Fondo Temático Propuesta de Directiva del Consejo por la que se establece un marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de las aguas REVISTA MENSUAL DE GESTIÓN AMBIENTAL / NOVIEMBRE 2000 MARÍA DEL MAR MUÑOZ AMOR (*) (*) María del Mar Muñoz Amor es Licenciada en Derecho; colaboradora habitual de las publicaciones de Ecoiuris y Econoticias. (1) Los textos que se han utilizado en la elaboración del presente artículo son los documentos de trabajo hasta ahora publicados con respecto a la propuesta de Directiva Marco que se estudia. A saber: “La política de Aguas de la Comunidad”, Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo,COM (96) 59, final, en este texto como PACE; la Propuesta de Directiva del Consejo por la que se establece un marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas, COM (97) final 97/0067 (SYN); y las sucesivas revisiones a esta propuesta: la de 20 de enero de 1998; la de 7 de abril de 1998, la de 17 de junio de 1999, COM (1999) 271 final (COD); la de 6 de junio de 2000; COM (2000) 219 final. No obstante, a la finalización de este trabajo ha salido ya el texto conjunto aprobado por el Comité de Conciliación contemplado en el apartado 4 del art. 251 del Tratado, último paso legal para la aprobación definitiva de la Directiva, que se prevé tendrá lugar en este año, y que se aleja un tanto de las aspiraciones iniciales de la PACE. El presente trabajo aludirá a algunos aspectos de este texto conjunto, pero es evidentemente que la importancia y trascendencia del mismo requiere un análisis más profundo de esta cuestión. Este artículo trata, por un lado, de explicar las motivaciones comunitarias para la aparición de esta disposición y, por otro, y a grandes rasgos, entre otras cosas por la limitación propia de un trabajo de este tipo, relacionar los principales aspectos y características de la nueva norma. En definitiva, pretende un acercamiento a una norma que en breve será el centro de muchos foros de debate y discusión y que, por supuesto, condicionará la actuación de la política española en materia de aguas. (2) Una Directiva de 1991, relativa a la contaminación por nitratos de la agricultura, en comparación con la primera regulación existente sobre protección de aguas, que data de 1975. Fondo Temático I. La necesidad de una nueva regulación comunitaria sobre aguas La necesidad de diseñar una Directiva Marco en esta materia ha respondido al hecho de que los progresos realizados en muchos ámbitos de la protección de las aguas aún son insuficientes. Tal es el caso de la contaminación difusa, cuyos «efectos secundarios» se han empezado a controlar de forma relativamente reciente (2). Cierto es que la lucha de la Comunidad Europea no ha ido mal encaminada en cuanto a contaminación puntual se refiere. Como es obvio, este tipo de polución es bastante más fácil de localizar, y por tanto de controlar. Pero aún queda mucho camino por recorrer. Pero, ¿por qué la Comisión se muestra partidaria de una Directiva marco y no de otro tipo de instrumento legal para regular estas cuestiones? En primer lugar, uno de los problemas con el que se encuentra cualquier estudioso de esta materia es el elevado número de disposiciones comunitarias (y no se está hablando de las de carácter nacional, autonómico o local) que sobre ella existen. Este exceso de normas lo justifica la Comisión (3) en el hecho de que la política de aguas es un «ámbito de competencias compartidas», lo que significa que la legislación comunitaria sólo podrá contribuir a la consecución de los objetivos pretendidos por esta Directiva, una vez que se haya incorporado a los ordenamientos nacionales. Lo que ocurre es que, probablemente, cada Estado ya tengan en su elenco legislativo normas cuyo objetivo es el mismo, y que, en tanto no sean contrarias a la norma comunitaria, habrán de complementarse con ella. Una Directiva marco podría, entonces, ser un instrumento eficaz y adecuado para dar coherencia y uniformidad a este ingente número de normas y crear así un iter común y único que diera las pautas para la gestión integrada de los recursos hídricos, Fondo Temático El segundo motivo en el que se basa la Comisión para apoyar la aprobación de una disposición de estas características es la necesidad de establecer controles comunitarios más eficaces en cuanto a protección del estado ecológico natural del medio acuático, por un lado, así como sobre la gestión de los aspectos cuantitativos del agua (4) (5). Efectivamente, entre los objetivos que considera la Comisión como necesarios para alcanzar un desarrollo sostenible está el de garantizar que la calidad y cantidad de los recursos hídricos sea, de modo general, suficientes para proteger y preservar el buen estado ecológico del medio acuático. Objetivo que, además, es especialmente vulnerable, por lo que requiere de una atención particular. Sobre los aspectos cualitativos del agua se empezó a discutir en su momento una propuesta de Directiva, en la que el objetivo último era conseguir una Buena Calidad Ecológica del Agua (entendiéndose por tal aquella que cumplía con los condicionamientos establecidos en el Anexo II de dicha propuesta: por ejemplo, que el oxígeno disuelto permita la supervivencia y reproducción de animales indígenas; que la concentración de sustancias tóxicas y nocivas en el agua no impidan sus usos normales...). Para ello, a más tardar el 31 de diciembre de 1998 (6), los Estados miembros debían haber establecido, en función de los datos obtenidos a través de un sistema de medición y control para determinar la calidad ecológica y de la detección de las fuentes de contaminación, unos Objetivos Operativos, que se alcanzarían con la aplicación de los Programas Integrados: Estos programas constarían, por un lado, de una serie de «actuaciones especificas» tales como cumplir con toda la normativa que ya existiera al respecto; aplicar las Mejores Tecnologías Disponibles, para el caso de contaminación