segundo panel - Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social

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El Rol del Estado
en el Conflicto
Social y Laboral
Subsecretaría de Relaciones Laborales
n Staff
Edita
Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social
Publica
Subsecretaría de Relaciones Laborales
Director: Dr. Alvaro D. Ruiz
Coordinador general y compilador: Dr. Mario L. Gambacorta
Colaboradoras: Marianela Martino, Luciana Laveglia,
Dra. Juliana Calvo y Lic. Jésica Nugnez
Estilo editorial
Area de Estilo Editorial
Dirección de Prensa y Comunicaciones
Producción gráfica
Ximena L. García
Autoridades
MINISTERIO DE TRABAJO, EMPLEO Y SEGURIDAD SOCIAL
Ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social
Carlos A. Tomada
Secretaria de Trabajo
Noemí Rial
Subsecretario de Relaciones Laborales
Alvaro D. Ruiz
Indice
Presentación:
Breve análisis sobre la intervención del Estado ante el conflicto social y laboral
por el Dr. Alvaro D. Ruiz.
Acto de apertura de la jornada
Dra. Ana María Conde ................................................................................................................................................................................ 15
Dr. Alvaro D. Ruiz ............................................................................................................................................................................................... 17
PRIMER PANEL
Perspectivas teóricas y marco conceptual ante el conflicto social y laboral
Exposición del Lic. Héctor Palomino .................................................................................................................................. 19
Exposición de la Dra. Alicia E. C. Ruiz ............................................................................................................................... 24
Segunda intervención del Lic. Héctor Palomino ........................................................................................... 29
SEGUNDO PANEL
Tensiones entre el derecho de huelga y propiedad
Exposición del Dr. Héctor Garcia .............................................................................................................................................. 31
Exposición del Dr. Marcelo P. Vázquez ............................................................................................................................. 37
Exposición del Dr. Alvaro Ruiz ...................................................................................................................................................... 41
TERCER PANEL
La libertad de protesta y reclamo frente a libertad de tránsito
Exposición de la Dra. Estela M. Ferreirós . .................................................................................................................................................................... 47
Exposición del Dr. Germán Garavano . ............................................................................................................................................................................. 54
Exposición del Dr. Héctor Masquelet ................................................................................................................................................................................ 60
Exposición del Dr. Alejandro Slokar .................................................................................................................................................................................... 66
ACTO DE CIERRE DE LA JORNADA
Dr. Luis Lozano ...................................................................................................................................................................................................................................................... 71
Dr. Carlos A. Tomada .................................................................................................................................................................................................................................... 73
ANEXO
Jurisprudencia relacionada con la temática de la jornada . ........................................................................................................... 77
Presentación
BREVE ANALISIS SOBRE LA INTERVENCION DEL ESTADO ANTE EL CONFLICTO SOCIAL y LABORAL
En los tiempos que corren es común hallar numerosas tensiones entre intereses y derechos diversos en la exteriorización de los conflictos propios de
una sociedad democrática, que requieren de una respuesta jurídica dirigida a
ordenarlos en función de los bienes y valores en juego.
Esa exigencia se acentúa cuando se advierte que unos y otros encuentran
tutela en la Constitución Nacional, partiendo de una antigua concepción que
sostiene la necesidad de coordinarlos con el objeto de evitar que la afirmación de un derecho implique la negación de otro con el que pueda, eventualmente, colisionar en una determinada situación.
Una primera e ineludible reflexión nos lleva a descartar la estigmatización del
conflicto, toda vez que su existencia es propia de una cultura pluralista en la
que coexisten y deben tener cabida las diferentes corrientes de opinión, así
como las pujas distributivas que son con frecuencia la expresión de los antagonismos que se presentan en el ámbito laboral como manifestación particular de la conflictividad social.
En este campo los enfrentamientos entre empresarios y trabajadores suelen
ganar la calle, ya sea porque el conflicto se traslada efectiva y directamente a ese escenario - marchas y movilizaciones, piquetes, protestas en la vía
pública- o porque sus efectos se trasuntan más allá del acotado espacio de
la empresa, provocando efectos colaterales que pueden causar molestias o
perjuicios a terceros - interrupción del transporte público, algún grado de desabastecimiento de la población, alteración o reducción de servicios-.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 7
Ante tales circunstancias el Estado, a través de sus órganos y agencias, es llamado a intervenir
para preservar la paz social, pero partiendo del necesario respeto por los derechos en juego, y
es aquí donde aparece una primera - y necesaria- alerta con relación al modo y oportunidad
de esa intervención, así como a la articulación de las funciones que les compete a cada uno
de ellos.
Otro aspecto insoslayable es la determinación de la intensidad y relevancia que adquieren
ciertos medios en la defensa de los intereses en juego, como también la preeminencia de los
derechos colectivos frente a las garantías individuales en una democracia social.
La autotutela de los trabajadores es un valor que recepta nuestra Ley Fundamental como un
derecho humano esencial, tanto al proteger la libertad de organización - la formación de sindicatos- como al asegurarles canales de participación, pacíficos - la negociación colectiva- o
de confrontación abierta - la huelga-, en la disputa social por la distribución de la renta nacional o sectorial.
Pero es preciso advertir que en la actualidad no sólo es el salario el objeto - cuantitativo- de la
lucha por ese reparto, sino que es el empleo el propósito -cualitativo- que anima esas luchas
obreras. El pasado reciente ofrece a los argentinos un ejemplo lacerante del significado social
y personal que supone la destrucción de puestos de trabajo y la desaparición de las fuentes
de producción, la pérdida del paradigma del trabajo como vía de movilidad e inclusión social,
y la sustitución de la industria por la especulación financiera.
La defensa del empleo, y no de cualquier empleo, sino de aquel que constituye o se proyecta
hacia un trabajo de calidad y cualificante de quien lo ejecuta, así como enriquece a la Nación,
nos interpela acerca de los roles y responsabilidades que corresponden al Estado, a los empresarios, a los trabajadores y a sus organizaciones gremiales.
La empresa como espacio donde se funden en una relación dialéctica y conflictiva los factores
de la producción (trabajo y capital), exige redimensionar el concepto de titularidad de los bienes materiales afectados al desenvolvimiento del emprendimiento económico. La propiedad
privada y la función social inmanente al destino productivo al que sirve, imponen una lectura
integral y sistémica de las normas legales que regulan las diferentes cuestiones desde una
clave civil, comercial, laboral o penal.
La ocupación de un establecimiento industrial ante el inminente cierre que pone en riesgo el
empleo y la calidad de vida de los trabajadores y sus familias, la protesta callejera que altera el
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flujo ciudadano en procura de llamar la atención de la opinión pública o de un gobierno sobre
un reclamo colectivo - laboral o no-, suele conmover - positiva o negativamente- a otros no
involucrados en el conflicto.
A su vez, el grado de alteración social o el impacto individual que esas medidas acarreen deben guardar una razonable proporción entre el motivo que las anima, los objetivos que se
persiguen y la afectación de derechos e intereses que provoquen. Para lo cual el ordenamiento jurídico debe proporcionar los elementos de juicio para dilucidar las respuestas correctas,
justas y equitativas que preserven los derechos esenciales y permitan la coordinación entre
los de similar rango en función de la circunstancia concreta que pueda colocarlos en algún
grado de confrontación.
Referir el ordenamiento jurídico y esperar una respuesta ante el conflicto nos lleva necesariamente a plantearnos los dilemas consiguientes en cuanto a su contenido normativo, su
interpretación y aplicación. En definitiva, nos exige un análisis acerca del comportamiento
esperado de cada uno de los poderes del Estado.
De eso se trata precisamente la convocatoria a la Jornada que se llevará a cabo el 6 de abril en la
sede del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, organizada por el
máximo tribunal de justicia porteño junto con el Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación y el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación.
Los temas convocantes abarcan ese amplio espectro de la conflictividad social y laboral cuando se entrecruzan intereses y derechos de raíz individual y colectiva, que exigen componer las
reglas de derecho para arribar a soluciones no meramente legales sino justas y acordes con un
orden jurídico concebido como una integralidad: perspectivas teóricas y marco conceptual
ante el conflicto social y laboral; tensiones entre los derechos de huelga y de propiedad;
y la libertad de protesta y reclamo frente a la libertad de tránsito.
La propuesta, que ha sido acompañada por distintos organismos públicos de la ciudad (Ministerio de Justicia, Fiscalía General, Defensoría General, Asesoría General Tutelar, Cámara de Apelaciones en lo Penal, Contravencional y de Faltas, Cámara de Apelaciones en lo Contencioso,
Administrativo y Tributario), así como por otras entidades intermedias que nuclean a magistrados, abogados y especialistas en ciencias sociales, representa un real desafío para todos los
operadores jurídicos e invita a una profunda reflexión en torno al conflicto y a sus implicancias
cotidianas a la hora de tomar decisiones o adoptar medidas para su mejor encauzamiento.
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La ocasión es realmente propicia a tenor de los debates que se vienen registrando en los últimos días en torno a emergentes sociales traducidos en diferentes estrategias de supervivencia, los problemas de seguridad ciudadana y las alternativas de intervención de los poderes
públicos, o las polémicas de más larga data - pero que también afincan en problemas resultantes de la pobreza y de las pujas por la redistribución de la riqueza- sobre los límites tolerables
o incluso la licitud de las acciones de protesta social o sectorial.
Es de esperar que los planteos de los disertantes en cada uno de los tres paneles que conforman la Jornada, despierten en el público asistente un fecundo intercambio de ideas y permitan avanzar en la elaboración de respuestas jurídicas que sirvan para la implementación de
políticas públicas que encaucen la conflictividad, pero en el marco del respeto y promoción de
los derechos humanos comprometidos.
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Dr. Alvaro D. Ruiz
Subsecretario de Relaciones Laborales
JORNADA “LA INTERVENCION DEL ESTADO EN EL CONFLICTO SOCIAL Y LABORAL”
Buenos Aires, 6 de abril de 2010
Programa
Acto de Apertura
Dra. Ana María Conde. Presidenta del Tribunal Superior de Justicia
Dr. Alvaro D. Ruiz. Subsecretario de Relaciones Laborales
Primer panel: “Perspectivas teóricas y marco conceptual ante el conflicto social y laboral”
Expositores: Dr. Víctor Abramovich. Ex integrante de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
Lic. Héctor Palomino. Director de Estudios de Relaciones del Trabajo del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social
Dra. Alicia E. C. Ruiz. Miembro del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad
Segunda intervención del Lic. Héctor Palomino
Coordinador: Dr. Daniel Nasroulah. Asesor de la Subsecretaría de Relaciones Laborales del Ministerio de Tra-
bajo, Empelo y Seguridad Social
Segundo panel: “Tensiones entre el derecho de huelga y de propiedad”
Expositores: Dr. Héctor O. Garcia. Profesor de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Facultad de Derecho UBA. Asesor institucional de la CTA
Dr. Marcelo P. Vázquez. Camarista Penal, Contravencional y de Faltas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Dr. Alvaro D. Ruiz. Subsecretario de Relaciones Laborales del MTEySS
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 11
Coordinador: Dr. Claudio D. Heredia. Presidente del Centro de Estudios Políticos, Económicos, Legales y
Sociales (CEPELS)
Tercer panel: “La libertad de protesta y reclamo frente a la libertad de tránsito”
Expositores: Dra. Estela M. Fereirós. Jueza de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo
Dr. Héctor Masquelet. Secretario de Justicia de la Nación
Dr. Gérman Garavano. Fiscal general de la fiscalía del Ministerio Fiscal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Dr. Alejandro Slokar. Defensor general adjunto del Ministerio Público de la Defensoría de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Coordinador: Dr. Mario L. Gambacorta. Director del Instituto de Justicia del Centro de Estudios Políticos, Económicos, Legales y Sociales (CEPELS). Profesor de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Facultad de Derecho UBA
Acto de cierre
Dr. Carlos A. Tomada. Ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social
Dr. Luis F. Lozano. Vicepresidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
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ORGANIZACION Y ENTIDADES PARTICIPANTES
Organizacion
ENTIDADES PARTICIPANTES
n Ministerio de Trabajo, Empleo
nM
inisterio de Justicia y Seguridad de
y Seguridad Social de la Nación
n Ministerio de Justicia, Seguridad
y Derechos Humános de la Nación
n Tribunal Superior de Justicia de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
laCiudad Autónoma de Buenos Aires
nF
iscalía General del Ministerio Público
Fiscal de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires
nD
efensoría General del Ministerio Públi- co de la Defensa de la Ciudad de Bue-
nos Aires
nA
sesoría General Tutelas del Ministerio
Público Tutelar de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires
nC
ámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
nC
olegio de Magistrados,integrantes del
Ministerio Público y Funcionario del
Poder Judicial de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires
nC
entro de Estudios Políticos, Económicos, Legales y Sociales (CEPELS).
Dirección
Dr. Alvaro D. Ruiz
Compilación y Coordinación
General de la Publicación
Dr. Mario L. Gambacorta
Coordinación General
de la Actividad
Dr. Mario L. Gambacorta
Dr. Daniel Nasroulah
Secretaría de Organización
Lic. Magali Troya
Dra. Juliana Calvo
Lic. Guido Arocco
Prof. Ximena Merlo Avila
Lic. Jesica Nugnez
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 13
Palabras de la Dra. Ana María Conde en la apertura de las jornadas
Presidenta del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Les doy la bienvenida a todos los presentes, no los voy a mencionar porque ya han sido mencionados.
Sólo quiero agradecer la presencia del Dr. Alvaro Ruiz, subsecretario de Relaciones Laborales
del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.
Cuando el Dr. Alvaro Ruiz me propuso organizar este seminario me pareció una excelente
idea. Porque es importante el trabajo conjunto del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad
Social y del Ministerio de Justicia, ambos de la Nación, y del Tribunal Superior de Justicia de
la Ciudad de Buenos Aires y que ése trabajo sea auspiciado por el Ministerio de Justicia de la
Ciudad y por todas las ramas del Poder Judicial de esta Ciudad: jueces y camaristas de los dos
fueros e integrantes del Ministerio Público y de las asociaciones de jueces.
Lo considero importante, además, porque los temas a abordar resultan de gran importancia
no sólo para la Nación sino también a esta Ciudad-Estado a la que tanto le cuesta conseguir
su autonomía plena.
Es necesario dar un respuesta jurídica sistémica desde los ámbitos laboral y penal ante eventuales colisiones entre distintos derechos e intereses con garantía constitucional y para ello
hemos convocado a distintas personalidades del quehacer jurídico y a integrantes del Poder
Judicial de la Ciudad para abordar la forma de conciliar la colisión que se produce cuando algunos integrantes de la comunidad, en ejercicio de sus derechos constitucionales, afectan los
derechos de igual jerarquía que tienen otras personas. Esto ocurre cuando, por ejemplo, los
trabajadores, ya sea de la educación, de la salud pública (médicos, enfermeras), de la justicia,
en ejercicio del derecho de huelga afectan el derecho de los niños a estudiar y aprender, o
privan a los enfermos de su derecho a ser asistidos y en los judiciales de recibir el servicio que
debemos prestar los organismos jurisdiccionales. O, por ejemplo cuando se ejerce el derecho
de manifestar, protestar y peticionar a las autoridades y se afectan derechos de los habitantes
de la ciudad y de los que a diario vienen de la provincia de Buenos Aires u otras localidades
del país a ejercer sus tareas y están impedidos, demorados o afectados de alguna forma en su
derecho a circular libremente por las calles.
Estos son ejemplos de todos los días en ciudades como la de Buenos Aires. Resolver la colisión
entre esos derechos es de gran importancia para la ciudad en tanto sus autoridades ostentan
el poder de policía para su jurisdicción.
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La experiencia vivida en estos últimos años pone en evidencia una extrema dificultad para
asegurar el ejercicio conjunto de derechos que en algún punto confrontan. Ese es el desafío
que hoy tenemos, empezar a construir una solución que nos sea útil como sociedad, es decir,
que de cabida a todos los sectores involucrados en la dinámica de la ciudad.
Para ello, no podemos perder de vista dos ejes: la tolerancia hacia los derechos del otro y el
respeto hacia las leyes que nuestros representantes acuerdan en el ámbito legislativo y que
conforman las normas de convivencia y los códigos de trabajo y penal.
En suma, hoy se asiste a la necesidad de combinar fórmulas prudentes que permitan la coexistencia de los derechos en pugna: el generado por los reclamos, derechos a manifestar y a
peticionar a las autoridades, y los derivados de derechos fundamentales a la salud, a la educación, a la circulación pública.
La satisfacción de ambos grupos de derechos no es imposible. Se requiere voluntad y decisión
política de garantizar el ejercicio de ambos derechos. Ello significa buscar y encontrar una
respuesta jurídica en términos del bien común que, tradicionalmente actúa como un valor
síntesis o armonizador entre intereses y valores que no siempre están concebidos para aguantar pacíficamente.
Tenemos entonces planteado un desafío con la necesidad de hallar un consenso provechoso
y no una imposición rigurosa y unilateral que, desde ya, es el camino más fácil pero también
el que genera las mayores tensiones y resistencias. Pero la flexibilidad y tolerancia requiere,
como contrapartida, el cumplimiento de los acuerdos y de las normas marco por parte de los
actores involucrados.
Por último, no quiero soslayar la importancia de este debate para los jueces. Nosotros no podemos perder de vista que las decisiones que tomamos a diario en nuestras sentencias tienen
una gran influencia sobre la comunidad, pues sus integrantes se referencian en ellas, acostumbrándose a respetar la ley o apartarse de ella según exista o no concordancia entre la
conducta desplegada y las normas que regulan el ejercicio del derecho propio de un pueblo,
lo que está definido por los magistrados.
Este es el camino que empezamos a transitar. Esperamos ver pronto resultados positivos que
aseguren la efectividad de los derechos de todos los que conformamos la sociedad, superando
el paradigma que instala confrontación y conflicto donde debe existir tolerancia y respeto.
Muchas gracias.
16 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Palabras del Dr. Alvaro D. Ruiz en la apertura de las jornadas
Subsecretario de Relaciones Laborales del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social
de la Nación
Buenas tardes, es un gusto compartir esta jornada con ustedes, y en primer lugar quiero hacer
un agradecimiento expreso a la Dra. Conde, y por intermedio de ella a los demás integrantes
del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad que están aquí presentes, porque efectivamente
cuando nos acercamos a esta temática que hoy nos convoca encontramos no sólo una disposición muy clara, sino también una decisión en el desarrollo de todas las acciones que estaban
dirigidas a difundirlas y a posibilitar la participación del público que hoy asiste a esta reunión,
que en definitiva es de quienes esperamos un aporte importante para el desarrollo de ideas
y de debates.
También quiero agradecer en especial al Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación, que se sumó con mucho entusiasmo en esta tarea para desarrollar una
actividad que, entendemos, en el ámbito de la Nación es fundamental ir desarrollando en
las distintas jurisdicciones. Es decir, plantearnos los que a diario encontramos como posibles
puntos de conflictividad entre derechos o intereses que en muchos casos resultan tener una
estructura similar en el marco de la Constitución Nacional, de derechos fundamentales o de
tratados internacionales supra legales, que en definitiva, como todas las respuestas que el
derecho debe dar, las debe dar desde una integralidad, desde un concepto totalizador, que
permita limar las diferencias que surjan entre unas y otras concepciones jurídicas.
A su vez, no quiero dejar de hacer un reconocimiento a la adhesión que ha recibido esta jornada de parte de organismos públicos de la ciudad de Buenos Aires y también de parte de
organismos nacionales y de entidades privadas que están relacionadas con los temas relativos
al conflicto social y laboral.
Muy sintéticamente quisiera referirles cuál ha sido la motivación y que estamos planteándonos con estas jornadas y de ahí también hacer una referencia a los temas que se abordarán y a
las personas que integran los paneles. En primer lugar, entendemos que hay una necesidad de
pensar y repensar la conflictividad, de considerar que ésta es parte de la expresión de la vida
en una sociedad democrática, particularmente el caso del conflicto laboral, que no es más que
la expresión de aquello que subyace en las relaciones de producción.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 17
Por otro lado, creemos que esa revisión y ese debate debe darse con una gran amplitud desde
el punto de vista ideológico, desde el punto de vista de las pertenencias y de los intereses que
cada uno de nosotros representamos.
Creemos también que la participación de distintas jurisdicciones, tanto del orden nacional
con el Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación, y el Ministerio de
Trabajo, pero también de los tribunales de justicia como es el caso del Tribunal Superior de
Justicia de la Ciudad, intérprete final del mandato constitucional de la ciudad, deben estar
representados de distintas formas en este debate; y de allí también, que la selección que se
hizo de los distintos panelistas pretende dar alguna prueba de la pluralidad que buscamos y,
además, de que pretendimos dar al debate visiones que no son exclusivamente jurídicas, y
aún desde el Derecho, pensándolo desde distintas jurisdicciones y órbitas cuando debemos
atender conflictos que tienen múltiples causas y también múltiples efectos respecto de las
secuelas que el conflicto puede tener, que no sólo pueden no ser perjuicios sino que muchas
veces son ventajas, pero de todos modos suele involucrar a otros que no son los protagonistas
ni los destinatarios directos de esa conflictividad.
Por último, simplemente una expresión de deseo, que esta intención que llevó a la convocatoria, que esta selección de quienes integran los paneles, tiene por objeto provocar un intercambio de ideas, de debate, para que podamos implementar otro tipo de acciones, desde
cada uno de los órganos del Estado en lo que a la intervención estatal corresponde e incluso
también dentro de cada uno de los ámbitos involucrados en la conflictividad, porque si bien
las responsabilidades del Estado son importantes, las que corresponden al nivel social que
involucran a cada uno de los actores y sectores que componen una comunidad no son menos
importantes en tiempos de una democracia social, como la que estamos viviendo.
Muchas gracias.
18 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
PRIMER panel
PERSPECTIVAS TEORICAS Y MARCO CONCEPTUAL
ANTE EL CONFLICTO SOCIAL Y LABORAL
Exposición del Lic. Héctor Palomino
Buenas tardes a todos, gracias por la invitación. En especial a Alvaro Ruiz,
quien me convocó para esta actividad.
En el público veo colegas que no veía hace tiempo. Y sobre todo ver una
colega mía que trabaja en investigación que es Julia Campos, que me parece que debería estar en mi lugar porque justamente conversando antes
de empezar esta actividad entendí que dado el objetivo de la convocatoria
creo que ella podía hacer una intervención medular sobre el tema, porque
está estudiando casos de jurisprudencia donde en las demandas se pone en
juego el derecho de huelga y claramente aparecen causas penales asociadas
a esa discusión y creo que ese es el eje de la convocatoria.
Yo no soy abogado, no soy jurista, soy sociólogo; para mi la sociología es
una ciencia empírica, o sea da procesos que tienen que ver con la realidad,
no es puramente axiomática como pueden ser algunas disciplinas, algunas
corrientes disciplinarias dentro de la economía y también del derecho. Pero
es muy difícil teorizar sobre cuales son las perspectivas teóricas para analizar
el conflicto laboral y social, es muy difícil no tomar en cuenta los problemas
que plantea la realidad. Ahora, la cuestión entonces es qué realidad.
Una pregunta teórica es hasta qué punto asistimos al fin de ese ciclo neoliberal.
Es posible que una de las respuestas sea que no finalizó, que seguimos metidos en el mismo ciclo.
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Otra respuesta es que el ciclo neoliberal parece culminado por lo menos en la Argentina. Que
ese ciclo parece haber llegado a su fin en el segundo semestre de 2008, a partir de la crisis
financiera emergente con la quiebra de Lehman Brothers, o tal vez un año antes, con la crisis
financiera de las hipotecas subprime.
Entonces, con relación a la crisis internacional uno podría decir que la Argentina parece haber
anticipado ese fin de ciclo. Entonces puede que la respuesta a esa pregunta de si ha terminado
el ciclo neoliberal puede ser positiva, o sea ha culminado un ciclo y comienza otro.
Con relación a la no-finalización del ciclo puede haber expresiones tanto de derecha como
de izquierda. Otras pueden decir no, en las que me incluyo sin duda, ese ciclo terminó, pero
el problema que le sigue a ese ciclo neoliberal es hacerse la pregunta: ¿qué sigue? ¿Entonces
qué es lo que tenemos ahora? ¿Tenemos un retorno a lo que había antes del ciclo neoliberal, o
se abre aquí la posibilidad de un nuevo Estado, un nuevo esquema económico-social, nuevos
temas que vienen de la sociedad de la cual debemos hacernos cargo?
Entonces sigo con esta posibilidad: ¿si terminó el ciclo estaremos transitando un retorno a lo
que había antes o se abrió un escenario nuevo?
Los datos con los que contamos no permiten definir claramente cual de las dos respuestas sería la más adecuada, pero sí permiten reafirmar que hemos llegado al fin del ciclo neoliberal.
Esto tiene consecuencias desde el punto de vista de los enfoques teóricos; decir que se llegó al fin
del ciclo neoliberal tiene una primera consecuencia teórica, es que lo que ocurre hoy en la Argentina
parece ir a contramano de las teorías sociales vigentes elaboradas en la era del ciclo neoliberal.
Para decirlo rápidamente, las teorías del desenclave de la experiencia social, de un autor inglés como Anthony Guiddens. La teoría de la tendencia de una sociedad en riesgo del alemán
Anthony Speck. O la teoría de una sociedad en redes. Hay también otras que tienen que ver
con la ensayística, como Bauman y la sociedad líquida, pero tienen menor estatus de reconocimiento en el campo de las ciencias sociales.
Cualquiera de esas teorías parte de una contrastación empírica que es el declive o la desestructuración del mundo del trabajo en las sociedades occidentales, que se traduce en una fragmentación
social y al mismo tiempo en un declive de la acción de los trabajadores y sobre todo de los sindicatos. Declive que se puede medir por la destrucción de la taza de ampliación, etcétera.
Digamos, la piedra de toque, el punto de partida empírico de cualquiera de estos enfoques vigentes en la década de los ’90 y aún hoy propios del mundo occidental, parte de esa contrastación.
20 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Cuando uno mira qué es lo que pasa en la Argentina con el mundo del trabajo y con el mundo
sindical no puede dejar de sorprenderse. Nosotros hicimos una estimación en el Ministerio de
Trabajo sobre la taza de sindicalización en el sector privado formal y esa taza de sindicalización
asciende al 37%, la medimos durante 3 años, en 2005 y 2008 llegaba al 37%. La aplicamos a
las cifras de empleo que teníamos del año 2003 y con las cifras de empleo del 2009 y según
los resultados el incremento de la tendencia a sindicalizarse en 6 años fue de más o menos
1.000.000 de nuevos afiliados. Entonces, o la bien la Argentina es un caso atípico porque la sindicalización está creciendo, o bien realmente estamos metidos en una etapa histórica donde
hay un fin de ciclo neoliberal y lo que reaparece luego de este fin de ciclo es una potenciación
de los sindicatos, de su capacidad de reclutamiento.
Y en lo que es la experiencia Argentina tiene que ver con el impulso fuerte dado por el Estado al
crecimiento económico, el impulso dado por el Estado al crecimiento del registro laboral, porque
no ha aumentado sólo el empleo sino que ha aumentado el empleo con previsión social.
A la vez, también ha aumentado la cantidad de gente cubierta por el sistema de la seguridad
social, porque la cobertura aún no es completa, pero con la última ampliación, con proyectos
novedosos que proponen, por ejemplo, las asignaciones familiares. Digamos, es un mecanismo de integración social relativamente novedoso para la Argentina, apoyado sobre un enfoque de la seguridad social vinculado al trabajo. La ampliación de la seguridad social sigue el
derrotero marcado por este privilegio dado al empleo y al trabajo de calidad.
Esto que pasa en la Argentina no es independiente del conflicto laboral. El crecimiento del
empleo viene a potenciar el conflicto laboral.
Hicimos una estadística y el año 2009 tuvimos 874 conflictos laborales, pero junto con eso lo
que tuvimos es un canal de negociación de ese conflicto.
En el mismo año, 2009, hubo aproximadamente 160 negociaciones colectivas. Fue un año récord
para nosotros.
Pero bueno, hablar de negociación colectiva, de conflicto laboral, de crecimiento de la afiliación sindical, de expansión de la seguridad social, es hablar de un retorno al Estado de Bienestar. Eso había sido quebrado en los ’90 y no sólo en este momento, pero parece que estamos
teniendo una dinámica completamente diferente y esta dinámica alienta la hipótesis de un
retorno a las viejas buenas épocas del Estado de Bienestar. Cosa que según las teorías sociales vigentes actualmente, elaboradas en los últimos 30 años en el mundo occidental, esto no podría ocurrir.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 21
En esta perspectiva, ya hace tres años en una actividad que desarrollamos en la Facultad de Ciencias Sociales, nos dedicamos a analizar ese desplazamiento que observábamos entre lo que denominamos “conflicto social”, que era típico de fines de los ’90, como piqueteros, fábricas recuperadas, etc, al conflicto laboral. Lo que notamos es que hay cada vez menos conflictos protagonizados
por movimientos sociales y cada vez más conflictos protagonizados por trabajadores.
En líneas generales esto no quiere decir que la repercusión pública, el impacto de estos conflictos
es mucho mayor que los otros conflictos que ocurren en el ámbito laboral. En esta perspectiva la
respuesta del fin del ciclo de la era neoliberal es que se inicia otro que implica un retorno al Estado
de Bienestar, a las viejas instituciones laborales, a los mecanismos tradicionales de negociación
colectiva, y una gimnasia del conflicto laboral que es más o menos funcional, para lograr un funcionamiento más o menos virtuoso del sistema económico-social.
Como bien decía Alvaro, desde el punto de vista de la negociación colectiva el conflicto no es malo,
sino al contrario, pone a la luz la diferencia de intereses y permite a partir de ahí negociarlos. Justamente, la ventaja de los intereses de clase respecto de los demás intereses es que son negociables,
son divisibles, son computables. Los que no lo son, son conflictos de otro orden, los que llamamos
“conflictos de valores fundamentales” que no son negociables o conflictos religiosos. En realidad los conflictos laborales como decía Adolf Hirschman, decía algo así como que “gracias a
Dios hay lucha de clases”.
Las instituciones de la negociación colectiva permiten canalizar y negociar estos conflictos.
Sin embargo, también está la otra respuesta que también sería positiva, es decir, terminó la era neoliberal y estamos metiéndonos ahora en un mundo nuevo. Esta perspectiva también es interesante
porque si uno mira los conflictos actuales son bastante diferentes de como eran en otra época.
Si uno piensa quienes eran los que daban forma al conflicto laboral en la década del ’60, seguramente era un sindicato, los mecánicos, los metalúrgicos, un trabajador que reclamaba salarios.
En cambio, si uno mira los conflictos laborales actuales lo que nota es que la mayor cantidad
de ellos, de huelguistas, de jornadas no trabajadas por paro, corresponden a tres actividades
que son la administración pública nacional, provincial o municipal, el sector de la salud y el
sector de la educación. Lo de la educación es fantástico, más o menos la mitad de las jornadas
por paro del año 2009 correspondían al sector educativo.
22 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Ahora aquí el gran problema es que buena parte de la teoría del conflicto laboral ha sido elaborada
a partir de la distinción clave que es una confrontación entre capital y trabajo. Esto es lo que aparece ausente en estos reclamos que se dan en el sector público.
Los conflictos en el sector industrial, los conflictos privados, los conflictos entre capital y trabajo
están organizados por mecanismos de negociación tripartito que recomienda la OIT, en cambio en
los conflictos del sector público no existen este tipo de recursos. Por eso es algo que se fue construyendo y se ha avanzado, pero hay una carencia a nivel de la institucionalidad.
Pero digamos que los protagonistas de estos conflictos en estos casos, y quizás el de los docentes
sean paradigmáticos, trabajan a tiempo parcial, aunque esa es una discusión con los sindicatos,
que esas cuatro horas no se toman en cuenta es una cantidad de tiempo que dedican a armar las
clases, etc, y además, lo curioso de estos tres sectores, es la presencia de las mujeres. Creo que son
mayoría en educación, en administración pública y en el sector de salud.
Por lo tanto, ya no es el varón obrero metalúrgico de los ‘60, sino una mujer de clase media trabajando a tiempo parcial. Esto desborda cualquier marco teórico y la imagen del conflicto que
tengamos en la cabeza. Estos son los nuevos protagonistas de los conflictos. Me parece que esta
es la imagen que contrasta con la anterior versión, con la teoría del retorno a lo anterior, a favor
de la necesidad de pensar que hay cambios sociales de los cuales debemos hacernos cargo y que
necesariamente nos estamos metiendo en un nuevo mundo que comenzamos a transitar, que
amerita la construcción de un nuevo tipo de Estado, un nuevo tipo de relación Estado-sociedad y
sobre todo afianzar un nuevo modelo económico-social.
Los otros protagonistas del conflicto están algo así como encuadrados dentro de instituciones laborales; el tema es cómo poder hacer instituciones capaces de canalizar estos nuevos conflictos.
Para finalizar, a modo de nota al pie, cuando leí la convocatoria y estaba la frase “conflicto social y
laboral”, pensé “otra vez, son los problemas del mundo mediático, esta confusión entre el mundo
social y laboral típica de los medios de masa”.
Generalmente, cuando un conflicto laboral se denomina social es porque la protesta se realizó en
la calle, cuando aparte de los trabajadores involucrados en el conflicto participaron actores aliados,
sean estudiantes o partidos políticos, o también cuando el colectivo laboral que se manifiesta es algún sector de servicio, particularmente del sector del transporte, donde ahí sí el ámbito del trabajo
tiene impacto directo sobre la vida de todos nosotros.
Así que estos son los problemas a los cuales ha rodeado el título de esta actividad. Gracias.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 23
Exposición de la Dra. Alicia Ruiz
Me siento muy satisfecha de participar en el panel. Como recordó el coordinador durante más de
quince años fui abogada laboralista y, más tarde, diez años jueza del trabajo. Son marcas que no
se borran con facilidad.
En otro plano, y ya lo adelantó la Dra. Conde, es muy significativo que en el ámbito del Tribunal se
abra la discusión entre Nación y ciudad respecto de lo que se puede hacer con el trabajo y con la
protesta social en el espacio urbano. Un espacio complejo y diverso en el cual estamos todos, aún
los que no son reconocidos porque no acceden al mundo del consumo, del mercado, etcétera.
Por último, es una ocasión para reencontrarme con el Licenciado Héctor Palomino, un viejo amigo
con quien hace ya muchísimos años compartíamos cursos en la FLACSO, en una época en la que
era muy difícil hacer algo en la Argentina.
Mi participación retomará en principio un par de reflexiones de Héctor con las que marcaré algunas diferencias, para ocuparme luego del papel que le cabe al discurso jurídico en el tema que nos
convoca esta tarde.
Comparto la idea de que asistimos a la etapa final de la hegemonía neoliberal como pensamiento
político, como doctrina económica y como impacto en el sentido común. Pero como sucede con
todo proceso histórico, vislumbrar el final no quiere decir que haya terminado. Los efectos de las
políticas neoconservadoras en la Argentina y en el mundo entero se prolongarán más allá de los
cambios económicos. Han de pasar generaciones enteras en países como los nuestros, antes de
que pueda asegurase que el modelo está agotado. De modo que tenemos que trabajar pensando en cómo recuperar algunas de las convicciones y de los proyectos que teníamos y, al mismo
tiempo, haciéndonos cargo de que el mundo es otro, que el tejido social se ha complejizado enormemente, y que ya no podemos hablar de conflictividad social o laboral, ni pensar en soluciones
jurídicas o políticas como lo hacíamos cuarenta años atrás.
Yo creo que los derechos individuales, o mejor aún, la dogmática constitucional que tradicionalmente se ocupa de ellos enfrenta hoy límites que no estaban presentes dos siglos atrás. La
dimensión alcanzada por los derechos sociales, económicos, culturales a nivel de lo tratados
internacionales y de las constituciones, y por su incidencia en la cotidianeidad de la vida de la
gente - de todos nosotros - exige una revisión de las categorías con las que la dogmática constitucional pensó el tema. El presupuesto de una distinta reflexión sobre el discurso jurídico,
el punto de partida consiste en preguntarse cómo pensamos la sociedad donde ese derecho
24 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
funciona y reconocer, simultáneamente, la especificidad que lo caracteriza y su estrecha relación
con la política y el poder. Es un cambio de paradigma imprescindible, tanto para los teóricos del
derecho cuanto para los que formalmente ejercen cargos políticos, y también para los jueces en
una sociedad democrática.
Desde la perspectiva que enunciara más arriba, y frente a las tensiones entre distintos derechos
constitucionales surgen dos preguntas, que parecen exceder el tema, sólo si se ignora lo que acabo
de señalar: a) ¿tenemos una teoría de la democracia que sea suficiente para dar cuenta del mundo
social complejo en el que vivimos?; b) ¿tenemos una teoría de la democracia que nos habilite a
ampliar derechos y profundizar el modelo democrático dentro del Estado de derecho?
Destacar la insuficiencia de las teorías clásicas de la democracia no acarrea el abandono de
los aspectos formales del sistema. Todo lo contrario: las formas en el modelo democrático son
tan importantes como los contenidos, mejor aún, no existe lo uno sin lo otro. La distinción
forma/contenido en este campo es tan anacrónica como que separa en el texto constitucional
cláusulas programáticas de cláusulas operativas, pero sirven como ejemplos paradigmáticos
de un modo de debatir que no permite asumir la conflictividad en la que vivimos, que no se
agota en una única contradicción entre quienes tienen y quienes no tienen, sino que se construye y se reconstruye en redes. Hay multiplicidad de conflictos que no son exclusivamente de
intereses, son también de valores y en todos está en juego la cuestión de la primacía de unos
principios constitucionales sobre otros.
Es cierto que hemos aprendido que la democracia se construye básicamente a través del consenso, pero yo discrepo con esa visión muy propia de ciertas formas del liberalismo político
que supone que las soluciones siempre son racionales y consensuales.
Creo que en el mundo social los conflictos se dirimen de muy variada manera, no necesariamente a través de la violencia, pero de muy variada manera. La pregunta es: ¿qué papel juega
el derecho?, ¿qué papel juegan los operadores jurídicos cuando se trata de transitar a través
de estos conflictos?
El discurso del derecho puede entenderse y la Constitución es un ejemplo fantástico en ese
sentido, como un relato a través del cual una sociedad dibuja la imagen que tiene de sí misma.
Un relato entre otros relatos, un relato que se construye socialmente, un relato que confronta,
se opone, hegemoniza o se subordina según cómo el poder se distribuye en la sociedad.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 25
Discurso jurídico, poder y sociedad están vinculados en un entramado, en una red que crea
sentidos que significa y resignifica los textos normativos; que legitima relaciones (sólo algunas
relaciones); que resuelve y prioriza unos conflictos encubriendo los demás; que constituye y
reconoce a ciertos sujetos al tiempo que niega la existencia de otros.
Un relato en el cual intervienen protagonistas privilegiados (como los constituyentes, los legisladores o los jueces), los operadores jurídicos en general (doctrinarios, profesores de las
escuelas de derecho) y también todos los que estamos sujetados por el discurso jurídico.
En ese proceso de construcción de la manera en que se entienden los problemas y sus soluciones frente a conflictos sociales de muy variado orden, hay que hacerse cargo de la colisión
de derechos reconocidos a nivel constitucional. ¿Cómo reconocer el campo de esos derechos
y establecer la preeminencia de unos respecto de otros bajo determinadas circunstancias?
