3 LOSCAZADORE~RECOLECTORES Alrededor de nueve milenios antes del presente, el hombre recoma las praderas del páramo de Guerrero, procurándose el sustento mediante la cacería. Asf lo demuestran la alta densidad de materiales líticos exhumados en Neusa. La gran cantidad de restos óseos alli encontrados, principalmentede venado, indica que las labores relacionadas con la preparación de las presas cobradas era la actividad primordial para la cual se utilizaron dichos guijarros. El medio ambiente de la región era parecido al actual, pero los bosques de sUb-páramo llegaban un poco más arriba. Al parecer los cazadoresrecolectores encontraban muy propicio el límite entre éste y la vegetación abierta, pues la convivencia con los dos ecosistemas les multiplicaba los recursospara sobrevivir. La pradera proporcionaba la caza mayor, consistente en venados y conejos. Con su carne se alimentaban, con sus huesos hacían utensilios y con sus pieles se abrigaban. Losarbustosen cambio suministraban la madera, materia prima indispensable para sobrevivir en un clima tan riguroso. Con ella encendían hogueras en las que preparaban los alimentos, calentaban sus viviendas y ahuyentaban las fieras. Las ramas les servían para construír empalizadas que cubrian con cueros de venado y/o tallos de frailejón para resguardarse de la intemperie y con ellas también fabricaban sus armas. Además el bosque proveía una fauna característica y ocasionalmente suministraba frutos silvestres. El utillaje de estos individuos consistía principalmente en manufacturas de piedra y hueso. También debieron tenerlas de madera, pero no se conservaron. La industria lítica se caracterizó por la abundancia de lascas y núcleos toscos, de tamaño grande, acompañados por golpeadores monofaciales (choppers y chopping tools). Adicionalmente se encontraron algunos artefactos de tradición abriense, de frecuente aparición en las excavaciones de la cordillera oriental de Colombia. Los utencilios que más se utilizaron fueron los de corte. Siguen en importancia los percutores, de los que son sus más acabados exponentes los tajadores bifaciales. El uso de estos debió estar relacionado con el descuartizamiento de las presas y con la 41 obtención de madera. También se utilizaron grandes rspadores, posiblemente para acondicionar pieles yrnadera. Los artefactos de hueso eran rnayoritari· amente los perforantes, para coser las pieles con que se debieron abrigar. Las bandas que frecuentaron los abrigos de Neusa debieron ser relativa· mente numerosas. Así se puede deducir si se asume que el conjunto de abrigos con restos arqueológicos fueron ocupados simultáneamente. Sin embargo, losrnateriales líticos, que aunque son de la región, no se encuentran muy cerca, permiten afirmar que el sitio era un campamento más o menos pennanente, desde el cual partían expediciones de caza en un área que abarcaba todo el páramo de Guerrero. De los rasgos físicos de sus habitantes no se puede dedr nada, porque no se encontraron restos hwnanos en el área excavada. Su procedencia y desplazamientos, estaban circunscritos a los páramos y altiplanos de la cordillera oriental, regiones a las que se encontraban perfectamente adaptados, tal como lo demuestran los resultados de la presente investigación. Aunque el páramo de Guerrero está ubicado en el costado occidental de la cordillera, muy próximo al valle del río Magdalena, con conexiones geográficas naturales a lo largo del río Minero que tiene algunas de sus cabeceras en la vertiente nor-occidental del mencionado páramo y desemboca en el Magdalena con el nombre de Carare, no se hallaron materiales provenientes de esa región, ni restos óseos y vegetales de especies de clima cálido. La industria de choppers y chopping tools, ha sido reportada en tres lugares del norte de Suramérica, aparte del Neusa: Correal (1976) los recolectó en el valle medio del Magdalena en dos sitios: en el Huila y en la desembocadura del río Carare, en el departamento de Santander. Aunque la recolección superficial no permitió fecharlos, fueron asociados a épocas precerámicas tempranas. López (1991) los encontró estratificados en la región del Carare, pero en su mayoría asociados a cerámica y fechados entre el siglo Xy XV O.e. En la Sabana de Bogotá, en el Abra, Correal, Van der Hammen y Hurt (1977a, 79.g0) recuperaron