la reelección de uribe - Instituto de Altos Estudios Diplomaticos

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LA REELECCIÓN DE URIBE
Octubre 2009
Nº 8
LA REELECCIÓN DE URIBE
I. Los inicios del debate: ¿los uribistas dicen sí y Uribe no?
Desde inicios del año 2008, el Partido Social de Unidad Nacional colombiano (partido de
la “U”) promovió la posibilidad de que el presidente Álvaro Uribe pudiera ser reeligido para
un tercer mandato. Los artículos de la Constitución colombiana a modificar serían los
números 374 y 378. Para alcanzar dicho objetivo, el partido de la “U” se planteó, en un
primer momento, dos opciones: a) convocar un referendo constitucional (figura jurídica
que permite la reforma de la constitución); o b) reformar la constitución directamente por
medio del Congreso. Finalmente, la tesis del referendo popular se impuso y en la
actualidad se intentan completar los pasos establecidos en las leyes colombianas para su
convocatoria.
No obstante lo anterior, el presidente Álvaro Uribe, se ha mostrado vacilante respecto a la
posibilidad de ser reelegido. Las respuestas dadas por Uribe ante la presión de partidarios
y opositores para que defina si quiere ser candidato presidencial para las elecciones a
celebrarse en mayo de 2010, no demuestran claridad. En algunas circunstancias ha
manifestado su oposición a la reelección y en otras asegura que desea la reelección de la
seguridad democrática, sin dar mayores detalles sobre si él sería el garante de la vigencia
de dicha política. Según declaraciones de Uribe citadas por el periódico colombiano El
Tiempo:
El país llevaba 40 años sufriendo este problema (del
terrorismo) y lo hemos enfrentado. Yo estoy
defendiendo simplemente que esas políticas, no su
ejecutor, se reelijan y no creo que sea malo para el país,
¿o no hay derecho de defender eso? (…) La gran
preocupación mía es la reelección de unos
fundamentos, no de personas. Yo creo que el país tiene
que mantener la política de seguridad democrática (…)
(4/06/2008).
En otras circunstancias el presidente Uribe ha mostrado su descontento con lo que él ha
llamado “constitucionalitis”, hecho que consiste en modificar la Constitución Política
colombiana para solventar los problemas políticos, económicos y sociales del país, lo que
según él mantiene al país en la “incertidumbre” y la “inestabilidad” (Posada Carbó, 2008).
Sin embargo, cuando Darío Arizmendi, periodista de Caracol Radio, enfrenta a Uribe
argumentando que la modificación de la Constitución para lograr una segunda reelección
es un ejemplo de la “constitucionalitis” a la que se opone, el Presidente colombiano
responde que existen reformas buenas y malas, las primeras son por el “bien público” y
las segundas para generar “incertidumbre” (Ibídem).
Mientras tanto, los partidos políticos aliados al uribismo como Cambio Radical y el Partido
Conservador se encuentran divididos respecto a su apoyo a la reelección, ya que aspiran
a tener candidatos propios en los comicios presidenciales de 2010. Una eventual
reelección de Uribe frustraría cualquier intento de los partidos uribistas por tener una
candidatura propia e intentar hacerse con la presidencia colombiana. Por su parte, los
opositores Partido Liberal y Polo Democrático Alternativo (PDA) se han mostrado
contrarios a la reelección e incluso han sellado una alianza antireeleccionista que pudiese
culminar en la escogencia de un candidato unitario en las elecciones presidenciales (el
Partido Liberal y el PDA ya poseen candidatos presidenciales: Rafael Pardo y Gustavo
Petro, respectivamente). Estos partidos argumentan que una nueva reelección del
presidente Uribe vulneraría el sistema de pesos y contrapesos entre los poderes públicos
y llevaría a que se instale, según el senador del PDA, Jorge Enrique Robledo, una
“dictadura de corte populista” (El Tiempo (a), 11/08/2008). Por su lado, el ex-presidente y
jefe del Partido Liberal, Cesar Gaviria, ha manifestado que la reelección traería consigo
"una incertidumbre política sin antecedentes" que podría conducir a Colombia "a transitar
los caminos del autoritarismo" (La Vanguardia, 20/05/2009). Así las cosas, el panorama
político colombiano se encuentra en tensión e incertidumbre con respecto al futuro político
del país y la posibilidad de que se aprobase el llamado a referendo dependía de lo que
pasase en el nuevo período de sesiones del Congreso que inició el 20 de julio de 2009.
