LA REELECCIÓN DE URIBE Octubre 2009 Nº 8 LA REELECCIÓN DE URIBE I. Los inicios del debate: ¿los uribistas dicen sí y Uribe no? Desde inicios del año 2008, el Partido Social de Unidad Nacional colombiano (partido de la “U”) promovió la posibilidad de que el presidente Álvaro Uribe pudiera ser reeligido para un tercer mandato. Los artículos de la Constitución colombiana a modificar serían los números 374 y 378. Para alcanzar dicho objetivo, el partido de la “U” se planteó, en un primer momento, dos opciones: a) convocar un referendo constitucional (figura jurídica que permite la reforma de la constitución); o b) reformar la constitución directamente por medio del Congreso. Finalmente, la tesis del referendo popular se impuso y en la actualidad se intentan completar los pasos establecidos en las leyes colombianas para su convocatoria. No obstante lo anterior, el presidente Álvaro Uribe, se ha mostrado vacilante respecto a la posibilidad de ser reelegido. Las respuestas dadas por Uribe ante la presión de partidarios y opositores para que defina si quiere ser candidato presidencial para las elecciones a celebrarse en mayo de 2010, no demuestran claridad. En algunas circunstancias ha manifestado su oposición a la reelección y en otras asegura que desea la reelección de la seguridad democrática, sin dar mayores detalles sobre si él sería el garante de la vigencia de dicha política. Según declaraciones de Uribe citadas por el periódico colombiano El Tiempo: El país llevaba 40 años sufriendo este problema (del terrorismo) y lo hemos enfrentado. Yo estoy defendiendo simplemente que esas políticas, no su ejecutor, se reelijan y no creo que sea malo para el país, ¿o no hay derecho de defender eso? (…) La gran preocupación mía es la reelección de unos fundamentos, no de personas. Yo creo que el país tiene que mantener la política de seguridad democrática (…) (4/06/2008). En otras circunstancias el presidente Uribe ha mostrado su descontento con lo que él ha llamado “constitucionalitis”, hecho que consiste en modificar la Constitución Política colombiana para solventar los problemas políticos, económicos y sociales del país, lo que según él mantiene al país en la “incertidumbre” y la “inestabilidad” (Posada Carbó, 2008). Sin embargo, cuando Darío Arizmendi, periodista de Caracol Radio, enfrenta a Uribe argumentando que la modificación de la Constitución para lograr una segunda reelección es un ejemplo de la “constitucionalitis” a la que se opone, el Presidente colombiano responde que existen reformas buenas y malas, las primeras son por el “bien público” y las segundas para generar “incertidumbre” (Ibídem). Mientras tanto, los partidos políticos aliados al uribismo como Cambio Radical y el Partido Conservador se encuentran divididos respecto a su apoyo a la reelección, ya que aspiran a tener candidatos propios en los comicios presidenciales de 2010. Una eventual reelección de Uribe frustraría cualquier intento de los partidos uribistas por tener una candidatura propia e intentar hacerse con la presidencia colombiana. Por su parte, los opositores Partido Liberal y Polo Democrático Alternativo (PDA) se han mostrado contrarios a la reelección e incluso han sellado una alianza antireeleccionista que pudiese culminar en la escogencia de un candidato unitario en las elecciones presidenciales (el Partido Liberal y el PDA ya poseen candidatos presidenciales: Rafael Pardo y Gustavo Petro, respectivamente). Estos partidos argumentan que una nueva reelección del presidente Uribe vulneraría el sistema de pesos y contrapesos entre los poderes públicos y llevaría a que se instale, según el senador del PDA, Jorge Enrique Robledo, una “dictadura de corte populista” (El Tiempo (a), 11/08/2008). Por su lado, el ex-presidente y jefe del Partido Liberal, Cesar Gaviria, ha manifestado que la reelección traería consigo "una incertidumbre política sin antecedentes" que podría conducir a Colombia "a transitar los caminos del autoritarismo" (La Vanguardia, 20/05/2009). Así las cosas, el panorama político colombiano se encuentra en tensión e incertidumbre con respecto al futuro político del país y la posibilidad de que se aprobase el llamado a referendo dependía de lo que pasase en el nuevo período de sesiones del Congreso que inició el 20 de julio de 2009. Además, el contexto político en Colombia se convulsiona aún más si se toma en cuenta el fenómeno de la Yidispolítica (sobornos a algunos congresistas para que aceptaran votar