Muerte Balística a - Centro de Estudios Balísticos ROSARIO

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MECANICA DE LOS SISTEMAS ARMA-CARTUCHO
BALISTICA INTERIOR
VIDA UTIL DEL TUBO DE UN ARMA
LA MUERTE BALÍSTICA Y SU RELACION CON LA
BALÍSTICA FORENSE
Disertante: Eduardo Julio Rodi
Septiembre de 2006
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Índice
Título
Página
Prólogo
3
Balística de las Armas Portátiles
3
Balística Interior
4
Muerte Balística.
7
Fragilidad del Material del Tubo.
9
Energía Cinética de las Partículas.
10
Teoría de la Vena Gaseosa
11
Emplomado o Cobreado del Tubo.
12
Otros Conceptos de Importancia.
15
Normalización Internacional. Normas SAAMI.
18
Normas CIP. Normas NATO.
Resumen
19
Conclusiones
19
Bibliografía Consultada
20
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Prólogo
En ésta, nuestra quinta participación de las Jornadas Científicas organizadas por la Asociación de
Criminalística de la República Argentina, después de haber aportado nuestros estudios sobre
Balística de Efectos (Mar del Plata 1993 y 1997 y Mendoza 1994) y de la investigación pericial
en el caso de un juicio internacional (Buenos Aires 1995), hemos elegido un tema de otra de las
ramas en la que se divide la balística para su estudio: la Balística Interior. Y dentro de esta
especialidad, un tema poco difundido en el ámbito pericial y que resulta protagonista en la
determinación de la personalidad de un arma de fuego, sus caracteres individualizantes generados
en el uso y el origen de una bala incriminada. Nos estamos refiriendo a las causas que producen
la llamada “muerte balística” del tubo cañón y los fenómenos que ocurren en su desgaste
progresivo, hasta que ella se verifica.
Como todo profesional valora, es la ciencia y su conocimiento lo que permiten al
investigador suministrar información objetiva otorgándole ventajas apreciables respecto del
testimonio, el cual permanece abierto a la especulación. Cuanto más se profundice en los
fenómenos que se producen durante el disparo de un arma de fuego, menores serán las
probabilidades de cometer errores en la aplicación de esa ciencia, a la hora de garantizar al
hombre sus derechos mas preciados: su vida y su libertad. En este sentido venimos a estas
Jornadas Científicas a realizar un aporte desde el CEsBa (Centro de Estudios Balísticos), nuestra
experiencia y fundamentos cimentados en más de treinta y tres años de desarrollo en el diseño y
producción de estos sistemas.
Balística de las Armas Portátiles
En este apartado realizaremos un breve repaso de algunos conceptos fundamentales para una
cabal comprensión de los fenómenos bajo análisis.
La balística es la rama de la física que se ocupa del estudio del movimiento de los
proyectiles en general. En la práctica, la balística se concreta en el estudio del movimiento de los
proyectiles de las armas, sean estas portátiles, de artillería, cohetes, misiles y bombas de aviación.
Debido a la complejidad de su estudio, en razón de que comienza con el proyectil en
reposo dentro del arma, el movimiento en su interior y la salida al exterior, siguiendo su recorrido
en el aire, la incidencia en el blanco y los efectos que causa, antes de volver nuevamente al estado
de reposo, es por lo que se divide en balística interior, exterior y balística de efectos. Algunos
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autores consideran una cuarta, denominada intermedia, que se ocupa de la etapa de transición
entre la interior y exterior, momento en el que se producen fenómenos particulares que resulta
importante tener bajo estudio.
Balística Interior
Es la ciencia que se ocupa del estudio de las variables que se producen a partir del momento de la
percusión o iniciación de la cápsula iniciadora. Analiza el movimiento del proyectil en el interior
del ánima del cañón, las causas que producen dicho movimiento y los efectos que ocasiona hasta
que el mismo abandona el arma.
Tiene por finalidad el conocimiento en cada instante y en cada punto, de la velocidad del
proyectil (curva de velocidades), la presión que los gases ejercen sobre él y el resto del sistema y
la cantidad de pólvora quemada (leyes de combustión).
Las ciencias que predominan en su estudio, son la termodinámica cuyas leyes y principios
gobiernan la etapa de generación de gases por parte de la pólvora propulsiva, muy próximas a las
de los gases ideales. La mecánica, en la traslación y rotación del proyectil y por último, la
resistencia de materiales en lo referente a la solicitación de los cañones y los elementos auxiliares
del arma. Justamente de este último aspecto de la Balística Interior es del que nos ocuparemos en
este trabajo.