Esta cuestión es clave, tanto desde el punto de vista teórico cuanto desde el punto de vista
práctico, en particular para los que estamos llamados a tomar decisiones como los jueces. Muchas veces los conflictos que un tribunal debe decidir y que se presentan como un caso, son el
síntoma de una conflictividad que va mucho mas allá de la controversia particular. No se trata
de que los jueces hagan consideraciones generales sobre los conflictos sociales. Se trata de
que adviertan las proyecciones que sus fallos adquieren en el espacio social.
En este sentido es que digo que derecho, poder, política, se entraman, juegan de una manera
tal que obligan a pensar que no hay una jerarquía consagrada en los derechos a nivel de la
Constitución, que cada vez que los derechos puestos en la Constitución parecen confrontar, es
necesario volver a discutir y repensar su alcance asumiendo cual es la concepción del mundo
social desde la que se reconoce o desconoce un derecho.
Un derecho como el derecho de huelga fue concebido para ser ejercido a través de la acción
sindical en épocas en que muchas personas trabajaban, por ejemplo, en fábricas. Hoy empieza
a ser pensado también para aquellos que están excluidos del mundo formal del trabajo, lo que
supone toda una revisión de los conceptos y las categorías jurídicas.
La sociedad en la que vivimos, compleja, fragmentaria, contingente y azarosa, ya no puede ser
entendida por las leyes generales de la historia, ni con únicos protagonistas, y seguramente va
a tener idas y vueltas en las cuales estamos fatalmente implicados. Es una sociedad en busca
de soluciones que no están sujetas exclusivamente al modelo de la racionalidad instrumental
(de medios a fines).
26 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
En esa búsqueda hay que tener en cuenta las pasiones, las creencias y las necesidades que
padecen grupos de muy diverso tipo en las sociedades en las que vivimos. Asimismo, hay que
advertir que respecto de cómo distribuir y redistribuir los bienes que siempre son escasos, el
derecho dice mucho y dice performativamente. El derecho construye el mundo en que el que
se distribuye y define quiénes son los que á participarán en el reparto. Yo suelo decirles a mis
alumnos de la facultad al iniciar un curso, que no hay política social, de salud, de educación,
económica, que no se exprese a través del discurso jurídico. Y por fin entender que una parte
fundamental de lo que el discurso del derecho hace es definir que es un conflicto social, cómo
se lo tramita y quienes son los actores que intervienen en él.
Por esa razón, una dogmática constitucional, una dogmática penal, una dogmática del derecho del trabajo que procuren mostrar o construir el relato que se corresponda con la sociedad
actual tiene que hacer un esfuerzo muy grande por abandonar las viejas categorías y construir
categorías nuevas. Y esto conlleva un trabajo más difícil: darse cuenta de que en general los
juristas y los operadores del derecho solemos estar muy lejos del discurso que otras ciencias
sociales vienen elaborando.
Necesitamos de todos esos insumos, necesitamos trabajar codo a codo con los cientistas políticos, con los antropólogos, con los sociólogos, con la gente que proviene del campo de la
psicología y del psicoanálisis porque de lo contrario el discurso del derecho se vacía de sus
sentidos, pierde la conexión que necesariamente debe tener con el mundo en el cual es enunciado y termina sirviendo unicamente para preservar las formas y los poderes consagrados.
El conflicto es parte de la vida social, que no es ni armónica, ni ordenada, ni tranquila, ni serena, en la que no todos son iguales ante la ley ni tampoco son iguales ante la posibilidad de
supervivencia, ni son iguales para recibir asistencia, salud, educación, trabajo.
No vivimos en una sociedad de iguales aunque aspiremos a una sociedad más igualitaria.
Esta es una tarea en la que tenemos que participar todos desde el lugar en donde estamos.
Yo estoy hablando aquí en la complicada y doble condición de quien integra el Poder Judicial
y por su formación académica reflexiona desde un nivel alto de abstracción como es el de la
teoría del derecho y no específicamente en una dogmática. La construcción de respuestas y
de un modelo diferente, de un nuevo paradigma, es posible si se admite que la construcción
del discurso del derecho es coral, que participan en ella los que no saben nada de derecho
pero reclaman o creen que tienen derecho a reclamar aquello de lo que carecen. Me parece
que esta es una tarea en la que nos tenemos que poner todos en línea.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 27
Cuando Palomino mostraba, por ejemplo, los cambios producidos con relación a quienes son
los que trabajan, donde están los lugares de productividad laboral, como las mujeres tenemos
hoy un espacio que hace cincuenta, sesenta años atrás no teníamos, estaba dando indicios de
que en algún punto cambia la historia y cambia la manera de concebir soluciones. No se trata
de descubrir una única respuesta. Al contrario, una democracia se alimenta de la pluralidad y
se alimenta del disenso.
En una democracia es importante alcanzar acuerdos para preservar un cierto grado de integración
social. También es necesario aceptar y celebrar la existencia del disenso, para no perder de vista la
contundencia de las verdades que afirmamos y de las convicciones que defendemos.
Vivimos épocas complejas y al mismo tiempo fascinantes. Vivimos épocas en donde la marginalidad, la fragmentación social, la discriminación son lacras frente a las cuales no podemos
cerrar los ojos, pero tenemos la oportunidad de hacer algo diferente.
Yo no se si podemos volver al modelo del Estado de Bienestar. Es más, alguna vez escribí que
en América latina, lo más parecido al Estado de Bienestar fueron las experiencias del populismo que se dieron en nuestro continente.
Estoy convencida de que no hay que dar vuelta la página ni creer que todo lo que se hizo está
perdido; pero también de que esta época demanda más imaginación, más capacidad para
escuchar, más disposición a pelear por las ideas que se tienen; a escuchar y a tolerar no sólo
desde el lugar del poder, porque la tolerancia es muy fácil cuando uno tiene el poder. Estas son
épocas en las cuales de lo que se trata es de convivir con las diferencias, con las disidencias, y
a partir de ahí tratar de que el discurso del derecho sirva para algo distinto de aquello para lo
que sirvió hasta ahora. Paradojalmente para construir un mundo distinto y no para preservar
el mundo existente.
Muchas gracias.
28 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Lic. Héctor Palomino (segunda intervención)
Quedé fascinado escuchándola a Alicia, como siempre me pasó. Así que veo no ha perdido,
ha ganado virtudes.
Estoy de acuerdo; aparte una aclaración. Había escrito seis páginas, entonces parte de la retórica la
perdí y tal vez no. Cuánto hubo de Estado de Bienestar en la Argentina. Estoy de acuerdo con eso.
Un discurso que va a servir para varios ámbitos al mismo tiempo.
Que el derecho pueda pensar las novedades. Para un sociólogo es un privilegio absoluto en
un sentido con todo lo que nos ha pasado en tan corto tiempo. Porque el punto clave acá para
cualquier ámbito es que nosotros hemos padecido en el corto lapso terrenos tan disímiles,
tan diversos que todavía no llegamos a entender del todo. En el terreno del conflicto o del
empleo, cualquiera de estas variables. La caída del empleo ha sido tan feroz y por otra parte
tan rápida la recuperación posterior que esto ha transformado la población.
Hoy día cambió, el 60% de los que trabajan en una empresa tiene menos de 13 años de antigüedad. En ese lugar, en el sector privado.
Fíjate los esfuerzos de fidelización tanto para los sindicatos como para las empresas de ese
personal que tiene una antigüedad exigua. Esto es un efecto combinado de la terrible caída
del empleo y de la fuerte recuperación posterior. Esto ha transformado las generaciones laboralmente ocupadas.
Por lo tanto, el problema de la juventud de los nuevos trabajadores, es un tema que impacta
tanto a las gerencias de relaciones industriales de las empresas como a los sindicatos.
En este proceso de cambio social, que me parece efectivamente que sólo se puede procesar en
democracia y en un sentido de democracia más profundizado y no con la idea un poco boba
de que la democracia se guía en consenso, porque eso no es así en ninguna parte. Basta mirar
lo que pasa en EEUU, en Francia, en España no es diferente a lo que pasa en la Argentina.
El ideal deliberativo de la idea de consenso es una utopía que está bastante desanclada de los
procesos reales. Metidos en el conflicto seguramente vamos a hacer más guerritas, pero no
necesariamente el conflicto.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 29
SEGUNDO panel
TENSIONES ENTRE LOS DERECHOS DE HUELGA
Y DE PROPIEDAD
Coordinador: Dr. Claudio Heredia
Buenas tardes, muchas gracias. Vamos a hablar en este panel de las tensiones entre los derechos de huelga y de propiedad. Cada expositor va a tener
quince minutos para exponer, vamos a ir presentando uno a uno y así nos
organizamos. Muchas gracias por haber participado de la jornada.
Vamos a escuchar en primer lugar al Dr. Héctor Omar García, quien es asesor
institucional de la Confederación de Trabajadores de la Argentina. Profesor
de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Buenos Aires.
Exposición del Dr. Héctor Omar García
Muchas gracias. Estoy muy complacido de estar acá por varias razones. Por la
calidad del evento, por la importancia de este panel, porque estoy sentado
al lado de un admirado, querido entrañablemente, amigo; en realidad quien
era y sigue siendo un referente como abogado laboralista, asesor sindical y
ahora lo es desde la función pública. Me refiero a Alvaro Ruiz.
El título del panel “La tensión entre el derecho de huelga y el derecho de
propiedad” me remite a los orígenes del capitalismo industrial. Cuando algunos trabajadores atacaban la maquinaria, atacaban los medios de producción que eran propiedad del empresario como una metodología de
reacción contra el desempleo o la indignidad de las condiciones de trabajo.
Cuando los militantes del movimiento luddista o los “cortadores de telares”
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 31
de Manchester, por ejemplo, reaccionaban contra la maquinaria, atacando a los medios de
producción de propiedad del empresario a los cuales consideraban causantes del desempleo
o de la degradación de las condiciones laborales.
Pero esta vinculación entre derecho de propiedad y derecho de huelga, esta tensión, ha continuado hasta muy avanzado el siglo XX e incluso hasta hoy seguramente; lo cual explica que
sea uno de los temas de esta jornada.
Basta recordar el fallo de la Corte Suprema dictado en 1958, el celebre caso “Kot”, que vincula
el derecho de huelga con el derecho de propiedad del empresario. Y ese fallo aparece en momentos del auge del Estado de Bienestar, donde los ordenamientos jurídicos, por lo menos
desde Europa y Norteamérica, abundaban en contenidos referidos a los derechos de los trabajadores, y particularmente, los derechos económicos y sociales.
Hoy tengo la impresión de que la cosa se ha encaminado, de que este problema de la tensión
entre el derecho de huelga o la garantía constitucional al derecho de huelga, o derecho de
huelga y derecho de propiedad, ha perdido relevancia en el sistema de relaciones laborales y
en la sociedad.
Por un lado, tendría que decir que por la legislación vigente, me refiero a la reforma de 2004
- la Ley N° 25.877 - el eje del tratamiento que reciben los derechos garantizados constitucionalmente ante la huelga no pasa por la confrontación, por la exclusión de una garantía para
hacer valer otra sino por un esfuerzo de compatibilización.
En segundo lugar, se podría decir que hoy es difícil concebir que los trabajadores, cuando
ejercen determinadas modalidades-cito el caso de la ocupación del lugar de trabajo durante
la huelga-, tengan una intención de atacar a los medios de producción como hacían aquellos
huelguistas del protocapitalismo.
Parece que, claramente, existe otra la intencionalidad por parte de los trabajadores que ejercen el derecho de huelga con ocupación del lugar de trabajo.
Un autor que tenemos el gusto de conocer personalmente muchos de los aquí presentes, Antonio Baylos, cuya obra tiene mucha difusión en la Argentina, hace una referencia, en alguna
de sus obras, a que los trabajadores cuando ejercen el derecho de huelga, cuando acuden a la
huelga, generan un efecto de “expropiación transitoria de los medios de producción”.
32 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Esta visión de Baylos no debe ser entendida literalmente; tiene mas valor poético, metafórico,
que jurídico. Tiene una potencia enorme como ilustración; es muy gráfica, pero realmente no
puede pensarse que los trabajadores, cuando ejercen la huelga con ocupación del lugar de
trabajo tienen realmente la finalidad de expropiar al empresario de su establecimiento.
No son usurpadores los trabajadores que ocupan el establecimiento, ni siquiera turbadores
de la posesión. ¿Qué es lo que buscan los trabajadores que permanecen en el establecimiento
durante el ejercicio de la huelga?
Simplemente la custodia del puesto de trabajo. Evitar que el empresario, el empleador, reemplace a los huelguistas por rompehuelgas. Práctica que suele ser llevada a cabo por empleadores y que ha sido condenada por los órganos de control normativo de la OIT.
Además, la situación de los trabajadores que permanecen en el lugar de trabajo ejerciendo
el derecho de huelga tiene un deslinde muy claro, aquí entre nosotros en la Argentina. Es la
situación de los trabajadores que a través del conflicto logran la recuperación de la empresa,
reinstalar, reactivar, reponer en marcha una empresa que ha sido abandonada, cuya función
ha sido abandonada por el empresario en situación de falencia o de insolvencia patrimonial.
En este caso, en el caso de la recuperación de empresas, la huelga no es lo que genera un
efecto automático de traslación de la propiedad, sino que la huelga es un medio de presión
fundamentalmente dirigido a los poderes políticos para que lleven a cabo esa expropiación
en el campo jurídico, aplicando la ley, una ordenanza, una sentencia.
Vuelvo a los pronunciamientos de los organismos de control normativo de la OIT, el Comité de
Libertad Sindical (CLS) y la Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones de la OIT. Estos pronunciamientos, llamados “decisiones” en el caso del CLS, e “informes
u observaciones” en el caso de la Comisión de Expertos, tienen importancia central en materia
de huelga porque el art. 24 de la Ley N° 25.877 remite expresamente a estos pronunciamientos otorgándole el mismo valor de la ley, al punto que integran la norma, surgida a partir de la
consulta a las centrales sindicales, que en aquel momento eran tres.
Estos pronunciamientos de los órganos de contralor técnico de la OIT, además de que en los
casos específicos de la huelga son norma de derecho positivo vigente, tienen importancia
general a partir de la reforma de 1994.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 33
Esto lo ha dicho la Corte Suprema de manera uniforme desde “Giroldi” hasta “Rossi”, tanto se trate
de casos de derechos humanos y libertades civiles cuanto de derecho colectivo del trabajo - como
son los casos ATE y Rossi, en los cuales la Corte otorgó suma relevancia a los pronunciamientos del
CLS y la Comisión de Expertos de la OIT-, porque hacen a lo que el constituyente argentino de 1994
escribió en el art. 75, inc. 22, que ordenan introducir los tratados internacionales como fuentes
del ordenamiento interno, es decir, que los tratados serán interpretados y aplicados en el ámbito
jurídico argentino tanto como lo son en el ámbito internacional.
Por lo tanto, estas interpretaciones llevadas a cabo, sea por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, como por el Comité de Libertad Sindical, son fuente de derecho vinculantes
para los jueces, y me atrevo también a decir, para las autoridades administrativas argentinas.
La ocupación del establecimiento por los trabajadores no solamente ha sido considerada una
modalidad admisible de ejercer el derecho de huelga por estos órganos de control de normas
de la OIT. También ha sido tomada en cuenta para ser regulada por ciertos sistemas, como es
el caso del Uruguay.
En Uruguay se ha dictado en el año 2006 el Decreto N° 165, en pleno desarrollo de la “política
laboral activa” llevada a cabo por el gobierno del Frente Amplio. Este decreto, firmado por el
Dr. Tabaré Vázquez, entre otras cosas reconoce a la ocupación del establecimiento como una
modalidad del ejercicio del derecho de huelga.
Uruguay es todo un ejemplo de moderación en muchos aspectos, muchísimos aspectos. En
esta regulación es reconocida como cualidad admisible jurídicamente del ejercicio del derecho de huelga. Tiene raíces históricas en la costumbres de las también de relaciones laborales,
pero el derecho positivo en el año 2006 lo reconoce expresamente.
Como contrapartida, también este mismo decreto autoriza el desalojo de los trabajadores en
determinadas circunstancias, pero ya no es el desalojo por orden de una autoridad administrativa a pedido del empresario, sino que tiene que tratarse de una situación excepcional en la
cual la prolongación de la medida ponga en peligro o en grave riesgo la vida, la seguridad o la
salud de las personas a causa de la prolongación de la ocupación, o también que afecten seriamente el orden público. Bajo estas circunstancias, sí se autorizaría en este decreto uruguayo
la desocupación, pero partiendo de la base que reconoce la ocupación del lugar de trabajo
como una modalidad legítima del ejercicio de la huelga.
34 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Y aquí también, con esto que acabo de decir, la hipótesis de que el mantenimiento de una
medida de fuerza ponga en peligro o riesgo grave la vida, la salud de las personas, entramos
en una temática que tiene que ver con los cambios y creo que se relaciona con los cambios a
los que hizo referencia Héctor Palomino. Al menos yo quisiera vincularlo con algunos cambios
que el licenciado Palomino ha señalado en la intervención que le cupo en esta jornada.
Creo que la principal tensión que padece hoy el ejercicio del derecho de huelga, no lo enfrenta con
el derecho de propiedad. Creo que la principal colisión se da con los derechos y los intereses de los
usuarios de los servicios públicos, en particular de algunos servicios que en el ordenamiento argentino, siguiendo la usanza de la mayoría de los regímenes occidentales, se denominan “servicios
esenciales”. Y digo se relaciona porque el concepto acuñado por la OIT de “servicio esencial” tiene
que ver con aquella actividad cuya interrupción a causa de una huelga, puede poner en peligro la
vida, la seguridad o la salud de la persona humana en escala poblacional.
Este viene a ser el límite que afecta la modalidad del ejercicio de la huelga con ocupación del
lugar de trabajo en el territorio uruguayo por ejemplo. No es el tema de este panel, la huelga y
los servicios esenciales, pero no puedo dejar de hacer referencia y celebrar que por fin se haya
constituido la Comisión de Garantías. Fueron cinco años lo que ha demorado su constitución,
pero bienvenida sea. Me parece que este organismo, que debe desempeñar un rol arbitral
para resolver conflictos colectivos de trabajo, tiene una importante misión para cumplir y merece todo el apoyo de parte de los actores sociales y de los operadores.
Para ir concluyendo, dentro de los cambios que tienen que ver no sólo con la tercerización
del conflicto - es decir del conflicto paradigmático que pasa de la industria a la prestación de
servicios, y no el derecho de propiedad pero sí de los intereses y los derechos de los usuarios
y consumidores -, otro de los cambios que me parece que también se pueden destacar en la
conflictividad actual es el aumento de los conflictos intra e intersindicales (hay un estudio sobre esto de Héctor Palomino, que algo dice de la cantidad de conflictos laborales en los últimos
cuatro años, unos cuantos centenares están mixturados con conflictos intra o intersindicales).
Estos me parece que son los conflictos que más ocupan y preocupan a los actores sociales, a
las autoridades y a la opinión pública interesada en las cuestiones laborales; obviamente a la
opinión pública en general le interesa más la huelga que afecta los servicios públicos.
En estos conflictos intra o intersindicales no está en cuestión la titularidad de los establecimientos, se trata de otra titularidad que se pone en juego: la titularidad de la representatividad de los trabajadores, que en el sistema argentino está anclada en la personería gremial.
Trabajadores que no se sienten conformes con el sindicato con personería gremial que los
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 35
representa y una manera de cuestionar esa personería gremial puede ser una impugnación
judicial a las cuotas de solidaridad que provienen del convenio colectivo de trabajo.
Quizás el principal interés no sea de índole económica, el del trabajador que tiene que aportar
mensualmente para sostener económicamente la organización sindical. Quizás se trate más
bien de un cuestionamiento de índole político-jurídico a la personería gremial.
Otro ejemplo puede encontrarse en las secesiones de algunos trabajadores, que a pesar de
que la inscripción otorga muy pocos derechos de acuerdo con el régimen legal argentino,
inician el penoso y larguísimo camino de solicitar una inscripción gremial.
Esto me parece que habla de una incomodidad por una representatividad forzada a través de
la personería que viene impuesta por el Estado.
Los conflictos intrasindicales también expresan los problemas del sindicalismo argentino en
materia de democracia sindical, lo que ameritaría un seminario especial.
Quiero decir que esta conflictividad intra e intersindical genera incertidumbre tanto en los
actores sociales cuanto en los operadores, incertezas en cuanto a cuál es el sindicato que
debe representar a este conjunto de trabajadores, cuál es el convenio que debe aplicarse a
ese conjunto de trabajadores. Es una duda legítima, que puede ser tanto del empleador - descartemos el ejemplo del fraude donde el empleador sabe cual es el encuadre y lo altera para
obtener mejores condiciones económicas - como también puede tenerla el juez al momento
de decidir en estos temas, es decir, cuál es el convenio a aplicar y cuál es el representante de
este conjunto de trabajadores.
Ante este fenómeno, que tiene como causa la desestructuración de la empresa, la desagregación de la empresa en unidades en las cuales la misma empresa enajena actividades que no
considera normales, específicas y propias —por tomar las palabras de la Corte Suprema y la
legislación de los años ´90—, creo que no se puede obviar este factor: de que es la empresa la
que genera esta incerteza, esta conflictividad intra e intersindical, y en ese contexto no se puede desconocer a los trabajadores el derecho que tienen a organizarse y a adoptar las medidas
de acción sindical que consideren convenientes, como garantiza el Convenio nº 87 de la OIT
que, de acuerdo con la doctrina mayoritaria y la propia Corte Suprema de Justicia de la Nación,
posee la misma jerarquía que la propia Constitución Nacional. Muchas gracias.
36 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Exposición del Dr. Marcelo Vázquez
Buenas tardes. En principio quiero agradecer a los organizadores de esta actividad porque
vaya a saber por qué razón consideran oportuno contar con mi participación en este panel. En
realidad pareciera ser que me toca expresar la visión y el análisis de ciertos derechos constitucionales desde el marco penal, con lo cual pareciera que tengo que asumir la representación
del ejercicio del poder punitivo por parte del Estado. Yo creo que la problemática planteada si
fuera vista exclusivamente desde ese prisma, no ayudaría a desentrañar.
Ahora también me parece oportuno pensar en lo paradójico que resulta lograr una relación
armónica entre el derecho y la sociedad que pretende ser regulada a través de dichas normas,
y además las diferentes visiones sobre distintas situaciones y conflictos que tienen los diversos
grupos que componen esa sociedad.
Con lo cual, tratar de discernir sobre las tensiones entre derechos garantizados por nuestra
Constitución, creo que eso, por no hacerlo teniendo en cuenta las diversas expresiones y posiciones que se asumen en una misma sociedad.
Y en ese camino me parece que hay posturas irreconciliables, según que la opinión sea expresada
por ciudadanos que gozan de una situación económica privilegiada, por aquellos que comúnmente son identificados como clase media aunque clase baja, o los parcial o totalmente excluidos.
En realidad todos somos miembros de la misma sociedad, y sólo en un punto hay cierta coincidencia de responsabilizar al Estado por los problemas que cada uno de esos sectores padecen.
De allí, hay una reflexión haciendo referencia al derecho de protesta de Roberto Vacarella,
respecto a aquello en lo que se ha convertido el derecho, y así menciona que el derecho acostumbra a “maltratar a quienes debe cuidar, persigue a quienes debe proteger, ignora a quienes
debe mayor atención y sirve a quienes debe controlar”.
De esta manera, el derecho termina traicionando su postulado básico de tratar de todos por
igual. Y así, se entiende que el derecho a protestar constituye el primer derecho que en definitiva es el que permite eventualmente la recuperación de los demás derechos perdidos.
Y el problema creo que se acrecienta cuando varias de esas afirmaciones coinciden con la
frustración, tanto de quienes cortan una calle o toman una fábrica; los primeros en reclamo de
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 37
políticas sociales, los segundos para no perder su fuente de trabajo, y también de quienes ven
perdida a partir de estas acciones la libertad de circulación en el caso de lo que producen los
primeros, o restringida la utilización de sus bienes en el caso de los empresarios.
Entonces la respuesta del Estado puede ser unidireccional porque de lo que se trata es de
propender al interés común, y la exigencia tiene que ser que atienda el reclamo de unos y
disminuya la frustración de los derechos de los otros. Eso en el equilibrio esperable en una
sociedad justa y en el marco de la tan mentada convivencia pacífica.
Ahora, si observamos las distintas sociedades pareciera ser que en el universo, en el mundo,
ese estado ideal no existe. Con sólo visualizar los noticieros o acceder a las noticias uno la puede comprobar; pero esta insatisfacción de los derechos básicos también dispara, como ya se
advierte, otros conflictos que aportan a que esa división social se acreciente.
Entonces debemos partir de la base de que hay un valor esencial como el de la expresión que
hace al régimen democrático y que no se circunscribe a ningún sector cuando se traduce en
una protesta social.
La inclusión de nuevos actores sociales y la desarticulación del sindicalismo como principal
agente de movilización, ha generado que el espacio público (rutas, calles, fábricas, plazas) sea
utilizado por todos, docentes, productores, empleados, desempleados, para hacer visibles las
inquietudes y el reclamo que cada uno tiene para hacerle al Estado.
Estas nuevas modalidades de protesta resultan más o menos tolerables, cuando no más o
menos legales, según la visión de la situación que cada sector social tenga de ellas.
A esas variables se suma la postura que asume el Estado, que no responde por igual en todos los
casos, mucho más en la ciudad de Buenos Aires en la cual, por su particular situación institucional,
se torna más evidente esta dualidad, de modo tal que la presunta complicidad o tolerancia del
gobierno federal con estas modalidades de protesta se contrapone con la aparente voluntad del
gobierno local de restringir o reprimir tanto los excesos como el ejercicio mismo de esa modalidad
de protesta que llevan a cabo estos sectores aún cuando no cuenten con los elementos básicos
para ello; en el caso del Estado local, carece de fuerzas de seguridad que puedan responder a directivas y permitan concretar esa política aparente de restricción o de defender los derechos de los
demás frente a la situación generada por esta modalidad de protesta.
38 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Entonces, hoy es cierto que en cualquier momento un ciudadano que transita por la Ciudad
puede ver estas distintas modalidades. Se encuentra con cortes de calles, cacerolazos, tomas,
escraches, carpas o acampes y demás modalidades de protesta. Y también en este camino
es normal observar que la manera de llevarlos a cabo es con personas con el rostro cubierto,
pueden llegar a ejercer violencia, en algunos casos, claro está que no en el modo pacífico y
tolerable y es en este punto donde este tipo de protesta provoca la intervención y puesta en
funcionamiento del sistema penal. Ahora, ese es el resultado que genera la falta de respuestas
en tiempo oportuno por parte del Estado.
Entonces una primera conclusión respecto de este panorama es que el poder político tiene
mucho por hacer para solucionar la cantidad de problemas sociales que la sociedad padece y
que a su vez provocan estas situaciones colaterales o accesorias donde cualquier intervención
evidentemente es tardía.
Al mismo tiempo el Poder Judicial, el derecho penal tiene poco para hacer para resolver el
conflicto primario. Por cuanto no es a través de la coacción, sino de la convicción o conciencia
de la obligatoriedad de las normas para tomar eficacia donde se pueden evitar esas situaciones para que se encarrilen de acuerdo al régimen legal.
Como señala Alejandro es ciertamente razonable pensar que la liberación de los piquetes, por
ejemplo, se logrará cuando el Estado incluya a los marginados del sistema económico en la sociedad dándoles trabajo, educación y un proyecto de vida, formando una conciencia distinta
frente a los demás, más tolerante.
También es interesante la distinción que hace entre el piquete tradicional y el piquete agrario
rescatando respecto del primero, donde el Estado quiso descomprimir la primera manifestación otorgando subsidios y de ahí en más los reclamos dejaron de ser por trabajo y directamente se dirigían a los Planes Trabajar que consisten en un ínfima suma de dinero depositadas
en cuentas bancarias creadas para tal fin.
En cuanto al otro tipo de reclamo, el paro agrario, en definitiva provocaba quizás iguales o
mayores perjuicios, teniendo en cuenta por casi un mes se dejaron de abastecer a la población
de alimentos y de otros bienes necesarios, y en comparación el objeto reclamado parecía que
no despertaba la misma reacción, el mismo cuestionamiento por parte de la sociedad comparativamente con otros motivos de reclamo por parte de los actores sociales; evidentemente
estaría menos justificado el recurrir a esas modalidades de protesta.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 39
En cuanto a la toma de fábricas y la autogestión por parte de los trabajadores, lo que decía
anteriormente y a lo que me voy a referir, que de alguna manera, desde nuestra posición jurisdiccional tenemos la posibilidad de visualizar y tenemos un elemento en común que es
un conflicto que los origina, pero que la respuesta que puede darse desde el derecho penal
respecto de la resolución de los mismos es prácticamente nula.
Y es así que en estos casos donde tuvimos la oportunidad de intervenir me voy a referir brevemente reproduciendo algunas de las cuestiones que debatimos en los mismos. Y además,
sin que esto se considere una impertinencia de mi parte, está a la consideración del Tribunal
Superior. En cierto modo, si bien existe un conflicto de derechos fundamentales, en los casos
en particular entendimos que la solución de ese conflicto aparente se encontraba en que el
sistema jurídico analizará todo el conjunto, también, no se si es una obviedad, de modo alguno podríamos permitir que una norma reglamentaria, en el caso particular de la interrupción
de la circulación, pudiera, en el caso de ser irrazonable, restringir debidamente el derecho a
protestar. Con lo cual sólo hago una mención respecto de un caso particular que consistió en
un corte parcial de la Av. General. Paz por parte de trabajadores del INTI donde entendimos
que la norma del código contravencional era una reglamentación del derecho de protesta, sin
perjuicio de también recordar una opinión distinta de cómo enfrentar los conflictos sociales.
En el caso de la fábrica Indugraf, donde se encontraron imputados varios trabajadores por la
ocupación de la planta, es imposible ignorar, y esto es algo que todos debemos tener como
norte antes de adoptar una decisión, en que contexto se producen las eventuales islas que son
traídas a nuestro conocimiento.
Así, justamente en lo que insistimos es que no es posible tener una visión fragmentaria de la
realidad, de modo tal, y por la existencia de varios procesos paralelos, laborales, criminales,
y en el marco de la intervención del Ministerio de Trabajo respecto del régimen del procedimiento preventivo de crisis, cualquier decisión respecto de la restitución del inmueble, para la
mayoría del Tribunal resultaba una condicionante para una solución posible a través de esta
intervención de manera consensuada que podía llegar a lograrse.
Entonces, para finalizar, me parece absolutamente necesario tener, frente a los conflictos secundarios que provoca nuestra intervención, tener una visión amplia.
Particularmente, debe ser considerado el conflicto que genera este tipo de intervenciones por
parte del Estado. Y entiendo que este tipo de casos van teniendo en cuenta otras instancias,
40 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
procesos donde se intenta llegar a una posición consensuada entre las partes, es el caso típico
donde hay una intervención del derecho penal a partir del instituto de la mediación.
Entiendo la opinión respecto de las discusiones constitucionales que tenemos, pero, sin perjuicio de eso rescatando la utilidad que a los efectos de una justicia dinámica, ese mecanismo puede ser útil, fundamentalmente cuando las imputaciones penales tienen motivos, pero
además se dan en el marco de una serie de negociaciones que en paralelo pueden desequilibrar la relación entre las partes y de la otra manera no crea una posesión más beneficiosa si no
existiera este tipo de procesos paralelos.
Bueno, muchas gracias.
Exposición del Dr. Alvaro D. Ruiz
Buenas tardes nuevamente. No voy a agradecer a los organizadores que me hayan invitado,
porque algo tuve que ver con la organización y con mi propia invitación. Sí congratularme de
estar entre distinguidos profesionales como los que integran la mesa. El Dr. Claudio Heredia,
un profundo conocedor de las cuestiones sociales y del derecho penal.
En el caso de Marcelo Vázquez, he tenido la oportunidad de conocerlo en circunstancias de
algún conflicto y hemos podido, creo, articular adecuadamente las gestiones de los órdenes
nacional y local, del orden del Ejecutivo Nacional y del Poder Judicial local.
Y con Héctor García me une una amistad, profundas discrepancias, muchas coincidencias, estamos muchas veces juntos; me voy a dedicar a marcar las disidencias que tengo para que no
se lo tome en este debate como que callo y otorgo, pero básicamente la búsqueda es la de
mostrar distintas miradas sobre un fenómeno compartido.
Dos o tres aclaraciones iniciales sobre temas que surgieron y me parece que hacen falta.
Cuando hablamos de “conflicto social y laboral”, es más una forma de ser claros en este mensaje de identificación, que una descripción dogmática o si se quiere, científica, de si se trata
de un mismo conflicto, de distintas expresiones de un conflicto o de una relación de género a
especie. Pero, lo cierto es que no todo conflicto social es uno que se expresa en el campo del
trabajo, aunque sí, a mi modo de ver, todo conflicto laboral reconoce su raigambre social. Por
lo tanto, la referencia en el título de la jornada llevaba más a señalar estos aspectos.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 41
Creo que además tenían que ver, y mucho, con los temas que se iban a ir desarrollando desde
el ámbito general y desde lo particular.
Con relación a estas tensiones entre el derecho de huelga y el de propiedad, que en parte refería Héctor García, no lo hemos pensado al proponerlo, como un antagonismo o una contradicción insuperable o necesaria, pero sí que puede haber fricciones y hasta en algunas situaciones puede haber un antagonismo fuerte que exige dirimir a favor de uno u otro la relación
de estos dos derechos.
Sí de tensión, porque de eso se trata cuando se discute poder, cuando se discute riqueza.
Cuando se discute distribución, en la puja distributiva siempre hay cuestiones de quien se
apropia de cada parte de ese producido común, cuáles son los medios que se usan para ello y
en qué medida esos medios y esa búsqueda de apropiación se legitiman en derechos constitucionales o de otra raigambre jurídica.
Ya entrando al tema en sí, me parece interesante reiterar algo que señalaba Héctor Garcia al
comienzo de su intervención: nosotros estamos en el siglo XXI y tenemos debates que podemos parangonar con algunos del siglo XIX.
En los ‘90 ésto era más evidente, aunque pensábamos que estábamos en el primer mundo
y en la posmodernidad, pero hoy aparecen conflictos explícitos en materia de derechos de
la ciudadanía, derechos del trabajo y el problema de la huelga, y la huelga como sistema de
protesta, de reclamo, de instrumento fundamental de los trabajadores de reconocimiento universal. Sin embargo, curiosamente, sin que se haya podido jamás -desde 1919- conseguir que
un convenio de la OIT o una recomendación, salvo alguna que lo mencionara elípticamente,
le otorgue un explícito reconocimiento al derecho de huelga.
Sí se han pronunciado en ese sentido algunos organismos, como el Comité de Libertad Sindical (CLS) y la Comisión de Expertos en la Aplicación de Convenios y Recomendaciones sobre
este tema. Pero aquí marco una primera disidencia con Héctor García porque esta nos va a
llevar a algunas otras en un futuro cercano, no es en el estado de su vigencia como un tratado
internacional, porque el organismo judicial internacional que podría hacer una intervención
auténtica de esos tratados es la Corte Internacional de Justicia, hasta tanto la OIT no designe
un órgano específico, que está previsto que pueda tenerlo y que se dedique a interpretar de
forma auténtica los convenios de la OIT, ya que no son tribunales, ni el Comité ni la Comisión
antes aludidos.
42 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Además de ésto, muy recientemente, creo que hace dos o tres meses, se produjo un debate con relación a esta situación, donde básicamente las posturas estaban dirigidas a desconocer el carácter
del órgano de intervención auténtico, pero sí la búsqueda de (con distintas alternativas) crear un
organismo específico en la órbita de la OIT que tuviera por función justamente ésa.
Esto tiene que ver mayormente con los alcances. Lo que tampoco le quita mérito a muchas de
las decisiones del Comité de Libertad Sindical y las observaciones de la Comisión de Expertos,
independientemente del gusto o disgusto que pudiera generar desde el punto de vista ideológico que las decisiones y las observaciones de estos órganos puedan tener.
El sindicato y la huelga parecieran haber recorrido caminos similares en la historia. El sindicato
es referido como aquel que fue prohibido, luego tolerado, más tarde reglamentado, y finalmente incorporado a la vida política y social de las democracias modernas, para integrar los
distintos órganos de la sociedad política.
En el caso de la huelga, ha tenido idas y venidas durante ese mismo trayecto histórico. Ha tenido prohibiciones, penalizaciones, reglamentaciones, tolerancias, luego nuevas prohibiciones,
reglamentaciones y criminalizaciones.
Allí aparece algo que debe llamar la atención en el análisis, por estas idas y vueltas que son una
suerte de avances y retrocesos que no parecen tener un punto final, y este punto es de importancia
si pensamos que nosotros estamos juzgando una dictadura militar aún muchos años después, y
algunos responsables aunque ahora ya viejitos deben estar presos sin ninguna duda.
Aún a muchos años de aquellos hechos no podemos dejar de recordar que el 33% de los
desaparecidos fueron dirigentes sindicales, activistas, trabajadores y que la huelga fue una
de las primeras medidas que esos bandos militares del proceso prohibieron y penalizaron,
con penas formalmente de prisión y algunas que eran pena de muerte, específicamente para
aquellos que participaran de una huelga.
Estas circunstancias deben alertar también sobre el hecho de que un organismo internacional
de tanto desarrollo como la OIT, no ha podido tampoco instalar el debate de un convenio que
específicamente trate a la huelga.
A pesar de que en el ámbito de la OIT ha habido debates abiertos sobre el tema, como en
1947 y 1948 cuando se sancionan en ese ámbito los convenios 87 y 98, de libertad sindical
y sindicalización.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 43
Aquí encontramos un primer elemento; yo me preguntaría si esta herramienta tan formidable
para los trabajadores, tan elemental para los trabajadores, no es en definitiva un riesgo para
un sistema que nos admite en determinado punto pero nos niega en otros.
Cuando nosotros nos planteamos los problemas de encuadramiento laboral o eventualmente civil si hay una responsabilidad por daños, con la penalización, con el reproche punitivo
del derecho penal. Debemos también preguntarnos por qué a la altura de nuestro desarrollo
como sociedad debemos recurrir a este tipo de mecanismo, y no estoy considerando con esto
donde hay un ilícito penal típico, donde puede haber una actividad de huelga que pueda tener un reproche penal, pero aquí se trata de una penalización muy ligera respecto de esto.
En el mismo tema de la usurpación, decía Héctor “la expropiación transitoria que supone la
huelga”. En tensión con la usurpación, tenemos que ver también la mera turbación a la posesión en materia de punición, porque el artículo 2469 del Código Civil dice que debe ser arbitraria la turbación, y yo me pregunto:
¿Es arbitraria la ocupación del establecimiento de aquel empleador que despidió a todos los
trabajadores y dejó a muchas familias no sólo sin trabajo sino sin sustento, y ésto sin ofrecer
ninguna garantía derivada de sus propias responsabilidades?
¿Es una turbación de la propiedad?
¿Está en verdadero riesgo la propiedad por la ocupación de los trabajadores que tratan de que
las máquinas sigan en funcionamiento para que no se deterioren, no pierdan valor y no pierda
valor la empresa, y pueda producir?
