4 El género lírico. La literatura medieval del siglo XV 1.Introducción Una vez vista y estudiada la Edad Media, la lectura inicial de la unidad 4 se abre con un fragmento de otro de los clásicos de nuestra literatura La Celestina, la obra quizás más representativa del paso de la Edad Media al Renacimiento. Se trata de un parlamento amplio en el que aparecen Calisto, Melibea y Sempronio, correspondiente al inicio de la obra. Esta circunstancia favorece, en primer lugar, la unidad de sentido del texto y, en segundo lugar, propicia la motivación y la curiosidad del alumnado, al que se sitúa en el comienzo de la acción. La sección de Técnicas literarias estudia el género lírico y sus rasgos principales así como los principales subgéneros, de vital importancia para la comprensión del fenómeno estético y literario del siglo XV. La sección de Literatura se ocupa pues del estudio de la literatura del siglo XV en sus dos vertientes, la popular y la culta, lo cual facilita una amplia visión del quehacer literario del momento e invita a reflexionar acerca de la importancia de este siglo como puerta de entrada a una nueva época con una nueva manera de pensar y de vivir. La sección de Ortografía repasa el uso de las mayúsculas, importante para la correcta construcción de los textos y para la corrección idiomática. Como novedad, incorporamos al final unos ejercicios que ayudan la consecución de la competencia textual, mediante el aprendizaje de tipologías textuales básicas en la vida cotidiana, las cuales presentan situaciones diarias. En la sección Repasa la unidad, proponemos un texto con preguntas sobre el mismo de tipo práctico que repasan todo lo aprendido, lo que se completa con unos Esquemas de la unidad que recogen los contenidos teóricos más importantes de la misma. © algaida editores, S. A. 2.Clavesdidácticasdelaunidad • La lectura inicial presenta un fragmento de La Celestina. De su argumento destaca el choque entre la mentalidad medieval y la moderna. En lo que al lenguaje se refiere, se cultivan un estilo culto y otro popular. En las actividades sobre la lectura, el apartado sobre Literatura y sociedad permite hablar de formas tradicionales tan peculiares como los refranes. Será interesante comprobar si los alumnos los interpretan y aplican adecuadamente. En Intertextualidad, el alumnado podrá relacionar múltiples obras literarias o artísticas. El estudio de La Celestina puede ayudar a despertar el interés de otras historias antiguas o recientes, reales o ficticias de amores apasionados: Dafnis y Cloe, Lanzarote y la reina Ginebra, Dante y Beatriz, don Quijote y Dulcinea, Romeo y Julieta, don Juan y doña Inés, Bonny & Clyde… • Sobre el género lírico, en la sección de tipología textual, se presentan algunas características formales que nos hacen identificarlo fácilmente (el verso o la rima, por ejemplo). Es interesante re- Unidad 4 saltar que tales características están al servicio de la condensación de los contenidos. La presencia de recursos retóricos cumple una función estética. •En la sección de Literatura, resaltaremos la figura de Manrique. El análisis de varias Coplas atenderá a la estructura, métrica, tema, recursos formales, tópicos, etc. En cuanto a los romances, algunas de sus características esenciales son: su carácter oral y la posibilidad de encontrar modificaciones; comienzo y final pueden estar truncados; carácter anónimo o nuevo; diversidad temática; frecuente carácter narrativo. •Las actividades referentes a ortografía se centran en el repaso del uso de las mayúsculas. •Los Esquemas de la unidad sintetizan los contenidos de literatura de la unidad a través de esquemas sinópticos que serán útiles a la hora de repasar el estudio de la unidad. •La sección Repasa la unidad recoge a través de la lectura del Romance de Gerineldo y la Infantina los contenidos más importantes de la unidad mediante la formulación de cuestiones (a partir de un texto) sobre la información contenida en la misma. © algaida editores, S. A. •A todo ello se unen las actividades referentes a competencia textual. Ofrecemos un modelo de prospecto y otro de diario de viaje, modelos de textos muy útiles para manejar en situaciones de la vida cotidiana. 