La reforma agraria en Ecuador - revista de comercio exterior

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La reforma agraria en Ecuador:
una prioridad desatendida
AMERICOSANCHEZCAROENAS
Si se presentase de nuevo el auge agrícola de posguerra que ra especifica el número y tamaño de las explotaciones por probenefició a América Latina durante alrededor de una década y vincia, en tanto que la segunda comprende sólo datos globales,
si los términos de intercambio se tornasen tan favorables para la por lo que no es posible saber qué proporción de la diferencia
región como entonces, la industrialización y la ampliación del en superficie agrícola y número de explotaciones obedece a la
mercado que se persiguen ahora mediante el movimiento inte- apertura de nuevas tierras y qué parte a la mayor cobertura geogracionista en el continente, no recibirían un impulso tan gran- gráfica. Sin embargo, hay en realidad poca base para afirmar
de como el que puede lograrse mediante la redistribución del que la apertura de nuevas tierras sea especialmente importante,
ingreso agrícola en la mayoría de las naciones latinoamericanas. aunque, como se verá más adelante, los grandes terratenientes
La actual estructura agraria de gran parte de Latinoamérica bien acaparan, en un principio, tanto tierras de buena calidad como
puede neutralizar los impulsos de desarrollo que provienen o marginales.
puedan provenir de un sector externo dinámico y equilibrado,
La exclusión de las provincias orientales y el archipiélago de
debido tanto a la desigual distribución del ingreso que entraña
como a la gran proporción de fuerza de trabajo y población que Colón en el Censo Agropecuario de 1954, no sólo se debió a las
absorbe. Por ello, parece ser que aquellos países que poco o na- dificultades de acceso a ellas, sino también a "su insignificante
da han avanzado en materia de reforma agraria, y que, por otra contribución actual a la agricultura''.2 Lo cierto es que el tamaparte, son generalmente los más atrasados, deben enfocar, tem- ño medio de las explotaciones en 1954 fue de 17.43 hectáreas,
poralmente, el problema del subdesarrollo con avidez de fisió- y en 1968 de 10.95. Esto indicaría, si lo anteriormente dicho es
crata, pero, al mismo tiempo, siguiendo los cauces que señala la cierto, que en el Oríente y el archipiélago de Colón, las parcelas
teoría económica moderna.1 Esto no significa, obviamente, que pequeñas predominan más marcadamente, o bien que el minilos sectores no agrícolas se desatiendan y que las legislaciones fundio se acentuó en el período inter.c ensal.
en materia económica - por ejemplo, industrialización, inversión
extranjera- se descuiden, sino que se tome como premisa funEn 1954, el 26.8% de los propietarios 3, poseía sólo el 0.8%
damental la reforma agraria en lo que a acción efectiva para el de la superficie agropecuaria, y el 95 .5% de los mismos poseía
desarrollo se refiere, ya que, a largo plazo, será el sector indus- el 26.5% de tal superficie. Por otro lado, si se define como latitrial el que reciba el impulso que ahora no puede conseguirse, fundistas a aquellos agricultores con extensiones superiores a las
dado que la distribución inequitativa de la tierra supone la dis- quinientas hectáreas, puede afirmarase que éstos, o sea el 0.4%
tribución inequitativa del ingreso y el reducido tamaño del mer- de los agricultores, tenían en su poder el 45.1 % de la tierra
cado, con lo cual se limita, en principio, el avance industrial.
(véase el cuadro 1). Para 1968, cuatro años después de iniciada
la reforma agraria, el 32.6% de los agricultores, que operaban
El propósito de este trabajo es, a la luz de estas considera- con extensiones inferiores a una hectárea, agrupaban en total el
ciones, analizar la coyuntura agraria de Ecuador, cuya condición 1.3% de la superficie agropecuaria del país. El 96.1 % poseía el
de país de menor desarrollo relativo en el continente parece 38.6% del total de la tierra, y los latifundistas, o sea el 0.2% de
estar unida a un estancamiento resultante de tal estructura, los agricultores, eran dueños del 23.6% del total de la tierra
aunque agravado por otros elementos ligados a la misma; Inicial- (véase el cuadro 2) .
