219. CENSURA La reglamentación a que puede ser sometida la libertad de prensa, impuesta con el propósito de salvaguardar otras libertades, es la censura. El Art. 14 reconoce la libertad de prensa y la absoluta prohibición de la censura previa. Este concepto es amplio y genérico. Entre los procedimientos que desembocan en la censura se pueden citar, por ejemplo: el monopolio de los medios de difusión; las subvenciones gubernamentales a ciertos medios de difusión. Emitir una opinión propia o reproducir la formulada por otra persona, transmitir una imagen o un dato informativo, son algunas de las modalidades respecto de las cuales esta vedada la censura. La garantía no se limita a la palabra escrita, sino que se extiende a la emitida por cualquier medio técnico de comunicación social ya existente. No es viable limitar el periodo anterior al acto de la emisión. También son actos de censura las sanciones arbitrarias, legales o de hacho, que se aplican después de la emisión porque son factores desencadenantes de la autocensura. El carácter absoluto que presenta la prohibición de la censura, descalifica todo acto posterior a la emisión que prohibía o restrinja su difusión. El secuestro de una publicación, prohibir su circulación o venta, suspender la proyección de material cinematográfico o televisivo o su emisión radial. El Art. 13 de la Convención Americana de Derechos Humanos prohíbe la censura previa, pero dejando a salvo las responsabilidades ulteriores fijadas por ley y necesarias para asegurar el respeto a los derechos, la protección de la seguridad nacional, el orden publico o la salud o la moral publica. La Corte Interamericana, incluyo la censura preventiva cuya aplicación se propicia para evitar un daño a otros derechos humanos. Por nuestra parte, consideramos que la censura previa, dispuesta por una autoridad judicial, cae bajo la prohibición prevista en el Art. 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. De manera terminante, prohíbe la censura prescindiendo del carácter que pueda revestir el censor. No interesa si el acto de censura emana del órgano legislativo, del Poder Ejecutivo o de un magistrado judicial. Cualquiera sea su causa y fuente, prohíbe la censura. Conforme a la Convención Americana el carácter absoluto de la prohibición impuesta a la censura previa, solo cede para impedir el acceso de los menores de edad a los espectáculos públicos, en salvaguarda de la moral de la infancia y adolescencia, y en la hipótesis prevista en el Art. 27, que dispone que, en caso de guerra, peligro publico o de alguna emergencia que amenace la independencia o seguridad del estado, este podrá adoptar disposiciones que suspendan las obligaciones contraídas, en la medida y por el tiempo estrictamente limitados a le exigencia de la situación. Pero, tales disposiciones, no podrán ser incompatibles con las demás obligaciones que el derecho internacional impone al Estado, y no deberán entrañar discriminación alguna basada en motivos de raza, color, idioma, religión u origen social. 220. DERECHO DE RECTIFICACIÓN O RESPUESTA: ANTECEDENTES La tendencia manifestada desde el siglo XX, propiciando la incorporación al ordenamiento jurídico argentino del llamado derecho de replica, o de respuesta, o de rectificación, o replicato compulsivo. El origen político de esta institución fue notorio. Su reconocimiento legislativo no respondió al propósito de proteger el buen nombre y honor de las personas sino de ofrecer a las figuras públicas un medio para contrarrestar las críticas periodísticas o los efectos de la publicidad de informaciones desfavorables para su imagen popular. En 1798 el Directorio elaboro un proyecto de ley que establecía que los propietarios o redactores de periódicos, que hubiesen publicado artículos atentatorios a la reputación de alguna persona, estaban obligados a insertar la respuesta al mismo dentro de los cinco días de su recepción. El incumplimiento generaba la aplicación de una multa y la pena de clausura para el periódico. El proyecto no tuvo éxito, pero en 1822 fue sancionada una ley que imponía la obligación de insertar dentro de los tres días de su recepción la respuesta de toda persona que hubiera sido nombrada en un impreso, bajo apercibimiento de la aplicación de una multa. Es indudable que los medios de prensa supieron adecuarse al dinamismo de la vida social satisfaciendo el intenso derecho a la información de los hombres, cuyo grado y amplitud son mucho mayores a los del siglo XIX. La reglamentación legislativa del derecho de rectificación o respuesta solamente puede emanar de una ley nacional o de un tratado internacional y no de una norma jurídica provincial. La