conclusiones y recomendaciones

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CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
9
181
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
9.1 Introducción
Este es el capítulo final de esta memoria. Por tanto aquí sólo cabe recoger los frutos y
presentar las conclusiones más relevantes del trabajo así como apuntar futuras líneas de
investigación. Sin embargo, también se aprovecha este capítulo para recoger de forma breve
los resultados de otros estudios sobre la Península Ibérica que, sin duda, permitirán una mejor
comprensión de las aportaciones aquí realizadas.
Así pues, se inicia el capítulo con una revisión de los antecedentes y de los principales
estudios sobre atenuación realizados en la Península Ibérica. Se continúa con un breve
comentario sobre la regionalización sencilla que han permitido nuestros datos.
Finalmente, se desgranan y comentan las principales conclusiones de este trabajo. El conjunto
de estas reflexiones abarca los datos, las provincias tectónicas, el estudio de Q de coda y la
separación de la atenuación intrínseca y dispersiva.
El capítulo se cierra apuntando líneas de investigación para el futuro desarrollo de las nuevas
ideas aportadas por este estudio.
182
CAPÍTULO 9
9.2 Estudios de atenuación sísmica en la Península Ibérica
La ocurrencia del terremoto de Andalucía, el día de Navidad de 1884, se considera como el
comienzo de la sismología moderna, no sólo en España, sino probablemente en toda Europa.
Este terremoto asoló la comarca de Alhama de Granada y la Axarquía de Málaga, alcanzando
una intensidad máxima de X (escala MSK) (Vidal et al., 1981). Este terremoto fue estudiado
en su momento por numerosas comisiones nacionales, como la española, italiana, alemana y
francesa entre otras. Entre los numerosos trabajos realizados in situ por eminentes sismólogos
de la época, Tarramelli y Mercalli por una parte y Steikhardt por otra, establecieron los
primeros mapas de isosistas de un terremoto en España, y por consiguiente las primeras
observaciones sobre la atenuación macrosísmica de las ondas sísmicas en el terreno y los
efectos de sitio.
En 1899 se instaló el primer sismógrafo en España, un Milne, en el Observatorio de la Marina
de San Fernando, Cádiz. Posteriormente, en 1902, se instalaron nuevos sismógrafos en el
Observatorio de Cartuja en Granada, un Vicentini, de componente vertical, y dos Stiatessi, de
componente horizontal, desarrollándose acto seguido nuevos sismógrafos, dando paso al
inicio de la Sismología instrumental en España. A esta implantación de Observatorios
Sismológicos le siguieron los del Ebro en 1904, Fabra en 1906, Toledo en 1909, Almería
1911 y en 1914 los de Alicante y Málaga. Estos observatorios pioneros, junto con algún otro,
como por ejemplo los de Logroño y Granada, constituyeron la primera Red Sísmica Nacional
que producía registros sísmicos analógicos en papel. Asimismo de esta época son los trabajos
de un grupo de eminentes sismólogos como Inglada Ors, Massó, Rey Pastor, Fontseré y
Navarro Newman entre otros.
Desgraciadamente, a partir de los años treinta empieza a decaer el desarrollo de la Sismología
en España. En los años sesenta se instalaron en la Península Ibérica tres estaciones de la red
WWSSN (Wide World Standard Seismic Network) en Toledo, Málaga y Oporto, que aún
continúan funcionando, y se intentó modernizar el resto de las estaciones de la Red Sísmica
Nacional equipándolas con nuevos sismógrafos Hiller Stuttgar de tipo Galvanométrico. En
1980 se creó la Red Sísmica de la Universidad de Granada, que comenzó a funcionar en 1983
y posteriormente, en 1985, pasó a constituir el primer cinturón de la Red Sísmica de
Andalucía, poseyendo inicialmente registro en analógico y posteriormente en digital (De
Miguel et al., 1988; Alguacil et al., 1990). A mediados de la década de los ochenta el Instituto
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
183
Geográfico Nacional inició el desarrollo de una nueva Red Sísmica Nacional instalando un
total de 25 nuevas estaciones sísmicas. Estas instalaciones junto con las desarrolladas por el
Real Instituto y Observatorio de la Armada de San Fernando en la zona del Golfo de Cádiz, la
Red Sísmica de Cataluña y otras instalaciones como la Red Sísmica del estrecho de Gibraltar,
de la Cerdaña, de Canarias, etc., constituyen un aumento instrumental muy importante en
España.
