Tendencias del dinero nº342 DESCARGAR

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del dinero
”Las
ideas estimulan la mente”. Thomas Hobbes
Sumario
• ¿Cuánto tiempo puede aguantar una empresa sin dirección?
• Cuando la política monetaria del BCE puede sustituir
a los gobiernos nacionales
• ¿Está cambiando el paradigma del negocio
bancario?
• Pese a no haber cambios significativos en la oferta y la
demanda, los precios del petróleo cambian de tendencia
• Repsol: Consecuencias indeseables
• Mientras asume el cambio de horario europeo, España
niega a recuperar el huso horario cambiado por Franco
se
La colección de Tendencias se puede encontrar en www.tendenciasdeldinero.com
Número 342 29/03/2016 edita: carlos díaz güell [email protected]
Las reflexiones que aparecen en este documento son consecuencia de encuentros mantenidos por un colectivo de
profesionales multidisciplinares y su único objetivo es trasladar diferentes puntos de vista sobre las tendencias que
se detectan en el entorno socioeconómico español e internacional. Su distribución tiene carácter restringido.
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• ¿Cuánto tiempo puede aguantar una empresa sin dirección?
El 29 de marzo, día en que se celebra la onomástica de Raimundo
Lulio, Jonás, Cirilo, Segundo y Eustaquio, España cumple cien días con un
gobierno en funciones, sin que nada ni nadie aparezca en el horizonte con
expectativas de que el proceso iniciado el 20 de diciembre de 2015 se
modifique en el corto plazo, lo cual hace que sean cada vez más numerosas
las voces que se pregunten cuánto tiempo puede estar un país con un
gobierno sin sus funciones plenas.
Hoy, España, la cuarta economía de la Eurozona, se ha convertido en
un problema más a los que se enfrenta la Unión Europea y todo indica que
puede correr el riesgo cierto experimentado por Italia, no hace muchos
años, en donde los gobiernos se sucedían sin solución de continuidad, en un
ejercicio de inestabilidad indeseable que no solo consiguió perjudicar la
imagen del país transalpino, sino también a su economía, en un ejemplo
claro y determinante de la imposibilidad de que los partidos que tenían que
gobernar Italia apenas podían gobernarse a sí mismos.
Hoy, España está próxima a iniciar una etapa cuyo destino resulta
poco conocido y todo apunta a que ningún gobierno puede aspirar a tener
éxito sin un acuerdo previo entre PP y PSOE algo que, hoy por hoy, resulta
inconcebible en un momento en el que los intereses nacionales han
quedado supeditados a una confrontación entre políticos que, en ningún
caso, tiene visos de de asegurar la gobernabilidad en España, ni éstos se
ven acuciados por la urgencia ni parecen ser conscientes de que los
remedios que necesita el país son más lentos que los males que le aquejan.
A diferencia de Italia, en el horizonte no aparece figura de prestigio alguna
que haga concebir esperanza de una pronta resolución del problema.
La cuestión es que España forma parte de un club exigente y que
desde ese club se vienen reiterando los llamamientos para que la profunda
crisis política por la que atraviesa el país se resuelva y en ello han
coincidido en las últimas semanas el presidente de la Comisión Europea,
Juncker; el comisario de Asuntos Económicos, Moscovici y el presidente del
Eurogrupo, Dijsselbloem. Los tres tienen prisa y son consientes de que la
inestabilidad en España perjudica a la Unión Europea y de que España
necesita un gobierno para que emprenda los necesarios cambios
presupuestarios exigidos por la Comisión y aborde los ajustes pendientes
en su economía, algo para lo que se determinó un fecha como referencia:
la primavera de este año.
• Cuando la política monetaria del BCE puede sustituir a los
gobiernos nacionales
Hace una semana, el influyente economista jefe del Banco Central
Europeo (BCE) y miembro de su Comité Ejecutivo, el alemán Peter Praet,
se descolgaba, pese al rígido protocolo del BCE en materia de declaraciones
públicas, con unas manifestaciones en las que señalaba que el BCE no sólo
podría seguir bajando el tipo de interés del crédito, sino también “imprimir
dinero nuevo” y entregarlo directamente a las familias, se supone que para
aumentar el consumo.
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Los analistas se han llevado las manos a la cabeza ya que la propuesta
de Praet sería tanto como retornar parte de los impuestos cobrados a los
contribuyentes, pero sin que los gobiernos renuncien a ese dinero, sino que
sea el BCE el que imprima dinero “nuevo” para reintegrar parte de la renta
disponible.
