1º Año - Escuela Técnica Raggio

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ESCUELAS TÉCNICAS “RAGGIO”
CUADERNILLO DE LENGUA Y LITERATURA
1° AÑO
1
¿Qué es la literatura?
Es un concepto difícil de definir ya que varía según las épocas. Por ejemplo, antiguamente las obras
estaban en verso; sin embargo, en la actualidad predomina la prosa. La aparición de la novela cambió
la forma de percibir la literatura, ya que la novela se caracteriza por fagocitarse otros géneros
discursivos, es decir, los incluye dentro de su prosa:
O bien determinados textos de uso cotidiano con el paso del tiempo por su calidad forman parte de la
literatura como las cartas o género epistolar:
Otro caso semejante es el de las historietas, que constituyen una forma híbrida. En la actualidad la
discusión pasa por considerar o no al guión cinematográfico un género dentro de la literatura.
Lo importante es que predomine la intención de hacer un texto poético, es decir, un trabajo
exhaustivo con el lenguaje.
La literatura se clasifica en tres grandes géneros literarios.
GÉNEROS
LITERARIOS
NARRATIVO
TIENE
-un narrador
-Marco: personaje,
tiempo y lugar.
-suceso: situación
inicial, complicación y
resolución.DE FIJACI
EJERCICIOS
DRAMÁTICO
Vocablo griego que
significa acción
representación.
TIENE
-acotaciones teatrales
porque está escrito para
ser representado.
LÍRICO
-Predomina la
adjetivación .
- Hay un YO y TÚ LÍRICOS
-No avanza en la
información.
-predominan
los verbos
ÓN
en pasado
Leemos los textos
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Leemos los siguientes textos y determinamos a qué género literario pertenece y por qué.
Ahuyentemos el tiempo, amor...
Ahuyentemos el tiempo, amor,
que ya no exista;
esos minutos largos que desfilan pesados
cuando no estás conmigo
y estás en todas partes
sin estar pero estando.
Me dolés en el cuerpo,
me acariciás el pelo
y no estás
y estás cerca,
te siento levantarte
desde el aire llenarme
pero estoy sola, amor,
y este estarte viendo
sin que estés,
me hace sentirme a veces
como una leona herida,
me retuerzo
doy vueltas
te busco
y no estás
y estás
allí
tan cerca
El veneno de la Moriana
Madrugaba don Alonso
a poco del sol salido;
convidando va a su boda
a los parientes y amigos;
a la puerta de Moriana
sofrenaba su rocino:
-Buenos días, Moriana.
-Don Alonso, bien venido.
-Vengo a brindarte, Moriana,
para mi boda el domingo.
-Esas bodas, don Alonso,
3
debieran de ser conmigo;
pero ya que no lo sean,
igual el convite estimo,
y en prueba de la amistad
beberás del fresco vino,
el que solías beber
dentro mi cuarto florido.
Moriana, muy ligera
en su cuarto se ha metido;
tres onzas de solimán
con el acero ha molido,
de la víbora los ojos,
sangre de un alacrán vivo:
-Bebe, bebe, don Alonso,
bebe de este fresco vino.
-Bebe primero, Moriana,
que así está puesto en estilo.
Levantó el vaso Moriana,
lo puso en sus labios finos;
los dientes tiene menudos,
gota adentro no ha vertido.
Don Alonso, como es mozo,
maldita gota ha perdido.
-¿Qué me diste, Moriana,
qué me diste en este vino?
¡Las riendas tengo en la mano
y no veo a mi rocino!
-Vuelve a casa, don Alonso,
que el día ya va corrido
y se celará tu esposa
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si quedas acá conmigo.
-¿Qué me diste, Moriana,
que pierdo todo el sentido?
¡Sáname de este veneno,
yo me he de casar contigo!
-No puede ser, don Alonso,
que el corazón te ha partido.
-¡Desdichada de mi madre
que ya no me verá vivo!
-Más desdichada la mía
desde que te hube conocido.
Residuos
Un hombre y una mujer se encuentran en el palier, cada uno con su bolsa de residuos. Es la primera
vez que se hablan.
— Buen día...
— Buen día.
— Usted es del 610.
— Y usted del 612.
— Sí.
— Todavía no lo conocía personalmente...
— Ajá...
— Disculpe mi indiscreción, pero he visto sus bolsas de residuos...
— ¿Mi qué?
— Sus residuos.
— Ah...
— Noté que nunca es mucho. Su familia debe ser chica...
— La verdad, soy solo yo.
— Mmmm. Vi también que usa mucha comida en lata.
— Es que tengo que hacerme la comida. Y como no sé cocinar...
— Entiendo.
— Usted también...
— Tratame de vos.
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— Vos también, perdoná mi indiscreción, pero vi algunos restos de comida en tus bolsas.
Champiñones, cosas por el estilo...
— Es que me gusta mucho cocinar. Hacer platos diferentes. Pero como vivo sola, a veces sobra...
— ¿Usted... vos no tenés familia?
— Tengo, pero no aquí.
— En Espíritu Santo.
— ¿Cómo sabés?
— Vi unos sobres en la basura. De Espíritu Santo.
— Sí. Mamá escribe todas las semanas.
— ¿Ella es maestra?
— ¡Qué increíble! ¿Cómo fue que adivinaste?
— Por la letra en el sobre. Me pareció letra de maestra.
— Usted no recibe muchas cartas. A juzgar por sus residuos…
— Y…no.
— El otro día tenía un telegrama abollado.
— Sí.
— ¿Malas noticias?
— Mi padre. Murió.
— Lo siento mucho.
— Ya estaba muy viejito. Allá en el Sur. Hace tiempo que no nos veíamos.
— ¿Fue por eso que volviste a fumar?
— ¿Cómo sabés?
— De un día para otro comenzaron a aparecer en tu basura etiquetas de cigarrillos.
— Es cierto. Pero conseguí dejar otra vez.
— Yo, gracias a Dios, nunca fumé.
— Ya sé. Pero he visto frasquitos de pastillas en tu basura...
— Tranquilizantes. Fue una etapa. Ya pasó.
— ¿Te peleaste con tu novio, no es cierto?
— ¿Eso también lo descubriste en la basura?
— Primero el ramo de flores con la tarjeta, arrojado afuera. Después, muchos pañuelos de papel.
— Sí, lloré bastante, pero ya pasó.
— Pero hoy todavía veo unos pañuelitos...
— Es que estoy un poco resfriada.
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— Ah.
— Muchas veces veo revistas de palabras cruzadas en tus bolsas.
— Sí..., es que…me quedo mucho en casa. No salgo mucho, sabés.
— ¿Novia?
— No.
— Pero hace algunos días había una foto de una mujer en tus bolsas. Y muy bonita.
— Estuve limpiando unos cajones. Cosas viejas.
— Pero no rompiste la foto. Eso significa que, en el fondo, querés que ella vuelva.
— ¡Vos estás analizando mis residuos!
— No puedo negar que me interesaron.
— Qué gracioso. Cuando examiné tus bolsas, pensé que me gustaría conocerte. Creo que fue por la
poesía.
— ¡No! ¿Vos viste mis poemas?
— Los vi y me gustaron mucho.
— ¡Pero son malísimos!
— Si realmente creyeras que son malos, los habrías roto. Solamente estaban doblados.
— Si hubiera sabido que los ibas a leer...
— No me los quedé porque, a fin de cuentas, estaría robando. A ver, no sé; lo que alguien tira a la
basura ¿sigue siendo de su propiedad?
— Creo que no. La basura es de dominio público.
— Tenés razón. A través de la basura, lo particular se hace público. Lo que sobra de nuestra vida
privada se integra con las sobras de los otros. Es comunitario, es nuestra parte más social. ¿Será así?
— Bueno, ya estás profundizando demasiado en el tema de la basura. Creo que...
— Ayer, en tus residuos...
— ¿Qué?
— ¿Me equivoco o eran cáscaras de camarones?
— Acertaste. Compré unos camarones grandes y los pelé.
— ¡Me encantan los camarones!
— Los pelé, pero todavía no los comí. Quizás podríamos…
— ¿Cenar juntos?
— Claro
— No quiero darte trabajo.
— No es ningún trabajo.
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— Se te va a ensuciar la cocina.
— no es nada. En seguida se limpia todo y se tiran los restos.
— ¿En tu bolsa o en la mía?
Luis F. Veríssimo
Espejito, espejito
(La Reina Mala del cuento de Blancanieves está sentada frente al espejo al que suele consultar.)
REINA MALA: Espejito, espejito, ¿quién es más linda que yo? (Espera.) ¿Quién? (Enfureciéndose.)
¿Quién? (Furiosa.) ¡Ah, estoy harta! Hace dos años que estamos en esto y mi paciencia llegó al
límite. Voy a repetirte la pregunta y quiero que me respondas con total claridad. En voz bien alta,
modulando correctamente las palabras... Bien. (Infantil.) Espejito, espejito, ¿quién es más linda que
yo? (Larga espera. Luego furia.) ¡Pero será posible! ¡Si se murió! ¡Blancanieves se murió! ¡La
enterraron los enanos! (Escucha.) ¿Qué? ¿Qué Príncipe Azul? ¡No, si tenía que ser ese infeliz! ¿Y
adónde viven? ¿Y eso por dónde es? Ah, ¡pero si es lejísimo! Yo no voy a ir otra vez disfrazada de
anciana como una idiota, haciéndome la vendedora de manzanas... No, no y no. No, te estoy
diciendo. Cuando digo que no es no. Es que no sabes todo lo que me pasó en el camino la otra vez.
Como los pícaros me veían tan vieja y achacosa, me robaban manzanas envenenadas de la canasta...
¡Envenené a medio Reino! Al carretero, a los ladrones del monte, a un pájaro carpintero que se hizo
el gracioso y me picoteó la fruta... ¡Todos esos esfuerzos para que me digas que fue ese tarado y la
despertó con un beso! ¡Con un beso, si es de no creer! ¿Qué necesidad tiene él de andar
besuqueándose con cuanto cadáver encuentra en el camino? (Un tiempo.) No, ya sé. ¡Te estoy
diciendo que no volveré! ¡No! (Escucha.) ¿Cómo que ella también? No comprendo. ¿Cómo que te
pagará mejor sueldo? (Furiosa.) ¿De qué demonios estás hablando, Espejito? (Escucha.) ¿Te vas?
¿Te vas al Palacio de Blancanieves? De modo que me abandonas. (Furia helada.) Muy bien. No, no,
me parece bien. Yo estoy a favor del libre mercado. Ahí está el paño de limpieza que te pertenece y
el jabón de lavado del azogue, puedes llevártelo, a ver si ella te friega mejor que yo... (Camina en
dirección contraria al espejo, luego se vuelve, bruscamente lo toma y lo lanza contra el piso; luego
le salta encima y lo pisotea en un arrebato de rabia.) ¡Ahí tienes! ¡Traidor! (Ella busca una capa
negra que le llega hasta los pies y una canasta.) Bueno, ahí vamos otra vez a venderle a esta tonta
las benditas manzanas..., qué paciencia hay que tener por la belleza...
(Apagón.)
a- ¿De qué tratan los textos?
b- ¿Cuál es la diferencia entre ellos?
c- ¿Qué aspectos de la época en que fueron escritos se puede observar?
d- ¿Qué nos refleja la frase: “como una leona herida”? ¿Cómo se llama ese recurso?
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Tipos textuales
Según el autor, pueden denominarse también como tramas, superestructuras, textos base, etc. Existe
una clasificación más amplia pero para la escuela secundaria se seleccionan cinco tipos:
TIPOS TEXTUALES
NARRATIVO
DESCRIPTIVO
EXPOSITIVO- EXPLICATIVO
DIALOGAL
ARGUMENTATIVO
CARACTERÍSTICAS
EJEMPLOS
Cuenta una historia, por eso
tiene un narrador. Podemos
distinguir un marco y suceso.
Presenta las cualidades o
detalles de un objeto, persona,
idea, etc
Desarrolla un tema puntual,
pormenorizadamente.
Responde a una pregunta
autoformulada o
heteroformulada. Predomina el
tiempo presente
Hay intercalación de voces
Novela, cuento, mito, leyenda,
crónica policial, anécdota,
………………………………………..
Aviso clasificado, retrato,
diccionario, poesía lírica,
……………………………………..
Clase, manual de Historia, folleto
explicativo, noticia
científica,………………………………………
………………………………………………………..
Intenta convencer mediante
argumentos.
Propaganda, publicidad, libros de
investigación,………………………………..
……………………………………………………
Conversación, entrevista, obra de
teatro, chat, ………………………………..
Otro tipo muy enseñado en la primaria es el INSTRUCTIVO como las recetas de cocina o los
manuales que traen los electrodomésticos.
¡A trabajar se ha dicho!
¿Qué tipo textual predomina? ¿Por qué?
Dulce de leche
Leche entera 1 litro
Esencia de vainilla 1 cdta
Azúcar 250 cc
Bicarbonato de sodio 1 cdta
Manteca 1 cda
Mezclar la leche tibia con el azúcar y la esencia de vainilla. Agregar el bicarbonato luego del
primer hervor retirando la olla del fuego. Mezclar. Volver al fuego mínimo por 3 horas. Agregar
canicas o un plato para que con el hervor haga el efecto de revolver constantemente. Para saber
cuando está hecho, poner en un plato un poco y si no se une al pasar el dedo está listo. Retirar del
fuego y mezclar con la manteca para que le de brillo.
Uní con flechas.
¿Todas las arañas son peligrosas para los
hombres? Pues bien, la mayoría de las
arañas no son peligrosas para los hombres.
Incluso las temidas tarántulas no provocan
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mucho más que una inflamación en el
lugar en el que pican, aunque puede ser un
problema para los más chicos o para la
gente que está enferma. Las que sí son
realmente peligrosas para todo el mundo
son la viuda negra y el monje dorado. Son
reconocibles porque tienen en el abdomen
una mancha naranja, con forma de reloj de
arena, y una mancha dorada, con forma de
violín, respectivamente.
Las arañas son los miembros más
conocidos del grupo de los arácnidos
pulmonados. Son artrópodos, como los
insectos. Poseen cuatro pares patas. Su
abdomen abultado segrega un hilo sedoso.
Jack estaba en su laboratorio investigando
las arañas cuando, de pronto, un extraño
ruido lo desconcertó y se dispersó. Una de
las arañas logró liberarse de su trampa
química y lo atacó, dejándole una marca
que jamás podría olvidar.
PREDOMINA
NARRATIVO.
EL
TIPO
TEXTUAL
PREDOMINA
DESCRIPTIVO
EL
TIPO
TEXTUAL
PREDOMINA EL TIPO
EXPOSITIVO – EXPLICATIVO.
TEXTUAL
El lenguaje, sobre todo el lenguaje, he aquí el abismo fundamental que nos separa.
Porque nosotras hablamos demasiado y ellos hablan muy poco. Porque ellos jamás dicen lo que
nosotras queremos oír, y lo que nosotras decimos les abruma. Porque nosotras necesitamos poner en
palabras nuestros sentimientos y ellos no saben nombrar nunca lo que sienten. Porque a ellos les
aterra hablar de sus emociones, y a nosotras nos espanta no poder compartir nuestras emociones
verbalmente. Porque lo que ellos dicen no es lo que nosotras escuchamos, y lo que ellos escuchan no
es lo que nosotras hemos dicho. Por todos estos malentendidos y muchos otros, la comunicación
entre sexos es un perpetuo desencuentro.
Rosa Montero, Nosotras y ellos
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Antes de la escritura
Para trabajar individualmente:
1) ¿Cuál es el origen de tu familia? ¿Cuál será el origen del pueblo de tus antepasados? Armá tu
árbol genealógico.
2) ¿Hasta cuándo te podés remontar en el origen de tus antepasados?
3) ¿Qué explicaciones acerca de los orígenes del mundo conocen?
Para trabajar en grupo:
4) Lean el siguiente mito y resúmanlo.
La creación según los tehuelches
Los tehuelches manifestaron un poderoso vuelo imaginativo. Que podrán advertir en su mito de
la creación que a continuación le presentamos.
En el comienzo estaba Kóoch y, luego el gran héroe Elal. Imaginemos como...
Según dicen los tehuelches, hace muchísimo tiempo no había tierra, ni mar, ni sol... solamente
existía la densa y húmeda oscuridad de las tinieblas. Y en medio de ella vivía eterno, Kóoch.
Nadie sabe por qué, un día Kóoch, que siempre se había bastado a sí mismo, se sintió muy solo y
se puso a llorar. Lloró tantas lágrimas, durante tanto tiempo, que contarlos sería imposible. Y con su
llanto se formó el mar, el inmenso océano donde la vista se pierde.
Cuando Kóoch se dio cuenta de que el agua crecía y que estaba a punto de cubrirlo todo, dejó de
llorar y suspiró. Y ese suspiro tan hondo fue el primer viento, que empezó a soplar constantemente,
abriéndose paso entre la niebla y agitando el mar.
Algunos dicen que fue así, por los empujones del viento, que la niebla se disipó y apareció la luz,
pero otros opinan que fue Kóoch el inventor de la claridad. Cuentan que, en medio del agua y
envuelto en la oscuridad, deseó contemplar el extraño mundo que lo rodeaba. Se alejó un poco a
través del negro espacio y, como no podía ver con nitidez, levantó el brazo, y con su gesto hizo un
enorme tajo en las tinieblas. Dicen también que el giro de su mano originó una chispa, y que esa
chispa se convirtió en el sol.
Xáleshen, como llaman los tehuelches al gran astro, se levantó sobre el mar e iluminó ese paisaje
magnífico: la inmensa superficie ondulada por elviento,cuyo soplo retorcía cada ola hasta verla
deshacerse bajo su tocado deespuma. El sol formó las nubes, que de allí en más se pusieron a vagar,
incansables, por el cielo, matizando el agua con su sombra, pintándola con grandes manchones
oscuros. Y el viento las empujaba a su gusto, a veces suavemente, y a veces en forma tan violenta
que las hacía chocar entre sí. Entonces las nubes se quejaban con truenos retumbantes y amenazaban
con el brillo castigador de los relámpagos.
Luego Kóoch se dedicó a su obra maestra. Primero hizo surgir del agua una isla muy grande, y luego
dispuso allí los animales, los pájaros, los insectos y los peces. Y el viento, el sol y las nubes
encontraron tan hermosa la obra de Kóoch que se pusieron de acuerdo para hacerla perdurar: el sol
iluminaba y calentaba la tierra, las nubes dejaban caer la lluvia bienhechora, el viento se moderaba
para dejar crecer los pastos... la vida era dulce en la pacífica isla de Kóoch. Entonces el Creador,
satisfecho, se alejó cruzando el mar. A su paso hizo surgir otra tierra cercana y se marchó al
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horizonte, de donde nunca más volvió.
Y así hubieran seguido las cosas en la isla de no ser por el nacimiento de los gigantes, los hijos de
Tons, la Oscuridad. Un día, uno de ellos, llamado Noshtex, raptó a la nube Teo y la encerró en su
caverna. Sus hermanas buscaron a la desaparecida a lo largo y a lo ancho del cielo, pero nadie la
había visto. Entonces, furiosas, provocaron una gran tormenta. El agua corrió sin parar desde lo alto
de las montañas, arrastrando las rocas, inundando las cuevas de los animalitos, destruyendo los
nidos, arrasando la tierra en una inmensa protesta... Después de tres días y tres noches, Xáleshen
quiso saber el motivo de tanto enojo y apareció entre las nubes. Enterado de lo sucedido, esa tarde, al
retirarse detrás de la línea donde se junta el cielo con el mar, le contó a Kóoch las novedades, y
Kóoch contestó;
-Te prometo que, quienquiera que haya raptado a Teo, será castigado. Si ella espera un hijo, ése será
más poderoso que su padre.
A la mañana siguiente, apenas asomado, el sol comunicó la profecía a las nubes agolpadas en el
horizonte y éstas, enseguida, se la contaron a Xóchem el viento, que corrió hacia la isla y difundió la
noticia aquí y allá, anunciándola a quien quisiera oírla. Y el chingolo se lo contó al guanaco, el
guanaco al ñandú, el ñandú al zorrino, el zorrino a la liebre, al armadillo, al puma. Después Xóchem
sopló el mensaje en la puerta de las cavernas de los gigantes, para que no quedara nadie sin enterarse.
Así escuchó Nóshtex las palabras de Kóoch, y tuvo miedo de su pequeño enemigo, que ya vivía
en el vientre de Teo. "Voy a matarlos", pensó, "voy a matarlos y a comérmelos a los dos". Golpeó
salvajemente a Teo mientras dormía, arrancó al niño de sus entrañas y, sin mirar a su hijo
abandonado en el suelo de la caverna, la despedazó.
Pero alguien más, adentro de la cueva, había escuchado a Xóchem. Era Ter-Werr, una tuco-tuco que
vivía en su casa subterránea excavada en el fondo de la gruta. Dicen que fue ella la que salvó al bebé,
la que, sigilosamente, en el mismo momento en que el monstruo levantaba a su hijo para devorarlo,
le mordió el dedo del pie con todas sus fuerzas, la que escondió al niño debajo de la tierra antes de
que el gigante pudiera reaccionar...
Sin embargo, el refugio era demasiado precario. Nóshtex cruzaba la caverna haciéndola temblar con
sus pasos de gigante, recorría la isla buscando al cachorrito que apenas había visto, a ese hijo que en
cuanto creciera iba a traicionarlo.
Entonces Terr-Werr pidió ayuda al resto de los animales: ¿dónde esconder al bebé?, ¿cómo ponerlo a
salvo del gigante?
Cuentan que todos los animales hicieron una asamblea para discutir el asunto. Que el Kíus, el chorlo,
era el único conocedor de la otra tierra que, más allá del mar, había creado Kóoch antes de recluirse
en el horizonte, y que propuso enviar allí al niñito. Así comenzaron los preparativos para la fuga
secreta.
Una madrugada, cuando el hijo de Teo y el gigante estuvo listo para partir, Terr-Werr lo llevó hasta
las inmediaciones de una laguna y lo escondió entre los juncos. Desde allí llamó a Kíken, el
chingolo, para que a su vez transmitiera el mensaje: todos los animales fueron convocados para
escoltar al niño. Algunos, como el puma, se negaron. Otros, como el ñandú y el flamenco, llegaron
demasiado tarde. El zorrino iba tan contento al encuentro de la criatura que, interceptado por el
gigante, no supo guardar el secreto. Así enterado, Nóshtex se dirigió a grandes pasos hacia la laguna,
pero el pecho-colorado, instruido por Terr-Werr lo distrajo con su canto. Por eso no llegó a tiempo
para ver cómo el cisne se acercó al niño nadando majestuosamente y lo colocó sobre su lomo, ni
cómo carreteó luego para levantar vuelo. Sólo alcanzó a distinguir en el cielo un pájaro blanco que,
con su largo cuello estirado y las alas desplegadas, volaba decididamente hacia el oeste. Así, en su
colchoncito de plumas, se alejaba el protegido de Kóoch hacia la tierra salvadora de la Patagonia.
MITOS
El mito es una narración tradicional de sucesos reales transformados por la fantasía popular.
Siempre aparecen en ellos elementos maravillosos, fantásticos que explican sucesos de la naturaleza
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o religiosos. Los mitos son relatos anónimos –no tienen autor- y son transmitidos de generación en
generación; y eso hace que se conviertan en tradicionales.
Los mitos y otros textos
Los mitos suelen confundirse con las leyendas, los cuentos populares e, incluso, las
anécdotas.Si bien para una cultura que “importa” esos relatos de otra, las diferencias entre estas
clases de textosson inexistentes, para los integrantes de la cultura que los creó los mitos son
narraciones oralesque se distinguen del resto de los relatos por muchas razones...
• Son sentidos como sagrados y verdaderos.
• No se relatan para entretener ni divertir, sino para transmitir un conocimiento fundamental.
• No se cuentan en cualquier momento, sino en ceremonias rituales como el casamiento, la
iniciacióna la vida adulta, la muerte o en otros momentos muy especiales, porque los mitos seviven,
constituyen una experiencia religiosa.
• Llevan a los oyentes a otro tiempo, el de los orígenes, el de los seres sobrenaturales que
participaronen la creación de todo lo que existe.
• Explican cómo todas las cosas comenzaron a existir: los astros, el agua, el fuego, la muerte,
lasenfermedades, el hombre y la mujer, el amor, una montaña, una manera de trabajar...
• Indican cómo interpretar el mundo: ¿Cuál es la relación que existe entre los padres y los hijos,los
esposos, los amigos? ¿Qué pasa después de que nos morimos? ¿Por qué sale el sol cada día?¿Cuándo
se considera que un chico es adulto? ¿Cuáles son los límites del poder de los hombres?¿Cuál es el
sentido de la existencia?
• Son ejemplares, en otras palabras, explican aspectos importantes de las relaciones sociales entrelas
personas contando cómo se produjeron por primera vez la justicia, el matrimonio, la cocciónde
alimentos, el entierro de los muertos, los sacrificios religiosos.
• Esa interpretación del mundo es común a todo el grupo cultural.
• No son relatos aislados, sino que un mito forma parte, junto con otros, de un sistema mayor quese
llama “mitología”.
Adaptado de: L. Otañi. y M. Gaspar,
Cosmologías y paladines. Antología de mitos universales (en proceso de revisión).
Inventá el mito de la creación del siguiente animal. Usá estas preguntas como guía para escribir el
texto.
1) ¿Cómo fueron creados?
2) ¿Dónde vivían estos animales?
3) ¿Cómo se llamaban?
4) ¿De qué se alimentaban?
5) ¿Qué características físicas y de comportamiento reunían?
. Elegí entre los siguientes animales mitológicos:
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La leyenda del Calafate
Se dice que cierta vez Koonex, la anciana curandera de una tribu de tehuelches, no
podía caminar más, ya que sus viejas y cansadas piernas estaban agotadas, pero la marcha
no se podía detener. Entonces, Koonex comprendió la ley natural de cumplir con el destino.
Las mujeres de la tribu confeccionaron un toldo con pieles de guanaco y juntaron
abundante leña y alimentos para dejarle a la anciana curandera, despidiéndose de ella con el
canto de la familia.
Koonex, de regreso a su casa, fijó sus cansados ojos a la distancia, hasta que la gente de su
tribu se perdió tras el filo de una meseta. Ella quedaba sola para morir. Todos los seres
vivientes se alejaban y comenzó a sentir el silencio como un sopor pesado y envolvente.
El cielo multicolor se fue extinguiendo lentamente. Pasaron muchos soles y muchas
lunas, hasta la llegada de la primavera. Entonces nacieron los brotes, arribaron las
golondrinas, los chorlos, los alegres chingolos, las charlatanas cotorras. Volvía la vida.
Sobre los cueros del toldo de Koonex, se posó una bandada de avecillas cantando
alegremente. De repente, se escuchó la voz de la anciana curandera que, desde el interior
del toldo, las reprendía por haberla dejado sola durante el largo y riguroso invierno.