Convención Americana sobre Derechos Humanos de 1969, a partir de la reforma de 1994, el Art. 75, inc. 22 le asigna a esa Constitución una jerarquía superior a la de las leyes. El Art. 14 de esa Convención establece: • Toda persona afectada por informaciones inexactas o agraviantes emitidas en su perjuicio a través de medios de difusión y que se dirijan al publico en general, tiene derecho a afectar por el mismo órgano de difusión su rectificación o respuesta en las condiciones que establezca la ley. • La rectificación o la respuesta no eximirán de las otras responsabilidades legales en que se hubiese incurrido. • Para la efectiva protección de la honra y la reputación, toda publicación o empresa periodística, cinematográfica, de radio o televisión tendrá una persona responsable que no esté protegida por inmunidades indisponga de fuero especial. 221. CONCEPTO Se puede tipificar el derecho de replica de la siguiente manera: • Por un medio de comunicación, dirigido al publico en general, deberá expresarse una información, referencia o mención que afecte a una persona. • Esa publicación debe ser inexacta o agraviante en un grado que ocasione un perjuicio a la reputación de una persona. • La persona afectada podrá solicitar que se difunda su respuesta en forma gratuita por el mismo medio de comunicación. • La negativa a la difusión otorga al particular una acción judicial para materializar su derecho. La replica consiste en la facultad reconocida a toda persona que se considere agraviada o afectada por una información inexacta o agraviante emitida a través de un medio técnico de comunicación social para difundir las aclaraciones, replicas o respuestas que emite satisfactorias, para precisar las modalidades correspondientes a los hechos susceptibles de lesionar su reputación personal o legítimos sentimientos. Tal potestad trae aparejada la obligación, para el propietario, director o editor del medio de difusión, de publicar, en forma gratuita, la replica. El derecho de replica permite detallar sus principios: • Otorga a la persona afectada un remedio adicional y ágil para asumir la defensa de sus derechos personales. • Permite el acceso a los medios de difusión pública a todas las personas que quieren ejercer el derecho de publicar sus ideas sin censura previa, con el propósito de defender sus libertades lesionadas. • Resalta la función de los medios de comunicación. • Ofrece a los grupos de opinión las diversas interpretaciones que se pueden extraer de un hecho público. 222. REGULACIÓN LEGISLATIVA El derecho de rectificación o respuesta no esta regulado legislativamente en el orden nacional. La única norma de derecho interno que lo prevé expresamente es el Art. 14 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Convención Americana sobre Derechos Humanos determina los contenidos y características del derecho de rectificación o respuesta, que no podrán ser desconocidos por las leyes reglamentarias que sancionen los Estados. Son los siguientes: • El titular del derecho es toda persona afectada por informaciones inexactas o agraviantes, si fueran emitidas en su ejercicio. • La expresión da las informaciones debe ocasionar un perjuicio al titular del derecho. • Las expresiones inexactas o agraviantes deben configurar una información y no una opinión. La emisión de opiniones no traen aparejado el derecho de rectificación o respuesta. • La información debe ser inexacta o agraviante para el sujeto activo. Si es inexacta, no resulta necesario que sea agraviante, pero si es cierta debe ser agraviante. • La información debe ser dirigida al público en general y a través de un medio de difusión. • El ejercicio del derecho de rectificación o respuesta solo es admisible con motivo de la emisión de informaciones inexactas o agraviantes a través de un medio de difusión legalmente reglamentado. Si la emisión se produce a través de medios desprovistos de reglamentación, no cabe imponer la rectificación o respuesta. • El objeto del derecho es el de materializar la difusión de la replica o rectificación por el mismo medio de comunicación social que difundió la información inexacta o agraviante. Habrá replica si la información es cierta pero agraviante, en cambio habrá rectificación cuando la información es inexacta. • El derecho se debe ejercer por el mismo medio de comunicación que difundió la información inexacta o agraviante. • La Convención no establece que el ejercicio del derecho de rectificación o repuesta es gratuito. La inexistencia de esa imposición, torna prudente no imponer legislativamente a la rectificación o respuesta con carácter gratuito. • Mediante una ley reglamentaria se deberán instrumentar los detalles del contenido y ejercicio del derecho de rectificación o respuesta. La inexistencia de esa ley no impidió la aplicación de este mecanismo por vía jurisprudencial. 