mente, se expone la situación de la distribución de la tierra en
este país, utilizando la información contenida en el Primer
Aunque estas consideraciones sugieren una relativa mejoría,
censo agropecuario nacional 1954, y la Encuesta agropecuaria una observación detallada de las categorías de tierras lleva a la
nacíonal, 7968, y cuantificando, al mismo tiempo, el nivel de conclusión contraria. En 1954, los latifundistas poseían
desigualdad de tal distribución. En seguida se presenta gráfica- 2 706 700 hectáreas, de las cuales 431 500, o sea, el 16%, eran
mente la relación entre la estructura agraria y el tamaño del de labranza y el 31.4% era tierra improductiva. El resto estaba
mercado, y, finalmente, se analiza la acción oficial emprendida constituido por extensiones clasificadas como Pastos Naturales i¡
en materia de reforma agraria.
Bosques y Montes . En cambio, en 1968, aunque las explotaciones en su poder bajaron a 1 634 187 hectáreas, 628 126 (o sea
el 38.4%) representaban tierras de labor, con lo cual se tiene
ESTRUCTURA DE LA TENENCIA DE LA TIERRA
que, de 1954 a 1968, la tierra regularmente bajo explotación
por parte de los latifundistas aumentó en un 45.5% en tanto
El área cubierta por las mencionadas encuestas no es la misma,
pues mientras la de 1954 incluye sólo 15 provincias (diez de la
2 Banco Central del Ecuador, Ministerio de Economía y Banco NaSierra y cinco de la Costa), la de 1968 incluye, además, cinco cional
de Fomento, Primer censo agropecuario nacional, 1954, Dirección
del Oriente y el archipiélago de Colón . Por otra parte, la prime- General de Estadistica y Censos del Ministerio de Economía, Quito,
1956, p . ii.
1 Véase al respecto Edmundo Flores, "La teoría económica y la
tipología de la reforma agraria", Comercio Exterior, vol. XVII, núm. 5,
mayo de 1967, pp. 379-85.
3 Se considera que cada explotación corresponde a un propietario,
aunque podría darse el caso de que un propietario o una familia posea
más de una ex plotación .
comercio exterior
401
CUADRO 1
Distribución de la tierra en Ecuador, según tamaño de las explotaciones, 1954
Número
total
% acumu lado
Superficie
% del
total
% acumu lado
92
159
36
21
19
8
5
26.8
46.3
10.5
6.2
5.7
2.4
1. 7
0.2
0.2
100.0
26.8
73.1
83.6
89.8
95.5
97-.9
99.6
99.8
100.0
100.0
46 000
386 200
271 500
294 300
591 500
547 200
1 156 300
464 700
2 242 000
5 999 700
0.8
6.4
4.5
4.9
9.9
9.1
19.3
7.7
37.4
100.0
0.8
7.2
11. 7
16.6
26.5
35.6
54.9
62.6
100,0
100.0
% del
Tamaño
(hectáreas)
1
Menores de
1 a menos de
5
10
5
20
10
50
20
100
50
100
500
1 000
500
1 000 y más
Tota l
..
387
299
250
400
415
327
787
664
705
344 234
Fuente: Banco Central del Ecuador, Ministerio de Economía y Banco Nacional de Fomento, Primer censo agropecuario nacional, 1954, Quito, 1956, p. 7.
CUADRO 2
Distribución de la tierra en Ecuador, según tamaño de las explotaciones, 1968
Tamaño
(hectáreas)
Menores de
1 a menos de
5
10
20
50
100
500
1 000 y más
Total
..
Número
1
5
10
20
50
100
500
1 000
206 273
264 074
68 527·
36 228
32 746
15 555
8 467
922
426
633 218
%del
total
%acumu lado
Superficie
%del
total
%acumu lado
32.6
42.0
10.8
5.7
5.0
2.4
1.3
0.14
0.07
100.0
32.6
74.6
85.4
91.1
96.1
98.5
99.8
99.9
100.0
100.0
93 018
615 556
466 315
485 572
1018315
976 653
1 647 904
634 554
999 633
6 937 520
1.3
8.9
6.7
7.0
14.7
14.0
23.8
9.2
14.4
100.0
1.3
10,2
16.9
23.9
38.6
52.6
76.4
85.6
99.7
100.0
Fuente: Junta Nacional de Planificación y Coordinación, Encuesta agropecuaria nacional, 1968, Quito, 1969, p. 1.
que la improductiva, al llegar en este último año a 130 431 hectáreas, y haber estado al nivel de 849 900 en 1954, se redujo en
un 84. 7 por ciento.
