, Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. REVISTA CLINICA ESPANOLA ,., Director: C. JIMÉNEZ DÍAZ. Secretarios: J. DE PAZ y F. VIVANCO Redacción: Antonio Maura, 13, Madrid TOMO XIV 1 Administración y Correspondencia: Editorial Científico Médica 15 DE JULIO DE 1944 NÚM. 1 REVISIONES DE CONJUNTO VIRULENCIA, PODER PATóGENO E INMUNIDAD M. GRACIÁN Jefe de la Sección de Sueroterapia del Instituto Nacional de Sanidad Persuadidos de que aun en los más modernos tratados de Bacteriología e Inmunidad se expresan conceptos sobre virulencias que no. ・ウエ£セ@ セ・@ 。」オ・セ、ッ@ con la realidad, exponemos a contmuac10n una Interpretación personal de este 」セューャ・ェ\[^@ ーイッ「ャ・ュセN@ En general. se entiende por v1rulenC1a la 」。ーセᆳ dad de los gérmenes patógenos de producir perJUIcios cuando se inoculan, o contagian, al hombre o a los animales de experimentación. Como el máximo perjuicio que pueden producir al individu<;> es la muerte, se confunde casi siempre en la práctlc.a con la noción de dosis mínima mortal. Algunos mvestigadores tratan de relacionar la カ■イオャ・セ」ゥ。@ con 。セᆳ guna propiedad de los gérmenes, es 、セ」QイL@ determinar qué cualidad biológ.ica puede, 」ッョウQ、セイ。N・@ como substrato de la virulenc1a; y aqu1 las opm10nes son muy dispares: ¿poder de invasión?, ーッ セ・イ@ tóxico?, ¿agresinas? ... Y es que セッ@ ィ。セ@ アセ・@ olv1dar que la virulencia no es una prop1edad mtnnseca de las bacterias, sino una resultante de la acción patógena de los parásitos y de la イ・。」セゥョ@ del organismo ,h?ésped. La capacidad que エャ・セョ@ mucho.s ー。イウQセッ@ de multiplicarse en el orgamsmo paras1tado, senalada también como factor esencial de virulencia, no podemos considerarle como tal, pues es más bien un coefecto; quiero decir que los gérmenes ?o son .virulentos porque se multiplican en el hueSJ?ed, sm.o que se multiplican porque encuentran en el c,ondiciones de vida favorables. A lo sumo, podnamos aceptar, en ciertos casos, esta capacidad de _rep.roducirse en el organismo animal, como un. md1ce de virulencia, pero no como la causa de la ュQウセZ@ Por otro lado, las técnicas de comprobaoon de virulencia ofrecen dificultades a veces insuperables ; no se conocen animales de laboratorio susceptibles 1 a ciertas enfermedades, propias de la especie humana; otras veces, la dosis mínima mortal está tan próxima a la dosis tóxica mínima, que es difícil discernir si se trata de una infección experimental o de una intoxicación; otras veces hay que conformarse con obtener una lesión local típica o cierta reacción general. que poco se parecen a la infección natural en el h ombre; y siempre hallamos este hecho paradójico: gérmenes que se manifiestan muy virulentos en la infección experimental, y que jamás producen infecciones naturales en el propio animal; en estos casos, virulencia y poder patógeno parecen divergentes. Algunos epidemiólogos llevan el concepto de virulencia a la epidemiología, y distinguen entre la capacidad de los gérmenes virulentos para instalarse en el huésped (poder infestante), común a ciertos saprofitos; la capacidad de provocar reacción inmunitaria (poder infectante), y la capacidad de provocar reacciones clínicas (poder patógeno). Estas sutilezas son útiles y a un necesarias para explicar la transmisión de infecciones por portadores sanos y la inmunidad adquirida por infección inaparente; pero en la mayor parte de los casos la distinción es demasiado teórica para ser útil. Por todo ello, creo más conveniente analizar, por un lado, los factores que condicionan el poder patógeno de los gérmenes, y por otro, las reacciones inmunitarias del organismo, ya que la virulencia, traducida en enfermedad experimental, como la enfermedad natural, son resultantes de la acción combinada de ambos grupos de factores. FACTORES DE PODER PATÓGENO DE LOS GÉRMENES. -Muy complejos, como vamos a ver, los clasificaré para su mejor análisis en cuatro grupos: I.° Factores de penetración y difusión. 2.° Factores de dispersión o invasión. J.° Factores tóxicos. 4.° Factores de persistencia. No debemos confundir la capacidad de difusión, dispersión o persistencia de los gérmenes en el organismo parasitado, con las mismas cualidades rea- \ Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. REVISTA ctJNICA ESPAÑOLA 2 !izadas en el medio exterior, cuyo estudio compete a lo epidemiología y no es d.e, este エ・セ。@ .. , 1.° Factores de penetrac10n y dtfus10n. --Nos encontramos en seguida con gérmenes que carecen de estos factores y son, sin embargo, ーセエァ・ョッウ[@ tales son aquellos que invaden el ッイァ。ョエセュ@ tras una acción traumática, que los 」ッセ。@ ー。ウエカュ・セ@ en el medio interior del huésped; eJemplo: bactenas de la gangrena gaseosa, gérmenes propagad<?s por artrópodos hematófagos, que ocaswnan la moculación del parásito en la herida producida por su picadura; pero, aun muchos de estos gérmenes, ウセᆳ rían poco o nada patógenos, si aparte de su capaCIdad invasiva no estuvieran dotados de cierto poder de difusión, que les permite propagarse y extenderse desde la puerta de entrada. Hay algunos microparásitos que carecen en absoluto de poder de difusión y, quizá por este motivo, son capaces de penetrar en el organismo; sabido es que en la superficie de ciertas mucosas, en especial la mucosa intestinal y la de las vías respiratorias, hay células fagocitarías, que incorporan al organismo micropartículas inertes, es decir, no hidrófilas, con polvillo de carbón o sílice, globulitos de grasa, etc.; estos mismos fagocitos atrapan ciertas bacterias y las hacen trasponer las barreras epiteliales. Gran número de gérmenes son patógenos porque son capaces de atravesar los epitelios previamente intactos. Pudiera creerse que los movimientos activos de algunos parásitos juegan un importante papel en su capacidad de penetración o difusión; pero la experiencia demuestra que entre las bacterias y virus más patógenos abundan los que son inmóviles. Hast.1 hace unos años era poco lo que se sabía acerca de los factores de penetración y difusión. McLEAN ha realizado investigaciones que demuestran que ciertos gérmenes prod ucen un fermento. que Aセ。ュョ@ hialuronidasa, que desintegra la mucina; stendo. coク[Gj_ョ・エセ@ ・ウョセゥ。ャ@ de este glucoproteído el poltsacando actdo htalurónico, hallado en abnndanciJ en la gelatina de Warthon del cordón オュ「Nゥャ」。セ@ en el cuerp? カ■エイセッ@ del ojo y en el líquido stnovtal de las arttculactones. Este factor de difusión es análogo al encontrado en los ext ractos de testículo, que, como han demostrado CHAIN y DUTlliE , ・セ@ resultante de la actividad mucolítica de este extracto. Son muy interesa ntes los estndios de mセlen@ sobre el ・ウエ イ セーエ」\[^ッ@ hemolítico, que han evtdenctado que el ーセィ。」