Además, el contexto político en Colombia se convulsiona aún más si se toma en cuenta el
fenómeno de la Yidispolítica (sobornos a algunos congresistas para que aceptaran votar a
favor de la primera reelección); la parapolítica (vinculación de algunos congresistas con
los grupos paramilitares); los falsos positivos (asesinato de civiles para hacerlos pasar
como miembros de las FARC); el espionaje y seguimiento realizado por el DAS a
miembros de la oposición y del poder judicial; la investigación que se abrió a algunos
representantes y senadores que apoyan la segunda reelección y que votaron a favor del
referendo en la primeras discusiones del Congreso sin esperar que se realizara una
auditoría sobre el origen de los fondos que permitieron financiar la recolección de firmas
para apoyar la petición, así como las denuncias de corrupción en el programa Agro
Ingreso Seguro que busca asignar fondos públicos para el desarrollo de pequeños y
medianos agricultores, pero que fueron a parar a manos de grandes empresarios y
familias terratenientes.
II. Cumpliendo los pasos para alcanzar la reelección
La convocatoria a un referendo para promover la segunda reelección de Álvaro Uribe
necesitaba de un comité promotor que debía ser registrado con el apoyo de un 0,5% de
los ciudadanos inscritos en el padrón electoral colombiano (aproximadamente 140.000
personas). La recolección de firmas para inscribir el comité comenzó en febrero de 2008 y
el 12 de marzo del mismo año fueron entregadas 250.000 firmas a la Registraduría
Nacional del Estado Civil (institución encargada de la revisión de la validez de las firmas y
de la organización de cualquier tipo de elección en el territorio colombiano). Para inicios
del mes de abril de 2008 la Registraduría Nacional aceptó como válidas un total de
238.224 firmas, con lo cual se instituye el comité promotor del referendo constitucional a
favor de la segunda reelección.
Como vocero del comité fue designado Luis Guillermo Giraldo Hurtado, Secretario
General del partido de la “U” y como miembros del mismo: Cecilia Paz de Mosquera,
Doris Ángel Villegas, Myriam Donato de Montoya, Gustavo Dajer Chadid, Juan David
Ángel Botero, Álvaro Velásquez Cock, Hediel Saavedra Salcedo y David Salazar Ochoa.
Luego de cumplido el paso de la inscripción del comité, la maquinaria del partido de la “U”
centró sus esfuerzos en la recolección de las firmas para el referendo. Según las leyes
colombianas, toda iniciativa de referendo constitucional debe ser promovida por un 5% de
los ciudadanos inscritos en el padrón electoral vigente, es decir, un millón cuatrocientas
mil personas (1.400.000). El proceso de recolección de firmas se realizó con rapidez y el
11 de agosto de 2008 el comité promotor entregó a la Registraduría Nacional colombiana
un total de 5.021.873 de firmas para respaldar el llamado a referendo constitucional (El
Tiempo (b), 11/08/2008). A partir de ese momento dicha institución tuvo un mes para
revisar y validar las firmas entregadas.
El 10 de septiembre de 2008, la Registraduría avaló que un total de 3.909.825 firmas eran
certificadas como válidas y, en consecuencia, la propuesta para convocar un referendo
pasaría al Congreso colombiano para su discusión. Sin embargo, la institución electoral
argumentó que en los balances financieros de gastos e ingresos presentados por el
comité promotor, se vislumbran algunas infracciones que deben ser evaluadas por el
Consejo Nacional Electoral (encargado de fiscalizar y vigilar, no de organizar, todos los
procesos electorales que se realizan en Colombia). Empero, el proyecto fue enviado al
Congreso para su discusión en las comisiones primeras de cada Cámara (Senado y
Representes).
