IV SEMINARIO NACIONAL DE LA RED DE CENTROS ACADEMICOS PARA EL ESTUDIO DE GOBIERNOS LOCALES 28 Y 29 DE NOVIEMBRE 2002 COMISION 1: GOBERNABILIDAD EN SISTEMAS MUNICIPALES Democracia, ciudadanía y participación. Asambleas barriales: articulaciones y conflictos entre representantes y representados en el ejercicio de la democracia local. Lic. Furque, Diana Lic. Milagros Sosa Sálico Introducción La crisis de representación política por la que atraviesa nuestro país, si bien puede enmarcarse dentro de la crisis generalizada a nivel mundial del sistema representativo democrático, asume características propias resultantes de una acuciante coyuntura que conjuga y entrelaza elementos políticos, económicos y sociales.1 Una de estas características pareciera ser la respuesta “espontánea” que se ha manifestado desde la sociedad civil desde diciembre del año pasado, y que creemos constituye hoy un fenómeno que, más allá de inscribirse en las tradiciones reivindicativas de movimientos sociales en nuestro país, como muchos consideran, merece ser analizado desde su singularidad por su novedad como forma de 1 “Las nuevas formas de demandar no están sujetas sólo a la obtención de planes sociales o a la devolución de ahorros que es que aparece en al superficie. También se exige una transformación social profunda contra las formas de un sistema que no respondió a las demandas de la gente en su mayoría. Algunas de estas nuevas expresiones de la política salieron a enfrentar la realidad, sabiendo que no es posible esperar una respuesta del Estado”.Pavón, Héctor. “El partido que se juega por afuera” Clarín. Suplemento ZONA Pág. 2. 04/08/02 1 movilización política. Estamos haciendo referencia a la irrupción en el escenario público de un nuevo actor: las Asambleas Barriales. 2 La estrategia analítica de este trabajo se orientará a la descripción de los procesos y de las relaciones que se construyen entre las asambleas barriales y la clase dirigente política local, de modo tal de percibir las dificultades para la articulación de consensos en torno a las políticas de participación ciudadana en el ámbito de la democracia en la ciudad de Córdoba. Interesa también, tener en cuenta las percepciones que los actores que participan en estas organizaciones tienen respecto a las ideas de representación política, las discusiones que se generan en torno a la misma y la concepción de sujeto social implicado en la noción de representación. Para ello utilizamos los resultados de la investigación llevada a cabo en el marco del Taller sobre las Asambleas de la Ciudad de Córdoba: “Saberes en diálogo acerca de la institucionalización de la democracia” realizado durante los meses de abril a julio del presente año, organizado por el Instituto de Investigación y Formación en Administración Pública de la Universidad Nacional de Córdoba, del cual participamos. El trabajo se estructura bajo el siguiente orden: 1. En primer lugar daremos cuenta de las relaciones, que en el marco de la democracia local, se construye entre Asambleas Barriales, gobierno y sociedad civil. 2. Luego, intentaremos trasmitir las representaciones de los actores, abordando la cuestión bajo el siguiente eje: Al hacer referencia a la actual crisis de representación, ¿los actores están problematizando sobre una crisis en la representatividad como sistema? ¿O sobre una crisis de “esta” representatividad? 3. En tercer lugar, intentaremos conceptualizar acerca de las nociones de sujeto social y ciudadanía implicado en estas representaciones. 4. Para concluir reflexionaremos respecto de la dificultad de construir instituciones y las posibilidades de las asambleas barriales de lograr perdurabilidad y vigencia. 1) - ¿Democracia? Relaciones entre las Asambleas Barriales, el Gobierno local y la sociedad civil 2 Existen en Argentina cerca de 272 Asambleas Populares Permanentes que presentan la siguiente distribución: Capital Federal, 112; Provincia de Buenos Aires, 105; Santa Fe, 37; Córdoba, 11, Entre Ríos, 2, Río Negro, 2 y Otros (La Pampa, San Juan, Neuquen), 3. Estos datos no deben dejar de lado la posibilidad que, con el transcurso del tiempo, se hayan sumado o desaparecido algunas Asambleas. Ovalles, Eduardo “En la Argentina funcionan 272 asambleas permanentes”. Trabajo realizado por el Centro de Estudios Nueva Mayoría. En http//www.nuevamayoría.com. Marzo 2002 2 1.1 Participación y normativa. El sistema democrático argentino expresa la idea de una democracia representativa - delegativa. En este sistema los ciudadanos son tales en la medida que con, cierta periodicidad, ejercen su derecho (y deber) de participar en las elecciones donde se eligen los responsables de conducir los proyectos políticos, sociales, económicos y culturales de la sociedad. Ahora bien, una cosa es ser miembro de un Estado, sujeto a sus autoridades y a sus leyes en tanto mero habitante de un territorio; y muy diferente, gozar de todos los derechos de ciudadanía y ser definido (y definirse) como participante activo en una colectividad guiada por un propósito claramente común. Es por ello que resulta interesente transcribir un comentario que José Nun (2001:151) manifiesta en su libro, Democracia: ¿gobierno del pueblo o gobierno de los políticos? : “El politólogo inglés John Dunn observa que, en los países ricos, el éxito de la democracia representativa fue consecuencia de la combinación bastante peculiar que se produjo allí entre su viabilidad y su atractivo: lo que la hizo viable (la efectiva protección que le ha brindado a la economía de