El riesgo, en opinión de los expertos, consistiría en crear inflación,
aunque todo indica que la inflación ha pasado a un segundo término, en el
orden de preocupaciones del BCE. La propuesta del alemán, sería como
aplicar una política fiscal laxa, pero sin que lo hagan los gobiernos bajando
impuestos, sino siendo el banco central el que imprima el dinero.
Si los gobiernos no actúan con políticas fiscales y presupuestarias que
sustituyan a la política monetaria extrema, entonces el BCE aplicaría aún
más política monetaria extrema hasta el punto de ocupar el espacio de la
política fiscal de los gobiernos.
En opinión de analistas de referencia, las declaraciones de Praet no
son producto de la espontaneidad, sino que obedecen a la disposición de
Draghi a llegar hasta donde sea necesario para sacar la economía europea
del bloqueo y respaldar a los bancos, sin los cuales la economía no puede
funcionar de manera sostenida en el tiempo. Y si hacen falta tipos de
crédito negativos, los habrá y si hace falta entregar dinero recién impreso,
lo hará.
El problema surge cuando se puede llegar a la conclusión de que el
monetarismo extremo elimina los incentivos para que los gobiernos hagan
su parte y aborden reformas estructurales tan necesarias para sanear la
economía.
El inconveniente de tratar de solucionar todos los problemas con
políticas monetarias heterodoxas, es que se anulan los incentivos para que
los gobiernos actúen y tomen el relevo de los bancos centrales con políticas
fiscales -bajadas de impuestos y rediseño de los esquemas recaudatorios- y
presupuestarias que favorezcan la inversión productiva en detrimento del
gasto corriente.
• ¿Está cambiando el paradigma del negocio bancario?
Cuando aún resuenan los resultados de los seis mayores grupos
bancarios españoles, al conseguir éstos un incremento del 8% de los
beneficios en 2015 sobre el ejercicio anterior, totalizando 11.652 millones
de euros, resulta que Moody’s se está planteando bajarle un grado su rating
al Deutsche Bank, al colocar en perspectiva negativa a la entidad financiera
más grande de Alemania y uno de los mayores bancos de inversión del
mundo, por haber cometido la osadía de anunciar para 2016 un beneficio
testimonial o incluso repetir pérdidas, aunque sean pequeñas. Deutsche
Bank, registró pérdidas de 6.800 millones de euros en 2015.
La decisión de la agencia de rating con respecto al mayor banco
alemán, ha sido aceptada por los mercados con razonable normalidad y con
poco dramatismo, ya que las estimaciones apuntan a que los resultados del
banco mejorarán notablemente en 2017 hasta superar los 3.400 millones
de euros. El banco cotiza con un descuento del 65,0% sobre el valor en
libros, tras registrar una caída en bolsa del 25% en lo que llevamos de año
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y los índices de riesgo crediticio (CDS) han mejorado notablemente hasta
situarse en 145 pb frente a los 270 pb alcanzado en febrero.
Un grado de normalidad financiera, impensable, hoy por hoy, en
España.
• Pese
a no haber cambios significativos en la oferta y la
demanda, los precios del petróleo cambian de tendencia
Desde que el 20 de enero el precio del barril de Brent bajara de los
28 dólares, los precios del crudo han dibujado una recuperación hasta
situarse en los 40,44 dólares el día de Jueves Santo, lo que supone un
radical cambio de tono, a pesar de que no se hayan introducido
modificaciones significativas en las perspectivas de oferta y demanda.
En este contexto, la Agencia Internacional de la Energía (AIE)
considera que, aunque el rebote del crudo no debería ser tomado como una
señal definitiva de que lo peor ha quedado atrás, sí que hay indicios
tentativos de que los precios han tocado fondo.
Los factores que según la AIE respaldan un entorno de precios del
crudo más altos incluyen:
-Los cortes en el bombeo en Iraq, Nigeria y Emiratos Árabes Unidos,
lo que ha supuesto que la producción en estos países cayera en febrero en
350.000 barriles diarios.
-El retorno de Irán al mercado está siendo menos dramático de lo
que las autoridades iraníes estaban avanzando, con un aumento de su
producción de 220.000 barriles diarios en febrero.
-La oferta de crudo en los países no pertenecientes a la OPEP se está
reduciendo y las fuerzas de mercado están jugando su papel, expulsando a
los productores con costes de producción más elevados. En conjunto, la AIE
prevé que la producción de los países no OPEP bajará en 750.000 barriles
diarios en 2016.