3. Actividades de atención a la diversidad A) Actividades de refuerzo Nombre: _____________________________________ Apellidos: ___________________________________________________________________________________ Curso: ______________________________________ Grupo: ______________________________________ Fecha: ___________ /_____________ /____________ TEXTO 1 De las Coplas a la muerte de su padre, seleccionamos cuatro dobles sextillas de pie quebrado, en la que se advierten metáforas clásicas. VI VIII Este mundo bueno fue si bien usásemos dél como debemos, porque, según nuestra fe, es para ganar aquel que atendemos. Aun aquel Hijo de Dios, para subirnos al cielo, descendió a nacer acá entre nos, y a morir en este suelo do murió. Ved de cuán poco valor son las cosas tras que andamos y corremos, que, en este mundo traidor aun primero que miramos las perdemos: de ellas deshace la edad, de ellas casos desastrados que acaecen, de ellas, por su calidad, en los más altos estados desfallecen. © algaida editores, S. A. Material fotocopiable autorizado. VII Si fuese en nuestro poder hacer la cara hermosa corporal, como podemos hacer el alma tan gloriosa angelical, ¡qué diligencia tan viva tuviéramos toda hora y tan presta, en componer la cautiva, dejándonos la señora descompuesta. IX Decidme: La hermosura, la gentil frescura y tez de la cara, la color y la blancura, cuando viene la vejez, ¿cuál se para? Las mañas y ligereza y la fuerza corporal de juventud, todo se torna graveza cuando llega al arrabal de senectud. Jorge Manrique Poesías, Cátedra (Adaptación) 1 Analiza métricamente los poemas. 2 Reflexiona en torno a su sentido. ¿Qué nos dice el poeta? Justifica tu respuesta atendiendo al momento histórico y cultural en que fue escrito el texto. 3 ¿Reconoces alguna metáfora? Unidad 4 TEXTO 2 Transcribimos a continuación dos romances. El primero es de Góngora. Se trata de un romance de cautivo, propio de una época en la que abundan las guerras, las conquistas y las reconquistas, y en la que las penas, a menudo, se cumplían –como remero– en el mar. Amarrado al duro banco de una galera turquesca, ambas manos en el remo, y ambos ojos en la tierra, un forzado de Dragut en la playa de Marbella se quejaba, al ronco son del remo y de la cadena: «¡Oh, sagrado mar de España, famosa playa serena, teatro donde se han hecho cien mil navales tragedias! pues eres tú el mismo mar que con sus crecientes besas las murallas de mi patria, coronadas y soberbias, tráeme nuevas de mi esposa, y dime si han sido ciertas las lágrimas y suspiros que me dice por sus letras; porque si es verdad que llora mi cautiverio en su arena, bien puedes al mar del Sur vencer en lucientes perlas. Dame ya, sagrado mar, a mis demandas respuesta, que bien puedes, si es verdad que las aguas tienen lengua; pero, pues no me respondes, sin duda alguna que es muerta, aunque no lo debe ser, pues que yo vivo en su ausencia. Pues he vivido diez años sin libertad, y sin ella, siempre al remo condenado a nadie matarán penas.» En esto se descubrieron de la religión seis velas, y el cómitre mandó usar al forzado de su fuerza. Luis de Góngora Romances, Cátedra Las piquetas de los gallos cavan buscando la aurora, cuando por el monte oscuro baja Soledad Montoya. Cobre amarillo, su carne, huele a caballo y a sombra. Yunques ahumados sus pechos, gimen canciones redondas. Soledad, ¿por quién preguntas sin compaña y a estas horas? Pregunte por quien pregunte, dime: ¿a ti qué se te importa? Vengo a buscar lo que busco, mi alegría y mi persona. Soledad de mis pesares, caballo que se desboca, al fin encuentra la mar y se lo tragan las olas. No me recuerdes el mar, que la pena negra brota en las sierras de aceituna bajo el rumor de las hojas. ¡Soledad, qué pena tienes! ¡Qué pena tan lastimosa! Lloras zumo de limón agrio de espera y de boca. ¡Qué pena tan grande! Corro mi casa como una loca, mis dos trenzas por el suelo, de la cocina a la alcoba. ¡Qué pena! Me estoy poniendo de azabache, cama y ropa. ¡Ay mis camisas de hilo! ¡Ay mis muslos de amapola! Soledad: lava tu cuerpo con agua de las alondras, y deja tu corazón en paz, Soledad Montoya. * Por abajo canta el río: volante de cielo y hojas. Con flores de calabaza, la nueva luz se corona. ¡Oh pena de los gitanos! Pena limpia y siempre sola. ¡Oh pena de cauce oculto y madrugada remota! 