En 1974 se obtuvo la primera escala de magnitud a partir de las ondas Lg, válida para la
Península Ibérica (Payo y De Miguel, 1974, 1975) y por tanto se midió la pérdida de la razón
amplitud/periodo debido a la distancia.
De Miguel y Vidal (1983) obtuvieron un valor de QLg de 208, a 1 Hz, para todo el Sur de la
península a partir de datos de 108 terremotos registrados en las estaciones WWSSN de la
Península Ibérica. Canas et al. (1987, 1988) estudiaron la atenuación de la Península Ibérica a
partir de las ondas Rayleigh obteniendo un valor de Qβ a profundidades de 0 a 80 km de 126
para la zona tectónicamente más estable de la Península, y de 57 para la parte más activa.
También han sido estudiados los valores de la atenuación de las ondas Lg para recorridos a
través del Mar de Alborán utilizando razones espectrales.
Con respecto a los estudios de atenuación a partir de ondas coda, los trabajos de Herraiz
(1982) y Herraiz y Mézcua (1984, 1986) fueron los primeros efectuados en España,
trabajando con datos analógicos, estudiando las regiones de Arette en los Pirineos franceses,
Lorca (Murcia) y Granada.
Carsi (1986) y Carsi et al. (1987) realizaron un estudio preliminar de la atenuación en el Sur
de España utilizando datos en analógico. Canas et al. (1987) plantearon un primer intento de
regionalizar Q para toda la Península Ibérica utilizando datos analógicos y el método
propuesto por Herrmann (1980). Esta regionalización fue culminada por Pujades (1987),
Canas et al. (1989) y Pujades et al. (1990) utilizando datos analógicos y una modificación del
método de Herrmann (1980) propuesta por Pujades (1987). Correig et al. (1990) realizaron un
estudio preliminar de la atenuación en la región Este de los Pirineos. Del Pezzo et al. (1990) e
Ibáñez et al. (1990 a,b) han realizado los primeros estudios de la atenuación utilizando datos
digitales para el Sur de la Península Ibérica, estudiando la variación de Qc con el lapso de
tiempo y la profundidad.
184
CAPÍTULO 9
Canas et al. (1987) realizaron el primer paso con el fin de regionalizar el valor de Qc para toda
la Península Ibérica utilizando datos analógicos. Para este trabajo estos autores utilizaron
cuatro estaciones sísmicas, TOL, PTO, MAL y EBR. Los datos fueron analizados siguiendo el
método de Herrmann (1980) con la suposición de que Qc permanece invariable con la
frecuencia. Este trabajo dividió a la península en tres áreas y les asignó un valor de Qc a cada
una de ellas. Los valores obtenidos fueron los siguientes,
•
Área Sur Península Ibérica (estación MAL).
Q = 198 ± 25
•
Área Nordeste Península Ibérica (estación EBR).
Q = 331 ± 13
•
Área Oeste Península Ibérica (Estación PTO).
Q = 421 ± 32
El valor medio asignado para toda la Península fue: Q = 365 ± 38.
Figura 9.1
Mapa de iso-Q0 para la Península Ibérica obtenido por Pujades et al. (1990).
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
185
Pujades (1987), Canas et al. (1989) y Pujades et al. (1990) realizaron una regionalización del
valor de Qc para la totalidad de la Península Ibérica con datos analógicos suponiendo una ley
de dependencia de Q con la frecuencia. Estos trabajos están realizados utilizando un método
de cálculo propuesto por Pujades (1987), que es una modificación del método de Herrmann
(1980). El valor de ν, que muestra el exponente de la dependencia con la frecuencia, obtenido
para toda la Península Ibérica estaba cercano a 0.5. La figura 9.1 es el mapa de Qc a 1 Hz
propuesto por Pujades (1987) y Pujades et al. (1990).
La región del este de los Pirineos, concretamente la zona de la Cerdaña, ha sido la primera
región española analizada con datos digitales para el estudio de Qc (Correig et al, 1990). Esta
región ya fue analizada previamente por Correig et al. (1990) utilizando datos analógicos.
Este primer trabajo obtuvo un valor de Qc a 1.5 Hz que variaba entre 17 y 120.
