Economía política nacional e internacional Jorge M. Streb Clase 9

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Economía política nacional e internacional
Jorge M. Streb
Clase 9
13 de agosto de 2015
Temas
1.
Art y Jervis: anarquía y sus consecuencias
2.
Oye y cooperación bajo anarquía
3.
Van Evera y la primera guerra mundial
Desarrollo
1. Art y Jervis: anarquía y sus consecuencias
Voy a destacar algunas partes de la introducción de la parte I (anarquía y sus
consecuencias). Primero, Art y Jervis resaltan que en política internacional hay una
ausencia de un poder supremo y que se depende de la auto-ayuda (self-help). Agregan que
hay dependencia mutua. Todo esto remite al artículo de Kenneth Waltz.
Lo que para mí esto tiene implícito Waltz es que hay interrelación estratégica, es decir,
que hay que analizar esto desde la perspectiva de teoría de juegos. Esto queda patente en
particular en el dilema de seguridad que discuten Arte y Jervis, y que vamos a analizar más
adelante. Aquí las acciones de un país para defenderse pueden afectar el nivel de seguridad
de los otros.
Se puede agregar que Adam Smith tiene en algún punto una postura con putnos de
contacto con el realismo, ya que destaca que cuando hay animadversión entre países tiene
primacía la defensa y el poder sobre la opulencia (cuando discute las leyes de navegación
inglesas que perjudicaron a los holandeses).
Helen Milner cuestiona la perspectiva realista porque hay muchos nexos de intereses y
valores que ligan a los estados, por lo que atacar o amenazar a los vecinos más débiles no
es a menudo una política prudente. Acá lo que veo es un cuestionamiento de cuáles son de
hecho los objetivos de los estados.
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Después mencionan a Kenneth Oye por las posibilidades de cooperación bajo anarquía,
pero vemos después un texto sobre el mismo tema tomado de un libro de él.
Respecto a cómo hacer frente a la anarquía, es en particular interesante un texto de
Doyle sobre la baja ocurrencia de guerras entre democracias liberales. También se destaca
un texto se Stephen Walt de cómo los países buscan un balance de poder contra amenazas
emergentes.
Pasando a los textos individuales, destacamos lo siguiente.
En Waltz hay una distinción tajante entre la estructura política doméstica y el sistema
político internacional, donde las capacidades relativas importan sobremanera.
En Milner, hay una crítica a la distinción tan tajante entre ambos sistemas, ya que
también importa el poder relativo en la política doméstica (es de hecho lo que está detrás
del principio de mayoría en democracia).
Doyle toma de Kant dos cosas: que en democracia liberal los ciudadanos enfrentan los
costos del combate, y que los ciudadanos de democracias liberales pueden ver a otras
repúblicas como pares, reconociendo los derechos de los otros como legítimos.
2. Oye y cooperación bajo anarquía
Esta nota está basada en parte de la discusión de Kenneth Oye, “Explicando cooperación
bajo anarquía: hipótesis y estrategias”, que busca ver como la “sombra del futuro” puede
incentivar la cooperación. Esto sirve para entender mejor la discusión en Van Evera que
sigue.
Dada la anarquía entre naciones, las promesas no son creíbles porque falta una autoridad
supranacional. ¿Cómo se logra cooperación en este escenario y cómo se la fomenta? Esto
depende de:
(i) la estructura de pagos,
(ii) la sombra del futuro,
(iii) el número de jugadores.
A. Estructura de pagos
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En caso de dos jugadores, la estructura de pagos está dada por matriz:
Cuadro 2. Juego de cooperación
cooperar
abandonar
cooperar
CC,CC
CD,DC
abandonar
DC,CD
DD,DD
Se toman pagos simétricos (aunque esto se puede generalizar).
La manera que se percibe la interacción depende de la ideología: por ejemplo, las ideas
económicas liberales incrementaron las ventajas percibidas de apertura económica sobre
economías cerradas (CC-DD percibido como más grande) y disminuyeron percepción de
ganancias por abandono asimétrico respecto a cooperación asimétrica (DC-CD percibido
como más chico). Ver John Ruggie, “International regimes, transactions and chance:
Embedded liberalism in the postwar economic order”.
Puede haber juegos con un impasse (“deadlock”), cuando se percibe que DD>CC, por
ejemplo cuando hay creyente en autarquía que no va a cooperar con liberal puro. Por tanto,
cooperación y conflicto se pueden deber simplemente a que estamos en un juego puramente
cooperativo o uno sin ganancias (percibidas) de cooperación.
Oye considera juegos donde se cumplen varias condiciones, que llevan a cuatro juegos:
armonía con equilibrio (cooperar, cooperar), dilema del prisionero con equilibrio
(abandonar, abandonar), caza del ciervo donde son posibles los dos equilibrios previos y el
juego de la gallina, o paloma versus halcón, donde hay dos equilibrios asimétricos, a saber
(cooperar, abandonar) y (abandonar, cooperar).
Robert Jervis en su “Cooperation under the security dilema” comenta como el dilema
del prisionero se puede transformar en algo menos difícil como la caza del ciervo si se
aumentan las ganancias de cooperación mutua (CC) respecto a ganancias de explotación
(DC). Más aún, una política de defensa que enfatiza armamento defensivo en lugar de
ofensivo puede reducir el valor de DC y aumentar valor de CD, incentivando de esa manera
al otro jugador a cooperar.