¿Es una turbación o un riesgo para esa propiedad que frente al hecho del abandono del empresario de su empresa se verifique la sustitución por una cooperativa organizada por los trabajadores?
Me parece que allí necesitamos reflexionar sobre el título por el cual alguien es dueño y señor de
algunos bienes, cuando esos bienes están netamente afectados con destino a la producción.
Entonces la función social de la propiedad, que a esta altura en el siglo del desarrollo del derecho y las ciencias sociales no podemos poner en duda; ese valor es en definitiva el verdadero
valor que está en juego y ese valor no está en tensión ni en contradicción con el de huelga.
44 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Y estoy hablando de un caso extremo, porque hay otras situaciones en que la ocupación de los
lugares de trabajo tienen que ver con el mecanismo de protesta o la mejor forma de provocar
un daño lícito. La huelga busca generar un perjuicio para convencer al antagonista social a
que acceda a las pretensiones. Esto tiene que ver con un mecanismo que es propio de la huelga, propio de las acciones directas que llevan a cabo los trabajadores.
Entonces debemos, a mi modo de ver, replantearnos algunas de estas cuestiones, incluso porque hay elementos que nos están llamando la atención sobre la necesidad de atender este
tipo de circunstancias.
Cuando se habla de huelga también tiene alguna dificultad su definición. La clásica definición
de cese total de tareas concertada, un abandono del lugar de trabajo puede ser una manera
de expresarse, pero una huelga puede nombrar otro sinnúmero de modalidades para desarrollarse y del mismo modo las acciones que puedan ser colaterales o coadyuvantes al hecho de
huelga, en la medida en la que también los perjuicios guarden proporción con los objetivos,
con los medios que se utilicen y los fines que los animan, dentro de esta lógica en particular
de la tensión entre el capital y el trabajo que se expresa en el conflicto laboral, que es sin duda
un claro conflicto social de reparto, de distribución.
Como otros muchos que tenemos a la vista en las zonas urbanas, en la ciudad, hay una cantidad de hechos que pueden entorpecer el flujo de tránsito, nuestras actividades de trabajo,
estudio, nuestra actividad de diversión, la llegada a los lugares que nos proponemos.
En el medio hay otro tipo de protestas, que además la justicia penal en muchos casos ha referido a una suerte de “acción de huelga por ejecución” de aquellos que no tienen trabajo. Los
que no tienen trabajo reclaman por trabajo, y aquí también hay un paralelo con fines del siglo
XIX, principios del XX, la famosa “cuestión social” en la intervención del Estado para defender
un sistema que se resquebrajaba porque no daba una respuesta mínima, porque necesitaba
respuestas sociales, sustentos de economía elemental familiar. Aquí también aquellos que no
tienen empleo, recurren a estrategias de supervivencia elementales y tienen que salir a la calle
a ganarse un peso de alguna manera aún en el último escalón de la licitud.
Tal vez no un trabajo digno en el sentido en que lo leemos en la Constitución Nacional. Quizás
sí un trabajo decente como dice la OIT, si se entendiera una diferenciación, discriminación,
entre lo decente y lo digno, porque cualquier estrategia de supervivencia es decente en la
medida que no sea ilícita, y no todas ellas son dignas.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 45
Pienso en el trabajo de un cartonero, en los trabajos que hacen los cuida-coches a quienes se
estigmatiza de una manera peyorativa como “trapitos”. Es decir, esta forma de nombrar en un
fundamento de un proyecto de ley es vergonzante para quien lo lee, vergonzoso para quien lo
escribe y realmente repugna a la conciencia social general de los trabajadores.
A veces una caricatura, a veces una ironía, una sátira reflejan con mucha más fidelidad algunos
pensamientos que están en el colectivo, que están en la idea del conjunto. Hay algunos que
hoy por hoy representan en un sentido o en otro, parte de esos imaginarios. Creo que hay un
artista de nuestros días, que es un bromista de nuestro pasado reciente y nuestra actualidad y
que a través de la sátira ha logrado llamar la atención sobre una serie de fenómenos.
Entonces con relación a estas cuestiones y para terminar me gustaría referirles algo que un
cronista, como yo digo, Diego Capusotto, que tiene un personaje de un parecido extraordinario con Adolf Hitler, pero que el mismo dice no saber quién es ese personaje de la historia y
pregunta si es un artista pop. El señala en uno de sus parlamentos, textualmente:
“Yo amo a mi ciudad y la verdad es que a veces recorrer la vereda sucia y mal oliente me da pena.
Y todos sabemos quiénes son. Por eso mi idea para la campaña fue poner horarios. Todos los que
ensucian porque comen o duermen en la calle pueden usarla desde las 5 hasta las 8 de la mañana. Luego tienen de 8.00 a 8.30 para limpiar y tirar desodorante. Y a las 9.00 ya la pueden usar los
ciudadanos y todo aquel que pertenezca a gremios de servicios convenientemente identificados,
porque alguien tiene que seguir sirviendo. Es una manera de llegar a una solución para todos”.
Muchas gracias.
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TERCER panel
LA LIBERTAD DE PROTESTA Y RECLAMO FRENTE
A LA LIBERTAD DE TRANSITO
Coordinador: Dr. Mario L. Gambacorta
En primer término vamos a escuchar a la Dra. Estela Ferreirós, que para mi es
un gusto, por el respeto intelectual y profesional que le tengo a la doctora,
respecto de quien quiero destacar algo, ha tenido la gentileza de concurrir
a este panel en este momento en que su esposo se encuentra enfermo, sin
embargo, la doctora no quiso dejar de asistir a la jornada, así que va a realizar
su exposición y luego de ella, nos ha mencionado la necesidad de retirarse
un poco antes. Quería aclarar la situación y agradecerle nuevamente a la doctora la deferencia de seguir participando de la jornada.
La Dra. Estela Ferrerirós es jueza de la Cámara Nacional de Apelaciones del
Trabajo, docente universitaria y una infatigable productora de material bibliográfico que asiduamente consultamos los laboralistas.
Asi que, sin más, cedo la palabra a la Dra. Ferreirós.
Exposición de la Dra. Estela Ferreirós
Efectivamente, es porque hay demasiados amigos, pero no es el lugar donde
debería estar; pero un ratito, ¿no?
¡Que tema! No sé quien lo eligió, pero realmente que tema.
Han hablado acá muchísimo del derecho de huelga de manera tal que yo lo
voy casi a sobrevolar. Es difícil hablar del derecho de huelga porque es un hecho extra-normativo que hay que encorsetarlo dentro del ámbito normativo.
Pero es difícil, ¿no es cierto?
Todos recordamos que comenzó siendo un delito, después evolucionó.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 47
A mi me tocó como jueza en San Isidro votar por la inconstitucionalidad de la ley que prohibía
la huelga, lo mencionabas vos Alvaro. Creo que era la Ley N° 21.400.
Fuimos el único tribunal que votó su inconstitucionalidad. Y yo me felicito de haber tenido la
fuerza de hacerlo.
La huelga me parece casi el derecho central, medular, de todo el derecho colectivo, que a su
vez sostiene el derecho individual.
Porque ¿de qué serviría el catálogo de derechos de los trabajadores si éstos no tuvieran una
herramienta para poder defenderlo?
De qué nos serviría hablar de jornada de descanso, de remuneración justa, de trabajo decente, de derecho de formación, si llegado el momento esa relación asimétrica en la cual el
trabajador está siempre un poco perdido hacia abajo no contara con ese elemento que le da
la posibilidad de decir ¡basta!.
Si uno tuviera que definir la huelga no jurídicamente, diría que es el momento en que los
trabajadores dicen ¡basta!.
Difícil de comprender en los tiempos que corren, porque la historia como que se recicla. Porque uno hoy prende el televisor y dicen “han quedado como rehenes los usuarios de colectivos, de los subterráneos....”, entonces se ha formado como, conciencia equívoca la gente de
que el trabajador es un dañino, casi un delincuente, que va allí a molestarlo en sus derechos.
Para algunos se justifica hasta la guerra cuando uno quiere defender sus derechos. Así dice
Max Weber, ¿no?
La guerra es una forma de resolución de conflictos, la huelga también lo es.
A mi me produce un cierto escozor hablar de huelgas ilícitas. En realidad, yo creo que ha habido una transformación socio-cultural en la historia de los pueblos y concretamente en el
derecho del trabajo y con tal motivo algo se dijo en esta mesa; esto de hablar al final es terrible
porque muchas cosas se han dicho, pero se dijo como que había cambiado esta posibilidad,
¿efectividad de la reacción? huelguística.
En realidad, lo que cambió es el ámbito de aplicación personal del derecho del trabajo. Goldschmit nos hablaba hace veinte años de un mundo jurídico tridimensional en cuya base estábamos todos los ciudadanos con nuestras conductas. Si hoy retomáramos las ideas de Golsdchimit, fallecido ya hace como diez años, tendríamos que pensar que debajo de ese estamento
de la realidad donde él ubicaba las conductas de cada uno de nosotros hay otros sujetos.
48 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Allí están los desocupados, algunos buscan trabajo, otros ya no buscan. Allí están los excluidos, son todas categorías que supimos construir. Allí están los que se cayeron, dicen algunos
de los medios de comunicación, se cayeron, quedaron afuera del mundo jurídico. Allí están
los carecientes. Y si siguiéramos haciendo categorías de este tipo, peyorativas, yo diría, como
Alvaro decía, allí también estarán los “trapitos”, estarán los que se visten de una manera particular. ¡Cuantos hay allí abajo!
Y a estos que no tienen una prestación del ámbito laboral para decir basta, a ellos no les sirve,
no pueden decir basta. No tienen ni siquiera a qué decir basta. Se les perdió hasta el objeto
de la protesta.
La protesta vino a reemplazar la huelga. Un poco para todos quienes no pueden decir basta y también para los que pueden decir basta, pero que tienen la necesidad, en este mundo tan mediático,
de que la sociedad visualice la huelga, se de cuenta de que ellos están protestando ahí.
Y qué mal se la trata a la protesta.
Me acuerdo de la tesis doctoral de Vilma, cuando hablabas de la criminalización de la protesta.
En realidad, si la huelga es un derecho, y nadie discute, fundamental, constitucional, subjetivo,
objeto de tutela especial, porque si el trabajador es objeto de tutela especial, su derecho a
quejarse porque le violan algún derecho también es objeto de tutela especial.
Pero resulta que cuando esto queda como una insuficiencia, lo tenemos que hacer brillar, la
huelga la tenemos que cambiar de escenario, la tenemos que difundir, y también tenemos
que traer aquí, a los que no pueden hacer huelga, a los que no tienen de qué quejarse.
Y yo diría que la protesta también es un derecho fundamental, constitucional, un derecho
humano. Qué democracia habría en un país si todos se limitaran a poner cada dos o cuatro
años un voto en una urna.
Nosotros tenemos en nuestra Constitución el derecho a peticionar, artículo 14 y vaya si tuvo
evolución el derecho a peticionar. En la antigüedad fue motivo de prisión, hasta Carlos II fue
motivo de pena de muerte.
Tenemos fallos de cortes supremas que supimos conseguir, no tan lejanas, que dicen que si
en un colegio varios profesores presentan una nota protestando por algo todos juntos, éstos
violan la ley.
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Criminalizan el derecho a la protesta y la protesta laboral que concibe una especie con otras protestas sociales, siempre tiene una búsqueda de cambio axiológico, de mutación de valores. Algún
filósofo decía “toda la sociedad va en busca de los mejores valores y en un momento se van creando estratificaciones, y los que quedan en un estrato tratan permanentemente de subir al siguiente
y de no bajar, los que están más abajo tratan de reemplazar a los que están más arriba”.
La protesta es la lucha por un mundo distinto. Y se ha dicho que tanto la huelga como la
protesta deben tener racionalidad. Se ha dicho también que deben tener proporcionalidad.
Sobre todo cuando hay otro bien jurídico en pugna; me parece que el Dr. Alvaro Ruiz un poco
habló de este tema hoy. En el que miro para un lado, miro para el otro y en realidad no sé si
darle prevalencia a esta gente que está reclamando por una jornada razonable o por un salario
justo, o a esta otra que quiere pasar y quiere transitar.
Esto los griegos lo llamaban aporía jurídica. El tener que elegir un camino en realidad; Aristóteles lo habla también y dice que el derecho es una opción constante.
Y cuando no tengo el camino y debo decidir entonces la aporía está.
Y siempre tengo un contravalor, porque si tengo justicia, tengo injusticia, si tengo moral tengo
inmoralidad y si tengo derecho a protestar porque me violan mis derechos laborales, el otro
tiene derecho a transitar. Y entonces ahí aparecen los que dicen “proporcionalidad, racionalidad”, y realmente, ¿qué es más razonable? ¿Caminar, cobrar el sueldo a fin de mes? ¿Qué
proporcionalidad puede haber en todo esto?
Esos pensadores no son los realistas. No conocen el hambre ni la miseria. No está tan lejos,
¿eh? La Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, rechazó la tesis doctoral de Palacios porque versaba sobre la miseria. Utilizaba la palabra miseria. En esos ámbitos se hablaba
de proporcionalidad, de razonabilidad, pero hay otros pensamientos, hay otras convicciones
y a mi me parece también, como se dijo en el primer panel, que estamos llegando al fin de un
período desensibilizado, pero volvió a jurídicos a gran parte de los habitantes del mundo por
falta de sensibilidad.
Un notable filósofo habla de un “derecho de no tener hambre”, dice que el primero de los
derechos humanos es no tener hambre. ¿Qué podemos comparar? ¿Cómo voy a comparar un
hambriento con la tutela de otro bien jurídico? Puede haber, hay que ser razonable, pero en
principio el derecho a no tener hambre, el derecho a no estar en la miseria, el derecho a no ser
careciente, el derecho a que siendo yo protagonista de una relación asimétrica donde siempre
estuve subordinado se me respeten los derechos que la ley me da.
50 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Dicen algunos pensadores que los derechos se limitan entre sí. El derecho a protestar y el derecho a transitar encontrarían sus límites entre ellos. Nosotros podríamos contestar que hay
derechos que no tienen límites. El derecho a la verdad no tiene límite y el derecho a no tener
hambre no tiene límite alguno.
¿Pero entonces cómo es esto? ¿Qué hace el que quiere pasar cuando todos estos van protestando?
Yo les cuento que vivo cerca de San Isidro. Ustedes no se pueden imaginar la cantidad de
noches que casi no puedo llegar a mi casa y es la autoridad la que me desvía “hay partido en
River, vaya para allá”, “hay recital en Obras, doble”, “hay una festividad gallega en el Centro de
Galicia, vaya para allá” y ahí va uno en cola y resignado, lo dijo la autoridad.
Porque acá hay otro tema, que es que la aporía entre el derecho a circular y el derecho a protestar
nos lleva a otra aporía, se contraponen el derecho a la libertad y el derecho a la autoridad.
Yo leía que ahí dice “la intervención del Estado”, la legítima intervención del Estado. ¿Cuándo
puede intervenir el Estado? Porque yo no tengo dudas de que si viene una ambulancia con
una persona enferma tiene que pasar, ¿no es cierto? Los derechos tienen una suerte de cobertura, como si fuera un bombón, una cobertura de chocolate y adentro tienen la esencia
del derecho, un poco lo que sostenía Aristóteles con la teoría ilemórfica: la causa, la materia,
la forma, la esencia. La esencia del derecho que está por dentro de la cobertura, como toda
esencia, es lo que hace que eso sea lo que es.
De manera tal que los derechos pueden rozarse, pueden limitarse, pero lo que no se puede
es desvirtuar la esencia del derecho. Yo tengo derecho a protestar, me hacen dejar un carril,
cómo no, pero yo protesto. Tengo derecho a protestar, hay un camino alternativo, protesto.
Tengo derecho a protestar, ¿hay una situación de emergencia? La respeto. Pero no me pueden tocar mi derecho a protestar, esa es la esencia, eso es lo que hace que un Estado además
pueda ir mostrando las situaciones que se van dando en el tiempo, entre un voto y otro, que
requieren una transformación o un cambio, que es la propia ciudadanía afectada la que lo
pueda señalar para que se cambie.
Una sociedad sin conflictos y sin protestas sería una sociedad imposible, absolutamente estática, donde el progreso no existiría. El conflicto en una medida razonable, y las herramientas para
destacarlo, visualizarlo o publicitarlo, tienen que ser custodiadas por la autoridad, porque hacer
a la libertad de cada uno de nosotros y al sistema democrático en pleno funcionamiento.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 51
Y dicen que hay que tener cuidado con la forma en que uno se viste en la protesta, porque
hay que verla a la gente. Yo cada noche cuando llego a mi casa y veo los autos estacionados
enfrente no puedo ver nunca del lado de adentro porque son todos vidrios polarizados. No se
si hay gente o no hay gente, si me van a hacer algo o nada. Circulo por la calle y no veo lo que
pasa adentro de los autos.
Y hoy discutimos a lo mejor esta posibilidad de destacar una violación a un derecho natural,
perdón a un derecho laboral. Me traicionó el subconsciente porque en realidad, ustedes saben
que la Constitución alemana e italiana consideran derecho natural el derecho a la protesta.
Tendríamos que ver un poco más lo que pasa en el mundo.
Yo hace veinticinco años tuve que volverme, había ido a Brasilia a recibir una condecoración
y después de recibir la condecoración tuvimos que volvernos porque estaban todos los caminos cortados. No, fue hace más de veinticinco años, cuando acá nadie escuchaba de cortes de
rutas, en Brasil estaban absolutamente incomunicados.
Yo viví personalmente cortes de ruta en París y en Bilbao y en Roma… ¡Qué paquetería!, no era
Buenos Aires, ¿no? Y sí, porque parece que estuviéramos divididos entre los lindos y los feos.
Algo se dijo aquí también, ¿no? Entre los que tienen el trapito en la mano y los que tienen los
vidrios polarizados.
Protestar es un problema, es así. Protestar es un problema porque esto de llevar al gran público y hacer visualizar el conflicto hace que se note que uno es parte del conflicto.
Los demás, a ver, cómo podría explicarlo: los demás tienen miedo, si no están en el conflicto, a
que los metan en el conflicto. Es algo parecido a lo que pasa con la discriminación, vieron que
discriminan a otro y los compañeros no se meten, a ver si después me discriminan a mí.
Hay un silencio alrededor de la protesta y esto tenemos que concientizarlo porque es parte de
lo que debe ser nuestra solidaridad ciudadana. Comprender el dolor y el problema del otro y,
de ser posible, acompañarlo, cosa que no esta ocurriendo en la Argentina.
A mi me llamó mucho la atención cuando se habla de intervención de la autoridad, que muchas veces es necesaria, porque la protesta encierra un estado de ánimo que puede llevar al
desborde, a la desnaturalización de los otros derechos en su esencia, y eso es lo que no puede
ocurrir. Así que muchas veces la intervención de la autoridad sirve no para desnaturalizar la
protesta, si es que la protesta se convierte en algo que no es un delito. La protesta en sí no
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puede nunca ser caratulada como ilícita, nunca es un delito protestar, salvo que estemos en
la época de Carlos II.
Ahora, si protestar me lleva a romper, golpear, esto es otra cosa, será otro derecho, no el de
protestar. Pero me llama mucho la atención oir hablar de la criminalización de la protesta. Porque fíjense que hace aproximadamente diez años que estamos dando en la Facultad de Derecho cursos de postgrado de derecho penal del trabajo, y yo diría que casi nadie presta atención.
Y el otro día, un discípulo mío hizo su tesis doctoral y aprobó con grandes honores y entonces
yo se lo llevé a mi editor y le dije “esto es un autor”, y él me dijo “¿esto que es?”, le dije “esto es
derecho penal del trabajo”, y me dijo “yo no se si puedo publicar esto, es peligroso”, le pregunté
por qué y me respondió “y que van a ir presos todos los empresarios” y le dije “y usted tiene
miedo de ir preso?”. Me respondió “y no, pero me van a reprochar”.
¿Qué le pueden reprochar? ¿Que un accidente en una fábrica, una muerte, no se denuncie, no
se le de el mismo trato que a un accidente que ocurre en la vía pública?
Porque el hombre que transita la vía pública parece que tiene una valía distinta de la que tiene
el que está adentro de la fábrica.
¿Que nosotros, los argentinos, seamos de los pocos países evolucionados del mundo donde la
discriminación no es delito? ¿Uds. saben que España reformó su Constitución en el año 1995 e
introdujo allí en la Constitución, y lo llama así, “los derechos penales del trabajo”? Y entonces
llevado a contrabandear, hacer fraude, todo esto es delito, es delito...
Qué rápido que pasa el tiempo cuando uno está tan gratamente acompañado.
Yo digo, no hay ciudadanos de primera, no hay ciudadanos de segunda, no hay herramientas de defensa de derechos que puedan resultar ilícitas. Puede haber consecuencias no deseadas, por Dios, no
busquemos modificar las consecuencias. Las consecuencias son inevitables, evitemos las causas.
¿Cómo se evitan las causas de lo que puede ser la desnaturalización de una huelga, de una
protesta y cómo disminuirían las huelgas y las protestas que es lo ideal, cómo estaríamos más
cerca de una vigencia más plena de los derechos humanos?
Con la difusión de la cultura, de la educación, con la formación, con la defensa de los valores
patrios, con el principio de solidaridad, y recordando que el primero de los derechos es el
derecho a no tener hambre.
Muchas gracias.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 53
Exposición del Dr. Germán Garavano
Muchísimas gracias. No se si agradecerle a Alicia y a los organizadores o no, el hecho de haberme invitado en este momento, pero seguramente sí agradecerle a todos ustedes la paciencia
de estar acá a esta hora, y disculpar cualquier simplificación y análisis superficial que pueda
hacer sobre este tema y seguro, no voy a lograr ni la dulzura ni la lucidez de quien estuvo antes
en el uso de la palabra. Pero en esa línea si, y más allá de alguna divergencia que podamos
tener, yo creo que hay varios puntos que son interesantes.
Yo quisiera señalar en este tema, que es muy difícil entrar en blancos y negros. Creo que hay
mucho gris caminando y a mi me gustaría presentar algunas opiniones o información que
probablemente nos lleve a transitar entre estos grises donde yo creo que se desenvuelven
muchas de estas cuestiones.
Y efectivamente el no padecer hambre creo que, como dijo bien la Dra. es un derecho principalísimo. De hecho el Código Penal establece el hurto famélico y es una de las pocas conductas que en realidad no son punibles y en esa línea la primera aclaración.
Y para eso está el artículo 78 del Código Contravencional, porque mucho se ha hablado de
criminalizar la protesta, y en esos términos, en la ciudad de Buenos Aires y la Argentina en
términos generales, no está criminalizada la protesta.
Es decir, hay una reglamentación dentro del Código Contravencional, “del Código de Convivencia”, que a lo que alude es a cuestiones de convivencia entre vecinos de la ciudad de Buenos Aires, que no implica una persecución penal ni criminal, simplemente la posibilidad de
cometer una falta de estas características.
Me parece que eso es bastante importante porque saca un poco de dramatismo a algunas de
estas cuestiones que se están tratando. En esa línea también yo creo, o me permito destacar,
como bien señalaba la Dra. Ruiz, en su presentación y que luego retomaron en el panel anterior, estamos realmente frente a un conflicto de “poder”.
Yo creo que lo que subyace efectivamente en todo lo que tiene que ver con este conflicto o presunto conflicto entre el derecho a la protesta y la libertad de circulación es una cuestión de poder.
Y me atrevería además a adelantar que entiendo que no hay ningún conflicto. Es decir, siendo
juez, uno de los primeros casos que recuerdo me tocó intervenir, fue una interrupción de la
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Avenida Libertador por el gremio de los camioneros que estaba celebrando sus elecciones
en Obras Sanitarias, y en ese momento llegó hasta la instancia de juicio; me tocó absolver
al Sindicato de Camioneros básicamente por dos cuestiones: una, que existía una comunicación fehaciente a la autoridad, había existido un operativo de las autoridades para organizar el tránsito y la circulación en ese estadio, y además la capacidad del estadio se había
visto desbordada por los participantes en ese acto eleccionario de este sindicato, un derecho
constitucional como prevé la norma del artículo 78, con lo cual claramente me tocó en aquel
momento absolver esta cuestión.
Está claro que para todo lo que es la organización de protestas y derechos constitucionales, la
norma expresamente lo señala, es decir, el ejercicio regular de los derechos constitucionales
no constituye contravención y lo único que exige es un aviso a la autoridad administrativa, no
hay ningún otro requisito más que dar ese aviso a la autoridad.
Opino que esto se trata de una cuestión de poder, y no sólo de poder sino de una cuestión
de impunidad y en ciertos niveles, de desprecio por el resto de los vecinos y el resto de la
sociedad, y muchas veces de desprecio por la autoridad y una anomia, y lo que uno ve generalmente es que algunas (no vamos a generalizar en torno de este debate) de estas manifestaciones son llevadas adelante por organizaciones sumamente poderosas, por eso me parece
muy valioso que de esto participe el Ministerio de Trabajo, porque en muchos casos es que,
como vamos a ver ahora con una información que les vengo a presentar para enriquecer el
debate, es que son partidos políticos y organizaciones gremiales las que generalmente, con
profunda impunidad, llevan para adelante el exceso de estos derechos.
Generalmente se toma la vía pública como el lugar para resolver muchas pujas de índole política, de índole gremial, con lo cual, lamento sacar un poco del heroísmo y la cuestión de la
caballerosidad al reclamo de derechos que uno ve en este tipo de representaciones. Es decir, la
realidad es que hoy detrás de muchas de estas cuestiones, que discutimos dogmáticamente,
discutimos desde los derechos, se vincula muchas veces a ejercicios de poder, de organizaciones que tienen representantes en el Congreso Nacional, en la Legislatura de la Ciudad de
Buenos Aires, y que tienen una capacidad mucho más fuerte de la que uno pudiera precisar.
Y me gustaría permitirme leer a Uds.: en el año 2003 el Dr. Mandalunis dictó un criterio general
de actuación todavía vigente con relación a esta cuestión, que fue comunicado a la Legislatura
y esto es interesante porque existen dos normas, una de carácter general y otra en carácter
particular, que regulan esta materia.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 55
La primera es el artículo 78 del Código Contravencional y hasta la fecha no tengo conocimiento de que se haya presentado ninguna acción directa de inconstitucionalidad de dicha norma.
No conozco ningún juez en la ciudad de Buenos Aires que haya declarado la inconstitucionalidad del artículo 78 del Código Contravencional.
Del mismo modo, existe este criterio general de actuación desde el año 2003, muchísimos
años antes ya existía este problema, y el Dr. Mandalunis establecía con criterio:
“Art. 1, interpretación, inc 1: la excepción contenida en el artículo 41 del Código Contravencional,
salvo que se haga en ejercicio de un derecho constitucional y se haya dado aviso a la autoridad
competente, se refiere en particular a los derechos de reunión y de peticionar a las autoridades previstos en el artículo 14 de la Constitución Nacional. Los integrantes del Ministerio Público afectado
deberán cumplir con el requisito legal de dar aviso, artículo 41 del Código Contravencional cuando
hubiere sido, dirigido al Poder Ejecutivo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires mediante noticia
fehaciente y en tiempo oportuno que permita instrumentar en el caso concreto un dispositivo alternativo de circulación y seguridad con el alcance previsto en la legislación de tránsito vigente.
El ejercicio de los derechos constitucionales de reunión y de peticionar a la autoridades no
ampara conductas contravencionales en las que puedan incurrir individualmente los manifestantes, como las relativas a pelea, hostigamiento o maltrato, portación de arma propia, uso
indebido de armas, discriminación, afectar o alterar servicios o señales públicas, ensuciar bienes del Código Contravencional. Por cuanto el ejercicio de los derechos constitucionales de
reunirse y peticionar a las autoridades no justifica conductas abusivas, que afecten sin necesidad el derecho de terceros, debe entenderse que el derecho a manifestarse no presupone el
de cortar vías de circulación salvo que esto sea consecuencia de la cantidad de concurrentes.
El principio general de libertad de circulación en la vía y espacio públicos...”
Y sigue fijando una serie de pautas que sería extenso citarlas todas, con relación a esta cuestión.
Entonces nadie ha objetado estos dos marcos normativos, ningún juez los ha puesto en crisis,
ninguna organización gremial, social, nadie. Y en definitiva son estos marcos normativos los
que en la realidad no se cumplen, y básicamente lo que no se está cumpliendo es el dar aviso
para poder organizar. Por eso yo hablaba de impunidad, por eso yo hablaba de desprecio y de
no respeto a una norma muy simple, de estas características.
En esta línea quiero presentar una información para enriquecer el debate, estos son la cantidad de casos por infracción al artículo 78 que se han registrado entre 2006 y 2010. En el año
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2007 ha estado más o menos estable esta cantidad de casos. Esta es la evolución mensual. Si
uno se permitiera hacer un análisis en términos de períodos electorales, nacionales o locales, o
períodos electorales vinculados a instituciones gremiales, trabajo que podría hacer el Ministerio de Trabajo, va a ver que muchos de los incrementos y los picos tienen relación con este tipo
de situaciones. Por eso, en realidad esto de algún modo a lo que lleva es a dirimir conflictos
políticos, gremiales, de organizaciones poderosas en la vía pública.
Cuando uno analiza quienes participaron en estas infracciones al artículo 78, lo que ve es
que los dos primeros que, digamos, “ranquean”, y esto tiene que ver con el ingreso al primer
semestre de 2009, son asociaciones sindicales y gremiales o partidos políticos. Organizaciones
que además se presentan en los procesos con prestigiosos abogados de la matrícula, que no
interviene la defensa pública, no interviene la defensa oficial, es decir, son organizaciones que
realmente no dieron aviso o tomaron la decisión en definitiva de no dar aviso. Tanto es así,
esto tiene que ver con alguna identificación de estas organizaciones, tanto es así que la forma
de resolución de estos conflictos uno ve que más del 75% de los casos termina en archivos, los
fiscales consideran que no hay infracción en esos casos.
En otro casi 20% de los casos que tienen que ver con cuestiones menores, se han destinado a
faltas, con lo cual estamos hablando de cuestiones de pequeña envergadura, que tiene que
ver con intervenciones muy concretas, muy puntuales y demás.
Y la respuesta del sistema estatal, un capítulo aparte, y merece la respuesta de la fuerzas de
prevención y puede ver si en eso se encuentra un contrapunto, pero básicamente tienen que
ver con la “probation”. Es en realidad, la suspensión del proceso a prueba donde los mismos
actores, actores relevantes, terminan aceptando que realmente se excedieron y a lo mejor
uno de los casos mas paradigmáticos tiene que ver con el de la UOCRA, que se dispuso en un
momento con total impunidad cortar Buenos Aires en veinte lugares estratégicos, que llevó
aquel caos que todos recordaremos de tránsito. Esto en un reclamo legítimo, que tenía que ver
con las inspecciones de las obras, donde muere gente. Ahora, ¿tenía capacidad la UOCRA de
dar aviso al gobierno local? Sí, tenía capacidad y no lo hizo. Y en esa línea ellos mismos aceptaron esa responsabilidad. Y lo que se hizo en esa probation, acá tenemos las fotos y demás,
fue reparar escuelas, reparar comedores infantiles, y la fiscalía con la UOCRA y el gobierno de
la ciudad a realizar inspecciones en obras. Se inspeccionaron más de 1.300 obras para ver que
se cumplieran las condiciones de trabajo de los trabajadores.
Otro caso emblemático tiene que ver con el Sindicato de Peones de Taxi, también un poderoso sindicato de la ciudad de Buenos Aires, quienes también asumieron de algún modo su
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 57
responsabilidad y llevaron a personas mayores, en ese caso fueron condenados a una pena en
suspenso y generaron una serie de condiciones para cumplir con esa pena en suspenso, que
básicamente era el traslado de personas mayores de edad a centros de salud desde geriátricos
públicos y demás.
Entonces lo que quiero señalar es que no todo es blanco o negro sino que hay un montón
de situaciones.
Uno de los casos más emblemáticos de clubes de fútbol, como es el de Racing Club de Avellaneda, hasta los propios empleados judiciales, que terminaron aceptando de algún modo la
posibilidad de llegar a una suspensión del juicio a prueba.
Y los casos que hoy tenemos que no aceptaron este tipo de soluciones son, y hoy lo mencionaba el Dr. Vázquez, por ejemplo, las instituciones del campo. Entonces se lleva a juicio a las
instituciones del campo por sus cortes. De nuevo, con grandes abogados lograron en definitiva una absolución.
Otro caso que también esta en instancia judicial tiene que ver con ATE, otro caso tiene que ver
con los mismos camioneros que antes lo habían estado.
Entonces me parece que deberíamos analizar esta situación en términos de un conflicto de
poder que se resuelve muchas veces en la vía pública, en definitiva, donde básicamente esto
de no dar aviso, no permitir organizar el tránsito, no permitir un relativo orden tiene que ver
con otras cuestiones y no tanto con la necesidad y el hambre.
No conozco, a lo mejor existe algún caso, pero yo no conozco casos de personas que hayan
reclamado por derechos fundamentales, y que se encuentren hoy sometidas a procesos contravencionales. Y digo contravencionales, no de delitos, sino de contravenciones por no dar
aviso a la autoridad de que se iba a realizar esa manifestación.
Entonces me parece que este es el trasfondo y en esa línea, creo que también debemos tener en cuenta muchas veces, es este manejo discrecional que hacen las fuerzas de seguridad,
puntualmente la función de la fiscalía es en esos casos donde se da determinada situación, es
decir se viola deliberadamente la ley y, con posibilidad de no violarla, se decide violar la ley,
cómo también se generan tratos a veces desiguales, cómo se generan las pruebas de modos
desiguales y cómo se organizan los operativos también a veces en modos desiguales.
58 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Yo la única vez que me vi llevado a este tema y le he dado provecho en el ámbito académico,
fue en una discusión con el entonces Ministro de Justicia y Seguridad, básicamente por una
afirmación de un diario, una afirmación mía en donde lo que nosotros señalábamos es que
lo que se ha decidido respecto de algunas conductas, donde se vinculan cuestiones sociales,
donde puede verse afectada la población vulnerable, la fiscalía tiene como estrategia avanzar
sobre los responsables, sobre las organizaciones, en algunos casos las organizaciones delictivas que violan y se aprovechan de gente de población vulnerable, en este caso en aquellos
que tienen esa capacidad de decisión.
Qué pasaba antes, por ejemplo, había una persona que porque era opositora del gobierno de
turno, y estaba con un cartel, se le labraba el acta y era él el que tenía que ir a juicio, a veces
sólo, a veces defendido por la institución que representaba o no.
Entonces la decisión estratégica tiene que ver con ir por aquellos que toman la decisión de hacer un corte y no dar aviso a las autoridades y tengan realmente un dominio. Lo cual además
nos ha dificultado la prueba. En muchos de los casos los jueces no han declarado inconstitucionales estas normas, lo que han dicho es que el aviso que dieron al ministro era suficiente o
que en realidad no hay prueba de que tal dirigente tenía dominio sobre el corte, entonces nos
escapamos con un montón de soluciones, y en definitiva quienes terminan impunes son gente poderosa, con responsabilidad social ligada a la comunidad, que deliberadamente tomó la
decisión de no hacer caso al resto de la ciudadanía y usar el espacio público.
En el año 2005 también el Dr. Mandalunis dictó otro criterio general de actuación que decía:
“establecer como criterio general de actuación que, en el caso de obstrucción de la vía o espacios
públicos y la afectación a la protección de la seguridad y la tranquilidad pública, arts. 78 a 85 del
Código Contravencional de la ciudad, cuando los funcionarios de las fuerzas de seguridad informen que por disposición de sus autoridades superiores deben cumplir otras instrucciones diferentes a las recibidas por el fiscal interviniente los integrantes del Ministerio Público Fiscal en materia
contravencional y de faltas deberán dar aviso a la fiscalía general para asegurar la vía de comunicación con las autoridades pertinentes del gobierno de la ciudad.”
Entonces me parece que comparto el 80% de las afirmaciones de quien habló antes que yo.
Me parece que tenemos que ver un poco más en la realidad qué es lo que sucede, para poder
dar un debate más profundo sobre estas cuestiones, me parece que a veces so pretexto de
derechos legítimos que, hasta donde yo tengo conocimiento no han sido violentados por
la justicia de la ciudad de Buenos Aires, por el Ministerio Público o por los jueces, terminan
a veces escondiéndose abusos de poder o la posibilidad de dirimir conflictos de poder en la
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 59
vía pública. Y ahí es donde me parece que todas las autoridades, que todos los responsables
que representan a trabajadores y a personas con necesidades, tienen que ser responsables y
cumplir con una norma sencilla y sino presentarse ante este tribunal de justicia y considerar
que dicha norma es inconstitucional. Muchas gracias.
Exposición del Dr. Héctor Masquelet
Muchas gracias. Bueno, en primer lugar, como corresponde, el agradecimiento al Tribunal por
haberme invitado, a pesar de que somos coorganizadores, pero bueno me autoagradezco, a la
Dra. Alicia Ruiz a quien conozco hace muchísimos años, y a la Dra. Conde, con la cual venimos
trabajando algunos temas de competencia.
Las dos exposiciones anteriores han disparado un conjunto de temas y uno quisiera intervenir
sobre todos, pero como eso es imposible, el tiempo es acotado y como es tarde, voy a referirme a algunas cuestiones que pueden ser de interés y que tienen que ver con estas exposiciones pero también con algunos trabajos que hemos venido realizando en el Ministerio de
Justicia ya hace varios años. Antes de ser Secretario de Justicia.
Me ha tocado vivir un proceso que ha sido muy relevante en esto de la intervención del Estado
en materia del conflicto social, porque de hecho pasamos o vivimos un proceso de transformación tanto en la doctrina aplicable a las fuerzas de seguridad cuanto a las propias metodologías de toma de decisión política, en lo que tenía que ver con lo que había sido el proceso
2001-2003 al proceso que se da a partir del año 2004, se produce en el Gobierno nacional un
cambio de orientación en el abordaje de esta cuestión.
Quiero poner en contexto esto porque todos recordaremos lo que fue el período básicamente
cuando recién asume el gobierno nacional de Néstor Kirchner, período 2003-2004. Recordaremos que eran las épocas de las grandes movilizaciones piqueteras porque eran los momentos
quizás de mayor desarrollo de estas organizaciones. Que venían desarrollándose en 20012002, pero en 2003 cobran el mayor desarrollo, con capacidad de movilización.
Incluso las grandes movilizaciones en la 9 de Julio hacia Plaza de Mayo, cortes en Diagonal, innumerable cantidad de episodios que todavía hoy algunos noticieros utilizan cuando quieren
mostrar algunas imágenes de la confrontación para el ingreso a la Plaza de Mayo.
60 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
En ese momento, a partir de ese momento se toma una decisión que yo creo que tiene un
fundamento más allá de las racionalizaciones que se hicieron al respecto en ese momento
particular, que tiene que ver con tomar conciencia de lo que significa, qué quiere decir “intervención”. Esto de replantearse la cuestión de la intervención. La intervención no es una
cuestión de hecho, antes que eso es una intervención de derecho.