A mediados de octubre, el Congreso empezó la discusión del proyecto de referendo pero
su aprobación se dificultó ya que la pregunta formulada por el comité promotor del
referendo era bastante ambigua y no se conocía si la reelección sería para 2010 o 2014,
debido a que el proyecto sólo hacia referencia a que el Presidente se podría reelegir para
un tercer mandato, sin especificar si era de manera consecutiva o interrumpida. El
proyecto fue presentado de la siguiente manera: “Quien haya ejercido la presidencia
durante dos periodos consecutivos, podrá aspirar a un tercero” (Rueda, 2008). Ante dicha
situación, el partido Cambio Radical comenzó a promover la reelección para 2014 y así
dejar la puerta abierta para que su precandidato Germán Vargas Lleras compitiera en
2010 sin necesidad de romper con el presidente Uribe. Por su parte, el partido de la “U”
señaló que el proyecto debería ser modificado para dejar claro que la reelección sería en
el año 2010. En el caso del Partido Conservador las posturas se encuentran divididas,
unos apoyan la reelección en 2010 y otros en 2014.
Las divisiones en el seno de la Cámara de Representantes y del Senado no se hicieron
esperar. La propuesta de referendo tuvo que pasar por 4 debates en cada una de las
Cámaras antes de ser aprobado en las plenarias del Congreso. Luego de amplios
debates, en los cuales las alianzas partidistas cambiaron de un momento a otro, fue
aprobado el llamado a referendo. Sin embargo, la propuesta aprobada por el Senado fue
distinta a la de la Cámara de Representantes. En el Senado se votó a favor de que la
reelección fuese en el año 2010, mientras que en la Cámara de Representantes se
aprobó para 2014. Para resolver las diferencias entre los textos aprobados se giró
instrucciones para que el proyecto fuese conciliado entre ambas Cámaras. El proceso de
conciliación se inició a finales del año 2008 y se extendió hasta el 1 de septiembre de
2009, fecha en la cual fue aprobado por el Congreso colombiano el referendo que permite
la reelección para el año 2010. La votación final fue de 85 votos a favor y 5 en contra.
El referendo tiene, sin embargo, un último obstáculo: la Corte Constitucional. Esta
institución es la encargada de revisar el proyecto, en un plazo no mayor a tres meses, y
verificar que su discusión y aprobación estuvo regida por las leyes colombianas.
Posteriormente, si la Corte Constitucional aprueba el acto legislativo, se debe realizar la
convocatoria del referendo. Si bien no es posible realizar una proyección fiable sobre la
decisión de la Corte, es bastante probable que ésta apruebe el referendo luego de
amplias y dilatadas negociaciones con los magistrados que la integran.
III. La aprobación del referendo en el Congreso
La propuesta de llamado a referendo sorteó en el Congreso diversos problemas que
retrasaron su aprobación. La principal traba que tuvo fue la correlación de fuerzas en el
parlamento, ya que resultó muy cambiante. Las redes clientelares que se tejen en torno a
los miembros del Poder Legislativo hacen que la votación de un proyecto de referendo
constitucional deba ser pactado con las élites políticas regionales representadas en el
Congreso. Esta realidad estructural del sistema político colombiano dificulta la creación de
coaliciones políticas estables a nivel nacional debido a que los congresistas atienden a
sus intereses particulares. En este sentido, Elisabeth Ungar Bleier y Juan Cardona (2006),
afirman que:
(…) durante el gobierno de Álvaro Uribe, con los
intentos de reforma política y con la elección de algunos
altos funcionarios, se hace evidente que la gran
heterogeneidad de intereses políticos de los miembros
de las coaliciones o alianzas multipartidistas hace muy
difícil obtener mayorías estables y predecibles y pone en
riesgo el éxito de algunos de los proyectos centrales del
Ejecutivo. Estas han demostrado ser pragmáticas,
coyunturales y, en muchas ocasiones, más orientadas
por
intereses
electorales
que
por
objetivos
programáticos (p.65 y 66).
El caso del referendo por la segunda reelección no estuvo ajeno a dicha realidad. El
partido de la “U”, como principal promotor de la propuesta reeleccionista, tuvo que realizar
negociaciones con los demás partidos uribistas para que se aprobara la solicitud, pero las
aspiraciones presidenciales tanto del Partido Conservador como de Cambio Radical
dificultaron la negociación del proyecto con las bancadas. En ese caso, la solución fue
llevar a cabo negociaciones individuales con los congresistas (representantes y
senadores) lo que llevó mucho tiempo y estuvo a punto de hundir el referendo.
