1 2 HERMAN ZWlLlCH VENDEDOR DE CHISMES CRONICAS HUMORISTICAS 3 DEDICATORIA A la memoria de mis padres Mar y Brane Zwilich, a mis hermanos Ber, David y Shya (Z.L.) éste último asesinado con su esposa e hijos, por los nazis, durante el levantamiento del Ghetto de Varsovia H. Z. 4 PROLOGO En la existencia de las instituciones y de las personas tienen lugar acontecimientos que¿ se bien es cierto que en la época en que acontecieron no tuvieron gran resonancia„ sin embargo, con el trascurrir del tiempo, se les da su verdadero valor y adquieren una trascendencia simbólica. Para que instituciones y hombres perduren en el recuerdo de una colectividad, para que no se esfumen y olviden acontecimientos importantes, Herman Zwilich nos ofrece su segundo libro de Crónicas Humorísticas titulado “Vendedor de Chismes” que es esencia, raíz y contenido de la colectividad judía afincada en el Perú en lo que va de corrido el presente siglo. Análisis de esta célula de la Diáspora; estudio de su palpitar, radioscopia de sus gentes, sus afanes y sus logros, sus fracasos y esperanzas, sus rencillas, ambiciones y derrotas, le sirven al autor del libro de fuente de inspiración, de leimotiv para pergeñar cuartillas con su peculiar estilo preñado de humor, de buen o mal humor, según las circunstancias. Unas veces cáustico, otras irónico o burlón, Herman Zwilich durante cerca de medio siglo construye su gran mosaico con personajes de la vida real a los que presenta, ya en broma, ya en serio. Por encima de todas las limitaciones literarias que quieran atribuírsele precisa reconocer que su estilo tiene originalidad profunda y contenido humano. 5 Sus viñetas tienen sabor, sus personajes alma y sobre tono nos hace ver el trasfondo, donde radica, sino lo mejor, por lo menos uno de los grandes méritos de este periodista y escritor que en el tramonto de la vida sigue destilando buen humor, haciendo reír a los superficiales y meditar a los menos, porque es evidente que este libro de Zwilich, con todas sus imperfecciones, llama a reflexionar por la seriedad con que enfoca los problemas comunitarios, bajo un velo de humorismo. Hombres e instituciones son zaheridos por su punzante pluma; los yerros son expuestos con claridad meridiana, los chismes de la colectividad juegan un rol decisivo y sirven para enmendar rumbos, entablar polémicas y clarificar situaciones. Cuántos sabios consejos ha dado Zwilich desde su humorística columna “En Serio y en Broma”. Cuántos yerros han sido corregidos a tiempo, cuantas obras concebidas apresuradamente dejaron de realizarse, cuantos esfuerzos se concretaron, se materializaron por el impulso indirecto dado por este columnista. Claro está que Zwilich no es infalible y por ende en muchas crónicas pudo estar equivocado pero resulta aleccionador saber que sus críticas tienen contenido constructivo, cariño por sus instituciones, respeto por sus correligionarios, amor a los suyos, a todo lo judaico, a sus postulados sionistas y poalesionistas. Y así, escribiendo en serio y en broma, realizando las radioscopias de sus congéneres, fustigando o aplaudiendo, acertando o equivocándose durante medio siglo juega un gran rol. Mueve a los personajes del gran escenario de la vida por medio de cáusticos y humorísticos artículos como el titiritero mueve por medio de hilos invisibles a sus marionetas del tinglado de la farsa. Y ahora nos ofrece su segundo libro de “Crónicas Humorísticas” que no es solamente una recopilación sino que contiene una rememoración de hechos que en buena cuenta hacen la historia de su comunidad, refiere, haciendo gala de una memoria poco común, hechos pretéritos, nombres casi olvidados, situaciones, esperanzas, anhelos y realizaciones que parecen lejanos porque arrancan desde aquellos días de principio de siglo cuando la comunidad era incipiente en número y las instituciones recién nacían. Y lo hace con orden cronológico, sin interrupción, exhibiendo a los hombres que hacen la historia del ishuv con caracteres nítidos y haciendo resaltar los merecimientos de tirios y troyanos, dándole al César lo que es del 6 César y el axioma de Benedetto Croce: “Toda historia es contemporánea” cobra relieves por la obra realizada y los pioneros tienen lugar preferente sean “pobres o ricachones, blancos o de otro color” como los cataloga Zwilich en su original léxico. Y una pequeña historia de significación grande, no puede calificarse de nimia. En este libro el lector encontrará resumida una visión completa de cómo era la colectividad judía del Perú, quiénes eran sus artistas favoritos, pues nos relata que había un cuadro filodramático en yidish con sus estrellas y galanes. Sabrá quiénes tenían a su cargo la parte cultural del ishuv, quienes fueron los pioneros de las actuales instituciones hechas a puro esfuerzo colectivo cuando se recaudaba desde “un sol por asociado”. En este libro el lector hallará en consecuencia la vida íntegra de la colectividad, el análisis de todas las actividades societarias, culturales y religiosas, encontrará elogios y críticas, consejos y reproches y todo dicho unas veces en serio y otras en broma pero pleno de una afán constructivo, de una crítica serena y respetuosa porque el chiste y la ironía en el estilo no implica ni maledicencia ni rencor ni ha sido ni es ese el espíritu del cronista. Es evidente que este libro, por el material que lo integra, puede ser útil a los jóvenes estudiosos que alguna vez quieran escribir la historia pues está preñado de los esfuerzos, logros y dolores de la comunidad judía del Perú, de esta colectividad que tan ardorosamente ha luchado durante medio siglo por crear instituciones representativas que le dan fisonomía propia. Un gran Colegio, “La Hebraica”, “La Unión Israelita”, “La Sociedad de Beneficencia Israelita “Sefaradi”, “La Sociedad de Sociedades”, “El Bikur Joilim”, “La Wizo Perú”, “El Sharon”, la “Cooperativa de Crédito” el “Círculo Social Israelita”, por no citar más, nos dicen de los grandes logros de una comunidad minúscula en número pero grande en su batallar, en sus realizaciones Este no es un libro profètico, desde luego, ni pretende serlo pero tiene entre sus méritos el de pretender que se recuerde lo que el Profeta Ezequiel escribió: “SE ACERCA EL FIN”. El fin de una época. La Unidad está en marcha, la colectividad al adquirir madurez, ingresa a su etapa definitiva: a la unión; la juventud judía , criada o nacida en el Perú, ha reci 7 bido de sus mayores, instituciones básicas, toca a ellos continuar la obra realizada y como aman y sienten el Perú, es indudable que harán suyo el lema de la moneda peruana: FIRME Y FELIZ POR LA UNION” que este libro -propugna. Siendo “CUADERNOS PERUANO - ISRAELIES”, una tribuna libre para la difusión de la cultura, cree oportuno dedicar este número de su publicación a la obra de su colaborador Herman Zwilich, que en su agitado trajín profesional se ha dado tiempo para escribirla demostrando que por algo es columnista de primerísima plana de grandes diarios de New York, México, Buenos Aires y Tel Aviv, donde goza de merecido prestigio y es considerado como uno de los más auténticos valores intelectuales que la comunidad judía tiene en el Perú, pese a quien pesare. Al prologar su segundo libro, lo hago no por la amistad que me une con el autor. Soy un sincero admirador de sus grandes condiciones intelectuales y, si en algo este mal hilvanado prólogo desmerece su obra, que el autor y los lectores me perdonen. EMILIO M A R A Z Z A N I M I N D R E A U 8 A MODO DE PREAMBULO EN TODOS los pueblos de Polonia se conservaban en los archivos de la Kehilot una especie de “Pinkas” (manuscritos) donde nuestros antepasados anotaban los grandes acontecimientos ocurridos en el pueblo. En estos “Pinkasim” se podían ver las principales fechas recordatorias de los sucesos acaecidos, tales como la fundación del Cementerio, la construcción de la primera Sinagoga, el nombre de todos los Rabinos, el de los presidentes de la Kehilot en lapso de cientos de años. Estos “Pinkasim” servían a los historiadores como fuentes originales y constituían material valiosísimo para escribir la historia de las comunidades. Recuerdo que en mi pueblo —Tishiviz— existía en los archivos de la Kehila un “Pinkas” de casi 200 años de antigüedad Lo curioso era que en sus primeras páginas estaba escrito que en el año 1672 hubo un gran incendio en el pueblo y que se había quemado junto con el local de la Kehila. el “Pinkas”. 9 Entonces, a poco de extinguido el fuego, el Rabino llamó a todos los ancianos del pueblo para que refirieran los hechos más notables que habían estado consignados en el “Pinkas” destruido por el fuego. De ese modo, se pudo reconstruir en casi su totalidad el “Pinkas” en el mismo que se siguieron anotando los sucesos más importantes a manera que iban aconteciendo. Aquí en Lima, nuestra comunidad, próximamente va a cumplir medio Siglo desde la llegada a estas tierras de los primeros emigrantes de la Europa Oriental y Cien años de la fundación de nuestro Cementerio de Bellavista creado por los judíos franco-alemanes que fundaron la “Sociedad de Beneficencia 1870” que agrupa a los judíos de habla alemana. Pero muy pocos documentos existen sobre estos hechos y los posteriores, ocurridos a fines del pasado Siglo y en los albores del actual. En estos últimos cincuenta años nuestra comunidad ha creado instituciones y sociedades, tanto benéficas como sociales y culturales y muchos de sus fundadores han pasado a la vida eterna. El cementerio viejo y el moderno tienen más tumbas, proporcionalmente, que la actual colectividad, pero no existe ningún “Pinkas” donde estén anotados los hechos que pueden constituir la historia de nuestro ishuv. Labor digna del mayor aplauso sería que alguien se dedicase a escribir la historia de nuestra comunidad, tan rica en sugerencias y esfuerzos notables, para que nuestros hijos y nietos sepan quienes fueron los pioneros, los auténticos forjadores de nuestras instituciones, quienes les dieron vida y calor y quienes insuflaron judaísmo y tradición en nuestro ishuv. Así por ejemplo, resulta muy entretenido e interesante escuchar a José Gleiser, el veterano del ishuv, contar de su llegada a Lima allá por el año de 1918 cuando solamente tres judíos de Besarabia moraban en esta ciudad. Samuel Edelman puede hablar horas y horas recordando el año de 1921 cuando él fundó el primer “minian” y cómo consiguió la primera “Sefer Tora” que la tenía un judío sefaradita de apellido Sharnay que la ocultaba en la trastienda de su almacén y se vanagloriaba de haber sido el primer judío que se casó en Lima según nuestro rito y ceremonial. 10 Isaac Rotstein todavía añora la época en que llegó a Lima la primera pareja de artistas judíos constituida por Felipe y Adela Goldberg y cómo organizaron el primer espectáculo el año 1931 cuando las plateas se vendían a UN SOL y el salón se llenaba de un público que aplaudía y lloraba recordando las melodías de las viejas canciones de la tierra lejana y querida. Manuel Eidelman refiere que en una tumultuosa Asamblea de la “Unión Israelita” donde él fue elegido Presidente de mesa siendo “progresista” y “darwinista”, no se llegó a elegir a la nueva Junta Directiva y tuvo entonces que verse obligado a organizar los rezos de los sagrados días de Rosh Hashana y del Jom Kipur y que fue ésa la única vez en su vida que estuvo todo un día en la Sinagoga. Michel Radzinsky nos cuenta el bochornoso episodio del incidente acaecido entre dos damas de la colectividad, incidente que motivó la intervención de los respectivos esposos que, como es lógico, defendían cada cual a sus respectivas mujeres y tomó tales proporciones dicho incidente que motivó la división que actualmente existe en el ishuv. Cuando Aaron Goldenberg está con amigos alrededor de una mesa de café refiere la forma y modo de cómo fue elegido por primera vez Presidente de la “Unión” y matiza sus charlas con anécdotas interesantes y llenas de humor. El finado Jorge Tendler me decía muchas veces que él era¡ capaz de escribir todo un tratado sobre la época en que ejerciera las funciones de Secretario de la “Unión” en la Junta que presidiera Samuel Eidelman. El Dr. Wexcelman tiene toda una documentación sobre la fundación de la Sociedad de “Beneficencia 1870” y sobre la autorización otorgada por el Gobierno del Perú para la fundación y funcionamiento del primer Colegio Hebreo en el país, el actual “León Pinelo”. El Dr. Boleslaw Levin, historiador polaco que viviera en Lima allá por los años de 1940 más o menos, tiene todo un archivo sobre el Tribunal de la Inquisición en el Perú y es autor de un famoso libro sobre Túpac Amaru. Jaime Mandel se vanagloria diciendo que fue él quien iba de casa en casa pidiendo a los padres de familia que mandaran a sus hijos al Colegio “León Pinelo” y que para dar el ejemplo sacó a sus hijos del Colegio “Anglo Peruano” 11 donde estudiaban y los llevó al “Pinelo” sin estar seguro de que este Colegio iba a subsistir. Aaron Mandel hasta hoy no puede olvidar el motivo de la separación de un grupo para crear un “minian” fuera de la Sinagoga de la “Unión Israelita”. Simón Radzinsky relata las peripecias que pasaba, acompañando por las provincias, a los delegados venidos del extranjero para las campañas del Magbit. Nos cuenta las veces que se le bajaron las llantas en plena pampa y de las mañas que se valía para que los delegados aprendieran a comer el clásico “tacu-tacu”. Estos y otros muchos acontecimientos interesantes como cuando por primera vez se izó en el Perú la bandera azul y blanca del Estado de Israel en el local de “Iquique”, son trozos de historia. La gran fiesta en la sede del Consulado de Israel en él Perú, ubicado por la Avenida Nicolás de Piérola, con motivo de colocarse las “mezuzot” en las puertas del Consulado a cargo del Dr. Roitman. La emoción que embargó a la colectividad de Lima, cuando las clásicas carrozas de gala del Gobierno peruano, precedidas por el Regimiento Escolta del Presidente de la República, en elegante y vistoso uniforme de gala, trasladaron desde el Hotel Bolívar hasta el Salón Dorado del Palacio de Gobierno al Primer Embajador que Israel acreditaba ante el Gobierno del Perú. Era el señor Tuvia Arazi quien tuvo ese gran honor y la colectividad nunca agradecerá bastante las gentilezas que ese diplomático supo dispersarnos desde su elevado cargo y la magnífica labor que realizó en pro de las relaciones peruano-israelíes. Con letras de oro debería figurar la inenarrable escena cuando Golda Maier fue recibida en pleno por la Municipalidad de Lima y declarada “Huésped de Honor” ante una atronadora y sincera. salva de aplausos. Precisaría recordar el solemne momento en el cual se descorrió el velo que cubría el monumento erigido en memoria de los seis millones de víctimas de la barbarie nazi, en ceremonia conmovedora, en el Cementerio de Bellavista. Así también en alguna parte debería consignarse que Max Heller hizo traer desde los campos de exterminio de Checoslovaquia, una urna funeraria conteniendo las cenizas 12 de los mártires del exterminio ejecutado por Adolfo Eichman y durante toda una noche se realizo un velatorio en homenaje póstumo a esas víctimas. Sobre tan simbólico y aleccionador acto, nada hay escrito. Es interesante rememorar que un grupo de emigrantes judíos radicados en Lima en el año 1934 se internaron en las montañas del Perú con la idea de crear una colonia tipo “Moshava”. Fueron, en buena cuenta, los pioneros de la reforma agraria peruana. Fracasaron en su intento y regresaron a la capital con las ropas raídas y picados por los zancudos y enfermos de malaria. Pero su gesto fue nobilísimo y nadie se acuerda de una gesta tan importante, realizada por los judíos del Perú. En el año 1934 Roberto Feldman creó un movimiento de unificación de las colectividades judías radicadas en América Latina. Se designó un día de fiesta judío-panamericana que se realizó en esta Capital, se sirvió un banquete en honor de los delegados visitantes y se sirvieron los primeros arenques traídos especialmente, desde la Argentina, por Adolfo Saiman. Cincuenta años en el reloj de la historia en casi un segundo, comparativamente, en la vida humana, pero si alguien hubiera escrito detalladamente estos y otros aconteceres notables ocurridos en el Perú y en relación con nuestro ishuv, tendríamos toda una frondosa biblioteca y una fuente donde informarnos sobre tales acontecimientos. Yo no pretendo y no puedo escribir la historia de nuestra comunidad en lo que va de corrido el presente siglo; me limito a reproducir meras referencias, trozos aislados de nuestra vida societaria. Apena que la “Unión Israelita”, la “Sociedad de Beneficencia Sefaradita”, la de “1870” y otras instituciones no se hayan preocupado en conservar los documentos primigenios de sus fundaciones ni las actas primitivas. Lo que puede parecer a muchos cosas sin importancia, con el correr de los años comprenderán que harán falta esas documentaciones. Si bien es verdad que en “Nosotros” podemos encontrar muchas referencias sobre lo acontecido durante los últimos treinta años, ello sólo es de carácter meramente objetivo e incompleto porque una publicación no puede ser un Acta societaria correlativa en tan prolongado lapso de años. 13 Y al ofrecer a mis lectores estas remembranzas, yo hago en cumplimiento de una labor periodística e informativa; las fechas y las referencias a lo mejor resultan no muy exactas pero hay que tener en cuenta que falta el “Pinkas” y que me valgo del chisme para escribir este libro que por algo lleva el título de “Vendedor de Chismes” H. Z. 14 AARON LERNER ESO PASO el 27 de julio de 1934. Ese día no lo olvidaré nunca. Fue un día que las “maletas” descansaban; las tarjetas de cobranza guardadas en el armario; nadie se atrevió a salir a cobrar o a vender; nuestras mujeres llenaban las peluquerías haciéndose la permanente; los hombres sacaron sus sacos de drill de las lavanderías de los chinos y todos se pusieron camisas blancas con corbata michi, las mujeres con zorros plateados y vestidos de marcel y como en la noche de Kol Nidrei todos acudían a la inauguración del “Hogar propio” en la calle Iquique que está situada en el corazón de Chacra Colorada. El salón estaba adornado con flores como si fuera una fiesta matrimonial. El salón estaba repleto, iluminado con una gran araña de cristal donada por Aaron Lerner; la banda de la Guardia Republicana tocó por primera vez en el Perú el himno Hatikva. En la escena apareció la Directiva de la Unión Israelita y cuán grande fue la sorpresa cuando apareció en el escenario el Edecán del entonces Presidente de la República Mariscal Dn. Oscar Benavides junto con el Alcalde de Lima. Los aplausos resonaron en la Plaza Bolognesi y se prolongaron hasta la del “2 de Mayo”; derrepente, nos dimos cuenta que ya no éramos más emigrantes sino residentes en este bello y generoso país y que ya éramos bastante solventes porque teníamos nuestra casa propia. Ha empezado la ceremonia de la inauguración. Se levanta el señor Lerner con su tarro y smoking; se parecía a un alcalde ayacuchano por la vestimenta; estaba tan conmovido y nervioso que casi no pudo dar lectura a su discurso; 15 el papel saltaba en sus manos y parecía que se iba a poner a llorar. El señor Lerner era el primer y único gestor de esa gran obra para la colectividad. El señor Samuel Eidelman, el Presidente honorario de la colectividad, leyó su discurso con un acento ruso; esa fue casi su última actuación en la “Unión Israelita”. El señor Samuel Eidelman que con tanto entusiasmo fundó nuestra primera Institución, apenas se terminó la construcción del “Hogar propio” se alejó completamente de las labores societarias. Da pena que un hombre con tanta cultura y de los mejores dirigentes societarios, que supo crear una institución cuando ni siquiera soñábamos con establecernos en el Perú, nos abandonara y que ahora, cuando la colectividad ha crecido tanto, Eidelman brille por su ausencia. En tiempos idos Samuel Eidelman era el Presidente de una Institución local; ahora es el Presidente de una “Alianza Universal”. Vale recordar a todos aquellos que ayudaron al señor Lerner en la construcción del “Hogar propio” ya que ni siquiera existe una placa recordatoria ni documentos en el archivo de la Unión Israelita, pero están inscritos en mi memoria. Fueron ellos los señores Efraín Milcas, León Zigel- boim, Salomón Sterental, Samuel Pornoi, Jorge Tendler, Fishell Malai, Jaime Pornoi, Zelma Bitterman, Lova Klei- nerman, Zindel Pavolostky, Abraham Slimper, Adolfo Dra- sinover y Bencion Wainstock, fueron ellos los que acompañaron en su gestión al señor Lerner hasta cancelar la hipoteca de doce mil soles oro que gravaba la construcción. “El hogar propio”, se convirtió entonces en un verdadero hogar para la colectividad. Cuando un hombre peleaba con su mujer y salía de casa, el mejor pretexto era que se iba al “Hogar”; cuando uno tenía cita importante por asuntos no comerciales su mujer sabía de antemano que su esposo se iba al “Hogar”. Nuestras fiestas particulares, nuestras reuniones sociales, sesiones de todas las Directivas, el Colegio Hebreo, el Círculo Cultural y la Sinagoga; a todas cobijó el “Hogar propio”. Todos los huéspedes del exterior, todos los Delegados de distintas Instituciones mundiales fueron recibidos en el “Hogar” como lo fuera el poeta hebreo Leib Yafa, Natan Bistrizky, Dr. Milashan, Greiver, Dr. Surovich, Tjornizky, Gerchunoff, Dr. Shoshkes, Natalio Bergman, N. Vital Reznic, Gruzman y Dr. Juris, por no citar a otros. Todos ellos dictaron conferencias en el “Hogar propio” y cada conferencia llenaba el local. Representantes teatrales como Moris Shwarz, Zaslavky, Henry Guerra y casi todas las compañías argentinas. El 16 teatro idish era un gran acontecimiento en la colectividad. Felipe Goldberg era el empresario, vitalicio; las entradas se vendían como los matzos en vísperas de pesa; el público aprendía las canciones yidish y las cantaban en toda oportunidad. Se organizó una sección dramática local dirigida por Adela Goldberg. Los artistas principales fueron: Majen Zwilich, Rubén Feldman, Isaac Rostían, Aron y Fincha Cristal, Hernán Zwilich, Moris Shapiro, Saia Kuperstein, Sonia Pach, Rosa Bajner, Nusky Brenner, Perla Pach, Metzger, Moris Bacal y tantos otros más que sería largo enumerar. De tiempo en tiempo se organizaban espectáculos con fines benéficos para el Colegio Hebreo, la Wizo, etc.; los artistas aficionados fueron los pioneros de la vida cultural y artística que llenaron con vida el “Hogar propio”. Largos años administraba la cantina el señor Benjamín, un refugiado de Alemania, un prusiano que aprendió el yidish y vendía en su cantina arenques, salchichas vienesas, té, café, Kola Inglesa, Pasteurina y Chuquitanta. Ese fue un bar en miniatura. Allá en el “Hogar propio” se oían los chismes de la colectividad; allá se hicieron los balances de cada uno; allá se exhibían los vestidos nuevos de nuestras damas, hasta se sabía lo que cada mujer cocinaba en casa para el almuerzo; allá se conocieron las jóvenes parejas que hoy en día son padres y hasta abuelos; allá el Dr. Feldman dio el primer beso a su prometida, cuando nadie estaba en la Secretaría. Allá formó su romance Pancho Gabel con su actual esposa; cada elección de un nuevo Presidente demoraba hasta la madrugada; allá surgió el joven dirigente juvenil Arie Apriaskis, el ídolo de la juventud de entonces; hoy es uno de los más grandes industriales del Perú. Allá tenía su escuelita el joven Marcos Roitman que era el niño mimado de la colectividad; allá se educó nuestro escritor y traductor Boris Dunayevich que se hiciera famoso con sus artículos sobre “carne de ternera”. Karakuschanski con sus poesías de amor platónico, M. Aizenshtat con sus novelas “De profundis”, Roberto Feldman con su obra “Menajem Mendel en el Perú”, el Dr. Wexelman con sus narraciones históricas sobre la Inquisición, Miguel Weinfas con sus canciones al mar. Allá se educaron los eternos revolucionarios; los Helfgots, Josele Feldman, Donietz, José Lerner, Saia Kuperstein, Jascha Malamud, etc. El “Hogar propio” era la antorcha que iluminaba al ishuv y si algún día se escribiera la historia del ishuv ten 17 drían que dedicar bastante espacio a la época ya lejana del “Hogar propio” de la calle Iquique. Y todo esto gracias al infatigable dirigente societario don Aron Lerner oriundo de Odessa que largos años viviera en la Argentina y Chile y que? aquí en Lima fue el dueño de una sastrería de lujo que se llamara “Berlín” y cuyo nombre cambiara cuando el equipo de fútbol del Perú fue injustamente anulando en la Capital de Alemania. En gesto nobilísimo cambió el nombre a sus sastrería de nominándola “Sastrería Lerner”. El Sr. Aaron Lerner llegó a ser un próspero comerciante y de los primeros en dedicarse a la construcción de chalecitos y departamentos horizontales con facilidades de pago. En los últimos años de su vida aprendió el yidish y se convirtió en el poeta de la colectividad; un poeta original que andaba de casa en casa leyendo sus poemas y aun cuando eran muy primitivos contenían cierto mensaje. Todos lo admiraban por su paciencia y buen humor. El Sr. Lerner murió después de una larga enfermedad, casi olvidado por la colectividad, pero su obra perdurará en la historia del ishuv como el Presidente más activo y por haber sido el primero en construir un “Hogar”. 18 MAX HELLER EN EL AÑO 1939 estalló la segunda guerra mundial; la inmigración europea cesó completamente; la colectividad judía contaba entonces con tres mil almas sin esperanzas de volver algún día a sus países de origen. Perdido el contacto con el mundo judío del exterior nos quedamos aislados en el país. La propaganda nazi penetró al Perú y al mismo tiempo la propaganda antisemita se hizo más palpable. En diarios y revistas, en las calles y en las plazas y de viva voz se hacía sentir la influencia germana dirigida desde la Embajada Alemana de Lima y sus grupos especializados. En el Parlamento peruano de entonces el Diputado Calle Escajadillo nos acusó de especular hasta con ajos. La pequeña colectividad se encontró desamparada. No teníamos ningún contacto directo ni indirecto con las esferas gubernamentales. Nuestros hijos cursaban en los colegios de instrucción primaria y secundaria; nos faltaba el hombre capaz de intervenir ante las autoridades del país para desmentir los absurdos y mentiras de que se nos acusaba frecuentemente. En esos tiempos hizo su aparición en la escena de la Unión Israelita el señor Max Heller, emigrante austríaco, nacido en la ciudad de Vishniz —Galicia—. Un hombre culto, enérgico, social-demócrata en su país de origen, con una buena posición económica resultando elegido Presidente de la Unión Israelita bajo el lema “Gasagt ist gasagt”. Bajo su presidencia se reorganizó por completo la Unión Israelita a base de Departamentos como el de Beneficencia, Cultural, Jurídico, Juvenil, Religioso. Fue el señor Max Heller el creador de la Asociación de Sociedades Israelitas del Perú uniendo a los sefaradies, a los judíos de habla ale- 19 mana y a los ashkanasim. El señor Max Heller tomó la Presidencia muy en serio; además, por ser un judío de cultura occidental con costumbres muy diferentes a las de los judíos de Polonia y Besarabia, puso un poco de orden y disciplina en la vida societaria. Representó a la colectividad con coraje y altivez; intervino ante las autoridades locales contra la propaganda nazi, creó un Comité Jurídico de defensa hasta que en el año 1941 enjuició públicamente al Diputado peruano Don Oscar Medelius por un artículo, carente de base, que dicho Diputado había escrito contra los judíos. En el año 1940 subió al poder el Dr. Manuel Prado y Ugarteche, demócrata por excelencia, quien rompió las relaciones diplomáticas del Perú con el gobierno alemán y la propaganda nazi se hizo menos ostensible. El país mejoró notablemente en el campo económico; la colectividad dejó por completo sus ventas a plazos y se comenzaron a organizar pequeños comercios e industrias. De los primeros que se iniciaron como industriales fueron el Sr. Marcos Perelman, Michel Razdzinsky, Lipa Gorin, Jaime Urman, León Zigelboim, Benzion Weinstok, etc. Se crearon pequeños comercios por el Mercado Central, el jirón de la Unión y la calle Judíos. Ya no se veían “maletas” por las calles del Chirimoyo ni Chacra Colorada. Europa sangraba en los campos de exterminio de Aushwiuch, Maydanek, Chelmno y Travniqui. Los transportes de los ghetos de Varsovia, de Lublin y de Vilna llevaban a nuestros hermanos, como ganado al matadero, a las cámaras de gas. Nuestros hermanos murieron asesinados, quemados, escarnecidos sin piedad ni misericordia pero aquí en el Perú, organizamos fiestas, bailes, fiestas familiares, vacaciones en Huacachina y Boza. Llenábamos las playas de la Punta, Agua Dulce y La Herradura porque nadie creía que la matanza de nuestros hermanos era tan monstruosa. Fue entonces el Sr. Max Heller quien creó el Comité de Ayuda para las víctimas de la guerra. La primera campaña pro víctimas de la guerra fue dirigida por el Dr. Helman, de Buenos Aires, por el famoso escritor judío-argentino Gerchunoff, por el Diputado del Parlamento Chileno Natalio Bergman. Fue también en la época de Max Heller que ingresamos a formar parte del Congreso Judío Mundial, dirigido por el Dr. Naum Goldman en los Estados Unidos y el primer Delegado peruano al Congreso Judío Mundial fue designado el Dr. Isaac Wexelman, un joven abogado nacido en Besarabia que terminó sus estudios en la Universidad Católica de Lima y que fuera el primer profesional judío ashkanazi aquí en el Perú. 20 La labor desarrollada por Max Heller durante el tiempo que fuera Presidente de la Unión Israelita se caracteriza por el impulso que le diera, por la energía con que actuara en todas sus gestiones, por los rumbos que le imprimiera en un momento difícil para la colectividad, puede decirse que su paso por la Unión Israelita ha dejado una honda huella no del todo apreciada en su justo valor. Hoy es un hombre casi olvidado por la colectividad pero hay algunos que todavía aprecian y valoran su obra societaria. ¡Flaquezas humanas! 21 JAIME KIRMAYER JAIME KIRMAYER es oriundo de la famosa ciudad capital de Bucovina, Chernovica. Un hombre con cultura judía y universal. Ex Delegado a un Congreso Sionista en Basilea. En el año 1934 llegó al Perú e inmediatamente fue elegido como Presidente de la Organización Sionista por sus conocimientos ideológicos y política Sionista en su país de origen: Jaime Kirmayer es el pionero del Sionismo en el Perú. El Sionismo de entonces, que en el Perú estaba en decadencia. Kirmayer apenas pudo reunir a una docena de entusiastas como Nichel Topf, Edgar Haiman, Roberto Feldman, Hermán Zwilich, Jacobo Prizant, Dr. Rosenzveig, Hugo Apransky, la señora Polturak, Gerzson Grobman, Moisés Niman y la señora Abransky. Y que me perdonen los que he olvidado mencionar. El trabajo de la Organización Sionista fue únicamente el K.K. y la organización de fiestas nacionales y tradicionales sionistas como Kaf Tamus, la muerte de Herzel y Bialik, el 17 de noviembre la Declaración Balfur, la Fiesta de Purim, etc. Por ese entonces nos visitaron los delegados Greiver, Mibashan, Dr. Juris, Dr. Leyb Yaffa, etc. Las campañas para K.K. que se realizaron eran pobres e insignificantes. En las listas de las campañas de entonces, por ejemplo, figura el señor Marcos Perelman con cien soles, los hermanos Brodsky con cincuenta soles, Michel Radzinsky con veinte soles. Hermán Zwilich con dos soles. Años y años la Organización Sionista vivió una vida endémica hasta la llegada del famoso poeta judío Natan Bistrizky. El poeta Bistrizky electrizó a la colectividad. Gentes que estaban muy lejos del sionismo se plegaron 22 a Bistrizky. Sus talentosos discursos, su simpatía personal, su porte, sus maneras, su apostura, el prestigio de que venía precedido, sus grandes dotes de orador, sus canciones, sus Oneg Sabats, atrajeron a todo el ishuv. Los ricachos de entonces, como Abraham Batiesky, Marcos Perelman, Yoeno Fleisman, Walter Neisser, Leopold Weil, Michel Radzinsky, los hermanos Brodsky, se acoplaron alrededor de Bistrizky. Fue entonces que Bistrizky creó el “Comité Peruano Pro Palestina Hebrea” bajo la dirección del desaparecido poeta Dn. José Gálvez. Fue también la primera vez que la Organización Sionista peruana organizó el gran mitin en el Teatro Municipal donde el poeta Bistrizky se dirigió a las masas judías y gentiles en un discurso en castellano que conmovió al auditorio. Bistrizky, como sólo él era capaz de hacerlo, se presentó ante el público como un profeta, tal era su porte en el escenarioo, que lo llenaba todo como iluminándolo con su arrogante y conquistadora figura. Invocó a los peruanos que lo escuchaban y a los periodistas allí presentes para que se hiciera justicia a los judíos que pedían al mundo se les devolviera su milenaria tierra. Rindo aquí mi tributo a la desaparecida figura del Dr. Manuel Beltroy primer Secretario de ese Comité y gran amigo del pueblo judío. Si Bistrizky hizo el milagro de fortalecer nuestra incipiente organización Sionista también es verdad que la constancia y los desvelos de Jaime Kirmayer han hecho posible que la Organización llegue a nuestros días fortalecida y saturada de optimismo. Hoy Jaime Kirmayer es un señor cargado de años, sereno y reposado, quien sigue siendo un fervoroso sionista y acude puntualmente a toda actividad sionista siendo en realidad uno de los hombres de la colectividad más solicitados y consultados en la materia. Kirmayer es hoy el Presidente Honorario y Vitalicio de la Organización Sionista y puede decirse que nunca un cargo tan honorífico fue mejor adjudicado. El poeta Bistrizky vive actualmente en Israel, alejado del mundanal ruido, escribiendo sus memorias y los que algunas veces hablan con él, refieren que guarda del Perú y de sus amigos de aquí, los más gratos recuerdos. 23 MARCOS ROITMAN El DR. MARCOS ROITMAN, nacido en Besarabia, llegó a Lima de muy corta edad. Todos sus estudios de primaria, media y universitarios los hizo en Lima, en el Colegio Anglo Peruano y en San Marcos, donde se graduó de médico. Desde muy joven fue dirigente del movimiento juvenil Sionista, desde niño fue caprichoso y terco y con pretensiones de mando. Siempre trató de superarse en su ambiente. Culto e inteligente, devoraba libros de temas judíos y universales; se distinguía entre el ¡ grupo de los jóvenes de entonces por sus conocimientos judaicos y sionistas. Cuando fue a perfeccionarse, después de graduado de médico, a los Estados Unidos de Norte América, hizo contacto con la Agencia Judía de entonces y se dedicaba con todo empeño a los trabajos sionistas. El Dr. Roitman se superó en Medicina, en literatura y política sionista. Fue el niño mimado de los dirigentes sionistas de los Estados Unidos y al regresar al Perú fue elegido Presidente de la Organización Sionista, reemplazando a Kirmayer y trajo la representación de la Agencia Judía al Perú. Muy pronto hizo contacto con los intelectuales de Lima, ayudó mucho a la creación del Comité Peruano Pro Palestina Hebrea. Dos ilustres peruanos, Víctor Andrés Belaúnde y Alberto Ulloa, que representaban al Perú ante la ONU y que fueran designados como miembros de la Comisión de Partición de Palestina, votaron a nuestro favor. El Dr. Roitman, como Presidente de la Organización Sionista, no fue ajeno al triunfo de nuestra causa. Cuando se fundó el Estado de Israel, el Dr. Roitman fue designado como el Primer Cónsul Honorario de Israel en el Perú. Se puede decir que el Dr. Roitman fue el primer diplomático israelí acreditado en el Perú y reconocido por el Gobierno de aquel entonces. 24 El Dr. Roitman tomó con empeño las riendas de la Organización Sionista. Reunió a su alrededor a un grupo de los más ricos de la colectividad y por primera vez la campaña del K.H. alcanzó una suma fabulosa en comparación con las de los años anteriores. Michel Radzinsky aportó una fuerte suma y los otros ricachos no pudieron hacer menos que contribuir como no lo habían hecho hasta entonces. La campaña fue un éxito enorme; el nombre de la colectividad se registró con letras mayúsculas en la Agencia Judía. El Dr. Roitman fue el mejor Presidente de la Organización Sionista pero lamentablemente no supo ganarse las simpatías de nuestra masa. Dirigía la labor sionista en su propio consultorio, siempre rodeado de personajes influyentes de la colectividad; se banderizó con el sector de los privilegiados; fue el punto de partida de una división de clases que hasta entonces no se había producido y como consecuencia de esta división dio origen al nacimiento de un nuevo Centro Social y Cultural. Fue también en la época del Dr. Roitman que se creó el círculo de Sionistas Generales dirigido por Grebson Grobman, contra el grupo más numeroso de la colectividad denominado “Amigos de la Histadrut” dirigido por Michel Radzinsky. El conflicto creado no ha sido por razón de las ideas ni de los sistemas sino mas bien que se debe a un conflicto de personas y por culpa de este conflicto la vida institucional judía en el Perú ha retrocedido, se ha anquilosado; la vida cultural no florece como debería. El conflicto llega a tal punto que en una Asamblea General en el Salón de la Unión Israelita estalló un laberinto en protesta contra el Dr. Roitman, originado por los partidarios de “Los Amigos de la Histadrut”; esta protesta fue a su vez acallada por los seguidores del Dr. Roitman profundizándose de ese modo la división existente en la colectividad. Pese a estas consideraciones, el Dr. Marcos Roitman ha sido un dirigente capaz, con una adecuada y bien cimentada escuela política e ideológica y debe ser reconocido como un dirigente de grandes' merecimientos que enaltece a la colectividad por sus dotes personales, su amplia y demostrada cultura y su exquisito don de gentes. Actualmente dedica sus actividades al cargo de Cónsul General de Israel en el Perú y a la Gerencia del Banco de la Industria y la Construcción. Ha sido condecorado en dos oportunidades por el gobierno peruano, goza de un reconocido prestigio como médico cardiólogo y es un amante de las artes plásticas, lo que da un índice de su exquisitez espiritual. 25 MARCOS PERELMAN UNO DE LOS FAMOSOS personajes descritos por nuestro clásico Shulem Alejem es “Menajem Mendel”. Menajem Mendel personifica al hombre de grandes empresas y negocios pero con muy mala suerte; todas sus empresas terminan fracasando pero Menajem Mendel no se resigna y ante cada fracaso crea una nueva empresa. Menajem Mendel conoce todos los secretos de la Bolsa pero cuando compra acciones, éstas bajan. Implanta nuevas industrias y al poco tiempo terminan en un desastre económico.. Marcos Perelman también es un “Menajem Mendel” pero con mucha suerte. Cada empresa que él crea florece; cada negocio que inicia, crece y progresa de tal modo que cada día que pasa crece su prestigio como crecen sus industrias y negocios. Marcos Perelman encarna el tipo del gran comerciante norteamericano que hace millones tras millones. Cuando un industrial norteamericano lanza un artículo al mercado y tiene aceptación, está por descontado que sus ganancias serán fabulosas; el éxito está asegurado. Cuántas leyendas circulaban en nuestros pueblos de Polonia y Besarabia sobre gente que se fueron a América pobres y regresaron a los pocos años cargados de millones. Marcos Perelman llegó al Perú hace cuarenta años con una sola maleta, como llegan todos los inmigrantes; una maleta vacía de ropa pero llena de ilusiones. Unos cuantos dólares en el bolsillo, una fe inquebrantable en su triunfo y un mundo de esperanzas en el alma. Se inició como todo los emigrantes: de vende- 26 dor ambulante. Poco tiempo después ya tenía su tienda de venta a plazos en el Callao. Ya entonces vendía a los “ambulantes” para que pagasen con letras y así se convirtió en incipiente mayorista. Poco después importaba de Japón, Panamá y Estados Unidos; ya era un señor mayorista. Pero Marcos Perelman no se satisface con su negocio de mayorista y crea junto con su cuñado Lipa Gorin y Jaime Urman, la gran industria de tejidos “PerúLana”. Al poco tiempo, Perelman insatisfecho con los logros realizados, se lanza a una nueva aventura mercantil. Entra en el mundo de las finanzas y crea la “Infipesa” (“Inversiones y Finanzas Perú S.A.”), casi al mismo tiempo, este hombre que ya está demostrando su gran visión del comercio y de las finanzas, crea la “Compañía de Seguros La Universal”; ingresa ya al campo de las actividades financieras del país; pone en juego sus grandes condiciones de hombre de empresa; sus correligionarios y amigos, como magnetizados por la rápida trayectoria ascendente que ha realizado, lo designan, sin decirlo, como el líder de las grandes empresas; cuenta así Marcos Perelman con un respaldo económico muy poderoso; sus amigos peruanos que han tenido oportunidad de valorarlo, lo apoyan y secundan. De ese modo surge Marcos Perelman creando el “Banco del Progreso” que en pocos años se convierte de un modesto Banco en una institución de gran solvencia, el quinto entre veintidós Bancos, varios de ellos centenarios. Perelman, de Gerente pasa a la categoría de Presidente de Directorio. Pero no se detiene allí, crea un nuevo Banco, el B.I.C. Banco de la Industria de la Construcción. Las acciones de sus compañías tienen alta cotización en la Bolsa; la firma “Apolo - Perú”, con capitales proporcionados por la Alianza para el Progreso, revela las inquietudes sociales de Marcos Perelman, quien no sólo busca ya el auge de sus propios negocios sino que revela su gran sentido de solidaridad humana y proporciona, con su ayuda, casas baratas para un sector de la población. Cuando el Doctor Roitman era el Presidente de la Organización Sionista, Perelman era su más grande colaborador. Perelman, el hombre de la buena suerte, tomó también las riendas del Magbit. Las campañas constituyeron un éxito enorme. Perelman y Roitman atrajeron a su círculo a un grupo de ricos de la colectividad y se convirtieron en los portavoces del ishuv. El lema de “Perelman, Roitman y Cía.” era: la masa debe contribuir y nosotros vamos a dirigir.... 27 En el ishuv creció el descontento de las masas que fueron totalmente ignoradas por dicha Compañía. El descontento llegó a tal punto, que en una Asamblea de la Organización Sionista se levantó el joven dirigente “revisionista” Ari Apriaskis y pidió un detallado balance de la campaña del Magbit. El pedido fue denegado y estalló un laberinto en la Asamblea y entonces se profundizó aún más la división ya existente entre masa y dirigentes pero la unidad del ishuv se mantuvo. La Organización Sionista se reorganiza y Perelman es elegido como su Presidente. Perelman hace su primer viaje a Israel y regresa a Lima entusiasmado y se convierte en el líder de los sionistas generales. Cuando el Colegio “León Pinelo” estuvo en dificultades económicas, para poder terminar la obra iniciada por su cuñado Lipa Gorin, Perelman quien toma la presidencia del Comité pro-construcción del Colegio, impulsa la construcción, da su apoyo económico y pone término a una obra que hoy día es el orgullo de la comunidad. Recientemente el Sr. Perelman donó una fuerte suma de dinero para construir un Auditorio en el mismo Colegio, Auditorio que lleva el nombre de los esposos Perelman. Cuando el Centro Social y Cultural “Sharon” están en dificultades con su local situado en Javier Prado y los Cipreses, porque los dueños del inmueble les piden que lo desocupen, Perelman toma la iniciativa y compra un local propio en la Avenida “2 de Mayo”. Una residencia lujosa donde se traslada el “Sharon”. Por crear tantas grandes empresas en el Perú, por sus grandes conocimientos en problemas económicos y financieros, por su filantropía sin alardes, por su disposición para ayudar al desenvolvimiento de diferentes industrias en el país, Marcos Perelman ha sido investido con el grado de Doctor Honoris Causa de la Facultad de Ciencias Económicas y Comerciales de la Universidad Mayor de San Marcos. En el acto académico de la colocación de la insignia respectiva, el Dr. Carlos Capuñay Mimbela, Decano de dicha Facultad, terminó su discurso expresando: “Los méritos que “reúne el señor Marcos Perelman por un lado y el afán de “nuestra Universidad de relievar el reconocimiento que debe prestarse a aquellas personalidades que destacan en la “vida de los negocios impulsando el desarrollo de la economía “nacional han sido los motivos para que esta Cuatricentena- “ria Universidad le otorgue el Grado de Doctor Honoris “Causa. Como Decano de la Facultad de Ciencias Económicas 28 “y Comerciales me permito decir que mediante este acto, “nuestra Universidad se honra en considerar entre sus graduados a un hombre tan distinguido en la vida económica “nacional”. Si algún día me dedicara a escribir novelas o biografías noveladas a la manera de Stefan Zweig, mi primera novela contendría la vida y milagros de Marcos Perel- man y comenzaría de este modo: El año 1928, en tercera clase porque no había cuarta, desembarcaron del barco Oropesa en el puerto del Callao, procedentes de Novoselitz, tres mosqueteros: Ydile Teper- man, Samuel 'Falestiano y Marcos Perelman. 