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REPARTO
ACTORES
PERSONAJES
H
PABLO
SBTA. TABKBNBB.
ESPERANZA
VELASCO.
MARTINA
SBA. TBAÍN.
SEÑOR ANDRÉS
••••
SB.
RIQUBLMK.
BENITO
GONZÁIBZ.
ANSELMO
TOJBDO.
UN PESCADOR
GALLO.
Coro general
La acción en un pueblo de pescadores de la costa cantábrica,
año 1882
L O S HIJOS D
Estamos en un pueblo de pescadores de la costa de Santander. La gente aguarda con ansiedad el regreso de una
barca que creían perdida y que llega al fin, conduciendo unos
cuantos pescadores que acaban de escapar milagrosamente
de una tormenta.
El Coro dice:
¡Maldito el mar
que zozobras y amargos pesares
tan sólo nos da!
De cuya maldición protesta el señor Andrés, un marino
viejo, antiguo lobo de mar, diciendo:
Esperanza
Basta, por Cristo, yo no consiento
en vuestros labios tal maldición;
el mar da penas y sinsabores,
pero de él viven los pescadores
y al fin y al cabo sus hijos son.
Cual vosotras, m i madre fué pescadora,
y cuando en su regazo me adormecía,
recuerdo que entonaba con voz sonora
un cántico marino que así decía:
E l pescador en su barca
rey poderoso es del mar;
su cetro, el remo que empuña,
la vela, su manto real.
Tiene por fieles vasallos
las olas y el h u r a c á n
y por corona las nubes
que cruzan la inmensidad.
Y cuando logra
vencer valiente
Ja furia leca
del mar hirviente
y ya en el puerto
se ve por fin,
la gente toda
le vitorea
cual rey que vuelve
de la pelea
trayendo á bordo
rico botín.
¡Bendito el mar,
bendito el mar,
que aun á costa de rudos afanes
la dicha nos da!
Se marcha el Coro y quedan solos Esperanza y A n d r é s .
E n est» escena se habla de Leandro; un nieto del viejo
marino que partió de allí hace años, y del cual no saben ha
tiempo. Andrés le espera siempre en la seguridad de que ha
de venir hecho u n hombre y que se ha de casar con Esperanza.
E n esto aparece Benito, un tipo cómico que está enamorado de la chica 5 que se desespera al ver que por aguardar
á Leandro le d e s d e ñ a n . Andrés le dice que Esperanza ha de
casarse con un marino, y no con un hombre de tierra, y se
va después de decirle que para aspirar á la muchacha, lo p r i mero que ha de hacer es embarcarse y dar la vuelta al
mundo.
En un d ú o muy cómico, ofrece Benito complacerles.
Benito
Esperanza
Benito
Esperanza
Bsnito
Mandaré que nos hagan
la casa á flote,
sin m á s que una litera
y un camarote.
Mandaré que nos lleven
dos mecedoras,
para estar columpiándonos
á todas horas.
Y para que m á s grande
la ilusión sea,
compraré en la botica
licor de brea.
No te canses, Benito,
lo siento mucho,
mas no puedo hacer caso
de lo que escacho.
Es tanto lo que te quiero
que para lograr t u amor
no va á haber un marinero
más valiente n i mejor.
Si me quieres, yo prometo
no comer m á s que pescao,
n i beber m á s qua el aceite
de hígado de bacalao.
Si el otro no vuelve
yo lo pensaré,
y dentro de poco
te contestaré.
Los mariscos m á s sabrosos
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te traeré para almorzar,
pues haciendo un sacrifio ÍO
para tí saldré á pescar
y sabiendo que te gustai
;an
los percebes con pasión,
nunca faltarán percebesen tu mesa, estando yo
Acaba el dúo y se va Esperanza.
Benito le cuenta á su padre, Anselmo, el resuliado de ta
entrevista, y al ver que siguen esperando á Leandro, se les
ocurre fingir una carta anunciando la muerte del chico y al
mismo tiempo hacer que Benito les sea simpático adquiriendo aficiones marítimas. Anselmo es peatón y va por el correo y Benito á cambiarse de traje.
Sale en una barca Pablo, un marinero antiguo camarada
da Leandro y que viene á preguntar por él. A la salida cantiy
Salta niña á m i barquilla,
ven, morena m í a ,
que te espero yo
y por la mar navegando
si yo voy remando
tú irás al timón.