En la actualidad, el problema central sobre la segunda reelección es la aspiración del
propio Uribe: ¿quiere o no quiere competir? De ello dependerá la actitud de los partidos
aliados y opositores. Sin embargo, para los partidos aliados es más problemático. Hasta
ahora, una gran mayoría de los precandidatos uribistas han dicho que si se aprueba la
reelección, ellos retirarían su candidatura. Ejemplo de esto es Juan Manuel Santos, líder
del partido de la “U” y ex-ministro de defensa, quien ha supeditado su candidatura a la
decisión que tome el presidente Uribe sobre la reelección. En este sentido, el periodista
colombiano Mauricio Vargas (2008) señala que:
(…) si el colombiano promedio está desconcertado con
las adivinanzas presidenciales, ¿qué decir de quienes
aspiran a ser sus sucesores, no sólo dentro del
uribismo, sino en la Presidencia de la República?
¿Cómo deben moverse Juan Manuel Santos, Germán
Vargas Lleras y Andrés Felipe Arias, el impetuoso
Uribito? No pueden, simple y llanamente, sentarse a
esperar a que Uribe aclare las dudas. Aun si el
Presidente lo hace en las semanas por venir y si, por
ejemplo, anuncia que aspira, eso no garantiza que
pueda ser candidato. Esa aspiración tiene que sortear
muchísimos obstáculos: un complicado trámite en el
Congreso, una larga y espinosa revisión de la Corte
Constitucional, y el referendo mismo, donde el desafío
no será que gane el ‘Sí’, sino completar los casi siete
millones de votos necesarios para que tenga validez
(s/p).
Más allá de la incertidumbre que genera el silencio de Uribe, esta actitud tiene su lógica:
mantener, en la medida de lo posible, la gobernabilidad en las filas de los partidos
uribistas. Indistintamente de la decisión del Presidente, a favor o en contra de la
reelección, es probable que los partidos aliados inicien una lucha interna por hacerse con
el poder (si Uribe no participa en las elecciones), aunque otros partidos (como Cambio
Radical) ya se encuentran haciendo una leve oposición por considerar que dos mandatos
presidenciales son suficientes. Uribe está consciente que la incertidumbre ayuda a
mantener cierta cohesión en las filas uribistas y coadyuva a la gobernabilidad en los
meses que le quedan de segundo mandato.
Aunque el proyecto de referendo cumpla con todos los pasos exigidos por la ley para su
convocatoria, la prueba final será la votación popular. Para que la postura reeleccionista
pueda triunfar tiene que cumplir con algunos requisitos. Uno de los más importantes es
que acudan a votar por lo menos un cuarto de los ciudadanos inscritos en el registro
electoral, es decir, más de 7 millones de electores. Si esta condición es superada, la
opción a favor de la reelección debe tener la mayoría para que el proyecto sea aprobado.
En definitiva, la reelección presidencial todavía debe sortear varios obstáculos antes de
aprobarse y los plazos para que tenga validez en 2010 se acortan.
III. La reelección de Uribe, las relaciones con Venezuela y las bases militares
estadounidenses
El debate sobre la reelección de Álvaro Uribe debe ser tomado en cuenta por Venezuela a
los fines de: a) diseñar estrategias políticas y económicas a mediano y largo plazo
tomando en cuenta quien podría ser el ocupante temporal de la Casa de Nariño; b)
evaluar escenarios sobre el posible estado de las relaciones colombo-venezolanas en los
próximos tres (3) años; c) evaluar las posibilidades de ataques (militares, mediáticos,
políticos y económicos) contra Venezuela a partir de las jugadas electorales que se
realicen en Colombia en el marco de las elecciones presidenciales de 2010.
La pregunta central que los partidos uribistas esgrimen para apoyar la reelección del
Presidente es ¿si no es Uribe, quién? las encuestas electorales otorgan al Presidente casi
un 70% de aprobación (El Tiempo, 10/07/2009). Este amplio apoyo al presidente se basa
sobre todo en tres factores: un relativo éxito de la política de seguridad democrática en
cuanto a la lucha contra las FARC, unos medios de comunicación privados complacientes
con las políticas uribistas y, no menos importante, lo que el profesor Medófilo Medina
(2008) llama “el síndrome o pesadilla del Caguán”, es decir, la visión de que durante el
proceso de paz de 1998 a 2002 las FARC tuvieron todas las posibilidades de sellar la paz
y no lo hicieron porque consideraron las negociaciones como una forma de ganar tiempo
para su política de guerra. En este contexto, parece casi un hecho la reelección de Uribe.