mercado) no es lo mismo que la volvió atractiva para la imaginación popular (la idea de que el poder legítimo del Estado se funda en la libre elección periódica de los ciudadanos. En nuestro país la Constitución nacional expresa en el Artículo 22 los idearios de la democracia representativa, de modo tal que el pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes y autoridades creadas por la Constitución, pero poco avanza respecto a la posibilidad de la democracia como sistema participativo. La Constitución de la provincia de Córdoba, CAPITULO TERCERO: Derechos Políticos, Artículo 30, párrafo primero, expresa: Todos los ciudadanos tienen el derecho y el deber de participar en la vida política. El voto universal, igual, secreto y obligatorio para la elección de las autoridades es la base de la democracia y el único modo de expresión de la voluntad política del pueblo de la Provincia, salvo las excepciones previstas en esta constitución. Al menos en la orbita provincial, sólo parece construirse la base de la democracia en torno a lo electivo, pero nada se menciona, respecto a la posibilidad de concebir a la democracia como un ámbito propicio para el debate y el dialogo que supere sólo lo concerniente a la elección de autoridades o representantes. Vale decir que la única manera de expresar la voluntad política, al menos para el pueblo de la provincia es a través de un acto eleccionario, que por supuesto no resulta cotidiano. Por lo tanto, el camino para la construcción de un espacio público3 que pueda resultar del debate y del disenso resulta dificultoso. 3 “El espacio público es así el lugar y el envite de un “vivir – juntos” que no reniega de los particularismos identifiactorios pero los transciende sin embargo en la asunción de un mundo común. Es en esto que se constituye un bien público”. ETIENNE TASSIN, Identidad, Ciudadanía y Comunidad Política: ¿Qué es un 3 La Carta Orgánica Municipal de la ciudad de Córdoba introduce la posibilidad de la participación ciudadana en otros aspectos de la vida democrática, de tal modo incorpora Institutos de Democracia Semi -directa, los cuales pueden hacer uso los ciudadanos de la ciudad de (¿Pueden realmente?). Córdoba 4 Estos mecanismos refieren a diferentes maneras que tienen los cordobeses de ejercer la democracia Semi directa. Las decisiones de los ciudadanos pueden plasmarse en iniciativas de propuestas legislativas o electivas (ya sea que la propuesta provenga de la ciudadanía o de los órganos de gobierno) donde encontramos: la Consulta popular, Iniciativa Popular, Referéndum Popular, Revocatoria o, por otra parte, la participación puede comprenderse como acciones de participación de los ciudadanos de manera colectiva o sectorial destinadas a la diferentes necesidades sociales (Participación Vecinal, Participación Sectorial satisfacción de Audiencia Pública, Voluntariado. Las asambleas barriales, parecen no encuadrar dentro de ninguna de las figuras legales que se mencionan en esta norma. A pesar de que estas figuras están proclamadas en la ley fundamental de la ciudad de Córdoba y que motivarían una participación más frecuente de los ciudadanos en los asuntos públicos y en el control de las gestiones del gobierno municipal, son de difícil implementación en la práctica. Al respecto la Concejal Frepasista Laura Sesma sostiene: “La Carta Orgánica de Córdoba fue vanguardista en el país en cuanto a la consagración de las instancias de participación ciudadana. Sin embargo, muchos de estos institutos no fueron reglamentados o se les impusieron requisitos y procedimientos de difícil concreción”5 Por otra parte, Antonio María Hernández, expresa: “Es evidente que en estos años, el Concejo Deliberante no estuvo a la altura de sus responsabilidades. Lo primero que tenían que hacer los Concejales era reglamentar y poner en marcha estos instrumentos y es lo que menos hicieron. Esta situación releja el grado de anomia y la falta de cultura política y jurídica que padecemos los argentinos. Si hay algo que destacar de la Carta Orgánica Municipal es la notable amplitud para facilitar formas de participación política y ciudadana, y sin embargo los ediles no sólo no lograron activar estos mecanismos sino que, además, produjeron reglamentaciones que atentan contra la participación ciudadana.” 6 ¿Comprendemos a la democracia como un ámbito que puede favorecer la conformación de un espacio de debate de iguales, donde sean los ciudadanos y los representantes capaces de confrontar ideas y lograr acuerdos? Los asambleístas optaron por local, como Centros Vecinales, no participar en los ámbitos políticos tradicionales del gobierno partidos políticos o el Concejo Deliberante. Y los miembros de éstas instituciones no demostraron preocupación por este marcado desinterés de los ciudadanos en las instituciones formales ya existentes. sujeto político? En FILOSOFIAS DE LA CIUDADANÍA. SUJETO POLÍTICO Y DEMOCRACIA. Ediciones Homo Sapiens, Rosario, Argentina. Marzo de 1999 4 Notoria es la dificultad que están teniendo los ciudadanos de Córdoba para llevar a delante el proceso de revocatoria del actual Intendente. 