dos tajadores. Estos artefactos se encontraron en las sub-unidades c1-c2, cuya antigüedad es superior a 14.000 años a.p. Sin embargo, de acuerdo con la descripción hecha por Schobinger, los artefactos más parecidos a los de Neusa son los de Manzanillo, en la ciudad de Maracaibo, República de Venezuela. Oiceel citado autor: "..., lascas y raspadores toscos, tamaño por lo general grande, de talla tanto unitacial como bitadal, hechos en madera silicificada (Cruxent, 1962). También aquí hay abundancia de golpeadores (choppers)". (Schobinger 1%9, 65). El mencionado autor asigna a este sitio una antigüedad de XIII milenios a.c. La adaptación del hombre al páramo y la procedencia local de sus implementos, indican una larga permanencia en parajes con ese mismo medio ambiente. Esto se entiende así tomando en cuenta que al finalizar el Estadial del Abra, último avance glacial, comenzó el período Hipsitermal, durante el cual el clima se fue haciendo más cálido. En esa época el bosque 42 andino invadió los altiplanos de la cordillera Oriental y el medio ambiente páramo ascendió hasta convertirse en los reductos insulares de la actualidad. En consecuencia las especies adaptadas a vegetación abierta quedaron reducidas a pequeñas áreas montañosas donde sus principales predadores, los cazadores, las diezmaron hasta extinguirlas. Neusa entonces podría habe1:sido en los comienzos del Holoceno, entre 10.000 y6.(XX)años a.p., un limitado coto de cacería, donde el cambio de clima recluyó a presas y cazadores hasta desaparecer. Las primeras consumidas por los segundos y estos últimos emigrando o evolucionando su mOO.o de producción y subsistencia ante la presión ecológica y porelcontacto coninmigrantes provenientes de pisos cálidos, que traían sus propios desarrollos tecnológicos y culturales. Cronológicamente, las huellas de los cazadores recolectores como tales, desaparecieron en Neusa hace 6.200 años, cuando se produjo un breve pero brusco enfriamiento conocido como Estadio de Santa Isabel Temprano. 43 4 LOSRECOLECTORE~HORTICULTORES Aunque no se ha hecho el análisis de carbón de las muestras tomadas en la unidad 2A, ésta se puede fechar relativamente con base en la evidencia estratigráfica del nivel de exfoliación. Los materiales arqueológicos que caracterizan dicho horizonte se encontraron a partir (encima) del conjunto de láminas desprendidas. Esta acumulación se produjo naturalmente durante el estadio Santa Isabel Temprano, breve pero brusco enfriamiento ocurrido hace aproximadamente 6.000 años. Posteriormente los abrigos fueron ocupados por individuos que removieron dicha exfoliación, concentrándola y compactándola en las áreas más espaciosas de los mismos. El hallazgo de artefactos tales como cantos rodados con bordes desgastados,guijarroscon una superficieaplanada (aislada) PJruso, yunques y percutores; asociados todos ellos a una alta densidad de láminas desprendidas de los abrigos, muchas de estas con huellas de haber estado sometidas al fuego, permitieron establecer para Neusa la permanencia más o menos prolongada de grupos recolectores que derivaban en parte su sustentodel procesamiento de productos vegetales. Asílo indica el hecho de que el hombre 'reordeno' o 'arreglo' la mencionada exfoliación yacente. Esta elaboración de 'pisos de vivienda' implicaba la convicción por parte de sus ejecutores de que permanecerían allí durante intervalos de tiempo prolongados. Similares estructuras han sido encontradas tan lo relacionadas con abrigos como a cielo abierto en diferentes regiones de la Sabana de Bogotá. Correal 0977b, 162), reseña un piso semejante en la zona de ocupación IV de los abrigos de Tequendama. Broadvent 0971, 176); Ardila (1984,21) YCorreal 0987, 16) describen acomodaciones líticas similares en descampado. Los molinos de pigmentos que se encontraron en Neusa, conservaron residuos de ocre mineral (hematita), apreciables en algunos casos a simple vista. Este colorante se usó con frecuencia para elaborar arte rupestre y para decorar los entierros secundarios. En general los artefactos característicos de aquella época modelaron sus formas a través de la utilización, a diferencia de los de otros tiempos que para poderse usar debía dárseles una forma detenninada. Estas evidencias 45 subrayan el carácter relativamente sedentario de sus creadores. Sin