plantas (28%) y aves (18%), destacándose que las especies que tendrían una mayor pérdida son aquellas climáticamente marginadas restringidas a los páramos o valles xerofíticos de la
región.
En atención a decisiones de la Conferencia de las Partes de la CMNUCC,
el Fondo para el Medio Ambiente Global inició hace pocos años el apoyo a
los países para proyectos de vulnerabilidad y adaptación al cambio climático. En este contexto, Colombia ejecuta el “Proyecto Piloto Nacional de
Adaptación al Cambio Climático”, una iniciativa pionera que inició hace 3-4
5
Introducción
años. Al momento, muy pocos países han logrado apoyo para proyectos
nacionales, pero entre ellos se incluye Ecuador con sus dos iniciativas en
fases finales de preparación de su diseño. Este contexto es válido de
señalar para destacar que la región esta a la vanguardia de este tipo de
iniciativas.
La iniciativa colombiana presentada por Klaus Schütze Páez, del Instituto
de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, tiene como objetivos
el apoyar a la formulación de programas de adaptación en cuatro componentes e insertar los impactos esperados en las políticas sectoriales del
país. Los cuatros componentes se refieren a la generación de información
sobre variabilidad y cambio climático y los programas de adaptación en los
sectores: ecosistemas de montaña, áreas insulares del Caribe Colombiano
y salud humana. Se describe el Proyecto PHRD financiado por el Fondo
para el Desarrollo del Recurso Humano y de Política del Japón y ejecutado
por el IDEAM. Su principal objetivo es el desarrollar y validar los protocolos
de monitoreo del cambio climático y de simulación de los impactos en los
ecosistemas de alta montaña.
Finalmente, es oportuno reconocer el esfuerzo y dedicación de los responsables de la organización del taller referido anteriormente, así como de la
edición y publicación del presente número de la Revista, pues estas y otras
iniciativas en proceso se suman al esfuerzo nacional para lograr una real
toma de conciencia y acción para enfrentar los retos y oportunidades del
cambio climático.
6
INTRODUCCIÓN A LA DISCUSIÓN
TRAS LA PRESENTACIÓN DE JUAN NEGRILLO
Patricio Mena Vásconez
EcoCiencia/GTP
El Calentamiento Global ha seguido, de alguna manera, una historia como
la de la Deriva Continental. Cuando el científico alemán Alfred Wegener
presentaba sus ideas a principios del siglo pasado, éstas fueron recibidas,
en el mejor de los casos, con un fuerte escepticismo. Ahora, un siglo más
tarde, no sólo que se ha aceptado la idea de que la corteza terrestre está
formada por grandes planchas que interactúan de diversa manera y con
resultados sorprendentes (como la generación de cordilleras y terremotos),
sino que la Deriva Continental ha pasado a ser parte de una teoría más
amplia y general, prácticamente aceptada de manera universal: la Tectónica de Placas.
Las ideas sobre el Calentamiento Global, bien explicadas por Al Gore y
otras personalidades en cada vez más abundantes libros y filmes, también
han sufrido un proceso de aceptación gradual. Aunque todavía hay grupos
importantes que no comparten la idea de la crisis global debida a los gases
de invernadero generados por el ser humano (y ésta es una de las razones
para cuestionar la entrega de un Premio Nobel de la Paz a Gore), el asentimiento es muy amplio. Por otro lado, al igual que en la caso de la Deriva
Continental, ahora se ha pasado hablar de más de “Cambio Climático”: el
Calentamiento Global es visto más bien como una de las consecuencias
de este gran fenómeno planetario, de manera similar al cambio hacia la
Tectónica de Placas. Como Wegener, en este campo también hay pioneros que están siendo reivindicados.
7
Discusión tras la presentación general de Juan Negrillo sobre Cambio Climático
En cualquier caso, la atención que se le ha dado a este fenómeno es mucho más amplia que a la deriva continental. Es que el primero, que podría
considerarse la crisis más grave del planeta, ya ha llevado a un compromiso, por primera vez realmente global (en Bali, Indonesia en diciembre de
2007) y ha hecho que personas como Juan Negrillo, un connotado abogado y activista español, se integre al equipo de Gore en su campaña por
generar una conciencia acerca de esta crisis. Juan Negrillo fue invitado por
EcoCiencia y el Grupo de Trabajo en Páramos para que contribuyera con
una conferencia introductoria sobre el tema del cambio climático en la reunión del GTP que se preparó con ese propósito. Una persona muy accesible y amable, él aceptó con gusto y efectivamente estuvo en la sesión del
GTP relacionada con el calentamiento global y el páramo. Aprovechando
su presencia en el país también visitó la Universidad Católica y el coliseo
del Colegio Benalcázar, en una sesión especial del Cabildo quiteño, participó en varias entrevistas de radio y televisión, y fue a la ciudad de Cuenca, donde presentó una conferencia en la Universidad del Azuay.
Básicamente, la presentación de Juan Negrillo es una traducción de la que
hace Al Gore en inglés y que se puede apreciar en el video ganador de
Óscar “Una Verdad Incómoda”. Sin embargo, no es una traducción literal:
Negrillo, en el poco tiempo que tiene para hacerlo, contextualiza su presentación a la realidad del público y de la geografía, y encuentra, entre
otras cosas, ejemplos locales mucho más apropiados que los que están en
la versión en inglés (el trole en Quito o los jambatos en el páramo son
ejemplo claros que seguramente quienes estuvimos en la presentación
recordamos bien). Con una gran capacidad comunicacional e imágenes
espectaculares, presenta las causas, las consecuencias y las posibilidades
de mitigación y adaptación que hay con respecto al problema. Por otro
lado, estar en vivo en una presentación de este tipo tiene su valor propio,
entre otras cosas por el intercambio directo que se da entre el público y
quien está en el escenario.
La presentación de Juan Negrillo creó un excelente marco para las presentaciones más específicas relacionadas con los páramos que le siguieron
en la sesión del GTP, y que están también en esta entrega de la serie
Páramo. Desgraciadamente, por restricciones de propiedad intelectual
8
Discusión tras la presentación general de Juan Negrillo sobre Cambio Climático
propias de este tipo de procesos, no se puede transcribir su presentación
en este espacio ni utilizar sus imágenes. De todas maneras, confiamos en
que muchas personas ya habrán visto el documental “Una Verdad Incómoda” o que se vean tentadas a hacerlo en un futuro cercano. Lo que
sigue es una transcripción de la serie de preguntas y respuestas que se
produjo luego de la presentación de Juan Negrillo.
Discusión
Luis Cáceres
Gracias y felicitaciones por la presentación. Antes de hacerle la pregunta
quisiera comentarle que el documental de cine de Al Gore aquí en el país
lo estamos promocionando mucho. Estamos haciendo muchos cine-foros
en diferentes ciudades del país, y también estamos aprovechando para lo
que nosotros hemos llamado los mensajes complementarios al documental
ya que creemos que la visión que tenemos como país, como usted lo ha
expresado, es que nosotros siendo un país marginal (apenas el 0,15 de
nuestras emisiones aportan al total global) tenemos impactos desde hace
algún tiempo y esa es nuestra prioridad. De ese documental han surgido
algunas preguntas que están causando inquietudes: una de ellas es en
relación al incremento del nivel medio del mar. En el caso de que se derritieran los polos, se subiría, dice el documental, de 6 a 7 metros. Por otro
lado, el IPCC está planteando para finales de este siglo, 60 centímetros de
aumento en el nivel del mar. Eso, en la región ecuatoriana de la costa, está
causando controversia y por eso estamos organizando un evento para
comentar sobre ese tema. Quisiera por favor que usted nos comente un
poco más sobre este tema.
Otra inquietud es la misma pregunta que en el video lo hacen en China o
en Japón al señor Gore. Quisiera preguntarle a usted ¿cuál sería su mensaje, desde su visión, para un país como este que, como lo hemos comentado no somos emisores, pero si estamos sufriendo el impacto del cambio
climático?
9
Discusión tras la presentación general de Juan Negrillo sobre Cambio Climático
Juan Negrillo
Sobre el problema del nivel del mar, voy a explicar rápidamente. El IPCC
es el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, auspiciado por
la ONU, que cuenta con un grupo de aproximadamente 3.000 científicos
de todo el mundo, que por un periodo más o menos de cuatro años estudian todo el fenómeno climático y emiten un informe con sus conclusiones.
Quiero decir, además, que son unas conclusiones de mínimos, es decir,
solo aquello en que todos estos científicos se han puesto de acuerdo. A
nivel del aumento de la temperatura y consecuencias de este cambio climático, y a nivel de las causas que lo están provocando, están ya muy de
acuerdo en que fundamentalmente es la acción del ser humano la que está
provocando este fenómeno, y que ese efecto lo que va a hacer es que
aumente la temperatura. Por ese camino que vamos, se prevén unos 60
centímetros aproximadamente de aumento del nivel del mar. No sé en el
Ecuador exactamente cómo esto afectaría. Sé, sin embargo, que en España una gran parte de las playas del Cantábrico directamente desaparecerán. Los otros datos no son necesariamente lo que vaya a pasar o que
sepamos qué puede pasar, sino simplemente son señales de alarma de
algo que no es tan descabellado, de algo que podría ocurrir. La última vez
que se registró un nivel de deshielo tal en Groenlandia, por ejemplo, como
para que un efecto de 5 ó 7 metros tuviera lugar, es hace 125.000 años.
Los datos no son muy exactos sobre las condiciones que existían en ese
preciso momento, pero con las estimaciones que hay y las estimaciones
de aumento de temperatura que tenemos ahora, cuando cruzamos esos
dos datos, no es tan descabellado pensar que algo similar pudiera ocurrir.
Esto pudiera ocurrir en un periodo de 50 a 100 años. Simplemente cruzando esos datos llegamos a esta conclusión pero no es algo que científicamente está consensuado.
Respondiendo la segunda pregunta, yo llevo muy poquito tiempo aquí,
apenas unos días. Estoy tratando de chupar al máximo lo que puedo sobre
cómo están las cosas aquí, y estoy aprendiendo un montón. Aprovecho
otra vez para agradecer a EcoCiencia por haberme permitido estar aquí
con vosotros, y todo lo que son estos días, son muy importantes para mí.
Yo veo que, y desde luego, si tomamos como referente Kioto, la posición
10
Discusión tras la presentación general de Juan Negrillo sobre Cambio Climático
de los países industrializados y la posición de los países que están en otro
nivel de desarrollo es muy distinta, y lo que tenemos que hacer unos y
otros no es muy distinto. Las oportunidades entre unos y otros son muy
diferentes. Voy por partes: la primera es que creo que también estamos
enfrentándonos a un problema moral, a un problema ético, porque los países desarrollados (entre comillas), ya hemos contaminado mucho para
crecer, y ya hemos emitido mucho CO2. Tenemos poca fuerza moral para
decir al resto de países por ejemplo China -yo ya lo he hecho, ahora usted
no lo haga, ahora usted no crezca a través de contaminar, porque yo ya
llene la atmósfera todo lo que podía llenar, ya no le cabe más y hasta aquí
hemos llegado-. Éticamente, para mí esto representa un problema mayor.
Hay que ir a otro tipo de soluciones que necesariamente pasan por una
transferencia de tecnología de los países que la tienen, a los países que
no la tienen, y en unas condiciones que sean necesariamente favorables
para el desarrollo de esos países. En segundo lugar, también creo que es
una cuestión económica. Desde mi punto de vista, el futuro de las grandes
economías va a pasar necesariamente por el desarrollo de las economías
emergentes. Sin eso, nosotros tampoco vamos a poder mantenernos. Entonces creo que ahí, no sé si hemos llegado a darnos cuenta ya, existe
una conexión, una necesidad de colaborar y de realizar esa transferencia
de tecnología para que los países en desarrollo puedan crecer económicamente, y lo puedan hacer de una forma sostenible. Eso ya me lleva a la
respuesta que quería dar a tu pregunta, y es que creo que desde un punto
de vista de un país como Ecuador, lo que habría que hacer es aprovechar
esas oportunidades que se están generando en este momento, aprovechar
esa capacidad que tenéis para que se haga transferencia de tecnología
desde otros países, y de que proyectos de uso de energía de una forma
limpia y de producción de energía de una forma limpia se puedan empezar
a proyectar, se puedan empezar a realizar desde aquí. Es decir, aprovechar eso para innovar y para intentar situaros en algún punto donde hay
una ventaja competitiva, en un momento en que dentro de algunos años
para todos va a ser necesario adoptar ese tipo de soluciones, en un momento en el que todos tengamos que dejar el petróleo ya que dentro de
algunos años, bien sea porque se acabe o porque como yo creo el planeta
no va a poder soportarlo. Eso también me lleva a pensar que, cuando
siendo la primera fuente de ingresos para Ecuador el petróleo, los que aquí
11
Discusión tras la presentación general de Juan Negrillo sobre Cambio Climático
gobiernen, cuando exista algo más o menos estable, deberían pensar que
no se puede desperdiciar, no se puede despilfarrar toda esa riqueza, sino
que hay que utilizarla para construir en otra dirección.
Una última consideración, hay algo que dice Gore que es un ejemplo muy
ilustrativo: en chino, los caracteres de la palabra crisis, son dos caracteres
iguales pero que están opuestos. Uno de ellos significa peligro y el otro
significa oportunidad. Estamos en una crisis, hay un peligro claro, pero la
oportunidad está ahí. Creo que este país debe aprovechar eso, con la biodiversidad, y las posibilidades que tiene Ecuador, y con la gente también
por lo que veo.
Ramiro Senanaida
Teniendo en cuenta el potencial de energía geotérmica que existe en los
Andes, siendo el Ecuador un país exportador de petróleo, y conociendo las
consecuencias del uso de ese petróleo, ¿porque no pensar en el uso de
esta energía geotérmica?
Juan Negrillo
Mi respuesta es muy similar a la anterior: lo que viene es a facilitar esa
respuesta. Probablemente esos beneficios, de lo que se está obteniendo
ahora, deberían ir dedicados a aprovechar o a obtener una ventaja. Lo del
hidrogeno es muy importante por ejemplo. Como energía, la forma de manejar el hidrógeno, una vez que seamos capaces de producirlo de una
forma limpia, probablemente sea el futuro a donde nos tengamos que dirigir. El no ver eso, y no aprovecharlo, casi da rabia. Yo hablaba con una de
las personas que trabajan en EcoCiencia estos días, y decía que, viendo
todo lo que hay, viendo el potencial que tiene este país, sobre todo la gente, da rabia que las cosas no avancen muchísimo más, no se muevan de
alguna manera.
12
Discusión tras la presentación general de Juan Negrillo sobre Cambio Climático
Luis Fernando Jara
En la última reunión de la COP 12 en Nairobi, realmente no se avanzó
mucho en la negociación para cristalizar más el avance de Kioto, y entre
los puntos que salieron es que debe haber un post-Kioto. ¿Qué va a pasar
después del 2012, si van a seguir ampliándose los periodos de cumplimiento (que seguramente va a suceder, por lo menos el segundo ya está
muy negociado)? Se habló también de deforestación evitada etc. y muchos
otros puntos, pero todas esas decisiones se pospusieron para este año. Se
dijo también en esa reunión que no son suficientes los esfuerzos de Kioto,
y una de las principales razones es que los países no han cumplido y no
van a cumplir con las metas de reducción de emisiones a los niveles de
1990. Entonces la pregunta es: ¿qué otras cosas habría que pensar fuera
de Kioto?
Juan Negrillo
El problema es complejo, y yo no tengo una solución, ni tengo una varita
mágica. Yo tengo una opinión de cómo habría que actuar y por dónde
habría que ir. Creo que al menos con este problema que enfrentamos, es
importante que nos pongamos en línea los ciudadanos en cuanto a nuestro
nivel personal de hábitos de consumo (sabemos nuestra responsabilidad
como consumidores). Empiezo por lo más bajo, por lo más sencillo, que es
que cada uno de nosotros tenemos en nuestras manos el hacer determinadas cosas y de determinada manera, siempre con la visión de que los
recursos de la tierra no son ilimitados. Está claro que Ecuador solo contribuye con solo un 0,15% de emisiones, pero aún así hay una filosofía y una
forma de vida detrás que en el fondo es lo que hay que cambiar a nivel
mundial. Es decir, aquí no estamos solo hablando de reducir emisiones
industriales, sino de cambiar una forma de vida o un modelo de sociedad.