a favor de la primera reelección); la parapolítica (vinculación de algunos congresistas con los grupos paramilitares); los falsos positivos (asesinato de civiles para hacerlos pasar como miembros de las FARC); el espionaje y seguimiento realizado por el DAS a miembros de la oposición y del poder judicial; la investigación que se abrió a algunos representantes y senadores que apoyan la segunda reelección y que votaron a favor del referendo en la primeras discusiones del Congreso sin esperar que se realizara una auditoría sobre el origen de los fondos que permitieron financiar la recolección de firmas para apoyar la petición, así como las denuncias de corrupción en el programa Agro Ingreso Seguro que busca asignar fondos públicos para el desarrollo de pequeños y medianos agricultores, pero que fueron a parar a manos de grandes empresarios y familias terratenientes. II. Cumpliendo los pasos para alcanzar la reelección La convocatoria a un referendo para promover la segunda reelección de Álvaro Uribe necesitaba de un comité promotor que debía ser registrado con el apoyo de un 0,5% de los ciudadanos inscritos en el padrón electoral colombiano (aproximadamente 140.000 personas). La recolección de firmas para inscribir el comité comenzó en febrero de 2008 y el 12 de marzo del mismo año fueron entregadas 250.000 firmas a la Registraduría Nacional del Estado Civil (institución encargada de la revisión de la validez de las firmas y de la organización de cualquier tipo de elección en el territorio colombiano). Para inicios del mes de abril de 2008 la Registraduría Nacional aceptó como válidas un total de 238.224 firmas, con lo cual se instituye el comité promotor del referendo constitucional a favor de la segunda reelección. Como vocero del comité fue designado Luis Guillermo Giraldo Hurtado, Secretario General del partido de la “U” y como miembros del mismo: Cecilia Paz de Mosquera, Doris Ángel Villegas, Myriam Donato de Montoya, Gustavo Dajer Chadid, Juan David Ángel Botero, Álvaro Velásquez Cock, Hediel Saavedra Salcedo y David Salazar Ochoa. Luego de cumplido el paso de la inscripción del comité, la maquinaria del partido de la “U” centró sus esfuerzos en la recolección de las firmas para el referendo. Según las leyes colombianas, toda iniciativa de referendo constitucional debe ser promovida por un 5% de los ciudadanos inscritos en el padrón electoral vigente, es decir, un millón cuatrocientas mil personas (1.400.000). El proceso de recolección de firmas se realizó con rapidez y el 11 de agosto de 2008 el comité promotor entregó a la Registraduría Nacional colombiana un total de 5.021.873 de firmas para respaldar el llamado a referendo constitucional (El Tiempo (b), 11/08/2008). A partir de ese momento dicha institución tuvo un mes para revisar y validar las firmas entregadas. El 10 de septiembre de 2008, la Registraduría avaló que un total de 3.909.825 firmas eran certificadas como válidas y, en consecuencia, la propuesta para convocar un referendo pasaría al Congreso colombiano para su discusión. Sin embargo, la institución electoral argumentó que en los balances financieros de gastos e ingresos presentados por el comité promotor, se vislumbran algunas infracciones que deben ser evaluadas por el Consejo Nacional Electoral (encargado de fiscalizar y vigilar, no de organizar, todos los procesos electorales que se realizan en Colombia). Empero, el proyecto fue enviado al Congreso para su discusión en las comisiones primeras de cada Cámara (Senado y Representes). A mediados de octubre, el Congreso empezó la discusión del proyecto de referendo pero su aprobación se dificultó ya que la pregunta formulada por el comité promotor del referendo era bastante ambigua y no se conocía si la reelección sería para 2010 o 2014, debido a que el proyecto sólo hacia referencia a que el Presidente se podría reelegir para un tercer mandato, sin especificar si era de manera consecutiva o interrumpida. El proyecto fue presentado de la siguiente manera: “Quien haya ejercido la presidencia durante dos periodos consecutivos, podrá aspirar a un tercero” (Rueda, 2008). Ante dicha situación, el partido Cambio Radical comenzó a promover la reelección para 2014 y así dejar la puerta abierta para que su precandidato Germán Vargas Lleras compitiera en 2010 sin necesidad de romper con el presidente Uribe. Por su parte, el partido de la “U” señaló que el proyecto debería ser modificado para dejar claro que la reelección sería