LLAMADOS A LA FIDELIDAD Los mártires, testigos de la fidelidad Signo: Un cuadro de los mártires 1.-MOTIVACIÓN Los mártires son los testigos más vivos y frescos de la fidelidad de Dios y de los hombres y mujeres creyentes en el Dios de la vida. La experiencia martirial constituye el encuentro supremo de la donación, divina y humana: Un Dios abrazado a la humanidad fiel, y hombres y mujeres de ésta entregados totalmente a él. Tocados por la experiencia fundante de Dios llegaron a Guatemala cientos de misioneros y misioneras en las décadas de los años sesenta y setenta del siglo pasado. La misión era la fuerza quemante que ardía en sus corazones. Y se fundieron en las zonas más olvidadas y abandonadas del país. La inserción misionera de religiosos y religiosas fue la gran novedad evangelizadora: se hicieron pueblo con los pobres y desheredados secularmente: campesinos indígenas y ladinos del interior del país. Sin muchas consideraciones teológicas y sociales simplemente: se identificaron con los pobres y sus clamores: olvido, injusticias, analfabetismo, hambre, explotación. Tocaron la realidad dolorosa de los pobres y “tocados” del Dios de la vida, se empeñaron en su causa: la vida para todos. El Evangelio, aprendido en sus años de formación, se hizo carne en el encuentro con los pobres del campo olvidado de Guatemala, y se convirtió en exigencia de fidelidad a la causa de Dios la vida de los pobres. Hoy queremos recordar a los religiosas y religiosas que cayeron bajo las balas asesinas del político-militar, victimas del poder económico de unos pocos que condenaron a las mayorías a la muerte lenta del hambre y analfabetismo. La sensibilidad humana y creyente de esos religiosos y religiosas se convirtió en entrega total por los más pobres Al hacer memoria de ellos, queremos también ahondar en su camino que no es otro que el camino de Jesús, el “Testigo fiel” hasta la muerte En silencio nos remontamos a esos testimonios para interiorizar su causa y comprometernos en la misma fidelidad UNOS TROZOS DE LA “PALABRA” Carta a los Filipenses, 2, 5-11 Pablo recoge el canto de las primeras comunidades cristianas que nos invita a seguir el camino del “siervo”, que se hace esclavo con los esclavos para alcanzarnos la salvación a todos. Respuesta: un canto a la vida y a la fidelidad Mateo: 26, 42-46 El martirio es “crisis total, desgarradora”. Es la crisis de Jesús en el huerto convertida en fidelidad absoluta. Es al mismo tiempo grito para levantarse y no mantenerse dormidos. Compartir algunas reflexiones 3.-ORACIÓN- POEMA Un corto poema, extracto de Julia Esquivel, será la motivación para nuestra oración personal, servirá de fuente inspiradora para que cada uno haga su propia oración con la imagen de los mártires que nos retan a la fidelidad. “La Palabra se nos hizo pobreza en el vestido del pobre, que vive del basurero y que crece en la aldea olvidada La Palabra se nos hizo agonía, en pecho marchito de la mujer envejecida por la ausencia del marido asesinado La Palabra se nos hizo sollozo mil veces apagado en la boquita inerte del niño muerto por el hambre La Palabra se nos hizo rebeldía ante los cuerpos inanimados asesinados por el poder cruel y la “ciencia” inhumana. La Palabra se nos hizo peligro, en la angustia de la madre que piensa en el hijo y en la hija ya maduros y sin futuro La Palabra se hizo ausencia siempre presente en las 70.000 familias desgarradas por la muerte violenta y por siniestra del sistema La Palabra se nos hizo acusación inexorable en los cráteres ardientes, en los cementerios clandestinos que se tragaron cuerpos torturados La Palabra-cuchillo nos fustigó en el lugar de la vergüenza. La verdad dolorosa de los pobres, la exclusión hecha sistema La palabra sopló sobre los huesos secos de las Iglesias-Momias, guardianes del silencio, centrada en su poder institucional La Palabra, clarín de madrugada, vigía de la noche, nos despertó de letargo que nos robaba la esperanza La Palabra se hizo camino en la selva, decisión en el rancho, amor en la mujer, unidad en el pueblo, compromiso en los cristianos, entrega hasta la muerte en los mártires La Palabra se hizo Luz. La Palabra se hizo Historia. La Palabra se hizo Conflicto La Palabra se hizo Espíritu Indomable, Y regó sus semillas en la montaña junto al río y en el valle, en el barranco y en el tugurio Y…La Palabra se hizo vida entregada Silencio orante u oraciones comunitarias CONCLUSIÓN Vamos a cerrar este momento oracional con un padre nuestro y un canto NACIDOS DE LA COMPASIÓN PARA SER COMPASIVOS Los mártires, testigos del Dios compasivo Signo: 1.