29 MICHEL RADZINSKY MUCHOS años reinaba el descontento en la colectividad contra el grupo de dirigentes “Roitman, Perelman y Cía.”, pero faltaba el hombre capaz de romper ese block y poder postular llevando en su lista a personas que representaran el verdadero sentir de la comunidad y pusieran término al grupo oligárquico, hasta que apareció una nueva estrella en el firmamento del ishuv en la persona de Michel Radzinsky. Un poealesionista que tenía su escuela en el kibutz de Grochow, en Polonia. Un demócrata por excelencia, un hombre que no se había mareado con las riquezas adquiridas, un hombre con inteligencia propia. Hombre humilde, bondadoso, capaz de dejar sus propios negocios para ir en ayuda del prójimo. Un hombre que llegó a convertirse, por méritos propios, en el personaje número uno de la colectividad. Michel Radzinsky ganó las elecciones para Presidente de la Unión Israelita por una gran mayoría de votos. Esa ha sido la Asamblea más popular y en todos los rincones del local se oía el grito de Michel... Michel... Michel... Al ser elegido como Presidente incorporó a su Directiva a una gran parte de los miembros de la anterior para así crear un ambiente de concordia en la colectividad. Toman parte entonces en la Directiva de Michel los principales dirigentes del block “Perelman, Roitman y Cía.”, tales como Aron Blanc, Benzion Weinstok, José Rosembach, Jacobo Rosco y Simón Furer, entre otros. Parecía que se iniciaba una nueva era en la vida societaria y es bajo la presidencia de Michel que se acuerda construir un nuevo “Hogar Propio” para la colectividad. Pero aquí surgió un problema que terminó con un conflicto nuevo que no acaba hasta hoy. 30 El problema era: ¿dónde se debe construir el nuevo Hogar? Michel y una gran parte de la Directiva opinaron que era conveniente construirlo en la Avenida Brasil, en un terreno comprado hace años por el dirigente societario Lipa Gorin donde funcionaban ya las oficinas de la Unión Israelita. Pero a este problema de ubicación se agregó otro de índole personal, que movilizó a una parte de los directores. Aron Blanc, Weinstok, Simón Furer y Rosco eran de opinión de que se comprara un nuevo terreno por San Isidro donde viven la gran mayoría de los ricachos y en vista de la divergencia se acordó citar a Asamblea General para escuchar la opinión de los socios. A la Asamblea concurrió un considerable número de asociados y por mayoría de votos se acordó construir el nuevo Hogar en la Avenida Brasil. Los señores Aron Blanck, Bencion Weinstock, Simón Furer y Jacob Rosco se retiraron de la Junta Directiva, rompieron la unidad de ishuv y, junto con Perelman, los hermanos Brodsky y Roitman, crearon el “Círculo Social y Cultural Sharon” donde funciona también una Sinagoga. Casi al mismo tiempo, Perelman pierde las elecciones en la Organización Sionista donde el Dr. Feldman, partidario de Michel, sale elegido Presidente. El ishuv se divide en dos bandos y llega la decadencia en los trabajos societarios. Las campañas de Magbit bajan de nivel, los partidarios de Perelman y Roitman se niegan a pagar sus cuotas como miembros de la “Unión Israelita”. Con todo, Michel Radzinsky, Aron Goldenberg, Isaac Feldman y Salomón Ladman crean el comité pro construcción del nuevo local en la Avenida Brasil. Se inicia la venta de “asientos” para la nueva Sinagoga y en las primeras semanas se venden 200 “asientos” a la masa, que paga gustosamente y así se logra recaudar fondos que permitirán construir el Hogar en la Avenida Brasil. Michel, siendo Presidente de la “Unión”, contrata al maestro Fayer para organizar el primer coro judío que resultó siendo un orgullo para la colectividad. Por primera vez en la historia de nuestra Comunidad, un coro judío local cantó acompañado por la Orquesta Sinfónica Nacional en el Teatro Municipal. Fue también bajo la Presidencia de Michel que la Unión Israelita contrató a un jazan de la calidad de Belarsky. Para oírlo, la Sinagoga colmó los mil quinientos asientos y en el nuevo local del “Sharon” apenas se reunieron ciento veinte personas pese a que ese Centro contrató a un eminente jazan radicado en Buenos Aires. 31 Hasta hoy día todos los esfuerzos realizados para unificar al ishuv han fracasado; ni siquiera pudo hacerlo el enviado especial de la Agencia Judía, Raby. Kirshblum, una personalidad de gran prestigio que vino especialmente con esa misión y que pese a sus esfuerzos no consiguió poner de acuerdo a las partes. Por su aporte a nuestra vida societaria el nombre de Michel Radzinsky es conocido más allá de nuestras fronteras por ser el eterno delegado a todos los Congresos, Convenciones y Conferencias de carácter societario que se han realizado dentro y fuera del país en los últimos veinte años. Su palabra vale. Sus cheques tienen fondos, sus promesas las cumple; en todos los restaurantes de Buenos Aires, Nueva York y Tel Aviv lo conocen; los mozos lo reciben con alegría; sus propinas atraen a todos los maitres del mundo. Su nombre está inscrito en el Libro de Oro del Keren Kamayet; cuando llega a Israel es huésped del Presidente de la República y la primera dama de Israel ya sabe que a Michel le gusta el “kugel” dulce y el arenque ahumado. Cuando Michel llega a los Estados Unidos habla en inglés con acento peruano; en Israel habla el hebreo con acento americano pero su idioma favorito es el yidish que lo pronuncia igual como lo pronunciaba su mamá en el pueblo de Semiatich. La oficina de Michel está en el Jirón Caylloma y es Fifty-Fifty. La mitad la dedica al negocio de sus famosos casimires “Barrington” y la otra mitad para Delegados, Rabinos con y sin barba, representantes de instituciones locales; mujeres que buscan su mediación en los pleitos que han tenido con su esposo por esos asuntos que Ud. lector ya conoce; delegaciones del Bikur Joilim que tratan de arreglar el asunto de los muertos; periodistas buscando avisos que siempre consiguen allí; gente humilde esperando un préstamo o la renovación de una letra y hasta su socio el Sr. Adolfo Barrios concurren a ese Fifty-Fifty del escritorio donde el amigo Barrios aprendió a hablar el yidish pues ya sabe lo que significa: Gmilat jesed, nedube, Magbit, Keren Kayemet, Histadrut, yeshiva, etc. y que pronuncia con acento peruano. Y así como los casimires “Barrington” son los únicos en calidad así es Michel Radzinsky, de los únicos en la colectividad; hombre capaz de ser un dirigente activo con talento y sabiduría. Michel ha escrito su nombre con letras mayúsculas en la historia de nuestro ishuv y en el corazón de sus correligionarios y por ello será un personaje inolvidable. 32 AROM GOLDEMBERG SI ARON GOLDENBERG hubiera nacido en el Siglo XIX, en la misma ciudad de Nowoselitz hubiera sido un alumno de una Ieshiva, un talmudista ñamante, se hubiera casado con la hija de un ricacho, hubiera vivido una vida tranquila, iría siempre con pasos lentos, dos veces al día, a la Sinagoga, hubiera tenido una docena de hijos, lo hubieran elegido como un Gabay en un Shill o hubiera sido un distinguido miembro de una Institución en Nowoselitz. Pero Aron Goldenberg nació por equivocación a principios del Siglo XX y en vez de acudir a una Ieshiva recibió su educación en un gimnasium, en vez de estudiar los tanaim estudió la Odisea y la Iliada de Homero. Su autor predilecto era Tolstoy y Arcibashev así que Goldenberg vive hasta hoy en dos mundos. Su modo de pensar es como del siglo pasado, pero su modo de actuar es del siglo actual. Cuando Aron Goldenberg dejó su ciudad natal, Nowoselitz, se notaba en la ciudad que alguien faltaba y cuando llegó al Perú se notaba en el ishuv que Goldenberg había llegado. Goldenberg y su extinta esposa Charne han llenado un vacío en la colectividad. A poco tiempo de estar en el Perú ya fue elegido como Presidente de la colectividad de entonces, por su personalidad, por su modo de vivir, por su tranquilidad y por su don de gentes. Su casa se convirtió en un rincón de tradición judía; en Lima o en Talara, donde vivió muchos años, su casa fue una casa de Nowoselitz. Su mujer conservaba y cuidaba la tradición como si nunca hubiera salido de su pueblo. También en ella se juntaba lo antiguo y lo moderno; hasta hoy en día se puede ver en la casa de Goldenberg un cuadro de Rembrandt y dos candelabros sabáticos. En su biblioteca particular se encuentran los libros de los Profetas junto con los libros de 33 Pitigrilli. Goldenberg es un sionista pero nadie ha sabido nunca a qué ideología sionista pertenece. Si Goldenberg hubiese estado en Nowoselitz seguramente hubiera pertenecido a los sionistas generales o al Mizrachi, pero el ambiente de Lima y la influencia de su mujer lo convirtieron en un simpatizante de la Histadrut. Goldenberg ha sido elegido varias veces Presidente de la Unión Israelita y cada vez que se hacía cargo de ella, dejó un sello inconfundible de dirigente responsable. El nuevo “Hogar Propio” de la Avenida Brasil es en gran parte consecuencia de sus trabajos y desvelos. Aron Goldenberg tiene su personalidad bien definida; es intransigente en sus opiniones y aunque pertenece a la tribu de los ricachones está siempre a favor de las masas. Cuando Goldenberg preside una sesión de la Unión Israelita deja hablar a todos los Directores y cuando ya todos están de acuerdo en la forma cómo solucionar un problema, entonces Goldenberg toma la palabra y cuenta cualquier episodio de su vida o cuenta una anécdota que nada tiene que ver con el asunto tratado, pero al final su cara se cubre con una sonrisa y de repente se dan cuenta que la anécdota que había referido se relaciona con lo tratado y el problema tratado se soluciona al revés de la manera como Goldenberg lo quiere. Con todos sus esfuerzos en los trabajos societarios Goldenberg es una personalidad trágica; los pobres lo miran de abajo arriba y los ricachones lo miran de arriba abajo; los progresistas lo consideran conservador y los burgueses lo consideran revolucionario. El futuro historiador que escriba la historia del ishuv encontrará en los archivos de la Unión Israelita, de la Sociedad de Sociedades, de la Organización Sionista y de los Amigos de la Histadrut bastantes documentos sobre la labor de Goldenberg para crear y cimentar nuestra vida societaria en el Perú. Aron Goldenberg es un dirigente que ha realizado obras que el ishuv aquilata. Además Goldenberg es el primer judío en el Perú que se fue con una misión del Gobierno peruano, representándolo con motivo del torneo mundial de Ajedrez realizado en Israel. Según chismes de café el “Sharón” estaría decidido a llevar a Aronchi Goldenberg como Presidente, si se inscribiera, primero, como socio. Piensan que Goldenberg a- traería a muchos nuevos socios, que se limarían asperezas y que la actual fricción de los grupos dejaría de existir y entonces la historia volvería a repetirse porque “comerían en un plato, perro, pericote y gato”. 34 SAMUEL PORTNOY UNO de los Presidentes que dejó una huella en la historia de “Unión Israelita” es Samuel Portnoy. Apenas ocupó la Presidencia en el año 1952 lo primero que hizo fue una purga general de los retratos que colgaban en la pared de la Sala de Sesiones. Su motivo para purgar estas fotos era porque no sabía a quiénes pertenecían. Así es que mandó retirar las fotografías ampliadas de Bergelson, la de Bialik, Heirshbein Laivik, Nordeaux, Socolov y otros. El único retrato que dejó .fue el perteneciente al que fuera Aarón Lerner, explicando el señor Portnoy que dejaba el retrato de Lerner porque a él sí lo conocía y no a los otros. Después purgó la J.J.V. por sus ideas progresistas; purgó media Directiva por no estar de acuerdo con él; inclusive a mí. Después mandó reconstruir el hall de la Sinagoga para que fuera una entrada separada, para las ancianas una parte y la otra para las jóvenes damitas y para el Presidente de la “Unión” y los de la Directiva. Aumentó las cuotas de los socios; elaboró un proyecto para que la silla presidencial fuese más alta y más visible; reorganizó el Bikur Joilim. Samuel Portnoy llegó a Lima en el año 1926. Sus primeros años los vivió en lea y fue el personaje número uno 35 entre la colectividad iqueña. El Alcalde, el Subprefecto y Samuel Portnoy eran los hombres más fuertes de Ica. Siempre se les veía juntos en el Club Social; cualquiera de la colonia que vivía en Lima e iba a Huacachina de vacaciones tenía forzosamente que visitarlo en la farmacia. Portnoy era muy cordial y atento con sus huéspedes a quienes agasajaba en la mejor forma. En los años de 1949 al 50 fue Presidente del Bikur Joilim y Jevra Kadisha. Dirigió esa Institución con mano tan férrea que la gente tenía miedo de morirse porque Portnoy cobraba por las fosas según el peso del cadáver. A Samuel Portnoy no le gusta discutir mucho, para él “el pan es pan y el vino vino”. 'Fue Samuel Portnoy quien organizó el Bikur Joilim y le dio preponderancia sobre las otras instituciones; esa fuerza y preponderancia duran hasta la fecha y han hecho del Bikur Joilim una instituci6n poderosísima y temida. A Samuel Portnoy le gustan las cosas en grande; en lea tenía la farmacia más grande de la localidad. Vino a Lima y abrió una farmacia en el punto más neurálgico del Jirón de la Unión y ahora tiene la fábrica de chompas más grande de Lima. Cuando Portnoy fracasa en alguno de sus negocios, no se resigna. Abre otro negocio o industria y otra vez se mete con los grandes, es su hobby. Portnoy no se asusta de nada ni de nadie. Es un hombre capaz de todo, es el ídolo de la ciudad de lea, es el compadre y padrino de medio pueblo sin diferencia de raza ni religión. Samuel Portnoy se ha ganado una página en mi libro como hombre muy activo. Muchos años trabajaba en nuestras instituciones; en el local de Iquique hay muchos ladrillos puestos gracias a su energía y constancia societaria. En la ciudad de lea Portnoy fundó un minian estable donde Marcos Gabel aprendió a tocar el “Saofer” y su suegro el señor Pecker pudo afinar su voz como cantor y sus rezos santificaron las aguas de la laguna de Huacachina donde tantas de nuestras jóvenes y viejas parejas fueran a pasar su luna de miel y de ellas nació una nueva generación de jóvenes fuertes, deportistas y practicantes del “Pin-Pon” y del “Fulbito”. Marcos Gabel el trompetista de lea es hoy día el principal y el primero que toca el “Saofer” en la Sinagoga de la Avenida Brasil y según mi amigo Pepe Ludmir, Gabel es el candidato al “Oscar” para el año 1970. Y se lo debe a Samuel Portnoy que le enseñó a tocarlo, en Ica. 36 LA TRIBU DE LOS FELDMAN EN POLONIA antes de la última guerra mundial existía en Varsovia un teatro polaco donde actuaba un artista antisemita que cantaba una canción muy popular que se llamaba “rapaport”. El estribillo de la canción decía más o menos así: “Donde vas y adonde vienes encuentras a un “rapaport”. Una tienda “rapaport”, una fábrica “rapaport”, médico “rapaport”, ingeniero “rapaport”, etc. Aquí en Lima, si viviera ese artista, cantaría una canción llamada “feldman” cuya letra sería más o menos así: “Presidente de la Organización, Sionista” Dr. Feldman; Presidente de la “Unión Israelita” Isaac Feldman; un periodista de fama internacional, José Feldman; alto dirigente de los “revisionistas”, Rubén Feldman; Presidente del Magbit y de la Organización Sionista, Jacobo Feldman y de yapa un negociante de primera, Natan Feldman. No crean que todos los Feldman aun cuando son hermanos, se parecen entre ellos porque son cinco mundos distintos. Se diferencian ideológicamente y no me imagino cómo sus padres los sentaban en la misma mesa y no concibo cómo cinco personas tan diferentes entre sí pueden vivir en paz y armonía. La “Unión” y el “Sahoron” se mueren de envidia por la paz que reina entre los Feldman. Económicamente pertenecen al clan del “Sharon” pero c ideológicamente están con la “Unión”. Jacobo, Isaac y Natan pertenecen a los sionistas generales; Rubén es un “revisionista”; José es hoy día casi de los “Neturei Karta” pero cuando se trata de asuntos del ishuv, todos están con el Mapai. 37 Cuando Jacobo Feldman, por una gran mayoría de votos fue elegido Presidente de la Organización Sionista, sus votos los obtuvo de los miembros del “poalezion” y de “Los amigos de la Histadrut”. Isaac ‟Feldman como Presidente de la Unión Israelita fue elegido gracias a los partidarios de Mapai que votaron por él. El Dr. Abraham Feldman siendo también un ferviente “betarista” fue elegido como Presidente de la Organización Sionista, también gracias a los “Amigos de la Histadrut”. Los hermanos Feldman llegaron al Perú, procedentes de Besarabia; se mantuvieron siempre juntos porque son hermanos de verdad. Uno para todos y todos para uno. Cuando Jacobo Feldman fue elegido como Presidente de la Organización Sionista, motivó una “revolución” por parte de los Sionistas Generales pese a que Jacobo pertenece a ese organismo, y denunciaron la elección como viciada ante la Agencia Judía Mundial y consiguieron la anulación de esa elección; pese a ello las “masas” haciendo respetar su voluntad se solidarizaron con Jacobo Feldman y la propia Agencia Judía Mundial se vio obligada a dar marcha atrás y a retirar la tacha. Jacobo Feldman ocupó entonces la Presidencia y cumplió con gran éxito su período directivo en la Organización Sionista. Y no sólo intervino la Agencia Judía Mundial en la debatida elección de Jacobo Feldman sino que por primera vez en la historia de nuestro ishuv intervino también el Gobierno de Israel en esta laberíntica elección y se cursaron cables a Golda Maier y a Ben Gurión hasta que las influencias que se habían pretendido ejercitar contra Feldman cesaron y éste amparado por la voluntad de las masas triunfó rotundamente demostrando que ni los grandes personajes del Gobierno pudieron romper ni la unidad ni la voluntad popular... . Isaac Feldman como Presidente de la “Unión Israelita” dirigió los destinos de la institución sin muchas palabras, sin rimbombantes discursos, cumplió las promesas hechas, realizó obra efectiva, enrumbó la marcha ascendente de la “Unión” y dedicó mucho de su tiempo a la continuación de la obra de la Sinagoga de la Avenida Brasil. Si faltaban fondos en la “Unión” Feldman giraba cheques de sus propias cuentas bancarias para cubrir los gastos. Isaac Feldman es un hombre serio, quizás si demasiado serio; un hombre que cuenta sus palabras en la misma for- 38 ma como cuenta el dinero de su caja de caudales; habla siempre con el mismo tono pausado, nunca levanta la voz y siempre sonríe cuando habla, de tal modo que nunca se sabe cuando está de mal humor. Si Feldman tuviera barba, se parecería al hijo de un Rabino; vive una vida disciplinada; sus pasos son lentos, mantiene una casa tradicionalmente judía; su mujer es hija de una familia muy religiosa y en honor de su mujer y de sus suegros, „Feldman nunca come lomo saltado en su propia casa.. . Siendo Presidente de la “Unión Israelita” se mantuvo bien con todo el mundo y hasta muchos miembros del “Sharon” pagaron sus cuotas de la Unión porque Isaac Feldman la presidía. Isaac Feldman al hacerse cargo de la Presidencia de la Unión Israelita recibió de sus antecesores una Caja deficitaria, cosa que sucedía por primera vez en esa institución. Al término de su período entregó una Caja con saldo favorable para la “Unión” a pesar de las muchas obras que se realizaron. Una millonada costó, por ejemplo, rellenar el subterráneo que se había hecho para la Sinagoga y que después de realizadas las excavaciones se determinó que no convenía seguir adelante con el proyecto de construir en ese subterráneo. Para darse cuenta del interés y cariño de este Feldman por los asuntos concernientes a la comunidad precisa puntualizar que al salir del estado de gravedad en que se encontraba, lo primero que preguntó fue: “¿Ya está terminada la Sinagoga?” Por la proficua labor realizada Isaac Feldman no ha recibido ninguna medalla ni ningún diploma de honor ni el agradecimiento de nadie; por eso quisiera que estas líneas constituyan un homenaje al activo dirigente que sin politiquerías baratas ni argollas trabajó en bien de la colectividad y le recomiendo al excelente periodista y político de la comunidad, José Feldman, el eterno revolucionario contra dogmas y fanatismos, que escriba un libro sobre la “tribu de los Feldman”, pero le suplico de no equivocarse y que no incluyo a Roberto Feldman, Director del periódico “Nosotros” desde hace más de treinta años, en la familia de los Feldman, porque de repente el Ministerio de Hacienda le puede exigir a Roberto un millón de soles como pago de “impuestos sobre la renta” y el pobre Roberto tendrá que vender su vieja máquina “Remington” del 1928 y su terno azul marino “Barrington” para poder pagar una pequeña parte de los impuestos. Igualmente le pido al mundialmente 39 famoso escritor José Feldman que recuerde que el otro Feldman, el de Arequipa, Candidato al Premio Nobel de Literatura, tampoco pertenece a “la tribu de los Feldman”. Estos cinco hermanos Feldman, flor y nata de la colectividad, con sus defectos y con sus virtudes han contribuido generosamente a todos los llamados del ishuv. Rubén Feldman donó a nombre de su hijo una biblioteca al Colegio “León Pinelo”. El Dr. Abraham Feldman es el principal gestor de la clínica “Javier Prado”, cardiólogo de prestigio que acude siempre al llamado de sus pacientes sin pensar mucho en los emolumentos. 40 AARON BLANC CUALQUIER escritor o periodista judío que visita Lima en sus relatos de viaje que escribe sobre esta ciudad, al regresar a su país de origen, no puede eliminar el nombre de Aaron Blanc, porque Blanc es un personaje legendario en la colectividad. Cuenta la leyenda que cuando Aaron Blanc quiso emigrar al Perú fue antes de todo a consultar con el famoso Rabino de Shtifinesht. Blanc se dirigió al Rabino con los ojos llenos de lágrimas pidiéndole una bendición por cuanto se iba a un país ajeno y desconocido, sin parientes y sin amigos. El Rabino al verlo en ese estado le dijo: “Ve Aaron, no temas, serás uno de los treintaiseis Justos que salvarán a la humanidad; te aseguro que donde estés, serás muy bien recibido y todas las puertas se abrirán para tú”. Y le entregó una paloma blanca con su ramo de olivo como símbolo de paz. Y efectivamente, así ha sucedido. Cuando Aaron Blanc se presenta en el Hotel Crillón, las puertas de cristales, como por arte de encantamiento, se abren solas para darle paso. Además el Rabino de Shtifinesht le había dicho: “Anda Aaron, te aseguro que llegarás muy alto en el Perú” y se ha cumplido la segunda profecía del Rabino. Aaron Blanc vivió muchos años en los humildes pueblos de Huancayo, Oroya, Cerro de Pasco y Jauja, pueblos que se encuentran a gran altura sobre el nivel del mar y la tercera profecía del Rabino fue: “adonde quieras que estés, siempre sembrarás la paz”. Y la tercera profecía también se ha cumplido. Aaron Blanc es el campeón de la paz, aquí en Lima. Primero, hizo la paz con Marcos Perelman, después hizo la paz con Samuel Portnoi, con los dirigentes del “Bikur Joilim”, con Michel Radzinsky. En tiempos de la 41 guerra contra Hitler hizo la paz con Manuel Eidelman, con José Feldman y Natan Donietz, alrededor de un vaso de té. Terminada la guerra, hizo la paz con Gershon Grobman y Moisés Niman. Falta solamente que haga la paz con Hermán Zwilich y será nominado candidato para el premio “Nobel de la Paz”. Aaron Blanc ocupa un lugar muy prominente entre los arquitectos y constructores del ishuv peruano. En la “Unión Israelita”, en la “Organización Sionista”, en el “Magbit” y “Bonos”, en cualquier institución por la cual Blanc se interesa, el éxito está asegurado. Hay muchos mal intencionados que aseguran que la palabra hebrea “Sharon” traducida al yidish significa “Aaron Blanc” porque —dicen— sin Aaron Blanc, no hay Sharon”. Aaron Blanc es el conocedor de todas las desgracias del ishuv; cualquiera que se siente mal, acude donde él porque sabe que en Aaron Blanc encontrará ayuda. Cuando Salomón Sterental dio una fuerte suma de dinero para proporcionar préstamos sin intereses a los necesitados, nombró a Aaron Blanc como Gerente de esa Institución, porque sólo Blanc sabe a quién se puede y debe dar y a quién no. 'Fue Aaron Blanc quien descubrió el talento de León Ludmir, el quinto Rabino de la colectividad. Aaron Blanc fundó el “Sharon” con el único propósito de hacer paz con la “Unión Israelita”. Aaron Blanc es un judío lleno de tradiciones. Blanc canta cada viernes en la noche el “Kol Mekadesh” al ritmo de una marinera y bendice a Dios hasta por un plato de arroz chaufa o de chicharrón de gallina. La esposa del señor Aaron Blanc es muy apreciada en la colectividad. Es una dama culta, modesta, que se destaca en la vida societaria de Lima. Cuando Aaron Blanc tomaba el té con Welwel Eidelman, la esposa de Blanc andaba de puerta en puerta pidiendo óbolos para el “Keren Kayemet”. La esposa de Blanc, con su nombre bíblico de Raquel, es una verdadera mujer de la Biblia; es respetada por cuantos la conocen y amada por sus hijos que la adoran; es la principal colaboradora de las “Pioneras” desde su fundación hasta la fecha. Es la madre orgullosa de tener hijos que son un ejemplo para todos. Su hijo Isaac ha prestigiado a la familia con el elevado puesto que ocupa como Cónsul Honorario del Perú en Haifa. Isaac Blanc, como el Dr. Roitman, ocupa el primer lugar entre la segunda generación de la colectividad judía del Perú. Aaron Blanc es un hombre que puede sentirse satisfecho. Las profecías del viejo Rabino se han cumplido. 42 HERMAMOS ROTSTEIN SI ISAAC ROTSTEIN no hubiera venido al Perú, al quedarse en su pueblo habría logrado ser poeta, cantor o actor. Samuel se hubiera casado con la hija de un ricacho; el suegro le habría abierto una tienda para la venta de comestibles; por las mañanas habría ido con paso lento a la Sinagoga y lo habrían elegido Director de la Kehilá por su calma en el hablar y en el actuar y estar bien dispuesto siempre con Dios... y con la gente. Cuando apenas llegó Isaac a Lima y no sabiendo ni siquiera quién lo esperaba en este país, para él completamente desconocido, ya había tomado contacto con otros emigrantes que buscaban algo más que el cuotidiano pan. Entró a trabajar en una peletería, no sé si como maestro o como simple empleado; de día trabajaba y de noche ayudó a la creación de un Círculo Cultural en esta incipiente colectividad cuyos esfuerzos para ganarse la vida eran con el sudor de la frente. Ayudó a crear una biblioteca trayendo libros de Polonia y los diarios yidihs de Varsovia para no perder el contacto con la vida judía de su patria. Ayudó a organizar, junto con Felipe y Adela Goldberg, la Sección Dramática del Círculo Cultural siendo él mismo uno de los principales actores y su hobby era cantar canciones del folklore yidihs. Muchas veces, en las noches, frente a la Catedral, en la Plaza de Armas, se oía una triste y melodiosa canción en yidihs y cuando alguien se acercaba para saber de donde salía 43 esa canción, era dable encontrar a Isaac con un grupo de judíos polacos cantando su canción favorita “Reisele Dem Shojets”. Isaac Rotstein perteneció al Círculo Cultural Progresista, combatiendo siempre a la Organización Sionista, a la que consideraba una utopía. El Círculo Cultural de entonces era “yidishista” y la Organización Sionista consideraba al hebreo como el idioma nacional. Pero Isaac no era muy fanático en su pensamiento ideológico; quería mas bien, vivir en paz con todo el mundo; era amante del libro, devoraba las páginas de Bergelson, admiraba a Sholem Ash y se extasiaba con su lectura. Ya en la calle Piedra, en la antigua sede de la “Unión Israelita”, allá por el año 1933, Isaac Rotstein era ya todo un dirigente. Su hermano Samuel se dedicaba más al trabajo, no interesándole ninguna de las organizaciones de la comunidad; nadie sabía entonces si Samuel era Sionista o Progresista. Al terminar la guerra mundial, en el año 1945, Isaac se alejó de los trabajos societarios y Samuel se convirtió en un ferviente Sionista. En el año 1948, cuando Stalin se convirtió en un dictador sin misericordia, cuando todos los escritores y poetas comunistas le cantaban odas al todopoderoso Stalin y cuando Stalin se convirtió en un antisemita a lo Hitler, mucho antes de que Kruchev acusara a Stalin de hipócrita y asesino, Isaac se había alejado con pasos de gigante del mundo progresista que creía que sólo Stalin salvaría al mundo. Isaac toda su vida fue un socialista moderado y demócrata en todo el sentido de la palabra. Los hermanos Rotstein progresaron en su negocio de la peletería del jirón Camaná. Samuel, el “pacífico”, entró a trabajar en la organización sionista; años después fue elegido Presidente del Magbit; la campaña bajo su dirección resultó todo un éxito; se asocia entonces al grupo “Perelman- Roitman y Cía.” pero se sigue preocupando por la paz en la colectividad y su hermano Isaac se asocia al grupo de Michel, Ladman y Feldman y también lucha para mantener la unidad del ishuv. Dos hermanos, dos ideas, pero los dos no son extremistas; Isaac y Samuel, antes de la última Guerra Mundial, trajeron a muchos familiares de la lejana Polonia y los ayudaron a establecerse en el país; trajeron a sus padres. Su padre anciano, diminuto, quien usaba una barba espesa, era hombre muy religioso; la madre, una anciana que pese a sus muchos años conserva todavía una gran energía. La señora es todo un carácter. Hoy, Samuel es el mandamás en el negocio; cuando hay un cliente, Samuel se olvida de toda preocupación societa- 44 ria, no respeta siquiera a Aaron Blanc cuando llega de visita por asuntos del “Sharon”; para Samuel “time is money” pero Isaac aun cuando el almacén esté lleno de clientes, si llega un amigo o una cara conocida, deja el negocio a Samuel, atiende a los amigos, los lleva al café contiguo y se goza contando el último chiste o sus hazañas de época preterida y aun cuando ya ha pasado mucha agua bajo los puentes, recuerda la canción que escribiera en una revista de Varsovia cuyo recorte muestra a sus oyentes como un preciado tesoro de sus años juveniles; y el hombre revive. Cuando llega a New York, en sus frecuentes viajes comerciales, lo primero que busca es el teatro yidihs que le hace recordar su juventud, su mundo verdadero y sus ideales perdidos en el laberinto de la vida. La historia de Isaac Rotstein es la historia misma del Círculo Cultural Israelita de Lima, de ese Círculo que ya no existe. Cuando Isaac fue el Secretario General, los trabajos del Círculo florecían, se organizaban auténticas noches culturales, noches de juicios literarios y noches de música judía. Hasta hoy recuerdo una velada literaria donde se realizó el juicio sobre “Motke Ganev” (Motke ladrón). !Fue un verdadero “forum” del cual resultó ileso “Motke” por haberse establecido que el acusado era producto del materialismo y capitalismo. Al término de la velada, entre la aglomeración de público que salía del local donde se había realizado el “forum”, al Presidente del Jurado le robaron su cartera con la suma de veintisiete soles y sus documentos personales. Al día siguiente, el Presidente del Jurado, apeló ante la Corte Suprema para que le revocaran el veredicto de inocencia que había dictado a favor de “Motke” y pedía diez años de prisión en el Sepa... Hoy, el que hacía en el “forum” de Motke vive en un país sudamericano, es Gerente de una gran empresa industrial y es un destacado miembro de los Sionistas Generales y luce en el pecho muchas medallas que le han sido otorgadas por su labor societaria. ¡Lo que va de ayer a hoy! 45 LA FAMILAI MANDEL DIOS DESTRUYO SODOMA porque faltaban diez hombres Justos en la ciudad. 'Felizmente aquí en Lima, tenemos más de diez hombres justos. Me refiero a la familia Mandel, a los fundadores del Miniam “Adat Israel” por el jirón Iquique, donde han construido una Sinagoga en miniatura con una arquitectura sinagogal cuya fachada tiene siete ventanas que simbolizan los siete brazos del candelabro. Una Sinagoga ortodoxa donde se reúnen dos veces al día, mañana y tarde, para rezar y los sábados son conservados como verdadero día de descanso. El personaje número uno de los Mandel es don Jaime Mandel, severo en sus convicciones religiosas. A Jaime Mandel le falta solamente una barbita para que sea un destacado miembro de los jasidim en Bney Barac. Cuando Jaime Mandel camina por las calles nunca mira ni a la derecha ni a la izquierda sino de frente, con la cabeza medio agachada y siempre pensativo, sombrero puesto y andar pausado. ¿En qué piensa Jaime Mandel? A Jaime Mandel no le falta en qué pensar. Seguramente piensa en uno de sus inquilinos morosos que le adeuda más de tres meses de alquiler; en la letra de un cliente que no ha pagado y ha sido protestada y cargada a su cuenta. En un viaje que tiene que hacer a Montreal o a París para adquirir mercadería para la próxima temporada; piensa en la cita que tiene en la Sinagoga para oír los cursos del Talmud que dicta el Maestro talmudista Shapiro 46 Klein. Jaime Mandel es un hombre muy ocupado; siempre tiene algo que hacer. Por eso siempre llega tarde al miniam, a una fiesta, a una sesión de Junta Directiva. Jaime Mandel habla muy poco pero para defender su punto de vista no le faltan palabras. Además es convincente. Jaime Mandel fue de los primeros gestores del Colegio León Pinelo; de los primeros en ocuparse de traer a Lima a un Rabino; de los primeros en fundar una carnicería kosher y de los primeros en dar a sus hijos una educación nacional y religiosa. Ha sido Director en varias Directivas de la “Unión Israelita”, Presidente de su Departamento Religioso y en el Sionismo pertenece al Mizraji. Su hermano Aaron Mandel tiene una educación tradicional hebrea y, como postre, bastante cultura universal; es un apasionado por la arqueología; conoce todos los museos de Berlín, Roma, Jerusalén, París, New York y Lima. En su casa tiene un pequeño museo de las culturas Chavinoide y Mochica y fue alumno del desaparecido arqueólogo y hombre de ciencia Dr. Horkaimer, recientemente fallecido. Dicen que Aaron Mandel posee una copa de plata para el kidush que pertenecía al gran Sacerdote del Templo en Jerusalén; un candelabro de bronce del Siglo XVI, herencia de un lejano familiar que viviera en Frankfort Am Ain y una mezuza traída de España de la casa del poeta Jehuda Halevi. 47 La casa donde vive se parece a las casas de los ghettos de Alemania; por fuera descuidada, modesta, pero por dentro plena de confort y belleza, con una Suka construida por un arquitecto traído de la Alemania pre-hitlerista. Aaron Mandel desempeñó muchos años el cargo de Vicepresidente de la Organización Sionista; siempre trabajaba intensamente en pro de la causa. Su casa es la casa de huéspedes de todos los personajes importantes que visitan la colectividad. Aaron Mandel personifica al famoso Rabi Von Bachrach que con tanto talento describiera el gran poeta judío-alemán Henrich Heine. Los hermanos Mandel son los catequistas del hoy fanático David Vinaver. A la familia Mandel pertenece también el señor Shapiro Klein, que es dueño de dos joyerías, una en las galerías Boza, llamada “Reflejos de París” y otra, constituida por los veintiún tomos del Talmud de Babilonia, con la diferencia de que en la joyería de las galerías Boza es su hijo quien maneja los negocios pero en la otra, donde están los veintiún tomos, solamente es él, Shapiro, quien los maneja y conoce. Shapiro Klein es autor de la obra “De Profundis” en la Sinagoga de Avenida Brasil. Fue idea suya la de que se hiciera el piso de la Sinagoga en declive porque el cabalista Shapirom Klein, en sus estudios de misticismo, tiene su lema: “para llegar muy alto hay que principiar desde abajo...” Shapiro Klein es maestro, profesor y orador místico; solamente él sabe lo que hay más allá. . . Para él, “El Cantar de los Cantares” no es un poema clásico de amor de hombre a mujer sino un amor místico, sagrado, entre Dios y el Hombre y sólo sus alumnos del Sharon, como Bencion Weinstock, León Bezdin, Gerson Grobman y Nimand, lo entienden a la perfección y aceptan su tesis. Esta triología de los Mandel es suficiente para completar a los Diez Justos; en consecuencia Lima nunca será Sodoma. 48 MANUEL EDELMAN CUANDO publiqué mi primer aviso anunciando la próxima aparición de mi segundo libro sobre personas del ishuv, encontré en el café “Edén” a mi amigo Manuel Edelman y entre charla y charla me dio a entender que él también tiene derecho a ser mencionado en el “Vendedor de Chismes” y, entre otras cosas, me dijo: —cuando tú llegaste a Lima en el año 1933 ya encontraste una biblioteca en el local de la calle Piedra, llena de libros de Ash Bergelson, Markish, Tolstoy y Turgeniev, Ibsen y Stefan Zweig. Ya encontraste un Círculo Cultural, una Sección Dramática, periódicos y revistas, escritos en nuestro idioma, procedentes de todas partes del mundo, ¿verdad o no? —Si, verdad— le contesté. —De modo que es cierto—me replicó Edelman y continuó sus alegatos. —Pero, ¿quién proporcionó todo eso? No supe qué contestarle. Edelman siguió su charla diciéndome: —Fui yo y todo el grupo de “progresistas” que llegamos a Lima mucho antes que tú. No te puedes imaginar cuánto tuvimos que luchar para conseguirlo, en un ambiente prosaico como era entonces y cuando todos teníamos que ganamos la vida, trabajando de sol a sol; cuando nuestra literatura de aquel entonces la constituían nuestras “tarjetas” de cobranza, de un sol a la semana por cliente y corríamos a pie del Chirimoyo a La Victoria. Para organizar todo aquello, teníamos que economizar en nuestra comida, colectábamos de centavo en centavo, le robábamos horas al sueño y luchábamos contra los indiferentes. 49 Hoy los libros de esa biblioteca, sólo sirven de comida a las polillas, en los desvencijados anaqueles de la “Unión Israelita” y nadie sabe cómo fueron a parar allí ni a nadie le importa. —Fuimos nosotros, los “progresistas”—sigue diciendo don Manuel— y recuerdo los nombres de algunos de ellos: Welwel Eidelman, Isaac Rotstein, Aaron Kristal, los hermanos Helfgott, Boris Dunayevich, José Lerner, Paul Elis, Moisés Bacal y otros cuyos nombres no recuerdo en estos momentos, los que pusimos empeño en que floreciera la cultura ya que por algo nos llaman “el pueblo del libro”. Hay que recordar a esos olvidados soldados desconocidos, a esos propulsores de nuestra milenaria cultura yidishista, que aquí en el Perú, desde su trinchera de la calle Piedra, lucharon esforzadamente por nuestra vida tradicional. Cuánto tuvimos que luchar contra el grupo de Naún Brender, “El Mariscal de los Ambulantes”, que en esa época era el hombre fuerte de la colectividad y que desde su reducto del Chirimoyo dirigía al grupo de los llamados “ambulantes”, cuyo número era mucho mayor que el de los “progresistas”. Pero tú, Zwilich, siempre te ocupas en tus Crónicas solamente de los Perelman, de los Brodzky o de los Radzinskys, de Aaron Goldenberg o de Salomón Landman y te olvidas de todos aquellos otros que merecen ser recordados por la obra que realizaron en tiempos, hoy lejanos, pero difíciles y, por ende, más meritorios. Además, te diré con toda franqueza que no me hacen mucha gracia tus chismes y más chismes; debes saber que vivimos ahora en un mundo de lucha de clases. El escritor debe aportar algo a la revolución. Estamos en la época de la conquista del espacio donde hasta los perros se elevan hacia el cosmos. —Tienes razón, amigo Edelman —le contesté— y te aseguro que en este libro vas a Figurar con todas tus ideas y mencionaré tu aporte y el de tu grupo de “progresistas”. En efecto, Manuel Edelman es el único de los novoselizianos que no parece ser de Novoselitz. Un hombre que hace cuarenta años llegó a las playas del Callao con una maleta llena de libros de los autores más en boga por aquel entonces. Edelman, un libre pensador y progresista, también aquí, en su segunda patria, luchaba por el triunfo de sus ideales, igual como lo hacía en su lejana Besarabia. Ayudó con todas sus fuerzas a la divulgación del libro escrito en yidish, en su calidad de miembro del Departamento Cultural de la “Unión Israelita” y dividió su tiempo entre el trabajo y la lectura y posee quizás una de las mejo- 50 res y más completas bibliotecas particulares del ishuv, no como afán de exhibición sino como una manifestación de su amor por el libro y la idea escrita. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando las hordas nazis sembraban la desolación y la muerte en los campos de Europa y cuando los gloriosos ejércitos rusos sangraban en la lucha contra las divisiones “Panzer” y cuando todo el mundo libre miraba con simpatía la unificación del mundo democrático con el Soviet para luchar contra el Tercer Reich, el grupo “progresista” de Lima encabezado por Manuel Edelman, Welwel Edelman, José Lerner, José Feldman y los hermanos Helfgott se organizaron en un “Comité” de ayuda para los ejércitos de liberación, crearon una Sección Juvenil con el nombre de “Juventud Judía Vanguardista” y se dedicaron a la educación de la juventud creando cursos para la enseñanza del idioma yidish; en esa época nos visitó el famoso periodista judío- americano B. Z. Golberg con su esposa, la hija de nuestro clásico Sholem Aleichem y otros grandes escritores y periodistas judíos, que fueron atendidos por ese grupo. La guerra ha terminado. La victoria ha correspondido a los Aliados. Alemania nazi estaba en ruinas. El asesino Hitler y su macabra camarilla han sucumbido y pagado con sus vidas los monstruosos crímenes cometidos y derrepente nos llegaron noticias horribles de la Rusia Soviética. Stalin, el todopoderoso del Kremlin, asesinó a casi todos los escritores judíos, organizó el famoso proceso contra los médicos judíos de Rusia y Stalin el comunista-leninista, resultó siendo un vulgar asesino contra la cultura y los hombres que la representaban. El grupo de “progresistas” de Lima dejó de existir pero Edelman, con su espíritu de trabajador societario, se lanzó en cuerpo y alma a engrosar las filas de una institución que ha realizado y realiza una labor efectiva y altamente apreciada por la colectividad. Me refiero a la “Cooperativa de Crédito Israelita”, una institución que ha solventado la reputación comercial de varios de nosotros. Muchos de nuestros ricachos de hoy se salvaron en más de una oportunidad por el apoyo y el auxilio que encontraron en la “Cooperativa de Crédito”. Es la “Cooperativa de Crédito”, donde Marcos Perelman ejerciera el cargo de Presidente y donde aprendió el manejo y los secretos del mundo de las finanzas; fue allí donde abrió los ojos y allí le nació la idea de crear la Financiadora “Infipesa”, primero y después el Banco del Progreso y el B. I. C. “Cooperativa de Crédito Israelita del Perú” fue fundada por León Zigelboim y el actual Presidente es Jacobo Rosco, 51 quien resulta ser un Presidente Vitalicio. Manuel Edelman, con sus ideas de cooperativismo, con su amplio sentido de solidaridad humana, es uno de los puntales de esa institución a la que brinda el bagaje de su invalorable contribución. La “Cooperativa de Crédito Israelita del Perú” es, sin lugar a duda, una institución cuyos merecimientos y altos fines que realiza han dado lugar a que se haga acreedora al sitial que ocupa con el consenso de la colectividad. 52 JOSE ROSEMBACH YOSELE, ése es el verdadero nombre de José Rosembach. Un personaje conocido desde Lima hasta el más apartado rincón del Perú, donde viva un judío. Yosele tiene una cara de niño, pero canoso. Parece un niño viejo. Ya se le notan muy pronunciadas las arrugas de su frente. Yosele siempre habla poco pero hace mucho. Es el único que no tiene enemigos en toda la colectividad; es como un doctor que cura gratis a todos sus enfermos; así cura él a todos los enfermos del bolsillo. Si Yosele no se hubiera metido en política partidaria, habría sido “El San José” de la colectividad. Cuántos tienen que agradecer a Yosele por los préstamos y las garantías en los Bancos y casas comerciales que concediera a sus paisanos, préstamos y garantías que muchas veces el garantizado no pagó y que Yosele, sin protestar, pagó de su bolsillo. Pero Yosele se metió en política; en primer lugar, en política ideológica. Yosele, desde su infancia, milita en los Sionistas Generales y en consecuencia forma parte del grupo “Perelman-Roitman y Cía.” y teniendo Yosele muchos amigos que a la hora de una elección votan por él, cuenta no solamente con los amigos personales, con los Sionistas Generales, sino que la masa también lo acompaña. Yosele fue elegido Presidente de la Organización Sionista cuando “Perelman y Pioitman” ya estaban cansados del trabajo y hartos de recibir honores, dejando un poco para Yosele pero, mientras aparentemente Yosele es el Presidente, detrás de las bambalinas, invisiblemente, quienes manejan y dirigen son los que Ud., lector, ya sabe. Pero Yosele tomó muy en serio su cargo de Presidente de la Organización Sionista. Yosele no se cansa del trabajo; 53 él mismo supervigila todas las comisiones, es el alma del Magbit, los ricachones lo apoyan, los pobres lo admiran, Yo- sele se convierte en Lima en personaje de leyenda; sólo Yosele pudo ser elegido como Delegado al Congreso Sionista, que se lo ganó con su trabajo y con su aporte monetario. Es Yosele el que se dedicó día y noche a la construcción del Colegio León Pinelo; es Yosele quien trabaja en todas las campañas de Bonos y es Yosele quien integra la primera Directiva del “Sharón”, porque Yosele es el único de ese grupo que toma las cosas en serio; es el primero en trabajar y el segundo para recibir honores pero a Yosele no le importan los honores; Yosele es el verdadero idealista y ya es tiempo que Yosele sea declarado Presidente Honorario de la Organización Sionista. Pero el actual Presidente, Biggio, no lo entiende así; es la tragedia de todos los que trabajan con idealismo y abnegación. El trabajo societario nunca es bien reconocido; los honores son siempre para el fanfarrón, para el astuto, para el que habla mucho y no hace nada; y para Yosele su lema es: “hechos y no palabras”. Yosele pertenece a los Sionistas Generales pero su verdadero lugar debería ser el de dirigente en las filas del Mapai porque es un demócrata de corazón, es el amigo de los pobres y es el niño mimado de las masas. Yosele llegó a Lima procedente de la Galicia Polaca, no trajo consigo fortuna de ninguna clase pero su maleta estaba llena de idealismo. Aquí, en Lima, se casó con una simpática mujer que parece que fuera su hermana. Tiene en Lima dos hermanos y trabajan todos juntos; sus hermanos lo respetan aunque muchas veces deja sus propios negocios para dedicarse al trabajo societario pero sus hermanos piensan que lo que hace Yosele siempre está bien hecho. Por eso, los tres hermanos tienen nombres diminutos: Yosele, Shaele y Yankele. 