puntual, o las Mejores Prácticas Ambientales, para el caso de contaminación difusa; limitar la sobreexplotación de los acuíferos, etc.; y por otro, unas «medidas adicionales» que habrían de adoptarse en el caso de que las medidas anteriores no fueran suficientes para obtener el grado de Buena Calidad Ecológica. Fondo Temático No obstante, el ámbito de aplicación de la propuesta de Directiva sobre la calidad ecológica de las aguas se redujo a las aguas superficiales como hábitat para aumentar su calidad e incrementar su valor potencial como fuentes de agua destinada al consumo y otros usos, sin decirse nada en ella de las aguas subterráneas, y tampoco hacia referencia a la. vertiente cuantitativa del agua. Para la Comisión (7), una Directiva marco sobre la calidad de las aguas podría incorporar e integrar lo establecido por esta propuesta (8). Finalmente, la tercera razón (9) que según la Comisión hace necesaria la aprobación de este tipo de norma es el carácter ya obsoleto de parte de la legislación en vigor sobre la materia, de manera que sus objetivos podrían alcanzarse con igual o mayor eficacia por otros medios, como una Directiva marco. Ello implicaría la derogación de determinadas disposiciones vigentes, siempre y cuando se garantizan que no iba a disminuir el nivel de protección ambiental. (3) p. 15 PACE (4) Puesto que, sobre la última cuestión, no existe directiva europea. (5) p.16 PACE (6) La fecha de la propuesta es de 10 de agosto de 1994 (7) p.16 PACE (8) Y de hecho así ha ocurrido con los Programas de Medidas, por ejemplo, inspirados en los programas integrados a que hacía referencia la propuesta de directiva sobre calidad ecológica. (9) Y que, sin lugar a dudas, es una razón de peso. Fondo Temático II. Características y objetivos de la futura Directiva Con estas motivaciones como punto de partida para el diseño de una Directiva marco sobre la calidad de las aguas, el principal rasgo que la definiría sería su carácter integrador: a) La integración de la gestión de los recursos hídricos y de la protección el estado ecológico natural y del funcionamiento del medio acuático, b) La integración de los aspectos cuantitativos y cualitativos, c) La integración de la gestión de las aguas superficiales y subterráneas, y d) La integración de medidas tales como los controles de emisión y los objetivos de calidad (enfoque combinado vs. paralelo). Esta planificación integrada de la gestión de los recursos hídricos se haría sobre la base de las cuencas fluviales, la unidad lógica con miras a la administración o la coordinación de la gestión de cursos de agua. Este es otro de los rasgos diferenciales de esta nueva normativa Puesto que la contaminación no conoce de fronteras es indispensable el uso de la cuenca hidrológica como sistema de organización administrativa. Evidentemente, y ya como cláusula habitual de toda la política medioambiental comunitaria, en respuesta a lo establecido en el Tratado de la Unión, toda actuación regulada por una futura Directiva marco deberá tomar en consideración los costes y los beneficios derivados tanto de su adopción como de su no adopción; es decir, debe existir una proporcionalidad entre las medidas propuestas y su incidencia sobre el medio ambiente (10). En definitiva, con la aplicación de esta Directiva marco, lo que se perseguida sería una política sostenible en materia de aguas que cumpliera con los siguientes objetivos: 1º. Garantizar la seguridad del suministro de agua potable. 2º. Garantizar que la calidad y cantidad del agua es suficiente para satisfacer, además de las necesidades de agua potable, otras necesidades económicas: Fondo Temático las industriales, agrícolas, pesqueras, del transporte, para la producción de electricidad y las necesidades recreativas. 3º. Garantizar que la cantidad y calidad de los recursos hídricos sea, de modo general, suficiente para proteger y preservar el buen estado ecológico del medio acuático, y 4º. Garantizar una gestión del agua que previniera o redujera los efectos adversos de las inundaciones y minimice la incidencia de la sequía. Las estrategias que se proponen para cumplir estos objetivos, y que conformarían la columna en torno a la que se desarrollan los principales aspectos de esta disposición serían las siguientes: a) La definición de un marco general dentro del cual los Estados miembros y los organismos comunitarios establecerán los fundamentos de utilización y de protección duradera de las aguas (11). b) La constitución de una red de seguridad que subsane los problemas hoy día no resueltos o aquellos que puedan ocasionarse puntualmente, por ejemplo inundaciones o sequías. c) Recogida y análisis de la información que sea necesaria para comprobar el estado del medio ambiente y proponer políticas viables. d) Transparencia en la Información recogida mediante su publicación y difusión. (10) Una estrategia rentable implica la necesidad de evaluar desde un punto de vista económico las ventajas y desventajas (en términos de reducción de emisiones, o mejora de la calidad, por unidad de coste) de los tres tipos principales de instrumentos estratégicos: reglamentos y normas (enfoque comunitario tradicional), nuevas tecnologías; internalización de los costes externos de la contaminación mediante la aplicación de tarifas e incentivos basados en el mercado. Estos instrumentos no serían excluyentes, pudiéndose utilizar como medidas complementarias en función de su rentabilidad relativa para abordar los problemas de contaminación y de escasez de agua. (11) No solo de las que corresponden a países de la UE, sino también de las de los territorios transfronterizos que se verán afectados por las medidas adoptadas. Fondo Temático Antes de pasar a comentar alguno de los principales aspectos de esta disposición, hay que saber que en su elaboración se han tomado como principal referencia o «guión» sobre el que trabajar las siguientes Directivas: la 76/464 sobre sustancias