¡Me voy a vivir solo! ¿Aventura o crecimiento?

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¡Me
voy
a
vivir
solo!
¿Aventura o crecimiento?
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Llega un momento de la vida en donde al penos nos planteamos
la posibilidad de despegar de la casa de los padres y
construir un hogar propio. ¿Que implica vivir solo? ¿Es un
modo de ganar libertad? ¿Hay alguna edad para irse?
Conversamos con Ricardo Spachese, director de la Fundacion
Despegar
MILI: si ya tomamos la decisión o si lo estamos pensando, está
muy bueno que podamos conversar sobre que implica irse a vivir
solo. Los pro, los contra. Cómo darme cuanta si ya estoy listo
para volar solo o no. Para eso hoy estamos con Ricardo
Spachese, el Director de la Fundación Despegar. ¡Bienvenido
Ricardo!
RICARDO: hola chicos, que tal? cómo están?
LEO: bueno, Ricardo, como es esto de la decisión de irnos de
casa. Qué nos pasa cundo nosotros decidimos y decimos: “este
ya no es mi lugar”.
RICARDO. Para empezar, hay que decir, que éste, es un tema
moderno. Hace 40 años atrás uno se iba de su casa
exclusivamente porque se había casado. Se iba de un hogar
constituido a otro hogar constituyente. La excepción serían
los pocos casos que se daban, sólo porque uno se iba a
estudiar.
Estos casos, que uno se va para ir a estudiar, sigue
ocurriendo y es algo muy interesante. Porque, por ejemplo,
fíjense con la gente que está en el interior, hasta los 18
años, por ejemplo, los padres, se ocupaban de todo: los
impuestos, la alimentación… de todo.
Y de un día para el otro el hijo/a dice: “me voy a estudiar”.
Se traslada de una ciudad que tiene 2.000 habitantes (dos mil)
a otra ciudad que tiene 2.000.000 de habitantes (dos millones)
y de repente, además de acostumbrarse a vivir en un lugar con
más habitantes, tiene que aprender todo lo que implica
organizarse para poder vivir solo. Es decir: pagar las
expensas, los impuestos, hacer las compras, es decir prever
todo esto. Al mismo tiempo que se está habituando a la vida
universitaria.
MILI: claro, empezar una vida universitaria, ya es todo un
tema nuevo incluso para quien vive con su familia y todo eso.
Si además de eso le incorporamos, la aventura de irse a vivir
solo, es mucho.
RICARDO: yo por ahí escucho a los papás, que dicen: “lo único
que tiene que hacer es estudiar”, hay que tratar de hacerle
entender que estudiar, es una parte de todo lo que está
haciendo el joven. Que si bien está estudiando, además está
haciendo un montón de otros aprendizajes, quizá tan útiles o a
veces más útiles para su vida, que el estudio mismo. Porque el
estudio le va a resolver el aspecto profesional, pero como el
se sociabilice, como él se pare frente a esta realidad nueva,
esta serie de desafíos y de responsabilidades nuevas, como se
adapte a eso, va atener mucho más que ver con su desempeño
posterior en la vida.
Esto sería dentro del grupo de tener que irse
obligatoriamente, por ejemplo a estudiar.
También cabría una reflexión, que irse a vivir sólo no es el
simple hecho de cambiar de domicilio. A veces cuando a mí me
dicen: “me fui a vivir solo” yo le digo: a que bien! Y como te
estás sosteniendo. Y me responden “ ah! no! “mi mamá y mi papá
me están manteniendo”. Entonces, con esto, en realidad no se
fue a vivir solo, no está viviendo solo, lo único que se hizo
fue un cambio de domicilio. Acá lo que hay que tener claro que
vivir solo sería: ser autónomo. Autónomo, significa: auto:
solo, nomo: regla. Autónomos: es: yo me doy mis propias
reglas.