54 LOS HERMANOS BRODZKY ES IMPOSIBLE escribir sobre la colectividad israelita del Perú sin mencionar a los hermanos Brodzky. Si alguien del “Sharon” dijera alguna vez que “nuestra colectividad se compone de dos clases sociales”, entonces a los Brodzky tendré que colocarlos en la clase superior y después yo dividiría también a los hermanos Brodzky: a Israel lo colocaría en la escala (a) y a Benzión en la escala (b) . A Israel yo lo tomo siempre en serio y a Benzion siempre en broma. Dos hermanos con caracteres diferentes. Ambos tienen una larga trayectoria como dirigentes de la colectividad. Benzion, en la “Unión Israelita”, en la “Organización Sionista” y también varias veces Presidente del Magbit y de la campaña de Bonos, realizó una destacada labor. Israel como Presidente del Comité del Colegio “León Pinelo”, donde actuaba también de maestro, .de guardián, de Director Gerente y hasta de portero. Fue uno de los pilares que sostenían ese centro educacional desde su fundación. Recuerdo que una vez, cuando quise renovar una letra en su peletería que funcionaba en la calle Plateros de San Agustín, me mandaron para conseguir la firma de Israel al Colegio León Pinelo, donde había instalado su oficina. Allí pagaba él a los maestros y para cubrir los déficits que dejaba el sostenimiento del Colegio, no trepidaba en ir de casa en casa a pedir ayuda a los padres de familia para poder cubrir los gastos. Cuando Israel fue a la ciudad de México, visitó todos los colegios hebreos de esa metrópoli para aprender el manejo de un colegio. Al regresar, tuvo la brillante idea de implantar en el León Pinelo el idioma yidish como idioma oficial y esta idea motivó la renuncia de su VicePresidente, Ari Apriaskis, un terco livtvac, ferviente hebreísta y dirigente máximo de la juventud betarista. 55 Israel Brodzky dirigió los destinos del Colegio con grandes sacrificios personales; fueron tantos sus desvelos que dejó preparado el camino, de seda y sin espinas, para que el Ingeniero Spack pudiera ocupar su silla presidencial en el Colegio León Pinelo sin que le costara ningún dolor de cabeza. Hoy, llegar a ser Presidente del Comité del Colegio León Pinelo, es un honor que no conlleva ningún esfuerzo ni sacrificio; en la época de Israel Brodzky, ser Presidente constituía un rompecabezas, había que trabajar, aportar dinero de su propio peculio, desvelos y sinsabores. Hoy, cuando el Comité del Colegio realiza cualquier fiesta o actuación, ni siquiera se acuerdan de mencionar a su ex Presidente, Israel Brodzky, como tampoco se acuerdan de mencionar a Lipa Gorin, el hombre que puso los cimientos, paredes y techo de este Colegio que hoy ocupa un lugar privilegiado entre los grandes y más prestigiados centros de enseñanza de Lima. Tampoco se recuerdan del Doctor Isaac Wexelman, que tantos esfuerzos realizara para obtener del Estado que se permitiera la creación de un colegio hebreo en el Perú. Es muy fácil ser Presidente de una institución que posee una oficina moderna con todo lujo y confort, que tiene estantería y escritorios “Moraveco”; donde no hay necesidad de ir a buscar niños para que acudan al Colegio; donde el Magbit cubre una gran parte del déficit; donde los alumnos pagan según el criterio del Comité; donde les sacan la chochoca a muchos padres que tienen que mandar a sus hijos mediante becas que pagan o donan personas o instituciones sin gravar los ingresos del propio Colegio. Por eso tengo que rendir homenaje a los pioneros, a los que tenían que ir de casa en casa influyendo ante los padres para que enviaran a sus hijos a ese Colegio, como lo hicieron Moisés Spack, Jaime Mandel, Fishel Malayect, etc., que integraron los primeros Comités. Hay que recordar a Israel Brodzky, que trabajó sin presupuesto, con limosnas dadas muchas veces de mala gana; hay que recordar a José Rosembach, que se fue a cobrar letras protestadas y que habían sido dadas para la campaña pro Colegio, para poder pagar a los albañiles, por sus semanas de trabajo. En esos tiempos, Moisés Spack, Susana Bobrovsky y Fishel Malay eran de la comisión pedagógica. Hubo un tiempo que el colegio fue dirigido por dos directores, Abraham Stempel, de Buenos Aires, un pedagogo con escuela; y el otro, un medio alemán, medio galiciano, me- 56 dio rabino y medio deportista y que se decía medio Doctor en Letras y medio Doctor en Teología y que se llamaba, según sus tarjetas de visita, Rabí Doctor Meisinger. Benzion Brodzky, como Presidente de “La Unión Israelita”, de la “Organización Sionista” y del “Magbit”, etc., tenía de consejero a Moisés Niman, que nacionalizó las llaves de la biblioteca de la “Unión Israelita” y la llave del Casillero Postal. Benzion Brodzky era, según mi opinión, el mejor Presidente porque dejaba descansar a los Directores de su Junta, porque rara vez llamaba a sesionar. Los hermanos Brodzky fueron de los primeros emigrantes que se iniciaron, como todos nosotros, de vendedores ambulantes. En osos tiempos, la mayoría de las tiendas mayoristas estaban en manos de los sefaraditas tales como Varón, Zarfati, Asha- kanasi, Miara, Alalú, que explotaban a los emigrantes venidos de Europa Oriental. Conseguir de ellos un crédito era algo muy difícil. Los mayoristas de entonces controlaban la vida privada de los emigrantes. Si alguien se ponía un terno nuevo, por ejemplo, perdía el crédito porque era considerado un derrochador. Si alguien tomaba una Kola Rosada en vez de agua, era calificado de dispendioso. A un hombre culto jamás lo dejaban entrar en su almacén. “Aquí necesitamos gente que trabaje y no que pierda el tiempo en leer periódicos o libros o tonterías parecidas” decían. Así eran esos tiempos; así vivíamos, así luchábamos, así creamos nuestras instituciones; luchando a brazo partido contra todo y contra nosotros mismos. Los hermanos Brodzky fueron los primeros que se hicieron cargo de lo que se sufría como vendedor ambulante y cuando progresaron, aprovecharon de la llegada de cientos de emigrantes de Besarabia y Polonia y abrieron el primer negocio mayorista abasteciendo a los recién llegados con cortes de percala y de seda; abrieron una peletería, una fábrica de guantes y se dedicaron a surtir a los vendedores ambulantes dándoles créditos sin límite, con un sentido más humano, permitiéndoles a sus clientes progresar con su trabajo. Los Brodzky, por eso, se convirtieron al poco tiempo en los protectores de los nuevos emigrantes ayudándoles hasta con préstamos de dinero para traer a sus familiares de la convulsionada Europa. Muchas de las familias residentes hoy en el Perú tienen que agradecer a los hermanos Brodzky el haber podido salir a tiempo del infierno nazi. Hoy día los hermanos Brodzky son grandes industriales y pertenecen a la alta aristocracia de la colectividad judía del Perú. Cuando recién llegaron eran como dos gallitos de pelea; hoy cada uno de ellos canta en su propio galpón. 57 ISAAC VARON CUANDO nuestros primeros emigrantes de Novoselitz llegaron al Perú, encontraron ya radicado a un fuerte núcleo de judíos sefaraditas, entre ellos, Elías Avigdor, Morís Franco, José Palti, Salvador Adut, Daniel Albady, Marcos Alalel, León Assa, Isaac Calvo, León Danon, Marcos Jabiles, Marcos Levy, Alberto Miara, Sam Niego, Salomón Niego, Nagman Varón, Jaime Palti, Sasson Sarfaty, Nissín Levy y muchos otros más que no recuerdo. Lo único que nosotros teníamos en común con los sefaraditas era la religión y unas palabras hebreas como “Jai Adonai, Shalon Alejem, Lejaim, Mazeltof, Baruj Hasaem” pero, con todo, nos recibían como parientes lejanos; nos llamaban “idishchicus” y tenían cierta sospechas sobre si en realidad éramos judíos. Nosotros también teníamos ciertos prejuicios contra los sefaraditas, aun siendo de la misma raza, del mismo color y de la misma religión. Los sefaraditas se vanagloriaban de ser ellos los auténticos judíos nietos de Yehuda Halevi, Abarbanel y Ben Gabirol y nosotros, a la vez, nos jactábamos de ser los nietos de Rabi D. Kotzk Guer y Shtifinesth. Rara vez una familia sefaradita invitó a sus fiestas familiares a uno de nosotros y nosotros tampoco a ellos. Eramos dos mundos distintos. Nosotros tomábamos café con leche y ellos el café turco y lo más curioso es que, siendo judíos, los sefaraditas nunca conocieron el sabor del pescado relleno y no se oía nunca que alguna de nuestras hijas estuviera en amores con un sefaradita porque circulaban ru- 58 mores de que las mujeres sefaraditas son “esclavas de sus maridos”. En el año 1933 los sefaraditas inauguraron su primer local social junto con una Sinagoga en la calle Carlos Arrieta y Enrique Villar. El Jefe espiritual de la colectividad sefaradita fue el señor Alcabes, que observaba unas tradiciones religiosas distintas a las nuestras. Con todo, algunos vecinos de la Sinagoga sefaradí, aun no siendo sefaraditas la visitaban cuando tenían que decir kadihs y eran recibidos muy gentilmente. Hasta comienzos de la última guerra mundial, la mayoría de los negocios mayoristas de telas estaban en manos de los sefaraditas; fueron ellos quienes nos daban créditos para nuestros trabajos de ambulantes pero siempre limitaban los créditos por temor a que fuéramos incumplidos en nuestros pagos. Durante la guerra vino un acercamiento entre sefaraditas y nuestra colectividad. La catástrofe de Europa, los sufrimientos de nuestros hermanos en los ghetos y nuestras conciencias de ser judíos, nos acercaron en esa horas de dolor; los niños que estudiaban juntos en el colegio “León Pinelo” se hicieron amigos, sin prejuicios; los hijos de los sefaraditas ya no nos llamaban “idishchicus” y principiaron a realizarse los primeros matrimonios entre nuestras dos colectividades. El amor y el dolor nos unían nuevamente. Así, de esa manera, la llamada segunda generación, animada de un amplio sentido humano, realizaba una labor a todas vistas necesaria y provechosa y así surgió la idea de crear una institución que fue denominada “La Asociación de Sociedades Israelitas del Perú”, que se encargó de unir a las tres ramas de judíos que forman la colectividad. Fue idea de la segunda generación fundar una de las instituciones más necesarias para la colectividad; una institución que albergara a la mayoría de los hijos de los judíos nacidos en el Perú sin distingos de procedencia paterna o materna. Así, con esos nobles postulados, nació “Hebraica“ y fue precisamente un sefaradita, el joven Isaac Varón, uno de los propulsores de esa brillante idea que se materializó, además, por su aporte y entusiasmo. Isaac Varón, con una educación moderna, sin prejuicios contra nadie, un hombre de trato afable y comprensivo, que cultiva amistad con jóvenes de nuestra colectividad, se interesa siempre por los problemas judíos, es dirigente activo en la rama sefaradita, en la “Hebraica”, en las campañas de Magbit, en la venta de los Bonos y presta incon- 59 dicionalmente su contribución personal y económica a todo llamado. Su desprendimiento, en este sentido, ha sido razón poderosa que ha influido entre los jóvenes de su grupo para imitarlo. Pepe Lemor, Biggio, José Varón, José Levy, Behar, son los seguidores de Isaac Varón en este sentido. Todos ellos se interesan vivamente por los problemas de la colectividad. Ya no hay distingos. Los matrimonios entre ashkanasim y sefaraditas son cosa común y corriente; en el campo comercial los encontramos muchas veces formando sociedades y en la vida societaria y social marchan unidos codo a codo. Capítulo aparte merece en esta crónica recordar la memoria del Dr. Alcabes, quien fue el primer Presidente de la Organización Sionista; y al anciano Sasson Zarfaty, el veterano sionista y hombre de bien, conocido filántropo sin alarde, estimado no sólo dentro de la colectividad sino también y, muy especialmente, por las monjitas de todos los hospitales de Lima donde la figura de Sasson Zarfaty es querida y respetada por la labor humanitaria que silenciosamente realiza en pro de los necesitados. También quiero mencionar a Zefania Levy, el casi eterno Secretario de la Beneficencia Sefaradita, quien indesmayablemente presta su concurso desde la fundación de esa institución. Esta crónica, que quise dedicar íntegramente a glosar el aspecto de Isaac Varón en nuestra vida societaria, me ha dado motivo para recordar a los que, juntamente con su fallecido padre, llegaron al Perú en los albores del Siglo, abriéndonos la ruta. Sus hijos y los nuestros marchan hoy unidos y tratan de continuar, con mejores condiciones, la obra que sus antecesores realizaron; plenos de optimismo, preparados, serán los encargados de superar las obras realizadas. Isaac Varón, “gordito pero simpático”, como dicen cuantos lo tratan y conocen, es uno de los elementos mejor dotados para enrumbar la vida societaria de la colectividad, Y es, por encima de toda otra consideración, el motor que impulsa y vivifica a sus seguidores. Tiene personalidad, espíritu de mando y un gran criterio. Modesto, como debe ser todo hombre que vale. Isaac Varón vale. “Hebraica”, auténtico crisol donde se han fundido en solidario y estrecho abrazo los hijos de los judíos de las tres ramas que conforman nuestra comunidad. “Hebraica”, institución que enaltece a sus fundadores y que es orgullo de la colectividad toda. Institución que ha incursionado con singular éxito en la esfera teatral, con su afiatado grupo 60 histriónico; en el intelectual, con sus forums, concursos y muestras de artes plásticas; y en el deportivo, con las Macabeadas Latinoamericanas. En “Hebraica” han estrechado filas José Levy, los hermanos Varón, los Chlimper, los Glisman, los Ackerman, los Sterental, Shor, Tinman, Fraivok, Elkin, Lobel, Susana Weil, Susana Lobel, Betty de Feldman, L. Alalú, Bención Spack, Jean Roitman, Mosson Lemor (Z. L.), Abraham Schwartzman, León Rosler, H. Weil, Simón Mandel, Jacobo Rub, Boris Lender, Esther de Spack, Aba Sadownic, C. Zusman, Estrella Levy y tantos y tantos otros. Ellos pueden ufanarse de la obra realizada. A sus campos deportivos, biblioteca, piscina y court de tennis hay que agregar el gran conjunto de bailes y cantos peruanos que arrancan aplausos donde se presentan, por la elegancia de su atuendo, el sabor auténticamente peruano que lucen y la lisura y gracia de sus bailarinas de marinera y, como expresión de su criollismo y amor por lo peruano, estos hijos de judíos nacidos en el Perú, procuran que en sus fiestas no falten los picarones, los anticuchos y los camarones. Por todo eso me gusta la “Hebraica” y además, si he de ser franco, te diré amable lector que lo que en verdad me conquistó fue que solamente en “Hebraica” pude conocer a mi querida Lolita de Nabakov. 61 SALOMON LANDMAN SALOMON LANDMAN llegó al Perú procedente de Lipcon, en Besarabia, alumno' del famoso fabulista Eliecer Steinberg y todos sus cuarenta años en Lima parecen una fábula. Salomón Landman es hombre con gran talento comercial, goza de prestigio como constructor de grandes edificios que han embellecido a Lima, famosa por sus jardines y palacios. Un hombre que goza de gran confianza entre sus correligionarios; es enérgico y astuto; no se asusta de nada ni de nadie; nada es difícil para él todo lo toma con calma. Muchos años se ha dedicado a los asuntos societarios prestando su colaboración en la “Unión Israelita”, en la “Organización Sionista”, en el “Magbit” y en los “Bonos”. Cuando Michel Radzinsky se fue, por unos años, a vivir a Israel, Landman fue designado como Secretario General de “Los Amigos de la Histadrut”. Muchos años Presidente del “Círculo Social Israelita del Perú” que se ha convertido en la segunda casa de muchas familias y es, en primer lugar, la casa de Salomón Landman. Cada noche se le puede ver en el Comedor del Círculo; es el primero en llegar y el último en salir y siempre está rodeada su mesa por amigos que buscan una garantía comercial o un consejo y los mozos saben que a él hay que atenderlo bien... Su comida favorita es todo lo que se llama comida y después de cada comida recuerda que los médicos le han dictado una estricta dieta y todas las noches después de la comida jura que al día siguiente no comerá. .. pero come. 62 Salomón Landman tiene coraje para todo. Hasta para construir un edificio de veinte pisos sin aportar ni siquiera un sol; basta que Salomón Landman acepte ser socio, para conseguir los otros dos socios: uno que trabaja, el otro que aporta el capital y Salomón Ladman que aporta su suerte, porque ya saben que con Landman nunca se pierde y su suerte es el único capital que aporta. Salomón Landman tiene coraje para enfrentarse al “Sharon” y a sus más poderosos dirigentes. Salomón Landman es una píldora amarga para mucha gente del “Sharon”. Y ellos tienen razón porque son precisamente los actuales dirigentes del “Sharon” los que crearon el Círculo Social Israelita de la Avenida Arequipa .El Primer Presidente del Círculo fue Bención Weinstock, hoy Presidente vitalicio del “Sharon” y Landman se ha prácticamente apropiado de ese Círculo, es su reducto, desde el que muchas veces dispara sus dardos envenenados. Muchas veces, los socios del “Sharon” cuando pasan por la Avenida Arequipa y ven iluminados los salones del Círculo, se apenan de que igual cosa no pase en su Centro; muchas veces hasta Jaime Batievsky, furtivamente, ingresa al local de la Avenida Arequipa atraído por los haces de luz y el embrujo de los naipes. Uno de los ex Presidentes más queridos del Círculo fue el desaparecido Jorge Tendler quien con su risa proverbial y su amabilidad supo granjearse el cariño y respeto de los asociados; don Jorge fue un celoso protector de todo lo que significara cultura y beneficencia. Salomón Landman se dice un demócrata; pertenece al Partido Socialista Mapai pero con sus empleados, los mozos del restaurant y los porteros, es muy exigente y gritón; nadie lo satisface pero de vez en cuando sabe dar una buena propina. Muchas veces es avaro y puede negar cincuenta centavos pero otras veces es espléndido y generoso. Muchos años era el Edecán de Michel Radzinsky en la “Unión Israelita” y en “Los Amigos de la Histadrut”. Hoy es el Edecán del ex Presidente Aarón Goldenberg y parece que sus entusiasmos societarios se han aplacado un poco. Cuando Salomón Landman se cansa un poco de Lima se va a Miami por unas semanas y regresa con diez kilos más de peso y sus bolsillos llenos de pastillas y “Alka Seltzer”. Actualmente el Círculo está presidido por Samuel Cogan que tiene grandes planes pero que todavía no realiza ninguno; parece que está esperando la llegada de Salomón Landman. 63 JOSE FOGUEL UN DIRIGENTE societario o un político tiene que tener algo en su sangre que no lo deje apartarse nunca de los problemas públicos. Me refiero ahora a mi amigo José Fogel, el hombre que no envejece. Lo conozco más de treinta años y me parece que no ha cambiado nada. Su aspecto de hombre elegante, siempre pulcramente vestido y con las uñas lustradas. Hasta su establecimiento de la calle Camaná tiene un aspecto de limpieza, orden y buen gusto. El escritorio de su oficina tiene estilo único y original. José Fogel vino al Perú en el año 1930; apenas llegado a las playas peruanas, y se interesaba por los problemas de la comunidad. Su primer paso fue informarse sobre la labor de los sionistas y a pesar de estar muy poco tiempo en el país, llegó a ser elegido Secretario de la Organización, siendo entonces su Presidente el señor Sasson Zarfaty. Después ingresó a trabajar como Secretario del Departamento Cultural de la “Unión Israelita”. Y así, durante muchos años, ha sido dirigente de las instituciones de la comunidad. Dio un gran aporte para el éxito del Kerem Kayamet y del Magbit. Y todo lo ha realizado con esmero y puntualidad. Es lo que podríamos decir un hombre reloj en este sentido de la puntualidad. Siempre llega a las sesiones a la hora exacta. Puntualidad de reloj. Por sus ademanes, modo de hablar y de tra- 64 tar con las personas, da la impresión de que fuera un inglés auténtico. Flemático y serio, quizás si demasiado serio. En los últimos once años, José ÍFogel forma parte, en cuerpo y alma de la mundialmente conocida organización “Bnev Brith”. Esta organización fue fundada hace once años siendo su primer Presidente el difunto Walter Neisser, un hombre que tuvo mucho prestigio en el país. Walter Neisser, judío alemán, aportó mucho a la reorganización de nuestra vida societaria, a la creación de la “Sociedad de Sociedades Israelitas del Perú” y a la creación del Comité Peruano-Israelí donde toma parte hasta hoy lo mejor y más selecto de la intelectualidad peruana. José Fogel se colocó en las primeras filas de la “Bney Brith”, habiendo ejercido su presidencia. Hoy es miembro del Comité Interamericano de dicha institución; delegado permanente en todos los Congresos que se realizan en América Latina. Ha sido designado por el Gobierno peruano como integrante de la comisión asesora para organizar el “Stand Perú” en la futura Feria de Israel. Los “Bney Brith” en el Perú reúnen en su seno a los mejores elementos de nuestro ishuv. Hoy lo preside el señor José Levy, hombre culto y bien relacionado en los círculos comerciales del país. Verdad es que conozco muy poco de las labores del “Bney Brith” de Lima porque es un círculo cerrado al cual no es muy fácil ingresar como socio. Ingresan solamente elementos seleccionados, como el Dr. Holtzer, Jaime Kirmayer, Ari Apriaskys y Salomón Landman, entre otros. Ser un socio del “Bney Brith” quiere decir saber pronunciar de vez en cuando una conferencia sobre ética, moral; el significado del alma humana, sociología del espíritu, las bases de la Cábala; temas para mí completamente desconocidos. Además, para ser aceptado como socio, hay que tener garantía de solvencia moral y poseer adecuado capital; hay que jurar sobre la Biblia; hay que conocer la arquitectura del Templo de Salomón (no de Salomón Landman el arquitecto amateur del templo de la Avenida Brasil). Pero aun cuando no soy socio del “Bney Brith”, con todo ello, sé y conozco lo útil que es esa institución para la colectividad. Realiza una labor cultural y social sin estridencias ni propaganda. Uno de sus fundadores es el actual Presidente señor José Levy, judío nacido en el Perú. Su padre es uno de los veteranos del ishuv y de los fundadores de la “Beneficencia Sefardí”. José Levy está muy relacionado con la colectividad ashkanasi por su labor en la "Asociación de Sociedades Israelitas del Perú”; varias veces Presidente 65 de la Hebraica donde ha realizado una labor importante en los difíciles e iníciales momentos. En su época de Presidente se construyeron los elegantes salones que embellecen la “Hebraica”. Dos Josés, que se parecen como un mellizo a otro. Dos Josés que hacen recordar al histórico José de la Biblia, que era el príncipe de Egipto. Si José Levy hubiera nacido en Novozelitz, sería candidato de fuerza para la presidencia de la “Unión Israelita”; cuando lo veo con su cartapacio, pasando por el “Haití” me da la sensación de un diplomático de carrera. Además tenemos un tercer José. Me refiero a José Lemor, casado con una “Yidishica” y que gracias a ella es el Delegado del Perú ante el Congreso Judío Mundial. José Lemor es quien nos representa en los Congresos de todas partes del mundo porque a él no le cuestan nada los pasajes de ida y vuelta, por tener una Agencia de Turismo y ser amigo de todas las “fly hostess” de todas las Compañías de Aviación. Estos tres Josés, más José Gleisser, el eterno Vice Presidente de la “Unión Israelita” y veterano residente en el Perú, desde la primera Guerra Mundial, es decir cuatro Josés que pueden formar cuatro manos para una mesa de pocker en caso de urgencia. Ahora, incluyendo a José Saidman, José Smerler, José Lerner, José Frid, José Rosembach, José Goldenberg, ya tenemos todo un “minian de Josés como para abrir una nueva Sinagoga con el nombre de “Sinagoga San José”, donde José Feldman podría desempeñar el cargo de “Gabay”, José Shnaider el de “Shames”, José Zigelboim, de “Jasan” y José Caplyski, de “Bal Kore” y en caso de enfermedad de alguno de esos Josés, podríamos incluir a José Salomón, el maestro de ceremonias en todos los entierros, en la seguridad de que “el muerto nunca se levantaría” y que el “Bikur Joilim” no podrá volver a cobrar por otro entierro. 66 POBERTO FELDMAN CUANDO tenía en mente escribir este libro sobre personajes de nuestra colectividad no se me ocurrió que tendría que escribir algo sobre Roberto Feldman. Porque Roberto Feldman personifica, por sí solo, uno de los capítulos más interesantes de la vida de nuestra comunidad. Es Roberto Feldman quien, mes tras mes, en el prolongado lapso de treintaicinco años, ha escrito buena parte de la historia de la comunidad. Son las páginas del periódico “Nosotros” donde pueden verse claramente las caras de muchas de nuestras gentes. En ellas pueden verse, por ejemplo, la figura de Yoeno Fleischman, en pantalones cortos y a Moisés Silberman cuando daba el primer beso a su novia. Se ve a Joen Bronstein con una negra y espesa cabellera tragando una docena de “hot dog”; pueden verse a muchos de nuestros abuelos cuando eran novios; a muchos de nuestros hoy grandes profesionales todavía en pañales. En “Nosotros” podemos leer todos los discursos pronunciados en las “Bar Mizvas”, en los cuales los niños juran conservar las tradiciones paternas y, efectivamente, puede comprobarse que no han mentido en sus discursos porque los padres de esos niños no rezan... ni los niños tampoco. En “Nosotros” todavía figuran las felicitaciones dadas por sus amigos y parientes a Max Ackerman con motivo de su matrimonio. En la colección de “Nosotros” pueden leerse los discursos de Aaron Lerner y de muchos otros que ya hace muchos años descansan el sueño eterno en Bellavista donde moran, entre otros, León Zigel- 67 boim, el creador de la primera “Cooperativa Israelita del Perú”; Zelman Biterman, el primer Gabay de la Sinagoga de Iquique, etc. Alguien dijo que Roberto Feldman personifica a la colectividad judía de Lima. Cuando Feldmán, vestido con su terno azul marino, bien afeitado, con su cartapacio bajo el brazo, pasea por los jirones céntricos con su peculiar paso de patito a lo “Walt Disney”, da la sensación de ser un burgués y un hombre rebosante de buena salud pero si lo ascultasen resultaría que Feldman de burgués no tiene nada porque no posee bienes de fortuna y su salud está quebrantada; padece del hígado, del estómago, de alta y baja presión, de falta de cabello y quién sabe de cuántas otras enfermedades más. Así es nuestro ishuv. Cuando llega un extranjero y ve de pasada nuestras instituciones como la “Hebraica”, el Colegio, el circo de la avenida Brasil, los cinco “minianim”, las veintiséis instituciones, entonces cree que el ishuv está y marcha a las mil maravillas. Pero nosotros, que conocemos bien al ishuv, sabemos de cuantas enfermedades sufre. La “Hebraica” sufre de alta presión; la “Organización Sionista” de presión baja; el “Bikur Joilim” de fiebre alta; la “Unión Israelita” de un crónico resfrío; el “Sharon”, tumor en el cerebro; al Colegio León Pinelo le faltan glóbulos blancos; a la “Wizo”, rojos; las “Pioneras” sufren de mala digestión; los ricos están enfermos del corazón y los pobres de insomnio. Tendríamos que pedir a la escultora Helfgott que modelara una escultura de Roberto Feldman para mandarla a un museo de cera, junto con las de Bolívar y San Martín porque es un héroe latinoamericano toda vez que ha podido editar en el Perú, durante treintaicinco años, un periódico para la colectividad y no haberse muerto de hambre todavía. Tenemos que cuidar a Feldman porque si no fuera por su periódico, ¿dónde escribiría Yosele Feldman sus tratados sobre filosofía y política; Hermán Zwilich sus majaderías, Boris Dunayevich sus traducciones del quechua al yidish y del yidish al castellano? Sin Feldman, no sabríamos quién nace y quién muere, quienes se casan y quienes se divorcian, ni siquiera podríamos saber en qué fecha cumplió la señora Wugman sus cuarenta años de matrimonio porque viéndola, parece recién casada. Nuestro éxito y la mala suerte están en las manos de Feldman. Si Feldman quiere, escoge a un personaje de la colectividad, lo describe en las páginas centrales, le publica diez fotos y lo encum- 68 bra. En cambio, a un desafortunado, lo pone en la sección “Crónica Local” en dos líneas y en la última página de su periódico y termina con el hombre. Como a mí me conviene estar bien con Roberto, desde estas páginas yo lo felicito porque con su perseverancia ha escrito la vida del isliuv durante más de treinta años y en las columnas de su periódico están grabadas, como en una cinta magnetofónica, la vida y milagros de nuestra colectividad. 69 LA TIA HA SHYDLOVSKY MENTIRA, no hay sexo débil dijo una vez José Shmerler, en una me sita del Club Social Israelita. —Tienes razón— le contestó su amigo Bezdin. Yo estoy también de acuerdo; no hay sexo débil y lo digo porque la señora Shydlovsky es una mujer extraodinaria, que confirma este aserto. Conozco a la señora Shydlovsky desde el año 1933; ya desde entonces sabía yo que esta mujer era capaz de hacer algo por la colectividad. Y no me equivoqué. En el año 1946 vino a mi establecimiento de la Avenida Colonial con el Presidente de la Yewis Telegraphic, Dr. Landau, por los asuntos de la ITA. Quien hablaba no fue el Dr. Landau sino la señora Shydlovsky. Me hablaba en un alemán como lo hablaban los judíos, hace siglos, en Rogensburg o en la Granadir Strasse de Berlín. Noté que era una mujer enérgica, culta, con bastante talento como para ser una dirigente societaria. Dicen que gracias a la señora Shydlovsk y también su marido Luis se convirtió en un sionista de la escuela de Martín Buber. Luis Shydlovsky y su señora fueron entonces de los muy pocos judíos alemanes en el Perú que se dedicaron a las cuestiones judías y sionistas. La señora Shydlovsky tiene en su haber grandes aportes a la Wizo peruana; respaldaba a su esposo en la Organización O.R.T. y O.S.S.E. como Secretaria AdHonoren. Era Presidente de la Wizo cuando nos visitó la representante de la Wizo Mundial, señora Gold, a la que acompa- 70 ñó con talento y cariño haciéndole más fácil su tarea; pero su verdadero campo de trabajo lo encontró en el noticiario de lal.T.A. En el año 1960 sustituyó al gerente de la ITA de entonces, señor Moisés Niman. En esa época, la ITA estaba al borde de la quiebra y fue la señora Shydlovsky quien mandó a Moisés Niman a trabajar con los Sionistas Generales y desde entonces la ITA es un Boletín que circula entre cientos de abonados con una base económica asegurada. Fue idea de la señora Shydlovsky dar una página en hebreo y para hacerlo consiguió, mediante su mejor sonrisa, la adquieciencia del Dr. Feinshtein, Presidente del “Jug Dovrei Ivrit”.* Creó una sección para “menú” de comida kasher; gracias a las especialidades de ese “menú” mi mujer aprendió a preparar torrejas de hígado con crema de leche, tan casher, que las pueden comer hasta los del minian de “Malvas”. Introdujo en el Boletín una sección de Ciencias Bioquímicas, astronomía y electrónica, escritas por el profesor Hodara y gracias a esos escritos se descubrirá el virus que causa la pasión sexual entre los “marcianos”. Una sección pedagógica por el maestro Kehati en materia de psicología infantil. Próximamente aparecerá en la ITA un Suplemento para modas femeninas con moldes “microscósmicos” para poder confeccionar desde un traje de noche hasta un “unikini”. Tiene en preparación una página a cargo del Dr. Ludmir sobre dietas para mujeres que pesan más de cien kilos y quieren adelgazar y una sección de poesías en idioma yidish por la poetisa ayacuchana señora Kotlar, poesías que relatan el amor y la pasión entre los indios aguarunas. Los números extraordinarios de la ITA tienen bastante peso. Llenos de avisos comerciales. Allí puede apreciarse el esfuerzo de la TIA ITA que consigue para su Boletín “extraordinario” avisos que van desde una fábrica de sostenes a la de una fábrica de ensamblar automóviles. Por la ITA podemos informarnos en qué fecha cumple años hasta el mayordomo de Shabsy Teper y todo es calculado con puntualidad alemana por la misma señora Shydlovsky. Verdad es que muchas veces aparecen noticias en la ITA que ya las he leído hace semanas en un diario americano pero ello no es culpa de la señora Shydlovsky sino que son consecuencias de la época en que dirigía la ITA el señor Moisés Niman, que vive hasta hoy en el Siglo 71 XVIII, que nunca viajaba en Jet, nunca escribía a máquina pues hasta lioy sigue escribiendo con pluma de ganso y no sabe qué cosa es un teletipo. Yo soy fiel lector de la ITA. Apenas me levanto, temprano, tocan a mi puerta el lechero junto con el mensajero de la ITA; hay días en que la leche es tan fresca como las noticias de la ITA porque la leche la controla la Municipalidad y las noticias de la ITA las controla la señora Shydlovsky. 72 SAMUEL DRASSINOWER ESTE ARTICULO está dedicado a las finanzas, el comercio y la industria. El tema es: 1) .—Introducción de un nuevo producto en el mercado. 2) .— Capacidad de producción del centro fabril. 3) .— Mano de obra calificada. 4) .— Capacidad de producción actual y futura. 5) .— Estudio del mercado. 6) .— El precio final. 7) .— Distribución. 3).— Los créditos. 9).— Publicidad. Más de uno se preguntará de dónde he aprendido algo sobre el comercio, la industria y las finanzas. Les confesaré que lo he aprendido del joven industrial Samuel Drassinower y lo estoy aprendiendo de memoria para poder escribir un libro, como tesis, para presentarme en cualquier Universidad y conseguir el título de Doctor en Ciencias Económicas y Administrativas. Siendo un especialista en finanzas, estudiaré el presupuesto de la “Unión Israelita”, las campañas del “Magbit”, el balance general de los té-bridge, el estado agónico de la Organización Sionista, el inventario de las cinco Sinagogas que tenemos en Lima; hasta calcularé matemáticamente cuánto gana y pierde la colectividad en las carreras de “Monterrico” y cuánta plata les sacan a los muertos los vivos del “Bikur Joilim”. Además, abriré una oficina con expertos en construcciones y cálculos para construir y proyectar edificios de más 73 de cien pisos. Y todo esto gracias a mi joven amigo Samuel Drassinower, el primer judío en el Perú que se dedica a la industria pesada y electrónica. Samuel Drassinower fue un niño mimado de sus padres. Su padre, que en paz descanse, era un hombre que vivía en la frontera entre la cultura oriental y occidental; hablaba el idish con el acento de Max Heller. De joven fue oficial en el ejército austríaco y era capaz de dar su vida por el Rey Francisco José. Tomó parte activa en varias instituciones como la “Unión Israelita”, en el Comité para la construcción del “Hogar propio”, etc. Recuerdo que cuando asistía a las sesiones de la “Unión Israelita”, después de que alguno de los Directores había tomado la palabra y se había expresado en idish besarabiano, Adolfo Drassinower siempre preguntaba en su idioma: “¿vas hat er gesagt?”. Cuando hablaban Moris Shapiro, con su acento lituano o Zelman Biterman con su acento polaco, Adolfo Drassinower nunca les entendía ni una palabra. Se alejó de los trabajos societarios porque él no entendía “politiquerías”; su camino fue siempre la línea recta; para él, dos más, dos siempre fueron cuatro. Cuando para Benzion Wei stock dos más dos eran muchas veces veintiséis. La madre de Samuel se dedicaba mucho a la educación de la juventud; fue la creadora de los primeros cursos en hebreo y una de las principales dirigentes femeninas de la colectividad; cuando ella iba a la “Unión Israelita” para solicitar algo, todos la atendían porque se contaba entre las primeras damas de la colectividad; hoy, anciana, alejada del trabajo societario, su única alegría son sus nietos. Por lo dicho, se deduce que “de tal palo tal astilla” y por ello Samuel es un joven culto, de una muy buena educación; es marido y padre ejemplar y correcto amigo. A la muerte de su padre se quedó sin recursos económicos y tuvo que iniciarse como empleado en la fábrica de tejidos “San Miguel”; allí aprendió el manejo de los negocios para luego iniciarse después en negocios por su propia cuenta; luchó y fracasó en varios intentos pero su ímpetu de comerciante y su visión lo llevaron a convertirse en industrial en una rama que ninguno de los correligionarios había visto y surgió “Moraveco”, una de las grandes industrias de la transformación del acero que ocupa el segundo v lugar en el Perú según mis conocimientos de doctor en Economía. Hoy, Samuel es un personaje en el mundo de la industria y los negocios. Fabrica muebles, sillas plegadizas en 74 las que nadie se puede sentar por lo angostas que son, refrigeradoras de todos los colores y está estudiando lanzar al mercado una cama de acero con resortes electrónicos que revolucionará la industria de la cama. Su mujer es una activista en las instituciones femeninas, actuando siempre de Secretaria; mantiene un hogar tradicional idish, es amante del libro, como su marido, y madre amorosa. Samuel Drassinower es un maestro en publicidad. Para introducir sus refrigeradoras en el mercado, ha elegido una modelo de televisión que tiene los ojos más lindos del Perú y cuando aparece en la pantalla del televisor “la modelo y la refrigeradora”, dan ganas de comprar ambas. Cuando lanzó sus famosas sillas plegadizas, contrató a Mario Moreno “Cantinflas” y las gentes, por seguir riéndose, compraron las sillas aunque después lloraron. Dicen en Lima que, de la colectividad, Perelman es el primero en las finanzas; Chápiro Klein el primer talmudista; Michel Radzinsky el primer filántropo; el Ingeniero Zwibach el primero en construcciones; José Stek el primero en fabricar camisas finas; el Dr. Israel Malay el primer radiólogo; el Dr. Roitman el primer cardiólogo; Pepe Ludmir el primer comentarista del cine; Morís Chápiro el primer sastre especialista en sacos sin solapas; y Samuel Drassinower el primero en la industria electrónica en el Perú y el mimado de las agencias publicitarias por su conferencia en la “ADV-PERU” y en “Mercadotecnia”. Si mis ochentaiocho lectores no saben lo que es “mercadotecnia” que se lo pregunten a Samuel Drassinower; yo sólo sé que no es mala palabra. 75 PEPE LUDMIR EL PATRIARCA de la colectividad, Wolf Ludmir, que en paz descanse, era de los primeros emigrantes que llegaron al Perú. Wolf Ludmir vivió en Lima más de cuarenta años pero su casa, sus costumbres, su modo de vivir en nada cambiaron de lo que era su casa en Besarabia. Nunca probó el sabor de los anticuchos ni de los picarones; ni siquiera supo que existía arroz chaufa o papas a la huancaína ni mucho menos camarones. Su comida siempre le fue preparada por su mujer, al estilo de su pueblo; era un hombre conservador, religioso y disciplinado en las enseñanzas de Moisés. Hace años que me encontré con el extinto señor Ludmir, quien fue muy amigo mío y, como siempre, en nuestras conversaciones, se lamentaba del menor de sus hijos y decía que Pepe le había salido “torcido”; que Pepe era un palomilla, que no quería estudiar y que día y noche no paraba sino en las puertas de los cines de barrio y no se explicaba de dónde su hijo sacaba plata para ingresar a la cazuela de los cines. En una palabra, que su hijo Pepe era un “cazuelero”. Pepe desde niño ya conocía los nombres de los artistas más que los de sus abuelos. Efectivamente, Pepe no quiso estudiar. Al preguntarle yo una vez por qué no ingresaba a la Universidad para estudiar Medicina, me dijo que no le gustaba estudiar “anatomía sobre muertos ” —Bueno, pues — le dije — entra a estudiar Letras. — Y Pepe me contestó: — “Las piernas de Rita Hayworth valen 76 más que las cabezas de Shakespeare y Spinoza „juntas”. Cuando Pepe Ludmir comenzó a colaborar en “El Comercio”, en la página de Cine, fue toda una sorpresa para la colectividad. Pepe pertenecía en esos tiempos a la organización Betar, colaborando en la revista del partido con el pseudónimo de “Kepele”; tomaba parte en la sección dramática con bastante éxito pero siempre se salía de su “papel”, improvisando: lo que se conoce en el mundo del teatro como “morcilla”; era un “morcillero”. Siempre inventaba algo suyo; la extinta actriz Adela Goldberg siempre peleaba con él para que no sé saliera del papel; Pepe lo prometía pero a la hora de la hora salía con sus dichos... y tenía éxito; siempre lo aplaudían. Pepe cantaba sin saber cantar y gustaba mucho; bailaba sin saber bailar y gustó bastante; hablaba el idish sin saber hablarlo y todos se reían a carcajadas. Cuando Pepe representaba cualquier papel, agradaba por su originalidad en la escena. Pepe se casó con Marta, en broma, pero es marido muy serio; sus cuñados Michel y Lea, estaban contra el matrimonio de Marta con Pepe; siempre le decían a Marta: “con quién te vas a casar, si Pepe es un chiflado”, pero resultó que Pepe es un marido y padre ideal. Pepe se convirtió en locutor de radio para programas de Cine, con mucho éxito; posteriormente ingresó a la T.V.. Canal 13. Cuando Pepe fue por primera vez, como representante del Perú, al Festival de Cannes, el Club Social Israelita tuvo que hacerle una colecta para gastos de viaje. Hoy, Pepe va varias veces al año a los festivales del Cine en Hollywood y Europa invitado por las más grandes compañías del Cine en el mundo, y es el único peruano que asiste por varios años a la entrega del “Oscar”. Cuando Pepe entró como locutor de cine en el Canal 13, su voz, su cara y sus bigotes impresionaron mucho. Hoy Pepe es el amor de todas las barriadas; todos lo quieren y todos lo conocen; Pepe se convirtió en el ídolo de las jovencitas y de las viejas; su “chau Lucy” y “Sharon”, y también “nos veremos en el cine”, se han convertido en el slogan de sus programas. Y lo más interesante es que Pepe, en la vida real, en la vida de hogar, en la calle, con sus amigos, sigue siendo siempre un mataperro, un chismoso y un chiflado. Pero en sus programas de Cine, es serio, quizás si demasiado serio; nunca deja su cigarro cuando actúa pero después de sus programas rara vez se le ve fumar. Pepe Ludmir, aparte de sus actuaciones en la radio y T. V., es también un activista en los trabajos societarios; es 77 el consejero de Michel Radzinsky en los trabajos de la “limón Israelita”; toma parte activa en el Coro de la Sinagoga los días de festividades religiosas y, pese a que su trabajo es comentar el mundo de las artistas más bellas del Universo y muchas veces en el ecran de la televisión se le ve besándose con las estrellas, con todo eso su Marta no está celosa porque sabe que Pepe es un hombre serio. Pepe, además, es chifero insigne; es criollo cien por cien y si su padre, mi extinto amigo Wolf, lo viera como es Pepe, hoy se sentiría orgulloso de aquel muchacho “cazuelero” que no quería estudiar. 