El trabajo de Correig et al. (1990) utiliza cuatro estaciones sísmicas y 15 terremotos que
fueron analizados utilizando el método de Sato (1977, a). La envolvente de coda se calculó
mediante el método del filtrado, filtrando a 1.5, 3, 6, 12 y 24 Hz, y estimación del rms de la
señal en el dominio del tiempo. No sólo estimaron el valor de Qc para la coda de las ondas S,
sino que también lo hicieron para las P. En la tabla 9.1 se presentan los resultados para las
cuatro estaciones utilizadas y una media de todas. Destacan los bajos valores de Qc obtenidos
en comparación con los presentados en este y otros trabajos para otras regiones. En estos
bajos valores puede influir el hecho de haber utilizado lapsos de tiempo muy pequeños, con lo
cual, los valores de Qc obtenidos son representativos de la capa más superficial de la región
estudiada y, por tanto, corresponden a valores muy locales.
STATION
Q0
ν
r2
LVA
11 ± 1.3
1.21 ± 0.13
0.90
LES
14 ± 1.4
1.13 ± 0.15
0.89
URU
15 ± 1.3
1.21 ± 0.14
0.87
MON
14 ± 1.3
1.18 ± 0.13
0.90
MEDIA
14 ± 1.2
1.13 ± 0.08
0.95
Tabla 9.1
Valores de Qc obtenidos por Correig et al. (1990) para el este de los Pirineos.
186
CAPÍTULO 9
La región de la Béticas Centrales ha sido estudiada por Del Pezzo et al. (1990) y por Ibáñez et
al. (1990, a). En esta región, una de las más activas del Sur de España, es donde tuvo lugar el
terremoto más destructor en la Península Ibérica de los últimos 150 años, el ya citado
terremoto de Alhama de Granada del 25 de Diciembre de 1884.
El análisis de Qc se hizo a través de los sismogramas en formato digital de 54 terremotos
registrados en 12 estaciones sísmicas. Estas estaciones pertenecen a la Red Sísmica de
Andalucía y a la Red Sísmica Portátil del Instituto Andaluz de Geofísica. Los sismogramas
fueron analizados en las bandas de frecuencia de 1Hz, 5Hz, 3Hz, 6Hz, 12Hz y 18Hz. Qc se
obtuvo tanto con los modelos de retrodispersión simple (Single Back scattering – SBS ) como
con los de dispersión isótropa simple (Single Isotropic Scattering – SIS), estudiando la
variación de Qc con el lapso de tiempo.
Los resultados obtenidos indican que no existen diferencias significativas entre los valores de
Qc obtenidos por el modelo SBS o el SIS, para este rango de distancias epicentrales, menores
de 45 km. En la tabla 9.2 se presentan los valores de Qc obtenidos en función del lapso de
tiempo y de la frecuencia para los terremotos analizados. Los lapsos de tiempo utilizados
fueron de 30, 50, 70 y 90 segundos. Se observa claramente una fuerte variación de Qc con el
lapso de tiempo, así como un fuerte aumento de Qc con la frecuencia.
Freq (Hz)
Q (30s)
δQ (30s)
Q (50s)
δQ (50s)
Q (70s)
δQ (70s)
Q (90s)
δQ (90s)
1.5
109.2
24.2
142.3
25.0
172.9
24.0
223.6
21.9
3
190.6
38.3
242.6
34.7
298.0
37.8
402.8
34.4
6
358.9
57.4
439.4
50.3
542.3
49.7
771.1
48.9
12
656.6
82.7
809.5
77.8
1009.2
83.6
1427.7
85.4
18
944.2
102.6
1203.2
118.6
1477.4
115.6
2024.5
103.0
Tabla 9.2
Valores de Qc en función del lapso de tiempo y de la frecuencia para las Béticas Centrales
(Ibáñez et al., 1990,b).
A partir de los resultados anteriores, Ibáñez et al. (1990, b) encuentran las siguientes leyes de
dependencia frecuencial para las Béticas Centrales,
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Lapso de tiempo 30 s:
Q = (75.1 ± 9.4) ⋅ f (0.87 ± 0.04)
Lapso de tiempo 50 s:
Q = (97.0 ± 8.8) ⋅ f (0.86 ± 0.03)
Lapso de tiempo 70 s:
Q = (118.1 ± 8.9) ⋅ f (0.86 ± 0.02)
Lapso de tiempo 90 s:
Q = (157.4 ± 8.1) ⋅ f (0.89 ± 0.03)
187
Estudios más recientes, que separan los efectos de la absorción intrínseca y los de atenuación
dispersiva en zonas del sur de España, son los de Akinci et al. (1995), Ugalde (1996), Pujades
et al. (1997). Estos últimos trabajos junto con los de Pujades et al. (1990) son los más
directamente relacionados con el presente estudio y, por tanto, son los que se han utilizado
para contrastar los resultados aquí obtenidos.