Sin lugar a dudas para Venezuela la reelección del presidente colombiano no es el
escenario más deseable. Empero, la pregunta que se realizan los uribistas también debe
ser evaluada y respondida por Venezuela.
Si Álvaro Uribe continúa en la presidencia colombiana es predecible lo que sucederá en
las relaciones bilaterales. Se seguirán realizando ataques políticos contra el gobierno
venezolano y, a su vez, se intentará tener una política pragmática que busque mantener
las relaciones comerciales entre ambos países. Uribe se encuentra atado a los intereses
de los empresarios e industriales, los cuales reconocen la importancia del mercado
venezolano para la economía colombiana. Por otro lado, se continuará profundizando la
cooperación militar con Estados Unidos (EEUU) aunque las presiones internacionales
(sobre todo de los países vecinos) puedan limitar el alcance de los acuerdos. Muestra de
ello ha sido la oposición, de la mayoría de los países de la región agrupados en UNASUR,
al uso por parte de militares estadounidenses de siete (7) bases colombianas. Este hecho
busca inaugurar un período de transparencia y cooperación regional en asuntos militares
que pueda, en la medida de lo posible, socavar la influencia estadounidense en
Suramérica.
Ahora bien, si Uribe no decide o no puede competir por la presidencia en 2010 el abanico
de opciones se abre, aunque de una manera limitada. Los precandidatos mejor ubicados
en las encuestas son el ex-ministro de defensa, Juan Manuel Santos, y el candidato
independiente y ex-alcalde de Medellin, Sergio Fajardo. El candidato del PDA, Gustavo
Petro, hasta el momento, no se encuentra entre los más candidateados y el del Partido
Liberal (Rafael Pardo) tampoco es una opción política. En la actualidad, el escenario más
probable es que, si Uribe no se lanza en 2010, Juan Manuel Santos se haga con la
Presidencia de Colombia. Dicha situación sería el peor escenario para Venezuela. Santos
es un personaje que hace de la guerra su principal virtud. Además, ha sido causante de
disputas entre el gobierno venezolano y colombiano. Su política hacia Venezuela será
más beligerante y los ataques contra el país pudiesen llegar a ser militares.
Por su parte, el mal menor para Venezuela sería que Sergio Fajardo o Gustavo Petro se
hicieran con la presidencia de Colombia. Sus campañas políticas, aunque disímiles, se
han centrado en la mejora de las condiciones económicas y sociales del pueblo
colombiano. Si bien ambos candidatos no ven con malos ojos la política de seguridad
democrática de Uribe, es probable que la proyección internacional de la misma disminuya.
Las relaciones colombo-venezolanas pudiesen ser más constructivas y enfocadas en
temas de integración.
En otro orden de ideas, es importante destacar el papel que juega y jugará Venezuela en
las próximas elecciones presidenciales en Colombia. El uso por parte de EEUU de siete
bases militares colombianas, junto a las denuncias de la supuesta colaboración del
gobierno venezolano con las FARC y el narcotráfico, así como las respectivas medidas
tomadas por el Ejecutivo nacional ante estos hechos y acusaciones servirán de
combustible para la campaña electoral en Colombia. Es probable que la decisión de
congelar relaciones políticas y económicas entre Colombia y Venezuela, tomada por el
presidente Chávez, haga subir a Álvaro Uribe en las encuestas de popularidad. El manejo
mediático que hacen los medios colombianos sobre la problemática binacional intenta
hacer ver que Colombia está siendo agredida por el presidente Chávez y no de manera
contraria. Dicha situación pudiese presionar al Congreso colombiano para que se concilie
el referendo bajo el argumento de que el pueblo colombiano apoya masivamente al
presidente Uribe. Sin embargo, no se debe descartar que los gremios de empresarios e
industriales colombianos aumenten las presiones y molestias por la política de
confrontación emprendida contra Venezuela por parte de la actual administración
colombiana.