Un chingolito, tras la sorpresa, le respondió: "nos fuimos porque en otoño comienza a
escasear el alimento. Además durante el invierno no tenemos lugar en donde abrigarnos."
"Los comprendo", respondió Koonex, "por eso, a partir de hoy tendrán alimento en otoño y
buen abrigo en invierno, ya nunca me quedaré sola" y luego la anciana calló.
Cuando una ráfaga de pronto volteó los cueros del toldo, en lugar de Koonex se hallaba un
hermoso arbusto espinoso, de perfumadas flores amarillas. Al promediar el verano las
delicadas flores se hicieron fruto y antes del otoño comenzaron a madurar tomando un color
azulmorado de exquisito sabor y alto valor alimentario. Desde aquél día algunas aves no
emigraron más y las que se habían marchado, al enterarse de la noticia, regresaron para
probar el novedoso fruto del que quedaron prendados.
Los tehuelches también lo probaron, adoptándolo para siempre. Desparramaron las semillas
en toda la región y, a partir de entonces, "el que come Calafate, siempre vuelve."
LEYENDA
La leyenda es un relato hablado que se conserva en la tradición oral de un pueblo.
Indica lugares con precisión y en su origen tiene antecedentes históricos. Por lo mismo, sus
personajes son identificables, aunque nunca iguales al personaje o hecho en el cual se
basan. Posteriormente, la leyenda pasa a la escritura, con lo cual se fija, perdiendo una de
sus características: la capacidad de transformarse.
La leyenda es una narración ficticia, pero basada en la realidad, ligada a temas de
héroes, de la historia patria, de seres mitológicos, de almas, de santos o sobre los orígenes
de hechos varios. La leyenda pertenece al folclore y por ello corresponde a la más arraigada
sabiduría de un pueblo. Expresa los deseos, los anhelos, los temores, los ideales y sueños
que son parte de la visión global que tiene ese pueblo de su propia historia y de sus
relaciones con la naturaleza.
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Cuando se hacen estudios históricos, etnográficos, sicológicos, sociológicos y
geográficos es necesario recurrir también a la leyenda para ver cómo la colectividad percibe
su forma de ser y su medio.
La leyenda no pretende explicar lo sobrenatural; es un relato que, a partir de
hechos y personajes reales, hace resaltar algún atributo o característica de un pueblo,
región o ciudad.
La leyenda no pretende explicar nada, sino relatar un suceso. Tiene un fin moralizante y
es didáctica. Si bien transcurre en un tiempo histórico reconocible, la leyenda se diferencia
de la historia porque ésta son hechos comprobables, mientras que nadie puede probar que lo
narrado en una leyenda haya ocurrido realmente, y porque la historia se conoce por la
escritura, a diferencia de la leyenda que se difunde oralmente.
Leyendas urbanas.
Para charlar
¿Por qué creen que las leyendas urbanas se extienden con tanta rapidez? ¿Es porque a la
gente le gusta el misterio? ¿Por superstición? ¿Qué supersticiones conocen? ¿Las creen
todas, algunas o ninguna, las siguen "por si acaso”? Den ejemplos ¿Les gusta el miedo (las
películas de terror, etc.) o no les gusta esa sensación?
Cuenten la leyenda más terrorífica que hayan oído nunca.
Pueblos Originarios
¿Qué sabés de los pueblos originarios? ¿Cuáles son? ¿Dónde estaban localizados? ¿Qué lengua
habla cada uno?
Buscá información y hacé un mapa con la localización de los pueblos originarios de América del
Sur y Centro América.
Latinoamérica. Calle 13(https://www.youtube.com/watch?v=DkFJE8ZdeG8) Averiguar
¿En qué lengua habla el presentador de la radio?
Soy…soy lo que dejaron
Soy toda la sobra de lo que se robaron
un pueblo escondido en la cima
mi piel es de cuero por eso aguanta
cualquier clima
soy una fábrica de humo
mano de obra campesina para tu consumo
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frente de frío en el medio del verano
el amor en los tiempos del cólera mi
hermano
el sol que nace y el día que muere
con los mejores atardeceres
soy el desarrollo en carne viva
un discurso político sin saliva
las caras más bonitas que he conocido
soy la fotografía de un desaparecido
la sangre dentro de tus venas
soy un pedazo de tierra que vale la pena
una canasta con frijoles
soy Maradona contra Inglaterra anotándote
dos goles
soy lo que sostiene mi bandera
la espina dorsal del planeta es mi cordillera
soy lo que me enseñó mi padre
el que no quiere a su patria no quiere a su
madre
soy América latina
un pueblo sin piernas pero que camina
Tú no puedes comprar el viento , Tú no
puedes comprar el sol
Tú no puedes comprar la lluvia, Tú no
puedes comprar el calor
Tú no puedes comprar las nubes, Tú no
puedes comprar los colores
Tú no puedes comprar mi alegría, Tú no
puedes comprar mis dolores
Tengo los lagos , tengo los ríos
tengo mis dientes pa´ cuando me sonrío
La nieve que maquilla mis montañas
Tengo El sol que me seca y la lluvia que me
baña
Un desierto embriagado con peyote
Un trago de Pulque para cantar con los
coyotes
Todo lo que necesito
Tengo a mis pulmones respirando azul
clarito
La altura que sofoca
Soy las muelas de mi boca mascando coca
El otoño con sus hojas desmayadas
los versos escritos bajo la noche estrellada.
Una viña repleta de uvas
Un cañaveral bajo el sol en un cuba
Soy el mar Caribe que vigila las casitas
Haciendo rituales de agua bendita
El viento que peina mi cabello
Soy todos los santos que cuelgan de mi
cuello
El jugo de mi lucha No es artificial
Por que El abono de mi tierra es natural
Tú no puedes comprar el viento , Tú no
puedes comprar el sol
Tú no puedes comprar la lluvia, Tú no
puedes comprar el calor
Tú no puedes comprar las nubes, Tú no
puedes comprar los colores
Tú no puedes comprar mi alegría, Tú no
puedes comprar mis dolores
trabajo bruto pero con orgullo
aquí se comparte…lo mío es tuyo
este pueblo no se ahoga con marullos
y si se derrumba, yo lo reconstruyo
tampoco pestañeo cuando te miro
Para que te acuerdes de mi apellido
La operación cóndor invadiendo mi nido
perdono pero nunca olvido
Vamos caminando
Aquí se respira lucha
Vamos caminando
Yo Canto porque se escucha
Vamos dibujando el camino
Estamos de pie Vamos caminando
Aquí estamos de pie
Literatura Indigenista
Fragmento de texto sobre la literatura de Arguedas:
La obra de José María Arguedas se inscribe en la corriente indigenista, pero sus
características propias la alejan de la expresión tradicional. De un lado, se aparta de los
esquemas; del otro, en lugar de predicar la integración del indio, afirma los valores de la
sociedad aborigen. Arguedas, que habló primero el quechua, parte de la cuna misma de esta
17
cultura, a diferencia de los indigenistas que abordaron el problema con simpatía pero desde
fuera.
Arguedas utiliza a menudo los elementos de la cultura aborigen: la significación
profunda del bordoneo de un arpa, el valor mítico de un río, la importancia ritual de la
danza o el canto, los presagios contenidos en el grito de un animal de la selva, el símbolo
escondido en el vuelo de un pájaro. Estos elementos son utilizados desde el interior, y en
función de la narración, y no son agregados decorativos o pintorescos. Resulta una
literatura rica, de múltiples facetas que a través de alusiones poéticas o por testimonios
directos crea o recrea el universo espiritual del indio, el medio cultural y humano, los
valores esenciales de la cultura. De esta manera, José María Arguedas confiere una
proyección universal a una literatura que penetra hasta las raíces mismas de una cultura rica
aunque eclipsada por siglos de dominación.
ESCAJADILLO, Tomás
Narradores peruanos del siglo XX
1. La afirmación central del texto es
a) Características de una obra de Arguedas.
b) El indigenismo tradicional y la obra de Arguedas.
c) Significación de la literatura para Arguedas.
2. ¿Qué agrega la literatura de Arguedas a la denominada literatura indigenista?
3. El término eclipsada se entiende como
a) Atenuada.
b) Disimulada.
c) Destruida.
d) Relegada.
e) Alterada.
Indigenismos
Definición: Términos, palabras y expresiones incorporados al idioma español provenientes
de idiomas indígenas. Los indigenismos son palabras de origen náhuatl, quechua, e
indoamericanismos de otras lenguas.
Ejemplos de Indigenismos.
Quechuismos: Palabras de origen quechua.
El Quechua (Runa Simi) es un leguaje nativo de Sudamérica. Ya era hablado ampliamente
en el centro de Los Andes mucho antes del tiempo de los Incas, quienes establecieron este
idioma como el lenguaje oficial para la administración de su imperio, y todavía es hablado
en varias formas (dialectos) por más de 10 millones de personas en un gran parte de
Sudamérica, incluyendo Perú, sur-oeste y centro de Bolivia, sur de Colombia y Ecuador,
18
nor-oeste de Argentina y el norte de Chile.
alpaca: allpaqa
mate: mati
cancha: kancha (terreno,
palta (‘aguacate’, fruto de Persea
espacio, lugar destinado al juego
americana)
de pelota o a peleas de gallos)
papa (‘patata’, tubérculo
carpa: karpa
de Solanumtuberosum)
caucho: kawchu
pampa (cualquier llanura que no
chala (zapato rústico)
tiene vegetación arbórea)
chacra: chakra ‘granja’
pichana: nombre vulgar de la
charqui: ch’arki (‘tasajo’)
escoba
china: india o mestiza que se
pirca pirqa (pared de piedra con
dedica al servicio doméstico
barro. Derivado: pircar)
choclo: chuqllu
puma
coca: kuka
pupo: pupu(ti) (ombligo)
cóndor: kuntur (especie de
quena: qina
buitre)
quincha (quincho, reparo de
guaso (rústico, campesino de
cañas o de ramas)
Chile)
quipu: qhipu (nudo)
guacho: wakcha «huérfano»
tambo: tampu
‘pobre’
vicuña: wik’uña
guanaco: wanaku
yapa (agregado que regala el
inca: inka
comerciante al cliente)
llama (mamífero rumiante
yuyo: yuyu (maleza, pasto)
parecido al guanaco y la alpaca)
Nahuatlismos:Palabras de origen náhuatl.
Países: Parte central de México, hablado principalmente por los Aztecas.
Otras formas escritas: Náhuatl (Forma más común en México), Naoatl, Nauatl, Nahuatl,
Nawatl, y Nahua (aztequismos).
Aguacate/palta
ananá
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cacahuate
cacao
coyote
cuate
chapulín
chicle
chile
chocolate
coyote
guacamole
hule
jacal
jaguar
mayate
mecate
mezcal
mole
petate
petaca (por maleta)
tiza
tomate
zoquete
Taíno
ají,
Caribe
barbacoa
Bahamas
batata
habana
cacique
haití
canoa
colibrí
carey
daiquiri
caimán
hamaca
caoba
huracán
ceiba
iguana
cuba
jején
macana
maraca
piragua
sabana
tabaco
tiburón
tonina
mandioca
maní
jíbaro
Del maya : cigarro .
20
21
Del guaraní : ñandú, ananá
¿Sabías que había tantas palabras que usamos cotidianamente de los pueblos originarios?
¿Cuál te sorprendió más?
EL CUENTO TRADICIONAL
El pescador y el genio
La tradicional escena del pescador que encuentra una botella cuyo contenido es un genio
prisionero tiene una versión de origen islámico que presentamos a continuación:
Un pescador tomó con su red una botella de cobre con topón de plomo. La botella contenía
un genio pero el pescador no lo sabía. Él sólo veía una botella un poco extraña. “Quizás
contiene diamantes”, se dijo. Y la abrió.
La puso boca abajo y no salió nada. La paró y entonces vio elevarse desde la boca delgada
una columna de humo, que se intensificó, que adoptó una forma temible y que le dijo al
pescador con una aterradora voz:
-Soy el jefe de los demonios. Me sublevé contra el rey Salomón y él me encerró en esa
botella. ¡Y ahora voy a destruirte!
El pescador, aterrado, se tiró en la arena y gritó:
-¿Vas a destruir al que te ha liberado?
-¡Sí! ¡La violencia es la naturaleza! ¡Y, por mucho que haya vivido inmóvil durante varios
millones de años, he sido creado para destruir!
-¡Pero tú no puedes haber cabido en la botella!- gritó de repente el pescador-¡Es demasiado
estrecha para ti!
-¿Dudas de la palabra del jefe de los demonios?
-No puedo creerte- dijo el pescador.
-¡Pero yo soy capaz de todo! ¡Te lo he dicho!
-¡No puedes- dijo el pescador- entrar en la botella!
¡Fíjate bien- bramó la inmensa criatura.
Y se volvió a convertir en una columna de humo, que ingresó en la botella. El pescador
colocó rápidamente el tapón de plomo (tal astucia es un clásico) y tiró la botella lo más
lejos que pudo en las profundidades del mar.
Pasaron los años y años hasta que, un día, otro pescador, nieto del primero, recogió la
botella. Estaba dispuesto a abrirla cuando recordó una frase de su padre y del padre de su
padre, que decía:”El hombre sólo debe utilizar aquello cuyo uso ha aprendido”. Por su
parte, el genio, despertado por los movimientos de la botella, se había puesto a gritar:
_ ¡Seas quien seas, saca ese tapón y libérame!¡Conozco el secreto de los milagros!
Pero el pescador, que no se fiaba, dejó la botella en una gruta y escaló el acantilado en
busca de un ermitaño que se había establecido allí. Le explicó la situación.
-La frase que procede del padre de tu padre es absolutamente cierta.- dijo el ermitaño.
-Pero no la comprendo- dijo el pescador- ¿Qué haré?
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-¿Sientes deseos de hacer algo?
-Sí, claro. Deseo liberar al genio para que me dé el poder de los milagros o una montaña de
oro o un océano de esmeraldas.
-¿Nunca pensaste- dijo el ermitaño- que quizás el genio no te dé todas esas riquezas que
tanto deseas?
-¿Qué puedo hacer? ¡Dime!
-Pídele al genio una muestra de lo que puede hacer. Busca una forma de salvaguardar esa
muestra y también ponlo a prueba. Busca el conocimiento y no la posesión, porque la
posesión sin el conocimiento es la causa de nuestros problemas.
El joven pescador, agudo e ingenioso, regresó a la gruta, golpeó la botella y oyó la terrible
voz del genio pidiendo liberación inmediata. El joven pescador le contestó:
- He reflexionado. No creo que seas quien dices ser ni creo que poseas los poderes que
dices tener.
-¿No me crees?- Exclamó la voz del genio. - ¿No sabes que soy incapaz de mentir?
-No, no lo sé.
-En tal caso ¿Cómo convencerte?
-Haciéndome una demostración. ¿Puedes ejercer uno de tus poderes a través del cobre de la
botella?
-Sí-dijo el genio- Pero no puedo liberarme a mí mismo.
-Muy bien-dijo el joven- Dame poder para resolver el problema que agita en estos instantes
mi espíritu.
Al instante, por la intervención del genio, el pescador comprendió el profundo significado
de la frase de su padre. Vio la antigua escena de la liberación y captura del genio. Y vio
como podría enseñar a otros las artimañas necesarias para obtener de los genios cualquier
favor. Y también comprendió que no podría tener ni una montaña de oro ni un mar de
esmeraldas. Entonces, agarró la botella y con el mismo gesto que su abuelo, la tiró al mar.
Pasó el resto de su vida enseñando a otros el significado de la frase:”El hombre sólo debe
utilizar aquello cuyo uso ha aprendido”.
La botella de cobre, donde dormita el gran genio, sigue en algún lugar del mar.
Actividades
A partir del primer párrafo contestá:
1- ¿Qué quiere decir el narrador cuando dice que es una “versión” de la historia?
2- El narrador que cuenta esos hechos, ¿se sitúa en el momento en que ellos ocurrieron o en
la actualidad? Respondé considerando los tiempos verbales.
3- ¿Cuándo? ¿Dónde ocurrió? Y ¿Quiénes participaron de la historia?
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4- ¿Qué personaje típico podría decirse que encarnan al pescador y el genio? Uní con
flechas
• El pesador
• El poderoso que es burlado
•El genio
astucia.
• El hombre común que actúa con
5- En los cuentos populares es común una explicación o moraleja. Escribí cuál es la
moraleja en este relato. ¿Te parece que tiene vigencia en la actualidad?¿ En qué situación se
podría aplicar?
6- Ninguno de los títulos podría reemplazar a El genio y el pescador sin contradecir el
contenido de la historia o parcializarlo. Explicá por qué.
•Un padre
daconsejos_____________________________________________________________
•Un genio no tan
genio_____________________________________________________________
•La trasmisión de un conocimiento que
continúa________________________________________
•El conocimiento se pierde
rápidamente_______________________________________________
PERSONAJES ESTEROTÍPICOS
Los personajes de los cuentos populares representan valores morales: La bondad, la
maldad, la inocencia, la astucia, el poder…
Por eso se corresponden a una serie de tipos fijos o estereotipos: el bueno, el malo, el
inocente, el astuto, el poderoso…
Sus nombres son genéricos como: el discípulo, el maestro, el esclavo,…
O comunes en su cultura: Hansel, Gretel, Juan, Pedro,…
O derivados de sus caarterísticas físicas, su profesión: Blancanieves, Caperucita roja, el
panadero,…
23
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.
a) Pensá en un personaje típico, en su vida cotidiana, y en una situación inesperada que
haya alterado su normalidad.
b) Escribí qué decide hacer el personaje ante esta situación inesperada. Para esto tené
en cuenta sus rasgos típicos (si es bueno, si es malo.)
c) Imaginá al menos un elemento que se oponga a que logre el objetivo y otro que lo
ayude.
d) Pensá qué consecuencias tienen las acciones del personaje.
A partir de todos los elementos anteriores, empezá a trabajar en una primera versión de
tu relato. Luego revisalo y dáselo a un compañero para que lo lea y lo comente. Si
es necesario, hacé arreglos antes de pasarlo en limpio.
El texto periodístico
Los diarios y revistas de actualidad tienen como tarea principal informar y conforman la prensa escrita. En
ellos, la información se presenta en forma de textos que, mayormente, son noticias y crónicas.Los textos de
noticias y crónicas, por lo general, van acompañados de elementos que aseguran su comprensión, se llaman
paratexto:
Algunos de estos elementos pueden no estar presentes.
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LA NOTICIA: Es un género periodístico que informa de manera breve y precisa sobre un
hecho actual. Lo hace respondiendo a las preguntas básicas: ¿qué?, ¿quién?, ¿cuándo?,
¿dónde? y ¿cómo?, y las respuestas a esas preguntas se presentan en orden de importancia
sin descripciones detalladas, ni comentarios ni opiniones del redactor.
La organización de la información: Una noticia empieza por lo más importante, que debe
ser incluido en el primer párrafo y debe responder las preguntas básicas. Luego, el tema se
desarrolla de mayor a menor, en cuanto al grado de importancia. Esta técnica se llama
pirámide invertida:
Primer párrafo: se cuentan los hechos respondiendo
las preguntas básicas
Sirve para que el lector se informe sobre un tema en el
primer párrafo sin necesidad de leer toda la noticia,
si no tiene tiempo
Párrafos siguientes: se agregan más
detalles
Párrafo final: cierre
Las características de la noticia: Una noticia tiene rasgos particulares:
Los hechos: Una noticia se basa en hechos noticiables que responden a estos criterios:
 Actualidad: los hechos deben ser recientes
 Novedad: debe tratarse de temas originales
 Veracidad: lo relatado debe haber sucedido realmente, la información debe estar avalada
por una fuente seria y responsable
 Verosimilitud: los hechos deben ser aceptables y creíbles
 Interés masivo: los hechos deben resultar llamativos para el público
La trama y el contenido: La noticia tiene una trama narrativa. Como los cuentos, está
formada por un marco y un suceso con su complicación y resolución. Lo que se cuenta en
ella debe tener:
 Precisión: se deben elegir las palabras exactas. Personas y lugares deben estar
adecuadamente identificados.
 Exhaustividad: la información que se da debe ser completa.
La forma y el punto de vista: Una noticia debe ser breve y concisa. Tiene que estar escrita
con frases cortas, sencillas y con vocabulario de fácil comprensión. En cuanto al punto de
vista, se redacta en tercera persona. Debe ser estrictamente objetiva, no tiene que presentar
lo que el periodista siente u opina del tema.
25
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LA CRÓNICA: Es un género periodístico en el cual se narra cronológicamente algún
hecho actual o actualizado y también se juzga e interpreta lo narrado. El cronista comenta,
amplía y ordena los hechos para informar y orientar al lector.
La organización de la información: Los hechos se presentan en orden cronológico, como
fueron apareciendo en el tiempo. “Crónica” viene del griego “cronos” que significa tiempo.
Distintos tipos textuales: La crónica tiene una trama narrativa. En la noticia sólo se usa el
tipo textual narrativo, pero en la crónica pueden usarse otros:
 Tipo textual narrativo: el cronista narra los hechos que fueron sucediendo
 Tipo textual descriptivo: el cronista caracteriza el ambiente o el paisaje
 Tipo textual dialogal: se presentan testimonios de testigos y especialistas en forma de
discurso directo y entre comillas.
Las evaluaciones: Al contrario de la noticia, en una crónica se pueden introducir
valoraciones personales y opiniones llamadas evaluaciones. En general, aparecen por
medio del uso de ciertos adjetivos y expresiones. Por ejemplo, en una noticia, al referirse al
protagonista de un hecho trágico, se dice “el hombre”. En una crónica, en cambio, se puede
decir “el pobre hombre”.
Diario: La Nación
Fecha de publicación: 17/06/2002
Sección del diario: Crónicas del país (Publicado en Edición impresa)
En La Pampa ocurren muertes misteriosas de ganado vacuno
Lo hallan eviscerado, con cortes limpios.
SANTA ROSA.- Sin explicación, desde hace un mes se suceden, en varios campos de La
Pampa, misteriosas muertes de vacunos, cuyos cuerpos presentan mutilaciones de órganos
practicadas con un procedimiento desconocido que produce cortes cauterizados. Desde el
15 del mes último se contabilizaron 36 casos y nadie pudo determinar aún cómo ni quién
faenó los animales. Los veterinarios que analizaron los cortes quirúrgicos no encuentran
explicación natural y coinciden en que el asunto escapa a sus conocimientos.
El 15 de mayo, en un campo cercano a Macachín, un productor rural halló una vaca muerta
y denunció en la comisaría las extrañas circunstancias que rodeaban el asunto. El
consternado campesino narró que el cuerpo parecía cocinado y presentaba perfectos cortes
en la cabeza, de la que habían sido extraídos los globos oculares, un oído completo, toda la
piel y la musculatura del maxilar, la lengua, el esófago y la tráquea.
También faltaban la ubre y los genitales. Los cortes eran rectos y limpios y las heridas
estaban cauterizadas, "como causadas por un elemento candente", denunció el productor.
Más de 30 casos similares fueron denunciados, sin que nadie pudiese aportar una
explicación lógica. El miércoles último, tres especialistas de la Facultad de Ciencias
26
27
Veterinarias de la Universidad Nacional de La Pampa, de General Pico, realizaron la
autopsia al cuerpo de una vaca muerta en circunstancias similares.
"Buscamos un modelo lógico, un patrón común", explicaron Jorge Dubarri, Abel Herrera y
Alberto Pariani, en el campo de Colonia Lagos, al que llegaron para tomar muestras y
verificar datos.
Dubarri es el coordinador del Laboratorio Regional de Senasa. Coincidió con colegas que
lo precedieron en el estudio de estos casos y habló de "un fenómeno extranatural, porque
escapa a lo que nosotros conocemos, como la actividad de depredadores, abigeos o
cazadores furtivos", dijo.
Según el especialista, lo más importante es "poder acceder desde la ciencia a alguna
conclusión lógica, porque no es serio decir a los productores que es por causa de ataques
extraterrestres".
Es que este fenómeno, que intriga por igual a chacareros, investigadores médicos, policías y
autoridades, ha sido relacionado por los pobladores con avistajes de luces y objetos
extraños en el cielo, lo que les sugiere la hipótesis de objetos voladores no identificados
(OVNI). También circula una versión sobre un engendro de la mitología popular local
llamado chupacabras, que succiona por la fuerza la leche de las vacas.
El caso de una potente luz observada en el cielo es citado por varios vecinos de Toay,
donde el productor Stock Cappella denunció la muerte de dos vacunos en un campo sobre
la ruta provincial 14.
Las extrañas mutilaciones (que comenzaron a principios de mayo, en Salliqueló) suceden
en una amplia superficie que abarca el centro y sudeste de La Pampa. Según el
relevamiento realizado por LA NACION, en un mes se habían sucedido 36 casos: ocho en
General Acha, cinco en Cuchillo Có, cuatro en Jacinto Aráuz, uno en Quehué, dos en Santa
Rosa-Toay, y dieciséis en La Adela, estos últimos pertenecientes todos al mismo productor,
Albino Mences. Es el único caso de matanza colectiva.
Otros veterinarios que han analizado animales mutilados son Juan Manuel Ostertag y Raúl
Noceda, ambos de General Acha, y José Cassavilliani, de La Adela. Los tres coinciden en
que "los casos muestran notables similitudes, como que los animales aparecen con la
cabeza quemada, sin una gota de sangre, y les faltan todos los órganos sensoriales".
Además, las vacas no ofrecen resistencia a los ataques. No se constatan huellas ni indicios
de lucha o desorden en torno del animal.
Flavio
Frangolin
Leé el texto y respondé las preguntas básicas que estructuran a las noticias.
Marcá el esquema de pirámide invertida propio de este texto periodístico señalando los
párrafos.
27
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Escribí un cuento: tomá toda la información de la noticia e inventá personajes y qué causa
las muertes del ganado.
Clases de palabras
Las palabras pueden tener la función de señalar un nombre, calificarlo, indicar su
acción o establecer las circunstancias de esa acción. Así tenemos sustantivos, adjetivos,
verbos y adverbios. El diccionario nos señala a través de abreviaturas cuál es la función de
la palabra. En cuanto a la forma de estas palabras, se las califica de acuerdo al género y
número –en el caso del sustantivo y el adjetivo- o a la persona y número –en el caso del
verbo- o pueden ser invariables como los adverbios.
EL SUSTANTIVO
Clasificación semántica del sustantivo
INDIVIDUAL (árbol)
CONCRETO
COMÚN
COLECTIVO (arboleda) (bosque)
ABSTRACTO (felicidad)
SUSTANTIVO
ANTROPÓNIMO (Rodrigo)
PROPIO
PATRONÍMICO (Rodríguez)
TOPÓNIMO
(Polonia)
28
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Formación de los sustantivos comunes abstractos:
Adjetivo
-dad -ancia -ción -ud -ura
o
+ Sufijo
ABSTRACTO
-ida -encia -sión
Infinitivo
-ada -eza
feliz (adjetivo)
+
= SUSTANTIVO COMÚN
-anza -ez etc.