en el año 2010. En el caso del Partido Conservador las posturas se encuentran divididas, unos apoyan la reelección en 2010 y otros en 2014. Las divisiones en el seno de la Cámara de Representantes y del Senado no se hicieron esperar. La propuesta de referendo tuvo que pasar por 4 debates en cada una de las Cámaras antes de ser aprobado en las plenarias del Congreso. Luego de amplios debates, en los cuales las alianzas partidistas cambiaron de un momento a otro, fue aprobado el llamado a referendo. Sin embargo, la propuesta aprobada por el Senado fue distinta a la de la Cámara de Representantes. En el Senado se votó a favor de que la reelección fuese en el año 2010, mientras que en la Cámara de Representantes se aprobó para 2014. Para resolver las diferencias entre los textos aprobados se giró instrucciones para que el proyecto fuese conciliado entre ambas Cámaras. El proceso de conciliación se inició a finales del año 2008 y se extendió hasta el 1 de septiembre de 2009, fecha en la cual fue aprobado por el Congreso colombiano el referendo que permite la reelección para el año 2010. La votación final fue de 85 votos a favor y 5 en contra. El referendo tiene, sin embargo, un último obstáculo: la Corte Constitucional. Esta institución es la encargada de revisar el proyecto, en un plazo no mayor a tres meses, y verificar que su discusión y aprobación estuvo regida por las leyes colombianas. Posteriormente, si la Corte Constitucional aprueba el acto legislativo, se debe realizar la convocatoria del referendo. Si bien no es posible realizar una proyección fiable sobre la decisión de la Corte, es bastante probable que ésta apruebe el referendo luego de amplias y dilatadas negociaciones con los magistrados que la integran. III. La aprobación del referendo en el Congreso La propuesta de llamado a referendo sorteó en el Congreso diversos problemas que retrasaron su aprobación. La principal traba que tuvo fue la correlación de fuerzas en el parlamento, ya que resultó muy cambiante. Las redes clientelares que se tejen en torno a los miembros del Poder Legislativo hacen que la votación de un proyecto de referendo constitucional deba ser pactado con las élites políticas regionales representadas en el Congreso. Esta realidad estructural del sistema político colombiano dificulta la creación de coaliciones políticas estables a nivel nacional debido a que los congresistas atienden a sus intereses particulares. En este sentido, Elisabeth Ungar Bleier y Juan Cardona (2006), afirman que: (…) durante el gobierno de Álvaro Uribe, con los intentos de reforma política y con la elección de algunos altos funcionarios, se hace evidente que la gran heterogeneidad de intereses políticos de los miembros de las coaliciones o alianzas multipartidistas hace muy difícil obtener mayorías estables y predecibles y pone en riesgo el éxito de algunos de los proyectos centrales del Ejecutivo. Estas han demostrado ser pragmáticas, coyunturales y, en muchas ocasiones, más orientadas por intereses electorales que por objetivos programáticos (p.65 y 66). El caso del referendo por la segunda reelección no estuvo ajeno a dicha realidad. El partido de la “U”, como principal promotor de la propuesta reeleccionista, tuvo que realizar negociaciones con los demás partidos uribistas para que se aprobara la solicitud, pero las aspiraciones presidenciales tanto del Partido Conservador como de Cambio Radical dificultaron la negociación del proyecto con las bancadas. En ese caso, la solución fue llevar a cabo negociaciones individuales con los congresistas (representantes y senadores) lo que llevó mucho tiempo y estuvo a punto de hundir el referendo. En la actualidad, el problema central sobre la segunda reelección es la aspiración del propio Uribe: ¿quiere o no quiere competir? De ello dependerá la actitud de los partidos aliados y opositores. Sin embargo, para los partidos aliados es más problemático. Hasta ahora, una gran mayoría de los precandidatos uribistas han dicho que si se aprueba la reelección, ellos retirarían su candidatura. Ejemplo de esto es Juan Manuel Santos, líder del partido de la “U” y ex-ministro de defensa, quien ha supeditado su candidatura a la decisión que tome el presidente Uribe sobre la reelección. En este sentido, el periodista colombiano Mauricio Vargas (2008) señala que: (…) si el colombiano promedio está desconcertado con las adivinanzas presidenciales, ¿qué decir de quienes aspiran a ser sus sucesores, no sólo