Otra cosa que es importante es que, tanto a nivel ciudadano como consumidores, así como votantes tenemos una responsabilidad porque elegimos
a nuestros representantes a todos los niveles. Tenemos que exigirles que
se pongan en línea primero a los que tenemos más cerca a nivel municipal. A nivel estatal tenemos que exigirles que tomen medidas y que se
13
Discusión tras la presentación general de Juan Negrillo sobre Cambio Climático
pongan a actuar en este sentido. Cada uno de una manera. Los países
que estamos contaminando tenemos que reducir las emisiones. España
está 57% por encima en emisiones de los niveles de 1990 y se cree que se
puede llegar al 15% más. Como has dicho, España no va a cumplir, y como España muchos países más. Sin embargo, nosotros tenemos que exigirlo. Después que cada país se ponga en línea y se meta en cintura a
nivel internacional, tiene que haber un acuerdo también. Es la única manera. Se ha llegado a acuerdos otras veces, no es la primera vez que ocurre
cuando nos enfrentamos a un problema grave. Antes se hablaba de refilón
de la segunda guerra mundial, pero bueno, este problema es de esos que
realmente suponen una amenaza seria y grave. Hemos sido capaces de
ponernos de acuerdo en otras cosas más sencillas que son beneficiosas.
También nos hemos puesto de acuerdo para conseguir reducir el agujero
de la capa de ozono. Está claro que en este caso la solución está ahí, era
viable económicamente, pero hacía falta un acuerdo internacional para que
se pusiera en marcha, y se consiguió. Hay experiencias previas como son
las rondas de negociación de acuerdos comerciales también a nivel internacional, en los que se consigue primero, con el compromiso de los países
que ya tienen la llave o que ya tienen la posibilidad, luego otros compromisos. Hay que ir en esa línea, y Kioto no es suficiente. Tiene que haber un
post-Kioto que vaya más lejos. Desgraciadamente no es suficiente, pero es
que no hay otra forma de tirar para adelante más que, como dice Machado, “Caminante, no hay camino: se hace camino al andar”.
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POSIBLES EFECTOS DEL CALENTAMIENTO GLOBAL
SOBRE EL NICHO CLIMÁTICO DE ALGUNAS
ESPECIES EN LOS ANDES TROPICALES1
Francisco Cuesta-Camacho×^, Manuel Peralvo∞^
y Andrea Ganzenmüller^
×
CONDESAN-Proyecto Páramo Andino,
∞
University of Texas at Austin, ^EcoCiencia
Introducción
Desde la última década del siglo pasado, la Biosfera está experimentando
un cambio climático acelerado el cual, de acuerdo al informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés)
(McCarthy et al. 2001), continuará en el futuro. El calentamiento previsto
de 1,4 a 5,8 ºC para el período 1990-2100 (IPCC 2006) podría alterar drásticamente los patrones conocidos de la biota en la Tierra. Estudios recientes sobre esta temática (Broennimann et al. 2006; Thuiller et al. 2006;
Araújo et al. 2005a; Araújo et al. 2005b; Pearson y Dawson 2003; Bakkenes et al. 2002; Peterson et al. 2001) concuerdan en el hecho de que el incremento en el calentamiento global afecta a la biodiversidad en diferentes
escalas y de diversas formas tales como: a) variaciones en los rangos de
especies y en la composición de las comunidades, b) desplazamientos altimétricos y/o latitudinales de comunidades vegetales o ecosistemas, y d)
cambios en el funcionamiento de los ecosistemas.
En la escala de especies, tres respuestas generales podrían ocurrir debido
a las anomalías climáticas: desplazamiento, adaptación (ya sea en términos de cambios evolutivos o adaptaciones fisiológicas) o extinción local
(Holt 1990; Peterson et al. 2001). Es posible que los efectos del cambio
climático a escala local pudieran reflejar las interacciones de estos tres
1
Este manuscrito es parte de un estudio mayor que actualmente se encuentra en revisión
para una revista internacional arbitrada. Debido a las cláusulas de autoría y propiedad intelectual, nos es imposible incluir el contenido completo.
15
Cuesta-Camacho, Peralvo y Ganzenmüller
mecanismos y derivar en alteraciones en las composiciones y funciones de
las comunidades vegetales de los ecosistemas alto-andinos. Por ejemplo,
desplazamientos abruptos en la distribución de especies pueden resultar
en altas tasas de extinción así como importantes modificaciones en la fenología y fisiología de las especies (Parmesan y Yohe 2003).
En este contexto, se espera respuestas idiosincrásicas a estos escenarios
de cambio global que dependerán en gran parte de las características fisiológicas y evolutivas de las especies estudiadas (Broennimann et al. 2006).
Es posible una mayor probabilidad de extinciones locales para las especies que tienen una distribución restringida (por ejemplo endémicas). En
otras palabras, las especies que ocupan un área marginal en relación con
su nicho en un área determinada serán las más vulnerables a cambios climáticos futuros (por ejemplo la desaparición del nicho climático). Por el
contrario, especies que ocupan un nicho coincidente (por ejemplo aquellas
especies con distribuciones amplias) con las condiciones prevalecientes en
la región se verán probablemente menos afectadas (Thuiller et al. 2005).
Las proyecciones en las anomalías climáticas no son uniformes en la Tierra (IPCC-TGCIA 2006). Los registros climáticos provenientes de varias
regiones montañosas (p. ej. Alpes, Himalayas) muestran indicios claros
que la amplitud en las variaciones de temperatura en los ambientes de
montaña durante el último siglo ha sido mayor que el observado a escala
global o regional (Beniston et al. 1997). Así, aparentemente los impactos
de las alteraciones climáticas en las distribuciones de especies serán proporcionalmente más perceptibles en los ecosistemas de montaña que en
las zonas bajas. Adicionalmente, es probable que la severidad de estos
impactos se intensifique debido a la alta proporcionalidad de especies de
rango restringido que conforman estos ecosistemas.
De acuerdo con las proyecciones del Reporte Especial de Escenarios de
Emisiones (SRES por sus siglas en inglés) el rango de modelos climáticos
predice un incremento en la temperatura promedio de la superficie del planeta entre 1,4° C a 5,8° C para el período 1990-2100 (0,1 a 0,4 °C por década). En los Andes del Norte, se proyecta que la temperatura promedio
anual se incrementará a una tasa de 0,73° C por década (de acuerdo al
modelo HadCM3 en el escenario A2 para el año 2080), llegando a un incremento total de 5,8° C para el año 2080 en algunas lugares de esta región (Hulme y Serrad 1999). Estos datos sugieren un escenario que provocaría una alta tasa de extinción de especies en los Andes del Norte. Todos
los ecosistemas se verían afectados por el cambio climático, pero los de la
alta montaña, situados por encima del límite superior de la vida arbórea, se
16
Efectos del calentamiento global sobre algunas especies en los Andes Tropicales
consideran particularmente sensibles a dicho calentamiento puesto que están condicionados por las bajas temperaturas (Pauli et al. 2005).
En este estudio modelamos las respuestas en los rangos de distribución
de algunas especies en los Andes del Norte en diferentes escenarios de
cambio climático. Nuestro principal objetivo fue evaluar los posibles impactos del cambio climático (en dos escenarios de cambio) en el nicho ambiental de un grupo de aves y plantas vasculares de origen andino para los
años 2050 y 2080.
Área de estudio
Los Andes Tropicales cubren un área de 490.000 km2 y se extienden sobre
2.000 km de desde los 11 º N en la Sierra Nevada en el norte de Colombia
hasta los 6 º S en el Abra de Porculla - depresión de Huancabamba - en el
norte del Perú (Figura 1).
Esta región está conformada por 14 ecorregiones que incluyen 7 variedades de bosques montanos, tres de bosques deciduos, y cuatro tipos de páramos (WWF 2001). Los bosques montanos ocurren en ambos lados de
las cordilleras de los Andes y cubren la mayor superficie del área de estudio mientras que los sistemas paramunos aparecen de manera dispersa en una suerte de islas - en las cimas de las montañas andinas rodeados
de una matriz de bosques de niebla. Los bosques deciduos están restringidos a las porciones inferiores de los valles interandinos siguiendo los
cauces de ríos como el Magdalena, Guayllabamba y Marañón.
Los patrones climáticos en los Andes Tropicales están determinados por
las interacciones entre temperatura y precipitación, las cuales controlan las
dinámicas de otros factores tales como la humedad. Los patrones de variación de la temperatura en los Andes son relativamente homogéneos entre las subregiones y presentan una fuerte relación con el gradiente altitudinal. En contraste, los patrones de precipitación son complejos y no están
necesariamente relacionados con el gradiente altimétrico. Las variaciones
regionales en la precipitación están asociadas con efectos orográficos producidos por la abrupta topografía de los Andes.
17
Cuesta-Camacho, Peralvo y Ganzenmüller
Figura 1. Área de estudio: los Andes tropicales.
18
Efectos del calentamiento global sobre algunas especies en los Andes Tropicales
Los vientos provenientes del Pacífico y el Atlántico mantienen una humedad constante en ambos flancos externos de las cordilleras andinas mientras que los flancos interiores muestran condiciones más variables. Las
porciones superiores de los flancos interiores interceptan nubes cargadas
de humedad y reciben una importante condensación manteniendo una
condición húmeda siempre-verde, mientras que las porciones medias e inferiores de los valles presentan un marcado patrón bimodal seco-húmedo
debido al efecto de la sombra de lluvia (Kattan et al. 2004). Adicionalmente, el efecto de sombra de lluvia influye en la duración de la estación seca,
la cual tiende a incrementar al interior de los valles interandinos y en los
extremos norte y sur del área de estudio. Las temperaturas varían desde
climas calientes y estables en el piedemonte amazónico y del Orinoco, pasando por un rango de climas temperados hasta condiciones subárticas en
las partes más altas de la región (Fjeldså y Krabbe, 1990; Vuilleumier y
Monasterio 1986).
Métodos
Ocurrencias de las especies estudiadas
Colectamos información sobre ocurrencias (registros de museos y herbarios) para 202 plantas vasculares y 167 especies de aves provenientes de
diferentes museos, herbarios y colecciones privadas. El conjunto de especies seleccionadas está lejos de ser completo y representativo de los patrones generales de diversidad de los Andes Tropicales, sin embargo, representan un buen ejemplo de los posibles efectos que el cambio climático
podría tener sobre la biodiversidad andina.
Posteriormente, solamente las especies que tuvieron un mínimo de 15
ocurrencias o más fueron seleccionadas –102 especies de plantas vasculares y 125 especies de aves– para construir su nicho climático utilizando
técnicas de modelamiento estadístico. La selección de un tamaño de
muestra de 15 ocurrencias se considera como un mínimo de datos para
producir un modelo predictivo robusto y el hecho de que la mayoría de las
especies tuvieron muy pocas ocurrencias independientes.
Variables climáticas
Para construir los modelos climáticos de nicho utilizamos el conjunto de
datos climáticos globales CRU TS 2.1 (Mitchell y Jones 2005) para repre-
19
Cuesta-Camacho, Peralvo y Ganzenmüller
sentar el clima actual y para derivar ocho variables consideradas importantes factores limitantes en la distribución de plantas y aves en los Andes
(Leimbeck et al. 2004; Parra et al. 2004; Vargas et al. 2004). Las variables
seleccionadas fueron la temperatura mensual promedio de la máxima diaria (Tmax), el rango diurno de temperatura (dtr), humedad relativa (rh), cobertura de nubes (cld), presión de saturación de vapor (vap), precipitación
promedia anual (pre), punto de rocío (dew), la temperatura mensual promedio de la mínima diaria (Tmin).
Todas las variables climáticas del CRU TS 2.1 fueron originalmente desarrolladas a una resolución espacial de 0.5º. Para el propósito de este estudio, incrementamos la resolución de estas coberturas a 1 km utilizando
una técnica de interpolación basada en regresiones múltiples (Thin plate
smoothing splines: ANUSPLIN, Hutchinson 2000). Utilizamos tres variables
independientes para realizar la interpolación de las superficies climáticas:
longitud, latitud y elevación (1 km de resolución). La elevación fue incluida
debido a que generalmente está altamente correlacionada con la temperatura, por lo que su inclusión reduce el error estadístico (Hutchinson 1991).
Utilizamos un modelo digital de elevación (MDE) desarrollado por la Misión
Topográfica Radar (SRTM por sus siglas en inglés) a una resolución de 90
m (disponible en http://seamless.usgs.gov) y remuestreado a 1 km de resolución. Las predicciones climáticas futuras para el 2050 y 2080 fueron obtenidas del modelo TYN SC 2.0 (Mitchell et al. 2004) para los escenarios
A1, A2, B1 y B2 del IPCC (Nakicenovic y Swart 2000). Las variables derivadas de estos escenarios fueron también interpoladas a un 1 km de resolución.
Modelos de nicho climático (MNC)
Para la construcción de los MNC utilizamos una técnica asimétrica debido
a que registros de ausencia para las especies seleccionadas no existen,
como es el caso de otras regiones tropicales poco estudiadas (Raxworthy
et al. 2003; Anderson et al. 2002a; Anderson et al. 2002b). En este contexto, las técnicas de modelamiento que requieren solo puntos de presencia
son muy útiles (Graham et al. 2004; Loiselle et al. 2003). Los MNC fueron
desarrollados utilizando MAXENT, un algoritmo de aprendizaje (machine
learning algorithm) basado en la teoría de la máxima entropía (Elith et al.
2006; Phillips et al. 2006). Corrimos MAXENT utilizando un umbral de convergencia de 10-5 con 1000 iteraciones como un límite superior para cada
corrida. Para cada especie, el 75% de los registros de ocurrencia fueron
utilizados como puntos de entrenamiento y el 25% como puntos de valida-
20
Efectos del calentamiento global sobre algunas especies en los Andes Tropicales
ción. Los MCN desarrollados utilizando las condiciones climáticas actuales
fueron posteriormente utilizados para generar las proyecciones futuras bajo los escenarios HadCM3 A2 y B2 para los años 2050 y 2080.
Los puntos de validación fueron utilizados para evaluar la exactitud de cada modelo utilizando el área bajo la curva (AUC) de la curva ROC (análisis
de sensibilidad y especificidad); (Phillips et al. 2006; Guisan y Zimmermann 2000). El AUC mide la habilidad del modelo de discriminar entre sitios donde la especie está presente, versus donde está ausente (Hanley y
McNeil 1983). El AUC fluctúa entre 0 y 1, en donde un valor de 1 indica
perfecta discriminación, un valor de 0,5 implica que la discriminación predictiva entre sitios no es mejor que una selección al azar, y un valor menor
a 0,5 indica un desempeño inferior que el azar.
Medidas de sensibilidad al cambio climático
Para estimar la sensibilidad de cada especie al cambio climático, contrastamos los nichos climáticos presentes con los futuros y calculamos el porcentaje de píxeles que permanecen siendo adecuados para cada especie
en ambos casos en relación al número total de píxeles definidos como
hábitat en el modelo de nicho actual (nicho climático estable); (Peterson et
al. 2001; Loehle y LeBlanc 1996).
Adicionalmente, la ganancia y pérdida del nicho climático fueron calculadas como el porcentaje de píxeles predichos en transformarse en hábitat
adecuado o no respectivamente en el nicho climático futuro en relación al
total de píxeles que conforman el nicho climático actual (Broennimann et
al. 2006).
El cambio de rango de las especies fue calculado como la diferencia entre
la perdida de nicho y la ganancia. Esta estimación representa el porcentaje
de expansión o contracción del rango en relación al nicho climático actual
de cada especie bajo cada escenario y para cada punto en el tiempo. Se
ha sugerido que la historia de vida de cada especie influencia las respuestas individuales al cambio climático (Broennimann et al. 2006). Por lo tanto,
agrupamos a las especies de plantas de acuerdo a su historia de vida y a
las especies de aves de acuerdo a su gremio trófico. Sin embargo, este estudio no distinguió las distintas capacidades de dispersión entre las especies seleccionadas, características de su historia evolutiva y perfiles ecológicos. Por lo tanto, los datos de sensibilidad de cada especie y la variación
de su nicho climático entre escenarios asumen una dispersión universal de
21
Cuesta-Camacho, Peralvo y Ganzenmüller
cada una de ellas. Esto quiere decir que consideramos que una especie –
cualquiera de ellas– puede desplazarse sin restricciones dentro del área
de estudio para alcanzar a la nueva localización de su nicho climático.