Pero hay un principio fundamental en Derecho, que dice que
para ser autónomo hay que ser autárquico, acá auto: viene de
solo, uno mismo y tárquico: viene de arca: es decir: tener
caja propia. Para poder darme mis propias leyes, tengo que
tener mi propia caja. Si papá paga, papá pone las reglas. Y
puede decir el otro, “pero si yo soy mayor de edad”, pero
mayor de edad para qué?? mayor de edad para tomar decisiones,
pero no para auto-sustentarte.
Desde el punto de vista legal se dice, que a los 18 años uno
adquiere ciertos tipos de autonomía y a los 21 años otros, sí
esto es verdad. Pero desde el punto de vista de la psicología,
nosotros definimos que una persona es madura, que ha terminado
la etapa de la adolescencia, cuando tiene: identidad sexual
definida, e independencia económica. Fíjense con que
parámetros mide la psicología, el haber terminado la etapa de
la adolescencia.
MILI: a su vez también está la parte afectiva. Para uno irse a
vivir solo, no tiene que depender tanto de los afectos de los
padres, poder romper con los papás y el hecho de estar
acostumbrado a que ellos te digan a donde tenes que ir, que
tenes que hacer. De repente uno está solo y es un mundo nuevo,
respecto a estas cosas.
RICARDO: sí, es un mundo nuevo, pero no es lo mejor usar el
vocablo, romper, porque sino queda como el ejemplo de recien,
el de Sofi, que frente aun conflicto, que es lo que tiene
Sofi, se va. ¿Por qué se va Sofi?, porque está “harta” de que
le invadan su espacio. Bueno, una mala noticia para Sofi, “la
van a seguir invadiendo”, por ejemplo, la mamá va a querer ir
de visita, y ella no le va a poder de decir que o, va atener
una compañera con la que va a alquilar el departamento y la
compañera le va a ocupar la cama, y ella no le va a poder
decir “che, no me uses la cama”. Porque lo que le
está
pasando Sofi, es que frente a un problema, se va, en lugar de
afrontar el conflicto, de rever que es lo que pasa, en su
lugar, huye y si huye se lleva consigo el conflicto para otro
lugar. Es decir, el caso de Sofi, ella se está yendo no porque
maduró lo suficiente para ser autónoma, sino porque está
enojada.
Si uno se va de la casa, porque está enojado, no es el momento
de irse. Mejor debe quedarse, resolver el conflicto, resolví
el enojo. Madurá aquellas cosas que llevan a este conflicto y
recién cuando esto esté resuelto van a estar las condiciones,
vamos a decir: se va atener el estado de conciencia necesario
para que “allá afuera” no se repita el conflicto.
LEO: digamos que uno cuando se va
de la casa a una edad
temprana, obligadamente, como lo hablado al principio de esta
charla, por ejemplo, para ir a estudiar, hace una serie de
aprendizaje, pero no es lo mismo que el hecho de estar
viviendo solo y manteniéndose a uno mismo.
RICARDO. Claro, no sólo por lo que significa el ganar el
dinero, sino también el saber la administración del dinero,
también la administración de los tiempos. Es decir, si vos te
fuiste a vivir solo para estudiar, y necesitas que esté un
adulto o la mamá para que te diga: anda a estudiar, apaga la
computadora, deja facebook y ponete a estudiar, evidentemente
no estas en condiciones, porque no estas siendo autónomo. La
autonomía implica que vos te fijes las normas y que esas
normas te sirvan para poder cumplir las metas que te fijaste.
Si te vas a estudiar y pero necesitas que alguien esté
diciéndote: “ponete a estudiar”, significa que no estas
preparado y es muy probable que esto termina mal, que no
logres tus metas o que vuelvas a casa, con la frente marchita,
como dice el tango y la “vergüenza de no ser”.
MILI: es que volver a la casa de los padres, también es todo
un tema, es otro tema. Tro tema que nos preguntábamos con la
producción es: y si no me reciben ¿?? , por ejemplo, me fui y
como tuve una mala experiencia, me quiero volver a los de mis
padres y no me reciben… ¿?
RICARDO: sí, este otro tema es muy interesante. Cada vez que
uno se va, nuestro cerebro no puede evitar sacar la foto.
