Democracia, ciudadanía y participación. Asambleas barriales

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IV SEMINARIO NACIONAL DE LA RED DE CENTROS ACADEMICOS PARA EL
ESTUDIO DE GOBIERNOS LOCALES
28 Y 29 DE NOVIEMBRE 2002
COMISION 1: GOBERNABILIDAD EN SISTEMAS MUNICIPALES
Democracia, ciudadanía y participación.
Asambleas barriales: articulaciones y conflictos entre
representantes y representados en el ejercicio de la
democracia local.
Lic. Furque, Diana
Lic. Milagros Sosa Sálico
Introducción
La crisis de representación política por la que atraviesa nuestro país, si bien puede
enmarcarse dentro de la crisis generalizada a nivel mundial del sistema representativo democrático,
asume características propias resultantes de una acuciante coyuntura que conjuga y entrelaza
elementos políticos, económicos y sociales.1
Una de estas características pareciera ser la respuesta “espontánea” que se ha manifestado
desde la sociedad civil desde diciembre del año pasado, y que creemos constituye hoy un fenómeno
que, más allá de inscribirse en las tradiciones reivindicativas de movimientos sociales en nuestro país,
como muchos consideran, merece ser analizado desde su singularidad por su novedad como forma de
1
“Las nuevas formas de demandar no están sujetas sólo a la obtención de planes sociales o a la devolución de
ahorros que es que aparece en al superficie. También se exige una transformación social profunda contra las
formas de un sistema que no respondió a las demandas de la gente en su mayoría. Algunas de estas nuevas
expresiones de la política salieron a enfrentar la realidad, sabiendo que no es posible esperar una respuesta del
Estado”.Pavón, Héctor. “El partido que se juega por afuera” Clarín. Suplemento ZONA Pág. 2. 04/08/02
1
movilización política. Estamos haciendo referencia a la irrupción en el escenario público de un nuevo
actor: las Asambleas Barriales. 2
La estrategia analítica de este trabajo se orientará a la descripción de
los procesos y
de las
relaciones que se construyen entre las asambleas barriales y la clase dirigente política local, de modo
tal de percibir las dificultades para la articulación de consensos en torno a las políticas de participación
ciudadana en el ámbito de la democracia en la ciudad de Córdoba.
Interesa también, tener en cuenta las percepciones que los actores que participan en estas
organizaciones tienen respecto a las ideas de representación política, las discusiones que se generan
en torno a la misma y la concepción de sujeto social implicado en la noción de representación.
Para ello utilizamos los resultados de la investigación llevada a cabo en el marco del
Taller
sobre las Asambleas de la Ciudad de Córdoba: “Saberes en diálogo acerca de la institucionalización de
la democracia” realizado durante los meses de abril a julio del presente año, organizado por el
Instituto de Investigación y Formación en Administración Pública de la Universidad Nacional de
Córdoba, del cual participamos.
El trabajo se estructura bajo el siguiente orden:
1.
En primer lugar daremos cuenta de las relaciones, que en el marco de la democracia local, se
construye entre Asambleas Barriales, gobierno y sociedad civil.
2.
Luego, intentaremos trasmitir las representaciones de los actores, abordando la cuestión bajo
el siguiente eje: Al hacer referencia a la actual crisis de representación, ¿los actores están
problematizando sobre una crisis en la representatividad como sistema? ¿O sobre una crisis
de “esta” representatividad?
3.
En tercer lugar, intentaremos conceptualizar acerca de las nociones de sujeto social
y
ciudadanía implicado en estas representaciones.
4. Para concluir reflexionaremos respecto de la dificultad de construir instituciones y las
posibilidades de las asambleas barriales de lograr perdurabilidad y vigencia.
1) - ¿Democracia? Relaciones entre las Asambleas Barriales,
el
Gobierno local y la sociedad civil
2
Existen en Argentina cerca de 272 Asambleas Populares Permanentes que presentan la siguiente distribución:
Capital Federal, 112; Provincia de Buenos Aires, 105; Santa Fe, 37; Córdoba, 11, Entre Ríos, 2, Río Negro, 2 y
Otros (La Pampa, San Juan, Neuquen), 3. Estos datos no deben dejar de lado la posibilidad que, con el transcurso
del tiempo, se hayan sumado o desaparecido algunas Asambleas. Ovalles, Eduardo “En la Argentina funcionan
272 asambleas permanentes”. Trabajo realizado por el Centro de Estudios Nueva Mayoría. En
http//www.nuevamayoría.com. Marzo 2002
2
1.1 Participación y normativa.
El
sistema
democrático
argentino
expresa la idea de una democracia representativa -
delegativa. En este sistema los ciudadanos son tales en la medida que con, cierta periodicidad,
ejercen su derecho (y deber) de participar en las elecciones donde se eligen los responsables de
conducir los proyectos políticos, sociales, económicos y culturales de la sociedad.
Ahora bien, una cosa es ser miembro de un Estado, sujeto a sus autoridades y a sus leyes en
tanto mero habitante de un territorio; y muy diferente, gozar de todos los derechos de ciudadanía y
ser definido (y definirse) como participante activo en una colectividad guiada por un propósito
claramente común.
