La reseña de nuestras instituciones democráticas es una historia reciente. El camino que han recorrido para alcanzar su legitimidad ha sido muchas veces penoso, pero aleccionador. El caso del Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana, del Estado de San Luís Potosí no es la excepción. Es una institución joven, que alcanza su mayoría de edad este año y en su escaso tiempo de vida ha sido referencia inevitable como ejemplo de ciudadanización y, por lo mismo, promotora de importantes reformas de muchas de las instituciones públicas del sistema político mexicano que nacieron para consolidar un sueño de muchas décadas y generaciones: la democracia nacional. EL Consejo Estatal ahora CEEPAC represento el tránsito de una situación en la cual privaba el control gubernamental total en la organización de las elecciones, a una organización transparente caracterizada por su autonomía e independencia respecto al gobierno estatal; al crearse el primer Consejo auténticamente ciudadano a nivel nacional en el año 1992. La falta de credibilidad total de los actores políticos sobre los órganos electorales. El apoyo certero de los partidos políticos a una institución encargada de organizar las elecciones, fue un paso fundamental, que ahora hay que consolidar. La formación del Consejo sustenta, en gran medida, el tránsito de elecciones controladas a elecciones libres, justas, transparentes y democráticas, privilegiando la participación de la sociedad civil. La ciudadanía cada vez más exigente, plantea escenarios políticos novedosos, pero sobre todo confiables; esta nueva oportunidad de seguir construyendo una institución democrática al servicio de la sociedad. La tentación de olvidar el pasado doloroso es cómoda, y siempre será importante echar la vista atrás para nunca olvidar nuestro pasado y nuestros errores, que sin duda, marca el presente y que seguramente colocará retos en nuestro camino, para que nunca renunciemos al bienestar común, haciendo mejor las cosas en beneficio de todos. Nuestros hijos lo agradecerán. Este escrito pretende contribuir a dicho propósito, y para ello, establecer un panorama general de los espacios electorales desde tres aspectos: en PRIMER TERMINO, la organización de las elecciones antes del establecimiento del Consejo Estatal Electoral; en SEGUNDO LUGAR, las reformas electorales en el año 1992 y creación del Consejo, el significado que tuvo en el ámbito de la organización electoral, para garantizar elecciones libres y justas; y en TERCER LUGAR, reconocer su actividad actual para consolidar la institución en un ente confiable y eficiente con la credibilidad que propicio su creación. DE DÓNDE VENIMOS Por muchas décadas, el sistema político mexicano estuvo caracterizado por analistas mexicanos y extranjeros como un sistema no democrático. A diferencia de otros países de América Latina, y a pesar de su reconocido carácter autoritario, el sistema político mexicano gozó de estabilidad política y llevó a cabo elecciones federales y locales sin interrupción desde 1920. Este caso inusual del régimen hegemónico con continuidad política y elecciones periódicas puso de manifiesto el papel singular de las elecciones dentro del sistema político mexicano en su conjunto. Los partidos de izquierda veían a las elecciones como un mecanismo "burgués", mientras que el PAN, a la derecha del espectro político-electoral, era el único partido que insistía en la necesidad de construir un sistema político democrático a través de la participación electoral. A pesar de todo ello, las elecciones eran sumamente importantes para el sistema político en su conjunto, debido a su capacidad para regular la movilidad de la élite política, mantener y recrear la lealtad al sistema, y legitimar al gobierno y al partido gobernante. Las elecciones constituían, por tanto, un mecanismo fundamental para la reproducción del sistema político. Las elecciones reforzaban la presencia del partido gobernante, por lo que los cambios en las reglas electorales desde el punto de vista de su justicia y equidad, fuera en muchos momentos muy pobre. Sin duda, 1988 representó el punto de partida de una competencia política mucho más abierta. En esta