em· bargo, persistía el uso de útiles abrienses, representados por pequeños núcleos y lascas (ejes no mayores de 5 cm.). Los raspadores cóncavos fueron los más utilizados, pero también se encontraron ejemplares de raspadores terminales y laterales. Frecuentemente tienen huellas de utilización en va· riosbordes simultáneamente. Esta característica significa además una mayor economía de la piedra utilizada, en comparación con ocupaciones anteriores. El número de individuos que confonnaban estas bandas es incierto. Se sabe que la cacería disminuyó porque los restos de animales se redujeron notablemente. (Ver cuadros NI1 8 Y10). Sin embargo su dieta se enriqueció con una mayor variedad. En esta unidad se identificaron restos de curi, armadillo, ratón, borugo, zorro, venado pequeño,caracoles, aves y cangrejos. A esta variedad de animales se debe adicionar productos vegetales para los que se utilizaron artefactos líticos como los yunques, cantos rodados con bordes desgaStados, percutores, molinos y posiblemente algunos utensilios de madera. No existe ninguna evidencia estratigráfica, diferente de la desaparición de los artefactos líticos diagnósticos, tales como los cantos rodados con bordes desgastados, que indiquen el abandono de la región por parte de dichos grupos. Se relaciona esta disminución con el advenimiento de la cerámica, la cual en las capas más profundas está asociada a metates, manos de moler y yunques. Se atribuye el origen de estas manifestaciones arcaicas de recolección incipiente agricultura, a desarrollos originados en selvas tropicales. Su procedencia intennedia es el valle del río Magdalena, vía de penetración desde la costa Atlántica, donde se han encontrado las más tempranas evidencias para Colombia. Asociado a las capas más profundasdela unidad estratigráfica NVl seencontr6 un raquis de una variedad primitiva de maíz no identificada claramente. (Ver apéndice V). Boada (1987, 103) encontr6en el valle de Samacá un espécimen también primitvo y en Tunja los investigadores Luis Wiesner, Francisco Ortíz, Helena Pradilla y Cennán Villate, hallaron una variedad de restos vegetales que parecen ser gramfneas precursoras de maíz primitivo. Estas evidencias están asociadas a elementos indudablemete culturales. Dichas muestras vegetales hacen pensar en la posibilidad de que estos desarrollados agrícolas tempranos hayan sido traídos por las rutas del Norte, al menos como su procedencia inmediata. Pudiendo haber llegado a aquellas regiones, desde el valle del Magdalena, a través de la Cuenca Hidrográfica del río Segamoso. 46 5 LAS COLTIJRAS AGROALFARERAS Aunque no se tienen pruebasdecronología absoluta, entreotroselementos de cronología relativa aparte de la estratigrafía, se puede mencionar la tipología establecida en las diferentes investigaciones arqueológicas realizadas en las comarcas corcunvecinas. Parece que la cerámica llegó a Neusa al mismo tiempo que al resto de la región. Asíloatestigua la colección de tiestos correspondientes al período Herrera. Unos perfectamente identificados, tales como Mosquera Roca Trihlrada o Zipaquirá Rojo sobre Crema. Otros atípicos pero también tempranos. (Ver apéndice I1I). El resultado del análisis y clasificación del roa terial cerámico puede presentarse en ténninos generales como un cuadro en el que los tipos se suceden de los antiguos en las capas profundas a los recientes en las superficiales. Abundan los fragmentos provenientes de áreas más cercanas y escasean los de regiones apartadas. Se puede describir la influencia cultural en la región durante las épocas alfareras así: 1. La época más antigua, con cerámica del período Herrera representada por los tipos Zipaquirá Rojo sobre Crema, Mosquera Roca Triturada y ollas con decoración ungulada. Adicionalmente se encontraron tiestos correspondientes a la tradición de cerámica incisacon recipientes de boca ancha y hombro aquillado cuyos rasgos decorativos recuerdan el valle del Magdalena. Otros, ya un poco más tardíos, parecen provenientes del Norte. Tal es el caso de la influencia Guane, manifiesta en cerámica semejante al tipoOiba Rojo sobre Crema yotros tiestosconcaractelÍsticas comunes en Santander. (Ver Umina r.F 25b, Figura NQ 44a). Otros con pasta y superficie similares a los definidos en Busbanzá para tiempos muiscas tempranos (Archila comunicación personal). También del Norte es el Suta Naranja Pulido, representado en Neusa JXlr vasijas deboca ancha y hombro aquillado. 