+ -dad
esperar (infinitivo)
-ía
= (la) felicidad
-anza
= (la) esperanza
Cambiá el número de los siguientes sustantivos:
Té…………….. sofá…………………….diez………………….pies………………..
a…………dos…………café……………….ají……………….alelí………………….
ombú……………………ananás…………………….lunes…………………………
análisis…………………caries……………………..tórax…………………………..
Colocá el artículo correcto:
……sartén …..coliflor …caparazón …….pus ……..maratón ……..apéndice
¿Qué pasó?
La cura el cura
El frente la frente
La pendiente el pendiente
La cólera el cólera
El parte la parte
………………………………………………………………………………………
Formá el femenino de los siguientes sustantivos:
29
30
TIGRE………………
CABALLO………………… YERNO………………
TORO………………..
BARÓN………………….
ACTOR…………………
JOCKEY………………… NADADOR………………… POETA………………..
El adjetivo
Modifican al sustantivo por eso concuerdan en género y número con él.
Se dividen en dos grandes grupos CONNOTATIVOS (descriptivos) y NO
CONNOTATIVOS (no descriptivos).
ADJETIVOS CONNOTATIVOS: tienen significado fijo y señalan cualidades o
características del sustantivo.
CALIFICATIVOS
Niña inteligente
Expresan cualidades referidas al sustantivo al que modifican.
Dentro del grupo de adjetivos calificativos están los epítetos.
Estos adjetivos indican una cualidad propia del sustantivo
Hielo frío
que modifican.
NUMERALES
Modifican al sustantivo indicando cantidad y número
exacto. Se clasifican en:
- Cardinales : expresan número
Tresjuguetes
- Ordinales: expresan orden
Primer tomo
- Múltiplos: indican orden
Doble
ración
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- Partitivos: indican división
litro
- Distributivos: indican distribución
regalos
Medio
Sendos
GENTILICIOS
Indican lugar de origen o procedencia
Reloj japonés / Carne
argentina
ADJETIVOS NO CONNOTATIVOS: no expresan ninguna característica del objeto al que
se refieren.
*DEMOSTRATIVOS
Hacen referencia al lugar con respecto a las Aquella casa
personas gramaticales: este, ese, aquel, etc.
Esos
hombres
*POSESIVOS
Indican pertenencia al mismo tiempo que
hacen referencia a las personas gramaticales
Mi lápiz,
casa suya
*INDEFINIDOS
Acompañan al sustantivo haciendo referencia
Cierto día
de una manera vaga e imprecisa: varios, un, unos,
Varios
temas
tanto, diversos, bastante, etc.
ARTÍCULO
Modifican al sustantivo: la, las, el, los.
La cáscara
EJERCITAMOS
Completá y clasificá los adjetivos
Aviso clasificado
Vendo adorable estudiante de la Raggio: responsable,
estudioso,…………………………………………………….
Edad:
Altura:
Estado civil:
Nacionalidad:
Nivel de educación:
Religión:
¿Qué tipo textual predomina?
………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………..
Leamos el cuento
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Viejo con árbol
De Roberto Fontanarrosa
A un costado de la cancha había yuyales y, más allá, el terraplén del ferrocarril. Al otro
costado, descampado y un árbol bastante miserable. Después las otras dos canchas, la chica
y la principal. Y ahí, debajo de ese árbol, solía ubicarse el viejo.
Había aparecido unos cuantos partidos atrás, casi al comienzo del campeonato, con su
gorra, la campera gris algo raída, la camisa blanca cerrada hasta el cuello y la radio
portátil en la mano. Jubilado seguramente, no tendría nada que hacer los sábados por la
tarde y se acercaba al complejo para ver los partidos de la Liga. Los muchachos primero
pensaron que sería casualidad, pero al tercer sábado en que lo vieron junto al lateral ya
pasaron a considerarlo hinchada propia. Porque el viejo bien podía ir a ver los otros dos
partidos que se jugaban a la misma hora en las canchas de al lado, pero se quedaba ahí,
debajo del árbol, siguiéndolos a ellos.
Era el único hincha legítimo que tenían, al margen de algunos pibes chiquitos; el hijo de
Norberto, los dos de Gaona, el sobrino del Mosca, que desembarcaban en el predio con las
mayores y corrían a meterse entre los cañaverales apenas bajaban de los autos.
—Ojo con la vía - alertaba siempre Jorge mientras se cambiaban.
—No pasan trenes, casi - tranquilizaba Norberto. Y era verdad, o pasaba uno cada muerte
de obispo, lentamente y metiendo ruido.
—¿No vino la hinchada? - ya preguntaban todos al llegar nomás, buscando al viejo - ¿No
vino la barra brava?
Y se reían. Pero el viejo no faltaba desde hacía varios sábados, firme debajo del árbol, casi
elegante, con un cierto refinamiento en su postura erguida, la mano derecha en alto
sosteniendo la radio minúscula, como quien sostiene un ramo de flores. Nadie lo conocía,
no era amigo de ninguno de los muchachos.
—La vieja no lo debe soportar en la casa y lo manda para acá, bromeó alguno.
—Por ahí es amigo del referí —dijo otro. Pero sabían que el viejo hinchaba para ellos de
alguna manera, moderadamente, porque lo habían visto aplaudir un par de partidos atrás,
cuando le ganaron a “Olimpia Seniors”.
Y ahí, debajo del árbol, fue a tirarse el Soda cuando decidió dejarle su lugar a Eduardo, que
estaba de suplente, al sentir que no daba más por el calor. Era verano y ese horario para
jugar era una locura. Casi las tres de la tarde y el viejo ahí, fiel, a unos metros, mirando el
partido. Cuando Eduardo entró a la cancha —casi a desgano, aprovechando para
32
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desperezarse— cuando levantó el brazo pidiéndole permiso al referí, el Soda se derrumbó a
la sombra del arbolito y quedó bastante cerca, como nunca lo había estado: el viejo no
había cruzado jamás una palabra con nadie del equipo.
El Soda pudo apreciar entonces que tendría unos setenta años, era flaquito, bastante alto,
pulcro y con sombra de barba. Escuchaba la radio con un auricular y en la otra mano
sostenía un cigarrillo con plácida distinción.
—¿Está escuchando a Central Córdoba, maestro? —medio le gritó el Soda cuando recuperó
el aliento, pero siempre recostado en el piso. El viejo giró para mirarlo. Negó con la cabeza
y se quitó el auricular de la oreja.
—No - sonrió. Y pareció que la cosa quedaba ahí. El viejo volvió a mirar el partido, que
estaba áspero y empatado. – Música- dijo después, mirándolo de nuevo.
-- Algún tanguito? —probó el Soda.
—Un concierto. Hay un buen programa de música clásica a esta hora.
El Soda frunció el entrecejo. Ya tenía una buena anécdota para contarles a los muchachos y
la cosa venía lo suficientemente interesante como para continuarla. Se levantó resoplando,
se bajó las medias y caminó despacio hasta pararse al lado del viejo.
—Pero le gusta el fútbol —le dijo—. Por lo que veo.
El viejo aprobó enérgicamente con la cabeza, sin dejar de mirar el curso de la pelota, que
iba y venía por el aire, rabiosa.
—Lo he jugado. Y, además, está muy emparentado con el arte —dictaminó después—.
Muy emparentado.
El Soda lo miró, curioso. Sabía que seguiría hablando, y esperó.
—Mire usted nuestro arquero —efectivamente el viejo señaló a De León, que estudiaba el
partido desde su arco, las manos en la cintura, todo un costado de la camiseta cubierto de
tierra—. La continuidad de la nariz con la frente. La expansión pectoral. La curvatura de los
muslos. La tensión en los dorsales —se quedó un momento en silencio, como para que el
Soda apreciara aquello que él le mostraba—. Bueno... Eso, eso es la escultura...
El Soda adelantó la mandíbula y osciló levemente la cabeza, aprobando dubitativo.
—Vea usted —el viejo señaló ahora hacia el arco contrario, al que estaba por llegar un
córner— el relumbrón intenso de las camisetas nuestras, amarillo cadmio y una veladura
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naranja por el sudor. El contraste con el azul de Prusia de las camisetas rivales, el casi
violeta cardenalicio que asume también ese azul por la transpiración, los vivos blancos
como trazos alocados. Las manchas ágiles ocres, pardas y sepias y Siena de los muslos,
vivaces, dignas de un Bacon. Entrecierre los ojos y aprécielo así... Bueno... Eso, eso es la
pintura.
Aún estaba el Soda con los ojos entrecerrados cuando al viejo arreció.
—Observe, observe usted esa carrera intensa entre el delantero de ellos y el cuatro nuestro.
El salto al unísono, el giro en el aire, la voltereta elástica, el braceo amplio en busca del
equilibrio... Bueno... Eso, eso es la danza...
El Soda procuraba estimular sus sentidos, pero sólo veía que los rivales se venían con todo,
porfiados, y que la pelota no se alejaba del área defendida por De León.
—Y escuche usted, escuche usted... —lo acicateó el viejo, curvando con una mano el
pabellón de la misma oreja donde había tenido el auricular de la radio y entusiasmado tal
vez al encontrar, por fin, un interlocutor válido—... la percusión grave de la pelota cuando
bota contra el piso, el chasquido de la suela de los botines sobre el césped, el fuelle quedo
de la respiración agitada, el coro desparejo de los gritos, las órdenes, los alertas, los insultos
de los muchachos y el pitazo agudo del referí... Bueno... Eso, eso es la música...
El Soda aprobó con la cabeza. Los muchachos no iban a creerle cuando él les contara
aquella charla insólita con el viejo, luego del partido, si es que les quedaba algo de ánimo,
porque la derrota se cernía sobre ellos como un ave oscura e implacable.
—Y vea usted a ese delantero... —señaló ahora el viejo, casi metiéndose en la cancha, algo
más alterado—... ese delantero de ellos que se revuelca por el suelo como si lo hubiese
picado una tarántula, mesándose exageradamente los cabellos, distorsionando el rostro,
bramando falsamente de dolor, reclamando histriónicamente justicia... Bueno... Eso, eso es
el teatro.
El Soda se tomó la cabeza.
—¿Qué cobró? —balbuceó indignado.
—¿Cobró penal? —abrió los ojos el viejo, incrédulo. Dio un paso al frente, metiéndose
apenas en la cancha—. ¿Qué cobrás? —gritó después, desaforado—. ¿Qué cobrás, referí y
la reputísima madre que te parió?
El Soda lo miró atónito. Ante el grito del viejo parecía haberse olvidado repentinamente del
penal injusto, de la derrota inminente y del mismo calor. El viejo estaba lívido mirando al
área, pero enseguida se volvió hacia el Soda tratando de recomponerse, algo confuso,
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incómodo.
—...¿Y eso? —se atrevió a preguntarle el Soda, señalándolo.
—Y eso... —vaciló el viejo, tocándose levemente la gorra—...Eso es el fútbol.
12345-
Marcá algunos adjetivos y clasificalos.
¿Qué tipo textual predomina?
Marcá otros tipos textuales (subordinados) que encuentres en el cuento.
¿Qué personaje evoluciona en el cuento?
¿Cuál es el interés de Soda en el viejo?
Preposiciones
Las Preposiciones son palabras que tienen la función de relacionar palabras o
grupos de palabras. Las preposiciones son:

A, ante, bajo cabe, con, contra, de, desde, durante, en, entre, hacia,
hasta, mediante, para, por, según, sin, so, sobre, tras.
Se conocen como Locuciones preposicionales a algunos grupos de palabras
que funcionan como preposiciones. Por ejemplo:
Debajo de, detrás de, enfrente de, en medio de, en contra de, encima de, de
acuerdo con, junto a, ..
Copiá todas las preposiciones y locuciones preposicionales que encuentres en el
segundo párrafo marcado del texto anterior.
ADVERBIOS
El adverbio es una palabra invariable, esto quiere decir que no sufre accidentes
morfològicos (género y número).
Sin embargo, algunos adverbios varían para formar diminutivos y superlativos. Para
formarlos se utilizan los sufijos –ito/-itae –ísimo/-ísima respectivamente.
35
36
Ejemplos: - poco --- poquito --- poquísimo
- cerca --- cerquita
Los adverbios pueden cumplir las siguientes funciones:
Modifica el sentido de un verbo: En este caso, el adverbio tendrá un papel de
complemento circunstancial de tiempo, lugar, modo, etc. Como todo complemento
circunstancial, el adverbio que modifica el verbo no tiene un lugar fijo, pero suele situarse
generalmente detrás del verbo.
Modifica el sentido de un adjetivo: Los adverbios que modifican un adjetivo son sobre
todo adverbios que expresan la cantidad o la intensidad, siendo su función sintáctica la de
Modificador Directo. Y en este caso, el adverbio se sitúa casi siempre delante del adjetivo.
Modifica el sentido de un adverbio: Un adverbio puede modificar o precisar el sentido de
otro adverbio. El adverbio se coloca delante del adverbio del cual modifica el sentido,
cumple por lo tanto, la función sintáctica de Modificador Directo.
Modifica laposición del que habla: En este caso, el adverbio modifica a toda la oración,
sirve para expresar una opinión sobre lo que se dice. Ejemplo: Afortunadamente, no tengo
problemas de salud.
A continuación, te presentamos un cuadro con las diferentes funciones que puede
cumplir un adverbio:
Modifica a un Verbo
¡Manejá despacio!
C. Modo
Modifica a un Adverbio
Modifica a un Adjetivo
Ellos están bastante cansados
M. D. N
No comprendemos demasiado bien
sus
M.D.
____P.S.O________
N
___C. Modo___
explicaciones
Hoy volveré tarde
C. Tiemp C. Tiempo
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Según su aspecto semántico (significado), los adverbios pueden clasificarse de la siguiente
manera:
ADVERBIOS DE LUGAR
aquí, acá, ahí, allí, allá, cerca, lejos, arriba,
abajo, encima, adelante, atrás, alrededor,
afuera, adentro, delante, debajo, fuera,
detrás, dentro, etc.
ADVERBIOS DE TIEMPO
antes, ahora, ayer, anteayer, hoy, mañana,
después, pronto, aún, luego, ya, temprano,
tarde, entonces, siempre, nunca, jamás,
etc.
ADVERBIOS DE CANTIDAD
ADVERBIOS DE MODO
Más, menos, mucho, muy, poco, bastante,
demasiado, apenas, tanto, tan, etc.
Bien, mal, así, mejor, peor, despacio,
rápido, deprisa. También son de modo la
mayoría de los adverbios derivados de
adjetivos a los que se les agrega el sufijo
– mente.
ADVERBIOS DE DUDA
acaso,
quizá,
quizás,
tal
posiblemente, probablemente, etc.
ADVERBIOS DE AFIRMACIÓN
sí,
claro,
efectivamente,
seguramente, ciertamente, etc.
ADVERBIOS DE NEGACIÓN
No, tampoco, nunca, jamás, etc.
vez,
también,
Las Locuciones adverbiales son expresiones formadas por grupos de palabras que
equivalen a un solo adverbio. Algunos ejemplos:
Locucionesadverbiales
Lugar
Al otro lado, desde lejos, de cerca, en alto,
por encima…
Tiempo
De vez en cuando, a última hora, al
instante, en cuanto…
Modo
al revés, a traición, de veras, a ciegas…
Cantidad
Más o menos, como máximo, por poco, en
nada, a mansalva, a cántaros…
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Afirmación
Sin duda, desde luego, en efecto, por
supuesto
Negación
Ni por casualidad, en mi vida, nunca
jamás…
Duda
A lo mejor, sin duda, tal vez
• Sopa de Adverbios. Buscá en todas las direcciones 10 adverbios.
S
R
J
H
D
N
U
N
C
A
L
P
L
Á
C
G
A
H
O
R
A
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L
B
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L
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S
K
M
R
O
C
O
P
Í
S
A
C
Á
V
I
G
L
B
S
Á
M
A
J
•Escribí todos los adverbios del texto en la columna correspondiente.
Lugar
Tiempo
Modo
Cantidad
Afirmación
Negación
Duda
Muchos alumnos siempre miran aquí y allá mientras explico la lección. Los que están más
cerca procuran moverse despacio. Los que se sientan detrás siempre hacen ruido y nunca
parecen estarse quietos. Yo quiero que comprendan que solamente ellos pueden decidir si
quieren aprovechar el tiempo o no. Efectivamente, creo que eso es lo más importante que
pueden aprender. Quizá un día me den las gracias.
•Uní cada adverbio con su correspondiente tipo:
Delante
lugar
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después
lugar
bien
modo
espontáneamente
afirmación
sí
tiempo
jamás
modo
menos
duda
cerca
tiempo
acaso
cantidad
aún
negación
•Completá la secuencia como la presentamos a continuación: adjetivo + sustantivo +
adverbio terminado en –mente.
Adjetivos
Sustantivo
Hábil
Habilidad
Rápido
Rapidez
Lento
Lentitud
Amable
Amabilidad
Posible
Posibilidad
Ligero
Ligereza
Satisfactorio
Satisfacción
Feroz
Ferocidad
Adverbioen -mente
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Próximo
Proximidad
Inteligente
Inteligencia
Independiente
Independencia
Paciente
Paciencia
Prudente
Prudencia
•Locuciones adverbiales. Hay, a continuación, una lista de locuciones adverbiales con sus
definiciones, pero éstas están desordenadas. Uní cada una con su significado.
En absoluto
En un instante, en brevísimo tiempo
Por anticipado
Con mucho gusto, de muy buena voluntad
De mil amores
De ningún modo.
Por añadidura
Con antelación, anticipadamente
En breve
De improviso y sin preparación.
A posteriori
Además
A priori
Después de examinar el asunto de que se trata.
.
Verbos
-ar pertenecen a la 1ra. Conjugación AMAR
La conjugación: Los verbos terminados en
-ir pertenecen a la 3ra. Conjugación
-er pertenecen a la 2da. Conjugación TEMER
PARTIR
Las personas:
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1ra. persona del singular: yo
1ra. persona del plural: nosotros
2da. persona del singular: tú/ vos
2da. persona del plural: vosotros/ ustedes
3ra. persona del singular: él/ usted
3ra. persona del plural: ellos
Usos del Presente
Además de indicar una acción realizada en tiempo presente podemos incorporar otros usos
que los hablantes llevan a cabo en la utilización cotidiana y concreta de la lengua.
PRESENTE ATEMPORAL: como su nombre lo indica, si bien el verbo está en presente,
no implica una acción realizada en la actualidad sino que trasciende la temporalidad. Se
encuentra en refranes, máximas, moralejas, etc.
A caballo regalado, no se le miran los dientes.
En boca cerrada no entran moscas.
El que mal anda, mal acaba.
Las apariencias no importan (En La Princesa y el sapo)
PRESENTE HABITUAL: indican acciones que se realizan con cotidianeidad. Suelen llevar
adverbios del tipo: normalmente, generalmente, habitualmente, etc. o construcciones
similares.
Todos los días desayuno café con leche y tostadas.
PRESENTE CON VALOR DE FUTURO: en Argentina es común utilizar la perífrasis de
futuro en vez del modo verbal. Vale decir, preferimos decir: El fin de semana, voy a ir al
cine por iré al cine.
PRESENTE HISTÓRICO: se usa para acercar hechos del pasado en las narraciones.
Colón descubre América en 1492.
PRESENTE DRAMÁTICO: es el usado en escaletas y argumentos de guiones.
PRESENTE EXPLICATIVO: se utiliza para exponer o explicar un tema.
PRESENTE DE LA ENUNCIACIÓN: indica la voz del narrador en la obra, ya sea para
evaluar o tomar partido, por ejemplo en Cuento de horror de Denevi oEl cautivo de
Borges, también los diálogos introducen el presente de la enunciación.
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Cuento de horror
Marco Denevi
Voz del narrador
La señora Smithson, de Londres (estas historias siempre ocurren entre ingleses)
resolvió matar a su marido, no por nada sino porque estaba harta de él después de cincuenta
años de matrimonio. Se lo dijo:
-Thaddeus, voy a matarte.
-Bromeas, Euphemia -se rio el infeliz.
-¿Cuándo he bromeado yo?
-Nunca, es verdad. Diálogo
-¿Por qué habría de bromear ahora y justamente en un asunto tan serio?
-¿Y cómo me matarás? -siguió riendo ThaddeusSmithson.
-Todavía no lo sé. Quizá poniéndote todos los días una pequeña dosis de arsénico en la
comida. Quizás aflojando una pieza en el motor del automóvil. O te haré rodar por la
escalera, aprovecharé cuando estés dormido para aplastarte el cráneo con un candelabro de
plata, conectaré a la bañera un cable de electricidad. Ya veremos.
El señor Smithson comprendió que su mujer no bromeaba. Perdió el sueño y el apetito.
Enfermó del corazón, del sisema nervioso y de la cabeza. Seis meses después falleció.
EuphemiaSmithson, que era una mujer piadosa, le agradeció a Dios haberla librado de ser
una asesina.
1234-
¿Explicá la variación texto de los tiempos verbales?
Elegí un verbo en primer plano y otro en segundo.
¿Por qué se tilda sé, cráneo, haré, automóvil y habría?
Explicá el final del cuento.
Aplicamos todo lo aprendido
Reponé los verbos (Ojo, la gran mayoría va en pasado) ¿Qué usos del presente
aparece?
(George LoringFrost. "Un creyente", en Memorabilia).
"Al caer la tarde, dos desconocidos se encuentranen los oscuros corredores de una galería
de cuadros. Con un ligero escalofrío, uno de ellos dijo:
-Este lugar ……(ser) siniestro. ¿Usted …….(creer) en fantasmas?
-Yo no -…………(responder) el otro-. ¿Y usted?
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-Yo sí -……..(decir)el primero y ………….(desaparecer).
Fábula
Estando un labrador muy cercano a la muerte, …………..(llamar) a sus hijos, y les
…………(decir) que cuantos bienes …………-(poseer) los…………(dejar) en la viña de
su propiedad, y que así, cuando quisiesen partirlos entre ellos, sólo en la viña ……..(deber)
buscarlos, que allí los ……….. (hallar)
Después de haber fallecido el padre, se …….. (ir) los hijos a la viña a buscar los
referidos bienes, pero por más que ……. …(cavar)con mucho afán, creyendo encontrar un
tesoro, nada ………….
(encontrar). No obstante, como la viña ……..(ser) muy cavada,
……………(dar) muchos frutos aquel año, y al repartirlos entre sí, ………. (decir) uno de
ellos:
-Indudablemente el tesoro que nuestro padre nos dejó ………(ser) los frutos de esta
viña.
El trabajo …………(ser) el verdadero tesoro del hombre.
Tiempos de la narración
¡A no usar siempre los
mismos tiempos!
Algunos usos del pasado
En las narraciones los tiempos verbales que predominan son los del pasado (Ojo hay
excepciones como las escaletas en las que se usa el presente dramático) Se narra
generalmente en pasado porque se cuenta algo ya sucedido.
Pretérito perfecto simple: acciones en primer plano. Por ejemplo: corrió, nació. Indica una
acción acabada.
Pretérito imperfecto: ubica las acciones como un telón de fondo. Hay una continuidad en
los hechos. Son acciones en segundo plano. Por ejemplo: corría, nacía, cantaba.
Marcá los verbos en primer y segundo plano.
El hombre entró al bar. Miró a los parroquianos que seguían comiendo. Se acercó a la
cajera, la apuntó con su arma, sustrajo el dinero y huyó.
Dentro del pasado hay una gradación que indica anterioridad y posterioridad a un hecho
pasado.
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Pluscuamperfecto: indica el pasado dentro del pasado. Marca anterioridad con respecto a
acciones que están en primer plano.
Un avaro encontró una olla llena de oro en su jardín. Decidió esconderla. Un día fue a
desenterrarla y no la encontró, se desesperó al ver que lo habían robado.
Fíjense que es una acción anterior (“más vieja”) a “desesperó”.
Pretérito anterior: indica una acción terminada inmediatamente antes a otras en pasado.
Suele llevar: apenas, en cuanto, cuando…
Apenas hubo concluido su castillo de arena, comenzó a llover.
Reponé los verbos conjugados que están abajo en orden.
Una tarde cuando Júpiter ……….. el cielo, ………….. a una doncella bellísima y la pasión
………. de él. Ella ………. frente a una fuente vestida como las seguidoras de Diana,
entonces el todopoderoso, ……….., ………… la apariencia de la diosa y le ……….. a la
que ……….. su atención. Apenas ……….. una sonrisa, ………. tal cual …………. y
……….. amorosamente.
De esa unión …….. el niño Arcas. Cuando más tarde Juno (esposa del dios) ………. que
Calisto ………. a un hijo de Júpiter, ……. en ira y la ……….. en una osa.
La joven ………. abandonar su casa e internarse en los bosques.
Muchos años después, ………. a la casa donde ……….. Mientras ………. la zona,………..
a su hijo vestido de cazador. Pero en ese instante, Júpiter que ……….. la tierra, ………… a
salvar a su antigua amante. ……… de ellos y los ……….. en dos estrellas (la osa mayor y
la osa menor).
Sin embargo, cuando Juno ……… , ofendía ……… al anciano Océano que les prohibiera
descender hasta el mar como lo hacen las demás constelaciones. Es por eso que estas son
las únicas estrellas que nunca se sitúan por debajo del horizonte.
Verbos: recorrer, observar, apoderarse, estar, bajar, tomar, hablar, capturar, conseguir,
mostrarse, ser, unirse, nacer, saber, dar a luz, estallar, transformar, deber, volver, vivir,
recorrer, reconocer, observar, correr, apoderarse, convertir, enterarse, pedir.
1. Completá los verbos que faltan, utilizando el tiempo en perfecto simple o imperfecto
según convenga.
La leyenda urbana más conocida
Si eres internauta desde hace tiempo, probablemente has oído hablar alguna vez de Craig
Shergold. Su nombre está ligado a las leyendas urbanas que recorren la red. Todo ________
(COMENZAR) hace unos quince años. Un niño de siete años que ________ (VIVIR) en
Londres ________ (PADECER) un cáncer terminal que ________ (IR) a acabar con su
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vida. El muchacho ________ (EXPRESAR) su deseo de recibir postales de ánimo que le
ayudaran a luchar contra la enfermedad. Los periódicos locales ________ (Comentar) eco
de la noticia. Incluso ________ (APARECER) en la radio y la televisión. La gran difusión
que alcanzó esta noticia no ________ (TARDAR) en originar grandes cambios en el
mensaje original. Pronto ya no se trataba de tarjetas de ánimo para un niño enfermo, sino
que ________ (DECIRSE) que el desgraciado Craig ________ (DESEAR) entrar en el
libro de los Guinness como el poseedor de la colección de postales más grande del mundo.