Es por ello que resulta interesente transcribir un comentario que José Nun (2001:151)
manifiesta en su libro, Democracia: ¿gobierno del pueblo o gobierno de los políticos? : “El politólogo
inglés John Dunn observa que, en los países ricos, el éxito de la democracia representativa fue
consecuencia de la combinación bastante peculiar que se produjo allí entre su viabilidad y su
atractivo: lo que la hizo viable (la efectiva protección que le ha brindado a la economía de mercado)
no es lo mismo que la volvió atractiva para la imaginación popular (la idea de que el poder legítimo
del Estado se funda en la libre elección periódica de los ciudadanos.
En nuestro país la Constitución nacional expresa en el Artículo 22 los idearios de la
democracia representativa, de modo tal que el pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus
representantes y autoridades creadas por la Constitución, pero poco avanza respecto a la posibilidad
de la democracia como sistema participativo.
La Constitución de la provincia de Córdoba,
CAPITULO TERCERO: Derechos Políticos, Artículo
30, párrafo primero, expresa: Todos los ciudadanos tienen el derecho y el deber de participar en la
vida política. El voto universal, igual, secreto y obligatorio para la elección de las autoridades es la
base de la democracia y el único modo de expresión de la voluntad política del pueblo de la Provincia,
salvo las excepciones previstas en esta constitución.
Al menos en la orbita provincial, sólo parece construirse la base de la democracia en torno a lo
electivo, pero nada se menciona, respecto a la posibilidad de concebir a la democracia como un
ámbito propicio para el debate y el dialogo que supere sólo lo concerniente a la elección de
autoridades o representantes. Vale decir que la única manera de expresar la voluntad política, al
menos para el pueblo de la provincia es a través de un acto eleccionario, que por supuesto no resulta
cotidiano.
Por lo tanto, el camino para la construcción de un espacio público3 que pueda resultar del
debate y del disenso resulta dificultoso.
3
“El espacio público es así el lugar y el envite de un “vivir – juntos” que no reniega de los particularismos
identifiactorios pero los transciende sin embargo en la asunción de un mundo común. Es en esto que se
constituye un bien público”. ETIENNE TASSIN, Identidad, Ciudadanía y Comunidad Política: ¿Qué es un
3
La
Carta
Orgánica
Municipal
de
la
ciudad
de
Córdoba
introduce
la
posibilidad
de
la
participación ciudadana en otros aspectos de la vida democrática, de tal modo incorpora Institutos de
Democracia Semi -directa, los cuales pueden hacer uso los ciudadanos de la ciudad de
(¿Pueden realmente?).
Córdoba
4
Estos mecanismos refieren a diferentes maneras que tienen los cordobeses de ejercer la
democracia Semi directa. Las decisiones de los ciudadanos pueden plasmarse en iniciativas de
propuestas legislativas o electivas (ya sea que la propuesta provenga de la ciudadanía o de los
órganos
de
gobierno)
donde
encontramos:
la Consulta popular, Iniciativa Popular, Referéndum
Popular, Revocatoria o, por otra parte, la participación puede comprenderse como acciones de
participación de los ciudadanos de manera colectiva o sectorial destinadas a la
diferentes
necesidades
sociales
(Participación
Vecinal,
Participación
Sectorial
satisfacción de
Audiencia
Pública,
Voluntariado. Las asambleas barriales, parecen no encuadrar dentro de ninguna de las figuras legales
que se mencionan en esta norma.
A pesar de que estas figuras están proclamadas en la ley fundamental de la ciudad de
Córdoba
y que motivarían una participación más frecuente de los ciudadanos en los asuntos públicos
y en el control de las gestiones del gobierno municipal, son de difícil implementación en la práctica. Al
respecto
la
Concejal
Frepasista
Laura
Sesma
sostiene:
“La
Carta
Orgánica
de
Córdoba
fue
vanguardista en el país en cuanto a la consagración de las instancias de participación ciudadana. Sin
embargo, muchos de estos institutos no fueron reglamentados o se les impusieron requisitos y
procedimientos de difícil concreción”5
Por otra parte, Antonio María Hernández, expresa: “Es evidente que en estos años, el
Concejo Deliberante no estuvo a la altura de sus responsabilidades. Lo primero que tenían que hacer
los Concejales era reglamentar y poner en marcha estos instrumentos y es lo que menos hicieron.
Esta situación releja el grado de anomia y la falta de cultura política y jurídica que padecemos los
argentinos. Si hay algo que destacar de la Carta Orgánica Municipal es la notable amplitud para
facilitar formas de participación política y ciudadana, y sin embargo los ediles no sólo no lograron
activar estos mecanismos sino que, además, produjeron reglamentaciones que atentan contra la
participación ciudadana.” 6
¿Comprendemos a la democracia como un ámbito que puede favorecer la conformación de un
espacio de debate de iguales,
donde sean los ciudadanos y los representantes capaces de confrontar
ideas y lograr acuerdos?
Los asambleístas optaron por
local, como Centros Vecinales,
no participar en los ámbitos políticos tradicionales del gobierno
partidos políticos o el Concejo Deliberante. Y los miembros de éstas
instituciones no demostraron preocupación por este marcado desinterés de los ciudadanos en las
instituciones formales ya existentes.
sujeto político? En FILOSOFIAS DE LA CIUDADANÍA. SUJETO POLÍTICO Y DEMOCRACIA. Ediciones
Homo Sapiens, Rosario, Argentina. Marzo de 1999
4
Notoria es la dificultad que están teniendo los ciudadanos de Córdoba para llevar a delante el proceso de
revocatoria del actual Intendente.