ョ_ッ@ de la cápsula de este germen constste en ando htalurónico, y que. por otro l.ado, el estreptococo es capaz de producir hiaャオセッエ、。ウL@ que 、・ウエイオゥセ@ a sus propias cápsulas; ex tsttendo, en consecuencta, un antagonismo entre el dcsarro}l? de cápsulas y la producción de ferme n to mucohttco. Este hecho puede explicar por qué ィセケ@ セ・ー。ウ@ de estreptococo dotadas de gran poder de 、セヲオウQPョ@ y escas? .Poder invasivo, tal como se mamfiesta en la ・ ョウエー・ャセ@ H ュセ」ッャゥ ウ ゥ ウN@ sin cápsulas), y otras cel?as son muy mvastvas, aunque su poder de ー・ョエイセ セエ ョ@ y difúsión es escaso (capsulados, no mucohttcos). como en la fiebre puerperal. Estos factores de difusión se han estudiado también en otros gérmenes, como el neumococo que elabora también hialuronidasa , que no 、・ウエイオセ@ e su 15 juiio 1911 propia cápsula , y que no contiene N£」ゥ、セ@ hialurónico. La existencia de un factor de dtfuswn o penetración, independiente del factor invasivo, explica por qué hay gérmenes poco o ョセ、。@ patógenos er: condiciones naturales, y muy vtru len tos en la Inoculación experimental. Entre los factores de difusión a partir de la puerta de entoda hemos de incluir la acción tóxica perifocJI. que inhibe o desvía las reacciones tisulares defensivas. Este factor lo expondré, luego, entre los factores de persistencia, por ser el más importante entre ellos. Si el germen posee factores de penetración y difusión. v carece de capacidad invasora. dará lugar a un proceso infeccioso localizado. cuya localización depend erá de la puerta de entrada: localización prrmarra. 2. ° Factores de dispersión o inuasión (factor septicémico) _ - Una vez el parásito ha franqueado la barrera epitelial. puede invadir el medio interno . constituído por el plasma sanguíneo. linfa y plasmas intersticiales. El aparato circulatorio constituye un sistema cerrado, impenetrable para las bacte rías sin previJ alteración física de sus paredes. es pecialmente de la red capilar. que es la parte má<; frágil. Las lesiones traumáticas de estos vasos o ャ。セ@ provocadas por una acción tóxica local de los gér menes patógenos, pueden ocasionar la penetración de aquéllos en los vasos sanguíneos. E\ torrente circulatorio puede ser invadido a través del ウゥセエ・ュ。@ linfático: pero es un camino largo y difícil. qu.: ofrece al germen el obstáculo de las formaciones lin fáticas; muchas Hces siguen estJ \'Ía gérmenes que carecen de capacidad de invasión actt\'a, cuvo transporte se hace así por los fagocitos. Los.movimientos activos del parásito n o juegan papel tmportante en su capacidad de in vasión; la o bservación demuestra la total ausencia de correlación entre una y otra cualidad. La invasión del med.i? ゥョエ・イセッ@ se efectúa por un fenómeno de disperst?n 」ッセPQ、。ャL@ en est recha relación con el grado d e ィエ、イッヲゥセ@ セ・@ la envolven.te del parásito. Los plasmas ?rgan tcos セッョ@ s?luc10nes salinas acuosas. que n:anttenen en セィウー・イエッョ@ una elevada ca n tidad y var:edad セ・N@ colotdes ュセウ@ o menos hidrófilos y de caractcr aCldo. Los germenes, bacterias o virus, se comp?rtan セョ@ d ispersiones acuosas. como coloides de mtcela gtgante, y también con función ácida 0 sea electronegativos. Las 、ゥ⦅ウーセイッョ・@ coloidales que integran los plasmas orgamcos son, no só lo un líquido nutritivo para las 」←⦅ ャセ。ウ@ del _organismo, sino que esos coloi、・セ@ plasmattcos estan allí llenando un hueco para evttar que ・セ@ medio interno sea un espacio 'vacío para los 」ッャエ、セウ[@ en esta solución salina acuosa saturada de c<?lotdes or gánicos, cualquier micela.' viイオセ@ o bactena que ー・セエイ@ .a,ccidentalmente, no p odra セョエ ・ ョ ・イウセ@ en dtsperslOn, si no reúne ciertas condtoones, · 1 bten de hidrofi lia • o b'ten d e acop 1amtento a os coloides del plasma del . d . huésped organtsmo . · que 1e en cterta esta bilidad en un sistema dtsperso, ya ?e p or sí muy inestable, pues en él 。「オョ、セ@ colotdes de gran polaridad química y efecto anttprotector (anticuerpos naturales y quizá el complemento), que se fijan sobre cualquier super- Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. XIV TOMO NúMERO 1 VIRULENCIA, PODER PATóGENO E INMUNIDAD ficie. por poco adsorbente que ésta sea, y la hacen aún más liófoba. Además, en los plasmas y superficies que éstos bañan abundan células, cuya limitante es muy sensible a la presencia de mícelas o partículas de ・ウ」。セ@ hidr?filia, que son 。セィ・ゥ、ウ@ inmediatamente, pnmer tiempo de la fagootosts, y eliminadas así Je la circulación. Las b::tcterias patógenas aumentan su poder invasivo por la presencia en su envolvente, especíalmen te en la cápsula, de antígenos muy hidrófilos, ァャオセカーイッエ」■、ウL@ glucolipoides o polisacáridos, que ャ セウ@ proporcionan una gran estabilidad en los dispersiones acuosas; algunas bacterias, como el neu mococo, producen estos antígenos de invasión en gran exceso y los dejan dispersar en el organismo, retardando así la acción inmunizante de los anticuerpos. Cuando se descubrieron las diferencias existentes entre las variedades lisa y rugosa de las colonias bacterianas, se comprobó en seguida que las más patógenas eran las primeras, también más dispersables, es decir. más hidrófilas. Parece, al menos en teoría, que la hidrofilia como factor de invasión puede tener un límite; ya que si s·.pera en cierto grado a la de los coloides plasmáticos, pudiera deshidratados y producirse así un efecto antidispersívo. Existen gérmenes cuyo poder de invasión es específico, o sea, condicionado a determinadas especies o razas animales; en estos casos parece difícil explica rlo por este simple juego de la hidrofilía. Hay que admitir que esta especificidad ínvasíva va lig::tda a una especificidad de copulación con coloides, proteínas seguramente, del plasma, que harían un efecto protector, haciéndoles pasar "inadvertidos" a la vigilancia fagocitaría. Otros gérmenes extraordinariamente líófobos, por tanto sin capacidad invasora, no obstante, pueden propagarse por vía sanguínea: es el caso de bacterias, ce:-::.., el bacilo de Koch, que pueden provocar lesiones de las paredes vasculares; lesiones que al destruirse liberan gérmenes que son arrastrados pasivamente por la corriente sanguínea, originando sir m bras, verdaderas metástasis, en territorios apt:tados. Este hecho tendrá siempre carácter episódico; no se trata de verdadera invasión, aunque clínicamente lo parezca, sino de lo que pudiér.1mos llamar "dispersión pasiva, por arrastre". Queda por dilucidar si gérmenes liófobos, que pueden producir formas hidrófilas, dispersables, serían capaces así de invadir el organismo; de todos modos, esta posible alternancia no desfigura el hecho de que ciertos gérmenes se nos manifiestan habitualmente como liófobos y no invasores. 