Puede verse, por lo tanto, que la tierra de mejor calidad ha
pasado a concentrarse en manos de los grandes terratenientes,
pues, agravando esta circunstancia, se tiene el hecho de que la
tierra improductiva en poder de agricultores con extensiones inferiores a una hectárea aumentó en el mismo período un
200.4%, al pasar de 1 600 hectáreas a 4 807,4 en tanto que
aquella poseída en extensiones entre una y menos de cinco hectáreas pasó de 23 500 a 34 520 hectáreas, lo cual implica un
incremento de 47%.5 Sintetizando estas consideraciones, se tiene que los propietarios de minifundios, considerados éstos como
extensiones inferiores a las cinco hectáreas, ascendían en 1968 a
470 347, representando el 74.6% del total de propietarios y
poseyendo sólo el 10.2% del total de la tierra, siendo ta l porción la que ocupa el lugar más bajo en la escala de calidad agraria del país. La curva de Lorenz sobre la distribución de la tierra en Ecuador , que se presenta en la gráfica 1 para los años
bajo estudio, muestra la gravedad del problema con gran claridad.
4 Además de esta menor ca lidad de tierra, es de notarse también respecto a este rango de propietarios, que, como se dijo anteriormente, representan el 32.6% del total, que el número de sus explotaciones aumentó en el periodo citado en 123.3%, en tanto que la superficie en su
poder crec ió en 102.2% con lo cua l su parcela promedio bajó de 0.5 a
0.45 hectáreas.
5 Simi larmente, el tamaño promedio de las explotaciones en este
rango bajo de 2.4 a 2.3 hectáreas.
GRAFICA 1
Curvas de Lorenz de la distribución de la tierra en Ecuador
-----
1968
1954
100
90
80
1
70
Porciento
acumulado de
tierra
1
1
1
60
1
50
40
A
30
20
10
B
10
20
30
40
50
60
70
Porciento acumulado de explotaciones
Fuente: Trazadas con base en datos de los cuadros 1 y 2.
80
90 100
reforma agraria en ecuador
402
Todavía es posible ir más allá de lo que esta gráfica expresa,
media nte el co eficiente de G ini, que es un indicador de la desigualdad que revela la curva de Lorenz. 6 Este coeficiente se
entiend e de la manera convencional : a mayor cercanía a la unidad, mayor desigualdad en la distribución de la variable estudiada, y a mayor cercanía al cero, menor desigualdad en la
distribución de la misma. (Véase cuadro 3.)
Como se mencionó al principio, la Encuesta nacional agropecuaria, 1968, a diferencia del Censo agropecuario, 1954, no
incluye datos sobre la distribución de la tierra por provincia,
por lo cual, desafortunadamente, no es posible hacer comparaciones entre ambos años a nivel de provincias. Sin embargo, la
mejoría casi nula que revela el coeficiente de Gini a nivel nacional y las cor.sideraciones anteriores permiten inferir que la situación es muy similar en ambos años. Además, más adelante se
analiza la acción emprendida por el Instituto Ecuatoriano de
Reforma Agraria y Colonización (1 ERAC). provincia por provincia, con lo cual la desventaja de carecer de datos provinciales
para 1968, exceptuando el rigor matemático, casi se anula .
zable si los pasos iniciales en el campo de la reforma agraria no
son bien encauzados . Debe también aclararse que un complemento necesario es la fijación de bases para el impulso industrial con anterioridad razonable a la terminación del proceso de
reforma agraria, y que ésta no debe tomarse como sinónimo de
repartición de tierras, puesto que exige el necesario complemento que le representan la asistencia crediticia oportuna y
suficiente, los beneficios del riego y la tecnificación, el fortalecimiento de la infraestructura económica en general, etcétera.
Así, pues, la relación entre el tamaño del mercado del país
que puede irse consiguiendo a medida que se avanza en materia
de reforma agraria se podría explicar en la gráfica 2, en cuyo
eje horizontal se mide la primera de estas varibles y en el vertical el inverso del coeficiente de desigualdad en la distribución
de la tierra, o de Gini.