-El mantenimiento de las previsiones de aumento de la demanda de
petróleo, a pesar de que las expectativas de mercado se habían posicionado
en un escenario negativo, que se está disipando, una vez que los datos
económicos están descartando los temores de un escenario recesivo en
Estados Unidos. Con una demanda plana en Estados Unidos y un aumento
en China por debajo de lo que ha sido la media de los últimos diez años, el
peso del aumento de la demanda global de petróleo recae sobre India y
otras economías asiáticas.
-Aunque el exceso de oferta seguirá siendo elevado en la primera
mitad de este año -1,9 y 1,5 millones de barriles diarios en el primer y
segundo trimestre de 2016, respectivamente-, la AIE espera que el gap se
reduzca a 200.000 barriles diarios en los dos últimos trimestres, mientras
que el esperado reequilibrio en el mercado de crudo se retrasaría a 2017.
-El debilitamiento del dólar, resultado del ajuste a la baja de las
expectativas de tipos de interés para Estados Unidos.
Aunque es muy difícil saber qué podría salir de la cita del 17 de abril
de los 15 países que aglutinan en torno a las tres cuartas partes de la
producción, un posible acuerdo sería muy positivo para que el precio del
petróleo consolide el actual nivel de precios, en la medida en la que se
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volvería a asentar la idea de unidad entre los productores, algo que se
había perdido. En cualquier caso, lo cierto es que es muy poco probable que
cualquier acuerdo afecte al balance de oferta y demanda en la primera
mitad de 2016.
• Repsol: Consecuencias indeseables
La caída del precio del barril de petróleo y la creencia -escasamente
sustentada en la experiencia- de que las cosas ya no volverán a ser lo que
fueron, ha empezado a generar la alarma en algunas de las grandes
actividades deportivas que, en los últimos años, ha propiciado una
extraordinaria cosecha de triunfos gracias al generoso patrocinio de Repsol,
cuyo futuro está en entredicho, especialmente entre los propietarios de más
del 74% de las acciones de la petrolera que cotizan en el Ibex y que ven
como el rendimiento de su inversión será sustancialmente recortado.
El asunto vuelve a tomar carta de naturaleza tras la decisión de las
agencias Moody’s y S&P de confirmar la calificación crediticia sobre Repsol,
tras las medidas adoptadas por la compañía para combatir el actual
escenario del precio del crudo, entre la que se encuentra el recorte del
dividendo en un 38% y una importante venta de activos.
El patrocinio de Repsol al motociclismo español, hoy en tela de juicio,
ha supuesto a la marca Repsol y al deporte español innumerables éxitos, en
donde los campeonatos mundiales conseguidos y los nombres de Honda,
Pedrosa y Márquez, son los actuales referentes. La petrolera española y la
empresa japonesa tienen un acuerdo hasta 2017.
Aunque el mantenimiento del rating por parte de Moody’s y S&P es
una buena noticia para Repsol, ambas agencias mantienen la perspectiva
negativa al considerar, entre otros factores, la amenaza de la caída de
márgenes, generación de caja y beneficios por un contexto de fuerte caída
en los precios del petróleo.
• Mientras asume el cambio de horario europeo, España se
niega a recuperar el huso horario cambiado por Franco
El pasado domingo de Pascua los españoles, junto con el resto de los
europeos, exceptuando Islandia, adelantaban una hora sus relojes en un
ejercicio de rutina que se repite dos veces al año, cada uno en sentido
contrario. La decisión persigue, supuestamente, ahorrar energía al añadir
tiempo de luz diurna a las tardes, con lo que, al parecer, se beneficia al
comercio y a otras actividades al disminuir la necesidad de iluminación
artificial (?), en la misma proporción en que perjudica otras acciones y
comportamientos sociales.
España, como el resto de los europeos, se somete a un cambio de
horarios cuya incidencia en la salud es motivo permanente de discusión, y
no es capaz de dar solución a un viejo debate generado en España desde
hace décadas, aunque despreciado por los sucesivos gobiernos españoles,
según el cual España debe volver a donde estaba antes de que Franco, en
1942, en plena II Guerra Mundial, adelantara el horario oficial en 60
minutos para coincidir con el huso horario de la Alemania de Hitler.