5 Diario La Voz del Interior 09/11/02 6 Diario La Voz del Interior 09/11/02 4 Entonces, cuando se ha llegado a una instancia en la que no se puede seguir justificando al sistema democrático con la con la construcción de una estructura formal que parte de la existencia de esquemas electorales en los cuales el pueblo se manifiesta cada cierto tiempo para escoger sus representantes, no se puede continuar afirmando que tenemos una democracia, porque hay una “aparente división de los poderes públicos”, porque tenemos un órgano ejecutivo, controlado por un órgano legislativo y un órgano judicial, independientes entre sí. Incluso no se puede justificar la democracia, porque se demuestre que existe un proceso descentralizador, que permite la elección de gobernadores o de intentes, así como sus respectivos representantes en los órganos legislativos. 1.2 Estrategias de relacionamiento En el transcurso del taller pudimos observar que, en las diferentes modalidades de relacionamiento de las asambleas barriales con otras organizaciones de la sociedad la presencia de vínculos con el sector de los dirigentes y funcionarios políticos fueron escasos. Las iniciativas de acercamiento o de interés por parte de funcionarios y políticos no obedecieron, en la mayoría de los casos, a acciones voluntarias de éstos, con el objetivo de conocer y de acercarse a las problemáticas sociales que se plantean en el seno de las asambleas barriales. Por el contrario los promotores de iniciativas de acercamiento con la clase dirigente fueron siempre los miembros de las asambleas y el rechazo (o temor) por parte de los políticos fue manifiesto. 7 La relación con los partidos políticos no difiere ya sea si se trate de partidos políticos tradicionales (como la Unión Cívica Radical o el Partido Justicialista) o de Partidos o Agrupaciones procedentes de sector de la izquierda: Partido Obrero, Partido Socialista, Grupo Quebracho, MST, entre otros. La posibilidad de “partidizar” las reuniones asamblearias fue un foco constante de debate, e incluso de conflictos, entre los ciudadanos. El rechazo a lo partidario, no implica el rechazo a lo político. La condición de seres políticos está presente y se vislumbra como necesaria y cotidiana en la vida de los individuos, pero lo partidario tiene aristas de “lo viciado”, de estructuras cerradas, clientelares y propicias a la corruptela. 8 Expresiones como las siguientes dan cuenta de esta reflexión: “Yo vengo desde las primeras asambleas. Quiero darle continuidad a la asamblea. No queremos hacer partidismo aquí dentro. Todos los hechos de la vida son políticos, pero no partidarios” (Leandro, Asamblea Alto Alberdi 06/05/02) 7 “Los políticos, personas que se supone operan profesionalmente dentro del espacio público, casi nunca están preparados para enfrentar esta invasión de intrusos (dentro del espacio público, cualquiera que no tenga el cargo adecuado, y que aparezca allí en una ocasión no preparada ni calculada y sin ser invitado, es por definición un intruso”). La recuperación del espacio público”, Zigmunt Bauman, Página 12, 10/02/02 8 Las dificultades en torno a la inclusión de partidos políticos en las reuniones de la Asamblea de Alto Alberdi fueron tan conflictivas que en la reunión del 17 de junio del 2002, los miembros de la misma decidieron ( y no de manera pacífica) dividir el grupo. 5 “Soy estudiante, vengo desde febrero. La motivación es la bronca cansancio, hastío de la clase política. Organizarnos de esta forma es bárbaro. Yo pertenezco a la juventud socialista (al MST. Comparto en que la asamblea no tienen que se partidaria, pero no en que los afiliados de los partidos políticos no puedan venir” (Gastón, Asamblea Alto Alberdi 06/05/02. “Se discute sobre la conveniencia o no de la participación partidaria ya sea integrándose a las existentes, para cambiar desde adentro, o la formación de una nueva a través de las distintas asambleas, para cambiar desde afuera” (Asamblea Residencial Vélez Sarsfield) “La formación de las asambleas barriales en una forma de resistencia, de expresión de descontento y de necesidad de superar un modelo de actuación individualista que, a nuestro parecer, ha servido de sustrato para la concreción impune del saqueo económico y del deterioro de las instituciones por parte de los dirigentes” (Asamblea de Barrios los Naranjo) “Debido a la clase dirigente es que estamos como estamos en la asamblea barrial. Les estamos dando la espalda a estos burócratas de otro siglo, por eso no estamos participando en otros lugares” (Asamblea de Alto Alberdi) Los diversos asambleístas perciben a para desarrollar ideas y participar las instituciones partidarias como ámbitos pocos propicios como ciudadanos, aunque también dan cuenta de haber permanecidos “quietos”, “pasivos” como sujetos capaces de ser participes de los acontecimientos de la sociedad. El tejido más denso y rico que se fue construyendo proviene de las relaciones que se dieron entre las asambleas barriales y las organizaciones de la sociedad civil (ya sea que se encuentre organizada o no), como por ejemplo: las universidades, Colegios de Profesionales, ONG, Medios de Comunicación y los grupos de debate (como los que se desarrollan en el ámbito de Internet: cordobanexo.com ó la Red principio del Principio) entre otros. Estas agrupaciones y asociaciones colaboran, de manera horizontal y abierta, en la prosecución de bienes y servicios que las asambleas barriales desarrollan con la comunidad barrial e interbarrial, cubriendo necesidades o prestando servicios que el Estado ha dejado de brindar o que brinda deficientemente: compra conjunta de medicamentos y de comida, capacitación laboral para realizar micro emprendimientos (huertas, roperos comunitarios, comedores, correcto uso de los alimentos, asesoramiento legal y técnico para temas puntuales (como el caso del proceso de Revocatoria en la ciudad de Córdoba ó de los Planes Jefes y Jefas de Hogar en la ciudad de Córdoba) y la realización de eventos culturales donde se comunica a la sociedad las ideas y los proyectos de las asambleas. Estas estrategias de relacionamiento son las que han permitido traspasar las barreras de la protesta callejera y materializar ciertos reclamos y necesidades en acciones concretas, que sirven además como atractivo para la incorporación de nuevos miembros al grupo. 