Esto se estudia mucho, por ejemplo en personas en que la gente
se va del lugar en caso obligados, como es un exilio. Pero
bueno, deteniéndonos en nuestro caso, suele pasar lo
siguiente: uno se va y saca uno foto del lugar que deja.
Después sigue con su vida dinámica, después cundo vuelve
espera encontrar todo en las condiciones que dejó, porque se
sigue imaginando es situación como algo estático, pero la
realidad no es así. Resulta que los hermanos que se quedaron
avanzaron en su espacio y ocuparon por ejemplo, lugar en el
placar o le sacaron el cubre cama de su lugar… porque en
realidad la persona que se había ido no estaba y como no
estaba ocupando ese lugar los otros se apropiaron. Porque la
vida es dinámica y quien se fue pretende encontrar todo
estático y eso nunca ocurre. Y ahí generalmente se sucede un
choque, un enojo, peleas. Es algo que lo veo con mucha
frecuencia, por ejemplo en chicos que se vienen de provincias
vecinas y que vuelven a su casa cada cuatro o cinco meses y en
lugar de aprovechar esos dos o tres días para disfrutar con
plenitud el estar en su casa, se viven momentos de choques, y
peleas. Porque el que se va, debe saber que ahí donde se
aleja, la vida sigue y que cuando vuelve las cosas vana estar
cambiadas. Y los que se quedan, y esperan a quien se fue,
también tendrán que comprender, que el que se fue al volver se
encuentra con todos los cambios juntos sin embargo ellos,
fueron cambiando paulatinamente, día a día, y no le va a ser
fácil, a quien vuelve entender los cambios, así de una, en un
solo día.
MILI. incluso quien vuelve, también está cambiado, después de
su experiencia de vivir solo. Y administra sus tiempos, tiene
sus espacios. Pasa también cuando vuelven en las vacaciones de
verano, que se vuelven por dos o tres meses, ahí ya es
volver ala convivencia anterior, cuando las cosas aún no
habían cambiado, pero con la realidad de que ahora si se
realizaron cambios que responden a la experiencia y el
transcurso de la vida.
RICARDO: hay una instancia imperiosa de diálogo en la familia,
que cuando uno permite, autoriza, facilita, que un hijo se
vaya a vivir solo, a otro lugar para estudiar y uno sabe que
después de un período va a volver por un tiempo por las
vacaciones uno también debe asumir que está dando un espacio
de libertad que después no se puede suprimir. A que me estoy
refiriendo: es decir, si uno deja que su hijo se vaya por
nueve meses solo, y que decida por si mismo, a qué hora se
levanta estudia y no se que otra cosa, cuando viene a pasar
quince días de vacaciones, la madre o el padre no debe
tratarlo como un niño de jardín de infantes, donde lo levanta,
lo viste. Debe asumir que ya estoy conviviendo con un adulto.
Acá hay una doble dificultad, en el crecimiento. Se encuentra
en quien está creciendo, debe asumirse en etapa de crecimiento
en cuanto lo referente en responsabilidades, limitaciones
y derechos y también por parte de la familia, asumir que esta
persona ya no es un niño, ya tiene otras necesidades, hasta
incluso ya tiene otra visión y otra cultura. Y esto provoca
choques y discusiones, en muchas veces.
En el ejemplo que se daba acá con Barbi, se la siente muy a
gusto en su casa, muy cómoda. Sin embargo, con el caso de
Barbi, se podría ver que con esa comodidad se está perdiendo
algo, ella enumeraba dos o tres cosas que ganaba, pero no
escuché que diga algo sobre algún precio que esté pagando o
esta comodidad. Y seguro que algún precio esté pagando. Porque
está bueno, esto de llegar a casa y tener a alguien con quien
charlar, pero también se puede dar el caso que llegue a casa
sin ganas de hablar y el que me está esperando quiere
preguntarme como me fue y charlar. Puede ser que se esté
perdiendo oportunidades de crecimiento, de libertad, que haya
cosas, decisiones que no pueda tomar, por esta cuestión de
estar cómoda. Que haya esquemas de crecimiento por el cual no
esté transitando.