Las etapas que se cumplen durante el desarrollo de este fenómeno son:
A partir de la iniciación, se produce la combustión del propulsante y con ella la
generación de una importante cantidad de gases a elevadas temperaturas. Con este
desarrollo crece la presión interna hasta romper el reposo del proyectil (período de
combustión a vaso cerrado o a volumen constante).
Comienza a crecer la velocidad del proyectil, aumentando la generación de gases hasta el
momento en que termina de quemarse la carga del propelente (período de combustión a
volumen variable).
Los gases se expanden aumentando aun más la velocidad del proyectil, hasta que éste
termina por abandonar el arma (período de expansión).
El cartucho metálico, semimetálico o de cualquier otro tipo de material de los utilizados en la
actualidad, no resulta ser una pieza más del arma; tampoco se lo puede considerar como un ente
totalmente aislado. Es uno de los dos componentes del sistema químico, térmico y mecánico
denominado Arma-Cartucho. La catalogación más adecuada resulta de su encuadramiento
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dentro de las llamadas Máquinas Térmicas. Por esto lo compararemos con un clásico motor a
explosión, el cual lo es por excelencia.
El motor convencional transforma la energía almacenada por la naturaleza, en sus
formas más diversas, por ahora el caso más común es el de las gasolinas o naftas, en energía
mecánica que puede ser transmitida a máquinas, mediante diferentes mecanismos, o ser utilizada
con otros fines. En el caso de los sistemas arma-cartucho, la energía K almacenada en el
propelente o pólvora se transforma en:
Energía cinética o de traslación del proyectil (Ecp)
Energía de rotación del proyectil (Ecr)
Energía cinética de retroceso
Energía cinética de los gases de combustión
Energía consumida por el rozamiento del proyectil
Calor de combustión transferido al arma y al cartucho
Calor latente de los gases de combustión, que abandonan el arma detrás del proyectil.
De la energía térmica liberada durante la combustión del propulsante, solo una parte se
transforma en aprovechable. Esto sucede en cualquier máquina térmica. En nuestro caso, esa
energía aprovechable se traduce en proporcionar al proyectil una adecuada velocidad en boca y,
en el caso de las armas con ánima estriada, su necesaria velocidad de rotación de estabilización.
La eficiencia térmica ηt, es decir, la razón entre la energía en boca del proyectil y la
energía calórica del propulsante, caracteriza el grado de usufructo. Luego:
Eo
ηt =
427 L W
Donde:
427 es el equivalente mecánico del calor
L : el peso de la carga de propulsión
W : valor calorífico del propulsante
p
Con
Vo 2
Eo =
energía cinética del proyectil en boca
2 g
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De la misma manera en que se tiene en cuenta en otros motores la potencia, los sistemas armacartucho también la tienen. En cada disparo la energía en la boca se produce una vez. Sea n el
número de disparos por minuto, la potencia (energía de salida por segundo) será:
n
N=
Eo
60
Para comparar la potencia en boca de un sistema arma-cartucho, se suele utilizar el cociente
N
G
Siendo G el peso del sistema. Por lo tanto, estamos empleando la potencia por unidad de peso.
Esta variable identifica la calidad del arma ya que involucra los datos característicos más
importantes (peso del proyectil, velocidad en boca, cadencia de tiro y peso del sistema). La razón
N/G o su recíproca G/N (peso por unidad de potencia) es también un valor que se tiene en cuenta
en el diseño de motores de vehículos y aviones entre otros. Por esto podemos comparar tanto la
eficiencia térmica como la relación peso–potencia de un arma, con la de otros motores
convencionales.
Esta comparación se podrá apreciar en la siguiente tabla:
Eficiencia
Tipo de Motor
Térmica
[%]
N/G
[HP/Kg]
Motor de motocicleta
25 a 31
0.25 a 0.5
Motor de automóvil
20 a 25
0.2 a 0.4
Motor de avión convencional
2,5
Motor de avión turbo propulsado
4,1
Cañón de 30 mm Oerlikon
40
39,4
Fusil Automático Liviano
33
8,4
Podemos ver que la eficiencia térmica de los cañones es superior a la de los motores. Y con
relación a la potencia por unidad de peso, los cañones los sobrepasan holgadamente.