3·° Factores tóxicos.- La acción nociva de los gérmenes patógenos hay que referirla en último término a factores tóxicos. Pudiera creerse que algunos gérmenes, poco tóxicos, producen perjuicios al organismo, por efecto de una acción expoliadora de substancias indispensables a la economía animal; pero las reservas de ésta son tan grandes, que sería necesaria tal masa de gérmenes, que antes se harían sentir los efectos físicomecánicos de la presencia de los parásitos. Si los gérmenes provocan casi siempre fenómenos de desnutrición del organismo parasita - 3 do, se debe a acción indirecta: acción tóxica, fermentativa, piretógena, etc. Más verosímil es admitir en ciertos casos un efecto nocivo de origen mecánico; pues hay septicemias ocasionadas por gérmenes poco tóxicos, como el Bacillus anthracis, por ejemplo, en que la abundancia de bacterias es tal, que quizá puedan originarse trastornos mecánicos de la circulación capilar, que se harán más sensibles en órganos de función muy especializada, como los centros nerviosos; pero aun en estos casos excepcionales, no puede excluirse una acción tóxica bien manífiesta. Existen bacterias productoras de substancias tan dispersables y tóxicas, como son las llamadas exotoxinas, que por este motivo, en su acción patógena predomina el factor tóxico; son las bacterias hipertóxicas, causantes de toxiinfecciones y aun de verdaderas intoxicaciones. La producción de exotoxinas con acción tóxica general, no reporta ninguna ventaja al parásito; en efecto: las bacterias hipertóxicas sólo son accidentalmente patógenas, son gérmenes anaerobios, propios del suelo, pertenecientes al género Clostridium. El bacilo diftérico es también una bacteria hípertóxica ; pero el estudio ecológico del mismo demuestra que sí su toxina causa perjuicios a la especie humana, éstos no reportan ⦅ョゥAQァセ@ beneficio a la bacteria que los produce, nt siquiera hay una correlación entre el poder patógeno y toxígeno del bacilo diftérico; de modo que hay que atribuir esta acción tóxica a una caウセャゥ、。@ y no a un proceso de adaptación al paraSitismo. para el parásito es la acción tó. Más 「セョ・ヲゥ」ッウ。@ クエセ@ localtzada: アセ・@ crea en torno suyo una zona de viエ。ャ、セ@ ・セ£@ alterada; así se produceteJidos 」オケセM una anulac10n o desviaciOn de las reacciones celulaL@ macrofagia , granuloma, res, normales: セ。Lァッ」ゥウ etcetera. セ。@ acciol3 toxica es más útil aún para el germen: SI se efectua con retraso, es decir, si en lugar de realizarse en la puerta de entrada, hecho que pue?e. ーイッセ」。@ una reacción celular que elimina al J?,arasito, ⦅・ウ セ・@ produce lo que pudiéramos llamar efecto toxtco retardado". Este retardo ¡0 consiァセ・@ los _gérmenes p_or ャゥ「 ⦅・ セ。」ゥョ@ de un principio tOXIco, solo _al ocurnr la hsis espontánea o provo」セ、。L@ pero Siempre イ・エ。セ、L@ de los propios parásitos; セョエッN」・ウ@ queda ltbre una substancia tóxica, como son las endotoxinas. En mupoco ⦅、ゥヲオウセ「ャ・L@ 」セ。ウ@ ュ⦅ヲ・」ゥッョセL@ la destrucción y lisis de los paráSitos solo comienza cuando la existencia de anti」セ[イーッウ@ hace los gérmenes accesibles a la destrucセiッョ@ p_or los fagocitos, es decir, cuando la fase de mvaston ha terminado. セョエイ・@ los i_セッ、オ[エウ@ bacterianos capaces de producir una 。」ッセョ@ エッ クセ」。@ local, habrá que incluir las llamadas agrestnas, SI es que tales substancias existen; hay, más bien, un "efecto agresínico", equivalente a una acción antiopsónica. Este efecto, a su vez, puede ser セッョウ・」オエゥカ@ a la liberación, por parte de las bactenas, de antígenos hidrófilos o de invasión, y queda incluído entre los factores invasivos antes considerados, o bien, es la consecuencia d_e オセ。@ acción tóxica local sobre los elementos fagoCitanos, y en este caso la consideraremos entre los factores de persistencia. Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 4 REVISTA CLJNICA ESPA!VOLA Los fermentos que las bacterias. elaboran y los productos intermedios del metabolismo. bactenan?, al difundir en el medio interno del ammal pa.rastdel .fisw!otado, producen sin duda un セイ。ウエッョ@ セQP ョN@ gismo de la nutrición, es dectr,, una ュエックQ」。 Hay, además, gérmenes y ant1genos que pnmariamente no son tóxicos, pero que ーイッ、オ」・セ@ en individuos especialmente sensibil.izados; r.eaccwnes locales o ge nerales tóxicas, 、セ@ ttpo alergtco. Este hay fenómeno. más que a una proptedad del セイュ・ョ@ que atribuirlo a un proceso de adaptacwn del organismo, y lo incluiremos. por .tanto, entre los factores de inmunidad. Es muy tmportante ィセ」・イ@ constar que muchos gérmenes producen substanctas, que aunque no son afines a los elementos celulares P,or normales, ウセ@ fijan sobre las células ya 。ヲ・」セ、ウ@ la acción inflamatoria, sea éste o no de ongen alergico; así dan lugar a esos fenómenos llamados hiperérgicos, que desvirtúan el fin defensivo セ。エオイャ@ de la alergia antibacteriana. A estas sub stanctas pertenecen Qセ@ tuberculina, maletna, abortina , luetina, etcétera, y en general. los productos bacterianos causantes del fenómeno de Sanarelli-Shwartzman; son substancias que no tienen carácter antigénico, aunque puede tratarse de haptenos, y que no juegan. en consecuencia, papel alguno como factor de invasión; las producen en particular parásitos poco invasores, pero dotados de gran capacidad de persistencia. Estas substancias circunstancialmente tóxicas, por ser las causantes del fenómeno de Sanarelli y Shwartzman, las llamaremos substancias S -S. 4.° Factores de persistencia.- Acabamos de citar uno de los más importantes entre ellos. Después que un microorganismo ha penetrado e invadido el macroorganismo y este último ha producido una reacción inmunitaria específica, como son los anticuerpos, que incapacitan al parásito para nuevas invasiones, todavía poseen muchos gérmenes la cualidad de persistir en el huésped , por tiempo indefinido, dand o lugar a manifestaciones clínicas de tipo crónico o incluso a recidivas o agudizaciones más o menos periódicas. ・ イ。@ vista se pudiera pensar que se trata A ーセゥ de parasttos dotados de una mayor malignidad o virulencia; así, EHRLICH bautizó con el nombre de "feroz" una cepa de tripanosomas muy resistentes a la acción quimioterápica. Pero, como ha demostra<;Io H. KRoó en la tripanosomiasis nagana, en los ・ウーエイッアオセ@ ?e la fiebre. recurrente y en el treponema de la stfilts, la capactdad de persistencia de estos parásitos. está condicionada por una minus-variante de los mismos, de modo que se hacen resistentes a los procesos curativos quimioterápicos, que en el ヲセョ、ッ@ son procesos de inmunidad, gracias a que ーQ ・ イ、セョ@ el 。ョセ■ァ・L@ que les セ。