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Pese a los reiterados argumentos que apoyan la tesis de que España
retorne al huso horario existente antes de 1942, entre los que cabe citar la
del catedrático emérito de la Universidad norteamericana de Duke, Allen
Frances, quien señala con contundencia que "los españoles tienen que
cambiar los hábitos de sueño… sufren ustedes una falta grave de sueño y
eso provoca ansiedad e irritabilidad. Cenar a las 10 de la noche e ir a
dormir a las doce o a la una tenía sentido cuando hacían siesta. El cerebro
elimina toxinas por la noche. La gente que duerme poco tiene problemas,
tanto físicos como psíquicos", los sucesivos gobiernos se aferran a una
situación anacrónica sin dar explicaciones de tipo alguno.
Desde que Franco adoptara la controvertida y política medida, los
españoles vamos una hora por delante del tiempo solar en invierno y dos
durante el verano, siendo los únicos europeos que vivimos con la hora
desajustada respecto a las horas de luz y oscuridad naturales y todo ello
tiene graves repercusiones en la sociedad y en sus ciudadanos.
Los expertos señalan que volver al huso horario del meridiano de
Greenwich supondría un ahorro en todos los sentidos, puesto que se
volvería a vivir con el sol, ya que la diferencia entre la hora oficial y la solar
acorta el descanso, perjudica la natalidad y las relaciones familiares y
sociales, reduce la productividad, incide en la siniestralidad laboral y de
tráfico, aumenta el fracaso escolar e impide una coordinación adecuada con
otros países. Por el contrario, adecuar el huso horario a la realidad de la
península ibérica permitiría, entre otras, mejoras de todo tipo en materia
de conciliación de la vida laboral y familiar, aumento de la productividad,
ahorro energético o salud psíquica ciudadana y sobre ello parece existir
consenso entre todos los expertos en la materia.
Sin embargo, pasan los años y los gobiernos, pese a que una
subcomisión del Congreso de los Diputados haya pedido que se estudie la
posibilidad de volver al horario de siempre, petición amparada por todo tipo
de sólidas argumentaciones, no parecen dispuestos a tomar decisión
alguna.
El objetivo de la subcomisión no era otro que "España converja con
Europa en muchos aspectos en los que hoy está sumamente alejada,
particularmente en productividad, conciliación y corresponsabilidad" y pocos
ponen en duda que retornar al horario que nos corresponde, dada nuestra
situación geográfica, permitiría mejoras importantes en muchos sentidos.
¿Qué ocurriría si retrasáramos una hora nuestros relojes?
Obviamente modificaríamos nuestros hábitos y volveríamos a comer a la
una y cenar a las ocho, trabajaríamos hasta las 5 o 6 de la tarde y nos
meteríamos en la cama nunca después de las 11 de la noche, lo que
obligaría, entre otras cosas, a reordenar la programación de radios y
televisiones españolas.
Hay que recordar, en este sentido, que la mayoría de las emisoras de
radio españolas inician sus programas deportivos estrella de gran audiencia
a las 00:00 y no terminan nunca antes de la 01:30. Los expertos en
natalidad ya ni siquiera se llevan las manos a la cabeza.
Los sucesivos gobiernos no han tomado nunca en consideración la
propuesta, arguyendo hipotéticos costes que tendrían para la sociedad
española, algo que nadie se atreve a evaluar y que resultan poco sólidos y
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que no han aparecido en ningún momento en un país como el Reino Unido,
cuyos niveles de crecimiento económico no son, en ningún caso, de los más
bajos de la Unión Europea, sino todo lo contrario.
Entre los expertos en la materia y a la vista de los estudios
demoscópicos realizados, existe la idea generalizada de que un cambio de
estas características no se lleva a cabo en España por razones chuscas de
carácter cultural como pueden ser el que muchos políticos, empresarios y
dirigentes sociales se oponen rotundamente a dicha modificación ante la
posibilidad de tener que alterar su hábitos.
Estas prácticas se resumen en empezar a trabajar a las 10:00 y no
recogerse nunca antes del final del día, lo que supone terminar de comer a
las cinco de la tarde y fomentar el presencialismo laboral de muchos de sus
empleados que no se mueven de sus puestos hasta que lo hace el jefe.
Todo ello sin contar con una mayor presencia hogareña que disgusta a
muchos de los encuestados.
Pese a toda la desidia que este asunto genera en España, cada vez
hay más casos de empresas que han "implantado" el huso horario que le
corresponde. Es el caso de Iberdrola en donde se ha mejorado la
productividad, el ahorro de costes y la conciliación de la vida laboral y
familiar.
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