El Tribunal Constitucional de España, en un caso muy famoso en el año ’95, con respecto a la
huelga en el País Vasco había planteado toda la situación en torno a qué significaba que el Estado interviniera sobre un derecho. Decía bueno, intervenir sobre un conflicto es intervenir sobre un derecho. No hay que plantearse derechos en pugna, no hay que plantearse un derecho
a protestar y un derecho a circular, no, hay un derecho, sea el derecho de huelga o el derecho
de circular, y la intervención del Estado sobre ese derecho que se está ejerciendo.
La intervención debe estar justificada, dice ese fallo del Tribunal Constitucional español que
nosotros tomamos como guía, con razonabilidad de decisión política, en tres principios:
Primero el principio de necesidad. ¿Es necesario que el Estado intervenga limitando ese derecho de protesta? ¿En qué se justifica? ¿Cuál sería la justificación: la preservación de ese derecho? Puede ser, ¿en la preservación de un valor abstracto como la seguridad ciudadana?
Bueno, hay que evaluar las condiciones, porque en principio no habría una puesta en riesgo
de ningún otro derecho.
Después tiene que haber un principio de idoneidad del medio, porque ¿la intervención del
Estado va a evitar aquello que se busca o no? Porque muchas veces la intervención del Estado
hemos visto que no evita nada, sino que genera líos mayores, o sea que la intervención del Estado termina en la intervención de ese derecho, una situación de hecho que es más violatoria
de otros derechos de lo que se pretendía preservar.
Y después el principio de proporcionalidad que tiene que ver con esto mismo, o sea ¿esa intervención que va a vulnerar este derecho, que lo va a vulnerar en cierta manera, va a servir para
preservar los derechos de otros?
Creo que esto es una guía de toma de decisión política. O sea, la intervención del Estado es
una decisión política, eso es lo que el Estado nacional ha reivindicado.
Estoy hablando ante jueces la mayor parte, por lo cual esto es difícil de defenderlo. Claro los
jueces toman decisiones jurisdiccionales y hemos incumplido muchas de ellas, esto es cierto.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 61
Después encontraremos la forma de explicar, de explicarnos mutuamente porqué se tomaron
decisiones jurisdiccionales sin haber evaluado adecuadamente una situación de hecho, o a veces
sí y a veces no, y por qué si cumplieron ciertas decisiones cuando la autoridad política entendía
que poner en acto esa decisión jurisdiccional implicaba mayores riesgos y mayores violaciones
o afectaciones de otros derechos que haber cumplido con la decisión jurisdiccional.
Esto es cotidiano, y esto lo vivimos permanentemente en la ciudad de Buenos Aires y en todo
del país.
Es cierto, para un magistrado a quien le llega una denuncia por un corte de ruta, es más fácil
ordenar la liberación de la ruta, que evaluar qué implica liberar ruta. O analizar cuales serían
las posibilidades fácticas de producir esa liberación de ruta sin generar una afectación del
derecho mucho mayor que la que está afectando el corte de ruta, pero esto es lo que vivimos
cotidianamente. Y todos sabemos que cuando el método empleado no es el apto para producir el efecto que uno desea lo que se genera es una situación de hecho de enorme gravedad.
Hay ejemplos que podría dar, infinidad.
Voy a contar uno. A partir de esta situación, hace tres años atrás se empezó un proyecto en el
cual se involucraron cuatro organismos de derechos humanos, la Asamblea Permanente por
los Derechos Humanos, el CELS, la APDH, Abuelas de Plaza de Mayo, junto con la escuela de la
policía de Holanda y una fundación y el apoyo de los Países Bajos, junto con la Secretaría de
Seguridad y las cuatro fuerzas federales, a labrar un proyecto para la creación de un protocolo
común de actuación en intervención del Estado en grandes manifestaciones.
Ese proyecto, que fue de enorme complejidad, porque significaba realizar observaciones en
las intervenciones del Estado de miembros de organismos de derechos humanos junto con
miembros de las fuerzas de seguridad, y que implicó un cambio de paradigma digamos de
este abordaje de trabajo conjunto, de lo que significaba mirar un operativo y aprender la actitud de quienes estaban protestando y de quienes actuaban por una decisión política de
intervención del Estado.
Al cabo de dos años un punto muy valioso es haber abordado un protocolo para la actuación
conjunta, con un conjunto de recomendaciones que fueron publicadas y fueron adoptadas
como resolución del Consejo de Seguridad Interior y que hoy se aplica básicamente en todas
las intervenciones de las fuerzas federales; hay situaciones aisladas de excepción, pero mayoritariamente se aplican como protocolo de actuación y hoy se aplican con observaciones de
organismos de derechos humanos.
62 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
¿En que consisten estas recomendaciones? Consisten en poner en práctica lo que señalaba
al comienzo, de comprender que una decisión política es la que debe primar para tomar la
decisión de la intervención, y que esa decisión política debe estar acompañada por un conjunto de protocolos de intervención que garanticen los derechos de quienes protestan y los
derechos de quienes intervienen en la protesta, o sea de los propios policías, que también
ven afectados sus derechos muchas veces cuando las decisiones los llevan a adoptar posiciones o de riesgo personal o de determinadas condiciones sin el equipamiento adecuado,
que generan reacciones violentas de parte de las fuerzas, porque muchas veces vemos que
las reacciones violentas son errores de decisión política previos de quienes deben diseñar el
operativo de seguridad.
Y hoy la verdad es que no hemos tenido mayores situaciones de conflicto y cuando tenemos
alguna, en general parte del error de la decisión política de intervenir. En general los hechos
de violencia no se han producido porque quienes protestan hayan generado las condiciones
para el desarrollo violento de la protesta, salvo excepciones, algunos grupos que todos conocemos que lo han tomado como metodología particular. Pero eso es excepcional, en general
los hechos de violencia han tenido que ver con un mal diseño del operativo o con una decisión judicial que obligó a un operativo a confrontar dadas las condiciones para realizar.
Doy un ejemplo concreto que fue prácticamente el único caso que tuvimos de un herido de
bala de goma con intervención de las fuerzas policiales, fuera de la ciudad de Buenos Aires,
esto sí pasa en eventos de fútbol sobre todo. Pero en protesta social, una periodista ahí cerca
de Comodoro Rivadavia, en un corte de la ruta 3, recodarán hace un año atrás, es un hecho
donde el error partió de la orden que produjera el desalojo de la ruta con el personal que no
estaba ni pertrechado, ni en condiciones para producir un tipo de decisiones de esas características, ni con el número de efectivos adecuados. Se vieron desbordados por la gente y frente
al desborde utilizó las balas de goma como estrategia defensiva.
¿Y cual fue el error? El error fue haber actuado cuando no se debe actuar. Esto es lo que más
debemos observar en este tipo de intervenciones.
No voy a detenerme en el conjunto de las recomendaciones, porque sería largo; sí me interesa
fundamentalmente señalar dos o tres cuestiones.
La primera, nosotros logramos a lo largo de los últimos cinco años que todo el personal que
actúa en el control de grandes manifestaciones actúe desarmado, el único personal armado con
armas de fuego que hay tiene prohibido actuar. Obviamente un miembro de un organismo de
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 63
derechos humanos me había dicho que había visto gente armada y yo dije y, bueno, para que
no roben los autos, el celular, o sea, tiene que ver con otros temas.
Pero todo el personal que actúa uniformado e identificado está desarmado. No quiere decir
que no haya, conforme a lo que indica la Ley de Inteligencia Nacional, personal civil, pero el
personal de civil tiene prohibido actuar, o sea tomar contacto directo con los manifestantes.
Los vehículos con los que se tratan las situaciones de protesta son vehículos identificados, los
vehículos no identificados tienen prohibido actuar o trasladar detenidos.
Hay un conjunto de protocolos que han sido consensuados y que han mejorado la calidad de
la intervención. Yo digo: hay posibilidades que construyendo intervenciones racionales que
tengan en cuenta que el primer deber es proteger a quienes protestan, el primer deber es negociar con quienes protestan, acompañar la protesta, cuidar de los sectores vulnerables que
participan dentro de la protesta, en la mayor parte de las protestas hay niños, discapacitados,
mujeres, embarazadas que son sectores vulnerables dentro de la propia protesta y hay que
someter a un entrenamiento al personal policial que debe actuar y una conducción política
que debe tomar la decisión.
Hay que establecer un protocolo de actuación entre la justicia y las fuerzas de seguridad. Esos
protocolos fundamentalmente deben pasar porque en el supuesto de protesta social las órdenes y las disposiciones judiciales deben estar impulsadas por la autoridad política y no por
las fuerzas directamente.
La decisión, la orden dada directamente a la fuerza de seguridad le resta capacidad de decisión
política al funcionario que debe tomar la decisión. Y, entonces, es un principio que además de
la construcción de esta lógica tenemos que plasmarlo en una norma concreta, porque sobre
todo en el caso de la ciudad de Buenos Aires, en que hay lugares donde tenemos colisiones de
jurisdicciones, no son pocos los problemas que se han planteado.
Hoy con la creación de la nueva policía, seguramente se nos van a plantear nuevos desafíos y
nuevas problemáticas y tendrán que realizarse nuevos protocolos de actuación común que se
irán desarrollando progresivamente. Lo cierto es que lo que hay que acordar primero es cual
es la lógica, el sentido de la intervención estatal.
Yo quisiera por último hacer algún señalamiento respecto a quien habló anteriormente. A mi
me parece que efectivamente es muy difícil analizar la legitimidad de la protesta a partir de
quien la convoca. Digamos, yo entiendo la lógica de quien me precedió en la palabra, cuando
64 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
él señala a las organizaciones que convocan a la protesta, pero en nuestro criterio particular
no hay legítimos análisis de la intervención estatal.
Yo creo que no podemos entrar en la legitimidad del convocante a fines de diseñar el proceso
de intervención, sino que el proceso de intervención debe estar ligado sólo a la afectación o
a la puesta en riesgo de derechos de terceros o a la puesta en riesgo de otros bienes a cuidar
por el Estado.
Digamos, no me parece que la legitimidad del riesgo debe entrar en el análisis del propio
Estado, porque además eso implicaría en muchos casos un análisis que está vedado a la autoridad policial. Nosotros tenemos la prohibición de la Ley de Inteligencia sobre organizaciones
sociales, está expresamente prohibido por la Ley de Inteligencia Nacional. Con lo cual uno
dice, la única capacidad de inteligencia que tienen las fuerzas tiene que ver con la inteligencia
criminal y no con la inteligencia sobre la protesta social.
Por lo tanto, desentrañar las intenciones de quien convoca estaría en el límite de la prohibición de inteligencia. Y yo creo que vuelvo a repetir que la única justificación de la intervención
debe estar dada en la tutela de otros bienes jurídicos en juego y no en la legitimidad de la
convocatoria. Por supuesto que la complejidad del tema plantea un redebate constante de la
situación porque la realidad es muy cambiante y a parte muy diferente cómo se plantea en la
ciudad de Buenos Aires de cómo se plantea en el interior del país.
Es francamente muy complejo diseñar un operativo en lugares de muchísimo más aislamiento. En la ciudad de Buenos Aires, en realidad, pese a lo caótico que parece, nunca hay ausencia
de caminos alternativos. Siempre hay posibilidad de tomar otra calle, esto no ocurre en otros
lugares, no ocurre en lugares del interior en que hay una sola ruta de acceso y que la toma de
esas decisiones supone plantear decisiones de doble complejidad. Esa lógica, dada la realidad,
plantear debates diferentes y un conjunto de cuestiones por los bienes en juego y debates en
juego de muy compleja resolución.
Bueno, no los quiero entretener más, muchas gracias a todos.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 65
Exposición del Dr. Alejandro Slokar
Bien, muchas gracias. Muy buenas tardes, ya casi noche, a todas y todos. Desde luego que,
como se expone, mi gratitud a las autoridades. Un segundo para la celebración, yo creo que,
como comentábamos con Alvaro unas jornadas antes, nunca más oportuno, yo me siento
muy gratificado, honrado de poder estar aquí. Digo nunca más oportuno porque, como dicen
los diarios, se cumplieron tres años del homicidio del profesor Fuentealba, en una jornada ya
histórica como lo indican la luchan y la persistencia de este reclamo.
Y también creo que nunca más oportuno porque, como se dijo, esto se da en el marco de algunas incipientes tentativas de reforma en el orden local y en el ámbito contiguo, ¿no? Es decir,
el distrito que cruza la General Paz, que en un conjunto de iniciativas que se expresan algo así
como en un lenguaje bélico, se declara una suerte de guerra o lucha a determinadas formas
de criminalización laboral.
Quiero decir con esto que lo que antes eran los cartoneros, después fueron los manteros, y
ahora parecen ser los “trapitos” o como se llame.
Creo que es interesante una vez más reafirmar conceptos del primer panel, esto es, la existencia de un contexto en donde la matriz de distribución del ingreso y la deuda social en la
Argentina están pendientes por mucho que se haya hecho en el último tiempo.
Con todo lo que se afirmó en los paneles anteriores y en este también, yo creo que podría saldar mi intervención diciendo que estrictamente de cualquier estructura típica, o sea aquellos
requisitos que tiene que reunir un ilícito culpable, muchas, sino todas las conductas actualmente subsumidas en infracciones penales, e incluyo dentro de la penales a las contravencionales, devienen o bien atípicas, por inexistencia de conflicto, o bien justificadas porque se trata de un ejercicio legítimo de un derecho, o en todo caso por extrema situación de necesidad,
o bien inculpables por reducción del espacio de autodeterminación de la gente.
Ahora si digo esto yo creo que no puedo satisfacer la demanda de la convocatoria, de la mesa
y creo que tampoco de la mía propia, por eso, así como se impuso de arranque yo creo que
exige de algún modo el esbozo de algunas opciones básicas partiendo de nociones conceptuales para no mezclar un poco, en última instancia después formular algunas consideraciones proporcionales.
66 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Veamos. Para principiar. En democracia la ciudadanía se expresa, manifiesta sus demandas y
actúa como instancia de control externo. Este activismo cívico puede tener una forma de protesta porque democracia es en sí misma crítica y protesta, lo que además encierra un altísimo
papel en lo expansivo de la ciudadanía.
Claro que lo que desnuda la protesta en definitiva es la necesidad de una democracia participativa, en donde el voto siempre tan necesario parece insuficiente. O sea, no pueden los sectores populares esperar dos o cuatro años para manifestar sus reclamos, expresar demandas y
exigir a las autoridades del Estado que se les den respuestas.
Con esto quiero decir en definitiva, porque ahí viene el reclamo de Alicia Ruiz en origen, que
la intención democrática en sí misma, desde siempre se va a presentar como una propuesta
abierta, incompleta, irrealizable, irreductible a una mera forma instituida.
Pero también, como ya se dijo aquí, para muchos sectores populares los medios de comunicación no van a aparecer nunca como receptores de sus reclamos. Creo que eso es atento a la
escasa capacidad económica que tiene este núcleo y desde luego también a la escandalosa
concentración de poder que se ha registrado en nuestro país.
Quien es mejor que los excluidos saben en definitiva que el agua de los medios se trata de un
agua para unos pocos. Luego, si se quiere ganar en visibilidad, estos sectores postergados van
a utilizar el foro público, o sea van a desplazarse y van a ocupar los espacios públicos, movilizándose por calles, por avenidas, ocupando las plazas, etcétera.
Por eso creo que frente al lugar común ya prácticamente de este Bicentenario y pensando
que la patria misma se forjó un 25 de Mayo ocupando una plaza pública. Y curiosamente me
parece interesante también recordar que en los fastos del primer centenario de la Argentina,
la cuestión social tal como ahora venía ocupando un lugar central, y la respuesta entonces
para disciplinar a los pobres fue la sanción de la emergencia penal, la ley de residencia y la ley
de defensa social.
Cuidado, digo, porque entonces, casi como hoy, se puede observar una suerte de pánico moral organizado, susceptible de producir actitudes definitivamente abrazativas, limitadas a juicios negativos, siempre negativos, sobre estos reclamos y sus protagonistas.
Yo creo que hay un claro prejuicio discriminador de carácter racista y clasista contra lo que hoy
ocupa el piquetero, en tanto tal, que entonces, hace cien años ya, lo ocupaba el anarquismo.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 67
Al punto de que Lombroso, recuerdan a Lombroso, llegó a hablar de la “nata del anarquista” y
quien supo replicar fue Pietro Gori.
¿Qué decía Pietro Gori? Que cuando un demócrata, un republicano o un conservador cometen un delito nunca se inculpa a todos los demócratas, todos los republicanos o todos los
conservadores. Mientras que sin embargo no sucedía lo mismo con los anarquistas.
Creo que esto es así porque desde siempre y en rigor, en todos los procesos penales de aquella
época, y no se si algunos actuales, no se lleva adelante un simple enjuiciamiento al sujeto y su
conducta, sino que lo que se juzga es directamente su idea.
Entonces siendo que no se trata de nada nuevo en definitiva, creo que cualquier repaso de la
historia nos debería obligar a ser un poquito más respetuosos con nuestra historia democrática. Porque los dos partidos políticos más importantes de la Argentina nacieron de movilizaciones masivas y de la ocupación de la plaza: la Plaza Lavalle en la Revolución del Parque, la
Plaza de Mayo el 17 de Octubre.
O sea, plazas, calles, son espacios naturales de nuestra democracia.
Ahora permítanme volver al elemento democrático, la demanda de Alicia y el sistema fuertemente jerarquizado, constitucional e internacional, que nos obliga a observar la protesta
social desde un vértice el cual es la regla de reconocimiento hartiano, la norma fundamental
kelseniana y no desde el prisma deformador que siempre tiene la visión represiva. O sea, encontrar culpabilidad en la miseria. Es invertir definitivamente la escala de la pirámide jurídica.
Porque desde esa óptica invertida lo que sucede es que existe una clara contracción de la política, del derecho, del espacio público también, y de última creo que del futuro de todos. De
eso se trata la democracia.
Creo que en esta dogmática constitucional el núcleo de la protesta es el derecho de expresión,
pero creo que incluye la libertad de reunión, de asociación, pero me parece que es importante el
esfuerzo de mostrar una síntesis acerca de cual es el dominio esencial; lo hablaba la Dra. Ferreirós.
Creo que si hablamos de derecho a la protesta tenemos que hablar de una suerte de hecho
de licitud, individual o colectiva pacífica a la autoridad mediante la ocupación del espacio
público por parte de sectores vulnerables que no cuentan con otro recurso para hacerlo ellos.
Eso es básicamente.
68 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Porque si no mezclamos un poco las cosas, no es lo mismo un cartonero que otras situaciones.
Y digo esto también porque muchas veces parece hubo un reduccionismo simplista; pretender esta idea de equilibrio, moderación entre esta suerte de colisión, tensión, entre dos derechos como la protesta por un lado y el tránsito del otro. Creo que eso es un falso dilema. ¿Por
qué? Porque, en primer lugar, salvo algunas situaciones sueltas que las hay obviamente, nadie
protesta por el mero hecho de ocupar la vía pública, lo que quiere es denunciar que aparecen
en crisis otros derechos, como pueden ser la vida, la salud, la educación, etcétera.
En segundo lugar, porque no pueden ser derechos equiparables, no pueden serlo, ya que los
titulares de esos derechos no parten de la misma posición.
Creo que en ese orden el Estado, en orden a la intervención, lo que debe favorecer es la especial protección de los sectores desventajados, que parten de un handicap distinto, negativo.
Ferrajoli nos enseñaba que el derecho debe ser la ley del más débil.
Creo que si el nervio de la democracia es el derecho a la libertad de protesta, creo que, permítanme, estamos frente a una verdadera cuestión política, no judicial. Es política. Esta es otra
cuestión política, no judicial.
Entonces, para finalizar, ¿cuál es el rol del Poder Judicial? ¿Qué estamos haciendo acá?
Yo creo que es importante rescatar una expresión del jurista brasileño Fariña, que se preguntaba que cuando desbordan la explosión de litigios en sociedades estigmatizadas por las condiciones económicas y las formas inéditas de lucha, confrontación y resistencia, hasta qué punto
son los tribunales y sus magistrados funcional y técnicamente aptos para manejar conflictos
de clase e intervenciones jurídicas en masa que envuelven a grupos, clases y colectividades.
Y aquí también tengo que recuperar enseñanzas de la profesora Ruiz, porque creo que desde
siempre todos sabemos, no pocas veces la estructura del discurso jurídico lo que hace es encubrir, desplazar o distorsionar el lugar del conflicto social, que es lo que subyace en definitiva.
Y el conflicto judicial, de intervención contravencional o penal, es un síntoma o efecto de un
conflicto mucho más hondo en el que están en crisis varios otros derechos.
Creo que los conflictos no se resuelven sin una sociedad más o menos democrática, más o
menos tolerante y racional también, por apelación a la ley penal. Esto es tanto más cuando las
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 69
mediaciones institucionales de ese reclamo son insuficientes, es decir, la esquizofrenia es total.
Creo que para esto sí es indispensable atender en muchos casos la potencialidad de estos conflictos. La riqueza y la fortaleza que tienen guarda una suerte de legitimidad del conflicto.
Además, creo que resta decir y ya con esto voy concluyendo, que toda intervención es estigmatizante, lo que hace es fragmentar, romper socialmente y disminuir el deber que tenemos
de tolerancia como sociedad democrática.
¿Qué es lo que tiene que hacer el Poder Judicial?
Si algo tiene que hacer, como dijo Héctor, es garantizar las condiciones de ejercicio de la protesta, proteger, en lugar de acallar o reprimir la protesta. Y eventualmente, si tiene capacidad y
funcionalidad, creo que hasta sentar a las partes para que lleguen a una solución.
Por eso, vuelvo a la pirámide invertida, esto es leer el sistema normativo al revés. Si quiero ver a
un grupo que se moviliza para reclamar a las autoridades, como un conjunto de delincuentes
que se asocia ilícitamente, que intimidan, que extorsionan o que impiden la circulación creo
que el que está cometiendo un delito soy yo.
¿Por qué? Porque ello impone entender que policías, fiscales, que también jueces cometen
delitos muchas veces, abusos de autoridad, 48, 148, etcétera.
Advierto esto porque muy a menudo el judicial naturaliza algunas rutinas que están ritualizadas que no son más que prácticas delictivas.
Y con esto no voy a predicar la criminalización de la criminalización de la protesta, o sea, perseguir, prevenir, al policía, al fiscal porque esto sería una reedición al infinito. Antes sí, creo que
hay que prevenir para evitarla.
¿Y qué es lo que hay que hacer? Lo enseña el camino de Héctor Masquelet. A ver, si no tenemos todavía más allá de esas resoluciones de 2003 y 2005 de Mandalunis, un protocolo de
actuación, un manual de buenas prácticas, en donde de algún modo se exprese cómo se protege el derecho a la protesta, cómo actúo frente a grupos donde hay niños, son un montón los
que hay en la plaza, mujeres, son casi todos. Periodistas, por qué no.
70 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Un protocolo que debiera integrar, me parece, sugiero, un equipo de observadores, de ONG,
un equipo de mediadores. Creo que este monitoreo, supervisión de organismos de la sociedad civil le va a acreditar mayor legitimidad. Porque, en suma, creo que es la mejor forma de
ganar en canales de participación con sectores amplios, sectores plurales y en definitiva y
vuelvo a la pregunta, no es la mejor respuesta pero es una y es la mía, creo que es en definitiva
ganar legitimidad democrática.
Gracias.
ACTO DE CIERRE DE LA JORNADA
Dr. Luis Francisco Lozano
Buenas noches tengan todos. Yo voy a tratar de ser muy breve pero no voy a desaprovechar la
oportunidad para decir algunas pequeñas cosas que he aprendido en estos paneles.
En primer término debo agradecer tanto al Ministerio de Justicia de la Nación como al Ministerio de Trabajo que nos hayan acompañado en esta jornada, obviamente tanto para la Nación
como para la judicatura de la ciudad.
Respecto de las cosas que quería puntualizar es que yo he advertido, más allá de lo aparente, especialmente algún debate en el último panel que no ha sido acalorado, pero creo que debemos de
haber sacado alguna viruta, me parece que hay entre nosotros, los expositores y probablemente la
audiencia, bastantes más puntos en común de los que aparecen en la superficie.
El primer punto en común es una cosa que recuerdo haber tenido acá de mi amigo Carlos Alfonso Tomada, cuando compartimos funciones en el Ministerio de Trabajo de la Nación. Desde
aquella época Tomada era un gran predicador de “no hagan nada por contener el conflicto
social, el conflicto debe tener un desarrollo y de este desarrollo nace en definitiva algo bueno,
hace historia”.
Seguramente, debemos sentir de todo, algunos seguramente lo deben decir con entusiasmo, y
debo reconocerme entre ellos, y otros lo digan con menos entusiasmo, pero me parece que hay
coincidencia en admitir que los conflictos no deben ser reprimidos; en mi caso creo que debe
ser así, porque la represión siempre cae sobre alguna de las partes en conflicto y no es siempre
con la más fuerte. Pero en líneas generales, aun cuando no se coincidiera exactamente con esto,
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 71
parece que ninguna sociedad puede convivir sanamente si reprime a alguna de las partes en
conflictos, sociales o laborales, algo que dijo Palomino en el principio.
La segunda cosa que me parece que está bastante clara es que cuando uno está pensando el
mundo como un conjunto de individuos, dotados cada uno de una esfera de derechos, y esferas que no se tocan, porque la premisa de que el derecho de uno termina donde empieza el
del otro, en realidad tiene una visión muy ingenua, absolutamente ingenua, tanto de lo que es
el mundo real como de lo que es el mundo jurídico, en el mundo jurídico los derechos siempre
se tocan, siempre entran en conflicto. Esta es una de las cosas que es muy vieja, muy vieja, del
siglo XVII; si hay un derecho de propiedad que se choca con otro derecho de propiedad, es el
clásico…. No se puede aplicar el derecho de propiedad si no es sobre bienes, a cuyo respecto
haya bastantes y tan buenos los unos como los otros… la salud.
Y esto es porque lo primero que estaba pensando era precisamente el conflicto que aparece
cuando alguien se adueña de algo monopólico, de algo que es exclusivo.
En esa línea de ideas yo creo que podemos ver una coincidencia en que los conflictos de derechos que aparecen en supuesto de protesta, en supuesto de huelga, propiedad y a la libertad
de tránsito no tienen que ser resueltos con el criterio de “mi derecho termina donde empieza
el del otro”. Me parece bastante claro que también la tendencia debería ser hacia tolerar que
quien necesita más satisfacción pueda llevar adelante, por lo menos en la medida en que el
modo no se convierta en un modo puramente extorsivo.
Acá yo quiero citar el caso de un shopping americano, década del ’80, fines de los 70’. El voto
de un juez conservador, de California, Estado progresista, admite que en un conflicto entre
el derecho de propiedad de los shopping y el derecho de recavar firmas para una causa, llamémosla “de izquierda” de un grupo de militantes políticos que entraron al shopping a hacer
propaganda política y hacer pedidos de firmas para un documento de protesta, el derecho de
libre expresión y a recavar las firmas, el acompañamiento político con tendencia a la asociación, prevalecía sobre el de la propiedad.
Claro, prevalecía porque si bien es cierto que el derecho de propiedad incluye excluir a quien uno
no quiere tener dentro de su fundo, en el shopping estaba viendo todo el mundo y los jóvenes
estaban aprovechando una audiencia que se reunía allí como consecuencia de ir al shopping.
Es bastante obvio que si los hubieran mandado a buscar las firmas afuera habría sido algo así
como una política de “apartheid”, es decir, ellos protestan por allá y los que deberían escuchar
la protesta están por acá, en donde no se oye lo que dicen.
72 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
La última cosa es, yo he escuchado reiteradamente que no hay que judicializar la protesta y
me parece una idea compartible. A mi me parece también, y a lo mejor los convenzo, que sería
bueno comunicar lo que estamos tratando de comunicar de judicializar la materia, porque
estrictamente hablando es cierto que para tratar de organizar la protesta de un modo que no
sea un impedimento en la convivencia, hay mucho que hacer antes de llegar a los jueces.
Y acá yo creo que lo que no vamos a poder evitar es que en última instancia, cuando hay
conflicto, el conflicto termine bajo la decisión de un juez, porque este es el sistema y de eso
no podemos escaparnos. Sí podemos tratar de evitar que el llegar a juicio se convierta no en
el caso del shopping, que es un caso bastante benigno, sino que se convierta en el problema
de establecer si corresponde o no una sanción penal, es una cosa enteramente distinta y que
debería dejarlo para aquellos supuestos en donde todos, no algunos, coincidamos en que ha
habido un exceso que nada tiene que ver con criminalizar el conflicto, sino simplemente destruir bienes de un modo que todos encontramos injustificado.
Exposición del Dr. Carlos A. Tomada
Buenas tardes a todas y todos los que se han quedado.
Para mí no es solamente un gusto participar en este cierre y en este debate que sé que ha sido importante, sino que es un motivo de verdadera satisfacción lo que ha ocurrido a partir de la organización de
esta Jornada. Por eso, quiero agradecer realmente a quienes han hecho este esfuerzo organizativo. Ha
significado algo inédito o por lo menos poco frecuente, que se encuentren quienes vienen del ámbito
del Poder Ejecutivo, quienes vienen del ámbito del Poder Judicial, quienes vienen de la Academia,
quienes vienen desde una mirada más propia del Derecho Laboral y quienes vienen de una mirada
más propia del Derecho Penal, que sabemos que son miradas diferentes y que pocas veces se encuentran para reflexionar sobre un tema que, según decía Luis Lozano, ha mostrado que hay bastante más
coincidencias de lo que en general se supone entre los aquí presentes.
Vengo a sumarme en una muy breve intervención, desde la mirada de quien antes de venir acá
estaba atendiendo un conflicto, ésto literalmente dicho. Estábamos interviniendo en el conflicto
del Sindicato de Prensa de Rosario, donde en una radio echaron a veinticinco trabajadores y los
trabajadores en huelga recibieron la solidaridad de los trabajadores del Diario La Capital, que es
el diario más importante de Rosario y cuyos titulares son también los titulares de las radios. Esto
generó un conflicto que ha venido escalando y hemos decidido tomar intervención.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 73
Y acá aparece entonces una primera reflexión que yo quisiera transmitir, que es que el conflicto, tal cual recordaba Luis Lozano y, en todo caso, me alegro enormemente de que él recordara
mi criterio de hace ya más de veinte años, porque siempre he creído eso y hemos pasado momentos en los que era difícil plantear esta idea de que, al conflicto no se lo debe estigmatizar,
porque el conflicto no es un hecho patológico de la sociedad. Al conflicto se lo gestiona, se lo
administra, se le buscan soluciones alternativas, se apuesta a recuperar equilibrios, a usar toda
la creatividad y la racionalidad que la administración del conflicto social o laboral exige.
¿A quienes exige? Exige a los que tenemos responsabilidad, precisamente, en esa administración, que son tanto los que están en el Poder Judicial como quienes estamos en la gestión
cotidiana. Por eso me apena ver cuando algunos que están en la gestión de la cosa pública
plantean visiones tan reduccionistas de lo que es el conflicto.
En definitiva, la cuestión del conflicto reconoce en los tiempos modernos una larga historia,
y exige compatibilizar lo que fueron los derechos individuales, la primacía de los derechos
individuales, propios del siglo XIX, con la aparición de los nuevos derechos, propios del Estado
Social del siglo XX. La compatibilización de estos dos derechos es todo un desafío muy propio
del siglo XXI y muy propio de la Argentina.
Y precisamente de lo que se trata, y aunque seguramente no vamos a encontrar la respuesta
en éste ni en otros seminarios, pero sí nos va a ayudar mucho, es de hablar, discutir, reflexionar,
repensar, lo que significa la administración del conflicto en el siglo XXI. Porque además esto
se ha complejizado mucho más con la aparición de una heterogeneidad de sujetos sociales
que parecen haber roto lo que era cierta homogeneidad de los actores sociales a los que estábamos cómodamente acostumbrados, y me estoy refiriendo a esas lejanísimas épocas que
recordaba Luis Lozano, donde los actores eran claramente los del conflicto laboral que a su
vez era una expresión sustantiva del conflicto social, que eran sindicatos y empresarios.
Hoy está claro que los sujetos sociales son mucho más que eso, por eso me parece que esta
difícil compatibilización de los derechos del siglo XIX con los del siglo XX y esta heterogeneidad de los sujetos, a su vez, nos exige alejarnos un poco de esa mirada simplificadora que nos
remite siempre al Orden Público.
Creo que adhiriendo a todas las expresiones de Luis Lozano, que es el único que he podido
escuchar en esta Jornada y, la verdad, es que lamento haberme perdido todas las otras
exposiciones es, esta idea de la administración del conflicto que nunca se significa ni está
presente y ojalá fuera siempre posible articular el ejercicio de derechos dentro de límites
74 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
precisos. A Alvaro Ruiz como Subsecretario de relaciones Laborales también le gustaría que
fuera así, esto de que los derechos de uno terminan donde empiezan los del otro, pero sería
un mundo ideal que no existe.
El mundo real tiene poco de esto, tiene sí de superposición de esferas de derechos individuales, de derechos colectivos y de derechos colectivos entre sí. Hoy esto es un dato de todos los
días en el cual creo que hay que tener posición, y creo que estas reflexiones que hoy plantean
“remedios mágicos” a través de legislaciones que vienen a suprimir el conflicto, me parece que
cometen gruesos errores, por decir lo menos. Porque resulta que a poco que avancemos en el
desarrollo del conflicto como algo patológico en una sociedad, lo que inmediatamente viene
después es la pretensión de suprimir el conflicto.
Si el conflicto no es algo extraño al funcionamiento de una sociedad plural, libre, democrática,
como la que la Argentina viene construyendo y seguirá construyendo, la idea del conflicto
como hecho patológico es, yo diría, por lo menos repugnante, porque implicaría la necesidad
de exterminar el conflicto y la Argentina tiene ya una lamentable experiencia de lo que significó “exterminar” el conflicto. Detrás de los años negros de la dictadura estuvo esa concepción
sobre qué es y cómo se trata el conflicto social y laboral. Para decirlo más claro, la respuesta
que dio la dictadura genocida fue una respuesta a cómo se trata el conflicto social y laboral
desde esa anacrónica perspectiva que aquí criticamos.
No quiero exacerbar esto ni extremar su análisis dramáticamente, digo qué es lo que está atrás
cuando alguien, y quiero ser generoso pensando que ha sido un exabrupto o un error más
de los tantos a los que nos tiene acostumbrados, cuando plantea que: “bueno, vamos a sacar
una ley porque sino, qué querés que hagamos, no los podemos matar a todos”. Pero lo que en
realidad está planteando, crudamente, es una de las alternativas para abordar el conflicto, y de
eso se trata, de ver si verdaderamente apelar a la mera represión o a la pura estigmatización de
la protesta social, es realmente “administrar” el conflicto.
En esto quiero ser muy claro, porque a veces por no ser claros o por recurrir a ambigüedades excesivas, dejamos pasar por alto estas cosas y empiezan a convertirse en una suerte
de sentido común que, bastante reaccionariamente en el sentido literario de la palabra,
ha crecido en nuestro país. Que es esta idea de la necesidad de reprimir el conflicto, de
exterminar el conflicto. Y en este punto una disgresión: cuando estoy hablando de esta
manera digo que “al conflicto hay que dejarlo que madure”, que se exprese, que decante, no estoy poniéndome en una postura, digamos prescindente, en términos de “bueno,
esto no es un problema del Estado”, sino todo lo contrario, propiciando una interpretación
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 75
serena y racional que es la que debe primar en una sociedad plural, democrática y que
reconoce la diversidad sin mengua de la igualdad.
Para mi, y no podría ser de otra manera, el Estado debe intervenir en la administración del conflicto, y nosotros, por hablar del Ministerio de Trabajo en temas de su competencia, nosotros
creemos que tiene que haber una actitud proactiva del Estado en la intervención del conflicto
social y laboral, en su prevención, en su administración, en la consideración de intereses, en la
búsqueda de soluciones compartidas.
Y esto no es creer en un mundo mágico, esto lo hemos hecho todos los días durante casi siete años,
y lo vamos a seguir haciendo, porque creemos que así se procesan los conflictos en una sociedad. Teniendo claro, que frente al conflicto social y laboral tampoco se puede ser neutro. Hay desequilibrios,
hay que tener en claro cuales son las partes del conflicto y también la situación relativa de las partes
en el conflicto, y por eso uno no es neutral. No es cierto que podamos ser neutrales frente al conflicto;
podemos ser equilibrados, podemos buscar soluciones equilibradas, pero no neutralidad, sobre todo
frente al conflicto social y laboral, y en el respectivo contexto político y económico. De eso se trata.
Yo simplemente quería rescatar esta idea, que a mi me importa mucho, sobre la necesidad de
rechazar la idea del conflicto como algo externo, ajeno al funcionamiento de las sociedades
democráticas; y, en segundo término, fortalecer y rescatar el rol importante, porque no buscaría ponerle un adjetivo jerárquico, el rol fundamental que tiene la intervención del Estado en
la administración y gestión del conflicto social y laboral.
Para finalizar me gustaría dejar señalado que esta idea del equilibrio y compromiso en el rol
del Estado y su intervención se refiere a su competencia en la recuperada capacidad de arbitraje y mediación y excluye los intentos autoritarios a los que son proclives algunos gobiernos
que como respuesta al conflicto sólo atinan a buscar caminos que cercenan los derechos colectivos o limitan el ejercicio del derecho de huelga.
Es muy tarde y ya debemos ir cerrando esta actividad que ya lleva varias horas, pero quisiera agregar
que, lo que me ha sorprendido en la intervención de Masquelet, y la verdad es que lo envidio, cuando
dijo que él se va de acá con ideas claras, bueno no es poco, no es poco que haya quienes se van de acá
con ideas claras. En mi caso la pretensión es algo menor, me alcanza con que se hayan despertado
dudas e inquietudes en todos nosotros y algunas, aunque sean pocas, certezas en orden a la responsabilidad ineludible que nos cabe a todos aquellos que, como órganos de estado, debemos intervenir
en el conflicto articulando intereses diversos y promoviendo derechos, en especial de quienes tienen
mayores dificultades para ejercerlos con plenitud. Muchas gracias a todos.
76 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
A
Anexo
Anexo
jornad
Criterios Jurisprudenciales
relacionados con la temática
de la jornada
Anex
jornada
Indice
Fallos
n Causa N° 26.335 - SANDOVAL, Rodolfo Rubén y otros s/procesamiento e incompetencia –
...................................
81
.....................................
85
........................................................................................
89
CAMARA NACIONAL EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - Sala I - 25/10/2005.
n Causa N° 31.379 - FONTES RODRIGUEZ, Andrés A. s/sobreseimiento -
CAMARA NACIONAL EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - Sala I - 4/07/2007.
n Causa N° 69 – CISNEROS, Claudio Daniel s/infracción al art.158 del CP –
JUZGADO DE GARANTIAS N° 4, Mar del Plata. 5/11/2007.
n Causa N° 34.097 - JUAREZ, Juan Pablo y otro s/procesamiento (usurpación - turbación
de la posesión o tenencia - ocupación momentánea de comercio por conflicto gremial –
atipicidad) - CAMARA NACIONAL EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL Sala VI – 29/02/2008.
. ............................................................................................................................................................................................
93
n Causa N° 34.181 – ROSA, Vanesa y otros s/procesamiento -
CAMARA NACIONAL EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - Sala I - 27/07/2008. ......................................
