Nº 77

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Una película muy fiel a la novela
FICHA TÉCNICA:
Título original: Nineteen Eighty-Four (1984)
Nacionalidad: Reino Unido
Año: 1984
Dirección: Michael Radford
Guión: Michael Radford, Jonathan Gems
(basado en la novela 1984 de George Orwell)
Producción: Simon Perry
Dirección de Fotografía: Roger Deakins
Montaje: Tom Priestley
Dirección Artística: Martin Hebert, Grant Hicks
Música: Dominic Muldowney, The Eurythmics
Diseño de Vestuario: Emma Porteus
Efectos Especiales: Ian Scoones, David Scholefield
Reparto: John Hurt (Winston Smith), Richard
Burton (O´Brien), Suzanna Hamilton (Julia), Cyril
Cusack (Charrington), Gregor Fisher (Parsons),
James Walker (Syme), Andrew Wilde (Tillotson),
David Trevena (Amigo de Tillotson), David Cann
(Martin), Anthony Benson (Jones), Peter Frye
(Rutherford)
Duración: 113 min. (Color)
Estudio: MGM/United Artists
SINOPSIS:
En 1984 el mundo se encuentra dividido en tres estados, dominados por gobiernos absolutistas que prohíben cualquier manifestación de placer. Winston, un trabajador del Partido Exterior en el Ministerio de la Verdad, está escribiendo un diario que puede ser motivo de detención, tortura y posterior “vaporización”. Su vida se complica cuando conoce a Julia, con la que
inicia una relación clandestina, que mantienen fuera del alcance de las cámaras que vigilan a
la población, para aniquilar cualquier asomo de rebelión.
HOJA INFORMATIVA
Nº 77
Junio 2005
COMENTARIOS:
Para entender 1984 tenemos que conocer la vida de George Orwell. Nacido
en 1903 en Montihari (India), Eric Arthur Blair es hijo de un funcionario
británico. Coincide con Aldous Huxley en el colegio de Eton. Tras su paso
por la Policía Imperial sirviendo en Birmania, renuncia a su nombre. Vive
una época en Paris al borde de la indigencia (Sin Blanca en París y Londres,
1933). Luego ejerce el periodismo de denuncia y convive con los mineros y
obreros desempleados (El Camino de Wigan Pier, 1936), Orwell radicaliza
su discurso. Tras contraer matrimonio con Eileen O'Shaughnessy, viaja a
España como periodista (Homenaje a Cataluña,1938), y se afilia a una milicia del POUM, de raíz trotskista. Presencia en Barcelona los enfrentamientos armados entre el ejército regular republicano (orientado por la Unión
Soviética) y las milicias anarquista-trotskistas que dan lugar a una auténtica purga que conlleva el desarme de las milicias.
Soviética
Estos hechos cambian su manera de pensar. El comunismo ortodoxo, según él, es otra forma de dictadura equiparable al
nazismo, dos caras de una misma moneda que no hacen sino despojar a las clases trabajadoras. La manipulación informativa y propagandística puede obviar los hechos de Barcelona como si no hubiesen existido. Orwell ya maneja los dos puntos centrales de 1984. Durante la II GM colabora en la BBC y es director literario del periódico Tribune. En 1945 publica
Rebelión en la granja, crítica feroz contra el comunismo estalinista de la Unión Soviética que le cuesta mucho publicar por
el papel de la URSS en la guerra. Desencantado con la clase política británica acomete su obra más conocida, su testamento literario: 1984. Tras su publicación en 1949, Orwell fallece el 21 de enero de 1950, recién desposado con Sonia Brownel. La novela y la película, muy fiel a ella, describen un Estado totalitario que trata de despersonalizar a los individuos
mediante el doblepensar que es un estado mental conducente a afianzar una concepción inmutable de la Historia; una
herramienta intelectual, en resumen, que encuentra su plasmación en la neolengua, un lenguaje artificial creado por el