Por último, los cálculos estimados sobre la perdida de nicho climático de
las condiciones actuales en relación al 2050 y 2080 fueron utilizados para
estimar un riesgo de extinción de las especies analizadas en los Andes
Tropicales. Asignamos a cada especie una categoría de vulnerabilidad de
acuerdo a las especificaciones de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN 2001). Basados en el criterio A3(c) de las listas rojas de UICN, los siguientes límites fueron utilizados para asignar a
cada especie una categoría de vulnerabilidad: Extinta (EX): especies proyectadas en perder su nicho climático en un 100% en un lapso de 50 a 80
años; En Peligro Crítico (CR): pérdida proyectada del rango > 80%; En Peligro (EN): pérdida proyectada del rango > 50%; Vulnerable (VU): pérdida
proyectada del rango > 30%; Casi Amenazada (NT): pérdida proyectada
del rango < 30%; y de menor preocupación (LC): pérdida proyectada del
rango de 0%.
Resultados
Modelo climático de nichos presentes y futuros
Desarrollamos 227 MCN (102 especies de plantas y 125 especies de aves)
basados en 3535 y 4432 registros de ocurrencia para las especies de plantas y aves respectivamente. Del número total de especies de plantas y
aves, 28% y 23% respectivamente tenían menos de 20 registros de ocurrencia (Figura 2).
22
Efectos del calentamiento global sobre algunas especies en los Andes Tropicales
(a)
35
Número de especies
30
25
20
15
10
5
0
0-20 2130
3140
4150
5160
6170
7180
81- 91- 101- 111- 121- 131- 141- 15190 100 110 120 130 140 150 160
Número de registros
(b)
40
Número de especies
35
30
25
20
15
10
5
0
0-20 2130
3140
4150
5160
6170
7180
81- 91- 101- 111- 121- 131- 141- 15190 100 110 120 130 140 150 160
Número de registros
Figura 2. Histograma del número registros para (a) especies de plantas y (b) especies de
aves. Los puntos de registros representan aquellos usados para construir los MNC en
MAXENT.
23
Cuesta-Camacho, Peralvo y Ganzenmüller
En general MAXENT tuvo un buen desempeño al modelar el nicho climático de las especies seleccionadas. El estadístico AUC de los puntos de validación muestra un alto grado de exactitud de los modelos predictivos para
aves (media = 0,90; Sd = 0,08) así como para plantas (media = 0.93; Sd =
0,07); (Figura 3).
Figura 3. Sinopsis del área bajo la curva (AUC) obtenida para los MNC utilizando los registros
de validación (30% del set total). AUC 0.9–1.0 (excelente); 0.8–0.9 (bueno); 0.7–0.80 (regular); 0.6–0.7 (pobre); 0.5–0.6 (malo). Los boxplot indican la exactitud del modelo para plantas
y aves. Las cajas indican el rango intercuartil de los datos mientras que las patillas simbolizan los centiles 5 y 95. Los círculos y asteriscos representan valores outliers y extremos.
24
Efectos del calentamiento global sobre algunas especies en los Andes Tropicales
Cambio de rango
Los cambios en el rango del nicho climático de las especies para el 2050 y
2080 muestran patrones distintos de respuestas de acuerdo a las características de vida de las especies y los escenarios de cambio climático. Mientras que la mayoría de las especies de plantas y aves demuestran efectos
negativos a través de la contracción de su nicho climático, algunas especies también muestran una expansión de su nicho climático (Figura 4).
Mientras que los dos escenarios para el 2050 (A2 y B2) son bastante similares, el escenario A2 para el 2080 genera cambios mucho más severos
que el escenario B2 para las especies de plantas y aves (Figura 4). En el
escenario A2 67 especies de las 125 (54%) sufren una contracción de su
nicho climático, y 18 de ellas se espera sufran una variación negativa de
su distribución mayor al 80%. En el escenario B2 se proyecta que el 71%
de las especies atraviesen por una contracción de su nicho climático pero
solo ocho especies sufran una variación negativa mayor al 80%. En el escenario B2 2080, el rango intercuartil de los datos muestra una variación
negativa de todo tipo de formas de vida, mientras que en el escenario A2
2080 existe una notoria expansión de los rangos del cuartil superior y de
los valores extremos de todas las formas de vida, especialmente de las
epífitas (Figura 4a).
En el caso de las plantas, para el año 2050, el promedio de pérdida de los
nichos climáticos actuales es del 46% (Sd = 28,42%) y 49% (Sd = 28,77%)
bajo los escenarios A2 y B2 respectivamente. Por otro lado, la ganancia o
expansión del nicho climático para los escenarios equivalentes para el
mismo período de tiempo están en el orden de 25% (Sd = 53%) y 39% (Sd
= 80%) respectivamente. Los altos valores de las desviaciones estándar
sugieren una respuesta idiosincrásica al cambio climático en la escala de
especies. En contraste, los rangos promedios de cambio a la escala agregada de formas de vida revelan patrones más consistentes para ambos
escenarios para el período 2050 (Figura 4a).
25
Cuesta-Camacho, Peralvo y Ganzenmüller
a)
b)
Figura 4. Cambio en el rango del nicho climático actual y el período 2050 y 2080 para dos
escenarios de emisión A2 y B2: (a) plantas, (b) aves. Las medianas de los rangos de cambio
se muestran (lineas horizontales negras) con su respectivo 95% de intervalo de confianza
(boxplots). Las cajas indican el rango intercuartile de los datos mientras que las patillas
simbolizan los centiles 5 y 95. Los círculos y asteriscos representan valores outliers y
extremos. Fru: frugivoros; Gra: granivoros; Ins: insectivoros; Nec: nectarivoros; Omn:
omnivoros; Rap: raptores.
26
Efectos del calentamiento global sobre algunas especies en los Andes Tropicales
En cuanto a los gremios tróficos, los cambios promedios en los rangos climáticos muestran importantes diferencias entre gremios para cada escenario analizado. Los granívoros en particular muestran una constante variación positiva en el cambio de su nicho climático para los dos escenarios
en los dos períodos analizados, mientras que el resto de grupos muestrean
una variación negativa de su nicho climático en el escenario menos extremo (B2 2050). Por otro lado, el escenario más extremo (A2 2080) tiene un
profundo impacto en la configuración de los nichos climáticos de las especies de aves. La mayoría de las especies sufren un incremento en su nicho
climático con una expansión extrema de los gremios de insectívoros y granívoros (Figura 4b).
Estimación del riesgo de extinción en los Andes Tropicales
Bajo el supuesto de una migración universal, 59% y el 37% de las especies de plantas y aves respectivamente estaría clasificadas como extintas
o en peligro crítico de acuerdo al escenario A2 2080. Solamente el 9% y el
25% de las especies seleccionadas de plantas y aves serán categorizadas
como LC o NT. Estos números decrecen para otros escenarios y modelos
climáticos (Figura 5). Estas estimaciones del porcentaje de especies bajo
las categorías EX o CR podrían ser subestimaciones de los valores posibles para los escenarios modelados. Muchas más especies podrían estar
en peligro crítico o extintas si es que escenarios más restrictivos (y realistas) en cuanto a mecanismos de dispersión fuera empleados, y el efecto
actual y futuro de los cambios en la cobertura vegetal y uso del suelo fueran considerados.
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
EX
CR
EN
VU
NT
LC
Aves Plantas Aves
B2 50 B2 50 A2 50
Plantas Aves
A2 50 B2 80
Plantas Aves Plantas
B2 80 A2 80 A2 80
Figura 5. Proporción de las especies clasificadas de acuerdo al criterio A3(c) de la lista roja
de la UICN para los dos períodos de tiempos utilizando los dos escenarios de emisión. EX.
extincta; CR. En peligro crítico; EN. En peligro; VU. Vulnerable; NT. Casi amenazada; LC. De
menor importancia.
27
Cuesta-Camacho, Peralvo y Ganzenmüller
Sensibilidad de las especies andinas a los efectos
del cambio climático
Nuestros resultados muestran que los efectos del cambio climático sobre
la biota andina podrían ser extremadamente severos. El efecto de las
anomalías climáticas en los Andes tropicales, en la escala de especies,
muestra patrones similares para las aves y plantas estudiadas. En general
existe una consistente contracción de los nichos climáticos de las especies
que varía entre el 28% para plantas y el 18% para las aves en el escenario
B2 para el período 2050 a 36% y 27% respectivamente en el escenario A2
para el período 2080 (Figura 3). Un patrón importante es que la mayoría de
las especies que sufrirían considerables pérdidas son en su mayoría especies climáticamente marginales restringidas a los páramos o a los valles
xerofíticos de la región. Sin embargo, las mediciones de sensibilidad presentadas aquí son sujetas a una fuente principal de incertidumbre: la selección de los modelos climáticos para evaluar el impacto del cambio climático en la escala de especies.
Todas las proyecciones usadas para el presente análisis están basadas
en el modelo climático global HadCM3 (escenarios de emisión B2 y A2);
para otros modelos climáticos, las proyecciones espaciales de las variaciones climáticas podrían ser distintas de las presentadas en este estudio.
Sin embargo, la utilización de modelos climáticos distintos podrían cambiar
la magnitud pero no la dirección (incremento frente a detrimento) de los
efectos generales sobre la biota andina (Ohlemüller et al. 2006). Adicionalmente, el modelo climático HadCM3 y los escenarios B2 y A2 fueron seleccionados para permitir comparación de resultados con estudios similares (por ejemplo Broennimann et al. 2006; Thuiller et al. 2005) en diferentes regiones del planeta.
Estimación del riesgo de extinción en los Andes Tropicales
El origen y el actual arreglo especial de la mayoría de las especies andinas
utilizadas en este estudio fueron influenciados por las fluctuaciones climáticas del Plioceno-Pleistoceno (Luteyn, 2002; Young et al. 2002). Las fluctuaciones climáticas, especialmente los ciclos glaciales-interglaciales del
Pleistoceno tuvieron una fuerte influencia en los procesos de radiación y
especiación de los taxones andinos. Fjeldså (1995), Roy et al. (1997),
Krabbe et al. (1998), y Arctander y Fjeldså (1997) sugieren un modo de
especiación dominado por procesos dinámicos de aislamientos locales en
28
Efectos del calentamiento global sobre algunas especies en los Andes Tropicales
ecosistemas montanos climáticamente estables con dispersiones ocasionales entre ellos. Estos reductos climáticos pudieron haber jugado un papel de refugios de la biota andina y se los ha definido como áreas ecológicas estables. Dado que se estima que estos refugios fueron de tamaño
pequeño, las poblaciones de animales y plantas que los ocupaban debieron ser pequeñas también (Bradshaw et al. 1995). Como consecuencia,
muchas de estas “neo-especies” presentes en ecosistemas andinos son
endémicas, adaptadas a condiciones ambientales muy específicas en conjunción con un rango de distribución restringido (Kattan et al. 2004). Estas
condiciones muestran un escenario perfecto para que ocurra una alta extinción y anomalías en los patrones de distribución de estas especies en
escenarios de anomalías climáticas.
En este contexto, la pérdida de porciones considerables del nicho climático
de estas especies nos induce a clasificar a una gran cantidad de ellas como en peligro crítico o incluso extintas. La declinación en el tamaño del nicho climático de estas especies, implica que eventos estocásticos pequeños podrían afectar una gran parte de su población total, especialmente en
paisajes fragmentados como los Andes. Si una especie termina restringida
a un número pequeño de sitios o eventos catastróficos de pequeña escala
podrían terminar en extinciones locales (With y King 1999; Opdam 1991).
Por otro lado, nuestros resultados pueden ser conservadores dado el supuesto de migración universal aplicado, y las tasas de pérdida de cobertura vegetal para los Andes Tropicales que no fueron incluidas en los análisis
realizados. Por lo tanto, los impactos futuros de las anomalías climáticas
podrían ser incluso mayores a los reportados debido al alto grado de fragmentación (natural y humano) a la escala de paisaje. La pérdida de hábitat
y la fragmentación es especialmente rápida en los flancos exteriores, donde fronteras recientes de deforestación se han desarrollado a lo largo de la
estructura vial recientemente creada (y en continua expansión) y por las
dinámicas propias de los procesos de colonización en los piedemontes andinos (Young 1998).
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Discusión
Carlos Carrera
Dos preguntas: ¿Cuáles fueron las fuentes que tomaste para los puntos de
distribución que consideraste? Y, ¿por qué no utilizaste anfibios que son
un grupo conocido que está más o menos claro que tiene más relación con
el cambio climático?
Francisco Cuesta
En realidad son dos preguntas que están directamente relacionadas con la
información que utilicé. Utilicé la información del Instituto Nacional de
Ciencias en Colombia. Para el caso de plantas utilicé la información del
Missouri Botanical Garden, que ha compilado información del Museo de
Aarhus, de la Universidad Católica, de los herbarios, del Museo de Historia
Natural, del AMNH, de revisión de más de mil publicaciones, revisiones de
grupos taxonómicos, en las cuales están los registros de localidades. Más
o menos es una base de datos de 68000 registros de los cuales, en el caso de Birdlife Internacional, ellos nos dieron toda la base de datos de aves,
razón por la cual se uso este grupo. No usamos anfibios porque esta información no estaba disponible. Cuando yo pedí a la Universidad Católica
me dijeron que no. Creo que el resto ya sabes.
34
Efectos del calentamiento global sobre algunas especies en los Andes Tropicales
Rossana Manosalvas
Yo quería que tú nos aclares un poquito cuando hablas de que es
información de un estudio preliminar. Has mostrado al final de tu presentación que existen algunas incertidumbres pero, ¿qué se podría usar de esta
información para tomar ciertas precauciones, con la debida cautela, en
términos de conservación a escala local, nacional o regional?
Francisco Cuesta
Bueno, sobre la primera parte de tu pregunta: ahora estamos empezando
la segunda fase de este estudio donde estamos tratando de incorporar justamente la mejor alta de estas limitaciones, sobre todo para mejorar los patrones de riqueza. Especialmente para las especies de Colombia y los Andes venezolanos estamos tratando de ver qué posibilidades existen de mejorar la información climática. Eso sería mucho más interesante hacerlo
con la gente que sabe hacerlo, es decir, el INAMHI o el IDEAM de Colombia si es que fuera posible. Otra cosa importante es obviamente incorporar
los modelos de la parte de uso del suelo, y entender mejor lo que le está
pasando al paisaje como tal para esos mismos años (esperamos tener datos para enero del próximo año). Sobre las otras cosas, creo que mas allá
de tener todas estas limitaciones e incertidumbres, lo que es evidente es
que si esto se da, habrían desplazamientos de especies. En este sentido,
una cosa importantísima sería tratar de mantener la conectividad vertical
ente páramos y bosques, e identificar cuáles son estas áreas más críticas
que nos permitiría tener un mosaico de hábitat continuo desde los 500 hasta los 4500 msnm. Eso es básico. Independientemente de si es cierto, suponiendo que el 10% es cierto, debería permitirnos buscar escenarios de
asocios, no solo pensando en los sistemas nacionales, sino generar redes
interconectadas de conservación en escenarios hipotéticos de desplazamientos a otras zonas. Sobre todo una cosa que es importante, es establecer programas de monitoreo de investigación a largo plazo en ecosistemas de montaña, que realmente nos permitan decir cuáles son estos indicadores. Puede ser por ejemplo que el pájaro que estamos usando porque tenemos registros, no es un buen indicador, y tal vez son mejores los
frailejones. Esas cosas habría que concertarlas para que los indicadores
que vamos a usar en Venezuela sean los mismos que están en Ecuador,
Perú y Colombia, y monitorearlos a largo plazo para poder decir efectivamente lo que está pasando, lo que ya se puede constatar. Por ejemplo, en
Inglaterra donde hay 50 años de monitoreo sobre este tema, existe un
desplazamiento de casi 16 kilómetros costeros hacia el norte de la anida-
35
Cuesta-Camacho, Peralvo y Ganzenmüller
ción de especies británicas. Existe también el ejemplo del desplazamiento
de los alces en los bosques canadienses. Esto solo se puede hacer con
monitoreo y con investigación.
Janeth Ulloa
En el marco de lo que estabas diciendo, me gustaría que nos comentes un
poco más sobre las recomendaciones que tú podrías dar o sobre qué preocupaciones podríamos nosotros transmitir al gobierno nacional. Hemos
visto que este, más allá de ser un tema de información, un tema tecnológico, es un tema de decisión política y actualmente está orientada toda la
discusión a lo que podemos hacer individualmente. Esto me parece útil pero, cuando estamos planteando estas situaciones tan graves sobre los impactos que va a tener el país, ¿qué posiciones como país debemos tener,
más allá de las cosas individuales, para tener información, para lograr otro
tipo de beneficios, para poder enfrentar y entender, o buscar alternativas a
estos problemas tan serios?