peligrosas; la Decisión 77/795, relativa al intercambio de información; la Directiva 80/778, relativa a la calidad de las aguas destinadas al consumo humano (12); la 80/68, relativa a la protección de las aguas subterráneas; la 82/501, SEVESO; la 91/271 de aguas residuales y la 91/676 sobre nitratos; la 91/414, relativa a la comercialización de productos fitosanitarios (contaminación difusa); la propuesta de directiva sobre la calidad ecológica de las aguas, y la 96/61, sobre control integrado de contaminación. Todas estas normas conforman la «legislación marco» existente hasta este momento en materia de protección de aguas. Precisamente por su carácter sectorial, cada una de ellas afronta los diferentes tipos de contaminación: difusa, puntual, accidental, así como los diferentes sectores que la originan. Debe quedar claro que la finalidad de la propuesta de Directiva marco es establecer disposiciones que mejoren la coordinación y coherencia de cada una de ellas, no se trata de incorporar todas las soluciones en una única propuesta. III. El buen estado de las aguas como objetivo mínimo (13) La política comunitaria de aguas persigue la consecución de un objetivo mínimo: el BUEN ESTADO de éstas. Para las masas de agua que gozan de él se trata de mantenerlo; para las masas de agua con un estado inferior a bueno habrán de alcanzarlo; para las aguas subterráneas, además de cumplirse los requisitos del buen estado, se deberá registrar e invertir toda tendencia significativa y sostenida al aumento de la concentración de cualquier contaminante. Y es en este apartado donde aparece una de las novedades de esta norma: la integración de las aguas costeras y marinas dentro del ámbito de aplicación de la misma (14). De manera que con la aplicación de esta Directiva se persigue lograr los objetivos establecidos por los acuerdos Fondo Temático internacionales en los que la Comunidad Europea es signataria (15), entre los que se incluyen «aquellos cuya finalidad es prevenir y erradicar la contaminación del medio ambiente marino, a efectos de interrumpir o suprimir gradualmente los vertidos, emisiones y pérdidas de sustancias peligrosas prioritarias, con el objetivo último de conseguir concentraciones en el medio marino cercanas a los valores básicos por lo que se refiere a las sustancias de origen natural y próximas a cero por lo que respecta a las sustancias sintéticas artificiales» (16). Lo cierto es que las condiciones naturales de las aguas no son las mismas a lo largo de toda la Comunidad, de manera que no se pueden establecer siempre métodos o parámetros idénticos para utilizarlos en todas las circunstancias. Por ello, lo que se ha hecho es establecer una serie de criterios básicos en unos anexos técnicos que, junto con la definición de buen estado, suficientemente amplia, permitirán que los objetivos ambientales a que se refiere el artículo 4º del Texto Conjunto sean realmente «comunes» a todos los Estados miembros. Para que las aguas tengan un BUEN ESTADO, se requiere que tanto su ESTADO QUÍMICO como su ESTADO ECOLÓGICO sean, al menos, buenos (17). (12) Esta disposición fue modificada por la 98/83. (13) Artículos 1º y 4º del Texto Conjunto. (14) Efectivamente, tal y como indica el Considerando 17 de este Texto Conjunto, «una política de aguas eficaz y coherente debe tener en cuenta la vulnerabilidad de los ecosistemas acuáticos situados cerca de las costas y estuarios o en golfos o mares relativamente cerrados, puesto que el equilibrio de todas estas zonas depende en buena medida de la calidad de las aguas continentales que fluyen hacia ellas». (15) Convenio sobre la Protección del Medio Marino de la Zona del Mar Báltico, firmado en Helsinki el 9 de abril de 1992 y aprobado por la Decisión 94/157/CE del Consejo; Convenio sobre la Protección del Medio Marino del Nordeste Atlántico, firmado en París el 22 de septiembre de 1992 y aprobado Fondo Temático por la Decisión 98/249/CE del Consejo; Convenio para la Protección del Mar Mediterráneo contra la Contaminación, fumado en Barcelona el 16 de febrero de 1976 y aprobado por la Decisión 77/585/CEE del Consejo, y su Protocolo del Mar Mediterráneo contra la contaminación de origen terrestre, firmado en Atenas el 17 de mayo de 1980 y aprobado por la Decisión 83/101 del Consejo (16) Dos comentarios sobre esta aportación de la Directiva: la inclusión de las zonas costeras, estuarios, etc.. tendrá evidente repercusión para España cuya organización administrativa a través de las cuencas hidrográficas no incluye estos territorios; la pretensión de objetivo último proviene de una de las enmiendas del Parlamento recogida en el (COM) 219 final, aceptada en principio por la Comisión. Este órgano la aceptó dándole una nueva redacción, para aclarar que uno de los objetivos de la propuesta es alcanzar este compromiso de jurídicamente, intenciones, mediante esencialmente medidas específicas político basadas y no en vinculante una acción prioritaria contra las sustancias que causan mayor preocupación, de conformidad con la declaración inicial de los Estados miembros y de la Comisión, realizada en Sintra con motivo de la reunión de las Partes en el Convenio OSPAR. (17) Definición dada en los apartados 22 y 24, del artículo 2.0 del Texto Conjunto. La fecha para alcanzar estos objetivos será a más tardar quince años después de la entrada en vigor de la Directiva (18). No obstante, se permiten excepciones a ello: 1º PRORROGA: puede ocurrir que por la magnitud de las mejoras requeridas y debido a las posibilidades técnicas, éstas sólo puedan conseguirse en plazos más extensos; que la consecución en el plazo general suponga un precio desproporcionadamente elevado; o bien que las condiciones naturales no permitan la consecución del objetivo mínimo en el plazo indicado. Cuando se dé al menos uno de estos supuestos y además la prórroga que nunca será superior a dos nuevas actualizaciones del plan hidrológico se motive en el Fondo Temático mismo podrá permitirse una prórroga para la consecución progresiva de los objetivos ambientales. 