Fíjense que en las disposiciones, con Sofi decíamos: que se
está yendo enojada, y que huye y con la postura de Barbi:
decimos: que precio estará pagando?. Entonces que hacer, de
que se trata está cuestión, porque no va ni una ni otra
postura. En realidad lo que hay que hacer es ir viendo, cada
uno, en sus etapas de vida, cuales son las necesidades reales
que se tiene. Y en verdad me quiero ir de mi casa, a vivir
solo, para que quiero eso? Que me motivan realmente? Cuales
son los precios que voy apagar, las consecuencias que voy a
tener por eso? Los beneficios que me va a dar hacer este paso?
Animarme, saber que hay un camino de ida y que también ese
camino me puede servir para volver. Que volver no debe ser
anotado como un fracaso, sí como un aprendizaje, porque el que
se fue no vuelve siendo el mismo. El aprendizaje valió.
Hace unos días un amigo de casi unos 50 años de edad, con una
historia muy particular, después de hacer un trabajo, me dijo
me voy, y se fue así como el caso de Sofi. Yo le pregunté y
por que te vas y me dijo: porque quiero estar lejos. Pues le
respondo: estar lejos no significa estar independiente. Y si
te vas enojado, vas a seguir dependiendo. Volvió a los 20 días
con la sensación de que su vuelta era un fracaso. Yo lo esperé
con los brazos abierto y le dije “bienvenido” estuvo muy bueno
que pases 20 días lejos, porque no sos el mismo. Estuvo muy
bueno aunque no resultó lo que él quería. Una cosa es la
independencia y otra la distancia.
Por parte de los padres, deben dejar de ir a los hijos: porque
saben lo que hicieron con sus hijos, porque confían y sobre
todo porque saben que no siempre vana estar al lado de los
padres. Saben que el rol de mamá tiene principio y tiene fin,
aunque claro! Nuca se va a dejar de ser padre o madre del su
hijo, pero sí va a dejar de ejercer el lugar de padre/ madre.,
como un cuidador, sino que va a cambiar ese lugar.
MILI: se vive como mucho dolor para los padres ese momento
que el hijo se va, ya sea que se vaya en bueno o en malos
términos.
RICARDO: no siempre es así, porque si hay mucho dolor por
parte de los padres en el momento de dejar ir a su hijo, es
porque no creen haberlo preparado lo suficiente. Porque si los
padres hicieron que su hijo crezca también desde el rol de
padre se está preparando para ese momento del despegue del
hijo. Y entonces el momento del despegue se lo debería ver
como un acontecimiento muy feliz! Por qué?? porque está
cumpliendo su sueño.
Entonces no hay dolor si me preparé. En realidad lo que sucede
es que se forma un espacio vacío, que en psicología se llama
“síndrome del nido vacío”. Se trata de el tema: “en que voy a
ocupar ese tiempo vacío”? y en realidad es un tiempo muy
bueno, muy valioso para recuperar cosa, es un tiempo, para
hacer cosas postergadas, cosas que a lo largo de mi vida no
pude hace, bueno ahora tengo tiempo para mostrar otros
talentos que tengo adentro: pintar escribir, o sino también
animarme a hacer nuevos emprendimiento, por ejemplo una mamá
puso un kiosco, un negocio y no era por una cuestión
económica, sino que siempre quiso hacer tener un negocio así.
Está bueno que ocupe ese espacio vacío, que de otra manera se
convertiría en reclamo para el hijo.
