Bloque 1 Resultados y avances para la Región Andino Patagónica

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Resultados y avances para la
Región Andino Patagónica
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Resultados y avances para la Región Andino Patagónica1
Entre 1997 y 1998 comenzaron cerca de veinte proyectos de investigación en diversas
áreas temáticas para ésta región, una larga franja precordillerana que se extiende desde el norte de la provincia de Neuquén, atraviesa las provincias de Rio Negro y Chubut y llega hasta Santa Cruz. Otros más se
iniciaron durante 1999 (véase más adelante una lista con estos últimos, conocidos como PIA 1998, cuya
conclusión se prevé hacia fines 2002.
Viveros y plantines
13/97 - Estado micorrítico y micorrización controlada de plantines
de “pino ponderosa” y “pino oregon” en viveros forestales
de la región andino patagónica.
Equipo de investigación: Responsables técnicos - Dr. Mario Rajchenberg
y Lic. Carolina Barroetaveña; Colaboradores - Técn. Ftal. Luciano Taladriz,
Ing. Agr. Lidia Lugano e Ing. Ftal. Gustavo Basil.
Como es sabido muchas especies de árboles establecen asociaciones simbióticas entre raíces y ciertas especies de hongos (asociaciones llamadas “micorrizas”); tales asociaciones, en especial a nivel
de vivero, son fundamentales para el crecimiento normal de la planta. En el PIA 13/97 se hizo una determinación de los hongos en asociación micorrítica con las raíces, en plantines 1+1 y 1+2 y en plantaciones de pinos
oregón y ponderosa de las provincias de Rio Negro y Chubut, para lo cual se recolectaron fructificaciones, se
cultivaron (conservándose algunas en el herbario del CIEFAP), preparándose suspensiones de esporas -que
son los elementos de reproducción de tales hongos- a efectos de utilizarlos en inoculaciones experimentales.
En la primera etapa de este estudio se observó que los morfotipos no eran muchos (9 en pino oregón y 15
en pino ponderosa), pero sí existía mayor variación en el nivel de micorrización de las raíces de las plantitas de
pino. En paralelo se midieron en los plantines, parámetros denominados morfométricos, es decir altura del
vástago, fibrosidad de las raíces, diámetro del plantín en el cuello y pesos secos de vástago y raíz.
Se comprobó que los porcentajes de micorrización de los viveros eran bajos, atribuibles tal
vez a la poca atención que se le presta a este factor (no se incorporan hongos al suelo de cultivo y cria,
mediante agregado de mantillo por ejemplo, o no se toma muy en cuenta la textura del suelo del vivero,
que en el caso de ser arcilloso no contribuye a una buena micorrización).
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Resultados finales de los proyectos 1996, avances de los proyectos 1997 y listado de los proyectos 1998
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Otro dato preliminar interesante mostró, en el caso de plantaciones, el hallazgo de pocas
fructificaciones recolectables, tanto a nivel de la hojarasca como debajo de ella, econtrándose al menos
seis especies de hongos diferentes, a partir de las que se describió el número de morfotipos señalado antes. Se iniciaron siembras comparando diversos tratamientos: sin inoculación de ningún tipo de hongos,
inoculación con esporas recogidas en la zona, de dos especies (solas y mezcladas) y con inóculo comercial, en dos viveros de la región (Trevelin y Golondrinas).
En Golondrinas no se encontraron diferencias significativas en el porcentaje de micorrización, pero sí en las características morfométricas medidas entre tratamientos (por ejemplo en largo y peso seco del vástago a favor de los tratamientos con esporas locales e inóculo comercial, pero no en otras
variables como diámetro del cuello, peso seco y fibrosidad de las raíces). En Trevelin, en cambio, hubo diferencias en porcentaje de micorrización (el suelo del vivero es franco y no arcilloso como en Golondrinas),
diámetro al cuello del plantín y fibrosidad, aunque no muy marcadas, pero no se comprobaron diferencias
en las otras variables. Este estudio proseguirá la investigación evaluando el comportamiento de los plantines a campo, además de continuar el análisis de plantines y asociaciones micorríticas y llevar a cabo más
ensayos de inoculación, en un tema de gran trascedencia pues signa, en una etapa bien temprana de la
actividad forestal, su éxito o fracaso.
04/96 - Evaluación de calidad de plantines de “pino ponderosa”
en viveros andinopatagónicos.
Equipo de investigación: Ing. Ftal. Mg.Sc. José Bava (responsable técnico),
Lic. Liliana Contardi, Prof. Peter Burschel, Ing. Ftal Mariela Pasquini,
Ing. Agr. Lidia Lugano, Técnica Forestal Teresa Schinelli Casares
y Técnico Forestal César Cuevas.
Otra investigación referida a la calidad de los plantines, ésta ya concluida, fue desarrollada en el PIA 04/96. La preocupación de los autores nace del hecho de que a pesar del elevado volumen de plantines que se produce en la región (8, 6 millones en 1997 y unos 10, 5 millones en 1998),
no existe una tipificación que permita diferenciar sus calidades y clasificarlos para los distintos tipos
de sitio o áreas donde se van a plantar. De ahí que, generalmente el productor que decide forestar
no cuenta con información sobre los tipos de plantines que debe comprar.
No debe olvidarse que las provincias de Chubut, Río Negro y Neuquén tienen un gran
potencial en cuanto a la disponibilidad de superficies forestables, estimado en más de 2.000.000 de
hectáreas de buena aptitud, en donde es posible esperar rendimientos superiores a los 12 m3/ha/año. De ahi que el objetivo de este estudio fue caracterizar los tipos de plantines de pino ponderosa
ofrecidos por los viveros comerciales patagónicos y determinar su calidad en función de las características morfológicas.
Se realizó un muestreo en otoño de 1997 y 1998 de los diferentes tipos de plantines (1+1,
2+0, 2+1, 1+2) ofrecidos por los viveros comerciales y la muestra fue analizada midiendo altura de la
parte aérea de la planta (A en cm), largo de la raíz, diámetro del cuello (D en mm), peso seco de la
raíz (PSR) y del tallo (PSA). En base a esta información se calcularon algunas relaciones de uso frecuente, como PSA/ PSR, el cociente entre la altura de la parte aérea y el diámetro de cuello (A/D) y
el llamado “índice de Dickson”, que combina ambos. Para relacionar los parámetros de calidad estimados con el comportamiento de los plantines en el campo, se realizaron dos ensayos de plantación
en el invierno de 1998.
Los parámetros más tenidos en cuenta para evaluar plantines en las regiones con programas de forestación de envergadura son rangos de altura, valores mínimos de diámetro de cuello,
rangos de valores de la relación A/D, así como del cociente PSA/ PSR. Se visitaron 11 viveros distribuidos en Neuquén, Río Negro y Chubut y como la producción a raíz desnuda se realiza en dos o tres
períodos vegetativos, se encontraron plantines 1+1, 2+0, 1+2, 2+1 y 2+2.
Para las muestras de 1998 se comprobaron en los plantines 1+1 alturas medias de 12
cm, diametro al cuello de 5,1 mm (relación A/D, 24), y relación peso seco de la parte aérea respecto
a la parte radicular de 1,9. Para plantines 2+0 los valores A/D fueron de 26 (pero altura y diametro in-
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feriores al caso 1+1) y PSA/ PSR de 2,2. Para plantines 2+1 A/D 27 (por mayor altura) y PSA/ PSR similares a 1+1 y en el caso de los plantines 1+2, las mayores alturas y diametros (17,4 cm y 7,1 mm) y
la mayor relación PSA/ PSR (2,7).
Resultados similares se elaboraron vivero por vivero, para cada temporada y comparando la producción de dos años seguidos de un mismo vivero, se reconocieron variaciones importantes en las características de los lotes; por ejemplo el diámetro de cuello de las plantas 1+1 cambió
de 1997 a 1998, en algunos viveros subió y en otros bajó (Figura1).
La variable diámetro de cuello se identificó como la más aceptable para diferenciar calidades en forma operativa en los viveros, dada la alta correlación que se encontró con otras variables más difíciles de medir y de mucha importancia fisiológica, como el peso seco de la raíz. El diámetro de cuello y la altura de los plantines que son llevados a plantación en Patagonia es considerablemente menor al de plantines de la misma especie utilizados en Chile y EEUU.
Figura 1
Diámetro de cuello de plantas 1+1 de pino ponderosa, producidas
en 1997 y 1998 en viveros andino patagónicos
En los ensayos de plantación, las plantas con mayor diámetro de cuello, mayor altura inicial
y peso seco más alto tuvieron mejor comportamiento al final del primer período en el campo, si bien esta
diferencia no fue significativa estadísticamente. Actualmente, el PIA 02/98 continúa con la medición de estos ensayos y la realización de otros complementarios.