2º Efectivamente, el objetivo mínimo es alcanzar el buen estado. Pero puede ocurrir que la masa de agua esté tan afectada por la actividad humana anterior, o que su condición natural sea tal, que las mejoras de su estado serian inviables o de un coste desproporcionada-mente elevado. Para estos dos supuestos se podrán exigir OBJETIVOS MENOS RIGUROSOS, lo que no eximirá del establecimiento de los procedimientos adecuados para prevenir el deterioro adicional (19). 3º Por último, puede ocurrir que se produzca un deterioro temporal de las masas de agua debido a causas naturales o de fuerza mayor que sean excepcionales o no hayan podido preverse razonablemente (20), en particular graves inundaciones y sequías prolongadas, o al resultado de circunstancias derivadas de accidentes que no hayan podido preverse razonablemente, en cuyo caso NO se considerará INFRACCION de las disposiciones de la presente Directiva. Como tampoco se considerará infracción el hecho de no lograr el objetivo mínimo, debido a nuevas modificaciones de las características físicas de una masa de agua superficial o a alteraciones del nivel de las masas de agua subterráneas, siempre que se cumplan con una serie de condiciones establecidas al efecto. En resumen, el BUEN ESTADO se convierte en el objetivo común a alcanzar en toda la Comunidad, respetándose, a su vez, las diversidades ambientales, y con las excepcionalidades arriba mencionadas. No significa que no se vayan a cumplir los objetivos ambientales perseguidos por esta Directiva. Lo que significa es que se va a dar una «amplia carta de posibilidades», dejando que el principio de subsidiariedad alcance sus máximas consecuencias: ofreciendo soluciones locales a problemas locales. Fondo Temático IV. Aguas que requieren de especial atención A. Zonas de Protección Especial (21) El hecho de que se reconozca la diversidad de condiciones ambientales en las distintas regiones de la Comunidad es contrario a la aplicación de controles uniformes en todo lugar y circunstancia. Efectivamente pueden existir determinados recursos hídricos que merezcan de una protección especial en términos cuantitativos o cualitativos. A esta diversidad responde el artículo 6 del Texto Conjunto. En él se establecen mecanismos de especial protección para determinadas zonas (22: i. Zonas designadas para la captación de las aguas destinadas al consumo humano, con arreglo al art. 7 del Texto Conjunto. ii. Zonas designadas para la protección de especies acuáticas significativas desde un punto de vista económico. iii. Masas de agua declaradas de uso recreativo, incluidas las zonas declaradas de aguas de baño en el marco de la Directiva 76/160. iv. Zonas sensibles en lo que a nutrientes respecta, incluidas las zonas vulnerables en virtud de la Directiva 91/676, relativa a nitratos y las zonas declaradas sensibles en el marco de la Directiva relativa al tratamiento de aguas residuales urbanas, 91/271. v. Zonas designadas para la protección de hábitats o especies cuando el mantenimiento o la mejora del estado de las aguas es un factor importante de su protección, incluidos los lugares Natura 2000 pertinentes designados en el marco de la Directiva 92/43, relativa a los hábitats, modificada por última vez por la 97/62, y la Directiva 79/409, relativa a las aves silvestres, modificada por última vez por la 97/49. (18) Una de las Enmiendas del Parlamento solicitaba un plazo de diez anos, pero la Comisión lo consideró demasiado estricto, sugiriendo una Fondo Temático solución global que incluyera cierta reducción del plazo, combinada con requisitos más estrictos para alcanzar los objetivos ambientales. (19) Para este supuesto han de cumplirse también una serie de condiciones, como por ejemplo que se garantice el mejor estado ecológico y químico posibles teniendo en cuenta las repercusiones que no hayan podido evitarse razonablemente debido a la naturaleza de la actividad humana o de la contaminación. (20) En este sentido es interesante recordar la STJCEE de 12 de febrero de 1998, Asunto C-92/96, en la que no se admitieron las alegaciones que hizo España basadas en la fuerte sequía por la que estaba pasando, como justificación de la no consecución de los objetivos de calidad establecidos en la Directiva 76/160, relativa a la calidad de las aguas de balo. (21) Artículo 6 del Texto Conjunto. (22) En cada Distrito de cuenca fluvial deberá haber un Registro de todas las zonas que hayan sido declaradas de protección especial con arreglo a una norma comunitaria específica, relativa a la protección de las aguas superficiales o subterráneas o a la conservación de los hábitats y de las especies que dependen directamente del agua. La zonificación puede ser válida para clasificar las distintas zonas según una escala de prioridades, en la que el primer puesto correspondería a las zonas que requieren medidas más urgentes. Ahora bien, el riesgo que puede surgir con esta medida es el de la aparición de niveles de protección distintos, y con ello, el dumping. Por ello, para evitarlo la Directiva marco deberá establecer las normas comunes mínimas a la hora de clasificar un determinado espacio como zona de protección especial, conforme a criterios y conceptos homogéneos (23). B. Aguas destinadas a Potables (24) Ya se ha indicado que el principal objetivo de la Directiva marco sobre aguas ha de ser la protección del medio ambiente. Pero, evidentemente, con ello se Fondo Temático está garantizando que el agua potable y el agua para otras necesidades económicas reúna las condiciones de calidad apropiadas. Así pues, la propuesta de Directiva también presta una especial atención a las aguas destinadas al consumo humano (25), tanto las utilizadas actualmente como las que se destinarán a tal uso en el futuro. Esta categoría de aguas recibe una protección adicional, pues no