En general se obtiene una consistencia excelente, aunque, como se verá enseguida, los
resultados de nuestro estudio, permiten avanzar más y ver los estudios y trabajos anteriores
bajo una nueva perspectiva.
9.3 Las regiones de estudio
Los sismos disponibles para este estudio ocurrieron en el intervalo 1997-1999 y se sitúan en
áreas en las que se concentra la sismicidad natural de la Península Ibérica. Esta sismicidad
natural ha permitido reagrupar los eventos en las siguientes tres regiones,
1. El Noroeste Peninsular (Galicia).
2. El Noreste Peninsular (Cataluña, Aragón, Navarra y, parcialmente, el sur de Francia).
3. El Sur Peninsular (sur de Valencia, Murcia, Andalucía y, parcialmente, el sureste de
Portugal).
En la figura 9.2 se sitúan estas tres regiones de la Península para las que se han obtenido
resultados de atenuación empleando los métodos de dispersión simple (Qc) y el método de las
ventanas múltiples de intervalos de tiempo (Qt, Qi, Qs).
Un estudio más exhaustivo de la atenuación en toda la Península Ibérica, requeriría disponer
de eventos cercanos registrados por estaciones situadas en la Meseta Ibérica y Portugal ya que
con ellos sería posible complementar los resultados obtenidos en las tres regiones referidas. El
188
CAPÍTULO 9
objetivo sería obtener un mapa de atenuaciones cuyo dominio fuera toda Iberia. Por el
momento, los datos disponibles no lo han hecho posible.
Por otro lado, también se observa la necesidad de disponer de sismogramas en formato digital
correspondientes a años anteriores a 1997 y los posteriores a marzo de 1999. Esto ampliaría la
base de datos y permitiría una estadística sobre muestras mucho mayores de la que se ha
trabajado en este estudio. Esta conclusión se hace evidente si se analiza la proporción entre el
número de registros originales programados y seleccionados y los que finalmente se han
tratado con las diferentes metodologías empleadas.
REGIÓN NORESTE
REGIÓN
NOROESTE
REGIÓN SUR PENINSULAR
Figura 9.2
Regiones de la Península para las que se han obtenido resultados de atenuación empleando el
método de dispersión simple y el método de las ventanas múltiples de intervalos de tiempo.
Así pues, este trabajo, como muchos trabajos de sismología, ha estado condicionado por las
siguientes circunstancias,
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
•
189
Un limitado número de datos cuya distribución espacio-temporal ha estado
condicionado por el despliegue y funcionamiento de estaciones digitales y por la
sismicidad natural.
•
La utilización de modelos muy simplificados que aún distan de representar bien tanto
la distribución espacial de los dispersores como las características de la interacción
entre las ondas sísmicas y las heterogeneidades del medio (scatterers). Los métodos de
coda suponen dispersión simple y el de ventanas múltiples supone dispersión múltiple.
Ambos métodos suponen, dispersión isótropa y distribución homogénea de dispersores
en el medio.
A pesar de todo ello, el análisis meticuloso y sistemático de los datos disponibles, unido al
conocimiento de la geotectónica de los ambientes estudiados y al conocimiento obtenido a
partir de trabajos previos realizados en la Península Ibérica y en otras regiones, nos ha
permitido avanzar un poco más hacia la comprensión de las características de la atenuación
sísmica en la litosfera de la Tierra en general, y de la Península Ibérica en particular.
Se relacionan a continuación las principales conclusiones de este trabajo.
9.4 Conclusiones
Tras una descripción detallada de la geotectónica de la Península Ibérica, que se ha revelado
como excesivo tras el análisis final de los datos y resultados, una descripción de los modelos
de coda y un estudio de los instrumentos y datos disponibles, se ha procedido a
determinaciones de Qc para todas las estaciones con información disponible suficiente.