5
Diario La Voz del Interior 09/11/02
6
Diario La Voz del Interior 09/11/02
4
Entonces, cuando se ha llegado a una instancia en la que no se puede seguir justificando al
sistema democrático con la con la construcción de una estructura formal que parte de la existencia de
esquemas electorales en los cuales el pueblo se manifiesta cada cierto tiempo para escoger sus
representantes, no se puede continuar afirmando que tenemos una democracia, porque hay una
“aparente división de los poderes públicos”, porque tenemos un órgano ejecutivo, controlado por un
órgano legislativo y un órgano judicial, independientes entre sí. Incluso no se puede justificar la
democracia, porque se demuestre que existe un proceso descentralizador, que permite la elección de
gobernadores o de intentes, así como sus respectivos representantes en los órganos legislativos.
1.2 Estrategias de relacionamiento
En el transcurso del taller pudimos observar que, en las diferentes modalidades de
relacionamiento de las asambleas barriales con otras organizaciones de la sociedad la presencia de
vínculos con el sector de los dirigentes y funcionarios políticos fueron escasos.
Las iniciativas de acercamiento o de interés por parte de funcionarios y políticos no
obedecieron, en la mayoría de los casos, a acciones voluntarias de éstos, con el objetivo de conocer y
de acercarse a las problemáticas sociales que se plantean en el seno de las asambleas barriales. Por el
contrario los promotores de iniciativas de acercamiento con la clase dirigente fueron siempre los
miembros de las asambleas y el rechazo (o temor) por parte de los políticos fue manifiesto.
7
La relación con los partidos políticos no difiere ya sea si se trate de partidos políticos
tradicionales (como la Unión Cívica Radical o el Partido Justicialista) o de Partidos o Agrupaciones
procedentes de sector de la izquierda: Partido Obrero, Partido Socialista, Grupo Quebracho, MST,
entre otros. La posibilidad de “partidizar” las reuniones asamblearias fue un foco constante de debate,
e incluso de conflictos, entre los ciudadanos.
El rechazo a lo partidario, no implica el rechazo a lo político. La condición de seres políticos
está presente y se vislumbra como necesaria y cotidiana en la vida de los individuos, pero lo partidario
tiene aristas de “lo viciado”, de estructuras cerradas, clientelares y propicias a la corruptela. 8
Expresiones como las siguientes dan cuenta de esta reflexión:
“Yo vengo desde las primeras asambleas. Quiero darle continuidad a la asamblea. No queremos hacer
partidismo aquí dentro. Todos los hechos de la vida son políticos, pero no partidarios” (Leandro,
Asamblea Alto Alberdi 06/05/02)
7
“Los políticos, personas que se supone operan profesionalmente dentro del espacio público, casi nunca están
preparados para enfrentar esta invasión de intrusos (dentro del espacio público, cualquiera que no tenga el cargo
adecuado, y que aparezca allí en una ocasión no preparada ni calculada y sin ser invitado, es por definición un
intruso”). La recuperación del espacio público”, Zigmunt Bauman, Página 12, 10/02/02
8
Las dificultades en torno a la inclusión de partidos políticos en las reuniones de la Asamblea de Alto Alberdi
fueron tan conflictivas que en la reunión del 17 de junio del 2002, los miembros de la misma decidieron ( y no de
manera pacífica) dividir el grupo.
5
“Soy estudiante, vengo desde febrero. La motivación es la bronca cansancio, hastío de la clase
política. Organizarnos de esta forma es bárbaro. Yo pertenezco a la juventud socialista (al MST.
Comparto en que la asamblea no tienen que se partidaria, pero no en que los afiliados de los partidos
políticos no puedan venir” (Gastón, Asamblea Alto Alberdi 06/05/02.
“Se discute sobre la conveniencia o no de la participación partidaria ya sea integrándose a las
existentes, para cambiar desde adentro, o la formación de una nueva a través de las distintas
asambleas, para cambiar desde afuera” (Asamblea Residencial Vélez Sarsfield)
“La formación de las asambleas barriales en una forma de resistencia, de expresión de descontento y
de necesidad de superar un modelo de actuación individualista que, a nuestro parecer, ha servido de
sustrato para la concreción impune del saqueo económico y del deterioro de las instituciones por parte
de los dirigentes” (Asamblea de Barrios los Naranjo)
“Debido a la clase dirigente es que estamos como estamos en la asamblea barrial. Les estamos dando
la espalda a estos burócratas de otro siglo, por eso no estamos participando en otros lugares”
(Asamblea de Alto Alberdi)
Los diversos asambleístas perciben a
para
desarrollar
ideas
y
participar
las instituciones partidarias como ámbitos pocos propicios
como
ciudadanos,
aunque
también
dan
cuenta
de
haber
permanecidos “quietos”, “pasivos” como sujetos capaces de ser participes de los acontecimientos de
la sociedad.
El tejido más denso y rico que se fue construyendo proviene de las relaciones que se dieron entre
las asambleas barriales y las organizaciones de la sociedad civil (ya sea que se encuentre organizada
o no), como por ejemplo: las universidades, Colegios de Profesionales, ONG, Medios de Comunicación
y los
grupos de debate (como los que se desarrollan en el ámbito de Internet: cordobanexo.com ó la
Red principio del Principio) entre otros.