elección, la competitividad aumentó considerablemente y los partidos de oposición más fuertes fueron capaces de exigir y negociar cambios verdaderamente importantes en las reglas electorales, que, a la vez, sirvieron como una cuña para impulsar modificaciones adicionales en la arena electoral. Es por ello que es necesario remontarnos a la época en donde un grupo de ciudadanos encabezados por el Dr. Salvador Nava Martínez exigían la ciudadanización de los organismos electorales, como primer paso para hacer realidad el principio democrático de que cada ciudadano es un voto, siendo los periodos en los que se identifica mayor participación de este movimiento los años de 1958, 1961 – 1963, 1982 – 1983, 1985 – 1986 y 1990 – 1992. Es en el año de 1991 período de mayor auge en la incidencia de la ciudadanización del órgano electoral local que da su triunfo al candidato del PRI, Fausto Zapata Loredo, sin embargo la Coalición Democrática Potosina, representadas por el Dr. Nava Martínez inicia actos de protesta con el argumento de fraude electoral y sin interponer ningún recurso en contra de los resultados consignados en cada una de las actas del Computo Distritales. Los alegatos de fraude registrados antes y después de las elecciones se dan particularmente en la Capital Potosina, en donde se establece un plantón permanente de mujeres en los accesos principales a Palacio de Gobierno, impidiendo el acceso a la sede oficial del Poder Ejecutivo al entonces gobernador Zapata Loredo. El Dr. Salvador Nava Martínez inicio con sus seguidores la denominada MARCHA POR LA DIGNIDAD, rumbo a la ciudad de México en vísperas de la rendición del informe del Presidente de la República Carlos Salinas de Gortari. LAS REFORMAS ELECTORALES EN AÑO 1992 Es así que, durante la década de los ochentas y primera mitad de los noventas, los procesos electorales en San Luís Potosí fueron sinónimo de enfrentamiento entre grupos políticos antagónicos, como resultado de la desconfianza que los opositores al partido en el poder manifestaban hacia la organización de las elecciones. En noviembre de 1992 se inicio la institucionalización de esa asignatura en San Luís Potosí y posteriormente en los ámbitos locales y federal mexicanos. El día 28 de noviembre de 1992 en la Sala de Gobernadores de Palacio de Gobierno, el secretario general de Gobierno tuvo a su cargo la apertura e introducción del acto en el que el Consejo Estatal Electoral se constituía como organismo ciudadano, manifestando lo siguiente: “La instalación del Consejo Estatal Electoral tendrá a su cargo la preparación, desarrollo y vigilancia de los procesos electorales en el Estado, esto asegura a los Partidos Políticos y a los ciudadanos electorales la irrestricta legalidad y absoluta limpieza de los futuros comicios…” La sociedad civil a través de la figura de Consejeros Ciudadanos en el Consejo Estatal Electoral, en las Comisiones Distritales Electorales y en los Comités Municipales Electorales, se convierten en factor decisivo de la organización electoral, erradicando de una vez por todas, la intranquilidad y la zozobra política, las perniciosas agresiones y el divisionismo, por que en la democracia estamos todos comprometidos: Gobierno, Partidos Políticos y Sociedad Civil. El cambio más importante derivado de la formación del Consejo Estatal Electoral fue, indudablemente, su nueva composición, el representante del Poder Ejecutivo fue excluido del Consejo, los representantes de los partidos políticos permanecieron como parte del Consejo pero sin derecho a voto. Finalmente, sólo los miembros no partidistas del Consejo Estatal Electoral mantuvieron voz y voto dentro del mismo, incluso sus facultades se ampliaron y por primera vez se establecieron comisiones especiales conducidas por dichos Consejeros, con el fin de evaluar el desempeño de los directivos responsables de la administración electoral. CONCLUSIONES Y PROPUESTAS PARA EL PERIODO ENERO 2011 A ENERO 2014 El Consejo Estatal Electoral de San Luís Potosí nace como una organización que rompe el paradigma de las instituciones públicas. Su transformación paulatina y consolidación vertiginosa fueron la plataforma para obtener su legitimidad como una institución creíble y legítima. La elección crítica de 1991 constituyó el parte-aguas del sistema estatal electoral que permitió llevar a cabo la transición definitiva de elecciones controladas por el gobierno y carentes de elementos que le permitieran ser justas, transparentes y libres, a elecciones organizadas por un instituto con personal profesional, enteramente autónomo, ciudadanizado e independiente del gobierno, capaz de organizar elecciones democráticas. Ante lo aquí expresado es que propongo las siguientes cuatro directrices en las que considero deberá de trabajar el próximo Consejo. Primero.