La aparición de los otros

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La aparición de los otros: amenazas a la alteridad
Elizabeth Haworth
Resumen
El articulo discute la construcción de los otros en el psiquismo a partir de una
postura intersubjetiva, basándose en los trabajos sobre la formación de la
mente (Bion, Fonagy & Target), observaciones sobre desarrollo infantil e
intersubjetividad.
Se presenta una viñeta clínica con el fin de mostrar la
aparición de los otros en la vida mental a partir del proceso psicoterapéutico.
Descriptores: intersubjetividad, alteridad, mentalización
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Dígame, ¿De qué están hechas las relaciones? (paciente en consulta)
Ingrid viene un día luego de ausentarse dos semanas. La última sesión había
empezado tranquila pero como suele suceder, termina desesperándose,
llenándose de autorreproches y ataques hacia mí. Le señalo esto y se va muy
molesta. Contratransferencialmente, yo también sentía fastidio. Esta vez viene
y dice que había pensado dejar la terapia pero que han sucedido cosas que
quería entenderlas acá. Dice: me he estado preguntando quiénes son los otros
para mí, aparentemente yo me relaciono con otros pero es de acá
(señalándose la cabeza) en verdad, no siento mucho por ellos hasta el punto
en que me he preguntado si los quiero, si soy capaz de querer. D. (su actual
pareja con quien convive hace muy poco tiempo), casi se va de la casa, es que
yo lo maltrato, a veces lo odio, me quedo muda, no hablo y pongo mi caraza,
no lo puedo controlar, me da cólera que sea tan bueno, tan perfecto, que haga
las cosas y le salgan bien. Sentí que me hartaba, me saturaba, no soporto y le
dije que se fuera y empezó a hacer su maleta, me di cuenta y le pedí disculpas,
al final se quedó pero me dijo que una más y se iba. Yo me doy cuenta que
quiero destruir y a la vez no quiero, lo quiero pero veo que eso me pasa en
todos lados, con todas las personas, mis amigos, mi familia, mi propia mamá….
Ingrid nació en una provincia del Perú. Su madre es una mujer casi analfabeta,
muy trabajadora, sumamente violenta y explosiva, su padre muere cuando ella
tiene cinco meses. Su madre tenía un hospedaje, además de vínculos
familiares caóticos: he estado rodeada de gente que entraba y salía, yo creía
que los fantasmas existían. Ella es la menor de cinco hermanos, muy
diferenciada de estos, con mucho talento artístico y aspiraciones intelectuales.
A partir de lo que dice, discutiré sobre cómo aparecen “los otros” en nuestra
mente y en nuestros vínculos.
El psicoanálisis y el mundo “de afuera “ como mundo compartido
Para el psicoanálisis, el mundo externo no se presenta al individuo como algo
dado, no es la cosa en sí sino que es un mundo de subjetividades, de
representaciones que se van construyendo a lo largo de la historia del sujeto.
Freud enfatizó en la formación de las instancias intrapsíquicas y aunque
introdujo la noción de objeto (otro) como determinantes del psiquismo, puso
menos énfasis en la relación con los otros (Green, 2001). Desde la teoría
clásica, la relación con la madre y otros cuidadores, va dando forma a la vida
intrapsíquica del niño, relaciones que serán más o menos importantes
dependiendo del lugar y la función que ocupan en relación con la formación del
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deseo; esto es madre, padre, hermanos. No es solo la relación anaclítica con el
otro (madre) sino la compleja trama de mecanismos identificatorios imaginarios
los que van a ir calificando al-los otro-s, donde los límites de la alteridad aún
son borrosos. (estadio del espejo).
Desde otra perspectiva, la filosofía de la mente que toma observaciones
recientes de infantes e investigaciones cognitivas dan cuenta de cómo el niño
reconoce a los otros muy tempranamente. El mundo “de afuera” es un mundo
compartido de sentimientos, creencias, acciones que tiene conexiones
históricas con un sentido muy temprano de una realidad interpersonal
compartida. (Davidson, 1987).
Los estudios sobre mentalización permiten ver el interjuego entre lo “de fuera” y
“lo de dentro”1 a medida que se va conformando el espacio mental del niño.
La capacidad de reconocer estados mentales en uno mismo a partir de otro
(madre o primeros cuidadores) que reflejan los estados mentales de uno, va a
ir dando paso a una relación dialéctica entre lo que se concibe como interno y
externo. La subjetividad compartida es central en la información inicial sobre el
mundo (Gergely y Csibra 2005).
Inicialmente, el niño asume que su
conocimiento
conocimiento
del
mundo
(equivalencia psíquica) .
es
un
compartido
por
todos
Poco a poco se va dando cuenta de que su
perspectiva es distinta a la de los otros de modo que se va creando una suerte
de self mental (pretend mode) propio. El niño necesita „hacer uso‟ del otro
como una extensión de la experiencia de si mismo y para ello, el otro tiene que
ser entrar a una dialéctica en el sentido hegeliano; esto es, aboliendo
1
“Fuera “ y “dentro” son metáforas que designan lo intrapsíquico y lo intersubjetivo aunque no
existan espacios como tal.
3
temporalmente los límites del self para encontrarse dentro con el otro en una
suerte de alienación temprana y funcional a ese momento.
Los estudios de desarrollo temprano también revelan la importancia de la
mirada compartida (Stern) pero son las interacciones “auto-contingentes” las
que le muestran al niño que el mundo puede cambiar según sus reacciones y
le generan un sentimiento positivo al mostrarle que tiene un impacto en el
mundo.