Estas agrupaciones y asociaciones colaboran, de manera horizontal y abierta, en la prosecución de
bienes y servicios que las asambleas barriales desarrollan con la comunidad barrial e interbarrial,
cubriendo necesidades
o prestando servicios que el Estado ha dejado de brindar o que brinda
deficientemente: compra conjunta de medicamentos y de comida, capacitación laboral para realizar
micro emprendimientos (huertas, roperos comunitarios, comedores, correcto uso de los alimentos,
asesoramiento legal y técnico para temas puntuales (como el caso del proceso de Revocatoria en la
ciudad de Córdoba ó de los Planes Jefes y Jefas de Hogar en la ciudad de Córdoba) y la realización de
eventos culturales donde se comunica a la sociedad las ideas y los proyectos de las asambleas.
Estas estrategias de relacionamiento son las que han permitido traspasar las barreras de la
protesta callejera y materializar ciertos reclamos y necesidades en acciones concretas, que sirven
además como atractivo para la incorporación de nuevos miembros al grupo.
6
En estas actividades los asambleístas se sienten protagonistas del cambio y no aguardan de
manera pasiva que “otros” (los políticos) sean los que resuelvan sus problemas cotidianos. Es
transformar la palabra, el discurso en acción colectiva y significante. 9
“Si las cosas están así no es solo por los políticos y los gremialistas, sino también porque nosotros
los dejamos hacer” (Asamblea del Cerro de las Rosas)
2) -La mirada a la “Crisis de Representación”
2.1 Desde las Asambleas
Si bien podemos plantear que la crisis de representación es “un proceso donde entran en conflicto
los
sujetos
representados
con
sus
representantes,
que
se
expresa
en
las
limitaciones
al
10
establecimiento de una relación de delegación” , al analizar las percepciones del grupo de actores
que participan en las asambleas de la ciudad de Córdoba, comprobamos que esta definición adquiere
connotaciones de significados muy distintos, a tal punto que nos atrevemos a señalar dos categorías
que referencian posturas claramente distanciadas.
Una que cuestiona y dirige su atención fuertemente a los representantes, haciendo alusión a una
incapacidad total de los partidos políticos existentes y de “los políticos” para representar las demandas
y los valores de la sociedad.
Esta mirada se manifiesta a través de expresiones de este tipo:
“El concepto que manejamos nosotros es que hasta este momento la democracia ha sido
representativa sólo “entre paréntesis”,
porque no ha tenido una base firme. Ha sido
representativa
sólo de una cúpula dirigente, una democracia de partidos que tienen propuestas que no le interesan a
nadie.
Creemos en una democracia participativa, pero hay que cambiar
las constituciones tanto
nacionales, provinciales como municipales y elegir por sectores o circunscripciones uninominales,
acotar lo más chico posible para que la gente pueda elegir, porque hoy tiene derecho a votar pero no
a elegir”. 11
Los actores consideran que el problema radica en las personas que han sido elegidas
para representar a la sociedad, motivo por el cual sus demandas apuntan a la optimización del
sistema por el cual se los designa, es decir al sistema electoral y de partidos políticos.
El cuestionamiento es a las personas y no a las instituciones democráticas en sí.
9
Durante las reuniones de la Asamblea de Alto Alberdi, la Comisión de Trabajo se encargó de colaborar con la
CTA para reunir a los vecinos necesitados de los Subsidios Jefes y Jefas de Hogar. La encargada de dicha
comisión remarcó la necesidad de que la Asamblea pudiera mostrar resultados y acciones concretas al resto de
los vecinos, ya que de otro modo sólo se quedarían en palabras, igual que los políticos. Insistió en la necesidad
de que la gente colaborara en las comisiones, porque sino “todo el mundo exige, pero ustedes tampoco hacen
nada”. (Mónica, Alto Alberdi)
10
Brodsky. Lozano. “Re-presentación política. ¿Re-negación del sujeto?”
11
De un Asambleísta de “Participación Ciudadana”, Sec.14. Primer foro de discusión política y social de las
Asambleas de Córdoba, coordinado por Córdoba nexo”. 10/08/02
7
“Crear
mecanismos
de
control
de
la
representación
y
de
lo
que
se
hace con la
representación... En consecuencia, el vocablo representación debe ser cuestionado pero no para
hacerlo desaparecer, sino para crear los mecanismos que permitan que esa representación sea
controlada y democráticamente ejercida. Pero debemos asumir que el sistema de representación no
ha funcionado por una triple causa; un lado, porque ha estado en manos de aquellos que han
buscado sus propios intereses. Por otro lado, porque nosotros la ciudadanía, la sociedad, no hemos
participado. Y también porque los procedimientos no son vías que faciliten la participación y
representación plural. Entonces hay que crear los medios que permitan que nosotros controlemos esa
representación y controlemos lo que se hace con la representación, esto es controlemos la gestión del
estado. Y para ello, entendemos, hay que reformar el sistema político en esa triple dirección”.
12
Se asocia también esta crisis “de representantes” a la falta de participación y compromiso de
la ciudadanía en el ejercicio del control de lo público. Por tanto, las percepciones de los actores
respecto a la solución del problema, giran siempre en torno a un mejoramiento del sistema, que
asegure una mayor participación, y un mejor control.