@ prestado antes la capactdad de mvaswn; es dec1r, que a cambio de ー・イ、セ@ su poder. invasor, que por otra parte va no neasttan, adqUieren una serorresistencia. Es verdad que los. gérmenes no antigénicos. es decir, liófobos, no dtspersables, son fácilmente fagocitados: pero c?ntra esta reacción orgánica, disponen mu」ィッセ@ germen es de armas eficaces; entre éstas lo que pud1era .llamarse Bセ」ゥョ@ topo tóxica" , 、セ「ゥ。@ a s'! bstanctas 」セZュ@ accwn tóxica local, las s((bstannas S-S ya cttadas, que provocan alrededor de Jos 15 julio 1944 gérmenes o de la lesión por ellos provocada, una reacción perifocal. desviada de la reacción tisular normal, como ocurre en los procesos mal llamados hiperérgicos, que entretienen indefinidamente el foco in fectado, v aun favorecen su propagación por contigüidad o 'metástasis. La capacidad de persistencia de los gérmenes ocasiona la localización de éstos en el huésped. Hay que distinguir entre la localización primaria de un ger· men con limitada capacidad invasora, y la localización secundaria de gérmenes invasores, que han ocasionado previamente una septicemia. Es poco lo que se conoce todavía sobre las causas de distribu ción de las lesion es y localización de los gérmenes en el curso de la infección, que seguramente dependen de las propiedades bioquímicas, tanto de los gérmenes como de los tejidos en que se localizan. Es muy posible que en algunos casos la localización sea resultado de un proceso de exclusión; es decir, que el germen sólo persiste en ciertos territorios del organismo, que le ofrecen condiciones menos desfavorables; por ejemplo: localización del meningococo en las meninges. En muchos casos los gérmenes producen lesiones abiertas, en órganos con fácil salida al exterior, y así queda favorecido el contagio; en estos casos, hay que admitir que se trata de un proceso de adaptación especial del germen al parasitismo; por ejemplo: localización de los gérmenes disentéricos en las lesiones del intestino grueso, localización en las glándulas salivares del virus de la rabia, etc. Determinados gérmen es persisten porque, no sólo son tnatacablcs por l.l dtjlesttón intr;-celular, sino que esta localización parece series necesaria, una vez que la fase invasora o septicémica ha term inado. La mouilidad puede tener para ciertos gérmenes una im¡;crtancia en su capacidad de persistencia; llama la atención el que ciertos parásitos. COm(> los rr:p.1nosomas están dotados dz un complicado aparJto locomotor, アオセ@ les pé:!mite estar en constante movimiento, que ウセオイ。Gャ ^c イNエ・@ impide la fagoci!osis; no hay duda アオセ@ esta n;ovilidad ddJc scr!e ú til al J.larásiro, yJ que de otro modo su orgamz2ción huoiHa sido simplificada di extrrmo que lo es la de otras especies, que siendo primero liセイ・ウN@ se 。セーエョ@ al parasitismo. Como mejor se comprende la lmpor:anCla que los ュッカゥセョエウ@ activos de los seres unicelu. lares セQ・ョ ・N。@ ー。セ@ su conservación, es contemplando la multitud c!c ュQ」エッ_イァ。ョウセZ^@ que viven en libertad en el agua Je u'l acuano (mfusonos. flagelados, amebas, vibrioncs, etc ) , y ve:· qu.e todos ellos están dotados de grai'Jdf y constante movilidad, e 1ncluso las 。セァウ@ monocelulues Jib·es, que hacen una vida vegetal, pues. v¡ven de la fooosíntesis, son también flageladas Y m_uy movibles, P.ara escapar así a la acción depredadora de Ciertos protozoanos. C!-ASIFICACIÓN DE LOS GÉRMENES PARÁSITOS, SEGUN EL FACTOR PATÓGENO QUE EN ELLOS PREDOMINA.·-('>. m odo de síntesis voy a reagrupar los ヲ。\[エセZ^イ・ウ@ patogenos que han sido ya analizados, y u:thzarlos como base para una clasificación de los gern:enes, ウ・ァセョ@ el facto r que en ellos predomina; ・ウエセ@ mtento, s¡ n<;>, es logrado, por lo menos facilitara la comprenswn de los conceptos hasta ahora expuestos. Hay que distinguir un primer grupo: A) grmeセs@ hipセr tᅮx i cos @N _ Son todos aquellos q ue, mdependientemente de su capacidad Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. VIRULENCIA, PODER PATóGENO E INM UNIDAD TOMO XIV NihoiP.RO 1 de difusión , invasión o persistencia, ejercen una acCLOn tóxica general sobre el organismo, por medio de toxinas, las llamadas exotoxinas, coloides muy dispersables y citotropos, que por esto tienen el carácter de antígenos. Pertenecen a este grupo: el bacilo diftérico, los clostridios botulínico, tetánico y de la gangrena gaseosa; circunstancialmente, el estreptococo hemolítico (escarlatina) y el estafilococo. Ya hemos dicho que los gérmenes hipertóxicos son, en general, poco patógenos, y que la circunstancia de su hipertoxicidad hay que interpretarla como casual, ya que indica falta de adaptación al parasitismo. Los restantes gérmenes constituyen el grupo: B ) GÉRME:\'ES OLIGOTÓXICOS. -Éstos, segú_n el carácter qu ímico de los antígenos que predominan en su envolvente o en la cápsula (glúcidos, prótidos o lípidos) , que les imprimen una cualidad decisiva en su poder patógeno, se 、 ⦅ ゥ カ ゥ、・セ N@ en: a) Gfucíparásítos o gérmenes htdro_frltcos. -, セ・@ caracterizan: 1 • P or la variedad de tipos serologtcos. 2. 0 P o rque su virulencia no es específica; es 、セ ᆳ cir, el aumento de poder patógeno para una especte animal, lleva consigo un aumento para las otras especies. 3. Son gérmenes fácilmente cultivables, in uitro. 4. 0 Tanto en las enfermedades naturales, como en las inoculaciones experimentales, el perío0 do de incubación es breve, sólo unas horas. 5. Gran poder invasivo de las formas lisas (hidrófilas) de 0 crecimiento y escaso de las formas rugosas. 6. Provocan la formación de anticuerpos, fácilmente dem ostra bies por reacciones de precipitación o aglutinación. 7. Mínima capacidad de persistencia. 8. La inmu!lidad que producen es lábil ; es decir, de corta duración. 9 .0 La vacunación tiene dificultades, dada la variedad antigénica de los tipos seralógicos y lo fugaz de la inmunidad adquirida. La representación más caracterizada de este grupo son los cocos grammpositivos: estafilo, estrepto y neumococos ; los géneros Bacillus, Vibrio. Pastcurella y Bacterium. b) Protíparásitos o gérmenes proteinofílicos. Caracterizados por: 1 •0 La escasez o unidad de tipos serológicos. 2. 0 La especificidad de su virulencia, dado que sólo son patógenos para determinada especie animal, o el aumento de virulencia para una especie suele llevar consigo su atenuación para otras. 3. 0 Su cultivo presenta en general dificultades o exige medios especiales. 4 .0 El período de incubación de la enfermedad es prolongado, de duración definida: unos diez a veinte días, según los parásitos. 5. 0 Gran capacidad invasiva (agentes productores de las enfermedades infecciosas) , pero condicionada a la especie parasitada. 6. 0 El curso de la infección es cíclico; son frecuentes los exantemas. 