Francisco Cuesta
¡Qué complicado! La verdad es que no podría darte una respuesta porque
creo que has entrado en un campo que para mí es un poco desconocido.
Esta es la parte más política del asunto, y no quiero decir que no se tenga
implicaciones, es más, debería tener implicaciones de ese tipo. Yo le pasaría la pelotita a la gente que hace gestión, y que trabaja sobre este tipo de
cosas. La información está disponible. Usándola, obviamente con toda la
cautela y con las incertidumbres que existen, esa gente debería tener la
capacidad y el conocimiento de decir cómo y por donde ir en este sentido.
Yo lo que ofrezco es participar en cualquier tipo de escenarios de discusión, pero no podría dar una respuesta muy sería al respecto.
Rubén Basantes
¿Se podría hacer o se podría aplicar esta metodología a escala local, a
escala de país? ¿Cuál sería la escala recomendada para hacer este estudio, teniendo obviamente toda la información necesaria?
36
Efectos del calentamiento global sobre algunas especies en los Andes Tropicales
Francisco Cuesta
Primero, habría que plantearse cuales son las preguntas que se quiere
contestar. Depende también de cuanta información tengas, esto es directamente relacionado a la información base con que se cuenta, es decir, si
resulta que para una micro cuenca tienes 10 estaciones meteorológicas
que han recopilado información durante 50 años, y es información de buena calidad, puedes generar probablemente unos modelos climáticos más
finos a esa escala y también puedes identificar especies especificas a esa
escala. Para este tipo de análisis probablemente todo va a depender de la
cantidad de información que tengas, y mientras más fino se vaya, mientras
más ventanas de detalle se abran, mejor. Estamos hablando de que probablemente el crecimiento de la necesidad de información es exponencial,
algo así como la reproducción de los seres humanos en los últimos años.
Uno de los grandes puntos de discusión es si es que para escenarios de
cambio climático se puede o no incluir variables estáticas como por ejemplo geomorfología, considerando que necesitamos un modelo dinámico
que cambie para poder proyectar la distribución futura. Ahí entras en otros
escenarios de mucha mayor incertidumbre y complejidad.
Manuel Carvajal
¿Qué tipo de información meteorológica se utilizó y cuáles dificultades se
encontró? ¿Fue una cuestión de cobertura espacial o hicieron falta parámetros meteorológicos?
Francisco Cuesta
Esa es una muy buena pregunta. La información que utilizamos es la
información que ha sido recopilada del CRU. En términos generales el
IPCC que es este panel de investigación del cambio climático, tiene diferentes nodos de investigación. Uno de estos nodos es la Universidad de
East Anglia en el Reino Unido que ha recolectado mucha información a
escala mundial de todas las estaciones meteorológicas. Ellos tienen un
grupo de investigación climático que se ha dedicado los últimos 20 años a
recolectar información de todas las estaciones meteorológicas disponibles
a escala global. Sobre esta información y con todos los sesgos que existen, por ejemplo en la poca distribución de información para estaciones
meteorológicas bajo mil metros a la Amazonía en el caso del Ecuador, todos estos problemas han sido heredados en estos modelos. La informa-
37
Cuesta-Camacho, Peralvo y Ganzenmüller
ción a la que accedimos fue esa. Los escenarios de cambio provienen de
la misma fuente, y con base con ellos, con los puntos de distribución de
todas las estaciones meteorológicas en los Andes, hicimos las interpolaciones actuales y futuras. No sé si en esto ayude un poco el software que
usamos que se llama ANUSPLIN de la Universidad de Canberra en Australia, y que hace regresiones lineales múltiples. Lo que hicimos originalmente fue contactar al INAMHI, al IDEAM en Colombia, y al instituto que
maneja este tipo de datos climáticos en el Perú, pero nunca tuvimos respuesta.
38
EL PROYECTO PILOTO NACIONAL DE ADAPTACIÓN
AL CAMBIO CLIMÁTICO (INAP)
Y SU RELACIÓN CON LA
ALTA MONTAÑA EN COLOMBIA
Klaus Schütze Páez
Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios
Ambientales (IDEAM), Colombia
La Ley 99 de 1993 determinó en Colombia los fundamentos de la política
ambiental y dio origen al Sistema Nacional Ambiental, en el que se integran orientaciones, normas, actividades, recursos, programas e instituciones para poner en marcha los principios generales ambientales consagradas. A la cabeza del Sistema Nacional Ambiental está el Ministerio de Ambiente, Vivienda, y Desarrollo Territorial, las Corporaciones Autónomas
Regionales encargadas de hacer gestión ambiental en las diferentes regiones del país, y cuatro institutos de investigación que dan apoyo técnico
para la toma de decisiones políticas. Los institutos son: el Instituto
Alexander Von Humboldt que se encarga de los estudios sobre biodiversidad en el país, el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas Sinchi
que trabaja específicamente en la amazonía colombiana, el Instituto de
Investigaciones del Pacífico que trabaja en región del Pacífico Colombiano,
y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales - IDEAM
que dirige y lidera en todo el territorio nacional los temas de meteorología,
hidrología y estudios ambientales relacionados con el desarrollo del país.
La Primera Comunicación Nacional ante la
Convención Marco (CMNUCC)
Colombia hace parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas
sobre Cambio Climático (CMNUCC) desde 1995 y ratificó el Protocolo de
Kyoto de la misma Convención en el año 2000. Como parte de la Convención, Colombia desarrolló en el 2001 su Primera Comunicación Nacional
39
Klaus Schütze P.
bajo el liderazgo del IDEAM, con la participación de más de 70 instituciones públicas y privadas nacionales.
A pesar de contribuir mínimamente al fenómeno de cambio climático (el
país emite únicamente el 0,25% de las emisiones globales de dióxido de
carbono), Colombia es particularmente vulnerable a los efectos de este
fenómeno.
La Primera Comunicación Nacional (CN1) determinó que los ecosistemas
colombianos más vulnerables a los efectos del cambio climático serían los
de Alta Montaña (Glaciares, Páramos y Bosques Andinos).
Con un aumento proyectado para el 2050 en la temperatura media anual
del aire para el territorio nacional entre 1°C y 2°C; y una variación en la
precipitación entre ± 15%, se espera que el 78% de los nevados y el 56%
de los páramos desaparezcan. Esto afectaría dramáticamente a un 80%
de la población colombiana que está asentada en la región andina, y a
cerca del 70% de la generación eléctrica que se produce a través de sistemas hidroeléctricos.
La determinación de los impactos y la vulnerabilidad frente al cambio
climático de las zonas costeras continentales colombianas fueron llevadas
a cabo por el INVEMAR. Con un ascenso del nivel del mar proyectado
para el 2050 de aproximadamente 40 cm en la costa Caribe y de 60 cm en
la costa Pacífica, los resultados determinaron, entre otras cosas, que el
64% y el 83% de los litorales Caribe y Pacífico respectivamente estarían
amenazados por inundaciones marinas entre media y muy alta. Esto cambiaría la cota salina afectando las zonas de cultivo en los valles interandinos.
En el tema de salud, la CN1 estimó que con el cambio climático, particularmente con un aumento en la temperatura, la amenaza actual de morbilidad y mortalidad por dengue y malaria podría incrementarse. Así mismo,
se incrementaría la posibilidad de incidencia de estas dos enfermedades
en áreas del país que antes no eran vulnerables, como son la zona andina
y las zonas medias del país, donde habita la mayor parte de la población
colombiana.
40
El Proyecto Piloto Nacional de Adaptación al Cambio Climático (Colombia)
Recomendaciones de la Primera Comunicación Nacional
A partir de los resultados y recomendaciones de la CN1, el Consejo Nacional Ambiental, máxima instancia de decisión y coordinación intersectorial
colombiana alrededor de los temas ambientales conformada por los ministerios relacionados con estos temas, aprobó en agosto de 2002 los Lineamientos de la Política Nacional de Cambio Climático. Entre las recomendaciones más importantes se encuentran:
•
•
•
Mejorar las estimaciones de los posibles cambios de temperatura del
aire, de la precipitación y de otras variables climatológicas en el territorio colombiano en una escala más precisa. La escala de la información
que se venía generando con la red de meteorología en el país, respondía a otro tipo de necesidades, sin embargo al identificar las preguntas y necesidades de información relacionadas con el tema de
cambio climático, se requiere trabajar a una escala más precisa que
demanda un esfuerzo técnico considerable.
Estimar los impactos del cambio climático así como la vulnerabilidad
de sistemas estratégicos para el país y que a su vez pueden ser altamente vulnerables ante el cambio climático y los efectos sobre las variables socioeconómicas asociadas a los mismos.
Determinar las correspondientes medidas de adaptación y sus opciones en el marco legislativo y político nacional e internacional.
El Proyecto Piloto Nacional de Adaptación al Cambio
Climático (INAP)
Como resultado de la gestión que Colombia realiza con la Primera Comunicación y el cumplimiento de sus compromisos en el marco de la Convención de Naciones Unidas, El Gobierno de Colombia ha suscrito un Acuerdo
de Donación con el Banco Mundial de recursos provenientes del Fondo
Mundial para el Medio Ambiente - GEF para apoyar a Colombia en la ejecución del Proyecto Piloto Nacional de Adaptación al Cambio Climático,
INAP.
El objetivo del INAP es apoyar la definición e implementación de medidas
piloto de adaptación específicas y opciones de políticas para prever anticipadamente los impactos del cambio climático en: ecosistemas de alta
montaña, áreas insulares del Caribe colombiano y salud humana (dengue
y malaria).
41
Klaus Schütze P.
Por lo anterior, el beneficiario de la donación es la República de Colombia
a través de la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación
Internacional (Acción Social) y el Receptor de los recursos es Conservación Internacional Colombia – CI-.
La ejecución administrativa y financiera de los recursos del Acuerdo de
Donación, está a cargo de Conservación Internacional Colombia –CI-. La
coordinación técnica general del Proyecto está a cargo del Instituto de
Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales- IDEAM quien a su vez
actúa como entidad ejecutora junto con las siguientes entidades: INVEMAR, CORALINA y el Instituto Nacional de Salud. Los componentes del
INAP son ejecutados de la siguiente manera:
•
•
•
IDEAM: Componentes A “Producción de Información sobre Cambio Climático y Variabilidad Climática” y Componente B o Alta
Montaña “Diseño e Implementación de un Programa de Adaptación en la región de Cuenca del Río Blanco del Macizo de Chingaza”
INVEMAR y CORALINA: Componente C “Diseño e Implementación de un Programa de Adaptación en las Áreas Insulares del Caribe Colombiano”
El Instituto Nacional de Salud: Componente D “Respuestas a las
enfermedades tropicales de los vectores de dengue y malaria inducidas por el cambio climático”
El componente B del Proyecto INAP, tiene como objetivo el diseño e implementación de un Programa de Adaptación que apoye el Mantenimiento
de los Servicios Ambientales en la Cuenca de Río Blanco del Macizo de
Chingaza, ubicada en la Cordillera Oriental, en jurisdicción de los municipios de La Calera y Choachí.
En dicha Cuenca, el Componente B prevé la implementación de las siguientes cuatro Medidas de Adaptación:
1. Generación y manejo de información sobre Cambio Climático Global en la Planeación y Manejo en la Cuenca del río
Blanco ubicada en el Macizo de Chingaza para mantener
los servicios ambientales que prestan los ecosistemas de
Alta Montaña.
2. Reducción de los impactos adversos en la regulación
hídrica de la Cuenca del Río Blanco del Macizo de Chin-
42
El Proyecto Piloto Nacional de Adaptación al Cambio Climático (Colombia)
gaza para el consumo humano y el potencial hidroenergético del Proyecto Santa Ana.
3. Modelos de planificación del uso de la tierra que incorporen los impactos del cambio climático global en la alta
montaña de la Cuenca del Río Blanco en el Macizo de
Chingaza, a través de la formulación de guías para ser incluidas dentro de los instrumentos de ordenamiento territorial.
4. Mejorar los agroecosistemas productivos ubicados en la
alta montaña de la Cuenca del Río Blanco en el Macizo
de Chingaza.
El Proyecto PHRD: Fondo para el Desarrollo del Recurso
Humano y de Política del Japón
Este proyecto terminó en el 2007 y parte de sus resultados aportan al desarrollo del INAP. El objetivo del proyecto PHRD fue:
“Desarrollar e iniciar la validación de protocolos de monitoreo del cambio
climático y simulación de los impactos a los ciclos del agua y el carbono en
los ecosistemas de Alta Montaña.”
Entre las actividades están el desarrollo de Protocolos de Monitoreo del
Cambio Climático, y la simulación de los Impactos en los Ecosistemas de
Alta Montaña y el diseño para realizar la Validación de los Protocolos en
los Parques Naturales Nacionales de Chingaza y Los Nevados.
Durante el 2006 y el 2007 se iniciaron específicamente las siguientes actividades:
•
•
•
•
Caracterización de los ciclos de agua y carbono en los sistemas de
páramo, bosque alto andino y glaciares.
Elaboración del protocolo para el monitoreo de los ciclos del agua
y del carbono, que permita incorporar el análisis del impacto del
cambio climático sobre estos ciclos en los ecosistemas de alta
montaña.
Diseño del sistema de monitoreo que incluya el seguimiento de las
variables climáticas y socioeconómicas, los criterios para la selección de los sitios y los protocolos a medir.
Implementación y validación del protocolo en ecosistemas de alta
montaña en Colombia.
43
Klaus Schütze P.
•
•
Diseño e instalación de la red de monitoreo en ecosistemas de alta
montaña.
Inicio de Recolección, procesamiento y análisis de la información.
El Componente de Alta Montaña
Medidas 1 y 2 de Adaptación: Generación y manejo de información sobre Cambio Climático Global en la Planeación y Manejo en la Cuenca del
río Blanco ubicada en el Macizo de Chingaza para mantener los servicios
ambientales que prestan los ecosistemas de Alta Montaña.
Se busca la reducción de los impactos adversos sobre la regulación hídrica
en las cuencas seleccionadas en los Páramos de las Hermosas, Chingaza
y Los Nevados
Actividades
(i)
Conservación de la vegetación natural de los cinturones riparios a
lo largo de los cauces.
(ii)
Conservación y recuperación de la cobertura del suelo en la cuenca para mantener la captura de la precipitación horizontal y el almacenamiento de carbono en el suelo.
(iii)
Adopción de un programa de manejo para prevenir y mitigar las
actividades que puedan reducir la capacidad de retención de agua
en el suelo (incluyendo incendios).
Medida 3 de Adaptación: Modelos de planificación del uso de la tierra
que incorporen los impactos del cambio climático global en la alta montaña
de la Cuenca del Río Blanco en el Macizo de Chingaza, a través de la
formulación de guías para ser incluidas dentro de los instrumentos de ordenamiento territorial.
Se espera la formulación de Guías para incorporar el Cambio Climático en
los planes de ordenamiento territorial y Prevención de Riesgos a nivel Municipal.
Actividades
(i)
Selección de dos Municipios pilotos.
(ii)
Identificación de ecosistemas claves, determinación de impactos
asociados a Cambio Climático e identificación de riesgos y medidas para mitigar impactos negativos
(iii)
Definición de las Guías.
44
El Proyecto Piloto Nacional de Adaptación al Cambio Climático (Colombia)
Medida 4 de Adaptación: Mejorar los agroecosistemas productivos ubicados en la alta montaña de la Cuenca del Río Blanco en el Macizo de
Chingaza.
Se inician con el manejo sostenible de los sistemas productivos de altura,
principalmente la ganadería y la papa.
Actividades
(i)
Selección de los sitios piloto con base en información socioeconómica.
(ii)
Selección de sistemas y prácticas agro-productivas que respondan
a predicciones de Variación Climática y al Cambio Climático Global.
(iii)
Diseño de incentivos para la adopción de sistemas productivos.
(iv)
Implementación de los sistemas y prácticas productivas.
(v)
Implementación de actividades piloto para reducir la variabilidad
del suministro de agua relacionada con la vulnerabilidad climática
(vi)
Fortalecimiento de la organización y capacidad local.