Detrás de estas ideas aparece fuertemente la creencia en la “representatividad política”; se
trata por todos los medios de buscar la alternativa que mejor la operacionalice.
Por otro lado, y como segunda postura, tenemos aquellas percepciones que consideran la
crisis de representación como parte de una crisis mayor de hegemonía político-cultural. Esta
visualización de “crisis de un sistema” (el de representación) es visto como un proceso que
inevitablemente implica una ruptura del consenso, en el sentido de cuestionar el contrato
social existente por el cual la sociedad civil acepta gobernarse a través de un mecanismo de
representación al que otorga, delegándole, el poder político.
Estas percepciones si ponen en juego la creencia en la “representación política”:
“...nosotros
pensamos
que,
no
es
una
crisis
del
sistema
representativo,
porque
el
sistema
representativo no existe, existe una instrumentación de la representación, del modelo de dominación,
del sistema capitalista, que utiliza un sistema, un método, una forma de estructurar la representación
de forma tal de esterilizar cualquier intento que desde abajo se haga. Y en este momento nosotros
tenemos demostraciones muy claras y muy concretas. Dentro de la carta orgánica municipal hay tres
formas muy concretas de remover al intendente, pero ninguna de esas tres es viable, entonces
obviamente está todo montado de forma tal que nosotros tengamos la sensación de hacer cosas y en
definitiva la única posibilidad que tenemos es de seguir siendo sumisos e ir a votar, la única
posibilidad concreta..”.13
La no creencia en la “representación política”, permitiría pensar quizás en una crisis de
legitimidad del discurso político hegemónico, y es en este sentido que entendemos, apunta la
12
De un Asambleísta de “Espacio Ciudadano”, Sec.14. Primer foro de discusión política y social de las
Asambleas de Córdoba, coordinado por Córdoba nexo”. 10/08/02
13
Asambleísta de Plaza Los Naranjos
8
construcción política de las asambleas que bregan en esta posición: un discurso político contra
hegemónico.
Así, se cuestiona incluso hasta la norma-condición básica, prerrequisito de la delegación de la
soberanía, que establece que sólo se gobierna a través de los representantes. Al respecto, un
documento emitido por las Asambleas Barriales de la ciudad de Córdoba en septiembre del presente
año, denominado “Documento de Consenso”, expresa lo siguiente:
“El actual sistema no representa los intereses de la sociedad...
la crisis del sistema de
representación tiene su origen en su propia esencia que impide la deliberación y participación del
conjunto de la sociedad; así el artículo 22 de la Constitución Nacional dice: ‘el pueblo no delibera ni
gobierna sino por medio de sus representantes y autoridades’..... Como producto de lo señalado y en
respuesta a ello, amplias franjas de la sociedad, estamos a la búsqueda de nuevas formas
organizativas y de construcción política. Parte de ello son las múltiples formas de acción sociales tales
como las Asambleas Populares, los Movimientos de desocupados, las Asociaciones culturales, etc.”
Las percepciones encuadradas dentro de la primer categoría corresponden a la minoría de las
asambleas; mientras que la segunda representa las ideas compartidas por la mayor parte de las
mismas.14 Las dos asambleas de la postura minoritaria pertenecen a barrios del sector noroeste de la
ciudad, caracterizados por un nivel adquisitivo alto, y al que corresponde un perfil de asambleísta que
se describe en los siguientes términos: hombre, 40 años de edad promedio, clase media alta,
profesional15.
Hacemos notar también que para categorizar las percepciones tomamos como unidad de
análisis las asambleas en lugar de los actores asambleístas, autorizados por el hecho que no hemos
notado posiciones diferentes respecto a esta cuestión entre integrantes de una misma asamblea. Es
decir, las diferencias se evidencian solo a nivel de asamblea.
2.2 Desde el Imaginario Colectivo
Presentadas las percepciones de los propios actores que participan en las asambleas, nos parece
interesante continuar este trabajo , incorporando el análisis de las conceptualizaciones que se están
configurando al respecto, no ya desde los propios actores que intervienen en este movimiento en
forma directa, sino desde el común de la sociedad.
La tarea de recoger cuáles serí an las ideas sobre la crisis de representación que están instaladas
en la sociedad, nos parece importante porque creemos que estas percepciones constituyen hoy una
fuerte demanda respecto al quehacer político de las asambleas.
14
De un total de 12 asambleas, solo asociamos 2 a la primer categoría. Las asambleas que consideramos son:
Alta Gracia, Villa Rivera Indarte y Argüello, Alta Córdoba, San Martín y Los Paraísos, Plaza Los Naranjos,
Parque de la Vida, General Bustos, Poeta Lugones, Altamira, Alto Alberdi, Seccional 14 "Espacio Ciudadano",
Seccional 14 "Participación ciudadana".
15
Barrios correspondientes al distrito de la seccional 14.
9
Con las consideraciones pertinentes al caso, intentamos avanzar sobre estas percepciones a partir
de las repercusiones periodísticas referidas al fenómeno aparecidas desde el inicio del mismo, ya que
creemos “representan” en buena medida, el pensamiento y los sentimientos de una parte mayoritaria
de la sociedad, respecto al asunto.