- Transparencia y rendición de cuentas La evaluación del Órgano Electoral local, se da cada tres años de acuerdo a la difusión y al enfoque que en los medios de comunicación se de a la elección y no tanto al resultado. Es por ello que deberemos de anticiparnos a los comentarios negativos que pudieran dañar la credibilidad del Consejo, informando en tiempo y forma de la aplicación de los recursos que nos fueron depositados, ya sea a través de los mismos medios o de la página electrónica del Consejo y lincks con páginas del congreso, gobiernos y cámaras de la iniciativa privada. Segundo.- Fiscalización a los Partidos Políticos y Dentro de CEEPAC Existe una percepción social en la cual se cree que el organismo tiene una planta laboral obesa y mayor a la necesaria, por lo que deberemos de hacer un análisis de las acciones que se realizan y elaborar un manual de políticas y procedimientos siendo este más necesario en los tiempos en donde no exista un proceso electoral. Formación dentro de la base de trabajadores, como servidores electorales de carrera, acotando los riesgos que conlleva esta iniciativa, como pueden ser horarios establecidos (riesgo en horas extras en tiempo de elecciones), etc. Crear una estructura laboral profesionalmente sólida y compacta, evitar un crecimiento exponencial en los recursos económicos. (70 personas laboran en el Consejo permanentemente) Reducción del gasto, previo análisis, en tiempos no electorales. No más candados que generen gastos innecesarios. Tercero.- Ciudadanización del Consejo Deberemos de trabajar en la confianza, regresar a su origen, la cual estará soportada por las fortalezas del propio Consejo, así como el conocimiento y valoración que la ciudadanía da a el organismo. Después de un análisis superar las debilidades que actuales que tuviera el Consejo Por lo que propondré la creación de una Comisión Permanente de Comunicación Social, separada de la Comisión de Acción Electoral, con el personal existente dentro del Consejo. Estaremos pendientes de la Reforma Electoral que en Julio del 2011 emitirá el Congreso de la Unión para el acceso en la radio y televisión y ver su posible adecuación a la Ley Electoral del Estado. Contrarrestar, la percepción negativa que tiene la ciudadanía, mediante un dialogo mas cercano a través de programas, espacios en revistas y prensa escrita, así como spots para radio y televisión para diferentes grupos sociales. Cuarta.- Democracia Fomentar, impulsar y hacer cumplir la cultura sobre el respeto al resultado de las elecciones. El consejo deberá estar formado por el criterio de idoneidad y no el de cuotas partidistas. Fortalecer la institución con personajes ciudadanos. Mantener el principio de autonomía e independencia de todos los consejeros, así como de los funcionarios. Formación y evaluación de los Consejeros Distritales. Elaboración del modelo para la contratación de funcionarios. Establecer límites en la injerencia de los Consejeros y Representantes de los Partidos con la plantilla laboral del CEPAC. Democracia no necesariamente deberá ser igual a beneficio económico social, será el resultado por la preferencia de un grupo o persona en una elección. Según estudios existe un 30% de las personas con capacidad de votar que no cree en las elecciones, la cual se presenta con más intensidad entre los jóvenes, por lo que propondré la realización de encuestas en donde conoceremos los aciertos y las fallas de nuestras acciones que serán entre otras: Encuesta por participación Encuesta de confiabilidad y credibilidad Encuesta de imparcialidad.