Los autores del trabajo señalan que cada una de las características anteriores pueden ser
manejadas por los viveristas, a efectos de mejorar sustancialmente la calidad de los plantines, a través de
la selección de semilla, la densidad de siembra, las podas y descalces de raíces, el riego y la nutrición. Concluyen que los plantines de dos años a raíz desnuda de pino ponderosa de la regón andino-patagónica,
son más pequeños que los estándares internacionales, por lo cual cada vivero debería fijarse un “plantínmeta” en el que se definan rangos para las variables señaladas, teniendo en consideración la tecnología
que aplican y el sitio en que se ubica el vivero. Ello permitiría el seguimiento del plantín en el campo y de ahí
obtener conclusiones para corregir la gestión técnica.
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Figura 2
Figura 3
Plantines de pino ponderosa 1+1
Plantines de pino ponderosa 2+0
Establecimiento de plantaciones
03/96 - Ensayos de establecimiento de plantaciones: Tipos de plantas,
control de malezas y aplicación de fertilizantes en plantaciones
de pinos oregon y ponderosa.
Equipo de investigación: Ing. Ftal. Miguel Davel (responsable técnico)
e Ing. Ftal. Luis Tejera.
El establecimiento de plantaciones de pinos en la región no se considera del todo satisfactorio,
por ejemplo la sobrevivencia de los arbolitos es algo deficiente, así como los crecimientos iniciales, que son lentos. En el PIA 03/96 se atacaron tales problemas, al considerar que es uno de los más importantes y que las
diferencias en el éxito de la implantación estaría demostrado que no depende tanto de las herramientas usadas. Por ello convenía concentrarse en evaluar el tipo de plantín que se utiliza con el uso de fertilizantes y herbicidas, para ver cómo influyen en el mejoramiento de la sobrevivencia y en estimular el crecimiento inicial.
Los investigadores trabajaron con plantines a raíz desnuda de pinos ponderosa y oregón, eligiendo tres lugares geográficos representativos de condiciones de pluviosidad anual diferentes, entre Esquel y Trevelin (400, 600 y 1000 mm para ponderosa y 600, 800 y 1000 mm para oregón). En todos los
casos se decidieron por comparar a campo, plantines 1+1 y 1+2 sin ningún tratamiento particular, contra
aplicaciones de herbicida (un litro de glifosato en 100 de agua, pulverizado en primavera en un círculo de
un metro de diámetro en torno a cada planta) y de herbicida más fertilizante (50 g de N-P-K 10-3-5, granulado, por planta aplicado después del herbicida en dos surcos a 20 cm de aquella).
Los resultados, en el caso de pino ponderosa, mostraron que en sitios de 400 mm de lluvias
anuales los mejores valores de prendimiento y crecimiento inicial fueron para el tratamiento sólo con herbicida con las plantas de menor edad (1+1). En los lugares con 600 mm no hubo diferencias atribuibles al
tamaño del plantín, pero el uso de herbicida contribuyó a una mayor sobrevivencia y crecimiento en altura
y en donde la precipitación es de 1.000 mm (y por lo tanto con mayor riesgo de competencia de malezas)
los mejores resultados correspondieron a las plantas 1+2 con herbicida.
Para el pino oregón en lugares de 600 mm de lluvia anual se produjo la misma situación que
para el ponderosa en sitios de 400 mm (plantas 1+1 y herbicida), así como también en sitios de 1.000 mm la
mejor respuesta fue para plantines 1+2 más herbicida. En el sitio de 800 mm se plantó bajo protección de la
nativa ñire y los resultados fueron igualmente satisfactorios para todos los tratamientos aplicados en prendimiento, pero en cuanto al crecimiento inicial, respondieron mejor las plantas 1+2 (con o sin herbicida).
Como dato interesante: en ningún caso hubo respuesta a la fertilización, por lo menos en la primera evaluación del ensayo, por lo que los responsables del estudio no descartan que pueda observarse más adelante, considerando que se usó un producto de lenta liberación, sumado a las condiciones de sequía imperantes
en la época de instalación. Como dato adicional, el pino oregón resulta más susceptible que el ponderosa a situaciones de sequía, por lo que la protección bajo cubierta (caso del ñire) es ventajosa para tales casos.
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Tratamientos ensayados
Plantín
Tratamiento
Código
1+1
Ninguno
1+1T
Herbicida
1+1H
Herbicida más fertilizante
1+1HF
Ninguno
1+2T
Herbicida
1+2H
Herbicida más fertilizante
1+2HF
1+2
Figura 4
Figura 5
Los autores, en la discusión del trabajo que realizaron, resaltan la necesidad de evaluar
herbicidas selectivos (que no es el caso del glifosato el cual exige proteger a los pinos durante la aplicación), así como en el caso del “pino oregón” probar otros tratamientos que permitan mejorar más la sobrevivencia y el crecimiento inicial en plantaciones a cielo abierto y mejorar el conocimiento de la plantación con cobertura de otras especies.
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Figura 6
Prendimiento logrado por cada tratamiento aplicado en el ensayo 1
Figura 7
Crecimiento en altura logrado por cada tratamiento aplicado en el
ensayo 1 durante los dos primeros períodos de crecimiento
Figura 8
Figura 9
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28/96 - Calidad de sitio y factores del medio ambiente que lo determinan,
de aplicación en la región andino patagónica de las provincias
de Río Negro y Chubut.
Equipo de investigación: Responsables técnicos - Lic. Carlos López e
Ing. Ernesto Andenmatten - Participantes - Federico J. Letourneau y Priscila Willems.
En el tema del establecimiento de plantaciones en ésta como en cualquier otra región, es
gravitante conocer como influyen los factores del medio sobre el crecimiento; este conocimiento forma
parte de lo que se denomina como “calidad de sitio” e “indicadores del sitio”. A estos asuntos se dedicaron los estudios desarrollados por el PIA 28/96 y también el PIA 23/97.
El primero de ellos realizó una zonificación en el extremo suroeste de la provincia de Rio Negro y
noroeste de Chubut, es decir la franja de 100 km de las regiones pre y cordillerana de ambas, dos millones de hectáreas con una gran diversidad de ambientes. Un lugar que necesariamente exige conocer profundamente las relaciones entre variables ambientales (lluvias, suelos, paisajes, etc.) y su “calidad” para el desarrollo de forestaciones.
Se hicieron de hecho cuatro zonificaciones, la primera climática (que permitió identificar cinco franjas norte-sur, que de oeste a este son: muy húmeda a húmeda o con más de 1.200 mm de lluvias anuales; húmeda a subhúmeda, de 800 a 1.200; subhúmeda, con 500 a 800 mm; subhúmeda a semiárida, 300 a 500 y semiárida, 300 mm y menos). La segunda zonificación se basó en los paisajes o geomorfología, que permitió reconocer seis grandes paisajes (cordillerano con modelado glacial, depósitos proglaciares, sedimentario-volcánico
con control estructural, sierras de rocas volcánicas, pedimento sedimentario, mesetas basálticas y finalmente valles fluviales). De la zonificación de los suelos surgieron cinco agrupaciones diferenciadas.
Paralelamente se recolectó información sobre las forestaciones de pinos ponderosa y oregón existentes en esa región, que se concentran próximas a San Carlos de Bariloche, en el eje de la ruta
258 Bariloche-El Bolsón y en la Comarca Andina del paralelo 42, hasta Epuyen y Cholila en Chubut. Con
ambos conjuntos de informaciones se procedió a un análisis, en base a métodos parcialmente desarrollados para la región, para llegar a determinar las relaciones entre los factores del ambiente y la calidad del sitio forestal; en total se dispuso de un conjunto de informaciones para más de 50 sitios (Figura 10).
Figura 10
Mapa de ubicación de las parcelas, superpuestas sobre la división
inicial del área por rangos de precipitación
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Los resultados confirman presunciones de alta aplicabilidad, como por ejemplo que el índice de calidad de sitio se va haciendo menor a medida que disminuye la precipitación anual media, o que
aquel también baja en correspondencia con la disminución de la profundidad efectiva del suelo (hasta donde las raíces podrían penetrar), que también se hace menor a mayor déficit hídrico en los suelos y a menor contenido de materia orgánica en sus capas más superficiales. Asimismo se ha comprobado que localmente, el índice del sitio mejora en aquellas laderas que quedan protegidas de los vientos predominantes (del W y NW).
Figura 11
Análisis de Componentes Principales de los datos de Ponderosa
(Eje 3 vs Eje 1)
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Figura 12
Análisis de Componentes Principales de los datos de Oregón
(Eje 2 vs Eje 1)
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23/97 - Relación entre el Indice de Sitio y los estimadores de calidad
de sitio para Pinus ponderosa Dougl.