Por otro lado, el discurso venezolano debe ser cauteloso respecto al ex-ministro de
defensa Juan Manuel Santos. Es posible que Santos siga realizando comentarios contra
Venezuela para provocar una reacción del gobierno nacional. Un intercambio de
declaraciones entre Santos y miembros del gobierno venezolano le daría al ex-ministro
una proyección mediática nacional e internacional que sería aprovechada políticamente
para posicionarse mejor en las encuestas ante la posibilidad de que Uribe no pueda ser
reelecto. Ejemplo de este tipo de situaciones se puede constatar en el manejo dado a la
petición de extradición emitida por un tribunal ecuatoriano contra Juan Manuel Santos en
el mes de julio de 2009. Santos asumió la posición de agredido y logró que algunos
partidos opositores tuviesen que cerrar filas en torno a su persona. Este hecho le valió
una proyección mediática a su campaña y ya en los últimos meses ha subido unos cinco
puntos en las encuestas (El Tiempo, 10/07/2009).
En definitiva, la actual coyuntura de conflicto con Colombia tiene una arista políticoelectoral. La actuación venezolana tiene su cuota de influencia en el manejo de los
asuntos internos colombianos. Es importante para Venezuela observar que las decisiones
y declaraciones emitidas pudiesen estar ayudando o no, a algunos candidatos
presidenciales colombianos. La mirada dentro de esta coyuntura debe ser de largo plazo y
tomar en cuenta que en mayo de 2010 se realizarán elecciones presidenciales en
Colombia. Si bien la decisión sobre quien será el Presidente de los colombianos durante
el período 2010-2014 depende absolutamente del pueblo del vecino país, las actuaciones
venezolanas pudiesen coadyuvar o entorpecer, para que algunos de los candidatos
alcance la Presidencia de Colombia.
La actual coyuntura hace que Venezuela pueda seguir llevando sus preocupaciones a
UNASUR. El Consejo de Defensa Suramericano (CDS), reunido en Quito, Ecuador, en
septiembre de 2009, ya emitió una declaración sobre la necesidad de la confianza y la
transparencia en el manejo de los asuntos militares en la región, haciendo referencia al
caso de las bases militares estadounidenses en Colombia. Empero, dicha declaración no
es suficiente y los países suramericanos (sobre todo fronterizos con Colombia) deben
seguir exigiendo garantías a Colombia sobre la no injerencia en los asuntos internos por
parte del personal militar estadounidense que se encontrará en territorio colombiano
luego de que los acuerdos sobre las bases entren en vigor. Por último, es necesario que
en el mediano plazo los países agrupados en el CDS implementen una política antidrogas
y una política de cooperación en seguridad y defensa regional que se convierta en una
contrapropuesta a las iniciativas políticas y militares estadounidenses para la región. Ante
el discurso de países como Colombia que esgrimen la necesidad de la ayuda económica
y militar de EEUU para luchar contra el tráfico ilícito de drogas y la subversión, los países
suramericanos están en el deber de plantear una política común antidrogas y de
seguridad que permita ir socavando la influencia estadounidense en la región.
Bibliografía consultada:
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seguridad. Disponible en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-4234018 (recuperado el 18/06/2009).
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http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-4440981 (recuperado el 30/07/2009).
- El Tiempo (b) (11/08/2008). Un total de 5.021.873 de firmas se entregaron para apoyar segunda reelección del presidente
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- El Tiempo (10/07/2009). Juan Manuel Santos ganaría primera vuelta presidencial si Uribe no va, dice encuesta de Gallup.
Disponible en: http://www.eltiempo.com/elecciones2010/juan-manuel-santos-ganaria-primera-vuelta-presidencial-si-uribe-nova-dice-encuesta-de-gallup_5613272-1 (recuperado el 03/08/2009).
- La Vanguardia (20/05/2009). César Gaviria: "Álvaro Uribe quiere acabar con la democracia". Disponible en:
http://www.lavanguardia.es/internacional/noticias/20090520/53707232002/cesar-gaviria-alvaro-uribe-quiere-acabar-con-lademocracia-constitucion-senado-colombia-polo-partido.html (recuperado el 04/08/2009).
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