El Componente de Zonas Insulares del Caribe Colombiano
Medida de Adaptación: Un programa de adaptación diseñado e incorporado a los planes regionales de desarrollo de las áreas insulares del Caribe
Colombiano, que incorpore el mejoramiento del manejo de ecosistemas
marinos y reduzca la vulnerabilidad del abastecimiento de agua potable a
las comunidades locales.
Actividades
(i)
Implementación de un sistema de monitoreo oceanográfico y ecosistémico.
(ii)
Manejo integrado del recurso hídrico, con énfasis en la disponibilidad (Isla San Andrés).
(iii)
Implementación de Áreas Marinas Protegidas.
(iv)
Manejo Integrado de la zona costera para reducir la vulnerabilidad
de la población, los ecosistemas y la infraestructura al CCG.
El Componente de Salud Humana
Medida de Adaptación: Fortalecimiento del programa de salud, en el que
se incorpore las medidas de manejo para identificar las amenazas de dengue y malaria inducidas por el cambio climático y que resulten en la reduc-
45
Klaus Schütze P.
ción del 30% de la morbilidad debida a estas enfermedades en las áreas
piloto del proyecto.
Actividades
(i)
Desarrollo de modelos estadísticos del efecto del clima sobre malaria y dengue en las Áreas Piloto (AP).
(ii)
Modernización y actualización del sistema de información en salud.
(iii)
Desarrollo de modelos de pronóstico para la ocurrencia de epidemias de dengue y malaria asociadas a la variabilidad del clima en
20 municipios colombianos.
(iv)
Sistema de alerta temprana y de las acciones que puedan derivarse a nivel institucional para la atención de posibles brotes y epidemias de dengue y malaria.
Discusión
Jorge Núñez
Soy parte del Proyecto Regional Andino de Adaptación al Cambio Climático, proyecto liderado por el Ministerio del Ambiente del Ecuador, y que al
igual que el proyecto de Colombia, es implementado a través el Banco
Mundial. Estamos un poco atrás respecto de ustedes. Somos el hermano
menor diríamos. Tengo algunas inquietudes: para el diseño de las medidas de adaptación específicamente en el tema páramos, ¿qué horizonte
en cuanto a los años tomaron ustedes en consideración, dado que los
modelos prevén y dan resultados en unos casos para 50 años y en otros
para finales de siglo, como el caso del modelo japonés, pero no obstante
con miras a poder diseñar medidas de adaptación que sean evaluables en
el corto y mediano plazo? Es preciso determinar un horizonte un poco más
cercano. La pregunta concreta es ¿qué horizonte tomaron ustedes inicialmente como parámetro?
La otra pregunta es sobre el mismo modelo japonés, que como bien explicaste tú, ya se hace el trabajo y la resolución a una malla de 20x20 kilómetros, pero luego con el downscaling tiende a bajar, y según entendí de tu
exposición, ya lo han logrado bajar a 5x5.
Klaus Schütze
Realmente el horizonte es un horizonte que nos toca entrar a medir porque
no tenemos la información para poder hacer las series por la falta de esta-
46
El Proyecto Piloto Nacional de Adaptación al Cambio Climático (Colombia)
ciones e información a esas alturas. Tenemos muy pocas estaciones hidrológicas y meteorológicas en las zonas de páramo, y es por eso que los
estudios de glaciares y otros estudios nos permitirían tener claro ese horizonte de tiempo. El proyecto como ustedes saben, va a ser de 5 años, y
por ende las medidas de adaptación nosotros las ponemos iniciando a 5
años. Sin embargo, es realmente más una transformación casi cultural y
de hábitos lo que buscamos en esos 5 años, que implementar medidas de
adaptación en los ecosistemas en sí. Es más fácil cambiar las culturas y
las aptitudes de la gente que el cambio climático.
Con respecto a la segunda parte, nosotros incluso estábamos en la teleconferencia que hubo. Realmente no soy yo el experto en escenarios,
pero los que hablaban ahí mostraban que está muy bien bajar la grilla del
7% que los japoneses proponen en las zonas planas, es decir en la Amazonía y costa atlántica, pero en las zonas montañosas, particularmente en
Colombia, el error que las estaciones meteorológicas muestran con respecto al escenario es de 400%. Entonces la recomendación es no bajar el
downscaling porque aumentaríamos el error, y estaríamos subestimando
realmente los escenarios. Por eso les dijimos que, en vez de proponer
bajar la escala en Colombia, antes nos interesa aumentar la variable vientos en alta montaña para poder asegurar y no cometer el error de bajar la
escala subestimando datos. Esto debido a que creemos que Colombia por
estar en la parte norte, está más influenciada por las corrientes del Niño, y
esa corriente húmeda nos puede estar alterando suficientemente los vientos, y la variable vientos no se está midiendo en ese tipo de escenarios.
Flor María Cárdenas
Gracias al Grupo de Trabajo en Páramos y a EcoCiencia por la invitación.
Más que preguntas tengo algunas reflexiones. Aquí estamos representantes de grupos que trabajamos por el desarrollo de nuestro país, aportando
con un granito de arena a que mejoren las condiciones de nuestro país y
del planeta. Sería importante que en todo este tipo de reuniones, estuvieran presentes los que toman las decisiones políticas para comenzar a
hacer cambios y trabajar por mejorar todas estas condiciones desde los
grupos políticos, desde los que toman las decisiones, para que en nuestro
país de hombres y mujeres vayamos tomando conciencia de los problemas
que se están dando por el calentamiento global, y así ir construyendo una
sociedad que tenga conciencia. Este es un nuevo reto que tenemos que
tomarlo en América Latina, en Ecuador y el mundo, pero unidos desde la
participación ciudadana. En este caso, en representación de nuestra insti-
47
Klaus Schütze P.
tución INIAP, estamos aquí presentes y creemos que desde la investigación podemos ir aportando a estos procesos. Ojalá que estas reuniones,
que son para los grupos que estamos trabajando en el campo, donde
están los problemas, sean también para los entes tomadores de decisiones, como el Ministerio de Agricultura, el Poder Legislativo con nuestros
Diputados, y les permitan conocer qué es lo que podemos hacer para contrarrestar lo que se nos viene. Nosotros estamos viendo que para las próximas generaciones va a ser más duro, por lo tanto debemos unirnos para ir
construyendo un mundo más equitativo, para que nuestras generaciones
puedan vivir en un ambiente más sano. Estos procesos deben seguir, y
como decía el compañero Juan: es un reto que debemos tomar. Tomemos
conciencia e impulsemos acciones concretas desde las distintas instancias
en donde estamos trabajando. Estas inquietudes nos abren nuevos horizontes y nuevos retos.
48
LA RECESIÓN DE LOS GLACIARES EN EL ECUADOR
1
Y EL CAMBIO CLIMÁTICO
Dr. Bernard Francou
Director de Investigación
Institut de Recherche pour le Développement, Francia
¿Cuál es el problema?
Los glaciares son uno de los mejores indicadores de la tendencia climática.
Es gracias a ellos que, a partir de la primera mitad del siglo 19, el concepto
de “eras glaciares e interglaciares” se ha impuesto y que ha nacido la paleo-climatología. En este proceso, el nombre del científico suizo Louis
Agassiz se destaca entre otros. Midiendo y estudiando los glaciares de una
manera efectiva a partir de 1870 —primero en Suiza y en Francia, luego en
Escandinavia—, se ha notado que los glaciares conocen variaciones periódicas: su lengua frontal avanza por un tiempo y luego empieza a retroceder, para volver a avanzar nuevamente. Poco a poco se trató de relacionar dichas fluctuaciones con las variaciones del clima y así nació la glaciología.
Actualmente, de 100 a 150 glaciares son observados regularmente en
varios macizos alrededor del mundo. A pesar de que esto constituye una
cobertura poco densa para obtener una tendencia general, esta red ofrece,
en el contexto de recalentamiento global de los últimos decenios, una fuente de información extremadamente útil para monitorear el clima del planeta, particularmente en regiones remotas donde la información climatológica
con base en mediciones directas es escasa o inexistente.
1
Este texto apareció originalmente, con pequeñas modificaciones, en el número 23 de la
revista Montaña, publicada en el Ecuador. El autor, quien presentó algunos de estos datos en
la reunión correspondiente del GTP, fue muy amable en permitir su uso para la presente
publicación.
49
Bernard Francou
Hemos tratado, en un libro recientemente publicado en Francia (Francou y
Vincent 2007), de hacer una síntesis de esta información y de presentar a
un amplio público no especializado un panorama de los glaciares a nivel
mundial. En este artículo, sin embargo, me limitaré a sintetizar lo que
hemos aprendido de los estudios hechos por el IRD y de sus contrapartes
desde hace 15 años sobre algunos glaciares de la cordillera ecuatoriana.
La prensa aporta muchas veces informaciones muy aproximativas o incluso falsas sobre los glaciares, por lo que no es inútil presentar aquí un punto de vista basado en observaciones científicas directas.
Es importante comenzar la historia hace algunos siglos atrás para apreciar
el grado de magnitud del proceso actual de desglaciación. Del mismo modo, es interesante ver si la tendencia que observamos en el Ecuador se ve
con la misma fuerza en las cordilleras de los países vecinos, Perú, Bolivia
y Colombia, donde existen también programas glaciológicos semejantes.
La Pequeña Edad de Hielo (PEH) en los Andes del Ecuador
Hay pocas regiones en las cuales los glaciares estén tan cerca de los habitantes y tan expuestos a la vista de todos quienes viajan y recorren el gran
valle interandino, como en los Andes ecuatorianos. Por eso mismo, dichos
glaciares han sido señalados e incluso a veces descritos desde los primeros siglos de la Colonia.
La Condamine (1751), a mediados del siglo 18, evoca las “enormes masas
de una nieve tan antigua como el mundo” que recubren los volcanes de la
entonces Real Audiencia de Quito. A mediados del siglo 19, el Alemán
Moritz Wagner fue el primero en identificar un “verdadero glaciar” situado
en el Altar. Su notoriedad se debía, sin duda, a su magnitud, pues este
glaciar no solo llenaba, en esa época, todo el centro de la caldera del volcán, sino que también se desbordaba ampliamente sobre el alto valle de
Collanes, con una hermosa lengua de hielo que descendía hasta un poco
menos de 4.000 m de altitud. En la década de 1870, los viajeros debían
cruzar los glaciares antes de llegar a las cimas. Reiss, Stübel, von Thielman y Whymper los caminaron en todos los sentidos, observando las grietas y las morrenas. “Existen glaciares de grandes dimensiones en los Andes del Ecuador. Alcanzan su mayor tamaño en el Antisana, el Cayambe y
el Chimborazo, y hay algunos de tamaño considerable en el Altar, el Carihuairazo, el Cotacachi, el Iliniza, el Sara-Urcu y el Sincholagua” (Whymper 1892).
50
Cambio climático y recesión de glaciares en el Ecuador
A principio del siglo 20, Hans Meyer fue el primer geógrafo en demostrar
que los glaciares ecuatoriales comprenden, tal como en los Alpes, una
parte superior bastante grande constituida en su superficie por nieve dura,
llamada neviza, y una parte baja compuesta exclusivamente de hielo. Cerca del frente, el hielo suele estar cubierto de escombros rocosos que a
veces se confunden con las morrenas circundantes. La “línea de neviza”,
que limita entre la parte alta del glaciar y la parte baja, fue correctamente
interpretada por Hans Meyer como el límite inferior de la nieve permanente. Treinta años después de Reiss y Stübel, en 1903, Meyer observó la
posición, en altitud, del límite de la neviza en los Andes ecuatorianos. Este
límite varía, a nivel de las cordilleras, de acuerdo con la exposición a los
flujos húmedos que llegan de la Amazonía. Según él, la línea de neviza
está 200 a 300 metros más abajo en la vertiente este de la Cordillera
Oriental, muy húmeda, de lo que está en la vertiente del Pacífico, más
seca.
El límite de la nieve permanente también varía en el tiempo bajo el efecto
del cambio climático y, en cierto sentido, constituye su trazador. Los relatos y la iconografía dejados por quienes viajaron a través de la nieve y los
glaciares son de gran interés para los científicos (véase García y Francou
2002). Pero, ¿qué nos dicen?
Sabemos, gracias a La Condamine y a Humboldt, que cumbres tan bajas
como las del Corazón (4.787 m) e incluso del Guagua Pichincha (4.794 m)
estuvieron permanentemente cubiertas de nieve en los años 1740 y todavía en 1802. “El 20 de julio, fuimos a realizar el experimento del barómetro
[…] sobre el pico mismo del Corazón, cuya punta está siempre cubierta de
nieve y sobrepasa con cuarenta toesas el límite sobre el cual la nieve no
se funde jamás” (La Condamine 1751).
A mediados del siglo 18, La Condamine y Bouguer determinaron que el
límite inferior de la nieve se encontraba a 4.750 m y, cincuenta años más
tarde, Humboldt la ubicó a 4.800 m, sin que sea posible para nosotros
saber si ese límite subió en 50 años o si la diferencia viene de incertidumbre en las mediciones. De acuerdo con los archivos municipales de Quito,
que datan de principios de la Colonia, parecería que el límite de las nieves
permanentes en el volcán Pichincha ya se acercaba a esa altitud a comienzos del siglo 16. Aunque las condiciones de una capa de nieve permanente fueron señaladas por Moritz Wagner respecto al Guagua Pichincha hacia 1858, los testimonios de Reiss y Stübel (1870-1874) y, posteriormente, de Whymper (1880) y Meyer (1903), hacen pensar que la nieve
se había vuelto esporádica. En lo referente al Corazón, todos los testimo-
51
Bernard Francou
nios concuerdan en que, durante la mayor parte del siglo 19, había nieves
permanentes, pero esas condiciones ya habían cambiado al comenzar el
siglo 20, cuando Meyer visitó la zona. Para entonces, las nieves permanentes ya se habían reducido y se limitaban a los lugares más protegidos.
“El Corazón, cuya altitud es de 4.787 m, se levanta precisamente tanto
cuanto el límite climático de la nieve en la Cordillera Occidental (a 4.800
m), de manera que puede tener algo de nieve en algunos lugares protegidos, pero, dentro de poco tiempo, perderá este último resto de nieve y
hielo […]. Su vecino Rumiñahui, cuya cima mide 4.757 m, ha quedado ya
debajo del límite de la nevisca y está, por lo tanto, desnudo” (Meyer 1907).
Los glaciólogos contemporáneos saben que entre los siglos 16 y 19, y en
muchos casos desde comienzos del siglo 14, existieron a nivel mundial
glaciares mucho más extensos que los que existen hoy. Es tal la coincidencia de esta expansión de los glaciares en la mayor parte de los macizos montañosos del planeta que esos seis siglos son conocidos como la
Pequeña Edad de Hielo. Esa mayor extensión de los glaciares también era
palpable en el Ecuador gracias a condiciones más favorables de capa de
nieve y temperatura. El límite de la nieve permanente parece haberse situado siempre, durante esos siglos, entre 4.700 y 4.800 m, es decir, unos
trescientos metros por debajo de su nivel actual.
El Sincholagua (4.893 m) y el Cotacachi (4.939 m), montañas cuya altura
supera la altitud del Pichincha o del Corazón, perdieron sus glaciares un
poco más tarde, durante el siglo 20. Whymper escaló esas montañas por
primera vez en 1880, describiéndolas como cubiertas de hermosos glaciares. Esas lenguas glaciares aun estaban presentes cuando Hans Meyer
pasó por ahí y los pintores Rafael Troya o Rudolf Reschreiter las plasmaron en sus cuadros. Minúsculos restos de hielo perduraron en el Sincholagua y el Cotacachi hasta los años de 1970, pero a inicios de la década de
1990 todo vestigio de glaciares había desaparecido completamente de
esas cumbres.
En otro macizo, El Altar, el gran glaciar que ocupaba la enorme caldera
seguía siendo muy vigoroso cuando Troya lo pintó en 1872, aun cuando su
término ya estaba en retroceso en comparación con su extensión máxima.