dentro del uribismo, sino en la Presidencia de la República? ¿Cómo deben moverse Juan Manuel Santos, Germán Vargas Lleras y Andrés Felipe Arias, el impetuoso Uribito? No pueden, simple y llanamente, sentarse a esperar a que Uribe aclare las dudas. Aun si el Presidente lo hace en las semanas por venir y si, por ejemplo, anuncia que aspira, eso no garantiza que pueda ser candidato. Esa aspiración tiene que sortear muchísimos obstáculos: un complicado trámite en el Congreso, una larga y espinosa revisión de la Corte Constitucional, y el referendo mismo, donde el desafío no será que gane el ‘Sí’, sino completar los casi siete millones de votos necesarios para que tenga validez (s/p). Más allá de la incertidumbre que genera el silencio de Uribe, esta actitud tiene su lógica: mantener, en la medida de lo posible, la gobernabilidad en las filas de los partidos uribistas. Indistintamente de la decisión del Presidente, a favor o en contra de la reelección, es probable que los partidos aliados inicien una lucha interna por hacerse con el poder (si Uribe no participa en las elecciones), aunque otros partidos (como Cambio Radical) ya se encuentran haciendo una leve oposición por considerar que dos mandatos presidenciales son suficientes. Uribe está consciente que la incertidumbre ayuda a mantener cierta cohesión en las filas uribistas y coadyuva a la gobernabilidad en los meses que le quedan de segundo mandato. Aunque el proyecto de referendo cumpla con todos los pasos exigidos por la ley para su convocatoria, la prueba final será la votación popular. Para que la postura reeleccionista pueda triunfar tiene que cumplir con algunos requisitos. Uno de los más importantes es que acudan a votar por lo menos un cuarto de los ciudadanos inscritos en el registro electoral, es decir, más de 7 millones de electores. Si esta condición es superada, la opción a favor de la reelección debe tener la mayoría para que el proyecto sea aprobado. En definitiva, la reelección presidencial todavía debe sortear varios obstáculos antes de aprobarse y los plazos para que tenga validez en 2010 se acortan. III. La reelección de Uribe, las relaciones con Venezuela y las bases militares estadounidenses El debate sobre la reelección de Álvaro Uribe debe ser tomado en cuenta por Venezuela a los fines de: a) diseñar estrategias políticas y económicas a mediano y largo plazo tomando en cuenta quien podría ser el ocupante temporal de la Casa de Nariño; b) evaluar escenarios sobre el posible estado de las relaciones colombo-venezolanas en los próximos tres (3) años; c) evaluar las posibilidades de ataques (militares, mediáticos, políticos y económicos) contra Venezuela a partir de las jugadas electorales que se realicen en Colombia en el marco de las elecciones presidenciales de 2010. La pregunta central que los partidos uribistas esgrimen para apoyar la reelección del Presidente es ¿si no es Uribe, quién? las encuestas electorales otorgan al Presidente casi un 70% de aprobación (El Tiempo, 10/07/2009). Este amplio apoyo al presidente se basa sobre todo en tres factores: un relativo éxito de la política de seguridad democrática en cuanto a la lucha contra las FARC, unos medios de comunicación privados complacientes con las políticas uribistas y, no menos importante, lo que el profesor Medófilo Medina (2008) llama “el síndrome o pesadilla del Caguán”, es decir, la visión de que durante el proceso de paz de 1998 a 2002 las FARC tuvieron todas las posibilidades de sellar la paz y no lo hicieron porque consideraron las negociaciones como una forma de ganar tiempo para su política de guerra. En este contexto, parece casi un hecho la reelección de Uribe. Sin lugar a dudas para Venezuela la reelección del presidente colombiano no es el escenario más deseable. Empero, la pregunta que se realizan los uribistas también debe ser evaluada y respondida por Venezuela. Si Álvaro Uribe continúa en la presidencia colombiana es predecible lo que sucederá en las relaciones bilaterales. Se seguirán realizando ataques políticos contra el gobierno venezolano y, a su vez, se intentará tener una política pragmática que busque mantener las relaciones comerciales entre ambos países. Uribe se encuentra atado a los intereses de los empresarios e industriales, los cuales reconocen la importancia del mercado venezolano para la economía colombiana. Por otro lado, se continuará profundizando la cooperación militar con Estados Unidos (EEUU) aunque las presiones