GRAFICA 2
Relación entre el tamaño del mercado
y la reforma agraria *
CUADRO 3
5
1/G
Coeficientes de Gini de la distribución de la tierra en Ecuador
1954
1968
Total para el país
Regiones y provincias
0.86
0.82
Sierra
Azuay
Bolívar
Cañar
Carchi
Cotopaxi
Chimbor azo
lmbabura
Lo ja
Pichincha
Tungurahua
0.86
Costa
El Oro
Esmeraldas
El Guayas
Los R (os
Manabí
0.77
0.78
0.85
0.86
0.90
0.83
0.88
0.82
0.89
0.83
4
3
2
0.81
0.79
0.77
0.88
0.85
0.71
Tamaflo del mercado
Fu ente: Cu adros 1 y 2.
REFORMA AGRARIA Y
TAMAÑO DEL MERCADO
Es de suponerse que la reforma agraria trae beneficios similares
a los de la reforma t ributaria, contá ndose entre ellos básicamente, la redistribución del ingreso, que implica una reorientación del consumo hacia bienes que, si fuesen idealmente industriales y nacionales, ensancharían el mercado y multiplicarían su
efecto a través de la monetización concurrente de la economía
como un todo . Obviamente, este proceso implica un Largo plazo, pero en el caso de Ecuador, podría ser extrala rgo o inalcan-
6 T al coefic ient e es obtenido a través del cocient e de las áreas A:S,
sabiendo qu e A+B = 5 000, dado que en ambos ejes se miden porcientos
acumulados, y sólo se est á m anejando la mitad del área total del rectángulo . 1ntegrando pues el área B se obtiene por diferencia el área A .
• La recta ha sido trazada utilizando datos de 1968 sobre el coeficiente
de Gini y la población económicamente activa dedicada a labores agropecu aria s, que, de acuerdo con la Junta Nacional de Planificación y
Coordinación, ha permanec ido en 58"/o del total desde 1960.
La intersección de la recta con el eje de las coordinadas
estará dada por el recíproco del coeficiente de Gini, y su pendiente por el cociente PEAna, siendo PEAna la población eco·
PEAa
nómicamente activa en el sector no agrícola y PEAa la población económicamente activa en el sector agrícola. Esto significa
que a mayor población económicamente activa aplicada a la
agricultura , menor será la pendiente de la recta, y mayor la ampliación del mercado que se consiga con la redistribución de la
tier ra (y el ingreso agrícola), medida a través de un menor coeficiente de desigualdad en la distribución de la tierra. Si la totalidad de la fuerza de trabajo se localizará en el sector agrícola,
la recta sería horizontal y todo el ingreso redistribuido se canaliza ría hacia un mayor mercado. En cambio, si toda la población económicamente activa trabajase para el sector no agri'cola,
comercio exterior
403
la recta sería vertical, y no habría ninguna utilidad en la reforma agraria.7
Debe tomarse en cuenta que esta relación implica ciertos supuestos, los cuales pueden enunciarse de la manera siguiente:
a] la redistribución de la tierra no significa desuso de la misma inmtdiatamente después de que ésta se realiza, sino que
sigue en operación de la misma forma;
b] no se utilizan insumos diferentes en la agricultura una
vez que la tierra se distribuye, aunque a plazo medio y largo, lo
ideal es mejorarlos porque pueden activar la redistribución del
ingreso total de la economía; y,
c] se hace abstracción de la crítica que puede hacerse al
coeficiente de Gini, en el sentido de que un determinado coeficiente no se puede obtener exclusivamente de una sola curva de
Lorenz, pues diferentes trayectorias de la misma pueden arrojar el mismo coeficiente.