78 LA MUJER JUDIA PERUANA EN LAS PAGINAS de este libro no pueden estar ausentes las mujeres judías radicadas en el Perú. Estas pioneras que saben preparar nuestras comidas criollas y tradicionales como el borsht al estilo ruso, mameligue al estilo rumeniche y gefilte fish made in Polonia. Saben también ser útiles a la colectividad aportando el tributo de su esfuerzo y de su sacrificio así como supieron sacrificarse y hacer milagros en nuestras horas de lucha y de pobreza. Una de las primeras pioneras en el campo societario fue la desaparecida señora Pola de Eidelman. La abuela de la enseñanza hebrea es la señora Yeti de Drassinower, creadora de los primeros cursos en hebreo, así como la señora Mali Schnitzer fue la primera maestra en dicho idioma. La señora de Topf, fundadora de la “Wizo Perú”. La simpática y siempre extrañada señora Raquel de Salem, quien dedicó muchos años su actividad en favor de Israel y cuya casa fue el albergue suntuoso de nuestra colectividad, que ha de recordar siempre las fiestas que ella organizaba con fines benéficos, acompañada de Janette de Castoriano. La difunta señora Charne de Goldenberg, fundadora de las “Pioneras Shalva” en el Perú y su Presidenta en varias oportunidades y cuyo nombre está inscrito con letras de oro en Moazot Mapaolot, en Israel. La recordada Pola de Sterental, muchos años Presidenta de la organización “Ayuda Local”, cuya labor es recordada hasta hoy por muchas familias pobres a las que brindó su ayuda y que lloran su muerte. En la Wizo Perú ejerció la Presidencia, con prestancia y distinción, Frida de Mayo, quien sigue prestando su concurso a toda labor societaria. La difunta señora Mudrich, qué tanto hizo en favor de las víctimas de la guerra, desarraigadas de Besarabia. La entusiasta señora Zirl de Sterental, que con tanto anhelo se dedica a la noble labor de la organización 79 que preside denominada “La Gota de Leche”. La actual Presidenta de la “Wizo”, señora Ada de Burstein, todo una revelación como animadora en una tarea de tanta responsabilidad, que cumple eficazmente y sin alardes. Cuando Golda de Perelman, la Sra. de Roitman, Leona de Brodzky y Frida de Mayo toman a su cargo una kermese o solicitan la colaboración de la colectividad, el éxito está descontado de antemano. Cómo no abrir un paréntesis para mencionar a esas tres mujeres cuya silenciosa, humanitaria y sagrada misión es digna de un gran elogio; me refiero a las señoras Raquel Sandhaus, señora Shneider y señora Waxenguiser. La joven señora Esther de Gabel, Presidenta del “Bikur Joilim” femenino y la dinámica ex Presidenta de la Wizo, Sra. de Prag; la señora Raquel de Blanc, que con tanto cariño se dedica a las labores sionistas; la señora Masha Sterental frente de las “Pioneras”; son damas de la colectividad cuyos nombres no pueden soslayarse ni en broma ni en serio. Y merecen un recuerdo las desaparecidas artistas Adela Goldberg y Frincha Kristal, que tantos ratos agradables nos hicieron pasar; María Shapiro, la mujer que nunca tenía tiempo para nada porque siempre estaba ocupada en los trabajos de “Wizo”. Entre las damas de la nueva ola tenemos a la movediza Paye de Radzinsky, delegada ante Poale Sion; la señora Bertha de Feldman, especialista en preparar elecciones y llevar al triunfo a su candidato, ganadora en muchos concursos como Secretaria del “Mapai” y muchos otros más que ocuparían varias páginas de este libro. Susana de Bobrovsky, en su labor pro Colegio “León Pinelo”, las Raqueles Rozenzweig y la señora de Lerner, preocupadas en su obra societaria. Han sido nuestras damas las creadoras de los té-bridge ideológicos y los café-bridge políticos a los que nunca falta, por ejemplo, la señora Guchi de Marazzani, a pesar de que nunca juega pero está siempre presente en toda reunión benéfica para prestar su colaboración. Cómo no mencionar a Regina de Wolf y a Odette de Alalú, las inseparables siamesas. A Lucha de Wexman y a Haya de Foigel que, con Eva de Ghitis, la señora de Urman y Pola de Ackerman, recorren la ciudad de sur a norte y de este a oeste solicitando el óbolo de la colectividad para las instituciones a las que pertenecen y animan. La señora de Polturae, ferviente sionista desde antes de que el Sionismo estuviera de moda. 80 Y nuestras mujeres intelectuales como Ofelia Wolosin, la eximia recitadora y primera actriz de la escena nacional; Sarina Helfgott, poetisa, periodista y comediógrafa; y la chiquilla Noemí Grodzinsky, con sus pinturas surrealistas y sus poemas tipo nueva ola. Las damas de la colectividad también se preocupan por las modas y crean modelos estrafalarios que van desde un atrevido vestido de noche hasta un beatífico unikini. Y son mujeres que no envejecen. Siempre tienen un espíritu joven y saben preparar comidas mejor que la desaparecida Rosita Ríos. Las tortas que prepara Masha Stern para los festejos de las “Pioneras” son frecuentemente imitadas por la Panadería Baruch y constituyen la torta preferida en los banquetes del Palacio de Gobierno. Hasta hoy recuerdo el sabor del riquísimo kugel que preparaba la extinta señora Charne de Goldenberg; cada pedazo tenía mil sabores; un kugel así preparaban en la antigüedad las mujeres de nuestros patriarcas, Sahara, Rivka, Lea y Raquel. La única que sabe el secreto para hacerlo es la simpatiquísima Lea de Radzinsky. la primera dama. 81 JAVER PRADO SOMOS UNA pequeña comunidad pero pródiga en elementos que se dedican a todas las actividades humanas. Tenemos arquitectos, abogados, ingenieros, médicos, radiólogos. También tenemos a un veterinario que expende carne kasher. Si yo pudiera y quisiera construir para mí un chalet moderno, con pisos de plástica, paredes de vidrio, ventanas Arcas de Noé, puertas que se abren y cierran electrónicamente, un jardín en pleno techo, recurriría al ingeniero Isaac Sterental, que es trome en ingeniería. Tiene además corazón de oro como su mamá y la experiencia de su padre. Podría recurrir también al Ing. Oscar Zwiebach, que es el veterano de los ingenieros-constructores o a Luis Sztuden, el ingeniero “futurista-cubista”. Si quisiera divorciarme, podría solicitar los servicios de nuestro veterano abogado, el especialista en juicios pasionales, Dr. Isaac Wecselman. Podría recurrir, además, al Dr. Saia Cuperstein, que es el campeón defensor en juicios de índole mercantil. Si algún día se me ocurre comprar el monumento de Manco Capac, ubicado en una plaza pública de la La Victoria, los trámites me los haría el destacado abogado Dr. Jacobo Flint. En caso de enfermedad, tendría a mi disposición la Clínica “Javer” Prado. Os digo que da gusto internarse allí. Es la única clínica donde predominan los médicos jóvenes que rebosan salud. Apenas llega Ud. al patio de la Clínica, ve Ud. a esos jóvenes médicos de mandil blanco, lavados con ÑaPancha (los mandiles, se entiende); las enfermeras, todas hermosas y atentas en sumo grado, que le devuelven la salud al enfermo apenas le toman el pulso. Y yo que tengo la presión baja, apenas me toca la enfermera el brazo se me sube la presión al máximo. El Dr. Jacobo Kapiliwsky está siempre listo y dispuesto a operarme. Como su papá re- 82 genta la fábrica de camisas, aprendió muy bien el manejo de las tijeras. El Dr. Israel Malay me toma las radiografías que quiero y siempre gratis. Ya sabe lo que tengo adentro. Hasta sabe de mi otro yo... El Dr. Abraham Feldman cura mi corazón y, según el Dr. Oscar Grunfeld, mi corazón está repleto y rebosante de amor... por todas las enfermeras de la Clínica. El Dr. Jacobo Blufstein me haría todos los análisis necesarios. Es él quien puede atestiguar que no tengo nada de glóbulos rojos en mi modo de pensar; el Dr. Blufstein analizó mi sangre varias veces y encontró que, según los análisis, tengo ideas infantiles. Por eso me mandó donde el Dr. Moisés Rub. Este, después de auscultarme, me mandó donde el Dr. Abraham Ludmir para que investigara si es un defecto orgánico congènito. Después de pasar por toda la gama de radiografías y análisis, me mandarían donde el Dr. Jacobo Silberman. La consulta demora un par de horas porque el doctor Silberman es muy meticuloso y tendría que contarle la historia de mi vida. Felizmente los médicos saben guardar el secreto profesional que es para ellos sagrado. Porque si no fuera así y si él divulgara mis secretos, podrían llegar a 83 oídos de mi mujer y ésta sería capaz de pedir el divorcio.. . Para terminar el chequeo, llamaría, como de costumbre, al Dr. Salomón Pardo. El es tan especialista que, con sólo mirarme a los ojos, descubriría mi enfermedad. Después de todas las consultas, el veredicto, es decir, el diagnóstico sería: LOCO DE REMATE. Síntomas: HABER ESCRITO SU COLUMNA EN "NOSOTROS” DURANTE 30 AÑOS SIN COBRAR UN CENTIMO... Me gusta la Clínica porque tiene, en los bajos, un café— restorán, listo para servirle a uno un café-express y donde se puede conversar con los médicos sobre el pleito “Unión”- “Sharon”; sobre las futuras elecciones en la Organización Sionista por más que la Organización Sionista está — en opinión del Dr. Feldman —enferma del corazón; el “Hanoar”, sin esperanzas de mejoría; al Betar le falta la vitamina “B” porque los poalesion, dirigidos por Jacobo Gomberoff, padecen de fiebre alta y al secretario de Relaciones ingeniero Szafir le faltan unas inyecciones; a Hasins le falta la vitamina “C”, y un poco de descanso a Michel Radzinsky. Cuando uno está internado en la Clínica, se informa de todo lo que pasa en la comunidad porque siempre hay una docena de enfermos hebreos y cada enfermo recibe una docena de visitas por día. Cada visitante trae alguna noticia o un chisme. Al que visita la Clínica, muchas veces le parece que se halla en una asamblea de la “Unión Israelita”... Allá, en la Clínica, el enfermo se informa fácilmente de cuántos pisos tendrá el nuevo edificio que está levantando el Ing. Isy Fogiel; cuánto costó el vestido que lució la novia del hijo de León Gorin, en “Hebraica”; cuándo regresa la Sra. de Heller; por qué al Sr. Max Heller se le ve muy triste en el “Haití”, desde que se fue su esposa; qué planes está forjando Simón Furer después que vendió todos los departamentos de su nuevo edificio; el texto íntegro del fogoso discurso que pronunció Moisés Rosenberg en el té de despedida a Aron Blanc; etc. Así es que en la Clínica “Javer” Prado uno se siente en su propia casa. Hasta hay casos en que se le sirve a un enfermo un buen plato de “mamelige” que curan del todo todas las dolencias Así queda demostrado que nuestra segunda generación sabe lo que hace. Y hace las cosas muy bien. Para los sanos ha creado la “Hebraica” y para los enfermos, la Clínica: “Javer” Prado. Tan es así que la comunidad se divide en dos partes: una que ya estuvo internada en „„Javer” Prado y la otra que espera su turno para entrar, 84 BENZION WEINSTCCK HABIL, TERCO Y ASTUTO, de fácil palabra, posee personalidad, muy activo, no fácil de convencer, autodidacta y dominante; ésta es, a grandes rasgos, la personalidad de Benzion Weinstock, a quienes muchos llaman “El Mariscal del Sharon” y como todo Mariscal tiene su Ayudante de Campo, así el Sr. Weinstock tiene a su lado al Sr. Aron Blanc. Ciertos consocios del “Sharon” creen ver en Weinstock algo así como a su Eminencia Gris, el célebre Cardenal Richelieu; y en Blanc, al cazurro José 'Fouché, dos personajes temibles y temidos en los turbulentos días de la Francia revolucionaria. Pero el “Sharon” no es revolucionario. Por el contrario propugna la paz. Pero volvamos a Weinstock, el hombre que tiene larga trayectoria en trabajos societarios. Vice Presidente en muchas Directivas de la “Unión Israelita”; VicePresidente en la Organización Sionista; Vice Presidente en los “Amigos de la Histadrut”; creador del “Círculo Social Israelita del Perú” y del “Sharon”, donde ejerce la presidencia hasta hoy, ¿A qué partido pertenece? Es un enigma. En sus años mozos pertenecía a los “Zeírei Sion”. En Lima, cuando era amigo de Michel Radzinsky, pertenecía a los “Poale Sion”; ahora, siendo amigo íntimo de Marcos Perelman, pertenece a los “Liberalim”. Es especialista en dirigir asambleas generales, por lo cual siempre 85 es elegido Presidente de Mesa y dirige los debates con gran imparcialidad. Por ser imparcial rompió con Salomón Landman en el Club Social Israelita, con Michel en la “Unión”, con Aronchi Goldenberg en “Los Amigos de la Hstadrut”. Hoy es el “todopoderoso” del “Sharon”. Acata las órdenes de Marcos Perelman, las trasmite a Aron Blanc y la misión del señor Blanc es la de suavizar un poco las órdenes dictadas, ya que debe procurar por todos los medios la paz y la armonía en la colectividad. Hay algunos que dicen, al menos así me lo contaron —y puedo jurar que no es un chisme— que si Benzión Weinstock del “Sharon” y Michel Radzinsky de la “Unión” tomasen sus vacaciones de los trabajos societarios que los tienen tan agotados y si Salomón Landman dejara de hacer politiquerías, de inmediato cesaría la guerra en el Vietnam. Pero sucede que, para asegurar la paz, tendrían también que silenciar a Moisés Nimand y a Gershon Grobman, los dos enfants terribles de la colectividad. Nos falta la paz y la armonía en la colectividad como nos falta el agua en las desérticas tierras del Neguev. Por esta guerra fría estalló también la guerra entre el “Bikur Joilim” y la “Unión”, entre Malvas, Adat Israel y la “Unión”. Las consecuencias de la guerra fría son terribles. Por causa de la guerra fría tenemos tres sinagogas en el mismo barrio y en cada sinagoga siempre faltan una o dos personas para el minian y son tan empecinados que prefieren no rezar antes de unir las tres sinagogas en una, como si fuera cada una de ellas un templo donde se practican credos distintos. El día que llegue la paz y la armonía, lo cual no es tan difícil como parece si prevaleciera el buen sentido y los hombres se despojaran de su snobismo, el Jazan de fama mundial León Ludmir podría ser el Jazan de toda la colectividad; podríamos entonces organizar las misas por la radio Panamericana para que todos nuestros correligionarios, desde Tumbes hasta Tacna, pudieran gozar y deleitarse con la dulce y bien timbrada voz de nuestro jazan criollo. Si existiera la paz, cada uno de nosotros tendría el derecho de enterrar a sus muertos sin tener que llamar al Gerente Gomberof o a Marcos Gabel; y de haber paz, podríamos construir un Hogar de Ancianos a todo lujo en la cima del Cerro San Cristóbal, para los ricos y otro para los pobres en el sótano del Shil de la Avenida Brasil. Si hubiera paz y armonía en la colectividad, podríamos importar otro Rabino sin barba para poder escoger el que más guste. 86 De Benzión Weinstock y de Aron Blanc depende en gran parte que haya paz en la colectividad. El día que lo reflexionen y se decidan a hacerlo, estoy seguro que todo el ishuv los propondría para que se les otorgara el Premio Nobel de la Paz. Ojalá así sea. Amén. 87 Benjamín Zusman, Itzak Wallach, Paulo Vulich y Jacobo Gomberof, cuatro distinguidos miembros de la colectividad a quienes los ricos ven de arriba abajo y los pobres de abajo arriba. Por eso, ellos se colocan en lugar intermedio. Los cuatro tienen una larga carrera como activistas en muchas instituciones que los ricos no reconocen y los pobres no conocen. Los señores Zusman y Vulich ingresaron a la Unión Israelita por la puerta derecha mientras que Wallach y Gomberof lo hicieron por la izquierda. Los cuatro pertenecen a la misma generación y puede colocárseles entre la vieja y la nueva ola. Los jóvenes los consideran ya viejos mientras que los viejos los envidian porque parecen jóvenes. Benjamín Zusman ha sido Presidente de la “Unión Israelita” durante casi un año y tuvo más suerte que Saúl Wahl, quien fuera elegido Rey de Polonia por un solo día. Benjamín Zusman se hizo famoso por su ultimatun al “Bikur Joilim”, al que instó para que entregara, de sus fondos, la suma de 60 mil soles para donarlos al Instituto del Cáncer. 88 Itzak Wallach tiene en su haber el ejercer la directiva del Departamento Cultural de la Unión- Israelita y cuidar que no les pase nada a las polillas de la biblioteca; además, tomaba parte de los Juzgados cuando el Juez de la Suprema Corte era Raúl Blanc. Wallach era y es hasta hoy el eterno edecán de los Presidentes de la “Unión”. El idioma favorito de Wallach es el idish pero siempre habla en castellano, especialmente cuando habla por micrófono; es miembro destacado de Mapai pero cuando duerme sueña con el Mapan. Es enemigo número uno del comunismo y al cumplir cincuenta años de edad compró un Talit y Tfilim que conserva como símbolos para que Dios lo perdone por sus malos pensamientos y sus simpatías por Bergelson e Izik Fefer, en los años mozos. Paulo Vulich, el gran economista del “Sharon” y del Colegio “León Pinelo”, es ahora el “spetz” de la “Unión”. Es el teórico de la “economía dirigida por el Estado” y propugna la nacionalización del “Bikur Joilim”. Vulich y Moisés Sterental son los guardianes del tesoro de la “Unión” y para firmar un cheque para pago de gastos, Vulich antes de hacerlo consulta con su mujer y Sterental no firma el cheque si antes no reza Minja y Maariv. Jacobo Gomberof es un personaje distinto. Gomberof llegó a la “Unión” directamente de Chile; llegó como todos los rotos chilenos: con bigotes achaplinados y un pronunciado dejo argentino al hablar el castellano ya que era también locutor de radio, siendo su especialidad hacer la propaganda al jabón Lux, Aqua Velva y ciertos cosméticos para las damas. Aquí, en Lima, aprendió el idish y es hoy el Gerente de la “Unión”. Es un gran entratega y emplea su propia táctica para la distribución de asientos en el Shil. Si Gomberof tuviera la mitad de la barba del Rabino Epstein, los dos, él y el Rabino, podrían convertirse en dos rabinos reformistas. Gomberof es el eje de la purga últimamente realizada en el movimiento “Poale Sion” de Lima. A los viejos los mandó a descansar y ahora está rodeado por los elementos de la nueva ola y se nombró a sí mismo Secretario General del Partido y nombró su secretario al joven abogado Barac, con el título de “Consejero Legal” lo cual, bien mirado, no tiene nada de legal porque para muchos esos nombramientos son una leguleyada. Como Wexman es su paisano —judío chileno-argentino— lo designó tesorero, teniendo en cuenta que es dueño de un edificio de diez pisos que lo respaldan como garantía. 89 Como ofrecer no cuesta nada, Gomberof ofreció a cada Javer de la Mapai un departamento gratis; nombró a Rozenzweig vocero del partido y a Sapoznikov, como ideólogo; a los dos hermanos Rosenblat, junto con el Ingeniero Szafir, los colocó en las primeras líneas de fuego y a Michel Radzinsky le dio el encargo de dedicarse a pagar todos los platos rotos. No se sabe si por esta determinación de Gomberof o por otra causa, pero lo cierto es que circulan insistentes rumores de que Michel Radzinsky se apartará definitivamente de Mapay para ingresar a la Rafi, que lo nombrará como el Ben Gurión del Pacífico por tener documentos secretos para una “Parsha” Landman. Al veterano Zwilich le dieron el cargo de Secretario en idish, idioma que nunca se usa; es una zorrería de Gomberof este nombramiento, es una cortina de humo que ha tendido para asegurarse de que Zwilich no escribirá nada, ni en serio ni en broma, sobre la revolución mapaista de Lima pero hay algunos que opinan que el viejo zorro Jaime Kirmayer, junto con Aronchi Goldenberg y Landman, se aprestan a dar un golpe de estado y por sorpresa. Por lo pronto, la Ichud Olami reconoció al nuevo gobierno de la Mapai de Lima y suscribieron un trato de ayuda mutua y defensa entre el Perú, Chile, Argentina y Brasil. Algo similar al Protocolo de Río. En la firma y convenio de este tratado está demás decir que ha intervenido el cuarteto a que me he referido al comenzar esta crónica. 90 NUESTRO LINDO. CEMENTERIO NUESTRO CEMENTERIO de Bellavista pronto ha de cumplir un siglo de su fundación. El Cementerio está administrado por el Sr. Levin y su esposa. Una pareja de refugiados de la Alemania hitlerista. El Sr. Levin vive de los muertos, los cuida, limpia sus lápidas y monumentos, coloca flores en las tumbas por encargo de los deudos ausentes o enfermos y vela por el cuidado de los jardines. El señor Levin no teme a los muertos; conoce de memoria los nombres inscritos en cada lápida y lleva un meticuloso registro de los entierros. El señor Levin es todo un señor panteonero. Hace algunos años, cierta noche de verano, cuando regresaba a golpe de la media noche, de un paseo por La Punta, al pasar frente al cementerio escuché los acordes de una música criolla; era el vals de Felipe Pinglo, “El Sepulturero”. ¿Quién puede tocar música bailable a las doce de la noche, en el Cementerio? ¿Es posible que los muertos también tengan una fiesta? Mi curiosidad pudo más que mi asombro y temor. Me acerqué hacia al portón divisando entonces a una docena de parejas que bailaban animadamente. El señor Levin había organizado un baile con motivo del cumpleaños de su hija y deduje entonces que la idea era loable porque de esa manera les daba un poco de alegría a los muertos, que viven en eterna monotonía. Z. L. Desde esa fecha, me gusta mucho nuestro Cementerio. Es un sitio de reposo lleno de sol, jardines y flores. Ahora se debe estar mejor porque ya no pasan los tranvías eléctricos que hacían tanto ruido y despertaban a los muertos con el 91 chirriar de sus ruedas de acero y es posible que ello haya influido para que últimamente se registren tantos entierros porque el hombre busca siempre un sitio tranquilo para descansar y nuestro Cementerio es un sitio privilegiado para descansar, para dormir y para soñar... Y recuerdo los versos del poèta cuando dicen: “Aquí duermen, aquí yacen, aquí reposan aquí los labios para siempre callan y con eterna y enlutada frase sólo' las piedras de las tumbas hablan”... El Cementerio de Bellavista fue fundado por judíos que llegaron de Alemania, Elsas, Lotringen y Francia, después de las olas revolucionarios del año 1848 y fue por el año de 1869 que se reunió un grupo de judíos religiosos que querían morir y ser enterrados como tales, quienes fundaron su propio Cementerio obteniendo previamente la respectiva autorización del democrático gobierno peruano de ese entonces, inaugurándose el 29 de marzo de 1875. El Ingeniero Meiggs, constructor del ferrocarril Central, el más alto del mundo, hombre de gran fortuna y desprendimiento, obsequió el terreno. Meiggs era un judío sin barba, sin Talit, sin Tfilim, que no pertenecía a ningún departamento religioso ni era miembro de ningún “Bikur Joilim” pero que tenía la enorme conciencia de ser judío, en una época donde peligraba hasta la vida cuando se hacía alardes de nuestro credo. Entonces organizaron una “Jevra Kadisha” sin Spac, sin Zaidman, sin Gabel, sin Lacs, sin cobrar fuertes sumas por el entierro. Los organizadores fueron J. Gershberg, Presidente; Badt, Vice Presidente; A. Godinsky, Secretario; y F. Levi, Tesorero. La comunidad tenía entonces cerca de cien miembros y ellos fueron los propulsores y fundadores de la “Sociedad de Beneficencia 1870” que ya no son de pura raza porque se mezclaron con muchos de la Galicia Austriaca y con los nietos de Yehuda Haleví... Cuando alguien escriba en serio sobre estos menesteres, tendrá que ir a buscar los archivos, si es que existen, para saber dónde estuvo la casa donde funcionaba esta institución y poner por lo menos una placa recordatoria. Lo que sí sabemos es que en el año 1923 la sede de la organización funcionaba en la morada de un señor F. de Castro. De todos esos judíos prominentes no queda sino una lista de nombres a la 92 entrada del Cementerio. Fueron ellos quienes se preocuparon porque nuestra colectividad tuviera hoy un lindo Cementerio pero estaban lejos de pensar que hoy día fuese tan caro ir a descansar allí porque los terrenos son muy caros, los pobres ya no pueden adquirirlos y los ricos se ven obligados a discutir el precio. Cuando ingresamos al Cementerio, lo primero que vemos es el monumento funerario del Ingeniero Zender, abuelo de nuestra querida Reina del Universo Gladys Zender. Se ve, por esa estatua, que era un hombre de porte distinguido y qué feliz debe estar en su tumba un abuelo sabiendo que su nieta es la más hermosa mujer del mundo. ¿Dónde están los hijos y los nietos de esos fundadores del Ishuv Peruano? Niemand (nadie) lo sabe y si los encontramos y los identificamos por el apellido, nos damos cuenta de que ya no son nuestros hermanos; somos solamente familiares lejanos de la misma sangre. Un descendiente de esos fundadores administraba el Cementerio hasta el año 1936. Era el señor Maykel, que trabajaba con su familia en la casa de préstamos “Alexander” ubicada en la esquina de Quilca y Serrano. En caso de una muerte, en la colectividad se recurría a ese señor, quien otorgaba gratis la papeleta y se limitaba a tomar el nombre del extinto, el sexo, tamaño y peso. Nadie tenía que acercarse al jirón Carhuaz y, con lágrimas en los ojos, firmar letras como si comprara un terreno a plazos. Nadie pronunciaba discursos fúnebres que provocan desmayos y síncopes al escucharlos, dada la gran cantidad de mentiras que se dicen. A medida que la colectividad ha aumentado, ha ido engrosando el número de muertos. Hoy se habla del antiguo y del nuevo Cementerio. El antiguo está totalmente lleno y el nuevo casi lleno. Este llamado nuevo Cementerio ha sido adquirido por la “Sociedad de Sociedades” cuando Max Heller era el Presidente de la “Unión Israelita”. Muchas lápidas del viejo y nuevo Cementerio tienen inscripciones en un hebreo lleno de errores ortográficos, lo que indica el poco o ningún control de la Kehilá sobre asunto tan delicado. Hay inscripciones en hebreo, en ydish, en alemán y en castellano, lo que nos demuestra que somos tres grupos distintos unidos por la muerte. Hace algunos años, cuando los Sefaraditas trajeron al Rabino Shalem, este Rabino se dio cuenta de que los muertos estaban enterrados al revés y ordenó que, en lo sucesivo, fueran enterrados a la manera que él sostenía era la adecuada; y en una semana murieron un hombre y una mujer y fueron enterrados según las indicaciones del Rabino 93 Salem, estallando por este motivo un conflicto internacional entre Nueva York, Jerusalén y Lima. Desde entonces los entierros se siguen realizando según la vieja costumbre. Bajo la presidencia del señor Aaron Lerner, se organizó una “Jevra Kadisha” ashkanasi, dirigida por Abraham Shslimper, gran especialista en entierros. Estaba integrada por Jaime Portnoi, Zelma Biterman, el viejo Lux y Shamaya. Bajo la presidencia de Max Heller se organizó el “Bikur Joilim” como Departamento de la “Unión Israelita”, quien además proyectó instaurar un monumento a la memoria de las víctimas de la persecución nazi, inaugurado en mayo de 1959, siendo Presidente de la “Unión” Michel Radzinsky. El primer Secretario del “Bikur Joilim” fue el finado Simón Balaban y formaba parte de dicho Comité el señor Flint. Bajo la presidencia de Samuel Portnoi se reorganizó el “Bikur Joilim” y la “Jevra Kadisha”; desde entonces el Cementerio se convirtió en el mejor negocio por las fabulosas utilidades que produce. Los terrenos del cementerio han subido tanto, que cuesta más un metro de terreno en el camposanto que en el jirón de La Unión. La actual “Jevra Kadisha” está en manos de José Zaidman, Jaime Zaidman, José Lacs, José Salomón, Moisés Goldenberg, Fridman, Moisés Spac y Marcos Gabel, que son de la primera categoría. Jaime Bitner, Abrahan Gabel y otros son de la segunda categoría. Israel Raisntein, quien fuera muchos años su Presidente, se fue hace poco a la vida eterna. La figura más central y el personaje gris es Jaime Zaidman, quien se encarga de determinar el monto de lo que deben pagar los deudos por el entierro de un familiar y cuando se necesita un “hombre fuerte” para exigir el pago, se recurre al señor Spac, quien se coloca en la primera línea de fuego. Hoy la “Unión Israelita” se ha convertido en un Departamento del “Bikur Joilim” pero Michel Radzisnky, actual Presidente de la “Unión Israelita, después de largas e inútiles negociaciones de paz con el “Bikur Joilim” al reclamar que sea respetada la autoridad de la “Unión Israelita” y al no llegar a un entendimiento, en la noche del 7 de julio de 1966 dio el golpe al estilo de Onganía en Buenos Aires, se proclamó el hombre fuerte y designó un nuevo Comité dirigido por Simón Blanc e integrado por Halfin, Benarer, Barac y Rozenzweig, dando órdenes al Administrador del Cementerio para que no se realizara ningún entierro sin autorización expresa de la “Unión Israelita”, entidad que es la única con jurisdicción y competencia para tales efectos, poniendo así punto final a una situación que resultaba in- 94 sostenible por el empecinamiento de un grupo de miembros que, pese a su esforzada y noble labor, habían confundido, en su ofuscación, el verdadero lugar que les compete como integrantes de un todo que trataron de disolver. Ante esta decidida actitud, los del Bikur Joilim, han dado marcha atrás y tratan de arreglar con Michel. Ojalá el agua no llegue al río. 95 NUESTRA SEGUNDA Y TERCERA GENERACION —Viejos a la tumba dijo una vez un dirigente del Hanoar, parodiando al preclaro Manuel González Prada. —Ya es tiempo de que los viejos se vayan —dijo un eminente miembro del Kineret—. —Lo viejos no saben nada —sentenció un yerno que vive a costillas del suegro, quien le regaló un edificio de renta y cuya joven esposa siempre está en cinta. Pero ellos— los jóvenes— no saben que cuando los viejos se vayan a la tumbra será cuando los jóvenes sean a su vez considerados viejos por las generaciones que les siguen. Ellos, los jóvenes de hoy, tendrán que ocupar los puestos dejados por nosotros en la Kehila, en la Jevra Kadisha. Será probablemente Efraín Goldenberg quien ocupe el cargo de Presidente Hermán Amshel se convertirá en el Gabay de la Jevra Kadisha. David Kuperstok será el futuro Gabay de la Sinagoga del Shil de Iquique. Natan Sterental será el futuro cajero de la “Unión Israelita”. Rubén Purdominsky viajará a los Estados Unidos para la contratación del Jazan que atienda lo rezos de Rosh Hashana y Yom Kipur. Moni Burshtein desempeñará seguramente el cargo de Presidente del Magbit. Será Iaac Sterental el futuro Dr. Honoris Causa de la Centenaria Universidad peruana. Alex Sterental será el creador de una caja para otorgar a los pobres préstamos sin intereses. Rubén Pordominsky no lucirá más sus bigotitos que embrujan a las quinceañeras. Moni Burshtein ya no contará más sus hazañas en los hoteles de New York y Tokio. Zelman Fishman será entonces el mandamás de malvas. Hermán Gabel lucirá una enorme barriga. Mi nieto Jaime Wolfenzon escribirá la serie “En Serio y en Broma”. Moisés Wolfenzon, mi yerno, construirá el nuevo y moderno Asilo de Ancianos porque el actual hogar que se está edificando gracias a Moisés Sterental ya estará lleno; y en primer lugar meterá a sus suegros. 96 Aibe Radzinsky será el Gerente de “Fifty-Fifty” y quien firme los cheques con más control que su padre. No construirá una Sinagoga en la Avenida Brasil sino más allá de la “Hebraica”, donde siempre hay sol. Para esta segunda y tercera generación, Miami será el mejor balneario de Lima y un coro integrado por modelos del “Canal 5” cantará en la Sinagoga en los días festivos. El hijo de León Batiewsky será el Rabino de la Sinagoga Adat Israel y un nieto de Jaime Mandel fabricará “Jaroses” para el Seder de Pesaj. Guillermo Goldfarb ocupará lugar destacado en la Kehila. Zuni Radzinsky será el orador oficial de la Organización Sionista y Moisés Gabel se convertirá en el Presidente del Departamento Religioso. Hershcovich actuará entre la vieja y la nueva ola. Jóvenes amigos: Den gracias a Dios de que vuestros padres puedan todavía ocupar estos puestos y ustedes estén todavía libres de responsabilidad institucional dentro de la colectividad y puedan muy tranquilamente bailar el twist, el dengue y la cumbia. Samuel Bajtner puede ser ahora un bailarín pero algún día tendrá que dejarse una barbita de chivo al estilo de su padre y Benzion Gabel tendrá que heredar el puesto en la Sinagoga de Iquique y así adueñarse de las sardinas, arenques y pisco de pura uva que se les ofrece a los que van a rezar. Bendita esa nuestra segunda y tercera generación que han nacido aquí, en el Perú, en este país maravilloso donde no hace ni mucho calor ni mucho frío. Perteneceis a una generación que no ha pasado dos guerras ni revoluciones y que nunca ha tenido que luchar por la supervivencia ni por un pedazo de pan. Sois felices de haber nacido en un país libre y democrático, sin prejuicios raciales, sin números “clausus” en los colegios y universidades. Aquí, en este maravilloso país y en esta ciudad de palacios y jardines donde hay de todo. Vuestros padres, casi no conocían el sabor de las naranjas ni de las uvas; vuestros padres caminaban con zapatos remendados y se hundían en lodo y en el fango de los caminos mientras vosotros caminais por calles asfaltadas, en lujosos limusinas; nosotros no teníamos amas ni sirvientas. A nosotros no nos echaron talco “Johnson” ni sabíamos lo que era un jabón “Lux”. Vuestras madres luchaban para conseguir un poco de harina a fin de hacer pan el viernes para toda la semana. Nosotros no comíamos pan francés cada mañana. Nuestros colegios fueron las viejas Sinagogas: el “Jeder”, donde un Rabino barbudo nos ense 97 ñaba todo lo que no se puede. Nos prohibían comer jamón, conchas y camarones; lo que ustedes devoran con tanto apetito. Nos enseñaban a ayunar cinco o seis veces al año y nos prohibían, durante esos ayunos, lavarnos la boca y tomar un poco de agua. Ustedes están libres de todo eso. Desde los quince años ya manejan carro, ya acuden a las “boites” y “night Clubs” e invitan a señoritas al cine. Todo esto no lo conocíamos nosotros. Nosotros fuimos esclavos de las páginas amarillentas de la Biblia y del Talmud. Yo no puedo opinar sobre la juventud judía latinoamericana pero si puedo afirmar que la juventud judía peruana no forma parte de lo que se ha dado en llamar “La generación perdida” porque ustedes, con sus defectos, virtudes y privilegios, son hombres de trabajo, independientes, quizás un poco despreocupados pero que sienten, como sus antepasados, el milenario llamado de nuestro pueblo. Yo estoy sorprendido de los logros alcanzados por Uds. en el campo de las actividades liberales, profesionales, comerciales, industriales y culturales, en las cuales han sabido y podido desarrollarse granjeándose la estimación de gentiles y judíos. Son ustedes una juventud de la cual los viejos pueden estar tranquilos. Nuestros desvelos, nuestras luchas, nuestros afanes están ampliamente compensados. Son testigos de vuestra grandeza, las alfombras de pared a pared que tapizan vuestras oficinas, vuestros despachos electrónicos y vuestras secretarias, cada una de las cuales vale un Perú y dicen claramente de vuestra pujanza y de vuestro promisor futuro. 98 Segunda Parte EN SERIO Y EN BROMA Crónicas Retrospectivas 99 ASI ES NUESTRA COMUNIDAD Amigo lector: ESTA vez escribo mi artículo exclusivamente para el lector del exterior. Quiero darle a conocer la real situación de nuestro ishuv en el Perú. Para que sepa de nuestra vida, de nuestras instituciones, nuestras luchas intestinas, y para que conozca a nuestra juventud, a nuestros viejos, etc. 100 Lo primero que les interesa a nuestros lectores en el extranjero es: ¿cuántos judíos hay en el Perú? Es una pregunta muy difícil de contestar. Hasta hoy en día no se ha hecho un censo como es debido. No lo hemos hecho hasta ahora porque tenemos miedo sobre todo algunos de nosotros especialmente las damas que tendrán que declarar la 101 edad.. . Hay, además, otro motivo: según los Mandel, son auténticos judíos sólo los que rezan en "Adat Israel” (que son, en total, 24 almas). Según los Helfgott, los auténticos hebreos son sólo los progresistas (que son en total 8). Según los sionistas, los verdaderos judíos son los que figuran en las listas de la Magbit, que eran 700 y son actualmente 600. Según Yoeno Cuikerman son sólo los que pertenecen al Bund, y no hay más que unito. Según el Rabino Golstein, los auténticos judíos son sólo los que provienen de Frankfurt Am Main. Porque los que provienen de países de la Europa Oriental llevan una mezcla de eslavos, rumanos y kurarím. Y no hay más que 200. Según Isaac Varón, los que hablan el yidish, no son judíos. Los verdaderos judíos son los que llegaron del Medio Oriente y de España. Y hay también, en total, unos 200. Así que tenemos acá, más o menos: 24 más 8 plus más 200 y más 200 y más 1. Total: 1,032 familias. Contando cada familia de a cuatro almas, son 4,128 almas. Hay que descontar de esta suma a 4 solteros como Liowa Kleirner- man, Moishe Nimand, Oscar Purim, Jacobo Akerman. Y ya que contamos 4 almas para cada familia, estos 4 solteros nos restan 12 almas. Es decir, que en total de los totales hay 4,116 almas. La primera institución hebrea en el Perú es la "Unión Islarelita”. Se llama "Unión” porque su fin es el de unir a todos con fines de beneficencia, vida social y cultural, vida religiosa y la educación de la infancia. Pero resulta que de esta unión vino la desunión. Los socios que hablan el inglés, y en cada conversación repiten "O: K.", los que tienen carros del 65 y sus mujeres andan uniformadas con estolas tienen su propio Club, que se llama "Sharón”. Los que van en colectivo y que toman borsch, tienen su propio Club, que pertenecía a Jorge Tendler. Todos los que tienen cerrados sus negocios los sábados, medio día. tienen su propia sinagoga que se llama "Adat Israel”. Los que comen carne kasher de Abish pertenecen a la "Kneset Israel”. Los vivos que se ocupan de los muertos, pertenecen a la kehilá “Bikur Joilim”. La colectividad se divide, además entre besarabianos de Novoselitz y polacos de Tishevitz. Los tishevitzianos se sienten orgullosos del Rabino Brener y los novoselitzianos, del hermano de Mótale Akerman, que es un alto empleado de Contribuciones en Israel. Los polacos se hicieron famosos en el Perú por Moishe Nimand y los besarabianos, por Shobsale Teper. 102 La juventud también se halla dividida entre los que ya están casados y viven aburridos y los que esperan casarse y viven soñando con chalets, edificios y cadillacs. Hay profesionales, como médicos, ingenieros, dentistas, químicos y otros que son altos empleados en los negocios de los suegros. La vida social de la juventud es muy notable en el campo del bridge, poker y kunkán. Sus lecturas preferidas son las novelas policiales. Su autor preferido es Nabokow. Sus películas preferidas son las de cowboy y de suspenso. En lo que toca a la mujer, hay dos clases: una que son las que poseen estola y que están en la Wizo, y las que no tienen estolas y pertenecen a las Pioneer Women. Cuando las de la Wizo ofrecen un té-bridge, las de Women Pioneer ofrecen un café-bridge. La vida religiosa se nota únicamente el día de Yom Kipur. El idioma oficial es el castellano en sus diversos dialectos. El idish se habla solamente cuando uno está enfermo. Entonces grita en idish que le duele el estómago. La situación económica es más o menos así: 20% de los comerciantes paga sus letras al día. El 60% también paga, pero con renovaciones. El 5% no paga letras, porque nadie le fía. El otro 5% no paga letras porque es mantenido por la “Unión Israelita”, por el Bikur Joilim y otras beneficencias de acá y de más allá. Sólo el 10% no necesita crédito para nada. Tenemos en Lima un pequeño núcleo de escritores, poetas, filósofos, traductores, periodistas, humanistas, Ellos solos escriben, solos publican y solos leen su "producción” literaria. Nadie más los lee. El periodista más talentoso de la colectividad, cuyo artículo es como un cohete lanzado al espacio, es José Feldman. Nació en Besarabia. Desde niño tuvo costumbre de escribir con tiza sobre las paredes, sobre los muebles y el piso. A los 15 años ya escribía fogosas cartas de amor a casi todas las chicas de su pueblo natal. A los 20 ya escribía tratados políticos y filosóficos. Ahora escribe sobre Historia y crítica literaria. Critica sus propios artículos del pasado, Uno de los mejores traductores del Perú contemporáneo es el talentoso Boris Dunayevich. Nació en Besarabia de una familia de agricultores. Pasó su infancia, su 103 niñez y su juventud en los campos, en los bosques y en aldeas. Hasta hoy tiene aspecto de hacendado venido a la capital. Es un hombre de muchos conocimientos. Conoce el arte de manejar un carro a la perfección. Conoce el arte culinario a la perfección. Conoce a los clásicos rusos a la perfección. Conoce muchos idiomas a la perfección. Y traduce del idish al castellano también a la perfección casi. Lo único que no sabe a la perfección es tomar whisky y jugar derdl. Cuando toma whisky le sube la presión y cuando juega un derdl, siempre pierde. Un periodista de fama internacional es otro Feldman: Roberto. Es de fama internacional porque su periódico circula en todo el mundo y nunca jamás se acuerdan de enviarle un chequecito en pago por la suscripción. Dirige su periódico 30 años. El, su escritorio y su máquina de escribir parecen ser del siglo pasado. El humorista más famoso de Lima es el bicho que escribe estas líneas. Es famoso, porque muchas veces sus lectores intentaron romperle la dentadura postiza por medio de golpes; casi le rompen los anteojos y casi lo dejan cojo e inválido. Tenemos también un poeta clásico, que también se llama Feldman. Ya editó un par de libros en idish y en castellano. Vive en Arequipa, muy cerca del Misti. Desde que el Misti se apagó, también se apagaron sus musas. Pero, es curioso: desde que dejó de producir poesías, escribe letras y cheques gordos que tienen más fondos que sus poesías. Tenemos además una escritora famosa que a los 20 años editó 2 tomos de novelas. Se llama Katia Saks. Es hija de padre judío polaco. Tiene dos ojos tan hondos como lo es el río Vístula. Y un espíritu tan elevado como el cerro de San Cristóbal. Escribe novelas tan interesantes. que ella y el lector arden de amor. Una poetisa de auténtica fama es Sarina Helfgot. Hija de padres besarabianos, que ha nacido en el Perú. Ha captado el estilo peruano con tanta hondura como son las plegarias del Rabi Levv Itzjaz de Bardichew. También tenemos muy buenos recitadores, magníficos dibujantes, pintores, artistas. Y que sepa todo el mundo, que acá, en el Perú, el judío peruano vive no sólo de pan... 104 Tenemos también sionistas que no quieren ir a Sión. Socialistas que viven del trabajo ajeno. Sastres que cortan todos los trajes a la misma medida. Zapateros que compran zapatos y los venden. Contadores que hacen los balances a todo el mundo, menos el suyo propio. Agricultores especialistas en nabos y cebollas. Y nada menos que 3 rabinos: dos de barba y uno sin barba. Y así vive una colectividad, Arraigada en el país. Asimilándose al ambiente. De Tishevitz y Novoselitz Constantinopol, Berlín y París. Han creado su hogar plenamente. 105 DE AYER A HOY Amigo lector: —ALGO falta en esta vida, —me dijo el otro día mi amigo Oscar Pesaj, en una conversación íntima, un día lunes, cuando muy poca gente acude al Club y los mozos disponen de bastante tiempo libre para jugar su kunkán. —“Lo que — falta dijo— es un poco de alegría y un poco de felicidad en la vida. La gente dé hoy nunca está feliz Nunca está alegre de verdad. Allá, en los pueblos de la Besarabia o de Polonia, de donde venimos todos nosotros, aun dentro de la más grande pobreza había a veces momentos de honda felicidad y alegría sin límites. Un día de fiesta religiosa era un acontecimiento feliz. Todo el mundo esperaba ansiosamente la llegada de ese día de fiesta. Y cuando uno se ponía traje nuevo, todo el mundo lo notaba y le felicitaba por ello. Hoy en día, nuestras fiestas son muy aburridas. Hoy en día uno estrena ternos nuevos y nadie lo nota. Nadie le felicita con el tradicional "Tisjadesh”. Nadie le pide "el remojo”, Allá, cuando un hombre pobre traía a la casa una gallina en vísperas del sábado, era todo un acontecimiento familiar, y los vecinos lo notaban envidiosos. La mujer alardeaba entonces ante sus vecinas que el caldo de gallina fue riquísimo. Hoy se come gallina, pollo, pato, pavo, y sin mayor apetito. Y nada — concluyó Pesaj melancólico. Y en verdad que los tiempos pasados fueron mejores que los actuales. Cada pieza de mueble que se adquiría, a veces, constituía motivo de orgullo. Cuando un mueble se deterioraba, se llamaba al carpintero para que hiciera la compostura. Se pintaba luego para que pareciera nuevo. Cada mueble pasaba como herencia de padres a hijos y constituía reliquia familiar. Hoy en día, cuando un mueble es considerado pasado de moda, lo botan o lo venden por centavos. Antes un candelabro de cobre pasaba de generación en generación. La hija se afanaba en bendecir llas velas sabáticas en el candelabro que le dejó mamá. Hoy el que tiene un candelabro de cobre, lo ven- 106 de al depósito de fierro viejo, o lo mete al depósito donde quedan arrumadas las cosas inservibles. Antiguamente las paredes de la vivienda de uno eran adornadas con fotografías familiares en ampliación. Cuando llegaba una visita, le enseñaban la galería de fotos: “Este es mi papá; esta mi mamá; y este fue mi abuelo”. Hoy no se exhiben fotos familiares en las vitrinas. Las guardan en los álbumes. Lo que se ve en las paredes son cuadros futuristas, un perro en el bosque o un gato con el ratón en el hocico. Esos son los cuadros que adornan actualmente nuestros hogares. Antes, cuando había fiesta familiar, desde semanas antes toda la familia trabajaba sin descanso en los preparativos. Se preparaban tortas, se pedía prestado a los vecinos mesas, sillas, cubiertos. Se trabajaba en el arreglo de la casa, etc. Luego, después de la fiesta se trabajaba en poner la casa en orden, en devolver las cosas prestadas. En general, se sentía que la fiesta se avecinaba y ya se gozaba de antemano. Hoy no ha quedado nada de todo esto. Cuando uno está a punto de celebrar un acontecimiento familiar, se va a ver a Samuel Brunstein o se acerca al Crillón o al Country Club y en un rato arregla todo. Y no hay trabajo de ninguna clase. Antes, los invitados todos eran los huéspedes de honor en cada fiesta. Los que invitaban, no se sentaban a la mesa sino que se hallaban en perpetuo movimiento atendiendo a los demás y prodigándose en atenciones. No comían sino después que todos los invitados se iban. Hoy, los oferentes son los invitados deshonor, que se hacen servir y atender. El invitado tiene que buscar algún asiento libre y nadie se molesta en indicarlo ni en atenderlo. Nadie se preocupa por el invitado durante la fiesta. A la hora de servir la comida los oferentes son los primeros en ser atendidos, y a los invitados, que se los lleve el diablo... Antes padres e hijos vivían juntos. Cuando los hijos se casaban, vivían los primeros años con los padres. Y cuando los padres envejecían, vivían con sus hijos. Ahora padres e hijos casados no se ven casi, como si fueran extraños. Se ve a una madre viuda, vieja y enferma vivir aparte. Ni los hijos, ni los nietos están a su lado. Como si nada. Conozco por dentro casas enormes, pero frías y tristes. Casas que parecen cementerios de lujo. Nunca se oye allí una risa. Los hijos llegan pasada la media noche, de 107 “Hebraica”. El Padre sigue aún en el Club. La madre no ha vuelto aún del tébridge. Los que realmente aprovechan la casa son los sirvientes, que están muellemente acomodados en los sillones mirando televisión a gusto. Antes, cuando moría el padre o la madre, por más que los hijos se ponían a veces ropa de luto, conservaban el luto, lo conservaban en el corazón durante largo tiempo. Hoy, apenas pasaron unas semanas, los hijos vestidos de luto riguroso, van al cine y asisten a fiestas.. . ¡Cómo han cambiado los tiempos! Antes cuando uno era un analfabeto, no se atrevía a meterse en cosas de instituciones de la comunidad, ni se le ocurría pretender ser director. El zapatero se dedicaba únicamente a sus zapatos. Hoy es distinto. Un analfabeto que apenas aprendió a firmar su nombre y apellido con palitos y puntitos, se mete a director... Conozco en Lima a un hombre que habla el yidish con acento alemán; el hebrero con acento de yidish; el castellano con acento prusiano y el alemán con acento yidish galiziano. . . y es todo un director de los Dovré Ivrit. ¿Cómo poyle? ¡Por Dios! Antes cuando los jóvenes iban hacer su “Hajshará” en un campamento, trabajaban hasta extenuarse; comían panes y tomaban agua del pozo cercano. Todo el tiempo lo dedicaban al trabajo físico y a instruirse. Hoy los que van a la “Hajshará" llevan consigo transportes de conservas y pasteles; toman whisky con Canadá-Dry y en vez de trabajar efectúan paseos por los alrededores y se entretienen en hacer fogatas para bailar a su derredor y cantar. Por fin, hasta yo mismo he cambiado, dicen. Antes le decía a la gente la verdad monda y lironda en mis artículos. Hoy tengo que hacer alabanzas para quedar bien con la gente. Para no disgustarle a la gente. Para que no me corten mi crédito en el Banco del Progreso y para que la Cooperativa no restrinja mi magro crédito que tengo allí. . . 