96
n Causa N° 43.392 - RODRIGUEZ, Aníbal Fabián y otros (INDUGRAF S.A.)
s/infracción art. 181 inc. 1 C.P. – JUZGADO CONTRAVENCIONAL Y DE FALTAS
N° 14 G.C.A.B.A. – 13/05/2009. ..................................................................................................................................................................... 99
n Causa N° 43.392 - Incidente de apelación en autos RODRIGUEZ, Aníbal Fabián
y otros (INDUGRAF S.A.) s/infracción Art. 181 inc. 1 C.P. – CAMARA DE APELACIONES
EN LO PENAL, CONTRAVENCIONAL Y DE FALTAS - 4/09/2009................................................................................... 110
n Causa N° 40.373 - WALD, Julián; VARGAS, Malvina Patricia y otros s/infracción
art. 78 C.C. - CÁMARA DE APELACIONES EN LO PENAL, CONTRAVENCIONAL
Y DE FALTAS – 8/03/2010.. ................................................................................................................................................................................ 123
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 79
Buenos Aires, 25 de octubre de 2005.
Y VISTOS:
I) Llegan las presentes a conocimiento del Tribunal en virtud del recurso de apelación interpuesto
a fs. 390/395 por la defensa de los imputados Graciela Noemí Corbalán, Marta Beatriz Ayala, María
Antonia Pipero, Jerónimo Altschuller, José Luis Vaca, Carlos Alberto Chacoma, José Luis Gareca y
Rodolfo Rubén Sandoval contra el auto de fs. 376/388, en cuanto decretó el procesamiento de los
nombrados en orden al delito de intimidación pública (art. 211, CP) en carácter de coautores y, a
su vez, declaró parcialmente su incompetencia en razón de la materia respecto del delito descripto
en el art. 194 del CP.
En la alzada la parte apelante mantuvo la impugnación (fs. 404) y presentó memorial (fs. 407/417),
en tanto el señor fiscal no adhirió al recurso (fs. 402 vta.) y contestó la vista conferida en relación a
la competencia (fs. 405/6), quedando los autos en condiciones de ser resueltos.
II) La defensa se agravia porque no coincide con la valoración de prueba efectuada por el instructor, entendiendo que corresponde el sobreseimiento de sus pupilos por resultar atípica la conducta que se les atribuye. También propicia se revoque la incompetencia dispuesta en favor de la
justicia federal, por carecer de fundamentos.
Por su parte, el señor fiscal se pronunció en favor de mantener la competencia de este fuero, entendiendo que no se encontraba configurado el ilícito previsto por el art. 194 del CP.
III) Se atribuye a los imputados que el 25/9/03, alrededor de las 16.30 hs. ingresaron al subterráneo por las entradas “Carlos Pellegrini”, “9 de julio” y “Diagonal Norte”, llevando pancartas que los
identificaban como integrantes de diferentes grupos de “piqueteros” o trabajadores desocupados,
sumando entre 150 y 200 personas, muchos con el rostro cubierto y portando en sus manos palos
de aproximadamente 70 cm. de largo y, una vez en el interior de las estaciones, se colocaron frente
a las boleterías y molinetes de acceso a los andenes, formando cordones con palos a la vista en los
pasillos de conexión de las líneas, impidiendo la venta de pasajes y el acceso de usuarios a ese fin,
intimidando, de esa forma, tanto al público allí presente como a los empleados de la empresa, lo
que obligó a los responsables de “Metrovías S.A.” a tolerar el ingreso de pasajeros sin boleto. Los
nombrados habrían manifestado que su presencia en el lugar tenía por finalidad obtener puestos
de trabajo, en relación a las plazas laborales que se habrían de producir con motivo de la reducción
de la jornada laboral de los empleados que actualmente tiene la empresa. Fue recién a las 17.15 hs.
que se procedió a la aprehensión de quienes no depusieron su actitud, sin perjuicio de las intimaciones dirigidas para que desalojen el lugar, lo que muchos ya habían hecho (ver indagatorias de
fs. 329/31, 334/8, 344/9, 352/5 y 364/5).
IV) Ahora bien, analizada la prueba incorporada al legajo, el Tribunal entiende que los elementos
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 81
Anexo
Causa N° 26.335 - SANDOVAL, Rodolfo Rubén y otros s/procesamiento e incompetencia
– CAMARA NACIONAL EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - Sala I - 25/10/2005.
reunidos no justifican el agravamiento de la situación procesal de los encartados en los términos del art. 306 del C.P.P.N., y, sin que se advierta la posible incorporación de otras pruebas,
el asunto se encuentra en condiciones de ser resuelto en relación a la situación procesal de
Corbalán, Ayala, Pipero, Altschuller, Vaca, Chacoma, Gareca y Sandoval, o de cualquier otra que
pueda emerger del caso.
Así, la prueba reunida permite tener por acreditado que los imputados, en la oportunidad y lugar
antes indicados, se presentaron con el objeto de reclamar de la empresa Metrovías puestos de
trabajo, para lo cual fueron en un grupo conformado por alrededor de doscientas personas (de
acuerdo a la estimación policial), algunas provistas con palos y con sus rostros tapados, alterando el normal funcionamiento de la estación subterránea, deponiendo su actitud cuando se hizo
presente personal policial (acta de fs. 1/2, declaraciones testimoniales de Ernesto Velazco fs. 4/5,
de Jorge Marteau de fs. 8/9, de Daniel Gil de fs. 12, de Néstor Parodi de fs. 13, de Fabián Catalán de
fs. 31, de Julio Miño Sanchez de fs. 32, de César Orge de fs. 44, de Oscar Ruiz de fs. 45, de Héctor
Aranda de fs. 46, de Angel Atencio de fs. 47, de Carlos Kruk de fs. 48, Francisco Scandura de fs. 218/9,
actas de secuestro de fs. 11 y 29, fotos de fs. 18/28, informe pericial de fs. 36).
El reclamo por puestos de trabajo se enmarca, a su vez, en el conflicto sindical que el personal de
subterráneos viene manteniendo con los dueños de la empresa, en este caso, por la reducción
de la jornada laboral; a lo que se suma el hecho -mencionado por varios de los entrevistados ese
día de acuerdo a los videos obrantes en autos- de la decisión empresaria de incorporar máquinas
expendedoras de tickets de viaje, lo que restaría puestos de trabajo disponibles, lo que ubica la
cuestión en un típico conflicto de aquellos que se plantean en el mundo occidental en tiempos
posfordistas. Así, el reclamo planteado por los trabajadores desocupados, o piqueteros, que ese día
concurrieron allí, intentaba, sumándose al reclamo sindical, ejercer presión para que obtuvieran la
rebaja de horas laborables y la no incorporación de máquinas expendedoras de pasajes, por los
eventuales puestos de trabajo que ello generaría.
Debemos señalar que, reclamos de esta clase, por puestos de trabajo resultan atendibles y hasta
perfectamente legítimos viniendo de personas excluidas que pretenden ser incluidos en el sistema laboral. No se trata de un planteo a una empresa privada para exigirle que, bajo amenazas,
realicen entregas de productos, servicios o bienes en contra de su voluntad, o de la ocupación de
lugares despojando a sus dueños o alterando su derecho de propiedad. Se trata de pedir puestos
de trabajo por parte de aquellos que no lo tienen, en el marco de un reclamo sindical ya en marcha
por los propios trabajadores de la empresa “Metrovías”.
El problema viene dado, por un lado, por la manera en que fue instrumentado: presentación en
grupo numeroso con portación de elementos que pueden provocar intimidación, más allá del uso
que la defensa les asigna, como son los palos incautados y la ocultación del rostro que los coloca
en una posición de clandestinidad que por el reclamo que se hacía no requerían, y, por último, la
actitud de un grupo de ellos en no querer deponer su actitud hasta tanto se accediera a su peti-
82 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 83
Anexo
ción; afectando de esta forma si bien no el servicio de transporte, la posibilidad de expender
billetes de viaje.
La pregunta que debemos hacernos, como nos propone la defensa, es establecer si esa forma de
actuar, más allá de su disvalor al alterar el normal desenvolvimiento de la actividad, subsume en
algún tipo penal, porque lo que se puede ver en los videos recolectados, si no fuera por provenir de
quienes proviene, podría ser visto -como de hecho se lo hace frente a planteos similares de otros
gremios y asociaciones- dentro de reclamos que hacen al derecho constitucional de huelga para
exigir mejoras de la situación laboral, pero planteado por trabajadores desocupados se lo enfoca
de otra manera. En cierta medida, hasta se puede hablar de un derecho de huelga por exclusión,
siendo una cuestión siempre conflictiva establecer cuándo se mantiene dentro de canales legítimos y cuándo lo excede, donde los conceptos de huelga política o solidaria han reconocido caracterizaciones distintas en la doctrina del derecho del trabajo, así como la propia definición de qué
debemos entender por huelga. Por su parte, y aunque siempre pareciera encontrarse enmarcado
respecto de trabajadores, la posibilidad de que ciudadanos sin trabajo, desocupados, reclamen su
incorporación al mercado laboral fue abordado por la Cámara Civil de esta ciudad, en el importante precedente “Fundación Mujeres en Igualdad y otro c/ Freddo S.A.”, Sala H, rta. el 16/12/02 [Fallo
en extenso: el Dial - AA141B ]. La situación planteada en ese caso, por vía de amparo, si bien era otra
distinta por discriminación en razón del sexo del trabajador, demuestra que a través de prácticas y
acciones enmarcadas dentro de las reglas del Estado de derecho, los excluidos del mercado laboral
pueden reclamar su incorporación a él, por tratarse de un derecho constitucional al que se debe
dar una respuesta o intentar realizar un esfuerzo para que ello ocurra.
V) A nuestro criterio, el tipo penal seleccionado por el a quo es incorrecto, por exceder holgadamente su posible subsunción el caso en análisis. No se trata, como lo exige el art. 211 CP, de un
supuesto de intimidación pública, porque no se dieron voces de alarma, ni se amenazó con la
producción de delitos de peligro común o se emplearon medios materiales que se utilizan a ese
fin. Y ello surge con claridad de lo que se puede ver en los videos aportados. El reclamo que se
planteaba tenía por finalidad exigir la creación de nuevos puestos de trabajo en el marco de un
reclamo sindical ya en marcha.
Descartada esa subsunción, debemos preguntarnos si existe alguna otra que pueda alcanzar
la conducta imputada y la que se presenta como más próxima es la de la amenaza coactiva
del art. 149bis CP, pero a poco que lo analicemos veremos que tampoco puede ser subsumida
la conducta en él.
Sabido es que la amenaza coactiva, como conducta destinada a constreñir la libertad del sujeto
pasivo y, por ende, su obrar se encuentra guiada por un querer determinado del autor y exige
para su configuración, la enunciación de un mal ilegítimo y futuro, con idoneidad para poder amedrentar al sujeto afectado. En el caso no se advierte cuál sería el mal anunciado, porque ello no se
encuentra presente, limitándose el reclamo, exclusivamente, a la obtención de puestos de trabajo
que, insistimos, si hubiera sido desarrollado por trabajadores enmarcados en el derecho de huelga,
jamás sería visto como un delito, sino como el pleno y legítimo ejercicio de ese derecho, porque estos, cuando lo ejercitan, generalmente alteran las condiciones del servicio de que se trata, no sólo
restando colaboración a la empresa para la venta de pasajes sino, directamente, suspendiendo el
servicio. Si para aquel que tiene trabajo es visto de esa manera, también tiene que serlo para el que
lo reclama de la manera en que se lo hizo.
De los videos acompañados no surgen amenazas, sino reclamos por trabajo y, dentro de este marco, el impedimento real (no futuro o eventual) y transitorio de expender pasajes, intimación policial
mediante, comenzaron a desconcentrar el lugar permaneciendo, en actitud pasiva, un grupo pequeño de ellos que fueron los detenidos que registra este asunto al no retirarse del lugar.
VI) En relación a la incompetencia decretada por el magistrado instructor, la misma será revocada
en virtud del encuadre jurídico que se otorga en el considerando anterior a los hechos investigados, a lo que se deben agregar, para descartar la posible comisión de la figura del art. 194 del CP, los
argumentos expresados por el señor fiscal en su dictamen de fs. 405/6 que en honor a la brevedad
se dan por reproducidos y guardan relación con el análisis del caso planteado más arriba que se
encuentra bastante lejos de poder ser subsumido en la forma propuesta como para generar la
incompetencia planteada, máxime atento al resultado al que se arriba.
En mérito de los considerandos que anteceden, el Tribunal RESUELVE:
I- REVOCAR el auto de fs. 376/388 en cuanto decreta el procesamiento y traba embargo sobre los
bienes de Graciela Noemí Corbalán, Marta Beatriz Ayala, María Antonia Pipero, Jerónimo Altschuller, José Luis Vaca, Carlos Alberto Chacoma, José Luis Gareca y Rodolfo Rubén Sandóval en orden
al delito de intimidación pública, disponiendo su SOBRESEIMIENTO respecto de los hechos por los
que fueron indagados por no constituir delito, dejando a salvo el buen nombre y honor del que
gozaran (inc. 3º y última parte del art. 336, CPPN).II-REVOCAR el punto dispositivo XXVII del auto de fs. 376/388, de conformidad con lo dispuesto
precedentemente.
Notifíquese al señor fiscal de cámara, devuélvase y practíquense las notificaciones y comunicaciones de estilo en la instancia de origen y archívese.Sirva lo proveído de muy atenta nota de envío.
Fdo.: GUSTAVO A. BRUZZONE - ALFREDO BARBAROSCH - JORGE LUIS RIMONDI
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Buenos Aires, 4 de julio de 2007.
Y VISTOS:
Llega la presente causa a conocimiento del Tribunal debido al recurso de apelación deducido por
la parte querellante a fs. 233/235, contra el auto de fs. 227/230, por el cual se dispuso el sobreseimiento de Andrés Antonio Fontes Rodríguez, Leonardo Gabriel Gervasi, Julio César Silva Sosa, Abel
Inocencio Fernández y Néstor Segovia (art. 336, inc. 10, CPPN).
Mantenida la impugnación respectiva por la querella -fs. 249vta.- y habiendo expresado sus agravios a fs. 252/253, la Sala se encuentra en condiciones de resolver el asunto traído a estudio. En esta
instancia el Sr. fiscal general no adhirió al recurso de la recurrente (cfr. fs. 245).
I- La querella se agravia porque no coincide con la valoración de la prueba efectuada por el a quo,
entendiendo que corresponde agravar la situación procesal de los imputados en los términos del
art. 306, CPPP, por cuanto los elementos reunidos son suficientes para decretar el procesamiento
de éstos por el delito previsto y reprimido por el art. 194, del Código Penal.
II- Se atribuye a Andrés A. Fontes Rodríguez, Leonardo G. Gervasi, Julio C. Silva Sosa, Abel I. Fernández el suceso ocurrido el 6/12/04, entre las 15.00 y las 18.03 hs. aproximadamente, cuando en el
marco de un conflicto sindical con la empresa “Metrovías S.A.” habrían impedido la circulación de
sus formaciones correspondientes al servicio público de subterráneos de la línea C, ConstituciónRetiro, habiéndose ubicado sobre las vías en distintas partes del trayecto.
Asimismo se imputa a los tres últimos nombrados y a Néstor Segovia el hecho del 7/12/04, en el
horario de las 9.35 y las 10.00 hs. aproximadamente, quienes mediante el mismo modus operandi
habrían interrumpido el servicio de subterráneos de la misma línea descendiendo a las vías de la
estación Constitución.
III- Cabe resaltar que el magistrado instructor omitió en la parte dispositiva de la resolución cuestionada expedirse por cuál inciso del artículo 336, CPPN desvinculaba a los encausados del proceso,
no así en los considerandos que hizo mención al inciso 10 -en cuanto a la prescripción de la acción
penal- sin embargo se advierte que luego de haber efectuado una valoración de las constancias
reunidas, y de conformidad con las reglas de la sana crítica (art. 398, CPPN) el a quo entendió que
no se configuró el delito del art. 194 del Código Penal.
Pues bien, en esta instancia no es tema de discusión si la acción penal se halla prescripta respecto
de aquel ilícito, sino por el contrario lo que se debe determinar es si el accionar que pretende reprocharle la querella a los imputados subsume en algún tipo penal, y en su caso si es delito. Desde
ya adelantamos que no.
Sentado ello, y luego de analizar las actuaciones, entiende el Tribunal que la decisión recurrida
debe homologarse. Ello por cuanto no se vislumbra la responsabilidad de los encausados en el
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 85
Anexo
Causa N° 31.379 - FONTES RODRIGUEZ, Andrés A. s/sobreseimiento - CAMARA NACIONAL EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - Sala I - 4/07/2007.
hecho materia de investigación, por lo que ha sido correcta su desvinculación del proceso pero por
aplicación del inciso 30 del art. 336 CPPN.
Así, la prueba incorporada al legajo permite tener por acreditado que los imputados, entre el 6 y 7
de diciembre de 2004, en el lugar antes indicado, interrumpieron el servicio de subterráneos de la
línea C, Constitución-Retiro, cuando descendieron a las vías férreas en el marco de un conflicto gremial que mantenían con la empresa “Metrovías S.A.” por el cual exigían un aumento de sus salarios
(ver denuncia formulada por el Gerente del Control Interno y Seguridad de la citada firma, Ernesto
H. Velasco de fs. 1/2, y la ampliación de ésta hecha por Héctor R. Zunino de fs. 25/26, las copias de
las actas notariales de fs. 23/24, 28/29 y de fs. 30/31, las declaraciones testimoniales de Liliana B.
Pace de fs. 75, de Hugo Omar Espínola de fs. 76, de José O. Rodríguez Farías de fs. 79, de Alejandro
J. Dall’ Osto de fs. 85 y de Olegario Núñez de fs. 91, fotos de fs. 14/22 y de fs. 32/36).
Ese reclamo planteado por los imputados que, como delegados gremiales prestan servicio en la
empresa “Metrovías S.A.”, y que fuera canalizado a través de una huelga resulta legítimo, por cuanto
constituye un ejercicio regular de los derechos constitucionales consagrados en el art. 14 bis de la
ley fundamental y art. 8 inc. 10 apartado d) del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales incorporados por el art. 75, inc. 22 de la CN.
En este sentido, adviértase que de los testimonios citados surge que en el año 2003 comenzaron
los problemas gremiales entre los trabajadores y la empresa. Los episodios del 6 y 7 de diciembre
de 2004 fueron el desenlace de una situación muy tensa suscitada entre las partes debido a la exigencia de un aumento salarial por los obreros.
Nótese que la propia firma prestataria del servicio tenía conocimiento de la medida de fuerza
adoptada por aquéllos toda vez que convocó al personal jerárquico de ésta para que, mediante un
diagrama de emergencia que se organizó distintas formaciones -a pesar del paro de actividades
que estaban llevando a cabo los empleados- circulasen en algunas de las líneas de subtes.
Ahora bien, otro dato que merece tener en cuenta y que se suma a lo antes expuesto, es que el
personal policial el 6/12/04 constató en la estación Constitución que la línea C de subterráneos se
hallaba inactiva debido a que los trabajadores estaban efectuando un medida de protesta. Esto
era informado al público por medio de carteles de la empresa “Metrovías S.A.” que indicaban que
la línea estaba interrumpida, así como también se les comunicó a través del personal de seguridad privada de la “Compañía Metropolitana de Seguridad” que se hallaban ubicados detrás de los
molinetes que aquéllos estaban desarrollando un paro de actividades. Ello demuestra que no fue
sorpresiva la medida de fuerza laboral realizada por los imputados, sino que por el contrario se
adoptaron una serie de recaudos -por la propia empresa y por la compañía de seguridad- a fin de
que sepan los usuarios lo que estaba ocurriendo, y prueba de ello es que se les anunció que se preveía el reinicio del servicio a las 18.00 hs. (ver fs. 5/vta. y las copias de las actas notariales labradas de
fs. 23/24, 28/29 y 30/31). Además se estableció que las estaciones intermedias situadas en lo que
hace al recorrido del subte de la línea C estaban deshabitadas, y que en las zonas de las boleterías
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El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 87
Anexo
de cada una de éstas se había colocado un cartel que avisaba a los pasajeros la interrupción
del servicio.
Pues bien, esta Sala tuvo oportunidad de expedirse en un caso en el cual grupos de trabajadores
desocupados o “piqueteros” provistos con palos y con sus rostros cubiertos habían ingresado a las
estaciones de subtes “Carlos Pellegrini”, “9 de julio” y “Diagonal Norte”, y ubicados formando cordones frente a las boleterías y a los molinetes de acceso a los andenes exigieron puestos de trabajos,
lo que motivó a los responsables de “Metrovías S.A.” tolerar el ingreso de pasajeros sin boleto. Está
claro que este suceso difiere del presente, sin embargo nos permite una mejor comprensión de los
acontecimientos que aquí se investigan.
En aquella ocasión se dijo que el reclamo se sumó a un conflicto sindical existente que el personal
de subterráneos venía manteniendo con los dueños de la empresa. En este sentido, se sostuvo
que: ... “...reclamos de esta clase, por puestos de trabajo resultan atendibles y hasta perfectamente legítimos viniendo de personas excluidas que pretenden ser incluidos en el sistema laboral.”... “Se trata
de pedir puestos de trabajo por parte de aquellos que no lo tienen, en el marco de un reclamo sindical
ya en marcha por los propios trabajadores de la empresa “Metrovías”.” Además... “esa forma de actuar,
más allá de su disvalor al alterar el normal desenvolvimiento de la actividad,... podría ser visto...dentro
de reclamos que hacen al derecho constitucional de huelga para exigir mejoras de la situación laboral,
pero planteado por trabajadores desocupados se lo enfoca de otra manera. En cierta medida, hasta
se puede hablar de un derecho de huelga por exclusión...” (in re: causa n0 26.335, “Sandoval, Rodolfo
Rubén y otros”, rta. el 25/10/05).
En base a esas consideraciones se arribó a la conclusión de que si el reclamo lo hubieran desarrollado trabajadores -en aquellas condiciones-enmarcados en el derecho de huelga, su conducta no
constituye delito, porque el mismo lo fue en el pleno y legítimo ejercicio de ese derecho.
En virtud de lo expuesto, podemos afirmar que el accionar desplegado por los encausados en
este proceso no encuadra en figura penal cuando constituye un ejercicio legítimo de los derechos
constituciones consagrados en el art. 14 bis de la ley fundamental y art. 8 inc. 10 apartado d) del
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales incorporados por el art. 75, inc.
22 de la CN, quedando descartado el tipo penal del art. 194 del código penal, por lo que corresponde su desvinculación de este proceso de conformidad al art. 336, inc. 30, CPPN, máxime cuando los
trabajadores ejercitan ese derecho de huelga generalmente alteran las condiciones del servicio de
que se trata, como en este caso suspendiendo la circulación del transporte público.
Precisamente, ello es lo que habría ocurrido en este caso, toda vez que, de acuerdo a lo constatado
por los funcionarios policiales, los pasajeros ni siquiera ingresaban a los andenes, por informárseles
previamente que los trabajadores estaban en huelga.
Además, no se puede dejar de mencionar que la huelga efectuada por los enjuiciados fue conforme a las constancias de la causa en forma pacífica y en aras de reivindicar un derecho laboral.
Nótese que no hubo tumultos, ni desórdenes, como tampoco intimidación ni amenazas por parte
de los nombrados, ni se infundió temor a los empleadores de la empresa “Metrovías S.A.” y/o a los
restantes trabajadores, máxime cuando los testigos Liliana B. Pace, Hugo Omar Espínola, José O.
Rodríguez Farías, Alejandro J. Dall’ Osto, y Olegario Núñez, señalaron que es una modalidad de
los delegados y empleados que se “tiren” a las vías para impedir la salida de las formaciones a
fin de que la empresa atienda sus reclamos (cfr. fs. 75, 76, 79, 85 y 91, respectivamente).
Finalmente, otra circunstancia que merece destacarse es que no se aplicó ninguna sanción a
los imputados porque llevaron a cabo la medida de fuerza laboral, y que éstos depusieron su
actitud voluntariamente, sin que haya intervención policial, ya que a las 18.03 hs. del 6/12/04
se normalizó el servicio público de subterráneos, al igual que al día siguiente que fue en el
horario de las 10.01 hs. (ver copias de fs. 23/24 y fs. 30/31).
Por último, nuestro máximo Tribunal sostuvo que: “...sólo se excluye las sanciones penales a
la participación en las huelgas, en tanto sean pacíficas”... “si bien la participación pacífica en
una huelga no es punible, si puede serlo en cambio, mediando ley al respecto, cuando ella se
realiza con recurso a la violencia física” (C.S.J.N., Fallos: T 258: 267; 267: 452), hipótesis delictiva
que no se advierte en este caso.
Además también se dijo que: ... “la interpretación del derecho de huelga, a fin de no tornarlo
abstracto, debe articularse con la realidad social en la que se desarrolla, ya que, un esquema rígido
tornaría ilusorio el ejercicio de tal garantía, y en consecuencia inoperativa la clausula constitucional que lo contiene. Es que la incorporación del derecho de huelga en la Constitución deja en
salvo y no simplemente aniquila los demás derechos y garantías que la Ley Suprema asegura a
todos los habitantes del país. Recíprocamente, los demás derechos y garantías individuales deben
ser interpretados de manera que no hagan prácticamente ineficaz el derecho de huelga” (C.S.J.N.,
Fallos: T 242: 353).
Por las características del hecho por el cual se querella, las mismas serán por su orden, de
acuerdo a lo establecido en el art. 531, CPPN.
En consecuencia, el Tribunal RESUELVE:
CONFIRMAR la resolución de fs. 227/230, en cuanto han sido materia de recurso, imponiéndose las
costas por su orden (art. 531, CPPN).
Devuélvase y practíquense las comunicaciones correspondientes en la instancia de origen. Sirva lo
proveído de atenta nota.
88 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
En la ciudad de Mar del Plata, a los 5 días del mes de noviembre de 2007, siendo las 8.35 horas, comparecen ante el suscripto Juan Francisco Tapia, Juez de Garantías a cargo del Juzgado N° 4 de Mar
del Plata, el Dr. Juan Pablo Lódola en representación del Ministerio Público Fiscal, y los Dres. María Eugenia Romero y Juan Pablo Gelemur que asisten legalmente a CLAUDIO DANIEL CISNEROS,
quien se encuentra presente y resulta imputado en el marco de la causa n° 69 de trámite por ante el
Juzgado de Garantías N° 4, por Infracción al art. 158 del C.P, habiéndose designado la audiencia por
así pedirlo el Sr. fiscal a fs. 48. Otorgada la palabra al Sr. agente fiscal, formula requisitoria de citación
a juicio, relatando el hecho objeto del proceso, oralizando las constancias con las que considera
acreditada la materialidad delictiva y autoría del imputado, calificando la conducta de Cisneros
como constitutiva del delito de Infracción al art. 158 art. del Código Penal. Como solución alternativa ofrece la celebración de un acuerdo de juicio abreviado, estimando adecuada la imposición
de una pena de un mes de efectivo cumplimiento, con más la declaración de reincidencia, ello en
virtud de los antecedentes penales que registra el imputado, oportunamente informados (CP arts.
26 “a contrario”, 50; CPP 395 y ccdtes). Otorgada la palabra a la Defensa, la Dra. Romero manifiesta que no aceptará la solución alternativa propuesta por el representante del Ministerio Público.
Acto seguido, requiere el dictado de sobreseimiento de su defendido, por considerar que no se encuentra acreditado el tipo penal que se le enrostrara a Cisneros, oralizando las circunstancias que
fundamentan su petición. Habiendo sido escuchadas las partes, se transcriben los fundamentos
expuestos por el Juez de Garantías en la audiencia oralizada en la fecha: “El tema que nos convoca a esta audiencia es de absoluta actualidad y urgencia y, lamentablemente es factible que siga
motivando las reacciones del aparato estatal de persecución penal por mucho tiempo, al menos
hasta tanto se modifiquen las condiciones socioeconómicas que generan las protestas sociales
en la actividad pesquera de esta ciudad. Es por todos conocido que el conflicto pesquero en esta
ciudad estalló con toda intensidad en julio de este año, que son casi ocho mil (según información
de la Central de Trabajadores Argentina) los trabajadores que se encuentran en situación irregular,
en casi doscientos veinte cooperativas y que dejan de percibir sus ingresos habituales cuando, por
falta de pescado merma su trabajo. Se ha verificado que CISNEROS es empleado de la Cooperativa
de Pescado Emmanuel, desde hace aproximadamente dos años. Además, las crónicas periodísticas
indican que el jueves 11 de octubre de este año, luego de una asamblea realizada en el SOIP se
dispuso un paro de actividades por 48 horas.
Sólo a partir de este contexto es factible analizar la conducta desplegada por CISNEROS en la madrugada del 13 de octubre en la pesquera “Sueño del Mar”. Tengo para mí que las situaciones de
conflicto social exigen de los operadores judiciales, el máximo cuidado para evitar una criminalización de la pobreza y de la protesta. Es por eso que las autoridades deben ser extremadamente
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 89
Anexo
Causa N° 69 – CISNEROS, Claudio Daniel s/infracción al art.158 del C.P. – JUZGADO DE
GARANTÍAS N° 4, Mar del Plata. 5/11/2007
cuidadosas en la apelación a las regulaciones de “tiempo, modo y lugar”, para evitar socavar derechos que necesitan justamente la máxima protección. Y reparar en las circunstancias fácticas del
hecho que nos ocupa importa tener presentes algunos conceptos centrales de la acción colectiva
de todo movimiento social. El movimiento social cobra un marco de sentido al hacer visible una situación injusta e inaceptable, señalando a los responsables de ese estado de cosas y proponiendo
soluciones de cambio. En el plano concreto, esa tarea se lleva a cabo mediante acciones colectivas,
a través de un repertorio de acciones de protesta popular. Para movilizar a las personas la acción
colectiva se apoya en estructuras de movilización que no son más que las organizaciones permanentes donde las personas construyen sus relaciones con otros. Como señala Jerónimo PINEDO,
las condiciones de la protesta social “laten” en redes sociales que esperan el surgimiento de oportunidades para irrumpir en la escena pública (“Cinco notas sobre el conflicto, la protesta popular y la
criminalización de los movimientos de trabajadores desocupados”, pp. 329 en “La criminalización
de la protesta social”, Agrupación Hijos La Plata y Ediciones Grupo La Grieta N° 4 de la Serie Ensayo,
La Plata, Buenos Aires, 2003). En este contexto hay que valorar la conducta de CISNEROS. Tengo la
impresión de que ha sido a partir de los mecanismos de protesta entablados en los últimos meses
por los trabajadores de cooperativas portuarias que el tema se puesto en el tapete de la agenda
política. Es decir: los métodos convencionales de petición, del ejercicio de la libertad de expresión,
en ciertos niveles sociales encuentran graves dificultades para tornar audibles sus voces y llamar
la atención del poder político. Participo de la opinión que las eventuales conductas típicas que se
puedan ejecutar en el marco de un conflicto social, resultan conductas justificadas bajo ciertos
parámetros. Dentro de esos parámetros, es posible establecer pautas objetivas para determinar
en qué casos nos encontramos frente a una situación de extrema exclusión social. Como propone
GARGARELLA, un estándar objetivo tiene que ver con la definición, a nivel internacional, de una
línea por debajo de la cual podemos hablar de situaciones de extrema pobreza (Gargarella, Roberto “El derecho de resistencia en situaciones de carencia extrema”, pp. 34 en “El derecho a resistir el
derecho”, Miño y Dávila Editores, Madrid, 2005). En nuestro ámbito esos valores son denominados
por el INDEC como Línea de Pobreza de acuerdo a la canasta alimentaria y la canasta básica. Lamentablemente, en este proceso no se cuenta con un informe ambiental que brinde precisiones
sobre la remuneración que percibe CISNEROS y las condiciones sociales de su grupo familiar. Sin
embargo, las restantes constancias incorporadas al legajo, los datos de la realidad y las máximas
de la experiencia nos permiten inferir que CISNEROS se encuentra en una evidente situación de
exclusión social. Debo aclarar que no toda conducta típica llevada a cabo en un contexto de exclusión social debe estimarse justificada, sino tan sólo aquéllas que pretendan exclusivamente la
modificación de esa situación de exclusión social, es decir que pretendan revertir una situación
de extrema injusticia. Por otra parte, esa conducta tiene que resultar proporcional a los fines pretendidos: lesionar severamente a quién se niega a reconocerles un derecho, sería una conducta
injustificada. Pero además, aun en ese contexto permanecen vigentes deberes de humanidad,
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El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 91
Anexo
asociados con ideas de respeto y reciprocidad: no dejar pasar a una ambulancia que traslada a
un enfermo en un corte de ruta es una conducta injustificada. Bajo estas condiciones, estimo que
las conductas típicas que se ejecutan en un contexto de protesta social derivado de un reclamo
tendiente a revertir una situación de injusticia, se encuentran justificadas por la concurrencia de un
estado de necesidad (art. 34 inc. 3 CP). Sólo a partir de estas aclaraciones previas y de la ubicación
temporo - espacial de lo acontecido es factible juzgar el hecho atribuido a CISNEROS. El art. 158
CP establece sanciones para el obrero que ejerciere violencia sobre otro para compelerlo a tomar
parte una huelga o boicot. Ahora bien, la acción que describe el tipo objetivo es “ejercer violencia”. Como explica Edgardo Donna, ello implica llevar adelante o desplegar medios físicos sobre la
persona de la víctima. No ingresa en el tipo penal la fuerza ejercida sobre las cosas, como también
queda descartada la coacción moral o física (Donna Edgardo, “Derecho Penal. Parte Especial”, p.
388 Tomo IIA, Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2001). También Ricardo Nuñez participa de esta opinión:
expone el calificado autor cordobés que el art. 158 CP se ha apartado de los precedentes que también admitían como medio comisivo las amenazas (Nuñez, Ricardo “Tratado de Derecho Penal”, p.
142, Tomo V, 2da edición, Lerner, Córdoba, 1988) En consecuencia, no habiéndose verificado que
Claudio CISNEROS hubiere empleado violencia física sobre persona alguna, debe adoptarse un
temperamento desincriminatorio a su respecto, de conformidad con el art. 323 inc. 3° CPPBA. Para
concluir, estimo oportuno dos referencias doctrinales. La primera pertenece a Eugenio Zaffaroni,
al comentar la sentencia de la Cámara Nacional de Casación Penal en el caso de Marina Schiffrin.
Zaffaroni, quien sostiene que existe un supuesto de justificación por estado de necesidad cuando
la protesta que motiva la expresión pública que perturba el tránsito es determinada porque los
reclamantes se hallan en límites de pobreza con miseria, afirma que “negarles el derecho a causar
molestias o retrasos a quiénes están llamando la atención porque se están quedando sin fuentes de
trabajo necesarias para la subsistencia significa incurrir en una ponderación de males poco razonable,
porque sin duda los males que se quieren evitar son mucho mayores que los que causan. Frente a ello
no se puede reclamar el respeto a la ley por parte de los autores de la protesta, cuando la omisión del
Estado viola la ley y los coloca en situación de necesidad que no están obligados a tolerar” (Zaffaroni,
Eugenio “El derecho penal y la criminalización de la protesta social”, Lexis Nexis, Jurisprudencia Argentina, Buenos Aires, 13 de noviembre de 2002, JA 2002-IV, fascículo N° 7). La segunda referencia
pertenece a Roberto Gargarella, el publicista y académico que más ha profundizado el estudio
teórico de las situaciones de persecución penal de protestas sociales. Dice Gargarella: “la primera
función de los jueces es la de proteger a las minorías y especialmente a las minorías que critican a la
autoridad pública y más todavía, a aquellas que protestan por una violación de derechos básicos y aun
mas a aquellas que lo hacen a partir de una situación de serias dificultades expresivas (ej: debido a que
el grupo en cuestión padece carencias económicas que tornan muy difícil su acceso a los medios de
comunicación pública y su llegada efectiva a la dirigencia política y a la opinión pública” (Gargarella,
Roberto “El Derecho a la Protesta. El Primer Derecho”, p. 57, Buenos Aires, Ad-Hoc, 2007).-
Por los fundamentos expuestos RESUELVO: I) Disponer el sobreseimiento de Claudio Daniel Cisneros, de las demás condiciones personales obrantes en autos, en orden a la conducta que le fuera
imputada y resultara calificada como Compulsión a la huelga (art. 158 CP), por considerar que el
hecho atribuido al nombrado no constituye delito (art. 323 inc. 3 del CPPBA). II) Notifíquese, y firme
que sea archívese”. Puesto en conocimiento de las partes el decisorio recaído en autos, se dan por
notificados y consienten. Siendo las 9.00 hs. finalizó la audiencia, la que quedó íntegramente grabada en el sistema de audio, bajo el registro del disco N° 122.
92 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Buenos Aires, 29 de febrero de 2008.
Y VISTOS; Y CONSIDERANDO:
I.- Llegan las actuaciones a conocimiento del Tribunal en virtud de los recursos de apelación
interpuestos a fs. 94/97 y 98/101 por las defensas de Pablo Jesús Juárez y Juan Pablo Juárez
respectivamente, contra el auto de fs. 85/88vta. puntos I, II y IV, en los que se dispone el procesamiento de sus asistidos en orden al delito de usurpación previsto y reprimido por el art.
181 inciso 3° del C.P. y se traba embargo sobre sus bienes y/o dinero por la suma de ocho mil
pesos ($ 8.000).
II.- Se le imputa a Pablo Jesús Juárez y a Juan Pablo Juárez haber despojado, mediante el ejercicio de la violencia, los derechos posesorios que detentaban los titulares de la empresa Farmacity sobre el local comercial ubicado en la Avenida Corrientes 4647 de esta ciudad, el 13
de abril de 2007 siendo aproximadamente las 7.30 horas, ocasión en que junto con Matías
Repetti y un grupo indeterminado de personas, ingresaron al local en forma abrupta, aprovechando que había sido abierto por un empleado, siendo su objetivo lograr mayor poder de
negociación o exigir concesiones de índole laboral y/o gremial, manteniéndose en el interior
del comercio hasta las 13.00 horas del 14 de abril de 2007, oportunidad en la que, luego de
constantes intentos pacíficos realizados por parte de personal de la firma damnificada y de
la fuerza policial, debieron ser desalojados mediante el uso de la fuerza pública conforme lo
ordenado por el magistrado actuante.
III.- El juez Luis María Bunge Campos dijo:
Sentado ello, entiendo que el auto recurrido deberá ser revocado por los argumentos que
expondré a continuación.Contamos en autos con la declaración de Agustín Silboldi de fs. 1/2 representante legal de la firma
Farmacity S.A. -ver fs. 1/2-, cuyo relato da cuenta del hecho que fuera detallado en el punto II de la
presente, resultando conteste con lo expresado por Javier Horacio Embom, el Subcomisario José
Luis Camalli, Pablo Gabriel Sartan, Paula Andrea Sirera, Marcelo Daniel Scarcella, María Gabriela
Nieto, Natalia Soledad Pisano, Beatriz Susana Barbagallo, Dario Javier Capalbo, Federico Mariano
Morales, Fernanda Soledad Pavón, y Eric Maximiliano Pato (ver fs. 8/9, 14/vta., 46/vta., 47/48, 49/50,
58/vta., 59/vta., 60/vta., 61/vta., 62/vta., 63/vta., 64/vta. respectivamente).Las pruebas reunidas en la causa dan cuenta de que el hecho imputado aconteció en el marco
de un conflicto laboral existente entre la empresa Farmacity y sus empleados, protesta a la que
se sumaron actores sociales como la Federación Universitaria de Buenos Aires. Este debe ser el
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 93
Anexo
Causa N° 34.097 - JUAREZ, Juan Pablo y otro s/procesamiento (usurpación - turbación
de la posesión o tenencia - ocupación momentánea de comercio por conflicto gremial – atipicidad) - CAMARA NACIONAL EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - Sala VI –
29/02/2008.
punto de partida del análisis jurídico de esta conducta a los fines de verificar su tipicidad objetiva.
