AU: 259/10 Índice: AMR 51/109/2010 EE. UU. Fecha: 17 de diciembre de 2010 ACCIÓN URGENTE SE INSTA AL GOBERNADOR SALIENTE A CONCEDER EL INDULTO Kevin Cooper, que lleva en 25 años en el “corredor de la muerte” de California, ha pedido al gobernador saliente que conmute su condena de muerte antes de abandonar su cargo el 2 de enero de 2011. Kevin Cooper ha mantenido siempre que es inocente de los cuatro asesinatos por los que fue condenado a muerte. Desde 2004, una decena de jueces federales de apelación han manifestado sus dudas respecto a su culpabilidad. La noche del 4 de junio de 1983, Douglas y Peggy Ryen, su hija de 10 años, Jessica, y el niño de 11 años Christopher Hughes, todos ellos blancos, fueron asesinados a hachazos y cuchilladas en la casa de los Ryen en Chino Hills, California. El hijo de la pareja, Joshua Ryen, de ocho años, resultó herido de gravedad en el ataque, pero sobrevivió. El niño dijo a los investigadores que los atacantes eran tres o cuatro hombres blancos. En el hospital, vio una imagen de Kevin Cooper (que es negro) en la televisión, y dijo que ese no era el atacante. Sin embargo, en el juicio de 1985 se presentó un testimonio posterior del niño: el de que sólo había visto a un atacante. El caso tiene muchos otros aspectos inquietantes que ponen en duda la fiabilidad de los argumentos de la acusación y la actuación de la fiscalía para obtener una condena (véase http://www.amnesty.org/es/library/info/AMR51/013/2004/es). Kevin Cooper llegó a estar a menos de ocho horas de ser ejecutado en 2004 cuando la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito, corte federal, concedió una suspensión y devolvió el caso al tribunal federal de primera instancia para que se analizaran la sangre y los cabellos hallados en el lugar del crimen, con el objetivo –entre otros– de determinar si los había colocado allí la policía. El tribunal de primera instancia resolvió en 2005 que el análisis no había demostrado la inocencia de Kevin Cooper, aunque los abogados de éste (y cinco jueces del Noveno Circuito) mantienen que no se realizaron los análisis que se habían ordenado. Pese a ello, en 2007 una sala de tres jueces del Noveno Circuito confirmó la resolución del tribunal de primera instancia. Una de los jueces describió el resultado como “absolutamente inquietante” a causa de la manipulación y destrucción de pruebas, pero señaló que se veía limitada por la ley estadounidense, que pone importantes obstáculos en el camino de la apelación. En 2009, la Corte del Noveno Circuito denegó la petición de que el pleno de la Corte reexaminara el caso. Once de sus jueces discreparon. Una de las opiniones discrepantes, compuesta por más de 80 páginas y firmada por cinco jueces, advertía de que “el estado de California puede estar a punto de ejecutar a un inocente”. Sobre la cuestión de los análisis de las pruebas, decía: “No hay manera de decir esto suavemente. El tribunal de primera instancia no concedió a Cooper una vista justa e […] impuso condiciones poco razonables para los análisis” ordenados por el Noveno Circuito. La opinión discrepante señaló el resultado de un análisis que, si era válido, indicaba que esa prueba había sido colocada allí, y afirmó que el tribunal de primera instancia había bloqueado un examen más a fondo de esta cuestión. El gobernador Arnold Schwarzenegger ya había denegado el indulto en 2004 cuando el Noveno Circuito dictó la suspensión. Por aquel entonces, dijo: “Los tribunales llevan más de 18 años revisando este caso. Las pruebas de culpabilidad son abrumadoras”. Es evidente que un número notable de jueces federales discrepan. La larga opinión discrepante emitida en 2009 por los cinco jueces del Noveno Circuito manifestaba que las pruebas de la culpabilidad de Kevin Cooper presentadas en el juicio eran “bastante débiles” y concluía que “probablemente es inocente del delito por el que el estado de California está a punto de ejecutarlo”. ESCRIBAN INMEDIATAMENTE, en inglés o en su propio idioma, utilizando sus propias palabras: reconociendo la gravedad del delito por el que Kevin Cooper fue condenado a muerte; instando al gobernador Schwarzenegger a tener en cuenta las dudas que siguen existiendo sobre la culpabilidad de Kevin Cooper, incluidas las expresadas por más de 10 jueces federales desde 2004, cuando se solicitó por última vez el indulto del ejecutivo; instando al gobernador a conmutar la condena de muerte de Kevin Cooper. ENVÍEN LLAMAMIENTOS, ANTES DEL 2 DE ENERO DE 2011 A: Gobernador Governor Arnold Schwarzenegger State Capitol Building, Sacramento, CA 95814, EE. UU. Fax: +1 916-558-3160 Correo-e.: [email protected] o vía http://gov.ca.gov/interact#contact Tratamiento: Dear Governor / Sr. Gobernador Y envíen copia a la representación diplomática de Estados Unidos acreditada en su país. Fecha: 17 de diciembre de 2010 ACCIÓN URGENTE SE INSTA AL GOBERNADOR SALIENTE A CONCEDER EL INDULTO INFORMACIÓN ADICIONAL Kevin Cooper había escapado el 2 de junio de 1983, dos días antes de los asesinatos de Chino Hills, de una prisión de seguridad mínima, donde cumplía una condena de cuatro años por robo; durante dos noches se había escondido en una casa vacía