108 A DONDE VAN LOS PADRES Y NO LOS HIJOS Amigo lector: HACE' pocos días Roberto Feldman ha dictado una conferencia para la juventud sobre el tema "¿Hacia dónde va nuestra juventud?”. Yo creo que Feldman ha equivocado el tema. Deberá decir, más bien, ¿ADONDE TIENE QUE IR NUESTRA JUVENTUD? Porque hacia dónde o adonde va nuestra juventud lo sabe todo el mundo de acanga. La juventud va al cine cuando dan películas no aptas para señoritas. Va al Embassy cuando baila la Tongolele o cualquier otra ombliguista. Va a las reuniones de los movimientos juveniles cuando hay baile. Va a las moshavot, donde se baila la Ora al aire libre. Va a las peluquerías a hacerse arreglar el bigote. Va a fiestas y "santos”, donde se puede jugar un Jin o un Kunkán, etc.; etc. Así que todo el mundo sabe adónde va nuestra juventud, ahora y siempre. Pero, antes de entrar en el tema, a mí me interesa definir eso de quiénes son jóvenes y forman parte de nuestra juventud. Por ejemplo: los alumnos del "León Pinelo” sí que son jóvenes y pertenecen a la juventud. Los del Betar, también. Los del "Hanoar", idem. También lo son los universitarios. Pero, también hay jóvenes que no pertenecen a ninguna de esas instituciones para la juventud. Esos no van a ninguna de esas instituciones. Más bien se les puede ver en la plaza del mercado comprando alcachofas o en la Maternidad, a visitar a sus esposas o van al Chifa a comer Wantán. Pero, esos últimos ya tienen que pagar letras de último día. . . Yo diría que son jóvenes aquellos que leen chistes, penecas y cuentos policiales. Entre esos últimos hay médicos de bigote, ingenieros que venden cualquier cosa a plazos, arquitectos que no construyen ni castillos en el 109 aire, dentistas que no le hacen ver las estrellas a nadie, farmacéuticos que no envenenan a nadie. Hasta radiólogos. Si yo fuera el poeta Miguel de Arequipa, por ejemplo, compondría un himno a la juventud. A nuestra juventud, cuando acierta una dupleta dominguera. Un himno que contenga todo el orgullo que siente el joven al manejar el auto modelo, propiedad del papi. Un himno que exprese la alegría y el orgullo que alienta una niña que luce por primera vez en su corta vida un vestido “Globo”. Hay una sola sombra en la vida de nuestra juventud: los padres, que son gente vieja, gente del siglo pasado, gente atrasada, incapaz de entenderla. Gente tan atrasada, que no sabe bailar tango, no sabe quiénes son actualmente los diez principales galanes del cine francés. Gente que no sabe más que trabajar y negociar. A la hora del descanso, algunos leen obras de escritores tan anticuados como Voltaire, Spencer, Herzl, Bialik, Mendele, Peretz, Sholem Aleijem, etc. Obras que les hacen dormitar a los jóvenes. Ninguno de los viejos ha leído todavía obras de la magnitud de "Bonjour, Tristesse”, donde se refleja la verdadera juventud actual. Tan ignorantes son los padres, que nunca han leído “Para Tí”. Y las madres que no saben lucir bien un vestido estilo “costal" ni cómo ponerse una faja “Peter Pan”, ni cómo lucir un peinado Elisabeth Arden.. . ¿Hasta dónde va nuestra juventud? Amigo Feldman: déjala que siga yendo adonde le da la real gana. Llegará el día que la sombra de los padres desaparezca. Entonces, esos jóvenes de hoy se convertirán, a su vez, en los viejos de mañana. Entonces, sus hijos irán a pasear a la Lima. El hijo de Pepe Ludmir soñará con Marte, y el mismo Pepe Ludmir con el bigotito de hoy les parecerá mañana un tipo disfrazado para un baile de Carnaval. ¿Hacia dónde va nuestra juventud? Pregúntenselo al Dr. Israel Malay, a Pepe Cucher, a Sammy Treistman, a la hermosa Clara Bakal, a las bellas Susanas (Malay y Zwilich), al Dr. Moisés Rub, al Ing. Lampl, a Marcos Schneider, etc. Ellos se lo dirán en confianza. Que vaya. Que goce. Ella tiene escuelas, universidades. Ella —esa juventud— es más culta que nosotros. Es más culta a tal punto que se conoce de memoria todas las canciones de Libertad Lamarque, de Sarita Montiel, etc. ¿Qué sabe usted, amigo Feldman, de los problemas de la juventud? Para saberlo hay que conocer, por lo me- 110 nos, los nombres de los cracks de la “U" o del Alianza. Hay que conocer la biografía de Lolo. Hay que saber quién de los jockeys es capaz de ganar por media cabeza. Hay que ser tan científico como para poder confeccionar una “Polla” multiplicada por 32. Hay que conocer el menú de Rosita Ríos. Hay que saber comer choros y patitas de chancho, que es la comida preferida de la juventud o, por lo menos, hay que saber tomar whisky con soda o sin soda, con hielo o sin hielo. Por lo menos eso. Si, usted, amigo Feldman, no conoce todas estas cosas, mejor déjese de los problemas de la juventud, y en su próxima charla dedíquese al tema “¿Hacia dónde van los padres?”... Y si quiere usted de todos modos insistir en el problema de la juventud le aconsejo no faltar al baile de fin de año. Allá podrá observar a nuestra juventud cómo se entusiasma con la criollísima Edith Barr y cómo va devorar con la vista encendida a la escultural Ana María y cómo bailará bajo el ritmo de los pollos a lo espiedo, preparados frente a usted mismo.. . Después podrá Ud. volver a hablarle a nuestra juventud con más experiencia y con más conocimiento de causa. En el Juicio Literario que organiza el "Hazamir" podrá Ud. desempeñar mejor su papel de defensor de la juventud. Si es que para entonces todavía quiere defenderla. Y para terminar, debe decir a nuestra juventud que yo también he sido joven, alguna vez. Verdad, joven que nunca visitó ni el Embassy, ni el Grill Bolívar; joven que nunca bailó rumba, ni rock and roll; joven que no conoció a B. B. ni a Sarita Montiel; joven que jamás tomó whisky con Canadá Dry ni sin Canadá Dry. Pero, eso sí: yo era joven que estaba enamorado de la belleza de la vida; joven que se emocionaba con la luz de la luna llena; joven que después de un día de trabajo o de estudio, me paseaba también con una chica de ojos negros. Nuestros paseos fueron por las praderas verdes colindantes con el pequeño pueblo y bajo la luz de la luna comentábamos las novelas de Gorki, de Tolstoi, Dostoyevsky, de Artur Schnitzler, de Pitigrilli o la última novela de Segalovich. Y cuando nos despedíamos, le daba un beso en la mano, con todo respeto, pero lleno de amor puro. Ambos soñábamos con una vida nueva y un mundo mejor... Nosotros sí sabíamos hacia dónde íbamos y adónde había que ir. 111 EL VACIO QUE DEJAN LOS HIJOS CUANDO Salomón Goldman regresó a su casa del Country Club, a las 4 de la madrugada, de la boda de su última hija, le aquejaba un fuerte dolor de cabeza. Estaba cansado y malhumorado. Es que había tomado tanto whisky y tuvo que atender a tanta gente. Todavía resonaba en sus oídos la tremenda bulla de las dos orquestas, que se turnaron en el banquete de bodas. Y el eco de las conversaciones con sus numerosos invitados a quienes había que prodigar atenciones de todo orden, lo dejaron exhausto. Salomón entró a su dormitorio con paso vacilante y sin quitarse la dentadura postiza se metió a la cama. Se fastidió cuando su mujer se le acercó y le pidió que le ayudara a desabrochar su collar. Lo hizo de mala gana y no atinó a desabrocharle nada. Se sintió peor. Y por más que estuvo rendido de cansancio, no pudo conciliar el sueño. Por fin se casó su última hija. Y él se quedó con su mujer en esa enorme casa de 5 dormitorios, de los cuales 4 quedaban ya cerrados, un comedor para 12 personas. —¿para qué y para quién?— Para él y su mujer que hace tiempo está casi siempre enferma. Ella sufre de alta presión, y él, a su vez, de baja. Salomón sintió que de repente se había operado un cambio en su vida. Había perdido todas sus ilusiones. Ya nada le interesaba. Más bien buscaría un descanso completo. La casa vacía le inspiraba fastidio. Siente que le falta algo y no sabe qué. Se levanta de la cama, se acerca a las ventanas y abre las persianas para que penetre un poco de luz. Su mujer tampoco puede dormir. Entabla conversación con su mujer. Hacía años que Salomón no hablaba con su mujer en forma tan íntima, porque prácticamente no tenía cuándo. Llegaba a casa siempre cuando su mujer ya dormía y se levantaba temprano, antes que ella. A la hora del almuerzo y la comida tampoco podía hablar con ella, porque se enfrascaba siempre en la lectura de los diarios 112 y ella atendía a los niños. No hablaba con ella, porque a su mujer no le interesaban los negocios y ¿de qué iba a conversar entonces? ¿De política? ¿De literatura? Apenas cambiaban, de vez en cuando impresiones sobre las cosas de los chicos. Pero esa noche de insomnio se alegraba en su interior de que su mujer tampoco podía conciliar el sueño. Por primera vez en muchos años se puso a hablar con ella largo y tendido. Tan entretenida estuvo la conversación, que se sorprendió cuando el lechero tocó la puerta y la muchacha salió a recoger la leche. En la larga conversación con la mujer, hablaron de todo. Como sí hicieran el balance de toda una vida en común. Hablaron de la hija mayor, casada con un ingeniero. Pero que algo les faltaba para sentirse felices. Cuando la hija mayor se casó, Salomón no estaba todavía en buena situación económica. Con todo hizo un gran esfuerzo y le compró al yerno un chalecito para vivir y un carro. Pero la cosa no marchaba del todo bien. Y tuvo que seguir ayudando a la pareja. Le parece a Salomón que su hija no está feliz. Es que su marido la deja continuamente para irse con sus amigos y corren rumores que gasta todo lo que gana en una querida que tiene por allí. Ahora, su hijo, también casado ya, tampoco es feliz. Su mujer es una gran gastadora y juega. Deja a sus hijos al cuidado de las sirvientas y se va con sus amigas a jugar. Cuantas veces pasaron a visitarles, no la hallaban en su casa. Y cuando la suegra —la mujer de Salomón— se enfermó seriamente, la nuera no la visitó una sola vez. Ahora se casó su última hija. A ella sí la quieren mucho. Es una hija buena y muy cariñosa. Se casó a los 18 cumplidos con uno de 35, que también es ingeniero. La verdad es, que el pretendiente no le gustaba a Salomón, al principio. Un joven que se recibió hace 10 años y que no ejercía su profesión. Vivía a costas de su padre que no es un hombre pudiente. Vivía a la espera de un ventajoso partido, según parece. Este nuevo yerno le cuesta a Salomón un ojo de la cara. Tuvo que vender un terreno grande que tenía por allí hace años, para poder afrontar todos los gastos. Tuvo que darle como dote un edificio para que tenga una renta permanente. Tuvo que pagarle al nuevo matrimonio el lujoso viaje de luna de miel por Europa, Israel y países de la América. Para eso tuvo 113 que pedir un suculento préstamo y los pasajes los pidió a crédito. . . Los negocios de Salomón no marchaban muy bien que digamos. Últimamente han bajado mucho las ventas en su oficina de mayorista. Los bancos se resistían a descontarle sus letras como antes y muchos clientes de provincias se dejaban protestar las letras. Por las persianas penetraba la luz de la aurora. Su mujer con rostro pálido y arrugado, dormía profundamente. Sobre el respaldo de la silla se veía la camisa con la pechera almidonada y se oía el monótono tic-tac del reloj de pared. Las 6 de la mañana. Y no podía conciliar el sueño todavía. Paseaba su vista cansada sobre los cuadros que colgaban de las paredes del dormitorio. Divisó la ampliación de la foto de su padre, un hombre corpulento y de respetable barba. Su padre tuvo en esa época, cuando le tomaron la foto, la edad que Salomón tiene ahora. Vivía en un pequeño pueblo de la Besarabia. Toda su vida era pobre, pero llevaba una vida tranquila y sin sobresaltos. Era feliz. Su casa se componía de dos piezas apenas y una cocina. La casa bullía de alegría. Todavía recuerda la noches sabáticas y los días de fiesta. Los padres de Salomón vivieron un eterno idilio, jamás empañado. El mantel blanco sobre la mesa significaba fiesta. Una gallina para la cena sabática constituía un lujo. Y ahora —pensaba Salomón— acá, en América, la vida es tan fría y sin halagos. El frigidaire está siempre lleno de comida, pero él y su mujer están prohibidos de probarlos. Sus hijos andan cada uno por su lado. El su mujer están prácticamente abandonados. En el jardín se oía el triste ladrar de un perro. También la voz del canillita que voceaba los diarios de la mañana. Pasó un camión pesado y remeció la casa. Salomón se levantó malhumorado de la cama. El dormitorio de su última hija estaba vacío. Sólo algunos de sus vestidos se hallaban desparramados por el suelo y las sillas. Miró de lejos la foto de su hija en uniforme del colegio de primaria. Se le veía alegre y con los ojos rientes. Salomón no atinaba en qué ocuparse tan temprano. Se metió a su carro a rondar sin rumbo por las calles de la ciudad. Observó cómo Lima despierta y se inicia el movimiento de gentes y carros. Así llegó hasta el Parque Salazar de Miraflores. Se apeó del carro y se fue hasta la orilla del mar. Se paró. Miró a la lejanía. Una lágrima rodó de sus ojos y cayó al mar. 114 UNA MUJER A LA MODERNA Amable lector: HARTO trabajo y bastantes esfuerzos le costó a la Sra. Lola Blizlomp convertirse en dama de sociedad. Primero tuvo que hacerse teñir el pelo para convertirse en rubia, porque desde niña tenía el cabello de un color indefinido. Además, ya se le notaban varias lagunas, que le ocasionó la caída de cabello, desde que se enfermó de tifus, antes de venir a las Américas. Luego tuvo que estudiar los detalles de la última moda en el vestir. Sudó bastante para escoger definitivamente los modelos para vestir que hay que ponerse para el lunch, para salir por las mañanas, para un baile, para un "santo”, para un Bai' Mitzwa, para cuando la fiesta es en el Country Club; para el schil de Malvas y para la sinagoga de Iquique, etc. Luego se puso a aprender a pintarse la boca; con un lápiz de labios y en un tono apropiado para que le parezca más chica y no tan ancha como la tiene desde que nació. Lo más trabajoso para ella fue el escoger un color adecuado para las uñas, porque hay tantos colores: “Aurora”, "Sarape”, "Rumba”, "Rojo Fuego”, "Bikini”, "Burgundy”, "Rosa Viejo”, "„Susurro” y "Natural”. Y vaya uno a acertar qué color le conviene más, para que haga juego con el color de los labios, con el cinturón del vestido, con el color del taco "Aguja” de los zapatos. Sabiendo ya todo eso, tuvo que aprender a fumar. Una dama moderna tiene que saber fumar. Y tiene que fumar un Lucky Strike, sin disgustarse con el humo. Más de una vez casi se asfixia con el humo y luego sentía nauseas. Pero, aguantó todo y se salió con la suya. Cuantas veces tuvo su marido que abandonar, por las noches, la muelle cama de dos plazas y pasar la noche en un incómodo y duro sofá de la sala, para rehuir el espeso y asfixiante olor a cigarrillo. Luego tuvo que aprender a jugar Kunkán, bridge, bingo, canasta, que son los juegos preferidos de una dama a la moderna. 115 Tampoco le fue fácil acostumbrarse a usar una faja apropiada para poder estar sentada o recostada cómodamente en presencia de invitados. Tuvo que soportar una larga temporada de fastidiosos ensayos y de pruebas, hasta que se acostumbró, por fin. También tuvo que aprender a usar pantalón "Pescador” o "bluegin”. Y saber en qué época del año hay que usar short. Luego tuvo que familiarizarse con las joyas. Se pasaba horas y horas ante el espejo, probando distintas joyas, para elegir el color, el tamaño y el estilo de cada joya, que le conviniera para cada vestido. Luego escogió unos aretes en forma de becerro de oro, que había que ponerse para cuando usa sombrero estilo templo de Buda. En cuestión de sostenes aprendió tanto, que en la vida nadie diría que usa uno acolchonado. Hasta aprendió cómo sonreírse en sociedad, poniendo la boca en forma de jarrón. También, cómo hay que sonreír a un joven. A éste, en forma tal que la boca se parezca a una "y" griega, escrita por un niño de transición. A un viejo, en forma de torta de chocolate de un piso; y a un acreedor de su marido, en forma de un pastel de membrillo de la casa Tubino. Aprendió a usar medias nylon sin raya. Aprendió a ponerse un vestido de noche, para que la espalda se parezca a las dos Tablas de la Ley que trajo Moisés del Monte Sinaí. Aprendió a comer con etiqueta. Ya sabía en qué vaso hay que servir vino y en qué copa whisky y en qué vaso, coca-cola. Respecto al whisky tendría yo para escribir todo un artículo aparte. En su pueblo natal de Besarabia la Sra. Lola jamás vio ni probó el whisky. Mas bien, y para decir la verdad, sólo tomaba agua del pozo cercano a su casa. Pero, acá, en Lima, y para ser toda una dama tuvo que aprender a tomar whisky, que en realidad no le gustaba nada. Pero tuvo que tomarlo. Para algo tenía en casa un bar, provisto de toda clase de bebidas. Y había que utilizarlo alguna vez, a la fuerza. Hasta tuvo que aprender a pronunciar correctamente la palabra "whisky” con un ligero acento canadiense, que tenía algo de francés, un poco de inglés y un mucho de besarabiano... Y no se vaya a reír, amable lector, si le digo que la Sra. Lola está aprendiendo algo de inglés. Es que le hace 116 mucha falta. Tiene que pronunciar correctamente las palabras “Five o clock”, “Grace Kelly”, Tirone Power, Rita Hayward, etc., en sus conversaciones en sitios públicos y en sociedad. Aprendió a pronunciar bien todos los nombras de los astros del cine holliwodense para no ser menos que otras damas modernas. También, los nombres de los principales caballos y jockeys de San Felipe. Lo que más trabajo le costó fue acostumbrarse a la dieta obligada para conservar la línea. Para ser esbelta, Acostumbrada siempre a los platos de pallares con arroz, a caldo con tallarines, a sopa de garbanzos con bastante ajo y seis panes para cada comida, tuvo que dejar todo eso. Ahora ya se acostumbró a la estricta dieta que le recomendó el Dr. Roitman. Ahora está a un vaso de leche con sólo 3 panes con mermelada y un pedacito de arengue encurtido, en ayunas; a una ensalada de palta, sopa de espárragos — ni una gota más de un litro — a carne de pollo de menos de un kilo y para postre, cualquier fruta seca para y el almuerzo y en el lunch toma café con leche con un pedazo de torta de membrillo y una pequeña porción de escabeche hecho en casa, sin picantes. Y con más de dos panes. En la comida, lo mismo que en el almuerzo. Nada más. Para que no tenga que acostarse con el estómago lleno. Con esta dieta la Sra. Lola aumentó en meses, 9 kilos. Nada más. La última vez que se pesó en la Farmacia ''Confraternidad” de Catalina Zwilich, su peso era nada más que 96 kilos. Ni una onza más. Por último, el Dr. Roitman le aconsejó pasar un par de semanas en Paracas, para descansar de tanto trabajo que tuvo que hacer para convertirse en una verdadera dama a la moderna. Ahora sí es una dama a la moderna. Sí, señor. Ya aceptó un puesto en la Wizo. Para ser directora, hay que poseer un poco de cultura. Hay que saber pronunciar, de vez en cuando, un discursito, por pequeño que sea. Verdad que le costó bastante trabajo el aprender palabras tan difíciles como “sionismo", Karen Kayemet, Herzl, Jerusalén, etc. Pero las aprendió. Ahora cuando pronuncia el nombre de Ben Gurión, da gusto ver cómo su boca forma una "s” minúscula. Algo más. Aprendió también a bailar tango con zapatos N? 42. Aprendió a usar abanico español y cómo manejarlo con gracia. Aprendió a aguantar 80 grados de calor en los baños turcos del Crillón, para adelgazar. 117 Aprendió a diferenciar entre las múltiples marcas de perfumes de la Casa Morales. Aprendió a usar guantes nylon. Hasta cuando tiene una comezón en una oreja y en la punta de la nariz, y con esos guantes es muy incómodo rascarse... También adquirió nociones de pintura. Para su salón adquirió un cuadro de un famoso pintor. Es un cuadro de un cazador, con fusil al hombro y con perro, que le sigue a la caza. En la otra mitad del cuadro se ve al mismo cazador, ya de regreso, con el perro muerto que le cuelga un fusil al hombro. Hay quien dice que el cuadro es de Van Gog. Otros dicen, que es uno de los que vendía a plazos Michel, hace años... Y para terminar les contaré que hace pocos días encontré a la Sra. Lola en el centro. Estaba que daba lástima. Tenía parches de esparadrapo en la cara y en el brazo. Cuando le pregunté qué era, me dijo, que estaba aprendiendo a manejar auto.. . 118 LA “NUEVA OLA" Amigo lector: CON la llegada del año 1961 hemos entrado con pie firme a la "Nueva Ola”. Es una nueva época en la vida moderna. Todos nuestros esfuerzos para mantener antiguas tradiciones se han quedado en la nada. Los profetas y los grandes pensadores han pasado a la Historia. Los portavoces de la “Nueva Ola” en la América del Sur, el Perú inclusive, son: Luisito Aguillé y Mariquita Gallegos. Desde ahora todo tiene que cambiar, dicen. En el arte, la literatura, la ciencia, la política, la moral, etc., tenemos que aceptar los dictados de la "Nueva Ola”... Debemos aprender nuevos estilos y nuevas formas de vida. Ahora ya somos anticuados y nuestro lugar debería ser los museos y archivos. Los Kirmayer, los Shapiro Klein, los Roberto Feldman, los Isaac Walach pertenecen a la antigua escuela y deben ser reemplazados por elementos nuevos pertenecientes a la “Nueva Ola”. La Nueva Ola que tiene su expresión filosófica en los merengues y las pachangas, nos enseña que una cantante no debe precisamente saber cantar con tal que sepa mover las caderas. Un poeta no debe escribir con ritmo y rima, sino expresar la futilidad de la vida humana. Un pintor es grande mientras sabe pintar bien las piernas de Brigitte Bardot. El que baila valses y tangos es un bailarín anticuado. Hay que bailar en tal forma que al espectador le parezca que se mueven hasta el piso, las paredes y el techo. En la música de la Nueva Ola predomina el saxófono. Nada de violines, mandolina o guitarra. En la moda femenina, que en la época del existencialismo la falda debía llegar a 5 centímetros de la rodilla, tiene que ser reemplazada por una que llegue a 10 centímetros encima. Los sombreros, en vez de medir 3 centímetros, deben medir medio centímetro de ancho. La mujer debe tener descubiertos sus encantos para despertar juventud en los hombres de la Vieja Ola. En la ciencia han llegado a la inseminación artificial fuera del cuerpo humano. Y el hombre puede ser 119 fabricado en tubo como se fabrican hotdogs o queso holandés. En la Nueva Ola los niños de 10 años ya son mayores de edad, que pueden entrar a los cines para ver películas "Par^ Mayores". En la filosofía la Nueva Ola nos enseña a “Viva como quieras” porque derrepente te choca a tu Oldsmobile un camión de la baja policía. En la religión la Nueva Ola ha suprimido los números de los Diez Mandamientos. En el arte culinario han suprimido el azúcar y puesto la sacarina. En vez de pan, píldoras de vida. En vez de cocinar, latas de conservas ya preparadas para que la mujer tenga tiempo para hacerse el maquillaje y asistir a los tés culturales. Los primeros que han aceptado la Nueva Ola en Lima son algunos miembros de la Hebraica. Su baile de Año Nuevo fue un clamoroso éxito de dos merengues. Lo único anticuado fue la canción “Di yidishe mame”, cantada por Tony Moro. Sólo un "goy” puede permitirse de cantar allí yidish en la época de la Nueva Ola. Aron Mandel, el experto en Arqueología, dice que cuando los judíos bailaban y cantaban en el desierto, alrededor del becerro de oro, bailaban el merengue y cantaban la pachanga. Hay quien dice que el verdadero motivo de la renuncia de Aronchi fue que no quiso aceptar a la Nueva Ola. Alguien opina que científica e históricamente, cuando una ola se va para ser reemplazada por otra, se crea un vacío. Como cuando uno se quita la camiseta para ponerse otra. Se queda, pues, desnudo durante breve rato. Se queda, pues, sin tapar el desnudo. Así nuestra actual vida societaria que casi ha terminado con la Vieja Ola, como lo es difícil entrar a la Nueva Ola, se ha quedado, por el momento, algo desnuda... Pueda que este sea el motivo de la decadencia que se nota en instituciones juveniles y para mayores. La verdad es, que nosotros, los de la vieja ola, hemos sido ignorantes. Nos hemos dedicado a leer libros que a nadie interesan ahora. Hemos leído a Shakespeare y a Cervantes, a Dostoyevsky y a Heine, a Bialik, a Sholem- Asch y nunca hemos leído una novela policial que ahora lee la Nueva Ola. No hemos aprendido ni a bailar, ni a jugar. Ni siquiera conocemos el sabor de la Luna de Miel. Hemos vivido una época de obscurantismo, dicen. Ni cine, ni cinerama. Ni radio, ni televisión. Nunca hemos sabido tomar whisky como se debe. Nuestras madres 120 no han sabido preparar la corvina a la meniere. Nuestros padres han sido gente ciega y anticuada. Nunca nos han permitido salir con una buenamoza, y las jóvenes no han sabido lo que es un lápiz de labios Pons o crema Nivea. No vestían shorts, ni se bañaban en ropa de baño Lastex. ¡Qué triste era la era de la Ola Vieja! Hasta mis artículos en “NOSOTROS”, hasta hoy, deben ir al archivo porque son de la Vieja Ola. Pepe con la camisa hawayana Y con un angosto bluyin, Considerado en Merengue el mejor bailarín Y Sarita con su short Y Peter-Pan-smoll Mueven las caderas Bailando Rock and Roll. Así Jaime, Moisés, Raquelita y Lola Todos pertenecen A la Nueva Ola 121 ¡BENDITA TEMPORADA DE BAÑOS! Amables lectores: QUISIERA compartir con Uds. mi alegría y mi felicidad. Nunca he sido tan feliz como ahora. Imagínense, ¡qué suerte! mi mujer y mis hijos se fueron a Ancón por toda una temporada, ¡qué tranquilidad! Hasta la escoba en la cocina descansa. En mi casa hay un silencio como en el salón grande de la Unión Israelita, cuando los Betarim están en la Moschavah. Me siento ahora como Lliova Kleinerman: nadie me molesta; nadie me grita; puedo ir a donde quiero; puedo acostarme cuando quiero, y levantarme cuando se me antoja... Si yo fuera poeta, compondría un himno dedicado a Ancón, que sería la más grande canción a la Libertad. Lo malo es que Ancón está tan cerca a Lima y los huaicos nunca caen en la nueva pista. Si Ancón estuviera más lejos y los huaycos cayeran en la pista, podría yo descansar hasta los Domingos. ¡Caramba! Estos domingos me están matando, me están fastidiando la paciencia. En vez de descansar un día más y aprovechar de las olas del mar, me tienen todo el día kunkaneando en el cuarto, entre mujeres con las espaldas quemadas y un sudor... Además, siempre viene una gorda con ropa de baño lastex, cuando habla, sus dientes postizos se le mueven en la boca, ¡ y yo que tengo que soportar todo esto! Pero el domingo se va y regresando a Lima, me parece que el motor de mi automóvil está cantando una canción de alegría y de Libertad. Tengo ante mí, seis días libres, para almorzar en "El Patio” y comer en el Club y . . . (eso, sí por favor, no lo digan a nadie, porque mi mujer es un elefante si se entera.. ¡Qué buena es la vida de soltero! (que no se molesten los rabinos por hacer propaganda contra el matrimonio) pero la verdad que es mucho peso para un hombre tan débil como yo; por eso estoy contentísimo cuando viene la temporada de Ancón, porque tengo tres meses de armisticio en mi casa. Hay silencio. Parece que 122 los muebles de mi casa están mudos. Un paraíso en la soledad. Pero no siempre la temporada resulta un paraíso. A mi amigo Jaime le ocurrió una desgracia en esta temporada. Imagínense: su mujer con sus hijos se fueron a Ancón y el feliz Jaime encontró una noche a una buena amiga de los tiempos idos y aprovechó la ausencia de su mujer, para hacer un paseo por las playas. Su placer fue tan grande que demoró el paseo hasta las horas de la madrugada. Pero ese día su mujer, en Ancón, se sintió algo mal y regresó a Lima para ver a un médico al día siguiente por la mañana y encontró la casa vacía. Se fue al Club Social a buscar a su marido y no estaba. Esperó hasta que salieran del cine en función de noche, porque creía que su marido se fue al cine para distraerse en su amarga soledad. Pero la pobre esperó hasta las tres de la madrugada. De repente apareció su marido con la camisa blanca manchada con rouge de labio, color cíclame. ¡Pobre escoba de la casa!... Y al día siguiente tuvo que traer las cosas de su mujer de Ancón porque ella juraba que nunca más volvería ir a la playa. Y el pobre Jaime no puede más moverse de su casa sin su mujer... Otro amigo mío me contó, que su mujer empaquetaba todas sus cosas para ir a Ancón y después que había sacado del ropero sus vestidos, dos docenas de ropa interior, ocho fajas, seis pares de zapatos, una docena de zapatillas de todo color, sus carteras y carteritas, sus bolsas y bolsitas, a él le latía el corazón de alegría; una hora más y sería libre como un pájaro en el bosque! Ya tenía su plan para esa noche. Tanta ilusión, pero de repente uno de sus hijos tuvo fiebre y su mujer tuvo que aplazar el viaje. Y no sabe, qué le dolió más: la enfermedad de su hijo o el haber perdido una ocasión tan esperada ... 18 Hay también hombres imbéciles. Esa gente no sabe vivir. Hay maridos que de noche, aún con la neblina más fuerte, se van a dormir a Ancón. Para mí son estúpidos, no saben aprovechar la ocasión. Esa gente no merece la libertad, porque no sabe aprovecharla. ¡Ancón! Con tus playas de arena; Con tu sol que quema; Con tus olas a lo largo del malecón; ¡Eres la canción de mi corazón! Así canta un amigo mío, cuando su mujer se va. Pero, cuando se termina la temporada y su mujer regresa 123 16 con la espalda quemada, con reumatismo y con alta presión y con kilos que ha aumentado en la temporada, y con su ropa pasada de moda, entonces le canta así a su mujer: ¡Idiota! Ni siquiera limpiaste la casa, Ni echaste D. D. T.; Ni siquiera preparaste un té, ¡¿Por qué no mandaste la ropa a lavar!? ¡Eres un idiota e imbécil a la par! 124 POR OLVIDAR LOS ANTEOJOS Amigo lector: MOISES GOLD es un hombre puntual. Puntual en todo. En su trabajo, en sus paseos con la familia, en sus visitas, en su hora de comer, en sus citas, etc., etc. Se levanta a las 7. Hasta las 8 se baña, se afeita, toma su desayuno, echa un vistazo al periódico y a las 8 en punto entra al garaje, saca el carro, se despide de su mujer y se va al centro para abrir su oficina a las 8.30 en punto. A las 12.30 en punto cierra su oficina, llega a su casa cerca a la una se lava las manos, almuerza, se recuesta un rato. A las 2 en punto se levanta, entra al garaje, saca el carro, se despide de su mujer y se va al café Barrington y a las 2.30 entra a su oficina. A las 7 cierra su oficina, se encamina con paso lento hacia la bodega “Universal” de José Schneider y Cía. donde compra algunas cosas que le encargó su mujer, y luego regresa a su casa. A las 8 en punto ya está sentado a la mesa./ Es el hombre reloj. Sólo una vez a la semana Moisés Gold llega a la casa con dos horas de retraso. Y todas las veces se esfuerza por inventar alguna excusa ante su mujer.. . Un día Moisés Gold se levantó como de costumbre a las 7 de la mañana, se lavó, se afeitó, tomó su desayuno, entró al garage, se despidió de su mujer, pero... el carro no arrancaba. Por más que hizo, no pudo mover el carro de su sitio. Se vencía la hora. Y como era hombre puntual, no quiso demorarse con cambiar la batería, y salió a pie hasta la Av. Arequipa a tomar un taxi. Tenía que llegar, como es su costumbre, a las 8.30 a la oficina. Pero, a esa hora todos los taxis pasaban ocupados. Ya impaciente, Moisés Gold se decidió a tomar un ómnibus. Se metió en un ómnibus repleto. Cuando estaba llegando a la Plaza San Martín, recordó que había olvidado sus antejos sobre la mesita de noche. Y sin anteojos no podía hacer nada en su oficina. Se bajó del ómnibus y, contrariado, se puso a esperar un taxi. Por fin lo consiguió. Y se dirigió a su casa. Cuando llegó a su casa, encontró 125 la puerta con llave, porque su mujer salió de compras. ¡Y él que no tenía llave! Como no podía regresar a su oficina sin los anteojos, fue a buscar a su mujer. Buscarla ¿dónde? Primero se fue a las bodegas cercanas. Luego se encaminó hacia la plaza del mercado de Lince con la esperanza de encontrarla. Ya en la plaza, se dio con una mujer joven, que fue empleada en una oficina vecina a la suya. Lo saludó y le preguntó por su familia, por su mujer, etc. En ese momento apareció su mujer, cargando una bolsa con fruta, legumbres y huevos recién comprados. Su mujer, que sabía que él se hallaba en su oficina, y de repente lo encuentra visiblemente enfrascado en una animada conversación con una mujer joven y simpática, se puso colorada y de puros nervios se le cayó la bolsa de las manos, y los huevos se hicieron tortilla en el suelo. Como ella padece de alta presión, de la impresión sufrida se desmayó. Moisés, todo confundido y abochornado, la llevó en un taxi a la casa. Llamó a un médico. Cuando la reanimaron, ella no hacía sino gritar histérica; “Ahora se descubrió todo. Ahora ya sé que él me engaña”. Fueron las únicas palabras que repetía sin cesar, llorando. Y agregó: "Ahora ya se ve por qué no prospera y no hace fortuna como la mayoría de sus amigos... Es que un hombre que descuida su trabajo, deja la oficina y corre detrás de mujeres, no puede prosperar... Ese es el motivo por qué sus amigas tienen estolas, y él no puede comprarme una. . ” Moisés hacía esfuerzos para aclararle a su mujer las cosas. Quería explicarle lo que le pasó esa mañana. Pero ella no le dejaba hablar. Viendo que ya eran las 11 de la mañana, Moisés, que estaba confundido, abatido y nervioso, salió de su casa, tomó un taxi v fue a su oficina. La empleada que trabaja en la oficina de Moisés llega todos los días unos minutos antes que él, para así poder hacer tranquilamente la limpieza. Ese día, vino como de costumbre, bien temprano. Había hecho la limpieza y se disponía a atender las cosas que tenía a su cargo. Estuvo intrigada por la tardanza de Moisés. Es que todas las mañanas su jefe la manda a los bancos y a otros sitios, por asuntos del trabajo. Viendo que eran casi las 11, la empleada echó llave a la oficina y se fue a tomar un ómnibus para ir a casa de su jefe a indagar por lo que pasaba. Apenas salió la empleada, llegó Moisés y se dio con la oficina cerrada con llave. No pudo entrar. Como tenía asuntos muy urgentes que atender con la emplea- 126 da, tomó un taxi y fue a casa de la empleada para ver por qué no llegaba.. . Llegó a la casa de su empleada y allí supo que la chica había salido; de su casa, como de costumbre, camino a la oficina. • Siendo las 12 y no habiendo manera de atender sus cosas, Moisés visiblemente contrariado y nervioso por lo mal que le iba ese día, tomó nuevamente un taxi y regresó a casa. Allí se dio con un laberinto: la mujer enferma y asistida por la madre que fue llamada por teléfono; no habían cocinado; no había almuerzo; la mujer no quería dirigirle la palabra y tampoco quiso escuchar sus explicaciones. Y la suegra no hacía sino repetir entre dientes: “Así son lo? maridos de ahora”. .. Desesperado, Moisés fue al garaje, cambió la batería y se fue al centro. Llegó al centro a punto de las dos de la tarde. Como su empleada llegaba a las dos y media, se fue al Crema Rica del jirón de la Unión a tomar un sándwich. Sentado en el café, apareció una antigua empleada suya que trabajó en su oficina durante varios años. Alta, morena, de ojos rasgados y muy alegre, la joven lo saludó cordialmente. Siempre le gustaba la joven a Moisés. Hasta la deslizaba insinuaciones amorosas que la chica rechazaba insistentemente. Es que estaba entonces de novia. Precisamente para casarse con su novio, dejó el trabajo, en la oficina. Viéndolo, la joven le saludó con una sonrisa provocativa, se acercó a su mesa y aceptó su invitación de tomar con él un helado. Charlando con ella, le dijo la joven que su marido se había ido 6 meses a Talara. Que estaba sola y aburrida. Entonces le dijo Moisés que siempre estaba pensando en ella y que seguía enamorado... Charlaron animadamente durante largo rato. Antes de despedirse, quedaron en volverse a ver al día siguiente, en cierto sitio. . . Pero, en eso miró su reloj y vio que ya eran las 3.30. Muy apurado se despidió de la joven y se encaminó hacia su oficina. La empleada, que llegó a la oficina como de costumbre, a las 2.30, esperó hasta las 3. Es que sabía que había varias letras por pagar, y que los bancos cerraban a las 3.30, cerró la oficina, tomó un taxi y se fue a casa de Moisés para ver qué es lo que pasaba. Allí no encontró a Moisés, sino a su mujer enferma y metida en cama. La mujer, viendo que su marido tampoco fue esta vez a su oficina, se puso más furiosa. Se levantó de la cama, se vistió y no obstante tener 22 de presión, se dirigió en compañía de su madre y de la empleada, a la oficina. Allí tampoco hallaron a Moisés. Se sentaron a la mesa y em 127 pezaron a llamar por teléfono a la Asistencia Pública, a las Comisarías y adonde sus amigos. Pero, nada. Nadie supo dar razón de Moisés. Moisés, por su parte, viendo que eran las 3.30 y la empleada no aparecía, fue a los bancos a pedir que no le protesten las letras, porque iba a pagarlas al día siguiente... Se demoró hasta las 4.30. Cuando regresó a la oficina más muerto que vivo, halló allí a su mujer, a su suegra, a su empleada y a un montón de vecinos. Y todos exclamaron a una sola voz: "Moisés ¿qué te ha pasado?”. Amigo lector: Viendo que Moisés está muy nervioso y abatido y le es penoso explicarle a todo el mundo lo que le ha pasado ese día, te pido a ti, que acabas de leer esta crónica y sabes, por lo tanto, todo lo que ha pasado de las 7 de la mañana hasta las 4.30, les cuentes y expliques todo. Pero, eso sí, no les digas nada de lo de la cita con la ex - empleada, concertada en el café CremRica. . . 128 TRIBULACIONES DE LA SRA. ROSITA Amigo lector: ESTA VEZ me dirijo únicamente a las lectoras que viven en Miraflores, Orrantia, hasta la Av. Trinidad Morán, inclusive. A esas damas de la High Society, las únicas compradoras de los cortes únicos y exclusivos y las que se visten en la actual temporada de conjunto Oy-Vay-Lon de París, Roma o New York, pero fabricadas por Manufacturas Center of Huancayo. Esas damas que se ponen de todo color. Esas damas que duermen de día y juegan de noche. A esas damas de diez kilates en cada dedo y que van a los baños turcos cada jueves de la semana; dos veces a la semana, al Country y dos veces a la semana, al Grill, y las otras dos noches están siempre con fiebre intestinal, gripe y mareos. A esas damas les dedico mi artículo de hoy. La Sra. Rosita Heyring, la tan conocida Rosita, siempre tan alegre y buena, la Rosita que brilla cada fiesta, siempre tan elegante con su eterna sonrisa; cuando cumplió sus 50 años de edad, parecía una mujer de 30; en el juego de Bridge o kunkán, salía ganando siempre; siempre se le veía en todas las fiestas y reuniones sociales, ahora está que es harto difícil reconocerla. Sus ojos, apagados; su pelo, canoso, su silueta, descuidada, y ya no se le ve ni en el Club de Tendler ni en el Sharón. ¿Qué es lo que le pasa a Rosita que está así? Los negocios de su marido marchan viento en popa. Últimamente se metió en el negocio de la harina de pescado, y dicen que está haciendo una fortuna nueva. Su hijo, el mayor, hace años terminó estudios en la Escuela de Ingeniería y ha hecho estudios de perfeccionamiento en Inglaterra; el otro hijo está en el 4º Año de Medicina, en San Marcos, y una hija de 15 años, va a terminar este año el “León Pinelo”. Dicen que la hija es muy hermosa. Que es una copia viva de su mamá de cuando era joven. Viven en Orrantia a todo lujo. Entonces ¿qué es lo que le falta a la Sra. Rosita? ¿Por qué se le ve en los últimos tiempos tan abatida? ¿Por qué ya no asiste más a los tés de las 129 Women Pioneer, de la Wizo, y a todas las demás fiestas sociales? Ni siquiera asistió este año a la kermesse de la Wizo, que ella misma organizaba en años pasados. .. Algo ha pasado de seguro para que esté así. . . Amigo lector: el que escribe novelas, tendría aquí un tema magnífico. Tejería una historia a base de un amor frustrado y un amor no correspondido, etc. Habría dicho que Rosita ha descubierto que su marido la traiciona. O que Rosita ha perdido plata en el juego, y se vio obligada a empeñar o vender gran parte de sus joyas, para salir de deudas, y que su marido lo descubrió sorpresivamente. Y tú, lector, lo tomarías como cosa cierta. Pero, yo te aseguro que no hay nada de eso en el caso de nuestra Rosita. Rosita fue y sigue siempre fiel a su marido y su marido, en los 30 años de casado, muy pocas veces la ha traicionado. Entonces ¿ a qué se debe ese gran cambio en la vida de Rosita? ¿Por qué se ha alejado de la sociedad, que ni siquiera se le ve en los baños turcos del Crillón? Escucha, lectora (pero, por favor, no vayas a divulgar el secreto que te voy a confiar). Se trata del problema de los hijos. Nada más que eso. Su hijo el ingeniero, el orgullo de la familia, ya va a llegar a los 28 años de edad, y hasta ahora no encuentra una chica para casarse. El joven vive una vida retraída. A esa edad se resiste a casarse. Hasta carece de amigos como los demás jóvenes de su edad y posición social. De noche desaparece de la casa y vuelve a la casa a las 3 de la madrugada. No le gusta comer en casa. No es miembro de ninguna institución juvenil de la comunidad. A veces va a la "Hebraica”, pero se queda pocos minutos, y luego desaparece. Los padres nunca saben a dónde va y de dónde viene. Y cuando Rosita le conversa y procura convencerle que ya es tiempo para que forme familia propia y que hay tantas chicas simpáticas en la colectividad, él ni siquiera se toma la molestia de contestarle a su mamá. El sabe lo que hace, —dice. Y no respeta a sus padres que andan tan preocupados por su futuro. El considera a sus padres gente anticuada, porque se cree el único instruido y culto en la familia. El segundo hijo, el que estudia Medicina, se enamoró de una chica que no es del agrado de la familia. De tantas chicas bonitas y de padres ricos que hay en la co- 130 munidad, él se enamoró de una chica que vive en Chacra Colorada. Imagínese, la Sra. Rosita, tan relacionada con la crema de la buena, sociedad, tendrá que sentarse en una sola mesa con una mujer que nunca tuvo estola en su vida, y se viste con tela de fabricación nacional y su vestido es confeccionado por una modista que vive Abajo el Puente... Y, por último, la hija quinceañera, la chica mimada por sus padres y termina este año sus estudios en el "León Pinelo”, también les da dolores de cabeza a sus padres. A los 15 años, apenas cumplidos, ya tiene una media docena de enamorados. Ya fuma cigarrillos "Kent", ya se tiñe el cabello a gris claro, y según les avisan del colegio, parece que no se va a graduar, porque tiene probables 4 jaladas. Eso es lo que le preocupa a la Sra. Rosita. A su marido también le preocupan estas cosas, pero se halla siempre metido en sus negocios y casi nunca para en casa. Es ella la que se preocupa más y la que toma tan a pecho esas cosas. Es por eso que se ha retirado de la vida social. Pero, lamentablemente, ya es muy tarde. Si ella se hubiera dedicado más a su casa y a sus hijos en vez de hacer una vida social tan intensa como inútil, no habría tenido que verse en tantas dificultades. Ahora ya es tarde. Muy tarde. 131 LAS CUATRO EPOCAS DEL HOMBRE Amigo lector: EN LOS ULTIMOS tiempos tengo discusiones con mi mujer. Ella dice que no soy serio. Que me gustan las bromas. Que no obstante que me acerco a los 60, me porto como un muchacho. Me hace recordar a cada rato que ya soy abuelo. Que ya es tiempo —dice— que tome la vida con más seriedad. Que ya tengo que acostarme temprano. Que ya no tengo que ir al Club o al Haití, donde me quedo a veces hasta la media noche. Quiere que me comporte como hombre de la edad que soy. Siempre me recuerda, que su padre, que en paz descanse, a mi edad, ya era un anciano. Que no salía jamás de noche. Que siempre se quedaba en casa a cuidar a su mujer y a sus hijos. Y cuando no tenía nada que hacer, se ponía a recitar los Salmos de David o se profundizaba en algún libro de rezos. Y a mi — dice— que me gustan las películas francesas con su crudo realismo. Que muchas veces —dice—en sueños, repito el nombre de B. B. o de Silvia Piñal. Y cuando veo en la calle alguna morena alta, volteo la cara para seguirla con la mirada. Ya es tiempo —me dice— que me convierta en hombre serio, que cuide sus negocios. Que no escriba más tonterías en "NOSOTROS", ni en ninguna parte. Que me deje de sesiones, de guerras frías o calientes, y de criticar a los ricachos. Ella prefiere que la saque a pasear los domingos por Alfonso Ugarte. Que hable con ella de los hijos y de los nietos. Que la acompañe a la plaza del mercado. Y que tome un té con limón antes de acostarme. En general, que me comporte como debe comportarse un hombre de mi edad. Amigo lector: Pueda que mi mujer tenga razón. Pero, lamentablemente, vivimos en otro ambiente al que conocieron nuestros padres en los pequeños pueblos de Europa. Acá es distinto. Hasta el clima es diferente. En nuestros países de origen el hombre vivía de acuerdo con el clima. Allá el año estaba dividido en 4 estaciones fijas. El año prin- 132 cipiaba con la Primavera. Toda la naturaleza, los campos, los jardines y los bosques estaban verdes. Florecían. Los árboles se vestían de hojas nuevas y frescas. El olor de la primavera penetraba al corazón. Toda la naturaleza estaba llena de perfumes que despertaban amor y ganas de vivir. Y así también era el hombre. Hasta los 20 años vivía una vida dulce de primavera. Soñaba y amaba. Jugaba y se divertía. Saltaba de un sitio a otro como los pájaros. Como la abeja que sorbe la miel de las flores, el joven también sorbía la miel de la vida. Más tarde venía el verano. Los árboles cargados de fruta madura y las espigas maduraban en los campos y el sol penetraban a raudales a los cerros y las colinas. Se cosechaba la fruta sembrada en la primavera. Y así también era el hombre de 20 a los 40. Trabajaba con todo ahínco y con todo el vigor que podía para fundar y sostener su hogar. Para darles educación a sus hijos, que había sembrado en la primavera. Se iba el verano y venía el otoño. Tristeza, lluvias y lodo. Toda la naturaleza estaba envuelta en tristezas. Las hojas de los árboles caían resecas y amarillentas. Los ríos y riachuelos lloraban con una melodía triste y monótona. El triste otoño de Europa. Así también era el hombre de 40 a los 60. Rara vez salía de noche. No tenía ganas para nada. Calentaba el cuerpo con un vaso de té caliente al lado de la chimenea caliente. Y en su soledad recitaba los Salmos de David. Principiaba a toser. Su espesa cabellera negra de antes se ponía color gris. Cuidaba a su mujer y a sus hijos. Cuando tenía algún problema, iba a donde su papá. Charlaba con su mujer, del futuro de sus hijos. Conversaban hasta el almuerzo que la mujer tenía que preparar para el día siguiente. Su problema era cómo hacerle un abrigo a la hija mayor. Y que los zapatos del hijo ya estaban rotos y que había que hacerlos remendar. Pasaba el otoño y venía el invierno crudo. La naturaleza está cubierta de espesa nieve. El frío penetra hasta los huesos. El único abrigo para el cuerpo es la cama con los edredones de plumas. Los jardines y los bosques están envueltos en mantos de nieve. Hasta el río cesaba su voz; no se oía el trinar de los pájaros, sino el continuo ladrar de los perros, que se percibía de la lejanía, en la oscuridad de las noches. El invierno significaba la muerte. 