2. Una segunda capa está conformada por la preponderancia de los tipos Valle de Tenza Gris, Chocontá Arenoso Grueso y Guatavita Gris. Todos procedentes del Sur del territorio Muisca. 3. La cerámica más reciente, Localizada en la capa, superfidal, muestra en su baseal tiJXlFunza Laminar Duro, precursordel Ráquira Desgrasante Arrastrado que le siguey finalmente, cierra esta secuencia el Chocontá Vidriado. '7 En resumen, hacia el fondo de la estratigrafía cerámica, hay tipos premuiscas. A continuación predomina la cerámica del Norte. Luego prevalece la Muisca Oásica y finalmente cubren la secuencia los tipos más recientes y contemporáneos. Este orden demostraría la tradición recogida por los cronistas, referente a que las salinas de Tausa eran primeramente explotadas por el cacique de la norteña población de Ubaté, pero le fueron arrebatadas por el Zipazgo en tiempos de Nemequene, muy próximos a la conquista. Surgen dos problemas a esta interpretación: El primero es la existencia de una variedad que se ha denominado provisionalmente como Burda, con todas las características que definen la cerámica para la cocción de la sal. (Ver lámina N°24, Figura N043a). Este tipo tiene su mayor frecuencia en la capa más profunda de la unidad estratigráfica NO 1, aunque también se encuentra en las capas superiores. Cardale lo diferencia del tipo Zipaquirá Desgrasante Tiestos y lo identifica con cerámica procedente de las laderas de la colina de la sal, en Zipaquirá, cuya antiguedad es de 1.598 ± 70 d.c. (Cardale 1981b, 17). El segundo problema consiste en ungrupo bastante pequeño de tiestos con inclusiones de arclllolita, provenenientes de la capa más profunda de la unidad estratigráfica NO 1. CoITeSponden a vasijas de boca ancha con bordes evertidos, redondeadosunosybiseladosotros.Estosúltimosestánaltarnenteerosionados, dejando ver también partículas de óxido de hierro y arena gruesa de diferentes colores. Arcillolita, oomodesgrasante, seencuentra reiteradamenteencerámica Muisca, de tal manera que este es uno de los elementos distintivos para su identificadón. Por tanto no se esperaría encontrar arcillolita en tipos antiguos. Algo semejante podría decirse del óxido de hierro. Estos problemas sólo serán clarificados con otras excavaciones que fechen cerámica para obtendón de sal entre los siglos Il y Xl de nuestra era yseestablezcandefinitivamentelosparámetroscronológicosdelaocupación Muisca del altiplano Cundiboyacense. De cualquier forma es muy probable que un abrigo rocoso con densas y frecuentes ocupaciones sucesivas, ubicado en una ladera, expuesto a acciones coluviales, tenga la unidad estratigráfica superficial alterada. Pero definitivamente las características tipológícas del material recuperado en Neusa, que es a lo que fundamentalmente se hace referencia en este capítulo, muestran un amplio panorama en el espacio y en el tiempo, e indican, entre otras cosas, que estos abrigos fueron en esas épocas campamento de paso de individuos que transportaban sal para intercambiar con los muzos, panches y colimas, por la ruta occidental que atravezaba cerca de Laguna Verde y con los cacicazgos del Norte del territorio Muisca, con los guanes y otras tribus del Magdalena, por el camino de Ubatéquemás adelante se ramificaba para Sutamarchán, Charalá y Vélez. La alta densidad cerámica y la presencia de tiestos correspondientes a grandes recipientes de almacenamiento, lo mismo que huellas de postes con mayor o menor grado de intemperizadón, sugieren que en el aterrazamiento del Neusa hubo intennitentemente viviendas de agricultores desde tiempos precolombinos hasta el presente. 48 SINTESIS y CONCLUSIONES Sorprende la nutrida colección de restos arqueológicos, de diferentes regiones y épocas precolombinas, concenb'ados en un sitio a primera vista inhóspito. Una ladera por encima de 3.300 m.s.n.m. donde sólo crece la vegetadón de páramo. En páginas anteriores se procuró interpretar las circunstancias que favorecieron dichas ocupadones. En síntesis se planteó que: 1. Bandas de cazadores-recolectores merodeaban a finales del Pleistoceno por los altiplanos de la cordillera Oriental de Colombia, cubierta para ese entonces con vegetación abierta y pequenos bosques de sub-páramo. Con el advenimiento del Período Hipsitermal holocénico, hace aproximadamente 9.500 años, el bosque andino cubrió dichas regiones, haciendo que los grandes herbivoros y sus predadores fueran confinados en las áreas insulares de vegetación abierta que, entre otras, ocupan los páramos en la actualidad. Neusa tué, para esa época, un postrer campamento de estos individuos. 