Tal como aparece en las acuarelas de Reschreiter producidas en 1903, el
glaciar había retrocedido más, aunque seguía cubriendo la totalidad de la
caldera, alcanzando localmente 100 metros de espesor. En el curso del
siglo 20, el glaciar fue gradualmente liberando la caldera, dejando lugar, en
su centro, a una hermosa laguna, la Laguna Amarilla. Aunque ésta todavía
era minúscula en 1956, se fue agrandando y en entre 1965 y 1982 cubría
52
Cambio climático y recesión de glaciares en el Ecuador
una superficie equivalente a la mitad de la que tiene ahora. Llegó a su
máxima extensión (435 ha) en la década de 1990, una vez que los glaciares abandonaron definitivamente el fondo de la caldera y se replegaron
hacia la parte alta del circo, a la sombra de las paredes rocosas. En ese
entonces ya era la laguna glaciar más grande del Ecuador (Figuras 1a y
1b).
Figuras 1a y 1b. Caldera del Altar en 1903, arriba, pintada por Rudolf Reschreiter y abajo en
2001 (foto Bernard Francou). El espesor de la lengua de hielo cubriendo el sitio
ocupado por la laguna Amarilla en 1903 se estima a ~100 m.
53
Bernard Francou
Los métodos modernos utilizan varios indicadores para reconstruir las áreas ocupadas por los glaciares en curso del tiempo. Uno de ellos consiste
en datar las morrenas dejadas por ellos, las cuales permiten, al mismo
tiempo y bajo ciertas condiciones, calcular las antiguas superficies y volúmenes ocupados por el hielo. Estas dataciones utilizan un liquen bien representado en todos los Andes, Rhizocarpon geographicum, cuyo crecimiento, bien calibrado a partir de superficies con edades conocidas sobre
las cuales está presente, permite estimar un rango de fechas del depósito
de los bloques incorporados a esas morrenas. Un modelo estadístico adecuado proporciona una fecha para la construcción de las morrenas, con
una incertidumbre de la orden del decenio. Utilizando este método, investigadores del IRD (Rabatel et al. 2005) pudieron establecer que, en Bolivia,
Perú y Ecuador, los glaciares alcanzaron su mayor extensión entre 1600 y
1750, es decir, durante uno de los periodos más fríos de la Pequeña Edad
de Hielo, que fue también húmeda en los Andes centrales. Estos avances
fueron contemporáneos de muchos otros a nivel mundial. Después de este
despliegue máximo, empezó un progresivo retroceso, lo cual fue interrumpido por un avance, bien marcado en el Ecuador, durante los primeros
decenios del siglo 19, igualmente fríos a nivel mundial. En Ecuador, como
en todos los Andes centrales, el retroceso de los glaciares se aceleró durante los dos últimos decenios del siglo 19, debido a un marcado recalentamiento del clima de esas regiones tropicales y, localmente, a condiciones
más secas. Estimamos, entonces, que el fin de la Pequeña Edad de Hielo
se produjo en los Andes centrales alrededor del año 1880.
Las etapas del retroceso de los glaciares en los Andes ecuatorianos
durante el siglo 20 y el proceso de aceleración desde hace treinta
años
Curiosamente, entre la expedición de Hans Meyer y los últimos decenios
del siglo 20 no se ha podido hasta ahora tener un registro preciso de las
fluctuaciones de los glaciares. Hay que saltar hasta las fotografías áreas
del Instituto Geográfico Militar tomadas a partir de mediados de los años
1950 para disponer de documentos explotables. Aún así, dichas coberturas aéreas son escasas (una cada diez años, no mucho más) y no enfocadas al estudio de los glaciares. En 1975, cuando Hastenrath (1981),2 de la
Universidad del Wisconsin, recorrió los Andes ecuatorianos, los glaciares
parecen haber tenido su línea de equilibrio entre 4900 y 4950 m como
promedio. Los pequeños glaciares residuales, como los del Sincholagua y
2
S. Hastenrath, 1981. Los datos del libro se exponen al final del artículo.
54
Cambio climático y recesión de glaciares en el Ecuador
el Cotacachi, estaban ya reducidos a pequeños montículos de hielo y
amenazados por desaparecer por completo en algunos años.
Se sabe, por estudios hechos en el Perú, particularmente en la Cordillera
Blanca, que después del retiro rápido de la lenguas glaciares de los dos
últimos decenios del siglo 19 y de los primeros años del siglo 20, una pausa sucede entre 1910 y 1930, marcada por avances significativos al principio de los años 20. Sin embargo, luego, en la Cordillera Blanca del Perú,
las expediciones austro-alemanas describen un marcado retroceso de los
glaciares a partir de 1930 y durante los años 1940. Desde principios de los
años 1950 hasta 1975, como en muchos otros macizos del mundo, ocurre
una nueva pausa en el proceso de recesión de los glaciares, con avances
de lenguas de algunas decenas de metros, particularmente en 1956, 1963
y 1974-75. En el Cotopaxi, al comparar las fotos aéreas de 1956 y de
1976, no se pudo ver una diferencia marcada en los límites de glaciares, lo
que comprueba que la glaciación manifestó ahí también una cierta estabilidad.
Figuras 2a y 2b. Frente del glaciar 15α del Antisana en 1994 y 2004. En 10 años, la lengua
retrocedió de unos 200 m a pesar de un notable avance de 43 m en 1999-2000. Fotos Bernard Francou.
55
Bernard Francou
Pero las cosas cambian radicalmente en todos los Andes tropicales a partir
de 1976-1980. Estudios actuales, efectuados por el IRD, el INAMHI y la
EMAAP-Q sobre la vertiente oeste del Antisana, demuestran que los glaciares han retrocedido considerablemente en los últimos 50 años (Francou
et al. 2000). Claramente visible desde Papallacta y vecino del glaciar Guagrayalina y del glaciar Los Crespos, el glaciar 15, que fue visitado en el
pasado por Humboldt, Boussingault, Reiss, Stübel, Whymper y Meyer, ha
perdido 36% de su superficie entre 1956 y 2005.3 Esta regresión, que era,
en 1993, del 17% desde 1956, se duplicó estos 12 últimos años (Figuras
2a y 2b). En el Cotopaxi, el ritmo de retroceso a partir de la foto de 1976 es
parecido, con una disminución del 30% de la superficies glaciares entre
1976 y 1997 (Jordan et al. 2005). Desde esta fecha hasta el 2006, año en
que fue fotografiado nuevamente, el Cotopaxi siguió perdiendo su hielo a
un ritmo casi similar, llegando a una disminución de un 40% de sus áreas
glaciares en treinta años (Figura 3) (Cadier et al. 2007).
Tal situación se relaciona con la del glaciar 15 en el Antisana, donde se ha
medido anualmente el balance de masa de la lengua alfa con un déficit
promedio anual de un poco más de 60 cm de equivalente agua. Repentinamente, el límite promedio de la nieve permanente en esta parte de la
Cordillera Oriental subió a un poco más de 5.100 m. Por lo tanto, este límite se ubica ahora 300 metros más alto que cuando Reiss y Stübel visitaron
la zona en 1873. A pesar de que el límite de la nieve permanente cambia
de un lado a otro de la cordillera, así como, de una manera considerable,
de una vertiente a otra de una misma montaña, es razonable decir que la
altura a la cual los glaciares hoy en día empiezan a conservar la nieve que
reciben anualmente se ha desplazado unos 300 m más arriba con respecto
a los siglos de la Pequeña Edad de Hielo.
En esas condiciones, se entiende por qué los glaciares más pequeños,
ubicados a menos de 5.100 m, están desapareciendo poco a poco. Dichos
glaciares están irremediablemente en desequilibrio con el clima actual y no
pueden recuperar masa, excepto en algunos pocos años que combinan
temperaturas más frías y precipitaciones más abundantes, como 1999 y
2000. Expuestos permanentemente a condiciones de ablación sobre la
mayor parte de su superficie, los glaciares “residuales” que permanecen en
el Iliniza Sur, en el Sara Urcu y en el Carihuairazo van a desaparecer totalmente en un plazo de algunos años, o uno o dos decenios si las condiciones climáticas permanecen iguales.
3
Según B. Cáceres y otros, informe del IRD y del INAMHI (2007).
56
Cambio climático y recesión de glaciares en el Ecuador
Figura 3. Evolución del casquete glaciar del Cotopaxi entre 1976 (claro), 1997 (mediano) y
2006 (oscuro). Datos de 1976 y 1997 conformes a Jordan et al., 2005, datos de 2006 según
Cadier et al., 2007. Los límites de los glaciares son aproximados y los nombres corresponden
a sus números desde N0° hasta N360°.
57
Bernard Francou
¿Se deberá esto a temperaturas más altas o a una modificación del régimen de precipitaciones? Las razones de este retroceso están siendo estudiadas sobre “glaciares pilotos” en los que se han concentrado observaciones e instrumentales.
El clima responsable, pero ¿cómo?
Un glaciar es un objeto hidrológico que recibe agua sólida y la conserva en
su parte de arriba, la zona de acumulación (Figura 4). El exceso de hielo
formado ahí escurre luego por gravedad hacia una altura donde condiciones de temperatura más altas alteran su conservación: es la zona de ablación. El tiempo durante el cual se efectúa la transferencia del hielo entre
ambas zonas depende de la forma del glaciar, su tamaño, la temperatura
del hielo en su base (la cual puede encontrarse a temperatura de fusión o
a temperatura negativa), y de la geometría del lecho rocoso (empinado/suave, rugoso/liso, ancho/estrecho, regular/irregular, etc.). La respuesta
del término inferior del glaciar (su frente) —avance, retroceso o estabilidad— depende de la masa de hielo que viene desde arriba y de las condiciones de ablación que existen en la parte terminal.
Por lo tanto, un avance o un retroceso de la lengua en la parte frontal no
es un indicador inmediato de la evolución del volumen o de la “masa” de
hielo, pero existe un plazo más o menos largo, de un año a más de un
decenio, entre el efecto del clima (del cual depende que la masa crezca o
disminuya) y la respuesta dinámica del glaciar. Se puede decir que son los
glaciares relativamente cortos (de menos de un km de largo) y empinados
los que responden más rápidamente a un cambio de masa (uno o dos
años). La estimación del “balance de masa” (o “balance neto específico”)
consiste en cuantificar el aumento o la disminución del volumen del glaciar,
los cuales se expresan en metros, centímetros o milímetros de agua equivalente ganada o perdida sobre toda su superficie. Esta medición es entonces más pertinente que las fluctuaciones de longitud de la lengua para
relacionar un glaciar con su clima.
58
Cambio climático y recesión de glaciares en el Ecuador
Figura 4. Medición de la acumulación neta a los 5.500 msnm en el Antisana por perforación
manual. Foto Bernard Francou.
Sin embargo, la relación entre el balance de masa y el clima es suficientemente compleja para necesitar un análisis físico de las precipitaciones y de
los distintos flujos de energía que se intercambian entre la atmósfera y la
superficie del glaciar. Digamos, para simplificar, que la superficie del glaciar recibe, por un lado, los flujos radiativos (la energía que viene del sol)
de distintas longitudes de onda, los cuales representan las cantidades de
energía más importantes que recibe, y, por otro lado, los flujos no radiativos (llamados “turbulentos”), que están ligados a la temperatura del aire en
movimiento y a los cambios de fase del agua: sublimación (pasaje del
agua sólida al vapor de agua), que consume mucha energía, y condensación (pasaje del vapor de agua al agua líquida o sólida), que produce mucha energía.
En el trópico, a los 5.000 m o más, la energía radiativa de onda corta es el
flujo claramente dominante debido a la poca inclinación de los rayos solares y a la densidad débil del aire, con una atmósfera cuya presión es al
menos la mitad de la que existe a nivel del mar (~500 hPa). El balance de
onda larga es siempre negativo, ya que el glaciar pierde más de esta energía de lo que recibe, un déficit todavía más fuerte cuando la nubosidad
diurna/nocturna es débil, como, por ejemplo, en temporada seca, con temperaturas de fin de noche que pueden alcanzar los -10° C. El flujo turbulento de calor sensible (transmisión del calor por el aire cuando hay viento) es
poco importante, debido también a la densidad débil del aire, que no puede
almacenar muchas calorías a esa altura. Por su parte, el flujo turbulento de
calor latente, ligado a los cambios de fase del agua, puede ser importante
cuando hay viento y cuando el aire no es saturado de humedad, lo que es
59
Bernard Francou
generalmente el caso en las cumbres del Ecuador durante el periodo junioagosto. Este flujo provoca una fuerte sublimación, la cual contribuye a la
formación de penitentes de hielo sobre la superficie del glaciar. Sin embargo como la sublimación consume mucha energía (8,5 veces más que la
fusión), la misma contribuye a disminuir la ablación y la temperatura del
aire en los primeros centímetros de la superficie del hielo.
En el balance energético de la superficie del glaciar, lo que importa entonces es el balance de flujo de onda corta. Si está elevado, quiere decir que
la superficie absorbe la energía y que esta energía va a la fusión. Si es
pequeño, quiere decir que la mayor parte de esta energía que viene del sol
se refleja y vuelve a la atmósfera. Este balance depende del albedo, es
decir, del poder reflexivo de la superficie del glaciar, lo cual depende, a su
vez, de su color: con un color gris (presencia de polvo o de ceniza), el glaciar absorbe entre 40% y 60 % de esta energía; con un color muy blanco,
como después de una nevada, el glaciar refleja el 90% de esta energía.
Por lo tanto, el albedo es un factor clave que controla la fusión.
Ahora bien, ¿cómo puede deteriorarse el albedo? Lo más frecuente es por
falta de nevadas, sea porque predomine un tipo de tiempo seco, con fuerte
sol, durante lo cual precipitan aerosoles orgánicos o minerales, sea porque
las precipitaciones caen en forma líquida (lluvia, nieve a temperatura de
fusión, granizo mojado). Se ve, entonces, que la temperatura atmosférica
interviene: temperaturas demasiado elevadas (más de -1° C) dificultan la
existencia sobre el glaciar de un manto de nieve continuo y durable a fuerte albedo. La importancia de la subida de la temperatura en el balance de
energía interviene más a través del albedo que provocando directamente
la fusión por contacto del hielo con el aire del ambiente (flujo de calor sensible).
En el Ecuador, como efecto del aumento de la temperatura atmosférica
desde hace algunos decenios, es significativo ver que los cerros ubicados
a los 4.700-4.900 m, que hace 150 años tenían glaciares (el Corazón, el
Pichincha, el Sincholagua, el Cotacachi, etc.), cada vez tienen menos posibilidades de mantener un manto de nieve más de una semana en su
cumbre. Solo los nevados de más de 5000 ó 5.100 m tienen esta capacidad.
Consideramos, entonces, que el desplazamiento del límite de la nieve/lluvia, consecuencia del aumento de la temperatura atmosférica, es el
factor principal de la subida en altura de la zona de equilibrio de los glaciares en el Ecuador. No existe evidencia de que las precipitaciones hayan
60
Cambio climático y recesión de glaciares en el Ecuador
disminuido en la altura, pero este factor del clima merece estudios más
completos.
¿Qué se sabe de la evolución actual de las precipitaciones
y de las temperaturas en la altura de los glaciares?
En realidad, poco, pues las estaciones meteorológicas que se encuentran
a más de los 4.000 metros son escasas, y las que existen funcionan desde
solamente unos 10 años. Sin embargo, un estudio reciente de climatólogos
norteamericanos que utilizaron datos de una larga muestra de estaciones
ubicadas entre el 1°N y el 23°S y a una altura inferior a los glaciares, ha
demostrado que la temperatura ha aumentado desde mediados de los
años 70 en ~0,34° por decenio. A este ritmo, el límite al cual las precipitaciones de líquidos se vuelven sólidas hubiera podido subir unos 100 metros en 30 años.4 Acerca de la tendencia pluri-decenal de los montos de
precipitación anuales, ninguna conclusión clara es posible actualmente
para la parte alta-andina (4.000 m y más arriba) debido a la falta de estudios y la falta de datos confiables. Según estudios basados sobre simulaciones climáticas numéricas, la tendencia de las precipitaciones debería
aumentar en la parte ecuatorial de los Andes, pero las observaciones demuestran solo una variabilidad muy grande de un año a otro.
Concluimos, entonces, que en el Ecuador el aumento de la temperatura
atmosférica y su efecto sobre la altura del límite nieve/lluvia ha sido, por su
efecto sobre el deterioro del albedo, la causa más probable de la subida de
la línea de equilibrio de los glaciares, así como de su recesión. Sin embargo, en el estado actual de la investigación, no se puede excluir el efecto de
la variación de la precipitación, en cuanto a su frecuencia y a los montos
acumulados sobre los glaciares, pero este efecto no puede ser correctamente apreciado por falta de datos.