- MOTIVACIÓN La profecía cristiana tiene una raíz honda de compasión. No hay profetas que no hayan sido compasivos y no hay personas compasivas cuyo testimonio no sea profético. Los mártires religiosos y religiosas de nuestro pueblo, expresión suprema de profetismo, Fueron personas de una compasión inmensa, sublime. Quizás no habían hecho grandes reflexiones teóricas o bíblicas, pero sin duda al encontrarse con los cuadros de marginación, con los rostros de niños desnutridos, de mujeres tristes y campesinos despojados. Sintieron, escucharon y vieron los atropellos e injusticias que sufría el pueblo. Y “se abajaron”, se “aproximaron” para cargar con esa historia y esas vidas desgarradas, para “levantarlos”. El pueblo se levantó, se organizó, reclamó sus derechos, tomó conciencia de su dignidad y se empeñó en la causa de construir un “mundo distinto”. Los mártires acompañaron ese camino del pueblo, se hicieron uno con el pueblo, se mezclaron totalmente para sufrir con el mismo pueblo la represión y la muerte. Movidos a compasión lucharon hasta el final por el pueblo Su presencia no era tolerada, desenmascaraba la crueldad e inhumanidad del sistema. Los poderosos temblaron y descargaron todas sus armas contra ellos, la mentira y la acusación injusta, tildados de comunistas, la persecución y amenaza, las balas crueles que los eliminaron y botaron al barranco. Son mártires cargados de humanidad y compasión. Son las personas cabales, que su sola presencia denunciaba, la injusticia e inhumanidad del sistema, que hacía temblar a los poderosos y autosuficientes. Son hombres y mujeres que, desde una sensibilidad inmensa, se abajaron, se hicieron pueblo, recorrieron incansablemente montañas y aldeas, durmieron en el suelo con los campesinos, supieron de sus hambres y desprecios, pasaron por la angustia de la amenaza y persecución…dieron la vida. La gracia del martirio que sufrieron no fue un hecho puntual. Su vida toda estuvo atravesada por el morir a ellos mismos parta acoger y levantar al caído. El martirio fue la coronación de una vida samaritana y martirial. En silencio nos situamos en uno de tantos cuadros de abandono y escuchamos el grito del pobre: ten compasión de mí. 2.- UNOS TROZOS DE LA PALABRA Exodo: 3, 6b-10 Una vez más leemos el texto fundante de la fe del pueblo judío y tratamos de abrirnos al misterio del Dios compasivo. Es esa honda experiencia de Dios la que alentó y comprometió la vida de los mártires Respuesta: un salmo o canto que exprese la novedad compasiva de Dios Lucas 10, 25-37 Los profetas son testigos de la “samaritanidad”, como propuesta de humanización. Vieron, tocaron, se abajaron, cargaron con esa historia de dolor y muerte. La denuncian y gritan por un mundo nuevo: Vete y haz tú lo mismo Compartir algunas reflexiones 3.- ORACIÓN- POEMA Unos párrafos de un poema de Julia Esquivel escrito hace más de treinta años puede servirnos de motivación para interiorizar la experiencia martirial y unirnos al camino de nuestros mártires para continuar su testimonio como religiosos y religiosas. Entonces… La Palabra se hizo carne en la patria-pequeña-preñada de libertad El Espíritu armó los brazos que forjaron la Esperanza El Verbo se hizo carne en el pueblo que vislumbra un nuevo día… y se nos hizo vida en el pueblo pobre que clama libertad y vida La Palabra se nos hizo semilla-de-justicia y concebimos la paz La Palabra gritó al mundo la verdad en contra del anti-hombre. La Palabra hizo llover la justicia y brotó la paz en el surco de la tierra. Y vimos su gloria en los ojos de los pobres convertidos en personas, hombres y mujeres sonriendo a la vida, niños jugando y soñando en el futuro Y la gracia y la Verdad se hicieron fiesta en la risa de los niños rescatados por la vida Y, los que vieron la estrella, profetas y mártires de ayer nos abrieron el camino, que ahora caminamos Mientras tanto Herodes -¡tantos ayer y hoy! se va muriendo poco a poco, carcomido de egoísmo y ambición La palabra se hizo juicio y los anti-hombres rechinaron los dientes afilaron sus cuchillos y…dispararon sus armas para acabar con el profeta La Palabra se hizo perdón. Y el corazón humano aprendió a palpitar el amor y la compasión Y la Palabra, encarnada en los mártires, seguirá sembrando futuros en los surcos de la Esperanza Y, en el horizonte La Palabra hecha luz nos invita a re-vivir mil madrugadas hacia el Reino que viene Silencio orante u oraciones comunitarias Conclusión Cerramos este momento oracional pidiendo al Padre la realización de su Reino con un Padre nuestro y un canto. LLAMADOS A LA LIBERTAD Los mártires, personas y palabra libres Signo 1.