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Debido al elevado grado de N/G, el material del arma está sometido a una gran solicitación. En
esta variable se fundamenta la corta vida útil de solo algunos minutos.
Potencia específica elevada significa corta vida útil; por el contrario larga vida implica
baja potencia específica. La vida útil de una locomotora puede estar en el orden de las décadas, y
seguramente saldrá de circulación no por que haya alcanzado su límite de vida, sino por que se
reemplace por tecnologías más avanzadas y motores más económicos. En el caso de un avión,
hablaremos de horas de vida llegando a algunas centenas. En cambio en el caso de un cañón
automático se puede valorar los minutos de trabajo. Un cañón de 20 mm con cadencia de fuego
de 1000 tiros por segundo, tiene una vida útil de 10 minutos. La vida del tubo es aun inferior, por
este motivo cada cañón tiene varios tubos.
Otro ejemplo de la mecánica, se ve reflejada en la duración de los neumáticos de
automotores. Su vida útil a una velocidad promedio de 50 km/h es de aproximadamente 100 000
km; para una velocidad de 100 km/h disminuye a 40 000 km y para 250 km/h disminuye a solo
1 000 km.
Muerte Balística
Existen dos características funcionales, además de las dimensionales, que nos dan la idea de que
el tubo de nuestro revólver, pistola o carabina, ha cumplido su ciclo de plena utilización:
a) disminución en aproximadamente un 10 %, de la velocidad inicial del proyectil;
b) proyectiles que comienzan a tumbarse en vuelo (pegan de costado).
Se tiene en cuenta la primer característica en razón de su influencia en la probabilidad de
impacto ya que, disminuciones de este nivel en la velocidad inicial, tienen efectos desfavorables
de consideración.
Si se presentan algunos de estos síntomas, indudablemente encontraremos un
incremento sensible en las dimensiones internas del tubo.
Como sabemos el interior del tubo se denomina ánima. El tubo comprende la longitud
total del ánima más la recámara.
Toda la ciencia que domina el funcionamiento de los sistemas arma-cartucho, es de
elevada complejidad, y numerosas las variables que intervienen, internas y externas al sistema en
cuestión. Por las razones mencionadas las conclusiones que obtengamos se encontrarán afectadas
por estas variables y, como todo en este mundo luego de Einstein, estarán afectadas de cierta
relatividad.
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En el cuadro siguiente, podrán apreciar algunos de los valores orientativos a partir de los cuales
se suele presentar la “muerte balística”. Estos datos son tomados en ensayos de laboratorio
durante los cuales, y debido a razones de tiempo, no se reflejan las condiciones reales de
funcionamiento. La utilización cotidiana del arma, aunque su dueño sea un fanático “fierrero”, no
la someterá a los rigores de estos ensayos. Por lo dicho, y teniendo en cuenta los motivos que
producen el desgaste del tubo, siempre logrará obtener mayor vida balística que la indicada.
Tipo de Arma
Cantidad de Disparos Realizados
Pistola semiautomática
20.000
Revólver
28.000
Fusil automático
17.000
Los valores del cuadro siguiente, corresponden al seguimiento de la vida balística de un fusil
automático liviano (FAL). Luego de cada entorno indicado en la primer columna, disparos que
fueron efectuados en tiro automático, se realizaron los ensayos de velocidad y precisión.
Cantidad de
Disparos
Velocidad a
8 metros
Precisión a
100 metros
1.000
845 m/seg.
Correcta
2.000
837 m/seg.
Correcta
3.000
831 m/seg.
Correcta
5.000
825 m/seg.
Correcta
10.000
820 m/seg.
Correcta
17.000
800 m/seg.
Doce impactos
de costado
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Fragilidad del Material del Tubo
Luego de una serie continua de disparos, se generan temperaturas que se aproximan y hasta
superan a las de transición del acero, seguidas de ciclos de enfriamiento; todo esto separado de
breves períodos de tiempo. La repetición de esta secuencia genera un aumento en la dureza
superficial del tubo, y una disminución en su capacidad de admitir nuevas deformaciones, esto
último en relación directa con la caída en la elongación (acritud). Este fenómeno, se manifiesta en
un incremento de la fragilidad, produciéndose microfisuras que se extienden rápidamente debido
al efecto que en la mecánica se denomina como “de entalla o concentración de tensiones”
generándose con esto arranques del material.