internacionales (sobre todo de los países vecinos) puedan limitar el alcance de los acuerdos. Muestra de ello ha sido la oposición, de la mayoría de los países de la región agrupados en UNASUR, al uso por parte de militares estadounidenses de siete (7) bases colombianas. Este hecho busca inaugurar un período de transparencia y cooperación regional en asuntos militares que pueda, en la medida de lo posible, socavar la influencia estadounidense en Suramérica. Ahora bien, si Uribe no decide o no puede competir por la presidencia en 2010 el abanico de opciones se abre, aunque de una manera limitada. Los precandidatos mejor ubicados en las encuestas son el ex-ministro de defensa, Juan Manuel Santos, y el candidato independiente y ex-alcalde de Medellin, Sergio Fajardo. El candidato del PDA, Gustavo Petro, hasta el momento, no se encuentra entre los más candidateados y el del Partido Liberal (Rafael Pardo) tampoco es una opción política. En la actualidad, el escenario más probable es que, si Uribe no se lanza en 2010, Juan Manuel Santos se haga con la Presidencia de Colombia. Dicha situación sería el peor escenario para Venezuela. Santos es un personaje que hace de la guerra su principal virtud. Además, ha sido causante de disputas entre el gobierno venezolano y colombiano. Su política hacia Venezuela será más beligerante y los ataques contra el país pudiesen llegar a ser militares. Por su parte, el mal menor para Venezuela sería que Sergio Fajardo o Gustavo Petro se hicieran con la presidencia de Colombia. Sus campañas políticas, aunque disímiles, se han centrado en la mejora de las condiciones económicas y sociales del pueblo colombiano. Si bien ambos candidatos no ven con malos ojos la política de seguridad democrática de Uribe, es probable que la proyección internacional de la misma disminuya. Las relaciones colombo-venezolanas pudiesen ser más constructivas y enfocadas en temas de integración. En otro orden de ideas, es importante destacar el papel que juega y jugará Venezuela en las próximas elecciones presidenciales en Colombia. El uso por parte de EEUU de siete bases militares colombianas, junto a las denuncias de la supuesta colaboración del gobierno venezolano con las FARC y el narcotráfico, así como las respectivas medidas tomadas por el Ejecutivo nacional ante estos hechos y acusaciones servirán de combustible para la campaña electoral en Colombia. Es probable que la decisión de congelar relaciones políticas y económicas entre Colombia y Venezuela, tomada por el presidente Chávez, haga subir a Álvaro Uribe en las encuestas de popularidad. El manejo mediático que hacen los medios colombianos sobre la problemática binacional intenta hacer ver que Colombia está siendo agredida por el presidente Chávez y no de manera contraria. Dicha situación pudiese presionar al Congreso colombiano para que se concilie el referendo bajo el argumento de que el pueblo colombiano apoya masivamente al presidente Uribe. Sin embargo, no se debe descartar que los gremios de empresarios e industriales colombianos aumenten las presiones y molestias por la política de confrontación emprendida contra Venezuela por parte de la actual administración colombiana. Por otro lado, el discurso venezolano debe ser cauteloso respecto al ex-ministro de defensa Juan Manuel Santos. Es posible que Santos siga realizando comentarios contra Venezuela para provocar una reacción del gobierno nacional. Un intercambio de declaraciones entre Santos y miembros del gobierno venezolano le daría al ex-ministro una proyección mediática nacional e internacional que sería aprovechada políticamente para posicionarse mejor en las encuestas ante la posibilidad de que Uribe no pueda ser reelecto. Ejemplo de este tipo de situaciones se puede constatar en el manejo dado a la petición de extradición emitida por un tribunal ecuatoriano contra Juan Manuel Santos en el mes de julio de 2009. Santos asumió la posición de agredido y logró que algunos partidos opositores tuviesen que cerrar filas en torno a su persona. Este hecho le valió una proyección mediática a su campaña y ya en los últimos meses ha subido unos cinco puntos en las encuestas (El Tiempo, 10/07/2009). En definitiva, la actual coyuntura de conflicto con Colombia tiene una arista políticoelectoral. La actuación venezolana tiene su cuota de influencia en el manejo de los asuntos internos colombianos. Es importante para Venezuela observar que las decisiones y declaraciones emitidas pudiesen estar