sólo ha de cumplirse con respecto a ellas lo establecido por esta Directiva marco, sino que hade garantizarse el cumplimiento de los requisitos de la Directiva 80/778/CEE, relativa a la calidad de las aguas destinadas al consumo humano, en su versión derogada por la Directiva 98/83/CE, del Consejo, de 3 de noviembre (26). La protección deberá ser tal que se llegue a reducir el nivel del tratamiento de purificación necesario para la producción de agua potable. Como último mecanismo de protección estas aguas, tal y como establece el art. 8º del Texto Conjunto, se someterán aun seguimiento que permita obtener una visión general coherente y completa de su estado cualitativo y cuantitativo, dentro de cada demarcación hidrográfica. (23) A esta medida Se unirá el establecimiento por parte de los Estados miembros de los programas de control para estas zonas, conforme a las especificaciones técnicas previstas en la legislación comunitaria, nacional o local en virtud de la que se hayan establecido como tal. (24) Artículo 7 del Texto Conjunto. (25) Con el reconocimiento en su Considerando 15 del abastecimiento de agua como servicio de interés general. (26) Como se indica en la PACE, esta Directiva se considera a nivel general la fuerza motriz de la mejora global de la calidad del agua potable registrada en la Comunidad durante la última década, y no debe incluirse en la Directiva marco, sino que debe mantener su carácter autónomo Fondo Temático V. La nueva organización administrativa: Planificación Hidrológica (27) Una de las novedades más interesantes que presenta la propuesta de Directiva es la adopción de la cuenca fluvial como la unidad fundamental y natural para la protección y el uso de las aguas, considerándose la unidad administrativa básica a efectos de gestión de las aguas (28). Estas cuencas hidrográficas se incluirán en demarcaciones hidrográficas, forma superior de organización administrativa de las aguas. Cada demarcación dispondrá de su PLAN HIDROLÓGICO (29), que se publicará a más tardar nueve años después de la entrada en vigor de la Directiva. Esta forma de organización supone un avance para muchos de los Estados miembros, principalmente nórdicos, pero no para España, donde, como ya se mencionó supra, la posible polémica. y dificultad de su aplicación derivará del hecho de que en ellos se incluye también la gestión de aguas costeras. Así pues, el buen estado como objetivo mínimo debe conseguirse en cada cuenca fluvial, Pero no se impone una agencia o autoridad única de gestión, sino que las normas de la presente propuesta se aplicarán de forma coordinada por cada una de las autoridades competentes que hayan designado al efecto cada Estado miembro. Esta decisión es significativa por cuanto implica el respeto a las tradiciones administrativas de los distintos Estados miembros y responde a la afirmación que hizo en su día el Comité de las Regiones: «mediante directivas no se puede decidir la estructura administrativa de los distintos países» (30). (27) Artículos 3 y 5 del Texto Conjunto. (28) Este sistema ya aparece en el Convenio sobre la protección y uso de los cursos de aguas transfronterizos y los lagos internacionales, Decisión 95/308/CE del Consejo. (29) Art. 13 y Anexo VII del Texto Conjunto, en el que se recogen las especificaciones técnicas conforme a las cuales hay que elaborar estos Planes. Fondo Temático (30) En el Dictamen que hizo sobre la Comunicación de la Comisión sobre la política de aguas de la Comunidad Europea (DOCE C nº 34, de 3.2.1997). Como Contenido de los Planes Hidrológicos, la Directiva incluye, entre otras cuestiones, unos programas -de seguimiento y control- en los que se establecerán todas aquellas medidas que se consideren necesarias para el cumplimiento de los objetivos ambientales perseguidos con ella. A. Programas de Seguimiento (31) La mayor parte de la legislación comunitaria en materia de aguas prevé determinadas obligaciones de control. Dado el carácter sectorial de estas disposiciones, ocurre que cada directiva exige unos requisitos de control concretos para la materia que regula. No por ello existen contradicciones entre los mecanismos de control establecidos en cada norma, no obstante lo cual, con miras a una simplificación de los requisitos (32), y puesto que de lo que se trata es de aprobar una Directiva marco, es conveniente integrar en la misma los diferentes requisitos de control (33). Así pues, a fin de ofrecer una visión general, coherente y completa del estado de las aguas para cada distrito de cuenca fluvial, se establecerán los -programas de seguimiento-, que incluirán el control -cuantitativo y cualitativo, así como del estado ecológico y químico, en lo que a aguas superficiales, subterráneas y zonas protegidas se refiere (34). B. Programa de Medidas (35) Para ALCANZAR el objetivo mínimo de BUEN ESTADO, se hará necesario el establecimiento de un programa de medidas. Como ya se comentó más arriba, la propuesta de Directiva de la Comisión relativa a la calidad ecológica del agua obligaba a los Estados miembros a establecer programas integrados en los que se incluyeran todas las medidas necesarias para aplicar la Directiva, conjuntamente con las medidas precisas Fondo Temático en virtud de otros actos legislativos nacionales y Comunitarios en el ámbito de las aguas (36). Esto se supone que permitiría un grado de racionalización y de coordinación de las diversas medidas que se adoptasen, en ocasiones por autoridades diferentes, para mejorar la calidad de una misma masa de agua. En este Texto Conjunto se ha ampliado la noción de programas integrados a un concepto más general de gestión integrada, que incluye un mayor grado de integración de los diversos elementos de control y de fijación de objetivos de la política de aguas. Estos son los Programas de Medidas a que se refiere el artículo 11. Estos Programas constarán: a) Obligatoriamente de una serie de MEDIDAS BÁSICAS, requisitos mínimos que deben cumplirse y que serán todas aquellas necesarias para poder aplicar las líneas vertebradoras que esta norma usa para la consecución de los objetivos ambientales que persigue, y que se establecen en el art. 11, apartado 3.