7· 0 La inmunidad que deja la infección es persistente, casi siempre para toda la vida. 8.0 La presencia de anticuerpos en el suero es evidenciable por pruebas de protección. 9. 0 La vacunación es fácil. si se salva la dificultad de cultivar los gérmenes. Pertenecen a este grupo: los ultravirus, con excepción quizá de los virus de la gripe, herpes y resfriado común, que pudieran por ciertos caracteres 0 0 0 0 5 incluirse en el primer grupo; en estos virus se comprueba la correlación existente entre la duración del plazo de incubación , la especificidad de la virulencia y la solidez de la inmunidad conferida. Son también de este grupo las rickettsias, la mayor parte de los protozoos parásitos, las bacterias hemoglobinófilas, el género Erysipelothrix. H ay ciertos gérmenes que tienen caracteres int_erme,dios entre ・ウセ@ grupo y el anterior, son: El bactlo ttfico y los gen eras Bwce!fa y Neisseria. e) Lipiparásitos o gérmenes liófobos. - Tienen estas propiedades: r.• eウ」。セ@ o ョオャセ@ poder_ ?e ーセᆳ netración e invasión. 2." P en ado de mcubac10n chnica muv proloncrado o indefinido. 3! Curso crónico de la infecciÓn y evolución por brotes. 4! Máxima capacidad de persistencia. 5! Formación de anticuerpos escasa y difícil de evidenciar, sólo p_or reacciones de fi iación del complemento o de alergta. 6! Hay cierta inmunid,a d a la イ・ゥョセ」@ .. 7.' Son muy frecuentes los fenomenos de htperergta o persensibilización. 8." Imposibilidad de vacunar o de hacer seroterapia. El ejemplo más típico es el bacilo de Koch; también pertenecen a este grupo: los bacilos de la lepra y del muermo , los estreptococos tipo uiridans, ciertos protozoos de escaso o ningú n poder invasivo (leishmaniosis cutáneas, por ejemplo), los hongos parásitos y los macroendoparásitos, como los ver mes. Esta clasificación viene a demostrar la estrecha relación que hay entre los caracteres bioqu ímicos de los antígenos de envoltu ra y la capacidad patógena ; y asimismo, la correlación existente entre unos y otros factores de patogenicidad. Sin duda hay dificultades para encasillar ciertos gérmenes, dificultades que nacen de la gran variabilidad de éstos, que tienden en general a degradarse antigénicamente, es decir, a pasar al último grupo, que es el mejor dotado de factores de persistencia, cuando la capacidad invasora ha sido descartada po r la presencia de anticuerpos. Por otro lado, hay gérmenes que reúnen caracteres comunes a varios grupos, y sobre todo, que el que se manifiesten con este o el otro carácter depende también del organismo huésped. Por ejemplo: el estreptococo produce en sujetos sensibles a su exotoxina, el cuadro de la escarlatina, en el que predomina el factor hipertóxico; en otro individuo, ese mismo estreptococo puede producir una septicemia, dado el carácter hidrófilo de sus antígenos capsulares ; en otros casos, o en uno de los anteriores, produce consecutivamente un proceso supu rado crónico, por adaptación de la bacteria a condiciones de persistencia. FACTORES DE INl\IUNIDAD. -No obstante la di . de poder patogeno de los gér versidad de ヲ。セエッイ・ウ@ menes y las grandes probabilidades que tiene el orgamsmo animal de entrar en conflicto con ellos. no siempre se producen reacciones patológicas, o si éstas se producen , terminan la mayor parte de las カセ」ウ@ con la ・ャゥュョセ@ del ⦅・ヲセエッ@ nocivo de los pa ras.ttos y la curac10n constgutente. El organismo ammal es capaz de desplegar complicados mecanis- Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 6 REVISTA CL!NICA ESPAfVOLA mos de defensa, que tienden a impedir la penetración del parásito, o a localizarlo y eliminarlo, si la penetración tuvo lugar. El microorganismo parásito tiende a instalarse en el huésped y convertirlo en portador de gérmenes, sin llegar a producirle perjuicios que se traduzcan en una disminución de la población de la especie parasitada; cuando ocurre lo contrario hay que atribuirlo a una rotura del equilibrio naturaL indicadora de inadaptación intrínseca del huésped o del parásito, o a condiciones ambientales anormales. El macroorganismo parasítado tiende a la definitiva eliminación del parásito, objetivo que no siempre es conseguido. El mícroparásito tiene a su favor la rapidez de multiplicación y fácil variabilidad, fruto de su sencillez orgánica; el macroorganismo parasitado posee la ventaja de los muy variados mecanismos de defensa, que le permite la complejidad de su organización, siempre que cuente con el suficiente tiempo, factor que juega de su parte; además, los medios de defensa puede llevarlos, sin perjuicio para su especie, hasta la total eliminación o destrucción del parásito; siendo así, que la circunstancia recíproca pone un límite infranqueable a la adaptación al parasitismo. En la moderna inmunología se considera anticientífico ( umvissenschiiftlich) expresarse en términos que revelen un teleologismo de las funciones vitales, que se trata de explicar con un criterio puramente mecanicista. Llevando los procesos de in munidad al campo de la fisiología, se trata de encuadrarlos dentro de los procesos de nutrición, con los que indudablemente guardan relaciones estrechas, llegando alguno a decir, que "la inmunidad no es más que un caso de alimentación con bacterias". i Como si no existieran mecanismos preformados de inmunidad antiparasitaria ! Nosotros, aun convencidos de que todos los fenómenos vitales por complejos que sean, tienen como substrato ーイッセ@ cesos ーオイセョZ・エ@ físicoquímicos, que si tuviéramos un conoctmtento exacto de ellos, podrían representarse en ヲ_イュオャセウ@ matemáticas, creemos que los pro」・ウセ@ .de mmumdad, c<;>mo otras reacciones fisiopatologtcas, son el despliegue de mecanismos preformados en el curso del proceso evolutivo de los seres, Y カゥセョ・@ a representar la "experiencia" mil カセ」・ウ@ mult1secular de la materia viva; si estas reacciセョ ・ウ@ no ーオ セ 、・ョ@ suponerse "intencionadas", es ・カQセョエ@ アセ・@ t!er;den a un fin , y éste es: la conservaciOn del tndtvtduo y con él de la especie. Frente a ca?a uno de los factores de poder patógeno de los セ・イュョウL@ el organismo huésped puede oponer reacCiones defensivas, que constituyen otros エ。ョセ セウL@ factores de inmunidad; a cuya somera expos1c1on voy a proceder: エ ッ イ ・セ@ アオ⦅ se oponen a la capacidad de ea) Nf⦅。」 netracron r¡ dtfuslon de los gérmenes: La 」ッョエゥセᆳ 、N。セ@ de las. barreras epiteliales; el epidermis, queraエュ コ。セッZ@ 1mperme.abilizado por la secreción sebácea y ac1do, 」セ^ョウエQオケ・@ un obstáculo mecáñíco inヲイ。セアオ ・。 セャ ・L@ SI una acción traumática no destruye su セエ・ァョ、L。