-Motivación Libertad: sueño, reto, horizonte, compromiso…El anhelo más hondo de los humanos que costosamente se logra. Los mártires, cuya memoria queremos hacer, fueron hombres y mujeres libres. Habían optado por la vida religiosa y sacerdotal, por la misión abierta y sin límites y dieron testimonio de esa causa: entregando libremente la vida a la causa del Reino. La misión fue la gran oportunidad para vivir la libertad, para empeñarse en hacer posible para cuantos estaban sometidos a la esclavitud y tiranías del poder dominantes. Su corazón henchido del don del Reino, se abrió a los horizontes inmensos de la misión Las selvas y los campos, las aldeas diseminadas y perdidas sin acceso eran la reserva de la libertad honda en el corazón de los pobres. Y esa fue su tarea: simple y dura. Salir al campo, encontrarse con los pobres, escuchar su historia, soñar con ellos por unas condiciones de vida más humana, celebrar la fe y la Eucaristía – sacramento de la libertad- bajo los árboles o en rancho maltrecho, acoger mediante el signo del agua y el Espíritu a las nueva criaturas para que entraran a forma parte de comunidad de Jesús, libre y liberadora. El Evangelio de la libertad, releído desde y con los pobres, alentó sus vidas y compromisos. La Palabra, tejida con dolor de pobres, fue su alimento e hizo de ellos hombres y mujeres de la palabra libre y denunciante. Fueron insobornables y duros contra los ejecutores de la injusticia, al mismo tiempo que amigos y compañeros de los pobres. La realidad con la que se encontraron los religiosos y religiosas no permitía ambigüedades: un pueblo abandonado y esclavizado y el Evangelio es exigente y radical. Los y las mártires se lo tomaron en serio. Dolía su palabra denunciadora de toda injusticia, pero sobre todo molestaba más su vida cercana al pueblo y defensora de sus derechos. Los mártires fueron defensores inclaudicables de la libertad, abogaron a favor del pueblo pobre, denunciaron las situaciones de injusticia y miseria, el despojo de las tierras a los campesinos, los jornales de hambre, los trabajos esclavizantes, el abandono generalizado de las mayorías indígenas y ladinas. Los mártires, nacidos del “amor que nos hace libres” fueron una palabra de Libertad. Por ello los mataron 3.- Unos trozos de la palabra Isaías 42,1-4.5-7 El primer poema del siervo de Yahvé, con su fuerza mesiánica, implanta la salvación - la justicia de Dios- defendiendo el derecho de los pobres y abriendo los ojos a los ciegos. Ese fue el camino de los mártires: identificación con los últimos y defensa de la vida en sus mínimos. Respuesta con un canto o un salmo que exprese el clamor por la libertad Mateo, 5, 1-11 Las Bienaventuranzas es el programa de libertad, causa de Jesús y de los cristianos, es vivido y testimoniado por nuestros mártires. Sigue siendo el alma de la comunidad cristiana Compartir algunas reflexiones 3.- Oración – POEMA Los cánticos del Siervo de Yahvé son profundos poemas a la causa de la vida, sumergidos en el dolor y la muerte. Los mártires fueron un poema viviente y entregado por la vida del pueblo. Retomo otro poema de Julia Esquivel que nos ayuda a orar e interiorizar esa historia. Lo que no nos deja descansar hermano No es el ruido de la calle, no son los gritos de los jóvenes que salen borrachos del “Saint Paul”, no es el barullo de los que pasan agitados hacia las montañas Lo que no nos deja dormir, lo que no nos deja descansar, lo que no nos deja golpear aquí dentro es el llanto silencioso y cálido de las indias sin sus maridos, es la mirada triste de los niños clavada más allá de la memoria, en la misma niña de nuestros ojos que durante el sueño velan cerrados, y esperan el despertar. Se nos fueron seis ahora, y nueve en Rabinal, y dos, más dos, más dos y diez y cien y mil Todo un ejército testigo de nuestro dolor, de nuestro miedo, de nuestro valor, de