Equipo de investigación: Ing. Agr. Patricia Broquen (responsable técnico),
Ing. Agr. Jorge L. Giradin, Lic. Carlos López, Téc. Ftal. Gabriel Falbo,
Ms Sc M. Cristina Frugoni, Lic. Mariana Guido Cargo, Téc. Ftal. Pablo Pisani,
Téc. Ftal. Ricardo Luna, Téc. Ftal. Verónica Pelegrini y el alumno
del IER Bruno Pacheco.
En un estudio que aún está en ejecución (PIA 23/97), se está realizando una evaluación de
la relación existente entre los indicadores de sitio y los estimadores de calidad del sitio, aplicable a plantaciones de pino ponderosa en la provincia de Neuquén. la investigación persigue tres objetivos, uno el de
determinar y validar los estimadores de suelo del índice de sitio para la especie, el segundo evaluar qué
cambios producen las forestaciones sobre esos estimadores del suelo y el tercero, establecer si esos estimadores de suelo pueden usarse como indicadores de sustentabilidad productiva.
Algunos resultados preliminares muestran, por ejemplo, que las propiedades de los suelos varían de oeste a este. O que el 60% del crecimiento en altura a los 14 años de edad de las plantaciones se explica por la profundidad del suelo (total o efectiva), dato de enorme valor aplicable al ser de fácil determinación.
También se comprobó que la densidad aparente del suelo bajo plantaciones no es diferente a la del suelo bajo vegetación nativa, pero sí son menores los contenidos de carbono y nitrógeno.
Otra información de interés es que en las zonas de transición entre el bosque y la estepa
(ecotonos) hay cambios en la profundidad de los horizontes o capas diferenciadas del suelo, así como se
han obtenido evidencias que la potencalidad productiva de los sitios con plantaciones se mantiene, pero
hay una pérdida en los sitios con vegetación nativa, atribuibles a la erosión. Debe resaltarse que este estudio aún está siendo conducido.
Desarrollo de las plantaciones
desde diversos ángulos
26/96 - Viabilidad ecológica de la forestación con Coníferas en
sistemas silvopastoriles
Equipo de investigación: Ing. Agr. PhD. Tomás M. Schlichter (responsable técnico), Ing. Pablo Laclau y Lic. Estela Rafaele
El PIA 26/96 se centró en evaluar la productividad ecológica y por otro la económica, de sistemas
silvopastoriles llevados adelante con pino ponderosa, frente a otras alternativas (como la forestación o la ganadería pura); este trabajo es una primera etapa ya concluida, que se continúa con el PIA 14/98, ya ejecutado.
La experiencia evaluó, en bosques de 15 años, las productividades forestal y herbácea del
sistema, su diversidad herbácea, se compararon las productividades física y económica de un sistema forestal puro, pastizal puro y sistema mixto con dos densidades de árboles (500 y 1000 por hectárea) y finalmente se analizó la evolución del agua en el suelo hasta un metro, la competencia por agua, asi como se
estimaron los posibles retornos financieros.
En primer lugar, en las parcelas instaladas en la estancia San Ramón, se comprobó una diferencia significativa en el crecimiento corriente (período 1998-99) de los árboles individuales, siendo mayor en el bosque de menor densidad o ralo (0,023 m3/ha/año frente a 0,018), si bien el rendimiento total
por hectárea fue mayor en el denso (17 frente a 10 m3/ha/año). Estas parcelas debieron sustitirse por otras
en una estancia de Meliquina, a causa de los incendios ocurridos en la zona en el verano de 1998.
En cuanto a la productividad herbácea no se hallaron diferencias de biomasa (seca a estufa) en las tres situaciones: sistema silvopastoril denso, sistema silvopastoril ralo y pastizal puro, si bien había diferencias en la composición de especies, detectándose una mayor cantidad tanto de gramíneas como no gramíneas en las parcelas con árboles.
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Productividad biológica por sistema, 1998-99
Sistema
Productividad (t/ha/año)
Pastizal puro
1,6
Silvopastoril denso
1,5 (hierbas)
8,6 (crecimiento corriente, madera)
Silvopastoril ralo
1,5 (hierbas)
4,9 (crecimiento corriente, madera)
Un resultado de gran valor es el referido a la evolución de la humedad del suelo en los sistemas silvopastoriles, que no revela diferencias atribuibles a las diferentes densidades de árboles, ni en
las mediciones hechas “bajo la copa” de los árboles o “entre copas”. A ese resultado debe asociarse el
obtenido en cuanto a la marcha del almacenaje del agua en el primer metro del suelo, que no mostró
diferencias ni “bajo copas”, ni “entre copas” ni respecto al pastizal puro; tampoco se comprobaron diferencias en las mediciones de octubre de 1998 a enero de 1999 en la humedad del suelo entre las tres
situaciones en la capa de 0 a 20 cm, ni de 20 a 40 o 40 a 60, pero en las mediciones de diciembre de
1998 y enero de 1999 (meses de máxima en la sequía que hubo en la región), se encontró más agua
por debajo de los 80 cm en el pastizal. Los autores presumen que eso indicaría el mayor consumo a
profunidad hecho por los pinos.
Una de las mediciones que se realizaron fue la marcha del potencial del agua de equilibrio,
dirigido a evaluar la competencia por ese recurso entre pastos y pinos, utilizando una bomba de presión.
Se comprobó ausencia de diferencias entre individuos en los dos sistemas silvopastoriles y entre las dos
temporadas, no obstante las precipitaciones caidas fueron muy distintas, en tanto en los pastos de las
parcelas con árboles los valores resultaron más negativos. Con toda esta información se procedió a determinar el estrés acumulado (o sea del potencial de agua para el periodo octubre de 1998 a enero de
1999), que no permitió detectar diferencias significativas entre pinos a mayor o menor densidad, pero sí
entre pinos y pastos, siendo el estrés mayor para estos. Los autores lo explican considerando que la
apertura de los estomas está controlada por el potencial de agua de la planta y esa apertura estomática
influye sobre la fijación de CO2, lo cual repercute en la tasa de fotosíntesis (máxima para los pinos y muy
baja para los pastos en el período).
Ahora bien, ¿qué implicancias tiene todo este conjunto de determinaciones y análisis llevados a cabo?. Los investigadores, al discutir los resultados, concluyen preliminarmente que los sistemas silvo pastoriles en la región, hacen un mejor aprovechamiento del agua que el pastizal puro (reflejado en el
menor estrés hídrico de los árboles), probablemente por disponer de agua de capas más profundas del
suelo. De ahí que en la segunda etapa de este proyecto se midió la evolución de la humedad a más de un
metro de profundidad y del agua transpirada por los árboles.
Asimismo, esas diferencias en el potencial de agua de equilibrio que se mencionaron antes,
entre pinos y pastos, indicarían que las raíces de ambos están en equilibrio en los estratos de suelo que
ocupan, sin competir entre sí, aún en un año tan seco como el que fue medido, en que la humedad tiende a estar a mayor profundidad.
Finalmente, la similitud entre la productividad y la biomasa herbácea, sea en el pastizal puro como bajo las dos coberturas de pino, llevarían a avalar –según los autores- la hipótesis de que no se ve afectada la productividad de los pastos, por lo menos hasta la mitad de la rotación forestal (unos 15 a 20 años).
De ahí que se pueda concluir, primero la capacidad de los pinos de resistir el estrés hídrico
sin ver su crecimiento afectado; segundo, que las plantaciones ralas producen más por árbol hasta los 15
años, que las densas (probablemente porque estas compiten más por agua); tercero, que el sombreado
de los árboles –a diferencia de lo que sucede en otras regiones, en donde el factor limitante no es el agua
no inhibe la productividad herbácea; y cuarto, que los sistemas silvopastoriles al hacer uso de todos los recursos disponibles, resultan más productivos que el pastizal puro.
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Como complemento, esta exhaustiva investigación desarrolló un análisis de la viabilidad económica de dos sistemas silvo pastoriles, en comparación con un sistema ganadero exclusivo y dos sistemas forestales exclusivos. Entre las variables de intervención en el componente arbóreo de los dos sistemas silvo pastoriles se consideraron (respectivamente): densidad inicial de 500 o 1.000 árboles/ha, 4 o 5
podas, 2 o 3 raleos y 125 árboles/ha para la corta final en ambos. El modelo de mil árboles iniciales es muy
interesante ya que permitiría transformar plantaciones instaladas con fines forestales puros en sistema
mixto. Los dos sistemas forestales puros partieron ambos con 1.111 árboles/ha, uno con dos podas más
dos raleos y otro con dos podas y dos raleos, llegando ambos a 300 árboles/ha al final del ciclo.