N@ Las mucosas, aunque de menor resistencia mecamca,. están menos expuestas a traumatismos .. por イ・」 オセョイ@ セオー・イヲゥ」ウ@ internas, y multitud de refleJOS defenswos Impiden el acceso o estacionamien- Q セ@ julio 1944 to de cuerpos extraños, que pudieran vehicular gérmenes. Las mucosas están constantemente bañadas por secreciones que tienen un carácter bactericida o bacteriostático; entre los componentes de estas secreciones está en primer t érmino la mucina, gl ucoproteído muy hidrófilo, inatacable por los fermen tos digestivos y que tiene una acción floculante sobre otros coloides y las bacterias (acción antiprotectora); del papel de la mucina como factor defensivo, ya hemos hablado anteriormente. En algunas secreciones hay principios de carácter a n ti'>éptico, como el sulfocianuro en la saliva, los áCldos del jugo gástrico; o principios bacteriolít ica.>. como la lisozima de la secreción lagrim al. Los fermentos dir¡estiuos. con la barrera de la mucosa intestinal, la セゥイ」オャ。ョ@ porta y la fu nción proteopéxica del hígado, impiden además la penetración por vía digestiva de antígenos extraños, tóxicos o no. En las mucosas de ciertas cavidades utiliza el organismo animal en su provecho la acción antagonista de otras bacterias. Los conductos glandula res son otras puertas abiertas a la infección, pero las protege el flujo cons tante o periódico de la secreción, que ejerce un efecto de arrastre. de modo que la infección de las glándulas por la vía secretoria o ascendente sólo es p osible qtando hay un estasis prolongado de la secreción. En la misma superficie de ciertas mucosas actúan células fagocitarías, que engloban la s putícu las y bacterias y bs destruyen por digestión intracel ular; va vimos anteriormente que si las bacterias son resistentes a la digestión por los fagocitos. pueden penetrar arrastradas por éstos; de todos modos, la pen.e,tración por ・ウ セ・@ procedimiento no supone la ínvas1.on del orgamsmo, pues estos gérmenes son vch1culados l??r セ■。@ ャセョヲ£エゥ」。@ y イ・エセゥ、ッウ@ en la primera formacton lmfo1de , donde o b1en se terminará su destrucción, o bien, sí el germen resiste, se producirá una lesión local, que evitará la invasión del organismo o al menos la retardará. La situación ウ オー ・ イヲゥセ。ャ@ de ciertas formaciones linfáticas, como las . 。ュ セ、。ャウ@ o las placas de Peyer, favorece la localtzacton en la superficie y facilita la eliminación del foco infeccioso. El セ ・」。 ョゥ ウN ュッ N@ J?ás eficaz que se opone a la peセ ・ エイ。」 ッセ@ _Y dtfus10n de los gérmenes, es sin duda la lnflamactOn en la puerta de entrada; las condiciones. locales que se establecen por la acción inflamatona, son en tod? opuesta.s a .la difusión de los gérュ・セ ・ウL@ Y el afluJO leucoCitano consecutivo ocasion.ara un aument<?, de los fenómenos de fagocitosis, SI el ger.men e.s ィッセ「@ o los anticuerpos le privan 、セ@ su h1drofiha. St el acúmulo de fagocitos continua, se ャ・ァ。 Nセ@ ヲッセ ュ 。 イ@ una colección purulenta, rofea?a de teJido mflamatorío de granulación que セiエ。@ el ーイッ」 ・セッ[@ en el seno del pus, por destrucL@ se liberan fermentos digestivos Cion de Nャセオ」ッcエ\[^ウ que lo ltcuan y ttenden セ@ destruir los tejidos circun dbntes, y en 」ッョウセオ・ャ。L@ la colección purulenta se a re paso en. la dlrecciOn de men or resistencia suele ser hacta las superficies libres cut, , que . . . anea o muCosa . Co n e1 pus se el tm 1 ' • 1 、セャ@ t .. d d . ,na e paraslto, y a expensas . eJI o e granulaclon se produce la rest't t ' 1 u 10 a d 1ntegrum. Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 'fOMO XIV N6n:no 1 VIRULENCIA, PODER PATóGEVO E INMU}.;/DAD La reacción inflamatoria que se produce en torno al parásito recién ingresado se debe a que éste elabora substancias dotadas de acción flogógena (acción tóxica primaria), pero la mayor parte de las bacterias patógenas tienen escasa acción inflamatoria inicial, propia especialmente de los gérmenes llamados piógenos. La hipotoxicidad primaria favo rece la invasión, si el germen tiene las condiciones de hidrofilia necesarias; pero el organismo animal posee una cualid ad de adaptación, consistente en hacerse hipersensible a los antígenos y gérmenes que los portan, de modo que responde con una reacción in flamatoria frente a gérmenes que primariamente no son tóxicos, con lo cua l su penetración, difusión e invasión quedan dificultadas; ésta es la especial finalidad de los fenómenos alérgicos. Gérmenes patógenos y otros que habitualmente no lo son, producen substancias de por sí poco o nada tóxicas, pero que se fijan sobre las células ya alteradas por el proceso inflamatorio, sea o no de origen alér gico, y las intoxican profundamente. Estas substancias microbianas son las que causan el fenómeno de Sanarelli-Shwartzman y determinan en los tejidos sensibilizados reacciones perifocales de· tipo "hiperérgico", que interfieren el carácter reparador del proceso inflamatorio y desvirtúan la fina lidad defensiva de la reacción alérgica. E n virtud de esta propiedad pueden tomar carácter patógeno gérmenes que primariamente no lo tienen, como el col ibacilo, que adquiere así capacidad de persistencia en lesiones provocadas por otro germen. b) Factores que se oponen a la capacidad de dispersión o invasión de los parásitos.-- Son los anticuerpos el factor antidispersivo por excelencia, pues tienen la propiedad de combinarse químicamente, de modo específico, con el grupo atómico activo (hidrófilo o proteinófilo) de los antígenos de invasión , dando lugar a un complejo de hidrofilia tan disminuída, que es muy apto para ser fagocitado por el sistema retículoendotelial y ser eliminado así de la circulación. Los anticuerpos sólo tienen acción opsonizante y carecen de acción diastásica ; no destruyen, por tanto, el antígeno, sólo lo envuelven y lo insolubilizan. C laro está que si se t rata de una exotoxina, qued a así transitoriamente inactivada: su destrucción definitiva será resultado de la digestión intracelular. Los fermentos n o juegan papel conocido en la in-· m unidad antiinfecciosa en el medio interno; quiero decir, que en los plasmas orgánicos no hay destrucción por proteolisis de antígenos o bacterias; los fen ómenos de lisis observad os, son alteraciones físi cas que desorganizan los gérmenes que las sufren, pero n o van acompañadas de la proteolisis de los mismos. . .セ 。