El otro en la regulación de las emociones
Cuando la madre le refleja al niño lo que este siente, lo calma y contribuye a
regular su emoción. A su vez, el niño incorpora esta modalidad y la repite con
otros. Un grado de separación con la madre es fundamental para que el
proceso tenga éxito, es la función de continente de Bion y también es
contingente porque genera cambios. Si la madre le muestra al bebe solo sus
propios sentimientos y no el hecho de que se está dando cuenta2 del estado en
que se encuentra el bebe, impide la creación de una mente conjunta. De esta
manera, el niño se ve forzado prematuramente a experimentar sus
sentimientos como si estuvieran ”allí afuera” y no como compartidos “aquí y
ahora”3.
Ahora bien, cuando el niño ha vivido una situación de violencia interna, no
necesariamente física, aunque Ingrid ha vivido ambas, se atacan las
posibilidades de formación de la mente con consecuencias devastadoras para
la formación del self y de la percepción de los otros. El proceso intersubjetivo
2
3
El subrayado es nuestro
Obsérvese la alteración del tiempo psíquico a la que allude, entre otros, Green.
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básico se ve perturbado si los pensamientos del cuidador sobre el niño son
negativos o ausentes (en la línea de la “madre muerta” de Green o falla en la
función de reverie de Joan Riviere). Experimentos con niños con un apego
desorganizado con su cuidador revelan que no podían reestablecer una
interacción contingente con este sino que continuaban explorando su propia
imagen en el espejo. Esto se vincula con un comportamiento centrado en si
mismo y una falta de apertura a nuevo conocimiento de lo narcisista.
De esta manera, el niño no se siente seguro sobre los pensamientos que su
objeto-cuidador tiene respecto de él mismo ni tampoco sobre el pensamiento
de los otros. Ingrid sentía que su madre la odiaba y la quería matar. Sus
objetos
internos
estarán
pobremente
representadas,
generándole
una
necesidad desesperada de contener su experiencia psíquica de cualquier
manera; por ejemplo, a través de la agresión hacia otros o hacia sí mismo. La
alteridad se borra ya sea porque los otros son una proyección del terror
experimentado y por tanto tienen que ser obliterados de la experiencia o
porque son meras extensiones de uno mismo, necesarios según la
conveniencia propia del momento.
Finalmente, todo este proceso resulta en una reducida capacidad para
mentalizar, para imaginarse los estados mentales del otro y de sí mismo
impidiendo la inhibición de la agresión al representarse al otro como vaciado de
pensamientos, sentimientos y de una capacidad real para el sufrimiento. La
agresión en estos pacientes sirve para propósitos defensivos: ellos buscan la
proximidad con el objeto pero luego se sienten atrapados como Ingrid que
quiere la cercanía pero a la vez la llena de sentimientos hostiles de envidia y de
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empobrecimiento del yo. El otro es simultáneamente necesario pero ataca, da
y mata. Se produce un incremento de la tensión que se vuelve incontrolable y
produce los estallidos de rabia.
El acto violento disminuye la amenaza y
restaura el equilibrio psíquico. Fonagy & Target (1995) afirman que este acto
violento tiene como objeto atacar los pensamientos tanto en uno mismo como
en los demás.
Podríamos decir que es la eliminación de la alteridad, que es
tan amenazante.
A modo de conclusión preliminar
A medida que avanzó el proceso psicoterapéutico, con muchas dificultades,
Ingrid revivió la rabia y violencia en la transferencia. Simultáneamente, las
interacciones en el mundo externo hizo que los otros aparecieran de una
manera tal que sus proyecciones se intensificaron, trayéndolas al proceso
terapéutico, permitiéndonos verlas y verse reflejada en toda su violencia, Así,
pudo compartir su susto y de ver en mí a su figura terrorífica luego pudo ver
que yo era alguien que la podía calmar. Este momento marcó un hito en la
terapia.
Fonagy & Target plantean que el análisis de estas personas tiene como
objetivo crear una realidad externa, fortaleciendo sus vínculos intra y
intersubjetivos en la transferencia . No tenemos tiempo para desarrollar los
nexos con las especificidades culturales de nuestro continente, entendiendo la
cultura como lo hace Winnicott como una experiencia de holding, vemos que la
falta de limites de nuestros países da lugar a vivencias tempranas
extremadamente densas que generan subjetividades frágiles que impiden un
adecuado procesamiento de los vínculos. En ese sentido, el psicoanálisis uede
6
aportar junto con otras disciplinas, en la comprensión de las condiciones en
donde se desarrolla las subjetividades para que los sujetos puedan transformar
su relación con los otros..
REFERENCIAS
DAVIDSON D. (1987) Knowing one‟s own mind. Proceedings and Addresses of
the American Philosphical Association, 60: 441-58.
BENJAMIN Jessica. (1996). Los Lazos de Amor. Psicoanálisis, feminismo y el
problema de la dominación. Buenos Aires, Paidós.
FONAGY Peter & Target Mary. Thinking About thinking, some clinical and
theoretical considerations I the treatment of a borderline patient. Int. J. PsychoAnal,. (1991) 72: 639-656.
___ __Understanding the Violent Patient: The use of the Body and the Role of
the Father. Int. J. Psycho-Anal (1996) 76: 487-501.
_____ Playing with Reality: I. Theory of Mind and the Normal Development of
Psychic Reality. Int. J. Psycho-Anal., (1996) 77: 217-233.
______Playing with Reality: II. The Development of Psychic Reality from a
Theoretical Perspective. Int. J. Psycho-Anal. (1996) 77: 459-479.
Playing with Reality: III. The Persistence of Dual Psychic Reality in
Borderline
Playing with Reality: IV. A theory of external reality rooted in
intersubjectivity Int. J. Psycho-Anal (2007): 88:917-37
WINNICOTT D.W. Playing and Reality. (1971) Penguin Books.
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