Las conclusiones a que se arribaron, mostraron entre otras –que llevarían a extender demasiado
esta reseña- que para rotaciones de 45 años (y usando una tasa de descuento del 7%), la rentabilidad medida
como “tasa interna de retorno” fue del 11,2% para el sistema silvopastoril con 500 árboles/ha de arranque, el otro
sistema silvopastoril, asi como los forestales puros se situaron en 5% o menos. El valor actualizado neto mostró
un valor de 150 $/ha2 para el mismo sistema silvopastoril ralo, en tanto para los demás fue negativo entre –181 y
–295 $/ha, siendo en el ganadero puro de 60 $/ha. En cuanto al ingreso equivalente anual en $/ha/año, varió
entre $ 11 para aquel sistema, $ 4,4 para el ganadero y con valores negtivos superiores a –20 $ para los demás.
El análisis de sensibilidad a la tasa de descuento mostró, por ejemplo, que para una tasa de descuento del 11%
los valores actualizados netos se hacen casi cero en el sistema silvopastoril ralo, negativos en los demás y casi
no tienen cambios en el ganadero (que permanece “insensible” a la tasa, cerca del cero).
32/96 - Impacto de las plantaciones de Coníferas en la fertilidad
y economía del agua del suelo en la región andino patagónica.
Equipo de investigación: Ing. Agr. Ph.D. Tomás Schlichter (responsable técnico),
Dra. María Julia Mazzarino, Lic. Miriam Gobbi, Ing. Agr. Susana Moyano
y Lic. Gabriela Costa.
Una investigación conducida en el ámbito de la fertilidad y de la economía del agua de los
suelos con forestaciones de coníferas, fue encarada por el PIA 32/96. Este trabajo complementa alguno
de los tópicos de la investigación anterior, al centrarse en indagar tres asuntos: primero, cómo impactan
las plantaciones de Pinus ponderosa sobre las características fisico-químicas y químicas del suelo superficial; segundo, cuál es la capacidad de retención-liberación de nutrientes de la materia orgánica y por último los contenidos de humedad a diferentes profundidades en la época de máximo crecimiento.
En la región andino-patragónica, la forestación con coníferas sustituye vegetación nativa de pastizales o subarbustiva, por lo cual es procedente conocer qué implicancias tiene dicha reconversión sobre factores
tales como la evapotranspiración y el contenido de materia orgánica y de nutrientes del suelo, en relación a la vegetación original. Así, los autores del trabajo seleccionaron cuatro sitios de “contacto” entre plantaciones adultas
(17-20 años) de pino ponderosa con una estepa arbustiva, un ñirantal arbustivo (Nothofagus antarctica o ñire) y
dos cipresales (Austrocedrus chilensis o ciprés de la cordillera), situados en zona cercanas a Bariloche y El Bolsón.
Las conclusiones obtenidas muestran que cuando la fertilidad natural del suelo es baja, el bosque de pino “economiza nitrógeno”, manteniendo e incluso mejorando las condiciones previas de fertilidad
de la vegetación nativa reemplazada y, simultánemanete, casi no produce cambios en el contenido de humedad del suelo. Ahora bien, si la fertilidad natural del suelo es alta, se producen tasas más altas de mineralización potencial y menor retención de nitrógeno en la biomasa microbiana, o sea “no se economiza nitrógeno”; asimismo ocurre un empobrecimiento en materia orgánica y bases del suelo, lo que aumenta la acidez,
y hay una disminución importante del agua disponible respecto al –en el caso- cipresal preexistente.
De acuerdo a los investigadores, esto revelaría lo que ellos denominan una “economía diferencial de nutrientes”, que depende de la fertilidad original y por supuesto se asocia al tipo de vegetación
natural y a la historia específica del sitio. El hallazgo de este estudio es muy significativo, por las implicancias que tiene para futuras forestaciones en la región y porque relativiza claramente la presunción más generalizada (y que fue la hipótesis de la cual partieron atinadamente los autores) de que las plantaciones de
pino conducen a “mayor evapotranspiración y mayor acumulación de materia orgánica”.
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Cuando la tasa de cambio en Argentina (Ley de Convertibilidad de 1991) es de $ 1= US$ 1
Investigación Forestal al Servicio de la Producción
Protección de plantaciones
Uno de los capítulos importantes en el manejo de las plantaciones en ésta región, es el referido a la protección de los bosques contra riesgos tales como las plagas, las enfermedades y los fuegos;
varios proyectos se orientaron a tales asuntos.
13/96 - Control Biológico de la “avispa taladradora de la madera”
Sirex noctilio F. (Hymenoptera. Siricidae) en la región andino patagónica.
Equipo de investigación: responsables técnicos - Lic. Paula Klasmer, Dr. Eduardo N. Botto - y los participantes - Lic. Juan Corley y el Téc. Ftal. Germán Fritz.
La avispa de los pinos o “sirex” (Sirex noctilio) (Figura 13) es en la actualidad la plaga más perjudicial para las plantaciones de pinos en la región andino-patagónica; pudiendo llegar a matar y afectar
hasta al 80% de los árboles de una plantación. La peligrosidad de sus daños radica en que la hembra,
cuando taladra la corteza del árbol para poner sus huevos, inyecta una sustancia tóxica y las esporas de
un hongo (el Amylostereum areolatum) del cual se alimentan las larvas. Esa sustancia provoca el amarillamiento progresivo de la planta y altera el tejido vegetal, haciéndolo asimilable por las larvas y secando la
madera. La acción conjunta del hongo y el mucus simplemente puede matar al pino.
Evaluaciones del impacto económico de sirex en plantaciones comerciales de pinos a nivel
mundial señalan que en Australia provocó en 1987-89 pérdidas del orden de 12 millones de dólares, afectando a más de cinco millones de individuos de P. radiata. Originaria de la región mediterránea, la avispa es
una plaga de Eurasia y norte de Africa; ingresó en Argentina en 1985 por el litoral (provincia de Entre Ríos)
posiblemente desde Uruguay y a partir de allí se dispersó mediante el traslado de maderas infestadas. Actualmente se la encuentra en las provincias de Jujuy, Misiones, Chubut, Corrientes, Entre Ríos, Córdoba,
Buenos Aires y Río Negro.
La presencia de sirex en la región patagónica (cercanías de San Carlos de Bariloche) se registró en 1989 probablemente en maderas de pino provenientes de una forestación ubicada en Buenos
Aires (localidad de Tres Arroyos), pero fue detectada en plantación recién a principios de 1993 y a partir de
entonces comenzaron las investigaciones para solucionar el serio problema que ocasiona.
Al parecer, conjuntamente con sirex ingresó en la zona un enemigo natural de la avispa, una
avispa llamada Ibalia leucospoides, único enemigo natural hallado hasta el momento en la región (Figura 14).
Figura 13
Figura 14
Adulto de avispa Sirex
Adulto de la avispa Ibalia
Esta pequeña avispa parasita huevos o larvas recién nacidas de “sirex”, matándolos antes
que lleguen a adultos, lo cual incentivó los estudios de su biología y comportamiento, como así también del
nivel de parasitismo sobre “sirex”.
Investigación Forestal al Servicio de la Producción
27
La finalidad del PIA 13/96 fue, justamente, investigar las formas de control de Sirex noctilio
mediante métodos biológicos y por lo tanto no contaminantes, de sencilla transferencia al medio; el desarrollo de estrategias de control biológico de la plaga mediante el empleo de enemigos naturales específicos que permitiesen el correcto manejo de la misma.
Se instalaron parcelas en Rio Negro y Chubut, con árboles trampa en plantaciones de pinos
susceptibles al ataque (pinos radiata, ponderosa y Pinus contorta var. latifolia) de 10 años o más de edad.
Los árboles fueron debilitados artificialmente con un herbicida con el fin de atraer las posibles hembras de
“sirex” que estuvieran presentes en el lugar, ya que ésta es una plaga oportunista que ataca principalmente árboles debilitados o suprimidos de la plantación. Cuando finalizó el período de vuelo, hacia fines de mayo, se cortaron las parcelas y se realizó la evaluación.
Los trabajos se concentraron en dos localidades en donde “sirex” está presente en la zona,
según señala la autora de la investigación (Dina Huapi, a 15 km. al este de Bariloche y la Estancia San Ramón al noreste de la misma ciudad). Se recorrieron los dos sitios a fin de registrar el porcentaje de ataque,
se ubicaron jaulas de cría con trozas de pino infestadas, a fin de estudiar a la plaga y su enemigo natural y
obtener los adultos emergidos. En laboratorio se procuró la cria de “sirex” y de su parasitoide a fin de producir enemigos naturales para liberar a campo en las zonas afectadas por la plaga.
El ciclo de vida de “sirex” en ésta región oscila entre 1 a 3 años, siendo más frecuentes las generaciones de dos años de duración. La salida de adultos comienza a principios de enero hasta mayo, dependiendo de las condiciones climáticas de la temporada y con un máximo de emergencia entre febrero y marzo.