PANORAMA DE LA ACTUAL
ESTRUCTURA AGRARIA
Uno de los principales problemas del agro ecuatoriano, cuya naturaleza ha significado su propia persistencia, es el hecho de que
coexistan dos sistemas y se beneficien tan mutua como necesariamente, el minifundio y el latifundio, razón por la cual puede
suponerse que los cambios registrados no son suceptibles de particular consideración. Este tipo simbiótico .de convivencia se
debe a la incapacidad del minifundio para absorber la abundante mano de obra de que dispone, que pasa a ser contratada por
las haciendas a cambio del usufructo de algunos de los recursos que éstas poseen, i.e., agua, pastos, tierra, etc., o bien del
pago en efectivo o especie. La Sierra es el área en que se destaca esta situación tan marcadamente, e inclusive dio lugar a una
forma de tenencia recientemente erradicada por el 1nstituto
Ecuatoriano de Reforma Agraria y Colonización (IERAC) denominada huasipungo mediante la cual el usuario de la tierra huasipunguero debía trabajar cinco o seis di'as semanalmente, con
jornadas diarias hasta de doce horas, a cambio de la utilización
de un área de aproximadamente tres acres y pastos naturales
para ganado. En ocasiones se le retribuía con un salario diario
que fluctuaba entre treinta y cincuenta centavos de dólar, pero
tanto él como su cónyuge estaban obligados a prestar servicios
personales al hacendado. La eliminación de esta forma de tenencia con propósito de justicia social ha obligado a los huasipungueros a seguir ofreciendo sus servicios a la hacienda con lo cual
su situación o ha empeorado o, en el mejor de los casos, sigue
siendo la misma. En cualquier caso el terrateniente sigue disponiendo de la mano de obra barata de que disponía anteriormente, y la coexistencia de los dos sistemas continúa, persistiendo así, en consecuencia, "el más serio obstáculo estructural para
la consecución del desarrollo económico y social y que configuran [el latifundio y el minifundio] un sistema productivo de
carácter dual, en el que conviven paralelamente una socied,ad
tradicional con una sociedad moderna".8
7 Existe como alternativa para definir la pendiente de la recta, el cociente del PNB no agr icola y el PNB agricola. Sin embargo, hay en éste
el inconveniente de que, históricamente hablando, el segundo ha tendido
a la baja con mayor rapidez que la PEAa, implicando una mayor pendiente y significando que la urgencia de la reforma agraria, para fines de
la ampliación de mercado, es menor, lo cual contrasta con la realidad.
Parece ser que lo ideal seria tomar como denominador del cociente a
aquella proporción de la población que puede efectivamente ser beneficiada con la redistribución de tierras, pero esto implica definir qué cantidad del total de hectáreas del pals es económicamente distribuible y cuál
es el tamaño óptimo de las parcelas.
8 Junta Nacional de Planificación y Coordinación. El desarrollo del
Ecuador, 1970-1973, libro tercero: "Las políticas básicas", Quito, 1969,
p. 101.
Un elemento importante en el proceso que culminó en este
tipo de estructura fue la improvisación de empresarios agrícolas
que resultó de la demanda dinámica de productos agropecuarios
generada a partir de 1950, así como el hecho de que la posesión de la tierra fuese tomado como sinónimo de status social,
lo cual generó "una tendencia en la clase media urbana a comprar tierra para elevar su estado social y obtener ingresos
complementarios. Esta tendencia tiene como efecto la sobrevaluación de la tierra, la prevención del acceso de los campesinos
a ella y el arraigamiento mayor de una estructura agraria defectuosa".9
Si se sigue como 1ínea de conducta el criterio de que la
reforma agraria no es únicamente un instrumento de justicia social sino también una política de optimización de la producción, y que, por lo tanto, el principio que debe regirla no debe
castigar al productor realmente eficiente porque su explotación
es extensa 1O se tiene entonces un amplio margen para realizar
la reforma agraria, pues la Encuesta agropecuaria nacional,
1968 muestra que los rendimientos por hectárea de los principales cultivos de exportación, y la mayoría de los consumos internos, son similares para todos los tamaños de explotación, o sea,
que el rendimiento agrícola es independiente del tamaño en que
opera el agricultor. Podría concluirse algo distinto si se considera que los rendimientos registrados en esta Encuesta fueron
afectados por la sequía de 1967, pero para ello sería necesario
tener la seguridad de que esta sequía perjudicó más seriamente
a las grandes plantaciones.