6 En estas actividades los asambleístas se sienten protagonistas del cambio y no aguardan de manera pasiva que “otros” (los políticos) sean los que resuelvan sus problemas cotidianos. Es transformar la palabra, el discurso en acción colectiva y significante. 9 “Si las cosas están así no es solo por los políticos y los gremialistas, sino también porque nosotros los dejamos hacer” (Asamblea del Cerro de las Rosas) 2) -La mirada a la “Crisis de Representación” 2.1 Desde las Asambleas Si bien podemos plantear que la crisis de representación es “un proceso donde entran en conflicto los sujetos representados con sus representantes, que se expresa en las limitaciones al 10 establecimiento de una relación de delegación” , al analizar las percepciones del grupo de actores que participan en las asambleas de la ciudad de Córdoba, comprobamos que esta definición adquiere connotaciones de significados muy distintos, a tal punto que nos atrevemos a señalar dos categorías que referencian posturas claramente distanciadas. Una que cuestiona y dirige su atención fuertemente a los representantes, haciendo alusión a una incapacidad total de los partidos políticos existentes y de “los políticos” para representar las demandas y los valores de la sociedad. Esta mirada se manifiesta a través de expresiones de este tipo: “El concepto que manejamos nosotros es que hasta este momento la democracia ha sido representativa sólo “entre paréntesis”, porque no ha tenido una base firme. Ha sido representativa sólo de una cúpula dirigente, una democracia de partidos que tienen propuestas que no le interesan a nadie. Creemos en una democracia participativa, pero hay que cambiar las constituciones tanto nacionales, provinciales como municipales y elegir por sectores o circunscripciones uninominales, acotar lo más chico posible para que la gente pueda elegir, porque hoy tiene derecho a votar pero no a elegir”. 11 Los actores consideran que el problema radica en las personas que han sido elegidas para representar a la sociedad, motivo por el cual sus demandas apuntan a la optimización del sistema por el cual se los designa, es decir al sistema electoral y de partidos políticos. El cuestionamiento es a las personas y no a las instituciones democráticas en sí. 9 Durante las reuniones de la Asamblea de Alto Alberdi, la Comisión de Trabajo se encargó de colaborar con la CTA para reunir a los vecinos necesitados de los Subsidios Jefes y Jefas de Hogar. La encargada de dicha comisión remarcó la necesidad de que la Asamblea pudiera mostrar resultados y acciones concretas al resto de los vecinos, ya que de otro modo sólo se quedarían en palabras, igual que los políticos. Insistió en la necesidad de que la gente colaborara en las comisiones, porque sino “todo el mundo exige, pero ustedes tampoco hacen nada”. (Mónica, Alto Alberdi) 10 Brodsky. Lozano. “Re-presentación política. ¿Re-negación del sujeto?” 11 De un Asambleísta de “Participación Ciudadana”, Sec.14. Primer foro de discusión política y social de las Asambleas de Córdoba, coordinado por Córdoba nexo”. 10/08/02 7 “Crear mecanismos de control de la representación y de lo que se hace con la representación... En consecuencia, el vocablo representación debe ser cuestionado pero no para hacerlo desaparecer, sino para crear los mecanismos que permitan que esa representación sea controlada y democráticamente ejercida. Pero debemos asumir que el sistema de representación no ha funcionado por una triple causa; un lado, porque ha estado en manos de aquellos que han buscado sus propios intereses. Por otro lado, porque nosotros la ciudadanía, la sociedad, no hemos participado. Y también porque los procedimientos no son vías que faciliten la participación y representación plural. Entonces hay que crear los medios que permitan que nosotros controlemos esa representación y controlemos lo que se hace con la representación, esto es controlemos la gestión del estado. Y para ello, entendemos, hay que reformar el sistema político en esa triple dirección”. 12 Se asocia también esta crisis “de representantes” a la falta de participación y compromiso de la ciudadanía en el ejercicio del control de lo público. Por tanto, las percepciones de los actores respecto a la solución del problema, giran siempre en torno a un mejoramiento del sistema, que asegure una mayor participación, y un mejor control. Detrás de estas ideas aparece fuertemente la creencia en la “representatividad política”; se trata por todos los medios de buscar la alternativa que mejor la operacionalice. Por otro lado, y como segunda postura, tenemos aquellas percepciones que consideran la crisis de representación como parte de una crisis mayor de hegemonía político-cultural. Esta visualización de “crisis de un sistema” (el de representación) es visto como un proceso que inevitablemente implica una ruptura del consenso, en el sentido de cuestionar el contrato social existente por el cual la sociedad civil acepta gobernarse a través de un mecanismo de representación al que otorga, delegándole, el poder político. Estas percepciones si ponen en juego la creencia en la “representación política”: “...nosotros pensamos que, no es una crisis del sistema representativo, porque el sistema representativo no existe, existe una instrumentación de la representación, del modelo de dominación, del sistema capitalista, que utiliza un sistema, un método, una forma de estructurar la representación de forma tal de esterilizar cualquier intento que desde abajo se haga. Y en este momento nosotros tenemos demostraciones muy claras y muy concretas. Dentro de la carta orgánica municipal hay tres formas muy concretas de remover al intendente, pero ninguna de esas tres es viable, entonces obviamente está todo montado de forma tal que nosotros tengamos la sensación de hacer cosas y en definitiva la única posibilidad que tenemos es de seguir siendo sumisos e ir a votar, la única posibilidad concreta..”