@ invasió n del medio interno por un germen, mtcra el período de incubación de la enfermedad infecciosa, que termina en el momento en que la aparición de anticuerpos específicos libres da lugar a reacciones antígeno-anticuerpo, capaces de por sí de provocar síntomas, como la fiebre, cefalalgia, dolores articulares, exantemas, etc., comunes a las enfermedades infecciosas, y que se hallan también en la enfermedad del suero. Algunos clín icos pretenden explicar toda la sintomatología infecciosa 7 como manifestación de fenomenos alérgicos frente a proteínas microbianas; esta suposición contradice la o bservación antigua, de que las enfermedades infecciosas tienen síntomas típicos. en relación con el germen causal; síntomas que son la superposición de acciones tóxicas directas, propias de cada ge rmen, y de fenómenos alérgicos, provocados por reacciones antígeno-anticuerpo, y complicados con fenómenos hiperérgicos o de "persensibilización" . He dicho repetidamente que la capacidad in vasera la deben los gérmen es a la hidrofilia de sus an tí genos envolventes. L os plasmas orgánicos son una dispers ión coloidal satu rada; cualquier micela o partícula que no enca je dentro del conjunto, aunque tenga una hidrofilia suficiente, dará lugar a la formación de una superficie adsorbente, a su fijación en la membrana de las células retículoendoteliales y a la formación del correspondiente anticuerpo. si se trata de un antígeno. Quiere esto decir que si la capacidad dispersiva es debida sólo a hidrofilia. la respuesta orgánica: formación de anticuerpos, es inmediata, y el período de incubación breve; como ocurre en las infecciones producidas por los gérmenes que clasificamos entre los gluciparásitos o hidrofílicos. O tros gérmenes parecen tener su c.lp:tcidad de invasi6n ligada a la propiedad de combinarse específicamente con las proteínas de los pla5r.us. es decir, "encajan " dentro del complejo .:oloidal proteínico; en este caso la capacidad invasiv1 rs esp ecífica y limitada a una especie animal o zspecies afin es. Por otro lado, debemos considerar que las proteínas séricas están sometidas a consta nte renovación, y van pasando sucesivamente, en el curso de unos días, por grados de ma yor a menor hidrofilia , hasta que son fijadas y desintegradas p or l.1s células retículoendoteliales, que a su vez r!:onstituyen las nuevas proteínas del plasma . En este constante proceso de renovación serán arrastrados los gérmenes y antígenos que se habían "camuflado" con tales proteínas ; las células "descubren el rngaño" y comien za la formación de antic uerpos o factor antidispersivo: el período de incubación h a terminado. La incubación de infecciones causadas por gérmenes que h emos clasificado entre los protiparásitos o proteinofílicos, es siempre más pro longalla, de unos diez a vein te días en la especie humana, y será más o menos larga, según sean más o menos ィゥ_イセヲ⦅ャ。ウ@ las proteínas séricas con las cuales se ligu e pnm_1t1vamente el ge rmen pro teinofílico. He aquí cxylrcada. !a correlación: poder patógeno específico e mcubanon p ro longada de la enfermedad in fecciosa correspondiente. H ay en los plasmas un factor, que es el complemento, do tado de una gran polaridad química, pues posee a la vez grupos lipó filos y grupos muy hidrófilos ; algo así como los jabones. Por esto el complemento, que dicho sea de paso, no es una citasa se セェ。@ especialmente sobre, los complejos 。ョエ■ ァM・ョッセ@ anttcuerpo, cuando el an t rgeno tiene cualidades de lipoide. Siend? esto así. el factor complemento no debemos con stderarle como un factor antiinvasivo o antidispersivo, pues tiene más bien las cualidades b.ioq uímicas opuestas. Quizá tenga más importanCia como facto r contrano a la cualidad de persis- Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 8 15 julio 1944 REVISTA CLJNICA ESPA!VOLA está イ。、ゥ」セ@ e,n tencia de los gérmenes; cuand<? ←ウセ。@ la ab undancia de antlgenos hpotdeos, poco h1dro. . , . filos, o sea, no dispersables. e) Factores antitóxicos. - S1 la cua,h dad エッセQ。@ se debe a toxinas dispersables, con 」。イセエ・@ antlgenico, como son las exotoxinas, el orgamsm<? pr<;>duce anticuerpos, que han sido llamad?s 。ョエセッ クイョ。セ L@ q ue las i nsolubiliza n: Et;t el comp;eJO toxma-an.tltoxina fácilmente d1soc1able, aquella conserva tndefinidamente sus propiedades iniciales; de modo q ue su destrucción definitiva es resultado 、セ@ la actividad celula r. Las antitoxinas, como es ウ。セQ、⦅ッN@ no tienen acción reparadora sobre los ・ヲ」エッセ@ エック」セ L@ o lesiones causadas por las toxinas; de a,qut su acct?n p rotectora lim itada, y siempre de caracter profilactico más que curativo. . , Los gérmenes ー。エァ・ョッセ@ ..eJercen, ademas: オセ。@ acción tóxica, que. como dljtmos, no ・セ@ atnbmble a substancias tóxicas de carácter antigémco: y セョ@ este caso los anticuerpos no juegan papel 。ョエャック・セ@ alguno; sólo indirectam en te, al limitar la 」。ーセエ、@ de invasión , limitan tamb ién el poder tox1geno; pero, por otra parte, los anticuerpos, al ーイセカッ」。@ la alteración de los gérmenes, pueden ocas10nar la liberació n de otros p rincipios tóxicos: las llamadas endotoxinas. F rente a la acción tóxica de productos bacterianos. sean o no específicos, posee el organismo anim al mecan ismos fisiológicos de compensación. mecanismos de regeneración de elementos histológicos destruidos, más o menos eficaces según el grado de diferenciación celular ; mecanismos de eliminación de noxas, y una acción antifermentativa general de los plasmas, que inactiva considerablemente los fermentos del parásito. d) Factores opuestos a la capacidad de persistencia de los gérmenes. -Hay parásitos que no tienen capacidad invasora, y , sin embargo, persisten en la puerta de entrada o sus dependencias, do nde han penetrado activa o pasivamente , dando l ugar a una localinción primaria de un proceso infeccioso. Otros gé rmenes poseen capacidad de invasió n y han dado lugar a una enfermedad infecciosa , con síntomas clínicos más o menos manifiestos ; pero una vez han perdido su capacidad invasiva, a causa de la respuesta inmunitaria, prescinden de los antígenos de invasió n, que ya les perjudican, porque "atraen" los anticuerpos, y adquieren así, como ya vimos, una cap acidad de persistencia, que origina una localización secundaria del proceso infeccioso ; punto de equilibrio que p arece ser el ideal de セョ@ parasitismo bien logrado. Con tra los fac to res de persistencia de los gérmenes posee el organism o una cap acidad defensiva, consistente en r eacciones tisulares alrededo r del p arásito o del foco infeccioso po r él producido, que tienden a aislarlo de la economía animal. si su elim inación no es posible. El granuloma que se fo rma en torno al parásito, lo m ismo que alrededor de un cuerpo extraño no reabsorbible, consiste en una reacción histiocitaria del tej ido con juntivo, con formación también de células gigantes; si la labor de los m acró fagos es suficiente p ara destruir el cuerpo extraño, el granulo m a se reabsorbe y es reemp laz ado por te jido conj untivo fibroso cicatricial. Si la reacción tisular no consigue la destrucción del cuerpo extraño 0 del parásito, se Nセ。 