MILI: Ricardo, vamos a escuchar algunos testimonios, que los
chicos van contando su experiencia sobre este tema de irse a
vivir solo. Vamos compartirlo:
NOTA 1: vivo en casa con mi familia, con mis viejos, me levo
bien con ellos, y tengo una buena relación y no me voy a ir a
vivir solo porque por ahora tengo pensado estudiar. Y quiero
aprovechar al máximo esta buena relación y el hecho de poder
estudiar. En mi casa me siento cómodo, estoy la mayoría del
tiempo fuera y cuando vuelvo me tratan bien! Me preparan la
comida, me tiene la ropa limpia
NOTA 2: mi nombre es Ivana, tengo 22 años, vivo con mis
padres. No tengo pensado ir a vivir sola por el momento, sí
quizás más a delante, en este momento me siento cómoda en mi
casa, no tengo que pagar cuentas, sí hago una colaboración,
pero para proyectar y pensar en irme a vivir sola es necesario
tener un mayor sueldo. Yo puedo entrar y salir de i casa
libremente sin rendirle cuenta a nadie. Cuando vuelvo
encuentro todo en orden, limpia la casa, la comida hecha.
NOTA 3: mi nombre es Analía, acabo de cumplir 25 años y a los
23 decidí irme a vivir sola, por una cuestión de autonomía,
de poder manejar mi dinero, administra mis horarios, además
tener un espacio de tranquilidad y de poder ir adaptándose al
futuro. La decisión de irme a vivir sola, trajo en mi casa,
mucho revuelo, teniendo en cuenta que soy la hija menor y que
mis padres pretendían que como menor este con ellos y de la
noche a la mañana decidí irme a vivir sola, por una cuestión
de pode conocerme a mí misma y no depender tanto de otro,
generó mucho revuelo, pero es un bien para mí, eso lo
aceptaron en mi casa y ahora están muy feliz y ahora no
quieren que vuelva más.
NOTA4: soy Guillermina,
me fui a vivir sola por varias
circunstancias, una de ellas porque quería estudiar pero
también tenía que trabajar, para poder mantenerme, viviendo
sola. Eso implica responsabilidades, y cuestiones que cuando
uno vive en su casa depende mucho de sus padres y cuando uno
va a vivir sola, ve como se va atando la vida cotidiana con
los quehaceres. Como experiencia
a mí me hizo crecer
muchísimo. Las responsabilidades te ayuda mucho a crecer,
madurar y uno mira todo desde otra perspectiva. Los logros el
sacrificio por conseguir algo.
MILI: Ricardo, me imagino que por tu experiencia en la
Fundación Despegar te habrás encontrado ejemplos como el caso
de la chica que se quería ir a vivir sola que se sentía
preparada, pero por no hacerle sentir mal a los padres “no sé”
que irse.
RICARDO: hay cuestiones de una forma de amor, como bastante
confusa, , están las cosas bastante resueltas, no me animo por
mis padres……
Se me ocurrieron varias respuestas, una es cuando Jesús
teniendo doce años de edad se queda en el templo con los
maestros y María al hallarle le dice: porque nos haces esto (a
nosotros) Y Jesús le responde con una lección de amor: “Yo
tengo que hacer, lo que tengo que hacer”.
Acá en el testimonio de esta chica: dice yo me tengo que ir,
pero no quiero porque mis padres sufrirían. Pero bueno, tenes
que evolucionar, que cumplir tu sueño, (hacer lo que hay que
hacer.) hemos venido a este mundo a expandirnos, a evolucionar
nuestra conciencia.
Hoy consideramos que la adolescencia puede durar hasta los 35
años, es decir que los jóvenes de hoy están eligiendo, no ser
independiente. Están entregando a lo mejor diez años de vida,
de independencia a cambio de no tener que asumir
responsabilidades.
Un testimonio, que decid vivir con los padres y que estaba
bien tranquilo, porque no necesita rendirle cuantas a nadie.
Esto es falso, de algún modo uno siempre está rindiendo
cuentas en cualquier convivencia y también hay ciertas
condiciones, lógicamente.
Hay algo que se cree erróneamente, que uno puede convivir sin
normas de convivencia y se forman grandes discusiones
familiares por esto. Acá mamá y papá o quien tiene la
autoridad, quienes son los adultos de la casa, ponen las
reglas. Y no importa la edad que tengas.
La cuestión del ser humano que necesita espacio propio, no
importa en que condiciones, casado, soltero, en mi espacio
propio yo fijo mis reglas. Hay confusión de reglas, papá y
mamá no se animan a poner reglas, los hijos no ven los límites
y llega un momento en que los padres invaden el espacio de los
hijos o los hijos de los padres. En los dos casos estamos
hablando de situaciones que no están bien.