De hecho en la edición de 1992 del Libro Guinness ________ (APARECER) Craig
Shergold como poseedor de una colección de 33 millones de postales.
La historia ________ (ADQUIRIR) vida propia. ________ (EMPEZAR) a ser enviada a
empresas con la petición de que enviarán a Craig sus tarjetas comerciales (y no postales,
como Craig ________ [DESEAR]) e indicando que se hiciese llegar el mensaje a otras diez
empresas. Hace unos años alguien ________ (ALTERAR) la cadena y ________ (PEDIR)
que las tarjetas se enviasen a la Fundación "Make-a-Wish" destinada a cumplir los últimos
deseos de enfermos terminales. Entonces esta fundación ________ (COMENZAR) a recibir
centenares de postales y de tarjetas comerciales que ________ (COLAPSAR) sus
instalaciones e ________ (IMPEDIR) trabajar eficazmente a sus colaboradores.
Hoy en día la oficina de correos de las afueras de Londres cercana al domicilio de Craig
Shergold continúa recibiendo sacas enteras de postales que se envían directamente a un
planta de reciclaje o a coleccionistas. Entre tanto en 1991 el joven Craig ________ (SER)
operado de su tumor con éxito y hoy cuenta con algo más de veinte años.
Contestá a las siguientes preguntas sobre el texto:
1. ¿Cuál era el deseo de Craig? ¿Por qué tenía ese deseo?
2. ¿Cómo empezó a difundirse la noticia?
3. ¿En qué terminó derivando?
4. ¿Cómo se alteró la cadena?
5. ¿Qué consecuencias tuvo esa alteración?
6. ¿Qué pasó al final con Craig?
7. ¿Oíste alguna historia parecida a esta antes? ¿Participaste alguna vez en una cadena
como ésta?

Marcá en el texto ocho verbos en pretérito perfecto simple y tres en pretérito
imperfecto.
A la siguiente historia le falta un desenlace. Pensá cómo sigue la historia y cómo termina, y
escribilo:
Mi tía Luisa trabaja de cajera en unos grandes almacenes. Una compañera suya de trabajo
tiene un primo en Madrid, cuyo hijo comparte clase con un chico llamado Antonio.Este
chico vivió una historia apasionante que tiene todos los ingredientes para convertirse en una
leyenda
urbana.
Antonio había tenido por la mañana el último examen de las pruebas de ingreso a la
Universidad. Cuando sus padres le preguntaron cómo le había ido, respondió que todo
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había salido a pedir de boca y que probablemente conseguiría el tan deseado ingreso en
Fisioterapia.
Todo iba muy bien. Además de haber pasado la época de exámenes, Nuria, esa misteriosa e
imponente chica de la última fila, le había pedido su teléfono el día anterior. Le dijo que
quería celebrar con él su éxito en los exámenes. Pero a media tarde, cuando faltaban dos
horas para su cita con Nuria, Antonio notó un intenso dolor de cabeza y empezó a tener
sueño. Era normal después de los esfuerzos del estudio. Decidió meterse a la cama y poner
el despertador para las siete de la tarde. Su cita con Nuria era a las ocho.
Cuando sonó el despertador, Antonio no sabía dónde estaba, ni si era de noche o de día,
pero de repente se acordó. "Maldita sea, me encuentro con Nuria a las ocho y no voy a
llegar", se dijo. Intentó llamar a Nuria, pero recordó que no tenía su número de teléfono. Le
seguía doliendo la cabeza y estaba más dormido que despierto. Como no había tiempo para
andarse con medias tintas, decidió adoptar una solución drástica. Un día, su amigo
Fernando, que es hijo de farmacéutico, comentó que una aspirina efervescente en una coca
cola resucita a los muertos y da fuerzas para toda la noche aunque antes estés muy cansado.
Nunca lo había probado, porque Laura, que es la cerebrito de la clase, dijo que es sabido
que esa combinación reacciona en el intestino grueso y tiene consecuencias fatales. Pero
ese día Antonio tomó una aspirina efervescente, la echó en una coca cola, se la bebió de un
trago y ...
Juego: “Teléfono descompuesto” Comenzá un rumor, inventá una frase y pasala
rápidamente al oído de tu compañero de la derecha, y así sucesivamente hasta llegar al
último estudiante. Éste deberá decir en voz alta lo que ha entendido; el primero repite la
frase original y se comparan lo que han entendido, para determinar en qué momento
comenzó a distorsionarse la frase.
Más pasado.
Pretérito Imperfecto (No finalizada)
__|____|_________|__________|_____________________________|
Presente
Pretérito Perfecto Simple (Finalizada)
Pretérito Pluscuamperfecto (Pasado anterior al Pretérito perfecto simple)
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SUJETO
IMPERFECTO DE
INDICATIVO DEL VERBO
"HABER"
+
PARTICIPIO PASADO
(yo)
había -AR → -ado
-ER / -IR → -ido
(vos)
habías
(él, ella, usted)
había
(nosotros, nosotras)
habíamos
(ellos, ellas, ustedes)
habían
•Expresa una acción terminada y anterior a otra acción.
Ejemplos:Los vigilantes del museo no se dieron cuenta inmediatamente que durante la
noche habían robadovarios cuadros famosos.
(Pretérito pluscuamperfecto)
No fui al cine porque ya había visto esa película.(Pretérito pluscuamperfecto)
Contestá a las preguntas utilizando el pretérito pluscuamperfecto de otro verbo.
Cuando Romeo vio a Julieta en la tumba, se mató. ¿Por qué? ¿Qué creía?
_______________________________________________________________
Busqué mis llaves por todas partes, pero no la encontré. ¿Sabes por qué?
_______________________________________________________________
Carmen quería comprar entradas para el cine, pero cuando llegó a la taquilla ya no quedaban
entradas. ¿Por qué no pudo ver la película?
_______________________________________________________________
•Cuando digo algo que otra persona ha dicho, necesito el pretérito pluscuamperfecto.
Ejemplo: “Hice toda la tarea” Juana comentó quehabía hecho la tarea
Pret. Perf. SimplePret. Pluscuamperfecto
Completá estas oraciones.
“La moto se rompió” Me dijo que________ (romperse) la moto
“Pedro estuvo un año en Brasil” Explicó que Pedro ________ (estar) un año en Brasil
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“Ayer fuimos a una exposición” Me contaron que _______ (ir, ellos) a una exposición.
“Hice todo lo posible” Me confirmó que _______ (hacer, él) todo lo posible
Inventá una historia a partir de estos samuráis. Usá estas preguntas para crear el texto
¿Dónde habían estado antes de esta batalla? ¿Para qué habían ido? ¿Con quién se
habían encontrado? ¿Qué les había pasado para enfrentarse ahora?
Especies Narrativas
CUENTO: es una narración breve con una trama clara. Se desarrolla un solo conflicto con
pocos personajes.
NOVELA: es más extensa que el cuento, por eso, consta de capítulos. Hay un conflicto
principal y otros secundarios, que se entrelazan en la trama principal. Posee más personajes
que tienen sus propias historias y se combinan con la del o los personajes principales.
En resumen, hay más cantidad de personajes, espacios y conflictos. La extensión permite el
análisis sicológico de los personajes, alterar el orden cronológico, etc.
NOVELA CORTA (nouvelle): se trata de una clase fronteriza entre el cuento y la novela
porque tiene menor extensión que la novela tradicional.
ESTRUCTURA NARRATIVA
MARCO: personaje, tiempo y lugar.
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EPISODIO
SUCESO: situación inicial, complicación y resolución.
Esta estructura se encadena a lo largo de la obra. Por lo tanto, podemos encontrar micro
episodios y un episodio macro que engloba toda la obra. Estamos ante un nuevo micro
episodio cuando varía algún elemento del marco.
Apliquemos la teoría.
Marcá el episodio macro y los micros que se encadenan para conformar la obra.
El pozo
Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años. Fue una de esas tragedias familiares que
solo alivian el tiempo y circunstancia de la familia numerosa. Veinte años después mi hermano Eloy
sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse. En el caldero descubrió
una pequeña botella con un papel en el interior. “Este es un mundo como cualquiera”, decía el
mensaje.
Determiná el episodio principal de este romance (no olvides que se trata de una poesía
narrativa)
ROMANCE DE LA CANOA Y EL RÍO (Elsa Bornemann)
Cuentan que era blanca
y que amaba al río
y que él la esperaba
de tarde, a las cinco.
Ella, una canoa,
él, un verde río…
Ella, de madera,
él de junco y brillo.
Cuentan que se amaban
tal como dos niños
y que en cada cita
espiaba un grillo.
Ella, con sus brazos
de remos antiguos,
-dulce- acariciaba
su cara de vidrio.
Y él, con sus labios
de agua –muy tibios-
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50
toda
canoa
la
Elrelato maravilloso corresponde a las fábulas y
los cuentos de hadas: son habitados por seres
maravillosos, clásicos o inventados, y que
generalmente tienen algún tipo de intención
moralizante. En el pasado se correspondía con la
tradición oral y el autor es anónimo.
En un mundo como el nuestro,
en una realidad como la que
vivimos todos los días, de
pronto sucede un
acontecimiento que quiebra
esta realidad y al que no
podemos darle una
explicación. Aparecen hechos
sobrenaturales que dejan una
duda (vacilación) entre una
explicación racional y una
explicación fantástica tanto al
protagonista como al lector.
besaba a las cinco.
Cuentan que una tarde
de color ladrillo
la canoa blanca
no vino… no vino…
Loco de tristeza
La llamaba el río:
a toda la costa
salpicó su grito…
¡Ay! que sin oírlo
un pescadorcito
la canoa blanca
llevó hacia otro río.
Cuentan que a las tardes
-cuando dan las cincolos labios de agua
se ponen muy fríos:
buscan la canoa…
sus remos antiguos…
La lloran los sauces
y la extraña el grillo.
¿Qué es personificación? ¿Cómo se ve en el poema de Bornemann?
Subgéneros Literarios
50
51
El mundo que plantea la ciencia ficción es una
proyección del mundo actual en el futuro. Un
elemento indispensable de este género es la
especulación científica. Aparece la tecnología, en
un mundo computarizado que se relaciona con el
futuro.
Relata hechos VEROSÍMILES,
es decir, hechos que podrían
llegar a ocurrir (aunque en la
realidad no hayan ocurrido).
Biografías
En la enciclopedia puedes encontrar nombres y descripciones de lugares (países, ciudades,
ríos, montañas, mares) y también nombres de personajes famosos de la historia
acompañados de una breve biografía, donde se cuentan las acciones más importantes que
llevó a cabo ese personaje, dónde y cuándo.
Tsin-Chi-Hoang-Ti. fue Emperador de China. Heredó uno de los siete reinos en que
entonces se dividía el Imperio, venció a todos los príncipes rivales y extendió su poder a
todo el país. Los sabios combatieron al mandatario. El emperador indignado mandó
destruir todos los libros antiguos. Construyó la Gran Muralla para que todo hombre que
viviera en la tierra recordar su nombre y su imperio. Vivió de 259 a210 a. de J.C.*
* La biografía de Tsin-Chi-Hoang-Ti se sacó del torno 5 del Diccionario Enciclopédico Ilustrado
Sopena, Barcelona, Sopena, 1991.
Descomponiendo las acciones
Te proponemos separar las oraciones de la biografía de Tsin-Chi-Hoang-Ti y marcar los
sujetos y los predicados.
Para Charlar:
¿Qué biografía te gustaría que estuviera en Wikipedia? Hablá con tus compañeros sobre
los personajes que les interesan, pueden ser de un libro, un animé, un libro, la tele, etc..
Taller de escritura:
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Elegí un personaje y escribí una breve biografía, compartila en clase y luego subila a
Wikipedia, antes deberás registrarte para poder sumar tu información a la famosa
enciclopedia libre.
SINTAXIS
Modificadores del Sustantivo
Modificador
Significado
Conexión (ejemplo)
Modificador
directo
Indica cualidades del núcleo del Presenta conexión directa:
sujeto
Aposición
Especifica quién es el núcleo del Presenta conexión directa:
sujeto, generalmente se encuentra
Vicente, mi vecino más querido, vive allí.
entre comas. Tiene la particularidad
de poder reemplazar al núcleo del
sujeto
Modificador
indirecto
Indica características del núcleo del Conexión indirecta (por medio de
sujeto
una preposición): Mi amiga de la
Mibuena amiga
escuela
Modificadores del verbo:
Modificador
Significado
Reemplazo
Objeto Directo
Sobre qué recae la La/las/lo/los/me/te/nos/se
(OD)
acción
Objeto Indirecto
A quién se dirige la Le/les/te/se/me
(OI)
acción
Circunstancial
Circunstancias de la
acción
Encabezado por
La preposición “a”cuando es un
OD de persona.
Preposiciones “a” y “para”
Preposiciones o sin ellas.
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Predicativo Subjetivo
Indica cómo es el
sujeto y la acción.
Tipos de circunstanciales:
Habla
No
así (modo)
mucho (cantidad)
con las manos (instrumento)
consigo misma (compañía)
nunca (tiempo)
sí (afirmación)
quizás (duda)
apresuradamente (modo)
aquí (lugar)
a causa de su alegría (causa)
para distraerse (fin)
(negación)
A engordar el sujeto y el predicado
Cualquier oración sencilla, como El dragón atacó la ciudad,
puede engordar hasta convertirse en una gran oración o en un pequeño relato. Un
lector curioso podría hacer crecer fácilmente el sujeto de esa oración, imaginando de
dónde es el dragón, cómo es, cómo se llama, cuál es su historia… Por ejemplo:
El dragón Cienfuegos, el que destruyó la ciudad de Tlon, hijo del temible Fierabrás, que
vive en el corazón del volcán Eructrón y tiene el cuerpo cubierto de escamas brillantes
como esmeraldas y un aliento capaz de secar bosques y petrificar al ganado, atacó la
ciudad.
Pero como nos quedó la oración “con cabeza de gigante y cuerpo de gnomo”,
podemos ahora hacer crecer el predicado, para equilibrarla. Podríamos formularle al
predicado las siguientes preguntas (y responderlas, claro): ¿cómo fue el ataque?,
¿cuándo?, ¿desde dónde?, ¿por qué atacó?, ¿qué efectos produjo el ataque?:
El dragón Cienfuegos, el que destruyó la ciudad de Tlon, hijo del temible Fierabrás, que
vive en el corazón del volcán Eructrón y tiene el cuerpo cubierto de escamas brillantes
como esmeraldas y un aliento capaz de secar bosques y petrificar al ganado, atacó la ciudad
desde el norte, sorpresivamente, al caer la noche, asolando los campos, arrancando los
árboles de raíz, incendiando la chozas de madera y los techos de paja, y convirtió la región
en un páramo desolado.
Hacé crecer las siguientes oraciones, engordando primero el sujeto y después el
predicado:
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1.Los cinco horribles estaban tristes...
2. Galileo no podía leer...
3. Agustina levantó el vuelo…
Agregar circunstanciales al siguiente texto:
…………………………………….. me levanté ………………………… porque no sonó el
despertador. Recuerdo que………….. pude desayunar un vaso de leche
y
……………………….salí corriendo ………………………………….. para alcanzar al
colectivo. Al llegar a la parada llega …………………………… el colectivo, me subo y
éste iba ………………….. despacio, aún así llegué temprano a la escuela.
Tildación
¿Me quieren decir por qué
en tamaño y esencia,
hay esa gran diferencia
entre un buque y un buqué?
¿Por el acento? Pues yo,
por esa insignificancia,
no concibo la distancia
de presidio a presidió
ni de tomas a Tomás,
ni de topo al que topó
de un paleto a un paletó,
ni de colas a colás.
¿Para qué? ¿Por qué tengo
que gastar la birome en esos
“palitos”
Leé las reglas y agregá palabras que conozcas.
Reglas generales
Agudas
Son las que tienen la última
Graves
Esdrújulas
Llevan tilde en la
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sílaba tónica.Llevan tilde
Tienen la penúltima
cuando terminan en vocal, n
sílaba tónica. Llevan tilde
o s.
cuando terminan en consonante
Can- ción, to-mó, a- brís,
que no sea n ni s.
To-más,
Cés-ped, crá-ter, frá-gil, Gonzá-lez, Nú-ñez
antepenúltima sílaba. Se
tildan siempre.
Lám-pa-ra, Cór-do-ba, Cáli-do.
Reglas especiales
Hiato:indica “separación del diptongo”, por eso, se tilde la vocal débil. Te-ní-a, So-fí-a, búho,…………………………………………………………………………
Diacrisis: es la que refiere a la tildación de homófonos. Los monosílabos no se tildan a
excepción de aquellos que se escriben igual.
¿Cúal de los monosílabos se tildan? ¿Por qué?
El compró el CD de su grupo preferido
Por favor, de este ramo de flores a la señora
Se que el ya se fue
Tutienes el libro de poemas sobre tu escritorio
¡Aun no terminé el chiste y ya te estás riendo!
Aun lloviendo, voy al recital
Quiero escribir los versos mas tristes esta noche
Quiero mas no puedo
¿Te sirvo un te?
- ¿Por qué brillan las estrellas?
-Las estrellas brillan porque las mirás vos.
-Me preguntó por qué brillaban las estrellas.
-¡Por qué pregunta esas cosas que son de cosmiatría! ¡No, de cosmetología! … ¿De qué
era?
Ejercitamos.
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Tildá el texto siguiente.
Las cicatrices de los clavos
Esta es la historia de un muchachito que tenia muy mal caracter. Su padre le dio una bolsa
de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, deberia clavar un clavo detras de
la puerta.
El primer dia, el muchacho clavo 37 clavos detras de la puerta. Las semanas que siguieron,
a medida que el aprendia a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detras de la
puerta. Descubrio que era masfacil controlar su genio que clavar clavos detras de la puerta.
Llega el di en que pudo controlar su carater durante todo el dia. Despues de informar a su
padre, este le sugirio que retirara un clavo cada dia que lograra controlar su caracter.
Los dias pasaron y el joven pudo finalmente anunciar a su padre que no quedaban mas
clavos para retirar de la puerta.
Su padre lo tomo de la mano y lo llevo hasta la puerta. Le dijo:
- Has trabajado duro, hijo mio, pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca massera la
misma. Cada vez que tu pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que
aqui ves.
Tu puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas lo devastara,
y la cicatriz perdurara para siempre. Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa
fisica.
¿Cuál es el tema del texto?
Pensá en una moraleja y escribila.
PUNTUACIÓN 
PUNTO
El punto y seguido: separa oraciones en las que se trata un mismo tema.
El punto y aparte: separa párrafos, pues indica el fin de la exposición de una idea.
También se utiliza el punto para:
Indicar el final de una abreviatura. Ejemplos: Dña. Excmo.
COLOCÁ LOS PUNTOS FALTANTES
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El basilisco es una serpiente con plumaje, aunque otros lo veían con forma de gallina la virtud
mortífera de su mirada atemorizaba a los hombres este crea el desierto: a sus pies caen
muertos los pájaros, se pudren los frutos y el agua de la fuente donde se baña queda
envenenada
Los viajeros le tenían mucho miedo pero decían que a él lo fulminaba su propia imagen por
eso, siempre viajaban con espejos
LA COMA
Se emplea coma:
Para separar los términos de las enumeraciones
Comprá: cuaderno, cartuchera, lápiz, etc.
Vocativos, o sea, cuando nos dirigimos a alguien: ¡Mamá, estoy acá!
Después de cuasi coordinantes como: es decir, o sea…: Tengo neuralgia, es decir, me duele
la cabeza.
En las aclaraciones: Malena, la amiga uruguaya de quien te hablé, vendrá a la Argentina
Cuando falta el verbo (elipsis): El sol es amarillo, la luna, blanca.
Cuando se altera el orden lógico de la oración: A caballo regalado, no se le miran los
dientes.
¿Dónde va la coma? ¿Por qué?

Año de nieves año de bienes.

A quien madruga dios le ayuda.

Perro ladrador poco mordedor.

El que a buen árbol se arrima buena sombra le cobija.

Matías no arrastres los pies para caminar.
EL PUNTO Y COMA
- Para separar oraciones cuyos significados tienen relación: Me gustaría ir a la sierra;
también quiero subir a esa montaña. (En este caso reemplaza a un conector)
-Para separar los elementos de una enumeración que ya contiene comas: De primer plato,
hay sopa; de segundo, albóndigas; de postre, fruta.
DOS PUNTOS
Antes de una explicación.
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Existen dos clases de verbos: regulares e irregulares
Para indicar una consecuencia.
Lo importante es decir la verdad: hablaremos
En discurso directo.
Alberdi dijo: “Gobernar es poblar”
Antes de comenzar una enumeración.
Encabezamiento de cartas.
LEÉ ATENTAMENTE, COLOCÁ LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN Y
MAYÚSCULAS.
“me adelanto a una velocidad fulgurante ya estoy en área penal desbordo a los defensores el
arquero sale a detenerme me escapo por el costado cruzo la línea de gol me voy a la red el
público grita enloquecido flor de golazo comentan los aficionados flor de patada pienso yo
dolorida mientras me alzan para llevarme otra vez a la mitad del campo”
Ana María Shua
1-¿Quién narra la historia?
2-¿Cómo te diste cuenta?
3-¿Qué título le pondrías al texto?
Ella estaba sentada en una silla alta ante un plato de sopa que le llegaba a la altura de los
ojos tenía la nariz fruncida los dientes apretados y los brazos cruzados la madre pidió auxilio
cuéntale un cuento Onelio pidió cuéntale tú que eres escritor y Onelio Jorge Cardoso
esgrimiendo una cucharada de sopa comenzó su relato había una pajarita que no quería
comer la comidita la pajarita tenía el piquito cerradito y la mamita le decía te vas a quedar
enanita pajarita si no comés la comidita pero la pajarita no hacía caso a la mamita y no habría
su piquito entonces la niña lo interrumpió qué pajarita de mierdita opinó
Jugamos con la ortografía
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Reglas de la B y V
Completá el grafigrama teniendo en cuenta las siguientes definiciones.







Que habla dos lenguas.
Lograr que se ponga blanda una cosa.
Lo que está bajo tierra.
Que tiene impurezas, poco claro.
3ºpers del plural, del pretérito imperfecto, del modo Indicativo de
sanar.
Captar con los sentidos.
Que provoca náuseas.
B_______
_B______
__B________
___B__
____B__
_____B__
______B____
Completá y destacá la V que presentan en común las palabras obtenidas:
Suplente de cónsul:....................
Que está en un error:..................
Asegurado con clavos:..................
No recordar, perder la memoria:.....................
Solucionar un problema:........................
Se dice del verbo que forma voz pasiva y lleva OD
Acertijo.
Complete según corresponda:
Los seres que comen carne son
____Í_____
Los seres que comen frutas son
_____V____
Los seres que comen insectos son _ _ _ _ _ _ _ _ O _ _ _
Los seres que comen hierbas son
_______R__
Los seres que comen de todo son
_ _ _ _ _ _ _ O_
Completá y empleá en oraciones:
¡Bah! (interjección)
..............(del verbo ir)
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...........(noble)
varón (sexo masculino)
bacilo (microbio)
..............(del verbo vacilar)
............(suficiente)
vasta (extensa – dilatada)
baya (fruto del árbol)
.............(del verbo ir)
.............(hermoso)
vello (pelo corto y fino)
bota (calzado)
.............(del verbo votar)
...............(riquezas)
vienes (del verbo venir)
cabo (punta – extremo)
............(del verbo cavar)
...............(embarcación)
corveta (mov. Arqueado del caballo)
Uní con flechas
Se escriben con “v”
Lluvia
Equivalente
Virrey
Enviar
Nueva
Verbos con el grupo “uv”: estar, andar,
tener.
En los comienzos de palabras eva-, eve-,
evi-, y evo-. Excepto ébano.
Después de sílaba ad-, sub- y ob-.
Formas de presente de indicativo,
subjuntivo e imperativo del verbo “ir”
Herbívora
Terminaciones de adjetivos –avo, ava, -evo,
-eva- -eve, -ivo, -iva. Excepciones: suabo y
mancebo.
Advierto
Sufijo –iva, -ivode adjetivos.
Anduve
Triunviro
En el sufijo –iva de sustantivos abstractos.
En las terminaciones- viro, -vira
Atractivo
Inventiva
Los adjetivos con ívoro/a
Después de lla, lle, llo, llu.
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Voy
Evasión
Los comienzos de palabras que indiquen
“lugar de”.
Después de “n”y “l”.
Palabras con equiv y clav.
Trabajamos con la H
Una organización de espías decidió encomendar una misión a tres hombres suyos, cuyos
seudónimos secretos comenzaban con hie. Ya conocían la tarea, sólo faltaba saber los
nombres de los agentes. Para evitar que fuesen descubiertos, en caso de que interceptaran la
correspondencia, enviaron una carta en clave con los seudónimos de los agentes
designados. Todos los datos para descubrir dichos nombres están en la carta. ¿Te animas a
descifrar la clave y escribir debajo quieres eran?
Espía 1:_________ Espía 2: _________ Espía 3: ___________
F latina H
Aquí tienes una serie de dibujos con sus correspondientes nombres latinos. Todos ellos, al
pasar al castellano, cambiaron la f inicial por h.
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¿Te animás a escribir sus nombres en nuestro idioma?
Uso de la C
Para probar tu eficacia
Ojo todas las palabras terminan en -cia
Horizontal
1-Ciencia política internacional. 2-Hacer bien las cosas.
3-Edificio suntuoso, grande.
4-Atractivo
5-Alcurnia 6-Prólogo 7-Piedra preciosa amarilla
Vertical
a- Sin rulos b- Lento c- Comienzo d-Terco, porfiado, remolón.
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e- Calidad de perspicaz
Género dramático
TEORÍA DEL TEATRO
La palabra drama proviene del griego y significa representación. Por lo tanto, la
característica fundamental del género dramático es que las obras están escritas para ser
representadas en forma de diálogo o monólogo. El texto plantea un conflicto dramático
entre dos fuerzas: la del protagonista y el antagonista. Dicho conflicto se plantea a través
de los parlamentos, no hay narrador. El autor teatral se llama dramaturgo y el conjunto de
obras dramaturgia.
GUIÓN TEATRAL
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Trama dialogal (texto principal): compuesto por el diálogo entre los
personajes que serán escuchados por el público de la sala.
Texto dramático
Trama descriptiva (texto complementario): son las acotaciones teatrales o
didascálicas que aparecen entre paréntesis. En ellas se encuentran
elementos básicos de la puesta en escena: acciones de los actores,
escenografía, uso de luces o el espacio, etc. No tiene como destinatario al
público sino al actor, director y sus colaboradores.
Situación comunicativa:
-
Se divide en ACTOS (No es indispensable, el teatro moderno, a veces, no lo
emplea) Indica el planteo, desarrollo del conflicto y desenlace.
ESCENAS: comienzan y termonan según las entradas y salidas de los personajes.