Nos parece oportuno comenzar por la trascripción de los siguientes párrafos que son parte de
notas publicados en el matutino de mayor tirada en la ciudad de Córdoba, “La voz del Interior”:
“Cuando, como en el caso argentino, una clase política fracasa estrepitosamente en cumplir con
su misión, que no es otra que servir a sus representados, el remedio no consiste en abolir a la clase
política sino en reemplazarla por otra, más genuinamente inspirada en los intereses del pueblo. ... No
hay duda de que las nuevas camadas deberán surgir de un trabajo de gestación que demandará
tiempo y que, a no dudarlo, exige el compromiso participativo de todos. Tanto de los individuos que
revelen aptitudes para crecer como dirigentes, como de la gente indiferenciada, que no podrá ya
limitarse a cumplir el rol de mera espectadora sino que deberá tomar parte de la corriente de hechos
a través de su capacidad para informarse y apoyar o rechazar críticamente los elementos de que se
compondrá el quehacer público cotidiano. En todo el país en estos momentos, se desarrollan
actividades que deberían representar el punto de partida para la nueva política... desde asambleas
barriales hasta grupos de ayuda solidaria. El descreimiento de la gente
en los partidos políticos
tradicionales no ha inhibido su capacidad de reacción y que su rechazo a la política no pasa por la
política misma sino por quienes la han protagonizado sin hacerse cargo de las responsabilidades que
le son inherentes..... Esto puede ser el embrión de un contrapoder, capaz de empezar a diseñarse
como uno o varios ejes de organización político y cultural alternativos....”
(“Un camino no tradicional
para la política”. 13/05/02)
“Esto supone dotar a la representación popular de una efectiva vigencia. Lo único que puede
otorgarle ese carácter es su funcionalidad, es decir la participación popular en la conformación,
confirmación o revocación de instrumentos y las personas encargadas de dirimir los asuntos públicos
en el escenario político” (“Un camino no tradicional para la política”. 13/05/02)
“... Es importante estar alerta para prevenir acciones que puedan contrariar el carácter de foros
abiertos que hasta ahora han tenido las asambleas. ..... Es importante aislar este tipo de
exteriorizaciones
porque,
justamente,
tienden
a
encerrar
el
asambleísmo
en
discusiones
que
generalmente espantan a la gente y la alejan, desvirtuando el carácter fecundo de las asambleas
populares al proponer consignas divisionistas y simplistas. Es hora de sumar y no de restar. Esta es
una elección matemática clonar, pero que siempre nos ha costado mucho entender a los argentinos”
(“Un camino no tradicional para la política”. 13/05/02)
“¡Que se vayan todos! fue una frase muy escuchada en los últimos tiempos. Muchos analistas le
dieron un tinte dramático a esta afirmación, ya que el descrédito en todas las instituciones significaría
el final del sistema democrático” (“Crece la nueva política en Córdoba”, 5/05/02)
“La proliferación de asambleas barriales en las grandes ciudades y la participación activa de
mucha gente en ong`s y asociaciones civiles, todavía no se vio reflejado en la creación de nuevos
10
partidos políticos. De todas formas, este fenómeno es incipiente y se puede esperar en un futuro
cercano, que haya nuevas propuestas de partidos que intentarán captar el rechazo que hoy la gente
tiene hacia los partidos tradicionales” (“Nuevos partidos en formación”. 14/04/02).
De las expresiones anteriores desprendemos el siguiente análisis: en el imaginario colectivo se
están configurando distintos tipos de percepciones que “esperanzadoramente” estarían ir intentando
encontrar el eje de salida a la actual crisis de representación, a través de estas nuevas formas de
participación política, denominadas “formas no tradicionales”, como son las Asambleas Barriales.
Es decir, ante la falta de credibilidad en la clase política actual, la sociedad estaría reclamando la
formación de nuevos partidos políticos, que pongan a disposición del electorado, nuevos dirigentes
que representen genuinamente los intereses comunitarios.
Por un lado, la frase “Que se vayan todos” estaría queriendo significar, en este sentido, el rechazo
a todos los representantes políticos existentes (sin distinción de identidad partidaria), y una exig encia
de “recambio” del plantel actual de gobernantes.
Por otro lado, está instalada en la sociedad cordobesa la idea que estos “nuevos hombres de la
política” surgirán de estas “formas novedosas de hacer política”, como son las Asambleas.
Al respecto, en una encuesta realizada en la ciudad de Córdoba16, el dieciséis por ciento (16%) de
los consultados opina que los nuevos dirigentes políticos deben surgir de las Asambleas Barriales. 17
Si comparamos estos resultados con las percepciones sobre la crisis de representación de los
propios actores que participan en las Asambleas, encontramos una disonancia: se hace evidente que
la sociedad está exigiendo a estas nuevas instituciones un quehacer político determinado, que tiene
que ver más con una participación en la política partidaria, que con la ruptura de consenso sobre el
actual régimen de representación que plantean los asambleístas.
Ante esto aparece un debate alrededor de la siguiente cuestión: ¿Responderán las Asambleas a la
demanda de la sociedad? ¿Considerarán los asambleístas que deben “representar” los intereses de sus
con-ciudadanos?