133 El hombre, después de los 60 entra a la estación de invierno. Su cabello se toma blanco como nieve. La piel de su cara se seca y se llena de arrugas como la corteza de los árboles y como los jardines y bosques abandonados a los vientos fríos y secos del invierno. Pierde esperanzas e ilusiones. Espera la muerte. Esto fue en nuestros países de origen. Aquí todo es distinto. Aquí la primavera es distinta a la de Europa. No se nota cómo empiezan a renacer y florecer de nuevo, los árboles muertos durante el invierno anterior. Por eso no tenemos aquí una juventud soñadora. Juventud romántica. Juventud con grandes ilusiones. Soñadora, como lo éramos nosotros en nuestros paseos nocturnos de primavera. Tampoco se nota una marcada diferencia entre la primavera y el verano Hay días en la primavera cuando el sol aparece como en pleno verano. Y hay días de verano que parecen de otoño. Por eso hay aquí hombres de 40 que se conducen como muchachos, leyendo chistes, cuentos policiales, jugando la "Hula-hula”, etc., etc. El invierno de acá tampoco es igual al invierno de Europa. En pleno invierno los árboles de los jardines florecen. No hay nieve. No hay pista helada. La naturaleza no muere. Muchas veces, en los peores días de invierno aparece el sol como en pleno verano. Por eso los hombres después de los 60 conservan intactos los impulsos juveniles y las ganas de vivir. Por eso se ve en las esquinas de la Unión ancianos gastando piropos a las muchachas quinceañeras al pasar .Acaso por eso se les llama "viejo verde”, porque a la vejez, cuando la naturaleza muere como en el invierno, aquí en pleno invierno se conserva el verdor. El clima, amigo lector, nos ha convertido en lo que somos: jóvenes a los 60 y enamoradizos siendo viejos verdes… 134 HUMILDEMENTE PIDO PERDON Amigo lector: ESTA VEZ les estrecho la mano a todos mis enemigos y les pido perdón. Pido también perdón a mis sufridos lectores que se hayan sentido ofendidos por mis artículos durante el año. Pido perdón a mis amigos por decirles la verdad. Pido perdón a mi mujer por dejarla sola durante muchas noches, cuando le decía que me iba a sesiones y asambleas imaginarias. Pido perdón a Boris Dunayevich por no estar de acuerdo con él en cuestiones políticas. Pido perdón a los Mandéis por comer chicharrón de gallina en el chifa. Pido perdón a Bención Wainstok por no inscribirme, hasta ahora, como socio del "Sharon”. Pido perdón a todos los que organizaron grandes fiestas en el "Majestic" por no asistir. Pido perdón a los kunkanistas por no haber aprendido, hasta ahora, ese “oficio”. Pido perdón a la “Hebraica” por no haberme bañado una sola vez en su piscina kasher. A los que han cumplido su Bar-Mitzwa y en sus pomposas fiestas no he probado nunca ni choros, ni camarones. A la Wizo y Women Pioneras, por no asistir a los tés culturales con “yapa”: No sólo pido perdón sino que también perdono, a mi vez, a todos los que han pecado contra mí. Perdono a mi amigo y camarada Aron Blanc por no asistir al gran banquete en el Bolívar, en homenaje al notable dirigente histadrusista, Israel Stolarsky. Perdono a los linotipistas y correctores de NOSOTROS por todos los errores que me han endilgado seriamente en mis artículos en broma, durante el año. Perdono a la simpática Berta de Feldman por no tomar en serio mis piropos. Perdono a Michel Radzinsky por no querer aceptarme como socio en su fábrica en Afula. Perdono al Rabino Brener que por su culpa no voy al shill; tengo miedo a sus "Mi sheberaj‟s”. Perdono a todos los que me han invitado a sus fiestas y me han hecho gastar, cada uno, 100 soles en los "colectivos”. Perdono a mi chica que me ha hecho esperar horas, en nuestras citas. Perdono a todos los socios de la 135 "Unión Israelita” que han votado contra mí, en la última asamblea general. Perdono a la Organización Sionista por obligarme a soportar largos y aburridos discursos de sus oradores. Hago estas declaraciones en vísperas del Día del Perdón. Ojalá las grandes naciones del mundo tengan un día así. Para que cada una perdone los pecados de la otra. Y también pidan perdón por los pecados que han cometido durante el año. Entonces quizás se realizaría el sueño de todas las generaciones y la visión del Profeta Isaías sobre la eterna paz para los hombres de buena voluntad. Pero no una paz como la de " Sitaron” y la "Unión". Una paz fría y congelada, sino una paz sincera y verdadera. Entonces se emplearán los átomos sólo para fructificar los desiertos, para endulzar las aguas de los mares, para rejuvenecer a las suegras de todo el mundo y para crear un paraíso terrenal en este mundo de catástrofes. Paz entre los poilische y los besarabianos. Paz entre los sefaradíes y ashkenazís. Entonces podremos terminar el templo de la Av. Brasil, que será un orgullo para todos. Yom Kipur — Día del Perdón — día, en que cada uno de nosotros, envuelto en su talit, hace su balance espiritual del año. Algunos, hacen el balance de lo que han ganado o perdido en poker durante el año. Otros, cuántas veces han engañado a la propia mujer en el transcurso del año. Hay algunos nerviosos y amargados, porque haciendo el balance espiritual, no han hallado ningún pecado serio que valga la pena mencionar. Yom Kipur, el día que ninguno de nosotros come en su casa. El día más sagrado del año. El día que todos nosotros nos reunimos en las sinagogas. El día que nuestras damas pueden exhibir los últimos modelos de Christian Dor y todas, con estola y sin estola, con Peter Pan y con Madenform; las que están a dieta y las que no están; las de la primera fila y las de las otras filas; todas, con- un sólo anhelo, que Dios les dé salud y les conserve la silueta. ¡Yom Kipur! ¡Qué día tan maravilloso! Estamos reunidos y podemos conversar de todo. No nos fastidia la Televisión, donde hay que guardar silencio, y no jugamos kunkán, que también pide silencio. Ese día podemos hablar de todo y de todos. Ese día nos informamos quién se casó y quién se va a casar; qué pareja está en plan de divorcio; quién ha comprado este año un dormitorio 136 Luis XV; quién hace buenos negocios y quién está al borde de la quiera. Hasta qué clase de traje de baño se va usar en la próxima temporada de baños. ¡Yom Kipur! Es también el día cuando nuestros hijos gozan porque están libres del colegio y pueden jugar fútbol, ping-pong fulbito en los patios de la sinagoga... los gritos de los muchachos se confunden con los cantos del Jasán, cuando recita las plegarias “Dios mío: ten piedad de nuestros niños inocentes”... ¡Yom Kipur! Desde la solemne noche de Kol Nidrei hasta el día siguiente cuando el sol desaparece en el fondo del mar y estrellas rutilantes rodean a la luna pálida por el gran ayuno, hagamos todos un esfuerzo de mantener la sagrada fe de nuestros mayores, que ese día fue siempre el día de la unidad nacional, el día del auténtico balance espiritual. En ese día pediré a Dios Todopoderoso que dé salud y prosperidad a todos mis lectores amigos y enemigos, sin distinción de raza ni color. Ojalá que sea un año de paz y prosperidad para todos los pueblos de la tierra y antes que los científicos lleguen a la Luna, que los sabios del Universo encuentren más bien un remedio para el cáncer y para otros flagelos de la humanidad. 137 MIS DOLORES DE CABEZA Amigo lector: SI EL PRESENTE artículo resulta algo seco, insípido y sin humor, te advierto que no es por mi culpa. Debe Ud. saber, que este mes he estado al borde de la bancarrota. He tenido que matricular a mi hija en el Colegio “León Pinelo”. Me alcanzaron un recibo, por la matrícula, pensión, ómnibus, los almuerzos y con una “Cuota Única” que es, en verdad, única en un colegio. El total fue tan abultado, que me vi obligado a recurrir a la Cooperativa de Crédito por un crédito. Ya conseguido el crédito en la Cooperativa, menos los intereses, las comisiones, valor de los timbres y otra “Cuota Única”, me faltaba todavía plata para poder cancelar el recibo. Pero quedé adeudando a dos bancos. Ahora estoy buscando a un amigo solvente lo que es muy difícil conseguir hoy en día — para que garantice un nuevo préstamo en otro Banco — el tercero, para que pueda pagar al vencimiento de los otros dos Bancos. Y a mi edad tengo que abrir un hueco para tapar otro. Así que ya sabe Ud. amigo lector, que por ello tuve muchas noches sin dormir y muchos días sin apetito y estuve a punto de enfermarme. ¿Qué no hará un padre por matricular a un hijo en el colegio...? En toda la matemática que se estudia en la Primaria y la Media, no hay un solo problema tan difícil de resolver como el de conseguir la plata para la matrícula. En puridad de verdad, habrá que fundar una Facultad de Ciencias Económicas para enseñarles a los padres de cómo resolver el problema de la matrícula. El único consuelo que me queda es que mi hija ya está en el Quinto Año de Media, y cuento los días que le faltan para graduarse, como aquel preso que espera impaciente, contando los días que le falta para recobrar su libertad. Entonces sí que voy a bailar una “ora” con los del Betar, del Hanoar y así sea con los de “Abba Berdichew”... Y enton- 138 ces le voy a pedir a mi amigo, Don Aron Lerner, que componga una nueva poesía sobre el tema: “No hay más matrícula”. Pero, amigo lector, no crea que con eso ya he solucionado todo el problema de mis hijos. Desde hoy ya tengo un nuevo dolor de cabeza respecto al futuro de mi hija. ¿Qué haré con ella cuando termine la Media? ¿Mandarla a la Facultad de Farmacia? ¿Qué porvenir tendrá? Si hoy en día ya hay farmacias que venden matza y huevos kasher lepesaj... ¿Mandarla a estudiar ingeniería? ¿Para qué? Si hay ingenieros que se ven obligados a vender zapatos a plazos, con tal de ganar el puchero... ¿Mandarla a Medicina? Pero, si en cada esquina hay varios médicos que se hacen pagar los honorarios a plazos... ¿Mandarla a la Facultad de Ciencias Económicas? Es que todo pueden aprender nuestros hijos, menos economía... Eso, jamás. Ahora si yo tuviera un hijo varón, sería muy distinto. Entonces no tendría este problema. No tendría que devanarme los sesos para elegirle una profesión. Entonces sí que lo mandaría a estudiar en una escuela rabínica para graduarse de rabino. Es la mejor profesión del mundo. Un rabino gana plata y honores al por mayor. Yo, para obtener en una fiesta algunas felicitaciones para publicarlas en “NOSOTROS”, tengo que sudar muchas veces la gota gorda. Pero, si un rabino se le acerca a uno a pedir una felicitación, nadie le niega. Sobre todo, cuando es para él mismo, y con cualquier motivo. Cuando se compromete en matrimonio un hijo o una hija. Entonces todo el mundo hace publicar felicitaciones a granel y sin discutir el precio. En último caso, el rabino mismo va de casa en casa y pide que lo feliciten por medio del periódico. Y las felicitaciones a- parecen día tras día. Es una lluvia de felicitaciones que no terminan nunca. Le llueven toda la vida. La primera felicitación, cuando se le compromete una hija o un hijo. Luego, para el casamiento. Más tarde, cuando le nace el primer nieto. Luego, cuando nacen más nietos. Después, para el primer Bar-Mitzwa. Más tarde, cuando se casa ese nieto. Y los demás, también. Y así, sin fin. Toda la vida se le felicita por el periódico. Máxime cuando él mismo pide personalmente a cada cual que lo felicite... Así que toda la vida tiene plata, carne, kasher, muchas latas de sardinas de los yurtzaits y felicitaciones al por mayor. 139 Tampoco tiene dolores de cabeza con letras de favor, con cuotas únicas, ni con “pagarés”, ni sobregiros. Verdad que también frecuenta los bancos, pero no es para pagar, sino para cobrar: intereses, alquileres, comisiones, etc., etc. Por eso recomiendo a todos mis amigos que tienen la suerte de tener hijos, que los manden a estudiar en los seminarios rabínicos. Cueste lo que cueste. Estoy seguro, que si mi primer nieto llega a ser rabino, habrá de ganar en un mes más de lo que gana su padre, en repuestos, en un año. Además, todo el mundo me envidiará la suerte de tener un nieto rabino. Entonces ya no tendré necesidad de buscar garantías para un préstamo donde sea; mi nieto, el rabino, garantizará por mí. Será la mejor garantía del mundo. Disculpe, amigo lector, que tenga que poner punto final a este pobre artículo. Es que estamos en vísperas del primer seder y tengo que correr a casa de mi hija, para enseñarle a mi nieto —el futuro rabino— las 4 preguntas de la Hagadá... Por más que ese nieto ya es alumno del “León Pinelo” (¡Cuántas cuotas únicas habrá de pagar mi hija hasta que mi nieto sea rabino!). 140 SIEMPRE LOS NUEVOS RICOS Amigo lector: TU, QUE ME conoces tantos años y sabes muy bien que soy un demócrata cien por cien, que para mí no existen diferencias de raza, de religión y color, porque todos somos hijos legítimos de un solo Dios; con todo tengo que confesar que tengo un complejo de inferioridad cuando se me presenta la ocasión de vérmelas con un ricacho. Parece que cuando le hablo, empleo un tono de esclavo ante su dueño. Esa gente, apenas llega a adquirir fortuna, se convierte en una especie de super-hombre y en grandes conocedores de todo. Por más que jamás han estudiado en un colegio, saben criticar mis artículos; saben hablar de política, de literatura, de arte, de filosofía, y nada te digo de la Economía Política, donde se sienten como Pedro en su casa. Por más que en sus años mozos vestían pantalón parchado y zapatos remendados, hoy saben lucir un frac, un smocking y un tarro, cuando viene al caso. Conocen las marcas de todos los automóviles de lujo. Conocen todas las tendencias políticas del sionismo. Saben ser presidentes y dirigir sesiones. Aprenden rápidamente la oratoria y echan discursos en toda ocasión. Hasta aprenden hablar el francés. Saben decorar sus casas al estilo moderno. Sus mujeres se convierten en expertas de la moda. Saben asistir a comidas de etiqueta en el Country Club y el Bolívar. En suma, se convierten en gente distinguida, como si hubieran nacido en cuna de oro. Yo, por ejemplo, hasta hoy en día no conozco la etiqueta y el comportamiento que hay que observar en los restaurantes de lujo. Yo, aunque me lo regalaren, no sabría ponerme frac y camisa almidonada. Yo hasta ahora no he aprendido hacer bien el nudo de mi corbata. Y el cuello de mi camisa me sale arrugado así sea Arrow, Robin Hood o Manfin. Yo jamás me atreví a hablar con un Ministro o un Embajador, porque siento que mi lenguaje carece de palabras adecuadas para ello como “Su Excelencia”, “Vuestra Señoría”, “Honorable Maestro”, etc. Los ricachos, en cambio, sí que saben hablar con esos personajes. Hasta 141 saben invitarlos a sus casas y saben, además, atenderles con toda la etiqueta. Saben hablar con ellos de política, de la bomba atómica, del nuevo hipódromo etc., etc. Saben hablar con gerentes de banco. Conocen el valor de todas las monedas del mundo. Hasta del yen japonés. Si alguna vez llega un ricacho a un banquete, ya saben de antemano que tiene que dirigirse de frente a la mesa de honor: que allá es su sitio. Yo, que soy el principal orador en el banquete, no me atrevo acercarme siquiera a la mesa de honor. Ser rico, es ser culto, fino, distinguido, honorable. Por eso te recomiendo, amigo lector, que hagas todo lo posible para ser rico. Muy rico. Verás que hasta tu propia mujer te respetará más que antes. Y tus hijos te van adorar. Te van a decir siempre “Papacito”. Y si no tienes plata, para tu mujer eres un inútil, y para tus hijos, un1 “Viejo”. Y aquí está un ejemplo de cómo lo han aprendido todo, los ricachos, sin estudiar y sin saber leer siquiera. Hace días he visitado la casa de un viejo amigo mío, en San Isidro. Después que me llevó a pasear toda su residencia, sus salones, dormitorios, halls. Todo decorado según la última palabra de la moda. Después de pasearme por el jardín con piscina, jardín que se parece algo al paraíso donde vivían Adán y Eva antes del Pecado Original, me llevó a un salón especial, donde lleva sólo a visitantes distinguidos. En ese salón tiene una colección de antigüedades. Una especie de museo particular. “¿Ves —me dijo—, esta silla apolillada y rota? Pertenecía a Manco Cápac. Sobre esta silla se sentaba Don Ricardo Palma, cuando escribía sus “Tradiciones”. Y estos aretes pertenecían a la Perricholi, que fueron un regalo del Virrey Amat, y la Perricholi los usaba solamente para los bailes de Carnaval. Aquí tienes un libro de Bernard Shaw impreso hace 800 años. Y aquí tienes una chaveta que hallaron en unas excavaciones en el Polo Norte. Lleva la marca “Solingen”. Y por acá está un cuadro futurista de Leonardo Da Vinci, que representa la Edad Atómica. Aquí está el Candelabro Legítimo, perdido por Stefan Zweig, que hallaron hace siglos en un anfiteatro de Roma. Y allá está un Dios asirio que personifica la fecundidad de animales domésticos. Y aquí tienes un teléfono del siglo 8 (AC) que usaba un Maharadgi de la India para llamar a una de sus concubinas preferidas cuando quería agasajar a otro Maharadgi hindú. Y aquí tienes el cuadro favorito de mi colección, obra de Van Gog, que representa a una mujer desnuda, de boca abierta, que se titula “El Deseo”. 142 Efectivamente, vi ahí muchas maravillas. Me sentí chico ante mi amigo que sabe tanto de Mitología e Historia Universal. Dios mío, ¿dónde adquirió tantos conocimientos de arte antiguo y moderno? Antes de despedirme de mi amigo, me llevó a un cuarto aparte, que permanece, dijo, siempre cerrado y adonde no entra nadie. Allá cuelgan sobre la pared dos cuadros grandes. Uno, que es un hombre de barba luenga y espesa, que está remendando zapatos. “Este fue mi padre —dijo—. Fue un zapatero en Lipcani”. Y el otro cuadro era de una mujer anciana, de anteojos al filo de la nariz, remendando medias. “Esta fue mi mamá”, dijo. En un rincón vi una maleta de paja. “Con esta maleta he venido al Brasil, en el año 1928”. En otro rincón había una bicicleta usada. “Esta fue la bicicleta que usaba para hacer la cobranza cuando trabajaba por Abajo el Puente”... Diga Ud. lector amigo. ¿No hay que quitarse el sombrero ante cualquier ricacho? Con la plata han aprendido toda la cultura universal y conocimientos en todas las ramas de la civilización humana. Lo único que les falta es saber escribir y leer correctamente. . . ¿Para qué necesitamos Escuelas y Universidades, Libros escritos Por poetas y pensadores Si todos los conocimientos De ciencia, arte y literatura Se pueden adquirir Sin estudio y amargura Teniendo plata?... 143 UN REMEDIO INFALIBLE Amigo lector: Sara Zilber se levantó el día lunes con un fuerte dolor de cabeza. Las últimas cinco noches seguidas Sara tuvo serios compromisos y se acostaba invariablemente en las horas de la madrugada. El día miércoles fue a un tébridge de la Wizo, y siendo como es Directora de la Institución, tuvo a su cargo el control de las mesas de juego; se desocupó recién cuando la gente se levantó de la última mesa. Luego tuvo que sacar el balance de las entradas de la noche. También tuvo que recoger fuentes y platos que había traído consigo; lo que le ocasionó otra demora más. Así que se fue a su casa alrededor de las 3 de la madrugada. Al día siguiente, o sea jueves tuvo que asistir a un té de despedida a una amiga íntima, que se iba por unos días a Chimbote. La despedida fue en el “Majestic” con comida y juego, se entiende. Y volvió a quedarse hasta las 2 de la madrugada. El viernes fue el “santo” de su hija Lily, y los numerosos invitados dejaron la casa a la madrugada. Tuvo un trabajo bárbaro. El sábado fue el gran baile de la Wizo Peruana con motivo del Yom Hoatzmaret. Así que regresó a su casa cuando el lechero dejaba en la puerta las botellas con leche. El domingo fue invitada por unos amigos al Embassy, donde el show principió a la media noche. Así que se acostó nuevamente a las dos de la madrugada, y estuvo tan rendida y agotada, que se ha quedado profundamente dormida y se despertó el día lunes cuando su marido llegaba-a la casa a almorzar. Se despertó con dolor de cabeza y mareos. Sin poder levantar la cabeza de la almohada escuchó el informe de una de sus sirvientas de que la cocinera no había ido a trabajar porque estaba con gripe; que el muchacho que hacía la limpieza salió a la víspera y no había vuelto todavía. Que la señorita Lily no fue al colegio porque estaba con fiebre; que el perrito que Sara quería tanto había desaparecido. Algo más: que no le han preparado el baño, porque el termo está goteando. También: que el chino verdulero tampoco vino. 144 Haciendo un gran esfuerzo, Sara se bajó de la cama y se sentó ante el espejo para arreglarse un poco la cara. Cuando se miró en el espejo, casi suelta un grito: tenía los ojos enrojecidos de tan mala noche; la cara llena de arrugas y el cabello lleno de canas. Se veía afeada y avejentada antes de tiempo... Se quedó inmóvil por largo rato. Luego se echó un poco de rouge en los labios y polvos en la cara para disimular la palidez y se dispuso a subir la escalera camino al dormitorio de Lily, pero sintió un vahído y se desplomó en el suelo. La sirvienta le dio la voz al marido y éste vino alarmado, la levantó en vilo y la llevó a la cama. Luego llamaron al médico de la casa. Vino el médico, La auscultó. Le midió la presión. Le examinó el corazón y le dijo: Señora Ud. está completamente sana. No tiene nada. Pero, vea señora, Ud. ya no es muchacha. Ya no debe pasar malas noches. Debe dejar de fumar. Debe cuidarse más. El juego, el cigarrillo y las malas noches están minando su salud. Ud. debe empezar a hacer vida ordenada. Debe dejar de comer en los restorantes la comida aderezada; debe rehuir los chifas. Debe estar a dieta. Debe comer comida preparada por Ud. misma. Y si a Ud. le hacen falta distracciones tiene en casa a sus hijos, su radio, su televisión y sus novelas para distraerse en casa. Nada fuera de casa. Le recetó unos sedantes, y se fue. Con todo Sara siguió en cama sin poder levantarse durante varios días. Llamaron a otro médico especialista. Este le ordenó un chequeo general con radiografías, análisis de la sangre, del esputo, de los orines, etc., etc. Le recetó otra clase de sedantes. Pero, nada. Se sentía lo mismo. Una de las amigas recomendó a otro especialista que es catedrático de la Escuela de Medicina. Este gran especialista le recomendó que se hiciera extraer la dentadura. Así lo hizo... y nada. Otra amiga le recomendó a otro especialista, que dijo que era un “Dios”. Este le recetó vitaminas, sueros. Y nada. Le recomendaron a otros gran especialista, que estudió y practicó en el Monte Sinaí de Nueva York. Este le recomendó una operación a las amígdalas. Así lo hicieron. Y nada. Cada amiga que visitaba a Sara, le recomendaba a otra eminencia. Y nada. 145 Ya tenía sobre su mesita de noche todo un depósito de pomos, frascos, inyecciones, cucharadas, etc; Pero seguía con los mismos dolores de cabeza, los mareos y tenía una melancolía a toda hora. Cuando llegaba alguna visita, Sara estallaba en llanto y quejidos. Hubo que hacerle electro choque en una clínica de la Magdalena. Y Sara seguía en cama lo mismo que antes. Un día llegaron a visitarla varias amigas juntas. Como ella estaba dormida, las amigas, para distraerse mientras se despertaba, arrimaron una mesita chica y se pusieron a jugar un kun-kan. En eso se despertó Sara. Cuando vio a sus amigas enfrascadas en el juego, asomó a sus labios una sonrisa. La primera sonrisa en varios meses. Sus ojos se abrieron asombrados. Hizo un esfuerzo y se sentó en la cama. Apoyó su cabeza en un almohadón. Viéndola así, las amigas arrimaron la mesita a la cama y la que repartía cartas le dio a ella también sus cartas. Medio en broma, Sara tomó los naipes y empezó a jugar ella también. Casi sin darse cuenta. Poco a poco su rostro empezó a iluminarse y se sintió más animada. En eso recibió dos jockers a la vez. Se alegró y se animó más todavía. Así jugaron largo rato. Sara ganó varias veces. En eso una de las amigas llamó a la sirvienta y le ordenó traer un vaso de leche para la enferma. Sara tomó la leche. Por primera vez en varias semanas. Y la tomó con ganas. Siguieron jugando. Al cabo de otro rato, Sara tomó inadvertidamente casi toda una naranjada. Más tarde, un caldo de pollo... Esa noche Sara durmió bien. Por primera vez en muchas noches. A la noche siguiente su marido la llevó al Club. Cuando la vieron entrar, sus amigas la recibieron con exclamaciones de alegría y felicitaciones. Volvió a jugar como antes. Y no se cansó de jugar. Hasta las doce. A los pocos días asistió a un té-bridge de la Wizo... De su mesita de noche han desaparecido los frascos, los pomos, las inyecciones. Sara sanó como por milagro. El médico de casa se quedó admirado de este caso. Fue una nueva experiencia para él. Y ahora, cuando se le presenta un caso similar, aconseja lo siguiente: no se quede en la cama, por nada; vaya noche tras noche al Club; juegue, fume y distráigase donde sea. Y, sobre todo, no se quede en la cama... Es el mejor remedio —dice— para toda mujer que llega a la edad crítica. 146 ¡POBRE AMIGO MAYORISTA! Amigo lector: Hace 20 años que escribo para ti. Que mantengo contacto contigo, todos los meses. Hace 20 años que te estoy contando secretos de la pobre vida de Chacra Colorada y de San Isidro. Por mí sabes lo que le dice el Rabino a la rebitzen después de haber vendido el último hueso de la carne kasher; lo que Aron Blanc está tramando contra la Jewra Kadisha de La Paz; cuántas letras protestadas tiene en su colección Samuel Brunstein de los clientes que pidieron fiestas con show en el “Majestic”; por qué a la “alta sociedad” no le conviene el local de la Av. Brasil. Por mí están al tanto de las politiquerías en la Organización Sionista. He sido yo, quien influyó con sus escritos a que la gente aprenda el ping pong del Hanoar y el Betar y, últimamente, también el nuevo y gran deporte chinganero que se llama fulbito chico y fulbito grande, cuyas mesas adornan ahora el mejor salón de la “Unión Israelita” en la Av. Brasil. Por mí has sabido dónde nuestras damas consiguen huevos frescos a precio más bajo que en la parada grande. Por mí has sabido quién es esa dama de la alta sociedad que le regatea a José Schneider —el esposo de Doña Sara — 6 centavos en la compra de un pepino encurtido... Lo único que no he podido, hasta ahora, informarte es quién es el verdadero presidente de todos los sionistas del Perú: Benzión Brodsky o Moshe Nimand Tampoco he podido informarte de lo que piensa Jacobo Rosco respecto al proyecto de construcción. Si está con Michel de corazón o sólo aparentemente. Tampoco sé todavía lo que en realidad piensa al respecto Benzión Mainstock. Si es partidario de Brasil o de otro sitio. Ni qué edad tienen en conjunto, Liowa Kleinerman y Moshe Nimand. Ni dónde almorzarán, en el próximo Yom Kipur, Najman Bajtner, Boris Dunayevich y Jaskel Studen. Si en el “91” o en la Granja Azul, para ir a pillarlos allá. Si Isaac Rabinovich, el más serio y el más atlético de nuestros mayoristas, terminó de hacer su cálculo de cuánto ganaría con el decreto del aumento del 50% en la importa 147 ción de textiles. Ni lo que opina Sabsay Teper respecto a Naser, que se metió el Canal al bolsillo trasero del pantalón. Ni lo que opina el experto en bellezas de Hollywood, el simpático y fotogénico Pepe Ludmir respecto al matrimonio de Marilyn Monroe con Arthur Miller. Si es kasher o no. Tampoco pude descubrir la diferencia ideológica, social y económica entre el minian de Malvas y la sinagoga de los Mandel. Ambas sinagogas carecen de rabino por más que el Rabino Brener haya declarado en Nueva York que él es el rabino de nada menos que 5 sinagogas de Lima... Ni por qué sufre una creciente anemia el té-bridge de la Wizo, en el local de la Avenida Brasil... Tengo un amigo que es importador-mayorista. Sí, ahora es mi amigo. Hace unos años, cuando los mayoristas cambiaban el coche de acuerdo con el color del último modelo del vestido de su mujer (o de su secretaria) o viceversa, todavía no era amigo. Me saludaba con un ligero movimiento de cabeza, apenas perceptible. Ahora, que las letras de clientes de provincias le son devueltas con protesto y cuando los bancos le devuelven el 70% de las letras que entrega para el descuento, se ha hecho mi amigo. Ese amigo mío tiene un considerable stock de percalas del año 34, con dibujos sacados del piso del hall de la “Unión Israelita” en Iquique. Tiene, además, un buen stock de casimires ingleses de la época victoriana o de cuando Naúm Brener todavía era presidente de la Asociación de Ambulantes. Y una caja de fierro llena de cheques protestados, por carecer de fondos. Y todo el día está ocupado en seleccionar y ordenar los avisos de pago de los bancos, que le llueven. Se halla en situación tan triste como la caja de la kehilá meses antes de Yamím Noraím. Su mujer, para ayudarle en algo, ha tomado la heroica decisión de no jugar 3 noches a la semana. Ya le debe al colegio “León Pinelo” dos semestres y no paga porque tuvo que invertir la plata en los pasajes y los gastos de viaje de su hija mayor al Callejón de Huaylas. En los últimos días estaba muy preocupado: tenía que pagar los 1,000 soles que Michel exige a los mayoristas por lo del nuevo “jazán”. Pues si no los paga está en peligro de perder la amistad y la confianza de Michel, que le descuenta, de vez en cuando, algunas letras y le garantiza préstamos. .. Y aquí sucedió el gran milagro: salió el decreto sobre el aumento de los derechos de importación a los textiles. Sólo el que se haya sacado alguna vez la “polla” sabrá de cómo se sintió mi amigo aquella mañana venturosa y llena de sol... 148 El mismo día su mujer se fue a las 10 de la mañana a “Fimac” y pidió un juego de dormitorio de último modelo. Luego se fue adonde Deull para pedir el precio de una estola de visón. A la realización de Oeschle y a “Selec-Shop” para seleccionar varios modelos nuevos de vestidos americanos. Mi amigo, para no ser menos, invitó a su secretaria a una comida en la Granja Azul y le regaló una nueva sortija con brillantes, que le había prometido hacía meses sin poder cumplir la promesa. Es que la notaba últimamente muy cambiada y muy fría. Más fría que una frigidaire. Al día siguiente, apenas se levantó por la mañana, mandó comprar “El Comercio”. Y cuando leyó el nuevo decreto, que anula al anterior, casi se desmaya. Se puso tan mal que tuvo que meterse de nuevo a la cama y a tomar las gotas para los nervios. .. Ahora tiene que decir “adiós” a los muebles “Fimac”, a la estola de visón de Deull, a los vestidos americanos de Oeschle y de Seleet-Shop. Y la secretaria se pondrá seguramente, de nuevo, tan fría e indiferente como antes... 149 AYUDA CONFIDENCIAL Y EN SECRETO Amigo lector; Recibí tu carta y la he leído con bastante interés. Yo comprendo muy bien tu situación. Pero no te preocupes. Aquí, en Lima, no vivimos en un desierto. Felizmente vivimos en un ishuv que sabe cumplir. Tenemos varias instituciones de ayuda al prójimo, como el Bikur Joilim, que ayuda a los enfermos con médicos, remedios y hospitales. Hasta cuando es necesario, lo mandan a uno a operarse en la Clínica Mayo. Tenemos un Hogar para el Anciano, para los casos en que los hijos quieran deshacerse de sus padres. Tenemos un Comité de Damas para Ayuda local, que presta ayuda a mujeres pobres facilitándoles hasta cosméticos. Tenemos una Cooperativa de Crédito que ayuda a los pobres comerciantes a pagar sus letras en los bancos locales. Tenemos también un Gemilut Jesed que ayuda a los que no pueden cumplir con la Cooperativa de Crédito. Tenemos a la “Unión Israelita” que ayuda a los hombres. Además tenemos también a algunos filántropos de buen corazón que buscan en los cafés del centro a quién ayudar. Así que no debes preocuparte mayormente. Te aseguro que aunque te mueras, te enterrarán gratis y sin que te cueste un céntimo. Pero, eso sí, amigo lector: si tú necesitas ayuda, tienes que cambiar de vida, de todos modos. En primer lugar no vayas nunca a los cafés para que no puedan decir de ti que eres un gran gastador. Que tu mujer no luzca sus joyas en las fiestas porque a la hora que tengas que pedir ayuda, te aconsejarán que empeñes o vendas las joyas para ayudarte. Cuida que tu mujer no se haga la permanente; que no se pinte tanto la boca y las uñas. Que no vaya más a los baños turcos y que no juegue kun-kán. ¡Ah! y no olvides: no ofrezcas más fiestas. También quiero que sepas que hay dos clases de pobres. Hay pobres profesionales que ya son conocidos como tales. Pobres que ya han perdido la vergüenza; que no les importa nada ir a todas las instituciones a pedir ayuda y aparte 150 piden a cualquiera de la calle. Muchas veces no le dejan a uno tomar tranquilo su cafecito en el Haití. Pero hay otra clase de pobres que carecen de fama. Nadie sabe aún que son tan pobres. Son personas que siempre han gozado de buena situación económica pero, de repente, han caído en desgracia. A esos pobres sí hay que ayudarles pero muy en secreto (En hebreo se llama a eso “Matan beseser”). Cuando uno de mis lectores llegue a saber de una persona que se halla en esas condiciones, tiene que dirigirse, en primer término, al Presidente de la “Unión Israelita”. Tiene que decirle en secreto de qué se trata. Entonces el Presidente llama a sesión secreta a todos sus 22 directores. Allí tratarán, todos en secreto, la manera de ayudar al necesitado, en secreto. Como la “Unión” misma no dispone de fondos, se dirige en estos casos al Presidente del Bikur Joilim y le insta para que cite a sesión secreta a todos sus 33 directores. También se dirige, al mismo tiempo, a la Presidenta del Comité de Damas de Ayuda Local aconsejándole que cite, a su vez, una sesión secreta a todas sus 64 directoras para tratar un asunto de suma urgencia y en secreto. Al final, tiene que presentar el asunto a la Gemilut Jesed Kase, donde el Comité busca en secreto a los que van a garantizar el préstamo. A esos garantes se les encuentra comúnmente en el Haití o en el café Barrington. Eso sí, tienen que ser personas muy, muy solventes. Y deben ser solamente miembros de la “Unión Israelita” porque los miembros del “Sharon” tienen un acuerdo secreto de no garantizar por nadie, nunca. Como vez, amigo lector, aquí, en Lima, saben ayudar al prójimo. Conozco casos en que se le ayudaba a uno hasta para comprar su casa propia. Conozco a varios a quienes les han posibilitado comprar automóviles. Hay un caso en que se le ayudó a una familia a tomar casa en Ancón para la temporada de baños. Hace un par de meses le ayudaron a uno a levantar el octavo piso en una construcción nueva. Hay casos en que se les ayudó a varios que han perdido toda su fortuna en el juego del pocker para que puedan volver a jugar y perder de nuevo todo lo que tengan más tarde. Hay casos en que se mandó a familias enteras a hacer su viaje a Israel para establecerse. Pero como esas familias no pudieron conseguir allá ni casas espaciosas ni sirvientas ni dónde y con quién jugar un pokercito cada día o cada noche, les bastó con escribir a Lima diciendo que no podían soportar el jamsín de Israel y varias damas de acá hicieron lo imposible hasta conseguir la plata para sus pasajes de regreso al Perú. Y cuando esas personas han vuelto a Lima se les 151 ayudó a tomar un chalecito en San Isidro y a comprar su dormitorio Luis XV. Como vez, lector, aquí en Lima más vale ser pobre para que todo el mundo se preocupe por uno y busque cómo ayudarlo. Ay del que posee algo pues nadie se preocupa por él. Ojalá fuera yo pobre. Entonces me ayudarían a comprarme casa propia, automóvil propio. Hasta me ayudarían a hacer un viajecito a Israel. Quiero terminar, pues tengo que correr a felicitar a mi amigo Isaac Wallach porque le ha nacido su primer nietecito lo que de por sí es un gran acontecimiento en la vida de un padre de familia. Pregúntenme a mí, que ya soy abuelo desde hace 15 años. Tendré que orientar a mi amigo Wallach con mis consejos para que sepa cómo portarse con su nieto. Cuántas veces a la semana tendrá que visitarlo, qué regalos tendrá que comprarle, de qué podrá conversarle y a qué sitios deberá llevarle. Esto último se lo diré confidencialmente y en secreto. 152 MES DE JULIO El cielo de Lima se parece al cielo raso de la “Unión Israelita”. Vientos huracanados soplan en las asambleas de la Organización Sionista. En el minian de Malvas se siente una humedad como en la cantina de Benjamín. La gente tiembla de frío como Wecselman cuando tiene que pronunciar un discurso en castellano. Días de frío y neblina corren como en el Comité de Damas de Ayuda Local. Hay silencio de cementerio en las 48 habitaciones del céntrico local del Hanoar Hazioní. Del cielo limeño gotean lágrimas como las de Benzión Brodsky en una de las últimas asambleas de la “Unión Israelita”. El frío lo sienten también las damas de nuestra Wizo, por más que llevan peleterías enteras sobre sus delicados hombros. Así es el aspecto de nuestra Lima en el mes de julio. Pero la Providencia quiso consolar a las gentes y nos dio las grandes Fiestas Patrias en julio. También en nuestro ishuv algo se ha movido en este mes de julio: hay asambleas, mítines, reuniones, sesiones a granel. La Organización Sionista, la “Unión Israelita”, la Wizo, todos sintieron la necesidad de hacer cambios en sus Directivas. Todos sintieron la necesidad de una reorganización interna. Los dirigentes comprendieron que ya no basta con remendar roturas o voltear las cosas al revés, como dice el Sr. Shapiro... Que faltaba una completa renovación de las cosas. Lipa Gorn, con su gran iniciativa pro-colegio, nacida entre los muros de Perulana; Samuel Portnoy, fuerte como el ácido cítrico; Benzión Wainstok, el crónico imparcial; Moisés Yuskievich, con su aspecto de Buick 1949; Aron- chik Goldenberg, tan puntual como un reloj “Cima”; Max Heller, con la fuerza de voluntad de un Massarik; Ezra Batiewsky, quien va siempre en línea recta; Benzión Brodsky, con su corazón de madre piadosa; Israel Brodsky, siempre tan diplomático como un zorro plateado; y Marcos Brodsky, el criollo cien por cien, componen la comisión que está llamada a preparar las grandes asambleas para llevar a cabo la renovación. Con la ayuda de estos amigos y si Dios quiere, veremos pronto en una de las mejores avenidas de Lima un gran- 153 dioso local de 20 pisos sobre el cual flameará, al lado de la peruana, una bandera blanca y azul y a la entrada un gigantesco mayordomo en uniforme de gala con botones dorados. Y en este edificio se servirá a cada visitante un pescado relleno, chulent, cebollas con nabo, arenques, un café a lo Patio, mesitas para dominó, y para zeks un zejtzig, una biblioteca con 5 mil volúmenes. Hasta la última obra del nuevo poeta, nuestro antiguo conocido Don Aron Lerner. En ese gran edificio habrá un salón de bridge para nuestras damas; una sala de ping-pong para el Hanoar Hazioní; salón de esgrima para el Betar: una mikwa para los shomré shabat; una sala de espectáculos teatrales para los amigos del Pikuf; habrá un gallinero para criar kapures para erev yom-kipur; un salón bien grande para un moshew zkeinim; un museo donde se conservarán para la posteridad copias de los discursos de nuestros dirigentes. Y el actual local de la “Unión Israelita” seguramente lo pondremos a la entera disposición del Rabino Brener para la venta de carne kasher y de salchichas. Ojalá que todos esos señores que hemos mencionado más arriba cumplan con sus promesas; entonces les pondremos a todos ellas un monumento de granito para que perduren a través de los siglos y cuenten a nuestros bisnietos la grandeza y el idealismo de esos próceres. Será un monumento más grande que el de Pizarro, que adorna la Plaza de Armas. Mes de julio: en tus días sucedieron tantos hechos gloriosos: se destruyó la Bastilla; se conquistó la libertad del gran país del Norte; se selló la libertad de varios países latinoamericanos; culminó la libertad del Perú. Ojalá que ese comité pro-edificio propio “León Pinelo” sea la iniciación de una nueva gesta libertadora y sus componentes sean llamados algún día “Los Libertadores de Iquique” pues a lo mejor nos libran del enclenque y débil edificio de la calle Iquique... 154 MI PRIMERA VISITA A UN KIBUTZ Amigo lector: En mis años mozos, cuando recién empecé a participar en labores de una entidad juvenil sionista, la primera palabra que aprendí fue “Kibutz”. Allí aprendí que los del kibutz son idealistas, que reconstruyen la antigua patria de Israel; que un kibutznik personifica la liberación de la tierra y el hombre judío; que los del kibutz son quienes hacen fructificar, con el sudor de su frente la tierra arenosa; que los del kibutz son quienes se sacrifican en el trabajo hasta el punto de morir de malaria, etc. Con el correr de los años, cuando me convertí en un dirigente sionista, en todos mis discursos jamás faltaba la palabra “Kibutz”. En mis estudios sobre el sionismo estuve interesado en conocer las diferencias que hay entre un kibutz mapaísta, mapamista, religioso, etc. Más de una vez he escrito poesías sobre la vida del kibutz y le cantaba loas. Aun antes de cumplir mi Bar-Mitzwa ya discutía con oponentes políticos acerca del kibutz y su significado en la vida sionista. Y ¿cuántos de ustedes, amigos lectores, recuerdan aún mis inflamados discursos acerca del kibutz? Y ahora, en mi primera visita a Israel, apenas puse pie en tierra de Israel, en el aeropuerto de Lud, fueron mis primeros anhelos visitar un kibutz. Hasta que, por fin, pude realizar mi sueño. En primer lugar quiero decir a mis lectores que, entrando a un kibutz uno no puede diferenciar si es del Mapai, el Mapam o de otra orientación política. Los árboles que allí crecen son mudos y no revelan el secreto al visitante, a su llegada. Y los pollitos del “Luí” son iguales en todos los kibutzim. Las gallinas cacarean pero no dicen nada. Mi primera impresión al pisar un kibutz fue que había llegado a un sitio encantado; un pueblo dentro de un bosque de árboles con casitas minúsculas, dispersas por el bosque; silencio alrededor como en un pueblito de Polonia o Besarabia; entre las hileras de árboles se paseaban criatu 155 ras en ropa de baño y jóvenes con caras quemadas por el sol. Entre los árboles se veían los “Lulim” con miles de pollos. Parecía que cantaban sin cesar una sola cosa: kra-kra- kra. Abajo, por la pampa se paseaban libremente las vacas. De una casita se oía, por la ventana abierta, música israelí. La tranquilidad reinaba por todos los rincones. Esto es el kibutz a primera vista. Entré al gran comedor, salón tan amplio y espacioso que ni en el Bolívar, ni en el Country Club hay otro igual en tamaño. Cientos de mesitas cubiertas con manteles blancos, más blancos que las del Club de Jorge Tendler o del “Sharon”. Una enorme cocina, que se parecía a la de un chifa limeño, donde trabajaba un grupo de hermosas chiquillas que preparaban la comida y el olor de la comida se parecía al de la comida que preparaba mi mamá para la noche del “Seder”. Paseándome por el kibutz, fue grande mi sorpresa al hallar a una chica peruana, la hija de Aron Lejtig, de Lima. Ella, a su vez, casi dio un salto de alegría al reconocerme. Me invitó a su casita. Allí conocí a su esposo, que estaba reposando porque tenía su turno para trabajar de noche. Su marido es un muchachote de unos 24 años, de cara curtida por el sol pero con una mirada penetrante. Nos sentamos y principiamos a conversar . —Dígame, señora, ¿se siente usted feliz en el kibutz? —Sí, muy feliz. —¿Qué es lo que usted hace en el kibutz? —Trabajo en el campo, en la cocina, en el gallinero, en la lavandería, etc. —Y en Lima ¿también ha trabajado usted? —Sí, trabajé en una oficina. Pero, de estas cosas jamás he hecho nada en Lima. —Y ¿cómo aprendió hacer esas cosas? —Cuando uno quiere, aprende todo. —¿Y le gusta la vida de acá? —Mucho. —¿Y por qué? —Vea, señor Zwilich: en Lima he trabajado apenas unas horas al día, pero después del trabajo me aburría. No había con quién salir, ni hablar. La juventud hebrea de allí —me refiero a los jóvenes—, es muy egoísta. Hay que ser hija de padres ricos para poder salir con alguien. Cada joven de allá tiene su precio y no quiere rebajar nada. Se hace pagar hasta la luna de miel... 156 —¿Luna de miel pagada? ¿Qué es eso? —Así es; hay que pagarle al novio los gastos de la luna de miel. El novio más barato cobra los gastos de viaje por la América del Sur. Aquí me casé sin chalet, sin edificio, sin carro. Nuestra luna de miel la hemos pasado en el silencio del kibutz, bajo la sombra de las hojas frondosas de los árboles. En Lima puede Ud. hallar a la juventud en El Tambo, jóvenes aparte y las chicas aparte. La conversación de los jóvenes es a base de lo que pasa en el Hipódromo. Acá, nuestro Tambo es el kibutz. Aquí estamos todos juntos. Nuestras conversaciones son muy interesantes. Si hay una fiesta, es para todos. El ambiente es familiar. Y nadie se siente extraño. Cuando salí de la casita de la chica Lejtig, ya era de noche. Apenas se veían algunos focos de luz entre los árboles. Pero, eso sí, los lulím estaban bien iluminados. Los pollos seguían cantando la misma melodía. Una luna llena rodeada por grandes estrellas iluminaba el ambiente. Trabajo, amor, poesía: Vida de Kibutz. 