.13 La no creencia en la “representación política”, permitiría pensar quizás en una crisis de legitimidad del discurso político hegemónico, y es en este sentido que entendemos, apunta la 12 De un Asambleísta de “Espacio Ciudadano”, Sec.14. Primer foro de discusión política y social de las Asambleas de Córdoba, coordinado por Córdoba nexo”. 10/08/02 13 Asambleísta de Plaza Los Naranjos 8 construcción política de las asambleas que bregan en esta posición: un discurso político contra hegemónico. Así, se cuestiona incluso hasta la norma-condición básica, prerrequisito de la delegación de la soberanía, que establece que sólo se gobierna a través de los representantes. Al respecto, un documento emitido por las Asambleas Barriales de la ciudad de Córdoba en septiembre del presente año, denominado “Documento de Consenso”, expresa lo siguiente: “El actual sistema no representa los intereses de la sociedad... la crisis del sistema de representación tiene su origen en su propia esencia que impide la deliberación y participación del conjunto de la sociedad; así el artículo 22 de la Constitución Nacional dice: ‘el pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes y autoridades’..... Como producto de lo señalado y en respuesta a ello, amplias franjas de la sociedad, estamos a la búsqueda de nuevas formas organizativas y de construcción política. Parte de ello son las múltiples formas de acción sociales tales como las Asambleas Populares, los Movimientos de desocupados, las Asociaciones culturales, etc.” Las percepciones encuadradas dentro de la primer categoría corresponden a la minoría de las asambleas; mientras que la segunda representa las ideas compartidas por la mayor parte de las mismas.14 Las dos asambleas de la postura minoritaria pertenecen a barrios del sector noroeste de la ciudad, caracterizados por un nivel adquisitivo alto, y al que corresponde un perfil de asambleísta que se describe en los siguientes términos: hombre, 40 años de edad promedio, clase media alta, profesional15. Hacemos notar también que para categorizar las percepciones tomamos como unidad de análisis las asambleas en lugar de los actores asambleístas, autorizados por el hecho que no hemos notado posiciones diferentes respecto a esta cuestión entre integrantes de una misma asamblea. Es decir, las diferencias se evidencian solo a nivel de asamblea. 2.2 Desde el Imaginario Colectivo Presentadas las percepciones de los propios actores que participan en las asambleas, nos parece interesante continuar este trabajo , incorporando el análisis de las conceptualizaciones que se están configurando al respecto, no ya desde los propios actores que intervienen en este movimiento en forma directa, sino desde el común de la sociedad. La tarea de recoger cuáles serí an las ideas sobre la crisis de representación que están instaladas en la sociedad, nos parece importante porque creemos que estas percepciones constituyen hoy una fuerte demanda respecto al quehacer político de las asambleas. 14 De un total de 12 asambleas, solo asociamos 2 a la primer categoría. Las asambleas que consideramos son: Alta Gracia, Villa Rivera Indarte y Argüello, Alta Córdoba, San Martín y Los Paraísos, Plaza Los Naranjos, Parque de la Vida, General Bustos, Poeta Lugones, Altamira, Alto Alberdi, Seccional 14 "Espacio Ciudadano", Seccional 14 "Participación ciudadana". 15 Barrios correspondientes al distrito de la seccional 14. 9 Con las consideraciones pertinentes al caso, intentamos avanzar sobre estas percepciones a partir de las repercusiones periodísticas referidas al fenómeno aparecidas desde el inicio del mismo, ya que creemos “representan” en buena medida, el pensamiento y los sentimientos de una parte mayoritaria de la sociedad, respecto al asunto. Nos parece oportuno comenzar por la trascripción de los siguientes párrafos que son parte de notas publicados en el matutino de mayor tirada en la ciudad de Córdoba, “La voz del Interior”: “Cuando, como en el caso argentino, una clase política fracasa estrepitosamente en cumplir con su misión, que no es otra que servir a sus representados, el remedio no consiste en abolir a la clase política sino en reemplazarla por otra, más genuinamente inspirada en los intereses del pueblo. ... No hay duda de que las nuevas camadas deberán surgir de un trabajo de gestación que demandará tiempo y que, a no dudarlo, exige el compromiso participativo de todos. Tanto de los individuos que revelen aptitudes para crecer como dirigentes, como de la gente indiferenciada, que no podrá ya limitarse a cumplir el rol de mera espectadora sino que deberá tomar parte de la corriente de hechos a través de su capacidad para informarse y apoyar o rechazar críticamente los elementos de que se compondrá el quehacer público cotidiano. En todo el país en estos momentos, se desarrollan actividades que deberían representar el punto de partida para la nueva política... desde asambleas barriales hasta grupos de ayuda solidaria. El descreimiento de la gente en los partidos políticos tradicionales no ha inhibido su capacidad de reacción y que su rechazo a la política no pasa por la política misma sino por quienes la han protagonizado sin hacerse cargo de las responsabilidades que le son inherentes..... Esto puede ser el embrión de un contrapoder, capaz de empezar a diseñarse como uno o varios ejes de organización político y cultural alternativos....” (“Un camino no tradicional para la política”. 