Se detectó la presencia del parasitoide de huevos de la avispa y se procedió a la liberación de
adultos a medida que estos nacían de los troncos infestados. Es posible su cría en laboratorio y en condiciones de campo mediante el empleo de tambores, técnica sencilla y económica que permite incrementar
el número de parásitos en el área afectada o liberarlos donde aún no se hallan presentes. Este insecto se
encuentra muy bien adaptado a “sirex”, habiéndose observado niveles de parasitismo entre el 20 y 40%.
Tanto Sirex noctilio como su parasitoide se encuentran perfectamente establecidos en la zona
de Bariloche y en la actualidad se trabaja en la incorporación a la región del nemátodo parásito Deladenus siricidícola, cuya acción se complementa con la del parasitoide para lograr el control de la plaga. Este parásito
penetra en las larvas de la avispa, llegando en la etapa de adulto a esterilizar a las hembras de” sirex”.
Además se piensa en la introducción al país de otros enemigos naturales de probada eficacia en el control biológico, avispas parásitas específicas de larvas de “sirex” de los géneros Rhyssa spp.
(Figura 15) y Megarhyssa spp. (Figura 16) cuyos permisos de importación ya han sido logrados.
Figura 15
Figura 16
Adulto de la avispa parásita Rhyssa. Macho izqiuerda, hembra derecha
Adulto de la avispa parásita Megarhyssa
Se considera que el empleo de estos tres agentes de control permitirán el manejo eficiente
de la plaga en la región andino-patagónica.
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27/96 - Evaluación física y biológica del daño ocasionado por la
“mariposa europea del brote del pino”: Rhyacionia buoliana Schiff.
(Lepidoptera: Tortricidae) en las provincias de Río Negro y Chubut:
avances hacia su control biológico y evaluación económica.
Equipo de investigación: Responsables técnicos: Lic. Paula Klasmer y
Lic. M.Sc. Dolly Lanfranco. Participantes: Lic. MSc. Juan Corley,
Ing. Ftal. Sandra Ide y Dr. Eduardo N. Botto.
La mariposa o polilla del brote (Rhyacionia buoliana) es otra de las severas plagas de las
plantaciones de pinos en casi todo el mundo. Aunque difícilmente mata a los árboles atacados, provoca graves deformaciones y pérdidas del incremento en altura y diámetro, especialmente en ejemplares jóvenes y si se ve afectado el ápice de la planta se producen defectos que pueden llegar a la
inutilidad de la madera; está difundida por toda Europa y Asia septentrional hasta Corea. Por su origen exótico no posee en la región un complejo de enemigos naturales que pueda contribuir a la regulación de sus niveles poblacionales. Recientemente se ha introducido a la Argentina desde Chile el
himenóptero parasitoide de huevos Trichogramma nerudai (Figura 17) obtenido de poblaciones naturales de la polilla en las plantaciones de pinos.
Desde su ingreso accidental en la
zona de Bariloche en 1979, se ha alertado a los forestadores acerca del peligro de este insecto y se
comenzaron las investigaciones en el marco del
PIA 27/96, para contar con una estrategia de control que sea compatible con criterios de sustentabilidad (mínimo impacto ambiental y niveles aceptables de producción), conocer los daños ocasionados, estudiar los enemigos naturales presentes e
introducir parasitoides específicos, que permitan
regular las poblaciones de la polilla del brote.
Se seleccionaron sitios de muestreo
en las provincias de Río Negro y Chubut y siguiendo
Figura 17
la pauta de clasificación de daños establecida por
Adulto de Trichogramma
Lanfranco e Ide para P. radiata, se procedió a observar y registrar todos los defectos atribuibles a la polilla en cada uno de los árboles de las parcelas esta-
blecidas en la zona. La abundancia de la plaga se determinó mediante muestreos de los árboles de cada
parcela; en laboratorio se realizó el recuento de brotes sanos y dañados y se registró mediante disecciones
de larvas (vivas o muertas) la cantidad en el interior de las yemas, además de otras determinaciones como
el número de brotes totales/brotes dañados por árbol y la densidad poblacional en larvas vivas/árbol.
Se registró la ausencia de parásitos de huevo de la polilla y por ello se comenzó con la cría
del parasitoide Trichogramma neruda en el Laboratorio de Lucha Biológica del INTA Castelar y posteriores
liberaciones inoculativas (en pequeñas cantidades) de este insecto en las plantaciones en estudio.
Los mayores niveles de infestación apical fueron del orden del 20.8% y tanto en Chubut como en Río Negro, las especies más susceptibles fueron los “pinos radita”, luego el Pinus contorta y con escaso daño el “pino ponderosa”. Se evidenció mayor ataque y mayor número de defectos en los bosques
de Rio Negro para todas las especies estudiadas. El defecto más frecuente es la multiflecha seguido de la
bifurcación y después por la curvatura fuerte.
La infestación apical, que es el mejor indicador para tomar decisiones de control, mostró valores de 0 a 30% en Rio Negro y de 0 a 21% en Chubut, siendo mayor en plantaciones de P. contorta; esto sugiere que la plaga colonizó y se estableció primero en la provincia de Río Negro. Estas cifras deben
analizarse para cada sitio y su incidencia en la calidad del árbol dependerá de la especie forestal, la edad
de la plantación, el objetivo de la producción y la evolución de la plaga en el tiempo.
Los niveles poblacionales de la polilla no sobrepasaron las 48 larvas promedio por árbol, lo que puede ser considerado actualmente como moderado. La polilla en ésta región presenta una sola generación anual.
Durante el estudio la autora de la investigación registró presencia de dos enemigos natura-
Investigación Forestal al Servicio de la Producción
29
les espontáneos, un parásito de larva de la polilla, Orgilus obscurator y un parásito de pupa (Coccygomimus fuscipes), ambos himenópteros. Los niveles de parasitismo del parásito de larvas tuvieron un valor
máximo del 65% y estuvo presente en casi la totalidad de los sitios estudiados.
Resulta sumamente interesante descubrir este complejo de enemigos naturales de la polilla
y contar además con la oportunidad de haber logrado la introducción del parásito de huevos Trichogramma nerudai. Esto representa una clara ventaja que posibilitará el manejo de las plantaciones afectadas por
la plaga en la región andino-patagónica.
29/96 - Diseño de “Fajas de Prevención” (Cortafuegos).
Equipo de investigación: Responsables técnicos - Ings. Norberto Rodríguez y
Felipe Ivandic - Colaborador - Cesar Cuevas.
Por su lado, en el tema de prevención del fuego, el PIA 29/96 se orientó a hacer un relevamiento de la pendiente y de la carga de combustibles en las fajas cortafuegos de plantaciones de pino, hubieran sido o no afectadas con fuegos asi como analizar el comportamiento del fuego mediante el programa conocido como Behave, en base a datos reales y obteniendo valores teóricos ideales.
Los incendios son un flagelo terrible en la región, durante todos los veranos y sus causas se
reparten (según un relevamiento realizado para 1995-96) en una tercera parte a origen intencional y desconocido, respectivamente, casi un quinto a negligencias y el 10% restante a meteoros, rescoldos de incendios y accidentales. El número de incendios se viene incrementando anualmente, de poco más de cien
eventos en 1993-94 a más 500 en 1996-97 y ello pone cada vez más en riesgo a las plantaciones en general jóvenes que existen en la franja andino-patagónica de 400 a 800 mm de lluvia anual. Como esta zona incluye el llamado ecotono, o franja de interfase entre la estepa y el bosque nativo, es una región en la
cual el modelo de combustible que predomina es el de “pastizal”.
En este estudio los autores seleccionaron rodales de pino ponderosa, principalmente, que hubiesen sido afectados por incendios recientemente, a efectos de reconstruir las circunstancias e identificar
parámetros básicos, como por ejemplo el estado del tiempo en el día del incendio, la carga de combustible
en sectores no quemados, clasificada por tamaños; se tomaron datos de pendientes del terreno, su exposición, el ancho de los cortafuegos. Mediante toda esta información fue posible aproximarse a las circunstancias y formas en que el fuego logró atravesar tales cortafuegos o aquellos caminos que cumplieran tal función, lo cual fue combinado con un software específico, conocido como Behave. Con ello se pudieron definir
características tales como la energía liberada en el incendio, la intensidad calórica, la longitud de las llamas, la
velocidad de propagación y la formación de focos secundarios. El programa Behave fue resultado de los desarrollos realizados en la década de los ’70 en el Laboratorio de Ciencias del Fuego de Missoula (Montana,
EE.UU.) y consiste en un modelo matemático que permite predecir el comportamiento del fuego en bosques;
es sencillo y permite trabajar con una simple PC portátil, a partir de una larga serie de factores locales mensurables (carga, volumen y forma de los combustibles presentes, su compactación, su continuidad vertical y
horizontal, la densidad de la madera, su capacidad calórica, la presencia de químicos volátiles, la proporción
entre material verde y seco, velocidad y dirección del viento, pendiente del terreno, entre otras variables, que
alimentan una “función matemática de modelos de combustible” constituida por cinco módulos que son el
corazón del Behave. De esta forma, el programa tiene un alto valor en tareas tanto de prevención de fuegos
(o sea permite estimar la eficacia de las tareas silviculturales aplicadas al bosque) como en la extinción de fuegos (pues facilita datos clave al responsable del combate).