El papel del Pacífico
Estos últimos años hemos logrado relacionar la evolución de los glaciares
de los Andes centrales con la temperatura superficial del centro del Pacífico ecuatorial. Por ejemplo, cada vez que en esta región (denominada Niño-4 y ubicada a los alrededores de la Polinesia francesa) sucede una
4
Se trata de una evaluación muy grande. No se descarta que este límite haya podido subir
más.
61
Bernard Francou
anomalía positiva de temperatura (con una superficie del mar más cálido),
la ablación aumenta muy significativamente sobre el glaciar del Antisana
(Francou et al. 2004). Al inverso, cuando esta anomalía es negativa (temperatura del mar más fría), la ablación disminuye y el glaciar se acerca al
equilibrio. La respuesta de los glaciares del Ecuador a esas anomalías del
Pacífico ocurre después de un lapso de tiempo promedio de tres meses.
Cuando esas anomalías de temperatura superficial del Pacífico ecuatorial
pasan un cierto umbral, llegamos a situaciones conocidas como los fenómenos El Niño (Pacífico cálido) o La Niña (Pacífico frío). Los glaciares,
cuyas respuestas al clima son inmediatas —como el glaciar Antisana 15—,
están así afectados por El Niño/La Niña: su lengua terminal avanza o retrocede después que estos eventos ocurren. En el caso del glaciar Antisana 15, La Niña de 1999-2000 interrumpió una secuencia de varios años de
retroceso, en parte debidos a eventos El Niño largos o fuertes, y provocó
un avance espectacular y casi inmediato de unos 40 metros en 2 años.
Delimitar cuáles han sido los roles respectivos del Pacífico ecuatorial y del
proceso de recalentamiento atmosférico a nivel mundial en el retroceso de
los glaciares de los Andes ecuatorianos de esos últimos decenios no es
fácil. Es un hecho que la aceleración del retroceso de los glaciares coincidió, aquí como en los otros macizos de los Andes centrales, con la tendencia al recalentamiento marcado que mostró el planeta a partir de los años
1970; y que, igualmente, los fenómenos El Niño han sido más frecuentes a
partir de 1976, incluyendo los eventos muy fuertes de 1982-1983 y 19971998. Al contrario, el periodo precedente (1947-1975) había sido marcado
por una temperatura global más fría, así como también por un Pacífico
ecuatorial más frío y marcado por eventos fríos (La Niña) predominantes.
Según algunos estudios, la contribución del Pacífico al recalentamiento de
los Andes centrales podría haber sido de 50% o más. Lo restante se debería al aumento de la temperatura global. Sin embargo, cabe notar que no
es cosa simple delimitar la contribución del Pacífico a la evolución del clima mundial. Sabemos que el “peso” de este océano y de sus variaciones
periódicas (El Niño-Oscilación Sur) tiene repercusiones a nivel global.
Los otros glaciares de los Andes Centrales (Perú, Bolivia, Colombia)
Los estudios recientes hechos por el IRD y sus contrapartes nacionales a
nivel de los Andes tropicales han demostrado que lo que ocurre en el
Ecuador se produce también en los otros macizos donde glaciares han
sido monitoreados. Los glaciares de la Cordillera Real de Bolivia, los de la
Cordillera Blanca del Perú y los de Colombia muestran la misma tenden-
62
Cambio climático y recesión de glaciares en el Ecuador
cia. Sin que existan inventarios actualizados de glaciares en estas regiones, podemos estimar, por referencia a estudios particulares, que un promedio del 30% de las áreas de glaciares han desaparecido estos últimos
treinta años. Sin embargo, esta cifra puede cambiar en función de los macizos donde los glaciares están ubicados a menos de 5.400 m: los glaciares de Chacaltaya y Charquini en Bolivia, los de Broggi, Yanamarey y Pastoruri en el Perú, y el del Carihuairazo en el Ecuador —para citar los que
han sido objeto de estudios seguidos— están por desaparecer con pérdidas de espesor de un promedio de más o menos un metro de agua por
año. Como son glaciares que han perdido su zona de acumulación permanente, su evolución depende del valor promedio de la ablación anual y de
la reserva de hielo existente.
Pocos glaciares de este tipo tienen más de 16-20 metros de espesor promedio, lo que significa que podrían desaparecer, al ritmo actual de su déficit acumulado, en un plazo de 10 a 20 años. Chacaltaya, en Bolivia, que
tenía un espesor máximo de 15 metros en 1998, se ha fraccionado en
varios pedazos entre 2004 y 2005 (Figuras 5a y 5b). Esos pedazos se
habrán acabado totalmente dentro de dos o tres años. El Carihuairazo
conocerá pronto la misma evolución, así como los glaciares de la caldera
del Altar y del Iliniza Sur.
Figuras 5a y 5b. Evolución del glaciar de Chacaltaya (La Paz, Bolivia), en 1996 con 8,2 ha y
en 2005 con 1 ha y tres fragmentos de hielo. Fotos Bernard Francou.
En cuanto a los glaciares que se extienden sobre un rango de altitud más
amplio y tienen una zona de acumulación importante a más de 5.100 m,
podemos esperar una respuesta diferente, aunque tienen que reajustarse
a la subida de su línea de equilibrio con una reducción de su área. Con el
clima actual, esos glaciares “grandes” pierden, desde algunos decenios,
0,4 a 0,6 m de agua cada año (esta capa perdida repartida para el cálculo
sobre toda su superficie). Los glaciares “pequeños”, sin zona de acumulación, pierden entre 0,8 y 1,2 m de agua, o sea dos veces más. Según el
clima actual se mantenga sin cambiar o la tendencia al recalentamiento
63
Bernard Francou
siga o se acelere, los glaciares todavía extensos podrían persistir varios
decenios. Para saberlo, habría que conocer la tendencia climática que nos
espera en el futuro —lo cual pueden proporcionar los modelos climáticos
bajo la forma de escenarios posibles o probables— y proceder a una modelación de la respuesta dinámica de dichos glaciares al reajuste progresivo de su línea de equilibrio impuesto por dicha tendencia climática. Eso,
sin embargo, requiere de una base de información glaciológica que no
existe todavía sobre ningún glaciar de los Andes. Por lo tanto, toda clase
de especulación o de declaración perentoria que repercuta la prensa sobre
la desaparición de los glaciares dentro de tal o cual lapso de tiempo no
tiene base científica.
Con todo, es evidente que la simple extrapolación de la tendencia climática
de los últimos treinta años a los próximos decenios es fatal para muchos
glaciares, particularmente para los pequeños, lo cuales son los más desequilibrados respecto al clima actual.
Lo más importante para saber el futuro de nuestros glaciares y el impacto
que podría tener su reducción sobre el recurso agua es mantener y eventualmente ampliar las redes de observación existentes sobre ellos. Solo
este tipo de bases de datos pueden permitir desarrollar los análisis y simular el futuro que nos espera en un mundo más cálido.
Bibliografía citada y sugerida
Cáceres, B., B. Francou, V. Favier, G. Bontron, L. Maisincho, P. Tachker,
R. Bucher, J.D. Taupin, F. Delachaux y J.P. Chazarin. 2007. “El glaciar 15 del Antisana. Diez años de investigaciones glaciológicas”.
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Climate Change on High Mountain systems. Bogotá.
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64
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Francou, B., M. Vuille, V. Favier y B. Cáceres. 2004. “New evidences of
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La Condamine, C.M. 1751. Journal du voyage fait par ordre du roi à
l’Equateur servant d’introduction historique à la mesure des trois
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Whymper, E, 1892. Travels amongst the Great Andes of the Ecuador. Londres.
65
Bernard Francou
Discusión
José Freire
Más que una pregunta, quiero hacer un comentario y quisiera empezar
felicitando al Grupo de Trabajo en Páramos por esta iniciativa. Yo creo que
cada uno de nosotros aquí presentes estamos haciendo conciencia del
mensaje que hemos recibido esta mañana, y de que es el momento de
dejar de ser espectadores y ser realmente actores para lograr mitigar el
impacto del cambio climático que se nos viene. Por tal razón, desde mi
punto de vista como ecuatoriano y como ciudadano universal, debemos
ser conscientes y cada uno de nosotros transmitir ese mensaje en nuestras comunidades para cambiar los hábitos de consumo y hacer cambios
positivos que ayuden a evitar este cambio climático y el impacto que podemos tener sobre todo después de haber escuchado esta interesante
exposición.
Bert de Bièvre
Durante estos deshielos acelerados que Bernard nos muestra que estamos experimentando en esta década, ¿es correcto decir que habría un
aumento de caudales provenientes de los deshielos en cuencas que tiene
glaciares? ¿Existe alguna información al respecto? Creo que es importante que exista una conciencia sobre esto, porque mucha gente ya está diciendo que debido a los deshielos, estamos experimentando una disminución de producción de agua en estas cuencas, mientras que un deshielo
acelerado más bien debería significar por ahora, temporalmente por supuesto, un aumento de caudales en estas zonas.
Bernard Francou
Su pregunta es muy pertinente ya que tengo varios colegas (yo no soy
hidrólogo) incluso del mismo equipo en el Perú, que han hecho un trabajo
de modelación a partir de los datos hidrológicos existentes sobre varias
cuencas que tienen una cobertura de glaciares distinta. Sale como resultado de este trabajo de modelación que en las cuencas donde el coeficiente
de cobertura glaciar es importante, es decir más de 60-70%, hay actualmente un aumento de los caudales, que es normal ya que el caudal es la
suma de las precipitaciones anuales más lo que pierde el glaciar. Los glaciares, lo he dicho, dan actualmente un balance de masas negativo. Por
66
Cambio climático y recesión de glaciares en el Ecuador
ejemplo, en una cuenca que recibe un metro de agua por las precipitaciones cada año, cuyos glaciares tienen un balance negativo de 500 milímetros, el caudal que resulta de la combinación de los dos va a ser de 1500
milímetros. Entonces, efectivamente en las cuencas donde hay muchos
glaciares, se prevé un aumento de los caudales durante 20, 30 o 40 años,
dependiendo del escenario de modelo climático que escogimos. Mientras
que las cuencas donde los glaciares son residuales, son muy pequeños,
observamos actualmente una disminución paulatina del caudal. Ese es un
trabajo que tiene que hacerse mediante las herramientas de modelación.
Con esto se puede realmente prever y hacer pronósticos o predicciones
sobre lo que va a ocurrir en varios macizos compartiendo varios tipos de
coberturas glaciares. Si quieres la referencia de este trabajo te la puedo
indicar después, a la salida. Actualmente existen varios modelos, particularmente en Colina Blanca de Perú que tiene un rol enorme porque es el
principal macizo glaciar del trópico, y además las aguas que drenan el río
El Santa, tienen un rol muy importante en términos de generación hidroeléctrica y de riego. Este río llega al desierto costeño del Perú, permitiendo la agricultura, etc. solamente por riego. Los glaciares de la Cordillera
Blanca tienen un rol vital en la provisión de agua para riego.
Bolívar Insuasti
Quisiera saber ¿cuál es la incidencia de los usos aguas abajo, del agua de
los glaciares? Por ejemplo, el agua que se toma para el sistema La Mica y
las captaciones, son provenientes del Antisana. ¿Cuál sería la incidencia
sobre los glaciares del Antisana?
Bernard Francou
Yo pienso que la influencia es nula, porque yo no veo como una represa
ubicada a 8 o 10 kilómetros de un glaciar podría tener una influencia sobre
el mismo glaciar. Yo pienso que en caso de que la represa fuese más
grande, podría existir una influencia climática local, pero la influencia es
relativamente difícil de apreciar. Yo pienso que de seguro no hay influencia
de La Mica sobre el Antisana, pero si hay una influencia de los glaciares
sobre La Mica obviamente. Lo que es importante, y aprovecho su pregunta
para mencionar el hecho de que, un glaciar que desaparece, es un tanque
de agua natural que desaparece. Es grave cuando un tanque desaparece
y el tanque tiene un rol de regulador, ya que también proporciona agua
durante los periodos de sequía en los cuales el balance de masa es más
67
Bernard Francou
negativo, y al contrario, acumula agua durante los períodos de intensas
precipitaciones. Es el caso de la niña y antes es el niño, por ejemplo.
Cuando un país, o un sector pierde sus glaciares tiene que construir nuevas represas, entonces la disminución o la desaparición de un glaciar tiene
un costo, que es el costo de la construcción de una represa. No es siempre
fácil construir represas, es relativamente fácil construir una represa en La
Mica, pero es muy difícil en el Perú, en la Cordillera Blanca, que es una
región muy sísmica y con vertientes muy inestables. No hay siempre las
posibilidades de construir una represa, pero la alternativa a los glaciares
son las represas.
Adriana Cárdenas
Tengo curiosidad por conocer en función de qué características geográficas seleccionaron los sitios para el monitoreo de los glaciares.
Bernard Francou
Básicamente hay dos clases de criterios. El primero es un criterio científico: el glaciar tiene que ser representativo, y no es fácil encontrar un glaciar
representativo. Por ejemplo, cuando un glaciar es completamente cubierto
de bloques en su parte baja no es representativo, porque la presencia de
bloques de morrena superficial es como un filtro a la respuesta del glaciar
a la tendencia climática. Hay también que evitar los glaciares peligrosos.
Cuando viaje por primera vez en el año 1994 al Ecuador, para escoger el
glaciar que íbamos a monitorear, descubrí glaciares en la cara norte del
Chimborazo, porque según las fotografías, eran glaciares grandes que
respondían a criterios que son importantes para los glaciólogos. Obviamente el acceso a esos glaciares es muy difícil, entonces eliminamos esos
glaciares. El segundo criterio es económico porque cuando estudiamos
un glaciar, obviamente debemos obtener el apoyo de las instituciones nacionales. Es mucho más fácil trabajar en un glaciar bajo gestión de la
EMAAP, o de la CBEL, Compañía Boliviana de Energía Eléctrica, porque
son entidades que están interesadas en el monitoreo económico de los
glaciares. Entonces, hay un criterio científico que es la representatividad, y
un criterio socioeconómico que es el aspecto de generación hidroeléctrica,
riego y, naturalmente, abastecimiento de agua a ciudades importantes
como Quito, Lima y La Paz.
68
ALGUNAS CONCLUSIONES
David Neira, M.Sc.
Coordinador Nacional del PACC
El calentamiento global producido por un desmesurado incremento en la
concentración de los denominados Gases de Efecto Invernadero en la
atmósfera -debido a las actividades humanas- tiene una estrecha relación
con las menos previsibles condiciones climáticas que afectan al globo. Sin
embargo, los efectos no serán uniformes; por un lado, los cambios serán
distintos entre uno y otro lugar; se estima que el calentamiento global será,
por ejemplo, mayor a latitudes más altas que en los trópicos. En cuanto al
clima y sus manifestaciones, mientras en algunas regiones se presentarán
lluvias más intensas, en otras habrá sequías más prolongadas; y, asimismo, otras regiones experimentarán ambos fenómenos. En este contexto y
de las preocupaciones derivadas, EcoCiencia y el GTP invitaron a varios
expertos y científicos involucrados en la temática para que expusieran los
avances en sus investigaciones. Así, luego de una presentación general
sobre el cambio climático y sus efectos y posibles soluciones, se mostraron algunos trabajos más específicos. Estos trabajos abordaron los impactos del calentamiento global sobre ecosistemas sensibles como los de alta
montaña y la relación de este fenómeno con el retroceso de los glaciares.
Por otro lado, fue importante conocer una experiencia sobre los mecanismos y estrategias para afrontar los efectos del cambio climático. A continuación se presenta una serie de conclusiones derivadas de los trabajos
presentados. Este breve documento pretende extraer algunas ideas relevantes que bien podrían ser el inicio de investigaciones más profundas y,
principalmente, que permitan mostrar la necesidad de trabajar más a fondo
en el conocimiento de los impactos y soluciones a nivel local devenidos de
una problemática global:
Una primera conclusión y que es el punto de partida para generar la discusión y concientización de esta problemática es la difusión de información
básica del asunto, tanto a tomadores de decisión como a la sociedad civil
69
David Neira
en general. En los últimos dos años, este hecho ha sido bien soportado por
al menos tres fuentes de información que han sido difundidas ampliamente:
•
•
•
La película/documental “Una Verdad Incómoda” de Al Gore, desde
mediados del 2006.
El reporte Stern sobre la Economía del Cambio Climático de Sir John
Stern, octubre 2006
La serie de reportes preparados por el Panel Intergubernamental sobre
Cambio Climático (IPCC) relativo a: (1) Las bases científicas del Cambio Climático, (2) Impactos, vulnerabilidad y adaptación y (3) Mitigación
potencial de los Gases de Efecto Invernadero, publicados a finales de
2007.