Se trata de una cuestión sumamente delicada y de gran repercusión social. Lo que debemos preguntarnos -tal como hizo la Sala I en la causa “Sandoval” [Fallo en extenso: elDial - AA2F2C] del 25
de octubre de 2005- es “si esta forma de actuar, mas allá de su disvalor al alterar el normal desenvolvimiento de la actividad, subsume en algún tipo penal”, o si se encuentra amparada por el derecho
constitucional de huelga para exigir mejoras en la situación laboral.
Esto nos llevaría a realizar el análisis en función de una colisión de derechos entre el derecho a disfrutar libremente de la posesión, por un lado, y el derecho de huelga por el otro.
Recordemos que la hipótesis del inc. 3° del art. 181 del C.P. -por la que el a quo dictó auto de
procesamiento- protege el disfrute de la posesión, castigando su mera “turbación”, no ya su
despojo, como lo hace el inciso 1° del mismo artículo. Esta acción de turbar la posesión es una
figura indudablemente menos dañosa socialmente “ya que una cosa es privar y otra, turbar”
(MOLINARIO, Alfredo, Los Delitos, actualizado por Eduardo Aguirre Obarrio, Buenos Aires, TEA,
1996, T III, p. 533). Por ello, señala el distinguido actualizador, la reforma de 1968 dispuso que
la turbación tuviera una escala penal inferior al despojo.
Desde el punto de vista mencionado, frente a la posible colisión de derechos señalada, no
cabe duda de la mayor jerarquía y entidad del derecho constitucional de huelga frente al derecho de disfrutar de la posesión, cuando nos encontramos ante una turbación temporal y
transitoria como la que es objeto de la presenta causa.
Respecto de la tipicidad, Soler es elocuente al definir el ámbito de prohibición de la norma
al decir: “Para que de usurpación pueda hablarse, es preciso que la violencia o la amenaza haya
turbado en alguna forma la pacífica posesión de un inmueble, ya sea haciendo retirar al poseedor
momentáneamente a lo menos, de una parte de su campo con la pretensión de que no le pertenece; pero sin invadir el campo, ya sea amenazando personalmente con ejecutar violencias, si el
poseedor larga hacienda a determinado potrero que se pretende no corresponderle en posesión a
la víctima”. (SOLER, Sebastián, Derecho Penal Argentino, Buenos Aires, TEA, 7ma. Reimpresión,
1976, T. IV, § 123 pp. 457/58).
No basta que se turbe la posesión pacífica de un inmueble mediante violencia o amenazas para
configurar el tipo penal; esta turbación, además, debe ser arbitraria, nuestro Código Civil en su
artículo 2469 dice que “La posesión, cualquiera sea su naturaleza, y la tenencia, no pueden ser
turbadas arbitrariamente (...)”. El principio de unidad del orden jurídico nos obliga a considerar este
elemento; en consecuencia, no cualquier turbación ingresa en el ámbito de la prohibición, sino
sólo aquellas que resulten arbitrarias. En consecuencia, cabe que nos preguntemos si la turbación
realizada en el marco de una protesta de tipo social es “arbitraria” o no.
Una turbación momentánea del disfrute de la posesión, ocasionada por un conflicto gremial,
entre la empresa y sus empleados, no resulta “arbitraria” y por ende, excede el ámbito de protección de la norma.
94 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 95
Anexo
En consecuencia, la conducta atribuida deviene atípica objetivamente, así como subjetivamente, ya que la intención de los autores no era directamente afectar el bien jurídico protegido por la norma (el derecho de propiedad), sino efectuar un reclamo enmarcado dentro del
derecho de huelga, de rango constitucional (art. 14 bis de la CN).
Una de las funciones esenciales del Poder Judicial es el poner coto a la ampliación exagerada
de los ámbitos de prohibición de las normas penales, en aras al cumplimiento de los mandatos constitucionales.
Por todo lo expuesto, entiendo que nos encontramos ante una conducta atípica, por lo que
corresponde dictar auto de sobreseimiento a favor de los imputados por aplicación del art.
336 inc. 3°. del CPP.
IV.- El juez Gustavo A. Bruzzone:
Adhiero al voto que antecede.
En consecuencia, el Tribunal RESUELVE: Revocar el auto de fs. 85/88vta. en todo cuanto fuera
materia de recurso y disponer el sobreseimiento de Juan Pablo Juárez y Pablo Jesús Juárez,
dejando expresa constancia que la formación de la presente en nada afecta el buen nombre y
honor del que gozaren (artículo 336, inciso 4°, del Código Procesal Penal de la Nación).
Se deja constancia que el Dr. Gustavo Bruzzone interviene en la presente en su condición de
juez subrogante de la vocalía N° 11 y que el Dr. Julio Marcelo Lucini no suscribe por hallarse
en uso de licencia.
Devuélvase y sirva lo proveído de muy atenta nota.
Fdo.: Dr. Gustavo A. Bruzzone - Dr. Luis María Bunge Campos
Causa N° 34.181 – ROSA, Vanesa y otros s/procesamiento - CAMARA NACIONAL EN LO
CRIMINAL Y CORRECCIONAL - Sala I - 27/07/2008.
Ahora bien, para una mayor comprensión de la cuestión, debe clarificarse que el conflicto se
suscitó luego de tomar conocimiento las personas que se encuentran procesadas en esta causa de la conclusión de la relación laboral, circunstancia que dio origen a la medida de fuerza
implementada por aquellos. Y es más, en cuanto intervino el Ministerio de Trabajo dictando la
conciliación obligatoria, los trabajadores depusieron su actitud y abandonaron las instalaciones sin controversia alguna.
Esto refleja claramente que nos encontramos en presencia de un conflicto de tinte netamente laboral, en el que los empleados, al tomar conocimiento de un despido -que en principio podría haber
resultado sorpresivo-, decidieron materializar la medida de fuerza a los fines de bregar por sus derechos, esto es, ni más ni menos, que el derecho al trabajo consagrado en nuestra Constitución Nacional (art. 14), que, precisamente, se vio reflejada por medio de la toma pacífica de ciertas oficinas.
Es evidente que para concretar una medida de fuerza debe ejercerse cierta resistencia para
que aquélla pueda cumplir su cometido. Al utilizarse la terminología ‘pacífica’, lo que se pretende sostener es que en el caso de autos los empleados permanecieron en la empresa hasta
tanto el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria sin desplegar violencia física,
mientras que por otros ilícitos se encuentran desvinculados definitivamente del proceso.
En cierta medida, podríamos hablar de un derecho de huelga por exclusión, esto es, la posibilidad de que ciudadanos sin trabajo, reclamen su reinserción al mercado laboral. Esta cuestión
fue oportunamente abarcada por la Cámara Civil de esta ciudad en el precedente “Fundación
Mujeres en Igualdad y otro c/Freddo S.A.” (Sala H, rta. 16/12/02), en la que por vía de amparo
se reconoció que por medio de prácticas y acciones enmarcadas dentro de las reglas del Estado de Derecho, los excluidos del mercado laboral pueden reclamar su reincorporación, por
tratarse, precisamente, de un derecho constitucional.
”Esta sala también tuvo oportunidad de expedirse al respecto -en un caso en el que un grupo de
personas exigió puestos de trabajo, lo que motivó que los responsables de ‘Metrovías S.A.’ tolerasen
el ingreso de pasajeros sin abonar el correspondiente boleto-, el que si bien resulta claro que difiere del presente se sostuvo que “… reclamos de esta clase, por puestos de trabajo resultan atendibles y
hasta perfectamente legítimos viniendo de personas excluidas que pretenden ser incluidos en el sistema
laboral´... ‘Se trata de pedir puestos de trabajo por parte de aquellos que no lo tienen, en el marco de un
reclamo sindical ya en marcha por los propios trabajadores de la empresa ‘Metrovías’. Además ‘… esa
forma de actuar, más allá de su disvalor al alterar el normal desenvolvimiento de la actividad,… podría ser
visto...dentro de reclamos que hacen al derecho constitucional de huelga para exigir mejoras de la situación laboral, pero planteado por trabajadores desocupados se lo enfoca de otra manera...” (in re: causa n°
26.335, “Sandoval”, rta. el 25/10/05).
96 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 97
Anexo
En base a esas consideraciones se arribó a la conclusión de que si el reclamo lo hubieran desarrollado trabajadores -en aquellas condiciones- enmarcados en el derecho de huelga, su conducta no
constituye delito, porque el mismo lo fue en el pleno y legítimo ejercicio de ese derecho.
En efecto, y tal como también lo sostuvo esta Sala en otro precedente, el reclamo canalizado
a través de una huelga resulta legítimo, por cuanto constituye un ejercicio regular de los derechos constitucionales consagrados en el art. 14 bis de la CN y del art. 8, inc. 1° apartado d) del
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales incorporados por el art. 75,
inc. 22 de la CN (in re: “Fontes Rodríguez”, rta. 4/7/07).
Por otro lado, la Corte Suprema de Justicia sostuvo que “...sólo se excluye las sanciones penales
a la participación en las huelgas, en tanto sean pacíficas…; si bien la participación pacífica en una
huelga no es punible, si puede ser, mediando ley al respecto, cuando ella se realiza con recurso a la
violencia física...” (Fallos, T 258:267; 267:452), hipótesis que no se presenta en el caso de autos
y que se contrapone con el análisis jurisprudencial efectuado en la decisión recurrida para dar
sustento al procesamiento dictado. Remarcamos, no existieron episodios de violencia física.
Asimismo, corresponde concatenar la temática que se viene desarrollando con que “… la interpretación del derecho de huelga, a fin de no tornarlo abstracto, debe articularse con la realidad social en la que se desarrolla, ya que, un esquema rígido tornaría ilusorio el ejercicio de tal garantía,
y en consecuencia inoperativa la cláusula que lo contiene. Es que la incorporación del derecho de
huelga en la Constitución deja a salvo y no simplemente aniquila los demás derechos y garantías
que la ley suprema asegura a todos los habitantes del país. Recíprocamente, los demás derechos y
garantías individuales deben ser interpretados de manera que no hagan prácticamente ineficaz el
derecho de huelga...” (CSJN, Fallos T 242:353).
En igual dirección, se suma a lo expuesto la jurisprudencia dictada por la Sala VI de esta Cámara, también en un caso similar al presente ocurrido en las dependencias de la firma ‘Atento
Argentina S.A.’, en el que también se sostuvo la atipicidad denunciada en esos autos.
En dicha oportunidad, el citado tribunal sostuvo que “...en el presente caso, en relación a la toma
del establecimiento laboral, ante la colisión de derechos que surgen entre el derecho a disfrutar
libremente de la posesión (bien jurídico tutelado en el art. 181 del CP que castiga la mera turbación), por un lado y el derecho a huelga (estatuido en el art. 14 de la CN) por el otro, debe estarse,
aún de existir violencia o amenazas, en función del principio de unidad del orden jurídico, a lo
establecido en el art. 2469 del Código Civil, que prohíbe sólo la turbación arbitraria de la posesión o tenencia de un bien. Atendiendo a ello y considerando que la turbación realizada en el
marco de una protesta de tipo laboral, es un derecho reconocido en nuestra Carta Magna, no
resulta ser arbitraria, las conductas investigadas en la causa resulta ser atípicas. Ello es así, pues
exceden el ámbito de aplicación de la norma penal que debe ceder en aras del cumplimiento de
los mandatos constitucionales...” (in re: “Bavio”, rta. 23/6/08).
A su vez, lo expuesto puede entrelazarse con el derecho a la protesta tan debatido por estos
tiempos. Roberto Gargarella nos aporta un análisis interesante sobre la cuestión. En alusión
al fallo “Alais” dictado por la Sala III de la CNCP, en el que se siguieron los lineamientos oportunamente sentados en “Schifrin” (ver “La casación y los cortes de ruta”, comentario realizado
sobre la materia por Leonardo Filippini y Santiago López, publicado en Cuadernos de Doctrina
y Jurisprudencia Penal- Casación, T 3, Ad-Hoc, págs. 553/579), extraemos su reflexión:
“…Reiteradamente, los jueces del caso hacen referencia a los excesos y abusos que pueden cometerse en ejercicio de un derecho constitucional, y manifiestan que el derecho no tiene por qué tolerar dichos comportamientos... Indudablemente, si alguien comete un desmán durante una huelga
ese alguien puede hacerse acreedor de un reproche jurídico. Pero frente a tal circunstancia deben
hacerse al menos dos salvedades de importancia. Primero, el reproche jurídico no debe ser, necesariamente, un reproche penal… Segundo, dicho reproche puede hacerse manteniendo a la vez el
respeto y resguardo más absolutos hacia derechos como los de huelga, petición y protesta...” (“El
derecho a la protesta, El primer derecho”, Ad-Hoc, 2005, págs. 55/56).
De todo lo expuesto se extrae que la toma pacífica del edificio, en haras de reivindicar el derecho laboral, no encuadra en el tipo penal de usurpación (art. 181, CP) tal como subsumió la
Sra. juez los hechos materia de imputación. Véase que además del análisis constitucional relativo al derecho a huelga y a la protesta efectuado con antelación ha de sumarse que tampoco
se encuentran reunidos los elementos del tipo objetivo de la norma en danza.
Los trabajadores no ingresaron al lugar por medio violencia, amenazas, engaños, abuso de
confianza o clandestinidad; por el contrario, se presentaron a cumplir con sus tareas en el horario que les correspondía, siendo notificados en esa ocasión de sus despidos, permaneciendo
en el edificio en cuestión efectuando un reclamo de raigambre constitucional en forma pacífica hasta que, reiteramos, se dictó la conciliación obligatoria.
En consecuencia, y como corolario de lo expuesto es entonces que corresponde revocar la decisión impugnada y dictar el sobreseimiento de quienes resultaron imputados en aplicación al
art. 336, inc. 3° del CPPN, lo que torna abstracto el tratamiento del embargo decreto.
98 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Buenos Aires, 13 de mayo de 2009.
Y VISTOS:
Estos autos caratulados “RODRIGUEZ, ANIBAL FABIAN Y OTROS s/ infr. art(s). 181 inc. 1”, expediente N° 43.392/08, que se corresponde a la causa N° 108(D)/08, del registro de la Secretaría
Unica de este Juzgado Penal, Contravencional y de Faltas N° 14.
Y RESULTANDO:
1) HECHOS.
I- Como quedara consignado en las resoluciones de fs. 56/57 vta. 166/ 7 y, la presente investigación
se dirige a determinar el hecho acaecido el día diez de diciembre de 2008, y que fuera provisoriamente calificado por la Sra. fiscal como constitutivo del delito previsto en el art. 181 del CP.
Así, de conformidad con el decreto de determinación de los hechos efectuado en los términos del
art. 92 del CCP, Jorge Luis Martínez, vicepresidente de la firma “Indugraf S.A.” tras haber recibido
en esa fecha una señal de alarma en su teléfono celular, se acerco acompañado de otras personas
hasta la finca sita en la calle Sánchez de Loria 2251 de esta ciudad -propiedad de la mentada Sociedad-, pudiendo observar que las luces internas del inmueble estaban encendidas y que su puerta
principar de ingreso había sido violentada con una palanca (conf. fs. 30).
Cabe recordar aquí que estas actuaciones tuvieron formal inicio a través de la denuncia incoada
por el Sr. Juan Carlos Martínez ante la Unidad de Orientación y Denuncia del Ministerio Público
Fiscal el día once de diciembre de 2008. Allí, el nombrado dijo ser presidente de “lndugraf S.A.”,
persona jurídica que es la titular del dominio de los dos inmuebles que conforman la planta de
artes gráficas que funciona en la calle Sánchez de Loria 2251 de esta ciudad. Respecto del conflicto
traído a conocimiento, explicó que “desde el día 24 de noviembre del corriente año, la planta permanece cerrada, con suspensión de tareas laborales, ocasionando ello un conflicto legal. Esta situación
fue puesta en conocimiento de todo el personal, a través de carta documento, haciéndoles saber que la
planta suspendía la actividad de manera provisoria y el consecuente despido de todo el personal (tanto
administrativo como operario). Desde aquel momento, (...) se le prohibió a todo el personal, el ingreso a
la mencionada planta... pocos días después del cierre, se instaló un grupo de manifestantes en la vereda
de la planta reclamando el puesto laboral… desde el día del cierre la planta se encontraba totalmente
cerrada, totalmente vacía de personal, sin personal de seguridad” (fs. 26 vta.).
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 99
Anexo
Causa N° 43.392 - RODRIGUEZ, Aníbal Fabián y otros (INDUGRAF S.A.) s/ Infracción art.
181 inc. 1 C.P. – JUZGADO PENAL, CONTRAVENCIONAL Y DE FALTAS N° 14 G.C.A.B.A.13/05/2009.
Asimismo, luego de precisar las circunstancias de hecho sobre las cuatro o cinco cerraduras, que
habían sido cambiadas el día 24 de noviembre último y por las que se habían repartido llaves exclusivamente entre los miembros del directorio de la sociedad anónima. En razón de todo elIo,
especuló que los actuales ocupantes de la planta serian “Ios manifestantes gremiales” (fs. 26 vta.) y
solicitó la inmediata restitución del inmuebIe.
II- Con fecha 19 de diciembre de 2008 se llevó a cabo el allanamiento sobre la finca de mentas, por
orden de la suscripta. a los fines de identificar a los ocupantes, inventariar los bienes allí dispuestos e incautar, a todo evento, cualquier elemento de interés para la causa. Tal como se desprende
del acta de fs. 85/6 y de las declaraciones testimoniales del inspector Mauricio Lizarraga, Gabriel
Adolfo Fertele y de Pablo Matías Basso (fs. 81/2 y 87/8), en esa oportunidad se logró identificar un
total de 7 ocupantes, quienes manifestaron ser empleados de la imprenta. siendo cada uno de
ellos: Aníbal Fabián Rodríguez, DNI 20.520.251, Oscar Edgardo Romero, DNI 18.241.779, Alberto
Leonides Subelza DNI 13.200.757, José Paulo Nieva, DNI 12.515.349, Noemí Romina Tejeda DNI
26.917.748, Erika Luisa Zarlenga DNI 28.617.748 y Andrea Soledad Rossi, DNI 28.174.328. Una vez
finalizada la medida, la Dra. Miranda dispuso que las personas que se habían ido no podían volver
a ingresar y mantuvo la consigna policial oportunamente impuesta.
En cuanto al inventario, la oficial de Justicia, María Lucía Mirande hizo saber a fs. 89/90 que dentro
de la finca había máquinas impresoras de distintos modelos, guillotinas, dobladoras, una abrochadora, empaquetadoras, entapadoras y varios paquetes de hojas y cartulinas, entre murtas otras
cosas. La funcionaria hizo saber, también, que le había resultado imposible realizar un inventario
con total exactitud.
Cabe mencionar que el día 7 de enero del corriente, eI damnificado manifestó que tenía noticias
que nuevos individuos habrían ingresado a la imprenta y se habían sumado al grupo de ocupantes.
Agregó que los mismos habrían retirado bienes, como planchas, libros y materiales varios que se
habrían estado comercializando en Parque de los Patricios. Informó también que los usurpadores
habrían estado planificando e informando públicamente su intención de transformar a la empresa,
por la fuerza, en una especie de “cooperativa de autogestión”. Finalmente, indicó que varios de sus
clientes lo habían intimado a entregar mercadería, obligación que, por razones obvias, no podía
cumplir. En razón de todo ello solicitó nuevamente el inmediato desalojo de los ocupantes.
Ante la posible comisión de los delitos de hurto o robo, la Fiscalía dispuso lo extracción de testimonios y dio intervención a la Justicia Nacional en lo Criminal y Correccional (fs. 101). Según se
desprende del informe fs. 102/3, por ante el Juzgado de Instrucción N° 36 con delegación en la
Fiscalía de Instrucción N° 2 tramita el expediente n° 679/09 caratulado “Ocupantes el inmueble de
100 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Dicho sindicato se ha presentado también en estos autos, a través del Dr. Bustos Fierro, quien refirió que los trabajadores de lndugraf S.A., se encontraban permaneciendo pacíficamente en el
inmueble de marras con la sola finalidad de ejercitar una medida legítima de acción sindical contemplada en el art. 5 de la Ley 23.551 y con el objeto de que la empresa deje sin efecto los despidos
y cumpla con la reglamentación laboral vigente (ver fs. 269/274).
III- A fs. 110/3 el denunciante se presentó junto con su letrado, el Dr. Gustavo H. Bobbio y se constituyó formalmente en particular querellante. Solicitó nuevamente el desalojo e inmediato reintegro
de la finca e indicó que la usurpación de su inmueble le impedía llevar adelante actos comerciales
e industriales, de los cuales dependía el futuro de la empresa. Similares presentaciones con iguales
pedidos fueron realizadas los días 27/1/09 y 6/02/09 conforme surge de fs. 298/301 y 387.
Así las cosas, y a raíz de un pedido Fiscal, con fecha 21 de enero del corriente, se ordenó librar
una nueva orden de allanamiento contra el inmueble que habría sido usurpado a efectos de
que se procediera a la identificación de los ocupantes y se los notificara de su obligación de
comparecer en sede fiscal para estar a derecho. Tal como surge de las constancias de fs. 192/8
y de las declaraciones de Carlos Alberto Segarra, Mario O. Tejada Castañeda y de la medida
ordenada y se logró identificar y notificar a Io Sres. Hipólito Santos Cruz DM 23.983.600; Ariel
Alejandro Budiño, DNI 23.338.386; \/icente Ernesto Narvaez, DNI 17.126.379; Juan Carlos
Carrizo, DNI 8.059.686; Feliciano Faustino Churquina, DNI 22.020.051; Emilio Ramón Bogado,
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 101
Anexo
la calle Sánchez de Loria n° 2251 s/robo”. Como contrapartida, debo destacar lo manifestado a fs.
103 por Víctor Hugo Carballo y Vicente Narváez, ambos empleados de la firma damnificada. En dicha ocasión, expusieron los problemas socioeconómicos en los que estaban inmersos a raíz de un
presunto vaciamiento de la empresa lndugraf. Agregaron que habían realizado una denuncia en el
fuero penal-económico y que les adeudaban liquidaciones de haberes a los trabajadores. Refirieron asimismo que ante la Dirección de Relaciones Laborales del Ministerio de la Nación se encuentra en trámite un proceso de mediación, aunque aclararon que los responsables de la empresa no
habían concurrido a las diferentes audiencias. Al respecto, acompañaron copias de las constancias
a fs. 162/4. Al respecto, cabe mencionar que se encuentra corriendo por cuerda con el expediente
principal copia del Legajo n° 1310294 del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, del que
se desprende que con fecha 8 de octubre de 2008, la empresa denunciante promovió el inicio del
procedimiento preventivo de crisis previsto en la Ley Nacional N° 24.013. Consta además, la
realización de varias audiencias de mediación, en virtud de la denuncia formulada por el Sindicato Federación Agraria Bonaerense a raíz de los despidos de los trabajadores de la imprenta
y a falta de los pagos legalmente previstos.
DNI 92.950.178 y a la Sra. Andrea Soledad Rossi, DNI 28.174.328.
Según surge de fs. 240/263. con fecha 27 de enero la Sra. Fiscal ha intimado el hecho en los
términos del art. 161 del CPP a Ios Sres. Aníbal Fabián Rodríguez, DNI 20.520.251; Oscar Edgardo Romero, DNI 18.241.779; Alberto Leonides Subelza, DNI 13.200.757; José Pablo Nieva,
DNI 12.515.349; Feliciano Faustino Churquina, DNI 22.020.051; Emilio Ramón Boqado Dielma,
DNI 92.150.179; Ariel Alejandro Budiño, DNI 23.338.386; Hipólito Santa Cruz, DNI 23.983.386;
Vicente Ernesto Narváez, DNI 17.126.379; Juan Carlos Carrizo, DNI 8.059.686; y las Sras. Noemí
Romina Tejera, DNl 26.917.748 y Andrea SoIedad Rossi, DNI 28.174.328. En dicha ocasión, todos ellos, fueron asistidos técnicamente por la Dra. Ingrid Astrid Folchi (T° 39 F° 125), constituyendo domicilio en la calle Salta 143 de esta ciudad.
Debo resaltar a estas alturas de la reseña, que las personas intimadas por la Sra. fiscal resultan ser,
todas ellas sin excepción, antiguos empleados de la firma lndugraf S.A., teniendo el que menos de
5 años de antigüedad en la función y el que más de 22 años (cfr. ejemplificativamente el acta de
fs. 81/82). Este dato, a mi juicio no menor, será oportunamente valorado en los párrafos venideros
en razón de, al menos, dos principios fundamentales del Derecho Penal: el de “última ratio”’ y el de
“mínima intervención”, cuyos contenidos pueden consultarse, para mejor ilustración, en la más que
conocida obra “Derecho y Razón” de Luigi Ferrajoli (Ed. Trotta).
2) LANZAMIENTO - EXCEPCION ART. 195 inc. c – CONCILIACION.
A) Tal como se desprende de fs. 388/396, y a raíz del pedido de la querella que luce a fs. 387, el día 6
de febrero próximo pasado, la Sra Fiscal solicitó nuevamente se libre orden de allanamiento sobre
el inmueble de marras con el objeto de procurar el desalojo de los ocupantes y restituir el bien a
sus legítimos dueños.
Por el contrario, el día 9 de febrero del corriente, se presentaron los imputados Narváez y Rossi
solicitando la designación de la Dra. Claudia Ferrero (T° 78 F° 81 CPACF) como abogada defensora
y, con la asistencia letrada de la nombrada, interpusieron la excepción prevista en el Art. 195, inc.
C, del CPP, este es, por atipicidad manifiesta en la pretensión e inexistencia del hecho imputado (fs.
408/410). Una vez contestadas las pertinentes vistas se fijó la audiencia prevista en el Art. 197 del
CPP, para el día 19 de febrero del corriente (fs. 424).
Sin perjuicio de ello, el día 17 de febrero la Dra. Ferrero y letrado patrocinante de la querella, Dr.
Bobbio, solicitaron la suspensión de la audiencia en cuestión con el objeto de “discutir” con sus
representados la posibilidad de recurrir a las vías alternativas que prevé art. 204 del CPP (fs. 419).
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B) Así las cosas, vencido el término de la nueva vista, y cuando la causa estaba en estado de fijación
de la audiencia solicitada para discutir y resolver las excepciones, el día 16 de marzo se presentó el
Sr. Juan Carlos Martínez, y en su carácter de querellante informó que: “en el ámbito del Ministerio
de Trabajo de a Nación, venimos desarrollando junto a representantes de esa cartera y del Sindicato Gráfico, diversas reuniones tendientes a encontrar soluciones al conflicto que mantenemos con
quienes mantienen ocupada la empresa que posibilitarían concretar un desalojo voluntario” (vid.
fs. 475). Corridas que fueron las pertinentes nuevas vistas, que se juzgaron necesarias en atención
al relevante tenor de lo manifestado a aquel escrito, se presentó el Dr. Felipe Serra, en su carácter
de abogado defensor de los incusos Nievas, Carrizo, Churquina, Súbelas y Tejera, y ratificó lo manifestado por su contraparte (fs. 477/9), en punto a las incipientes tratativas conciliatorias. Es decir
que a esta altura, las partes involucradas en el conflicto que imbuye este objeto procesal estaban
nuevamente en tratativas para encontrar una mejor solución de carácter alternativo.
Paralelamente, y en virtud de una presentación por escrito de firma Editorial Sudamericana S.A., el
día 1 de abril se remitió el legajo a la Fiscalía interviniente, (conf. fs. 488), a sus efectos. Interin, con
fechas 7 y 8 de abril respectivamente, se presentaron en cabo distintas tratativas a fin de solucionar
el conflicto laboral (conf. Fs. 565/6). Ello, en sintonía con la presentación hecha el día 16 de marzo
a la que ya se hizo referencia.
En virtud de ello, y sin perjuicio de que no se contaba materialmente en la sede del Juzgado con el
legajo (en razón de que la Sra. fiscal debía tomar acción en función del pedimento de la Editorial
Sudamericana) la suscripta ordenó que, por Secretaría, se estableciera comunicación telefónica
con el Ministerio de Trabajo a fin de certificar lo manifestado por las partes. Ello fue cumplido el día
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 103
Anexo
Conforme se desprende de las constancias agregadas a fs. 431/433, con fecha 19 de diciembre se
llevó a cabo una audiencia de mediación de la que participaron los imputados Narváez y Rossi,
conjuntamente con su abogada codefensora, Dra. Claudia Ferrero, y los querellantes Juan Carlos y
Carlos Ramón Martínez asistidos por su letrado patrocinante Dr. Gustavo H. Bobbio, todo con la colaboración de la mediadora Susana Velásquez.. En tal acto procesal no se logró arribar a un acuerdo
conciliatorio (fs. 433). En tal estado de cosas, los imputados Aníbal Fabián Rodríguez y Ariel Alejandro Boudiño, se presentaron a fs. 436 y 437 respectivamente, dejando sin efecto la designación de
la Dra. Ingrid Astrid Folchi y designando como nueva abogada defensora a la Dra. Andrea Luciana
Forgueras (T° 91 F° 699). En virtud de lo solicitado por la mencionada letrada, con fecha 26 de febrero, el Dr. Bartumeu Romero, quien se encontraba subrogando a la suscripta, resolvió, con carácter
previo a resolver la excepción, correr nueva vista a todos los imputados, en los términos del art. 196
CPP. Es así que a fs. 463 y 470/3, las Dras. Folchi y Forgueras adhirieron a la presentación intentada
por su colega, la Dra. Ferrero, referida a la excepción manifiesta atipicidad.
14 de abril, oportunidad en la que el Dr. Alvaro Ruiz, en su carácter de Subsecretario de Relaciones
Laborales de la citada cartera, ratificó la información brindada por las partes y dijo que tanto los
Martínez como los empleados de la imprenta le habían manifestado plena voluntad de solucionar
el conflicto laboral (conf. Fs. 569), el que, como resulta obvio, reviste directa incidencia sobre esta
causa penal (Art. 91 inc. 4 y 204 CPP).
3) PEDIMENTO FISCAL.
Con fecha 17 de abril, la Sra. fiscal, en desconocimiento o con indiferencia a los hechos precedentemente relatados, remitió el legajo a esta sede con tres diferentes solicitudes, que para una mejor
lectura se detallan, por separado, a continuación:
a) ALLANAMIENTO - ART. 335 CPP — AUDIENCIA - ART. 197 CPP.
El Ministerio Fiscal, en una réplica argumental de sus presentaciones anteriores, lógica y debidamente actualizada, solicita el libramiento de una nueva orden de allanamiento, con el objeto de
procurar el desalojo de sus actuales ocupantes y la inmediata restitución del inmueble al Sr. Juan
Carlos Martínez, en su carácter de Presidente de Sociedad Indugraf S.A. (…).
A su vez, solicita se señale audiencia a fin de que se resuelva la excepción de manifiesto defecto en
la pretensión por atipicidad e inexistencia del hecho que oportunamente plantearan la defensa del
Sr. Narvaez y de la Sra. Rossi. (vid. /5 54019).
b) REQUERIMIENTO DE JUICIO-AUDIENCIA - ART. 210 CPP
La Sra. fiscal formula requerimiento de juicio respecto de Aníbal Fabián Rodríguez, Oscar Edgardo
Romero, Alberto Leonides Zubelza, José Pablo Nieva, Noemí Romina Tejeda, Erica Luisa Zarlenga y
Andrea Soledad Rossi y les atribuyó “el haber despojado en forma violenta en el período comprendido entre el día 10 de diciembre de 2008 y hasta la fecha al Sr. Juan Carlos Martínez –en su carácter
de presidente de la Sociedad denominada “Indugraf S.A.”- de la planta de artes gráficas sita en la
calle Sánchez de Loria 2251, de esta Ciudad.
Requirió juicio, asimismo, en derredor a Hipólito Santos Cruz, Ariel Alejandro Budiño, Vicente Erneste Narvaez, Juan Carlos Carrizo, Feliciano Faustino Churquina y Emilio Ramón Bogado Dielma
y les imputó “el haber despojado en forma violenta en el período comprendido entre el día 22 de enero
de 2009 y hasta la fecha al Sr. Juan Carlos Martínez -en su carácter de presidente de la Sociedad denominada ‘lndugraf S.A.”- de la planta de artes gráficas sita en la calle Sánchez de Loria 2251, de ésta
104 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
c) ALLANAMIENTO - ART. 108 CPP:
Por último, la Dra. Miranda solicita se libre orden de allanamiento sobre el inmueble sito en la calle
Sánchez de Loria 2251, de esta ciudad, “con el objeto de procurar el secuestro de la mercadería perteneciente a la editorial Sudamericana S.A. y proceder eventualmente ala devolución de la misma a sus
respectivos titulares como así también permitir el ingreso del personal de la empresa Distribuidora Sociedad Anónima (EDESUR S.A.) con el objeto de efectuar el corte del suministro eléctrico del inmueble”.
En relación al primero de los objetos dijo que la mercadería detallada por la editorial se encontraba en el inmueble conforme surgía de fs. 74/77 y que los dueños de la imprenta habían prestado
conformidad con la solicitud formulada a fs. 484/7. Agregó asimismo, que de no dar curso a dicha
petición, se podría acarrear la pérdida o el deterioro de dicho material. Luego, manifestó que la empresa Edesur había solicitado el auxilio de la fuerza pública a fin de ingresar al inmueble de mentas
con el objeto de cortar el servicio de energía eléctrica en virtud de la deuda que mantiene lndugraf
S.A. y de lo dispuesto en el reglamento de suministro de Energía Eléctrica. Agregó que personal
de la empresa se había hecho presente en la imprenta y se le había negado el ingreso. Consideró,
entonces, procedente el allanamiento a ese fin, “en aras de dar cumplimiento con lo establecido en
el respectivo reglamento y evitar no sólo la puesta en peligro de la seguridad de las personas que se
encuentran ocupando el predio y de terceros ajenos que puedan llegar a transitar por la zona sino también, por el perjuicio económico que el mantenimiento del mismo acarrea a la prestataria y al cliente.”
(conf. fs. 538/9). En virtud de que, al menos, dos de dichas presentaciones no se condecían, a la luz
de lo previsto en el art. 91 inc. 4 CPP, con lo que habían manifestado las partes en el expediente y
con lo informado en sede laboral (conf. fs. 475, 565/6 y 569), se dispuso actualizar el estado del trámite que se lleva a cabo en el ámbito de la Ministerio del Trabajo. Así las cosas, los días 23 y de abril
se entablaron sendas comunicaciones con el citado funcionario, quien hizo saber que las tratativas
para lograr la continuidad de la actividad de la imprenta seguían adelante con voluntad de todas
las partes involucradas. Cabe mencionar.
Y CONSIDERANDO;
1. PROCESIBILIDAD DEL ALLANAMIENTO ART. 335 CPP - FIJACION DE AUDIENCIA Art.
197 CPP.
Puesta a resolver sobre el primer pedimento fiscal, y me refiero a la orden de allanamiento para
desalojar y restituir la fábrica sita en la calle Sánchez de Loria 2251, de esta ciudad, adelanto que no
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Anexo
Ciudad.” En ese sentido, ofreció la prueba que estimó conducente para el debate solicitó se fije
fecha par celebrar la audiencia prevista en el art. 210 CPP (cfr. fs. 550/61).
habré de hacer lugar a la medida impetrada y a continuación me explicaré.
En primer término, el Art. 335 CPP en su segundo párrafo dispone que “en los casos de usurpación
de inmuebles, en cualquier estado del proceso y aún dictado de auto de elevación a juicio, el/la fiscal o
el/la juez, a pedido del damnificado, podrá disponer provisionalmente el inmediato reintegro de la
posesión o tenencia del inmueble, cuando el derecho fuera verosímil (…)”
Con independencia de cuanto tiene dicho la suscripta respecto de la naturaleza que cabe asignar a la citada formulación legal, lo cierto es que resulta, a mi modo de ver, bastante evidente
que en este tipo de hechos (me refiero a las usurpaciones) el legislador local prefirió supeditar
la procedencia de la medida, con independencia de la titularidad en el ejercicio de la acción
penal, a quien resulte directo damnificado por el presunto delito, en atención a que así como
el Ministerio Público Fiscal es titular de la vindicta pública, así la víctima es titular del conflicto
que subyace a aquélla. De modo que sólo una clara, inequívoca y actual voluntad del pretenso
damnificado expresada en el sentido que exige la norma puede dar pie al pedimiento fiscal,
con base legal en el susomentado Art. 335.
Y lo cierto es que, a estar a la reseña del devenir que vienen tomando los acontecimientos, el
pedido que en febrero hicieran los querellantes ha perdido actualidad, a punto tal que proceder conforme lo pretendido, en soledad, por la Sra. fiscal en su presentación más reciente,
conspiraría de modo harto evidente con el éxito del proceso composicional que viene dándose, no sin esfuerzo, entre los Sres. Martínez y sus empleados de Indugraf (condición que éstos,
a todas luces, no han perdido aún) en desde del Ministerio de Trabajo de la Nación.
Tanto, que proceder el lanzamiento forzoso de éstos hoy, cuando desde el 16 de marzo no
hubo un nuevo pedido del damnificado al respecto, sería decididamente una medida temeraria, desconectada de la realidad de los hechos que enmarcan la causa, entre los que no resulta
un dato menor que los intimados por el delito de usurpación son empleados de amplia antigüedad en la empresa (algunos de ellos con más de diecisiete años de servicios), a la sazón los
mismos con los que los querellantes se encuentran en tratativas de solución del conflicto en el
Ministerio de trabajo, y que denuncian, a su vez, que se han violado derechos laborales. Todo
indica, en mi parecer, que semejante medida sería, a la luz de estos hechos “extra-penales”,
arbitraria por desproporcionada e infundada.
Por ende, aún cuando pretendiera apoyar la Sra. fiscal su solicitud en el primigenio pedido de restitución del inmueble que formulara la querella el día 6 de febrero próximo pasado (conf. Fs. 387),
ello implicaría desconocer en absoluto la presentación realizada con posterioridad, por el propio
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Afirmación ésta última, que resulta extensiva a la interposición de la excepción de manifiesta
atipicidad que antes del iterado 16 de marzo, interpusieron las defensas, máxime cuando en
rigor, dichos planteos pueden reeditarse en el futuro. Es por ello que a estas alturas, la celebración de la audiencia oportunamente solicitada, devino abstracta lo que así declaro.
En consecuencia, a este respecto, habré de pronunciarme negativamente.