Las Características Mecánicas
Las del tubo se ven alteradas por el incremento de la temperatura. La resistencia a la tracción y el
límite elástico disminuyen. Si asumimos que luego de una serie de disparos, el ánima manifiesta
un considerable aumento de esta variable, y que además el proyectil que ingresa está a
temperatura ambiente, el resultado es un estrechamiento de las diferencias entre las características
mecánicas de la bala por un lado, y el ánima por el otro. Cuanto más cercanos se encuentren estos
valores, mayores las probabilidades de verificar desprendimientos de las capas superficiales del
tubo, con lo cual el desgaste mecánico aumenta rápidamente.
En la próxima figura podrán apreciar la evolución de las características mecánicas, en
función del aumento de la temperatura, del acero que habitualmente se emplea para la
25
20
15
10
5
0
150
100
50
0
ALARGAMIEN
TO [%]
200
37
5
40
0
42
5
45
0
47
5
50
0
52
5
55
0
57
5
60
0
62
5
65
0
67
5
70
0
RES.
MECANICA
[KG/MM²]
elaboración de los tubos. Como habíamos dicho disminuyen la resistencia y con ella la dureza.
TEMPERATURA °c
RESISTENCIA MECANICA
ALARGAMIENTO %
Acero SAE 3335
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Fricción
En magnitud, es uno de los motivos más importantes de la “muerte balística” del tubo del arma.
Todo proyectil posee una banda que se denomina “aro de forzamiento”, la cual entra en contacto
directo con el ánima incrustándose en el estriado. Cualquiera sea el material que compone esta
zona del proyectil existirá, en mayor o menor grado, una abrasión mecánica originada en el efecto
denominado “fricción” y que está relacionado con la resistencia al desgaste. En primer lugar
debemos considerar que toda superficie en contacto dista mucho de ser perfecta. Aún en aquellas
que a simple vista presentan una textura finamente labrada, existen infinidad de irregularidades
que originan, cuando una se desliza sobre la otra, choques entre los puntos en contacto donde las
presiones generadas superan holgadamente a la presión media entre las superficies en fricción.
Este fenómeno da lugar a la producción de intensas deformaciones locales, en muchos
casos desprendimientos de material, un incremento considerable de la temperatura y el
consiguiente desgaste por deformación y arranque.
De manera general, se podría decir que cuanto mayor sea la dureza superficial de los
cuerpos en contacto, para una presión similar, el desgaste y calentamiento serán menores ya que
soportarán mayores esfuerzos sin sufrir deformaciones plásticas ni desprendimientos; por lo tanto
la fricción será menor entre materiales duros que sobre blandos. De todas formas es tan complejo
el proceso de desgaste, que impide tomar este concepto como regla absoluta.
Energía Cinética de las Partículas
Íntimamente relacionado con el tema tratado en el punto anterior y magnificado por los efectos
de la “vena gaseosa”, teoría enunciada por Charbonier de la cual nos ocuparemos más adelante,
las partículas que partieron de las microfisuras son arrastradas conjuntamente a los gases de la
combustión, a elevadísimas velocidades, estimadas en los 1.500 m/seg.. Esta aumenta llegando
hasta los 6.000 m/seg., cuando las secciones disminuyen (espacios anulares entre el aro de
forzamiento y el tubo). Si recuerdan la ecuación de la energía cinética, donde la velocidad se
encuentra elevada al cuadrado, entenderán que los niveles energéticos en juego son de
significativa importancia. Toda esta evolución se la puede resumir con una palabra que define las
consecuencias que sufre el arma; me refiero a la “EROSION”.
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Teoría de la Vena Gaseosa
De acuerdo al enunciado de Charbonier, cuando el proyectil avanza a lo largo del ánima se
generan, en el fluido gaseoso, ondas que a partir de la zona posterior del proyectil, se trasladan
hacia el culote interior de la vaina con una gran velocidad. Esta dependerá de las variables en
juego para cada sistema. Cuando estas ondas chocan en el fondo de la vaina, comienzan un
recorrido inverso encontrándose en su trayectoria con nuevas ondas que se generaron con
posterioridad. Así la masa gaseosa se torna algo comparable a un muelle elástico, que le induce al
proyectil una nueva energía. A este fenómeno Charbonier lo denominó como “vena gaseosa” la
cual, teniendo en cuenta las condiciones de temperatura y presión, se la podría asemejar en su
rigidez, con una viga de acero.