La salida del personaje se llama mutis.
CUADROS: se dividen según los cambios de lugar donde transcurre la acción, es
decir, el cambio de escenografía.
Breve clasificación
Aristóteles clasificaba el teatro en:
TRAGEDIA: obra de tema serio con personajes de la nobleza que en el desenlace mueren
desdichadamente. Trata de los grandes temas humanos: celos, poder, traición, etc. porque
propone una reflexión mediante la catarsis.
COMEDIA: obra cuya intención es entretener. Los personajes son gente común y se
plantean problemas cotidianos: avaricia, apuestas, etc. Tiene un final feliz.
Hay que tener en cuenta que el teatro actual se desprende de los márgenes estrictos
planteados por Aristóteles, propone nuevas formas de escritura y lectura que muchas veces
plantean un problema a esta división genérica. Así surge en el teatro moderno la
TRAGICOMEDIA : unión de lo trágico y cómico, como es el caso del grotesco argentino:
No hay que llorar de Roberto Cossa.
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Caperucita Lola
Patricia Suárez
(Caperucita Lola camina por el bosque revoleando la canastita.)
CAPERUCITA LOLA: Me dijeron que por acá podía salirme al paso un Lobo Feroz. Brrr...
qué miedo me da el Lobo Feroz. Me dijeron que tenga cuidado con... los cardos, porque a
veces el Lobo se oculta entre las plantas de cardos. (Caperucita revisa entre las plantas.
Con desilusión.) No hay nada...También el Lobo puede estar encima de la copa de un árbol,
oculto por su follaje y listo para lanzarse sobre una criatura inocente como yo y devorarla
de un bocado. (Caperucita trepa un árbol. Desde arriba.) Hola, Hooola... (Baja.) Nada.
(Sigue andando.) A lo mejor ahora el Lobo Feroz se dedica a comer ovejas. ¡Me revienta
cuando los lobos atacan a las ovejas y dejan de comerse a los niños! ¡Me paspa! Capaz que
ahora come hasta gallinas... ¡No hay nada más cobarde que un lobo que mate gallinas! ¡Los
odios, los odio! ¡Los lobos deben comerse niños, niñas, y criaturas inocentes!
(De pronto aparece un Monstruo Peludo. Caperucita lo ve y grita de gusto y susto.)
CAPERUCITA LOLA: ¡Ahhhhhhh! ¡El Lobo Feroz!
MONSTRUO PELUDO: (Asustado.) ¿Quién? ¿Adónde?
CAPERUCITA LOLA: (Sobreactuando.) ¡No me mate, Lobo Feroz!
MONSTRUO PELUDO: (Mirando a todos los costados; luego se arrodilla suplicante.)
¡No nos mate, Lobo Feroz!
CAPERUCITA LOLA: ¡Soy una criatura inocente!
MONSTRUO PELUDO: ¡Yo también! ¡Yo soy casi casi una criatura inocente!
CAPERUCITA LOLA: ¿Qué estás diciendo?
MONSTRUO PELUDO: Una vez... una vez me comí una oruga... pero fue sin querer... Yo
estaba justo desayunando un girasol, que es mi flor preferida, y ahí dentro, escondida estaba
una pequeña oruguita. ¡Yo no la vi y me la tragué, pobrecita! (Solloza.) ¡Pobre, pobre
pequeña oruguita!
CAPERUCITA LOLA: ¿De qué hablas? ¿Qué dices? Ahora es cuando debes tirarte encima
mío y destriparme...
MONSTRUO PELUDO: ¿Yo? ¿Y por qué?
CAPERUCITA LOLA: Porque sos un Lobo Feroz.
MONSTRUO PELUDO: No, yo no soy un Lobo Feroz.
CAPERUCITA LOLA: Sos un Lobo Feroz.
MONSTRUO PELUDO: No. Soy un Monstruo.
CAPERUCITA LOLA: No. Sos un Lobo Feroz.
MONSTRUO PELUDO: Soy un Monstruo.
CAPERUCITA LOLA: Yo soy Caperucita Lola.
MONSTRUO PELUDO: Yo soy un Monstruo.
CAPERUCITA LOLA: (Sin poder creerlo.) Un Monstruo...
MONSTRUO PELUDO: (Le tiende la mano para estrechársela.) Monstruo Peludo, mucho
gusto.
CAPERUCITA LOLA: (Le estrecha la mano, se la sacude, revolea al Monstruo por el
aire, muy enojada.) ¿Por qué me tienen que pasar a mí estas cosas? ¿Por qué no se me
aparece un lobo como debe ser y me engulle? ¡A mí, la Criatura Inocente del Bosque! ¿Por
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qué se me tiene que cruzar este... este... ¡este mequetrefe!? ¡Este papanatas!, ¡este cabeza de
chorlito!
MONSTRUO PELUDO: Es que justo pasaba por acá porque tengo que ir a visitar a mi
abuelito.
CAPERUCITA LOLA: ¿A quién?
MONSTRUO PELUDO: A mi abuelito, el Monstruo Pelón.
CAPERUCITA LOLA: (Desolada.) Esto es mucho para mí...
MONSTRUO PELUDO: Mi abuelito vive en una torre en medio del Bosque. Construyó la
torre él solito sin ayuda de nadie; es un monstruo muy bueno... En mi familia todos somos
muy enrulados, pero él...
CAPERUCITA LOLA (Interrumpe, levemente ilusionada.) ¿Por casualidad se habrá
comido alguna Criatura Inocente tu abuelito alguna vez?
MONSTRUO PELUDO: A ver... a ver que hago memoria... (Cuenta con los dedos, llega
hasta siete.) No. Nunca.
CAPERUCITA LOLA: ¿Y qué contabas con los dedos?
MONSTRUO PELUDO: ¿Quién? ¿Cuándo? (Pausa.) Voy a la torre de mi abuelito a
llevarle un tónico capilar.
CAPERUCITA LOLA: ¿Un qué?
MONSTRUO PELUDO: Son los nervios dice mi padre. Mi abuelito ha estado muy
nervioso últimamente y eso contribuyó a que se le cayera el pelo. Es la vecindad. El pobre
se fue al Bosque para vivir solo y tranquilo y resulta que tiene de vecina a una vieja horrible
que le hace la vida imposible. Todo el día está armada con una escopeta y le apunta por la
ventana.
CAPERUCITA LOLA: ¿A tu abuelito?
MONSTRUO PELUDO: No. No exactamente. La vieja horrible le tiene miedo a los lobos.
Pero como no hay muchos en el bosque actualmente, le dispara a mi abuelito por
entretenimiento...
CAPERUCITA LOLA: ¿Teme a los lobos?
MONSTRUO PELUDO: A los Lobos Feroces, sí. Parece que tuvo una experiencia
espantosa una vez... Se casó con un Lobo.
CAPERUCITA LOLA: Eso no es cierto.
MONSTRUO PELUDO: Bueno, como yo soy un monstruo niño, mi abuelito me lo contó
así. Sucedió que justo iba la nieta de la vieja asquerosa a visitarla. Era una niña tan fea que
llevaba un sombrero rojo, enorme que le tapaba la cara.
CAPERUCITA LOLA: ¡Eso no es cierto!
MONSTRUO PELUDO: ¿Cómo que no? Mi abuelito no miente. El sombrero era enorme y
rojo y entonces la gente se distraía mirándole el sombrero y no la cara, que era horrible,
llena de granos, con los ojos bizcos y ¡hasta tenía un agujero donde iba la nariz!
CAPERUCITA LOLA: ¡No, no y no!
MONSTRUO PELUDO: Si me vas a interrumpir no te cuento.
CAPERUCITA LOLA: Está bien. Continuá.
MONSTRUO PELUDO: Entra de pronto la niñita inmunda a la casa...
CAPERUCITA LOLA: ¿Podrías no llamarla "niñita inmunda"?
MONSTRUO PELUDO: No cuento más. Adiós, me voy.
CAPERUCITA LOLA: ¡No, vuelve, vuelve! Contáme más.
MONSTRUO PELUDO: No sé...
CAPERUCITA LOLA: Por favor...
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MONSTRUO PELUDO: Es que no sé...
CAPERUCITA LOLA: No voy a interrumpir, te lo prometo.
MONSTRUO PELUDO: Está bien. ¿Por dónde iba? Ah, sí. Sí, la parte de la niñita inmun...
en fin. La nietita iba a llevarle a la abuela pólvora fresca, porque la vieja cochambrosa se
pasaba pólvora por la cara todas las noches, como si fuera una crema para rejuvenecer. Pero
no rejuvenecía nada: se venía más horrible y horrible. Con decir que el Lobo Feroz se
enamoró de ella. Sí: así como lo oís. Locamente. (Caperucita Lola está a punto de estallar
de rabia, hace esfuerzos por contenerse.) Y un día, de pronto entró la nietita a la casa y
encontró al Lobo Feroz y a la vieja ponzoñosa en la cama... Eso quiere decir que: o estaban
muy enamorados o estaban casados...
CAPERUCITA LOLA: ¡Basta! ¡Basta! ¡No aguanto más! ¡Basta!
MONSTRUO PELUDO: Ay, pero qué carácter. Desagradecida.
CAPERUCITA LOLA: ¡No voy a permitirte que hables así de mi abuelita!
MONSTRUO PELUDO: Ah, pero qué familia.
CAPERUCITA LOLA: Ratón gigante, eso es lo que eres: una rata gigante y parlante,
andante, asqueante, babeante...
(Entra el Lobo Feroz. Tiene aspecto de joven inteligente, cabello rubio en la cabeza, con
flequillo, camisa hawaiana, pantalones pescador, sandalias, anteojos negros. Lleva una
heladera de telgopor portátil. Caperucita Lola y el Monstruo Peludo se quedan
anonadados mirándolo. Larga pausa.)
LOBO FEROZ: Permiso, permiso...
CAPERUCITA LOLA: ¿Tú..., tú eres el Lobo Feroz?
MONSTRUO PELUDO: (En voz baja.) No te hagas la que no sabés, Caperucita. ¡Si es el
novio de tu abuelita!
CAPERUCITA LOLA: ¡Qué novio, ni novio! Calláte; mirá que si no, te arranco los pelos
uno por uno.
LOBO FEROZ: Estoy vendiendo Pasteles de Mijo... ¿querrán comprarme uno? Los tengo
aderezados con dulce de membrillo, de cascaritas de naranja confitada...
MONSTRUO PELUDO: Ay, qué rico.
CAPERUCITA LOLA: ¿Pasteles de qué?
LOBO FEROZ: Mijo.
CAPERUCITA LOLA: ¿Mijo?
MONSTRUO PELUDO: Mijo.
CAPERUCITA LOLA: ¿Y qué es el mijo?
MONSTRUO PELUDO: El mijo es... Explíquele usted mejor, señor vendedor.
CAPERUCITA LOLA: ¡No es un vendedor! ¡Es el Lobo Feroz!
LOBO FEROZ: El mijo es un cereal, una planta gramínea originaria de la India, con tallos
de seis decímetros de longitud, hojas planas, largas y puntiagudas, y flores en panojas. La
semilla es pequeña, redonda, brillante y de color blanco amarillento. Es rico en vitaminas y
proteínas y sirve de alimento a los canarios.
MONSTRUO PELUDO: ¿A los canarios?
CAPERUCITA LOLA: Nosotros no somos canarios.
LOBO FEROZ: ¿No?
MONSTRUO PELUDO: No. Yo no soy un canario.
LOBO FEROZ: ¿No eres un canario?
MONSTRUO PELUDO: No. Soy un Monstruo.
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LOBO FEROZ: (Se quita los anteojos y se los limpia con un paño; se coloca gafas de ver
de lejos.) ¿Un Monstruo?
MONSTRUO PELUDO: Sí, un Monstruo.
LOBO FEROZ: (Tocando el pelaje del Monstruo Peludo.) ¿Éstas no son plumas?
MONSTRUO PELUDO: No. Son pelos. Soy un Monstruo Peludo.
LOBO FEROZ: Monstruo Peludo.
MONSTRUO PELUDO: Eso.
LOBO FEROZ: ¿Y no me comprarán pastelitos de mijo?
LOS DOS: No.
LOBO FEROZ: ¿No?
LOS DOS: No.
LOBO FEROZ: Igual no tengo muchos para vender. Porque son los bocaditos de una boda.
LOS DOS: Qué bien.
LOBO FEROZ: Podría dejárselos a ustedes a buen precio.
LOS DOS: No queremos.
LOBO FEROZ: Para que prueben si les gusta y después, si tienen alguna fiesta de
cumpleaños,
por
ejemplo,
me
pueden
llamar
a
la
línea
0-800PASTELITOSDEMIJODELOBOFEROZ, y yo les llevo las docenas que me pidan. El
reparto lo hago yo mismo siempre y cuando ustedes vivan en el radio del bosque. ¿Viven
en el bosque?
LOS DOS: Sí.
CAPERUCITA LOLA: Pero no queremos pastelitos de mijo.
MONSTRUO PELUDO: No. No queremos.
LOBO FEROZ: Es una pena. Porque a la boda que voy no los van a comer a todos y seguro
me van a sobrar... No lo creerán ustedes pero: ¡los novios no tienen dientes! ¿Saben por
qué?
MONSTRUO PELUDO: Son bebés.
CAPERUCITA LOLA: Son dos anguilas.
LOBO FEROZ: ¡Pero no! Pasa que se casan la campeona de tiro al blanco categoría
veterana, que es tan viejita que está ya desdentada, con el chicharrón pelado, que nunca
tuvo dentadura...
LOS DOS: ¿Quiénes?
LOBO FEROZ: Una gente del bosque. Es increíble cómo surge el amor entre las personas...
Ellos mismos me relataron su historia de amor, pero... ¿No se dirigían ustedes por aquel
camino?
LOS DOS: Sí.
LOBO FEROZ: Vamos andando, entonces. Así les cuento de este romance. En el Bosque
suceden las cosas más insólitas. Resulta que él vivía en una torre, muy aislado, después que
se jubiló. Y ella estaba siempre sola, porque la nieta no iba nunca —aquí, entre nosotros lo
digo—, una egoísta que no iba nunca y cuando la visitaba, muy de vez en cuando, le
llevaba de regalo tortas preparadas con sustancias nocivas para la salud. Y no tenía en
cuenta que la viejecita amorosa era naturista...
CAPERUCITA LOLA: No puedo creerlo...
LOBO FEROZ: Sí, sí. El amor es una cosa de no creer. Verán: ella entonces decidió atrapar
pajaritos para tenerlos de mascota en su casa, les disparaba balas de salva, claro. Y un día
una bala pega en el alero de la torre de él. Él va, se queja, ella se opone a ese amor, él se
resiste, luchan en vano contra ese sentimiento, pero luego él la invita a comer ensalada de
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alpiste, ella lleva tortilla de alfalfa... Un amor naturista que surgió entre ellos, una pasión
indominable... ¡y ahora se casan felices, y comerán hamburguesas de soja! Digo
hamburguesas de soja porque es lo que más parecido tiene al sabor de las perdices. (El
Lobo Feroz ríe.)
(Caperucita Lola corre al centro de la escena. Se arrodilla y grita.)
CAPERUCITA LOLA: ¡¿Por qué me tienen que pasar estas cosas?! ¡Soy una Criatura
Inocente! ¡Yo quiero alguien que me devore! ¡Necesito un devorador! ¡Alguien que me
devore, por favor!
(Apagón.)
La Bella Durmiente también ronca
Patricia Suárez
Personajes:
 Príncipe
 Las hadas Fauna y Flora
 La Bella Durmiente
 Un Grillo
 Una Araña
 Una Perdiz Enfrascada
(Una habitación en penumbras. El Príncipe se choca con el hada Fauna.)
PRÍNCIPE: Perdón, señora.
FAUNA: Señorita.
PRÍNCIPE: No, no. Yo soy un Príncipe.
FAUNA: ¿Alguien le preguntó algo?
PRÍNCIPE: No, disculpe, es que yo...
FAUNA: Ni siquiera por la edad le permito que me diga señora.
PRÍNCIPE: No, si la edad no se le nota.
FAUNA: Uso una pócima antiedad de uso nocturno. Es efectiva.
PRÍNCIPE: Es que en la oscuridad yo no veo casi nada, por eso le digo. Si era usted una
señora o un elefante patito me da lo mismo.
FAUNA: Qué galante, joven.
PRÍNCIPE: Su Majestad, dígame mejor.
FAUNA: No, yo no le digo nada. Después que me llamó elefante patito yo no le digo ni
hola.
PRÍNCIPE: Es que estoy muy confundido, esta oscuridad...
FAUNA: ¡Qué fácil que es echarle a la oscuridad la culpa de todo!
PRÍNCIPE: Ando en busca de la Bella... ¿cómo era? (Se mira la palma de la mano.) Es que
me lo anoté acá y no leo... ¿No tendrá un fósforo para alumbrarme?
FAUNA: No fumo, joven.
PRÍNCIPE: Su Majestad tiene que decirme. O Príncipe.
FAUNA: No, si ya le dije que yo decir a usted no le digo nada. (Fauna ve a Flora.)
¡Querida, querida! (Al Príncipe.) Ahí está mi hermana. ¿Por qué no le pregunta a ella?
¡Flora, preciosa! No oye bien, la pobre. Ayúdeme a llamarla.
PRÍNCIPE: ¿Yo?
FAUNA: No, el elefante patito.
PRÍNCIPE: Ah.
FAUNA: Vamos, no sea flojo, grite Flora. A la una, a las dos, a las tres: (gritan) ¡Flora!
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FLORA: Sí. Parece que me llaman. Oh, dioses del Cielo, que me interrogáis, aquí está
vuestra fiel súbdita...
FAUNA: Aquí, aquí, Flora. No somos los dioses del Cielo.
FLORA: (Ajustándose las gafas.) ¿Ah, no? Ah... sois vosotros, duendes del subsuelo...
FAUNA: Esas gafas ya no te sirven; tenés que ir al oculista a que te recete unas nuevas,
Flora. (Larga pausa) Flora. ¡Flora! ¿Podés atenderme y dejar de hablarle al aire?
FLORA: ¿Sois los espíritus aéreos acaso quienes...?
FAUNA: (Al Príncipe.) Cuando se pone así, le juro... Hágame un favor, querido. Vaya y
háblele usted a ver si le hace caso.
PRÍNCIPE: ¿A mí?
FAUNA: ¡No, al elefante patito!
PRÍNCIPE: Señora Flora, acá su hermana...
FAUNA: ¡Señorita, llámela!
PRÍNCIPE: Señorita Flora, acá su hermana la señorita... uf, la señorita... ¿cómo se llama
usted?
FAUNA: Fauna.
PRÍNCIPE: Fauna...
FLORA: (Al aire, desconcertada.) ¿Sí, Fauna?
FAUNA: ¡Al fin, querida! Hace como una hora que te estoy hablando. Necesito que me
digas bien la dirección de la Clínica de Varitas Mágicas porque ésta que tengo ¿ves? (La
sacude.), no anda nada bien.
(De pronto, un grillo se transforma en mayordomo y se inclina reverente.)
GRILLO: A su servicio, venerable hada...
FAUNA: ¡Pero qué hice!
GRILLO: Anciana venerable...
FAUNA: ¡Pero si uso una pócima antiarrugas! ¡Qué mala costumbre tienen estos bichos de
llamarme vieja! ¡Ahora lo electrocuto a éste!
(Fauna sacude la varita con frenesí; una araña se convierte en una directora de colegio.)
ARAÑA: ¡Formen fila, vamos, formen fila! Insecto Gómez escupa el chicle. Tomen
distancia. Insecto Moreno deje de hablar con el compañero. ¡Al frente, a la red! ¿Qué hay
de gracioso Insecto Cavalcanti que habla con Insecto María Luisa? ¿Por qué no nos lo
cuenta así nos reímos todos?
FAUNA: ¡Hoy no pego una!
ARAÑA: (Mirando en torno.) ¿Dónde...? Oh... (A Fauna.) Abuelita... ¿puede indicarme
adonde estoy...?
FAUNA: Te hablan, Flora.
ARAÑA: No, a usted, abuelita. ¿Me podría decir...?
FAUNA: (Frenética.) ¡Yo no soy su abuelita! ¡Yo no soy la abuelita de nadie! ¡Uso una
pócima nocturna antiarrugas!
ARAÑA: ¡Un grillo! ¿Qué hace acá, Robertino Menéndez?
GRILLO: ¿Me-me ha-ha-habla a mí, se-señorita Directora?
ARAÑA: ¿Qué le pasa? ¿Está de franco? Yo no le di franco a ningún preceptor, así que me
gustaría que me explique qué cosa hace un grillo...
GRILLO: Yo... yopo... yo justo... justotopo...
ARAÑA: ¡Un grillo excita mis colmillos!
(La Araña comienza a perseguir al Grillo a las corridas. Salen de escena.)
FAUNA: Flora, acá el joven pregunta dónde está Bella.
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FLORA: (Siempre distraída.) ¿Dónde está quién?
FAUNA: ¿En qué dormitorio está echada Bella, pregunta el joven?
PRÍNCIPE: Su Majestad.
FLORA: Gracias, qué amable. Pero yo soy hada rasa nomás.
PRÍNCIPE: Yo soy Su Majestad.
FLORA: Ay, qué lindo cumplido. Pero no, mío usted no es nada.
PRÍNCIPE: Pasa que yo vengo en misión oficial, en busca de esposa. Y justo me dijeron
que la Bella Durmiente estaba aquí esperando al príncipe que la despertara con un beso... y
como a mí lo de los besos se me da muy bien... Tuve una experiencia con Blancanieves
que...
FAUNA: (Capciosa.) No la conocemos.
FLORA: No. No la conocemos.
PRÍNCIPE: Y entonces en cuanto Bella despertara, nos casaríamos, y seríamos felices y
comeríamos perdices.
FAUNA: ¡Qué muchacho más seguro de sí mismo!
PRÍNCIPE: Su...
FLORA: Ay, perdices, perdices, cómo me gustan. ¿Las trajo a las perdices?
PRÍNCIPE: Sí, las dejé en el carruaje.
FLORA: ¡Hace tanto que no como una en escabeche! ¿No tiene alguna perdiz enfrascada?
PRÍNCIPE: No sé, creo... Después le mando una, si usted quiere. Pero mientras tanto, ¿no
me podría indicar en dónde duerme la Bella?
FLORA: (Mística.) Tiene que seguir el sonido... ¿Oye?
PRÍNCIPE: ¿Qué?
FLORA: El sonido...
PRÍNCIPE: ¿El sonido del amor?
FAUNA: Es un decir...
FLORA: Qué rico chico, ¿no? Sí, digamos que es el sonido del amor, sí.
PRÍNCIPE: (Esforzándose.) Sí, algo oigo... ¿Es como un latido?
FLORA: Un tamborcito...
FAUNA: ¡Un timbalazo!
PRÍNCIPE: ¿Tocaba la batería cuando estaba despierta, la Bella?
FAUNA: La toca dormida.
PRÍNCIPE: (Asombrado.) ¿Es percusionista?
FLORA: Roncadora.
PRÍNCIPE: ¿Roncadora?
FLORA: Un instrumento nuevo...
PRÍNCIPE: Qué raro. Nunca oí hablar de él.
FLORA: Pase por allí querido mi majestad...
(El Príncipe entra a un dormitorio, en el centro hay una cama en la que duerme y ronca la
Bella. Se acerca a ella en puntas de pie y la besa. La Bella se da vuelta y sigue durmiendo
y roncando para el otro lado. El Príncipe se acomoda en un costado y repite el beso. La
Bella no se inmuta, se tapa la cara con la sábana. El Príncipe la destapa, la besa. La Bella,
siempre dormida, se tapa la cara con la almohada. El Príncipe y la Bella forcejean con la
almohada. Finalmente, el Príncipe logra quitársela y la besa. La Bella despierta y grita.)
BELLA DURMIENTE: ¡Pero será posible que ya no se pueda dormir tranquila en esta
casa!
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PRÍNCIPE: Lamento interrumpir su real sueño... Vengo desde un reino lejano, soy hijo del
Rey Perico de las Alcachofas Verdes y vengo en busca del amor...
BELLA DURMIENTE: ¿De qué? No sé... Creo que lo dejé arriba de la cómoda.
PRÍNCIPE: He venido a pedirte que te cases conmigo.
BELLA DURMIENTE: ¡Guardaespaldas! ¡Guardaespaldas! ¿Cómo es posible que siempre
dejen entrar a estos sinvergüenzas a mi Palacio?
PRÍNCIPE: He venido a ti, Bella, debido a tu gran fama como hilandera y tejedora. Vivo en
en un Reino donde es invierno todo el año, y necesitamos una reina que nos teja bufandas,
pulóveres, mantas, manoplas, y escarpines.
BELLA DURMIENTE: ¿Tejer?
PRÍNCIPE: Es fama que tejes en punto santa clara, arroz, jacquot, con dos agujas y crochet.
BELLA DURMIENTE: ¡Guardaespaldas!
PRÍNCIPE: Bella... abajo nos esperan las perdices.
BELLA DURMIENTE: ¿Qué? ¿Quieren una bufanda de lana, también?
PRÍNCIPE: Quieren que seamos felices.
BELLA DURMIENTE: Mira, Príncipe, a mí me importa muy poco lo que deseen tus
perdices.
PRÍNCIPE: ¿Por qué? Sólo anhelan nuestra felicidad. Lo mismo que mi reino. Allá todos
los pastores han esquilado sus rebaños y amontonado kilos y kilos de lana para tus tejidos...
BELLA DURMIENTE: Príncipe, me has confundido con Cenicienta. Ella es la que hace
todo el trabajo de la casa.
PRÍNCIPE: ¿Con quién?
BELLA DURMIENTE: Cenicienta.
PRÍNCIPE: A mí me dijo Blancanieves...
BELLA DURMIENTE: Es que la gente siempre indica mal... Además no hay que fiarse de
Blancanieves. A ella desde que le pasó lo de la manzana le quedó muy mal sabor de boca.
PRÍNCIPE: ¡Ni que lo digas! ¡Yo la besé!
BELLA DURMIENTE: (Celosa.) ¡Has besado a Blancanieves también! ¡No tienes
dignidad! ¡Fuera de mi vista! ¡Tú no eres un Príncipe! ¡Eres una sopapa! ¡Fuera, fuera!
¡Guardaespaldas!
PRÍNCIPE: Bella Durmiente, no me eches... Tú eres...
BELLA DURMIENTE: ¡A volar!
PRÍNCIPE: ¿Qué haré con las perdices?
BELLA DURMIENTE: ¡Fuera de mi vista ya mismo!
PRÍNCIPE: Dime al menos cómo encontrar a Cenicienta.
BELLA DURMIENTE: ¡Vete!
PRÍNCIPE: ¡Bella! ¡Bella!
(Entra una Perdiz Enfrascada. Toma al Príncipe del brazo y lo saca del dormitorio.)