En concordancia con la anterior afirmación, basada principalmente en la escasa importancia que la técnica tiene como
insumo agrícola en Ecuador, se tiene que "resulta muy difícil
mejorar los métodos de cultivo en las parcelas diminutas, a menudo erosionadas y sin riego, de los minifundistas; mientras
que, en el otro extremo, el gran propietario carece de incentivos
para modernizar sus sistemas de producción, que hasta ahora se
han caracterizado por la explotación irracional de los recursos
humanos y naturales. En general, pero especialmente en el caso
del latifundio, falta el auténtico empresario agrícola; la posibilidad de gozar de una alta renta de la tierra (dado el control
sobre la propiedad agrícola) ha llevado a un ausentismo generalizado y a la proliferación de formas precarias de tenencia".11
EJECUCION DE LA REFORMA AGRARIA
Antecedentes
La necesidad de la realización de la reforma agraria ha sido subrayada tanto en la planeación del desarrollo del país como en la
evaluación de la misma, y aun antes de que los esfuerzos de
planificación se emprendiesen. El problema radica en la eficacia
de los pasos que al respecto se han dado. El Comité de los Nueve concordó con la prioridad, ejecución y estrategia delineadas
en el Plan General de Desarrollo Económico y Social concebido
para Ecuador, considerando improbable, al mismo tiempo, que
el ritmo de ejecución previsto se conseguiría sin un esfuerzo
grande y coordinado.12
9 Comité de los Nueve. Alianza para el Progreso, Evaluación del Plan
General de Desarrollo Económico y Social del Ecuador, Washington, 1964,
p.
53.
1O
11
lbidem, pp. 128-29.
Junta Nacional de Planificación y Coordinación, op. cit., libro
primero: "La evaluación de la econom(a nacional", Quito, 1969,
pp.182-3.
12 Comité de los Nueve, Alianza para el Progreso, op.cit. p.13.
404
La Ley de Reforma Agraria y Colonización fue promulgada
en julio de 1964, haciendo recaer en el Instituto Ecuatoriano de
Reforma Agra r ia y Colonización ( 1ERAC), la tarea de iniciar y
ejecutar tan necesaria misión, asignándosele subsidios directos
por parte del gobierno central y facultándosele para emitir bonos, para que auxiliase así sus operaciones, las que se iniciaron
en septiembre del mismo año.
Ecuador formaba parte entonces del grupo de países latinoamericanos que habían conseguido un aumento sostenido en
sus exportaciones, que por lo mismo, eran el factor dinámico
imprescindible con que contaba su desarrollo. Por esta circunstancia, el Plan admiHa en forma explícita que no se concebiría
la adopción de un modelo de crecimiento "hacia adentro" y era
por lo tanto acertado impulsar las exportaciones, obviando sus
efectos negativos mediante la sustitución de importaciones.13
reforma agraria en ecuador
gastos, que llegaron a 108.05 millones de sucres, y, finalmente,
en los primeros meses de 1967, ap licó a reforma agraria el 2.8%
de los 116.48 millones de sucres que montaron sus erogaciones
totales. En síntesis, de septiembre de 1964 a septiembre de
1967, el IERAC dedicó al propósito para el cual fue creado,
sólo el 3.21 % de su presupuesto.17 Es de lamentarse que no
exista información disponible más reciente al respecto, aunque
de cualquier manera, no hay indicio alguno para suponer una
reorientación de los gastos del IERAC hacia la solución del problema que tanta atención reclama.
Hasta 1967, la reforma agraria había afectado 38 haciendas en
diez de las veinte provincias con que cuenta el área continental de
Ecuador . (Véase cuadro 4 .) En cuatro de esas diez provincias fue
afectada sólo una hacienda, y en cinco el área promedio adjudicada
a las familias beneficiadas fue inferior al promedio nacional arrojado en la Encuesta de 1968. De hecho, estas familias representan
Desgraciadamente, tan pronto como se inició el período que el 57 .5% del total de las beneficiadas. Debe también destacarse
cubre el mencionado Plan, 1964-1973, el panorama externo que probablemente las tierras distribuidas eran improductivas,
cambió, iniciándose en el país una tendencia al desequilibrio ex- como se señaló anteriormente.
