DICTAMEN D.A.T. 26/08 Buenos Aires, 14 de mayo de 2008

Anuncio
DICTAMEN D.A.T. 26/08
Buenos Aires, 14 de mayo de 2008
Fuente: página web A.F.I.P.
Dirección General Impositiva. Dirección de Asesoría Técnica. Impuesto sobre los bienes personales.
Tratamiento y valuación de automotores para discapacitados. Ley 19.279. Régimen de franquicias
tributarias.
Sumario:
Tratándose el impuesto sobre los bienes personales de un tributo de naturaleza claramente distinta de aquellos
contemplados por la Ley 19.279, y en tanto la Ley 23.966 que lo instaurara no ha legislado la exención u otro
tratamiento preferencial para los bienes de titularidad de las personas discapacitadas, no cabe sino concluir
acerca de la gravabilidad por el tributo en cuestión de los automotores adquiridos con los beneficios previstos
por la norma legal citada en primer término, procediendo asimismo ratificar las conclusiones a las que se
arribara en el Dict. D.A.T. 77/96 respecto de las obligaciones del representante legal.
Dichas obligaciones son independientes de las que le puedan corresponder al representante legal como
responsable por deuda propia.
A los fines de proceder a la valuación del automotor deberán contemplarse las disposiciones contenidas en el
inc. b) del art. 22 de la ley del gravamen.
En el supuesto de que dicho bien no se encuentre incluido en las valuaciones a las que alude el segundo párrafo
del citado inciso, deberá aplicarse el costo de adquisición menos las amortizaciones correspondientes a los años
de vida útil transcurridos desde su adquisición hasta el año por el cual se liquida el gravamen, inclusive.
Texto:
I. Las presentes actuaciones tienen su origen en la presentación efectuada por el titular del epígrafe en los
términos de la Res. Gral. A.F.I.P. 1.948/05, mediante la cual consulta el tratamiento tributario que corresponde
dispensar en el impuesto sobre los bienes personales –sujeto, hecho imponible y valuación– a un automotor
adquirido a nombre de su hijo discapacitado menor de edad, bajo los beneficios previstos por la Ley 19.279 y
sus modificaciones.
Al respecto aclara que la autoridad de aplicación en la materia concedió el beneficio dispuesto por la
mencionada ley para la adquisición de un automotor marca X.X. Turbo ..., cuya compra se efectuó con fondos
provenientes de la venta de otro automotor –también adquirido a nombre de su hijo y con los mismos
beneficios– y con aportes adicionales de los progenitores, sin que ello implique anticipo de herencia alguno o
donación de las sumas aportadas.
Señala que el art. 5 de la Ley 19.279 establece que los bienes adquiridos con las franquicias que dispone dicha
norma legal no pueden ser embargados ni vendidos, donados, permutados, cedidos ni transferidos a título
oneroso o gratuito hasta que hayan transcurrido no menos de cuatro años desde su fecha de adquisición y que,
aun transcurrido dicho plazo, su enajenación requiere la autorización del juez de Menores, la cual tramitará
para enajenar el vehículo anterior.
Entiende que sin perjuicio de lo dispuesto por el art. 2 del decreto reglamentario de la ley del gravamen “...
corresponde merituar el Dict. D.A.T. 77/96 en cuanto dispone que, respecto de los bienes pertenecientes a
menores de edad, al ser los referidos menores sujetos pasivos del tributo en la medida en que se verifique el
hecho imponible, deberán gestionar la C.U.I.T., solicitar el alta en el impuesto y presentar la declaración jurada
a su nombre pero firmada por la persona que ejerza su representación, quien por su parte, presentará la
declaración jurada a que esté obligada en su caso por sus propios bienes, en forma separada e independiente,
aun en el supuesto del padre que tenga el usufructo de los bienes del menor”.
II. Expuesta la temática que es objeto de consulta y entrando en el análisis de la normativa que la misma
involucra debe recordarse que de acuerdo con el art. 16 de la Ley de Impuesto sobre los Bienes Personales el
gravamen recae “... sobre los bienes personales existentes al 31 de diciembre de cada año, situados en el país
y en el exterior”.
A su vez el art. 17, inc. a), de dicha ley dispone que son sujetos del tributo, entre otros: “Las personas físicas
domiciliadas en el país y las sucesiones indivisas radicadas en el mismo, por los bienes situados en el país y en
el exterior”.
Asimismo, y con relación a los mencionados sujetos, el art. 2 del decreto reglamentario de la ley en su último
párrafo prevé que: “Los padres que ejerzan la patria potestad –o, en su caso, al que le corresponda ese
ejercicio– y los tutores o curadores declararán, en representación de sus hijos menores y sus pupilos, los bienes
que a éstos pertenezcan”, desprendiéndose de ello que los contribuyentes del gravamen son los menores y que
quienes ejerzan la patria potestad son los responsables del cumplimiento de las obligaciones de aquéllos.