En todo tubo existen dos zonas críticas. Ellas son:
a) la unión o intersección de la recámara con el ánima, donde se evidencia una importante
reducción en la sección (estrechamiento); y
b) la boca del tubo en la que se presenta un violento ensanchamiento hacia el infinito.
Conocido esto, el autor de la teoría en cuestión analizó los movimientos de la vena gaseosa a lo
largo del ánima, y fundamentalmente cuando ella se ve obligada a pasar a través de las dos zonas
críticas ya mencionadas. En ambos casos, presentó una similitud a lo que en hidráulica se conoce
bajo la denominación de “estrangulamiento de la vena líquida”. Tanto en la zona de transición
recámara-ánima como en la boca, se forman espacios anulares en los que las paredes del tubo no
son laminadas directamente por el flujo de gases.
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En forma análoga a lo que sucede en los cursos de agua cuando cambia la sección del lecho, o
varía la dirección de la corriente originándose remolinos que carcomen las orillas, las moléculas
gaseosas que ocupan los espacios mencionados, forman violentos remolinos a gran velocidad,
provocando un mayor calentamiento en esas zonas del tubo. Las moléculas gaseosas indicadas,
dentro de los torbellinos generados en los espacios anulares, chocan contra las paredes a
velocidades elevadísimas arrancando partículas de acero.
Emplomado o Cobreado
Haciendo un Poco de Historia
A partir de la aparición de los sistemas de iniciación conocidos como “serpentina”, primer mitad
del siglo XV, el que permitió al tirador dedicarse a ubicar y apuntar a su blanco sin otra
preocupación, se comenzó a prestar mayor atención al órgano encargado de proyectar y dirigir al
proyectil; por supuesto me estoy refiriendo al cañón. Los de las primeras bocas de fuego
portátiles, eran toscos tubos de hierro o bronce fundido, sin ningún tipo de cuidado en su
alineación o nivelación interior.
Los ejemplos iniciales de sistemas de rayado datan del siglo XVI, aunque
probablemente existieron anteriores. Las razones fundamentales que promovieron su aparición
fueron dos:
• Favorecer el ingreso del proyectil en aquellas armas de avancarga, cuando se aumentó su
diámetro para evitar el escape de los gases de combustión. El rayado disminuía
la
superficie de contacto limitándola a la zona de campos, reduciendo de esta manera el
esfuerzo necesario para cargar el arma.
• Posteriormente, alguien pensó que, realizando el rayado en forma helicoidal, o como
entonces se denominaba “de caracol”, el proyectil sería más estable en su trayectoria.
Deben tener presente que si bien en aquellos años se ignoraban las leyes del movimiento
rotatorio, y con ellos las del efecto giroscópico no desconocían, aunque de manera intuitiva,
los beneficios de este último al cual utilizaban desde tiempos remotos en las flechas. A estas
se le colocaban las plumas en la zona trasera de manera transversal, para de esta forma
originar el par rotor necesario.
En el primer caso mencionado, radica una de las razones en la aparición de los encamisados de
las balas de plomo desnudo los que distaban, como podrán imaginarse, de los que actualmente
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utilizamos.
Los cañones estriados de las armas de avancarga eran largos y tediosos de cargar,
aunque el proyectil fuese de plomo blando. Se intentaron diferentes soluciones para palear este
inconveniente; hacer las estrías de paso largo, o numerosas rayas cuyas diferencias entre campos
y fondos fuera la mínima. La mejor solución fue envolver a la bala desnuda con un pedazo de
tela, o más a menudo con piel embebida en grasa. Nace de manera precaria el encamisado o bala
blindada.
En la próxima figura podemos apreciar la definición de cada una de las variables que
intervienen en el estriado del tubo de un arma.
Referencias:
∅C
diámetro de campos
∅ f
diámetro de fondos
a
ancho de estría o fondos
b
ancho de campos
h
profundidad de estrías
Latón versus Plomo
El punto de partida es un interrogante:
¿Qué produce mayor desgaste en un arma, las balas de plomo o las encamisadas?
Debemos tener en cuenta que tanto para el núcleo y más aun para la camisa, se han utilizado
diferentes materiales. Desde la convencional aleación de plomo-antimonio hasta el carburo de
tungsteno en el primero, como el latón y el acero plaqueado para la segunda. Sería sumamente
extenso y hasta tedioso el tratamiento de cada una de las alternativas; por tal motivo desarrolla-
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remos el caso más común y que, casi con seguridad se presenta con mayor asiduidad en el
análisis pericial. Nos estamos refiriendo al caso del núcleo a la aleación Pb-Sb y al de la camisa
de latón 90/10 (aleación cobre y zinc).