Empleando las mismas estaciones y los mismos datos ha sido posible separar las
contribuciones de la atenuación intrínseca y dispersiva de la atenuación total y evaluar su
dependencia frecuencial y la relación entre Qc y los factores de calidad intrínseco, dispersivo
y total.
Las principales conclusiones de este estudio son las siguientes,
190
CAPÍTULO 9
9.4.1 Instrumentación y Datos
•
Se han producido importantes avances en la infraestructura observacional sismológica
de España. Desde 1986 se dispone de datos digitales.
•
La información sobre las características de los instrumentos disponibles y el
mantenimiento de las estaciones son correctos y permiten la realización de trabajos
como el presente que, de otra forma serían inabordables.
•
Parece conveniente que los organismos responsables realicen un preanálisis de las
trazas disponibles separando las trazas de mayor calidad. La organización y
mantenimiento de bases de datos de trazas de gran calidad facilitaría la selección de
los datos.
•
En este trabajo se han utilizado datos facilitados por el Instituto Geográfico Nacional.
•
Existen otros organismos, algunos autonómicos y otros pertenecientes a otras
instituciones, con estaciones sísmicas de calidad. Las bases de datos de trazas sísmicas
completas aumentarían en cantidad y calidad si existieran protocolos de
homogeneización de datos y se unificara su almacenamiento. Algo se ha hecho y se
está haciendo en esta dirección. Estos esfuerzos supondrían un estímulo a la
realización de trabajos como el presente y un incremento automático de la calidad de
los mismos.
•
En el mejor de los casos, los datos están condicionados por la sismicidad natural. Sólo
la instalación permanente de estaciones en zonas de baja sismicidad y su operación
durante largos períodos de tiempo, permitirán cubrir estas zonas, cuyas diferencias
geotectónicas permitirían discriminar mejor los parámetros de atenuación.
•
La infraestructura disponible y la sismicidad de la Península han permitido analizar
tres regiones con tres ambientes tectónicos distintos y llegar a avances relevantes en el
conocimiento de la atenuación en los mismos.
9.4.2
Qc
Se ha analizado el factor de calidad Qc a partir del método de Aki y Chouet (1975),
obteniéndose valores de Qc y de su dependencia frecuencial en todas las estaciones y en el
rango frecuencial comprendido entre 1.5 Hz y 9.0 Hz.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
191
Los resultados con menor dispersión se han obtenido en la banda frecuencial 6.0-8.0 Hz,
hallándose esta banda frecuencial en la parte central del ancho de banda de las estaciones
empleadas. Por este motivo se ha usado esta frecuencia para realizar mapas de iso-Q7Hz para
las tres regiones analizadas.
La ocurrencia de dos sismos de intensidad VII uno en el sur y otro en el Noroeste ha
permitido analizar la variación temporal de los parámetros de atenuación utilizando sismos
anteriores y posteriores a las crisis sísmicas de Mula en el sur (Febrero de 1999) y de Lugo en
el noroeste (Mayo de 1997).
Las principales conclusiones de esta parte del trabajo son,
•
Se obtienen valores de Qc relativamente bajos en las tres regiones estudiadas. Estos
valores son ligeramente más altos en la zona noroeste y más bajos en la zona sur.
•
Los mapas de iso-Q a 7 Hz para las tres regiones han permitido detectar anomalías de
Qc que están relacionadas con características geotectónicas. Sin embargo, la técnica de
asignación geográfica (punto medio de la trayectoria epicentro-estación) produce un
desajuste entre la anomalía de Qc y la característica geotectónica asociada. En general,
en cuencas y valles Qc muestra valores bajos mientras que en macizos rocosos
antiguos Qc crece. La mayor cantidad de datos en la región sur permite ver mejor estas
relaciones entre atenuación sísmica y tectónica.
•
Las leyes de dependencia frecuencial ajustadas producen valores de Qc0 bajos y
exponentes ν altos.
•
No existe una buena correlación entre los valores de Qc0 y ν hallados y los
determinados por Pujades (1987) para frecuencias de 1 Hz.
•
Las causas que motivan valores de Qc0 bajos y exponentes ν altos y el desacuerdo con
los valores de Qc0 y ν estimados a partir de frecuencias en torno a 1 Hz., se estima son
las siguientes,
1. La ley potencial Q = Q0 ּ f
ν
es inadecuada para representar la dependencia
frecuencial en un amplio rango de frecuencias.