terno que parece irreversible hasta que ese período termine,
pues es hasta 1973 cuando Ecuador espera iniciar la exportación del petróleo recientemente descubierto en su territorio. En CUADRO 4
estas circunstancias, la sustitución de importaciones quedó
como único medio accesible para conseguir el avance econó- Labores del IERAC: Adjudicación de tierras
mico, pero para adelantar en este campo se tiene como prin- (septiembre de 1964 a septiembre de 1967)
cipal requisito aumentar el poder de compra de la gran mayoría
de la población, en este caso la rural, que en 1960 era el 66%
Número de
Familias
Promedio
del total , pasando a 63% en 1964-67 y a 62% en 1968, 14 espeNúmero de
haciendas
benefi·
por famihectáreas
Provincia
o zonas
ciadas
/ias
rándose que llegue a 60% hacia 1975, y que la población económicamente activa dedicada a las labores agrícolas crezca a una
tasa de 3.3% en 1970-80. 15 Estas consideraciones no significan, Azua y
1
1 314.85
46
28.58
4
por supuesto, que se niegue importancia a otras prioridades que Cañar
4771 .70
359
13.29
Carchi
2
3 333.36
337
9.89
tienden al mismo fin, i.e. , la reforma tributaria.
Chimborazo
1
785.98
292
2.69
Cotopaxi
2
3 062.12
808
3.79
El Oro
10
5 077.48
305
16.65
Actividades del IERAC
El Guayas
5
8 347.34
734
11 .37
1mbabura
1
222.47
111
2.00
Septiembre de 1964, como se indicó antes, marca la iniciación Los Rlos
1
5 318,89
181
29.39
de las actividades del IERAC, pero, desde entonces, tanto las Pichincha
11
4 493.37
648
6.93
38
36 727.56
3 821
asignaciones presupuestarias como las acciones emprendidas re- Total
velan que el verdadero problema que esta destinado a solucionar
fue soslayado, cayendo Ecuador, por lo tanto, en el grupo de Fuente: Archivo de Providencias de Adjudicación de Tierras, reproducido
países en los que "en lugar de la reforma agraria, se están ensaen Instituto Ecuatoriano de Reforma Agraria y Colonización, Estadfsticas de las r ealizaciones en r eforma agraria y colonización ,
yando todos los sustitutos imaginables: semillas híbridas, coloQuito, 1969, p. 4.
nización de tierras marginales, construcción de caminos y obras
de riego, la adquisición de latifundios aislados para su · nueva
colonización, programas militares de acción cívica, campañas de
alfabetización; cualquier cosa, menos la reforma agraria. En un
Al final de cuentas, "el 1ERAC no tiene posibilidad para
esfuerzo inút il y patético por ganar tiempo y apoyo popular, impulsar el proceso de reforma agraria en los términos que se
muchas de estas medidas meramente técnicas y administrativas había esperado cuando se dictó la Ley de Reforma Agraria y
son presentadas al público como si se tratara de auténticas re- Colonización", 18 tanto por los programas truncos que se le
formas". 1 6
atribuyen como por el inconsistente apoyo que ha recibido de
los diversos gobiernos y el pequeño alcance de sus operaciones.
Durante los últimos cuatro meses de 1964, el IERAC dedicó En 1969 parece haberse dado a este 1nstituto un golpe de
al parcelamento de tierras el 0.8% de su presupuesto total, es gracia, cuando se le hizo efectivo sólo el 7.2% del subsidio que
decir, 1 054 702 sucres de 138.1 millones, que incluyeron la debería recibir por pa rt e del gobierno central. Además el presiemisión de bonos por 50 millones de sucres. En 1965 dedicó a dente Velasco lbarra declaró, a principios del año en curso, que
reforma agraria el 4.11 % del total de su presupuesto, que ascen- retirará todo apoyo a la reforma agraria mientras ésta esté a car·
dió a 252.2 millones de sucres. En este año los bonos emitidos go de una entidad autónoma, como le es el IERAC, d ebido a la
alcanzaron 100 millones de sucres. En 1966 la proporción dedi- falta de control que sobre las actividades de este t ipo d e enticada a la reforma ag~aria representó el 4.9 % del total de sus dades tiene desde hace años el gobierno de Ecuador.
17 Instituto Ecuatoriano de Reforma Agraria y Colonización, Esta76.
Junta Nacional de Planificación y Coordinación, Op. cit., libro d(sticas de las r ea lizaciones en reforma agraria y colonización , Quito,
1969. pp. 108-114.
segundo, tomo 1: "Programas para el desarrollo", Qu ito, 1969.
18 Junta Nacional de Planificación y Coordinación, op.cit, libro ter15 Ibídem.
cero: "Las políticas básicas", Quito, 1969, p. 101 .
16 Edmundo Flores, op.cit. p. 382.
13 lbidem, p.
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