Veamos en primer lugar como evolucionan las características del plomo cuando
incrementamos el % de Sb. Al plomo se lo encuentra en la naturaleza en forma de carbonatos y
sulfatos, siendo el de mayor comercialización el que se obtiene partiendo del material
denominado “galena” (S Pb). Luego de un refinamiento por medios térmicos en presencia de
oxígeno, se obtiene el plomo que conocemos, maleable, pesado y poco resistente a la rotura,
además como vimos con muy bajo punto de fusión.
Diagrama de Equilibrio Pb-Sb
Pb= plomo ; Sb= antimonio; °C= grados Celcius
El otro componente de menor cuantía, el antimonio, conocido desde la época de los faraones (se
usaba como rimmel) se encuentra en la naturaleza como elemento libre en muy pequeñas
cantidades. Los minerales más comunes de los cuales se obtiene, son el sulfuro antimonioso o
“estibina” y el oxisulfuro de antimonio o “blenda de antimonio”. Se presenta bajo tres variedades
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alotrópicas de las cuales la ß es la que se utiliza para este fin. Sólido de brillo metálico, frágil y
de estructura cristalina romboédrica.
A continuación veamos las propiedades del latón. Se logra a través de la fusión de sus
componentes principales el Cu y el Zn. La utilidad más difundida es la de fabricación de
municiones, por lo cual ha recibido el nombre de “latón militar”. Este material, en su modo de
utilización (solución sólida α) es dúctil a temperatura ambiente, lo que le confiere características
excelentes para trabajos de deformación plástica, proceso en el cual se fundamentan las
manufacturas de las camisas para balas.
Con la finalidad de contestar el interrogante planteado inicialmente, resulta necesario
realizar una comparación entre las características mecánicas del acero empleado para la
fabricación del tubo y las dos alternativas bajo análisis respecto del proyectil. En el siguiente
Resistencia [kg/mm²]
gráfico se podrá observar tal comparación.
200
150
100
50
0
375
400
425
450
475
500
525
550
575
600
625
650
675
Temperatura [°C]
Pb-Sb al 6%
Latón 90/10
Acero SAE 3335
Como se puede apreciar, a medida que la temperatura aumenta en el caso del tubo, al enfrentarse
con la bala a temperatura ambiente, se aproximan los valores de resistencia mecánica, más aun en
el caso de las balas encamisadas. Luego si recordamos lo que hemos analizado hasta aquí,
concluiremos en que el material que mayor desgaste produce es el latón, sea éste un 90/10 y más
aún un 70/30.
Otros Conceptos de Importancia
Como ya vimos uno de las variables de importancia en la vida útil del tubo, es la calidad
superficial y su resistencia mecánica. Existen varios métodos de elaboración del estriado a partir
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de los cuales se obtienen diferentes niveles de calidad. Por brochado, que resulta ser un método
de arranque de viruta; por “bolita” el cual cumple los requisitos de una deformación plástica y
por último el martelado, que trabajando sobre la base del mismo concepto anterior, resulta ser el
de mejor calidad y el que le brinda mayor vida útil. Conceptualmente se trata de un forjado en
frío.
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En las imágenes se pueden apreciar, en la parte superior una descripción esquemática de la
operación de martelado; en la parte inferior la representación de las calidades superficiales que se
logran, y las diferencias entre los métodos mencionados anteriormente.
Ahora cabría preguntarse ¿cómo se refleja físicamente en el tubo del arma, la llamada
muerte balística y como podemos apreciar los cambios que se generan?.
En la imagen siguiente vemos, sobre la izquierda el interior de un tubo cañón calibre 20
mm sin mayor uso; a la derecha el mismo cañón con signos evidentes de desgaste en sus estrías.
Sin duda estamos en presencia de la “muerte balística” del arma.
En la siguiente, nos encontramos en el Laboratorio de Ensayos Físicos de la Fábrica Militar Fray
Luis Beltrán realizando una observación con un endoscopio sobre tubo cañón calibre 9 mm.
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Con este equipamiento resulta posible realizar fotografías como la de la siguiente imagen, donde
es visible el efecto de latonado sobre el interior del tubo cañón.
