LA AUDITORIA GENERAL DE LA NACIÓN: Es un organismo que obtuvo rango constitucional a partir de la reforma constitucional de 1994. El art. 86 de la Constitución Nacional establece que este control lo realiza el Poder Legislativo a través de esta Auditoria. La Auditoria tiene autonomía funcional y personería jurídica. Pero además de tener este control de legalidad y gestión de la Administración aprobando o rechazando las cuentas de inversión y percepción de fondos públicos, se encarga del control posterior de los estados contables y de la situación financiera y presupuestaria de la administración. Se compone de 7 miembros auditores Duran 8 años en su cargo y pueden ser reelectos. Funciones de la Auditoria General de la Nación: - Controlar al sector público nacional externo en lo relacionado con su aspecto económico, financiero y operativo. - Controlar la legalidad de la actividad que desarrolla la Administración Pública Intervenir en la aprobación o rechazo de las cuentas de percepción e inversión de los fondos públicos. - Asesorar, a través de informes al Poder Legislativo sobre el control en la actividad que desempeña la administración pública. Ámbito donde funciona: Comisión Bicameral Permanente Comisión Revisora de cuentas EL DEFENSOR DEL PUEBLO: Es un funcionario público, es un organismo de control independiente. Su fin es defender los derechos y garantías amparados en la Constitución y el los Tratados Internacionales de los individuos y de la comunidad. Frente a actos, u omisiones de la Administración Pública Nacional. - Controla y evita la corrupción. - Controla el ejercicio de la función administrativa por parte de los órganos de gobierno, así como también la que realizan los concesionarios de servicios públicos. La Constitución ha dispuesto que tenga “legitimación procesal”. Puede iniciar la acción de amparo para defender los derechos del medio ambiente (art. 41) y del consumidor (art. 42) y puede estar en juicio. Tiene una forma de actuar Duración: su mandato dura 5 años Designación y remoción EL CONSEJO DE LA MAGISTRATURA: Es un organismo creado durante la reforma constitucional de 1994, (art. 114 CN). Sus atribuciones son: Seleccionar, mediante concursos públicos, a 3 candidatos para ocupar un cargo de juez de primera instancia o de cámara, elevando dicha terna al Presidente, quien deberá elegir a uno de los tres, con acuerdo del Senado (art. 114 incs. 1 y 2, CN). Iniciar el procedimiento de remoción de los jueces referidos en el ítem anterior (art. 114 inc. 5, CN). Administrar los recursos que se le asignen al Poder Judicial (art. 114 inc. 3, CN). Ejercer facultades disciplinarias sobre los jueces inferiores (art. 114 inc. 4, CN). Dictar el Reglamento de organización del Poder Judicial de la Nación) (art. 114, inc. 6, CN). Su composición: (art. 114) - Representantes de órganos políticos cuyos funcionarios sean elegidos mediante el voto del pueblo. - Jueces de todas las instancias. - Abogados matriculados en el Colegio de Abogados de la Capital Federal. - Personas del ámbito académico y científico. Dicha ley ha sido sancionada por el Congreso el 10 de diciembre de 1997, y lleva el número 24937. Ocho días más tarde fue corregida por la ley 24939. Según estas leyes, el Consejo de la Magistratura se compone de 20 miembros. No se ha respetado el equilibrio al que la Constitución Nacional hace referencia, con respecto a los legisladores, abogados e integrantes del Poder Ejecutivo. Todos los integrantes del Consejo duraran en su cargo 4 años. Designación y remoción. Es un órgano que está ubicado dentro de la órbita del Poder Judicial, según la Constitución y la ley 24937 en su art. 1º. EL JURADO DE ENJUICIAMIENTO: Es un organismo nacido de la reforma constitucional de 1994. Hasta ese momento la Constitución Nacional establecía que la única manera de remover a un juez de cualquier instancia, era a través del juicio político. Su función específica es “destituir a los jueces inferiores” a los de la Corte Suprema se les mantiene el procedimiento de remoción mediante juicio político), después de que hayan sido acusados por el Consejo de la Magistratura. La Constitución Nacional regula al Jurado de Enjuiciamiento en su art. 115, y dispone que será integrado por: Legisladores, Jueces, Abogados inscriptos en el Colegio de Abogados de la Capital Federal. De la misma forma que el Consejo de Magistratura, el Congreso es el que, a través de la ley 24937, ha definido la integración y el funcionamiento del Jurado de Enjuiciamiento, disponiendo que cuente con nueve miembros. - Tres jueces (uno de ellos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que será el presidente del cuerpo; y dos jueces de segunda instancia o camaristas). - Tres legisladores (dos senadores y un diputado). - Tres abogados. Aunque la ley 24937 no lo diga expresamente el Jurado de Enjuiciamiento es también un órgano integrante del Poder Judicial. Procedimiento para la remoción de un juez inferior: - El jurado de Enjuiciamiento recibe la acusación del Consejo de la Magistratura y procede a poner dicha circunstancia en conocimiento del juez acusado, el que tiene 10 días para hacer su descargo. - Realizado el descargo, se abre la causa a prueba por el término de 30 días. Finalizando el periodo probatorio, un representante del Consejo de la Magistratura y el juez involucrado, realizaran un alegato o informe final, en forma oral; todo ello dentro de los 30 días siguientes a la finalización del periodo de prueba. - Producidos los referidos informes, el Jurado tiene 20 días para emitir su fallo, el que solo puede limitarse a destituir al juez de su cargo. Este procedimiento ha sido contemplado en la ley 24937 (arts. 25 a 27), pero la Constitución Nacional dispone en su art. 115, que el plazo máximo que tiene el Jurado para resolver una acusación planteada contra un juez es de 180 días desde recibida la misma. Caso contrario, se deben archivar las actuaciones, y si el juez involucrado fue preventivamente