Los autores expresan que la continuidad espacial del material combustible y su contenido de humedad son los que favorecen la propagación del fuego, de ahí que sea clave separar la peligrosidad del estado de dicho material de la madera en pie del bosque (que es el recurso de alto valor a proteger). Esto, conceptualmente,
se logra rompiendo aquella continuidad a través de la construcción y mantenimientos de cortafuegos, diseñados
junto con la plantación, para que mejor cumplan su objetivo. En tal caso, indican, los cortafuegos pueden cumplir
otras finalidades, como vías complementarias de acceso al bosque o líneas de fuego en las técnicas de manejo llamadas de “quemas prescritas” o, aún, iniciar contrafuegos como estrategias de combate en incendios extremos.
Agregan, como dato de interés, que las llamas de un incendio para ser gobernables con técnicas comunes, deben estar por debajo de un metro de largo, que para las condiciones analizadas en esta investigación, implicarían la necesidad de remover o reducir el material combustible existente cada tres
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años. Para esta operación se puede apelar al uso de herbicidas, a operaciones mecanizadas con implementos como arados, al pastoreo controlado de ganado o, finalmente, al propio uso de fuegos prescritos,
que fueron motivo de una investigación aparte que se reseña más adelante.
En el marco de ésta investigación se relevó la mitad de las plantaciones afectadas por fuego en la región, que en su gran mayoría respondieron a uno de los veinte modelos de combustible desarrollados: el de pastizales. Ello debido a que la mayor parte de la forestación se lleva a cabo en la franja de
transición entre la estepa y el bosque nativo, con dominancia del pastizal durante la primera etapa del bosque plantado. El incendio en consiciones de este tipo es de propagación rápida, gobernado por combustibles herbáceos y finos, llamas de gran altura y alta intesidad calórica.
Manejo de plantaciones
18/97 - Uso del fuego prescripto como práctica silvicultural en plantaciones
comerciales de Pinus taeda, P. ponderosa, P. eliottii y otras especies.
Equipo de investigación: Ing. Agr. Ph.D. Carlos Kunst (responsable técnico),
Ing. Ftal. MS Norberto Rodriguez, Ing. Ftal. José A. Maldonado,
Ing. Agr. M.S. Roberto Fernández, Ing. Ftal. Fernando Epele,
Ing. Ftal. Fabio Moscovich e Ing. Ftal. Ana María Lupi.
Una investigación que está en curso de realización, se refiere al uso del fuego como una
práctica silvícola que puede aplicarse a plantaciones comerciales de pinos y diversas especies, tanto en la
región andino-patagónica, como en otras (PIA 18/97). Esta investigación viene desarrollándose en Neuquén,
Corrientes, Misiones y Santiago del Estero, con “pinos elioti”, “taeda” y “ponderosa”, con la participación de
varios establecimientos privados de cada provincia. Su principal objetivo es el de desarrollar la práctica a fin
de adaptarla a cada una de las realidades, con el objeto de que sirva para eliminar materiales combustibles
finos y medianos de las plantaciones, reduciendo el riesgo de fuegos accidentales.
La práctica de la quema prescrita como herramienta de manejo, viene siendo difundida a
través del Proyecto de Desarrollo Forestal desde 1996, a través de la realización de diversos talleres regionales teórico-prácticos con técnicos nacionales y del exterior. A partir de allí se comprobó la necesidad de
desarrollar su adaptación a las condiciones del país, que además son diversas, por lo cual se está apoyando la ejecución de ésta y otras investigaciones asociadas.
En este estudio, los autores han enfocado el trabajo en la evaluación de la eficiencia del fuego en
eliminar los materiales combustibles presentes en el bosque, especialmente los combustibles finos; y los costos
que ésta práctica implica. Asimismo, se evalúa el efecto del fuego sobre los fustes y la mortalidad de los árboles.
Para ello, durante todo 1999 llevaron adelante quemas experimentales en sitios de las cuatro provincias involucradas, tomando datos y avanzando en su procesamiento. Por ejemplo se tomaron
muestras de suelo antes y después de las quemas, las cuales se llevaron al laboratorio para diversas determinaciones que después podrán permitir comparaciones de gran utilidad práctica. También se evaluó
el efecto de cada quema sobre la reducción en los materiales combustibles finos (con diámetro menor a
0,5 cm) presentes en cada tipo de bosque, a fin de permitir análisis estadísticos ulteriores.
Algunos de los primeros resultados, provisorios como se ha indicado, señalan que en general las plantaciones presentan una acumulación tal de materiales finos previos a la quema, muy por encima de lo que recomiendan los estándares, que son del orden de 5-6 toneladas por hectárea. Esto obligaría a trabajar en los extremos menos peligrosos de la prescipción, sostienen los autores, conspirando contra la eficiencia de la práctica, ya que se avanza “despacio”. No obstante la práctica en sí misma es muy
promisoria, en tanto se vaya adaptando a las realidades locales.
En cuanto a la eficiencia de la quema en eliminar al material fino, las experiencias realizadas
han logrado valores de reducción de entre 24 y 71% (este último valor en la experiencia de Meliquina, Neuquén) habiéndose visto que hay una relación lineal entre espesor y carga de combustible; esto es que, por
cada centímetro de aumento en el espesor, la carga aumenta en 5 toneladas por hectárea, con independencia del clima y suelo locales.
Investigación Forestal al Servicio de la Producción
31
Figura 18
Reducción de combustible fino obtenida en distintas quemas.
(porcentaje de la cantidad de combustible fino previa al fuego)
También se señala que la reducción de los finos se vincula con las condiciones ambientales
previas y durante la quema. Por ejemplo, en la experiencia de Meliquina en plantaciones de 20 años de pino ponderosa raleado y podado hasta los tres metros, la ausencia de viento más la baja humedad relativa
significó un consumo alto de combustible fino. En esta prueba se trabajó en un sitio con pendiente grande, del 38%, con un bosque de 7-8 m de altura, sobre suelos de arenas y cenizas volcánicas.
Debido a la casi ausencia de viento la quema se realizó en franjas y en retroceso, es decir
que el fuego “se movía” solamente por efecto de la pendiente, a razón de 2,6 metros por minuto para el
fuego frontal y 11 centímetros por minuto para el de retroceso. Los residuos de la poda estaban en la parcela, por lo que la carga de combustible fino que había era de unas 19 toneladas por hectárea, con casi 5
cm de espesor y una humedad del 48%. Concluido el fuego, la carga de “finos” cayó en un 71% y su espesor a cero (quedó sólo ceniza negra); en tanto los combustibles medianos y gruesos se carbonizaron
parcialmente. Como dato preliminar, ya que esta investigaci{on como se dijo no ha concluido, se observaron pequeños daños a los árboles, como encendido de algunas ramas y carbonización en algunos fustes.
25/96 - Rentabilidad de la forestación con Coníferas en Patagonia.
Equipo de investigación: Responsables técnicos - Ings. Pablo Laclau y
Guillermo Huerta. Investigadores: Ings. Ernesto Andenmatten y Luis Pozo.
El establecimiento de una plantación, su manejo silvícola, las actividades de protección frente a
plagas, enfermedades y otros riesgos no biológicos como los fuegos deben orientarse, finalmente, a la obtención de productos comercializables e industrializables, que hagan rentable la inversión sin provocar impactos negativos sobre los recursos naturales involucrados y, de ser posible, generen beneficios ambientales. ¿Es todo
ello posible, simultáneamente? ¿Cuál puede ser la rentabilidad real de los bosques implantados en la región andino-patagónica? A responder esa pregunta se dirigió el PIA 25/96, considerando que en dicha franja geográfica ya se han plantado más de 60.000 hectáreas y el interés por la forestación es creciente. Se ha estimado que
en las provincias de Neuquén, Rio Negro y Chubut existen alrededor de 190.000 hectáreas muy aptas para estos cultivos, más 600.000 consideradas aptas y 1.500.000 hectáreas parcialmente aptas.