1 Resume el contenido de ambos romances. 2 ¿Qué diferencias observas entre los mismos? 3 Comenta las características formales y métricas de ambos textos. Federico García Lorca Romancero gitano, Alianza © algaida editores, S. A. Material fotocopiable autorizado. El segundo romance corresponde a un autor contemporáneo; se trata del «Romance de la pena negra», de Federico García Lorca: Romance de la pena negra A José Navarro Pardo B) Actividades de ampliación Nombre: _____________________________________ Apellidos: ___________________________________________________________________________________ Curso: ______________________________________ Grupo: ______________________________________ Fecha: ___________ /_____________ /____________ Transcribimos el final de La Celestina. Se trata de parte del afamado planto de Pleberio. Atiéndase al vigor dramático del texto (véanse, igualmente, las reflexiones sobre esta obra al comienzo de la presente unidad didáctica). © algaida editores, S. A. Material fotocopiable autorizado. Pleberio.– …¡Oh vida de congojas llena, de miserias acompañada! ¡Oh mundo, mundo! Muchos mucho de ti dijeron, muchos en tus cualidades metieron la mano, a diversas cosas por oídas te compararon. Yo por triste experiencia lo contaré como a quien las ventas y compras de tu engañosa feria no prósperamente sucedieron, como aquel que mucho ha hasta ahora callado tus falsas propiedades por no encender con odio tu ira, por que no me secases sin tiempo esta flor, que este día echaste de tu poder. Pues ahora, sin temor, como quien no tiene qué perder, como aquel a quien tu compañía es ya enojosa, como caminante pobre que, sin temor de los crueles salteadores, va cantando en alta voz. Yo pensaba en mi más tierna edad que eras y eran tus hechos regidos por alguna orden. Ahora, visto el pro y la contra de tus bienandanzas, me pareces un laberinto de errores, un desierto espantable, una morada de fieras, laguna llena de cieno, región llena de espinas, rado lleno de serpientes, huerto florido y sin fruto, fuente de cuidados, río de lágrimas, mar de miserias, trabajo sin provecho, dulce ponzoña, vana esperanza, falsa alegría, verdadero dolor. Cébasnos, mundo falso, con el manjar de tus deleites; al mejor sabor nos descubres el anzuelo; no lo podemos huir, que nos tiene ya cazadas las voluntades. Prometes mucho, nada no cumples. […] ¿Cómo me mandas quedar en ti conociendo tus falacias, tus lazos, tus cadenas y redes, con que pescas nuestras flacas voluntades? […] ¡Oh amor, amor, que no pensé que tenías fuerza ni poder de matar a tus sujetos! […]. ¿Quién te dio tanto poder? ¿Quién te puso nombre que no te conviene? Si amor fueses, amarías a tus sirvientes; si los amases, no les darías pena; si alegres viviesen, no se matarían como ahora mi amada hija. ¿En qué pararon tus sirvientes y sus ministros? La falsa alcahueta Celestina murió a ma- nos de los más fieles compañeros que ella para tu servicio emponzoñado jamás halló; ellos murieron degollados; Calisto, despeñado; mi triste hija quiso tomar la misma muerte por seguirle. Esto todo causas. Dulce nombre te dieron, margos hechos haces. […] Bienaventurados los que no conociste o de los que no te curaste. Dios te llamaron otros, no sé con qué error de su sentido traídos. […] ¿Por qué te riges sin orden ni concierto? Ciego te pintan, pobre y mozo. Pónente un arco en la mano con que tires a tiento; más ciegos son tus ministros, que jamás sienten ni ven el desabrido galardón que se saca de tu servicio. Tu fuego es de ardiente rayo, que jamás hace señal do llega. La leña que gasta tu llama son almas y vidas de humanas criaturas. Las cuales son tantas, que de quien comenzar pueda apenas me ocurre. […] ¿Qué me dirás de aquel Macías de nuestro tiempo, cómo acabó amando, cuyo triste fin tú fuiste la causa? ¿Qué