nuestra esperanza. Lo que no nos deja dormir es que nos han amenazado ¡de resurrección! Porque en cada anochecer, fatigados ya de los recuentos sin fin desde 1954 todavía seguimos amando la vida y no ¡aceptamos la muerte! Nos han amenazado Resurrección, porque hemos palpado sus cuerpos inmóviles y sus almas penetraron en la nuestra doblemente fortalecida, porque no nos podrán arrebatar sus cuerpos, ni sus almas, ni su fuerzas ni sus espíritu ni su misma muerte, menos aún su vida porque ellos viven hoy, mañana y siempre en la calle bautizada con su sangre, en el aire que recogió su grito, en la selva que escondió sus sombras, en el río que recogió su risa, en los cráteres de los volcanes, que tragaron sus cenizas Nos han amenazado de resurrección, porque ellos están más vivos que nunca, porque pueblan nuestras agonías, porque fertilizan nuestra lucha, porque nos levantan cuando caemos, porque se yerguen como gigantes ante el miedo de los gorilas enloquecidos Nos han amenazado de resurrección acompañados en esta vigilia sabremos lo que es soñar sabremos entonces lo maravilloso que es ¡vivir amenazado de resurrección! Soñar despierto, Velar dormido Vivir muriendo Caminar esperanzados Y saberse resucitados. Silencio orante – oraciones comunitarias CONCLUSIÓN Una vez más expresamos nuestra fe y confianza en el Padre de la vida y la Libertad rezando un padre nuestro y cantando a la vida Mártires Guatemala Ana Victoria De La Roca NACIONALIDAD: Guatemalteca CONGREGACIÓN: Orden Betlehemita Datos biográficos: Nació en la ciudad el 16 de Agosto de 1937. Séptima y última hija de un hogar cristiano, quien fue bautizada con el nombre de Blanca Carlota de la Roca Aldana. En su niñez manifestó su piedad y el amor hacia la Virgen María, prestaba sus servicios como catequista, formó coros y grupos de jóvenes. Al poco tiempo, siendo muy joven, sintió la llamada del Señor a la cual correspondió, ingresando a los 16 años a la Congregación de las Hermanas Betlemitas. Profesó el 25 de Julio de 1956, dándole el nombre de Victoria, como signo de despojo y de seguimiento del Señor, haciendo sus votos perpetuos el 25 de enero de 1971. Sus servicios los realizó como educadora en los distintos Centros Educativos de Centro América. Sus últimos años los dedicó a la Casa de Misiones en Esquipulas, Chiquimula, realizando su servicio incondicional por los pobres. En sus últimos años de vida consagrada, su cruz fue aceptar el cáncer que poco a poco iba consumiendo su vida, pero supo llevar su dolor con paciencia. Celebró sus Bodas de Plata el 25 de enero de 1981. Aceleró su enfermedad, pero fue tratada por especialistas y nuevamente asumió el trabajo cotidiano en Esquipulas. En la madrugada del 6 de enero de 1982, el Señor le pidió que asumiera otra cruz a causa de la persecución religiosa, siendo secuestrada para sumarse a las víctimas y mártires de la Iglesia guatemalteca, donde terminó su vida de entrega incondicional y profunda espiritualidad, celo por las almas, fidelidad a los actos de comunidad. Sergio Berten. NACIONALIDAD: Belga CONGREGACIÓN: Seminarista de la Congregación del Inmaculado Corazón de María –CICMDatos biográficos Nació en Menen, Bélgica el 13 de Julio de 1952. Hizo sus primeros votos temporales el 12 de Septiembre de 1971. Vino a Guatemala el 25 de Marzo de 1975. Se comprometió, y en el mes de septiembre de 1981 hizo sus votos religiosos finales. Su compromiso era radical y a través de la Congregación encontró a su Señor en el rostro marginado y del oprimido. Sergio trabajó en la Costa Sur de Guatemala, animaba la fe cristiana en las comunidades del Puerto de San José, Santa Lucía Cotzumalguapa y Tiquisate. Como religioso quiso en todo momento estar presente con el pueblo, fiel al rostro desfigurado de Cristo en los campesinos. En medio de la miseria y la explotación de los campesinos, aprendió a leer y escribir la Palabra Vida de Dios, una palabra de amor y liberación. En unión con los campesinos crecía y maduraba su vida y la radicalidad de su compromiso. En medio del odio y la represión de los poderosos y a través de un proceso de concientización sentía, en diálogo con su gente, la necesidad de acción y organización. Sergio supo que era objeto de la persecución de las fuerzas oscurantistas, compartía de esta manera, la suerte del oprimido. Para proteger su vida, la de los campesinos y