Fray Dominique Pire, OP, Premio Nobel de la Paz

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Fray Dominique Pire, OP, Premio Nobel de la Paz - 10-02-2015
por Ventanas - entreParéntesis - http://entreparentesis.org
Fray Dominique Pire, OP, Premio Nobel de la Paz
por Ventanas - 10-02-2015
http://entreparentesis.org/fray-dominique-pire-op-premio-nobel-de-la-paz/
Por: Fr. Vicente Niño Orti, OP
Una visita a una campo de refugiados en 1949, fue el detonante de un amplísimo movimiento de
concienciación y actividad que llevó al dominico belga, Fr. Dominique Pire, nacido un 10 de febrero
de 1910, profesor de teología en la Universidad de Lovaina, a terminar ganando el Premio Nobel de la
Paz del año 1958, el primero concedido a un religioso. Pero más allá de honores y premios, le llevó a
plasmar su fe en la humanidad y dignidad concreta de cada ser humano, su fe en el mensaje del Evangelio
que fue el centro de su vida como creyente y dominico, el mensaje del amor y de la irrenunciable
dignidad de cada persona concreta, especialmente la de los últimos, los olvidados, tratando de
recordársela a ellos mismos, de recuperarla para aquellos que para nadie cuentan.
Despierta su compasión, que tan próxima está a la identidad de los dominicos, por la miseria material y
moral de los refugiados de la Guerra Mundial -casi cuatro millones de desplazados, vagando por Europa,
o hacinados en campos de refugiados, olvidados, sin que nadie se ocupara de ellos, hundidos, sin
esperanza, sabiéndose al margen de los estados, inservibles para los organismos y naciones que se
ocupaban de la reconstrucción de Europa de entre sus ruinas, heridos muchos, enloquecidos otros- funda
la Asociación Ayuda a las Personas Desplazadas "Europa del corazón", con el objetivo de «asegurar a los
refugiados sin patria, cualquiera que sea su nacionalidad o religión, una ayuda material o moral, bajo
todas sus formas, (...) y forjar alrededor del problema de los refugiados sin Patria una cadena de buenas
voluntades bajo la forma de una «Europa del corazón». Se propuso Dominique Pire «no solo salvar de la
miseria material a cada individuo aislado sino devolver la confianza en sí misma a cada una de esas
personas, confianza que habían perdido en el curso de los años pasados de manera embrutedecedora en
los campos de refugiados».
Comenzó por algo sencillo pero central: tratar de devolver la dignidad a los refugiados. Por medio de
apadrinamientos, 15.000 familias de fuera de los campos de refugiados comunicándose por medio de
cartas con 15.000 familias en los campamentos, les descubrieron que había seres humanos dispuestos a
tenderles una mano, haciéndoles saber que más allá de su situación, seguían contando para alguien,
recordándoles su propia dignidad y humanidad. Tras eso, a partir de 1950 crea por toda Europa asilos
para que los ancianos refugiados pudieran salir de los campos para ser cuidados en su vejez. Hasta
200.000 desplazados encontraron cuidado, amor y cobijo. En 1956 comenzó a edificar una serie de aldeas
por toda Europa destinadas a la integración de las familias de refugiados. Más que aldeas aisladas, eran en
realidad ciudades, pues no quería que se creasen guetos sino tratar que los desplazados se pudieran
reintegrar en la Europa que comenzaba a salir de la tragedia.
Después de recibir el Nobel, la «Europa del corazón» se internacionaliza transformándose en «Amistades
mundiales» cuyo objetivo era promover la solidaridad de Europa con todos los necesitados del
mundo, creando en 1963 la Isla de Paz en Pakistán, estableciendo en tierra musulmana granjas agrícolas
para fomentar el progreso de los campesinos. El que fuera un decidido europeísta, vio que los problemas
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Fray Dominique Pire, OP, Premio Nobel de la Paz - 10-02-2015
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del mundo son problemas de todos los habitantes del planeta.
Homenaje de los Correos belgas al Premio Nobel
La empresa más original del final de su vida fue la creación de Universidad de la Paz en Huy (Bélgica).
Con ella trata de responder a los centenares de jóvenes que se le ofrecían a colaborar con sus proyectos,
para «contribuir con lo mejor de sí mismos a servir a la humanidad, en el camino de la paz». Lo que
comenzó con 29 jóvenes en una especie de albergue de juventud, se convirtió en una Universidad
internacional por la que pasaron cerca de 15.000 estudiantes. La enseñanza de la Universidad tenía
como tema la paz y el diálogo -otro rasgo tan propio de su Orden- como camino para alcanzarla.
La figura de Dominique Pire, nos habla hoy de un compromiso decidido por los olvidados, por los
orillados de nuestro mundo, por los que no cuentan, un llamamiento a nuestro propio compromiso
como ciudadanos y como Iglesia, con los últimos, con los marginados de nuestro tiempo. Quizás en esta
Europa nuestra no son ya los refugiados de la guerra, pero es claro que políticas que anteponen la
economía, la utilidad, el beneficio y el lucro a todo coste, generan refugiados, desplazados y marginados
de toda índole que necesitan hoy como hace cincuenta años, un testimonio y un trabajo decidido por la
dignidad, la justicia y la paz en nuestro mundo. Que Dominique Pire, en este 10 de febrero en que
recordamos su nacimiento, sea una inspiración para todos los que trabajan por un mundo más justo, por la
concreta dignidad de cada persona.
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