hizo por ti Paris? ¿Qué Helena? Todo el mundo lo sabe. Pues a Safo, Ariadna, Leandro, ¿qué pago les diste? Hasta David y Salomón no quisiste dejar sin pena. Por tu amistad Sansón pagó lo que mereció, por creerse de quien tú le forzaste a darle fe. Otros muchos que callo porque tengo harto que contar en mi mal. Del mundo me quejo porque en sí me crió; porque, no me dando vida, no engendrara en él a Melibea; no nacida, no amara; no amando, cesara mi quejosa y desconsolada postrimería. ¡Oh mi compañera buena! ¡Oh mi hija despedazada! ¿Por qué no quisiste que estorbase tu muerte? ¿Por qué no hubiste lástima de tu querida y amada madre? ¿Por qué te mostraste tan cruel con tu viejo padre? ¿Por qué me dejaste cuando yo te había de dejar? ¿Por qué me dejaste penado? ¿Por qué me dejaste triste y solo in hac lachrimarum valle? 1 ¿Cuál es el sentido del texto? 2 El fragmento contiene numerosas referencias a personajes históricos o mitológicos. Elige tres de ellos y recopila datos sobre sus vidas y hechos. Unidad 4 4. Prueba de evaluación Nombre: _____________________________________ Apellidos: ___________________________________________________________________________________ Curso: ______________________________________ Grupo: ______________________________________ Fecha: ___________ /_____________ /____________ 1 Enuncia tres contextos en los que sea coherente usar los siguientes procesos comunicativos: •Una carta. •Un poema. •Una instancia. 2 Investiga acerca de las características de una columna periodística. ¿Qué suele contener? ¿Sería coherente usar tal formato y tal medio para comentar las condiciones económicas de un nuevo modelo de coche o las instrucciones de funcionamiento de una cámara digital? Piensa en otros ejemplos de comunicación incoherente. 3 Vas a dirigirte oralmente a tus compañeros para comunicarles que es necesario colaborar con diez euros para salvar las golondrinas del tejado. Compón dos textos, uno coherente y otro incoherente. Exponed varios textos y señalad sus aciertos y sus desaciertos. 4 ¿Qué diferencia el marco histórico del siglo xv del de los siglos precedentes? 5 Principales autores del siglo xv. 6 Temas literarios del siglo xv. 7 ¿Cuál es la intención de Jorge Manrique al componer la obra que le dio la fama? 8 Argumento de La Celestina. Expresa tu opinión sobre la obra. 9 Lee el siguiente texto y responde después a estas cuestiones: a) Resume lo narrado en el fragmento. b) ¿A quién piensas pertenece el texto? Justifica tu respuesta. c) Señala sus características formales: métrica y rima. © algaida editores, S. A. Material fotocopiable autorizado. d) ¿Podrías señalar si corresponde a alguna categoría o ciclo? Romance de la pérdida de Alhama © algaida editores, S. A. Material fotocopiable autorizado. Paseábase el rey moro por la ciudad de Granada desde la puerta de Elvira hasta la de Vivarrambla. –¡Ay de mi Alhama!– Cartas le fueron venidas que Alhama era ganada. Las cartas echó en el fuego y al mensajero matara, –¡Ay de mi Alhama!– Descabalga de una mula, y en un caballo cabalga; por el Zacatín arriba subido se había al Alhambra. –¡Ay de mi Alhama!– Como en el Alhambra estuvo, al mismo punto mandaba que se toquen sus trompetas, sus añafiles de plata. –¡Ay de mi Alhama!– Y que las cajas de guerra apriesa toquen el arma, porque lo oigan sus moros, los de la vega y Granada. –¡Ay de mi Alhama!– Los moros que el son oyeron que al sangriento Marte llama, uno a uno y dos a dos juntado se ha gran batalla. –¡Ay de mi Alhama!– Allí fabló un moro viejo, de esta manera fablara: –¿Para qué nos llamas, rey, para qué es esta llamada? –¡Ay de mi Alhama!– –Habéis de saber, amigos, una nueva desdichada: que cristianos de braveza ya nos han ganado Alhama. –¡Ay de mi Alhama!– Allí fabló un alfaquí de barba crecida y cana: –Bien se te emplea, buen rey, buen rey, bien se te empleara. –¡Ay de mi Alhama!– Mataste los Bencerrajes, que eran la flor de Granada, cogiste los tornadizos de Córdoba la nombrada. –¡Ay de mi Alhama!– Por eso mereces, rey, una pena muy doblada: que te pierdas tú y el reino, y aquí se pierda Granada. –¡Ay de mi Alhama!–