SECTOR FORESTAL DE PANDO El departamento de Pando ocupa un territorio de 63,827 Km2 de superficie, cubierto en más del 90% de bosque húmedo tropical, con una alta diversidad de flora y fauna y con especies predominantes de goma (Hevea brasillensis), castaña (Bertholletia excelsa) y palmito (Euterpe precatoría). Debido al gran potencial forestal de Pando, la economía se basó y se basa en el aprovechamiento de estos recursos, los cuales se han caracterizado por tener periodo de auges y caídas, como es el caso de la quinina, luego la goma, ahora la castaña y la madera. De estos bosques depende la subsistencia de diferentes actores (comunidades campesinas e indígena, concesiones forestales, barraqueros, beneficiadores de castaña, zafreros, etc.), depende además de este bosque una gran variedad de especies de animales y vegetales (Wittgenstein, 2006) por eso el interés de conservaro mantener la cobertura boscosa de la región. En el Norte Amazónico de Bolivia, desde el siglo pasado se viene dando una economía extractiva, primero con la goma y actualmente con la castaña, dos productos no maderables, que ha contribuido a mantener la biodiversidad de las especies forestales, ya que su aprovechamiento no requiere la tumba o tala de árbol. La castaña, con su venta ha garantizado por décadas ingresos económicos a las familias que se dedican a su recolección y venta de la castaña, que generalmente son comunidades campesinas, como también ha propiciado la creación de empresas que se dedican al beneficiado de este producto. Otro grupo que se favorece con la actividad castañera es el de los zafreros que son contratados para apoyar en la recolección del coco de castaña en las zonas castañeras. Bojanic, 2001 menciona que actividad castañera genera un total de 22.000 empleos directos e indirectos y beneficia a aproximadamente 6.000 hogares de comunidades campesinas e indígenas (Stoian, 2000), ambos citado por Cronklenton, 2009. El sector forestal en el Departamento de Pando ha tenido nuevas oportunidades, especialmente las referidas al aprovechamiento en comunidades campesinas e indígenas, esto debido a que el Gobierno ha considerado la región Norte Amazónica como un polo de desarrollo en base al uso de los recursos forestales. Para concretizar esto ha elaborado en el año 2006 una estrategia y política para fortalecer la forestería comunitaria en Bolivia denominada Gestión Comunitaria de los Bosques para Vivir Bien, el énfasis es este documento es la valorización del Bosque, resaltando sus múltiples funciones, entre las que destaca la provisión de alimentos y medios de vida para las poblaciones que viven en áreas forestales, menciona que el bosque es una fuente de empleo y de ingreso para las comunidades y señala que los bosques proveen una diversidad servicios ambientales que son importante no solo para los pobladores locales, sino también nivel regional y global. En el año 2008 el gobierno formula un Plan Nacional para el Manejo Integral del Bosque, con el objetivo de "Mejorar su contribución al bienestar de los usuarios del bosque, principalmente de los más pobre, a mejorar la contribución de los bosques al desarrollo económico con una distribución más equitativa de los beneficios económicos y garantizar la conservación de los bosques para asegurar la provisión de bienes y servicios ambientales de los mismos, en la perspectiva de disminuir los crecientes riesgos originados por el cambio climático". A la par de este plan ha formulado un proyecto piloto donde pretende incentivar a los pobladores a practicar el manejo integral de los recursos del bosque. Otros aspecto que ha contribuido en el manejo de los recursos por comunidades fue la aprobación del decreto 29643, que tiene como objetivo de apoyar a la conformación de Organizaciones Forestales Comunitarias, con el fin que estas realicen la actividad de manejo forestal comunitario en sus territorios comunales. También, la extinta Superintendencia Forestal ha elaborado las directrices de este decreto donde establece las pautas para la elaboración del Plan Integral de Gestión Integral del Bosque. Es importante también tomar en consideración, como política de gobierno, la creación de empresas estatales de castaña y madera, cuyo objetivo es competir con las empresas privadas dando mayores beneficios a los pobladores de comunidades indígenasycampesinas. El manejo forestal comunitario se presenta como una opción de mejor manejo de los recursos del bosque existentes en comunidades campesinas e indígenas, que puede llevar a una diversificación en cuanto al uso de los productos del bosque. Crokleton, 2009, menciona que el sostenimiento de la economía extractiva sólo es posible en tanto los bosques proporcionen retornos mayores que otras actividades no forestales, o se disponga mecanismos institucionales suficientemente fuertes para proteger los usos forestales sostenible. Señala además que desde una perspectiva forestal el manejo múltiple podría aumentar el valor comercial del bosque. En la región hay proyectos como el PROMAB, que vienen apoyando a comunidades campesinas e indígenas a hacer manejo forestal comunitario (MFC), que han promovido el desarrollo de buenas prácticas de manejo, además de la formulación de reglas de acceso y uso de los recursos del bosque en forma consensuada. Otro factor que de ha estado desarrollando en el MFC, es la comercialización de los productos del bosque de forma asociada, lo que ha significado para los moradores de comunidades un incremento en los recursos económico dentro de sus hogares. Hans Caycedo, 2009, menciona dos aspectos a considerar para el desarrollo del MFC en la región norte de Bolivia: • • El predominio de la vocación forestal de los suelos de la amazonia y la existencia de vastas áreas cubiertas con bosques naturales en el departamento de Pando y la Provincia de Vaca Diez