Partido y que modelará la mentalidad de los súbditos del Gran Hermano. El mayor de los delitos concebibles: el crimental, o crimen mental. El delito de pensamiento opuesto al doblepensar Un ciudadano puede tener una conducta irreprochable, y dominar la neolengua; pero, si en su fuero interno no está convencido de la verdad del Ingsoc y esquiva la tupida red de delaciones (desde la Policía del Pensamiento hasta tus propios hijos), tarde o temprano se delatará a sí mismo
mediante el crimental. Un hecho, un indicio, un pensamiento a destiempo, un lapsus o incluso una frase murmurada entre
sueños bastarán para acabar con esa persona. Y ese "acabar con esa persona" funciona tanto en el sentido individual (será
vaporizado) como en el colectivo (al ser una nopersona, nunca habrá existido; nada demostrará que ha existido; nadie lo
recordará). El segundo acto que entraña sumisión al partido es la abstinencia sexual. Prohibido el amor, ¿qué otra alternativa tienen los individuos? El odio hasta el dolor. Este es el tercer y más fuerte motor de cohesión de la sociedad de
1984. Pero odio... ¿a qué? A lo extraño, al extranjero, al contrario al Partido. Las manifestaciones populares más lúdicas
son las películas de propaganda bélica (en las que abunda la violencia explícita y, por lo que nos sugiere Orwell, real: imagínense una snuff movie perpetrada por miles de Rambos), las ejecuciones -previo escarnio público- de prisioneros de
guerra enemigos y, sobre todo y por encima de cualquier otra, los Dos Minutos de Odio. Cuatro son los aspectos fundamentales de la exposición de Orwell en su novela: 1.- Control social: El sistema político presentado está encaminado a
alienar al individuo, a hacerlo virtualmente incapaz de pensar por sí mismo. A despersonalizarlo. Existen medios coercitivos para asegurarse este control. Son mecanismos de control la guerra exterior contra el enemigo físico e ideológico, la
guerra interior contra el crimental, la guerra contra la verdad orquestada por los medios de comunicación mediante un
lavado de cerebro permanente de las masas y la guerra contra las costumbres (abstinencia sexual, los dos minutos de odio
etc.); 2.- Dictadura: El régimen es una dictadura que ejerce un autoritarismo sin límites. No se contempla ninguna institución de participación ciudadana, ni siquiera un parlamento ficticio en el que exista una democracia fingida. La opinión
pública no existe. Orwell está criticando todos los tipos de totalitarismo. Su crítica es de carácter universal, y tanto da la
forma que este totalitarismo adquiera: comunismo, nazismo, fascismo o Ingsoc; 3.- Falseamiento de la realidad: La
única manera de perpetuar un régimen dictatorial es falseando la realidad, perpetuando la mentira. Para que el sistema
funcione, hay que acabar con la disidencia. El crimental es el mayor delito, y para evitarlo hay que terminar con las causas
que conducen al mismo. Hay que manipular el pasado, hacerlo inexistente si es necesario. "Quien controla el presente
controla el futuro. Quien controla el pasado controla el presente." La neolengua se encargará de ello. El lenguaje modelará
la mentalidad de los hombres y mujeres futuros, en la misma medida que la manipulación de la Historia. Llegará un momento en que el tiempo se estanque, pues, como todo cuerpo perfecto, la entropía habrá desaparecido y se encontrará en
estado de reposo absoluto. Y sólo con la violencia se puede erradicar el germen del individualismo; 4.- Violencia: El Estado debe ejercer la coerción para asegurarse el cumplimiento de las leyes. Esto es aplicable a cualquier tipo de Estado, sea
totalitario o democrático. Sólo el nivel en que se ejerce esa coerción determina el tipo de régimen político. Un Estado en el
que
que priman los mecanismos violentos de coerción es un Estado totalitario. Violencia intelectual y violencia física que sólo
tienen una finalidad: perpetuar el Estado de terror y opresión,
y no sólo eso, sino hacerlo con el beneplácito y la firme adhesión y convicción de los ciudadanos oprimidos.
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