De acuerdo a los autores del estudio, no hay hasta ahora objetivos precisos del tipo de producto a obtener de los bosques que se han plantado, además del hecho de que la gestión general de la
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Investigación Forestal al Servicio de la Producción
actividad ha hecho más énfasis en lo técnico que en lo económico. No basta, sostienen, con el dato genérico de una demanda local y mundial creciente a futuro, por maderas y sus productos, de ahí que el trabajo encarado busque cubrir tales vacíos. Para ello se centró en el pino ponderosa, la especie más plantada en la región, sobre la base de un destino principal como madera para el aserrío, planteando diversas
alternativas (o modelos) de producción, que parten de implantar 1.100 árboles por hectárea.
Además de reunir y homogeneizar la información disponible, se hizo una encuesta a alrededor de
una decena de productores a fin de obtener valores reales de rendimiento de operaciones y de productividad.
Todo ello fue volcado para un análisis que permitiera determinar variables tales como el “valor actual neto” de la inversión, su “tasa interna de retorno financiero”, la relación “beneficio-costo”, el “ingreso equivalente anual” y el “valor potencial del suelo”, técnicas que permiten evaluar la madurez financiera de la inversión. Dicho análisis se dirigió a cuatro modelos de manejo de las plantaciones de pino ponderosa, en tres tipos de sitios:
Modelos de manejo analizados en
tres calidades de sitio: muy apta (MA),
apta (A) y poco apta (PA)
Modelo
Podas
Raleos
Intensivo
2
2
Poco intensivo
1
2
Extensivo
0
1
Muy extensivo
0
0
Los autores debieron desarrollar, previamente, curvas de predicción de volumen a lo largo de
un ciclo de producción total de 35 años, según tres “índices de sitio” que expresan aptitudes crecientes del
lugar según la altura dominante del bosque a la edad de 20 años (que llaman IS20) y alcanza valores de 11,
15 y 19 metros, siendo respectivamente los denominados sitios poco aptos, aptos y muy aptos. Figura 19.
Figura 19
Volumen Total según Edad y Sitio
Investigación Forestal al Servicio de la Producción
33
El trabajo es rico en detalles y para este tipo de análisis es siempre deseable conocer toda
la serie de supuestos asumidos y coeficientes adoptados, lo cual excede el objetivo de estas reseñas, por
lo cual se brindarán algunos de los resultados más destacables, dejando al interesado recurrir a los autores o al documento completo. Para ello se hará referencia únicamente a la tasa financiera interna de retorno (TIR), por ser un valor fácilmente entendible3 para las doce situaciones estudiadas:
Resultados financieros (TIR en %) de cuatro
modelos de manejo de pino ponderosa
en tres tipos de sitios
Aptitud del sitio
Modelos de manejo
Muy apta
Apta
Poco apta
Intensivo
13,9
9,6
6,0
Poco intensivo
10,3
7,3
4,7
Extensivo
10,3
7,2
4,3
Muy extensivo
9,8
6,7
3,7
Los autores concluyen que los modelos viables más estables para la región, serían los coloreados en verde en el Cuadro previo, en tanto algo menos estables (en función a su sensibilidad a los
precios de la madera) serían los coloreados en amarillo; los demás son considerados como muy inestables al cambio en los costos o ingresos esperados. Esto sobre la base de una tasa de descuento del
7%, tasas mayores como podrían ocurrir, reducirían los rangos de viabilidad y a la inversa. Debe señalarse que el análisis precedente incluyó como ingreso el subsidio a diversas operaciones forestales otorgado por la SAGPyA hasta 1999; dichos montos son ligeramente superiores para superficies de hasta
500 hectáreas pero menores para superficies forestadas de 501 a 700 hectáreas, a partir de las nuevas
normativas vigentes desde 20004
Mejorando la calidad de la madera
05/96 - Optimización de Programas de secado artificial
y natural para Pinus ponderosa
Equipo de investigación: Ing. Jorge Lomagno (responsable técnico)
e Ing. Alejandro Jovanoski.
Como ya fuera señalado, el pino ponderosa es la principal especie usada para forestación en ésta región, con 30.000 hectáreas plantadas y alrededor de dos millones aptas. El PIA
05/96 se concentró en estudiar los métodos de secado de la madera de este pino producida a partir de las plantaciones locales.
34
3
La TIR financiera es la tasa de actualización que hace nulo el beneficio total actualizado de la inversión, o sea –para poner un ejemplo- que si la TIR es claramente superior a la tasa media de interés del crédito a largo plazo, significa que la inversión puede hacerse con capitales prestados dejando un beneficio; si a la inversa aquella es menor, significa que la inversión no es –para tales condiciones- financieramente viable (N del R.)
4
No obstante, el subsidio tiene escasa incidencia en la TIR en ciclos tan largos, su efecto principal es aliviar los flujos negativos de
caja de los primeros años (N. del R.)
Investigación Forestal al Servicio de la Producción
Debido a las diferencias entre la madera de estas plantaciones y la obtenida en el hemisferio norte, el autor de la investigación explica que fue necesario realizar estudios del comportamiento al secado, tanto natural como en cámara. Una característica importante es el ángulo de las fibras, debido a la
madera juvenil que en esta especie llega hasta el anillo 20 desde la médula, lo cual origina el “revirado”
(Figura 20) y las torceduras durante el secado.
Figura 20
Izquierda: ángulo de las fibras en el rollo; derecha: tensiones
que origina el revirado
En primer lugar conviene dar algunas definiciones: se considera como “madera seca” aquella en la cual el contenido de humedad está en un rango deseado, que oscila entre 6 y 15 %, requiriéndose además que entre los diferentes sectores de cada pieza las diferencias de contenido de humedad no
superen entre 1,5 y 3 % según el uso. Por otro lado “madera en equilibrio de humedad” es aquella que en
el ambiente en que se encuentra no pierde ni absorbe agua, mientras que “humedad de equilibrio del aire” es la humedad a la que llegaría una madera puesta durante suficiente tiempo en ese clima.
El secado natural, es a su vez, el proceso que consiste en someter las maderas a las condiciones del clima natural; el secado es afectado por la temperatura y de humedad del aire, así como la velocidad de viento, dependiendo de cada localidad y de las condiciones en donde se arman las estibas de
madera. En la Figura 21 se observa la severidad con que se seca cada pieza, donde los valores más bajos
indican el riesgo de un secado muy intenso, con alta probabilidad de grietas y deformaciones, y los valores altos indican la imposibilidad de secar las maderas a valores inferiores a éstos.
La evaluación de la calidad de secado se realiza mediante reglas y normas que consideran
el nivel de defectos que puede sufrir luego cada pieza. En este trabajo utilizó madera recién aserrada de
pino ponderosa, colocándose en secado natural una carga por mes (desde septiembre a abril), en estibas
de aproximadamente 90 piezas de 37 mm de espesor.
La Figura 22 muestra el ritmo de secado de dos estibas, una colocada en septiembre y otra
en enero; la aplicación de la norma de calidad de secado de Welling y Noves (1993) ubicó a las maderas
colocadas en septiembre a noviembre y marzo y abril en calidad standard, mientras las estibadas en diciembre y enero sufrieron defectos superiores a los admitidos en esa calidad.
Investigación Forestal al Servicio de la Producción
35
Figura 21
Evolución mensual de la humedad de equilibrio en
cinco localidades de la Patagonia
Para el secado artificial, se seleccionaron tres programas convencionales recomendados
para la madera de pino ponderosa y se aplicó el menos riguroso a maderas obtenidas de raleos y plantaciones maduras, con espesores de 37 mm en el primer caso y 50 mm en el segundo, en ambos casos
con 3 m de longitud. El programa fue ajustado y aplicado a estibas de estas maderas con el fin de reducir
el tiempo de secado, cuidando que el nivel de defectos estuviera debajo de los exigido por la clase standard de calidad de Welling y Noves. El programa, que se muestra en la tabla adjunta, fue satisfactorio pa-
Figura 22
Gradiente de secado de madera de 37 mm de espesor en Esquel
36
Investigación Forestal al Servicio de la Producción
ra piezas de madera madura, o que presentaran un ancho suficiente para contener parte de piezas con
alto contenido de madera madura, o que tuvieran un ancho de 150 o más mm. Cuando se secaron piezas
que contenían la médula, y con anchos inferiores a 125 mm, presentaron un alto porcentaje de defectos,
aún con el programa menos riguroso, según señala el autor.
Cédula de secado seleccionada para madera madura
de pino ponderosa
Fase
Humedad de la
madera, %
Temperatura,
°C
Humedad de
equilibrio, UGL %*
Humedad
ambiente, %
1
> 60
54
14
81
2
60-50
54
12
73
3
50-40
54
10
64
4
40-35
54
8
43
5
35-30
54
5,6
35
6
30-25
60
5
31
7
25-20
65
5
34
8
20-15
71
5
37
9
15 al final
71
3,2
21
* de la madera en el clima del secadero
Como conclusiones el autor remite a que, respecto al secado natural, es posible llevarlo a
cabo para la madera de ponderosa aserrada en la Patagonia, durante 5 meses/año en algunas zonas como El Bolsón y Bariloche (Río Negro) y durante 8 meses en Esquel (Chubut) y Chos Malal (Neuquen), en
un tiempo bastante corto (Figura 23). Debe evitarse la insolación directa de la madera en estiba, tanto en
la parte superior como en los laterales.