B. La sombra del futuro: juegos repetidos
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Es importante que haya un horizonte indefinido (que no haya último período) y que las
estructuras de pago no cambien mucho a lo largo del tiempo. Esta segunda condición es
restrictiva, ya que ataque sorpresa busca alterar pagos futuros de interacción. La tasa de
descuento temporal afecta también posibilidad de iterar el juego. Vimos antes un ejemplo
en detalle con Shepsle y Bonchek.
En el dilema del prisionero y la caza del ciervo, la iteración hace posible la cooperación
(caso de caza: armar grupos permanentes). Si no se coopera hoy, lo que uno espera es que
disminuya la probabilidad de cooperación futura. Lo que sí puede funcionar es una
estrategia de reciprocidad o estrategia común de cooperación condicional, donde la
amenaza es jugar equilibrio de Nash en estrategias puras que es malo en términos de Pareto
(el equilibrio que da menores pagos a ambos jugadores).
Las estrategias de reciprocidad basadas en cooperación condicional (“tit for tat”) pueden
ser problemáticas si no son jugadores unitarios (organizaciones que pueden no actuar de
manera consistente), además de problemas de reconocer violaciones y la necesidad de
poder ensayar políticas flexibles para castigar violaciones.
La estrategia de cooperación condicional no solo sirve para los dos primeros juegos, sino
también para el juego de la gallina [observación: aquí se puede en todo caso analizar las
condiciones para que se cumpla la cooperación en este juego]. Pero en el juego de la
gallina, si uno de los jugadores no coopera hoy, puede usarlo para crear reputación de ser
inflexible, forzando a que el otro coopere en el futuro.
C. Número de jugadores
Con muchos jugadores, se hace más complejo analizar el juego. Además, aumentan los
problemas de controlar a los que hacen trampa (ejemplo es proliferación nuclear). Y se
hace más difícil castigar a los que hacen trampa, ya que implica coordinación de un gran
número de actores. Convenciones e institucionalización pueden ayudar en estos contextos.
3. Van Evera y la 1a guerra mundial
Se analizan tres conjuntos de factores que afectan cooperación:
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-
estructura de pagos por cooperar o no;
-
estructura estratégica (sombra del futuro y habilidad de detectar cooperación
pasada);
-
número de jugadores y su influencia en cooperación.
El argumento central es que había seis tipos de errores de percepción, particularmente
populares en Alemania pero extendidos por toda Europa, que hacían parecer que
recompensas de no cooperar eran grandes. La sombra futuro era corta ya que se creía que
conflicto se dirimiría rápido. Y la multipolaridad hacía estrategias cooperación condicional
(tit-for-tat) inaplicables
A. Errores de percepción
Habla de una serie de percepciones imperantes:
-
culto de la ofensiva (de hecho, defensa tenía ventaja, como mostró guerra civil de
EE.UU.);
-
guerra con vecinos inevitable tarde o temprano;
-
creencia en la fuerza de la intimidación (Weber: que nos odien, en tanto nos teman);
-
imperios y conquistas son valiosas;
-
glorificación guerra (aunque aquí había un uso por elites en contra de demócratas y
socialistas);
-
mitos nacionalistas (Kaiser: somos el pueblo elegido).
Considera que los errores están originados en dos causas: primero, una influencia
extraordinaria de militares profesionales en opinión civil, en búsqueda de afirmar su propia
posición.
Segundo [y probablemente más importante], la estratificación social de sociedad
europea hacía que elites usaran políticas belicistas para afirmar posición política interna, en
contra de democracia y revolución, por amenazas externas, además de ofrecer tentación de
conquistas valiosas. [Observación: la segunda explicación de la guerra va a ser mencionada
por Fearon luego como una explicación basada en actor racional no unitario.]
B. Efectos de preconceptos
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Las consecuencias de los preconceptos fueron que afectaron la estructura de pagos del
juego percibida por los actores. En particular, los errores de percepción llevaron a exagerar
ganancias por DC y las pérdidas por CD (ventaja de atacar primero), además de disminuir
diferencia entre CC y DD y con ello el atractivo de la cooperación. Es el caso del culto a la
ofensiva (modelado en victorias prusianas de 1866 y 1870), llevando a mantener planes
secretos para tener ventaja de sorpresa. Los secretos imperantes (Alemania no había
aclarado que buscaba hegemonía continental) hacían difícil a Gran Bretaña responder con
amenaza de que consideraba eso inaceptable.
Los preconceptos impidieron además cooperación al acortar sombra del futuro y minar
capacidad de reconocer cooperación pasada, ya que se esperaba guerra decisiva. Además se
exageraba belicosidad de vecinos, interpretando una reacción como una agresión.
El gran número de jugadores aumentó también el riesgo de errores: en lugar de alianzas
defensivas, para disuadir de ataques, alianzas se transformaron en arreglos ofensivos por el
culto de la ofensiva prevaleciente (la mejor defensa es el ataque).
C. ¿Se podría haber evitado?
La primera guerra mundial fue una guerra de ilusiones alimentada por los errores de
percepción de las sociedades europeas de la época. Evitar la guerra hubiera implicado
destruir errores de percepción: no había conflictos genuinos de interés, pero cambio de
mitos no era factible con elites que los propugnaban por razones políticas domésticas.
Desde 1945 se redujo en Europa nacionalismo en enseñanza escolar con adopción de libros
de textos comunes, pero recién luego de un cambio político marcado.
Referencias
Art, Robert, y Robert Jervis. International politics. Enduring concepts and contemporary
issues. New York, NY: Harper Collins, 1992.
Oye, Kenneth. Cooperation under anarchy, Princeton, NJ: Princeton University Press,
1986.
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