13/05/02) “Esto supone dotar a la representación popular de una efectiva vigencia. Lo único que puede otorgarle ese carácter es su funcionalidad, es decir la participación popular en la conformación, confirmación o revocación de instrumentos y las personas encargadas de dirimir los asuntos públicos en el escenario político” (“Un camino no tradicional para la política”. 13/05/02) “... Es importante estar alerta para prevenir acciones que puedan contrariar el carácter de foros abiertos que hasta ahora han tenido las asambleas. ..... Es importante aislar este tipo de exteriorizaciones porque, justamente, tienden a encerrar el asambleísmo en discusiones que generalmente espantan a la gente y la alejan, desvirtuando el carácter fecundo de las asambleas populares al proponer consignas divisionistas y simplistas. Es hora de sumar y no de restar. Esta es una elección matemática clonar, pero que siempre nos ha costado mucho entender a los argentinos” (“Un camino no tradicional para la política”. 13/05/02) “¡Que se vayan todos! fue una frase muy escuchada en los últimos tiempos. Muchos analistas le dieron un tinte dramático a esta afirmación, ya que el descrédito en todas las instituciones significaría el final del sistema democrático” (“Crece la nueva política en Córdoba”, 5/05/02) “La proliferación de asambleas barriales en las grandes ciudades y la participación activa de mucha gente en ong`s y asociaciones civiles, todavía no se vio reflejado en la creación de nuevos 10 partidos políticos. De todas formas, este fenómeno es incipiente y se puede esperar en un futuro cercano, que haya nuevas propuestas de partidos que intentarán captar el rechazo que hoy la gente tiene hacia los partidos tradicionales” (“Nuevos partidos en formación”. 14/04/02). De las expresiones anteriores desprendemos el siguiente análisis: en el imaginario colectivo se están configurando distintos tipos de percepciones que “esperanzadoramente” estarían ir intentando encontrar el eje de salida a la actual crisis de representación, a través de estas nuevas formas de participación política, denominadas “formas no tradicionales”, como son las Asambleas Barriales. Es decir, ante la falta de credibilidad en la clase política actual, la sociedad estaría reclamando la formación de nuevos partidos políticos, que pongan a disposición del electorado, nuevos dirigentes que representen genuinamente los intereses comunitarios. Por un lado, la frase “Que se vayan todos” estaría queriendo significar, en este sentido, el rechazo a todos los representantes políticos existentes (sin distinción de identidad partidaria), y una exig encia de “recambio” del plantel actual de gobernantes. Por otro lado, está instalada en la sociedad cordobesa la idea que estos “nuevos hombres de la política” surgirán de estas “formas novedosas de hacer política”, como son las Asambleas. Al respecto, en una encuesta realizada en la ciudad de Córdoba16, el dieciséis por ciento (16%) de los consultados opina que los nuevos dirigentes políticos deben surgir de las Asambleas Barriales. 17 Si comparamos estos resultados con las percepciones sobre la crisis de representación de los propios actores que participan en las Asambleas, encontramos una disonancia: se hace evidente que la sociedad está exigiendo a estas nuevas instituciones un quehacer político determinado, que tiene que ver más con una participación en la política partidaria, que con la ruptura de consenso sobre el actual régimen de representación que plantean los asambleístas. Ante esto aparece un debate alrededor de la siguiente cuestión: ¿Responderán las Asambleas a la demanda de la sociedad? ¿Considerarán los asambleístas que deben “representar” los intereses de sus con-ciudadanos? La respuesta de un asambleísta a la pregunta: ¿A quién representan? resume este interrogante: “Es una pregunta clave: (nos representamos) a nosotros mismos, los que pertenecemos al grupo. No podemos, ni deseamos arrogarnos el derecho de hablar en nombre de toda la ciudadanía....... Nuestro fin último es desaparecer. Ese será un glorioso día para nuestra nación porque significará que 16 Encuesta realizada en la ciudad de Córdoba, durante los días 22 al 24 de Septiembre de 2002 por GESTION CONSULTORA, Martínez Malagueño y Asociados. Ficha Técnica: Encuesta domiciliaria, 400 casos, Población: varones y mujeres a partir de los 18 años de edad, Nivel de Confianza de 95% y Error de +/- 5%. Cuotas por sexo y niveles etários (según datos de INDEC). 17 Ámbitos de procedencia de nuevos dirigentes políticos: Nuevos Partidos, 39%; Asambleas Barriales, 16%; Partidos tradicionales, 12%; Universitarios – Profesionales, 10%; Organizaciones Empresariales, 7%; Organizaciones de base, 4%; FFAA, 4%; Iglesias, 2%; Organizaciones Sindicales, 1%; Ninguno, 1% y Ns/Nc, 4%. GESTION CONSULTORA. 