223. VALORACIÓN CONSTITUCIONAL El derecho de respuesta se presenta como un instituto eficaz y razonable para defender los derechos de las personas, el derecho a la información de los grupos sociales y la verdad objetiva frente a los abusos de prensa. Esta conclusión podrá ser aceptada si la unidad de análisis del instituto se limitara a las libertades personales establecidas por la Constitución Nacional. Desde un punto de vista práctico, son sumamente graves los perjuicios que acarrea el replicato compulsivo para la libertad de prensa. La simple lectura de cualquier periódico revela que, es susceptible de generar decenas de pedidos de replica por la disparidad de las opiniones y las numerosas modalidades que permite la publicación de un hecho. Por otra parte, como el texto a difundir es redactado por la persona que ejerce la replica, su contenido puede resultar lesivo para otro u otras personas, que también dispondrán de igual recurso para preservar sus derechos afectados. Las replicas y contrarréplicas se podrán suceder en forma interminable. A estos inconvenientes de orden práctico se agregan serios reparos de carácter jurídico constitucional: • La libertad de prensa es también una libertad institucional y estratégica, cuyo ejercicio compete a los individuos sin que el estado o los particulares puedan restringir su desenvolvimiento. • La libertad de prensa otorga, a quien conduce el medio de comunicación, una facultad ilimitada para determinar el contenido del acto de difusión. • El replicato compulsivo, al imponer una publicación contra la voluntad del propietario configura una especie de censura vedada por la Constitución. • Como la libertad de prensa reviste jerarquía institucional y estratégica, su vigencia nace del principio de la soberanía del pueblo y de la forma republicana de gobierno. Tales principios no se pueden invocar para fundar legalmente el derecho de replica. • Ninguna autoridad gubernamental puede imponer el derecho de replica, en ultima instancia, se estará acordando esa atribución al Poder Judicial que asumirá el rol legal de autentico censor. • La Convención Americana sobre Derechos Humanos no es suficiente para avalar la legalidad del derecho de replica, por oponerse a la Constitución, que condiciona la validez de los tratados a su conformidad con los principios del derecho publico, entre los cuales figura la libertad institucional y estratégica de prensa. • El derecho de replica constituye una sanción encubierta para los presuntos abusos de prensa, cuya punición esta expresa por la Constitución. Esa norma impide que se dicten leyes específicas destinadas a restringir la libertad de imprenta. • Establece un supuesto de responsabilidad objetiva con prescindencia del dolo o culpa del emisor de la información cuestionada. Aunque se pruebe que la noticia es veraz, sin ánimo de lesionar, se impone la obligación de difundir la respuesta. • Constituye una forma de autocensura, ya que coloca al directo del medio de difusión frente a la alternativa de no formular críticas o comentarios desfavorables para una persona. Descalificar constitucionalmente el derecho de replica no significa restar importancia a la defensa de la personalidad, dignidad y honra de las personas. En el ámbito jurídico rigen normas penales y civiles que amparan a esos derechos personales y, lo que corresponde es remediar sus defectos y gestar una infraestructura judicial que las aplique con eficiencia. 224. JURISPRUDENCIA EXTRANJERA En la jurisprudencia extranjera reviste particular importancia el encuadre constitucional que realizo la Suprema Corte de la Estados Unidos sobre el derecho de rectificación o respuesta al resolver el caso “Miami Herald Pub. Co. vs. Tornillo”. Por el agudo análisis que efectuó el tribunal, como también por la decisión unánime de sus miembros que descalificaron la constitucionalidad del derecho de repuesta. El diario Miami Herald había publicado editoriales criticando severamente la nominación de Pat Tornillo como candidato a la Cámara de Representantes del Estado de Florida. Tornillo, invocando la ley que consagraba el derecho de replica, exigió que el diario publicara sus respuestas a esas criticas y, como su reclamo no fue aceptando, acciono ante la Corte de Circuito. El Miami Herald solicito ante el Tribunal que la norma fuera declarada inconstitucional, y la Corte de Circuito accedió a su petición. Recurrido el fallo ante la Suprema Corte del Estado de Florida, fue revocado por