イュ。@ alrededor del foco infeccioso una zona de teJtdo fibroso con tendencia retráctil. que encierra el parásito o foco de infección· con el tiempo, este tejido cicatrícial lleg:t a calcific;rse y con ello las relaciones entre ・セ@ parásito y el huésped quedan anuladas o reduc1das al mínimo. Algunos parásitos, sin capacidad antigénica apreciable y con poder tóxico mínimo, podrían ー・イュセᆳ necer en los tejidos sin provocar respuesta defensiva alguna; pero el organismo animal posee la c.apacidad de sensibilización alérgica, de cuyo mecamsmo no podemos ahora ocuparnos, y responde con una Fig. 1 r eaccto n inflamatoria local frente a an tígen os p r imariam en te inocuos. Si la reacción alérgica se p roduce en las superficies cu t ánea o mucosa, d ific u ltará la penetració n de los gérmenes específicam en te corresp o n dientes; si la r eacció n se verifica cuando el germen ya h::1 penetrado , se producirá la reacció n perifocal ya descrita, que es la m ejo r defensa co ntra la capacidad de persistencia de los parásitos. Fstos, a su vez, pueden producir substancias especialmente tóxicas para las células ya afectadas por la inflamación, y sobre todo para las células ya parcialmente impregnadas por estas mismas substancias, que n o son otras que las substancias S-S, deter m inando セ・ョ ュ ・ ョ ッウ@ de "persensibilizació n ", que han sido tn terpretad<;>s como fenómenos hiperérgicos; t ales セ@ el feno meno de Koch , el de San arelli, el de Sh wartzm an , y en general. todas las reacciones conァ ・ウエゥ GZッィ・ュセイ£ァ ゥ」セ N@ ex udativas, n ecróticas y dest ructivas p en focales, que impiden el aislamien to del parásito o d el foco in feccioso. E l organismo anim al "puede sacar partido" de Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. TOMO XIV NC&tltiiO 1 TRAUMATISMO Y DIABETES esta capacidad de persistencia de los gérmenes, adquiriendo una inmunidad duradera, mantenida por la presencia del parásito. Sí el germen persiste sin provocar reacción clínica, se dice que la enfermedad ha curado y deja inmunidad persistente; ejemplos: sarampión, viruela, vacuna variólíca, fiebre tifoidea, tifus exantemátíco, etc. Sí el parásito persiste en cavidades abiertas al exterior, hay una eliminación de gérmenes, y el su jeto se transforma en un portador crónico; ejemplo: colecistítís posttífoídíca con eliminac ió n de b acilos en las heces, tuberculosis abiertas, etc. Si la localización tiene luga r en el bazo, medula ósea o cualquier formación linfática, con lesio nes cerradas, se da entonces la circunstancia más favorable a la vez para el an imal infectado y su especte. . .. Si el germen que persiste, pterde 、・セュエャカ。Zョ@ su capacidad antigénica, al cabo de nerto. ttempo desaparece la inmunidad y puede sobrevemr la reinfección; y si el germen que perdió su.s antígenos de invasión, los recupera por una espeCie de mutación, al recuperar ese factor invasivo cuando ya han desaparecido los anticuerpos. sobrevendrá un nuevo brote infeccioso, sin aporte de gérmenes del mundo exterio r: una recidiua. Si el parásito persisten te tiende a revertir de modo continuo a la variedad antigénica plusvalente, la inmunidad del o rganismo animal será sólida y du radera, y no habrá recidivas. En res umen y para terminar: Presentamos el adjunto cuadro esquemático de los factores de inmunidad y de poder patógeno, con expresión de las interrelaciones existentes que, como puede verse. son muy 」ッューャセェ。ウL@ y en la realidad aun mucho más complejas de lo que en un simple esquema puede 9 representarse. La resultante normal de la accton conjunta de todos esos factores es la condición de portador crónico con inmunidad persistente; pueden producirse desviaciones a un lado y otro de esa resultante, pero éstas, a su vez, tienden a modificarse hasta lograr lo que podemos considerar como un equilibrio natural. De lo expuesto creemos deducir, que el concepto de uiwlencia es convencional, y no debiera salir del dominio d e la técnica microbiológica, considerándola sólo com o una resultante del poder patógen o de las cepas de laboratorio en la infección experimental. Dado el convencionalismo del término "virulencia", habrá que indicar en cada caso el tipo de p rueba a realizar, con todo gén ero de detalles: origen y edad del cultivo o semilla, dosis, vía de inoculación, animal utilizado (especie, raza, peso, edad, etcétera), plazos de observación, efecto buscado (muerte, fiebre , lesión, septicemia, anticuerpos, etc.) v todas cuantas circunstancias puedan influir en ios resultados de la experiencia. En epidemiología y medicina preventiva no debiera, en modo alguno, manejarse el término "virulencia". En la clínica y en inmunología es más útil el concepto más amplio y real de poder patógeno del germen causal de la enfermedad natural o provocada, que es la r esultan te de un sistema de fuerzas: factores de poder patógen o, por un lado, y factores de inmunidad , por otro. Al inmunó logo le interesa más el estudio aislado de los componentes del sistema, y al clínico el estudio de la enfermedad .:omo resultante del mismo, y de los factores de poder patógeno, no de virulen cia, y de inmunidad, en cuanto dan indicaciones diagnósticas útiles, o ncrmas para el tratamiento y profilaxis de los procesos y enfermedades infecciosas. ORIGINALES TRAUMATISMO Y DIABETES (•> PROF. F. UMBER (Berlín) Basándome en nuestr as observaciones cl ínicas de varios decenios, en un número considerable de diabéticos y de acuerdo con las experiencias de la pri mera guerra mundial, he advertido una y otra vez, desde 19 r 6, que no se puede admitir en la clíni ca una uerdadera diabetes traumática . Y la con firmació n de un empeoramiento notable en el curso de una disposición diabética, debido a un trauma (*) Conferencia en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid, IS-Vl -1944· tismo, puede aceptarse tan sólo excepcio nalmr nte y exige un enjuiciamiento muy crítico. Al adoptar esta posición tan clara fre nte a este problema, no se trata de una doctrina errónea de viejos profetas, sino· de un criterio con cordante con el de aquellas capacid ades médicas, que ciisponen del mayor material clínico en las más distintas naciones y las cuales se han ocupado seriamente de este pro blema. Así. cuento yo, hasta la fecha, con más de 1 6.ooo observaciones clínicas, VON NOORDEN con más de 2 7 .ooo, y JOSLIN, en Boston, con más de I 9 .ooo. J OSLIN expresa su actual punto de vista muy concisamente (edición sexta, p ág. 79) con las siguientes palabras: "Un traumatismo, prácticam ente, jamás es la causa primaria de una diabetes. D e acuerdo con V ON N OORDEN, UMBER y LABBÉ