11 organizaciones como la nuestra ya no serán necesarias; porque las leyes serán cumplidas, los derechos humanos y civiles quedarán satisfechos, y habrá trabajo, libertad y dignidad para todos” 18 Desde nuestra opinión, si bien la demanda de la sociedad respecto al involucramiento político de las asambleas estaría encaminada claramente en el sentido partidario planteado, creemos que estas organizaciones están tomando otro rumbo. A nuestro juicio, constituyen un “movimiento social” que desde y como forma de expresión de la sociedad civil, limita y cuestiona a las esperas política y económica, en su intento de seguir funcionando como sistemas autónomos, autodeterminados, y autorregulados. 3) -Nociones de Sujeto Social y Ciudadanía implicados en las representaciones. La definición oficial de ciudadanía post ula la conjunción de tres elementos constitutivos: - la posesión de ciertos derechos así como la obligación de cumplir ciertos deberes en una sociedad específica; - la pertenencia a una comunidad política determinada (normalmente el Estado), vinculada frecuentemente a la nacionalidad; - y la oportunidad de contribuir a la vida pública de esa comunidad a través de la participación.19 Sin embargo, a partir de las percepciones de los actores respecto a la representación política analizadas en este trabajo, podemos determinar cuál es el sentido que se otorga al concepto de ciudadanía. Emerge de los espacios públicos que constituyen las asambleas, que ser ciudadano, no tiene que ver con la construcción instalada en el imaginario colectivo que confunde al ciudadano con la persona que ejerce solo un derecho ciudadano: votar. “No creemos y hemos cuestionado el concepto de democracia. Ni hemos hablado de democracia participativa porque entendemos que dentro del concepto actual de democracia se nos niega la participación a los ciudadanos” 20 La delegación de decisiones en los representantes instituidos de acuerdo al sistema democrático vigente, no es la actitud que correspondería al concepto de ciudadano que se defiende desde el movimiento asambleario: “Esta convocatoria pone el eje en terminar con una cultura de la 18 Mary Pita.“En qué andan las asambleas populares. Una asamblea por los derechos civiles”. IDEAS. Revista electrónica del bloque socialista. Año 1 Nº 9. (Sep. 2002) 19 Informe sobre el Proyecto " Hacia una Teoría de la Ciudadanía. Conceptos centrales de una institucionalidad democrática: Sociedad Civil y Espacio Público", presentado a la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Córdoba. Directora: Cecilia Carrizo. 20 Asambleísta de Alta Córdoba. 12 delegación, para pasar a una que implique la autogestión y la asunción de responsabilidades colectivas. Que las decisiones no se deleguen y estén en todos y cada uno de nosotros”21 El concepto de ciudadanía que está presente es más amplio: tiene que ver con una actitud activa, de ser capaz de crear o modificar en cooperación con otros el orden social en el que se vive, cumpliendo y protegiendo la dignidad de todos. De allí que la participación no sea entendida como el mero ejercicio del sufragio electoral, sino como una participación ciudadana plena que permita a cada uno de los actores sociales crear el orden social en el que les toca actuar. Así, el concepto de ciudadanía está íntimamente ligado, tanto a la idea de la defensa de los derechos individuales como a la noción de vínculo con una comunidad particular, de la cual se es parte. El desafío que se establece es instalar en la sociedad la necesidad y la importancia de ser sujetos sociales responsables de sí mismos, autodeterminados, con capacidad de decisión: “A diferencia de los partidos políticos que participan en las estructuras de poder, convocamos a dejar de ser objetos pasivos, democrática de decisión”. manipulables, para transformarnos en sujetos políticos con capacidad 22 Y es desde este desafío desde donde se da sentido a las prácticas. Participar tiene que ver con la capacidad de los sujetos de hablar con su propia voz, y de esa forma ir expresando y construyendo simultáneamente una identidad cultural propia: “Estas nuevas prácticas sociales adoptan como método la participación horizontal, el consenso, el respeto por las diferencias, el ejercicio de la solidaridad... se construye de este modo y progresivamente una nueva institucionalidad caracterizada por la diversidad social, política y cultural.” 23 La conformación de estas identidades que se fundan y refundan a sí mismas, permite mantener las subjetividades sociales que quedan anuladas dentro de un sistema político que reduce el concepto de “sociedad civil” al concepto de “pueblo” o “nación”, al gobernar “en representación del pueblo”. No olvidemos que si bien ambos conceptos son representaciones simbólicas que dotan de una imagen unitaria a la pluralidad social, no pueden adoptar una forma real, ni constituir de manera concreta esa unidad, ni apropiarse del lugar del poder. La noción de ciudadano a partir del cual constituyen su accionar las asambleas barriales tiene que ver con estas ideas, que bien pueden ser sintetizadas remitiéndonos a Cunill Grau: “la ciudadanía no se ejerce exclusivamente en relación a las instituciones político-estatales, sino que se ejercita y, 21 Documento de Consenso emitido por 12 Asambleas Barriales de la ciudad de Córdoba. Sep. /2002. Documento de Consenso emitido por 12 Asambleas Barriales de la ciudad de Córdoba. Sep. /2002 23 Documento de Consenso emitido por 12 Asambleas Barriales de la ciudad de Córdoba. Sep. /2002 22 13 sobre todo, se puede construir respecto de cualquier esfera donde los principios de la igualdad y de la libertad para todos, sean desafiados”. 