Como se advierte de la normativa precedentemente transcripta, el fundamento del impuesto es la posesión de
bienes, independientemente de su afectación, y que, tratándose de menores, éstos serán contribuyentes del
gravamen en la medida en que se verifique a su respecto el hecho imponible, resultando responsables del
cumplimiento de las obligaciones quienes ejerzan la patria potestad de los menores.
A mayor abundamiento, en el Dict. D.A.T. 77/96 se dejó constancia de que el último párrafo del art. 2 del
decreto reglamentario de la ley es “... concordante con el art. 16, inc. b), de la Ley de Procedimiento Tributario,
que dispone que los padres, tutores y curadores de los incapaces están obligados a pagar el tributo al Fisco, con
los recursos que administran, perciban o que dispongan, como responsables de la deuda tributaria de los
representados”.
Con arreglo a ello, en el acto de asesoramiento precitado se concluyó que “... el representante del menor
deberá presentar la declaración jurada, de corresponder, en nombre de éste y, en consecuencia, cabrá que le
solicite la C.U.I.T. y el alta de impuesto. Estas obligaciones son independientes de las que le puedan
corresponder al representante como responsable por deuda propia”.
Por otro lado, cabe recordar que mediante la Ley 19.279 se estatuyó un régimen tendiente a facilitar a las
personas discapacitadas el acceso a la adquisición de automotores de origen nacional o extranjero, previendo
su art. 3 que, en el caso de importarse un automotor, la misma estará exenta de pago del derecho de
importación, de las tasas de estadística y por servicio portuario, y de los impuestos internos y al valor
agregado.
Con relación a ello es dable puntualizar que las exenciones a las que taxativamente alude dicha ley comprenden
gravámenes que, más allá de la configuración técnica de sus respectivos hechos imponibles, recaen sobre la
adquisición de mercaderías, incidiendo sobre el consumo, en este caso facilitando la adquisición de automotores
a personas discapacitadas para su uso personal, a fin de que ejerzan una profesión o realicen estudios, otras
actividades y/o desarrollen una normal vida de relación, que propendan a su integral habilitación dentro de la
sociedad.
En tal orden de ideas se advierte claramente que la eximición que se concedió comprende únicamente a los
tributos que corresponde abonar con motivo de la adquisición de automotores, por lo que no puede inferirse la
voluntad del legislador de extender el beneficio a otros gravámenes como el aquí tratado, máxime cuando el
impuesto sobre los bienes personales alcanza la capacidad contributiva de los contribuyentes expresada a
través de manifestaciones patrimoniales como lo son la posesión o propiedad de bienes.
Por otra parte, y en lo concerniente a la valuación de los automotores a los fines de la liquidación del gravamen,
el inc. b) del art. 22 del plexo legal dispone que se valuarán “... al costo de adquisición o construcción o valor
de ingreso al patrimonio ...” y que al valor así obtenido “... se le restará el importe que resulte de aplicar el
coeficiente anual de amortización que para cada tipo de bienes fije el reglamento o la Dirección General
Impositiva, correspondiente a los años de vida útil transcurridos desde la fecha de adquisición, finalización de la
construcción o de ingreso al patrimonio, hasta el año, inclusive, por el cual se liquida el gravamen”.
Asimismo, el segundo párrafo de la norma citada en el párrafo que antecede aclara que “... el valor a consignar
no podrá ser inferior al que establezca la Dirección General Impositiva al 31 de diciembre de cada año, con el
asesoramiento de la Superintendencia de Seguros de la Nación”.
Consecuentemente con lo hasta aquí expuesto, y tratándose el impuesto sobre los bienes personales de un
tributo de naturaleza claramente distinta de aquellos contemplados por la Ley 19.279, y en tanto la Ley 23.966
que lo instaurara no ha legislado la exención u otro tratamiento preferencial para los bienes de titularidad de las
personas discapacitadas, no cabe sino concluir acerca de su gravabilidad por el tributo en cuestión, procediendo
asimismo ratificar las conclusiones a las que se arribara en el Dict. D.A.T. 77/96 respecto de las obligaciones de
su representante legal.
Asimismo, y a los fines de proceder a la valuación del automotor, deberán contemplarse las disposiciones
contenidas en el inc. b) del art. 22 de la ley del gravamen. En el supuesto de que dicho bien no se encuentre
incluido en las valuaciones a las que refiere el segundo párrafo del citado inciso, deberá aplicarse el costo de
adquisición menos las amortizaciones correspondientes a los años de vida útil transcurridos desde su
adquisición hasta el año por el cual se liquida el gravamen, inclusive.
Descargar