157 EL DIA DEL PADPE En tiempos remotos jamás festejaron ni el Día de la Madre ni el Día del Padre porque en esos tiempos padres e hijos formaban en realidad una sola familia, vivían casi siempre juntos, comían juntos, se paseaban juntos y celebraban sus fiestas juntos. Los padres educaban a sus hijos desde temprana edad hasta después del matrimonio. Los padres querían a sus hijos y los hijos les pagaban a los padres con la misma moneda y con creces. Lo único que les distinguía era la edad. Hoy los hijos se empeñan en hallarse lo más lejos de sus padres. No quieren que sus padres se “metan” en su vida y entre padres e hijos hay una diferencia de siglos. Por ello se tuvo que inventar forzosamente el Día de la Madre y el Día del Padre para no olvidarse de ellos, por completo. Amigo lector: ¿Ves esta corbata ploma a rayas doradas? Me la regaló mi hija en el Día del Padre. Y la corbata azul, pintada, que usé en el matrimonio de la hija de Yosele Rosenbach, en el “Majestic”, me la regaló mi otra hija, también en el Día del Padre. Y las medias “talla única” Lancaster son el regalo de un hijo mío que ustedes no conocen, regaladas también en el Día del Padre. Además tengo una corbata azul con blanco que es una lindura y que me la voy a poner únicamente en el día de la Independencia de Israel. Es un regalo de mi hija que vive en Haifa y que me la mandó para el Día del Padre. Hace algunos años que dejé de comprarme corbatas y medias. Porque recibo esos artículos, en abundancia, en el Día del Padre. Cuando voy a visitar, de vez en cuando, a uno de mis hijos, tengo que ponerme la corbata que me ha regalado en el último Día del Padre para que no diga que yo las vendo al día siguiente en el bazar de la Av. Colonial. Dicen que van a organizar, además, el Día del Abuelo. Entonces tendré corbatas y medias en gran abundancia y a 158 la vejez me arrastraré de café en café, vendiéndolas para ganarme el sustento. En verdad que fue una idea muy brillante la de instaurar el Día del Padre. Porque nosotros, los padres, somos para nuestros hijos unos viejos atrasados; no poseemos ningún grado de cultura, no conocemos los nombres de los cracks de fútbol, y ni siquiera sabemos aquilatar el valor del famoso Pelé. No somos ni ingenieros, ni médicos, ni abogados, etc. Por eso, que hay* por lo menos un día al año en el cual nuestros hijos nos presten algo de importancia y nos hagan sus regalitos. Que vengan siquiera un día al año a saludamos y abrazarnos. Yo por ejemplo, apenas me levanto de la cama en ese día, ya me veo rodeado por mis hijos, cada uno con su paquete de corbatas en la mano, envuelto en papel de regalo. ¡Qué lindo es el papel rojo con flores doradas! Me felicitan, me abrazan y me invitan a almorzar en el “Sharon”. Por la noche, me invitan al cine. Después del cine, me llevan al “Haití” a tomar un café-express con oreja de chancho. Y nos despedimos hasta el otro año, hasta el día 16 de junio que es “mi” día, nuevamente. Si en tiempo de nuestro patriarca Jacob hubieran celebrado el Día del Padre, como él tenía 12 hijos y una hija y todos le hubieran regalado, cada año, corbatas y medias, en su vejez se habría dedicado a poner una tienda de corbatas y medias en Canaan, en vez de ser pastor de ovejas. No hubiera tenido necesidad de mandar a sus hijos al Egipto a comprar alimento para su ganado. Entonces se hubiera evitado los años de esclavitud en el país de los Faraones. No hubiéramos tenido que pasar 40 años en un desierto y Moisés no nos hubiera otorgado los Diez Mandamientos en el Sinaí, donde se nos prohíbe cada cosa tan buena y tan agradable.... Y no hubiéramos enriquecido con nuestro trabajo a los egipcios; entonces el Nasser de hoy no dispondría de tanta plata como para financiar su campaña de cohetería. Y nosotros seríamos los dueños de Palestina a ambos lados del Jordán. Entonces, Ari Apryasky sería mi amigo íntimo y Benzión Gabel no hubiera retornado de Israel para enseñar a los niños del “León Pinelo” el amor a Israel. La Fábrica Voultex, de Afula, estaría trabajando a 3 turnos para abastecer de casimires “Barrington” a todo el Medio Oriente. Ben Bella no sería el amigo de Nasser, sino algún presunto cuñado de Moisés Nimand. El señor Berger no se vería obligado a leer, con el sudor de la frente, largos y escabrosos discursos en castellano, en fiestas nacionales. Ni Zusman, ni 159 Rosenbach llegarían a ser presidentes de la Organización Sionista. No hubiéramos tenido sionistas generales, capitanes y tenientes. Gershon Grobman no compraría tierra en Florida sino en el Neghev. No hubiéramos tenido que pasar 1000 años en Polonia y en la Besarabia. Entonces los novoselitzianos no hubieran podido considerarse a .si mismos descendientes de una raza superior y todos seríamos sefaradíes. El Rabino Brener no hubiera tenido que emigrar al Ecuador para hacer allá vida de soltero. El Rabino Dr. Goldstein no pronunciaría jamás sermones. Nos bastaría con el Rabino Dayán, que es israelí 100%. Imagínense, sin el desierto, sin la Tora y sin Moisés, podríamos comer libremente carne de chancho, jamón, chicharrones y camarones. Hasta en los días de Pesaj. Lamentablemente, en tiempos de nuestro Patriarca Jacob no se sabía nada acerca del Día del Padre. La gente estaba muy atrasada. En esos tiempos los hijos vivían con sus padres hasta su muerte. Y cuando murió Jacob, estuvo rodeado por todos sus hijos y a todos les pasó su testamento. Todos lloraban alrededor de su lecho. Hoy día sucede, a menudo, que cuando un padre se muere, un hijo está en el cine observando a Elizabeth Taylor; el otro tiene una cita inaplazable con una rubia; y una hija está en esos mismos momentos escogiendo un corte único donde Oeschle, o en el taller de la modista donde se estudia el último modelo de la moda venido de París. Por eso doy las gracias a Dios Todopoderoso que infundió a alguien la brillante idea de instaurar el Día del Padre, día de las corbatas y las medias.... 160 A LA VEJEZ VIRUELAS Amigo lector: Sé que tienes momentos en tu vida que sientes deseos de algo impreciso. Son momentos que uno extraña algo y no sabe qué. En esos momentos uno quiere estar solo consigo mismo. Acaso te guste, en esos momentos, cerrar los ojos y soñar. Estás buscando algo que te falta para sentirte feliz. ¿Verdad, amigo lector? No me digas que no. Dicen que el Rey Salomón escribió su Cantar de los Cantares cuando era joven. Y Kohelet, (Ecclesiastés), a la vejez. Pero, en mi opinión, debió ser al revés. Yo creo que el Cantar de los Cantares lo escribió ya en la madurez. Porque un poema de amor tan profundo sólo se escribe cuando uno ya pasó por todas las fases del amor. El joven no canta y tampoco pinta el amor con tanta maestría sino que lo vive y practica. Esta introducción viene al caso de un amigo mío, quien me contó algo de su vida. Un amigo más o menos de mi edad. Su situación económica es bastante próspera. Su casa, su mujer, sus hijos y sus nietos, todo, bien. Paga al día sus letras. A nadie pide letras de favor. Nadie tiene que garantizar por él porque su firma es su propia garantía. Sus hijos ya no van al colegio “León Pinelo” y ya no tiene dolores de cabeza con las cuotas “únicas”. En cualquier asamblea, actuación pública o fiesta, si se sienta entre el público, se le llama insistentemente por el micro para que suba a la tribuna. (Alguna vez lo hace a propósito, para que tengan que llamarlo por el micro y el público lo vea, luego, pasar por todo el salón...). Muchas veces ha aparecido su foto en “Nosotros”. (Verdad que la foto es de hace unos 20 años atrás). Un hombre que debería sentirse feliz y contento. Pero, con todo esto, me dice, tiene momentos en su vida en que se siente insatisfecho. Algo le falta, dice. Algo le hace pensar. Dice que en esos momentos tiene por costumbre meterse al jardín que bordea su casa, se recuesta en el gras, mira a la lejanía y observa algo que no sabe qué es. Le parece que hasta el gras del jardín sueña y las flores extrañan algo, como él. El silencio del jardín lo transporta a 161 un mundo nuevo. La tranquilidad le agrada y muchas veces se pone sentimental hasta derramar lágrimas. Cuando estaba pobre, no tenía tiempo para pensar. Las letras de último día no le dejaban en paz. Las letras de favor y los “pagarés” lo tenían siempre intranquilo. Las preocupaciones diarias lo mantenían siempre en tensión. No tenía tiempo para pensar ni en el pasado ni en el futuro. Todos sus pensamientos eran para ingeniarse cómo pagar esto y cómo conseguir aquello. Después de cada letra que cancelaba, se sentía como nuevo. Cuando regresaba del banco, se metía a una bodega y devoraba golosinas. Por las noches, después de un día de trabajo, dormía profunda y plácidamente.... Pero ahora, cuando su situación ha mejorado enormemente y ya no tiene preocupaciones, su mente está ocupada en algo nuevo. En algo que nunca se imaginó sentir. De repente llegó a recordar que en su pueblo natal tuvo una novia de ojos azules, de la que estaba perdidamente enamorado. Y después de tantos años ha revivido el recuerdo de esta novia lejana y la extraña. O acaso recién ahora se da cuenta de que la mujer de su vecino —una morena fogosa de 30 años con unas piernas de Grace Kelly —está ocupando su mente.... O acaso extraña su pueblo natal de Polonia, rodeado de bosques y riachuelos que cantaban su eterna melodía de juventud y amor. O todo, tal vez todas estas cosas juntas, despiertan en él saudades. Todo revive en su imaginación y lo extraña todo, todo lo que se fue y no ha de volver a ver jamás. En esos momentos no le interesan ni su mujer, ni sus hijos ni sus nietos. No le interesa si Benzion Brodsky es Presidente de la Organización Sionista o no lo es. No le interesan los informes de los delegados de Montevideo. Ni tiene interés en saber quién será el nuevo Presidente del Club Social. Y qué le importa a él si el Rabino Brener ha recordado en la sinagoga el Día de la Independencia de Israel o no. ¿Qué le importa, entonces, si la Grace Kelly se casó con toda la pompa y si tiene 132 títulos y si Kruschev va a bailar con la Reina de Inglaterra o no?... Ni le interesa saber cuántos metros de tafetán tiene el nuevo fustán de la Grace Kelly. Y si el príncipe Rainier la besó por civil o por la iglesia.... Nada, nada le interesa en esos momentos. Ni siquiera quiere saber cuántos bonos han comprado Michel Radzinsky y Juan Parnés. Tampoco le interesa saber dónde tenía escondidos los shekalim Moisés Nimand durante varias semanas. Si los te- 162 nía escondidos en el shil de Malvas o en la casa de su ex novia. Y le es igual que sea Presidente del Club Aron Waisman o Gerson Vidausky. De tanto pensar, muchas veces se queda profundamente dormido.... Amigo lector: no le despertemos, por favor. Que duerma y no sueñe demasiado. Los sueños hacen daño, muchas veces. Que duerma. Ahora, amigo lector, ¿tenía yo razón al afirmar que el Cantar de los Cantares fue compuesto por Salomón en sus años de madurez o no? 163 PADRES E HIJOS Amables lectores: Hace tiempo que mi muy popular paisano Jaime Lemeschke pelea conmigo a causa de que menciono en mis escritos a “tuti li mundi” menos a él, como si él no existiera y como si él no viviera en nuestro medio desde hace años.... “Le aseguro a Ud. —dice— que si Ud. escribiera algo sobre mí y sobre todo, lo que yo mismo le voy a sugerir, obtendría Ud. el más grande de los éxitos”. Bueno, pues; voy a darle gusto a mi paisano y escribiré algo sobre él y veremos si efectivamente tenía razón mi paisano Jaime Lemeschke. En primer lugar —dice mi paisano— hace más de un año que está peleado con su mujer. Es que a mi paisano le gusta comer bien y su mujer siempre le preparaba las cosas más ricas. A mi paisano le gusta mucho varenikes, kreplaj, kroit, borsch, etc., las comidas que preparaba su mamá y su abuela. Y ahora, desde que su mujer empezó a jugar bridge o kun kán, una cocinera de color le prepara todos los días churrascos y más churrascos, frejoles con arroz y más frejoles. Es el colmo, Zwilich —dice. Y no sólo con su mujer está de pleito sino también con su hijo casado, con su hija política y hasta con sus nietos. Según él, parece que tiene mucha razón en sentirse ofendido y enojado.— “Vea Ud., Sr. Zwilich, —dice— Ud. conoce a mi hijo; verdad que es un hombre inteligente pues es ingeniero pero ese ingeniero me cuesta mi vida, mi salud y hasta mi moral. He trabajado, he sudado bastante para poder educar a mis hijos; tres veces he quebrado y no pude pagar ni siquiera las letras de favor solamente porque me sacrificaba por mis hijos para poder darles una educación debida. Ud. no puede imaginarse los gastos en colegios, libros, uniformes, etc. Hasta un carro le he comprado a mi hijo, cuando se recibió de ingeniero. Todo para complacerle, para darle gusto, para que pueda pasear a sus amigas y exhibirse ante sus amigos y conocidos. Yo y mi mujer íbamos a La Punta o cualquier otra playa, en ómnibus y mi hijo jaraneaba, se paseaba. Muchas 164 veces las propinas que le daba a mi hijo cada semana eran mayores de lo que le daba a mi mujer para los gastos de la casa. Ahora, él es el señor ingeniero. Créame, Sr. Zwilich, que la casa que él ocupa en San Isidro, la arreglé yo. Los muebles y todo lo que hay en la casa de mi hijo lo he pagado yo. Hasta tengo vergüenza de ir al Club Social porque seguramente me consideran estafador y sinvergüenza. Le juro, Sr. Zwilich, que a mi nada me ha quedado de las quiebras. Todo fue para mis hijos. Y ahora, mi hijo se porta conmigo como si no me conociera.... Le juro a Ud. que en los tres años que lleva de casado nunca ha invitado a sus padres a un paseo, a un cine. Ni siquiera he probado hasta ahora lo que cocina mi hija política. Me da pena ver a mi pobre mujer, por más que estamos de pleito, ella que tantos esfuerzos ha hecho para complacer a nuestros hijos, que se levantaba a las 6 de la mañana para prepararles los jugos de fruta, les preparaba comida cada uno a su gusto y ahora al hijo ni le interesa saber si la mamá está sana o enferma.... Si mi mujer visita a sus nietos, no la dejan besarlos porque mi hijo el ingeniero dice que es contra la higiene...” “Escriba Ud., Sr. Zwilich, todo eso, para ver si se avergüenzan un poco. Y no crea Ud. que yo soy el único con esa tragedia familiar. Casi a la mayoría de los padres que tienen hijos casados les pasa igual. Nuestros hijos se sienten muy cultos, muy inteligentes y están muy orgullosos”. Jaime Lemeschke se despidió de mí con lágrimas en los ojos. Me hizo pensar mucho. “Este pobre hombre tiene mucha razón. Nunca la distancia espiritual entre padres e hijos fue tan honda como en la actualidad. Somos casi dos mundos distintos...”. Otro amigo mío me contó que una vez fue con su mujer al cine. Para ahorrar compró entradas a lateral. En el salón divisó a su hijo casado, con su mujer. Estaban en platea. Cuando lo divisó, el hijo lo saludó de lejos con un “Hola, viejo”. Al salir, después de la función, el padre y la madre estuvieron esperando largo rato en la puerta del cine para que el hijo los condujera en su carro, a la casa. Pero el hijo se disculpó diciendo que tenía que llevar a su mujer a comer al “Chez Víctor”. Y los viejos padres tuvieron que volver a su casa en un ómnibus repleto, de pie en todo el trayecto. Otro amigo mío me contó que hacía años que no va a visitar a su hijo casado porque siente, cuando llega a la casa, que es un estorbo para la joven pareja. Siempre, cuando él llega, lo jóvenes están preparados para salir.... Una vez, al cine; otra, al fútbol; o a una fiesta. 165 Los padres, que llegaron con la esperanza de distraerse un poco con los hijos y con los nietos, tienen que regresar de noche, en un ómnibus repleto de gente. Cuando los hijos ofrecen una fiesta en ocasión de un cumpleaños, digamos, los viejos padres tienen que ir forzosamente. Entonces la pobre madre tiene por fuerza que estar toda la noche ayudando en la cocina. Y el pobre padre, en un rincón de la sala, para así dejar libre un sitio para alguno de los jóvenes invitados.... Amables lectores: Todo lo que acabo de escribir es pura verdad. Fíjense bien y verán que, con pocas excepciones, hay una enorme distancia entre nosotros y nuestros hijos. Lo que nos gusta a nosotros no les gusta a ellos. Amigo y paisano Jaime Lemeschke: no te preocupes. No eres el único. Eres uno de tantos. Deja a tus hijos hacer lo que quieran y les guste. Llegará el día en que tus nietos vengarán tus sufrimientos. Les pagarán a sus padres con la misma moneda. Y con creces. Y ustedes, los Jaimes, que tienen estos problemas, confiesen de una vez que ya están en edad suficiente avanzada y júntense, como en Novoselitz, en el viejo Bet-Midrasch y hablen de política y de todo lo que quieran. Con eso ayudareis para que haya todos los días un minian en el shill de la “Unión”, Dejen a sus hijos ir al Kazán. Nuestra edad es solamente para la sinagoga. Y nada más. Amén. 166 IMPROPIO PARA SEÑORITAS Amigo lector: Te estás quejando últimamente que ya estás cansado de leer mis artículos siempre sobre las mismas fiestas y los mismos personajes. Dices que mis artículos se parecen a los volantes de la Wizo, que principian con té-bridge y terminan con té-bridge. Y tienes razón, amigo lector. A mí también ya me aburren las fiestas, los “personajes” y los té-bridges. Por eso me decidí a escribir hoy algo picante e impropio para las señoritas del Betar y del Hanoar. Algo que tenga sal y pimienta. Algo al etilo de “Sanin” de Artzibashew, o “La virgen de 18 kilates ” de Pitigrilli. Me parece que esta vez sí quedarás contento. Estoy casi seguro que Samuel Portnoy lo leerá despacio para no perder detalle. Benzión Brodsky se olvidará, por un momento, de los protestos que llegan de provincias. Max Pecker acariciará con calma su bigotito, leyendo el artículo y lucirá una pálida sonrisa. Aron Blanc lo leerá 18 veces (por aquello de “JAI”) y luego dirá despectivamente que el nivel cultural es muy bajo. Y Samuel Rotstein, después de leerlo, correrá a la “Unión Israelita” para acusarme de inmoral. Pero, a pesar de todo, voy a describir el episodio que va a continuación. Es que ya estoy acostumbrado a escribir sobre cosas de la vida real. Y esta vez volveré a hacerlo. Tú, amigo lector, eres el único que tiene derecho de opinar y juzgarme. Se trata, en primer término, de una dama que todo el mundo conoce. Tú, lector, también. No doy su nombre por miedo al marido. Esa señora es tan hermosa que su cuerpo se asemeja a un maniquí de la vitrina de Select Shop. Tiene dos ojazos cuales dos faros iluminados de un Cadilac 1954. Y dos labios que piden a gritos “béseme”. Pero su desgracia consiste en que su marido, que tiene el derecho de besarlos a toda hora, no lo hace sino una vez al año: el día de su cumpleaños. Esta es su gran desgracia. Te voy a confesar un secreto: un día la vi en el centro, con un vestido de yersey azul-marino, un cuellito blanco y medias nylon sin raya y esa noche no pude conciliar el sueño. 167 Tuve que decirle a mi mujer que sufría dolor de cabeza. Así es esa señora. Despierta, al pasar, pasiones en todos los que la ven. Cierta vez me contó el Sr. Balaban que fue un día a la “Unión Israelita” para comprar matzá y al verla se le cayó el lápiz y se equivocó en la cuenta.... Ahora, amigo lector, que ya sabes cómo es esa señora y cómo viste, te contaré un secreto: es completamente infeliz. Sí, señor, completamente desdichada. Es que su marido llega a la casa para almorzar y luego se va a trabajar en su oficina. Por la noche vuelve a la casa, come a la ligera y vuelve a salir. Y no regresa sino pasada la media noche. Es que le gusta el juego.... Y a su mujer la deja sola toda la vida. Sólita con su alma. Ella, que le gusta vivir y gozar de la vida; ella, que le gusta exhibirse para que la vean y que la admire todo el mundo, tiene, por fuerza, que quedarse sólita y encerrada en su casa. Ella, que está hambrienta de cariño, amor y halagos y su marido que no le da nada de eso. Es completamente indiferente.... Ahora, dime tú, amigo lector: ¿si esa mujer se enamorara de otro, sería un pecado? Bueno, te diré que a la larga tuvo que fijarse en otro hombre. Y se fijó. Y se enamoró. De mí, no. Fue de otro. Porque ese “otro” es atento, es cariñoso, es fiel. La persigue con sus atenciones, con sus mimos, con sus caricias. Le dice a toda hora que la adora, que no puede vivir sin ella, que daría la vida por ella. Y tantas cosas más que dicen los hombres enamorados. Y ya que hay “otro”, es la señora quien espera impaciente a que su marido se largue después de la comida. Y tiene interés de que no vuelva hasta la madrugada. Que se quede con sus amigos en el Club o donde sea, con tal que esté fuera toda la noche. Y mientras el marido se entretiene con su dama de copas, la mujer se pasea con su amigo por las desiertas avenidas de Orrantia y su corazón late al ritmo de las olas del mar en la desierta playa de Salaverry. Y una noche limeña, cuando en el cielo brillaban millones de estrellas y las olas del mar cantaban su eterna melodía, ella, la bella esposa, gozaba en los brazos de su galán, en un auto con luces apagadas. Esa noche el marido llegó a la casa y no encontró a su mujer. Fue por primera vez en su vida conyugal que llegaba temprano. Estaba sorprendido y alarmado. Estaba confundido. No sabía qué pensar. ¿Dónde estará su mujer a estas horas? De puro nervioso salió a la calle sin saber a donde ir. De repente vio acercarse un auto que se paró a una 168 cuadra de distancia y una mujer que se bajaba, despidiéndose con un beso, de alguien. De lejos reconoció a su mujer.... Amigo lector: Sé que tienes gran interés por saber quién es el galán. Te lo diré. Es un vecino de dicha señora. Es un hombre culto, atento y buenmozo. Un hombre amante del hogar, que después de un día de trabajo, llega a su casa y se queda. Y no sale casi nunca. Se queda a cuidar la casa porque su mujer sí sale todas las noches. Sale, porque es directora de una sociedad femenina y tiene que asistir a sesiones, té-bridges, asambleas y, sobre todo, a partidas de kunkán.... Así que nunca para en su casa de noche. El, sí. Por eso sucedió que una noche, que salió para pasear su aburrimiento, al frente de su casa, se encontró con la vecina que hacía lo mismo: ella también salió a matar su aburrimiento con un ligero paseo. Se encontraron de casualidad. Conversaron a gusto. Y repitieron el paseo una y otra noche. Simpatizaron. Es que a ambos les aquejaba el mismo mal del abandono y de la soledad. Y así empezó un ligero flirt. Un flirt inocente al principio pero que se convirtió, con el correr de las noches, en una amistad. Es que tenían tanto que contarse uno al otro. Y se comprendieron. Y la amistad se convirtió, poco a poco, en amor. En una pasión. Y los dos corazones empezaron a latir al unísono. Los dos hallaron una compensación a cambio de la decepción que sufrieron en sus respectivos hogares. Hallaron una satisfacción a cambio de las largas noches de soledad y tristeza.... Amigo lector: si algún día oyes decir que dos matrimonios se divorcian, ya sabrás el por qué. Y si la nueva pareja llega a casarse, seré yo el primero en enviarle una felicitación por medio de “NOSOTROS”. Será una felicitación grande, a dos columnas y con letra bien gorda. 169 NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO El salón “Majestic” está ampliamente iluminado. Haces de luces iluminan, toda la cuadra, atestada por largas hileras de autos de las más modernas marcas. En la puerta, el Sr. Isaac Gold, vestido de rigurosa etiqueta, con su esposa Rebeca al lado, ataviada a la moderna y con un sombrero estilo platillo volador. Están recibiendo a los invitados que llegan para participar en la gran fiesta de las Bodas de Plata, que se conmemoran con una comida y baile. Las mesitas están adornadas con flores. El Sr. Brunstein se esmeró esta vez en preparar una comida de primera. Las tarjetas del menú adornaban las mesitas. Esta vez la comida fue preparada al gusto del Sr. Gold y esposa. Corvina a la jardinera, caldo a la Juliana, pavo y pollo al horno, kishke a la Novoselitz, camote asado a la Chanchamayo, ensalada de fruta, café, tortas, etc. Aparte, whisky, champán y bocadillos a discreción. El Sr. Gold contrató dos orquestas. Una, para tocar durante la comida y la otra especialmente para el baile. Y además, los clowns del circo Búfalo Bill para entretener a los invitados. Y así reinó gran animación durante toda la fiesta en el salón “Majestic”. Los mambos y tangos se escuchaban a muchas cuadras, donde solitarias parejas acostumbran pasear en la oscuridad de la noche. A altas horas de la noche, el salón “Majestic” tenía aspecto de un Night Club de Broadway. El Sr. Gold, que es un destacado comerciante, quiso lucirse en esta fiesta para que todo el mundo viera y admirara lo que un Gold es capaz de hacer. Hace 25 años que el Sr. Gold se había casado con su Rebeca en Lipcani, Besarabia, en una gran miseria. No soñaba siquiera que 25 años después sería capaz de ofrecer una fiesta con tanto lujo y esplendor. El mismo, en su flamante smocking, se parecía a un gerente de un gran banco y la sonrisa de su Rebeca, con la espalda desnuda, se parecía a la de Rita Haywort. Solamente algunas arrugas mal disimuladas en la cara echaban una ligera sombra en este ambiente feliz. 170 En general, la fiesta fue un gran éxito. La alegría se desbordaba y las parejas se movían al ritmo de los mambos y todos parecían estar felices. La casa del Sr. Gold se convirtió, en vísperas de la fiesta, en una verdadera platería y joyería. Han recibido regalos a montones: marcos de plata, floreros de cristal, candelabros y arañas, porcelana fina y muchos ramos de flores. Todo el mundo envidiaba la felicidad del Sr. Gold y esposa. Pero... Amables lectores: Ustedes que tienen en fe en mí y que ya se han convencido de que yo conozco un poco la vida real, les voy a confiar un gran secreto. No hay que envidiar a nadie. Créanme que el Sr. Gold no es tan feliz como ustedes creen. Les aseguro que el Sr. Gold, para poder ofrecer la fiesta, tuvo que empeñar su alma en pagarés y sobregiros y ahora otiene bastantes dolores de cabeza para poder salir de esos enormes compromisos. Su mujer, con la deslumbrante sonrisa y espalda desnuda en la fiesta, sufre de presión alta y vive a dieta. Tienen un hijo que se ha recibido de ingeniero pero a quien el padre tiene que darle la propina para que pueda invitar a una chica al cine... Y no solamente al Sr. Gold sino también a casi todos los invitados a la fiesta, con sus cadenas de oro y anillos con brillantes, a cada uno le falta algo. Puede ser que Ud. haya notado que aquel señor Fingerman, que bailó mambos durante toda la noche, después del baile se sentó con cara pálida y con fuertes palpitaciones al corazón. El Sr. Fingerman se olvidaba, bailando, que ya pasó de los 50 y que debe descansar en la noche. La Sra. Kuperman se olvidó que tiene úlceras y comió un pedazo de kischke y al día siguiente tuvo un ataque y ahora vive a leche y crema. La Sra. Wolfenzon, que lucía su espalda desnuda y se movía en los tangos como una colegiala, regresó a su casa enferma porque hace tiempo que sufre del hígado. La Sra. Pinerman llegó a su casa deshecha porque se ahogaba dentro de la estrecha faja para conservar la silueta. Yo podría llevarles, amigos lectores, de una mesa a otra, para contarles la verdad sobre cada uno de los comensales. Podría contarles también episodios muy interesantes sobre "cada uno de los regalos que adornan ahora la casa del Sr. Gold. Por ejemplo: ese florero de plata, que adorna la mesita del comedor, es un regalo de su íntimo amigo Kishkeman. Para comprarlo, la familia Kishkeman no ha dormido durante la semana porque al Sr. Gold no podían 171 mandarle un regalo cualquiera, y el florero costaba 600 soles. Y la familia Kishkeman no podía gastar una suma tan fuerte porque debe todavía 305.50 al Colegio León Pinelo, del segundo semestre del año pasado... Y el director manda cartas cada semana... Para comprar la araña esa, que adorna ahora el salón del Sr. Gold, se tuvo que hacer un “colectivo” de a 50 soles, en la misma forma como lo hace León Batiewsky en el Patio para un enfermo pobre que hay que ayudar... Si los brazos de la araña pudieran hablar, contarían con qué ganas cada uno soltó sus 50 soles para el “colectivo”... Les aseguro que las luces de las bombas se apagarían de vergüenza... Yo podría confiarles un secreto más: que al día siguiente de la fiesta, cuando el Sr. Gold conversaba con su señora, dijo: “Ves ese ricacho, Gleissman, qué miserable; entró en un “colectivo”... Qué vergüenza. Yo, el día de su santo, le regalé un plato de plata que me costó 400 soles y él.. miserables... Y revisando la lista de los regalos, calificó a todos de Así es, amables lectores, no todo lo que brilla es oro. Y si ven ustedes a uno con la sonrisa en los labios, tómenle una radiografía y verán una sombra amarga en su alma. tranquilos y felices. . . No envidies a nadie, amables lectores y viviréis 172 DIVORCIO POR CULPA DE LA WIZO Amables lectores: Esta vez quisiera hacerles conocer plenamente la historia de Rebeca Glantz. Una de las mujeres más simpáticas de nuestra colectividad. Efectivamente, Rebeca es una mujer excepcional, mujer de buen gusto para todo, buena madre para sus hijos y fiel compañera para su marido. Rebeca Glantz no se viste nunca de lujo pero luce siempre limpia y bien peinada; los labios pintados con rouge pero no de color chillón. En la casa, todo está en perfecto orden. Quien haya tenido la suerte de visitar la casa de los Glantz, pudo convencerse por sí mismo de que, por más que la casa es pobre la limpieza brilla en todos los rincones. La pequeña salita, con sus confortables ya bastante usados, siempre cubiertos con cretona limpia y planchada, como si nunca se hubiera sentado alguien allí; las paredes de la salita, adornadas con cuadros baratos pero bien escogidos. Y así, el pequeño dormitorio, el comedor, hasta la cocina, todo bien adornado. Da gusto ver a la Sra. Glantz trabajando en la cocina o haciendo la limpieza de la casa. Siempre está con su mandil blanco y zapatillas celestes. Nunca levanta la voz. Los niños, bien cuidados. Cada uno tiene su propio rinconcito para comer, hacer los trabajos escolares y jugar. A Rebeca Glantz no la verán nunca vagar por las calles del Centro pues siempre tiene que hacer algo en la casa: lavar, cocinar, limpiar. Y cuando ya nada tiene que hacer, se pone a tejer y al mismo tiempo lee la revista de modas. Cuando Jaime, su marido, llega a almorzar, la comida está siempre lista. La mesa del comedor, cubierta con mantel blanco. Los cubiertos, ordenados de la misma manera como en el salón dorado del Hotel Bolívar. .. Jaime es un hombre simple y sin mayor instrucción pero ella lo ha educado tanto, que ya sabe cómo portarse en la casa, en sociedad y donde sea... Así vivía Rebeca Glantz desde que llegó a Lima, hace unos 20 años, procedente de su pequeño pueblo besarabiano. Todos le tenían cariño y respeto en la colectividad. 173 El marido la quería con toda su alma. La respetaba porque sabía que ella es una mujer culta, inteligente y superior a él en muchos aspectos. Y con toda su pobreza, el marido era feliz. Su casa le parecía un paraíso... Hasta que llegó un día, un día muy triste para Jaime y Rebeca Glantz. Una gran desgracia cayó sobre la vida de esta humilde familia ejemplar. Esto pasó en el año 1951. En una asamblea general de la Wizo propusieron a Rebeca Glantz para directora de la institución. Rebeca no quiso aceptar el puesto pero al fin tuvo que hacerlo debido a las reiteradas instancias de todas las socias. Cuando Jaime supo de la designación de su Rebeca, se sintió muy halagado y feliz. Al fin, la gente se da cuenta de quién es su Rebeca .. . Pero, desgraciadamente, para él y para la casa, desde ese día principió el infierno para él. Por primera vez llegó a la casa y no encontró a Rebeca, la que acostumbraba recibirlo con una amable sonrisa. Jaime comprendió que seguramente estaba en una sesión de la Wizo. Y tuvo él mismo que meterse a la cocina para preparar algo de comer para los niños. Por primera vez se acostó solo... La casa, sin su Rebeca, le parecía distinta. No estaba acostumbrado a ello. .. Pero se callaba siempre, sin reclamar nada a su mujer. Es que sabía que si protestaba y reclamaba, sería considerado por ella un ignorante y tirano... Y así comenzó una nueva vida para Jaime. Casi diariamente Rebeca tenía que ausentarse de la casa. Un día, sesión; otro día, té-bridge; otro día llegada de un delegado y había que atenderlo... Las colchas de la cama ya no estaban limpias ni planchadas porque Rebeca no disponía de suficiente tiempo para hacerlo. El piso ya no brillaba como antes; los niños ya no comían a sus horas; la mesa del comedor ya no se parecía a la mesa del salón dorado del “Bolívar”... A Jaime le dolía bastante esta clase de vida pero no podía decir nada. El se sentía siempre muy inferior a su Rebeca, la culta y la inteligente. Sufría en silencio y no decía nada. De repente su Rebeca aprendió el bridge y el kun-kan y la canasta. Y hasta cuando no había sesión, extrañaba el Club. Se despertó en ella gran interés por la nueva vida que llevaba últimamente. Y estando siempre en compañía de mujeres ricas, se despertó en ella la envidia por las pieles y las joyas... Rebeca, que nunca pedía nada a su marido; que siempre estaba contenta y satisfecha de su blusa blanca, de su falda azul plisada y sacón de terciopelo rojo, ahora principió a exigir a su Jaime blusas de nylon, vestidos 174 de seda americana y abrigo de piel.. . Para no ser menos que otras, decía. —Jaime, —le dijo ella una vez— ¿cómo puedo ir a un té-bridge a la casa de la Sra. Pitman o de la Sra. Negowsky, sin tener siquiera una cadenita de oro y un brazelete de oro? Jaime comprendía y se esforzaba para poder satisfacer el deseo de su Rebeca. El pobre trabajaba más, firmaba letras, pedía préstamos de favor, garantías en los bancos. El pobre perdió su tranquilidad pero cumplía con su Rebeca... No quería disgustar a su mujer porque siempre se ,sentía inferior a ella. Rebeca ya jugaba más fuerte. Muchas veces perdía lo que le daba su Jaime para el diario. Una vez perdió la plata que Jaime le dio para pagar la casa. Por miedo a Jaime empeñó su cadena de oro en una casa de préstamos, para poder pagar el alquiler. Y aquí principia la desgracia. Una noche llegó Jaime a su casa y no encontró a Rebeca. La casa era un gran desorden. Los niños estaban hambrientos. Quiso prender la cocina, pero no había kerosene. No había ni pan ni mantequilla. El pobre sudó la gota gorda para poder preparar algo. Se acostó muy amargado... Y esa noche Jaime no durmió. A la una de la madrugada llegó Rebeca del Club Social. Y Jaime concentró toda su voluntad y toda su amargura y con cólera gritó: —O yo, o la Wizo. Amables lectores: Pregunten al Rabino Brener y él les contará la tragedia de Jaime y Rebeca. Los dos lloraron en su casa para explicarle el motivo del divorcio... Sí, amables lectores, pronto habrá en Lima el primer divorcio por culpa de la Wizo. 175 UN HOMBRE DE BUEN GUSTO Salomón Dilner acaba de construir su casa propia en la Avenida Javier Prado, en San Isidro. Y la verdad es, que todo el mundo admira el buen gusto de Salomón Dilner de cómo ha construido su residencia que “embellece a toda la avenida” dicen. Hay que ver la fachada que es un verdadero arte de la arquitectura moderna. Salomón Dilner, que pasó de los 50 bien cumplidos, nació en Tishevitz Y su mujer, Leah —de la misma edad— con hijos ya casados, construyó su residencia con todo el confort y el lujo que ustedes pueden imaginarse. La casa tiene 3 garajes, living, antesala y 3 salones grandes, un comedor amplio y capaz de acoger a unas 200 personas cómodamente, 5 dormitorios, biblioteca, oficina, antecocina y cocina, comedor de diario, jardín con palomar y una fuente con luces eléctricas y una amplia piscina. Todo, con buen gusto. Cuando se entra a la casa, se hunde uno en las alfombras, escogidas en la Casa Persia, con buen gusto. Cuadros de arte moderno adornan las paredes. En el domitorio una Venus desnuda, que se parece a la propaganda del jabón Ross pero de muy buen gusto. En el comedor, un cuadro de Van Gog, donde en un jardín, una anciana teje una chompa y un anciano con sus anteojos en la punta de la nariz, lee su periódico y un gato dormido sobre su regazo. Al frente, un cuadro, donde se ve a un pastor en los Alpes, con cientos de ovejas con dos perros bravos. Además, un montón de pequeñas esculturas, de bailarinas, de damas antiguas adornan cada pieza de la casa. Al lado del comedor, un cuarto especial para bar, con botellas de Pisco, Wisky, Champán, Coca-Cola, todo extranjero. Sobre el mostrador del bar, un cuadro de un viejo borracho con barril de vino. Todo, todo de buen gusto. Los muebles de la casa son de los más modernos estilos y del mejor buen gusto. Arañas de cristal y de bronce. En una sola palabra, todo el lujo que se puede uno imaginar. Un decorador especial y de buen gusto le arregló a Salomón su nueva casa. Verdad es que ellos casi nunca entran en esos salones. Su único sitio favorito de todos los días es la cocina. - 176 Cuando Salomón Dilner terminó su casa y todos los muebles estaban ya en su sitio, la única preocupación que tuvo, fue de cómo arreglar la biblioteca. Eso sí, él sabía muy bien que tenía en los andamios espacio para 25 metros de libros. Por suerte, en esos días se estaba vendiendo una biblioteca de un abogado. Libros gruesos con lomos impresos con letras de oro. Y los ha comprado muy baratos. Casi regalados. Pero, con todo eso, le faltaba siempre como 10 metros para llenar los anaqueles. 'Fue entonces a la librería Internacional y compró libros por metro. Y así llenó el vacío en los andamios. Cuando uno echa una mirada sobre la biblioteca de Salomón, puede ver que al lado del Conde de Napoleón hay un libro de Pitigrilli y la filosofía de Voltaire y un libro de Forel. En un rincón de la biblioteca, un busto comprado de ocasión en un remate de una casa de préstamos, que hasta hoy en día no sabe a ciencia cierta si es de Jorge Chávez o Diógenes... Salomón Dilner tiene mucha afición y buen gusto para las antigüedades. Así que en la misma biblioteca hay un sillón comprado en Old Cuzco, donde según Mauricio Halle, es el sillón que usaba Túpac Amaru cuando escribía sus memorias respecto a Tolstoy. En su colección de fotografías tiene al Faraón Tutankamen al lado de su difunta suegra; a un rey de Asiría, al lado de Moisés y el del Zar Nicolás el Primero. También adquirió, de ocasión, una escultura de la reina de Saba. La compró porque se parecía a su mujer. En su escritorio tiene un cuadro a colores de su difunto padre, de barbas largas, montado en un caballo. En general, Salomón Dilner es un hombre de buen gusto. Si Ud. pudiera ver a Salomón en su bata color conchovino, fumando un grueso habano, diría Ud., que se parece exactamente a Churchill. A Salomón le gusta vestir bien; comer bien; hablar despacio; andar despacio; lo único que no sabe hasta hoy, es a qué partido sionista plegarse. Según su manera de vivir, debería pertenecer a los Sionistas Generales. Debería serlo ante todo, porque es un gran amigo de Marcos Perelman. Pero, le conviene también ser amigo de Michel Radzinsky. Así que debería pertenecer a la Histradut. En este sentido Salomón Dilner está muy desorientado. En la vida social Dilner no toma parte en ninguna institución, porque últimamente le han prohibido salir de noche. Se va, de vez en cuando, con su mujer, al cine. Ronca durante toda la función. De noche se acuesta con un libro yidish, que ha comprado a Celnik, cuando estuvo en 177 Lima. Esos libros yidish no los guarda en la biblioteca sino en la cocina. Pero, cada noche apenas lee media página, se queda dormido y el libro se cae al suelo. Salomón Dilner tampoco juega. El único vicio que tiene es comer bien. En la plaza del mercado es muy popular. Es el mejor cliente para pichones, pavos gordos y gallinas. Le gusta la corvina y la chita fresca. Se va hasta la playa de Chorrillos o de La Punta para conseguir un buen pescado. Si Ud. pudiera ver a Dilner comiendo, con su servilleta metida al costado del cuello de la camisa, con los labios grasosos devorando un pichón relleno, hasta a Ud. se le despertaría el apetito. Dilman pesa 115 kilos. Últimamente se siente algo pesado. Los médicos la aconsejaron bajar unos 20 kilos. Pero, el pobre Dilner no puede aguantar los rigores de la dieta. Todo el día en “El Patio” pide a los mozos Alka Selzer. Cuando va a una fiesta, el mozo tiene que demorar bastante hasta que Salomón escoge sus bocados favoritos. Pero, con todo eso, es un hombre de buen gusto. Se porta muy bien. No hace mal a nadie. Vive su vida con su mujer, la que, hasta hoy en día, por más que ya han festejado, hace mucho tiempo, sus bodas de plata, con todo, la quiere como en su luna de miel. Su único placer es enseñar a sus nietecitos de cómo jugar un solitario. Y lo único que le fastidia es que su mujer se molesta porque ronca de noche. Dr. Roitman: ¿No tendrá Ud. un remedio para la ronquera de este buen hombre con tan buen gusto... ? 178 ¡VIVA VORONOF, SI ES QUE EXISTE TODAVIA! Amigo lector: A mí me ha llamado mucho la atención en el baile de fin de año, en los iluminados y decorados jardines de la “Unión Israelita”, un amigo y paisano, que estaba arrinconado en un aparte, pálido y melancólico, que daba pena. Ni las tres mejores orquestas de Lima, ni el regio show ni el bullicioso y alegre ambiente pudieron animarlo y distraerlo. Ni las frecuentes copas de whisky. A mis ojos se parecía a un viejo perdidamente enamorado de una morocha que no le hace caso ni a él ni a sus regios regalos para conquistarla. Se parecía a ese amigo que se hacía lenguas de su joven y deslumbrante enamorada, cuya fidelidad garantizaba ufano y orgulloso, y quien es sorprendido, de repente, por la noticia de que tiene, a escondidas, un galán joven, atlético y de bigotito irresistible... Estaba tan triste el amigo ese, como un candidato seguro a la presidencia de la “Unión Israelita” que pierde la elección en el último momento, porque apareció otro candidato... O como uno que tiene que pagar una letra de último día y a pesar de buscar, hasta el último momento un préstamo salvador, no lo consigue y espera desesperado el fatídico aviso del notario... Tan triste estaba. Su mujer que estaba sentada a su lado y la que seguramente se daba cuenta de su estado de ánimo, lo atribuía a la alta presión. A cada rato le ofrecía solícita una nueva tacita de café express y se deshacía por animarlo un poco. Pero, en vano. ¿Qué es lo que le pasa al amigo? — me preguntaba yo, mirándolo con curiosidad. Como lo conozco bastante, sé que su situación económica es muy buena. Más que buena. Que tiene su casita en San Isidro. Su mujer es muy buena. Más que buena. Los hijos, buenos. Más que buenos. La mayor, ya es químicofarmacéutica recibida. El segundo, ya tiene su con 179 sultorio médico en pleno centro de Lima. El tercero, está por recibirse de ingeniero. Posee un bello Pontiac 1955. Y todo el mundo envidia su suerte. ¿Qué es pues lo que le acongoja? ¿Por qué está tan triste y abatido? — me preguntaba yo insistentemente. Y me compadecía de su tristeza. A lo mejor podría distraerlo con un buen cuento verde impropio para señoritas o con un consejo. Pero, preferí no acercarme a su mesa, únicamente porque su mujer no se movía de su lado. Al día siguiente me encontré con él en una agencia del Jockey Club, en el centro. El compró la dupleta 6—7, porque tenía un dato “fijo” y yo compré la dupleta 7—6, porque también tenía un dato “fijo” (Ganó la 2—3, que no era “fija” en absoluto). Apenas salimos de la agencia, me invitó a un paseo en su “Dodge”. Entonces aproveché para preguntarle por qué estuvo tan triste y melancólico en el baile de anoche. Y empezó a contarme su “historia”. Estuvo hablando y hablando durante el trayecto por la Av. Arequipa, Miraflores, Barranco, Chorrillos, La Herradura, el Túnel y luego regresamos a Lima. Y en el camino estuvo contándome su vida. Cuando nos acercábamos a la Av. Colmena, recién estaba en la mitad. Y siguió contando, mientras seguíamos por la Av. Colonial, por el Callao, La Punta y de regreso, por la Av. Costanera, por San Isidro, la Magdalena... Me decía y repetía a cada rato, que todo eso me lo contaba, porque me tenía confianza. Y me decía que me lo contaba sólo a mí y para mí. Que no debía aprovechar el asunto para uno de mis artículos. Por nada de este mundo. Que los muchachos de la Hora Hebrea podrían aprovecharlo para difundirlo al público... Volvimos a Lima cuando ya eran las dos de la tarde. Ya había terminado la audición de la Hora Hebrea. Y habló con más tranquilidad... . Así me enteré de la tragedia del amigo. Así supe de sus cuitas y de sus dolores de cabeza. 