PERDIZ: Príncipe mío, no pierdas la dignidad. No le ruegues a esta engreída. Nosotras te
ayudaremos a encontrar a Cenicienta.
PRÍNCIPE: ¿Y cómo harán para hallar a Cenicienta?
PERDIZ: Bueno, nosotras tenemos el sentido de orientación de las aves migratorias.
PRÍNCIPE: Si las perdices no migran...
PERDIZ: Antes no migrábamos. Pero ahora gracias a la empresa de enlatados "Qué sabor,
mamita" viajamos por los supermercados de todo el mundo...
PRÍNCIPE: Es que yo...
PERDIZ: Vamos, Príncipe, vamos.
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(Salen ambos. Apagón.)
HAGAMOS UNA CITA A LA TARDECITA -A. Basch-
Personajes
PRESENTADOR
PRESENTADORA
ROCíO
MATEO
ACTO ÚNICO
(LA ESCENA TRANSCURRE EN LA ESQUINA CÉNTRICA DE UNA CIUDAD.)
PRESENTADOR Vamos a presentarles una historia de enamorados...
PRESENTADORA De ésas que ocurren en cualquier lugar...
PRESENTADOR Y en todos lados.
PRESENTADORA Es una historia de encuentros y desencuentros...
PRESENTADOR Podría suceder hoy...
PRESENTADORA O en cualquier momento.
Los protagonistas podrían llamarse de muchas maneras.
PRESENTADOR El podría ser Pedro...
PRESENTADORA Y ella Gabriela.
PRESENTADOR Pero él también podrían llamarse Juan, Adolfo o Daniel.
PRESENTADORA Alberto, Diego o Miguel.
PRESENTADOR Y ella podría ser María, Marta, Mónica, Estela,
PRESENTADORA Valeria, Silvina o Marcela.
PRESENTADOR Hasta podrían llamarse Julieta y Romeo.
PRESENTADORA Pero se llaman: ¡Rocío y Mateo!
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PRESENTADOR Lo que les sucedió es tan común y al mismo tiempo tan singular...
PRESENTADORA ¡Que le podría ocurrir a cualquier mortal!
PRESENTADOR Es una historia ficticia y también verdadera...
PRESENTADORA De ésas que no le ocurren a nadie...
¡y le pasan a cualquiera!
PRESENTADOR Fue un día de invierno cuando se encontraron
por vez primera.
PRESENTADORA Y pese al frío los dos pensaron:
¡Ya es primavera!
PRESENTADOR ¡Al verse se sintieron impactados
por la flecha del amor!
PRESENTADORA Y le pidieron uno al otro:
¡Una cita, por favor!
(MATEO Y ROCÍO, CADA UNO EN SU CASA, HABLAN POR TELÉFONO. LOS
PRESENTADORES PERMANECEN EN ESCENA
TODO EL TIEMPO, PERO ELLOS NO LOS VEN.)
MATEO Te espero mañana a las ocho, en la esquina de Corrientes y Fray Mocho.
ROCÍO Allí, estaré. A las ocho. No faltaré aunque llueva o truene.
MATEO Yo tampoco, aunque caiga granizo o nieve.
(SALEN ROCÍO Y MATEO.)
PRESENTADORA Al día siguiente Mateo llegó puntualmente a la esquina de Corrientes y
Fray Mocho.
PRESENTADOR Y Rocío también llegó justo a la ocho.
PRESENTADORA Pero por más que esperaron y miraron...
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PRESENTADOR ¡No se encontraron!
(ENTRAN ROCÍO Y MATEO POR SEPARADO Y PERMANECE CADA UNO EN UN
SECTOR DIFERENTE DEL ESCENARIO, SIN VERSE.)
ROCÍO ¡Mateo, Mateo, Mateo! Te busco pero no te veo.
MATEO Rocío, Rocío, Rocío, ¿dónde te fuiste, amor mío?
ROCÍO Tengo el corazón destrozado. Mateo no aparece por ningún lado.
MATEO Tengo el corazón partido. Me hiere la ausencia de Rocío.
(SALEN ROCÍO Y MATEO.)
PRESENTADORA Totalmente desalentados, volvieron cada uno a su casa.
PRESENTADOR Tenían el ánimo por el piso.
PRESENTADORA Pensaban que el otro había olvidado el compromiso.
PRESENTADOR No encontraban respuesta ni consuelo.
PRESENTADORA ¡Los dos se sentían por el suelo!
PRESENTADOR Estaban totalmente desolados.
PRESENTADORA ¡Creían que su amor los había abandonado!
PRESENTADOR Y para expresar su desengaño, su dolor y su pena, se dedicaron a escribir
poemas.
(ROCÍO Y MATEO, EN SECTORES OPUESTOS DEL ESCENARIO DICEN
MATEO Ayer pasé por tu casa,
miré, miré y no te vi,
y aunque era pleno día
se hizo noche para mí.
ROCÍO En la selva del Brasil
hay un picaflor perdido;
si yo no tengo tu amor
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soy un pájaro sin nido.
PRESENTADORA Pasaron muchas horas envueltos en una profunda tristeza....
PRESENTADOR Tenían miedo de perder la cabeza....
PRESENTADORA Hasta que finalmente...
(ROCÍO Y MATEO SE HABLAN POR TELÉFONO.)
MATEO Ayer te estuve esperando
desde las ocho a las diez
no pude esperarte más
por el dolor de los pies.
ROCÍO Y también yo te esperaba
en el lugar acordado
cuando vi que no venías
pensé: seguro me ha olvidado.
MATEO No hacía más que pensar en vos
mirando hacia todos lados
hasta que me convencí
que me dejaste plantado.
ROCÍO Yo te esperé y te esperé
mientras se iba la mañana
cuando vi que eran las diez
pensé: se habrá quedado en la cama.
MATEO Yo te esperé y te esperé
mientras pasaba la noche
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sin moverme de la esquina
parado como un fantoche.
PRESENTADORA Después de conversar un rato llegaron a una conclusión.
PRESENTADOR Se habían enredado en un pequeño error.
PRESENTADORA Volvieron a sentir confianza y alegría y no se hicieron un solo
reproche.
PRESENTADOR Comprendieron que uno había ido a la cita a las ocho de la mañana...
PRESENTADORA ¡Y el otro a las ocho de la noche!
(ROCÍO Y MATEO HABLAN POR TELÉFONO.)
ROCÍO Pero, ¡es imposible!
MATEO ¡Es increíble!
ROCÍO Los dos llegamos a la cita a las ocho, puntualmente.
MATEO Pero cada uno entendió algo diferente.
ROCÍO Uno fue a la noche, y otro a la mañana.
MATEO ¡Qué lástima, qué pena, qué macana!
ROCÍO Mateo, fijemos otro encuentro.
MATEO Sí, sí, sí, ¡cuanto antes! ¡Quisiera verte en este mismo instante!
ROCÍO Mañana, a las seis de la tarde, en el bar "Quito".
MATEO Allí estaré. Esta vez no habrá ningún error.
ROCÍO Por las dudas, lo repito: a las seis de la tarde, en el bar "Quito".
(SALEN ROCÍO Y MATEO.)
PRESENTADORA Entusiasmados, Rocío y Mateo esperaron impacientes...
PRESENTADOR ¡Que llegara el día siguiente!
PRESENTADORA Esa noche, los dos estaban tan ansiosos...
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PRESENTADOR ¡Que no pudieron pegar un ojo!
PRESENTADORA Y como el sueño no venía, se dedicaron con fervor...
PRESENTADOR ¡A la poesía!
(ROCÍO Y MATEO, CADA UNO EN SU CASA, DICEN
MATEO En la puerta de mi casa
tengo un colgado un letrero
arriba dice tu nombre
y abajo dice: te quiero.
ROCÍO En la puerta de mi casa
hay un perejil plantado
que dice que por favor
no te vayas de mi lado.
MATEO Espero que lleguen
las seis de la tarde
la cabeza me vuela
el corazón me arde.
ROCÍO Espero que llegue
el momento de verte,
pero las horas pasan
tan lentamente...
(ROCÍO Y MATEO ENTRAN CADA UNO A UN BAR DIFERENTE.)
PRESENTADOR Y finalmente los relojes señalaron las seis de la tarde.
PRESENTADORA Había llegado el momento...
PRESENTADOR ¡Del anhelado encuentro!
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PRESENTADORA Mateo se acercó a una mesa y se sentó nervioso.
PRESENTADOR Cada dos minutos preguntaba la hora al mozo.
PRESENTADORA Rocío llegó y miró ansiosa todas las caras.
PRESENTADOR Pero la de Mateo, ¡ni se asomaba!
PRESENTADORA Los dos esperaban y esperaban mientras bebían café.
PRESENTADOR Y sentían que la espera les consumía la fe.
(ROCÍO Y MATEO, CADA UNO EN UNA MESA, DESESPERADOS DICEN CASI
LLORANDO
MATEO Rocío, Rocío, Rocío, ¿dónde te fuiste, amor mío?
ROCÍO Mateo, Mateo, Mateo, te busco pero no te veo.
MATEO Rocío, Rocío, sin vos la vida es un desierto frío.
ROCÍO Mateo, Mateo, sin vos el mundo es triste y feo.
PRESENTADOR Los dos creían estar en el lugar convenido.
PRESENTADORA Y ni sospecharon un malentendido.
PRESENTADOR Sin embargo, había ocurrido algo sorprendente.
PRESENTADORA ¡Estaban esperando en lugares diferentes!
PRESENTADOR Esperaron los dos hasta la medianoche.
PRESENTADORA Y al final se fueron.
PRESENTADOR Mateo se fue a pie y Rocío, en coche.
PRESENTADORA Se sentían totalmente confundidos.
PRESENTADOR Pensaban que el otro se había arrepentido.
PRESENTADORA Tenían el corazón destrozado.
PRESENTADOR Se sentían solos y abandonados.
PRESENTADORA Y se pasaron noches y días...
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PRESENTADOR ¡Volcando su dolor en la poesía!
(ROCÍO Y MATEO, CADA UNO EN SU CASA, DICEN
ROCÍO Puedo soportar el frío,
la tempestad o la helada,
pero no puedo aguantar
que me dejaras plantada.
MATEO Cuando no estás a mi lado
soy como una flor marchita,
por favor, ¿querés decirme
por qué faltaste a la cita?
PRESENTADOR El desánimo los estaba venciendo. Era tanta su pena...
PRESENTADORA ¡Que no comían ni el almuerzo ni la cena!
PRESENTADOR La poca energía que tenían la dedicaban a sus poemas.
(ROCÍO Y MATEO, CADA UNO EN SU CASA, DICEN
ROCÍO La flecha busca el arco
la abeja busca la flor,
y yo no único que quiero
es encontrarme con vos.
MATEO Cuando no estás a mi lado
soy como un vaso vacío
que no podría llenar
ni toda el agua del río.
ROCÍO Si no tengo tu amor
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todo es congoja,
el cielo se nubla,
la flor se deshoja.
MATEO Si llaman a tu puerta
es el cartero,
le pedí que te anunciara
que yo te quiero.
PRESENTADOR Mateo y Rocío estaban a punto de sucumbir en un océano de lágrimas y
angustia.
PRESENTADORA Tenían el rostro demacrado y la mirada mustia.
PRESENTADOR Cada uno creía que el otro lo había olvidado...
PRESENTADORA Y sin embargo, los dos estaban ¡enamorados!
PRESENTADOR Tenían miedo de buscar y que nadie respondiera.
PRESENTADORA Tenían miedo de querer y que el otro no quisiera.
PRESENTADOR Tenían miedo de amar pero no ser amados.
PRESENTADORA Tenían miedo de llamar y escuchar: ¡equivocado!
PRESENTADOR Hasta que finalmente, juntando coraje y valentía, se armaron de valor y
de osadía...
PRESENTADORA ¡Decidieron llamarse, a la misma hora del mismo día!
PRESENTADOR Pero no hubo caso.
PRESENTADORA Su intento fue un total fracaso.
PRESENTADOR Mientras trataban de hablarse tenían el tubo descolgado...
PRESENTADORA Y los dos teléfonos sonaban: ¡ocupado!
PRESENTADOR Entonces, antes de hundirse en la desesperación...
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PRESENTADORA Ambos tomaron una decisión.
PRESENTADOR ¡Irían a buscarse a cualquier parte, aunque tuvieran que llegar a Marte!
PRESENTADORA Pero no tuvieron que cruzar ríos ni valles.
PRESENTADOR ¡Se encontraron en el medio de la calle!
PRESENTADORA Se dieron cuenta de la proximidad del otro...
PRESENTADOR ¡Porque el corazón les galopaba como un potro!
(ROCÍO Y MATEO EN LA CALLE, SEPARADOS POR UNOS POCOS METROS. SE
ESCUCHAN LOS INTENSOS LATIDOS DE SUS CORAZONES. DE PRONTO SE
VEN Y SE ACERCAN UNO AL OTRO CORRIENDO.)
MATEO ¡Rocío!
ROCÍO ¡Mateo!
MATEO Te veo y no lo creo.
ROCÍO No lo creo pero te veo.
MATEO Quisiera saber, si la pregunta no te irrita, ¿por qué faltaste a la cita?
ROCÍO Un momento, antes que nada, quiero saber por qué me dejaste plantada.
MATEO No entiendo. Yo llegué a las seis de la tarde y esperé hasta la medianoche.
ROCÍO Yo también. Y te busqué en todo el bar "Quito" y no te vi.
MATEO Es imposible, yo te estaba esperando en el "Barquito".
ROCÍO Me parece que acá hay algo...algo...algo loquito.
MATEO A ver, pensemos un poquito.
ROCÍO Yo te esperé en el bar "Quito", el bar que se llama "Quito" de la calle Las Heras.
MATEO Y yo en el "Barquito", todo junto, el bar que se llama "Barquito y queda en la
costanera.
(ROCÍO Y MATEO SE TOMAN DE LA MANO Y MIRÁNDOSE A LOS OJOS DICEN
ROCÍO Pensé que no me querías
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tuve miedo de buscarte.
Ahora que te encontré
ya no quisiera dejarte.
MATEO Pensé que ya no me amabas
tuve miedo de perderte.
Ahora que te encontré
no quiero dejar de verte.
ROCÍO Hagamos una cita para mañana.
MATEO Me parece una muy buena idea.
(ROCÍO Y MATEO PERMANECEN TOMADOS DE LA MANO MIENTRAS LOS
PRESENTADORES CAMINAN A SU ALREDEDOR.)
PRESENTADORA Para evitar malentendidos y confusiones...
PRESENTADOR Para no caer en errores y equivocaciones...
PRESENTADORA Para no enredarse en ambigüedades...
PRESENTADOR Se citaron para verse al mismo tiempo a distintas horas....
PRESENTADORA ¡Y en distintos lugares!
PRESENTADOR Y recurriendo a todo su talento y a su arte...
PRESENTADORA ¡Pudieron encontrarse todo el tiempo en todas partes!
PRESENTADOR No preguntemos cómo lo lograron, no lo hagamos, por favor.
PRESENTADORA Porque son los milagros que concede el amor.
(TELÓN)
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LÍRICA
La lírica se caracteriza por describir una idea, sentimiento, emoción, etc. El
lenguaje se usa de una manera particular por la presencia de figuras
(metáforas, hipérboles, onomatopeyas, etc.) que explotan las posibilidades
connotativas del lenguaje. Pero, ojo, esto no es privativo de la poesía, en las
narraciones o en el lenguaje cotidiano también usamos metáforas,
aliteraciones, etc. La lírica a diferencia del relato no tiene narrador sino yo
lírico.
Desentrañemos qué es lo connotativo del lenguaje en estos graffittis.
VIVO DE LAS MINAS YO. Faber Castell
Todos prometen.
Nadie cumple. Vote a nadie.
LOS QUE HACEMOS PAÑALES PIPÍ, DESEAMOS QUE SU HIJO COMIENCE
EL AÑO CON MUCHAS GANAS.
¿Qué palabras tienen más de un significado? ¿Cuáles son?
¿Cómo cambia eso la manera de interpretar lo que se dice?
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………………………………………………………………………………………………
…………………
Justamente, lo connotativo del lenguaje es la posibilidad de reconocer una
superposición o proliferación de sentidos en la palabra. Algunas veces ese
significado se consolida y nos olvidamos de su uso metafórico. Por ejemplo,
en las metáforas cotidianas que usualmente transfieren propiedades de una
palabra a otra.
Para indicar el paso del tiempo: EL TIEMPO VUELA - PERDER EL TIEMPO.
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Elementos: LENGUA DE LAS ZAPATILLAS – PICO DE LA BOTELLA.
Características personales o estados de ánimo: ESTÁ CHAPITA – ME PINTÓ
EL BAJÓN – SE LE ESCAPÓ LA TORTUGA.
Para remarcar o comparar: TE LO HE DICHO MILES DE VECES- SE ABURRE
COMO UNA OSTRA.
Veamos ahora qué ocurre en la lírica. En este caso lo ideal es leerlo en voz
alta para percibir la musicalidad de las palabras.
Adolescencia
En el balcón un instante
y me ofreció sus mejillas
nos quedamos los dos solos.
como quien pierde un tesoro.
Desde la dulce mañana
Caían las hojas muertas,
en aquel día éramos novios.
en el jardín silencioso,
El paisaje soñoliento
y el aire erraba aún
dormía sus vagos tonos,
un perfume de helioptropos.
bajo el cielo gris y rosa
No se atrevía a mirarme,
del crepúsculo de otoño.
le dije que éramos novios,
Le dije que iba a besarla,
…y las lágrimas rodaron
bajó serena los ojos
de sus ojos melancólicos.
¿Qué pasa en estos versos? ¿Cómo se llama el recurso estilístico?
El paisaje soñoliento
Dormía sus vagos tonos.
¿Por qué habrán rodado lágrimas de sus ojos melancólicos?
………………………………….
No te salves
No te quedes inmóvil
De poemas de otros
Al borde del camino
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No te congeles el júbilo
Y congelas el júbilo
No quieras con desgana
Y quieres con desgana
No te salves ahora
Y te salvas ahora
Ni nunca
y te llenas de calma
No te salves
y reservas del mundo
No te llenes de calma
sólo un rincón tranquilo
No reserves del mundo
y dejas caer los párpados
Sólo un rincón tranquilo
pesados como juicios
No dejes caer los párpados
y te secas sin labios
Pesados como juicios
y te duermes sin sueño
No te quedes sin labios
y te piensas sin sangre
No te duermas sin sueño
y te juzgas sin tiempo
No te pienses sin sangre
y te quedas inmóvil
No te juzgues sin tiempo
al borde del camino
Pero si
y te salvas
Pese a todo
entonces
No puedes evitarlo
no te quedes conmigo.
¿Qué palabra se repite insistentemente al principio del poema?
¿Cómo se contrapone con la segunda parte? ¿Qué palabra indica el inicio de
esa oposición?
¿De qué trata este poema? ¿Qué pasó en el final?
¿Cómo aparece el tú lírico y el yo lírico?
…………………..
Veamos una poesía quechua (Traducción William Hurtado de Mendoza)
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Intentemos leerlas en los dos idiomas para ver la sonoridad, la cadencia, la
rima en cada uno.
KAY KHUYAY, PAKALLAPI SIRISA, GUITARRA, KASQANMANTA
Paqarinri,
Imaraq kay
Khuyaymanta
Pakallapi
Sirisa, guitarra,
Kasqanmanta;
T´ikaq raphinpi,
Chikchipi,
Sansa kasqanmanta;
Khununuypi,
Kiskapi,
Mayu kasqanmanta;
Mukukupi,
Parapi,
Qasi kasqanmanta.
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ESTE AMOR QUE EN SECRETO FUE CEREZA Y FUE GUITARRA.
Y mañana
Qué será
de este amor
que en secreto
fue cereza
y fue guitarra,
que fue brasa
entre pétalos
y granizos,
que fue río
entre espinas
y temblores,
que fue río
entre espinas
y temblores,
que fue calma
entre cumbres
y aguaceros.
¿Qué palabras se repiten el quechua?
¿Qué pasa con la traducción?
¿Cómo se consigue la rima en uno y otro idioma?
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Antología
Cuentos
Poe, Edgar Allan - El Gato Negro
Ni espero ni quiero que se dé crédito a la historia más extraordinaria, y, sin embargo, más
familiar, que voy a referir. Tratándose de un caso en el que mis sentidos se niegan a aceptar
su propio testimonio, yo habría de estar realmente loco si así lo creyera. No obstante, no
estoy loco, y, con toda seguridad, no sueño. Pero mañana puedo morir y quisiera aliviar hoy
mi espíritu. Mi inmediato deseo es mostrar al mundo, clara, concretamente y sin
comentarios, una serie de simples acontecimientos domésticos que, por sus consecuencias,
me han aterrorizado, torturado y anonadado. A pesar de todo, no trataré de esclarecerlos. A
mí casi no me han producido otro sentimiento que el de horror; pero a muchas personas les
parecerán menos terribles que baroques. Tal vez más tarde haya una inteligencia que
reduzca mi fantasma al estado de lugar común. Alguna inteligencia más serena, más lógica
y mucho menos excitable que la mía, encontrará tan sólo en las circunstancias que relato
con terror una serie normal de causas y de efectos naturalísimos.
La docilidad y humanidad de mi carácter sorprendieron desde mi infancia. Tan notable era
la ternura de mi corazón, que había hecho de mí el juguete de mis amigos. Sentía una
auténtica pasión por los animales, y mis padres me permitieron poseer una gran variedad de
favoritos. Casi todo el tiempo lo pasaba con ellos, y nunca me consideraba tan feliz como
cuando los daba de comer o los acariciaba. Con los años aumentó esta particularidad de mi
carácter, y cuando fui hombre hice de ella una de mis principales fuentes de goce. Aquellos
que han profesado afecto a un perro fiel y sagaz no requieren la explicación de la naturaleza
o intensidad de los goces que eso puede producir. En el amor desinteresado de un animal,
en el sacrificio de sí mismo, hay algo que llega directamente al corazón del que con
frecuencia ha tenido ocasión de comprobar la amistad mezquina y la frágil fidelidad del
Hombre natural.
Me casé joven. Tuve la suerte de descubrir en mi mujer una disposición semejante a la mía.
Habiéndose dado cuenta de mi gusto por estos favoritos domésticos, no perdió ocasión
alguna de proporcionármelos de la especie más agradable. Tuvimos pájaros, un pez de
color de oro, un magnífico perro, conejos, un mono pequeño y un gato.
Era este último animal muy fuerte y bello, completamente negro y de una sagacidad
maravillosa. Mi mujer, que era, en el fondo, algo supersticiosa, hablando de su inteligencia,
aludía frecuentemente a la antigua creencia popular que consideraba a todos los gatos
negros como brujas disimuladas. No quiere esto decir que hablara siempre en serio sobre
este particular, y lo consigno sencillamente porque lo recuerdo.
Plutón—llamábase así el gato—era mi predilecto amigo. Sólo yo le daba de comer, y
adondequiera que fuese me seguía por la casa. Incluso me costaba trabajo impedirle que me
siguiera por la calle.
Nuestra amistad subsistió así algunos años, durante los cuales mi carácter y mi
temperamento—me sonroja confesarlo—, por causa del demonio de la intemperancia,
sufrió una alteración radicalmente funesta. De día en día me hice más taciturno, más
irritable, más indiferente a los sentimientos ajenos. Empleé con mi mujer un lenguaje
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brutal, y con el tiempo la afligí incluso con violencias personales. Naturalmente, mi pobre
favorito debió de notar el cambio de mi carácter. No solamente no les hacía caso alguno,
sino que los maltrataba. Sin embargo, por lo que se refiere a Plutón, aún despertaba en mí la
consideración suficiente para no pegarle. En cambio, no sentía ningún escrúpulo en
maltratar a los conejos, al mono e incluso al perro, cuando, por casualidad o afecto, se
cruzaban en mi camino. Pero iba secuestrándome mi mal, porque, ¿qué mal admite una
comparación con el alcohol? Andando el tiempo, el mismo Plutón, que envejecía y,
naturalmente se hacía un poco huraño, comenzó a conocer los efectos de mi perverso
carácter.
Una noche, en ocasión de regresar a casa completamente ebrio, de vuelta de uno de mis
frecuentes escondrijos del barrio, me pareció que el gato evitaba mi presencia. Lo cogí,
pero él, horrorizado por mi violenta actitud, me hizo en la mano, con los dientes, una leve
herida. De mí se apoderó repentinamente un furor demoníaco. En aquel instante dejé de
conocerme. Pareció como si, de pronto, mi alma original hubiese abandonado mi cuerpo, y
una ruindad superdemoníaca, saturada de ginebra, se filtró en cada una de las fibras de mi
ser. Del bolsillo de mi chaleco saqué un cortaplumas, lo abrí, cogí al pobre animal por la
garganta y, deliberadamente, le vacié un ojo... Me cubre el rubor, me abrasa, me
estremezco al escribir esta abominable atrocidad.
Cuando, al amanecer, hube recuperado la razón, cuando se hubieron disipado los vapores
de mi crápula nocturna, experimenté un sentimiento mitad horror, mitad remordimiento,
por el crimen que había cometido. Pero, todo lo más, era un débil y equívoco sentimiento, y
el alma no sufrió sus acometidas. Volví a sumirme en los excesos, y no tardé en ahogar en
el vino todo recuerdo de mi acción.
Curó entre tanto el gato lentamente. La órbita del ojo perdido presentaba, es cierto, un
aspecto espantoso. Pero después, con el tiempo, no pareció que se daba cuenta de ello.
Según su costumbre, iba y venía por la casa; pero, como debí suponerlo, en cuanto veía que
me aproximaba a él, huía aterrorizado. Me quedaba aún lo bastante de mi antiguo corazón
para que me afligiera aquella manifiesta antipatía en una criatura que tanto me había amado
anteriormente. Pero este sentimiento no tardó en ser desalojado por la irritación. Como para
mi caída final e irrevocable, brotó entonces el espíritu de perversidad, espíritu del que la
filosofía no se cuida ni poco ni mucho.
No obstante, tan seguro como que existe mi alma, creo que la perversidad es uno de los
primitivos impulsos del corazón humano, una de esas indivisibles primeras facultades o
sentimientos que dirigen el carácter del hombre... ¿Quién no se ha sorprendido numerosas
veces cometiendo una acción necia o vil, por la única razón de que sabía que no debía
cometerla? ¿No tenemos una constante inclinación, pese a lo excelente de nuestro juicio, a
violar lo que es la ley, simplemente porque comprendemos que es la Ley?