Por tanto, la presentación realizada por Juan Negrillo, del Grupo de Al
Gore, bien se enmarca dentro de este primer mecanismo de abordaje del
problema. Es decir concienciar al público, de distintos niveles, y generar
discusión al respecto, no con un enfoque apocalíptico sino más bien con
una concepción de que la solución y las estrategias para hacer frente al
problema está en todos (políticos, empresarios, ciudadanos) y en la manera en cómo se concibe el desarrollo.
Las investigaciones realizadas en los Andes Tropicales revelan que el
cambio climático afecta severamente a la biota andina, debido, en algunos
casos, a una contracción, y a otros, a una expansión de su nicho climático.
De acuerdo con la modelación realizada por Francisco Cuesta y sus colaboradores, mientras que los efectos sobre las diferentes especies de plantas y aves consideradas en el estudio de los escenarios de emisiones para
el 2050 (A2 y B2)11 son bastante similares, el escenario A2 para el 2080
genera cambios mucho más severos que el escenario B2 para las referidas especies. Evidentemente, estos resultados son reveladores y deberían
ser difundidos ampliamente, pues ayudarían a consolidar una base investigativa en relación con un tema relativamente nuevo y, a veces, no tan bien
entendido, como lo es cambio climático y sus impactos, particularmente,
sobre una área geográfica clave para el Ecuador como lo es la zona andina.
1
(A2, crecimiento económico con un mayor enfoque regional y B2, ambientalmente sensible
con un fuerte enfoque regional) A2 y B2 se enfocan en soluciones regionales con fuerte énfasis en la independencia; difieren en que A2 se enfoca en el crecimiento económico fuerte y B2
en la sensibilidad ambiental. 70
Algunas conclusiones
Es importante resaltar el esfuerzo hecho por los investigadores para desarrollar sus actividades -más aún en un tema nuevo como el cambio climático. No obstante, también es de mencionar que el cambio climático representa un reto y una oportunidad para dinamizar los modelos de gestión
convencionales, por ejemplo, mediante el fortalecimiento de la coordinación interinstitucional y cooperación entre distintas iniciativas. Así por
ejemplo, las modelaciones realizadas en los Andes Tropicales, muy bien
podrían ser actualizadas a una escala menor y de mejor resolución mediante el uso de los escenarios de cambio climático que están siendo generados para el Ecuador y algunas provincias seleccionadas mediante el
modelo regional PRECIS en el marco del Proyecto Nacional de Adaptación
al Cambio Climático (PACC) del Ministerio del Ambiente. Por otro lado, las
investigaciones en torno al retroceso de los glaciares en los nevados de
Ecuador, presentadas por Bernard Francou, también podrían ser apoyadas, fortalecidas o complementadas por otras iniciativas como el Proyecto
Regional Andino de Adaptación al Cambio Climático (PRAA), también ejecutado por el Ministerio del Ambiente. Este proyecto se enfoca en el diseño
e implementación de medidas de adaptación en cuencas asociadas a glaciares. No obstante, la aplicación de estas medidas demanda estudios de
base que permitan constatar la verdadera afectación del calentamiento
global en la disminución de los glaciares y sus impactos asociados con la
disponibilidad del recurso hídrico.
Resultó de interés conocer las experiencias del Proyecto Piloto Nacional
de Adaptación al Cambio Climático en Colombia, con el cual se pueden
trazar algunos vínculos con las iniciativas que actualmente se desarrollan
en el Ecuador como el PACC y el PRAA. Por ejemplo, las iniciativas buscan como resultado fundamental la incorporación de la gestión del riesgo
climático en las agendas nacionales de planificación de varios sectores
(agua, salud, energía y agricultura, entre otros); esto facilitaría la implementación de medidas de adaptación en estos sectores y mejoraría la
capacidad de adaptación mediante un fortalecimiento de capacidades para
la gestión de instituciones relacionadas con la generación de información
hidrometeorológica/ambiental. Tal como se refirió, sería muy enriquecedor
promover el intercambio de experiencias y lecciones aprendidas por los
proyectos; particularmente, en lo que tiene que ver con las metodologías
para desarrollar estudios de vulnerabilidad en sectores claves, uso de modelos e implementación de los proyectos piloto de adaptación al cambio
climático.
71
LISTA DE PARTICIPANTES EN LA REUNIÓN DEL GTP 23, 14 de marzo de 2007
(en orden alfabético por nombre de las personas)
NOMBRE
Adolfo Ballesteros
INSTITUCIÓN
Universidad Estatal de Bolívar
Adriana Cárdenas
EcoCiencia
Alejandra Paredes
EcoCiencia
Amparo Flores
Ángel María Guamán
EMAAP-Q
UNOICS
Ariel Silva
EcoCiencia
Arturo Mora
Bernard Francou
Bert de Bievre
Carmen Chicaiza
Carmen Trujillo
UICN
IRD
CIP / CONDESAN
Universidad Central del Ecuador FIGEMPA
Universidad Central del Ecuador FIGEMPA
Museo Ecuatoriano de Ciencias
Naturales
Comunidad Santa Isabel
Asociación Rasococha
Carolina Páez
EcoCiencia
Cayetano Alvear
UCICJUM
Universidad Central del Ecuador FIGEMPA
Bolívar Insuasti
Carla Dueñas
Carlos Carrera
Daniela Echeverría
Danilo Buñay
Fundación Agua
David Suárez
Dayana Albán
Randi Randi
Comuna Zuleta
Diego Morocho
Fundación ArcoIris
Diego Quishpe
Municipio de Cayambe
Doris Ortiz
EcoCiencia / GTP
Edgar Ayabaca
EMAAP-Q
DIRECCIÓN
Vía San Simón Km 1 1/2. Guaranda
Francisco Salazar E14-34 y Coruña.
Quito
Francisco Salazar E14-34 y Coruña.
Quito
Mariana de Jesús e Italia. Quito
Cañar
Francisco Salazar E14-34 y Coruña.
Quito
Carlos Montúfar y La Cumbre. Quito
Whymper 442 y Coruña. Quito
Panamericana Sur Km1. Quito
Av. La Gasca. Quito
TELÉFONO
(02)2980716
CORREO ELECTRÓNICO
[email protected]
(02)2522999
[email protected]
099809249
(02)3238013
098718460
099040956
(02)2261075
(02)2234436
(02)2690362
097290524
099081607
Rumipamba 341 y Shyris. Quito
Parroquia Juan Montalvo. Cayambe
El Ángel
Francisco Salazar E 14-34 y Coruña.
Quito
Canal Miraflores. Cayambe
José Ascázubi #431 y Fco. Barba.
Quito
Corea 107 y Av. 10 de Agosto. Piso 4.
Quito
Los Alamos 1410. Quito
Parroquia Angochagua. Ibarra
Buganvillas 2422 y Gobernación de
Mainas. Loja
Parque Central. Cayambe
Francisco Salazar E 14-34 y Coruña.
Quito
Mariana de Jesús e Italia. Quito
2449824 Ext. 107
[email protected]
[email protected]
[email protected]
[email protected]
[email protected]
[email protected]
[email protected]
[email protected]
[email protected]
[email protected]
(06)2605810
[email protected]
(02)2522999
[email protected]
(02)2367449
(02)2 660385
[email protected]
(02)2611533
[email protected]
094410401
(06)2662034
[email protected]
[email protected]
(07)2560244
[email protected]
098148966
[email protected]
(02)2522999
[email protected]
2994500 Ext. 1401
[email protected]
NOMBRE
Edgar Escola
Fausto Maldonado
Fernanda Pozo
INSTITUCIÓN
Comunidad La Chimba
Independiente
Páramo Sombrero
Fernando Espíndola
EcoPar
Fernando Vera
Flor María Cárdenas
Francisco Cuesta
Franco Contreras
Franklin Valverde
CEPEIGE
INIAP
CIP / CONDESAN
Profafor
INIAP
Gabriel Lucio
Cederena
Gabriela Maldonado
EcoCiencia / GTP
Gloria Bolaños
Ministerio de Agricultura y Ganadería
Irina Muñoz
Aves y Conservación
Jacqueline de la Cruz
Janeth Santiana
INAMHI
Herbario QCA
Janett Ulloa
EcoCiencia
Jéssica Córdoba
Jimena Barona
Jorge Salazar
José Aníbal Chiles
José Freire
José Luis Chiriboga
José Villacís Varas
Independiente
Gobierno Provincial de
Bolívar
Comuna La Esperanza
ACOSA
El Sinche
EMAAP-Q
Juan Negrillo
The Climate Project
Julio Charro
Pueblo Kayambi
Klaus Shutze Páez
IDEAM
Lorena Gamboa
Lourdes Barragán
RIFA
UICN
Ministerio del Ambiente – Proyecto
Cambio Climático
Independiente
Profafor
Luis Cáceres
Luis Chiriboga
Luis Fernando Jara
DIRECCIÓN
Cayambe
Sabino Zambrano N45-184. Quito
Machala y López.
Pablo Herrera Oe-4-153 y Barón de
Carondelet. Quito
Senerques y Gral. Paz y Miño. Quito
Panamericana Sur Km. 1 Quito
Panamericana Sur Km1. Quito
Amazonas y Rumipamba. Quito
Panamericana Sur Km. 1 Quito
Jorge Washington y Av. 10 de Agosto.
Quito
Francisco Salazar E 14-34 y Coruña.
Quito
TELÉFONO
088084113
(02)25436129
(02)2532375
Amazonas y Eloy Alfaro. Quito
(02)2552347
Psje. Joaquín Tinajero E3-05 y
Jorge Drom. Quito
Iñaquito N36 - 14 y Corea. Quito
12 de Octubre y Patria. Quito
Francisco Salazar E14-34 y Coruña.
Quito
CORREO ELECTRÓNICO
[email protected]
(02)2440328
[email protected]
(02)2237723
(02)2690691
(02)2442027
(02)2257016
(02)690694
[email protected]
[email protected]
[email protected]
[email protected]
[email protected]
098139653
(02)2522999
2271800 / 2249968
(02)2248268
(02)2991714
032545999
[email protected]
[email protected]
gbolañ[email protected]
[email protected]
[email protected]
[email protected]
[email protected]
Espinosa 148 y Av. Colombia. Quito
092658363
(02)2954840
[email protected]
[email protected]
Guaranda
(03)2980202
[email protected]
Tufiño
Av. De los Granados E12-70. Quito
Guaranda
Mariana de Jesús e Italia. Quito
Gran Vía 39-8C 78013 Madrid.
España
091305202
(02)2893557
(03)2894646
2994500 Ext. 1404
+34600300388
[email protected]
[email protected]
[email protected]
[email protected]
[email protected]
088324503
[email protected]
(02)2447244
[email protected]
(02)3237833
(02)522320
[email protected]
[email protected]
Amazonas y Eloy Alfaro. Quito
(02)2250850
[email protected]
Amazonas y Rumipamba. Quito
099386292
(02)2267651
[email protected]
[email protected]
Cra. 10 n.20-30. Piso 6. Bogotá.
Colombia
Camino de Orellana 705. Quito
Carlos Montúfar y La Cumbre. Quito
NOMBRE
Luis Recalde
Macarena
Bustamante
Manuel Carvajal
Manuel Tangol
Marcelo Ávila
INSTITUCIÓN
Comuna Zuleta
EcoCiencia
INAMHI
Comunidad Santa Isabel
Marco Albarracín
EcoCiencia
María Belén Herrera
María Cristina Criollo
Mariana López
Mario Tobar
Matías Cocuezo
Mauricio Martinez
Mónica Noroña
Nadia Navas
Natali Cáceres
Natalia Weemaels
Profafor
Climambiente
EMAAP-Q
INAMHI
San José de Caleras
PASSE
Cederena
Independiente
Ministerio de Relaciones Exteriores
Independiente
Nely Montero
Islas de Paz
Nicolás Cuvi
Revista Ecuador Terra Incógnita
Paola Pinto
Cederena
Patricio Mena
EcoCiencia
Pedro Ponce
Comisión Europea
Peggy Stern
Pierina Andrade
Ramil Senanayahe
Raquel Romero
Remigio Galárraga
Ricardo Acero
Independiente
RRI
EMAAP-Q
Escuela Politécnica Nacional - DICA
Saraurco
Roberto Narváez
EcoCiencia
Rosa Chico Guzmán
CECIB “Abelardo Núñez Acosta”
Rossana Manosalvas
EcoCiencia
Rubén Basantes
Silvia Borja
Ministerio del Ambiente
EcoCiencia
DIRECCIÓN
Parroquia Angochagua. Ibarra
Francisco Salazar E 14-34 y Coruña.
Quito
Iñaquito N36 – 14 y Corea. Quito
Parroquia Juan Montalvo. Cayambe
Francisco Salazar E 14-34 y Coruña.
Quito
Amazonas y Rumipamba. Quito
Quito
Mariana de Jesús e Italia. Quito
Iñaquito N36 - 14 y Corea. Quito
San José de Caleras
Av. La Prensa N2B. Riobamba
Libertad y Ascázubi. Cayambe
Amazonas y Roca. 5to piso. Quito
Quito
Juan Montalvo 29-54 y Veloz.
Riobamba
Diego de Almagro 1613 y Mariano
Aguilera edf. MS. Piso 5. Quito
Jorge Washington y Av. 10 de Agosto.
Quito
Francisco Salazar E 14-34 y Coruña.
Quito
Av. República 500 y Diego de Almagro
Edificio Pucará. Piso 11. Quito
La Moca. Rumiñahui
Sri Lanka
Mariana de Jesús e Italia. Quito
Ladrón de Guevara E11-253. Quito
Cayambe
Francisco Salazar E 14-34 y Coruña.
Quito
Monjas Alto.
Francisco Salazar E 14-34 y Coruña.
Quito
Amazonas y Eloy Alfaro. Quito
Francisco Salazar E 14-34 y Coruña. Quito.
TELÉFONO
(06)2662079
CORREO ELECTRÓNICO
(02)2522999
[email protected]
(02)2244407
099333145
098500751
[email protected]
(02)2522999
[email protected]
(02)257016
094154894
(02)3238013
(02)2922756
[email protected]
[email protected]
[email protected]
[email protected]
(03)2600263
098727189
095887664
(02)5575071
(02)2373293
[email protected]
[email protected]
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[email protected]
(03)2965525
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(02)2529956
[email protected]
(02)2220523
[email protected]
(02)2522999
[email protected]
[email protected]
099944348
[email protected]
099865041
095979619
[email protected]
[email protected]
[email protected]
[email protected]
[email protected]
(02)3238010
(02)2228113
086126380
(02)2522999
[email protected]
085117558
(02)2522999
[email protected]
095072165
(02)2522999
[email protected]
[email protected]
NOMBRE
Susan Poats
Tania Calle
INSTITUCIÓN
Pontificia Universidad Católica del
Ecuador
Randi Randi
CIP / CONDESAN
Verónica Bohórquez
EcoCiencia
Silvia Salgado
Vinicio Moluice
Islas de Paz
Ximena Cordovez
Ministerio de Agricultura y Ganadería
- SIGAGRO
Independiente
Xiomara Izurieta
EcoPar
Yamil Cartagena
Yolanda Célleri
Yolanda Navas
INIAP - DMSA
EMAAP-Q
Universidad Politécnica Salesiana
Universidad Central del Ecuador FIGEMPA
Washington Amores
Zulema Rosero
DIRECCIÓN
TELÉFONO
12 de Octubre y Patria. Quito
093977627
Los Alamos 1410. Quito
Panamericana Sur Km1. Quito
Francisco Salazar E 14-34 y Coruña.
Quito
Juan Montalvo 29-54 y Veloz.
Riobamba
Amazonas y Eloy Alfaro. Quito
095220159
(02)2690362
[email protected]
[email protected]
(02)2522999
[email protected]
(03)2 965525
(02) 3069243
099440601
Pablo Herrera Oe-4-153 y Barón de
Carondelet. Quito
Panamericana Sur Km. 1 Quito
Mariana de Jesús e Italia. Quito
12 de Octubre y Wilson. Quito
Asunción y Venezuela. Quito
CORREO ELECTRÓNICO
[email protected]
(02)2440328
(02)2690691/694
(02)3238010/13
(02)2532375
(02)2555797
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zuley25-22hotmail.com
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