º del Texto Conjunto (37); y, b) MEDIDAS COMPLEMENTARIAS. Estas se pondrán en práctica en el supuesto de qué con la aplicación de las medidas obligatorias no se hayan alcanzado los objetivos ambientales perseguidos (38). (31) Artículo 8. del Texto Conjunto. (32) Con este mismo motivo se establece el «permiso único» en la IPPC. (33) Por otro lado, ello ayudaría a la comparabilidad de los datos en toda Europa, que es otro de los objetivos Perseguidos por la Directiva marco. (34) Este control ha de incluir los elementos enumerados en el Anexo v. Además, si de los datos obtenidos de la aplicación de los Programas de Seguimiento se prevé que probablemente no se lograrán los objetivos ambientales determinados, habrán de investigarse las causas de ello; revisar todas las autorizaciones,. adecuar a la nueva situación estos programas, y establecer todas las medidas adicionales necesarias para lograr tales objetivos, incluido si procede el establecimiento de normas de calidad ambiental más estrictas con arreglo a los procedimientos del anexo V. (35) Artículo 11 del Texto Conjunto. Fondo Temático (36) En el primer epígrafe, «La necesidad de una nueva regulación comunitaria sobre aguas», se resume de forma breve esta disposición. (37) Así como en el Anexo VI, parte A, de este mismo Texto. Como se puede ir viendo a lo largo de este breve análisis, la Directiva está impregnada del reconocimiento a las diversidades existentes en toda la Comunidad, que requieren soluciones específicas. Esta diversidad debe tenerse en cuenta en la planificación y ejecución de las medidas destinadas a garantizar la protección y el USO sostenible del agua, elaborando programas que se ajusten a las condiciones regionales y locales. Por ello lo que hace es «enmarcar» aquellas medidas en tomo a las que cada Estado debe orientar su actuación; proporcionar, en definitiva, un marco general de actuación. VI. El enfoque combinado Una de las novedades de la Directiva marco es la del uso del enfoque combinado como sistema para el control de la contaminación acuática. El enfoque combinado implica el uso conjunto de controles, basados en los valores límite de emisión y en el cumplimiento de los objetivos de calidad, reforzándose ambos tipos de control mutuamente y prevaleciendo, en cualquier situación particular, el planteamiento más riguroso. La diferencia con el enfoque paralelo radica en que, según éste, los valores límite podían superarse en aquellos casos en que un Estado miembro pudiera demostrar ante la Comisión que los objetivos de calidad fijados para el curso en el que se venía esa determinada sustancia no se sobrepasaban. Pero conforme a este sistema podían darse dos situaciones: que se admitiese un vertido que cumpliese con los valores limite de emisión en su punto de salida, pero que sin embargo rebasara los objetivos de calidad establecidos para el curso que lo recibiera (y en el que ya existirían muchas sustancias contaminantes provenientes de otras actividades). O a la inversa, que se permitiese verter sustancias contaminantes por encima de los limites establecidos para ellos porque no se superasen los objetivos de calidad de ese curso. Fondo Temático La experiencia ha demostrado que el uso del en-foque paralelo ha sido contraproducente y por supuesto ineficaz. Los objetivos de calidad ambiental (39) suelen ser insuficientes por sí mismos para atajar graves problemas de contaminación y pueden malinterpretarse como una «licencia para contaminar» hasta un nivel de emisión determinado. Asimismo, una estricta aplicación de los valores límite de emisión sobre la base de las mejores tecnologías disponibles puede conducir en algunos casos a inversiones innecesarias sin beneficios significativos para el medio ambiente. De forma que la Directiva marco opta por el enfoque combinado: los valores límite de emisión han de ser tales que garanticen la reducción requerida por cada norma comunitaria más toda la reducción adicional necesaria para alcanzar el nivel de calidad establecido para las aguas en las que se vierta. Lo que ocurre es que la Directiva marco no establecerá unas normas de calidad o unos valores límite de emisión uniformes, puesto que como reiteradamente se viene comentando a lo largo de este texto, no todas las circunstancias son las mismas. En algunos casos, las circunstancias locales requerirán diferentes normas específicas. No se trata de hacer una única «directiva sobre aguas» que integre todos los elementos del enfoque combinado en un solo acto legislativo, sino que la Directiva marco está concebida para permitir la coordinación y la coherencia de los diversos aspectos de la política de aguas. Por eso, en el artículo 10 del Texto Conjunto se establecen las normas que servirán de referencia a los Estados miembros a la hora de concretar las disposiciones a las que sus vertidos han de adaptarse (40): la Directiva 91/61, relativa al control integrado de la contaminación; la Directiva 91/271 relativa a la depuración de aguas residuales; la 91/676, relativa a la contaminación producida por nitratos; las medidas adoptadas en virtud de lo que establece el artículo 16 del Texto Conjunto, con respecto a las sustancias peligrosas; las directivas enumeradas en el Anexo IX, así como cualquier otro acto legislativo Fondo Temático comunitario pertinente. En función de lo establecido por estas normas los Estados miembros deberán aplicar: (38) Una lista NO EXHAUSTIVA de estas medidas se recoge en la parte B del Anexo VI de la propuesta: instrumentos legislativos, administrativos, económicos o fiscales, acuerdos negociados, códigos de buenas prácticas, etc. En todo caso, se habrán de incluir en el programa de medidas cualesquiera que se considere