La respuesta de un asambleísta a la pregunta: ¿A quién representan? resume este interrogante:
“Es una pregunta clave: (nos representamos) a nosotros mismos, los que pertenecemos al grupo. No
podemos, ni deseamos arrogarnos el derecho de hablar en nombre de toda la ciudadanía....... Nuestro
fin último es desaparecer. Ese será un glorioso día para nuestra nación porque significará que
16
Encuesta realizada en la ciudad de Córdoba, durante los días 22 al 24 de Septiembre de 2002 por GESTION
CONSULTORA, Martínez Malagueño y Asociados. Ficha Técnica: Encuesta domiciliaria, 400 casos, Población:
varones y mujeres a partir de los 18 años de edad, Nivel de Confianza de 95% y Error de +/- 5%. Cuotas por
sexo y niveles etários (según datos de INDEC).
17
Ámbitos de procedencia de nuevos dirigentes políticos: Nuevos Partidos, 39%; Asambleas Barriales, 16%;
Partidos tradicionales, 12%; Universitarios – Profesionales, 10%; Organizaciones Empresariales, 7%;
Organizaciones de base, 4%; FFAA, 4%; Iglesias, 2%; Organizaciones Sindicales, 1%; Ninguno, 1% y Ns/Nc,
4%. GESTION CONSULTORA.
11
organizaciones como la nuestra ya no serán necesarias; porque las leyes serán cumplidas, los
derechos humanos y civiles quedarán satisfechos, y habrá trabajo, libertad y dignidad para todos” 18
Desde nuestra opinión, si bien la demanda de la sociedad respecto al involucramiento político de
las asambleas estaría encaminada claramente en el sentido partidario planteado, creemos que estas
organizaciones están tomando otro rumbo. A nuestro juicio, constituyen un “movimiento social” que
desde y como forma de expresión de la sociedad civil, limita y cuestiona a las esperas política y
económica, en su intento de seguir funcionando como sistemas autónomos, autodeterminados, y
autorregulados.
3) -Nociones de Sujeto Social y Ciudadanía implicados en las
representaciones.
La definición oficial de ciudadanía post ula la conjunción de tres elementos constitutivos:
-
la posesión de ciertos derechos así como la obligación de cumplir ciertos deberes en
una sociedad específica;
-
la pertenencia a una comunidad política determinada (normalmente el Estado),
vinculada frecuentemente a la nacionalidad;
-
y la oportunidad de contribuir a la vida pública de esa comunidad a través de la
participación.19
Sin embargo, a partir de las percepciones de los actores respecto a la representación política
analizadas en este trabajo, podemos determinar cuál es el sentido que se otorga al concepto de
ciudadanía.
Emerge de los espacios públicos que constituyen las asambleas, que ser ciudadano, no tiene
que ver con la construcción instalada en el imaginario colectivo que confunde al ciudadano con la
persona que ejerce solo un derecho ciudadano: votar.
“No creemos y hemos cuestionado el concepto de democracia. Ni hemos hablado de
democracia participativa porque entendemos que dentro del concepto actual de democracia se nos
niega la participación a los ciudadanos” 20
La
delegación
de
decisiones
en
los
representantes
instituidos
de
acuerdo
al
sistema
democrático vigente, no es la actitud que correspondería al concepto de ciudadano que se defiende
desde el movimiento asambleario:
“Esta convocatoria pone el eje en terminar con una cultura de la
18
Mary Pita.“En qué andan las asambleas populares. Una asamblea por los derechos civiles”. IDEAS. Revista
electrónica del bloque socialista. Año 1 Nº 9. (Sep. 2002)
19
Informe sobre el Proyecto " Hacia una Teoría de la Ciudadanía. Conceptos centrales de una institucionalidad
democrática: Sociedad Civil y Espacio Público", presentado a la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la
Universidad Nacional de Córdoba. Directora: Cecilia Carrizo.
20
Asambleísta de Alta Córdoba.
12
delegación, para pasar a una que implique la autogestión y la asunción de responsabilidades
colectivas. Que las decisiones no se deleguen y estén en todos y cada uno de nosotros”21
El concepto de ciudadanía que está presente es más amplio: tiene que ver con una actitud
activa, de ser capaz de crear o modificar en cooperación con otros el orden social en el que se vive,
cumpliendo y protegiendo la dignidad de todos.
De allí que la participación no sea entendida como el mero ejercicio del sufragio electoral, sino
como una participación ciudadana plena que permita a cada uno de los actores sociales crear el orden
social en el que les toca actuar.
Así, el concepto de ciudadanía está íntimamente ligado, tanto a la idea de la defensa de los
derechos individuales como a la noción de vínculo con una comunidad particular, de la cual se es
parte.
El desafío que se establece es instalar en la sociedad la necesidad y la importancia de ser
sujetos sociales responsables de sí mismos, autodeterminados, con capacidad de decisión: “A
diferencia de los partidos políticos que participan en las estructuras de poder, convocamos a dejar de
ser
objetos
pasivos,
democrática de decisión”.
manipulables,
para
transformarnos
en
sujetos
políticos
con
capacidad
22
Y es desde este desafío desde donde se da sentido a las prácticas. Participar tiene que ver
con la capacidad de los sujetos de hablar con su propia voz, y de esa forma ir expresando y
construyendo
simultáneamente
una
identidad
cultural
propia:
“Estas
nuevas
prácticas
sociales
adoptan como método la participación horizontal, el consenso, el respeto por las diferencias, el
ejercicio
de
la
solidaridad...
se
construye
de
este
modo
y
progresivamente
una
nueva
institucionalidad caracterizada por la diversidad social, política y cultural.” 23
La conformación de estas identidades que se fundan y refundan a sí mismas, permite
mantener las subjetividades sociales que quedan anuladas dentro de un sistema político que reduce el
concepto de “sociedad civil” al concepto de “pueblo” o “nación”, al
gobernar “en representación del
pueblo”.