'Fue una historia verdaderamente conmovedora y picante. Especialmente por el triste y desolador final. ¡Oh, ese final tan triste de todos los hombres llegados a cierta edad, y que ya no pueden gozar las delicias de la vida...! Pero, no se los voy a contar. De ningún modo. Ya di mi palabra de honor. Y yo soy un caballero. Pero, si yo pudiera contar todo, y si tuviera el talento de un Aron Lerner para describir todo lo que me contó el 180 amigo, llenaría todo un libro que sería un “best seller”. Pues el amigo ha hecho un dilatado y minucioso balance de su vida. Especialmente de los últimos años de su vida. Por primera vez he constatado que es muy cierto el dicho popular de que “nadie sabe a quién aprieta el zapato”... Así que ya sabes: no puedo contarte nada, amigo lector. Pero, nada, en absoluto. Una cosa sí te voy a decir: no envidies, amigo, a todos los que viven en lujosos chalets de San Isidro. No envidies a los que manejan un lujoso Dodge 1955. No envidies a los que tienen hijos profesionales con estudios y consultorios en el centro. No envidies a los que tienen mujer bella y culta. No les envidies, porque no es todo lo que tienen. Tienen algo más: dolores de cabeza al por mayor. Todavía resuenan en mis oídos las últimas frases de la confesión de mi amigo, que me decía con voz quejumbrosa y con el rostro demudado: “Tengo todo y no tengo nada. Tengo una casa amplia y lujosa. Pero qué saco yo si voy todas las noches al Club a comer. Luego me esperan varios amigos para hacer un poker hasta las 3 de la madrugada. Antes de las 8 de la mañana ya estoy en la esquina de Camaná, esperando a que abran “El Patio” para tomar el desayuno. Así que tengo casa y no la tengo”. “Tengo una mujer culta y buenamoza, pero no la veo casi nunca. Es que ella es directora de la Wizo, de las Pioneer Women, de la Ayuda Local, de la Gota de Leche y del comité de damas pro-colegio. Así que nunca para en casa. La veo sólo alguna mañana, cuando se me acerca a pedirme plata para los gastos de la casa, porque en la noche anterior ha perdido en el juego toda la plata que tenía. Así que tengo mujer y no la tengo”. “Tengo hijos muy buenos y cariñosos. Pero, uno se pasa las horas en el Hanoar, otro, en el Betar, otra, en la Hebraica. También pasan las noches en los cines y yo los veo muy poco. Así que tengo hijos, y no los tengo... “Un día se me acercó mi hija y me confió que tenía novio. Pero, no es de mi gusto. Y ¿qué puedo hacer? Nada”. El amigo me confesó que tenía una morocha “para chuparse los dedos” — dijo—. “Esa sí que vale la pena” — agregó. “Y estoy perdidamente enamorado como un chiquillo. Me desvivo por ella. Hago todos sus caprichos y procuro darle gusto en todo. Pero, a mí edad — ¿sabe? — cuando yo estoy físicamente gastado y destruido ¿qué puedo hacer?”. El mal que sufre el amigo no tiene remedio. Sólo Voronoff podría salvarlo. Pero, ¡¿dónde está Voronoff?!... 181 VISITANDO BUENOS AIRES Amigo lector: Hacía años que soñaba con hacer un viajecito a Buenos Aires. Ello se debía, en gran parte, a mi amigo Felipe Goldenberg, quien me contaba, sin cesar la vida y milagros de esa gran urbe sudamericana. Que los salames y los postromer kasher de Buenos Aires; que la famosa parrillada argentina; que los teatros yidish de Buenos Aires; que los Botasbansky, los Rollansky, los Stramer, Miriam Lerer. el bar “Comercial” y “Pinati”. Además había oído esa vieja canción porteña, que decía que “A las cinco por Florida, muy bien vestida, pasa Isabel” y sus notas se me quedaron grabadas en el alma, a tal punto, que las tarareaba, sin cesar, en mi tienda, en los paseos y siempre cuando me quedaba solo las repetía en todos los momentos románticos. Por ello quise conocer la famosa Avenida Florida y pasearme por sus anchas veredas para ver si me topaba con la bella Isabelita. Quería conocer el bar “Comercial” y probar sus ricos shtrudl y lekaj. Quería visitar “Pinati” y comer sus latkes y beigalej. También quería (y eso se lo digo en secreto; que no lo sepa mi mujer) conocer en persona a Laura Hidalgo, a quien vi en una película argentina. Dios es grande y Michel es un buen amigo, y por fin se me presentó la soñada oportunidad. Y nos fuimos a Buenos Aires en un avión grande. Una mañana de luz y de sol, le di un beso obligado a mi mujer y me subí al avión con Michel. Estaba un poco nervioso. Los motores del avión producían un ruido infernal como cuando la oposición se afana en una asamblea general en darle un voto de censura a Michel y éste no se deja. Y de repente sentí que el avión se elevaba alto, alto. Tan alto que los edificios de Gorn y Perelman en el centro aparecían a mi vista como cajitas de fósforos apenas. Luego se me pasó la nerviosidad. Me tranquilicé por completo. Lo único que me preocupaba era que no había más que 2 hosteses para tantos pasajeros. Una de las hosteses se me acercó tanto, que mi corazón empezó a latir con más fuerza y el chicle que masticaba se pegó a mi dentadura postiza. Los de- 182 más pasajeros estaban tranquilos y callados como cuando Moisés Mandel juega un Jin con Max Pecker en el Club Social. Michel, cansado de la presidencia, permanecía con los ojos cerrados, haciéndose el dormido. A lo mejor estaba soñando en esos momentos con un hijo nuevo: el sexto. Así pasó un largo rato hasta que se anunció que el avión se acercaba al Misti. Miré por la ventanilla con la esperanza de divisar a nuestro gran poeta arequipeño, el de las 36 musas. Pero, nada. El Misti estaba vacío y quieto como el minyan de los separatistas del “Majestic”. Con la visión del Misti volamos hasta que divisamos los contornos de la ciudad más alta de América: La Paz. Antes sobrevolamos el lago Titicaca. Sus aguas —dicen— provienen del diluvio del abuelo Noé. Si Moshe Nimand y Liowa Kleinerman pudieran bañarse en sus aguas, acaso llegarían a ser padres y abuelos, Ya en el aeródromo de La Paz vi a Michel pálido. Pero, él me preguntó por qué estaba yo tan pálido. Nos hemos sentido en suelo de La Paz como cuando José Rosenbach habla de Salomón Landman o como cuando le dicen a Benzion Brodsky que Michel va a construir un nuevo shil... Pero de nuevo en el avión, me tranquilicé un algo. La hostes de ojos azules me dio ánimo. Acaso se parece a la Isabelita de la calle Florida, de Buenos Aires —pensaba yo— o la Isabelita se le parece a ella. Ojalá. Aquí recibí una sorpresa: en un asiento del avión divisé a un rabino de barbita, profundizado en la lectura de un libro talmúdico. 25 años en tierra firme, en una ciudad como Lima, donde hay 3 rabinos, jamás he visto a alguien dedicado con cuerpo y alma al estudio del Talmud. Y aquí, entre el cielo y la tierra, a 12 mil pies de altura, entre La Paz y Buenos Aires, vi a uno que me hizo recordar escenas de mi pueblo natal —Tishewitz—. En Lima estoy acostumbrado a hallar a nuestros rabinos en los Bancos, en las notarías, en el Frigorífico, en las fiestas de cumpleaños, etc., etc. Dejé a Michel, que estaba sentado a mi lado, y me acerqué al rabino, y me presenté ante él como delegado a una conferencia mapaísta. El, por su parte, me dijo que era el Gran Rabino Eshel, Profesor de Teología en una Universidad de Broocklyn. Nos enfrascamos en una conversación tan interesante, que no noté de cómo pasaban las horas. Hasta me olvidé de mirar a la hostess de ojos azules. Y el avión se acercaba a Buenos Aires. Adiós, avión. Adiós, la linda hostes de ojos azules. Adiós, Rabino. 183 Por fin estamos en Buenos Aires, la ciudad de la Isabelita de la calle Florida: la ciudad de los Tangos, de Laura Hidalgo, de Luis Sandrini, de la rica parrillada, de los chés y de la famosa Avenida Rivadavia, la más larga del mundo y de la Avenida Corrientes que mis paisanos llaman “Sure Yentes”. A Buenos Aires llegamos ya de noche. La primera impresión, viajando en taxi hacia el hotel, fue la oscuridad. La iluminación se parecía a la luz de las velas de Januca en la casa de Mendel Eidelman. Los taxis se parecían a foyeques que hacen el colectivo a la Parada. Y el frío penetraba a los huesos como si estuviéramos en una sesión de los sionistas algemeine. Aquí me faltaba un abrigo como el que se pone Jaime Kirmayer cuando está resfriado. Llegamos al hotel. Michel se puso su smoking, que tenía guardado de la época de su matrimonio, en Nueva York. Y salimos a la calle, hacia el local de la Conferencia, en Ayacucho. Ya en la calle Ayacucho, me acordé de mi viejo amigo Meyer Hun, que está perdido en Ayacucho desde hace más de 20 años. En el local de la Conferencia, al entrar al salón, recibí una gran sorpresa —la más grande sorpresa de mi vida— hallé a cientos de personas alrededor de mesas servidas con sandwiches de postrome, de arenque, de apelstrudel, de kugl, igual que en una fiesta de cumpleaños, o un té-bridge de la Wiso Peruana. Pero, eso sí, sin naipes; nadie jugaba y nadie hablaba del último Pollón... ¡Qué atrasada está la gente de Buenos Aires! decía para mis adentros. Al primero que saludamos fue a Palatizky, que es el secretario del Partido Poale Sion y Director del periódico “Di Naye Zait”. Su seudónimo es “Pala”. Pero, más correcto sería “Palo”, porque hace años que les da de palos a los progresistas, los únicos que manejan carros de lujo por las calles de Buenos Aires. Cuando Palatizky anunció por el micro la llegada de la delegación peruana, el público nos miró con gran curiosidad y visiblemente sorprendido. Seguramente creían que nosotros íbamos semidesnudos y ataviados con plumas, a manera de los indios del Gran Pajonal. Pero cuando vieron a Michel en smoking y a mí con mi terno Barrington, se tranquilizaron y prorrumpieron en un gran aplauso. Nos rodearon luego, y muchos le preguntaron a Michel por el precio del dólar, y a mí, si Túpac Amaru fue efectivamente un revolucionario, conforme lo pintó en un libro suyo Boleslao Lewin. Michel les dijo, que no traía dólares sino pesos bolivianos y yo, por mi parte, les informé que tengo un 184 amigo por Chacra Colorada, que se llama Amaru Túpac, que tiene dos mujeres legítimas y unas cuantas ilegítimas. Observé que en el salón abundaban los delegados provenientes de las provincias argentinas, que portaban ponchos y se parecían a los gauchos. Hablaban gesticulando con las manos como Max Heller cuando come tallarines en salsa verde, en un Chifa de la calle del Capón. Y de repente apareció ante nosotros el compañero Isaac Harcavi, Secretario General del Ijud Olami, en Israel. Es del tamaño de Samuel Portnoi. Tiene el mismo cuerpo, las mismas manos, los mismos pies, la misma cabeza, etc., etc.; todo lo mismo, pero no es Samuel Portnoi. Se le nota que no se ocupa en confeccionar ternos a plazos. Es un hombre que se ocupa en cosas más nobles y más elevadas. Se preocupa en que todo trabajador en Israel tenga un pantalón y zapatos hechos a la medida. Harcavi fue la figura central de la Conferencia. Más o menos como Jorge Maizel, que es la figura central del Club Social, que hasta Perelman y Batiewsky le sonríen amablemente con la esperanza de sacarle su firma para un volante de protesta contra alguien... Harcavi es dueño de una sonrisa cautivante. Se sonríe cuando habla, cuando come, cuando está molesto, cuando está contrariado. Hasta se sonríe durmiendo. La figura número dos en el Congreso fue nuestro conocido Zelman Yoelí. Pero, pobrecito, estaba un poco indispuesto. A lo mejor no le cayó bien la parrillada de Buenos Aires. La tercera figura, que llamaba la atención, era Geula Javkin, prototipo de una mujer israelí con sangre afro-asiática; una gran oradora, que lanza sus palabras con ritmo de samba. Cuando vi sus ojos, me olvidé de la hostes y de la Isabelita, que quería buscar por la Florida. Fue ella la que me quitó el frío de Buenos Aires. Conocimos luego a Kamenstein, Secretario General del Partido. Hombre de una perpetua sonrisa, que desaparece únicamente cuando mira a Palatisky... Será porque Pala tizky le da a él también su palo, de vez en cuando... Kamenstein nos presentó a su esposa. Me gustó tanto, que le dije, que el día que quisiera visitar Lima, debería venir acompañado por su mujer, sin falta. De Ayacucho nos fuimos al local de la kehilá de Buenos Aires, en la calle Pasteur. 18 Delegados en un solo carro. A mí me tocó ir en el carro de la abuela de las Pioner Women del Uruguay, y a Michel, al lado de la mujer de Kamenstein. (Hay hombres que tienen suerte en todo). 185 El local de la kehilá estaba atestado de gente. Las paredes, pintadas antes de la primera guerra mundial, estaban decoradas con flores. Se veían grandes cartelones, escritos en hebreo e yidish. Si Gershon Grobman viera los cartelones en yidish, seguramente le daría patatús. Las 4 figuras centrales en la tribuna fueron: Harcavi, el Embajador Kubovy, el Dr. Mayestegui, Secretario General de la Segunda Internacional, para la América Latina y Michel Radzinsky. En la sala se decía que Arcavi representa el intelecto, el Embajador Kubovy, a la Diplomacia, el Dr. Mayestegui, el Trabajo y Michel, el Capital. Se veía que el Capital, el Trabajo, la Inteligencia y la Diplomacia pueden vivir en paz, en todas partes. Menos en Lima. Cuando terminó el acto de la apertura de la Conferencia, a eso de la una de la madrugada, nos fuimos todos los delegados al Bar Comercial. El local, repleto de gente, parecía un Oneg Shabat en el salón de Iquique. Los delegados hacían comentarios a los discursos escuchados en la conferencia. Hablaban mientras masticaban el bocado de strudel o de pastel de queso. Si yo viviera en Buenos Aires propondría el cambio del nombre del Bar. En vez de “Comercial” debería llamarse “Batlaní” porque allí acuden todos los “batlaním” de la ciudad. Desde Shenderey, que no se lleva bien con Botashansky. Hasta Botashansky, que no lo puede ver a Kollansky. Todo el mundo está tomando té, sentado alrededor de mesitas. El único que se pasea entre las innumerables mesitas es Griminguer que vaga por el local a la pesca de alguien que le convide algo. Allá se puede hallar a los cantantes que ya no cantan; a los artistas en retiro no sólo por límite de edad; a los escritores que ya no escriben; a las bailarinas que ya no bailan y a los jezaním acatarrados, que viven esperanzados en conseguir, algún día, un contrato del Perú, Bolivia, Paraguay, etc., etc. Allá se comentan los editoriales mal escritos, las funciones teatrales fracasadas, y Shtramer, de quien no se sabe si es más artista que empresario, dice, que si todo el público que llena el Bar se fuera a su Teatro, lo llenaría por completo. En eso interviene el gran cómico Max Perelman y le advierte que si el público del Bar fuera el Teatro, se arruinaría, porque todos tienen pases... En el Bar conocí al gran poeta y escritor Yanusevich, que en lo físico no es tan grande que digamos. (No sé cómo de un hombre tan pequeño salgan poemas tan grandes). También al poeta I. Horn, dueño de una cabellera a la que falta la permanente. Allí me topé con Mark Turkow, quien 186 se quejó que no tuvo suerte en Lima. En Buenos Aires sí que tiene mucha suerte. Es el único editor que sabe adelantar plata a los poetas con encargo de escribir poemas sobre la primavera en pleno invierno. Y Turkow espera impacientemente al sol de primavera. Conocí también a Mitelberg, el socio de Turkow, que se queja amargamente de la falta del ambiente literario de Tlomatzka 13. También a Boleslao Lewin. Pero, ¡qué sorpresa! Boleslao Lewin con traje nuevo, zapatos nuevos y la corbata mal anudada. Se ve que ha salido libre del Tribunal de la Inquisición. También a Shlomo Prizament, el compositor que les abastece a todos los actores que vienen a Lima y el que hace llorar y reír a medio mundo con sus composiciones. El mismo no ríe, ni llora. Toma té con sacarina y galletas sin sal. Apunto estos datos personales, para que la gente de acá lo sepa para el caso de que venga, algún día, a visitarnos. Allí me encontré con una actriz que canta únicamente arias de óperas en banquetes y fiestas particulares para que los invitados se vayan más pronto y que consuman menos... Casi toda la noche la hemos pasado en el Bar. Llegamos a nuestro hotel a la hora que el Rabino Brener prepara en Lima su “jalef” para ir al Frigorífico. Michel se quedó dormido en el acto. Durmió tan profundamente, que ni los truenos pudieron despertarlo. Pero, yo, en cambio, no podía conciliar el sueño. No podía tranquilizarme, porque había pasado una noche en Buenos Aires y no pude ir a conocer la calle Florida, ni buscar a Isabelita. Los 9 días siguientes los hemos vivido como en un sueño. Sesiones, discursos, paseos, almuerzos, comidas, visitas, parrilladas y bifes a granel. Invitamos y nos invitaron a bancos, sociedades, cooperativas, a mis paisanos, donde Michel se convirtió en tishevitziano, y adonde los paisanos de Michel, donde a mí me convirtieron en semiatitchiano. Recién el último día efectuamos grandes paseos por Florida. Pero ¡qué decepción! No encontré a la Isabelita de mis sueños. Todas las isabelitas que yo vi estaban metidas dentro de pesados abrigos y chales que les cubrían casi los rostros. Qué mala suerte. Ni siquiera pude ver a Laura Hidalgo porque estaba en México filmando. Una decepción completa. La última noche recibí una grata sorpresa: mis paisanos de Tishevitz me ofrecieron un banquete de recibimiento y de despedida, a la vez. El salón del Colegio “Tel Aviv” estaba repleto de gente de mi pueblo natal. Vinieron a honrar al gran escritor, poeta, humorista, cantante, bailarín y 187 boxeador que Tishevitz dio al mundo. Había allá más tishevitzianos que en Tishevitz mismo. Pero, no he reconocido a ninguno. Allí me di cuenta que ya han pasado 35 años y que yo y ellos nos hemos envejecido bárbaramente. Que ya no valía la pena el buscar isabelitas. Al que conocí en Tishevitz flaco y alto, lo vi gordo y bajito. En una abuela reconocí a la niña de Tishewitz que fue la primera en despertar mis musas, pues me inspiró entonces una larga y apasionada poesía de amor. Vi a un ex-íntimo amigo mío, que era antaño el Don Juan del pueblo, que estaba tragando píldoras contra el asma. También a la belleza de mi pueblo, que cuando su marido, que era muy piadoso y tenía barbas, se iba a la sinagoga a rezar, yo me metía a su casa para conversar con ella respecto a la novela de Pitigrilli “Cuarenta quilates de virginidad”. Ahora estaba vieja, gorda, con una cara surcada por las arrugas. También a un ferviente izquierdista de antaño, quien escupe ahora, cuando oye mentar el nombre de Kruschev. Del banquete tishewitziano nos fuimos, yo y Michel, al Bar “Pinatí”. De sorpresa hallamos allá a un paisano de Michel, quien nos contó que uno de los abuelos de Michel era besarabiano, que fue presidente de la kehilá de Lipkani. Doy este dato para el conocimiento de la oposición. Acaso, cuando sepan que Michel también lleva en sus venas sangre besarabiana, hagan las paces con él. Y habrá paz en Lima. Amigo lector: ya me tiene Ud. nuevamente en Lima, Le pido, que si algún día me mandan como delegado a una conferencia —así sea en Chimbote— que sea siempre con Michel porque Michel es un gran tesorero. 188 INESPERADO FRACASO La señorita Susana Yampoi está muy preocupada: se acerca el gran baile de Año Nuevo y ella no ha decidido todavía la forma y el modelo de vestido que se va poner. El último vestido que ha comprado en el Select Shop es muy bonito pero todo el mundo ya lo vio en el matrimonio Ludmir-Vaiser. El vestido de encaje celeste, que le mandaron directamente de Nueva York, ya lo vieron en una kermesse de la Wizo. Y así, por el estilo, las dos docenas de vestidos finos que tiene ya las vieron en una u otra ocasión. Ahora la pobre Susana estudia en los figurines de United States y París para sacar un modelo extra para lucirlo en el próximo baile. La Señorita Susana es de opinión que lo mejor es mandar hacer un vestido con modelo propio. Porque los vestidos importados son muy generalizados y una puede sufrir la desagradable sorpresa de encontrar en el baile a otra persona cualquiera con un vestido igual. Lo que sería una verdadera desgracia. También es de opinión que para hacer un buen vestido como se pide, hay que combinar varios modelos de los figurines para aplicarlos a un solo vestido. Por ejemplo; la manga, de un modelo; la falda, de otro; el cinturón, de otro, etc., etc. Así, y sólo así se saca algo extraordinario, que nadie podrá tener. En general Susana, toda su vida, ha estado siempre preocupada y siempre estaba pensando qué modelo llevará la mujer moderna en los próximos meses. Siempre está pensando del encanto que causa cierto tipo de falta ancha y de lo atractivo que resulta el vestido estilo “Gibson Girl”. De una solera o bolero sin o con bretales.... Y lo principal, que en esta temporada hay telas realmente sensacionales, y hay que tener muy buen gusto para escoger los colores. A Susana le gustan mucho los vestidos bien escotados, para que pueda lucir el nuevo collar que le ha regalado su papi en el día de su último santo. Le gusta mucho un cinturón ancho y drapeado que adelgace su cintura. Le gustan las chaquetas de piqué blanco con doble abotonadura y gran cuello con solapas. Hasta para el sombrero tiene su gusto especial. 189 Yo la vi una vez en un casamiento con una capelina de paja negra con una ala graciosamente inclinada hacia un costado y adornada con un clip de strass, con un par de zapatos dorados, con un vestido de tul adornado con aplicaciones formando hojas. Os juro, que esa noche no pude dormir, tanto he extrañado mi juventud pasada. La señorita Susana es muy mimada por sus padres. La verdad es que es muy bonita. Tiene un cuerpo modelo y una carita del paraíso. En un certamen de belleza he visto su foto en “Ultima Hora”. Parecía una verdadera hija de Eva, la del paraíso. Verdad es que su papá ha comprado esa vez toda una tonelada de ejemplares para conseguir más votos.... La señorita Susana sabe cómo cuidar mejor su cutis. En su cuarto tiene toda una botica de perfumes y cremas. Y sabe muy bien cómo aplicar el Cold Cream. Conoce muy bien el secreto del maquillaje. Y sale bien lubricada. Y su cara luce siempre su radiante juventud. El Sr. Yampol no hace más que pensar toda su vida en su bella hija. La adora. Y no tiene ningún otro interés en la vida sino el de satisfacer todos los caprichos de su hija. En su nuevo chalet de Orrantia, la hija ocupa el mejor salón y el mejor dormitorio. Hay que ver a Susana recostada sobre un sofá especialmente traído para ella de California, vestida de short. Se parece entonces a una estrella de Hollywood. Aparte de su belleza también posee cultura. Terminó el High School con un primer premio. Habla inglés a la perfección. Le gustan mucho los cuentos de cowboys, las películas seriales y más que todo, las películas francesas del Biarritz y Le París. En general es una jovencita que se parece a una flor de primavera. Cuando habla, parece que cantara una canción de amor, y sus ojos brillan como dos luceros. Esta vez, Susana se ha decidido, por fin, por un modelo recientemente presentado por el renombrado creador Brouiere, que tiene dotes de modisto inspirado que encuentra la línea y el estilo justo para todas las ocasiones. Esta vez Susana ha escogido un vestido de organza gris, que dispone bandas de encaje negro, salpicado de piedras, de escote bajo. Y la falda ofrece un despliegue de riqueza y señorío. Ahora sí Susana ya está plenamente feliz. Va a lucir en el Baile de Año Nuevo, que todo el mundo tendrá que quedarse con la boca abierta al verla aparecer en el salón. Pero, aquí empieza la odisea. La pobre mamá tiene que acompañarla todos los días por las tiendas del centro en 190 busca de todo lo que le falta para reconstruir el modelo. Hay que buscar encajes, sedas, cintas, aplicaciones, todo, del mismo color. Como lo indica exactamente el famoso diseñador. Y después, días enteros, donde la modista, que ya por décima vez hizo y deshizo el vestido. Hasta que al fin, la obra maestra ya está terminada. La modista tuvo que jurar que en esta temporada no haría otro vestido igual. Susana está contentísima y los padres, felices. ¿Quién se va igualar a su Susana en el baile del Lawn Tennis? La feliz Susana sueña por las noches con su vestido. En los días posa ante el espejo, admirando la obra maestra.... Lentamente se acerca la fecha del baile. El año viejo expiró sus últimos días como un enfermo de cáncer. Una muerte lenta y penosa. Y, por fin, llegó el 31 de diciembre. La multitud en el centro ya no pensaba en el año que se iba para siempre. Ni siquiera se preocupaban de su agonía. Todos estaban esperando el nuevo año. Y el nuevo año vino con tumulto, con bailes y orquestas, con champán y canciones. Todo el mundo lo estaba recibiendo nerviosamente. El jirón de la Unión estaba lleno de una bulliciosa multitud. De todas partes se percibía el eco de cohetes. De las tiendas de música se oían los acordes de tangos y mambos. Los avisos luminosos de Coca-Cola y Ace se mezclaban con los ruidos. Todos estaban preparándose para la gran noche. Noche de locura y de San Silvestre. También Susana, desde el mediodía, con la cara bien lubricada con Cold Cream, se parecía a una persona en el sillón de la peluquería con el rostro enjabonado. El vestido, ya sacado del armario, estaba echado sobre la cama esperando a que se lo pusiera para lucir toda su belleza. Pero de repente sucedió una gran desgracia: Susana, por haber corrido tantos días por las tiendas del centro, cogió un gran resfrío exactamente el mismo día del baile. Cuando aparecieron las primeras estrellas en el cielo de Lima, sintió que tenía fiebre. Cuando le pusieron el termómetro, tenía 39 de fiebre. Tuvo que meterse a la cama.... Amables lectores: Uds. se pueden imaginar la desgracia y la desesperación de los padres viendo a su hija enferma. Y la tragedia de Susana, viendo con sus propios ojos el vestido de baile, la obra maestra y ella sin poder lucirlo en el baile. Pobrecita, Susana; te acompaño en el sentimiento y recuerda que “no por mucho madrugar se amanece más temprano”. 191 ¡ QUE SE VAYAN LOS VIEJOS ! En el actual ambiente electoral, donde los mejores amigos de ayer se convierten en los peores enemigos de hoy; donde las mesitas del café “Haití” se convierten en tribunas, separadas una de la otra por una línea Maginot; en esta época, cuando un analfabeto que no sabe hacer una carta en forma correcta, puede ser elegido secretario de una importante institución; en un ambiente en que se procura alejar a todo hombre culto de labores societarias, he decidido retirarme de las luchas de asamblea. Prefiero pasar una nueva luna de miel con mi propia mujer, que desde hace años, cuando regreso de una sesión, ella ya está durmiendo profundamente, y cuando me levanto por las mañanas, ella ya salió al mercado... Voy a dedicar más tiempo a mis hijos y nietos (no se asusten: es una broma. ..) Voy a enseñar a mis nietos lo que no les enseña el “León Pinelo”; voy a tratar dé que mis hijos me preparen, para mis años de vejez, un cuarto —así sea el de la sirvienta— para no pasar por la situación de la Sra. X. cuyos hijos viven en lujosos chalets, donde los perros tienen sus departamentos bien puestos con compartimientos para dormir y comer, y les preparan a diario tortas especiales según recetas de cocina, y ella, la pobre está metida en una pensión de tercera, donde está a frijoles con arroz... Hay quien cuenta, que un día se les enfermó un perro y la mamá; al perro lo llevaron inmediatamente a una clínica de Miraflores, para ser tratado por un especialista-veterinario, y a la mamá ni siquiera fueron a verla, para no contagiarse la gripe... Gracias a Dios, que mis hijos no son así. A mí no me van a dejar en una pensión. Estoy seguro que me darán el mejor cuarto de la servidumbre. En mis cumpleaños me regalarán la mejor corbata y los ternos de mi yerno más chico, que no son de mi tamaño, me servirán para venderlos para que tenga para comprarme cigarrillos y las entradas del cine, y los del segundo yerno, mi vieja los parchará para ponérmelos y o. . . Mis hijos no son como cierto médico, que su mamá fue a verlo en su consultorio y tuvo que a- guardar su turno. Y como ella es madre al fin, les cedió su turno a los demás pacientes, para que el hijo pueda aten- 192 derlos a todos y para que no haya motivo a quejas. Y cuando, por fin, se hizo las 6 de la tarde, el hijo le mandó avisar con su secretaria, que tuviera la bondad de volver al día siguiente. La misma noche, a la pobre le dio un ataque, y hubo que llevarla a la Asistencia Pública, porque al hijo no se le pudo localizar en ninguna parte, porque estaba jugando Dios sabe dónde... Yo también tengo un yerno médico. Pero él no es como los otros. Al contrario: él, cuando sabe que estoy enfermo, se alegra porque le gusta mucho ponerme inyecciones. Amigo lector: Ya que estoy refiriéndome al eterno problema de padres e hijos, voy a revelarte ciertos secretos de unos familiares. Pero, por favor: no vayas a divulgarlos. Hace poco, una madre anciana y viuda se me quejó, diciendo: vea Ud. tengo dos hijos casados. Los dos están muy bien. Lo que sobra en sus casas, después de cada comida, sería suficiente para que coman dos personas más. Y tengo que cocinar yo misma mi sopa con lágrimas. Hace poco he visitado una familia amiga. Después del almuerzo, me sorprendió una cosa que es toda una anécdota. Yo oí de cómo le dijo la dueña de casa a la sirvienta: Oye, Rosita, no vayas a botar los restos de la comida a la basura; pueda que venga mi mamá; entonces habrá que calentarlos para servírselo... Tengo un paisano, que cuando va a visitar a sus nietos, éstos le gritan: “judío”. Gracias a Dios, que mis nietos me llaman “zeide”y a mi mujer, “bobe”. ¡Qué felicidad!, ¿ver dad? Amigo lector: He dedicado casi tomo mi artículo a los hijos de hoy, a la juventud, a los nuevos dirigentes. Sólo por la propaganda que últimamente se hace entre nosotros en el sentido de que ellos deben ocupar nuestros puestos para dirigir nuestras instituciones. Ahora imagínense, si ese famoso médico es elegido presidente de la kehilá, o ese otro joven que ha sorprendido a su suegra “robando” del frigidaire una manzana chilena, y la botó de la casa ¿cómo se portarán? ¿sabrán hacerlo a base de solidaridad, beneficencia, religión y cultura hebrea? Además, lo que se quiere es a jóvenes en espíritu, y joven de espíritu puede ser hasta un anciano. Y puede haber jóvenes, de espíritu apagado y viejo. Algo más: a veces me sorprende oír decir a mis amigos, los Brodsky, los Sterental, los Perelman, que todavía diri- 193 gen sus fábricas y negocios con bastante energía y jamás pensaron en dejar sus negocios para entregarlos a sus hijos, para meterse a un noshav-zkenim. Quiere decir, que para dirigir sus negocios particulares son bastante jóvenes y cuando se trata de instituciones, se sienten viejos que necesitan pensar en remplazo... ¿Qué es lo que pasa acá? Yo, por ejemplo, me siento todavía bastante joven. Demasiado joven. Hasta para ocupar un puesto de presidente donde sea. Y os aseguro que dirigiría la cosa con bastante energía y que pondría a muchos en su sitio. Soy tan joven, que cuando me paseo por el jirón de la Unión y veo de lejos a una morena alta y metidita en carnes, se me antoja muchas veces seguirla hasta Cinco Esquías, a pié... Ahora, si mis amigos, que gritan y claman por juventud, se sienten viejos, mejor que líen sus cosas ahora mismo y vayan a pasar a ser pensionistas de un moshav zkenim... Y si en verdad se sienten tan viejos que necesitan remplazo, que cedan sus puestos por lo menos a jóvenes de verdad. 194 ESTOY ALGO TRISTE... Amigo lector: Perdóneme si esta vez escribo más en serio que en broma. Es que estoy un poco triste. Me siento decaído y aburrido. Yo, que todos estos años me acostumbré a escribir para ti, lector, siempre en broma, porque quería levantar tu espíritu para que no tomes siempre todo en serio. Lamentablemente a mí mismo me ha dominado tal melancolía que ya no tengo más ganas de reirme y hacer reír al prójimo. Porque ¿cómo puedo reírme, viendo que la vida —esta hermosa vida— se va como el Ford del 34. Todos mis lectores están envejeciendo. Hasta Jacobo Rosco —él siempre joven— ya ha cumplido sus 50 abriles. Y cada uno de nosotros estamos ya sufriendo malestares del hígado, de alta presión, de reumatismo y del estómago. Y quién sabe de cuántas enfermedades más... Que hasta Benzión Vainstok, el hombre de tantas energías ya no sale de noche y tiene que vivir a dieta. Dicen en la Directiva del Club Social que en el transcurso de pocos años se convertirá en club de ancianos. Ya están meditando la forma de cómo construir un ascensor para los altos, porque los miembros ya sienten dificultad en subir a pié a los altos... Es triste, amigo lector; muy triste. Será a lo mejor por eso que sentimos el transtorno en la vida social y la creciente decadencia en nuestras instituciones. Será por eso que ha revivido y se está vigorizando el Bikur Joilim, la única institución verdaderamente activa en nuestro medio. Les necesitamos ahora, porque todos estamos empezando a sentir la enfermedad de la vejez. Si quieres convencerte, amigo lector, observa que alrededor de las mesitas del kunkán nuestras damas, por más que se tiñen el cabello, por más que usan faja nylon, lápiz Yardely, —ya no tienen el aspecto de antes... Una vez he encontrado entre 24 damas nada menos que 22 abuelas. Dime, lector, ¿no es suficiente motivo para ponerse melancólico y triste? 195 Y cuando se trata de mí mismo, tengo un motivo más para ponerme triste: es que mis mejores amigos, con quienes he almorzado siempre en el restorán japonés de la calle Piedra, el acostumbrado estofado con arroz, y como postre, el famoso plato de frejolitos, —se han enriquecido todos y me han abandonado. Huyen con sus Pontiacs y Oldmobils, y me dejan caminar sólo por las calles de Chacra Colorada. Y más de una vez estoy llorando mi triste destino, que soy hombre tan infeliz que hasta hoy en día no aprendo a manejar auto propio, ni jugar kunkán. En una palabra: soy hombre que no sirve para nada bueno. Y si alguna vez he tenido en mi vida una morena con ojos negros, alta y esbelta, que me hacía olvidar mi soledad y mis amarguras, últimamente también me está rehuyendo. Es que le gusta más un fulano de bigotito que sabe bailar bien tangos y mambos... Dime, amigo lector, ¿no tuviste en tu vida momentos cuando te sentías abandonado por todos? ¿Qué sentías en esos momentos? ¿Verdad que es triste? Entonces ¿cómo quieres que yo escriba sólo en broma, cuando a mi alma la corroe la tristeza y la melancolía... Hay veces que quisiera hasta emborracharme y arrastrarse hasta los bajos fondos para buscar allí él alivio a mis penas y a mi melancolía. Hay veces que envidio deberás a los que tienen interés en el juego, en fiestas. Porque las noches son tan largas y los días tan aburridos... Ni siquiera mis hijos pueden proporcionarme un consuelo, porque para ellos vale más un caballo que corre que un padre que se arrastra. Ellos conocen más al abuelo y tatarabuelo de Gengiskán que a su propio padre. Cuántos nietos tenemos que no saben siquiera pronunciar bien el nombre de su abuelo... Y ¿cómo no estar triste, viendo a nuestros jóvenes del Betar y del Hanoar que hablaban siempre de sionismo y patriotismo, que organizaron ya más de 23 moshavot en camas Luis XV, y a los que hemos llevado tantas tortas al kilómetro 51. tantos cajones de uvas, de manzanas chilenas, de pras, de Coca-Colas, a las famosas moshavot; cuántos discursos se han pronunciado, discursos patrióticos y juramentos ante la bandera, y son los únicos que se han ido con sus camisas Arrow, con sus slacs de seda, con sus ternos de casimir inglés, despedidos con canciones patrióticas en la Corpac, y ahora, por un churrasco bien frito que es difícil conseguir en Ein Hashlosha, han desertado vergonzosamente. Cómo no ponerse triste viendo que unos futbolistas austríacos, que algunos de ellos tienen manchadas sus manos de sangre de nuestros hermanos, fueron invitados por nues- 196 tros galitzianos que hablan un alemán que ni Schiller, ni Heine podrían entenderlo... Y estos paisanos míos les organizaron fiestas y bailes cómo si nunca hubiera existido un Hitler... ¿Cómo no ponerse triste cuando ya está terminado el balance del año 1953 y para nivelar el activo con el pasivo, más de uno de nosotros tendría que vender su carro 1954. el abrigo de visón de su mujer y hasta la araña importada?... Si es que quiere seguir siendo honrado y no tener que ir a la quiebra. ¿Cómo no estar triste si un kilo de wursch kasher cuesta 110 soles y Lipa Gorn tendrá que comérsele todo? ¿Cómo no estar triste cuando mi mujer quiere ir a cada fiesta con vestido nuevo?... ¿Cómo no estar triste si en este año cumplen su BarMitzwa 234 niños? Y tendré que oír el mismo discurso 234 veces y tendré, además, que aportar 50 soles por cada “colectivo”... Mal, amigo lector: muy mal. No puedo más bromear. El asunto se pone serio. Muy serio. 197 ¡BIENVENIDOS, LOS JOVENES! Amigo lector: ESTAMOS retornando a la normalidad. El cielo se está despejando en pleno invierno. Las grandes potencias suscribieron un Pacto en contra de las pruebas atómicas en la atmósfera. Kruschew abrazó a los representantes capitalistas norteamericanos e ingleses. Es posible que pronto lleguen a suscribir un Pacto de No-Agresión. Nasser, al que sus aliados han traicionado, enmudeció. Ahora implora la protección de "Alá. Argentina vuelve a la normalidad después de tantos "golpes”. Y de nuevo volveremos a comer carne y mantequilla argentina. Aquí, en el Perú, ya hay un Presidente Constitucional, el que inauguró una época de tranquilidad y prosperidad. "La Unión Israelita” salió victoriosa en la última asamblea y la primera victoria obtenida es la incorporación del Sr. Moisés Spack a la Directiva. Han llegado, además, nuevos elementos como Jaime Urman, Arturo Hechle, Samuel Szafir e Isaac Banarer. Con ellos la "Unión Israelita" madurará un plan de trabajo para una labor fructífera en el campo cultural y social. Para los próximos Yamim Noraím la kehilá ha contratado a un famoso cantor que es Sidor Belarsky. El "minian” del "Sharon” está en peligro de deshacerse. Los primeros que tendrán que volver a la sinagoga grande de la Av. Brasil serán los hermanos Brodsky, ambos entusiastas admiradores de Sidor Belarsky, Aron Blanc ha hecho las pases con Michel Radzinky y es probable que llegue —Blanc— a ejercer la presidencia del Comité "Amigos de la Histadrut”, sustituyendo a Salomón Landman. Hay rumores de que los amigos Vainstok y Lipa Gorn, que son ambos fundadores del Comité "Amigos de la Histadrut”, se incorporarán nuevamente a dicha entidad. La Organización Sionista, si es que quiere que todo esté "beséder”, tiene que elegir a Jacobo Feldman para presidente. Esta vez sí será reconocido oficialmente y en forma plena por el gobierno de Israel, por la Agencia Judía de Jerusalén, y, sobre todo, por el "Sharon”. Ahora están por completar la construcción del shil 198 de la Av. Brasil; importarán sillas pullman; traerán un rabino campeón de béisbol; Pepe Ludmir reorganizará el coro; toda nuestra juventud, como un solo hombre, acudirá a rezar en el nuevo shil, y una nueva vida de paz y armonía reinará en la comunidad. Quiero saludar a 1os presentantes de la juventud que fueron designados miembros de la nueva Mesa Directiva de la kehilá. Son ellos los llamados a implantar un nuevo orden en la entidad. Un orden democrático, con múltiples reformas. Primero, la reforma agraria en los terrenos del cementerio de Bellavista. Reforma educacional con la introducción de la enseñanza del yidish en el "León Pinelo". Un estricto control sobre los precios de los asientos en la sinagoga. Pleno control sobre los precios del matzot y etrogim en la comunidad. Un censo de nacimientos legítimos e ilegítimos en el ishuv. Una prohibición a los matrimonios entre menores de edad. Ley Seca para la Jewra Kadisha. Un estricto control en la caja de kehilá. La prohibición a los discursos escritos por terceros. Fundar un seminario rabino para rabinos sin barba. Un código de castigos a maridos que engañan a sus mujeres de 7 a 9. Una comisión religiosa para controlar la "kashrut‟' en el “Sharon” y el Club de Jorge Tendler. Un seguro social para los que pierden en el juego de Kunkan, Remy y Jin. Y lo más esencial: la nacionalización de la Caja de Depósitos de la Jewra Kadisha. Como ves, amigo lector, hay bastante campo de trabajo para el nuevo gobierno de la kehilá. Y todas esas innovaciones tienen que efectuarlas los jóvenes directores porque son los actuales y futuros padres de la comunidad. Los de la vieja guardia que todavía ocupan asientos en la Directiva, son los últimos mohicanos. Las futuras mesas directivas se compondrán de elementos nacidos acá, y los viejos son candidatos a pupilos de los asilos para ancianos: los pobres, para el Moshav Zkeinim de Chacra Colorada, y los ricos, para el de Miraflores, En forma confidencial supimos que la "Hebraica" ya tiene confeccionada una lista para las elecciones de 1965 en la "Unión Israelita”. La lista se mantiene en secreto. Allí figuran: Efraín Goldenberg para Presidente; Jean Rottman, para Vice; José Cucher, para Tesorero; Pepe Ludmir, para Secretario; mi nieto León Wolfenson para Secretario en yidish; Pancho Gabel, para Relaciones Públicas; Samuel Drassinover, para Secretario de Beneficencia; el Dr. Menajem Mandel, para Asuntos Religiosos; 199 el Ing. Enrique Tinman, para Secretario de Cultura; Alfredo Malay, para Relaciones Musicales. Vocales: Liova Kleinerman, Moishe Nimand, Jacobo Akerman, Idale Teperman, Shabsay Teper, etc. Así es la vida: no en vano dijo el Rey Salomón, en sus provervios: “Generación va, generación viene”. Lo triste es que nosotros somos los de la generación que se va. El único consuelo nuestro es que la generación que viene, algún día también se i rá.. . Y ya que los de la nueva ola han de ocupar los primerísimos puestos en nuestras instituciones, los veteranos deberían ir pensando desde ahora en la forma de cómo fundar una Sociedad de los Retirados, pues tendrán que retirarse de todos modos. La.sede de esa Sociedad sería el abandonado local de Iquique. Allí podrán rezar sin ser estorbados por nadie. Allí podrán dedicarse a la lectura de los Salmos de David por la mañana, y al Kunkán, por las noches. ¿Qué más podrán hacer de provecho? 200 INDICE…. Aquí en este libro no están todos los que son, Ni son todos los que están. Pág. 10 11 11 11 11 11 11 11 11 11 12 12 12 12 12 13 13 15 16 16 16 16 16 16 16 16 16 16 16 16 17 Gleiser Jose Shamay Goldberg Adela Goldberg Felipe Edelman Manuel Goldenberg Aron Tendier Jorge Eidelman Samuel Wecselman Isaac Mandel Jaime Radzinski Simon Roitman Marcos Tuvia Arazi Maier Golda Heller Max Feldman Roberto Saiman Adolfo Lerner Aaron Milcas Efrain Zigelboim Salomon Sterental Salomon Portnoi Samuel Malay Fishell Biterman Zelma Kleinerman Lowa Povolostky Zindel Chslimper Abraham Drassinower Adolfo Weinstock Benzion Zwilich Mane Feldman Ruben Pág. 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 18 18 18 20 20 20 20 20 22 22 22 22 22 22 22 22 Rotstein Isaac Frimcha Kristal Shapiro Moris Kuperstein Saia Pach Sonia Batjner Rosa Brenner Nuskg Pach Perla Metzger Bacal Moris Gabel Pancho Aprianski Aries Dunayevich Boris Karakuschansky Aizenshat Feldman José Lerner José Malamud Jascha Lipa Gorn Jaime Urman Helman Gerchunof Bergman Natalio Topf Michel Haiman Edgar Prezant Jacobo Greiver Nisbasham Juris Yaffo Lebyb Bistrizky Natan 201 Pág. 23 23 23 23 23 23 24 24 26 27 27 30 30 31 31 31 32 36 37 37 37 40 43 48 58 58 58 58 58 58 58 58 58 58 58 58 58 58 58 58 58 61 61 61 Pág. Fleischman Yoeno Feldman Abraham Neisser Walter Weil Leopold Beltroy Manuel Gálvez José Belaúnde Víctor A. Ulloa Alberto Capuñay Mimbela Felestiano Samuel Teperman Idele Rosembach José Furer Simón Rosco Jacobo Fayer Berlasky Barrios Adolfo Gabel Marcos Feldman Abraham Feldman Jacobo Feldman Isaac Feldman León Cogan Samuel León Bezdin Avigdor Elias Franco Moris Pal ti José Adut Salvador Albdy Daniel Assa León Calvo Isaac Danon León Jabiles Marcos Levi Marcos Miara Alberto Niego Sam Niego Salomón Varón Najman Palti Jaime Zarfaty Sasson Levi Nissin Levi José Tinman Enrique Sterental Alex 61 61 61 61 61 61 61 61 61 61 61 61 61 68 68 68 79 79 79 79 79 79 79 79 79 79 79 79 79 80 80 80 80 80 80 80 80 80 80 80 80 80 80 80 Schlimper Nori Roitman Jean Varón Isaac Varón José Lobel Susana Feldman Betty Alalú L. Spack Benzion Lemor Mosson Lender Boris Schwartzman Abraham Sadownic Aba Zusman L. Biterman Zelma Helfgot Wugman Eidelman Pola Drassinower Yeti Schnitzer Mali Topf Castoriano Jeanette Goldenberg Charne Sterental Pola Mayo Frida Mudrich Sterental Zirl Perelman Golda Roitman Brodzky Leona Sandhaus Raquel Sheneider Wzxenguiser Gabel Esther Prag Regina Blanc Raquel Steren Masha Kristal Frimcha Shapiro Maria Feldman Berta Bobrovsky Susana Rozenswig Raquel Marazzani Augusta Wolf Regina Alalú Odette 202 Pág. 80 80 80 80 80 80 82 82 82 82 82 83 83 83 83 83 84 84 84 84 84 84 89 91 91 91 91 91 Pág. Wexman Lucha Foigel Haya Ghitis Eva Urman Leonor Ackerman Pola Polturak Ruth Zwiebach Studen Luis Flint Jacobo Capiliwsky Jacobo Malay Israel Grunfeld Oscar Blufstein Jacobo Rub Moisés Ludmir Abraham Silberman Jacobo Pardo Salomón Gomberof Jacobo Szafir Rafael Hassins Foigel Israel Gorin León Rosemberg Moisés Woloshin Ofelia Helfgot Zarina Grodzinsky Noemí Radzinski Leah Goldenberg Efrain 96 96 96 96 96 96 96 96 96 96 96 97 97 97 97 97 97 97 97 97 97 97 97 97 97 97 97 97 Anshel Herman Kuperstock David Sterental Natan Sterental Alex Porduminsky Rubén Burstein Moni Sterental Isaac Fishman Zelman Gabel Herman Wolfenzon Jaime Wolfenzon Moisés Sterental Moisés Radziski Abe Batieswsky León Goldfar Guillermo Gabel Moisés Herscovich Batjner Samuel Gabel Benzion Sterental Moisés Radzinski Abe Batiewsky León Goldfarb Guillermo Radzinsky Zurik Gabel Moisés Hershcovick Batjner Samuel Gabel Benzion 203 204