entenderse que la ley no violaba ninguna libertad constitucional y que protegía el amplio interés social en la libre divulgación de la información. Planteado el caso ante la Suprema Corte de los Estados Unidos ésta declaro la inconstitucionalidad de la ley local que establecía el derecho de replica. La sentencia emitida por la Suprema Corte de los Estados Unidos dista de responder a una concepción dogmática. Ella esta impregnada por una fundamentación pragmática resultante de una interpretación finalista y sistemática de la Constitución. La doctrina establecida por la Suprema Corte de los Estados Unidos en el caso “Miami Herald vs. Tornillo”, se aplico exclusivamente a los medios gráficos porque, para los medios electrónicos, regia la doctrina descripta al resolver el caso “Red Lion Broadcasting Co. vs. 2 FCC” del año 1969. La Red Lion Broadcasting estaba autorizada para operar la estación de radio WGCB de Pennsylvania, que emitía un programa del Reverendo Billy James Hargis. El difundió una crítica al libro de Fred. J. Cook. En ella se destaco que el autor del libro había sido despedido de un diario por haber efectuado falsas denuncias contra funcionarios municipales, que trabajaba para una publicación afiliada al comunismo y que el propósito del libro era el de desprestigiar y destruir a Barry Goldwater, entonces candidato presidencial por el partido Republicano. Cook se consideró personalmente agraviado y solicitó, a la Comisión Federal de Comunicaciones, que obligara a la radio WGCB a permitirle ejercer el derecho de replica que ésta le había negado. La Comisión acepto el reclamo por entender que le emisión del Reverendo Hargis constituía un ataque personal y que la WGCB no había dado cumplimiento a las obligaciones que le imponía la doctrina de la equidad. Esta consistía en la obligación impuesta a las emisoras de radiofusión autorizadas por el gobierno para suministrar una información equitativa de las diversas opiniones controvertidas sobre temas de interés público. La disparidad de criterios sobre las reglas aplicables a los medios gráficos y a los electrónicos ha sido objeto de severas críticas. La distinción parecía razonable cuando existían muy pocas emisoras radiales y televisivas. Pero hoy la situación se ha invertido porque los medios electrónicos superan a los medios de prensa grafica. 225. JURISPRUDENCIA NACIONAL La Convención Americana sobre Derechos Humanos, en su Art. 14, establece el derecho de rectificación o respuesta, disponiendo que las modalidades operativas a los fines de su ejercicio sean determinadas por una ley. La Cámara Nacional de Apelación en lo Civil, resolvió el caso “Ekmekdjian c. Neustard”, no se hizo lugar al ejercicio del derecho de replica pretendido por el accionante. La Corte Suprema al resolver el caso “Ekmekdjian c. Sofovich”, varió sustancialmente su criterio afirmando la operatividad del Art. 14 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En un programa de televisión dirigido por Gerardo Sofovich, el escritor Dalmiro Sáenz formuló opiniones y frases sobre Jesucristo y la Virgen Maria que, el demandante, considero agraviante y lesivas para su sentimiento de católico y cristiano. Remitió una carta documento a Sofovich contestando las expresiones de Sáenz y solicitando que ella fuera leída en el mismo programa de televisión. Como la carta no fue leída, promovió una acción de amparo en el ejercicio de derecho de replica que, a su criterio, estaba consagrado por el Art. 14 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y el Art. 33 de la Constitución. Para convalidar el derecho de rectificación o respuesta, el Tribunal se remitió a la vigencia del Art. 14 del Pacto San José de Cota Rica y al Art. 27 de la Convención de Viena que impone al Estado la obligación de asignar primacía al tratado ante un eventual conflicto con cualquier norma interna. La validez constitucional de los tratados y convenciones internacionales está sujeta al cumplimiento de dos requisitos. En primer lugar, que sean concluidos y firmados por el Poder Ejecutivo y aprobados por ley del Congreso. En segundo lugar, que estén de acuerdo con los principios contenidos en la Constitución. La referencia, contenida en el Art. 14 del Pacto San José de Costa Rica, sobre los medios de difusión “legalmente reglamentados”, que son lo únicos para los cuales prevé la réplica. El Art. 14 dispone que el ejercicio del derecho de rectificación o respuesta requiere de una persona afectada. Afectada por una información inexacta o agraviante. De manera que si no se acredita esa exactitud o agravio, no será viable la procedencia del derecho. La prueba debe estar a cargo del accionante