II. REQUERIMIENTO DE JUICIO.
Tal como se relatara en el punto 2 B) de los resultandos, lo manifestado por la parte querellante fue formal y expresamente ratificado tanto por los trabajadores de la imprenta como
por el funcionario actuante en el ámbito del Ministerio del Trabajo de la Nación. De tal modo,
considerando que el derecho penal solo debe intervenir como última ratio en el sistema, es
decir cuando todas las otras instancias han fracasado (arts. 1, 18, 19 y 75, inc. 22 CN, arts. 10 y
13 CCABA), y contando con caminos procesales que se ajustan más adecuadamente a la actualidad por la que atraviesa el presente conflicto, y me refiero a lo establecido en el art. 204
CPP, no encuentra la suscripta el motivo que guió a la Sra. Fiscal para requerir de juicio la causa.
Podría, sin embargo, interpretarse que la intención subyacente a dicho requerimiento no fue
mas que la de dar cumplimiento al plazo previsto en el art. 104 CPP, por lo que a dichos fines se
lo tendrá presente, para la eventualidad de que el fracaso de las negociaciones encaminadas
conlleve el efecto de dar nuevo impulso a esta causa hacia la hipótesis del juicio oral.
Por último, adelanto que el allanamiento solicitado en virtud de las presentaciones realizadas
por las firmas Editorial Sudamericana S.A. y Edesur S.A., no podrá obtener favorable acogida.
Ello, por cuanto dicha petición resulta, a todas luces, ajena al objeto procesal de autos. Huelga
recordar que aquí sólo se discute la relevancia penal del hecho acaecido en la imprenta de
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 107
Anexo
presidente de la firma damnificada en donde se hizo saber que “en el ámbito del Ministerio de
Trabajo de la Nación, venimos desarrollando junto a representantes de esa cartera y del Sindicato
Gráfico, diversas reuniones tendientes a encontrar soluciones al conflicto que mantenemos con
quienes mantienen ocupada la empresa, que posibilitarían concretar un desalojo voluntario” (vid.
Fs. 475), y que fuera ratificada en sus sustancia por todas las defensas técnicas intervinientes,
a punto tal que en mi opinión resulta evidente que con dicha presentación el Sr. Juan Carlos
Martínez revocó tácitamente su anterior decisión, circunstancia lógica, si tenemos en cuenta
el trasfondo laboral y social existente en los presentes actuados y los propios fines de éste
proceso (conf. Art. 91 CPP).
propiedad de la firma Indugraf S.A. y que se subsumiría, prima facie en el art. 181 inc. 1 CP.
Debo destacar, en ese sentido, que ninguno de los dos objetos, en virtud de los cuales la Sra.
fiscal pide la autorización para allanar, se encuentran contemplados en el art. 108 de nuestro ordenamiento de rito. Dicha norma solo autoriza a disponer tal medida únicamente “si
hubieran motivos para presumir que en determinado lugar existen cosas pertinentes al hecho o
que allí puede efectuarse la aprehensión del/la imputado/a o de alguna persona requerida o fuere
necesario el ingreso para la aplicación de alguna medida precautoria (…)”. En efecto, tanto la
autorización para cortar el suministro eléctrico de la fábrica como el secuestro de mercadería
que sería propiedad de un cliente Indugraf S.A., no constituyen, en modo alguno, medidas
tendientes al avance de éste proceso, reitero de naturaleza penal, y es por ello que se habrá de
rechazar el allanamiento solicitado.
Sin perjuicio de ella, debo decir que resulta incomprensible la petición formulada por la Sra
Fiscal pues ni siquiera se han acreditado documentadamente en el expediente las constancias
que den cuenta de la deuda que convoca en la empresa Edesur S.A. Nótese que el pedido
formulado por la Sra Fiscal sólo se ha apoyado en un escrito presentado por la apoderada de
Edesur S.A. (Dra. Bossignon) a fs. 535/6, denunciando que Indugraf S.A. mantendría con dicha
empresa de servicios públicos una deuda de setenta y un mil pesos aproximadamente. Pero
no sólo no se acreditó aún mínimamente este extremo, sino que tampoco se dieron razones
por las cuales sería imprescindible el ingreso a la propiedad para cumplir con la medida. A la
luz del Art. 108 del CPP local, realmente no se advierte el fundamento del pedido.
Y menos aún se ha certificado formalmente el estado del trámite de la causa N° 4767/08 caratulada “Martínez, Juan Carlos e Indugraf S.A. s/ Quiebra fraudulenta” que tramita ante la Fiscalía Nacional de Instrucción N° 6 (conf. Fs. 106), cuyo objeto procesal permite colegir sin esfuerzo que la medida aquí solicitada, referida a sustraer del patrimonio de esas cosas muebles
actualmente existente en el interior de la finca de Indugraf S.A. una porción del mismo, para
ser entregado a un tercero, podría tener efecto de relevancia.
Nótese que los bienes que Editorial Sudamericana denuncia como propios no se encuentran
debidamente identificados aún, siendo, por su propia naturaleza, fungibles (resmas de papel),
extremo éste que obstaculiza la viabilidad del pedimento ante la escasez de medidas desplegadas para aclarar la situación.
Y además la legitimidad del título invocado por Editorial Sudamericana ratificado por lndugraf S.A. que le reconoce señorío sobre dichas resmas, se topa con el obstáculo de que las
108 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Por todo lo expuesto y a la luz de la normativa indicada, RESUELVO:
1. NO HACER LUGAR al pedido de libramiento de la orden de allanamiento solicitada por el
Ministerio Público Fiscal, a los fines de desalojar el inmueble sito en la calle Sánchez de Loria
2251, de esta ciudad, por no darse los requisitos previstos en el art. 335 CPP (conf. fs. 475).
II. TENER PRESENTE el requerimiento de juicio formulado por la Sra. fiscal en virtud de lo
dispuesto en el art. 104 CPP. (conf. fs. 475 y arts, 91, 204 CPP, y 1, 18, 19 y 75, inc. 22 CN, arts.
10 y 13 CCABA).lII. NO HACER LUGAR al pedido de libramiento de orden de allanamiento solicitada por el Ministerio Público Fiscal, a los fines de secuestrar mercadería que sería
propiedad de la Editorial Sudamericana SA. y de que la empresa EDESUR S.A. pueda cortar
el suministro eléctrico del inmueble citado, toda vez que resulta manifiestamente ajena al
objeto procesal de autos y por no reunirse los requisitos previstos en el art. 108 CPP.
El día y con habilitación de día y hora, y a las que se acompañará copia certificada de lo que
aquí resuelto. Fdo. Maria Gabriela López Iñiguez. Juez.
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Anexo
susodichas, cuya devolución aquí se reclama, son cosas muebles que estaban en posesión de
un tercero, y no del sedicente dueño. Este tercero, a la sazón lndugraf S.A., o mejor dicho sus
representantes, se encuentra justamente por este conflicto, denunciado ante la justicia penal
por una presunta quiebra fraudulenta cuya investigación tramite ante la Fiscalía Nacional de
Instrucción N° 6, causa penal cuya certificación, como se ha dicho, no se ha actualizado. Por
lo que resultaría ciertamente aventurado disponer aquí sin mayores recaudos dicha devolución, cuando existirían además varios juicios laborales iniciados ante la justicia del trabajo de
esta ciudad (cfr. fs. 272/273) en virtud de reclamos de créditos por remuneraciones debidas a
algunos trabajadores, respecto de los cuales la Ley de Quiebras estipula que dichos créditos
gozan de privilegio especial “... sobre las mercaderías, materias primas y maquinarias que siendo
de propiedad del concursado se encuentren en el establecimiento donde haya prestado servicios
o que sirvan para su explotación...” (art. 241 inc. 2 ley 24.522). A mayor abundar, y para concluir,
he de señalar que nada obsta para que Editorial Sudamericana replique o reedite esta petición ante la justicia nacional donde se investiga la presunta quiebra fraudulenta ya aludida,
por resultar dicho magistrado el que se encuentra en mejores condiciones para establecer las
consecuencias posibles que la devolución de las resmas acarrearía, aún cuando las entregasen
en carácter de depósito judicial para aquél objeto procesal.
Causa N° 43.392 - Incidente de apelación en autos RODRIGUEZ, Anibal Fabian y otros
(INDUGRAF S.A.) s/infracción Art. 181 inc. 1 C.P. – CAMARA DE APELACIONES EN LO PENAL, CONTRAVENCIONAL Y DE FALTAS - 4/09/2009
//la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los 4 días del mes de septiembre de 2009, se reúne la
Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Penal, Contravencional y de Faltas, a fin de expedirse
sobre las impugnaciones dirigidas contra la resolución dictada por la titular del Juzgado PCyF Nº 14
el 13/5/2009, interpuestas por el representante de la sociedad particular querellante –fs. 603/606- y
la Sra. Fiscal de Grado a fs. 607/615, de lo que
RESULTA:
I.- Se inicia el presente proceso a partir de la denuncia efectuada por el Sr. Juan Carlos Martínez, en
representación de la empresa Indugraf S.A., quien manifestó que el día 10/12/2008 ingresaron a la
planta sita en Sánchez de Loria 2251 de esta ciudad forzando las cerraduras, personas que podrían
ser manifestantes gremiales (fs. 26/27).
II.- Que luego de numerosos actos procesales (entre los que podemos mencionar: solicitudes de
restitución del inmueble, allanamiento, disposición de consigna policial, identificación de los ocupantes, declaración de los imputados en sede de fiscalía, constancias de las audiencias y mediación
llevada a cabo bajo la órbita del Ministerio del Trabajo) que dieron lugar a las correspondientes
resoluciones judiciales, en lo que aquí nos ocupa, el día 6/2/2009 el representante de la empresa
querellante reitera el pedido de desalojo del inmueble, lo que motivó que la Sra. Fiscal de Grado,
Dra. Elsa Isabel Miranda, efectúe una solicitud de allanamiento a fin de lograr el desalojo y restitución del inmueble en los términos del art. 335 CPP CABA.
III.- A fs. 408/411 se agrega un escrito del Sr. Narvaez quien opone excepción de manifiesto defecto
en la pretensión por atipicidad e inexistencia del hecho, la que es contestada por la titular de la
acción a fs. 416/419 y por la querella fs. 420/422 vta., propiciando su rechazo. Luego de lo cual, la
Juez a quo fijó audiencia en los términos del art. 197 CPP CABA para el día 19/2/2009, cuya prórroga solicitó el querellante a lo que hizo lugar la Sra. juez de grado fijando nueva fecha para el día
27/2/2009.
IV.- Que a fs. 431/vta. consta un escrito del representante legal de la parte querellante por el que
manifiesta que “antes de requerir la clausura de esta investigación preparatoria para el desarrollo del
juicio deseo agotar las alternativas que la ley ofrece tendientes a lograr una mejor solución al grave conflicto que estamos padeciendo … entiendo que puede ser útil requerir la intervención de un profesional
ajeno al problema … solicito a V.S. que formalmente arbitre el desarrollo de la instancia oficial de mediación…”. Audiencia que según surge de la presente fue llevada a cabo el 19/2/2009, no arribando
las partes a un acuerdo conciliatorio.
V.- Que a fs. 443/vta. los Sres. Budiño y Rodríguez designan nuevo defensor solicitando se
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Anexo
suspenda la audiencia, a lo que hizo lugar el Dr. Bartumeu Romero (fs. 444) disponiendo además correr vista a los restantes imputados para que se expidan acerca de la excepción incoada
(fs. 445/446). Excepción a la que se allanó la Dra. Forgueras, defensora de los Sres. Budiño y
Rodríguez (fs. 471/474 vta.).
VI.- Que a fs. 476 el representante legal de la querellante hace saber que en el ámbito del
Ministerio de Trabajo de la Nación se encuentran desarrollando reuniones tendientes a encontrar soluciones al conflicto que mantienen con quienes ocupan la empresa lo que confirman
los imputados solicitando se suspenda por el lapso de quince días hábiles la adopción de
medidas en la presente (fs. 479).
VII.- Que a fs. 485/488 se presenta el representante legal de Editorial Sudamericana S.A. solicitando
se disponga el secuestro de la mercadería de su propiedad que se encuentra en la empresa sita en
Sánchez de Loria 2251 de esta ciudad perteneciente a Indugraf S.A. A su turno, y a fs. 536/537, se
presenta la apoderada de EDESUR S.A. quien requiere el auxilio de la fuerza pública a efectos de
proceder al corte del suministro de energía eléctrica del inmueble de marras, atento el perjuicio
económico que sufre la empresa frente a la deuda que registra la empresa Indugraf S.A., medidas a
las que presta conformidad el querellante, de acuerdo a lo manifestado a fs. 538. Dichas presentaciones dan origen a la solicitud de allanamiento planteada por la titular de la acción a fs. 539/550.
VIII.- Que a fs. 551/562 se agrega el requerimiento de elevación a juicio y ofrecimiento de prueba
impetrado por la Sra. fiscal de primera instancia.
IX.- Que los días 7 y 8 de abril de 2008 los defensores de los imputados manifiestan que se han
abierto nuevamente negociaciones en el ámbito del Ministerio de Trabajo por lo que solicitan se
suspendan los términos de la presente. Tal circunstancia es constatada por el actuario quien hizo
saber que fue informado por el subsecretario de relaciones laborales respecto a que se estaban
llevando a cabo tratativas a fin de solucionar el conflicto suscitado, gestionando distintos subsidios
y créditos a fin de asegurar la continuidad de la empresa (fs. 570). Ello así, y según se desprende
de la presente, el 23/4/2009 el secretario del juzgado da cuenta de una nueva comunicación con
el Subsecretario de Relaciones Laborales, informando que continuaban las tratativas y que habían
obtenido un subsidio para que la patronal pudiese abonar los salarios atrasados y estaban por llegar a acuerdos con tres firmas para realizar la folletería, siendo inminente un acuerdo definitivo (fs.
574). A fs. 576 se agrega una nueva constancia que informa respecto de otra comunicación con el
representante del Ministerio de Trabajo, y da cuenta de que se había reunido personalmente con
las partes y que estaban próximas a cerrar un contrato de alquiler entre los dueños de la empresa y
la cooperativa de empleados que se iba a hacer cargo de la actividad temporalmente.
X.- Que a fs. 578/579 y 584 constan las solicitudes de pronto despacho efectuadas por la titular de
la acción y el representante de Editorial Sudamericana S.A., respectivamente.
XI.- Que a fs. 586 se agrega un escrito de fecha 12/5/2009 remitido por el representante del Ministerio de Trabajo quien manifestó que en razón de las circunstancias explicadas considera que las
partes están en un camino viable para hallar una solución que implique la continuidad productiva
de la empresa y el desalojo voluntario del establecimiento por parte de los trabajadores, en vías de
resolver el conflicto originario.
XII.- Que el 13/5/2009 la Sra. juez de grado resuelve, a partir de los planteos de las partes, I.- No
hacer lugar al pedido de libramiento de la orden de allanamiento solicitada por el Ministerio Público Fiscal a los fines de desalojar el inmueble de la calle Sánchez de Loria 2251 de esta ciudad,
II.- Tener presente el requerimiento de juicio formulado por la titular de la acción; III.- No hacer lugar
al pedido de libramiento de orden de allanamiento solicitada por el Ministerio Público Fiscal a los
fines de secuestrar mercadería que sería propiedad de Editorial Sudamericana S.A. y a fin de que
la empresa EDESUR S.A. pueda cortar el suministro eléctrico del inmueble, por ser ajenas al objeto
procesal de autos y no reunirse los requisitos previstos en el art. 108 CPP.
XIII.- Que a fs. 603/606 vta. se agrega el recurso de apelación interpuesto por el representante legal
de la empresa querellante contra el decisorio ut supra reseñado solicitando su revocación. Al respecto, señala que el resolutorio resulta arbitrario al no aplicar la ley penal y procesal penal vigente,
tolerando que un delito ya consumado prolongue sus efectos perjudiciales en el tiempo e intentar
justificar su tolerancia e inacción frente a un delito consumado atribuyendo a su parte una revocación tácita de los pedidos de desalojo. Asimismo, señala que la Judicante ha creado una condición
suspensiva del avance del proceso no prevista en la legislación. A mayor abundamiento, aclara que
si su parte no reiteró la solicitud de desalojo fue porque se encontraba en espera de la fijación de la
audiencia prevista en el art. 197 CPP CABA para el tratamiento de la excepción de falta de acción.
Finalmente, hace reserva del caso federal por encontrarse en juego cuestiones vinculadas con los
derechos de defensa en juicio, propiedad y debido proceso legal.
XIV.- Que a fs. 607/615 consta el recurso de apelación interpuesto por la Sra. fiscal de grado solicitando se revoque el decisorio impugnado. Ello en razón de que: 1) El remedio procesal intentado
resulta formalmente procedente pues la resolución en crisis priva a su ministerio de la continuación del proceso y la denegatoria de la solicitud de allanamiento afecta por un lado la posesión
del inmueble que tenía el querellante y obsta que pueda ejercer su derecho de propiedad; afecta
además el derecho de propiedad de Editorial Sudamericana y Edesur. 2) Su parte no desconoció
el objeto procesal de las presentes actuaciones, ni es indiferente a ello, pues en caso contrario no
habría efectuado el pedido de allanamiento o el requerimiento de juicio. Sin embargo, la Magistrada confunde el objeto de la presente investigación manifestando que se trata de un conflicto
laboral respecto al que se estarían realizando negociaciones en el ámbito del Ministerio de Trabajo.
3) La Sra. juez de grado interpreta de manera liberal que el escrito presentado por el querellante
constituye un desistimiento tácito del pedido de restitución del inmueble, lo que claramente se
origina en una confusión en relación al objeto de la presente y tiene como consecuencia la afectación al derecho de propiedad. 4) La juez a quo vulnera el derecho de defensa en juicio de los
imputados al considerar que la audiencia para tratar la excepción de atipicidad devino abstracta,
112 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 113
Anexo
ello pues quien la planteó no desistió y si se resolviera dicha cuestión de manera favorable pondría
fin al proceso penal. 5) En cuanto al requerimiento de elevación a juicio, la Judicante claramente
se excedió en sus facultades atribuyéndose potestades que la ley no le otorga, como son objetar
las motivaciones que llevaron a su parte a requerir juicio. 6) La Sra. juez de grado se contradice en
su resolución pues al denegar derechos de terceros interesados tiene en claro que el fin de la presente es la investigación de la posible comisión del delito de usurpación; sin embargo al denegar
la restitución del inmueble efectúa una valoración mas extensiva, teniendo en cuenta el conflicto
laboral existente. Asimismo, sostiene que su decisión en este punto afecta el derecho de propiedad de Editorial Sudamericana y de Edesur, quienes sufren un menoscabo económico que en caso
de continuar podría convertirse de imposible reparación ulterior.
XV.- Que a fs. 623/624 se agrega una comunicación del representante del Ministerio de Trabajo
quien hace saber que las partes fueron convocadas a una nueva audiencia a fin de evaluar la posibilidad de poner en marcha el establecimiento mediante un contrato de comodato, propuesta que
fue evaluada por la patronal y dio lugar a la presentación de una contrapropuesta.
XVI.- Que a fs. 629/636 vta. el representante legal de Editorial Sudamericana se notifica espontáneamente e interpone recurso de apelación.
XVII.- Que a fs. 673/676 vta. la Sra. fiscal de Cámara, Dra. Sandra Verónica Guagnino, en su Dictamen
Nº 358/9/60-FC2/06, solicita se revoque la resolución en crisis y se disponga el allanamiento y restitución del inmueble de marras en los términos requeridos por la titular de la ación y la querella,
se aparte a la magistrada actuante, se ordene la citación a juicio y la fijación de la audiencia de
conformidad con los arts. 209 y 210 CPP CABA y se declare inadmisible el recurso presentado por
la empresa Sudamericana S.A. Al respecto, señala que: 1) Los recursos presentados por la titular de
la acción y la querella resultan admisibles en los términos del art. 279 CPP CABA, mientras que el
remedio procesal impetrado por el representante legal de Editorial Sudamericana debe ser rechazado pues no reviste el carácter de querellante y no fue interpuesto en las condiciones legalmente
establecidas. 2) La judicante efectuó una libre interpretación al considerar desistido el pedido de
allanamiento para lograr el desalojo y posterior restitución del inmueble por parte del querellante.
Por otra parte, afirma que no nos encontramos frente a una cuestión laboral que debe ser resuelta
previamente y con efecto vinculante para el juez penal, las negociaciones en el Ministerio de Trabajo no pueden ser consideradas una condición suspensiva del avance del proceso penal. 3) Lo
resuelto por la magistrada respecto del requerimiento de juicio excede sus facultades y vulnera la
autonomía del ministerio público fiscal, el principio de legalidad y el debido proceso, la imparcialidad y el principio acusatorio. Asimismo, su decisión mantiene el estado de incertidumbre para
los imputados en cuanto a la determinación de su culpabilidad o inocencia, deja insatisfechos los
reclamos de la víctima, viola el plazo razonable y afecta la normal prestación del servicio de justicia.
Finalmente, afirma que la decisión cuestionada va en desmedro de la imparcialidad del tribunal,
por cuanto resolvió sin fundamento legal tener por no impulsada la acción lo que conlleva una
intromisión en la función requirente del titular de la acción. 4) Se encuentran debidamente probados en la presente los perjuicios patrimoniales que sufren las empresas Sudamericana S.A. y
Edesur como consecuencia directa de la conducta de los imputados y resulta desacertada la decisión de que los planteos sean realizados ante la justicia nacional pues los bienes se encuentran en
la planta usurpada y es la justicia local quien tiente facultades para allanar y ordenar la restitución.
5) La parte que efectuó el planteo de atipicidad no desistió, por lo que la juez debió haber fijado la
audiencia que prevé el art. 197 del CPP CABA y resolver la cuestión.
XVIII.- Que a fs. 684/690 vta. la defensa de los Sres. Nievas, Carrizo, Churquina, Subelza y Tejera,
contesta traslado solicitando que no se haga lugar a los recursos de apelación interpuestos en la
presente, y se confirme el decisorio recurrido, por las consideraciones que extensamente explica
en su escrito.
XIX.- Que el 2/7/2009 esta Sala resolvió: 1) Revocar el punto II de la resolución en crisis y disponer
la continuación del trámite; 2) Formar incidente de apelación respecto a lo resuelto en los puntos
I y III del decisorio cuestionado y devolver los originales al juzgado de primera instancia a fin de
que continúe con el trámite de la causa y 3) No hacer lugar a la solicitud de apartamiento de la
Magistrada.
XX.- Que a fs. 696 pasan los autos a resolver.
Los Dres. Marcelo P. Vázquez y la Dra. Elizabeth A. Marum dijeron:
PRIMERA CUESTION
En principio, y en cuanto a los recursos impetrados por la Sra. fiscal de grado y la querella (obrantes
a fs. 603/606 y 607/615, respectivamente) cabe afirmar que han sido interpuestos por quienes se
encuentran legitimados, en tiempo oportuno y contra una resolución, que si bien no es definitiva
ni puede ser equiparada a tal por sus efectos, resulta susceptible de provocar un gravamen de
difícil reparación ulterior a los recurrentes que autoriza la revisión de lo decidido por esta alzada
(art. 279 CPP CABA).
Asimismo, en lo atinente a la impugnabilidad objetiva de resoluciones del tipo de la aquí estudiada, esta Sala señaló que “ … si bien es criterio de este Tribunal que las decisiones que meramente
rechazan la solicitud de órdenes de allanamiento a los fines probatorios no resultan susceptibles de
irrogar el mentado gravamen (“Aragón, Juan s/infr. art. 72 CC – Allanamiento –Apelación”, causa. N°
075 -00-CC/2004 del 21/04/2004 5 “Incidente de Apelación en Autos NN -Avda. La Plata 2474- por
infracción Ley 255. Allanamiento”, causa N° 130 -01-CC/2004 del 21/05/2004, entre otras), la situación
planteada en autos es teleológicamente diferente. Aquí, la orden de allanamiento denegada tiene por
fin lograr la restitución provisoria o cautelar del inmueble (...), desde esta perspectiva cobra relevancia el
criterio de este Tribunal en cuanto a que las decisiones que dejan sin efecto medidas cautelares resultan
susceptibles de irrogar el gravamen necesario para su revisión (causas “Amitrano, Rubén Norberto s/
114 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
SEGUNDA CUESTION
Admitidos los remedios procesales, en los términos antes mencionados, corresponde analizar los
agravios allí esgrimidos que se centran en cuestionar la decisión de la Magistrada que no hace
lugar al allanamiento de la empresa sita en Sánchez de Loria 2251 de esta ciudad, a los efectos de
desalojarla y restituir el inmueble a sus propietarios y a su vez permitir el ingreso de personal de
Edesur a fin de cortar el suministro de energía –atento la deuda pendiente- y la devolución de los
elementos propiedad de Editorial Sudamericana S.A.
I.- Allanamiento a los efectos de desalojar el inmueble.
Teniendo en cuenta los cuestionamientos formulados en los recursos interpuestos por la titular
de la acción y el representante legal de Indugraf S.A. que fueron sintetizados previamente, corresponde analizar los fundamentos que llevaron a la magistrada a rechazar la medida solicitada por
la titular de la acción.
Al respecto, la judicante resolvió no hacer lugar al allanamiento solicitado por la Sra. fiscal pues
a partir del análisis que realiza de los trámites y presentaciones llevados a cabo en la presente, la
querellante -única facultada para solicitar el desalojo en los términos del art. 335 CPP CABA- habría
revocado tácitamente su petición de restitución del inmueble de marras. Asimismo, consideró que
el pedido de restitución realizado en el mes de febrero no sólo habría perdido actualidad sino que
conspiraría con el éxito del proceso composicional que viene dándose entre los imputados y la
empresa en sede del Ministerio de Trabajo de la Nación.
Ahora bien, como primera aproximación al análisis de la decisión en crisis es menester recordar
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 115
Anexo
inf. art. 83 CC -Apelación”, Nº 016-00-CC/2005 rta. el 21/4/05 y “Tempesta, Juan Carlos s/ Inf. art. 83 CC
-Apelación”, Nº 14431-00/CC/2008 rta. el 30/09/2008, entre otras). Un criterio similar suelen adoptar los
códigos rituales en relación a las decisiones jurisdiccionales que no hacen lugar a medidas cautelares
solicitadas (art. 173 4º párr CPPCBA, 177 CPPCBA, 186 CPPCBA 6º párr. o 29 LPC).” (este Tribunal en
causas 21954-01-CC/2008 “N.N. -Virrey Liniers 192- s/ infracción art. 181 inc. 1 CP Usurpación -Despojo-”, rta. 14/11/2008; Nº 19264-00-CC/2008 “Rodríguez Alberto Daniel s/ infracción art. 181 inc.
1 CP Usurpación -Despojo-“, rta. 22/12/2008 y Nº 20541-00-CC/2008 “Fernández, Juan Manuel s/
infracción art. 181 inc. 1 CP Usurpación (Despojo)”, rta. el 3/4/2009).
En consecuencia, y siendo que tanto el recurso interpuesto por la Sra. Fiscal de Grado como el impetrado por la querellante, en los agravios subsistentes –pues este Tribunal ya se ha expedido en
lo referente a la continuación del trámite de la causa- pretenden lograr la restitución del inmueble
sito en Sánchez de Loria 2251 de esta ciudad, corresponde declarar admisibles los remedios procesales en cuestión.
Distinta solución se propiciará respecto al recurso interpuesto por el representante legal de Editorial Sudamericana SA pues tal como refiere la Sra. Fiscal de Cámara, no cumple los requisitos
formales previstos en los arts. 267, 269 y 279 2º párr. CPP CABA.
que el art. 335 CPPCBA establece que “… en los casos de usurpación de inmuebles, en cualquier
estado del proceso y aún sin dictado de auto de elevación a juicio, la fiscal o la jueza, a pedido del
damnificado, podrá disponer provisionalmente el inmediato reintegro de la posesión o tenencia
del inmueble, cuando el derecho invocado fuera verosímil”.
Ello así, y en cuanto a la interpretación efectuada por la magistrada respecto de la “revocación tácita” de la solicitud de desalojo esgrimida por la querellante, deviene sin sentido tratar dicha cuestión
pues al recurrir la decisión de la juez a quo ha dejado en claro su voluntad de que el inmueble sea
desalojado para su restitución, por tanto corresponde evaluar si se encuentran reunidos en la presente los requisitos legales necesarios para la procedencia de la medida.
En el sendero de razonamiento señalado, es menester recordar, que la orden de allanamiento
fue por un lado a los fines de disponer la restitución provisoria o cautelar del inmueble cuya
ocupación no aparece discutida, entonces resulta razonable valorar si la fiscal solicitante de tal
medida arrimó al órgano encargado de decidir elementos que permitan tener por acreditada
la existencia de los recaudos que resultan exigibles para la procedencia de decisiones cautelares en un proceso judicial.
Para a verificarlo, este Tribunal ha exigido para el dictado de otras medidas cautelares en procesos
penales, en cuanto resulta aplicable a la medida específica bajo examen, la necesidad de establecer verosímilmente la existencia de un hecho delictivo (Causa Nº 24002/07 “Sanoguera, Diego
Lorenzo s/ infracción art. 189 bis CP, portación de arma de fuego de uso civil”, rta. el 17/09/2007,
entre otras). No se puede negar que este requisito de procedencia se desprende de la formulación
normativa que reguló la restitución cautelar que se pretende llevar adelante en el inmueble de la
calle Sánchez de Loria 2251, pues su primer exigencia, como se expuso, es que estemos ante un
“caso de usurpación de inmueble”.
Recordemos que la conducta prevista y reprimida por el art. 181 inc. 1º del CP, cuya realización
exige que se encuentre verosímilmente acreditada, se refiere al que por violencia, amenazas, engaños, abusos de confianza o clandestinidad despojare a otro, total o parcialmente, de la posesión o
tenencia de un inmueble o del ejercicio de un derecho real constituido sobre él, sea que el despojo
se produzca invadiendo el inmueble, manteniéndose en él o expulsando a los ocupantes.
El caso examinado, tiene su origen en la denuncia radicada por el Sr. Martínez en sede de la Fiscalía,
dando cuenta que el inmueble sito en Sánchez de Loria 2251 de esta ciudad, propiedad de la empresa Indugraf S.A., fue ocupado por personas que podrían ser representantes gremiales quienes
ingresaron forzando las cerraduras (fs. 26/27).
La Fiscal del caso, una vez recibida la denuncia ut supra descripta, y luego de realizados diversos
actos procesales, el día 27/1/2009 intimó a los imputados en los términos del art. 161 CPP CABA
atribuyéndoles el haber ingresado violentando las cerraduras a la empresa sita en Sánchez de Loria
2251 de esta ciudad el día 10/12/2008 permaneciendo en su interior hasta la actualidad, conducta
que encuadró en los términos del art. 181 del CP (240/263 y 457/458 vta.).
116 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 117
Anexo
Asimismo, y según surge de los presentes actuados a partir de la prueba producida, el
15/4/2009 la titular de la acción presentó el requerimiento y ofreció prueba, atribuyendo a los
Sres. Rodríguez, Romero, Zubelza, Nieva Tejeda, Zarlenga y Rossi haber despojado en forma
violenta en el período comprendido entre el 10/12/2008 y hasta la fecha, a la firma Indugraf
S.A. de la planta de artes gráficas sita en la calle Sánchez de Loria 2251 de esta ciudad, y el mismo hecho endilgó a los Sres. Santos Cruz, Budiño, Narváez, Carrizo, Churquina y Dielma pero
por el período comprendido entre el día 22/1/2009 y hasta la fecha. Hechos que calificó en el
delito de usurpación por despojo, previsto y reprimido por el art. 181 inc. 1 del CP, atento las
consideraciones que efectuó en dicha pieza procesal.
Ahora bien, el art. 335 CPP CABA antes citado exige, para la procedencia de la restitución del
inmueble a su tenedor o poseedor, que “el derecho invocado fuera verosímil.
Al respecto, cabe afirmar que no se encuentra controvertido en la presente la titularidad del inmueble y su explotación por parte de la empresa Indugraf S.A. aquí constituida como querellante,
de lo que dan cuenta la documentación obrante a fs. 1/22 vta. del presente, por lo que es posible
tener por configurada la verosimilitud” del derecho actual que vincula a la denunciante con el inmueble ocupado. Por tanto, en la actualidad se encuentra suficientemente acreditado el vínculo
del inmueble con la solicitante de su restitución, de conformidad con la norma cuya aplicación se
busca hacer efectiva.
No obstante ello, consideramos que corresponde confirmar la decisión de la magistrada de grado
en cuanto dispone no hacer lugar al pedido de libramiento de la orden de allanamiento a los fines
de desalojar el inmueble de marras, por los argumentos que a continuación se expondrán.
En principio, y en cuanto a la restitución de inmuebles en los términos del art. 238 bis CPPN (similar
al art. 335 CPP CABA) se ha expresado que “… tiene naturaleza de medida cautelar destinada a proveer una herramienta al juez penal para poner término a los efectos del delito sin necesidad de dilatar el
reintegro hasta el dictado del procesamiento por usurpación, pero no se propone sustituir los remedios
normales y ordinarios de resolución de conflictos de esta naturaleza y sólo puede invocarse a modo
de excepción ..” (C.N Crim. y Correc., Sala IV, c. 24813 “Alvez de Olivera, Lucas” rta el 26/10/04) (el
destacado es propio).
Asimismo, se ha afirmado que la restitución de inmuebles resulta una medida de cáracter excepcional –como toda cautelar-, pues los medios de coerción procesal, cualquiera sea su especie, significan una intromisión forzada del Estado en el ámbito de la libertad jurídica de una persona, y
como tales, deben ajustarse para su procedencia, a requisitos insoslayables, y en este sentido la
restitución de inmuebles no resulta de aplicación automática pues dicha interpretación implicaría extender ilegítimamente la letra de la norma (conf. C.N.Crim y Corre., Sala IV, c. 20793 “Lerin,
Bautista Roque y otro”, rta. 19/8/03). En el mismo sentido, se pronunció la Sala V de la mencionada
Cámara expresando que “El magistrado posee facultades para disponer el reintegro del inmueble presuntamente usurpado antes del dictado de la resolución de mérito cuando el derecho invocado por el
denunciante aparezca verosímil … mas aquella facultad no puede tornarse una exigencia automática,
pues ello extendería ilegítimamente la letra de la norma invocada” (c. 17795 “Rizzuti, Lucio Oscar, rta.
el 17/12/2001).
Así, el art. 335 CPP CABA establece que en los casos de usurpación de inmuebles, el juez “podrá”
disponer provisionalmente el inmediato reintegro de la posesión o tenencia del inmueble, de lo
que se desprende que la restitución no configura una imposición legal sino una facultad siempre
que se encuentren reunidas las condiciones legalmente establecidas y resulte procedente teniendo en cuenta latotalidad de las circunstancias que rodean el hecho.
Entendemos necesario que en la tarea de tomar una decisión respecto de una determinada cuestión –como en el caso la restitución del inmueble de marras- el juez no debe limitarse a considerar
un hecho determinado, aislándolo del contexto que lo rodea así como de los sucesos que le dieron
origen o son su consecuencia, pues ello conllevaría a resolver solo a partir de una visión parcial y
fragmentaria de la realidad.
Así, y de los presentes actuados surge que el presunto delito atribuido por la titular de la acción a
los imputados tuvo su origen en un conflicto laboral en la empresa Indugraf S.A., taller gráfico que
funcionaba en el inmueble sito en Sánchez de Loria 2251 de esta ciudad. Este conflicto dio lugar a,
al menos, cuatro procesos judiciales: el que tramita en este fuero a partir de la denuncia de usurpación, el que se instruye en la justicia Criminal por quiebra fraudulenta, un amparo ante la justicia
laboral y otro sumario por la denuncia de robo. Asimismo, provocó la intervención del Ministerio
de Trabajo de la Nación en el ámbito de su competencia.
En este punto, cabe recordar, según surge de las constancias obrantes en la causa, que la empresa
Indugraf había solicitado el Procedimiento Preventivo de Crisis –el que no fue debidamente iniciado-; y que la Dirección de Relaciones Laborales de dicho ministerio se encuentra interviniendo
en el presente conflicto, tratando de buscar una solución, a través de la mediación llevándose a
cabo numerosas audiencias algunas de las cuales se vieron frustradas por la imcomparencia de
los representantes de la empresa y otras en las que no se arribó a un acuerdo. Asimismo, y hasta
el presente, la Subsecretaría de Relaciones Laborales se encuentra realizando diferentes gestiones
tendientes a superar el conflicto.
Por otra parte, a los efectos de resolver acerca del desalojo y restitución del inmueble con carácter
anticipado, es importante tener en cuenta que, a la fecha, la titular de la acción ya requirió juicio
–que este Tribunal ordenó tramitar en su resolución de fecha 2/7/2009-. Dicha circunstancia, es decir, la inminencia del juicio y por tanto la decisión acerca de la comisión de un hecho delictivo por
parte de los imputados, nos persuade que resulta innecesario disponer el desalojo del inmueble
de marras en esta instancia del proceso.
Teniendo en cuenta que la decisión de la medida cautelar podría incidir en los restantes procesos
originados a partir del conflicto laboral en Indugraf S.A., sumado a la inminencia en la resolución de
fondo en el presente, es decir la celebración de la audiencia y la posterior sentencia que resuelve
118 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
El Dr. José Sáez Capel dijo:
Que coincido parcialmente con la solución a la que arriban los vocales preopinantes, por las consideraciones que a continuación expondré.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 119
Anexo
acerca de la usurpación atribuida a los imputados; así como lo afirmado respecto a la excepcionalidad de la medida requerida por la titular de la acción y el querellante, nos llevan a concluir que la
solución mas acorde en esta instancia es confirmar el punto I del decisorio recurrido.
II. Allanamiento a los efectos de permitir el ingreso de personal de Edesur a fin de cortar el suministro
eléctrico y disponer el reintegro de los bienes muebles pertenecientes a Editorial Sudamericana S.A.
En este punto, cabe adelantar que también propiciaremos la confirmación de la decisión de la judicante, ello pues tal como ha afirmado la magistrada las normas procesales vigentes en la ciudad
facultan al juez a disponer el allanamiento de un inmueble si hubieran motivos para presumir que
“… existen cosas pertinentes al hecho o que allí puede efectuarse la aprehensión del/la imputado/a
o de alguna persona requerida o fuere necesario el ingreso para la aplicación de alguna medida
precautoria …” (art. 108) y sólo permite disponer el secuestro de cosas relacionadas con el
hecho, o aquellas que puedan servir como medios de prueba (art. 113).
Por tanto, y siendo la solicitud de allanamiento requerida por la fiscal a fin de efectuar el reintegro
de los bienes muebles propiedad de Editorial Sudamericana y el corte de suministro eléctrico por
parte de la empresa Edesur S.A. no encuadra en los presupuestos legales de procedencia de la
medida corresponde su rechazo. Ello pues, no se pretende aprehender a alguien, verificar la existencia de cosas pertenecientes al hecho, ni aplicar medida precautoria alguna prevista en el código
procesal local (las que se encuentran enumeradas en el Título V CPP CABA).
No obstante, aún si se entendiese, mediante una interpretación extensiva que aconseje su admisión a los efectos de impedir que el delito provoque perjuicios a terceros, cabe mencionar que
no se encuentra acreditado en la presente el “menoscabo económico” que podría “convertirse de
imposible reparación ulterior”, tal como afirmó la fiscal, pues por un lado la empresa Edesur no solo
no ha demostrado la necesariedad de acceder al inmueble a fin de cortar el suministro de energía
eléctrica sino que ni siquiera ha adjuntado comprobante alguno que lo acredite, y en relación a la
editorial tampoco ha demostrado dicho extremo mas allá de efectuar afirmaciones genéricas.