Figura 23
Cantidad de días para secar madera de 1 1/2 hasta 12%
de humedad, en Esquel, Chubut
Investigación Forestal al Servicio de la Producción
37
Respecto al secado artificial, el programa propuesto por el investigador, es aplicable en secaderos convencionales para madera madura y/o de piezas anchas de pino ponderosa. La madera de raleo presentó dificultades en el secado, salvo cuando se elaboraron piezas anchas (de 150 mm o más).
08/96 - Elaboración de una propuesta de clasificación estructural
para madera de “pino ponderosa”.
Equipo de investigación: Ing. Jorge Lomagno.
En otra investigación dirigida también a optimizar la utilización del pino ponderosa (PIA
08/96), el objetivo fue definir una posible clasificación de madera estructural para ésta especie. Se denomina como “madera estructural” a todas aquellas piezas que, en uso, deben soportar cargas mecánicas
y por lo cual sus secciones quedan determinadas por las fuerzas que deberá soportar en uso. En EE.UU.
se aplican reglas diferentes según el tipo de esfuerzo que deberá soportar la pieza, en Europa en tanto,
todas las piezas se clasifican con igual criterio, diferenciando solamente los valores de resistencia admisible. En Argentina se aplica todavía un concepto que viene siendo abandonado en el mundo, asumiendo
que todas las piezas provenientes de una misma especie tendrán igual resistencia; de hecho, dentro de la
misma especie la resistencia mecánica de vigas pueden haber, señala el autor de la investigación, hasta 7
u 8 veces de amplitud en su resistencia. Para Esquel (Chubut) el valor de esfuerzo de diseño que establece el código de edificación es de 40 kg/cm2.
Dada la importancia que tiene el pino ponderosa, el estudio se centró en ésta especie, que
como es sabido es originaria del oeste de América del Norte, siendo muy utilizada. Como en EE.UU. se obtiene madera tanto de bosques nativos como de plantaciones, la primera se aplica a productos con alto
valor agregado y la de plantaciones para construcción, destinándose poca cantidad para usos estructurales. Esto obedece, aclara el autor, a que las maderas de pinos elioti y taeda son de mayor resistencia. No
obstante hay ponderosa estructural en EE.UU. con prescripciones específicas, que implican tanto la “clasificación visual” como la “mecánica” mediante máquinas a ese efecto.
De la comparación de la madera de ésta especie obtenida en EE.UU. y en la Patagonia,
ésta muestra anillos anuales más anchos, pues tiene aquí más rápido crecimiento. Ello condujo al investigador a medir el material local del ensayo con las reglas aplicadas en EE.UU. (conocidas como
prescripciones de la WWPA) y tratar de ajustar una regla de clasificación visual local, que se basara en
los criterios estadounidenses y europeos, pero con valores de defectos y resistencia mecánica propios del ponderosa local.
Se usaron piezas de 50x150 mm de sección por 3 ó más metros de largo, que son de las
escuadrías más comunes en la región, seleccionadas al azar de aserraderos comerciales de Neuquén, Rio
Negro y Chubut, acondicionadas hasta 12% de humedad. Una vez seca, cada pieza se evaluó por una serie de variables (o defectos que influyen sobre su resistencia mecánica), entre las cuales vale la pena citar:
la presencia y cantidad de nudos (agrupados, en caras, en cantos, en aristas) y el ángulo del grano. Posteriormente se hizo el ensayo de cada pieza, a escala comercial (es decir no de pequeñas muestras de la
pieza sino de la pieza entera), que implicó determinaciones tales como módulo de rotura, módulo de elasticidad y diagramas carga/deformación. Se realizaron otras mediciones complementarias y del minucioso
análisis y discusión de todos los resultados, se generó una propuesta de clasificación (incluyendo la clasificación de las piezas según las normas de la WWPA).
Se mencionan a continuación algunas de las conclusiones consideradas más interesantes
de este trabajo. En primer lugar, de la clasificación siguiendo las reglas WWPA, el 68% de las piezas quedaron excluidas, principalmente por nudos en racimo y anchos de anillos mayores a los 6 mm; resultado
de la ausencia de podas y del mayor crecimiento de la especie en la zona que en EE.UU. Asimismo se observó que la madera de zonas con mayores lluvias mostraba densidad, resistencia y rigidez mayores, si
bien la mayor parte de las áreas aptas para les especie son de bajas precipitaciones y lo esperable será lo
contrario, en mayor proporción.
Respecto a la clasificación propuesta, el autor trabajó fuertemente sobre cómo evaluar los
“nudos” en la misma, ya que es el defecto que más roturas causó y el más correlacionado con los valores
mecánicos. También se propone incluir en la clasificación el “ángulo de las fibras”, incluyendo límites para
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cada grado de calidad, atendiendo a lo que dicen las normas europea y norteamericana. En tercer lugar,
y atendiendo a que tanto por defectos como por resistencia mecánica la madera de ponderosa patagónico se acerca a las “clases inferiores” de EE.UU. y Alemania, se asignaron valores en ese rango y también
en cuanto a deformaciones y grietas de secado se tomaron los límites de las mencionadas normas. De
esa forma el autor propone dos grados de calidad estructural para el ponderosa de la región, tomando para cada grado los valores de las características citadas, junto con otras consideraciones (como las deformaciones máximas permitidas).
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Lista de otras investigaciones iniciadas en 1999
■ Evaluación de los sistemas de producción y la calidad de plantines de pinos ponderosa y oregón en
los viveros andino patagónicos
José Bava, responsable técnico: [email protected]
CIEFAP-INTA
PIA 02/98
■ Establecimiento y evaluación de plantaciones de especies nativas de madera de calidad en el noreste
de la provincia de Chubut
Miguel Davel, responsable técnico: [email protected]
CIEFAP-INTA
PIA 05/98
■ Impacto de las plantaciones de coníferas en la fertilidad y economía del agua del suelo en la región
andino patagónica: segunda etapa
Tomás Schlichter, responsable técnico: [email protected]
INTA-UNC
PIA 06/98
■ Aspectos de la regulación poblacional de Sirex noctilio por el parasitoide Ibalia leucospoides de interés
para el control biológico de la plaga
Juan Corley, responsable técnico: [email protected]
INTA
PIA 08/98
■ Evaluación del nemátodo Deladenus siricidicola como potencial agente para el control de Sirex noctilio, en la Patagonia argentina
Paula Klasmer, responsable técnico: [email protected]
INTA
PIA 09/98
■ Control biológico de la polilla europea del brote del pino (Rhyacionia buoliana) en la región andino patagónica argentina
Eduardo Botto, responsable técnico: [email protected]
INTA-UACh
PIA 11/98
■ Establecimiento y crecimiento inicial de pino ponderosa en la zona subhúmeda a seca de los Andes
patagónicos
Ernesto Andenmatten, responsable técnico: [email protected]
INTA-Forestal Patagonia SH
PIA 12/98
■ Sustentabilidad económica y social de la actividad forestal en la región andino patagónica
Verónica Rusch, responsable técnico: [email protected]
INTA-Estancia Quechuquina
PIA 13/98
■ Viabilidad ecológica y económica de las forestaciones con coníferas en sistemas silvopastoriles; segunda etapa
Tomás Schlichter, responsable técnico: [email protected]
INTA-Inversora Roland SA
PIA 14/98
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■ Proyección de distribuciones diamétricas en pino oregón y pino ponderosa en la región andino-patagónica
Héctor Gonda, responsable técnico: [email protected]
CIEFAP-AUSMA (UNC)
PIA 15/98
■ Plantaciones de ciprés de la cordillera bajo cubierta de pino ponderosa
Tomás Schlichter, responsable técnico: [email protected]
INTA-Inversora Roland SA
PIA 16/98
■ Ensayo de prácticas para mejorar el nivel nutricional en la producción de estacas y barbados en salicáceas
Lidia Lugano, responsable técnico: [email protected]
INTA
PIA 40/98
■ Extracción en primer raleo de pino ponderosa con bueyes en yunta e individual en la Patagonia andina
P. Pantaenius, responsable técnico: [email protected]
CIEFAP-Estancia Meliquina
PIA 42/98
■ Evaluación de esquemas de poda en plantaciones de pino oregón en la Patagonia andina
Miguel Davel, responsable técnico: [email protected]
CIEFAP-INTA
PIA 51/98
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