cerca de la residencia de los Ryen. Tras su detención, se convirtió en el centro del odio público. Por ejemplo, delante del lugar donde se celebró la vista preliminar de su caso, un grupo de personas colgó la efigie de un mono de una soga con un letrero que decía "¡¡Colgar al Negro!!". En el momento del juicio, los miembros del jurado se encontraron con pintadas que decían: "Muere, Kevin Cooper” y “Kevin Cooper debe ser ahorcado”. Kevin Cooper se declaró inocente –el jurado deliberó durante siete días antes de declararlo culpable–, y desde entonces ha mantenido que es inocente. Desde que el gobernador Schwarzenegger denegó el indulto en 2004, han surgido nuevas pruebas que respaldan la afirmación de inocencia de Kevin Cooper: por ejemplo, el testimonio de tres personas que dicen haber visto a tres hombres blancos manchados de sangre cerca del lugar del crimen la noche de los asesinatos. En 2007, Margaret McKeown fue la juez, de entre los tres magistrados del Noveno Circuito que confirmaron la resolución emitida en 2005 por el tribunal de primera instancia, que manifestó sus serias dudas. Escribió: “Se han perdido, destruido o dejado sin examinar pruebas importantes relativas a la culpabilidad de Cooper, como por ejemplo los monos de trabajo cubiertos de sangre pertenecientes a un posible sospechoso que era un asesino convicto, o una camiseta manchada de sangre que se encontró junto a la carretera cerca del lugar del crimen. El criminólogo encargado de las pruebas utilizadas para determinar la culpabilidad de Cooper durante el juicio resultó ser un adicto a la heroína, y fue despedido por robar drogas confiscadas por la policía. Un sinnúmero más de presuntos problemas con el manejo y la revelación de pruebas y con la integridad de las pruebas e investigaciones periciales minan la confianza en las pruebas presentadas”. Añadió: “Pese a las serias dudas sobre la integridad de la investigación y las pruebas que respaldan la declaración de culpabilidad, nos vemos limitados por las disposiciones de la Ley contra el Terrorismo y por una Pena de Muerte Eficaz de 1996”. La juez McKeown escribió: “El proceso de hábeas corpus no tiene en cuenta las dudas persistentes ni las nuevas pruebas que no pueden superar el claro y convincente obstáculo de la citada ley. En lugar de eso, nos encontramos con una situación en la que la confianza en las muestras de sangre es, en el mejor de los casos, escasa, y en la que resulta imposible incluir en el análisis final de dudas las pruebas perdidas, destruidas o manipuladas. El resultado es absolutamente inquietante, pero es el que la ley exige”. Aunque es cierto que la Ley contra el Terrorismo y por una Pena de Muerte Eficaz exige este resultado, el poder del ejecutivo para conceder el indulto no se ve tan limitado. Por ejemplo, el pasado mes de septiembre, el gobernador de Ohio conmutó la condena de muerte de Kevin Keith en vista de las pruebas existentes sobre su culpabilidad, pese a que su condena de muerte había sido confirmada en apelación (véase http://www.amnesty.org/es/library/info/AMR51/079/2010/es). El gobernador Strickland manifestó que, pese a las pruebas circunstanciales que vinculaban a Kevin Keith con el delito, “se han planteado muchas dudas legítimas respecto a las pruebas en las que se basó la condena y respecto a la investigación que condujo a ella. En concreto, la condena del Sr. Keith se basó en la relación de ciertos testimonios de testigos presenciales con ciertas pruebas periciales sobre las cuales se han planteado importantes dudas. También me resulta inquietante la ausencia de una investigación exhaustiva sobre otros sospechosos plausibles”. Lo mismo podría decirse en el caso de Kevin Cooper, cuyo abogado ha pedido al gobernador Schwarzenegger que conmute la condena de muerte antes de abandonar su cargo el 2 de enero de 2011. Aunque aún no se ha fijado la fecha para la ejecución de Kevin Cooper, es probable que se fije, quizá a principios de 2011. Más de 130 personas han sido excarceladas desde 1976 de los “corredores de la muerte” estadounidenses tras descubrirse su inocencia. En todos los casos, en el juicio original, el acusado había sido declarado culpable más allá de una duda razonable. Es evidente que el sistema de justicia penal de Estados Unidos puede cometer errores. Las salvaguardias internacionales establecen que “[s]ólo se podrá imponer la pena capital cuando la culpabilidad del acusado se base en pruebas claras y convincentes, sin que quepa la posibilidad de una explicación diferente de los hechos”. Amnistía Internacional se opone a todas las ejecuciones, independientemente de la gravedad del delito o de la culpabilidad o inocencia del condenado. California cuenta con el mayor número de condenados a muerte de Estados Unidos: más de 700, de un total nacional de unos 3.200. California ha sido responsable de 13 de las 1.234 ejecuciones llevadas a cabo en el país desde que se reanudaron los homicidios judiciales en 1977. En Estados Unidos ha habido 46 ejecuciones este año. La última ejecución llevada a cabo en California tuvo lugar en enero de 2006. AU: 259/10 Índice: AMR 51/109/2010 Fecha de emisión: 17 de diciembre de 2010