24 Por lo tanto, lo que se defiende es la posibilidad de existir como comunidad política y expresión de ciudadanía, y como práctica social dirigida a cambiar el sistema hegemónico existente, del cual la lógica político partidaria-sistema de representación es parte. 4) - Las dificultades para la construcción de Instituciones. Algunas consideraciones finales. A través del tiempo los hombres crearon diferentes instituciones, pero sólo en algunos casos el proceso de construcción se realizó sin tener que realizar muchos esfuerzos. Siguiendo a Lanzara (1999: 925), cuando se trata de imprimir a las prácticas sociales un orden basado en reglas, o de administrar las transiciones económicas y políticas, o de reconstruir una nueva estructura institucional y política después de una crisis, deben afrontarse un gran número de problemas. Las expectativas son inciertas; las preferencias variables y ambiguas, las identidades, confusas e inestables, los recursos, escasos y distribuidos de manera desigual, los intereses, múltiples y constantes. Las expectativas son inciertas; las preferencias, identidades e intereses son incongruentes entre los diversos grupos y entre distintos horizontes temporales, además producen cambios dentro del proceso de construcción de las instituciones. La creación de instituciones es un problema de inteligencia adaptativa y de aprendizaje relacionado a la asignación y al uso de recursos materiales, cognitivos y simbólicos a través del tiempo. La conflictualidad de los intereses y las asimetrí as distributivas hacen que la convergencia en soluciones institucionales sea problemática, ya que aunque exista una total cooperación social, las intenciones de construir instituciones puede sufrir distorsiones o resultar vanas debido a la complejidad y a las contradicciones que surgen durante la distribución intertemporal de los recursos. La coordinación de los múltiples horizontes temporales de los actores representa un requisito esencial del proceso de construcción de instituciones y, a su vez, un resu ltado del mismo. Los procesos de crisis y de reconstrucción institucional plantean, además, situaciones contradictorias con respecto a la identidad individual y colectiva, por ello para poder construir instituciones y sobre todo para materializarlas, es necesario aprender a tener confianza. En torno a la construcción de consensos en las asambleas barriales, los sujetos se sienten capaces de desplegar sus capacidades de argumentación, sus criterios de validez, sus formas de resolver los problemas ante las situaciones problemáticas que se presentan en el grupo. Se abren las posibilidades de este espacio como espacio público capaz de dar reconocimiento del otro como sujeto 24 Cunill Grau, Nuria: “Repensado lo público a través de la sociedad”. Nuevas formas de gestión pública y representación social. Nueva Sociedad. CLAD1997 14 de derechos y a la vez como sujeto que participa en una instancia deliberativa en donde se decide la manera en que quiere que se organice la sociedad en la que vive. Este proceso resulta altamente significativo e invita a la reflexión como sociedad y como individuos respecto a que es lo que hemos estado haciendo hasta el momento, que clase o tipo de ciudadanos pretendemos ser, y que clase de dirigentes queremos que gobiernen y nos representen. La institucionalidad se irá creando y conformando con el tiempo. Lo cierto es que estos espacios aparecen, para las personas que participan en ellos, como espacios abiertos donde es posible encontrarse en recurso de igualdad frente al otro, donde se comparten vivencias y experiencias, pero donde también se construyen relaciones de poder. Es allí donde los ciudadanos deberán elaborar un núcleo de consensos y de valores que sean respetados y que los identifique como colectivo social, de modo tal de participar en un marco deliberativo y autoreflexivo, produciendo cambios en la comprensión de la sociedad civil, adquiriendo responsabilidades 25 y posibilitando la formación de nuevos públicos. Los primeros pasos ya han comenzado. 25 “El problema es que mucho se habla por parte de los miembros de la asamblea, pero luego no se participa en ninguna de las comisiones, no podemos permitir ese modo de proceder” (Asamblea de Alto Alberdi) 15 BIBLIOGRAFÍA ü Brodsky, P. 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Suplemento ZONA Pág. 2. ü Diario LA VOZ DEL INTERIOR: 14/04/02 “Nuevos partidos en formación” 17/04/02 “Asambleas barriales quieren seguir más allá del corralito” 17/04/02 “Nuevos partidos en formación” 05/05/02) “Crece la nueva política en Córdoba05” 05/05/02 “La política no tradicional se multiplica” 13/05/02 “ Un camino no tradicional para la política” 09/11/02 “La participación ciudadana todavía es letra muerta” ü “Documento de Consenso de Asambleas Populares y Movimientos Sociales de Córdoba” (Septiembre de2002). www.cordobanexo.com.ar ü Documentos públicos referidos a las formas vigentes de participación ciudadana: Constitución Nacional, Constitución Provincial, Ley Orgánica Municipal y Carta Orgánica de la Ciudad de Córdoba. ü Dubiel, H.: “El dispositivo simbólico de la democracia”. Revista Metapolítica 2001 ü ETIENNE TASSIN, Identidad, Ciudadanía y Comunidad Política: ¿Qué es un sujeto político? En FILOSOFIAS DE LA CIUDADANÍA. SUJETO POLÍTICO Y DEMOCRACIA. 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