2. Hace6.500añosel páramo de Guerrero, ya pobre en recursos faunísticos, empezó a ser frecuentado por grupos que sabían identificar y procesar recursos del bosque (vegetales y animales). No se tiene infonnación suficiente acerca de cuales productos vegetales, pero en tiempos más recientes se hallaron restos de maíz primitivo y se esperarían cultivos tempranos de tubérculos autóctonos como la papa Yotros. Así 10 indica su menaje lítico, adecuado para la obtención de harinas. 3. Finalmente la cerámica apareció con una rica variedad de procedencias. AlU pernoctaban traficantes de sal, posiblemet:lte desde hace más de tres milenios. También se practicó la agricultura. Los españoles encontraron labradores muiscas en la cordillera de Guanquica. (Velandia 1982: T. 4, 2258). La industria de choppers ha sido identificada en la Cordillera Oriental, en los abrigos rocosos del Abra y del Neusa conantiguedad superior a 13.000 y 8.000 años respectivamente. Los percutores del páramo de Guerrero se encuentran además asociados a grandes núcleos y lascas, de manufactura 49 burda, semejantes a los materiales del complejo Camare del litoral árido venezolano. Esta semejanza requiere adelantar hipótesis acerca de las posibles rutas de ingreso de la mencionada industria a las tierras altas cundiboyacenses, posiblemente difundida desde el citado complejo septentrional, por inmigrantes que se hubieran desplazado a través dealgún corredor natural. En términos generales se podrían plantear tres grandes opciones al respecto: 1. El valle del río Magdalena. En la conOuencia de este con el Carare, se han encontrado chop¡:x'rs. Debe señalarse que el río Carare-Minero, tiene parte de sus cabeceras en el párillT'M) de Guerrero. Otras rutas naturales, todavía más al Norte, que necesariamente quienes se desplazarán hacia el Surpor el río Magdalena encontrarían primero, podrían haber sido los ríos Suárez y Chicamocha. 2. Los Llanos Orientales de Colombia y Venezuela. Areas poco estudiadas, a las que algunos investigadores les están ya atribuyendo importancia como zonas arqueológicas tempranas. Y3. Unencadenamiento de valles interandinos de la Cordillera Oriental de Colombia. En algunos de estos se han encontrado ocsaionalmente restos de mastodontes. Al respecto Lavallée 0987; 1, 34) opina: "... parece bastante probable que la rareza de restos descubiertos e"las tierras bajas, ya sea en el litoral pacíficoseptentrionaf (Colombia y Norte de Ecuador) o de la inmensa selva amazónica, refleja en cierta medida fa situaci6n prehist6rica: estas regioñes bajas, cálidas y húmedas, cubiertas de una ~lmuydensanuncadebjerottcmlStituirunhábitatsuficienteme1Jtee:xplotable 1XlraelhomlJreprehistóriro,adifemlCiadelaszcmasdealtitudabiertasyrelativamente frkilts de recorrer". Artefactos utilizados en procesamiento de vegatales, encontrados en Neusa,recuerdanqueenalgúnlugardeSuramérica,ensimilarescondiciones de altura, debió Uevarse a caboel proceso de identificar, recoger y transformar tubérculos primitivos como la papa (Solanum tuberosum) hasta domesticarlos. En un estrato más reciente se encontró un raquis de una variedad primitiva de maíz. Otros hallazgos posiblemente de especies vegetales similares hechos en el valle de la Laguna-Samacá y en Tunja, ambos en el departamento de Boyacá, al Norte del territorio estudiado, (Ver capítulo V), así como los tiestos de algunos tipos cerámicos identificados en Neusa, (Ver apéndice DI), y ciertas crónicas, (Ver capítulo 1), indican influencias de aquellas regiones para épocas cerámicas tempranas. Así como los conquistadores españoles llegaron a losaltiplanos cundiboyacenses por el nor-occidente, siguiendo la ya establecida rota de la sal; por allí debieron llegar muchas inOuencias culturales. Desde ese punto de vista Neusa gozó de unasituaci6n privilegiada. Así lo demuestran los objetos que retuvo de sus visitantes a lo largo de más de ocho milenios. 50