Digo que este espíritu de perversidad hubo de producir mi ruina completa. El vivo e
insondable deseo del alma de atormentarse a sí misma, de violentar su propia naturaleza, de
hacer el mal por amor al mal, me impulsaba a continuar y últimamente a llevar a efecto el
suplicio que había infligido al inofensivo animal. Una mañana, a sangre fría, ceñí un nudo
corredizo en torno a su cuello y lo ahorqué de la rama de un árbol. Lo ahorqué con mis ojos
llenos de lágrimas, con el corazón desbordante del más amargo remordimiento. Lo ahorqué
porque sabía que él me había amado, y porque reconocía que no me había dado motivo
alguno para encolerizarme con él. Lo ahorqué porque sabía que al hacerlo cometía un
pecado, un pecado mortal que comprometía a mi alma inmortal, hasta el punto de colocarla,
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si esto fuera posible, lejos incluso de la misericordia infinita del muy terrible y
misericordioso Dios.
En la noche siguiente al día en que fue cometida una acción tan cruel, me despertó del
sueño el grito de: "¡Fuego!" Ardían las cortinas de mi lecho. La casa era una gran hoguera.
No sin grandes dificultades, mi mujer, un criado y yo logramos escapar del incendio. La
destrucción fue total. Quedé arruinado, y me entregué desde entonces a la desesperación.
No intento establecer relación alguna entre causa y efecto con respecto a la atrocidad y el
desastre. Estoy por encima de tal debilidad. Pero me limito a dar cuenta de una cadena de
hechos y no quiero omitir el menor eslabón. Visité las ruinas el día siguiente al del
incendio. Excepto una, todas las paredes se habían derrumbado. Esta sola excepción la
constituía un delgado tabique interior, situado casi en la mitad de la casa, contra el que se
apoyaba la cabecera de mi lecho. Allí la fábrica había resistido en gran parte a la acción del
fuego, hecho que atribuí a haber sido renovada recientemente. En torno a aquella pared se
congregaba la multitud, y numerosas personas examinaban una parte del muro con atención
viva y minuciosa. Excitaron mi curiosidad las palabras: "extraño", "singular", y otras
expresiones parecidas. Me acerqué y vi, a modo de un bajorrelieve esculpido sobre la
blanca superficie, la figura de un gigantesco gato. La imagen estaba copiada con una
exactitud realmente maravillosa. Rodeaba el cuello del animal una cuerda.
Apenas hube visto esta aparición—porque yo no podía considerar aquello más que como
una aparición—, mi asombro y mi terror fueron extraordinarios. Por fin vino en mi amparo
la reflexión. Recordaba que el gato había sido ahorcado en un jardín contiguo a la casa. A
los gritos de alarma, el jardín fue invadido inmediatamente por la muchedumbre, y el
animal debió de ser descolgado por alguien del árbol y arrojado a mi cuarto por una ventana
abierta. Indudablemente se hizo esto con el fin de despertarme. El derrumbamiento de las
restantes paredes había comprimido a la víctima de mi crueldad en el yeso recientemente
extendido. La cal del muro, en combinación con las llamas y el amoníaco del cadáver,
produjo la imagen tal como yo la veía.
Aunque prontamente satisfice así a mi razón, ya que no por completo mi conciencia, no
dejó, sin embargo, de grabar en mi imaginación una huella profunda el sorprendente caso
que acabo de dar cuenta. Durante algunos meses no pude liberarme del fantasma del gato, y
en todo este tiempo nació en mi alma una especie de sentimiento que se parecía, aunque no
lo era, al remordimiento. Llegué incluso a lamentar la pérdida del animal y a buscar en
torno mío, en los miserables tugurios que a la sazón frecuentaba, otro favorito de la misma
especie y de facciones parecidas que pudiera sustituirle.
Hallábame sentado una noche, medio aturdido, en un bodegón infame, cuando atrajo
repentinamente mi atención un objeto negro que yacía en lo alto de uno de los inmensos
barriles de ginebra o ron que componían el mobiliario más importante de la sala. Hacía ya
algunos momentos que miraba a lo alto del tonel, y me sorprendió no haber advertido el
objeto colocado encima. Me acerqué a él y lo toqué. Era un gato negro, enorme, tan
corpulento como Plutón, al que se parecía en todo menos en un pormenor: Plutón no tenía
un solo pelo blanco en todo el cuerpo, pero éste tenía una señal ancha y blanca aunque de
forma indefinida, que le cubría casi toda la región del pecho.
Apenas puse en él mi mano, se levantó repentinamente, ronroneando con fuerza, se restregó
contra mi mano y pareció contento de mi atención. Era pues, el animal que yo buscaba. Me
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apresuré a proponer al dueño su adquisición, pero éste no tuvo interés alguno por el animal.
Ni le conocía ni le había visto hasta entonces.
Continué acariciándole, y cuando me disponía a regresar a mi casa, el animal se mostró
dispuesto a seguirme. Se lo permití, e inclinándome de cuando en cuando, caminamos hacia
mi casa acariciándole. Cuando llego a ella se encontró como si fuera la suya, y se convirtió
rápidamente en el mejor amigo de mi mujer.
Por mi parte, no tardó en formarse en mí una antipatía hacia él. Era, pues, precisamente, lo
contrario de lo que yo había esperado. No sé cómo ni por qué sucedió esto, pero su evidente
ternura me enojaba y casi me fatigaba. Paulatinamente, estos sentimientos de disgusto y
fastidio acrecentaron hasta convertirse en la amargura del odio. Yo evitaba su presencia.
Una especie de vergüenza, y el recuerdo de mi primera crueldad, me impidieron que lo
maltratara. Durante algunas semanas me abstuve de pegarle o de tratarle con violencia; pero
gradual, insensiblemente, llegué a sentir por él un horror indecible, y a eludir en silencio,
como si huyera de la peste, su odiosa presencia.
Sin duda, lo que aumentó mi odio por el animal fue el descubrimiento que hice a la mañana
del siguiente día de haberlo llevado a casa. Como Plutón, también él había sido privado de
uno de sus ojos. Sin embargo, esta circunstancia contribuyó a hacerle más grato a mi mujer,
que, como he dicho ya, poseía grandemente la ternura de sentimientos que fue en otro
tiempo mi rasgo característico y el frecuente manantial de mis placeres más sencillos y
puros.
Sin embargo, el cariño que el gato me demostraba parecía crecer en razón directa de mi
odio hacia él. Con una tenacidad imposible de hacer comprender al lector, seguía
constantemente mis pasos. En cuanto me sentaba, acurrucábase bajo mi silla, o saltaba
sobre mis rodillas, cubriéndome con sus caricias espantosas. Si me levantaba para andar,
metíase entre mis piernas y casi me derribaba, o bien, clavando sus largas y agudas garras
en mi ropa, trepaba por ellas hasta mi pecho. En esos instantes, aun cuando hubiera querido
matarle de un golpe, me lo impedía en parte el recuerdo de mi primer crimen; pero, sobre
todo, me apresuro a confesarlo, el verdadero terror del animal.
Este terror no era positivamente el de un mal físico, y, no obstante, me sería muy difícil
definirlo de otro modo. Casi me avergüenza confesarlo. Aun en esta celda de malhechor,
casi me avergüenza confesar que el horror y el pánico que me inspiraba el animal habíanse
acrecentado a causa de una de las fantasías más perfectas que es posible imaginar. Mi
mujer, no pocas veces, había llamado mi atención con respecto al carácter de la mancha
blanca de que he hablado y que constituía la única diferencia perceptible entre el animal
extraño y aquel que había matado yo. Recordará, sin duda, el lector que esta señal, aunque
grande, tuvo primitivamente una forma indefinida. Pero lenta, gradualmente, por fases
imperceptibles y que mi razón se esforzó durante largo tiempo en considerar como
imaginaria, había concluido adquiriendo una nitidez rigurosa de contornos.
En ese momento era la imagen de un objeto que me hace temblar nombrarlo. Era, sobre
todo, lo que me hacía mirarle como a un monstruo de horror y repugnancia, y lo que, si me
hubiera atrevido, me hubiese impulsado a librarme de él. Era ahora, digo, ta imagen de una
cosa abominable y siniestra: la imagen ¡de la horca! ¡Oh lúgubre y terrible máquina,
máquina de espanto y crimen, de muerte y agonía!
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Yo era entonces, en verdad, un miserable, más allá de la miseria posible de la Humanidad.
Una bestia bruta, cuyo hermano fue aniquilado por mí con desprecio, una bestia bruta
engendraba en mí en mí, hombre formado a imagen del Altísimo, tan grande e intolerable
infortunio. ¡Ay! Ni de día ni de noche conocía yo la paz del descanso. Ni un solo instante,
durante el día, dejábame el animal. Y de noche, a cada momento, cuando salía de mis
sueños lleno de indefinible angustia, era tan sólo para sentir el aliento tibio de la cosa sobre
mi rostro y su enorme peso, encarnación de una pesadilla que yo no podía separar de mí y
que parecía eternamente posada en mi corazón.
Bajo tales tormentos sucumbió lo poco que había de bueno en mí. Infames pensamientos
convirtiéronse en mis íntimos; los más sombríos, los más infames de todos los
pensamientos. La tristeza de mi humor de costumbre se acrecentó hasta hacerme aborrecer
a todas las cosas y a la Humanidad entera. Mi mujer, sin embargo, no se quejaba nunca
¡Ay! Era mi paño de lágrimas de siempre. La mas paciente víctima de las repentinas,
frecuentes e indomables expansiones de una furia a la que ciertamente me abandoné desde
entonces.
Para un quehacer doméstico, me acompañó un día al sótano de un viejo edificio en el que
nos obligara a vivir nuestra pobreza. Por los agudos peldaños de la escalera me seguía el
gato, y, habiéndome hecho tropezar la cabeza, me exasperó hasta la locura. Apoderándome
de un hacha y olvidando en mi furor el espanto pueril que había detenido hasta entonces mi
mano, dirigí un golpe al animal, que hubiera sido mortal si le hubiera alcanzado como
quería. Pero la mano de mi mujer detuvo el golpe. Una rabia más que diabólica me produjo
esta intervención. Liberé mi brazo del obstáculo que lo detenía y le hundí a ella el hacha en
el cráneo. Mi mujer cayó muerta instantáneamente, sin exhalar siquiera un gemido.
Realizado el horrible asesinato, inmediata y resueltamente procuré esconder el cuerpo. Me
di cuenta de que no podía hacerlo desaparecer de la casa, ni de día ni de noche, sin correr el
riesgo de que se enteraran los vecinos. Asaltaron mi mente varios proyectos. Pensé por un
instante en fragmentar el cadáver y arrojar al suelo los pedazos. Resolví después cavar una
fosa en el piso de la cueva. Luego pensé arrojarlo al pozo del jardín. Cambien la idea y
decidí embalarlo en un cajón, como una mercancía, en la forma de costumbre, y encargar a
un mandadero que se lo llevase de casa. Pero, por último, me detuve ante un proyecto que
consideré el mas factible. Me decidí a emparedarlo en el sótano, como se dice que hacían
en la Edad Media los monjes con sus víctimas.
La cueva parecía estar construida a propósito para semejante proyecto. Los muros no
estaban levantados con el cuidado de costumbre y no hacía mucho tiempo había sido
cubierto en toda su extensión por una capa de yeso que no dejó endurecer la humedad.
Por otra parte, había un saliente en uno de los muros, producido por una chimenea artificial
o especie de hogar que quedó luego tapado y dispuesto de la misma forma que el resto del
sótano. No dudé que me sería fácil quitar los ladrillos de aquel sitio, colocar el cadáver y
emparedarlo del mismo modo, de forma que ninguna mirada pudiese descubrir nada
sospechoso.
No me engañó mi cálculo. Ayudado por una palanca, separé sin dificultad los ladrillos, y,
habiendo luego aplicado cuidadosamente el cuerpo contra la pared interior, lo sostuve en
esta postura hasta poder establecer sin gran esfuerzo toda la fábrica a su estado primitivo.
Con todas las precauciones imaginables, me preocupé una argamasa de cal y arena, preparé
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una capa que no podía distinguirse de la primitiva y cubrí escrupulosamente con ella el
nuevo tabique.
Cuando terminé, vi que todo había resultado perfecto. La pared no presentaba la más leve
señal de arreglo. Con el mayor cuidado barrí el suelo y recogí los escombros, miré
triunfalmente en torno mío y me dije: "Por lo menos, aquí, mi trabajo no ha sido
infructuoso".
Mi primera idea, entonces, fue buscar al animal que fue causante de tan tremenda
desgracia, porque, al fin, había resuelto matarlo. Si en aquel momento hubiera podido
encontrarle, nada hubiese evitado su destino. Pero parecía que el artificioso animal, ante la
violencia de mi cólera, habíase alarmado y procuraba no presentarse ante mí, desafiando mi
mal humor. Imposible describir o imaginar la intensa, la apacible sensación de alivio que
trajo a mi corazón la ausencia de la detestable criatura. En toda la noche se presentó, y ésta
fue la primera que gocé desde su entrada en la casa, durmiendo tranquila y profundamente.
Sí; dormí con el peso de aquel asesinato en mi alma.
Transcurrieron el segundo y el tercer día. Mi verdugo no vino, sin embargo. Como un
hombre libre, respiré una vez más. En su terror, el monstruo había abandonado para
siempre aquellos lugares. Ya no volvería a verle nunca: Mi dicha era infinita. Me
inquietaba muy poco la criminalidad de mi tenebrosa acción. Inicióse una especie de
sumario que apuró poco las averiguaciones. También se dispuso un reconocimiento, pero,
naturalmente, nada podía descubrirse. Yo daba por asegurada mi felicidad futura.
Al cuarto día después de haberse cometido el asesinato, se presentó inopinadamente en mi
casa un grupo de agentes de Policía y procedió de nuevo a una rigurosa investigación del
local. Sin embargo, confiado en lo impenetrable del escondite, no experimenté ninguna
turbación.
Los agentes quisieron que les acompañase en sus pesquisas. Fue explorado hasta el último
rincón. Por tercera o cuarta vez bajaron por último a la cueva. No me altere lo más mínimo.
Como el de un hombre que reposa en la inocencia, mi corazón latía pacíficamente. Recorrí l
sótano de punta a punta, cruce los brazos sobre mi pecho y me paseé indiferente de un lado
a otro. Plenamente satisfecha, la Policía se disponía a abandonar la casa. Era demasiado
intenso el júbilo de mi corazón para que pudiera reprimirlo. Sentía la viva necesidad de
decir una palabra, una palabra tan sólo a modo de triunfo, y hacer doblemente evidente su
convicción con respecto a mi inocencia.
—Señores—dije, por último, cuando los agentes subían la escalera—, es para mí una gran
satisfacción habrá desvanecido sus sospechas. Deseo a todos ustedes una buena salud y un
poco más de cortesía. Dicho sea de paso, señores, tienen ustedes aquí una casa construida—
apenas sabía lo que hablaba, en mi furioso deseo de decir algo con aire deliberado—. Puedo
asegurar que ésta es una casa excelentemente construida. Estos muros...¿Se van ustedes,
señores? Estos muros están construidos con una gran solidez.
Entonces, por una fanfarronada frenética, golpeé con fuerza, con un bastón que tenía en la
mano en ese momento, precisamente sobre la pared del tabique tras el cual yacía la esposa
de mi corazón.
¡Ah! Que por lo menos Dios me proteja y me libre de las garras del archidemonios. Apenas
húbose hundido en el silencio el eco de mis golpes, me respondió una voz desde el fondo de
la tumba. Era primero una queja, velada y encontrada como el sollozo de un niño. Después,
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en seguida, se hinchó en un prolongado, sonoro y continuo, completamente anormal e
inhumano. Un alarido, un aullido, mitad horror, mitad triunfo, como solamente puede
brotar del infierno, horrible armonía que surgiera al unísono de las gargantas de los
condenados en sus torturas y de los demonios que gozaban en la condenación.
Sería una locura expresaros mis sentimientos. Me sentí desfallecer y, tambaleándome, caí
contra la pared opuesta. Durante un instante detuviéronse en los escalones las gentes. El
terror los había dejado atónitos. Un momento después, doce brazos robustos atacaron la
pared, que cayó a tierra de un golpe. El cadáver, muy desfigurado ya y cubierto de sangre
coagulada, apareció, rígido, a los ojos de los circundantes.
Sobre su cabeza, con las rojas fauces dilatadas y llameando el único ojo, se posaba el
odioso animal cuya astucia me llevó al asesinato y cuya reveladora voz me entregaba al
verdugo. Yo había emparedado al monstruo en la tumba.
Cortázar, Julio – Final De Juego
Con Leticia y Holanda íbamos a jugar a las vías del Central Argentino los días de calor,
esperando que mamá y tía Ruth empezaran su siesta para escaparnos por la puerta blanca.
Mamá y tía Ruth estaban siempre cansadas después de lavar la loza, sobre todo cuando
Holanda y yo secábamos los platos porque entonces había discusiones, cucharitas por el
suelo, frases que sólo nosotras entendíamos, y en general un ambiente en donde el olor a
grasa, los maullidos de José y la oscuridad de la cocina acababan en una violentísima pelea
y el consiguiente desparramo. Holanda se especializaba en armar esta clase de líos, por
ejemplo dejando caer un vaso ya lavado en el tacho del agua sucia, o recordando como al
pasar que en la casa de las de Loza había dos sirvientas para todo servicio. Yo usaba otros
sistemas, prefería insinuarle a tía Ruth que se le iban a paspar las manos si seguía fregando
cacerolas en vez de dedicarse a las copas o los platos, que era precisamente lo que le
gustaba lavar a mamá , con lo cual las enfrentaba sordamente en una lucha de ventajeo por
la cosa fácil. El recurso heroico, si los consejos y las largas recordaciones familiares
empezaban a saturarnos, era volcar agua hirviendo en el lomo del gato. Es una gran mentira
eso del gato escaldado, salvo que haya que tomar al pie de la letra la referencia al agua fría;
porque de la caliente José no se alejaba nunca, y hasta parecía ofrecerse, pobre animalito, a
que le volcáramos media taza de agua a cien grados o poco menos, bastante menos
probablemente porque nunca se le caía el pelo. La cosa es que ardía Troya, y en la
confusión coronada por el espléndido si bemol de tía Ruth y la carrera de mamá en busca
del bastón de los castigos, Holanda y yo nos perdíamos en la galería cubierta, hacia las
piezas vacías del fondo donde Leticia nos esperaba leyendo a Ponson du Terrail, lectura
inexplicable.
Por lo regular mamá nos perseguía un buen trecho, pero las ganas de rompernos la
cabeza se le pasaban con gran rapidez y al final (habíamos trancado la puerta y le pedíamos
perdón con emocionantes partes teatrales) se cansaba y se iba, repitiendo la misma frase:
-Acabarán en la calle, estas mal nacidas.
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Donde acabábamos era en las vías del Central Argentino, cuando la casa quedaba en
silencio y veíamos al gato tenderse bajo el limonero para hacer él también su siesta
perfumada y zumbante de avispas. Abríamos despacio la puerta blanca, y al cerrarla otra
vez era como un viento, una libertad que nos tomaba de las manos, de todo el cuerpo y nos
lanzaba hacia adelante. Entonces corríamos buscando impulso para trepar de un envión al
breve talud del ferrocarril, encaramadas sobre el mundo contemplábamos silenciosas
nuestro reino.
Nuestro reino era así: una gran curva de las vías acababa su comba justo frente a los
fondos de nuestra casa. No había más que el balasto, los durmientes y la doble vía; pasto
ralo y estúpido entre los pedazos de adoquín donde la mica, el cuarzo y el feldespato Ä que
son los componentes del granito Ä brillaban como diamantes legítimos contra el sol de las
dos de la tarde. Cuando nos agachábamos a tocar las vías (sin perder tiempo porque hubiera
sido peligroso quedarse mucho ahí, no tanto por los trenes como por los de casa si nos
llegaban a ver) nos subía a la cara el fuego de las piedras, y al pararnos contra el viento del
río era un calor mojado pegándose a las mejillas y las orejas. Nos gustaba flexionar las
piernas y bajar, subir, bajar otra vez, entrando en una y otra zona de calor, estudiándonos
las caras para apreciar la transpiración, con lo cual al rato éramos una sopa. Y siempre
calladas, mirando al fondo de las vías, o el río al otro lado, el pedacito de río color café con
leche.
Después de esta primera inspección del reino bajábamos el talud y nos metíamos en la
mala sombra de los sauces pegados a la tapia de nuestra casa, donde se abría la puerta
blanca. Ahí estaba la capital del reino, la ciudad silvestre y la central de nuestro juego. La
primera en iniciar el juego era Leticia, la más feliz de las tres y la más privilegiada. Leticia
no tenía que secar los platos ni hacer las camas, podía pasarse el día leyendo o pegando
figuritas, y de noche la dejaban quedarse hasta más tarde si lo pedía, aparte de la pieza
solamente para ella, el caldo de hueso y toda clase de ventajas. Poco a poco se había ido
aprovechando de los privilegios, y desde el verano anterior dirigía el juego, yo creo que en
realidad dirigía el reino; por lo menos se adelantaba a decir las cosas y Holanda y yo
aceptábamos sin protestar, casi contentas. Es probable que las largas conferencias de mamá
sobre cómo debíamos portarnos con Leticia hubieran hecho su efecto, o simplemente que la
queríamos bastante y no nos molestaba que fuese la jefa. Lástima que no tenía aspecto para
jefa, era la más baja de las tres, y tan flaca. Holanda era flaca, y yo nunca pesé más de
cincuenta kilos, pero Leticia era la más flaca de las tres, y para peor una de esas flacuras
que se ven de fuera, en el pescuezo y las orejas. Tal vez el endurecimiento de la espalda la
hacía parecer más flaca, como casi no podía mover la cabeza a los lados daba la impresión
de una tabla de planchar parada, de esas forradas de género blanco como había en la casa de
las de Loza. Una tabla de planchar con la parte más ancha para arriba, parada contra la
pared. Y nos dirigía.
La satisfacción más profunda era imaginarme que mamá o tía Ruth se enteraran un día
del juego. Si llegaban a enterarse del juego se iba a armar una meresunda increíble. El si
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bemol y los desmayos, las inmensas protestas de devoción y sacrificio malamente
recompensados, el amontonamiento de invocaciones a los castigos más célebres, para
rematar con el anuncio de nuestros destinos, que consistían en que las tres terminaríamos en
la calle. Esto último siempre nos había dejado perplejas, porque terminar en la calle nos
parecía bastante normal.
Primero Leticia nos sorteaba. Usábamos piedritas escondidas en la mano, contar hasta
veintiuno, cualquier sistema. Si usábamos el de contar hasta veintiuno, imaginábamos dos o
tres chicas más y las incluíamos en la cuenta para evitar trampas. Si una de ellas salía
veintiuna, la sacábamos del grupo y sorteábamos de nuevo, hasta que nos tocaba a una de
nosotras. Entonces Holanda y yo levantábamos la piedra y abríamos la caja de los
ornamentos. Suponiendo que Holanda hubiese ganado, Leticia y yo escogíamos los
ornamentos. El juego marcaba dos formas: estatuas y actitudes. Las actitudes no requerían
ornamentos pero sí mucha expresividad, para la envidia mostrar los dientes, crispar las
manos y arreglárselas de modo de tener un aire amarillo. Para la caridad el ideal era un
rostro angélico, con los ojos vueltos al cielo, mientras las manos ofrecían algo -un trapo,
una pelota, una rama de sauce- a un pobre huerfanito invisible. La vergüenza y el miedo
eran fáciles de hacer; el rencor y los celos exigían estudios más detenidos. Los ornamentos
se destinaban casi todos a las estatuas, donde reinaba una libertad absoluta. Para que una
estatua resultara, había que pensar bien cada detalle de la indumentaria. El juego marcaba
que la elegida no podía tomar parte en la selección; las dos restantes debatían el asunto y
aplicaban luego los ornamentos. La elegida debía inventar su estatua aprovechando lo que
le habían puesto, y el juego era así mucho m s complicado y excitante porque a veces había
alianzas contra, y la víctima se veía ataviada con ornamentos que no le iban para nada; de
su viveza dependía entonces que inventara una buena estatua. Por lo general cuando el
juego marcaba actitudes la elegida salía bien parada pero hubo veces en que las estatuas
fueron fracasos horribles.
Lo que cuento empezó vaya a saber cuándo, pero las cosas cambiaron el día en que el
primer papelito cayó del tren. Por supuesto que las actitudes y las estatuas no eran para
nosotras mismas, porque nos hubiéramos cansado en seguida. El juego marcaba que la
elegida debía colocarse al pie del talud, saliendo de la sombra de los sauces, y esperar el
tren de las dos y ocho que venía del Tigre. A esa altura de Palermo los trenes pasan
bastante rápido, y no nos daba vergüenza hacer la estatua o la actitud. Casi no veíamos a la
gente de las ventanillas, pero con el tiempo llegamos a tener práctica y sabíamos que
algunos pasajeros esperaban vernos. Un señor de pelo blanco y anteojos de carey sacaba la
cabeza por la ventanilla y saludaba a la estatua o la actitud con el pañuelo. Los chicos que
volvían del colegio sentados en los estribos gritaban cosas al pasar, pero algunos se
quedaban serios mirándonos. En realidad la estatua o la actitud no veía nada, por el
esfuerzo de mantenerse inmóvil, pero las otras dos bajo los sauces analizaban con gran
detalle el buen éxito o la indiferencia producidos. Fue un martes cuando cayó el papelito, al
pasar el segundo coche. Cayó muy cerca de Holanda, que ese día era la maledicencia, y
reboto hasta mí. era un papelito muy doblado y sujeto a una tuerca. Con letra de varón y
bastante mala, decía: "Muy lindas estatuas. Viajo en la tercera ventanilla del segundo
coche, Ariel B." Nos pareció un poco seco, con todo ese trabajo de atarle la tuerca y tirarlo,
pero nos encantó. Sorteamos para saber quién se lo quedaría, y me lo gané.. Al otro día
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ninguna quería jugar para poder ver cómo era Ariel B., pero temimos que interpretara mal
nuestra interrupción, de manera que sorteamos y ganó Leticia. Nos alegramos mucho con
Holanda porque Leticia era muy buena como estatua, pobre criatura. La parálisis no se
notaba estando quieta, y ella era capaz de gestos de una enorme nobleza. Como actitudes
elegía siempre la generosidad, el sacrificio y el renunciamiento. Como estatuas buscaba el
estilo de Venus de la sala que tía Ruth llamaba la Venus del Nilo. Por eso le elegimos
ornamentos especiales para que Ariel se llevara una buena impresión. Le pusimos un
pedazo de terciopelo verde a manera de túnica, y una corona de sauce en el pelo. Como
andábamos de manga corta, el efecto griego era grande. Leticia se ensayó un rato a la
sombra, y decidimos que nosotras nos asomaríamos también y saludaríamos a Ariel con
discreción pero muy amables. Leticia estuvo magnífica, no se le movía ni un dedo cuando
llegó el tren Como no podía girar la cabeza la echaba para atrás, juntando los brazos al
cuerpo casi como si le faltaran; aparte el verde de la túnica, era como mirar la Venus del
Nilo. En la tercera ventanilla vimos a un muchacho de rulos rubios y ojos claros que nos
hizo una gran sonrisa al descubrir que Holanda y yo lo saludábamos. El tren se lo llevó en
un segundo, pero eran las cuatro y media y todavía discutíamos si vestía de oscuro, si
llevaba corbata roja y si era odioso o simpático. El jueves yo hice la actitud del desaliento,
y recibimos otro papelito que decía: "Las tres me gustan mucho. Ariel." Ahora él sacaba la
cabeza y un brazo por la ventanilla y nos saludaba riendo. Le calculamos dieciocho años
(seguras que no tenía más de dieciséis) y convinimos en que volvía diariamente de algún
colegio inglés. Lo más seguro de todo era el colegio inglés, no aceptábamos un incorporado
cualquiera. Se vería que Ariel era muy bien.