¡Marinera de m i corazón!
Quiera Dios que aquí tenga m á s suerte
que en su casa ha tenido al llegar
el marino que tras larga ausencia
lleno de impaciencia
volvía á su hogar.
Tierra bendita
yo te bendigo,
por m á s que ingrata
fuiste conmigo,
que en tí solo tenía
-
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^
mis dulces afecciones,
y t ú has desvanecido
mis ilusiones.
Nadie me llora al partir,
nadie me espera al volver,
en el mar quiero morir
ya que el mar me vió nacer.
¡Su inquieto oleaje
siento que me llama,
la tierra me arroja
y el mar me reclama
pues huérfano y sólo,
sin casa ni hogar,
m i patria es el mundo,
m i padre es el mar!
Sale en esto Martina á quien pregunta por Leandro y al
saber que no está allí n i tienen noticias de él hace muchos
años, comprende que ha muerto y cuenta á Martina, en un
sentido parlamento, el combate naval en que sin dada murió Leandro y del cual se salvó él por verdadero milagro.
Pablo, al despedirse, hace entrega á Maitina de un anillo
y de un escapulario que Leandro llevaba.
En esto se oye la voz de Andrés que vuelve muy alegre;
Pablo quiere marchar pues no se siente con valor de darle la
mala nueva, pero Martina le ruega que se quede.
Sale Andrés loco de alegría; en la playa le han dicho unos
pescadores que ha llegado preguntando por él un marino,
un guapo mozo, cuyas señas coinciden con las de Leandro.
La turbación de Martina le hace comprender que es cierto
y que quiere prepararle para que la impresión no le haga
daño. Martina intenta explicarle lo ocurrido, pero Andrés ve
sobre la mesa el escapulario y el anillo de Leandro y no le
deja hablar. Loso y excitado llama á grandes voces al chico,
y cuando éste sale, avisado por Martina, Andrés se precipita en sus brazos creyendo que es Leandro. Pablo quiere sacarle de su error, pero Martina, viendo el estado del pobre
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viejo y pensando lo peligroso que sería confesarle la triste
verdad en aquel momento, ruega á Pablo que callé.
A. las voces de Andrés acude todo el pueblo y termina el
primer cuadro con un número de música animadísimo, anunciando Andrés que aquella misma tarde subirán todos á la
ermita de la Virgen de la Esperanza en acción da gracias.
Todos vitorean á Andrés y al recien llegado.
CUADRO SEGUNDO
Benito, que ha seguido el conaejo de su padre para hacerse simpático á Andrés y á Esperanza, aparece disfrazado de
lobo de mar, fumando en pipa y hablando en términos marítimos.
Sale Andrés, que se burla de él y le da la noticia da que
Leandro ha venido, lo cual desespera á Benito, que se va
llorando después de presentarle á Pablo.
Martina y Andrés dejan solos á Esperanza y Pablo, para
ver si éste se decide ai fin á declararse á la chica. Aquí hay
un precioso dúo de tiples que dice:
Ptiblo
Esperanza
Pablo
Esperanza
FaUo
E n m i vida me he visto
tan apurado.
(Aparte.)
(Ahora se me declara,
*
por de contado.)
Hay que hablar, ya que nos dejan
aquí solos á los dos,
Y a me mira, ya se acerca,
va á empezar..: ¡gracias á Dios!
lísperanza.., t ú no sabes
todo lo que yó enfría,
cuando ausente de mi patria
solo y triste me veía.
-
Esperanza
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¡Pobrecillo!
no lo debes recordar.
(Aparte.)
(¡Pero creo que no es esta
la manera de empezar!)
Pablo
¡Cuánto recordaba
m i plácida aldea,
la luz de este cielo
la paz de m i hogar!
Esperanza ^Aparte.)
(Se acuerda de todo,
la aldea y el cieio^
y á m i n i me nombra
por casualidad)
Pablo
¡Con cuánta delicia
miraba entre sueños
las playas alegres
en donde nací'
Esperanza (Aparte y contrariada.)
(Pues nada, está visto
que en todo ha pensado,
y no se ha acordado
siquiera de mí.)
Pablo
(Aparte.)
(¡Qué lástima de moza,
y es tan bonita!)
Esperanza
Si te parece, vamos
vamos hacia la ermita;
veo que aquí te aburre1*
y yo no quiero...