necesarias para alcanzar los objetivos ambientales propuestos. (39) Existe una cierta confusión en los términos empleados. Hasta ahora se llamaba objetivos de calidad ambiental a lo que, a partir de esta disposición, se denominará normas de calidad ambiental, puesto que los objetivos serán los establecidos en el art. 4º de la misma, haciendo referencia a los fines pretendidos por ella. (40) A más tardar en el plazo de doce años a partir de la entrada en vigor de esta Directiva. a) los controles de emisión basados en las mejores técnicas disponibles, b) los valores límite de emisión, y c) los controles y las mejores prácticas ambientales si se está ante contaminación difusa. Pero en el supuesto de que una norma de calidad establecida en virtud de esta propuesta de Directiva, de las directivas enumeradas en el Anexo IX o de cualquier otro acto legislativo comunitario exija condiciones más estrictas que las que originaria la aplicación de las disposiciones anteriores, se establecerán en consecuencia controles de emisión más rigurosos. Fondo Temático VII. Priorización de sustancias peligrosas Para que el enfoque combinado funcione correctamente, el primer paso necesario será determinar los valores límite de emisión adecuados para cada sustancia contaminante. El intento de la presente propuesta de Directiva marco es el de superar los errores en los que cayeron las directivas en las que se basa y que provocaron su ineficacia y con ello un progresivo aumento de la contaminación. Efectivamente, uno de los problemas de la Directiva 76/464 fue la falta de medios para determinar, de entre las sustancias enumeradas en su Anexo 1, las sustancias prioritarias de cara a la acción. Para que esto no se repita, el articulo 16 del Texto Conjunto propone un mecanismo de priorización: la elaboración, por parte de la Comisión, de una lista de las sustancias prioritarias en función de su riesgo para el medio acuático o a través de él (41). El objetivo ambiental perseguido es la reducción progresiva de venidos, emisiones y pérdidas que contengan este tipo de sustancias. Dentro de esta lista de sustancias prioritarias habrá que identificar; a su vez, las peligrosas, para las que se persigue su interrupción o supresión gradual, siempre en un plazo no superior a veinte años (42). Como más arriba se ha indicado, para la completa efectividad del enfoque combinado también han de respetarse las normas de calidad que para el curso receptor del vertido se establezcan. Es por ello que la Comisión, junto a la lista prioritaria anterior, presentará propuestas relativas a las normas de calidad aplicables a las concentraciones de sustancias prioritarias en el agua, los sedimentos y la biota (43). Asimismo, la Comisión podrá elaborar estrategias para combatir la contaminación de aguas causada por otros contaminantes o grupos de contaminantes, incluida toda aquella contaminación que se produzca como consecuencia de accidentes. Fondo Temático Hay que advertir que este mecanismo sólo juega con respecto a las aguas superficiales, puesto que el Texto Conjunto establece en su articulo l7 estrategias propias para la prevención y control de la contaminación de las aguas subterráneas. VIII. Régimen transitorio En todo caso, la aplicación de esta norma deberá permitir alcanzar un nivel de protección de las aguas equivalente, como mínimo, al previsto en las disposiciones existentes hasta ahora en la materia, y que deben ser derogadas una vez se apliquen plenamente las correspondientes disposiciones de la presente Directiva. Una norma de estas características, que trata de abarcar todas las disposiciones existentes en esta materia, requiere de forma ineludible un preciso y adecuado régimen de derogaciones así como un régimen transitorio que en ningún momento provoque un vacío legal en un asunto de tan vital importancia. Así pues, el artículo 22 del Texto Conjunto establece que: (41) Que se enumeran en el Anexo X del Texto Coniunto. Tal y como establece su Considerando 44 habrá de hacerse uso del principio de cautela a la hora de determinar las sustancias peligrosas prioritarias. Para definir el riesgo de una determinada sustanciase valorara tanto su peligro intrínseco como la exposición ambiental. En función de la combinación de ambos criterios se determinará su grado de riesgo. La propuesta establece tres alternativas para la determinación de éste. la evaluación de riesgos según el método establecido en el Reglamento (CEE) 793/93, la Directiva 91/414/CEE del Consejo, relativa a la comercialización de productos fitosanitarios, y la Directiva 98/8/CE del Parlamento Europeo y del Consejo relativa a la comercialización de biocidas; una evaluación de riesgos específica, centrada únicamente en la ecotoxicidad acuática y en la toxicidad humana a través del medio acuático y, en último caso, y para no retrasar de ninguna forma la elaboración de la lista, un procedimiento simplificado, en el que se haga Fondo Temático público su método y teniendo en cuenta toda la información que exista sobre esa sustancia, sobre su peligro y su exposición. (42) Una vez identificadas las sustancias la Comisión deberá, en primer lugar, identificar todas las fuentes significativas de las emisiones, tanto para los procesos como para los productos acabados y, en segundo lugar, analizar el nivel de control adecuado y la combinación de controles más rentable de esas fuentes. En todos los casos, la combinación de medidas para lograr el objetivo de la eliminación progresiva, se decidirá sobre la base de la rentabilidad y la proporcionalidad. La decisión de hasta dónde llegar en el objetivo de eliminar una sustancia determinada se basaría, por lo tanto, en la evaluación de silos costes de lograr reducciones adicionales de la sustancia son proporcionales a las reducciones que se consigan. (43) Estas normas de calidad, en el caso de no existir en el ámbito comunitario, deberán ser determinadas por los Estados miembros en