suspendido por el Consejo de la Magistratura, deberá ser reincorporado a su cargo. MINISTERIO PÚBLICO: Lo cierto es que el Ministerio Publico adquiere reconocimiento constitucional durante la reforma de 1994, y la ley que por entonces declaro la necesidad de reforma (24309) había señalado que no estaría en la órbita de ninguno de los 3 clásicos órganos de gobierno, sino que estaría separado de ellos. A su vez, la Constitución Nacional lo ha regulado en su art. 120, según el cual el Ministerio Publico “es un órgano independiente con autonomía funcional y autarquía financiera”. El Ministerio Publico está compuesto por: Esta presidido por un procurador general, Fiscales, Defensores oficiales. La función del Ministerio Publico: - Remover la actuación de la justicia en defensa de los intereses generales de la sociedad. En este aspecto, no solo el defensor del pueblo tiene la posibilidad de presentarse ante un juez para ejercer la representación de la población toda, sino que también los fiscales integrantes del Ministerio Publico Fiscal pueden hacerlo. Todos los fiscales no son los abogados del Estado, puesto que no representan a este, sino a la sociedad. Serian abogados sociales, que actúan sin que sus defendidos (la sociedad) se lo pidan expresamente. Para la representación del Estado, está el Cuerpo de Abogados del Estado de la Procuración del Tesoro de la Nación. - Ejercer la defensa de los pobres y de los ausentes. - Ejercer la defensa de los menores e incapaces, de sus bienes y de sus derechos en general. La Constitución Nacional ha querido dotar a este organismo de la mayor independencia, evitando que su actividad se subordine a la de otra autoridad, motivo por el cual le ha concedido la posibilidad de administrar por si mismo sus propios recursos, y le ha dado a sus integrantes inmunidades funcionales e inalterabilidad de sus remuneraciones. ENTES REGULADORES Y DE CONTROL DEL PODER ECONÓMICO: La Constitución habla de “órganos de control” para referirse a lo que la legislación y la práctica denominan “entes reguladores;” o sea, los específicos organismos o autoridades descentralizadas encargadas de controlar al poder económico de los licenciatarios y concesionarios de la administración, para proteger a los usuarios y consumidores. La genérica mención constitucional a órganos de control no obsta al uso de la segunda expresión, más específica, que por nuestra parte preferimos. Protección de los usuarios. La tutela que establece el art. 42 de la Constitución requiere la incrementada participación de los organismos reguladores hoy existentes y los que deberán crearse, como así también define, claramente y en forma directamente operativa, que su función no es tan sólo el control técnico del sistema concedido o licenciado, sino principalmente proteger los derechos e intereses, incluso de naturaleza económica, de los usuarios actuales y futuros. Participación de los usuarios. La misma norma establece la necesaria participación de las asociaciones de usuarios y consumidores en la dirección de estos organismos de control. Si el gobierno no dicta la legislación pertinente, corresponde a la justicia reconocerles por imperio constitucional al menos un lugar en los cuerpos colegiados existentes, procediendo a designarlos u ordenando su designación. La exigencia constitucional de la necesaria participación de los usuarios y las Provincias en su directorio impide, de pleno derecho, que se conciba siquiera la idea de su intervención por la administración central. Dado el origen y el sentido de su participación como representantes de la comunidad, entendemos que constituiría un absoluto contrasentido considerarlos funcionarios públicos, lo que además lesionaría el concepto constitucional. Siguen pues siendo particulares, que en la especie ejercen funciones públicas, al igual que son particulares ejerciendo funciones administrativas públicas los propios concesionarios o licenciatarios cuyo poder económico habrán de contribuir a regular desde los entes reguladores, en favor de los usuarios o consumidores actuales o futuros. Participación de las Provincias. Lo mismo cabe decir de las Provincias, con la salvedad que en algunos marcos regulatorios tienen dos lugares sobre cinco, sin que hasta el presente se haya provisto a su designación. De continuar esta inacción, corresponderá igualmente a la justicia remediarla por directa aplicación de la Constitución. Para ello será necesario que las provincias lo requieran judicialmente. Audiencias públicas. El procedimiento de audiencias públicas previo a la emisión de normas reglamentarias o de grandes proyectos que afectan p. ej. El medio ambiente, si bien aparece por ahora exigido sólo en algunas leyes, creemos que ya puede considerarse un principio constitucional operativo, emergente de la garantía de defensa en el nuevo sistema constitucional. Consideramos por ello que la aprobación de proyectos, contratos o normas generales que afecten el medio ambiente, o disposiciones que afecten en forma general los derechos o los intereses de los usuarios y consumidores de servicios monopólicos concedidos por el Estado, requieren el cumplimiento de este requisito de audiencia pública bajo pena de nulidad absoluta e insalvable. Estabilidad en el cargo. Los integrantes de los órganos de contralor de estos servicios son designados por períodos determinados, con vencimientos de sus mandatos en forma escalonada. Convendrá tener presente que los cambios del Poder Ejecutivo, del Jefe de Gabinete o Ministros del área, jamás podrán constitucionalmente alterar dicha estabilidad ni dar lugar a la “Constitución paralela” de exigir y obtener renuncias antes de la expiración de los mandatos. Improcedencia de la intervención. La doctrina que autorizaba la intervención de entes descentralizados por el Poder Ejecutivo resulta inaplicable en el nuevo sistema. A lo sumo cabría admitir, en circunstancias sumamente excepcionales, la intervención por ley del Congreso de la Nación.