Pablo
(Decidido.)
Ea, pues que perdone
m i compañero.
—n —
Esperanza
Pablo
Esperanza
Pablo
Esperanza
Pablo
¿Cómo quieres creer, niña herniosa,
que estando á t u lado
me pueda aburrir,
cuando siento al mirarte uua cosa
que nunca he sentido
ni acierto á decir?
(Aparte.)
Trabajo me ha costado
conseguir que hable,
mas por fin ha encontrado
algo agradable.
M i anhelo sería
poder adorarte,
hacer de t u vida
un plácido Edén.
Entonces, Leandro,
no puedes quejarte,
pues si ese es t u anhelo
el mío también.
Surcar siempre á t u lado
las turbias olas del mar bravio
siendo tú, hermosa niña,
la capitana de m i navio.
Surcar siempre á tu lado
las turbias olas del mar bravio,
siendo tú eternamente
señor y dueño de m i albedrío.
Y en la noche callada
y al dulce arrullo del ancho mar,
lánguidas barcarolas
llenas de amores poder cantar,
i Marinera,
cómo quieres que yo no te quieral
— 13 —
Esperanza
iMarinero,
vuelve pronto que ansiosa te espero!
Pablo confiesa á Esperanza que no es Leandro y que Martina le rogó que callase por no dar ese disgusto á Andrés;
Esperanza comprende lo ocurrido y se propone secundar á
Martina, diciendo á Pablo que delante del pobre abuelo se
sacrifique fingiendo que la quiere.
Pablo abraza con entusiasmo á Esperanza y se van muy
amartelados.
Benito y Anselmo. Este viene muy contento porque trae
una carta de Leandro que ha abierto y que demuestra que
el chico no viene. Benito le cuenta que, por el contrario,
Leandro ha llegado ya.
Anselmo le hace leer la carta y Benito se pone muy contento porque de ella se deduce en efecto que Leandro no
puede ser el mozo que ha tomado su nombre.
Acuerdan descubrir al usurpador, para lo cual se dirigen á
la ermita á dar la carta á Andrés.
En esto el Coro hace una pasada cantando:
Ellos
Ellas
Montañesa del alma,
montañesita,
que á rezar á la Virgen
vas á la ermita.
Si yo pudiera, niña,
si yo pudiera,
lo que vas á pedirle
yo te lo diera.
Lo que la pido siempre
la pido ahora;
Virgen de la Esperanza,
madre y señora,
tres cosas pido, madre,
tres cosas pido,
salvación y dinero
¡y un buen maridol
CUADRO TERCERO
Paisaje montañoso en las inmediaciones de la ermita. E l
pueblo baila alegremente y canta:
Me han llenao de golpes
y no soy pandero,
j o me voy de casa,
yo me voy del pueblo.
¡Molo, molondrón,
molondrón, molondrero!
Yo me voy de casa,
yo me voy del pueblo
para tablar á gusto
con el m i pasiego.
Cuando termina el baile, que constituye un cuadro de romería animadísimo, vase el Coro, y al hacer mutis A n d r é s
llegan Anselmo y Benito que le entregan la carta,
Andrés la lee en voz alta. E n ella dice Leandro que ha sufrido mucho, que ha abandonado el mar y que se ha hecho
minero. Dice que se ha casado y que ya tiene un niño, é invita al abuelo y á Martina y á Esperanza—si aun está soltera—á que vayan á vivir con él á California, desde donde escribe.
Esta carta produce gran indignación en Andrés. A l salir
Esperan; a, Pablo y Martina, Andrés increpa al muchacho;
pero éste, lejos de turbarse, se alegra mucho de que A n d r é s
lo sepa y mucho m á s de que Leandro viva.
Abraza á Esperanza con asombro de todos y dice que Martina explicará lo ocurrido.
Pablo se aprovecha del mal efecto que en Andrés ha producido la ingratitud de Leandro y le pide á Esperanza.
Andrés se la concede, realizando así su deseo de que se
case con un hombre de mar.
ANJDEÉS ÁLVABET:.
Argumentos que se hallan de venta:
El General.
El terrible Pérez.
El puñao de rosas.
El famoso Colirón.
La Macarena.
Colorín colorao...
Los Hijos del Mar.
Los pedidos por mayor á D. José Lerín,
calle de Alcalá, kiosco frente á Apolo, Madrid. Se remiten á provincias.
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