sus planes de cuenca. a) En el plazo de siete años desde de la fecha de entrada en vigor de la presente Directiva quedarán derogados: la Directiva 75/440/CEE del Consejo, de 16 de junio, relativa a la calidad requerida para las aguas superficiales destinadas a la producción de agua potable en los Estados miembros (44); la Decisión 77/795/CEE, de 12 de diciembre, por la que se establece el procedimiento común de intercambio de informaciones relativo a la calidad de las aguas continentales superficiales en la Comunidad (45); Directiva 79/869/CEE del Consejo, de 9 de octubre, relativa a los métodos de medición y a la frecuencia de muestreos y del análisis de las aguas superficiales destinadas a la producción de agua potable en los Estados miembros (46). b) En el plazo de trece años desde de la fecha de entrada en vigor de la presente Directiva quedarán derogados: Directiva 78/659/CEE del Consejo, de 18 de Julio,. relativa a la calidad de las aguas continentales que requieren protección o mejora para ser aptas para la vida de los peces; la Directiva 79/923/CEE del Consejo, de 30 de octubre, relativa a la calidad de agua Fondo Temático exigida para la cría de moluscos; Directiva 80/68/CEE del Consejo, de 17 de diciembre de 1979, relativa a la protección de las aguas subterráneas contra la contaminación causada por determinadas sustancias peligrosas; y Directiva 76/464/CEE del Consejo, de 4 de mayo, excepto en su artículo 6, que quedará derogado a partir de la fecha de entrada en vigor de la presente Directiva. c) Se aplicarán las siguientes disposiciones transitorias a la Directiva 76/464/CEE: I. La lista de sustancias prioritarias adoptadas con arreglo al artículo 16 de la presente Directiva sustituirá a la lista de sustancias clasificadas en orden prioritario que figura en la Comunicación de la Comisión al Consejo de 22 de junio de 1982. II. A efectos del artículo 7 de la Directiva 76/464/CEE, los Estados miembros podrán aplicar los principios establecidos en la presente Directiva para determinar los problemas de contaminación y las sustancias que los ocasionan, fijar normas de calidad y adoptar medidas. IX. Conclusiones En definitiva, los grandes rasgos que orientarán la futura política comunitaria sobre aguas serán: 1. Organización administrativa para la gestión de las aguas a través de las cuencas fluviales. Las cuencas fluviales se regularán conforme al plan hidrológico en el que se establecerán aquellas medidas necesarias para conseguir el objetivo mínimo para toda la Comunidad: el buen estado de las aguas. 2. Para conseguir este buen estado, se usará frente a los vertidos contaminantes el denominado enfoque combinado. Para el correcto funcionamiento de ese sistema de control, el primer paso a dar será la elaboración de una lista de sustancias prioritarias que representen un peligro inaceptable para el medio ambiente y sobre las que hay que empezar a actuar. Fondo Temático (44) Directiva modificada por última vez por la Directiva 91/6922. (45) Decisión modificada por última vez por el Acta de Adhesión de 1994. (46) Directiva modificada por última vez por el Acta de Adhesión de 1994. 3. Todo ello con el principio de subsidiariedad como uno de los principales elementos orientadores de esta nueva política. Con esta Directiva sólo se pretende ofrecer un marco de coherencia y facilitar una visión global del muy abundante acervo comunitario sobre protección de las aguas. 4. Sistema de Tarificación que refleje fielmente los costes que una eficaz gestión del agua tiene para la sociedad y la economía (47). La intención de la propuesta se puede asimilar a la afirmación «verde»: «piensa globalmente, actúa localmente». Sin embargo, esta afirmación no acertada que parezca puede llegar a ser práctica en una multirrealidad como la europea. Efectivamente, no deja de parecer complicado y quizás a corto plazo inalcanzable, el pretender instaurar en la Comunidad un sistema que en nuestro país, con una larga tradición en la gestión administrativa de las aguas, no ha terminado de «cuajar» hasta hace bien poco, sin que aún se haya podido constatar el éxito de una experiencia, por otro lado incompleta a falta del «apocalíptico» Plan Hidrológico Nacional. No existen dudas sobre la adecuación de la planificación como el mejor sistema de gestión de los recursos hídricos, pero con mucha cautela. Para que una Directiva marco sea viable, se hace fundamental el máximo respeto a las diversidades sociales, económicas y, derivadas y consecuencia de éstas, ambientales. Por eso, el principio de subsidiariedad se puede convertir en una de las llaves del éxito de esta nueva política. Es en esta diversidad donde además se hace fundamental el intercambio de información y la elaboración de inventarios que permitan conocer el impacto humano en las aguas Y comprobar la eficacia de las distintas medidas Fondo Temático aplicadas. Sin un conocimiento exacto de las fuentes de contaminación, de las. demandas que existen y se prevé existirán en el futuro, etc., es imposible diseñar una política viable, eficaz y, sobre todo, sostenible. La celebración de foros de investigación y debate de forma regular es imprescindible para impulsar los conocimientos que permitirán afrontar de tal forma más inmediata posible el grave problema de la contaminación acústica. De lo que no cabe duda es de que debe de existir un «tándem» entre el principio de subsidiariedad antes mencionado y unos mínimos comunes para toda la Comunidad. Por último señalar lo acertado de la elección del enfoque combinado como sistema de control de los vertidos, siendo de nuevo imprescindible para su eficacia la investigación y el conocimiento científico acerca de las Mejores Técnicas Disponibles, así como la cooperación y colaboración entre los distintos Estados, compartiendo sus experiencias en la materia. (47) Aunque en este trabajo no se haya hecho mención a esta cuestión, no significa negarle la importancia que tiene.