Pasó que Holanda tuvo la suerte increíble de ganar tres días seguidos. Superándose, hizo las
actitudes del desengaño y el latrocinio, y una estatua dificilísima de bailarina, sosteniéndose
en un pie desde que el tren entró en la curva. Al otro día gané yo, y después de nuevo;
cuando estaba haciendo la actitud del horror, recibí casi en la nariz un papelito de Ariel que
al principio no entendimos: "La más linda es la más haragana." Leticia fue la última en
darse cuenta, la vimos que se ponía colorada y se iba a un lado, y Holanda y yo nos
miramos con un poco de rabia. Lo primero que se nos ocurrió sentenciar fue que Ariel era
un idiota, pero no podíamos decirle eso a Leticia, pobre ángel, con su sensibilidad y la cruz
que llevaba encima. Ella no dijo nada, pero pareció entender que el papelito era suyo y se lo
guardó. Ese día volvimos bastante calladas a casa, y por la noche no jugamos juntas. En la
mesa Leticia estuvo muy alegre, le brillaban los ojos, y mamá miró una o dos veces a tía
Ruth como poniéndola de testigo de su propia alegría. En aquellos días estaban ensayando
un nuevo tratamiento fortificante para Leticia, y por lo visto era una maravilla lo bien que
le sentaba.
Antes de dormirnos, Holanda y yo hablamos del asunto. No nos molestaba el papelito de
Ariel, desde un tren andando las cosas se ven como se ven, pero nos parecía que Leticia se
estaba aprovechando demasiado de su ventaja sobre nosotras. Sabía que no le íbamos a
decir nada, y que en una casa donde hay alguien con algún defecto físico y mucho orgullo,
todos juegan a ignorarlo empezando por el enfermo, o más bien se hacen los que no saben
que el otro sabe. Pero tampoco había que exagerar y la forma en que Leticia se había
portado en la mesa, o su manera de guardarse el papelito, era demasiado. Esa noche yo
volví a soñar mis pesadillas con trenes, anduve de madrugada por enormes playas
ferroviarias cubiertas de vías llenas de empalmes, viendo a distancia las luces rojas de
locomotoras que venían, calculando con angustia si el tren pasaría a mi izquierda, y a la vez
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amenazada por la posible llegada de un rápido a mi espalda o -lo que era peor- que a último
momento Uno de los trenes tomara uno de los desvíos y se me viniera encima. Pero de
mañana me olvidé porque Leticia amaneció muy dolorida y tuvimos que ayudarla a
vestirse. Nos pareció que estaba un poco arrepentida de lo de ayer y fuimos muy buenas
con ella, diciéndole que esto le pasaba por andar demasiado, y que tal vez lo mejor sería
que se quedara leyendo en su cuarto. Ella no dijo nada pero vino a almorzar a la mesa, y a
las preguntas de mamá contestó que ya estaba muy bien y que casi no le dolía la espalda. Se
lo decía y nos miraba.
Esa tarde gané yo, pero en ese momento me vino un no sé qué y le dije a Leticia que le
dejaba mi lugar, claro que sin darle a entender por qué. Ya que el otro la prefería, que la
mirara hasta cansarse. Como el juego marcaba estatua, le elegimos cosas sencillas para no
complicarle la vida, y ella inventó una especie de princesa china, con aire vergonzoso,
mirando al suelo y juntando las manos como hacen las princesas chinas. Cuando pasó el
tren, Holanda se puso de espaldas bajo los sauces pero yo miré y vi que Ariel no tenía ojos
más que para Leticia. La siguió mirando hasta que el tren se perdió en la curva, y Leticia
estaba inmóvil y o sabía que él acababa de mirarla así. Pero cuando vino a descansar bajo
los sauces vimos que sí sabía, y que le hubiera gustado seguir con los ornamentos toda la
tarde, toda la noche.
El miércoles sorteamos entre Holanda y yo porque Leticia nos dijo que era justo que ella
se saliera. Ganó Holanda con su suerte maldita, pero la carta de Ariel cayó de mi lado.
Cuando la levanté tuve el impulso de dársela a Leticia que no decía nada, pero pensé que
tampoco era cosa de complacerle todos los gustos, y la abrí despacio. Ariel anunciaba que
al otro día iba a bajarse en la estación vecina y que vendría por el terraplén para charlar un
rato. Todo estaba terriblemente escrito, pero la frase final era hermosa: "Saludo a las tres
estatuas muy atentamente. " La firma parecía un garabato aunque se notaba la personalidad.
Mientras le quitábamos los ornamentos a Holanda, Leticia me miró una o dos veces. Yo
les había leído el mensaje y nadie hizo comentarios, lo que resultaba molesto porque al fin
y al cabo Ariel iba a venir y había que pensar en esa novedad y decidir algo. Si en casa se
enteraban, o por desgracia a alguna de las de Loza le daba por espiarnos, con lo envidiosas
que eran esas enanas, seguro que se iba a armar la meresunda. Además que era muy raro
quedarnos calladas con una cosa así, sin mirarnos casi mientras guardábamos los
ornamentos y volvíamos por la puerta blanca.
Tía Ruth nos pidió a Holanda y a mí que bañáramos a José, se llevó a Leticia para
hacerle el tratamiento, y por fin pudimos desahogarnos tranquilas. Nos parecía maravilloso
que viniera Ariel, nunca habíamos tenido un amigo así, a nuestro primo Tito no lo
contábamos, un tilingo que juntaba figuritas y creía en la primera comunión. Estábamos
nerviosísimas con la expectativa y José pagó el pato, pobre ángel. Holanda fue más valiente
y sacó el tema de Leticia. Yo no sabía que pensar, de un lado me parecía horrible que Ariel
se enterara, pero también era justo que las cosas se aclararan porque nadie tiene por qué‚
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perjudicarse a causa de otro. Lo que yo hubiera querido es que Leticia no sufriera, bastante
cruz tenía encima y ahora con el nuevo tratamiento y tantas cosas.
A la noche mamá se extrañó de vernos tan calladas y dijo qué milagro, si nos habían
comido la lengua los ratones, después miró a tía Ruth y las dos pensaron seguro que
habíamos hecho alguna gorda y que nos remordía la conciencia. Leticia comió muy poco y
dijo que estaba dolorida, que la dejaran ir a su cuarto a leer Rocambole. Holanda le dio el
brazo aunque ella no quería mucho, y yo me puse a tejer, que es una cosa que me viene
cuando estoy nerviosa. Dos veces pensé‚ ir al cuarto de Leticia, no me explicaba qué hacían
esas dos ahí solas, pero Holanda volvió con aire de gran importancia y se quedó a mi lado
sin hablar hasta que mamá y tía Ruth levantaron la mesa. "Ella no va a ir mañana. Escribió
una carta y dijo que si él pregunta mucho, se la demos." Entornando el bolsillo de la blusa
me hizo ver un sobre violeta. Después nos llamaron para secar los platos, y esa noche nos
dormimos casi en seguida por todas las emociones y el cansancio de bañar a José.
Al otro día me tocó a mi salir de compras al mercado y en toda la mañana no vi a Leticia
que seguía en su cuarto. Antes que llamaran a la mesa entré un momento y la encontré al
lado de la ventana, con muchas almohadas y el tomo noveno de Rocambole. Se veía que
estaba mal, pero se puso a reír y me contó de una abeja que no encontraba la salida y de un
sueño cómico que había tenido. Yo le dije que era una lástima que no fuera a venir a los
sauces, pero me parecía tan difícil decírselo bien. "Si querés podemos explicarle a Ariel que
estabas descompuesta", le propuse, pero ella decía que no y se quedaba callada. Yo insistí
un poco en que viniera, y al final me animé y le dije que no tuviese miedo, poniéndole
como ejemplo que el verdadero cariño no conoce barreras y otras ideas preciosas que
habíamos aprendido en El Tesoro de la Juventud, pero era cada vez más difícil decirle nada
porque ella miraba la ventana y parecía como si fuera a ponerse a llorar. Al final me fui
diciendo que mamá me precisaba. El almuerzo duró días, y Holanda se ganó un sopapo de
tía Ruth por salpicar el mantel con tuco. Ni me acuerdo de cómo secamos los platos, de
repente Estábamos en los sauces y las dos nos abrazábamos llenas de felicidad y nada
celosas una de otra. Holanda me explicó todo lo que teníamos que decir sobre nuestros
estudios para que Ariel se llevara una buena impresión, porque los del secundario
desprecian a las chicas que no han hecho más que la primaria y solamente estudian corte y
repujado al aceite. Cuando pasó el tren de las dos y ocho Ariel sacó los brazos con
entusiasmo, y con nuestros pañuelos estampados le hicimos señas de bienvenida. Unos
veinte minutos después lo llegar por el terraplén, y era más alto de lo que pensábamos y
todo de gris.
Bien no me acuerdo de lo que hablamos al principio, él era bastante tímido a pesar de
haber venido y los papelitos, y decía cosas muy pensadas. Casi en seguida nos elogió
mucho las estatuas y las actitudes y preguntó cómo nos llamábamos y por qué faltaba la
tercera. Holanda explicó que Leticia no había podido venir, y él dijo que era una lástima y
que Leticia le parecía un nombre precioso. Después nos contó cosas del Industrial, que por
desgracia no era un colegio inglés, y quiso saber si le mostraríamos los ornamentos.
Holanda levantó la piedra y le hicimos ver las cosas. A él parecían interesarle mucho, y
varias veces tomó alguno de los ornamentos y dijo: "Éste lo llevaba Leticia un día", o:
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"Éste fue para la estatua oriental", con lo que quería decir la princesa china. Nos sentamos a
la sombra de un sauce y él estaba contento pero distraído, se veía que sólo se quedaba de
bien educado. Holanda me miró dos o tres veces cuando la conversación decaía, y eso nos
hizo mucho mal a las dos, nos dio deseos de irnos o que Ariel no hubiese venido nunca. El
preguntó otra vez si Leticia estaba enferma, y Holanda me miró y yo creí que iba a decirle,
pero en cambio contestó que Leticia no había podido venir. Con una ramita Ariel dibujaba
cuerpos geométricos en la tierra, y de cuando en cuando miraba la puerta blanca y nosotras
sabíamos lo que estaba pasando, por eso Holanda hizo bien en sacar el sobre violeta y
alcanzárselo, y él se quedó sorprendido con el sobre en la mano, después se puso muy
colorado mientras le explicábamos que eso se lo mandaba Leticia, y se guardó la carta en el
bolsillo de adentro del saco sin querer leerla delante de nosotras. Casi en seguida dijo que
había tenido un gran placer y que estaba encantado de haber venido, pero su mano era
blanda y antipática de modo que fue mejor que la visita se acabara, aunque más tarde no
hicimos más que pensar en sus ojos grises y en esa manera triste que tenía de sonreír.
También nos acordamos de cómo se había despedido diciendo: "Hasta siempre", una forma
que nunca habíamos oído en casa y que nos pareció tan divina y poética. Todo se lo
contamos a Leticia que nos estaba esperando debajo del limonero del patio, y yo hubiese
querido preguntarle qué decía su carta pero me dio no sé qué porque ella había cerrado el
sobre antes de confiárselo a Holanda, así que no le dije nada y solamente le contamos cómo
era Ariel y cuantas veces había preguntado por ella. Esto no era nada fácil de decírselo
porque era una cosa linda y mala a la vez, nos dábamos cuenta que Leticia se sentía muy
feliz y al mismo tiempo estaba casi llorando, hasta que nos fuimos diciendo que tía Ruth
nos precisaba y la dejamos mirando las avispas del limonero.
Cuando íbamos a dormirnos esa noche, Holanda me dijo: "Vas a ver que mañana se
acaba el juego." Pero se equivocaba aunque no por mucho, y al otro día Leticia nos hizo la
seña convenida en el momento del postre. Nos fuimos a lavar la loza bastante asombradas y
con un poco de rabia, porque eso era una desvergüenza de Leticia y no estaba bien. Ella nos
esperaba en la puerta y casi nos morimos de miedo cuando al llegar a los sauces vimos que
sacaba del bolsillo el collar de perlas de mamá y todos los anillos, hasta el grande con rubí
de tía Ruth. Si las de Loza espiaban y nos veían con las alhajas, seguro que mamá iba a
saberlo en seguida y que nos mataría, enanas asquerosas. Pero Leticia no estaba asustada y
dijo que si algo sucedía ella era la única responsable. "Quisiera que me dejaran hoy a mí",
agregó sin mirarnos. Nosotras sacamos en seguida los ornamentos, de golpe queríamos ser
tan buenas con Leticia, darle todos los gustos y eso que en el fondo nos quedaba un poco de
encono. Como el juego marcaba estatua, le elegimos cosas preciosas que iban bien con las
alhajas, muchas plumas de pavorreal para sujetar el pelo, una piel que de lejos parecía un
zorro plateado, y un velo rosa que ella se puso como un turbante. La vimos que pensaba,
ensayando la estatua pero sin moverse, y cuando el tren apareció en la curva fue a ponerse
al pie del talud con todas las alhajas que brillaban al sol. Levantó los brazos como si en vez
de una estatua fuera a hacer una actitud, y con las manos señaló el cielo mientras echaba la
cabeza hacia atrás (que era lo único que podía hacer, pobre) y doblaba el cuerpo hasta
darnos miedo. Nos pareció maravillosa, la estatua más regia que había hecho nunca, y
entonces vimos a Ariel que la miraba, salido de la ventanilla la miraba solamente a ella,
girando la cabeza y mirándola sin vernos a nosotras hasta que el tren se lo llevó de golpe.
No sé por qué las dos corrimos al mismo tiempo a sostener a Leticia que estaba con lo ojos
cerrados y grandes l grimas por toda la cara. Nos rechazó sin enojo, pero la ayudamos a
esconder las alhajas en el bolsillo, y se fue sola a casa mientras guardábamos por última vez
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los ornamentos en su caja. Casi sabíamos lo que iba a suceder, pero lo mismo al otro día
fuimos las dos a los sauces, después que tía Ruth nos exigió silencio absoluto para no
molestar a Leticia que estaba dolorida y quería dormir. Cuando llegó el tren vimos sin
ninguna sorpresa la tercera ventanilla vacía, y mientras nos sonreíamos entre aliviadas y
furiosas, imaginamos a Ariel viajando del otro lado del coche, quieto en su asiento,
mirando hacia el río con sus ojos grises.
Cortázar, Julio – Axolotl
Hubo un tiempo en que yo pensaba mucho en los axolotl. Iba a verlos al acuario del Jardín
des Plantes y me quedaba horas mirándolos, observando su inmovilidad, sus oscuros
movimientos. Ahora soy un axolotl.
El azar me llevó hasta ellos una mañana de primavera en que París abría su cola de pavo
real después de la lenta invernada. Bajé por el bulevar de Port Royal, tomé St. Marcel y
L’Hôpital, vi los verdes entre tanto gris y me acordé de los leones. Era amigo de los leones
y las panteras, pero nunca había entrado en el húmedo y oscuro edificio de los acuarios.
Dejé mi bicicleta contra las rejas y fui a ver los tulipanes. Los leones estaban feos y tristes y
mi pantera dormía. Opté por los acuarios, soslayé peces vulgares hasta dar inesperadamente
con los axolotl. Me quedé una hora mirándolos, y salí incapaz de otra cosa.
En la biblioteca Saint-Geneviève consulté un diccionario y supe que los axolotl son formas
larvales, provistas de branquias, de una especie de batracios del género amblistoma. Que
eran mexicanos lo sabía ya por ellos mismos, por sus pequeños rostros rosados aztecas y el
cartel en lo alto del acuario. Leí que se han encontrado ejemplares en África capaces de
vivir en tierra durante los períodos de sequía, y que continúan su vida en el agua al llegar la
estación de las lluvias. Encontré su nombre español, ajolote, la mención de que son
comestibles y que su aceite se usaba (se diría que no se usa más) como el de hígado de
bacalao.
No quise consultar obras especializadas, pero volví al día siguiente al Jardin des Plantes.
Empecé a ir todas las mañanas, a veces de mañana y de tarde. El guardián de los acuarios
sonreía perplejo al recibir el billete. Me apoyaba en la barra de hierro que bordea los
acuarios y me ponía a mirarlos. No hay nada de extraño en esto porque desde un primer
momento comprendí que estábamos vinculados, que algo infinitamente perdido y distante
seguía sin embargo uniéndonos. Me había bastado detenerme aquella primera mañana ante
el cristal donde unas burbujas corrían en el agua. Los axolotl se amontonaban en el
mezquino y angosto (sólo yo puedo saber cuán angosto y mezquino) piso de piedra y
musgo del acuario. Había nueve ejemplares y la mayoría apoyaba la cabeza contra el
cristal, mirando con sus ojos de oro a los que se acercaban. Turbado, casi avergonzado,
sentí como una impudicia asomarme a esas figuras silenciosas e inmóviles aglomeradas en
el fondo del acuario. Aislé mentalmente una situada a la derecha y algo separada de las
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otras para estudiarla mejor. Vi un cuerpecito rosado y como translúcido (pensé en las
estatuillas chinas de cristal lechoso), semejante a un pequeño lagarto de quince centímetros,
terminado en una cola de pez de una delicadeza extraordinaria, la parte más sensible de
nuestro cuerpo. Por el lomo le corría una aleta transparente que se fusionaba con la cola,
pero lo que me obsesionó fueron las patas, de una finura sutilísima, acabadas en menudos
dedos, en uñas minuciosamente humanas. Y entonces descubrí sus ojos, su cara, dos
orificios como cabezas de alfiler, enteramente de un oro transparente carentes de toda vida
pero mirando, dejándose penetrar por mi mirada que parecía pasar a través del punto áureo
y perderse en un diáfano misterio interior. Un delgadísimo halo negro rodeaba el ojo y los
inscribía en la carne rosa, en la piedra rosa de la cabeza vagamente triangular pero con
lados curvos e irregulares, que le daban una total semejanza con una estatuilla corroída por
el tiempo. La boca estaba disimulada por el plano triangular de la cara, sólo de perfil se
adivinaba su tamaño considerable; de frente una fina hendedura rasgaba apenas la piedra
sin vida. A ambos lados de la cabeza, donde hubieran debido estar las orejas, le crecían tres
ramitas rojas como de coral, una excrescencia vegetal, las branquias supongo. Y era lo
único vivo en él, cada diez o quince segundos las ramitas se enderezaban rígidamente y
volvían a bajarse. A veces una pata se movía apenas, yo veía los diminutos dedos
posándose con suavidad en el musgo. Es que no nos gusta movernos mucho, y el acuario es
tan mezquino; apenas avanzamos un poco nos damos con la cola o la cabeza de otro de
nosotros; surgen dificultades, peleas, fatiga. El tiempo se siente menos si nos estamos
quietos.
Fue su quietud la que me hizo inclinarme fascinado la primera vez que vi a los axolotl.
Oscuramente me pareció comprender su voluntad secreta, abolir el espacio y el tiempo con
una inmovilidad indiferente. Después supe mejor, la contracción de las branquias, el tanteo
de las finas patas en las piedras, la repentina natación (algunos de ellos nadan con la simple
ondulación del cuerpo) me probó que eran capaz de evadirse de ese sopor mineral en el que
pasaban horas enteras. Sus ojos sobre todo me obsesionaban. Al lado de ellos en los
restantes acuarios, diversos peces me mostraban la simple estupidez de sus hermosos ojos
semejantes a los nuestros. Los ojos de los axolotl me decían de la presencia de una vida
diferente, de otra manera de mirar. Pegando mi cara al vidrio (a veces el guardián tosía
inquieto) buscaba ver mejor los diminutos puntos áureos, esa entrada al mundo
infinitamente lento y remoto de las criaturas rosadas. Era inútil golpear con el dedo en el
cristal, delante de sus caras no se advertía la menor reacción. Los ojos de oro seguían
ardiendo con su dulce, terrible luz; seguían mirándome desde una profundidad insondable
que me daba vértigo.
Y sin embargo estaban cerca. Lo supe antes de esto, antes de ser un axolotl. Lo supe el día
en que me acerqué a ellos por primera vez. Los rasgos antropomórficos de un mono
revelan, al revés de lo que cree la mayoría, la distancia que va de ellos a nosotros. La
absoluta falta de semejanza de los axolotl con el ser humano me probó que mi
reconocimiento era válido, que no me apoyaba en analogías fáciles. Sólo las manecitas...
Pero una lagartija tiene también manos así, y en nada se nos parece. Yo creo que era la
cabeza de los axolotl, esa forma triangular rosada con los ojitos de oro. Eso miraba y sabía.
Eso reclamaba. No eran animales.
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Parecía fácil, casi obvio, caer en la mitología. Empecé viendo en los axolotl una
metamorfosis que no conseguía anular una misteriosa humanidad. Los imaginé conscientes,
esclavos de su cuerpo, infinitamente condenados a un silencio abisal, a una reflexión
desesperada. Su mirada ciega, el diminuto disco de oro inexpresivo y sin embargo
terriblemente lúcido, me penetraba como un mensaje: «Sálvanos, sálvanos». Me sorprendía
musitando palabras de consuelo, transmitiendo pueriles esperanzas. Ellos seguían
mirándome inmóviles; de pronto las ramillas rosadas de las branquias se enderezaban. En
ese instante yo sentía como un dolor sordo; tal vez me veían, captaban mi esfuerzo por
penetrar en lo impenetrable de sus vidas. No eran seres humanos, pero en ningún animal
había encontrado una relación tan profunda conmigo. Los axolotl eran como testigos de
algo, y a veces como horribles jueces. Me sentía innoble frente a ellos, había una pureza tan
espantosa en esos ojos transparentes. Eran larvas, pero larva quiere decir máscara y también
fantasma. Detrás de esas caras aztecas inexpresivas y sin embargo de una crueldad
implacable, ¿qué imagen esperaba su hora?
Les temía. Creo que de no haber sentido la proximidad de otros visitantes y del guardián,
no me hubiese atrevido a quedarme solo con ellos. «Usted se los come con los ojos», me
decía riendo el guardián, que debía suponerme un poco desequilibrado. No se daba cuenta
de que eran ellos los que me devoraban lentamente por los ojos en un canibalismo de oro.
Lejos del acuario no hacía mas que pensar en ellos, era como si me influyeran a distancia.
Llegué a ir todos los días, y de noche los imaginaba inmóviles en la oscuridad, adelantando
lentamente una mano que de pronto encontraba la de otro. Acaso sus ojos veían en plena
noche, y el día continuaba para ellos indefinidamente. Los ojos de los axolotl no tienen
párpados.
Ahora sé que no hubo nada de extraño, que eso tenía que ocurrir. Cada mañana al
inclinarme sobre el acuario el reconocimiento era mayor. Sufrían, cada fibra de mi cuerpo
alcanzaba ese sufrimiento amordazado, esa tortura rígida en el fondo del agua. Espiaban
algo, un remoto señorío aniquilado, un tiempo de libertad en que el mundo había sido de
los axolotl. No era posible que una expresión tan terrible que alcanzaba a vencer la
inexpresividad forzada de sus rostros de piedra, no portara un mensaje de dolor, la prueba
de esa condena eterna, de ese infierno líquido que padecían. Inútilmente quería probarme
que mi propia sensibilidad proyectaba en los axolotl una conciencia inexistente. Ellos y yo
sabíamos. Por eso no hubo nada de extraño en lo que ocurrió. Mi cara estaba pegada al
vidrio del acuario, mis ojos trataban una vez mas de penetrar el misterio de esos ojos de oro
sin iris y sin pupila. Veía de muy cerca la cara de una axolotl inmóvil junto al vidrio. Sin
transición, sin sorpresa, vi mi cara contra el vidrio, en vez del axolotl vi mi cara contra el
vidrio, la vi fuera del acuario, la vi del otro lado del vidrio. Entonces mi cara se apartó y yo
comprendí.
Sólo una cosa era extraña: seguir pensando como antes, saber. Darme cuenta de eso fue en
el primer momento como el horror del enterrado vivo que despierta a su destino. Afuera mi
cara volvía a acercarse al vidrio, veía mi boca de labios apretados por el esfuerzo de
comprender a los axolotl. Yo era un axolotl y sabía ahora instantáneamente que ninguna
comprensión era posible. Él estaba fuera del acuario, su pensamiento era un pensamiento
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fuera del acuario. Conociéndolo, siendo él mismo, yo era un axolotl y estaba en mi mundo.
El horror venía -lo supe en el mismo momento- de creerme prisionero en un cuerpo de
axolotl, transmigrado a él con mi pensamiento de hombre, enterrado vivo en un axolotl,
condenado a moverme lúcidamente entre criaturas insensibles. Pero aquello cesó cuando
una pata vino a rozarme la cara, cuando moviéndome apenas a un lado vi a un axolotl junto
a mí que me miraba, y supe que también él sabía, sin comunicación posible pero tan
claramente. O yo estaba también en él, o todos nosotros pensábamos como un hombre,
incapaces de expresión, limitados al resplandor dorado de nuestros ojos que miraban la cara
del hombre pegada al acuario.
Él volvió muchas veces, pero viene menos ahora. Pasa semanas sin asomarse. Ayer lo vi,
me miró largo rato y se fue bruscamente. Me pareció que no se interesaba tanto por
nosotros, que obedecía a una costumbre. Como lo único que hago es pensar, pude pensar
mucho en él. Se me ocurre que al principio continuamos comunicados, que él se sentía más
que nunca unido al misterio que lo obsesionaba. Pero los puentes están cortados entre él y
yo porque lo que era su obsesión es ahora un axolotl, ajeno a su vida de hombre. Creo que
al principio yo era capaz de volver en cierto modo a él -ah, sólo en cierto modo-, y
mantener alerta su deseo de conocernos mejor. Ahora soy definitivamente un axolotl, y si
pienso como un hombre es sólo porque todo axolotl piensa como un hombre dentro de su
imagen de piedra rosa. Me parece que de todo esto alcancé a comunicarle algo en los
primeros días, cuando yo era todavía él. Y en esta soledad final, a la que él ya no vuelve,
me consuela pensar que acaso va a escribir sobre nosotros, creyendo imaginar un cuento va
a escribir todo esto sobre los axolotl.
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Reglas ortográficas
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