MILI: ¿hay una edad para irse a vivir solo?
Ricardo: no se trata de la edad, sino de la etapa madurativa,
para irse a vivir solo. Es cuando lo necesitas, es cuando lo
sentís. Si me permiten les cuento un cuento…
¡¡¡Basta de vacas flacas!!!
Un maestro decidió salir junto a su jóven discípulo a visitar
algunos de los parajes más pobres de la provincia. Después de
caminar un largo rato encontraron el vecindario más triste y
desolador de la comarca y se dispusieron a buscar la más
humilde de todas las viviendas. Aquella casucha a medio
derrumbarse, que se encontraba en la parte más alejada del
caserío era, sin duda alguna, la más pobre de todas. Sus
paredes se sostenían en pie de milagro aunque amenazaban con
venirse abajo en cualquier momento; el improvisado techo
dejaba filtrar el agua, y la basura y los desperdicios se
acumulaban a su alrededor dándole un aspecto decrépito y
repulsivo.
Sin embargo, lo más sorprendente de todo era que en aquella
casucha de apenas seis metros cuadrados vivían ocho personas.
El padre, la madre, cuatro hijos y dos abuelos se las
arreglaban para acomodarse de cualquier manera en aquel
reducido espacio. Sus ropas viejas y remendadas, y la suciedad
y el mal olor que envolvía sus cuerpos, eran la mejor prueba
de la profunda miseria que ahí reinaba. Sus miradas tristes y
sus cabezas bajas no dejaban duda de que la pobreza y la
inopia no sólo se había apoderado de sus cuerpos sino que
también había encontrado albergue en su interior.
Curiosamente, en medio de este estado de penuria y pobreza
total la familia contaba con una sola posesión extraordinaria
bajo tales circunstancias, una vaca. Una flacuchenta vaca cuya
escasa leche le proveía a la familia un poco de alimento para
sobrevivir. La vaca era la única posesión material con la que
contaban y lo único que los separaba de la miseria total. Los
peregrinos pidieron alhojamiento y algo de comida, a lo que el
dueño de casa contestó: "Como verán soy muy pobre, todo lo que
tengo para ofrecerles es algunas gotas de esta vaca flaca que
es toda nuestra fuente de alimentos".
Al día siguiente, muy temprano, asegurándose de no despertar a
nadie, los dos viajeros se dispusieron a continuar su camino.
Salieron de la morada y caminaron muchos kilómetros. Llegada
la tarde, el anciano maestro envió a su discípulo: "Vuelve a
la casa donde nos alhojamos anoche y sin que nadie se de
cuenta, desata la vaca y arrójala por el barranco para que
crean que fue un accidente. Cuando te asegures de que esté
muerta, vuelve que te voy a estar esperando". El joven quedó
atónito y no podía creer lo que su maestro le pedia. Éste al
ver que dudaba le insistió recordándole su voto de obediencia
pactado antes de emprender el viaje.
El pobre muchacho no podía comprender semejante atrocidad…
¿cómo matar la única fuente de alimentación de aquella
familia que con tanta atención los había recibido?. En medio
de su contradicción, cumplió con la tarea que su maestro le
había encomendado y retomó su marcha.
Encontró al anciano y sin comentario alguno continuaron con el
recorrido por el poblado. Terminada la misión volvieron a su
lugar de orígen.
Durante los días siguientes al joven le
asaltaba una y otra vez la nefasta idea de que, sin la vaca,
la familia seguramente moriría de hambre y que ellos eran los
culpables. Sin embargo no se animaba a preguntarle a su
maestro por qué habian hecho eso.
La historia cuenta que, un año más tarde, los dos hombres
decidieron pasar nuevamente por aquel paraje para ver qué
había ocurrido con la familia. Buscaron en vano la humilde
vivienda. El lugar parecía ser el mismo, pero donde un año
atrás se encontraba la ruinosa casucha ahora se levantaba una
casa grande que, aparentemente, había sido construida
recientemente. Se detuvieron por un momento para observar a la
distancia, asegurándose que se encontraran en el mismo sitio.