ayudando o no, a algunos candidatos presidenciales colombianos. La mirada dentro de esta coyuntura debe ser de largo plazo y tomar en cuenta que en mayo de 2010 se realizarán elecciones presidenciales en Colombia. Si bien la decisión sobre quien será el Presidente de los colombianos durante el período 2010-2014 depende absolutamente del pueblo del vecino país, las actuaciones venezolanas pudiesen coadyuvar o entorpecer, para que algunos de los candidatos alcance la Presidencia de Colombia. La actual coyuntura hace que Venezuela pueda seguir llevando sus preocupaciones a UNASUR. El Consejo de Defensa Suramericano (CDS), reunido en Quito, Ecuador, en septiembre de 2009, ya emitió una declaración sobre la necesidad de la confianza y la transparencia en el manejo de los asuntos militares en la región, haciendo referencia al caso de las bases militares estadounidenses en Colombia. Empero, dicha declaración no es suficiente y los países suramericanos (sobre todo fronterizos con Colombia) deben seguir exigiendo garantías a Colombia sobre la no injerencia en los asuntos internos por parte del personal militar estadounidense que se encontrará en territorio colombiano luego de que los acuerdos sobre las bases entren en vigor. Por último, es necesario que en el mediano plazo los países agrupados en el CDS implementen una política antidrogas y una política de cooperación en seguridad y defensa regional que se convierta en una contrapropuesta a las iniciativas políticas y militares estadounidenses para la región. Ante el discurso de países como Colombia que esgrimen la necesidad de la ayuda económica y militar de EEUU para luchar contra el tráfico ilícito de drogas y la subversión, los países suramericanos están en el deber de plantear una política común antidrogas y de seguridad que permita ir socavando la influencia estadounidense en la región. Bibliografía consultada: - El Tiempo (04/06/2008). Uribe evade preguntas sobre reelección, pero indica que se ha de seguir con su política de seguridad. Disponible en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-4234018 (recuperado el 18/06/2009). - El Tiempo (a) (11/08/2008). Referendo para segunda reelección de Álvaro Uribe entró en la fase crucial. Disponible en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-4440981 (recuperado el 30/07/2009). - El Tiempo (b) (11/08/2008). Un total de 5.021.873 de firmas se entregaron para apoyar segunda reelección del presidente Uribe. Disponible en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-4439960 (recuperado el 29/07/2009). - El Tiempo (10/07/2009). Juan Manuel Santos ganaría primera vuelta presidencial si Uribe no va, dice encuesta de Gallup. Disponible en: http://www.eltiempo.com/elecciones2010/juan-manuel-santos-ganaria-primera-vuelta-presidencial-si-uribe-nova-dice-encuesta-de-gallup_5613272-1 (recuperado el 03/08/2009). - La Vanguardia (20/05/2009). César Gaviria: "Álvaro Uribe quiere acabar con la democracia". Disponible en: http://www.lavanguardia.es/internacional/noticias/20090520/53707232002/cesar-gaviria-alvaro-uribe-quiere-acabar-con-lademocracia-constitucion-senado-colombia-polo-partido.html (recuperado el 04/08/2009). - MEDINA, M., MONSALVE J., (2008): La guerra en Colombia vista desde los procesos de paz. Fronteras Abiertas para la integración, 1 (1), 62-87. - POSADA, Eduardo (22/05/2008). ¿Y la reelección?. 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Enrique Acuña – Director Héctor Constant Rosales – Sub-director División de Investigación, Documentación y Análisis Estratégico Línea África María Hernández-Barbarito (coord.) Víctor Liendo - Asistente de investigación Línea América del Sur Nadeska Silva Querales (coord.) Gerardo Delgado – Asistente de Investigación Línea Asia, Medio Oriente y Oceanía Omaira Zabib (coord.) Línea Europa Robert Poveda Osmel Pérez Línea Gran Caribe Stiven Tremaria - Asistente de Investigación Grupo de Estudios sobre Estados Unidos Jesús Chitty - Asistente de Investigación Eduardo Grasso - Asistente de Investigación Observatorio Colombia José G. Monsalve (coord.) (autor del presente boletín) Asuntos Globales y Análisis Estratégico Antulio Rosales (coord.)- Economía Política Internacional Jhoanna Urdaneta - Energía Juan Pablo Quintero - Derechos Humanos Alejandro Rodríguez – Derechos Humanos Observatorio Socialista de Venezuela Heiber Barreto Sánchez (coord.) Zarhavictoria Padrón - Asistente de investigación Correo electrónico: [email protected]