que le otorgan una condición estratégica especial a la región, y El proceso de cambio en la estructura de la tenencia de los bosques que proporciona a las comunidades campesinas e indigenas una posición favorable para repotenciar su rol de actor social y económico en el desarrollo regional. Bajo estas nuevas condiciones, la gestión integral de los bosques comunitarios corresponde a un nuevo desafio, que hace necesario (desde la perspectiva comunitaria) mejorar su inclusión en las oportunidades brindadas por la economia forestal, buscando los equilibrios entre: • Las normas de manejo y la realidad local. • • • • • • El aprovechamiento de los recursos forestales y la conservación de los bosques. La institucionalidad estatal y la institucionalidad comunal. La relación empresas forestales privadas y las iniciativas económicas comunales. El apoyo al manejo forestal y el fortalecimiento de las capacidades organizativas. Las relaciones comunales tanto internas como externas. La adopción de nuevos valores de convivencia social y el mantenimiento de costumbres arraigadasen lasfamilias. La Ley Forestal del año 1996, en el proceso de su aplicación, presentó algunos aspectos negativos como el enfoque de gran escala o empresarial en el aprovechamiento de los recursos forestales, lo que incentivó a la tala ilegal por pobladores locales (motosierristas) con una débil institucionalidad de ente controlador (Superintendencia Forestal). Por su parte, la Ley INRA ha tenido impactos positivos importantes en los siguientes aspectos: 1. 2. 3. 4. 5. Consolidar la propiedad de la tierra Mejorarladistribucióndetierra Crear mecanismos de participación social, Comisiones de área nacionales y Departamentales (CAN y CAD) Reversión de tierra por causa de desmontes Reconocer 500 hectáreas como dotación para las familias campesinas e indigenas Un aspecto negativo de la Ley INRA fue que la justificación de posesión de la tierra a través de la función económica social (FES) ha contribuido a la deforestación de grandes áreas, ya que para demostrar la productividad del suelo era necesario desmontaráreas de bosque. Un aspecto que queda pendiente, después del saneamiento de tierras en el Departamento de Pando es la situación del sector barraquero. Este sector es importante ya que está conformado por usuarios que poseian aproximadamente 2 millones de hectáreas antes del saneamiento (Cronkleton et al., 2009). Las concesiones forestales asentadas en el departamento desde el año 1992 con el llamado "Plan Soberania", motivó la llegada de grupos de empresarios madereros interesados en consolidar el acceso a especies valiosas (Pacheco, 1998), este derecho luego fue ratificado por la aprobación de la Ley Forestal, lo que favoreció a estas empresa que de forma legal practicaban un aprovechamiento selectivo de las especies de mayor valor como la mara, cedro y roble, causando en el bosque degradación y desvalorizando el bosque. Actualmente se puede observar que la especie mara ha bajado de densidad población en algunos lugares y en otros no existe más. Según Crokleton, 2009, las concesiones existentes en el departamento de Pando actualmente solo son 14 que abarcan un total de 1.236.793 hectárea, esto debido a que las tierras comunitarias tituladas han tenido un impacto al interior de cinco concesiones donde hay concesiones que han sido tituladas a favor de las comunidades. Recientemente las empresas madereras asentadas en el departamento, han empezado a formalizar contratos con comunidades, con el fin de extraer las especies maderables de sus predios, aunque esto ha favorecido más a las empresas que a las comunidades debido a que los contratos tienen una duración de 20 añosytodos los costos de inventarioyotrosse cargan a las comunidades. Técnicos del proyecto PROMAB, desde 2006 al 2009 han podido evidenciar abusos a las comunidades por parte de empresas madereras, debido a que hacen POAs (Planes operativos anuales) a cuenta de Planes Generales de Manejo, que es una opción que les permite la ley (hacer dos POA esto con el fin de capitalizarse para la elaboración de los PGMF), pero al terminar los dos años se deja el bosque de las comunidades desvalorizado y sin beneficios para los moradores, debido también a que los POAs son elaborados con la aprobación de unos pocos dirigentes comunales. Otro aspecto que se ha podido evidenciar es que no hay formas de control social por parte de los comunarios debido a su desconocimiento de las normas forestales, lo que favorece a las empresas extraer más madera de lo acordado en los contratos. Otro aspecto que favorece a las empresas en algunos caso es la falta de control por parte de las Unidades Forestales Municipales y la inexistencia de estas unidades en varios municipios. El CEFOR (certificado forestal de origen), es otro insumo para el traslado de madera sin un control efectivo, ya que éste es llenado por los responsables forestales encargados de la actividad en el bosque. Lo que sucede en muchos casos es la exageración de volumen a transportar, lo que favorece a utilizar el mismo para actividades ilegales para cubrir el volumen apuntado en el certificado. La tala ilegal, es otra fuente de conflicto. Generalmente ocurre para el abastecimiento de madera cuartoneada a las carpinterías de la ciudad de Cobija y Porvenir. Esto ocurre por la falta de control, debido a la poca capacidad institucional del ente encargado de efectivizar dicho control, que ahora es la ABT (Autoridad de Fiscalización y Control Social de y Tierra). Los desmontes ilegales son otro factor de conflictos latentes en la actividad forestal, ya que el ente controlador, ABT, no tiene suficiente personal y no cuenta con la logística adecuada para atender las denuncias recibidas ni para seguir los procesos por desmonte sin autorización. Fuente: Perfil Ambiental de Pando 2009, 2009 HERENCIA, 2010.