2. En consecuencia, cuando se usa esta ley cabe esperar que el exponente ν sea
diferente a diferentes frecuencias.
192
CAPÍTULO 9
3. Las observaciones de Qc en rangos frecuenciales amplios apoyan la existencia
de una frecuencia típica en la que se da un salto rápido de Qc. Antes y después
de esta frecuencia, las variaciones de Qc serían suaves (ν < 1). Esta frecuencia
de salto sería típica en cada región y se situaría entre los 3Hz y 6 Hz. Para altas
frecuencias la variación de Qc es más suave que para bajas frecuencias.
4. El ajuste simultáneo de esta ley en un amplio rango de frecuencias, incluyendo
esta variación brusca, causa exponentes mayores que los esperados a altas y
bajas frecuencias y, en consecuencia valores de Qc0 anormalmente bajos.
ƒ
El análisis de dos crisis sísmicas relativamente pequeñas (4.8 < M < 5; Imax = VII), ha
permitido observar variaciones significativas de Qc antes y después del sismo
principal. El signo de la variación no es el mismo y depende de las características de
los esfuerzos que causan el sismo. Episodios compresivos llevarían asociado un
aumento de los valores de Qc después del sismo respecto de los valores de Qc
anteriores al sismo, episodios distensivos presentarían la tendencia contraria. La
dependencia frecuencial se manifiesta menos sensible. Este resultado está de acuerdo
con estudios previos y con el significado físico de la atenuación sísmica de la coda.
ƒ
Con todo, el solape de las desviaciones típicas impide realizar afirmaciones
contundentes apoyándonos en los casos y datos aquí analizados.
9.4.3 Q total, intrínseca y dispersiva.
La aplicación sistemática del método de ventanas temporales múltiples que tiene en cuenta la
dispersión múltiple y permite separar la atenuación intrínseca y dispersiva, ha permitido
confirmar aspectos tradicionalmente aceptados y avanzar en otros en los que existe una
controversia importante como son la relación entre la Q de coda y la Q total, intrínseca y
dispersiva y la dependencia frecuencial de todas ellas. Las principales conclusiones en estos
aspectos son,
ƒ
La atenuación intrínseca domina sobre la dispersiva para altas frecuencias en todas las
regiones analizadas. En la Península Ibérica, esto es cierto para frecuencias mayores
que 3 Hz.
ƒ
Para frecuencias bajas, la atenuación dispersiva domina en la región sur.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
ƒ
193
Parece que existe una frecuencia típica a la cual se produce un cambio del dominio de
la atenuación dispersiva al de la atenuación intrínseca. Esta frecuencia sería una
característica regional relacionada con el tamaño y distribución de los dispersores.
ƒ
La atenuación sísmica observada a partir de datos de coda sería menor en el noroeste
que en el sur peninsular de acuerdo con trabajos previos y también con observaciones
macrosísmicas.
ƒ
Para altas frecuencias, en general, Q de coda representaría bien la Q intrínseca que se
hallaría muy cerca de la Q total, de acuerdo con los trabajos de Frankel y Wennerberg
(1987).
ƒ
Para bajas frecuencias este comportamiento se complica pudiendo ser Qc igual a Qs .
Sin embargo, este comportamiento parece depender de las características
geotectónicas de cada región o, mejor dicho, del tamaño y distribución de dispersores.
En algunos casos se observa que Qt-1, Qi-1 y Qs-1 son mayores que Qc-1.
9.4.4 La dependencia frecuencial
ƒ
La ley de dependencia frecuencial Q = Q0 ּ f ν , normalmente empleada para analizar
la variación de los parámetros de atenuación inelástica y dispersiva no es adecuada
cuando se analiza una banda frecuencial amplia y, además, tiene un sentido físico
dudoso.
ƒ
Una ley más consistente con las observaciones y con mayor sentido físico, constaría
de dos tramos en los que la variación de Q sería relativamente suave en el rango
cercano a 1 Hz y en rangos entre 5 y 10 Hz o superiores. En alguna frecuencia
intermedia se produciría un salto más o menos brusco en los parámetros de
atenuación. Tanto la frecuencia de salto como la variación de Q con la frecuencia en
los tramos frecuenciales altos y bajos serían típicas de cada región.