Normalización Internacional
En el ámbito internacional existen numerosas normas que regulan y definen los sistemas armacartucho. Históricamente se han presentado dos bloques dominantes, y que en general se han
diferenciado a la hora de normalizar al respecto.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte, más conocida como NATO ha terciado
entre estos dos bloques normalizando en todos los sistemas de uso militar. Es así como en el caso
de los calibres 9 x 19 mm, 7.62 x 51 mm y 5.56 x 45 mm se puede encontrar una norma NATO
que define al detalle, no-solo las dimensiones de cartucho máximo y recámara mínima, sino
además todas y cada una de las características que resultan importantes a la hora de definir el
producto, y hacerlo intercambiable en todo el armamento de los países miembros.
Para el resto de los sistemas en el mercado de las armas de uso civil y civil condicional,
debemos consultar a dos normalizaciones reconocidas en el ámbito mundial. Ellas son: en los
EE.UU. de Norteamérica, y en general en los países que tecnológicamente le dependen, las
denominadas normas SAAMI (Sporting Arms and Ammunition Manufacturers` Institute). Para la
Comunidad Económica Europea, tienen validez las normas CIP (Comisión Internacional
Permanente).
En lo referente a vida útil, en el caso del calibre 9 x 19 mm, las normas NATO
establecen los siguientes valores de vida útil:
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Para pistola semiautomática
20.000 disparos
Para subfusil automático
15.000 disparos
Para el caso del calibre 7.62 x 51 mm, las mismas normas establecen:
Para el fusil FAL
15.000 disparos
Para el fusil H&K G3 A2
12.000 disparos
Resumen
Durante el desarrollo de este trabajo hemos tratado de aportar a los participantes de las Jornadas,
algunos de los conocimientos adquiridos por nuestra empresa y su staff a lo largo de más de
treinta y tres años de experiencia en la producción de sistemas arma-cartucho.
Hemos repasado las teorías fundamentales de la Balística, en particular la
correspondiente a la que se desarrolla en el interior del tubo del arma. Con ella tratamos las
causas que producen la llamada Muerte Balística con el objetivo de brindar al trabajo pericial la
mayor información desde la ciencia y su conocimiento otorgándole, como ya se mencionó en el
Prólogo, ventajas apreciables respecto del testimonio.
Conclusiones
Por lo expresado precedentemente respecto de la cantidad de factores que intervienen en la
evolución de la vida útil del tubo de un arma, no resulta posible determinar un número exacto de
disparos para la generalidad de las armas.
Científicamente la igualdad no existe. Obviamente entonces; no tendremos idénticos
diámetros de tubos; aceros con características mecánicas y químicas; tratamientos de mecanizado
del tubo; aleaciones de plomo / antimonio; camisas con diámetros y características mecánicas y
químicas; cadencias de tiro; pólvoras; etc; etc; etc.
Por consiguiente y dada la gran cantidad de factores, situaciones cambiantes y
específicas que influyen para cada sistema arma-cartucho en la determinación de la muerte
balística del tubo, es que insistimos en el sentido de remarcar la necesidad del trabajo en equipos
interdisciplinarios para cada situación determinada. Ninguno de nosotros posee los conocimientos
y experiencia en balística forense, que los manifestados por los distinguidos colegas que nos
acompañan como disertantes de estas Jornadas. De eso estamos plenamente convencidos.
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De igual manera creemos que nuestro aporte, desde el punto de vista de diseñadores y
productores de las armas de fuego y su munición, no puede ser realizado por otra persona que no
conozca en detalle los complejos fenómenos que se desarrollan durante el disparo.
Planteado como conclusión final de este trabajo, no resulta posible en los comienzos del
siglo XXI pretender realizar una investigación seria y profunda en la búsqueda de la “verdad”, sin
el aporte de los profesionales con el conocimiento y experiencia de cada una de las ciencias que
abarca la Balística.
El CEsBa, Centro de Estudios Balísticos trata de realizar este aporte desde la óptica ya
mencionada a los especialistas de la balística forense y por tal sentido se ha hecho presente en
estas Jornadas.
Bibliografía Consultada
•
Conferencia sobre Balística Interior Gral. Don José Sánchez Gutiérrez (Tercera edición)
•
Manual Oerlikon (Zurich 1962)
•
Balistique Intérieure P. Charbonier
•
Manual de Criminalística (Carlos A. Guzmán)
•
Normas SAAMI (Sporting Arms and Ammunition Manufacturers Institute)
•
Normas CIP (Comisión Internacional Permanente).
•
Normas NATO
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