No olvidemos que si bien ambos conceptos son representaciones simbólicas que dotan de una
imagen unitaria a la pluralidad social, no pueden adoptar una forma real, ni constituir de manera
concreta esa unidad, ni apropiarse del lugar del poder.
La noción de ciudadano a partir del cual constituyen su accionar las asambleas barriales tiene
que ver con estas ideas, que bien pueden ser sintetizadas remitiéndonos a Cunill Grau: “la ciudadanía
no se ejerce exclusivamente en relación a las instituciones político-estatales, sino que se ejercita y,
21
Documento de Consenso emitido por 12 Asambleas Barriales de la ciudad de Córdoba. Sep. /2002.
Documento de Consenso emitido por 12 Asambleas Barriales de la ciudad de Córdoba. Sep. /2002
23
Documento de Consenso emitido por 12 Asambleas Barriales de la ciudad de Córdoba. Sep. /2002
22
13
sobre todo, se puede construir respecto de cualquier esfera donde los principios de la igualdad y de la
libertad para todos, sean desafiados”.
24
Por lo tanto, lo que se defiende es la posibilidad de existir como comunidad política y
expresión de ciudadanía, y como práctica social dirigida a cambiar el sistema hegemónico existente,
del cual la lógica político partidaria-sistema de representación es parte.
4) - Las dificultades para la construcción de Instituciones. Algunas
consideraciones finales.
A través del tiempo los hombres crearon diferentes instituciones, pero sólo en algunos casos
el proceso de construcción se realizó sin tener que realizar muchos esfuerzos.
Siguiendo a Lanzara (1999: 925), cuando se trata de imprimir a las prácticas sociales un
orden basado en reglas, o de administrar las transiciones
económicas y políticas, o de reconstruir una
nueva estructura institucional y política después de una crisis, deben afrontarse un gran número de
problemas. Las expectativas son inciertas; las preferencias variables y ambiguas, las identidades,
confusas e inestables, los recursos, escasos y distribuidos de manera desigual, los intereses, múltiples
y
constantes.
Las
expectativas
son
inciertas;
las
preferencias,
identidades
e
intereses
son
incongruentes entre los diversos grupos y entre distintos horizontes temporales, además producen
cambios dentro del proceso de construcción de las instituciones.
La creación de instituciones es un problema de inteligencia adaptativa y de aprendizaje
relacionado a la asignación y al uso de recursos materiales, cognitivos y simbólicos a través del
tiempo. La conflictualidad de los intereses y las asimetrí as distributivas hacen que la convergencia en
soluciones institucionales sea problemática, ya que aunque exista una total cooperación social, las
intenciones de construir instituciones puede sufrir
distorsiones o resultar vanas debido a la
complejidad y a las contradicciones que surgen durante la distribución intertemporal de los recursos.
La coordinación de los múltiples horizontes temporales de los actores representa un requisito
esencial del proceso de construcción de instituciones y, a su vez, un resu ltado del mismo.
Los
procesos
de
crisis
y
de
reconstrucción
institucional
plantean,
además,
situaciones
contradictorias con respecto a la identidad individual y colectiva, por ello para poder construir
instituciones y sobre todo para materializarlas, es necesario aprender a tener confianza.
En torno a la construcción de consensos en las asambleas barriales, los sujetos se sienten
capaces de desplegar sus capacidades de argumentación, sus criterios de validez, sus formas de
resolver los problemas ante las situaciones problemáticas que se presentan en el grupo. Se abren las
posibilidades de este espacio como espacio público capaz de dar reconocimiento del otro como sujeto
24
Cunill Grau, Nuria: “Repensado lo público a través de la sociedad”. Nuevas formas de gestión pública y
representación social. Nueva Sociedad. CLAD1997
14
de derechos y a la vez como sujeto que participa en una instancia deliberativa en donde se decide la
manera en que quiere que se organice la sociedad en la que vive.
Este proceso resulta altamente significativo e invita a
la reflexión como sociedad
y
como
individuos respecto a que es lo que hemos estado haciendo hasta el momento, que clase o tipo de
ciudadanos pretendemos ser, y que clase de dirigentes queremos que gobiernen y nos representen.
La institucionalidad se irá creando y conformando con el tiempo. Lo cierto es que estos
espacios aparecen, para las personas que participan en ellos, como espacios
abiertos donde es
posible encontrarse en recurso de igualdad frente al otro, donde se comparten vivencias y
experiencias, pero donde también se construyen relaciones de poder.
Es allí donde los ciudadanos
deberán elaborar un núcleo de consensos y de valores que sean respetados y que los identifique
como colectivo social, de modo tal de
participar en un marco deliberativo y autoreflexivo,
produciendo cambios en la comprensión de la sociedad civil, adquiriendo responsabilidades
25
y
posibilitando la formación de nuevos públicos. Los primeros pasos ya han comenzado.
25
“El problema es que mucho se habla por parte de los miembros de la asamblea, pero luego no se participa en
ninguna de las comisiones, no podemos permitir ese modo de proceder” (Asamblea de Alto Alberdi)
15
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17
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