Asimismo, y en cuanto a los bienes que se encuentran dentro del inmueble, los mismos han sido
debidamente inventariados (ver fs. 89/90) en el procedimiento llevado a cabo el 19/12/2009, imponiéndose en dicho acto una consigna policial a fin de que no puedan ser sacados hasta tanto se
dirima el conflicto.
Por tanto, corresponde confirmar el punto III del resolutorio recurrido en cuanto dispone no hacer
lugar al pedido de libramiento de orden de allanamiento a los fines de secuestrar mercadería que
sería propiedad de la Editorial Sudamericana S.A. y de que la empresa Edesur S.A. pueda cortar el
suministro eléctrico.
En primer término, comparto los argumentos expresados en el voto que me precede en lo
atinente a la admisibilidad de los recursos, y la solución que se propicia en relación a la denegatoria de libramiento de la orden de allanamiento a los fines de secuestrar mercadería
propiedad de la Editorial Sudamericana S.A. y de que la empresa Edesur S.A. pueda ingresar al
inmueble a fin de cortar el suministro de luz.
No obstante ello, en mi opinión corresponde revocar la decisión recurrida en cuanto resolvió
no hacer lugar a la orden de allanamiento solicitada por la la titular de la acción a los fines de
desalojar el inmueble de la calle Sánchez de Loria 2251 de esta ciudad.
Ello pues, del análisis de los presentes actuados se desprende tanto la verosimilitud del hecho
delictivo (usurpación del inmueble por parte de los ocupantes, pues han ingresado violentando las cerraduras) así como del derecho sobre el inmueble que posee la empresa Indugraf S.A.
(de acuerdo al título presentado y constancias de dominio).
Al respecto, cabe afirmar que de la presente se desprende que existe una imputación a una
persona concreta (en este caso a varias) como así también la presencia de un cuadro fáctico
necesario –tal lo descripto por la titular de la acción en el requerimiento de elevación a juiciopara tener por acreditada la verosimilitud del delito de usurpación cuyos efectos se buscan
conjurar con la medida bajo análisis, es decir la concurrencia de indicios de que se estaría en
presencia de tal delito, sin perjuicio de cuáles fueron las circunstancias que habrían motivado
su comisión –tal lo alegado por la defensa-.
Asimismo, y de las constancias obrantes en la causa se desprende que el hecho endilgado por
la titular de la acción a los imputados no se encuentra cuestionado en forma alguna, ello sin
perjuicio de que según lo esgrimido por la defensa el hecho se encontraría justificado por el
conflicto laboral existente y que dio origen al hecho objeto de investigación en la presente.
Ello así, y en el estado procesal en que se encuentra la causa sub examine, donde la titular de
la acción ya ha requerido juicio contra los imputados –a quienes debidamente intimó de los
hechos que se les endilga, art. 161 CPP CABA- por la presunta comisión del delito de usurpación (art. 181 CP), me encuentro en condiciones de afirmar, con la provisoriedad propia que
caracteriza a los juicios en materia de hechos en esta esta etapa del proceso, que se encuentra
acreditada verosímilmente la comisión del delito de usurpación.
En tanto, no se encuentra controvertido en la presente que los imputados –a quienes se identificó,
según se desprende de las diligencias obrantes a fs. 46/vta. y 201/vta. habrían ingresado –forzando
las cerraduras, de lo que da cuenta el informe obrante a fs. 37/41 y la declaración del cerrajero de
fs. 230/231- y permanecen dentro del inmueble sito en Sánchez de Loria 2251 de esta ciudad, propiedad de la empresa Indugraf S.A., al menos hasta la fecha.
En síntesis, cabe tener por acreditado, con el grado de provisoriedad propio para proceder a la
adopción de una medida cautelar como la presente, no sólo la verosimilitud del hecho sino también el derecho invocado por el querellante.
120 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 121
Anexo
Asimismo, considero que en la causa el período transcurrido desde la presentación de la denuncia
por parte del representante legal de la firma querellante -10/12/2008, fs. 26/27- así como el tiempo
insumido por las negociaciones llevadas a cabo por el Ministerio de Trabajo, tendientes a poner fin
al conflicto y que los imputados abandonen el inmueble volutariamente -sin lograr un resultado
favorable-; me convencen de la necesidad de que se restituya el predio a los propietarios a fin de
evitar la prolongación de la privación a la libre disposición de su propiedad.
Mi decisión, no solo se encuentra avalada por el análisis preliminar sobre el estado de sospecha de la existencia del delito y la verosimilitud de derecho invocado por el denunciante, sino
además la necesidad de evitar que se tornen ilusorios los derechos de quien la solicita, es decir
la protección anticipada de la garantía constitucional que se invoca –derecho de propiedad(C.N. Crim. y Correc., Sala VII, causas Nº 18.413 “Ocupantes Ayacucho 333”, rta. el 13/6/2002; Nº
33.847 “Guzmán, Robustiano J.”, rta. el 17/3/2008) pues de acuerdo a los dichos del querellante
no sólo necesitan recuperar el bien de su propiedad “ … sino que deben reconocer el estado de
los restantes bienes muebles que se encuentran en su interior (maquinarias valiosas, documentos,
etc.) para continuar desempeñando sus actividades, y también para poder hacer frente a las deudas y compromisos que la empresa ha contraído …” (fs. 387).
Cabe además agregar que los ocupantes habrían estado ofreciendo servicios gráficos vía internet en el sitio “Loria gráfica cooperativa”, lo que me lleva a presumir que su presencia dentro
del inmueble importa actos de posesión y administración, lo que me permite establecer que
la ocupación no es como mera tenencia a título de una simple medida de fuerza laboral, tal
como lo tiene dicho la CNCC Sala VII en la causa 23679 res. 9/11/04.
Por lo demás, en nuestro país, el derecho de propiedad es una estructura basal de nuestro
orden político institucional, tanto en la Constitución histórica 1853/60, como en la reforma de
1994. De igual manera, el estado de la ciudad de Buenos Aires garantiza constitucionalmente
su inviolabilidad (art. 12.5 CCABA).
El Poder Legislativo no ha dado cumplimiento aún a la manda constitucional del art. 67 inc. 11 (hoy
75 inc. 12), con lo que carecemos de un real Código del trabajo y de la previsión social, que resuelva clara y acertadamente este tipo de conflictos colectivos del trabajo, como por ejemplo hace la
legislación francesa (Code du travail- art. L521 -1 y disposiciones del 89/101) y española (Real Decreto 17/1977 –Relaciones del trabajo Capítulo II “cierre patronal” y Capítulo III “sanciones”).
Es que si bien pudiera existir por parte de los trabajadores alguna causal de justificación basada en un lock-out de la empresa o una causal de inculpabilidad por error de prohibición, lo
cierto es que el derecho de huelga no contempla la toma de fábricas –no como protesta- para
preservar la fuente del trabajo.
Entiendo que ambas partes han excedido los medios de presión, obrando –objetivamente- en
forma contraria a derecho. Pero tampoco estamos en presencia de la situación normada en los
arts. 196 a 199 de la Ley de Concursos. Ello pues, el hecho que parte de los obreros se hubieren
constituido en una cooperativa de trabajo, no les confiere derecho a suceder a la empresa
tomada, que por cierto no ha sido abandonada.
Por tanto, considero adecuado, teniendo en cuenta el estado de las presentes actuaciones,
revocar el decisorio impugnado y ordenar que la magistrada de grado libre la correspondiente
orden de allanamiento a fin de proceder a la restitución del inmueble sito en la calle Sánchez
de Loria 2251 de esta ciudad a su titular.
La solución que propicio, no vulnera el estado de inocencia de los aquí imputados, pues resulta de disímil tratamiento la investigación relacionada con la posibile participación criminal
–por un lado- y lo concerniente al derecho de propiedad –por el otro- que es en definitiva el
bien jurídico tutelado por la norma (C.N. Crim y Correc. Sala IV, causa nº 15.125, “Arana Egoabil,
Jimmy”, rta. el 14/3/2001).
Conforme lo establece el artículo 335 del CPP de la CABA, la señora juez deberá trabar embargo sobre el inmueble y las maquinarias de la empresa hasta cubrir el monto suficiente como
para responder por las indemnizaciones, preavisos y demás rubros, con más sus intereses, de
la totalidad de los obreros originarios al momento del lock out.
Además, atento la ejecución que pesa sobre el inmueble, otra hipoteca inscripta que figura en
el dominio agregado en autos, la Sra. juez deberá designar un interventor informante en los
términos del art. 206 CCAyT, a fin de que periódicamente le informe sobre el estado de la planta, levante un inventario actual al momento de la entrega, y dentro de sus posibilidades evite
un vaciamiento empresario, con todas las facultades de ley que la Sra. Juez estime acordarle.
Por todo ello, voto por: I) Declarar inadmisible el recurso de apelación interpuesto por el representante legal de Editorial Sudamericana S.A., obrante a fs. (629/636 vta.); II) Revocar la resolución en
crisis, obrante a fs. 588/593 vta., en cuanto resolvió no hacer lugar al pedido de libramiento de la
orden de allanamiento solicitada por el Ministerio Público Fiscal a los fines de desalojar el inmueble
y ordenar a la judicante su libramiento a fin de proceder a la restitución del inmueble sito en la calle
Sánchez de Loria 2251 de esta ciudad a favor de Indugraf S.A. disponiendo fije una caución real y
un interventor informante en la forma indicada más arriba; III) Confirmar la resolución impugnada
en cuanto resolvió rechazar la orden de allanamiento solicitada a los efectos de secuestrar mercadería que sería propiedad de Editorial Sudamericana S.A. y para que la empresa EDESUR S.A. pueda
cortar el suministro eléctrico del inmueble sito en Sánchez de Loria 2251 de esta ciudad.
Por lo hasta aquí expresado el Tribunal por mayoría
RESUELVE:
I.- DECLARAR INADMISIBLE el recurso de apelación interpuesto por el representante legal de Editorial Sudamericana S.A., obrante a fs. (629/636 vta.) (arts. 267, 269 y 275 CPP CABA).
II.- CONFIRMAR la resolución en crisis, obrante a fs. 588/593 vta., en cuanto resolvió no hacer lugar
al pedido de libramiento de la orden de allanamiento solicitada por el Ministerio Público Fiscal a
122 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Causa N° 40.373 - WALD, Julián; VARGAS, Malvina Patricia y otros s/infracción art. 78
C.C. - CAMARA DE APELACIONES EN LO PENAL, CONTRAVENCIONAL Y DE FALTAS –
8/03/2010
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los 8 días del mes de marzo de 2010, se reúne la Sala I de
la Cámara de Apelaciones en lo Penal, Contravencional y de Faltas, a efectos de resolver el recurso
de apelación interpuesto a fs. 388/404 contra la sentencia dictada a fs. 375/387 de la presente, de
la que RESULTA:
1º) Al momento de efectuar su alegato la Sra. Fiscal Genoveva Cardinali atribuye a Julián Wald,
Malvina Patricia Vargas, Ramón Antonio Ojeda, Aida Nelly Campos Vilchez y Amalia Concepción
Aima, conjuntamente con un grupo de vecinos del complejo habitacional denominado villas 31
y 31 bis de esta ciudad, llevar a cabo, previa organización, el día 19 de noviembre de 2008, desde
las 9.20 hs. y hasta las 19.50 hs. aproximadamente, el corte de uno de los accesos a la ciudad de
Buenos Aires en la denominada autopista Illia, ambos sentidos altura aproximada del 1.5km, sin
dar previo aviso a la autoridad competente. Subsumió el hecho endilgado en el art. 78 CC.
2º) Que con fecha 9 de noviembre de 2009 la juez María Araceli Martínez, resuelve absolver a Julián
Wald, Malvina Patricia Vargas, Ramón Antonio Ojeda, Aida Nelly Campo Vilchez y Amalia Concepción Aima, por la acusación formulada.
3º) A fs. 388/404, la fiscal Genoveva Cardinali, interpone recurso de apelación contra la resolución
mencionada supra. Sostiene que la juez ha efectuado una arbitraria valoración de los elementos de
prueba ventilados en el juicio oral y público, así como una errónea interpretación de las normas de
derecho común, todo lo cual llevó a una clara afectación del principio de la sana crítica que debió
regir los fundamentos del resolutorio en crisis, descalificándolo como acto jurisdiccional válido.
Específicamente cuestionó: a) el diferimiento de la lectura del veredicto por parte de la juez para el
día siguiente a la finalización de la audiencia de debate; b) La admisión de prueba solicitada por la
defensa en forma extemporánea; c) La interpretación efectuada por la sentenciante del art. 78 CC;
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 123
Anexo
los fines de desalojar el inmueble y a los efectos de secuestrar mercadería que sería propiedad
de Editorial Sudamericana S.A. y de que la empresa EDESUR SA pueda cortar el suministro
eléctrico del inmueble sito en Sánchez de Loria 2251 de esta ciudad (arts. 335 y 108 CPP CABA
a contrario sensu).
Regístrese, notifíquese con carácter de urgente y remítase de inmediato al Juzgado de Primera
Instancia interviniente, a sus efectos.
d) la acreditación por parte de la juez del aviso previo exigido por la norma contravencional y e) la
falta de anoticiamiento del corte a la autoridad competente, conforme la resolución 556/06.
4º) Que a fs. 409/413, el Sr. fiscal de Cámara, a cargo de la Fiscalía en lo Penal Contravencional
y de Faltas N° 1, sostiene que a) tal como lo esgrimió en su dictamen N° 284-FC/08, del 13 de
noviembre pasado, el Tribunal debe declararse incompetente pues la conducta llevada a cabo
encuadra en el tipo que describe el art. 194 CP; b) Sin perjuicio del planteo anterior, coincide
con los argumentos vertidos por la Sra. Fiscal de grado los cuales reproduce en el dictamen.
5º) Que a fs. 416/429, la defensa de los imputados refiere que se debían rechazar los agravios
planteados por la recurrente y confirmar la resolución en crisis. Sintéticamente manifestó que:
a) la cuestión de incompetencia esgrimida por el fiscal de Cámara ya fue resuelta y es una
cuestión precluida; b) el planteo fiscal del diferimiento de la lectura de la sentencia no materializa un agravio; c) existió un aviso previo y d) que no se aplica al caso la resolución 558/09
pues el art. 78 CC no exige permiso sino aviso previo.
6) Que a fs. 430, pasan los autos a resolver.
PRIMERA CUESTION
El recurso de apelación impetrado se encuentra previsto expresamente en el art. 50 LPC; razón por la cual habiéndose interpuesto en el término previsto, y reuniendo las demás condiciones de forma ninguna duda cabe acerca de su procedencia.
SEGUNDA CUESTION
I- Incompetencia solicitada por el Sr. fiscal de Cámara.
El Fiscal de Cámara considera que el Tribunal debe declararse incompetente pues la conducta
llevada a cabo en las presentes actuaciones encuadra en el tipo que describe el art. 194 CP.
Al respecto cabe expresar que esta Sala ya ha dirimido la cuestión de competencia en la presente causa con fecha 6 de abril de 2009 (cf. fs. 158/162). En aquella oportunidad se resolvió
no hacer lugar a la solicitud fiscal de declinar la competencia en razón de la materia, en base
a que el hecho se encuadraba en el art. 78 de la ley 1.472, sin que se advirtiera la presencia
de una hipótesis para habilitar la competencia federal, decisión que ha adquirido firmeza. En
base a ello, corresponde rechazar el planteo reeditado por el fiscal de Cámara.
En este sentido la Sala III de la Cámara Nacional de Casación Penal ha expresado, al referirse
al principio de preclusión, que “…Los pasos cumplidos en tiempo oportuno adquieren firmeza,
extinguiéndose las facultades no ejercidas durante el mismo, siendo inadmisible la reproducción de cuestiones ya resueltas o que se deduzcan otras no planteadas en el momento oportuno”
124 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
II- Agravios basados en la violación del debido proceso
a) Diferimiento de la lectura del veredicto
La recurrente señala que la Juez no debió diferir el veredicto de la sentencia para el día siguiente a los alegatos y palabras finales, invocando el art. 251 CPPCABA. Que el art. 47 de la
ley 12 prescribe que la sentencia se dicta de inmediato, una vez finalizado el debate, sin posibilidad de prorrogar sus fundamentos y mucho menos el veredicto o la parte dispositiva para
una jornada posterior. En base a ello consideró que existía una violación al debido proceso.
El presente planteo ha sido esgrimido por primera vez al momento de recurrir la sentencia definitiva. Que conforme se desprende de fs. 373vta, cuando la juez decidió disponer un cuarto
intermedio y la lectura del veredicto para el día siguiente -29 de octubre–, no existió objeción
alguna por parte de la Sra. fiscal, por lo que su invocación en esta instancia resulta claramente
tardía. Para su adecuado tratamiento debió haber sido propuesta, en cambio, en la primera
oportunidad en que hubiese podido advertir la existencia de dicho agravio, a los fines de poder ser mantenida luego en las instancias de mérito. En base a ello, cabe rechazarlo.
Al respecto la Corte ha expresado que “Si el apelante no expuso –al atacar por primera vez el
auto emitido por el tribunal oral que autorizó la filmación de una audiencia de debate y su reproducción por televisión contra la voluntad del imputado- ningún agravio fundado en el art. 19 de
la Constitución Nacional-, ni brindó motivo alguno que justifique por qué no lo hizo en ese momento del proceso, debe rechazarse el planteo por ser el fruto de una reflexión tardía” (“Gaggero,
Juan José s/recurso de queja”, rta. el 27/2/97).
En este sentido, se ha señalado que la cuestión constitucional debe plantearse desde el momento procesal en que el órgano jurisdiccional de la respectiva instancia puede acoger o rechazar las pretensiones de las partes, siendo tardía su introducción si en esa instancia pudo
advertirse una resolución de signo adverso. Por tanto, el agravio planteado implica un caso
de reflexión tardía (causa Nº 150-00-CC/2005 “Aniceto, Víctor Antonio s/ inf. art. 1.2.9 Ley 451Apelación”, rta. el 2/6/2005).
b) Admisión de prueba presentada por la defensa en forma extemporánea
La recurrente sostuvo que a partir de la arbitraria admisión al debate de prueba testimonial
en forma extemporánea se ha causado un agravio concreto al Ministerio Público Fiscal. Que
esa prueba fue valorada de modo perjudicial a los intereses de ese Ministerio Público, al
haber sugerido la realización de un peritaje sobre la nota en cuestión, que en realidad en
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 125
Anexo
(“Pistrini, Mario C. s/ recurso de inconstitucionalidad”, rta. el 4/12/96)
modo alguno hubiera sido necesario o pertinente de no ser por los testimonios que volcaron
durante el debate los testigos tardíamente ofrecidos por la defensa, respecto de los cuales la
Fiscal no podía tener conocimiento previo. Considera que en base a ello se afectaron los principios de igualdad de armas y control de la prueba ofrecida.
Ingresando al análisis del presente agravio cabe expresar en primer lugar que los testigos
propuestos por la defensa, ampliando la prueba ofrecida oportunamente, fueron los que suscribieron la nota que fuera presentada como prueba en el ofrecimiento formulado por la defensa. Que la solicitud de sus testimoniales si bien fue luego del plazo para ofrecer prueba,
fue admitida por la Juez un mes antes del debate con sustento en la celeridad procesal y en lo
dispuesto en el art. 234 del CPPCABA, de aplicación supletoria.
Que la decisión de la magistrada no ha sido errada pues la normativa procesal citada autoriza
a que “Si en el curso del debate se tuviera conocimiento de nuevos medios de prueba manifiestamente útiles o se hicieren indispensables otros ya conocidos, a pedido de parte, el juez
podrá ordenar su recepción”. Siendo así, en el caso de que la juez no dispusiera la citación de
los testigos en ese momento la habría ordenado en la audiencia de debate. Que esta circunstancia tampoco imposibilitó a la Fiscal a solicitar algún otro medio de prueba que estimara
pertinente, en base a los nuevos testimonios ofrecidos por la defensa, pues en caso de que
hubiera querido requerir otras medidas, lo podría haber hecho en cualquier momento, por lo
que la igualdad de armas no se vió afectada. Ambas partes tenían la posibilidad de ejercer ese
derecho. En base a ello, el agravio expuesto debe ser rechazado.
III- Agravio basado en la arbitrariedad de la valoración de la prueba.
a) La Fiscal de grado sostuvo en lo que respecta a los elementos del tipo previstos por la parte
final del art. 78 CC que se trata de dos causales de atipicidad contenidas en la misma norma.
Que a juicio de la recurrente la intención del legislador fue incluir una causa especial de justificación, como una especial autorización para realizar la acción, siempre y cuando se realice en
el modo y con las condiciones allí requeridas y no de atipicidad. Luego de hacer esa distinción
sostuvo que en el caso ninguno de los dos supuestos se debe tener por configurado.
En cuanto a la exigencia normativa que establece que el ejercicio regular de los derechos
constitucionales no constituye una contravención y que deberá darse aviso a la autoridad
competente con razonable anticipación, esta Sala ya ha expresado que la alusión al “ejercicio
regular de los derechos constitucionales” parece indicar que se trata de una causa de justificación,
es decir de un precepto permisivo incluido en la misma norma que contiene la conducta prohibida.
Sin embargo, se observa que en tal caso aquella inclusión sería superflua, pues siendo aplicable el
126 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Y se agregó que, independientemente de que se trate de una causa de justificación o de atipicidad,
el art. 78 excluye la configuración del injusto allí previsto siempre que confluyan las dos exigencias en
forma conjunta: el ejercicio de un derecho constitucional y el previo aviso a la autoridad competente
(causa N° 24093-00-00/07 “Dolmann, Francisco Alejandro; Montes, Roberto Andres y otros s/ inf.
art. 78 CC. Apelación”, rta. 27/3/09). Sentado ello, cabe determinar en el caso particular si se ha
configurado el injusto contravencional requerido por la norma en análisis.
b) Errónea interpretación del encuadre legal.
La Fiscal sostuvo que cortar una de las principales autopistas que circundan la ciudad, ocasionando serios daños a la libertad de circulación de numerosos ciudadanos, es un medio abiertamente ilegal y no puede ser utilizado como mecanismo de reclamo. Que en ningún modo
puede justificar el cercenamiento del derecho de muchos integrantes de la misma sociedad
que intentaban circular por la autopista al tiempo en que se llevaba a cabo la manifestación,
poniéndose en riesgo con ese accionar la seguridad de muchos y hasta la propia dada las
condiciones en las que se llevaba a cabo el reclamo. Agregó que el objeto de la movilización
era claramente extemporáneo, pues la presentación a la justicia se realizó en esa misma fecha,
por lo que no pudo tener otro objeto que presionar a los poderes legítimamente establecidos
para que adopten determinadas decisiones. A lo expuesto añadió que debió realizarse en lugares pertinentes frente a las autoridades y no en la autopista Illia a las 18 hs.
En este punto cabe expresar que no esa dable plantear la cuestión desde el punto de vista
de la justicia o pertinencia del reclamo. Tampoco desde el ángulo del derecho prevaleciente. Ello así toda vez que, tal como lo sostuvimos en el precedente Dolman ya citado,
no se trata de una dicotomía entre derecho a la protesta social con ocupación del espacio
público, por un lado y derecho a transitar libremente por el otro, pues ambos están sujetos
a ser reglamentados y pueden compatibilizarse. Que este presunto conflicto entre derechos
fundamentales se encuentra resuelto por la propia ley.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 127
Anexo
precepto permisivo general contenido en el CP –art. 34 inc. 4º- dicho párrafo carecería de operatividad, no así el último que lo reglamenta. Si se lo considera un supuesto de atipicidad debería
incluirse entre los elementos del tipo la ausencia de aviso previo a la autoridad competente, de lo
que se colige que sólo en caso de que la totalidad de las exigencias se cumplan, la conducta sería
atípica. En otras palabras, la tipicidad de la conducta no se constituye sólo con el impedimento u
obstaculización de vehículos por la vía pública, sino con dicha faz positiva mas una omisión: no
haber dado aviso a la autoridad competente con razonable anticipación- si además se trata del
ejercicio de un derecho constitucional-; es decir con la sumatoria de aquella acción, más el incumplimiento de la conducta debida frente a tales supuestos”.
En cuanto al modo en que se debe efectuar el corte, tal como lo refiere la defensa, el art. 78 del
CC menciona como conducta típica el interrumpir total o parcialmente el tránsito, no se ocupa
de cuestiones tales como si eso ocurre con las personas en permanente marca o movilización
o detenidas en un punto fijo. Esas cuestiones son ajenas a lo que el tipo penal exige; tampoco
prevé, ni existe una reglamentación complementaria, que refiera que las protestas se deban
desarrollar en un determinado lugar. Por lo tanto, las manifestaciones pacíficas y ordenadas
en la vía pública que producen afectación en la circulación del tránsito, por sí mismas no constituyen contravención, pues el derecho de reunión y el de protesta se encuentran reconocidos
por nuestra constitución como corolario del sistema democrático.
Sentado ello, debemos establecer si en el caso existió el pertinente aviso previo que evita la
configuración del injusto contravencional del art. 78.
c) Falta de aviso previo.
En relación a la nota que fuera presentada en la comisaría haciendo saber el corte de la autopista,
la recurrente refirió que si bien, tanto el subinspector Ramil, como la inspectora Acosta reconocieron en el debate su firma en aquella, ambos desconocieron su contenido y manifestaron no recordar concretamente la recepción de una misiva de esa naturaleza. Que parece poco probable que
una comunicación tan relevante no sólo no sea recordada por aquellos que la habrían recibido,
sino tampoco haber sido asentada en modo alguno en los registros de las dependencias respectivas. A ello agrega que de los informes recabados a la División San Martín y a la Seccional 46º de la
Policía Federal se desprende que no se tenía conocimiento de la realización de un corte como así
tampoco de las constancias de presentaciones en ese sentido.
Agregó que los funcionarios desconocen el contenido del manuscrito y además no se sabe
cuándo fue recibido. Que todo ello permite sentar un manto de duda respecto de la autenticidad y de la fecha en la que habría sido entregada en las dependencias correspondientes. Que
tampoco puede descartarse la realización de una maniobra ardidosa que diera lugar a un abuso de firma en blanco en perjuicio del subinspector Ramil y de la inspectora Acosta, mediante
la inserción del texto con posterioridad al estampado de las firmas aludidas. A ello aduna que
los dos funcionarios policiales fueron contestes en indicar que recibían permanentemente
comunicaciones y notas de los habitantes de los asentamientos, extremos por los que resulta
llamativo que los policías no recordaran el contenido de lo que habían firmado.
Expresa que la genérica referencia a la realización de un corte en la autopista Illia el día 19 de
noviembre de 2008, sin indicar el horario de inicio, su duración, el lugar preciso del tramado
de la autopista en el que se llevará a cabo y la cantidad de asistentes a la manifestación no
128 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
A ello agrega que no se anotició con razonable anticipación al personal policial de la realización de la movilización y que los preventores fueron contestes en señalar que al concurrir al
lugar de los hechos los manifestantes ya se encontraban presentes sobre la autopista impidiendo y obstaculizando la circulación vehicular. De los dichos del Comisario Luis Alberto Norte, del subinspector Diego Fernando Romero y del sargento Jorge Aníbal Albelo se desprende
que no tenían conocimiento previo.
Al respecto la defensa sostuvo que si la fiscal estaba tan convencida sobre la dudosa legitimidad de la nota y la veracidad de los testimonios debió someter al contraexamen a los testigos,
sin embargo optó por la pasividad procesal en lugar de agotar las instancias probatorias y los
medios disponibles para ello.
Refiere que la nota en cuestión fue prueba ofrecida y admitida en el proceso, no cuestionada por
la fiscalía, del mismo modo que los testimonios de los integrantes de la policía Ramil y Acosta. Que
fue esa defensa la que le sugirió a la fiscalía que tenía a mano la posibilidad de dar contenido procesal a esas meras conjeturas en denuncias pertinentes mediante la extracción de los testimonios
que considerara falsos, algo que no ocurrió ni en ese momento ni en ningún otro.
Agregó en cuanto a los requisitos de fondo y de forma en la nota de aviso presentada que no
existe tal regulación, por lo tanto el requisito es el simple aviso sin regulaciones de ningún
otro orden. Sostuvo que las razones por las cuales el aviso no fue debidamente tramitado
exceden el interés de la defensa y no fueron objeto de discusión.
Ahora bien, sentada la postura de las partes cabe expresar en primer lugar que en el caso
existió aviso previo, que ello surge de la nota que se encuentra reservada y que en copia luce
a fs. 219. Aquella fue presentada el 18/10/08 a las 10:50 hs. por integrantes de la mesa de
trabajo – Radicación “Padre Mujica”. y recibida en la comisaría N° 46 por la Inspectora Acosta
como así también en la División de la Superintendencia de Seguridad Ferroviaria de la Policía
Federal Argentina, ubicada en la Estación del Ferrocarril San Martín, por el subinspector Ramil,
el 18/11/08 a las 11:15 hs. En esas presentaciones se les hace saber a ambas dependencias
que el día 19/10/08 se haría un corte en la autopista Arturo Illia, en virtud de que no habrían
obtenido respuesta alguna a las reiteradas presentaciones del proyecto de urbanización de la
villa 31/31 bis.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 129
Anexo
puede constituir aviso previo y mucho menos anticipado, mas aún teniendo en cuenta que
originalmente había sido suscripta por unos pocos vecinos de la villas 31 y 31 bis.
Habiendo prestado declaración los integrantes de la mesa de trabajo Petronilla Bobadilla Maciel, Elva Aima, Zulma Beatriz Rosa Moretti, Silvia Manzoni, Andrés Carlos Benitez, Carlos Federico Ramón Acosta, todos coinciden en haber firmando la nota en la casa de Elva Aima, antes
de que fuera presentada en la comisaría. Específicamente Petronilla Bobadilla Maciel refirió
que Zulma Moretti fue la encargada de llevar la nota a la policía, circunstancia que fue ratificada por Moretti quien sostuvo que la nota la redactó Amalia Aima y que luego ella la presentó,
primero concurrió a la seccional 46 y después a la comisaría de San Martín.
Asimismo, los dichos de Zulma Moretti se condicen con la secuencia de horarios de las presentaciones efectuadas ante la seccional 46 y en la División San Martín, 10:50 hs. y 11:15 hs.
respectivamente.
Aquella cirunstancia fue reconocida en la audiencia por Carina del Carmen Acosta, inspectora de la PFA, quien refirió que al momento de los hechos se desempeñaba en la oficina de
administración de la comisaría 46, que reconocía en la nota su firma y la aclaración de su suscripción, como así también de la declaración de Miguel Alejandro Ramil, agente de la PFA, que
cumplía funciones como jefe de Servicio en División San Martín, quien reconoció su firma en
la nota presentada, la aclaración, la fecha y hora. También sostuvo que recibía muchas notas
de integrantes de la villa pero no recuerda puntualmente a quien entregó la nota. Que en
general se entregan al superior y que en el caso era el comisario Ferreira.
Al respecto y si bien Acosta manifestó que creía que los números que identificaban la fecha
y hora de la recepción del aviso no le pertenecían, es dable destacar, tal como lo menciona la
juez al momento de dictar sentencia, que a simple vista la grafía y la tinta utilizada para suscribir aquellos números y letras son similares a los de la firma y aclaración que Acosta reconoció
como propia. Siendo así, si la parte acusadora tenía dudas al respecto debió haber solicitado
un peritaje para aclarar esa incógnita. Por ello, y en virtud del principio in dubio pro reo, cualquier duda debe ser decidida a favor de los encartados.
A ello cabe agregar que la nota había sido efectuada como sugerencia de María Luciana Bercovich, abogada de la Asociación Civil para la Igualdad y la Justicia, quien sostuvo al declarar en la audiencia que dos días antes de la protesta se comunicaron manifestantes con esa
asociación y le preguntaron si tenían que hacer una presentación en la policía a lo que ellos
asesoraron que sí.
De lo expuesto se desprende que la hipótesis de la Fiscal en cuanto a la autenticidad de la
nota y de la fecha en la que habría sido entregada y su aseveración de que podría existir una
130 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Si bien, de las declaraciones del comisario de la seccional N°46 Luis Alberto Norte, de los subinspectores de esa comisaría Diego Fernando Romero y Damián Guillermo César Clenar, del
Sargento de la Policía Federal de la División Robos y Hurtos Jorge Aníbal Albelo, como así
también de los informes de fs. 18 y 60 de la División Planificación de Servicios de la Policía
Federal, del de la Subsecretaría de Seguridad Urbana de la GCABA de fs. 71/72, de los de fs.
201 y 203 del subcomisario Gabriel Albanese y del comisario Luis Alberto Norte, como del de
fs. 208 del jefe de la División San Martín, se desprende que no fueron anoticiados del corte,
ello no puede revertirse en contra de los encartados que cumplieron con la presentación del
aviso - indicando un día antes fecha y lugar del corte.
d) Violación a las indicaciones de la autoridad competente.
La recurrente sostiene que no fueron respetadas las indicaciones del personal policial respecto del
ordenamiento, pues al requerir liberar al menos un carril de la referida autopista, no hicieron caso
y la mantuvieron cortada durante al menos nueve horas, exigiendo como condición la realización
de una entrevista con funcionarios del gobierno de la ciudad. Que la liberación parcial y por breves
lapsos de algunos de los carriles de circulación de la autopista, en modo alguno puede entenderse
como el cumplimiento de las indicaciones dadas por la autoridad.
En cuanto al referido planteo cabe manifestar que tanto de las declaraciones de los policías
Luis Alberto Norte como así también de las del subinspector Diego Fernando Romero y de Damián Guillermo César Clenar no se desprende que los manifestantes habrían desacatado las
órdenes de la policía. Específicamente Luis Alberto Norte refirió que se habilitó un carril para
el paso de automóviles y que el corte se extendió hasta aproximadamente las seis de la tarde
Agregó que el corte fue total al comienzo pero fue cediendo a medida que pasaban las horas
y que habilitaban carriles en ambas manos de manera progresiva a lo que iban negociando.
En suma, los integrantes de la policía federal que se encontraban presentes coinciden en que
hubo gestiones para destrabar el conflicto y que la cantidad de carriles que se habilitaban
eran en función de las negociaciones. Asimismo la legisladora Liliana Beatriz Parada, que se
hizo presente en el lugar del hecho, sostuvo que el clima era tranquilo y que cuando ella llegó
a la autopista, algunos vecinos se habían ido hacia la reunión con funcionarios del gobierno,
que la gente estaba tranquila y que no había ningún caos. Por todo ello, el planteo de la Sra.
Fiscal no tiene asidero fáctico.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 131
Anexo
maniobra ardidosa que diera lugar a un abuso de firma en blanco, no tiene sustento en ninguna de las pruebas obrantes en la causa, son meras suposiciones sin base fáctica alguna.
e) Falta de aviso a la autoridad competente y ausencia de configuración del requisito de razonable
anticipación.
La representante del Ministerio Público esgrimió que la autoridad competente para recibir el
aviso, conforme resolución 558/06 es la Dirección del Sistema de Señalización del GCBA. Que
en el caso, la Subsecretaría de Seguridad Urbana del gobierno de la ciudad no recibió noticia
alguna previa al corte. Agregó que el escueto lapso temporal con el que habría presentado la
nota es insuficiente para implementar un operativo preventivo serio.
Al respecto cabe expresar que el Poder Ejecutivo de la CABA – a través de la Subsecretaría de
Programación y Coordinación del Espacio Público, la Subsecretaría de Tránsito y Transporte y la
Subsecretaría de Seguridad Urbana- dictó el 26/10/06 la resolución N° 558/GCBA/SSPYCEP/06,
que estableció el circuito administrativo para la tramitación y programación de las solicitudes
de corte de calles y avenidas, sea su afectación total o parcial.
Que la resolución establece que “Las solicitudes de corte de calles y avenidas totales o parciales
serán presentadas ante la mesa de entradas de la Dirección General del sistema de señalización,
con una antelación de diez días hábiles a la fecha en la que se pretende afectar la calzada”.
Específicamente dispone que “La Subsecretaría de Seguridad Urbana será la encargada de dictar
el acto administrativo que autorice los cortes de calles y avenidas, sean totales o parciales, en los
casos de manifestaciones políticas, partidarias, religiosas…” Asimismo determina que el mencionado “acto administrativo deberá fundarse en los informes técnicos elaborados por la Dirección General de Sistema de Señalización, de la Dirección General de Tránsito, si correspondiere, y
de la Dirección General de Seguridad Vial”.
Sentado ello cabe concluir que el permiso exigido por la mentada resolución no resulta compatible con el simple aviso dispuesto por el art. 78 CC pues mientras que la disposición 558/06
requiere un acto administrativo que autorice los cortes de calles y avenidas, la norma contravencional no exige la solicitud de permiso alguno. En base a ello, no puede pretenderse su
aplicación al caso ni en cuanto a la solicitud de permiso previo ni tampoco en lo relativo a la
autoridad competente para recibirlo pues la norma contravencional no determina a quién
debe dirigirse el aviso, ni bajo qué modalidad ni con qué anticipación corresponde efectuarlo,
tampoco nos remite a ningún otro tipo de reglamentación.
En suma, la exigencia de aviso previo a la autoridad competente no exige una autorización
sino que es un simple aviso.
132 | El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral
Por las razones expuestas, el Tribunal
RESUELVE:
CONFIRMAR la sentencia obrante a fs. 375/387vta. en cuanto ABSUELVE a Julián Wald; Malvina
Patricia Vargas, Ramón Antonio Ojeda, Aida Nelly Campos Vílchez y Amalia Concepción Aima,
de las demás condiciones personales obrantes en autos por el hecho que les fuera imputado
consistente en haber “conjuntamente con un grupo de personas vecinos del complejo habitacional denominado Villas 31 y 31 bis de esta ciudad”, llevar a cabo, previa organización, el día
19 de noviembre de 2008 desde las 9.20 hs y hasta las 19.50 hs. aproximadamente, un corte de
uno de los accesos a la ciudad de Buenos Aires, en la denominada autopista Arturo Illia.
Regístrese, notifíquese con carácter de urgente y oportunamente remítase al juzgado de origen, a sus efectos.
Ante mi:
Dejo constancia que el Dr. José Sáez Capel no firma por hallarse en uso de licencia.
El Rol del Estado en el Conflicto Social y Laboral | 133
Anexo
En el caso, tal como lo expresáramos precedentemente, se anotició de la marcha un día antes
a la comisaría de la jurisdicción, lo que permitía implementar un operativo preventivo para
disminuir la afectación de los derechos de los ciudadanos que circulaban por esa autopista,
circunstancia que no ocurrió desde el primer momento en virtud de la falta de comunicación
institucional de aquella protesta, pues los preventores una vez recibida la nota no le dieron el
cauce adecuado. En base a ello, este planteo fiscal tampoco puede prosperar
En síntesis, es dable afirmar que la resolución recurrida ha sido sustentada razonablemente, y los agravios del recurrente sólo evidencian una opinión diversa sobre la cuestión debatida y resuelta (CSJN fallos 302:284; 304:415, entre otros); decisión que cuenta
con los fundamentos jurídicos necesarios y suficientes que impiden su descalificación
como acto jurisdiccional válido (Fallos 293:294; 299:226; 300:92; 301:449; 303:888, entre otros) y, por ende, no se puede tipificar como arbitraria.
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