ƒ
Hay que tener en mente este sencillo esquema cuando se interpretan leyes
frecuenciales sencillas que se han ajustado utilizando observaciones en un amplio
ancho de banda frecuencial, entendiendo como tal ya intervalos entre 0.5 y 5.0 Hz o
entre 0.5 y 10 Hz.
ƒ
A pesar de las fuertes limitaciones de la ley Q = Q0 ּ f
ν
para representar el
comportamiento observado de Q en un amplio rango de frecuencias, los ajustes de esta
ley son sencillos y su aplicación a nuestros datos ha permitido destacar los siguientes
aspectos,
194
CAPÍTULO 9
1. La dependencia frecuencial de Qi es siempre menor que la de Qs . Esto es
consistente con el significado físico de ambos parámetros.
2. La intersección de las rectas que ajustan los datos de Qi y Qs puede dar una
idea sobre la frecuencia a la que la atenuación intrínseca pasa a dominar sobre
la dispersiva y viceversa.
3. El distinto comportamiento manifestado por Qi y Qs a bajas frecuencias
respecto del mismo a altas frecuencias, es un discriminante entre regiones de
tectónica activa y regiones estables. Por lo tanto, la variación de Qs con la
frecuencia es mucho más rápida en estas regiones. El análisis de los
exponentes ν de todas nuestras estaciones confirman esta conclusión.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
195
9.5 Epílogo y líneas de investigación futura
Afortunada o desafortunadamente una tesis no finaliza nunca. En cualquier caso, la
finalización física en el tiempo y el cierre de la última página de la memoria constituyen un
mojón, un punto kilométrico del camino científico, un camino que progresa sin prisa pero sin
pausa incrementando nuestro conocimiento sobre el mundo que nos envuelve y sobre nosotros
mismos dando paso a mejores cotas de calidad de vida y, ojalá!, de humanidad.
Esta tesis no es una excepción. En ella confluye el esfuerzo de muchas personas e
instituciones que nos han permitido dar un paso más. Ahora entendemos un poco mejor los
procesos que rigen la atenuación sísmica en la litosfera pero, también y paradójicamente,
tenemos más inquietudes e incertidumbres que cuando empezamos. Ampliar las inquietudes y
enfrentarse a nuevas preguntas no deja de ser un avance científicamente saludable.
Como cierre de esta memoria apuntamos sólo algunos de los aspectos que entendemos
constituyen el progreso natural del trabajo realizado y el camino probablemente más rápido y
recto para avanzar.
ƒ
La aplicación de los métodos y técnicas aquí utilizados a diferentes ambientes
tectónicos más puros permitirán ver mejor algunas de las conclusiones que aquí se han
apuntado.
ƒ
Evidentemente, cualquier esfuerzo en el aumento de datos que permita escapar de la
servidumbre de la sismicidad natural y muestrear de forma minuciosa, contribuirá a
evitar el aliasing espacio-temporal que hemos intuido y sufrido durante el desarrollo
de este trabajo.
ƒ
Los potenciales de equipos y métodos logrados en el siglo XX deberían estimular a la
comunidad científica a monitorizar de modo sistemático los parámetros de atenuación
sísmica. Sin duda, estos presentan una gran sensibilidad a los cambios espaciotemporales de la distribución de dispersores y del régimen de esfuerzos de la litosfera.
Esto permitiría seguir e incluso alertar de cambios bruscos en las tendencias
geotectónicas en un determinado lugar. Sin duda, esta es una asignatura pendiente para
el siglo XXI.
196
CAPÍTULO 9
ƒ
Hemos intuido la precariedad de los modelos empleados. Las hipótesis son demasiado
simples. Se impone avanzar hacia modelos que, incorporando hipótesis más realistas,
no compliquen en exceso los métodos y técnicas necesarios para un contraste
experimental.
ƒ
Como último apunte concreto y fácilmente realizable, convendría reformular la ley de
dependencia frecuencial en los términos apuntados en este trabajo. Probablemente, en
los tramos de las altas frecuencias debería intervenir el factor Qi y en las bajas
frecuencias el factor Qs o, alternativamente, el albedo sísmico y la longitud de
extinción.
Y se acabó.
Gracias al sufrido lector que ha tenido la paciencia de acompañarnos hasta aquí. Ojalá
haya encontrado alguna frase, idea, concepto o desarrollo que le haya interesado y estimulado.
Por unas horas hemos sido compañeros de viaje.
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