Lo primero que pasó por la mente del joven fue el
presentimiento de que la muerte de la vaca había sido un golpe
demasiado duro para aquella pobre familia. Muy probablemente,
se habían visto obligados a abandonar aquel lugar y una nueva
familia, con mayores posesiones, se había adueñado de éste y
había construido una mejor vivienda. ¿Adonde habrían ido a
parar aquel hombre y su familia? ¿Qué habría sucedido con
ellos? Quizás fue la pena moral la que los doblegó. Todo esto
pasaba por la mente del joven mientras se debatía entre el
deseo de acercarse a la nueva vivienda para indagar por la
suerte de lo antiguos moradores o continuar su viaje y así
evitar la confirmación de sus peores sospechas.
Cuál no sería su sorpresa cuando, del interior de la casa, vio
salir al mismo hombre que un año atrás les había dado posada.
Sin embargo, su aspecto era totalmente distinto. Sus ojos
brillaban, vestía ropas limpias, iba aseado y su amplia
sonrisa mostraba que algo significativo había sucedido. El
joven no daba crédito a lo que veía. ¿Cómo era posible? ¿Qué
había acontecido durante ese año? Rápidamente se dispuso a
saludarle par averiguar qué había ocasionado tal cambio en la
vida de esta familia. El hombre, que ignoraba que el joven y
su maestro habían sido los causantes de la muerte de la vaca,
les contó cómo, casualmente el mismo día de su partida, algún
maleante, habían encontrado muerto al pobre animal. El hombre
les confesó a lo dos viajeros que su primera reacción ante la
muerte de la vaca fue de desesperación y angustia. Por mucho
tiempo, la leche que producía la vaca había sido su única
fuente de sustento. -Sin embargo –continuó el hombre- baje la
barranca y saqué lo poco de carne buena que tenía la vaca para
poder cambiarla en el pueblo por un poco de aceite y huevos.
Como los niiños tenian hambre, los mandé a los campos de los
vecinos para que trajeran algo de comida a cambio de cualquier
trabajo. Ese día juntamos los huevos y la manteca por las que
cambié la carne, los niños trajeron harina y mi señora preparó
unos exquisitos panes. Nos había ido bien, asique al día
siguiente los chicos salieron nuevamente a los campos. Yo fui
al pueblo y vendí el pan que sobró por más aceite. Así a la
tarde la mamá de mis hijos preparó más pan…" Así habían hecho
desde entonces cada día, y
por primera vez en sus vidas
tuvieron dinero suficiente para comprar mejores vestidos y
hasta arreglar la casa.
El dueño de la vivienda agradeció de todo corazón el paso de
los visitantes y el cambió de suerte que había significado en
sus vidas su paso por el hogar. "De esta manera, poco a poco,
dijo el hombre, este año nos ha traído una vida nueva. Es como
si la trágica muerte de nuestra vaca, hubiese abierto las
puertas de una nueva esperanza".
Los caminantes se despidieron y continuaron el camino. El
maestro, quien había permanecido en silencio escuchando el
fascinante relato del hombre, preguntó: -¿Tú crees que si esta
familia aún tuviese su vaca, habría logrado todo esto? Seguramente no –respondió el joven. –¿Comprendes ahora? La
vaca, además de ser su única posesión, era también la cadena
que los mantenía atados a una vida de conformismo y
mediocridad. Cuando ya no contaron más con la falsa seguridad
que les daba sentirse poseedores de algo, así sólo fuera una
flacucha vaca, tomaron la decisión de esforzarse por buscar
algo más.
Dr. Camilo Cruz
Nos animemos a pensar en los desafios grandes que tenemos en
frente y las vacas flacas que nos separan de ellos. ¿Cuáles
son esas vacas flacas que te atan? ¿Cuáles son esos pasos que
sentis que tenes que dar y algo te lo impide?
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