aún a sus compañeros de congregación, entró en la clandestinidad y desde entonces fue poco visto por los suyos. Fue secuestrado el 19 de enero de 1982 por su compromiso en medio de la miseria y la explotación de los campesinos y por su lucha para lograr la justicia y la fraternidad. Fray Carlos Ramiro Morales López NACIONALIDAD: Guatemalteco CONGREGACIÓN: Orden de los Predicadores (Dominico) Datos biográficos: Nació el: 14 de Julio de 1946 en la Ciudad de Guatemala. En 1968 ingresa a la Orden y hace sus estudios en México. Es ordenado sacerdote en la Iglesia de Salamá en el año 1977, por Monseñor Rodolfo Quezada Toruño. Seguidamente se integra a la parroquia de San Jerónimo. En 1977 empieza claramente la persecución, y al respecto desde Baja Verapaz, les escribe a sus compañeros en Costa Rica con estas palabras: “Ciertamente debo decirles que trabajar religiosamente en Guatemala es hoy por hoy, muy peligroso. Ya saben que se exponen a todo. Sin embargo, también es muy interesante y despierta en uno la creatividad al máximo. Con todo el temor de un golpe artero y mortal, que uno lo debe tener en cuenta desde siempre y hacerse a la idea. Les hablo así para que si les interesa venir a Guatemala, especialmente a las Verapaces,… vengan prevenidos. Se los digo para que no crean que vienen al paraíso perdido y hallado en las Verapaces” Le habitaba una cristiana pasión: la liberación integral de Guatemala y participaba plenamente en ella. Estaba convencido de una cosa: que la actual situación de Guatemala clama al cielo por la explotación y la represión en que tienen sumida las oligarquías agroindustriales y militares. Con serias dificultades para continuar su labor pastoral en la diócesis de la Verapaz y ante el crecimiento de la represión en toda Guatemala, el obispo local, con el apoyo de la comunidad Dominicana en Salamá, solicita a los superiores locales de la orden el necesario traslado de Fray Carlos a la ciudad de Guatemala, donde permanece durante el año 1981, con autorización para realizar labores pastorales generales y de promoción vocacional. Y puesto que él sabía que estaba amenazado de muerte, después de convencerlo con el Vicario Regional, decide no vivir por un tiempo prudencial, en ninguna comunidad de su Congregación en la capital, precisamente para no comprometer y arriesgar la vida y el trabajo de sus hermanos. El 20 de Enero de 1982. Murió ametrallado el 20 enero de 1982, desde un vehículo en marcha cuando caminaba tranquilamente por la 1ª Avenida de la zona 2 en la ciudad capital de Guatemala. James Alfred Miller (Hno. Santiago) NACIONALIDAD: Estadounidense CONGREGACIÓN: Hermanos de La Salle Datos biográficos Nació el 21 de Septiembre de 1944, en el Estado de Wisconsin, y era conocido como el hermano Santiago. Trabajó muchos años en Nicaragua y llega a Huehuetenango, Guatemala, el 5 de enero de 1981. Rápidamente se acopló a su nuevo trabajo en la Casa Indígena, sin necesidad de previa experiencia. Además de su trabajo en la Casa Indígena, el hermano Santiago tenía un horario muy exigente en el Colegio de La Salle, donde impartía cursos de Religión, inglés, Historia del Arte Guatemalteco y tenía una orientación especial para los alumnos, no importando su nivel o clase social. En sus esfuerzos incansables por ayudar a superar las limitaciones educativas, tan sentidas en Centro América, el hermano Santiago era muy pragmático y concreto. Después de sus clases diarias en el Colegio de La Salle, coordinaba el programa agrícola de los jóvenes de la Casa Indígena –era un agricultor de corazón- y cuidaba del arreglo y mantenimiento de la Casa. En noviembre de 1981, mientras visitaba su familia, fue intervenido quirúrgicamente del cartílago en ambas rodillas. Los parientes y amigos trataron de convencerlo para que no regresara a Guatemala, ante la violencia que cada día se agudizaba. Una prima recordaba lo que Santiago le había dicho: “Sé lo que nuestro Señor espera de mí al regresar, pero tengo que volver y morir con mis jóvenes”. Al regresar a la Casa Indígena, Santiago siguió con su rutina y trabajo de los sábados. El 13 de Febrero de 1982, mientras arreglaba una pared de la fachada de la Casa Indígena, tres hombres no identificados, pasaron disparando al hermano Santiago, muriendo así un apóstol de los pobres y marginados, un trabajador de la justicia y del cambio social.